PUNTEO CUALITATIVO EVENTO: Conferencia Magistral “Economía para el desarrollo, experiencia ecuatoriana” LUGAR: Santiago de Cuba FECHA DEL EVENTO: 05 de mayo de 2017 TRANSMISIÓN: Tele Ciudadana TEMA
PUNTOS MENCIONADOS
PRECIOS DEL PETRÓLEO EVASIÓN TRIBUTARIA
GASTO PÚBLICO Y DEUDA
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Renegociamos los contratos petroleros. En 2011 el precio del barril estuvo en $ 99, hubiéramos recibido solo $ 37 por barril; algo similar en 2012 y los siguientes años. No fue suerte, fue recuperar para el Ecuador los recursos de su petróleo. Incluso con la renegociación de los contratos, el ingreso neto petrolero real per cápita, es menor que antes. Los campos petroleros ecuatorianos son maduros en su mayoría, lo que significa que aumenta el costo de producción. Si el precio del barril estaba a $ 40 a inicio de los 80 y costaba $ 5 extraer, se quedaban con $ 35. Si ahora está a $ 40 o $ 50, pero cuesta $ 35 extraer, nos quedamos con $ 15. Entonces hay que calcular el valor neto en términos constantes y per cápita. Lo que hemos recibido en promedio por ingresos petroleros es cerca de $ 279 per cápita; el histórico del Ecuador es $ 310. Es una falacia decir que hemos recibido más ingresos que otros gobiernos. Como lo reconocen estudios serios internacionales, Ecuador fue de lejos el país que más y mejor aprovechó el llamado boom petrolero. El estudio de Boston Consulting Group de 2015 señala que Ecuador es donde mejor se aprovechó la riqueza petrolera y se convirtió en bienestar. Una de las medidas que tomamos fue luchar denodadamente contra la evasión tributaria. Una forma generaliza y aceptada de corrupción. No pagar impuestos era ser sabido, no era ser corrupto, en la mentalidad ecuatoriana que todavía reina en algunos sectores. Con una mayor eficiencia y tolerancia cero a la evasión, se triplicó la recaudación tributaria, que pasó de $ 4 672 millones en 2006 a $ 12 662 millones en 2016. De 1999 a 2006 se recaudaron $ 23 375 millones, de 2007 a 2016 se recaudaron $ 100 889 millones. Es decir, hay un importante incremento en la recaudación, pero no por más impuestos –esa es otra falacia- sino por la eficiencia. El 86.1 % en este aumento de la recaudación es por mayor eficiencia y transparencia. Tan solo menos del 14 % es por nuevos impuestos que se implementaron por cuestiones ajenas a recaudación, como temas ambientales. Por ejemplo, el impuesto a los carros viejos para que la gente utilice carros más eficientes. Nos quieren transmitir que el gasto público es un indicador. Es otra de las novelerías de las políticas económicas. No hay teoría ni evidencia que nos indique el tamo óptimo del Estado, medido sobre todo por el gasto público. Depende de la situación, cultura, valores y modelo económico de cada país. Si convierto la educación en mercancía y no la garantiza el Estado, entonces baja el gasto público. ¿Significa más bienestar? Todo depende de la situación de cada país. Se puede argumentar que el problema son los déficits fiscales y la consecuente deuda pública. Hasta marzo de 2017 tenemos un coeficiente de deuda pública externa de 26.3 % con respecto al PIB. El gobierno de Alfredo Palacio se terminó con un coeficiente de deuda menor del que tenemos ahora, con unos cuatro puntos de diferencia. Todos los demás gobiernos de la historia terminaron con mayores niveles de deuda que el Gobierno de la Revolución Ciudadana.
