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METODO DIDÁCTICO O MAGISTERIAL ORIGEN Y DENOMINACIÓN Es difícil señalar una fecha determinada de origen a este método. Lo que es indudable en su antigüedad ya que es el método usado por los filósofos orientales de Grecia y Roma no socráticos, por los escolásticos en la Edad Media y por la mayoría de las escuelas, colegios y universidades del mundo. Se utiliza también ampliamente en la educación de adultos, bien sea para la formación de padres, de obreros y mandos de las empresas, de ejecutivos, de militantes, etc.

El método consiste fundamentalmente en la transmisión oral de unos conocimientos por el profesor, que es el que sabe, a los alumnos, que no saben. Es indudablemente el método que permite transmitir en el menor tiempo posible, mayor tiempo posible, mayor cantidad de información a un elevado número de personas, ya que un conferenciante nos puede transmitir en una sesión de una hora, un cúmulo de conocimientos adquiridos por él durante años y que para poderlos conocer con sólo nuestro esfuerzo personal nos exigirían quizá meses de lectura orientada, seguida de estudio y trabajo de síntesis. Se reprocha a este método el que mantiene al alumno en estado pasivo y receptivo, y que el profesor no puede controlar (a no ser por el uso de otro método) si logra despertar la atención y el interés de los oyentes ni el grado de aprovechamiento de los mismos. El trabajo del alumno es débil, pues la exposición “ex cátedra” no facilita la reflexión y la actividad del alumno, sino que por el contrario, estimula y favorece su pasividad. La toma de apuntes, cuando se


realiza, no es con frecuencia más que una actividad exterior que enmascara la pasividad. Al mantener al alumno en actitud receptiva y pasiva, éste método no permite el desarrollo completo y armónico de la personalidad que exige, cada día más, el cultivo de la iniciativa, la responsabilidad y de la capacidad de creación y de elección. Como se sabe, el hombre debe cultivar, en la actualidad, sobre todo, su capacidad para transformar el mundo y la sociedad y de creación de un nuevo saber, por encima de su poder de asimilación y conservación del patrimonio cultural que ha recibido de sus antecesores. Pero que deba cultivarse la creatividad más que el conservadurismo, no quiere decir que el hombre actual pueda partir de cero y olvidar o prescindir de las anteriores conquistas culturales de la humanidad. Por el contrario, deberá conocer lo sustancial de las mismas para, apoyándose en ellas y superándolas, progresar y construir el futuro. Y es indudable que para la transmisión del saber el método didáctico es válido y eficaz. Las limitaciones que tiene el método, nos indican solamente que no es útil su uso exclusivo si se quiere lograr la formación completa de la persona (como tampoco lo es ningún otro método aislado). Es el método mejor para transmitir información, para proporcionar un “saber” teórico, aunque no tiene apenas valor para desarrollar otros aspectos del a personalidad como el “saber-hacer” y el “saberser”. Hasta los autores más progresivos, como Rogers, admiten y recomiendan su uso en determinadas circunstancias. FUNDAMENTOS TEÓRICOS El método magisterial se basa en la idea de que es posible enseñar a otros lo que nosotros sabemos, explicándoselo oralmente. Según esto, el profesor centraba todo su esfuerzo en condensar su saber y en buscar la forma mejor de exponerlo con orden, claridad y rigor lógico. Toda la iniciativa le correspondía al profesor que decidía el orden, el ritmo y la profundidad que debía dar la enseñanza. Al alumno le corresponde ser dócil, prestar atención, y aceptar la autoridad del profesor. La comunicación entre el profesor y el alumno sólo se establece en una dirección: profesor - alumno y la autoridad del que enseña es autocrática y paternalista.


