Facultad de Comercio, Turismo y Ciencias Sociales Jovellanos GRADO EN TRABAJO SOCIAL
TRABAJO FIN DE GRADO EL PAPEL DEL MOVIMIENTO ESTUDIANTIL EN EL PROCESO DE PAZ DE COLOMBIA.
Realizado por: Eva Lรณpez Sotelo
Convocatoria: Enero-Febrero 2018
RESUMEN Desde inicios del siglo XX hasta la actualidad Colombia ha estado sujeta a un conflicto armado entre Gobierno, insurgencia y contrainsurgencia. Junto a ellos, el movimiento estudiantil ha conseguido siempre posicionarse
para lograr manifestar sus
reivindicaciones sobre la educación pública y la situación social del país. En 2016, con la firma del Acuerdo Final de Paz, Colombia entra en una nueva época, dónde los movimientos estudiantiles y sociales parecen tener un papel principal en la lucha por la paz. Esta investigación utiliza una metodología cualitativa para estudiar el papel del movimiento estudiantil colombiano durante el referido conflicto y analiza su papel pasado, presente y futuro.
Palabras clave: Conflicto armado, Universidad, movimiento estudiantil, FARC, organizaciones sociales.
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ÍNDICE
1. INTRODUCCIÓN........................................................................................................... 4 2. METODOLOGÍA ........................................................................................................... 5 3. MARCO TEÓRICO ....................................................................................................... 8 3.1 Breve cronología del conflicto armado colombiano (1920-2015) ................................. 8 3.2 Historia del movimiento estudiantil de Colombia ...................................................... 13 3.3 Firma del Acuerdo Final de Paz de Colombia .......................................................... 18 4. INVESTIGACIÓN. ....................................................................................................... 21 4.1 Asociación Colombiana de Estudiantes Universitarios ............................................. 21 4.2 Federación de Estudiantes Universitarios de Colombia............................................ 25 4.3 Voluntariado de Paz de la Universidad de los Andes de Bogotá .............................. 29 4.4 Voces de Paz ........................................................................................................... 31 4.5 Escuela Pedro Nel Jiménez ..................................................................................... 33 5. CONCLUSIONES........................................................................................................ 35 6. BIBLIOGRAFÍA .......................................................................................................... 40 7. ANEXOS ..................................................................................................................... 42
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1. INTRODUCCIÓN El siguiente trabajo tiene por objeto de plasmar una visión general del movimiento estudiantil colombiano y organizaciones sociales vinculadas al mismo, en un momento actual de gran importancia a nivel internacional: el proceso de paz de Colombia y la firma del Acuerdo Final de Paz entre la antigua guerrilla FARC-EP, hoy reformulada en la organización política Partido Fuerzas Alternativas Revolucionarias del Común y el Gobierno Nacional. Para ello, iniciaremos el primer capítulo del trabajo con el marco teórico en el que haremos un breve repaso a la historia del conflicto armado colombiano desde su inicio hasta la actualidad. Seguiremos con la historia del movimiento estudiantil durante los mismos años que el conflicto, pero precisando los acontecimientos referidos a éste y acabaremos con la Firma del Acuerdo final de Paz, desde los Acuerdos de la Habana en el año 2012, hasta la firma del año 2016, realizando un análisis breve de los contenidos que recoge. En el segundo capítulo se recoge la investigación realizada, desarrollada en cinco epígrafes diferentes coincidiendo con las cinco organizaciones estudiadas a través de las entrevistas realizadas y el análisis documental. Así comenzaremos por la Asociación Colombiana de Estudiantes Universitarios y su programa “Abraza la Paz”; la Federación de Estudiantes Universitarios de Colombia con su programa “Voluntariado de Paz”; la Universidad de los Andes de Bogotá y su “Voluntariado de Paz”; Voces de Paz, organización ciudadana vinculada a las dos anteriores y, por último, la Escuela Pedro Nel Jiménez, organización vinculada a las universidades colombianas y el movimiento estudiantil. Para finalizar el trabajo, se exponen una serie de conclusiones relacionadas con todo lo expuesto anteriormente.
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2. METODOLOGÍA Para la realización de este trabajo se ha elegido una metodología de enfoque cualitativo a través de las técnicas de la observación documental y la entrevista semiestructurada. El enfoque cualitativo o metodología cualitativa se refiere a la “investigación que produce datos descriptivos: las propias palabras de las personas, habladas o escritas, y la conducta observable “(Taylor y Bogan, 1984: 20). Esto significa que la metodología cualitativa estudia la realidad en su contexto tal y como sucede. Sigue un diseño de investigación flexible, pero de mayor detalle, a través de conceptos y comprensiones que parten de una serie de datos. Las personas o grupos que investiga son considerados como un todo e interactúa con éstos tratando de comprender “a las personas dentro del marco de referencia de ellas mismas” (ídem). Para esta metodología todas las perspectivas son válidas y por tanto, cualquier escenario o persona de estudio. Por entrevistas cualitativas entendemos “reiterados encuentros cara a cara entre el investigador y los informantes […] dirigidos hacia la comprensión de de experiencias o situaciones, tal y como expresan sus propias palabras” (Taylor y Bogdan, 1984: 101). La entrevista es la técnica más usada en la investigación social, se sitúa en espacios preparados con antelación y con límite de tiempo y se realiza porque el investigador tiene unos intereses clarificados y bien definidos. Además, representa un “procedimiento cómodo y barato para obtener datos objetivos de los miembros” (Sierra, 1985: 316). Es difícil determinar qué número de personas se debe entrevistar en una investigación cualitativa, pues se puede estudiar una muestra amplia de personas o una única, siendo ambas opciones válidas, dependiendo de los objetivos del estudio. Mediante las entrevistas, el investigador puede llegar a comprender la forma en el que la persona
ve
el
mundo
pudiendo
conseguir
una
narración
precisa
de
los
acontecimientos. La observación documental según Sierra Bravo (1985) es el registro de todo tipo de relaciones y acontecimientos sociales que aparecen como ideas humanas o producto de la vida social y que se pueden estudiar indirectamente. Es un tipo de investigación fundamental debido a ser una gran fuente de información sobre fenómenos pasados y actuales que pueden estar recogidos en documentos muy diversos (escritos, numéricos, reproducción de imagen o sonido etc.). Según el autor mencionado, 5
presentan un carácter indirecto al ser resultados de la interpretación de quien los haya escrito. Debido a que no siempre están escritos por investigadores, requieren un examen previo a su utilización, comprobando su fiabilidad en su contenido y de quién es el autor. El análisis de estos documentos conlleva a deducir qué es lo que puede estar relacionado con nuestra investigación, lo que consiste “concretamente en observar y reconocer el significado de los elementos que forman los documentos y en clasificarlos adecuadamente” (Sierra 1985: 248). Además, es una de las técnicas principales de la observación documental que permite el análisis científico de los materiales que vayamos a usar. En el trabajo, las fuentes de la observación documental se recogen en el apartado sobre bibliografía compuesto por diversos documentos (artículos de revistas científicas, libros etc.) y, a continuación, la transcripción de cinco personas entrevistadas, resultando cinco entrevistas de duración entre treinta y cuarenta y cinco minutos, grabadas en voz y posteriormente transcritas y adjuntadas como “ANEXOS”. Además, con carácter previo a la realización de la entrevista se creó un documento de preguntas generales comunes a todas las entrevistas, a modo de guión de entrevista semi-estructura, que también ha sido anexado. En el caso de este trabajo, se buscó a personas relevantes del movimiento estudiantil colombiano. Se realizó un muestreo por conveniencia, basado en mi participación en diferentes actividades y eventos con participación del citado movimiento estudiantil. Este tipo de entrevista semi-estructurada es especialmente útil para esta investigación puesto que se trata de un tema complejo y heterogéneo (Sierra Bravo, 2001). Todas las entrevistas se realizaron entre los meses de septiembre y octubre de 2017 en la Universidad Nacional de Colombia, Bogotá, Colombia.
ENTREVISTADOS Omar
Gómez
DURACIÓN
CÓDIGO
45 minutos
(ACEU: )
45 minutos
(FEU: )
Orduz,
actual presidente de la Asociación Colombiana de Estudiantes Universitarios de Bogotá. Cristian Ayala, coordinador de
la
Federación
de
Estudiantes Universitarios,
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Bogotá. Miguel Ángel Castañeda Barahona, coordinador del Voluntariado de Paz de la
45 minutos
(Castañeda: )
30 minutos
(Ladino: )
30 minutos
(Tuta: )
Universidad de los Andes de Bogotá Simón asesor
Ladino del
Cano,
Equipo
de
Voces de Paz, Bogotá Ángela
Tuta,
directora
actual de la Escuela Pedro Nel Jiménez, Bogotá.
Otra técnica principal del estudio mencionada es la observación documental. A través de esta técnica se han ido seleccionando sistemáticamente contenidos de documentos actualizados y relevantes que contemplan la temática de la investigación. Especialmente relevantes han sido los informes de “Programa de Voluntariado de Paz, 2016” de la Federación de Estudiantes Universitarios y, “Abraza la Paz, 2016” de la Asociación Colombiana de Estudiantes Universitarios. El trabajo, por tanto resulta de una análisis conjunto de ésta observación documental y de las entrevistas realizadas.
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3. MARCO TEÓRICO 3.1 BREVE CRONOLOGÍA DEL CONFLICTO ARMADO COLOMBIANO (1920-2015). Según Moncayo (2015), cuando nos referimos a la situación de Colombia, hablamos de un conflicto de más de un siglo. Esta dilatación en el tiempo se relaciona con una multiplicidad de factores causales. Desde algunas posiciones, el conflicto armado tiene su origen en el orden social injusto establecido a partir del impacto del sistema capitalista en la sociedad colombiana. Otras, hablan de su origen a partir de varias causas independientes, pero con gran fuerza autónoma, como el narcotráfico. También algunas posiciones abogan por la exclusión como fuente del conflicto u factores subjetivos de gran relevancia, como puede ser la identidad indígena. Por su parte, Fajardo (2015) establece dos causas principales al conflicto: una sociedad que se va a construir alrededor de la propiedad de la tierra y la aparición de una sólida clase media rural ya que “la apropiación, el uso y la tenencia de la tierra han sido motores del origen y la perduración del conflicto armado” (Fajardo, 2015:5). Zubiría (2015) y los autores anteriormente citados, sitúan el inicio del conflicto ya en los años veinte del siglo pasado. En estos años, Colombia sufre una gran transformación política y social, donde
se configura el inicio del Estado-Nación
envuelto de conflictividad social, violencia y nuevas relaciones que llevan a un cierre del universo político en las relaciones con los demás países. A su vez, se produce un fracaso en el intento de reformas sociales que el Gobierno pretendía llevar a cabo, el ascenso cada vez mayor de unas clases dominantes y la utilización del poder político como instrumento para el lucro y el beneficio privado, junto con la imposición del bipartidismo. Esta situación tiene graves consecuencias en la población, que caminarán a la creación de la insurgencia y la contrainsurgencia colombiana. A partir de los años 40 se producen grandes movilizaciones campesinas y agrupaciones de resistencia, con frecuentes periodos de violencia y asesinatos. Esta etapa se conoce como “La Violencia” (1948-1958), a partir de la muerte del candidato presidencial Jorge Eliécer Gaitán en las revueltas populares conocidas como el “Bogotazo”, en 1948. Es verdaderamente a partir de los años cincuenta, con la dictadura del General Rojas Pinillas, cuando se introduce un cambio en el desarrollo de la situación social y política. Moncayo remite a esta dictadura como la consecuencia de la desmovilización de las primeras guerrillas liberales campesinas y la intrusión de EEUU en operaciones
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militares dentro del Estado Colombiano. Esta década, llena de represión y control social, da paso fácilmente al gobierno del Frente Nacional (1958-1974), ya pactado en la dictadura. Durante el mandato de este Gobierno, el Estado se suma a un intento de proyecto de “modernización” fallido, se reactivan potentes luchas sociales, sobre todo en el ámbito rural y en relación a la propiedad de las tierras y profundos cambios en la política de estado y la participación ciudadana. Sin duda, unos de los motores de creación de las nuevas guerrillas, ha sido el problema de la tierra en Colombia, como una de las causas del conflicto como mencionamos anteriormente. Fajardo (2015) habla de cómo los grupos de poder han usado durante estos años distintas formas y modos de apropiación de tierras y territorios, poniendo límites al acceso y uso, en los que la violencia ha acompañado siempre. De esta forma se ha restringido el desarrollo de la pequeña y mediada propiedad agrícola. Por ello, la posesión de tierra se ha convertido en Colombia en un símbolo de poder. Colombia ha sido testigo de varios intentos de reforma agraria fallidos, hasta la actualidad que, de nuevo, con la Firma de los Acuerdos de Paz de la Habana de 2016 se pretende llevar a cabo una reforma agraria y restitución de tierras integral.
3.1.1 Actores del conflicto colombiano Podemos hablar de dos actores principales en el conflicto: Insurgencia o guerrillas y la contrainsurgencia, formada por paramilitares y militares del Estado. 3.1.1.1 Insurgencia Si hablamos de la insurgencia nos referimos a la nueva oleada de guerrillas surgida a partir de los años 60, en su mayoría de origen campesino. Cuatro son las guerrillas de mayor importancia y duración de los últimos años. Las FARC-EP (Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia- Ejército del Pueblo) nacen en 1964. En este mismo año, se forma el Ejército de Liberación Nacional (ELN) y, unos años más tarde, en 1967, el Ejército Popular de Liberación (EPL) y en 1973 el grupo insurgente, M-19. Estas son conocidas como las guerrillas colombianas, sucesoras de las guerrillas campesinas liberales de los años 20 y 30 (primera generación de guerrilla). Las FARC-EP y el ELN, han sido las guerrillas de mayor relevancia y tamaño desde su aparición. Ambas de ideología marxista-leninista, inspiradas por acontecimientos como
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la Revolución Cubana o la URSS. Representan una modalidad violenta, para generar una alternativa al orden social capitalista vigente. Tienen un origen político e ideológico cuya perspectiva es el cambio social, no recibían salario en su lucha y militancia, pues enriquecerse no era su meta. Hay que añadir, como es conocido por todos, que desde los años 80, las guerrillas, sobre todo en las FARC-EP, se encuentran vinculadas con acciones como el secuestro o el narcotráfico para crecer y poder financiarse como ejército militar. Es una de las razones de la diferencia surgida desde entonces. Mientras que el ELN tuvo un crecimiento poco significativo de militancia, las FARC-EP triplicaron sus efectivos, además otra gran diferencia entre ambas guerrillas es la presencia en territorios. Así mientras donde las FARC-EP se han encontrado por todo el país, el ELN se ubica en territorios concretos del mapa colombiano. Por su parte el EPL, también de ideología marxista-leninista, tuvo una presencia mucho menor que las dos anteriores. En 1993 desapareció prácticamente, quedando solo presencia en dos regiones, el Catatumbo y Norte de Santander contando entonces con menos de 500 guerrilleros armados. Por último, el M-19, se identificaba como movimiento que combinaba nacionalismo y marxismo heterodoxo. Se desmovilizó en 1990, tras un intento de negociación fallido con el Gobierno de ese momento, constituyéndose como formación política Alianza Democrática M-19. Desde la política tampoco tuvieron gran suerte y se desmovilizaron a los pocos años, pasando la mayoría de integrantes del antiguo M-19 a las líneas FARC-EP o del ELN 3.1.1.2 Contrainsurgencia Por otro lado, junto con la formación de las nuevas guerrillas, debemos tener presente la aparición de los grupos paramilitares formados tanto dentro del Estado Colombiano como fuera de este para operar dentro del país. A diferencia de las guerrillas, no están asociadas a un momento histórico concreto, aparecen en función del desarrollo del sistema y su necesidad de formación para combatir la “amenaza comunista”. Están presentes durante todo el siglo XX, ya sea en forma de policía bélica desde los años 1946 en adelante, como en el gobierno de dirigentes como Laureano Gómez. Destacando 1980 como un año dónde se producen formaciones paramilitares organizadas ya como un ejército contrainsurgente como las Autodefensas Unidas de Colombia (AUC), que existen hasta la actualidad. Estos grupos, formados por agentes privados, están conformados por militares o personas contratadas y preparadas para este fin a sueldo de la organización. Sobre todo a partir de los años 80, éstas toman unos rasgos muy definidos, comprometiendo a la clase dominante, y llevando a cabo 10
actividades como el narcotráfico y financiación estatal y usada como instrumento para el destierro de comunidades rurales y la usurpación de sus tierras. Durante el Gobierno de Álvaro Uribe (2002-2010), estos grupos toman su mayor fuerza gracias al aumento de la financiación ilegal Estatal que se destinó a su formación y armamento. De la misma forma que hablamos de la tierra, en el conflicto Colombiano debemos hablar del auge del narcotráfico y el uso de éste por los grupos guerrilleros y paramilitares, como hemos mencionado con anterioridad. Gutiérrez Sanín (2015) establece los años 1980 como el momento en el que el narcotráfico se vuelve actividad principal en el mercado Colombiano a nivel mundial. Tuvo un gran efecto económico en las poblaciones de la periferia altamente pobladas donde la demanda de la coca adquirió altos rendimientos económicos. Se forma un “campesinado ilícito” cultivador, como única opción viable contra las agriculturas subsidiadas y, por tanto, siempre alejado del Estado. Según Fajardo (2015) la coca empieza a tener grandes consecuencias bélicas por dos causas principales. La primera, porque las FARC-EP deciden vincularse al negocio del narcotráfico a finales de la década de los 70, lo que les permitió obtener financiación para su desarrollo y supervivencia en el conflicto. Y la segunda, a partir de los años 90, pues tras la muerte de Pablo Escobar en 1993, las mafias del narcotráfico toman el control de muchos grupos paramilitares y también financian su actividad. Durante los años 80 y hasta los años 2000 se suceden nuevos gobiernos: el de Belisilio Bentacour (1982-1986) del Partido Conservador, el de Virgilio Barco (19861990) por el Partido Liberal y, por el mismo partido, el liberal César Gaviria (19901994) seguido por último, del conservador Andrés Pastrana (1994-2002). Estos presidentes llevaron a cabo sucesivos procesos de intento de negociación con las guerrillas como los llamados Acuerdos de la Uribe (1984),
iniciando las
conversaciones primeramente con las FARC-EP y, fundamentalmente en estos años, con el M-19, lo que culminó con su desaparición junto al EPL. Los acuerdos no salieron adelante con ningún grupo, atendiendo además que los opositores a estas negociaciones alegaban que el acuerdo era un despropósito.
Entendían que las
guerrillas estaban aumentando sus filas y fuerza, produciéndose un gran número de secuestros y extorsiones como el de Martha Nieves Ochoa por el M-19, hija de un narcotraficante de Medellín, que desencadenó la aparición del grupo “Muerte a Secuestradores” dirigido por las mafias colombianas del narcotráfico. En el año 2002 gana las elecciones Álvaro Uribe y gobierna hasta el 2010, siendo un miembro del actual Centro Democrático de Colombia. Moncayo (2015) denomina este mandato como la época de “restitución militar del territorio y desinstitucionalización”. 11
A raíz de los atentados de 11 se septiembre en la ciudad de Nueva York se desencadena una “guerra global del territorio”, usado por Uribe como justificación para el odio y ataque directo a las guerrillas. Comenzó a denominarse como enemigo directo del Estado y a referirse a ellas como grupos terroristas a través de grandes campañas mediáticas y políticas. Logra así imponer una idea distorsionada de la magnitud de acción de las guerrillas, acabando con los diálogos de paz iniciados en los anteriores gobiernos. En paralelo, el gobierno trabajaba junto a los grupos paramilitares y se asegura así un mayor control sobre los territorios y las armas de los actores del conflicto. Además, buscó el apoyo internacional para combatir lo que denominaron guerra contra las drogas y el terrorismo. Perpetuando de esta forma el conflicto colombiano. Pero no solo aumentó el ataque hacia las guerrillas, sino que el gobierno de Uribe se ha destacado por ser uno de los más represivos y sangrientos de las últimas décadas, implicado en un gran número de, asesinatos y desapariciones de líderes políticos, sociales, estudiantiles y campesinos.
Finalizado el mandato de Uribe, llega al poder Juan Manuel Santos (2010-2017) ministro de defensa durante el segundo Gobierno de Uribe y actual presidente de la República de Colombia. Conocido actualmente como el “presidente de la paz”, ha sido quien ha llevado a dar al país el paso definitivo que necesitaba para llegar a la actual firma del Acuerdo Final de Paz con la antigua guerrilla FARC-EP, actualmente recién constituida como Partido Político Fuerza Alternativa Revolucionaria del Común (FARC). Si bien es cierto, que hubo cambios notables respecto al gobierno anterior, siguieron siendo años de represión y muertes. La política social y económica de los últimos años ha estado orientada a cargar la crisis en las clases bajas y medias, favoreciendo a las más altas y al capital extranjero en sus inversiones para la explotación de recursos minerales como las petroleras o mineras. Esto último ha sido causa de conflictos y fue un punto principal en la negociación de los acuerdos, por sus efectos en la población campesina e indígena y por el efecto devastador medioambiental y el desplazamiento forzado de poblaciones en el territorio. En 2012, el Gobierno de Santos inicia las primeras negociaciones del pacto de la Habana dónde se escriben y debaten los primeros acuerdos de paz, pero no será hasta 2016 cuando por fin las FARC y el Estado lleguen a un consenso, a pesar del resultado del plebiscito del dos de octubre con el “no” ganador, y el Gobierno firme el Acuerdo Final, que abrirá a partir de ahora un nuevo capítulo en la historia colombiana no conocido hasta ahora.
