la guerra del pacifico

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GUERRA

DEL

PACIFICO

RECOPILACIÓN

DE

TODOS

COMPLETA

LOS

DOCUMENTOS OFICIALES, CORRESPONDENCIAS I DEMÁS PUBLICACIONES R E F E R E N T E S A LA GUERRA QUE

LA PRENSA

H A DADO

A

LUZ

DE CHILE, P E R Ú 1 BOLIVIA

CONTENIENDO DOCUMENTOS INÉDITOS DE IMPORTANCIA POR

PASCUAL AHUMADA MORENO.

TOMO III

VALPARAÍSO

DE FEDERICO .T. LATHROP 1886


APÉNDICE.

(1)

a los señores Jefferson i C. ~ , de los rifles, poncho i polainas de goma de que se hace referencia. Comuniqúese i rejístrese. IRIGÓYEN.

I.

LEGACIÓN DE BOLIVIA E N EL P E R Ú

B o l i v i a r e c i b e rifles i m u e s t r a s d e a r m a m e n t o a fines d e l a ñ o 1 8 7 8 . LEGACIÓN DE BOLIVIA E N E L P E R Ú .

Lima, Octubre 2S de 1878. Señor Ministro: En cumplimiento de instrucciones que lie recibido de mi Gobierno, me permito solicitar de la benevolencia del Excrno. señor Irigóyen las órdenes correspondientes para el despacho, libre de todo derecho, en la Aduana de Moliendo, de mil quinientos rifles con su respectiva dotación, destinados para el ejército de Bolivia. Esperando que V. E. encuentre esta solicitud amoldada a la práctica universal, i especialmente a la observada siempre entre Bolivia i el Perú, me es grato renovar al Excmo. señor Irigóyen las protestas de mi distinguida consideración. Z.

FLORES.

Al Exjino. señor Manuel Irigóyen, Ministri? de Relaciones Esteriores del Perú.

Lima, octubre 2 8 de 1878.—Accédese a la precedente solicitud del Enviado Estraordinario i Ministro Plenipotenciario de Bolivia, hecha a nombre de su Gobierno, para el despacho, libre ie derechos, por la Aduana de Moliendo, de mil quinientos riles con su respectiva dotación, con destino al ejército de aquela República. Comuniqúese i rejístrese. IRIGÓYEN.

Z . FLORES. Al Excmo. señor doctor don Manuel Irigóyen, res del Perú.

Ministro deiRelaeiones Esterio*

MISIÓN LAVALLE. II. E l M i n i s t r o I r i g ó y e n d a i n s t r u c c i o n e s a L a r a l l e p a r a el d e s e m p e ñ o de su c a r g o , sobre las bases de arreglo q u e debe p r o p o n e r a Chile c o m o m e d i a d o r . MINISTERIO D E RELACIONES ESTERTORES.

(Reservada).

LEGACIÓN D E BOLIVIA E N E L P E R Ú .

Lima, Noviembre 22 de 1878. feñor Ministro: En a Aduana de Moliendo existen algunos rifles de distintos sistemis, un poncho i polainas de goma para jefes i oficiales, que hai venido de muestras para mi Gobierno, i como S. S. el adminstrador de dicha Aduana se niega a su despacho, sin embalo de su calidad de muestras, espero de la benevolencia de V. E. que se sirva espedir las órdenes correspondientes para que dshas especies sean entregadas, libres de derechos, a los señore Jefferson i C. , ajenies de mi Gobierno, para dicho despacio. Reiero, con este motivo, al Excmo. señor Irigóyen los sentimiecos de mi distinguida consideración i particular aprecio. d

Z.

Lima, Enero 2-J de 187'.). Señor Ministro: Me es grato acusar recibo al respetable oficio de V. E., fecha 20 del mes en curso, marcado con el número 4, en el que V. E. se sirve participarme que los señores prefectos de Arequipa i Puno han dado estricto cumplimiento a las órdenes que recibieron del Excmo. Gobierno de V. E., relativas a la custodia, entre Moliendo i Chililaya, del armamento que mi Gobierno ha hecho introducir por la via de Moliendo. Estimando en alto grado este nuevo testimonio de interés que inspira al Excmo. Gobierno de V. E. todo cuanto se roza con las conveniencias bien entendidas del de Bolivia, me es grato renovar al Excmo. señor Irigóyen los sentimientos de particular estimación, con que soi su atento i seguro servidor.

PLORES.

Al Excmo señor doctor don Manuel Irigóyen, Ministro de Relaciones Esteriores del ?erú.

Lima, Noviembre 22 de 187S.—Accédese a la precedente solicituc hecha por el señor Ministro Plenipotenciario de Bolivia, i, ej consecuencia, dígase al Ministerio de Hacienda que ordene ala Aduana de Moliendo la entrega, libres de derechos, (I) Las ificultades e inconvenientes que se han presentado para insertar en su lugar ccrespondiente, siguiendo el orden cronolójico, los valiosos documentos inédito.que constantemente obtenemos, nos ha obligado a continuar publicándolos eiel apéndice de cada tomo, método que seguiremos adoptando hasta la terminaón de la obra. En este apéndice solo se encontrarán reunidos todos aquellos doinientos que, por su fecha, debían haber figurado en los tomos ya publicados,nsertándose los demás en los capítulos correspondientes.

Lima, Febrero 22 de 187'->. Nombrado V. S. Enviado Estraordinario i Ministro Plenipotenciario en misión especial del Perú en Chile, conforme me fué grato comunicárselo en oficio de ayer, paso ahora a darle las instrucciones necesarias para el desempeño del delicado cargo que le ha confiado el Gobierno. V. S. conoce ya el gravísimo hecho de la ocupación, por fuerzas chilenas, de Antofagasta, M e jillones i Caracoles; así como también el oríjen, ostensible a lo menos, que ha dado lugar a tan graves acontecimientos. Está impuesto igualmente V. S. de que el Gobierno, por conducto de la Legación de la República en Santiago i La Paz, ofreció sus buenos oficios desde antes que tuvieran lugar los deplorables acontecimientos a qué he hecho referencia, i de que el Gabinete de Chile no ha tenido a bien aceptarlos, a juzgar por el telegrama que con fecha 12 del corriente dirijió a S. E. el Presidente, nuestro Encargado de Negocios señor Paz Soldán i Unánue, i no obstante la conversación satisfactoria que al respecto tuvo en Valparaiso el espresado funcionario con el señor Pinto, Presidente de aquella República. (Ambos hechos constan en los documentos anexos). Respecto de Bolivia, aun no se conoce en este Despacho el resultado de las jestiones que debe haber iniciado nuestro representante; pero, a juzgar por la conversación oficial (pie en presencia de V. S. tuve ayer con el Plenipotenciario especial de aquella República, señor Reyes Ortiz, es de esperar que ellos serán aceptados. Posteriormente a estos sucesos i con fecha 15 del corriente, autoricé de nuevo a nuestro Encargado de Negocios en Chile, según verá V. S. en una délas copias adjuntas, para que si a su


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GUERRA

D E L

juicio i con el conocimiento que tenia de lo ocurrido, no se comprometiera el decoro de la República i del Gobierno, hiciera un nuevo esfuerzo para que fuese aceptada por Chile nuestra amistosa mediación, no habiendo aun trascurrido el tiempo necesario ni para que dicha comunicación haya llegado a su destino. Aunque habría sido quizá conveniente esperar el resultado de este nuevo i patriótico esfuerzo en favor de la paz de dos repúblicas hermanas i de los mui altos intereses de esta parte de América i en especial de la del Perú, que están al mismo tiempo comprometidos, deseando el Gobierno agotar cuantos medios dignos i honrosos estén a su alcance para evitar el escándalo i las funestas consecuencias de una guerra tan innecesaria, ha resuelto enviar la misión estraordinaria i especial de que ha sido V. S. encargado, con la esperanza de que, renovándose por el órgano de un representante de tan alta jerarquía, los buenos oficios i la mediación del Perú sean al fin aceptados. Este es, pues, el objeto de la importante misión que el G o bierno confia a la ilustración i patriotismo de V. S. Apareciendo la ocupación del litoral boliviano por fuerzas chilenas, como una consecuencia del decreto espedido por el Gobierno de la Paz rescindiendo el contrato de la Compañía de Salitres i Ferrocarril de Antofagasta, i no siendo decoroso para Chile ni para Bolivia, ni posible, por consiguiente, entrar en un arreglo pacífico sin que queden removidos tan graves inconvenientes por una i otra parte, propondrá V. S. a ese Gobierno, en i caso que nuestra mediación fuese aceptada, el restablecimiento de los hechos al estado en que se encontraban antes de los últimos acontecimientos; esto es, la desocupación del territorio boliviano, siempre que aquella República esté dispuesta por su parte a suspender el mencionado decreto de rescisión i la lei porque se gravó con diez centavos la esportacion de todo quin- j tal de salitre que hágala Compañía de Antofagasta, i consi- J guíente sometimiento de estas diferencias al arbitraje que ambos j gobiernos tuviesen a bien constituir. A esto deben lirijirse los esfuerzos de V. S.; i hará valer con tal fin, cerca de' ese Gobierno, con la circunspección i altura necesarias, las consecuencias funestas que inevitablemente tiene que producir la guerra a ambos países i los demás peligros a que mui bien puede conducirla actual situación; i en jeneral, todas las consideraciones que S. E. el Presidente i yo hemos j manifestado a V. S. en el curso de las detenidas conversaciones que hemos tenido. Lo espuesto debe hacer comprender a V. S., que la aceptación j por parte de Chile de nuestra mediación, debe ser precisamente • bajo la base de la desocupación del litoral boliviano; pues míen- ! tras este hecho no se realice, Bolivia, que mira justamente en I aquella ocupación un ultraje a su soberanía, seria imposible que aceptase ningún medio de avenimiento, ni el Gobierno se prestaría tampoco a proponérselo. Toda negativa, pues, a este respecto del Gabinete de Santiago, tendría la mui clara significación de no hallarse dispuesto a entrar en el camino de la equidad i prudencia, i baria enteramente inútil todo acto oficioso posterior de parte del Perú. Acompaño a V. S., además délos documentos de que he hecho referencia, los diferentes tratados de límites que se han c e lebrado entre Chile i Bolivia; i la correspondencia cambiada entre el Encargado de Negocios de Chile en La Paz i el Ministro de Relaciones Esteriores de Bolivia, desde que tuvo oríjen esta fatal cuestión, hasta el momento en que el señor Videla pidió sus pasaportes. Van también adjuntas copias de las notas dirijidas por este Despacho a las legaciones de la República en Santiago i La Paz, en que verá V. S. los esfuerzos hechos por esta cancillería para evitar el rompimiento que desgraciadamente ha tenido lugar. Creo necesario llamar la atención de V. S. hacia la circunstancia de que, habiendo sido anulado por el Gobierno de Chile, según lo declaró su representante en La Paz, el tratado de 1874, deberían de haber quedado las relaciones entre ambos países sujetas al anterior tratado de 1866, por el que se reconocía igualmente a Bolivia derecho i soberanía sobre el grado 2 3 . La ocupación de Antofagasta, Mejillones i Caracoles, no se puede mirar, por tanto, como una consecuencia precisa i obligada de aquella declaración. Cualquiera que sea el resultado que obtenga V. S., lo comunicará inmediatamente por el cable, haciendo uso de la clave que le adjunto; i continuará en su puesto esperando las instrucciones que se le dirijan por este Despacho. Finalmente, debe V. S.,

PACIFICO.

en todo caso, dar cuenta detallada de sus jestiones ante ese Gobierno i del curso probable de los sucesos. Dios guarde a V . S. M. I Riti Ó YEN Al señor don José Antonio Lavalle, Enviado Estraordinario i Ministro Plenipo tcnciario en misión espeoial del Perú en Chile.

MINISTERIO D E RELACIONES ESTERIORES.

Lima, Febrero 20 de 1870. Entre las instrucciones comunicadas a V. S. por este despacho, con fecha 22 del corriente, figura, como condición principal de la mediación ofrecida por el Gobierno del Perú al de Chile, la previa desocupación del litoral boliviano por las tropas chilenas; i ya antes he espresado a V. S. los fundamentos de derecho i de conveniencia en favor del arreglo amistoso en que aquella indispensable condición se apoya. Pero es preciso estudiar con tiempo los argumentos que puede oponer a esto el Gobierno chileno, a fin de evitarlos i de ofrecerle todas las facilidades posibles, que pueden conducir a aquel gran resultado. La principal razón que puede dar aquel gobierno para oponerse a la desocupación, en el caso de no rechazar la mediación que va V, S. a ofrecer a nombre del Perú, consistirá probablemente en que, dejando sin fuerzas chilenas los pueblos que hoi están ocupados por ellas, sobrevendrían dos dificultades de d i versa naturaleza: consiste la primera en el temor, que tal vez pudiera alegar Chile, de que Bolivia no espere tranquilamente el arreglo definitivo i que ejerza actos de jurisdicción contrarios al tratado de 1 8 7 4 ; i la segunda, en la falta de garantía que se podría alegar, en que quedarían las vidas e intereses de los chilenos habitantes del litoral boliviano, inmediatamente después que se retirara la fuerza que hoi la ocupa. La primera de dichas observaciones desaparecería por completo ofreciendo el Perú su garantía mas eficaz, de que Bolivia esperará i se someterá al arreglo; o elijienclo Chile la garantía de cualquier otro gobierno amigo que, siéndolo tambieri de Bolivia, mereciera la entera confianza de ambos; lo que indudablemente se podría conseguir entre los numerosos Estados que mantienen relaciones con ambas repúblicas. Respecto del segundo punto, esto es, los desórdenes que pudieran sobrevenir a consecuencia de retirarse las tropas chilenas del litoral boliviano, seria ya un asunto mui secundario i fácil de arreglar, una vez aceptada la mediación bajo la base de retrotraer las cosas al estado en que se hallaban la víspera del 14 de Febrero. Nada seria mas sencillo, en efecto, que conciliar los medios de conservar el orden público en Antofagasta, Mejillones i Caracoles i de ofrecer garantías a sus habitaites, mientras se arribase a un arreglo, cuya cualidad esencial seria la rapidez con que debiera hacerse; i aun para esto i si esi Gobierno lo creyere necesario, podría V. S. igualmente ofrecer la garantía del Perú. Suprimidos así los mayores inconven.entes que pueden embarazar la acción de la mediación, nads seria mas posible que arribar a un advenimiento pacífico i recíprocamente ventajoso sin lastimar los intereses de aquellas dos repúblicas ni los del Perú ni las demás naciones. Llegado el caso, sírvase V. S. encarecer, con la debidí dignidad, al Excmo. señor Ministro de Relaciones Esteriores de esa República, el valor de las espresadas facilidades en favor del arreglo, i tome nota de los argumentos que se digne hacerle aquel funcionario i comuníquemelos inmediatamente. Dios guarde a V. S. M , IRIGÓYÍN. Al señor don José Antonio Lavalle, Enviado Estraordinario i Minittro Plenipotenciario en misión espeoial del Perú en Chile.

III. Da

instrucciones

referentes al Bolivia.

Tratado

Secreto

con

MINISTERIO D E RELACIONES ESTERIORES.

(Reservada). Lima, Marzo ó di 1879. Es mui probable que el Gobierno de Chile, por conducto de su Ministro de Relaciones Esteriores, pregunte a V . S. si real-


DOCUMENTOS

mente existe un tratado de alianza secreto entre el Peni i Bolivia; i casi seguro, que en tal caso se estime dicho tratado como un grave obstáculo a la mediación ofrecida por nuestro Gobierno. V. S. debe manifestar verbalmente, si tal observación se le hace, que en realidad existe el tratado; pero que, como sabe V. S., es la condición esencial de nuestra mediación, el Perú no se veria ya obligado a su cumplimiento, i estaría, por el contrario, en aptitud de facilitar los medios conducentes a un arreglo decoroso i equitativo entre Chile i Bolivia. Colocándose en este terreno, no dudo que V. S. llegará a convencer profundamente al Gobierno chileno no solo de la elevación de miras i sentimientos que inspiran al Perú, sino que pondrá a aquel Gobierno en la necesidad de aceptar la justicia i la paz, o declararse por una lucha temeraria, que nada entonces justificaría, i cuyas consecuencias no es dado preveer. Dios guarde a V. S. M.

IRIGÓYEN,

Al señor clon José A . Lavalle, Enviado Extraordinario i Ministro Plenipotenciario en misión especial cerca del Gobierno de Chile.

INÉDITOS.

saber por el cable; de manera, pues, que muí pronto podrá manifestar a ese Gobierno el objeto de su misión i nos será posible apreciar aquí con seguridad el éxito que se le espera, i que me inclino desde ahora a creer sea desfavorable, atentas las declaraciones hechas por el Gobierno chileno, la naturaleza de la ocupación i el estado en que se encuentra la opinión pública en ese país. Conviene que V. S. trasmita a los ajentes consulares de la República en ese país, un estracto de los puntos contenidos en esta comunicación; i que organice desde ahora su correspondencia con dichos ajentes consulares, a fin de proceder rápida i eficazmente en servicio de los intereses nacionales en el desgraciado caso de que el Perú se vea complicado en la contienda." Lo que trascribo a V. S. para su conocimiento Dios guarde a V. S. M.

IRIGÓYEN.

Al señor don José A. Lavalle, Enviado Rstraordinario i Ministro Plenipotenciario en misión especial del Poní en Chile.

Y.

IY. Trascribe u n a circular que h a sido dirijida a los Ajenies D i p l o m á t i c o s del P e r ú e n el e s t r a n j e r o . MINISTERIO D E RELACIONES

Trascribe u n a n o t a del Ministro del P e r ú en L a Paz, sobre la mediación ofrecida al Gobierno de Solivia i L e g a c i ó n de Chile. MINISTERIO D E RELACIONES

ESTERIORES.

Lima, Marzo l.-¡. de 1879.

Lima, Marzo 8 de 1879. Me es grato comunicar a V. S. que con fecha de hoi se ha ¡lasado por este Despacho el siguiente oficio a los ajentes diplomáticos del Perú en el estranjero: "Es probable que haya llegado a esa capital, por el cable, la grave noticia de la ocupación realizada el 14 del corriente, por fuerzas chilenas, de Antofagasta, Mejillones, Caracoles i algunos otros puntos del litoral boliviano. Al principio se creyó que este acto del Gobierno de Chile tuviera por objeto hostilizar simplemente a Bolivia i ejercer sobre ella presión a fin de impedir que se llevara a efecto el decreto de su Gobierno por el que se rescindió el contrato que tenia con la Compañía de Salitres i Ferrocarril de Antofagasta; mas, el carácter mismo de la ocupación i todos los actos posteriores, aun los emanados directamente del Gobierno, han venido a manifestarnos que Chile se propone apoderarse del grado 23, al que corresponden los puertos i lugares arriba citados, fundándose en el principio de la reviudicacion i dando por cierto que aquellos territorios le pertenecen i que estuvo en posesión de ellos antes de 1866. No siendo necesario que me detenga a manifestar a V. S. los pormenores de tan grave i delicada cuestión, pues V. S. podrá estudiarlos fácilmente en las importantes publicaciones hechas por todos los diarios de esta capital, entraré a manifestarle, que desde el 2 de Enero en que el Gobierno pudo preveer que surjiesen desagradables complicaciones entre Chile i Bolivia autorizó a sus representantes en Santiago i la La Paz para que, cuando llegase a su juicio un momento de serio peligro, ofreciesen los buenos oficios del Perú; i que, a pesar de haberse esto realizado con la debida oportunidad, no fueron aceptados por el Gobierno de Chile. Posteriormente, i a fin de agotar todos los medios que puedan conducir a un arreglo pacífico de las relaciones entre Boliliyia i Chile, evitando el escándalo de una guerra entre repúblicas hermanas i las complicaciones que inevitablemente traería ella al Perú, se ha enviado a Chile, el 22 del próximo pasado, una misión estraordinaria de primer rango, confiada al señor don José Antonio de Lavalle, cuyo objeto es interponer la mediación en forma del Perú, bajo la base de retrotraer las cosas al estado en que se encontraban antes del 1 4 de Febrero en que tuvo lugar la ocupación del litoral boliviano. Si el Gobierno de Chile, aceptando la intervención del Perú, escuchase nuestros consejos i se prestara a la desocupación, se habría evitado la guerra; en caso contrario ésta es inevitable e inmediata, i está llamada además a arrastrarnos, pues el Perú por consideraciones políticas i económicas, cuya gravedad no se ocultará a V. S., no puede aceptar el invocado principio de revindicacion ni permitir que Chile despoje a Bolivia de la parte mas rica e importante de su litoral. El señor Lavalle llegó ayer a Santiago, según acabamos de

ESTERIORES.

El Ministro Plenipotenciario de la República en La Paz, me dice con fecha 28 de Febrero lo siguiente: "Sin embargo de que en 12 i 2 0 del que espira ofrecí al Gobierno de esta República i a la Legación de Chile la mediación del Perú para terminar por un arreglo pacífico el conflicto en que desgraciadamente se encuentran, según lo participé a V. S. en los oficios números 21 i 30, tan h?ego como recibí a} er el respetable oficio de V. S. número 18, de 19 del mismo mes, reiteré por escrito la mediación que ha sido aceptada nuevamente por este Gobierno, como se impondrá V. S. por las copias números 1 i 2, que tengo el honor de acompañar a este oficio. En vista de la aceptación, me dirijiré mañana a primera hora de despacho al Exorno, señor Ministro de Relaciones Esteriores, pidiéndole una conferencia para acordar lo que sea posible hacer en la mediación, lo cual cuidaré de comunicar a V. S. oportunamente. Tanto por los documentos a que me refiero, como por las demás comunicaciones que obran en ese Despacho, se convencerá V. S. que esta Legación ha cumplido con las instrucciones que se le han comunicado." Lo que trascribo a V. S., incluyéndole los anexos de su referencia, para su conocimiento i demás fines. Dios guarde a V. S. r

M.

IRIGÓYEN.

Al señor don José A. Lavalle, Enviado Estraordinario i Ministro Plenipotenciario en misión especial del Perú en Chile.

VI. Se o c u p a del a t a q u e a l C o n s u l a d o de V a l p a r a í s o i pide se c a s t i g u e a los c u l p a b l e s . MINISTERIO D E RELACIONES

ESTERIORES.

Lima, Marzo 19 de 1879. El Gobierno se impuso con dolor del ataque hecho en Valparaíso el 4 de los corrientes contra el Consulado del Perú, de cuyo desagradable incidente se ocupa V. S. en nota de 6 del mes actual, número 16. Pero ha visto al mismo.tiempo con satisfacción, que el Excmo. señor Pinto ha manifestado a V. S. su profundo desagrado por aquel escándalo i haber tomado todas las medidas necesarias a fin de evitar todo atropello contra nuestro Cónsul Jeneral señor Márquez. Las satisfacciones dadas oportunamente por las autoridades chilenas, dejan complacido al Gobierno; pero conviene influir decorosamente a fin de que los promotores del ataque contra


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DEL

el Consulado, sean castigados severamente conforme a las leyes de ese país. Por su parte, el Gobierno de la República dictó medidas eficaces conducentes a evitar en el Perú manifestaciones de esa naturaleza. Dios guarde a V. S. M. A1 señor don José A. La valle, Enviado ciario en misión especial en Chile.

le han comunicado, debe V. S. hacer uso del cable telegráfico en los casos de importancia, haciendo partir sus despachos precisamente de la oficina respectiva de Valparaíso. Dios guarde a V. S. M . IRIGÓVEN. Al señor don José A. Lavalle, Enviado ciario del Peni en Chile.

IRIGÓVEN.

Extraordinario i Ministro

PACIFICO.

Estraordinario i Ministro

Plenipoten-

IX. A d j u n t a copia de la n o t a q u e el ministro Godoi lia dirijido al Gobierno del P e r ú para que declare su n e u t r a l i d a d e n e l c o n f l i c t o c h i l e n o - b o l i v i a n o . (1:

VIL Reitera sus instrucciones s o b r e el t r a t a d o secreto c o n Bolivia.

MINISTERIO DE RELACIONES

MINISTERIO D E RELACIONES ESTERIORES.

ESTERIORES.

(Reservada).

(Reservada).

Lima, Marzo 19 de 1879.

Lima, Marzo 10 de 1870. Me es grato acusar a V. S. recibo de su oficio de 7 de los corrientes, número 1, relativo al tratado de alianza defensiva que existe entre el Perú i Bolivia. Sobre esta delicada materia me refiero a la nota dirijida a V. S. el 8 del mes actual i que debe quedar subsistente en esa Legación, no obstante el telegrama i el oficio que con fecha 12 i pasé a V. S. con referencia a dicha nota. Así, llegado el caso, | debe V. S. manifestar verbalmente a ese Gobierno la realidad ¡ del tratado que no puede hacerse público sin previo acuerdo • del Gobierno de Bolivia. Pero conviene observar de una mane- j ra especial que dicho pacto tiene un carácter jeneral i que, por i consiguiente, no figura en él la República de Chile, i que ade- j más solo tiene el carácter de defensivo, i no importa sino un acto de prudencia i de previsión entre los dos Estados contratantes, estableciéndose de un modo claro i preciso las condiciones que se requieren para que el Perú ofrezca su intervención armada a Bolivia, como le habrá sido fácil a V. S. apreciar por la copia que entregué a su salida de esta capital. Llamo la atención de V. S. hacia los artículos que tales requisitos establecen, de los cuales se deduce que siendo el Perú llamado a conocer si ha llegado el caso de su aplicación, tiene su derecho perfectamente a salvo, poniendo, al efecto, de su parte todos los medios posibles de conciliación i procurando un arreglo ya previsto por el mismo tratado. i No dudo que V. S., con el estudio que ya habrá hecho del espíritu de dicho pacto, sabrá demostrar a ese Gobierno que él 1 no envuelve miras hostiles contra Chile ni contra otra nación. 1 Dios guarde a V. S. M.

Remito a V. S., para su conocimiento, copia del oficio que con fecha 17 del actual ha dirijido a mi despacho el señor Ministro Plenipotenciario de Chile, solicitando que el Gobierno de la República declare su neutralidad en el conflicto chilenoboliviano. Mañana, en Consejo de Ministros, se acordará la contestación que debe darse al señor Godoi. Dios guarde a V. S. M . IRIGÓVEN. Al señor don José A. Lavalle, Enviado Estraordinario i Ministro rio del Perú en misión especial cerca del Gobierno de Chile.

Plenipotencia-

X. R e m i t e l a c l a v e t e l e g r á f i c a q u e d e b e n e m p l e a r eai SMS comunicaciones. MINISTERIO D E RELACIONES ESTERIORES.

Lima, Marzo 22 de 1870. Remito V. S., con las intrucciones convenientes, la clave de que debe hacer uso en su correspondencia telegráfica, debiendo aumentar el número 17, que será también el que emplee este Ministerio. Una clave igual remito al señor Márquez, nuestro Cónsul Jeneral en Valparaiso, con quien se comunicará V. S. por medio de ella, acordando previamente el número. Dios guarde a V. S. M. I R I G Ó V E N .

IRIGÓVEN

Al señor don José Antonio Lavalle, Enviado Extraordinario i -Ministro tenciario del Perú en misión especial cerca del (jobierno de Chile.

P. E.—Queda anulada la otra clave.

Plenipo-

Al señor don José Antonio Lavalle, Ministro Plenipotenciario del Perú en R - . ¡ . sion especial en Chile.

XI.

VIII. I n d i c a s e le c o m u n i q u e p o r e l c a b l e c u a l q u i e r q u e Chile p r o p o n g a . MINISTERIO

Plenipoten-

DE RELACIONES

A c o m p a ñ a c o p i a d e l a n o t a - c o n t e s t a c i ó n a l a del M i n i s t r o G o d o i , i e s p l i c a l a s r a z o n e s q u e s e h a n temid© e n v i s t a p a r a n o c o n t e s t a r d i r e c t a m e n t e a l Miaiist r o d e Chile (ti).

arreglo

ESTERTORES.

MINISTERIO DE RELACIONES ESTERIORES.

(Reservada).

Lima, Marzo 22 de J.S70.

Lima, Marzo 10 de 1870.

Adjunta a mi nota de 19 del presente, remití a V. S. la que l í e leido con atención i complacencia la comunicación de dos dias antes me dirijió el señor Godoi, relativamente a la V. S. de 7 de los corrientes, número 2, que acabo de recibir, en que después de examinar las causas del conflicto chileno-boli- I actitud del Perú, con motivo del conflicto existente entre Boviano i el estado de la opinión, así oficial como privada en ese ¡ livia i Chile, agregando a V. S. que se iba a acordar en Consejo país, trata de inquirir los medios conducentes a un arreglo amis- j de Ministros la contestación respectiva. Esa contestación fué, en efecto, pasada al señor Godoi el 21, toso i equitativo; i me anticipo a comunicar a V. S. que sus i observaciones están de acuerdo con las ideas i sentimientos del j según aparece de la copia que acompaño. Diré a V. S., ante todo, las razones que el Gobierno ha tenido Gobierno. La falta de tiempo apenas me permite decir a V. S. que des- ' para no dar esa contestación directamente al Ministro de pues de tratar, con el decoro i la elevación necesarias, esta j Chile. Acreditado V. S. especialmente en Santiago para tratar materia en las conferencias que tenga V. S. con S. E. el Presi- j de todo lo concerniente a la situación creada por la ocupación dente i el Ministro de Relaciones Esteriores de esa República, \ del litoral boliviano, e ignorándose aun, hasta por falta de me trasmita oportunamente cualquier medio de arreglo que ¡ (1) La copia espresada figura en el tomo I. pajina 160, fecha Marzo 17 de pudiera llegar a proponerle el Gobierno de Chile, a fin de estu187P. diarlo i ver si es posible arribar a un resultado satisfactorio. (2) La nota indicada está publicada en el tomo I, pajina 101, de fecha 21 Para ganar tiempo, conforme con las instrucciones que ya se \ de Marzo de 1871'. :


DOCUMENTOS

tiempo material, las jestiones que V. S. debia haber iniciado, carecia el Gobierno absolutamente de dates para tomar una decisión sobre el punto capital de la nota del señor Godoi, que era la petición de que el Perú proclamase su neutralidad. Además, es una regla de los asuntos diplomáticos, a que la cancillería chilena se conforma estrictamente por su parte, que, cuando se empeña una discusión entre dos gobiernos, cada uno de ellos se vale, para satisfacer a las observaciones del otro, de sus propios ajentes diplomáticos, dándoles cuenta de dichas observaciones e instrucciones para hacer-^pnocer su manera de pensar. A esta regla jeneral, justificada én el presente caso por el encargo especialísimo de V. S., se ha sujetado el Gobierno del Perú en el jiro dado a la comunicación del señor Godoi. Contrayéndome ahora al contenido de ésta, debo notar que comprende cuatro puntos: 1. ° manifestaciones de la opinión pública; 2. ° aprestos bélicos del Perú; 3. ° existencia de un tratado'secreto con Bolivia; 4. ° proclamación de la neutralidad del Perú. Respecto del primero, manifestaré, ante todo, que las demostraciones que la opinión pública ha creído conveniente hacer en presencia del conflicto chileno-boliviano, estrañas en lo absoluto a la decisión del Gobierno, no han podido ni debido ser suprimidas por él, mientras se mantuviesen en los límites que la leí señala a la libertad de la prensa i al derecho de reunión, de que, por otra parte, se ha usado en Chile, en los últimos tiempos, prescindiendo de toda contemplación, sin que el Gobierno del Perú se creyera autorizado para formular la mas leve queja. Si la idea del señor Godoi ha sido referirse mas particularmente a la intemperancia de lenguaje en que han podido incurrir algunos periódicos, el Gobierno del Perú la deplora, como se complace en creer que lo haga el de Chile, en vista del tono que gran parte de la prensa de ese país se ha permitido usar, hablando del Perú. Escesosde esta clase deben condenarse, de donde quiera que vengan, i el único medio de verlos desaparecer, cuando se sustraen a la sanción legal, es que cada uno se esfuerce en dar a los otros el ejemplo de la moderación. En cuanto a los preparativos bélicos que ostensiblemente hace el Gobierno del Perú, no puede haberse ocultado a la sagacidad del de Chile i a la de su representante en Lima, que nos hemos visto, mal nuestro grado, obligados a ellos, primero por poner a salvo la paz del territorio de la República, en cuya parte meridional, poblada en gran parte por bolivianos i chilenos, podria en un momento, i con grave perjuicio propio i ajeno, estallar discusiones que el estado de cosas hace, por desgracia, demasiado probables; i en segundo lugar, porque el Perú, d o minado del mas sincero deseo de evitar una lucha desastrosa entre pueblos amigos, no puede, si sus esfuerzos en este sentido fracasan, estar seguro de asistir a ella como espectador impasible, si llegasen a verse comprometidos sus intereses. Al hacer, pues, los preparativos que han llamado la atención del señor Godoi, el Perú no procede sino obedeciendo a las sugestiones de la mas vulgar prudencia; i sigue, por lo demás, la línea de conducta que todas las naciones observan en igualdad de circunstancias. Si no estuviera fuera de nuestro ánimo hacer cargos o recriminaciones, que ni de uno ni de otro lado nos parecen convenientes, podríamos entrar a nuestra vez, tanto respecto de este punto como del primero, en serias consideraciones relativas a la actitud hostil que revelan las manifestaciones hechas en Chile en contra del Perú, i sobre todo, a las proporciones que el Gobierno de esa nación ha dado en los últimos años i da actualmente a sus armamentos, mui superiores, por cierto, sobre todo en la parte marítima, a las exijencias de una campaña contra Bolivia. Después de las instrucciones dadas a V. S. en notas de 8 i 19 del presente, no es necesario estenderme sobre la cuestión de la existencia del tratado secreto con Bolivia. Me bastará agregar que, antes de dar contestación a la nota del señor Godoi, S. E. el Jeneral Prado le manifestó verbalmente, i con la mas completa franqueza, cuál era el carácter i el alcance de ese tratado, cuyas estipulaciones, ni tienen nada de ofensivo, ni están dirijidas contra Chile, ni escluyen, sino que mas bien prescriben, una acción diplomática previa para llegar a un avenimiento por los medios que el derecho internacional señala. Por otra parte, la necesidad, imperiosa para el Perú, de mantener con Bolivia relaciones que no pueden fácilmente turbarse, porque en ello están interesados el comercio, tan activo entre

7

INÉDITOS.

los dos países, i su tranquilidad recíproca, fué el móvil principal, sino único de ese tratado, cuyos efectos han correspondido al fin que se tuvo en mira. Gracias a ese estrecho vínculo de unión, se han podido, en efecto, prevenir o allanar dificultades que, de otro modo, habrían sido talvez inevitables. Réstame solo hablar de la última i mas importante parte de la nota del señor Godoi, aquella en que, por orden especial de su Gobierno, pide que el del Perú haga una declaración formal de su neutralidad en el conflicto existente con Bolivia. En la fecha de la comunicación del señor Godoi i aun hoi mismo, ignoramos los términos del manifiesto que, según los anuncios de la prensa, se proponía diriijir el Gabinete de Santiago a los de las naciones estranjeras sobre la ocupación del litoral boliviano; i, mientras no tengamos tal conocimiento, no se podrá juzgar cuál es el alcance verdadero i definitivo de aquel acto. Cuando ese documento llegue a nuestro poder, será, pues, el momento de manifestar, por nuestra parte, la opinión que debemos formar sobre él, i la actitud que, en consecuencia, nos tocaría asumir. Bajo este punto de vista debemos considerar, pues, como prematura la neutralidad que se reclama. Ademas, la línea de conducta que haya de seguirse sobre tan grave materia, depende de dos condiciones que no es posible desatender: primera, la existencia del tratado secreto con Bolivia, cuyas estipulaciones relativas al casus fojderis deberá examinar el Perú, si hai que renunciar a toda esperanza de arreglo; i segunda, la decisión del Congreso Nacional que ha sido estraordinariamente convocado para trazar, en definitiva, la línea de conducta que el Gobierno debe seguir. Recorriendo la nota del señor Godoi, no dejará de llamar la atención de V. S. el tono apasionado de alguno de sus períodos, que deliberadamente me abstengo de calificar, fiando en que el Gobierno de Chile será el mejor juez para hacerlo. V. S. leerá esta comunicación al señor Fierro, dejándole copia de ella si lo desea. Dios guarde a V. S. M. Al señor José Antonio Lavalle, Chile.

IRIGÓYEN.

Ministro Plenipotenciario de la República en

XII. C o m u n i c a u n a entrevista q u e h a tenido c o n el Ministro Godoi. MINISTERIO D E RELACIONES ESTERIORES.

(Reservada). Lima, Marzo 26 de 1879. Hoi, a las dos de la tarde, ha venido el señor Godoi a verme en el Ministerio, i me ha pedido, a nombre de su Gobierno, que le hiciera conocer el testo del Tratado secreto con Bolivia: después de reiterarle la seguridad de que ese pacto tiene un carácter meramente defensivo i de que, conforme a él, ha podido i aun debido el Perú iniciar negociaciones con el objeto de llegar, si es posible a una solución satisfactoria, le manifesté mi sentimiento de no poder acceder a sus deseo, porque estipulándose en el Tratado la obligación recíproca de mantenerlo secreto, hasta que a juicio de ambas partes debiera cesar esa reserva, el Gobierno del Perú no podia exhibir el testo, sin el conocimiento i avenencia del de Bolivia. V. S. cuidará de dar esta misma esplicacion al señor Fierro, si le tratase del asunto, o si V. S. lo creyere oportuno. Sobre otro punto mas grave me ha hablado al mismo tiempo el señor Godoi. Me ha dicho que a su Gobierno le seria imposible retroceder en la línea de conducta que ha adoptado respecto al de Bolivia, i que la ocupación del litoral no podria cesar, sino como consecuencia de un fallo arbitral que así lo dispusiese i supuesto un convenio para recurrir a ese medio, sin que Chile hiciera la desocupación previa. Me ha agregado, por fin, que su Gobierno estaría dispuesto a un arreglo con Bolivia, bajo la base de una indemnización pecuniaria, arreglo en que intervendría el Perú, i en que se tomarían por las tres partes medidas de seguridad para el cumplimiento de lo que se pactase i para no comprometer los intereses salitreros. He contestado al señor Godoi, que, encargado V. S. especialmente de estas negociaciones, bien podria el Gobierno de Chile trasmitirle las proposiciones que tuviese a bien; i que conocidas en este Ministerio por conducto de V. S., serian oportuna-


G U E R R A

8

D E L

mente sometidas al Congreso convocado ya con motivo del conflicto chileno-boliviano. Dios guarde a V. S. M.

IRIGÓYEN.

Al señor don José Antonio Lavalle, Enviado Estraordinario i Ministra Plenipotenciario del Perú en misión especial cerca del Gobierno de Chile.

XIII. Atribuye el espíritu p o c o conciliador del ministro Godoi, a u n hecho personal de que hace referencia. MINISTERIO D E RELACIONES ESTERTORES.

(Reservada). Urna, Marzo 26 de 1879. En la parte final de mi nota de esta fecha relativa a la que el señor Godoi me dirijió, pidiéndome que el Gobierno del Perú se declare neutral en el conflicto chileno-boliviano, he llamado la atención de V. S. hacia el tono destemplado que domina en parte esa nota. Debo agregar a V. S. que el espíritu poco conciliador de que parece animado respecto de nosotros el señor Ministro chileno, se ha manifestado, según datos indudables que tengo, de una manera mas especial en cnanto a mi persona, por una violencia de lenguaje, de que han sido testigos mudos, pero sorprendidos, numerosas personas de las mejores clases de la sociedad. He creído conveniente hacer que V. S. se fije en esta circunstancia, para que en la ocasión oportuna pueda V. S. dar ésta a conocer, confidencialmente, al Ministro de Relaciones Esteriores, manifestándole cuan enojoso es para mí, no poder prescindir de hablar sobre este asunto. Dios guarde a V. S. M. Al señor don José Antonio Lavallc. Enviado Estraordinario potenciario cerca del Gobierno de Chile.

IRIGÓYEN. i Ministro Pleni-

XIV. Anuncia que h a remitido al Ministro del P e r ú en Buenos Aires u n a clave igual a la que dispone el Ministro Lavallc.

XYI. Telegramas

dirijidos al Ministro Lavalle misión en Chile.

durante su

(9.35 A . M.)

Valparaiso, Marzo 5 de 1879. Señor Ministro Lavalle. Anoche después del meeting, fué el pueblo a buscar a V. E. en actitud hostil, con gritos de amenaza i muerte. No encontrándolo, pasó con igual exasperación al consulado del Perú i amenazándome de muerte atacó la casa a pedradas rompiendo el escudo. La oportuna i enérjica oposición de la fuerza pública i los esfuerzos del intendente, el coronel de policía i otras autoridades, evitaron mayores ultrajes. Sin seguridad ya para el desempeño de mis funciones i para el propio resguardo, pido a V, E. me ordene lo que estime conveniente. Luís E.

MÁRQUEZ.

(3.20 P. M.)

Valparaiso, Marzo 5 de 1879. Señor Ministro Lavalle. La autoridad ofrece garantías. También las ofreció antes del asalto. Dará custodia al consulado, mas no puedo estar prisionero i espuesto al primer paso a ser víctima de mas violento ultraje, atendida la exaltación del pueblo. Luís E.

MÁRQUEZ.

(2 P. M.)

Valparaiso, Marzo 11 de 1879. Señor Plenipotenciario del Perú. Facúltame reglamento para ausentarme menos de un mes; sin embargo, ruego a V. E. me conceda veinte dias para reparar salud quebrantada; despachará ájente consultor de toda confianza, como sucedió el año pasado, mereciendo aprobación del Gobierno. Escribo Presidente. Suplico respuesta hoi. B,emito V. E. nota i carta urjente. Luis E. M Á R Q U E Z . {i A. M.)

Valparaiso, Marzo 11 de 1879.

MINISTERIO D E RELACIONES ESTERIORES.

(Reservada). Lima, Marzo 26 de 1879. Por este correo remito al señor La-Torre, Ministro Plenipotenciario de la República en Buenos Aires, una clave igual a la que remití a V. S. por el vapor anterior, indicándole que en las comunicaciones telegráficas con V. S. aumente el número 17, que será también el que V. S. use. Dios guarde a V. S. M . IRIGÓYEN. Al señor don José Antonio Lavalle, Enviado Estraordinario i Ministro potenciario del Perú en misión especial cerca del Gobierno de Chile.

PACIFICO.

Pleni-

Señor Plenipotenciario del Perú. De Coquimbo doctor Tito Melgar. De Caldera Samuel Márquez, hoi conmigo. De ájente en Lota don Pascual Flores. De Tomé J. F. Pastor. El de Talca-Imano renunció. Luis E.

MÁRQUEZ.

(1.15 P. M,)

Valparaiso, Marzo 12 de 1879. Señor Ministro Lavalle. Recibí correspondencia. Vapor conducto seguro. Diga si recibió mi correspondencia de hoi. Luis E. M Á R Q U E Z . (3.10 p. M.)

XV. Indica q u e el Gobierno p e r u a n o h a t o m a d o las debidas disposiciones p a r a impedir manifestaciones hostiles c o n t r a el Ministro G o d o i .

Valparaiso, Marzo 15 de 1879. Señor Ministro Lavalle. Correspondencia de hoi recibida i entregada. La recibida hoi de Lima marcha por correo. A.

MINISTERIO D E RELACIONES ESTERIORES.

Lima, Marzo 26 de 187,9. Me es grato acusar recibo a V. S. de su oficio de 10 dé' los corrientes, número 2 1 , relativo a los temores que se abrigaban en esa ciudad sobre un meeting celebrado en Lima e injurias hechas al señor Ministro chileno en esta capital. Como se habrá informado V. S. posteriormente, no han tenido efectos tales desmanes, que las autoridades habrían reprimido por otra parte con la debida severidad. El Gobierno dictó oportunamente, i en previsión de manifestaciones hostiles a Chile, las debidas disposisiciones. Dios guarde a V. S. M.

IRIGÓYEN.

Al señor don José Antonio Lavalle, Enviado Estraordinario i Ministro potenciario en misión especial cerca del Gobierno de Chile.

Pleni-

V O N DER HEYDE.

(2.20 P. M.)

Valparaiso, Marzo 17 de 1879. Señor Ministro Lavalle. Entregando su correspondencia en esa mañana antes de las 6 P. M. al correo, llegará acá por tren nocturno, miércoles. Es costumbre ordinaria. A.

VON DER HEYDE.

(3.10 P. M.)

Valparaiso, Marzo 19 de 1879. Señor Ministro Lavalle. Alzamora entregó correspondencia conforme. Sus instrucciones serán cumplidas. A.

VON DER HEYDE.


DOCUMENTOS

INÉDITOS.

9

(2.30 P. M . )

(9.10 л . M.)

Valparaiso, Marzo 22 de 1879. Señor Ministro Lavalle. Recibí correspondencia que marcha hoi a Lima. El vapor lle­ gó temprano.

Valparaíso, Abril 3 de 1879. Señor Ministro Lavalle. Conteste inmediatamente si se halla en ésa para comunicar­ le asuntos de interés. Estoi esperando en la oficina.

V O N DER H E Y D E .

A.

(9,40 A. M . )

A.

V O N DER H E Y D E .

(9.30 A . M . )

Valparaiso, Marzo 22 de 1879. Señor Ministro Lavalle. Trasmití telegrama. Por correo carta. H oi temprano marcha Paz Soldán a ésa.

Valparaiso, Abril 3 de 1879. Señor Ministro Lavalle. Sírvase pasar a la oficina del Telégrafo Trasandino.

V O N DER H E Y D E .

A.

A.

V O N DER H E Y D E .

(10.30 A . M . )

(1.5 P. M . )

Valparaiso,

Marzo 24 de 1879.

Señor Ministro Lavalle. Cumplido todo. V O N DER HEYDE.

A.

Valparaiso, Abril 3 de 1879. Señor Ministro Lavalle. Ahora se trasmiten do3 telegramas cifrados que llegaron anoche. Espere, A.

V O N DER HEYDE.

(3.55. P. M . ) (11.15 A . M . )

Valparaiso,

Marzo 25 de 1879.

Señor Ministro Lavalle. Carta fecha ayer recibida esta tarde. La oficina del cable sub­marino permanece cerrada hoi. Mañana a las 10 será tras­ mitido su encargo. A.

Valparaiso, Abril 3 de 1879. Señor Ministro Lavalle. Encargo por Vicente Pacheco, cumplido. C. V O N D E R H E Y D E .

V O N DER HEYDE. (5 P. M . )

(10.40 A . M . )

Valparaiso, Marzo 26 de 1879. Señor Ministro Lavalle. Anoche remití correspondencia de Lima. La de Ud. recibida i marchará hoi a su destino. A.

Valparaiso, Abril 3 de 1879. Señor Ministro Lavalle. A las cuatro i cuarto trasmití por Trasandino el tercer te­ legrama recibido hoi de Lima. Conteste con referencia a Pacheco.

V O N DER HEYDE. A.

(4.45 P. M . )

(5.5 P. M . )

Valparaiso, Marzo 26 de 1879. Señor Ministro Lavalle. Llegó telegrama de Lima para Ud. equivocadamente Valpa­ raiso; lo he hecho trasmitir oficialmente por la línea trasandi­ na que es la que tiene conexión con el cable. A.

V O N DER HEYDE.

Valparaíso, Abril 3 de 1879. Señor Ministro Lavalle. La oficina del cable ofrece quedar abierta esta noche por ciento cincuenta pesos, siempre que se avise antes de las sei.s a las estaciones intermedias i a Lima. Conteste.

V O N DER H E Y D E . A . V O N DER H E Y D E .

(11.30 A . M . ) (2.5 P. M . )

Valparaiso, Marzo 29 de 1879. Señor Ministro Lavalle. Recibí correspondencia que enviaré a su destino. A.

V O N DER H E Y D E .

Viña del Mar, Marzo 5 de 1879. Señor Ministro Lavalle. Le contesto por correo. De su contestación depende que acu­ da o no a su llamado. PAZ SOLDÁN.

(12.55 A . M . )

(í.io P. i i . ;

Valparaiso, Marzo 30 de 1879. Señor Ministro Lavalle. Oficina cable sub­marino cerrada; no podré cumplir encargo hasta mañana.

Viña del Mar, Marzo 21 de 1879. Señor A . Von der H eyde. Recibí tarde su telegrama; ya no hai tren.

C. V O N D E R H E Y D E .

N O T A . — E l telegrama se entregó en propias manos a las 11.45 A. M.

(5 P. M.)

Valparaíso, Abril 1. ° de 1879. Señor Ministro Lavalle: ¿Quiere Ud. que le mandemos una carta recibida esta ma­ ñana? G.

GIBBS.

Valparaiso, Abril 2 de 1879. Señor Ministro Lavalle. Vernal fué atendido debidamente. ALEJANDRO. ni—2

LA

EMPRESA.

(11.7 A . M . )

Buenos Aires, Marzo 31 de 1879. Señor Ministro del Perú.—Santiago. Avíseme resultado mediación i últimos sucesos del Pacífico.

(4.20 P. M . )

TOMO

PAZ S O L D Á N .

D. CONTESTACIÓN.

Resultado nulo, sucesos gravísimos.

L A TORRE.


10

GUERRA

DEL

PACIFICO.

(10.18 A . M . )

( 5 . 1 5 P. M . )

Antofagasta,

Valparaiso, Marzo 31 de 1879.

Marzo H de 1879.

Lavalle a Presidente.—Lima.

Señor Ministro Lavalle.—Santiago.—Chile. Al habla; salud a V. S.

Hfrt-4h4cxf-2cx2cxf. (Traduccion).

SEGUIN.

Temo ataque Iquique. ( 2 )

XVII. T e l e g r a m a s c a m b i a d o s e n t r e el M i n i s t r o L a v a l l e , cónsules M á r q u e z i S e g n i n c o n el G o b i e r n o p e r u a n o . (12.50 P. M . )

XVIII. Telegramas cifrados dirijidos por el Ministro Irigóyen al Ministro Lavalle.

Valparaíso, Marzo 10 de 1879.

(4.15 P. M . )

Lima, Marzo 12 de 1879.

Lavalle a Presidente.—Lima. Recibido viernes satisfactoriamente.

Irigóyen a Lavalle. — Santiago. Últimas instrucciones, Marzo 8, no corren.

(1.55

V. M.) (4.20 P. M . )

Valparaiso, Marzo 12 de 1879. Márquez a Ministro de Relaciones.—Lima. Prohibido embarco ínulas, caballos.

Lima, Marzo 22 de 1879. Irigóyen a Lavalle.—Santiago. Instrucciones, Marzo 8, quedan vijentes.

(6 P. M . )

(4.40 P. M.)

Valparaiso, Marzo 21 de 1879.

Lima, Marzo 26 de 1879. Irigóyen a Lavalle.- -Valparaiso.

Lavalle a Presidente.—Lima.

9dt7t3a4d.

2rqtdh4-6 47r4-g45h4-4in25t. (Traduccion).

(5.55 P. M . )

Importa calma hasta aviso.

Lima, Abril 2 d,? 1879. Irigóyen a Lavalle.—Valparaiso.

(12.30 P. M . )

Valparaiso, Marzo 24 de 1879. Lavalle a Presidente.—Lima. Cobija ocupada. Hablase de seis millones de emisión i de crisis ministerial. 3484-4m254d-qdx8f3624-523-8f56x28t. (Traducción).

8 0 0 - 1 2 7 - 0 4 7 - 2 4 7 - 6 8 3 - 3 0 6 - 1 3 7 - 967 - 4 9 4 - 8 9 0 - 9 5 6 - •683-841679-837-876-578-811-841-792-047-285- 800-127-047- 247-017113-860-867-590-850-691-017-841-431-800-519-702- 651-288933-017-760-905-863-860-541-757-970-890-991-643- 017-413850-991-643-890-127-025-203-526-225-142-792-442- 792-704828-850-288-900-133-900-967-017-850- 157-977-623- 455-124950-860-225-288-883-883-526-408-578.

(7.20 P. M . )

Nada avisar. Prudencia sin descuido.

Lima, Abril 2 de 1879. Irigóyen a Lavalle.—Valparaiso.

(10 A. M . )

Valparaiso, Marzo 26 de 1879.

0 1 7 - 1 1 3 - 0 7 3 - 8 0 0 - 1 2 7 - 0 5 3 - S 6 7 - 883 - 5 2 6 - 4 0 8 - 5 7 8 - 8 0 9 - 8 8 3 822-590-029-883-710-692-225-501-247-017-867-246- 166-138800-890-822-225-526-368-138-288-157-867-520-693.

Lavalle a Presidente.—Lima. F3 - 525x462t3 - 8f- 9dt7t3a4d-3fat62462t3f5 - t-49dfóxd4ddtrq2r2f35t-gdfax35t-cxf-6t3m2f'3f. (Traducción).

(2.35 P. M . )

Lima, Abril 3 de 1879. Irigóyen a Lavalle.—Valparaiso.

En situación de prolongar negociaciones o apresurar rompimiento, pregunto: ¿qué conviene? Respuesta Marzo 26.—Prolongar. (1)

8 0 0 - 8 9 0 - 8 0 6 - 8 4 1 - 2 2 5 - 1 5 4 - 822 - 8 3 3 - 9 6 0 - 1 5 7 - 9 6 7 - 6 3 5 - 8 8 3 587-883.

XIX.

(12.55 P. M . )

Iquique, Marzo 28 de 1879. Seguin a Presidente.—Lima.

Carta del señor don Serapi© Reyes Ortiz al señor Lavalle.

Lima, Febrero 26 de 1879.

Avisa pueblo atacó, roto escudo.

Suplico permiso retirarme mañana. No saldré sin él. Peligro.

Señor don José Antonio Lavalle.—Santiago. M U Í señor mió: Los diarios de Chile, venidos por el último vapor, en la necesidad de justificar la ocupación del Litoral boliviano, sientan ciertos hechos que son falsos, i que, por lo mismo, creo de mi deber desmentirlos ante Ud., suministrándole algunos datos. Se asegura que del interior se mandaron fuerzas, lo que en concepto del Gobierno de Chile es una prueba del intento de hacer

(1) El telegrama indicado es el 3." del párrafo X V I I I de este mismo apéndice.

(2) La serie de telegramas continuación de ésto», que tcncmo» en nuestropoder, Be publicaron por 1» prensa de Lima, i fígnran en el tomo 1.°, páj. 1 9 2 .

(10.50 A, M . )

Antofagasta,

Marzo 29 de 1879.

Seguin a Presidente.—Lima.


DOCUMENTOS

la guerra por parte de Bolivia. No ha venido jente armada alguna. El coronel Canseco ha ido al Litoral de Comandante Jeneral, porque el Jeneral Dulon, que lo era del departamento de Cohija, ha sido trasladado a la Comandancia Jeneral de Chuquisaca. Se asegura que se trataba de rematar los establecimientos i oficinas de la empresa salitrera. Lo que se embargó fué el producto, es decir, el salitre elaborado en la cantidad bastante para cubrir lo adeudado por el impuesto que se dejó de pagar. Por la providencia que declaró la rescisión del contrato de transacción, se ordenó la suspensión definitiva de la lei de impuestos i por consiguiente la del juicio coactivo. No es cierto que como efecto de la rescisión se hubiese mandado la venta de las Salitreras i sus establecimientos. El Gobierno, como se ve por la providencia de 1.° de Febrero, se reservó el derecho de dictar las que en adelante convengan, limitándose por entonces a mandar al Litoral un Delegado del seno del Gabinete. La rescisión decretada no pasaba de la esfera del derecho, i a la Compañía le quedaba el de ocurrir a la Corte Suprema, que es el tribunal establecido por las leyes fundamentales de Bolivia para conocer en juicio contencioso administrativo de las contradicciones que se suscitan entre las partes contratantes, cuando una de ellas es el Gobierno. No es cierto que el Gobierno de Bolivia se haya negado en lo absoluto a someter la cuestión a una decisión arbitral. Chile, olvidando que esto estaba pactado, intimó, por su nota de 8 de Noviembre, la suspensión definitiva de la lei a la ruptura del tratado; después por su nota de 26 de Diciembre propuso el arbitraje; pero como la Compañía manifestó antes por acto auténtico su voluntad de no aceptar la condición impuesta, mi Gobierno declaró sin efecto la transacción, que no podia subsistir sino por el concurso de ambas voluntades. Cuando nuevamente se le ha intimado la aceptación o negativa del arbitraje, mi Gobierno no se ha negado a aceptar sino a contestar la intimación por ser desdorosa a la dignidad nacional, según se ve por la nota de 12 del corriente, cuya copia le acompaño, i que fué devuelta por el Encargado de Negocios de Chile. Ud. se dignará disculparla franqueza que me he permitido al trascribirle los datos anteriores, interesado como estoi en que la verdad de los hechos sirva de base a las discusiones de su noble misión. Soi de Ud. atento seguro servidor. SERAPIO R E Y E S ORTIZ.

XX. D o n L u i s 15. M á r q u e z , a n u n c i a a l M i n i s t r o L a v a l l e q u e se a u s e n t a del C o n s u l a d o , csplicahdo en c a r t a sec r e t a las razones q u e lo o b l i g a n a retirarse.

INÉDITOS.

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gramas del Perú anunciando que a consecuencia de haberse sabido allá por el cable el ataque al Consulado mió, se habia exasperado el pueblo en Lima i el Callao, i que el Ministro i Cónsul chilenos tuvieron que escapar por los tejados para no ser víctimas del furor popular, aun temen por sus vidas.Esta noticia está conforme con el anuncio (pie oí en Viña del Mar, ayer, a don Ricardo Becerra, redactor del D I A R I O OFICIAL. Esta persona se referia a cablegrama recibido por el Gobierno sobre persecución a los ajentes chilenos en el Perú. La rotería de Valparaíso nos quiere hacer pagar con el pellejo lo que por allá pueda hacerse. He recibido de anoche a hoi reiterados avisos de amigos i estraños para que me ponga en seguridad, en vista de la resolución de la plebe. Pero existe otro motivo mas poderoso. Hai aquí el deseo manifiesto de provocar un conflicto con el Perú i el temor de que la mediación lo demore, dando lugar a que entretanto el Perú se arme. Los especuladores de política interna asuzan a la plebe para que nos maltrate, comprendiendo que de esa injuria se produciría mayor exaltación de ánimos i la guerra no tardaria.Yo no busco mi seguridad personal; quiero, ante todo, quitar a esta jente de la mano el pretesto que buscan para un rompimiento, ultrajándome de hecho. Con la pública disculpa de que el mal estado de mi salud me obliga a separarme unos pocos dias del Consulado (mala salud verdadera i caso ocurrido otras veces), nombro un ájente consular que despache por mí, mientras pasa la actual efervecencia de los rotos contra mí o se decide el retiro de Ud. Uso de su autorización para proceder libremente en mi juicio, sirviendo con mi transitoria ausencia a los propósitos del Gobierno de evitar conflictos. Me ausento con tanta mayor satisfacción, cuanto que sé que Piérola ha resuelto desistir de todo empeño subversivo mientras dure la actual sitnacion del Perú con relación a Chile i Bolivia o la campaña a que se viere obligado. Doi cuenta al Gobierno de todo esto, en comunicación secreta. Franco, mi ájente consular, es leal i bastante intelijente. Tengo un empleado ausiliar en el Consulado que está al corriente de todo el despacho. Recomiendo a Ud. que exija al Gobierno una buena custodia hasta el instante de poner el pió en la cubierta del vapor. Quiera el cielo que todo se acomode; pero no lo espero yo que he aprendido en cinco años a conocer el espíritu del país y su política esterna. Deseo a Ud., a pesar de todo, el mejor éxito en su misión, buena salud i completa seguridad personal. Me honro en suscribirme de Ud., adicto servidor i afectísimo amigo. Luis E.

Al señor don José Antonio Lavalle, Plenipotenciario del Perú.—Santiago.

Valparaíso, Marzo 10 de 1879. Excmo. señor Ministro: Hallándome enfermo i teniendo que ausentarme por pocos dias del Consulado de mi cargo, en virtud de la facultad que me concede el Reglamento Consular, he nombrarlo ájente consular, para que me remplace durante mi breve ausencia i firme el despacho de oficina, a don Juan de Dios Franco, persona de toda mi confianza i de cuya intelijencia i aptitudes estoi plenamente satisfecho. He dado cuenta al Supremo Gobierno del Pera del referido nombramiento. Lo comunico a V. E. para que se sirva aceptar a dicho ájente en mi representación. Tengo el honor de suscribirme de V, E., mui atento afectísimo servidor. Luis E, M Á R Q U E Z . Al Excmo. señor Enviado Estraordinario i Ministro Plenipotenciario del Perú.— Santiago.

CARTAS SECRETAS.

Valparaíso,

Marzo 11 de 1879.

Querido señor: Recibo hoi carta del señor Irigó}'en en que, previendo mi ausencia del Consulado, me autoriza a nombrar ájente que me reemplace. Ademas de la cuestión de mi salud, por la que el médico me ordena variar de temperamento durante veinte dias, i de los otros motivos que ya he manifestado a Ud. en la que acabo de escribirle i va adjunta a nota sobre nombramiento de Franco, tengo que arreglar en Iquique una cuestión difícil sobre carga de cubierta a encarecida súplica de las compañías de vapores. La cuestión es interesante i ella sola vale la pena del pequeño viaje, pues no se puede arreglar por notas, prescindiendo de las demás consideraciones. No he recibido la nota número 1 que la Legación parece haberme dirijido, pues las únicas que han llegado a mi podor llevan números 2 i 3. Me dicen que está Ud. algo enfermo. Deseo vivamente que no pase de un constipado. Con un afectuoso recuerdo a su ayudante i secretario, me repito de Ud. adicto i afectísimo amigo.

Valparaíso, 10 de Marzo de 1S79.

Luis E .

Querido señor: _ Le envió la adjunta nota para que la pueda mostrar. El motivo verdadero de mi ausencia de este puerto, es el siguiente: Circula entre la plebe la noticia de que, se han recibido tele-

MÁRQUEZ

Al señor don José A.

MÁRQUEZ.

Lavalle, Ministro Plenipotenciario del Perú.—Santiago.


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GUERRA

D E L

XXI. El Cónsul del P e r ú en C a l d e r a c o m u n i c a su s e p a r a c i ó n del Consulado p o r motivos que espone.

Caldera, Marzo 15 de 1879. Señor Ministro: Hallándose mi esposa seriamente enferma a consecuencia de las impresiones sufridas durante el asalto del pueblo al Consulado en Valparaíso, en cuya casa se encontraba recien desembarazada, cuando tuvo lugar el atentado, i no permitiendo el estado de su salud su permanencia en este puerto, me veo en el caso de hacer uso de la autorización que me concede el Reglamento Consular para ausentarme de mi despacho por un mes, dejando en mi lugar a un ájente i dando cuenta de mi separación a V. E., a fin de conducir a mi familia a Lima, ya que en esta República no cabe hoi para ella ni seguridad ni salud. Queda a cargo de mi oficina el ájente don Santiago Martínez, durante mi ausencia. Aprovecho a la vez la ocasión de este breve viaje para poner en manos del señor Ministro de Relaciones Esteriores la comunicación oficial, cuya segura remesa encargó V. E. a mi hermano don Luis Márquez, que por vapor de hoi pasa a Iquique. Dios guarde a V. E., señor Ministro. SAMUEL MÁRQUEZ, Al Excmo. señor Enviado Extraordinario i Ministro Plenipotenciario del Perú.—Santiago.

XXII.

PACIFICO.

Valparaíso, Marzo 19 de 1879. Estimado señor: Por telégrafo di cuenta hoi a Ud. de la conforme recepción de la correspondencia que me entregó el señor doctor Alzamora juntamente con la estimada de Ud., fecha de ayer, que agradezco. Conforme a las instrucciones de Ud., he enviado la referida correspondencia por vapor Amazonas de hoi a sus respectivos destinos, encargando al contador de dicho vapor, especialmente, la nota para el señor capitán de puerto de Moliendo. Se me ocurre ahora dirijirme a Üd. para la siguiente pregunta: Al irse de acá el señor Cónsul Márquez me dejó encargado para la recepción i embarque del armamento i vestuario depositados en esta Aduana. Al efecto, me entregó dos notas: una para el señor Superintendente de las aduanas, i la otra adjunta para el señor Intendente, en mas o menos igual sentido. Según órdenes de Márquez entregué después de algunos dias la nota para la Aduana, i ésta contestó que rio habia inconveniente alguno para la entrega, siempre que se llenasen los requisitos de estilo por parte de las autoridades. Márquez se llevó dicha contestación i ahora escribe desde Coquimbo o Caldera que procure yo verificar el embarque cuanto antes con destino a Iquique. Si a Ud. le parece bien, entregaré la nota adjunta al señor Intendente, i sabré si se prestan o no estas autoridades a permitir el embarque. Siempre a sus órdenes, me repito de Ud. mui atento i seguro servidor. A.

V O N DER HEYDE.

Cartas del señor Alejandro Von der Heyde al señor Lavallc.

Al señor don J. A. Lavalle, Ministro Plenipotenciario del Perú.—Santiago.

Valparaíso, Marzo 11 de 1879. Estimado señor: El señor Cónsul Jeneral del Perú don Luis E. Márquez, quien está en vísperas de marcha por vapor de mañana a Iquique, me encarga dirijirme a Ud. con el objeto de informarle que me ha dejado autorizado para trasmitir a Lima cualquier cablegrama que Ud. desee enviar. A la vez me suplica la conveniencia de formar una clave telegráfica, según el caso lo requiera, cuya copia debía remitirse al señor Irigóyen en Lima. No habiendo tenido el gusto de poder saludar a Ud. personalmente en ésta por la premura de su viaje a ésa, me es grato ofrecerme de Ud. su afectísimo i seguro servidor.

Valparaíso, Marzo 21 de 1879, Estimado señor: Contesto a la mui favorecida de Ud., fecha de ayer, i he tomado buena nota de las indicaciones referente al asunto consabido que el señor Márquez no manejó con la debida atención. Casualmente, ayer estuve con el señor Paz Soldán i le referí mi consulta hecha a Ud., i hoi, que en vista de la arriba citada quise ponerme de acuerdo con él sobre el particular, después de haberle dirijido mi telegrama, recibí la inclusa contestación. Sé que el amigo Paz Soldán se marcha mañana por tren espreso de 8 A . M. a ésa acompañado de su familia, i como Ud. ha de tener indudablemente una entrevista con él, dejo a su mejor disposición las órdenes que el señor Paz Soldán me ha de trascribir. Antes de cerrar la presente, recibo su cartita de hoi con telegrama que voi a trasmitir ahora mismo antes de las 6 P. M. Sin tiempo para mas, queda a las órdenes de Ud. su afectísimo i seguro servidor.

A.

V O N DER HEYDE.

Al señor J. A . Lavalle, Enviado Estraordinario i Ministro Plenipotenciario del Perú.—Santiago.

Valparaiso, Marzo lo de 1879. Estimado señor: Impuesto del contenido de la muí atenta de Ud. fecha de ayer, me es muí grato informarle que cualquier cablegrama que Ud. desee enviar a Lima, tendré el mayor gusto para encargarme de su trasmisión. El pago i costo de éstos, se verifica en Lima, por el Gobierno, según arreglo acordado aquí con Márquez i conmigo en la oficina del cable-submarino. Márquez se fué ayer i el joven Juan de D. Franco, encargado como ájente provisorio del despacho comercial del Consulado, es un dependiente mío, de manera que yo vijilo todo, pero no aparezco como tal encargado consular. Cada vapor que se despacha dos veces por semana con destino al Norte, deja al Consulado, mas o menos, % 100 de entrada; actualmente no hai fondos disponibles porque el señor Márquez dispuso de ellos i aun ha dejado algunos compromisos vijentes, que se deben satisfacer del dinero que entra. Remito esta carta aun por conducto de nuestro amigo Ossa, mientras que sepa que las puedo confiar con toda seguridad al correo.—Nada de nuevo ocurre por acá. Permítame que le indique que al hacerme alguu telegrama desde ésa, prefiera al Telégrafo Americano, en lugar de la línea del Estado. Siempre a sus órdenes saluda a Ud., su atento i seguro servidor Q. B. S. M. A. V O N D E R H E Y D E . A.1 eefior don ,T. A. Lavallc, Ministro Plenipotenciario del Peni.—Santiago.

A.

VON DER HEYDE.

AI señor don J. A. Lavalle, Ministro Plenipotenciario del Perú.—Santiago.

Valparaíso, Marzo 24 de 1879. Estimado señor: Por mi telegrama de hoi cumplido todo que ahora confirmo, habrá Ud. quedado impuesto de la recepción puntual de la estitimada de Ud. fecha de ayer con el telegrama consabido, así como de la indicación telegráfica compre piano, que dio lugar a que yo cumpliese con las instrucciones recibidas i así lo efectué. Acompaño, para mayor seguridad de Ud., los recibos de la oficina del cable submarino sobre el puntual envío de los dos cablegramas remitidos hasta ahora por conducto mió i cuyo pago se hace en Lima. El dia de hoi está lleno de noticias telegráficas, tanto del Norte como de ésa, de cuyos detalles me abstengo a entrar por ser del dominio público. Mañana o pasado deben llegar a ese hotel mi hermano mayor Carlos, casado con la señorita Josefina Ugarteche (hermana de Magdalena), de paso de su viaje del Sur para ésta; me he permitido recomendarle a Carlos una visita a Ud. i espero la cumplirá con el mayor gusto para estar al corriente de todo lo que acontece. Al señor Paz Soldán mis afectuosos recuerdos, y Ud. acepte


DOCUMENTOS

INÉDITOS.

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de Ud. para Lima i para el señor prefecto de Tarapacá, las la voluntad de su mui atento amigo i seguro servidor Q. S. ¡ que fueron enviadas hoi a su destino por vapor Bolivia confor­ М. B. ! me lo anuncié a Ud. por mi telegrama de esta mañana. A. VoN D E R H E Y D E . Siempre a sus órdenes, me es grato saludar a Ud. como su atento amigo i seguro servidor. Al señor don J . A. Lavalle, Ministro Plenipotenciario del Perú.—Santiago. A.

Valparaíso,

Marzo 2o de 1879.

Estimado señor: Confirmo a Ud. el contenido de mi carta con fecha de ayer. La de Ud., de igual fecha, no debe haber sido entregada ayer al correo en ésa antes de las 6 Р. M., porque solo la recibí hoi a las 2 Р. M. i vendría por tren espreso de esta mañana de ésa. Por mi telegrama de hoi, que confirmo, habrá Ud. quedado impuesto que su telegrama fecha de ayer, destinado para Lima, no puede ser trasmitido hasta mañana a las 10 A. M. en aten­ ción a que hoi, por ser dia festivo­, se cerró la oficina del cable sub­marino a las doce del dia, escepcionalmente, porque, en j e ­ neral, los dias domingos i festivos queda únicamente abierta desde las 8 hasta las 10 A. M., i los dias de trabajo i de ordi­ nario de semana, desde las 10 A. M. hasta las 6 Р. M. Siento que la carta de Ud., fecha de ayer, no hubiese venido por tren nocturno, pues así hubiera podido trasmitirse hoi su telegrama para Lima que, sin embargo, quedó entregado hoi en la oficina del cable, según recibo adjunto i será el primero que marcha mañana a su destino. Por telegrama de Ud., fecha de hoi (Trasandino), quedo pre­ venido de la correspondencia que viene por tren nocturno i debe marchar mañana por vapor a Lima. El vapor procedente del Norte solo avistó a las il¿ Р. M. Siempre a sus órdenes, me es mui grato saludar i repetirme de Ud. su mui atento i seguro servidor Q. S. M. B. A.

VON DER HEYDE.

Al señor J . A. Lavalle, Ministro Plenipotenciario del Peni.—Santiago.

Valparaíso, Marzo 2tí de 1879. Estimado señor: Confirmándole el contenido de mi anterior con fecha de ayer, tuve el gusto de dirijirle esta mañana mi telegrama referente al conforme recibo de la correspondencia de Ud. destinada para Lima, (la que vino acompañada de su apreciable fecha de ayer) que fué debidamente enviada hoi, como lo fué también la que recibí anoche por conducto del contador del vapor Itata, procedente de Lima, para Ud. El telegrama de Ud., fecha de ayer, marchó hoi a las 10 A . M. a su destino conforme lo previne ayer. Hoi, a las 4 Р. M., me fué entregado por la oficina del cable un telegrama para Ud. que vino dirijido desde Lima con des­ tino a Valparaíso; lo acepté, i luego hice las dilijencias nece­ sarias para que la oficina del cable sub­marino lo trasmitiese directamente a Ud. a ésa por la línea trasandina. De esto di cuenta a Ud. por mi telegrama (por la línea americana) de esta tarde, que confirmo, i ahora para mayor seguridad incluyo el referido telegrama en la forma que vino de Lima. Desearía que el señor Paz Soldán hubiese hablado algo a mi hermano Carlos con referencia a las armas i vestuarios que existen en esta Aduana pertenecientes al Gobierno del Perú, en atención a que eu carta del Presidente Prado dirijida al Cónsul Márquez con fecha 15 del presente de Lima (suponiendo aun Márquez acá) hace nuevamente la indicación que el embarque debe verificarse sin demora; aunque en estas circunstancias no puedo juzgar si convendría o no presentar tal solicitud a las autoridades de ésta. Siempre a sus órdenes, me es grato saludar a Ud. como su atento amigo i seguro servidor Q. S. M. B. A.

V O N DER H E Y D E .

Al señor don J . A. Lavalle, Ministro Plenipotenciario del Perú.—Santiago.

Valparaíso, Marzo 29 de 1879. Estimado señor: A debido tiempo recibí las estimadas de Ud., fechas 27 i 28 del corriente, habiéndome impuesto con gusto de la amistosa entrevista que tuvo mi hermano Carlos con Ud. en ésa. La segunda vino acompañada de la correspondencia oficial

VON DER HEYDE.

P. D.—Un diario de hoi publica la visita de Ud. en ésta. ¿Será bola como otras que corren acá.. Al señor J . A. Lavalle, Ministro Plenipotenciario del Perú. — Santiago.

Valparaíso, Marzo •íl de 1819. Estimado señor: Mi hermano Carlos contestó ayer por mí a la apreciable de Ud., fecha 29, i hoi tengo el gusto de incluir el recibo por el telegrama para Lima que fué enviado por el cable a las 10 A. M. Siempre a las órdenes de Ud. su atento amigo i seguro ser­ vidor Q. S. M. B. A.

VON DER HEYDE.

Al señor don J . A. Lavalle, Ministro Plenipotenciario del Perú.—Santiago.

Valparaíso,

Abril Ti de 1879.

Estimado señor i amigo: El señor Franco no ha tenido mas recursos de qué disponer | i me remitió boleto de pasaje que incluyo para el señor Juan ¡ Bautista González a Iquique, por 15 pesos, pagados para pasaje ! de cubierta en el vapor Ayanucho hasta Iquique. ; Siento mucho esta circunstancia, pero ni aun vendiendo los | pocos muebles, según me dice Franco, ha podido pagar el i arriendo de casa i a dos empleados sus sueldos, etc. j Se dice que la,escuadra chilena ha ido al Callao a ofrecerle combate a la escuadra peruana. Deseando a Ud. un feliz viaje, me repito siempre a sus ór­ denes su afectísimo amigo i seguro servidor. A.

VON DER HEYDE.

XXIII. Carta del Cónsul p e r u a n o en Antofagasta al ministro L a v a l l e s o b r e el c o m b a t e d e C a l a m a *

Antofagasta, Marzo o de 1879. Señor: Tercera en el número, es, felizmente, la primera importante entre las cartas que llevo a V . S. escritas. Ojalá le quepa mejor suerte que a las anteriores i llegue a su destino. Ayer, merced a esfuerzos mil i al ejercicio de mi particular empeño, logré dar a S. E., por el cable, que solo mañana lle­ gará a este puerto, la noticia del primer triunfo de las armas chilenas i saludar a V . S. por el mismo medio. Limíteme a eso porque creí ocioso ser a oidos de V . S. una voz mas, cuando infinitas se atrepellaban aquí por hacer escuchar allá el anun­ cio de una victoria, mui mucho pequeña, para ser tan afanosa­ mente estendida i tan estrepitosamente alardeada. La muerte de un cazador, las heridas de otros tres, dos ca­* ballos malogrados, uno de los cuales servia, según se dice, de montura al señor Comandante Jeneral, forman el total desas­ tre d é l a primera lucha de esta gran batalla internacional; verdad que la acción de Calama no es, no puede ser ante el criterio imparcial, una verdadera prueba de armas: fué, i debe reputarse, solo como la salva de honor de la patria hecha pol­ los primeros bolivianos que pudieron encontrar un mal rifle al alcance de la mano. Nadie habrá que aquilate por este hecho la fuerza de ambas naciones, ninguno que en él base conjeturas del éxito definitivo. Sin embargo, tal ha sido el regocijo, tanta animación ha producido aquí la noticia del triunfo, que, a juz­ garlo por esos solos síntomas, habria de creerse que Bolivia ha perdido sus tiltimas lejiones i Chile entra en la época del pleno goce, de la tranquila satisfacción que sigue al afianzamiento de las conquistas a mucha costa i con torrentes de sangre consegui­ das. Tenemos la alegría del triunfo final en vez del primer em­ peño de la contienda. Hemos gozado de diana, himno nacional, cohetes i, perdone V S . , la blasfemia contra la lengua, el indispensable, el temible, el carnavalesco meeting, recurso desprestijiado en el seno mis­


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GUERRA DEL

1110 del desprestijio liberal i que da fin i remate a todas sus loas.—Hago gracia a V. S. de la crítica de los discursos, i aun tengo voto de contarlos al enviar a V. S. el próximo número de E L PUEBLO C H I L E N O en que serán publicados, porque sé cuan sensible es el natural i esmeradamente educado gusto literario de V. S. a esas profanaciones de la elocuencia, tan fatales al castellano como al sentido común. Complemento de todo fué la fuga de un rematado a cárcel, i no faltó un muera el opresor peruano a las puertas de esta casa de V. S. El muera i aun algo mas esperaba del entusiasmo de la multitud, pero no ha dejado de sorprenderme el calificativo, porque siempre creí se nos diera en mui diametral significado. De los bolivianos, nada ha logrado saberse; su muerte en el combate es tan incierta como el camino que siguen al través del desierto, o en busca de un cacerío amigo, los que hayan librado con la vida; el vencedor no ha tenido tiempo para contar sus bajas, no ha querido, a lo que parece, mezclar a su regocijo esas gotas de sangre ni distraer recorriendo el campo enemigo, ojos escasos para contemplar los laureles frescos de la fíente. En cuanto a mí, dejo a V. S. el apreciar cuáles sean mi situación oficial i privada, i avanzaré solo que tengo en su bondad mi esperanza, que cuento con reclamar oportunamente esa protección tan jenerosamente ofrecida como grata i respetuosamente aceptada. Señalo a la atención do V. S. las proclamas del jefe vencedor en Galanía, que, con laudable prudencia, hadado anónimas el número 1S de E L PUEBLO C H I L E N O , i aunque serán de V. S. con mas acierto i justicia apreciadas, no puedo escusarle dos de mis pobres indicaciones, i son a saber: 1.°, que jamas caudillo alguno incurrió en la intemperancia de ruda franqueza de decir invado, sino que todos han rechazado esa voz como denigrante i hecho titánicos fuerzos para apartarla de sus procedimientos aun cuando la invasión fué mas clara; i 2.°, que se emplea una arma aleve, condenada por la vergüenza de las naciones, respecto del indio, del aboríjena boliviano, pretendiendo hacer en esa raza infeliz el proselitismo del patricidio a favor del estímulo que se da a la holganza.—Asombra esa audacia con que se predica el desprestijio de la lei nacional en el país enemigo. Ni los conquistadores hábiles lo hicieron nunca. Norabuena que se luche contra los ejércitos, pero no es permitido insultar ni abrir cruzada contra la lei de la nación a donde se lleva la guerra.—Creo, señor, tan grave el hecho que está a la altura de la pluma de V. S., i le suplico descubra a todos los ojos la disolvente doctrina que se esconde tras ese proceder inicuo. Chile va en busca de renegados, hace el llamamiento a la traición contra los terminantes votos de la moral esterna. Llegaba aquí, cuando persona de distinguido carácter público me pidió una entrevista i me invitó a hacer en su compañía algunas observaciones de las cuales resulta que el contraalmirante Wiliiains Rebolledo tiene ofrecido repetir en cuanto a nuestra escuadra la táctica que le hizo dueño del trasporte español La Vírjen de Covadonga. Un consejo de jefes ha aprobado el plan de acometer cuanto antes a nuestros buques uno a uno, de asaltar, en fin, a cualquiera de ellos que navegue solo, i hasta se ha ofrecido i solucionado la dificultad de cohonestar ese empleo de fuerza sin previa declaratoria de guerra. El Don Mariano, vapor de la compañía de Lo ta, fondeado en esta bahía, está cargando carbón para trasbordarlo en Cobija i Tocopilla a los buques que deben realizar el golpe de mano. Mi primer acuerdo fué dirijir a S. E. por cable este despacho: Buques no naveguen solos, por correo razones. Detúvome no obstante: 1.°, la desconfianza déla fiel trasmisión o denuncia alas autoridades; i 2. , la imposibilidad de fundar tan grave alarma una vez que be jurado al señor dignatario autor de la primera revelación callar eternamente su nombre. He resuelto, pues, dar este aviso a V. S. hoi, i semejantes mañana a S. E. i al señor prefecto de Tarapacá. El retardo necesario para los trasbordos de carbón me deja aun oportunidad. Los chilenos han dado hartas pruebas de su confianza en la santificación, que da el éxito, para que no sea apreciable la noticia cuya vehemente posibilidad garantizo a V. S. Empieza a difundirse la voz de que la victoria de Calama ha sido cara para Chile. En el correo próximo daré a V. S. cuantos detalles adquiera. Sírvase V. S. tenerme en el número de sus mas adictos i respetuosos amigos. MANUEL M. Al señor Ministro J. A. Lavalle.

SEGUIN.

PACIFICO.

TRATADO

SECRETO.

XXIV. P r o t o c o l o complementario al T r a t a d o Secreto de 1873, c e l e b r a d o e n L i m a el 1 5 d e A b r i l d e 1 8 Y 9 , p a r a d e t e r m i n a r los subsidios i c o n t i n j entes d e m a r i t i e r r a c o n q u e deben concurrir las naciones aliadas p a r a h a c e r la g u e r r a a Chile.

Reunidos los infrascritos Manuel Irigóyen, Ministro de R e laciones Esteriores del Peni i Serapio Reyes Ortiz, Enviado Estraordinario i Ministro Plenipotenciario de Bolivia, competentemente autorizados por sus respectivos Gobiernos, para proceder de conformidad con el artículo 5. ° d e l Tratado de Alianza defensiva de 6 de Febrero de 1873, a ajustar los arreglos precisos sobre subsidio i continjente de fuerzas de mar i tierra, para responder a la guerra que Chile ha declarado a ambas naciones, han acordado lo siguiente: I. Bolivia contribuirá para la guerra con un ejército de tierra de doce mil hombres, i el Perú con ocho mil i toda su escuadra, a medida que las exijencias de aquella lo requieran. Las espresadas fuerzas de tierra podrán aumentarse posteteriormente en la proporción que este artículo señala, previo el respectivo acuerdo entre ambos aliados, i las de la escuadra si fuere posible i el Gobierno del Perú lo creyere necesario, i en el modo i forma que él determine.

Bolivia se obliga a indemnizar al Perú los gastos que le ocasione la guerra que le ha declarado el Gobierno de Chile a consecuencia de su alianza con ella; entendiéndose por tales gastos los estraordinarios de movilización de su ejército i armada, los de organización, sostenimiento i movilización de la fuerza estraordinaria de mar i tierra, los de compra de armamento i buques para el ejército o la escuadra, así como el valor de los buques i armamento perdidos. III. El Gobierno del Perú deberá llevar una cuenta especial de dichos gastos, la que será examinada, llegado el caso, por una comisión compuesta de un comisario nombrado por cada una de las partes i un tercer dirimente que se elejirá por la suerte entre cuatro personas designadas por los comisarios, a razón de dos por cada uno. Esta comisión se reunirá en Lima a los cincuenta dias de terminada la guerra, i su fallo o el del tercer dirimente en su caso, será definitivo. IV. El Gobierno del Perú percibirá en los puertos de Arica i de Moliendo el cincuenta por ciento en plata de los derechos aduaneros de las mercaderías estranjeras que se introduzcan por dichos puertos para el consumo de Bolivia, i su cobro se hará con arreglo al arancel boliviano, por los administradores peruanos, con intervención de los ajenies aduaneros de Bolivia, creados por el Tratado de Comercio i Aduanas de 26 de Octubre último, vijente entre ambos países. El producto de este cincuenta por ciento se aplicará a los gastos de la guerra que haga el Perú i que. Bolivia se obliga a indemnizarle, conforme al artículo 2. del presente Tratado; i su percepción se hará por el Perú hasta la completa cancelación de dichos gastos. c

V. Ademas del cincuenta por ciento de los derechos aduaneros, designado en el artículo anterior como fondo de amortización de los gastos de la guerra, Bolivia so obliga también a abonar mensualmente al Perú el cincuenta por ciento de los derechos que impusiere a la esportacion del salitre que se haga por su litoral. VI. El Perú percibirá también el cincuenta por ciento restante de los derechos aduaneros de que se ocupa la cláusula IV, en indemnización de los gastos que le ocasionare la alimentación | del ejército de Bolivia durante el tiempo que permanezca en | territorio peruano o chileno o en el departamento litoral de i Bolivia, sin mas deducción que la de la cantidad correspou-


DOCUMENTOS

INÉDITOS.

XXYI.

diente al presupuesto de los ajentcs aduaneros en los puertos del Perú. Se considera también como fondo en parte de la amortización de los gastos de provisiones al ejército de Bolivia, la suma de sesenta mil soles plata, saldo déla subvención aduanera que el Gobierno del Perú ha retenido en su poder a solicitud de la legación permanente de Bolivia. VII. Si el éxito de la guerra fuere favorable a las armas de Bolivia i el Perú, i se consiguiese de Chile la indemnización de los gastos que ella ocasionare, desaparecerá la obligación que pesa sobre Bolivia según el artículo I I . VIII. Los buques i armamento que se obtuvieren por el Perú para la guerra con Chile, quedarán, a la terminación de ésta, como propiedad de Bolivia, salvo el caso de que el Gobierno del Perú prefiriese quedarse con ellos. En fe de lo cual los respectivos Plenipotenciarios firmaron i sellaron con sus sellos particulares, por duplicado, el presente protocolo. Hecho en Lima a los quince dias del mes de Abril del año de gracia de mil ochocientos setenta i nueve. MANUEL

IRIGÓYEN. SERAPIO

REYES

ORTIZ.

Hai dos sellos.

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S e a p r u e b a e l P r o t o c o l o firmado la guerra.

sobre subsidios p a r a

LEGACIÓN E S T R A O R D I N A R I A D E BOLIVIA EN E L P E R Ú .

Lima, Abril 16 de 1879. Señor Ministro: Tengo la satisfacción de participar a V. E. que he recibido el despacho que se ha servido dirijirme en esta fecha poniendo en mi conocimiento que el Excmo. señor Presidente de la R e pública ha tenido a bien aprobar el Protocolo sobre subsidios que tuve la honra de firmar con V. E. en cumplimiento del artículo 5. ° del Tratado de Alianza defensiva, celebrado entre el Perú i Bolivia el 6 de Febrero de 1873. Dígnese aceptar V. E. los sentimientos de alta consideración i particular aprecio con que me suscribo atento i seguro servidor. SERAPIO REYES ORTIZ. Al Excmo. señor don Manuel Irigóyen, Ministro de Relaciones Esteriores del Perú.

XXVII. Se a p r u e b a n los Protocolos referentes al m a n d o del ejército aliado i adición al de subsidios p a r a la guerra. LEGACIÓN E S T R A O R D I N A R I A DE B O L I V I A E N E L P E R Ú .

Lima, Abril 16 de J879.—Visto el protocolo anterior, apruébase en todas sus partes i dense las órdenes necesarias para su exacto cumplimiento. Comuniqúese i rejístrese. IRIGÓYEN.

LEGACIÓN DE BOLIVIA EN EL PERÚ. XXV. Pide se establezca nn correo m a s entre T a c n a i La Paz.

Lim'i, Mayo 7 de 1879. Señor Ministro: Me es satisfactorio participar a V. E. que he recibido el despacho en que V. E. se sirve participarme que el Excmo. señor Presidente de la República ha aprobado por decreto de G del mes en curso, el Protocolo que firmé con V. E. sobre el mando del ejército aliado a fin de que haya unidad de acción en él. Por el próximo vapor tendré el agrado de poner la comunicación de V. E. en conocimiento de mi Gobierno, suscribiéndome, entre tanto, con las consideraciones de mi particular aprecio, atento i seguro servidor. SERAPIO REYES ORTIZ. Al Excmo. señor don Manuel Irigóyen, Ministro de Relaciones Esteriores del Perú.

LEGACIÓN D E B O L I V I A E N E L P E R Ú . LEGACIÓN ESTRAORDINARIA DE BOLIVIA EN EL PERÚ.

Lima, Abril H de 1879. Señor Ministro: Hace mucho tiempo que se deja sentir la necesidad para el comercio, cada dia mas creciente, que sostienen Bolivia i el Perú, por la via de Tacna, del establecimiento de un correo mas entre esta última ciudad i la de La Paz. Esa necesidad sube ahora de punto con motivo de la guerra que ambas naciones sostienen contra Chile i que demanda mas actividad en la correspondencia. Fundado en estas consideraciones, cuyo desarrollo i alcance no pueden ocultarse a la penetración de V. E., i en cumplimiento de instrucciones que he recibido hoi de mi Gobierno, me permito insinuar a V. E. la conveniencia de establecer dicho correo bajo las mismas condiciones que el que hai establecido desde tiempo inmemorial; esto es, contribuyendo las respectivas administraciones con treinta i seis soles cada una por cada viaje. De este modo, Excmo. señor, la comunicación que llega a Tacna del Norte i del Sur, en los vapores del sábado i domingo, marcharía a su destino el lunes, sin sufrir el retardo que hoi esperimenta hasta el jueves de cada semana en que sale dicho correo. Esperando que esta indicación halle una favorable acojida en el ánimo del ilustrado Gobierno de V. E., me es grato ofrecerle los sentimientos de mi distinguida consideración i' particular aprecio. Z . FLORES. Al Excmo. señor don Manuel Irigóyen, Ministro de Relaciones Estertores del Perú.

Lima, Mayo 9 de 1879, Señor Ministro: Me es satisfactorio participar a V. E. que he recibido el despacho en que V. E. se sirve participarme que el Excmo. señor Presidente de la República ha aprobado el Protocolo que tuve la honra de firmar con V. E. el 7 del mes en curso, adicionando el de subsidios celebrado el 15 de Abril último. Sírvase V. E. aceptar las espresiones de mi alta consideración i particular estima. SERAPIO R E Y E S O R T I Z . Al

Exorno, Perú.

señor Manuel Irigóyen,

Ministro de Relaciones Esteriores del

CONSULADO DEL PERÚ EN ANTOFAGASTA. XXVIII. D a cuenta de la situación política. CONSULADO DEL PERÚ E N ANTOFAGASTA.

Antofagasta,

Febrero 19 de 1879.

Señor Ministro: Desde el 14 del actual, en que se realizó la ocupación de este puerto, solo merecen comunicarse a V. S. los hechos siguientes: 1. ° Se ha ordenado el acuartelamiento dedos batallones de Guardia Nacional de a 500 plazas cala uno;


GUERRA DEL

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2. So ha dispuesto la continuación de la línea telegráfica hasta el pueblo de Caracoles i la colocación del cable sub-marino i del telégrafo terrestre, según convenga entre este puerto i la caleta de Chañaral; 3. Se ha destacado una guarnición de 5 0 hombres para la vijilancia de Caracoles, ocupado también sin desgracias; i 4. ° Marchan por este vapor mas de 2 0 0 emigrados bolivianos, entre los que figura gran número de los antiguos empleados públicos. Respecto de este Consulado, no tiene hasta ahora noticia oficial del nuevo estado de cosas, i espera como lo tiene manifestado a V. S. las instrucciones superiores del señor Ministro de la República residente en La Paz i las supremas que V. S. tenga a bien comunicarle. Dios guarde a V. S., señor Ministro. c

c

MANUEL

M.

SEGUIN.

PACIFICO.

racoles una montonera capitaneada, según unos, por el doctor Cabrera, i según otros, por don Juan de Dios Rivera Quiroga, montonera cuyo asiento es el pueblo de Calama i a la cual se atribuyen los asesinatos de los ciudadanos chilenos Leonardo Vallejos i N. Reyes, declarados prisioneros de guerra, i mandados internar a Lipe, en cuyo camino se dice fueron victimados. Me ha de conceder V. S. el término de la distancia para rectificar estos hechos hasta ahora dudosos. Finalmente, han mandado a Caracoles al 2. ° de línea i al señor Comandante en Jefe de las fuerzas espedicionarias i regresado de allí a este puerto la fuerza de artilleros navales que fué enviada en los primeros dias de la ocupación. Dios guarde a V. S., señor Ministro. MANUEL M.

SEGUIN.

Al señor Ministro de Relaciones Estertores de la República.—Lima.

Al señor Ministro do Relaciones Esterioros de la República.—Lima. CONSULADO D E L P E R Ú E N ANTOFAGASTA. CONSULADO D E L P E R Ú E N ANTOFAGASTA.

Antofagasta, Febrero 23 de 1879. Señor Ministro: Del 15) del corriente, en que di a V.S. cuenta de la situación política do este Litoral, al presente han ocurrido los siguientes hechos notables: 1. Principia el alistamiento de las Guardias Nacionales i se ha ordenado por la autoridad la fijación de los respectivos carteles de llamamiento; 2. ° Se han iniciado los trabajos de prolongación i establecimiento de líneas telegráficas terrestres a que hice relación en mi oficio del 1 9 ; 3. Se ha reforzado i dotado de alguna artillería la nueva guarnición de Caracoles; 4. ° Se ha ocupado el puerto de Mejillones en la misma forma que éste; 5. ° Se ha estacionado en Cobija el blindado de la escuadra chilena Blanco Encalada; 6. ° Se ha fijado un cartel señalándose como juez competente para la tramitación de los pedimentos de minas al señor don Tclésíbro Mandiola, cuyo despacho se encuentra en la calle de Santa Cruz, número 1 1 5 ; 7. ° Se ha celebrado un meeting popular, cuyas conclusiones so reducen al aplauso i ofrecimiento de apoyo al Gobierno para que (son palabras tcstuales) el Litoral ocupado no vuelva a ser boliviano, i cuya acta se ha remitido al Supremo Gobierno de Santiago; 8. ° Han visto la luz dos periódicos, E L CATORCE DE F E BRERO i L A Voz D E C H I L E , i a fin de que V. S. juzgue de su espíritu, le remito el 2. ° número del primero i el 1. ° del último, pues el de aquel se agotó en el círculo oficial; 5). ° Continúa la emigración boliviana; hoi deben salir mas de 1 0 0 , entre ellos el antiguo administrador i empleado de esta Aduana. El Cónsul que suscribe continúa en la misma ignorancia oficial. c

c

Antofagasta, Marzo 12 de 1879. Señor Ministro: El número 8 de E L CATORCE DE F E B R E R O , periódico de esta localidad que debidamente marcado acompaño, dará a V. S. conocimiento de los decretos espedidos por el Excmo. Gobierno de La Paz a consecuencia de la ocupación por fuerzas chilenas de este puerto, el de Mejillones i el mineral de Caracoles. La impresión, aunque en estremo defectuosa, es la mejor que ha podido obtenerse, como lo juzgará V. S. por la advertencia que abre la inmersión de esos importantes documentos. En el distrito consular de mi cargo merecen mencionarse como acontecimientos de la actual situación: 1. ° La llegada de los señores Ministro de la Guerra coronel don Cornelio Saavedra i Contra-almirante don Juan W i lliams Rebolledo, con sus respectivos acompañamientos en la mañana de hoi, para dirijir el primero las operaciones militares, i encargarse el segundo del mando en jefe de la escuadra; 2 . ° El arribo de algunos voluntarios enganchados últimamente en la costa del Sur para completar el 3. batallón de línea; 3. ° Se da al acontecimiento, aun no comprobado, de los homicidios realizados en Calama, la versión de un combate emprendido a causa de pretender los chilenos introducir ganado a Caracoles e impedirlo los bolivianos a título de justa represalia de la orden comunicada a Dorado Hermanos i que ya he puesto en noticia de V. S.; 4. ° Continúa con actividad la instrucción de los nacionales nuevamente alistados i organizados; 5. ° Se ha procedido ayer a limpiar los fondos del blindado Cockrane por medio de buzos i ordenado que permanezca constantemente a media máquina durante la noche; i 6. ° Se han principiado los trabajos para la prolongación del cable sub-marino. El Cuerpo Consular continúa oficialmente ignorante de los cambios políticos i de las operaciones militares. Dios guarde a V. S., señor Ministro. CR

Dios guarde a V. S., señor Ministro.

M A N U E L M.

M A N U E L M.

SEGUIN.

SEGUIN.

Al señor Ministro de Relaciones Estertores de la República.—Lima.

Al señor Ministro de Relaciones Estertores de la República.—Lima. CONSULADO D E L P E R Ú .

CONSULADO DEL P E R Ú E N A N T O F A G A S T A .

Antofagasta,

Marzo 9 de 1879.

Señor Ministro: Desde la fecha de mi última comunicación a ésta, solo pueden merecer la superior atención de V . S. los hechos siguientes: l. Los trabajos de prolongación de la línea telegráfica entre este puerto i ePpueblo de Caracoles, han avanzado desde el Carmen Alto hasta Punta Negra, de manera que ocho dias después de lechada esta comunicación estará, a juicio de los intelijeutes, del todo establecida la correspondencia; 2. Se lia organizado definitivamente la Guardia Nacional de Caracoles i se juzga probable su aumento en dos compañías sobre las llamadas al servicio en vista del entusiasmo de los pobladores; 3. ° Se juzga fundada la noticia de haber aparecido en Cac

c

Antofagasta, Marzo 15 de 1879. Señor Ministro: El número 1 0 de E L PUEBLO C H I L E N O , periódico de esta localidad, que adjunto a V . S., debidamente marcado, i el B O L E T Í N del mismo, repartido a última hora, impondrá V . S. de la verdadera situación actual. A los detalles casi completos que dan esas publicaciones, debo agregar únicamente que la marcha precipitada de algunas fuerzas i aun de los jefes superiores, hacen presumir i convierten en rumor público la existencia de algunas fuerzas bolivianas en el distrito de Calama. Dios guarde a V . S., señor Ministro. M A N U E L M.

SEGUIN.

! Al señor Ministro de Relaciones Estertores de la República.—Lima.

|


DOCUMENTOS

CONSULADO D E L P E R Ú .

Antojagasta, Marzo 2J de 1879. Señor Ministro: Los números 1 5 , 1 6 i 1 7 de E L P U E B L O C H I L E N O , periódico de esta localidad, que debidamente marcados acompaño, darán a V. S. conocimiento de las últimas disposiciones adoptadas por las fuerza do ocupación i autoridades constituidas en virtud de ella, A esas noticias debo agregar: 1.'' Que el cable sub-marino funciona entre este puerto i el de Valparaíso por medio de aparatos provisionales colocados, según unos, a bordo i según otros, en la parte de playa dominada Punta Blanca, pero no se han entregado aun al uso del público.—2." Que en el vapor Itata, llegado del Norte en la mañana del 2 2 , vinieron cerca de trescientos ciudadanos chilenos conducidos i rejentados en Iquique por el señor Sancho para engrosar las filas del Batallón 3. ° , i que, en menor escala, sucede lo mismo en todos los vapores.—3. ° Que la jurisdicción parroquial propia ha sido anulada en virtud de las facultades, franquicias i atribuciones privativas otorgadas a los capellanes del ejército por los R . R . obispos de Concepción i de la Serena, lo cual ha oríjinado el retiro del cura de Caracoles i hace próximo el del de este puerto.—4. ° Que la orden de ocupar militarmente los pueblos de Calama i Chinchín fué dada a la vez que la relativa a los puertos de T o copilla i Cobija, i según las mas justas probabilidades debe haberse librado ya en aquellos un combate entre las fuerzas de aquí destacadas i las irregulares que allí existen al mando del señor prefecto Zapata. La política que hasta lioi hacia lujo de publicidad, empieza a tocar en el estremo de lo misterioso; prensa i autoridades rivalizan en celo para velar los mas perceptibles movimientos, i se ejerce fiscalización escrupulosa sobre todos los actos i personas i muí especial en la oficina de correos convertida casi en arma de guerra, en observatorio político. Dios guarde a V. S., señor Ministro. MANUEL M.

CONSULADO D E L P E R Ú .

Antofagasta, Marzo 26 de 1879. Señor Ministro: El número 1 8 de E L PUEBLO C H I L E N O , que debidamente marcado remito junto con el presente oficio, instruirá a V. S. de los mas notables acontecimientos realizados en los últimos días. A la ocupación de Cobija i Tocopilla, a título de represalia tomada de los decretos de espulsion i confiscación de bienes espedidos por el Excmo. Gobierno de Bolivia, ha seguido la tomaba mano armada de Calama, como principio de la invasión del territorio extranjero, según lo declara el Comandante Jeneral de Armas en la proclama que dejo marcada en el impreso con el número 1, i la invasión atentada, no a la posesión del territorio como medio de hostilidad o como recurso estratéjico, sino a la misma soberanía inmanente del estado enemigo, porque el vencedor ocupa en lo civil las plazas que toma i abroga de hecho las leyes nacionales, como las verá V . S. en el acápite de la proclama, signada con el número 2 , i que dejo encerrado en paréntesis. Ante hechos de tal gravedad parece que la guerra se cambia en conquista, i ese mismo sello llevan todos los actos oficiales que se refieren a los pueblos últimamente guarnecidos en el litoral por fuerzas chilenas. Dios guarde a V. S., señor Ministro. MANUEL M.

oficio del señor Ministro Plenipotenciario de la República, residente en La Paz, al que vinieron adjuntos mi patente i el exequatur a ella otorgado por el Supremo Gobierno de esta nación. I Tan luego como fué posible contestar la citada comunicación, ; manifesté a S. S. que, según el artículo ?¡S del reglamento vijeni te, el exequatur debía ponerse en conocimiento de la autoridad j local i de los demás cónsules estranjeros residentes eu el dis| trito, etc.; que, a mi juicio, el acontecimiento del dia tras , anterior hacia inevitable consultar como caso de escepcion ¡ las circunstancias muí notables de haber sido violentamente destituida la autoridad emanada del mandatario suprema que espidió el exequatur i haberla reemplazado uno de los antiguos cónsules. ! A mi juicio, señor Ministro, existia en favor de la inmediata ! i ritual publicación del exequatur la muí poderosa razón de la ignorancia oficial; pero contrapezada por dos razones igualmente poderosas i dignas de tenerse en cuenta, la política que proviene de la inconveniencia de incitar el primer conflicto en el momento mismo de la alarma i la legal de proceder la verdadera jurisdicción de los cónsules, no de quien los instituye sino de quien los admite i darse el caso de estar también desconocida ! la de éste. i Piepito, pues, a V. S., para resolución suprema, la conducta | ya elevada a la consideración superior. | Dios guarde a V. S., señor Ministro. | MANUEL M. ! I Al señor Ministro de Relaciones Esteriores de la República.

SEGUIN.

Al señor Ministro de Relaciones Esteriores de la República.—Lima.

XXIX.

SEGUIN.

XXX. D a c u e n t a d e s u c o n d u c t a el d i a 1 4 d e F e b r e r o i o f r e c e pruebas. CONSULADO D E L P E R Ú .

SEGUIN.

Al señor Ministro de Relaciones Esteriores de la República.—Lima.

17

INÉDITOS.

Antofagasta, Marzo 9 de 1879. Señor Ministro: La ausencia del señor coronel don Emilio Sotomayor, Comandante en Jefe de las fuerzas de Chile que espedicionan sobre este Litoral, retardará hasta el correo próximo la vindicación documentada que debo ofrecer a V. S. de mi conducta durante la mañana del 1 4 de Febrero último; vindicación que hasta hoi creí innecesaria, pero que la orden de V. S. me impone toda vez que se ha servido elevar al terreno oficial un hecho que, por su naturaleza, tenia solo el carácter de error voluntario o producido por la ofuscación de los primeros momentos. Mientras la palabra del señor coronel Sotomayor presta autoridad a la mia, ruego al señor Ministro se digne aceptar las siguientes declaraciones, en cuya veracidad comprometo mi carácter oficial, por sí mismo respetable: 1. La bandera de la República no se izó en edificio público alguno sino en el domicilio privado que fué necesario ocupar para dar alojamiento a los señores ciudadanos de Bolivia que creyeron necesario pedirlo para su mayor seguridad; i 2. Ni oficial, ni extra-oficialmeute ha mediado incidente alguno entre el señor coronel Sotomayor i el Cónsul del Perú que da a V. S. cuenta de su conducta. Dígnese V. S. concederme el término de la distancia para remitirle el testimonio del jefe chileno a quien alude, i honrarme con la seguridad de que he respetado como debo el dignísimo cargo de que sin merecimiento alguno de mi parte fui investido por el Supremo Gobierno, i que, acatando las órdenes de V. S., seré siempre celoso del buen nombre de la República en sus relaciones con los estarlos vecinos. Dios guarde a V. S., señor Ministro. A

A

MANUEL

M . SEGUIN.

Al señor Ministro de Relaciones Esteriores de la República.—Lima.

Consulta acerca de la publicación de un exequátur. CONSULADO D E L P E R Ú

E N ANTOFAGASTA.

Antofagasta, Febrero 19 de 1879. Señor Ministro: El 16 del actual, dos dias después de haberse cambiado la situación política de este puerto, tuve el honor de recibir un TOMO

III—3

CONSULADO DEL P E R Ú .

Antofagasta, Marzo lo de 1879. Señor Ministro: En el término de la distancia, como ofrecí a V. S., le remito orijinales los documentos que demuestrau la inexactitud de los


GUERRA DEL

18

de los ciudadanos peruanos que desean repatriarse, en vista de una orden que pedimos a Ud. de darnos, cuando se sepa, el número fijo de pasajes. Los boletos se espedirán en series de cinco o diez personas, así es que solicitamos de Ud. se sirva nombrar uno para recibir los diferentes boletos i ver que los pasajeros estén reunidos a bordo del vapor en una parte, para facilitar la entrega de los boletos i confrontación por los contadores. Sus atentos i seguros servidores.

cargos a que V, S. se refiere en su estimable oficio fechado el 28 del anterior. Me lisonjea la esperanza de que V. S. vea en esas pruebas la completa abstención del Cónsul que suscribe, en su carácter oficial, en ¡os sucesos últimos. Dios guarde a V. S., señor Ministro. MANUEL

M.

SEGUIN.

PACIFICO.

(1)

AI señor Ministro de Relaciones Esteriorcs de la República.—Lima.

Firmado.—FOSTER I CA.

XXXI. XXXII.

D a c u e n t a de las m e d i d a s a d o p t a d a s en c u m p l i m i e n t o del artículo 3 2 0 del R e g l a m e n t o Consular vijente.

Solicita

instrucciones respecto del uso del sub-marino.

CONSULADO DEL P E R Ú .

Antofagasta, Marzo lo de 1879. Señor Ministro: Fruto mas bien de la ignorancia, que ha creado un conflicto incomprensible para las personas ilustradas, pero no por eso menos real entre las de esa condición, ha sido el retiro inmediato de Carmen Alto i otras oficinas, de los pocos trabajadores peruanos que existían en ellas, i su resistencia absoluta para continuar en sus faenas, a título de hostilidad por parte de los jefes, i de un absurdo estado de beligerancia entre nuestro pais i la República de Chile, nacionalidad de la mayor parte de los operarios. El Cónsul (pie suscribe ha agotado los medios de persuacion i procurado esplicar con la mayor claridad i sencillez posibles a aquellos ciudadanos su lejítima condición de jornaleros, ajenos a los cambios políticos, mientras no deban seguir la suerte de la patria, fijada por sus poderes públicos. He debido convencerme al fin de que era preferible adoptar una medida salvadora, a correr el peligro probable de una lucha de tristes consecuencias entre nacionales de dos estados, que hoi mas que nunca deben evitar todo motivo de desavenencia; i de acuerdo con el artículo 2 2 9 del Reglamento Consular vijente, dirijí al representante de las Compañías de Vapores el oficio que acompaño en copia número 1, recibiendo en contestación el que aparece signado con el número 2 . Desde entonces acá, he dado órdenes para la rebaja de dieziseis pasajes en cubierta i uno en cámara hasta el puerto de Iquique, i uno de la primera condición al de Tocopilla. Como no puedo aun dar por terminada esta medida, reservo para cuando así suceda, rendir a V. S. cuenta documentada del número de rebajas concedidas, i me limito por ahora a solicitar la aprobación suprema de este arbitrio empleado con verdadera urjencia i en guarda de la tranquilidad nacional. Dios guarde a V. S., señor Ministro. M A N U E L M.

SEGUIN.

Al señor Ministro de Relaciones Esteriorcs de la República.—Lima.

COPIA N Ú M . 1. CONSULADO DEL P E R Ú .

Antofagasta, Marzo -J de 1S79. Señor Ájente: Siendo necesario repatriar ochenta o mas ciudadanos, propongo a Ud. se sirva hacer en su pasaje la rebaja que se acostumbra al Gobierno del Perú i lo espero así de las mui íntimas i cordiales relaciones de esas Compañías con el Gobierno de la República, que siempre les ha prestado la protección que merecen. Dios guarde a Ud. Exacta. MANUEL M.

SEGUIN.

Al señor Ájente de la Compañía de Vapores.

CONSULADO D E L P E R Ú E N ANTOFAGASTA.

Antofagasta,

XUM.

2.

Señor Cónsul Jeneral del Perú. Señor: En contestación a su nota oficial de hoi. tenemos que decir a Ud. que liaremos la rebaja de 2 5 por ciento sobre los pasajes (!) Los documentos orijnaks a que se refiere la presente nota, figuran en el ton:ü I, p;ijina "201.

Marzo 26 de 1879.

Señor Ministro: El 2 0 del actual fué posible establecer la comunicación telegráfica sub-marina entre la estación de Peñas Blancas, situada a una milla de este puerto i los de nuestra República i de Chile. De aquel lugar comuniqué a S, E. la acción de Calama i participé al señor Ministro Lavalle la posibilidad de impartirme sus órdenes en tan breve término; pero como en estos días debe quedar definitivamente instalada la oficina en este lugar, solicito de V. S. las instrucciones necesarias para el uso del cable sub-marino i pago de despachos, así como también la clave o formularios de abreviaciones que en estos casos se acostumbran para consultar la economía. Dios guarde a V. S., señor Ministro, M A N U E L M.

SEGUIN.

Al señor Ministro de Relaciones Estertores de la República.—Lima.

XXXIII. Iuforme

acerca de la acción de

Calama.

CONSULADO D E L P E R Ú .

Antofagasta,

Marzo 26 de 1879.

Señor Ministro: Los dos boletines de los dos periódicos aquí existentes que acompaño i en uno de los cuales se inserta el parte oficial auténtico, dará a V. S. noticia del primer hecho de armas que ha tenido lugar entre la división de operaciones chilena i una fuerza irregular boliviana. Así corre lo sucedido en los círculos oficiales, sin que hasta ahora se dé publicidad al parte detallado que con avidez exijen ejército, prensa i público. Siñéndome a ellos, dije a S. E., por cable el 2 4 : "Tomado Calama; combate lijero." El silencio ha abierto, como es natural, el campo de las investigaciones a la actividad privada i parece averiguado que la | acción de Calama fué verdaderamente desastrosa para las fuerzas invasoras. Sin garantizarlo completamente, puede dar a V. S., los siguientes datos el doctor don Ladislao Cabrera, i mas tarde el antiguo prefecto señor coronel Zapata del Litoral i algunos patriólas: ahondaron pozos, levantaron parapetos i resolvieron resistir a las fuerzas espedicionarias; eran 2 0 0 hombres, en cuyo J armamento apenas se contaban 5 0 rifles del sistema moderno. | Hace algunos dias fueron notificados por el parlamentario ! Speche para retirarse i contestaron estar dispuestos a la resis! tencia. ¡ En la mañana del 2 3 , el Comandante Jeneral de la división de operaciones, coronel don Emilio Sotomayor, se presentó al fren, te del 2. batallón de línea, una compañía de Cazadores de a caballo, i una brigada de Artillería compuesta en su mayor : parte de ametralladoras, i mas de 5 0 0 voluntarios que siguie: ron a la división desde Caracoles. El combate empezó con igual encarnizamiento, i el batallón 2. quedó en cuadro, volteando cara los Cazadores. Entonces el Comandante Jeneral retiró sus . fuerzas i dejó obrar a la Artillería, convenientemente colocada, . i que no tardó en incendiar el pueblo. Se han visto las llamas ! de considerable distancia. El ataque se renovó sobre los defeu1

c

COPIA

telégrafo

c


DOCUMENTOS

sores de Calama, ya diezmado por la metralla, i aun así fué necesario el ausilio de los voluntarios prácticos de ese terreno para dar término a la acción con sus puñales. La toma de Calama ha sido, pues, a lo que parace, costosísima, i apenas se calcula en 2 0 el número de bolivianos salvados. Daré a V. S. los demás pormenores que sobre este hecho de armas adquiera. Dios guarde a V. S., señor Ministro. M A N U E L M.

SEGUIN.

Al señor Ministro de Relaciones Esteriores de la República.—Lima.

XXXIV. D a c u e n t a del a t a q u e al Consulado p o r el pueblo d e Aiitofagasta. CONSULADO J E N E R A L D E L P E R Ú E N E L LITORAL D E B O L I V I A

Antofagasta,

Marzo 28 de 1879.

Señor Ministro Plenipotenciario: Anoche, a las 11.20 P. M., principiaron a oirse repetidos disparos de artillería gruesa hechos de a bordo, i pocos momentos después las campanas de las iglesias i la Capitanía del Puerto tocaban a rebato i la plebe pidiendo armas se precipitaba a la calle a la carrera, en tumnltosos grupos; algunos tacos incendiados, que entonces se tomaron por proyectiles, cruzaban sobre los techos de madera de la población i los depósitos de salitre de la playa, i todo era desorden, espanto i desconcierto; principiaron las familias a parecer en demanda de los cerros como único refujio, i nadie se daba cuenta de lo que estaba pasando, ni aun los jefes superiores que buscaban en esos momentos la mejor manera de reunir a su tropa i oficiales diseminados en las calles. A poco circuló, con la velocidad que sucede cuando todos están ansiosos de una esplicacion cualquiera i prontos a cojer lo que se ofrezca, la voz de que nuestra escuadra habia sorprendido a los buques en esta bahía i les daba batalla. Propagarse el rumor i lanzarse la turba en el mas violento grito de indignación sobre el Consulado, fué obra de un momento. A los gritos muera el Perú, a matar al Cónsul i todos los peruanos, fueron rotas las puertas, vidrieras de las ventanas de la casa, separados de su lugar i hechos pedazos el Escudo Nacional, i la multitud penetró hasta mi dormitorio buscándome. Creí prudente retirarme a las piezas interiores en compañía del ciudadano peruano don Emilio Sanford E., su esposa i su hija de un año, a quienes tenia hospedados desde días anteriores. Allí, en medio de las angustias de aquella familia, permanecí cerca de 15 minutos, hasta que prefiriéndolo todo a la incertidumbre salí por la puerta reservada, de la casa que da al mercado en compañía del señor Sanford Eldredge, el que no me abandonó un momento, i después ocupamos hasta las 12 M. una de las tiendas próximas. Ya entonces se habia presentado en la casa consular el señor gobernador Zenteno, el señor coronel Valdivieso, comisionado por el señor Ministro de la Guerra, i algunos otros, acompañados de una guardia que se colocó en la puerta. Por ellos supe después que la alarma que hubo de costarme la vida i la del señor E. S. Eldredge i su familia, fué orijinada por el permiso dado al señor comandante de la cañonera Magallanes para tocar zafarrancho i hacer ejercicio de fuego en altas horas de la noche, orden que quedó completamente desconocida del Jefe de Estado Mayor, Gobernador, Comandante de policía, i en jeneral de autoridad del pueblo. Hé comunicado lo sucedido por el cable a S. E. i lo pongo en conocimiento de V. S. para que determine, como superior mas próximo, lo que crea conveniente en la escepcional situación i crea conveniente en la por estos acontecimientos. Mientras me es concedida la superior resolución que reclamo, he dispuesto que una insignia del Consulado, como manifestación de que no he abandonado mi puesto cediendo a las exijencias tumultosas de la plebe, permanezca, a falta de escudo, constante izada la bandera nacional. Sírvase V. S. aprobar este procedimiento. Dios guarde a V. S., señor Ministro. M A N U E L M.

SEGUIN.

Al señor Ministro Plenipotenciario del Perú en Chile.—Santiago.

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INÉDITOS.

XXXV. Esplica su conducta con documentos. CONSULADO D E L P E R Ú . ( I )

Antofagasta, Marzo 31 de 1879. Señor Ministro: Cónsul del Perú en el lugar que ha sido i continúa siendo centro de la acción revendicadora de Chile, vi llegar un momento en el cual, en guarda mas del decoro nacional que de mi propia existencia, tuve que solicitar mi retiro como único medio de conservar incólumes los fueros i prerogativas de aquel puesto sostenido hasta entonces, solo a merced de constantes luchas i de arbitrios tan escepcionales como la situación. S. E. el Presidente accedió a aquel pedido que era mi último recurso, i al presentarme a V. S. por orden suprema debo hacerlo con la esposicion fiel detallada i comprobada de cuanto a pasado i cuanto he hecho, a fin de que tenga V. S. i tenga el país verdaderos datos para juzgarme i conforme a ellos será mi conducta aprobada o se declare mi responsabilidad como miembro del cuerpo consular del Perú, residente en el estranjero. Obligados estamos todos los que tenemos el honor de aceptar cualesquiera de las categorías que el reglamento consular espresa a conocer la teoría i la práctica del derecho de jentes i mas que ellas las disposiciones reglamentarias que especialmente norman los procedimientos de los ajentes consulares, i ceñirnos en todo a esas leyes de la institución, pero ellas mismas nos dejan campo discrecional i acción propia responsable cuando los hechos trastornan la naturaleza de las relaciones normales i la política se estravía hasta hacer inaplicables los principios e insuficiente la teoría jeneralmente aceptadas. Usé, señor Ministro, de ese derecho en mas de una ocasión, i asumo la responsabilidad de aquel uso, hoi que las circunstancias dejan vacante, hacen imposible su puesto que la nación creó en guarda de sus intereses que yo he mantenido sin escusar sacrificio i que el Gobierno de Chile no ha querido o no ha podido hacer respetar ni su ejército ni su pueblo debe quien tuvo el honor de desempeñarlo presentar cuenta estrecha i cabal de sus actos. Cierto es que V. S. tiene como espresa tácitamente aprobados gran parte de los mui oportunamente sometidos a su superior juicio i aun alguna vez he presentado pruebas innegables de mi circunspección atacada por la calumnia, pero es en mi sentir preferible hacer en la última esposicion el resumen de las anteriores, i va V. S. a permitirme que lo formule completamente. Distingue i especifica el derecho de las naciones sus dos estados definidos, el de paz i el de guerra i cabe dentro de cualquiera de ellos un proceder esceuto de incertidumbres anteriormente fijado i que solo exije el conocimiento cabal de la teoría i la práctica consulares; pero el estado misto, ambiguo, la situación caprichosa de dos naciones impuesta por alguna de ellas fuera de lo establecido levantan un cúmulo de facultades nuevas a las que solo puede buscarse solución acudiendo a la fuente primitiva absoluta del derecho i tomando en ellas la luz que nos ofrece la historia, la fórmula que aun no ha consagrado el derecho consuetudinario. La recendicacion, ni como idea ni como palabra pertenece a la jurisprudencia internacional. Su historia la ofrece en las naciones del continente antiguo solo conoce una de las ventajas de la guerra felizmente concluida. Los Estados pierden o recuperan sus provincias según que les es favorable o adversa la victoria, pero sin que ni el caso de romperse las hostilidades por motivo de límites se haya invocado la revendicacion como causa de la declaratoria formal de guerra ni bastado para prescindir de ella. En nuestra América se llamó primero recendicacion al derecho que cree conservar la Metrópoli para volverse a incorporar a sus dominios las colonias de independencia no reconocida, i esa primera invocación no tuvo eco uno en el patriotismo de los pueblos a quienes amenazaba i pasó inolvidado por el mundo civilizado que no dio carta de naturaleza en sus legaciones ni a la frase ni al derecho que se pretendió bautizar con ella. Chile ha hecho de la revendicacion nombre de una facultad retrospectiva por la cual vuelven al estado de territorios que fueron objeto de una cesión convencional cuando el revendicador por su solo juicio declara rota la convención. Nueva t e o (1) Esta nota i las anteriores del mismo autor, se lian publicado estrictamente conforme con los orijinales.


