Revista COMAHUE Nuestra Región Nº 6

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EDICIÓN Nº 6

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FOTO DE TAPA:

Créditos: Pablo López

SUMARIO EDITORIAL 08 — Por Gustavo Crisafulli PERSPECTIVA 10 — Notas sobre el concepto de identidad personal. Por C. Gende

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NOTAS DE TAPA 14 — Identidades. Por G. Ferreyra 18 — La identidad de los trabajadores en el territorio neuquino. Por E. Masses 22 — Identidades en disputa. Migrantes fronterizos y mercados de trabajo. Por A. Ciarallo 26 — Experiencia: La construcción de una nueva identidad, a golpes de sol y viento. 30 — La incidencia de la narratividad en la constitución de la subjetividad en el caso de las identidades apropiadas. Por E. Padilla 34 — Trascender en la lucha. 40 — Identidad Mapuce por Confederación Mapuche Neuquén 44 — Las fuentes nutricias de los versos: poesía mapuche actual y conversación. Por S. Mellado INSTITUCIONAL 50 — Fragmentos de “Cartas a Walsh” 52 — Un Congreso de una magnitud y profundidad difícil de soñar.

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OPINIÓN 54 — Identidad, identidades. Individualidades y colectivos. Por Marcelo Medrano ENTREVISTA 60 — Cuando la identidad se hace política. HISTORIAS DE VIDA 64 — Identidad chacarera, forjada con el sacrificio de los migrantes europeos. 70 — “Si vos me mirás, estás mirando a Los Humildes”. Por Jorge Subrini

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Edición Nº 6 - Mayo 2018

STAFF DIRECTOR Rector Universidad Nacional del Comahue Lic. Gustavo Crisafulli COORDINADOR Gustavo Ferreyra EDITOR GENERAL Funyder COORDINADOR DE DISEÑO Sabino Magariños REDACCIÓN Jorge Subrini CORRECTORA EDITORIAL Silvana Hubinsky DISEÑO GRÁFICO Leandro Barbella (SOMA) FOTOGRAFÍA Pablo López

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PUBLICIDAD: SOMA medios@somapublicidad.com.ar Tel.: 0299 447 0563 CONTACTO funyder@central.uncoma.edu.ar Tel.: 0299 4490387 www.funyder.org.ar IMPRESIÓN: CEMEYKA SRL Ing. Silvio Tosello 1375, Neuquén Tel.: 0299 448-1010 UNIVERSIDAD NACIONAL DEL COMAHUE Buenos Aires 1400, Neuquén, Provincia de Neuquén, CP: 8300. CONSEJO EDITORIAL -en formaciónDr. Eduardo Aisen Dra. Adriana Caballero Dr. Salvador Canzonieri Dr. Federico Horne Prof. Graciela Landriscini Dra. Alejandra Minelli Dr. Enrique Mases Dra. Ana Pechen Dr. Daniel Pérez ISSN ISSN2591-300X 2591-3018

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IDENTIDADES EN DISPUTA. MIGRANTES FRONTERIZOS Y MERCADOS DE TRABAJO.


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Editorial

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LIC. GUSTAVO CRISAFULLI

Rector Universidad Nacional del Comahue Presidente de Funyder

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emos llegado al número 6 de Comahue NR en contextos en que los debates crecen y las decisiones en término de su evolución y resolución ya están en marcha. Los temas emergentes hacen también la agenda de las comunidades y la nuestra no es la excepción. Algunos de ellos, a veces, mellan en nuestra perspectiva y nos hacen perder de vista los aspectos que realmente trascienden. Nuestra Universidad tiene una trayectoria en la Región dentro del conjunto de instituciones que crecieron, consolidaron su presencia e importancia y generan indicios de que va a ser así por mucho tiempo. La generación que

la fundó y fortaleció en ese rumbo hizo su tarea en tiempos de emergencias institucionales, políticas, económicas y/o infraestructurales. Esa comunidad de personas, ideas y acciones se abrazó a la esperanza que generaba con su propio trabajo y de ese modo la Universidad creció, su número de estudiantes y graduados aumentó; y, también, su oferta académica, su presencia y anclaje en el territorio de las provincias. Miles de ciudadanos de Nuestra Región y miles de quienes se hicieron a ella forjaron sus proyectos de vida con la Universidad Nacional del Comahue como socio estratégico y también como su Casa. Esa historia continúa y se proyecta en un futuro inmediato en que la Universidad y todos quienes la conformamos actualizamos nuestro compromiso, reconociéndonos como parte de la mayor institución de educación superior de la Patagonia. El compromiso incluye, en esta perspectiva generar las condiciones para que una nueva generación de docentes, nodocentes, graduados y estudiantes continúen consolidando el rumbo. Las acciones que adoptemos en este tiempo serán clave, porque la discusión y resolución de la organización de la Universidad para los

tiempos que vienen es determinante si queremos que nuestra voluntad se materialice en las herramientas que hacen falta y servirán a una mejor Universidad Nacional del Comahue: pública, gratuita, inclusiva, con excelencia académica, volumen y calidad en investigación, reconocida como factor de peso en el desarrollo sustentable de la Región. Esta es una instancia inevitable en orden a establecer nuevas bases para la discusión y resolución de los aspectos críticos que tiene Nuestra Universidad en su complejidad, dada por sus dinámicas de distribución territorial, densidad, diversidad disciplinar y estructura organizacional. Hoy estamos atravesados por las situaciones que definen un proceso electoral que va configurar un nuevo escenario de representación en la conducción de Nuestra Casa, es una oportunidad inmejorable para que nuestras energías se concentren en producir las propuestas y discusiones que necesitan el presente y el futuro, sobre la base del respeto a las voces de nuestra comunidad y la renuncia a todo tipo de violencia como medio para la obtención de ventajas políticas. A 100 años de la Reforma Universitaria ob-


componentes consistentes con el carácter regional, la extensión, profundidad y diversidad socio–económica y cultural que la Universidad abarca. Nos identifica el compromiso con la democracia, los derechos humanos y el desarrollo regional, y eso nos impulsa a actuar de forma sostenida en las situaciones que se producen en esos contextos. La persistencia y visibilidad de esos rasgos es, desde nuestra perspectiva, parte de un fenómeno histórico-procesual que nos encuentra en un tiempo de recambio que pondrá a prueba su vigencia y nuestra capacidad para conducir una institución regional compleja, con los valores, ideas y acciones que le dan Identidad. Tomamos como tema central de esta edición a Identidades entendidas como procesos en curso; y a diferencia de las visiones que se orientan a un objeto que se define por determinadas características. Algunos temas y variaciones de la identidad nos llevan desde procesos individuales a colectivos y otros nos depositan en el terreno de la realidad más urgente, aunque sus hechos fundantes se hundan en el tiempo. La identidad ha surgido de ellos con un ímpetu atravesado por tensiones que escalaron

al conflicto y la violencia. Una mirada rápida de ese escenario indica multiplicidad de factores y profundidad en el tiempo de procesos marcados por la Identidad, posibles de ser explicados de modo disciplinar, pero al mismo tiempo nos conectamos con personas y circunstancias que demandan de una rápida acción para establecer marcos de comprensión que al menos neutralicen la escalada de violencia simbólica y (a veces) física, que se ejerce en el entorno de las discusiones y acciones motorizadas por la identidad. Reconocemos la intensidad de los debates sobre la identidad étnica y cómo se acentúan los factores para generar contextos de enfrentamiento. Ello no obsta la necesidad y utilidad de abordar el tema en una perspectiva de cuadro general que nos permita acceder con mayor calma los elementos que constituyen las identidades y cómo interactúan, enfrentan, yuxtaponen e incluyen en el territorio regional. Planteamos el tema desde las experiencias individuales a configuraciones colectivas, en la convicción de que su abordaje pone en evidencia su cotidianeidad, alejada de la versión exótica y violenta que nos toca consumir, en lugar de dar cuenta de la riqueza que tiene la diversidad de sus expresiones.

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servamos que todas las conquistas que dieron comienzo con ella se consolidaron durante el siglo pasado y llegaron hasta nuestros días ratificadas una y otra vez; hoy están en entredicho. Su cuestionamiento ha pasado de los discursos a los hechos, impactando en todo el sistema científico – tecnológico. Advertimos lo negativo de sus consecuencias y asumimos los legítimos reclamos, pero también, advertimos la necesidad de profundizar nuestros anclajes y compromisos con Nuestra Región, las provincias, ciudades, pueblos y parajes que la conforman. Porque en estos espacios están la musa inspiradora, la razón de ser de Nuestra Universidad, las claves de su legitimidad y las vías para su desarrollo. Desde este punto de vista las circunstancias, por movilizadoras que sean para la Comunidad y la vida institucional, no pueden desligarse de los aspectos de los factores que constituyen la identidad de la Universidad Nacional del Comahue. Ellos establecen nuestra conformación y siguen un camino principal trazado por elementos en los que nos reconocemos de manera inmediata: Nos identifica un nombre singular en el sistema científico–tecnológico, una imagen que remite a rasgos de etnicidad y modernidad,


Perspectiva

Notas sobre el concepto de Identidad Personal ¿Quiénes somos? Pregunta típica que, como individuo o como grupo, alguna vez nos hicimos. ¿Es lo mismo que interrogarse “qué somos”? Para contestar, el concepto de identidad puede sernos de utilidad, pues, por un lado, responde a ambas, pero, por otro, lo hace de modo muy diferente y con consecuencias muy distintas.

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espejemos de entrada una suerte de lugar común conceptual que podría llevarnos a extraer conclusiones erradas: la identidad no se construye, se constituye. La noción de constructor remite a la de plan, objetivo y a una voluntad de implementarlo, todo lo cual presupone que contamos con datos ciertos a partir de los cuales diseñaríamos el constructo. Si fuera así, para el caso de la identidad de las personas estaríamos ante una paradoja que se retroalimenta pues, o bien debemos suponer una base cero a partir de la cual se construye lo que antes no estaba, o bien debemos disponer de elementos heterogéneos ya dados para ensamblarlos según un fin. A poco que revisemos, descubriremos que con nuestra identidad nada de esto ocurre, pues precisamente se vuelve una cuestión en

la medida que requiere para su descripción tanto de una dimensión de lo atribuible a un libre arbitrio no elegido como de aquello no disponible a nuestro conocimiento; es decir, se trata de un asunto cuestionable que invita a pensar modos diversos de tratarlo, en vez de lo problemático que se despejaría confrontando ingenuamente definiciones del término. Así, la noción de construcción puede resultar engañosa, pues toma como parte de la descripción precisamente aquello que debería ser interrogado: la índole del constructo. Con eso, pareciera resolver un asunto cuando no hace más que dejarlo en la nebulosa de una mala descripción. Se trata de la antropomorfización en la descripción de ese concepto, pues la noción de plan, voluntad y objetivos previos bien pueden ser características de al-

DR CARLOS EMILIO GENDE Dr. en Filosofía Profesor Dirige la Revista Horizontes filosóficos y el proyecto "Aplicaciones del concepto de interpretación". Universidad Nacional del Comahue


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guien que construye, pero porque ya sabemos que es alguien, es decir, que está constituido como tal. Nuestro interrogante, en cambio, apunta a reconocer la identidad -como unidad- de aquél que, sin estar en pleno dominio de sí, dominio cognitivo o volitivo; sin embargo, da cuenta de sí, da su testimonio sabiéndose excedido o sobrepasado por sobre su campo de pensamiento. A esto denomino cuestión de la constitución del sí y no de la construcción, pues si con la segunda noción suponemos un acto a partir del cual se construye y contando para ello con elementos a la mano, disponibles previamente, con la primera noción apuntamos a reconocer lo constituyente-constituido, la tensión entre la pre disposición que me ofrece el mundo de la vida y lo que de ella resulta, y de la que me hago cargo.

Ahora bien, si nuestra identidad, la de cada uno, oficia de condición para reconocernos, ¿a qué viene la cuestión sobre ella, por qué se vuelve uno sobre ella y desde ella? Ocurre que al describir procesos de constitución de identidades reconocemos modos diversos y concurrentes, yuxtapuestos algunos, subsumibles otros. Así, podemos hablar de identidades constituidas según comunidades sociales, políticas, nacionales, culturales, idiosincrásicas, lingüísticas, religiosas. Sin embargo, no están todas en el mismo nivel de alcance constitutivo, pues algunas son macroconstituyentes y con ello adquieren el rango de lo implícito, de lo no habitualmente revisado: la cultura o la lengua, por ejemplo, y otras son microconstituyentes: las enseñanzas de la familia. Pero, por su parte, unas intervienen de modo medular en aquello con

que nos identificamos cotidianamente: lo adquirido en la vida familiar, por ejemplo, que a su vez es deudor de constituyentes diversos, mientras que otras pueden ser sustituidas sin aparente pérdida de identidad: la condición política, por ejemplo, sustitución que en algunos casos puede incluso revelar una “más auténtica” identidad. Otro tanto si reparamos en lo relativo a cómo, con qué y por qué nos identificamos con tal o cual de los planos anteriores; la identidad vivida como conflicto. Así, con Zygmunt Bauman reconocemos dos tipos de identidad comunitaria: comunidades de vida y destino cuyos miembros viven juntos en una trabazón indisoluble, comunidades que están soldadas sólo por ideas o principios diversos. Este criterio de clasificación nos permite reordenar la enumeración según una tipolo-


lo constituyente constituido. La temporalidad es en verdad la marca de nuestra cuestión, pues si la identidad, nuestra identidad, se vuelve un asunto difícil de abordar es debido, ante todo, a que debe sostenerse en las variaciones fruto del tiempo, en los cambios y discontinuidades. Para esto, viene en nuestro auxilio la distinción de Paul Ricoeur entre la identidad como mismidad (idem) y como ipseidad (ipse). Ambas reconocen la cuestión de la permanencia en el tiempo. Pero mientras la identidad idem alude a lo sumamente parecido, a lo inmutable que se sustrae al cambio temporal -por lo cual su antónimo es lo distinto-, la identidad ipse alude a lo propio, y su opuesto es la alteridad, el otro distinto de sí. En tal sentido, todas las paradojas relativas a cómo reconocerse el mismo aún en los cambios supone una caracterización del tiempo como “factor de desemejanza, de separación, de diferencia”; de allí que se busque la solución en un principio de permanencia en el tiempo, como “invariancia relacional” de carácter estructural (opuesto al acontecimiento). Con esto contestaríamos de modo muy radical a la pregunta “qué somos”: aquello que cambia y que ve en el suceder un factor de disolución; de allí la caída en el escepticismo o, al contrario, en el dogmatismo. Pero si entendiéramos la temporalidad como acontecimiento de sentido, junto a otros y en comunidad, contestaríamos a la pregunta “quiénes somos”: aquellos que, aun sabiéndose sobrepasados en su capacidad de dar respuesta a lo que somos, se reconocen en sus respuestas. Por cierto, es distinta la caracterización si se asume la dimensión temporal como una condición para la identificación, pues en tanto “la persona

sólo existe bajo el régimen de una vida que se desarrolla desde la vida hasta la muerte”, los problemas de descripción y adscripción hay que replantearlos desde la pregunta por aquello que constituye el encadenamiento de una vida. Ahora bien, esto no tiene como objetivo sustituir una problemática por otra, al contrario, exige mantener siempre la tensión entre los dos términos. Es decir, por un lado habría que mantener la pregunta por aquello que soy, la cual pareciera estar más ligada a la noción de ídem, y a la vez mantener la pregunta por quién soy, que apunta a mostrar cómo reconocerme en todas aquellas acciones (discursivas y prácticas) que me exhiben involucrado en el desarrollo temporal de esas acciones, por ejemplo en la del cumplimiento de una promesa. Por lo cual, si bien nunca dejamos de estar interesados por lo que somos, y de ahí que buena parte de nuestras respuestas consistan en identificarnos de tal o cual modo según teorías que nos hacen describir como algo que somos, según casilleros que nos vuelven previsibles y controlables, también forma parte de nuestros intereses, teóricos y prácticos, ser reconocidos por quienes somos. Si la pregunta por el qué espera respuestas que nos objetivan, la pregunta por el quién nos compromete a darlas. Y al hacerlo, o al menos al intentarlo, descubrimos que no basta con ofrecer identidades “a la carta”, que precisamente lo que se dice que somos no es suficiente. Cuando nos preguntamos quiénes somos es en relación con nuestra acción, nuestros deseos, preferencias y resultados; es en relación con los otros.

