Versiones del cuento La Caperucita roja

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VERSIONES DEL CUENTO La Caperucita Roja

Alumnos de 2ยบC Curso 2011/2012 INS Castellar


CAPERUCITA ROJA Érase una vez, no hace mucho tiempo, en una gran ciudad, una niña de trece años llamada Anabel, que vivía en una pequeña casa. Su familia era sencilla y apenas podían llegar a fin de mes. A la niña la llamaban Caperucita Roja, porque casi siempre llevaba un viejo chaquetón de color rojo como el tomate. Un día su madre le dijo que ya que su abuela acababa de salir del hospital le llevara un ramo de rosas, unos bombones y un poco de dinero para poder comer. Antes de salir de casa, la madre le dijo que tuviera cuidado con los coches y que sobre todo no hablara con ningún desconocido. Caperucita salió de casa contenta escuchando música con su MP3, cuando se paró a atarse un cordón de su bota. Al subir la cabeza se encontró con un hombre calvo, grande, con una barba muy larga y fumando un cigarrillo. El hombre le dijo “Hola” a Anabel, y ella, confiada, le dijo: -Hola, ¿quién es usted?-. El señor se ofreció a llevarla en coche adonde quisiera ir. Caperucita dijo que no, porque iba a casa de su abuelita, en la calle Barcelona, en el número 13. Sin decir nada, el hombre cogió su coche y se dirigió rápidamente al bloque de la abuelita. Al llamar al timbre solo tuvo que decir: “soy Anabel”, para que la pobre abuela cayera en la trampa. Enseguida que vio que no era su nieta, se desmayó. Aquel señor se enfadó mucho, ya que no podría decirle dónde guardaba sus ahorros. Al cabo de un rato sonó el timbre, era Caperucita. Cuando entró, lo primero que vio fue a su abuela en el suelo. Se asustó mucho. Entonces salió el hombre y le dijo: - O me dices dónde está el dinero o mato a tu abuelita. - ¡No! No, por favor. Creo que está en el cajón de las fajas. - Más te vale niña, porque como no sea así os voy a matar a las dos. El ladrón miró y allí solo había monedas sueltas. - Muy bien niña, ¡vete despidiendo de tú...! Antes de que pudiera acabar la frase, la abuela le dio un golpe con la sartén y quedó inconsciente en el suelo. Caperucita y la abuelita pudieron huir y vivir felices y comiendo perdices. Laura Ballesteros


Cuento Érase una vez Caperucita Raja andando por la playa cunado se encontró el lobo cruzándose por delante de ella. -¿Dónde vas? -A pasear por la playa. -De acuerdo. -Después más tarde iré a casa mi abuela que esta al lado de un castillo grande. -Puedes ir por hay de te hará más corto. -De acuerdo, gracias. Caperucita fue a buscar donde estaba la casa y la encontró. Caperucita la intenta destruir y al final lo consigue. Pero el lobo llegó mas tarde y vio que su casa estaba destruida. El lobo fue a salvar a su abuela y al final la encontró encima de la mesa estirada. Más tarde cuando salvo a la abuela el lobo y ella fueron a por Caperucita. Se avalanzaron sobre ella y la mataron. El lobo y su abuela se fueron a vivir lejos y fueron felices y comieron perdices. Marc Galdón


La Caperucita, el lobo y el mago Érase una vez una niña muy traviesa y nunca hacía caso a su madre. Un día su madre la envió a coger fruta al bosque y se fue rechistando. Cuando llegó al bosque oyó a un pájaro cantar e inmediatamente quiso darle con una piedra, pero no acertó. En ese instante la niña se detuvo a observar su entorno y después de recoger la fruta marchó hacía su casa. Con la mala suerte de que se tropezó con una piedra que había en el camino. Se hizo daño en la rodilla y casi no podía andar. Cuando ya no podía más se encontró con un mago que le dijo: ”Te curo la herido si vences al lobo”. Caperucita le hizo caso y se fue a la casa del lobo. Cuando llegó puso varias trampas. Eran unas cuerdas ligadas a cada extremo de la cueva que harían salir al lobo con humo. Así que el lobo salió, se cortó con las cuerdas y murió. Caperucita se recuperó y colorín, colorado, este cuento se ha acabado. Joan Gregori Subires


