TESTIMONIOS DE POSGUERRA Entrevistas
Alumnos 4ยบ D INS Castellar Curso 2016/17
“En la guerra civil nos llegaron a dar pan amarillo” Antonia Gilbau es una mujer de 83 años. Nació en 1934 en Barcelona. Tiene un hermano y siete hijos. Vivió la guerra, aunque era muy pequeña.
¿A qué colegio iba? Iba a las monjas en Barcelona. ¿A qué jugaba de pequeña? A mí me gustaba jugar a las casitas y saltar a la comba. ¿A qué edad comenzó a trabajar? Yo empecé a trabajar a los 17 años en Barcelona. Iba en autobús de Castellar a Sabadell y de allí cogía el tren hasta Barcelona. ¿Su abuelo tenía algún negocio en Castellar? Sí, mi abuelo tenía un colmado en el que vendía un poco de todo: pan, huevos, hacían butifarras, pero como los vecinos tenían celos tuvieron que mudarse a Barcelona con mi madre. Poco tiempo después mi madre conoció a mi padre y me tuvieron a mí en 1934. En ese tiempo pasábamos los fines de semana en Castellar. ¿Vio a Franco alguna vez? Una vez nos fuimos al paseo con el colegio y él llegó con sus tropas. Tuvimos que llevar las banderas de Franco. ¿Tenía miedo de Franco? No, yo no tenía miedo de él. Tampoco me gustaba mucho la política, pero sinceramente él no me gustaba nada porque era un hombre que había hecho muchas maldades. ¿Qué les decía a sus padres de la guerra? Yo siempre les decía que si tan mal lo estábamos pasando, por qué no les pedíamos a los Reyes Magos que nos trajeran todo lo que nos faltaba. ¿La guerra influyó en su vida? No influyó en nada. Yo vivía muy bien, feliz, jugaba mucho y no pase nada de hambre.
¿Dónde iba a buscar la comida? Íbamos muchas veces a los almacenes y a los colmados. ¿Tenían tarjetas de racionamiento? ¿Para qué las usaban? Las tarjetas de racionamiento las usábamos para ir a buscar comida a los almacenes y cada semana utilizábamos una. En ellas nos daban muy pocas cosas como: lentejas, arroz, patatas y pan amarillo. Eso que nos ha dicho del pan amarillo, ¿qué era? Un día nos dieron pan que estaba amarillo y este estaba tan duro que nos salieron llagas por intentar comérnoslo. Al final tiramos el pan ya que estaba rancio y era imposible comerse aquello. ¿Volvió con su familia a Castellar del Vallès? Sí, al principio iba algunos días de vacaciones y en Semana Santa. En 1939 nos vinimos a vivir a Castellar del Vallès pero solo mi abuela y yo. ¿Por qué no vinieron sus padres? Porque mis padres trabajaban en Barcelona y mi hermano acababa de nacer, por lo tanto, tenían que cuidar de él. ¿Murió algún familiar suyo durante la guerra? Sí, murió mi tío en la cárcel por ser republicano.
Agradecemos a Antonia Gilbau su colaboración en esta entrevista sobre la posguerra. ¡Muchas gracias por todo lo que hemos aprendido a través de tu testimonio! Ainoa Martínez, Paula Mendoza, Marc Valls y Raúl Belinchón
“En mi casa todos, pero todos, éramos republicanos” Carme Puig tiene 87 años y nació en Puig Reig. Está casada con Jaume Cargol y tuvieron un hijo. Fue trabajadora de una fábrica textil en el pueblo donde nació. Actualmente vive en Sant Llorenç Savall. ¿En qué año nació y dónde? Yo nací el 3 de mayo de 1930 en Puig Reig, en una masía. ¿Llegó a vivir la guerra civil española? Sí, pero yo era muy pequeña. Tenía seis años cuando empezó y nueve cuando acabó. Sin embargo, me acuerdo de la cara de mi madre que temblaba cuando escuchó los bombardeos de Barcelona y los de Moià; yo también tuve miedo. ¿Cómo vivió su infancia? Mi infancia fue buena, pero a la vez mala. Buena porque jugaba mucho y mala porque tenía miedo por si cogían a algún familiar. Cuando era pequeña, ¿a qué jugaba? Jugaba a tirar piedras en un agujero y a saltar a la cuerda y al escondite. ¿Qué comían en su casa? En mi casa comíamos de todo. No nos faltó de nada. Teníamos un huerto y muchos animales y mi madre siempre iba al mercado a comprar. ¿Cuántas personas vivían en su casa? Vivíamos mi padre, mi madre, tres tíos, cuatro primos y yo. ¿Estudió o trabajó? Yo a los 14 años empecé a trabajar en una fábrica textil en Puig Reig. ¿Era republicana o franquista? En mi casa todos, pero lo que digo todos, éramos republicanos.
¿Tenía gente escondida en su casa?