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gía que pareciera reparar en el rango de mayor necesariedad o mayor contingencia del tipo de constituyente en cuestión: la primera revelaría un orden de lo constituido necesario, se trata de aquello en que se vive y que orienta la vida como lo pre dado, mientras que la segunda describiría un modo de constitución en que me reconozco adscribiendo al tipo de comunidad de que se trate. Sin embargo, podemos advertir que ambos criterios se intersectan, pues bien puedo ejercer la actitud de sospecha con una radicalidad tal que invada los estratos más constitutivos de nuestra condición y descubrir en eso -o suponer- la invención de lo necesario, de lo en apariencia necesario, que no respondería a otras cosas que a voluntad de poder enmascaradora y justificadora de la acción. Por otra parte, y en sentido inverso, puede ocurrir que los aspectos más contingentes, es decir, aquellos que mejor muestran nuestra labilidad -que muestran que siempre podríamos ser de otro modo-, resultan a veces ejercer una función de prejuicio inmovilizador. Aún con esto, la clasificación permite al menos advertir que, en abstracto, la identidad no es el tipo de cosas que se construye, pues nunca estamos en pleno dominio de los elementos concurrentes para su realización. He dicho “en abstracto” y lo destaco, porque con ello quiero sugerir un aspecto ineludible de la identidad que debemos rescatar a los fines de tornar menos abstracta esta breve presentación y, a la vez, procurar un rango conceptual que nos permita superar esta descripción problematizadora. Se trata de la dimensión temporal de los procesos de identificación, lo que permitiría mostrar de mejor modo que se trata de una tensión entre


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Nota de Tapa

De alguna forma creemos o pensamos que las cosas suceden cuando son tapas de los diarios, resaltan en los zócalos de las pantallas y se viralizan en los espacios virtuales. Hemos concedido que, al menos merecen nuestra atención, los hechos espectaculares que la iluminan como una ráfaga colorida que se esfuma con el correr de los días hasta no dejar rastro alguno de su paso.

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Identidades


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casionalmente nos permitimos pensar que esos momentos de potente atractivo visual, dramático, exótico o bizarro a nuestros ojos adaptados a una normalidad, tienen algo más que distancia de nuestras experiencias y significan bastante más de lo que la discreta flexibilidad de nuestros valores muchas veces permite. En la mayoría de ellos hay anclajes profundos en el tiempo, aún más profundos que el trayecto de la vida de una persona, tan profundos que nos remiten a mitos u otros territorios imaginarios. La intensidad de esas historias personales y/o grupales nos impulsa a indagar sobre “quienes o qué son”, “por qué son así” y “hacen eso”. En ese recorrido conmueven nuestros propios valores, ponen en entredicho quienes somos nosotros y si en conjunto ellos representan peligros para nuestra integridad. Nos asumimos parte de una sociedad global, pero en rigor lo somos de una porción occidental que muchas veces no nos reconoce como propios. Nos imaginamos pertenecientes al estándar, un protocolo de cuya conformación no podemos dar cuenta, menos aún de las claves de su persistencia o de sus cambios. Imaginamos que existe un poder que tuvo / tiene la capacidad de obligarnos o seducirnos a creer lo que le conviene, pero que está equivocado porque somos individua-

lidades conscientes y libres. Un grupo de personas marchan, llaman la atención sus banderas y estandartes, los instrumentos que hacen sonar mientras avanzan; algunos de percusión otros de viento, también es llamativo que no hablan español; su vestimenta nos remite a lo rural pero aún más a lo indígena, por sus gestos indican que reclaman algo. Otro grupo está saliendo de un templo, son mujeres, hombres y niños que visten ropas elegantes y oscuras y tampoco hablan español, algunos de ellos cantan, por sus gestos parecen que refieren a algo que sucedió hace momentos. Un tercer grupo está en una parcela de verduras, hay mujeres y niños inclinados sobre los surcos trabajando tampoco hablan español, se suman algunos hombres a las tareas, aunque también hay algunos conversando junto a una camioneta y otros sacando cajones de un galpón. Estas escenas suceden sino diaria, periódicamente en Nuestra Región, nos remiten formas de organización social, formas de representación cultural, modos de hablar, actuar y pensar que reconocemos diferentes “del nuestro” normal. Todos tienen lugar en algún casillero de nuestros estereotipos. Podríamos agregar muchas otras escenas, una mesa bulliciosa colmada de pastas, un grupo de mujeres vestidas con ropas mínimas una noche fría al cos-

MGSC. GUSTAVO FERREYRA Coordinador Comahue Nuestra Región Director Funyder Subsecretario de Vinculación y Transferencia Universidad Nacional del Comahue.

tado de la ruta, una mujer anciana abrazando a un joven en público frente a una audiencia emocionada, un estadio de futbol colmado gritando solo el nombre de un país. Las representaciones de qué y quienes somos nos ponen en juego más allá de las formas públicas estentóreas, somos galeses aunque no cantemos a coro, italianos no sólo los domingos, mapuches fuera de las rutas nacionales, transexuales en un crucero por los mares del sur y argentinos, aún si no nos gusta el fútbol. Tal vez la polisemia del término lo haga poco específico o efectivo, suele decirse algo parecido sobre el concepto Cultura, lo cual


(creemos) no hace mella sobre la utilidad de su uso. Reconocemos un conjunto denso de abordajes y definiciones disciplinares que, desde las Ciencias Sociales, pueden ayudarnos para hacerla inteligible o al menos un poco más clara en sus expresiones y fundamentos, pero es en la confrontación con cada experiencia, la diversidad de los relatos y la observación de las prácticas donde adquiere mayor sentido. En esta perspectiva la visualizamos como un derecho universal y como tal observamos que puede ser violentado de diversas formas. La incidencia de la historia y el contexto son innegables, sus trazas se encuentran en

los trabajadores neuquinos, pueblos originarios, migrantes bolivianos en Allen, personas transgénero o niños apropiados por una dictadura. La elección de este tema fue (sin dudas) inducido por la potencia que los discursos y acciones tomaron desde organismos del Estado, medios masivos de información, y la forma en que el debate fue asentándose en sectores de la sociedad civil, evocando una triada conflictiva clásica en la escena mundial: grupo étnico, sociedad nacional, Estado. La exposición pública de personas y grupos con acciones reivindicatorias demanda de respuestas urgentes y aunque presentan una intensidad

innegable se observan a lo largo de todo el mundo, incluyendo particularmente a las porciones que más los sustrae de la agenda. Afirmamos que una aproximación desde Comahue Nuestra Región resulta ineludible, también como una forma de neutralizar los fundamentos y prácticas que sólo entienden de la violencia física y simbólica y que desafortunadamente muchas veces tienen la fuerza de ejercerla.

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Nota de Tapa

La identidad de los trabajadores en el territorio neuquino El proceso de constitución de identidad y devenir de las identidades puede abordarse también desde una perspectiva histórica, en ella se consideran como estructurantes los vínculos entre las condiciones materiales y las configuraciones simbólicas.

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i coincidimos que la identidad de un colectivo se conforma a partir de sus formas de representación y de sus condiciones materiales de vida, entonces debemos señalar que para el caso de los trabajadores neuquinos en el periodo que va entre los años que se sucedieron a la llamada Conquista del desierto y la llegada del peronismo, aparece fragmentada y heterogénea en su constitución. En efecto, a partir de los aspectos sociales y culturales, las relaciones que establecen en el ámbito de los lugares de trabajo, entre si, con sus patrones, con el Estado; pero también sus condiciones de vida, hábitos de consumo y todos aquellos elementos que conforman la dinámica de la resistencia y la integración se

fue configurando un peculiar cuadro en lo que hace al mundo de los trabajadores, donde se marcan nítidamente las diferencias existentes entre los trabajadores rurales, urbanos y de los emprendimientos estatales. En el mundo rural la debilidad del aparato estatal se expresa en la carencia total de asistencia médica y escasos servicios educativos, lo que redunda en las altas tasas de analfabetismo y semi analfabetismo; La vivienda precaria constituida por un rancho o una ruca completaba una vida miserable; El relacionamiento entre capital y trabajo estaba dado por relaciones mixtas donde se combinaban formas salariales con permisos de pasturas o porcentajes de cosecha, y en muchos casos ni siquiera existía una paga real; Finalmente, las

DR. ENRIQUE MASES Grupo de Estudio de Historia Social –GEHiSoFacultad de Humanidades Universidad Nacional del Comahue


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TRABAJADORES CONECTAN BROCAS Y COLLARINES DE PERFORACIÓN, UTILIZADOS PARA EXTRAER PETRÓLEO


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LOMA CAMPANA, EN VACA MUERTA (NEUQUร N)


timulados por la presencia de proveedurías administradas por funcionarios estatales o gerentes de empresas privadas. La jornada de labor estaba pautada con descanso semanal y licencia por enfermedad o accidente de trabajo. De tal manera que, si comparamos las condiciones de vida y de trabajo o los niveles de salarios y consumo, es claro que existe una gran diferencia entre los trabajadores de Y.P.F o los del Dique Neuquén, respecto de aquellos que laboraban en el mundo rural y en menor medida de los asalariados urbanos. Pero paradójicamente esta relación se invierte totalmente cuando analizamos los aspectos culturales y mentales. Porque precisamente en estas concentraciones obreras el Estado, que se presenta como empleador y regulador de las relaciones laborales y sociales, quien maneja a discreción las formas de sociabilidad, las pautas culturales y la propia vida del trabajador y aún la de su propia familia, excediendo largamente el control sobre el proceso de trabajo, contrariamente a lo que sucede en el ámbito urbano y en el rural. En este último medio la débil articulación y presencia del Estado Nacional se convierte en un aliado del trabajador permitiendo el desarrollo autónomo de pautas culturales y formas de sociabilidad que perduran a lo largo de todo el periodo estudiado y cuyas manifestaciones

aún subsisten. Por lo tanto, queda en evidencia que el mejor nivel de vida de algunos trabajadores en el territorio neuquino fue conseguido por éstos a costa de perder su autonomía cultural y subordinarse a las reglas que le marcaban arbitraria y verticalmente la gestión de los funcionarios de las empresas estatales, es decir que para tener un mejor nivel de vida debieron pagar un precio, un precio demasiado alto a juzgar por las consecuencias. En definitiva, esta singular heterogeneidad, expresada tanto en lo que hace a las condiciones materiales de vida como en los grados de autonomía cultural, no sólo fue significativa en esta primera etapa de conformación, sino que sus consecuencias se manifiestan aún en nuestros días. Sin embargo, estas diferencias apuntadas no fueron un obstáculo para llevar adelante un complejo proceso de identidad – con y contra otros -en el que importaron los ámbitos reales o simbólicos de interacción de cada uno de estos ámbitos, las tradiciones culturales, las experiencias compartidas, los mensajes ideológicos. Proceso que va a culminar en la conformación de un nosotros que presupone un ellos; es decir en una identidad de clase que ya se constituye definitivamente en los albores del primer peronismo.

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grandes distancias y las dificultades de aprovisionamiento que encarecían las mercaderías, sumados a los escasos ingresos con que contaban estos particulares actores hacían que los niveles de consumo fueran paupérrimos: La jornada de labor se extendía de sol a sol y en la mayoría de los casos sin descanso semanal y sin contemplar los accidentes de trabajo. Sin lugar a dudas lo que caracteriza a los trabajadores rurales, en este escenario, es la precariedad en la vida cotidiana, en la salud, en la educación, en la vivienda, en la alimentación y también en el trabajo. En contraposición, los trabajadores urbanos, particularmente los empleados estatales de grandes obras de infraestructura o de explotación petrolífera, contaban tanto con asistencia médica con provisión de medicamentos; tenían acceso a la educación no solo en los centros poblados sino también en los campamentos estatales; La vivienda proporcionada por el Estado en las obras de infraestructura o en los yacimientos petrolíferos así como aquellas destinadas a empleados por empresas privadas como el Ferrocarril Sud, marcaban una clara diferencia respecto al mundo rural. Tanto en los núcleos urbanos como en los emprendimientos estatales, la paga salarial era la única difundida y los niveles de consumo más elevados por un mayor acceso a los distintos bienes y alimentos es-


Nota de Tapa

Identidades en disputa. Migrantes fronterizos y mercados de trabajo.

Las actividades productivas y sus relaciones laborales son contextos que moldean intersubjetividades en las que subyace la etnicidad. En ellas la configuración de estrategias adaptativas de los migrantes y la sociedad receptora adquieren dinámicas que se resumen en estereotipos en negociaciones y conflicto.

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l 30 de marzo de 2006 se incendió un taller clandestino de costura en el barrio de Caballito en la ciudad de Buenos Aires. Seis personas de nacionalidad boliviana, entre ellos cuatro chicos de entre 3 y 15 años, murieron encerrados y calcinados. Si bien estaba habilitado como taller de bordados, en ese edificio de dos plantas de la calle Viale trabajaban y vivían unas cincuenta o sesenta familias de bolivianos y la mayoría de sus ocupantes escapó por su condición de indocumentados. Al año siguiente, el juez de la causa sobreseyó a los imputados –directores de la firma para quienes producían vestimenta- considerando que “no hubo aprovechamiento de la situación migratoria irregular de las personas que trabajan en los talleres”, explicando a tal efecto cuáles son las costumbres y pautas cul-

turales de los pueblos originarios del altiplano boliviano de donde proviene la mayoría de los ocupantes de los inmuebles allanados”. En síntesis, se señaló que se trataba de “un grupo humano que convive como un ayllu o comunidad familiar extensa originaria de aquella región andina, que funciona como una especie de cooperativa de ayuda mutua donde se comparten los gastos y se reparten las ganancias”. Este fallo, que fue repudiado por varias organizaciones, justificó la explotación laboral hacia migrantes vulnerables amparándose en supuestos comportamientos culturales fundados en una identidad étnica. En el norte de la Patagonia desde hace más de dos décadas se evidencia una marcada presencia de familias de origen boliviano en la producción hortícola de los valles irrigados, tanto de la provincia de Río Negro como

DRA. ANA CIARALLO

Docente-Investigadora Universidad Nacional del Comahue Doctora en Estudios Sociales Agrarios Integrante de la Red IAMIC


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MUJERES CAMPESINAS MIGRANTES EN PATAGONIA


COSECHA DE MANZANAS EN EL VALLE DE RÍO NEGRO Y NEUQUÉN

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024 del Neuquén. Esta actividad productiva, que está registrando un sostenido crecimiento, es altamente demandante de mano de obra en condiciones de informalidad y precariedad en las situaciones de vida y de trabajo. En este escenario, es habitual la referencia de los pobladores locales a la justificación de la segregación laboral aduciendo características raciales que hacen a estos sujetos resistentes a condiciones climáticas extremas, en verbalizaciones tales como: “los únicos que aguantan esas condiciones de barro y frío son los bolivianos por su raza”. Contenidos discursivos que hacen referencia a la naturalización de su resistencia al trabajo en jornadas de sol a sol, el ascetismo en el consumo, el sentido moral de su conducta o la baja conflictividad, se repiten en los diálogos con antiguos chacareros.

