Editorial

El primer engranaje

n Parece que nunca llueve a gusto de todos. En la actual situación en la que la demanda del mercado está creciendo, porque durante la pandemia mucha gente ha conseguido ahorrar y todo lo relacionado con el equipamiento del hogar está experimentando un boom significativo, justo ahora, el problema es la disponibilidad de producto. Falta producto para hacer frente a la demanda actual. En este contexto es en el que cobra todo su protagonismo la industria, el valor fabril, el producto como primer engranaje de toda la cadena que mueve el mercado y la economía. En esta situación, aquel que disponga de centros de producción y que tuviera un remanente de materias primas y componentes -porque el suministro de materias primas es otra de las caras del problema- ese ahora está triunfando.

En la situaciones de crisis generalizada, las gentes del campo, con cuatro gallinas, un cerdo y un poco de tierra, pasaban; algo imposible para sus congéneres urbanitas. La actual situación, salvando las distancias vendría a poder en valor el principal activo del sector: el producto, y su control total, que pasa por la fábrica. Un modelo que genera valor allá donde está implantado, que en su día se fue y que, tal y como están las cosas, seguro que muchos lo echan más de menos que nunca.