Actualmente la psicología ha aportado sus conocimientos para perfeccionar el método y aumentar su eficacia. Hoy en día se sabe que toda enseñanza es una comunicación o transmisión y que para que ésta se realice es preciso: La existencia de un emisor y de un receptor. 1. Que quien emite el mensaje sepa a quien lo dirige. 2. Que quien recibe el mensaje sepa que se lo van a enviar. 3. Que el mensaje utilice expresiones comunes a ambas partes. 4. Que el mensaje tenga un objetivo claro ya que así, es más fácilmente aceptado. El mensaje confuso es muy fácil que llegue deformado a su destinatario. Es cierto que la enseñanza es una comunicación y que lleva un mensaje, y que la posibilidad de su recepción y aceptación depende en gran manera de su exposición. Un mensaje conceptualmente bueno e inteligente, transmitido por medio de una exposición oral torpe e inadecuada, está condenado al más rotundo fracaso. Según los conocimientos sobre la comunicación humana, ya no basta con que el profesor (emisor), dé al mensaje una formulación clara y ordenada, sino que tiene que prestar atención al receptor de su mensaje (alumno), con el fin de acomodar a éste la exposición de las ideas y el lenguaje, pues en otro caso, aunque en si sea perfecta la formulación de la enseñanza, según su mentalidad, puede resultar incomprensible para el alumno que la recibe. Las palabras utilizadas tiene que tener el mismo significado para ambos; en caso contrario, la incomprensión es total. Cuando por necesidad de precisión de deban emplear términos técnicos o especializados, cuyo significado se supone es ignorado del auditorio, es preciso explicarlo. Asimismo la psicología nos enseña que una exposición oral no debe durar más de 50 minutos ya que el esfuerzo de concentración necesario para poder asimilar lo que se escucha, no puede mantenerse durante un espacio de tiempo más largo. Al comenzar a escuchar, el poder de asimilación es débil hasta que se consigue la concentración sobre el tema. La máxima atención se logra entre los minutos 20 a 35. Por ello, conviene reservar para este momento la exposición de los aspectos más esenciales del tema que se trata. Después de este tiempo la atención disminuye por fatiga. Para lograr el máximo aprovechamiento de una charla conviene comenzar por una introducción al tema que cubra los primeros momentos, y ayude a los oyentes a situarse y a concentrar su atención, utilizar los


momentos centrales para exponer lo más esencial y dedicar los últimos minutos a ofrecer un resumen de lo tratado. Como cada auditorio tiene diferente capacidad de atención, el profesor o conferenciante debe vigilar el rostro de los oyentes para hacer una pausa o terminar su exposición cuando advierta síntomas de cansancio o de distracción. APLICACIONES PRÁCTICAS 1. El método didáctico o magistral, se suele aplicar con éxito para la formación de adultos en los casos siguientes: 2. Cuando se trata de dar a conocer una nueva ideología (religiosa, política, científica, económica, etc.). En este caso resulta insustituible recibirla directamente del creador de la misma o de sus más inmediatos colaboradores. 3. Para transmitir información recibida en un congreso, asamblea o reunión, a los que no pudieron asistir a ellos. 4. Para que una persona comunique a un grupo sus experiencias mediante una exposición oral. 5. Cuando un grupo de personas solicita información sobre un tema de su interés y se dispone de poco tiempo para que puedan adquirirla por otro método más activo. 6. Cuando se tiene que trabajar con un grupo muy numeroso que no permite el uso de otros métodos. La conferencia, charla o exposición oral presenta tres dificultades principales: 1. Suscitar el interés de los oyentes y concentrar su atención sobre el tema. Es muy importante la introducción ya que de ella depende el que se despierte el interés de los alumnos y que se logre la concentración de la atención en lo que se Expone. 2. Lograr una cierta actividad del espíritu necesaria para la comprensión y memorización. Favorece esta actividad el orden y la claridad de la exposición. Conviene también dividir el tema en partes breves y sencillas para ir tratando una a una, y pasando de una parte a otra por un claro encadenamiento lógico. Durante la exposición se deben destacar, e incluso repetir, las ideas fundamentales y resumirlas al final. Es también aconsejable el uso de ejemplos, el enlazar los conocimientos que se exponen con los que ya poseían los oyentes y el relacionar el tema con la vida, ambiente e intereses de los oyentes.