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3.2 HISTORIA DEL MOVIMIENTO ESTUDIANTIL DE COLOMBIA. A la vez que se desarrolla el conflicto colombiano en la zona rural, en las ciudades uno de los grandes focos de protesta y actuación en el panorama político y social ha sido el del movimiento estudiantil. El profesor Mauricio Archila (2012), analiza la formación del movimiento estudiantil desde el año 1909, año en el que las protestas, que ya se presenciaban en tiempos coloniales, se hacen más fuertes; hasta el 2011, año clave en el siglo XXI con la Reforma de la Ley 30 1y la Mesa Amplia Nacional Estudiantil (MANE). Archila (2012) habla de los inicios del movimiento estudiantil al comienzo del siglo XX como años de luchas basadas en fuertes protestas por las enseñanzas escolásticas, eventos independentistas o luchas contra la presidencia política. Es en los años veinte, cuando se podrá considerar al estudiantado como un “actor social diferenciado”, con identidad propia, autonomía y legitimidad para definir sus objetivos. En estos años no había más de diez universidades en el país. La lucha principal será la reforma universitaria liderada por la Federación Nacional de Estudiantes (FNE) a través de distintos congresos, la creación de consejos estudiantiles o el proclamado “derecho sagrado a la insurrección”, acompañado de movilizaciones varias y un gran auge en prensa. En este contexto se presenta la primera muerte de un estudiante, Gonzalo Bravo Pérez, que lamentablemente no será la última de las víctimas de la lucha estudiantil en Colombia, como veremos. En la década posterior, con un cambio de gobierno liberal y una situación de grave depresión económica generalizada en toda Latinoamérica, el movimiento estudiantil tiende hacia una menor visibilidad. La FNE deja de tener presencia pública a la vez que el Gobierno promovía una reforma educativa en la que se reorganiza la Universidad y se crean nuevas instituciones como la Escuela Normal Superior. Estos desarrollos en materia educativa se secundan por muchos líderes estudiantiles del momento, a diferencia de las movilizaciones que surgirán en los años cuarenta, donde el movimiento estudiantil va directamente contra el gobierno debido a sus escándalos de corrupción. Durante estos años se producen varios levantamientos populares de participación estudiantil como el “Bogotazo” o la toma de la emisora Radio Nacional en Bogotá.
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Ley 30 de Diciembre 28 de 1992 por el cual se organiza el servicio público de la Educación Superior. Se trata del equivalente al sistema de financiación autonómica en España .
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En los años cincuenta se produce el golpe militar de Gustavo Rojas Pinilla, durante el gobierno de Laureano Gómez,
dirigente de la derecha.
Coincide con la
conmemoración del veinticinco aniversario de la muerte de Gonzalo Bravo (1954) y durante este acto es asesinado otro estudiante, Uriel Gutiérrez, por agentes del Estado, dentro de la Universidad. Tras esto se ponen en marcha nuevas movilizaciones que terminan con diez muertos más y la ruptura total del movimiento estudiantil con este régimen. En aquél momento son tres las organizaciones estudiantiles: de protesta estudiantilla Federación Universitaria Colombiana (FUC), la Federación de Estudiantes Colombianos (FEC) y la Asociación de Estudiantes de Santander (AUDESA). El movimiento estudiantil colombiano comienza su radicalización a partir de los años sesenta, en un contexto geopolítico de Guerra Fría, con la URSS y China en expansión y la influencia de la revolución Cubana. Según Grisales y Calle León (2014) será a partir de este momento cuando los estudiantes comenzarán a tener una mayor relevancia política. La población estudiante aumenta considerablemente durante esos años. Sin embargo, el sistema sigue sin una reforma adecuada al volumen de población. Se busca un sistema educativo basado en el modelo Estadounidense, que la comunidad estudiantil rechaza, y se implanta el llamado Plan Básico, de corte más moderado. Este plan busca la modernización de la Universidad Pública, a través del aumento de la eficacia, la búsqueda de la productividad y el diseño de programas académicos al servicio de la demanda de los empresarios. En este contexto, como ya se ha señalado, se radicaliza la posición del estudiantado Colombiano a través, sobre todo, de la Unión Nacional de Estudiantes Colombianos (UNEC) vinculada al Partido Comunista. Según Acevedo y Samacé (2015) se reactivan de nuevo las huelgas estudiantiles con el aumento del gobierno del precio del transporte público, dando lugar a un movimiento conjunto: el MOEC (Movimiento Obrero y Estudiantil y Campesino) y la FUN (Federación Universitaria Nacional) que desde un principio se mostró anti-imperialista. Por otro lado el Movimiento de Renovación Liberal (MLR) comenzó a tener una gran presencia en el espacio universitario, acercando a los estudiantes a las acciones de la lucha armada. A su vez se
crean una Asamblea Nacional y Comité Directivo dentro del marco de la
Universidad Nacional, cuya influencia estuvo marcada por la presencia de Camilo Torres, sacerdote y profesor de sociología en dicha Universidad, que acercó a la FUN y al MLR a la guerrilla del ELN y así puso a la organización estudiantil en el punto de mira de las autoridades. Como consecuencia de este acercamiento, en los siguientes 14
años también comienza a crecer una militancia universitaria en las guerrillas FARCEP y ELN, pudiendo encontrar entre sus filas a muchos estudiantes universitarios. Estos años son claves en las acciones reivindicativas de los estudiantes, dónde la FUN sigue siendo la organización más importante. Especialmente relevante es el año 1964 con una gran huelga en el mes de mayo, dónde más de 200 estudiantes fueron desalojados por la fuerza pública.
Se desarrollaron acciones como huelgas de
hambre, una marcha en Bogotá, incluso acciones directas contra el presidente del momento, Carlos Lleras, en la Universidad, lo que llevó al cierre de las sedes del FUN y el CSE, además de varios detenidos. En 1971, en la ciudad de Cali, se inicia un paro de la Universidad del Valle que recibe el apoyo de la mayoría de universidades públicas y privadas del país, junto con otra jornada de propuesta que se salda con la muerte, de nuevo, de un estudiante, Edgar Mejía. Este asesinato hace que se unan el resto de universidades y que se desarrollen una serie de encuentros nacionales para la elaboración de un Programa mínimo de 6 puntos para una reforma universitaria. Durante los años setenta, sin duda, el movimiento estudiantil actuó de forma muy notoria y coordinada. Pero con el paso de los años las organizaciones del movimiento estudiantil se fueron asociando e integrando en movimientos de la izquierda colombiana por la gran presencia de miembros de Juventudes Comunistas o Juventud Patriótica, con una fuerte cercanía a las organizaciones guerrilleras. A partir de los años ochenta, el contexto Latinoamericano se ve azotado por grandes cambios, económicos y sociales (crisis del socialismo, apertura económica neoliberal, aparición de nuevos movimientos ciudadanos “cívicos” o la creación de las autodefensas paramilitares). Entre estos años, según Archila (2012: 85), “el movimiento estudiantil ocupa el 18% total de las protestas sociales entre 1975 y 1990” con una media de 206 movilizaciones en 1975 y 1976, destacando el gran Paro Cívico de 1977 o las marchas estudiantiles de 1982 de Tunja a Bogotá y de Barranquilla a la capital. Además, comienzan a surgir nuevas formas de protesta lúdicas como obras de teatro
o
happenings.
Lamentablemente,
estas
acciones
también
vinieron
acompañadas de nuevas muertes, como las de cuatro profesores de la Universidad Nacional y la Universidad de Antioquia. A finales del siglo XX, con la caída de la URSS, de nuevo se produce un cambio a nivel global con importantes repercusiones. En Latinoamérica, se regresa a una 15
democracia liberal, pero Colombia con el gobierno de Álvaro Uribe Vélez (2002-2010), va por un camino diferente. Esta época está marcada por una gran represión del Gobierno muy dirigida al movimiento estudiantil y el recrudecimiento de la guerra interna colombiana, acompañada de una gran influencia del narcotráfico. El movimiento estudiantil debe reorganizarse y recomponerse por aquellos años de inicio del siglo. Tres años claves, marcan este periodo para los estudiantes: 2003, 2007 y 2011. En el primer año, los estudiantes participaron activamente en las movilizaciones contra el intento de cambio de Constitución del Presidente Uribe, el Tratado de Libre Comercio con EEUU o la nueva rectoría que el Gobierno quería disponer para Marco Palacios. En el 2007, las movilizaciones giran en torno al Sistema General de Participaciones2, con grandes acciones represivas por parte del Gobierno, llegando a permitir la entrada libre de la policía a la Universidad. En 2011, se lanza la reforma de la Ley de organización del sistema universitario colombiano, conocida como “Ley 30” que desata de nuevo grandes movilizaciones apoyadas por toda la comunidad universitaria. Con esta lucha y vista la necesidad de una mejor coordinación, tras varios encuentros y debates se crea la Mesa Amplia Nacional de Estudiantes (MANE). Su funcionamiento era a través de tres mesas: movilización, organización y programática, a través de un Comité Operativo. Esta forma de trabajo se pretendió extender por varias regiones y universidades. Además, se concertó un paro nacional de carácter indefinido hasta que el gobierno retirara la reforma de Ley que pretendía establecer, junto con movilizaciones nacionales semanales junto al sindicato de profesores con acciones como “abrazos a las universidades”, “marcha de las antorchas” o la “marcha de Bogotá”. Esta última iniciativa consiguió elevar la presión sobre el Gobierno que lo llevó a retirar el proyecto de reforma de Ley. Sin duda, el movimiento estudiantil colombiano se ha caracterizado por una continua lucha que ha dado como resultado grandes logros. Sin embargo, estas victorias también tienen un lado oscuro por la represión, puesto que se han saldado con alumnos y profesores muertos, centenares de heridos y detenidos.. Los gobiernos de Uribe fueron considerados como la época de mayor represión hacia el movimiento estudiantil. Ante estas agresiones, el estudiantado ha tenido que sobrevivir y reordenarse. 2
Se trata del equivalente al sistema de financiación autonómica en España .
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La lucha estudiantil ha ido variando desde el inicio de siglo hasta la actualidad. Pasando por el uso de nuevas acciones reivindicativas, nuevas formas de negociación y la creación de organizaciones más politizadas o cercanas a movimientos políticos, sobre todo en las últimas décadas. Hay que destacar que el enfrentamiento del movimiento ha sido desde su inicio dirigido contra las leyes y reformas educativas y de otra índole que intentaban implantar los distintos Gobiernos de cada época, hasta 2011 con el último intento de reforma. En el momento actual, junto con la negociación y firma del Acuerdo Final de Paz, se ha asistido a una reactivación de la dinámica de movilización estudiantil a través de paros académicos, asambleas permanentes y exigencias directas a las directivas universitarias y al Ministerio de Educación Nacional Colombiano, fuertemente inspiradas por la firma del Acuerdo en 2016. De esta manera se mantienen en parte peticiones que aparecen durante años atrás como la democratización del universidad, la designación de rectorías transparentes, la estandarización de programas curriculares a nivel nacional etc. Sin embargo, actualmente y por primera vez, son presentadas a un Gobierno que apuesta por la paz y el diálogo por un movimiento estudiantil que toma protagonismo en la lucha por la implantación de los acuerdos y su presencia en las universidades.
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3.3 FIRMA DEL ACUERDO FINAL DE PAZ EN COLOMBIA El Acuerdo Final para la terminación del conflicto y la construcción de una paz estable y duradera es el resultado de un conjunto de negociaciones que marcan una pauta para Colombia en el inicio de una transición política de la guerra a la paz bajo la reconstrucción en una democracia dónde se garanticen los derechos sociales, económicos sociales y culturales y la construcción de una memoria histórica. Es un proceso largo con graves dificultades en su implementación ya que partimos de un Estado débil institucionalmente y un sector político amplio que no se compromete de manera directa con el proceso. Esto genera grandes discordancias entre la opinión pública y el rechazo a los Acuerdos, sin embargo, la confianza que ha despertado el cumplimiento de las FARC favorece un ambiente proclive para la paz. Durante todo el proceso de negociaciones se ha contado con amplia participación de distintos
movimientos
sociales,
estudiantiles
y
políticos
nacionales
junto
a
organizaciones internacionales de Mujeres, Derechos Humanos, Derechos sexuales y reproductivos, Asociaciones de Víctimas, Defensores de niños, niñas y jóvenes, Comisiones Ecuménicas y Familiares de desaparecidos, de Venezuela, México, Ecuador, Argentina, Indonesia, Egipto, Kenia, entre otros Este acuerdo se firma, en la llamada Mesa de Conversaciones (organismo creado para las negociaciones de paz por el Gobierno) en la ciudad de Bogotá el 24 de noviembre de 2016, entre el Estado Colombiano y las FARC- EP, tras más de cincuenta años de guerra. Esta Mesa integra principalmente a los miembros representantes del Gobierno y Presidente (Juan Manuel Santos), miembros representantes de las FARC-EP, asistiendo el Gobierno de Cuba y Noruega como gobiernos testigos y, el Gobierno de Chile y Venezuela como Gobiernos acompañantes. Este Acuerdo Final es el sucesor de los diálogos de los Acuerdos Generales de la Habana realizados en Cuba entre el 23 de febrero y el 26 de agosto de 2012. En él se recogen los establecidos en 2012, con las modificaciones que han sido necesarios añadir para la rúbrica por las partes. El 2 de octubre de 2016, fue sometido a consulta ciudadana a través de un plebiscito cuyo resultado final fue “no” al Acuerdo, sin ello significar no estar a favor de la paz o de los derechos fundamentales. A pesar del resultado, la firma del Acuerdo Final se llevó a cabo, ya que la Corte Constitucional había establecido que, aunque en la
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consulta popular prevaleciera el “no”, su redacción podría seguir en pie si así se decidiese por las partes implicadas. Hay que destacar, primeramente, que el Acuerdo es solo entre los dos actores mencionados, el resto de grupos participantes en el conflicto (a día de hoy el ELN, EPL y los grupos paramilitares) no participan en éste. Junto con este Acuerdo, se crea también el Acuerdo sobre el Cese al Fuego y de Hostilidades Bilateral y Definitivo de Armas entre el Gobierno Nacional y las FARC-EP y los Acuerdos y proyecto de Ley de Amnistía, Indulto y Tratamientos Penales Especiales. Con estos Acuerdos se pretende, por un lado, terminar con el sufrimiento causado por el conflicto; y por otro, dar inicio a una fase de transición para un nuevo capítulo en la historia Colombiana, fortalecer la democracia y dar un fin vía institucional a todos los conflictos. En la implementación del Acuerdo Final, se incluye la participación de sectores de opinión, movimientos sociales y partidos. Además, se acoge a las Normas nacionales e internacionales superiores y contribuyendo a la satisfacción de los derechos fundamentales de las víctimas, niñas y niños, adolescentes, comunidades indígenas y afro-descendientes y otros grupos étnicos, mujeres, personas desplazadas, personas en condición de discapacidad, campesinos y campesinas y la comunidad LGTBI, teniendo presente también a todo el resto de individuos de la comunidad Colombiana. El Acuerdo final está compuesto por varios acuerdos parciales, que constituyen un todo ya que están elaborados desde un mismo enfoque de derechos. El Acuerdo Final recoge 6 puntos principales que son los siguientes: Punto primero, “Reforma Rural Integral”. Busca la transformación del campo y las zonas rurales, evitando la gran brecha entre éste y la ciudad así como erradicación de la pobreza y la desigualdad. Punto segundo, “Participación Política: Apertura democrática para construir la paz”. Construir y consolidar la paz y el fin del conflicto manteniendo la pluralidad social. Punto tercer, “Cese al fuego y de Hostilidades Bilateral y Definitivo y la Dejación de Armas”. Este punto incluye también la “Reincorporación de las FARC-EP a la vida civilen lo económico, lo social y lo político de acuerdo con sus intereses” y el acuerdo sobre Garantías de Seguridad y lucha contra organizaciones criminales o cualesquiera que atenten contra los derechos humanos y aquellas sucesoras del paramilitarismo.
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El punto cuarto, “Solución al Problema de Drogas Ilícitas” pretende encontrar una solución definitiva a los cultivos ilícitos su producción y mercado. También acabar con las organizaciones criminales que lo llevan a cabo. Punto quinto, “Víctimas” como uno de los puntos centrales. Se establece la creación de un Sistema Integral de Verdad, Justicia, Reparación y No Repetición, búsqueda de familiares, reparación de daños a personas, territorios y colectivos. Para ello, se crea una Unidad Especial de Búsqueda de Personas. Por último, el punto sexto, “Mecanismos de implementación y verificación” integrados por miembros del Gobierno Nacional y las FARC-EP través de la implementación legislativa. El objetivo principal de este Acuerdo Final es construir una paz estable y duradera buscando además la participación de la sociedad colombiana. Lograr finalizar un conflicto de más de medio siglo y reconstruir el país desde la democracia y la pluralidad.
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4. INVESTIGACIÓN Comenzaremos con las dos organizaciones estudiantiles más importantes a nivel nacional en este momento en Colombia son: La Asociación Colombiana de Estudiantes Universitarios (en adelante, ACEU) y la Federación de Estudiantes Universitarios de Colombia (en adelante, FEU) y sus respectivos voluntariados. Ambas forman parte de la Organización Continental Latinoamericana y Caribeña de Estudiantes (OCLAE) vinculada esta misma a la ONU y la UNESCO a través de un estatus consultivo en el Consejo Económico y Social de Naciones Unidas. Seguiremos con el Voluntariado de Paz de la Universidad de los Andes de Bogotá, el Equipo de Voces de Paz y por último la Escuela Pedro Nel Jiménez.
4.1. ASOCIACIÓN COLOMBIANA DE ESTUDIANTES UNIVERSITARIOS. Entrevistamos a Omar Gómez Orduz, actual Presidente de la ACEU que nos cuenta cómo surge la Asociación, en qué contexto y qué trabajo llevan realizando en torno al conflicto y al Proceso de Paz. La ACEU nace en 1998 en Cartagena de Indias en el I Congreso Nacional de Estudiantes Universitarios, alrededor de los diálogos del Caguán entre el Gobierno de Andrés Pastrana con las guerrillas. Simultáneamente se estaba formando la Asamblea Nacional de Estudiantes Universitarios y su búsqueda de líneas y estrategias de trabajo en torno a la educación superior, junto con una apertura cada vez mayor del gobierno hacia el neoliberalismo y la injerencia norteamericana en los asuntos de Colombia. Actualmente, cuenta con representación en un 90% de las 32 universidades públicas del país y varias privadas. La Asociación nace con una vinculación directa en la lucha por la paz en el ámbito universitario, participando directamente en los acuerdos mencionados a través de distintos procesos como asambleas, seminarios o foros en distintos colegios y universidades para desarrollar un modelo de educación como la sociedad quería que fuera. Con el fracaso de los Acuerdos del Caguán y la entrada al Gobierno de Álvaro Uribe y su acercamiento al paramilitarismo, la situación colombiana se intensifica, la guerra se encrudece y la persecución de líderes y activistas sociales aumenta. Es una de las peores épocas de represión, dónde el movimiento estudiantil se ha visto más afectado, con grandes violaciones de derechos humanos e inclusive muertes de estudiantes y 21
profesores. Como ejemplo, el asesinato de una estudiante
de la Universidad de
Córdoba embarazada de 7 meses y que era líder social de una de las organizaciones estudiantiles de esta universidad. Ante esta situación, la ACEU lanza los llamados hasta hoy día Foros Nacionales Universitarios, dónde se desarrollan toda una serie de ideas y debates en torno al conflicto colombiano. Se pretende implicar directamente a las Universidades como centros de desarrollo del pensamiento y búsqueda de soluciones para terminar con el conflicto armado. También deciden empezar a realizar unos informes anuales que registren todas las violaciones de derechos humanos que pudieran conocer sobre el movimiento estudiantil y la universidad. A través de este trabajo, la Asociación recibe en 2005 el Premio por la Paz del Festival Internacional de Estudiantes de Noruega. Su objetivo principal es una “lucha por tener una educación pública, gratuita y digna ligado siempre a una transformación profunda de la sociedad colombiana, nos hemos fundado en acabar la guerra y empezar a construir un nuevo proyecto de Nación, sustentado en una democracia profunda, en valores de la justicia social, de la vida digna.” (ACEU: 4)3 Con el inicio de las negociaciones de la Habana en 2012 para un nuevo Acuerdo de Paz, la Asociación vuelca su apoyo inmediato a través de su capacidad organizativa y política. Se continúa con el desarrollo de los Foros, pero también se comienza a desarrollar un proyecto de Pedagogía de Paz en las distintas universidades dónde se explica a los estudiantes todo lo relativo al Acuerdo de Paz, y la importancia de finalizar la guerra. Esto se suma a la campaña por el Plebiscito del 2 de octubre de 2016 en la comunidad Universitaria, apostando por el “Sí”, que aunque finalmente perdió, consiguió mejorar la organización y la unidad de los estudiantes y grupos estudiantiles tanto en las Universidades públicas como privadas. Después de este proceso, se generan varias manifestaciones y movilizaciones convocadas por las organizaciones estudiantiles junto al resto de actores sociales en las calles para pedir el “Sí” a la Paz y el desarrollo de los acuerdos. Actualmente, la Asociación ha desarrollado una nueva iniciativa que es un servicio o voluntariado social estudiantil llamado “Abraza la Paz”, dónde los estudiantes de las universidades acuden a las regiones y comunidades que han sido más golpeadas por la guerra para, como el propio dirigente estudiantil dice “hemos ido en un primer momento a las Zonas Veredales 4 , a comisiones médicas, comisiones culturales, 3 4
Para citar las entrevistas usaremos en adelante este formato.