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GUERRA DEL

PACIFICO.

ría, sorprendente el hecho no dejaba a los cónsules de limita- población enteramente ajena a las emerjencias de la guerra ni dísima acción política, órganos de comunicación, a lo mucho, i trastorno alguno i no podía dudarse entre unos i otros. Nadie de sus gobiernos respecto de ciertas autoridades, otra línea de ¡ pensó entonces en censurar ese procedimiento i las autoridades conducta que la espectativa sin innovaciones i a ella adjunté i que luego se establecieron lo confirmaron, haciendo el Consulado del Perú el lugar de sus conferencias con los que habian mis actos, siendo desde el 14 de Febrero mero obrador i dilijente corresponsal de V. S. a quien debia dar i he dado minu- destituido. Sin embargo, he pretendido mas tarde por esas mismas autoridades encontrar allí el oríjen de los últimos escesos ciosos detalles de las operaciones militares i de los cambios políticos que se efectuaban dentro de los límites de mi juris- del populacho para disculparlo. dicción consular. Nada tendría que añadir acerca del hecho misDos dias después de la ocupación debió embarcarse el premo de la ocupación militar si el absoluto desorden de ella, el fecto i los que en tan perentorio término le alejaban pusieron inminente peligro en que puso el respeto i la vida de la auto- a su seguridad precio de honra exijiéndole como indispensable ridad i ciudadanos de Bolivia no me hubiesen impuesto debe- para acordársela hacer el viaje del muelle al vapor, en un bote res de imperiosa necesidad humanitaria i mui acordes, por otra oficial de la marina chilena. El señor coronel Zapata encontró parte, con el lejítimo ejercicio de mis facultades. sobrado duro el rescate de su libertad a vista de un pueblo que debia encontrar en ellos mero motivo de aliento para proseguir Antes de proseguir la narración, creo conveniente consignar que hasta hoi el cuerpo consular acreditado en el departa- la carrerra de sus escesos, i prefirió acudir de nuevo a la hosmento Litoral de Bolivia ha sido espectador de cuanto aconte- pitalidad de nuestra bandera que salvó su vida. Oficial i aun cia, pero no tiene noticia oficial alguna, ni por los jefes de las estra-oficialmente se ha dicho que era innecesaria mi intervenfuerzas que lo ocuparon ni por las autoridades violentamente ción, pero no era yo el llamado a calificarla desde que se acudía a mi solicitándola. Contrariados así los planes de los (pie despojadas. pretendieron coser una pajina de jenerosidad al proceso de El señor prefecto, el señor Comandante Jeneral, los funciosu conducta i fué desde entonces la autoridad, dejó imprurine narios, los hombres todos i personería internacional del sobecuanto procelitismo quiso hacerse para preparar un ataque al rano ante quien fui acreditado, de quien recibí la jurisdicción Consulado, sonrio a los planes que para ello se convinaban, territorial, creyeron entonces necesario ocupar la casa del Cóni observo la neutralidad estricta, i escrupulosa respecto de sus sul, no a título de asilo porque este se solicita contra acción autores considerados como modelo de instituciones patrióticas. autoritativa, sino a título de refujio, porque estaban bajo el El 23 de Febrero fué instruido en altas horas de la noebe, el esdominio de la turba que oprimía, estrechaba i llevaba a su arcudo de la casa consular, i llevando por mi parte, la prudencia bitrio a la pequeña fuerza desembarcada en Antofagasta, no hasta los últimos instantes, traté solo en una conferencia partuvo en esas horas de desborde ni autoridades, ni leyes, ni ticular el réjimen de esos escesos sin encontrar sino una serie garantías; el populacho era de todo arbitrio i le bastaba desear de inculpaciones victoriosamente contestadas i la defensa mal para llevar su mano destructora sobre el objeto de sus deseos encubierta de los culpables. El misterio que rodeó este acontede venganza, a impulso de ese deseo por tres horas omnipotente, cimiento hasta hoi ignorado, me permitió convertirlo en solo de esa facultad asumimada de las masas desencadenadas pa>ra una prueba sobrada elocuente de mi sincero deseo de no llevar solemnidad de la revindicacion i cuyos gritos debían repetir en combustible a la hoguera ya bastante encendida de las pasiones, Santiago como cosa justificativa, como palabra de aliento del de seguir la política correctadora i eminentemente americana plan del Gobierno, cayeron i fueron destrozados los escudos de prescrita i enseñada por el Supremo Gobierno i por V. S. con sinarmas de las oficinas públicas, fué amenazado resueltamente el gular i notabilísimo ejemplo. En medio de esos acuerdos en los prefecto en la sala misma de su despacho i se decretó la muerte cuales fui yo el defensor de la honra chilena, procurando salvardel coronel Valdivieso i de los comisarios Pol i Valverde, a la de los estravíos de su propia plebe, las personas eran tratadas quienes se buscaban sin descanso. La fuerza formada mientras como prisioneros de guerra, cien veces convencidos de la impotanto el cortejo de la multitud ávida de venganza contra la politencia i sujetos al insulto del vencedor, i me fué necesario repacía. En medio de la confusión se invocó, por todos, no mi nombre, triar gran número, estendiendo ese beneficio hasta los ciudadano mi título de Cónsul sino el nombre i el respeto del Perú nos bolivianos, mas inmediatamente amenazados. V. S. sabe que contra esa horda que recorría las calles como un día suyo i a esas repatriaciones sinalas que cada dia se hubieran señalado quien nadie pensaba refrenar por temor de cometer crimen de con un conflicto, no compensado sobre el erario nacional i traleso entusiasmo i la bandera del Perú se alzó como insignia de ducidos solo en dieziseis órdenes de rebaja cuya aprobación civilización i la hospitalidad del Perú se ejercitó amplia e inaun espero, el pueblo todo ha visto acudir en demanda de aucondicional i dispuesta a compartir el riesgo del huespede. El silio a todos los oprimidos al único lugar donde se les prestaba resultado justificó esa medida estrema. La plebe no distingue I sin insultar la desgracia. Cada paso de este guerrero me era conlas especialidades del derecho de oirlo i se retuvo, aunque no tado como un crimen, porque independizaba un esclavo.La prensin rujir, a las puertas donde lo detenia el influjo moral de una I sa inició en público la cruzada que avanza en el terreno de las bandera respetable. La revindicacion aspira a hacerse popular conversaciones, i pidió con pasmosa ignorancia que los cónsuhaciendo de cada uno de sus pasos un día de holganza i liberles en vista de nuestra falta, significación diplomática diératinaje para las turbas i ha adoptado por plan reconocer la mos por concluida nuestra misión. Es decir, se nos exijiera en belijerancia de la plebe cuando amenazara atacar a las autorinombre de nuestro limitado carácter precisamente el acto mas dades o funcionarios señalados a su hostilidad. V. S. verá comtrascendental de las declaraciones oficiales. El reconocimiento probado por los hechos posteriores. Era pues preciso buscar de un orden de cosas que todavía esperaba para establecerse defensa contra ese enemigo cuyo número abruma, cuyas conlas últimas filas de sus soldados puestos en camino. diciones morales no admiten esplicacion ni hace esperar avenencia i no creí interpretar el sentimiento público del país ni Finalmente, el 27 del actual, a las 11.20 P. M., la población estar a la altura del carácter nacional, negando el concurso del Perú a la lucha contra el desenfreno autorizado cometido por fué aterrorizada por incesantes disparos de cañón hechos en la los enemigos, preferí, señor Ministro, que siempre que la his- mar i seguidos bien pronto por disparos de fusilería, toque de toria recuerde tan gravo acontecimiento americano, tenga es- rebato en la capitanía e iglesia i jeneral i desordenado moviplicar la falta de víctimas i ya sigue puesto con oportu- | miento en el puerto. Fué aquella una noche verdaderamente nidad a los escándalos por la influencia bienhechora de nuestra j estraordinaria. Los tacos encendidos volaban sobre los techos patria, tengo que sirve para contraste, que caracterice las í de madera de la población, en cuya playa existen cuatro mil dos nacionalidades el hecho de servir de enseña el pabellón | quintales de salitre. Las familias procuraban favorecerse en los de Chile a las multitudes que gozaban con avara rapidez el | cerros próximos. Las turbas atrepellaban los cuarteles en detiempo de la licencia i tremolar la del Perú sobre el único lu- | manda de armas mientras los jefes reunían a sus soldados, i el gar donde se habian refujiado las garantías amenazadas en \ jerente de la Compañía de Salitre ordenara con gran pérdida todas partes. Los (pie pedían protección eran las autoridades apagar sus máquinas para ponerlas a cubierto de un tiro ene- ' del pueblo amigo a cuya mas estrecha amistad con el nuestro migo. Súbitamente se estendió la voz de que nuestra escuadra estaba obligado de mi encargo, los que hacían necesario esa había sorprendido el puerto i la multitud en masa se precipitó protección eran una multitud irresponsable sin mas carácter a los gritos de matar al, Cónsul i rompiendo las puertas i venque el paseo sobre el lodo de las calles de una bandera recojida tanas i escudo penetraron hasta mi dormitorio deseoso de ventambién en las calles sin mas título que llevar maniatada en gar así el ataque que se creían víctimas. Un cuarto de hora su centro i ensordecida por sus gritos a una pequeña tropa | después el señor gobernador coronel Valdivieso a nombre del enya presencia nadie ni nada podía esplicar en el centro de una í señor Ministro de la Guerra, el comandante de policía i algu\ nos oficiales, colocaron una guardia en el Consulado i por ellos


DOCUMENTOS

21

INÉDITOS.

"Por otra nota que he recibido, i que en copia número 2 r e ­ mito igualmente a V. E., se impondrá que mi Gobierno no ha concedido a ningún ájente diplomático o consular la autoriza­ ción necesaria para estender patentes para navegar. Por consi­ guiente, a pesar de que antes de Noviembre de 1878 algunos cónsules de la República hayan emitido algunas patentes de navegación, el Gobierno de Nicaragua, en virtud de su resolu­ ción de 5 de Noviembre del año próximo pasado, declara nulas todas las que hayan sido espedidas o revalidadas después de la espresada fecha."

supe que todo reconoció como orljen el ejercicio que sin noticia de nadie habia ordenado el comandante de la corbeta O'Iíig­ gins. Debo confesar que las esplicaciones fueron amigables i completas por parte de las autoridades i correspondidas con igual afabilidad, pero nada se hizo, nada se ha hecho hasta ahora para castigar el atentado del que se ha hecho público alarde por sus autores. La prensa guardó a cerca de él silencio de complicidad, i nadie, ni la autoridad misma, dejó reco­ nocer el inminente peligro de un segundo i mejor combinado ataque, que todos los dias me eran anunciados de palabra i por escrito La autoridad talvez personalmente animada de las mejores intenciones, ha trepidado ante la responsabilidad de que se le señale como defensora del pais que se arme contra la revendicacion i ha preferido aconsejar prudencia a desplegar con enerjía sus medios de acción.

Lo que trascribo a V. S. para su inteligencia i fines consi­ guientes, remitiéndole dos copias de los documentos a que se refiere el Cónsul oficiante, debiendo advertir a V. S. que en este despacho se ha acordado no publicar ningún documento relativo a este asunto, por no perjudicar a muchos buques que pertenezcan a peruanos i que indebidamente llevan la bandera de Nicaragua, i poder nosotros, además, aprovechar de esta noticia para hacer las presas que pudieran presentarse.

Roto el escudo, era necesario elejir entre el regocijo público de la multitud que creia haber destruido a un Cónsul con su propia voluntad i mediante una azorada, o la adopción de un arbitrio que mantuvieron visible el imperio de la voluntad del Perú, cuyos ajentes solo de él dependen i ordena que el pabe­ llón nacional permaneciera constantemente izado como protes­ ta contra la espulsion intentada por la plebe, i señal de mi resolución de permanecer en uso de mis prerogativas dejando a la autoridad el cuidado de hacerlo respetar o la vergüenza de abandonarlas en medio de un ejército i a 15 pasos del mas respetable de sus cuarteles.

Dios guarde a V. S. M.

IP.IGÓYEN.

Al señor Ministro de Estado en el despacho de Guerra i Marina.

COPIA NÜM. 1.

Finalmente, señor Ministro, a los primeros rumores de la Managua, Mayo 8 de 1819. declaratoria de guerra, se hizo ya no sostenible mi situación in­ seguro el momento de un ultraje a la bandera de la patria, i pido \ Señor Cónsul de Nicaragua, en Lima. El señor Ministro de Marina me dice lo que sigue: a S E. orden de retiro, en cuya virtud me encuentro a disposi­ ' i H " e recibido la mui aprecia­ble de V. S., fecha de ayer, en ción de V. S . que se sirve decirme que el señor Ministro de Relaciones del Escuso los comentarios, porque deseo que V. S. los haga, Perú se ha dirijido a V. S. preguntándole cuáles sean las con­ partiendo de esta fiel relación de lo acontecido, comprobado diciones que nuestras leyes exijeu para considerar los buques por los documentos que acompaño a este oficio, bajo los nú­ mercantes como pertenecientes a la República, i cuáles los re­ meros 1 i 2. quisitos que las mismas leyes consideran indispensables para Dios guarde a V. S., señor Ministro. que el abanderamiento de los buques estranjeros se considere legal i de buena fe." "En contestación tengo el honor de de­ M A N U E L M . SEGUIN. | cir a V. S. que la República considera como buques de su ma­ Al señor Ministro tic Relaciones Exteriores de la República. | riña mercante únicamente los que hubieren sido debidamente I nacionalizados por acuerdo supremo espedido por este Minis­ I terio." "El abanderamiento de los buques estranjeros se con­ sidera legal i de buena fe, si hubieren obtenido su nacioualiza­ MINISTERIO DE RELACIONES ES­ j cion en la forma indicada." " N o creo demás agregar que los ' cónsules de la República emitieron eu el esterior algunas pa­ TERIORES DEL PERÚ, (i) \ ten tes de navegación antes de Noviembre de 1.878; pero que ¡ por acuerdo supremo de esa fecha les está prohibido emitirlas sin previa autorización. I lo trascribo a Ud. en contestación a su apreciable despacho de 9 del próximo pasado, suscribiéndo­ A c o m p a ñ a c o p i a d e d o s n o t a s d e l g o b i e r n o d e N i c a r a ­ | me su atento servidor.—(Firmado.)—G. L A R I O S .

XXXYL.

g u a , e n c o n t e s t a c i ó n a l a c o n s u l t a <f«e s e i e h a h e ­ c h o s u b r e l a mai­itia n i e r c a u t e n a c i o n a l .

i

Es copia,—J . P. E C H E C O P A B , Cónsul de Nicaragua, Es copia.—El Oficial Mayor.

MINISTERIO D S RELACIONES ESTERIORES. i

E.

LARRABURE I UNÁNUE.

Lima, Junto 1S de 1879. El Cónsul de la República de Nicaragua me dice, con fecha 16 del actual, lo siguiente: "Cumpliendo con lo que manifesté a V. E. en mi nota de 7 de Abril último, puse en conocimiento de mi Gobierno el con­ tenido de las dos preguntas que V. E. se sirvió hacerme, res­ pecto a los requisitos que son necesarios por las leyes de Nica­ ragua para considerar los buques mercantes como pertenecientes a esa República, i los que también son indispensables por di­ chas leyes para que el abanderamiento de buques estranjeros se considere de buena fe, i, por lo tanto, legal.

C O P I A N Ú M . 2. Managua, Mayo 7 de 1819. \ Señor doctor J . P. Echecopar, Cónsul de Nicaragua en Lima, I En corroboración de lo que Ud. dijo al señor Ministro de Pie! laciones Esteriores de esa República al trasmitirle la circular ¡ de esta secretaría, fecha 5 de Noviembre último, se servirá Ud. ' manifestar a ese alto funcionario que el Gobierno de Nieara­ I gua no ha concedido a ninguno de sus ajentes consulares o d ¡ ­ í plomáticos la autorización necesaria­ para estender ¡latentes ! para navegar i que, por tanto, declara nulas todas las que hayan | sido espedidas o invalidadas después del 5 de Noviembre próxi­ I т о pasado.

"En contestación he recibido la nota que en copia número 1 tengo el honor de remitir a V. E., por la cual el señor Ministro de Marina mauifiesta, que la República únicamente considera como buques de su marina mercante los que hubieren sido de­ bidamente nacionalizados por acuerdo supremo espedido por su | secretaría. " I que el abanderamiento de los buques estranjeros se con­ i sidera legal i de buena fe si hubiesen obtenido su nacionaliza­ ción en la forma indicada. í (1) Trascripciones de las notas recibidas ruanos.

de las legaciones i consulados pe­

Soi de Ud. atento seguro servidor.—(Firmado.)—(¿.

LARIOS.

Es copia.—J . P. ECUECOPAR, Cónsul de Nicaragua. Es copia.—El Oficial .Mayor. E.

LARRABURE I UNÁNUE.


22

G U E R R A

DEL

XXXVII. l a I.estación d e l P e r ú e n B u e n o s A i r e s r e m i t e u n c u a d r o d e t a l l a d o d e la e s c u a d r a a r j e n t i n a i a n u n c i a l a opinión del Gobierno arjentino sobre la cuestión de límites con Chile. MINISTERIO D E RELACIONES ESTERIORES.

Lima, Julio 19 de 1879. La Legación del Perú en la República' Arjentina me dice, en oficio reservado de 4 de Junio último,'número 1 0 7 , lo que sigue: 'Acompaño un cuadro que he formado para que V. S. conozca detalladamente el número de buques de que se compone hoi la escuadra arjentina, su armamento i demás detalles. Debo advertirá V. S. que, según los informes que tengo recibidos, los encorazados, por su poco calado, son solo apropósito para defender los rios i costas, i no podrían emprender, sin grave peligro, una campaña en alta mar. "Oportunamente comuniqué a V. S. que las Cámaras habían autorizado al Poder Ejecutivo para invertir hasta cuatro millones de pesos fuertes en la compra de dos encorazados, fusiles i otros artículos de guerra. Tengo noticia, por confidencia reservada de uno de los señores diputados, que S. E. el Presidente no pensaba hacer uso de esa autorización, i que un encorazado que el señor Ministro de Relaciones Esteriores me aseguró CUADRO

DEMOSTRATIVO

DE

PACIFICO.

haberse negociado en Europa, según comuniqué a V. S., seguridad que también dio a las Cámaras en sesión secreta, no había sido comprado, ni existia trato alguno sobre él. El señor diputado a que aludo, se referia al señor Quintana, presidente de la Cámara, muí decidido por el Gobierno i amigo particular de S. E. "Según esos informes i otros que cu el mismo sentido he recibido, S. E. el señor Avellaneda desea la paz a todo evento, al estremo de que si Chile no aceptase las bases de que di cuenta a V. S. al ocuparme de la conferencia que tuve con el señor Montes de Oca el 2 4 de Mayo, talvez irían hasta aplazar, durante algunos años, la cuestión pendiente de límites, como opinaron, entre otros, los señores jenerales Mitre i Sarmiento en la reunión que tuvo lugar en el Ministerio hace algunos dias, i de la que di cuenta a V. S. en nota número 7 2 , fechada en 2 6 de Abril del presente año. "Por separado me ocuparé de la cuestión chileno-arjentina, que he tocado inciden talmente, i de la actitud que, a mi juicio, tomará esta República, con respecto a la guerra del Pacífico." Lo que tengo el honor de trascribir a V. S., remitiéndole copia del anexo de su referencia. Dios guarde a V. S. M.

AI señor Ministro Je Estado en el despacho de Guerra i Marina. LA

ESCUADRA

DIMENSIONES

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a "o Monitor Los Andes Buque jefe de Id. El Plata Cañoneras Id.

escuadra.

Paraná.. Uruguai.

Cañoneros República.... Id. Constitución. Id. Pilcomayo... Id. Bermejo Vapores avisos Id.

IRIGÓYEN.

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V/jilante... Resguardo.

30 30

Lima, Julio 1 9 de 1 8 7 9 . — E s t á conforme. E.

LARRABURE I UNÁNUE, Oficial Mayor.

XXXVIII. Se a n u n c i a la salida de I n g l a t e r r a d e u n t o r p e d i s t a c o n t r a t a d o p a r a Chile.

tierra causar daño a nuestros buques, a fin de que se tomen en los puertos enemigos las precauciones convenientes." Lo que trascribo a V. S. para su conocimiento. Dios guarde a V. S. M.

MINISTERIO DE RELACIONES ESTERIORES.

IRIGÓYEN.

Al señor Ministro de Estado en el despacho de Guerra i Marina.

Lima, Julio 22 de 1S79. El Ministro de la República en Buenos Aires, me dice con fecha 1 8 del mes próximo pasado, lo que sigue: "Persona de mi confianza me asegura haber visto un telegrama en el que se anunciaba la salida de Inglaterra, contratado por el señor Blest Gana para el servicio de Chile, de un individuo que ha descubierto el modo de lanzar torpedos desde la playa con la dirección que quiera i a gran distancia. "Según los datos que se me han suministrado, este individuo cuyo nombre no se menciona, ha Salido dias ha de Londres, pero se ignora si habrá marchado por la via de Panamá o tomado la del Estrecho. Su destino es a Valparaíso. "Aunque los datos son incompletos por no saber el nombre de la persona contratada, ni la via por la que se le ha despachado para Chile, siempre es bueno saber, que pueden desde

XXXIX. £1 Cónsul de G u a t e m a l a c o m u n i c a que su Gobierno h a prohibido espedir patentes de n a v e g a c i ó n en Chile i el Perú. MINISTERIO D E RELACIONES ESTERIORES.

(Reservada). Lima, Julio 31 de 1879. El Cónsul de Guatemala me dice, con esta'fecha, lo siguiente: " H e recibido instrucciones de mi Gobierno participándome que ha prohibido terminantemente al Cónsul de Guatemala en Chile, desde Diciembre de 1 8 7 8 , que espida patentes de nave-


DOCUMENTOS

23

INÉDITOS.

" A escitacion de los señores W . R. Grace i G. envié al se­ gacion con bandera guatemalteca; igualmente se le lia orde­ ñor Cónsul jcneral de la República en Panamá el dia 1. ° del nado a don Carlos Radavero, Cónsul de Guatemala en el Callao, que cursa, un conocimiento del vapor Acapulco por 675 cajas que cancele las licencias espedidas a buques mercantes para el uso de la bandera de Guatemala, no conviniendo en manera cartuchos embarcados por dichos señores i consignados a la or­ den, a fin de que el señor Márquez se sirviera entregar dicho alguna a mi Gobierno que se hagan semejantes concesiones. documento al señor H . Ehrman, caso de ser este señor el ajen­ "Ningún buque, pues, señor Ministro, tiene derecho a llevar la bandera de la nación que represento, i si la llevase será de te nombrado por el Perú para intervenir en los embarques he­ chos en Panamá por cuenta del Gobierno; o si no para que el una manera ilícita i sus patentes serán ilegales i nulas." Lo que tengo el honor de trascribir a V. S. para su conoci­ mismo señor Cónsul jeneral se ocupase en hacer detener dichos cartuchos en el istmo, no obstante que iban consignados al puerto miento i demás fines. \ de Amapola con el objeto de que apareciesen en tránsito, i em­ Dios guarde a V. S. \ barcarios para el Callao en el primer trasporte peruano. M. I R I G Ó Y E N . | "Por este correo, por indicación de los mismos señores, remi­ Al sefior Ministro de Estado en el despacho de Guerra i Marina. ! to al sefior Márquez tres conocimientos del referido vapor Aca­ pulco por varios bultos consignados hasta el Callao i ala orden, endosados en blanco a fin de que si el contenido de dichos bultos IL. se descubre en el istmo i éstos se detengan allí, el señor Már­ quez u otro ájente del Perú se presente con los conocimientos b o s s e ñ o r e s C a n c v a r o e H i j o s solicitan el p a g o d e las para reclamar los efectos i remitirlos después al Callao. comisiones i otros gastos del tránsito de a r m a s p o r " L o que ha motivado mi injerencia en estos asuntos ha sido Panamá. ! un telegrama recibido por los señores W. R. Grace i C. ordenán­ MINISTERIO DE RELACIONES ESTERIORES. doles enviar todo lo que tengan que embarcar por cuenta del Gobierno, por conducto del señor H . Ehrman de Panamá, i Lima, Agosto 18 de 1879. aunque ellos estaban casi persuadidos de la autenticidad de di­ Señor Ministro: cho telegrama, creyeron mas prudente, en resguardo, tanto de De acuerdo con los deseos manifestados por V. S., dimos or­ los intereses del Gobierno como de los propios, enviar los do­ den a nuestros ajentes de Panamá para que entregasen al señor don H enry Ehrman de ese puerto, todos los bultos de | cumentos de embarque por conducto de esta Legación i del Con­ armamento para el Perú que estuviesen en su poder. El señor ¡ sulado jeneral en Panamá, L o q u e tengo el honor de trascribir a V. S. para su intelijen­ Ehrman recibió dichos bultos, pero ha exijido a nuestros ajen­ i tes el pago de todos los gastos de almacenaje i lanchaje de los ¡ cia i fines a que haya lugar. Dios guarde a V. S. mismos, que ascienden a pesos colombianos... S. G84 28 n

n

Mas, premio sobre oro americano 18 i medio por ciento „ S. ,,

Comisión cobrada por nuestros ajentes

M.

12G 59 810

87

420

S. 1230_ 87 Ademas han hecho nuestros ajentes en Panamá los siguien­ tes desembolsos por cuenta del Supremo Gobierno: Pagos de cuenta del ferrocarril de Panamá por almacenaje i embarque del armamento llegado en los buques Crescent, City i Colon, oro ameri­ cano S. 1742 6 4 Menos, entregado por el señor J . A. Miró Quezada ., 1500

Premio sobre oro americano 2 0 por ciento

Orden del señor Miró Quezada Comisión de recibo i envío en Panamá de 45 bul­ tos conteniendo balas para el Huáscar embar­ cados en el Talismán

S. ,,

242

S. ,,

291

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64

48 54 18

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S. 1664 05 , 2 9 1 2 08

Premio 175 por ciento

S.

4576

13

Cuatro mil quinientos setenta i seis soles trece centavos. Rogamos а V. S. encarecidamente se sirva dar las órdenes convenientes, a fin de que a la mayor brevedad seamos reem­ bolsados de esta suma. Dios guarde а V. S. JOSÉ C A N E V A R O

E HIJ OS.

Al señor Ministro de Estado en el despacho de Guerra i Marina.

XLI. E l M i n i s t r o del P e r ú en E s t a d o s U n i d o s a n u n c i a el envió de pertrechos de g u e r r a a P a n a m á . MINISTERIO DE RELACIONES

ESTERIORES.

Lima, Setiembre 11 de 1879. El señor Encargado de Negocios de la República en los Esta­ dos Unidos de Norte América, me dice, en oficio 9 del mes próximo pasado, lo siguiente:

IRIGÓYEN.

Al señor Ministro de Estado en el despacho de Guerra i Marina.

XLII. El M i n i s t r o del P e r ú en B u e n o s Aires a c o m p a ñ a c o p i a valorizada de los buques acorazados, de m a d e r a i a r m a m e n t o q u e se le h a o f r e c i d o e n v e n t a . MINISTERIO DE RELACIONES

ESTERIORES,

(Reservada.) Lima, Setiembre 27 de 1879. La Legación de la República en Buenos Aires, me dice, en comunicación de 29 de Agosto último, número 200, lo que sigue: "En nota de 29 de Julio número 173, de un modo detallado, i el mismo dia por telégrafo, via de Tupiza, comuniqué a V. S. la propuesta que, por conducto de nuestro Cónsul en Rio Ja­ neiro, se hacia para vendernos algunos buques encorazados i de madera. H oi se ha presentado en esta Legación don A ó ­ jelo Razeto, que me dice ser el proponente i que ha venido del vecino Imperio, con el objeto de conocer la respuesta. " M e asegura que los buques son de la marina italiana, que están en Jénova, que los comprará una sociedad particular i los entregará al Perú allí mismo, o en el mar Negro,—i que pueden encargarse de artillar la fragata, poniéndose de acuer­ do sobre los precios de artillería i municiones i demás gastos. "Adjunto encontrará V. S. el valor de cada buque, debien­ advertir que ese señor Razeto, me ha dicho que estaba auto­ rizado para hacer una rebaja de 33 por ciento sobre los precios indicados. " A pesar de mis esfuerzos, no he conseguido que me descu­ bra los nombres de los negociadores, o de la sociedad que compraría esos buques para traspasarlos al Perú. "Aparte de esto, don José Frias, de esta ciudad, me ha ofre­ cido en venta los artículos que constan de la razón que acom­ paño, i en lo que está el precio de cada uno de ellos. "Caso de convenir al Gobierno, sea alguno de los buques, o de las armas, i demás artículos que se venden, ruego a V. S. me lo comunique por telégrafo para contestar a los indicados señores que me han exijido pronta respuesta." Lo que tengo la honra de trascribir a V. S., remitiéndole co­ pia de los anexos i rogándole que se digne comunicarme la solución que se adopte, a fin de trasmitirla a la espresa ' gacion. Dios guarde a V. S. M Al señor Ministro de Estado en el despacho de Guer''


24

GUERRA

DEL

Lima, Setiembre 2 8 de 1879.—Contéstese que esa fragata que vende el Gobierno italiano después de haberle quitado la artillería, debe ser la misma que el señor Canevaro reconoció allí i que por informes secretos que se le dieron es un buque viejo de que quiere deshacerse el Gobierno de aquel reino. Que el señor Ministro sabe que no convendría hacer la compra de semejante nave ni de cañoneras también de esclusion, después de los informes secretos que tuvo el 2.° Vice-Presidente do que aquella fragata no tenia las cualidades que se requieren; i que los demás artículos que se ofrecen en venta, tampoco convendría comprarlos, unos por no necesitarse i otros porque hai modos mas fáciles de adquirirlos, a que se agrega la carencia de recurso para ello. Fecho. A N E X O S A LA NOTA N Ú M E R O

200.

Una fragata con coraza de 120 milímetros de espesor i de 3,975 toneladas i sin armamento Tres cañoneras con coraza de 120 milímetros de espesor i de 642 toneladas, armadas con un cañón rayado Armstrong de 0.22 centímetros de fierro i del peso de 12 toneladas i 3 / 2 0 vale cada una. Dos baterías con coraza de 140 milímetros, de 2,390 toneladas una, i otra de 2,270 toneladas, armadas con 14 cañones rayados Armstrong: 2 de 0.20 centímetros I

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176,000

PACIFICO.

escuadra enemiga, i en que, por consiguiente, es mas apremiante la necesidad de poder disponer de buques poderosos de guerra. Esta terrible noticia, si bien nos consterna, no nos abate, i ayudado por el distinguido capitán de navio señor Muñoz estoi buscando los medios de salvar la situación. Este distinguido jefe, después de haber hecho la entrega del Consulado Jeneral al señor Vivero, me ha pasado una nota comunicándome su resolución de marcharse al Perú; pero yo le he contestado suplicándole que permanezca en Europa, donde sus servicios puedan sernos de grandísima utilidad, pues el Gobierno i yo tenemos absoluta confianza en su honorabilidad, patriotismo i conocimientos profesionales, de lo que tengo pruebas evidentes, pues así lo ha demostrado nuevamente en las distintas comisiones que se le han encomendado, i no dudo que el Supremo Gobierno se dignará aprobar mi conducta respecto al señor Muñoz." Lo que me es grato trascribir a V . S. para su conocimiento i demás fines. Dios guarde a V. S. RAFAEL VELARDE.

,

Al señor Ministro de Estado en el despacho de Guerra i Marina.

23,600

XLIY.

£

fierro

bronce vale cada una.

,360

El ministro del Perú en los Estados Unidos comunica que el señor Lay autoriza al torpedista Haight p a r a que se q u e d e al servicici© d e l P e r ú . MINISTERIO D E RELACIONES ESTERTORES

COPIA.

Lima, Diciembre 4 de 1879.

800 carabinas, según muestra Lindrers, a 3 fr. oro. 3,700 sables a 1.71 fr. oro. 1,000 lanzas a 1.56 fr. oro. 20,000 tiros R,emington a 4 0 fr. oro millar. 700 carabinas Remington a 14 fr. oro. 1,500 a 2,000 quintales carne salada a 1.56 fr. arroba. 170 cajones papel para cartucho a 1.40 fr. oro resma. 1,500 a 2,000 carpas. Buenos Aires, Agosto 29 de 1879. Es copia conforme. OSVALDO IGARZA, Secretario.

XLIIL El Ministro p e r u a n o en Francia esplica el resultado de las negociaciones para la c o m p r a de u n buque blindado.

Con fecha 8 de Noviembre último, la Legación de la República en los Estados Unidos de América, me dice lo que sigue: "Con fecha 6 del corriente mes recibí una nota del señor don Luis E. Márquez, nuestro Cónsul Jeneral en Panamá, fechada 28 de Octubre 1879, en la que me trascribía el siguiente telegrama para su trasmisión: "Lay-Baltic works.—St. Petersburgs. '"' —Russia Can Haight stay in Perú three months longer?— " (Firmado).—Jeneral Prado." "En contestación, sírvase V. S. comunicar a S. E. que el señor Lay dice que, no obstante, necesita mucho los servicios del señor Haight en Rusia, puede quedarse en el Perú, todo el tiempo que lo crea necesario el Gobierno para el servicio de sus torpedos." Lo que trascribo a V . S. para su conocimiento i demás fines. Dios guarde a V . S. RAFAEL VELARDE. Al señor Ministro de Estado en el despacho de Guerra i Marina.

MINISTERIO D E RELACIONES ESTERTORES.

(Reservada). Lima, Noviembre 25 de 1879, La Legación del Perú en Francia, me dice, en nota reservada, con fecha 16 de Octubre, lo que sigue: "En mi precedente oficio reservado de 1. ° del corriente, al final, puse en conocimiento de V. S. que la persona respetable con quien estábamos en negociaciones para la compra de un buque blindado, que en el sentir del señor comandante Muñoz era lo mejor que hasta hoi se nos habia propuesto, me habia asegurado que desgraciadamente ya no era posible continuar tratando el asunto, porque el Jefe del Estado a que pertenece el buque, habia declarado no estar dispuesto a cederlo, por la razón que espuse a V. S. en mi citado oficio. Sin embargo, el mismo caballero me prometió hacer la última tentativa, i que me contestarla oportunamente, en lo que naturalmente consentí; i hace pocos dias recibí de dicho señor el telegrama siguiente: "Regois avis que chose est absolument impossible mille regrets." Por lo visto, ya no hai que pensar en este buque; i V. S. comprende cuál es nuestra aflicción al ver desvanecerse una esperanza (pie teníamos fundados motivos de ver convertirse en una realidad. I nuestro dolor es aun mas considerable en los momentos actuales en que, según dicen despachos chilenos, nuestro intrépido i glorioso Huáscar ha sido capturado por la

XL\ . r

E l M i n i s t r o «¡el P e r ú e n e l B r a s i l c o n t e s t a e l o f i c i o reservado del Ministerio d e Ecuaciones Esteriores d e f e c h a 8 0 d e A g o s t o , N ú i n . 'Mi, i a c o m p a ñ a c o pias de comunicaciones relativas a la oferta d e buques hechas al Cónsul en esta Corte. SECRETARÍA D E RELACIONES ESTERTORES I CULTO.

(Reservada.) Lima, Diciembre 27 de 1879. Tengo el honor de acompañar a V.S. una comunicación de 27 de Octubre último, número 18, dirijida a este despacho por la Legación del Perú en el Brasil, respecto de buques de guerra ofrecidos al Gobierno nacional i sobre cuya materia existen antecedentes en ese despacho. Como verá V. S. en la citada comunicación, de los informes que trasmite nuestro ájente diplomático, resulta que dichos b u ques que pertenecieron a la escuadra italiana, se hallan fondeados en Jénova, i no convienen en manera alguna. Dios guarde a V. S. PEDRO JOSK C A L D E R Ó N . Al señor Secretario de Estado en el despacho de Marina.


DOCUMENTOS

N Ú M . 1 8 — L E G A C I Ó N D E L PERÚ E N E L

INÉDITOS.

25

ñor Muñoz, si no ha llegado a ese puerto, deba arribar próximamente a él. Por si tal sucede, acompaño a V. S. una copia de la oferta hecha por el señor Bazetto, a fin de que V. S. se sirva entregarla al comisionado, el que deberá entenderse en Jénova con el señor Luiggi Coltelletti. Como es posible también, que el señor Muñoz se haya dirijido a Europa, por no encontrar vapor que lo conduzca inmediatamente a Rio de Janeiro, talvez seria oportuno, si V. S. así lo estima, telegrafiar de esa capital a nuestra Legación en Paris, para que ponga los datos mas importantes en noticia del referido señor Muñoz, a íin de no perder tiempo i de evitarle un viaje inútil al Brasil. Si V. S. tiene clave para entenderse con el señor de Goyeneche, el asunto será mas sencillo; pero en caso de no haberla, creo que bastaría indicar la necesidad de partir para Jénova i entenderse en esa ciudad con Coltelletti de la casa fuerte de este nombre. Por mi parte he telegrafiado hoi al Supremo Gobierno por la viadeTupiza, comunicándole las noticias recientemente adquiridas sobre el negocio de que me ocupo; pero, por lo que vengo observando, mi telegrama no llegará a Lima antes de 2 0 días. ¡Ojalá ¡ludiera V. S. hacer llegar al conocimiento del señor Ministro de P»,elaciones Esteriores aquellos datos, antes del tiempo que acabo de indicar. Aprovecho esta oportunidad para reiterar a V. S. los sentimientos de distinguida consideración, con que quedo de V. S., atento servidor.—(Firmado.)—A. V. DE L A

BRASIL.

(Reservada.) Rio de Janeiro, Octubre 27 de 1879. Señor Ministro: Con la fecha del 6 del mes próximo pasado i bajo el número 1, reservada, recibí del señor Ministro Plenipotenciario de la República en el Plata, la nota que acompaño a V. S. en copia anexa, bajo el número 1, a la cual contesté con la que igualmente acompaño a V. S. en copia anexa, bajo el número 2. A principios del mes que corre vino a verme nuestro Cónsul en esta ciudad, don Enrique Harper,i me comunicó el oficio que, con la fecha del 3 del anterior, le habia dirijido al señor M i nistro Plenipotenciario de la República en Francia, i que se servirá V. S. encontrar bajo el número 3 en las copias anexas, i la contestación que daba al propio señor Ministro, que lleva la fecha del 7 de los corrientes, i el número 4 en las copias anexas, suplicándome le franqueara la lista de los buques ofrecidos que el señor de la Torre me habia remitido en copia por haber él enviado a dicho señor a su debido tiempo la lista orijinal; la misma que, bajo recibo, le entregué, i que el señor Harper remitió al señor de Goyeneche, razón por la que no la remito yo hoi a V. S.

TORRE. Por estos documentos vendrá V. S. en conocimiento i se lo trasmitirá al señor jeneral Ministro de Guerra i Marina, de que aquí no hai ni ha habido nunca buques de guerra en venta, ni COPIA N Ú M . 2. blindados ni de madera, que los ofrecidos por el señor don x\njelo Bazetto están en Italia i son unos buques viejos de la marina de Legación del Perú en el Brasil.—Rio de Janeiro, a 10 ese reino vendidos por esa causa, de los que ninguno es blin- ¡ de Setiembre de 1 8 7 9 . — A l señor Enviado Estraordinario dado; que don Anjelo Bazetto, persona desconocida en esta i Ministro Plenipotenciario del Perú en la República Arjentina. ciudad, así como la casa de Coltelletti, de que se imponía ajen- I —Señor Ministro Plenipotenciario: — Con viva satisfacción rete, siguió un viaje para Buenos Aires i no se ha vuelto a oir ! cibí ayer el estimable oficio de V. S., de 6 de los corrientes, signahablar de él aquí; i que todo lo que a los tales buques se refiere es do con el número 1, relativo a la oferta hecha por Anjelo Bazetuna pamplina, con la que no se ha debido nunca ocupar la atento, a nombre de la casa de Coltelletti de Jénova, de una fragata ción del Gobierno, ni distraerla de los muchos e importantísiblindada i varias cañoneras, i al viaje del capitán Muñoz para mos objetos, que, en las actuales circunstancias, tan poderosaexaminarlas, que por telegrama fechado el 1G del último le mente la llaman. anunció a V. S. el señor Ministro de Relaciones Esteriores de la La nota del señor Ministro Plenipotenciario de la República República. No abrigo ninguna duda respecto al puerto adonen Francia al Cónsul de la misma en esta ciudad, me hace sude deba dirijirse el comandante Muñoz, que será seguramente a poner que se esperaba la contestación que éste le diese para Jénova i no a este Imperio, como V. S. lo teme. El comandanmandar al capitán Muñoz a que reconociese los buques en cueste Muñoz hace tiempo que reside en Europa como Cónsul Jetión, i el conocido recto criterio del señor de Goyeneche me neral de la República en Francia, i ha sido encargado de diverhace esperar que en vista de la contestación del señor Harper, sas jestiones para procurarnos buques, así en Italia como en i, sobre todo, de la lista de los buques que yo le entregué para Turquía. Si por equivocación se le hubiese mandado venir al que a aquél remitiese, habrá economizado al digno capitán M u Brasil, con la fecha de 1G de Agosto o antes, ciertamente que ñoz viajes tan dispendiosos como estériles. algo a ese respecto me hubiera dicho el señor Ministro de ReDejo con este oficio contestado el que, con la fecha del 2 0 de laciones Esteriores, pues tengo comunicaciones de S. S. que Agosto, se dignó V. S. dirijirme bajo el número 20, reservado, llevan esa fecha. Además, si se le hubiese ordenado por telédeplorando que no haya nada de serio en la oferta de don Alígrafo el 16 de Agosto que se dirijiese al Brasil, o ya hubiera jelo Bazetto, ni esperanza ninguna de obtener por su intermellegado a esta ciudad, o ya estaria en viaje para ella, siendo, dio buque alguno que, en alguna manera, reemplace nuestro por tanto, imposible detenerlo en su marcha; pero estoi seguro nunca bastantemente deplorado Huáscar. que no será así.—Estas son las razones por la que no he tomaCon todo respeto i consideración repíteme de V. S., señor do medida ninguna respecto al asunto que trata V. S. en el Ministro, mui atento obediente servidor. oficio que contesto. I aunque hubiese querido tomar alguna, no me hubiera sido posible. Cerrado para nosotros el Telégrafo J. A . L A V A L L E . Trasandino, a V. S. le queda espedita siquiera la via de Tupiza Al señor Ministro de Estado en el despacko de Relaciones Esteriores. para comunicarse con el Gobierno, mientras yo tengo solamente la de Europa por Panamá, de donde, como V. S sabe, no hai cable para el Callao.—Pero de todos modos descanse V. S. en COPIA N Ú M . 1. la seguridad de que el comandante Muñoz no vendrá al Brasil, (Reservadas.) i reciba V. S. la del alto aprecio, con que soi de V. S., señor Ministro Plenipotenciario, mui atento i seguro servidor.—(FirLegación del Perú.—Al señor Enviado Estraordinario i mado.)—J. A, L A V A L L E . " Ministro Plenipotenciario del Perú en el Imperio del BraSon copias conformes.—Rio de Janeiro, a 27 de Octubre de sil, don José Antonio Lavalle.—Buenos Aires, Setiembre 6 1879. de 1879.—Señor Ministro.—N.° 1.—El 29 de Julio comuniqué telegráficamente i por correspondencia al Supremo Gobierno la J. MELECIO CASOS, Secretario. oferta que se habia hecho a nuestro Cónsul en Rio de Janeiro Hai un sello. de una fragata blindada i varias cañoneras que se comprometian a entregar en los mares de la India o de Guinea, don AnjeCOPIA N Ú M . 3. lo Bazetto, que asegura haber hecho la oferta deseando conocer nuestra decisión; vino a esta plaza últimamente i entre otros (Reservada.) datos respecto a esos buques, me lia declarado que se encontraban en Genova i pertenecían a la marina italiana. Anoche Paris, Setiembre 3 de 1879. — Señor Cónsul:—El dia de ayer he recibido un telegrama del señor Ministro de Relaciones Esrecibí del señor Ministro de Relaciones Esteriores del Perú un teriores, fechado en Lima en el mes de Agosto, en que testualdespacho telegráfico, por el que me informa que V. S. ha ofrecido menteme dice: " V a Muñoz examinar cañoneras." Parece, pues, al Gobierno un buque blindado i cañoneras, i me recomienda que por haberse hecho la oferta en Rio de Janeiro, se ha creido preguntar a V. S. en qué lugar se encuentran dichas naves para que las cañoneras están por esas aguas; i es probable que el se- hacerlas examinar yo, si lo juzgo necesario.—A consecuencia 1

TOMO III

—4


GUERRA DEL

26

de dicho despacho, dirijí a V. S. el telegrama siguiente:—"Dígame dónde existe oferta V. S. hizo Gobierno. Detalles."—No dudo que se apresurará V. S. a darme los datos que solicito para obrar como convenga.—V. S. comprende que en cuestión tan delicada i de tanta importancia, es necesario, para proceder con acierto, poseer todos los detalles que den una idea clara i exacta del asunto que deba tratarse.—Creo, pues, indispensable conocer el nombre del buque i de las cañonoras i el puerto donde están, sus principales condiciones de capacidad, fuerza de máquina i de artillería, espesor del blindaje, si tiene torres o no, su marcha, si tiene espuela, su precio i estipulaciones del contrato; en una palabra, los pormenores de mayor interés para poder juzgar si son iguales o mejores que los acorazados chilenos,— Agregaré que es de todo punto necesario que dichas naves sean examinadas por los marinos peruanos que marcharán con tal o b jeto al lugar en que se hallaren, i en esa virtud deseo me diga V. S. si tal examen podria efectuarse sin dificultad, es decir, si cuenta V. S. con todas las facilidades para dicho reconocimiento, no solo de la parte natural del buque, sino de su velocidad haciéndolo andar.—Adjunto a V. S. una clave preparada en esta Legación i de que se servirá V. S. hacer uso cuando le sea necesario mandarme algún despacho telegráfico sobre este asunto o cualquier otro relativo a la guerra, pues creo que seria comprometer el éxito de las negociaciones que se entablaren, si continuáramos valiéndonos del lenguaje corriente.—Señor Cónsul del Perú.—Rio Janeiro.—Dios guarde a V. S.—Juan M. de Goyeneche. Es copia conforme el orijinal. A.

ENRIQUE HARPER, ' Cónsul del Perú.

mismo despacho al capitán de puerto de Paita para su mas breve trasmisión por telégrafo al Supremo Gobierno. Dios guarde a V. S., señor Ministro. Luis E.

MÁRQUEZ.

Al señor Ministro de Estado en el despacho de Relaciones Esteriores.—Lima.

TELEGRAMAS.

Panamá,

Mayo 6 de 1879.

Tracy a Vallarino, Cónsul peruano. Trasmito telegrama Paita i carta Lima siguiente. Zoilo Flores, Lima. Salgo diez; mande pasaporte Panamá. ARAMAYO.

Panamá, Mayo H de 1879. Señor Ministro: He recibido i trasmitido & su destino por el cable, el sábado 10 del presente a las 3 P. M. el siguiente telegrama que se sirvió V. S. remitirme con tal objeto. "Hubbe. Box 42. Bayonne. New-Jersey. U. S. Contract forteu. Came with one or more inmediately. Average one every steamer. Contract by mail. GREGORY."

Dios guarde a V. S., señor Ministro.

COPIA N Ú M . 4.

Luis E.

Rio Janeiro, Octubre 7 de 1879. Señor Ministro: Tengo el honor de acusar a la nota de V. E., fecha 3 de Setiembre último, en la que me anuncia V. E. que el dia anterior habia recibido del señor Ministro de Relaciones Esteriores del Perú un despacho telegráfico referente a unos buques que habían sido ofrecidos en venta al Gobierno del Perú por intermedio de este Consulado, i que, en consecuencia, me habia dirijido el siguiente telegrama. "Dígame donde existe oferta V. S. hizo Gobierno. Detalles." Este telegrama no lia llegado a mi poder, por lo que adjunto el correspondiente certificado de este Consulado. Los buques ofrecidos en venta son los que constan de la adjunta lista i fueron ofrecidos por el señor Anjelo Bazetto, el que signió para Buenos Aires para ver si podia ponerse de acuerdo con la Legación del Perú en aquella República; por lo tanto, no hallándose en ésta el señor Bazetto, no puedo dar a V. E . detalles, pero entiendo que ninguno de esos buques es blindado, i también que pertenecieron a la escuadra italiana i se hallan fondeados en Jénova. Es todo cuanto puedo informar a V. E. sobre este particular. Es copia conforme al orijinal. A.

PACIFICO.

ENRIQUE

HARPER,

Cónsul del Perú. A S. E. el señor don Juan M. de Goyeneche, Enviado Estraordinario i Ministro Plenipotenciario del Perú en Francia.—Paris.

CONSULADO JENERAL DEL PERÚ EN COLOMBIA. XLVI. A c o m p a ñ a dos telegramas, a que hace

referencia.

CÓNSUL J E N E R A L D E L P E R Ú E N COLOMBIA.

Panamá, Mayo 7 de 1879. Señor Ministro: Tengo el honor de elevar a V. S. el adjunto telegrama recibido hoi de Nueva York i dirijido por don Carlos Tracy, Encargado de Negocios del Perú en Estados Unidos, al señor Vallarino, nuestro Cónsul en este puerto. He enviado copia del

MÁRQUEZ.

Al señor Ministro de Estado en el despacho de Relaciones Esteriores. — Lima.

XLVIL Anuncia la llegada del " T a l i s m á n " a P a n a m á , que debe conducir armamento al Callao con la autorización del Presidente Casorla. CONSULADO J E N E R A L E N P A N A M Á .

Panamá, Mayo 20 de 1879. Señor Ministro: La llegada a este puerto en la noche de ayer del trasporte nacional Talismán, ha coincidido con la del vapor Crescent-City, procedente de Nueva York, en el cual ha venido el señor coronel don Andrés Aramayo, trayendo un armamento i municiones para el ejército de Bolivia, los cuales junto con los mil rifles Remington i sus respectivos cartuchos comprados en Panamá por el comisionado especial señor Solórzano i los proyectiles para el Huáscar que vinieron de Francia en el vapor Para, remitidos por el señor capitán de navio don N. Alzamora, serán embarcados en el Talismán sin demora alguna, conforme a las órdenes de V. S. recibidas en su estimable oficio de 12 del actual. Para lograr el seguro embarque de los espresados elementos de guerra (que por no venir en tránsito a otro puerto del Pacífico, sino directamente a Panamá, comprometen en su despacho al Perú la neutralidad de Nueva Granada), he obtenido del señor Presidente de este Estado, bajo la conveniente reserva, el permiso respectivo para practicar dicho embarque i cualquiera otro que sea necesario en adelante, hasta que el Gobierno central resuelva si la neutralidad del Itsmo debe entenderse por la igualdad de derecho de cada belijerante para esportar los elementos de guerra que posea en Panamá, o por la absoluta prohibición de la esportacion de dichos elementos. Insistí con el jefe del Estado en la necesidad de tal consulta hasta obtener su beneplácito, a pesar de la responsabilidad gravísima en que incurre ante el Gobierno de Bogotá, permitiéndome el libre embarque a fin de poder remitir al Perú sin embarazo alguno, durante los dos meses próximos, todos los artículos de guerra que se nos mande de Europa o de Estados Unidos. A la vez que alcanzaba tan notable favor del Presidente de Panamá, obtenia del mismo otra resolución que anula todas las jestiones del Cónsul de Chile para impedir el despacho de nuestras armas. El referido Cónsul, informado por telegramas de Europa i de Norte-América de las remesas de pertrechos que


DOCUMENTOS

se hacen al Perú, solicitó reiteradas veces la prohibición del embarque con tal destino, haciendo responsable aute Chile a los Estados Unidos de Colombia por la violación de la neutralidad si autorizaba ese embarque en Panamá. En vista de tal intimación, manifesté al Presidente del Estado que refiriéndose las reclamaciones del Cónsul chileno a la neutralidad del Itsmo, correspondia el conocimiento i resoluciou de ellas al Gobierno jeneral, siempre que fueran presentadas al despacho de Relaciones Esteriores por un ministro de Chile acreditado en la Union o directamente por el mismo Gobierno de aquella República; pero que de ninguna manera debia aceptar el indicado Presidente las jestiones del ájente chileno, que por su carácter consular no tenia la facultad de intervenir en cuestiones diplomáticas. Discutida i aceptada esta indicación por el jefe del Estado, fué trasmitida en el acto como decisión suprema i al pié de la letra al Cónsul de Chile, quedando así anulada la misión principal de este ájente. El mismo Cónsul ha anunciado hoi a su Gobierno, en cablegrama por la via de Europa, la llegada del Talismán a este puerto, i me apresuro desde luego a verificar el embarque de las armas i municiones, para que dicho trasporte zarpe sin demora i evite un encuentro antes de llegar a la costa peruana con cualquier buque chileno que pueda salir en su persecución. He arreglado ya la provisión de víveres frescos, aguada i carbón para el Talismán, así como la pronta reparación de una pieza de su máquina que tiene un entorpecimiento de pequeña consideración. Confio en que el trasporte zarpe dentro de dos o tres dias a mas tardar. Tengo noticia de que vienen armas por el Itsmo con destino a la China. Creo que sean para Chile i voi a perseguir su llegada a Panamá para dar aviso de su embarque. Sé también que de Estados Unidos se ha enviado a Europa (Inglaterra i Béljica) armamentos destinados a Chile que conducirán los vapores del Estrecho. Ruego a V. S. dé lectura de este oficio a S. E. el Presidente i me conceda su aprobación. Dios guarde a V. S., señor Ministro. Luis E.

MÁRQUEZ.

A l señor Ministro de Estado en el despacho de Relaciones Esteriores.

Lima, Junio 4 de 1879.—Contéstese en los términos acordados. LARRABURE.

27

INÉDITOS.

que i evitado todo inconveniente, como lo conseguí con las armas i pertrechos que despaché en el Talismán, a pesar de las reclamaciones de los ajentes chilenos i de la neutralidad del Istmo. Ayer se me denunció por persona caracterizada que la Compañía del ferrocarril habia resuelto devolver las armas espresadas a Nueva York i que era probable que manifestándose en aquel puerto el descubrimiento hecho en Panamá de que las cajas de tal remesa no contenían instrumentos de agricultura sino elementos de guerra, la Aduana de Nueva York, reconociendo el engaño, decomisaría el armamento i perdería el Gobierno del Perú, no solo la oportunidad de conseguir esos cuatro o cinco mil rifles con sus respectivas municiones, sino también las treinta mil libras esterlinas abonadas a Grace a cuenta de dichas armas; sacrificio que debia haberse evitado con un simple aviso al que suscribe. Felizmente, a fuerza de instancias i de mil pasos, he obtenido que las armas sean detenidas en Panamá hasta que se me remitan los conocimientos de ellas i reclame su despacho, haciéndome responsable por el valor del almacenaje i todos los gastos que ocasione la detención. Es, pues, indispensable que a vuelta de vapor se me envíen esos conocimientos, pidiéndolos a la casa de Grace i que se me remita algunos fondos para atender a las obligaciones contraidas i a las necesidades apremiantes de mi servicio. El señor Vallarino me declara que no tiene con qué cubrir cualquier gasto, por pequeño que sea. Entretanto, ya he invertido en los gastos del servicio (de que daré cuenta a V. S. en el próximo vapor) una parte de la pequeña suma que recibí en Lima por mi sueldo de un trimestre; i si no se me remite dinero a vuelta de vapor, ni tendré con qué pagar los frecuentes i costosos telegramas que tengo que hacer a Europa i Estados Unidos, ni los viajes a las islas de Flamenco i Taboga, donde fondean los vapores, ni gastos de fletes de ferrocarril i embarque de las armas que aquí existen para el Perú, aparte la remesa de Grace, ni, en fin, como atender a mis propias necesidades. Todo está aquí paralizado i todo se puede perder con gravísimo daño del Perú, por absoluta falta de fondos i de medio de conseguirlos. Tampoco es posible defender nuestra causa por la prensa i contestar los ataques de la E S T R E L L A D E P A N A M Á , sin tener con qué pagar la publicación de mis artículos. El director de la E S T R E L L A , señor Voyd, ájente de los señores Grace Hnos. i de la Compañía Telegráfica, para la cual me remitió S. E . el Presidente una clave de direcciones de nuestros ajentes diplomáticos en Europa i Estados Unidos, se revela en su periódico como el mas encarnizado enemigo del Perú. Sírvase V. S. dar lectura de este oficio a S. E. el señor Vicepresidente, encargado del mando de la República, Dios guarde a V. S., señor Ministro.

XLTIIL

Luis E . M Á R Q U E Z .

C o m u n i c a Ja l l e g a d a d e a r m a m e n t o p a r a e l P e n i , r e mitido c o m o i n s t r u m e n t o s d e agricultura, i solicita fondos. CONSULADO J E N E R A L D E L P E R Ú .

Al señor Ministro de Estado en el despacho de Relaciones Esteriores.—Lima.

Lima, Junio 17 de 1879.—Contéstese en los términos acordados, en nota reservada. LARRABURE.

Panamá,

Julio 4 de 1879.

Señor Ministro: En comunicación anterior di aviso a V. S. de la llegada a este Itsmo, con procedencia de Nueva York por vapor Crescent City, de una cantidad considerable de armas i municiones que, a falta de noticia del Gobierno o de persona alguna, debí considerar como artículos de guerra destinados a Chile. En el último vapor procedente de Estados Unidos, el Colon, vino otra cantidad aun mayor que la que trajo el Crescent City. Ambas remesas aparecian destinadas al Perú como instrumentos de agricultura, i con tan pésimo embalaje, que al trasportarse las cajas del ferrocarril al muelle de la Compañía Inglesa de Vapores, se rompieron dos de ellas, descubriéndose el armamento, lo cual obligó a la referida Compañía a declarar que no tomaría esas armas a su bordo. Y o esperaba que se realizara el embarque, a fin de comunicarlo a V. S. por el mismo vapor i lograr la captura de ese valioso armamento, si acaso iba aparentemente dirijido al Callao i se intentaba su trasbordo para Chile. Pero de las prolijas indagaciones que he practicado, resulta que las armas i municiones detenidas en el ferrocarril de este puerto, fueron embarcadas en Nueva York por un ájente de los señores Grace Hnos. i que eran realmente dirijidas al Perú. Profunda sorpresa me ha causado el que no se me baya -dado aviso de esta remesa, pues yo habria preparado el embar-

XLIX. Solicita la remesa de 3 , 0 0 0 libras esterlinas para atender a los gastos estraordinarios i el envió d e u n trasporte. CONSULADO J E N E R A L D E L P E R Ú .

Panamá, Junio 11 de 1879. Señor Ministro: He tenido el honor de recibir el mui estimable oficio de V. S., fecha 28 de Mayo último, en que se sirve V. S. prevenirme que se han remitido al señor Solórzano los fondos necesarios para el pago del armamento i subvención de dos periódicos en este puerto, i doscientas libras esterlinas al señor Vallarino para gastos estraordinarios. El señor Solórzano, que ha seguido viaje a Nneva York, me declaró haber recibido solo cuatro mil libras, que alcanzaron para el pago de una parte de las armas compradas, pero no para toda la cantidad que aquí existe por su cuenta, ni para subvención de periódicos. El señor Vallarino tampoco ha recibido las doscientas libras a que V. S. se refiere. Estoi, pues, absolutamente sin recursos para el pago del almacenaje del ar-


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G U E R R A

DEL

mamento de Solórzano i el de Grace, para el flete del ferrocarril, para telegramas a Europa i Estados Unidos, que son respuestas obligadas a informaciones sobre tránsito, etc., que me piden por cable los ministros peruanos; para el abono de embarques de armas i gratificaciones por trabajos nocturnos de los empleados del ferrocarril; para el sueldo de un ájente en Colon, i de otro individuo aquí que, a la llegada de cada tren, toma nota de marcas i números de bultos que puedan contener armas; para el pago de botes que lleven mi correspondencia a bordo de los vapores para el Callao, i en que tengo que ir yo mismo a examinar la carga i rejistrar los libros i manifiestos de los contadores: igual viaje hago a los vapores para Centro América, debiendo advertir a V. S. que los vapores fondean en Flamenco i Taboga, a cuatro i seis millas de Panamá, i que cada viaje me cuesta cuatro pesos. Prescindo de útiles de escritorio, suscricion a periódicos i otros gastos menores, para cuyo abono nada he recibido del Gobierno, como consta a V. S. No son doscientas libras sino dos mil las que llegarán a ser necesarias en Panamá para gastos estraordinarios. Solo el almacenaje de las armas compradas por Solórzano importará cosa de mil pesos oro americano; el doble costará el de Grace, i si se agregan los altos fletes del tren i el carísimo precio de mi embarque nocturno, se tendrá en cuenta que no hai exajeracion en la referida cantidad de dos mil libras. En el último vapor he pedido a V. S. (por telégrafo de Paita) el envío de un trasporte con los conocimientos del armamento de Grace. La falta de fondos para comprar el vaporcito que se me encarga en mis instrucciones, no me permite despachar en el acto los elementos de guerra que aquí existen, i tengo que sufrir el gravamen de un fuerte almacenaje mientras venga un trasporte. El vapor Independencia no está en el mejor estado; pero seria fácil adquirir el Supe de la Compañía Inglesa, que está en el puerto; mide 4 5 0 toneladas i está en mui buenas condiciones. Se podria comprar aquí por segunda mano que le pusiera pabellón neutral. Espero el envió del trasporte o los fondos para comprar o fletar un buque que se lleve el armamento, pues su estadía en Panamá nos espone a daños, fraudes o espropiaciones del Gobierno por el estado de guerra en que se halla el Itsmo. El 7 del actual ha estallado una revolución encabezada por el jeneral Aizpuru en Colon, i en estos momentos están las fuerzas enemigas frente a frente i próximas a combatir. Continúo asegurando los intereses peruanos en el Itsmo con buen éxito, i observo la mayor vijilancia. Solo en la prensa no me es dado publicar los artículos que tengo escritos porque no he podido obtener dinero de Vallarino. Sin recursos, la situación es insostenible. Dios guarde a V. S., señor Ministro. Luis E.

MÁRQUEZ.

Al seior Ministro de Estado en el despacho de Relaciones Esteriores.

Lima, Junio 23 de 1879.—Comuniqúese al señor Ministro de Hacienda, manifestando la necesidad de remitir los fondos a que hace refereucia el oficiante, i dígase en respuesta. LARRABURE.

L. C o m u n i c a e l a r r i b o a P a n a m á «leí " C h a l a c o " con f o n d o s p a r a el p a g o d e a r m a m e n t o , i c ó m o h a s i d o ¿ s t e e m b a r c a d o c o n el decidido a p o y o de las a u t o r i dades. CONSULADO J E N E R A L D E L P E R Ú .

Panamá,

Junio 18 de 1879.

Señor Ministro: La llegada a este puerto, el 14 del actual, del trasporte Chalaco con los fondos necesarios para gastos de almacenaje i despacho del armamente del Perú conforme al pedido que hice a V. S. en mi comunicación del vapor último, ha venido a salvar la única gravísima dificultad que restaba que vencer en el Itsmo para el envío al Callao de nuestros elementos de guerra; pues en cuanto a la decidida protección de las autoridades i del superintendente del ferrocarril de Panamá, sabe V. S. por mis noticias anteriores, que la he conseguido sin gravamen alguno para el Tesoro nacional. Gracias a tan poderosos ausiliares,

PACIFICO.

fué despachado el trasporte Talismán con el armamento para Bolivia i los proyectiles para, el Huáscar, a pesar de haber sido consignados a este puerto, i de igual modo habría enviado los mil rifles de don Modesto Solórzano, que aquí existían, si hubiera recibido entonces los fondos solicitados del Supremo Gobierno para el pago del valor de esas armas. El armamento de Grace Hnos. para el Perú, habría sido devuelto a Nueva York, si sin autorización alguna del Gobierno, i tomando sobre mí la responsabilidad de toda consecuencia, no hubiera yo exijido del superintendente del ferrocarril la retención de las armas, obligándome a pagar el almacenaje i a presentarle los conocimientos que solicité de V. S. i que también pedí a Nueva York por el cable. He hecho, pues, cuanto ha sido humanamente posible para asegurar el éxito del mas alto interés de la R-épública, i ese éxito ha coronado mis esfuerzos con la cooperación del señor Miró Quezada, que vino en el Chalaco, trayendo los fondos para el abono de los gastos del armamento, el cual embarcamos a las 2 A. M . de hoi, burlando los planes que para impedirlo habían urdido los ajenies chilenos. Estos ofrecieron dos mil pesos oro americano al comandante de la embarcación que tenia que conducir el armamento al Chalaco, para que la barrenase i la hundiera con los artículos que contenia. Parecía, ademas, por el activo movimiento de los chilenos en las altas horas de la noche en que se verificó el embarque, que pretend.ian atacar las lanchas de la carga, ya que su número (50 hombres mas o menos), era insuficiente para asaltar nuestro trasporte. En previsión de cualquier atentado, me embarqué con el señor Miró i tres personas de confianza a la 1 A. M. en una falúa que escoltara, como lo hizo a las lanchas hasta su completa descarga a bordo del Chalaco, habiendo tenido por ausiliar de tal custodia a un bote bien tripulado i armado que pedí oportunamente al comandante del trasporte. Van en el Chalaco el armamento de Grace i los mil rifles con quinientas cápsulas cada uno, que compró Solórzano por cuenta del Gobierno. El señor Miró, comisionado especial para la recepción del referido armamento, presentará a V. S. el manifiesto o inventario de esos pertrechos, sobre los cuales no me ha sido otorgada por el Gobierno mas intervención que la de. facilitar su despacho. Dentro de dos dias llegará a Panamá el armamento que, por la vía de Nueva York, remite el señor Cauevaro ( 5,000 rifles Peabody mas o menos, según me dice el señor Miró) i mil rifles con sus respectivas municiones, que es la segunda partida de las armas adquiridas por Solórzano. Aunque la demora del Chalaco por tres dias i medio, bastada para que recibiera tan valiosa e importante remesa, no me es dado detener al buque que tiene que obedecer otras órdenes, según instrucciones del Supremo Gobierno. El señor don Modesto Solórzano me comunica por el cable que estará en Panamá el 29 del presente con tres o cuatro mil quinientos rifles Remington, modelo español, calibre 43.10, i que lo avise al Gobierno para que a vuelta de vapor se le remitan los fondos con que cubrir su importe, al mismo precio señalado para los dos mil anteriores. Sírvase V. S. enviarme la respuesta. La revolución de Panamá ha terminado por el triunfo del Gobierno del Estado; pero el Presidente señor Casorla ha dimitido el mando, quedando encargado del poder el primer designado, señor Jerardo Ortega, quien no abriga las mismas ideas de su antecesor respecto de la neutralidad del Itsmo, a pesar de haberme declarado públicamente sus simpatías por el Perú en un pequeño convite a que creí conveniente invitarle para entablar con él relaciones mas amistosas i cordiales que favorecerán sin duda mis propósitos. Confio en alcanzar del señor Ortega los beneficios recibidos del señor Casorla. El Gobierno de Bogotá, en respuesta a las consultas de este último, sostiene la libertad del tránsito, pero no define claramente la neutralidad respecto de los embarques locales, dejando al Gobierno del Estado en una perplejidad mortificante. Así me lo manifiesta el señor Alemán secretario de Relaciones Esteriores del Gobierno del Itsmo, quien no ha podido aun darme copia de las declaraciones del Gobierno jeneral, razón por la cual no las remito a V. S. En otra comunicación de esta fecha doi cuenta a V. S. de los trabajos realizados en la prensa de Panamá. Dios guarde a V. S., señor Ministro. L U I S E.

MÁRQUEZ.

Al señor Ministro de Estado en el despacho de Relaciones Esteriores. —Lima.


DOCUMENTOS

Lima, Junio 30 de 1879.— Trascríbase al Ministerio de Guerra la parte pertinente, i dígase en respuesta. LARRABURE.

LI. Adjunta copia de dos telegramas sobre neutralidad de la Compañía Cosmos i pertrechos de guerra. CONSULADO J E N E R A L D E L P E R Ú E N LOS ESTADOS UNIDOS D E COLOMBIA.

Panamá, Junio 18 de 1870. Señor Ministro: Tengo el honor de remitir a V. S., adjunto al presente oficio, un telegrama que me ha dirijido el Cónsul del Perú en H a m burgo para que lo eleve a V. S., espresando que la Compañía Cosmos prueba buena fé i garantiza su neutralidad. He recibido, además, otro telegrama del señor Canevaro en los términos siguientes: "Dígame si puede enviarse armas por Itsmo; si balas enviadas llegaron Callao; telegrafíe Legación Peruana, Paris." He contestado por el cable: "Siguieron Callao; manden Guayaquil, conocimientos,- Panamá; telegrafíe remesas." El señor Tracy me ha enviado una clave telegráfica para mi comunicación con él i ya hemos hecho uso de ella en noticias sobre envíos i recibo de petrechos de guerra, en solicitud de los conocimientos de la carga de Grace Hnos. i sobre el modo mas seguro de verificar las remesas. Dios guarde a V. S., señor Ministro. Luis E.

.MÁRQUEZ.

Al señor Ministro de Estado en el despacho de Relaciones Esteriores.—Lima.

Lima, Junio 28 de 1879.—Trascríbase el adjunto telegrama al Ministro de Guerra i Marina, para los fines a que haya lugar i contéstese en los términos acordados al Cónsul en Hamburgo. LARRABUREL.

Panamá,

Junio 12 de 1879.

Villegas al Cónsul Márquez.—Panamá. Para Ministro Irigóyen, Lima. Compañía Cosmos prueba bonifide garantiza neutralidad.

LII. Da

cuenta de la propaganda llevada a cabo p a r a ob tener que los redactores de la prensa en P a n a m á deliendan la causa del P e n i ; ofertas de subvención a l a '•Estrella d e P a n a m á " i " E l P r e c u r s o r . "

CONSULADO J E N E R A L D E L P E R Ú

E N LOS ESTADOS UNIDOS D E

COLOMBIA.

Panamá, Junio 18 de 1879. Señor Ministro: Desde mi llegada a Panamá, después de haber asegurado para los intereses del Perú la protección decidida de las autoridades del Itsmo, me consagré principalmente a influir en el ánimo de los redactores de los periódicos de esta ciudad para que sostuvieran nuestra causa, dándoles imformes detalladísimos sobre los verdaderos motivos de Chile para la conquista del litoral boliviano i la guerra al Perú, i sobre los sucesos que han tenido lugar i que tanto realzan el nombre de nuestra patria como amenguan el de su pérfido i alevoso enemigo. Mi insistencia principal fué para obtener de aquellos redactores que combatieran la neutralidad restrictiva del Itsmo, que argüian los ajentes chilenos, i manifestaran al público i al Gobierno que esa neutralidad no tenia razón de ser por la situación especial de Panamá como puerto libre i de libre tráfico garantizado por la Constitución de la República; que, sosteniendo aquella negación, Colombia traicionaría sus principios i sus antecedentes violando el derrecho internacional i entregando al Perú maniatado a su enemigo, que cuenta con el Estrecho de Magallanes i la via trasandina para proveerse de un inmenso material de guerra. Pero si estas razones convencieron a todos no podian in-

29

INÉDITOS.

fluir decisivamente en el ánimo de los que solo tratan de especular con el periodismo. Conseguí dos gratuitos defensores del Perú i Bolivia; E L A M I G O D E L PUEBLO i E L CRONISTA, redactados el primero por el notable escritor centro-americano don Alvaro Contreras, i el segundo por el intelijente joven clon Víctor Dubarry, del cual adjunto a este oficio el último artículo que ha publicado. En cuanto a la ESTRELLA i E L PRECURSOR, enemigos del Perú, insté por su imparcialidad ofreciéndoles la publicación délos documentos justificativos delPerú i Bolivia en ambos periódicos i manifestándoles que habia solicitado del Gobierno una subvención conveniente, la cual pedí a S. E . el Presidente i a V. S. en comunicaciones anteriores. Por la naturaleza de esta cuestión, creí deber tratarla en correspondencia particular i reservada, como lo hice con el Gobierno, aunque V. S. me revela que nada he manifestado al Ministerio sobre este asunto, lo que me hace temer que se hayan estraviado mis notas. Suplico a V. S. que revise mis cartas. Decia en ellas a V. S. que no era posible publicar artículos ni ganarse la voluntad de la E S T R E LLA, no habiéndoseme dado un solo peso para este o cualquiera otro gasto. Posteriormente, en nota de 28 de Mayo último, recibida el 7 del actual, me anuncia V. S. que el señor Solórzano traia fondos para subvenciones; pero este caballero me aseguró que no habia recibido cantidad alguna con tal objeto. Sé que el señor Miró Quezada, comisionado especial del Supremo Gobierno, ha tenido una entrevista con el editor de la E S T R E L L A i que le ha repetido el ofrecimiento de la subvención, pero aun no se ha convenido en el monto de ella i sigue publicando artículos adversos al Perú. Entretanto, los ajentes chilenos dan mucho dinero a ese periódico i a E L PRECURSOR, pues estiman la opinión del Itsmo como decisiva para el ánimo de los editores europeos i americanos; pruébanlo así el T I M E S de Londres i el T I M E S i el E V E N I N G POST de Nueva York. Repito a V. S. i lo he probado al señor Miró, que lo que conviene al Perú es tener en Panamá un periódico propio cuyos artículos sean reproducidos inmediatamente por los ajentes peruanos en los diarios de Europa i de Estados Unidos. Hai una razón poderosísima para ello: mientras llegan al estranjero los artículos en que los diarios peruanos i elSouTii PACIFIC T I M E S , contestan a los ataques i noticias desfavorables que aquí se publican, ya éstos han producido en Europa i Norte América el efecto anhelado por nuestros enemigos i formado una opinión jeneral adversa al Perú, que no podrán desvanecer las tardias respuestas de nuestra prensa. Contestado aquí mismo a las publicaciones agresivas o a falsos anuncios sobre la guerra, de modo que los mismos vapores conduzcan las acusaciones i los descargos, los datos falsos i su conveniente refutación, tal es la principal conveniencia de nuestra causa i la única manera de asegurar nuestros intereses i nuestro buen nombre. Es cierto que esto exijirá el envió a Panamá de una pequeña imprenta o su adquisición aquí i una subvención de tres o cuatro mil pesos por una sola vez, cantidad suficiente mientras que el periódico pueda vivir por sí mismo; pero también debe tenerse en cuenta que la importancia, de un periódico semejante compensa todo gasto, aparte de que las publicaciones en el Itsmo son terriblemente caras, i si la guerra dura algún tiempo, nos habrán ellas costado mas que el periódico cuya fundación propongo. Un artículo de una sola columna que publiqué en defensa del Perú en la E S T R E L L A D E P A N A M Á i que se dio a' luz en ingles i castellano, importó ochenta i siete fuertes, pagados por el señor Vallarino. Incluyo en este oficio seis ejemplares de un artículo en defensa de nuestra causa, contestando a un ultraje del T I M E S de Nueva York, reproducido por la E S T R E L L A D E P A N A M Á , a fin de que V. S. se sirva, si lo estima conveniente, hacerlo reproducir en los periódicos de Lima. He firmado ese artículo con un seudónimo, porque la necesaria dureza de sus términos, no permite ponerle mi nombre, malquistándome con la E S T R E L L A , a la que espero ganarme dentro de poco tiempo, i comprometiendo la moderación a que me obliga el carácter que invisto como ájente oficial del Perú. Dios guarde a V. S., señor Ministro. Luis E.

MÁRQUEZ.

Al señor Ministro de Estado en el despacho de Relaciones Esteriores.—Lim*.

Lima, Junio 30 de 1879.—Contéstese en los términos acordados. LARRABURE.


GUERRA DEL PACIFICO.

30

Lili. A c u s a r e c i b o d e d o s oficios d o n d e se l e a n n n c i a e l e n vío de '¿00 libras esterlinas i el o b s e q u i o d e u n a ametralladora al Presidente de P a n a m á .

Última hora.—A tiempo de verificarse el embarque, llega orden del Presidente Ortega oponiéndose, fundado en un artículo algo vago (sobre el embai'que local) de la resolución del Gobierno. Dícese que Ortega se vendió ayer al oro chileuo. Mandaremos las armas a pesar de todo.

CONSULADO J E N E R A L D E L P E R Ú E N LOS ESTADOS UNIDOS D E

Al señor Ministro de Estado en el despacho de Relaciones Esteriores.—Lima.

COLOMBIA.

(Reservada.) Panamá, Junio 18 de 1879. Señor Ministro: He tenido el honor de recibir los estimables oficios de V. S., de 4 i 7 del actual, en que se sirve comunicarme la remesa de doscientas libras esterlinas al señor doctor Ramón Vallarino, para gastos estraordinarios; el obsequio de una ametralladora al Presidente de este Estado i el objeto de la venida a este puerto del señor don José A. Miró Quenada. En notas de esta fecha, adjuntas al presente oficio, contesto espresamente a las referidas comunicaciones. Dios guarde a V. S., señor Ministro. Luis E.

MÁRQUEZ.

Al señor Ministro de Estado en el despacho de Relaciones Esteriores.—Lima.

LIV. A n u n c i a l a l l e g a d » del ' T a l i s m á n " a l a isla de Otoque »ura c o n d u c i r a r m a m e n t o a l C a l l a o , e l t r á n s i t o l i »re d e l I t s m o i e l v i a j e d e TV. W . E o w l e y , l l e v a n d o torpedos al Callao.

Í

CONSULADO

JENERAL DEL PERÚ.

Panamá, Junio 25 de 1879. Señor Ministro: Anoche llegó el Talismán a la isla de Otoque (25 millas de este puerto) i estamos preparando el embarque de los tres mil rifles del armamento del señor Canevaro i de los ochocientos ochenta, resto del de Solórzano. Dentro de tres dias llegará este caballero de Nueva York con cuatro o cinco mil rifles mas, a la vez que se esperan otros mil de igual procedencia por la casa de Grace i aguardo doscientas mil cápsulas enviadas de Kingston por don Leoncio Prado. Como el Talismán necesita demorarse esos dias para recibir su carga i limpiar sus fondos, confiamos en que alcance a llevar al Callao los elementos de guerra que llegarán a Colon el 28 del actual. Hasta ahora no se presenta obstáculo alguno al embarque de las armas, pero cualquiera dificultad que surja será vencida, con el mismo éxito de las dos espediciones anteriores. Desde esta misma noche se remitirá al costado del trasporte la carga que existe para el Perú, en el Itsmo. El señor Cónsul Vallarino remite hoi a V. S. las decisiones del Gobierno de la Union, que están de perfecta conformidad con las que le propuso el ex-presidente señor Casorla i con la solicitud privada que dirijí en igual sentido al señor Ministro de Relaciones Esteriores de esta República, respecto de la neutralidad del Itsmo. Esas decisiones favorecen los intereses del Perú i señalan la negación mas terminante de las pretensiones de Chile. Está, por consiguiente, asegurado el tránsito libre del Itsmo i aun el embarque en Panamá, siempre que de este último no se encarguen ciudadanos de Colombia, lo que es mui fácil evitar. Hemos alcanzado un verdadero triunfo. El vapor de hoi lleva al Callao la edición especial de la E S T R E L L A DE P A N A M Á para el estranjero, en que se encuentra publicado en castellano e ingles el contra manifiesto del Perú sobre la guerra con Chile. Éste importantísimo documento, llevará la luz de la verdad al ofuscado espíritu de la prensa europea i americana, que solo se ha inspirado en la falsedad chilena. Por el vapor que conduce esta comunicación se dirije hoi al Callao el señor W . W . llowley (con el supuesto nombre de Pachten), llevando tres torpedos, consignados a la casa de Grace. Dicho señor espera que se le remitan algunos mas por el siguiente vapor. Si acaso fueran rechazados por la Compañía Inglesa de Vapores, podríamos embarcarlos en el Talismán. Sírvase V. S. dar lectura de este oficio a S. E. el 2'. Vicepresidente. Dios guarde a V. S., señor Ministro. Luis E.

MÁRQUEZ.

Lima, Julio 9 de 1879.—Contéstese en términos satisfactorios i trascríbase al Ministerio de Guerra i Marina. LARRABURE.

LY. Solicita se l e a b o n e n varios gastos p a r a a t e n d e r a otros estraordinarios, p a r a atraerse a las autoridades del i t s m o , gratificaciones, etc. CONSULADO J E N E R A L D E L P E R Ú .

Panamá, 2 de Julio de 1879. Señor Ministro: Al reducir el Supremo Gobierno en el decreto de mi nombramiento la renta del cargo que desempeño, por razón de la economía que obliga al Estado la actual guerra con Chile, no tuvo en cuenta la escesiva carestía de la vida en este puerto i el gasto particular estraordinario que me imponen las instrucciones que recibí del Ministerio de V. S., de agazajar a las autoridades i personas influyentes en el Itsmo, a fin de asegurar con su cooperación el mas breve i fácil despacho de los armamentos para el Perú i Bolivia. Forzado por el decoro de mi representación oficial a corresponder a las invitaciones que se me dirijen con frecuencia i que no me es dado rehusar sin herir la susceptibilidad de personas que pueden crear obstáculos al ejercicio de mi comisión; obligado a remunerar con pequeñas gratificaciones los avisos que me trasmiten los empleados del ferrocarril i de los vapores sobre el movimiento de pertrechos de guerra; suscrito por necesidad de mi puesto a varios periódicos; pagando un crecido porte de correspondencia para Europa i Estados Unidos, i haciendo, en fin, multitud de otros gastos indispensables, como útiles de escritorio, telegramas a Colon, viajes en bote a Flamenco i Taboga, etc., etc., no es posible que mi sueldo, reducido como se encuentra, alcance a la satisfacción de esos gastos sin los cuales hoi es vano todo servicio en Panamá. No pretendo que se eleve mi renta a la cifra que me asigna el presupuesto: acepto con alegría todo sacrificio que se me imponga en las actuales circunstancias en favor del Erario, al cual he economizado sumas mui considerables en los tres últimos años; pero yo soi aquí un ájente de la guerra del Perú, trabajando sin tregua por enviar a nuestros puertos los elementos de la defensa de la República, i para uua misión de tan vital importancia, no puede ni debe caber economías que entorpezcan mi acción con detrimento de los mas caros intereses nacionales. Vine a esta ciudad sin recibir del Tesoro público un solo peso para los gastos de viaje, de establecimiento i de escritorio, que me señala el Reglamento Consular, i solo obtuve que se me proporcionara un boleto de pasaje de primera clase. Mas, ya que, como he manifestado a V. S., acepto la reducción de mi sueldo, no me es posible prescindir de la cantidad designada para esos gastos, a fin de aplicarla a los particulares de mi servicio que he indicado a V. S. Por las consideraciones anteriores, ruego a V. S. que eleve esta solicitud a S. E. el primer Vice-Presidente de la República para que, en vista de la justicia que me asiste i en atención a la urjencia del caso i de las circunstancias especiales de mi servicio, tenga a bien ordenar que me sean abonados los gastos de viaje, de establecimiento i de escritorio que por Reglamento me corresponden, ya sea con fondos de la caja fiscal de Lima o deduciéndolos de la smna que aquí tengo a mi disposición para gastos estraordinarios. Apelo a la benevolencia de V. S. para que en el mas breve término que le sea posible, se sirva comunicarme la resolución suprema que recaiga en esta solicitud. Dios guarde a V. S., señor Ministro. Luis E. MÁRQUEZ. Al señor Ministro de Estado en el despacho de Relaciones Esteriores. —Lima.


D O C U M E N T O S

Lima, Julio 12 de 1879.—Estése a la suprema resolución de 2 de los corrientes. Fecho.

31

INÉDITOS.

LVII. Insiste en la idea d e establecer u n a publicación p a r a p r o p a g a r l a defensa del P e n i en el estranjero. CONSULADO J E N E R A L D E L P E R Ú E N LOS ESTADOS UNIDOS D E COLOMBIA.

Comunica haber conseguido, por autorización reservada del presidente de P a n a m á , el e m b a r q u e d e pertrechos de guerra en el "Talismán"; arreglos con la "Estrella de Panamá", i la compra de C,000 rifles a C o s t a R i c a .

Panamá, Julio 16 de 1879. Señor Ministro: Tengo el honor de contestar a las comunicaciones de V. S, de 30 de Junio i 2 del actual, i de dar a V. S. cuenta de notables ocurrencias que interesan al conocimiento del Supremo Gobierno. CONSULADO J E N E R A L D E L P E R Ú . Los dos telegramas dirijidos en las citadas comunicaciones a los señores Ministro Plenipotenciario don Juan M . de GoyePanamá, Julio 2 de 1879, neche i don José Araníbar, sobre pronto arreglo de mesadas por Señor Ministro: guano, fueron inmediatamente despachados a su destino por el Después de mil afanes i algún sacrificio pecunario, hemos locable, enviando los duplicados por vapor. grado la autorización reservada del Gobierno de este Estado A pesar de las instrucciones del señor Miró Quezada para para el embarque, en el Talismán, de los pertrechos del Perú un arreglo con la E S T R E L L A D E P A N A M Á , que evitara los injusque aquí existían, los cuales serán enviados a su bordo esta notos ataques de ese diario contra el Perú, i sin embargo de la che. El señor Miró Quezada, comisionado especial del Supremo enorme utilidad que tal periódico reporta con la publicación Gobierno para el despacho del trasporte, dará cuenta a V. S. de de los documentos i artículos justificativos del Perú, habiéndotodos los pormenores de la presente remesa i de los gastos que le abonado últimamente por la impresión de solo cinco columhan corrido esclusivamente a su cargo. En mi comunicación nas que contenían el corítra manifiesto peruano la cantidad de del último vapor he dicho a V. S. la cantidad, clase i procedencuatrocientos doce pesos fuertes, sigue la E S T R E L L A trabajando cia de los pertrechos que van en el Talismán. contra el crédito de nuestra República. Su objeto no puede ser Remito a V. S. adjunto al presente oficio la edición de la otro que obtener una suma considerable por su silencio o una E S T R E L L A D E P A N A M Á , en que se encuentran insertos el decreto fuerte subvención. Fué con el conocimiento de este propósito que del Gobierno de la Union sobre la neutralidad de Colombia en manifesté a V. S. la necesidad de establecer en Panamá una pula actual guerra del Pacífico, el del Gobierno de este Estado blicación para los vapores, redactada en dos o tres idiomas, que interpretando la resolución del Poder Ejecutivo Federal de una llevara a Europa i a Norte i Centro América la razón del Perú manera desfavorable para las repúblicas aliadas, i la represen- i la defensa de su honor i sus intereses, a la vez que marcharan tación que he presentado a este Gobierno en defensa de los las calumnias chilenas a estamparse en los diarios estranjeros. intereses del Perú i Bolivia, haciéndola firmar por el señor Cón- Mi intención no fué que por su propio crédito el periódico prosul Vallarino, por no haber yo recibido todavía de Bogotá el puesto hiciera reproducir sus artículos, pues sé cuánto tiempo exequátur de mi patente consular. El espresado reclamo ha me- es necesario para que un periódico se acredite; pero creí, como recido la mas favorable aprobación del señor Ministro don creo firmemente, que el envió del impreso citado a nuestros José Antonio Lavalle, que se encuentra aquí de tránsito paajentes en todo el mundo, pondría a éstos en aptitud de hacer ra el Brasil, i del señor Miró Quezada, director de E L C O - reproducir inmediatamente su contenido en los diarios mas resMERCIO de Lima, Espero que V. S. le concederá también su petables i de mayor circulación, burlando así la propaganda aprobación i que la hará publicar en esa capital para que vea chilena i asegurando nuestro buen nombre. Me permito insistir la República que sus intereses no están descuidados en Paen tal idea, pues la cuestión de tiempo es muí importante, i la namá. E S T R E L L A , O no se pondrá en contradicción con lo demasiado que ya nos ha hecho perder o no tendrán valor sus rectificacioLos arreglos del señor Miró Quezada con la E S T R E L L A , aparnes por la volubidad con que aparecería cambiando de opinión. te mis propias insinuaciones, han moderado muchísimo i casi cambiado la espresion hostil de ese diario contra el Perú. Este Dejo a la consideración de V. S. las apreciaciones anteriores. resultado habría sido obtenido por mí desde hace mucho tiemAdjunta al presente oficio remito a V. S. la respuesta del Gopo, si hubiera tenido la autorización que solicité del Supremo bierno del Estado al superintendente del ferrocarril sobre su proGobierno para subvencionar a la E S T R E L L A . Adjunto también a testa por la suspensión del tráfico de armas. Ese documento deja este oficio dos recortes del mismo periódico en que se asegura en pié todos los cargos hechos a este Gobierno por el señor Morque el Perú no ha entrado en la Union Postal i se desmiente ley i por el Consulado, al cual todavía no se ha dado contestaen seguida semejante aseveración. ción de su reclamo. Y a he puesto al señor Ministro Rivas en posesión de todos los datos necesarios para que entable la jesEl señor Ministro del Perú en Costa Rica me anuncia que tion diplomática que tanto importa a nuestros intereses. ha convenido con el Gobierno de esa República en la compra El Gobierno ingles ha detenido en Sheerness un buque de seis mil rifles Remington, que supone existen en Nueva York i que deberán serme enviados a este puerto, por cuenta torpedo que se destinaba al Perú. El de Estados Unidos ha de lo que adeuda al Perú aquella nación. Por informe que ten- prohibido el armamento de corsarios en sus costas, i las autorigo de Nueva York, sé que solo existen allí tres mil rifles R e - dades de Curasao han decomisado las municiones de tres amemington, cuya venta, solicitada a la vez por Chile, Colombia i tralloras que, con procedencia de Francia i destino a Panamá, la República Arjentina, ha sido suspendida merced a una pro- trajo el vapor Bolívar. Las ametralladoras han llegado i eí ájente en Curaeao de los consignatarios en este puerto, señores puesta del señor Solórzano, comisionado especial del Gobierno, Dellatorre i C., han presentado a aquéllas autoridades la reclaque regresa al Perú por vapor de hoi i que dará cuenta a V. S. mación conveniente por tan inaudito atentado. de dicha propuesta. Existen aquí además dos mil rifles i diezinueve bultos de un El tiempo que tengo que consagrar al despacho del armabote-torpedo i otros pertrechos. Estos fueron rechazados por el mento, no me permite ocuparme en notas separadas de los divapor ingles que salió para el Callao. versos asuntos a que se refiere este oficio. Como se esperan pronto los mil rifles de Amapala que manDios guarde a V. S., señor Ministro. da el señor Ministro Lama, i los tres mil comprados por el señor Solórzano, será conveniente el envío del vapor Oroya como Luis E. M Á R Q U E Z trasporte mas rápido i mas vasto que los otros. A l señor Ministro de Estado en el despacho de Relaciones Esteriores.—Lima. Adjunto además a este oficio la última nota recibida del señor Tracy, i una carta del ex-Ministro de Relaciones Esteriores de Colombia, señor Ancísar. Ambos documentos contienen daLima, Julio 12 de 1879.—Contéstese en los términos acor- tos interesantes, i el segundo manifiesta la buena disposición del Gobierno de esta República en nuestro favor. dados. Se necesita con suma urjencia fondos para gastos estraordiFecho. narios del servicio. En impresiones i telegramas solamente se ha invertido casi toda la suma de doscientas libras que se ena


32

GUERRA DEL PACIFICO.

viaron al señor Vallarino. Al término de este mes i primer trimestre de mi comisión, enviaré las cuentas documentadas. Dios guarde a V. S., señor Ministro. Luis E.

MÁRQUEZ,

Al señor Ministro de Estado en el despacho de Relaciones Esteriores.—Lima.

LIX. Comunica q u e c o n u n b a n q u e t e h a conseguido el decidido apoyo del Presidente Ortega i su secretario a favor del Perú. CONSULADO JENERAL DEL PERÚ EN LOS ESTADOS UNIDOS DE COLOMBIA.

Lima, Julio 26 de 1879.—Trascríbase la primera parte marcada al Ministerio de Guerra i la segunda al de Hacienda. LARRABURE.

LVIII. A c u s a r e c i b o «le c o m u n i c a c i ó n ; a n u n c i a e l v i a j e d e l Ministro chileno a B o g o t á i la cantidad de armam e n t o q u e existe e n el Jtsmo, e t c . CONSULADO J E N E R A L D E L P E R Ú E N LOS ESTADOS UNIDOS D E COLOMBIA.

Panamá, Julio 24 de 1879. Señor Ministro: He tenido el honor de recibir el estimable oficio de V. S., de 5 del actual, en que se sirve comunicarme que se ha ordenado el pago del trimestre de sueldos que me corresponde i de parte de la asignación de reglamento para gastos de viaje, establecimiento i escritorio, que se me adeudan. Aun no he recibido el jiro que V. S. me anuncia. En cumplimiento de las órdenes de V. S. he remitido al señor Ministro don Manuel María Rivas i entregado al señor don Tomás Lama, nuestro representante en Centro América, que se encuentra hoi en este puerto por atenciones de su servicio, los pliegos cerrados que V. S. me remitió para dichos funcionarios. El Cónsul chileno, don Francisco Valdés Vergara, sale hoi para Bogotá con el carácter de Encargado de Negocios de Chile ante el Gobierno de la Union Colombiana. He dado aviso de este hecho a nuestro Ministro el señor Rivas, por la via telegráfica de Buenaventura. Existen hoi aquí como mil doscientos bultos de armas i pertrechos para el Perú i se hace urjente la venida de un trasporte lijero. El señor doctor Lama trajo ayer a Panamá mil rifles i trescientas mil cápsulas. Esperamos la remesa de Nueva York de los cinco mil rifles prometidos por el Gobierno de Costa Rica. El Gobierno de este Estado no contesta todavía a nuestro reclamo sobre la prohibición de embarques de elementos de guerra para los belijerantes. Y a he dicho a V. S. que envié al señor Ministro Rivas todos los antecedentes de la cuestión, a fin que entable la jestion diplomática conveniente ante el Gobierno de Bogotá. Se ha hablado con insistencia i aun se ha publicado en la E S T R E L L A , que un vapor no conocido estaba navegando entre las islas próximas a Panamá i que habia entrado dos veces al puerto a media noche. En atención a este rumor i temiendo la presencia de un crucero chileno, despaché una embarcación para que rejistrara todas las islas i caletas vecinas, la cual, después de tres dias de prolijas pesquisas no ha conseguido descubrir al mencionado yapar. He apostado otra embarcación entre Taboga i Otoque, para que me dé aviso del tránsito de cualquier buque chileno o de la llegada de un trasporte peruano. Confío en allanar toda dificultad para el embarque del armamento que aquí existe, i solo necesito fondos para los gastos que puedan ocurrir. Dios guarde a V. S., señor Ministro. LUIS

E.

MÁRQUEZ.

Al señor Ministro de Estado en el despacho de Relaciones Esteriores.—Lima.

Lima, Agosto 4 de 1879.—Trascríbase la parte marcada al Ministerio de Guerra i Marina, i dígase en respuesta. LARRABURE.

(Reservada.) Panamá, Julio 29 de 1879. Señor Ministro: La comunicación de V. S., de 9 del actual, número 17, me previene que haga todo esfuerzo para captarme las simpatías de la sociedad de Panamá i mu i especialmente de las personas que nos son hostiles, "tal vez, dice V. S., porque no han tenido motivos de conocer la justicia de nuestra causa i de ponerse en contacto con los funcionarios peruanos." A la anterior observación debo decir a V. S. que no liai en Panamá quien no conozca perfectamente la razón del Perú, pues no me he limitado a publicar en los periódicos locales los manifiestos de nuestra Cancillería i varios artículos en defensa del Perú, sino que he estado cada dia consagrado a una activa propaganda en favor de uuestros intereses, llegando a tal punto el éxito de mis esfuerzos, que a los pocos dias de mi llegada al Itsmo se reunieron mas de dos mil hombres en la plaza de Santa Ana de este puerto con el objeto de hacer una gran manifestación pública de la adhesión del pueblo panameño a nuestra causa, manifestación que fué impedida por la fuerza armada del Estado por temor de un ataque a los ajentes chilenos, que ocurrieron a la autoridad en solicitud de resguardo para sus personas. Ejercitados ya todos los medios públicos i privados para la conveniente ilustración de los habitantes del Itsmo sobre los motivos de la guerra actual, solo restaba consolidar el buen afecto para el Perú de las personas influyentes en el Gobierno i el comercio de Panamá; convertir en adhesiones i simpatías las prevenciones de algunos hombres que nos han sido hostiles por relaciones especiales con los ajentes chilenos, i obligar al Presidente i secretario del Estado a favorecernos a pesar de sus adversas resoluciones sobre embarque de elementos de guerra. Para tan importante objeto, i teniendo hoi en Panamá el mas grande i valioso armamento que ha venido al Itsmo con destino al Perú, el cual está en vísperas de embarcarse en el trasporte LimeTia, llegado últimamente, se presenta una oportunidad escelente de congregar a todas aquellas personas i autoridades para armonizar sus distintos juicios en el solo sentimiento del bien del Perú, comprometiéndoles a nuestro servicio. Esa oportunidad era la celebración del aniversario de la independencia de nuestra patria, ayer 28 de Julio, a la cual daba mayor motivo de regocijo la noticia última del glorioso combate del Huáscar con la escuadra chilena en las aguas de Iquique. De acuerdo con el señor Ministro, doctor don Tomás Lama, cuya presencia en Panamá he anunciado a V. S., con el señor Cónsul don Ramón Vallarino, con nuestro diputado el señor doctor don Manuel María Gálvez i otras personas respetables, invitamos a los representantes del Perú en esta ciudad, a la sociedad i al Gobierno, a una tertulia en el salón del Gran Hotel, cuidando de convidar a los simpatizadores de Chile. El éxito político de esta reunión ha sido espléndido. Basta decir a V. S. que el Presidente del Estado i su secretario de Gobierno se han comprometido a permitirme el embaque de nuestras armas, no solo sin obstáculo de su parte, sino contando con toda su protección; i que hoi son amigos nuestros i han brindado por el triunfo del Perú los que ayer nos eran completamente contrarios, como algunos parientes i amigos de don Manuel de Lozada Plisé, cuya próxima venida a este puerto no me inspira ningún recelo después de los compromisos que hemos contraído anoche. En la mesa del té se pronunciaron varios discursos entusiasta en favor del Perú, distinguiéndose entre ellos el del Presidente señor Ortega. La invitación se hizo en nombre de los representantes del Perú en el Itsmo por una comisión de distinguidas personas de Panamá, Concurrieron también las principales señoras de esta sociedad, de las que nos fué mui grato reconocer la decisión por nuestra causa, comprendiendo cuan poderosa es la influencia de la mujer en todo propósito político.


D O C U M E N T O S

Debo hacer presente a V. S. que es costumbre en Panamá que cada Cónsul estranjero dé una tertulia el dia del aniversario principal de su nación, i que a varios cónsules peruanos se les asignó dos mil pesos con tal objeto. A pesar de que a la tertulia de que doi cuenta a V. S. asistieron mas de doscientas personas, solo se han gastado en ella mil pesos, i que se economizarán desde luego cuatro veces mas en la licencia gratuita que se me ha ofrecido para el embarque del armamento. Confio en que el Supremo Gobierno se sirva aprobar este gasto i mandar cubrir el jiro que contra la caja fiscal de Lima doi en la fecha a favor de don Enrique Ehrman de esta plaza, por la mencionada suma de mil pesos, conforme a la cuenta que remitiré a V. S. en el próximo vapor. Dios guarde a V. S., señor Ministro. Luis E.

MÁRQUEZ.

Al señor Ministro de Estado en el despacho do Relaciones Esteriores. •—Lima.

Lima, Agosto 19 de 1879.—Habiendo gastado el Cónsul Jeneral de la República en Panamá la cantidad de un mil treinta soles de plata en celebrar el aniversario de la independencia, i teniendo en consideración los fines patrióticos que con tal festividad se propuso conseguir, apruébase su conducta, i, en consecuencia, dígase al Ministro de Hacienda que ordene que la caja fiscal de este departamento pague en el dia la letra que el espresado Cónsul ha jirado a favor de clon Enrique Ehrman por la espresada suma de un mil treinta soles, aplicándose este gasto a la partida destinada al servicio diplomático i consular en el presupuesto jeneral de la República. Comuniqúese i rejístrese.—Rúbrica de S. E . — I R I G Ó Y E N .

LX. Comunica no h a b e r recibido los fondos anunciados, ind i c a n d o l a ciútica situación e n q u e se h a l l a p o r este motivo. CONSULADO J E N E R A L D E L P E R Ú EN LOS ESTADOS UNIDOS D E COLOMBIA.

Panamá, Agosto 2 dé 1879. Señor Ministro: Con fecha 5 de Julio último me avisa V. S. que se me remiten dos mil soles plata por la caja fiscal de Lima. Hasta ahora, es decir un mes, no he recibido un solo peso i tengo que pedir prestado para sostenerme aquí, donde tan necesario i tan visible es para todos mi servicio. Tampoco existe dinero alguno para telegramas i otros gastos. Ruego a V. S. se sirva activar la remesa de fondos, para no verme espuesto a mui tristes contrariedades. Dios guarde a V. S., señor Ministro. L u i s E.

Lima, Agosto 12 de 1879.—Trascríbase al señor Ministro de Hacienda i avísese en respuesta. Fecho.

LXI. A n u n c i a d embarque de elementos de guerra en el t r a s p o r t e " L i m e ñ a ; " solicita el envió d e dos trasp o r t e s p a r a c o n d u c i r l o s rifles i p e r t r e c h o s v e n d i dos p o r Costa Rica. CONSULADO J E N E R A L D E L P E R Ú E N LOS ESTADOS UNIDOS DE COLOMBIA.

Panamá, Agosto 2 de 1879. Señor Ministro: En mi nota de 29 de Julio próximo pasado, tuve el honor de decir a V . S. que habia llegado el trasporte nacional Limeña i que se embarcaría en él los valiosos elementos de guerra que de Europa i Estados Unidos han venido para el Perú. El embarque ha tenido lugar i esta noche zarpará nuestro buque con toda su carga, escepto cincuenta i ocho bultos torpedos que trajo de ra—5

Nueva York hace tres dias, don F. H. Snydcr i que no han tenido lugar de ser enviados de Colon por hallarse confundidos con toda la carga del vapor que los condujo. El señor Snyder sigue su viaje al Callao en el Limeña, dejando asegurado el envió de los torpedos por próximo vapor o trasporte. El Limeña, como anteriormente el Talismán, ha llegado i sale de este puerto sin que el Supremo Gobierno haya comunicado a sus representantes en Panamá una sola palabra respecto del viaje de estos buques; sin que se les haya dado intervención alguna en las operaciones de su cargamento, provisión, etc.; sin que se les haya autorizado para arreglar satisfactoriamente con el Gobierno de este Estado cualquiera dificultad que podia naturalmente suscitar la prohibición de los embarques de armas decretados por dicho Gobierno; sin derecho para revisar los gastos que se hicieren en el despacho de los trasportes a fin de velar por los intereses fiscales del Perú; sin que siquiera por cortesía i respeto a la autoridad de los cónsules peruanos, los señores comandantes de nuestras naves de guerra les comunicarán su arribo al puerto estranjero, como está resuelto por los reglamentos del ramo. Es mui doloroso que nuestros buques de guerra, convertidos en embarcaciones mercantes para el trasporte de nuestras armas, estén a las esclusivas órdenes i disposición de corredores de comercio de las plazas estranjeras donde arriban, i en las que existen lejítimos representantes del Gobierno del Perú. Dispuesto a servir a mi patria de todos modos, he ayudado al embarque de armamento en el Limeña, hasta donde se me ha permitido por el señor Enrique Ehrman, encargado de tal operación. Pero no me es dado decir a V. S. cuánto se ha gastado en este embarque i si la gratuita licencia que me ofreció el señor Ortega, cuesta ahora lo que se pudo fácilmente economizar. El ájente comercial de este embarque, el honrado i activo clon José Guillermo Sewis, socio de don Enrique Ehrman, i persona digna de la confianza i de la estimación del Perú, como ya lo he manifestado a V. S., dará cuenta al Gobierno de los pormenores del despacho del Limeña.Yo estoi pronto a servir a sus órdenes siempre que se trate del bien de mi país, porque solo aspiro a nuestro triunfo, prescindiendo de toda susceptibilidad, pero mucho me temo que la desentendencia del señor A'allarino, persona tan respetable e influyente en Panamá, haga eme renuncie nuevamente su representación peruana, produciendo mui mal efecto en la sociedad colombiana cualquier desaire que se le infiera. El señor Leoncio Prado, va en el Limeña, conduciendo algunos artículos de guerra. • Conviene que para el 2 0 de este mes se encuentre en Panamá el Limeña i el Oroya, dándosenos aviso previo de su envío i ordenándosele que se dirija a la isla de Pacheca o de O toque, pues para entonces ya tendremos aquí el armamento del señor Ministro Lama ( 5 , 5 0 0 rifles i sus respectivas municiones) el cual constituye todo un cargamento. Dios guarde a V. S., señor Ministro. Luís E.

MÁRQUEZ.

A l señor Ministro de Estado en el despacho de Relaciones Esteriores.—Lima.

TOMO

33

INÉDITOS.

MÁRQUEZ.

Al señor Ministro do Estado en el despacho de Relaciones Esteriores.—Lima.

Lima, Agosto 11 de 1879.—Contéstese en los términos acordados. Fecho.

LXII. P a r t i c i p a h a b e r sido r e c o n o c i d o e n su c a r á c t e r oficial por el Gobierno d e Colombia. CONSULADO JENERAL

DEL PERÚ EN LOS ESTADOS UNIDOS DE COLOMBIA.

Panamá, Agosto 4 de 1879. Señor Ministro: Tengo el honor de comunicar a V . S., que desde el 1. ° del presente mes he comenzado a ejercer oficialmente las funciones de mi cargo por haber recibido del Gobierno de la Union el execuatur a mi patente consular, i haber sido reconocido en mi carácter oficial por el Gobierno de este Estado. Dios guarde a V. S., señor Ministro. Luís E.

MÁRQUEZ.

Al señor Ministro de Estado en el despacho de Relaciones Esteriores.—Lima,


34

GUERRA DEL PACIFICO

Lima, Agosto 16 de 1879.—Acúsese recibo. Fecho.

LXIII. Anuncia haber hecho circular la noticia de la captura del " R i m a c " c indica el efecto q u e esto h a p r o d u c i d o en P a n a m á . CONSULADO J E N E R A L DEL P E R Ú E N LOS ESTADOS UNIDOS D E COLOMBIA.

Panamá, Agosto 6 de 1870, Señor Ministro: Lleno de alegría i de orgullo por la heroica espedicion de nuestras naves a los puertos de Chile i la captura del li'nnac con el rejimiento Yungai a su bordo, i de tres buques mas con valiosos cargamentos, me es grato comunicar a V. S. que inmediatamente que recibí el telegrama del Gobierno, portador de tan feliz nueva, el cual me fué trascrito por los capitanes de puerto de Pacasmayo, Eten i Payta, lo trasmití a Europa i Estados Unidos por el cable, i lo hice circular en este puerto en boletín estraordinario de la E S T R E L L A . La noticia ha sido recibida aquí con gran júbilo i producido terrible desaliento en los pocos partidarios de Chile. Aun cuando el Supremo Gobierno no me ordena en el referido telegrama su despacho a Europa i Norte-América, no he vacilado en hacerlo, comprendiendo fácilmente cuánto tiene que influir en el ánimo público estranjero para bien del Perú i mengua de su alevoso enemigo, la noticia de una victoria que así prueba con la admirable audacia i la intelijencia de nuestros marinos, que el triunfo definitivo será nuestro, como prueba con el aturdimiento i la impotencia de los marinos chilenos, que ha llegado la hora de la vergüenza i de la ruina de Chile. Felicito al Gobierno i a V. S. por la hazaña del Huáscar i la Union. Dios guarde a V. S., señor Ministro.

Luis E . A l señor Ministro de Estado en el despacho de Relaciones

MÁRQUEZ. Esteriores.—Lima.

Lima, Agosto 16 de 1S79.—Contéstese aprobando su conducta. Fecho.

DEL PERÚ

EN

Luis E.

MÁRQUEZ.

Al señor Ministro de Estado en el despacho de Relaciones Esteriores.—Lima.

Lima, Agosto 16 de 1879.—Trascríbase al Ministerio de Guerra la parte acordada i avísese en respuesta. Fecho.

LXV.

CONSULADO J E N E R A L D E L P E R Ú E N LOS ESTADOS UNIDOS D E

A n u n c i a eJ r e s u l t a d o d e l a s r e c l a m a c i o n e s c h i l e n a s i p i d e se le c o n c e d a al señor G e o r g e s A. l í u r t el t í t u l o d e oficial d e l a m a r i n a p e r u a n a . JENERAL

Se rae avisa que la compañía del ferrocarril ha recibido orden terminante del directorio para no embarcar armas de tránsito sin permiso de este Gobierno. Esto no es un grave inconveniente, pues el señor Ortega concederá la licencia respectiva. En el Limeña fué al Callao don T. H. Snyder, dueño de unos torpedos que irán hoi por el Ayacucho en cincuenta i ocho bultos. Dios guarde a V. S., señor Ministro.

Remite copia de dos notas del Gobierno de Colombia referentes a la neutralidad del Itsmo d e P a n a m á .

LXIY.

CONSULADO

Seria conveniente recomendar a nuestros periodistas un poco de mas reserva en el anuncio de la llegada al Callao de los armamentos procedentes de Panamá. Bien se puede avisar el arribo de los trasportes i detallar su carga, sin señalar la procedencia. Si necesitáramos negar aquí cualquier embarque realizado anteriormente, ya fuera para evitar futuros tropiezos o ya para salvar de algún modo la responsabilidad del Gobierno del Itsmo en la protección secreta que nos concede, las declaraciones de la prensa de Lima vendrían a negar nuestro aserto, colocándonos en una situación falsa i ridicula. El jefe de la estación i de los muelles americanos de este puerto, don Georges A. Burt, a cuya decisión en favor del Perú debemos los embarques de elementos de guerra que han conducido nuestros trasportes, pues él ha allanado todas las dificultades que ofrecía la empresa del ferrocarril para el despacho de las armas, i en ausencia del señor Mozley, es el verdadero jefe de la línea, solicita un despacho de oficial de nuestra marina, acl honorem. Los importantes servicios prestados por el señor Burt, que personalmente ha conducido las hinchas de carga fuera de la bahía, estralimitando las órdenes del directorio de la empresa en Nueva York, i dirijido con acierto i enerjía todos nuestros embarques, lo hacen acreedor al título que desea, sin que su concesión nos imponga obligación o gravamen alguno. Creo que un despacho de teniente de la armada, puramente honorífico, colmaría su ambición, imponiéndole un deber sagrado para nuestro servicio.

LOS ESTADOS

UNIDOS D E

COLOMBIA.

Panamá,, Agosto 6 de 1870, Señor Ministro: Después de la salida del Limeña con los torpedos, armas i pertrechos que aquí existían para el Perú, i de cuyo embarque di cuenta a V. S. en comunicación que llevó dicho trasporte, no ha ocurrido incidente mas notable que la publicación de dos oficios dirijidos al Gobierno de este Estado por el Cónsul de Chile, en que protesta de la protección concedida al referido embarque por las autoridades i la compañía del ferrocarril de Panamá. En una de esas notas llega a declarar el Cónsul chileno que Costa Rica ha enviado mil rifles a este puerto con destino al Perú, siendo el Gobierno de esa República el remitente de esas armas. El señor Ministro don Tomás Lama, que como sabe V. S. se encuentra aquí, ha desmentido tal aseveración. No solo estos oficios sino todos los domas que con motivo de las espedieiones del Chalaco i del Talismán pasó al Gobierno el ájente de Chile, han quedarlo sin respuesta alguna del Presidente señor Ortega: este desprecio de la primera autoridad del Itsmo para aquel ájente, prueba cuánto ha ganado en su ánimo la insinuación amistosa i persuasiva de los ajentes peruanos en favor de los intereses de nuestra patria. Para impedir el embarque de armas en el Limeña, el Cónsul chileno no ha encontrado esta vez los colaboradores que le ausiüaron en sus reclamos anteriores, lo que manifiesta cuánto ha avanzado en la opinión pública la propaganda peruana.

COLOMBIA.

Panamá, Agosto 13 de 1S79. Señor Ministro: Tengo el honor de elevar a V. S., adjuntas al presente oficio, dos copias que me han sido remitidas por nuestro Cónsul en Buenaventura, don Ricardo Carassa: la primera es la de la resolución del Gobierno de Bogotá reprobando el decreto del Presidente de este Estado que prohibía los embarques de armas para los belijerantes, cuya resolución viene a salvar toda dificultad por parte del Gobierno del Itsmo para el despacho de los elementos de guerra que vienen dirijidos al Perú; i la segunda es la de la respuesta de la Cancillería de los Estados Unidos de Colombia al Gobierno de Chile, sobre la reclamación que ha entablado dicho Gobierno por los despachos de pertrechos que han conducido nuestros trasportes. Ambos documentos revelan la decisión del Gobierno de esta República en favor del Perú. También remito a V. S. adjunto a este oficio, un telegrama del señor Goyeneche en que anuncia que el vapor ingles Jeno•vese conduce de Amberes para Chile considerables elementos de guerra. Han sido descubiertos en este puerto quinientos i tantos barriles llenos de cápsulas Remington i despachados en Nueva York para el Perú por la casa de Grace, como barriles de manteca. A pesar del descubrimiento de este contrabando, haré que esas municiones sigan a su destino por el próximo trasporte que venga del Callao. Dios guarde a V. S., señor Ministro. Luis E. Al señor Ministro de Estado en el despacho de Relaciones

MÁRQUEZ. Esteriores.—Lima.


DOCUMENTOS

Lima, Agosto 2 5 do 1879.—-Trascríbase al Ministerio de Guerra i Marina con copia de los anexos, i dígase en respuesta. LARRABURE.

COFIA. OFICINA

TELEGRÁFICA

DE BUENAVENTURA.—Telegrama

de-

Bogotá recibido hoi 31 Julio de 1879.—Bogotá, Julio 2G de 1 8 7 9 . — S e ñ o r Administrador de la Aduana de Buenaventura.— Sírvase Ud. trasmitir por el primer vapor que siga para Panamá, la comunicación que en seguida se inserta, dirijida al señor secretario de Gobierno del mismo Estado:—Bogotá 2 6 . — S e cretaría de lo Interior i Relaciones Esteriores.—Señor secretario de Gobierno del E. S. de Panamá,—Con fecha de ayer se ha espedido por el P. E. nacional la siguiente resolución:— Despacho de lo Interior i Relaciones Esteriores.—Bogotá, Julio 2 5 de 1 8 7 9 . — V i s t a la comunicación del secretario de Estado en el despacho de Gobierno del E. S. de Panamá de 1. ° del presente, ramo de negocios nacionales, número 1 9 7 , al que acompaña la resolución espedida por el P. E. do dicho Estado, con fecha 2 6 de Junio último, i considerando que dicha resolución es abiertamente contraria al punto marcado con la letra A de la dictada por el P. E. nacional con fecha 2 de Junio próximo pasado, que declaró que el ferrocarril de Panamá, como via franca de tránsito universal, del uno al otro Océano, debia servir al comercio de todos los paises sin limitación alguna en atención a la procedencia, clase i destino de las mercaderías, se resuelve: 1. ° Impruébase la resolución dictada por el Gobierno del E. S. de Panamá, con fecha 2 6 de Junio último, por la cual impone ciertas restricciones al tráncito por el ferrocarril interoceánico. 2. ° Comuniqúese esta improbación al Gobierno del mismo Estado, i prevéngasele que en lo sucesivo sujete estrictamente sus procedimientos en esta materia i los resuelto por el P. E. nacional con fecha 2 del mes anterior, en el sentido de que es completamente libre el tránsito al través del Itsmo de cualesquiera efectos que pasen del Atlántico para ser embarcados en el Pacífico en buques mercantes, sea cual fuere su nacionalidad, sin otras restricciones que las fijadas en la nota de este despacho, de 1 7 del presente, número 79, sección 1 . . — L o que comunico a Ud. para conocimiento del señor Presidente de este Estado.—De Ud. A. S. S.—Luis Carlos Rico.—Es auténtico, i fué recibido el 3 1 a las 7 P. M . — Buenaventura, 3 1 de Julio de 1 8 7 9 . — A . Guinaud.—Buenaventura, Agosto 7 de 1 8 7 9 . — E s copia.—ElAdministrador— Rafael González.—-Es auténtica. c 3

R.

CARASSA.

COPIA. " O F I C I N A TELEGRÁFICA

DE BUENAVENTURA.—Telegrama

de

Bogotá.—Oficial.—Bogotá, Julio 2 2 de 1 8 7 9 . — S e ñ o r Administrador de la Aduana de Buenaventura: Sírvase Ud. trasmitir al Ministro de Relaciones Esteriores de Chile, por el próximo vapor que siga para Valparaíso, el siguiente despacho que se le envía orijinal por el correo de la línea del Pacífico, que sale hoi." "Estados Unidos de Colombia.—Bogotá, Julio 2 2 de 1 8 7 9 . — Secretaría de lo Interior i Relaciones Esteriores.—Señor:—He tenido la honra de recibir el despacho de V. E. fechado el 1 5 de Junio último que ha trasmitido por telégrafo el Administrador de Hacienda Nacional de Buenaventura. El mencionado despacho contiene una queja de ese Gobierno con motivo de la eonducta observada por el Presidente del Estado Soberano de Panamá en relación con él tránsito de elementos de guerra por el Itsmo, conducta que V. E. estima como violatoria del tratado de amistad, comercio i navegación que existe entre Colombia i Chile, i la cual pide sea comprobada por el P. E. nacional. El Gobierno de la Union, en virtud de una consulta que le fué hecha por el Gobierno del referido Estado, espidió, con fecha 2 del mes próximo pasado, la resolución que en copia acompaño sobre tránsito de elementos de guerra por el Itsmo:" (Aquí la resolución publicada en el número 4 , 4 4 0 del D I A R I O O F I C I A L . ) "En respuesta a un oficio del secretario de Gobierno del mismo Estado, en que dá cuenta de las notas cruzadas con el Cónsul de Chile en la ciudad de Panamá sobre el tránsito de elementos de guerra, que ha asegurado (será aseverado) dicho Cónsul fueron embarcados en ese puerto con destino al Perú, se le ha dirijido con fecha de ayer la siguiente comunicación:

INÉDITOS.

35

"Impuesto el ciudadano Presidente de la comunicación de Ud., fechada el 2 4 de Mayo i marcada con el número 1 4 2 del ramo de negocios jenerales, ha determinado que diga a Ud. lo siguiente: Si algún buque de guerra, aunque sea de potencia belijerante, intenta llevar bultos de mercaderías que no hayan venido destinadas al Estado de Panamá, sino de tránsito para otro país i su contenido no se puede conocer sino abriéndolo, ni se sabe por informe de procedencia oficial que contenga contrabando de guerra, el Presidente del Estado no está en el deber de hacer averiguaciones ni de impedir el embarque; pero si algún Gobierno estranjero o algún ájente de él con personería para el efecto, le dá aviso de que se pretende poner a bordo de tal buque armas con municiones u otros artículos que, de acuerdo con los tratados vijentes i en virtud de los principios jeneralmente aceptados del derecho internacional no le sea permitido embarcar en los puertos neutrales a los buques de guerra, i si la operación de conducirlos a nave es notoria, i visible el cargamento, el Presidente del Estado debe tomar cuantas medidas estén a su alcance para impedir el embarque. Es preciso que ese Gobierno justifique que no es exacto el hecho asegurado al Cónsul particular de Chile en esa ciudad, i por el cual protestó de que fueran embarcadas en el trasporte de guerra peruano, el Talismán, los elementos de guerra a que se refiere la nota que contesto i que debieran salir con destino al Ecuador en virtud del permiso dado para el embarque.. Los documentos que constituyen la prueba los enviará Ud. a este despacho. Las atribuciones de los cónsules están en lo jen eral fijadas en los pactos con diferentes paises, i a falta de estipulaciones no se les reconocen mas por el Gobierno de Colombia que las que les conceden las naciones de Europa i América, que se limitan al amparo de sus nacionales en asuntos de comercio, sin representación de inmunidad diplomática, La Convención Consular celebrada por esta República con la de Chile, el 3 0 de Agosto de 1 8 5 3 , está vijente, i el.artículo noveno chía los cónsules de ambos paises el derecho de reclamar contra - cualesquiera infracción cíe los tratados existentes en perjuicio de individuos de su nación, de manera que no pueden dirijirse al Gobierno, sino para reclamar de las infracciones que dañen a particulares residentes en su distrito consular; i esto cuando no haya ájente diplomático de su nación; pero cuando no pretendan hacer jestion diplomática, ni establecer polémica sobre lo que obliga al Gobierno al cumplimiento a lo de su competencia, sino únicamente de que se ha ejecutado o tratado consumarse un hecho que tenga relación con los intereses de su pais, se les debe considerar su dicho como un informe oficial." He avisado a Ud. por telégrafo que el tratado de 1 8 de Febrero de 1 8 4 4 , de Colombia i Chile, está en vijencia en la confianza de que el Gobierno de Chile encuentre equitativo i ajustado al tratado de 1 8 4 4 las resoluciones que tengo trascritas i que hayan emanado de las resoluciones del Gobierno de Colombia, de permanecer neutral en la guerra que desgraciadamente ha surjido entre el primero i las repúblicas del Perú i Boiivia, Tengo la honra de suscribirme de V. E., con sentimientos de alta consideración, obsecuente servidor.—(Firmado.)—Luis Carlos Rico. — A S. E el señor Ministro de Relaciones Esteriores de la R e pública de Chile.—Es auténtico.—(Firmado.)—Julio A. Guimaraes.—Es exacto. RICARDO

CARASSA.

LXYI. Pide el envío de embarcaciones menores p a r a rcem« plazar a las de la C o m p a ñ í a del Ferrocarril d e Panamá. CONSULADO J E N E R A L DEL P E R Ú E N LOS ESTADOS UNIDOS D E

COLOMBIA.

Panamá, Agosto 20 de 1879. Señor Ministro: Es evidente que la Compañía del Ferrocarril se negará en adelante a conducir en sus lanchas los elementos de guerra que se deban embarcar en trasportes peruanos. El uso de esas lauchas i del remolcador de la espresada Compañía lia costado ya muchos miles al Erario nacional en las dos últimas espediciones, i aun cuando a pesar de la prohibición podria conseguirse el servicio del remolcador i las lanchas con algún sacrificio de dinero, vale mas evitarlo, aprovechando otro recurso mas fácil i económico. Importa mucho que el Supremo Gobierno, por medio de cualquiera casa de comercio, mande a este


GUERRA DEL PACIFICO.

36

puerto una lancha a vapor i dos de carga de ochenta a cien toneladas cada una, apareciendo dicha casa como dueña de las embarcaciones. De esta manera la Compañía del Ferrocarril no tendrá ningún inconveniente para entregar la carga destinada al Perú, i se ahorrarán tres a cuatro mil fuertes en oro americano por cada viaje que haga a la isla donde ocurran los trasportes el vaporcito Cargador, contratado en ese precio por el ájente particular del Gobierno, a falta del remolcador de la Compañía. Y a existen aquí dos mil cajas de pertrechos, mas o menos, que forman 2 5 0 toneladas, casi un cargamento; dentro de veinte dias llegarán, problablemente, los cinco mil rifles del contrato del señor Ministro Lama, que constituirán otra remesa, i creemos que aun vengan dos o tres partidas mas de armas i municiones, si la duración de la guerra con Chile no hace necesario mayor número de envíos. Esto manifiesta que solo en conducción de artículos de guerra del miielle de la Compañía a los trasportes se gastarán en mui poco tiempo lo menos veinte mil pesos oro americano o sean setenta mil soles en billetes. Para economizar esta fuerte suma i para mayor libertad i seguridad de los embarques, con elementos propios, juzgo que es mui conveniente el envío de la lancha a vapor i de las dos de carga que he indicado a V. S. Ruego a V. S. se sirva acordar lo que estime mas asertado con quien corresponda i favorecerme con una respuesta. Dios guardo a V. S., señor Ministro. Luis E.

MÁRQUEZ.

Al señor Ministro ele Estado en el despacho do Relaciones Esteriores.—Lima.

Lima, Setiembre 1. ° de 1879.—Trascríbase al Ministerio de Guerra i Marina i acúsese recibo. Fecho.

Con los pertrechos que aquí existen, inclusas seis baterías de cañones Krupp para Bolivia, hai mas de la carga de un trasporte. Dios guarde a V. S., señor Ministro. Luis E.

MÁRQUEZ.

Al señor Ministro de Estado en el despacho de Relaciones Esteriores.—Lima.

Lima, Setiembre 9 de 1879.—Trascríbase al Ministerio de Guerra. LARRABURE.

LXTX. P a r t i c i p a a su G o b i e r n o n o t e n e r fondos ni p a r a su subsistencia. CONSULADO

J E N E R A L D E L P E R Ú E N LOS ESTADOS UNIDOS D E COLOMBIA.

Panamá, Agosto 27 de 1S79. Señor Ministro: La falta de fondos para gastos del servicio en Panamá i la de recursos para mi subsistencia, por no habérseme remitido hasta ahora los sueldos que se me adeudan, hacen mi posición aquí desesperada e insostenible; i no me será dado practicar dilijencias oficiales, enviar telegramas ni publicar cosa alguna, mientras se me tenga careciendo hasta de lo mas necesario. Dios guarde a V. S., señor Ministro. L U I S E.

MÁRQUEZ.

Al señor Ministro de Estado en el despacho de Relaciones Esteriores.—Lima.

LXVIL Remite un telegrama del ministro Goyciieehc sobre el T r a t a d o c o n E s p a ñ a .

Lima, Setiembre 9 de 1879.—Comuniqúese al Ministerio de Hacienda i acúsese recibo. LARRABURE.

