DE LUZ Y SOMBRAS (O) TANIA TINOCO @TINOCOTANIA
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La sagrada familia
L
a hija del presidente Correa no debería ser blanco de críticas por exponer sus pensamientos, por más cuestionables que estos sean. La joven estudiante de Ciencias Políticas en Francia no debería ser víctima de los afectos y desafectos que rodean a su padre. Nadie debería causar daño a la familia del mandatario, porque la familia es sagrada. La suya, amigo lector, la mía, la de todos. Que la tesis de Anne Dominique Correa Malherbe se haya publicado en un diario no debería sorprender. Muchos reciben colaboraciones de estudiantes, profesionales, de amas de casa. En muchos periódicos incluso hay espacios especiales para cartas de lectores. La inquietud que en este caso particular persiste es si el jefe de Estado ordenó o sugirió publicar el artículo, como si fuese el director o editor general, o estos estuviesen bajo su mando. En teoría los medios públicos no son medios gubernamentales, sino independientes. Difícilmente podríamos imaginar a la BBC de Londres, por ejemplo, un medio público como lo es El Telégrafo, recibiendo órdenes o sugerencias de Theresa May para publicar artículos de familiares (la primera ministra
británica no tiene hijos).
UN CASO
✒El
secretario jurídico de la Presidencia, en una parte del juicio que se le siguió al coronel Carrión por el 30S, dijo que las lágrimas de la hija del coronel eran un teatro armado por la prensa.
Al análisis de la estudiante Correa Malherbe de 18 años, titulado ‘La nueva forma científica- de descalificar democracias’ parte I, le siguió una lluvia de críticas y, con ella, una ola de amenazas a quienes se ocuparon de comentar sobre el tema. Por ejemplo, desde la cuenta de Twitter @arepandro, identificada como de Alejandro Álvarez, director nacional de Informaciones Gubernamentales, se advirtió al periodista Martín Pallares no meterse con la familia del presidente. Desde otras cuentas hubo amenazas graves, incluso de muerte, pues ¡ay de quien se meta con la sagrada familia! Sí, la familia del presidente es sagrada, pero también lo son las nuestras y esto no se ha entendido en ciertos sectores del Gobierno. ¿Ejemplos? La vicepresidenta de la Asamblea, Rossana Alvarado, irrespetó a la familia Bucaram-Pazmiño al decir en televisión (agosto 2012) “… no sabríamos qué hacer con los hijos del PRE, no sabríamos qué hacer…”. El secretario jurídico de la Presidencia desmereció el llanto de la hija del coronel Carrión en un episodio del juicio que se le siguió por el 30S: “… las lágrimas de la hija del coronel Carrión es un teatro armado por la prensa…”.
El presidente Correa en su enlace 276 hizo mostrar la foto del periodista Gustavo Cortez “… para que el país lo conozca…”, llamándolo personaje siniestro y más. Los correístas fanáticos, que los hay, ¿cómo iban a interpretar esa fotografía del comunicador? Puedo seguir con más ejemplos que evidencian, en mi opinión, que el derecho de Anne Dominique Correa Malherbe de ser respetada no ha encajado en la forma de actuar de ciertos personajes del régimen, incluyendo al presidente Correa. Cuando me acusó de faltar a la ética, pidiéndome públicamente la renuncia, hace más de un año, ¿pensó en cómo se sentirían mis hijos? ¿Se dio cuenta del miedo que iba a causar en mi familia? Algunos me dirán, parafraseando el dicho popular, que “si te metiste a soldado, tienes que marchar”. Si eres presidente, todo en tu vida tiene un sentido público. Yo me niego a aceptarlo. Él y demás personajes tienen derecho a un espacio privado en el que se enmarca a la familia. Pero seguramente ya es muy tarde para todas estas reflexiones. Ya son casi 10 años y no veo posible que baje del estrado en el que se colocó para escuchar lo que sentimos. Aun así, se lo digo, presidente: su familia es sagrada, sí; pero también las nuestras.