Zonas de transición para integrar en la vida normalizada a los y las ex guerrilleras de las FARC
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comisiones deportivas, de alfabetización, para los miembros de esta guerrilla y haciendo un ejercicio, sobre todo, de reconciliación” (ibíd.: 5). Otro eje de participación en el Proceso de Paz es a través del Consejo Nacional de Paz, donde Omar Gómez, como presidente de la ACEU tiene representación. Este Consejo es un órgano asesor y consultor del Gobierno Nacional que permite la participación directa de la sociedad y movimientos sociales en los Acuerdos. Los Acuerdos de Paz son de gran importancia ya que, a pesar del momento histórico, aunque resultó un “no” ganador del plebiscito, el Gobierno decidió continuar con las negociaciones con las FARC y firmar la Paz. En Colombia sigue habiendo un gran problema de violaciones constantes de derechos humanos, sobre todo contra las comunidades y líderes sociales, como por ejemplo la masacre reciente de Tumaco5 del pasado mes de octubre de 2017 dónde se han asesinado a más de 10 campesinos por parte de las fuerzas del Estado. La ACEU apuesta por una universidad involucrada en todo el proceso, dónde se genere toda una línea de investigación y pensamiento respecto al conflicto, la memoria histórica y la paz que sensibilice a la comunidad universitaria. También considera a la institución educativa superior, como amplia partícipe de la reconstrucción de una sociedad con 50 años de guerra a sus espaldas, donde la educación debe tener un papel fundamental. Además, todo este trabajo debe reconocer a todos los profesores y estudiantes víctimas del conflicto. La Asociación busca la creación en común de una sociedad con unos nuevos valores instaurados en la paz y la democracia.
4.1.1 Programa “Abraza la Paz” El programa “Abraza la Paz” es una iniciativa social de la ACEU que aparece en el VI Congreso Nacional de Estudiantes Universitarios celebrado del 28 al 30 de octubre de 2016, como un “servicio social para la paz y la reconciliación” y dirigido a comunidades afectadas por el conflicto. Su trabajo se realiza a través de estudiantes voluntarios y voluntarios y personal vinculado a la educación superior a través de misiones de paz potenciando las habilidades y conocimientos que los participantes tengan y puedan ofrecer. El programa trabaja a través del desarrollo de “Misiones” dirigidas a la población más afectada como jóvenes, mujeres y niños. Estas misiones son: Misiones médicas de 5
Municipio colombiano ubicado en el suroccidente del Departamento de Nariño.
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salud preventiva, misiones jurídicas sobre DDHH y participación, misiones de alternativa al desarrollo y misiones para la promoción de la economía solidaria. Además de esto, desarrolla un acompañamiento psicosocial, campañas de alfabetización, actividades culturales, artísticas y deportivas, asesoramiento para la producción y actos de reconciliación. La metodología del programa está basada en la participación activa de los actores buscando la integración de las comunidades rurales y los voluntarios y voluntarias en éstas. Se pretende facilitar un intercambio de saberes horizontal que tenga como protagonistas a los participantes. También se sistematizarán todos los procesos que se lleven a cabo y toda la información que se recoja, con fines de investigación y producción de conocimiento. Realiza una propuesta metodológica que abarca las diferentes fases en que se ha pensado hasta el momento el desarrollo del servicio social, las cuales consisten en: Una primera fase que es la Preparatoria, en la que se realiza un primer análisis del territorio al que se va a acudir, con un estudio de las necesidades que detectan las propias comunidades o que éstas demanden, más las detectadas por el personal técnico del programa. Todas ellas se priorizarán por nivel de urgencia. Como técnicas principales de investigación se utilizarán la observación participante en campo, elaboración de bitácoras y entrevistas semi-estructuradas. Una vez realizado esto, se llevará a cabo la capacitación de las personas voluntarias que sean seleccionadas tanto por sus conocimientos a nivel teórico, acerca del conflicto y la situación actual, como práctico. Una segunda fase es el Despliegue, donde ya se entra en contacto con el territorio y se produce el acercamiento a la comunidad. Aquí se realizarán las distintas Misiones y actividades nombradas anteriormente. La última fase es la Reconstrucción participativa de la experiencia. Una vez finalizado el trabajo, se procurarán espacios de diálogo con la comunidad para hablar de la experiencia y su valoración. Por último, se sistematizará toda la experiencia e información recogida. Finalmente, con este voluntariado se pretende elaborar una red solidaria que permita ejecutar propuestas que promuevan la paz y la reconstrucción del tejido social de las comunidades que han sido afectadas por el conflicto.
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4. 2. FEDERACIÓN DE ESTUDIANTES UNIVERSITARIOS DE COLOMBIA Entrevistamos a Cristian Ayala, representante de la FEU de Colombia en la Universidad Nacional de Bogotá por Ciencias Políticas, el cual nos cuenta la historia de la Federación, su estructura de trabajo actual y su labor acerca del proceso de paz. La Federación surge en el año 2005, durante el Gobierno de Álvaro Uribe, en un momento de alta represión y violaciones de DDHH al movimiento estudiantil y agravamiento del conflicto armado. Surge con la iniciativa de convertirse en la estructura de unidad nacional de los estudiantes para trabajar con un objetivo claro: la paz y la terminación del conflicto armado. Pretende formar sus propios debates y crear su propia perspectiva. Tienen representación en un 70% de las universidades públicas y una amplia mayoría de privadas en todas las regiones del país. Busca integrar estudiantes de ideas plurales, siempre que estén de acuerdo con las bases de la Federación, que son la búsqueda de una Universidad pública, laica y de calidad, y la terminación del conflicto armado, apostando por la paz y el diálogo. “En el interior de la Federación hay de todo. Hay compañeros comunistas, anarquistas, liberales, compañeros que más allá del debate político y están en sintonía con la reivindicación propia de la Educación superior. Hay compañeros que incluso hacen parte de organizaciones políticas pero igual la apuesta siempre ha sido por mantener la amplitud y la independencia de la FEU, que no significa negar la posibilidad de compañeros articulados en la política.” (FEU: 4) Su estructura principal de organización es el Congreso Nacional, realizado cada tres años, dónde se debaten las líneas más importantes de trabajo y se renuevan los cargos nacionales. Entre congreso y congreso existe una Asamblea Nacional de Delegados que se reúne cada seis meses, con dos o tres delegados por cada Universidad. En la Asamblea hay una Mesa de Delegados de carácter ejecutivo, junto a un Comité Comunicativo Nacional en el que están los representantes más destacados de los diferentes puestos de las Universidades, más los responsables regionales. En las regiones, se coordina a través de grupos de trabajo en las distintas universidades con semilleros de investigación, grupos de arte, de comunicación, representantes estudiantiles, etc. Para la Federación, un momento clave de su actuación ha sido la lucha contra la Ley 30 en 2011 a través de la Mesa Nacional de Estudiantes. En este organismo, la FEU tuvo una participación clave a través de figuras como su ex secretario general Jairo Rivera y el trabajo conjunto y coordinado con el resto de organizaciones estudiantiles y sociales. “La MANE es sin duda una experiencia sin precedentes en Colombia, la cual 25
la FEU tuvo un papel fundamental, como una de las más importantes en el interior de ésta.” (Ibíd.: 5) Actualmente, las acciones que está realizando la Federación, son en torno al proceso de paz, los Acuerdos Finales y el trabajo con las comunidades a través de su proyecto de Voluntariado de Paz. La Federación desde el inicio ha estado cercana a las mesas de negociaciones de la Habana, así como actualmente a los diálogos del Congreso a través de organizaciones como Voces de Paz, vinculadas con antiguos estudiantes de la FEU, cuyo actor principal es Jairo Rivera. Además, la Federación ha participado en los foros temáticos abiertos sobre el Acuerdo, trabajado activamente en la campaña del Plebiscito del 2 de octubre por la Paz y en las diversas movilizaciones sociales que se han convocado los últimos años. “Sin embargo, hay que decir que en Colombia hay sectores que a día de hoy aún se oponen a la posibilidad de que haya paz. Pareciera que quisieran vivir en el pasado, cerrar la posibilidad de
un marco de nueva Colombia, más allá de elementos
discursivos pues también por diferentes intereses. En Colombia se configuró un sector en particular que dependía de la guerra, que hacía política con la guerra y que su forma económica también dependía de ésta. Son los que están tratando de desajustar, poner en una situación de inestabilidad el proceso.” (Ídem) Por ello, se considera a la Universidad como un actor principal para lograr el desarrollo de la paz y de las comunidades en el momento actual. Además de la necesidad de investigación y memoria histórica del conflicto. Integrar en este proceso a todos los actores y apostar todo por la paz. Todo ello, con el compromiso de la comunidad universitaria y del Gobierno, necesario para poder realizar un verdadero trabajo efectivo que haga consiente al resto de la sociedad de la necesidad de reconstrucción de un nuevo modelo de sociedad.
4.1.2 Voluntariado de Paz El proyecto de Voluntariado de Paz es una iniciativa de la Federación de Estudiantes, que se ha comenzado en diciembre de 2016 con una duración prevista de 3 años, hasta 2019. Este voluntariado pretende ser una forma de movilización social entre los estudiantes de educación superior y la sociedad cuyo objetivo general es “generar iniciativas de acción que afiancen la relación entre las instituciones de Educación 26
Superior y los territorios para la implementación efectiva del Acuerdo, a través de la movilización de la comunidad universitaria” (Equipo Coordinador Nacional, 2016: 4). El proyecto se desarrolla en dos zonas: la zona rural, ubicado en las antiguas Zonas Veredales y, la zona urbana, en aquellas ciudades que menor receptividad han tenido hacia el Acuerdo. Los actores involucrados en el Voluntariado de Paz serán: las instituciones educativas, cooperación internacional, autoridades territoriales, Ministerio de Educación y Trabajo, Organizaciones Sociales y Estudiantiles, la población de los territorios, docentes, asesores y estudiantes de todas las disciplinas. Se desarrollará a través de un Equipo de Coordinación Nacional, Coordinadores departamentales y Voluntarios. Figura 4. 1: Estructura del Programa de Voluntariado de Paz de la FEU
Documento: Programa Voluntariado de Paz, 2016
El voluntariado se realiza a través de tres modalidades: investigación, a través de semilleros de investigación y desarrollo de tesis de grado; brigadas, en los territorios
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de trabajo, con un total de 6 brigadas anuales de entre 3 días y 20 días y, por último, pasantías o prácticas, durante el periodo académico. El Voluntariado de Paz se desarrolla a través de dos ejes principales: Reforma Rural Integral y Desarrollo Social para la paz. Desde estos dos ejes se han creado una serie de componentes que son los que se desarrollarán en el voluntariado: Programas de Desarrollo de Enfoque Territorial, Proyectos productivos, acceso y restitución de tierras; Sustitución de cultivos de uso ilícito; Verdad, justicia, reparación y garantías e no repetición; Salud, Educación, Infraestructura, Derechos Humanos y Pedagogía de Paz. El Voluntariado de Paz se realizará en tres etapas: la primera será el plan piloto y acercamiento al territorio dónde se analizarán las necesidades del mismo; la segunda etapa será la ejecución del plan, dónde se llevarán a cabo las tres modalidades planteadas en el voluntariado; por último se llevará a cabo un seguimiento de todo lo realizado y se realizará una evaluación del proceso. De esta forma, el Voluntariado de Paz pretende conseguir la comprensión del acuerdo y la participación máxima posible de la sociedad en él, mantener un diálogo entre el campo y la ciudad y conocer las problemáticas y necesidades de las zonas más afectadas tanto en las comunidades como en las periferias urbanas.
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4.3 VOLUNTARIADO DE PAZ DE LA UNIVERSIDAD DE LOS ANDES DE BOGOTÁ. Entrevistamos a Miguel Ángel Castañeda Barahona, estudiante de Estudios Culturales y Filosofía de la Universidad de los Andes de Bogotá y Coordinador del Voluntariado de Paz de los Andes. A raíz de la iniciativa creada por la FEU de Voluntariado de Paz, que comenzó con un proyecto en zonas como el Guaviare, Región del Oriente de Colombia, surgen iniciativas propias como en la Universidad de los Andes que quiere ampliar ese voluntariado a nuevas zonas y ante la dificultad de la Federación de organizar una nueva brigada a algunas de éstas. Surge durante el inicio de 2017 ante la necesidad que se percibió de llevar gente a las antiguas Zonas Veredales, y cuenta con la participación de más de mil estudiantes en los distintos voluntariados realizados durante todo el año mencionado. No pertenece directamente a la Federación, pero sigue un esquema similar de funcionamiento y se coordina con gente de ésta. Sin embargo, está dirigido propiamente a los estudiantes de los Andes, una de las Universidades de mayor precio por matrícula de Colombia. Uno de los objetivos principales de dirigirlo a estos estudiantes, es introducir a personas con una forma de vida totalmente cosmopolita a los problemas reales de las zonas rurales colombianas por el conflicto armado. Como dice nuestro entrevistado, “no solamente pasaba por llevar a estudiantes universitarios a que les enseñaran a los guerrilleros o a las comunidades lo que supiesen, sino que además pasaban por el hecho de que los estudiantes mismos se apropiaran de una cantidad de contenidos que no sucedían acá, en Bogotá, que nunca podían entender si no estaban de cara, a las regiones, de cara al campo o de cara a los guerrilleros, y en su cotidianeidad” (Castañeda: 1). Se han visitado prácticamente todas las zonas existentes, pero desde las partidas organizadas por los Andes, el lugar de más trabajo es la Región de la Macarena6 en la zona Uría Rondón dónde estos estudiantes mantienen más contacto y realizan un trabajo continuado con los campesinos y excombatientes. En una de las primeras experiencias de inicio del Voluntariado, viajaron unos cuarenta estudiantes trabajando temas relacionados con la Administración Pública y formulación de proyectos, muy importante por la necesidad de crear cooperativas y asociaciones para la organización de las personas habitantes. Sin embargo, a pesar que desde el Acuerdo de Paz parece que los focos de violencia se han calmado en muchas zonas, sigue teniendo 6
Municipio localizado en el departamento del Meta, Colombia. Esta localidad es importante para la
conservación del medio ambiente en Colombia.
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gran peligro entrar con tantos estudiantes a realizar cualquier actividad en las zonas. “Nosotros conocemos como trabajan las organizaciones armadas y entendemos que es bastante difícil lidiar con eso y dialogar con ellos cuando están decididos a usar la violencia para obtener lo que quieren […] Ojalá fuese más fácil el acceso a las regiones. Y no es culpa de las regiones, no es culpa de las comunidades. Las comunidades están esperando a la gente, las comunidades se levantan y lo primero que piensan es qué necesitan; lo saben y requieren gente. No queremos, de alguna forma, seguir repicando la lógica del olvido: eran comunidades que hoy en día las conocemos porque están en el foco del acuerdo de paz y están priorizadas, pero que antes no teníamos ni idea de que existían, no teníamos ni idea de que la gente de aquí estaban sufriendo un conflicto.“ (Íbid: 4) De esta forma, se pretende lograr una unión de trabajo y compromiso entre estos estudiantes y las comunidades, logrando llevar a cabo proyectos que sean de interés general y respetando la forma de vida de las zonas rurales, así como la lucha contra la ocupación de grandes empresas, por ejemplo mineras o petroleras, en estos territorios de los que casi el 100% de la población se dedica al trabajo de su propia tierra. Por ejemplo, en la Macarena se estaba llevando a cabo un proceso sobre si que quería o no la entrada de una empresa minera. Los estudiantes ayudaron a conocer a la población la forma de comunicarse con la Administración, sus derechos, plazos de tiempo etc. A través de estas experiencias se busca que los y las estudiantes no solo hagan talleres, sino que vivan y compartan el trabajo y sientan las necesidades reales que la guerra ha dejado durante tantos años. La documentación de todo lo que se desarrolle y la producción resultado de investigaciones al respecto también es un factor muy importante. “Interesa más bien una organización estudiantil que esté dispuesta a ser profundamente crítica y en ese sentido sería el mejor aporte que le pudieran hacer a la paz.” (Ibíd: 6)
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4.4. VOCES DE PAZ Entrevistamos a Simón Ladino Cano, graduado en Sociología por la Universidad Nacional, ex militante de la FEU y Asesor del equipo de Jairo Rivera en Voces de Paz. “Voces de Paz se crea transitoriamente como una figura que está contemplada dentro del Acuerdo de Paz en el punto de participación política para que en el periodo previo a las elecciones legislativas del 2018 y antes de la conformación del nuevo Congreso. Se crea precisamente para que durante el periodo que dura la implementación normativa del Acuerdo que está contemplada para durar primeramente seis meses bajo una figura jurídica que se creó que se llama el Fast Track y consistía en acortar los debates que en el trámite legislativo para la aprobación de cualquier reforma se acelerara.” (Ladino: 1) Esta organización está contemplada en los propios Acuerdos, en el punto de participación política. Participa tanto en el Senado como Congreso, con las mismas funciones que éstos excepto la del voto, es decir, tiene voz pero no puede participar en una votación de proyecto de ley. Surge debido a que las FARC aun no habían terminado el proceso de dejación de armas, por lo tanto, no podían participar en el Congreso. “Lo que hacen las FARC es delegar en diferentes representantes de la ciudadanía de Colombia esa función para acompañar a la aprobación de las diferentes reformas y ver que se cumpla lo que unilateralmente decida aprobar el Gobierno o por el contrario lo que decidan los Congresistas introducirlo en el proyecto de ley que se presente.” (Ibíd.: 2). Su función no es desarrollar un programa político, sino trabajar en relación con la implementación propuesta del Acuerdo Final. Voces de Paz está compuesto por seis voceros, tres el Congreso y tres del Senado, cada vocero tiene su propio Equipo de Asesores además, cuenta con un Equipo de Comunicación propio entre la organización y la ciudadanía. Tiene una comunicación directa con el movimiento estudiantil, a través de organismo como el Consejo Nacional de Representación, punto fundamental en los acuerdos acerca de la reincorporación de excombatientes dónde es necesario un diálogo contaste para el intercambio y conocimiento de la información. Además de la relación formal existe también “una relación informal es la que tenemos algunos miembros del equipo de trabajo por nuestra experiencia de lucha y de trabajo en el movimiento estudiantil.” (Ibíd: 4) Respecto al Proceso de Paz y el Acuerdo Final, nos encontramos con dos visones distintas. “La primera es basada en la experiencia de movilización y activismo del movimiento estudiantil, es de profunda esperanza en que el futuro de los jóvenes en 31
Colombia no va a ser un futuro de guerra, un futuro incierto, un futuro sin nada por el dolor de décadas y décadas de conflicto armado entre las guerrillas y el Estado colombiano en la que por primera vez en la historia se ve una ventana de oportunidad para acabar con la larga noche de la guerra y también los estudiantes protagonistas en esa apertura de esa posibilidad” (Ibíd.: 4). Este momento es comparable al año 2011 con la lucha contra la Reforma de la Ley 30, en el sentido de que toda la comunidad universitaria se une para pedir la Paz. Es un momento de ilusión, en el que se confía en la posibilidad de un cambio real. Cuando, a pesar del fatal resultado del plebiscito del 2 de octubre de 2016, se sigue con la firma del Acuerdo por parte del Gobierno, parece que ya no hay posibilidad de marcha atrás para la Paz, que todo a partir de este momento tiene que ser bueno. Sin embargo, durante el año transcurrido desde la firma, se demuestra todo lo contrario a través de los incumplimientos del Gobierno y la matanza de líderes sociales y campesinos continua. “Porque hay algo clave en lo que ha ocurrido en el último año y es que, no solamente estamos quienes queremos que el Acuerdo se desarrolle hasta su máxima potencia y se cumpla al pie de la letra todo lo que se acordó y los que no, sino que hay también un montón de actores políticos que pendulan entre uno y otro y que tiene otras ideas que son terriblemente lesivas que representan actos de deslealtad, no con la insurgencia, sino con la posibilidad de apertura democrática real y de mejores condiciones de vida para la mayoría de los colombianos.” (Ibíd.: 5) Esa es la segunda visión, la incertidumbre ante lo que va a pasar. La historia de Colombia no parece generar buenas expectativas en la posibilidad de terminar al fin con una guerra, cuando desde el siglo XIX no ha habido un momento de paz. Por eso, proyectos como Voces de Paz están cien por cien comprometidos en insistir por la Paz, junto con la ciudadanía construir una nueva Colombia democrática.
