PRINCESAS SIN TANTO CUENTO

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Edicion No 1

Ginna Quiroga Karina rodriguez





Dedicado a todas las personas que descubrieron que su historia puede ser diferente, para ellos y ellas quienes se convierten hoy en una motivaciรณn para otros.



color de rosa Desde pequeña me gustaban los cuentos. Recuerdo cuando mi madre me contaba las largas historias de princesas que vivían en un sorprendente castillo con miles de comodidades y una vida color de rosa, con una familia sorprendente y otras cosas, siempre quise vivir este estilo de vida y encerrarme en esa burbuja, pero no muy tarde mi madre, la misma que me leía cuentos de princesas empezó a contarme historias de niñas que no contaban con la misma suerte que muchas otras. Desde entonces, me dediqué a conocer todas estas historias, a escuchar, a hablar y compartir más de ellas, de sus vivencias y sus difíciles situaciones. Es por ello que en este libro encontrarás una parte de ellas y entenderás que por no tener una vida color de rosa no dejaras de ser una linda princesa.



Mi

o y y


¡hola! Mi nombre es Ana, tengo 12 anos y vengo a contarles una parte de mi historia.

Cuando vivía con mi abuela Ligia, mi mamá y hermanas, los días eran los mejores de mi vida, siempre compartíamos juntas cada cosa, mi abuela me enseñó todo lo que sé, me enseño muchas recetas y gracias a ella es que amo cocinar.

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Mi mamá salía todas las mañanas a trabajar y regresaba tarde en la noche, me gustaría poder hablar más de ella pero la verdad no puedo, no se mucho de sus gustos, no conozco sus juegos favoritos o su comida o color favorito, yo intentaba compartir más con ella, pero siempre me decía “ahora no hija, estoy cansada” así que tenia que irme a otra parte para no molestarla.

Mis hermanas siempre me ignoraron, pero no eran malas hermanas, aunque su indiferencia me dolía mucho, hubiera dado lo que fuera por que me demostraran su cariño.


Recuerdo mi ultima navidad con la abuela, estaba muy emocionada por destapar mi regalo porque sabía que lo había hecho mi abuelita para mi, las últimas semanas, ella subía y se encerraba en su cuarto para hacerlo con sus propias manos ¡ Así que no podía aguantarme las ganas de abrir y ver que era! Al fin llegó el momento y cuando lo destapé, vi mi propio cucharón de madera, estaba tan emocionada que no podía aguantar las ganas de cocinar con ella, venía con una nota que decía:

Para mi futura Chef, quiero dejarte lo mas valioso para que alcances tus sueños, mi amor y motivación para que llegues tan alto como tu quieras mi princesa.


Cuando terminé de leer la nota, sabia que ese había sido el momento más feliz de mi vida. Pero ese momento se fue tan rápido como llegó, mi mamá tenía un regalo para mis hermanas y para mi, era una pequeña caja con unas llaves dentro y otra nota que decía:

Las llaves de nuestra propia casa hijas, las amo.


Se que sonara egoísta, pero no podía dejar de pensar en mi abuelita, no quería alejarme de ella ¿ Y si caía por las escaleras y yo no estaba para ella? ¿ O si le echaba mucha sal a la sopa y yo no estaba ahí para agregarle agua? ¡No!

Cuando mi hermana dejó de leer la nota, salí corriendo a llorar, el momento más feliz de mi vida se convirtió el peor de todos.

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Al día siguiente, mi mamá empezó a empacar las cosas para irnos, le rogué y le supliqué que me dejara quedar con mi abuela, Ella un poco molesta, cedió dejándome quedar unos días más, con la condición de que me portaría bien y que cuando me fuese a buscar nuevamente me iría sin hacer berrinches ni pataletas, así que yo accedí.

L I G FRA


Un mes después y mi mamá volvió por mi, como lo prometí empaque mis cosas y me fui con ella, dándole un enorme abrazo a mi abuela y le prometí que iría a visitarla cada vez que pudiera. Me fui llorando todo el camino hasta mi nueva casa.

En la nueva casa nada había cambiado mi mamá seguía llegando a decirme que estaba cansada, y mis hermanas demasiado grandes para estar con una “niñita” como yo.

Al principio, me llevaban todos los fines de semana a visitar a mi abuela, después solo una vez al mes, y al final ni siquiera me daban permiso de ir a verla.


14 Pasaron cuatro meses y por fin mi mamá me dejo ir donde mi abuela, pero la condición era ir con una de mis hermana y volver a la casa juntas.