CONSULADO J E N E R A L D E L P E R Ú E N LOS ESTADOS UNIDOS D E COLOMBIA.

Panamá, Agosto 20 de 1579. Señor Ministro: Tengo el honor de remitir a V. S., adjunto al presente oficio, un telegrama que he recibido hoi del señor Ministro Goyeneche en que comunica que el 14 del actual firmó un tratado con España i que está negociando fondos para mesadas. Dios guarde a V. S., señor Ministro. Luis E.

MÁRQUEZ.

Al señor Ministro de Estado en el despacho de Relaciones Esteriores.—Lima.

Lima, Setiembre 1. ° de 1879.—Trascríbase al Ministerio de Hacienda la segunda parte del telegrama adjunto i acúsese recibo. Fecho. TELEGRAMA.

París,

Agosto 18 de 1879.

Goyeneche a Cónsul Peruano.—Panamá. Diga Gobierno 14 Agosto firme tratado España hasta saber acepten renuncia. Estoi negociando fondos mesadas.

LXVIIT. A n u n c i a la próxima llegada a P a n a m á de un torpedo i pertrechos de guerra. CONSULADO J E N E R A L

D E L P E R Ú E N LOS ESTADOS UNIDOS D E COLOMBIA.

Panamá, Agosto 27 de 1879. Señor Ministro: H e recibido un parte telegráfico del Cónsul jeneral (E. de N.) señor Tracy, en que me comunica el señor coronel Lara viene en el vapor Colon trayendo una lancha torpedo Herreshoff i otros elementos de guerra. El Colon estará en el Itsmo pasado mañana.

LXX. La

" E s t r e l l a d e P a n a m á ' es s u b v e n c i o n a d a p o r el G o bierno del P e r ú con 5 0 0 pesos mensuales.

CONSULADO J E N E R A L D E L P E R Ú

E N LOS ESTADOS UNIDOS D E

COLOMBIA.

Panamá, 27 de Agosto de 1879. Señor Ministro: Don James Roycl, editor de la E S T R E L L A D E P A N A M Á , hizo un arreglo con don José Antonio Miró Quezada para recibir una subvención del Gobierno del Perú, comprometiéndose a no hostilizar los intereses peruanos. Ignoro cuál fué la cantidad convenida; pero sí sé que la E S T R E L L A no ha dejado de ser hostil a pesar del convenio. El referido editor me cobra 5 0 0 pesos por la primera mensualidad de la subvención, sin haber publicado un solo remitido que no le haya sido negado. Hace solo pocos dias que por demorar de un dia a otro un artículo contrario a nuestros intereses, se hizo abonar 2 5 0 pesos fuertes. No juzgando prudente en las actuales circunstancias, escitar la mayor enemistad de la ESTRELLA con una negativa redondaai abandono de los 5 0 0 pesos que solicita, me he limitado a contestar a Royd que no teniendo órdenes de mi Gobierno para verificar tal pago, pienso que quiera el Ministerio del ramo entenderse directamente con él en la entrega del valor de la subvención, i que debe hacer su cobranza en Lima. Sé que Royd desea vender la E S T R E L L A , tal como está establecida, en 80,000 pesos. La empresa es productiva, (a la vista está) i no faltaría quien diera 50,000 pesos por ella inmediatamente, manteniendo todo su servicio i circulación. Comunico el dato a V. S. por lo que pueda interesar. Dios guarde a V. S., señor Ministro.

Luis

E.

MÁRQUEZ.

Al señor MinUtro de Estado en el despacho de Relaciones Esteriores.—Lima.


DOCUMENTOS

:37

INÉDITOS.

4,500 rifles del contrato del señor Lama, que han llegado hoi a Colon; otro torpedo Herreshoíí (completamente armado i de Avisa q u e h a j i r a d o u n a letra valor d e 1 , 0 0 0 soles pla70 pies de largo, que nos dará un trabajo inmenso para su ta a favor de don Enrique Ehrman. traslación a Panamá i embarque) remitido por el señor Canevaro via de Nueva York, i que también hoi debe llegar; dos ametrallaCONSULADO JEN ERAL DEL PERÚ EN LOS ESTADOS UNIDOS DE doras sistema Nortdenfield, enviadas de Europa por el mismo COLOMBIA. señor Canevaro, i cuarenta balas cónicas de acero para la esPanamá, Setiembre 3 de 1870. cuadra. En el próximo vapor vendrán uno o dos botes-torpedos Señor Ministro: con igual procedencia. Cree el señor Canevaro que exista aquí Con esta fecha he jirado a cargo de la caja fiscal de Lima i un oficial esperto de nuestra marina para la conducción del a favor de don Enrique Ehrman, por la suma de mil soles pla- yatch-torpedo que ha remitido i que puede navegar sin peligro ta, que se han invertido en el último trimestre en el pago de : hasta el Callao, dado el caso de que no haya trasporte (pie lo telegramas, publicaciones, viajes i comisiones a las islas de Pa- acompañe. namá, despacho de correspondencia i otros gastos de que remiUn solo trasporte seria insuficiente, a mi juicio, para la contiré a V. S. en breve cuenta documentada. El mismo don Enriducción de tantos i tan valiosos elementos de guerra; i seria que Ehrman lia hecho esos pagos por favor personal al que necesario que una de nuestras corbetas le acompañara, afinde suscribe, no habiendo recibido todavía la cantidad que aguardo tomar una parte del cargamento i resguardar al trasporto condel Tesoro público. tra cualquier crucero chileno. Dios guarde a V. S., señor Ministro. En caso de que no viniera oportunamente un oficial peruano Luis E. MÁRQUEZ. para la conducción del yatch-torpedo i fuera preciso contratar aquí un marino estraujero para su manejo, yo mismo me emAl señor Ministro de Estado en el despacho de Relaciones Esteriores.—Lima. barcaría en el yatch con el objeto de vijilar al individuo que se contratara i evitar una traición que los ajen tes de Chile querLima, Setiembre 1G de 1879.—Con esta fecha se ha aborían pagar a cualquier precio. Como en quince dias puedo estar nado el valor del libramiento de 1,000 soles plata jirado por de regreso en Panamá i es casi evidente que en tan breve plazo el Cónsul jeneral en Panamá a favor de don Enrique Ehrman. no vendrá ninguna otra remesa de Europa o Estados Unidos, el señor Vallarino quedaría a cargo de la trasmisión de los t e LARRABÜRE. legramas i de cualquier otro servicio que pudiera yo desempeñar en esos quince dias. LXXil. lluego a V. S. se sirva comunicar los datos que preceden al señor Ministro de Guerra i Marina. H a c e relación de los elementos de g u e r r a que existen Dios guarde a V. S., señor Ministro. en e l tísHso i t e m e s e a n c o n f i s c a d o s p o r l o s m o t i -

LXXI.

v o s q u e es p o n e .

Luis E. MÁRQUEZ.

CONSULADO JENERAL DEL PERÚ EN LOS ESTADOS UNIDOS DE COLOMBIA.

Panamá, Setiembre de 1870. Señor Ministro: El señor coronel Lara, que sigue hoi a Lima, ha traido de Nueva York el bote-torpedo Herreshoff, de que di noticia a V . S. en el vapor anterior. Este torpedo, los seis cañones Krupp que aquí están destinados a Bolivia, los tres millones, mas o menos, de cápsulas para rifles i ametralladoras, i los cuatro mil quinientos Remington que llegarán el 9 de Estados Unidos, forman un grande i valioso cargamento para la conducción del cual es urjente la venida de un trasporte mayor que el Talismán. Además, la compañía del ferrocarril ha aumentado el costo del almacenaje i se están haciendo instancias para la confiscación de esos artículos, que, aun cuando sean ilusorias, no dejan de producir cierta alarma en el ánimo de los actuales directores del ferrocarril i pueden traer dificultades para las remesas de nuestros elementos de guerra. Es la ESTRELLA DE PANAMÁ ¡a que insta al Gobierno del Estado para esa confiscación, que nunca podría realizarse a menos que estallara una revolución i necesitara el Gobierno proveerse de pertrechos. El telegrama en cifra que me remitió V . S. con su oficio de 20 de Agosto último, para el señor Ministro Goyeneche, fué trasmitido inmediatamente. Dios guarde a V . S., señor Ministro.

Al señor Ministro de Estado en el despacho do Relaciones Esteriores.—Lima.

Lima, Setiembre 25 de 1879.—Contéstese enterado de todo i que se le autoriza para tomar cuantas providencias juzgue conveniente para traer al Callao el yatch-torpedo que no es posible lo conduzca a su bordo algún trasporto. Que si el Oroya no ha podido traerlo a remolque, puede adoptarse hasta el medio de tripularlo i venir en él el Cónsul, como jenerosamente se brinda a hacerlo. Que el Gobierno supone que el señor don César Canevaro, de acuerdo con él, habrá tomado alguna providencia para la traslación al Callao de dicho yatch-torpedo, allanando las dificultades de los gastos. Pero que si nada se hubiese hecho, queda el Cónsul autorizado para procurarse recursos, bien entendido que todo se pagará aquí a su orden i que la navegación del yatch-torpedo puedo hacerse al abrigo ele la costa, desde Paita hasta el Callao, pudiendo el capitán del puerto de Paita darle un oficial de marina para su ausilio. Que en tal caso, la tripulación del yatch debe componerse de hombres de probada lealtad i venir en él un práctico de costa para dirijir la navegación siquiera hasta Paita. Que todo lo que haga tomando las mayores seguridades, será aprobado por el Gobierno. Fecho.

LXXIY.

Luis E. MÁRQUEZ. Al señor Ministro de Estado en el despacho de Relaciones Esteriores.—Lima.

Lima, Setiembre 18 de 1879.—Trascríbase al Ministerio de Guerra la parte marcada. LARRABÜRE.

H a c e comentarios de los artículos que escribe la " E s t r e l l a d e P a n a m á " c o n t r a el P e r ú i a n u n c i a lia subvencionado el periódico " E l C o m e r c i o " CONSULADO JENERAL DEL PERÚ EN LOS ESTADOS UNIDOS DE COLOMBIA.

Panamá,

LXXI i I. C o m u n i c a l a l l e g a d a d e 4 . 5 0 0 rifles c o m p r a d o s a C o s t a Rica, a m e t r a l l a d o r a s i u n yatch-torpedo. CONSULADO JENERAL DEL PERÚ EN LOS ESTADOS UNIDOS DE COLOMBIA.

Panamá, Setiembre 10 de 1879. Señor Ministro: Además del armamento que tenemos en el ferrocarril de este puerto i del cual he dado razón a V . S., hai que agregar los

Setiembre 10 de 1879.

Señor Ministro: La ESTRELLA DE PANAMÁ sigue atacándonos rudamente, pe-

ro su ojeriza contra el Perú, traducida en injurias torpes, ocasiona su descrédito i la exhibe ante el juicio de la prensa europea i americana, en su triste papel de ájente asalariado i espía de Chile. Como este periódico no admite artículos en que se le pruebe su sinrazón i se manifiesten los verdaderos móviles de su conducta, estoi escribiendo una crítica de sus editoriales para hacerla publicar en los principales diarios de Europa i Norte América. N o hago la publicación en los pequeños periódicos de este puerto, porque no tienen ninguna circulación en r


33

GUERRA

D E L PACIFICO.

el Esterior, que es lo que mas nos importa, i porque al sostener una polémica vehemente con la ESTRELLA en uno de ellos, solo se leería en todo el mundo lo que contra el Perú espresara ese diario, único que circula en todas partes. Sin embargo, para ilustrar mas el pensamiento público de Colombia sobre nuestra cansa e influir mejor en el ánimo del Gobierno de este Estado en favor de los intereses peruanos, estoi contribuyendo a la publicación de un periódico que acaba de fundarse bajo el título de E L COMERCIO i cuyo primer número adjunto a este oficio. Uno de sus redactores es diputado de Panamá al Congreso de la Union i otro es el conocido escritor i defensor del Perú don Alvaro Contreras. Recomiendo a V. S. el editorial sobre la neutralidad del Istmo refutando a la ESTRELLA. Dios guarde a V. S., señor Ministro. Luis E. MÁRQUEZ. Al señor Ministro de Estado en el despacho de Relaciones Esteriores.—Lima.

LXXV. Indica que p o r falta de n a s o a d o n Enrique Erliman p a r a l i z a r á la r e m e s a d e a r m a s i el servicio del Consulado. CONSULADO JENERAL DEL PERÚ

EN LOS ESTADOS UNIDOS

DE COLOMBIA.

ha de querer venderla a su contrario, el actual Presidente señor Ortega, vale mas que se le retribuya con otro servicio equivalente. V. S. dispondrá lo que estime mas acertado. Dios guarde a V . S., señor Ministro. Luis E. MÁRQUEZ. Al señor Ministro de Estado en el despacho de Relaciones Esteriores.—Lima.

Lima, Octubre 1.° de 1879.—Visto el oficio anterior en que el Cónsul jeneral de la República en Panamá manifiesta que habiendo cesado el señor Casorla en la presidencia del Estado soberano de Panamá, ya no tendría objeto el obsequio de una ametralladora que se dispuso hacerle por decreto de 4 de Junio último, por cuya consideración había remitido en el trasporte Oroya la espresada ametralladora junto con los demás elementos de guerra despachados de ese puerto con destino a la R e pública, i subsistiendo las razones por las cuales se espidió el espresado decreto supremo, se dispone: Que por la caja fiscal de este departamento se contrate una letra por 10,000 francos a favor de dicho Cónsul jeneral, cuya suma se aplicará a hacer algún obsequio al señor Casorla por los importantes servicios que ha prestado a la República i en conformidad a las instrucciones que al primero se trasmitirán por el Ministerio de Relaciones Esteriores. Apliqúese este gasto a la partida estraordinaria destinada al servicio diplomático i consular en el presupuesto jeneral de la República; trascríbase al Ministerio de Hacienda para su cumplimiento, comuniqúese i resjístrese.

Panamá, Setiembre 10 de 1S79. Señor Ministro: Ruego a V. S. se sirva comunicar a S. E. el señor jeneral La-Puerta i al señor Ministro de Hacienda, que la falta de inmediato pago de los gastos hechos por don Enrique Ehrman Rúbrica de S. E.—IRIGÓYEN. para el despacho de la espedicion del Limeña, i de los que ahora tengan que hacerse, esponen al Perú a la paralización de las remesas de sus elementos de guerra; i que tampoco me es perLXXVIT. mitido atender a la trasmisión de telegramas ni a servicio alguno, mientras no se me remitan fondos, pues tengo que estar Anuncia el e m i o del telegrama sobre el combate de pidiendo esperas hasta para el pago de mis alimentos. A n t o f a g a s t a ; difícil situación en q u e se halla p o r falta de cumplimiento del Tesoro peruano a sus Dios guarde a V. S., señor Ministro. compromisos.

Luis E. MÁRQUEZ. Al señor Ministro de Estado en el despacho de Relaciones Esteriores.—Lima.

CONSULADO JENERAL DEL PERÚ EN LOS ESTADOS UNIDOS DE COLOMBIA.

Panamá, Setiembre 16 de 1879. Señor Ministro: El sábado 13 del actual, a las tres de la tarde, media hora después de distribuida la correspondencia del vapor del Sur, que contenia el oficio de V . S., de 3 del presente, número 36, trasmití por el cable a Nueva York el siguiente telegrama a LXXVL que dicho oficio se refiere: "Huáscar 2 8 Agosto combatió cuatro horas Antofagasta, apagó fuegos, desmontó principal batería; Se entrega al Presidente Casorla 1 0 , 0 0 0 francos en Abtao averiado, sus comandantes heridos, muertos varios. Trasc a m b i o d e u n a a m e t r a l l a d o r a q u e se l e Itabia obsequiado p o r sus servicios prestados al Perú. mita Ministro peruano Paris." La trasmisión encargada al señor Tracy para Europa fué moCONSULADO JENERAL DEL PERÚ EN LOS ESTADOS UNIDOS DE tivada por escasez de dinero del señor Enrique Ehrman, que COLOMBIA. es la única persona de cuya amistad he podido conseguir basta ahora pequeños préstamos para el pago de telegramas, corres(Reservada.) pondencia, viajes a las islas, etc., i también para los gastos mas apremiantes de mis propias necesidades. Pero al tratar del Panamá, Setiembre 10 de 1879. despacho del telegrama referido, tuve el sentimiento i el b o Señor Ministro: chorno de oir espresar a dicho señor que estaba en el dia escaAunque a solicitud mia se me autorizó para obsequiar una so de recursos i que baria un esfuerzo penoso para atender a ametralladora al señor Casorla, ex-Presidente de este Estado, los gastos de mi servicio i a los particulares inios, pues el G o por sus importantísimos servicios al Perú en el despacho de nuestras dos primeras espediciones de armas, no siendo él ya bierno del Perú no le habia pagado lo que le adeudaba por la jefe de este Gobierno, he juzgado mas conveniente que di- espedicion de armas en el Limeña,, ni mandádole dinero alguno para el fuerte gasto del envió del grande armamento que tenecha ametralladora siguiera al Callao como un nuevo elemento mos depositado en el ferrocarril de este puerto. V. S. comprena la defensa nacional; pero sabiendo el señor Casorla que debia derá, señor Ministro, cuan duro es para un representante del hacérsele este obsequio, el cual habría quedado por su justo Perú depender de la jenerosidad de un acreedor estranjero en valor al servicio del Estado, si hubiese querido aprovechar su los gastos mas urjentes del servicio i en los de su sostenimienimporte, i constándome que el señor Casorla se encuentra hoi to, cuando se trabaja ansiosamente para proveer al Perú de los por su propia honradez en la mas difícil condición pecuniaria, elementos de guerra necesarios a la defensa nacional. Y o apucreo que corresponde a la decencia peruana hacer entregar al ro con alegría todo sacrificio que me importe un servicio benéseñor Casorla en la forma mas delicada el precio de la ametralladora, sea cancelando privadamente hasta esa suma sus obli- fico para la República, pero me es sumamente dolorosa la idea de que se haga penosos comentarios en Panamá sobre la falta gaciones en esta plaza o instándole secretamente a que reciba de cumplimiento del Tesoro peruano a los compromisos contraiesa ofrenda de la gratitud de nuestro Gobierno. dos en este puerto para el despacho de sus armas. Conviene que el señor Casorla no se crea burlado en la promesa de esa arma, i aun cuando ella puede serle cumplida Ruego a V. S. se sirva insistir con el señor Ministro de H a ahora mismo, como ya no está en situación de aprovecharla, ni cienda para que remita en breve los fondos que necesitan los

Lima, Setiembre 2 2 de 1879.—Trascríbase al señor Ministro ele Guerra. Fecho.


DOCUMENTOS

ajenies del Perú para el envió del gran armamento que tenemos en Panamá, i para los gastos de mi servicio. Dios guarde a V. S., señor Ministro.

39

INÉDITOS.

de 4 3 . 1 0 , sino de 5 0 , lo cual difiere del modelo español de los Remington. Dios guarde a V. S., señor Ministro. Luis E . MÁRQUEZ.

Luis E . MÁRQUEZ, Al señor Ministro de Estado en el despacho de Relaciones Esteriores.—Lima.

Lima, Setiembre 2 9 de 1879.—Comuniqúese al Ministro de Hacienda, i contéstese en vista de la respuesta.

Al señor Ministro de Estado en el despacho do Relaciones Esteriores.—Lima.

LXXÍX. Trasmite al Gobierno un telegrama sobre la partida del "¿Mamúllense" c o n a r m a s p a r a Chile.

LARRABURE.

CONSULADO JENERAL DEL PERÚ EN LOS ESTADOS UNIDOS DE COLOMBIA.

LXXYÍIÍ.

Panamá,

E s p l i c a l a p r o c e d e n c i a d e las dos r e m e s a s d e rlíles c o m p r a d o s a C o s t a R i c a , i n d i c a n d o l a f o r i n a c ó m o cieñen s e r c o n f r o n t a d o s c o n el m o d e l o . CONSULADO JENERAL DEL PERÚ EN LOS ESTADOS UNIDOS DE COLOMBIA.

Setiembre 23 de 1879.

Señor Ministro: H e recibido del señor Goycneche para trasmitir al Supremo Gobierno el siguiente despacho, fechado en París el 1 8 del actual: "ybjf—bglapqch—hgllpgqpvh—jfhcop—pqjbgifqpr. B p c o — pjp—r—pillfqillbap.—sq—París.

Panamá, Setiembre 17 de 1879. Señor Ministro: Me he impuesto con suma atención de las observaciones que el señor jeneral Ministro de la Guerra hace respecto de cierta cantidad de rifles sin bayoneta i de distinto tamaño i calibre, del Remington modelo español, que V. S. se sii've trascribirme en su estimable oficio de 1.° del presente, número 3 4 , refiriéndose a la espedicion del trasporte Limeña. Aquellos rifles forman parte de la primera remesa del G o bierno de Costa Rica, mil armas que existían en Aniapala i que trajo a este puerto el señor Ministro don Tomás Lama. Las bayonetas vinieron posteriormente i "se encuentran en los almacenes del ferrocarril. La segunda remesa de cuatro mil quinientos rifles que hace dicho Gobierno, procede de Europa i se encuentra ahora guardada de tal modo en los depósitos del ferrocarril, que no es posible practicar su reconocimiento en el día i sin que los ajentes chilenos descubran el sitio en que se le tiene. La mejor oportunidad para el examen de estas armas es el momento en que se reciban a bordo del trasporte que deba conducirlos al Perú; pues allí en presencia del comandante del buque, de cualquier oficial perito i del que suscribe, puede tener lugar la mas prolija inspección en vista del modelo que se lleve a bordo i sin el riesgo de llamar la atención de los ajentes de Chile. Se me informa por el consignatario de estos rifles, que son Remington, calibre 4 3 , nuevos i con sus respectivas bayonetas.

(Traducción).

Vapor ingles Maranhense zarpó Amberes 5 Setiembre pertrechos chilenos. Dios guarde a V. S., señor Ministro. Luis E. M Á R Q U E Z . Al señor Ministro de Estado en el despacho de Relaciones Esteriores.--Lima.

Lima, Octubre 1. ° de 1879.—Oficíese a la Secretaría del Supremo Director de la Guerra, en lus términos acordados. Pecho,

LXXX. S o l i c i t a e l p a g o d e u n a o r d e n p o r 40í> s o l e s p l a t a p a v a alimento de su familia. CONSULADO JENERAL DEL PERÚ EN LOS ESTADOS UNIDOS DE COLOMBIA.

Panamá, Setiembre 23 de 1879. Señor Ministro: He recibido la dolorosa sorpresa de saber que una orden por cuatrocientos pesos plata jirada por mí hace cerca de tres meses a cargo de la caja fiscal de Lima i a favor de mi esposa, jiro que clebia abonarse de los'sueldos que se me adeudan, aun no ha sido pagada. Acepto para mí toda penalidad en mi servicio al Estado, pero tengo que quejarme de que se impongan a mi pobre familia privaciones que no debe sufrir. Ruego a V. S. se sirva interponer su influencia con el señor Ministro de Hacienda para que mis hijos no sean condenados a hambre. Dios guarde a V. S., señor Ministro.

Oportunamente daré cuenta a V. S. del examen que practique de estos rifles. Dios guarde a V. S., señor Ministro. Luis E. M Á R Q U E Z . Al señor Ministro de Estado en el despacho de Relaciones Esteriores. —Lima,

Luis E. MÁRQUEZ.

Lima, Setiembre 2 9 de 1879.—Trascríbase al Ministerio de Guerra i Marina.

Al señor Ministro de Estado en el despacho de Relaciones Esteriores.—Lima.

LARRABURE.

Lima, Octubre 1. ° de 1879.—Contéstese que ya se pagó el libramiento de que habla.

CONSULADO JENERAL DEL PERÚ EN LOS ESTADOS UNIDOS DE COLOMBIA,

LARRABURE.

Panamá., Setiembre 23 de 1879. Señor Ministro: El señor comandante del Oroya, al recibir el cargamento que conduce dicho trasporte, ha colocado las cajas de rifles de la remesa del señor Ministro Lama, en el fondo de la bodega i bajo una gran cantidad de bultos conteniendo otros pertrechos. El examen de aquellas armas no es posible aquí ahora, sin ocasionar al buque una demora grave: además, se encuentra en Lima el señor jeneral Vasquez, que es quien debe firmar el acta de reconocimiento de los rifles por ser el encargado del Gobierno de Costa Rica para la entrega de ese armamento; i creo mas conveniente que se estienda dicha acta en Lima. La marca de las 2 7 0 cajas que encierran los cuatro mil quinientos rifles, es L. M. Solo puedo asegurar a V. S. que el calibre no es

LXXXI. A n u n c i a l a p a r t i d a d e l " O r o y a " a l C a l l a o i el c a r g a m e n t o d e p e r t r e c h o s d e g u e r r a «jue c o n d u c e . CONSULADO JENERAL DEL PERÚ EN LOS ESTADOS UNIDOS DE COLOMBIA.

Panamá, Setiembre 28 de 1879. Señor Ministro: Iíoi zarpa con destino al Callao el trasporte nacional Oroya, después de haber cargado el grande i valioso armamento cuya factura adjunto en copia al presente oficio. Solo resta por llegar el yatch-torpedo i dos lanchas mas que el señor don José Francisco Canevaro ha enviado de Europa por la via de Nueva York i que estarán aquí el G o 7 del mes próximo.


GUERRA DEL PACIFICO.

40

El señor coronel don César Canevaro regresa en el Oroya a cargo del armamento. Va con nuestros pertrechos la batería de cañones Krupp que el señor Ministro de Bolivia, don Zoilo Flores, me encargó recibir i despachar. Dios guarde a V. S., señor Ministro. Luis E. MÁRQUEZ.

Sin embargo de las observaciones anteriores, si el próximo trasporte viene a cualquiera do las islas fuera de la bahía i de allí nos manda aviso reservado de su presencia, podrá llevar los nuevos elementos que esperamos. De otro modo, tendremos que vencer mui serias dificultades. Dios guarde a V. S., señor Ministro. Luis E. MÁRQUEZ.

AI señor Ministro de Estado en el despacho de Relaciones Esteriorcs.—Lima.

Al señor Ministro de Estado en el despacho de Relaciones Estcriores.—Lima.

Lima, Octubre 1. ° de 1879.—Trascríbase al Ministerio de Guerra i Marina con remisión del anexo. LARRABURE.

LXXXII.

LXXXIII.

M a c e indicación d é l a s medidas que deben adoptarse para hacer nuevas remesas de armamentos. CONSULADO

JENERAL DEL PERÚ EX LOS ESTADOS UNIDOS DE COLOMBIA.

Panamá,

Lima, Octubre 11 de 1879.—Trascríbase al Ministerio de la Guerra i acúsese recibo. Fecho.

A n u n c i a q u e h a t r a s m i t i d o el t e l e g r a m a q u e c o p i a e indica el r e c u r s o de q u e d i s p o n e p a r a h a c e r este servicio. CONSULADO JENERAL DEL PERÚ EN LOS ESTADOS UNIDOS DE

Octubre 1.° de 1S79.

COLOMBIA.

Panamá, Octubre 1. ° de 1S79. Señor Ministro: La resolución del Gobierno central de esta República que Señor Ministro: autoriza el libre tránsito de elementos de guerra por el Itsmo I He recibido del capitán de puerto de Paita, el siguiente t e de Panamá, prohibe a la vez el embarque directo de dichos i legrama: elementos en los trasportes armados de los belijerantes, cuan- ¡ "Pividal suspenda misión Berlín, continuando en Londres.— do así lo reclame el ájente consular respectivo. N o hai vez en Iric/óyen" que llegue el caso de un envió de armas para el Perú, que el Lo he trasmitido al señor Ministro de París para que lo c o Cónsul chileno en este puerto no solicite el cumplimiento de la munique al señor Pividal, por si acaso hubiere salido de Lonreferida prohibición; i para verificar las remesas de armas i dres este funcionario. municiones en nuestros trasportes, tenemos que fletar una emRemito a V. S., adjunto al presente oficio, el telegrama del barcación para cualquier puerto, que aparece como conductora señor Ministro Goyeneche que trascribí a V. S. en nota enviade los pertrechos, mientras éstos se embarcan en altas horas da por el trasporte Oroya. de la noche en las lanchas déla Compañía del Ferrocarril, que Continúo pidiendo dinero prestado para el despacho de los van a trasbordar su cargamento al buque peruano que debe telegramas del Supremo Gobierno. esperarlas en una de las islas fuera de la bahía de Panamá. De Dios guarde a V. S., señor Ministro. esta manera puede acreditar el Presidente de este Estado que los artículos de guerra se han embarcado en buque mercante, Luis E. MÁRQUEZ. salvando su responsabilidad ante el Gobierno central, burlanAl señor Ministro de Estado en el despacho de Relaciones Esteriores.—Lima. do al Cónsul de Chile i salvándonos de las instancias agresivas de los ajentes chilenos, entre los que no es el menos activo la ESTRELLA DE PANAMÁ. Pero si un trasporte viene libremente a la bahía i toma su carga a vista de las autoridades i de toda LXXXIY. la población del puerto, se compromete seriamente al jefe del Estado i no solo se escita una oposición violenta por parte de H a c e relación de la fecha en que deben llegar a P a n a nuestros enemigos, sino que se forma también en ciertos círcum á tres lanchas torpedos. los sociales una crítica amarga contra el Gobierno local, aguijoneado por el cálculo político del partido que le hace oposiCONSULADO JENERAL DEL PERÚ EN LOS ESTADOS UNIDOS DE ción, con el objeto de subvertir el orden público, lo cual nos es COLOMBIA. sumamente desfavorable. Por tales razones, solicité con instancia que nuestros trasportes arribaran a una de las islas próxiPanamá, Octubre 1. ° de 1879. mas a Panamá, so me diera aviso de su venida i aguardara allí Señor Ministro: las armas que debian remitírsele con la necesaria reserva. Sin Por comunicación de Nueva York, sé que el j atch-torpedo embargo, el Oroya, entró franca i directamente al centro de la del señor Canevaro, zarpó de dicho puerto para Colon en el vabahía i recibió su carga en Taboga, a la vista del puerto. Esta por Aisla el 2 7 de Setiembre último, i que las otras dos lanfalta de previsión nos ha ocasionado algunas contrariedades. chas-torpedos salieron con igual destino el 1 3 del mismo mes. El Presidente señor Ortega se ha manifestado descontento i Estas estarán aquí el 6 del actual i el yatch el 1 8 o 1 9 . El teme futuros compromisos con el Gobierno central; la Compa señor Tracy iba a impedir esta remesa en Estados Unidos por nía del Ferrocarril cree aparecer también desagradablemente empeñada ante el juicio de su Directorio en Nueva York; juzgarla para los chilenos por no habérsele dado noticia de los ajentes chilenos han formado una especie de proceso contra ella. el Presidente del Estado, tomando declaraciones de testigos Un trasporte que esté cerca de Panamá el 20 del actual, p o - de los embarques hechos en el Oroya i acusando a los miem- drá conducir dichos torpedos; i si acaso demorase el yatch, ya bros del Gobierno i algunos particulares de haber sido cohehe dicho a V. S. que podrá ir sólo hasta el Callao. chados por los ajentes del Gobierno peruano; i hasta nuestros Dios guarde a V. S., señor Ministro, propios comisionados especiales para los embarques de armamento, señores Ehrman i Lewis, se han sentido profundamente Luís E. M Á R Q U E Z . desalentados, porque recelan ver mas tarde anulados sus esAl señor Ministro de Estado en el despacho de Relaciones Esteriores.—Lima. fuerzos en favor del Perú, por otro paso impremeditado de tal especie. Bastante trabajo ha costado impedir la publicación del proceso de los chilenos: pruébalo el absoluto silencio que respecto del Perú ha guardado la ESTRELLA desde la salida del Lima, Octubre 11 de 1879.—Trascríbase al Ministerio d e Oroya hasta ahora. También ha habido que esforzarse en calGuerra i Marina i acúsese recibo. mar la alarmante inquietud i el desagrado del Presidente seFecho. ñor Ortega, así como las aprehensiones del Jefe del Ferrocarril. r


DOCUMENTOS

41

INÉDITOS.

LXXXV.

I Panamá, a la vista de las autoridades i de los habitantes de I dicho puerto. Tanto por mis instrucciones, como porque los trasP i d e s e l e a b o n e u n t r i m e s t r e v e n c i d o d e l s u e l d o q u e I portes no estaban a mi disposición sino a la de los comisionados especiales del Gobierno, no me fué dado impedir tan notole corresponde. ria i peligrosa indiscreción. Ella dio por resultado una violenta CONSULADO J E N E R A L D E L P E R Ú E N LOS ESTADOS UNIDOS D E reclamación del Ministro chileno en Bogotá i el grave disgusto COLOMBIA. del Gobierno jeneral de Colombia, que nos espuso a (pie se nos prohibiera todo tráfico de armas por el Itsmo. Para salvar Panamá, Octubre 1. ° ele 1S79. tan grave daño, destruir el reclamo de Chile i asegurar mejor Señor Ministro: las simpatías i buena voluntad del Gobierno colombiano hacia Hasta hoi estoi insoluto de mis haberes por Julio, Agosto i el Perú, dirijí a nuestro Ministro en Bogotá el oficio que en c o Setiembre últimos, i adeudando ya el valor de ese trimestre pia acompaño a esta nota, i que, como verá V. S., satisface de sueldos, pido a V. S. se sirva ordenar que a la brevedad poaquellos propósitos. sible se me remita el importe del tercer trimestre, que principió Es, pues, infundada la idea que tuvo el Ministerio de V. S. el 23 del mes pasado, a fin de atender a mis gastos mas urjende que el que suscribe pudo impedir ese público embarque en tcs. Atendidas las circunstancias del Erario, no solicito el seel Oroya, por no habérsele ni siquiera avisado el envió de dimestre de sueldos adelantados a que me hace acreedor el cho trasporte, ni dádole injerencia alguna en su carga i despareglamento. cho. Por el contrario, lejos de haber suscitado una dificultad, Dios guarde a V. S., señor Ministro. he salvado la mui grave que se ocasionó por ajena falta de preLuis E. M Á R Q U E Z . visión, Al señor Ministro de Relaciones Estertores.—Lima. Como solo hoi me he impuesto del oficio que sobre este asunto me fnó dirijido a Panamá por V. S,, después de mi salida de aquel puerto, tengo el honor de contestarlo en esta fecha. Lima, Octubre 11 de 1870.—Informe la sección consular. Dios guarde a V. S., señor Ministro. Fecho. Luis E. M Á R Q U E Z .

LXXXVI.

Al señor Ministro de Estado en el despacho de Relaciones Exteriores.—Presente,

Anuncia la llegada del trasporte "Amazonas' a Panam á i a d j u n t a d o s telegramas del Ministro Pividal. CONSULADO J E N E R A L D E L P E R Ú E N LOS ESTADOS UNIDOS D E COLOMBIA.

Panamá, Octubre 8 de 1879. Señor Ministro: Por vapor de hoi he mandado al capitán de puerto de Paita el siguiente telegrama, para que lo trasmita al Supremo Gobierno: "Ayer, a las 3 P. M., fondeó en la bahía de Panamá el trasporte chileno Amazonas. Viene en busca del Oroya. Trae a su bordo cerca de 3 0 0 tripulantes. Ha hecho viaje de Valparaiso a este puerto en dieziseis dias. Dicen sus oficiales que zarparán esta noche: ignoro si el Amazonas quedará cruzando entre las islas o si regresa al Sur. Tomó aquí algún carbon i víveres. Los chilenos, mal recibidos por este pueblo, tuvieron una reyerta interviniendo fuerza pública i quedando cuatro marineros estropeados i un policial herido. Aleo debe llegar mañana. El Aisla no llegará antes del 2 5 , El comandante Thompson, del Amazonas, hizo ayer telegramas a Europa i Chile. En este instante, 9 P. M., zarpa el Amazonas." Remito a V. S., adjuntos al presente oficio, dos telegramas del señor Pividal, que también he encargado al capitán de puerto de Paita trasmitir al Gobierno. Dios guarde a V. S., señor Ministro. Luis E.

MÁRQUEZ.

Al señor Ministro de Estado en el despacho de Relaciones Estcriores.—Lima.

Berlin,

Octubre 8 de 1879.

Pividal a Cónsul peruano.—Panamá. Diga Gobierno siguiente: suspendida recepción Berlin; continuo Londres.

LXXXVII. Esplica su c o n d u c t a sobre el incidente p r o m o v i d o p o r el e m b a r q u e d e a r m a s en el " © r o y a " , i a c o m p a ñ a c o p i a d e u n o f i c i o r e f e r e n t e a e s t e utisiuo h e c h o . CONSULADO J E N E R A L

DEL PERÚ

E N COLOMBIA CON PERMISO E N

ESTA CAPITAL.

Lima, Diciembre 10 de 1879. Señor Ministro: El trasporte nacional Oroya, a pesar de las prevenciones que hice oportunamente a V. S. i al señor Ministro de la Guerra para que se le enviara a cargar nuestros elementos de guerra a las islas de Pacheca u Otoque, tomó su cargamento delante de TOMO n i — 6

COPIA. Panamá, Noviembre 3 de 1879. Señor Ministro: Con penosa estrañeza me he impuesto por el estimable oficio de V. S., de 7 de Octubre último, de la reclamación entablada ante el Gobierno de Colombia por el Encargado de N e gocios de Chile a consecuencia de denuncias de embarque de armas para el Perú en el trasporte Oroya, i del enojo manifestado por el señor Ministro de lo Interior i Relaciones Esteriores de la Union, quien juzga que los funcionarios i ajentes peruanos en este puerto no han trepidado en comprometer a su Gobierno violando los decretos de 2 de Junio i 2 5 de Julio, relativos al tránsito de armas por el Itsmo, i dando un escándalo inútil para el Perú i peligroso para Colombia, que la deja envuelta en dificultades que no debemos suscitarle jamás. Las graves quejas e inculpaciones anteriores no reconocen mas fundamento que un reclamo del Encargado de Negocios de Chile, harto insuficiente para formar una opinión tan decidida en el ilustrado señor secretario de Relaciones de la Union, sin haberse informado de la verdad de los hechos por conducto de las autoridades del Itsmo i sin conocer por el do V.S., si los culpados funcionarios i ajeutes peruanos habían cometido falta 0 tenido participación alguna en el suceso denunciado. Mientras se careciera de tales informes, aconsejaba la abstención de todo juicio sobre la materia, en el natural supuesto de la circunspección i de la honorabilidad de los funcionarios i ajentes peruanos, i debia concurrir a ella la esperiencia que tiene el Gobierno federal de la impremeditación i lijereza con que el mismo señor Encargado de Negocios de Chile presentó diversos reclamos sobre embarque de armas para el Perú ante el Gobierno de este Estado, cuando desempeñaba aquí sus funciones consulares, reclamaciones que, según consta al referido señor secretario, fueron rechazadas con las pruebas oficiales mas claras i evidentes de la falsedad de sus fundamentos. Sabe V. S. que las armas destinadas al Perú no vienen dirijidas a los funcionarios peruanos en el Itsmo i que éstos no tienen, por orden de su Gobierno, mas participación en los embarques que el forzoso deber de reclamar la libertad del tránsito que garantizan las leyes colombianas, los tratados i los mismos decretos del Gobierno de la Union. No cabe, por consiguiente, responsabilidad alguna a los ajentes peruanos en el supuesto embarque de armas en el Oroya. El referido trasporte vino en comisión trayendo importantes telegramas para Europa: aquí solo tomó víveres i carbón. Si ha cargado armas, no ha sido en Panamá; es probable que las haya embarcado en el puerto libre de Amapala; pues con tal destino 1 cargamento de pertrechos de guerra zarparon de este puerto los buques Bicaurte i Euribiades, de propiedad de los señores Arosemena Hnos., despachados por la capitanía de Panamá, con todos los requisitos legales, a solicitud de don Adolfo de


GUERRA

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DEL

la Guardia, del comercio de este puerto. Así consta del espediente de despacho que existe en poder del Gobierno de esto listado, quien otorgó la respectiva licencia para la salida de dichas embarcaciones. Si la prensa de Lima ha dicho en alguno de sus órganos que el Oroya llevó armas de Panamá, es por la ignorancia en que dicha prensa está de las facilidades que puede ofrecer Amapala para los embarques de nuestras armas, facilidades que al Gobierno del Perú no conviene revelar. Es, pues, injustificable el reclamo del Encargado de Negocios de Chile, como lo es el del Cónsul chileno en este puerto, sobre despacho de una lancha a vapor que supone bote-torpedo i de cuyo desmentido impondrá a V. S. la copia adjunta. Me es grato dejar así contestado el citado estimable oficio de V. S. Dios guarde a V. S., señor Ministro. Luis E.

MÁRQUEZ.

AI señor Ministro Plenipotenciario del Perú en los Estados Unidos do Colombia, etc.—Bogotá.

LXXXV1IÍ. El C ó n s u l L a r r a ña g a a n u n c i a s u l l e g a d a a P a n a m á desempeñar su misión.

a

CONSULADO JEN ERAL D E L P E R Ú E N P A N A M Á .

Panamá

Diciembre 10 de 1870.

El dia G del mes actual llegué a esta ciudad, en el vapor Colombia, i desde el momento preciso de mi llegada emprendí los trabajos que demandan a mi posición las circunstancias de mi patria. Aun no he remitido a Bogotá la patente para que se me espida el correspodiente exequátur; pero tan pronto como se presente una oportunidad lo haré sin demora. Al comunicar a V. S. lo que antecede, me permito anunciarle que, según un telegrama recibido de Paris, el señor L e peps con su familia i algunas otras personas que los acompañan, salieron para Panamá el dia 6, con el fin de estar aquí el 28. Dios guarde a V. S., señor Ministro. FEDERICO

LARRAÑAGA.

Al señor Ministro de Estado on el despacho de Relaciones Esteriores.—Lima.

LXXXIX. Comunica la remisión de un telegrama; indica l a forma que se d e b e e m p l e a r p a r a el envió d e a r m a s , i solicita los fondos necesarios. CONSULADO JENERAL DEL P E R Ú EN P A N A M Á .

(Reservada.) Panamá, Diciembre 16 de 1879. Señor Ministro: Recibí el telegrama que tuvo V. S. a bien remitirme para ser trasmitido a las Legaciones del Perú en Estados Unidos i la Gran Bretaña, i me es grato comunicarle que sus órdenes han sido cumplidas inmediatamente. Aprovecho esta oportunidad para manifestar a V. S. que no aguardo sino las instrucciones que se me envíen para remitir las armas que se encuentren aquí. Sobre este punto escribo hoi al señor Ministro de Hacienda i Comercio, i le suplico me comunique cuanto antes lo que se resuelva. En cuanto a los elementos de guerra que vengan embalados de manera que no sea fácil descubrirlos, puedo hacerlos seguir en los vapores de la Compañía; pero aquellos que no estén favorecidos por esta circunstancia., no tienen otro medio de salida, que ser conducidos en un vapor que se consiga con ese fin, i que lleve bandera neutral. No es demás advertir a V. S. que, en cumplimiento de las instrucciones del señor Ministro de Hacienda, he invertido una parte de los fondos que se pusieron a disposición mia, de lo cual rendiré cuenta a su debido tiempo; i que, atendiendo a que el paso de las armas ha de ocasionar siempre gastos de al-

PACIFICO.

guna consideración, creo indispensable que se me entregue una cantidad suficiente para atender a ellos. De esta suerte nos evitaremos dilaciones e inconvenientes, i el servicio será mas oportuno, puesto que no sufrirá contrariedades nacidas de la escasez de fondos. Dios guarde a V. S., señor Ministro. FEDERICO L A R R A Ñ A G A . Al señor Ministro de Estado en el despacho de Relaciones

Esteriores.—Lima.

Lima, Diciembre 3 0 de 1879,—Trascríbase al Ministerio de la Guerra, i acúsese recibo. Fecho.

LXL. Participa los contratiempos de la l a n c h a torpedo i l a llegada del "Charrúa". CONSULADO JENERAL DEL P E R Ú EN P A N A M Á .

Panamá, Diciembre 23 de 1879. Señor Ministro: Y a en esta fecha V. S. ha debido tener noticia de los contratiempos que ha sufrido en su viaje la lancha de acero, i probablemente ha dictado las disposiciones conducentes a que haya continuado sin novedad. En cuanto a mí, me informé de ello hace unos cinco dias, i quise enviar ausilios suficientes para evitar las demoras; pero como el Casma, que no sale hasta el 27, es el único vapor que tocará próximamente en Manta, a falta de otra oportunidad, me he limitado a aguardar la llegada del próximo vapor que me traerá noticias aun oportunas para determinar lo que debo hacer en el particular. Si fuere necesario, enviaré un injeniero con diez toneladas de carbón; pero me anima la esperanza de que V. S. habrá ya subsanado el mal que le ha sobrevenido a la lancha en su viaje. El vapor Charrúa llegó ayer en la mañana, e incesantemente he estado i estoi trabajando para conseguir su pronto despacho. Hasta este momento se me lian presentado dos obstáculos. Es el primero, que ya no tengo que entenderme para lograr el tránsito de la carga con el señor Burt, sino con el señor M o pley, ájente jeneral de la Compañía del Ferrocarril, quien ha venido a hacerse cargo de su puesto. Este último, aunque no nos presenta hostilidad, se presta menos que el otro; pero ya le he escrito con urjencia pidiéndole que envié los elementos de guerra sin demora, cosa que hará, según creo, estimulado e impulsado a ello por los medios diversos i eficaces de que me he valido, para conseguirlo. El segundo obstáculo no es otro, sino la dificultad que hai de sacar nuestra carga que está almacenada en Colon, junto con 3 0 , 0 0 0 toneladas que aguardan aun que el tránsito esté ininterrumpido. Este último inconveniente orijinará algunos desembolsos, que se harán tan pronto como sea necesario. Puede V..S. tener la seguridad cabal de que el Charrúa no se demorará aquí sino el tiempo justamente indispensable para recibir la carga, i que ese tiempo será tan corto como puedan hacerlo mis continuos esfuerzos. Dios guarde a V. S., señor Ministro. FEDERICO L A R R A Ñ A G A . Al señor Ministro de Estado en el despacho de Relaciones Esteriores.—Lima.

Lima, Enero 3 de 1 8 8 0 . — Trascríbase a la Secretaría de Guerra. LARRABURE.

LXL1. Acusa recibo de una circular e i n d i c a d dia en quedeb e p a r t i r el " C h a r r ú a , " espresando su c a r g a m e n t o . CONSULADO JENERAL DEL P E R Ú EN

PANAMÁ.

(Reservada.) Panamá,

Diciembre

30 de 1879.

Señor Ministro: Acuso a V. S. recibo de la circular de fecha 15 del presente


DOCUMENTOS INÉDITOS.

mes, en la que me informa de la situación verdadera del país i me comunica sus ideas en relación con ella. También creo yo que es necesario hacer presente, tanto al comercio, como al público todo, el estado de la guerra, sobre todo ahora que los ajentes chilenos se esfuerzan en crear noticias que les sean favorables para desvirtuar la verdad de los hechos; i para cumplir con la indicación que me hace V . S. sobre el particular, he principiado por disponer la publicación de la circular en español i en ingles. En cuanto a los elementos de guerra existentes aquí, puedo a V . S. asegurar que, mediante un trabajo incesante i el manejo continuado de todo jen ero de influencias, be conseguido que sean trasportados a esta ciudad brevemente, i lo serán, si no al fin de esta semana, al principio de la próxima. Tan pronto como tenga lugar la venida de los elementos referidos, serán embarcados en el Charrúa. Así, creo no equivocarme diciéndole que el Charrúa saldrá de este puerto éntrelos (lias 3 i 7 de Enero. Animado del deseo de servir a mi patria en cuanto pueda i de cumplir las órdenes que V . S. ha impartido i que impartirá en lo futuro, tengo el honor de enviarle mi cordial saludo, i, con él, los votos que hago porque la suerte nos brinde su protección en todas las peripecias déla campaña. Dios guarde a V . S., señor Ministro. FEDERICO

LARRAÑAGA.

Al señor Ministro de Estado en el despacho de Relaciones Esteriorcs.—Lima.

Lima, Enero 10 de 1880,—Trascríbase a la Secretaría de Guerra. LARRABCRE.

(Reservada.) Panamá, Diciembre 31 de 1879. Señor Ministro: Acabo de recibir una carta de los señores Grace i Ca., de Nueva York, en la que me participa el envió de 2 5 0 cajas de rifles. 6 5 0 id., id., cartuchos. 15 id., conteniendo 1.500,000 cápsulas Primers. La carga anterior viene a la orden para obviar inconvenientes, i seguirá en el Charrúa, si cabe toda. Además, van directamente 140 barriles i una caja conteniendo metal preparado para fabricar cartuchos. Hacen el embarque en Nueva York, de este último, los señores Ánsinck i Ca., con destino a la casa de Schróeder en Lima. Trabajo con actividad i sin descanso para evitar demora. Dios guarde a V . S., señor Ministro. FEDERICO

LARRAÑAGA.

Al señor Ministro de Estado en el despacho de Relaciones Esteriorcs.—Lima.

Lima, Enero 10 de 1880.—Trascríbase a la Secretaría de Guerra. LARRABURE.

CONSULADO DEL PERÚ EN PANAMÁ. LXLII. D o s capitanes d e o r í j e n español ofrecen sus servicios a l G o b i e r n o , si se d e c l a r a í a g u e r r a e n t r e C h i l e i el Peni. CONSULADO D E L P E R Ú E N P A N A M Á .

Panamá, Marzo 31 de 1879. Señor Ministro: El señor don Manuel Carnero B,ivadeneira ha manifestado en este Consulado el deseo de seguir a Lima a ponerse a las órdenes del Gobierno, si éste creyere que puede serle útil en el evento que parece probable de declararse la guerra entre el Perú i Chile. Dicho señor me ha presentado un despacho de capitán de caballería espedido por el Presidente de Méjico, i me dice que ha venido hasta aquí, con procedencia de aquella capital, con el objeto de trasladarse al Perú; pero que, faltándole los recursos

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con que hacerlo, espera que el Gobierno, a quien ofrece sus servicios, le proporcionará el pasaje necesario. Es, pues, con el fin de que el Gobierno sepa que el espresado capitán, que aunque de oríjen español, parece alemán en su porte, le ofrece sus servicios, i de que por mi conducto se le conteste si se aceptan o no, i si se le proporciona pasaje, que tengo el honor de dirijirnie a V. S. esta vez. Después del capitán Pivadeneira, se me ha presentado el capitán, también de oríjen español, Joaquín Sola Masanas, ofreciendo sus servicios al Gobierno del Perú, i aguarda también como aquél que se le pague el pasaje para trasladarse a esa capital o al punto que se le destine. Ambas personas son desconocidas para mí; pero, a juzgar por su apariencia, bien pueden ser buenos oficiales. Dios guarde a V . S., señor Ministro. R.

VALLARINO.

Al señor Ministro de Relaciones Esteriorcs.—Lima.

Lima, Abril 12 de 1879.—Trascríbase al Ministerio de Guerra, i dígase en contestación. LARRABURE. CONSULADO DEL PERÚ EN PANAMÁ.

Panamá, Abril 9 de 1879. Señor Ministro: El capitán don Manuel Carnero Rivadeneira, de quien habló a V . S. en mi comunicación de 31*de Marzo, número 2 0 , sigue por este vapor con recursos propios a ponerse a las órdenes del Gobierno del Perú. Su presencia i modales lo recomiendan, i es de esperarse que sus hechos, si el Gobierno lo emplea, corresponderán con sus promesas. El otro señor capitán don Joaquín Sola Masanas, que también mencioné en mi citada nota, queda aguardando, como dije a V . S., junto con la contestación del Gobierno a mi nota, los recursos que necesita para trasladarse a ésa. Dios guarde a V . S., señor Ministro. R.

VALLARINO.

Al señor Ministro de Relaciones Esteriorcs.—Lima.

LXLIIL A n u n c i a se h a e m b a r c a d o en el " O r o y a " dos artilleros ingleses c o n t r a t a d o s p o r el G o b i e r n o del P e r ú . CONSULADO DEL PERÚ EN PANAMÁ.

Panamá, Abril 23 de 1879. Señor Ministro: Siguen por este vapor (el Oroya) dos hombres, llamados respectivamente W . Leonard i Cari Lüer, contratados para servir en la artillería del Perú por el capitán señor Alzamora por orden de su Gobierno, según lo dicen las respectivas contratas i lo comunica don B. Guillamure, Cónsul de la República en Suthampton, quien me recomendó en carta a la mano que les suministrara lo que necesitaran en esta ciudad, bajo cuya recomendación yo les he proporcionado, a los dos, doce soles que me manifestaron les eran indispensables para atender a su alo* jamiento i subsistencia mientras se embarcaban en el vapor que los llevará a ésa. Lo que me honro en comunicar a V . S. para los fines consiguientes. Dios guarde a V . S. R.

VALLARINO.

Al señor Ministro de Relaciones Esteriorcs. —Lima.

Lima, Abril 18 de 1879. — Contéstese aprobando su conducta. Fecho.

LXLIV. C o m u n i c a q u e h a p a g a d o el f r a n q u e o d e l a c o r r e s p o n dencia de Lima p a r a las Antiiias. CONSULADO DEL PERÚ EN PANAMÁ.

Panamá, Abril 23 de 1S79. Señor Ministro: Ha sucedido que el señor ájente de la Mala Real en esta ciit*


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G U E R R A

dad, me lia comunicado que devolvería a Lima la correspondencia de que allí lia venido para las Antillas, por carecer del franqueo correspondiente de esta ciudad al lugar de su respectivo destino, i que yo le he dicho que me pase la cuenta de lo que importe dicho franqueo para pagarla, a fin de que los interesados en la indicada correspondencia, no sufran por su detención, ensaque parece no le es imputable, desdo que todas las cartas se hallan porteadas con estampillas peruanas. Ruego a V . S. se sirva instruirme si merece su aprobación o no la medida tomada por mí para que la correspondencia a que aludo no fuera detenida. Dios guarde a V . S. R.

VALLARINO.

Al señor Ministro de Relaciones Estcriores.—-Lima. CONSULADO DEL P E R Ú E N PAMAMÁ.

Panamá,

D E L

PACIFICO

venio sobre subvención por parte del Gobierno del Perú a la Pacific Stean Navegation C.°, i de las obligaciones que esta Compañía se ha impuesto a favor del Perú en consecuencia por la nota de ese Ministerio fecha 13 de Diciembre de 187G, número 37, que da una mera idea con respecto a las obligaciones; i como precisamente en las actuales circunstancias ocurrirán casos diversos que requieran el estudio de dicho convenio, me permiso suplicar a V . S. se sirva proporcionarme copia auténtica de ese documento i además darme la opinión del Gobierno sobre los siguientes puntos: 1. ° Si los repatriados por cuenta del Gobierno, i los enganchados para su servicio, tienen derecho a la rebaja de un 2 5 por ciento en sus pasaportes. 2. ° Si alguna vez pueden hacerse los pasajes pagaderos allá. Dios guarde a V . S., señor Ministro.

Abril 30 de 1S79.

Señor Ministro: l i a vuelto a ocurrir lo que informé a V . S. por oficio número 32 de Abril 23, i he vuelto a dar la orden de que siga a su destino, la correspondencia sin franquear que lia venido para las Antillas, cargando el importe de su franqueo a este Consulado i he tomado esta medida porque considero que la falta cometida no es de los particulares que han mandado otra correspondencia, sino de error de los administradores de correos que lian creído que el convenio postal de Berna se halla en vigor para el Perú, lo cual no es exacto, según me lo asegura el Cónsul británico en esta ciudad. Por lo mismo reitero a V . S. mi súplica de avisarme la conducta que debo observar en el particular. Dios guarde a V . S. R.

VALLARINO.

Al señor Ministro de Relaciones Estcriores.—Lima,

Lima, Junio 18 de 1879.—Contéstese qne solo debe franquear la correspondencia oficial i no la particular. Fecho.

LXLV. Acusa recibo d e la n o t a d o n d e se le c o m u n i c a l a declaración de guerra. CONSULADO D E L P E R Ú E N P A N A M Á .

Panamá, Abril 23 de 1879. Señor Ministro: Me he impuesto detenidamente de la grave comunicación que se ha servido V . S. hacerme sobre la guerra que ha declarado Chile al Perú, i de los motivos que alega el Gobierno de aquella República para justificar tan inconsulto como criminal procedimiento. No soi yo por cierto llamado a calificar actos de alta política internacional; pero en mi humilde concepto, el gran cargo que hace Chile al Perú de tener celebrada desde el año de 1873 alianza defensiva con Bolivia, lejos de ser un cargo solo prueba la previsión i buen sentido de las dos repúblicas aliadas, buen sentido que, si se ejerciera por las demás naciones del continente americano, rara vez, si alguna, se presenciaría el escándalo que ahora da Chile ele pretender hacerse justicia por su propia mano. Demás está asegurar a V . S., como lo hago, que en la actual emerjencia i en ini limitada órbita, cuidaré de los intereses i honra del Perú con particular esmero, siguiendo en un todo las instrucciones que Y. S. me ha comunicado, i que tenga a bien comunicarme; pues soi de V . S. i del Gobierno de que dignamente forma parte, fiel i respectuoso servidor. R.

VALLARINO.

Al señor Ministro de Relaciones Estcriores,—Lima.

11.

VALLARINO.

Al señor Ministro de Relaciones Estcriores.—Lima.

CONSULADO D E L P E R Ú E N P A N A M Á .

Panamá, Mayo 8 de 1879. Señor Ministro: Con esta nota recibirá V . S. el índice d é l a carga que sacó de este puerto el 7 de Mayo con destino al Perú el vapor inglés Ida y i tres facturas, todo certificado por este Consulado. Dios guarde a V . S., señor Ministro. R.

VALLARINO.

Al señor Ministro de Relaciones Estcriores.—Lima,

LXLYIT. Manifiesta la p o c a conveniencia de n o m b r a r al señor Márquez, Cónsul .fenera!. CONSULADO D E L P E R Ú EN P A N A M Á .

Panamá, Mayo 6 de 1879, Señor Ministro: Con placer me he impuesto por la nota oficial de su despacho, de 23 de Abril, sin número, de que S. E. el Presidente de la República nombró en aquella fecha a don Luis E. Márquez Cónsul Jeneral del Perú en los Estados Unidos de Colombia, con residencia en Panamá, i, además, de la seguridad que V . S. me ofrece de que el nombramiento hecho en el señor Márquez no perjudica el cargo de Cónsul particular que yo desempeño en esta ciudad. Deploro, sin embargo, la necesidad que ha obligado al Gobierno a mantener dos cónsules, aunque de diferentes categorías, en esta ciudad, pues ocasionan un doble gasto, que seria deseable, mas que nunca, en las actuales circunstancias evitar. El señor Márquez llegó felizmente a esta ciudad el 3 de Mayo i ha sido presentado por mí al Presidente de este Estado para que entre desde luego a funcionar, aunque todavía carece del exequátur que debe espedirle el Poder Ejecutivo nacional. De V . S. mili respetuoso servidor. R.

VALLARINO.

Al señor Ministro de Relaciones Estertores.—Lima.

LXLYJII. I n d i c a v a r i o s g a s t o s q u e lia lieclio p o r c u e n t a d e l Cons u l a d o ; a n u n c i a l a l l e g a d a del¿ " T a l i s m á n " a P a namá. CONSULADO D E L P E R Ú E N P A N A M Á .

LXLVI. Pide c o p l a del c o n t r a t o d e n a v e g a c i ó n c e l e b r a d o c o n l a C o m p a ñ í a I n g l e s a d e V a p o r e s ; c a r g a p o r el v a p o r "Islai". CONSULADO D E L P E R Ú EN P A N A M Á .

Panamá, Abril 30 de 1879. Señor Ministro: Este Consulado solo tiene noticia de la existencia del con-

Panamá, Mayo H de 1879. Señor Ministro: En virtud de una nota de V . S., que me ha presentado el señor Cónsul Jeneral don Luis Márquez, he pagado un telegrama que le remitió el Gobierno para New Jersey, Estados Unidos, su importe $ 6 9 . 3 5 ; debo pagar por la reimpresión de la memoria de ese despacho S 150, i probablemente atenderé a otros gastos de alguna consideración e indispensables, que escederán considerablemente los exiguos rendimientos de este


DOCUMENTOS INÉDITOS.

Consulado, esto es, sin perjuicio de otras erogaciones que demanda el servicio ordinario de correos, subvención al hospital, etc. Como aquí no se hacen operaciones pasivas con el Perú, no hai quien quiera negociar jiros sobre ésa. Ni el señor Márquez ni yo estamos en situación de hacer avances de nuestro peculio. Así es que considero necesario, para que no sufran tropiezo las clilijencias que hai que practicar en este Itsmo por cuenta, orden i en beneficio del Gobierno, que éste autorice al señor Márquez o a mí para jirar, por lo que se necesite, contra una casa o banco conocido de Europa o Estados Unidos. Su mui respetuoso servidor. R.

VALLARINO.

Al señor Ministro de Relaciones Estertores.—Lima.

Lima, Mayo 29 de 1879.—Contéstese con referencia a la nota que se le ha dirijido ayer, anunciándole la remesa de 2 0 0 libras esterlinas. LARRABÜRE.

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trabando de guerra, si no viene bajo conocimiento de tránsito i con otro destino que el de algunos de los belijerantes, como Amapala en Centro América, que es puerto libre, o Esmeraldas o Guayaquil en el Ecuador, que también son convenientes. Bajo esa supuesta dirección, los elementos que el Gobierno necesite podrán llegar al Itsmo i salir de él trasbordándolos a algún burpie que se tenga al efecto con tal fin en esta bahía en Amapala o Guayaquil, ya que los vapores de la P. S. N. O no se prestan a conducirlos hasta el Perú. A propósito de elementos de guerra, informo a V . S. que se encuentran detenidos en los almacenes de este ferrocarril los bultos que rejistra la adjunta lista, por haber rehusado llevarlos el vapor Trujillo en su viaje de 21 de Mayo, i que aunque van dirijidos al Callao i Moliendo, no hemos podido reclamarlos faltándonos, como nos falta, conocimiento o siquiera noticia sobre su propiedad. Espero que V . S. prestará al asunto de que aquí trato la atención mas seria, i que en su oportunidad se servirá comunicar al señor don Luis Márquez o a mí las instrucciones que crea mas acertadas. Dios guarde a V . S., señor Ministro.

CONSULADO D E L P E R Ú E N P A N A M Á .

Panamá,

Mayo 21 de 1879.

Señor Ministro: Por el recorte de la E S T R E L L A de hoi, que tengo el honor de adjuntar a esta nota, se informará V . S. de la llegada a é s t a del vaporcito Talismán de la marina nacional, i de las conjeturas i apreciaciones que, sobre la venida de dicho buque, se sirve hacer dicho periódico. No puedo anticipar a V . S. cuál sea el resultado definitivo de la importante misión que ha venido a desempeñar el Talismán i de que estoi impuesto por carta particular de S. E . el Presidente, pero sí le aseguro, para satisfacción del Gobierno, que hasta ahora todo se presenta favorable a la realización del objeto deseado. Don Luis Márquez, Cónsul Jeneral i comisionado especial para asuntos de la naturaleza indicada, instruirá a V . S. de pormenores con relación a la misión del Talismán, así como del aspecto que presentan por acá las cosas que pueden ser de interés para el Peni en la emerjencia actual. De V . S. mui respetuoso servidor. R,

VALLARINO.

R.

VALLARINO.

A D I C I Ó N . — E s de toda importancia e indispensable, i así lo he mos ofrecido solemnemente el señor Márquez i yo al señor Casorla, Presidente de este Estado, que al terminarse la guerra entre el Perú i Chile se establezca como condición sine qua non en las estipulaciones o convenio que se celebre para inaugurar la paz entre los belijerantes, que Chile no podrá en ningún caso ni por ningún motivo entablar reclamaciones contra el Gobierno de los Estados Unidos de Colombia, por razón de las armas que para el Perú i Bolivia i cualquiera otra potencia aliada de estas repúblicas hayan pasado o pasen por este Itsmo; o por cualquier acto ejecutado en Colombia, o por su Gobierno que pueda interpretarse como hostil a Chile durante la actual guerra. Nada mas justo que cumplir este ofrecimiento que hemos hecho a nombre del Perú, a favor de quien nos sirve tan oportuna como desinteresadamente, esponiendo su responsabilidad mui seriamente. R.

VALLARINO.

Al señor Ministro de Estado en el despacho de Relaciones Esteriores.—Lima.

Al señor Ministro de Relaciones Esteriorcs.—'Lima.

LXL1X

Lima, Junio 11 de 1879.—Contéstese en los términos acordados. LARRABÜRE.

Neutralidad del l í s m o ; Márquez i Vallarino empeñan su p a l a b r a q u e en el c o n v e n i o d e paz, Chile n o p o dra entablar reclamaciones contra Colombia.

c.

CONSULADO D E L P E R Ú E N P A N A M Á .

Se tiene c o n o c i m i e n t o d e l a p é r d i d a d e l a " I n d e p e n dencia" i " E s m e r a l d a " ; j i r o de letras.

Panamá, Mayo 27 de 1879. Señor Ministro: Aunque no dudo que el Cónsul Jeneral don Luis Márquez tendrá a V . S. al corriente de lo que aquí ocurre en relación con los intereses del Perú, me permito adjuntarle las comunicaciones impresas que se han cruzado entre el Cónsul de Chile en este puerto, don Antonio Jiménez, i el Ejecutivo de este Estado, con motivo de haber recibido a su bordo el vapor peruano Talismán algunos elementos de guerra para el Perú i Bolivia, que trasportó del Atlántico al Pacífico la Compañía del Ferrocarril de Panamá, con procedencia de los Estados Unidos i de Europa, para que el Gobierno juzgue de las graves dificultades con que aquí se tropieza para el embarque de los artículos de contrabando de guerra que llegan al Itsmo con destino a las repúblicas últimamente mencionadas. Mucho tenemos que agradecer al Presidente de este Estado i a sus dignos secretarios la justa interpretación que han dado al derecho de partes a fin de guardar la neutralidad permisiva del tránsito interoceánico, a despecho de las reiteradas protestas del espresado Cónsul de Chile, i de la opinión adversa que el Gobierno de la Union Colombiana puede entretener sobre el particular. En lo venidero, con la resolución que dicte el Gobierno de la Confederación imponiéndose la neutralidad restrictiva, las dificultades indicadas tomarán un aspecto insuperable. Entonces no podrá despacharse de esta ciudad carga alguna de con-

CONSULADO D E L P E R Ú EN P A N A M Á .

Panamá, Junio 4 de 1S79, Señor Ministro; La circular de ese despacho de 21 de Mayo próximo pasado, acompañando el B O L E T Í N O F I C I A L de ese mismo dia con las últimas noticias de la guerra, los recibí oportunamente. Hoi llegó a este puerto el vapor americano Adams, i por él hemos sabido la pérdida irreparable de la blindada Independencia a la vez que la destrucción por el Huáscar de la corbeta chilena Esmeralda. Esperamos por el próximo vapor mejores noticias. De V . S. mui atento servidor. R.

VALLARINO.

Al señor Ministro de Relaciones Esteriores. —Lima.

CONSULADO D E L P E R Ú E N P A N A M Á .

Panamá, Junio 11 de 1879. Señor Ministro: No han venido las doscientas libras esterlinas que V . S. se sirvió anunciarme por oficio de 18 de Mayo último, sin número, serian remitidas por el Ministerio de Hacienda a este Consulado para gastos estraordinarios que el señor don Luis Márquez o yo tengamos que hacer por cuenta del Gobierno.


GUERRA DEL

4tí

A propósito de tal envió, me permitirá V . S. le indique, en obsequio del servicio oportuno de la República, particularmente en las graves circunstancias que le impone la guerra, la necesidad que liai de que los ajentes del Gobierno en esta plaza, no carezcan de fondos, ya para poner telegramas, atender al trasporte de armas, pagar servicios nrjentes, subvencionar periódicos o hacer publicaciones sueltas, etc.; i que como creo que entre avances hechos por diversas causas, hemos erogado el señor Márquez i yo, mas o monos, las doscientas libras avisadas, puede V . S. considerar esa suma como agotada i disponer que se remita otra. De V . S. mu i respetuoso servidor. R.

VALLARINO.

Al señor Ministro de Relaciones Esteriores.—Lima.

CONSULADO DEL P E R Ú E N P A N A M Á .

Panamá, Junio 18 de 1879. Señor Ministro: Pongo én conocimiento de V . S., en cumplimiento de mi deber, que he recibido de la caja fiscal de Lima la letra por doscientas libras esterlinas que se me habia anunciado su remisión por ese Ministerio, i a que hago referencia en mi nota número 5 1 de 1 1 de los corrientes; cuya letra he colocado bajo mi responsabilidad al cambio de 1 7 por ciento. Su importe será aplicado, como V . S. me ordena, a los gastos que ocasionen las comisiones confiadas al Cónsul Jeneral, señor don Luis Márquez i a mí por el Supremo Gobierno, llevando de ello cuenta por separado para rendirla a quien corresponda en su oportunidad

PACIFICO.

nado para desempeñar dicho destino por el tiempo que falte de este año. El señor Ortega no es tan favorable a nuestra causa como lo era el señor Casorla; pero definida como ha sido ya la neutralidad del Itsmo por resolución que ha dictado el Gobierno de Colombia sobre el particular, no creo que ofrecerá embarazo alguno el tramito por aquí de útiles para el Perú. Sin embargo, es necesario que la carga venga bajo conocimiento de tránsito, no para Panamá; i ya que la Compañía de Vapores de la línea inglesa del Pacífico rehusa recibirla, se hace necesario que el Gobierno provea de trasporte para conducirla, buques que no sean de los armados en servicio de la República, pues estos se consideran de guerra. Para salvar este inconveniente podría acordarse que la carga fuera recibida aquí para embarcaciones mercantes que se encargaran de llevarla al costado del vapor destinado a conducirla hasta el Callao, cuyo vapor situado fuera de la jurisdicción de Colombia no podría dar motivo de queja contra las autoridades del Itsmo a los ajentes de Chile en este puerto. AI señor Ministro Plenipotenciario don Manuel María Rivas, que se halla en esta ciudad en via para Bogotá, he trascrito la resolución del Gobierno de Colombia sobre la posición neutral que asume entre las repúblicas americanas que se encuentran actualmente en guerra, con el fin de que V. S. estudie antes de llegar a su destino tan importante documento, i recabe las ventajas que convendría recabar para el Perú, supuesta la misión que lleva cerca del Gobierno colombiano. Adjunta encontrará V. S., en copia, la resolución a que me refiero. De V. S. muí respetuoso servidor.

Dios guarde a V . S.

R. R.

VALLARINO.

VALLARINO.

A l señor Ministro de Relaciones Esteriores. —Lima.

Al sefior Ministro de Relaciones Esteriores.—Lima.

Lima, Julio 9 de 1879.—Contéstese en los términos acordados. Fecho.

01. Comunica.el resultado de la revolución estallada en C o l o n i la elevación del j e n e r a l O r t e g a al p o d e r . CONSULADO D E L P E R Ú

EN P A N A M Á .

Panamá,

Junio 18 de 1879.

Señor Ministro; La revolución que estalló en la ciudad de Colon en la noche del 12 de los corrientes, terminó felizmente el 1 5 del mismo mes por medio de un tratado que aun no se ha hecho publicar oficialmente. Tal es la situación en que ha quedado el país, que el señor Casorla ha renunciado la presidencia de una manera irrevocable, después de haber vuelto a desempeñarla por dos dias. En reemplazo del señor Casorla entrará el segundo designado, señor Jerardo Ortega, que sirvió la primera majistratura del Estado por el tiempo que los revolucionarios a órdenes del señor Aisprom mantuvieron al señor Casorla en cautiverio. Por aquí verá V. S. que no podemos contar con estabilidad ni con orden, circunstancias sin duda alguna las mas desfavorables, tanto para conservar en el Itsmo i despachar de él armamentos de guerra como hai necesidad de hacerlo por cuenta del Perú, cnanto para cumplir debidamente con los demás encargos que el Gobierno tiene a bien hacer a sus comisionados en este importante punto. Soi de V. S., con todo respeto, muí atento servidor. R.

VALLARINO.

Al señor Ministro de Relaciones Esteriores.—Lima.

CII. N e u t r a l i d a d del Itsino; p r e c a u c i o n e s q u e deben t o m a r se p a r a el e m b a r q u e de a r m a m e n t o . CONSULADO D E L P E R Ú E N P A N A M Á .

Panamá, Junio 2J de 1879. Señor Ministro: Como anuncié a V. S. por mi nota número 5 5 , de 1 8 de los corrientes, ese mismo dia volvió a ocupar el señor Jerardo Ortega la presidencia del Estado, en su calidad de segundo, desig-

COPIA. ESTADOS UNIDOS D E C O L O M B I A . — E s t a d o Soberano de Panamá.—Poder Ejecutivo.—Secretaría de Estado en el despacho de Gobierno.—Ramo de negocios nacionales.—Número 1G5.— Panamá, Junio 2 0 de 1 8 7 9 . — S e ñ o r don Ramón Vallarino B.. Cónsul del Perú.—-Presente.—Señor: En telegrama de 1 0 del mes actual, fechado en la ciudad de Bogotá, me trascribe el señor secretario de lo Interior i de Relaciones Esteriores la resolución, eme en seguida inserto, dictada el 2 del mismo mes por el Poder Ejecutivo de la Union; "Teniendo en cuenta la consulta que hace el Gobierno de Panamá sobre el tránsito de armas i demás elementos de guerra por el ferrocarril interoceánico colombiano, con presunto o probable destino a las repúblicas del Pacífico, cuyas relaciones amistosas han sido desgraciadamente interrumpidas, Se considera: 1. ° El camino de carriles entre el Atlántico i el Pacífico en el Estado de Panamá, ha sido declarados por el Gobierno colombiano via de tránsito enteramente franca para el comercio universal, liberalidad que implica la exoneración del deber de averiguar el oríjen, clase i destino de esas mercancías que por ella pasen. 2. ° No habiendo Aduana en los puertos de Colon i Panamá, es indispensable la fiscalización sobre carga que se trasporta del uno al otro mar, i seria a todas luces inconveniente la mui defectuosa que se pretendiera establecer. 3. ° En este supuesto seria preciso permitir el tránsito de elementos de guerra en su calidad de artículos de comercio, siempre que se manifestasen como enviados a puertos neutrales de cualquiera de los países litorales del Pacífico, lo cual daría lugar a un tráfico que podría favorecer momentáneamente a uno de los belijerantes. 4 ° Como se hallan al presente en guerra las repúblicas del Perú, Bolivia i Chile, las reglas de conducta de Colombia, como potencia neutral, deben ser conocidas de los ajentes del Gobierno, i, en su consecuencia, se resuelve: (A) El ferrocarril de Panamá servirá al comercio de tránsito universal, sin limitación alguna, en atención a la procedencia, clase i destino de las mercaderías. (B) No se permitirá el tránsito de tropas belijerantes por


DOCUMENTOS

el territorio de la Union, ni el depósito dentro de sus puertos de botin cuyo apresamiento no esté consumado, ni el desembarque de prisioneros, salvo el caso que sea para restituirles la libertad. (C) No es lícito a los ciudadanos de Colombia el comercio directo con los belijerantes, de armas, municiones, naves i otras elementos inmediatamente aplicables a los usos de la guerra. (D) Es permitido en los puertos colombianos el embarque de sal, agua, víveres i toda clase de artículos de lícito comercio con destino a los paises que estén en guerra, siempre que no se dirijan a puertos bloqueados o se destinen a abastecer los buques de guerra de alguno de los belijerantes. (E) Es absolutamente prohibido ausiliar con tropas a los belijerantes i consentir que sus buques se coloquen en las bahías, ensenadas i golfos colombianos, con el objeto de asechar las naves enemigas o de enviarles sus botes a apresarlas. (F) En los casos de duda, los ajentes del Gobierno aplicarán con preferencia las estipulaciones vijentes de los tratados que ha celebrado la República, i a falta de éstos los principios del derecho internacional. Tengo el honor de trascribirlo a V . S. para su conocimiento i efectos que puedan importarle. Soi de V . S. su mui atento servidor.—JoséM. Alemán." Es fiel copia.—El Cónsul del Perú en Panamá. R.

VALLARINO,

CIII. Participa que Colombia ofrecerá su iutervcucioii amist o s a p a r a u n a r r e g l o «le p a z e n t r e C h i l e i e l P e r ú . CONSULADO D E L P E R Ú E N P A N A M Á .

Panamá, Junio 25 de 1879. Señor Ministro: El Senado de Colombia ha acordado ofrecer a las repúblicas sud-arnericanas que están en guerra por la posesión de Antoí'agasta, los buenos oficios de su intervención amistosa, con la mira de que se ponga término a la contienda por medio de un arreglo satisfactorio para todos. Al efecto, el Gobierno se ocupa de nombrar los comisionados que deven llevar a cabo esta gran misión, i se espera que pronto seguirán al lugar de sus labores. Con humanitaria resolución de parte del Gobierno de Colombia debe considerarse como la aurora de una nueva era, era de paz en las naciones del continente, si no del mundo entero; pues no es imposible dudar que al interés sincero que manifiesten los paises neutrales por los que se hallen en conflicto, responderán éstos con avidez i agradecidos, siendo la guerra de resultado siempre incierto, i lo último que fascina al hombre la gloria de ser cruel i temerario. Hago a V . S. esta comunicación con alegría; i al mismo tiempo le instruyo de que se ha convenido entre Colombia i el Ecuador someter a la decisión de un tribunal de arbitros sus diferencias. Soi de V . S. mui respetuoso servidor, señor Ministro. R.

VALLARINO.

Al señor Ministro de Relaciones Esteriorcs.—Lima.

CIY. A d j u n t a c o p i a d e vina n o t a q u e 1c h a d i r i j i d o e l G o b i e r no de Colombia sobre neutralidad del I t s m o . CONSULADO D E L P E R Ú E N P A N A M Á .

Panamá, Julio l.~ de 1879. Señor Ministro: Adjunto a V . S. copia auténtica de la comunicación que sobre la neutralidad del Itsmo me ha pasado con fecha 27 de Junio último el señor secretario de Gobierno de este Estado, la cual no he contestado porque el señor José Antonio Miro Quezada, a quien la entregué para que de acuerdo él, don Luis E. Márquez i yo, se le hicieran las observaciones que merece, ha opinado que todavia no es tiempo oportuno. Al señor Márquez, Cónsul Jeneral, recomendé que la trasmitiera por el correo francés de hoi a nuestro Ministro en Bogotá con las indicaciones que creyera convenientes, i que diera cuenta a V , S, de haberlo hecho así para su safisfacion.

47

INÉDITOS.

He procedido de este modo en asunto tan importante bajo la intelijencia de que es natural que el Gobierno desee que el voto de estos señores prevalezca en todo lo concerniente a la misión que los ha traído a estas playas; i de que sin duda hai mas probabilidades de acierto cuando sus opiniones se consultan. De V . S. mui atento servidor, señor Ministro. R.

VALLARINO.

P O S T - D A T A , — A l fin se pasó al Gobierno de este Estado la contestación a la nota que me pasó sobre neutralidad del Itsmo i como no hai tiempo para que yo remita a V . S. copia por este vapor, el Cónsul Jeneral señor Márquez me ha ofrecido hacerlo. VALLARINO. Al señor Ministro de Relaciones Esteriorcs.—Lima.

_ Lima, Febrero 12 de 1879. -Contéstese en los términos satisfactorios. Fecho. COPIA. " E S T A D O S UNIDOS D E C O L O M B I A . — E s t a d o Soberano de Panamá.—Poder Ejecutivo.—Secretaria de Estado en el despacho de Gobierno.—liamos de negocios nacionales.—Circular número 190.—Panamá 27 de Junio de 1879.—Señor Cónsul del Perú.—Presente.—El ciudadano Presidente del Estado, dictó ayer la siguiente resolución:—Vista la nota que precede dirijida con fecha 23 de Junio, al secretario de Estado en el despacho de Gobierno para el Cónsul de Chile en este puerto. Vista la resolución dictada en 2 de este mes porelPoder Ejecutivo federal, comunicada al del Estado de Panamá en nota de la secretaría de lo Interior i Relaciones Esteriores de fecha 5, número 65, sección 1. , que contiene prescripciones conducentes a que el país observe la neutralidad a que está obligado por los tratados públicos i el derecho de jentes en la guerra que desgraciadamente ha estallado entre la República de Chile i las del Perú i Bolivia, i 5 3

Considerando: 1. ° Que la E,epública de los Estados Unidos de Colombia, amiga de las naciones belijerantes, debe mantenerse estrictamente neutral en la lucha en que ellas se hallan empeñadas, i que lamentan todos los corazones americanos; 2. ° Que la neutralidad consiste en no favorecer a uno de los belijerantes con perjuicio de otro, manteniendo así con ambos relaciones de leal amistad; 3. ° Que son aplicables en los casos de guerra internacional los preceptos referentes a los de conmoción interior en las naciones limítrofes de Colombia, que contiene la lei federal de 22 de 1871 sobre policía de fronteras; 4. * Que el Poder Ejecutivo de la Union ha decidido no ser lícito a los ciudadanos de Colombia el comercio directo con los belijerantes, de armas, municiones, naves u otros elementos inmediatamente aplicables a los usos de la guerra, prohibición que se estieude naturalmente a los estranjeros domiciliados i a toda operación mercantil con tales elementos i con el indicado destino en el territorio de la República; 5. ° Que el Poder Ejecutivo de la Union ha declarado terminantemente que solo es permitido en los puertos colombianos el embarque de sal, agua, víveres i toda clase de artículos de lícito comercio con destino a los paises que están en guerra, siempre que no se dirijan a puertos bloqueados, o se destinen a abastecer los buques de guerra de alguno de los belijerantes; Se resuelve: 1. ° Es absolutamente prohibido el embarque en este puerto con destino a los de las naciones belijerantes del Pacífico, de cañones, armas, municiones i demás artículos considerados como contrabando de guerra; 2. ° Se permitirá el embarque de los artículos a que se refiere el número anterior, con destino a puertos de paises no belijerantes, siempre que los embarcados garanticen en forma satisfactoria, que tales artículos serán desembarcados en el puerto o puertos para donde se les envíe, según las respectivas declaraciones; i 1


GUERRA DEL PACIFICO.

48

3. Dése cuenta al Poder Ejecutivo de la Union, comuni­ qúese al Superintendente de la Compañía del Ferrocarril de Panamá i al inspector jefe del resguardo de este puerto, i pu­ blíquese." Tengo el honor de trascribirla a V . S. para su conocimiento, i de suscribirme su mui atento seguro servidor.—31. Alemán." Es copia fiel.—El Cónsul del Perú en Panamá.

СУП.

G

R.

VALLARINO.

CY. Anuncia

la p a r t i d a del ministro Plenipotenciario Colombia.

de

CONSULADO D E L P E R Ú E N P A N A M Á .

Panamá, Julio 9 de 1879. Señor Ministro: De acuerdo con lo que anuncié a V . S. el 25 de Junio próxi­ mo pasado, bajo el número 59, se embarca hoi para las repúbli­ cas del Sur el señor don Pablo Arosemena, nombrado por el Gobierno de Colombia Ministro Plenipotenciario cerca de los del Perú, Chile i Bolivia, i lo acompañan como su secretario el señor don Roberto Suarez, i el señor Enrique Gaona como ad­ junto a la secretaría. El señor Arosemena es natural de Panamá, viudo, jefe en el Itsmo del partido radical independiente, orador de nota i de sentimientos elevados. Mui ardua es la misión de reconciliación que se ha confiado a su primer ensayo diplomático; pero no será demasiado para sus fuerzas, si, como se espera, los dictados de la razón i de la humanidad prevalecen en los consejos de las naciones para donde se encamina. De V . S. mui obsecuente servidor. R.

VALLARINO.

AI señor Ministro tic Relaciones Estcriores.—Lima.

CYI. l í a c u e n t a de l a i n v e r s i ó n d e $ 1,110 a c o m p a ñ a n d o recibos correspondientes.

los

CONSULADO D E L P E R Ú E N P A N A M Á .

Panamá; Julio lo de 1879. Señor Ministro: Acompaño a V. S., con el respeto debido, cinco recibos que comprueban mi descargo de los mil ciento setenta pesos, can­ tidad importe de la letra de cambio que me remitió la caja fiscal de Lima por orden del Gobierno Supremo, i a que me refiero en mi oficio a ese Ministerio, de fecha 18 de Junio próximo pa­ sado, marcado número 53. Dichos recibos son: Tres de la Ajencia Británica de Correos en este puerto, por el franqueo do la correspondencia peruana remitida con destino a las Antillas, en los meses de Abril a Junio último inclusives § 143 Uno de la E S T R E L L A D E P A N A M Á por varias pu­ blicaciones que allí se espresan, ordenadas por el Cónsul Jeneral, señor Márquez " 412 57 : Otro por dinero entregado al mismo señor " 615 í $

1,170

50

Así queda cerrada mi cuenta con el Gobierno por la letra en referencia. Cuando rinda la cuenta final do este Consulado, lo cual debe ser pronto, acompañaré otros comprobantes que existían en mi poder desde antes que recibiera la suma espresada arriba, i los que ocurran para gastos posteriores. Mucho agradecería a V. S. que ordenara se me contestara esta nota lo mas pronto que juzgue oportuno, i que me tenga por su mui respetuoso i mui obsecuente seguro servidor. R. Al señor Ministro de Relaciones Estcriores.—Lima.

VALLARINO.

P i d e se d u p l i q u e l o p r e s u p u e s t a d o p a r a g a s t o s d e se­ cretaria i anuncia la llegada del Ministro L a m a . CONSULADO

DEL PERÚ

EN PANAMÁ.

Pana.mA, Julio de 1879. Señor Ministro: Con fecha 15 de este mes i bajo el número 69, pasé a ese despacho razón detallada de la inversión que se habia dado al producido de la letra por 2 0 0 libras esterlinas, que el Gobier­ no Supremo dispuso se remitieran a este Consulado para gas­ tos menores estraordinarios. En mi poder no han quedado, por consiguiente, fondos para tales gastos, que en verdad ocurren con mas frecuencia que lo que puede desearse; mientras que la caja de la Cancillería a mi cargo apenas rinde, ahora que per­ tenece al Gobierno, la mitad de los derechos, unos 4 0 o 5 0 $ al mes, todo lo cual i mas de lo que hasta el presente ha en­ trado, ha sido ya consumido, como lo acreditan los compro­ bantes que reposan en mi poder i que acompañaré a la cuenta respectiva cuando la rinda. ¿No cree V. S. que el Gobierno quedaría justificado en do­ blar los gastos de Cancillería, para hacer frente en parte a las atenciones estraordinarias que la guerra demanda? Y o creo que sí, i por lo mismo me atrevo a someter esta indicación a la consideración del Gobierno. Dios guarde а V. S., señor Ministro. R.

VALLARINO.

Al señor Ministro de Estado en el despacho do Relaciones Estcriores.—Lima.

CONSULADO DEL

PERÚ

EN

PANAMÁ.

Panamá, Julio 23 de 1879. Señor Ministro: Por los recortes de la E S T R E L L A D E P A N A M Á , que tengo el honor de adjuntar, se informará V . S. de la llegada a esta ciu­ dad de don Tomás Lama, Ministro del Perú cerca del Gobier­ no de Costa Rica i de los demás de Centro América; i de la probable cuestión de límites que tendrá Colombia con su pe­ queña cuanto audaz vecina. Chile ha tomado la iniciativa en esta clase de cuestiones, i es natural que encuentre imitadores, en los que hayan perdido el seso como ellos. Soi su mui atento servidor, señor Ministro. R.

VALLARINO.

Al señor Ministro do Estado on el despacho de Relaciones Estcriores.—Lima.

CYIIÍ. C o n t r a t o c e l e b r a d o c o n l a c a s a d e Itcniingtoii p a r a l a fabricación d e rutes i municiones. CONSULADO D E L P E R Ú E N P A N A M Á .

Panamá, Julio 30 de 1879. Señor Ministro: En virtud de encargo que me hiciera en carta particular S. E el jeneral Prado, de comprar i remitir al Gobierno algu­ nos rifles que suponía habían de venta por aquí, a falta de tales rifles me dirijí a uno de mis corresponsales de Nueva York que sé lia hecho muchos negocios con la casa de armas de R e ­ mington i que, por consiguiente, creo puede obtener sus rifles al precio mas bajo, recomendándole hiciera con dicha casa al­ guna contrata ventajosa por medio de la cual pudiera propor­ cionarse al Perú, al tipo ínfimo posible, los rifles que necesite, i la mencionada casa me ha contestado que ha contratado con la de Remington la entrega mensual, por parte de ésta, de mil rifles modelo español i bayoneta con doscientas cápsulas de dotación, cada uu rifle con bayoneta i las doscientas cápsulas por la suma de veinte pesos oro americano, inclusive el em­ barque, flete, etc., hasta ponerlos en la ciudad de Panamá. Para facilitar el embarque de las armas en este puerto i zan­ jar las dificultades que las autoridades puedan presentar, el Gobierno debe calcular unos cinco pesos por cada rifle. Además, si llegase el caso de tener que despachar algún al­ mamente, el Gobierno debe proporcionar el trasporte necesario


DOCUMENTOS INÉDITOS.

o los medios para fletarlo, e impartirme las instrucciones que crea oportunas. Innecesario me parece agregar a V . S. que el contrato cele­ brado con la casa de Remington no tendrá efecto ninguno si el Gobierno no manda alguna orden acompañada del valor cor­ respondiente; i que, por lo misino, agradecería que V . S. se sir­ viera informarme cuanto antes si está dispuesto a hacerlo. De V . S. mui respetuoso servidor. R.

VALLARINO.

Al señor Ministro de Relaciones Estertores.—Lima.

Lima, Agosto 9 de 1879.—Trascríbase al Ministerio de la Guerra i avísese en respuesta, recomendándose que todo quede en suspenso, hasta nueva resolución del Gobierno. Fecho.

CIX. Las

a m e t r a l l a d o r a s «iiie c o n d u c í a e l v a p o r "Islai" p a r a e l S»crú, l i a n s i d o d e n u n c i a d a s p o r e l c o n t a ­ dor de dicho vapor; adjunta un telegrama. CONSULADO DEL PERÚ EN PANAMÁ.

Panamá, Noviembre 19 de 1S79. Señor Ministro: He sabido, de una manera particular, que algunas ametralla­ doras venidas de tránsito para el Callao fueron denunciadas por el contador del vapor Islai, i que, en consecuencia, no si­ guen por dicho vapor. Es preciso, pues, que el Gobierno haga que se ordene a al­ gún comerciante de aquí su encaminamiento por otro conduc­ to, bajo las instrucciones del caso. Dios guarde a V. S. R. VALLARINO. Al señor Ministro de Relaciones Estertores.—Lima.

Lima, Noviembre 2 9 de 1879.—Trascríbase al Ministerio de la Guerra i contéstese. Fecho. CONSULADO DEL PERÚ EN PANAMÁ.

Panamá, Noviembre 26 de 1879. Señor Ministro: Por conducto del capitán del puerto de Paita, trasmito el siguiente parte que he recibido para el Gobierno desde París: J P ­ S Y H G J — P R P Q R P A P P , — H GTJRSO—PGTGSE.JA­ P A P W E H V.T A P Y PGM PLSHGTBGN P — B T — P J S R T — J P ­ JLLPABGPGHVTPR — H RMTPOJH GH JGG E P H M T.— (Fi rm ado.)—Goyenech e. Que copio por si se dilata o estravía el orijinal. Dios guarde a V. S. R.

VALLARINO.

Al señor Ministro de Relaciones Estertores. —Lima.

Lima, Diciembre 6 de 1879.—Trascríbase al Ministerio Guerra i Marina i contéstese.

de

LARRABURE.

CORRESPONDENCIA.

éste ha jirado por 2 , 0 0 0 soles plata ha sido a favor de Dellator­ re. Sírvase usted hacer pagar esa suma en tiempo para que me la remitan a vuelta de vapor, i así mismo dar el permiso para la esportacion de los soles como se ha hecho antes. Como se está aglomerando demasiada carga i el cargo de la Compañía del Ferrocarril por almacenaje es tan exajerado, de acuerdo con las órdenes de Larrañaga, he contratado por 1 0 , 0 0 0 soles un buque de vela para que lleve a Paita unos 1 , 5 0 0 rifles i 6 0 0 , 0 0 0 tiros. El buque es de 7 0 toneladas mas 0 menos, i estará aquí listo para zarpar en el término de ocho dias. He contratado otro barco de 1 0 0 toneladas por igual suma para que esté aquí al mismo tiempo que reciba yo contestación a esta carta, i si usted aprueba mi idea, lo cargaré, Creo mui conveniente dividir los cargamentos i usar peque­ ños buques de vela, tanto porque en caso de ser capturados se pierde menos, cuanto porque considero que atrayendo menor atención se disminuyen los riesgos. En la actualidad los viajes a Paita pueden hacerse con rapidez. Por recomendación del coronel Larrañaga he comprado la imprenta del HISPANO­AMERICANO por $ 1 , 2 1 0 que he pagado allí. El señor Contreras tiene 4 5 dias de plazo para devolver la suma i rescatar la imprenta; pero como dudo que haga dicha devolución, desearía que el Gobierno me remitiera dicha can­ tidad. Hai aquí 5 0 barriles bi­carbonato de soda que la Compañía de Vapores rehusó tomar i que después habría llevado; pero no lo ha hecho por estar disputando al ferrocarril la cuenta de al­ macenaje. Como sé que, se necesita ese artículo, le he dicho a Mr. Mozley privadamente que, con tal que consiga que se va­ yan sin mas demora los referidos barriles, yo le pagaré la cuen­ ta del almacenaje, pndiendo él decir a la Compañía de Vapores que la exonera de dicho pago. Por no despertar sospechas no averiguaré hasta después que haya zarpado este vapor si los lleva; pero abrigo la esperanza de que así sucederá. Mr. Mozley me ha prometido hacer todo lo posible para alla­ nar cualquiera dificultad que se presente a la salida del vapor próximo en relación con 1 4 0 barriles (С. M. S. i C.) contenien­ do metal a propósito para cartuchos. Como él es considerado perfectamente neutral, i su voz tiene gran autoridad, finco grandes esperanzas en su ayuda, Como él puede oponer obstáculos para los embarques en bu­ ques de vela si quiere, o ayudar mui eficazmente, si así lo < j * sea, le he dicho que iba a pedir para él por este vapor 5 , 0 0 0 soles. Ud. resolverá en este asunto los que crea mas convenien­ te, pues no he comprometido el nombre del Gobierno, sino que he hecho un ofrecimiento sujeto a aprobación o improbación. A pesar de haber dicho terminantemente en mi nota al se­ cretario de guerra que no deseaba hacer desembolsos, me he visto obligado a efectuar hasta ahora los que espresa esta carta; 1 tendré que hacer los que ocasione el despacho del buque de vela, que serán considerables, pues aparte del iietamento habrá que pagar la fuerte cuenta que presenta la Compañía del Fer­ rocarril por almacenajes, aparte de los gastos de embarques, etc. Para remitirme fondos desearía que se entregaran а C. G. Cohén i Со., de Lima, soles de plata i el correspondiente permi­ so para la esportacion. Me da pena molestar la atención de Ud., tan ocupada en es­ tos momentos, con largas cartas en que acaso encuentre Ud. detalles insignificantes; pero mas bien quiero parecer difuso que deficiente. Su mui adicto amigo. HENRY EHRMAN.

He pensado que el Gobierno economizaría 2 i por ciento que cobra Cohén por comisión si embarcaran los soles directamente a mi consignación.

ex. C a r t a s del

49

señor H e n r y E h r m a n al dictador sobre armamentos.

Piérola

Panamá, Panamá,

Enero 29 de 1880.

Excmo. señor don Nicolás de Piérola.—Lima, Mui estimado amigo: Escribí a usted mi última carta con fecha 2 2 del presente. Hoi sigue para ésa el amigo Larrañaga. H abiendo tenido necesidad de fondos para gastos urjentes i negándose Dellator­ re a proporcionárselos por carecer de orden de Canevaro al efecto, yo he suministrado las cantidades solicitadas por Larra­ naga; pero a fin de que haya unidad en las cuentas, la letra que tomo n i — 7

Febrero J, de 1880.

Excmo. señor don Nicolás de Piérola.—Lima. Mui estimado amigo: Mi última carta fué fechada el 2 9 próximo pasado. En el vapor Colombia llegó el amigo Reyes, quien me ha mostrado la parte de las instrucciones de Ud. que me concier­ nen. Le he dicho, i repito a Ud. ahora, que mis comisiones se­ rán las que Ud. fije. Seria quijotesco decir que no aceptaré re­ muneración alguna por encaminar los elementos de guerra que vengan para el Perú; pero digo la mas estricta verdad al afir­


50

GUERRA

DEL

mar que es una especulación que no querria hacer, i que al encargarme de la comisión nuevamente después de haber tomado la resolución de no volver a intervenir en estas operaciones, ha sido por corresponder a la confianza con que Ud. me ha honrado. He manifestado a Reyes la inutilidad de hablar con Mr. Mozley, Superintendente de la Compañía del Ferrocarril i de la Pacific Mail, pues él está de acuerdo conmigo para todo i tiene tal posición que no seria conveniente que Reyes le hiciera ofrecimiento alguno. Mi plan de traer el armamento por la via de California, que según he visto también Ud. lo estaba madurando, lo he modificado. Es igualmente fácil i mucho mas rápida la operación haciendo el embarque en Nueva York en conocimiento directo para Centro América por la via del Itsmo. Mr. Mozley pondría un vapor a la carga para recibir solamente el cargamento en cuestión i después de salir el vapor estenderia los documentos de la venta; porque de ninguna manera podrá conseguirse fletamento sino venta. El ha mandado un cablegrama pidiendo precio a Nueva York; i si la respuesta viene en tiempo se la avisaré a Ud. Pero tengo que hacer una observación azás desfavorable, el vapor que podrá vender la Compañía, no anda mas de ocho millas por hora; así, pues, el-precio a que se le compre, que no será barato por cierto, puede considerarse mas como una indemnización por el valioso servicio que prestará, poniendo el armamento en el Pacífico sin despertar sospechas, que como valor de un buque útil. Al no creerlo útil, me refiero solo a su andar, pues por lo demás lo creo bueno. Por lo demás no hai que pensar en conseguir vapor alguno de rápido andar en California, porque no lo hai. No me puedo esplicar por qué el Gobierno no manda comprar un buen vapor bien lijero a Europa o a los Estados Unidos, i luego lo carga con un cargamento completo, despachándolo con destino a la China, Centro América o Panamá. Viniendo con bandera neutral i trayendo sus papeles en regla, dudo mucho que aun en el caso de ser rejistrado lo apresaran; tanto mas cuanto que podrían arreglarse las cosas de manera de probar que el cargamento era realmente de propiedad estranjera. Si se hiciera el destino a Panamá seria posible conseguir documentos que acreditaran la descarga, en el caso de que hubiera habido que dar fianza. Disimule Ud. que haya dejado ccrrer la pluma en este párrafo dando ideas que acaso le hagan reir a Ud. La Compañía de Vapores ha rehusado los 140 barriles de metal para cartuchos, i manda hoi una muestra al superintendente del Callao preguntándole qué deben hacer. Creo que si los señores C. M. Schroder i Ca., de Lima, a quien están consignados dichos bultos, jestiona con actividad i enerjía, Mr. Firth no podrá dejar de ordenar al ájente de aquí a vuelta de vapor que los dejen seguir. l i a venido un cablegrama de Nueva York para Larrañaga, cuya traducción es esta: "5. Comunique al Ministro de Relaciones Esteriores por oficio i telegrama, el Gobierno de los Estados Unidos reconoció el Gobierno Piérola." En una cajita, al cuidado del capitán del Colombia, le envió un pisa-papel que me permito obsequiarle. De Ud. atento seguro servidor i amigo. Por poder de Henry Ehrman. J.

Panamá,

G.

LEWIS.

PACIFICO.

Según toda probabilidad, este vapor llevará los 5,000 rifles venidos de Nueva York en el Clyde. No cargo comisión en este envió, porque él es obra esclusiva de Larrañaga, no habiendo tenido yo mas intervención que la de aconsejar a este amigo en los puntos que me ha consultado. Justo es "dar al César lo que es del César." Ansiosos estamos por recibir noticias del Callao. En el Sur nada malo para las armas peruanas habrá sucedido, pues de otro modo no permanecería el cable mudo como está. Deseándole a Ud. mucha suerte i mucha gloria, me repito su mu i adicto amigo. Por poder de Henry Ehrman. J.

Panamá,

G.

Abril 21 de 18S0.

Excmo. señor don Nicolás de Piérola.—Lima. Mui estimado amigo: Incluyo copia de mi última carta, fecha 14 del presente, i desde entonces carezco de las mui apreciables de Ud. Bloqueo del Callao.—Cuando este vapor tocó en Paita, a la. venida, recibió la noticia de que el bloqueo habia sido intimado i que empezaría a ser efectivo el 17. Aunque las circunstancias de no haberse recibido telegrama alguno del Gobierno autoriza para acojer la noticia con alguna reserva, he creido prudente, de acuerdo con Larrañaga, suspender todo embarque de armas hasta recibir nuevas instrucciones de Ud., i he preparado el siguiente despacho, en cifra, que será trasmitido a Ud.. de Paita: "Llegaron 5,000 rifles, dos millones tiros. Dígame si mando en los vapores o envia Ud. trasporte a Garachiné.—Larrañaga." Estrella Voladora.—Este buque, que debió haber llegado ya a Paita, ha sufrido gran demora a cansa de trastornos que han tenido los buquecitos que le llevaron la carga. Afortunadamente hasta ahora solo demoras hai que lamentar; i me halaga la esperanza de que no tardará mucho la Estrella en presentarse en Paita sana i salva. Resolución del Gobierno federal.—No sé si dije a Ud. en algunas de mis cartas que habia hecho que un amigo mió, el señor Francisco Ardila, se dirijiera al Gobierno del Estado i al de la Nación, solicitando una resolución terminante respecto de embarques de armamentos en buques mercantes para los belijerantes del Pacífico. Como verá Ud. por la copia inclusa, se ha obtenido el mas completo éxito. Cuentee del Gobierno.—Hé aquí el estado de ella: Abril 14.—Saldo a mi favor, según cuenta de esa fecha % 8,777 7 1 Pagado a Merel por botes " 10 Id. al capitan Cabello " 10 Abril 17.—Id. a Contreras " 45 Abril 1 9 . — I d . a Merel " 4 Id. a Boyd " 500 Id. a Cabello " 100 Id. cablegrama para Nueva York. . . $ 196 08 Id. id. para Paris " 197 21 Oro americano 2 0 % premio

$ 393 29 " 76 65

Abril 28 de 1880.

Excmo. señor don Nicolás de Piérola.—Lima. Mi estimado amigo: Incluyo copia de mi última carta, 21 de los corrientes. El saldo de mi cuenta en esa fecha era a mi orden $ 9,915 65 Después he hecho los desembolsos siguientes: Abril 21.—Pagado a Mr. Horn gastos de equipaje $ 47 Abril 23.—Pagado al capitán Cabello. „ 40 Abril 24.—Pagado a Contreras ,, 45 Pagado cablegrama para Nueva York. 1 n o 80 20 por ciento premio 18.40 J " Abril 27.-—Al sobrestante del Pizarro... „ 200 Pagado al práctico del Pizarro „ 25 467 80 $

10,383 45

LEWIS.

469 9 4 $

9,916 65

Armamento.—Es mui considerable el que hai aquí, i por muchos motivos i mui obvios, debe prevenirse la aglomeración de él. Si no hubiera otra razón, el escesivo cargo de la Compañía del Ferrocarril por almacenaje bastaría. Los 5,000 rifles es claro que deben ir en los vapores si van al Callao, o en algún trasporte, si Ud. lo considera conveniente; pero las cápsulas me parece que bien podrían ir en el buque de Cabello,, que está aquí listo para lo que se ofrezca. Ud. resolverá. De Ud. afectísimo seguro servidor i amigo. Por poder de Henry Ehrman. J.

G.

LEWIS,


DOCUMENTOS

LEGACIÓN DEL PERÚ EN EL ECUADOR. CXI. Cominicacl nombramiento de Ministro rio a Boiivia i Chile.

Plenipotencia-

LEGACIÓN DEL PERÚ EN EL ECUADOR.

Quito, Marzo 15 ale 1S79. Señor Ministro: Con fecha de hoi i también por la posta, se le remite al se- \ ñor jeneral don José María Urbina sus credenciales de Enviado Éstr.'iordinario cerca de las repúblicas de Boiivia i Chile, ; con el objeto que interponga sus buenos oficios en favor de la | paz. | Como estos nombramientos los recibirá simultáneamente, le queda el derecho de obtar, i no se pone en duda que se decidirá por el segundo, bien sea por la importancia que el tiene, o • bien por el constante deseo que lia manifestado en desempeñar i una misión en el esterior. ¡ Según se asegura en el público, en el pliego de instrucciones i se le previene seguir la línea de conducta que adopta el Perú, ; para lo cual deberá cultivar las mas francas relaciones con los ajentes peruanos nombrados con el mismo fin. Aunque este dato no es tomado de fuente segura, no se puede relegar a duda su verdad; pues aun cuando este pueblo es fanático por Chile, los procedimientos de éste con los arjentinos i el contraste con Boiivia los tiene desencantados: siendo opi- I nion uniforme, que al Perú toca evitar o castigar el escándalo internacional cometido por Chile. He creido conveniente dar cuenta a V . S. de estas ocurrencias, para que por su respetable órgano lo eleve al conocimiento de S. E. el Presidente de la República. Dios guarde a V . S., señor Ministro. NICOLÁS V . DE VELAZCO. Al señor Ministro de Estado en el despacho do Relaciones Esteriores.—Perú.

CXII. £1 Ministro Emilio B o n i f a z a n u n c i a su l l e g a d a a Guayaquil. LEGACIÓN DEL PERÚ EN EL ECUADOR,

Guayaquil, Abril 11/. de 1S79. Señor Ministro: Hoi a las 9 A . M. desembarqué en este puerto, i hasta la hora en que escribo este oficio ( 2 . P. M.) he tenido ocasión de hablar con varias personas notables i un representante de la prensa, redactor de la AMÉRICA. Todos me han manifestado las mas vivas i sinceras simpatías por el Perú, que creo no harán sino aumentarse, a medida que se conozcan mejor los incidentes que han precedido i acompañado a la declaración de guerra, que no he podido esplicar sino mui sumariamente al principio. Consagraré lo que me queda libre del dia de hoi, i todo el de mañana, a hacer los preparativos del viaje a Quito, que no dejan de ser complicados, i saldré para esa ciudad pasado mañana. El Gobierno del Jeneral Veintemilla, está en crisis ministerial; pero se espera que la solución será satisfactoria i que taivez se encargará el jeneral Urbina de la dirección del Gabinete. Dios guarde a V. S., señor Ministro. EMILIO BONIFAZ. Al señor Ministro de Estado en el despacho de Relaciones Esteriores.—Perú.

CXIII. Juicio respecto al sentimiento dominante del Ecuador s o b r e la g u e r r a ; entrevista c o n el j e n e r a l Vcintemüla. LEGACIÓN DEL PERÚ

'51

INÉDITOS.

ahora he podido recojer sobre el sentimiento dominante es este país respecto de la guerra provocada por Chile. Debo, ante todo, advertir que la masa de la población, especialmente a medida que se avanza en el interior, mira con la mayor indiferencia la cuestión, o para hablar mas exactamente, ignora por completo su naturaleza, desprendiéndose sin embargo del fondo de esa ignorancia i de esa indiferencia, un sentimiento vago de simpatía por el Perú. Aun cuando entre las clases mas educadas sé que no faltan personas que, mal informadas, se inclinan a dar la razón a Chile, no vacilo en creer que la opinión de la jeneralidacl nos es favorable. Mas importantes i lisonjeras son las seguridades que puedo dar sobre el modo de sentir de los hombres que ocupan una situación oficial, sea en el ejército o en la administración, los cuales, sin escepcion, reconocen la justicia de nuestra causa, condenan sin embozo la conducta del Gobierno chileno i hacen sinceros votos por nuestro triunfo. En el ejército se cree en una próxima alianza con el Perú, i se la desea. Muchos de sus mas distinguidos jefes i de sus oficiales han recibido en el país una hospitalidad que no olvidan i que querrían pagar ahora a costa de sus esfuerzos i de su sangre. Con tres jenerales mui distinguidos he tenido conversaciones en que, sin reserva, me han hablado de la alianza del Ecuador, no solo como una cosa fácil de obtener, sino como de una continjencia de inevitable realización. V. S. comprenderá que, siguiendo el espíritu de mis instrucciones, al mismo tiempo que acojia con placer esas declaraciones, me he guardado mui bien de pronunciar palabra alguna que pudiera dejar creer qne buscamos tal alianza o que la creemos innecesaria. He creido servir mejor nuestros intereses, manteniendo la duda a este respecto. Para terminar estas apreciaciones, daré a V. S. cuenta de una conversación que tuve con el jeneral Veintemilla al dia siguiente de mi llegada i que se prolongó durante dos horas. S. E. me habia hecho saludar la víspera con uno de sus edecanes, i me recibió a la una del dia en su casa particular, con la cordialidad que me daban derecho a esperar mi carácter diplomático i nuestras antiguas relaciones personales. Asistieron a la entrevista un jeneral i dos personajes políticos, e instado vivamente por el jeneral Veintemilla para que no interrumpiera mi visita, cuando creí que por cortesía debia hacerlo, aproveché de tan favorable coyuntura para hacer una esposicion „ completa de la cuestión, tomándola desde su oríjen, es decir, desde que se inició entre Boiivia i Chile la discusión de límites, el año de 1 8 4 2 , presentando en seguida el cuadro de su desarrollo hasta el tratado de 1 8 7 4 , recordando los antecedentes del conflicto entre esos dos países, que condujeron a la reivindicación, i poniendo en claro el verdadero carácter de la intervención peruana que ha dado por resultado nuestra complicación forzada en la guerra. Aun cuando durante mi entrevista tuve ocasión para persuadirme de que el Presidente conoce mui bien los elementos principales de la cuestión, estoi persuadido de que las e s p i r a ciones detalladas etique yo entré, han hecho desaparecer en su ánimo todo asomo de oscuridad, i, por consiguiente, todo temor de (pie pudiera caberle duda sobre la plena justicia que nos asiste. Igual convicción creo haber llevado al espíritu de los otros señores presentes, i me felicito mucho de ello, porque es el primer paso que he debido dar en cumplimiento de mis instrucciones. Desgraciadamente en este país, o no existen o no tienen la importancia que debieran, los tres grandes órganos- que sirven para las manifestaciones de la opinión, es decir, la tribuna parlamentaria, la prensa y las reuniones públicas. Es preciso, pues, contentarse con trabajos individuales sobre las personas influyentes para propagar una idea. Dios guarde a V. S., señor Ministro. EMILIO BONIFAZ. Al señor Ministro de Estado en el despacho de Relaciones Esteriores.—Lima.

EN EL ECUADOR.

(Reservada.) Quito, Abril 29 de 1879. Señor Ministro: Continúo comunicando a V. S. las impresiones que hasta

Lima, Mayo 1 2 de 1879.—Contéstese en los términos acordados. LARRABURE.


GUERRA DEL PACIFICO.

52

CX1V. C r e e difícil q u e el G o b i e r n o d e l E c u a d o r p r e s t e su bandera p a r a la adquisición de buques i elementos de guerra. LEGACIÓN DEL PERÚ EN EL ECUADOR.

(Reservada.) Quito, Abril 30 de 1879. Señor Ministro: Aunque por no haber presentado todavía mi credencial, ni haberse organizado hasta la fecha un verdadero Ministerio que reemplace al (pie con el carácter de Secretaría Jeneral desempeña el señor coronel Boloña, no ha llegado el caso de insinuar Ja idea de que el Ecuador nos preste su bandera para la adquisición en el estranjero de buques i otros elementos de guerra creo poder decir desde ahora a V. S. que será mu i difícil, si no imposible, obtenerlo, teniendo presente las siguientes consideraciones: 1 . ° El Gobierno del Ecuador, en principio se inclina a la neutralidad, no por sentimiento, sino por cálculo, fundado en que no tiene aun conocimiento de las exijencias nuestras i de las chilenas; 2. ° Su situación interior bastante delicada i sus relaciones con Colombia, espuestas a un rompimiento; deben hacerle esperar un apoyo de cualquiera de los dos paises, mediando respecto de Chile la circunstancia de que su Gobierno es arbitro nombrado desde hace años en una cuestión de límites entre el Ecuador i Colombia; 3. ° Este Gobierno, suponiendo que llegara a prestarnos el servicio de que se trata, no lo baria nunca sino en cambio de mi apoyo de nuestra parte cuyo valor seria probablemente niui superior a la concesión que se nos hiciera i que en la práctica no dejaría de ser algo problemática. l i e creido conveniente adelantar estas reflexiones sin perjuicio de estudiar mas detenidamente la cuestión. Dios guarde a V. S. EMILIO BONIFAZ. Al señor Ministro de Relaciones Esteriores dol Perú.—Lima.

oxv. P r o p o n e l a i d e a d e influir c o n el G o b i e r n o e s p a ñ o l p a r a q u e se s u s p e n d a el i m p u e s t o d e l c a c a o q u e se esporta del Ecuador.

(Reservada.) Quito, Mayo 6 de 1879. Señor Ministro: En las conversaciones que he tenido con el Jeneral Veintemilla a propósito de la intención del Gobierno del Peni de celebrar con España un tratado de paz, he tenido ocasión de convencerme de que el Presidente tendría escrúpulos de hacer lo mismo por la consideración de la alianza de 1 8 6 5 . Y o le he hecho présente que, si bien esa alianza continúa subsistiendo como un vínculo de amistad entre el Ecuador i las otras tres repúblicas, ha desaparecido jurídicamente por la guerra que ha suscitado Chile, quedando, por consiguiente, el Ecuador libre para no consultar sino sus propios intereses en cualquier paso que por su parte creyera conveniente dar para reanudar sus relaciones con España, Como es probable, sin embargo, que este Gobierno, por el escrúpulo que he citado no se resuelva a hacer nada por lo pronto, he creido que el del Perú podrá tomar en favor de él la iniciativa de una medida que, como en caso de realizarse le seria niui favorable, contribuiría eficazmente a conducirlo a la idea de celebrar también un tratado con España siguiendo el ejemplo del Perú. Esa medida es la siguiente: con motivo de la alianza i de la guerra, i en una fecha i en términos que por falta de datos no puedo precisar (lo cual, por otra parte, no es de tanta importancia) el Gobierno español gravó el cacao del Ecuador con un derecho diferencial de diez pesos fuertes por quintal. Aunque es de suponer (pie el interés de los productores o de los especuladores les haya hecho encontrar el medio de eludir, en algunos casos ese gravamen, por medio de certificados simulados de procedencia de otros paises productores, no por eso dejaría su desaparición de ser un beneficio mui considerable i mui positivo para este país.

Partiendo de este concepto, me permito sujerir a V. S. la idea de impartir al señor Goyeneche instrucciones para que de una manera estrictamente confidencial, pero con decidido empeño, obtenga del Gobierno español, como una medida espontánea i de buena política para él mismo la suspensión del mencionado gravamen, que fué impuesto como una medida hostil que carecería hoi de razón de ser. No dudo que V. S. se servirá acojer con favor esta idea que presento como sujestion enteramente personal, teniendo en cuenta que se halla en perfecta armonía con la política que el Gobierno ha decidido con tanta razón adoptar en sus relaciones con España. Dios guarde a V. S., señor Ministro. EMILIO BONIFAZ. Al señor Ministro de Relaciones Esteriores del Perú.

Lima, Junio 2 3 de 1879.—Remítase copia legalizada a la Legación en Francia con la nota reservada correspondiente, i dígase en respuesta. LARRABÜRE.

Necesidad de remitir a esta Legación, resumen ticias s o b r e l a g u e r r a .

de no-

LEGACIÓN DEL PERÚ EN EL ECUADOR.

Quito, Mayo 6 de 1879. Señor Ministro: En esta ciudad no existen sino do< periódicoe que se publican una vez por semana: E L OCHO DE SETIEMBRE que es oficial i por consiguiente neutral, i E L AMIGO DE LAS FAMILIAS,

órgano del partido clerical, que poca cabida dá a noticias, i es en todo caso mas bien adverso que favorable al Perú. Por otra parte, la correspondencia que sale del Callao en los vapores de los Jueves no llega a Quito sino los Miércoles de la subsiguiente semana, es decir, catorce dias después. Por un favor especial, mi correspondencia, pero no los impresos, se me ha remitido hasta ahora i espero que lo mismo se hará en adelante, en su posta del Gobierno, gracias a lo que puedo recibirla a los diez dias de su salida de Lima. Es, pues, de la mejor importancia que ese Ministerio, que no debe contar con la misma rapidez para la recepción de periódicos, me envié todos los Miércoles, a última hora, un boletín manuscrito de noticias que, en caso de sernos favorables o en la parte que lo sean, yo haré imprimir aquí inmediatamente para hacerla circular. Este es el único medio posible de hacer llegar aquí a conocimiento del público los acontecimientos que se realizan i que en otras partes los periódicos establecidos se encargan de divulgar. Debo recomendar nuevamente a V. S., la exactitud en la remisión del PERUANO que no me ha llegado en el último correo ni este, privándome así de conocer ciertos documentos que en un momento dado me será tal vez indispensable citar i que no es posible procurarse de otro modo. Dios guarde a V. S. EMILIO BONIFAZ. Al señor Ministro de Relaciones Esteriores del Perú.

CXVII. E l sentimiento público d o m i n a n t e en Q u i t o es favorable a Chile; la actitud deí Gobierno decidida p o r el Perú. LEGACIÓN DEL PERÚ EN EL ECUADOR.

(Reservada.) Quito, Mayo 13 de 1879. Señor Ministro: Mientras mas me esfuerzo en estudiar el sentimiento público dominante en esta ciudad, respecto de nuestra guerra, mas me convenzo de que la masa de la población es completamente indiferente, porque ignora sus causas, debido principalmente a la falta absoluta de prensa, que he cuidado de señalar a V. S.


DOCUMENTOS INÉDITOS.

La mayoría de los individuos que componen la parte activa, a lo menos en palabras, del partido conservador creado por García Moreno, ha heredado de éste una especie de odio inconsciente e instintivo al Perú i una predilección igualmente ciega por Chile. Esas personas, algunas de las cuales han dado al hablar conmigo, las mas marcadas pruebas de aprobación por la conducta del Perú, no han sido sinceras al hacerlo, i yo no me he dejado engañar por sus manifestaciones. Su tendencia verdadera i lójica es favorable a Chile, sin detenerse a examinar si tiene razón o no. Nada estraño es, pues, que aprovechen la llegada del señor Godoi, como han principiado a hacerlo ya, para hacerle manifestaciones de adhesión, en medio de rm'isicas i livaciones. Pero, mas que este fin, los conservadores o algunas de las personalidades mas bulliciosas de entre ellos, se proponen en realidad hacer uso del terreno inerme que les ofrece la causa del Ministro Chileno para hacer ostentación muda, pero que ellos creen enérjica, de su odio contra el jeneral Veintemilla. Espero que V. S. me hará la justicia de creer que yo desdeño estas pequeñas intrigas i que me encuentro mui distante del deseo de imitarlas.

53

CXIX. R e c o m i e n d a sean registrados los vapores q u e tocan e n e l i ail-.IO, p o r d e n u n c i o q u e c o n d u c e n p e r t r e c h o s d e g u e r r a p a r a Chile. LEGACIÓN DEL PERÚ EN EL ECUADOR.

(Reservada.)

Quito, Mayo 13 de 1879. Señor Ministro: Con motivo de habérseme escrito de Guayaquil, privadamente, que circulaba en esa ciudad la noticia do que uno de los vapores que salieron últimamente para el Sur habia embarcado algún armamento con destino a Chile i lo habia desembarcado en Pacasmayo, noticia que por sus mismos términos parece poco digna de fe, he tenido ocasión do imponerme, por comunicaciones que se han puesto confidencialmente a mi vista, de que todas las autoridades de Guayaquil habían recibido las órdenes mas terminantes i mas severas para no permiNo dudo, por otra parte, de que las pocas personas del partir el embarque del mas insignificante elemento de guerra. tido liberal que aquí existen i las de juicio independiente i recCreo, sin embargo, conveniente hacer a V. S. a este propósito, estimen la situación creada por Chile en su verdadero punto to una observación: el despacho i aun el suministro de armas i de vista. municiones, no se considera jcueralmente cuno una violación de En cuanto a la actitud del Gobierno i de todos los que cons- la neutralidad, i bien podría suceder (pie intentando una u otra tituyen su personal, que es lo que verdaderamente nos in- deesas opiniones los ajentcs chilenos, las autoridades se enconteresa, puedo dar a V. S. la seguridad de que, salvo la reserva trasen en último análisis, impotentes para impedirlas. M e paa que por la neutralidad están obligados, todas sus simpatías rece, pues, indispensable que para ese evento, que pued'í preestán en nuestro favor. sentarse a pesar de toda la buena voluntad de este Gobierno, se tomen en el Callao todas las medidas conducentes a. la comCon tanta mas razón, cuanto que sus enemigos jurados preprobación del hecho de que los vapores no conducen ningún tenden ser los amigos de Chile, antagonismo altamente provecontrabando de guerra. Este procedimiento seria probablemenchoso para nosotros, que no me esforzaré por cierto en combate el mas eficaz de todos. tir, haciendo al contrario todo lo posible en aumentarlo. El lijero análisis que precede, hará sin duda pensar a V. S. Dios guarde a V. S., señor Ministro. en el curioso pero no inesplicable contraste que, respecto de EMILIO BONIFAZ. simpatías por el Perú, ofrecen las ciudades de Quito i Guayaquil, debiendo nosotros felicitarnos de que así sea. Al señor Ministro de Relaciones Esteriores del Perú. Dios guarde a V. S., señor Ministro. EMILIO BONIFAZ. Al señor Ministro de Relaciones Estertores del Perú.

Lima, Junio 2 de 1879.—Trascríbase al Ministro de Guerra i Marina para que dicte las órdenes que juzgue necesarias, i dígase así en respuesta. LARRABURE.

CX VIII. E s p l i c a e l s e n t i d o <!c s u d i s c u r s o d e r e c e p e i o n e i n d i c a e s t a r p r e v e n i d o s i ei M i n i s t r o G o d o i h a c e a l u s i ó n a la guerra. LEGACIÓN DEL PERÚ EN EL ECUADOR.

Quito, Mayo 13 de 1879. Señor Ministro: Notará V. S. al leer el discurso que, con motivo de la presentación de mi credencial, tuve el honor de dirijir a S. E. el j e neral Veintemilla, que no contiene sino las frases de cordialidad i cortesía (pie se emplean en semejantes casos. Dos razones lie tenido para prescindir intencionalmente de dar otro alcance a ese discurso: es la primera, que, según la práctica mas jeneral i mas racional, esas palabras do mera etiqueta, no deben servir de pretesto para hacer manifestaciones que, o no tienen valor alguno, o pueden dar lugar a observaciones o a perplejidades de parte del Gobierno, cuyo jefe está encargado de ciarles contestación; es la segunda, mi deseo de evitar al jeneral Veintemilla todo embarazo en su situación de neutral a que está obligado en presencia de la guerra del Pacífico. Si el señor Godoi que llegó a esta ciudad el 10 del presente, i supongo será recibido en breve, creyendo conveniente seguir una línea de conducta distinta de la min, pretendiese en el discurso que pronunciará, hacer alusión a la guerra i a sus causas que presentaría a su manera, yo no dejaré pasar desapercibida la menor de sus palabras i contestaré a lo que diga, por medio de una nota dirijida al Ministerio de Relaciones Esteriores, pien el PERIÓDICO OFICIAL o haciéndola

yo en el caso de que no me fuese concedida. Dios guarde a V. S., señor Ministro. EMILIO BONIFAZ. Al señor Ministro de Relaciones Esteriores dsl Perú.

