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Cómo México y Bolivia están promoviendo la soberanía del litio

Por David Raby*

La decisión del Presidente de México, Andrés Manuel López Obrador, ratificada por el Congreso mexicano en abril, de nacionalizar el litio es un paso enorme para proteger la soberanía económica del país. Junto con el restablecimiento del control sobre el petróleo y el gas de Pemex, y su reforma eléctrica para asegurar el manejo nacional del sector, asegura un grado significativo de independencia política y económica en un momento crucial de inestabilidad global. El Presidente sabe que México no puede caminar en soledad estos senderos, por lo que desde su toma de protesta en 2018, ha buscado cooperación e integración con naciones latinoamericanas.

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A mediados de 2021, se empezó a discutir el tema de los yacimientos de litio públicamente. El Presidente indicó que su gobierno tomaría consejo de Bolivia (cuya nacionalización del mineral fue un factor decisivo en el golpe de estado derechista contra Evo Morales en noviembre de 2019, con la presunción de Elon Musk: golpearemos a

quien queramos.

A principios de agosto, el Secretario de Relaciones Exteriores, Marcelo Ebrard, visitó Bolivia para firmar un ambicioso acuerdo con una empresa conjunta para la industrialización del litio, confirmando que ambas naciones están comprometidas con la soberanía económica de la región. El Canciller fue galardonado con el más alto honor internacional boliviano: la condecoración Marshal Santa Cruz. Le reconocieron la heroica salvación de Morales, pues su muerte era casi inminente durante el golpe; también su apoyo rápido y consistente en la restauración de la democracia boliviana un año después. Ebrard declaró que el premio era para las y los mexicanos, su gobierno y su Presidente.

Junto con mandatarios bolivianos, Ebrard visitó Uyuni: un lago de sal que contiene el depósito de salmuera de litio más grande del mundo. Lo llevaron de recorrido al complejo industrial de la compañía del Estado, Yacimientos de Litio Bolivianos: plantas para el procesamiento de sal, potasio, cloruro y carbonato de litio; a su vez, le llevaron a visitar una planta piloto de baterías de iones de litio. Le mostraron un prototipo de automóvil cuya fuente energética es el litio, diseñado y producido en Bolivia.

Los dos gobiernos confirmaron su intención de crear un Instituto Binacional Mexicano-Boliviano del Litio para una producción conjunta de baterías.

En noviembre, Bolivia será anfitrión del primer Congreso Internacional del Litio. Naciones latinoamericanas como México, Argentina, Chile, Perú y Bolivia, están haciendo trabajo coordinado para determinar los precios y la estrategia de publicidad y ventas; juntos controlan, por lo menos, el 62% del litio mundial.

Las otras naciones no han logrado nacionalizar el litio. En Chile, por ejemplo, la presión pública por la nacionalización era fuerte. El Presidente electo, Gabriel Boric, expresó su apoyo a la idea, pero el mandatario saliente, el derechista Sebastián Piñera,

El deseo vence al miedo. Mateo Alemán (1547-1613) Novelista español.

vendió los depósitos a las compañías privadas. Yo estaba en Chile cuando eso sucedió y recuerdo la indignación del pueblo por esta venta de los recursos nacionales.

México y Bolivia también crearon la Cámara Binacional de Comercio e Inversiones, con veinticinco compañías participando y acordaron colaborar en infraestructura, comida y energía autosustentable. A su vez, prometieron fortalecer sus relaciones en defensa y promoción de la unidad latinoamericana y caribeña.

La valiente nacionalización del litio en México fue posible porque las compañías privadas no habían tomado el control de los vastos recursos de este mineral. En general, el sector minero ha sido difícil para el Presidente y su agenda progresista por las resistencias de los empresarios. En los treinta años previos a la elección de López Obrador, los gobiernos neoliberales dieron concesiones mineras a una escala estrepitosa: más de la mitad del territorio nacional está concesionado.

El oro, la plata, el cobre, el plomo, el uranio y muchos otros minerales son explotados en enorme escala por empresas mexicanas y extranjeras (sobresale el capital canadiense). En la actualidad no existe ninguna posibilidad legal de revocar estas concesiones, aunque la opinión pública está en contra de las empresas y el Sindicato Nacional de Mineros, bajo su muy respetado líder Napoleón Gómez Urrutia (ahora Senador por el Partido Morena), quiere más acciones contra dichas empresas.

En los últimos tres años el Sindicato Nacional de Mineros ha logrado avances importantes en salarios, condiciones de trabajo y reconocimiento sindical en varias empresas. Gómez Urrutia ha jugado un papel protagónico en la lucha por los derechos de los trabajadores y la democracia sindical en general (no solo en la minería).

Fue particularmente destacado en la aprobación de una ley efectiva para prohibir la subcontratación, excepto en circunstancias estrictamente limitadas, y cuando lo entrevisté en enero, declaró que esta era la mayor ganancia individual para la mano de obra mexicana desde la elección de López Obrador.

Los desastres recientes en varias minas sólo subrayan la necesidad de actuar, y aunque la nacionalización de otros minerales no está en la mira, la aplicación de los derechos laborales, la seguridad y los impuestos sí lo están. La recuperación del litio para la nación y la estrecha colaboración con Bolivia muestran claramente el rumbo que quieren tomar López Obrador y Morena, reafirmando la soberanía mexicana y regional.

*Académico e investigador inglés, especialista en temas sobre América Latina.

El odio es la venganza de un cobarde intimidado. George Bernard Shaw (1856-1950) Escritor irlandés.

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