Sin duda las situaciones descriptas en los párrafos anteriores muestran de manera evidente la acción estructurante desempeñada por la institución social relacionada con los diversos esquemas de segregación, que pueden ser definidos como nichos de mercado socialmente etiquetados. Son numerosos los estudios, en particular producidos por investigadores e investigadoras del Sur como la Red de Investigadores/as Argentinos/as en Migraciones Internacionales Contemporáneas, en los cuales se subraya que las formas de discriminación en contra de las personas inmigrantes marcadas por fuertes elementos étnicos y raciales, se mostraron como un elemento relevante en la explicación de la inserción de estos migrantes en nichos de mercados caracterizados por la baja calificación,

precariedad, bajos salarios, jornadas prolongadas y condiciones de vida desfavorecidas. Tal vez pueda decirse que en estos nichos de mercado existe una especie de sobredeterminación de la acción de los mecanismos de segregación sobre el resto de las instituciones actuantes en la estructuración de las trayectorias laborales. En consecuencia, la construcción de estos trabajadores de manera racializada y etnificada, moldea las circunstancias para configurar mercados de trabajo segmentados en los cuales la intersección de condiciones tales como el origen nacional, la etnia, el género y la clase social limitan y restringen la inserción de migrantes en las sociedades de recepción. Debido a que las estructuras de opresión son múltiples y simultáneas, las posiciones de las


legítima a los lugares sociales sedimentados en la conformación histórica. Estos procesos simbólicos tienen repercusiones decisivas en los mecanismos de apropiación/expropiación y pueden dar lugar a comportamientos discriminativos y tener efectos de segmentación en el mercado laboral, así como organizar la distribución de recursos en los grupos y organizaciones. Los esquemas clasificatorios que funcionan en la sociedad argentina tienden a ubicar a los agentes sociales en las posiciones que supuestamente deben ocupar, se construyen dentro de parámetros socio-históricos destinados a garantizar que “nada cambie” en una sociedad pretendidamente blanca y tributaria de un orden civilizatorio de raíces europeas. La aparente contradicción presente en el doble vínculo establecido como “guión oculto” con los migrantes fronterizos: por un lado resaltando sus virtudes morales, la disciplina, la aceptación de la adversidad y la obediencia como “modos de ser buenos migrantes” y por otro la sospecha por el éxito relativo de los migrantes en el mismo espacio donde los locales pierden lugares, encubre umbrales de tolerancia a nuevas corrientes migratorias que hace emerger sujetos inesperados en los escenarios productivos y laborales. En resumen, la insistencia en la capacidad que tienen los procesos simbólicos para generar fronteras y diferencias ayuda a comprender mejor la dinámica de la desigualdad. En las disputas por las posiciones y las representaciones, se convierte en esencial para los actores sociales, ganar las luchas que tie-

nen lugar sobre la atribución de significados sociales específicos a situaciones particulares, acciones e ideas. Alcanzar decisiones implica el uso explícito o implícito de significados discursivos en la formulación de objetivos y en la presentación de argumentos por las decisiones tomadas. Estos significados discursivos o tipos de discursos –construcciones culturales implicadas en la expresión ya sea verbal, o por la práctica social, puntos de vista o valoración- varían y no son solo elementos inherentes a los propios actores: ellos forman parte del capital de conocimiento diferenciado y de recursos disponibles en los distintos tipos de actores en un campo específico donde se dirimen cuotas de poder. Tomando en consideración que la condición de migrante constituye un factor que se agrega a la intersección de desigualdades, es imprescindible que la producción de conocimiento apunte a considerar las posiciones y clasificaciones sociales de manera relacional, complejizando los enfoques que intentan reducir las experiencias de los sujetos bajo el lente de una sola categoría. Intentando trascender las visiones esencialistas, reificadas y estáticas, sostenemos la necesidad de repensar el concepto de “identidad” en el sentido de enfatizar el carácter dinámico, relacional y situacional de las identificaciones en contextos migratorios. Por eso, nos posicionamos en los denominados procesos de identificación, que permiten connotar el carácter procesual e histórico de las experiencias y recuperar el carácter estratégico e histórico que poseen las identificaciones y representaciones como producto de lo social.

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personas que circulan en estos mercados son producidas por la intersección de dichas desigualdades. En el marco de contextos migratorios, la categoría etnicidad/raza remite a la etnicización–racialización de grupos que son auto y hetero definidos como migrantes y/o extranjeros a través de diversos mecanismos que van desde la inferiorización-jerarquización hasta la diferenciación y xenofobia. En este sentido, la categoría de “estigma” -para referir al rechazo, desaprobación y violencia- sigue siendo uno de los conceptos que aún nos permite analizar los procesos de discriminación y estigmatización que deben sobrellevar los migrantes, en particular aquellos grupos que pertenecen a países limítrofes y en particular provenientes de zonas rurales de composición indígena. Desde este prisma, la pregunta se orienta a cómo pensar la diferencia. Ya no se trata de descubrir las características culturales de una comunidad (construida como) subalterna sino de elucidar los dispositivos biopolíticos que construyen esas identidades de esa manera y no de otra. Hacer visibles las múltiples redes de dominios y sujeciones y de resistencias e invenciones de los subalternos y de los dominantes en las construcciones de sus identidades como diferencias desigualadas. Una estrategia que justifica las desigualdades se sustenta en los dispositivos simbólicos que presentan los intereses particulares de un grupo como si fueran universales, aquí entran todos los discursos que naturalizan la desigualdad y la consideran inevitable. Para que estos discursos resulten eficaces, es fundamental convencer a los demás que la porción de riqueza apropiada es una recompensa


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Foto: Pablo Lรณpez DIONISTA CHOQUE


EXPERIENCIAS LOCALES

La construcción de una nueva identidad, a golpes de sol y viento El migrante construye una nueva identidad. Diferente a la del país de origen y diferente a la del país que lo recibe. En la construcción de esa identidad desempeña diferentes roles, que se superponen, se conjugan, pero no se excluyen.

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ionisia Choque es contadora, graduada de la Universidad Nacional del Comahue, con su hermano están al frente de una pequeña empresa de producción de ladrillos en la Colonia 12 de Octubre de Allen y ha incursionado en el comercio con una tienda en el centro de la ciudad. También es mujer e inmigrante. Y en la construcción de esa identidad se aprende a querer, a hacer propio el lugar. “No es muy bonito porque hay tierra, corre viento, hay mucho sol, pero te acostumbras y lo vas queriendo, tenés más cosas vividas acá que en otro lugar”, afirma Dionisia, mientras el sol de abril le pega en la cara. Llegó de Bolivia con sus padres Gregoria

y Carlos y su hermano Eddy cuando tenía 12 años. Entró en segundo año de la secundaria, teniendo que rendir algunas equivalencias. “Empecé en el Mariano Moreno de Allen y terminé en el CEM 43 de Roca. Los cambios de colegio son complicados porque los programas son distintos, en el Moreno estaban dando cosas de matemáticas que no había visto, en cambio en Roca estaban con trigonometría, que ya lo había visto en el norte y me resultaba fácil”, recuerda. También agradece la ayuda de algunos profesores que colaboraron en su adaptación, aunque aclara que ella correspondía estudiando todo lo que le daban. El mayor choque lo tuvo con Historia y Educación Cívica. “No podía entender el concep-

to de qué era un municipio, allá la organización es distinta”, cuenta. Con mucho esfuerzo y dedicación terminó el secundario y se animó a la Universidad. En su generación eran pocos los estudiantes de la comunidad boliviana, a diferencia de hoy que hay en casi todas las carreras. Recuerda sólo a un compañero que abandonó y a un estudiante chileno con el que cursó algunas de las últimas materias. “En la Universidad, de entrada no me fue bien, venía de un secundario con orientación en informática y elegí la carrera de Contador, no sabía lo que era un pasivo o un activo, y como el título del secundario me llegó tarde, perdí lo poco que había cursado, por suerte

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lo tenían en cuenta al año siguiente cuando iba rindiendo las materias”, cuenta y rescata que “fue una linda experiencia, gracias a Dios tengo una personalidad sociable y tenía relación con todos los compañeros y eso me ayudó mucho”. Tiene ganas de continuar estudiando, pero por ahora es sólo un proyecto para el futuro. “Yo creo que ‘el que quiere, puede’, tengo en mente hacer algo más, a veces me quedan horas libres, pero no son todos los días en el mismo horario”. Como contadora, se encarga de la administración de las dos empresas familiares, de algunos hornos vecinos y de algunas verdulerías, otro de los rubros en los que incursionan integrantes de la comunidad boliviana. También integra la Asociación de Ladrilleros ‘Árbol’ y sigue de cerca trámites y vencimientos, pero prefirió que el trabajo de liquidación de impuestos lo haga un contador ‘de afuera’, para evitar cargar con responsabilidades cuando algo no se haga en término. Rompiendo mitos, afirmó que todos los negocios de la comunidad boliviana en el centro pagan impuestos, “porque para poder abrir, como cualquiera, deben inscribirse en la AFIP, Rentas y tramitar la habilitación municipal y, en el caso de los hornos, antes los compradores pedían factura, pero últimamente cada vez más piden factura A. El que tiene capital y mucho movimiento económico en el mes pide factura A porque con la C termina perdiendo”, afirmó. Conservan algunas tradiciones, como comidas típicas, fiestas y las vestimentas que usan para esas fiestas, pero reconoce que cuando se junta con sus amigas la comida elegida es la pizza. La llegada, cada verano, de

miles de trabajadores bolivianos que vienen a trabajar en la temporada hace que se consigan productos que antes no había. Uno de ellos es el chuño, base de la alimentación de los pueblos originarios del altiplano. Se trata de una papa deshidratada que se somete primero a las heladas del invierno y luego se diseca al sol. Es ingrediente esencial para muchos platos tradicionales. También los festejos, especialmente el de carnaval, reúnen a la comunidad boliviana. Es uno de los pocos feriados en el que cierran los comercios, por lo menos por la tarde. En general, abren de lunes a lunes. De todos modos, mantener la tradición es un esfuerzo. Años atrás se hacían grandes fiestas en la Colonia 12 de Octubre y había dos comparsas. Hoy quedó sólo una para mantener vivo el ritmo y el colorido. La actividad ladrillera requiere grandes sacrificios. Dionisia cuenta que “el trabajo en el horno es duro, sobre todo para el que lo ve por primera vez, y al tomar las riendas te cargás una preocupación, después de este trabajo no te asusta ningún otro, si algún día no tuviera para subsistir de otra cosa no tendría miedo, pero el estado físico no es el mismo si tenés una edad avanzada”. En verano las jornadas son larguísimas. Catorce o quince horas. “En la temporada se arranca temprano, porque no hace tanto calor y la gente quiere que le rinda, algunos vienen a hacer la temporada y otros ya viven acá porque tienen hijos que están en la escuela y una vez que los chicos hacen amigos no se quieren ir, se acostumbran, y tampoco quieren moverse a hacer la temporada a Mendoza o a otro lugar… algunos ya son abuelos y todavía dicen que algún día se van a ir”, afirma.

La Colonia 12 de Octubre todavía carece de muchos servicios –es más fácil ver televisión que calefaccionarse- pero es el sitio elegido por miles de integrantes de la comunidad boliviana para forjar su futuro. “El lugar no es muy bonito porque hay tierra, corre viento, hay mucho sol, pero te acostumbras y lo vas queriendo, tenés más cosas vividas acá que en otro lugar, yo acá conozco a mucha gente, cuando voy a la Municipalidad o a hacer algún trámite me encuentro con compañeros, en cambio en Bolivia no tengo a nadie, no quedaron tíos, ni abuelos, estamos cortados de raíz”, reflexiona Dionisia. Son un grupo familiar pequeño, que en la Argentina se va agrandando. “Somos cuatro, mis padres, mi hermano y yo. Mi hermano ahora formó una familia y tiene una nena, Litzi. Somos los que más tardamos en aumentar la familia, porque de muy jóvenes siempre estuvimos trabajando y es muy difícil hacerlo con chicos de por medio, le metimos veinte años al lugar, toda la juventud”, destaca. El año pasado abrieron una tienda en un local grande del centro, con la idea de cambiar de rubro en algún momento. Estas dos últimas temporadas se han hecho menos ladrillos porque mermó la actividad de la construcción, pero necesitan continuar con los dos emprendimientos. Y “trabajar en los dos lugares es cansador”. Una identidad migrante, en construcción, mixturándose con otra identidad en surgimiento, la de los habitantes del norte de la Patagonia, de la región Comahue, una palabra que tiene apenas unos pocos años más que nuestra Universidad.


“La identidad está dentro del discurso, dentro de la representación. Es constituida en parte por la representación. La identidad es una narrativa del sí mismo, es la historia que nos contamos de nosotros mismos para saber quiénes somos”. (HALL, Stuart. 2010)

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La incidencia de la narratividad en la constitución de la subjetividad en el caso de las identidades apropiadas COMAHUE Nuestra Región Nº 6 / Mayo 2018

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Parte esencial de la reconstitución identitaria luego de procesos traumáticos se juega en el reconocimiento de la persona y el restablecimiento de su identidad desde lo biológico pero que se traduce en lenguaje jurídico y se ejecuta a través de políticas de Estado.

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omo es sabido, una de las prácticas planificadas y organizadas por el aparato represor del Estado durante la última dictadura argentina, entre los años 1976 al 1982, fue el de la apropiación de identidades de menores. Al respecto, indagar en las conceptualizaciones que hagamos de la identidad personal puede contribuir en forma positiva a los procesos de restitución. La tradición filosófica se ocupó largamente, a partir de distintos enfoques, de proveernos de caracterizaciones acerca de qué entendemos por identidad personal. Uno de ellos parte del supuesto de que cada ser humano es único e irrepetible, por lo cual la identidad es la condición de posibilidad de nuestra singularidad en el mundo. Ahora bien, esa singula-

ridad podría apoyarse tanto en un sustrato o esencia de índole trascendente, como en uno inmanente. Si reparamos en este segundo tipo de sustrato, la identidad entre los seres humanos podría ser justificada por la pura pertenencia biológica. Así, el ADN es lo que nos iguala como pertenecientes a la misma especie. Ahora bien, todos poseemos una diferencia peculiar en nuestro ADN producto del vínculo biológico de parentesco que nos une a nuestros predecesores. Al respecto, podemos advertir que, en el caso de la búsqueda de los nietos, el recurso a la genética se constituyó en el dato imprescindible para constatar que se había cometido la apropiación. En este sentido, Arfuch sostiene: “lo que quizá no se-

DRA. ELIZABETH PADILLA Profesora Titular regular del área Epistemología e investigadora categoría II. Co Directora proyectos de investigación de la Fac. de Humanidades Directora del Centro de estudios en Filosofía de las ciencias y Hermenéutica filosófica del Comahue. Universidad Nacional del Comahue


UN NIÑO ENTRE LXS 30.000 SERIE "DE HORRORES Y ACONTECERES. UNA POSIBLE INTERPRETACIÓN PLÁSTICA EN TORNO AL VÍNCULO INFANCIAS Y DERECHOS" POR ANDREA LAURA ARCURI Acrílico sobre soporte rígido entelado 116 x 173 cm; 2016 Cipolletti, Río Negro

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"CERO POSITIVO" POR SILVANA HUBINSKY Témpera sobre papel 2017, Cipolletti.