Debe evitarse la exposición brillante seguida con interés por los alumnos, que disfrutan de la belleza de la misma, pero que una vez pasado el encantamiento producido por la magia de la palabra, deja poca huella en los espíritus. 3. Adaptarse. Como ya hemos indicado, es preciso tener muy en cuenta el grado de cultura, la mentalidad y los intereses de los oyentes para acomodar a ellos la exposición del tema y el lenguaje, de modo que puedan recibir y asimilar el mensaje que se les quiere transmitir. Dado que vivimos en la civilización de la imagen y del sonido (cine, radio, televisión, revistas ilustradas, anuncios luminosos, etc.), el uso de los medios audiovisuales, ayuda a los oyentes a asimilar y memorizar y hace menos monótona la enseñanza. Ya decía el antiguo proverbio oriental que “una imagen vale más que mil palabras”, y según un experto americano se retiene el 10 por 100 de los que únicamente se oye, el 30 por 100 de lo que solamente se ve y el 50 por 100 de lo que se oye y se ve simultáneamente. Además, muchos adultos están habituados al trabajo concreto con máquinas y materiales y otros al empleo de gráficas, tablas, planos y les resulta incómoda y difícilmente asimilable la enseñanza sólo transmitida por medio de la palabra. Por esto es útil el uso de medios complementarios tales como dibujos, gráficas, filminas, películas, franelográmas, y también maquetas, modelos, etc. Estas ayudas deben ser prudentemente empleadas, para que sean realmente un complemento de la enseñanza oral del profesor, y no lleguen a constituir, por su exceso, un factor de dispersión y de distracción, que perturbe, más que ayude, al aprendizaje. La entrega de un esquema de la charla o conferencia, antes de comenzar ésta, ayuda a seguir el orden lógico de la misma y a tomar notas a los que ya conocen el tema y tienen mucha costumbre de realizar trabajo intelectual; sin embargo, para aquellas personas que no están habituadas a escuchar y sintetizar ideas o que no tienen conocimientos previos del tema que se expone, les distrae el tener ante sí el esquema, porque tienen que hacer una gran esfuerzo para localizar por qué apartado va el que explica. Por esto en la mayoría de los casos es mejor entregar el esquema al final. No conviene remitir a los participantes por adelantado un extracto amplio previo de la disertación que se va a exponer o a leer, pues en este caso acuden a escuchar


lo que ya conocen, y carecen de interés para esforzarse en atender. En el caso que se trate de una ponencia dirigida a personas expertas en el tema, puede enviarse por escrito previamente para que la estudien detenidamente y en la reunión solamente pedir a los participantes sugerencias, aclaraciones o crítica de los dicho y dialogar sobre ello y exponer, si es preciso, solamente algunos pasajes que no hayan sido bien interpretados o que necesitan ampliación. Veamos ahora los aspectos materiales que el método entraña, y sus diversas aplicaciones. 1. ASPECTOS MATERIALES Es preciso cuidar de que el local donde va a impartirse la enseñanza tenga un tamaño adecuado al número de oyentes o alumnos que van a ocuparlo, pues un local de dimensiones grandes, donde quedan muchos asientos vacíos, produce incomodidad y dispersa la atención de los que escuchan y del profesor. Por el contrario, un local demasiado pequeño, ene el cual algunos oyentes se ven obligados a permanecer de pie, también es incómodo y favorece la distracción. También

debe

cuidarse

de

que

la

temperatura

esté

cuidadosamente

acondicionada, ya que cuando se tiene demasiado frío o mucho calor no se puede concentrar la atención. También es importante la iluminación y ventilación apropiada del local. Se deben proporcionar asientos cómodos y mesas o sillones con dispositivo para tomar notas. Tratándose de adultos se debe evitar en lo posible el uso de clases equipadas con los clásicos pupitres escolares, pues además de resultar estrechos y físicamente incómodos para personas mayores, producen incomodidad psicológica y sentimiento de inferioridad en los que los ocupan. El uso de cines o salones de actos, da automáticamente solemnidad a la reunión, por lo cual, deben reservase solamente para conferencias a auditorios numerosos, a los que sólo ellos pueden proporcionar a todos los asistentes asiento cómodo, buena visibilidad y conveniente audición. Cuando se trate de clases o charlas en las que se desea la máxima aproximación psicológica entre los alumnos y el profesor, deben utilizarse locales más sencillos y más pequeños. El uso de micrófonos y altavoces, debe reservarse sólo para los casos en que sean imprescindibles, por ser más agradable oír directamente la voz del profesor o conferenciante.


Debe evitarse el tono monótono y el exceso de gestos y procurar una buena articulación de las palabras. También es aconsejable hablar a un ritmo variado y adecuado (ni demasiado lento, ni demasiado rápido), y en tono medio (ni alto ni bajo).

2. DIVERSAS FORMAS DE APLICACIÓN DEL MÉTODO La forma ordinaria es la conferencia que un experto da ocasionalmente a un auditorio reunido circunstancialmente o la clase dada por un profesor con cierta regularidad a un grupo de alumnos. En estas dos formas se trata de una persona que transmite conocimientos a un grupo de oyentes o alumnos. Pero existen otras formas de aplicación del método en las cuales son varias las personas encargadas de proporcionar información a un grupo receptivo. Son estas el cursillo o ciclo de conferencias, el simposio, la mesa redonda y el panel.