Hace agregación

a s u n o t a r e s e r v a d a d e f e c h a I4J d e MAYO.

LEGACIÓN DEL PERÚ EN EL ECUADOR.

(Reservada.)

diendo su publicación

cxx.

(Reservada.) Quito, Mayo 23 de 1879. Señor Ministro: En mi nota reservada de 16 del presente, número 20, en que daba cuenta de una conversación confidencial con ei jeneral Veintimilla acerca de la contestación del Gobierno ecuatoriano a las comunicaciones (pie ha recibido de Bolivia i Chile sobre el conflicto entre ambos paises, omití, por falta absoluta de tiempo, agregar lo siguiente: Después de la contestación del Presidente, le hice observar que la guerra i la reivindicación eran dos cosas distintas; que si bien respecto de la primera, un Gobierno neutral no puede entrar a calificarla como justa o injusta., en beneficio o daño de uno de los belijerantes, no sucedía lo mismo en cuanto a lo segundo, porque ello importa una violación del derecho público universal i del derecho público americano, en especial, que ningún Gobierno, mucho menos los de América, puede dejar de improbar esplícitamente pues, hasta el callar sobre ello, seria cubrirlo de una especie de sanción. Posteriormente he teuido una nueva conversación sobre este mismo asunto con el señor coronel Boloña i me ha espresado las mismas ideas que el Presidente, insistiendo, sobre todo, en la reserva que impone al Ecuador la misión de! jeneral Urbina, Dios guarde a V. S. EMILIO BONIFAZ. Al señor Ministro de Relaciones Esteriores del Peni.


54

GUERRA

D E L PACIFICO.

CXXI. D a c u e n t a q i m el M i n i s t r o G o d o i h a h e c h o c i r c u l a r n n f o l l e t o i o t r o el o f i c i a n t e . LEGACIÓN DEL PERÚ EN EL ECUADOR.

(Reservada.) Quito, Mayo 33 de 1870. Señor Ministro: Entre los folletos que el señor Godoi hace circular con profusión en esta ciudad, se encuentra uno que lleva el siguiente título: "La cuestión de límites entre Chile i la República Arjentina.—Por Carlos Moría Vicuña."—Está impreso en" Valparaíso en 1879 i es un trabajo que aparece suscrito por el secretario de la legación chilena en París, en 2 0 de Enero de!87G. He creído conveniente ponerlo en conocimiento de V. S., a fin deque llegue a noticia del señor Ministro arjentino, pues, no es difícil descubrir el fin que el Gobierno de Chile i su ajente se proponen al hacer tal propaganda. Dios guarde a V. S.

ta demora no debe, sin embargo, ser un obstáculo para que el señor de Goyeneche inicie o continúe sus negociaciones, pues, en conferencia del clia de ayer me han autorizado, S. E. el J e neral Veintemilla i su Ministro de Relaciones Esteriores para dar a V. S. la seguridad de que el Gobierno del Ecuador ve en el procedimiento del nuestro el ejercicio de un derecho perfecto, al que no puede hacerse objeción alguna. Dios guarde a V. S., señor Ministro. EMILIO BONIFAZ. Al señor Ministro de Relaciones Esteriores del Perú.

Lima, Junio 23 de 1879.—Comuniqúese a las Legaciones eu Francia i Bolivia. LARRABÜRE.

CXXIII. N o t a s c a m b i a d a s c o n el G o b i e r n o del E c u a l o r rentes al 1 r u t a d o de paz con E s p a ñ a . LEGACIÓN DEL PERÚ EN EL ECUADOR.

EMILIO BONIFAZ. Al señor Ministro de Relaciones Estertores del Terii.

Lima, Junio 12 de 1879.—Trascríbase a la Legación en la República Arjentina, i contéstese en los términos acordados. L.ARRABüRE. LEGACIÓN DEL PERÚ EN EL 7-XUADOR.

Quito, Mayo 31 de 1870. Señor Ministro: Hoi ha aparecido i he hecho circular, en número de doscientos ejemplares, el folleto cuya publicación he anunciado a V. S. i que será seguido de otros a medida que sea necesario. El próximo contendrá el estudio sobre la cuestión de límites entre Bolivia i Chile, hecho por el doctor La Rosa, i otro estudio j u rídico sobre la reivindicación, redactado por mí. Fuera del ejemplar que va bajo este pliego, remito otros cinco como impresos, en uno de los cuales he puesto el nombre del señor Ministro de Bolivia. Dios guarde a V. S. EMILIO BONIFAZ.

refe-

(Reservada.) Quito, Junio 25 de 1S70. Señor Ministro: Con referencia a mi nota reservada de G del presente, número 37, tengo el honor de remitir a V. S., bajo los números 1 i 2, copias de la correspondencia que he cambiado con el señor Ministro de Relaciones Esteriores de esta República, con motivo de haberse comunicado la resolución tomada por el G o bierno del Perú, de abrir negociaciones para la celebración de un tratado de paz con España. Por el contenido de la copia número 2, verá V. S. que quedan satisfactoriamente cumplidas las instrucciones que se me trasmitieron en oficio reservado de 17 de Mayo último, número 2. Dios guarde a V. S., señor Ministro. EMILIO BONIFAZ. Al señor Ministro de Relaciones Esteriores del Perú.

Lima, Julio 9 de 1879 —Trascríbase a la Legación en Francia, remitiéndole copia del anexo, i contéstese al oficiante aprobando su conducta. Fecho l . i 2.° ;

Al señor Ministro de Relaciones Estertores del Perú.

Lima, Junio 14 de 1879.—Contéstese aprobando su conducta. LARRABÜRE.

CXXII. 151 E c u a d o r r e c o n o c e el d e r e c h o q u e el P e r ú t i e n e p a r a ceJehrar la na* c o n E s p a ñ a .

(Reservada.) Quito, Junio G de 1879. Señor Ministro: Refiriéndome a mi nota reservada de 3 1 de Mayo último, número 3 3 , relativa a la que, con el mismo carácter, se sirvió V, S. dirijirrne en 1 7 de dicho mes, bajo el número 2 , sobre la intención que tiene el Gobierno del- Perú de entrar en negociaciones con el de España para la celebración de un tratado de paz, debo decir a V. S. que la falta de ciertos antecedentes de que creo hacer mérito al tratar la cuestión, i el haber consagrado esclusivamente mi tiempo en esta semana a la cuestión pendiente entre este país i Colombia, no me ha permitido dirijir al señor Ministro de Relaciones Esteriores la nota en que debo hacer constar las intenciones del Gobierno del Perú, i solicitar que el del Ecuador esprese respecto de ellas la opinión que crea justa. Daré este paso en los primeros días de la semana entrante, de suerte que por el correo del sábado de esa semana podré remitir a V. S. con seguridad las notas que se cambien; esta cor-

COPIA N U M . 1. Quito, Junio 11 de 1870. Señor Ministro: El Gobierno del Perú me ha dado instrucciones especiales para poner en conocimiento de V. E. que a mérito de constantes insinuaciones de notables estadistas de España, nuestro Enviado Estraordinario i Ministro Plenipotenciario en Francia, señor Goyeneche, ha sido debidamente autorizado para dar los pasos conducentes al restablecimiento de las relaciones entre el Perú i España, bajo la base de que en el tratado que se formule, no se mencione el reconocimiento de la independencia del primero, por ser un hecho incontestable i de que se releguen al olvido i se den por recíprocamente canceladas t o das las deudas que pudieran alegarse, inclusive la titulada: Deuda Española. No me será difícil justificar a los ojos del Gobierno del Ecuador, la conducta que en esta ocasión ha creido conveniente observar el del Perú. Después de la guerra de 1866, en que cupo al Perú la gloria de repeler la agresión española, los intereses de la República exijian imperiosamente el establecimiento sobre bases sólidas de sus relaciones comerciales con España que pudo haberse realizado desde entonces, habiendo desaparecido los obstáculos que antes habian surjido principalmente de las pretenciones, o mas bien dicho de las intrigas de los tenedores del papel llamado de la Deuda Española. Penetrado de esa conveniencia, aceptó el Gobierno del Perú, por su parte, la mediación propuesta por el de los Estados Unidos de América, cuyo primer fruto fué la celebración del armisticio de Washington


DOCUMENTOS INÉDITOS.

entre las Repúblicas aliadas i España, el 11 de Abril de 1 8 7 1 . Mas, como el pensamiento del Gobierno Americano babia sido llegar no solo a ese resultado preliminar, sino a la conclusión de una paz definitiva, se renovaron poco después las negociaciones con ese fin, como consta del protocolo de Washington firmado el 2 4 de Enero de 1872, por los representantes de todas las potencias interesadas i de la mediadora. Tres de las repúblicas aliadas: el Perú, el Ecuador i Bolivia, según aparece de ese documento, hubieron de renunciar a la esperanza de poner un término definitivo a su situación respecto de España, por la consideración única de que el Gobierno de Chile exijia como condición previa para aceptar la paz, reparaciones de parte de España por el bombardeo de Valparaíso. Esta exijencia hizo abortar la negociación que terminó, espresando el representante de los Estados Unidos la esperanza de que, no habiéndose podido llegar a la conclusión de la paz colectiva se decidiese cada Estado a tomar en consideración la conveniencia de celebrar separadamente tratados con España.

cencia pongo en conocimiento de V. S., que se ha recibido en este despacho su importante nota número 3, de 11 del presente, en que se sirve comunicar que se han iniciado negociaciones diplomáticas por el Gabinete peruano cerca del Gobierno español, con el objeto de reanudar las antiguas relaciones de paz i amistad con la antigua metrópoli; pues estando la República del Perú en su derecho para adelantar i fijar sus relaciones internacionales del modo que juzgue convenir a su importancia i seguridad en el esterior, el Gobierno ecuatoriano congratulándose por tan fausto i trascendental acontecimiento, ha resuelto por su parte hacer las jestiones que le convengan en el mismo sentido i cuando las circunstancias lo determinen.— Grato me es felicitar a nombre de mi Gobierno, a la nación peruana, en la persona de su digno representante en el Ecuador.

Acojiéndose el Ministro español en Washington a esta indicación, trasmitió por conducto del mediador al Gobierno del Perú su deseo de que se hiciera efectiva; i éste, aceptando la idea, dio instrucciones en tal sentido a su Plenipotenciario, que fueron suspendidas poco tiempo después a mérito de las exijencias del Gobierno chileno, a que el del Perú accedió una vez mas, con perjuicio propio, por complacer a su aliado. Este breve resumen de las negociaciones de paz de 1872, que son perfectamente conocidas en sus detalles de V. E., establece de la manera mas clara que si aquellas quedaron infructuosas, sea cuando se trató de hacerla de una manera colectiva, sea cuando hubo la idea de celebrarla separadamente, fué debido esclusivamente al empeño desplegado por el Gobierno de Chile para oponerse a todo trance a una paz que convenia a sus aliados, a no ser que, como precio de ella consintiera España en la concesión imposible de reparaciones por el bombardeo de Valparaíso. Los tres aliados de Chile, sacrificando sus propios intereses, acataron por esceso de lealtad esa exijencia sin discutirla, i habrían seguido acatándola a no haber sobrevenido la guerra a que ese país ha provocado al Perú i Bolivia. V. E., que tiene en su poder todos los antecedentes de tan deplorable conflicto, sabe perfectamente que él tuvo su oríjen en un falso derecho de reivindicación invocado por el Gobierno de Chile para usurpar una parte del litoral boliviano, i que se ha agravado desde que ese Gobierno abrió gratuitamente una campaña injustificable contra el Perú, por el procedimiento de los jefes de sus fuerzas navales que han bombardeado e incendiado puertos indefensos de la costa peruana, La alianza de 1866 ha desaparecido, pues, de hecho i de derecho, de parte del Perú i Bolivia respecto de Chile, i con ella ha desaparecido también el único obstáculo que, por una contemplación escesiva hacia el aliado de ayer, que es el enemigo de hoi, ha impedido hasta ahora al Perú celebrar una paz ventajosa con España, En estas razones se ha fundado mi Gobierno para tomar la determinación que me encarga poner en conocimiento de V. E., creyéndose obligado a ello, porque considera siempre intactos sus vínculos de alianza con el Ecuador, i penetrado ademas de la seguridad de que el Gobierno de V. E. acojerá con satisfacción el anuncio de que van a reanudarse los vínculos de paz entre el Perú i España bajo bases enteramente conformes a los principios que esa República sostuvo siempre respecto de la antigua metrópoli, sea en el terreno de las negociaciones o en el campo de la guerra. Creo escusado agregar a V. E. que si el Gobierno de esta República se decide a seguir el ejemplo del del Perú, éste no verá en ello sino el ejercicio de un derecho perfecto, i esperimentará tanta mas satisfacción, cuanto que el Ecuador, por la especialidad de su comercio con España, ha tenido que sufrir mas que las otras repúblicas aliadas, a causa de la guerra de 1 8 6 6 i sus consecuencias. Reiterando a V. E. las seguridades de mi mas alto i distinguido aprecio, me es honroso suscribirme de V.E. su mni atento i obsecuente servidor.

Al Excmo. señor Ministro residente de la República del Perú. Es copia.

Firmado.—EMILIO BONIFAZ.

COPIA N Ú M . 2. Ministerio de Relaciones Esteriores del Ecuador.—Quito, Junio 25 de 1 8 7 9 . — S e ñ o r Ministro:—Con verdadera compla-

Con sentimientos de alta consideración i particular aprecio, soi de V. S., atento seguro servidor.—(Firmado.)—FRANCISCO BOLOÑA.

EMILIO BONJFAZ.

CXXÍY. Ofrecimiento

p a r a la g u e r r a del ciudadano ecuatoriano don Alamiro Plaza.

LEGACIÓN DEL PERÚ EN EL ECUADOR,

Quito, Junio 25 de 1879. Señor Ministro: Me es grato poner en conocimiento de V. S. un acto de adhesión al Perú, de liarte de un ciudadano ecuatoriano, que prueba de la manera mas elocuente la influencia que ejercen en los corazones jenerosos las inspiraciones de una noble gratitud. El señor don Alamiro Plaza, actualmente jefe de la sección de contabilidad en el Ministerio de Hacienda del Ecuador, en la que presta importantísimos servicios, residió por ocho años en el Perú, ganando fácilmente su vida, gracias a su intelijencia i laboriosidad. No obstante que esa facilidad no fué sino la justa retribución de su trabajo, el señor Plaza ha creido empeñada su gratitud hacia el país en que encontró tan digna acojida i para demostrarla, dirijió con fecha 3 de Mayo último a S. E. el j e neral Prado una carta que yo tuve el honor de remitirle i en la que el señor Plaza manifestaba que, como prueba de simpatía al Perú, i mientras le fuera posible ir a ofrecer al Gobierno sus servicios personales, ponia a su disposición la décima parte del sueldo de cien pesos al mes de que goza como empleado, la cuaf consignaría en mi poder desde el citado mes de Mayo. Cumpliendo con ese ofrecimiento, el señor Plaza me ha instado para que reciba las dos primeras mesadas de su jeneroso donativo; pero yo al mismo tiempo que le he dado las gracias a nombre del Gobierno le he manifestado que no me creia autorizado para satisfacer sus deseos, mientras no me fuera comunicada la resolución que S. E . el jeneral Prado tenga a bien tomar con motivo de la cuota a que he hecho referencia. Dios guarde a V. S. EMILIO BONIFAZ. Al señor Ministro de Relaciones Esteriores del Peni.

CXXY. N e u t r a l i d a d a d o p t a d a p o r el G o b i e r n o del E c u a d o r ; trasbordos de artículos de g u e r r a en puertos ecuatorianos. LEGACIÓN DEL PERÚ EN EL ECUADOR.

(Reservada.) Quito, Junio 27 de 1879. Señor Ministro: Tengo el honor de contestar a la estimable nota de V. S., fecha 4 del presente, número 30, relativa al trasbordo en puerto ecuatoriano, de artículos de guerra que pudieren salir de Panamá para el Perú. En mis cartas particulares a S. E. el jeneral Prado i a V. S.,


GUERRA DEL PACIFICO

Lima, Julio 3 0 de 1879.—Contéstese en los términos acorlie manifestado repetidas veces que este Gobierno ha adoptado dados, i publíquese este oficio con el certificado de los notarios. la neutralidad negativa, es decir, la que consiste en negar a Fecho. ambos belijerantes la estraccion de armas; como esto nos perjudica, mas que nos favorece, he pedido instrucciones para solicitar, si es necesario, que esa neutralidad se convierta en poLos notarios públicos que suscribimos sitiva. Como nada se me ha dicho a este respecto, yo no me he atrevido a tratar oficialmente la cuestión, reservándome sí Certificamos: que por orden del señor Ministro de Relacioel hacerlo, si se presentara un caso práctico de embargo; adenes Esteriores, nos constituimos en el salón de su despacho a mas, el jeneral Veintemilla me ha dicho confidencialmente que efecto de practicar una dilijencia de cotejo de la firma i rúbripreferiría que me abstuviera de llevar un asunto tan delicado ca (pie aparecen puestas en una carta particular dirijida por al terreno de la discusión formal. La dificultad principal que j un señor A. Borrero al señor Vicario Jeneral de Cuenca, don ve para ello, fuera del modo como entiende la neutralidad, es Manuel Hurtado, su fecha 27 de Mayo último, de esta cala existencia de órdenes que desde hace tiempo prohibe la inpital, con las (pie aparecen puestas por el mismo señor A. Borternación de armas en territorio ecuatoriano, sea directamente, rero en una carta autógrafa que dirijo con fecha 2 1 de Mayo sea en tránsito, por temor de que pudiesen estar destinadas a de 1876 al Excino. señor Presidente de la República del Perú, alguna empresa revolucionaria. comunicándole el retiro del señor don Vicente Piedrahita, Enviado Estraoi'dinario i Ministro Plenipotenciario del Ecuador Dada esta situación, no quedaba otro recurso que recomenen esta República; i habiendo examinado dichas firmas i rúbridar al celo, actividad e iutelijencia del Cónsul peruano en cas con la detención i minuciosidad correspondientes, encontraGuayaquil, el empleo de los pasos necesarios a que pudiere hamos que entre ambas existe identidad, i (pie, a nuestro parecer, ber lugar. Habiendo dado instrucciones en este sentido al señor Luque Plata, como he tenido el honor de comunicarlo a ; son puestas por una misma mano. V. S. en carta particular, este funcionario me escribe en la mis- j Para los efectos a que haya lugar, firmamos el presente en nía forma, i c ó n fecha 20 del presente, lo que sigue: "Descuide Lima, Julio 30 de 1873. Ud., amigo mío, yo estoi tan interesado como Ud. en el paso FELIPE S. VIVANCO, de dicho armamento, no omitiré medio alguno para conseguirNotario público. lo; lo único que siento es que no se hayan puesto de acuerdo Hai un sello. conmigo antes de saber yo la procedencia de las armas; pues | F. PALACIOS I VIVANCO, entonces había hecho poner los conocimientos como ferretería Escribano público i de Hipotecas. o maquinaria a la orden de algún comerciante de esta plaza i Hai un sello. pedir el reembarque o trasbordo para el Callao; sin embargo, me atrevo asegurar que dé Ud. por hecho el libre paso del carCARTA. gamento. Los infrascritos, escribanos públicos de este cantón, certificaHe dado en contestación al señor Luque Plata, que en esto, mos: (pie habiéndosenos presentado una misiva para que exacomo en todo otro asunto, se dirija dilectamente a V. S , pues, minada so copiara su tenor previa comparación de las firmas i la distancia a que yo estoi aquí no puede facilitar las órdenes rúbricas de dicha misiva con las que se han traído a la vista oportunas que sean necesarias. ele varios documentos oficiales, encontramos conforme con la Dios guarde a V. S., señor Ministro. de la misiva que se copia, siendo en todo igual letra, i rúbrica, EMILIO BONIEAZ. i es como sigue:—Lima, Mayo 27 de 1879.—Señor Vicario Jeneral don Manuel H u r t a d o . — C u e n c a . — Mi querido MaAl señor Ministro de Relaciones Estertores del Perú. nuelito: Me tienes en la hermosa Lima desde el 10 de los corrientes. He sido bien recibido por el Gobierno, por la prensa i por nuestros amigos políticos, quienes se han mostrado mui Lima, Julio 12 de 1879.—Contéstese en los términos acorsatisfechos por mi llegada. Parece ciertamente que ella ha sido dados. a tiempo, porque aquí todo ha sido auarqnía hasta en la redacFecho. ción de E L C O T O P A X I , que por esta razón ha salido casi siempre no solo incorrecto en la forma, sino inconveniente en el fondo. De hoi en adelante habrá uniformidadad i acuerCXXYL do; i, por el aspecto que presentan las cosas, parece no está mui distante el día en (pie tengamos el gusto de vernos, si líeniüc orijinal tuiíi curia del señor Borrero, en l a cual habla desfavorablemente del Feria. Dios, como lo espero, nos favorece. Aquí no se habla de otra cosa que de la guerra con Chile, guerra desastrosa que causaLEGACIÓN DEL PERÚ EN EL ECUADOR. rá, tal ve/., la ruina del opulento Perú. Todas las probabilidades están de parte de Chile, quien, aunque acaba de perder la Quito, Julio 12 de 1S79. Esmeralda, uno de los limpies menos importantes de la escuaSeñor Ministro: dra chilena, ha visto encallar al frente de Iquique a la IndeHabiendo llegado a mi conocimiento un artículo comunicado pendencia, el segundo de los buques de la escuadra peruana. suscrito por el señor Borrero el 28 de Junio último, i en el Nunca he tenido simpatías por el Perú, menos ahora que le cual manifiesta la esperanza ele (pie yo remita orijinal la carta estoi viendo i palpando. Todo es aquí ruido i bambolla, todo a que dicho artículo se refiere, me he dirijido a S. E. el Jeneral bulla i fantasía; pero en realidad no hai cosa de provecho. El Veintemilla preguntándole si por su liarte tendrá inconveniensentimiento relijioso no existe, la moral de.las costumbres está te para satisfacer el deseo del señor Borrero; habiéndome conperdida lo mismo que el decoro público; los hombres no pientestado que no, ha dado inmediatamente orden para que la san sino en comer i beber, i las mujeres en vestir a la última carta orijinal se me entregase para remitirla a V. S., como lo moda venida de París; la Iglesia es esclava del poder civil; sus hago, por el señor Valdes, escribano público, en cuyo poder se prelados ciegos instrumentos del Gobierno, i el Gobierno no hallaba para su confrontación. piensa en otra cosa que en darse buena vida; ¡cuánta distancia S. E. me ha suplicado, además, que yo mismo verificara la por todos lados de nuestro pobre Ecuador al opulento Perú! comparación de firmas, exhibiendo al efecto un libro de decrej Dicen que hai aquí almas mui justas: las ha de haber, sin dutos supremos en que se halla autógrafa la firma del señor Borda, porque, si no las hubiese, llovería fuego sobre Lima. En el rero, cuando era Presidente de la República, i me cumple declero, por lo jeneral, parece que ya está abolido el celibato clarar en conciencia que la firma i rúbrica en ambos casos eclesiástico; en el clero secular no hai mas relijiosos que los parecen ser de una absoluta identidad. descalzos, que son observantes; i en los monasterios de mujeMe permito suplicar a V. S. que se sirva hacer publicar este res, entiendo que ni se observa la vida común. Los templos no oficio i dar a la carta, (pie debe serme oportunamente devuelta valen gran cosa i son mucho mejores los de Quito i hasta la el curso a (pie haya lugar. topografía de la ciudad, no tiene nada de pintoresco, nada de Dios guarde a V. S. risueño. Mil recuerdos al señor obispo a quien tuve el gusto de escribirle con la M. Virjiuia por el vapor que salió el 22 i, EMILIO BONIFAZ. conservándote bueno, dispon de tu invariable amigo i afectísiAl señor Ministro de Relaciones Esteriorcs del Ferú. mo servidor.—A. Borrero.


DOCUMENTOS

Es fiel copia de la misiva que orijinal la tenemos a la vista, de lo que damos fe i la firmamos en Quito a catorce de Junió de mil ochocientos setenta i nueve.—Nicolás García, Escribano público.—Pablo Iglesias, Escribano público i de Hacienda Legalizada en la Legación del Perú en el Ecuador.—El M i nistro r e s i d e n t e . — E M I L I O B O N I F A Z .

57

INÉDITOS.

Lima, Agosto 19 de 1879.—Acúsese recibo en términos satisfactorios. Fecho.

cxxnn. T e n t a t i v a d e Chile p a r a s e p a r a r a B o l i v i a de la alianza del Perú.

CXXYII. Anuncia la publicación de un nuevo folleto.

LEGACIÓN

DEL

PERÚ

EN

EL

ECUADOR.

(Reservada.) LEGACIÓN

DEL

PERÚ EN EL

ECUADOR.

Quito, Julio 24. de 1879. Señor Ministro: Continuando la tarea que me he impuesto i que es absolutamente indispensable aquí, por la total falta de prensa, de hacer publicaciones especiales que contengan documentos comprobatorios de la indigna conducta de Chile i de la justicia que asiste al Perú i.a Bolivia en la presente guerra, he hecho imprimir un tercer folleto con el fin principal de reproducir la gran sesión del 2 de Junio en que el Congreso Arjentino condenó tan abiertamente los procedimientos de Chile, i de recordar los principios que ese país i los demás de América sostuvieron en 1 8 6 6 , en materia de bombardeo de lugares indefensos con motivo del de Valparaíso. La impresión está casi terminada i tengo la esperanza de poder remitir algunos ejemplares por el correo de pasado mañaña. A esta publicación seguía inmediatamente otra cuyo objeto es hacer conocer el espíritu de la prensa estranjera, sobre todo la arjentina, colombiana i venezolana, acerca de la guerra. Si en esta capital, a ejemplo de lo que sucede en todo el mundo, hubiese una prensa establecida, que por ínteres propio publicara todo lo relativo a las cuestiones que apasionan a los ciudadanos, habría podido ahorrarme el trabajo que frecuentemente he seguido desde el principio; pero no existiendo tal facilidad, la forma de publicaciones que he adoptado se haría inescusable si queremos que el público comprenda bien todos los elementos de la contienda del Pacífico. I esto es tanto mas necesario en Quito, cuanto que, como he tenido el honor de manifestarlo a V. S „ en esta ciudad domina el partido conservador, afecto casi en su totalidad a Chile i al que, si no hemos de alcanzar su conversión debemos, por lo menos, probarle _que sus desatentadas simpatías no están conformes, ni con la moral internacional, ni con los intereses de la América, especialmente los del Ecuador. Dios guarde a V. S. EMILIO

BONIFAZ.

Al señor Ministro de Eelaciones Estertores del Perú,—Lima.

LEGACIÓN DEL PERÚ

EN

EL

ECUADOR.

Quito, Agosto 1. de 1879. Señor Ministro: En nota de 2 4 de Julio último, número 50, tuve el honor de anunciar a V. S. la próxima aparición de un tercer folleto de los que bajo el título de " L a guerra del Sur del Pacífico", he creido conveniente publicar. La repartición en esta ciudad se ha realizado ya, i a fin de que V. S. pueda juzgar del contenido de dicho folleto, tengo el honor de remitirle seis ejemplares. Como los elementos de la cuestión que dio oríjen a la guerra son ya aquí perfectamente conocidos por mis publicaciones anteriores, me he limitado esta vez al juicio de los bombardeos chilenos, citando para condenarlos como merecen, no la opinión del Perú sino la que con tanta autoridad han emitido el Congreso i el Gobierno Arjentino en la sesión del 2 de Junio de este año, i haciendo a mayor abundamiento la esposicion de las doctrinas que el Gobierno de Chile i otros de América sostuvieron en 1866, con motivo del bombardeo de Valparaíso. Esas doctrinas se vuelven hoi contra Chile, como ha sucedido con la de la reivindicación, i es preciso que la América lo tenga bien presente al hacer a esa nación el proceso de que es digna en la guerra actual. Dios guarde a V. S. 0

EMILIO

Al señor Ministro de Relaciones Estertores del Perú. TOMO

ni—8

BONIFAZ.

Quito, Julio 19 de 1879. Señor Ministro: Oportunamente tuve el honor de recibir la nota reservada de V. S., fecha 17 de Junio último, núm. 4 1 , que se refiere a las nuevas tentativas hechas por Chile, i esta vez de una manera mas directa, para romper la alianza entre el Perú i Bolivia, ofreciendo a esta República, como precio de una traición tan infame como imposible, compensaciones territoriales con detrimento del Perú. En la primera ocasión que se me presentó, cuidé de instruir al Presidente de la República i al Ministro de Relaciones Esteriores, de esos reprobados manejos que les eran ya perfectamente conocidos: les espuse que ni las leyes de la guerra ni las del honor, ni las que reglan el modo de ser de las naciones americanas, podian justificar semejantes procedimientos, en los que se conculcan todo jénero de consideraciones i se apela a las peores pasiones, a trueque de realizar un plan preconcebido de espoiiacíüii. Esos dos altos funcionarios no han podido dejar de reconocer la justicia de mis observaciones, i entiendo que el señor Ministro de Relaciones ha escrito en este sentido al señor Riofrio, por el correo.del Sábado último. Dios guarde a V. S., señor Ministro. —

EMILIO

BONIFAZ.

Al señor Ministro de Relaciones Estertores del Perú.

CXXIX. C o m u n i c a u n a entrevista c o n el J e n eral Veiiitemilla i Ministro Vernaza, e n previsión q u e Chile se decida por atacar a Lima. LEGACTON D E L P E R Ú

EN EL

ECUADOR.

(Reservada.) Quito, Agosto 21 de 1879. Señor Ministro: Desde que, según las últimas noticias, he podido creer que los chilenos impulsados por las exijencias a que los sujeta el oríjen de la guerra i el estado de la opinión en Chile, a consecuencia de los desastres que han sufrido, tendrían que emprender próximamente con sus fuerzas de tierra un desembarco en nuestra costa, me ha parecido que era llegado el momento de considerar seriamente el papel que el Ecuador puede verse en la necesidad de desempeñar en esta faz de la campaña. Si los chilenos operan sobre Iquique o Arica, el promedio de las distancias les permitirá servirse de su propia costa, de preferencia a la ecuatoriana, como base de sus operaciones. Pero, si se deciden a tomar Lima como objetivo de la campaña, el alejamiento en que entonces quedan del litoral chileno, los obligará a buscar apoyo en los puertos ecuatorianos. En previsión de esta última emerjencia, que el señor jeneral Vernaza, mui versado en la cuestión, cree lo mas probable, he juzgado conveniente hablar con el jeneral Veintemilla sobre los deberes que, dado ese caso, incumbirían a las autoridades de la costa; su contestación, en términos jenerales, pero mui positivos, ha sido que todos los casos posibles están previstos en las instrucciones que tiene trasmitidas a esas autoridades i que son en el sentido de la mas estricta neutralidad, conforme a los principios del derecho internacional. Esta declaración, cuya lealtad no pongo un solo instante en duda, me ha hecho renunciar la idea que tuve al principio de reclamar por escrito una seguridad de que se procedería así. Para el evento de dirijir tal comunicación, habia hecho someramente algunos apuntes que incluyo en copia, i que comprenden los principales puntos que pueden presentarse. En una v i sita que me hizo hace pocos dias el jeneral Vernaza, le mostré


68

GUERRA

D E L

confidencialmente esos apuntes, diciéndole que los habia tomado a la lijera, pero que aprovechaba la ocasión para que pensara en ellos, sin la idea de que yo fuera a hacer una petiticion formal, puesto que el Presidente me habia dado ya todas las garantías que podia apetecer. Ayer he tenido motivo de convencerme de que esta insinuación no ha sido perdida. El jeneral Vcmaza, en efecto, me dijo que por el correo que se despachaba en la noche, i dejando subsistentes las instrucciones jeuerales dirijidas anteriormente a las autoridades, escribió el jeneral Sánchez Rubio, gobernador de Guayaquil, precisando mas los casos que podían presentarse en la supuesta eventualidad, i fijando reglas de conducta. Estas son las que prescribe el derecho internacional, i solo respecto de dos puntos especiales he preguntado al jeneral cuáles eran sus órdenes: víveres i carbón. M e ha contestado que en cuanto a los primeros, debe permitirse la provisión, lo cual yo no acepto sino con reservas; sobre el carbón prohibe que lo suministren, lo cual debemos estimar como una ventaja, pues, en buena cuenta i según las prácticas, se podria sin violar la neutralidad, suministrárselo en cantidad limitada. Para que V. S. aprecie bien el espíritu, benévolo para nosotros, que ha guiado al Ministro en sus instrucciones, debo repetir lo que él me ha dicho, i es que sus órdenes no habrá verosímilmente que aplicarlas sino a los buques chilenos, pues, no hai razón para creer que los peruanos tengan que buscar ausilio en el Ecuador, salvo el caso de refujio de algún trasporte, que quedaría suficientemente garantizado con el plazo de veinticuatro horas que se exijirá entre su salida i la del buque enemigo que pudiera perseguirlo. Ayer he escrito a nuestro Cónsul en Guayaquil llamando su atención i escitando su celo sobre lo que forma la materia de este oficio; pero debo anunciar desde ahora a V. S. que. en el caso de tener noticia de que los chilenos operen sobre Lima, me trasladaría inmediatamente a Guayaquil para exijir por mí mismo el cumplimiento estricto de las órdenes del Gobierno, i en las ocurrencias imprevistas, el de las reglas universales del derecho de jentes. Dios guarde a V. S.

PACIFICO.

consejo privado de Inglaterra de 21 de Enero de 1862, prescribe a los corsarios que entren en los puertos ingleses neutrales, que salgan de ellos dentro de las veinticuatro horas, a menos que el estado del mar, la falta de víveres o las averías del buque, no exijan una permanencia mayor. El permiso de hacer carbón está igualmente limitado por esta ordenanza a la cantidad necesaria para llegar a otro punto. (Id. art. 7 7 3 . ) El Estado neutral tiene derecho de recibir i protejer en sus puertos a los buques de guerra de los belijerantes. Pero debe cuidar de que éstos, a los cuales concede un asilo por humanidad, no abusen de su territorio para recomenzar ©continuarla guerra. Los buques i sus tripulaciones deberán, por regla jeneral, ser desarmados i las tropas internadas, si las circunstancias lo exijen. (Id. arts. 775 i 7 7 6 . ) Por regla jeneral, un buque de guerra no puede salir de un puerto neutral sino veinticuatro horas después de la partida de un buque enemigo al que trata de perseguir. (Art. 776 bis.) El estado neutral no puede admitir que su territorio sirva de bases de operaciones a uno de los belijerantes o que se d e positen en él armas i municiones de guerra; no debe tolerar que se creen en él estaciones para la maniobra de guerra, que la lucha continúe en su territorio o que los belijerantes hagan presa o botin. La persecución de las tropas vencidas cesa allí donde comienza el territorio neutral. (Art. 777.)

oxxx. Indica l a conveniencia de evitar el e n r o l a m i e n t o forzoso de e c u a t o r i a n o s en el ejército del P e r a . LEGACIÓN DEL PERÚ EN EL ECUADOR.

EMILIO BONIFAZ.

(Reservada.)

Al señor Ministro de Relaciones Esteriores del Perú.

Guayaquil, Noviembre 19 de 1879, Señor Ministro:

COPIA. PROHIBICIONES

QUE DEBERÁN

LOS PUERTOS ECUATORIANOS

HACERSE A LAS AUTORIDADES DE EN OBSERVANCIA DE LA NEUTRA-

LIDAD.

1. ° N o se permitirá a ningún buque de guerra o corsario de uno u otro de los belijerantes entrar o permanecer con presas en nuestros puertos o radas durante mas de veinticuatro horas, fuera del caso de arribada forzosa;—2. ° Ninguna venta de objetos provenientes de presas podrá tener lugar en nuestros dichos puertos o radas. (Proclama de neutralidad del Gobierno francés con motivo de la guerra civil de los Estados Unidos de América.—Ortolam Dip. de la mer.—Tom. 2. ° , páj. 5 0 0 . ) El Estado neutral no puede permitir que los belijerantes usen de su territorio para realizar los fines que se proponen al hacer la guerra (Blunt. art. 7 6 9 . ) El pasaje de buques de guerra en las aguas neutrales que limitan las costas, no se mira como una violación de la neutralidad sino en el caso de que el Estado neutral hubiese prohibido a los belijerantes ese pasaje. (Id. art. 7 7 2 . ) Pero, el Estado neutral no debe permitir a los buques de guerra de los belijerantes entrar en sus puertos, ni navegar en sus rios o canales, si no es con un objeto manifiestamente pacífico, por ejemplo, para hacer agua o carbón, para tomar víveres o para» reparaciones urjentes. Jamás le es permitido penetrar en ellos para renovar o reforzar sus provisiones de guerra. Ordinariamente, cuando los buques de guerra entran en un puerto neutral para hacer agua o carbón o para ejecutar algunas reparaciones, se les fija un plazo mui corto, que lo mas frecuentemente se fija en veinticuatro horas. La ordenanza del

Varias cartas de ecuatorianos residentes en Lima, recibidas por personas respetables de esta ciudad, hablan con insistencia del hecho de que en aquella se ha reclutado a un gran número de hombres de esta República, i aun algún periódico ha llegado a asegurar que no se respetaban, sino que se rompian, los certificados de nacionalidad espedida por la Legación i los consulados ecuatorianos. Esta última aserción se dice estar apoyada en una orden dada al efecto'por el señor presidente del Concejo provincial de Lima. Y o he opuesto a estas afirmaciones la denegación mas completa, admitiendo solamente que han podido ocurrir algunos casos aislados, en los que los jefes de los cuerpos han puesto en inmediata libertad a los que solo por error pueden haber sido llevados a los cuarteles. Pero, como a pesar de todo se sigue hablando de este asunto i la mala impresión producida se acentúa cada dia mas, he creido de mi deber llamar mui seriamente la atención de V. S., hacia la conveniencia que hai, no solo en respetar de la manera mas absoluta la escencion del servicio militar de que gozan los estranjeros, sino en dar suelta a los que pudieran hallarse enrolados en el ejército. Puedo dar a V. S., la mas plena seguridad de que al proceder así, el Gobierno, como no lo dudo, no hará sino robustecer con gran provecho muestro las simpatías que en esta ciudad existen en favor de la causa nacional, lo cual es del mayor interés en las actuales circunstancias. Suplico a V. S., que se digne trascribir, sin pérdida de tiempo, este oficio al señor Ministro de la Guerra para que se sirva dictar las medidas urjentes que el caso requiere. Seria conveniente comunicar de una manera directa a n u e s tro Cónsul en este puerto la resolución que se tome, sin perjuicio de hacerlo igualmente conmigo. Dios guarde a V.S. k

EMILIO

BONIFAZ.

Al señor Ministro de Estado en el despacho de Relaciones Esteriores.—Lima..


DOCUMENTOS

LEGACIÓN DEL ECUADOR EN EL PERÚ. CXXXI. Anuncia que los nacionales ecuatorianos deben inscribirse c u u n rcjistro de la Legación. LEGACIÓN

DEL ECUADOR EN EL

PERÚ.

Lima, Marzo 27 de 1879. Señor Ministro: A l agradecer a V. E. la benévola atención que se ha servido prestar a los reclamos sobre la baja de ecuatorianos que se hallaban en el servicio militar de esta República, me es grato responder a la atenta insinuación contenida en el despacho de V. E., de 2 4 de los corrientes, número 4, de que se exija el requisito de estar los reclamantes inscritos en el rejistro de nacionales para sustanciar reclamos de esa especie, comunicándole que en esta fecha he mandado poner en los diarios avisos de que en adelante será exijido dicho requisito para que esto sirva de regla jeneral; pero como pudiera suceder que en algún caso hubiera inculpabilidad absoluta de parte del reclamante i no le fuese imputable la omisión en el cumplimiento del deber de matricularse, esta Legación exijirá, en estos casos escepcionales, una plena comprobación de esta circunstancia i además doble prueba de nacionalidad, de la que se requiere para la inscripción en el rejistro. Entiendo que así quedará cortada hasta la posibilidad del abuso, sin que esta Legación falte al sagrado deber de protejer a sus nacionales, aun cuando no estén matriculados. Ojalá que esta regla de proceder, que observará la Cancillería ecuatoriana en atención al considerable número de ecuatorianos residentes i transeúntes en el Perú, i a la semejanza típica entre los ciudadanos de entrambas naciones, sea del agrado de S. E. i tenga a bien disponer la reciprocidad. Me es honroso reiterar al Excmo. señor Irigóyen mis sentimientos de alta i distinguida consideración. MIGUEL

Al Excmo. señor don Manuel Irigóyen, Peni.

RIOFRIO.

Ministro de Relaoiones Esterioros del

CXXXII.

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INÉDITOS.

bertad los ecuatorianos Jesús Valencia, Miguel Vega, Federico Espinosa, Vicente Panchi, Manuel Cisneros i Pedro Medina. Agradeciendo la atención con que fué acojido mi reclamo confidencial por el digno antecesor de V. E., tengo el sentimiento de poner en su conocimiento que, a pesar de las órdenes que se ha dado por el Ministerio respectivo, en 1 5 de los corrientes, el señor coronel Prado, primer jefe del batallón Ayacucho número 3, no se ha dado fiel cumplimiento, pues con fecha de hoi he recibido nueva queja firmada por los ecuatorianos Joaquín Esparza, Mariano Ochoa, Miguel Vega, Pacífico Canillo i Jesús Valencia, de que dicho jefe se resiste a ponerlos en libertad i de que trata con malas maneras a los que le reclaman el cumplimiento de las órdenes-superiores. También fué solicitada la soltura de Manuel Romero, ecuatoriano matriculado, que ha sido dado de alta en el cuartel de Santa Catalina. Con profunda pena ocupo la atención de V. E. en asuntos de este jénero, i pidiendo escusa de lo que hago en fuerza de mi deber, me es grato reiterar a V. E. mi alta consideración i respeto. MIGUEL

Al Excmo. señor don Mariano Felipe Paz Soldán, Ministro de Relaciones Esteriores del Perú.

LEGACIÓN DEL ECUADOR

LEGACIÓN DEL ECUADOR E N EL

PERÚ.

Lima, Mayo 27 de 1879. Señor Ministro: Por el estimable oficio de V. E. de 2 3 de los corrientes, número 1 5 , me ha sido grato informarme de que, según los esclarecimientos practicados por el señor Prefecto del departamento de orden del Supremo Gobierno, ha habido exajeracion en la esposicion de los hechos que me fueron comunicados respecto de la columna Ecuador i que en fuerza de mi deber tuve el sentimiento de trasmitirlos a V. E. para que se dignara someterlos al procedimiento legal. A mi Gobierno le será satisfactorio ver disipadas por la esposicion de V. E. las noticias extra-oficiales que acaso se le hayan dado, como lo es al infrascrito manifestar a V. E. su reconocimiento por la benévola atención que se ha servido prestar a este asunto i sus cordiales protestas para con mi Gobierno i su representante en el Perú. Reiterando a V. E. mi alta consideración i aprecio, tengo a honra suscribirme, su atento seguro servidor.

Al Excmo. señor don Manuel Irigóyen, Ministro de Relaciones Esteriores del Perú.

LEGACIÓN DEL ECUADOR

Señor Ministro: Con fecha 6 del presente tuve a honra dirijirme a V. E., d e mandando fueran puestos en libertad los ecuatorianos matriculados, Manuel i Rafael Vega, que han sido tomados i dados de alta en el Escuadrón Lanceros de Torata, i como las esposas de estos infelices reiteran sus reclamos, presentando a sus tiernos hijos que han quedado sin sustento, i se quejan además de los maltratos con que un teniente los ultraja, me es indispensable reiterar mi solicitud i suplicar a V. E. se digne recomendar el pronto despacho. Reitero a V. E. mis mas altas consideraciones i mi distinguido aprecio. MIGUEL

RIOFRIO.

Al Excmo. señor don Manuel Irigóyen, Ministro de Relaciones Esteriores del Perú.

Lima, Marzo 1 1 de 1879.—Diríjase al Ministro de la Guerra la nota respectiva. Fecho. EN EL

RIOFRIO.

PERÚ.

Lima, Marzo 11 de 1879.

DEL ECUADOR

EN EL

MIGUEL

R e c l a m a c i o n e s p o r el e n r o l a m i e n t o d e e c u a t o r i a n o s en el ejército p e r u a n o .

LEGACIÓN

RIOFRIO.

PERÚ.

Lima, Mayo 20 de 1879. Señor Ministro: Tuve a honra recibir el estimable oficio de 1 9 de los corrientes en que V. E. se sirve comunicarme que por el Ministerio de la Guerra se ha librado orden para que sean puestos en li-

EN EL

PERÚ.

Lima, Julio 4- de 1879. Señor Ministro: Los ciudadanos del Ecuador, Juan José Chango, José Peralta, Melchor Gálvez i Ramón Campaña, han sido tomados en leva i enrolados en el Tejimiento de policía de la Punta, según lo esponen ante esta Legación para que se reclame su libertad. En esta virtud, solicito de V. S. se digne recabar la orden de que sean dados de baja. Tengo a honra reiterar a S. E. el señor Irigóyen mi alta consideración i distinguido aprecio. MIGUEL

RIOFRIO.

Al Excmo. señor don Manuel Irigóyen, Ministro de Relaciones Esteriores del Perú.

Lima, Julio 4 de 1879.—Trascríbase al Ministro de Gobierno, i dígase en contestación. Fecho. LEGACIÓN

DEL ECUADOR E N EL

PERÚ.

Lima, Julio 8 de 1879. Señor Ministro: El ecuatoriano matriculado Rudecindo Quito, se queja de haber sido aprehendido el viernes 4 de los corrientes, por la noche ,i enrolado por la fuerza en el Batallón Ayacucho número 3, 6. compañía, sin que el oficial de ronda ni el capitán de guardia respetaran el certificado de matrícula que les presentó. a


60

G U E R R A

D E L

Luis Pazmiño que existe en ese mismo cuerpo i a quien tuve el honor de reclamar en uno de mis oficios anteriores, no ha sido aun puesto en libertad. José Leandro Vaca enrolado por la fuerza en el cuerpo que se halla al mando del señor coronel Zavala, a quien reclamé igualmente, no ha sido puesto en libertad aunque, según informe de parte interesada, se ha dado la orden respectiva por el Ministerio de Guerra. Lo espuesto me pone en la necesidad de pedir la libertad de los ecuatorianos espresados i que se hagan efectivos los derechos que corresponden a mis nacionales como estranjeros. Cábeme la honra de reiterar mi alta consideración i distinguido aprecio. MIGUEL

RIOFRIO.

Al señor don Manuel Irigóyen, Ministro de Relaciones Esterioresdel Peni.

LEGACIÓN D E LECUADOR E N E L PERÚ.

Lima, Julio 18 de 1879. Señor Ministro: He tenido la honra de recibir la estimable nota de 1 6 de los corrientes, en que V. E. se sirve comunicarme haber sido dados de baja los ciudadanos ecuatorianos José Peralta, Ramón Campaña, Juan José Chango i Melchor Galvez, accediendo a los reclamos de esta Legación. Me es grato manifestar a V. E. mi reconocimiento por la libertad de los espresados ciudadanos, i sensible poner en su conocimiento que no han sido aun dados de bajas los ecuatorianos Luis Pazmiño que se halla en el batallón Ayacucho número 3, 6, ^ compañía, i cuya libertad ha sido dos veces solitada; Rudecindo Quito, que el 1 5 del corriente ha reiterado su memorial espresando hallarse en el mismo cuerpo i compañía que el anterior, i José Leandro Vaca i Baquerizo, que sigue repitiendo sus memoriales a pesar de haber informado al señor coronel Zavala por equivocación, sin duda, que no se encuentra en el cuerpo de su mando. Dígnese el Excmo. señor Irigóyen aceptar la espresion de mi respeto i consideración mui distinguida. MIGUEL

RIOFRIO.

Al Excmo señor don Manuel Irigóyen, Ministro de Relaciones Esteriores del Perú.

Lima, Julio Guerra. Fecho.

1 8 de 1879.—Trascríbase al Ministerio

LEGACIÓN

D E L ECUADOR

de

E N E L PERÚ.

Lima, Setiembre 19 de 1879. Señor Ministro: Los ecuatorianos matriculados Carlos Delfín Miranda, Anjel Clavijo e Ignacio Ortiz, esponen haber sido tomados no violentamente i dados de alta en un cuerpo acuartelado en la Inquisición, al mando del señor coronel Althaus, quien no respetó el certificado de matrícula que le fué presentado i los detiene desde el mes anterior. Tomás Palacios, ecuatoriano matriculado, ha sido tomado en leva el 1 8 de los corrientes, por la noche, i dado de alta en el batallón Provincia de Lima número 3, mandado por el señor coronel don Ramón Zavala. Juan José Cabrera ha sido tomado en Piura, hace como un año, i enviado al batallón Ayacucho. Esta Legación no aceptó sus quejas porque no estaba comprobada su nacionalidad, pero al fin dos testigos han despuesto juratoriamente que es natural de Loja, donde lo han conocido lo mismo que a su familia. No estaba matriculado por no haber en Piura ajencia consular ecuatoriana. En esta virtud, tengo a honra solicitar de V. E., se sirva recatar la orden de que sean puestos en libertad i de que los j e fes de los cuerpos no se permitan en adelante el abuso de enrolar a mis nacionales irrespetando sus certificados de matrícula, pues la repetición de esos actos, hacen presumir que se practican con entera impunidad. Me es graso reiterar al Ecxmo. señor Irigóyen mi alta consideración i personal aprecio. MIGUEL

RIOFRIO.

Al Ecxmo. señor don Manuel Irigóyen, Ministro de Relaciones Esteriores del Peni.

PACIFICO.

CONSULADO DEL PERÚ EN GUAYAQUIL. CXXX1IL Se subvenciona al periódico " E l Amigo del P u e b l o " con 5 0 soles m e n s u a l e s . CONSULADO

DEL PERÚ

E N E L ECUADOR.

Guayaquil, Abril 6 de 1880. Señor secretario: Por el atento oficio de V. S., de 2 4 del mes próximo pasado, he tenido el honor de imponerme que S. E., el Jefe Supremo, se ha servido dispensar la protección de 5 0 soles mensuales para la publicación semanal que está ya fundada con título de E L A M I G O D E L P U E B L O ; y cuyo primer número que ha salido hoi, tengo a bien remitírselo a V . S., como asimismo lo haré con los demás que se publiquen en lo susesivo. Lo que me es satisfactorio decir a V. S., en contestación a su citado oficio. Dios guarde a V. S. FRANCISCO MENESES

OTERO.

Hai un sello. Al señor Secretario de Relaciones Esteriores i Cnlto del Perú.

CXXXIV. Acusa recibo de su nombramiento i de las instrucciones que se le h a n trasmitido. CONSULADO D E LP E R Ú

E N GUAYAQUIL.

Guayaquil,

Mayo 19 de 1879.

Satisfactorio me es corresponder a los mui atentos oficios de V. S. fechados el 1 2 i 1 4 de los corrientes, contraidos el primero a comunicarme el nombramiento de cónsul ad honorem del Perú en este puerto, con el que S. E. el Presidente de la República ha tenido a bien honrarme; i el segundo a darme las instrucciones que V. E. ha estimado convenientes en las actuales circunstancias. Gustoso desempeñaré el citado cargo i trataré de llenar debidamente mis funciones, tan luego como el Excmo. señor ministro Bonifaz me remita la patente con el exequátur del Gobierno en esta República. Con los sentimientos de la mas alta consideración tengo el honor de suscribirme de V. E. atento i seguro servidor. V.

LUQUE

PLATA.

Al H. señor Ministro de Relaciones Esteriores del Perú. —Lima.

CXXXY. L a casa de Serdio u n o s , vende al Gobierno del Perú varios c a r g a m e n t o s d e trigo esportados de Chile. LEGACIÓN D E LP E R Ú E N E L ECUADOR.

(Reservada.) Guayaquil, mayo 26 de 1879. Señor Ministro: El señor Serdio, socio de la casa de los señores Serdio Hnos.,. me entregó personalmente el reservado oficio de V. S. fecha 1 4 del corriente i en el acto de acuerdo con la casa de los señores D. Arcos i Ca., le hice las indicaciones necesarias para proceder al reembarco de los cargamentos de trigo, sin que se pudiese poner para ello el menor inconveniente, ni por parte de las autoridades, ni por parte del señor Cónsul de Chile, al que por un momento creímos prevenido en virtud de los avisos que publicó en los periódicos de esta ciudad, como verá por los que le adjunto ( 1 ) . (1) El aviso a que se refiere es el siguiente: CONSULADO DB CHILE,—Siendo indispensable que los certificados de importación de los frutos de Chile espedidos por la Aduana, contengan al misma tiempo la constancia de su despacho para el consumo, el Cónsul de Chile cumple con el deber de avisar al comercio de esta ciudad que en adelante no l e galiiará los certificados que no lleven ese reqnisito. Guayaquil, Mayo 17 de 1 8 7 9 . — W . HIGUIHS.


DOCUMENTOS INÉDITOS.

Las autoridades locales, todas personas amigas mias, han contribuido de la mejor voluntad para que el reembarco se haga lo mas pronto i con los menos gastos posibles para que el señor I. Gomez Prio, de esta plaza, quien figura como reembarcador del primer cargamento llegado ya, dejando así a la casa Serdio Hnos. libre de toda eventualidad i en actitud de poder cancelar las fianzas otorgadas en Chile al despachar los cargamentos. Por el próximo correo de la capital espero recibir la patente con el exequatur del Gobierno. Dejando así contestado el ya citado oficio de V. S. tengo el honor de suscribirme su atento i seguro servidor. V. L U Q U E

tualidad no los tiene, i necesitándose para esto, lo menos de la cantidad de 3 0 soles mensuales, espero que V. S. me autorice para tomar mensualmente dicha suma, de la parte de derechos consulares que corresponden al Gobierno. Dios guarde a V. S. V.

CXXXVL Participa que cumplirá estrictamente las instrucciones q u e h a recibido. LEGACIÓN DEL P E R Ú E NGUAYAQUIL.

(Reservada.) Guayaquil, Junio 3 de 1879, Señor Ministro: Acabo de recibir el estimable oficio de V. S., reservado, cuya fecha es Mayo 2 de 1 8 7 9 (sin duda por error de pluma.) Me he impuesto de su contenido i no dude V. S. que desplegaré todo el celo i actividad posibles a fin de que se lleven a efecto todas las disposiciones que el Gobierno tenga a bien darme, por medio del órgano de V . S. Aun no se ha presentado ningún caso de los previstos en las instrucciones de V . S., i tan luego que se presente alguno le daré todos los informes necesarios. Recibí la circular de 2 8 de Mayo i la revista de noticias que hice publicar inmediatamente, como verá por el boletín de E L C O M E R C I O que le adjunto. Sin otro particular, tengo el honor de suscribirme de V. S. atento i seguro servidor. LUQUE

PLATA.

Al H, señor Ministro de Relaciones Esteriores del Perú. —Lima.

CXXXVII. Indica estar prevenido p a r a trasbordar el armamento que debe llegar a Guayaquil p a r a el Callao.

Guayaquil, Junio 9 de 1879. Señor Ministro: Correspondo al mui atento oficio de V. S., del 4 de los corrientes, reiterándole a mi vez, que todo cuanto esté de mi parte se hará activamente a fin de que el trasbordo del armamento de que V. S. me habla, se haga tan luego que llegue a este puerto. Tengo la satisfacción de felicitar a V. S. por las noticias favorables que se ha servido comunicarme por medio del B O L E T Í N O F I C I A L que recibí por vapor de hoi, cuyas noticias hice reproducir inmediatamente por la prensa de esta ciudad. Dios guarde a V. S. LUQUE

PLATA.

Lima, Setiembre 1 0 de 1879,—Informe la sección consular. LARRABURE.

Lima, Setiembre 18 de 1879. Señor Oficial Mayor: Esta sección opina porque se acuerde al doctor Luque Plata, Cónsul ad honor em de la República en Guayaquil, la suma de treinta soles mensuales que solicita para proveerse de útiles de escritorio i demás de secretaría, cuya cantidad deberá tomar del sobrante que resulte a favor del Gobierno, de los fondos por derechos de Cancillería, por cuanto dicho Cónsul oficia con frecuencia a este Ministerio i presta útiles e importantes servicios a la República. El jefe de sección. RICARDO TIRADO.

Lima, Octubre 25 de 1879. Apareciendo del informe anterior que es indispensable se le acuda al Cónsul ad honor em del Perú en Guayaquil, don V i cente Luque Plata, con la suma de treinta soles mensuales para proveerse de útiles de escritorio, en razón de la laboriosidad de ese Consulado, dígasele que de los fondos de ese Consulado por derecho de Cancillería, que resulten a favor del Gobierno, se haga pago mensualmente de dicha cantidad. Comuniqúese i rejístrese. VELARDE.

CXXXIX. E x i j i r á e s t r i c t a n e u t r a l i d a d si l l e g a n f u e r z a s n a v a l e s chilenas a Guayaquil. CONSULADO

V.

LUQUE

Al señor Ministro de Estado en el despacho de Relaciones Esteriores.

PLATA.

Al señor Ministro de Estado en el despacho de Relaciones Esteriores.—Lima.

V.

61

D E LP E R Ú E N GUAYAQUIL.

Guayaquil, Setiembre 30 de 1879. Señor Ministro: Es en mi poder el estimable oficio de V. S., núm. 1 4 , c o n traído a comunicarme el viaje a este puerto del señor don Emilio Bonifaz, Ministro Residente del Perú en Quito, i a confirmarme las instrucciones que de él tengo recibidas. En c o n testación diré a V. S., una vez mas, que al aceptar el cargo d e Cónsul en este puerto, he sido guiado por el vivo interés que tengo hacia la justa causa que sostiene el Perú, i que, en consecuencia, no evitaré medio alguno para exijir que en este puerto se guarde la mas estricta neutralidad, caso de presentarse fuerzas navales belijerantes en sus aguas. Dios guarde a V. S., señor Ministro. V.

LUQUE

PLATA.

Al señor Ministro de Estado en el despacho de Relaciones Esteriores.—Lima..

PLATA.

Al señor Ministro de Relaciones Esteriores del Perú.

CXL.

Lima, Junio 1 4 1879.—Contéstese aprobando su conducta. LARRABURE.

CXXXVIII. Pide autorización p a r a disponer de 3 0 soles mensuales p a r a g a s t o s d e e s c r i t o r i o . CONSULADO D E L P E R Ú E N GUAYAQUIL.

Guayaquil, Agosto d-e 1879. Señor Ministro: Siendo indispensable a este Consulado el tener una oficina central i proveerse de algunos útiles de escritorio, que en la ac-

A b o r d o del v a p o r inglés " A y a c u c h o " se descubrieron 18 b u l t o s t o r p e d o s p a r a e l P e r ú , l o s c u a l e s f u e ron trasbordados i devueltos a P a n a m á . CONSULADO DEL P E R Ú E N GUAYAQUIL.

(Reservada.) Guayaquil, Noviembre 10 de 1879. Señor Ministro: Tengo el honor de dirijirme a V. S. para comunicarle un hecho que, por carencia absoluta de comunicaciones de Panamá, ha pasado desapercibido por mí, durante las pocas horas que tuvo de estadía en este puerto el vapor Ayacucho. Según se dice, por indicaciones de un oficial del Osprey, que fué a.


GUERRA

62

DEL

dejar comunicaciones i v i o cuatro grandes tubos de acero, c o mo de 30 varas cada uno, el capitán del Ayacucho convencido de eme 1 8 bultos embarcados en Panamá para los señores Canevaro e Hijos contenían torpedos, se presentó al ájente de la Compañía Inglesa en este puerto, para que sijilosamente pidiese a la Aduana trasbordo de dichos 1 8 bultos, sin espresar su contenido; en efecto, se hizo así i dichos bultos regresaron a Panamá, según informes verbales que he tomado de la ajencia i en vista de los documentos de la Aduana de este puerto. Aunque el Vice-Cónsul ingles me ha aseverado no haber tenido el Osprey, buque de guerra ingles, anclado entonces en este puerto, la menor intervención en el asunto, sin embargo, creo que sí la ha tenido; pues, un empleado sijilosamente me ha informado, de que un oficial del citado buque Osprey, se entendía en la apertura de los cajones en la bodega para el reconocimiento. El señor Ministro Bonifaz pondrá a V. S. al corriente de lo que hemos acordado para casos análogos al presente, i de las instrucciones remitidas a Panamá, sobre cuyos asuntos hemos tenido también una larga conferencia con el señor Márquez, que sigue a Lima por el presente vapor. Dios guarde a V. S., señor Ministro. V.

LUQUE

PLATA.

Al señor Ministro do Estado en el despacho de Relaciones Esteriores del Perú.

Lima, Noviembre 1 7 de 1879.—Comuniqúese al Ministerio de Guerra i Marina en nota reservada, i contéstese. LARRABURE.

Guayaquil, Noviembre 18 de 1889. Señor Ministro: Grato me es corresponder al reservado oficio de V. S., número 1 5 , confirmando el mió de 1 1 de los corrientes en que relaciono el hecho del tratado de los 1 8 bultos venidos por el Ayacucho hace quince dias, consignados no al Gobierno del Perú, como espone V. S., sino a los señores Canevaro e Hijos, de Lima. Los informes extra-oficiales que han dado a V. S., no son exactos, pues, la única autoridad de la plaza que ha intervenido en esto, ha sido el administrador de aduanas, quien no ha podido negar al ájente de los vapores ingleses el trasbordo de dichos bultos, según las disposiciones de la lei de aduanas de este puerto. La solicitud de trasbordo, ha sido, pues, un acto puramente del capitán del vapor por medio de su ájente. El señor Ministro Bonifaz, a quien he puesto al corriente de todo lo acaecido, dará a V. S. algunos otros informes. Esté convencido V. S. de que no omitiré medio, alguno de cumplir debidamente las comisiones que se me confiaron, especialmente las relacionadas con las actuales circunstancias. Dios guarde a V. S. LUQUE

LEGACIÓN DEL PERÚ EN ESTADOS UNIDOS. CXLIL Acusa recibo de l a nota q u e contiene sus instrucciones. LEGACIÓN

D E LPERÚ

E N LOS ESTADOS

UNIDOS.

Nueva York; Mayo S de 1879. Señor Ministro: Tengo el honor de acusar recibo de la nota reservada de V. S., fecha 1 6 del pasado mes de Abril i marcada con el número 2 . En dicha nota V. S. se sirve informarme que el señor Joaquín Godoi, Ministro que era de Chile en Lima, declaró a nombre de su Gobierno la guerra al Perú el 3 de Abril, i al mismo tiempo V. S. me remite el número 7 5 del D I A R I O O F I C I A L que contiene las principales comunicaciones que pasaron entre la Legación chilena i ese Ministerio, a fin de darme idea cabal de la situación. H e leido con gran cuidado las instrucciones que V. S. se ha servido trasmitirme las mismas que me servirán de norma para mi conducta i a las que por ahora no tengo observación que hacer, reservando para cuando se presente la ocasión, cualquiera indicación que se me ocurra. Dios guarde a V. S. JOSÉ

CARLOS

TRACY,

Al señor Ministro de Relaciones Esteriores del Perú.—Lima.

CONSULADO DEL P E R Ú E N GUAYAQUIL.

V.

PACIFICO

PLATA.

CXLIII. Incluye copia de una nota dirijida al señor l a m a s o b r e 5,000 r i f l e s o f r e c i d o s p o r C o s t a R i c a . CONSULADO D E L P E R Ú E N ESTADOS

UNIDOS.

Nueva York, Julio 9 de 1879. Señor Ministro: El señor Ministro de la República en la América Central, don Tomás Lama, me dirijió una nota el 1 1 de Junio próximo pasado, recomendándome que tomara datos seguros i de buena fuente, para informarle si era cierto o no que el Presidente de Costa Rica, "jeneral don Tomás Guardia, tiene a su disposición cinco mil rifles Remington" que le habían ofrecido en pago de una cantidad que adeuda al Perú la República de Costa Rica. En esta fecha le he constestado al señor Lama en los términos que V. S. verá en la copia que incluyo para su conocimiento i fines consiguientes. Dios guarde a V. S., señor Ministro. JOSÉ CARLOS

Al señor Ministro de Estado en el despacho de Relaciones Esteriores.—Lima.

TRACY.

Al señor Ministro de Relaciones Esteriores del Perú. —Lima.

CXLI. C o m u n i c a el a p r e s a m i e n t o d e l a l a n c h a t o r p e d o " A l a y " por el " A m a z o n a s . " CONSULADO DEL P E R Ú E N GUAYAQUIL.

Guayaquil, Diciembre 29 de 1879. Señor Ministro: Por los periódicos que tengo el honor de adjuntar a V. S. H., se impondrá de la infame conducta de Chile en la costa ecuatoriana i del apresamiento que hizo el vapor Amazonas en Ballenita, de la lancha Alay, que habia recalado en ese puerto por una descomposición en la máquina. El portador de ésta es el señor Sixto Chavez, que en nnion •del señor Julio Cabello, voluntaria i gratuitamente, sentó plaza en la lancha Alay en Bahía de Caraquez, para suplir la falta de los dos maquinistas que desertaron en dicho puerto. El señor Chavez desea prestar sus servicios en ésa, i espero que V. S. H. le hará dar la colocación que estime conveniente. Dios guarde a V. S. H. V.

LUQUE

PLATA.

Al soñor Ministro de Estado en el despacho de Relaciones Esteriores.—Lima.

Lima, Agosto 4 de 1 8 7 9 . — A c ú s e s e recibo i oficíese a la L e gación en Centro América i al Consulado jeneral en Panamá, en los términos acordados. Fecho. COPIA. Nueva York, Julio 9 de 1879. Señor Ministro: Tengo el honor de acusar recibo de la nota de V. S. fechada 1 1 de Junio del corriente año, la que llegó a mis manos el dia 3 de este mes. A l recibir su comunicación fui en persona a la oficina de los señores E. Remington & Sons, para indagar si era cierto que tenian cinco mil rifles de Remington a la disposición del señor Presidente de Costa Rica, don Tomás Guardia. El apoderado de la fábrica me contestó que no los tenían. Sin embargo, al hacerle yo presente que iba a mandar su contestación por telégrafo a Costa Rica, me indicó que hai una firma en esta plaza, que hace negocios de mucha importancia en sus armas, i que a veces se cree autorizada para usar el nombre de Remington, i


DOCUMENTOS

que acaso no seria conveniente no contestar por telégrafo hasta que él hiciese ciertas averiguaciones, prometiendo que para el lunes, 7 del corriente, me daria una contestación definitiva, no pudiendo hacerlo los dias 4 , 5 o 6, por ser dias de fiestas los dos primeros i domingo el último. Pero como no me contestó, volví a verlo ayer, martes, dia 8, i dijo que la casa de Remington podia asegurarme que no tiene dichos cinco mil rifles a la disposición del señor Presidente Guardia, pero al mismo tiempo me dio el nombre de la firma de quien me habló el dia 3, creyendo que quizá yo me podría entender mejor convelía sobre el particular. Allí me informaron que aunque no tienen tales rifles, sabeu que existe en la ciudad una partida de 5 , 0 0 0 rifles de Remington que quizás podría ser la misma que yo buscaba, i pareciéndome una cosa delicada telegrafiar a V. S. que el señor Presidente de Costa Rica no tiene a su disposición lo que se le habia asegurado a V. S., he creído conveniente aceptar la oferta que me hizo esta firma de averiguar lo que sea posible sobre estos 5 , 0 0 0 rifles, para telegrafiar a V. S. el resultado en cuanto me lo comunique. Mientras tanto, V. S. puede estar seguro de que los señores Remington no saben nada de este asunto. Aprovecho esta oportunidad para ofrecer a V. S. la seguridad de mi mui distinguida consideración. (Firmado.)—JOSÉ C A R L O S T R A C Y . Al señor don Tomás Lama, Ministro Residente del Perú en la América Central. —San José de Costa Rica.

CXLIV. A c o m p a ñ a c o p i a tic u n a n o t a d i r i j i d a a l s e ñ o r S e c r e tario de Estado, remitiéndole copias de los docní n c n t o s p u b l i c a d o s p o r ei « c b i c r a o d e S o l i v i a , r e lativos a las proposiciones d e Chile. LEGACIÓN

DELPERÚ

E N ESTADOS

Nueva

UNIDOS.

York, Octubre 20 de 1879.

Señor Ministro: Habiéndose publicado en el B O L E T Í N D E L A G U E R R A D E L E J É R C I T O B O L I V I A N O , de 1 0 de Setiembre, según consta en el número 6 5 de E L P E R U A N O , los dos documentos que, en copias certificadas V. S. se sirvió remitirme en su nota reservada, número 1 6 , de 1 7 del pasado mes de Junio, a fin de que diese lectura de ellos a este Gobierno, caso de juzgarlo yo conveniente a los intereses de la República, pero encargándome, al mismo tiempo, no darlos a luz ni permitir que circulasen en manera alguna, mientras el Gobierno de Bolivia no creyese conveniente hacerlo, tengo la honra de participar a V. S.: Que me habia reservado comunicar al H. señor Evarts este acto tan indigno de cualquier nación que desea conservar el respeto del mundo civilizado, para cuando se me presentase una ocasión propicia i sin aparecer yo buscarla; pero al ver los documentos en E L P E R U A N O i la noticia de la perfidia de Chile, publicada por toda la prensa, creí conveniente dirijirme al H . Secretario de Estado, en los términos que V. S. verá en la adjunta copia ( A ) , remitiéndole copias certificadas de dichos d o cumentos. Como V. S. observará, he tratado de presentar al señor Secretario de Estado la conducta de Chile de una manera simple i llana, pues no he creído que necesita calificación alguna. La ilustración del Gobierno de Washington sabrá apreciarla como merece. Antes de terminar este oficio, no creo demás decir a V. S., que la publicación de este proceder tan inmoral de nuestro enemigo, ha hecho mucho daño a su ya bastante desprestijiada causa, i que menos ha sufrido el Perú con la pérdida de nuestro famoso Huáscar, que Chile coa esta revelación de su perfidia i deslealtad. Dios guarde a V. S. JOSÉ

CARLOS

la fuerza de una parte del litoral boliviano bajo el pretesto de "reivindicación," i no obstante todos los esfuerzos del Gobierno del Perú para conseguir un arreglo amistoso entre las dos repúblicas, ofreciendo al principio sus buenos oficios i después sus servicios como mediador, con el objeto de evitar un conflicto escandaloso, Chile declaró la guerra al Perú e inmediatamente comenzó sus hostilidades. El Gobierno del Perú ha probado ya en varios documentos oficiales que Chile tenia premeditada por mucho tiempo la guerra, i recientes publicaciones de prominentes ciudadanos chilenos vienen a comprobarlo. Sin embargo, yo no me propongo en esta nota llamar la atención de V. S. hacia estas publicaciones; quizás en otra ocasión, con el permiso de V. S., lo haré. El objeto de esta comunicación es llevar a conocimientodel Gobierno de los Estados Unidos la conducta que el Gobierno de Chile ha creido propio observar para continuar en sus vergonzosas intrigas contra la República del Perú. No creo necesario recordar a V. S. que Chile con anterioridad al comienzo de las hostilidades, trató de celebrar pactos de alianzas con varias de las repúblicas de sud-América con el objeto de ir contra el Perú i despojarlo de una parte de lo mas valioso de su territorio. Especialmente trabajaba con Bolivia para separarla del Perú i persuadirla a entrar en una alianza contra la última. Las inicuas bases propuestas, inmediatamente después de declarada la guerra, al jeneral Daza, presidente de Bolivia, a nombre de Chile, por don Justiniano Sotomayor, Cónsul ele Chile en Corocoro (Bolivia), las cuales fueron publicadas tan luego que las recibió el Presidente de Bolivia, son por supuesto conocidas de V. S., i se esperaba que con esto Chile hubiera desistido de su intento de inducir a Bolivia a traicionar a su amiga i aliada la República del Perú. La prensa de Chile, para salvar a su Gobierno del desprecio e indignación que tal paso produciría en todas las naciones cristianas, afirmó que el señor Sotomayor habia procedido sin autorización i que, por lo tanto, el Gobierno no era responsable de sus actos. Lo que haya de verdad en esta aseveración puede deducirse de dos documentos publicados en el B O L E T Í N D E L A G U E R R A D E L E J É R C I T O B O L I V I A N O , de 1 0 de Setiembre, de los cuales tengo el honor de incluir traducciones cortadas de un periódico de Lima, i aunque estas son sustancialmente exactas, difieren, sin embargo, en algo del orijinal, por cuya razón también acompaño copias certificadas que me ha enviado el señor Ministro de Relaciones Esteriores del Perú. El Presidente de Bolivia, es escusado agregar que rechazó indignado estas infames proposiciones, las cuales es difícil comprender cómo un Gobierno que se llama civilizado haya podido atreverse a hacerlas, i en el acto las comunicó al G o bierno del país que se le habia invitado a traicionar. Estos documentos revelan la falsa i desleal política que ha. seguido siempre el Gobierno de Chile en sus deseos de aumentar su territorio, i prueban que no escusará medio, por bajo que sea, para lograr su fin. Al infrascrito no le toca decir nada sobre las promesas o aserciones de estadistas capaces de hacer tales proposiciones, i simplemente somete a V. S. los documentos para su conocimiento, estando convencido de que el Gobierno de los Estados Unidos sabrá apreciar la conducta de Chile en este asunto. El infrascrito aprovecha ,esta ocasión para renovar a su señoría el señor secretario de Estado, las seguridades de su mas¡ distinguida consideración, JOSÉ

CARLOS

TRACY.

A S. S. W . M. Evarts, secretario de Estado. —Washington.

CXLV-

TRACY.

Al señor Ministro de Relaciones Esteriores. —Lima.

Lima, Noviembre 8 de 1 8 7 9 . — D í g a s e l e que remita la respuesta del Ministro de Relaciones Esteriores de ese país, si la ha dado. LARRABURE.

COPIA A . Nueva

63

INÉDITOS.

York, Octubre 17 de 1879.

Señor: La República de Chile, como V . S. sabe, tomó posesión por

Acusa recibo de una nota reservada sobre la conducta del s e ñ o r E n c a r g a d o d e N e g o c i o s d e los E s t a d o s Unidos en L a Paz. LEGACIÓN D E L P E R Ú E N LOS ESTADOS UNIDOS.

(Reservada.) Nueva

York, Diciembre 20 de 1879..

Señor Ministro: Tengo la honra de acusar a V . S. recibo de la nota de V . S.,. número 6 1 i marcada "reservada", de 2 8 del pasado mes deNoviembre, en la cual V . S. se sirve trasmitirme copia de una,.


64

G U E R R A D E L PACIFICO.

nota reservada dirijida a ese Ministerio por la Legación del Perú en Bolivia, con fecha 8 del mismo mes, participándole la estraña conducta observada por el señor Newton Pettis, Encargado de Negocios de los Estados Unidos en La Paz. A l hacerme cargo del contenido de la referida copia i de las apreciaciones que V. S. se ha servido hacer sobre la inesplicable conducta del señor Pettis, tengo el honor de decir a V. S. que, en cumplimiento de sus órdenes, me limito a tomar nota i aguardo las instrucciones que ese despacho tenga a bien trasmitirme sobre el particular cuando sea conveniente. Dios guarde a V. S. JOSÉ C A R L O S Al soíior Ministro de Relaciones

TRACY.

Esteriores.—Lima.

OXLVI. D a cuenta, d e u n a c o n f e r e n c i a c o n el H . S e c r e t a r i o d e Estado señor Evarts. LEGACIÓN D E L P E R Ú E N LOS ESTADOS

UNIDOS.

Washington, Enero 2 de 1880. Señor secretario: Con el objeto de presentar mis respetos al Presidente i Secretario de Estado en las visitas que el dia primero de año acostumbran hacer a estos funcionarios los miembros del Cuerpo Diplomático, me trasladé a esta capital hace dos dias, i me es mui satisfactorio participar a V. S. (pie en las dichas visitas fui cordialmente recibido por ambos señores. Como por ciertas espresiones que el H. Secretario de Estado me dirijió al visitarlo, me pareció que deseaba una entrevista particular conmigo; esta mañana solicité de él una audiencia, i habiendo accedido a mi petición, he tenido una larga conferencia con él, siendo su resultado el siguiente: Que yo me equivoqué al suponer que deseaba conferenciar conmigo sobre asunto alguno en particular; pero entrando en conversación sobre los acontecimientos en nuestro país, el H. señor Evarts me manifestó lo mucho que este Gobierno deploraba la actual guerra que sostenemos con Chile, i que no pudiendo hacerse nada aquí, tenia instruidos a sus ministros en Lima, La Paz i Santiago para que trabajasen i no dejasen escapar la primera ocasión oportuna que se les presentase para ofrecer la mediación amistosa de este Gobierno, para el arreglo de una paz honrosa a todas las partes contendientes. No cree este señor que debe hacerse caso a las representaciones de algunos individuos, i que por protejer los intereses comerciales de sus ciudadanos, afectados, como es natural, con la guerra que sostenemos, se lance este Gobierno a obligar a las partes belijerantes a aceptar su forzosa mediación, pues, además del respeto que se debe a cada una de esas naciones en el derecho que indudablemente tienen de hacerse guerra o paz cuando mejor les convenga, seria establecer un precedente que cometido por otra nación cualquiera, los Estados Unidos no verían con mucho agrado. Según el señor Evarts, el momento propicio para una mediación amistosa no ha llegado todavía, pues para establecer una paz honrosa para ámbo3 lados, es necesario que las ventajas en la contienda estén casi divididas por igual: hubo un tiempo en que él creyó que se aproximaba el momento propicio para su intervención; pero después ha cambiado de una manera tal el aspecto de nuestra contienda, que el señor Evarts cree que por ahora toda tentativa de mediación se estrellaría contra las exageradas pretensiones que Chile tendría; sin embargo, de esto me asegura el secretario que tendrá un placer especial en hacer todo cuanto esté a su alcance para conseguir cuanto antes el restablecimiento de la paz entre las repúblicas belijerantes. Lo que tengo el honor de comunicar a V. S. para su conocimiento e intelijencia. Dios guarde a V. S. JOSÉ

CARLOS

TRACY.

Al sofíor Ministro de Relaciones Exteriores.—Lima.

Lima, Febrero 4 de 1879.—Trascríbase a la secretaría de Estado en nota reservada, i contéstese. Fecho.

CXLVII. Comunica entrega de carta de Gabinete i reconocimiento del Gobierno del dictador Piérola. LEGACIÓN D E L P E R Ú E N LOS ESTADOS

UNIDOS.

Nueva York, Febrero 9 de 1880. Señor: Según tuve el honor de avisar a V. S., en mi comunicación número 1 0 , fechada el 2 3 de Enero último, el 2 8 del citado mes me trasladé a Washington para poner en manos del señor Secretario de Estado la carta de Gabinete del Excmo. señor Jefe Supremo de la República al Presidente de los Estados Unidos, para que él, a su vez, la hiciese llegar a su alto destino. En cuanto llegué a Washington solicité del señor Evarts me permitiese una audiencia particular, i habiéndomela concedido, empezó por insinuarle que lo suponia enterado tanto por su Ministro en Lima, como por las noticias dadas en los periódicos públicos, del cambio efectuado en el Gobierno del Perú a causa de las circunstancias escepcionales que esplique detenidamente al señor Evarts, en que se encontró el país, i de las aspiraciones jenerales de todas sus clases, según manifestaba el voto unido del pueblo, ejército i fuerzas navales: i de que ese Gobierno había sido reconocido por todas las legaciones estranjeras residentes en Lima, escepto la de los Estados Unidos, de la cual no tenia noticias de que lo hubiese efectuado. El señor Secretario de Estado me contestó que, conociendo su Ministro en Lima, señor Cristiane}', la política de este G o bierno en los casos de cambio de Gobierno en alguna R e pública, por medios diferentes de los consignados en la Constitución del mismo Estado, antes de dar paso alguno en el asunto, habia preferido' consultar al Gobierno de los Estados Unidos sobre el modo cómo debia proceder en la cuestión: i que este Gobierno ya habia pasado sus instrucciones al señor Cristiaucy autorizándolo a obrar en este caso según su buen criterio le aconsejase en vista de los acontecimientos que habían tenido lugar en el Perú, i él, sobre el terreno, podia juzgar con mayor conocimiento de causa, i que creia que el citado señor Ministro reconoceria pronto al nuevo Gobierno puesto que, aunque estaba convencido que el Gobierno de los Estados Unidos habia tenido razón en no reconocer por algún tiempo los ¡últimos cambios en los respectivos Gobiernos de Méjico i Venezuela, sin embargo, convenia con mi opinión, i le parecia que en el presente caso del Perú su Gobierno podia obrar de diferente manera, pues ese Gobierno habia orijinado de las apremiantes necesidades del país, no constando en la Constitución del Perú cláusula alguna que provea la sucesión al Poder Supremo de la República en el caso imprevisto de la retirada voluntaria 0 ausencia del país del Presidente i Vice-presidentes. Entonces participé al señor Secretario de Estado que habia recibido de V. S., una comunicación incluyendo una carta de Gabinete del Excmo. señor Jefe Supremo del Perú para el Excmo. señor Presidente de los Estados Unidos, notificándole su advenimiento al Poder Supremo de la República, i en la cual me ordenaba V. S. que hiciese llegar la citada carta de Gabinete a su alto destino: i pedí al señor Evarts se dignase recibirla i entregarla a S. E. el Presidente. A esto me contestó el señor Evarts que no habia pensado que la cuestión de reconocimiento del nuevo Gobierno hubiese sido planteada en Washington, sino que hubiese sido arreglada en Lima, pero que habiéndosela presentado ahora, deseaba saber si estaba yo provisto de nuevas credenciales para la debida representación ante el Gobierno de Washington del nuevo G o bierno establecido en el Perú. Y o le contesté que habiendo seguido V. S. dirijiéndome sus comunicaciones como Encargado de Negocios de la República en este país, i como tal funcionario V. S. habia tenido a bien confiarme la entrega de la carta de Gabinete, me parecia claro i evidente que V. S. no habia considerado necesario el remitir nuevas credenciales a un representante de la nación acreditado i reconocido ya por el Gobierno de los Estados Unidos. El señor Evarts me manifestó entonces que verdaderamente yo era el representante reconocido del Perú; pero que si hubiese presentado nuevas credenciales 1 su Gobierno las hubiera recibido, ese hecho habría patentizado el reconocimiento por este Gobierno del establecido últimamente en el Perú. A l llegar a este punto, me tomé la libertad de manifestar al señor Evarts, que aunque estaba mui lejos de mi ánimo el señalarle el medio por el cual podia salvarse la falta de mis nuevas credenciales, sin embargo, creia prudente


DOCUMENTOS

INÉDITOS.

65

blica del Perú, don Nicolás de Piérola, al Presidente de los Estados Unidos, notificándole su advenimiento a la Suprema M a jistratura del Perú. Entónces*V. S. me advirtió que deseaba presentar la carta orijinal, pero que antes de hacerlo le agradaría a V. S. saber si seria recibida, añadiendo que V. S. tenia instrucciones del Gobierno del Presidente Piérola para continuar en el carácter de Encargado de Negocios, aunque sin nuevas credenciales. Y o entonces tuve el honor de contestarle que pondría el caso en conocimiento del Presidente, i en una siguiente entrevista informaría a V. S. de lo que se decidiese sobre el asunto. Después de meditar, el Presidente ha decidido reconocer el Gobierno establecido en el Perú por S. E. don Nicolás de Piérola i recibir su carta de Gabinete, entendiendo este Gobierno que el pueblo del Perú se encontró en el caso de aceptar un nuevo Gobierno en sentido provisional en vista de sus compliAl terminar esta entrevista el señor Evarts me pidió le caciones esteriores, i que el advenimiento al poder del jeneral dejase la carta de Gabinete para el Presidente, lo cual efectué, Piérola, no fué consumado por conmociones civiles o insurrecentregándole al mismo tiempo la copia de estilo de la misma i su traducción en ingles, i me citó para el dia 3 0 , a las dos de ción de partidos. Tuve el honor de comunicar a V. S. verbalmente esta decisión tarde, cuando esperaba poder comunicarme definitivamente lo en la entrevista que tuvimos ayer, habiendo antes recibido de que el Presidente de los Estados Unidos tuviese a bien resolsus manos la carta orijinal del Presidente Piérola para trasmiver sobre el asunto. tirla al Presidente de los Estados Unidos. Ahora me es mui A la mencionada hora del nombrado dia 3 0 , tuve el honor grato participar a V. S. esta decisión de una manera mas formal de asistir a la audiencia que el señor Evarts me habia desigi espresar a V. S. el placer que personalmente siento al continuar nado i la satisfacción de ser informado por el citado señor las relaciones amistosas que han demostrado todas sus comuSecretario de Estado, que habia entregado al Presidente la carnicaciones con este departamento, desde que V. S. asumió el ta de Gabinete de S. E. el Jefe Supremo del Perú, i que desresponsable cargo que le fué confiado. pués de meditar bien el asunto, S. E. el Presidente habia decidido reconocer inmediatamente al Gobierno establecido en el Haciéndole notar que el Presidente, sin duda, contestará en Perú por el Excmo. señor Piérola, pues aunque la política de breves dias la carta del Presidente Piérola, i que su contestaeste Gobierno en las cuestiones que envuelven en sí la infracción será trasmitida por el conducto acostumbrado del repreción de los artículos constitucionales de nuestras repúblicas, sentante diplomático de los Estados Unidos en Lima, ofrezco a es i ha sido siempre, de ser mui tardos en reconocer los nueV. S., señor, las renovadas seguridades de mi alta consideravos gobiernos así formados, en el presente caso tenían que desción. viarse del sendero marcado en esa política, en atención a la diferente faz que él presenta, puesto que, tomando en conside( F i r m a d o . ) — W . M. EVARTS. ración todo lo acaecido, aparece a todo entender que el nuevo Gobierno no fué establecido por la fuerza contra un Gobierno Constitucional, sino como uno formado en reemplazo del que COPIA C. habia dejado de existir. Nueva York, Febrero 3 de 1880. El señor Evarts me ofreció confirmarme de oficio lo que de Señor: palabra entonces me d-ijo i que dejo trascrito a V. S.; i de conTengo a honra acusar a V. S. recibo de su comunicación, feformidad con su promesa, el 2 del corriente mes, recibí el chada el 3 1 del próximo pasado mes, en la cual V. S. ha tenido despacho, fechado el 3 1 de Enero último, cuya copia i traduca bien ratificar lo que ya me habia comunicado, verbalmente, ción, marcadas A i B., tengo el honor de acompañar a V . S. en una de las conferencias que V. S. se sirvió acordarme en la juntamente con la de mi contestación, fecha 3 del presente mes, semana pasada, que S. E. el Presidente de los Estados Unidos marcada C. ha resuelto reconocer el Gobierno últimamente establecido en el Perú bajo la jefatura suprema del Excmo. señor don Nicolás Anticipando lo satisfactorio que debe ser a S. E. el Jefe Sude Piérola, premo obtener cuanto antes la noticia del reconocimiento de V. S. se sirve notificarme también que S. E. el Presidente su Gobierno por el de esta nación, hice el mismo dia 2 al seha recibido la carta de Gabinete, que tuve el honor de poner ñor Cónsul jeneral de la República en Panamá, el siguiente en manos de V. S. el 2 9 de enero, suplicándole la hiciese llegar telegrama. a su alto destino, en la cual el Excmo. Jefe Supremo participa "Comunique al Ministro de Relaciones Esteriores por oficio a S. E. su advenimiento al mando supremo del Perú, i V. S. i telégrafo, el Gobierno de los Estados Unidos reconoció G o me dice que la contestación de S. E . el Presidente será trasbierno Piérola." mitida al Excmo. señor Piérola mui pronto por la via acostumTodo lo que tengo el honor de comunicar a V. S. para su brada, es decir, por conducto del representante diplomático de debido conocimiento, i me será mui grato i satisfactorio el saber los Estados Unidos en Lima, lo que me será mui grato comupor su digno conducto, que tanto S. E. el señor Jefe Supremo como V. S., aprueban mi proceder en este asunto para llevar a nicar al señor Secretario de Relaciones Esteriores del Perú. S. E. el Jefe Supremo i el pueblo del Perú se impondrán, cabo felizmente la misión que V. S. tuvo a bien encomencon verdadera satisfacción, de esta resolución de S. E. el Predarme. sidente de los Estados Unidos i verán en ella otra de tantas Dios guarde a V. S. pruebas dadas por el ilustrado Gobierno de Washington, que JOSÉ CARLOS TRAC Y. siempre está listo a reconocer todo Gobierno establecido por la Al señor Secretario de Relaciones Esteriores i Culto. —Lima. voluntad soberana del pueblo. Agradezco mui de veras la benevolencia con que V. S. se ha dignado manifestar su agrado al saber que deben continuar las Lima, Marzo 5 de 1880.—Acúsese recibo i elévese al cono- relaciones amistosas que han existido entre ese departamento cimiento del Jefe Supremo. i el que suscribe, desde que he tenido el honor de desempeñar CALDERÓN. los deberes de Encargado de Negocios del Perú en este país, i contando con que V . S. se servirá dispensarme la misma benévola acojida que hasta ahora he merecido de V . S., no dudo que COPIA B. mientras el Gobierno del Perú tenga a bien confiarme la representación de sus intereses acerca del de V. S. esas relaciones DEPARTAMENTO D E ESTADO. se estrecharán mas i mas cada dia. Washington, Enero 31 de 1880. Aprovecho esta ocasión para reiterar a V. S. las seguridades Señor: de mi mui alto aprecio i distinguida consideración. En la conferencia personal que tuve el honor de tener con V.S. (Firmado.)—JOSÉ C A R L O S T R A C Y . el 28 de los corrientes, puso V. S. en mis manos la copia de estilo i la traducción de una carta del nuevo Presidente de la Repú- Al Excmo. señor W . M . Eyarts, Secretario de Estado. —Washington.

hacerle observar que la dificultad quedaría salvada admitien- ] d o el señor Presidente la carta de Gabinete, pues con el mero hecho de su recibo quedaba reconocido el Gobierno del Excmo. señor Piérola i yo como su ájente diplomático en este país. Al señor Evarts le pareció bien esta solución del asunto i volvió a interrogarme sobre las causas principales que motivaron el cambio de Gobierno en Lima, habiendo tenido entonces la satisfacción de esponerle los hechos tal como acontecieron, i confirmarlo en la opinión que ya habia formado, de que el Gobierno del Excmo. señor Piérola debia ser reconocido por el de los Estados Unidos, toda vez que su establecimiento aparece a todas luces como el resultado natural de las apremiantes necesidades del país, en concordancia con las aspiraciones i deseos del pueblo peruano, i sin infrinjir la Constitución del Estado, no estando previsto en ella el caso en cuestión.

T O M O n i —9


G U E R R A D E L PACIFICO.

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CXLY1IL P i d e se le r e m i t a n 6 0 0 pesos p a r a el s e ñ o r A n c a i g n e por s u b v e n c i ó n a l a "Correspondence Americaine." LEGACIÓN DEL P E R Ú

E N LOS ESTADOS

UNIDOS.

Nueva York, Febrero 28 de 1880. Señor Ministro: En la nota de esa Secretaría, número 1, de 1 2 de Enero próximo pasado, se me acusa recibo de mis despachos número al 7 5 , que fueron incluidos en el índice de mi correspondencia 6 9 del 2 2 de Diciembre último. No dudando que las múltiples ocupaciones de V. S. le ha­ brán hecho olvidar la contestación que necesita mi nota nú­ mero 7 1 , de 2 0 de Diciembre de 1 8 7 9 , inclusa en la citada correspondencia del 2 2 del mismo mes, me tomo la libertad de volver a llamar la atención de V. S. sobre el asunto del señor don Félix Ancaigne, de que ella trata, encareciendo a V. S. la necesidad que hai de que se me remita una orden por los seis cientos pesos que el Gobierno le adeuda por costo de su sus­ cricion a la C O R R E S P O N D E N C E A M E R I C A I N E . El señor Ancaigne sigue con sus buenos artículos en la pren­ sa, sosteniendo nuestra causa i haciendo que la opinion del país nos sea favorable i considere conveniente a nuestros inte­ reses el cambio de Gobierno efectuado: así, pues, creo mui n e ­ cesario i conveniente que V. S. haga todo lo posible para que el Supremo Gobierno ordene sin demora el pago de esa justa deuda i no se esponga por tan pequeña suma a pasar por de­ sagradecido i poco obsequioso con los que con interés i buenos resultados defienden su causa. Espero que V. S., en vista de lo que tengo el honor de espo­ nerle, tendrá a bien pasarme una contestación satisfactoria. Dios guarde a V. S., señor Ministro. JOSÉ

CARLOS

TRACY.

Al señor Secretario de Relaciones Esterioros i Culto.—Lima.

Lima, Marzo 2 3 de 1 8 8 0 . — A l acuerdo supremo.—Se man­ dó poner el decreto, i se contestó comunicándolo a la L e ­ gación. Fecho.

CXLIX. Acusa recibo de la circular de И de Febrero de 1 8 8 0 i participa h a b e r c o m u n i c a d o al Secretario d e Es­ t a d o n o s e r e x a c t a Ja n o t i c i a d e r u p t u r a d e a l i a n z a e n t r e el P e r ú i B o l i v i a . LEGACIÓN D E L P E R Ú E N LOS ESTADOS

Nueva

UNIDOS.

York, Marzo 11 de 1880.

Señor Secretario: Tengo el honor de acusar recibo de la circular de esa secre­ taría, sin número, del 1 1 de Febrero último, incluyendo la R E ­ V I S T A D E N O T I C I A S de la misma fecha. Aunque los periódicos de este país publicaron la noticia, re­ cibida por la via de Europa, de que la República de Bolivia se habia retirado de nuestra alianza, no dudé por un momento que semejante noticia debia carecer de todo fundamento i que solo debia haber sido publicada por nuestros enemigos de Chile con fines particulares; pero no tienendo datos oficiales para des­ mentirla, creí prudente guardar silencio en el asunto hasta es­ tar bien enterado. Por la citada R E V I S T A que V. S, me remite, veo con placer desmentida esa falsa noticia i sin pérdida de tiempo comuni­ qué al señor Secretario de Estado en Washington, el 9 del ac­ tual, que el nuevo Presidente provisional de Bolivia, jeneral Campero, habia sido proclamado por los mas importantes de­ partamentos de la República i reconocido por la Junta de Go­ bierno de la Paz, desapareciendo así todo temor de una discor­ dia civil en aquella República; i que lejos de desearse en aquel país la ruptura de nuestra alianza, en todas las actas suscritas en muchos puntos, ésta habia sido ratificada i en varias de ellas se habia abogado por una Confederación Perú­boliviana. Al mismo tiempo le indiqué que la absurda noticia publicada en los periódicos, debió ser producto de los grandes deseos de Chile, según los esfuerzos que para ello ha hecho desde que

principió la guerra, de ver separadas i convertidas en enemiga» las dos repúblicas aliadas con sobrado motivo contra tan injus­ to agresor. Lo que tengo la honra de comunicar a V. S. para su debido conocimiento. Dios guarde a V. S., señor Secretario. JOSÉ CARLOS

TRACY.

Al señor Secretario de Relaciones Esteriores i Culto.—Lima

CL. Pide instrucciones p a r a o b r a r c u a n d o lleguen los bu­ ques con salitre esportado contra las disposiciones del S u p r e m o G o b i e r n o . LEGACIÓN

DEL PERÚ

E N LOS ESTADOS

UNIDOS,

Nueva York, Marzo 17 de 1880. Señor: El 1 2 del presente mes, i después de la salida del correo de aquel dia para el Pacífico, recibí del señor don Ignacio García, inspector fiscal del Perú en los Estados Unidos, un oficio fe­ chado el 1 1 , cuya copia adjunto marcada A . Por la copia de la contestación que di al señor inspector fis­ cal, el siguiente dia, 1 3 del corriente, que también acompaño a V. S., marcada B, se impondrá V. S. de que estando al corrien­ te de los movimientos de los buques con salitre a que el señor García se refiere, me preparo con anticipación para conseguir el embargo o posesión de sus cargamentos a la llegada de los buques a este puerto, de conformidad con el contenido de la circular del Ministerio de Relaciones Esteriores de 1 7 de D i ­ ciembre de 1 8 7 9 i de la nota número 5 de esa secretaría del 1 4 de Enero del presente año. Según mis informes, dos son los buques que han, salido de las costas del Perú para este país conduciendo salitre, esporta­ do contra las disposiciones del Supremo Gobierno: la Camilla con cinco mil seiscientos treinta sacos ( 5 , 6 3 0 ) i la Nellie Brett con seis mil trece sacos. La Camilla arribó a Valparaíso ha­ ciendo agua, i supongo que no llegará a ésta por algún tiempo. N o así la Nellie Brett que, habiendo salido de Iquique a principios de Febrero, debe estar aquí en el próximo mes de Mayo. Tengo entendido que los importadores de dicho salitre están preparados para la defensa, con certificados que acreditan que el salitre embarcado en la Camilla fué elaborado en los esta­ blecimientos de los señores ütto H ermann i M. M. Pérez, lla­ mados respectivamente oficinas San José i San Andrés; i el que trae la Nellie Brett, de la citada oficina San José, del se­ ñor Otto H ermann. Aunque me preparo para la llegada de la Nellie Brett i he tenido conferencias sobre el asunto con buenos abogados, en vista de lo que llevo espuesto i no habiendo tiempo suficiente para recibir instrucciones de esa secretaría por el medio ordi­ nario del correo, suplico a V. S. que, al recibo de esta comuni­ cación, tenga a bien pasarme sus órdenes por telégrafo i por conducto de nuestro Cónsul Jeneral en Panamá, ya sea man­ dándome empezar el pleito en cuanto llegue el citado buque, o suspender toda acción hasta nueva orden. En mi comunicación al señor inspector fiscal digo que los señores W . R. Grace i Ca. habian ofrecido prestar fianza en caso de embargo de los cargamentos de salitre, en la inteligen­ cia de que ésta no pasaría de cinco mil pesos ($ 5 , 0 0 0 ) por cada buque; pero después me han manifestado estos señores estar dispuestos a darla por cualquiera cantidad que los tribu­ nales exijan. Todo lo que tengo el honor de comunicar a V. S. para su in­ telijencia i debido conocimiento. Dios guarde a V. S. JOSÉ CARLOS

TRACY.

Al señor Secretario de Relaciones Esteriores i Culto.—Lima.

Lima, Abril 1 0 de 1880.—Telegrafíese ordenando la inme­ diata demanda de embargo del salitre de que hace referencia el oficiante. CALDERÓN.


DOCUMENTOS

COPIA

A

Inspección Fiscal del Perú en los Estados Unidos de Ame¡ _ — N u e v a York, Marzo 1 1 de 1 8 8 0 . — S e ñ o r : Ha llegado a mi noticia que mui pronto llegarán a esta República dos cargamentos de salitre esportados por el Gobierno de Chile, de las salitreras del Perú, i de los cuales uno ha sido ya vendido en esta ciudad. Aunque presumo que V . S. debe tener conocimiento de este gravísimo suceso, me apresuro a comunicárselo a fin de que dicte las órdenes que juzgue convenientes respecto a la forma en que yo debo intervenir en este asunto. No he recibido autorización para realizar los gastos que sean precisos a efecto de impedir que Chile consume sin obstáculo la depredación de la fortuna del Perú, pero V . S. debe tenerla, i por tal razón me pongo a sus órdenes para todo lo que en la materia sea conveniente hacer.—Dios guarde a V . S.—(Firr

c a

mado.)—IGNACIO GARCÍA.—Es

copia.—AGUSTÍN

BLANCO,

se-

cretario.—Al señor don José Carlos Tracy, Encargado de N e gocios del Perú. C O P I A B. Legación del Perú en los Estados Unidos.—Nueva York, Marzo 1 3 de 1 8 8 0 . — S e ñ o r Inspector Fiscal: Contesto el oficio d e V . S., número 3 , fechado el 1 1 d é l o s corrientes i recibido en el dia de ayer después de cerrada mi correspondencia, de última* hora, para el Perú. Supongo que V . S. alude en su referida nota a los cargamentos de salitre esportados después de la invasión por los chilenos en los buques Camilla i Nellie Brett, los cuales están todavía en camino para este puerto. Contando con la llegada de los dos citados buques, he pensado mucho sobre el mejor medio para conseguir el embargo de sus cargamentos, i también he consultado a buenos abogados sobre el particular, i aunque ellos tienen duda sobre el éxito de la tentativa, no pierdo de vista el asunto, i a su tiempo haré cuanto sea posible para protejer, como es debido, los intereses de la nación. Aunque tampoco tengo autorización del Supremo Gobierno para los gastos que sean precisos, a fin de impedir que Chile consume sin obstáculo la depredación de la fortuna del Perú, como tuve el gusto de manifestar a V . S. ayer tarde en nuestra entrevista personal, considerando que para llevar a efecto los embargos será siempre necesario prestar en los tribunales las fianzas de costumbre, me he acercado a los señores W . 11. Grace i Ca., los cuales me han ofrecido ayudarme en el asunto presentándose como fiadores en caso necesario, bajo la intelijencia de que la fianza que exijan por cada cargamento no escederá de 5 , 0 0 0 pesos. Agradezco a V . S. el interés que muestra en todo lo que concierne al bien de la República i la bondadosa oferta de todos sus servicios i ayuda en este importante asunto, i puede V . S. estar seguro de que, aceptando ambas cosas, tendré sumo gusto en poner el negocio en manos de V . S., si por su posición oficial le tocare intervenir en la cuestión ante los tribunales, i de todos modos aprovecharé su intelijencia i conocimientos, consultándole sobre el particular, cuando el caso se presente. Dios guarde a V . S . — ( F i r m a d o . ) — J O S É C A R L O S T R A C Y . — Es c o p i a . — A G U S T Í N B L A N C O , secretario.—Al señor don Ignacio García, Inspector Fiscal del Perú en los Estados Unidos.

CLI. D a c u e n t a «le u n a e n t r e v i s t a c o n e l S e c r e t a r i o d e E s tado en W a s h i n g t o n sobre r u m o r e s de intervención europea en la guerra contra Chile. LEGACIÓN

D E L P E R Ú E N LOS ESTADOS

Nueva

UNIDOS.

York, Marzo 19 de 1880.

* Señor: Habiéndose publicado en los periódicos de esta ciudad un despacho telegráfico noticiando que el Gobierno francés habia propuesto a los de Inglaterra i los Estados Unidos, una union mancomunada para imponer una paz forzosa a las repúblicas belijerantes en el Pacífico, aunque dudando de la veracidad de esta noticia, creí conveniente, sin embargo, enterarme bien de lo que pudiese haber de cierto en el asunto, i de las miras de

67

INÉDITOS.

este Gobierno respecto al mismo; así, pues, me trasladé a Washington con este objeto i tuve ayer con el señor Secretario de Estado, una larga conferencia, cuyo resumen es el siguiente: El señor Evarts me aseguró que era falsa la noticia, puesto que él nada sabia de ella. Que los Estados Unidos no aceptarían una unión con tales fines, cuando hace meses rehusaron la oferta de otras naciones para ofrecer en conjuuto la mediación amistosa de todas ellas para terminar el conflicto de una manera digna i justa entre los belijerantes; pero a esto añadió que en vista de que la guerra no parecía haber adelantado mucho en los últimos meses, i aun puede decirse que está completamente paralizada, es mui probable que otras naciones que tienen en esos países mayores intereses comerciales que los Estados Unidos, i por lo tanto, sufren mas perjuicios con la guerra sus subditos, puedan venir a un acuerdo e imponer la paz a las repúblicas contendientes, pretestando para ello en que una guerra tan lenta, en la cual no se defiende ningún principio político de importancia, solo se continúa por la obstinación de ambas partes, i para satisfacer su orgullo nacional. A esto le contesté que llegado el caso que él suponía, si no estaba yo equivocado en la interpretación que daba a la política de este Gobierno, me parecía quedos Estados Unidos no podría permitir que esas naciones obrasen de tal manera en este continente; habiéndome interrogado el señor Evarts si creia que esta nación emprendería una guerra para impedirlo, le manifesté mi creencia de que los Estados Unidos tenían preponderancia bastante para conseguir ese objeto sin necesidad de llegar a tales estreñios. Sin una contestación directa a este último punto, el señor Evarts pasó a manifestarme los grandes deseos que este Gobierno ha tenido i tiene porque se restablezcan la paz i la amistad que deben existir entre las tres repúblicas belijerantes, i que hará cuanto esté al alcance de esta nación para conseguirlo; pero que veia con sentimiento que las partes interesadas se mostrasen tan poco inclinadas a concluir una guerra en la cual nada se ha hecho ni adelantado en los últimos meses, i que, de continuar con la lentitud presente, durará por muchos años. En respuesta espuse al señor Evarts que, teniendo Chile el dominio de los mares, el Perú carecía de esa única via para el movimiento de sus ejércitos, i por lo tanto tenia que contentarse con estar a la defensiva i aguardar que los chilenos ataquen. Que según las últimas noticias, la escuadra chilena se estaba reuniendo en Pisagua, i se creia que esta escuadra con el ejército enemigo compuesto de unos 1 9 , 0 0 0 hombres emprendiera pronto alguna operación contra Arica o Lima, Que en ambos lugares estábamos preparados para recibirlos, i dado el caso no esperado de que nuestro ejército en Arica fuese derrotado, nos quedaría todavía el que tenemos en Lima, i por lo tanto una victoria de los chilenos en el primer punto no decidiría la guerra, mientras que un triunfo de nuestra parte seria un golpe fatal para Chile, puesto que le seria mui difícil el reponer sus pérdidas i levantar otro ejército para emprender una nueva campaña. Además, le manifesté que contando ahora, como ya se lo tenia comunicado en mi oficio de 9 de los corrientes, con completa confianza en la fiel alianza i ausilio de Bolivia, donde según las últimas noticias reinaba el mayor entusiasmo por la guerra i se estaban reuniendo los recursos necesarios para el ejército Boliviano acantonado en Tacna, todo hacia esperar que mui pronto se daria una batalla decisiva i favorable a los armas aliadas, en cuyo caso no seria improbable que nuestros enemigos solicitasen la paz que todos deseamos ver restablecida de una manera honrosa. Como el señor Evarts me indicó sus temores de que al suceder lo contrario a lo que nosotros esperamos, la guerra que c o mo amigo de^todas las partes contendientes,tanto deploraba i deseaba ver terminada, seguiría su lento curso por un tiempo indeterminado, le contesté que, según todas mis noticias, el éxito de la causa estaba cada dia mas en nuestro favor, i que estimaba en todo su valor la sincera amistad de este Gobierno, de lo cual nos ha dado tantas pruebas. Lo que tengo la honra de participar a V . S. para su debido conocimiento. Dios guarde a V . S. JOSÉ C A R L O S TRACY. Al señor Secretario de Relaciones Esteriores i Culto.—Lima.


GUERRA DEL PACIFICO.

68

CLII. Se refiere al c a b l e g r a m a q u e a n u n c i a la r u p t u r a del bloqueo de Arica por la "l'nion". LEGACIÓN

DEL PERÚ

E N LOS ESTADOS

Nueva

UNIDOS,

el jueves, dia en que acostumbra recibir al Cuerpo D i p l o mático. Dios guarde a V. S. JOSÉ

York, Abril 9 de 1880.

Señor: El 4 del actual tuve el agrado de recibir de V. S. el siguiente cablegrama: "Corbeta Union forzó bloqueo Arica, siete horas combate con dos blindados i trasporte chileno; combatiendo descargó todo: regresó Callao.—Comunique Londres.—(Firmado.)—Calderón. ' Inmediatamente de recibir tan fausta noticia, la trasmití por el cable a nuestro representante en Francia e Inglaterra, cumpliendo la prevención de V. S. Al siguiente dia hice publicar en todos los periódicos el referido despacho telegráfico, el cual ha producido un verdadero sentimiento de alegría en los peruanos aquí residentes i en los amigos de nuestra simpática causa. Después he oficiado al señor Ministro Sanz, confirmándole la autenticidad del parte cablegrárico que le dirijí. El acto de valor esforzado en los tripulantes de nuestra corbeta, con el espíritu de heroismo que les infundiera el inmortal Gran, ha dado nuevo lustre a las armas del Perú, i un grandioso ejemplo a los soldados, de quien la Patria espera una victoria definitiva. Dígnese V. S. espresar a S. E. el Jefe Supremo, mis mas cordiales felicitaciones, por la concepción de la atrevida empresa de enviar a la corbeta al centro mismo de la escuadra enemiga, en cuyo feliz éxito han contribuido, sin duda, en gran parte, las acertadas medidas precaucionales tomadas por el Director Supremo del Gobierno. Dios guarde a V. S. JOSÉ CARLOS

TRACY.

CARLOS

TRACY.

Al señor Secretario de Relaciones Esteriores i Culto del Perú.—Lima.

CLIV. A v i s a h a b e r d a d o l e c t u r a d e l a c i r c u l a r d e 17 d e M a r zo a l S u b - S e c r e t a r i o d e E s t a d o . LEGACIÓN DEL PERÚ EN LOS ESTADOS

UNIDOS.

Nueva York, Abril 2S de 1880. Señor: Como anuncié a V. S. en mi despacho número 58 del 19 del corriente mes, el dia 21 me trasladé a Washington con objeto de dar lectura a la circular de esa Secretaría a los ajen tes diplomáticos del Perú en el estranjero, de 17 de Marzo último, al señor Secretario de Estado de esta República. No pudiendo recibirme pessonalmente el señor Evarts por tener que atender a una conferencia con una de las comisiones del Congreso, di lectura de la referida circular i del BOLETÍN que en ella se menciona al sub-Secretario de Estado señor John Hays, dejando en sus manos copia de ambos documentos i traducciones en ingles del primero, i de las partes mas importantes del segundo. El señor Hays me manifestó que según su opinión individual i como podia juzgarse en la primera lectura de un documento, le parecia que el Gobierno del Perú razonaba bien sus derechos en la circular que nos ocupa; pero que estudiaría detenidamente el asunto, i lo pondría en conocimiento del señor Evarts. Lo que tengo el honor de comunicar a V. S., quedando así cumplimentada la orden de V. S. respecto a la citada circular. Dios'guarde a V. S. JOSÉ C A R L O S

TRACY.

Al señor Secretario de Relaciones Esteriores i Culto. —Lima.

Al señor Secretario de Relaciones Esteriores i Culto del Perú.—Lima.

Lima, Mayo 1.° de 1880.—Contéstese quedar enterado del uso que hizo el oficiante del cablegrama a que se refiere en la precedente comunicación, i que el Gobierno aplaude el celo con que ha procedido. CALDERÓN.

CLIII. A c u s a r e c i b o d e l a c i r c u l a r d e e s a S e c r e t a r í a , d e IT d e M a r z o , i o f r e c e c o m u n i c a r su c o n t e n i d o al s e ñ o r Secretario de Estado d e los Estados Unidos. LEGACIÓN DEL

PERÚ EN

LOS ESTADOS UNIDOS.

Nueva

York, Abril 19 de 1880.

Señor: Con todo el interés i atención que merecen los importantes asuntos de que trato, he leido la nota circular que marcada con el número 16 i fechada 17 del próximo pasado mes de Marzo se ha servido V. S. dirijirme, acompañando a ella una copia del boletin que contiene los documentos a que V. S. se refiere en la mencionada circular. Penetrado de la justicia que asistió a S. E. el Jefe Supremo al dictar los decretos de 15 del citado mes de Marzo, promulgados en vista de los dos bandos publicados en Iquique, en 23 i 25 de Febrero último, por el jeneral en jefe de las fuerzas Chilenas en el departamento de Tarapacá, i de las razones presentadas por V. S. en su circular que contesto, i por el señor Secretario de Hacienda en su oficio de 27 de Enero del presente año, al señor ájente financiero de la República en Europa, me será muí grato, en cumplimiento de las instrucciones de V. S., comunicar las declaraciones que el Supremo Gobierno se ha visto precisado a hacer en vista de la conducta observada por Chile, al II. Secretario de Estado de los Estado Unidos, leyéndole la nota de V. S. i el boletin incluso en ella, dejándole copia de ambos documentos si lo deseare, para cuyo objeto me trasladaré a la ciudad de Washington, el miércoles 21 del que rije, a fin de solicitar una conferencia con el H. señor Evarts,

CLY. Avisa h a b e r c o m u n i c a d o al Secretario de Estado, i p u b l i c a d o e n los periódicos, el b l o q u e o del C a l l a o i la a p e r t u r a de nuevos puertos en el P e r ú . LEGACIÓN DEL PERÚ EN

LOS ESTADOS UNIDOS.

Nueva York, Abril 29 de 1880. Señor Ministro: El dia 2 5 del actual recibí el siguiente cablegrama por conducto del señor Cónsul Jeneral del Perú en Panamá. "Callao bloqueado: Gobierno peruano ha declarado puertos mayores, las caletas i puertos menores, entre Casma i Pisco." Inmediatamente después de trasmitir estas noticias al señor Secretario de Estado, las hice .publicar en todos los periódicos, a fin de que los que tienen relaciones mercantiles con el Perú, conocieran las medidas adoptadas por S. E. el Jefe Supremo, en vista del bloqueo. Dios guarde a V. S. JOSÉ C A R L O S

TRACY.

Al señor Secretario de Relaciones Esteriores i Culto del Perú.—Lima.

LA "UNION" EN PUNTA ARENAS. CLVI. Espediente seguido sobre la entrada a P u n t a Arenas de la corbeta de g u e r r a " U n i o n . " SECRETARÍA

DE ESTADO EN EL DESPACHO DE MARINA.

Lima, Enero 29 de 1880. Tengo el honor de devolver a V. S. su oficio de 17 del presente, con los informes emitidos por el capitán de navio don Aurelio García i García, que comandaba en jefe la segunda división naval, cuando la corbeta Union estuvo en el Estrechode Magallanes en Agosto último, i por el Comandante Jeneral de Marina.


DOCUMENTOS

Por los citados informes se impondrá V. S, que no son ciertas las aseveraciones de la prensa chilena, respecto a las amenazas que supone hechas por dicha corbeta a las autoridades de Punta Arenas, manteniendo izado el pabellón francés, que solo fué enarbolado por poco tiempo, como estratajema de guerra, permitida por las reglas aceptadas del derecho marítimo i las prácticas universales en la guerra de mar, i con la facultad que conceden a los comandantes de buques los artículos de las Ordenanzas Navales, que para mayor ilustración en este asunto acompaño en copia. Dios guarde a V. S. MANUEL

VILLAR.

Al señor Secretario de Estado en el despacho de Relaciones Esteriores.

SECRETARÍA DE RELACIONES ESTERIORES I CULTO.

Lima, Enero 17 de 1880. Cuando la corbeta Union, de la armada nacional, estuvo en Magallanes, se aseguró por la prensa chilena que dicha corbeta habia entrado en Punta Arenas con bandera francesa, i que, manteniéndola izada, amenazó a las autoridades de ese puerto con que lo bombardearla, si no le proporcionaban los víveres que necesitaba. Conviene tener en este despacho informes oficiales sobre lo que haya de cierto, respecto de tales aseveraciones, i, con tal motivo, ruego a V . S. se sirva trasmitírmelas a la brevedad posible. Dios guarde a V . S. PEDRO JOSÉ CALDERÓN. Al señor Secretario de Estado'en el despacho de Marina

Lima, Enero 17 de 1880.—Informe la Comandancia Jeneral de Marina, oyendo al capitán de navio don Aurelio García i García, Comandante Jeneral que fué de la segunda división naval a que se refiere el oficio de la vuelta, a cuya división pertenecía la corbeta Union. VILLAR.

COMANDANCIA JENERAL DEL DEPARTAMENTO DE MARINA.

Callao, Enero 18 de 1880. Informe el señor capitán de navio don Aurelio García i García, cumpliendo con lo prevenido en el superior decreto que antecede. GARCÍA.

Lima, Enero 20 de 1880. Señor Comandante Jeneral de Marina: El 23 del último Julio capturé frente a Antofagasta con la corbeta Union, de la división de mi mando, al trasporte de guerra chileno JRimac que conducia al Tejimiento Yungai a su bordo, así como un completo i valioso cargamento de armas, pertrechos i útiles militares de todo jénero. Dos dias después fondeábamos en Arica en convoi con el buque apresado i el monitor Huáscar. Consecuencia de la anterior captura, fué la comisión que recibí del director de la guerra para dirijirme con la Union al Estrecho de Magallanes, por donde, según una carta hallada a bordo del Ilimac, debia pasar un vapor cargado de armas para el enemigo, sin determinarse fecha de salida, nombre, bandera del buque, ni dato alguno que pudiera dar luz en la materia. Zarpé, no obstante, de Arica con la Union el 31 del mismo Julio, a ejecutar ese dilatado viaje de cinco mil i mas millas, en la estación de invierno, por rejiones siempre tormentosas, sin tener el buque su aparejo completo por haber dejado en el Callao los masteleros i las vergas mayores i de mezana; careciendo del carbón indispensable para tan larga travesía, desde que no existían puertos de recalada para nosotros i los depósitos de la corbeta apenas tienen capacidad para la mitad de esa distancia; i por último sin que la tripulación tuviese la ropa de abrigo i de agua indispensables para navegar en esas latitudes glaciales. Ninguno de tan graves inconvenientes fué obstáculo para llevar a término la comisión de que me ocupo, i recorriendo de

INÉDITOS.

69

Norte a Sur en toda su estension la costa enemiga, embocó la Union el 13 de Agosto por entre las nieves de un crudísimo i tempestuoso invierno, la entrada occidental de Magallanes. Al amanecer del siguiente dia 14, seguimos derrota hacia adentro del estrecho, fondeando en la tarde en la bahía de Borja; lugar inhabitado donde solo concurren algunos salvajes fueguinos. El 15 lo pasamos en la bahía de San Nicolás, que también es visitada ocasionalmente por los mismos salvajes, i cuyo fondeadero nos permitia dominar, como en el primer puerto, los canales de pasaje en el estrecho i por los que debia cruzar precisamente el vapor que buscábamos, caso de pasar en esos dias. Habiendo dejado la última bahía temprano el 16, continuamos hacia el Este. Próximamente al medio dia se avistó humo por la proa que poco después se vio claramente que era un vapor navegando a rumbo contrario. Gobernamos en su demanda i cuando nos hallamos cerca ordené izar nuestro pabellón afianzándolo con un tiro blanco; a loque contestó, desplegando el estandarte imperial alemán en su pico mayor además del mercante de la misma nacionalidad en el asta de popa. Reconocido por mi ayudante, el teniente 2.° don Felipe de la Torre Bueno, resultó ser el vapor alemán Sakkarah, de la línea K o s mos, que venia del Atlántico, cuyos papeles se hallaban en regla i sin poder obtener de él noticias de ningún jénero. M U Í cerca nos hallábamos ya del establecimiento de Punta Arenas, colonia chilena en la rada del mismo nombre, único lugar habitado por jente civilizada en todo el estrecho de M a gallanes, i por consiguiente el único también donde era posible obtener noticias precisas sobre el buque en cuya solicitud íbamos. Siendo ésta una población enemiga, en la que no se tenia la menor sospecha respecto de nosotros, habia que procurar que no fuésemos conocidos, a fin de establecer la comunicación que nos permitiera obtener de los neutrales los datos que necesitábamos. En tal virtud, conforme a las reglas aceptadas del derecho marítimo, siguiendo las prácticas universales en la guerra de mar, i haciendo uso de la facultad que me conceden las ordenanzas jenerales de la armada naval en el artículo 8.° del tratado 4.", título, 1.°; i el artículo 7.° del título 29 de la ordenanza naval de 1802, ordené que fuese izada la bandera francesa al pico de mezana. La circunstancia de ser la Union construida en los astilleros de esa nación, facilitaba el confundir su estilo i líneas de carena. Así penetramos a la rada de Punta Arenas donde no se hallaba ningún buque de mar. Era la 1.20 P. M. Tres cuartos de hora habian trascurrido sin que se notase en tierra apresto ninguno para comunicar con el buque. Ordené entonces que se izase el pabellón nacional afianzándolo, al mismo tiempo que se arriaba la bandera francesa usada hasta ese instante como estratajema de guerra. Inmediatamente después uno de nuestros botes fué mandado al pontón que existia en el fondeadero con instrucciones de reconocerlo i traer a los individuos que estuviesen a su bordo, i otro a las embarcaciones menores con igual destino. Pasados algunos momentos se dirijia a nuestro costado un bote desprendido del muelle i que tremolaba pabellón Británico. Recibido en el portalón el pasajero que conducia i traído a mi presencia, se dio a conocer como el señor Reynard, Vicecónsul de S. M. B. en ese lugar. Supe por este caballero, que la corbeta habia sido conocida desde que pudo ser distinguida con claridad, por un marinero domiciliado en tierra i antiguo tripulante de la Union en la época de la guerra con España; que la alarma en la población era estraordinaria temiéndose un bombardeo, lo cual hacia que casi todos los habitantes conduciendo sus objetos de uso doméstico se estuvieran internando en el monte. Supe asimismo que a fines de Julio anterior habia llegado a ese puerto el trasporte chileno Loa a convoyar el vapor que esperaba el Gobierno chileno; que dos dias después llegó en efecto el vapor ingles Glenelog completamente cargado de armas i pertrechos de guerra, i que .ambos buques zarparon inmediatamente para el Pacífico. Así recibía sin solicitarlo las noticias que tanto interés tenia de saber, i como por mui respetable que fuera el órgano por donde me venian era para mí conveniente su confirmación por otros conductos, manifesté al dicho señor Vice-Cónsul mi resolución de permanecer en el puerto pero sin revelarle el objeto que me traia; agregándole que iba a tomar el carbón del Gobierno chileno que se hallaba depositado a bordo del pontón, i


70

GUERRA

D E L

que podría tranquilizar a las jentes del lugar asegurándoles que las armas del Perú no se empleaban contra poblaciones indefensas; pero que, si se usaba de la menor hostilidad contra los botes o marineros de la Union, reprimiría el acto con severidad. Al despedirse después de una mui larga visita, hablé lijeramente al señor Vice-Cónsul aunque de un modo marcado, de mi intención de procurarme víveres frescos para el equipaje. En la noche se presentó nuevamente a bordo el señor Reynard a esponerme, a nombre del gobernador de la colonia, que agradecía mi ánimo de no causar daño a la población; que imposibilitado como estaba para oponerse a la estraccion de carbón que ya estábamos verificando del pontón, nada podia hacer; pero que como autoridad local, no podia consentir en que aprovisionásemos el buque siendo enemigo de su país, en territorio chileno. Después de agradecer al señor Reynard sus buenos oficios, mi respuesta concretada al último punto, fué seca i perentoria: "Sírvase Ud. decir al gobernador, que si él no puede consentir "en que se aprovisione el buque, yo tengo los medios de fuet'za "suficiente para hacerlo consentir, i que así lo ejecutaré, dejan"do sobre él la responsabilidad de las desgracias que sobreven"gan, si antes de medio dia no ha retirpdo su pirohibicion." Mui de mañana vino por tercera vez a bordo el mismo señor Reynard acompañado entonces de dos vecinos estranjeros, a imponerme que el citado gobernador dejaba a los comerciantes neutrales en plena libertad para comunicarse con la corbeta i darle cuanto pudiera necesitar. Esto sucedió, en efecto, pagando todo en plata, a los precios que se demandaron; i al mismo tiempo obtenía por diversos lados la rectificación de haber pasado hacia mas de catorce dias el buque que perseguíamos. El 18, después de haber trasbordado del pontón 102 toneladas de carbón, zarpábamos de Punta Arenas, recibiendo antes la última visita del Vice-Cónsul de S. M. B., quien vino a darme las gracias a su nombre i al de la población neutral, por no haber sufrido lo menor en sus personas e intereses. Después de recorrer sin la menor novedad los intrincados canales del Oeste, el 2 0 salimos otra vez al Pacífico i navegando con tiempo vario, casi siempre duro i a la vela, fondeamos en Arica el 14 de Setiembre. La relación fiel i completa que va hecha del viaje de que me ocupo, pone de manifiesto cuanto en él ocurrió, i así dejo espedido el informe que esa Comandancia Jeneral se sirve pedirme en el decreto precedente, motivado por el oficio que le antecede, i en el cual se hace referencia a aseveraciones de la prensa chilena que aun cuando siempre se exhibe apasionada o calumniante en todo lo relativo al Perú, es la primera vez que tengo noticia haya asegurado que la Union en su viaje a Magallanes, amenazara a las autoridades de Punta Arenas i con bandera francesa, de bombardear ese puerto si no se le proporcionaban los víveres que necesitaba. Señor Comandante Jeneral. AURELIO

COMANDANCIA

G.

