La importancia de la protección solar todo el año

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La importancia de la protección solar todo el año Estamos expuestos a los rayos del sol durante todo el año, no solo en los meses de verano. Una piel bronceada durante todo el año, entonces, también se ha convertido en sinónimo de apariencia “saludable” y esto lleva a buscar un bronceado incluso en invierno, recurriendo a las lámparas bronceadoras. Esta exposición excesiva a la luz ultravioleta, en particular a los rayos UVA y UVB, representa uno de los principales factores de riesgo de melanoma y cánceres de piel, cuya incidencia está en constante crecimiento e incluso se ha duplicado en los últimos diez años. Exponerse demasiado al sol, de hecho, representa un peligro porque puede dañar el ADN de las células de la piel.

Melanoma, causas y síntomas El melanoma es una neoplasia maligna de la piel que puede surgir de un rasguño o ser el resultado de un lunar preexistente en la piel intacta. En los últimos años se ha producido un aumento de su


incidencia en el grupo de edad hasta los 45 años. En concreto, si hasta hace unos años se consideraba una neoplasia muy rara entre los adolescentes, en los últimos 20 años se ha producido un incremento de más del 4% anual en los adolescentes de ambos sexos. Además de la exposición excesiva a la luz ultravioleta (del sol, pero también de lámparas), otros factores de riesgo son un estado de sistema inmunológico insuficiente (debido, por ejemplo, a quimioterapia previa o trasplantes) y algunas enfermedades hereditarias. El riesgo también aumenta en personas con pecas o muchos lunares. El principal signo que necesita atención es el cambio en la apariencia de un lunar o la aparición de uno nuevo. Para ello, es necesario comprobar periódicamente el aspecto de tus lunares, tanto consultando a un dermatólogo (se recomienda una visita al año, sobre todo en los que tienen muchos: este es el mejor momento, porque la piel aún no está bronceada), y mirándose al espejo de forma independiente y recibiendo ayuda de un familiar en los puntos no accesibles con sus propios ojos. Algunas reglas que se pueden resumir con la abreviatura “ABCDE” Una simetría en forma (un lunar benigno es generalmente circular o redondeado, un melanoma es más irregular); B órdenes irregulares o indistintas; Color variable (o con diferentes tonalidades dentro del mismo neo); Dimensiones crecientes (ya sea como superficie, ya sea como espesor); Y evolución (cambio en poco tiempo). Otros signos de advertencia son sangrado de un lunar, picazón o la presencia de un bulto o un área roja. Si experimenta alguno de estos síntomas, debe consultar a su médico lo antes posible.


El diagnóstico precoz y la adopción de estilos de vida correctos, en particular con una mayor atención a la exposición solar, siguen siendo las armas ganadoras contra esta patología. De hecho, algunos comportamientos pueden reducir el riesgo de desarrollar cánceres de piel. En primer lugar, es fundamental exponerse al sol de forma moderada desde temprana edad, evitando quemaduras. En general, necesitas proteger tu piel no exponiéndose durante las horas más calurosas (entre las 10 y las 16) y minimizando o, mejor aún, evitando el uso de lámparas o camas solares. Al sol, entonces, es recomendable llevar sombrero y gafas de sol y utilizar cremas protectoras adecuadas a tu fototipo, aplicándolas varias veces -y siempre después de cada baño- para asegurar una cobertura continua. Estas atenciones deben reservarse especialmente para los niños, que son particularmente sensibles a las quemaduras solares: el proceso de transformación tumoral es muy largo y, a menudo, puede resultar de una alteración que se produjo en la edad pediátrica. El dermatólogo es el especialista de referencia para cualquier problema de la piel, pero en el asesoramiento sobre el producto solar más adecuado, sobre los productos para después del sol y también sobre el estilo de vida correcto para prevenir los daños solares, el papel del farmacéutico es fundamental. Sus consejos pueden marcar la diferencia a la hora de orientar la elección de los cosméticos para toda la familia y evitar errores que reduzcan su efectividad. Antes y después del sol La primera protección solar es de sentido común, porque la única aplicación canónica de la crema protectora no es suficiente para prevenir los riesgos de la radiación ultravioleta.


Las cremas solares que se pueden definir como fotoprotectores tópicos, son ahora un baluarte seguro y confiable contra los daños fotoinducidos, pero al menos por ahora es imposible obtener una protección al 100%.

Además, cabe señalar que la aplicación de protector solar como por ejemplo singuladerm xpert sun debe aplicarse correctamente, es decir, aplicar media hora antes de la exposición al sol, y ser renovado cada dos horas, para evitar los problemas cutáneos provocados por la radiación UV.


Protección solar más nutrición Si el uso de estos productos también se asocia con la ingesta adecuada de sustancias antioxidantes a través de los alimentos (como las que contienen muchas frutas y verduras de temporada), obtendrá una estrategia de protección solar integral. Para lograr una restauración óptima de la fisiología de la piel, después de una larga exposición a los agentes atmosféricos, el after-sun también es fundamental. Una limpieza muy delicada, seguida de un fluido hidratante, calmante, descongestionante y refrescante, permitirá aliviar el eritema, la irritación y el estrés que sufre la piel. El cliente que compra un producto solar siempre es bueno recordar cuáles son los comportamientos más correctos a adoptar para disfrutar del sol de forma segura. - La mejor protección es mecánica: sombreros, gafas de sol, ropa de colores claros y fibras naturales. En las horas centrales de los meses más calurosos, la exposición debe evitarse por completo. - El protector solar también es útil en invierno: dependiendo del lugar de residencia, puede ser recomendable utilizar una base de maquillaje o una crema de día con protector solar. - Unos minutos al día de sol directo en rostro, manos y brazos no solo no es perjudicial, sino incluso imprescindible para la síntesis de vitamina D. Lo importante es no exponerse en las horas centrales de los meses de verano. - El producto de protección solar debe ser específico para el fototipo del cliente, pero para los primeros días de exposición es mejor optar siempre por una protección alta o muy alta.


- Recordar al cliente la importancia de un producto a menudo subestimado: after sun, imprescindible tras un día de intensa exposición para refrescar, calmar y restaurar la fisiología de la piel. - Los productos tópicos tendrán un efecto potenciado si se acompañan de una dieta rica en antioxidantes (especialmente frutas y verduras de temporada).


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