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032 ría significativo en condiciones normales -la pregunta por la identidad a partir del ADN-, resulta en [el caso argentino] paradójicamente, esencial”1 . En los casos de apropiación se produjo, en efecto, una ruptura en el sistema de filiación. No obstante, debemos advertir que la filiación no sólo es un hecho natural, sino que es resultado también de la inscripción dada por instituciones jurídicas, a partir del parentesco genético. En palabras de Lo Giúdice: “La filiación es un concepto universal que debe ser tratado como principio político de organización que permite asumir el anudamiento de lo biológico, lo social y lo subjetivo”2. Sin embargo, una vez realizada la identificación genética sabemos obviamente que no

acaba allí el problema de la identidad, sino que a partir de ese dato se inicia un largo proceso de restitución y reparación. ¿En qué sentido? Si partiésemos del supuesto de que la identidad es resultado de las decisiones que un sujeto realiza a lo largo de su vida dentro de un contexto particular, ¿qué efectos tendría sobre ella descubrir que todas esas decisiones que se creyeron tomadas libremente partieron de un fundamento falso, nada más y nada menos que el de la filiación? En principio, podríamos afirmar que en el sujeto se producirá una suerte de fractura de todas sus certezas sobre sí. Es así que, a partir de este hecho altamente traumático, advertimos que toda afirmación propositiva de un sujeto sobre sí se basa en última instancia en un acto

del cual no es responsable y del que tampoco tiene memoria, el del origen de su filiación. A partir del reconocimiento de esa situación paradójica, reconocemos que son los “otros”, aquellos que lo precedieron, los testigos responsables de dar pruebas de las instancias de su nacimiento a los fines de garantizar la inscripción de ese sujeto tanto en el ámbito simbólico de la vida, como en el social y el jurídico. Es decir, ellos le proveerán las distintas formas del reconocimiento que contribuirán a la constitución del individuo como sujeto de derecho a una identidad, y en relación directa a ello con derecho a tener acceso a todos los datos que le permitan reconstruir su filiación originaria. A partir de estas consideraciones, advertimos que la noción de identidad ade-


de una vida” poseemos un instrumento lingüístico privilegiado, el del relato. En ese sentido, es habitual observar que desde la niñez surge el deseo espontáneo de ir configurando la historia de sí, la cual se nutre de los relatos de los adultos que aportan sus datos acerca de aquellos eventos sobre los cuales no tenemos memoria. Por tanto, en el caso de las identidades apropiadas, consideramos que se hace perentorio recuperar las dimensiones del cambio y de la permanencia como constitutivas de los procesos identitarios. Por un lado, la perseverancia de un ser idéntico a sí mismo (lo ídem): el de la filiación originaria constatada genéticamente; y por otro, el del devenir que atraviesa toda existencia (“la ipseidad”), en este caso mediante el reconocimiento de las diversas circunstancias que sobre la existencia de todo individuo “pesa” a los fines de recuperar un relato de sí. En palabras de Rinessi: “la pregunta por la identidad es entonces la pregunta por lo que queda, por así decir, mientras todo cambia, por la continuidad […] de algo que, en sí mismo, no es más que movimiento.”4 Ahora bien, reconocerme que soy el que cambia supone ya una continuidad, no desde una esencia dada de una vez y para siempre, sino como sujeto que se dice y es dicho por otros, incluso antes de haber nacido. La continuidad ahora es puesta en lo dicho, al colocarme como protagonista de un relato que narra lo que he sido y continúa siendo en un transcurrir que avanza por decisiones que me constituyen, aun cuando siempre mantienen su carácter de provisionalidad. No obstante, cabe aclarar que no pretende-

mos con esto sostener que hay algo así como un relato verdadero instaurado de una vez y para siempre, sino más bien mostrar que el interrogante acerca de él permanece siempre abierto, y ese es su rasgo fundamental. Sabemos que el relato sobre el origen constituye lo primordialmente “inverificable” para cada uno de nosotros, aunque no por ello de aceptación irremediable. Pues lo “inverificable” es lo que posibilita, por un lado, la apertura a la interrogación y, por otro, a la búsqueda constante de las garantías de aquello que pudiera ser “verificado”. Por lo tanto, todo proceso identitario de restitución debe implicar la responsabilidad por parte del Estado de procurar a la víctima los medios necesarios que conduzcan al develamiento de los datos que le fueron sustraídos, a los fines de que pueda ejercer su entera libertad en la constitución de las narraciones de sí. — 1 Arfuch, Leonor, “Cómo se construye la identidad”, en VV. AA., Identidad, construcción social y subjetiva, Buenos Aires, CONADI, 2004, p. 68 (consultar: http:// www.abuelas.org.ar) — 2 Lo Giúdice, Alicia, “El derecho a la identidad: restitución, apropiación, filiación. Nuestra práctica en el Centro de atención por el derecho a la identidad de Abuelas de Plaza de Mayo”, 2008, en Derechos humanos: Universidad de Buenos Aires y Abuelas: anudando lazos, pág. 6 (consultar www.psi.uba.ar/inst./.../uba¬_abuelas_derecho_identidad.pdf). — 3 Ricoeur, Paul, “La identidad narrativa”, en Historia y narración. Barcelona, Paidós, 1999. — 4 Rinessi, Eduardo, “Identidad y rupturas de la legalidad”, en Identidad, construcción social y subjetiva, CONADI, Buenos Aires, 2004, p. 130 (consultar: http:// www.abuelas.org.ar).

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más de suponer la afirmación constitutiva de un sustrato genético, también requiere de construcciones testimoniales realizadas por los otros. Por ende, reconocemos dos modos complementarios de concebir la identidad: como sustrato, en el sentido de lo dado, y como elaborado, en el sentido de la auto-constitución. El primero, refiere al de la identificación biológica e institucional, y el segundo, al resultado de la estructuración de una historia, cuyos primeros datos serán provistos por los co-partícipes de la genealogía. Observamos que cada uno de estos modos recoge en su distanciamiento un matiz reconocible de la identidad, aunque ninguno en forma autosuficiente como para lograr su inteligibilidad. Ricoeur se ocupa, precisamente, de dirimir esta cuestión en su artículo “La identidad narrativa” 3. Allí desarrolla con detalle el problema de la identidad como aquella que el sujeto alcanza mediante la función narrativa. Sostiene que uno de los tópicos principales que hace posible la narratividad es la de la noción de temporalidad, ya que el tiempo humano se constituye a partir de la intersección del tiempo histórico (el del calendario) y del tiempo de la ficción (epopeya, drama, novela, etc.), abierto a las variaciones imaginativas ilimitadas. La comprensión de sí se encuentra mediatizada entonces por la recepción conjunta de los relatos históricos y los de ficción. En síntesis, en el enfoque ricoeuriano, conocerse es interpretarse a uno mismo a partir del régimen de estos dos tipos de relato. Ahora bien, ¿en qué si mismo se refleja la historia de una vida? En este punto, advierte que para referirnos al concepto de “historia


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Nota de Tapa

Trascender en la lucha La identidad de género se ha instalado como tema de abordajes teóricos, disciplinares, asunto de agendas políticas y conformación de movimientos sociales. En esta entrevista Ornella Infante referente de este Colectivo recorre los antecedentes, presente y proyección del tema.

sos cambios en este siglo XXI, pero que también está sufriendo retrocesos. “A partir de la aprobación de la ley, un número importante de personas trans pudimos acceder al cambio registral y aquellas que no accedieron al cambio registral también son respetadas en la Ley de Identidad de Género. Nosotras hasta hace unos ocho años atrás éramos perseguidas, detenidas, torturadas en plena democracia, con una violación sistemática de nuestros derechos humanos”, afirma Ornella. El trabajo como asesora en la Cámara de Diputados la llevó a ampliar la mirada sobre otros colectivos. Asegura que está relacionado con la visibilización de las necesidades de los movimientos sociales, de mujeres trans, de migrantes, de mujeres de los pueblos originarios, las luchadoras sociales que “se visibilizaron y nos visibilizamos, hermanándonos

y encontrándonos en las distintas luchas”. “Antes éramos muy cuestionadas dentro del movimiento feminista, de hecho la primera mesa de debate sobre mujeres trans fue en el Encuentro Nacional de Mujeres de San Juan, antes nosotras teníamos que entrar a los codazos y todavía algún sector del feminismo pone en cuestión si algún sector tendría que estar adentro o no”, aporta Ornella. También sufre por los retrocesos en la Argentina post 2015. “Antes teníamos la posibilidad de pedir una política pública o llevar una demanda al Estado nacional o algún ministerio y esa demanda se traducía inmediatamente en una política pública. Hoy eso no existe”, explica. Da como ejemplo que se dio de baja al Programa Nacional para la Inserción Laboral de mujeres Trans que estaba bajo la órbita del Ministerio de Trabajo de la Nación. Aun así

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rnella Infante fue una de las pioneras en la lucha por la Ley de Identidad de Género. Trabaja como asesora de la diputada nacional Silvia Horne y, desde el Congreso, comenzó a hacer propias las reivindicaciones de otras minorías que buscan visibilización y reconocimiento de sus derechos. Migrantes, pueblos originarios, feministas y trabajadoras sexuales encuentran en ella a una compañera. En Río Negro impulsó la sanción de ordenanzas de cupo para mujeres trans en distintos concejos deliberantes y está en tratamiento en la Legislatura rionegrina. También acompañó la formación específica de profesionales de la salud y la apertura de un consultorio en el Hospital de Cipolletti que atiende a mujeres de este Colectivo. Argentina es un país que ha vivido inten-


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no bajan los brazos y, a través de la diputada rionegrina Silvia Horne, impulsan el proyecto por el acceso al trabajo registral para las personas transgénero. Ornella Infante destaca que buscan romper con el estereotipo que las limitaba históricamente a tres oficios, “putas, modistas y peluqueras”. “Cuando peleábamos por la ley de Identidad de Género era impensado que una mujer trans pudiera desempeñarse dentro del cuerpo de asesores y asesoras de una diputada, como en este caso me toca a mí con la diputada Horne. Hoy tenemos un conglomerado de compañeros que nos acompañan, diputadas y diputados que acompañan nuestras luchas, pero muchas veces es testimonial, porque si los diputados y diputadas que impulsan la ley de Cupo Laboral Trans tomaran el ejemplo del bloque del Peronismo para la Victoria, que tiene varias asesoras trans, la realidad sería otra, también es cierto que hay mucha política testimonial y esa es una de las barreras que tenemos que derribar”, afirma. ¿CÓMO SE TRANSFORMÓ PARA VOS EL CONCEPTO DE IDENTIDAD A PARTIR DE COMENZAR A COMPARTIR DISTINTAS LUCHAS CON OTRAS MINORÍAS?

Encontrarnos hermanadas en distintas luchas tiene que ver con eso. Las mujeres trans somos trabajadoras, somos pueblos originarios, pertenecemos al sector de la economía popular, venimos de hogares campesinos como en mi caso, las mujeres trans estamos involucradas en la sociedad, venimos de hogares heterosexuales, somos fruto de hoga-

res heterosexuales, no es que salimos de un laboratorio. La madurez social y política que hubo para que saliera la Ley de Identidad de Género y la derogación de los códigos contravencionales, el matrimonio igualitario, nos llevó a nutrir nuestra identidad y llevó a que otras mujeres también se viesen reflejadas en nuestra lucha, como por ejemplo las trabajadoras sexuales, que son un colectivo invisibilizado, un colectivo que se pone muchas veces en tela de juicio desde la moralidad y eso nos recuerda nuestra militancia antes de la Ley de Identidad de Género, cuando éramos mujeres clandestinas y había sobre nuestros cuerpos una explotación por parte de la policía, éramos su caja chica. Parte de los sectores conservadores cuestionan a las compañeras por su herramienta de trabajo, que son sus genitales. ¿ESTA AMPLIACIÓN DE LA MIRADA LAS FORTALECIÓ EN SU PROPIA LUCHA?

Nosotras pudimos escuchar y pudimos hacernos escuchar y en base a eso trascender, porque si nos hubiésemos quedado en el ghetto de la diversidad sexual o en algo más reducido como el colectivo trans, por ahí las conquistas que vamos llevando adelante, las barreras culturales que vamos derribando hubiera sido muy difícil hacerlo en soledad. Desde el frente de mujeres, el Frente por la Igualdad del Movimiento Evita, tenemos muy en claro que las luchas se transforman en una conquista cuando se hacen de manera organizada, cuando se movilizan las bases, cuando

nos involucramos las actrices, los actores y no los iluminados que van a hablar por nosotros y por nosotras, como por muchísimo tiempo pasó con nosotras las mujeres trans y aún sigue pasando, porque hoy está buenísimo hablar de la situación de las mujeres trans, pero eso no sucedía hace cuatro o cinco años. ¿QUÉ ALIADOS HAN ENCONTRADO EN ESTE CAMINO DE LUCHA?

Las universidades públicas han sido siempre nuestras aliadas, en Comahue y Santiago del Estero se reconoció la Identidad de Género antes de que saliera la ley. Con la diputada Horne llevamos adelante junto con la Universidad del Comahue, las escuelas populares con formación en género, en conjunto con el Frente por la Igualdad del Movimiento Evita, la Asociación de Travestis, Transexuales y Transgénero de la Argentina (ATTTA), la Facultad de Ciencias de la Educación y la Facultad de Ciencias Médicas. También con la carrera de Medicina, ATTTA y el Hospital de Cipolletti se formó a futuros profesionales de la salud en materia de diversidad sexual e identidad de género, tomando en cuenta la triste expectativa de vida que tenemos de entre 35 y 40 años, donde uno de los factores es el maltrato que sufrimos en los servicios de salud. La Facultad de Ciencias de la Educación ha incorporado en su plantel a una compañera trans, es una decisión política importante. Siguiendo atentamente la entrevista está la Diputada Silvia Horne, que se suma a la char-


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MARCHA LGBT Sigla compuesta por las iniciales de las palabras Lesbianas, Gais,​Bisexuales y Transexuales.


“Quienes somos militantes no podemos quedarnos en el discurso, construimos con el ejemplo, hoy Ornella ha conseguido que, en Río Negro, en muchos municipios se debata el cupo laboral trans, ya hay compañeras que están trabajando en varios concejos, como los de Bariloche y Viedma, la Universidad comienza este debate a través de algunas facultades, esto no lo separo de la lucha general por la identidad y de la lucha del feminismo”. Silvia Horne, Diputada Nacional, Bloque Evita.

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ORNELLA INFANTE Y SILVIA HORNE


“La sexualidad forma parte de nuestro comportamiento. Forma parte de nuestra libertad en este mundo. La sexualidad es algo que nosotros mismos creamos — es nuestra propia creación y no el descubrimiento de un lado secreto de nuestro deseo. Tenemos que entender que con nuestros deseos, a través de nuestros deseos, podemos establecer nuevas formas de relaciones, nuevas formar de amor, nuevas formas de creación. El sexo no es una fatalidad: es una posibilidad de vida creativa”.

la. “Cada vez que escucho a Ornella conceptualizar tan profundamente y haciendo además eco en su historia, habiendo atravesado la política, pienso que esto no es casual. La Argentina tuvo un papel importantísimo en la búsqueda de la identidad a partir de un hecho concreto, la búsqueda de nuestros niños y el rol que ha tenido Abuelas de Plaza de Mayo ha sido no solamente buscar la identidad genética a través del ADN, sino que además ha habido búsquedas identitarias en el conjunto del pueblo argentino, yo creo que eso ha sido

un aporte”, destaca y agrega que “el feminismo fue un movimiento mundial, pero en la Argentina fue distinto, ha tenido otro florecimiento y todo lo que llamamos la lucha por la Igualdad, la Ley Antidiscriminatoria, la Ley de Identidad de Género, el Matrimonio Igualitario, la Ley contra la Violencia Familiar, son leyes que han tenido mucha potencia en un proceso que va muy pegado al reconocimiento de nuestra identidad. La marcha del 8M fue mucho más que la marcha del feminismo, fue una explosión feminista que trajo

todas las reivindicaciones del conjunto de los sectores sociales argentinos”. Llegamos al final de la entrevista con la sensación de que el planteo pasa por reconocer identidades múltiples, por unificar las luchas de las minorías y por trascender el plano individual para aportar a la construcción de uno colectivo.

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(FOUCAULT, Michel)


Nota de Tapa

Identidad Mapuce Identidad étnica, Nación y Estado, se abordan en primera persona para analizar y describir la complejidad de relaciones de poder que ocultan o desconocen los derechos de los pueblos originarios.