Mi hermana no tenía problema en acompañarme porque había conseguido un novio en el barrio, así que aprovechaba cada vez que me llevaba para verse con él a escondidas de mi mamá.


Un día, el novio de mi hermana llegó a recogernos para acompañarnos a donde mi abuela con un amigo, ese día mi hermana y él cumplían meses de novios y él quería regalarle algo especial a ella.

A mitad del camino dijeron que teníamos que tomar un atajo, para comprar el regalo, y par de cuadras más adelante, el novio de mi hermana y su amigo pararon en una casa, con una fachada bastante fea y descuidada, salió un señor con una cara muy fea, realmente daba un poco de miedo verlo solamente.


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“Toma mi amor, este es tu regalo” -dijo el novio de mi hermana.-

Era un cigarrillo de marihuana, mi hermana con asco lo rechazó, pero con un par de besos y mimos de su novio termino accediendo a fumarlo. Todo el camino fueron fumando su cigarrillo y yo solo intentaba no respirar ese horrible humo.

Así fue una y otra vez cuando íbamos a visitar a mi abuela, pero cada vez el humo parecía ser menos desagradable, y yo respiraba con fuerza para poder absorber más el humo; me sentía tranquila, el camino a donde mi abuela se hacia mas corto y no me dolían los pies después de tanto caminar.


Un día le pegunte al novio de mi hermana si podía darme uno a mi también, y el sin ningún problema me lo dio, desde ahí, todo empezó a salirse de control. Una vez a la semana, el novio de mi hermana iba en la noche a fumar con nosotras, luego fueron dos veces a la semana, y al final fueron todas las noches sin falta, cuando menos lo esperé termine siendo una adicta a la marihuana junto con mi hermana. Varios meses después mi hermana terminó con su novio y también decidió alejarse de las drogas, pero yo no lo hice, el que ahora era el ex novio de mi hermana me vendía marihuana una vez a la semana.


Con el tiempo mi mamá se enteró, y sin pensarlo dos veces me llevo a un reformatorio juvenil, ahí es donde iba a empezar realmente mi pesadilla. Los siguientes ocho meses los pasé allí, junto con otras niñas que también habían cometido errores, y unas señoras maravillosas que me enseñaron que era muy joven y que podía volver a tomar un buen camino para mi vida,.

Me esforcé mucho para salir de allí y no volver a los malos pasos, realmente no fue tan malo estar en ese reformatorio, nunca me trataron feo, por el contrario les cogí mucho cariño y con dolor pero alegría al mismo tiempo me despedí de ellas cuando acabo mi tiempo de estar ahí.


Cuando salí, pensé que mi mamá no iba a volver a ser la misma conmigo, ahora tenía 14 años y supuse que ella me prohibiría todo contacto con el mundo exterior por miedo a que volviera a hacer las cosas mal

Pero para mi sorpresa fue todo lo contrario, se volvió muy comprensiva y estaba mas pendiente de mis cosas, de cierta forma se sentía culpable por no haberme prestado suficiente atención.


Varios meses después le pedí a mi mamá que me dejara vivir con mi abuela, recordaba todos los sueños que tenía hace algunos años y a pesar de todo quería esforzarme por ser alguien grande en la vida.

Esta vez mi mamá no puso ningún problema porque sabía que mi abuela iba a estar mucho mas pendiente de mi. Cuando llegue a la casa de mi abuela tenía miedo al pensar que ella iba a estar decepcionada de mí, pero me recibió con un enorme pastel y me hizo sentir como si nada hubiera pasado, como si todavía fuera su niña de doce años, ese mismo día volví a coger mi cucharón de madera, y empecé a tomarme en serio lo de la cocina, ahora estoy más motivada que nunca y quiero ser una gran chef, estoy muy feliz y agradecida de que mi familia me haya apoyado tanto y no me hayan juzgado.




Mom Hola, soy Luisa actualmente tengo 16 años y esta es mi historia

Tengo dos hermanos y los tres siempre fuimos muy mimados y consentidos por mi mamá, ella era nuestra superheroína favorita, siempre luchó por vernos felices y darnos lo mejor para que estuviéramos bien y no nos faltara nada, realmente éramos unos niños bastante felices, muchos de nuestros amigos del colegio nos envidiaban porque mi mamá siempre nos daba lo mejor, pero los que nadie sabe es que por culpa de eso nosotros no veíamos a mamá casi nunca, nos dejaba solos en la casa para poder trabajar y mantenernos.