JENERAL DEL DEPARMENTO DE

GARCÍA.

MARINA.

Callao, Enero 23 de 1880. Excmo. señor: Por el informe que antecede, del señor capitán de navio don Aurelio García i García, Comandante Jeneral que fué de la segunda división naval de la Escuadra, se impondrá V. E. de que la corbeta de guerra Union al entrar al puerto de Punta Arenas el 16 de Agosto próximo pasado, izó al pico de mesana el pabellón francés, en uso de la facultad acordada a los Comandantes de buque de guerra por los artículos 8. ° , tratado 4. ° , título 1. de las Ordenanzas Jenerales de la Armada, i 7. ° , título 29 de la Naval de 1802, que esa medida tuvo por objeto reconocer la bahía de un puerto enemigo; i que durante los cuarenta i cinco minutos que permaneció izado aquel pabellón, esperó tranquilo los procedimientos de tierra, sin tomar providencia hostil alguna en la bahía. c

Siendo este el único informe que se ha pedido sobre el particular, esta Comandancia Jeneral se ha concretado a estractarlo persuadida como está de estar conformes los artículos citados de las Ordenanzas de la Armada con las facultades.de un Comandante de buque de guerra. Excmo. señor. JOSÉ M.

GARCÍA.

PACIFICO

Lima, Enero 29 de 1880.—Pásese al señor Secretario de R e laciones Esteriores con la nota respectiva. VILLAR.

COPIAS. Copia del Artículo

7.", Título 29 de las Ordenanzas del año 1802.

Navales

No obstante que ningún bajel de mi armada hará ni recibirá saludo al cañón sin su propia bandera, ni combatirá arbolándola falsa, será permitido, a estilo de mar, largar bandera de otra nación i disparar cañonazo, aún con bala, apartando de ofensa la puntería, para llamar a cualquiera embarcación que se desea reconocer o engañar al enemigo, hasta el acto de parlamentar o cambatir, en que entra la obligación de manifestarse con anticipación a la primera hostilidad: entendiéndose lo propio con los corsarios o armados en guerra i mercancía, bajo la pena aflictiva que el caso exijiere, además de la pérdida de cualquier presa que se hiciere por tales medios i se declarará íntegramente a favor de mi real Hacienda.

Copia del Artículo 8.°, Título 1.°, Tratado 4-° délas zas Españolas del año 1793.

Ordenan-

Ningún bajel de mi armada hará ni recibirá saludo sin su propia bandera, ni combatirá arbolándola falsa, pena de privación de empleo al oficial que le mande i de mayor castigo si conviniere; pero será permitido a estilo de mar, largar bandera de otra nación i disparar cañonazo, aún con bala, apartando de ofensa la puntería, para llamar a cualquiera embarcación a quien se desea reconocer, o engañar al enemigo hasta el acto de parlamentar o combatir, que entra la obligación de manifestarse con anticipación a la mas mínima hostilidad: entendiéndose lo propio con los corsarios o armados en guerra i mercancía, bajo pena de pérdida de cualquier presa que hicieren con tales medios, declarándose íntegramente a favor de mi real Hacienda, i mas las aflictivas que el caso exijiere. E 3 copia. LEOPOLDO

SÁNCHEZ.

Sub-secretario.

LEGACIÓN BRITÁNICA EN LIMA. CLYII. R e c l a m a la devolución d e las a r m a s i municiones pert e n e c i e n t e s a l a c a s a d e R o s e llnnes, t o m a d a s a b o r do de los v a p o r e s " P a i t a " i " A m a z o n a s . " LEGACIÓN BRITÁNICA E N

Lima,

LIMA.

Mayo 23 de 1879.

Señor Ministro: Tengo la honra de llamar la atención de V. S. hacia la adjunta comunicación que he recibido de Mr. Firth, ájente de la Compañía de Navegación del Pacífico; i en ella verá V. S. que las armas i municiones tomadas a bordo de los vapores ingleses Paita i Amazonas fueron embarcadas de Nueva York antes de la declaración de guerra entre Chile i el Perú. Como dichos efectos pertenecen a una casa inglesa, ruego a V. S. disponga que las autoridades del Callao los devuelvan a la Compañía de Navegación por Vapor a fin de que sean reembarcados para Nueva York, según el deseo de sus dueños, pues la lei en la materia es terminante. Aunque el Perú tiene razón para impedir que elementos de guerra sean llevados a Chile, no tiene derecho para decomisar efectos embarcados por un neutral antes de que en el puerto de embarque se supiese la declaración de guerra. Acepte V. S., etc. (Firmado.)—SPENSER ST. JOHN.

Lima, Mayo 29 de 1879.—Trascríbase al Ministro de Guerra, i dígase contestar. LARRABURE.


DOCUMENTOS

COMPAÑÍA DE NAVEGACIÓN DEL PACÍFICO.

Callao, Mayo 20 de 1879. Señor: Con referencia a mi carta de 3 0 del próximo pasado con respecto al embargo hecho por las autoridades aquí de los siguientes bultos de armas i municiones, tengo la honra de enviar a Ud. copia de una carta recibida de los señores Rose lunes i C. , consignatarios en Valparaíso. Según, el conocimiento en mi poder, la mercancía fué embarcada en Nueva York, a saber: R. I. Una caja fusiles i sables. Una caja cartuchos. Por el vapor de la Compañía del Pacífico Colon, el 2 0 de Marzo último, i fueron recibidas aquí el 1 2 del pasado por el vapor Paitade esta Compañía.

71

INÉDITOS.

_ Me alegraré de que este asunto se arregle lo mas pronto posible, pues los dueños están sin su propiedad desde ahora cuatro meses por equivocación de las autoridades de Aduana. Acepte V. S., etc. SPENSER

J. W .

Valparaíso,

Abril

FIRTH.

30 de 1879.

Señor: Habiéndonos usted informado de que las cajas R. I . de fusiles i cartuchos embarcadas a nuestra dirección con conocimiento de estremo a estremo en Nueva York, han sido retenidas en el Callao por las autoridades peruanas, llamamos la atención de ustedes hacia lo siguiente: que dichos fusiles, revólvers i cartuchos, son como lo requiere nuestro léjitimo negocio, pues que somos ferreteros en esta ciudad i por muchos años hemos acostumbrado recibirlos de esta manera. Que la presente remesa fué hecha de la manera usual i en una época considerablemente anterior a la declaración de guerra entre Chile i el Perú. Que los dos barcos que han trasportado las mercancías i los individuos a quienes están consignadas son absolutamente neutrales, i no admitimos ningún derecho en las autoridades del Callao para insistir en la retención. Esperamos, por consiguiente, que su ájente en ésa manifieste los hechos a las autoridades respectivas i obtenga posesión de las mercancías con la menor dilación posible. Le rogamos también que mande usted órdenes para que las mercancías sean reembarcadas desde luego para Nueva York, quedando nosotros responsables por supuesto de todos los gastos que se hicieren. Somos, etc. ROSE INNES I CA. Al señor Juan Prain, ájente de la Compañía del Pacífico en Valparaíso,

LEGACIÓN

BRITÁNICA EN LIMA.

Lima, Setiembre 19 de 1879. Señor Ministro: En el mes de Mayo último tuve la honra de llamar la atención de V. S. hacia el embargo, hecho por las autoridades de Paita i el Callao, de ciertas mercancías, la mayor partes de ellas contrabando de guerra, que sin embargo fueron compradas en los Estados Unidos i embarcadas para Chile antes de la declaración de guerra. V. S. tuvo la bondad de decirme que a la presentación de los documentos para comprobarlo, las mercancías o su valor serian devueltos inmediatamente. Tengo ahora la honra de incluir una carta que he recibido de Mr. Welmore, ájente de los aseguradores americanos, en la que me manda conocimiento i dos facturas que comprueban que las mercancías fueron embarcadas en el tiempo i de la manera que al principio tuve la honra de participar a V. S.

JOHN,

A N E X O I.

a

^"Q ®' (en círculo) Cincuenta cajas cartuchos, una caja espadas embarcadas en Nueva York en el vapor de la Compañía del Pacífico Acapulco, i se recibieron aquí el 2 6 de Abril en el vapor Amazonas de esta Compañía. Como quiera que estas mercancías, según aviso en los periódicos, han sido confiscadas por el Gobierno peruano en decreto fecha 1. ° del corriente, solicito a nombre de los dueños el ausilio de usted para que dichas mercancías puedan ser devueltas a Nueva York, según el deseo de los consignatarios. El director de aduanas, en contestación a mi pedido para el reembarco de las mercancías, dice que han sido depositadas en el cuartel de Santa Catalina por orden del Gobierno i considerárselas contrabando de guerra en las actuales circunstancias. Soi, etc.

ST.

Ministro Residente de S. M. B.

Un conocimiento de embarque de John P. Roquske en el vapor Colon; en Nueva York el 2 8 de Marzo de 1 8 7 9 de R I Una caja fusiles i sables. Una caja de cartuchos. Valparaíso, a Rose Innes i C . 1

CLYIIL El capitán d e la b a r c a inglesa " L a u r e t t a " r e c l a m a el pago de estadía i el pasaje de empleados peruanos. LEGACIÓN BRITÁNICA E N LIMA.

Lima, Junio 19 de 1879. Señor Ministro: El capitán de la barca inglesa Lauretta me ha pedido esplique al Gobierno peruano un crédito suyo cuyo pago no puede conseguir. Parece que el Gobernador de Pabellón de Pica detuvo dicha barca por espacio de tres dias para embarcar él a 2 9 empleados del Gobierno que venían a Lima con el moderado pasaje de 3 0 soles en dinero cada uno. El capitán ha estado cobrando este dinero mas de tres semanas sin conseguirlo, i como en breve se hará a la vela, cuenta con recibir la suma sin mas dilaciones. Incluyo copia de su cuenta. Acepte V. S., etc. SPENSER

ST. JOHN,

Ministro Residente de S. M. B. Al señor don Manuel Irigóyen, Ministro de Relaciones Esteriores.

Lima, Junio 2 0 del 79.—Remítase la cuenta al Ministerio de Hacienda i contéstese como está acordado. LARRABURE.

CLIX. Adjuntando copia de u n a nota del Secretario de Est a d o d e S. M . Ií., h a c e r e c l a m o d e l a n e g o c i a c i ó n d e guano con Dreyffus. LEGACIÓN

BRITÁNICA E N LIMA.

Lima, Junio 23 de 1879, Señor Ministro: Tengo la honra de incluir, para que V. S. la lea, copia del despacho que he recibido del Secretario de Estado de S. M . en el despacho de Negocios Estranjeros, relativas a unas supuestas negociaciones con los señores Dreyffus, cuya sustancia comuniqué a V. S. el 2 1 del corriente. Me complacería recibir de V. S. la seguridad de que carece de fundamento el rumor en cuestión, si viniere en tiempo para comunicarlo por este vapor al Gobierno de S. M. Acepte V. S., etc. SPENSER

ST. JOHN.

Ministro Residente do S. M. B ,

COPIA. Foreign office.—Mayo 1 6 de 1 8 7 9 . — S e ñ o r . — H a s t a el Gobierno de S. M, ha llegado el rumor de que el Gobierno del Perú está negociando un nuevo empréstito con los señores Dreyffus i Ca. por un millón de libras esterlinas con que llevar adelante la guerra a Chile; que está corriente admitir a los señores Dreyffus sus reclamaciones por valor de tres millones esterlinos que, con el millón adelantado, harian subir la reclamación a cuatro millones de libras. Para atender a esta reclamación, el Gobierno peruano está preparado a conceder a los señores Dreyffus el monopolio pa-


GUERRA DEL PACIFICO.

72

ra la venta del guano hasta el completo pago de su reclamación. He llamado la atención del señor Pividal hacia este rumor i le he indicado que tal procedimiento seria una gran violación de los derechos de los tenedores de bonos i de su arreglo recientemente hecho, según nota número 9 de 2 2 de Enero último, i que el Gobierno de S. M. confía en que podrá declarar que el cargo hecho contra su Gobierno carece de fundamento. Debo, sin embargo, mandar a V. S. que informe al Gobierno peruano del rumor que circula en este país i le asegure que el Gobierno de S. M. se alegraría de que le diese la certidumbre de que el informe carece de todo fundamento. Soi, etc. SALISBURY.

Lima, Junio 2 4 de 1 8 7 9 . — A c ú s e s e recibo, dándose las instrucciones acordadas a la Legación de la República eu Londres.

termedios llegó aquí ayer, informa que poco después de su llegada a Arica, el 2 9 del próximo pasado, el Contra-Almirante Montero, Comandante en Jefe del distrito, junto con el capitán del puerto i otros, se presentó a bordo i pidió los pasaportes de los pasajeros. Al examinarlos pidieron además ver la papeleta de pasaje del pasajero E. Mosquera, i presentándola éste, se descubrió que en los dos documentos se daban nombres distintos, por lo cual fué arrestado. También arrestaron a uno de los sirvientes del barco, M a nuel Domínguez, portugués, a quien se le acusó de ocultar la correspondencia que traia el referido pasajero, con quien fué llevado al trasporte peruano Oroya. El comandante protestó ante el Cónsul interino de S. M. en Arica, contra este proceder, i al criado Manuel Domínguez se le puso en libertad un poco antes de la salida del vapor, porque, al parecer, no habia motivo para sostener el cargo que se le habia hecho. Soi su servidor. J.

M.

FIRTH.

IRIGÓYEN.

CLXI.

CLX. A c o m p a ñ a una carta de Mr. Firth i pide esplicaciones p o r el a r r e s t o d e u n p a s a j e r o a b o r d o d e l v a p o r "Colombia" LEGACIÓN

BRITÁNICA

EN

LIMA.

Lima, Julio J de 1S70. t

Señor Ministro: Tengo la honra de acompañar copia de una carta que he recibido de Mr. Firth, director de la Compañía de Navegación por Vapor en el Pacífico, en la cual da los pormenores de un incidente que hace poco ha ocurrido en Arica. Parece (pie las autoridades de aquella ciudad fueron a bordo del vapor ingles Colombia, i sin la acostumbrada cortesía de hacer saber sus intenciones al Cónsul ingles de aquel lugar, empezaron a examinar los pasaportes i boletos de los pasajeros, i arrestaron al señor E. Mosquera, que iba de pasajero, i a un sirviente del barco. Aun cuando las autoridades locales de un puerto ejercen cierta jurisdicción en todos los barcos neutrales en las aguas territoriales, es esta, sin embargo, una jurisdicción que debe ejercerse con toda precaución, sin omitir ninguna formalidad. En el presente caso, el pasajero señor Mosquera, que llevaba papeleta redonda hasta Panamá, fué arrestado sin que en su contra se formulase ningún cargo, i aunque chileno, no se le acusó estar al servicio de su Gobierno, ni se dice que haya cometido crimen alguno, pues el llevar en su pasaporte un nombre distinto del de su boleta de pasaje, mas concierne a la Compañía que a las autoridades locales de AricaLa regla usual en estos casos, es que un pasajero a bordo de un vapor de la Mala con papeleta para viaje redondo, i no en servicio de su Gobierno en tiempo de guerra, no está sujeto a arresto en los puertos por donde pueda pasar, a menos que se le acuse de haber cometido crimen que autorice su arresto. Tanto el almirante de Horsey, como yo, hemos mandado hacer averiguaciones sobre este asunto en Arica, pero le agradecerla yo que V. S. me diese una esplicacion sobre las causas de este arresto. Acepte V. S., señor Ministro, la seguridad de mi alta consideración. SPENSER

ST.

JOHN,

Ministro Residente de S. M. B . Al señor don Manuel Irigóyen, Ministro de Relaciones Esteriores.

Lima, Julio 9 de 1879.—Trascríbase a la Secretaría Jeneral del Director de la Guerra, i contéstese. Fecho.

DE

NAVEGACIÓN

POR

VAPOR

LEGACIÓN BRITÁNICA

EN

LIMA.

Lima, Agosto 18 de 1879. Señor Ministro: Tengo la honra de llamar la atención de V. S. hacia la demora que ha tenido lugar en la decisión del caso de la barca chilena Anita, de que hoi conoce el tribunal de presas del Callao. Dicha barca fué apresada el 2 6 de Mayo de 1 8 7 9 con un cargamento a su bordo, perteneciente al subdito ingles don Carlos Watson. El artículo 3 . ° de la declaración anexa al Tratado de Paris, al cual se adhirió el Perú, dice que "la mercancía neutral, con escepcion del contrabando de guerra, no está sujeta a captura bajo bandera enemiga," i por consiguiente el cargamento de la Anita o su valor debió entregarse a su dueño lo mas pronto posible. Ruego a V. S. que emplee su influjo para conseguir el pronto arreglo de este caso, que es tan sencillo como el que mas pudiera presentarse a un tribunal de presas. Incluyo una cuenta recibida del señor Watson que señala el monto de su reclamación. Acepte V. S., señor Ministro, la seguridad de mi mas alta consideración. SPENSER ST. JOHN, Ministro Residente de S . M. B .

ANEXOS. Cuenta de A. Bushell i Ca. Valparaiso, Mayo 8 . — D e lo embarcado por cuenta de C. Watson para Tocopilla, 8 , 0 0 6 . 7 3 . Conocimiento de 2 , 5 0 0 bultos en la Anita, Mayo 1 2 . Cuenta de O Watson, Agosto 1 6 , £ 1 0 2 6 . 5 . Concuerda.—SIMON

CAMACHO.

Memorándum de la pérdida sufrida por Carlos Watson con motivo de la captura, en. 26 de Mayo de 1879, de la barca chilena "Anita" por el trasporte peruano "Chalaco" en él puerto de Tocopilla. 1 , 1 2 0 fardos pasto seco. 1 , 2 8 0 sacos cebada. 1 0 0 sacos azufre. Según factura de los señores A. Bushell i Ca. i conocimientos adjuntos.

Menos:

C A R T A DE F I R T H . COMPAÑÍA

P i d e la devolución de la b a r c a chilena "Anita", propied a d del señor Carlos W a t s o n .

EN

EL

PACÍFICO.

Callao, Julio 3 de 1879. Señor Spenser St. John. M U Í señor mió: Tengo la honra de participar a Ud. que el comandante del vapor Colombia, de esta Compañía, que de Valparaiso e in-

Por 3 0 0 fardos pasto seco, desembarcados antes déla captura, 2 7 , 3 8 9 libras, a S 1 . 1 3 quintal. . S. 309.49 Moneda chilena 7,697.24 que al cambio en 8 de Mayo de 1 8 7 9 , fecha de la factura de Chile de 3 2 peniques por peso, son £ 1 , 0 2 6 . 5 d. Lima, Agosto 1 6 de 1 8 7 9 . (Firmado.)—CHARLES W A T S O N .


DOCUMENTOS INÉDITOS.

Valparaiso,

1,120 fardos pasto, peso 102,252 kilogramos a 85 centavos quintal... S. 1 , 8 8 9 . 4 4 1 , 2 8 0 sacos cebada, peso 1 1 9 , 1 0 0 kilogramos 3,132 1 0 0 sacos azufre 1.120

S.

6,141.44

61 305.54 1,303.46

1,670

7,811.44

Comisión, 2 l %

195.29

S.

P i d e q u e el T r i b u n a l de P r e s a s resuelva l u e g o el a s u n to del buque "Adriana Lucía." LEGACIÓN BRITÁNICA EN LIMA.

GASTOS.

Seguros, 8 , 0 0 0 soles a f % Pólizas, lanchas, embarque Flete, según conocimiento. ,

OLXIII.

Mayo 8 de 1879.

Señor Carlos Watson a Alfredo Bushell i Ca, debe por lo siguiente comprado i embarcado en la barca Anita para T o copilla:

73

Lima, Octubre 17 de 1879. Señor Ministro: Tengo la honra de llamar la atención de V. S. hacia el asunto del buque Adriana Lucía, que navega con bandera de N i caragua; pero que es propiedad, muchos años há, de un s u b d i t o de la Gran Bretaña, i que fué capturado en Julio último por el blindado Huáscar. Este asunto está hace algunos meses ante el Tribunal de Presas sin que se haya llegado a ninguna solución, teniendo el capitán i otros testigos que permanecer aquí haciendo gastos de gran consideración. Rogaria, en consecuencia, que el Gobierno del Perú llamase la atención del Tribunal de Presas hacia este asunto, i encareciese a los jueces la necesidad de decidirlo sin mas dilaciones. Aceptad, señor Ministro, etc. SPENSER ST. JOHN,

8,006.73

Ministro Residente de S. M. B.

(Firmado.)—ALFREDO BÜSHELL I CA.

Yo, capitán de la barca Anita que se halla anclada en el puerto de Valparaíso próxima a emprender- viaje para el de Tocopilla, he recibido a bordo, bajo partida de rejistro con las marcas, etc., de Alfredo Büshell i Ca, en bodega i cubierta, dos mil quinientos bultos de que me doi por recibido, etc., i entregaré en el citado puerto a don Carlos Watson, quien, verificada mi entrega, me ha de satisfacer mil trescientos tres pesos cuarenta i seis centavos en moneda chilena, firmando tres conocimientos de este tenor, etc. D. P. 1 , 2 8 0 sacos cebada. L. 1 , 1 2 0 fardos pasto. J. Z. 1 0 0 sacos azufre. NOTA.—Flete, 1 , 3 0 3 pesos 4 6 centavos, pagado. Valparaiso, 1 2 de Mayo de 1 8 7 9 . (Firmado.)—ALFREDO BÜSHELL I CA.

Al señor don J. Esteban Guzman, Ministro de Relaciones Esteriores.

Lima, Octubre 2 1 de 1 8 7 9 . — P í d a s e informe al Tribunal de Presas sobre el estado del juicio a que se hace referencia. LARRABÜRE. LEGACIÓN BRITÁNICA EN LIMA.

Lima, Noviembre 7 de 1879. Señor Ministro: Tengo la honra de llamar la atención de V. S. h a c i a mi nota de 1 7 de Octubre próximo pasado, relativa al buque Adriana Lacia, propiedad de un s u b d i t o de la Gran Bretaña llamado Peede, i que fué capturada en Julio último por el monitor Huáscar. Cuatro meses son ya corridos i el buque permanece aun sin ser juzgado por el Tribunal de Presas, causándose así al propietario gastos considerables i al parecer innecesarios; rogaria, por tanto, a V. S. que tuviese a bien hacer todo lo que esté en su facultad para encarecer al dicho juzgado la necesidad d e decidir este asunto sin mas dilaciones. Aceptad, señor Ministro, etc.

CLXII.

SPENSER ST. JOHN, Ministro Residente de S. M. B.

A c e p t a se les r e m i t a p o r s u c o n d u c t o a los p r i s i o n e r o s del " H u á s c a r " sus sueldos i correspondencia. LEGACIÓN BRITÁNICA EN LIMA.

Lima,

Ocubre 17 de 1879.

Señor Ministro: Tengo la honra de acusar recibo de la carta fecha 1 1 del corriente, en la que V. S. se sirve recordarme la conversación que tuvimos, relativa a suministrar a la tripulación del Huáscar que haya sobrevivido, los fondos de que puedan tener necesidad, i hacer llegar a sus manos las cartas que sus familias les envíen. Arreglaré con el encargado de negocios de S. M., en Santiago, que se entregue al oficial de mayor graduación que sobreviva del Huáscar, el montante del sueldo de cada uno de los prisioneros, i los recomendaré a todos encarecidamente a su cuidado, i toda carta que sus familias deseen enviarles será conducida por los vapores que salen para Valparaiso. Debo añadir que es absolutamente innecesario depositar dinero alguno en el Banco de Londres, Méjico i Sud-América para este servicio; a la llegada de las letras que mi colega de Santiago jire contra mí, me pondré sobre el particular en comunicación con V. S. En esta, como en toda otra ocasión, sentiré un vivo placer en poder ser útil de alguna manera al Gobierno peruano. Aceptad, señor Ministro, las seguridades de mi mas elevada consideración. SPENSER ST. JOHN, Ministro Residente de S. M. B.

Al señor don Rafael Velarde, Ministro de Relaciones Esteriores.

Lima, Noviembre 8 de 1879.—Trascríbase al Ministro de Guerra recomendándole este asunto i pase en respuesta. *

LARRABÜRE. LEGACIÓN BRITÁNICA EN LIMA.

Lima, Noviembre 17 de 1879. Señor Ministro: Tengo de nuevo la honra de llamar la atención de V. S. hacia el asunto del buque Adriana Lucía. Como van ya corridos cuatro meses desde que fué apresado, i todavía el Juzgado de Presas no da señal alguna de haber procedido en la materia, no puedo menos que hacer algunas observaciones sobre las circunstancias peculiares de esta captura. La Adriana Lucía navega bajo el pabellón neutral de Nicaragua; es propiedad al presente i desde muchos años antes, de un subdito de la Gran Bretaña; fué apresada en aguas de un Estado que se encuentra en paz, tanto con Nicaragua, como con la Gran Bretaña, i no ha sido acusada de haber tenido a bordo contrabando de guerra. Rogaria, por tanto, a V. S. que se dignara informarme por que está detenida la Adriana Lucía. Este es un asunto que podría ser despachado en 2 4 horas por cualquier tribunal competente, i la demora está causando pérdidas absolutamente innecesarias, a un neutral inocente. Aceptad, señor Ministro, etc. SPENSER ST. JOHN, Ministro Residente de S. M. Ií. Al señor don Rafael Velarde, Ministro de Relaciones Esteriores.

TOMO

ni

—10


74

GUERRA

D E L

PACIFICO.

CLXIV.

CLXVI.

Pide la devolución de la barca inglesa "Coquimbo."

P i d e se s u s p e n d a l a o r d e n d e r e c h a z a r dencia dirijida a Chile.

la correspon-

LEGACIÓN BRITÁNICA EN LIMA

Lima, Octubre 24 de 1879. Señor Ministro: Los papeles de la goleta inglesa Coquimbo, que V. S. tuvo la bondad de mostrarme hoi, aparecen perfectamente en regla i de acuerdo con las leyes inglesas. He examinado las instrucciones que tienen los cónsules sobre asuntos referentes a la marina mercante de la Gran Bretaña, según la lei de la materia, como también esta misma lei, i en ella no existe disposición o cláusula alguna que prohiba el traspaso a la bandera de la Gran Bretaña de un buque que navega con bandera de un belijerante, con tal que sea bonafide por parte del propietario británico. En el caso de la goleta Coquimbo, el cambio fué solo de bandera, porque el dueño, tanto antes como después del cambio, permaneció siendo el mismo Mr. Shelton, subdito británico. Aparece de los documentos que tan pronto como fué posible después de la declaración de guerra por parte de Chile, Mr. Shelton traspasó su buque. No puede, pues, haber duda alguna de que el Coquimbo es buque inglés: de que sus papeles son tales como los exije la lei inglesa, i de que su dueño era subdito de la Gran Bretaña, tanto antes como después del cambio de bandera. Como, por tanto, es evidente que la escuadra peruana capturó al Coquimbo, considerando equivocadamente su posición legal, me atrevería a pedir a V. S . que diese las instrucciones necesarias para su inmediata soltura, a fin de evitar los gastos i pérdidas que se orijinarán al dueño de una mas larga detención. Aceptad, señor Ministro, etc. SPENSER ST. JOHN, Ministro de Residente de S. M. B. Al señor don J. Esteban Gnzman, Ministro de Relaciones Esteriores.

OLXV. R e c l a m a l a l i b e r t a d e i n d e m n i z a c i ó n a f a v o r d e l subd i t o i n g l é s J o s e p h I V i l l i a m G l o v e r , t o m a d o p o r espía chileno. LEGACIÓN

BRITÁNICA EN LIMA.

Lima, Noviembre 15 de 1879. Señor Ministro: Tengo la honra de llamar la atención de V. S . hacia el hecho de que un subdito inglés de nombre Joseph William Glover, ha sido brutalmente maltratado por algunas autoridades del Callao. Parece que el dia 12 del corriente, al punto que Glover iba a embarcarse en el puente del muelle del Callao para ir a bordo del vapor inglés Lontue, fué arrestado bajo la sospecha de ser chileno i llevado a Casas Matas. Allí se le pusieron grillos i fué maltratado de la manera mas brutal por los soldados, viéndose aun en su cabeza la marca de los severos golpes que recibió. No hai escusa alguna para este arresto, pues que Glover mostró su certificado de nacionalidad británica, ni tampoco para tan brutal tratamiento. Véome, pues, en el caso de rogar a V. S. que se haga una averiguación del asunto, con el objeto no solo de castigar a los culpables, siuo también de indemnizar a Glover por las pérdidas sufridas i el indigno tratamiento que recibió. Indicaré que las autoridades le quitaron ocho soles que llevaba cuando fué arrestado. Soi, etc. SPENSER ST. JOHN, Al señor don Rafael Velarde, Ministro de Relaciones Esteriores.

Lima, Noviembre 1S de 1879.—Trascríbase al Ministerio de Gobierno, a fin de que pida i trasmita los informes del caso, para comunicarlo a la Legación Británica, i contéstese. LARRABÜRE.

LEGACIÓN BRITÁNICA EN LIMA.

Lima, Noviembre 17 de 1879. Señor Ministro: He sido informado de que. el correo se niega a recibir las cartas que se dirijen a Chile. Esta negativa está causando graves inconvenientes i perjuicios al comercio neutral; me atrevería, pues, a rogar a V. S. pusiese este hecho en conocimiento del Gobierno, con el objeto de que se suspenda la orden de rechazar la correspondencia para los puertos al Sur de Iquique. Soi, etc. SPENSER ST. JOHN, Ministro Residente de S. M. B. Al señor don Rafael Velarde, Ministro de Relaciones Esterioros.

CLXVII. Apoya la reclamación de n e n r y Pender por pérdidas snfridas en los desórdenes del Callao c o n t r a los chilenos. LEGACIÓN BRITÁNICA EN LIMA.

Lima, Noviembre 19 de 1879. Señor Ministro: Tengo la honra de llamar la atención de V. S . hacia el hecho de que, el señor Henry Pender, subdito de la Gran Bretaña, residente en el Callao, ha sido robado durante los desórnes allí ocurridos el dia 7 del corriente mes. Como es regla establecida el que los individuos privados,, sean naturales o estranjeros, a quienes se roba algo en un m o tín, sean indemnizados por las autoridades de las pérdidas que hayan sufrido, no me detendré en este punto; el montante d e lo reclamado por el señor Pender es tan moderado, que no es probable sea exajerado, i por tanto pediría a V. S . se dignase hacer que este asunto fuese arreglado tan pronto como fuese posible. Debo, sin embargo, llamar la atención de V. S. hacia la conducta de la policía durante los desórdenes del 7, que fueron promovidos principalmente con el objeto de maltratar a unas cuantas mujeres chilenas indefensas. Si la policía hubiera obrado con un poco de enerjía, no habría ocurrido disturbio alguno, i, a la verdad, he oido decir de mui buena autoridad, que la policía prestó ayuda al populacho mas bien que a los atacados. Seria mui de sentir que los culpables, tanto hombres como mujeres, siendo bien conocidos, se librasen de un severo castigoEl dia 7 se alzó el grito contra todas las chilenas inclusas las casadas con estranjeros: otro dia se alza talvez contra los estranjeros mismos, produciendo consecuencias de mucho mas grave consideración. Está en los intereses del mismo Gobierno el que no se renueven tales escenas, i esto solo puede conseguirse castigando debidamente a'los culpables. Aceptad, señor Ministro, etc. SPENSER ST. JOHN, Ministro Residente de S. M. B_ Al señor don Rafael Velarde, Ministro de Relaciones Esteriores.

LEGACIÓN

BRITÁNICA EN LIMA.

Lima, Noviembre 25 de 1879. Señor Ministro: Tengo la honra de acusar a V. S. recibo de su comunicación fecha 21 del corriente, número 4 2 , relativa a las pérdidas sufridas por Henry Pender, durante los desórdenes ocurridos en el Callao el dia 7 del presente mes. Me limitaré por el momento a considerar el párrafo de dicha nota, que se refiere a las personas a quienes toca la responsabilidad de las pérdidas sufridas por Pender. Es de práctica universal entre las naciones que tienen Gobierno establecido, el que las autoridades públicas deben responder de la protección de las propiedades, sean de estranjeros, sean de n a turales del país; i que si estas propiedades sufren algún:


DOCUMENTOS

daño durante un motin, la pérdida debe ser resarcida por las autoridades. Sobre quien deba recaer en última instancia la responsabilidad, es un asunto que no incumbe averiguar a las legaciones estranjeras, las que solo pueden solicitar del Gobierno la reparación del daño. Este principio de responsabilidad ha sido reconocido en repetidas ocasiones por el mismo Gobierno peruano, particularmente en los desórdenes ocurridos en el Callao el año de 1 8 6 7 . Aceptad, señor Ministro, las seguridades, etc. SPENSER

ST.

JOHN,

Ministro Residente de S. M. B.

INÉDITOS.

7b

esta República, pues que habrán obrado en uso de su estricto i legal derecho. He creído llamar vuestra atención hacia este asunto para impedir la posibilidad de alguna mala intelijencia en lo futuro. Séame también permitido notar, que la interrupción total del comercio directo entre el Callao i los puertos de Pisagua e Iquique, será sumamente ruinosa al comercio peruano, porque pondrá en manos de chilenos el suministrar al importante departamento de Tarapaeá los artículos que necesita para su consumo. Aceptad, señor Ministro, etc. S P E N S E R ST.

Al seüor don Rafael Velarde, Ministro de Relaciones Esteriores. Al señor Ministro de Relaciones Esteriores.

CLXVIII. S e p o n e d e a c u e r d o c o n el G o b i e r n o p e r u a n o p a r a llevar a c a b o el c a n j e d e prisioneros e n t r e los b e ligerantes. LEGACIÓN

BRITÁNICA

EN

LIMA.

Lima, Noviembre SI de 1879. Señor Ministro: Respecto al canje de prisioneros acordado por el antecesor de V. S. i yo, insinué a V. S. que los prisioneros chilenos de rango equivalente al de los peruanos i bolivianos que en igual condición se encuentran actualmente en Chile, pueden ser enviados a Arica, de manera que lleguen allí el 2 0 del presente. Si esto se arregla antes de mañana por la tarde, telegrafiaré al Ministro de S. M. en Santiago, aprovechando del vapor que partió el sábado último, para que informe al Gobierno chileno de este arreglo i solicite que los peruanos que se encuentren en su poder sean remitidos a Arica, de modo que puedan encontrarse allí en la misma fecha mas o menos. El canje se verificará a bordo de uno de los buques de guerra de S. M. Acepte el señor Ministro las seguridades de mi mas alta consideración. SPENSER

ST.

JOHN,

Ministro Residente de S. M. B. Al señor don Rafael Velarde, Ministro de Relaciones Esteriores.

Lima, Noviembre 3 de 1879.—Contéstese en los términos acordados, con remisión de las listas respectivas. Pecho.

CLXIX. L l a m a la atención del Gobierno sobre la irregularidad del decreto de fecha 6 de Diciembre relativo a la provincia de Tarapaeá.

CLXX. Acompañando copias de decretos sobre interdicción c o m e r c i a l c o n Chile, i n d i c a s e r ilegales p o r o p o nerse a tratados vijentes. LEGACIÓN

BRITÁNICA EN

LIMA.

Lima, Diciembre 16 de 1879. Señor Ministro: Tengo la honra de llamar la atención de V. S. hacia los documentos que adjunto, según los cuales las autoridades del Callao insisten en que debe darse estricta ejecución al decreto de 1. de Noviembre, que establece la interdicción mercantil con la República de Chile. Varias veces he llamado la atención del Gobierno peruano hacia el hecho de que ese decreto de Noviembre 1. ° es contrario a las estipulaciones de los tratados que el Perú tiene celebrados con algunos Estados, i por consiguiente ilegal. Si V. S. tuviere a bien examinar el artículo 1 8 del Tratado de Setiembre de 1 8 7 0 , celebrado con los Estados Unidos i el firmado con Italia en 1 8 7 4 , veria V. S. que el Perú ha contraido el compromiso solemne de no poner obstáculos al comercio neutral, aun cuando se encuentre en estado guerra. Según las estipulaciones de esos Tratados, el Gobierno del Perú no tiene derecho de impedir el comercio neutral entre Chile i esta República; i haber intentado la Aduana i las autoridades marítimas del Callao poner obstáculos a los vapores pertenecientes a la Compañía de Navegación por Vapor en el Pacífico, es contrario a los privilejios de que, en virtud de Tratados, gozan los subditos de la Gran Bretaña. Rogaría, por tanto, a V. S. que hiciese dictar las órdenes necesarias para poner término a la constante oposición de las autoridades locales del Callao al comercio legal de los subditos de S. M. B., i asimismo impedir su intervención ilegal en los asuntos de la Compañía de Navegación por Vapor en el Pacífico. Acepte, etc. c

S P E N S E R ST. LEGACIÓN BRITÁNICA

JOHN,

Ministro Residente de S M. W

KN

JOHN,

LIMA.

Ministro Residente de S. M. B.

Lima, Diciembre 16 de 1879. Señor Ministro: Deseo llamar la atención de V. S. sobre el derceto de 6 del corriente relativo a la provincia de Tarapaeá. Por su artículo 1. ° se establece que el puerto de Iquique queda cerrado al comercio. Sobre este punto juzgo necesario indicar que dicha prohibición solo puede referirse en la práctica a los ciudadanos peruanos, puesto que las autoridades al presente establecidas en aquella ciudad, declaran el puerto abierto al comercio, los neutrales irán indudablemente a comerciar allí, a no ser que se los impida un bloqueo efectivo. Los artículos 2. ° i 4. ° son incompatibles con los derechos de los neutrales, a menos que se intente aplicarlos únicamente a los cuidados peruanos. Es imposible poner en ejecución una disposición que ordena permanecer ociosos por todo el tiempo de la guerra a los propietarios neutrales de oficinas salitreras, pues que ellos tienen hoi tan perfecto derecho para continuar poseyendo legalmente i manufacturar i esportar cualquier producto, como tenían antes de comenzar la guerra. Haciéndolo así, no incurrirán en ninguna multa, ni quedarán sujetos a otra pena alguna para el tiempo en que vuelva la provincia a estar bajo la autoridad de

Al señor don Adolfo Qniroga, Ministro de Relaciomes Esteriores.

Lima, Diciembre 1 9 de 1879.—Dígasele que el asunto de que se ocupa se discute actualmente en Consejo de Ministros i que se le contestará tan luego como se adopte una resolución definitiva sobre el particular. LARRABURE.

CAPITANÍA

DEL

PUERTO.

Callao, Diciembre 12 de 1879. Señor Ájente de la Compañía Inglesa de Vapores: El señor contra-almirante, Comandante Jeneral de Marina, en nota de la fecha me dice lo siguiente: "Habiendo llegado a este puerto el dia de ayer el vapor Lontué, procedente del de Valparaiso e intermedios en oposición a lo dispuesto por el Supremo decreto de 8 de Noviembre próximo pasado, prevengo a Ud. que en lo sucesivo debe cumplirse estrictamente la absoluta interdicción comercial entre la República del Perú i la de Chile, mientras dure la actual guer-


GUERRA DEL PACIFICO

76

ra, quedando prohibido tocar en puerto alguno del Litoral de la República a todo buque o embarcación de vapor o vela que proceda de alguno o de algunos de los puertos de Chile o S o livia o de los del Perú ocupados por los enemigos. En cuanto al cumplimiento del artículo 3. ° del citado decreto, espero que cuidará Ud. de impedir que los vapores o buques de cualquiera clase que hacen el tráfico en las costas del Perú, tengan a bordo individuos de nacionalidad chilena, por cuyo hecho quedan cerrados para esas naves todos los puertos del Sur de la República. Dando Ud. exacto cumplimiento al tenor de este oficio, cuidará de trasmitirlo a la Compañía de Vapores del Pacífico i demás personas a quienes corresponda, a fin de que en ningún caso aleguen ignorancia."

SECRETARÍA DE GUERRA.

Lima, Diciembre 29 de 1879. Tengo el honor de remitir a V. S., para su conocimiento i fines a que haya lugar, las comunicaciones adjuntas del señor Jeneral en Jefe del primer ejército del Sur, respecto del incidente ocurrido con el vapor Bolivia, el cual abandonó el fondeadero de Arica sin el permiso respectivo i en virtud de una orden del comandante de la corbeta Thétis. Dios guarde a V. S MIGUEL IGLESIAS. Al señor Secretario de Estado en el despacho de Relaciones Esteriores i Culto.

Lo ¡pie comunico a Ud. para su debida intelijencia. Dios guarde a Ud. (Firmado.)—GASPAR ZELAYA.

JEFE SUPERIOR, POLÍTICO I MILITAR DE LOS DEPARTAMENTOS DEL SUR DE LA REPÚBLICA.

Arica,

DIRECCIÓN DE ENTRADA.

Callao, diciembre

11 de 1879.

Señor Ájente de la Compañía Inglesa de Vapores en este Puerto: Según la lei de 1. ° del mes próximo pasado i oficio de la Dirección de Administración de l t del misino, los buques o vapores que vengan de los puertos de Chile vencido el término de la distancia, quedan comprendidos en la interdicción comercial a que se refiere la lei citada. En conformidael con ella i en mérito de las instrucciones dadas al Resguardo, ha sido notificado el capitán del vapor Lontué, por medio del teniente de mar don .1. B. Zavala, para que se abstenga de toda operación de carga o descarga en el referido buque. En consecuencia, dicha nave debe zarpar inmediatamente del puerto, so pena ele las multas que pudieren imponérseles por haber infrinjido la lei mencionada. En esta virtud me dirijo a Ud. para que se sirva tomar las medidas convenientes, a fin de evitar ese caso estremo.

Diciembre

19 de 1879.

Señor Ministro: En consonancia con mi oficio número 88, fechado el 17 del presente, me es grato adjuntar a V. S. copias de las notas cambiadas entre esta jefatura superior i el comandante de la estación naval de S. M. B. en Arica. V. S., penetrado de la naturaleza de ambos documentos, se servirá adoptar las medidas que crea necesarias sobre esta cuestión, que, dándola por terminada en la esfera de acción de mi autorielad, toca ya al Supremo Gobierno resolverla como mas convenga a los intereses del país. Dios guarde a V. S. L.

MONTERO.

Al señor Ministro de Estado en el despacho de (xuerra i Marina.

Lima, Diciembre 2 9 de 1 8 7 9 . — C o n la nota respectiva, remítase a la secretaría de Relaciones Esteriores i contéstese. Fecho.

Dios guarde a Ud. (Firmado.)—NICOLÁS CHIÜLIZA.

JEFE SUPERIOR, POLÍTICO I MILITAR DE LOS DEPARTAMENTOS DEL SUR DE LA REPÚBLICA.

CLXXL

Arica,

Afirma no ser exacto qnc bnqnes de g n c r r a ingleses h a y a n sostenido el bloqneo de Arica. LEGACIÓN BRITÁNICA EN LIMA.

Lima, Diciembre 29 de 1879, Señor: Tengo la honra de llamar la atención de V. S. hacia un hecho ocurrido en Arica, que ha dado lugar a varias apreciaciones i comentarios erróneos. Se ha asegurado, que al llegar a Arica el dia 1 7 del corriente el vapor ingles Bolivia, se le ordenó salir inmediatamente por el jefe ele las fuerzas navales de S. M. B. anclado en aquel puerto. Refiriéndome el comandante del vapor Thétis de la marina real del señor Sthephens, puedo asegurar a V. S. que el capitán del Bolivia obró bajo su propia responsabilidad, tanto al entrar corno al salir del puerto de Arica, i que los oficiales de S. M. B. no tuvieron en ello la mas pequeña intervención. La única esplicacion que puede darse de la conducta del capitán del Bolivia es que él se alarmó al aparecer la división bloqueadora, i se apresuró a salir del puerto, sin esperar sus papeles, ni las comunicaciones del Cónsul Británico, o del jefe de marina mas antiguo. Si por acaso V. S. no posee copias de la correspondencia cambiada sobre este asunto entre el jeneral Montero i el comandante de la Thétis señor Sthephens, incluyó un BOLKTIN DE LA GUERRA de Arica, en que se halla impresa. Aceptad, señor, etc. SPENSER ST.

17 de 1879.

Esta jefatura superior ha sido informada de que el vapor Bolivia, que ingresó libremente a este puerto en la mañana de hoi, dejó su fondeadero sin previo permiso de la autoridad marítima, i ha emprendido su viaje a los puertos del Norte, en virtud de la orden o notificación espresa que recibiese del c o mandante de la corbeta Thétis. Sin entrar por ahora en el examen de los actos infractorios del reglamento marítimo de la República, consumados por el capitán del Bolivia, i dejando para el juzgamiento oficial que se ha mandatio iniciar en la fecha las apreciaciones del incidente de que hago a V.S. mención; desearía que en homenaje a los respetos que la Gran Bretaña acostumbra rendir a la justicia i al derecho de los Estados con quienes se encuentra en las mas cordiales relaciones de amistad, se sirva V. S. decirme en contestación si el vapor Bolivia de la Compañía Inglesa ha dejado violentamente este puerto en virtud de órdenes que hubiese recibido de alguno de los jefes de la marina de guerra de S. M . B., o pura i simplemente lo ha hecho bajo su propia responsabilidad. Con sentimientos de la mas alta consideración i particular estima, tengo el honor de suscribirme su mui atento i seguro servidor. L.

MONTERO.

Al Jefe Superior de las Fuerzas Navales de S. M. B. residentes en Arica.

BUQUE DE S. M. B.

JOHN,

Ministro Residente de S. M. 1!. Al señor don Pedro José Calderón, Secretario de Relaciones Esteriores.

Diciembre

Señor:

Arica,

"THÉTIS."

Diciembre 18 de 1879

Señor:

En respuesta a su comunicación fecha de ayer, en que me Lima, Diciembre 30 de 1870.—Publíquese en el diario ofi- ' pide le informe si el vapor Bolivia dejó este puerto por la cial con el anexo de su referencia. | fuerza, en virtud de órdenes mias, o si dicho vapor lo hizo bajo LARRABURE. ¡ su propia responsabilidad, me permito informar a V. S. que yo


•DOCUMENTOS INÉDITOS.

de ningún modo intervine en los movimientos del espresado buque. Tengo el honor de ser, señor, su obediente servidor. (Firmado.)—V. W .

STEPHENS,

Comandante i Jefe de los buques de S. M. B. en Arica, Al señor Jefe Político i Militar de los departamentos del Sur de la República.

CLXXII. C o n t n n i c a sil G o b i e r n o d e l P e r a l a p r o p o s i c i ó n h e c h a p o r Chile p a r a q u e los heridos d e g r a v e d a d sean conducidos a u n puerto peruano. LEGACIÓN BRITÁNICA EN LIMA.

Lima, Diciembre 20 de 1879.

Señor Ministro: He tenido la honra de comunicar al Gobierno peruano la proposición hecha por el de Chile, por conducto del señor Packenham, relativa a que los individuos del ejército peruano que se hallen heridos de tanta gravedad, que su curación esté fuera del alcance de los recursos ordinarios de la cirujía, sean conducidos a algún puerto peruano conveniente, después de haber recibido socorros i asistencia temporal, i que el buque que los conduzca i su contenido esté bajo la protección de la Cruz Roja, mientras se ocupen en esta obra humanitaria i caritativa. Entiendo que el Gobierno peruano acepta esta proposición, i en consecuencia aguardo solo una respuesta a esta nota, para poner en conocimiento de Mr. Packenham este resultado satisfactorio, a fin de que lo trasmita al Gobierno de Chile. Aceptad, señor Ministro, etc. (Firmado.)—SPENSER S. JOHN, Ministro Residente de S. M. B. Al señor don Adolfo Quiroga, Ministro de Relaciones Esteriores ad-interim.

I. Importante correspondencia del Ministro de la Guerra dirijida al señor Sotomayor, Jefe del Ejercito de Operaciones e n el Litoral d e Bolivia, al principio d e la ocupación d e Antofag.ista. MINISTERIO DE GUERRA.

Valparaiso,

Febrero 15 de 1879.

Estimado Emilio: Lleno de interés espero el vapor de mañana que me traerá noticias tuyas. Supongo que en la madrugada de ayer habrás dado principio a las operaciones militares ocupando a Antofagasta, talvez con alguna resistencia i probablemente presenciando actos de depredación que habrán cometido en su retirada las fuerzas bolivianas. Aquí he sabido que el prefecto ha escrito que defenderá su puerto como uu soldado valiente i que no lo abandonará sin el sacrificio de su vida. Esto, aunque honroso para un soldado, seria una temeridad imprudente, si es que no cuenta con algunos medios de resistencia. Si la población chilena no se ha puesto de pié para impedir la destrucción i el incendio de las propiedades antes de que hubiesen desembarcado fuerzas, cuento con que los males orijinados basta la fecha sean de consideración. El coronel boliviano Granier avisó el domingo !) por un telegrama tu salida de Valparaiso i la orden de ocupación de (1) Estos documentos lian sido tomados del archivo del Ministerio de la Guerra.

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ese Litoral, así es que el Gobierno boliviano está a la fecha en posesión de lo que pasa en Antofagasta, i en consecuencia, tomará activas medidas para aprestarse a la guerra i recuperar esas posesiones. Es de suponer que mas tarde el Perú será un ausiliar de Bolivia. Hoi está neutral, i el jeneral Prado manifiesta la intención de continuar en el mismo estado; pero la mala voluntad que tiene aquel país para con Chile hará que al fin no pueda resistir a la opinion pública. En prevision de lo que pueda ocurrir con el Perú, alisto toda la escuadra para ponerla en pié de guerra. He ordenado el regreso de las corbetas Chacabuco i Magallanes, construyéndose al mismo tiempo nuevos calderos para la O Higgins. Los almacenes de guerra de la armada se proveen igualmente de los repuestos necesarios para reemplazar los consumos que puedan ocurrir. Espero tus comunicaciones para disponer la marcha del 2.° de línea i de una compañía del rejimiento de Cazadores que, junto con 5 0 0 fusiles mas del sistema Comblain i 2 0 0 tiros para cada uno, están listos para ser embarcados, con los albardones, caramayolas, carpas, medicinas, todo lo necesario para un hospital con 6 0 camas, herramientas, fondos para rancho de tropa i diversos artículos mas de que se dará aviso oportunamente. La tropa esperará segunda orden para marchar; pero los artículos que te anuncio los trasportará directamente el vapor Tolten, (pie saldrá para Antofagasta el limes o martes 18, remolcando al Valdivia que lo destino para pontón en aquel puerto, a fin de que tengas un almacén de depósito de donde tomar lo que pueda necesitarse. El Valdivia llevará también parte de los postes i alambres para la línea telegráfica que debe comunicar esas posesiones en la línea de Caldera. Esta operación trataré de hacerla simultáneamente de Norte a Sur en todas las caletas o puntos donde pueda desembarcarse material. Si es posible, en un mes o mes i medio espero que nos podremos comunicar directamente. El vapor Tolten lo destino por ahora para aviso entre Antofagasta i Caldera, pero si no lo necesitas con nrjencia en esa costa, me lo avisarás para destinarlo al servicio del telégrafo, porque no tengo otro buque apropósito de que disponer i me veria obligado a fletar uno. En este vapor mando para que se pongan bajo tus órdenes a los injenieros comandante Walton i mayor Ansietà, para que sin pérdida de tiempo los ocupes en el reconocimiento del campo de tus operaciones, levanten planos, fijen los puntos estratéjicos para una defensa, precisen las distancias de las poblaciones o arribadas por donde puedan traficar .fuerzas bolivianas para amagar tus posesiones; apreciar la importancia de los recursos con que puede contar una fuerza espedicionaria i estudiar, en fin, todos aquellos puntos de que debes tener c o nocimiento preciso a fin de apreciar los medios de resistencia, defensa i rechazo que debas emplear. Como por el momento no te puedo crear un Estado Mayor, los jefes mencionados pueden desempeñar transitoriamente este cargo i también el concerniente a las fortificaciones que crean necesario establecer en cualquier punto. Aunque no tengo todavía un conocimiento cabal de ese territorio, creo que la posesión principal que deben ocupar tus fuerzas es en Salinas, término del ferrocarril; así puedes prestar un apoyo mas inmediato a Caracoles i vijilar las pequeñas posesiones o poblaciones que hai sobre el Loa, con las de Galanía, Atacama, Chinchín, etc. En Antofagasta debes construir o fortificar una posesión que ponga a cubierto de cualquier sorpresa la guarnición, almacenes, hospital, etc., i que puedan en cualquier caso los fuegos del fuerte apoyar un embarque o desembarque de fuerzas. ínterin se construye el telégrafo, establece uno de señales que te pueda comunicar desde las mayores alturas las ocurrencias principales. Trata de organizar pronto tus batallones, uno de artillería en Antofagasta i dos de infantería entre Salinas i Caracoles; no conozco la población de Mejillones, pero si hai fuerzas suficientes organiza igualmente una compañía o brigada. En una palabra, obliga a los hombres a reconocer cuerpo i a manejar un fusil de modo de contar con una buena base para la defensa de ese territorio. Aprovecha el entusiasmo del momento para que la jente se decida a ser soldado. He mandado construir kepis de lona con una vuelta hacia atrás para protejer la espalda. Pronto saldrán para esa el comandante don Bernardo G u -


78

G U E R R A i)EL PACIFICO.

tierrez V. i el mayor don Waldo Diaz para que tomen el mando de aquellos cuerpos, i seguriré mandándote mas jetes i oficiales a.-í que me los pidas. El capitán Garfias I. saldrá en el Tolten a cargo de todos los artículos que te tengo enumerados, i puedes dejarlo intertanto bajo tu responsabilidad, mientras se organiza la Comisaría de ejército i marina, para cuyas funciones se nombrará al comisario jeneral de la armada don Nicolás Redóles, que saldrá en el próximo vapor acompañado de otros empleados ma3. El compañero Blest Gana mandará también un juez letrado i dos escribanos. Si tú necesitas algún secretario particular además de los dos hermanos Dnblé, puedes indicarlo. Procura tener ajentes secretos en el interior, que te den conocimiento de cualquier movimiento de fuerza. Si necesitas cañones de sitio i plaza para artillar i fortificar algún punto, pídeme los necesarios. Dame noticia del precio de los víveres i del forraje en ese punto, i si hai abundancia. Necesito este dato para atender a la provisión de tus fuerzas. Tal vez la Compañía del Ferrocarril, interesada en dar facilidades al Gobierno, pudiera encargarse de suministrar todos los artículos, incluso el carbón para la escuadra, a bajo precio. Estudia este punto (pie es de mucha importancia para la economía (pie debemos emplear en todos los gastos que hayan de hacerse. Indícame la fuerza de infantería i de caballería que conceptúes indispensable para la defensa de ese territorio independiente de la Guardia Nacional. Deseo también conocer si el 2.° de línea, Artillería de Marina i la compañía de Cazadores, que es la fuerza preparada por ahora para ese Litoral, podría fácilmente aumentarse con los peones chilenos que podrían alistarse en los cuerpos veteranos, o bien si crees que seria necesario hacer enganchamiento por acá. Y o permaneceré en este lugar hasta dejar en marcha todos los pedidos que me hagas i los que te anuncio. Deseándote el mejor éxito en tu comisión, me repito como siempre tu afectísimo. C.

SAAVEDRA.

ción mas regular i que, en caso de una invasión enemiga, puedan hacer fuego en dispersión por las quebradas, serranías i pasos difíciles que acaso se presente en la marcha que pudieran hacer tropas enemigas, dejando la tropa de línea i Guardia Nacional organizada para los ataques mas serios. Junto con ésta, o antes talvez, te llegará todo el material para el telégrafo entre Salinas i Caracoles. Las máquinas i empleados irán poco después. Al capitán Moscoso de la Artillería de Marina voi a dar este trabajo, pues está al corriente de él. Hago empeño por arreglar con la compañía del cable, establezca un ramal a Antofagasta, si no lo consigo lo haré por tierra en el término de dos meses. Oficialmente te doi cuenta del número de pertrechos de guerra que lleva el Tolten. Con lo remitido antes i ahora tendrás: 1,000 fusiles Comblain para los cívicos. 4 0 0 , 0 0 0 tiros a bala para estos fusiles, i no recuerdo el número para carabina Winchester. Para artillería, tú llevaste en la O'IIiggíns. Van también: 60 camas para hospitales, medicinas, útiles, boticario, i luego irá un doctor, intertanto servirán los de los buques. 12 o 15 telones para carpas. Fondos para rancho de la tropa, etc. Estoi al concluir un arreglo con la Compañía Salitrera para que proporcione los víveres i carbou a tu división a los precios de facturas. Todo lo que necesites, puedes, desde luego, pedir a esa casa i que te lleven una cuenta corriente. Te incluyo una copia del importe de las raciones en Valparaíso. Arregla el rancho de la tropa i de los oficiales del modo que sea mas económico. Dale el rancho de fréjoles, i cada uno o dos días, carne. En cuanto a los oficiales, dales de la provisión los artículos de consumo, o bien un equivalente en dinero, como lo creas mejor. Esto será solo por poco tiempo inter se arreglan las cosas de otro modo, que te avisaré oportunamente. Vengo de a bordo de embarcar al 2. ° i el pueblo está entusiasmado: voi a aprovechar esta circunstancia para conseguir voluntarios i completar al 3. con los 2 0 0 hombres que te señalo a los cuerpos del ejército de aumento, es decir, que los batallones tendrán seiscientas plazas, en lugar del número que al principio de este anuncio. En el vapor del sábado 2 2 , irán los 100 hombres de policía i 100 de Cazadores; para la caballería de la 2 . no irán hasta el sábado subsiguiente. El Tolten llavará los 5 0 hombres de Artillería de Marina, pero no saldrá hasta mañana temprano. Tenemos noticia por el cable que la escitacion en el Perú es irresistible i se cree que Prado no podrá resistir a las exijencias del pueblo, que apoya a Bolivia, quien a la vez exije el cumplimiento del Tratado secreto, que celebraron con Pardo, de una alianza ofensiva i defensiva. Con este motivo previene que reforcemos las fuerzas en ese Litoral i que la escuadra esté sobre aviso. Con tal motivo, activa la organización de la Guardia Nacional, entusiasma al pueblo para la defensa del territorio i yo seguiré mandándote mas fuerzas. Es probable que el sábado salga el 3. ° i 4. ° de línea para reforzarte. Reúne toda la escuadra en Mejillones i que estén vijilando Cobija. No debes tener los buques separados. Luego se irá W i lliams a tomar el mando de la escuadra para obrar sobre la del Perú, si llega el caso. c

El vapor Tolten llevará los elementos para colocar la línea telegráfica entre Antofagasta i el Cobre. Por el cuadro que te copio a continuación te impondrás de los trabajos que deben ejecutarse para establecerla hasta Chañaral. H o i h e escrito al Intendente de Atacama pidiéndole los datos para proceder con toda actividad al trabajo.—C. SAAVEDRA.

MINISTERIO DE GUERRA.

Valparaíso,

Febrero

19 de

1879.

Señor don Emilio Sotomayor.—-Antofagasta. Te felicito por el buen principio de tu campaña, celebrando que la toma de posesión de ese Litoral no haya tenido mayores tropiezos. Como el Gobierno Boliviano hará grandes esfuerzos para recuperar esas posesiones, debes aprestarte para serias resistencias, i en consecuencia entusiasmar a la población chilena para que se presten gustosos a tomar las armas, ya como guardias nacionales, ya entrando a enrolarse en los cuerpos del ejército durante la campaña. Si crees preciso mandar aumentar dos compañías al 2. i Artillería de Marina, contando los 120 hombres que se les ha aumentado por decreto de estafecha, puedes hacerlo. Siendo así, puedes contar con 5 Compañías de Artillería de Marina con 130 c/u 5 „ del 2.° de línea „ 1 „ de Artillería de „ „ 1 „ de Cazadores „ 1 „ de Policía El total seria de

650 650 130 100 100 1,630 plazas.

Puedes igualmente elevara brigada la compañía de artillería independiente del rejimiento i al mando de Velazquez. Como no cuento con mucho armamento Comblain, debes destinar a los cívicos de esa, unos 6 0 0 para los que puedan prestar servicio mas inmediato, i te mandaré otros mil o dos mil de los que tuvo antes el ejército i que puedes repartir en los distintos grupos mineros que no se les pueda dar una organiza-

0 3

Talvez dejo muchas cosas por decirte, pero rodeado de atenciones no se me ocurren en este momento i despacho el vapor. Tratamos de reunir el Congreso en Marzo para que apruebe las medidas que tomamos i nos dé las autorizaciones necesarias. Espero que los señores Diputados no se remitirán a hacer política en situaciones tan serias. Los hermanos Dublé irán por el primer vapor. Domingo Toro H., que es un entusiasta muchacho, desea tomar algún cargo a tu lado, ya como militar cívico, secretario o subdelegado de Caracoles, si es que tienen alguna representación de importancia. Si tú crees capaz que te entusiasme al pueblo i le dirija a la pelea, puedes avisármelo, porque el mozo es de empresa i apropósito para una calaverada. Sigo preparando vestuario, armamento, caramayolas, morrales, forraje, etc.


DOCUMENTOS

Dispuesto como estoi a ayudarte en la tarea, pídeme lo que necesites, que pronto será despachado por tu afectísimo amigo. C. SAAVEDRA.

Valparaíso, Febrero 22 de 1S79. Mi querido Emilio: Aprovecho la oportunidad de la salida de un vapor especial para prevenirte que no es necesario que mandes uno de los buques a Blanco Encalada, como te lo prevenia en telegrama de ayer. La tropa irá en el vapor Santa Lucía mañana, en lugar de ser conducida por un vapor de la Compañía Inglesa, solo hasta este puerto. Van los Cazadores, cien hombres del 4.° i ciento veinte de policía. En el próximo vapor de la Compañía Sud-Americana, que saldrá de esta el martes próximo, irá todo el 3." Por tu carta que acabo de recibir quedo impuesto de que no ocurre novedad i que por ahora tienes suficientes fuerzas. Espero que no haya nada de particular hasta la llegada de la tropa que te anuncio. Por otra parte, caso de haberlo, el 2.°, que ya estará en esa, habrá llegado a tiempo. La Chacabuco está en Lota de regreso de Magallanes. Se alistan con toda actividad la Esmeralda i Covadonga. Espero mandarle también a la O'Higgíns la jente que le falta. En el Santa Lucía va pasto i cebada para dos meses de consumo de la caballada, que no irá como te lo previne hasta la próxima semana; intertanto puedes conseguir muías para el servicio de la caballería. Deseo que tengas pronto dos mil combatientes haciendo enganche para el completo de los cuerpos, tanto en esa como en estos lugares, lo que por aquí se hace con toda actividad. En este momento hablo con Lyon, Jerente de la Compañía Sud-Americana de Vapores, i me dice que el martes puede darme el vapor Límarí que trasportará todo el 3. i cien caballos, yendo directamente a Antofagasta, así es que el viernes tendrás reunido todo el completo de lo que te tengo anunciado. Si necesitas artillería de sitio i plaza i mayor número de la de montaña, avísamelo. He encargado a Goñi interinamente de la escuela militar i también he dado el decreto para que él perciba tus sueldos i los entregue a la Rosita. Si se te presenta la ocasión de emplear algunos oficiales retirados en puestos de guarda u otras comisiones, puedes avisármelo para darles ocupación. Tu carta del 18 i la que me acompañas de Daza las conservo en mi poder. Tu amigo. c

C . SAAVEDRA.

Valparaíso. Señor don E. Sotomayor.

Febrero 24 de 1S79.

INÉDITOS.

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de montaña i las que me pidas de sitio i plaza, aprovechando la ida de nuestros buques de guerra. Van 121 caballos para Cazadores, i en el Santa Lucía va forraje para mas de dos meses, debiendo en adelante la Compañía Salitrera proveer el talaje necesario. Nos ocupamos de arreglo con la Compañía del Cable para Comunicación directa con ese punto, si no arribamos a buen término iremos a la via terrestre. Como haz celebrado un contrato para establecer el telégrafo hasta Caracoles, debes reservar el material que te mandé con tal objeto a fin de aplicarlo al que debe comunicarnos con el Sur por la via terrestre. Y o me voi mañana a Santiago con el señor Presidente, i una vez que deje organizada la Guardia Nacional de toda la República, regresaré a éste en los primeros dias de Marzo para ir a pasar contigo una temporada, apreciando por tní mismo las tareas i necesidades del ejército de tu mando i de la armada para atenderlos debidamente. Por ahora se despide de tí tu mui afectísimo amigo C.

SAAVEDRA.

II. E ! Ministro de la G u e r r a en c a m p a ñ a trascribe dos n o t a s r e f e r e n t e s a la a d m i n i s t r a c i ó n de las renías nacionales de Bolivia i la ocupación de Cobija i Tocopilla.

Antofagasta,

Marzo 20 de 1S79.

Señor Ministro: En nota de esta fecha digo al Comandante Jeneral de la escuadra nacional, lo siguiente: " A las instrucciones que tengo dadas a V. S., debo agregar ahora lo siguiente: En orden a la Aduana i rentas nacionales de Bolivia, procurará V. S. que continúen administradas por los mismos funcionarios que actualmente las tienen a su cargo, sin otra condición que la de no hostilizar las fuerzas de su mando. Para ello, pasará V. S. al prefecto, i en su defecto a las autoridades respectivas, manifestándoles que el acto de llevar nuestras armas a ese territorio no tiene otro objeto que el de prevenir, en nuestra defensa i resguardo délos intereses chilenos, la amenaza que la aglomeración de fuerzas bolivianas entraña contra la pacífica ocupación por nuestra parte del grado 2 4 . Si las espresadas autoridades se negaren a continuar administrando dichas rentas, nombrará V. S. personas respetables, que haciéndose cargo de las oficinas bajo inventario, las administren por cuenta de la nación boliviana. Si en la ejecución de estas instrucciones encontrare V. S. dificultades graves, procederá de la manera que le recomiendo i la prudencia de V. S. le aconseje, conformándose siempre en lo posible al espíritu que domine en ellas." Lo que trascribo a V. S. para su conocimiento i efectos que haya lugar. Dios guarde a V. S.

Querido Emilio: Te mando el 3.° completo i a mas un buen número de reclutas para que poco a poco completen los cuerpos su dotación. Ayer te llevó el Santa Lucía 3 2 3 hombres fuera de 12 ofiCORNELIO SAAVEDRA. Al sefior Ministro de Guerra. ciales i 88 mujeres, i a mas un empleado para el trabajo de la línea telegráfica que contrató en ésta el capitán Moscoso. El 3.° lleva un equipaje monstruoso, que solo he sabido a úlA ntofagasia, Marzo 20 de 1879. tima hora, pues de otro modo no lo habría permitido. El comandante Castro cree tener vestuario hasta completar 1,000 Señor Ministro. hombres; esto servirá para las fuerzas que organices i que no Con esta fecha digo al Comandante en Jefe de la escuadra lo tengan. nacional, lo que sigue: Aquí hago construir 2,000 blusas i 2,000 kepis de lona para "Siendo necesario protejer las personas e intereses de los que uniformes la Guardia Nacional. También se construyen chilenos residentes en el Litoral boliviano, a consecuencia de camisas i zapatos. lo dispuesto a este respecto por el Gobierno de esa nación en los He contratado al artificiero Carlos Armand, con un sueldo de decretos de 26 de Febrero i 1. ° de Marzo del corriente año, 70 pesos para que cuide el ramo de su competencia i examine i exijiendo también la seguridad de nuestro ejército del Norte con prolijidad las municiones que te he remitido: temo algún el impedir la aglomeración de fuerzas i de recursos con que descuido en su confección i que no estén bien calibradas. Tam- aquel Gobierno se procura hostilizar nuestras fuerzas, he disbién lo ocuparás en la confección de voladores de señales, para puesto que V. S. tome posesión de las poblaciones de Cobija i lo que lleva todos los útiles necesarios, i también para el de Tocopilla, estableciendo en ellas, mientras dure el estado acmuniciones. tual de cosas, todas aquellas medidas que conceptúe necesarias La Chacabuco viene entrando i luego que se repare de las para el fin indicado. faltas que tenga saldrá pronto con la Esmeralda a aumentar También prevengo a V. S. que con el mismo objeto se ha la estación naval de ese Litoral. trasladado a Caracoles el Comandante en Jefe de este ejército, Dime si necesitas mas artillería para mandarte mas piezas el que con fuerzas suficientes partirá mañana 2 1 a esplorar las


GUERRA

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DEL PACIFICO.

márjenes del Loa i poblaciones bolivianas situadas a sus inmediaciones; así es que V. S . puede conocer desde Tocopilla la situación que ocupa el mencionado Comandante en Jefe, quien está igualmente prevenido del movimiento de la escuadra i de las fuerzas puestas a las órdenes de V. S . " Lo trascribo a V, 8. para su conocimiento i demás fines. Dios guarde a V. S. CoRNELIO S A A V E D R A .

gares donde pudieran ser perseguidos. A estos inconvenientes se agregaba que se fraccionaba el ejército, dividiéndolo en porciones que le quitarían toda la respetabilidad que tenia en su conjunto. Apreciados así estos dos puntos previos, el señor Ministro dijo entonces que, reconocida la conveniencia de espedicionar con el ejército, sometía a examen i madura deliberación estos otros tres puntos, cuya gravedad no podia ocultarse: 1. ¿Deberá espedicionar el ejército sobre Tarapacá, de manera de hacernos dueños de todo el departamento, i, derrotado el ejército peruano, esperar allí al ejército boliviano, si quisiese buscar al nuestro? 2. ° ¿Deberá espedicionarse sobre el departamento de Moquegua, para llegar a Tacna i batir allí al ejército boliviano, puesto que no seria posible desembarcar en Arica ni en otra caleta próxima, que pudiera ofrecer comodidades i recursos a nuestro ejército? 3 . ° ¿Deberá espedicionarse sobre Lima, de modo que nos fuese posible apoderarnos del Callao, destruir sus fortificaciones i sus buques, si ellos se encuentran en la bahía? Permitiéndome, agregó, esponer mis ideas sobre el particular, voi a considerar cada uno de los puntos enunciados. Prefiero la espedicion a Tarapacá, sobre cualquiera otra, por razones de evidente conveniencia. La ocupación de Tarapacá nos permite espedicionar con mayores facilidades, puesto que nos encontramos a corta distancia de este departamento. El movimiento del ejército i el trasporte de los recursos necesarios se hará con mayor comodidad, siendo que la misma división de la escuadra que bloquea a Iquique puede protejer el movimiento, permaneciendo la otra en Arica o el Callao, o donde la combinación del plan lo haga necesario.. Para marchar a Tarapacá no se há menester de toda la escuadra. En este departamento está el grueso i lo mas selecto del ejército peruano; ejército que, vencido, deja al Perú, si no rendido, en condiciones muí desventajosas, que le obligarían probablemente a buscar la paz, i que producirían quizá un cambio en el Gobierno peruano, lo cual removería dificultades, desde que ese Gobierno no se creería ligado a las declaraciones o compromisos del actual. La posesión de Tarapacá nos haría dueños de las propiedades fiscales que hai en ese lugar i nos permitiría aprovechar los guanos i salitres, descargando de esta manera a Chile de una considerable parte de los gastos que hace hoi día, i alimentaria el espíritu laborioso de nuestra jente, que tiene deseos de recuperar la fortuna i el hogar de que ha sido despojada. La derrota del ejército peruano, independientemente de la influencia moral que ejercería sobre el ejército boliviano i de la mayor confianza que inspirarla al nuestro, podría, quizá, dar ocasión a Bolivia para acercarse a Chile por medio de un arreglo. No podría ocultársele que, perdida esta oportunidad, tendría que renunciar para siempre al anhelo de tener a Arica como puerto boliviano. Si aun esto no sucediese i el ejército boliviano avanzase, para unirse con el peruano o para combatir al nuestro aisladamente, es innegable que nuestra posición seria superior en este último caso, puesto que escogeríamos el lugar del combate, privaríamos de recursos al enemigo i nos presentaríamos superiores por nuestra caballería i artillería, quedándonos franca la retirada para Iquique, donde nuestra escuadra protejeria nuestro embarco =

Al señor Ministro de Guerra.

III. J u n t a en A n t o f a g a s t a , e n 8 S d e J u n i o d e 187i>: planes de operaciones.

En Antofagasta, a veintiocho dias del mes de Junio de mil ochocientos setenta i nueve, se reunieron en la sala de la Gobernación, a las 8 P. M., el Jeneral en Jefe, don Justo Arteaga; el Ministro de Relaciones Esteriores, don Domingo Santa María; el Asesor de la Escuadra, don Rafael Sotomayor; el Auditor de Guerra, don José Alfonso; i el Secretario Jeneral del ejército, don José Francisco Vergara. El señor Ministro espuso: que habia provocado la presento reunión con el objeto de deliberar en común acerca de lo que debia hacerse en las presentes circunstancias, a fin de acelerar la guerra en que estaba comprometida la República, dados los elementos con que se contaba, cuales eran el ejército del Norte i la escuadra. Que se podia eliminar toda consideración sobre esta última, pues era evidente que sus operaciones habrian de subordinarse a las del ejército, según fuese la campaña en (pie éste se comprometiese, i que mientras se preparase i organizase, hostilizaría con una parte de sus buques a la escuadra peruana i recorrería la costa desde Iquique basta el Callao. Lo esencial era discurrir i fijar un plan sobre las operaciones del ejército. Pero antes de tocar esta materia, quería que quedasen resueltos estos dos puntos previos: 1.° ¿Debe espedicionar el ejército sobre el territorio peruano, o convendrá mantenerlo pasivo en Antofagasta hasta tanto fuere aquí mismo atacado, puesto que la inactividad de los ejércitos boliviano i peruano no puede menos de ser embarazosa para uno como para otro, desde ij ue el boliviano en Tacna es una carga para el Perú i un motivo de odiosos recelos, i el peruano en Iquique corre el riesgo de verse privado de víveres i estrechado por el hambre? 2. Fuese que se considerase preferible la inactividad o que se adoptase un plan espedicionario, ¿no seria oportuno emprender espediciones parciales, de mil hombres, mas o menos, i atacar con ellas algunos puntos, como Pisagua u otros lugares parecidos, de manera que, derrotadas allí las fuerzas enemigas, nuestra división se embarcase i emprendiese otra operación semejante? Respecto al primer punto, fue unánime la opinión de que, cualquiera que fueran las ventajas de una situación espectante i meramente defensiva, mayores serian los inconvenientes que nos rodearían, en cuanto nuestro ejército se desmoralizaría con el reposo a que se le condenaba i se enfriaría el entusiasmo de que estaba dominado. Que, compuesto en su parte principal de jente que no hacia de la milicia una carrera, comenzaría a aparecer el aburrimiento i hasta el desaliento, desde que viera frustrados sus propósitos i deseos. En comprobante de esto, se dijo que ya no eran raras las deserciones. El soldado ocioso, se enervaría i corrompería. De consiguiente, debia espedicionarse. Solo un ejército mucho mas reducido podría mantenerse, sin mayores dificultades, en las condiciones en que hoi se encontraba el nuestro. Por lo que toca al segundo punto, fué también unánime la opinión de que las espediciones parciales no tenían objeto caliücado, desde que no darían un provecho reconocido. La derrota de una pequeña división enemiga no desconcertaba ni desarmaba al Perú, i si esas operaciones podían emprenderse en algún punto conocido, como Pisagua, no podrían llevarse a efecto en otros, donde no se presentaban cómodos desembarcaderos, listas espediciones harían necesarios el servicio de dos trasportes, por lo menos, por la necesidad de conducir, junto con la tropa, víveres i hasta agua, i obligaría, además, a marchar custodiados por una parte de la escuadra, inmovilizándola de esta manera i embarazándola para batir a los buques peruanos, si ellos se presentaban en las inmediaciones o en lu-

Cuestión de serio estudio será averiguar por dónde habría de desembarcar nuestro ejército. Según unos, i especialmente según una esposicion muí interesante de don Demonio Herrera (esposicion que fué leída), el desembarco habría de hacerse por el Sur,- para marchar así por puntos socorridos i llegar hasta la Noria, campamento principal del ejército enemigo. Según otros, debe efectuarse por el Norte, Junin o Pisagua, atravesar lá primera cadena de cerros, llegar a la pampa i caminar aceleradamente hacia la Noria, para impedir en cuanto sea dable la conjunción del ejército peruano, que ocupa, a lo que se dice, un radio de treinta leguas. Las marchas deberían, en tal caso, ser lijeras, a fin de no dar lugar a que el ejército boliviano de Tacna se mueva, i avance a unirse con el peruano. La espedicion sobre Iquique debe emprenderse simulando un desembarco cerca de Arica, para que se crea que buscamo al ejército boliviano i le impidamos por este medio caminar sobre Iquique, i efectuando otro sobre este punto, para posesionarnos del pueblo i contener la división del Alto del Molle; división que, si desciende, pierde la importancia de sus fortificaciones i


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•es perdida; i si se replega a la Noria para formar todo un cuerpo, nos franquea el camino del Molle i nos permite atacar la Noria por dos partes. La división con que debemos atacar a Iquique no debe esce-der de mil hombres, mas o menos. Aun derrotada que fuese, la división peruana del Molle, que sería la vencedora, tendría que rendirse a los fuegos de nuestra escuadra, puesto que no podría volver atrás, desde que tropezaría con todo el grueso del ejército chileno. La espedicion sobre Iquique supone también: 1 . ° Que una división de nuestra escuadra contenga a la peruana, para que así sean mas fáciles i desembarazados los movimientos de nuestro ejército, i las costas del sur de la República estén seguras de no ser atacadas. La otra parte debe hallarse en Iquique i en el lugar en que nuestros trasportes se hallen colocados; i 2. ° Que venga de Santiago una división de tres mil hombres que, reforzada por las milicias de este lugar, lo defienda de cualquier .ataque aventurado que el boliviano o el peruano quisieren emprender, sabedores que nuestro ejército estaba en Tarapacá. Debemos suponer que nuestro ejército espedicionario no bajará de ocho mil hombres ni escederá de diez. Suponemos también que contamos con los trasportes que sean necesarios, puesto que vamos a tener que emprender simultáneamente diversos movimientos. Contra esta espedicion a Iquique se hacen diversas objeciones, siendo la principal la falta de agua, que no podríamos acarrearla para todo un ejército como el nuestro, i cuyo acarreo seria, cuando se pudiese, costosísimo. No puedo apreciar -esta circunstancia, porque no conozco los lugares; pero he oido opiniones encontradas, i como creo que en este lugar hai personas prácticas, no seria difícil tomar datos precisos i exactos. Sin embargo, se me ocurre que esta escasez no debe ser absoluta. El ejército peruano subsiste en Tarapacá i se mueve a diversos puntos. Si la falta de agua es un inconveniente para nosotros i para la marcha de nuestro ejército, con el mismo debe tropezar el ejército peruano, inconveniente que no le permitirá marchas, retiradas i movimientos, i que lo compelerá a pelear, lo que es nuestro afán. El segundo punto, la ocupación de Moquegua, no tiene base aceptable. Llegado nuestro ejército a Moquegua o apoderádose •de la parte de este departamento que le conviene ocupar para refrescarse, el Perú habría unido, mientras tanto, alguna división, la de Arica u otros puntos, al ejército boliviano; ejército que no presentaría batalla sino cuando le conviniese, i que procuraría arrastrar con el nuestro al interior, para rendirlo con las fatigas i con la privación de recursos. N o debemos olvidar que en todas partes va a mirársenos •como a vándalos. No debemos fiar sino en nuestras fuerzas i en nuestros elemeutos. Si el ejército boliviano i el peruano que se le uniese no nos presentasen batalla, tendríamos que embarcarnos antes que marchar al interior i tener ocioso a nuestro ejército en Moquegua, hostilizado i escaso de toda asistencia. Una espedicion de este jéntro no nos daría provecho. Aun derrotado el ejército boliviano, nada serio habríamos ganado. Con la derrota no imponíamos a Bolivía, puesto que no podríamos hacerla sentir sus efectos, desde que no ocupábamos su territorio, Quedaríamos tal como estamos hoi e imposibilitados para cualquiera intelijencia ulterior, desde que es lójico suponer que el patriotismo boliviano se escitaria con el revés sufrido por su ejército. Descansaría todavía en los esfuerzos i ausilios de su aliado. Al contrario, derrotado el aliado i precisado éste a tratar, Bolivía se vería compelida, o a tratar también, o a abandonar el territorio peruano; i en tal caso, terminaría la guerra con Bolivía, que no podría venir a hacerla por •el desierto. De la derrota del ejército peruano pueden surjir mil emerjencias, todas favorables para Chile, mientras de la •derrota del ejército boliviano solo puede influir una disminución de fuerza enemiga, pero no el completo amilanainiento del enemigo. Por esta razón, me parece que debemos abandonar este propósito. No sé si hai caleta dónde desembarcar cerca de Arica. La espedicion sobre Lima tiene mas de fantástico que de útil i positivo. La simple ocupación de Lima no nos daría provecho alguno, pues no contando para nada con las resistencias que opondrían en cada barrio, en cada calle, tendríamos que abandonarla pronto, sin otra satisfacción que la de haber ganado una batalla i habernos posesionado de la capital del Perú. N o encontraríamos Gobierno con quien tratar, ni recursos •que aprovechar. Todos, o la mayor parte de los vecinos de L i TOMO

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ma, huirían al. interior, donde se mantendrían vivas i aumentarían las íuerzas bélicas del Perú. El ejército se enfermaría i diezmaría en Lima. Ejemplo de ello tenemos en la guerra de la independencia i en la posterior de la restauración. La ocupación de Lima, si ha dado influencia moral al ejército que la ha ocupado, no ha resuelto jamás la contienda debatida por las armas. La ocupación de Lima tendría su ventaja por la ocupación del Callao, si esto último fuese posible, pues lograríamos inutilizar sus fortalezas i sus cañones i destruir los buques peruanos, si ellos se mantuviesen en la bahía. Pero aun así, es problemática la ventaja que adquiriríamos. Si los buqnes peruanos no se encontrasen en la bahía, habríamos, en tal caso, sacrificado una parte considerable de nuestro ejercito en inutilizar al Callao; ventaja pequeña, desde que sus fortificaciones no nos impiden un bloqueo, ni pueden proporcionarnos armamentos u otros elementos bélicos. En el Callao no hai mas que los cañones que lo guarnecen, i estos mismos no podrían ser aprovechados por nosotros, desde que no seria posible embarcarlos todos. Solo optaría por la espedicion sobre Lima i el Callao cuando no hubiera otro plan mas seguro i útil que adoptar. I aun en este caso, siempre habría que meditarlo mucho, por los mayores esfuerzos que habría de hacerse. El señor Sotomayor, Asesor de la Armada, dijo: Acepto como una política previsora i conveniente la de no buscar un combate con las fuerzas bolivianas que cubren el departamento de Tacna, i consagrar los esfuerzos del ejército chileno a la destrucción de las fuerzas peruanas, para llegar a una paz estable. Quedaría así eliminada, por ahora, toda operación militar a Moquegua o Tacna, que no sea indispensable a los fines de la presente guerra. Los ejércitos peruanos son, como se sabe, dos: uno que defiende el departamento de Tarapacá, i el que está destinado a servir de reserva i de defensa de Lima i el Callao. El primero se compone de los principales cuerpos veteranos; el segundo es, en su mayor parte, de nueva creación i de cívicos, siendo, por consiguiente, el mas débil. Según los antecedentes i noticias recojidas, el de Tarapacá se compone de ocho a diez mil hombres, próximamente, incluyendo los cuerpos bolivianos que lo han reforzado, i el segundo de seis a ocho mil, con las tropas cívicas del Callao i Lima, que están en organización, pero susceptible de ser aumentado considerablemente con reclutas de los departamentos del Norte i del interior, que son bastante poblados. Atendiendo a la importancia que esta guerra tiene para el Perú, i lo que lia escitado la opinión i patriotismo de sus habitantes, creo que ha de ser indispensable batir i destruir sucesivamente los dos ejércitos enumerados, para que se acepten condiciones de paz ventajosas para Chile. En el departamento de Tarapacá, el ejército enemigo se encuentra distribuido entre Pisagua, al Norte; la Noria e Iquique, al centro; i San Lorenzo, al Sur. Las posesiones que ocupa le permiten concentrarse en pocas jornadas en la Noria, aprovechando las facilidades que para esto le ofrecen los ferrocarriles de Pisagua e Iquique. Podría también hacer esa concentración en el Molle, para cubrir el puerto de Iquique; pero en este caso, su retirada hacia el Norte seria mui dificultosa. El ejército boliviano que ocupa el departamento de Tacna se compone, mas o menos, de seis mil hombres. Podria verificar su conjunción con el ejército peruano en la Noria, incorporando a su paso la división acantonada en Pisagua. Hai, por consiguiente, que tomar en consideración la probabilidad de que se reúnan los ejércitos aliados durante la campaña que se emprenda en el departamento de Tarapacá. La ocupación militar del Callao i Lima por nuestro ejército seria relativamente fácil, atendida la calidad de las fuerzas que tendría que combatir i los recursos de todo jénero que se encontrarían en aquellas poblaciones. El desembarco al Sur o Norte del Callao, traería como consecuencia la ocupación de los fuertes de aquella plaza i la destrucción de los buques enemigos que se encontrasen en la bahía, que se hallarían en la necesidad de rendirse o de batirse con nuestra escuadra. Caerían, además, en poder de nuestro ejército todos los pertrechos i elementos de guerra existentes, después de la dispersión o destrucción de sus tropas. Sin embargo, la vitalidad militar del Perú quedaría en su mayor parte en pié, mientras conservase su principal fuerza veterana que hoi defiende a Tarapacá. Seria, pues, indispensable desocupar a Lima i el Callao inmediatamente después de ocupados, para operar sobre aquel de-


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partamento, en contra de fuerzas mas numerosas i mejor preparadas que las existentes. Si, por el contrario, se principian las operaciones por Tarapacá i se consigue, como es de esperar, destruir el ejército enemigo, la ocupación del puerto de Iquique i sus inmediaciones nos permitirá hacer de él nuestra base de operaciones posteriores; se concentrarían allí nuestras provisiones i recursos, i después de construir fortificaciones lijeras, la escuadra chilena quedaría en toda libertad de acción para perseguir i hostilizar a la enemiga. La espedicion sobre el Callao obligaría quizá a suspender el bloqueo de Iquique, porque el grueso de la escuadra tendría que convoyarla, i no sería improbable la repetición de combates desiguales cou nuestros buques débiles, como el del 21 de Mayo, si dicho bloqueo se sostuviera con ellos. Es sabido que el Huáscar i la Union, por su andar i fuerza, son mui adecuados para aprovechar con ventaja un descuido semejante. Las dificultades que presenta el departamento de Tarapacá para espediciones militares, por la falta de recursos i por la especialidad de su territorio, tienen en todo caso que ser vencidas por el ejército chileno; la operación sobre el Callao i Lima solo se postergaría el tiempo necesario para arrostrar aquellas dificultades, aun cuando el enemigo acumule en esos puntos mas medios defensivos como el último recurso para la salvación de su país. Las razones que aconsejan dar preferencia para emprender operaciones militares en el departamento de Tarapacá, son las siguientes: 1.° continuidad en el territorio en que se va espedicionar, circunstancia que facilita su operación i conservación; 2/ destrucción o dispersión del principal poder militar dei Perú, atendida la calidad relativa del ejército que lo defiende; 3.° recursos fiscales de que sé priva al enemigo i que pueden aprovecharse por Chile; 4 / facilidades que el triunfo ofrecería para entenderse con el Gobierno boliviano, una vez imposibilitado el Perú para ansiliarle con recursos militares de alguna importancia; 5 / libertad en que quedaría nuestra escuadra para estender sus hostilidades hasta el Callao i hacer efectiva i sensible en toda la costa enemiga nuestra preponderancia marítima. Ocupado el departamento de Tarapacá por nuestro ejército, restablecidas para su uso las líneas férreas i telegráficas i convertido el puerto de Iquique en el depósito de sus recursos, su defensa seria espedita i fácil. La via de Tacna tendría que ser especialmente vijilada i no habría motivo de esperar un contratiempo posterior. El ejército de reserva que hoi está en organización, mantendría la ocupación, quedando en libertad las fuerzas veteranas para espedicionar sobre el Callao i Lima. Fáltame solo opinar sobre los puntos por los cuales puede ser atacado o invadido el departamento de Tarapacá. La esposicion del señor Herrera, de la que se nos ha dado conocimiento, es exacta, pero ella supone una espedicion emprendida desde Tocopilla hasta la Noria. Seguida esa ruta, el enemigo tendría tiempo sobrado para efectuar su concentración en el punto que le conviniera, i aun podría ser reforzado por el ejército aliado que ocupa a Tacna. Nuestro ejército necesisitaria de trece a quince jornadas para llegar a la Noria, i solo diez el boliviano. Debemos, pues, rechazar esta operación. Un desembarco al Norte de Iquique tendría una gran importancia en el resultado de la campaña. Atendido el vigor i solidez de nuestro ejército, debemos buscar i no eludir el combate. Una invasión por el Norte hace difícil la retirada del ejército peruano, i si la emprende, importaría ella una dispersión funesta para su disciplina. Precisa será, sin embargo, emprender marchas activas i rápidas, para batir al enemigo en sus posiciones o perseguirlo en su retirada, si la intenta, separándose de la pampa central, en cuyo caso se ocuparía Iquique sin resistencia. Puede también hacerse el desembarco al Sur de Iquique, por Chucumata i Patillos; en este caso, se ocuparía a San Lorenzo a marchas forzadas, batiendo i persiguiendo la división que lo defiende, para marchar en seguida a interponerse en la línea de conjunción de las fuerzas enemigas acantonadas en la N o ria, Molle e Iquique. El desembarco del ejército por el Norte, tendrá probablemente que hacerse en presencia de fuerzas enemigas, i en tales condiciones habrá probablemente pérdida de jente proporcionada al número de tropas que haya que batir. Bajo este punto de vista, el desembarco en Pisagua es ocasionado a contratiempos i pérdidas de vidas, si no es posible desembarcar

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previamente en Junin una división que se adueñe de las alturas que dominan aquel puerto. Por las consideraciones que preceden i por la distancia que el ejército de ocupación tendrá que recorrer antes de llegar a las posesiones enemigas, soi de opinión que debe preferirse el desembarco por Patillos i Chucumata. En todo caso, es prudente hacer un reconocimiento prolijo de todos los puertos i caletas del departamento, para apreciar las ventajas i dificultades que se encuentren en cada uno de ellos. El señor Alfonso, Auditor de Guerra, fué de opinión que, en las circunstancias actuales, no es sostenible una actitud especiante de parte del ejército chileno. Esta situación prolongaría indefinidamente la guerra. Esperar el ataque del adversario, puede solo significar una demora considerable, pudiendo mui bien suceder que ese ataque no venga nunca. Fundar esperanzas en divisiones que pueden producirse en el seno de los enemigos, quizas sea mui aventurado, porque esas divisiones, aunque tengan algún fundamento, son difíciles de producirse cuando se tiene al frente, de pié, a un adversario común i contrae! cual existe una gran animadversión. Por otra parte, la guerra, prescindiendo de las perturbaciones i males que orijina, impone gastos i sacrificios demasiado considerables para no estar convencidos de la imperiosa necesidad de ponerle el término mas pronto posible. Para alcanzar esta aspiración, es forzoso que Chile tome la ofensiva, no por medio de operaciones parciales i aisladas, que jamás podrán conducir al éxito apetecido, sino atacando al enemigo en su principal fuerza organizada, en su mas importante centro de resistencia, para vencerlo i destruirlo. Por consecuencia, el primero i principal esfuerzo del ejército chileno debe dirijirse sobre Tarapacá, con el objeto de atacar las tropas que guarnecen a Iquique i sus alrededores i de posesionarse de ese departamento. Esta operación puede producir una doble veutaja, militar i financiera al mismo tiempo, desconcertando al enemigo por medio de la derrota de su ejército principal i permitiendo al Gobierno de Chile crearse una fuente de entrada que sirva para imprimir impulso a la misma guerra. Debe contarse con que el ejército peruano oponga una seria resistencia. Ese ejército, como se ha dicho, es la fuerza mejor organizada del adversario, i va a combatir en un terreno que ha elejido i preparado. Semejante resistencia será, no obstante, vencida por nuestras tropas, por medio de un ataque que se pronunciaría por el lado Norte, marchando el ejército desde Pisagua con bastante rapidez, al mismo tiempo que se amagare a Iquique de frente, por medio de un desembarco simulado o verdadero, i que se ejecutase una diversión por el lado de Quillagua, haciendo avanzar hacia el Norte una parte de las tropas que guarnecen la línea del Loa, con el encargo de llamar la atención del enemigo, sin empeñar combate. En medio de esta combinación de operaciones, la situación de las fuerzas peruanas puede ser mui difícil, no sabiendo con certeza de dónde parte el ataque principal. Partiendo de la situación mas favorable para ellas, cual es la de que obren en el mas perfecto orden i operen oportunamente su reconcentración, evitando ser atacadas i batidas en detalle, se empeñaría una batalla, sin duda reñida, en los Altos de Molle o en la Noria, cuyo buen resultado para las armas chilenas no puede ser dudoso, dada la instrucción i disciplina del ejército, su escelente espíritu i el número de sus soldados, cuya cifra, por los datos recojidos, debe considerarse mas o menos igual a la de sus adversarios. _ Una victoria obtenida en estas condiciones, dominando el ejército chileno la línea de retirada del enemigo por el lado del Norte, puede importar para éste un verdadero desastre i hacer avanzar considerablemente la cuestión en el sentido de una solución favorable a Chile, allanando muchas dificultades ulteriores. Semejante victoria probaria a los bolivianos que el ejército de sus aliados, que ha sido incapaz de resistirnos, es impotente para defenderlos. La misma empresa ejecutada por Patillos i Chucumata puede ocasionar igualmente buenos resultados, quizas con menos dificultades, pero seguramente con éxito menos completo. Aunque una operación de guerra emprendida sobre Lima i el Callao, que trajese por consecuencia la toma de estas dos ciudades i la captura o destrucción de los elementos bélicos que encierren, es también mui importante, debe considerarse inferior a aquella en sus resultados, puesto que el medio mas


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eficaz de alcanzar los fine3 de la guerra consiste en destruir las fuerzas mas importantes del enemigo, su mas enérjico centro de resistencia, lo que se conseguirá mucho mejor con la derrota del ejército que el Perú tiene en Tarapacá, que con la toma de aquellas dos ciudades, sin desconocer por esto la trascendencia considerable que tendría este último hecho en el aniquilamiento de la fuerza marítima del enemigo. Por esta razón, en defecto de una espedicion sobre Tarapacá debe optarse por la adopción de un plan de guerra sobre Lima i el Callao, plan que es, sin duda, preferible a una operación sobre Moquegua, Tacna i Arica. Espedicionando en estos lugares se buscaría al ejército boliviano, con el cual quizas convenga no cruzar las armas desde luego. Sin hacer caudal de esta consideración, es útil tener presente que, dada la posición en que se encuentra el ejército boliviano, podrá o no aceptar el combate a su voluntad. En tal caso no se necesita de perspicacia ni de penetración para comprender que ese ejército no empeñará la lucha sino unido con sus aliados i reforzado convenientemente. Las fuerzas chilenas podrian verse con facilidad en una situación muí embarazosa; hostilizadas primeramente por medio de una guerra de recursos sin poder activar la campaña a menos de internarse i de esponerse a sufrir serios contratiempos, i en seguida, por el grueso de las fuerzas enemigas una vez concentrados todos sus elementos que pueden representar una desproporción numérica abrumadora. Es de toda evidencia que una campaña sobre Moquegua presenta mas inconvenientes que ventajas, no siendo uno de los menores el tener que operar en un territorio en que el enemigo puede disponer de considerables elementos de hostilidad, pues cuenta allí con una población crecida i belicosa, cuya mayor parte hábil se levantaría seguramente en armas. Por último, la derrota del ejército boliviano, dejando intactas las fuerzas existentes en Tarapacá, no baria dar a los asuntos de la guerra, en el sentido de su solución, un solo paso decisivo. Nuestro principal enemigo es el Perú i contra él deben dirijirse nuestros primeros golpes. Él secretario Vergara manifestó que, no habiendo diverjencia ninguna sobre la necesidad de tomar la ofensiva sin pérdida de tiempo, se limitaría a espresar su opinion sobre las operaciones que convendría emprender. A su juicio, solo se presentan dos objetivos que deban esclusivamente llamar la atención de nuestro ejército: o la ocupación de Lima i el Callao para destruir o apoderarnos de los elementos de guerra que tiene allí el Perú, i principalmente para concluir con el mas seguro refujio de sus naves; o la invasión del departamento de Tarapacá para batir al ejército que lo defiende, i tomar posesión del territorio contiguo al que hemos ocupado a Bolivia, donde se encuentran los mas valiosos bienes fiscales del Perú. Sin desconocer la considerable importancia de la primera empresa, cree que debe preferirse la segunda por ser mas decisiva i con mas ventajas políticas. Si nuestras armas salieran victoriosas en Lima i el Callao, como es probable, no hai motivo ninguno para esperar un cambio en el Gobierno peruano, ni perturbación en las relaciones de los aliados, porque no se destruirían ni las esperanzas de la nación, ni sus recursos para continuar la guerra. Lo que sí vendría muí probablemente, seria la mediación de alguno de los países americanos que miran con inquietud i poco favor esta guerra, o de alguna de las naciones europeas cuyo comercio se sienta mas lastimado con su prolongación. Nos encontraríamos mui embarazados para rechazar lisa i llanamente una mediación, cuyos primeros efectos pudieran ser una paralización en nuestros progresos militares, i cuyo resultado bien pndiera ser una aproximación a la paz, sin tener en nuestra mano ninguna prenda positiva que nos garantizara el pago de la indemnización debida a nuestros sacrificios i gastos, i que nos permitiera, con el aniquilamiento del enemigo, afianzar por largo tiempo nuestra preponderancia en el Pacífico. Por otra parte, una espedicion sobre Lima i Callao, nos obligaría a levantar el bloqueo de Iquique, poroue se necesitaría de toda nuestra armada para convoyar i protejer el ejército en sus movimientos i dejaría todo el Litoral al Sur del Callao espuesto a la acción libre de las naves enemigas, que sin inconveniente habrían abandonado ese puerto cuando les hubiera convenido. La reunion délos ejércitos boliviano i peruano podría operarse con toda comodidad, bien sea para consolidar mas la defen-

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sa de Tarapacá, bien para invadir el territorio al Sur del Loa, desembarcando en Tocopilla i Cobija. ¿Podría nuestra reserva defender ese territorio amenazado por doce o catorce mil hombres? ¿Podrian las tropas acantonadas en Antofagasta, a cincuenta i seis leguas de distancia de Calama, protejer este punto contra un enemigo desembarcado en Tocopilla a solo veinte i nueve leguas de distancia? Enuncio solo este peligro, que, además de obligarnos, talvez, a abandonar operaciones comenzadas sobre el Callao, abriría el camino al Perú para conducir a sus peligrosos e incómodos aliados hasta su propio suelo, dejándolos empeñados en su defensa. No parece prudente ir a buscar fuerzas lejanas del enemigo, cuando se dejan a la puerta de la propia casa, las mas poderosas de que puede disponer por su número i calidad. No debe tampoco echarse en olvido que por los ferrocarriles que parten al Norte i al interior, puede Lima ser evacuada con facilidad, i que, si entra en los planes del enemigo no hacer resistencia en la ciudad, puede retirarse con Gobierno, tropas, armas, municiones i cuanto le convenga, i establecerse fuera del alcance de nuestras fuerzas para agredirnos cuando lo considere oportuno, causándonos molestias i daños cuya importancia no es fácil calcular. La toma de¿jima i el Callao, dado que esto último se consiga, seria un golpe de mucho efecto, pero no inferiría al enemigo uua herida mortal. La invasión de Tarapacá presenta arduas dificultades, pero no mayores que las que puede superar nuestro ejército, cuya instrucción es satisfactoria, según todos los jefes de cuerpo, i cuya disciplina i espíritu marcial son dignos de admiración. Este territorio puede invadirse por el Norte, por el centro o por el Sur, según lo exijan las combinaciones de una campaña, en vista de los informes que se tengan sobre la situación i número de los enemigos. Por los tres puntos hai ferrocarriles, caminos de ruedas i senderos de muías que conducen de la costa al interior, teatro forzozo de las operaciones principales. Para cortar al ejército peruano toda retirada posible i obligarlo a batirse sin medio alguno de rehuir el combate, seria preciso desembarcar en Pisagua i la inmediata caleta de Junin, tratar de apoderarse del ferrocarril antes que pueda ser inutilizado i avanzar rápidamente hacia el interior. En las primeras siete leguas no hai agua, pero a esa distancia i un poco al Noreste del camino de la Noria, la hai buena i abundante en la chacra de Tiliviche, en el fondo de la quebrada de su nombre. A la misma distancia (siete leguas) i en el camino principal de la pampa, principia la serie de oficinas o injeuios de elaborar salitre que se suceden a corta distancia unos de otros, donde se encuentra agua bastante para satisfacer las necesidades de un ejército. Si se obra con celeridad, se debe esperar que el enemigo no tenga tiempo para cegar los pozos de donde se saca, tanto porque son muchos i mui esparcidos, cuanto porque los habitantes de esos lugares no tienen otra que beber, i no es natural suponer que ellos mismos quieran privarse del agua. Por esos puntos no hai tropas enemigas, i es probable que en los graneles establecimientos salitreros se encuentren caballos, ínulas, leña i muchas otras cosas útiles al ejército. El agua no es de buena calidad, pero los hombres la beben sin sufrir daño en su salud i los animales sin la menor resistencia. Pozos hai que son inagotables, como el de la oficina Ramírez a veinte i dos leguas de Pisagua, el de Almonte a veintiocho, el de la Nueva Soledad a cuarenta, i muchos otros que es inútil enumerar. En varios de estos pozos el agua es perfectamente potable, así como también lo es la que se encuentra en los lugares dominados Tirana i los Canchcmes, a cuatro o seis horas de camino al Oriente de la Noria. En estos puntos, donde hai bastante vejetacion, el agua se tiene en abundancia i no puede ser dañada ni cegada por el enemigo. El camino del Sur, desembarcando en Patillos i la vecina caleta de Ghucumata, si el estado del mar lo permite, no ofrece los mismos recursos en agua que el anterior, pero es mucho mas corto para llegar a las posiciones enemigas. Desde Patillos a la Noria hai diez i siete leguas (17) i al Molle, diez i seis i media; mientras que desde Pisagua a los mismos puntos, hai respectivamente treinta i tres (33) i cuareuta (40) leguas. Estas distancias son mas cortas desde Chucumata cerca de cuatro leguas. El lugar llamado San Lorenzo, donde está acantonada una división enemiga, se encuentra respectivamente a trece (13) i a nueve (9) leguas de los puertos nombrados. Así es, que por lo que hace a la topografía i recursos en agua del territorio de Tarapacá, podemos contar con que nuestro


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ejército no hallará obstáculos insuperables si obra con enerjía i rapidez. Por lo que haría a su situación respecto a los adversarios, las ventajas estarían de nuestra parte, porque lo podemos amagar por muchos puntos, obligándolos a diseminar sus fuerzas o a hacer concentraciones anticipadas, pudiendo estrecharlo entre la escuadra i nuestras fuerzas de tierra, dándose mutuamente la mano. Vencido el ejército que defiende a Tarapacá, recibe el Perú un golpe capital del que no podrá reponerse, porque ha perdido el nervio de sus fuerzas, que son sus veteranos i su tesoro. Las consecuencias políticas de este suceso serian trascendentales, puesto que se alejaría de los bolivianos la esperanza de recuperar su Litoral i brotaría en sus ánimos el temor de que su país se quede sin costa; se exacerbarían los partidos en el Perú, i la pobreza i el descontento se harían sentir bien pronto en este país, cuya vida financiera reside casi esclusivamente en los guanos i salitres. Chile tomaría posesión de los bienes nacionales que existen en este departamento; por este solo hecho su crédito se robustecería i encumbraría; podría mas desahogadamente continuar la guerra; se animaría su comercio, i por fin, tendría en su mano para tratar de la paz una prenda valiosa que nadie podría obligarlo a devolver si no era su voluntad hacerlo o si no convenia a sus intereses. Por fin, el señor Jeneral en Jefe espuso ( 1 ) : Según los datos mas fidedignos, el ejército acantonado en la provincia de Tarapacá asciende a trece o catorce mil hombres que pueden, sin dificultad, reunirse a inmediaciones de la Noria, que es la posición enemiga elejida de antemano i convenientemente fortificada. Seria allí donde nuestras fuerzas vendrían a librar la primera batalla, dado caso de espedicionar sobre esa provincia. Para llegar a ese punto, podría desembarcarse en Patillos o sus inmediaciones i subir unos ochocientos metros para llegar a la altiplanicie i en cuatro jornadas a la Noria, o tomar tierra en Junin, subir quinientos cincuenta metros hasta las pampas altas i tomando por Tiliviche dirijirse en cinco o seis jornadas al mismo punto. Este segundo camino es mas accesible i presenta mas recursos, aunque mas resistencia. Por fin, desembarcar en el Molle i apoderarse del pueblo de Iquique. Las dos primeras espediciones no ofrecerían mas que las dificultades naturales del camino i algunos encuentros parciales de las avanzadas con las tropas que están situadas a los alrededores de los puntos de desembarco en su retirada. Sin embargo, no hai que olvidar que en la provincia de Tacna existen de seis a ocho mil enemigos, cuya junción se haría fácilmente con las fuerzas de la Noria, caso de desembarcar al Sur, tomando o situándose en un punto intermedio, cerca de Tarapacá, alcalzando una inmensa preponderancia de fuerzas, por lo que el desembarco en Patillos presenta este inconveniente, i a no d u darlo, la falta de agua en el trayecto del ejército. La espedicion por Junin es mas fácil i ni) tiene mas inconveniente militar que dejar una fuerza a retaguardia que debería batirse con nuestras tropas después de haber éstas soportado un rudo encuentro contra un enemigo superior en número, i naturalmente ocupando posiciones ventajosas i habiendo tenido probablemente numerosas bajas. La operación ésta no es por lo tanto estratéjica. El desembarco en el Molle nos daría talvez, sin grandes pérdidas, la posesión de Iquique, pero quedaríamos con el enemigo en las alturas, amagados por él i en la imposibilidad de atacarlo partiendo de este punto. CONSIDERACIONES JENERALES.

El ejército de Tarapacá está en malas condiciones por estar en una comarca que no ofrece ningún recurso, donde todo se interna con dificultades, i seria posible llegar a dificultárselo mucho mas todavía. Para esto deben tender los esfuerzos de nuestra marina a cerrarles el puerto de Pisagua i a molestarles el tráfico de Arica. En poco tiempo llegarían a estar en una posición casi insostenible, que es lo que debe tratar de hacerse antes de atacarlos. Por lo demás, debo consignar que cualquiera de las dos operaciones primeras tiene el serio embarazo de exijir de provisiones, al menos, para diez dias i agua para cinco, para proveer las posibles eventualidades de retardo en las operaciones de armas. Serias son también las dificultades para

arrastrar hasta las alturas el material de artillería de campaña i el convoi de carretas que alcanzaría a doscientas ochenta(280) inclusas las de agua. Si debiera espedicionarse sobre la división boliviana que está en Tacna, se haria el desembarco en la caleta de Sama, que está a catorce o quince leguas de esa ciudad, o en la caleta dePacocha, provincia deMoquegua, a veintiséis o veintiocho. Esta operación no presenta dificultades, i se alcanzaría la ventaja de apoderarse del puerto, hoi fortificado, de Arica, refujio en muchos casos de la escuadra peruana, i que estableciendo el bloqueo de Pisagua dejaría al ejército del Sur sin recursos i obligado para salvarse a espedicionar i combatir en posicioneselejidas por nuestro ejército. Nuestros convoyes serian mucho menores que en la espedicion a Tarapacá i quedaríamos pronto al habla con la escuadra. Tiene el solo inconveniente de p o ner entre chilenos i bolivianos el odio de la sangre vertida. Queda, porfin,la operación de Lima i Callao. Estos son Ioscentros naturales de recurso del ejército peruano, la cabeza de todo movimiento de opinión i los pueblos llamados a reorganizar el ejército en todo caso de revés del que tienen en el Sur. El Callao es la cindadela de su marina i puerto inespugnablepor el lado del mar. Tomado éste, nuestra marina puede, a la distancia, impedir la salida de los buques que se hubiesen asilado en Arica, incomunicar con un trasporte lijero a Pisagua i dejar bloqueado a los ejércitos de Tarapacá i Tacna. La toma de este puerto la creo fácil por el lado de tierra, pudiendo llegar a él en dos jornadas, si se hace el desembarco en Chilca. Las tomas del Callao i Lima importarían entrar en posesión de una cantidad considerable de armamento, la destrucción del ejército de reserva, la adquisición de numerosa i escelente artillería de costa, dejar a nuestra armada un puerto franco de recalada para llenar sus necesidades, i la pérdida para el enemigo del único medio que tiene para limpiar su buque principal. Mas, probablemente, podríamos tomar allí los monitores peruanos i la corbeta Union, si no está aun en estado de darse a la mar. La destrucción de la artillería del Callao (pie no nos conviniese sacar, es operación sencilla, como asimismo destruir las q u e hai en Ancón i Chorrillos, dejándolos en la imposibilidad d e rearmarse en poco tiempo. Tomados estos puntos, podríamos llevar a la isla de Iquique diez o doce cañones que, colocados ahí, harían el bloqueo del puerto con un solo buque i trescientos hombres en tierra; espedicionar en seguida desde Sama sobre Arica i acosar por tierra al ejército. Aunque el número de tropas que hai entre Lima i el Callao es talvez algo superior al que llevaríamos, no lo es tanto como el que hai en Tarapacá, i sobre todo, casi en su t o talidad son milicianos. Esta espedicion es, por consiguiente, fácil no solo por este, lado sino porque no habría necesidad de llevar grandes recursos, i por el lado de los resultados es de mui trascendental importancia. Sin embargo, he oido al comandante jeneral de la escuadra, que aproximarse al Callao tiene el peligro de que puede ser atacado el convoi por los monitores i ser entonces inferior nuestra escuadra. La objeción de que alejarse tanto de Antofagasta podría h a cer que el enemigo viniese a ocupar estos puntos, no la crea fundada, por cuanto teniendo nosotros la preponderancia en el mar, no se le permitiría hacer ningún desembarco, i no es posible creer que espedicionen por tierra teniendo un ejército enemigo al Norte. Esta es mi opinión, comprendida, respecto a las diversas e s pediciones que pueden intentarse en las que no consigno multitud de razones que la reforzarían, por no estenderme demasiado. Por lo demás, cualquiera que sea el plan que el Gobiernoadopte, espero que se dignará comunicármelo en nota especial, a fin de que quede en todo caso constancia escrita de las ideas que patrocino como mas acertadas i mas eficaces en orden a l buen éxito de la guerra en que el país se halla empeñado. Establecidas así las opiniones que quedan espuestas, el señor Ministro dijo que enviaría la presente acta al Supremo G o bierno para que resolviera lo que tuviere por mas conveniente. Para constancia firmaron, menos el señor Jeneral en Jefe, que no lo hizo por haber dado su opinión escrita i firmada, q u e se acompaña,—D. SANTA M A R Í A . — J .

(1) La esposicion que sigue fué presentada por ei señor Jeneral en Jefe en nn pliego autorizado eon sn firma. El orijinal, que sirvió para sacar esta copia, se encuentra archivado en el Ministerio de la Guerra.

Y O R . — J . F. VERGARA.

ALFONSO.—R.

SOTOMA-


DOCUMENTOS

IV. N o t a s del M i n i s t r o S a n t a Alaria al m i n i s t r o d e R e l a ciones Esteriores s o b r e c o r r e r l o s del " H n á s c a r " i el verdadero estado del ejército i escuadra.

Antofagasta, Julio 19 de 1879. Señor Ministro: Ayer a las 1 0 P. M. llegó un propio de Mijillones, despachado por la autoridad de aquel lugar, avisando que a las 3 . 3 0 P. M. habían entrado a la bahía tres buques, uno de ellos con bandera francesa i los otros dos con bandera peruana. Según las señas que trasmitía, el francés era un buque de guerra de esta nación que en la mañana habia zarpado de este puerto, i los dos restantes, el Huáscar i la Pilcomayo o la Union. Como era consiguiente, se temió que avanzando el Huáscar durante la noche e introduciéndose a esta bahía como en Iquique, prendiese dos de nuestros trasportes, Itata i Lámar, i disparase sobre la población procurando causarla serios daños o incendiarla. En el acto se hizo salir el Itata al mando del capitán Lynch con dirección a Iquique, a fin de que advirtiera a nuestros blindados el punto donde se encontraba el Huáscar, llevando una carta mia al contra-almirante para que diese orden de que el Huáscar, cuya audacia empeñaba el valor de nuestros marinos, fuese tenazmente perseguido o batido. Cuando el Blanco se retiró de este puerto llevó consigo el Limaríi supongo que considerable depósito de carbón. El Lámar se habia ocupado durante todo el dia en estraer del mar el cañón de a trescientos que habia caido al fondo al tiempo de desembarcarlo. Se habia logrado, ya tarde, salvarlo i mantenerlo colgado de la proa del vapor por haber entrado la noche i no ser posible colocarlo en una lancha; pero en la necesidad de poner en seguridad dicho vapor, fué menester volver a arrojar el cañón al mar para repetir hoi la operación costosa de su estraccion. El Lámar, que anda escasamente nueve millas, vino a fondear cerca de la poza para ser varado antes que ser presa del enemigo. Se apagaron las luces en toda la población para que el el Huáscar no tuviera puntos conocidos adonde dirijir sus fuegos. Nuestros cañones colocados en la costa no podrían prestarnos mucha defensa. De los cuatro de a ciento cincuenta, uno de ellos no ha sido todavía montado, a pesar de mis eficaces recomendaciones cuando estuve por primera vez en este lugar, i de los tres restantes solo dos habian podido disparar con éxito algo dudoso, pues el tercero no habría podido funcionar por estar en reparación su plataforma. Solo hacia pocos dias que se habia encomendado al comandante Velazquez la colocación de todos estos cañones; operación a que consagrará ahora todos sus esfuerzos sin detenerse en gastos. Hasta que los cañones no estén montados no se cuenta aquí con seguridad alguna. Hoi tocó el vapor de la carrera a las 7 A. M., i anuncia que ha dejado al Cochrane anclado en Tocopilla i que el Huáscar i la Union voltejeaban a seis millas fuera de Mejillones. Si fuese completamente cierto que la Union acompaña al Huáscar, desaparecerían los temores que se tenían de haber hecho rumbo al Sur. Al cerrar esta nota, entran a este puerto el Cochrane i el Matías Cousiño. Dios guarde a V. S. DOMINGO SANTA M A R Í A . Al señor Ministro de Relaciones Esteriores.

Antofagasta, Julio 80 de 1879. Señor Ministro: Si he de comenzar por dar a V. S. conocimiento del estado del ejército, habré de decir a V. S. que éste asciende en el dia, según el cuadro que tengo a la vista, trasmitido por el Estado Mayor, a 1 0 , 1 8 6 hombres, de los cuales solo quedan útiles i capaces de espedicionar, deducidos los enfermos i ausentes, 9 , 3 9 1 . Hai 7 0 2 hombres enfermos en el hospital i cuadras, i 9 3 ausentes. Los enfermos, en su inmensa mayoría, sufren las enfermedades provenientes del desarreglo de las costumbres adquiridas en los lugares de su residencia i desarrolladas en éste.

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INÉDITOS.

Puede aseverarse que no podrá contarse para una espedicion con mas de 9 , 0 0 0 hombres. En este caso, Antofagasta no podrá tampoco ser defendido sino por la reserva que ha de venir, pues, escepto los dos batallones cívicos de este pueblo, uno de los cuales, el mandado por don Víctor Pretot, está notablemente disciplinado, merced al celo de su jefe, los demás no tienen importancia alguna, porque, o los batallones creados son nominales i no han sido organizados, o tienen una escasa disciplina que los inhabilitaría para combatir con el enemigo. Ignoro que suerte haya corrido el armamento distribuido a estos cuerpos. A este respecto acompaño a V. S., bajo el número 1, el oficio que, en contestación a uno mío, me ha pasado el Jeneral en Jefe. El ejército se encuentra bien disciplinado, pero es de sentirse que estén apareciendo síntomas de relajación, debidos a la inacción en que se ha encontrado. Riñas serias han habido entre los soldados de un cuerpo con otro, i casos en que ha sido menester desplegar severidad con algunos oficiales subalternos. Los jefes desplegan justa contracción en la enseñanza de sus batallones o Tejimientos. Sin embargo, han sido raros los ejercicios de todo el ejército en comnn, cosa a que no atribuye grande importancia el Jeneral en Jefe. De todos modos, i por mucha confianza que nos inspire el soldado chileno, no debemos olvidar que nuestro ejército no es veterano. Creo, no obstante, que el enemigo no tiene fuerzas mejor disciplinadas, ni mejor preparadas. Según datos, casi seguros, que he recojido, i cuya exactitud podré pronto comprobar, Lima está defendida por cerca de 1 0 , 0 0 0 hombres, todos cívicos, escepto un batallón de línea. La mayor parte de estos batallones han venido del interior, compuestos de jente forzada i mandados por vecinos que se aprovechan de esta ocasión para darse un grado militar, como en otro tiempo se dieron el de coronel Galvez, Gamio i otros. Esta fuerza no puede inspirar respeto. En Arica, donde se encuentra el Presidente Prado, hai 1 , 5 0 0 peruanos i el ejército boliviano acampado en Tacna, que no sube de 5 , 0 0 0 hombres, no todos bien armados. Otra parte de este ejército ha venido a aumentar las fuerzas del departamento de Tarapacá. Hé aquí como ellas están distribuidas: Noria San Lorenzo Chucumata Oficina San Juan Estancia central Estancia San Juan Alto del Molle Total

1 , 0 0 0 hombres. 500 „ 1,000 1,000 „ 500 „ 800 „ 2,500 7,300

El resto, para completar 1 0 , 0 0 0 hombres, mas que menos, está en Iquique i Pisagua, en cuyos dos puntos, si he de atenerme a ciertos datos, la fuerza no escede de 3 , 0 0 0 hombres. Repito a V. S. que tengo por seguras estas cifras, i que en pocos dias mas tendré su comprobación. Según un indio 2wstero, prendido en uno de los lugares próximos a Calama, "Campero está en Tupiza con 2 , 5 0 0 hombres, recientemente armados con fusiles introducidos por la República Arjentina. Para emprender viaje a Calama tendrá que hacer un camino fragoso de ocho dias, sin mayores recursos, a pesar de que en el año pasado las cosechas fueron en aquellos lugares mas abundantes que en los anteriores. Campero no tiene artillería ni caballería. Se compone su ejército de indios del interior, reclutados por la ñserza, humildes, sumisos i obedientes. Creo difícil que Campero avance. Las partidas de nuestra caballería que se han dirijido por ese punto recojerán noticias que nos permitirán formar mas seguro juicio. Resuelto como está que el ejército debe operar sobre Tarapacá, falta sin embargo, para decidir la espedicion, determinar el lugar por donde deba desembarcar. Para esto va a hacerse un reconocimiento de la costa. Según sea el punto que se elija, así deben consultarse también las provisiones. Hasta hoi no ha sido posible practicar esta operación porque el Cochrane se ha demorado en Caldera mas dias de lo (pie se creia. Mientras tanto, don Rafael Sotomayor prepara i organiza las provisiones i todos los demás elementos que deben conducirse,


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GUERRA

D E L PACIFICO

atendidas las necesidades de la campaña, según el terreno en que se vaya a obrar. Nada había arreglado a este respecto, naciendo de aquí que el trabajo actual sea fatigoso i moroso a la vez. V . S. se convencerá de ello por la copia número 2. Para la mayor rapidez, el Jeneral en Jefe ha convenido en desprenderse de toda injerencia inmediata en el particular. Tampoco se ha encontrado dato alguno relativo a la campaña o a planes de campaña en el archivo del cuartel jeneral. A existir, el jeneral Arteaga debió llevárselos consigo. A este punto se refiere la copia número 3. He considerado como cosa esencial la fortificación de este puerto, i aun cuando, al llegar aquí, solo encontré dos cañones en estado de embarazoso servicio, hoi hai tres que pueden ser inmediatamente servidos, como pueden serlo en seis u ocho días mas el cuarto de a 150 i el quinto de a 3 0 0 que, caido al mar, ha sido felizmente estraido. Encargué al comandante Velazquez la colocación de los cañones, i este jefe, que es uno de los mas intelijentes en el ejército, ha desplegado un celo i una actividad recomendables. Durante la noche los cañones son debidamente atendidos, por si los buques peruanos quisiesen atacar de sorpresa este puerto. Copia número 4. He encargado al mismo comandante que prepare i adiestre algunos artilleros cívicos que puedan servir los cañones cuando el ejército se retire de este lugar. Me ha dado seguridades en este sentido. La marina demanda algunos arreglos urjentes. Mientras el ejército se prepara, creo que ella debe perseguir los buques peruanos hasta batirlos en la rada de Arica, si allí se encuentran. El bloqueo de Iquique ha llegado a ser ridículo. Retirándose nuestros buques a inmensa distancia a las 5 P. M . i no marchando hasta Pisagua para impedir la provisión del enemigo, ningún provecho obtenemos del espresado bloqueo. El contra-almirante ha entendido que bloquear a Iquique es permanecer allí estacionario, precaviéndose de los torpedos, cuya aplicación seria imposible, si los buques se mantuviesen cruzando la bahía i en constante movimiento. A hacerlo así habrían dado caza al Huáscar, i Pisagua, distante solo 38 millas, no serviría de puerto de provisión. Si a esto se agrega el bombardeo nocturno del 1G i la falta de celo para cumplir las órdenes dadas al comandante del Cochrane, no nos podemos disimular que la marina no se ha colocado a la altura de su honrosa misión. Algunos cambios deben hacerse en el mando de los buques. Si el contra-almirante renunciase, como lo espero, debería darse, su blindado al capitán de fragata don Mauuel Thompson. El Amazonas que se le ha confiado, debe servir para trasportar el ejército, ya que no contamos con el Rimac i el Loa, vapores de mayor capacidad que los otros que tenemos. Thompson debe venir pronto a Antofagasta. Si hubiere de continuar en el Amazonas, aquí podría tomarlo; i si hubiere de pasar a otro buque, no habría necesidad de esperar su regreso. En las instrucciones que he de dar al contra-almirante, una de ellas será que, vuelto el Cochrane de su comisión i unido a la escuadra, marche en busca de los buques peruanos hasta batirlos. No podemos tener buques solo para centinelas de puerto. Hasta este momento nada sé del Rimac. Si obtuviere algunas noticias, cuidaré de darlas a V. S. antes de enviar este oficio. Dios guarde a V. S. DOMINGO SANTA M A R Í A . Al señor Ministro de Relaciones Esteriores.

