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La Exploración Minera © 2010, Sociedad Nacional de Minería, Petróleo y Energía Calle Francisco Graña 671, Magdalena del Mar, Lima - Perú Teléfono: 460-1600 / Fax: 460-1616 www.snmpe.org.pe Primera edición, Febrero 2010 Hecho el Depósito Legal en la Biblioteca Nacional del Perú, N°2010-02350 Impreso en el Perú – Printed in Peru Industria Gráfica Cimagraf Jr. Torres Paz 1252 – Santa Beatriz Lima 01
LA EXPLORACIÓN MINERA El Perú tiene en su territorio una amplia variedad de recursos naturales. Los minerales, recursos no renovables, están presentes en diversidad, cantidad y calidad, lo cual hace al Perú un país minero por naturaleza. La EXPLORACIÓN MINERA es la etapa inicial de la actividad minera, consistente en la búsqueda y evaluación de nuevos recursos minerales. Durante millones de años, los recursos minerales se han ido formando en yacimientos ubicados en el subsuelo en condiciones especiales, por lo que son escasos y difíciles de ubicar. Los geólogos realizan la exploración minera utilizando alta tecnología y métodos modernos. Si la exploración logra encontrar un yacimiento se abre la posibilidad de iniciar una mina, pero para llegar a esta alternativa se debe realizar previamente muchas exploraciones que no tendrán el mismo resultado. La exploración minera es importante ya que es la base de la industria minera. Permite la localización de los recursos mineros a explotar, al mínimo costo posible y cuidando de no dañar el medio ambiente de la zona. Supone un alto riesgo económico, ya que los costos solo se recuperan en el caso de pasar a la fase de explotación minera.
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La EXPLORACIÓN MINERA es la primera etapa de la actividad minera. Consiste en la búsqueda y evaluación de yacimientos minerales para ser explotados.
LA EXPLORACIÓN MINERA
La exploración minera es la etapa inicial de la labor minera y consiste en identificar las zonas donde se ubican los yacimientos de minerales que luego -dependiendo de su dimensión y composición- serán explotados. En este proceso se localizan las áreas, los tipos y la cantidad de minerales que se podrían explotar en un proyecto minero. La exploración es un proceso que implica la participación de geólogos especialistas, de inversionistas, de las autoridades del Estado y de la comunidad en general. Se entiende por exploración lo señalado por el artículo 8 del TUO (Texto Único Ordenado) de la Ley General de Minería, DS. 014-92-EM: “La Exploración es la actividad minera tendente a demostrar las dimensiones, posición, características mineralógicas, reservas y valores de los yacimientos minerales”. La exploración minera se puede realizar en dos momentos: La exploración de ampliación de reservas se realiza en zonas que no han sido exploradas antes o lo han sido muy superficialmente. Cada nueva mina tiene que empezar con acciones de exploración a fin de ubicar los yacimientos minerales. La exploración de reposición de reservas se realiza en la zona de operación con el fin de seguir ubicando más mineral para reponer las reservas extraídas el año anterior, es decir, para no acortar la vida de la mina.
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INICIO DE LA EXPLORACIÓN MINERA El descubrimiento de una mina no se da por casualidad, sino por una búsqueda metódica por aproximación científica, que emplea la más sofisticada tecnología, los técnicos más calificados y los instrumentos más avanzados. La prospección y el cateo son procesos iniciales que sirven para localizar la zona con posibilidades de albergar yacimientos minerales. El término cateo se relaciona con la utilización de medios elementales, mientras que la prospección está relacionada con la utilización de medios, instrumentos y técnicas de mayor precisión. El cateo y la prospección son libres en el territorio nacional que no sea zona urbana, arqueológica o entregada a una reserva pública o privada. La exploración minera se inicia con la prospección de un concepto geológico, esto es el hallazgo de una zona anómala o diferente al resto del área en la que podría existir un yacimiento. Los geólogos observan mapas, fotos aéreas, imágenes de satélite, etc. y recopilan toda la información necesaria para determinar el área mineralizada.
En la oficina, los geólogos estudian y seleccionan las áreas geográficas en las que puede existir un yacimiento mineral, iniciando la EXPLORACIÓN MINERA.