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4.5. ESCUELA PEDRO NEL JIMÉNEZ Entrevistamos Ángela Tuta, directora de la Escuela Pedro Nel Jiménez y profesora de la Universidad Nacional de Bogotá. Pedro Nel Jiménez es una escuela para la transformación que pertenece a la Mesa de Unidad Cívico Agrario y Popular del Oriente Colombiano (MUCAPOC) que se conforma a partir de organizaciones campesinas, de mujeres o juveniles entre otras. Por ejemplo, “se crea la Fundación DOC que es en la Defensa de los Derechos Humanos y la defensa del Derecho internacional humanitario, se crea Corpu Amem, que es la corporación para el manejo del área especial de la Macarena, es una región de Colombia con una biodiversidad increíble. Otra que se llama Equoamem que es para hacer turismo comunitario.” (Tuta: 1) o también Red de Medios Alternativos Agencia Colombiana Popular (REMA) con una radio propia llamada la Bocina Radio. La Escuela nace en el mes de diciembre de 2011, creada para formar dirigentes políticos. Pero con el paso del tiempo no solo se concibió la necesidad de la formación política sino que “por ejemplo, temas especializados en reforma electoral, en contenido del proceso de paz, en medio ambiente, en tema de género, mujer, problemáticas juveniles. Todo lo que se le ocurra a la MUCAPOC que deben ellos aprender nosotros debemos crear la metodología y conseguir los especialistas para que trabajan esos temas sino hay dentro de la escuela.” (Ídem). Está compuesta actualmente por diecisiete profesores de distintas disciplinas (economistas, politólogos, sociólogos, etc.) más las personas que conformar las organizaciones de la MUCAPOC. Actualmente tiene presencia en nueve departamentos de Colombia, con sede en tres de ellos: Bogotá, el Guaviare y Arauca. Pero su trabajo se desarrolla en más regiones a las que son invitados o pueden acceder con la comunidad campesina. Durante una semana, todos los meses hay en alguno de los nueve departamentos una formación permanente de Pedagogía de Paz o formaciones sobre los contenidos del Acuerdo de Paz y su implementación. También llevan a cabo una actividad permanente con los treinta
primeros presos políticos de las FARC que indultó el Gobierno, haciendo
“formación en las cárceles fundamentalmente en Chiquinquirá en el departamento de Boyacá […] han salido muchos con figuras de Gestores de paz. Es decir, salen por producto del acuerdo pero tienen que hacer Pedagogía de paz. Ellos no son Pedagogos y necesitan esa formación, entonces nosotros se la estamos brindando y estamos trabajando con ellos de forma permanente.” (Ibíd.: 3). Lo mismo realizarán durante el año 2018 en las cárceles de Bogotá y Villavicencio. También, han trabajado durante el conflicto en llevando la Escuela a varias antiguas Zonas Veredales, hoy 33
Espacios Territoriales de Capacitación y Reincorporación, dónde han proporcionado formación política a excombatientes de las FARC. Otro tipo de actividades son charlas, talleres que se realizan junto con otros movimientos u organizaciones como los Voceros de Voces de Paz o, formaciones para los miembros de la FEU, con los que la Escuela trabaja habitualmente. El principal objetivo de esta organización es “explicar por qué existe el conflicto que el conflicto no es solamente armado, sino consecuencia de la pobreza, de la exclusión política, social, económica, que padece el pueblo colombiano desde prácticamente siempre y el conflicto armado es simplemente un resultado. Esa pedagogía que nosotros desarrollamos es reconocer que conflicto y que éste se puede solucionar de diferentes maneras” (Ibíd.: 2). Algo destacable de mencionar es la dificultad que ha tenido la Escuela Pedro Nel Jiménez en muchas ocasiones para poder desarrollar su trabajo en los años anteriores a la firma del Acuerdo, teniendo gran dificultad para acceder a muchos territorios, siendo parados en los retenes del ejército o sufriendo los miembros de la MUCAPOC amenazas graves. También han sufrido robos de ordenadores con la información de las organizaciones que gestionan. Personalmente la profesora Ángela nos contaba como a ella misma, en su propio apartamento habían entrado y se habían llevado su ordenador con toda la información de la Escuela. Aun así la Escuela pretende seguir creciendo con su trabajo y lograr desarrollar su tarea por más departamentos, así como conseguir instalar una sede permanente en cada uno de ellos. Además, están trabajando en “una investigación sobre nuestros propios procesos formativos, como los desarrollamos y consideramos que lo que nosotros hacemos podría llamarse algo así como Educación para la Transformación por las características de la pedagogía que manejamos y nos gustaría ponerlo en diálogo con otras escuelas de educación popular, formación política, esa experiencia que nosotros tenemos” (Ibíd.: 5).
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5. CONCLUSIONES Finalizada la observación documental y realizado el análisis empírico basado en las entrevistas, se relatan a continuación una serie de conclusiones derivadas del estudio realizado. Para comenzar, en Colombia nos encontramos con un contexto social, político y económico marcado por más de cincuenta años de conflicto armado que nos da como resultado una estructura propia de un país en el que el conflicto marca la agenda de todas las dimensiones de la vida social. Nos encontramos también con varios actores principales, como son la insurgencia (guerrillas), la contrainsurgencia (paramilitares), el Gobierno y Ejército del Estado, además de las organizaciones políticas, movimientos sociales y estudiantiles. Incluso antes de la aparición de las propias guerrillas y del conflicto armado entendido como tal, Colombia ya sufría una situación de violencia, muy marcada como, por ejemplo, entre Estado y campesinado. Se intentó la puesta en marcha de varias acciones legislativas que, lejos de resolver el problema, encendieron aun más las luchas internas del país. Si a esto le sumamos la entrada en escena de la insurgencia y la contrainsurgencia obtenemos como resultado una situación completamente marcada por la violencia y la represión en un país cuya historia parece estar marcada por una guerra tras otra. Si algo, quizás, ha mantenido la esperanza del pueblo colombiano sobre la posibilidad de lograr vencer esta situación, ha sido su capacidad de organización popular. La respuesta de los movimientos campesinos, de mujeres, juveniles o estudiantiles y su acción ante las consecuencias del conflicto ha sido notable. El conflicto ha generado un estado de pobreza aun mayor, sobre todo en el área rural, que se caracteriza por la falta de infraestructuras, servicios básicos, autoproducción de alimentos (impedida por la expropiación de tierras por parte de los grupos ilegales). La zona rural es también el escenario
principal
de
grandes
episodios
de
represión,
desapariciones,
desplazamientos forzados o asesinatos. Ante estas situaciones las evidencias demuestran que gran parte de la ciudadanía no ha tenido una actitud pasiva y ha salido a denunciar los crímenes y reivindicar los Derechos Humanos para la población colombiana. Del mismo modo han promovido la búsqueda de un acuerdo de paz que finalice definitivamente el conflicto armado. En este aspecto hay que destacar la participación de organizaciones internacionales, desde las Naciones Unidas a ONGD’s de todo el mundo, que no solo han aportado recursos materiales y humanos a comunidades, sino que se han encargado de informar y dar a conocer la situación del país. 35
Afortunadamente, parece que en la actualidad nos encontramos con un elemento que hasta el momento no se había producido en la historia de Colombia: la firma del Acuerdo Final de Paz entre las FARC y el Gobierno, logrado por primera vez a finales de 2016. Si bien es cierto que en años anteriores se intentó la firma de acuerdos, sobre todo en las décadas de 1980 y 1990, nunca se había logrado dar el paso final y llegar a la firma legal de un Acuerdo Final de Paz. Aunque recordemos que éste Acuerdo sólo ha sido suscrito por el Gobierno con uno de los actores del conflicto, las FARC-EP, mientras que el intento de negociaciones con el ELN aún no ha culminado con éxito y parece que la situación aun se mantendrá en el tiempo. Podemos comprobar a través del testimonio de las personas y las organizaciones entrevistadas, cómo este acuerdo se ve como una primera victoria, un primer logro que hay que mantener y no descuidar y en el que toda la sociedad colombiana debe involucrarse. La paz, ahora mismo, se concibe como el único camino posible que debe seguir Colombia para lograr una transformación profunda sin violencia. Si hay algo que todos nuestros entrevistados coincidían es en la necesidad de la implicación de la gente joven, por un lado y la comunidad educativa, por otro. La primera por ser el motor principal de la formación de una nueva Colombia, quiénes van a vivirla y quienes deben construirla. La segunda, de vital importancia para llegar a toda la sociedad, involucrar a todas las comunidades con una visión crítica de lo sucedido. Desde el ámbito universitario se podrán impulsar investigaciones para lograr construir una memoria histórica que haga justicia a todos los afectados por el conflicto. Por otro lado, desde el enfoque de la prevención y la sostenibilidad, se debería utilizar la investigación para analizar las necesidades actuales y evitar situaciones de tensión social en una sociedad acostumbrada a abordar los problemas con el uso de la violencia, así como analizar las necesidades actuales existentes. Un punto clave analizado en este trabajo ha sido la posición del movimiento estudiantil durante todo este proceso, tanto durante el conflicto como previo y posterior al Acuerdo de Paz. Como ha quedado recogido en el análisis históricamente el movimiento estudiantil siempre ha tenido una posición, fuera más o menos clara políticamente, pero fuerte respecto al modelo de educación y universidades de Colombia. Además este movimiento siempre ha apostado por un camino de lucha y reivindicación, así como de y diálogo con el Gobierno, es decir, combinando la protesta y la propuesta. Ha quedado demostrado que los estudiantes colombianos son un motor principal de esta sociedad y podemos ver claramente que ha sido uno de los grupos principales no solo en la culminación del Acuerdo de Paz, sino en presionar al Gobierno para su cumplimiento. En este sentido ha sido capaz de crear 36
organizaciones o programas propios para ayudar a las comunidades y a los excombatientes, buscar medios alternativos de información y producción de ésta, entre otras iniciativas. Sin duda, un duro trabajo que muestra el compromiso de al menos un sector de la población joven del país. Además, no solo ha ocurrido esto en el caso colombiano, sino que a lo largo de la historia y en diferentes países, el movimiento estudiantil ha sido clave. Son bien conocidos los ejemplos de las famosas revueltas estudiantiles de 1968 durante la Revolución Cubana, en México, o en París en mayo de ese mismo año dónde la posición de protesta de los estudiantes fue fundamental. En esta investigación es destacable cómo los estudiantes de diferentes niveles socioeconómicos son capaces de organizar proyectos con una posición político-social tan clara (la paz, apostando por la reincorporación y memoria del conflicto) y llegar a formar brigadas del voluntariado en las Universidades más caras del país, dónde incluso nos encontramos estudiantes cercanos a los poderes políticos actuales que se han sumado a esta participación. No podemos olvidar cómo la universidad pública también se compromete desde toda su comunidad educativa con el proceso de paz y es el germen desde donde se ha iniciado el trabajo y se han lanzado los procesos actuales en pos del logro de la paz. Muy interesante es también observar el compromiso de investigadores y profesorado, como los que conforman la Escuela Pedro Nel Jiménez y la coordinación de trabajo con las organizaciones estudiantiles, lo que supone un apoyo y mayor capacidad de trabajo para todas ellas. Podemos decir que la organización que se ha producido en Colombia alrededor del Tratado de Paz no es un caso aislado. Sin embargo, sorprende la capacidad de estos grupos estudiantiles para generar unos proyectos que intentan suplir en muchos casos las obligaciones del Gobierno que aun no se han puesto en marcha, como por ejemplo la ayuda y recuperación de las zonas que pueblan los excombatientes. Esto incluye proyectos de infraestructuras, educación de niños y adultos, creación de servicios básicos, reconstrucción de viviendas. Iniciativas que han sido creadas en un inicio en el núcleo de las universidades, llegando a conseguir proyectos nacionales dónde se involucran organizaciones públicas y privadas de todo tipo. Como aspectos negativos encontrados, podemos observar cómo los problemas de financiación y seguridad son comunes en todas las organizaciones y así se refleja en las entrevistas. En el caso de la financiación, aunque algunos proyectos consiguen parte de los recursos del propio Gobierno Colombiano, la mayoría se refugia en la autofinanciación o la búsqueda de la financiación internacional a través de partidas de cooperación al desarrollo. De esta manera, la participación de las organizaciones internacionales para lograr presupuestos es imprescindible, ya que el desarrollo de 37
muchas actividades va a depender de éste. Con esta situación se genera una dependencia externa y se pone en riesgo la sostenibilidad del proceso. En el caso de la seguridad, ésta se produce debido a la falta de garantías y protección del Gobierno como muestra del tambaleante acuerdo entre el propio Congreso sobre la aplicación del Acuerdo de Paz, siendo peligroso el acceso a muchas regiones para llevar a cabo los proyectos preparados o siendo el propio Gobierno quien impida el paso a las Regiones. Por último, destacar que a pesar de encontrarnos en un país cuya historia reciente no inspira confianza en este proceso de paz, los movimientos sociales y ciudadanos están manteniendo una posición de lucha y esperanza ante la paz. Por su parte el movimiento estudiantil sigue marcando el camino de la paz en la comunidad universitaria y apostando por generar nuevos proyectos que ayuden a lograrlo. Desde ahí están trabajando para que ésta sea posible y buscando concienciar a toda la población sobre su necesidad y que Colombia sí tiene capacidad para lograr implantar los acuerdos firmados y lograr aquellos con los grupos armados pendientes, así como avanzar hacia una nueva sociedad libre de la guerra. ¿Por qué la decisión de realizar una investigación sobre el movimiento estudiantil en Colombia? Para empezar, el país elegido fue fruto de la organización con la que, desde el año pasado trabajo, Soldepaz Pachakuti, la cual realiza proyectos en todo Latinoamérica destacando Colombia. La segunda razón es por el momento histórico de paz dónde está emergiendo un tejido asociativo y social muy potente, entre ellos en las universidades. Como Trabajadora Social, estos movimientos son de gran interés de estudio y participación por lo que decidimos en la organización iniciar un proyecto de acercamiento al problema colombiano, internacionalismo y verificación de Derechos Humanos, que es el viaje realizado. Si el objeto de estudio ha sido el movimiento estudiantil es por mi vinculación personal a este sector, ya que he sido parte durante toda mi carrera universitaria de él y, como explico anteriormente creo que son un eje principal del proceso de paz. A su vez, nos encontramos con que en el viaje a Colombia realizado éramos acompañadas por la Federación de Estudiantes Universitarios y la Asociación Colombiana de Estudiantes Universitarios, lo que me permitió un acceso directo a las entrevistas con éstas y a acceder a las demás organizaciones entrevistadas relacionadas con la Universidad. Aprovechando esta situación decidí centrar mi Trabajo Fin de Grado en un tema que creo que: no es un tema común, necesita conocerse fuera de Colombia, es 38
responsabilidad de todos apoyar a la población del resto de países y esta una forma de proporcionar información verídica para lograrlo. De esta forma, con este trabajo pretende dar una visión positiva respecto a la posibilidad de trabajar por la paz para quien lo lea y no conozca nada relacionado con Colombia, mostrar cómo es posible desde las personas jóvenes articular grandes proyectos y llevarlos a cabo y denunciar las consecuencias de más de cincuenta años de conflicto que, como a veces nos parece tan lejano, nos olvidamos que son miles de personas las afectadas día a día y que por ello debemos apoyar un momento como este proceso de paz, para no volver atrás en la historia.
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6. BIBLIOGRAFÍA -ACEVEDO, A. (2015): “Entre la movilización estudiantil y la lucha armada en Colombia. De utopías y diálogos de paz”. Anuario de Historia Regional y de las Fronteras, Vol. 2, 2, 157-182. - ALONSO, L. (1998). “Sujeto y discurso: El lugar de la entrevista abierta en las prácticas de sociología cualitativa.” En J. Delgado y J. Gutiérrez, Métodos y técnicas cualitativas de investigación en ciencias sociales. Madrid: Síntesis. - ARCHILA, M. (2012):”El movimiento estudiantil en Colombia, una mirada histórica” OSAL, 31, 72-102.
- ASOCIACIÓN COLOMBIANA DE ESTUDIANTES UNIVERSITARIOS (2016): Abraza la Paz. Colombia: Coordinación Nacional de Proyecto. - CRISALES, D.; CALE, S. (2014): “Hacia la historia del movimiento estudiantil en Colombia: elemento teórico metodológicos fundamental”. Traspasando Fronteras, 6, 217-240. -COMISIÓN HISTÓRICA DEL CONFLICTO Y SUS VÍCTIMAS (2015): Contribución al entendimiento del conflicto armado en Colombia. Colombia: Oficina del Alto Comisionado para la Paz. - DE ZUBIRÍA, S. (2015): “Dimensiones políticas y culturales en el conflicto colombiano” en Comisión Histórica del Conflicto y sus Víctimas, Contribución al entendimiento del conflicto armado en Colombia. Colombia: Oficina del Alto Comisionado para la Paz. - FAJARDO, D. (2015): “Estudio sobre los orígenes del conflicto social armado, razones de su persistencia y sus efectos más profundos en la sociedad colombiana” en Comisión Histórica del Conflicto y sus Víctimas, Contribución al entendimiento del conflicto armado en Colombia. Colombia: Oficina del Alto Comisionado para la Paz. - FEDERACIÓN DE ESTUDIANTES UNIVERSITARIOS DE COLOMBIA (2016): Voluntariado de Paz: Voluntarios y voluntarias de Paz. Colombia: Equipo de Coordinación Nacional del Proyecto. -GUTIÉRREZ SANÍN, F. (2015): “¿Una historia simple?” en Comisión Histórica del Conflicto y sus Víctimas, Contribución al entendimiento del conflicto armado en Colombia. Colombia: Oficina del Alto Comisionado para la Paz. 40
-MESA DE CONVERSACIONES (2017): Acuerdo Final para la terminación del conflicto: La construcción de una paz estable y duradera. Colombia: Oficina del Alto Comisionado para la Paz. - MONCAYO, V.M. (2015): “Hacia la verdad del conflicto: Insurgencia guerrillera y orden social vigente” en Comisión Histórica del Conflicto y sus Víctimas. Contribución al entendimiento del conflicto armado en Colombia. Colombia: Oficina del Alto Comisionado para la Paz. - PIZARRO LEONGÓMEZ, E. (2015): “Una lectura múltiple y pluralista de la historia” en Comisión Histórica del Conflicto y sus Víctimas. Contribución al entendimiento del conflicto armado en Colombia. Colombia: Oficina del Alto Comisionado para la Paz. - SIERRA BRAVO, R. (1985): Técnicas de Investigación Social. Teoría y Ejercicios. Madrid: Paraninfo. - TAYLOR, S. BODGAN, R. (1984): Introducción a los métodos cualitativos de investigación. Barcelona: Paidós Básica. - WILLS OBREGÓN, Mº EMMA (2015): “Los tres nudos de la guerra colombiana: un campesinado sin representación política, una polarización social en el marco de una institucionalidad fracturada, y unas articulaciones perversas entre regiones y centro” en Comisión Histórica del Conflicto y sus Víctimas. Contribución al entendimiento del conflicto armado en Colombia. Colombia: Oficina del Alto Comisionado para la Paz.
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7. ANEXOS
ANEXO 1. DOCUMENTO “PROGRAMA ABRAZA LA PAZ DE LA ASOCIACIÓN COLOMBIANA DE ESTUDIANTES UNIVERSITARIOS” ANEXO 2. DOCUMENTO “PROGRAMA DE VOLUNTARIADO DE PAZ DE LA FEDERACIÓN DE ESTUDIANTES UNIVERSITARIOS” ANEXO 3. MODELO GENERAL DE PREGUNTAS DE LAS ENTREVISTAS ANEXO 4. ENTREVISTA PRIMERA: ACEU CON OMAR ORDUZ ANEXO 5. ENTREVISTA SEGUNDA: FEU CON CRISTIAN AYALA ANEXO 6.ENTREVISTA TERCERA: VOLUNTARIADO DE LA UNIVERSIDAD DE LOS ANDES CON MIGUEL ÁNGEL CASTAÑEDA. ANEXO 7. ENTREVISTA CUARTA: VOCES DE PAZ CON SIMÓN LADINO. ANEXO 8. ENTREVISTA QUINTA: ESCUELA PEDRO NEL JIMÉNEZ CON ÁNGELA TUTA.
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Gracias a Soldepaz, las organizaciones entrevistadas y a las personas acompañantes en el viaje a Colombia por qué “Mucha gente pequeña, en lugares pequeños, haciendo cosas pequeñas, puede cambiar el mundo.” (Eduardo Galeano)
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7. ANEXOS ANEXO 1. DOCUMENTO “PROGRAMA ABRAZA LA PAZ DE LA ASOCIACIÓN
COLOMBIANA
DE
ESTUDIANTES
UNIVERSITARIOS”
ANEXO 2. DOCUMENTO “PROGRAMA DE VOLUNTARIADO DE PAZ DE LA FEDERACIÓN DE ESTUDIANTES UNIVERSITARIOS”1 ANEXO 3. MODELO GENERAL DE PREGUNTAS DE LAS ENTREVISTAS 2 1. Presentación, ¿a qué organización pertenece? 2. Historia, ¿cómo surge y por qué? 3. ¿Quiénes la integran? ¿Cuántas personas participan? 4. ¿Forma de organización? ¿Ideología? 5. Actividades concretas que realizan. Experiencias. 6. Proceso de paz y expectativas.
