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SIM en Latinoamérica
Una vida basada en relaciones:
La historia de Ray y Marta Morris Ray y Marta Morris tienen un importante papel en el desarrollo de la historia de SIM en Sudamérica. A través de su trabajo, miles de personas fueron movilizadas y alcanzadas.
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En 1907, George y Mary Allan, junto a otros misioneros, establecieron la Misión Indígena Boliviana (MIB). En 1968, los esfuerzos se expandieron hasta Perú, cambiando de nombre a la Misión Andina Evangélica (MAE).
En los años siguientes, MAE comenzó a buscar una misión más grande en el exterior para continuar trabajando en otros países, y fue allí cuando se unió a SIM.
En 1962, Ray y Marta Morris llegaron a Bolivia. Ambos trabajaron en distintas áreas: ella con los hijos de los misioneros y él con los estudiantes quechuas del instituto bíblico. Allí se conocieron y dos años después, se casaron, y tuvieron hijos ahí. Ambos sirvieron en Bolivia por 17 años, organizando jornadas evangelísticas, mentoreando a los misioneros nuevos y coordinando diferentes ministerios.
Después de Bolivia, Ray y Marta se mudaron a Perú para establecer la misión. Marta trabajó con mujeres, y como contadora de MAE. Y Ray, como representante de Perú para el concilio de MAE en Bolivia. Posteriormente, como representante del Área Pacífico, que reunía a Perú, Chile y Ecuador, y después de eso, se convirtió en el director, viviendo en Perú por más de 12 años.
Luego se mudaron otra vez, estuvieron en Ecuador solo por medio año, para establecer la misión y relacionarse con otras entidades cristianas. Realizaron múltiples visitas con el pasar de los años.
A Chile también llegaron, por 14 años, y a Argentina por uno, con el propósito de establecer la misión, así como de promocionar la obra, ya que Chile no tenía experiencia con entidades interdenominacionales. Ray trabajó como profesor en institutos para candidatos misioneros, dictó conferencias y comenzó un seminario para pastores rurales y mapuches, además de cooperar con diferentes entidades chilenas como ProVisión, orientando y movilizando el envío de misioneros latinos.
A cada lugar que fueron, Ray y Marta pusieron todo su esfuerzo en conocer a los locales, su estilo de vida, costumbres y motivaciones. A través de un interés sincero en ellos, establecieron relaciones sinceras y continuaron la obra del Espíritu Santo.
Actualmente, y después de pasar la mayor parte de su vida sirviendo en Sudamérica, Ray y Marta están jubilados, pero continúan haciendo ministerio, dictando cursos y conferencias en diferentes entidades e iglesias.
Para Ray, la vida cristiana se fundamenta en las relaciones, siendo la principal, la relación que estableces con Cristo. Al someterte a Él, todas las áreas de la vida cambian y va a donde tiene que ir, para desarrollar la labor que se te está encomendando.
“El misionero extranjero tiene que estar abierto a vivir una vida adaptada a la nueva realidad en la cual se encuentra como ministro insertado en la realidad cultural. Es ahí donde se experimenta la dirección del Señor", dijo Ray.
Bolivia
Los orígenes de SIM Latinoamérica se encuentran principalmente en Bolivia. En 1907, los neozelandeses George y Mary Allan sintieron el llamado de evangelizar al grupo étnico más grande de las Américas: los quechuas.
Después de realizar varios viajes exploratorios con la meta de empezar a trabajar con los quechuas, en 1907 ambos se establecieron en Bolivia y en los años siguientes, con la ayuda de otros misioneros, formaron la Misión Indígena Boliviana (MIB).
El trabajo dio frutos de manera lenta, pero segura, llegando incluso a establecer institutos bíblicos para el pueblo quechua.
En 1968, cambió su nombre a la Misión Andina Evangélica (MAE) y empezaron los esfuerzos para establecerse en Perú, y cuando la visión empezó a crecer se unió a los esfuerzos de SIM en 1982.