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Cuando se observa la posibilidad de una mineralización importante se tramita el PETITORIO MINERO del subsuelo de esta área ante la autoridad competente.
PETITORIO MINERO Antes de efectuar trabajos más profundos hay que obtener del Estado el derecho a explorar y explotar el mineral de una área minera, para lo cual es necesario adquirir un derecho denominado concesión minera. Para conseguir la concesión minera es necesario presentar una solicitud ante el organismo estatal competente, esta solicitud se denomina “Petitorio Minero”. El petitorio no otorga derecho a realizar actividades de exploración o explotación. Estos derechos recién serán concedidos cuando el petitorio sea aprobado y se obtenga la respectiva concesión minera. La concesión minera no confiere propiedad sobre el terreno superficial ni de los recursos que se encuentran en el subsuelo, que son administrados para su aprovechamiento por el Estado. El minero solo será propietario de los recursos minerales que extraiga de dicho yacimiento. Para conservar este derecho, los mineros pagan anualmente el Derecho de Vigencia que es de US$ 3/ha/año (es decir tres dólares por cada hectárea al año), los pequeños mineros calificados por el Ministerio de Energía y Minas abonan US$ 1/ha/año y los mineros artesanales pagan US $0,50/ha/año. El 40% del monto del derecho de vigencia revierte a la región a través de los municipios provinciales y distritales ubicados en las zonas peticionadas que son las zonas donde se continuará realizando operaciones de exploración.
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En la EXPLORACIÓN DE SUPERFICIE se explora la zona elegida, observándose el terreno, para tomar muestras de rocas, hacer mediciones y preparar mapas.
EXPLORACIÓN DE SUPERFICIE Una vez establecidas las posibilidades de la zona estudiada, se pasa al análisis sobre el terreno. El objetivo es definir la anomalía para corroborar o descartar la hipótesis inicial de existencia de yacimientos de minerales. Los geólogos exploran la superficie de la zona elegida. Observan las rocas, toman muestras, realizan mediciones y preparan mapas. Se analizan los afloramientos de un depósito mineral (yacimientos de mineral en grietas de la corteza terrestre) y de rocas meteorizadas y/o anormales, que pueden originar un yacimiento mineral. Se toman distintos tipos de muestras y se les analiza en laboratorios adecuados. Luego, se determinan las formaciones geológicas, sus dimensiones y su estructura. Así, se puede tener información más precisa de la calidad, cantidad y la distribución de elementos minerales de interés y sobre el origen de la mineralización. Los trabajos de recojo de muestras no generan ningún impacto en el medio ambiente, ya que la cantidad de muestras levantadas es pequeña y estas se encuentran en la superficie. Por ello, estas operaciones prospectivas no requieren permisos.
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EXPLORACIÓN DEL SUBSUELO Una vez que hemos detectado mineralización en la superficie, se continúa con la determinación del yacimiento mediante la perforación inicial del subsuelo. Para definir la extensión y profundidad del yacimiento es necesario un programa de sondajes sistemáticos o de labores subterráneas: túneles y piques (hoyos verticales a profundidad). Las perforaciones se efectúan de acuerdo a una malla diseñada para precisar con mayor exactitud el yacimiento. Luego, se delinean dimensiones exactas y el enriquecimiento del depósito mineral en un área reducida y claramente definida. Se realizan sondeos y mediciones geológicas y geofísicas en los túneles o perforaciones. Se vuelve a recoger muestras, esta vez del subsuelo, para ser analizadas. Estos trabajos generan un impacto moderado sobre el ambiente, por lo que requieren de autorización escrita de los propietarios de los terrenos; y trabajar de acuerdo a las normas ambientales vigentes para cuidar nuestro ambiente. Los geólogos realizan la EXPLORACIÓN DEL SUBSUELO a través de perforaciones para identificar la existencia del yacimiento.
