Purismo y L’Esprit Nouveau · Realismo, Racionalismo, Surrealismo: El arte de entreguerras
Purismo y LʼEsprit Nouveau ! En marzo de 1920, en París, Charles-Édouard Jeanneret y Amédée Ozenfant, los artistas que fundaron el grupo purista, publicaron su manifiesto, «Purismo», en LʼEsprit Nouveau («el nuevo espíritu»), la revista del grupo. El escrito declaraba: La lógica, derivada de las constantes humanas sin las cuales nada es humano, es un instrumento de control y, para quien tiene inventiva, una guía en el descubrimiento; controla y rectifica la marcha a veces caprichosa de la intuición y permite a uno ir hacia adelante con seguridad [...] Uno de los mayores placeres del espíritu humano es el de percibir el orden de la naturaleza y sopesar su propia participación en el orden de las cosas; la obra de arte nos parece que es un trabajo de puesta en orden, una obra maestra del orden humano [...] En la actualidad la ley no es otra cosa que la constatación de un orden. Resumiendo, una obra de arte debe provocar una sensación de orden matemático, y los medios para provocar este orden matemático deben buscarse entre los medios universales. (C.-E. Jeanneret y A. Ozenfant, «Purism», pp. 59-61)
! LʼEsprit Nouveau se publicó 28 veces entre 1920 y 1925, tenía un promedio de unas 100 páginas por ejemplar, se realizaba en papel de calidad e incluía reproducciones en color. Se componía de largos artículos, con aspecto de ensayos eruditos, que trataban un amplio abanico de temas y estaban salpicados de reproducciones fotográficas y anuncios. El diseño de la portada y la disposición interior no cambiaron a lo largo de los cinco años de su publicación. Cada portada incluía un índice del contenido del ejemplar y de los apartados general: «estética experimental, pintura, escultura, arquitectura, literatura. música, estética del ingeniero, teatro, música, cine, circo, deportes, moda, libros, muebles y estética de la vida moderna». Por encima de todo, el tamaño de la revista, su presentación y su apariencia consistente reforzaban lo que venía implícito en el tono claro y conciso de su manifiesto: el Purismo era un proyecto serio, meditado y ambicioso (lám. 16). ! A pesar de la considerable cantidad de material aportado por los colaboradores, la revista fue en gran parte 16. Portada de LʼEsprit Nouveau el vehiculo de sus dos editores. A Jeanneret, pintor y núm. 1, 1920. Da Capo Press escritor, se le conoce mejor por Le Corbusier, que es el Reprint, 1968, Nueva York. seudónimo que adoptó a principios de los años 20 para sus trabajos como periodista y arquitecto. Ozenfant, también pintor y escritor, había publicado con anterioridad la revista titulada LʼElan, durante 1915 y 1916. Su primera colaboración fue el montaje de una exposición pocos días después de firmarse al armisticio, con un folleto adjunto titulado Aprés le Cubisme, que se publicó en noviembre de 1918. La colaboración entre ellos terminó con la muerte de LʼEsprit Nouveau en 1925.
Sonia Quinche · Análisis Gráfico de la Arquitectura · Curso 11/12 · Grado en Arquitectura · ETSA, ULPGC
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! El mismo año que se publicó el manifiesto «Purismo» en LʼEsprit Nouveau, Ozenfant y Jeanneret realizaron una serie de naturalezas muertas (por ejemplo, las de las láminas 17 y 18). Ellos veían claramente su pintura y escritos como componentes de un mismo proyecto. La introducción de su texto insiste considerablemente en términos como «lógica», «orden» (mencionados varias veces) y «control». En otra arte del escrito describen su pintura como «una asociación de elementos purificados, relacionados y estructurados» (p. 67). El Purismo, reconocen, «ofrece un arte que quizá es severo, pero que se dirige a las nuevas facultades elevadas del espíritu» (p. 66). Desde el principio al final se pone el acento en la racionalidad, la claridad de la concepción y precisión en la ejecución. Y como ocurría con otra pintura del período, estas cualidades se enfatizaban no mediante un análisis de la obra aislada, sino situándola frente a otras tendencias en el arte francés. Después de afirmar que su arte nacía para «controlar y rectificar» las «caprichosas» tendencias de la intuición, continuaban hasta situar el arte purista de la «idea» en contra de «aquel arte cuya única ambición era dar gusto a los sentidos» (p. 66). Se referían, obviamente, a la serie de pinturas naturalistas que Vauxcelles y otros intentaban promocionar, usando unos términos similares a los de los puristas, pero dándoles justamente el sentido contrario.
17. Amédée Ozenfant, Flacon, guitare, verre et bouteille à la table verte, 1920, óleo sobre tela, 82 × 101 cm. Kunstmuseum Basel, legado La Roche.
! Así pues, sería conveniente comparar la Naturaleza muerta con una pila de platos (1920) de Jeanneret (lám. 18) con la Naturaleza muerta con huevos de De Segonzac, 1923 (lám. 19). Aunque el Jeanneret es significativamente mayor que el de De Segonzac (81 × 100 cm frente a 59 × 38 cm) ambos cuadros comparten una serie de características básicas. Los dos representan un grupo de objetos comunes, de uso diario, dispuestos sobre una superficie, probablemente la de una mesa. En ambas obras los objetos llenan el área central del rectángulo pictórico, mientras que la parte superior da paso a un Sonia Quinche · Análisis Gráfico de la Arquitectura · Curso 11/12 · Grado en Arquitectura · ETSA, ULPGC
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espacio indefinido más profundo. Y también hay una similitud en la gama de colores terrosos utilizada por ambos artistas. Las diferencias más claras entre ellas, están en el tratamiento -la obra de Jeanneret tiene un grado de acabado mucho mayor- y en el tipo de proyección espacial que emplean. Aunque ninguno de los artistas utiliza una estructura perspectiva precisa (sólo Jeanneret indica alguna profundidad de espacio, en la esquina superior izquierda de la pintura), los objetos en la pintura de De Segonzac se muestran de forma oblicua al plano pictórico. En contraste, los objetos de la obra de Jeanneret están «aplastados» contra el plano de la pintura, mostrándose simultáneamente en el mismo plano sus superficies vertical y horizontal. Además hay un carácter más formal en la obra de Jeanneret: las verticales y horizontales dominan completamente la composición; la línea que representa el borde de la mesa está casi en el centro de la pintura y todos los objetos se adaptan a esa estructura; se ha eliminado el detalle específico, mientras que las superficies planas se pintan con colores planos e incluso el modelado y el color están esquematizados.
18. Charles-Édouard Jeanneret, Nature morte à la pile d'assiettes, 1920, 81 x 100 cm. Kunstmuseum Basel, legado La Roche.
19. De Segonzac. Les œufs, 1923, 59 x 38 cm).
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