a. El Cursillo o ciclo de conferencias Se trata de varios profesores que durante varias sesiones exponen sus temas o diversas variantes de un mismo tema, a un mismo auditorio. Es importante que los conferenciantes se reúnan previamente para ponerse de acuerdo sobre lo que cada uno debe tratar con el fin de evitar tanto las repeticiones como las lagunas y sobre todo las contradicciones, pues no es raro que un conferenciante exponga ideas contrarias a las de otro con el consiguiente desconcierto de los oyentes. Asimismo, si el método se ha de alternar con otros, es preciso estudiar bien la forma de coordinarlos para lograr un sistema pedagógico coherente y eficaz.

b. El Simposio Es útil para proporcionar información variada y completa sobre un tema. La información es presentada por tres o cuatro profesores o expertos, que, en una sola sesión, exponen sus puntos de vista sobre un tema o problema con una duración de unos 15 minutos cada uno para cubrir un total de una hora aproximadamente. Los profesores no defienden posiciones, sino que cada uno enfoca el problema desde el punto de vista de su especialidad, de forma que sus informaciones se sumen para proporcionar un conocimiento completo sobre un tema o problema complejo. El simposio se ha utilizado mucho para la formación


familiar o prematrimonial ofreciendo las aportaciones de médicos, sociólogos, psicólogos, abogados, sacerdotes, etc. Aunque cada especialista expone el tema por separado y desde el punto de vista de su disciplina, conviene una reunión previa de todos ellos para decidir el orden de sus intervenciones y los aspectos principales que debe tratar cada uno para proporcionar al auditorio toda la información que desea. Además de los profesores o expertos interviene un coordinador que hace la presentación de los mismos al auditorio, les concede la palabra en el momento oportuno y hace un resumen de todo lo expuesto. Generalmente, se suele permitir a los oyentes que hagan preguntas a los expertos para aclarar algún punto de lo tratado, pero no se permite diálogo.

c. Mesa redonda (Panel discusión) Permite al auditorio obtener una información ecuánime sobre un tema o problema complejo y controvertido evitándose el parcialismo que es fácil con la sola intervención de un orador. Intervienen, como en el simposio, de tres a seis expertos, generalmente cuatro, pero en este caso no ofrecen informaciones sobre un tema que puedan sumarse, sino que se les elige de tal forma que proporcionen ideas opuestas y divergentes sobre un mismo tema. Los expertos deben ser cuidadosamente elegidos para que sean buenos conocedores del tema, que representen escuelas o posiciones doctrinales distintas y que tengan habilidad para exponer y defender sus opiniones. La sesión no debe pasar de los 50 minutos y suele terminarse un coloquio en el que se permite una sola pregunta por participante, a la que contestan los expertos, pero sin que se establezca diálogo. Debe también intervenir un coordinador que presente a los expertos, y al final resuma las ideas principales destacando las diferencias de opinión más destacadas.

d. El Panel o diálogo Dialogan libremente cuatro o cinco personas expertas en un tema.


La duración también suele ser de una hora. Aunque la conversión debe ser espontánea, los expertos deben reunirse antes para decidir los puntos principales del tema que van a tratar, pues de otra forma es fácil que dejen sin exponer aspectos importantes o que gasten mucho tiempo en dialogar sobre aspectos marginales del tema. También interviene un moderador o coordinador, que presenta a los expertos, resume al final lo tratado, controla el tiempo, centra la conversación para evitar divagaciones, pregunta sobre aspectos olvidados, o pide aclaraciones sobre lo que van diciendo, etc., pero sin dar en ningún momento opiniones propias. Al final invita a los expertos a que resuman lo que han tratado y a los asistentes a que pregunten lo que deseen para aclarar sus dudas. BIBLIOGRAFÍA ____________ BEAL, G. M.; BOHLEN, J. M. y RAUDABAUGH, J. N.: Conducción y acción dinámica del grupo. Editorial Kapalusz, Buenos Aires, 1962. Disponible en: http://es.scribd.com/doc/82062118/Metodologia-de-La-Educacion-Para-Adultos. [Consulta: 2012-07-06].

METODO DE ENTRENAMIENTO MENTAL

METODO DE ENTRENAMIENTO MENTAL ORIGEN Y DENOMINACIÓN

El método de entrenamiento mental, también llamado de ejercicio mental, nació en Francia a la terminación de la II guerra mundial (1945) Promovido por el equipo de la región de Grenoble fundador del movimiento “Pueblo y Cultura “y actualmente se emplea en las escuelas dirigentes de varias organizaciones de juventud y de


educación popular de Francia, Bélgica, Italia, Argentina, Marruecos y Yugoslavia. Sus principales promotores fueron el sociólogo J. Dumazedier y P. Legrand.

