DE LUZ Y SOMBRAS (O) TANIA TINOCO @TINOCOTANIA
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Marcelo, el rehén olvidado
D
esde algún lugar de la selva colombiana, Marcelo estará pendiente, como muchos, de la instalación de la Mesa Pública de Negociaciones de Paz entre el gobierno de Juan Manuel Santos y la guerrilla del ELN. Digo “desde algún lugar de la selva” porque suponemos que este ecuatoriano, rehén de una de las facciones del autodenominado Ejército de Liberación Nacional, aún está vivo y sueña cada noche con volver a ese hogar de la Sierra central del Ecuador donde se llora su ausencia. Mantengo el silencio de tanto que quisiera revelar, por un compromiso adquirido con su familia. Su esposa confía en las gestiones que adelanta, de manera extraoficial, un funcionario del gobierno, en contacto permanente con los delegados del ELN instalados en Quito y sus alrededores desde el pasado mes de octubre. (Recordemos que entonces estaba todo listo para la instalación de la mesa de diálogo y al último minuto la delegación del gobierno colombiano no se sentó en la mesa lista en la Capilla del Hombre, porque no había sido liberado el excongresista Odín Sánchez). La misión de este funcionario que actúa de buena voluntad,
La postura ✍ E l gobierno colombiano condicionó el inicio de los diálogos de paz con la libertad de los secuestrados. Ecuador no hizo lo mismo. No escuché una exigencia de libertad de Marcelo para ser anfitriones de los equipos negociadores.
o lo que espera la familia de Marcelo, es lograr que los representantes del ELN “ubiquen” en la selva al rehén, establezcan a qué frente de la guerrilla “pertenece” la zona y convenzan a los jefes del área a “devolverlo” sano y salvo. Por cierto, no ha sido posible que el funcionario en mención acepte conversar conmigo. Marcelo cumplirá 55 años a fines de este mes. Es padre de tres hijos a quienes el secuestro les cambió la vida para siempre. Debo suponer que este drama de una familia ecuatoriana ha pasado más de una vez por la cabeza del presidente Correa, del canciller, de los ministros de Estado, siendo también esposos y padres. Hasta puedo imaginar que se han conmovido con la historia. Pero nunca podré comprender su silencio y por qué ninguno de ellos ha exigido con la fuerza de su autoridad, la liberación del compatriota Y que no me digan que no han podido hacerlo. ¿Acaso no son los anfitriones del ELN? Comparo y me asombro de la diferencia con el gobierno colombiano, que condicionó en voz alta el inicio de los diálogos de paz con la libertad de todos los secuestrados. Evidentemente en Ecuador no pudimos hacer lo mismo. Yo no escuché
nunca un pedido o exigencia de libertad de Marcelo para ser los anfitriones de los equipos negociadores. Lo somos como Ecuador hace rato, pero tal parece que al ELN eso lo tiene sin cuidado. ¿Ven por qué llamo a Marcelo el rehén olvidado? La última prueba de vida llegó a su familia a mediados de 2014. Sus miembros hacían enormes esfuerzos por juntar el dinero que se exigió como rescate. Nunca se alcanzó la cifra y el contacto con los negociadores se fue diluyendo al entrar de lleno el proceso de paz del gobierno de Colombia y las FARC. Ahora, con una nueva mesa de negociaciones a las puertas, entre el régimen de Santos y el ELN todo hace pensar en que las condiciones son inmejorables. Al menos así lo cree la esposa de Marcelo. Nos hemos puesto un plazo y esto significa que en algún momento contará en televisión toda la historia. Que así sea. Que pueda grabar y mostrarles la imagen de una familia ecuatoriana con una segunda oportunidad de estar unida y feliz. Les prometo que desde aquí describiré la dicha de Marcelo otra vez en su casa, otra vez abrazando a sus hijos que lloraron de nuevo, pero de alegría.