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n este mundo globalizado, hay quienes afirman que vamos a una uniformidad cultural y las identidades nacionales de los países van a peligrar y junto a ello las soberanías nacionales. ¿Qué puede haber de real en el fantasma de “una sola cultura universal”, donde las diversidades culturales deberán desaparecer irremediablemente? Sin embargo, en otro extremo del análisis hay otra teoría de moda que dice que el mundo está dividido por grietas culturales y religiosas que avanza decididamente e inevitablemente a un choque de civilizaciones. La realidad es que la enorme diversidad de pueblos, culturas, cosmovisiones avanzan y coexisten, se entrecruzan y entrelazan en medio de estos dilemas y disputas mundiales. Y Neuquén o la “región mapuce” no puede ser menos. Soportando embestidas de tendencias

discriminadoras y racistas, que se han exacerbado en este último tiempo, y la indiferencia de la política pública que nos deja librados a nuestra suerte, en esto de mantener y proyectar nuestra identidad y cultura, el pueblo nación mapuce aquí está y ocupa su lugar. Claro que este conflicto no es nuevo, porque el conflicto cultural nace con la misma idea de país a construir que poco más de un siglo y medio atrás se planteó la elite gobernante, luego del intento de exterminio que quiso concretar en territorio mapuce. Desde el preciso momento de las etapas independentistas, a través del concepto de “crisol de razas” surgió la necesidad de conformar una “identidad nacional” que a la vez fuera aceptada por las “naciones civilizadas” de la vieja Europa. Junto con ello, la necesidad de correr toda presencia indígena en ese armado de una

CONFEDERACIÓN MAPUCE DE NEUQUEN Xawvnko


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042 identidad blanca y europea. La “argentinidad al palo” se concretaba excluyendo a las naciones indígenas, pero también a negros, judíos, chinos y demás inmigrantes. Esa idea de “identidad nacional” nunca se logró conformar o al menos, dos siglos después, no se logra concluir. Durante décadas, la teoría de los medios indigenistas en Argentina, sostenían la idea de que la raíz del “atraso” de los pueblos indígenas (el “problema indígena”) se encuentra en la característica de su cultura, anquilosada, atada a una nostalgia cultural, resentida, que se opone a la modernización. Y la idea que predominó fue la de integrar, incorporar, asimilar. Esos principios conducían la política pública, la nueva legislación posterior a la dictadura, y también el accionar de la escuela

o las prédicas religiosas o misioneras. Las corrientes antropológicas y sociales animaban y formaban para eso; Había que dejar de discriminar a las culturas indígenas e incorporar a los “indios a la nacionalidad”. Ya no se sostenía que los “indios” eran biológicamente o mentalmente inferiores, o que tenían costumbres o practicas salvajes o bárbaras, sino que entraban en contradicción con las bondades de la civilización. Habíamos estado casi un siglo fuera del proyecto de nación y ahora en el siglo veinte se reconocía que las culturas tradicionales eran un obstáculo al desarrollo y era necesario modificar para incorporarnos al progreso y modernidad. Se volvió a practicar, de hecho, otra forma de discriminación al proponer que la única manera para los indígenas de “progresar” era

mediante su aculturación, es decir dejando de lado sus identidades propias. Eso hizo que los mapuce nunca nos identificáramos con ese modelo de nación y sus simbologías. Y fundamentalmente, en la década del noventa, elaboramos discursos alternativos en nuestras luchas sociales y políticas demandando el reconocimiento de Argentina como Estado Plurinacional, es decir un espacio que contiene la enorme diversidad de casi cuarenta naciones preexistentes al moderno estado federal. Esta enorme movilización logró los cambios que necesitábamos en la reforma constitucional del año ´94. El objetivo entonces de una desaparición progresiva de la cultura indígena a través de un proceso de aculturación donde la diver-


La lucha por la identidad mapuce entonces, tiene ese horizonte marcado. Un horizonte aun incomprendido por un sistema político atado a viejos dogmas, doctrinas, plataformas o agendas donde la plurinacionalidad aún no está incorporada. La democracia representativa, la participación política institucional, la igualdad ante la ley, el debido proceso, el respeto de lenguas, culturas, religiones y tradiciones, son conceptos que se vacían cada vez más, dejando en claro que no lo crearon para nosotros. Sigue prevaleciendo la imagen de lo mapuce ligado a lo rural y campesino. Y es aún incomprendida nuestra condición de pueblo oprimido y culturalmente diferenciado, es decir hay una negación a ver nuestra condición de pueblo nación preexistente al Estado que llegó a nuestras tierras con su carga de muerte solo hace 130 años. Eso hace, que aun los movimientos progresistas, como lo fue el último gobierno de base “nacional y popular”, adoptaran ese enfoque sesgado de la “cuestión mapuce” y no comprendieran porqué se marcó una distancia ante una política que no reflejaba nuestra demanda. Ni hablar de los partidos de izquierda que han promovido una postura clasista clásica frente a los conflictos sociales, que niega historia e identidad a nuestra lucha. El debate sobre etnia o clase, que se escucha también en las aulas académicas, tiene implicancia para el futuro que estamos construyendo. Si se considera al mapuce como una porción del campesinado explotado, la solución a nuestros problemas lo encontramos en luchas y organizaciones clasistas: sindicato, partidos

clasistas, reformas agrarias. Pero si nuestra lucha está basada en nuestra historia e identidad, la condición de clase es secundaria y se requieren respuestas de reparación territorial y de control político cultural de nuestras vidas colectivas. Las organizaciones mapuce hemos optado por esta segunda posición. Ante un modelo vigente de Estado Federal que niega nuestra historia e identidad, que reprime e in-visibiliza nuestra existencia, cuestionamos la idea dominante de este modelo hegemónico de nación y proponemos un nuevo concepto y modelo de Estado: basado en el respeto y la convivencia de la enorme diversidad de pueblos con identidad nacional y cultural propia. Debemos urgente salir de esta política de segregación semejante al apartheid y que impide que nuestra condición de Nación Originaria pueda proyectarse. El Convenio 169 de la Organización Internacional del Trabajo –ratificado hace 20 años por Argentina—así como la declaración sobre derechos indígenas que se aprobaron en el seno de la ONU y de la OEA, hablan de los derechos de los pueblos indígenas, incluyendo desde luego los derechos culturales. En el marco del actual Estado Federal, el Pueblo-Nación Mapuce ha venido defendiendo su propia identidad que se manifiesta ahora en todos los niveles de la vida pública y que los gobiernos no pueden ya ignorar. El respeto de los derechos culturales e identidad del pueblo mapuce es factor indispensable para el desarrollo democrático de un Estado que debe avanzar hacia una Argentina Plurinacional.

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sidad cultural se fundiría en un sincretismo nacional, ha fracasado. No solo eso, sino que se va comprendiendo la enorme contribución que la cultura mapuce puede hacer a la sociedad y cultura regional. Esto es así, por un lado, por la heroica resistencia de nuestros mayores a un siglo del intento de exterminio cultural e ideológico, demostrando un anhelo de sobrevivencia y proyección que las nuevas generaciones asumimos como legado. En segundo lugar, el papel fundamental de la Confederación Mapuce de Neuquén que sobre todo desde la década del 90 consolidó la presencia de pu Lof (comunidades) e incluso la reconstitución de nuevas comunidades y organizaciones urbanas. Por último, la democratización de la sociedad neuquina que se basó en la defensa de los derechos humanos y donde el pueblo nación mapuce encontró contención y solidaridad. Esto llevó a una clara evolución de la demanda y propuestas del pueblo mapuce que la sociedad neuquina ha ido acompañando. Desde demandas socio económicas y de asistencialismo estatal, como respuesta a la pobreza impuesta por un régimen de despojo territorial, hemos avanzado a demandas basadas en el derecho a la autonomía y el control territorial. Es decir, no es posible proyectarnos con identidad si no logramos las políticas de reparación territorial y la recuperación y vigencia de nuestras instituciones políticas, educativas, productivas, jurídicas, etc. La demanda y anhelo de avanzar hacia una Estado Plurinacional, garantiza nuestra identidad y proyección y es lo que nos moviliza.


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Nota de Tapa

Las fuentes nutricias de los versos: poesía mapuche actual y conversación La lengua como vía regia del pensamiento y las representaciones colectivas también es elemento diacrítico de identidades. En escenarios o contextos de coerción sobre los grupos minorizados a partir de lo ‘étnico’, estas representaciones se expresan en la lengua dominante al mismo tiempo que se retoman las continuidades con las lenguas originarias. El arte en general, y la poesía en particular, testimonia estos pulsos.

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esde la occidentalización de América y sobre todo mientras los sujetos se “dispersaban por los cuatro puntos cardinales” (Mora Curriao 2014: 109), en el contexto de lo que la historiografía aborda como el corrimiento de las fronteras (Cfr. Bandieri 2005; Bengoa 1985 [1996]; Marimán, Caniuqueo, Millalén y Levil 2014), la lengua mapuchezungun también se arrinconaba alrededor de la cocina, en los cuentos de los abuelos, o permanecía agazapada en el español de padres y madres que eligieron afectuosamente no legarles a sus hijos una lengua que implicaba la discriminación; hijos que ahora vuelven a las palabras de la gente de la tierra, a las voces de las abuelas y abuelos. Así como cuando se mueve el rescoldo, y

entre la ceniza se ven puntos incandescentes que se creían extintos, la poesía parece ser alguno de los territorios propicios en los cuales se soplan las brasas y revelan su lumbre la lengua mapuche y una oralidad que aun cuando se enuncie en la lengua de castilla muestra un modo de ver y percibir el mundo particular, propio. En efecto, un conjunto de poemas de Jaime Luis Huenún, Maribel Mora Curriao, Elicura Chihuailaf, entre otros, dan cuenta de una poesía genealógica –como sostiene Huenún respecto de la suya– en el sentido de que las voces de los poemas necesariamente ‘hablan con’ o surgen de ese nosotros de la ascendencia; las voces de los ancianos, de los compadres y las comadres. En estos poemas –y en

DRA SILVIA MELLADO Doctora en Letras Centro Patagónico de Estudios Latinoamericanos Facultad de Humanidades Universidad Nacional del Comahue - CONICET

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un corpus más amplio que los contiene–, la relaciones entre la voz individual de una/un poeta y las voces u oralidad de la comunidad se relacionan con el nütram –palabra que en mapuchezungun significa, entre otras cosas, conversación y, además, nombra uno de los géneros de la etnoliteratura mapuche, según los principales críticos (Iván Carrasco y Hugo Carrasco)– y se vinculan con el parlamento, una práctica histórica de negociación de este pueblo. Por ejemplo, “Nütram” –poema que integra Ceremonias (1999) y más tarde Reducciones (2012) de Jaime Luis Huenún– comienza así:

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“Blanca es la luna que asoma hasta la transparencia en el oeste. Si soplaras hacia ella desaparecería al punto de tu aliento. Tal el cirio que los deudos apagan para la paz del que marcha sin consigo al otro mundo. (1999: 45) y más adelante, leemos: “Tomo el mate en un jarro de aluminio. Los ancianos de la casa hablan de un hombre que enloqueció buscando plata en las montañas. […] De Lonquimay, un tren cargó sus restos hasta Quepe. Envuelto en arpilleras lo entregaron a la policía. Antonio Calfumán nombraban –dice-” (1999: 45 – 46) El poema que refiero es extenso contiene

tres partes, sin embargo, estos dos pasajes muestran la manera en que se entrelazan la mirada del poeta y aquello que le cuentan. En el centro del poema está la escena del nütram, de la conversación propiamente dicha, y éste es indisoluble de la mirada del sujeto hacia el entorno, del modo de percibir esas montañas por las que el loco Calfumán andaba. Porque la fuerza del relato de los ancianos labra la voz y la mirada de quien escucha. Este poema, además, tiene una nota al pie en la que Huenún explica que en 1992 vivió en la pequeña parcela de la familia Caifal-Piutrin, a dieciocho kilómetros al sudoeste de Temuco, Chile. Allí, dice, “al calor de la cocina a leña, compartí el nütram, la conversación mapuche que entrelaza retazos de mitos, recetas medicinales e historias de parientes y vecinos vivos y difuntos. Fue en uno de esos nütram cuando mis amables hospederos relataron la locura de Antonio Calfumán, y sus últimas andanzas por territorios cordilleranos” (1999: 47). Un movimiento similar se lee en un poema de Maribel Mora Curriao titulado “Malos sueños” del poemario Perrimontun (2014). La escena del nütram aparece en el inicio: “Con la marca de los despreciados o los elegidos, que para el caso da igual, crecí bajo el designio de mi sangre. Mi abuelo, Manuel Curriao, me acogió en su casa y vertió en mi espíritu el tormento de las estirpes que luchan ferozmente por no extinguirse. […] Yo evoco con ternura los relatos que de niños nos prodigaba a mí y a mis hermanos, mientras curtía y cortaba cuero para la confección de riendas

que le encargaban de fundos vecinos. Su recuerdo pehuenche inundó mi infancia. Desfilaban ante mis ojos los personajes de sus cuentos: vilu, ñire, pangui, a diestra y siniestra vocablos del mapudungun, su lengua, que precariamente nos entregaba” (2014: 38) Los versos que siguen a este pasaje trazan una continuidad entre los tránsitos obligados del abuelo, el presente de despojo de la descendencia y la utopía de un futuro reparador: Como quilas florecidas o graznidos nocturnos pasan los sueños que formaron mi costado. […] Triste fue el sueño de mi abuelo, soledad de nieve en las quebradas y en los huesos. Triste el sueño de mi madre, oscura torcaz aleteando contra el viento. Pero más triste aún el sueño de mis hijos, de los hijos de mis hijos en territorio de nadie Mañana poblarán la tierra Las grandes sierpes de antaño TrengTreng, KaiKai, Y rugirá el cielo Sobre nuestras cabezas. […] Por ahora nada somos,


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MUJERES MAPUCHE CON KULTRUM

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Al igual que en el poema de Huenún, la escena de los relatos oídos atraviesa el verso no solo porque refieren los desplazamientos forzados de los sujetos –los grandes arreos desde el centro del mundo a la periferia, dirá la poeta Liliana Ancalao retomando la voz Félix Manquél y sus relatos sobre la llamada “Conquista del desierto”–, sino por esos versos iniciales en los que se nombra el cuerpo, el costado contorneado. Es el cuerpo de la poeta trazado y marcado por los relatos del abuelo como si el trabajo de ese abuelo con el cuero para los fundos vecinos se prolongase en la hechura de la nieta que lo oye y, con su otra labor, la de narrador, fuese un poco orfebre de la voz que luego adulta enuncia el poema. Respecto del parlamento, de esa otra relación entre las voces de los ancianos, compadres y poetas, hay un texto paradigmático en la poesía mapuche; el que abre el poemario De sueños azules y contra sueños (1995[2008]) de Elicura Chihuailaf: “Chumpeymi am, anvletuymi miMapumew weñagkvleweymi, weupikawetulaymi Nvtramkayaimi, weupiaymimay Mvnaweñagkvngeweytamifelen Re Maputaanvleweymi weupipefuyvmtami

puFvchakecheyem Tranalewey mi Mapuem Chempiwelaymirume Witrapvratugeweupiuaymi miMapumew weñagkvlmirumetaweupiaymi mipuKuyfikecherekefemtuaymi chumechiñizugukefelegvn (pipiyeenewtafvchaJulianWeytra)”. “Qué estás haciendo, sentado en tu Tierra, entristecido, sin parlamentar Conversa pues, parlamenta Qué tristeza verte así Estas sentado en la pampa solamente donde parlamentaban tus Mayores Sin movimiento yace tu Tierra Nada dices Ponte de pie, parlamenta en tu Tierra aunque sientas tristeza, parlamenta como lo hacían tus Antepasados como hablaban ellos (me está diciendo el anciano Julian Weitra)” (Chihuailaf 2008: 71) Chihuailaf retoma el texto ‘Canto de máscara’ de Julián Weitra y arma una genealogía entre este y su figura, poniendo la poesía como centro y lugar para el encuentro del diálogo con los ‘otros’. Recado confidencial al pueblo chileno (1999 y 2017), un libro de corte ensayístico del autor va también en esta dirección. Resulta paradigmático este poema en el sentido de la figura social y del lugar del

poeta que se trasunta allí. Este parlamenta y, por lo tanto, habla con los propios y con los otros, media, discute y acuerda. A la vez, el poeta y por ende la poesía resulta un espacio no disociado de la palabra colectiva. El testimonio, entendido como esas narraciones o historias necesarias y urgentes, como voces que deben y quieren decirse, atraviesa gran parte de los poemas de Chihuailaf y de otros poetas que se autorreconocen mapuche y escriben desde ese lugar. De modo que podemos decir que gran parte de lo que entendemos como poesía mapuche actual indica que, contraria a las tesis que desligan al poeta del habla común, de las palabras simples, la poesía resiste esa idea porque alberga voces que piensan y sienten con las mismas imágenes de aquellos que podrán no escribir en su lengua ancestral o en el español actual pero que sí cuentan y entregan los versos nutricios a los cauces de la literatura. En este sentido, la poesía mapuche y también las poesías quechua, la guaraní, las que se entrelazan con las comunidades actuales en las disputas que viven sus pueblos, van contorneando otras coherencias en el campo de las historiografías literarias; tomando un lugar de importancia estética y política necesario para pensar el campo del arte y el flujo de las identidades.

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ni siquiera paja en el ojo de Dios que nos olvida. (2014: 39).


Institucional

Fragmentos de “Cartas a Walsh” A modo de ejercicio de la memoria y como reconocimiento a todos quienes se interesaron y comprometieron enviando sus cartas al concurso, extraemos para compartir parte de esos trabajos.