ANEXO 4. ENTREVISTA PRIMERA: ACEU CON OMAR ORDUZ 1. Presentación, ¿a qué organización pertenece? - Mi nombre es Omar Andrés Gómez Orduz, soy estudiante de sociología de la Universidad Nacional de Colombia y presidente de la Asociación Colombiana de Estudiantes Universitarios. - Historia, cómo surge, actividades y proceso de paz. - La Asociación Colombiana de Estudiantes Universitarios se funda en el año 1998 en un contexto de bastante particular para el país. Por un lado tenemos toda la época de los noventa lo que se impulsó a partir del gobierno de Cesar Gaviria Trujillo, que fue el presidente de la República, y que se conoció como la apertura económica. Esa apertura económica pues, no era otra cosa diferente que la entrada del proyecto neoliberal con mucha fuerza en el país, ostentándose todos los aspectos políticos, aspectos jurídicos necesarios y también pues va a estar dentro del contexto de esta época la caída del muro de Berlín, ese hecho va a marcar mucho al movimiento 1
Documento “anexo 1” y “anexo dos” adjuntados debido a que no se encuentran públicos en la red. Las preguntas pueden variar su formulación o añadirse más o menos en función del tema tratado. Este esquema señala unos puntos principales recogidos comunes en todas las entrevistas. 2
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estudiantil colombiano en tanto que, si se quiere, después de la segunda mitad del siglo XX el movimiento estudiantil va a tener una influencia muy importante por parte de las asociaciones juveniles de izquierdas del país, y la caída del muro va a significar quizás una crisis ideológica muy fuerte en el movimiento estudiantil. Muchas organizaciones, muchos procesos, van a quedar reducidos. Ahí también hay otro elemento del contexto que va como a configurar todos estos elementos, que es una avanzada muy fuerte de la guerra sucia en Colombia, en nuestro país, que ha tenido una guerra interna, casi que una guerra civil, durante 50 años. Entonces en esa década de los 90 se van a conjugar esos tres elementos por lo menos, ese escenario internacional de la caída del muro de Berlín, con un campo unipolar donde los Estados Unidos van a jugar un papel predominante, donde va darse con mucha fuerza la tesis de Francis Jukuyama del fin de la historia; por otro lado pues la apertura económica dio lugar a la entrada del liberalismo en muchos países con una velocidad tremenda. Eso va a llevar a que el movimiento estudiantil en la década de los 90 desarrolle todo un proceso de reconstrucción. Todo ese proceso va a desembocar en una experiencia que se va a llamar la Asamblea Nacional de Estudiantes Universitarios, que era una especie de encuentro nacional entre delegados y delegadas de diferentes universidades para analizar la situación de la educación superior en Colombia y para trazar estrategias conjuntas de organización, de movilización y este proceso va a ayudar a que vuelva a articularse el movimiento estudiantil en todo el país y que esos procesos de organizaciones de distintas vertientes ideológicas, políticas, empiecen a fortalecerse también. Todo eso va a desembocar en el año 1998 como decía anteriormente, donde va a haber una participación de alrededor 2200 personas que van a ser elegidas por sus facultades, por sus universidades, para representar al movimiento estudiantil en ese escenario, y ese congreso va a tener un debate para eso, que va a ser alrededor de la necesidad de constituir una organización única del movimiento estudiantil colombiano a nivel nacional que pudiera enfrentar toda la remetida neoliberal y que pudiese proponer un modelo alternativo de educación basado en la justicia social, basado en la gratuidad, en lo público, en la universalidad, y allí es donde se funda la asociación, en un año particular, 1998, que es el año donde en del Caguán, el gobierno del presidente Andrés Pastrana, va a ser más o menos la tercera o cuarta experiencia de diálogos con la insurgencia de las FARC-EP, y va a estar acompañando a la lucha por la educación la lucha por la paz del país, en una idea de que nunca más se volviese a la guerra, que la guerra pudiese acabar en el país, que se evitara pues el sufrimiento de muchas personas y el derramamiento de sangre, entendiendo que la guerra no iba a 2
tener una salida militar por parte del Estado ni por parte de la insurgencia de las FARC-EP, y fue lo que finalmente pasó, el Estado colombiano no pudo derrotar a la insurgencia y la insurgencia tampoco pudo lograr una insurrección como tenía planeado. Entonces la asociación va a estar un poco vinculada a toda la lucha por la paz en el país y su primera experiencia va a ser precisamente en el Caguán donde se discutía desde el modelo económico de Colombia hasta la restructuración de las fuerzas militares, el debate de la educación dónde iban delegaciones de la sociedad civil a interlocutar con el Estado colombiano y a interlocutar también con la insurgencia sobre los diferentes puntos que están contemplados. Uno de los puntos era el tema de educación, es así como en las diferentes universidades y colegios se organizaron foros, se organizaron seminarios, se organizaron asambleas para que los mismos estudiantes, profesores, los trabajadores universitarios pudieran hacer un análisis y un diagnóstico de la educación superior en Colombia y también pudieran proponer. Todo ese ejercicio de reflexión, de discusión, de elaboración de propuestas era lo que se llevaba al Caguán a las audiencias públicas y se presentaban como resultados de las discusiones de la sociedad civil en este caso y en particular de la comunidad universitaria en relación a lo que considerábamos nosotros que debía ser la universidad, para qué debía estar la universidad en la sociedad colombiana, cuáles debían ser sus fines, su misión, cuál debía ser el carácter de la educación en Colombia. Desde ese momento empezamos a trabajar como asociación desde nosotros mismo, alrededor de la lucha por la paz en Colombia. Desafortunadamente la dinámica misma de la confrontación y de la guerra llevó al fracaso de los diálogos del Caguán y es el momento en el que ingresa con mucha fuerza el Plan Colombia en el país, un plan que va a ser respaldado y financiado políticamente y dirigido políticamente por los Estados Unidos de Norteamérica, y es que van a ser los propios Estados Unidos los que van a entrar a casi que a dirigir en terreno la guerra en Colombia. Se va a desatar un periodo supremamente difícil, va a llegar después de la ruptura de los diálogos del Caguán al gobierno y a muchos escenarios del poder del Estado el proyecto de Álvaro Uribe, que es un proyecto de tono autoritario con rasgos fascistas, que van a ser dos periodos, 8 años, donde se va a presentar la mayor agudización en términos de violaciones a los derechos humanos del movimiento social y popular, del movimiento estudiantil, del movimiento universitario, con múltiples amenazas a la vida de dirigentes universitarios, muchas personas desplazadas de diversos lugares.
Se empieza a desarrollar allí una
estrategia que parte de la premisa del exterminio del enemigo interno donde Estados 3
Unidos en su lógica y su concepción de ver a Latinoamérica como su patio trasero pues va a establecer esta doctrina y a aplicar como dos puntos globales en la cuestión del enemigo interno, que para el Estado no simplemente van a ser la insurgencia, quienes se hayan levantado en armas por las mismas circunstancias políticas, económicas y culturales, de las desigualdades sociales que hay en nuestro país, la exclusión y la violencia política, sino también a los diferentes sectores sociales que se atrevieran a cuestionar a Álvaro Uribe y sus vínculos con el paramilitarismo. Es decir, cualquier expresión de descontento social era reprimida, y no solamente reprimida sino perseguida a condiciones extremas, al punto de que se quitará la vida a muchas personas. Mucha gente en ese periodo tuvo que salir desplazada de sus ciudades, incluso irse para otros países exiliadas y fue el periodo en el que quizás hubo más violaciones a los derechos humanos y al movimiento estudiantil colombiano. Nosotros como asociación, en el momento en el que se rompen los diálogos de paz del Caguán, preveíamos una situación muy difícil de persecución en el país, de estigmatización, y decidimos lanzar una iniciativa para no dejar morir el debate, la discusión y la reflexión académica y la reflexión estudiantil para pensar qué podíamos aportar para cerrar el ciclo de guerra cuando habían llegado a fracasar unos diálogos como fueron los del Caguán, y decidimos impulsar lo que se conoció, lo que se ha conocido hasta ahora como los Foros Nacionales Universitarios frente al conflicto. Nosotros como movimiento universitario hemos tenido muchas víctimas desde nuestro ejercicio del activismo estudiantil, pero no solo como estudiantes sino también muchos profesores por su labor investigativa, por su labor académica fueron asesinados, fueron desaparecidos. Entonces nos pareció muy importante que a pesar del contexto de guerra, desde la academia colombiana como le corresponde, la universidad como un lugar por excelencia y privilegiado para desarrollar la confrontación racional de la diferencia es decir, el debate argumentado de las ideas, es que fuese la misma universidad la que le hablara al país y la que le hablara a los actores que se encontraban en confrontación armada: el Estado colombiano, las insurgencias, incluso los mismos grupos paramilitares, para buscar una salida al derramamiento de sangre que se había dado en Colombia durante más de 50 años. Empezamos a desarrollar esa experiencia y de esos escenarios salieron iniciativas muy importantes, siempre llamando a retomar los diálogos de paz, llamando a que la salida de la confrontación armada en Colombia se diera sobre la base del diálogo, sobre la base de la solución política, y que pudiésemos transitar a un momento de democracia en el país. También muchas manifestaciones impulsamos, movilizaciones, marchas, denuncias a nivel nacional e 4
internacional. En ese periodo de Álvaro Uribe quizás es el periodo de mayores violaciones a los derechos humanos, y lo que decidimos fue empezar a realizar unos informes anuales registrando todas esas violaciones de los derechos humanos las cuáles eran las estrategias sobre las cuales se configuraba ese enemigo interno y por qué el movimiento estudiantil era objeto de hechos tan infames como amenazas, como desapariciones y ese trabajo lo pudimos visibilizar mucho en Europa, en otros países, y ello llevo a que en el año 2005 recibiéramos el Premio por la Paz del Festival Internacional de Estudiantes en Noruega, y esa labor la seguimos desarrollando. Siempre concebimos y hemos pensado que todo proyecto de educación responde a un proyecto de sociedad, a un proyecto de país, y por eso nuestra lucha por tener una educación pública, gratuita y digna ha estado ligado siempre a una transformación profunda de la sociedad colombiana, nos hemos fundado en acabar la guerra y empezar a construir un nuevo proyecto de Nación, sustentado en una democracia profunda, en valores de la justicia social, de la vida digna, y para eso era fundamental que no siguiese existiendo guerra, de que ningún joven más siguiese muriendo o siendo asesinado en los campos de batalla, y que la educación fuese un pilar fundamental para impulsar una profunda reforma cultural de la sociedad colombiana. Nuestra sociedad ha sido una sociedad yo creo que embriagada en la violencia, la vorágine de la violencia ha estado yo creo que desde la misma llegada de los españoles a nuestras tierras con todo lo que significó el exterminio de los indígenas en el país y bueno, lo que fuimos, que es una mezcla de todo que nos llevó también a otro momento de nuestra vida como sociedad. Allí se presenta la posibilidad de cerrar el ciclo de la guerra, después de Álvaro Uribe que intentó por todos los medios perpetuarse en el poder, incluso hizo un referéndum para modificar la constitución y poder mantenerse más de dos periodos en el ejercicio del poder, a pesar de eso, de sus escándalos por corrupción, sus escándalos de intrusión del paramilitarismo, hasta el punto que se reunían jefes paramilitares en la casa presidencial y nada pasaba en este país, a pesar de que se presentaron más de 5000 casos de falsos positivos, que fue una política de Álvaro Uribe para estimular a las fuerzas militares por donde por cada baja en combate de un guerrillero les daba un tipo de reconocimiento económico, en especie o vacaciones, a los militares, y sobre la base de eso muchos jóvenes fueron disfrazados de guerrilleros que eran de barrios populares, los llevaban a zonas de conflicto y allá los ajusticiaban. A pesar de todo se trata de una de las clases más tradicionales de la burguesía colombiana, esa burguesía afín al poder del capital financiero, y creo que el contexto internacional cernido por la crisis capitalista que se empezó a desarrollar desde el 2008 en los 5
Estados Unidos con la burbuja financiera y como eso afectó a Europa, afectó a grandes países de Latinoamérica, pues también empezaba a golpear a nuestro país, la economía colombiana empezaba a mostrar signos de esa segregación, el gobierno colombiano empezaba a tener dificultades fiscales para el sostenimiento del gasto de la Nación y pues evidentemente la guerra tenía un costo muy alto también, dentro del presupuesto general de la Nación que se aprueba cada año siempre el ministerio de defensa ocupa el mayor puesto en gasto público y sostener una guerra no es fácil. Hay un elemento por ahí que lleva a cristalizar negociaciones de paz, pero también un movimiento social y popular que venía empujando con mucha fuerza la necesidad de que se diese una solución política al conflicto colombiano, y en el escenario internacional pues en América Latina teníamos en ese entonces un escenario muy favorable
con
gobiernos
progresistas,
gobiernos
de
izquierdas,
gobiernos
democráticos que ayudaron a impulsar el escenario de diálogos, el papel de Venezuela con Chávez fue fundamental, y el papel de cuba con Fidel y Raúl Castro, en Argentina con los Kirchners, en Brasil con Lula y Dilma, en Ecuador con Rafael Correa, en Bolivia con Evo... todos estos gobiernos progresistas facilitaron que en Colombia se diera el escenario para las negociaciones de paz. Desde ese momento evidentemente, nosotros como asociación dentro de nuestros escenarios tuvimos las reuniones correspondientes y sin vacilar un solo segundo decidimos aportar nuestro esfuerzo, nuestra capacidad política y organizativa, para apoyar el proceso de paz, para que pudiese salir adelante, y empezamos a desarrollar los foros que os comentaba anteriormente, a desarrollar pedagogía de paz en diferentes universidades del país explicando a los estudiantes, explicando a la comunidad universitaria en qué consistía la agenda de diálogos, por qué era importante que en Colombia finalizara la guerra, por qué era importante el diálogo como forma de resolver los conflictos y empezamos a desarrollar esa labor, tanto de antes del plebiscito del 2 de octubre que fue la refrendación de los acuerdos como después, desarrollando esa dinámica con muchos movimientos estudiantiles que nos unimos por la causa de la paz, de la discusión política, y fue una experiencia muy bonita. Nos permitimos encontrarnos con estudiantes de todas las clases sociales, de todas las universidades tanto públicas como privadas, en el anhelo quizás como jóvenes que precisamente estábamos cansados de la guerra en Colombia, cansados de que los jóvenes siguieran muriendo en los campos de batalla, que estuvieran acá con nosotros en las universidades y en los colegios. Desarrollamos todo un movimiento que fue fundamental, sobre todo después de que perdimos el plebiscito, que era el escenario de refrendación de los acuerdos, la extrema derecha desarrollando toda una campaña de engaño, de 6
mentira, y gana por una votación muy mínima el plebiscito; y después como estudiantes tomamos la decisión de convocar a la ciudadanía a las calles y a los diferentes sectores sociales y populares. Fueron manifestaciones realmente gigantescas en todo el país, donde la juventud jugó un papel protagónico y finalmente se lograron firmar los acuerdos con la insurgencia de las FARC-EP. También en este periodo como una muy buena noticia para nosotros empezaron los diálogos con el Ejército de Liberación Nacional. En esta última etapa varias bandas criminales han enviado mensajes a la presidencia de la república y al gobierno nacional manifestando su voluntad de dialogar y de someterse a la justicia y, recientemente, el Ejército Popular de Liberación, que es otra guerrilla que fundamentalmente opera en la frontera con Venezuela establece una serie de puntos básicos para iniciar un proceso de diálogo. Sentimos que estamos comenzando un proceso de transición en Colombia y que, después de muchos años, muchas décadas, muchos esfuerzos, muchas vidas de compañeros y compañeras, va a materializarse un sueño que teníamos desde nuestra formación y en esta etapa hemos formado una iniciativa que es un servicio social estudiantil que se llama Abraza la Paz para hacer un aporte como estudiantes en todas las comunidades y territorios que fueron profundamente afectados por la violencia; poder desde el conocimiento que hemos recibido en la academia ayudar a reconstruir los lazos del tejido social rotos por la dinámica de la violencia en Colombia. Hemos ido en un primer momento a las zonas verdales, a comisiones médicas, comisiones culturales, comisiones deportivas, de alfabetización, para los miembros de esta guerrilla y haciendo un ejercicio sobre todo de reconciliación. Entendemos que la reconciliación viene del latín “concilium” que evoca una asamblea, un encuentro, una reunión, y queremos hoy establecer ese proceso de reconciliación con los que en algún momento tomaron las armas como forma de ejercer la política
y volver a
convivir en democracia donde quepamos todos a pesar de la diferencia. Creemos que esa es la tarea que tenemos que hacer nosotros como estudiantes universitarios, abrirles los brazos a los insurgentes que dejaron las armas y hoy están transitando la vía civil y poder construir otro país en otras circunstancias distintas. - ¿Forma de la organización y participación? - Son 32 universidades públicas en el país y yo creo que en el 90% estamos, también en bastantes universidades privadas. En mi caso pues además de presidente de la Asociación soy representante estudiantil ante el Consejo Nacional de Paz, que es una instancia creada por ley desde 1998 y, recientemente con los Acuerdos de Paz, mediante decreto presidencial se reformuló un poco para que pudiese cumplir un papel fundamental en la fase de la implementación de los acuerdos. Entonces es un órgano, 7
el Consejo Nacional de Paz, consultor y asesor del Gobierno Nacional en materia de paz para elaborar la política de Estado de todo el tema de paz, y estamos trabajando desde allí, estamos trabajando en diferentes escenarios porque vemos con mucha preocupación el escenario de la implementación de los acuerdos, se han venido presentando toda una serie de obstáculos, una serie de incumplimientos, de cortapisas por parte del Gobierno Nacional y por parte de las fuerzas políticas que están en el congreso de la república que están afectando mucho al desarrollo del proceso y el lograr llegar a buen puerto con todo esto que se está viviendo, que además el escenario de persecución sigue presente, siguen existiendo estructuras paramilitares en diferentes regiones del país que siguen intimidando a la población, sigue existiendo control territorial sin que existan medidas efectivas del Estado para combatir a estos grupos paramilitares, y los múltiples asesinatos, por ejemplo, a excombatientes de las FARC, a la gente que se incorpora a la vida civil la están asesinando, están asesinando también a sus familiares... Creemos entonces que es una estrategia que es supremamente macabra de generar un temor y una desconfianza a las personas que han tenido ese gesto, que llegan a la sociedad, llegan a la realidad y se encuentran con este tipo de situaciones; muchos defensores de derechos humanos y líderes sociales que también están siendo asesinados, sobre todo en los territorios donde la violencia ha sido mucho más aguda, y recientemente la masacre de los campesinos de Tumaco a manos del ejército y la policía nacional. Fueron 10 campesinos asesinados, campesinos que vivían del cultivo de la hoja de coca porque no tienen otra opción para vivir. En los acuerdos de paz hay un punto que habla sobre la sustitución de cultivos y se dan una serie de alternativas para que el campesinado tenga otro tipo de economía, y ese acuerdo no lo está cumpliendo el gobierno Nacional, están haciendo erradicación forzosa; y llama la atención que hace apenas unas pocas semanas Trump, el presidente de Estados Unidos, sale con unas declaraciones bastante fuertes, complejas e intimidatorias sobre el problema de las drogas en Colombia, y unas semanas después el ejército va y asesina a los campesinos, que son campesinos que viven muy alto en la cordillera, no hay carreteras para sacar los alimentos que puedan cultivar allá, por lo tanto se hace más costoso y la única alternativa que les queda es realizar ese tipo de cultivos. Entonces creemos nosotros que estamos en un periodo como bastante complejo, de bastante incertidumbre pero bueno, vamos a seguir trabajando como lo hemos hecho antes. Creemos que hemos avanzado bastante y hoy se trata de defender lo que hemos logrado conquistar y no dejar que el país vuelva al escenario de la guerra. Hay
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muchas personas, muchas fuerzas en el país que se han enriquecido con la guerra y por eso quieren que esto siga hasta el infinito - Proceso de Paz y expectativas - Bueno, nosotros consideramos que todo este periodo de negociaciones, a pesar de la estigmatización y de todo un ambiente contrainsurgente que se ha generado desde los medios de comunicación y desde el Estado, en la universidad: sus profesores, sus estudiantes y sus trabajadores han estado vinculados desde diferentes apuestas, desde diferentes trabajos, a contribuir al proceso. Desde proyectos de investigación, las universidades también tienen convenios que en este momento están apostando a la construcción de paz, obviamente como es natural desde diferentes visiones y desde diferentes concepciones de lo que debe ser la paz en Colombia, pero creo que se ha jugado un papel importante aunque aún nos queda mucho más como Academia Colombiana, como esos espacios del pensamiento, de la razón, del conocimiento, de lograr tener un mayor protagonismo en este periodo, pero siento que se generó una sensibilización importante de la comunidad estudiantil, eso fue evidente en el plebiscito que salimos a movilizarnos masivamente defendiendo el proceso y los procesos de paz. Ahora tenemos un rato enorme, y es como reconstruimos una sociedad después de 50 años de guerra, y ahí va a tener que jugar un papel fundamental la Academia Colombiana y sus integrantes. Creemos nosotros que todo este trabajo que se ha hecho es también en homenaje a todos los estudiantes, profesores y trabajadores universitarios que fueron asesinados, que fueron desaparecidos, que fueron encarcelados, que tuvieron que irse del país por el fenómeno de la violencia en Colombia, y hoy el trabajo que estamos haciendo es un homenaje a ellos. Creo que son las víctimas de la guerra en Colombia por las cuales hacemos el trabajo, son más de 100 millones entre desplazados, asesinados, desaparecidos, encarcelados, y creo que esa es una de las principales motivaciones que tenemos nosotros y, por supuesto, que las futuras generaciones no tengan que vivir una realidad tan colmada de violencia, tan sumergida en la violencia, en la barbarie como la que vivimos nosotros, entonces creo yo que sería como eso. - ¿Se conocen las víctimas del conflicto? - No, el número exacto no. Ahí hubo quizás una habilidad en el proceso de paz: la paz tuvo como elemento y eje central a las víctimas durante todos los años que se desarrollaron los diálogos. No obstante no hubo víctimas del movimiento estudiantil 9
que fueran a hablar allá, y el movimiento estudiantil fue uno de los sectores más victimizados durante todos estos años de guerra. Nosotros estamos para trabajar por hacer una reconstrucción de memoria histórica, de sistematizar todos los casos que se presentaron de violaciones a los derechos humanos en el marco del conflicto, y de tener ese resultado de esa investigación para presentar en la Comisión de la Verdad que se ha establecido alrededor de la Jurisdicción Especial para la Paz, y de que eso no vuelva a presentarse en las universidades. Las universidades colombianas fueron también objeto de toda la estrategia contrainsurgente; hubo un pacto de las fuerzas paramilitares, el “Pacto de Ralito”, que se firmó con Carlos Castaño, con todos los jefes paramilitares donde, dentro de su estrategia era tomarse todas las universidades públicas del país, bajo su concepción eran nidos de guerrilleros insurgentes, y eso se dio, tuvimos casos como por ejemplo el de la universidad de Córdoba, donde hubo estudiantes asesinados, donde estuvo “Margie de la OC” asesinada con 7 meses de embarazo, una activista estudiante de esta universidad. En esa Universidad eran los paramilitares quienes decían quién debía ser el rector. Donde yo estudié mi primera carrera, en la Universidad Industrial de Santander, también tuvimos escenarios muy complejos con el paramilitarismo, hubo una llamada que se filtró donde el rector se comprometía con los paramilitares y ese fue el caso de muchas universidades. También fuimos víctimas, sufrimos el flagelo de la guerra por la persecución del Estado, por la persecución paramilitar, y creemos que la universidad debe ser ese espacio social, ese espacio de la sociedad donde se permita el florecimiento de la conciencia más clara de una época, y para eso necesitamos libertad total para nuestro ejercicio académico. No queremos que sigan presentándose casos como por ejemplo el del profesor Miguel Ángel Beltrán, que fue encerrado durante muchos años por investigar alrededor del conflicto de la guerra en Colombia, ni ninguna estudiante. Ahora tenemos a un compañero de Sociología detenido, el compañero Mateo, varios meses en la cárcel ya lleva, producto de los montajes judiciales que se hacen en nuestro país y de la estigmatización que hay también hacia la universidad pública. Creemos que parte del ejercicio de reconciliación para la construcción de paz es que los medios de comunicación, el Estado colombiano deje de ver a la universidad como ese nido de insurgentes, de guerrilleros, y que le de la importancia que se merece a las universidades colombianas que han aportado mucho al desarrollo científico, cultural, tecnológico y artístico del país, y que sin universidad y sin academia va a ser muy difícil construir otro tipo de democracia.