FUNDAMENTOS TEÓRICOS

El equipo creador del método se inspiró para estructurarlo en la técnica del entrenamiento deportivo, tratando de aplicarla a las facultades mentales; de ahí el nombre de entrenamiento mental con que fue bautizado el método.

La formación deportiva se propone preparar a la persona para que llegue a lograr un pleno desarrollo de sus capacidades físicas. Para alcanzar la perfección en la práctica de un deporte u ejercicio físico determinado, la persona ha de someterse a un ejercicio continuado, progresivo, controlado y en parte realizado en equipo, bajo la orientación de un entrenador. El entrenamiento o preparación física, consiste, esencialmente, en la práctica repetida de una serie de ejercicios encaminados a lograr que el organismo sea capaz de realizar con soltura, agilidad, y perfección pequeños movimientos, que unidos y bien coordinados más tarde, permiten realizar con facilidad y elegancia la actividad deportiva completa: nadar, jugar al fútbol, saltar con pértiga, etc.

El equipo creador del método pensó que para lograr que los individuos puedan realizar con perfección las operaciones del espíritu, era necesario también un entrenamiento mental, análogo al entrenamiento físico; es decir, consistente en la repetición de una serie de ejercicios elementales de las operaciones mentales más sencillas, cuyo conjunto constituye la actividad humana completa.

La base del método es, por tanto, la idea de que el espíritu posee, en cierto modo, sus articulaciones, sus músculos y sus nervios, y que se le puede entrenar como al cuerpo. Aunque el nombre de “entrenamiento mental”, parece sugerir que el método se propone solamente enseñar a pensar, en realidad trata de preparar a la persona para que pueda realizar con eficacia todas las etapas que normalmente se recorren en una actividad humana completa que comprende desde el conocimiento a la acción. Por ello sería más adecuado llamarle método de entrenamiento personal o de entrenamiento humano, aunque esos nombres tampoco expresan adecuadamente que trata de desarrollar lo que es específico del hombre: su obrar reflexivo.


El método de entrenamiento mental, es uno de los pocos métodos creados directamente para la formación de adultos ya que, como hemos dicho anteriormente, la mayoría de los métodos que se emplean para la formación de adultos fueron ideados para la formación de niños y adolescentes y después acomodados a la formación de adultos.

El objetivo del método es desarrollar en el adulto, actitudes activas que le permitan integrarse en su medio social y actuar sobre él para mejorarlo. Pretende desarrollar una personalidad integrada poseedora de libertad, autodeterminación, conciencia e imaginación creadora y capaz de cooperar con otros en la comprensión y en la acción para el progreso individual y colectivo. Como la persona vive en la sociedad actual, que es una sociedad en continua transformación, se considera que sus miembros necesitan:

a) Capacidad de elección racional. b) Capacidad de trabajo en colaboración con otros. c) Actitud científica, liberada de prejuicios y dogmatismos.

Para lograr estos objetivos, el método parte de las principales deficiencias de formación del adulto que concreta en las tres siguientes, que trata de subsanar:

1ª Deficiencias en el análisis del medio que le rodea

El método trata de entrenar al adulto en el conocimiento de su medio propio para que tome conciencia de sus problemas y llegue a conocerlos profundamente, pues sólo el hombre que tiene clara conciencia de una situación problemática, puede llegar a ser un hombre motivado, es decir, interesado por alcanzar la solución de ese problema y dispuesto a trabajar por conseguirlo.

2ª Deficiencias en la expresión oral y escrita

Esto impide o al menos dificulta a la persona la relación con otros y el actuar con cierta posibilidad de eficacia.

El método procura un perfeccionamiento de la expresión. No trata, sin embargo, de enseñar una forma perfecta ni literaria de hablar o escribir, sino el uso del


lenguaje oral y escrito como medio de expresión del pensamiento y de comunicación con los demás. El método considera los mismos pasos que sigue el hombre en su proceso vital.

Después de veinte años de experiencia, esos pasos se han concretado en los siguientes:  La vida presenta situaciones problemáticas. El hombre toma conciencia de esos problemas e intenta resolverlos.  Pero para poder resolver eficazmente la situación necesita conocerla a fondo. Esta es, por tanto, la primera etapa del proceso del pensamiento y, por tanto, también del método. Esta primera etapa, que pudiera llamarse de análisis de la realidad, puede desdoblarse a su vez en las fases siguientes;

Enumerar y describir: El primer trabajo de nuestro espíritu en una situación dada, consisten en enumerar las cosas y las personas que nos rodena, buscando al mismo tiempo, precisar sus características propias, así como sus relaciones con nosotros y entre ellas.

