T E N Dè CNC I E S E L M U N D O / S U P L E M E N T D E C U LT U R A
NÚM. 185 / DIVENDRES 21 DE NOVEMBRE DE 2008
PARAULES
DOL. Dol és, en sentit primigeni, «dolor», i apa-
reix en el segle XIII en els textos de Llull. Amb el temps s’ha especialitzat com a sentiment davant de la mort d’algú estimat d’una banda, de l’altra protocol –en cultures primitives o religioses ritual– del procés funerari. Abans, estar de dol era un estat temporal de retir i abstinència visualment manifestat en els vestits negres
(també es pintaven negres els mobles de la casa), i se’n deia anar endolat. Ara aquests codis han desaparegut: quan apareix algú vestit de negre, a ningú se li acut preguntar-li qui se li ha mort. El dol és interior, i si anem al diccionari per assegurar-nos que no s’escapa res, com sempre hi ha sorpresa: dol també vol dir engany, frau. / Miquel de Palol
Las chicas se apuntan al surrealismo naïf Son tres jóvenes artistas, la versión moderna de ‘Alicia en el país de las maravillas’. Y crean sus propios mundos de fantasía: Vanessa Linares se come Barcelona con sus animalitos y rostros misteriosos, Sónika medita y pinta en Wellington y Belén Ortega perfecciona sus mangas en Osaka , VANESSA GRAELL Son como Alicia en el país de las maravillas. Sólo que Alicia ha crecido y, en vez de soñar, ha cogido un lápiz y se ha puesto a dibujar un mundo surrealista, poblado de conejos que leen novelas en campos de amapolas, rostros misteriosos de ojos grandes, samurais con katanas, guerreras ensangrentadas y muñecos aborígenes. Todo muy naïf pero con un toque que no deja de ser inquietante. Este es el universo de tres jóvenes artistas con trayectorias diferentes: Vanessa Linares, que no para de exponer en las galerías de Barcelona; Sónika, que se marchó a las antípodas en busca de inspiración (primero probó en Australia y ahora vive en Nueva Zelanda) y Belén Ortega, una otaku en Osaka que acaba de ganar el premio al mejor autor español del Salón del Manga. Son tres Alicias modernas que dibujan desde que tienen uso de razón. Sus mundos son de lo más oníricos. Las tres se han adentrado a través del espejo para crear sus universos personales. Pero recurren al diseñado gráfico para ganarse la vida. Linares ha aparcado su faceta de diseñadora para dedicarse en cuerpo y alma a la pintura. Siempre va con un cuaderno en el bolso. Lo llena en todas partes, sobre todo en viajes de metro y bares. Así nació su primera exposición en el bar Borneo: arrancó las hojas de su libreta, las pegó todas juntas y las barnizó. Lo llama la técnica Zapbook (la marca del cuaderno). Y el resultado es como un storyboard surrealista, lleno de personajes con historias que hay que inventar. Sigue en página 7
Las nuevas generaciones se atreven con todo: ilustran CD’s, pintan a lo Pollock, dibujan mangas y esculpen
Vanessa Linares se pierde en el universo de fantasía que es su taller. QUIQUE GARCÍA
AMB LA CULTURA
LIBROS | ‘Homo Sampler’, la nueva provocación teórica de Fernández Porta. PAG. 3 | INDUSTRIA CULTURAL | ‘Apartamento’, una revista de interiores alternativa. PAG. 5 MÚSICA | Tristano, Bach y la electrónica. PAG. 6 |