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De repente un día la situación empezó a cambiar, mamá se quedó sin trabajo y las cosas en la casa se empezaron a complicar, un día ella recibió una llamada de una vieja amiga de su infancia y le ofreció un trabajo, todo sonaba muy bien pero lo único malo era que el trabajo no era en nuestra ciudad, mamá decidió aceptar con la única condición que tenía que ir con nosotros, su amiga no le puso problema así que una semana después viajamos todos juntos a Villavicencio.

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Al llegar a la nueva ciudad no teníamos nada ni siquiera teníamos donde dormir los primeros días, no conocíamos a nadie, y la amiga de mi mamá no aparecía, no contestaba las llamadas, pero eso no fue impedimento para que súper mamá se rindiera.


Estábamos en un parque con nuestras pocas cosas tratando de pasar la primera noche, por suerte una señora muy amable se acercó a nosotros y le pregunto a mi mamá porque estábamos durmiendo en la calle, mi mamá le explicó y la señora le ofreció dejarnos pasar la noche en su casa a mis hermanos y a mí, mi mamá muy agradecida aceptó y nos dejó en la casa de la señora mientras ella dormía en el banco de un parque.


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No pasó mucho tiempo cuando súper mamá consiguió un trabajo y pudo empezar a pagar una habitación para los cuatro, de repente mi papá apareció y empezó a vivir con nosotros y le ayudaba a mi mamá con los gastos, pero no fue así mucho tiempo porque las cosas entre ellos parecían estar igual de mal que siempre, no paraban de pelear, mis hermanos y yo fuimos creciendo, mi papá llegaba borracho día tras día y empezó a pegarle a mi mamá,

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yo sentía mucha rabia porque me sentía culpable de todo lo que estaba pasando, así que para no presenciar esas cosas empecé a escaparme de la casa y conocí gente que no era buena para mi y empecé a consumir drogas, mi mamá se daba cuenta y se preocupaba por lo que yo estaba haciendo pero nunca buscó apoyo, y yo tampoco me quería dejar ayudar, sentía que lo único que querían hacer era alejarme de mis amigos y de mi novio y no quería que nada ni nadie arruinara mi felicidad entonces tomé una decisión y me fui a vivir con mi novio.


Al principio las cosas no fueron fáciles, pero el simple hecho de estar juntos nos hacía demasiado felices y el amor que teníamos nos motivaba a salir a delante y construir nuestro hogar, día a día buscábamos la forma de conseguir dinero suficiente para poder comer, y aunque no teníamos un trabajo formal,

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nunca nos hizo falta un plato de comida, claro no tenía las comodidades que tenía en casa de súper mamá pero sabía que poco a poco y con empeño lo íbamos a conseguir, y sobre todo porque teníamos una personita por la que lucha y que era nuestro motor. Si, estaba embarazada y pensé que yo también iba a ser una súper mamá, pero no fue así por culpa de mis adicciones,


tuve a mi bebé y los primeros meses tenía el apoyo del que era mi novio, pero después empezaron los malos tratos, los golpes y me di cuenta que estaba reviviendo la historia de mi mamá con mi papá. Saqué valor para buscar a mi mamá y a mis hermanos y les entregue a mi bebé que ya tenía año y medio, les suplique que me ayudaran a salir del agujero en el que estaba metida,


Mom yo solo quería salir a delante para poder darle un futuro digno a mi hijo pero no podía hacerlo sola, necesitaba la ayuda de las personas que realmente me querían, ellos aceptaron ayudarme y me ingresaron en un centro de rehabilitación, y día tras día mi única motivación es poder salir para estar de nuevo con mi hijo, pero no quiero salir hasta estar recuperada del todo y así poder convertirme en una súper mamá, mi hijo es mi única motivación para mejorar y corregir mis errores.


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Mi nombre es Martina tengo 17 años y voy a contarles porque estoy aquí.

A diferencia de mis compañeras mi vida no ha sido color de rosa, nunca me sentí una princesa y de hecho nunca he querido serlo, siempre fui la rebelde en mi familia, en mi colegio y a todo lugar nuevo al que llegaba me hacía notar por mi rebeldía. por más que tenía una familia y un hogar en el cual convivía con mi mamá, mi hermana, mi abuela y mi tío no sentía el calor fraternal que toda niña debería sentir. En mi casa nunca me enseñaron lo que era cumplir ciertas reglas, nunca tuve una imagen de autoridad y fue por eso que mi rebeldía cada vez crecía más y más.


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Pero bueno empecemos por el principio, como ya saben yo vivía con mi mamá, pero mi relación con ella la verdad no fue muy buena, ya que durante dos años no tuve contacto con ella debido a que tuvo que pagar dos años de prisión por un error que había cometido en el pasado, así que para mí la voz que mandaba era la de mi abuela, aunque realmente tampoco le hiciera mucho caso.


