El cadáver supone, en la sociedad occidental, el hecho irrefutable de la muerte de una persona. Sin embargo, esta condición se pone en duda cuando se estudian las creencias que inundan la concepción de la muerte y del cuerpo sin vida, como su expresión física y metafísica, en el Norte del Tolima. Apariciones, extensiones, transformaciones, transgresiones y demás, son formas en las que el cadáver trasciende su condición médica y tradicional dentro de esta cultura popular, generando una multitud de efectos de diferentes naturalezas, beneficiosos o perjudiciales, que ayudan a entender cómo el fallecimiento es visto como un paso más en la existencia. El papel del cadáver como vehículo de este proceso de la muerte y su entendimiento entre los vivos es el objeto de este artículo. El cadáver no es solo un cuerpo muerto, es el cuerpo de la muerte, más aún en una región azotada por la mayor tragedia natural que ha sufrido nuestro país: la avalancha sobre Armero.