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Ayudan a conservar el medio ambiente

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Dra. Magda Jaimes

Dra. Magda Jaimes

Consumirlos reduce la huella de carbono y contribuye al cuidado de la biodiversidad, precisamente porque no se usan aditivos químicos en su producción.

Pero ninguna de las dos condiciones anteriores se cumple en su totalidad pues, precisamente, la falta de químicos de control agroindustrial obliga a que las granjas orgánicas necesiten de mayores plantaciones para ser capaces de mantener en ellas un rendimiento óptimo.

De otra parte, otros afirman que la reducción de la huella de carbono en la producción de orgánicos no tiene tanto fundamento, simplemente por ser este elemento de origen natural, pues un pequeño invernadero climatizado, como el que a menudo se utiliza para cultivar alimentos en las fincas más pequeñas, produce también una gran cantidad de gases de efecto invernadero, sin contar con el hecho de que también tienen que ser transportados desde las zonas de producción hacia las ciudades y los centros de distribución, por lo cual al igual que los productos convencionales, Los defensores de la producción orgánica afirman que las plantaciones contribuyen a la biodiversidad debido a su gran extensión libre de químicos, pero esto no está aún confirmado, pues en contra de este argumento se ha dicho que en los lugares tropicales, las granjas de gran tamaño pueden terminar invadiendo las selvas nativas, e incluso podrían acabar provocando su destrucción con el propósito de liberar más espacio para el cultivo de alimentos.

Esto no es un mito; pues si bien es verdad que los alimentos orgánicos son productos que golpean más duro el bolsillo del consumidor, ello se debe a que su oferta es más limitada comparada con la de los demás productos convencionales y tienen asimismo costos de producción más elevados.

Nuevamente, estamos frente a una verdad a medias, aunque esto tiene más de verdad que de falso. Si bien es cierto que las certificaciones de ser productos orgánicos prohíben la utilización de semillas modificadas para ser más resistentes a ciertos tipos de insectos o enfermedades, también es verdad que la misma naturaleza se encarga de modificarse genéticamente, pues se trata de un proceso de evolución natural.

La revista mexicana especializada en cultivos orgánicos, Patio Orgánico, explica que:

El transporte y la cadena de comercialización y distribución de los productos orgánicos es en cierta forma ineficiente, y por ello los costos unitarios son más altos por tratarse de volúmenes relativamente pequeños. De la misma forma, la promoción y protección del medio ambiente y el incurrir en futuros gastos para mitigar la contaminación, tienen un costo que finalmente paga el consumidor.

“Al igual que todos los seres vivos, la estructura genética está sujeta a cambios con el tiempo, que se dan de forma natural. La diferencia está en que estas modificaciones responden a necesidades evolutivas y de supervivencia, y al contrario de los alimentos modificados artificialmente, el cambio en la estructura genética no está motivado por intereses comerciales de ningún tipo. La modificación genética natural que puede tener un alimento es extremadamente lenta y totalmente natural; y así ha sucedido desde siempre con los seres vivos”.

Tomado todos estos puntos en cuenta, puedes decidir si estás listo para consumir comidas orgánicas o si lo prefieres continuar usando los alimentos acostumbrados.

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