Celebrar a Guayaquil dejó de ser, hace años, honran con ofrendas florales a sus muertos ilustres. Tampoco es solo defenderla y refundarla, como lo hacemos cada día, con más obras y más servicios. Es también, y más aún en las circunstancias que vive el Ecuador, adoptar con mente abierta y altura de miras, la actitud necesaria para superar la crisis y lograr para nuestros conciudadanos, como quería Bolívar, todo el bienestar y la felicidad posible. Necesitamos un Estado que sepa que lo principal es atender y extender lo social pero que para lograrlo hay que resolver lo económico. Un Estado inversor, no derrochador. Un Estado que renegocie la deuda pública ampliando plazos y reduciendo intereses, un Estado que fortalezca el ahorro interno. (…) Fe en este Guayaquil, tan ecuatoriano y tan nuestro, cuyos hijos nacimos del orgullo: “Guayaquil mi nombre/ Guayaquil mi casa/ Guayaquil mi vida/ Guayaquil por siempre. Remitido solicitado por Jaime Nebot/ Alcalde de Guayaquil.