Acompaño a V. S. copia del oficio del jefe de trasportes que esplica lo ocurrido en la comisión confiada al Cochrane.

VReconocimiento practicado en los puertos i caletas de l a c o s t a d e l P<-rú, e n t r e l i o p o r e l N o r t e i P a l i l l o s p o r el S u r , e n A g o s t o d e 1 8 7 0 . COMISIÓN DE RECONOCIMIENTO DE LA COSTA DEL PERÚ.

Antnjagasta,

Agosto

27 de 1879.

Señor Jeneral en Jefe del ejército del Norte: En cumplimiento de lo dispuesto por V, S. en nota de fecha

13 del presente e instrucciones anexas, ha procedido a reconocer desde abordo del vapor Itata algunos puertos i caletas de la costa del Perú, entre los puertos de l i o i Patillos. La descripción detallada, los siete croquis i once vistas que tengo el honor de acompañar, son el resultado de los trabajos de dicha comisión. Dios guarde a V. S. (Firmado.)—Luis ARTEAGA.

PUERTO DE ILO I CALETA CHUSA.

Situado inmediatamente al Sur de la quebrada de su nombre. El desembarcadero es estrecho; capaz de contener tres o cuatro lanchas a la vez para desembarcar infantería. Esta operación no es siempre fácil a causa de la marejada. La topografía de la playa es baja, lo mismo que el terreno adyacente. Los fuegos de los buques pueden dominar la costa para protejer un desembarco. No hai alturas que impidan la operación ni obras de defensa. La población se compone de unas pocas casas que han podido escapar a los terremotos que ha sufrido este lugar. Este punto es importante por los recursos que en él se encuentran, a saber: agua, víveres, leña i pasto verde. De lio parte un buen camino al valle del interior que solo dista unos 1,500 a 2,000 metros de la costa. En esta época el rio lio no trae agua bastante; pero se ven caer a la playa dos pequeños chorros que son el sobrante de las aguas con que se riegan las siembras i campos situados en la parte Sur de la población. Los pobladores son mui pocos, i no hai tropas en el lugar. lio está a 6 0 millas al Sur de Islai, i 81 al Norte de Arica. Dista de Moquegua 112 kilómetros, i de Moliendo 117. A 1^ kilómetro al Norte de lio se encuentra la pequeña caleta de Chusa, con buen desembarcadero para poca jente de infantería. En el lugar hai buena agua. El camino de Chusa a l i o es bueno para la infantería i caballería. Estos dos puntos pueden ser un poderoso ausiliar para un desembarco efectuado en Pacocha. La quebrada de l i o es espaciosa i en ella puede la caballería encontrar un lugar mui bueno para reponerse. Desde el mar se ven bonitos bosques en la quebrada, i en los campos que hai al frente de lio. CALETA DE PACOCHA I CALETITA DEL INGLES.

A l j kilómetro al Sur de l i o i unida a ésta por un buen camino se encuentra la caleta abrigada de Pacocha, que es ahora el nuevo puerto de lio. Tiene buen desembarcadero para las tres armas. Esta operación puede facilitarse utilizando el buen muelle que allí existe. Como recursos para el desembarco hai 6 buenas lauchas en el puerto. La playa es baja i el terreno adyacente se compone de lomajes suaves donde pueden maniobrar con facilidad toda clase de tropas i en gran número. A 1,200 o 1,500 metros de la playa hai alturas que dominan el pueblo; pero que pueden ocuparse desembarcando tropas de infantería en lio i en la caletita del Ingles situada al Sur. Desde los buques se domina toda la población i el terreno cercano. La costa es accesible a toda clase de embarcaciones menores en una estension de 2 0 0 a 3 0 0 metros. En la población hai bastantes casas, bodegas i una gran e s tación del ferrocarril que une a Pacocha con Moquegua. En el pueblo i sus inmediaciones hai toda clase de recursos que se llevan de lio. Hai una pequeña guarnición de infantería. Como obras de defensa no hai mas que un pequeño foso en la playa al frente del desembarcadero, i la línea férrea que puede servir de parapeto a los defensores. Como a 2,000 metros al Sur ríe Pacocha existe la caletita del Ingles, con mar mansa i playa de arena donde podría desembarcarse un Tejimiento de infantería i servir para protejer un desembarco en Pacocha. Esta tropa viniendo del Sur podría desalojar al enemigo que se situase detrás de la línea férrea.


DOCUMENTOS

CALETA DE SAMA.

Esta situada al Norte de la punta de Sama i al pié del Morro de este nombre. La costa es inaccesible para botes o lanchas a causa de las rompientes que hai en toda la playa. Esta diste del pié del cerro unos 6 0 u 8 0 metros, siendo el terreno inclinado hacia el mar, i por consiguiente dominado por los fuegos de los buques. El cerro es casi a pique i no pueden establecerse tropas en él para impedir un desembarque. En la caleta hai solamente dos galpones pequeños i algunos corralones formados con tablas o con pircas de piedra. Al pié de una de éstas i al frente del fondeadero se ha escavado un poco el terreno i formado un parapeto capaz de resguardar a 5 0 o 6 0 hombres de infantería. A ambos lados de la playa hai grandes rocas que pueden ocultar muchos defensores. Al Norte de la playa el terreno es quebrado, con lomas sucesivas de una altura de 3 0 a 4 0 metros. En el cerro del frente se ve una senda formando muchas cuevas. Este camino solo puede ser accesible a la infantería i conduce al interior. Los cerros de esta caleta tienen una altura que no baja de 6 0 0 metros. De Sama hai camino por la orilla de la costa que conduce al rio de este nombre. Otro camino se dirije al Norte pasando por las lomas de que se ha hecho mención, i que conduce al rio Locumba. En Sama no se encuentran recursos de ninguna especie. El agua la llevan probablemente del rio Locumba o del Sama. Al visitar la caleta, la guarnición se componía de 140 a 150 hombres de infantería. Esta fuerza estaba distribuida como sigue: 70 hombres en guerrilla en la ribera izquierda o Norte de la caleta. 50 hombres detrás de las pircas i 2 0 hombres en una carpa levantada entre las rocas de la punta Sama. Dos horas después de estar fondeados los buques de la espedicion llegó del Norte o sea del rio Locumba un batallón de infantería compuesto de cuatro compañías con 70 hombres cada una, cuya tropa vino a situarse a la derecha de la guerrilla colocándose detrás de los peñascos i de las lomas. Poco después vino del Sur, saliendo de tras de la punta Sama, un grupo de 3 0 hombres, también de infantería, los que, a juzgar por los instrumentos de bronce que traían, parece que formaban la banda de música del batallón que llegó antes. La guarnición de Sama es, pues, de 4 2 0 hombres de infantería. Sama está a 43 millas de Arica al Norte. La separa 10 kilómetros del rio Sama, i 15 kilómetros del rio Locumba. CALETA JUAN DÍAZ.

Está situada entre la desembocadura de los rios Sama i Tacna, i al pié de las alturas de Juan Díaz. La caleta es pequeña, completamente abierta a la marejada del Sur, sin recurso de ninguna especie, no puede utilizarse en ninguna operación militar a causa de su situación. Los datos que preceden, por persouas que han visitado el lugar, decidieron a la comisión a no perder tiempo en reconocer la caleta nombrada. CALETA LICERA.

Situada a 5 kilómetros al Sur del puerto de Arica. N o tiene importancia ninguna por ser completamente desabrigada i el desembarcadero mui peligroso. Por otra parte, es demasiado pequeña para operar en ella un desembarco con el objeto de amenazar a Arica. CALETA DE VÍTOR.

Se encuentra a 2 5 kilómetros al Sur de Arica, i en abra que forma la quebrada de Vitor. Esta quebrada es ancha, profunda, en la playa tiene un ancho de 1,000 metros próximamente, con cerros de 2 0 0 metros de altura en los lados i en el fondo, que dominan la playa, que es baja i pareja. No siempre se puede acercar a la playa a causa de la reventazón que haria pedamos las embarcaciones en caso de acercarse a la orilla cuando el mar no esté mui tranquilo. Toda la costa cercana es elevada i a pique.

INÉDITOS.

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La quebrada ofrece poca vejetacion i no corre agua por ella en esta estación. Da salida al valle de Azapa. La caleta por ahora no está defendida, ni hai obras de fortificaciones; pero con poca jente en las alturas, un desembarco se haria bien difícil. No ofrece mas ventaja que es abrigada por el cabo Lobos, al Sur. El camino por tierra a Arica tiene 60 kilómetros de largo i no es bueno. La caleta de Vitor no tiene habitación alguna, ni ofrece recursos para las tropas. CALETA DE CAMARONES.

A 5 0 kilómetros al Norte de Pisagua. Esta caleta la forma la boca de la quebrada de Camarones con un ancho de 500 metros en la ribera. La playa es de arena, pero hai mucha reventazón, lo que hace casi imposible un desembarque en la misma caleta. Sin embargo, como a 5 0 0 metros al Sur de la quebrada hai un buen desembarcadero de 3 0 a 4 0 metros de estension, perfectamente resguardado de la marejada del Sur. En este lugar la playa es mui angosta, pues el cerro llega casi hasta el mar. No hai camino para caballos hasta la quebrada, pero podría formarse uno en 15 o 2 0 minutos. Solo hai una senda para jente de a pié, interrumpida bruscamente por un montículo mui parado. La quebrada la forman cerros de 5 0 0 metros de altura, poco mas o menos, i casi inaccesibles. La costa hacia el Sur i Norte es formada de cerros mui altos i casi a pique. A 5 0 metros de la playa i hacia el Sur de la quebrada hai una Intrata baja desde la cual se puede defender el desembarque. En ella hai una carpa con 2 0 o 25 hombres de guarnición. En la quebrada hai bastante vejetacion i se obtiene buena agua a 1.50 metros de profundidad. No hai habitaciones ni recursos de otro jénero. De Camarones se puede ir a Pisagua por tierra. No hai datos fijos sobre los caminos al interior. PUERTO DE PISAGUA I CALETA PISAGUA.

El puerto de Pisagua tiene una buena bahía para desembarcar toda clase de tropas. La playa es angosta i dominada por cerros mui altos, pero accesibles a la infantería. La población quemada en su mayor parte, está situada en un plano inclinado en la falda del cerro. El agua se trae de la quebrada de Pisagua, situada a 10 kilómetros al Norte. En el puerto no hai recursos para el ejército. En las alturas del cerro se ven como 8 0 0 hombres de infantería. Arriba hai depósito de pasto seco. Las tropas de la guarnición pueden batirse desde los buques. Toda la plaza es dominada por las alturas. Desde la población i falda del cerro sale una línea férrea que llega al interior hasta Agua Santa. También hai un camino para jente de a pié. Pisagua dista de Sal de Obispo (distrito salitrero) como 3 4 kilómetros. El puerto podria tomarse desembarcando tropas en la caleta de Pisagua i apoderándose de la línea férrea, cortar la retirada al enemigo. La comisión cree mui importante apoderarse de este puerto, ya sea con el objeto de operar al interior o por dividir las fuerzas enemigas que hai en Arica e Iquique. NOTA.—En el viaje de la comisión al Norte, solo se pudo reconocer, mui a la lijera, el puerto i caleta nombrados, i de regreso al Sur no fué posible completar el reconocimiento, porque los buques pasaron de noche a la altura de dichos puntos. CALETA JUNIN.

A 15 kilómetros al Sur de Pisagua, 67 al Norte de Iquique i 2 0 de Mejillones. El desembarcadero es difícil i estrecho. Hai un muelle entre las rocas i tres casas en la caleta. El sigua que se consigue es condensada i no hai otra clase de recursos. La playa es angosta i dominada por los altos cerros que tiene al frente. El desembarque se puede impedir colocando tropa detrás de las rocas que hai a uno i otro lado de la plaza.


GUERRA DEL PACIFICO.

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La guarnición actual se compone de unos cuantos soldados de infantería. La comisión cree cpie la caleta de Junin no presenta ventaja alguna que compense el sacrificio de tomarla a viva fuer/.a; i que sirve solamente para hacer un simulacro de desembarque con el objeto de distraer fuerzas de Pisagua para defenderla. PUERTO DE MEJILLONES.

Es una caleta mui estrecha, incapaz de contener en la bahía tres buques acoderados. Hai gran dificultad para desembarcar muchas tropas a la vez, sobre todo la artillería i la caballería, si el enemigo inutiliza los dos muelles que sirven para el desembarque. No hai donde formar tropas, pues la ribera es toda de peñascos. Hai buenas bodegas, pocas habitaciones i escasa guarnición. El agua que se puede obtener es resacada i no hai otra clase de recursos. La única circunstancia digna de tomar en consideración es que del puerto hai camino para las salitreras del interior. Dista de la estación del ferrocarril de Negreiros 5 6 kilómetros i de Tarapacá 1 1 1 kilómetros. NOTA.—El reconocimiento se practicó a una distancia mui grande de la costa ( 2 a 3 millas) por cuyo motivo no se pudo tomar mas datos. CALETA

COLORADA.

Situada a 1 5 kilómetros al Norte de Iquique. Es completamente inaccesible para un desembarco. PUERTO DE IQUIQUE I CALETA DEL MOLLE.

CALETA DE PATILLOS.

A 2 5 kilómetros al Sur de la precedente. El puerto es inmejorable para un desembarque. La playa es de arena i se estiende hasta mil metros del pié de las lomas que hai al frente. En este llano podría acamparse un ejército. El desembarcadero solo puede ser defendido desde las peñas que hai al Sur, como a 3 0 0 metros de distancia. Existe una estación del ferrocarril i muchos carros; pero el movimiento de la línea está interrumpido. Hai dos caminos: el de la via férrea que va a Soronal i el otro sigue por la costa La población es pequeña, tiene pocas casas o edificios i una máquina de agua. Este puerto es el que presenta mas ventajas para efectuar un desembarco en las mejores condiciones posibles. Está a 6 0 kilómetros al Sur de Iquique por mar. No se vio guarnición que mereciese anotarse. CALETA DE PATACHE.

A 7 kilómetros al Sur de Patillos. Es una caleta pequeña cou un desembarcadero fácil i seguro de 3 0 o 4 0 metros de estension. Se une a la de Patillos por medio de una faja de terreno de 1 o 2 metros de ancho, mas o menos. La playa para el desembarco es de arena i no hai piedras ni resacas del mar. No hai población ni recursos de ningún jénero. Tampoco hai guarnición. El desembarcadero está dominado i flanqueado por las rocas de la punta Sur. de donde se puede desalojar a los defensores. De Patache hai camino carretero por el llano de la playa hasta Pabellón de Pica. Una parte del ejército podrá desembarcar por este puerto i otra por Patillos. Antofagasta, Agosto 2 7 de 1 8 7 9 .

El puerto de Iquique está defendido por retaguardia con altos cerros con caminos inaccesibles para la artillería de campaña, i además por la guarnición que ocupa las alturas del (Firmados.)—Luis ARTEAGA.—BALDOMERO DUBLÉ A . — F . Molle. La línea del ferrocarril puede utilizarse perfectamente VELAZQUEZ.—EMILIO GANA. para la defensa. En la parte Oriente i Norte de la playa hai pequeños cerrillos de arena que facilitan la defensa. La altura de los cerros que espaldean la población no baja ESPLTCACIONES AL CROQUIS DE PISAGUA, JUNIN I SUS ALREde 1 , 0 0 0 metros. DEDORES. Por el frente, Iquique está defendido por la isla de su nombre que avanza como una milla hacia el mar, la que puede forQuebrada de Pisagua.—Al Norte de la población de Pisagua, tificarse perfectamente. dista dos millas. Comunica por la orilla de la serranía baja de Al parecer hai dos cañones abocados al Sur. la costa por camino de herradura, angosto, escabroso, i en parDesde la isla se dominan todos los puntos en que se puede te mui pendiente. desembarcar. Las cuestas de zig-zag i la recta de bajada a la quebrada son En la población i a orillas del mar hai tres barricadas que en parte resbaladizas, i en otras de arena suelta, sumamente defienden los puntos mas fáciles de abordar. pendientes. Los cinco muelles del puerto están guarnecidos con tropas. A una cuadra distante de la playa hai un paso que por m u A lo largo de la playa hai una zanja para ocultar jeute de chos años surtió de agua a la población. A pesar de que desde infantería. hace 5 0 6 años el agua que se espende se importa de Arica, la La caleta del Molle se encuentra a 1 0 kilómetros al Sur de de la quebrada continúa usándose para el lavado. Es de mala calidad, contiene mucha magnesia, filtrada des le una distancia Iquique, cuya estension es toda de arena. de 3 leguas a través de pantanos, motivo por el cual en los meEl desembarcadero está al Norte de las bodegas i dominado ses de verano reina la terciana en toda la quebrada. completamente por las alturas del Molle que se encuentran a El desembarcadero es malo i estrecho, entre rocas, i hai que 8 0 0 metros próximamente de la playa. esperar el sajío, siendo constante las rompientes desde mui El desembarcadero es bueno, pero está mui bien defendido. afuera. (En el croquis está marcado al lado Sur de la ensenaDe lo espuesto se desprende que es bien difícil, aunque no da con pequeñas pintas lacres.) impracticable efectuar un desembarque en Iquique o el Molle. La serranía de ambos lados de esta quebrada es mui alta, CALETA CHUCUMATA. cortada a pique i va ganando en altura hasta alcanzar la de la pampa donde están situadas las oficinas salitreras, o sean, mas Caleta abrigada i de regular desembarcadero, con playa o menos, 3 , 2 0 0 pies. bien estensa, espaldada por cerros altos cuyas crestas están a A cuatro i media legua de la desembocadura se encuentra 1 , 2 0 0 metros próximamente de la playa. Todo el terreno es de un pequeño terreno alfalfado, de dos cuadras de estension, llaarena. mado Saya; existe un establecimiento minero Del Socaban, proEl ejército puede desembarcar perfectamente sin temor de piedad de don Bernardo de la Barra, paralizado su trabajo ser ofendido desde los cerros. desde la declaratoria de la guerra. Dos leguas mas al interior Hai un camino para jente de a pié i caballos, que va al in- la quebrada se divide en dos ramas anchas, una hacia el Orienterior pasando por el Soronal. te i otra al Sur. En esta última, a la media legua se halla QuieTambién hai camino para el Norte por sobre la arena. núa pequeña chacra de propiedad de los señores José Mariano i En la caleta solo existe un edificio que talvez sirve de Francisco Zavala (peruanos.) Produce alfalfa, verduras i alguAduana. nas frutas, aprovechan del agua de la quebrada i de buena agua de vertientes. En la playa hai cuatro barricadas formadas de sacos de arena, al parecer oculta cañones pequeños. A legua i media, avanzando por la rama del Oriente, aparece La guarnición se compone de 5 0 hombres. Tiliviche con regular estension de terreno, cultivados i agua La caleta no tiene agua ni recursos de ninguna especie. buena en abundancia, es propiedad de la Compañía Salitrera


DOCUMENTOS

de San Antonio i está a cargo de una sucursal de la casa inglesa de Campbell i Ca. de Tacna. Los dos fundos tienen buen camino para las respectivas salitreras de Jazpampa (Zavala) i San Antonio (Campbell) distantes de una a dos leguas. Continuando por la quebrada desde Tilivich* se llega en una hora de camino a una hacienda de Tana, estension considerable de terrenos alfalfados, propiedad de una señora Lecaros viuda de Montealegre; pero actualmente arrendada por los señores Loayza i Pascal, comerciantes de Pisagua (el primero el del obsequio de los 100 rifles al Gobierno del Perú, hoi coronel de guardia cívica.) La hacienda puede mantener una fuerte caballada i siempre hai alfalfa cortada i en tercios con que proveer a las muías que vienen de tránsito desde Tacna para las salitreras. En el nacimiento de la quebrada, al pié de la cordillera, está situada la pequeña población de Camina, cuyos habitantes son en mayoría pastores. Pisagua i sus alrededores.—En Pisagua no hai desembarcadero útil, únicamente pequeñas caletas rodeadas por cerrillos, i dominadas todas desde las alturas que recorre el ferrocarril, desde las numerosas trincheras naturales que están inmediatas encima de las ruinas de la población, i aun desde la cumbre de los cerros que forman la primera hoyada, o sea la pampa del Arenal. Los caminos que conducen al interior, o con mas propiedad, los que permiten escalar la primera faja de montañas de la costa, son el camino férreo i el de herradura. Este último señalado en el croquis, cortando el ferrocarril, es de 3 a 4 metros de ancho, i demora la subida media hora a bestia para entrar a la pampa del Arenal. Antes de entrar a la pampa corta nuevamente la línea, i en este punto, a la derecha, hai una casucha con palo de señales (vijía) para dar aviso a la estación de Pisagua de la llegada de los trenes a la estación de la cuesta del Arenal. Al lado Sur de la población de Pisagua hai un camino angosto i mui pendiente que conduce a Junin faldeando los cerros de la costa. Este camino se hace pesado porque sigue todas las hondulaciones del terreno, prolongándose mucho en consecuencia. Es formado por el ir i venir de los huanacos, i apenas tiene el ancho suficiente para permitir el paso, no sin riesgo, de una sola persona. Pampa del Arenal i cuesta.—El camino en línea recta a través de esta pampa hasta principiar la subida de la cuesta del mismo nombre, tendrá una legua escasa de largo. En su mayor parte es terreno duro, la parte arenosa principia a dos o tres cuadras antes de llegar a la cuesta; esta última corta la línea férrea quedando la estación a su izquierda, i desde aquí hasta su terminación hasta entrar a la pampa de la cuesta parada, es mui pendiente, ancha, i de arena movediza por una distancia de 5 a 6 cuadras. Los animales en este corto trayecto sufren el soroche i avanzan mui despacio. Pampa de la cuesta parada i cuesta.—Por el camino marcado tendrá aproximativamente una i media leguas de largo, i el terreno i cuesta son terreno duro. La cuesta es pendiente i conduce a la tercera altura, o sea a la pampa de la Caguarana mas estensa eme las anteriores. Aunque no hai objeto en proseguir esplicancto en un croquis el terreno mas al interior, no estará de mas consignar que la cuesta de la Caguarana, la mas larga, aunque mejor que las anteriores, conduce a una cuarta pampa, la misma en altura, i, a la verdad, forma parte desde luego de los terrenos donde están situadas las oficinas salitreras del cantón de Sal de Obispo. La distancia total de Pisagua a Sal de Obispo por el camino descrito es de seis i media leguas. No hai agua en el trayecto. Como la línea férrea desde la portezuela de la cuesta del Arenal se dirije al Norte, resulta que las oficinas del cantón de Sal de Obispo quedan distantes cuatro i media leguas de dicha línea. Junin.—Esta caleta abierta por los señores Gibbs i Ca. les ha Bervido como punto de embarque para los salitres que elaboraban en su establecimiento Carolina. Es mui escasa de terreno plano, i apenas tiene espacio suficiente para los edificios, bodegas, máquina de resacar agua, canales, etc. La cuesta trabajada por los mismos señores es camino carretero, de poco mas o menos una milla de largo i conduce a la pampa. Es angosta i no pueden traficar a la vez carretas de subida i bajada. A l desembocar de la cuesta en la pampa se ha TOMO

ni—12

INÉDITOS.

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colocado un aparato (visible desde alta mar), para señalar a los buques la situación de la caleta. Este terreno, el de la pampa i quebrada, conducen a las oficinas de Sal de Obispo, (California, Carolina, Palacio Industrial i Victoria) es duro, i puede llevarse artillería gruesa, rodando con todo su material sin dificultad alguna. Por este camino traficaron carretas con bueyes del finado don Juan E. Ramírez con carga de 100 quintales de salitre. Distancia de Junin a las oficinas de Sal de Obispo, cuatro i media leguas, no hai agua en el trayecto. En toda la costa del departamento de Tarapacá, esta es la única cuesta carretera, la cual, una vez salvada, conduce por un suave plano inclinado hasta la pampa salitral ( 3 , 2 0 0 pies de altura); aparte de esta notable ventaja, tiene la de comunicar por otra pampa del todo llana aunque algo arenosa (no impide el rodado) con las pampas que tomnn a Pisagua por retaguardia i desde las cuales se dominan las fuerzas contrarias, los telégrafos i la línea férrea, quedando espedita i segura una via cómoda para el caso de una retirada, En todas las oficinas de Sal de Obispo hai agua de pozo en abundancia, salobre, pero los animales la beben sin dificultad. Las máquinas o mas bien los calderos en estas oficinas están limpias i listas para resacar agua en abundancia para proveer a todo un ejército, por numeroso que éste sea. En caso de no haber carbón de piedra se echa mano de la madera de los numerosos talleres i edificios que contiene cada oficina, sostenes de las bateas, guano i esqueletos de animales. Ocupando la oficina California ( 3 , 4 0 0 pies de altura), que es el primer punto a que se llega entrando por la ruta de la quebrada de Junin, i mirando al Norte, se divisa la chimenea de la oficina Santa Catalina por donde pasa la línea férrea; hai estación i oficina telegráfica que comunica con Iquique. El camino de California a Santa Catalina es de 4 leguas, tomando la derecha de la oficina Carolina rodeando el gran salar de Sal de Obispo hasta llegar a la aguada de la Encañada. De aquí para adelante hai un trecho corto de difícil acceso que forma la Encañada., pero que no impide que se lleve siempre la artillería lista para funcionar. En todo tiempo han marchado carretas i muías por este camino i quedan las huellas. Desde la aguada de la Encañada hasta Santa Catalina inclusive, hai agua en abundancia de mui buena calidad, que se estrae de pozos de 3 a 6 varas de profundidad, al borde de la pampa del Tamarugal, En la oficina Dolores a la izquierda i a corta distancia de la aguada de la Encañada, se encuentra agua inmejorable a la superficie. Esta oficina está situada en una pequeña altíira i se divisa desde la oficina California en dirección al Poniente de Santa Catalina. Observaciones jener ales.—Pretender un desembarque por la quebrada de Pisuagua no es prudente; con mui pocas fuerzas puede impedirlo el enemigo, situándose sobre la planicie en la cumbre del cerro que voltea hacia la quebrada, o sobre el cambio de la línea férrea. Por otra parte, un desembarco tendría que ser mui lento por las dificultades i estrechez de la localidad, daria tiempo a la aglomeración de la fuerza enemiga en acecho en la pampa del Arenal, i a que vinieran atrás por el ferrocarril del interior. La caleta i caminos de Junin son los únicos que presentan esperanzas de éxito, pronta i rápida comunicación con el interior para ocupar los puntos estratéjicos conduciendo artillería, municiones, víveres, etc., Pisagua i sus defensores pudiendo ser tomados por retaguardia, i manteniendo con facilidad los mismos camiaos para el caso de una retirada. No se oculta que una posición de tan indisputable importancia, como la cuesta de Junin, debe estar defendida; falta averiguar de qué manera lo está. Las fuerzas bolivianas que se dice existen en la pampa del Arenal, no podrían ocurrir a tiempo a Junin para impedir un desembarque rápido por las dificultades que presenta el terreno de lomas, o el mucho tiempo que emplearian, teniendo que rodear las dos pampas que señala el croquis para alcanzar a posesionarse de las alturas de Junin. Es difícil suponer que exista una fuerte división del enemigo sobre esas alturas, en vista ele las dificultades que tendrían para proveerla sobre todo ele agua. Concluyo por formular la suposición de que cuando mas habrá una pequeña guarnición encargada de cortar en un punto dado el camino de la cuesta, haciéndolo volar a la aproximación de nuestras fuerzas.


G U E R R A D E L PACIFICO.

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Para el caso de nn desembarco i ataque en este territorio, insistiría en escojer las tropas de aquella jente que ha trabajado en las oficinas, conocedora del terreno-palmo a palmo, acostumbrada ya a ese clima, al agua de pozos, que es salobre i causa disentería al que no está acostumbrado a bebería, i que, por último, no necesita de comodidad alguna, i es mas vivo e intelijente que la jente reclutada en los campos. La jente a que me refiero se encuentra entre los soldados del batallón Lautaro, 3. ° i 4. de línea. Valparaiso, Setiembre 30 de 1879.

referencia el comandante del Amazonas, advirtiendo a V. S. que solo he recibido por duplicado los del Amazonas, de los cuales conservo un ejemplar para el archivo de esta comandancia en jefe. Lo trascribo a V. S. para su conocimiento, advirtiendo a V. S. que los estados de fuerza, a que se refiere la nota preinserta, los he pasado al mayor jeneral del departamento. Dios guarde a V. S,

c

NOTA.—La delincación de la costa es exacta, se tomó de la carta hidrográfica de Fitz Ray, número 1,278 (la cual se acompaña.) En el croquis aparece doble de tamaño para hacer mas visibles los trazos de los caminos al interior.

VI. P u r t e oficial d e l a c s p e d i c i o n ' d e l t r a s p o r t e n a s " a Pautamá.

"Amazo-

ESPEDICION DEL "AMAZONAS" A PANAMÁ.

Valparaíso,

Octubre 28 de 1879.

El comandante en jefe de la escuadra, con fecha de ayer, me trascribe el siguiente parte del comandante del vapor Amazonas, dando cuenta de su llegada a Antofagasta con el buque de su mando: "Con las instrucciones de V. S., zarpé de Mejillones a la 1.30 P. M. del dia 28 del mes próximo pasado, conduciendo la tropa, pasajeros, pertrechos, etc., etc. que debia desembarcar en Tocopilla. Llegué a este puerto cinco horas después de dejar a Mejillones, i puesto en comunicación con la autoridad local, procedí i n m e d i a t a m e L t e a trasbordar la carga; como no¿'habia disponible mas de tres lanchas i la mar estaba brava, tuve que demorar hasta el siguiente dia para hacer el desembarque t o tal de pasajeros, pertrechos, etc., etc. A las 3 P. M. del 29, claro de todo i habiendo recibido los 100 hombres de guarnición i dos oficiales, zarpé nuevamente para dar cumplimiento a la comisión que se me habia confiado. Hice rumbo directo a Panamá, con andar medio de doce millas; llegué a este puerto el 7 del corriente a las 3.35 ? . M.; comuniqué inmediatamente. con el Cónsul de Chile, señor Jiménez Arce, por medio de un oficial, i habiendo sido informado que el señor Cónsul estaba enfermo, fui a conferenciar personalmente con él al dia siguiente, por ser avanzada la hora para ir a tierra. El 8 me informó el señor Cónsul que el trasporte peruano Oroya habia zarpado l i d i a s antes para el Perú, conduciendo armas i pertrechos de guerra, i que el habia hecho sus reclamos inútilmente al Gobierno del Estado. Como no tenia para que permanecer en ese puerto después de haber el Oroya regresado al Perú, determiné volverme inmediatamente, cumpliendo así las instrucciones de V. S. Antes de zarpar solicitó i obtuve del señor Cónsul mil pesos ( § 1,000) para dar a buena cuenta a la tripulación i oficialidad, i tres dias de víveres frescos. El tiempo angustiado que se me fijó para ir i volver de Panamá, me ha impedido cumplir lo ordenado para Paita e islas de Lobos, i solamente he podido recorrer la costa desde Pisagua al Sur. En Iqnique habian siete buques a la carga; en la caleta del Molle, estaba la barca alemana Erato, a bordo de la cual mand é un bote para tomar noticias. A las 12 M. de ayer abandonaba la caleta i me dirijí a este puerto, en donde en este momento fondeo sin novedad. El estado sanitario de la oficialidad i tripulación no ha sido del todo satisfactorio; he tenido varios casos de fiebre i otras enfermedades, que felizmente han podido curarse a tiempo. El buque lia perdido bastante en su andar, porque se han ensuciado mucho los fondos. El combustible para la máquina está casi totalmente agotado, i los víveres para la tripulación casi todos se han consumido, como asimismo los pertrechos de armamento. Acompaño a V. S. los estados de fuerza del buque de mi mando, correspondientes a las dos últimas quincenas i el de la última quincena de los diversos buques de la escuadra." Al trascribir a V. S., señor comandante jeneral, la anterior comunicación, incluyo los estados de fuerza a que hace en ella

JOSÉ A. GOÑI. Al señor Ministro do Marina.

Vil. Notas del señor don José Francisco V e r g a r a al Jeneral en Jefe relativas al reconocimiento d e l a línea férreo, después d e la l o m a d e Pisagua.

Jazpampa, Noviembre 4- de 1879. Señor Jeneral: El ejército puede avanzar inmediatamente. Tenemos agua, estanques i locomotivas para ayudarlo en el viaje. En San R o berto le tendremos un estanque con agua para 2,000 hombres, i volver para llevar mas. Paso a ocupar a Dolores que está con enemigos. Que venga refuerzo de caballería cuanto tenga disponible. Dios guarde a V. S. (Firmado.)—J. F. VERGARA.

Señor Jeneral: A las 11.30 A. M . hemos tomado posesión de la estación i pozo de Dolores. Guardaremos este punto hasta recibir órdenes, por si conviene a las operaciones sucesivas del ejército ocuparlo pronto. Los informes recojidos son datos fructorios. Fuerzas peruanas no hai al Norte de Pozo Almoute. Los bolivianos, en número de 2,000 acampan en Santa Catalina. No tienen caballería, i según un hombre que se interrogó tienen 20 piezaspequeñas de bronce. Los telegramas sorprendidos los lleva el señor mayor Salvo, quien dará a V . S, los informes que puede dar un ojo intelijente i esperto. Remito un estanque con mas de 10,000 litros de escelente agua i si me mandan la máquina número 24, que se puede arreglar en pocas horas, tendrá el ejército agua bastante en todo el camino. Iioi irá un estanque a San Roberto, que está a tres i media leguas de ese campamento. El ferrocarril en perfecto estado. Dios guarde a V . S. (Firmado.)—J. F. VERGARA.

VIII. B a t a l l a d e S a n F r a n c i s c o : p a r t e oficial d e l c o m a n d a n te del batallón Búlnes. NÚM. 77.—BATALLÓN BÚLNES.

Campamento de San Fraacisco,

Noviembre 25 de 1879.

Paso a dar cuenta a V. S. de las órdenes i operaciones efectuadas por el batallón de mi mando desde que salimos del campamento de Hospicio, el dia 18 del corriente a las cuatro de la tarde. Se nos dio por baqueano a Juan Bautista Romo, quien nos perdió en el camino, teniendo que acampar a las 3 A. M., emprendiendo, al toque de diana, de nuevo nuestra marcha. A l avistar Jazpampa, mandé al teniente Chacón se adelantara i avisara nuestra llegada, como también la falta absoluta que traia la tropa de agua i el cansancio de ella; el teniente trae por contestación avance lo mas de prisa posible por tener al enemigo a la vista; me adelanté a dicho punto i encontré un parte del señor coronel don Emilio Sotomayor, d i ciéndome "avisara al señor Jeneral en Jefe que el enemigo estaba a la vista"; no lo hice hasta que no reconocí personalmente, con dos cazadores que se encontraban ahí, i resultó ser falso, por lo que le contesté al señor coronel que tal enemigo no existia.


DOCUMENTOS

Permanecimos en Jazpampa hasta las 3 . 3 0 P. M. hora en que recibí orden del Jefe de infantería, señor coronel don Luis Arteaga, para marchar en el tren a este punto; no pude traer consigo mas que tres compañías por no caber la cuarta, la que se vino a pié, a las órdenes de su capitán don Manuel Alvarez, quien hizo su marcha a las órdenes del señor comandante del Chacabuco. Llegando, recibí orden de formar en batalla en la misma estación, i acto continuo recibí la del señor Jeneral en Jefe de marchar al frente del enemigo; al llegar al molino recibí del señor Jefe de Estado Mayor, señor coronel Sotomayor, la de dispersar una compañía enguerrilla; mandé la primera al mando del Sarjento Mayor graduado don Ramón Corei i del,teniente graduado don Gumercindo Riveras, i marchar el resto del batallón a sesenta metros de la vanguardia. Pasando el molino citado, principiaron los fuegos del enemigo, de cañón i ritie; no se les contestó hasta reconocer a que lado se dirijian; viendo que era a el ala izquierda de la guerrilla, ordené entonces hicieran fuegos oblicuos a la izquierda, por ser el punto que mas nos atacaba; se recibió orden del señor Jefe de Estado Mayor de suspenderlos fuegos, de retirarnos en seguida, dejándonos de avanzada en el punto llamado San Francisco; una vez ahí, mandé a la primera compañía, dispersa en" guerrilla, de avanzada, la que se fué relevando por las otras, de cuatro en cuatro horas. A las 3 A. M., el capitán de la tercera, don José Calisto Martínez, que se encontraba de avanzada, remitió a tres artilleros enemigos que sorprendió el sarjento Lorenzo Ahumada, e interrogados que fueron, se remitieron al señor Jeneral en Jefe, i se llaman Silverio Surca, Manuel Choro i Valerio Nica. A las 6 . 3 0 A. M., el mismo capitán remitió al capitán don Daniel Montes, del batallón Zepita, teniente don Manuel Santillana, del batallón Ayacucho, cinco individuos de tropa, remitiéndose lo mismo que los anteriores a disposición del señor Jeneral en Jefe. A las 1 0 . 3 0 A. M., recibí orden del señor comandante don Ricardo Castro del 3. ° de línea, que por orden del señor Jeneral en Jefe marchara a hacer un reconocimiento prolijo de toda la posesión que habia tenido el enemigo; marché con mi batallón, i al llegar al punto donde se encontraba la cuarta compañía de avanzada, la mandé a la vanguardia por el lado derecho, yendo como ochenta metros adelante de las demás la segunda compañía al centro, la primera a la izquierda, i la tercera dividida en tres grupos, en protección de las tres compañías. El reconocimiento duró cuatro horas i media; reuní las compañías i resultó encontrar lo siguiente: 1 0 prisioneros, 8 5 cajoness balas de rifle, 7 idem de cañón, 2 0 fusiles i 2 botiquines completos sin uso. Al retirarme recibí orden del ayudante del Estado Mayor, don Guillermo Lira, que por orden del señor Jeneral en Jefe le entregara todos los objetos para conducirlos en el ferrocarril; así lo efectué i mandé al ayudante de mi cuerpo a darle cuenta al señor Jeneral en Jefe.

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INÉDITOS.

fijado de antemano, creí conveniente mandar en la tarde una partida de esploracion para que, regresando en la misma noche, me trajera noticias, i si era cierto que el enemigo se encontraba allí, ponerme en marcha inmediatamente i sorprenderlo al amanecer en sus posiciones. Desgraciadamente, a consecuencia de un error en la apreciación de las distancias, los esploradores no regresaron sino en hora inoportuna para ¡levar a cabo la sorpresa que les preparábamos, i con noticias de que la fuerza que allí habia, que no era otra que la custodia de un convoi de víveres para el enemigo, habia dejado el lugar en dirección a Camina, lo que me hacia presumir que el enemigo se encontraba ahí. Inmediatamente emprendí la marcha, tratando de cortarlo en el camino. Al llegar a las alturas de Calatambo, una avanzada enemiga, que se hallaba en la quebrada i que nos habia divisado, emprendió la fuga por el lado opuesto. A pesar de la inmensa distancia que nos separaba i de las insuperables dificultades que ofrecia el terreno, destaqué dos mitades de caballería en su persecución, con el ánimo de hacer algún prisionero, i, por este medio, obtener los datos que necesitaba. La persecución fué tan tenaz que se alcanzó en parte el objeto que deseábamos; pues a la 4 . 1 5 P. M. regresó la fuerza, trayendo id prisionero Máximo Flores, que remito a V. S., quien suministró los informes que verbalmente dará a V. S. el señor comandante Zubiría. Resultando de éstos que el enemigo se habia movido de Camina para Suca en la mañana del 8 i que debia llegar a este lugar al anochecer, me pareció indicado como el movimiento mas natural, avanzar en la noche sobre Suca para sorprenderlo ahí. Al efecto, sitsé mis fuerzas en las alturas de Calatambo sobre el camino de Suca, i a las 1 1 . 3 0 P. M. emprendí la marcha tomando todas las precauciones para que no se malograra mi plan. Llegué a la boca de la quebrada de Suca a las 4 . 3 0 A. M. en donde hice las esploraciones convenientes para cerciorarme si efectivamente estaba allí el enemigo; pero al aclarar tuve ocasión de convencerme de que no habia ahí fuerza ninguna i de que, a consecuencia de la persecución hecha a la avanzada enemiga en Calatambo, la división que venia en marcha sobra Suca habia cambiado de rumbo internándose por la quebrada que conduce directamente a Camarones. Después de una jornada de doce leguas i de la trasnochada, tuve que venir a Tana, lugar que ofrece recursos en abundancia para hacer descanzar la tropa i reponer la caballada. En resumen, señor jeneral, parece evidente que el enemigo se retiró de la provincia de Tarapacá en dirección a Camarones, que no lleva artillería según consta de las declaraciones del prisionero i de los pormenores que da sobre este asunto. Otros detalles que no estimo de importancia i que apoyan la creencia que dejo espresada, dará a V. S. el señor comandanta Zubiría, quien los ha recojido con tal objeto. Dios guarde a V. S.

Al baqueano lo dejé con centinela do vista en Jazpampa. Es cuanto tengo que dar cuenta a V. S. Dios guarde a V. S.

TOMAS

YÁVAE.

X.

(Firmado.)—JOSÉ ECHEVERRÍA,

Correspondencia del J c n r a l en Jefe del ejército espedicionario chileno a su Gobierno.

Al señor Jefe de Estado Mayor.

NÚM. 1 4 7 . — N O T A SOBRE OPERACIONES MILITARES.

IX. P a r t e oficial d e l a e s p e d i c i o n a T a n a en p e r s e c u c i ó n del enemigo después d e la b a t a l l a d e T a r a p a c á .

Tana, Diciembre

9 de 1879.

Señor,Jeneral en Jefe: Tengo el honor de dar cuenta a V. S. del desempeño de la comisión que se sirvió encomendarme con fecha 5 del presente. En conformidad con las instrucciones contenidas en el pliego que me fué entregado por el señor comandante Zubiría, i por las verbales que me fueron comunicadas por este jefe, me puse en marcha el dia 6, con 3 0 0 hombres de caballería, desde Tiliviche, a las 3 P. M., en dirección a Tana, a cuyo lugar llegamos a las 5 P. M. Pernoctamos en este punto, i a las 5 A. M. del siguiente dia seguí*eljjitinerario fijado, habiendo llegado a T u riza a las 9 A. M. Por informes recojidos ahí, supimos que el enemigo se hallaba en Suca,"a tres leguas de este punto. Como estos datos no merecieran completo crédito, i por no apartarme del itinerario r

Campamento

de Santa Catalina, Enero 1° de 1880.

En oficio al señor Ministro de Guerra, de fecha 2 9 de Diciembre próximo pasado, le digo lo siguiente: "Circustancias especiales, de que V. S. tiene conocimiento, no me han permitido contestar antes de ahora su estimable oficio de 1 3 del presente, del cual solo pude imponerme algunos dias después. Por otra parte, la importancia de los diversos puntos de que V. S. se ocupa, requiere una consideración atenta i el estudio de diversos datos relativos al ejército a fin de manifestar a V. S. mi opinión con un mayor acopio de antecedentes, i aun no he podido conseguir todos los que hubiera deseado. Creo que cou confianza podremos considerar ya completada la posesión del departamento de Tarapacá con la dispersión de los restos del ejército aliado, después del combate del 2 7 de Noviembre; i si alguno de estos dispersos hubiere encontrado refujio en las pequeñas poblaciones vecinas, ellos desaparecerán mui pronto, pues V. S. sabe que al presente diversas partidas de caballería recorren con este objeto en todas direcciones el departamento; i por las noticias que hasta aquí


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GUERRA DEL

se lian recibido de estas espediciones, van dando ya su resultado. Sin embargo, necesitamos mantener la mas estricta vijilancia para evitar cualquiera sorpresa, por imposible que ella parezca i preparar nuestra defensa en tal condición que podamos atender a ella con el menor múmero posible de tropas, quedando así en mejor situación para obrar sobre cualquiera otro punto del territorio enemigo. Indudablemente que ante todo necesitamos sostener las posesiones de Dolores, que tan importantes son para nosotros por su abundante i magnífica aguada: la de Jazpampa, depósito central de nuestras provisiones, que tiene también agua buena de pozo, que recientemente se ha abierto, i la de San Antonio, estación en que se cruzan varios caminos i es punto obligado do tránsito para el enemigo en caso que intentara algún ataque. Comprendiéndolo así, habia dispuesto que el comandante del Cuerpo de Injenieros Militares, teniente coronel don Arístides Martínez, acompañado de dos injenieros mas, levantara un croquis de esta línea hasta Tilíviche, por no tener los elementos necesarios para un plano, con ánimo de hacer avanzar este estudio hasta el Norte para ponernos en situación de evitar todo ataque por el lado de Camarones. Al mismo tiempo encomendaba al capitán de ese cuerpo don Emilio Gasa, que hiciera igual reconocimiento en la parte Sur, en el cantón salitrero de Sal de Obispo, para tomar nuevas medidas a fin de impedir cualquier intento que por la retaguardia se emprendiera, aunque podernos considerar como imposible este intento, atendiendo al estado actual de las cosas. Este último injeniero ha presentado ya su trabajo, sin que hasta ahora tenga la menor noticia de lo que haya ejecutado la primera comisión, i cuyo conocimiento me es tan necesario para determinar la mejor colocación i distribución de las trollas, pues, debemos contraer nuestros esfuerzos a defender la linca por ol lado Norte, único punto que puede presentar algunas probabilidades para el enemigo, cortándole, si posible fuera todo paso por Camarones. Mientras no tenga estos datos, que solo una comisión especial i científica como la que he'enviado, podria proporcionarme, no creo prudente hacer avanzar tropas de infantería i artillería hacia el Norte, pues, aparte de las dificultades' consiguientes a la provisión de esas tropas a alguna distancia del depósito central, correría a mas el riesgo de no escojer las posiciones mas adecuadas, que es el punto capital de una defensa como la que pensamos establecer. Por otra parte, la caballería, que precisamente ha de estar mas avanzada i dispuesta a protejer siempre esta división, se encuentra al presente algo diseminada en distintas direcciones, ocupada en desvaratar los restos de los dispersos que se han refujiado en las pequeñas poblaciones del departamento. En seis u ocho dias, ella habrá regresado de esta comisión, i como ya el departamento casi en su totalidad se verá libre de enemigos, podrá ser ella dedicada esclusivamente a la protección de la línea del Norte, en lugar de los cien o doscientos hombres de caballería que actualmente tenemos entre Tana i Tilíviche. Es de esperar que para entonces tengamos disponibles en Jazpampa mas fáciles medios de trasportes para víveres i hrraje para la tropa que haya de estacionarse. No creo que para mantener completamente asegurada esta línea necesitamos gran número de fuerza, desde que no es probable que el grueso del ejército enemigo, que en el dia ocupa a Arica i Tacna, se aventurara a marchar sobre este departamento. Carece de los medios de trasporte para una larga i penosa jornada, como es la que la separa de nuestras posiciones; i es de creer que los sufrimientos porque ha tenido que pasar la división enemiga, que fugó después del combate de Tarapacá, les haya revelado las inmensas dificultades con que tiene que luchar en el desierto un ejército que va en marcha. A d e más de que ellos no pueden traer consigo los recursos necesarios ni para su subsistencia, vendrían, en último caso, a perecer en el desierto por la absoluta falta de medios. V. S. sabe mui bien efue no contando ellos con ningún puerto, no pueden abastecerse por tierra, i viéndose asolados por la miseria necesitarían regresar inmediatamente al punto de partida. Las ventajosas condiciones en que a este respecto nos encontramos, me dan la convicción de que con tres o cuatro mil hombres de infantería, alguna fuerza de artillería convenientemente distribuida i trescientos hombres de caballería, podria

PACIFICO.

sostenerse la posesión del departamento de Tarapacá por la línea de Camarones. Las fuerzas de montoneras serian las que mas pudieran molestarnos; pero me parece que fácilmente podrían batirse por los elementos de que dispone una división como la anterior. La colocación mas conveniente de esta fuerza, seria indudablemente el mismo Camarones; pero ello dependería de los medios de que podamos disponer para el trasporte de víveres, forraje i para movilizar la artillería hasta esa posesión por los malos caminos que conducen a la quebrada. Necesitaremos mantener entonces una avanzada de caballería i una pequeña guarnición de infantería, que tuviera fácil retirada en caso de ataques por fuerzas superiores. La prolongación del telégrafo hasta ese punto vendría a prestar un gran servicio, permitiendo dar con mucha anticipación aviso oportuno de cualquier intento. Entretanto, el resto del ejército podria destinarse a operar sobre otra parte del territorio enemigo, cuya posesión sea una prenda segura de una pronta i sólida paz. Cualquiera que sea el objetivo de esta espedicion, se hace necesario proveer ante todo a las necesidades jenerales del ejército. Primeramente debemos contar con un considerable depósito de municiones que estuviese en relación con el número de tropas que se destinaran a esta empresa i con el lugar a que se dirijen. Acordado el punto sobre el cual se haya operado, se determinaría con exactitud el número de esa fuerza i se arreglaría su parque. El vestuario de la tropa exije también su reposición: el calzado está ya deteriorado, su ropa interior en mui mal estado, lo mismo que el uniforme i mui principalmente el abrigo. Cuerpo ha habido que ha perdido gran parte de sus mochilas en las batallas en que se ha encontrado, habiéndose estraviado muchas de ellas en los distintos puntos en que se han depositado, todos los cuales eran mui inseguros. Necesitan además el respuesto de sus caramayolas, las cuales se encuentran mui gastadas, habiéndose perdido bastante número de ellas. Dos meses de la campaña a que ha estado sometido el ejército en este desierto, causan deterioros en su equipo, a cuya reparación es preciso atender constantemente, i aquí se carece de^todos los medios mas indispensables para ello. Casualmente, hoi he recibido una carta del señor Intendente del ejército en que me comunica que ha dado ya orden para que se me entreguen muchos de estos artículos a diversos cuerpos i se ha dispuesto que los demás vayan recibiendo asimismo los que necesiten para quedar en buen estado. En cuanto a la provisión de víveres, nada puedo manifestar a V. S., mucho menos ahora que se encuentra en este Litoral el celoso Intendente de ejército, que prestará a este rancho la atención que él requiere, i podemos esperar que los numerosos defectos de que se ha resentido esta parte del servicio, se salvarán en la próxima espedicion, aprovechando las lecciones que nos ha dado la práctica. Lo mismo tenemos derecho a esperar en el servicio sanitario del ejército, que hasta aquí algo ha dejado que desear, ya que ahora tenemos bastantes elementos, ambulancias, escojido personal i se ha procurado unificar el servicio. La esperiencía nos ha revelado cuan útiles i preciosos servicios pueden prestar, sobre todo en el campo de batalla, las ambulancias, que en ningún caso deben de dejar de seguir al ejército. Respecto a los medios de trasportes marítimos nos será fácil reunirlos en la proporción que fuere necesario, una vez que se determine el punto de operaciones i el momento de ponernos en movimiento; pero no sucede lo mismo con los terrestres, por lo que este elemento debe ser tomado mui en cuenta al terminar el punto de nuestras futuras, operaciones. Me manifiesta V. S., en el oficio que tengo el honor de contestar, que desearía conocer mi opinión sobre la próxima campaña, a fin de trasmitirla al Supremo Gobierno. Por mi parte, he aguardado hasta el presente las órdenes del Supremo Gobierno para continuar las hostilidades, porque no he considerado conveniente, ni para el país ni para el ejército, nos estacionáramos a la defensiva en este departamento. En los dos meses que hace tenemos ocupado este territorio, he tenido ocasión de ver prácticamente confirmados los temores que me asistían a este respecto i que exijen un movimiento tan pronto como sea posible, pues dia a dia se empeora el estado sanitario del ejército, cuyos cuerpos están sufriendo bajas por causa de enfermedad, que es natural sigan aumentando


DOCUMENTOS

en un clima tan rigoroso como éste, i en las malas condiciones en que se encuentra la tropa, que carece de abrigo para pasar la noche i tiene que dormir sobre los cauchales a todo aire. En esta hipótesis, cabe entonces entrar a considerar cuál seria el futuro objetivo de las hostilidades. El no puede ser otro que el puerto de Arica, o la capital de la República. ¿Puede el primero de ellas ser atacado por tierra? Si dificultades mui serias no impidieran llevar a Camarones una división relativamente pequeña, ellos son del todo insuperables para un ejército que quisiera llegar a Arica en estado de batirse. La travesía de cuarenta leguas por caminos inaccesibles para la artillería i carruajes, i destituidos de toda clase de recursos para atender a la bebida i comida de la tropa i caballería, es absolutamente imposible para un numeroso ejército, que indispensablemente necesita llevar poderosa artillería i un parque de municiones mui bien provisto. No es tampoco ventajoso, a mi juicio, un ataque a Arica, intentando un desembarco. Ninguna de las caletas vecinas a este puerto presenta las comodidades mas indispensables para hacer en medianas condiciones el desembarco. El puerto de lio, que ofrece mayores ventajas, nos deja a una distancia de veinte leguas por un mal camino destituido de recursos i principalmente de agua i por el cual no podemos arrastar nuestra artillería.

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INÉDITOS.

dicionario de mi mando, lo consideraría suficiente para esta empresa, quedando entonces a cargo del ejército de reserva la defensa de la línea que actualmente ocupa el ejército de operaciones del Norte, pues le seria fácil mantener. Mui necesario seria, en caso de marchar sobre Lima, vijilar con fuerzas suficientes la línea del Loa, para evitar sorpresas por parte de los bolivianos que pretendieran aprovecharse de la ausencia del grueso de nuestro ejército. Las facilidades que V. S. me indica en su oficio para ponerme en comunicación con diversas autoridades de quienes puedo valerme en caso necesario, ayudarán mui eficazmente a la realización de cualquier plan que se ponga en ejecución, i tan pronto como el Supremo Gobierno me comunique su determinación, podré utilizarlas en el servicio, aunque creo de mi deber manifestar a V. S. que la organización que se ha dado al ejército de reserva, adolece de varias irregularidades que pueden dar márjen a entorpecimientos, que a todotrance conviene tratar de evitar. El ejército de mi mando, señor Ministro, ha procurado satisfacer en la medida de sus fuerzas, las esperanzas que en él cifraba el país i el Supremo Gobierno, al entregar en sus manos la defensa de su honra, i me asiste la seguridad de que ha correspondido dignamente a esas esperanzas, llevando a feliz término la ardua empresa de la ocupación del rico departamento de Tarapacá. Muchas dificultades ha tenido que vencer, que la incansable actividad e intelijente contracción de V . S. han contribuido a salvar en gran parte, poniéndolo en disposición de realizar la espedicion sobre el territorio enemigo. A. las glorias que conquiste el ejército irá siempre vinculado el nombre del señor Ministro de Guerra en campaña, de cuyo importante i abnegado patriotismo ha dado fiel testimonio." Lo que tengo el honor de comunicar a V. S. para su conocimiento, confiando que el Supremo Gobierno se dignará prestar su atención a las diversas necesidades del ejército a que en este oficio me refiero, i que le corresponde satisfacer para quedar así en situación de emprender nuestras futuras operaciones. Dios guarde a V. S.

Llegaríamos, pero en pésimas condiciones a Arica después de una larga travesía para entrar en combate con un enemigo que nos espera en posiciones fortificadas. Tampoco presenta facilidades esta costa para intentar un desembarco en distintos puntos, tratando de distraer la atención del enemigo. Por último, un ataque directo al puerto, aunque mui riesgoso es mas hacedero; pero tenemos que esponernos a sufrir muchas pérdidas haciendo el desembarco bajo los fuegos enemigos de las baterías i del numeroso ejército que guarnece la plaza i que fácilmente puede recibir su refuerzo de Tacna. Conseguido además nuestro propósito desembarcando en Arica, el ejército enemigo que se viera vencido, marcharía sobre Tacna i necesitaríamos seguir en su persecución haciendo una marcha penosa para nuestro ejército, mientras que el enemigo podría recibir ausilios poderosos de la parte central. Esta es la opinión que he podido formarme respecto de un ataque en Arica para desvaratar el ejército del centro, que el enemigo tiene distribuido entre las ciudades de Arica i Tacna. He carecido de los medios mas comunes de que en estos casos se puede disponer para conocer cual sea la situación del ejército enemigo, posiciones que él ocupe, lado débil que presente i muchos otros datos de que precisamente debia tener conocimiento. No podria yo servirme para ello si no de individuos pertenecientes al Ejército, que es temerario ocupar en esta clase de servicios, pues es esponerlos a una triste i dudosa suerte; los demás habitantes que aquí se encuentran me son completamente desconocidos i no me inspiran confianza alguna. N o comprendo por que el Supremo Gobierno haya mirado con indiferencia esta parte del servicio, que tan importante es i no haya procurado mantener comisionados en los principales cuarteles del enemigo que nos tuvieran al corriente de toda noticia que pudiera interesarnos. Y o podria modificar, pues, mi opinión respecto de Arica, en caso que resultasen equivocados los informes que me han servido de base para formularla en este sentido. En vista de las dificultades que someramente dejo indicadas a V . S., he considerado mas practicable una espedicion sobre Lima, pues ya sea al Norte o al Sur del Callao, pedemos encontrar puntos de desembarco como Chilca o Ancón, que no nos dejan a una gran distancia de la capital i en los cuales podemos contar con muchas ventajas, entre otras, el hacer el desembarco bajo la protección inmediata de los fuegos de la escuadra. No desconozco los inconvenientes que puede tener dejar a nuestra retaguardia un considerable ejército enemigo como el de Arica i Tacna; pero tengo para mí que seria bastante a destruir ese ejército, o por lo menos impedir su paso en caso que intentara un ataque, la división que ya he indicado a V. S. i que lo esperaría en sus posiciones. Para espedicionar sobre Lima necesitaríamos, sí, un fuerte ejército, bien amunicionado i perfectamente provisto de forraje, víveres i demás pertrechos; i este ejército debe constar, a lo menos, de doce mil hombres. Si se completara la dotación de cada uno de los cuerpos que componen este ejército espe-

(Firmado.)—ERASMO

ESCALA.

Al señor Ministro de Guerra.—Santiago.

XI. P a r t e oficial s o b r e l a espedicion Aroma. 1.

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a la quebrada

de

COMPAÑÍA D E L T E R C E R E S C U A D R Ó N D E L R E J T M I E N T O D E GRANADEROS A CABALLO.

Sacramento, Enero 5 de 1880. El que suscribe, da parte al Cuartel Jeneral que en virtud de la orden e instrucciones recibidas por el mismo cuartel, me puse en marcha, el martes 30 del próximo pasado, con cincuenta granaderos a caballo de mi compañía, con el objeto de recfnocer i rejistrar la quebrada de Aroma; el 31 del mismo llegué a Ariquilda, en donde encontré algunos paisanos que se habian retirado de las oficinas a aquel lugar, i algunas m u jeres de soldados del ejército aliado que marchaban al Norte de la quebrada de Camarones. Hecho un prolijo rejistro, encontré tres rifles Piuff, una escopeta, una pistola de sistema autiguo i tres muías escondidas en los chircales. El dia 1 . ° del presente llegué al pueblo de Aroma, compuesto de tres casas, las que estaban solas; siguiendo la misma quebrada encontré a una señora Grez, chilena, que con su familia i pasaporta por el Cuartel Jeneral regresaba a Mejillones, por la misma señora supe que el Subprefecto de Tarapacá con unos 18 hombres, mas o menos, se habia retirado de la quebrada i no sabia para donde; como a tres leguas mas al interior encontré un indio i éste me dio las mismas noticias, asegurándome que el Subprefecto marchaba en dirección a Sotoca, pueblecito de indios que está situado en la cima del cerro del mismo nombre al Sur déla quebrada que seguia, habiendo encontrado en esta quebrada tres muías, tres caballos, cuatro yeguas, dos_de estas paridas. Al dia siguiente llegué a Sotoca, encontré la noticia que el Subprefecto habia pasado por allí a la 1 A . M. del dia anterior, que habia dicho que se iba a un lugar llamado Huasquiña para de allí retirarse a Bolivia; en ese mismo lugar ine denunciaron a un sarjento del batallón Arequipa del ejército


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G U E R R A D E L PACIFICO.

aliado, Rómulo Ángulo; este individuo so encontró con un rifle Peabody i algunas cápsulas; por la declaración de él, supe que habia sido herido en la batalla de Tarapacá i mejor se retiraba .para Arequipa, lugar de su nacimiento, que llevaba una encomienda del cura de Tarapacá para su hermana que debiera encontrar en el camino,la que se componía de una pequeña máquina de coser i algunos papeles de iglesia que no contenían ningún significado. No encontrando ninguna noticia mas i estando el lugar a que se dirijió el Subpref'ecto de diez a once leguas de distancia, determiné regresar, por haber andado la mitad del tiempo que se me habia fijado como por encontrarse algunos caballos en mal estado. En Curan encontré un saco con cápsulas de cuatro clases, que se le habían quedado a un oficial de nuestro ejército que anduvo por ahí recogiendo armamento en número de 787, estas cápsulas eran del ejército aliado. El reo Ángulo, el armamento i las cápsulas se entregó al Cuartel Jeneral; los animales encontrados se entregaron, dos caballos i dos muías a Granaderos de a caballo, una yegua parida al Cuartel Jeneral, cuatro muías, un caballo i tres yeguas al jefe de artillería de marina señor Vidaurre; los mencionados animales los ocupé todos al regreso trayendo de tiro los caballos míos a fin de que no se maltrataran. (Firmado.)—J. L. CONTRERAS.

XII. N o t a d e l Jefe d e E s t a d o M a y o r d e s c r i b i e n d o el territorio peruano desde la quebrada de Camarones h a s t a IMoquegua. NTJM. 203.—ESTADO MAYOR JENERAL. •

Santa Catalina, Febrero 6 de 1SS0.

Esta, por el lado del Norte, no tiene sino la playa baja i descubierta de que me he ocupado i en que desemboca el valle de Azapa. Al pié del Morro hai una isla baja que cubre casi por entero el mar en las grandes mareas i que se llama del Alacrán, e inmediatamente al Sur del Morro hai una caleta pequeña, por donde, dado caso de un bombardeo i de la subsiguiente estension de las fuerzas de las baterías, seria también el punto mas conveniente para un desembarco, en caso de ser Arica atacado directamente. Entre esta ciudad i Tacna hai quince leguas de un árido camino, hallándose unido por una línea férrea. IIio de Tacna,—(Tacna.)—Entre Azapa i el cauce seco del rio de Tacna, hai seis leguas i pierde sus aguas mucho antes de llegar al mar, pues su caudal es escaso i se cultiva con él los alrededores de la ciudad. Esta se halla a diez leguas de la costa de este puerto i convendría ver hasta donde es posible un desembarco cerca de ahí, por mas que los datos que hasta ahora se tienen, indican que esa costa es descubierta i el oleaje brusco i violento. Pero como desde el lugar en que el cauce desemboca en el Océano hasta los primeros cultivos de Tacna, no habrá mas de seis o siete leguas, seria mui importante conocer exactamente si seria o nó posible amagar al enemigo por ese laclo. Respecto de la ciudad misma de Tacna, se halla en el centro de una hermosa campiña, toda plana, como los terrenos areuosos que la rodean por todas partes i que siguen hasta el mar. La ciudad se halla a quinientos metros, mas o menos, sobre el mar i dista siete leguas de Buena-Vista i Sama, en el valle de este nombre que está mas al Norte i solo tres o cuatro leguas de Pachía en la quebrada que llega hasta los Andes i que seria el único punto de retirada posible para el enemigo si un ejército nuestro ocupara el valle de Sama. En este punto hai agua i pastos en abundancia i también los hai en Pachía, de manera que es necesario tener mui presente estos lugares si se trata de sitiar a un ejército que ocupe la ciudad. Importante es consignar que entre Sama, Pachía i Tacna no hai sino -terrenos completamente desprovistos de agua i por consiguiente de vejetacion. Rio de Sama,—Siguiendo hacia el Norte, siempre por la costa, tenemos a once leguas la desembocadura de este rio. Sus escasas aguas nacen como la de todos estos valles de la cordillera de los Andes i fertilizan un valle que lleva el mismo nombre i que está llamado a ser una gran línea de guarnición i d e fensa si se intentara el desembarco por la caleta de Sama. Diez o doce leguas hai entre la desembocadura del rio i el pueblo de Buena-Vista en el valle mismo por donde pasa el camino que va de Tacna a Moquegna, Inmediatamente al Norte de la boca del rio está el Moirojde Sama, de considerable altura. A su pié se halla la caleta de este te nombre, que según los datos mas fidedignos es el lugar a propósito para operar un desembarco bajo el punto de vista estratégico. Verdad es que la situación del Morro i del terreno adyacente se presta admirablemente para una defensa por el lado de tierra; i convendría estudiar mui detenidamente ese lugar por si se trata de cortar el paso al ejército de Tacna. Hai mas, el rio de Sama solo en estos meses tiene agua suficiente no creciendo nunca basta el punto de impedir el paso, i tomando nuestro ejército por las riberas de este rio hacia el Oriente se tiene a diez leguas próximamente el camino que conduce a Tacna i solo a siete leguas de esta ciudad. De modo, pues, que apoderándonos de este valle i guarneciendo suficientemente sus pasos, así como el camino de Pachía que va a Bolivia, el ejército enemigo tiene que batirse o sucumbir por causa del mas completo de los sitios.

Señor Jeneral en Jefe del Ejército: Para atender como merece a la importancia de la nota de V. S. de 27 del mes último, número 39G, que hace pocos días fué en mis manos, he tenido que recurrir al archivo de este Estado Mayor Jeneral i estudiar los trabajos que han debido ejecutarse mucho tiempo há; pero con verdadero sentimiento tengo que manifestar a V. S. que no be encontrado luz alguna que me guie en tan ardua tarea. Sin embargo, del escaso tiempo i de aquella falta, he podido recojer algunos datos que pueden aprovecharse en bien de las futuras operaciones de nuestro ejército. Principiaré por este departamento de Tarapacá, donde se observa cierta uniformidad en las condiciones topográficas i aun jeolójicas del suelo que asimila una sección cualquiera i todas las demás que se trata de conocer, lo que facilita mucho, no solo al estudio militar de su territorio, sino también las medidas que de antemano pueden tomarse para obrar sobre ellos. Así, la quebrada de Camarones, que se ramifica a pocas leguas de su desembocadura, como también las de Tana i Tiliviclje, que se reúnen a mui poca distancia de Pisagua viejo, es la representación exacta, aunque en pequeña escala, de esos valles llenos de vejetacion que cruzan mas al Norte el árido desierto, sin mas diferencia de que esto, en lugar de estar cubierto de sales i caliche, como sucede acá, está cubierto de arenas movedizas i guijarros de toda especie. Haciendo una descripción de la costa, a partir de Camarones i siguiendo sucesivamente hacia el Norte, me detendré en la desembocadura de los rios, valles, quebradas, caletas i puntos de desembarque que mejor se presten a este objeto. Valle de Vitor.—Se encuentra a diez o doce leguas de Camarones. Es estrecho i de poco cultivo, no obstante hai agua i su caleta no es mala. Como su distancia a Arica no pasa de Rio Locumba.—Se halla a cuatro o cinco leguas mas al Norocho leguas, conviene tenerlo presente para el caso en que con- te que el anterior. Su desembocadura es estrecha i encajonada venga distraer la atención del enemigo con un amago falso, i corre en una quebrada cuyas alturas llegan a tener cerca de mientras nuestro verdadero objetivo sea un desembarco por el ciento cincuenta metros. El valle que fertiliza es cultivado, i Norte. mas al interior se ramifica en las quebradas que a su vez se Valle de Azapa.—(Arica.)—Este valle es ancho en s u d e s - dividen en varios trozos. embocadura, que se encuentra a una legua mas al Norte del Este rio es caudaloso en todo el año i especialmente desde puerto de Arica. Toda la playa es baja i arenosa; pero las olas este mes hasta Junio, de modo que no es posible pasarlo con inrevientan con fuerza i no seria posible desembarcar ahí bajo fantería a no ser con puentes que se construyan exprofeso. ningún punto de vista. De esperar es que el enemigo trate de atender a cortarnos Respecto a Arica, su gran defensa natural es el Morro, de el paso suprimiendo los puentes i toda via de comunicación de mas de quinientos pies de elevación, que nace inmediatamente una a otra orilla. al Sur de la ciudad. Si se dividiera la via de Pacocha, habría que pasarle, i entón-


DOCUMENTOS

ees seria conveniente proveerse de cables de alambre para construir puentes colgantes, cuyo trabajo, como V. S. conoce, es de peco tiempo. Desde la latitud del Locumba se encuentra a la orilla del mar las lomas cubiertas de vejetacion donde se forman las engordas de los vecinos del interior. Estas lomas siguen hacia el Norte por todo el departamento de Arequipa i mas allá por mas de cien leguas de estension. Como en sus movimientos nuestro ejército tiene que llevar un número considerable de animales, conviene tener presente lo anterior. También es preciso estudiar los alrededores de la boca del Locumba, por si hai un punto adecuado de desembarque, porque aun contando con Sama, quizá fuese preciso echar a tierra una división en ese lugar, que dista ocho leguas escasas de Sitana sobre el valle mismo i puntó de reunión de los caminos que van a Moqucgua i a lio desde Tacna. Sitana solo dista siete leguas de Sama i, por consiguiente, solo catorce de Tacna. Sin embargo, si el Locumba dificultase el paso a consecuencia de su caudal, seria preferible desembarcar todo el ejército por Sama. lio, Pacocha i Moquegua.—Siguiendo al Norte se llega al puerto de lio, que dista doce leguas próximamente de la boca. del Locumba. lio está situado en la desembocadura del valle del mismo nombre, que penetra al interior hasta Moquegua i se ramifica mas allá en varios brazos. A la orilla del mar, el terreno es llano en la estension que ocupa en la desembocadura del rio, i el puerto es de fácil acceso, aunque sujeto, a veces, a fuertes vientos i marejadas. Sin embargo, atendidas las condiciones de la costa, el desembarco es fácil, pues no es posible desde tierra hacer una seria resistencia, lio tiene, además, agua desde el momento en que se encuentra en el fértilísimo valle de Moquegua, tan abundante en vinos, frutas, etc. Este valle, como el do Locumba i demás de la zona de que me ocupo, tiene el inconveniente de las tercianas, a consecuencia de la mucha vejetacion que producen las trancisiones atmosféricas. Estos males, como V. S. conoce, son de fácil reparación, desde que la quinina es el eficaz remedio que empleau los naturales i los viajeros. lio dista dieziocho leguas de Moquegua yendo por el camino que va por el valle i veintitrés por el ferrocarril que lo une con aquella ciudad. Moquegua se encuentra a mas de 1,300 metros sobre el mar en el centro de la quebrada i tiene a su espalda unas cuatro fortalezas naturales, formidables por su situación i que llevan los nombres de Cuesta de los Aójeles, Torata, Ilabaya i Chunculí. En el lado izquierdo del rio i a media milla déla ciudad, a 150 pies sobre ésta, se halla el caserío del Alto de la Villa donde está el término del ferrocarril que une este punto con Pacocha. Pacocha es un puerto de aguas bastantes tranquilas que se halla a una legua al Sur de lio. El agua para el consumo viene desde este punto a los estanques del ferrocarril por cañerías; la costa es rocosa i de mas fácil defensa que en lio. El ferrocarril tiene una buena maestranza, magníficas locomotoras i numerosos carros de carga. Se cuenta con un hilo telegráfico que une a Pacocha con Moquegua, i también con grandes estanques distribuidos en todo el camino en las distintas'estaciones. Además del camino que va de lio a Moquegua hai otro que se une en el rio Locumba con el que viene de esta ciudad i se dirije a Tacna; de modo que de Pacocha a lio hai camino recto a esta ciudad pasando por Sitana (en Locumba) i Sama. Este camino, de hacerlo, debe tomarse la línea férrea en una estension de siete leguas, i después, a través del desierto hasta Sitana, .por un espacio de diez. Este no es tan quebrado como el que parte de Moquegua, i quizá convenga tomarlo directamente i no hacer el rodeo por esta ciudad. Siendo mas llano, se facilita el trasporte de artillería i bagajes. Su estension es de treinta.leguas próximamente. El camino desde Moquegua a Tacna tiene, mas.o menos, la misma lonjitud, i se empieza a tomar una línea casi paralela a la línea férrea, hasta un punto que se llama Rinconada, distante tres i media leguas, i se continúa hasta la Aguada de Zaguey, donde hai agua para las tropas de carguío, i donde talvez convendría poner pozos Norton. Desde Zaguey al valle de Locumba (Sitana) hai ocho leguas de un camino mui quebrado i sin agua. Desde Sitaua a Sa-

INÉDITOS.

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ma hai otras ocho leguas i siete de aquí a Tacna, como ya le he dicho anteriormente. Por esto verá V. S. la conveniencia de desembarcar en Sama, pues no solo se ahorra la conducción de agua, sino también trece leguas de camino para el ejército. Aquí debia terminar mi esposicion, pero creo un deber llamar la atención sobro el aumento de agua délos rios en la presente estación, con lo que tendremos dificultades para el paso de nuestros carruajes, i nos obligaría a valemos de muías de carga para la conducción de nuestra agua i municiones, teniendo que ir aquélla en barriles i bien retobadas éstas. Bien pueda suceder que tal aumento de aguas no hubiera ocurrido, pero es preciso ponerse en el peor de los casos cuando se trata de operar en condiciones tan desventajosas como las nuestras. En cuanto a los demás puntos de su apreciable, citada, se esperan los datos que se han pedido oportunamente a los señores jefes de división, quienes apreciarán debidamente las necesidades de los suyos, como responsables únicos del acierto de las operaciones. Dios guarde a V. S. (Firmado.)—PEDRO

LAGOS.

XIII. Eeconocimiento de Tana i Camarones: n o t a d e l J e n e ral en Jefe del ejército, adjuntando cuatro partes del coronel don í'cdro Lagos, .lefe de Estado Mayor- Jennrai, en que da cuenta del resultado de estas espediciones. (1) Pisagua,

Febrero

10 de 1880.

Orijinales adjunto a V. S. cuatro partes pasados a este Cuartel Jeneral por el Estado Mayor, dando cuenta del resultado de las espediciones de caballería que se han enviado a practicar reconocimientos en las quebradas de Tana i Camarones i en la parte del desierto al Norte de Corza; i también en persecución de fuerzas enemigas que se habian presentado por esos puntos. Dios guarde a V. S. (Firmado.)—ERASMO ESCALA. Al señor Ministro de Guerra.

ESTADO MAYOR JENERAL.

Campamento de Jazpampa,

Enero 25 de 1880.

El comandante del Rejimiento de Granaderos a caballo, a propósito de una partida de dicho rejimiento que se mandó a recorrer una parte del desierto al Norte de Corza, me dice, con esta fecha, lo siguiente: "El resultado de la espedicion del teniente Valdebeuito, es el siguiente. El enemigo, que trató de sorprender a la fuerza de Turiza, son solo 100 hombres al mando del coronel don Pedro Melgar, ex-prefecto de Tarapacá. Actualmente, esta fuerza se halla distribuida en distintos puntos. En Camarones hai 40 hombres, de los cuales hai 10 enfermos. En Miñimiñi se encuentran los víveres i municiones con el resto de la fuerza. Esta ha disminuido algo de su número por los que se han dispersado después de la persecución que se les hizo en dias pasados. Me parece conveniente mandar fuerzas a uno i otro punto, tratando de sorprender, cuanto antes sea posible, ambas partidas. Solo espero su beneplácito para mandar la fuerza que juzgo necesaria. El teniente cree que el golpe se puede acertar obrando con lijereza, porque, según los datos recojidos, deben retirarse pronto en dirección a Arica. El coronel que manda las fuerzas está enfermo en Camarones." En virtud de lo precedente, autoricé al espresado comandante el envió de las fuerzas necesarias con las medidas i precauciones que convienen en las presentes circunstancias; sin embargo, es tiempo aun de suspenderla si es que a juicio de V. S. así lo creyere conveniente. Dios guarde a V. S. (Firmado.)—PEDRO LAGOS. Al señor Jeneral en Jefe del ejército del Norte. (1) Dos partes mas de este mismo reconocimiento están insertos en el tomo II, párrafo X X V I , pajina 350.


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GUERRA

ESTADO

MAYOR

DEL

JENERAL.

Campamento de Jazpampa,

Enero 27 de 1880.

Con esta fecha me remite el señor comandante del Rejimiento de Granaderos a caballo el parte del capitán ayudante, que salió al mando de una fuerza de la misma arma en persecución de partidas enemigas en las riberas de Camarones, que dice lo que sigue: "En cumplimiento de la orden que recibí de V. S., salí de este punto, Tiliviche, el domingo 2 6 a las 7 A. M. acompañado del baqueano Juan Ahumada, i llegué a Turiza a las 9 . 4 5 A. M. Ahí puse en manos del teniente don Federico Yávar, la orden que V. S. me entregó i en cumplimiento de ella se pusieron bajo mis órdenes: el referido teniente, el alférez don Pedro N. Hermosilla i 4 8 individuos del Rejimiento. Después que la tropa hubo almorzado i cumplídose lo que dispuse respecto a víveres, salí de Turiza a las 2 P. M. i llegué a las casas de Suca a las 6 . 3 0 P. M. En este punto no encontré ningún habitante. Permanecí en Suca hasta las 1 1 . 3 0 P. M., i a esa misma hora emprendí la marcha sobre Miñimiñi, término de mi espedicion , i donde se sabia se encontraba el enemigo. Después de cuatro horas de marcha por un camino infernal, que va faldeando el fondo de la quebrada i donde la caballería no puede desfilar mas que en una hilera, llegué a una enramada o bosque que forman los árboles. Ahí, mi marcha fué mas molesta todavía i pude comprender qne un solo o dos enemigos que nos hubieran hecho fuego, nos habrían causado algunas bajas. Ese paso es solo a propósito para la infantería. Nosotros lo salvamos sin ninguna dificultad por no haber enemigo i llegamos a Miñimiñi momentos después, alas 4 A. M Por el momento no divisamos mas que un bosque de árboles en el fondo de la quebrada i las casas de la población en un plano elevado que en ese punto forma la misma quebrada. Luego que algunos moradores comprendieron que llegaba tropa chilena se pusieron en fuga i fué inútil llamarlos para que volvieran a sus hogares, ni se les podia perseguir porque la poca luz del alba no nos permitia divisar la dirección que llevaban i solo los vimos descender a la quebrada. Inmediatamente nos pusimos al habla con los habitantes que quedaron en las casas, i por ellos supimos que el enemigo, en número de 1 1 0 hombres i montados en ínulas cansadas, habían emprendido su marcha para Camarones el domingo 2 6 entre 9 i 1 0 A. M. Practicando averiguaciones i haciendo amenazas, descubrí entre los pobladores de Miñimiñi, a dos soldados del enemigo que buscaba i a otro mas que dice ser soldado del batallón peruano Dos de Mayo i que llegó a Miñimiñi a los pocos dias después del combate naval, i es limeño. Los otros se llaman Feliciano Pérez i Manuel Cayo; al enemigo que perseguíamos pertenecen éstos i quedaron en el punto que los tomamos por enfermos. Dicen que el escuadrón o rejimiento en que vinieron, se titula Columna de Honor i que lo componen parte de la jendarmería de Iquique, muchos reclutas i la mayor parte oficiales. Salieron de Arica el 9 del presente i venían al mando del coronel Espejo, coronel Pacheco i prefecto de Arica Pedro Melgar. El objeto de su espedicion no lo saben los prisioneros, pero dicen que les dijeron que venian a Pachía i a Tarapacá. La nombrada Columna de Honor tiene tres clases de armamento: carabinas Winchester, Chassepot i algunos Peabody. Para terminar, diré a V. _S., señor comandante, que a las 8 A. M. abandoné a Miñimiñi, pero antes de salir de él, ya habian regresado todos los que se habian fugado, ya porque volvían solos o ya porque los soldados los encontraban en el reconocimiento que se practicó de toda la quebrada. Todo lo cual pongo en su conocimiento para los fines consiguientes." _ Lo que trascribo a V. S., manifestándole que el prisionero Mariano Sandoval conoce el lugar donde se enterraron cuatro piezas de artillería al dispersarse el ejército Perú-boliviano en la acción de guerra de Dolores, individuos que pondré oportunamente a disposición de V. S. para su resolución. Dios guarde a V. S. (Firmado.)—PEDRO

NÚM.

184.—ESTADO

MAYOR

LAGOS.

JENERAL.

Santa Catalina, Febrero 5 de 1880, _ El comandante de Granaderos a caballo me remite el parte giguiente pasado por el capitán don Amador Larenas, después

PACIFICO.

de una escursion a la quebrada de Camarones, por orden del que suscribe: "Señor Comandante: En cumplimiento de la orden que recibí de V. S. el 2 5 de Enero próximo pasado, de ponerme en marcha para Camarones, salí de Tiliviche a las 8 A. M., llegando a Tana alas 9 . A las 1 0 . 3 0 A. M. salí de este punto con dirección a Chiza, que era el elejido para hacer descanzar los caballos i esperar la hora conveniente para salir de allí con dirección a Camarones, calculando llegar al amanecer a esta quebrada. A las 9 A. M. emprendí mi marcha pareciéndome conveniente nombrar una avanzada, tanto por acercarse ya al lugar en que estaba el enemigo, cuanto por reconocer el lugar en que íbamos a espedicionar. A las 3 A. M. llegamos a Camarones. La avanzada, que se componia de un sarjento, un cabo i cuatro soldados, llevaba orden de apoderarse de las postas que hubiera colocado el enemigo. Esta jente, al llegar al borde de la quebrada, en el punto de junción del camino de Chiza i Miñimiñi, se encontró con dos individuos que, tomándolos por las postas, les intimaron rendición. Estos trataron de huir al ver que los nuestros les cortaban la retirada, uno de ellos hizo ademan de defenderse con el rifle que llevaba. El cabo Cid, que era el que se encontraba mas cerca, le hizo fuego i le hirió, cayendo muerto en el acto. El otro se entregó prisionero. El sarjento, jefe de la avanzada, me dio cuenta de lo ocurrido. Habiendo llegado antes de amanecer, decidí esperar, aprovechando este tiempo en enviar dos soldados al fondo de la quebrada. Estos me dieron informe que habian divisado muchas muías i uno que otro individuo. En vista de estos datos, determiné bajar inmediatamente, pero al hacerlo, vi que el enemigo se ponia en marcha para el lado opuesto. Estos eran en número de 1 0 0 , poco mas o m e nos, armados en su mayor parte de rifles Winchester, iguales a los del oficial muerto. Habiendo tomado ellos la altura opuesta i contando con infantería que traian montada en mulas, me pareció inútil pretender subir por senderos estrechos, en los cuales nos habrían fusilado impunemente. Nombré una partida de tiradores para ver modo de desalojarlos del punto que ocupaban. Como el alcance de nuestras armas hacia inútil esto, mandé suspender el fuego i decidí retirarme. Lo hice después de permanecer media hora en dicho lugar. A las 1 0 A. M. emprendí mi viaje en dirección a Chiza, llegando a este punto a las 5 P . M. No encontrando forraje, decidí permanecer aquí solo el tiempo necesario para hacer descanzar los animales. A las 7 P. M. seguí mi marcha, llegando a Tana a las 5 A. M. En este punto pudo almorzar la tropa i forrajear la caballada. Salí de allí a la 1 P. M., llegando a este punto a las 4 . Debo prevenir a V. S. que un caballo de tropa murió en la escursion." Lo que tengo el honor de comunicar a V. S. para su conocimiento. Dios guarde a V. S. (Firmado.)—PEDRO

LAGOS.

Al señor Jeneral en Jefe del ejército.

XIV. Espedicion de reconocimientos en el v a p o r " T o r o " de la costa del Perú, comprendida entre P a c o c h a i Arica.

Señor Coronel Jefe de Estado Mayor Jeneral: Damos cuenta a V. S. de la espedicion emprendida con el vapor Toro en la costa comprendida entre Pacocha i Arica. A las 9 A. M. del 1 2 del corriente, salimos de Pacocha, llevando a bordo al Jefe de Estado Mayor Jeneral con los ayudantes de esta corporación, Sarjento Mayor Graduado Bolívar Valíés, subteniente Ricardo Walker Martínez, el capitán del cuerpo de injenieros militares Francisco Javier Zelaya i 5 0 hombres del batallón Valparaíso al mando de dos oficiales subalternos. Navegamos paralelamente i a corta distancia de la costa hasta recalar ala caleta de Cícala, veintiuna milla de Pacocha, sin atracadero posible, mui poco fondo i mar bravo. No nos detuvimes aquí mas tiempo que el indispensable para ver que


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DOCUMENTOS INÉDITOS.

estaba inhabitada i que no ofrecía importancia alguua por sus malísimas condiciones. Cuatro millas mas al Sur reconocimos, acercándonos a tiro de revólver, la caleta Ite, donde desembarca el rio Locumba. Está resguardada del Sur por numerosos farellones i arrecifes, i aunque participa de la naturaleza de los puertos de barra, presenta un canal ancho que da acceso a un buen i cómodo desembarcadero, en una playa de arena f i n a , sin roca alguna. El desembarcadero está marcado por los restos o principios de un muelle de madera. El fondeadero es para toda clase de buques, aunque tiene algunos bajos que no son peligrosos. Este lugar estaba desierto; las dos casas de madera i un corralón del mismo material, por toda habitación, estaban cerrados. D e Ite sale un camino carretero que toma la planicie al Norte i atraviesa todo el llano; es bastante bueno para toda clase de vehículos, según los datos de los moradores del lugar. Cinco millas mas al Sur está la caleta de Sama, al pié del morro del mismo nombre, aunque el viento fuerte que sopla es el menos a propósito para encontrar los puertos en buenas condiciones de desembarque, pues la marejada era mui fuerte, la caleta de Ite está perfectamente accesible, ofrecía un buen desembarcadero, ancho, entre dos rocas, en una playa de conchuelas. El fondo es aun para buques de alto bordo. En cuanto se nos vio en el fondeadero, la poca jente que habita Sama huyó, por lo que calculamos que no tenia guarnición. Desembarcaron 2 0 hombres armados, con sus oficiales i acompañados por el ayudante Walker Martinez. Efectivamente, la plaza estaba abandonada por las fuerzas militares. Examinada esta caleta, encontramos que, además del desembarcadero principal que ya se ha mencionado, existen otros dos tan buenos como el anterior, marcados en el croquis adjunto. Encontramos en la plaza dos barriles vacíos i una cueva, que se nos dijo contenia batería eléctrica para inflamar torpedos; veíanse los alambres que arrancaban hacia el mar, i nos llamó la atención que estos alambres eran comunes, por consiguiente, inhábiles para conducir electricidad, i además dominando el desembarcadero principal, un pozo corrido, hondo, con su parapeto de sacos de arena que p o dría ocultar 2 0 0 hombres, i seguía a este pozo una línea de hoyos con su saco de arena cada uno, como parapeto para ocultar un hombre. En todo el pozo podrían ocultarse hasta 3 0 0 hombres. Las habitaciones que allí había eran tan miserables i tan inútiles en sí, que no se nos ocurrió destruirlas. De la caleta de Sama sale un camino mui visible que va a Tacna, de gran repecho hasta llegar a l a cumbre del Morro; de aquí continúa por una estensa planicie hasta dar con el punto llamado Buenavista, que es donde la cruza el rio Sama como a siete leguas de la caleta. Otro camino va por la costa (que es continuación del de Pacocha) hacia Arica, camino arenoso i pesado, porque atraviesa muchos lomajes. Tomamos tres peruanos i siete italianos, por los que supimos que hacia tres meses, la guarnición de 3 0 0 hombres que defendía a Sama, la habia evacuado; que cada dos o tres días venian cinco hombres de la caballería de un tal Albarracin (que consta de 150 hombres, cuyo campamento está en Ite) a ver lo que ocurría en el puerto; se quedaban aquí, a lo mas, un dia i una noche, i partían. Creían que habían en Tacna de 4 a 5,000 hombres armados de Eemington i 9 a 1 0 , 0 0 0 en Arica. En Tacna había caballería, pero poca i en mal estado. Supimos que la jente de Arica está disgustada ya por la escasez de víveres. Nos dijeron que Tacna, la proveedora de Arica, se sustentaba mui principalmente de Moquegua. Tenían noticias del movimiento de tropas de Tacna a Moquegua por haber visto un batallón detenido en el rio Sama por la crece, con destino a Moquegua. Los hombres que nos han dado esas noticias, están hasta la fecha detenidos a bordo del Toro. Continuamos rumbo al Sur para ver la desembocadura del Sama, pero era ya tarde, i a oscuras pasamos por este lugar. Creyendo que era importante el reconocimiento de esta boca, proseguimos rumbo a Arica para volver a la mañana siguiente. A media noche llegamos al fondeadero de Arica, nos aguantamos sobre la máquina i al amanecer fuimos reconocidos polla Magallanes. Bordeamos a largo tiro de cañón al Morro de Arica i toda su costa Norte, donde revienta una mar bravísima de poco fondo, que hace imposible todo desembarque i que no tiene una sola caleta. A las 2 P. M. del dia 13 reconocimos la desembocadura del rio Sama, que ostenta una barra malísima, con mucho oleaje i

tomo ni—13

mucha reventazón, como el resto de la costa hacia Arica, i vimos que no es aquí posible desembarque alguno. Continuamos hacia la caleta de Sama, donde llegamos a las 2.30 P. M., pensamos arriar bote para que los italianos que teníamos a bordo tomaran sus redes; pero vimos que había en tierra algunos hombres de caballería, i como nuestro desemnarque no tenia objeto mas importante, desistimos i zarpamos, llegando a este puerto sin novedad a la 9 P. M. del día 13. Marzo 1 4 de 1880. (Firmados.)—BOLÍVAR VALDÉS.—F. JAVIER ZELAYA.

XY. Se h a c e relación del estado de las m á q u i n a s ferrocarril de Pacocha. KÜM.

del

429.—INJENIERO DE EJÉRCITO I ARMADA.

Pacocha,

Febrero 28 de. 18S0.

Señor Coronel Jefe de Estado Mayor Jeneral: En cumplimiento de la orden recibida hoi de V . S., de dar cuenta del estado de las máquinas i trabajos en ellas, digo a V. S. que de las que hemos encontrado solo dos pueden utilizarse, i el trabajo hecho en éstas hasta el presente es el siguiente: Se desembarcaron las piezas que fueron retiradas por la primera espedicion, en lo que se empleó algún tiempo por la carga que se habia puesto sobre ellas a bordo del buque. Al quererlas colocar en sus puestos, noté que por personas estrañas se habian sustraído de las maquinas ocho válvulas pertenecientes a las bombas i los repuestos que habian en almacén; he tratado de subsanar este inconveniente, desarmando las bombas por ser inútiles ya i hacer el servicio de los calderos por medio de un inyector que se está colocando a una de las máquinas; espero que esto surtirá el efecto que se desea. Para la otra máquina se están fundiendo las válvulas en la misma maestranza. Sustrajeron también las conecciones de las barras de las válvulas distribuidoras de las dos máquinas, las que actualmente se están trabajando i creo poder concluirlas pronto para poner en movimiento una de las máquinas. También se han llevado un inyector del caldero de la máquina, por lo que para alimentar éste tenemos que bajar el vapor i dejar que el agua entre por la presión natural de la cañería, lo que no deja de ser un gran inconveniente para el trabajo regular de la maestranza. No enumero varias piezas pequeñas que faltaban, por haberlas concluido i colocado. Me será grato poner al corriente a V. S. de los trabajos que se efectúen i en lo cual se pone todo empeño para concluir cuanto antes. Tanto los operarios como los señores Latham, Cruz i el que suscribe trabajamos desde el toque de diana hasta las doce do la noche. Dios guarde a V. S. (Firmado.)—FEDERICO STUVEN.

XVI. Espedicion a M o l i e n d o : n o t a del J e n e r a l en Jefe d o n E r a s m o Escala en que anuncia la partida i regreso de la espedicion; n o t a del mismo en que a c o m p a ñ a copia del parte del j e f e de la espedicion, coronel B a r b o s a , con inclusión de copias de los partes parciales i de otros documentos. NÚM.

1.

lio, Marzo 10 de 1880. El dia 8 del presente ha partido de este puerto con destino a Moliendo una espedicion compuesta del liejimiento 3. ° de línea, Brigada de Zapadores, Batallón cívico de Artillería^ Naval i 32 Cazadores a caballo, formando un total de 2,148 individuos de tropa, embarcados a bordo del blindado almirante Blanco Encalada, del crucero Amazonas i del trasporte Lámar, a las órdenes del señor coronel Comandante de la 4. División don Orozinibo Barbosa. s


98

GUERRA DEL PACIFICO.

Esta división va a desembarcar en el puerto de Moliendo o en las caletas vecinas que actualmente bloquea la corbeta ()' Iliggins i la goleta Covadonga, i comobai motivo para creer que la resistencia que opongan las fortificaciones enemigas sea vencida por los fuegos de nuestros buques de guerra, la división espcdifioníiria lleva por objeto la persecución de las fuerzas de infantería que e.xislan de guarnición cu esos puntos i la destrucción de todos los elementos de comunicación o de cualquiera oirá clase de servicio que puedan ser útiles al enemigo en ese puerto i lugares circunvecinos hasta donde sea prudente puedan internarse nuestras fuerzas. Todos los daños que esta espedicion cause al enemigo vendrán a refluir directamente sobre la importante ciudad de Arequipa, en la cual conseguirá, probablemente, introducir el pánico consiguiente en toda ciudad a la aproximación de fuerzas enemigas, cuyo número les es desconocido. Hasta este momento no he tenido noticia alguna sobre el resultado que haya obtenido, lo que me apresuraré a poner en conocimiento de V. S. tan pronto como reciba. Dios guarde a V. S. (Firmado.)—ERASMO ESCALA,

NÚM. SCO.

lio, Marzo lo de 1SS0. Iva espedicion militar sobre Moliendo, Islai i caletas vecinas, mandada de acuerdo con el señor Ministro de Guerra en campaña i de que daba cuenta a V. S. en mi oficio de 10 del presente, ha regresado el dia de ayer. La espedicion llegó a Moliendo en la noche del mismo dia de su partida, i aunque poco después principió su desembarco, fué preciso suspenderlo por el mal estado de la bahía i no ser conocido el desembarcadero, para continuarlo en la madrugaría del dia siguiente; i se hizo sin resistencia, pues solo hubo uno que otro fuego aislado i que no causó daño alguno en la tropa.

NÚM. 879.

lio, Marzo 18 de 1880. Señor Ministro de Guerra: Tengo el honor de pasar a manos de V. S. copia del parte que sobro la espedicion a Moliendo me ha dirijido el señor coronel jefe de la división don Orozimbo Barbosa, i de los documentos a él anexos, escepto el que corresponde al número 1, i que es el estado de las fuerzas que componian esta división espedicionaria, i que acompañé a mi oficio de 10 del presente, en que participaba a V. S. la partida de ella. Consecuente con mi propósito de reprimir con severo castigo las faltas que se han cometido, i de que se hace sucinta relación en el parte del jefe de la división i en los parciales a que él se refiere, he dispuesto el inmediato encausamieuto de los oficiales del Rejimiento 3. de línea, capitán don Viviano 2.° Carvallo, teniente don Liborio Andrades i subteniente don Félix Canales; del capitán del Rejimiento de Zapadores, don Fidel Bahamondes i de los soldados del 3. de línea, Ruperto de la Fuente i José Parra. Asimismo he ordenado se instruya una minuciosa investigación sumaria respecto de los demás hechos de que se da cuenta en los partes adjuntos, i que no están perfectamente esclarecidos para imponer el respectivo castigo a sus autores, sea por no conocérseles aun nominalmente o por ignorarse otras circunstancias necesarias para apreciarlas debidamente. Dios guarde a V. S. 5

=

(Firmado.)—ERASMO ESCALA.

COMANDANCIA DE LA DIVISIÓN ESPEDICIONARIA A ISLAI I MOLLENDO.

lio,

Marzo 16 de 1880.

Señor Jeneral en Jefe del Ejército: Habiendo regresado a este puerto con la división que V. S. se sirvió confiarme para espedicionar sobre Islai i Moliendo, tengo el honor de dar cuenta a V. S. del resultado de la espedicion i de la manera como he dado cumplimiento a las insLos edificios públicos de Moliendo, como estación del fertrucciones verbales que recibí de V. S. la noche del 6 del rocarril con sus útiles i accesorios, que era de gran importanpresente: cia, oficina de telégrafo, etc., han sido destruidos en su mayor A las 11.3 A. M. del dia 8, la división espedicionaria, parte para privar al enemigo de todo el provecho que de ello compuesta de las fuerzas que especifica el estado adjunto, sigpudieran obtener, La Aduana no se pudo destruir por temor nado con el número 1 se encontraba embarcada en los siguienque el incendio so propagara a la ciudad, i a pesar de los estes buques: Blanco Encalada, Amazonas i Lámar. En el prifuerzos que se hicieron para destruir el muelle, no se consiguió mero iba el que suscribe, el Jefe de Estado Mayor señor del todo por la solidez de su construcción, aunque ha quedado Baldomero Dublé A. i dos de sus ayudantes, capitán don Herbastante deteriorado. No puedo comunicar aun a V. S. detalles mójenes Cámus i alférez don Diego Miller A. sobre los resultados de esta espedicion, que ha causado pérdidas Acompañaban también a la espedicion el capitán don A u i daños de mui seria consideración al Gobierno peruano, porgusto Orrego, como comisionado del Estado Mayor Jeneral, el que aun no he recibido el parte del señor coronel jefe de la división don Orozimbo Barbosa, pues con motivo de ser hoi dia capellán de la división don Eduardo Fábres, el corresponsal de revista de comisario, sus ocupaciones como jefe de cuerpo i don Eduardo Hempel, el práctico don Arturo Villarroel, el de la •!. División no le han permitido pasarlo, pero lo remecánico inglés Mr. Mac Donald, el ex-soldado del Batallón mitiré a ésa por el próximo vapor, pues de un momento a otro Atacama Rómulo Ossa i el ciudadano don Anselmo Cruz Verespero tenerlo en mi poder. gara. Poco antes de las 12 del mismo dia el Blanco Encalada Respecto de hechos de alguna gravedad que han ocurrido hizo rumbo a Moliendo i los otros buques se dirijieron mas en esta espedicion i que comprometen la moralidad i disciplina afuera para reunirse al Blanco, a la caida de la tarde, entre militar, ordenaré se instruya una seria investigación judicial Islai i Moliendo. Durante la travesía i cumpliendo con las insque esclarezca la verdad de los hechos, que hasta aquí está entrucciones de V. S., el que suscribe i el Jefe de Estado Mayor vuelta en informes contradictorios por los mismos que los han conferenciamos con el señor Almirante acerca del mejor punto presenciado. para efectuar el desembarque, resolviendo dicho señor acercarSolo espero el parte oficial del señor comandante de la divise a la costa para reconocer las caletas, que según el plano sión para decretar la formación del sumario al que le ha de presentaban mejores condiciones para efectuar aquella opeservir de base. Entretanto, se mantiene en calidad de presos ración. los oficiales e individuos de tropa a quienes se ha sorprendido En la tarde se reconoció la costa entre los dos puertos citaen estos actos. dos i se fijó una caleta para el desembarco, a la cual se acercó Tendré a V. S. al corriente del estado de investigación, que un bote que mandó arriar con ese objeto el señor Almirante, indudablemente servirá de poderoso ausilio para impedir que volviendo a bordo el oficial de marina que lo dirijia con la los hechos ocurridos sean apreciados bajo la influencia que caunoticia de que el lugar era escelente. Seguimos rumbo al Norsan las exajeradas noticias que suelen suministrar, sin tenerse te para reconocer mas allá de Islai, volviendo al frente del conocimiento cabal de lo que haya sucedido. punto indicado como a l a s 10 P. M. sin encontrar al Amazonas i al Lámar. A esa hora principiaron los aprestos paDios guarde a V. S. ra desembarcar jente del Batallón Naval, que iba a bordo del (Firmado.)—ERASMO ESCALA. Blanco, en botes de este blindado i de la Covadonga, que bloqueaba la costa, siendo la noche sumamente oscura. Poco después se dirijian hacia la costa varios botes con jente del espresado batallón al mando del Sárjente Mayor don Alejandro d


D O C U M E N T O S

Baquedano i varios oficiales del mismo cuerpo. Trascurrida | una hora, volvió abordo el oficial de marina que fuá al mando del primer bote, diciendo que el desembarco de la jentc que llevó se habia efectuado sin mas novedad que haberse mojado los soldados los zapatos; pero poco después volvió a bordo otro oficial de marina con la noticia de que la caleta era mui mala i que la tropa se mojaba hasta la cintura al saltar a la playa. Inmediatamente dispuse que el Jefe de Estado Mayor fuera a tomar noticias de la verdad de lo que ocurria, i dicho jefe pudo convencerse personalmente de que se habian equivocado al escojer ese lugar para desembarcar i que la caleta era del todo inadecuada para el objeto i aun peligrosa para la jente, pues vio que varios soldados del lióte en que iban eran completamente cubiertos por las olas al saltar sobre las rocas de la orilla, i aun presenció la casi destrucción de un bote lleno do jentc que el mar estrelló contra las piedras, la que felizmente pudo salvarse con el pronto ausilio que prestaron los demás botes allí detenidos. Con este motivo dicho Jefe de Estado Mayor ordenó que todos los botes volviesen a bordo con la jente que aun no habia desembarcado i dictó verbalmeute las medidas de seguridad que debían de tomarse con los hombres que, en número de 140, ya habian desembarcado i estaban en tierra. Informado el señor Almirante de lo sucedido, dispuso que la tropa que quedaba en el Blanco fuera a desembarcar en el puerto de Islai, i llegado allí el buque se principiáronlos aprestos del caso. Estaba ya amaneciendo i en estos momentos se oian tiros en tierra, en dirección del lugar en que habian desembarcado los 140 hombres. Este tiroteo provenia del encuentro que tuvo nuestra tropa con una avanzada de los 5 0 hombres que tenia el enemigo para guardar la plaza. Como resultado de esta pequeña acción hubo un prisionero del enemigo i dos muertos que se encontraron tres horas después en un camino estraviado en las inmediaciones del sitio en que tuvo lugar el ataque. Por nuestra parte no tuvimos degrada alguna que lamentar.

I N É D I T O S .

99

en que las tropas se embarcaron en Moliendo para volver a lio. En Islai hice embarcar otros tantos. El camino que tuvo que recorrer la tropa es mui corta lo por quebradas profundas i cortado en su mayor parte por depósitos de ceniza volcánica, la que al ser removida formaba una nube mui incómoda i fatigosa. Como a legua i media de Moliendo se adelantó el Jefe de Estado Mayor con s u ayudante el alférez Miller i su asistente c o n el objeto de practicar un reconocimiento del camino por recorrer. N o encontró novedad en su marcha, llegando hasta el fuerte Norte, que estaba abandonado i sin los cañones de 150 que se nos habia anunciado en lio. En dicho fuerte, qu'¡ es a barreta i formado el espaldón con sacos do tierra, solo existe una esplanada de madera para un cañón de a G8 libras. Desde este fuerte, el jefe me mandó aviso por escrito con la ordenanza para que avanzara sin cuidado, pues, no notaba en la población señales de enemigos, ni habia enarbolada ninguna bandera peruana, i sí muchas estranjeras. Mientras tanto, aquel jefe siguió avanzando hasta entrar en la población, en la que habia, al parecer, mui pocos habitantes. En la plaza s e dirijió a casa do varios cónsules estranjoros a preguntarles por las autoridades del pueblo; dichos señores contestaron que ellos lo habian abandonado mui temprano, acompañados de 100 milicianos, i que se habian dirijido a Mejía. Preguntados si ellos n o se habian reunido para organizar una autoridad, contestaron que no pensaban en tal cosa, i que mucho mejor seria para el pueblo, que nosotros nos hiciéramos cargo de la ciudad. Inmediatamente les contestamos que las fuerzas que venían en camino ocuparían la plaza, asegurándoles, al mismo tiempo, que nuestra espedicion no tenia pro objeto hacer mal alguno a los habitantes peruanos ni neutrales, ni menos a la población. En este momento llegó a tierra m i bote del Blanco con un oficial que venia a tomar noticias, quien facilitó una bandera. Acto continuo s e izó el pabellón nacional chileno al asta de bandera de la casa que ocupaba la sub-prefectura. Eran las 12.30 P. M.

Por los cónsules i varios otros estranjeros, supo el Jefe de lisBajo el número 2, en los documentos adjuntos, encontrará V. S. el parte detallado que me ha pasado el señor coronel tado Mayor que los cañones de los fuertes no habian pasado de tres: uno ele a G8 liso en cada uno de los fuertes Norte i Comandante del Batallón Naval. Una vez el Blanco Encalada en Islai, el Jefe de Estado Ma- Sur, i otro de a 150 Parrot en el fuerte de la isla, cuyas piezas yor con uno de sus ayudantes se dirijió a bordo del A mazonas hacia como u n mes que habian sido desmanteladas i conducidas a Arequipa por el tren, de lo que se pudo después tener que estaba allí, para disponer el desembarco del Rejimiento 3. ° de línea, caballos i muías que traia ese buque, cuya operación evidencia por muchos otros informes. se efectuó sin novedad por el muelle i caletas mas adecuadas; Miúutras tanto, la división seguía su marcha adalante, enotro tanto se hizo con los Navales del Blanco Encalada i los trando el que suscribe con el Batallón Nava! a la plaza princiZapadores que conducía el Lámar. pal do Moliendo a las 2 P. M . ; dispuse que esta tropa se alojaA las 8 A. M. del día 9 la plaza ele Islai estaba ocupada por se en unos edificios públicos al lado del Poniente i los demás el Batallón de Artillería Naval i una parte del Rejimiento 3. ° cuerpos lo hiciesen en la estación abajo del pueblo, lugar dede línea, encontrando la ciudad casi desierta. signado ya por el Jefe de Estado Mayor. Se principió por visitar los edificios públicos, como cuartel, Una vez en posesión de la ciudad se organizó el servicio de correo, oficina telegráfica, etc. De ésta última se tomó intacta guardias, avanzadas, patrullas i se tomaron las demás medidas una máquina, muchos materiales, útiles i documentos, cuyos de seguridad para la población; se visitaron todos los estableciobjetos se remitieron a bordo del Blanco. En cuanto a las límientos público*, recojiendo los archivos i útiles de telégrafos, neas telegráficas, ya habian sido cortadas por los Navales ani s e recorrieron los edificios del ferrocarril i sus dependencias, tes de amanecer, apenas habian desembarcado. etc. En la oficina telegráfica se encontró otra vez la prueba de Llamo la atención de V. S. hacia la circunstancia de que la que el enemigo sabia de antemano nuestra llegada, i además, mayor parte de los habitantes que fueron interrogados en Islai que el cable sub-marino estaba funcionando el dia antes. tenia» conocimiento de la próxima llegada de la división i así En la tarde me dirijí con el Estado Mayor a los suburbios de consta también ele los telegramas tomados en la oficina i que la población, i encontré varios individuos del 3. - de línea i estaban en poder del Secretario del señor Ministro de la Guerra uno que otro de los demás cuerpos que andaban por las calles en campaña don Máximo R. Lira. sin armas, los que interrogados contestaron: los primeros, que A las 9 A. M. de ese dia, i una vez que las tropas de infanno se les habia prohibido salir de su cuartel, i los otros, q--.c se tería llegaban a la plaza, llenaban sus caramayolas en la pila, habian venido sin permiso. Iniuediateniente se mandaron esos principiaron los cuerpos a marchar hacia Moliendo en este orsoldados a sus campamentos i se ordenó (pie, a mas de las nomden: Navales, 3. ° de línea, Zapadores i demás piquetes. La bradas, salieran patrullas de los distintos cuerpos a recojer los tropa de caballería empreuelió su marcha dos horas después a I soldados que so encontrasen en la población; asimismo repetí causa de la dificultad para desembarcar los caballos cerca del a los jefes de los cuerpos la orden de no permitir que soldado pueblo, cuya operación fué morosa i tuvo que efectuarse en una alguno se fuese a la población. Para impedirlo mas eficazmencaleta distante al Norte. te, s o pusieron centinelas en las primeras salidas del pueblo. La marcha de la tropa tuvo lugar con todas las precauciones También encontré hacia el lado de Islai varios rezagados del de seguridad posibles; a pesar de tener noticias que en Molien3. ° ele línea que todavía no habian entrado a la ciudad, ele do no habian mas que 5 0 hombres i los otros 5 0 que se retiracuya falta no m e habia dado cuenta el jefe de ese cuerpo, ni ron de Islai, En todo el trayecto se iba destruyendo la línea tampoco al Jefe de Estado Mayor, a c i ^ o s individuos hice telegráfica, rompiendo los postes i aisladores, i cortando los conducir a s u campamento. alambres. Esa misma tarde vino a tierra el señor Almirante ele la e s En el camino se descubrió que marchaban con las tropas cuadra, i conferenciando con dicho señor, convinimos en mancuatro paisanos chilenos, soldados licenciados de varios cuerpos dar a bordo alguna tropa por la dificultad ele procurarse víveres que habian conseguido embarcarse i desembarcarse sin ser no- en tierra, a esta necesidad urjente s e agregaba la circunstantados; estos individuos se les mantuvo presos hasta el momento cias de que al dia siguiente debia salir el Amazonas a destruir el


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GUERRA DEL

muelle, máquinas, etc., a Islai, en cuya operación debia ayudarle la tropa; que el dia siguiente también se iba a principiar la destrucción do ios edificios de la estación, que servia de alojamiento a la tropa i no convenia aglomerar jente cerca del muelle donde había almacenes que contenían gran cantidad de licores; que se iban a destruir los depósitos i cañerías que surten de agua a Moliendo, i en fin, que no habiendo enemigos a los alrededores convenía despejar la plaza para evitar desórdenes i que el trabajo de destrucción no sufriese entorpecimiento. Al efecto, quedó arreglado con el señor Almirante que al dia siguiente mandaría al muelle embarcaciones para recibir un batallón del Rejimieuto 3. ° de línea, dando, el que suscribe, personalmente orden al comandante de dicho Tejimiento para que a primera hora del siguiente dia, se embarcara el 2, ° batallón de su cuerpo. Esa misma tarde dispuse que se alistara la Brigada de Zapadores, al mando de su comandante Santa Cruz, i los 3 0 Cazadores a caballo, al mando del teniente Amor, para sainantes de diana del siguiente dia 1 0 en dirección a Mejía. Esta espedicion tenia par objeto tomar intelijencia del enemigo, observar sus posiciones, inutilizar la línea férrea que une a Mejía con Moliendo, destruir sus comunicaciones telegráficas, sus estaciones, material, etc. También formaba parte de la espedicion el piquete de injenieros, al mando de su capitán Munizaga. Salí de Moliendo con la fuerza indicada a las 3 A. M. del dia 1 0 , dejando en la ciudad el resto de la división. A las 1 0 A. M. tomé posesión del pueblo de Mejía i por los prisioneros capturados por los Cazadores en las inmediaciones, supe que el enemigo se hallaba en la Ensenada, estación de la línea férrea, con 2 0 0 hombres bien armados i amunicionados. Con este conocimiento dispuse que el teniente Amor, apurando un tanto la marcha, siguiera hasta encontrarse con las avanzadas del enemigo, i procurara tomarles el flanco derecho, encargándole mantenerse fuera de los fuegos del enemigo. A l llegar a las inmediaciones de la Ensenada ( 1 1 . 3 0 A. M.), noté que las fuerzas enemigas marchaban con dirección a Tambo, vía de Arequipa, i que los Cazadores hacían esfuerzos por alcanzarlos i tomarles el flanco que le había prevenido al teniente Amor. La reducida fuerza del teniente Amor, puesta a la vista del enemigo, le animó a detener su marcha i hacer fuego sobre ella. Vista esta situación i comprendiendo que la infantería no llegaría oportunamente por lo malo del camino, tomé el partido de recojer con el capitán Orrego i mi ordenanza algunas ramas de árboles con el propósito de hacer polvareda i hacer creer a los enemigos que era la masa de mi caballería. Así, sin duda, se lo creyó, porque minutos después cesó sus fuegos i apuró su marcha, dejando en su camino 2 2 individuos que se presentaron a mi campamento con sus armas i municiones. En ¡a oficina telegráfica de Mejía i las de la Ensenada, hallé partes en que se comunicaba mis movimientos al jefe de la fuerza enemiga, señor coronel Mecías, i que el número de la tropa de mi división era el de 8 0 0 . A las 2 . 4 5 P. M. principiaron a bajar a Tambo varios trenes que venían de Arequipa cargados de tropas, i a las 5 se notó en un cerro el movimiento de jente de caballería, la que tan luego fué reconocida, mandé a los Cazadores marcharan a atacarla; pero su jefe, al notar el movimiento de los mios, tuvo por conveniente ponerse a una distancia de 1 0 kilómetros mas que los cinco en que se hallaba cuaudo fué observado; lo que me precisó a mantenerme tranquilo, dándome tiempo para seguir destruyendo la línea férrea e incendiar 2 6 carros de carga i uno de pasajeros, e inutilizar varios estanques. A las 6 hice avanzar a los Cazadores i Zapadores con el propósito de hacerles consentir que me dirijia a Tambo, i después de recorrer una distancia de tres millas, contramarchó esta fuerza, por creer asegurado mi propósito i tomar los carros que le tenia preparados, i regresó a Moliendo, donde llegó a las 4 . 4 0 A. M. del 11 con lo.s 2 2 prisioneros, algunos animales vacunos i mulares i sin la mas pequeña novedad. En los documentos adjuntos bajo los números 3 al 7, encontrará V. S. los partes detallados i relaciones que sobre la espedicion a Mejía me han pasado los comadantes de los piquetes de Injenieros, Cazadores i brigada de Zapadores. Al regresar a Moliendo, el Jefe de Estado Mayor me dio cuenta de los lamentables acontecimientos que se consignan en los partes del Sarjento Mayor del Rejimiento 3. ° de línea, don Ilijinio José Nieto, que se acompañan bajo los números 8

PACIFICO.

i 9. Los hechos relacionados fueron presenciados en parte por el señor Almirante de la escuadra, cuyo señor creyó conveniente suspender el embarque de tropa del 3. ° de línea, i de acuerdo con el Jefe de Estado Mayor i señor coronel don Martiniano Urriola, se decidió que en la tarde de ese mismo dia 10 marchase por tierra ese rejimiento para embarcarse en Islai, cuya medida fué de mi entera aprobación. Al efecto, el Jefe de Estado Mayor dictó las providencias A i B, consignadas en el documento anexo bajo los números 10 i 11. A las 5 P. M. el Rejimiento 3. de línea desfiló por la plaza, camino de Islai, dejando en la estación una guardia para cuidar de los pocos enfermos i como 50 soldados ebrios que no pudieron seguir con el rejimiento. Lo que pasó en esa guardia lo encontrará V. S. detallado en el parte del subteniente Serrano, que se acompaña bajo el número 12. Siendo impotente la guardia que dejó el comandante del 3. ° de línea para contener a la jente ebria i estando herido el subteniente Serrano, el Jefe de Estado Mayor.dispuso que toda la tropa de ese cuerpo quedara bajo la custodia de los Navales; pero tuvo que ocupar esa noche toda su jente disponible, con cuya medida se pudo evitar mayores males. N o haria hora i media que el 3. ° de línea habia salido del pueblo cuando se pronunció un incendio en los suburbios de la población i en el mismo camino que habia seguido la tropa. Inmediatamente el Jefe de Estado Mayor con sus dos ayudantes se dirijieron solos al lugar del siniestro, pues no habia disponible s u solo soldado, i ausiliados por dos o tres estranjeros i algunos soldados rezagados del 3. ° de línea que no estaban ebrios, lograron aislar el primer incendio a pesar de los disparos de fusil que recibían de los alrededores; pero no bien hubieron concluido su tarea, se pronunció otro i luego otros dos mas, comunicándose el fuego a las casas vecinas. A las 11 P. M. se habían declarado cinco incendios intencionales, orijinados por soldados rezagados del 3. ° de línea i probablemente por algunos paisanos de nacionalidad italiana que andaban también ebrios con los soldados. c

Siendo todos los edificios de madera, sin escepcion alguna, i soplando un viento fuerte, el fuego tomó luego grandes proporciones, envolviendo también entre las llamas la iglesia del pueblo, que era del mismo material. Los oficiales i soldados del Batallón Naval, trabajaron toda esa noche con un tezon i buena voluntad digna de todo elojio para aislar el fuego i conducir a las guardias a mas de 50 rezagados del 3. ° , que se tomaron por la fuerza de entre los edificios que se incendiaban. M U Í sensible me es dar cuenta a V. S. que entre la tropa del 3. ° que se tomó en el incendio se encontraban tres oficiales del mismo cuerpo que huían con ellos cuando se acercaba algún oficial o soldados encargados de cortar el fuego i guardar el orden. A l subteniente Canales, hubo necesidad de detenerlo a balazos cuando huia después de haber sido tomado; el teniente Andrade no cumplió la orden que se le dio a las 10.30 P. M. para que se presentara preso a su cuartel i solo pudo ser habido al dia siguiente, tomándole en la calle, i en fin, el capitán Carvallo fué encontrado en la mañana siguiente detrás del panteón acompañado de algunos soldados i se le obligó a marchar preso a la guardia de Navales, atravesando la población a caballo entre un oficial i un soldado de Cazadores. Los tres mencionados oficiales han permanecido i continúan hasta ahora presos desde el dia 11. Poco después de las 11 de la aciaga noche del 10, el Jefe de Estado Mayor recibió el aviso que le mandé desde Mejía, anunciándole la presencia de enemigos en Tambo i el probable encuentro que tendria con ellos; en vista de esa comunicación dispuso que el 3. ° de línea se detuviese en su marcha, i al efecto mandó un propio a alcanzarlo con la nota para el c o mandante, que en copia se acompaña con la letra C en el documento anexo número 4. La misma nota ampliada, i que se acompaña bajo el número 13, se mandó al señor Almirante en contestación a las preguntas que hacia sobre los sucesos que tenian lugar. El parte del mayor Nieto, que se acompaña bajo el número 14 de los documentos anexos, dará a conocer a V. S. la conducta observada por el subteniente Canales. _ Una vez que el que suscribe llegó a Moliendo de su espedicion a Mejía, dirijió al comandante del 3. ° de línea la orden escrita que en copia se acompaña con la letra D en el documento anexo número 10. El documento número 15 es el parte pasado por el coman-


DOCUMENTOS INÉDITOS.