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TORMENTA PERFECTA
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Los medios de comunicación hacen un bombardeo diario sobre terribles niveles de endeudamiento. Solo un gobierno entregó la posta con un menor coeficiente de deuda PIB que esta administración. En Finanzas Públicas nos hacen creer que todo déficit fiscal es desahorro público. Ahorro es sencillamente la parte del ingreso que no se consume; no todo egreso es consumo. Los déficits fiscales no implican desahorro si se acumula activos. Realmente se requiere una revisión profunda de la contabilidad de las finanzas públicas y es una tarea pendiente de las universidades. También nos dicen que hemos conseguido deuda cara. La realidad es que el costo ponderado de nuestra deuda externa es de 5.8 % menor al 7.1 % de antes de este Gobierno. La deuda total en costo ponderado también es menor, pero nada de esto se dice en el debate público ecuatoriano. Nos ha pasado de todo en los dos últimos años, pero la historia sabrá reconocer que son los años que mejor hemos gobernado. Nunca en la historia del país tuvimos tantos choques externos ajenos a las decisiones de la política nacional. A esta situación la hemos llamado la “tormenta perfecta. La caída en las exportaciones en dos años fue cerca de $ 10 mil millones. También disminuyeron prácticamente todas las exportaciones privadas. En 2016 las cosas empeoraron, iniciamos con un verdadero colapso en el mercado petrolero. Nuestro petróleo llegó a $ 14 a inicios de 2016, por debajo de $ 20 ni siquiera se planificaban escenarios. Con un precio de menos de $ 37.7 por barril de petróleo, el Gobierno Central no recibe un solo dólar de ingreso petrolero, debido a que las entradas por exportaciones de crudo y venta de derivados no cubren el valor de los costos de producción, importación de derivados, pago de los subsidios internos de los combustibles y pre asignación a gobiernos locales. Con menos de $ 37.7 el Gobierno Central no recibe nada, lo que significa que en 2015 y 2016 gobernamos sin un solo dólar de ingreso petrolero. Por primera vez en 40 años como exportadores de petróleo, lejos de recibir ingresos, el Gobierno tuvo que entregar cerca de $ 1 600 millones a Petroamazonas y Petroecuador para que no quebraran. La pérdida de ingresos petroleros por exportaciones en estos dos años fue de $ 7 816 millones. Esto produce además una recesión, disminuye el dinamismo económico y con ello la recaudación de impuestos. Por recaudación de impuestos perdimos $ 955 millones. Además, en el primer trimestre de 2016 tuvimos que pagar cerca de $ 1 100 millones a las petroleras Occidental y Chevron por los juicios que perdimos en manos de tribunales arbitrales espurios, fruto de tratados firmados por gobiernos entreguistas. En estos momentos, en la Asamblea Nacional de Ecuador, se están denunciando 12 de esos tratados que tanto perjudicaron al país y sacrificaron la soberanía de la patria. Todo esto: pérdida de ingresos petroleros, disminución de recaudación y pago de estas contingencias legales, suman aproximadamente $ 11 500 millones, es decir, casi 12 puntos del PIB. Es lo que hemos perdido como ingresos fiscales en estos dos años. El principal problema en una economía como la ecuatoriana -abierta y dolarizada- no es fiscal, es externo. Una menor entrada de dólares implica menos liquidez, depósitos, créditos y disminución de la actividad económica, pero, además compromete al sistema bancario y la sostenibilidad del sistema monetario dolarizado. Lo primero que debíamos hacer era cerrar el inmenso déficit externo que se originó por el desplome de las exportaciones. Carecemos de moneda nacional desde 2000, cuando un gobierno neoliberal adoptó el dólar, sustituyendo al sucre. Es dólar en lugar de depreciarse, se apreció. En los últimos años se apreció cerca del 30 %, exactamente lo contrario de lo que requeríamos. En los primeros meses de 2015 tuvimos la activación del volcán Cotopaxi y debimos invertir en respuesta y remediación ante desastres naturales. Entre 2016 y 2017 soportamos inviernos extremadamente fuertes. El invierno de 2017 afectó en gran parte a Manabí, pero se evitaron consecuencias mayores gracias a los proyectos multipropósitos inaugurados en este Gobierno.