Comparar y distinguir: Una vez conocidos los diferentes objetos, tratamos de apreciar sus analogías y sus diferencias.

Definir y clasificar: Una vez que somos capaces de describir las cosas y de señalar sus diferencias y sus cualidades comunes, podemos llegar a definirlas y a clasificarlas por sus aspectos comunes o en escalas de valor de sus cualidades.

Enumerar los aspectos de una realidad: Una vez definida y clasificada una situación o un objeto, podemos establecer cuáles son los aspectos que comprende. Por ejemplo, una fábrica tiene aspectos que la relacionan con hacienda, con la economía nacional, con el ayuntamiento, con los sindicatos, con la dirección general de industria, con sanidad, etc.

Puntos de vista personales: Toda realidad tiene además de los aspectos objetivos, puntos de vista que son subjetivos, es decir, que dependen de la personalidad y situación de la persona que los vive. No ven, de igual manera, los aspectos objetivos de una fábrica, el obrero, el director, el técnico o el accionista. La visión de todos ellos nos proporciona un conocimiento más completo de esa realidad.


Contradicciones y oposiciones: Casi todas las situaciones presentan aspectos a veces contradictorios. Por ejemplo, la vida urbana, pone a disposición del hombre una amplia gama de posibilidades de realización profesional, social, cultural, etc., que no puede encontrar en la vida rural, pero a la vez le impone severas restricciones en otros terrenos como en circulación, impuestos, vivienda, etc.

Estas mismas contradicciones engendran oposiciones en las personas que apoyan una u otra posibilidad. Es por ello, importante conocer estas contradicciones y oposiciones a la hora de planear una acción.

El tiempo y el espacio: Toda situación se presenta en un espacio material y social y en un tiempo determinado, que a su vez está condicionado por un pasado y debe relacionarse con un futuro. Ningún problema puede resolverse en abstracto, aisladamente, separándolo del condicionamiento de tiempo y lugar que le afectan. Esta operación ha sido llamada “operación puente” por poderse realizar en diversos momentos del proceso.

Recorridas estas fases se llega a una idea clara del objeto, hecho, o situación, así como de sus características y propiedades.

La segunda etapa del entrenamiento mental, corresponde al segundo momento del proceso del pensamiento: Ante el conocimiento de la realidad que nos ha proporcionado el análisis de la misma realizado en la primera etapa, surge espontáneamente la pregunta, ¿por qué esto es así? Y la búsqueda de la respuesta constituye la segunda etapa que a su vez puede desdoblarse en las siguientes fases:  Causas y consecuencias: Para llegar a comprender plenamente una situación es imprescindible averiguar cuáles son las causas que la han originado, lo mismo que para poder decidir sobre la trascendencia e importancia de la misma, es preciso conocer cuáles son las consecuencias que tiene para las personas y para la sociedad en general.  Leyes y teorías: En el mundo social, económico, cultural, etc., lo mismo que el mundo físico, ciertas causas producen siempre los mismos efectos, tienen siempre las mismas consecuencias. Estos encadenamientos entre


causas y efectos se enuncian en forma de leyes que nos permiten después, no sólo prever los hechos, sino también dirigirlos. Coordinando después varias de estas leyes se construyen las teorías que nos permiten una comprensión más amplia de la realidad.

Recorridas estas dos etapas se ha modificado y ampliado enormemente la visión de la situación que examinábamos y ésta más amplia visión, nos conduce a la tercera etapa del proceso y del entrenamiento mental que es la respuesta a la pregunta: ¿Cómo debo actuar para modificar la situación? Esta etapa puede dividirse a su vez en la fase siguiente:

Valores y principios: Antes de proyectar una acción para modificar una situación, necesitábamos apoyarnos en unos valores. Esto no siempre lo hacemos de una forma consciente y formulando claramente que valores son los que orientan nuestra acción. Sin embargo, si queremos actuar con profundidad y eficacia, es necesario que tratemos de concretar el sistema de valores que deseamos que sirvan de orientación a nuestra vida.

Los principios son reglas de conducta que nos permiten aplicar nuestro sistema de valores a la vida ordinaria. Los valores serán los que determinen la calidad y la orientación de nuestra acción.

No actúa igual quien busca la promoción de las personas como valor preferente, que quien da preferencia a los valores del progreso social o económico.