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DIÁLOGO CON LAS COMUNIDADES Los profesionales se comunican con las poblaciones cercanas al lugar donde se realizarán las operaciones de exploración, a fin de que tengan conocimiento de estas, estableciendo un diálogo durante toda la etapa. Las superficies de los terrenos donde se encuentran los yacimientos pueden pertenecer a comunidades campesinas, nativas o ser terrenos del Estado, pero el subsuelo y todo lo que contiene es propiedad del Estado. Los mineros dialogan con las comunidades que serán sus futuros vecinos, respetando sus culturas, costumbres, valores y principios. Informan a las comunidades locales sobre los proyectos que se desarrollarán. A la vez transmiten, en forma adecuada, información sobre los cuidados que se tienen para proteger el ambiente y la naturaleza. El Estado, a través del Ministerio de Energía y Minas, mantiene informadas a las autoridades de la localidad sobre las obligaciones que tienen las empresas mineras con la protección del medio ambiente de la zona. El DIÁLOGO CON LAS COMUNIDADES se establece desde el inicio y durante toda la etapa de exploración.
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Las comunidades locales son informadas sobre el progreso de las exploraciones y su impacto ambiental.
INFORME A COMUNIDADES Las empresas mineras informan a las comunidades locales sobre el progreso de las exploraciones y su impacto ambiental. El proceso de información y diálogo entre las empresas, la ciudadanía y el Estado sobre las actividades de exploración se dan en el marco de una normativa que regula y establece las medidas de intervención y manejo de los posibles impactos sociales y ambientales del proyecto. Además, por medio de esta comunicación se puede conocer las percepciones e inquietudes ciudadanas. El diálogo se da a través de reuniones y/o talleres dirigidos a las personas y organizaciones sociales; ello no implica un derecho de veto de los ciudadanos sobre el proyecto. Las reuniones se dan para brindar y recoger información a fin de mantener una relación cordial que asegure que todos estarán satisfechos cuando se realicen las operaciones mineras.
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TÉRMINO DE LA EXPLORACIÓN La exploración, en su primera fase, termina cuando se establece si en la zona existe o no un yacimiento mineral con posibilidades de ser económicamente viable para su posterior explotación. Muchas exploraciones no culminan con la instalación de una mina. Después de todos los estudios posibles, puede llegarse a la conclusión de que el yacimiento mineral no justifica la presencia de una mina. Por consiguiente, no se recupera el capital invertido en el proceso de exploración. La exploración, en su segunda fase, se efectúa a lo largo de la vida de una mina. El inicio de la actividad productiva no supone la paralización de la exploración minera, ya que uno de sus objetivos fundamentales, es asegurar la continuidad de la empresa, vale decir, restituir o ampliar la capacidad productiva de la mina, dado que los minerales son recursos no renovables y que la explotación lleva a su agotamiento. En ese sentido, el crecimiento y la supervivencia de una mina dependen, en gran medida, de la política de exploración de la empresa. El TÉRMINO DE LA EXPLORACIÓN, en su primera fase, se realiza cuando se determinan si en la zona existe o no un yacimiento mineral que puede ser explotado mediante una mina.
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RESPONSABILIDAD AMBIENTAL En muchos casos no se encuentra el yacimiento esperado, por lo que el área explorada es rehabilitada tratando de que recupere sus características originales. Generalmente, cuando no se logra encontrar el yacimiento mineral esperado en la etapa de la exploración minera, el área explorada debe ser rehabilitada para que recupere, en la medida de lo posible, sus características y condiciones originales. Para ello se realizan actividades de reforestación, recuperación de suelos y adecuación de especies que conformaban el ecosistema del área donde se intervino, de acuerdo al monitoreo de aire y aguas establecido en el plan elaborado durante la fase de exploración. La minería formal cuenta con los permisos y autorizaciones otorgados por el Estado que fiscaliza permanentemente las actividades mineras y su relación con el ambiente y las personas. Además, aplica en su labor diaria buenas prácticas ambientales que nos permiten conservar para el futuro la flora, la fauna y los ecosistemas de los que hoy gozamos en nuestro país.
Desde la etapa de la exploración minera se aplican medidas de RESPONSABILIDAD AMBIENTAL.
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Las empresas mineras trabajan con RESPONSABILIDAD SOCIAL. Apoyan a las comunidades vecinas en sus procesos de desarrollo.
