Matrioska

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Pero llegó un invierno muy duro y un día en el que tenía pensado acudir al bosque a por madera, la nieve lo había cubierto todo por completo. Los árboles

profundo del bosque. Estaba a punto de dar media vuelta y regresar a casa

Cuando iba a dormir la dejaba en su mesita de luz para que le haga compañía durante la noche y cada día al

—Buenos días querida Matrioska, ¿cómo te va?—

Una mañana el carpintero saludó a Matrioska, como todos los días, pero Matrioska de repente le respondió: —Pues, la verdad no me encuentro bien— dijo ella.

El carpintero no podía salir de su asombro, pensó que la noche anterior había tomado demasiado vodka y estaba imaginando

Corrió a la cocina a hacerse un café muy fuerte y trató de olvidar el asunto, aunque no pudo pensar mucho en otra cosa ese día. Por la tarde, Serguei fue de nuevo a ver a su adorada muñeca y

Para asegurarse que no había soñado que Matrioska había cobrado vida, volvió a preguntarle como de costumbre:

Pues no me encuentro muy bien, ya te lo dije ayer. Pero… ¿hablas?

Sí, claro que sí. Y quería pedirte algo Matrioska pero me siento sola y me gustaría tener un hijo o una hija al que cuidar, estoy llena de amor para dar y quiero compañía,

Serguei no lo podía creer. La muñeca no solo hablaba, Pero, tendría que sacar la madera de tu interior, y puede

No me importa, en la vida las cosas importantes requieren pequeños sacrificios. El carpintero accedió a sus deseos y con mucho cuidado y amor y con la madera del interior de Matrioska, creó otra muñeca a imagen de la primera, a la que llamó Trioska.

Pasaron varios meses y Matrioska era muy feliz con su hija. Le leía cuentos, le contaba historias, cantaban y

Hasta que un día de primavera, Trioska también empezó a sentirse sola. El carpintero se dio cuenta y le

—Estoy triste— Respondió Trioska —¡También quiero ser mamá!— dijo mientras lloraba.

El carpintero no lo podía creer, otra vez una muñeca le estaba pidiendo ser madre, era el colmo.

—Pero... puede doler mucho, lo sabes— le dijo.

—No importa —dijo Trioska —Las cosas más importantes requieren pequeños sacrificios. Así fue como el carpintero, con mucho amor y cuidado, sacó madera del interior de Trioska e hizo una muñequita igual a ella a la que bautizó Oska

Un día de invierno, el carpintero notó que Oska

Ya sé, ¿también quieres ser mamá, a pesar de que

Y otra vez el carpintero, con mucho amor y empeño sacó madera del interior de Oska para hacer una muñeca igualita a ella, o al menos ese era su plan.

Apenas quedaba madera para hacer otra muñeca muy, muy pequeña. Hacerlo fue una tarea dificilísima, solo medía unos centímetros. El carpintero pensó que ya no podría hacer otra muñeca si esta también quería un ser mamá y entonces tuvo una loca idea. Le pintó bigotes y un saco tradicional, lo decoró y le puso de nombre Ka, era un muñeco varón. Serguei esperó que tuviese otras aspiraciones distintas a ser padre.

Eres el último de tu generación y eres varón, vas a cuidar a tu mamá, a tu abuela y a tu bisabuela, esa será tu tarea.

Ka aceptó su destino con alegría y prometió cuidar a su familia.

Para guardar sus muñecos, el carpintero metió a Ka dentro de Oska, a Oska dentro de Trioska y a Trioska dentro de Matrioska. Los llevaba al pueblo con él, cantaban canciones y pasaban los días contando historias y chistes, se divertían muchísimo y cada día era distinto y lleno de aventuras. Eran muy felices. Las muñecas estaban contentas al ser mamás y el muñequito diminuto las protegía a pesar de su tamaño.

Adaptación de Sofía Fernández Amigo Matrioska - ed. Mendoza: Malta, Grupo editorial, 2023

2023, Démeter Inkiów y Sofía Fernández

www.maltaeditorial.com.ar

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La muñeca Matrioska se siente muy sola y quiere una hija. ¿Podrá el fabricante de muñecas concederle su deseo? Además, Matrioska quiere algo todavía más difícil: tener a su hija en la barriga. Como las mamás de verdad…

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