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Signado con el número 16, encontrará V. S. el parte del dante del Rejimiento 3, ° de línea acerca de los sucesos que jefe del servicio sanitario en campaña. dejo referidos. Bajo el número 17, incluyo el parte del señor Villarroel, enEl dia 11 se embarcó en Islai el Rejimiento 3. ° de línea a bordo del Amazonas i en Moliendo a bordo del Lama?; la tro- cargado por el Jefe Estado de Mayor para destruir el ferrocarril i pa i oficiales del mismo cuerpo que se liabia quedado en este sus dependencias, en cuya operación, como asimismo en las decuerpo. Ese dia temprano principió el embarque de materiales mas de importancia que se le confiaron, se desempeñó con una sacados de los depósitos de la estación, los que fueron conduci- intelijencia i actividad mui digna de todo elojio. No cumpliria con mi deber si no lo recomendara mui especialmente a la atendos al muelle por tropa de Navales. También se destruyó la línea férrea, cañería i estanques de ción de V. S. También prestó mui buenos servicios el mecánico inglés don agua, el fuerte Sur i se preparó trabajo para el dia siguiente. Zapadores se ocupó todo el dia haciendo el servicio de la Daniel Mac Donnald; creo de justicia que se le remunere a lo plaza i alrededores, recojiendo soldados de la población i apa- menos con la cantidad de $ 100. .Según la opinión del señor Villarroel, los perjuicios causados gando los restos de los incendios de la noche anterior; pero, a pesar de la vijilancia desplegada por los oficiales i tropa de es- al enemigo en Moliendo ascenderían % 5.000,000, pero los este cuerpo, no se pudo evitar que en la noche se pronunciaran tranjeros elevan esa suma a $ 8.000,000. A esta suma hai que algunos incendios que pudieron ser sofocados con gran tra- agregar el valor de los perjuicios ocasionados en Mejía i los que llevó a cabo en Islai el trasporte Amazonas. bajo. El muelle no pudo destruise por falta de dinamita. A bordo El dia 12, a primera hora, se embarcó Zapadores i parte de Navales, quedando en tierra poco mas de 100 hombres de este habia solamente uno i medio quintal, que unido a los 35 kiloúltimo cuerpo. Al mismo tiempo se principió el incendio i des- gramos que llevó el piquete de injenieros i a los cerca de tres quintales que se encontró en Moliendo, forman un total de, potrucción de todos los edificios del ferrocarril que se estienden mui adentro de la quebrada. Desgraciadamente el viento era co mas o menos, de seis quintales de dinamita, consumidos solo mui fuerte i las chispas alcanzaron a prender fuego a dos edi- en la destrucción del ferrocarril i sus dependencias. Habrá ficios de poca importancia situados a algunas cuadras de dis- pues necesidad de destruir el armazón de fierro de dicho muetancia de la estación, lo que dio lugar a que se propagara un lle, pues la cubierta de madera debe haberse quemado por nuevo incendio que felizmente pudo ser cortado, gracias a los completo si el enemigo no ha cortado el fuego a tiempo, una vez que salimos de Moliendo. esfuerzos de la pequeña guardia de Navales que habia en la La premura del tiempo no me permite por ahora entrar en población. En este incendio se ordenó vaciar a la calle muchas pipas de aguardiente de un particular, que se sacaron de su ca- mas detalles; pero si V. S. desea esplicaciones sobre cualquier sa próxima al incendio, cuyo individuo habia vendido licor a punto de esta comunicación, me será fácil darlas a V. S. con la tropa. En la noche hubo algunos casos de incendio en ran- mas despacio, asimismo sobre cualquiera omisión en que huchos aislados, situados en varios puntos de los alrededores de biera incurrido involuntariamente. Al terminar el presente, parte i sin dejar de sentir las ocurla población. El 13, a primera hora, principió el embarque de los Navales rencias desagradables a que he hecho referencia, cábeme la que quedaban en tierra, de la caballería i muías i la destruc- satisfacción de recomendar a la consideración de V. S. al ción de las pilastras de la gran estación del ferrocarril de M o - Jefe de Estado Mayor i sus ayudantes, i a los señores jefes i ofiliendo. A las 12 del dia ya se habia quemado por completo ciales de la división, i a la gran mayoría de la tropa de los disese hermoso edificio, el cuartel i el fuerte de la isla i varios tintos cuerpos, que observó una conducta ejemplar en circunsotros edificios aislados i bodegas del ferrocarril cercanas a la tancias mui difíciles. Dios guarde a V. S. estación del muelle. A esta hora, poco mas o menos, uno de los Cazadores que es(Firmado.)—OROZIMBO BARBOSA. taba de vijía en el alto de la isla dio aviso de que el enemigo estaba a la vista; se ordenó un pequeño reconocimiento i se tomaron dos paisanos que venian por las lomas. Estos declaraANEXOS. ron que efectivamente habian llegado de Arequipa a Tambo . NÚM. 2.—BATALLÓN NAVAL. 2,000 hombres, que el grueso de las fuerzas venia por Mejía, Pacocha, Marzo H de 1880, pero que algunas avanzadas traian la dirección del pueblo bajando por las lomas. Inmediatamente el Jefe de Estado Mayor Señor Coronel, jefe de la división espedicionaria sobre M o se puso al habla con los cónsules i algunos estranjeros notables liendo. i les hizo presente que si el enemigo se acercaba a molestar el Paso a dar cuenta V . S. de las operaciones del batallón de embarque de las tropas i la destrucción ordenada del muelle mi mando en la espedicion a Moliendo, desde el momento del como se habia dispuesto, los buques harían fuego i volverían a desembarco. Cumpliendo con la orden de V. S., éste se principió desembarcarse las tropas para arrazar con los almacenes de a las 10.30 P. M. del 8 del presente por una caleta desconocida Aduana i edificios públicos, que se habían respetado hasta en- situada un poco al Sur del puerto de Islai; pero por el mal estatonces por temor de que su destrucción incendiase las propie- do del mar i lo pésimo del varadero, solo pudieron efectuarlo el dades de los neutrales. mayor del cuerpo don Alejandro Baquedano, los capitanes don Los estranjeros prometieron ir a ver al enemigo para dete- Elias Beitia, don Roberto Simpson, don Pedro Dueñas, los nerlo, i al efecto algunos se dirijieron a caballo a encontrarlo. tenientes don Daniel Martínez, don Julio Jeanneret, don EnriMomentos después, los mismos vijías anunciaron que el ene- que Escobar Solar, don Gustavo Prieto Z, don Enrique Délamigo estaba mui cerca i que se veía por la quebrada de la no i los subtenientes don Manuel 2. ° Renjifo i don Guillermo estación. El alférez Miller, ayudante del Estado Mayor, montó Errázuriz con 140 hombres de las diversas compañías, habiena caballo i se dirijió a una loma vecina, desde cuyo punto vio do tenido que tomar la orilla a nado la mayor parte de los ofibajar a la quebrada como una compañía de infantería enemi- ciales i tropa. Después de haberse roto contra las rocas de la ga a una distaucia de ocho o diez cuadras de la estación. orilla una de las embarcaciones que conducían tropas, se disEn este momento faltaba que embarcar mas de 20 animales puso suspender el desembarco por el señor Jefe de Estado Maentre muías i caballos, i habian en tierra unos 10 hombres ar- yor de la división, señor Dublé Almeida, con cuya medida se mados i muchos marineros. A l donkey se le quebró una pieza evitó indudablemente tener que sufrir pérdidas. principal, i gracias a los marinos pudo seguir el embarque de A continuación copio el parte del mayor Baquedano sobre las animales, arreglando un aparejo para reemplazar al vapor. operaciones practicadas por la pequeña tropa desembarcada. Se les repitió a los estranjeros la amenaza anterior, i asegu"Señor Coronel: raron que no habría cuidado que el enemigo nos molestara. En la noche del 8 del presente desembarcamos entre Islai i Por fin, a las 5.30 P. M. estaba toda la jente i animales en los Moliendo 10 oficiales con 140 hombres de tropa, mas o menos. botes i lanchas al pié del muelle; la cubierta de éste ar- Una vez rehecha esta tropa de las molestias del mal desemdía i se habia hecho estallar el donkey a vapor; no quedaba barco, tomamos inmediatamente la altura para evitar una sormas que hacer, i a las 5.45 P. M. se dirijian las embarcaciones presa del enemigo, cuyo número ignorábamos completamente; a bordo. En ese instante se notó entre la jente que nos obser- llegados al plan, hicimos alto un momento, durante el cual, vaba de tierra cierto movimiento que indicaba la aproximación nuestro guia don Arturo Villarroel, con cuatro soldados proside la avanzada enemiga. Mientras tanto la Covadonga caño- guió a cortar el telégrafo; hecho esto, marchamos sobre el pueneaba las fuerzas del enemigo que pasaban por Mejía, blo. Como a medio kilómetro, mas o menos, de la población,


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GUERRA

fué atacada nuestra descubierta por una avanzada enemiga; inmediatamente hicimos alto para orientarnos i tomar posición; habiéndosenos reunido la descubierta, ocupamos una pequeña eminencia que teníamos a nuestra izquierda, donde esperamos al enemigo, (pie poco después T Í O S atacó débilmente. Por la oscuridad de la noche i desconocimiento absoluto del terreno, no abandoné la posición hasta el amanecer, marchando directamente al pueblo sin encontrar enemigos, donde me reuní a V. S., que ya habia desembarcado con el resto del batallón. P( antes de principiar el tiroteo, fué tomado prisionero un soldado enemigo, (pie confesó que ellos eran 50 hombres, poco mas o menos. Esta relación la creo verídica por la poca resistencia que nos hicieron. No concluiré, señor coronel, sin recomendar al infatigable i valiente señor Arturo Villarroel, quien voluntariamente guió como práctico del terreno nuestra descubierta, soportando el primero el fuego del enemigo. En las primeras horas del 9, desembarqué con el resto del batallón en el puerto de Islai, tomando posesión de la plaza sin resistencia alguna; a las 9 A. M. emprendí la marcha para t o mar las alturas de Moliendo con todas las precauciones, a fin de tomar el pueblo que lo creíamos guarnecido. No habiendo encontrado resistencia, entramos a las 2 P. M. sin haber tenido la menor novedad, regresando a ésta en el blindado Blanco Encalada hoi dia de la fecha. Réstame, señor coronel, recomendar la puntualidad i desicion en el cumplimiento de sus deberes de los jóvenes oficiales, como asimismo la moralidad i disciplina de la tropa de mi mando, como V. S. ha tenido ocasión de juzgarlo, i concluyo manifestando a V. S. que me siento orgulloso teniendo bajo mis órdenes a oficiales i tropas del batallón cívico de Artillería Naval." Dios guarde a V. S.

D E L

PACIFICO.

bimos orden de regresar a Moliendo, a cuyo punto llegamos al amanecer del siguiente dia. En este dia destruí el fuerte con nueve cargas de dinamita, pues era de mui sólida construcción (de manipostería i sacos ele arena.) Volví nuevamente a Mejía a destruir el terraplén que hai en la unión de las dos vias de un cambio frente a la estación. Se destruyó como en cinco metros, con una gran carga de dinamita, dicho terraplén, haciendo volar hecha pedazos la pieza llamada corazón i algunos rieles i durmientes. Eu una estension de tres millas, se destruyó la línea telegráfica, echando abajo postes i destrozando alambres i aisladores. Entre la segunda i cuarta milla, partiendo de Moliendo, se recojió cuatro rollos de alambre, que habian sido cortados la noche auterior. Se incendió también por mi tropa otros 30 carros mas a inmediaciones de la estación de Moliendo. Habiendo recibido orden el dia 12 de embarcarme en el Blanco, no pude cumplir dicha orden porque el señor comandante del cuerpo me mandó decir que no se lo habian comunicado i que debia de embarcarme en el Lámar. Tuve, con sentimiento, lugar a notar que en el blindado se hicieron manifestaciones en mi contra, pues sentí risas i silbidos i aun me tiraron con una botella, todo motivado, sin duda, por el rechazo del señor comandante. N o tuve lugar de pedir espiraciones de este acontecimiento por la ajitacion del mar i ser la hora mui avanzada. Cábeme la satisfacción de recomendar especialmente la tropa que iba a mi cargo por su actividad i buen desempeño, pues el señor coronel tuvo lugar a observarlo, segan me lo manifestó en Mejía, ofreciendo hasta gratificarla. Es cuanto creo de mi deber manifestar a V. S. Dios guarde a V. S. (Firmado.)—ENRIQUE MUNIZAGA, Capitan de injenieros.

(Firmado.)—MARTINIANO URRIOLA. LISTA NOMINAL DE LOS PRISIONEROS PERUANOS TOMADOS EN LA ESCUADRA EL 10 DE MARZO DEL PRESENTE AÑO, ESPECIFINÚM.

3.—CUERPO DE INJENIEROS MILITARES.

Pacocka,

CANDO su PROFESIÓN I LOS QUE TRAÍAN ARMAS.

Marzo 15 de 1SS0.

Señor Jefe de Estado Mayor de la 4. * División: Paso a dar cuenta a V. S. de la comisión recibida del Estado Mayor Jcneral, en nota fecha 7 del presente, de ponerme a sus órdenes con 10 individuos del cuerpo de Injenieros Militares para formar parte de la espedicion al Norte. El S del corriente salimos de este puerto i desembarcamos en el de Islai el dia 9 a las 7 A. M., no pudiendo partir a M o liendo hasta las 12 M. por tener que esperar el desembarque de las muías que debian conducir las herramientas i útiles. Llegamos a Moliendo a las 4 P. M. Uní a mi tropa 12 soldados del Rejiíniento Lautaro en la maestranza del ferrocarril. El siguiente dia salimos en dirección a Mejía, que dista nueve millas de Moliendo, a las 3.30 A. M. i llegamos a dicho punto a las 7 A. M.; habiendo encontrado en la milla sesta un charco de agua, el que, reconocido, se vio que era una rotura practicada recientemente en la cañería de agua potable. En la estación de Mejía estrajimos los aparatos telegráficos, destruyendo todo lo que no pudimos traer. Salimos de Mejía a las 10 A. M., llegando a la estación de la Ensenada a la 1 P. M. En este punto recibí orden del señor coronel jefe de la división de reunir 25 hombres de los primeros que fuesen llegando i estar listos para el caso de tener que accionar contra el enemigo. Se hizo reunir los prisioneros que veniau llegando i ponerles una guardia, formando una lista nominal de todos ellos, especificando los que traian armamento, como se ve en la lista que adjunto. Como so divisara a larga distancia algunos trenes que venían eu nuestra dirección, se desclavó i descolletó los rieles curvos esteriores, a fin de preparar el caso de desrielamiento en tres curvas a una legua distante de la Ensenada. Se trajo asimismo como ocho rieles i la pieza ele acero i fierro llamada corazón, destinada a recibir la juntura ele los rieles i que es muí difícil reponer a consecuencia ele la variedad del ángulo de las ranuras, cuya pieza enterramos en el camino. A nuestra vuelta se sacó los aparatos telegráficos para traerlos; se destrozó en largo trecho la línea telegráfica, cortando postes i alambres. Se incendió 25 carros del ferrocarril de carga i de pasajeros, cuya operación estábamos concluyendo cuando reci-

NOMBRES. José Warsnorth Luciano Sánchez Frauldin Manvay Nicolás Ptetamoro Agustín Pérez Miguel Cueto Jesús Diaz Sebastian Pérez Cornelio Montesinos... Valentín Eyzagnirre... Juan Rosas Figueroa.. Ildefonso Romero Bautista Muñoz Mariano Valdivia Sebastian Miranda.... NÚM.

PROFESIÓN.

OBSERV.

Carpintero Trajo rifle. Zapatero Pintor No trajo rifle. Carpintero Trajo rifle. Empl.' en la Maestranzaj " ." . No trajo rifle. Carpintero Trajo rifle. Fletero Dulcero Carpintero Fletero Al bañil Abastecedor Corneta de Artillería.. Trajo corneta. Empl. en la Maestranza! No trajo rifle. 0

5.—UEJIMIENTO DE CAZADORES A CABALLO.

lio, Marzo 15 de 1880. Señor Coronel: En cumplimiento a las órdenes de V. S., salí del puerto de Moliendo a las 3 P. M. del dia 12 del presente, a cargo de 30 hombres de caballería i un oficial, debiendo ser protejido por infantería. Me dirijí a reconocer i a tomar, si era posible, p o sesión del puerto de Mejía, en el que se suponía existieran fuerzas enemigas. Serian próximamente las 6 A. M. cuando entré a dicho puerto, en donde encontré dos soldados peruanos cpie se rindieron sin hacer resistencia. Tomé posesión del pueblo i esperé las órdenes de V. S. Por nuevas órdenes de V. S., marché hacia el interior para reconocer el número de enemigos, el camino de su retirada i si era posible atacarles la retaguardia. Poco antes de llegar al lugar denominado la Ensenada, avisté al enemigo en número de 200, mas o menos, a los que perseguí hasta mas allá de dicho punto; pero como marcharan


DOCUMENTOS

ellos por la línea férrea i en un terreno que imposibilitaba por completo el ataque de caballería, me resolví a rodear un cerro hacia la derecha para cortar por este medio algunos rezagados. Esta maniobra me salió felizmente tal como deseaba, i pronto pude ver que quedaban a mi retaguardia algunos atrasados; no obstante, seguí adelante para tratar de cortar otro grupo como de 5 0 que parecían aislados. También, señor coronel, habría caído en nuestro poder esa tropa, si no hubiera sido eficazmente protejida por el resto de la fuerza que atacó haciéndome un nutrido fuego, i precisamente en un terreno en el que solo habría podido obrar la infantería. Viendo, como indico, la ineficacia de un ataque, me retiré nuevamente a la Ensenada, donde tuve la oportunidad de ir tomando i reuniendo a los rezagados peruanos, que no opusieron resistencia alguna. Su número es de 17. Se tomaron 2 5 rifles sistema Grass con muchas municiones i dos cajones que en su retirada abandonó el enemigo. También tomó la tropa de mi mando 2 0 animales entre vacunos i cabalgares, todo lo cual tuve el honor de poner a la disposición de V , S. Como a las 4 P. M., mis centinelas de avanzadas me dieron cuenta que se divisaba al enemigo en gran número que venian hacia Tambo, estación inmediata a la Ensenada, los que inmediatamente reconocidos por V. S., me ordenó marchara hacia ellos, procurando entretenerlos para dar tiempo a la infantería a que cumpliera sus órdenes. Esta operación se efectuó con feliz éxito, pues el enemigo se mantuvo a respetada distancia, a pesar de la inmensa mayoría de que se componía. Como a las 7 P. M., me retiré cumpliendo sus órdenes, notando en mi retirada que una partida de caballería como de 2 0 0 hombres me seguía a la distancia, lo que verbalmente comuniqué a V. S. Me es grato manifestarle que el comportamiento del alférez don Luis Almarza, como la tropa de mi mando, ha sido bueno i que todos han cumplido con su deber. Dios guarde a V . S.

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INÉDITOS.

puse en conocimiento de V. S. Como muchas caramayolas habían sufrido deterioros, i en la marcha i desembarco tuve jente fatigada por la sed, resolví abrir la cañería que baja de Arequipa, lo que se consiguió fácilmente, sacando el agua estrictamente necesaria sin interrumpir el curso de ésta. Estando a menos de una milla de la estación de la Ensenada, pude estar en observación con mi anteojo de cuanto allí pasaba, i no emprendí nuevamente la marcha hasta descansar i p o ner a mi tropa en las buenas condiciones que se exijen. A las 2.30 P. M. pude, por fin, arribar con 2 0 0 de éstos i sucesivamente se incorporaron a la Ensenada el resto de la tropa con sus oficiales respectivos i fué menester faccionarios afinde acudir oportunamente, llacionada la tropa por orden de V. S., se armó pabellones, manteniéndonos listos a repeler cualquier ataque del enemigo, se ordenó el cambio de los carros del ferrocarril en que debia regresar la tropa, acopio del material que habia que destruir, i porfin,a las 5.30 P. M. fui, en cumplimiento de orden de V. S., una milla sobre las lomas hacia el lado en que el enemigo mantenia sus vijías, regresando simuladamente por la parte baja para retirarnos en seguida, rodando cinco carros que debían conducirnos a Moliendo. En el trayecto se incorporó la tropa ocupada en la destrucción del telégrafo, i arribamos al punto mencionado a las 5.40 A . M . del dia 11. Desde esa hora me ocupé con 2 0 0 hombres del rejimiento en sofocar el fuego que se habia declarado en la población, patrullando a la vez a fin de impedir los desórdenes que se habían manifestado. Finalmente, estando el cuerpo de servicio, se dispusieron las avanzadas i patrullas ordenadas, sin que ocurriese novedad alguna hasta el toque de diana del dia 12 que recibí orden de embarcar mi tropa en el mismo trasporte que ahí nos condujo. En parte separado doi cuenta al Jefe de Estado Mayor de otras incidencias que no tienen conexión directa con las ocurrencias de mi referencia. Dios guarde a V. S. (Firmado.)—R. SANTA CRUZ.

(Firmado.)—BELISARIO AMOR. Al señor Coronel don Orozimbo Barbosa, jefe de la división espedieionaria sobro Moliendo.

NÚM. 6.—REJIMIENTO ZAPADORES DE LÍNEA.

lio,

Marzo 15 de 1880.

NÚM. 7.—REJIMIENTO DE ZAPADORES DE LÍNEA.

lio, Marzo

15 de 1880.

Señor Jefe de Estado Mayor de la 4. ^ División. Pongo en conocimiento de V . S. haber dado orden de arresto en Moliendo al capitán del rejimiento don Fidel Bahamondes, i permanece aun en esta condición por la falta siguiente: Habiendo dado orden de alistarse i salir el rejimiento a las 3 A . M. del dia 10 del presente para proseguir en persecución del enemigo, este capitán faltó a la lista i no se incorporó a su compañía sino dos horas después. Por extra-judicial conducto, tengo asimismo conocimiento que este oficial anduvo en la población la noche del 9 al 10 en estado de ebriedad, todas faltas vituperables que exijen un escarmiento i hacen imposible en su puesto al oficial que se olvida de su deber de esta manera. Dígolo a V. S. en cumplimiento de mi deber i para los fines a que haya lugar. Dios guarde a V. S.

Señor Coronel: Tengo el honor de participar a V. S. cuanto ha ocurrido en la espedicion a Moliendo con la tropa del Tejimiento que iba a mis órdenes i las diversas comisiones que recibí de V. S. El 7 del presente recibí orden de embarcar la jente disponible, lo que se efectuó sin inconveniente con 4 2 5 hombres en las primeras horas de la mañana. En el vapor Lámar no ocurrió novedad, i el día 8 arribamos a Islai á las 7 A. M., recibiendo orden en el acto de desembarcar. A las 7.30 tenia ordenada mi tropa en la plaza de ese pueblo, i en cuanto se movieron las fuerzas de los otros cuerpos, seguí con mi tropa llevando la retaguardia en esa jornadas. Una guardia de los nuestros se detuvo hasta dos horas en su mar(Firmado.)—R. SANTA CRUZ. cha, impidiendo quedara atrás la tropa de distintos cuerpos que los hubo ya rezagados. A las 2 P. M. así mismo llegamos sin novedad al puerto de Moliendo i se nos designó cuartel en NÚM. 8.—REJIMIENTO 3. ° DE LÍNEA. la estación del ferrocarril, lugar en que mantuve acuartelada mi tropa. Teniendo orden de V. S. de continuar en esploracion Pacocha, Marzo lí de 1880. hacia Mejía el dia siguiente, dejé ordenado se alistase el Tejimiento para continuar la marcha a las 3.30 A. M. del dia 9. Señor Jefe de Estado Mayor de la 4 . División. Con 4 0 0 hombres partí a las 4 ese dia, sirviéndome de descuPaso a poner en conocimientode V. S. la ocurrencia siguiente: bierta el piquete de caballería que V. S. puso a mis órdenes. El miércoles 10 del actual, entre 8 i 9 A. M., se me ordenó En las primeras horas marchamos sin inconveniente, habiendo saliera de la estación de Moliendo a embarcarme con el 2. ° dispuesto que una compañía se elijerara en cuanto fuera posibatallón a bordo del Loa. ble, así como también que la retaguardia donde se depositaron Llegado al muelle, ordené que principiara el embarque por escesos de municiones i equipo de esa compañía se ocupara en la 1. ^ compañía i que el resto se sentara en la formación de destruir el telégrafo en la distancia media entre Moliendo i batalla que tenia; hallábame viendo la operación del embarque, Mejía. A las 10 A . M. llegué con la vanguardia a este último cuando veo que unos soldados se dirijen a juntarse con unos punto, donde recibí la orden de V. S. de adelantar camino pamarineros que sacaban cajones del costado Norte del edificio ra ir en protección del piquete de Cazadores que estaba comque hai frente i contiguo al muelle. Me voi inmediatamente a prometido en combate. Provistos de agua, que la hai en esa este punto i hallo detrás del citado edificio varios cajones de caleta, di solo la espera necesaria para reunir 2 5 0 hombres i cerveza abiertos i otros que tiraban al agua, los cuales eran sacontinuamos hacia el interior del valle forzando la marcha, Dos cados del interior del edificio por un gran portillo hecho en un horas _ de marcha en esta condición me probaron que seria, cuarto que hai en el citado costado. De los soldados que vi imposible el avance, i resolví esperar un nuevo aviso, lo cual dirijirse donde los marineros, vi también algunos que se diri5 3


104

G U E R R A D E L PACIFICO.

jieron al espresado cuarto i entraron por el portillo mencionado; en el acto ordené al teniente don Rodolfo Wolleter, que estaba ahí inmediato, entrara e hiciera salir toda la jente que hubiera en el interior i mui especialmente los soldados que acababan de entrar, los que salidos los mandé a sus puestos; igualmente comenzaron a salir muchos marinos i paisanos. En vista de esto, hice llamar un cabo i cuatro soldados de la parte de la 1. compañía que estaba embarcándose para que fueran a situarse de guardia en el referido portillo, con orden de no dejar entrar a nadie por este punto ni permitir que soldado alguno se acercara por el lugar donde estaban los cajones abiertos. 53

Preocupado estaba de esto, cuando siento abrir una puerta, corriendo me dirijo a este punto, i conforme entro arrancan varios marineros que eran de los que antes habían salido del interior del edificio por otra puerta que también abrieron. Viendo en todo esto que no habia respeto, mandé buscar una cuarta con un oficial de la última compañía, i puse una guardia. Desde este instante ya no entró nadie por el frente, pero si por otros portillos que habian atrás del edificio i por el techo. Viendo que siempre venian marineros, soldados i algunos paisanos a la vereda, mandé llamar otra cuarta para que no permitiera acercarse a nadie a este lugar. Como el edificio era grande i lleno de cajones, no me apercibí de la jente que podia entrar por otras; hice salir a algunos que encontré i poner centinelas en todos estos portillos. Mientras andaba en esta faena, entraron por la puerta algunos oficiales de marina i de algunos cuerpos a quienes hice salir; poco después mandé a un oficial a decirle a V. S. que la puerta de la Aduana estaba abierta i que era necesario mandar una guardia, por que mi batallón estaba para embarcarse. Inmediatamente llegó ésta a cargo del mismo oficial que mandé, i en seguida el comandante de mi Tejimiento, don R i cardo Castro que después de estar un rato en la puerta i entrar, encontró un marinero que salia con un rollo en la mano sin querer pararse a su voz, por lo que se vio precisado a darle unos planazos i gritar que lo tomaran, lo que verificado lo hizo conducir con una custodia, a cargo del subteniente Canales, al bote a que pertecia; en el tránsito pasó junto al capitán Silva, el cual dice: que oyendo a uno de dos marineros que iban (porque se habia juntado otro) insultaba al subteniente Canales, le previno se moderase, i en vez de hacerlo, le prodigó los mas groseros insultos, i a esto, el referido capitán, le dio dos golpes con la espada. En esto, el marinero se le arrancó a la custodia i se dirije a la orilla del mar, principiando a desnudarse para tirarse al agua. El capitán Silva le sigue con el objeto de tomarlo para averiguar su nombre i buque a que pertenecía; pero en este momento le llama la atención el otro marinero, i el que estaba desnudándose toma una piedra i se la arroja por la espalda; a esto, el capitán se entró al agua; pero enredándose en su espada, cae cerca del marinero, el cual, aprovechando esta circunstancia, lo sumerje i le quita la espada i, según dice el capitán, le habría dado con ella, si no es por el subteniente Canales que va en su ausilio i le da un palo al marinero i le rompe la cabeza, continuando siempre nadando hasta llegar a su bote. El custodia Martin Ponce, cuando vio que el marinero le habia quitado la espada al capitán, le tiró un balazo que no le acertó, i acto continuo se tira otro del centro del batallón, que no se pudo averiguar quién fué su autor. El subteniente Serrano pidió un rifle i una cápsula, i según él dice, con intención de tirarle al marinero al ver la insolencia, pero le pareció iba a ahogar o matar al capitán cuando le tomó a éste la espada; mas, luego desistió de su intento, i según la esposicion de los testigos que llamé para averiguar el hecho por orden del comandante, resultó que el subteniente Serrano no habia disparado, tanto por el dicho de los referidos testigos, como por el examen que yo hice del fusil. Toda_ esta ocurrencia habida con el marinero, yo no la he presenciado, porque cuando tuvo lugar estaba yo un poco distante, i solo acudí cuando oí la detonación, i es solamente el resultado de las averiguaciones que el comandante me ardenó hacer en el acto. Dios guarde a V. S. (Firmado.)—J. HIJINIO NIETO.

NÚM.

9.—REJIMIENTO 3. °

A bordo del Amazonas,

DE LÍNEA.

Islai, Marzo 12 de 1880.

Señor Comandante: Paso a dar cuenta a V. S. del hecho siguiente: El 9 del actual, estando en el muelle de Moliendo para embarcarme con el 2. ° batallón del Tejimiento, el capitán V i viano 2. ° Carvallo, estando formado con su compañía, la cual estaba en descanso, se embriagó tanto, que varias veces no p u do presentárseme cuando lo necesité. De esto le di cuenta a V. S., por lo que me ordenó lo dejara preso. En la tarde, después de dormir un poco i cuando se dispuso la salida del Tejimiento, se presentó casi bueno a su compañía para seguir la marcha; pero media legua fuera del pueblo, se vuelve para atrás, i, encontrándolo yo, le pregunté para dónde iba, i me contestó que no podia seguir marchando, i que volvía a embarcarse. (Firmado.)—J. HIJINIO NIETO.

NÚM. 10.—ESTADO MAYOR DE LA DIVISIÓN ESPEDICIONARIA.

Moliendo, Marzo 10 de 1880. El comandante del Rejimiento 3. ° de línea procederá a la brevedad posible a hacer instruir un sumario para averiguar los desórdenes que han tenido lugar esta mañana en el muelle i Aduana de este puerto, mientras estuvo en ese punto el 2. ° batallón de dicho rejimiento. Concluido el sumario, se pasará al jefe de la división por ausencia del jefe. (Firmado.)—BALDOMERO DUBLÉ A.

ESTADO MAYOR DE LA DIVISIÓN ESPEDICIONARIA.

Moliendo, Marzo 10 de 1880. El señor comandante del Rejimiento 3. ° de línea dispondrá lo conveniente para marchar con su cuerpo hacia Islai esta tarde a las 5 P. M., debiendo acampar en las inmediaciones de dicho punto, i bajar a la diana de mañana a embarcarse en el trasporte que allí se encuentre. A bordo esperará órdenes del jefe de la división. Por ausencia del jefe.—(Firmado.)—BALDOMERO DUBLÉ A. ESTADO MAYOR DE LA DIVISIÓN ESPEDICIONARIA.

Moliendo, Marzo 10 de 1880. Señor Comandante del Rejimiento 3. ° de línea: Parte de la tropa de su rejimiento se ha vuelto al pueblo incendiando muchos edificios i cometiendo grandes escesos. La mayor parte de ellos están ebrios, i fusilan a todo el que va a contenerlos. Conviene que V. S. se acampe como a una legua de la población para estar prevenido para cualquier accidente que exija su presencia en ésta. El teniente Serrano está herido i el otro teniente que V. S. dejó a cargo de la tropa no puede ir a vijilarla. Por otra parte el enemigo ha venido de Arequipa a Tambo en número respetable, i bien pudiera necesitarse el ausilio de su rejimiento. El coronel Barbosa regresará a las 2 A. M. Lo que digo a V. S. para que procure hacer lo que dejo espuesto. Dios guarde a V. S. (Firmado.)—BALDOMERO DUBLÉ A.

( A l a s 8 A. M . )

Moliendo, Marzo 11 de 1880. Señor Comandante del Rejimiento 3. ° de línea: Póngase en marcha a Islai con la tropa que tenga reunida, el resto de su rejimiento marchará hoi o mañana conmigo. En aquel puerto encontrará V. S. un trasporte para que se embarque. Le remito agua i víveres que alcanzarán a V. S. en la marcha. (Firmado.)—OROZIMBO BARBOSA.


DOCUMENTOS

NÚM.

11.—ESTADO M A Y O R D E L A DIVISIÓN ESPEDICIONARIA.

105

INÉDITOS.

pero ésta era tan débil que no pude llevarlo a efecto; en ese instante el cabo 1. ° de la 1. del 1. ° , Florindo Sepúlveda, que se encontraba ahí presente de guardia i de cuarto, lo tomó entre él i varios soldados i lo hice amarrar. El coronel don Martiniano Urriola, que se encontraba como a 20 pasos del lugar donde habia sucedido el hecho, se presentó inmediatamente, a quien le di cuenta verbalmente de todo lo sucedido por haber quedado a las órdenes de él. Este señor me dio orden de entregar todos los individuos que tenia a mi cargo i que me fuese a curar. Esto es todo lo sucedido, señor Jefe de Estado Mayor, durante el tiempo que estuve en comisión. rt

Moliendo,

Marzo

10 de

1880.

El señor comandante del Batallón de Artillería Naval dispondrá lo conveniente a fin de que su cuerpo haga el servicio de esta plaza en la forma siguiente: 1. ° Guardia para la estación del ferrocarril i dependencias con la fuerza que estime conveniente para su seguridad; al mando de un oficial. 2. ° Guardia para la Aduana o depósito de mercaderías que está al frente de la estación. 3. ° Guardia para el muelle i Aduana o depósito de mercaderías que hai al estremo. Esta necesita tres centinelas, una en la puerta, otra en el forado de la pieza anexa de la derecha i otro en el forado de la izquierda; al mado de un oficial. 4. ° Guardia de la plaza con la fuerza que actualmente tiene, con un oficial. 5. ° Patrulla a la población, de día i de noche, para evitar desórdenes i recojer soldados; al mando de un oficial. 6. ° Pequeña avanzada de noche hacia Mejía en la línea férrea, con 20 hombres i un oficial. 7. ° Otra pequeña avanzada antes de la primera quebrada en dirección a Islai, con 25 hombres i un oficial. 8. ° Tropa para conducir materiales al muelle. A las guardias, patrullas, etc., que no se les ha asignado fuerza, la graduará el jefe del cuerpo según su importancia. ( F i r m a d o . ) — B A L D O M E R O D U B L É A.

NÚM.

12.—REJIMIENTO

3.

°

lio,

DE LÍNEA.

Marzo

11 de

1880.

El oficial que suscribe da parte al señor jefe de Estado Mayor de la 4. División de las ocurrencias siguientes: El jueves 11 del presente, cuando partió el Tejimiento de Moliendo a Islai con el objeto de embarcarse, recibí orden del comandante para quedarme con 16 soldados, tres cabos i un sarjento a cargo de los enfermos i de muchos que les impedia andar el estado de embriaguez en que se encontraban i también unos que se habian quedado faltando para embarcarme después con toda esa tropa. El soldado José Parra de la 3. del 1. ° , que lo trajo ebrio una comisión, se le ordenó que se acostara, a lo que él estuvo vacilando si lo baria o nó; pero vuelto a ordenarle otra vez el cabo Carlos Alarcon, que yo lo habia hecho venir para que hiciera dormir a dicho individuo, le preguntó el soldado al cabo que dónde lo hacia. El cabo le ordenó que se acostara con t o dos los demás, i el soldado obedeció i le dijo al cabo que luego iba a decirle con quién se iba a acostar. A esta respuesta, yo que estaba presenciando todo, me quedo con cuidado vijilando al soldado, i veo que a lo que se retiró el cabo metió la mano al morral de municiones, i encontrando t o dos los paquetes muí cerrados, saca de su cartuchera una cápsula para cargar su rifle; en el acto que veo esto me precipité sobre él, llamo al mismo cabo i le ordeno que le abra la mano al soldado; pero éste inmediatamente votó la cápsula. Interrogado qué iba a hacer con esa cápsula, contestó que nada; pero en mi intelijencia no ha sido otro su objeto que tirarle al cabo. A lo que sucedió este hecho, hice apartar al individuo i le puse centinela de vista, a mas tomé las precauciones de desarmar a todos los que habian ahí, escepto la guardia. Todo esto sucedió a la oración. Una o dos horas después veo al cabo 1. ° de la 3. del 1. ° , Ruperto de la Fuente, que se paseaba por el recinto donde estaba la tropa con intenciones de irse al pueblo; le ordeno que se acueste, a lo que se hizo desentendido; esto sucedió por dos o tres veces; pero en la última vez, en lugar de obedecerme, se va para afuera i me dice que no quiere acostarse; viendo esta desobediencia, llamo al sarjento de guardia con dos soldados para que lo amarren; cuando llegaron éstos, les ordeno que lo tomen; entonces el cabo la Fuente preguntó quién lo hacia amarrar; sin hacerle caso a la pregunta, le vuelvo a ordenar a la tropa que lo tomen; en un descuido que hice, i favorecido el cabo por la oscuridad de la noche, me salta de repente a la cara, dándome una puñalada en la boca, haciéndome una gran herida. Inmediatamente saqué mi espada con el objeto de pasarlo; 03

NÚN.

13.—ESTADO

TOMO

ni—14

SERRANO

DE L A DIVISIÓN

ESPEDICIONARIA.

Moliendo,

Marzo

10 de

M.

1880.

Señor Almirante: Con esta fecha digo al comandante del Rejimiento 3. ° de línea lo que sigue: "Parte de la tropa de su rejimiento se ha vuelto al pueblo, incendiando muchos edificios i cometiendo grandes escesos. La mayor parte de ellos están ebrios i fusilan a todo el que va a- contenerlos. Conviene que V. S. se acampe como a una legua de la población para estar prevenido para cualquier accidente que exija su presencia en ésta. El teniente Serrano está herido, i el otro teniente que V. S. dejó a cargo de la tropa no puede ir a vijilarla. Por otra parte, el enemigo ha venido de Arequipa a Tambo en número respetable i bien pudiera necesitarse el ausilio de su rejimiento. El coronel Barbosa regresará a las 2 P. M. Con gran trabajo hemos podido cortar algunos incendios; pero ya estamos rendidos i el último que se ha declarado tomará grandes proporciones; por lo demás estamos alerta i despiertos a hacer lo que se pueda para salvar la población i evitar mayores males. Todo lo que tengo el honor de poner en conocimiento de V. S. Dios guarde a V. S. (Firmado.)—BALDOMERO D U B L É

d

d

MAYOR

(Firmado.)—R.

NÚM.

14.—REJIMIENTO

A bordo del "Amazonas,"

3.

°

Islai,

A.

DE LÍNEA.

Marzo

12 de

1880.

Señor Comandante: Pongo en su conocimiento el siguiente suceso: El dia 10 del presente, cuando el rejimiento salió de Moliendo, me quedé a retaguardia del 2. ° batallón con el objeto de hacer marchar a los que quedaban atrás. Al salir del pueblo encontré a varios soldados que hice caminar; pero sintiendo unos golpes dentro de una casa que se encontraba cerrada, me bajé del caballo, i habiendo visto luz adentro, empujé la puerta i encontré como ocho soldados i uno en camisa, que apagan las velas en el acto i arrancan por otra puerta; en báldelos llamo, nadie me hacia caso; enciendo fósforos i veo sobre una mesa una levita i una espada. Anduve todo el sitio i no veo a nadie; tomo la espada, i al salir se me presentó el subteniente don Félix Canales p o niéndose la levita. Le pregunto: ¿Qué hacia Ud. con estos soldados aquí? i me contestó que no habia estado con ellos. Le ordené que marchara i que hiciese que siguieran adelante unos individuos que habian por ahí cerca sentados; pero, en lugar de obedecer mis órdenes, se quedó en Moliendo, pues hasta la fecha no se ha presentado al rejimiento. ( F i r m a d o . ) — H I J I N I O J. N I E T O .

NÚM.

1 5 . — - C O M A N D A N C I A D E L R E J I M I E N T O 3.

lio,

Marzo

H

°

DE LÍNEA.

de

1880.

Señor Comandante de la 4. * División del ejército del Norte. Cumplo con el deber de poner en conocimiento de V. S. los hechos siguientes:


106

G U E R R A D E L PACIFICO.

El dia 10 del corriente recibí del Jefe de Estado Mayor de la 4. División, a las 3 P. M., la orden de ponerme en marcha, a las 5 P. M del citado dia, de Moliendo a Islai. A la hora indicada dispuse la marcha, salí del pueblo i fui a acamparme a tres o cuatro millas de la población. En este campamento se me dio cuenta que el capitán de la 2. - compañía del 2. batallón, don Viviano Carvallo, teniente de la 2. del 2. ° , don Liborio Andraele, i subteniente de la misma compañía, clon Félix Canales Chessisen se habían devuelto del rejimieuto para la población, e igualmente se devolvieron 87 soldados, aprovechando la oscuridad de la noche i la desigualdad del terreno por causa de la quebrada. En Moliendo dejé a los subtenientes Amagada i Serrano a cargo do una guardia de 25 hombres para cuidar de los enfermos i de los soldados, que el subteniente Laiz debería recojer ele los que no habian asistido al toque de llamada, que eran en número de 59 individuos ele tropa. La falta cometida por los señores oficiales i que dejo consignada, es sumamente grave; han comprometido el honor del rejimieuto i se han hecho acreedores a un castigo ejemplar i que sean espulsados del ejército. xVeljunto acompaño a V. S. dos partes que el sarjento mayor del Tejimiento me ha pasado acerca del capitán Carvallo i subteniente Canales. En el campamento permanecí alojado 13 horas por orden que recibí del Jefe de Estado Mayor de la división, i salí en la mañana del dia 11 a las 10, habiendo llegado a Islai a las 2 P. M. de ese dia, sin ocurrir ninguna otra novedad. Mas detalles recibirá V. S. por el señor Jefe de Estado Mayor de los sucesos cometidos por los devueltos i que el infrascrito no ha presenciado. Dios guarde a V. S. rf

c

rt

(Firmado.)—RICARDO CASTRO.

NÚM. 16.—SERVICIO SANITARIO E N CAMPAÑA.

A bordo del "Amazonas,"

Marzo 14 de 1880.

Señor Jefe de Estado Mayor de la división espedicionaria sobre Moliendo e Islai: Tengo el honor de poner en conocimiento de V. S. que en la espedicion hecha sobre Moliendo e Islai acompañando la división de operaciones, el servicio médico constituido por la primera ambulancia de Santiago, nada ha tenido felizmente que trabajar. Los pequeños accidentes ocurridos fueron atendidos por los cirujanos de los cuerpos. Un soldado del Rejimiento 3. ° , que fué encontrado herido gravemente en el antebrazo, fué atendido por el infrascrito i enviado en seguida a bordo del blindado Blanco Encalada, donde fué inmediatamente amputado por el cirujano señor Scherbakoff. No pude atenderle mas yo mismo, pues V. S. sabe que el Amazonas salió el dia antes hacia Islai para reembarcar la tropa. Tanto los señores cirujanos de Tejimientos como de la ambulancia han cumplido satisfactoriamente sus deberes, estando atentos en sus puestos. Dios guarde a V. S, (Firmado.)—DR. R.

ALLENDE

PADIN.

N Ú M . 17.—CUERPO DE INJENIEROS MILITARES.

Pacocha, Señor Jefe de Estado Mayor de la 4 .

1 3

Marzo 14 de 1880. División.

Señor: En cumplimiento de la comisiou que se sirvió V. S. conferirme de destruir la estación del ferrocarril i otros edificios fiscales del puerto de Moliendo, me permito dar a V. S. lasuscinta cuenta siguiente: La estación del ferrocarril de Moliendo, reputada como una de las mejores de Sud-América, era bastante espaciosa; contenia 10 hermosos edificios de fierro i varios de madera con techo de fierro galvanizado. Los talleres estaban bien provistos de la mejor maquinaria, ejes de trasmisión, aparatos i útiles. Había gran provisión de maderas, fierro i sus almacenes abundaban en toda clase de objetos adecuados al uso de los . ferrocarriles.

Se inutilizó casi todas las columnas de fierro de los edificios, la maquinaria de los talleres de carpintería, herrería i fundición, etc. Además, las locomotivas en compostura, cuatro calderos de locomotivas, cuatro tenders de idem, ocho tonkíes, un gran motor fijo, un martillo a vapor, tubo i hornos de fundición. Se iucendiaron 32 carros de carga, todos los edificios mencionados i también ocho de madera en que habitaban los empleados. En un desvío, como auna legua al Sur de Moliendo, se quemaron 45 carros de carga, se inutilizaron a dinamita nueve carros grandes i cinco boyas, se cortó la cañería que conduce el agua a Moliendo i se destruyó parte de la línea férrea. En el muelle se arrojó al agua una caldera, varias máquinas, un gran pescante i tres carros de carga; se inutilizó el pescante a vapor, i al embarcarnos se puso fuego a la cubierta del muelle. Las 180 libras de dinamita que V. S. me entregó, i las 3 0 0 que adquirí en el pueblo, no bastaron para completar la destrucción. Se me ofreció anteayer tres quintales de dinamita que habia abordo del Amazonas i contaba con ellos para aplicarlos al muelle; pero ayer, como a las 11 A. M., se me dijo que no habia i se me entregó tres estanques de pólvora común, los que devolví por ser ineficaz para esta clase de operaciones, i preferí el fuego, que me parece no ha completado el propósito por falta de tiempo, pues el enemigo debe haberlo estinguido. Esta operación se inició anteayer a las 7 A. M. i concluyó como a las 5 P. M. Mui poco podrá aprovecharse. Aunque poco competente para calcular el valor de la propiedad fiscal destruida, estimo su mínimo en 5.000,000 de pesos. La tropa me facilitó eficaz ausilio, mui en especial la del Batallón Naval. Debiendo hacerse justicia a los que, en cumplimiento de su deber, no trepidan en afrontar el peligro, llamo la atención de V. S.'a lo siguiente: Anteayer, entre los carros que se destruían en la estación del ferrocarril de Moliendo, se encontró uno grande como con 60 barriles de pólvora peruana, de diversos tamaños, la mayor parte medios abiertos. Como el fuego se encontraba a corta distancia, era difícil alzar el carro i habia necesidad de pólvora; ordené a tres soldados retiraran los barriles a una distancia conveniente. Cuando se encontraban con el segundo barril, como a 2 0 0 metros del carro, éste hizo esplosion, i alcanzó a arrojarlos a tierra. Luego se incorporaron i continuaron su marcha con su carga como de 2 5 0 libras de pólvora. Estos buenos muchachos pertenecen al Batallón Naval i se llaman: Leoncio Vivar i Tiburcio Martínez (de la 2 . compañía) i Romualdo Covarrubias (de la 4 . ) De V. S., señor, mui atentamente. 5 3

5 3

(Firmado.)—A.

VILLARROEL,

XVII. El J c n c r a l en J e f e d o n M a n u e l B a q u c d a n o t r a s c r i b e u n a n o t a del C o r o n e l B a r b o s a s o b r e e s c l a r e c i m i e n to de algunos hechos relativos a l a espedicion a M o liendo. NÚM.

984.

lio, AbrilM

de 1880.

El señor coronel Orozimbo Barbosa, jefe de la 4 . División, con fecha 19 del corriente, me dice lo que sigue: "Tengo el honor de acusar recibo a la nota de V . S., número 949 de fecha 13 del presente, en la que se sirve trascribirme la comunicación de fecha 1. ° del corriente del señor Ministro de Guerra, referente al esclarecimiento que necesitan algunos hechos relativos a la espedicion que bajo mi órdenes se llevó a cabo a Islai i Moliendo, i de la cual di a V . S. cuenta detallada en el parte orijinal i documentos anexos que pasé al Cuartel Jeneral con fecha 16 del pasado, al mismo tiempo que al Estado Mayor Jeneral. "Deseoso el que suscribe de satisfacer cuanto antes las órdenes del señor Ministro, me apresuro a dar a continuación las 5 3


DOCUMENTOS INÉDITOS.

esplicaciones que necesitan algunos hechos de mi parte citados, i al efecto paso a contestar, punto por punto, los cargos que contiene la comunicación del señor Ministro. 1. ° "Desde luego se nota que en el parte pasado a V. S. se hace una enumeración de las personas que acompañaban al comandante de la división, entre las que figuran algunas que no revisten carácter oficial alguno i mucho menos militar, etc." En la primera pajina del parte orijinal pasado por el que suscribe al señor Jeneral en Jefe del ejército, después de hacer referencia al estado en que se detallan las fuerzas de la división espedicionaria i decir que en el Blanco Encalada iba el que suscribe, el Jefe de Estado Mayor i dos ayudantes, agrego el siguiente acápite. "Acompañaban también la espedicion el capitán don A u gusto Orrego, como comisionado del Estado Mayor Jeneral; el capellán de la división don Eduardo Fábres, el corresponsal don Eduardo Hempel, el práctico don Arturo Villarroel, el mecánico inglés don Daniel Mac-Donnald, el ex-soldado del Batallón Atacama Rómulo Ossa (mecánico, fogonero i empleado del ferrocarril de lio) i el ciudadano Anselmo Cruz Vergara." De todas estas personas, solo los señores Hempel i Cruz Vergara no tenian carácter oficial o militar; los demás iban en comisión del servicio con autorización del señor Jeneral en Jefe. El señor Hempel llevaba permiso del mismo señor Jeneral para acompañar la espedicion; solamente el señor Cruz Vergara iba de su propia cuenta i sin autorización de nadie, según se pudo averiguar en el camino de Islai a Moliendo cuando se notó su presencia, permitiéndosele que continuara la marcha por no ser posible hacerlo volver a Islai a reembarcarse, i por que los buques ya se movian del fondeadero. Así, pues, las personas nombradas no acompañaban al comandante de la división como equivocadamente se espresa en la nota que contesto; pero sí formaban parte de la espedicion por las razones que he espuesto. Tampoco iban a bordo del buque almirante, pues el Blanco solamente conducía al Estado M a yor de la división i a los jefes, oficiales i tropa del Batallón de Artillería cívica Naval de Valparaíso. En el mismo parte del que suscribe, doi cuenta que en Islai se obligó a que se reembarcaran cuatro ex-soldados del ejército, i se pusieran presos a otros tantos cuya presencia se notó entre la tropa en la marcha a Moliendo. Estos individuos, así como los otros embarcados en Islai, han permanecido presos hasta el regreso de la espedicion a lio. 2. ° "Aparece el hecho de haberse practicado un reconocimiento de la costa entre Islai i Moliendo por un oficial sin la práctica i competencia necesarias, etc." En mi parte no he podido establecer el hecho que precede, i, por el contrario, si yo fuese llamado a opinar a este respecto, me apresuraría a declarar con perfecto conocimiento de causa, que el oficial que practicó el reconocimiento, es uno de los intelijentes i de competencia que tiene la marina. Lo que aparece de mi parte, es lo siguiente, que me permito copiar casi a la letra: "Que en la tarde del dia 8 el Blanco Encalada se acercó a la costa para reconocerla, designándose desde a bordo una caleta que parecía buena. Que luego se mandó un bote a tierra, volviendo el oficial comisionado con la noticia que era escelente. De esto nos pudimos convencer personalmente al otro dia cuando la división marchaba a Moliendo i pasaba como a 100 metros de ese buen desembarcadero." Agrego. Que después del reconocimiento citado, el Blanco siguió al Norte para reconocer hasta mas allá de Islai, volviendo a la altara del primer punto reconocido como a las 10 P. M., siendo la noche sumamente oscura. Que el desembarco de tropas de Navales principió inmediatamente, volviendo a bordo la primera partida de botes con la noticia de que la operación de desembarcar se habia efectuado sin mas novedad que el haberse los soldados mojado los zapatos. Que poco después volvió a bordo otro oficial con la segunda partida de botes diciendo que los soldados que él condujo a tierra se mojaban hasta la cintura, por cuyo motivo dispuse que el Jefe de Estado Mayor fuera a ver lo que ocurria, cuyo jefe pudo convencerse de que la caleta no era la reconocida en la tarde, i que el desembarco era peligroso, circunstancia que lo obligó a hacer volver a bordo la jente que aun habia en los botes i la (pie venia de a bordo, dejando instrucciones para la seguridad de las tropas, que ya estaban en tierra. I por último digo, que, por él motivo espuesto, el señor Almirante dispuso que continuara el desembarco por Islai, un poco mas al Norte de la caleta citada, lo que se efectuó sin novedad, etc.

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De lo espuesto se desprende que, a causa de lo mu i oscura que estaba la noche, no se acertó con el lugar escojido en la tarde, i que la caleta en que se principió el desembarco, si bien era buena al principio de la operación, la merea i reventazón que sobrevino la iban haciendo de momento en momento menos adecuada para saltar a tierra, hasta el punto de ser peligrosa en el instante que la visitó el Jefe de Estado Mayor. En cuanto a los 140 hombres que pudieran saltar, ni por un momento han estado espuestos ha ser atacados por el enemigo en el punto que desembarcaron, puesto que la situación que se les hizo tomar, la oscuridad de la noche, el no haber sido sentidos, i en fin, la proximidad de nuestros buques, los ponian a cubierto de ser atacados con ventaja. Si al amanecer una parte de esa tropa entró en contacto con el enemigo, fué debido únicamente a la necesidad que habia de ir a cortar desde luego el telégrafo, para cuyo fin la tropa dejó sus buenas posiciones de las alturas de la playa, favorecida al mismo tiempo por la presencia de las demás fuerzas que desembarcaban, por ese momento, por otros puntos mas cercanos al Norte. Así, pues, nuestra fuerza de tierra no ha estado un momento abandonada ni espuesta a ser atacada impunemente i con ventaja por fuerzas superiores del enemigo. La misma equivocación de tomar una caleta por otra, nos ha favorecido grandemente hasta el punto de no perder un solo hombre, ni haberse herido alguno en el desembarco. 3. ° Respecto al incendio i destrucción de propiedades particulares en Moliendo, puedo asegurar a V. S. que se hizo lo humanamente posible por evitarlo; desgraciadamente el viento constante i variado que sopla en la colina en que está edificada la ciudad, i el material de madera de que son construidos los edificios en su totalidad, fué causa de que el fuego se propagase rápidamente i que nuestros esfuerzos no tuvieran un éxito completo; sin embargo, se puede decir que hemos salvado gran parte de la población cortando todo incendio que se declaraba, A todo el pueblo de Moliendo consta que muchos incendios se declararon a consecuencia de las chispas que el viento llevaba hacia la población, de los edificios del ferrocarril que hubo que incendiar para destruirlos, los que estaban situados a algunas cuadras de la ciudad i en el fondo de una quebrada honda i estrecha, lo que permitió suponer (pie el fuego no se comunicarla al pueblo, i la prueba de que los incendios producidos por esta causa no han sido intencionales, es que, a pesar de las instrucciones del señor Jeneral en Jefe, no se puso fuego a la Aduana, a los almacenes de idem i a muchos edificios públicos que están separados, pero al pié de la población, pues ésta habria sido reducida a cenizas. Pero es indudable que otros pequeños incendios habidos en los suburbios de la ciudad fueron intencionales, comunicándose rápidamente el fuego a los edificios i ranchos vecinos. Nadie fué sorprendido infraganti en la ejecución de estos actos, lo que esplica el por qué no se castigaron inmediatamente a los culpables; pero se tomó presos a todos los que se encontraban entre los incendios sin objeto determinado, ya fuesen oficiales, individuos de tropa, paisanos peruanos o estranjeros, remitiéndolos a las guardias de la población establecidas en varios puntos. De las averiguaciones practicadas en Moliendo con las personas tomadas, no se pudo precisar si alguien era autor del crimen de incendiario. Sin embargo, los paisanos continuaron presos hasta el último dia en que fueron entregados a los cónsules de Moliendo en el momento de embarcarse la división. A los oficiales e individuos de tropa se les mandó a bordo, mateniéndolos en estrecha prisión hasta nuestra vuelta alio. No ha habido destrucción voluntaria de propiedades particulares, i si se echaron abajo dos edificios lijeros, fué para cortar los incendios, cuyo acto evitó mayores males, i en el que ayudaron gustosos los estranjeros i jente decente de M o liendo. Respecto a los actos de insubordinación e indisciplina de algunos oficiales i tropa, se tomaron inmediatamente las medidas del caso, i los culpables han sido sometidos a juicio a petición del suscribe, i algunos de ellos ya han recibido el'castigo que merecian sus faltas. 4. Llego al último párrafo de la nota del señor Ministro de la Guerra el cual entre otras cosas dice: "En virtud a las amenazas hechas a los habitantes, espone el jefe que el embarque de nuestras tropas pudo continuar sin c


IOS

GUERRA DEL PACIFICO.

inconveniente, corno asimismo la total destrucción del muelle." Me permito esponer a V. S. que en mi parte no he podido establecer ambos hechos; pues la división estaba ya embarcada, escepto 1 0 hombres, cuando se avisó que se veian enemigos a mucha distancia, i el muelle no pudo destruirse en su totalidad por falta de materiales esplosivos. Tengo a la vista los borradores que sirvieron para la confección del parte, i de ellos copio lo siguiente sobre el particular: "Poco después de las 1 2 M. del dia 1 3 faltando solo embarcar como 2 0 animales entre caballos i muías, i habiendo en la punta del muelle 1 0 soldados armados, i los marineros de los botes embarcando animales i materiales del ferrocarril, se dio avise por un centinela de la isla que se divisaba jente en las alturas de Moliendo (mas de tres leguas del muelle); se mandó un pequeño reconocimiento a las inmediaciones del pueblo, i habiendo tomado dos paisanos prisioneros, éstos declararon que las fuerzas de Arequipa, 2 , 0 0 0 hombres, habían Tenido a Tambo ( 6 a 8 leguas de Moliendo), que algunas partidas habian tomado las alturas i que las fuerzas se dirijian a Mejía." "Como dos horas después (estando el señor Almirante en el muelle, quien interrogó a los paisanos detenidos) el vijía de la isla (pegada al muelle) avisó que grupos déjente bajaban de las lomas. El alférez Miller fué mandado a una altura vecina desde la cual se domina mucho terreno, i v i o que bajaba jente por la quebrada de la estación, como a 1 2 cuadras de distancia, pareciéndole que su número seria como una compañía de infantería." Si no se hubiera descompuesto el donkey a vapor que servia para cargar los materiales de ferrocarril i lo» animales, es probable que a las 1 2 de ese dia estuviéramos navegando de vuelta a lio, terminada ya nuestra misión, i sin haber tenido mas noticias del enemigo que las que obtuve en Mejía el 1 0 . Por otra parte, no he podido dar importancia alguna a los avisos sobre el enemigo, tanto porque se presentaba mui distante de nosotros, cuanto porque no podia creer que viniese a presentar combate, cuando no lo hizo en la Ensenada, lugar donde lo batí haciéndolo emprender la fuga, como lo espreso en mi parte al señor Jeneral en Jefe. Mi convicción es que sabiendo el enemigo que estábamos embarcándonos desde el dia anterior, en cuya operación nos podían ver desde mui l e j o s , se situó eu las alturas de Moliendo, haciendo bajar en dirección al pueblo a los paisanos o guardias nacionales de la ciudad para que recojieran sus familias escondidas en las quebradas. No había, pues, necesidad de desembarcar tropas para batir a las avanzadas que viniesen al pueblo. Por otra parte, a mas de estar ya terminada nuestra comisión, el desembarco no había podido efectuarse por el muelle, a causa de que ya ardía la cabecera por donde se va al pueblo. Ardía también un gran edificio que servia de depósito a mercaderías, situado al lado de la isla i al estremo del muelle; i en fin, el pueblo había sido entregado a los estranjeros desde las 1 0 A. M., i sucesivamente el espacio que ocupa el ferrocarril a medida que lo desalojábamos, de manera que a las 1 2 solo teníamos la punta del muelle, único lugar de embarco i desembarco que hai en Moliendo. Dicho muelle está establecido a lo largo de una costa rocosa e inaccesible, siendo abordable solamente por una escala i en la cual no siempre se puede desembarcar a causa de lo malo del mar; el otro estremo da a la garganta estrecha que une la isla a la costa i por donde pasa el camino que va a la población. El muelle es dominado por todas las casas que miran al mar desde una altura de 2 0 a 2 o metros, i a una distancia horizontal poco mas o menos. Bajo estas condiciones se encontraban los 1 0 hombres i marineros que quedaban en el muelle cuando se dio aviso que se veian enemigos en las alturas de Moliendo, que, como he dicho, están a gran distancia del muelle. El aviso o intimación a los cónsules i estranjeros que han estado toda la mañana a 5 0 metros de nosotros hasta que nos retiramos a bordo, no tenia mas objeto que advertirles la obligación de cuidar el orden en la ciudad que les habíamos entregado, i evitar que de alguna casa disparasen imprudentemente a los botes o grupo de jente que quedaba en el muelle, pues en este caso se tomarían las medidas para castigar el hecho en la forma que se les esplicó. No han sido, pues, las amenazas a los estranjeros lo que ha permitido que el embarque de esos 1 0 hombres i animales (i no de toda la división) se haya llevado a cabo sin inconveniente, ni

tampoco esa circunstancia ha permitido la total destrucción del muelle, pues como he dicho en la última pajina de mi parte, no pudo destruirse por falta de dinamita, i solo se prendió fuego a la cubierta de madera, la que dejamos ardiendo por ambos estremos al separarse los últimos botes. El enemigo no se vio ni aun cuando levamos ancla después de las 5 P. M., hora en que se oscurecía, por consiguiente no ha habido a quien atacar ni quien nos ataque. Con lo espuesto, señor Jeneral, creo haber satisfecho las dudas i aclarado los puntos oscuros designados por el señor Ministro de la Guerra, advirtiendo a V. S. que estas mismas aclaraciones las hice al señor Jeneral en Jefe después de haber pasado mi parte. A continuación encontrará V. S. las instrucciones verbales que el señor Jeneral en Jefe se sirvió darme la noche del 6 de Marzo, estando presente el señor Ministro de Guerra en campaña, el secretario del señor Ministro i el Jefe de Estado Mayor de la división espedicionaria, quien tomó apunte de esas instrucciones. Helas aquí: 1. Organizar una división espedicionaria a Islai i Moliendo compuesta del 3 . ° de línea, Navales (al dia siguiente se agregó Zapadores), 1 0 soldados de injenieros, 1 6 muías de carga, arrieros i 3 0 Cazadores a caballo. Víveres para tres dias (fuera de las raciones para dos dias que se hizo llevar en su morral a cada soldado.) Llevar 1 5 0 tiros por hombre, útiles, herramientas, etc. 2. ° Estas fuerzas deberían embarcarse el dia siguiente: en el Blanco Encalada, Navales; en el Lámar, Zapadores, i en el Amazonas, el 3 . " de línea i demás fuerzas 3. ° Para el embarque, desembarque i demás operaciones militares, debia ponerse de acuerdo con el señor Almirante Riveras. 4. ° Objeto de la espedioion: Batir las fuerzas de Islai i Moliendo. Tomar los fuertes destruyendo éstos i los cañones, etc. Destruir los telégrafos, recojiendo máquinas, útiles, etc. Destruir la línea férrea i puentes cercanos a Moliendo. Destruir los muelles de Islai i Moliendo i todos los útiles de embarque i desembarque. Destrucción de todas las máquinas, carros, edificios, maquinaria, útiles, etc. del ferrocarril, trayendo todo lo que se pueda i sea útil. Si es posible desarmar una locomotora i traerla en piezas. Destruir la Aduana i sus dependencias. Destruir las cañerías i depósitos de agua. Traer armamento, municiones, animales, útiles de guerra, víveres, etc. Si es posible imponer una contribución al pueblo. 5. ° Volver inmediatamente a lio concluida la correría, que durará tres o cuatro dias. A l terminar el señor Jeneral en Jefe i señor Ministro de la Guerra en campaña de darme estas instrucciones, pregunté: Si los acontecimientos me aconsejaran i permitieran ir a Arequipa o a sus inmediaciones ¿podría hacerlo? — S e me contestó que nó, por que mi misión era únicamente ir a Islai i Moliendo, debiendo conformarme en todo a las instrucciones que se me acababan de dar. Réstame solamente decir a V. S. que en la espedicion confiada a mis órdenes, creo haber cumplido mis deberes como comandante de ella, i seguido a la letra, en cuanto ha sido posible, las instrucciones especiales que recibí del señor Jeneral en Jefe, i que dejo apuntadas mas arriba. Al concluir, señor Jeneral, ruego a V. S. se sirva remitir al señor Ministro de la Guerra el parte orijinal o una de las copias que pasé oportunamente al Cuartel Jeneral para que el Supremo Gobierno pueda tener conocimiento de todo lo obrado en la citada espedicion, asimismo copia de todos los documentos anexos i de las ampliaciones i esplicaciones que por escrito di después, porque el contenido de la comunicación del señor Ministro, que contestó, me hace suponer que mis partes no le han sido remitidos." Lo que trascribo a V. S. para su conocimiento i fines consiguientes. Dios guarde a V. S. c

'(Firmado.)—MANUEL Al Sofior Ministro de Guerra i Marina.

BAQUEDANO.


DOCUMENTOS INÉDITOS.

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XVIII.

XIX.

E s p e d i c i o n a M o q u e g u a : el J c n e r a l e n J e f e d e l e j é r cito d a cuenta d e la p a r t i d a d e l a espedicion al m a n d o del Jcneral Baquedano.

El Jeneral en Jefe del ejército i m p o n e al Gobierno de las p e n u r i a s sufridas p o r la e s p e d i c i o n i sus t r a b a jos hasta esta fecha.

NÚM. 8 3 1 ,

NÚM.

lio,

Marzo 13 de 1880.

Señor Ministro de Guerra: Hasta el presente no habia sido posible enviar al interior una división de nuestro ejército, sino pequeñas avanzadas o partidas de caballería, porque carecíamos por completo de los medios de trasporte necesarios para la conducción de víveres, agua, forraje, municiones i equipo de la tropa. Ahora que están ya arregladas dos locomotoras se ha principiado a hacer remesa de todos estos artículos En la mañana de ayer han salido los Tejimientos de Cazadores i Granaderos a Caballo, i en la tarde partió la 2. ** División del ejército, compuesta del Rejimiento 2. ° de línea, Rejimiento de línea Santiago i de los batallones Búlnes, de Guardias Municipales i Atacama, i de una batería Krupp de montaña. Pero no considerándose suficiente esta artillería por su alcance, se le ha agregado la brigada de reserva, que se Compone de una batería de campaña de gran alcance i otra de montaña francesa, con proyectiles aparentes para el ataque de una ciudad como Moquegua, en que probablemente se encuentran tropas parapetadas ocupando las alturas. Esta división va con el objeto de ocupar la ciudad de M o quegua i tomar posesión de los puntos en que con mayor provecho se puede hostilizar al enemigo, cortándole los recursos e impidiéndole comunicación al ejército de Arica con el Norte del Perú. La caballería recorrerá en todas direcciones el departamento para hostilizar las fuerzas enemigas i mui principalmente para privarle de los recursos que le suministra el valle, manteniéndolos así en constante inseguridad. Esta división ha salido a la orden del señor comandante jeneral de caballería, Jeneral de Brigada don Manuel Baquedano, i se le ha dotado de todos los elementos necesarios para que pueda llenar cumplidamente su objeto. Acompaño a V. S. una relación detallada de las fuerzas que componen esta división. Dios guarde a V. S.

859.

lio, Marzo 15 de 1880.

Cabal] i muí

Tropa

¡ Cirujanos Practi 1 Capel!lanes

Oficia

Jefes

Señor Ministro de Guerra: En mi oficio número 831 del presente participé a V. S. la salida de una división de las tres armas que debia operar sobre la plaza de Moquegua i puntos circunvecinos hasta donde fuera prudente llegar, hostilizando por todos los medios que estuvieran a su alcance a las fuerzas enemigas, ocupándose principalmente la caballería, en hacer frecuentes escurciones en el territorio en que están esas fuerzas para privarlas de recursos i mantenerlas en constante alarma. Manifestaba a V. S. en esa misma nota, que por falta de medios de traspote no habia sido posible enviar con anterioridad esta división, i que tan pronto como estuvieron arregladas dos de las locomotivas que se encontraron en este puerto, se habia determinado la salida de ella. La falta de agua era una de las mas serias dificultades que habia que vencer, pues el camino desde lio hasta el alto del Conde, que comprende 48 millas, se hace por la pampa i sin tener ninguna clase de recursos. Para atender a esta necesidad se habían ocupado las máquinas en el acarreo de agua, que se estaba depositando en la estación de los Estanques, a 18 millas de distancia de este puerto, i la provisión de agua en el Hospicio debia hacerse trayéndola desde el Conde, que dista de ese punto 13 millas. Adoptando este temperamento se conseguía subir en la máquina víveres, municiones, forraje i demás artículos necesarios para la división, i a su regreso traia el agua para dejarla en Hospicio. Además podia hacer los viajes que fuese preciso para la provisión de agua, mientras que de dicha estación a esta plaza solo se podia hacer un viaje al dia. La caballería que salió en la mañana del 12 del presente, bajó, según telegrama del señor Jeneral Baquedano, el 13 a la 1.30 P. M. al valle de Moquegua con 120 hombres de infantería del Rejimiento Buin que estaba de guarnición en el Hospicio, i fueron llevados en el tren. Esta compañía se batió con una partida enemiga situada en Conde, la que se retiró después de una corta resistencia, habiendo sido heridos gravemente dos de nuestros soldados sin tener otra baja. El señor (Firmado.)—ERASMO ESCALA. Jeneral me avisa que ha tomado posiciones convenientes, i que mientras no llegue la infantería i artillería no habrá moviC U A D R O Q U E MANIFIESTA EL CONTINJENTE DE LA ESPEDICION miento ninguno, fuera de los reconocimientos que exijan la seA MOQUEGUA. guridad de sus fuerzas, i me agrega que por los datos recojidos parece que hai 3,000 infantes entre Moquegua i Torata. co Entretanto, la infantería que salió con la artillería el 12 a cu -t^> las 5 P. M. se detuvo en Estanques i siguió después a Hospico CO CO 0 cio, donde llegó después de una marcha bastante penosa a la3 O ci c3 o 10 A. M. de ayer, i esperaba encontrar ahí el agua, que desde el Conde debia llevarle la máquina, que habia subido el dia anterior; pero, por desgracia este tren se desmeló en el trayecto de Hospicio al Conde, i no se podia restablecer la comunicaInfantería 8 118 5 6 1 3,111 ción hasta la tarde del dia de ayer. Caballería 3 52 1 1 787 844 Por otra parte, no era posible mandar desde ese puerto otro 1 Artillería 272 161 14 tren llevándoles agua, porque en el viaje que juntas hacian amAnimales mulares, etc. 200 bas locomotoras al interior el dia 13, se quebraron las dos tapas del cilindro de una de ellas, i solo pude regresar a lio 12 184 6 7 1 4,170 1,205 por venir de bajada. La compostura de esta locomotora no estará terminada antes de esta noche, a pesar que se trabaja en ella lio, Marzo 12 de 1 8 8 0 . dia i noche con la mayor actividad posible. (Firmado.)—WALDO DIAZ, Este desgraciado accidente colocaba a esta división acampaAyudante jeneral. da en Hospicio en una situación mui crítica, pues estaba ávida de sed, i el envío que desde aquí se le hizo, empleando en ello lio. Marzo 15 de 1880. todas las muías que habia, no podría llegar hasta el otro dia. Señor Ministro de Guerra: Dispuse entonces que en las muías i caballos de la artillería En este momento (7 P. M . ) i después de escrita la anterior fueran inmediatamente a buscar al Conde, el punto mas próxicomunicación, recibe el señor Jefe de Estado Mayor un tele- mo en que habia agua, llevando todas las caramayolas de la grama del señor coronel Muñoz, avisándole que marcha con su tropa. Gracias a esta medida i al concurso que le prestó el división en orden a incorporarse al Conde con las fuerzas que señor Jeneral Baquedano, la división consiguió tener agua, aunahí tiene el señor Jeneral Baquedano i que me apresuro a parque en poca cantidad, a media noche i servirle de algún ausiticipar al Supremo Gobierno. lio en su angustiada situación. Dios guarde a V. S. La división no ha podido avanzar del Hospicio por ésta cir(Firmado.)—ERASMO ESCALA. cunstancia, pues habría sido preciso abandonar la artillería por tener ocupadas las muías i caballos en el acarreo del agua.


GUERRA DEL PACIFICO.

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Con este motivo, la división ha tenido que pasar por fuertes sufrimientos, que han puesto en dura prueba su moralidad i disciplima, pues por la falta de aguase han enfermado 17 individuos, i he tenido algunos ausentes de los que han ido en busca de agua. A mas, en el camino ha muerto el teniente Pedro Navarro del Rejimiento Santiago de un ataque de insolación. También habían principiado a desbandarse algunos soldados, viniéndose a lio en busca de agua, pero las enérjicas medidas adoptarlas por el señor coronel Muñoz, jefe de la fuerza de infantería, han impedido que se produjera este mal en las filas de la tropa, i le he recomendado el estricto cumplimiento de las obligaciones que a este respecto le impone la Ordenanza. Esta perturbación en el servicio de los trenes no permitirá tampoco la conveniente provisión de víveres i de forraje, pues ya no tenemos medios para remitir víveres, porque las muías que había han salido con agua i no hai mas aparejos o arneses para que el acarreo se haga a lomo de muía o en carros tirados por ellas. He creído conveniente poner en conocimiento del Supremo Gobierno lo que ha ocurrido i que ha venido a entorpecer la marcha de las operaciones acordadas sobre la plaza de M o quegua, impidiendo a mas el envío de otra división que salga en ausilio de la anterior para el caso que fuere preciso; pero espero que estas dificultades desaparecerán con el restablecimiento de la comunicación de los trenes. Dios guarde a V. S. (Firmado.)—ERASMO ESCALA.

NÚM.

880. lio,

Marzo 18 de 1880.

Señor Ministro de Guerra: La 2. División del ejército que de este puerto salió en la tarde del dia 12 del presente para ocupar la plaza de Moquegua, llegó en la noche del 15 al alto del Conde a reunirse allí a la caballería que en ese punto la esperaba desde el dia 13. La tropa llegó algo cansada con la travesía del desierto, en que tuvo las dificultades de que he dado cuenta a V. S. en mi oficio número 859 de 15 del actual. Por esto es que para darle descanso i reunir a todos los que hubieren quedado enfermos o rezagados, se ha resuelto esperar hasta el dia de mañana para dirijirse a Moquegua. En estos dias se lia ocupado la caballería en hacer reconocimientos en los alrededores del lugar en que nuestras fuerzas hau establecido su campamento, acompañada de una o dos compañías de infantería. Las pequeñas partidas de fuerzas contrarias con que se han encontrado han opuesto mui débil resistencia, habiéndose retirado después de un lijero tiroteo a larga distancia, Dios guarde a V. S. rt

(Firmado.)—ERASMO ESCALA.

XX. Espedicion a las islas de Lobos i a las de Chinchas. (1) PARTE OFICIAL.

P acocha, Marzo 24 de 1880. Señor Ministro: El comandante de la corbeta Chacabuco, con fecha de ayer, en nota número 42, me pasa el siguiente parte de su última espedicion: "En cumplimiento de las órdenes de V. S., el viernes 5 del presente zarpé en unión del Loa del puerto de lio, dirijiéndome al de Moliendo para trasbordar a la O'IIiggins algunos bultos que le estaban destinados, lo que se efectuó, aprovechando al mismo tiempo para embarcar en la Chacabuco una lanchada de carbón del vapor Lámar, la que me fué cedida por el comandante del Cocadonga, a cu3'o costado estaba. En la tarde del mismo dia proseguí en demanda de Lobos de Afuera, i después de cuatro dias de viaje, llegué en la mañana del 10 a esas islas. Inmediatamente de fondear, envié un oficial a la autoridad del lugar, oficiándole en la forma que se (1)

Los telegramas de esta espedicion figuran en el tomo 2.°, pajina 410,

servirá V. S. encontrar en el anexo número 1 i cuya contestación, en copia, acompaño bajo el número 2, Evacuado ese trámite, procedí a recojer todas las lanchas i embarcaciones; pero las unas i las otras fueron en reducido número; de las primeras destruí seis, trayendo una el Loa, que me ha servido para el trasbodo del carbón, i las segundas estaban en tan mal estado que fueron despedazadas, no mereciendo la pena el traerlas. Según supe después, 10 lanchas habian sido echadas a pique, i como se las habia dejado amarradas a una boya, hice cortarle la amarra, con lo cual la corriente debe haberlas arrastrado, i evitándome la faena de levantarlas, he burlado el objeto que los interesados se propusieron, echándolas a pique. En la bahía encontré los buques siguientes: Fragata inglesa Chancellor, con 3,000 toneladas de guano, lista para hacerse a la mar. Fragata inglesa Eltta, con 46G id. id. Id. norte-americana JaneFish, con 200 id. id. Id. italiana Enrico 8., con 150 id. id. Todos ellos fueron notificados i se preparaban para hacerse a la mar, como también las dos fragatas inglesas Anglo India i Frank Flind, que llegaron dos dias después con procedencia del Callao. Existían, además, en la isla el pontón Coronilla, vaporcito Islinja i pailebot Paracas, de propiedad de subditos ingleses, i acerca de los cuales, como también del vapor Ballestas, que llegó al dia siguiente que la Chacabuco, V. S. encontrará en el anexo número 3 esplicados los motivos por los cuales les dejé en libertad, i para terminar la parte referente a embarcaciones, réstame solo esponer que, en cumplimiento de las órdenes de V. S., largué al garete, incendiándola previamente, la cisterna de la compañía cargadora Aurora. Escusado me parece manifestar a V. S. que todos estos buques se ocupaban en cargar guano, pues el muelle i las plataformas estaban en buen estado, teniendo además útiles, vivere i operarios de toda clase para la prosecución de los trabajos. Siendo el objeto de mí comisión destruir todos esos elementos, a fin de que no se pueda continuar el carguío, procedí a quemar el muelle i la plataforma, lo que conseguí, si no enteramente, al menos al grado que la parte que aun queda en pié no podrá utilizarse sin hacerla nuevamente, habiendo sido contrariado en esa operación por una copiosa lluvia que sobrevino cuando estaba ocupado de ella. Proseguí en seguida a embarcar los animales en número de 29. que eran todos los que existían en la isla, con escepcion de dos caballos del señor vice-cónsul inglés, las herramientas i diversos otros artículos, como ser clavos, fierro acanalado, carretillas sin uso, palas, aceite, jarcia de Manila, desecho de algodón, picotas, remos, estalladores fulminantes, guías de minas, balanzas grandes i chicas, vicheros, provisiones, licores i vinos, etc., etc., todo lo cual encontrará V. S. detallado en las guias A i B que acompaño, siendo esta última susceptible de alguna corrección, pues no ha sido posible inventariarla prolijamente, pero toda ella representa un valor de no pocos miles de pesos. Aun quedan en Ja isla algunos artículos, consistiendo principalmente en ferretería, ruedas de carros i otros objetos pesados; pero V. S. que conoce la localidad, comprenderá fácilmente que no era posible embárcalos sin perder algunos dias, i ya era necesario que dejase la isla, lo que efectué en la noche del sábado 13, dirijiéndome a la costa firme, habiendo antes rellenado las carboneras i embarcado como prisionero, i en virtud de las órdenes de V. S., al señor gobernador, coronel don José Alaiza, i capitán de corbeta i del puerto señor Rosas, que actualmente se encuentran en el Loa a disposición de V. S. Existían en la isla como 200 chinos esclavos i mas o menos igual número de peruanos libres; pero todos ellos la abandonaron muí pronto, porque puede V. S. estar seguro que solo con mui injente gasto podrá restablecerse el carguío, i además el señor vice-cónsul inglés, administrador de la empresa, me aseguró que el trabajo se suspendería i que iba a remitir los chinos al continente, lo que efectivamente pude notar se hacia, pues el domingo 14 encontré al Ballestas llevando a Eten una parte de ellos, lo que por otra parte no pueden dejar de hacerlo, por falta de agua i provisiones. _ Como antes he dicho a V. S., el 13 en la noche dejé la isla, dirijiéndome a Pacasmayo, i recorriendo la costa Norte reconocí en Churripe la barca inglesa Chiloé, que se encontraba cargada de azúcar, i en Pimentel tres goletas de diversas nacionalidades, destruyendo una peruana llamada Clementina, que estaba abandonada probablemente al saber que nos encontrábamos


DOCUMENTOS

sobre la costa, habiendo notado que en cada uno de los puertos recorridos todas las lanchas i embarcaciones se encontraban varadas. En Eten hice fuego sobre UDa máquina del ferrocarril que se avanzó sobre el espléndido muelle de ese puerto, i después de reconocer a San José de Lambayeque me dirijí a Lobos de Tierra. En esta isla, donde llegué en la mañana del 15, permanecí todo el dia reconociendo si existían elementos de carguío; pero no encontré sino unas seis lanchas viejas, completamente inútiles, dos empleados de la compañía cargadora de guano i unos cuantos pescadores, cuyas embarcaciones por humanidad no destruí, pues debían servirles para trasladarse al continente justamente con los empleados a que he hecho referencia, viaje que debían emprender ese mismo dia, estando faltos de agua i provisiones. No teniendo objeto mi permanencia en esos lugures, decidí dirijirme directamente al Sur, por la razón que espongo a V. S. en el ya citado anexo número 3, que ojalá pueda mi decisión ser útil por la oportunidad de mi procedimiento. En la tarde del 15 dejé Lobos de Tierra dirijiéndome en demanda de las islas de Chinchas, habiendo sido contrariado en el trayecto por un fuerte viento que solo me permitió llegar el viernes 19 a las 8 A. M. Encontré tres buques de nacionalidad inglesa, norte-americana e italiana, casi con toda la carga a bordo. Proseguí en seguida a capturar las lanchas, que solo existían en número de cuatro a flote, haciéndolas volar con un torpedo i quemando las que se encontraban en tierra, haciendo la misma operación con la plataforma por la cual se embarca el guano i arrojando las carretillas i herramientas al agua, las que en pedazos eran arrastradas por la corriente. El estado del mar no me permitió embarcar cierta cantidad de burros con que se hace el acopio de guano, que hoi tan reducida cantidad existe en las islas de Chinchas, pobres restos del tesoro con que el Perú reemplazó la plata que en otro tiempo sacó de los Andes, i causa de la ruina i pobreza que hoi aqueja a ese país. Capturé igualmente dos balandras que llevau las provisiones a la isla, cargadas de agua i pasto, i un bote con 5 0 0 libras de mantequilla, todo lo cual embarqué en el Loa. En cada una de las tres islas de Chinchas, existen diversos aparatos en esqueleto para establecer mangueras; pero como hoi solo se embarca en el lugar donde están los buques, que es donde se acopia, creí conveniente no perder tiempo ocupándome de ellos. A las 6 P. M. del mismo dia zarpé en demanda de la bahía Independencia, donde llegué a las 8 A. M. del siguiente dia. Existían en la bahía dos buques italianos a media carga el uno i con 100 toneladas el otro, pero haciendo el carguío con embarcaciones propias. Para imposibilitarlas de continuar, incendié el muelle i plataforma, quedando completamente inútil, procediendo en seguida a embarcar 17 muías que trasporta el Loa, quedando en la isla cinco animales, que por su mal estado preferí dejar. No creo que el carguío en esa localidad continúe, tanto por las destrucciones hechas, como porque carecen de toda clase de elementos. A las 4 P. M. dejé el puerto dirijiéndome a éste a lo largo de la costa a fin de reconocerla; pero sin novedad alguna llegué hasta Moliendo a las 4 A. M. de hoi, donde comuniqué con los buques bloqueadores, prosiguiendo en seguida mi viaje a este puerto, donde he fondeado a la 1 P. M. El dia antes de llegar a las Chinchas reconocí la barca noruega Ocean, la que me dijo que el viernes 12 habia salido del Callao la corbeta Union en unión de tres trasportes conduciendo tropas. En Chinchas no pude hacerme corroborar la noticia; pero sí se m e aseguró por diversas personas que tres dias antes de llegar la Chacabuco, el vapor Talismán habia fondeado en Pisco, procedente del Sur, donde habia dejado tropas, saliendo horas_ después para el Callao. Por último, en la bahía Independencia se me aseguró que el convoi salido del Callao trasportaba 3,000 hombres. Estas noticias me indujeron a reconocer mui bien la costa, pero no pude encontrar vapor alguno. En el desempeño de la comisión de que doi cuenta a V. S., he sido como siempre debidamente secundado por los oficiales del buque de mi mando i no menos por el señor comandante i oficiales del crucero Loa, en cuyo buque encontré siempre la mas activa cooperación. Adjuntos encontrará V. S. los estados jenerales i listas de revistas, i me permito llamar la atención de V. S. hacia la existencia de carbón, parte del cual me ha sido entregado por el

111

INÉDITOS.

Loa i que es de tan mala calidad, que conviene que V. S. se sirva ordenar hacer de él un reconocimiento antes que se vuelva a embarcar en los buques de la escuadra," Lo que trascribo a V. S. para su conocimiento i dema3 fines, incluyéndole juntamente los anexos en copias por separado i de que se hace mérito en el parte que trasmito a V. S. Dios guarde a V. S. GALVARINO

RIVEROS.

Al señor Ministro de Marina.

XXI. Notas del Jefe de Estado M a y o r solicitando diplomas i m e d a l l a s p a r a p r e m i a r a los s o l d a d o s q u e se distingan en las acciones de g u e r r a . NÚM.

948.

Pacocha, Abril 8 de 1880. Señor Ministro de Guerra i Marina: Con fecha 5 de Abril, el señor Jefe de Estado Mayor me dice lo que sigue: "Mas de un año que dura la guerra que sostenemos con las Repúblicas aliadas del Perú i Bolivia. Durante ese tiempo nuestro ejército ha vencido en Calama, en Pisagua, en Jermania, en Dolores, en Anjeles, se ha cubierto de gloria en Tarapacá, i sin embargo, nada se ha hecho hasta ahora para premiar a los soldados que ejecuten acciones distinguidas. Creo que ha llegado la hora de pensar en esto, señor. El soldado es casi siempre un hombre del pueblo, que corre presuroso a tomar las armas en defensa de su territorio amenazado, porque obedece a los impulsos de su alma jenerosa, en la que vive, pero es inestinguible el amor patrio; pero lo empuja también al cumplimiento de su deber, la esperanza de que sus acciones buenas, serán debidamente recompensadas. Esperanza justa, que nosotros estamos en la imperiosa necesidad de satisfacer. La recompensa, señor, ejerce en el soldado notable influencia moral i material. Una medalla o una cinta en su pecho, son su estímulo poderoso, un lazo que lo sujeta a su deber i un signo honroso, que infunde respeto i cariño a iguales i superiores. El soldado que carga una recompensa debida a sus méritos, es ejemplar de subordinación i hasta de buenas costumbres. Obedece porque es respetado, i respeta porque se le hace justicia. En la fila, en la marcha, en la fatiga, en el campo de batalla se somete sumiso a las leyes severas de la disciplina militar. Por el contrario, cuando nada lleva que atestigüe su competencia (a menos que sea un hombre ilustrado i de honor), i sobre todo, cuando nada espera, se deja arrastrar por sus instintos, i siembra la desmoralización i el desorden, jérmenes funestos, que es necesario cortar porque son la muerte de un ejército. Pongamos a la vista del soldado un objetivo, la gloria i el premio individual, i haremos de él un hombre recto, disciplinado i jeneroso. No matemos su espíritu con el olvido, que es el que enfria i hiere su corazón. Abrámosle ancho horizonte, i su ambición mas lejítima es cubrirse de gloria para ser mas tarde coronado. Premiémosle i hagámosle difundida disciplina i de rectas costumbres. Si castigamos los malos hechos, recompensemos entonces los buenos, i el ejemplo de estos, empujará a los demás por el camino que alcance al aprecio de compañeros i de estraños. Es por eso que este Estado Mayor Jeneral se permite insinuar, al señor Jeneral en Jefe, la idea de pedir al Supremo Gobierno 5 0 0 diplomas con nombre en blanco, con sus respectivas medallas, con el propósito de repartirlos a los que se hayan distinguido en las acciones pasadas i a los que se distingan en las futuras." El que suscribe, aplaudiendo i aceptando de todo corazón la idea del señor Jefe de Estado Mayor, pide al Supremo Gobierno que en vez de 5 0 0 sean 1,500 los diplomas i medallas que se envié para recompensar a los que se distingan defendiendo a su país. Dios guarde V. S. (Firmado.)—MANUEL

BAQUEDANO.


112

GUERRA

DEL

XXII. N o t a del J e f e el s e r v i c i o tales.

d e E s t a d o M a y o r p i d i e n d o se m e j o r e m é d i c o del e j é r c i t o i el d e los hospiKÚM.

961.

lio,

Abril 17 de 1880.

Señor Ministro de Guerra i Marina: El Jefe de Estado Mayor de este ejército, cen fecha de ayer, me dice lo siguiente: "Una de las cuestiones que mas me preocupaba cuando me hice cargo del delicado puesto que hoi desempeño, era el servicio médico del ejército. I ello es natural, desde que tal servicio importa la vida del soldado, mucho mas en estas rejiones donde todo parece complotarse contra su salud. De ahí, señor, el empeño que ahora tomo por regularizarlo i darle las condiciones que precisa e indispensablemente debe tener. Los últimos datos que he recibido i la visita hecha por mí a los lugares ocupados por enfermos, me han dejado una desagradable impresión. En primer lugar, no hai el número abundante de medicinas que necesitamos, i en segundo, los médicos escasean de una manera alarmante. El señor Jeneral comprende las consecuencias fatales que entraña situación semejante, a la que es de imperiosa necesidad aplicar pronto i salvador remedio. En cuanto al servicio médico de los cuerpos, las cosas andan de igual modo. Desde el principio de la guerra, con raras escepciones, los doctores de aquéllos han sido i son jóvenes estudiantes mui entusiastas i trabajadores, es cierto, pero que no tienen el saber que dan los largos años de práctica profesional, ni la cantidad de elementos precisos para la curación de diferentes enfermedades que se presentan; a este respecto, veo con sorpresa, desde algún tiempo a esta parte, que los cirujanos de Tejimientos abandonan su puesto en el momento que juzgan oportuno, De manera que los cuerpos, además de no tener con qué atender debidamente a sus enfermos, quedan después en completo desamparo. Podríamos haber visto un servicio mas arreglado i en armonía con las exijencias de un numeroso ejército que espediciona. en rejiones inclementes, si los médicos de valía que han venido no hubieran sido solo aves de paso, cuyas huellas apenas han podido notarse. ¿No seria posible, señor, traer cinco o seis médicos de primera clase, hombres de prestijio por su práctica i sus conocimientos, que dieran forma i vida al servicio de que me ocupo en la presente nota? Que vengan siquiera por veinte diasoun mes, i habremos salvado la difícil situación. Creo que conviene fijarse en el asunto i resolverlo mañana mismo si fuera posible. Hai otro asunto también de la mayor urjencia, que ha llamado la atención del que suscribe, el de los hospitales permanentes que tenemos en Pacocha. Las ambulancias son hoi aquí los hospitales fijos, lo mismo que en Moquegua. ¿Qué haremos con los setecientos cincuenta i tantos enfermos que hai en ellos i que están consumiendo las medicinas que necesitamos para los casos apremiantes? Y o creo que deben mandarse, sin demora, a los hospitales de Pisagua e Iquique, casi desocupados hoi, según he sido informado. Las próximas operaciones así lo exijen. El dia de la acción necesitamos tener libres i espeditos los elementos sanitarios que poseemos para atender con la rapidez i eficacia del caso a los que caen. Es de desear que

PACIFICO.

no haya entonces tropiezo alguno para atender a los heridos, como lo hemos visto en mas de una ocasión. Es cierto que hoi mismo mandamos a Pisagua e Iquique mas de cien enfermos; pero todavía aquí, en Moquegua i en Locumba, quedan muchos. En virtud de lo anteriormente espuesto, ruego al señor j e neral se preocupe de asunto de tan notable importancia i pida al Supremo Gobierno remedie la falta de que me he ocupado." Estando, el que suscribe, de acuerdo en todo lo espuesto por el señor Jefe del Estado Mayor Jeneral, pido al señor Ministro de Guerra i Marina se sirva resolver este asunto como lo indica la nota que tengo el honor de trascribir, pues yo mismo he presenciado en los hospitales las faltas mencionadas. Dios guarde a V. S. (Firmado.)—MANUEL

BAQUEDANO.

XXIII. Se pide la l i b e r t a d o se p r e m i e a un prisionero peruan o p o r su b u e n c o m p o r t a m i e n t o c o n u n p r i s i o n e r o chileno.

Yaras, Mayo 15 de 1880. Señor Ministro de Guerra en campaña. El señor coronel jefe de la 1. Division en nota número 179, fecha 27 de Abril, me dice lo siguiente: "Entre los prisioneros tomados en Buenavista i que hoi marcharon a Hospicio va un individuo llamado Belisario Gutierrez, soldado del ejército enemigo, en favor de quien militan motivos de consideración especial por los hechos que paso a referir a V. S. i los cuales están comprobados. En las escurciones que hizo el Rejimiento de Granaderos a caballo por la quebrada de Camarones, i en el encuentro con las fuerzas enemigas, el referido Gutierrez tomó prisionero al soldado de aquel cuerpo José Miguel Cea, en favor del cual tuvo varias veces que intervenir a mano armada el aprehensor porque sus compañeros trataron de ultimarlo, salvándole así la vida al soldado Cea i un soldado veterano a la Nación, el que habiendo sido canjeado después, pasó a continuar sus servicios en su rejimiento i se encuentra hoi en esta plaza. Tan pronto como el prisionero Gutierrez fué traído a ésta, preguntó por el soldado Cea, quien, tan pronto como supo que su salvador se hallaba prisionero, intercedió en su favor, dejándole por lo pronto, como prueba de gratitud, dos pesos que llevaba consigo i ocurriendo después a sus superiores a fin de o b tener un anticipo de cuatro pesos que, acto continuo, le trajo nuevamente a Gutierrez, junto con algunas provisiones i frutas. Rasgos de esta naturaleza, no son frecuentes en el enemigo, por cuya razón i a solicitud del soldado José M. Cea, pido a V. S. se conceda la libertad al prisionero Belisario Gutierrez o, por lo menos, se le premie su jeneroso procedimiento de la manera que V. S. estime por conveniente." Lo que comunico V. S. para que se sirva resolver lo que estime por conveniente. Dios guarde a V. S. (Firmado.)—MANUEL

BAQUEDANO.


CAPÍTULO I.

(1)

SUMARIO.—I. Nota sobre la actitud de Arequipa i las desavenencias de los jefes que en ella mandaban antes de la batalla de Tacna.—II. Ordenes del dia del ejército aliado; el jeneral Campero traspasa el mando del ejército al Contra-Almirante Montero.—III. Prevenciones i medidas de precaución dadas al ejército aliado por Camaeho i el Jefe de Estado Mayor.—IV. Proclamas al ejército aliado antes de la batalla de Tacna i do los prefectos del Cuzco i Potosí después de la derrota.—V. Notas del Jefe de Estado Mayor, del ejército aliado i del Comandante en Jefe de las baterías de Arica al coronel Segundo Leiva, Jefe, del 2." ejército del Sur.—VI. Partes oficiales de Montero i del Jefe de la 2. " División del ejército boliviano a Campero sobre la batalla do Tacna.—VII. Esposicion hecha por el coronel Velarde sobre el combate de Taena, i publicada en el R E J I S T I I O OÍ'ICTAL del Cuzco, de fecha 22 de Junio de 1 8 8 0 . — V I I I . Cuadro demostrativo del ejército chileno que tomó parte en la batalla de Tacna. (Inédito.)—IX. Notas cambiadas entre el coronel Leiva i Campero antes de la retirada de este último para Bolivia.—-X. Acta levantada por los jefes peruanos vencidos en Tacna en el pueblo de Tarata, Mayo 31 de 1880, sobre el orden de su retirada a Puno i Arequipa.—XI. Notas del coronel Leiva al Ministro de la Guerra, en Lima, referentes a sus operaciones i su retirada a Arequipa.—XII. Notas, continuación del informe del Jeneral Campero a la Convención Nacional de Bolivia, haciendo algunas rectificaciones sobre la batalla de Tacna.—XIII. Rectificaciones de Montero, coronel Velarde i doctor Pedro A. del Solar al informe de Campero a la Convención Nacional de Bolivia.—XIV. Carta del Jeneral Campero rectificando el manifiesto de Montero.—XV. Las felonías de Piérola: ¡vino Leiva contra Baquedano o contra Montero? por Benjamín Vicuña Maekenna.—XVI. Felicitaciones al Jeneral Baquedano i a los batallones Atacama, Chillan, Coquimbo, Búlnes i Santiago; comportamiento de los batallones Valparaíso i Navales.—XVII. Sama debió ser la base de operaciones del ejército aliado: correspondencia a la T B I I S D N A de la Paz.—XVIII. Biografía del capitán del Batallón Atacama, Rafael Torreblanca, por Benjamín Vicuña Maekenna.—XIX. Santo, seña i contraseña dado al ejército peruano, en Lima, por el Estado Mayor Jeneral durante el mes de Mayo de 1880. (Inédito.)—XX. Editoriales.

I. Notas sobre la actitud de Arequipa i las desavenencias d e los jefes q u e en ella m a n d a b a n antes de la batalla de Tacna. E S T A D O M A Y O R J E N E R A L D E L 2. °

EJÉRCITO D E L S U R .

Arequipa,

Abril 21 de 1880.

S e ñ o r Secretario. Motivos m u i poderosos m e obligan a dirijirme a V . S. a fin de que por su órgano llegue al c o n o c i m i e n t o de S. E. el Jefe S u p r e m o de la R e p ú b l i c a t o d o lo ocurrido en la n o c h e del 19 de los corrientes, entre este Estado Mayor J e neral i el sub-jefe d e él, coronel d o n Isaac Recabárren. H a i abusos graves i de suyo punibles, señor Secretario, que solo las difíciles circunstancias p o r las que atraviesa el país p u e d e n hacer q u e pasen desapercibidos i n o se pongan en c o n o c i m i e n t o del público. Pero c u a n d o estos abusos se repiten p o r mas de una vez, se hace de t o d o punto indispensable reprimirlos c o n bastante enerjía p a ra p o d e r conservar i n c ó l u m e la disciplina militar. H o n r a d o altamente c o n el n o m b r a m i e n t o que S. E. el Jefe S u p r e m o h i z o en m i persona de Jefe de Estado M a y o r Jeneral del 2. ° ejército del Sur, mi vehemente deseo n o h a sido ni podia ser otro que el de procurar cumplir escrictamente c o n mis deberes, a fin de corresponder de algún m o d o a la confianza que se depositaba en mí. Por eso es que al tomar posesión de mi destino n o tuve otro pensamiento que el de ceñir mis procedimientos a la lei para n o incurrir en falta alguna. Bien pues: el sub-jefe de este Estado M a y o r Jeneral, coronel Recabárren, a quien, por ausencia del señor J e n e ral en Jefe del 2. ° ejército del Sur, tuve a bien investirlo c o n el carácter de Jefe d e las dos divisiones que en breve debían marchar sobre nuestros enemigos del Sur, faltando a sus deberes, ha d e s o b e d e c i d o en mas de una ocasión las órdenes i disposiciones d e este E s t a d o Mayor Jeneral, hasta el punto de querer i m p o n e r m e su v o l u n t a d ; i p o r eso, en un m o m e n t o o p o r t u n o , n o vacilé en llamarlo al orden, valiéndome de los medios legales que eran indispensables. [1) El presente capítulo es continuación de la batalla de Tacna, cuyo prinoipio figura en el capítulo VIII del tomo II. TOMO

ni—15

Para evitar relatos, que talvez pueden distraer las atenciones de V. S., creo mas conveniente adjuntarle, bajo los números 1, 2, .3 i 4, copia certificada de todos los d o c u mentos relativos al asunto. L a simple lectura de ellos llevará a V. S. el c o n v e n c i m i e n t o de que el coronel R e c a bárren, c o m o encargado transitoriamente de las fuerzas espedicionarias sobre el Sur, h a c o m e t i d o el grave delito de insubordinación militar; i que el Jefe de Estado M a y o r Jeneral, consecuente c o n su propósito de restablecer el imperio de la lei en la esfera de sus atribuciones, n o h a h e c h o otra cosa que c u m p l i r c o n su deber al hacer preso al referido coronel para someterlo al j u z g a m i e n t o respectivo. El Jeneral en Jefe del 2 . ° ejército del Sur, que es a quien debía dirijirme, se halla todavía ausente; i al dar a V. S. cuenta de lo ocurrido, a c o m p a ñ a n d o d o c u m e n t o s auténticos c o m o los que van insertos, n o lo h a g o por sincerar mi c o n d u c t a sino mas bien con el intento de que se descubra la verdad, para que el Jefe S u p r e m o , h a c i e n d o la apreciación legal de los hechos, se sirva aprobar mis procedimientos. Esta oportunidad m e proporciona la grata satisfacción de ofrecer a V. S. mis servicios i consideraciones personales, a la vez q u e mi alta estimación. D i o s guarde a V. S. MARIANO

MARTIN

LÓPEZ.

Al señor Secretario de Estado en el despache de Guerra.

COMANDANCIA EN JEFE D E LAS FUERZAS EN

ESPEDICIONARIAS

EL SUR.

Arequipa, Abril 15 de 1880. Señor Jeneral: Por el presente oficio se informará V. S. de mi p e r m a nencia en esta capital i de mis procedimientos hasta la f e cha, que paso a narrar. Sensible m e es tener que decir a V . S. que, después del descalabro de Torata, cuya responsabilidad esclusiva es del coronel Gamarra, i cuyas fuerzas encontré a mi llegada diseminadas i en mal o r d e n , era de vital importancia darle una organización, para c u y o efecto p r o c e d í a refundir todas esas fuerzas i detallar los n u e v o s cuadros de los cuerpos que deben formar parte del 2. ° ejército del Sur, de c u y a nueva organización se


114

GUERRA DEL PACIFICO.

informará V. S. por la orden jeneral que le incluyo. A mi llegada he traído rifles, artillería i demás elementos, c o n los que esperaba formar dos divisiones de infantería, i que operando con rapidez sobre Torata. era enevitable u n triunfo para la patria; es decir, de acuerdo c o n el ejército de Arica i c o n esta combinación, haber entretenido al enemigo i de este m o d o cruzar un plan de operaciones quo hoi se reduce a circunvalar al ejército del Jeneral Montero i obligarlo a abandonar sus posiciones, dándole una batalla que será funesta si no se m u e v e n las tropas organizadas en esta capital. Cada día que pasa es un paso mas al abismo, i c u m p l e a mi deber c o m o patriota i soldado, de anunciar a V. S. los inconvenientes con que toco: rechaza el corazón de peruano tener que decir que la desidia i falta de enerjía c o n d u c e n al país a su ruina; estas tropas nuevas i sin equiparse, una de mis primeras medidas ha sido llenar este requisito esencial: c u a n d o lleno de ilusiones esperaba la protección de las autoridades i su apoyo enérjico para que se llevara a cabo la importante tarea que, oblig a d o por el patriotismo, asumí sin que interés m e z q u i n o ni pasiones m e condujeran a tal empresa. Pues bien, señor Jeneral, m u i sensible m e es participar a V. S. que todas las ilusiones que abrigaba ele un pueblo patriota c o m o éste m e han dado el fiasco mas escandaloso: todos los recursos que hubiera obtenido por medio de la p r i m e ra autoridad se m e han negado, i noi, para mas a b u n d a miento, he tenido que hipotecar los p o c o s bienes que teng o i dejar a mis hijos sin recursos, con tal que se vistan las fuerzas acantonadas en la plaza, pues el señor prefecto llamado a salvar esto, se ha negado. Parece que al narrar todo esto se ha estinguido el patriotismo o que malas pasiones hacen estraviar el j u i c i o recto del que m a n d a en situación tan grave c o m o ésta, Para salvar tan aflictiva situación, espero del patriotismo de V . S. que a la brevedad posible i bajo buena custodia m e m a n d e V . S. cien mil soles (S. 100,000) i si es posible constituirse acá dejando un oficial caracterizado para que siga la marcha.

Tal proceder amengua en alto grado mi dignidad c o m o Jefe de Estado M a y o r Jeneral dol 2 . ° cje'rcito del Sur, i por lo tanto prevengo a V . S. que en lo sucesivo m e d é cuenta diaria de lo que ocurra en esas dos divisiones, c u y o m a n d o le he d a d o transitoriamente, c o m o lo dejo d i c h o ; i que n o dicte medida alguna sin que antes haya sido c o n sultada c o n el que suscribe. D i o s guarde a V . S. MARIANO

MARTIN

LÓPEZ.

Al señor Corone sub-jefe de Estado Mayor Jeneral encargado de las fuerzas espedicionarias del 2. ° ejército del Sur.

COMANDANCIA EN JEFE DEL

2. °

EJÉRCITO D E L S U R .

Arequipa,

Abril

30 de

1880.

Señor Coronel Secretario:

Días antes de mi llegada a esta ciudad h a tenido lugar un grave acontecimiento de desacuerdo entre el Jefe i s u b jefe del Estado M a y o r Jeneral, al estremo de haber h e c h o intervenir por una i otra parte la fuerza armada, d a n d o lugar c o n tal c o n d u c t a a la relajación de la moral i disciplina del ejército. N o m e contraigo de un m o d o m i n u c i o s o a dar cuenta a Y. S . de cuanto h a tenido lugar, p o r q u e tengo c o n o c i m i e n t o q u e por c o m u n i c a c i ó n particular, S . E. i V. S . están informados de u n m o d o detallado. V . S . c o m p r e n d e r á que el mal p r o c e d i m i e n t o de dichos jefes los inhabilita para continuar al frente de sus respectivos cargos, pues la emulación entre ellos entronizaría una anarquía de funestas consecuencias. Obligado a salvar tan grave caso, solo espero que el Jefe de Estado M a y o r Jeneral m e d é cuenta de cuanto ha estado a su cargo para reemplazar a ambos, h a b i é n d o m e fijado para relevar al coronel L ó p e z en el de igual clase clon Mariano Pió Cornejo, j e f e de antigüedad en el ejército i honrosos antecedentes i c o n las aptitudes que el puesto demanda. Tan luego que p o n g a al frente del Estado Mayor J e n e La presencia do V. S. en esta capitales de gran i m p o r - ral al referid© jefe, daré cuenta a V. S., a fin de que lo tancia, e interpretando mi situación haga V . S. un esfuer- p o n g a en c o n o c i m i e n t o del Jefe S u p r e m o i se sirva c o n ceder su aprobación, si l o creyere conveniente, reservánz o i salve lo mas pronto el ejército de Arica. N o será demás quo indique a V. S. q u e este dinero es d o m e dar al coronel L ó p e z i Recabárren otra c o l o c a c i ó n para socorrer i equipar las fuerzas de la plaza que c o n s - en que p u e d a n prestar sus servicios c o n p r o v e c h o a la patria. tan de 3,000 hombres j ó v e n e s i llenos de entusiasmo. Dios guarde a V . S . Dios guarde a V . S., señor Jeneral. SEGUNDO ISAAC AI señor Jeneral do brigada i en Jefe del 2. °

RECABÁRREN.

LEIVA.

(1)

Al señor Coronel Secretario de Estado en el despacho de Guerra.

ejército del Sur.

II. ESTADO M A Y O R JENERAL

D E L 2. °

Arcqiá'pa,

EJÉRCITO D E L S U R .

Abril

18 ele 1880.

Ordenes del dia del ejército aliado; el j e n e r a l Camper o t r a s p a s a el m a n d o del e j é r c i t o al C o n t r a - A l m i rante Montero.

Señor Coronel: Por orden jeneral de 12 do los c o m e n t e s , dispuso este Estado Mayor Jeneral que, formándose d o s divisiones de las fuerzas venidas de Torata i de las existentes en esta plaza, se encargase V. S. transitoriamente de su m a n d o c o m o sub-jefe do este Estado Mayor Jeneral para que a la m a y o r brevedad saliesen a operar sobre el enemigo. Mas h e visto con demasiada estrañeza quo Y . S., separándose de la órbita de sus atribuciones, se ha abrogado facultades q u e n o le son dadas, pues se permite aprobar cuadros de jefes i oficiales, dar órdenes jenerares, destinar i dar do baja, i en fin, hacer lo que solo es potestativo d e este Estado M a y o r Jeneral i n o de V. S. V. S., relegando al olvido el carácter que invisto, en oficio de 16 del actual, en términos imperativos pide p o n ga a su disposición las armas existentes en esta plaza sin haberme antes consultado, para ver si era o nó de mi aprobación.

ORDEN JENERAL PARA E L EJÉRCITO UNIDO.

Cuartel jeneral en el campamento Mayo 16 de 1880.

del

Alto de

Tacna,

El c a m p a m e n t o actual se denominará en lo sucesivo C a m p o de la Alianza, en recuerdo de haber sido aceptado c o n entusiasmo por t o d o el ejército unido, i se levantará una pilastra de piedra para eterna memoria. C o m u n i q ú e s e . — E l Jeneral Jefe, P É R E Z . Comunicada.—-El coronel ayudante jeneral, M A N U E L CARRILLO I

ARIZA.

Se c o m u n i c ó al ejército boliviano.—El coronel a y u d a n te jeneral edecán del Director, J O R J E I R I O N D O . (1) La nota precedente, estraida orijinal de los archivos de Lima, tiene al pié la siguiente anotación con una rúbrica de Piérola.—Lima, Marzo 8 de 1880. —Contéstese, lo acordado.


CAPITULO

ORDEN

JENERAL

Campo

PARA

EL

EJÉRCITO

de la Alianza,

Mayo

UNIDO.

22 de 1880.

Servicio para hoi, el n o m b r a d o del ejército peruano; para mañana, el ejército boliviano. Jefe de línea, el señor coronel Miguel Castro Pinto. Primer j e f e de dia, el coronel Pedro P. V a r g a s . — S e gundo jefe, el c o m a n d a n t e A n t o n i o Ferrufino. Cuerpo de servicio, el Batallón 6. ° Padilla i el R e j i miento Murillo. A y u d a n t e s los del cuerpo d e servicio. ORDEN

JENERAL.

115

PRIMERO.

les Belisario Antesana, E x c q u i e l de la Peña, al idem grad u a d o Agustin López, i c o m o ayudantes de c a m p o a los capitanes R o m u a l d o de la Peña i José G. Soreano. Art. 4. Es n o m b r a d o accidentalmente secretario p r i vado del Director S u p r e m o , el coronel g r a d u a d o Miguel Aguirre. Art. 5. ° E l coronel Ildefonso Murguia es n o m b r a d o comandante jeneral de la división de reserva de los batallones Alianza i A r o m a , previniéndose para lo sucesivo que en cualquiera división o brigada que se organice, el j e f e mas antiguo tomará el m a n d o de ella, a u n q u e n o se dicte la orden jeneral respectiva. C o m u n i q ú e s e . — E l Jeneral Jefe de Estado Mayor, J . c

PÉREZ.

A r t í c u l o ú n i c o . — L o s edecanes i ayudantes de c a m p o de S. E. el Director de la guerra, serán reconocidos por una escarapela b i c o l o r p u n z ó i verde que llevarán en el quepí para impartir oportunamente las órdenes. C o m u n i q ú e s e . — E l coronel ayudante jeneral, R . N. D E

C o m u n i c a d a . — E l coronel g r a d u a d o , I

MANUEL

CARRILLO

ARIZA.

Se c o m u n i c ó por el Estado M a y o r Jeneral del ejército b o l i v i a n o . — E l coronel ayudante, R. N. D E G U Z M A N .

GUZMAN.

C o m u n i c a d a . — E l teniente coronel,

ZACARÍAS

ÓRDEN

ALBA.

JENERAL

Campo ESTADO

MAYOR

Campo

JENERAL

DEL

de la Alianza,

EJÉRCITO

Mayo

UNIDO.

22 de

1880.

Art. 1. ° A u n q u e S. E. el S u p r e m o Director de la guerra está enteramente persuadido d e q u e n o habrá individuo al m o m e n t o del c o m b a t e que n o c u m p l a c o n el deber de que la patria i el h o n o r le i m p o n e , porque alguno desgraciadamente olvidando estos sagrados preceptos se portase c o n cobardía, ordena a los señores jefes i oficiales tengan presente los artículos siguientes: 527 de las ó r d e nes jenerales oficiales, que dice: "Cualquier oficial q u e mande a otros n o se hiciese obedecer, será prueba d e p o c o espíritu;" artículo 523, que manda que t o d o oficial do cualquier graduación q u e fuere n o lo desamparará si no tiene orden espresa para ello; artículo 531, que d e signa cuál es en un oficialía acción-distinguida; artículo 202 de las leyes penales, terminantemente dice: " E l que por cobardía fuese el primero en volver la espalda sobre acción de guerra, bien sea empezada y a o a la vista del enem i g o , o m a r c h a n d o a buscarle o esperándole en la defensiva, podrá en el a c t o m i s m o ser muerto por cualquier superior para su castigo i ejemplo de los demás; t o d o m i litar que estando en acción de guerra o m a r c h a n d o a ella huyere o se retirase c o n pretesto de herida o contusión que no lo imposibilite hacer su deber, o de algún m o d o se escusare del c o m b a t e q u e debe hallarse, será puesto en consejo do guerra i c o n d e n a d o en él a la pena que m e r e z ca su delito." En mérito d e los artículos citados, t o d o oficial superior ejecutará por sí m i s m o en el c a m p o de batalla al que vuelva cara al e n e m i g o c o n acto de cobardía. Esta orden será leída en los cuerpos del ejército en t o das las listas de ordenanza mientras dure la campaña. Art. 2. ° S. E. el Director S u p r e m o de la guerra, apreciando debidamente el entusiasmo patriótico i abnegado de los señores doctores J o s é Fernández, D o m i n g o Tellez, vocales d e la ilustrísima corte de los departamentos de Tacna, M o q u e g u a i Tarapacá; i d e m d o c t o r José M. Suarez, fiscal de la misma, q u e al oir el primer cañonazo disparado por el e n e m i g o han v e n i d o a ofrecer sus servicios al ejército aliado, ha tenido a bien destinar al primero c o m o ayudante jeneral honorario del Estado Mayor Jeneral del ejército u n i d o i a los últimos c o m o edecanes del Director Supremo. Art. 3. ° A s i m i s m o el S u p r e m o Director de la guerra, en conformidad d e las prescripciones del C ó d i g o militar i en vista de que los edecanes i ayudantes de c a m p o señalados por el supremo decreto d e . . . n o son suficientes para c o municar las órdenes del Director en toda la línea i para los distintos destinos q u e se necesitan, h a tenido a bien n o m brar accidentalmente c o m o edecanes a los señores c o r o n e -

PARA

EL EJÉRCITO

de la Alianza,,

Mayo

UNIDO.

23 de

1880.

Servicio para hoi, el n o m b r a d o del ejército b o l i v i a n o ; para mañana, el ejército peruano. Jefe de línea el señor coronel César Canevaro. Primer jefe de dia, el señor teniente coronel Nicanor N. de S o m o c u r c i o . S e g u n d o jefe de dia, el sarjentor m a y o r Manuel Pérez. A y u d a n t e s , los del cuerpo del servicio. ORDEN J E N E R A L .

Art. 1 . ° Los comandantes jenerales de división señalarán un gallardete especial para sus respectivas divisiones, para que c u a n d o se t o q u e llamada pueda servir de p u n t o de reunión a retaguardia de la línea, o d o n d e d i c h o comandante jeneral crea conveniente, a fin de que la tropa dispersada en el c a m p o de batalla p u e d a volver a formar en o r d e n reconociendo su gallardete, que debe ser el centro de su reunión, evitando de este m o d o la c o n f u sión de los cuerpos. Art. 2. ° Los jefes de cada cuerpo, c u a n d o se m a n d e cesar el fuego para hacer cualquiera maniobra, obedecerán inmediatamente dicho toque, castigando severamente al que n o dé c u m p l i m i e n t o , a c u y o efecto se mandará repetir con toda la banda do cornetas al toque que se indique además de las voces de m a n d o que repetirán los jefes i ayudantes. C o m u n i q ú e s e . — E l Jeneral Jefe, P É R E Z . C o m u n i c a d a . — E l coronel ayudante jeneral, M A N U E L CARRILLO

I

ARIZA.

Se c o m u n i c ó por el Estado M a y o r Jeneral del ejército b o l i v i a n o . — E l coronel ayudante jeneral, R . N. D E G U Z MAN.

ESTADO

MAYOR

JENERAL

D E L EJERCITO

Campo de la Alianza.

UNIDO

Mayo 25 de

1880.

E l E x c m o . Narciso Campero, Jeneral en Jefe i S u p r e m o Director de la guerra en el Sur del Perú, defensor de la alianza de Bolivia, que m e e n c o m e n d a r o n transitoriam e n t e el Gobierno de la R e p ú b l i c a i por los términos de su decreto i consiguiente proclama de aceptación. H o i de h e c h o deben cesar mis funciones de Presidente de Bolivia, Por una consecuencia necesaria, debe cesar también m i investidura del m a n d o en jefe del ejército unido. N o i m porta: mi espada continúa hasta aquí al servicio de la alianza. Camaradas: A u n q u e pasajeramente h e merecido la alta h o n r a i la dicha de mandar en jefe este u n i d o i d e n o d a d o ejército,


G U E R R A D E L PACIFICO.

116

quiero ahora tener; la satisfacción d e enseñar prácticamente a nuestros j ó v e n e s 'guerreros, que mas q u e todo es obedecer especialmente c u a n d o se trata d e salvar la patria. [Viva la alianza! 1 p o r cuanto, al descender d e la silla presidencial, d e b o entregar a otro el m a n d o en jefe del ejército u n i d o , c ú m pleme dar la siguiente ORDEN JENERAL:

Con sujeción al artículo 1. ° d e l P r o t o c o l o celebrado en Lima a 5 de M a y o de 1879 i aplicado p o r analojía a los q u o hoi c o m a n d a n el ejército d e Bolivia i d e l Perú, l o establecido por d i c h o artículo por los respectivos p r e sidentes: A r t . 1. ° D e s d e esta fecha queda encargado d e l m a n d o en jefe de ambos ejércitos el señor Contra-Almirante d o n Lizardo Montero. Art. 2. ° E n caso d e muerte o imposiblidad d e S. S. el Jeneral Contra-Almirante, lo reemplazará, c o m o es n a tural, S. S. el c o m a n d a n t e en jefe de Bolivia, coronel Eleodoro Camacho, mientras S. E. el Gobierno del Perú resuelva lo conveniente. Art. 3. ° El infrascrito queda, desde esta fecha, sujeto a las órdenes del Jeneral, i en su caso, del c o m a n d a n t e en jefe del ejército i listo para ocupar el puesto q u e se le d e signare. H á g a s e saber oficialmente a S. S. el Jeneral en Jefe del ejército del Perú i a S. S. el c o m a n d a n t e en j e f e del d e Bolivia, para q u e c a d a cual c o m u n i q u e el c o n t e n i d o d e la presente a su respectivo ejército en la correspondiente orden jeneral del día. D a d a en este C a m p a m e n t o d e la Alianza a 25 d e M a y o d e 1880. C o m u n i q ú e s e . — E l Jeneral Jefe, PÉREZ.

III. Prevenciones i medidas de precaución dadas al ejércit o a l i a d o p o r C a m a c h o i el J e f e d e E s t a d o M a y o r . PREVENCIONES QUE EL COMANDANTE E N JEFE HACE A LOS INDIVIDUOS D E L EJÉRCITO BOLIVIANO PARA EL D Í A D E L COMBATE.

1. ° Téngase presente q u e el orden en los m o v i m i e n tos i la estricta obediencia a la v o z del q u e manda, es la primera i mas indispensable condición d e triunfo, sin la cual es imposible vencer i es asegurar la derrota. El soldado debe, pues, atender la voz d e su oficial, éste la d e su jefe i el jefe la del jeneral superior q u e le c o m a n da. N a d a hai mas pernicioso q u o el romper este freno d e la disciplina; i tan culpable es el que p o r ostentar su v a lor se adelanta de su fila, c o m o el cobarde q u e se atrasa. El superior q u e note tales faltas, tiene derecho de matar al desobediente. 2. ° L a serenidad i sangre fria c o n q u e se espera una carga d e caballería, es el m e d i o mas seguro d e anularla i dejarla sin efecto. R e c o m i e n d e n , pues, los jefes a sus soldados, q u e cuando vean a la caballería enenemiga cargar impetuosamente, n o quieran correr ni ocultarse, p o r q u e c o m o n o pueden ser mas ajiles q u e los caballos, serán víctimas seguras siempre; sino q u e se agrupen c u a n t o puedan, i echando rodilla en tierra, apunten con calma al j i n e t e o al caballo, guardando siempre el último tiro para c u a n d o se encuentren a boca d e jarro, c u i d a n d o no disparar todos, sino alternándose unos c o n otros. 3. ° Es prohibido a t o d o j e f e u oficial al m a n d o d e tropas usar del riñe en el combate. S u misión n o es p e lear en persona, sino cuidar que sus soldados c u m p l a n su deber; n o es la de tirar sobre sus enemigos, sino la de h a cer q u e sus subordinados tiren c o n orden i c o n acierto. 4. ° Siempre q u e un cuerpo d e caballería tenga d e

c o m p r o m e t e r c o m b a t e c o n otro d e la misma arma, n o l o hará a caballo, sino pié a tierra. A l efecto, se d e s m o n t a rá, i encadenando sus caballos por escuadrones, q u e q u e darán a cargo de un h o m b r e d e antemano designado, se adelantará de la fila a una distancia en que la caballada n o sea dañada, de d o n d e romperá sus fuegos. Solo en c a so de retirada o persecución, después d e la victoria, podrá hacer uso d e su arma i caballo. 5. ° El soldado chileno es fuerte para defender u n a posición, pero n o lo es para resistir una embestida. E n su virtud, importa m u c h í s i m o acometerlo c o n ímpetu i n o retroceder hasta llegar a sus posiciones, p o r grande q u e fuese su resistencia. 6. ° Es indigno el individuo q u e en el m o m e n t o d e l triunfo, m o v i d o por el sórdido interés del botin, se d e s banda i olvida su formación. El enemigo suele m i l veces aprovechar d e esta falta para volver atrás i hacer pagar la rapacidad d e los codiciosos. S e castigará c o n severidad esta falta. 7. ° Nada es mas noble q u e la jenerosidad c o n los v e n cidos, ni nada m a s detestable q u e la crueldad c o n el e n e m i g o y a rendido. El q u e se distinga en el primer caso, se hará acreedor a u n premio proporcional a su c o m p o r t a m i e n t o , así c o m o para el q u e incurra en el segundo, n o faltará el c o n d i g o castigo d e su deshonrosa conducta. Campamento en el A l t o d e Tacna, M a y o 16 d e 1880. E L E O D O R O CAMACHO.

J U A N JOSÉ PÉREZ, JENERAL D E BRIGADA D E LOS EJÉRCITOS D E BOLIVIA I JEFE D E L ESTADO M A Y O R JENERAL D E L EJÉRCITO U N I D O .

P o r cuanto: Es indispensable evitar q u e espías encubiertos penetren en el c a m p a m e n t o del ejército u n i d o c o n el d a ñ a d o i n tento d e suministrar datos sobre su situación al e n e m i g o , que en él reine el orden debido, e impedir también q u e n i n g ú n individuo del ejército se aleje del recinto d e l c a m p a m e n t o sin el pase d e sus respectivos superiores, Se ordena: A r t . 1. ° N i n g ú n particular podrá penetrar en el c a m p a m e n t o sin obtener pasaporte d e la policía d e T a c n a o pase firmado p o r los estados mayores jenerales respectivos, 0 comandantes jenerales d e división, únicos q u e p o d r á n c o n c e d e r a los q u e lo soliciten. C o n este pase solo p o d r á n dejar penetrar o salir las guardias colocadas en los caminos. Q u e d a n exentos d e esta prohibición los arrieros d e las brigadas q u e c o n d u c e n agua i "forraje, i l a s mujeres pertenecientes al ejército, quienes, sin el requisito del pase i n d i cado, p u e d e n entrar al c a m p a m e n t o o salir d e él. Art. 2. ° Para vijilar el c u m p l i m i e n t o d e estas disposiciones i atender a la policía interna del c a m p a m e n t o , S. E. el Director S u p r e m o d e la guerra ha tenido a bien nombrar intendente de él a S. S. el coronel d o n R a fael Ramírez del ejército peruano, i a los sarjentos m a y o res d o n José Antoniete i d o n Juan Cornejo, c o m o a y u dante d e la intendencia, i en la misma clase, al c o m a n d a n t e d o n Benedicto R o d r í g u e z i subteniente d o n E l o i T o l e d o del ejército boliviano. A r t . 3. ° S o n deberes del intendente d e l c a m p a m e n t o 1 de sus ayudantes, impedir los desórdenes q u e p u e d a n cometerse en el, del aseo i policía, d e q u e las fogatas i l u ces se apaguen a la hora indicada, q u e las vivanderas i demás individuos q u e traen bastimentos n o sean engañados ni maltratados i d e q u e la tropa n o sea esplotada c o n precios recargados; debiendo estas cuestiones dirimirlas el intendente p o r sí c o n c o n o c i m i e n t o d e los precios d e plaza. Art. 4. ° L a persona q u e sin el pase o salvo c o n d u c t o indicado penetre en el c a m p a m e n t o , será tenida p o r s o s -


CAPITULO

pechosa i arrestada p o r el intendente mientras justifique su c o n d u c t a . A r t . 5. ° S. S. el intendente dará parte diariamente, al Estado Mayor Jeneral, t o m a n d o las órdenes q u e se c o m u n i q u e n p o r el Director S u p r e m o d e la guerra. El Estado Mayor Jeneral del ejército u n i d o i sus d e endientes quedan encargados del c u m p l i m i e n t o d e este ando i d e mandarlo publicar para q u e llegue a c o n o c i miento d e quienes corresponda. D a d o e n el C a m p a m e n t o d e la Alianza a 23 de M a y o de 1880. P o r orden d e S. E . — E l Jeneral Jefe, PÉREZ.

E

Es conforme.—El

ayudante jeneral, JUAN

GRANIER.

IY. Proclamas al ejército aliado antes de la batalla de Tacna, i d e los p r e f e c t o s d e l Cuzco i P o t o s í d e s p u é s d e la derrota. PROCLAMA B E L JENERAL MONTERO.

¡Soldados de la alianza! ¡Volemos todos al c o m b a t e llenos d e entusiasmo i de valor! ¡Volemos a la victoria! N o solo os acompañarán las eternas bendiciones d e los d o s pueblos r e c o n o c i d o s , sino también la admiración d e l Universo, q u e os contemplará estupefacto c u a n d o reproduzca los ecos d e vuestras i n mortales hazañas. Camaradas: A c o r d a o s constantemente que, sea cual fuere el peligro, la consigna q u e y o os d o i en el c a m p o d e batalla es v e n cer, v e n c e r i vencer! PROCLAMA B E L CORONEL CAMACHO.