RESPONSABILIDAD SOCIAL La responsabilidad social de las empresas mineras es una forma de gestión voluntaria, automotivada, que incluye el compromiso de su participación en el desarrollo sostenible en su área de influencia. Crea, fomenta, promueve y apoya alternativas de desarrollo para las comunidades. Esto se consigue, por ejemplo, promoviendo la participación y acceso de los pobladores a programas y proyectos de capacitación, de educación, salud, infraestructura, ciudadanía, entre otros. En la etapa de exploración minera, las empresas apoyan a las comunidades con proyectos que buscan generar su desarrollo sostenible. Es importante tener en cuenta, que en esta etapa la empresa todavía no explota mineral por lo que no recibe aún ganancias de la actividad de extracción. Es por ello que busca efectivizar al máximo sus recursos sin perder de vista las necesidades de su entorno. Las acciones de las empresas en responsabilidad social buscan elevar la calidad de vida los pobladores de la zona a través de la identificación de sus necesidades y la implementación de proyectos de desarrollo sostenible.
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Los mecanismos de PARTICIPACIÓN CIUDADANA contribuyen a tomar acuerdos que ayuden al progreso.
PARTICIPACIÓN CIUDADANA Todas las personas tenemos derechos como ciudadanos. Estos derechos se fortalecen cuando participamos en los procesos de desarrollo de nuestra comunidad. La participación ciudadana es un derecho y un deber de los ciudadanos que hace posible sumar y coordinar esfuerzos por el desarrollo. Por ello, es importante tomar conciencia de la importancia de una participación pacífica y constructiva. En la actividad minera, la participación está regulada por el Reglamento de Participación Ciudadana que busca involucrar al ciudadano en las diferentes etapas de la actividad minera. Corresponde al Estado garantizar el derecho a la participación ciudadana en el sector minero. Mediante la aplicación de mecanismos de participación, se pone a disposición de la población involucrada información oportuna y adecuada sobre las actividades mineras. Se promueve el diálogo y la construcción de consensos. Los mecanismos participativos también dan a conocer y canalizan las opiniones, observaciones o aportes para la toma de decisiones de la autoridad competente en los procedimientos administrativos a su cargo. En la etapa de la exploración minera es muy importante la participación ciudadana, pues permite informar a la población de las actividades del proyecto y del estudio socioambiental. La empresa y el Estado pueden conocer las percepciones de la población involucrada sobre los posibles impactos previstos, las acciones para evitar o mitigar los impactos negativos y potenciar los positivos. La participación ciudadana contribuye a mejorar la gestión de las autoridades, disminuir los conflictos y tomar acuerdos que ayuden al progreso.
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CÓDIGO DE CONDUCTA Sociedad Nacional de Minería, Petróleo y Energía
Las empresas asociadas, conscientes de que los minerales, los hidrocarburos y la energía son esenciales para el desarrollo y bienestar de la humanidad, declaramos que su aprovechamiento debe realizarse observando las siguientes normas de conducta: 1. La exploración, la extracción, la explotación, la producción, la transformación, el transporte, la distribución y/o la utilización de los recursos naturales vinculados con nuestras actividades, se hace cumpliendo y haciendo cumplir la legislación vigente en el país. 2. La responsabilidad y eficiencia son norma esencial y constante en los procesos de explotación y utilización de los recursos naturales. 3. La generación de valor para los accionistas, trabajadores, clientes y la sociedad en general, se enmarca dentro de la economía social de mercado. 4. La armonización de los legítimos intereses empresariales y productivos busca contribuir a una vida digna y al desarrollo sostenible en la sociedad. 5. La búsqueda de los objetivos empresariales se hace actuando y compitiendo con transparencia y equidad. 6. La salud y la seguridad ocupacional constituye un fin esencial en la gestión de todas nuestras operaciones. 7. Es objetivo cierto de nuestra actividad empresarial promover y aplicar prácticas de protección ambiental y de uso eficiente de los recursos naturales, alentando el empleo de tecnologías eficaces que contribuyan a proteger y conservar flora, fauna y ecosistemas, así como a prevenir cualesquiera situaciones negativas. 8. Se busca respetar las diversidades étnicas (culturas, costumbres, principios y valores de las sociedades con las que actuamos) fomentando el diálogo y la participación de los distintos grupos sociales en proyectos de desarrollo local.
Lima, 12 de setiembre de 2002
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