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LA CRÍA INFLUYE a largo plazo

No solo la genética determina el carácter de los animales, sino también lo que han experimentado en su vida, desde el vientre materno, las impresiones que los afectan y lo que aprenden en su crianza.

"La verdadera personalidad del perro es el resultado de todo lo que les ocurre en las fases prenatal y posnatal y en sus etapas como cachorro y animal joven.

Todo este paquete se revela en última instancia después de la pubertad", explica Vogt. Esto es, según cada raza, a la edad de 18 a 24 meses, o incluso más tarde.

El experto señala que lo único que se puede predecir es la tendencia de cómo se desarrollarán los cachorros.

"Un perro que proviene de una mala crianza es posiblemente más susceptible al estrés y, por consiguiente, sea quizás más exigente que otro que llega de una buena crianza".

El tamaño, la raza, el nivel de actividad, las necesidades de entrenamiento, la personalidad, la salud y el espacio disponible son puntos muy importantes a la hora de escoger un cachorro. Sin embargo, lo más importante es tomarse el tiempo para investigar y considerar cuidadosamente si las características de ese cachorrito que nos enamoró desde el primer momento se adaptan a nuestro entorno y realidad. Recuerda que al final los perros son seres vivos por lo que nada puede darse por sentado y sí mucho por aprender de ellos.

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