ANEXO 5. ENTREVISTA SEGUNDA: FEU CON CRISTIAN AYALA
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-Primero preséntate. Mi nombre es Cristian Ayala, soy estudiante de Ciencia Política de la Universidad Nacional, ya mi último semestre. Hago parte
de la Federación de Estudiantes
Universitarios (FEU) que es una organización nacional de estudiantes que tiene carácter gremial y que hace presencia en gran parte de las universidades del país. -Hablando de su historia, ¿cómo surge y por qué? Hay que decir que organizaciones estudiantiles en Colombia ha habido montones y digamos que también responde a algunos periodos históricos muy particulares. Digamos que la Federación surge en el año 2005, en un contexto muy particular, estaba el gobierno de Álvaro Uribe lo que complicaba, era un contexto de represión, donde los índices de violencia y violaciones de DDHH eran demasiado altos producto del recrudecimiento del conflicto armado en Colombia. También debates en torno a la Universidad como debía ser el movimiento estudiantil universitario, que sectores debían acercarse. Es importante decir que la FEU surge con una perspectiva de constituirse como la organización unitaria de los estudiantes. Igual ahora que va pasando el tiempo, y a medida que la Federación va desarrollando sus propios debates pues digamos que esta perspectiva se va perdiendo, pues no en mal sentido, sino que más bien se va readecuando la perspectiva y sobre todo en los términos del diálogo con las organizaciones que también existían en su época, otras organizaciones que también después van surgiendo pero en últimas, la idea era como tratar de constituir una organización de carácter nacional con unos principios en particular y unas banderas, una muy central que era el tema de la solución política del conflicto armado que se lograra conglomerar gran parte de los estudiantes de las diferentes universidades -¿Quiénes la integran? La estructura organizativa de la FEU es una federación, eso implica que pues más allá de personas de nombre individual lo que busca la Federación es articular procesos. Hay que decir que en términos de la base organizativa, hay unos criterios partiendo que también a nivel de la base hay diversas formas organizativas, hay redes de conocimiento, hay grupos de trabajo, hay semilleros de investigación, colectivos que caminan en el tema de la comunicación popular, colectivos que llevan el tema del arte, personas que están involucradas que desarrollan también su labor en torno al tema de la representación estudiantil en las universidades. Entonces tratar de mostrar una forma organización es difícil pero hay algunos aspectos básicos. El tema de la 11
importancia la Federación que se constituye a nivel de universidades y de ahí se diversifican las formas organizativas en función de los intereses que tienen los distintos estudiantes. -¿Representación en todas las U? Pues en todas no pero en gran parte. Igual hay que notar algo y es que en Colombia el sistema de educación superior está concentrado en Bogotá. Si no estoy mal, es casi el 70% de la oferta total, al menos en universidades. En las regiones están las Universidades regionales y en algunas ciudades en particular algunas privadas. Sin embargo sí, la Federación ha tratado de mantener esa perspectiva nacional en muchas regiones del país tiene presencia, creo yo que en la gran mayoría. También ha logrado hacer algo, que es una virtud a mi concierto, que tienen muy pocas organizaciones, que si que les da posibilidad de construir organización estudiantil, construir perspectiva a partir de las universidades privadas. Por lo general, antes de los 2000 las organizaciones estudiantiles, salvo alguna particular siempre estaban en las públicas, ya después, en otro contexto, con el tema de la MANE, por ejemplo, hace que esta perspectiva se amplíe. No sé en específico decirte cuantas son. -Al ser una Federación, ¿cómo es la organización interna? El espacio más importante que tiene la FEU es el Congreso que se supone que se realiza cada tres años, aunque en el último ha habido un reajuste y la idea es que se realice cada dos años. La organización no es estática, cómo se organiza la gente también cambia a medida que cambian los contextos. Seguramente entre el primer y segundo congreso de la FEU era una la forma, luego surgen otras, pero digamos que igual básicamente el Congreso como principal escenario de liberación. Hay otro, que funciona entre congreso y congreso que se llama la Asamblea Nacional de Delegados, que es un escenario de dirección política general de la FEU que se reúne cada seis meses, dos veces al año y está compuesto por delegados de diferentes universidades. Cada Universidad puede enviar a dos o tres delegados. Aquí en la Nacional de Bogotá puedes tener 24 grupos de trabajo pero en la articulación a nivel nacional, pues es la Federación de cada una. También al interior de la asamblea hay una Mesa de Delegados, un órgano que es más periódico pero que digamos, tiene un carácter más ejecutivo, también un Comité Comunicativo Nacional que está compuesto de unos compañeros destacados de los diferentes puestos de las Universidades más los responsables regionales. Dividen el país en 5 regiones y a partir de ahí pues también tratar de articular, es una forma de juntar lo nacional y lo local, pues la consideración era un poco que hay dinámicas que son más propias de la región. Eso sumado a como 12
se ha construido la FEU durante los años, y el tema de las regiones ha sido muy importante particularmente alguna como las del suroccidente colombiano, por ejemplo: el Valle, Nariño, Cauca con diferentes procesos. El nororiente Colombiano; que son los Santanderes. El eje cafetero por ejemplo, Quindío, Caldas y Risaralda. Y de ahí se desprende este órgano más ejecutivo que se reúne como cada mes o dos meses pero igual su tarea es tratar de visibilizar las definiciones de las otras instancias tanto el Congreso como la Asamblea Nacional de Delegados. Ya en las Universidades las formas de organizarse son diferentes, corresponden a la realidad de cada una. Hay algunas dónde solo tenemos 3 o 4 personas, ahí es muy difícil tratar de conseguir una estructura muy completa frente a otros que tenemos 25 o 30 grupos de trabajo como la Nacho o el Valle. En estas sí que hay que construir unas instancias de articulación. -En el caso de la Universidad Nacional de Bogotá, además de en la FEU tenéis cargos estudiantiles. Cómo es el proceso de tomas de decisión. Sí, pues acá en la Nacho, la figura máxima es una figura símil del Congreso que es la Asamblea de la Federación que es el escenario dónde de toman las decisiones políticas. Acá hay un proceso más avanzado digamos pues hay mucha más gente entonces hace que, por ejemplo, la gente pueda también repartirse en comisiones. Tenemos una Comisión de Comunicación, una Comisión de Educación, Comisión de Finanzas. En la Federación en los últimos años en la Nacional se ha construido una perspectiva importante frente al tema de las representaciones estudiantiles. También hay un equipo que se encarga de lo anterior pues la FEU por ejemplo, tiene junto a unos compañeros de Movisae la representación estudiantil más importante del país que es el Consejo Superior Universitario de la Universidad Nacional. Se dirige a partir de los diferentes equipos. También por supuesto hay unos encargados que se llaman los Delegados, son elegidos también democráticamente en instancia de la Asamblea y es como un órgano de cultivo pequeño de la Universidad que se encarga de agilizar las cosas. La Federación contiene un espíritu democrático y parte porque las decisiones las tomamos todos en su conjunto, pero también entendemos que la política en esta dinámica a veces la indica la Asamblea Permanente. Tenemos algunos mecanismos que nos permiten tomar decisiones rápidas. -¿Ideología? ¿Pertenece a un Partido Político?
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La FEU tiene un espíritu amplio independiente, plural, democrático. La apuesta que nosotros hemos tenido a nivel nacional es la de tratar de construir una organización estudiantil que contempla múltiples y diferentes perspectivas y formas de ver el mundo. En el interior de la federación hay de todo. Hay compañeros comunistas, anarquistas, liberales, compañeros que más allá del debate político están en sintonía con la reivindicación propia de la Educación superior. Hay compañeros que incluso hacen parte de organizaciones políticas pero igual la apuesta siempre ha sido por mantener la amplitud y la independencia de la FEU, que no significa negar la posibilidad de compañeros articulan la política. Esto es parte de los debates en torno a la organización hoy. En general, me refiero más a los debates que hay en torno a la izquierda en Colombia. Es la posibilidad de construir proyectos de mayoría, a veces cuando las formas organizativas surgen planteamientos restringidos pues obviamente limita la posibilidad de otras formas de ver el mundo. Se pretende articular esta misma puesta en la FEU, interesa que siempre y cuando se esté de acuerdo con los principios de la plataforma, pues el que quiera independientemente de su ideología política, religión pueda entrar. -¿Momentos clave o reivindicaciones de la FEU? Actividades concretas El momento principal ha sido la Mesa Nacional de Estudiantes (MANE). El movimiento estudiantil en Colombia a finales del siglo XIX, por ejemplo, los estudiantes pues hacían parte de reivindicaciones políticas en torno a cómo se reconstruía el proyecto de República. Ya en el siglo XX se configura como movimiento estudiantil, a partir de los años 20 con alguna reivindicación precisa, pero indiscutiblemente el periodo de movimiento estudiantil más importante en Colombia ha sido la MANE. Primero por ser la posibilidad de un movimiento social con diversas articulaciones a nivel nacional y con niveles de presión muy altos por la cantidad de zonas que estaban aglomeradas en torno a este movimiento, segundo porque también hizo algo que tampoco tiene antecedentes en un movimiento social lo haya logrado, la posibilidad de echar para atrás una Ley planteada por el Gobierno. Esto lo hizo la MANE y, por ejemplo, muchos compañeros y compañeras de diferentes movimientos sociales pues después usaron la MANE como marco de referencia también porque en su momento presentó un ejemplo muy importante y es que se constituyó como un proyecto de unidad. No había organización estudiantil que no estuviera en el marco de la MANE y más allá de eso, había también estudiantes que no hacían parte de las organizaciones tradicionales pero que hacían parte del movimiento como tal. La MANE es sin duda una experiencia
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sin precedentes en Colombia, la cual la FEU tuvo un papel fundamental, como una de las más importantes en el interior de ésta. -¿Actualmente? La paz. En Colombia por fortuna los últimos años se está llevando un proceso de paz con la guerrilla más importante del país, FARC. Lo que hay que decir que la paz ha mostrado para algunos que puede ser más difícil que la guerra debido a las circunstancias, pero la FEU desde su fundación, desde su principio ha tenido una búsqueda por la solución política del conflicto y que se abra esta posibilidad de superarlo por la vía del diálogo y crear un acuerdo como el que se desarrolló en la Habana. Sin embargo, hay que decir que en Colombia hay sectores que a día de hoy aun se oponen a la posibilidad de que haya paz. Pareciera que quisieran vivir en el pasado, cerrar la posibilidad de
un marco de nueva Colombia, más allá de elementos
discursivos pues también por diferentes intereses. En Colombia se configuró un sector en particular que dependía de la guerra, que hacía política con la guerra y que su forma económica también dependía de ésta. Son los que están tratando de desajustar, poner en una situación de inestabilidad el proceso. Yo creo que a propósito de lo que ocurrió en el plebiscito pero sobre todo el movimiento social que surgió después en el cual los estudiantes jugaron un papel fundamental, siendo el actor más relevante de ese proceso de movilización y eso lo que muestra es que en últimas, los estudiantes, tienen un papel necesario en la paz. El mismo proceso construyó unos mecanismo en los cuales digamos abría la posibilidad de discutir con la sociedad civil, los foros por ejemplo. El acuerdo de la Habana contenía 6 puntos, se hicieron unos foros temáticos (tema agrario, sustitución de cultivos ilícitos, participación política, víctimas fin del conflicto…) donde la federación, estuvo cercana a la mesa de diálogos de la Habana, llevando propuestas propias interlocutando con
las diferentes delegaciones, también la posibilidad de
generar movimiento social en torno a la paz, digamos que la FEU abanderó esa propuesta desde el principio.
El plebiscito,
tuvo una gran campaña
que
desgraciadamente ganó el No, pero que al menos ayudó a fortalecer un movimiento social. -¿Qué es el Voluntariado de Paz? Es una apuesta que surgió producto de la superación del conflicto en Colombia, es tratar de acercar a los estudiantes de las diferentes universidades a esos sectores de 15
la sociedad de la Colombia Común (lo llamamos nosotros). La orilla entre campo y ciudad es demasiado profunda, son indiscutiblemente dos mundos diferentes. Se nos ocurrió hacer un voluntariado con la intención de poder hacer que los estudiantes conocieran la realidad del conflicto de manera más cercana. La verdad es que los resultados indiscutiblemente maravillosos, mucha gente de la ciudad se estrelló con la verdad con la que no contaban y eso también ayuda a desmentir muchos mitos que hay sobre el conflicto armado Colombiano. Y también a los actores en particular. Todos sabemos que predomina la historia de los ganadores y eso durante la guerra en Colombia fue una generalidad y sobre todo con el Gobierno de Uribe desarrolló la guerra en el país de una manera atroz. Esa guerra tenía varias dimensiones, no solo la confrontación militar, sino también la confrontación de lógica el papel de los medios de comunicación, las diferentes campañas que sacaba el Gobierno nacional para deslegitimar actores como la insurgencia etc. Era la posibilidad de, precisamente, tratar de que esa brecha no fuera tan profunda. La primera apuesta era llevar a las zonas verdales a los estudiantes, que son los lugares donde las FARC tenían que comenzar el proceso de dejación de armas, concentrarse en un primer momento, estar ahí para cumplir con todo el proceso de reincorporación en todos sus niveles. Lo que hicimos fue llevar diferentes estudiantes allá, fue muy bonito, con un millón de anécdotas, las conexiones y la empatía que generaron todos con todos (ex guerrillos, comunidades) fue algo maravilloso. Era tanta la empatía que decían que tenían que hacer algo por la gente que habían dejado allá, que no se podían quedar quietos, si empezaban a surgir más proyectos, dentro de las diferentes universidades que trataban de conectar la universidad con la sociedad en ese sentido, con esa sociedad apartada. Es una de las apuestas más importantes que ha tenido la Federación en ese sentido. -¿Tenéis representantes en las mesas de negociación? La Federación como tal no, durante todo el proceso tampoco, porque igual el Gobierno desde el principio cerró la posibilidad de hacer de la negociación de paz entre las FARC y el Gobierno una negociación entre más actores y lo cerró a que solo se entendiera como una negociación entre las partes. Sin embargo, surgieron iniciativos que incluso eran potenciadas desde la mesa de la Habana, en ellas la FEU participaba. A nivel nacional con el tema de los voluntariados, está el tema también de que la FEU pertenece a la OCLAE, que es una organización continental de estudiantes, que es garante de que los acuerdos se cumplan y también las diferentes
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iniciativas que ya surgen a nivel local y regional, iniciativas ciudadanas, incentivando el tema de la paz, la generación de movilización social. -¿En la actualidad una mayoría de comunidad universitaria apoya la paz? Sí, pero lo triste es que si generalizas a Colombia no sabía decir o tendría que decirte que no. Por ejemplo, hace poco salió una encuesta en la cual preguntaban a la sociedad cual era el orden de prioridades en términos de la política y la paz estaba en el número 12. No pasa lo mismo en la universidad, digamos que abre más la perspectiva de las personas que están ahí, y digamos que nutren más el talante crítico, una concepción más progresista, más avanzada de cómo se debe constituir el país. -¿Es fundamental la participación de la comunidad universitaria? Sí y en últimas es el ideal, en Colombia es muy difícil que ocurra de tal manera pero lo ideal sería que todas las sociedades estuvieran en torno al proceso de paz. La posibilidad de cerrar un capítulo tan doloroso como han sido 50 años de guerra, eso es una oportunidad que ningún país del mundo que esté en esa condición pueda desaprovechar. Tenemos la ganancia de que en las Universidades es más consciente de ello, pero con una potencia que no está tal vez en otros sectores. En ese sentido hay que explotar mucho más para que todo el mundo esté lleno en el proyecto de la paz en el país, como política de Estado, de Gobierno, la paz no es un elemento menor. Y también lo que representan los acuerdos de la Habana, que más allá del pacto de Gobierno y FARC , si se logra implementar permite también unos ajustes en el país, tanto en materia de resolver unas dinámicas de desigualdad, particularmente las del campo, pero también sería una apertura política en Colombia. El conflicto en su última fase, que eral ya la guerra con las guerrillas comunistas, tenía dos causales fundamentalmente, más en materia económica, con la tenencia de la tierra, el derecho y su reivindicación; pero también con el régimen político que en su momento se permitía la política de los dos partidos tradicionales, que mantienen su carácter cerrado. -Para finalizar ¿Expectativas del Proceso de Paz? Estoy preocupado. Me parece que si no logramos cultivar y convencer a la sociedad Colombiana de la importancia de la paz podemos estar echando por la borda una oportunidad esencial en términos de democratización y movilización del país, sino además lo que implica una transición política en Colombia, lo que ocurría en un contexto donde se logra superar la guerra pero el relato de ésta se la quedan las 17
grandes élites. Yo creo que hay que dejarlo todo por la paz, indiscutiblemente. La paz ha sido muy difícil a veces incluso más que la guerra. No hay otra alternativa para Colombia que no sea la paz. Igual hay que tratar que sea una paz que trate de beneficiar a los sectores populares, sociales, eso es muy difícil cuando en el marco del proceso de paz ocurren masacres como la de Tumaco, con gran violencia política o cuando ésta construye otras dinámicas y las mantiene como en las ciudades. La violencia es multidimensional y parte de los niveles de desigualdad. Es una lástima que la izquierda no se haya dado cuenta de eso hasta demasiado tarde. La sociedad Colombiana tiene la posibilidad de dar un paso adelante pero parece que prefiere dar dos, tres pasos atrás, pero yo creo que las organizaciones sociales, las FARC como partido legal, la ciudadanía y los jóvenes tenemos esa labor. Ojalá cuando se haya llegado al final de la transición, tengamos un país diferente, dónde las alternativas políticas tengan posibilidad y los cambios que se necesitan para superar todo logren conseguirse.
ANEXO
6.
ENTREVISTA
TERCERA:
VOLUNTARIADO
DE
LA
UNIVERSIDAD DE LOS ANDES CON MIGUEL ÁNGEL CASTAÑEDA. -Para comenzar, preséntate. Buenas tardes. Mi nombre es Miguel Ángel Castañeda Barahona. Estudio Estudios Culturales y Filosofía en la Universidad de los Andes, en Bogotá. Hago parte, de alguna forma, del movimiento estudiantil en Bogotá, en Colombia, enfocado sobre todo en el trabajo con las regiones. No hago parte de ese gran grupo de estudiantes organizados que trabajan en la ciudad, y para las ciudades, sino que me interesa el trabajo con las regiones, y en ese sentido intento que la forma de organizar mi trabajo hacia allá es orientado a las regiones. De ahí nace alguna vez, por iniciativa de la FEU, nace el Voluntariado por la Paz que convocaba a muchas universidades del país y a muchos estudiantes a que se movilizaran a las diferentes zonas verdales, en ese tiempo zonas verdales, a participar en varios ejercicios académicos, a talleres, con guerrilleros, y, en ese sentido, se hizo un primer voluntariado que fue en abril, creo, y la Universidad de los Andes, específicamente, se erigió en “GUAVIARES”, el trabajo en el Guaviare.
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Teníamos muchos contactos y personas, ya, que habían trabajado allá y que, de alguna forma, nos orientaron en el nuevo trabajo. De aquí se intentó coordinar a las personas que estaban interesadas en ir a visitar el Guaviare, y, quizás, respondiendo a la tesis o al por qué surge, que esa será, como en el sentido de, sobre todo, de capacitación quizás, pero también, importante, un ejercicio casi que de consentización, como un ejercicio de apropiación además. No solamente pasaba por llevar a estudiantes universitarios a que les enseñaran a los guerrilleros o a las comunidades, lo que supiesen, sino que además pasaban por el hecho de que los estudiantes mismos se apropiaran de una cantidad de contenidos que no sucedían acá, en Bogotá, que nunca podían entender si no estaban de cara, a las regiones, de cara al campo o de cara a los guerrilleros, y en su cotidianeidad. Es distinto invitar a un guerrillero a la Universidad de los Andes a que hable, y como es distinto escucharlo hablar acá, también es distinto escucharlo hablar allá en el campo, con su cotidianeidad, en sus contextos… Un poco surge con esa intención, con un enfoque académico, talleres, pedagogía de paz, talleres de administración pública, de nivelación, etc. Pero también tenía un componente propio del que hacer y el aprender la cotidianeidad del guerrillero en el campo. -Cuéntanos un poco su historia,¿en qué año surge y por qué? Eso del voluntariado nace apenas este año después de una cantidad de debates enormes respecto a qué hacer de cara a las zonas verdales, sobre todo. El acuerdo se firma en diciembre, y se traslada en tal. Hay una gran cantidad de gente que está en las zonas y que necesita, de alguna forma, sentirse acompañada, necesita acompañamiento en muchos temas. Pues, ¿cómo lo hacemos? Pues, llevamos a gente. Y entonces, eso se hizo y surge este año y fue un éxito; mucha gente movilizada a todas las zonas verdales de Colombia. Y eso es increíble, es tremendo porque es mucha gente… -¿Cuántas personas participan y en qué zonas? Yo diría que es más de mil estudiantes. Yo creo que quedaron dos zonas, al menos, por visitar. La Guajira, la que queda en la costa, y otra creo que fue la de Mitú, pero el resto creo que todas las “visitáramos”.