UNA CAPERUCITA DEL SIGLO XXI Érase una vez una muchachita de quince años que vivía en un pequeño piso en Barcelona con sus padres. La llamaban Caperucita, ya que siempre llevaba una capa de color verde. Su madre, una mañana que Caperucita no tenia instituto, le pidió que fuera a casa de su abuelita a llevarle un medicamento muy importante para su salud. Caperucita no dudó ni un momento en decirle que sí a su madre. Se puso su capa verde y corrió hacia el portal. Su madre antes de irse le dijo: - Caperucita no hagas caso de las personas que encuentres a lo largo del trayecto, tu coge la línea azul del metro y baja a la estación de la Vall d’Hebrón. Caperucita decidida cogió la capa, la medicación y el móvil y se fue hacia el metro. Subió en Coll Blanc, la estación que está al lado de su casa, dirección la Vall d’Hebrón. Cuando estaba en Badal, una parada de su misma línea, subió al vagón un chico de su misma edad, su físico era muy atractivo. Se sentó al lado de Caperucita y le preguntó: - ¿Dónde vas princesa? Las mejillas de Caperucita enrojecieron. Ella le contestó encantada que iba a la Vall d’Hebrón, a casa de su abuelita a llevarle la medicación. Él le dijo que la acompañaba. Ella se puso muy contenta y aceptó. Él le comentó que había un camino más rápido y la hizo bajar en La Taixonera. Caperucita de repente estaba perdida en un barrio desconocido para ella y con malas compañías. Cuando unos chavales ya habían jugado con ella la abandonaron al medio de la calle. Ella llamó a su madre y le contó lo que le había pasado. Su madre fue a buscarle rápidamente. Caperucita estaba muy espantada. Una vez en casa de su abuelita su madre le recordó a Caperucita lo que le había dicho antes de salir de casa. Caperucita reconoció que no le había hecho caso y que lo había pasado muy mal. Sobretodo remarcó que nunca volvería a hacerle caso a un desconocido. Y cuento contado ya ha acabado. Marc Molina Garrido


Caperucita Roja Érase una vez una chica adolescente con el sobrenombre de Caperucita Roja. Un día se fue a llevar el nuevo Ipad a su abuela, que vivía al lado de la playa. Ella emprendió el camino una mañana. Cuando iba hacia a casa de la abuela, se encontró a su ex-novio, que era caníbal, y estaba muy, pero que muy enfadado, con Caperucita. El ex-novio le dijo que si iba por la playa tardaría menos en llegar a casa de la abuela. Pero no era verdad. Caperucita, convencida, se fue por la playa, y se encantó mirando a lo chicos con bañador, y cómo jugaban voley playa. Mientras su ex-novio se fue a casa de la abuela, encerró a la abuela en el armario. Y se vistió de abuela. Entonces llegó Caperucita y le dio el Ipad. El ex-novio saltó para comérsela, pero un Chico de la playa la salvó cuando pasaba por allí. El caníbal fue enviado en una isla de caníbales y el Chico y Caperucita Roja fueron felices para siempre. Cèlia Tena Laguna