Objetivos, medios, métodos: Para actuar concretamente es preciso fijarse unos objetivos: unos lejanos, otros próximos. Y, para alcanzar cada uno de estos objetivos, será necesario elegir los medios que se crean más eficaces y ponerlos en práctica según unos determinados métodos de acción.

Planificación: Todo plan de acción debe comprender una expresa y bien coordinada relación de los objetivos, los medios y los métodos que se creen necesarios para alcanzar una situación que se considera deseable y mejor, a partir de una situación actual deficiente. La necesidad de este plan de acción, nos hace ver, cómo son imprescindible todas y cada una de las fases anteriormente expuestas.


La ejecución: Una vez planificada la acción es preciso realizarla. Esto requiere una adecuada elección de las personas que ejecutarán, dirigirán y coordinarán la acción, así como un control permanente para ir comprobando la eficacia del plan y para irlo modificando con prudencia y flexibilidad, con el fin de superar las dificultades imprevistas o aprovechar los factores favorables que vayan surgiendo.

Control de los resultados: Es preciso conocer una serie de métodos de análisis y de síntesis para poder controlar los resultados parciales que se van alcanzando en cada momento al final para comprobar, en cada fase de la acción, si ésta nos va conduciendo a la eficaz consecución de los objetivos propuestos.

Estas son, en síntesis, las principales operaciones que se realizan al actuar humanamente, es decir, partiendo del conocimiento y llegando hasta la acción.

Como puede advertirse con facilidad, en la práctica no siempre se realizan en el orden expuesto ni van tan claramente separadas unas de otras; muchas veces van superpuestas unas a otras, o se invierte su orden.

Lo mismo que el deportista, al practicar el ejercicio deportivo, no ejecuta los ejercicios de su entrenamiento en el mismo orden ni con la misma intensidad, sino que, una vez preparado, ejecuta con perfección los movimientos que la práctica deportiva le exige en cada momento.

Como ya hemos dicho, el método del entrenamiento mental, pretende conseguir un entrenamiento del espíritu análogo al entrenamiento físico, por ello hace a la persona ejercitarse en cada uno de las operaciones básicas, hasta lograr que las ejecute con soltura y perfección, para que pueda más tarde, en la práctica ordinaria de su vida, actuar con eficacia, buscando espontáneamente el encadenamiento de los actos que sea más conveniente en cada caso. Jacques Barbichon, define el entrenamiento mental de la forma siguiente: “Es un método de autodesarrollo controlado del pensamiento, centrado sobre el medio vivido, adquirido en grupo con la ayuda de modelos y de ejercicio progresivos de trabajo mental, orientado hacia el crecimiento organizado de los medios de análisis, de expresión, de documentación y de creación personales”. Dumazedier, afirma que “el entrenamiento mental” es sencillamente, un método pedagógico nacido de la experiencia de algunos autodidactas, de prácticas


controladas de educación de adultos y de la aplicación creciente de las ciencias sociales a la elevación de los niveles culturales de los medios populares.

APLICACION PRÁCTICA

1. El método de entrenamiento mental se practica siempre en equipo reducido, de 10 ó 15 personas, en un clima de colaboración amistosa con la orientación de un animador, especialmente preparado para esta tarea, que cumple una misión análoga a la del entrenador deportivo. 2. La misión del animador es crear un clima de confianza y de colaboración y orientar al grupo para que partiendo de un hecho llegue hasta la acción. 3. En entrenamiento mental parte de la experiencia de cada uno de los participantes. La vida ordinaria de los mismos proporciona la mayoría de los temas de trabajo. Cuando el entrenamiento no se puede realizar sobre situaciones reales aportadas por los participantes, se buscan situaciones reales lo más próximas posibles, en el tiempo y en el espacio, a las que viven ésos o situaciones ficticias representadas en imagen (filminas, películas, televisión), situaciones representadas (discusión dramatizada, mimograma, psicodrama, “role-playing”), o conocidas por la lectura (obras literarias , cuentos, revistas), que se comparan y relacionan siempre con hechos de la vida ordinaria, vividos por los miembros del grupo. 4. El entrenamiento mental exige que el grupo en su conjunto y cada uno de los miembros del grupo, puedan identificarse con los personajes protagonistas de los hechos y situaciones que se examinan, que han de ser por ello análogas a las situaciones concretas en las que ellos se sienten, directa o indirectamente, comprometidos. Esto es esencial para motivar en profundidad la formación general.