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De ahí lo que sucede es que muchas personas que veníamos trabajando en los territorios pensamos, entonces, cuál era el sentido de volver con más gente a las zonas. Había un primer acercamiento que tenía que ver con el hecho de que la gente reconociera la cotidianeidad de los guerrilleros, etc. (lo que ya dije); pero dijimos, bueno, ya lo siguiente tiene que ser distinto, el enfoque ya no puede ser el mismo. Aquí la gente tenía un trabajo adelantado en “La Macarena”, que es el lugar donde más trabajo yo, y en La Macarena pensamos con varios líderes, con varias personas como volver con más voluntarios. Pero de “golpe” a la FEU le quedaba un poquito difícil volver a organizar otro voluntariado y asumirlo, incluso lo que hicimos fue organizar un voluntariado desde la universidad, digamos personalmente. Ese voluntariado se dirigió a La Macarena a la zona veredal Uría Rondón, que queda entre los límites del “Caquetá” y el “Meta”. Estuvieron allá más o menos cuarenta y dos jóvenes y muchachas, trabajando sobre todo temas de Administración Pública: cómo enfocar la formulación de proyectos. Pusimos en marcha una experiencia que para ellos también fue bastante enriquecedora. Siempre he entendido yo el voluntariado como eso, como la oportunidad de vincular gente que nunca ha estado en procesos o que nunca ha estado organizado… como vincularlas y además motivarlas para que se queden. Sobre todo porque yo recuerdo que un día hablamos en una reunión que teníamos en la FEU (y aunque yo no sea federado) uno de los objetivos que teníamos en la federación era organizar al menos el uno por ciento de estudiantes universitarios en Colombia (que en realidad son bastantes, es mucha gente, y sabemos que con esa cantidad podemos hacer cosas). Es una oportunidad para vincular personas que jamás han estado vinculadas a ningún tipo de procesos organizativos, y que además nunca han entendido o han sabido entender como aproximarse a las regiones, como aproximarse a las comunidades y, sobre todo, que la Universidad, que, en mi Universidad, tiene otro “plus”, que es que es gente con ciertas especificidades totalmente distintas a las personas que viven en la región. Entonces nosotros pensábamos que, de alguna forma, si les mostrábamos esa otra Colombia que no tenía mucha relación con el centro comercial y con el norte de Bogotá, quizás la gente fuese de alguna forma a tomar conciencia y a querer trabajar por las comunidades. Pensamos que tiene todo el sentido del mundo hacerlo así, y que, además, es algo que esperamos que continúe, porque es difícil (y yo quería también decir esto: cuál es la dificultad propia del quehacer). Porque está bien hablar de todo lo “lindo” que eso del voluntariado, pero después hay que hablar también de lo dificultoso que resulta 20
organizar ejercicios como éstos. La experiencia es clara y recién organizamos un voluntariado para esta semana (la primera semana de octubre (2017)) y, de “golpe”, no se puede hacer por problemas de seguridad. Eso, por ejemplo, es bastante “desgastante”, es decir, hay gente que lleva trabajando más de dos meses para que la semana se pueda dar y, de golpe, no resulta. Entonces, uno delimita los riesgos, porque el problema es ese, como no entender también, y ese es un problema muy del estudiante no organizado, que no es “soplar de hacer botellas”, que no es fácil, que hay que ir con cierta lentitud propia del caso. No podemos entrar en las comunidades a meter un bus de cuarenta personas y exponerlas a cualquier cosa. Después del Acuerdo de Paz es cierto que muchas regiones no han sufrido la violencia que han sufrido antes, pero también es cierto que nuevas formas de violencia están apareciendo, y apareciendo sistemáticamente, y de nuevo el foco sigue en la comunidad. Residuos de las FARC o gente misma de las FARC que van a ser parte de otras filas, de otros movimientos, pues sigue de golpe el camino de la delincuencia y eso nos dificulta una cantidad el trabajo desde acá, porque, como sea, quizás, uno tenga ya como la experiencia del caso y ya la gente lo reconozca a uno y para uno sea fácil entrar a las regiones, pero como el trabajo no lo hace uno sólo (que era un poco lo que les intentaba explicar a unos líderes de La Macarena: yo puedo entrar cuando quiera, pero yo no sé Administración Pública, o yo no sé ingeniería civil) . Es necesario que la gente entre. Yo no puedo exponer a cuarenta personas y menos (y esto va a sonar un poquito feo) como universitarios de este contexto, de esta universidad específicamente. No sólo es altísimo “riesgoso”, es bastante riesgoso, para la persona en cuestión, sino para los intereses
de
toda
la comunidad.
Nosotros
conocemos
como trabajan
las
organizaciones armadas y entendemos que es bastante difícil lidiar con eso y dialogar con ellos cuando están decididos a usar la violencia para obtener lo que quieren. Es bastante difícil irme a esperar a alguien a que le pase cualquier cosa. Por esa cantidad de cosas se dice: ¡no! Hay que tener cuidado, precauciones, etc. Ojalá fuese más fácil el acceso a las regiones. Y no es culpa de las regiones, no es culpa de las comunidades. Las comunidades están esperando a la gente, las comunidades se levantan y lo primero que piensan es qué necesitan; lo saben y requieren gente. No queremos, de alguna forma, seguir repicando la lógica del olvido: eran comunidades que hoy en día las conocemos porque están en el foco del acuerdo de paz y están priorizadas… pero que antes no teníamos ni idea de que existían, no teníamos ni idea de que la gente de aquí estaban sufriendo un conflicto. Están 21
esperándonos, y aquí estamos queriendo ir, pero es bastante difícil. De alguna forma uno intenta adelantar trabajo (yo he seguido a La Macarena, y cuando voy intento adelantar cosas) pero uno se da cuenta de la incapacidad propia del ser uno, “así es como, no puedo”, no tengo las herramientas para trabajar en todo lo que quisiera trabajar. Hay que organizar gente y traerla. Además de que es costoso, de que es largo un viaje de esos. Hay una cantidad de cosas que no sabemos cómo lidiarlas de hecho, pero hemos lidiado de una forma, hemos sorteado, afortunadamente, y por eso hay experiencias concretas de voluntariados que han salido magníficos y que han salido muy bien. Hay otros eventos como en el Guaviare, mucha gente entusiasmadísima con el Guaviare, de ciernes aquí en Bogotá, un colectivo, pero no ha podido volver a trabajar porque la entrada al Guaviare está complicadísima. La incidencia está alborotada, los parlamentarios están alborotadísimos. Todo se topó con el riesgo que dificulta el trabajo desde acá, por lo que no se puede hacer de golpe: una cantidad de energía, una cantidad de gente quiere hacer, gente incluso sin estar organizada o que no se interesaron en organizarse nunca, están haciendo, pues trabajar con más personas, trabajar con proyectos concretos, pero que de golpe están imposibilitados por lo que le acabo de explicar. Es necesario entender eso, y sobre todo que las comunidades extranjeras orienten también esos trabajos, no solamente la explicación del acuerdo o la formulación de la paz desde las ciudades, sino que se den cuenta también que, desde las regiones, desde las comunidades, es un debate que se sigue dando junto con la violencia, porque no ha parado. Ahora estamos inmersos en un Acuerdo de Paz, una implementación, pero es que la guerra sigue de alguna forma. Se cambian los bandos, se cambian los personajes, los sujetos con los que peleamos, pero sigue habiendo esa guerra tremenda. Casi, que yo preferiría asumir una actitud más pesimista al respecto. Puede haber eventualidades que nos dificulten el trabajo, verlo desde ahí, y poco creer en esta tesis de que está todo dado, y que las condiciones están dadas, y que “es no más hacerlo ya”. Hay una cantidad de circunstancias que nos exceden y que hay que ponerle atención. Vamos a seguir por el mismo camino y, seguramente, un nuevo conflicto nazca más fuerte todavía. Esa es como la actitud que a mí me interesa asumir, sobre todo.
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Una cosa también con los voluntariados o incluso desde las organizaciones estudiantiles, lo que dije al principio: yo no soy organizado en Bogotá, yo trabajo más con campesinos y tal, pero tengo que conocer el trabajo del como estudiantil en Bogotá para organizar gente. Algo que una vez discutíamos en la Federación era la idea de que los estudiantes en Bogotá no pueden pensar el post-acuerdo o el post-conflicto con las mismas categorías que entraron en el conflicto. Este nuevo espacio, o este nuevo momento, la oportunidad que se nos está dando para pensar el país, para reformularlo, estará abocado a reformular las categorías, a reformular una cantidad de conceptos que siempre hemos usado y que de golpe han sido los que nos han arrojado a tantos años de violencia. Y estoy hablando, precisamente, de argumentos como el desarrollo, de argumentos como el crecimiento económico, como la minería, que siguen siendo elementos que hacen parte de la política colombiana y que no están nunca puestos a discusión. Y que es fundamental que se pongan en duda como argumento: desarrollo para quién y por dónde, porque esto está en las comunidades desde hace mucho tiempo, y era un debate que teníamos con los estudiantes… nuestras investigaciones no pueden estar abocadas a utilizar conceptos como desarrollo, como expansión minera, tal fácilmente, o al menos sin darle vueltas y saber que significa. Son términos peligrosísimos que, de alguna forma, afectan a una cantidad: lo local, lo comunitario, lo común, las comunidades. Por eso se hace necesaria la reflexión previa a cualquier voluntariado. No solamente es llevar gente y “ya como vámonos para la zona”, sino que debe haber, al menos, un mes de orientación, conciertos… no es una cátedra marxista-lenilista (que nos encantaría que fuera, pero no lo es), es más bien como “vamos a ir a una comunidad y de golpe no puedes a la comunidad decirle que el desarrollo está bien o, al menos, aseverarles, como si te lo hago poner en discusión, hagalé… pero no puede ir a formular que el desarrollo es una cosa “la de ir a dar vueltas” porque quizás las comunidades no lo entienden así, entonces, casi que una orientación primero, con los estudiantes, antes de irse, como de estar presos sobre todo al debate. Usted puede creer mucho en el desarrollo, lo que quiera, no vamos a convencer, pero esté presto, ojalá, a discutir eso con las comunidades. Y yo creo que es la aptitud que ojalá asumiera mucha gente.
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Yo pensaría que no es tan necesario tener doce, diez mil estudiantes organizados, como que esos diez mil, aunque no estén organizados, de alguna forma, los trabajos que estén haciendo, los puestos que ocupen después en esas universidades, estén orientados a discutir esos términos, a discutir que se piensa entonces por lo económico, que se piensa entonces desde la Administración Pública, etc. Así, debemos tener diez organizados para ir a marchar, pero, yo soy un poco reacio a eso, sobre todo porque la experiencia del trabajo en el territorio le enseña a uno, de alguna forma, a ser concreto y a hacerlo ya, el trabajo se tiene que hacer hoy porque mañana los pueden matar. Soy un poquito reacio a este ejercicio de “reunitis” y de cátedra lenilista todos los días para que la gente sea “roja”, sino que me interesa el trabajo crítico, me interesa también el debate, como la formulación, como de tesis, que puedan ser discutidas en las comunidades ampliamente, y, además, ampliamente por sectores estudiantiles que nunca han tenido relación con el pensamiento de izquierdas o lo que sea. Me interesa más bien una organización estudiantil que esté dispuesta a ser profundamente crítica y en ese sentido sería el mejor aporte que le pudieran hacer a la paz. De otra forma seguiríamos hablando de los mismos conceptos, seguiríamos hablando de lo mismo, de este optimismo un poquito recalcitrante: hablemos de paz, pero hay que hablar de qué paz, cómo, desde dónde y con quiénes. Entender que no se puede hablar de paz como un elemento universal, general, sino que desde la discusión significa discutir incluso mi posición. No es solamente ser estudiante, además de eso tiene usted una clase y ocupa un lugar en la sociedad y tiene ciertas especificidades, y todo eso es importante situarlo y criticarlo como el ejercicio de la autocrítica. Entiendo la presión estudiantil de otra forma distinta a la que se ve en las ciudades de los estudiantes que van a las asambleas, sino más bien como una aptitud, el estudiante organizado es más bien una aptitud de cara a la política, de cara a lo cultural, a lo social, y es todo el tiempo. En parte, el voluntariado tiene la intención de que eso suceda. De que los estudiantes se den cuenta de que los debates en las comunidades son tan profundos y tan simples a la vez. Como se discute la idea de desarrollo en cuatro horas, en debates larguísimos “quemando chicha”. Y la gente lo hace, y a la gente le gusta. Y van a reunirse, en el tiempo que les queda, a discutir qué idea de desarrollo, por ejemplo. Y lo hacen claramente, y lo hacen sin toda esta jerga que yo decía que hay que usarla de vez en cuando en nuestros trabajos; pero que allá sucede, de otra forma. Yo siento, incluso, como que un estudiante pueda ir a las
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comunidades, pueda sentarse al lado de los campesinos a escucharlos hablar, incluso a intervenir. Tiene todo el sentido el voluntariado por eso. Porque es gente que en Bogotá nunca ha tenido el espacio, siquiera, para pensar o imaginarse como es la decisión política de las comunidades. Incluso es un asunto casi como de reconocimiento del otro. A mí no me interesa que sean comunistas o no, Es lo que menos me interesa. Me interesa, sobre todo, que exista esa empatía propia del estar con ellos. Yo estoy seguro que muy poca gente va hasta las zonas y se vuelve con las mismas ideas. Porque está “encontrada”, arrojada al diálogo con los campesinos, al diálogo con los indígenas. Los estudiantes que están vinculados al trabajo con las comunidades ha sido gente que ha entendido que es esencial trabajar en las regiones y para las regiones. La paz no se puede construir desde Bogotá y es gente que lo entiende y es gente que ya se dio cuenta que no se puede, como, claramente, es importante los intereses del Congreso, claramente es importante la “JEP”3, todos los asuntos que se discuten desde la Corte… pero, también es importante el acompañamiento, también es importante la intervención estando allá. Creo que este voluntariado, sobre todo, tienen eso, la oportunidad de vincular gente para que se dé cuenta de que la voluntad es distinta. En Bogotá no nos damos cuenta, o no acabamos de entender la magnitud de todo lo que sucede por allá. Llegar a las regiones es darse cuenta de que hay una realidad política, hay una realidad cultural y social que nos excede. Y que nos excede en nuestros términos, y que nos excede en nuestras categorías y por eso es tan importante repensarlas, reformularlas. El campesino tiene una idea de desarrollo que es totalmente distinta a la tuya. Toca sentarme a pensar, toca sentarme a darle vueltas a esto, y en ese sentido vale la pena este trabajo -Acciones concretas que ya se han realizado. Por ejemplo, lo más importante que se hizo en La Macarena cuando fueron todos los muchachos…en La Macarena hay una experiencia, desde febrero, venimos trabajando en La Macarena con varios líderes como sociales, campesinos, la formulación de la consulta popular respecto a si las comunidades quieren o no la minería en su territorio. Muchos de los problemas que nos dimos cuenta que sucedían tenían que ver con el hecho de que la gente no entendía la Administración Pública. No entendía de qué 3
Jurisdicción Especial para la Paz.
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forma se formulaba un proyecto, de qué forma se pasaba una carta al Consejo de La Macarena para solicitarle la consulta. Cuando hicimos la carta para la consulta toco improvisar porque yo no sabía, y muchos tampoco sabíamos. Fue averiguar por todos lados. Pero cuando los estudiantes fueron (que fueron 42 los que estuvieron allá), se enfocó el trabajo a eso, a la Administración Pública. Es darse cuenta de cómo funciona el Estado, que ese Estado se rige por tales cosas… sobre todo porque uno de los problemas de las comunidades es que la figura del Estado siempre fue las FARC. Hay muchas comunidades, muchas regiones donde las FARC operaban como estado y cuando entrega las armas y se van para las zonas hay una ausencia de estado y llega alguien a ocupar ese lugar, que es el gobierno, pero llega con unas categorías totalmente distintas. Llega con unas formaciones “distintísimas”: Cómo solucionar un problema de tierras con las FARC o con el Estado; con las FARC era vaya a preguntar al Comandante y que el Comandante le diga a usted, le solucione el problema ya; con el gobierno hay que hacer todo un trámite burocrático tremendo. Nos dimos cuenta que las comunidades estaban arrojadas a esa nueva forma de estado y por eso era necesario explicarles cómo “anda” ese estado, como está compuesto, a qué lugares tienen que acudir cuando “nuestra empresa hacen discutir tal cosa”, si hay que enviar una carta a tal lado a dónde tienen que enviarla… El trabajo se enfocó, sobre todo, a eso, como que fue un eje “superimportante” el ejercicio de la Administración Pública, porque si no lo hacíamos estoy seguro de que sería todavía más difícil intentar adaptarse a esta nueva forma de estado y no salir perdiendo todo lo que se había ganado. -Para finalizar ya: Qué expectativas, objetivos, esperáis cumplir y en qué plazo de tiempo. Una de las cosas más importantes es la oportunidad de consolidar un ejercicio que sea fuerte en las regiones, y no solamente en la región de La Macarena, sino en todas, un ejercicio que tenga la capacidad para movilizar a las personas que tenga que movilizar para enseñar, para lo que tenga que hacer con las comunidades, y eso pasa por formular proyectos a entidades, a organizaciones, que estén interesadas en financiar todo el ejercicio. Y eso es parte de los proyectos que hay que hacer, y es parte de los planes, es parte de los asuntos que tenemos pendientes. Y también, un poco, es como, desde la organización estudiantil sobre todo entender que es importante acercar, no solamente la academia a las comunidades, sino acercar las 26
cotidianeidades: acercar mi experiencia cotidiana a la experiencia cotidiana del campesino. Y, aún, cuando esté lejos poder entender que no tengo que estar allá para sentir cierta empatía por el ejercicio que hacen a diario. Va por dos lados: por ese lado casi de apropiación o identificación, que ese territorio no es solo que yo vengo a ver paisajes que son muy lindos, sino que, además, es un espacio propio de la lucha política de las comunidades. Creo que va por ahí el ejercicio y para eso lo que necesitamos son manos, gente que tenga la aptitud para ponerse las botas y el sombrero y poder ir a trabajar al campo. Para finalizar, yo discutía con un compañero acerca de si lo que tenían que hacer los estudiantes eran talleres, si se tenían que creare talleres, y yo decía “no creo”, creo que parte de la experiencia es que el universitario sienta el campo y acuda a ordeñar las vacas y atar el ganado y a lo que fuese, y a sembrar. Yo creo que con esa conciencia del trabajo del campo podríamos crear una generación universitaria menos paria, que se da cuenta que el trabajo es difícil, que se da cuenta que hay que trabajar bastante duro para poder comer. Y que le toca a mucha gente en Colombia. Casi que es un asunto de chocarse con la realidad muy ajena a nosotros y muy ajena, sobre todo, a Bogotá. Así entender que todo lo que se haga no puede ser solamente pensado a la intervención de talleres o lo que fuese, sino a untarse las manos de tierra y yo creo que eso crea una aptitud que (por lo menos en mí) cambia la percepción de todo lo que haga y lo que me interese hacer.
ANEXO 7. ENTREVISTA CUARTA: VOCES DE PAZ CON SIMÓN LADINO. -Primero preséntate a ti y a tu organización. Mi nombre es Simón Ladino Cano, yo tengo 23 años, soy Sociólogo graduado de la Universidad Nacional de Colombia y durante toda mi carrera universitaria hice parte de la Federación de Estudiantes Universitarios de Colombia, actualmente hago parte del Equipo de Asesores de Voces de Paz. Voces de Paz es una organización ciudadana que se creó transitoriamente para participar en todos los debates que por vía legislativa a través del Congreso de la República se van a dar para llevar a cabo el proceso de implementación normativo del Acuerdo de Paz, es decir, toda la aprobación de leyes, de decretos, actos legislativos etc. concernientes a la aplicación
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jurídica de lo que se acordó entre las FARC y el Gobierno Nacional para sacar adelante la paz de Colombia. -¿Cómo te vinculaste? Resulta que uno de los voceros de paz en este momento en la cámara de representación es Jairo Rivera. Jairo Rivera fue durante muchos años del movimiento estudiantil en la Universidad Nacional que es la Universidad en la cual estudié y además fue Secretario General de la FEU. Entonces desde ahí ya tenía el contacto y ahora tuve la oportunidad de ingresar a ser parte del Equipo de Asesores para apoyar todo el tema de relacionamiento con las organizaciones ciudadanas y movimientos sociales que han venido apoyando toda esta implementación del Acuerdo y reincorporación socioeconómica y política de los excombatientes de las FARC. -¿Fines y objetivos? Voces de Paz se crea transitoriamente como una figura que está contemplada dentro del Acuerdo de Paz en el punto de participación política para que en el periodo previo a las elecciones legislativas del 2018, y antes de la conformación del nuevo Congreso. Se crea precisamente para que durante el periodo que dura la implementación normativa del Acuerdo que está contemplada para durar primeramente 6 meses bajo una figura jurídica que se creó que se llama el Fast Track y consistía en acortar los debates que en el trámite legislativo para la aprobación de cualquier reforma se acelerara. Afortunadamente en seis meses no se ha podido sacar adelante todas las reformas necesarias para implementar el acuerdo de paz y por eso se ha prorrogado otros seis meses. Todo este año ha sido de implementación normativa y Voces de Paz participa en la cámara de representantes que es la Cámara Baja como en el Senado que es la Cámara Alta, acompañando con todas las funciones que desempeña un Congresista excepto la del voto. O sea las vocerías tiene derecho a hablar y a participar pero no a votar los diferentes proyectos de ley, entonces eso se creó precisamente mientras las FARC completaban todo su proceso de tránsito de la vida rebelde en armas a la vida política legal. Durante el primer semestre de este año las FARC aun se encontraban en el proceso de dejación de armas no podía entrar a ocupar directamente estos escaños en el Congreso, por lo tanto no podían tener voz propia. Lo que hacen las FARC es delegar en diferentes representantes de la ciudadanía de Colombia esa función para acompañar a la aprobación de las diferentes reformas y ver que se cumpla lo que unilateralmente decida aprobar el Gobierno o por el contrario lo que decidan los Congresistas introducirlo en el proyecto de ley que se
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presente. Esa es la función de Voces de Paz, se inició este año y acaba este año con el final de esa figura jurídica que es el Fast Track. -¿Tiene una ideología marcada? No, al ser una organización ciudadana no escala a organización política con un proyecto estratégico sino que su plataforma sirve de apoyo a la ciudadanía movilizada en defensa de un horizonte de futuro claro para los colombianos que es precisamente la paz con democracia con apertura hacia un nuevo momento en la historia del país. Cumplir con la ciudadanía en el acuerdo entre los dos actores, que es algo en lo que se ha insistido desde que se inició la mesa de negociaciones en la Habana en el 2012 y es que la paz no es un problema que le concierne exclusivamente a las FARC y el Gobierno, sino que es un problema de toda la sociedad colombiana, incluida la sociedad
civil.