LA NIÑA CON UNA CAPA DE COLORES Había una vez una niña que era huérfana, que vivía en una casa en la mitad del bosque. Un día empezó a buscar telas de diferentes colores por la casa y cuando las tenía todas empezó a coserlas con su máquina de coser. Cuando acabó de coser se puso la capa y vio que le quedaba muy bien. Entonces fue a pasear por el bosque y a ver a su abuela para presumir de la capa. Cuando iba para casa de su abuela se encontró a un desconocido y él le preguntó que dónde iba y la niña le dijo que a casa de su abuela. El desconocido le dijo que fuera por la carretera que llegaría antes. Detrás de unos arbustos había un hombre que escuchó toda la conversación, y como el hombre ya se imaginaba lo que pasaría, fue detrás de la niña. Una vez en la carretera vio a un coche que iba muy rápido, como si huyera de alguien. Cuando el coche llegó al lado de la niña frenó de golpe, y como el hombre ya se imaginaba lo que iba a hacer el desconocido, abrió la puerta del coche, le dio un par de golpes y lo dejó sin sentido. La niña se alegró mucho y el hombre, contento de haber salvado a la niña, se fue en el coche de la policía por haber dejado inconsciente a un hombre. La niña a partir de ese momento fue a ver al hombre cada día a la cárcel y acabó viviendo feliz con su abuela.

Marc Tresserras


Caperucita loba Érase una vez, una loba adolescente, que siempre llevaba una sudadera de color rojo chillón. Todos la llamaban Caperucita Loba. Un día, Caperucita paseaba por la alameda, cuando se cruzó con un apuesto lobo que resultó ser el muchacho con quién había mantenido relaciones románticas superficiales días atrás. El lobo se le acercó y le dijo: - Hola Cape, verás... - Hola. ¿Qué quieres? - respondió ella. - Quería proponerte que formásemos de nuevo una pareja, pero esta vez de verdad. - Bueno, podríamos probarlo de nuevo. ¡Vale! - Genial. Por cierto, mi madre quiere conocerte, ahora que somos una pareja – le dijo. Caperucita reflexionó un momento, pero acabó accediendo a ir a conocer a la madre de su novio. Una vez llegaron a casa de la madre, vieron que estaba tumbada en la cama. Su hijo le dijo: - Mamá... - ¡Cállate hijo! ¡Estoy viendo el culebrón! - Sólo quería decirte que he traído a Cape para presentártela. - Hola. - dijo Caperucita. - Oiga señora, tiene usted unas orejas enormes. - Gracias – dijo – Son para escuchar todos tus secretos. Caperucita, un poco confusa, le dijo: - También tiene unos ojos enormes. ¡Y una descomunal nariz! - Son para ver tus intenciones y oler de lejos lo que te tramas. Caperucita, ofendida, reclamó: - ¡Pues tiene una boca enorme! ¿Para qué la quiere?


- ¡Para criticarte mejor! Insolente niña, malcriada, sinvergüenza, caradura. Hijo, no quiero una nuera así. ¡Haz que salga de aquí! ¡Fuera de mi casa! - Lo siento, Cape. No es conveniente que estemos juntos.- Y le cerró la puerta en las narices. Caperucita, muy enfadada, decidió ir a buscar al leñador, un viejo amigo, para contarle lo ocurrido. Él le dijo que no se preocupara, que tenía la solución. Entonces, un musculoso oso pardo salió de la casa del leñador y surgió un amor entre el sobrino del leñador y nuestra Caperucita. Y colorín colorado, este cuento ha terminado. Anton Sánchez Molina


CAPERUCITA ROJA

Había una vez un lobo que iba a casa de su hermano para jugar a la XBOX360. Por el camino se encontró con Caperucita. Caperucita le preguntó al lobo: -¿A dónde vas? -A casa de mi hermano para jugar a la XBOX360 Caperucita para engañar al lobo le dijo: -Este camino es el más largo. Ve por este otro para llegar antes. Caperucita fue corriendo a buscar al cazador y le dijo que el lobo se dirigía a casa de su hermano. El cazador y Caperucita fueron corriendo a casa del hermano del lobo y lo mataron. Caperucita se disfrazó del hermano de lobo y el cazador se escondió en el armario. Cuando el lobo llegó a casa de su hermano Caperucita estaba jugando a la XBOX360 y el lobo le preguntó: -¡Qué pequeño eres! Te recordaba más grade. -Es porque me he bañado y me he metido en la secadora. -¡Qué capa más roja que tienes! -Es para ser diferente a los otros lobos. -¡Qué manos más pequeñas que tienes! -Es para jugar mejor -¡Qué boca más pequeña que tienes! -Es para avisar al cazador de que estás aquí. El cazador salió del armario de un brinco y con su escopeta lo mató. Caperucita y el cazador vivieron felices y comieron lobos. Julen Rodrigues