5. El tiempo de trabajo está siempre puntualmente medido, los ejercicios y el ritmo de los mismos, tiene una duración limitada ya que la lucha contra el reloj es una de las características de la época, por ello es preciso aprender a planificar nuestras actividades en el tiempo, para poder aprovecharlo racionalmente. Los resultados y los progresos realizados, tanto por el individuo como por el grupo, se evalúan periódicamente. 6. El entrenamiento mental, se enseña en las universidades de primavera y verano de “Pueblo y Cultura”, en los cursillos de larga duración del Ministerio de la Juventud y Deportes de Francia y, como hemos indicado, en varias organizaciones de juventud y de educación popular de diversos países.

A continuación exponemos una modalidad de aplicación denominada Ciclo Cultural por considerar que puede ser de interés para los educadores españoles.

El Ciclo Cultural puede tener distinta duración según sea el público al que se dirija; grupo improvisado o miembros de una asociación, jóvenes o adultos, mujeres o mixto, etc., nivel cultural de los asistentes, profesión de los mismos, etc. Según el tipo de participantes y la duración del mismo, abarcará el entrenamiento para desarrollar la capacidad de análisis, de expresión y de información o de documentación personal o bien de varias o de todas estas facetas.

Según los objetivos que se persigan, se elegirán las actividades que pueden ser: Una visita a un museo, una excursión cultural, un club de lectura, unas sesiones de cine-club, una exposición de pintura o fotografía, y complementarse con distintos tipos de reuniones en grupo de discusión, círculo de estudios, etc.

Lo importante es que el animador o entrenador del ciclo programe las actividades y reuniones de forma tal que parta de un conocimiento reflexivo de la vida cotidiana de los asistentes, que responda a sus intereses y problemas y que pasando por la reflexión sobre esa situación de partida, lleguen a conclusiones prácticas, es decir, debe ir de los hechos a las ideas y de las ideas a los actos. Además de planear el ciclo en general deberá programar cada sesión, especificando la actividad que en ella se realizará; entrevista, círculo de estudio, grupo de discusión, exposición, visita, etc., y si el objetivo dominante de la misma es desarrollar la capacidad de:

a) análisis del medio.


b) expresión. c) formación cultural, especificando qué clase de operaciones se van a realizar preferentemente en la sesión; por ejemplo, comparar – definir, etc. También debe preparar el material necesario: filminas, fotografías, libros, esquemas u otros.

El ciclo cultural utiliza generalmente una serie de círculos de estudio progresivos, en cada uno de los cuales se practica con preferencia una de las operaciones mentales anteriormente descritas En cada uno de estos círculos se practica operaciones simultáneamente, pero el objetivo es ejercitarse preferentemente en una de ellas para llegar a dominarla. Este objetivo debe ser conocido por el animador y por los participantes ya que este conocimiento expreso facilita y acelera la comunicación intelectual.

En realidad las operaciones mentales de representación (enumerar-describir; comparar-distinguir; clasificar-definir), se ejercitan en todas las formas de círculos ya que se pueden enumerar o describir causas, consecuencias, medios, etc., aunque no sean las operaciones de representación la operación mental dominante en la que se ejercita la clase de círculo que se practica.

Esta progresión de las operaciones mentales, puede ejercitarse en el curso de un círculo de estudios centrado sobre un único tema y cuyas sesiones estén separadas por varios días o semanas, aunque en este caso es más difícil conseguir la integración del grupo y existe el peligro de que se mantenga en un acuerdo superficial en lo que se refiere a la forma de plantear un problema, explicar las situaciones o mejorarlas. Por ello, es más conveniente que las sesiones se celebren con mayor frecuencia, como por ejemplo, en un fin de semana completo, varias horas diarias o varios días a media jornada.

Es también conveniente en algunos casos, recorrer en una jornada intensiva todas las etapas del método (observar una situación, plantear el problema, profundizar en él y estudiar las actuaciones convenientes para resolverlo o mejorarlo) ya que esto permite a los participantes vivir en su conjunto toda la panorámica del método que partiendo de los hechos, pasa por las ideas para volver a los actos, aunque en este caso no se pueda practicar sistemáticamente el ejercicio propio de cada una de las etapas del entrenamiento mental.

BIBLIOGRAFÍA


____________ BEAL, G. M.; BOHLEN, J. M. y RAUDABAUGH, J. N.: Conducci贸n y acci贸n din谩mica del grupo. Editorial Kapalusz, Buenos Aires, 1962. Disponible en: http://es.scribd.com/doc/82062118/Metodologia-de-La-Educacion-Para-Adultos. [Consulta: 2012-07-06]


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