Su
función
no
es
desarrollar
un
programa
político,
sino
acompañamiento, habladuría, denuncia y propuesta en relación con la implementación propuesta del Acuerdo. -¿Cuántos miembros conforman el Equipo y su estructura organizativa? Como no es una organización política, no hay forma de afiliarse individualmente. Voces de Paz está compuesta principalmente por los seis voceros, tres en la cámara de representación, tres en el Senado de la República y los Equipos de Asesores que apoyan diferentes labores técnicas en este proceso de acompañamiento del Fast Track. Entonces, hay Equipo de Asesores son particularizados, cada uno de los voceros tiene su equipo, además hay un Equipo de Comunicación que se encarga de desarrollar toda la parte gráfica de comunicación política con la ciudadanía para conseguir una relación más fluida entre Voces de Paz y la gente en general pero también específico con los movimientos sociales. -¿Algún tipo de relación con el MOVES? Sí, pero es una relación mediada. La interlocución de Voces de Paz con el movimiento estudiantil se da principalmente en relación con el acompañamiento que el movimiento estudiantil hace a través de organizaciones que inciden en la implementación de algunos puntos del Acuerdo, sobre todo con el punto de reincorporación de los excombatientes de las FARC, entonces como hay organizaciones del movimiento estudiantil que hacen parte del Consejo Nacional de Reincorporación hay un diálogo permanente con ellas para que haya fluidez en la información y el intercambio del estado de avance de la implementación normativa del Congreso. Esa la relación que hay formal, ahora una relación informal es la que tenemos algunos miembros del 29
equipo de trabajo por nuestra experiencia de lucha y de trabajo en el movimiento estudiantil. Como muchos venimos de esto, el apoyo es total por el modelo de educación que están defendiendo. -¿Tu experiencia? Bueno yo cuando entré en la Universidad, en el 2011, se estaba desarrollando el periodo de movilización más importante en la historia del movimiento estudiantil colombiano. Ese momento se conoció como el proceso de la MANE, que agrupó a estudiantes de todas las universidades públicas y muchas privadas en la idea de en un primer momento, defender el carácter público de la educación superior de carácter estatal porque el Gobierno Nacional había presentado una reforma a la Ley 30/1992 cuyo contenido era terriblemente lesivo para el funcionamiento de la universidad pública que además ya pasa y pasa en la actualidad por un proceso de financiación crónica y abandono por parte del Estado. Ese fue mi primer contacto con masivas movilizaciones callejeras por un proceso que logró agrupar no solo a estudiantes de las universidades colombianas sino además, logró despertar simpatías entre diferentes sectores de la sociedad colombiana. Por eso decimos que incluso el proceso de la MANE, es un brevísimo periodo de intensa movilización y casi logró derrotar la propuesta del Gobierno, un movimiento social por la Educación, porque logró agrupar estudiantes, amas de casa, sindicalistas, trabajadores de la educación, taxistas incluso la solidaridad por parte de los medios masivos de comunicación que históricamente lo que han hecho es satanizar la movilización estudiantil. Pero en este momento se rompe una bandera simbólica y habla al conjunto de la ciudadanía y de la opinión pública, todo el mundo estaba con la MANE, era muy común ir por la calle y encontrar un carro que decía “Apoyamos a los estudiantes” e ir pasando por cualquier barrio de las principales ciudades del país y encontrar casas en las que había carteles pegados en las fachadas de las casas que decía “En esta casa apoyamos a los estudiantes”. Toda esa simpatía y solidaridad que se despertó hizo que muchos estudiantes empezaran a tener esa preocupación por la defensa de una idea de universidad radicalmente diferente a la que el neoliberalismo le ha impuesto a la sociedad colombiana durante los últimos veinticinco años. Después ingresé a la Asociación Colombiana de Estudiantes Universitarios ahí tuve un proceso relativamente corto de activismo estudiantil y posteriormente ingresé a la Federación de Estudiantes Universitarios organización de la cual hice parte hasta mi graduación. -¿Expectativas del Proceso de Paz? 30
Bueno hay dos vías posibles de respuesta a ese punto. La primera es basada en la experiencia de movilización y activismo del movimiento estudiantil, es de profunda esperanza en que el futuro de los jóvenes en Colombia no va a ser un futuro de guerra, un futuro incierto, un futuro sin nada por el dolor de décadas y décadas de conflicto armado entre las guerrillas y el Estado colombiano en la que por primera vez en la historia se ve una ventana de oportunidad para acabar con la larga noche de la guerra y también los estudiantes protagonistas en esa apertura de esa posibilidad. Si después del 2011 no había habido un momento de tanto involucramiento de los estudiantes universitarios con una propuesta política de cambio para el país. Hubo un momento de ruptura y de producción creativa de los estudiantes otra vez en la universidad pública y ese fue el periodo que comprendió entre agosto y octubre del año pasado cuando el plebiscito, los estudiantes dijimos: “no venga, esto no es solamente un problema de las FARC y del Gobierno, la paz es un problema también de nosotros y es sobre todo a nosotros a los jóvenes que vamos a vivir el país del futuro a los que nos concierne que esa paz sea la mejor paz posible y no vengan de nuevo los que siempre nos han condenado a repetir la violencia que ha habido en nuestro país”. En ese momento, de nuevo, decenas de miles de estudiantes universitarios salimos a las calles con toda la esperanza y toda la ilusión a defender nuestro futuro con el proceso de paz y así, igual que en 2011 en defensa de un bien común, estudiantes de todas las vertientes políticas, incluso los que no tienen ninguna afiliación política, ninguna afinidad salieron a la calle y junto al resto nos pusimos de acuerdo. Esto es algo que para los jóvenes es central porque es parte de nuestro proyecto de vida la paz, hacer parte nuestra la defensa de la certeza de que el futuro va a ser un futuro diferente y definitivamente mejor. Ahora bien, después de que pasó ese periodo de movilización, logramos que incluso después de perder el plebiscito como mecanismo de refrendación del Acuerdo de Paz, que se perdió además por toda una red de mentiras que habían logrado tejer los enemigos de la paz en Colombia que son muy poderosos y tienen todavía mucha incidencia en amplios sectores de la sociedad. Incluso frente a esto logramos forzar que el Congreso de la República refrendara el acuerdo por vía legislativa y luego adquirir el compromiso de volver ese pacto de paz un problema de Estado. Entonces, cuando logramos esto, nosotros pensamos que en efecto iba a ser todo en adelante feliz, todo iban a ser niños sonrientes, uniformes de colores, dulces, etc. Las mejores imágenes posibles, el futuro de Colombia era un futuro de paz y democracia. Sin embargo, durante lo que hemos recorrido de este 2017, durante toda la implementación normativa, tenemos la segunda vía posible de respuesta. 31
Hemos podido encontrarnos con que la realidad siempre es mucho más torcida que la teoría y en la arena de la política lo que ganamos los estudiantes en la movilización lo hemos venido perdiendo en el terreno de las leyes y del debate político al interior de las discusiones del Estado Colombiano. Porque hay algo clave en lo que ha ocurrido en el último año y es que, no solamente estamos quienes queremos que el Acuerdo se desarrolle hasta su máxima potencia y se cumpla al pie de la letra todo lo que se acordó y los que no, sino que hay también un montón
de actores políticos que
pendulan entre uno y otro y que tiene otras ideas que son terriblemente lesivas que representan actos de deslealtad, no con la insurgencia, sino con la posibilidad de apertura democrática real y de mejores condiciones de vida para la mayoría de los colombianos. A quien está incumpliendo el estado en este momento
no es a la
guerrilla, sino que nos están incumpliendo a todos los colombianos. El acto de deslealtad de no cumplir con lo que se acuerdo y que nos tiene en la situación de tremenda tensión e incertidumbre a la que no sabemos si en efecto esta paz que están haciendo va a significar la sepultura definitiva de la guerra y el surgimiento de una nueva Colombia libre, abierta y tranquila o si por el contrario, es una paz contrahecha y que a los remiendos va a significar el inicio de un nuevo siglo ascendente de violencia política como ha ocurrido reiterativamente en los procesos de paz anteriores de Colombia. Esa incertidumbre es a la que nos estamos enfrentando, es precisamente por culpa del incumplimiento y la incapacidad del Estado de desarrollar todos los programas que están contenidos y todas las reformas contenidas dentro del Acuerdo. Esa es la otra cara, el optimismo de la voluntad de haber puesto el pie en la calle, haber tenido una idea de futuro, habernos esperanzado después de la tristeza más profunda y haber visto la luz al final del túnel mediante la iniciativa creativa y alegre de los estudiantes, frente a la desilusión, la desesperación y la tristeza profunda que generan los incumplimientos, las masacres, todo lo que ha venido ocurriendo durante 2017 y que nos lleva al punto de no saber si en efecto Colombia va a cambiar para bien o si nos vamos a quedar con una mano adelante y una mano atrás atados a nuestro pasado de guerra, dolor y sufrimiento, que no sé es algo que viene en nosotros como nación porque en Colombia siempre pasa lo mismo. Sucesivamente desde el siglo XIX con sus doce guerras civiles, siglo XX con ese inicio trágico de la guerra de los mil días, la violencia liberal conservadora, la violencia anticomunista, y contra los luchadores agrarios. O sea esos ciclos repetitivos de violencia parecen no tener fin y hoy cuando por fin creíamos que íbamos a salir de eso, de nuevo estamos viviendo episodios muy similares. Ojalá esta sea la oportunidad para salir y aun así, hoy creo yo que los estudiantes universitarios, los jóvenes de Colombia y, en general toda la sociedad civil con una idea democrática de Nación, estamos comprometidos 32
seriamente con esa idea de paz, con ese proyecto de ciudad nueva y estamos totalmente empeñados en insistir en la paz aun cuando la guerra parece ser la única solución.
ANEXO 8. ENTREVISTA QUINTA: ESCUELA PEDRO NEL JIMÉNEZ CON ÁNGELA TUTA. - Presentación, ¿a qué organización pertenece? Mi nombre es Ángela Tuta, yo soy la Directora de la Escuela Pedro del Jiménez. Esta es una escuela de formación para la transformación que hace parte de una organización que aglutina diferentes organizaciones. Es una Mesa de Trabajo para los departamentos del oriente de Colombia. Esa Mesa se llama Mesa de Unidad Cívico Agrario y Popular del Oriente Colombiano (MUCAPOC). La mayoría de organizaciones que la conforman son campesinas, pero también hay juveniles, de mujeres, de estudiantes. - Historia, ¿cómo surge y por qué? ¿Forma de organización? La MUCAPOC se conforma y dentro de ella se dan cuenta que necesitan crear unas organizaciones distintas a las que ya existes, unas propias creadas por ellos, por esa coordinación. Dentro de esas se crea la Fundación DOC que es en la Defensa de los Derechos Humanos y la defensa del Derecho internacional humanitario, se crea Corpu Amem, que es la corporación para el manejo del área especial de la Macarena, es una región de Colombia con una biodiversidad increíble. Otra que se llama Equoamem que es para hacer turismo comunitario, es decir, los campesinos han habitado regiones del país y han conservado la biodiversidad de esas regiones y hay empresas o multinacionales del turismo que se apropian del negocio del turismo en esas regiones, entonces los campesinos de esa área crearon esto para hacer ellos el turismo y mostrar a los turistas como han conservado el medio ambiente y como han tenido que vivir en medio del conflicto. Dentro de estas diferentes organizaciones que creó la MUCAPOC aparece la Escuela de formación Popular Pedro Nel Jiménez para su formación política, para formar dirigentes. Nosotros empezamos con la primera escuela desarrollada (donde consideramos que nacimos), en diciembre del año 2011. El objetivo fundamental en ese momento era hacer formación para dirigentes de la MUCAPOC, con el paso del tiempo, a la escuela le ha pedido otro tipo de formación 33
aparte de la formación política para dirigentes, entonces por ejemplo, temas especializados en reforma electoral, en contenido del proceso de paz, en medio ambiente, en tema de género, mujer, problemáticas juveniles. Todo lo que se le ocurra a la MUCAPOC que deben ellos aprender nosotros debemos crear la metodología y conseguir los especialistas para que trabajan esos temas sino hay dentro de la escuela.
Tenemos
presencia,
en
nueve
departamentos
del
país
que
son
departamentos del centro y del oriente de Colombia. El equipo base funciona en Bogotá, pero tenemos equipo en Arauca, y en el Guaviare. El trabajo de la Escuela ha venido desarrollándose con seminarios, talleres, conferencias, paneles sobre temas de actualidad y hemos sido invitados a otros departamentos del país: al Eje cafetero, al Gran Tolima… Y la Escuela Pedro Nel Jiménez, por ir a los lugares dónde no llegaba el Estado, lugares donde habitaban campesinos en asociaciones, pudimos conocer el conflicto en estas regiones, no solamente el conflicto armado, sino el económico y social y conociendo el conflicto fuimos invitados a participar en escuelas de formación con excombatientes de las FARC en las que se llamaban Zonas Veredales, hoy Espacios Territoriales de Capacitación y Reincorporación. Hemos hecho formación también para excombatientes de las FARC. -¿Tiene una ideología marcada? Uno de los ejes centrales de la Escuela es el de Pedagogía para la Paz. Cuando ese término se puso de moda en Colombia, en realidad quien acuña ese término es el Gobierno Nacional, pero dice que lo hace basándose en la propuesta de la ONU, en últimas de la UNICEF que es una pedagogía que niega el conflicto. Nosotros creemos que Pedagogía para la Paz la hemos hecho las organizaciones sociales en Colombia políticas, desde hace muchísimos años y ésta es explicar por qué existe el conflicto que el conflicto no es solamente armado, sino consecuencia de la pobreza, de la exclusión política, social, económica, que padece el pueblo colombiano desde prácticamente siempre y el conflicto armado es simplemente un resultado. Esa pedagogía que nosotros desarrollamos es
reconocer que conflicto y que éste se
puede solucionar de diferentes maneras. Una de ellas es la negociación y apoyamos los acuerdos de Paz con las FARC y con el ELN. Y hoy en la actualidad nosotros estamos desarrollando Pedagogía para la Paz dentro de este tema de explicar qué es el conflicto, nuestra concepción del conflicto, como solucionarlo, las características de éste y su historia. Estamos explicando también cuales son los contenidos de los acordado en la Habana y estamos promoviendo la implementación de lo acordado. -Actividades concretas que realizan. Experiencias. 34
Bueno nosotros tenemos las Escuelas Políticas que las hacemos casi siempre todos los meses, durante una semana, en algún lugar de los 9 departamento. Tenemos un espacio de formación permanente, que son los espacios de Pedagogía para la Paz, nosotros somos una escuela itinerante, no tiene una sede sino que vamos de un lugar a otro y entonces permanentemente, sobre todo lo más fuerte que estamos haciendo desde el segundo semestre del año pasado es hablar del contenido de los Acuerdos de Paz y de la implementación y eso lo estamos haciendo por todas las regiones por donde nos llaman. También, hay una actividad permanente que tenemos desde que el Gobierno Nacional, indultó los 30 primeros prisioneros políticos de las FARC, recibieron formación con nosotros, después de eso, hemos venido haciendo formación en las cárceles fundamentalmente en Chiquinquirá en el departamento de Boyacá, dónde estaban aglutinados una buena cantidad de prisioneros políticos de las FARC. Ya ellos han venido saliendo, aunque quedan bastantes aun y ellos han salido muchos con figuras de Gestores de paz. Es decir, salen por producto del acuerdo pero tienen que hacer Pedagogía de paz. Ellos no son Pedagogos y necesitan esa formación, entonces nosotros se la estamos brindando y estamos trabajando con ellos de forma permanente. Estamos con un grupo grande, unos 40 ex prisioneros en Bogotá, vamos a hacerlo en Villavicencio, también comenzamos este fin de semana pasado en el Huila etc. Trabajamos a parte de la política, pero tenemos relación directa. Por ejemplo coordinamos actividades, los invitamos a que nos den charlas a las escuelas que hacemos, a los seminarios (a los voceros de Voces de Paz) trabajan con nosotros, siempre están muy dispuestos a hacer trabajo para la paz, pero también hay otros Congresistas que también apoyan la paz y con ellos también trabajamos. -¿Quiénes la integran? ¿Cuántas personas participan? Fundamentalmente comenzó para la formación de las asociaciones campesinas. Pero la MUCAPOC también tiene otro tipo de organizaciones. Entonces, hay juveniles y allí la población es entre 15 y 25 años, les damos esquemas especializados para jóvenes. También con la FEU, nosotros hemos desarrollado varias Escuelas de Formación de dirigentes para ellos y son los estudiantes asociados a ésta. Escuelas de mujeres, hay una buena cantidad de mujeres de organizadas y allí el promedio de edad es muy amplio, desde 15 a 50 años o más. Lo que tenemos son grupos a los que va la escuela. Además, la Escuela se conforma inicialmente por quienes hacían formación popular sin necesidad de ser profesores. Hoy en la escuela tenemos un equipo aproximado de 35
unos 17 compañeros del equipo base de diferentes disciplinas, hay profesores asociados fundamentalmente de ciencias sociales. Hay economistas, politólogos, sociólogos etc. -¿Por qué se llama Pedro Nel Jiménez? Fue el segundo Congresista de la Unión Patriótica (UP) en los años 80. La UP es un partido político que se crea producto de los acuerdos de paz de los años 80 entre las FARC y el Gobierno. Ese partido fue exterminado, más de 3000 dirigentes sociales asesinados o desaparecidos y muchos con torturas. LA UP cuando se lanza a elecciones alcanza a ganar de varios territorios, en consejos municipales y en el Congreso. A él lo asesinan. Era abogado defensor de DDHH que era del Congreso y se lanzó con la UP y es el segundo asesinado. Como nosotros somos del oriente Colombiano y el era del departamento del Meta, por eso recogemos su nombre, para hacerle un homenaje. -Respecto al Proceso de Paz, ¿expectativas? Nosotros quisiéramos convertirnos en una organización que tenga inicialmente en los nueve departamentos que se nos presencian, equipos departamentales. Hoy tenemos el de Bogotá, Arauca y Guaviare. Nos faltarían otros seis, estamos construyendo el de Cundinamarca. Poder construir Equipos Pedro Nel Jiménez en otros departamentos diferentes o ayudar a construir equipos similares al nuestro y poder desarrollar una coordinación la idea que nosotros tenemos de Pedagogía para la paz. De hecho, como nuestra labor es pedagogía, nosotros estamos analizando que la pedagogía que nosotros hacemos no es Educación Popular, es algo diferente. Entonces estamos haciendo una investigación sobre nuestros propios procesos formativos, como los desarrollamos y consideramos que lo que nosotros hacemos podría llamarse algo así como Educación para la Transformación por las características de la pedagogía que manejamos y nos gustaría ponerlo en diálogo con otras escuelas de educación popular, formación política, esa experiencia que nosotros tenemos. -¿Problemas de represión, amenazas? Durante el conflicto y eso que nuestro nacimiento abarca el desarrollo del Proceso de paz, era difícil entrar a las regiones porque en los retenes se nos impedía poder transitar cuando no está prohibido transitar libremente por el territorio nacional. Se nos prohibía porque hacemos formación política, pudimos pasar, no hubo ninguna escuela a la que no pudiéramos llegar pero si tuvimos bastantes problemas de este tipo. Después del cese bilateral del fuego, ya pudimos llegar más fácilmente a los territorios, 36
pero todavía teníamos problemas y nuestra organización más grande, MUCAPOC, si ha recibido amenazas, atentados a dirigentes. A mí personalmente, el año pasado, bueno en noviembre, como Directora de la Escuela, entraron a mi casa aquí en Bogotá, con llave y hurtaron nada más que computadores. Nosotros imaginamos, suponemos que iban en busca de información, porque allí hay fotos, listados de las personas que asisten a nuestras escuelas, y pues eso es peligroso porque son fundamentalmente campesinos y dirigentes sociales que están en los territorios sin protección. Esto tuvo la debida denuncia además, porque un mes antes habían robado el computador de Corpus Amem y a los ocho días el de Red de Medios Alternativos Agencia Colombiana Popular (REMA) (que no les dije es otra de las organización que hace prensa alternativa). Es una persecución contra los líderes sociales de Colombia. -¿Páginas? Sí, pero la dirección es difícil, pueden entrar REMA La escuela trabaja por líneas y una de las más activas además de las habladas es la línea de memoria. Nosotros tenemos un programa de radio que es la Bocina Radio virtual y en ésta nosotros hemos hablado con excombatientes de las FARC, hemos construido cuentos a partir de sus historias, publicamos una cartilla de cuentos. Y hacemos una radionovela.
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