¡Ay, madre mía! Teníamos a siete u ocho personas escondidas. Una vez vino la Guardia Civil a mi casa y los hombres salieron por detrás de esta. Solo encontraron a mi tío y no se la pudieron llevar porque estaba enfermo. Mi madre les dio un porrón hasta que acabaron borrachos. ¿Tiene algún familiar muerto por la guerra? Por la guerra no, por suerte. Pero por enfermedades sí, mi tío, por tuberculosis. ¿Vio sufrir a alguien por culpa de los franquistas? Sí, a un hombre carnicero que era republicano. Se escondió en el bosque de Puig Reig y la Guardia Civil lo encontró y lo ató. Lo pusieron atado fuera en el coche y lo arrastraron de Puig Reig a Moià. Lo dejaron en la puerta de su casa hecho pedazos. ¿En qué año se casó? Me casé en 1948 en Sant Llorenç Savall. ¿Conoció a alguien que fuera al frente? Y tanto que sí, mi querido marido Jaume. Fue muy poco, durante dos semanas al frente de Girona y me dijo que murieron 90.000 republicanos, pero él siempre disparaba con los ojos cerrados porque no quería matar a nadie. ¿Conocía a gente del bando contrario? Sí, justamente familiares no, pero tenía una vecina cuando ya vivía en Sant Llorenç Savall que era de Valencia que era franquista y su hijo y el mío se llevaban muy bien. ¿Qué hizo cuando murió Franco? Hicimos pollo y conejo rustido para celebrarlo con toda la familia y los vecinos. ¿Tiene alguna anécdota que explicarnos sobre la guerra? Cuando estaba en casa con Jaume, pasaron los tanques y no cabían por la calle, y se llevaron un trozo de tejado. ¿Qué prefiere: esta época o la de la posguerra? Antes no había ni para comer y los franquistas estaban en todos sitios, hasta había un edificio de la Guardia Civil en Sant Llorenç Savall y ahora que no están los franquistas se vive bien. Le agradecemos su colaboración en esta entrevista. Abdelilah Zamouri, Marc Valls, Dídac Pasamar, Laia Redondo
“La FAI (Federación Anarquista Ibérica) mataba a los curas” Nieves Arderius Torras tiene 82 años. Nació en Sabadell, se casó con Josep María Mañosa a los 42 años y se vino a vivir a Castellar del Vallès con él. Tuvieron dos hijos. Los dos eran republicanos. ¿Cuántos años tenía cuando pasó la guerra? Tenía 9 años. ¿De qué bando fue? Era del bando republicano. ¿Pasó hambre? Sí, me acuerdo que cuando no había nada de comer íbamos a los soldados para que nos dieran arroz, porque ellos repartían a la gente que no tenía alimentos. ¿Podría explicarnos alguna anécdota sobre los bombardeos? Una vez vinieron a buscarnos a nuestra casa porque la teníamos que desalojar ya que iban a bombardear una de al lado. Nos tuvimos que ir durante dos días. ¿Escondió a alguien en su casa? Vino una vez un republicano herido y le ayudé a esconderse 5 días de los franquistas para que no lo mataran. ¿Vio a alguien morir o siendo maltratado? ¿Cómo? Los del FAI mataron a mi tío golpeándolo con piedras y palos, porque era cura, y me obligaron a verlo muerto. ¿Mandaron a algún familiar a los campos de concentración? Si, a mi padre a Girona. ¿Qué piensa sobre todo lo que sucedió durante la guerra? Todo era muy fuerte para las familias porque si tenían dos hijos, a uno lo obligaban a ir al bando republicano y al otro lo mandaban al bando franquista. Era triste porque tenían que pelear hermanos contra hermanos.
¿Algún familiar fue obligado a ir a la guerra? Mandaron a mi abuelo. Los franquistas cogieron a mi abuelo y a un compañero y se los llevaron. Mi abuelo tuvo que tirarse por un barranco para escapar del bando franquista porque si no lo mataban.
Agradecemos a Nieves su ayuda y colaboración en esta entrevista.
Gisela Germà, Gorka Manrique, Cristina Tumbaco, Raúl Porras
“Nos peleábamos hermanos contra hermanos” Lidia Cisó Erilla tiene 91 años y fue pescadera. Sera del bando republicano. Se casó en el 1946, con 20 años, y tuvo dos hijos. Se mudó a Castellar del Vallès con su esposo. ¿De qué trabajaba de joven? Ayudaba a mi padre a coser y a limpiar la sastrería. ¿Cuántos años tenía cuando empezó la guerra? Yo tenía unos 10 años. ¿De qué bando era: franquista o republicano? Mi familia era del bando republicano. ¿Te obligaron a ser de ese bando? Me gustaba jugar a baloncesto y para que me dejaran necesitaba hacerme de la Falange. Siempre que llegaba a casa le pedía a mi padre que me hicieran de ese partido, pero mi padre nunca me dejaba. ¿Pasó hambre? No pasé hambre; pasé mucha hambre. ¿Se podía permitir algún capricho de vez en cuando? En esos tiempos no había mucho dinero. Sólo teníamos para lo básico. ¿Cómo vivía el día a día durante la guerra? Con miedo y pasándolo mal. ¿Se esperaba la guerra? A esa edad nadie se esperaba la guerra. Al tener 10 años eres demasiado inocente como para pensar en eso.
¿Escondió a alguien en su casa? Una vez vino una familia aragonesa con dos gemelos pequeños. Me acuerdo de que en seguida los pusimos en la cama porque estaban enfermos. Aquella familia estuvo con nosotros hasta que acabó la guerra. ¿Se escondió alguna vez en un refugio antiaéreo? No, porque no podíamos entrar. ¿Mataron a alguien cercano? Mataron a un familiar lejano que era cura. Recuerdo que iban a llevarse a unos republicanos para fusilarlos y un familiar intentó impedirlo. Al final lo mataron a él también. ¿Algún familiar fue a un campo de concentración? Mi padre estuvo en varios campos de concentración. ¿Y a la guerra? No, mi padre, por suerte, nunca tuvo que ir a la guerra. ¿Podría explicar alguna anécdota? Una vez vinieron unos alemanes grandes, rubios y con los ojos azules, y les pedimos chocolate con todos mis amigos. Ellos nos dieron chocolate; hacía mucho tiempo que no comíamos ningún dulce.
Agradecemos la atención de Lidia al concedernos esta entrevista. Su testimonio ha sido enriquecedor. Alba Fernández, Kessia Guardia, Oriol Vilanova, Dani Juárez, Víctor Nuño