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ALGO MÁS QUE PALABRAS VOLVER AL SENTIDO COMÚN
from 05/06/23
Carthy no consiguió retenerlo. Cogió confianza el León y la perdió el LAFC. Nada más anotar el primer gol, los mexicanos recuperaron el esférico y a punto estuvieron de ampliar distancias con Víctor Dávila frente a un rival en ‘choc’. Mezcló las cartas Cerundolo tras el descanso. Apostó por una línea defensiva de tres en el partido, pero no le salió como esperaba y dio paso entonces a Cifuentes, un centrocampista, por Chiellini y pasó a una línea de cuatro. Era el minuto 63 cuando realizó su quinto cambio el preparador estadounidense, al sacar a Vela por Biuk, al ver al León en control del partido. El conjunto mexicano tocó con calidad y se sintió cada vez más cómodo en el campo. El LAFC arriesgó con su quinto cambio, aunque curiosamente acabó realizando un sexto, permitido por el reglamento (protocolo de traumas cerebrales) después de que Long sufriera y Romero sufrieran un peligroso golpe en la cabeza que les dejó tendido al suelo.
El LAFC, con vente minutos por jugar, se volcó completamente al ataque y el León, solo en ese momento, aceptó bajar su posición, encerrarse en defensa, y buscar aprovechar los espacios al dar paso a un extremo rápido como Joel Campbell. Fue entonces cuando entró en juego Cota. El portero de ‘La Fiera’ se lució con una monumental parada a Opoku Kwadwo en el 79, al lograr despejar su toque suave con la zurda. También brilló con unas buenas salidas y dio gran seguridad a su defensa.
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Demostró solidez táctica y mental el León, que se defendió con orden y no perdió lucidez incluso en los diez minutos de tiempo añadido ordenados por el colegiado. Cota detuvo un testarazo de Tillman en el 93 y la última ocasión fue para Murillo, cuyo disparo acabó alto tras un saque de esquina. Acabó en ese momento el sueño del LAFC y las puertas de la gloria se abrieron para el León.
“Tenemos que reencontrarnos, cultivar más poéticas que políticas, contribuyendo así a disipar ese huracán de vacilaciones, que nos impiden oír lo sensato y laborar lo legítimo”.
VÍCTOR CORCOBA HERRERO-EL SIE7E corcoba@telefonica.net
En este mundo plagado de plataformas digitales, a las que hemos de sumar la avalancha de medios diversos, resulta que estamos colapsados y más desinformados que nunca. Para empezar, coincidirán conmigo que hemos perdido la orientación, el propio sentido común y hasta nuestro conveniente espacio temporal para consultar con la almohada. Demasiadas veces nos movemos sin rumbo, además de beber continuamente mentiras con lenguajes sin alma, mientras caminamos hambrientos de compañía, porque el mismo circuito económico y de poder suele marginarnos. A este dominio mundano, casi siempre sustentado de egoísmo y sostenido por don dinero, tampoco le interesa que despertemos y nos pongamos a ser poetas en guardia; vayamos a hacer silencio, a reflexionar para poder liberarnos; y, de este modo, volvamos a ser buscadores de lo auténtico. La veracidad tiene que resplandecer, tanto en la relación de hechos como en la comunicación humana, para poder defendernos de las sombras del mal. En efecto, se tergiversan nuestras relaciones y se desnaturalizan hasta nuestros místicos pulsos. Tenemos que reencontrarnos, cultivar más poéticas que políticas, contribuyendo así a disipar ese huracán de vacilaciones, que nos impiden oír lo sensato y laborar lo legítimo. Hoy más que nunca se requieren constructores de redes sociales que nos socialicen, humanizándonos, porque esta deshumanización nos está dejando sin verbo y sin la conjugación lírica que late en nuestros interiores. Esto nos pasa por no tener ni un segundo para beber los mensajes vertidos, lograr enjuiciarlos y dar respuestas veraces, y de esta forma contribuir a restablecer el reino de lo armónico. Comenzaremos por ser dueños de nuestra personal existencia. No es nada fácil, pero es una reivindicación necesaria y honesta. Estamos llamados al encuentro, a ser familia vinculada al espíritu creativo de la lucidez, y a crecer plácidamente como humanidad. Por ello, deben trazarse líneas rojas urgentemente. Fuera guerras que todo lo destruyen y tomemos con garra de donación, lo de ser amor, que es como ser balada. En cualquier caso, no podemos salirnos de lo innato. En consecuencia, es vital una regulación tecnológica humanística, al menos para hacer frente a la producción masiva de contenidos falsos en línea, promoviendo la desinformación permanente y la incitación al odio. La tempestad inhumana está con nosotros, esperando la enmienda para estar unidos, ayudándonos unos a otros. Necesitamos trabajar juntos, sin pasar por encima de nadie y sin dejar a nadie en la cuneta del desprecio excluyente. Apreciémonos, es lo más congénito. Nos urge, por consiguiente, universalizar el sentido nativo. Tenemos que pasar página a tanto desconcierto, fijar soplos para uno mismo y darse aliento, sabiendo que nada de este mundo nos resulta ajeno. Protegiendo nuestro hábitat, así como nuestros hogares, será más fácil modificar actitudes. Ojalá nos demos cuenta, que el mejor proyecto viviente no está en el caudal económico, sino en los vínculos del amor efectivo. Sí, en ese afecto natural que nos despoja de materia y nos devuelve a la composición versátil, ahí es donde radica la reconstrucción nuestra, cimentada a corazón abierto, mediante un desarrollo humano, que ha de ser tan integrador como reparador. Dada la situación de colapso, tenemos que ejercitar un brío más responsable y coherente entre el hacer y el obrar; puesto que, el deterioro de la calidad humana de la vida se ha degradado socialmente. Ciertamente, hemos de renovarnos, tanto por dentro como por fuera. En este sentido, nos alegra que el año pasado, más de un centenar de países, llevaran a cabo la aprobación de una resolución histórica para acabar con la contaminación por plástico y forjar un acuerdo internacional jurídicamente vinculante para 2024. Sin duda, son estos movimientos a los que tenemos que unirnos, cada uno desde su calzada, para poder reconquistar espacios de sentido originario. Cada actuación, desde luego por pequeña que sea, importa y mucho. No olvidemos jamás que el instinto de la conciencia es el mejor de los tactos, y que para rejuvenecer lo único que se requiere es no perder el discernimiento, ni la moderación del examen a la hora de labrarse uno mismo, para ganar horizontes de luz y supervivencia. Al fin y al cabo, verse a sí mismo, suele ser un buen estimulo para esperanzarse y batallar con sentido humanitario.cualquier viandante que tome respiración al despertar de cada día.