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urante el año 2017, en el Marco del Convenio firmado entre la Legislatura de la Provincia de Neuquén, la Legislatura de la Provincia de Río Negro y la Universidad Nacional del Comahue, se llevó a la práctica el Primer Concurso Literario Rodolfo Walsh. Estuvo destinado a un público abierto, definido en tres categorías: ciudadanía en general de Argentina, alumnos universitarios y alumnos de escuelas medias. Participaron del mismo 61 personas en la categoría Ciudadanía General; 8 estudiantes universitarios y 12 estudiantes de nivel medio. Para rememorar la obra de Rodolfo Walsh, su historia, su legado y sus enseñanzas. Compartimos aquí algunos de los fragmentos de los trabajos presentados extraídos de los trabajos al azar. LA MEMORIA “Muchas veces me he preguntado: ¿a dón-

de va una persona cuando muere? En verdad lo ignoro y dudo que alguien lo sepa con la certeza necesaria, pero sí sé que los muertos van a la memoria de los que les sobreviven. Y en mi memoria vos estás muy vivo, y también lo están todas las formas de la injusticia y la miseria humanas retratadas en tu obra.” “No dejes la memoria embalsamada, ni el presente postergado, no permitas que profanen la historia, no es un delito la lucha individual cuando se lucha con honestidad sacando las manos del bolsillo.” RECORDAR “Sin dudas tu “osada Carta Abierta”, fue un escrito duro, descarnado, crítico, veraz y acusador, donde tuviste los “cojones”-como pocos- de decir lo que muchos sabían, pero nadie se atrevía a mencionar...Todo eso lo sé, pero igualmente sentí la necesidad de escribírtelo, para refrescar la memoria en mi

COMITÉ ORGANIZADOR

1er. Concurso Walsh de género epistolar.

mente y en mi corazón al recordarlo y recordarte...” AMOR “Urge el amor, el que cuida, el que cura, el que acompaña a cada paso y promete comprometido que lo bueno es posible para todos,


pobres y los ricos cada vez más ricos.” LUCHA “No puedes callar ni jugar al ajedrez conmigo, porque elijes ‘el violento oficio de escritor’. Es tu lucha por cambiar la injusta realidad que observas, aunque expreses: ‘Tengo demasiado para una sola noche’.” DERECHO A SER “Vos tenés derecho a decir SÍ a lo que quieras o NO a lo que no quieras. Vos tenés derecho a irte de un lugar cuando te sientas mal, y también, podés pedir que respeten tu límite físico. No importa el género, tu nacionalidad, el color de tu piel o tu edad: tenés derecho a ser bien tratado y a ser feliz. Porque las personas no somos un objeto. Vos sos importante; tu vida es valiosa por eso hay declaraciones, convenciones y tratados que afirman que sos un “sujeto de derecho” acá y en la China. Esto

significa que no sos invisible, que el mundo necesita de tus manos, de tus ideas, palabras y acciones...que tu llegada a esta Gran Casa que es nuestro planeta tiene un sentido, y que entonces, mientras vas creciendo y dejando tu huella, estás protegido con más de 30 derechos. Porque, además del Estado, hay muchos adultos pertenecientes a agrupaciones no gubernamentales o a diferentes instituciones que buscan la mejor manera de protegerte, acompañarte y guiarte...aunque no todo es perfecto. La realidad no es rosa, es compleja y multicausal, y aún quedan agujeros y ausencias sociales. Y es innegable: por algún lado como sociedad, en cuanto a efectivizar los derechos humanos, estamos haciendo agua y algunos miran hacia otro lado.” Agradecemos a los escritores y estudiantes su participación y los invitamos a participar de las próximas convocatorias que se generen en el futuro.

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para todas y para cada uno. El que hace que la comida alcance y sobre, el que afiebrado de libertad desbarata el odio contra el que nos persigue, el que apaga el incendio del desprecio y salva a los niños de la desventura de un viaje perdido desde el inicio. El amor que enseñe en las escuelas, rompiendo las cadenas, para que se le meta al capitalismo por las venas como antídoto de las generaciones que sabrán ganarle a la exclusión su territorio de lo perdido. El que reincorpora a los descartados para volver a sembrar de compañeros los caminos. El que alza la memoria en el desierto del olvido y espera la conversión de los miserables, humanizándose, por fin arrepentidos, haciendo aparecer lo desaparecido. Urge el amor que guarda y vigila con su luz encendida en el tiempo de las sombras, el que acuna los sueños que desvelan de desorden el orden canalla que impera para que, ordenaditos, limpitos y peinaditos, los pobres sigan


Institucional

Un Congreso de una magnitud y profundidad difícil de soñar COMAHUE Nuestra Región Nº 6 / Mayo 2018

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l VII Congreso Nacional y V Internacional de Investigación Educativa dejó una marca académica difícil de igualar e indica una dirección a seguir por cualquier grupo de investigadores que quiera abrir el debate en su disciplina. Por la cantidad de participantes, ponencias, mesas de trabajo y foros, enriquecida por la variedad de temáticas y el rigor y profundidad con la que fueron tratadas. El Congreso demandó de un enorme esfuerzo para las autoridades, docentes, no docentes y estudiantes de la Facultad de Ciencias de la Educación y Psicología, que contaron con el apoyo decidido del Rectorado y de la Fundación de Nuestra Universidad. Los números tienen una magnitud colosal para el ámbito académico. Hubo 3.500 inscriptos que llegaron de toda la geografía argentina y buena parte de los países de La-

tinoamérica, 36 mesas de trabajo en la que se presentaron 454 ponencias y 21 foros de debate. El epicentro del Congreso fue el campus de la facultad, con seis subsedes repartidas entre las ciudades de Cipolletti y Neuquén. Los foros convocaron a organizaciones sociales, gremios, comunidades de pueblos originarios, otras universidades, representantes de distintos niveles del estado y actores de la sociedad civil. FUNYDER participó activamente de dos espacios de debate con potencia temática y diversidad de abordajes. Uno fue el foro ‘La Educación Pública en la arena política’, el jueves 19 de abril, con la participación de las diputadas nacionales por Río Negro María Emilia Soria y Silvia Horne y la profesora y Dra. en Educación Silvia Barco. Un público heterogéneo colmó las instalaciones del Cen-

tro Cultural de Cipolletti y siguió con atención las exposiciones. Luego se abrió un revitalizador intercambio en el que participaron docentes de otras universidades, alumnos de la Universidad, muchos docentes de escuelas públicas y militantes gremiales y políticos. El otro fue en la mañana del viernes 20 de º, en el Rectorado, donde se realizó la mesa de prensa “Desafíos y Estrategias para la Inclusión Educativa y Laboral de Adolescentes y Jóvenes”, que promueve la inclusión educativa y el acercamiento al mundo laboral de adolescentes y jóvenes de 16 a 24 que viven en contextos de vulnerabilidad. El rector Gustavo Crisafulli, junto a la decana de la Facultad de Ciencias de la Educación, Dra. Adriana Hernández, y la secretaria de Investigación, Dra. Silvia Martínez, y el director de la Fundación de la Universidad


Fundación DYA y la Liga Iberoamericana de Organizaciones Sociales. Fue intercambio de ideas profundo, con claridad de conceptos y en el que se forjaron lazos para continuar trabajando de manera asociada en el futuro. Sin dudas es un gran mérito de toda la comunidad de la Facultad de Ciencias de la Educación y Psicología y en especial de sus autoridades, con un beneficio neto para toda la Comunidad de la Región.

A todos y cada uno de los actores que posibilitaron que un evento académico de esta magnitud se desarrolle en nuestra Universidad Nacional del Comahue, nuestras más sinceras felicitaciones.

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FUNYDER, licenciado Gustavo Ferreryra, recibieron a los especialistas Maró Guerrero de Ecuador, Rubén Quintanilla de El Salvador, Valeria Caggiano y Enrique Deibe de Uruguay, Eliane Ribeiro de Brasil, Claudia Jacinto y Rolando Kandel de Buenos Aires, y la Dra. Adriana Puiggrós que realizó una intervención por teleconferencia. Estuvieron representadas, entre otras instituciones, la Fundación La Salle, la Fundación SES, la


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RECORTE DE MURAL “LA MEMORIA” GRAL. FERNÁNDEZ ORO, RÍO NEGRO (2016) ARTISTA JHONNY AZAGUATE Y OTROS.


OPINIÓN

Identidad, identidades. Individualidades y colectivos. Cierto es que registramos, muchas veces, variadas cuestiones porque estamos pensando en ellas; de lo contrario pasarían desapercibidas. No son casualidades, si no registros conscientes, de acciones, de lo que tenemos en mente.

La misma semana, Mariana me habló de una situación de identidad de género autopercibida; que un DNI refleje el género que ella o él perciba como propio. Sin tantos obstáculos, sin tanta inquisición. Hablé con C, hija de desaparecido. Lucha por la identidad en un Juzgado de Familia. Los que la inscribieron y criaron, en dictadura, no son sus padres, lo hicieron por pedido de su padre, que al poco tiempo desapareció. Tiene mamá y un hermano. ¿Cómo hubiese sido su vida sino pasaba lo que pasó? Hablamos alguna vez de eso. C no tiene la respuesta, yo tampoco. Tuve un encuentro con V, quien me dijo: "Marce, quiero el ADN y además saber quién es mi papá, al final no tengo identidad". La anotaron como hija de quienes no son sus

MARCELO MEDRANO Abogado penalista

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ace unas semanas, me pidieron este trabajo-opinión. El que me lo pidió, es amigo, y además hijo de desaparecido. Hablamos con él de la identidad de su padre, que le arrancó la dictadura cuando tenía 2 años; y de su propia identidad como hijo; pero también del lugar de su mamá, de su esposa y de sus hijas, en la construcción de la identidad que hoy tiene/desarrolló/forjó. Después vino el 24 de marzo. Y escuché: "la identidad del pueblo"; "somos las Madres". Necesitaba la energía de la marcha, en la que no soy identidad individual sino colectiva. Ese mismo día me llamo S, luchó por su identidad y la de otros en ésta misma provincia. Cambiaron la identidad -se apropiaronde su hermano y su primo. Los robaron a sus padres y se los dieron a otros. Así fue.

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padres, un poco por dictadura y otro poco por secreto. El 4 de abril fue el aniversario número 11 del fusilamiento de Carlos Fuentealba. Homenaje y marcha. La justicia completa hace a la identidad docente. Sandra me contó que ella se hizo fuerte por dolor. Así construyó su nueva identidad, quizás tal vez, hubiese estado compartiendo arte con los pibitos de algún lugar alejado. Muchos abrazos y lágrimas que devuelven latidos en este país, tan humano y también tan macrista. Todo lo dicho, así realmente sucedió, en dos semanas. La identidad, las identidades, son más parte de nosotros que lo que podamos suponer. Nos miran de frente, nos circundan y envuelven, están por todos lados. Es bueno saberlo. ALGUNAS IDEAS IDENTITARIAS. Conceptualizar la identidad, es complejo. De definir y de aprehender. Puede entenderse como estado y como concepto. Yo soy; yo represento; yo soy para otros... La identidad puede ser individual y colectiva1. A las identidades colectivas se las puede denominar también, me gusta la idea, conciencia de conjunto. Refiriéndonos a las identidades colectivas, Joel Candau, asevera que las memorias fuertes constituyen identidades fuertes. Las memorias organizadoras poderosas forjan identidades seguras de sí mismas. ¿Qué memorias y actualizaciones, o bien que presentes nos identifican? ¿Tenemos una identidad nacional? ¿Una identidad colectiva? ¿Cómo puede constituirse identidad para ser sujeto/s políticos?

Suena bien esto de memoria organizadora, gran relato unificador, identidad fuerte. Ahora bien, debemos reflexionar si ésta premisa, que aparece como sencilla es además de posible, deseable. Existe el tiempo que nos toca. Nos cuestiona el propio Candau, expresando que "parece que desaparecen las grandes memorias colectivas, las memorias contemporáneas serían mosaicos sin unidad, fragmentos". En estos tiempos somos tan individualmente individuos que no hay espacio para la identidad colectiva. ¿Es así? Para problematizar aún mas, existe otro dilema. ¿Son buenas y favorables las memorias e identidades estructuradas o preferibles las dinámicas y vivas? ¿Cuánto de una y de la otra? Aparentemente las movilidades y vitalidades son no sólo necesarias sino inevitables. Se van modificando incluso las lecturas del pasado -las memorias- y consecuentemente las identidades. Además del hecho profundo que los individuos actúan sobre el cuerpo social, y éste sobre los individuos, configurándolos. Identidades y memoria; como afirma Elizabeth Jelin2: "lo normal de la memoria es que sea abierta, siempre sujeta a debates sin líneas finales, en constante proceso de revisión". Solo con esta breve mención ya podemos pensar en dos cuestiones trascendentes en relación a la identidad. La relatividad y la movilidad... LA POLITICA, LA EDUCACION. Sumemos un elemento más. La noción de exterioridad constitutiva de Henry Staten: "la creación de una identidad implica intrínseca-

mente el establecimiento de una diferencia...si aceptamos que toda identidad es relacional... podemos entender que la política atañe a la construcción de un nosotros, que solo puede darse a partir de la delimitación de un ellos".3 Identidad política a partir del adversario. Adversario político. No enemigo. Constitución de identidades políticas -y colectivas- a partir de que existe un contrario.4 Aquí la identidad, se cohesiona con la política, como espacio de construcción y edificación del futuro. Soy lo que quiero, y así me constituyo, junto a ustedes que comparten esta/s idea/s y práctica/s y frente a ustedes que no la comparten o que tienen otras ideas y prácticas. Así me represento esta conceptualización de identidad profundamente política; y claro está social. En este esquema, no puede dejarse sin mención el papel de la educación y la conformación cultural. Qué se enseña; y en qué contexto. Cómo vamos a explicar el pasado. Que jamás vamos a decir y ocultar. Cuáles van a ser los contenidos de nuestros aprendizajes colectivos y el objeto de nuestras luchas. En qué vamos a creer y qué estamos dispuestos a hacer por esas creencias. Así, conociendo y recordando u olvidando, iremos construyendo identidad; una determinada identidad al menos; y también estableciendo el "nosotros" y el "ellos". Sencillamente poder y saber. Saber y poder. Pero una vez más, estas ideas o construcciones pueden ser también problematizadas con otras variantes -pensando como serias dificultades u obstáculos palpables-. En el plano de la política de la identidad,


INTERVENCIÓN. PLAZA “SAN MARTÍN”, CENTENARIO, NEUQUÉN (2017) ARTISTA JHONNY AZAGUATE

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“Habrán vencido, si no continuamos buscando permanentemente la justicia, si no ejercitamos la memoria, si no ansiamos la verdad con todo nuestro ser, y con todo nuestro corazón, aunque nos cueste, aunque nos duela, u aunque estemos muy muy cansados de la indiferencia de las mayorías.” “Declaraciones” por René H. Flores


tinguen de reuniones que sean capaces de una acción común, política, de un nosotros".6 ¿Y entonces? Nos toca, en este época, pensar en identidades dispares, heterogéneas, inasibles. Intenté relevar solo algunos matices, esbozarlos. Y las dificultades, las complejidades. Necesarias para develar y desmitificar. La mención de los problemas sirve para dimensionar también, la magnitud de la tarea. Y no se me ocurre más que construir identidad/es a través de la política. La verdadera política, aquella que busca transformar la sociedad en términos de justicia social. Si tuviese que buscar la fórmula que combine la identidad con la idea que concibo, diría junto a Judith Butler7: "es preciso que los cuerpos tengan lo necesario para sobrevivir... debe preponderar la demanda de una vida vivible...como cuerpos somos vulnerables a los demás y a las instituciones...el hecho de que tú y yo seamos vulnerables nos implica en un problema político de mayor alcance que afecta a la igualdad y la desigualdad". Y esta idea preclara puede traducirse como el más puro respeto por los Derechos Humanos; en clave política, económica, social y cultural. En clave colectiva; de protección esencialmente de los más vulnerables. Posiblemente en este terreno de identidades móviles; mientras se van configurando nuevas identidades más sólidas -sólidas en su

constante dinamismo, valga la paradoja-; la identidad que nos vaya identificando frente a otros sea el mojón del respeto más firme por los Derechos Humanos. Siempre va a tratarse de límites, podemos y debemos seguir bregando por una sociedad más justa y menos violenta. La bandera jamás arriada de nuestros derechos humanos será nuestra identidad común, la que no se negocia. En el campo colectivo de los Derechos Humanos, podemos ser los de la identidad innegociable y resistente. — 1 Joel Candau, "Memoria e Identidad", Ed. Del Sol, Buenos Aires, 2008. — 2 Elizabeth Jelin, "La lucha por el pasado", Ed. Siglo XXI, Argentina, 2017. — 3 Chantal Mouffe, "Política y pasiones", Ed. UV, Valparaíso, 2016. — 4 Lógicas de democracia y perspectivas agonísticas esencialmente de Chantal Mouffe. — Nancy Fraser, Revista de Trabajo, año 4-Número 6, agosto-diciembre 2008.