Caperucita negra

Había una vez una niña que se llamaba Caperucita negra. Ella tenía que ir a llevarle una Coca-cola a su tía, porque le apetecía. Cuando iba caminando se encontró un perrito y el perro le preguntó: -¿Para dónde vas niña bonita? -A casa de mi tía a llevarle una Coca-cola- dijo Caperucita. -¿Por qué no vas por este camino que es más corto? ¡Llegarás antes!-dijo el perro. Y sí, el perro tenía razón, pero ella no le hizo caso y se fue por el más largo, y el perro se fue por el corto. Entonces el animal llego antes a casa de la tía, y le empezó a mordisquear jugando y como a ella no le gustaba cogió la escopeta, le disparo y se lo comió. Caperucita cuando llego se asusto, porque vio a su tía gorda, babosa, y pálida, y eso era por la rabia que tenía el perro; se había contagiado. Caperucita vio que ella se le acercaba y entonces llegó su madre y disparo a su tía. Después borraron todas las huellas que tenían que ver con ellas y se fueron, dejando a su tía muerta en la cama.

Laura Zapata Tavera


Caperucita Rosa Había una vez una niña a la que todo el pueblo llamaba caperucita rosa. Un buen día por la mañana le dijo Caperucita a su abuela: -Buenos días abuela. -Buenos días. Una cosa, me he olvidado de darle a tu madre el monedero, ves a dárselo al trabajo. -Vale, pero iré con bicicleta – respondió Caperucita Caperucita cogió la bicicleta y fue a darle el monedero a su madre. -Gracias, hija, por cierto ¿qué te ha pasado que tienes la capucha rosa y no roja? - preguntó su madre -La abuela, que me la ha descolorido. De vuelta a casa Caperucita se encontró a un hombre: -Hola niña, me llamo Mariano Rajoy. Quiero decirte que tienes que ir por otro camino ya que en éste están haciendo obras. Caperucita hizo caso y se fue por el otro camino. Mientras tanto el Señor Rajoy fue por el camino más corto. Cuando Caperucita llegó a su casa vio a su abuela acostada: -Abuela ¿Cómo es que llevas gafas? –Son para verte mejor... –Abuela ¿Por qué tienes unas tijeras en las manos? –Son para recortar impuestos mejor... –Abuela ¿Por qué tienes la boca tan grande? –Para poder comerte mejor.... Cuando llegó la abuela de comprar vio que Mariano Rajoy se había comido a su nieta y decidió avisar a la policía. Cuando la policía llegó detuvieron al señor Rajoy, le abrieron la barriga, sacaron a Caperucita de allí y Mariano Rajoy fue arrestado durante toda su vida. Oriol Cebrián


Caperucita rock and roll Había una vez la Caperucita de rock and roll que iba andando hacia su concierto. Ella, muy tranquila, cuando vino un admirador y le dijo que cruzara y que tomase la calle a la derecha, que era un camino más corto. Caperucita pensó: “Es un admirador mío ¿Porqué me tendría que mentir para llegar yo más tarde a mi concierto?” Caperucita se fue hacia la derecha. Cuando llegó al concierto iba con una falda, una camisa a cuadros y unos zapatos de tacones nuevos. Miró a su público que estaba allí esperando y se dio cuenta de que le faltaba una cosa: ¡SU GUITARRA! Su guitarra nunca le había fallado y no podía tocar sin ella. A pocos metros se veía a un chico correr con la guitarra. Caperucita se quitó los tacones y salió corriendo. En pocos segundos se dio cuenta de que era su admirador. Ella fue corriendo a rescatar su guitarra y entonces él le dio un puñetazo y Caperucita consiguió reducirlo. Cuando el chico ya no podía hacer nada, Caperucita le cogió su cartera y le robó 50 euros para pagar los daños de la guitarra. Marta Haba