Cuando cumplí 13 años empecé a conocer el mundo adulto “por así decirlo que para unas cosas me sentía grande, pero para otras quería seguir siendo una niña”, empecé a tener relaciones sexuales con el que en ese momento era mi novio y aunque sabía lo que estaba haciendo y los métodos que podía usar para evitar un embarazo no use ninguno, por suerte nunca salí embarazada.


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Pasaron los meses y el que era mi novio me aburría así que decidí terminar con él y conseguirme un novio más grande. Cuando ya tenía casi 15 años un día como muchos otros me quedé sola en la casa con mi tío, pero esta vez fue diferente su actitud conmigo, me miraba como mira un hombre a una mujer con ojos de deseo, para mi realmente fue algo muy incómodo


aunque ya sabía lo que era que me miraran así, era mi tío el que lo estaba haciendo y no me gustaba lo que estaba sintiendo dentro de mí, sabía que algo malo iba a pasar y así fue, mi tío se empezó a cercar a mi empezó a tocarme las piernas y a besarme el cuello y aunque yo le preguntaba qué estaba haciendo él me decía

- solo déjate llevar como con tus novios-


40 yo solo le decía que parara que no me gustaba lo que me estaba haciendo pero él seguía, grite y grite esperando que alguien me pudiera escuchar y me ayudara pero mis gritos fueron en vano, a las pocas hora llegaron mi mamá y mi hermana y me encontraron llorando cuando les conté lo que me había hecho mi tío no dudaron en creerme


pues a pesar de que yo fuera la niña más rebelde y no tuviera buena relación con ellas, ellas sabían que nunca les mentiría con algo así, ¿si nunca decía mentiras porque lo iba a hacer ahora? así que ellas enfrentaron a mi tío y él lo negó todo, pero mi mamá no lo dudó ni un momento así que fuimos a poner la denuncia y aunque aún está el proceso de investigación.

Policia


o d a b o r p e R Después de lo sucedido me volví una niña mucho más conflictiva y empezaron los verdaderos problemas y dolores de cabeza para mi familia. Conocí el mundo de las drogas y como la mayoría de personas que caemos en ese mundo me volví adicta a la marihuana y a causa de esa adicción mis problemas de comportamiento fueron empeorando y perdí varios años en el colegio por lo que al tercer año perdido me expulsaron así que mi abuela y mi mamá decidieron ingresarme en un centro de apoyo


y fue así como llegué a este lugar, a decir verdad, para mí no ha sido fácil el proceso pues además de mi adicción tengo bastantes problemas psicológicos y aun me cuesta mucho seguir las normas y las reglas pero quiero y deseo desde lo más profundo de mi corazón poder salir adelante y empezar una vida de cero junto a las personas que más me han apoyado que aunque no les diga cuánto les quiero y lo importante que han sido para mí, son mi motor de superación cada día.

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44 Estando este tiempo en rehabilitación me he dado cuenta que como toda adolecente tengo sueños y aunque no he podido terminar mi bachillerato me gustaría terminarlo y empezar a estudiar una carrera de criminalística para en un futuro ayudar a niñas que han sido abusadas como me sucedió a mí.


Se estarán preguntado qué fue de mi tío, pues como les conté antes está siendo investigado por abuso sexual pero aún no lo han encontrado culpable, él sigue viviendo en la casa como siempre, pero distanciado de mi familia las cosas cambiaron a raíz de mi acusación espero que tarde o temprano mi tío pague por lo que me hizo y aunque gracias a mi psicóloga mi corazón ha ido sanando creo que lo correcto es que la gente pague por sus errores.



AGRADECIMIENTOS Todo esto comenzó con el propósito de darle voz a estas niñas, empezó gracias a mi madre y mi hermana y la labor que ellas ejercen en la vida de estas personitas así que empezaré por agradecer a ellas, por permitirme conocer más de estas princesas, por abrirme los ojos y enseñarme que no todos contamos con la misma fortuna. Gracias a las niñas por abrirnos las puertas de su vida y permitirnos conocer más de su historia, gracias por inspirar, por enseñar y por nunca dejar de luchar. Ahora, gracias a ti querido lector por darles una voz.





tuvieron la suerte de tener una vida color de rosa, pero jamรกs dejaron de luchar por convertirse en las protagonistas de su propia vida, este se hizo con el propรณsito de inspirar otras vidas y darle voz a quienes no son escuchadas, a aquellas que buscan salvar su historia a ellas y por ellas


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