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— Byung-Chul Han, "La sociedad de la transparencia", Ed. Herder, Barcelona, 2013.

6

— 7 Judith Butler, "Cuerpos aliados y lucha política", Ed.Paidos, Argentina, 2017

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Nancy Fraser5, propone una cuestión clave. Intentar integrar el paradigma de la redistribución (injusticias socioeconómicas) con el paradigma del reconocimiento (injusticias culturales). Lo que la autora denomina "reconocimiento" puede pensarse en clave de identidades. Uno de los focos del problema consiste en revisar si las luchas por reconocimientos identitarios sirven para complementar las luchas por redistribución -frente a un capitalismo neoliberal violento- o todo lo contrario. Si bien Fraser propone una perspectiva de integración, el programa no resulta sencillo. En cualquier caso, el trabajo de Fraser incorpora otro elemento esencial, vinculado con algunos ya mencionados. Identidades y reconocimientos, englobados con propuestas redistributivas en términos de recursos y riqueza. Y lo expresado, además, bajo una cosmovisión neoliberal en su más amplio y estricto sentido. La referencia permanente al individualismo imperante, y posiblemente la dificultad de la construcción del nosotros frente al ellos, creadora de identidad como refiriera en el punto anterior, constituye otro elemento cardinal a tener en cuenta. Elemento estructural si lo hay. Expresa Byung-Chul Han que, en la sociedad de la transparencia, refiriéndose a nuestra época, "no se forma ninguna comunidad en sentido enfático. Surgen solamente acumulaciones o pluralidades casuales de individuos aislados para sí, de egos...Se dis-


Entrevista

Cuando la identidad se hace política La construcción de la identidad, y en especial de la identidad política, es un proceso relacional, múltiple y contradictorio en el que es necesario articular la representación para nominarnos y pensarnos. Hablamos con la diputada nacional María Emilia Soria sobre la construcción de su identidad política. Una entrevista que permite conocer una faceta no tan conocida de la dirigente rionegrina y al mismo tiempo explorar los caminos de la construcción de la identidad.

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EN LA ÚLTIMA CAMPAÑA DONDE FUISTE ELEGIDA DIPUTADA NACIONAL COMENTASTE QUE CRECISTE JUGANDO EN UNA UNIDAD BÁSICA. ¿CUÁNDO TOMASTE CONCIENCIA DE QUE TU PADRE ERA UN DIRIGENTE IMPORTANTE DENTRO DE LA POLÍTICA DE LA PROVINCIA DE RÍO NEGRO?

Me di cuenta desde muy chica que éramos distintos, que me habían criado en un lugar distinto. En mi casa al mediodía no se hablaba de fútbol, en mi casa se hablaba de política. Era el momento de encuentro que teníamos y se hablaba de eso y de cómo resolverle los problemas a la gente. Crecí en ese entorno. Los recuerdos que tengo de chica son parecidos a los que estamos viviendo hoy, una reunión en la que están nuestros hijos, acompañamos a nuestra familia, nos encontramos con compañeros de otras provincias, nos contamos los problemas de una u otra localidad. La verdad es que tomar conciencia de que tu padre es importante o no, creo que uno no lo dimen-

siona. Es tu papá, no lo ves como una figura política. Lo ves como tu viejo, no hay mucha vuelta que darle. LA IDENTIDAD SE CONSTRUYE EN RELACIÓN CON LOS OTROS. ¿QUIÉNES CONTRIBUYERON A FORJAR TU IDENTIDAD POLÍTICA FUERA DE TU ENTORNO FAMILIAR?

Sin lugar a dudas mi padre, mis hermanos muchísimo. Soy la única mujer de un grupo de cuatro, la más chica. Eso también forjó mi identidad. Ser la más chica tiene su carga positiva y negativa también, porque hace que tenga un carácter, la verdad, bastante excepcional. De chica tuve que aprender a defenderme de mis hermanos, de las jugarretas de cuando uno es chico. Crecí en una casa peronista, en la mesa de luz tenía el libro ‘Mi mamá me quiere, Evita me ama’. Las figuras de Eva y de Perón fueron muy fuertes en mi

crecimiento. La ideología, la doctrina que abrazo también te forma en la vida. Desde muy chica quise ser abogada, pero quise ser abogada porque me movilizaba la Justicia. Pero no la organización judicial, el valor Justicia. Yo estudié abogacía en una Universidad Católica, no porque sea practicante ni nada por el estilo, en realidad terminé a las piñas, no literal, discutiendo con el rector, con los docentes, porque no había un banco. La UBA era calamitosa en esa época, estaba muy politizada. Yo arranqué en quinto año, empecé a meter material del CBC, empecé a avanzar en la carrera universitaria y no podía creer lo que por ahí uno escuchaba. Ya había empezado a militar más activamente en Capital Federal, que no es lo mismo que militar en el interior. Capital Federal es otra cosa, no hay unidades básicas como tenemos acá. Participé en el


“DESDE MUY CHICA QUISE SER ABOGADA, PERO QUISE SER ABOGADA PORQUE ME MOVILIZABA LA JUSTICIA”. DRA. MARÍA EMILIA SORIA. DIPUTADA NACIONAL BLOQUE FRENTE PARA LA VICTORIA

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centro estudiantil desde muy chica. La literatura también es una alternativa para escaparnos un poquito de la realidad y también para enriquecernos. ‘Las venas abiertas de América Latina’ es un libro que me ha marcado en la forma de ser y de pensar. No puedo dejar de pensar lo que está pasando en Brasil, por ejemplo. Son cosas que también te marcan en el ahora y también te modifican.

muy alejado de Villa Regina, y por ahí la gente no se imagina que uno a veces pretende un mate o charlar, que te cuente. Creo que es la mejor forma de conocer la realidad del barrio y la realidad del vecino. Algunos prefieren la notita de ida y de vuelta, pero no te empapa de la realidad que está viviendo el vecino, que es lo más importante. Cuanto más nos conocemos, mejor lo podemos representar.

LA DIFERENCIA ES LA VARIABLE QUE PERMITE CONSTRUIR LA IDENTIDAD PROPIA, INDIVIDUAL. CON DOS FIGURAS TAN FUERTES, COMO LAS DE TU PADRE Y TU HERMANO, INSTALADAS EN LA VIDA PÚBLICA RIONEGRINA, ¿CÓMO FUE EL CAMINO PARA LLEGAR A SER HOY LA DIPUTADA MARÍA EMILIA SORIA QUE TODOS CONOCEMOS?

CUANDO SE HABLA DE IDENTIDADES COLECTIVAS ES MUY DIFÍCIL CONSENSUAR UNA DEFINICIÓN. EN EL CASO DEL PERONISMO SUELE HABER TANTAS REPRESENTACIONES COMO ADHERENTES Y DETRACTORES. ¿QUÉ ES PARA VOS TU IDENTIDAD PERONISTA?

Eso tiene que ver con la impronta propia de cada uno. El verticalismo que algunos ven en la política yo no lo veo. Somos todos pares. Hace unos días caminábamos un barrio rural

El peronismo es un sentimiento y en mi caso es el sentimiento de lo propio, del hogar. Desde una forma de vida hasta la querencia. Me remonta, sin lugar a dudas, a mi padre, porque él me lo enseñó. Lo mamé de chica.

Es lo que uno quiere que sea, en mi caso es una forma de vida. A uno de mis hijos lo llamé Justo y es porque uno cree en ciertos valores, después hay que llevarlos a la práctica. Abrazo con convicción la doctrina que amo y trato de llevarla todos los días a la práctica. Creo que eso es el peronismo. Son nuestras ‘20 Verdades’, pelear todos los días, no antes de una elección, para tener un país más justo, con más igualdad, con más justicia social. Yo lo vivo así. COMO DIPUTADA TUVISTE UNA POSICIÓN DE DEFENSA DE LA LUCHA DEL PUEBLO MAPUCHE FRENTE A LA EXTRANJERIZACIÓN DE LA TIERRA EN LOS CONFLICTOS QUE SE DIERON EN LA CORDILLERA DE CHUBUT Y RÍO NEGRO. MUCHOS VECINOS Y ORGANIZACIONES DE LAS POBLACIONES AFECTADAS TAMBIÉN LOS APOYARON, SINTIENDO QUE SE VULNERABAN ADEMÁS OTROS DERECHOS COMO EL LIBRE ACCESO A LAS COSTAS DE LOS LAGOS O EL PATRIMONIO SOCIAL SOBRE EL APROVECHAMIENTO DE LOS CURSOS DE AGUA. ¿CREES QUE VAMOS CAMI-


“La utopía está en el horizonte. Camino dos pasos, ella se aleja dos pasos. Camino diez pasos y el horizonte se corre diez pasos más allá. Por mucho que camine nunca la alcanzaré. Entonces… ¿Para qué sirve la utopía? Para eso, sirve para caminar”. GALEANO, Eduardo

Creo que estamos en un momento excepcional, como pocas veces pasa. Tenemos, más que nunca, que defender nuestros recursos naturales y lo digo como rionegrina. Cuando ves una embestida de la talla que estamos viendo, completamente neoliberal, es necesario actuar. Realmente les encantan nuestras tierras. Cada vez que el presidente Macri, sus CEOs o sus ministros tienen la oportunidad de vacacionar, vienen a las tierras del sur, hacen inversiones en las tierras del sur y, en definitiva, se están llenando de plata con las tierras del sur. Cuando tienen alguna que otra oportunidad ponen como garantía los recursos del sur. Creo que los rionegrinos y los patagónicos tenemos la oportunidad de plantarnos y de defender de una vez por to-

das lo que para nosotros es justo, lo que para nosotros es propio, es nuestro. No sólo nuestros recursos. El patagónico es tranquilo, pero de carretel corto. Cuando nos plantamos, nos plantamos. Lo que está pasando en Bariloche es significativo. Se viene un ‘Barilochazo’ defendiendo, nada más y nada menos que el cerro Catedral. Siempre lo planteo en la Cámara con los diputados de otras provincias, somos los dueños del recurso porque el petróleo está bajo nuestra tierra, las provincias son dueñas de esos recursos. Tenemos la posibilidad de cerrarles la canilla y hacerles pensar acerca de qué es lo que pretenden hacer con nosotros. Claramente al poder central no le interesa la Patagonia, le interesa nada más el recurso, los patagónicos no le interesamos, no le movemos el amperímetro. A ellos les interesa la provincia de Buenos Aires, Santa Fe, Córdoba y hasta ahí nomás. Se nota eso por

la inequitativa distribución del presupuesto. Por eso digo que tenemos una oportunidad excepcional de unirnos todos los patagónicos y pelear por lo que nosotros consideramos que es justo. Hay aumentos constantes, y quién se puso a pensar lo que significa para nosotros un aumento en la tarifa de los combustibles, cuando dependemos del flete. Comida, mal que nos pese, producimos poca, viene del centro del país y tiene costo de flete. Y nuestra producción de alimentos también tiene costo de flete para llegar a los mercados nacionales o el puerto. A nosotros se nos encarece extremadamente todo y nadie se puso a pensar en los patagónicos. Si no lo hacemos nosotros no lo va a hacer nadie.

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NO A CONSTITUIR UNA IDENTIDAD PATAGÓNICA QUE VAYA MÁS ALLÁ DE LA PERTENENCIA ÉTNICA DE CADA UNO DE SUS HABITANTES?


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Historias de Vida

Identidad chacarera, forjada con el sacrificio de los migrantes europeos L

Chiche Brevi de Alvez habla con la melodía de una abuela italiana, pero sorprende que toda referencia al pasado esté anclada en la Argentina. No conoció a sus abuelos, inmigrantes italianos, porque murieron muy jóvenes. Creció en un valle en el que todo se hacía con esfuerzo. Las cien hectáreas de la chacra familiar estaban todavía en blanco o sembradas con pasto y recién estaban comenzando a florecer los primeros frutales. Después de la escuela, ella y sus hermanos se sumaban al trabajo familiar. Eran los encargados de armar los cajones cosecheros y después ayudaban a embalar la fruta. No quedó tiempo para aprender a elaborar algún plato de tradición italiana.

Tampoco, ya más grande, tuvo oportunidad de visitar la tierra de sus ancestros. Sin embargo no quedan dudas de su descendencia de inmigrantes, de los tantos que poblaron el Alto Valle de Río Negro y Neuquén. Con 82 años recuerda con total lucidez a sus compañeros de la primaria. Nombra a Nélida Pistagnesi y a Félix Ballester. “Cuando alguien en la calle me llama Angelita, me doy vuelta y sé que es Félix”. Su compañero de primero inferior es el único que la sigue llamando como cuando tenían seis años. Su abuelo, José Brevi, compró la tierra que luego se transformó en la chacra de la familia en 1907 y recién vino a conocer Allen en 1913, cuando comenzó la construcción de la casa.

Un par de años después se instaló definitivamente con su esposa, Anacleta Riccardi. Su madre, Teodosia Chiachiarini, también desciende de otra tradicional familia de productores italianos se radicó en Allen en 1912. Como buenos italianos, las fiestas eran motivo de reunión y de festejo familiar. Su padre, Guido Brevi, era el mayor de los hermanos y el anfitrión a la hora de brindar. “En las fiestas siempre nos reuníamos en casa, venía toda la familia, también gente de Buenos Aires o Rosario, al mediodía se hacía asado y mi madre preparaba empanadas que a la tarde se servían frías en el patio”. Los festejos reunían a 30 o 40 personas, entre familiares y amigos. Esas grandes reuniones ya son parte del pa-

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Comahue NR entrevistó a Aurelia “Chiche” Brevi descendiente de una familia considerada pionera en el Alto Valle. La ciudad de Allen es el escenario de una historia de vida de cuyas palabras emergen, bajo la forma de anécdotas de la vida privada, rasgos nítidos del ethos y la identidad de los migrantes europeos.


“Ahora las chacras están delineadas, con asfalto, agua, con gas adentro, pero se hicieron a fuerza de sacrificio, de mis padres, de mis tíos, los caminos eran todos de tierra, la ruta 22 la vimos nacer, guardaban las máquinas en el patio de mi casa”, recuerda Chiche.

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sado. Hoy las celebraciones son con el grupo familiar más íntimo. “No sé si será por la situación económica o porque nos habremos hecho más egoístas”, reflexiona Chiche. Como buena abuela italiana, interrumpe la charla para ofrecer algo de comer a sus invitados. Llega al centro de la mesa una compotera de losa con una ensalada de frutas helada en la que abundan las frutillas. Luego de asegurarse que cada uno se haya servido, retoma la entrevista Su padre, que falleció con apenas 56 años, además de fruticultor fue Juez de Paz y una persona muy respetada. Era un Allen pequeño, “antes el juez tenía una importancia relevante en el pueblo, era una autoridad importante. Cuando una mujer iba a anotar a un hijo con su apellido, mi padre le decía súbase al cachivache, que era un Ford A, iban a la

chacra en la que estaba trabajando el padre y los casaba como correspondía y le ponía el apellido del padre a la criatura. Hoy trabajan más los abogados, antes el juez tenía mucha autoridad”. En su niñez y adolescencia fue muy compañera de su madre, que siempre se dedicó a las tareas de la chacra. Recuerda que juntas cultivaban y cosechaban espárragos, que luego lavaban y los ataban por kilo. Después su padre los llevaba al centro y los vendía en el almacén de Véspoli & Agüero, uno de los más importantes del pueblo. Por la noche les hacía rezar el rosario a ella y a sus hermanos. Mientras su padre, que era ateo, salía a dar una vuelta afuera. Las diferencias religiosas no impedían que cada 6 de enero amanecieran con un regalo de Reyes en la ventana de la casona familiar.