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El 16 de abril de 2016 sufrimos un terrible terremoto, la tragedia más grande del país que nos costó 671 vidas y produjo pérdidas por más de $ 3 300 millones. Ante la situación provocada por choques externos tomamos algunas medidas económicas, como establecer salvaguardas para ciertos productos. Siempre dijimos que la variable de ajustes sería la inversión pública, por lo que redujimos esa inversión seis puntos entre 2015 y 2016. Es de lejos el ajuste más grande América Latina. Se hizo una agresiva búsqueda de adecuado financiamiento interno y externo para meter liquidez a la economía. Las políticas adoptadas produjeron grandes resultados. Logramos acceder a fuentes variadas de financiamiento externo, como ventas anticipadas de petróleo, pagos al contado por concesiones de campos petroleros, préstamos bilaterales, operaciones con nuestro oro, etc. Cerramos 2016 con una reserva internacional de $ 4 259 millones, $ 1 237 millones más que a marzo de 2016. Gracias a la cuenta única del tesoro y a la coordinación con el Banco Central, se optimizó el uso de la liquidez y el Gobierno se pudo financiar ágilmente con los depósitos de todo el sector público y los depósitos excedentarios de la banca. Gracias a todas estas medidas, a partir del segundo semestre de 2016, se evidencian claros signos de recuperación y reactivación de la economía ecuatoriana. La banca, -que fue uno de los puntos más débiles de la crisis del 99- gracias a los adecuados controles y regulación, se mantiene con un índice de solvencia del 14 %, muy superior al 9 % exigido por la ley. Llevamos tres trimestres seguidos de crecimiento. La definición mínima de recesión es dos trimestres seguidos de decrecimiento. Ecuador estaba en recesión, pero claramente se superó esta situación y el 24 de mayo entregaremos una economía en crecimiento y estabilizada. La fuerte recesión se superó con el mínimo costo social posible y en tiempo record. La realidad es que con la tercera parte de los que nos ha pasado, hace pocos años el país hubiese colapsado. Ecuador mostró una increíble capacidad de recuperación, sin cargarle el costo de las dificultades a los más pobres. La decisión política fue no afectar a las grandes mayorías y que el costo del ajuste lo asuman los ricos. Ejemplo de esto fueron las salvaguardas para productos importados y el impuesto sobre el patrimonio de más de $ 1 millón. El ajuste para superar las dificultades significó la reducción en promedio de $ 19 per cápita del ingreso, pero del 30 % más rico. Ni la pobreza ni la desigualdad se incrementaron, al contrario, en el caso de la pobreza estructural o multidimensional, claramente siguió disminuyendo. Con la Constitución de 2008, además de acabar con la autonomía del Banco Central, creamos la Cuenta Única del Tesoro. Es decir, la obligación de todas las instituciones públicas de tener sus depósitos en dicha cuenta. Anteriormente los entes de control financiero tenían participación directa de la banca privada, ellos mismos se controlaban y por supuesto, minimizaron la supervisión bancaria y permitieron que las entidades financieras relajaran sus normas de prudencia y solvencia. El principal factor de la crisis del 99 fue la desregulación financiera de 1994, producto de la reforma a la Ley de Instituciones Financieras, bajo el fundamentalismo de que el mercado financiero se regularía a sí mismo. Ahora todo es distinto, la regulación financiera y una efectiva supervisión, permiten un adecuado control del sistema financiero nacional. Para afrontar los problemas que pudieran surgir en el sector y proteger a los depositantes, se constituyó una Red de Seguridad Financiera que comprende un fondo de liquidez y un seguro de depósito que son capitalizados con dinero de las mismas instituciones financieras. A diferencia del pasado, ya no se utilizan recursos públicos para dar créditos de liquidez o cubrir un salvataje bancario, como el de los 90. Las claves para afrontar la tormenta perfecta y la diferencia con el manejo de la crisis financiera de 1999 son tres: 1. El poder político lo tenía el poder financiero, ahora lo tiene el pueblo ecuatoriano. Hemos luchado por transformar el Estado burgués dominado por unos pocos, en un Estado verdaderamente popular que defiende el bien
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común y el interés general. Hemos enfrentado los problemas en función de ese bien común, no en función de ciertos grupos de poder. 2. Las reformas institucionales, fruto esencialmente de la Constitución de 2008 que acabó con el neoliberalismo y fortaleció un adecuado rol del Estado en la economía. 3. Un equipo extremadamente coherente y brillante de jóvenes economistas que se encontraban dirigiendo el Banco Central, Ministerio de Finanzas, Ministerio Coordinador de la Política Económica, Fondo de Liquidez de la Banca y el Seguro de Depósitos. Todos compartiendo la misma visión. Los grandes avances en la última década, el manejo de dificultades nunca antes vistas, con el menor costo para los pobres, es porque en Ecuador se gobierna para las grandes mayorías. FUENTES: Presidente de la República, Rafael Correa Delgado. Elaboración: Síntesis Informativa
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