Caperucita roja y Caperucito azul Érase una vez un niño que se llamaba Caperucito azul, y su padre le dijo: -Ves a casa de tu abuelo a llevarle estas frutas que está muy enfermo, y ten cuidado por el bosque que hay un lobo muy malo. Cuando él estaba en el bosque, se encontró a una niña y le preguntó: -¿Cómo te llamas? -Caperucita roja, ¿y tú? -Anda yo me llamo Caperucito azul, y ¿A dónde vas? -A casa de mi abuelita, ¿y tú? -A casa de mi abuelito. Estuvieron hablando y vieron que sus abuelos vivían al lado i fueron juntos, pero de golpe salió un lobo de los matorrales y les dijo: Si queréis llegar antes a casa de vuestros abuelos id por aquí que es más corto. Y ellos le hicieron caso y fueron por el camino que les indico el lobo. Cuando llegaron a casa de la abuelita, vieron a una anciana muy rara, con la boca, los ojos y la nariz muy raras, el niño se dio cuenta de que era el lobo, entre los dos le dieron una lección, después fueron a casa del abuelito donde se quedó la abuela a vivir, ya que se enamoraron nada más verse. Los niños regresaron a sus casas y aprendieron una lección: no hablar con le gente desconocida, y colorín colorado este cuento se ha acabado. May de Luna Conde


Caperucita Caperucita, una niña fue a su abuelita a darle la medicina Andando por un agujero calló, el lobo la vio y él también se tiró Cundo abajo llegó un raro conejo con un reloj se encontró que para poder salir la guio, pero antes el lobo se lo comió La Caperucita comenzó a corres y a 3 cerditos pudo ver, El más pequeño en su casa la acogió pero el lobo también se lo comió. Fue a la casa del mediano y el lobo tiró el tejado y en la casa del mayor hubo lo peor. Caperucita huyó y a Aladín oyó: “Mi lámpara no puedo coger sin de mi alfombra caer.” Caperucita le dijo que ella podía llegar sin su alfombra manchar. Despistados del todo por allí pasaba el lobo y a Aladín se comió sin hacer el bobo. Caperucita sin saber a dónde ir a la casa de las 7 cabritas se quedó a vivir. Por debajo de la puerta una pata de cabra apareció y Caperucita abrió. Al instante dos ojos rojos vio y el lobo se la comió. Caperu abrió sus ojos pequeños y vio que todo eran sueños. Viena Boedo


CAPERUCITA ROJA Había una vez una niña que tenía una abuela que vivía en el medio del bosque. Su madre le dijo que tenía que llevarle un regalo. Hacía mucho tiempo que no tenían noticias de ella. La niña, que era muy inteligente, vio esa misma mañana que por las noticias salía que un lobo había desaparecido. Esa niña tenía doble identidad, era una espía de FBI, en busca de una persona que encerraba animales. Estuvo pensando y vio que la persona que había podido ser era su abuela, que en realidad no le caía muy bien. Esa misma noche se fue a detener a su abuela. Cuando llegó a la casa, encontró al lobo que era vegetariano, y a muchos animales más. Esperó que llegara su abuela y le tiró un saco por encima, y la capturó. Al cabo de unas horas ya se habían llevado la vieja y las animales pudieron volver al bosque. Fueron felices y comieron perdices. Roser Sors Planas ¿Odias a los lobos? Había una vez una muchacha que por sus experiencias con los lobos los odiaba de una forma muy intensa. Un día salió a pasear por el bosque y se encontró un lobo. Le dijo: - Hola, lobo asqueroso, ¿adónde vas? -A visitar a mi amigo el leñador. -Pues, que entonces que te vaya mal. El lobo se fue andando por el camino, pero Caperucita fue corriendo a visitar al leñador, lo amordazó y le cogió el rifle. Entonces esperó a que llegara el lobo. Cuando entró el lobo, Caperucita apuntó y se oyó: “bum” y colorín colorado al lobo se lo han cargado. Iván Cañabate


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