Con mucha emoción recuerda su paso por la primaria. Al principio yendo a pie por una pequeña huella entre las chacras y más tarde en unas hermosas bicicletas italianas que su padre le compró a Don Cecchi. “Los primeros años los hicimos en la Escuela 79, no en el edificio que está sobre la ruta, antes estaba en la chacra de atrás, en tercer grado empezamos a ir a la Escuela 23 y cuando terminamos quedamos ahí porque no había secundario. Para seguir estudiando había que ir a Buenos Aires”. La Escuela 79 hoy está sobre la ruta 22 frente a la chacra, en un terreno que originalmente era de la familia. El establecimiento hoy tiene el nombre de su padre, Don Guido Brevi. Chiche se emociona cuando recuerda a su maestra de primer grado, la señorita Palmira Bárbaro. La docente falleció hace dos años,


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IZQUIERDA-ARRIBA: GUIDO BREVI Y FAMILIA IZQUIERDA-ABAJO: ANACLETA BREVI, ABUELA DE CHICHE DERECHA-ARRIBA: CASAMIENTO GUIDO BREVI Y TEODOSIA CHIACHIARINI DERECHA-ABAJO: AURELIO BREVI Y FLIA. EN LA CHACRA, RECIร N LLEGADOS POR 2DA VEZ DESDE ITALIA (08/03/64)


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La abuela materna de Chiche atendía partos y fue la segunda persona que habían tomado en el Hospital Regional de Allen en 1925. Visitaba sus pacientes a caballo. En una oportunidad, cuando fue a atar el caballo, éste se desbocó e hizo que ella se cayera hacia atrás y falleciera como consecuencia del golpe. Su madre tenía apenas 16 años; Para subsistir, su familia se dedicó a engavillar pasto, hasta que pudieron comenzar a plantar los frutales.


“Si admitimos que la identidad nacional es un sistema de representación cultural, esto equivale a comprenderla como un conjunto de significados que se ponen en juego a través de narraciones, imágenes, relatos y memorias que desde el presente establecen relaciones y vínculos con el pasado”. (ZUBILLAGA, Nélida. 2014: 88)

pasado, después de 78 años. Su suegra, María Núñez García, fue quien le enseñó a cocinar. Entre sus recetas, Chiche tiene más platos típicos españoles que italianos. “Sabía cocinar muy bien y le gustaba mucho, tenía una tía en España que se llamaba Argentina, que era cocinera, y mi suegra aprendió de ella. Cuando me casé sólo sabía hacer ensalada y pastafrola, nada más, y mi suegra me enseñó. Nunca pude aprender a hacer la sopa de papas que hacía ella, le ponía pimentón, ajo y otros condimentos, intenté hacerla pero no pude hacerla igual”. Recuerda la pasión con la que preparaba el puchero. Era un plato que requería arrancar prácticamente de madrugada y utilizaba no menos de 15 ollas y sartenes en su elaboración. “Todos cocinamos igual, le ponemos la misma pimienta, pero cada madre le da un sabor distinto”, reconoce Chiche.

El matrimonio tuvo tres hijos y lleva casi seis décadas. Claudia, la hija mayor, es licenciada en Turismo, Cecilia es profesora de inglés y Jorge sonidista. Hoy Chiche Brevi guarda en su memoria la historia y ha contribuido a transmitir a las nuevas generaciones la cultura y la identidad chacarera, forjada en el Valle con el trabajo y sacrificio de los inmigrantes europeos, especialmente italianos y españoles.

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a los 102 años de edad. Cuando cumplió 100 años, un grupo de sus ex alumnos de la Escuela 79 fue a saludarla a su departamento de Cipolletti y compartió la tarde con su familia, docentes y ex docentes. “Tenía un guardapolvo tan almidonado, tan impecable, tan blanco y se iba a pie la mayoría de las veces, la quisimos muchísimo”, recuerda. Chiche se casó muy joven, en 1959, con Daniel Alvez, un hijo de inmigrantes españoles con el que había ido a la escuela primaria y luego se reencontró en los bailes del Club Unión Alem Progresista y la Asociación Italiana. Su suegro, también Daniel, era instalador eléctrico, tuvo a su cargo la usina y realizó importantes obras de tendido eléctrico y trabajos en bodegas y galpones. En 1940 abrió un comercio de artículos de electricidad, Casa Alvez, que recién cerró sus puertas el año


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Historia de Vida

“Si vos me mirás, estás mirando a Los Humildes” de leche caliente o un sándwich. Es un militante que siempre ve el vaso lleno. Cuando la escuelita de fútbol cumplió 25 años contó en una entrevista que, a lo largo de estos años de trabajo, más de 20 de sus alumnos terminaron presos. “Si no fuera por el trabajo de la escuelita de fútbol creo que serían más”, reflexionó Nico en aquella oportunidad. En cada una de estas situaciones puso el cuerpo, fue a visitar a cada uno a la cárcel, les habló, los contuvo y algunos de ellos lograron rehacer su vida luego de la experiencia de encierro. Las 200 es el lugar de surgimiento y de identificación de Los Humildes, aunque todas las barriadas de la zona norte cipoleña integraron con sus jugadores, primero la escuelita comunitaria y ahora el club. Se trata de varios barrios de características similares a las 200,

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JORGE SUBRINI Periodista Comunicador Social Universidad Nacional del Comahue

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l Club Social, Cultural y Deportivo Los Humildes es la institución más nueva de Cipolletti, surgida a partir del crecimiento de la escuela de fútbol comunitaria Los Humildes del barrio 200 Viviendas. Está entramada alrededor de la figura de Nicolás Jaime, Nico, un militante social, un líder comunitario –como él se define- que lleva adelante el proyecto desde hace 33 años. Las 200 es un barrio enclavado en el corazón de la zona norte de Cipolletti, un sector de la ciudad atravesado por situaciones de violencia, con jóvenes en conflicto con la justicia y problemas por el consumo de droga y alcohol desde edades muy tempranas. Nico Jaime creó un espacio de contención, donde el fútbol es una excusa para trabajar sobre otros temas como la escuela, la familia, el trabajo y, muchas veces también, para aportar una taza


“La referencia al barrio para los vecinos implica un sentido de pertenencia y la apelación a un ‘nosotros’ que unifica e identifica”. (BLANSCONZUELO, Celia)

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algunos de monoblocks y otros de casas con patios pequeños, que encajan a manera de tetris, formando un conglomerado importante. Quito, Managua, La Paz, Caracas, las 400 (un barrio muy parecido del que sólo los separa la calle Esquiú), las 300 o las 1200 Viviendas son algunos de los barrios que convergen en una identidad que los contiene, aunque conservando sus particularidades. Una barriada trabajadora a la que los ’90 atravesó generando desocupación y zozobra en los mayores y a los más jóvenes los colocó en permanente tensión con la ley. Releyendo La nueva pobreza en la Argentina (1995) de Kessler G. y Minujin A., uno ve sus espacios de juegos sin hamacas, las persianas caídas, las paredes de un gris indefinido y advierte ese dejo de melancolía en sus pasillos. LAS 200 El barrio fue entregado en dos etapas, la primera a mediados de diciembre de 1981 y la segunda en marzo de 1982, unos días antes de la Guerra de Malvinas. A la inauguración

–una pequeña reunión entre la entrada 1 y la 19- asistió el gobernador militar de la provincia, el contralmirante Julio Roberto Acuña. En conmemoración a la Guerra de Malvinas, el barrio se bautizó luego con el nombre de Pucará –recordando al avión de fabricación argentina utilizado en el conflicto bélico-, pero el nombre más aceptado para el barrio siguió siendo Las 200 Viviendas. Cipolletti es una ciudad de contrastes, quizás no tan extremos como los que advierte De Certau sobre Nueva York. Muy cerca de Las 200 y de otros complejos parecidos, con los que décadas atrás se buscó conglomerar a la clase trabajadora en la zona norte de la ciudad, sobre La Esmeralda se erigen modernas torres y lujosos locales comerciales, con departamentos en la planta alta. La otrora calle preferida por la plebe para desarrollar sus vivencias cotidianas está enterrando en cemento su historia para convertirse en una arteria destinada al consumo. Los comercios de barrio se mezclan con sucursales de cadenas comerciales, bancos, oficinas públicas y

supermercados. De Certau sostiene que “el lenguaje del poder se ‘urbaniza’, pero la ciudad está a merced de movimientos contradictorios que se compensan y combinan fuera del poder panóptico”. Enfoca su análisis en las prácticas de los individuos, en la reapropiación que hacen de los espacios, tácticas de resistencia que lo llevan a advertir que “las prácticas del espacio tejen en efecto las condiciones determinantes de la vida social”. Una luz de esperanza en un panorama que hoy no es alentador. “El barrio era hermoso, la estructura fue muy buena, hay balcones grandes, departamentos de dos, tres y cuatro ambientes; fue un barrio bien hecho. Hubo varios consorcios, hasta el ‘95 o ‘96. Una crítica que yo siempre hice fue que los gobiernos que pasaron por la Municipalidad de Cipolletti destruyeron las juntas vecinales”, afirma. Además de describir claramente el espacio, Jaime analiza las características del grupo de jóvenes con los que le tocó compartir la ado-


naciendo Los Humildes”, reflexiona. Sin lujos pero sin mayores necesidades, la primera década de democracia transcurrió libre de sobresaltos en el barrio. Con poca presencia del Estado y con un municipio en formación, los jóvenes se las arreglaron para salir adelante. Cipolletti eligió por primera vez intendente en 1987, como muchas otras ciudades de Río Negro. Hasta entonces, la autonomía política y el manejo de recursos era muy limitado a nivel local. “El arma más importante para los pibes más humildes era el deporte”, reconoce Jaime y hacia allí apuntó su convicción militante. Esa primera generación de jóvenes consiguió trabajo y formó su familia. Apenas conocieron la droga. “Sólo uno de los muchachos fumaba y pedía permiso al resto para hacerlo”, recuerda Jaime. Sin embargo, en algún momento todo se

salió de control. Nuestro interlocutor sitúa este periodo entre 1996 y 2002. “En esos años eclosionó todo. La segunda camada de Las 200, gente que hoy tiene unos 40 años, fue contenida por nosotros, eran nuestros hermanos menores. Las 200 fue un barrio muy hermanado interiormente, éramos celosos y nos cuidábamos. El tercer grupo, que creció en esos años, quedó muy desprotegido, porque no había laburo, no estudiaban, empezaron a sufrir las consecuencias. A mí me tocó encabezar durante muchos años la liga de fútbol infantil y fue una lucha, no era fácil, hubo mucha desprotección. La familia seguramente tiene mucho que ver, pero el Estado y lo que pasó esos años, que parecía muy bonito y no fue tan así, también comparten la culpa. Los pibes salían a buscar trabajo y no había, en Cipolletti se cerraron muchas fuentes de

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lescencia en el flamante barrio. “Éramos todos pibes adolescentes, o más chicos, criados con el gobierno militar. Lo que teníamos era más miedo que otra cosa, la policía primero pegaba y después preguntaba y, de golpe y porrazo, nos encontramos con que éramos libres; fue todo nuevo: éramos muy inocentes para un montón de cosas”. Algunos de esos pibes comenzaron a participar del grupo juvenil de la junta vecinal y en 1985 Nico Jaime fundó la escuela de fútbol Los Humildes. “Las 200 es mi barrio, yo nací en Las 200, lo quiero mucho, me siento reflejado en el barrio, me siento tranquilo, los pibes van creciendo y me los van mandando a la escuela, ya es la tercera generación, tengo jugadores de más de 40 años, la primera categoría con la que trabajé fue la ’70, yo tenía 17 años y mis jugadores 13 o 14. Yo los acompañaba, no sabía que estaba


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trabajo. Los pibes no tenían oportunidades y la calle, la droga y el alcohol empezaron a ser algo común para ellos. Lamentablemente algunos de esos chicos ya no están y otros, pasaron por un montón de situaciones tristes”. Un análisis impecable, que se puede extrapolar a lo sucedido en muchas ciudades del país. Casualidad o no, ese periodo de siete años comienza justo después de la publicación de ‘La nueva pobreza’, de Kessler y Minujín. La clase media ya venía cuesta abajo desde hacía años, pero los pobres cayeron directamente al abismo. El proletario, que sólo dispone de su fuerza de trabajo para vender, de repente se encontró sin comprador. En Cipolletti fueron muchas las empresas que directamente desaparecieron. Encontrar un trabajo ya no fue una alternativa para los jóvenes. Mucho menos estudiar. El nuevo milenio agregó nuevas características. Siguiendo la línea del trabajo de Kessler G. y otros, en La sociedad argentina hoy. Radiografía de una nueva estructura (2016), se advierte un creciente fenómeno de ‘urbanización’, tanto en el conglomerado porteño como en los principales centros urbanos del interior. La Confluencia, esta ciudad lineal del Alto Valle de Río Negro y Neuquén, resulta un gran imán para los tres tipos de migraciones descriptos: rural-urbano, urbano-urbano (de otras provincias o de poblados pequeños) y la migración de países limítrofes. Los autores señalan que los migrantes, por lo general, se colocan en una situación desventajosa a la hora del acceso al trabajo, la salud,

la educación y el resto de los servicios del Estado. Son menos que pobres. En Cipolletti se asentaron en distintas tomas en el norte de la ciudad, en zonas aledañas a los barrios del área de influencia de Los Humildes. A partir del 2000 comenzaron a surgir asentamientos, unos que lograron regularizarse y acceder a algunos servicios básicos y otros que aún hoy luchan para que se reconozca su existencia: San Sebastián, Antártida Argentina y Barrio Obrero son algunos de los más populosos. Desde allí también chicos y jóvenes nutren a Los Humildes. “Los Humildes para mi es todo, es el corazón, las vivencias, es parte de mi vida, yo lo siento así, es mi gente, si vos me mirás estás mirando a Los Humildes, llevó 33 años y tengo 50. Hoy estoy en una etapa más pasiva, más tranquila,pasando a la etapa del disfrute; cuando sos más joven corrés más. Hoy estamos en una etapa linda de la escuela, tenemos casi 150 chicos, con la misma filosofía siempre, con otra gente que se suma a trabajar, a colaborar, que va viendo que la esencia es lo que más cuidamos, que el chico pueda crecer tranquilo, disfrute del deporte, disfrute del fútbol, disfrute de la vida, en definitiva, que crezca sano”, afirma en tono reflexivo. En la pared principal del comedor del departamento de Nicolás Jaime hay un retrato del Che rodeado de fotos de Los Humildes. En la biblioteca destaca un ejemplar de 1952 de ‘La razón de mi vida’. Adentro del libro, prolijamente doblada, está la boleta con la que Néstor Kirchner ganó las elecciones en 2003.

Cuando Los Humildes se presentan a un torneo y tienen jugadores para armar dos equipos en una misma categoría, el alternativo se inscribe con el nombre de Descamisados. No hace falta agregar ningún comentario. Nico es un miembro genuino de las clases populares, con una acabada conciencia de su condición de clase. Lleva adelante militancia política, con claros objetivos, que apunta a cambiar pequeñas cosas de su entorno que mejoren la calidad de vida de su gente. Rechaza la posibilidad de llegar a cualquier cargo, vive ajustadamente con lo que gana en su trabajo y no busca ni logra ningún beneficio económico con su labor comunitaria. Ni siquiera pretende ganarse el cielo o lograr algún tipo de redención. En realidad logra algo más palpable y terrenal que es el cariño y respeto de su gente. BASCONZUELO, C. (2011). La construcción de las identidades barriales. El Puntal de Río Cuarto. Diponible en: http:// www.puntal.com.ar/noticia.php?id=66883

-MINUJIN, A. y KESSLER, G. (1995). La nueva pobreza en la Argentina. Temas de hoy – Ensayo. Editorial Planeta, Buenos Aires.

-KESSLER, G. (compilador) (2016). La sociedad argentina hoy. Radiografía de una nueva estructura. Fundación OSDE. Siglo XXI editores, Buenos Aires.

DE CERTEAU, M. (1996). La invención de lo cotidiano. 1. Artes de hacer. México: Universidad Iberoamericana.


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