Soldados: E l término d e tantas pruebas está cerca. A q u í e n c o n trareis pronto la victoria unidos c o n vuestros h e r m a n o s i heroicos aliados, i allá e n el seno d e la patria la r e c o m pensa d e vuestros sacrificios. PROCLAMA D E L JENERAL CAMPERO.

Soldados d e la alianza: H e protestado el primero contra la o c u p a c i ó n abyecta de Antofagasta, i seré el último e n recojer la santa b a n dera q u e m i brazo h i z o entonces flamear. Hasta ahora h a n estado separados nuestros d o s c a m pamentos; pero, a pesar d e la distancia, el fluido eléctrico del patriotismo n o h a cesado d e circular entre los defensores d e la alianza. H e a c u d i d o d e l interior del desierto al llamado de m i s c o n c i u d a d a n o s para c o n d u c i r la nave averiada del Estado. Las influencias de Chile habian p o d i d o hacerla zozobrar, aütando el océano d e las malas pasiones, pero atraviesa el m a r tranquilo de la soberanía popular, dirijiéndose h e n chida d e esperanzas h a c i a el p u e r t o seguro d e la c o n v e n c i ó n nacional. ¡Bolivianos! ¡Subordinación i constancia, i haréis pagar caro a los invasores las efímeras ventajas d e q u e están tan o r g u llosos. ¡Bravos d e l ejército u n i d o ! ¡Al vivac! ¡ A l c a m p o d e l honor! ¡A la gloria! ¡Viva la alianza! PROCLAMAS. EL PREFECTO I COMANDANTE JENERAL D E L D E P A R T A M E N TO A SUS HABITANTES.

Cuzqueños: P a r a calmar vuestra j u s t a ansiedad, para llevar algún consuelo a los ánimos, para q u e vuestro espíritu se levan-

PRIMERO.

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te c o n mas ardimiento, creo indispensable dirijiros la p a labra. La suerte d e las armas nos h a sido adversa en los primeros combates librados contra nuestros enemigos e n las inmediaciones d e Tacna; pero aun n o está d e s h e c h o el grueso de nuestro ejército; aun permanece el Jeneral M o n tero al frente de algunos miles de soldados en Palca, dispuestos a renovar la batalla. El comandante jeneral d e l 2. ° ejército d e l Sur, s e ñor coronel Leiva, c o n 4,000 soldados avanza sobre la retaguardia del enemigo, i es posible, i es probable q u e unidos o separados los d o s ejércitos, e n nuevos e n c u e n tros venzan a nuestros adversarios. Los chilenos habian regresado del H o s p i c i o a la ciudad de Tacna, c u a n d o al parecer marchaban sobre Arica. Este m o v i m i e n t o hace suponer q u e algún grave peligro a m e nazaba a los invasores, q u e h a n retrocedido o se h a n d e tenido en su camino. Entretanto, A r i c a estaba lista para resistir el ataque, porque c o m o plaza artillada, tiene la c o m p e t e n t e fuerza para defenderse e n el caso de u n asalto. Estas son las últimas noticias q u e acabo d e recibir e n carta particular p o r espreso venido d e P u n o ; i al trasmitirlas el señor prefecto d e ese departamento, m e manifiesta la fundada esperanza d e q u e la victoria c o r o n e los e s fuerzos d e la República. N o hai razón, pues, para que el desaliento se apodere d e vuestras almas. Por el contrario; pensad en q u e si los combates q u e aun se esperan, n o n o s fuesen favorables, h a i sobrados elementos de defensa para llevar adelante la guerra c o n tra Chile. L i m a tiene 20,000 h o m b r e s armados i e n todos l o s departamentos h a i batallones organizados o en via d e formación, q u e acudirán pronto a los lugares d o n d e r e c l a m e su presencia el enemigo, para rechazarlo; ¡triunfar o morir p o r la patria! El Perú aun n o h a agotado sus riquezas i el soldado tendrá en los cuarteles: vestido, e q u i p o i socorros a b u n dantes. E l Cuzco, patria d e tantos mártires, q u e h a n regado su sangre para mantener i n c ó l u m e la soberanía nacional, e s toi seguro n o se negará e n n i n g ú n caso a dar mas h o m bres, mas dinero, mas víveres i mas recursos para vengar los ultrajes que nos h a inferido Chile. El Cuzco n o p u e d e permanecer indiferente ante la s o l e m n i d a d d e las circunstancias. N o basta lamentar u n a desgracia; es preciso repararla. Si hai quien hiera d e muerte a la patria, l o s b u e n o s hijos n o se entregan solo al dolor para q u e la madre c o m ú n perezca abandonada o presa d e l puñal de sus v e r dugos. L o s buenos hijos restañan sus heridas, i c o n el llanto n o enjugado, se lanzan c o m o fieras sobre los criminales q u e h a n mancillado a la autora, a la d u e ñ o d e nuestras vidas. ¿Para c u á n d o reserváis los arranques d e vuestro e n t u siasmo i d e vuestro valor? Este es el m o m e n t o preciso, i n o debéis despreciarlo. Sea desde h o i vuestro n u e v o h o g a r el cuartel; ¡corred a alistaros en las filas d e los valientes q u e deben marchar al combate! N u n c a será tarde el poderoso ausilio d e vuestros b r a zos i d e vuestro denuedo. Si lo que D i o s n o permita, A r i c a cae también examine a las plantas de nuestros inicuos detentadores, n o por eso habrá terminado la lucha. ¡Nó! mil veces nó. Mientras haya u n peruano c o n vida, se prolongará la guerra. I el Cuzco, q u e odia la esclavitud i que recuerda las épocas de su pasada servidumbre, n o buscará la salvación entre las selvas d e sus valles seculares, ni e n las cimas d e sus nieves eternas: bajará al llano, acudirá a las ciudades, i correrá impávido a la muerte antes q u e arrastrar l a c a dena d e l esclavo, antes q u e llevar avergonzado u n a v i d a


G U E R R A DEL PACIFICO.

118

cobarde, envilecida, i teniendo c o m o señor i tirano al c h i leno, sin honor i sin conciencia. ¡Cuzqueños! Quizas a esta hora, el suelo d o n d e descanzan las cenizas de mis mayores, la tierra querida d o n d e abrí los ojos a la luz primera, mi inolvidable Arica, ha sido también profanada por la irrupción salvaje que ha enviado Chile a nuestas costas. Pero ese temor retempla mi actividad i fortifica mi esperanza; mi actividad, para organizar con la celeridad mas grande el n u e v o batallón que debe vengar tal desastre; m i esperanza, p o r q u e tengo siempre delante de mis ojos la adorada imájen de la patria, cubierta de laureles i de gloria. Si en Arica reposan los manes de mis abuelos, que fueron cuzqueños; si por la misma razón, sangre c u z q u e ñ a corre por mis venas i por las de mis hermanos, ellos volarán con vosotros a regarla al pié de las fortalezas levantadas para sostener los derechos i la soberanía del Perú. ¡Cuzqueños! U n a última palabra: olvidad vuestras pasadas disenciones. Si hai quien os hable de partidos i de personas, c o n testadles que el amor a la patria es superior a t o d o otro sentimiento, que todos sois hermanos i que la unión es hoi mas que n u n c a indispensable para vencer! Si os hablan de fraternidad i de concordia, pedidles las pruebas tanjibles de su sinceridad, exijiéndoles que os acompañen al cuartel para marchar dentro de breves dias en busca del enemigo. Vuestro amigo i compañero. JOSÉ

MARIANO

rientes, en que da parte a S. E. el S u p r e m o Director de la guerra, de su arribo a esa ciudad c o n el 2. ° ejército del Sur, e n c o m e n d a d o a sus órdenes, m e apresuro a felicitarle a n o m b r e de S. E. i del m i ó por su o p o r t u n o arribo a tan importante p u n t o de operaciones. En consecuencia, S. E. m e encarga trasmitirle las instrucciones siguientes: 1. ^ C o m o el dia 22 del presente el enemigo h a practic a d o u n reconocimiento sobre nuestra línea, según se i m p o n d r á V. S. por el adjunto parte que elevé a S. E., es probable que se prepare a verificar un inmediato ataque jeneral c o n todas sus fuerzas, situadas en el valle de Sama; en tal caso, procurará V . S. aproximarse c o n las d e su m a n d o a la quebrada de L o c u m b a , para inquietar la retaguardia del enemigo, desplegando sus guerrilleros, conforme a los avisos que tenga V. S. acerca de los m o vimientos del enemigo. 2. E n el caso de que el enemigo acometiese al ejército de V. S. con fuerzas superiores, p o d r á emprender su retirada hacia Candarave, de d o n d e seria fácil tomar las p o siciones de Tarata. 3. Por lo demás que pudiera ocurrir, el c o n d u c t o r , que es de toda la confianza de V . S., le c o m u n i c a r á las instrucciones i c o n o c i m i e n t o s verbales q u e se le han d a d o para el m e j o r acuerdo de las operaciones que V . S. debe emprender. A p r o v e c h o esta o p o r t u n i d a d para ofrecerme a V . S. m u í atento i obsecuente, seguro servidor. 03

rt

J. J . PÉREZ. A . S. S. el Coronel Comandante en jefe del 2.° ejército del Sur.

JIMÉNEZ

Cuzco, Junio 3 de 1880. NICANOR JENERAL DE

BRIGADA PERIOR

JEFATURA

FLORES,

D E L EJERCITO

DE

PLAZA

I

CAMANDANCIA

BATERÍAS

BOLIVIA I JEFE

SU-

D E

JENERAL

DE

LAS

ARICA.

(Reservada.)

POLÍTICO I MILITAR D E L SUR.

Al público

de

Arica,

Potosí.

Amigos: A c a b a m o s de recibir la tremenda noticia de la derrota del ejército aliado, después de un sangriento combate. Las hordas chilenas avanzan c o n paso audaz sobre el sagrado suelo de la patria. Ellas nos amenazan c o n el robo, con el incendio i la matanza, i pretenden encadenarnos al y u g o de su poder. Conciudadanos: E n las comarcas del Sur de Bolivia abundan el valor i el amor a la patria. N o se diga n u n c a de nosotros que dejamos i m p u n e la maldad de un pérfido enemigo. Pueblo j oneroso de Potosí: So hallan en peligro los mas queridos afectos de n u e s tro corazón; so hallan amenazados el tranquilo g o c e de nuestro hogar, la honra de nuestras esposas, la virtud de nuestras hijas i, sobre t o d o , la veneranda herencia de nuestros heroicos antepasados. V o l e m o s , pues, contra el enemigo. Sea maldito t o d o el que no acuda a la defensa de la patria, teniendo sangre boliviana que ofrecer en sus aras. Potosí, J u n i o 5 de 1880. N.

FLORES.

V.

M A Y O R

JENERAL

DEL

Cuartel jen eral en el campamento de Mayo de 1880.

EJÉRCITO

UNIDO.

de la Alianza,

Mayo 28 de

1880.

Benemérito señor Coronel d o n S e g u n d o Leiva. Señor Coronel: H e h e c h o varios propios al Jeneral M o n t e r o , i hasta hoi no he recibido su c o m u n i c a c i ó n . Sé que le queda una parte importante del ejército; i el objeto de éste, es decirle que A r i c a resistirá hasta el último. T e n g o t o d o listo para combatir, i T a c n a i A r i c a se salvarán, si V . S. uniéndose al resto del 1er. ejército, o c o n s u j e n t e sola, j a q u e a a T a c n a desde S a m a a P a c h í a , i h a c e u n esfuerzo para unirse a nosotros. H a i víveres aquí. N o he recibido c o m u n i c a c i ó n alguna oficial que m e indique la situación del Jeneral Montero. Sé que el enemigo ha q u e d a d o mas que d i e z m a d o . P ó n g a m e al corriente de sus operaciones por m e d i o de propios. D i o s guarde a V. S. FRANCISCO

BOLOQNESI.

YI. P a r t e s o f i c i a l e s d e M o n t e r o i d e l J e f e d e l a 2 . sí d i visión del ejército boliviano a C a m p e r o s o b r e l a batalla de Tacna.

Notas del Jefe de E s t a d o M a y o r del ejército aliado i del C o m a n d a n t e en J e j c d e las b a t e r í a s d e A r i c a al C o r o n e l S e g u n d o L e i v a , j e f e d e l íí.® e j é r c i t o d e l Sur. ESTADO

D E LA

a 2A

Señor: Contestando el oficio de V . S. de fecha 21 de los c o r -

REPÚBLICA

P E R U A N A . — J E N E R A L

E N

JEFE

DEL

1."

EJÉRCITO D E L SUR.

Tarata,

Mayo

29 de 1880.

E x c m o . señor: C u m p l o c o n el deber de dar cuenta a V. E. del resultad o del c o m b a t e del 26 del corriente en el ala derecha, que V . E. t u v o a bien de e n c o m e n d a r a mi dirección. Sabe V . S. que la derecha la c o m p o n í a n las divisiones del coronel, Comandante Jeneral Justo P. Dávila, i la del


C A P I T U L O PRIMERO.

señor coronel d o n César Canevaro, el R e j i m i e n t o Murillo, la División Tacna, los batallones Alianza, A r o m a i u n a batería d e artillería. D e estas fuerzas, la División Tacna, c u y o Comandante Jeneral era el prefecto del departamento, i los batallones Alianza i A r o m a , fueron destinados a la línea d e reserva. Desarrollado el c o m b a t e p o r la izquierda, Y . E. dispuso que se enviara refuerzo. E n c u m p l i m i e n t o de esa orden, fueron los batallones Alianza i A r o m a primero, i después el Provisional d e L i m a n ú m e r o 3, que formaba en primera línea de c o m b a t e . Esta circunstancia dio m á r j e n a q u e y o quedara sin otra reserva q u e la División Tacna, cuya bizarría se h i z o harto notable en esos instantes supremos. E l comportamiento d e las tropas durante la lucha, h a sido presenciado p o r V . E., p o r cuya razón creo innecesario detenerme en detalles, q u e en otro caso serian indispensables. Las fuerzas de m i m a n d o , V . E. lo sabe perfectamente, h a n l u c h a d o c o n valor i c o n d e n u e d o ; i si al fin cedieron la victoria al enemigo después d e u n nutrido fuego d e mas d e tres horas, fué solo por el escesivo n ú m e r o d e las tropas enemigas. Destrozados los batallones, era imposible continuar p o r mas t i e m p o el sangriento c o m b a t e . L o s únicos primeros jefes q u e fallecieron durante el c o m b a t e en el ala derecha fueron: coronel Fajardo i c o m a n d a n t e Alcázar, jefes respectivamente d e los batallones Cazadores del R i m a c i C o l u m n a Para. E l n ú m e r o d e heridos ha sido c r e c i d o , lo m i s m o q u e el de los muertos, tanto de jefes subalternos c o m o d e oficiales e individuos d e tropa. L a relación nominal d e tan d e p l o rables pérdidas la tendrá V . E. tan luego c o m o y o la reciba d e los comandantes jenerales. A p r o v e c h a r é d e esta oportunidad para recomendar a la consideración d e V . E. el d i g n o i valeroso c o m p o r t a m i e n to d e l señor Miguel Aguirre, q u e c o n Zapadores peleó en el ala derecha, q u e m e c u p o la h o n r a d e mandar. U n deber d e justicia n o m e permite terminar sin hacer una r e c o m e n d a c i ó n ^especial a V . E. del digno c o m p o r .; tamiento d e los jefes, oficiales i tropa q u e h a n peleado bajo mis órdenes. Si la victoria h a correspondido al e n e m i g o por la superioridad d e sus fuerzas, la gloria solo c o r r e s p o n d e al ejército aliado. Dios guarde a V . E. :

(Firmado.)—LIZARDO

MONTERO

Al Bxcmo. señor Jeneral Director de la guerra.

C O M A N D A N C I A J E N E R A L D E L A 2.

d

DIVISIÓN D E L EJÉRCITO

BOLIVIANO.

La Paz, Jimio

18 ele 1880.

Señor Jeneral: T e n g o el h o n o r d e dar cuenta directamente al señor Jeneral S u p r e m o Director d e la guerra, en ausencia del señor C o m a n d a n t e en Jefe del ejército boliviano i p o r muerte del señor Jeneral Jefe de Estado Mayor Jeneral del ejército unido, d e todos los sucesos notables acaecidos en la batalla del m e m o r a b l e i desgraciado dia 26 del m e s anterior en los A l t o s d e la Alianza, i n c l u y e n d o orijinal el parte q u e se m e h a pasado p o r el señor coronel 1er. j e f e del Batallón Padilla 6. ° d e línea. E l dia 25, anterior al del c o m b a t e , m e hallaba d o servicio c o m o j e f e d e la línea. Hasta el m o m e n t o antes d e r o m per los fuegos, tengo dado, c o n esta misma fecha i en distinto oficio, el respectivo parte d e todos los incidentes ocurridos en la n o c h e del 2 o i mañana del 26, en q u e se incorporó el ejército d e la izquierda en el c a m p a m e n t o jeneral. Réstame, tan solo, darlo c o m o Comandante J e n e ral d e la 2 . División del ejército boliviano. L a división d e m i m a n d o componíase d e los batallones Sucre 2. ° d e línea, V i e d m a n ú m e r o 5 i Padilla n ú mero 6, c o m a n d a d o s respectivamente p o r los señores c o 0 3

119

roneles J u a n P. A y o r o a , R a m ó n González i Pedro P. Vargas. F o r m a d a la línea de batalla, esta división o c u p ó el c e n tro; pero en las reformas q u e los señores directores t u vieron a bien hacer en ella, en fecha 23 o 24 d e M a y o , se mandaren los d o s primeros al costado izquierdo para r e forzar este ala q u e estaba débil, considerando estos cuerpos fuertes, i, en atención, según parecer del señor J e n e ral Jefe de Estado Mayor J eneral del ejército unido, a q u e el centro n o seria atacado c o n vigor. Permanecí en el c e n tro únicamente c o n el Batallón Padilla, habiendo venido a llenar los claros q u e dejaron en la línea estos cuerpos, el Batallón Chorolque, al m a n d o del señor coronel J u s t o de Villegas. C o m p r o m e t i d o el c o m b a t e p o r el ala izquierda d e n u e s tra línea i rotos los fuegos sucesivamente por este costado, previa orden del m a l o g r a d o señor Jeneral Jefe d e E s tado M a y o r Jeneral del ejército u n i d o , q u e se presentó en los m o m e n t o s mas oportunos, m a n d é a los señores c o roneles Pedro P. Vargas, 1er. jefe del 5. ° i Justo d e Villegas l e í " jefe del Chorolque n ú m e r o 8, q u e atacaran al paso de vencedores i c o n t o d o ímpetu, c o n f o r m e al plan e instrucciones recibidas del señor Jeneral S u p r e m o Director de la guerra. El señor coronel Pedro P. Vargas, antes d e c o m p r o m e ter el c o m b a t e , dirijió la palabra a su tropa inspirándole t o d o el ardor bélico d e q u e él se hallaba poseído i r e t e m plando su patriotismo; habiendo tenido la feliz ocurrencia d e entusiasmarlos mas c o n la insinuación q u e les h i zo para q u e quitaran las fundas de los morriones, a fin d e distinguir su comportamiento. L a tropa animosa, v o t ó velozmente las fundas blancas i quedó c o n morriones c o lorados, q u e en efecto, era distintivo; i recibida la orden de hacer fuego, se lanzó c o n tal brio i enerjía, q u e h a c e n honra al soldado boliviano. Los dos cuerpos enunciados hicieron tan recio ataque, que llegaron a l a línea enemiga i consiguieron,'de pronto, desordenarla, t o m a n d o prisioneros i armas. E l crecido n ú m e r o del enemigo, cuyas líneas de c o m b a t e eran distintas, fácilmente pudieron diezmar i destruir la nuestra, que en su apoyo n o tenia fuerza alguna de reserva, la que, si bien existia antes del combate, ella debió haber sido c o n d u c i d a a otros puntos mas necesarios, pues q u e éstas n o dependían d e los comandantes jenerales d e primera línea. Sin esperanza de poder resistir p o r mas t i e m po al enemigo, q u e arreciaba aun mas su ataque m o m e n t o a m o m e n t o p o r la superioridad numérica i calidad d e sus armas, la p o c a fuerza restante d e los espresados cuerpos emprendió la retirada, h a c i e n d o siempre fuego hasta llegar a su posesión anterior, d e d o n d e se notó q u e la derrota habia sido y a declarada; pues q u e , a p o c a distancia el señor Director d e la guerra, en c o m p a ñ í a d e l señor jeneral Montero, se esforzaba c o n u n a bandera en la m a n o , en detener a los dispersos, c o n objeto sin d u d a d e r e u n i d o s i hacer una retirada mas ordenada. N o dejaré pasar desapecibido ante el señor Jeneral S u p r e m o Director de la guerra, el c o m p o r t a m i e n t o d e los cuerpos que se hallaban al costado derecho d e la división de m i m a n d o , batallones L o a i Grau, q u e entraron a la vez i c o n igual enerjía q u e los batallones Padilla i C h o rolque. El batallón peruano c o l o c a d o a la izquierda del Padilla i la brigada d e artillería boliviana c o m a n d a d a p o r el señor c o m a n d a n t e Palacios, combatieron c o n t o d o h e roísmo. Estas son, señor, las acciones q u e h e notado en los s u premos m o m e n t o s en q u e se decidía la suerte d e dos n a ciones, q u e defendían el pabellón de la alianza c o n todo el valor i d e n u e d o q u e i m p o n e la patria, c u a n d o se trata de recobrar su honra mancillada. Es deber m i ó recomendar ante el país i ante el señor Jeneral S u p r e m o Director d e la guerra, la c o n d u c t a h e roica de los señores jefes, oficiales i tropa d e los cuerpos que combatieron bajo mis órdenes, m u c h o s d e los q u e han traído hasta este Cuartel Jeneral riñes Comblain, ar-


120

G U E R R A D E L PACIFICO.

rebatados al enemigo, q u e atestiguan su d i g n o c o m p o r t a miento. Los señores jefes Pedro P. Vargas i V i c e n t e Crespo del Batallón Padilla, i Octavio Rivadeneira del Estado Mayor de la 2 . División, merecen particular m e n c i ó n , así c o m o los jefes i oficiales del Batallón Chorolque, c u y o l e r . j c f o coronel, Justo ele Villegas, deberá pasar el parte o detall de su c u e r p o a quien corresponda. Los jefes i oficiales del Estado Mayor Divisionario, que se hallaban a pié, combatieron también en la línea de b a talla, habiendo el coronel Francisco Solis t o m a d o al e n e m i g o u n rifle Comblain, que actualmente conserva en su poder. L a patria, r e c o n o c i e n d o el sacrificio de sus hijos que t o m a r o n las armas en su defensa, sufriendo los rigores de u n a ruda i penosa campana de 13 meses, quedará satisfecha, i la historia les dedicará una pajina que brillará eternamente; pues, si la suerte nos fué adversa, n o por esto se oscurecerá el c o m p o r t a m i e n t o heroico de los soldados de la alianza, que cedieron el c a m p o a la superioridad del enemigo i después de haber dejado en él mas de la mitad de su número total. d

C o n sentimientos del mas distinguido aprecio i respeto hacia la persona de V. S., señor Jeneral, m e es h o n roso suscribirme c o m o su mas atento i obsecuente servidor. SEVESINO

ZAPATA.

Al señor Jeneral Supremo Director de la guerra.

VIL Esposicion h e c h a p o r el c o r o n e l V e l a r d e s o b r e el c o m b a t e d e T a c n a , i p u b l i c a d a en el " R e j i s t r o Oficial, d e l C u z c o d e f e c h a »55 d e J u n i o d e 1 8 8 0 .

D e s d e que el señor Jeneral Campero se hizo cargo del m a n d o de los ejércitos unidos i de la dirección de la g u e r ra, se o c u p ó eficazmente en elejir una posición en los A l tos de Tacna que equilibrara nuestra diferencia numérica c o n el enemigo. Elejida i o c u p a d a una c o n t o d o el ejército, fué abandonada después por otra que reunía m e j o res condiciones; en ella se formó la línea de batalla distrib u y e n d o la artillería i las reservas de un m o d o conveniente. T o d o s los días se hacían ejercicios suponiendo que el e n e m i g o nos atacara por la derecha, por la izquierda o por el centro, i se habia c o n v e n c i d o que en esa posición esperaríamos el ataque, a u m e n t a n d o sus ventajas c o n una fortificación pasajera, para lo q u e a cada soldado se le habia entregado un saco. El ejército fué dividido en tres partes, confiándose el m a n d o de la primera, que fué el ala derecha, al señor J e neral Montero, el centro al señor Jeneral Campero, c o n servando, sin embargo, al señor coronel Castro Pinto, i la izquierda al señor coronel C a m a c h o ; estubimos hasta la n o c h e del dia 25, pues con m o t i v o de haber tomado nuestras avanzadas una brigada de 60 ínulas cargadas de agua que los enemigos m a n d a b a n a la Quebrada H o n d a , alguno de nuestros jefes superiores tuvo la idea de s u p o ner que hasta la madrugada del dia siguiente n o podría t o d o el ejército enemigo haberse reconcentrado en dicha quebrada, i que era posible que el nuestro batiera a los q u e habían llegado c o n todas las ventajas de la sorpresa. Esta idea fué desgraciadamente aceptada i, al efecto, se previno al ejército que estuviera listo para moverse a la primera orden. A las 12 de la n o c h e , p o c o mas o m e n o s , se dio ésta i principiaron a formar en columnas paralelas a los 160 o 200 pasos a vanguardia de la linca que o c u p a ban, i una vez concluida que fué esa formación, se orden ó marcharan de frente o c u p a n d o la vanguardia de toda la línea dos divisiones compuestas cada una de dos batallones bolivianos i dos peruanos, siendo el j e f e de la primera el señor coronel d o n Belisarío Suarez c o n los cuerp o s de la 3 . División que mandaba, i de la segunda 05

el coronel señor d o n César Canevaro, también c o n una d i visión; así es que esta vanguardia se c o m p o n í a de o c h o b a tallones. H a b í a m o s caminado dos horas, p o c o mas o menos, c u a n d o se notó algún desorden; se m a n d ó hacer alto, i resultó que el Jeneral D i r e c t o r de la guerra n o sabía el lugar en que se encontraba el ejército; que d o s divisiones de las reservas, que fueron la 5 . División del Perú, al m a n d o del coronel Herrera, i otra división boliviana al m a n d o del coronel González, se habían adelantado, así c o m o los escuadrones de caballería, i p o r mas dilijencias que se hicieron, n o se pudieron encontrar en la p a m p a . E n este estado, el señor Jeneral Campero, con toda el ala derecha i n tacta i c o n todos los otros cuerpos que n o se habían estraviado, ordenó la retirada al c a m p a m e n t o que h a b í a m o s dejado, llegando a él, m e r c e d a algunas candeladas q u e puso un ayudante que se adelantó. 0 3

Los cuerpos ocuparon sus respectivos c a m p a m e n t o s i se acostaron a dormir, q u e d a n d o los jefes superiores c o n la ansiedad q u e era natural p o r los que se habían estraviad o ; principió a amanecer el dia; el Jefe de Estado M a y o r del ejército del Perú salió a r e c o n o c e r el c a m p o i ver si podrían descubrirse en él los cuerpos que faltaban; usado el anteojo, a p o c a dilijencia se presentaron todos a su vista; pero a retaguardia de ellos i a m u i p o c a distancia, venia t o d o el ejército chileno, en n ú m e r o m u i superior a los cálculos que por los avisos recibidos habíamos h e c h o ; en el acto dio al ejército, el indicado jefe, la v o z d e alarma, avivó a los jenerales i m o n t ó a caballo para salir al encuentro de las fuerzas q u e regresaban; andaría para encontrarlos dos o tres millas, i p o c o s m o m e n t o s después se r o m p í a n sobre nosotros los fuegos de artillería e n e m i ga, los que sufriéndolos por la espalda i c u i d a n d o q u e la caballería n o dejara u n solo rezagado, nos a c o m p a ñ a r o n hasta que o c u p a r o n todos el lugar q u e le correspondía en la línea, q u e d a n d o ésta organizada en el m i s m o o r d e n que se habia establecido. N o pasó m u c h o t i e m p o sin que principiara el c o m b a t e de artillería, el que, sin embargo de la superioridad d e la3 piezas enemigas por su calidad, por su n ú m e r o i por su perfecta dirección, n o nos hacia m a y o r daño; resueltos c o m o estábamos a sufrir ese fuego i a obligar a la infantería enemiga a q u e nos atacara; llegamos a creer que la m a n o de Dios nos protejia d e un m o d o visible, pues habían descargas c u y o s proyectiles reventaban t o d o s sobre nuestra línea sin herirnos u n soldado; contestando solo con ¡vivas! al Perú, a Bolivia i la alianza. Así habría sucedido, pero desgraciadamente se p r o n u n c i ó el ataque sobre nuestra ala izquierda, i el j e f e de ella, por la impetuosidad de su carácter i o l v i d a n d o de que n o debia en n i n g ú n caso hacer avanzar u n solo s o l dado, m a n d ó recibirlos, q u e d a n d o , c o m o era natural, en la desventajosa posición de c o m b a t e c o n u n e n e m i g o tres veces superior en n ú m e r o i que tenia armas nusiliares, en número, en m u c h a m a y o r p r o p o r c i ó n ; sin embargo, n u e s tros batallones lucharon c o m o n o se l u c h ó j a m á s , i q u e daron en su m a y o r parte sobre el c a m p o d e batalla; este ataque dio lugar a que se llevaran a él las divisiones d e reserva del centro, de la derecha, i aun a batallones q u e en la derecha también estaban en la primera línea, ocasion a n d o así que se debilitase toda ella i q u e los cuerpos entraran en el combate u n o tras de otro. C o m o el e n e m i g o hubiese d o m i n a d o por c o m p l e t o el ala izquierda, la derecha que quedó reducida a la 1. * División del Perú, al m a n d o del coronel d o n Justo Pastor Dávila, de la C o l u m n a Murillo, al del m u i distinguido j e f e boliviano, teniente coronel Iriondo, i de la que improvisó en T a c n a el señor prefecto de ese departamento, d o c t o r d o n P e d r o Alejandrino del Solar, emprendió a su vez, aunque en la m i s m a desventaja de tener que ofender en sus posiciones al e n e m i g o , el mas v i g o r o s o ataque, que si l o hubiera h e c h o c o n las fuerzas q u e la formaban, era casi seguro, si no el obtener una ventaja positiva, al menos el matarlo en m u c h o m a y o r n ú m e r o d e l o que lo hizo; la batalla duró, p o c o mas o m e n o s , desde las 10 A. M.


CAPITULO

hasta las 2.30 P. M.; el ejército del Perú, c o n m u i rara escepcion, i el boliviano, c o n escepcion también de algunos cuerpos, han c u m p l i d o su deber, c o n tal altura, q u e la patria n o podría m e n o s q u e agradecerles. Las reliquias de nuestro valiente ejército al m a n d o del Jeneral Montero, i q u e han q u e d a d o en P u n o , se c o m p o n e n hoi de 1,000 i n d i v i d u o s de tropa d e todas armas, de dos piezas d e artillería, de una ametralladora i de 221 jefes i oficiales, q u e d a n d o en Tarata, a las órdenes del señor prefecto Solar, 600 i n d i v i d u o s d e tropa c o n algunos oficiales mas. E l ejército chileno se c o m p o n í a según datos m u i a u t o -

121

PRIMERO.

rizados de 22,000 hombres, teniendo 60 piezas de artillería K r u p p , 40 ametralladoras i 1,200 a 1,400 caballos. El nuestro tenia dispuesto sobre el c a m p o 5,518 h o m b r e s , u n cirujano, 875 caballos, seis piezas de artillería i tres ametralladoras, c o m p o n i é n d o s e el ejército boliviano d e 3,000 h o m b r e s , p o c o mas o m e n o s , con seis piezas de artillería i tres ametralladoras, debiendo advertirse que los cuerpos de caballería de ese ejército tuvieron q u e pelear c o m o i n fantes. El n ú m e r o d e muertos i heridos en jeneral, n o p u e de apreciarse p o r los que no tienen la fortuna de v e n c e r , pero el d e los jefes i oficiales dará la m e d i d a d e él. ( R E J I S T R O O F I C I A L del Cuzco.)

VIII. Cuadro demostrativo

del ejército

c h i l e n o q u e t o m ó p a r t e e n l a b a t a l l a d e T a c n a el 3 6 de M a y o d e 1 8 8 0 órdenes del Jeneral Baqucdano.

alas

(Inédito.)

SECCIONES.

JEFES DE LOS CUERPOS.

CUERPOS.

JEFES

OFICIA-

TROPA.

Cuartel Jeneral i Estado Mayor INJENIEROS ARTILLERÍA

Jeneral en Jefe don Manuel Baquedano I Jefe de Estado Mayor, coronel don J. Velazquez. \ Capitán don David Silva Vergara Teniente coronel don José Manuel 2. ° Novoa. ...

INFANTERÍA 1. * Division al mando del coronel don José S. Amengua!.

Comandante don Jacinto Niño Teniente coronel don Adolfo Holley.. ICoronel don M. Urriola Teniente coronel Vargas Pinochet....

Teniente coronel don E. del Canto Id. id. don Juan Martínez. Id. id. don Estanislao León.

11

1. Compañía de Pontoneros Rejimiento número 2

1 3

4 43

119 648

124 694

Comandancia i Estado Mayor Batallón Policía de Valparaiso Rejimiento Esmeralda Batallón Naval Id. Chillan

4 1 3 2 4

3 15 44 24 19

335 1091 559 531

7 351 1138 585 554

14

105

2516

3 3 2 3

4 28 26 45

600 623 844

División

11

103

2067

Comandancia i Estado Mayor Batallón Chacabuco Id. Coquimbo número 1 Rejimiento Artillería de Marina...

2 2 2 3

4 19 25 30

521 500 634

Total de la 3. " División

9

78

1655

3 2 2 2

4 41 29 17

940 866 465

9

91

2271

1 3 3 3 2

4 43 44 38 15

819 1006 900 393

12

144

3118

1 1 3 4

2 25 33 24

286 346 378

9

84

1010

80

663

13404

a

Comandancia i Estado Mayor...... Rejimiento 2. ° de línea Batallón Atacama Rejimiento de línea Santiago Total de la 2.

3.

Division al mando del coronel don José D. Amunátegui.

Teniente coronel don Domingo de Toro Herrera. Id. id. don Alejandro Gorostiaga Id. id. don J. R. Vidaurre

a

4. * División al mando del coronel don Orozimbo Barbosa.

¡Teniente coronel don Eulojio Robles Id. id. don Ricardo Santa Cruz., Id. id. don Jorje Wood A

53

Comandancia i Estado Mayor Rejimiento Lautaro Batallón Zapadores Id. Cazadores del Desierto Total de la i."

Teniente coronel don Luis J. Ortiz Id. id. don Ricardo Castro Reserva al mando del coronel J Id. id. don José San Martin., don Mauricio Muñoz. Id. id. don José Echeverría..,

División

Comandancia i Estado Mayor Rejimiento Bnin 1. ° de línea Id. 3. ° de línea Id. 4. ° de id Batallón Policía Búlnes

,

Total de la reserva CABALLERÍA

r

JMayor don José Francisco Vargas Teniente coronel don Tomas Yàvar al mando del teniente coronel J Id. id. don Manuel Bdlues., don José Francisco Vergara, ] a las órdenes del coronel en Jefe. 1-

Comandancia Jeneral de Caballería Rejimiento de Cazadores Id. de Granaderos Id. de Carabineros Total de la caballería. TOTAL J E N E R A L . . .

Este estracto es t o m a d o del Estado que se hizo en las Yaras el dia 24 de M a y o ejército. Santiago M a y o 14 de 1886. H a i u n sello. TOMO III—16

23

12

Total de la 1. * División

2, * Division al mando del teniente coronel don Francisco Barceló.

TOTAL JENERAL

LES.

...

7 631 651 892

6 542 527 667

7 983 897 484

5 865 1053 941 410

-3 312 382 406

14147

antes de ponerse en m a r c h a el

F." A .

GÁNDARA


GUERRA DEL PACIFICO.

122

IX. N o t a s c a m b i a d a s e n t r e el c o r o n e l Lciva i C a m p e r o les d é l a r e t i r a d a de éste último p a r a Bolivia. COMANDANCIA' EN JEFE D E L 2. °

an-

EJERCITO DEL SUR.

Sinti, Mayo 31 de 1880. E x c m o . señor: H o i en la mañana h e tenido c o n o c i m i e n t o del desastre ocurrido al eje'rcito aliado. D e todos m o d o s m a r c h o c o n las fuerzas de mi m a n d o sobre Ilabaya; pero desearía q u e m e c o m u n i q u e V. E. su pensamiento, a fin de saber si d e b e m o s r e u n i m o s , a d ó n d e debe tener lugar la reunión, i en fin, obrar de acuerdo, c o m o c o n v i e n e a los i n tereses de las dos repúblicas. D i o s guarde a V . E., E x c m o . señor. SEQUNDO

LEIVA.

Al Excmo. señor Joneral Director Supremo de la guerra don Narciso Campero.

R E P Ú B L I C A D E B O L I V I A . — E L J E N E R A L EN CITO E N

JEFE DEL

EJÉR-

MARCHA.

Calacoto, Junio 2 ele 1880. Señor: E n marcha ya para la ciudad de La Paz, i a me'rito d e haberse puesto a mis órdenes, en vísperas del combate, el señor Comandante en Jefe del 2. ° ejército del Sur del Perú, le dirijo la nota cuya copia a c o m p a ñ o , pues ignoro c o m p l e t a m e n t e cuál será la resolución del gobiern o de L i m a respecto del j i r o que deban tomar las cosas después d e l desastre del 26. Con tal m o t i v o , m e es grato repetir a V . S. las consideraciones de particular estimación i aprecio c o n q u e m e suscribo su atento, seguro servidor. NARCISO Al señor Contra-Almirante don ejército del Sur del Peni.

REPÚBLICA

DE

CAMPERO.

Lizardo Montero, Jeneral en Jefe del

1er.

B O L I V I A . — E L JENERAL EN JEFE DEL EJÉRCITO E N

MARCHA.

Calacoto, Junio 2 ele 1880. Señor: H a b i é n d o m e visto obligado, después del desastre del 26, a retirarme del c a m p o de batalla c o n los restos del ejército boliviano i dirijirme a Bolivia, deben cesar i cesan de h e c h o mis funciones de Director de la guerra en el Sur del Perú; debe, pues, en consecuencia, V . S. obrar en c o n formidad c o n ias instrucciones que tenga del G o b i e r n o de Lima. E n mi c o n c e p t o , el enemigo, a p r o v e c h a n d o del triunfo obtenido el 26, se propondrá c o m o inmediato objetivo la t o m a de Lima o Arequipa; en esta s e g u n d a hipótesis, d e b o V . S. tomar todas las medidas que crea convenientes a efecto de defender aquella ciudad. C o n este propósito, t o d o m i conato se dirijirá a organizar algunos cuerpos para enviárselos a V . S. c o m o refuerzos. C o n este m o t i v o , m e es grato repetir a V . S. las consideraciones de estimación i aprecio, c o n que m e suscribo su atento, seguro servidor. NARCISO

CAMPERO.

AI señor Coronel don Segundo Lciva, Comandante en Jefe del 2. ° Sur del Perú.

ejército del

X. A c t a l e v a n t a d a p o r los j e f e s p e r u a n o s v e n c i d o s en T a c n a en el p u e b l o d e T a r a t a , M a y o 31 d e ISSO, s o b r e el o r d e n de su r e t i r a d a a l ' u n o i A r e q u i p a .

En el pueblo de Tarata, capital de la provincia del mism o nombre, a los treinta i un días del mes de Mayo de

mil ochocientos ochenta, reunidos el señor C o n t r a - A l m i rante Jeneral en Jefe del 1. ° ejército del Sur, i todos los señores comandantes jenerales i primeros jefes de los cuerpos que forman d i c h o ejército, c o n el objeto de resolver definitivamente respecto de la dirección q u e d e b e darse a los restos de d i c h o ejército existente en esta plaza, i manifestadas las circunstancias de éste por el señor Jeneral en Jefe en cuanto a recursos para su conservación, pidió q u e cada u n o de los jefes presentes manifestara su opinión en cuanto al camino q u e debiera tomarse, así c o m o el destino de la referida tropa. E n este c o n c e p t o : El teniente coronel d o n D o m i n g o Barbosa, j e f e d e la Brigada de Artillería, opinó porque, atendidos ios recursos c o n que se cuenta por la vía de Puno, los restos del ejército debía marchar por esa ruta a la c i u d a d de A r e quipa, q u e es el centro del 2. ° ejército del Sur. El de igual clase d o n Mariano A . Galdós, se adhirió a la opinión del anterior. Los tenientes coroneles d o n B r u n o Morales, d o n N i c a nor R. S o m o c u r c i o , d o n A n d r é s A . Salcedo i d o n Carlos Morales, opinaron en el m i s m o sentido q u e los anteriores. E l teniente coronel d o n Felipe S. Crespo, manifestó q u e el batallón organizado marchara a A r e q u i p a por la via, i que los jefes i oficiales sin colocación en él, q u e d e n g u a r n e c i e n d o esta plaza. Los señores coroneles graduados d o n M e l c h o r B e d o y a , d o n Valentín Quintanilla, d o n Francisco J. L u n a i el secretario que suscribe Carrillo i Ariza, opinaron en el m i s m o sentido que los c i n c o primeros del acta. El coronel graduado d o n Gregorio Albarracin, fué de opinión: que todos los señores jefes i oficiales del ejército sin colocación hoi i el batallón organizado de infantería, marchasen a A r e q u i p a por la via de P u n o , i que el escuadrón que él manda quede en esta plaza de guarnición p o r estar su caballada en mal estado. Los señores coroneles N i e t o , Méndez, Cavero, Ramírez i Velarde, opinaron p o r q u e se marchase p o r la via de P u n o a Arequipa, atendiendo a los recursos de abrigo i s u b sistencia c o n que se puede contar por esa ruta, E l señor coronel Godinez, opinó porque debíamos unirnos al 2. ° ejército del Sur en M o q u e g u a . El señor coronel Cáceres, p o r q u e se haga algo contra el enemigo, se aguarde la reunión d e m a y o r n ú m e r o d e tropas i marchar a A r e q u i p a por la ruta q u e ofrezca m a yores recursos. El coronel d o n Justo Pastor Dávila, p o r q u e se m a r c h e directamente a Moquegua. El coronel d o n Arnaldo Panizo, opinó en el m i s m o sentido que el señor coronel Cáceres. E l señor coronel d o n Juis F. Rojas, q u e se u n a al 2. ° ejército del Sur en A r e p u i p a p o r la via d e P u n o . El señor prefecto de este departamento, d o c t o r d o n P. Alejandrino del Solar, opinó porque los restos de este ejército debían marchar a A r e q u i p a por la via d e P u n o , pues, él c o m o autoridad política, carecía ya de recursos para sostenerla en el ramo que le correspondía. El benemérito señor Jeneral en Jefe, opinó p o r q u e el resto del ejército que ha estado a sus órdenes, debía m a r char a Arequipa por la via d e P u n o , p o r q u e así lo exijia la falta de recursos para sostenimiento d e esta plaza i el estado de d i c h o ejército. C o n c l u i d o el o b j e t o d e la reunión, la firmaron t o d o s los señores presentes. L. Montero.—Pedro A. del Solar.—M. Velarde.—Luis Felipe Rosas.—Aquilzs Méndez.—Justo P. Dávila.—José Godinez.—César Canevaro. — Rafael Ramirez.—Andrés A. Cáceres.—Melchor J. Bedoya.—Pedro P. Nieto. —Amoldo Panizo.—Francisco Javier Luna.—Manuel Carrillo i Ariza.—Armando Salcedo.—Felipe S. Crespo.—Gregorio Albarracin.—Remijio Morales Bermuclez. —Nicanor R. Somocurcio.—Mariano A. Galclós.—Domingo Barbosa. —Carlos Morales.—F. Quintanilla.


CAPITULO PRIMERO.

XI. Notas del Coronel Leiva al ministro de l a G u e r r a en L i m a , r e f e r e n t e s a sus o p e r a c i o n e s i su r e t i r a d a a Arequipa. SECRETARÍA B E L A COMANDANCIA E N JEFE DEL 2. °

EJÉR-

CITO D E L SUR.

Mirave,

Junió

SEGUNDO

LEIVA.

Al señor Coronel Secretario tle Estado en el despacho de Guerra.

E n c u m p l i m i e n t o d e m i deber paso a dar cuenta a V . S. d e las operaciones del ejército de m i m a n d o . C o m o participe' a V . S. en m i c o m u n i c a c i ó n anterior, inmediatamente q u e llegué a Torata dirijí un propio a S. E. el Jeneral Campero, p o n i é n d o m e a sus órdenes, en c u m p l i m i e n t o d e las instrucciones q u e Labia recibido d e V . S., p i d i é n d o l e las q u e tuviera p o r conveniente i m p a r tirme e indicándole el m i m e r o i c o n d i c i ó n d e la fuerza que traia, a fin d e q u e él tuviera un perfecto c o n o c i m i e n to d e t o d o i pudiera obrar s e g u n d a s circunstancias. E l 26 d e l pasado llegó a Torata la 3 . División, c o m puesta d e los batallones L e j i o n Peruana i H u a n c a n é , c o n mas la brigada d e artillería, dos ametralladoras i el E s c u a d r ó n d e Artillería V o l a n t e . I esta fuerza, u n i d a a la 1. División i c o l u m n a s d e vanguardia, daba u n total de 2,200 a 2,300 hombres. E r a necesario dar por l ó m e n o s un dia d e descanso a l a 3. División, q u e habia h e c h o marchas pesadas desde Arequipa, i tanto p o r esta razón, c u a n t o p o r esperar al propio q u e habia remitido d e T a c n a i q u e debia traerme las instrucciones del Director d e la guerra, acordé permanecer en Torata t o d o el dia 27. Ese m i s m o dia regresó el propio t r a y é n d o m e las instrucciones, q u e en c o p i a adjunto a V . S., e i n d i c á n d o m e verbalmente q u e bajara a L o c u m b a p o r M o q u e g u a , i q u e d e L o c u m b a amenazase a Sama. D e b e V. S. fijarse en q u e las instrucciones llevan fecha 24 d e M a y o i el propio fué d e s p a c h a d o el 25. E n c u m p l i m i e n t o d e las instrucciones, el 23 descendí d e Torata a M o q u e g u a , d o n d e , p o r indicación m i a , se puso a m i s órdenes el E s c u a d r ó n d e Jendarmes q u e m a n d a el coronel J i m é n e z , i el 29 a c a m p é en la R i n c o n a d a ; i c o m o al dia siguiente tenia q u e vencer la gran cuesta del B r o n c e i atravesar u n a distancia d e 12 leguas de desierto, se dio orden d e m a r c h a r a las 3 P. M., a fin d e cruzar la p a m p a p o r la n o c h e , evitando así la fatiga del soldado. A las 11 A. M. d e ese dia recibí el siguiente telegrama del señor coronel Bolognesi, trasmitido p o r el prefecto d e Arequipa: "Esfuerzo inútil. T a c n a o c u p a d o por e n e m i g o . N a d a oficial recibido. A r i c a se sostendrá m u c h o s días i se salvará, perdiendo e n e m i g o , si Leiva j a q u e a , aproximándose Sama i se u n e c o n nosotros." I casi al m i s m o t i e m p o llegaron avisos particulares q u e aseguraban q u e la derrota d e nuestras fuerzas habia sido c o m p l e t a i q u e los dispersos trataban d e reunirse en Tarata. C o l o c a d o en tan difícil situación, n o creí deber bajar a L o c u m b a , pues el ejército d e q u e debia disponer era e s caso, mal disciplinado i c o n u n cai'gamento q u e i m p e d i ría la rapidez d e nuestras marchas. Era, además, d e p r e sumirse q u e el e n e m i g o destacara por la ruta de L o c u m b a un cuerpo d e ejército respetable, i sobre t o d o , era necesario, a m i j u i c i o , reunirse a las tropas dispersas d e Tarata, tanto mas c u a n t o se m e habia señalado este lugar c o m o p u n t o d e retirada. T o d a s estas consideraciones m e obligaron a cambiar el itinerario, i en lugar d e bajar a L o cumba, e m p r e n d i m o s nuestra m a r c h a sobre Sinti, al cual llegamos el 31 a las 3 P. M., después d e haber andado toda la n o c h e . Las noticias q u e t o m é en Sinti sobre el c o m b a t e d e Tacna, n o p o d í a n ser mas tristes; la dispersión era i n c o n tenible, i ni aun a m i llegada n o se había trasmitido or03

1:4

den alguna, ni siquiera se m e habia d a d o parte oficial d e la derrota para q u e y o tomara mis medidas. D e s p a c h é un propio a Tarata en busca del Director d e la guerra, i el 1. ° n o s m o v i m o s sobro este lugar, a d o n d e llegamos a las 5 P. M. E n oficio especial daré cuenta a V . S . d e los m o v i m i e n tos q u e m e p r o p o n g o emprender. D i o s guarde a V . S , S . C. S .

2 de 1880.

Señor Coronel Secretario:

03

123

SECRETARÍA D E L A COMANDANCIA EN JEFE DEL 2 . °

EJÉR-

CITO D E L S U R .

Torata,

Junio

8 de

1880.

S e ñ o r Coronel Secretario: E n este m o m e n t o , 6 P. M., acabo d e recibir el telegram a q u e en clave m e h a dirijido S . E. el Jefe S u p r e m o , por c o n d u c t o del prefecto d e Arequipa. S . E., al impartirme sus órdenes, h a creído q u e podia contarse c o n el 1er. ejército del Sur, i p o n i é n d o m e d e acuerdo c o n él, marchara a Sama, i c o r t a n d o la c o m u n i c a c i ó n d e l e n e m i g o c o n la costa, salvara la plaza d e A r i c a ; pero y a S . E . debe saber q u e d e ese 1er. ejército solo se h a n p o d i d o reunir 300 a 400 h o m b r e s , la m a y o r parte jefes i oficiales, los cuales se h a n internado a P u n o a las órdenes del señor Contra-Almirante Montero, pues el E x c m o . señor Jeneral C a m p e r o se retiró a Bolivia. N o q u e d a b a n , pues, mas fuerzas disponibles q u e los 2,300 reclutas q u e forman el ejército d e m i m a n d o , c o n los c u a les era imposible intentar n i n g u n a hostilidad contra u n e n e m i g o inmensamente superior en n ú m e r o i q u e estaba engreído p o r la victoria. A pesar de q u e la primera noticia del desastre d e T a c n a la recibí en la R i n c o n a d a el 30 del pasado, seguí, n o o b s tante, m i m a r c h a a Sinti, Mirave e Ilabaya, c o n la esperanza d e llegar a C o m e a s o Tarata i encontrar allí u n a fuerza respetable, a la cual unirme para operar sobre A r i c a ; pero c u a n d o m e informé q u e el desastre sufrido era c o m p l e t o i q u e d e nuestro brillante ejército solo se habían r e u n i d o 300 h o m b í c o m p r e n d í q u e el ú n i c o partido q u e m e tocaba seguir e n mandar una fuerza a Candarave para reunir dispersos, recojer armas i m u n i ciones i volver sobre Tarata, para, d e j a n d o guardada esa posesión, regresar a Arequipa a continuar la formación del 2. ° ejército, c o m o lo c o m u n i q u é a V . S . en m i oficio anterior. Así lo he h e c h o , i espero q u e S . E. el Jefe S u p r e m o apruebe mis procedimientos. D i o s g u a r d e a V. S., S . C. S . SEGUNDO L E I V A . Al Señor Coronel Secretario de Estado en el despacho de Guerra.

XII. Notas, c o n t i n u a c i ó n del i n f o r m e del J e n e r a l C a m p e r o a la C o n v e n c i ó n N a c i o n a l d e B.olivia, h a c i e n d o a l gunas rectificaciones sobre la batalla de T a c n a . INFORME

D E L J E N E R A L NARCISO CAMPERO, A N T E LA CON-

VENCIÓN NACIONAL D E « O L I V I A COMO JENERAL E N JEFE D E L EJÉRCITO ALIADO.

Primera

nota.

D e s p u é s d e presentado el informe q u e antecede (1) he visto varias publicaciones d e la prensa d e Chile relativas al m i s m o asunto, i n o p u e d o dejar pasar desapercibidas algunas aseveraciones enteramente contrarias a la verdad d e los h e c h o s . (1) El informe a que hace referencia se ha publicado junto con los partes oficiales de la batalla de Tacna en el tomo II, pajina 591.


124

G U E R R A D E L PACIFICO.

T a n t o el corresponsal de E L M E R C U R I O de Valparaíso, q u e hace la relación circunstanciada de la batalla del 26 a e Mayo, c o m o algunos partes oficiales del ejército chilen o , aseguran, c o m o cosa fuera de toda duda, que el ejército aliado combatió detrás de trincheras casi inaccesibles, i hablan de fosos, fortificaciones i formidables obras de defensa, exajerando el valor de los soldados chilenos al apoderarse de ellas. Pero esto es c o m p l e t a m e n t e inexacto. Las formidables fortificaciones de que se habla n o han existido sino en la imajinacion de los que las han descrito, i es sensible que en h e c h o s tan públicos i q u e están bajo el d o m i n i o de todos, se adultere la verdad de un m o d o tan flagrante. N o h u b e pensado siquiera en atrincherar el ejército aliado, m u i conforme por otra parte con las ideas que el coronel Camacho m e había manifestado a este respecto, h a b l a n d o de su p r o y e c t o de ocupar el valle de Sama. Mi larga esperiencia en la carrera militar, tanto en combates dentro do la R e p ú b l i c a c o m o fuera de ella, m e había demostrado hasta la evidencia que el soldado boliviano no tiene condiciones apropiadas para batirse detrás d e trincheras o puestos fortificados, q u e inutilizan por c o m p l e t o sus aptitudes. El soldado boliviano es, en efecto, ardiente e impetuoso mas apropiado para el ataque que para la defensa, para arremeter mas bien que para resistir, al revés del soldado chileno, c u y o valor flemático i sereno lo hacen susceptible de aprovecharse do cualquier parapeto o accidente natural del terreno i, la verdad sea dicha, capaz de rehacerse después de haber e m p r e n d i d o la fuga. Por otra parte, a u n q u e hubiera pensado en tales fortificaciones, n o hubiera sido posible construirlas, p o r q u e n o disponíamos del t i e m p o suficiente ni de las herramientas necesarias para ello; fuera d e que, el terreno m i s m o de nuestras posiciones n o se prestaba a escavacion alguna sin ofrecernos un peligro. Efectivamente, el coronel Juan Bautista A y o r o a , 1er. jefe del Batallón Sucre, se habia propuesto abrir unos fosos para resguardar a aquél en la línea; pero, después de escavado el terreno hasta u n a pequeña profundidad, se encontró c o n una formación de pizarra deleznable, la que amontonada a los bordes del foso, habría causado efectos desastrosos, c h o c a n d o en ella las b o m b a s i metrallas enemigas. Esta circunstancia i la falta de herramientas hizo desistir en su e m p e ñ o al m e n c i o n a d o j e f e . A d e m á s de esto, m e llama la atención el que se asegure c o n tanto a p l o m o la existencia de fortificaciones, siendo así que la batalla se h a librado, en realidad, en c a m p o llano i sin que nuestro ejército hubiera mantenido ni aun sus posiciones naturales; pues, n o bien se hizo jeneral el c o m b a t e , c u a n d o , llevado por su ardimiento propio, avanzó fuera de aquéllas i se batió en la llanura, hasta haber sido allí deshecho. Esa circunstancia, que la d e p l o r é d e masiado, apresuró quizas nuestro desastre, tanto mas, cuanto que mis disposiciones habían sido tomadas en el sentido de que el ejército n o abandonara su posición sino c u a n d o el e n e m i g o se hallase en el glacis natural de aquélla. M u c h o s de los jefes i oficiales del ejército boliviano, q u e concurrieron a la j o r n a d a del día 26, han increpado las mencionadas aseveraciones, atribuyéndolas a la mala fe o al espíritu de invención; i confieso que y o m i s m o q u e d é asombrado de ellas en u n principio. Mas, a fuerza de discurrir, creo haber descubierto la causa que i n d u j o a cometer, n o una falsedad, sino un error, al corresponsal de E L M E R C U R I O de Valparaíso i, a la vez, a los señores jefes del ejército vencedor, c u y o s partes se rejistran en el n ú m e r o 15,975 de d i c h o diario. Esa causa, pues, n o p u d o haber sido otra que la imajinacion. E n efecto; la imajinacion suele m u c h a s veces d e s viar a la razón, i la razón a los sentidos. V o i a c o m p r o b a r esto c o n un h e c h o práctico q u e en años atrás tuve ocasión de presenciar: R e c i e n llegado a Paris un joven hispano-americano, e n -

tró a u n pasaje (especie de galería.) L o primero q u e se le presentó a la vista fué un c u a d r o , en c u y o márjen s u p e rior se leia esta p a l a b r a — F e r m i e r , — q u e el j o v e n , no m u i fuerte en el francés, la tradujo para sí en español. Q u e dóse u n m o m e n t o c o n t e m p l a n d o el cuadro, i esclamó en seguida diciendo: ¡Qué perfecto es! en los ojos i todos los accidentes de la fisonomía se ve aquí u n enfermo; siendo así que el c u a d r o representaba, en realidad, un bien c o n servado quintero, vestido en traje de tal i r o d e a d o de ciertos emblemas de agricultura. H a c i e n d o ahora la aplicación de aquel error i n v o l u n t a rio a las aseveraciones relativas al C a m p o de la Alianza, es de presumir que, c o n m o t i v o del r e c o n o c i m i e n t o m i l i tar que se practicó el 22 d e M a y o ( q u e según el m i s m o corresponsal fué p o c o e x a c t o ) , d e algunos informes e x a jerados que llegaron al c a m p a m e n t o chileno, i en vista de la impasibilidad c o n que el ejército u n i d o se m a n t e nía en sus posiciones, creyó el e n e m i g o que éstas eran formidables i se hallaban a d e m á s aseguradas por obras de fortificación pasajera. Bajo esta impresión, se acometió el ataque, h u b o una tenaz resistencia p o r parte del ejército a t a c a d o . . . i, d u e ño y a del c a m p o el v e n c e d o r , se encontró allí c o n que la tierra estaba removida, que habia zanjas, etc., i el c o r responsal de E L M E R C U R I O i los jefes aludidos hicieron interpretaciones adecuadas a la idea de q u e se hallaban poseídos d e antemano. C o m o se trata de aseveraciones que podrían falsear en ésta la historia sud-americana, a u n q u e a riesgo de parecer m u i minucioso, creo d e m i deber esplicar lo q u e significaban las construcciones i escavaciones q u e el v e n c e d o r encontró en el C a m p o de la Alianza. L o s m o n t o n e s de arena, que es lo primero que l l a m ó la atención de los vencedores, i que éstos apreciaron p o r parapetos de nuestras primeras guerrillas, n o eran otra c o sa que simples señales, puestas de trecho en trecho, para demarcar nuestra línea de batalla, o m e j o r d i c h o , para q u e las compañías de cada cuerpo, al t o q u e de llamada, pudieran encajonarse entre ellas; siendo de advertir, q u e esos, propiamente h a b l a n d o , m o n t o n c i t o s de arena, eran incapaces de servir de parapeto a u n h o m b r e , i nuestras primeras guerrillas debían desplegarse, c o m o en efecto se desplegaron, a 100 metros a vanguardia de aquéllos, pues de otro m o d o n o p o d i a n nuestros h o m b r e s ver a los e n e m i g o s sin ser vistos p o r ellos. E l fortín tan n o m b r a d o en las publicaciones, consistía en u n c u a d r o construido c o n sacos de arena i cascajo, q u e formaron los artilleros i zapadores a retaguardia d e la línea d e batalla, para guarecerse del viento i m u i especialmente para guardar allí su atalaje, municiones, v í v e res, forrajes, etc., i evitar así q u e los cuerpos v e c i n o s les sustrajesen sus provisiones; pero de n i n g ú n m o d o c o m o obra de defensa, pues habria sido u n contrasentido establecer la tal obra en u n repliegue del terreno c o m p l e t a mente d o m i n a d o por la ceja de la meseta, tal, q u e una vez apoderado de ésta el enemigo, los h o m b r e s q u e se metiesen en el c u a d r o serian infaliblemente cazados por aquél, si así p u e d o espresarme. Los h o y o s q u e habia a retaguardia t a m b i é n d e la línea de batalla, i que el corresponsal dice, "parecían c a v a d o s can el fin de contrarrestar las cargas d e caballería," f u e ron hechos p o r las últimas secciones o c o m p a ñ í a s d e las c o l u m n a s situadas c o m o a 100 metros detrás d e aquella línea i formada de derecha a izquierda, c o n sus correspondientes claros, en toda la estension de la meseta. Esa zona era verdaderamente el c a m p a m e n t o , i los h o y o s eran un recurso b u s c a d o por la tropa para p o d e r hacer mas fácil sus carpas (especie de tiendas d e c a m p a ñ a formadas a la lijera c o n frazadas o tiras d e lienzo) i d o r m i r ahí dentro c o n alguna c o m o d i d a d . L o s ponderados fosos, abiertos paralelamente a la línea d e batalla, detrás d e los trabajos anteriormente n o m b r a dos, i a q u e tanta importancia ha d a d o el corresponsal, fueron s i m p l e m e n t e , preciso es decirlo, los lugares* de


CAPITULO

desahogo do la tropa, que iban renovándose c o n otros n u e v o s , a m e d i d a que la salubridad lo exijia. El fuerte: lié ahí toda la obra de defensa construida en el Campo de la Alianza; pero él se reducía a u n a m e d i a luna, de un diámetro de 15 metros, p o c o mas o m e n o s , h e c h a c o n el ú n i c o fin de cubrir a nuestros artilleros de los fuegos de frente u oblicuos del enemigo; pues, por lo demás, el tal fuerte ( y a que así se le ha l l a m a d o ) estaba c o m p l e t a m e n t e descubierto por detrás. En realidad, esa calificada de sólida obra, p o r el c o r r e s ponsal, n o era mas que un parapeto formado c o n sacos de arena i laja deshecha, sacada de la misma zanja abierta al pió de los sacos. Se h i z o esta obra sin m i c o n o c i m i e n t o , p o r espontaneidad de u n señor Caballero, español, q u e fué destinado al servicio del ejército boliviano por el coronel C a m a c h o , . e n clase de injemero, m u i p o c o s dias antes de la batalla. . C u a n d o vi la obra, n o t é q u e ella adolecia del defecto de ser m u i elevada i presentar, por consiguiente, u n gran b l a n c o al e n e m i g o , siendo así que debería haberse p r o c u rado q u e ella n o alzase del nivel de la meseta, c u y o glacis es en aquella parte mas recio i pronunciado q u e en todos los demás p u n t o s de la línea d e batalla. Tenia, además, el inconveniente d e que c a y e n d o una granada o b o m b a s o bre la laja deshecha que habia servido para el parapeto, esos mismos fragmentos d e laja podrían saltar en todas direcciones i herir a los h o m b r e s que servían las piezas de esa batería. P o r esto, aparte de la consideración anteriormente indicada, ordené que se deshiciese aquella obra, lo q u e , sin e m b a r g o , n o se efectuó porque los enemigos n o dieron tiempo. A l concluir, d e b o hacer notar que el m i s m o Jeneral en Jefe del ejército chileno, señor B a q u e d a n o , en una proclam a al ejército después d e la batalla, c o n la serenidad i circunspección propias de un h o m b r e que o c u p a u n p u e s to distinguido, solo se refiere a nuestras fuertes posiciones, i n o ha creído necesario desfigurar los h e c h o s para h a c e r resaltar la gloria q u e a él i al ejército de Chile pertenece legítimamente. Segunda. H a c i e n d o u n singular contraste c o n la aseveración c h i lena que acabo de rectificar en la nota anterior, u n p e riódico d e A r e q u i p a , E L E c o DEL MiSTi,número 3 5 1 , en su editorial, dirije c o n demasiada acritud fuertes cargos a los directores del ejército aliado, por n o haber dispuesto fortificaciones i parapetos para esperar al e n e m i g o . N o m e ocuparé de refutar estos cargos, q u e y a están d e s v a n e c i d o s c o n l o anteriormente espuesto. E n el m i s m o editorial, se hace también el cargo de n o haberse retardado el c o m b a t e por u n o s o c h o dias, esper a n d o q u e se hubiera incorporado a nuestro ejército la división Leiva. Contestaré que n o sé si esa división estaba o n o en a p tidud de incorporarse, h a c i e n d o una m a r c h a dificultosa i tardía; pero, de cualquier m o d o que fuese, querría que el señor editor de aquel periódico nos dijera simplemente, si cree de buena fe, que los directores, teniendo al e n e m i g o al frente, p o d í a n hacer que éste se sujetara a la v o l u n tad d e aquéllos, i esperara a q u e el ejército aliado estuviese c o n fuerzas bastantes para librarla batalla. P o r l o demás, en m i informe h e manifestado ya las circunstancias q u e m e impedían operar cualquier m o v i m i e n to en retirada, sin v e r m e precisado a abandonar T a c n a i A r i c a al enemigo. E l m i s m o periódico r e p r o c h a c o n severidad el ataque de sorpresa q u e se intentó en la n o c h e del 25 al 27. P e r o este reproche, c o m o todos los demás que contiene el citad o periódico, es f o r m a d o sobre j u i c i o s prematuros i anticipados, i sin c o n o c i m i e n t o s de las circunstancias que m o t i v a r o n los h e c h o s q u e se critican. N o m e ocuparé t a m p o c o de él, p o r q u e en el curso de la relación q u e h i c e ante la C o n v e n c i ó n , se encuentran esplicadas las razones q u e m e i n d u j e r o n a verificar ese

125

PRIMERO.

m o v i m i e n t o , los móviles que m e impulsaron i el m o d o c ó m o traté de efectuarlo. Sin embargo, a fin de desvanecer cualquiera o b j e c i ó n a este respecto i de manifestar hasta la evidencia q u e el plan era perfectamente acertado i el g o l p e de resultados casi seguros, trascribiré lo que a este respecto dice la prensa enemiga, cuyas apreciaciones deben, sin duda, merecer entera ib en esta materia. D i c e así: " N o debe haber sido do m u i buena gana la entrega (del m a n d o en jefe del ejército u n i d o ) , p o r q u e el m i s m o 25 en la mañana, o mas bien en la n o c h e del 25 al 26, trataba Campero de dar una sorpresa a nuestras tropas acampadas en ese m o m e n t o en Quebrada H o n d a . Por fortuna, las tropas aliadas se e m p a m p a r o n , es decir, se perdieron en la p a m p a , i solo al amanecer del 26 v e nían a reconocer nuestras posiciones, en los m o m e n t o s en que los avistaba nuestra 2 . División. Esta habia sid o idea de C a m p e r o , i a fe que demostraba intelijencia i audacia, i nosotros t e m b l a m o s al pensar en el terrible aprieto en q u e se habrían e n c o n t r a d o nuestras tropas, escasas de t o d o en aquellos m o m e n t o s i sin caballería ni artillería." ( D e l corresponsal de E L MERCURIO de Valparaíso, n ú m e r o 15,977, pajina 3 . , c o l u m n a 1 . ) r t

0 5

0 3

Tercera. N o d e b o t a m p o c o dejar pasar inapercibida una apreciación de la batalla del 26 de M a y o h e c h a por el Presidente de la R e p ú b l i c a del Perú, señor d o n Nicolás d e Piérola, en una p r o c l a m a que c o n fecha 13 de J u n i o dirije a su nación. En. ella dice: " E l inesperado contraste d e nuestro 1er. ejército del Sur, contraste q u e una serie de errores h a enjendrado i que solo la impaciencia d e llegar a las m a n o s c o n el e n e m i g o podría e s p l i c a r . . . " Estoi persuadido q u e estas palabras son debidas a i n formes exaj erados i apasionados, q u e quizá se p r o p u sieron infundir un mal espíritu en las" cordiales relaciones q u e reinan entre los gobernantes de las dos repúblicas aliadas. D e cualquier m o d o que sea, d e b o creer que la serie de errores de que habla el señor Piérola, se refiere a los tiempos anteriores a mi presencia en el teatro de la guerra i a la situación q u e m e dejaron formada los q u e m e precedieron en el m a n d o de los ejércitos aliados; pues n o p u e d o creer q u e se refiera a errores posteriores a la época indicada, que, en verdad, seria difícil p o d e r señalarlos. Seria sensible también, q u e el señor Piérola se hubiese impresionado c o n rumores q u e lo indujeran a j u z g a r q u e h u b o impaciencia, por nuestra parte, para llegar a las manos c o n el enemigo. Bien se sabe que el desastre del 26 n o h a sido ocasionado porque nosotros h u b i é s e m o s i d o al encuentro del enemigo, sino que fuimos buscados por él, i aceptamos la batalla, n o siendo posible evitarla p o r las razones espuestas en el informe d a d o a la C o n v e n c i ó n . E n este c o n c e p t o , mal podría tachársenos de impacientes, a n o ser que se haga referencia al acto m i s m o de la batalla, en el que, c o m o lo h e d i c h o en otras partes, nuestros s o l dados, escitados p o r el calor de la pelea, a b a n d o n a r o n sus posiciones i se precipitaron sobre el e n e m i g o antes de tiempo. Esplicadas en este sentido las espresiones del señor Piérola, m e c o m p l a z c o en manifestar q u e ellas n o tienen el alcance ni referencia que la mala i n t e n c i ó n h a tratado de atribuirles. Cuarta. P o r último, creo también necesario o c u p a r m e del c ó m p u t o h e c h o por las publicaciones chilenas, d é l o s dos ejércitos belijerantes en la batalla del 26 de M a y o . E n ese c ó m p u t o se h a tratado de aumentar exajeradamente el ejército aliado, que se h a fijado en el n ú m e r o de 14,000 h o m b r e s , al m i s m o t i e m p o q u e se disminuye el de las fuerzas chilenas, estableciendo que de éstas solo entraron al c o m b a t e de 4,700 a 8,000 h o m b r e s . Desde l u e g o haré notar q u e el c ó m p u t o q u e se h a h e c h o del ejército aliado es c o m p l e t a m e n t e i n e x a c t o , pues


G U E R R A DEL PACIFICO.

126

se han c o m p r e n d i d o en él varios cuerpos que n o h a n c o n currido a la batalla i que ni siquiera han existido en el teatro de la guerra. En efecto, figuran en el ejército boliviano dos batallones Victoria, 1. ° i 2. ° , el primero de los cuales se d e s bandó en San Francisco, i el segundo corrió la m i s m a suerte a consecuencia de la revolución del 12 de Marzo. T a m p o c o existieron los batallones 2. ° Oruro i Bustillo, que, c o m o es público i notorio, fueron los que operaron aquel m o v i m i e n t o revolucionario, dirijido por Silva i Guachalla, i se desbandaron al salir de esta ciudad. D e d u c i d o s , pues, esos cuatro cuerpos, que por lo m e n o s formarían u n total de 2,000 h o m b r e s , i además el escuad r ó n peruano m a n d a d o por el coronel Albarracin, que n o entró en batalla, quedan reducidos los 14,000 h o m b r e s del c ó m p u t o chileno a 11,000 i tantos, que eran los que realmente existían. Tales eran, por otra parte, las apreciaciones jenerales. D e estos 11,000 hombres quedaron cerca de 2,000 para resguardar a Arica, p o r haberlo dispuesto así el señor Jeneral Montero, según instrucciones de su G o b i e r n o . D e manera que el n ú m e r o efectivo de las fuerzas que operaban bajo mi m a n d o i que entraron en la batalla del 26, era el de 9,000 i tantos hombres, inclusos los enfermos, i n o el de 14,000, c o m o se ha asegurado por los contrarios. E n cuanto al número de fuerzas del enemigo que entraron en acción i que, según su prensa, n o pasaba de 7,500 a 8,000 hombres, c o m o se ha visto anteriormente, diré que esta aseveración parece m u í aventui-ada, si se tiene en cuenta que, conforme a las relaciones de la misma prensa, la línea de batalla del ejército chileno abrazaba toda la nuestra i al fin la rebazó en nuestra ala izquierda; d e b i e n d o advertirse que, siendo nuestra línea curva, c o n la parte c o n v e x a hacia frente al enemigo, para abarcarla en toda su estension paralelamente i a mas de una legua d e distancia, i aun rebazarla, era matemáticamente n e c e sario que en su línea de batalla entrara u n n ú m e r o superior de fuerzas, o por lo menos igual al de la nuestra. Pero, aun suponiendo que el n ú m e r o de combatientes chilenos fuera el q u e se pretende, debe tenerse en cuenta su tren de artillería tan íormidable que, según espresion de la misma prensa enemiga, debía ser el principal elem e n t o para batir nuestras fuerzas, i además de inagotables reservas para el caso de quedesfalleciesenlos cuerpos que habían entrado en combate. Esto basta para determinar la superioridad numérica de los contrarios; pues, aunque ni la artillería hubiera obrado c o m o era de esperarse ni hubieran entrado en c o m bate todas las reservas, es c o n o c i d o el influjo moral q u e en los combatientes ejerce la idea de estar apoyados p o r fuertes elementos i tener, c o m o se dice vulgarmente, las espaldas resguardadas. Los combatientes chilenos peleaban, pues, con la c o n v i c c i ó n de que, en caso de ser arroyados i tener que retroceder, encontrarian a su retaguardia fuerzas de r e fresco, a favor de las cuales podían rehacerse i volver al c o m b a t e ; mientras tanto nuestro ejército q u e d ó r e d u c i d o a una soia línea en su mas simple espresion, p o r falta del n ú m e r o , i sin reserva de especie alguna, en los m o m e n t o s mas premiosos de la batalla. Después de la batalla, se m e ha p r o p o r c i o n a d o en esta ciudad una razón de todo el ejército chileno que se hallaba en c a m p a ñ a i de la distribución que tenia al t i e m p o d e la batalla de Tacna. Esa razón fué t o m a d a p o r u n viajero v e n i d o de V a l p a raíso, i parece del t o d o exacta i fidedigna. Es la siguiente: Cuerpos Rejimiento Id. Id. Id. Id.

que operan

Buin 1. ° de línea 2. ° de línea 3. ° de línea 4 . ° de línea Santiago

sobre

Tacna. 1,200 1,200 1,200 1,200 1,200

R e j i m i e n t o Esmeralda Id. Lautaro Artillería de Marina Batallón Navales.... Zapadores Batallón Chacabuco Id. Búlnes Id. Valparaíso Id. Atacama número 1 Id. Coquimbo..... Id. Chillan Id. Atacama número 2 Granaderos a caballo, 1er. i 3er. escuadrón R e j i m i e n t o 2. ° de Artillería de l í n e a . . . : . . . . . Cazadores a caballo Carabineros de Y u n g a i , 2. ° escuadrón Id. de id. 1er. id Hombres Reserva

entre

Pisagua

i

0

.

600 600 600 600 600 250

600 600

Antofagasta. 600 500 250 300

Hombres

Id. Id.

0

1,200

Batallón Aconcagua número 1 Id. Melipilla Escuadrón Maipú Artillería de línea n ú m e r o 1

Batallón

5

600 600 600 600 600 600 600 600 250 250

Iquique.

Hombres

Entre

0

3,250

Colchagua N ú m e r o 2 de A n t o f a g a s t a . . .

En

0

2n 600

Dolores.

Hombres

Batallón Id.

6

1 , 2

17,200

Cazadores del desierto • Batallón Valdivia..... Id. Aconcagua número 2 Id. Concepción Id. Caupolican Granaderos a caballo, 2. ° escuadrón

En

1,200 1.200 600

Santiago

i

1,650 Valparaiso.

Talca

600

Rengo Curicó

600 600 Hombres

1,800

RESUMEN.

Sobre T a c n a Pisagua i Dolores Iquique Antofagasta E n marcha

17,200 3,250 1,200 1,650 1,800 Hombres

25,000

C o m o se ve, de los 25,000 h o m b r e s que constituian el ejército chileno, 17,200 fueron los q u e m a r c h a r o n sobre Tacna. D e éstos q u e d a r o n cerca de 3,000 de guarnición i enfermos entre l i o i los demás puertos inmediatos al c a m p a m e n t o chileno; de l o cual resulta que asistieron a la batalla del 26 de M a y o mas d e 14,000 h o m b r e s , lo q u e es c o n f o r m e c o n m i s apreciaciones. A l tratar de las fuerzas belij erantes, n o p u e d o dejar de rectificar, de paso, una e q u i v o c a c i ó n en q u e h a incurrido la prensa chilena, al aseverar q u e nuestro R e j i m i e n t o de Artillería se hallaba situado a nuestra ala izquierda, p u e s la artillería q u e allí existia era p u r a m e n t e peruana, sin q u e la boliviana hubiese p o d i d o acudir a ella p o r c i r c u n s -


CAPITULO

tancias especiales q u e determinaron su c o l o c a c i ó n en el centro i en nuestra ala derecha. Para terminar esta nota i c o r r o b o r a n d o lo q u e h e d i cho, trascribiré algunas palabras d e u n editorial d e E L F E R R O C A R R I L d e Santiago, r e p r o d u c i d o en el n ú m e r o 1 5 , 9 7 2 d e E L M E R C U R I O , q u e caracterizan patentemente lo q u e h a sido la batalla del 2 6 d e M a y o . D i c e así: " L a derrota d e T a c n a i la t o m a d e A r i c a h a n sido para la c a m p a ñ a terrestre l o q u e la captura del Huáscar para la c a m p a ñ a marítima." Ciertamente; el Huáscar cayó abrum a d o ante el i n m e n s o p o d e r m a r í t i m o , al q u e t u v o q u e afrontarse, i el ejército aliado d e T a c n a s u c u m b i ó t a m bién al i m p u l s o d e fuerzas i elementos superiores en m u cho, i ante los q u e debia correr irremediablemente la m i s m a suerte q u e le c u p o al Huáscar.

PRIMERO.

127

Pero si la historia aguarda, la crónica es siempre d e hoi. P o r eso c u a n d o se trata d e acontecimientos tan i m portantes, el menor detalle q u e sea i n e x a c t o n o d e b e d e jarse subsistir ni p o r un m o m e n t o . H a i algunos d e esos detalles en el informe del señor Jeneral Campero; i así es natural q u e suceda, porque n o todo p u e d e saberlo por sí m i s m o , i porque, aun en aquéllos en que n o tenga q u e r e ferirse a otro, el gran c ú m u l o d e sucesos realizados al m i s m o tiempo, introduce c o n facilidad el desorden en la mente. T o d o s los q u e h e m o s h e c h o algún papel en los acontecimientos d e q u e se trata, d e b e m o s ayudar, pues, al señor Campero en la honrada tarea d e decir la verdad, i y o voi a tomar desde luego m i parte, h a c i e n d o unas p o cas i lijerísimas rectificaciones. El señor Jeneral Campero principia su informe e s A D V E R T E N C I A . — E n u n folleto separado se publicarán plicando las causas q u e le decidieron a tomar el m a n d o los partes oficiales pasados p o r el Estado M a y o r Jeneral a e los ejércitos aliados, e indica c o m o principal entre i los jefes del ejército boliviano, relativos a la batalla d e l ellas, el desacuerdo entre los j e f e s d e éstos. L a m i s m a 2 6 de Mayo. idea insinúa d e n u e v o c u a n d o , h a b l a n d o d e la primera revista q u e pasó, dice q u e ella p r o d u j o el efecto d e estrechar los vínculos d e a m b o s ejércitos e inspirarle r e c í p r o ca confianza. Si alguna queja formuló el señor coronel C a m a c h o Rectificaciones de Montero, Coronel Velarde i doccontra mí, en las c o m u n i c a c i o n e s a q u e se refiere el J e n e tor P e d r o A. del Solar al i n f o r m e d e C a m p e r o a l a Convención Nacional de Bolivia. ral Campero, p u e d o asegurar q u e a m í n o m e la manifestó nunca ni se tradujo j a m á s p o r actos d e desobediencia Lima, Setiembre 22 de 1880. ni d e desacuerdo entre nosotros. La diverjencia d e pareSeñor director d e E L N A C I O N A L . ceres es u n h e c h o natural, desde q u e hai varias intelijencias q u e piensan libremente; pero ese h e c h o n o c o m p r o M U Í señor m i ó : mete el orden ni el éxito de las operaciones d e u n ejército H a b i é n d o s e p u b l i c a d o en el diario q u e U d . dirije el informe d e l señor Jeneral C a m p e r o a la A s a m b l e a N a c i o - c u a n d o hai u n jefe r e c o n o c i d o i respetado p o r todos. N i entre los dos ejércitos ni entre sus jefes h a dejado d e nal d e Bolivia sobre l o s últimos sucesos d e Tacna, espero existir un m o m e n t o la m a y o r armonía; ni la disciplina i de s u imparcialidad que se servirá p u b l i c a r igualmente subordinación a b a n d o n ó j a m a s a los oficiales i soldados. las rectificaciones consignadas en el a d j u n t o escrito, en Solo c o n m o t i v o d e la revolución operada en T a c n a c o n las cuales m e limito a recordar h e c h o s c o n o c i d o s simtra el Jeneral Daza, se hicieron sentir algunas faltas d e plemente, tratados i discutidos y a p o r el Jefe d e la n a c i ó n subordinación en el ejército aliado, q u e terminaron m u i boliviana en su citado informe. A n t i c i p á n d o l e mis agradecimientos, soi de U d . atento, pronto c o n la eliminación q u e se h i z o d e ciertos i n d i v i d u o s en los batallones 1. ° i 2 . ° d e línea. seguro servidor. El señor Jeneral C a m p e r o asegura también q u e hasta LIZARDO MONTERO. el dia en q u e se p u s o al frente d e los ejércitos aliados n o se había h e c h o ejercicio en línea, i llama la atención d e RECTIFICACIONES A L INFORME D E L JENERAL CAMPERO SOla Asamblea boliviana sobre este p u n t o . Tal aserción n o BRE LOS SUCESOS D E TACNA. es exacta. A n t e s q u e se reunieran al ejército las fuerzas H e visto p u b l i c a d o en E L N A C I O N A L del 1 6 del presenque llegaron d e Tarapacá se hacia ejercicio en línea d o s te m e s el informe q u e el señor Jeneral C a m p e r o presenta veces por semana. A s í se continuó hasta q u e fué necesaa la C o n v e n c i ó n N a c i o n a l d e Bolivia c o m o Jeneral en rio c o n d u c i r el ejército a Tacna, a c u y a ciudad llegó p o Jefe del ejército aliado. ( 1 ) cos dias después el señor Campero. N o se esplica t a m p o c o N o v o i a apreciar en su c o n j u n t o ni t a m p o c o en cada de otra manera la buena impresión q u e en éste p r o d u j e u n o d e sus detalles ese importante d o c u m e n t o . D i a lle- ron las magníficas condiciones del ejército i d e q u e h a gará en q u e y o , q u e p u e d o tomar las cosas d e mas lejos bla el señor Jeneral C a m p e r o c o n entusiasmo, al m i s m o q u e el señor Jeneral Campero, presente al país la relatiempo q u e llama la atención hacia el h e c h o d e q u e m e ción c o m p l e t a i exacta d e los h e c h o s q u e se h a n s u c e d i d o ocupo. en el Sur, desde el principio d e la c a m p a ñ a basta m i seMas adelante, afirma el señor C a m p e r o q u e n o habia paración d e l ejército; a la vez q u e l a s múltiples i c o m p l e organizado, c u a n d o él se puso al frente del ejército, n i n jas causas q u e unas en p o s d e otras vinieron preparando g ú n sistema d e espionaje. La reserva q u e d e b o guardar i determinaron, al fin, el desastre del A l t o d e la Alianza, sobre asunto tan delicado m e i m p o n e el deber d e n o e n iara d e d u c i r d e ellas, a su t u r n o , la parte d e responsabitrar en detalles a este respecto, pero a su t i e m p o m a n i idad q u e d e b e tocar a cada u n o . festaré q u e n o es exacta tal afirmación. Trabajo es ese q u e solo p u e d e llevarse a c a b o después Refiriendo los vú timos sucesos d e la batalla, dice el seque, pasado el calor d e la actualidad i entrados los s u c e ñor Jeneral Campero q u e c u a n d o se dirijia hacia el ala sos en su corriente n o r m a l , haya vuelto la calma a los derecha, entre 1 0 i 1 1 A . M., se e n c o n t r ó c o n m i g o q u e espíritus i p u e d a decirse la verdad entera, mirarse c o n la m a r c h a b a hacia el centro en u n a p e q u e ñ a eminencia, serenidad d e la distancia i percibirse en toda la claridad d e d o n d e ambos n o s d e t u v i m o s a contemplar la batalla; q u e su c o n j u n t o el lejano c u a d r o d e los desgraciados h e c h o s habiéndose separado de m í se dirijió al centro, i v i e n d o de q u e el S u r h a sido teatro. E l j u i c i o d e la historia gana que el c o m b a t e arreciaba cada v e z mas en la izquierda, con el t i e m p o , c o m o gana c o n la distancia la apreciación ordenó q u e pasaran allí las reservas del centro; q u e desde t o d o lo q u e es grande i c o m p l i c a d o . T e n e m o s q u e alepués d e algún tiempo un ayudante del coronel C a m a c h o jarnos para reducir las proporciones del o b j e t o i hacer le pidió c o n instancia el Batallón Colorados, q u e se e n entrar al c o n j u n t o entre los límites q u e abraza nuestra contraba d e reserva en la derecha, i c o n tal m o t i v o m a n mirada. I si h o i n o tendría estas ventajas p o r un lado, d ó traer ese batallón, a la vez q u e el batallón peruano tocaría p o r otro c o n los peligros d e ser a m e n u d o indisCanevaro, que también se encontraba d e reserva en la creto i casi siempre impertinente. propia ala, i se encaminó él m i s m o en pos d e a m b o s para conducirlos aceleradamente al ala izquierda; q u e al l i e (1) Tomo II, pajina 591.

XIII.

f


128

G U E R R A D E L PACIFICO.

gar n o t ó síntomas de desorden en esta ala, i que se le h e l ó la sangre en las venas al saber q u e el Batallón V i c toria, apenas entrado en línea de batalla, habia c e d i d o el c a m p o i principiaba a desordenarse. C o n t i n u a n d o la descripción del desastre, agrega el señor Jeneral Campero que, desesperado ya de sostener la acción en la izquierda i c u a n d o se dirijia en p o s d e los dispersos para ver si era posible contenerlos, en tanto q u e los últimos restos de ese ala se abrian paso batiéndose en retirada p o r entre un semicírculo de fuego, se encontró c o n m i g o i c o n el c o ronel Velarde, de quienes recibió el anuncio de que ya t o d o parecia acabado sin r e m e d i o , p o r q u e la d e r e c h a i el centro se habían d e s h e c h o c o m p l e t a m e n t e i peleaban en dispersión. Sin detenerme en cada u n o de los interesantes detalles, de este relato, haré y o a mi vez, en m u i pocas palabras el que creo en conformidad c o n los h e c h o s . Después de rotos los fuegos en toda la línea, recibí ord e n d e l señor Jeneral C a m p e r o para enviarle todas mis reservas en p r o t e c c i ó n de la izquierda, cosa q u e ejecuté inmediatamente. P o c o t i e m p o después recibí una s e g u n da orden para que mandase nuevos refuerzos, i entonces saqué de la línea de bataila a la División Canevaro i le m a n d é al ala indicada, q u e d á n d o m e solamente en la d e recha c o n la División Dávila, C o l u m n a Murillo, 100 h o m bres de Sama i los 500 nombres que c o m p o n í a n la División del señor Solar. D o s horas desjDues, durante las cuales se habia c o m b a t i d o reñidamente en toda la línea, se presentó el Jeneral C a m p e r o en el ala derecha i m e d i j o que habia conseguido restablecer el c o m b a t e en la izquierda; a lo cual le respondí q u e se equivocaba, p o r q u e y o n o veia hacia ese lado sino dispersión. Trató de observar entonces el Jeneral C a m p e r o , i c o n v e n c i d o del h e c h o desconsolador q u e y o le habia anunciado, m e d i j o q u e t o d o estaba perdido en su c o n c e p t o , i q u e n o cabía hacer otra cosa q u e retirarse i ver m e d i o de c o n t e n e r la dispersión. Con este objeto se separó de m í en ese instante el Jeneral Campero. C o m o entretanto el ala derecha, q u e resistía a u n c o n d e n u e d o i bravura, era abrumada por ios fuegos que recibía d e frente, de flanco i p o r retaguardia, i amenazaba ser envuelta precisamente a causa de haber c e d i d o el ala izquierda, ordené, por m e d i o del ayudante Cayo, que la caballería contuviese a los batallones chilenos en su m a r c h a envolvente, a fin de dejarnos libre el c a m i n o de T a c na, q u e visiblemente trataban d e cortarnos. Esa arden fué c u m p l i d a c o n d e n u e d o por los rejimientos Húsares i Guías de la caballería peruana, i m e r c e d a ella, se efectuó la r e tirada a Tacna. A l salir del c a m p o de batalla, a c o m p a ñ a d o del coronel V e l a r d e i d e mis ayudantes, encontré en u n a e m i n e n c i a al Jeneral Campero, con el cual seguí mi m a r c h a a Tacna. Tal es el orden en que tuvieron lugar los últimos s u c e sos do la batalla. L o s h e c h o s capitales que de ese orden se desprenden, son: que el ala derecha fué la última que sostuvo el c o m b a t e ; q u e solo se retiró c u a n d o , declarada la derrota en la izquierda i privada de sus reservas i de una parte de las fuerzas q u e c o m p o n í a n su línea de batalla, se veia envuelta por todas partes, i q u e escarmentó bravamente a las fuerzas q u e trataban de cerrarle el paso, abriéndose así el c a m i n o cíe Tacna. A l sentar estos hechos, n o pretendo de ninguna m a n e ra establecer superioridad de unas fuerzas respecto de otras, p o r q u e esa superioridad n o p u e d e nacer de los h e c h o s aislados que acabo de apuntai-, sino del e x a m e n c o m p l e j o de todas las circunstancias q u e m e d i a r o n en una i otra ala. R e p i t o q u e DO es otro mi ánimo, que restablecer la verdad allí d o n d e creo encontrarla inexacta o incompleta. A n t e s de entrar a Tacna, el Jeneral Campero se separó de m í i y o m e dirijí a la ciudad para llenar m u l t i t u d de objetos. Traté, desde luego, de c o m u n i c a r órdenes a A r i ca, lo que n o pude efectuar por haber encontrado interr u m p i d a la línea telegráfica; m e propuse después salvar algunas m u n i c i o n e s del parque, i n o p u d e t a m p o c o reali-

zar este intento, porque n o habia u n a sola m u í a ; visité después las ambulancias, d o n d e tuve una tristísima e n trevista c o n el coronel C a m a c h o , i m e dirijí, por fin, a casa del cónsul boliviano señor Granier. A l l í ordené al c o r o n e l Dávila que saliese con los diminutos restos de su división sobre el A l t o de Lima, en d o n d e y o suponía al Jeneral Campero. A m i vez salí y o también en esa dirección, c u a n d o entraba en T a c n a el parlamentario chileno. Del A l t o d e L i m a , en d o n d e n o encontré mas q u e los reclutas d e las divisiones Dávila i Canevaro i de otros cuerpos peruanos, pasé a Calaña i después a Pachía, d o n d e supe que habia t o c a d o allí el Jeneral Campero, el prefecto i sub-prefecto d e T a c n a i otros m u c h o s jefes, habiendo seguido el p r i m e r o la ruta de Palca i los otros la de Torata. Resolví p e r m a necer en Pachía unas cuantas horas, tanto para d e s c a n sar, c o m o para dar t i e m p o a que se m e unieran los d i s persos, i a las 2 A. M. emprendí m i m a r c h a sobre Calientes. N o habiendo e n c o n t r a d o en este ú l t i m o p u n t o al proveedor c o n las reses que le ordené tener listas para la tropa, m e vi obligado a seguir a Tarata, en c u y o lugar, a d o n d e llegué dos dias después, encontré y a al prefecto i sub-prefecto de T a c n a i a m u c h o s jefes i oficiales del ejército. N o estaba, pues, y o en Calientes c u a n d o se encontraba en el A l t o de L i m a el señor Jeneral C a m p e r o , c o m o éste lo asegura en su informe, refiriéndose a las noticias que le dieron los que le acompañaban. M e encontraba t o d a vía en Tacna organizando las fuerzas i t o m a n d o las d e mas medidas de q u e he hablado. P u n t o es este que n e cesitaba también una rectificación para hacer constar q u e después de haber sido el último en retirarme del c a m p o de batalla, lo fui también en abandonar la c i u d a d de Tacna. Por último, el señor Jeneral Campero h a p a d e c i d o t a m bién una e q u i v o c a c i ó n al suponer q u e y o le dirijí desde Calientes un oficio pidiéndole órdenes. El C o m a n d a n t e en Jefe del 2. ° ejército del Sur, coronel Leiva, fué quien le dirijió ese oficio, i c o n m o t i v o de él, d i c h o señor J e n e ral m e dirijió el q u e conservo orijinal en mi p o d e r i p u blico a continuación, a d j u n t á n d o m e otro para el espresad o c o m a n d a n t e , que también conservo en c o p i a auténtica i que igualmente p u b l i c o . (1) LIZARDO

RECTIFICACIONES

DEL

CORONEL

MONTERO.

PERUANO

VELARDE.

H e leido con la m a y o r atención el estenso, l u m i n o s o i facultativo manifiesto q u e S. E. el señor Jeneral C a m p e r o dirije al Congreso de su patria c o n m o t i v o de la batalla del C a m p o de la Alianza, i h a b i e n d o hallado en d i c h o d o c u m e n t o una que otra inexactitud, q u e n u n c a p u e d e faltar c u a n d o se trata de asuntos c o m o el que l o m o t i v a , voi a permitirme, en c u m p l i m i e n t o de m i deber, c o m o Jefe de E s t a d o M a y o r Jeneral q u e fui del ejército del Perú en la m e m o r a d a batalla,hacer algunas rectificaciones. E l señor Jeneral Campero dice en su manifiesto q u e desde el m o m e n t o de su llegada a T a c n a i d e la revista q u e pasó al ejército u n i d o , q u e d ó éste sujeto a riguroso réjimen de campaña. C u a n d o tal afirmación pudiera dar lugar a que se creyera q u e ese servicio n o se hacia d e bidamente en el del Perú, c ú m p l e m e asegurar que las órdenes que al efecto dictó d i c h o Jeneral n o fueron de n i n g ú n m o d o aplicables a nuestro ejército, p o r q u e en él el servicio indicado se hacia c o n estricta sujeción a o r d e nanzas. A s i m i s m o asegura que se carecía por c o m p l e t o de toda m o v i l i d a d , hasta el p u n t o de n o haberse p o d i d o c o n d u c i r el parque al primer c a m p a m e n t o q u e se o c u p ó . E n esto creo q u e el señor Jeneral h a sido mal informado, pues desde el instante en q u e m e hice cargo del d e s p a c h o del Estado M a y o r Jeneral del ejército del Perú, q u e fué m u i (1) Los oficios indicados son los que figuran en el párrafo IX de este mismo capítulo.


CAPITULO

pocos dias antes d e su llegada a Tacna, m e ocupé activam e n t e en la organización d e las brigadas, consiguiendo, c o n la ayuda de la prefectura, dotar a todos i a cada u n o d e los cuerpos del ejército, así c o m o las ambulancias i comisaría, de u n a brigada especial, n o solo para el parque jeneral, que fué distribuido proporcionalmente en los cuerpos, sino para el particular de cada uno, para sus respectivas cajas, botiquines, etc., i para todos los jefes, ayudantes, capitanes i una gran parte de los tenientes, llegando el n ú m e r o total de muías al servicio del Perú, c o m o consta p o r el estracto del parte diario q u e llevaba c o n m i g o el dia d e la batalla, a 731, sin embargo de haber d a d o al ejército de Bolivia 200 muías, p o c o mas o m e n o s , para el c o m p l e t o de sus brigadas i de haber entregado a sus d u e ñ o s m u c h o m a y o r n ú m e r o , d e o r d e n del m i s m o señor Jeneral Campero, por creerse que ellas habían ingresado a T a c n a c o n d u c i e n d o víveres de Bolivia. L o que dejo d i c h o está p r o b a d o además c o n el h e c h o de haber llegado hasta P u n o el parque de la artillería, el de la división Canevavo i el de la división Herrera, aparte del parque que pudieron salvar los otros cuerpos. T a m p o c o es exacto el h e c h o de que se careciera absolutamente de espionaje, pues una de mis primeras atenciones fué la de organizar, c o n el m e j o r éxito, una c o m pañía de guias b o m b e r o s , hijos del lugar, que del m o d o mas patriótico i abnegado se ofrecieron a prestar ese i m portante servicio, i de los cuales puse 15 a disposición del ilustre Jeneral Pérez, Jefe de E s t a d o M a y o r Jeneral del ejército unido, en tal carácter, que era el llamado a arreglar i dirijir d i c h o servicio, conservando bajo mis órdenes el resto, q u e se o c u p a b a diriamente en esplorar el c a m p o enemigo i daba, en consecuencia, los mas oportunos avisos. A d e m á s de esto, el señor Contra-Almirante M o n t e r o recibia c o n frecuencia avisos detallados de las personas que al efecto habia encargado a retaguardia del enemigo. H a b l a n d o el señor Jeneral Campero de la m a r c h a q u e se hizo en la n o c h e del 25 c o n el objeto de dar una sorpresa al enemigo, dice, respecto al desorden q u e esa n o c h e h u b o , q u e éste se habia h e c h o m a y o r c o n m o t i v o de que los cuerpos perdieron sus posiciones, h a b i e n d o aparecido alguno del ala derecha en la izquierda. Siento c o n tradecir en este punto por c o m p l e t o al respetable señor Jeneral, p o r q u e del ala derecha, q u e iba m a n d a d a por el señor Contra-Almirante Montero, n o se estravió esa n o che, n o diré u n cuerpo, pero ni siquiera u n solo soldado; siendo las reservas d e l centro i d e la izquierda las que, perdidas, fueron a unirse con las de la vanguardia. Asevera también el espresado señor Jeneral Campero, hablando de los m o m e n t o s en q u e la derrota se hizo j e neral, q u e el señor Contra-Almirante Montero i y o le anunciamos que t o d o parecia acabado sin remedio. Esta aseveración, declaro que es un error del señor Jeneral, porque ni h e o i d o que el señor Contra-Almirante M o n t e ro dijera semejantes palabras, ni las he d i c h o y o , i esto con tanta m a y o r razón, c u a n t o q u e c u a n d o nos unimos c o n el señor Jeneral Campero, era inxitil decirlas, p o r q u e la derrota estaba c o m p l e t a m e n t e c o n s u m a d a . H a b l a n d o el señor Jeneral Campero de los m o m e n t o s en q u e el señor prefecto Solar i y o nos separamos d e él a la altura del p u e b l o de Pachía, dice que nos dirijimos a Calientes, d o n d e según avisos se encontraba el señor C o n tra-Almirante Montero c o n u n considerable n ú m e r o d e dispersos peruanos. Tal aserción n o p u e d e dejar de ser efecto de algún otro error, p o r q u e n o era posible que el señor Solar i y o dijésemos q u e el señor Contra-Almirante Montero estaba a vanguardia, c u a n d o nosotros, c o n el señor Jeneral Campero, habíamos d e j a d o a retaguardia al señor Contra-Almirante. Asegura d i c h o señor Jeneral, q u e su presencia en T a c na, reanimó los espíritus, levantó los ánimos i fortificó los vínculos d e la alianza, demasiado debilitados por e n tonces, i q u e c o n las medidas q u e t o m ó , especialmente TOMO

ni—17

129

PRIMERO.

c o n la organización del Estado Mayor Jeneral del ejército unido, se estableció la armonía de ambos ejércitos. Permítaseme decir, que c u a n d o el señor Jeneral C a m pero llegó a Tacna, fué informado, sin duda, respecto de la situación del ejército unido, por personas interesadas en el mal; p o r q u e si se esceptúa la diverjencia de o p i n i o nes en cuanto al plan de campaña entre los señores Cam a c h o i Montero, p u e d o asegurar que j a m á s h u b o entre jefes, oficiales i soldados de ambos ejércitos, la mas p e queña desavenencia, i q u e el espíritu d e todos fué alto hasta después de la desgracia. N o p u e d o dejar de manifestar aquí la profunda i m p r e sión que ha causado en m i alma que el señor Jeneral Campero diga en el manifiesto que m e viene o c u p a n d o " q u e el ejército u n i d o tenia una disciplina i organización c o m p l e t a m e n t e viciosa, i q u e habían cuerpos formados esclusivamente de aboríjenes." E n el ejército del Perú, que era c o m p u e s t o de ciudadanos q u e habían h e c h o toda la c a m p a ñ a , que habían regado con su sangre los c a m p o s de batalla i sufrido sin quejarse j a m á s t o d o j é n e r o de p e nalidades; en el ejército del Perú, en d o n d e nunca h u b o necesidad de inflijir pena alguna, i en d o n d e el señor J e neral Campero n o solo n o ha impuesto castigo, ni h e c h o reconvenciones, sino que, lo d i g o c o n orgullo, n o t u v o n u n c a necesidad de dar ningún consejo; en ese ejército p u e d e haber h a b i d o m u c h o que echar de menos, pero n u n c a se h a p o d i d o decir q u e l e faltó orden i disciplina. M U Í sensible m e ha sido también q u e el distinguido señor Jeneral Campero haya h e c h o uso en su manifiesto de las opiniones de la prensa chilena, en la que se dice, " q u e los cadáveres peruanos tenían una admirable espresion de b o n d a d i de inocencia en el rostro, i que los bolivianos habian muerto bien, es decir, en actitud de g u e r reros." Si el señor Jeneral i el escritor chileno que h a citado, hubiesen tenido a la vista, c u a n d o escribieron la relación de los jefes i oficiales peruanos que entre m u e r tos i heridos dejamos en el c a m p o de batalla (1), seguro estoi de que en esa espresion de inocencia i de b o n d a d que tanto ha llamado la atención en los cadáveres peruanos, n o habrían visto sino el semblante natural de los que m u e r e n tranquilos e inocentes, defendiendo serenos i heroicamente la bandera de su patria. Siento del m o d o mas vivo el haber tenido (en c u m p l i miento de u n deber, i de un deber m u i sagrado) que c o n tradecir a u n o de los jenerales mas notables de los q u e existen en nuestra América; pero c o n o c i e n d o , c o m o c o n o z c o , la serenidad i la grandeza d e su alma, espero q u e c o n vendrá c o n m i g o en la exactitud de las rectificaciones que d e j o apuntadas. MANUEL VELARDE.

ACLARACIÓN

D E L EX—PREFECTO D E TACNA DOCTOR

SOLAR.

H a visto la luz pública el manifiesto del Jeneral C a m pero sobre la batalla de Tacna, i la respuesta que a él ha d a d o el señor Contra-Almirante Montero. A m b o s d o c u m e n t o s adolecen-de inexactitudes, que c e den u n tanto en favor de sus autores; lastiman quizá a alguna otra personalidad i causan daño cierto i positivo a los intereses del país i de la alianza. Por esto h e creído i creo que, si necesario e indispensable fué que el señor J e neral Campero diese cuenta a las Cámaras Lejislativas de Bolivia de la manera c ó m o habia desempeñado el alto puesto de Jeneral en Jefe de los ejércitos aliados, n o lo es, en manera alguna, la publicación del manifiesto en estos instantes, en que el patriotismo i m p o n e mas sagrados deberes que los de una vindicación personal o los de u n debate impertinente. N o incurriré, p o r lo mismo, en idéntica falta, rectifi¿1) Fueron muertos en la batalla del Campo de la Alianza en el ejército del Perú: 6 coroneles, 7 tenientes coroneles, 14 sarjentos mayores, 18 capitanes, 2 0 tenientes i 19 subtenientes; i heridos: 1 coronel, 8 tenientes coroneles, 9 sarjentos mayores, 24 capitanes, 32 tenientes i 27 subtenientes, siendo rolar tivas las pérdidas en los individuos de tropa.


130

GUERRA DEL PACIFICO.

cando ninguno de los sucesos de que se ha h e c h o referencia; pero m e será permitido aclarar una sola frase, que p o r la forma d e su redacción, aparece c o m o u n cargo grave contra mí, sin que, a lo que entiendo, haya sido ese el ánimo de su autor. D i c e así: " N o habiendo encontrado en este último p u n t o ' ( C a lientes) al p r o v e e d o r con las reses que le ordené tener listas para fa tropa, m e vi obligado a seguir a Tarata, en c u y o lugar, adonde llegué dos dias después, encontré ya al prefecto i sub-prefecto de Tacna i a m u c h o s jefes i oficiales del ejército." Terminada la batalla con el desastre que todos c o n o c e m o s , terminé también fatalmente mi carácter militar, transitorio i subalterno, de comandante de una división. N u e v o s deberes impuso esa situación a los jefes de los ejércitos, c o m o me los imponía a mí, en el ú n i c o cargo que m e quedaba de prefecto del departamento. Cumplirlos, i cumplirlos lo mejor posible, fué lo que rocuré; i por eso, y a que mi presencia en los alrededores e Tacna, después d e haber d i c t a d o las edenes q u e j u z gué convenientes, era completamente innecesaria, m e dirijí sin descanso a Tarata, a preparar rancho, recursos i movilidad para los dispersos que allí se dirijian i q u e sirvieron a las fuerzas de que dispuso el señor Jeneral M o n tero p o c o s dias después.

I

Mi llegada, pues, a Tarata, dos dias antes que el señor Jeneral Montero, no dejando y a nada por hacer en Pachía o Calientes, no fué motivada sino por el ahinco de c u m plir mis últimos deberes c o m o autoridad política en favor d e l ejército. N o es esta la hora de liquidar servicios para deducir méritos, sino de unirnos para realizar grandes hechos, q u e deberá j u z g a r i estimar la historia. L a ocasión es propicia, sepamos aprovecharla. PEDRO A . D E L SOLAR.

XIV. C a r t a del J e n e r a l C a m p e r o rectificando el to de Montero.

Señor X . — L i m a

La Paz,

Octubre

manifies-

?A de

1880.

Mi estimado amigo: S u m a m e n t e atareado c o n los numerosos asuntos del E s t a d o q u e se m e acomularon en dias pasados c o n m o t i v o de la clausura de la Convención Nacional, n o me ha sido posible hasta hoi corresponder a la favorecida d e U d . , fecha 1. ° del corriente, en la que espresa su deseo de saber si contestarla o n o por mi parte a las rectificaciones que ha publicado el Jeneral Montero en E L NACIONAL del 22 d e Setiembre i algún otro diario d e Lima. Los mas de mis amigos de acá han sido de opinión que debería guardar silencio, i declaro a U d . q u e y o m i s m o he estado vacilante. Mas, por ingrata q u e sea la tarea de entrar en contestaciones p o r la prensa, m e h e decidido, p o r fin, a hacer algunas aclaraciones por m e d i o de esta misiva, rogando a Ud. que, al efecto, se tome la molestia de hacerla publicar en E L NACIONAL, bien entendido que, si ella diese lugar a nuevas contradicciones, n o pasaré a d e lante. Esto sentado, voi a mi propósito. I. D e s d e l u e g o d e b o decir: que es justa i justísima la observación h e c h a por el señor Jeneral Montero de que no fué, él sino el Comandante en Jefe del 2. ° ejército del Sur, c o ronel Leiva, quien m e pasó el oficio aludido en el segundo aparte de la pajina 22 de mi informe ante la Convención Nacional de Bolivia; i solo tengo q u e advertir que mi equivocación provino de haber c o n f u n d i d o , a tiempo de mi

informe, el d o c u m e n t o en cuestión (que se m e h u b o estraviado) con otro oficio que m e dirijió el señor Jeneral Montero por la via de Calientes, i que remito en u n recorte sacado de E L COMERCIO de esta ciudad, n ú m e r o 356, a fin de que se sirva Ud. mandarlo reproducir en E L N A C I O NAL, al pió del contenido de la presente comunicación. II. Rectificando el segundo período del tercer p u n t o aparte de la pajina quinta de mi citado informe, dice el señor Jeneral Montero: " A n t e s de que se reunieran al ejército las fuerzas q u e llegaron de Tarapacá, se hacia ejercicio en línea dos veces por semana. Así se continuó hasta que fué necesario conducir al ejército a Tacna, a c u y a ciudad llegó p o c o s dias después el señor Campero." D e la esplicacion misma dada p o r el- señor Montero se deducía: que esos ejercicios en línea se hacían por las tropas de su m a n d o en Arica, lo que n o altera en nada m i aseveración; pues y o hablaba de todo el ejército aliado. Por otra parte, siendo así que la reunión de a m b o s ejércitos n o tuvo lugar sino m u i pocos dias antes de mi llegada a Tacna, se sigue, naturalmente, que la falta por mí n o tada n o era imputable al señor Jeneral en Jefe M o n t e r o , sino a los directores de la guerra. III. Otra d e las rectificaciones recae sobre el siguiente p u n to de mi informe (pajina 18, segunda parte): " M a n d é traerlo (al Batallón Colorados) c o n la m a y o r brevedad, i ordené a la v e z que, para t o d o evento, viniese el Batallón peruano Canevaro, también de reserva en la m i s m a ala (la de la d e r e c h a ) . " A esto dice el señor Jeneral Montero: " P o c o tiempo después recibí una segunda orden para que mandase n u e vos refuerzos, i entonces saqué de la línea de batalla a la división Canevaro i la m a n d é al ala izquierda." P o r lo visto, la cuestión se reduce a si el Canevaro se encontraba en reserva o e m b e b i d o en la línea de batalla. A n t e todo, conviene hacer aquí una aclaración, i es q u e n o fué la división Canevaro, sino tan solo el Batallón Canevaro, q u e se trasladó del ala derecha a la izquierda, i que este c u e r p o llegó a su destino j u n t a m e n t e c o n el B a tallón Colorados. T a n seguro estoi de ello, c o m o que a u n o i otro cuerpo dirijí sucesivamente algunas palabras de aliento, luego que estuvieron frente del puesto q u e d e bían ocupar en el ala izquierda. T a m b i é n c o n v i e n e advertir que en los riltimos dias p r ó x i m o s al c o m b a t e , se h a bían h e c h o varios cambios ele cuerpos, pasándolos ya d e una a otra ala, y a de la línea d e batalla a la reserva, i v i ce-versa; así, por e j e m p l o , los Colorados pasaron del ala derecha a la izquierda, i de ésta, otra vez, a la derecha, p o r insinuación del señor Jeneral M o n t e r o , c o m o lo dije en mi informe; el Batallón Sucre, (los amarillos o aromos, según lo h a n designado los chilenos) pasó de la reserva del ala izquierda a la línea de batalla de la misma ala, en reemplazo del Chorolque, que pasó a ocupar el lugar de aquél. Igual cambio se operó entre el Batallón C u z c o (® Zepita) i el Victoria, por indicación que m e hizo el Jefe do Estado Mayor Jeneral del ejército peruano, esponiénd o m e que, puesto que y o preveía q u e el e n e m i g o dirijia su principal ataque sobre nuestra ala izquierda, c o n v e n dría reemplazar el primero, que era débil (esto es de p o cas plazas), c o n el segundo, que tenia una fuerza c o m p e tente. Talvez ocurrió algo de esto c o n el Canevaro; mas, si así n o fuese, lo esencial es que este c u e r p o vino d e la d e recha a reforzar la izquierda, en lo que el Jeneral M o n t e ro i y o estamos perfectamente de acuerdo. A h o r a : si dicho cuerpo estaba de reserva o e m b e b i d o en la línea de batalla, es cosa secundaria i sobre la que hai que estar sin disputa, a la afirmación del señor M o n tero, bajo cuyas órdenes inmediatas se hallaba el ala derecha.


CAPITULO

PRIMERO.

131

IV.

VI.

H a c i e n d o , a su vez, el señor Jeneral Montero, el relato que cree en conformidad c o n los h e c h o s , dice así: " D o s horas después, durante las cuales se habia c o m b a tido reñidamente en toda la línea, se presentó el Jeneral Campero en el ala derecha i m e dijo que habia c o n s e g u i do restablecer el c o m b a t e en la izquierda; a lo cual le respondí que se equivocaba, porque y o no veia hacia ese lado sino dispersión. Trató de observar entonces el Jeneral Campero, i c o n v e n c i d o del h e c h o desconsolador que y o le habia anunciado, m e dijo que t o d o estaba perdido en su c o n c e p t o , i que n o cabia hacer otra cosa que retirarse i v e r m e d i o de contener la dispersión. C o n este objeto se separó de m í en ese instante el Jeneral Campero."

E n el penúltimo aparte de las "Rectificaciones" se d i ce: " N o estaba, pues, y o en Calientes c u a n d o se e n c o n traba en el A l t o de Lima el señor Jeneral Campero, c o m o éste lo asegura en su informe." H e revisado atentamente mi informe i n o encuentro parte alguna d o n d e hubiese y o asegurado tal cosa. Por lo demás, t a m p o c o hai e n d i c h o d o c u m e n t o nada que afecte o que quite al señor Jeneral Montero la j u s t a satisfacción de haber sido el último en abandonar la c i u dad de Tacna, c o m o la de que el ala derecha a él confiada fué la última que sostuvo el combate. Lejos de esto, del tenor m i s m o de mí narración se desprende que el ala derecha se batía aun c o n denuedo, mientras que la izquierda fluctuaba. Aparte de eso, la nota que p a s é desde Yarapalca al Presidente de la C o n v e n c i ó n Nacional de Bolivia, en la que y o decía: " E l señor Contra-Almirante Montero, J e n e ral en Jefe del ejército peruano, q u e m a n d a b a el ala d e recha de nuestra línea d e batalla, i el señor C a m a c h o . . . h a n llenado su misión cual corresponde a su bien m e r e cido renombre ( A n e x o n ú m e r o 4, pajina V I de mi inform e ) , creo que importa, por lo m e n o s , otro tanto que lo que espone el señor Jeneral Montero sobre su c o m p o r tamiento.

Siento n o estar acorde en esta parte c o n mi amigo el señor Jeneral M o n t e r o , i tener que sostener en lo absoluto el trozo (pajina 20 de m i informe) relativo al caso, tanto mas cuanto que el restablecimiento del ala izquierda c o n la llegada del xiltimo refuerzo (Colorados i Canev a r o ) , es un h e c h o atestiguado por losjefes i oficiales que combatieron en d i c h a ala, i confirmado por todos los r e latos i partes oficiales del enemigo, c o m o se v e en la prensa de Chile. Q u e tal ventaja hubiese sido de corta duración, es otra cosa. Es también o p o r t u n o hacer aquí una esplicacion. L a segunda vez que m e vi c o n el Jeneral Montero, después de haberse jeneralizado la batalla, fuá c o n m o t i v o del p e dido que m e h i z o el coronel C a m a c h o , por medio de u n o de sus ayudantes. Es entonces que y o , en persona, h a b i é n d o m e encontrado c o n el Jeneral Montero, le h i c e saber que aquél m e pedia c o n instancia el envió de los C o lorados; le ordené que así lo hiciese, i nos separamos. N o volví a verlo sino c u a n d o m e dio el anuncio espresado en el ya citado trozo de la ¡lájina 20 de mi informe. I es c l a ro que, p r e o c u p a d o c o m o y o m e hallaba en esos m o m e n tos supremos c o n lo que pasaba en el ala izquierda, d o n d e hube p e r m a n e c i d o desde la traslación del Canevaro i los Colorados, n o podia saber lo que ocurría en el centro ni m u c h o menos en el ala derecha, i mal podia, por consiguiente, ser y o quien dijese al Jeneral M o n t e r o que todo estaba perdido. T e n g o otra razón para afirmarme en la creencia de que la confusión de ideas sobre este p u n t o n o ha estado de mi lado. E n efecto: admitida la hipótesis de que el J e n e ral Montero i y o nos hallábamos en el ala derecha c u a n do él m e hizo notar, i y o m e convencí, de q u e la izquierda estaba desordenada, hai que preguntarse, si el ala derecha i el centro se hallaban también desordenados en ese m o m e n t o , o si, por el contrario, se mantenían todavía en buen orden. Si lo primero, resultaría, pues, que n o fué el ala derecha la última que sostuvo el combate. Si lo s e g u n d o , parecería inverosímil que diera y o por terminado todo i que el Jeneral Montero aceptase buenamente m i idea de abandonar el c a m p o de batalla, tan solo por h a berse i n t r o d u c i d o el desorden en el ala izquierda, siendo así que el centro i el ala derecha se encontraban en buen pié, fuera de que la retirada en tal estado habría sido desdorosa, n o solo para mí, sino también para el m i s m o J e neral Montero. P e r o n o ; la circunstancia de n o habernos dado por vencidos, sino c u a n d o toda nuestra línea estuvo destrozada, es u n h e c h o que ni los enemigos lo han puesto en d u d a , i que nosotros, los jenerales del ejército aliado, n o debiéramos enturbiarlo p o r susceptibilidades de amor nacional. V. E n el declive q u e forma el terreno detrás de la que era nuestra línea de batalla, i d o n d e y o m e esforzaba por reunir a los dispersos, fué d o n d e t u v o lugar nuestra última reunión c o n el Jeneral Montero i su Jefe d e Estado M a yor, i desde allí también nos retiramos j u n t o s hasta Tacna.

Esperando q u e las precedentes esplicaciones disiparán en alguna manera las dudas que p u d i e r o n haberse suscitado, m e es grato repetirme de U d . S u y o afectísimo i seguro servidor. NARCISO

CAMPERO.

IV. Las felonías de P i é r o l a : ¿ vino Leiva contra B a q u e d a ñ o o c o n t r a M o n t e r o ?, p o r B e n j a m í n V i c u ñ a Mackenna. TELEGRAMAS INÉDITOS. "Dia llegará en que yo presente al pala la relación completa i exacta de los hechos que se han sucedido en el Sur... Trabajo es ese que solo puede llevarse a cabo cuando haya vuelto la calma a los espíritus i pueda decirse la verdad entera."—(Manifiesto del ContraAlmirante Montero a su regreso a Lima, Setiembre 22 de 1 8 8 0 . ) ' "Montero i su ejército carece de todo: está desnudo, sin víveres ni dinero tampoco tiene. Este titulado Dictador (Piérola) no hace la guerra a los chilenos sino a Montero..."— (Carta de la señora Rosa Elias, esposa de Montero, a su hermana doña Corina Elias, Marzo 8 de 1880, encontrada en la ciudad de lea.)

I. E n diversas ocasiones h e m o s t o m a d o el c o m p r o m i s o en la prensa i en el Congreso de evidenciar, c o n los testimonios de la historia en la m a n o , q u e el ejército q u e envió el ex- dictador Piérola de l e a a Arequipa, al m a n d o del coronel Leiva, en Marzo de 1880, ibadirijido no a ausiliar a Montenero sino a mantenerlo en jaque, i si era preciso a amarrarlo después de la victoria. 1 h o i que el fujitivo de L i m a h a emprendido probablemente la misma peregrinación de su lugar-teniente, d a n d o u n rodeo por la Oroya i p o r Jauja, es ocasión oportuna para dejar c u m p l i d a tan interesante demostración, que en fecha anterior habría taivez servido de cabeza de proceso al v e n c i d o de Tacna para fusilarlos. II. F i j e m o s antes algunos puntos de partidas esenciales. Montero habia sido dejado en A r i c a al m a n d o del e j é r cito del Sur a principios de Diciembre de 1879, escapan-


132

G U E R R A DEL PACIFICO.

dose el Jeneral Prado hacia Lima en el vapor de la carrera. Piérola habia asumido en L i m a la dictadura del Perú, después de la segunda fuga de Prado hacia E u r o p a , el 23 de Diciembre. E n tales circunstancias, temióse por m u c h o s q u e M o n tero, candidato del partido civilista, i que al dia siguiente del asesinato de su caudillo natural, el infortunado Pardo, habia propuesto su candidatura a la presidencia de la República por la segunda vez, negaría obediencia a su rival triunfante en un motín, m u c h o mas c u a n d o Piérola tenia a sus órdenes una soldadesca alzada, i Montero u n ejército numeroso i organizado, reforzado c o n los 5,000 derrotados de Buendia en Tarapacá. Pero Montero, a quien es preciso hacer la justicia de reconocerle un probado patriotismo i prestarle m u c h o m a y o r grado de cordura que la que es costumbre atribuir a los hombres de su índole ( t o d o lo cual se probará o p o r tunamente con interesantes d o c u m e n t o s inéditos), prestó pleito h o m e n a j e al Dictador de Lima; i respondiendo a u n cablegrama de éste en que le estrechaba la m a n o , contestóle anunciándole que el ejército de su m a n d o se ponia a sus supremas órdenes. Esto m i s m o escribió a L i m a el J e neral de Arica en cartas íntimas que entonces vieron la luz pública. III. Díjose entonces, i hai motivos para creerlo cierto, q u e los jefes civilistas que rodeaban a M o n t e r o (Velarde, Canevaro, Ugarte, etc.) celebraron una reunión secreta i acordaron esa línea de c o n d u c t a provisoriamente. Si M o n tero triunfaba de los chilenos en Tacna, entonces se veria por cuál r u m b o se empujarían las cosas, es decir, las candidaturas i la dictadura. Esto era lo prudente, pero era t a m bién lo patriótico. Mas Piérola no se descuidaba por su parte, i sin dejarso cazar c o m o mosca en la miel de relamidos cablegramas, m a n d ó organizar desdo los primeros días de su dictadura un ejército de observación en lea, que diera la m a n o al que el coronel de artillería Vidal García i García a c a n t o naba c o n grandes dificultades en Arequipa, a fin de que j u n t o s prestasen ostensiblemente ausilio a Montero en la oportunidad debida. García i García era mitad civilista i mitad plebiscitario, i para esto se habia duplicado el apellido, c o m o sus hermanos, que siendo siete, son catorce. A s í alcanza la jente para todos los partidos. IV. F u é n o m b r a d o Jeneral en Jefe del ejército ausíliar del Sur el Jeneral Beingolea, jeneral i m é d i c o , i éste logró reunir hasta 3,000 hombres en el valle de lea, estrayéndolos de las sierras inmediatas hasta A y a c u c h o , i trayendo de Lima algunos cuadros de tropa veterana. Hallábase ese ejército listo para marchar hacia A r e q u i p a i Tacna, mas o m e n o s , por los mismos dias en que el ejército chileno, después de haber desembarcado c o n paso de tortuga en l i o el 25 d e Febrero, o c u p a b a a M o q u e gua c o n paso de buei el 20 de Marzo de 1880, ¡24 dias para andar 24 leguas! Pero por un m o t i v o que n o ha caido bajo el d o m i n i o de la historia, el joven Jeneral Beingolea fué separado del m a n d o del ejército d e l e a , i confióse éste al anciano c o r o nel Leiva, m a y o r en A g u a Santa en 1842 i coronel en la P a l m a en 1855. V. Partió Leiva de l e a c o n su famosa división, parecida hasta h o i en lo invisible a la 5. boliviana que m a n d ó el Jeneral Campero el 27 de Marzo de 1880, esto es dos meses justos antes de la batalla de Tacna, i c a m i n a n d o por las sierras de A y a c u c h o , llegó en u n mes de esforzada marcha a Arequipa el 27 d e Abril, un mes antes de Tacna. Arequipa dista de L i m a por ol camino de la costa 221 03

leguas peruanas, 29 leguas mas que el Cuzco. P o r A y a c u c h o hai 100 leguas m a s . VI. Divisando venir aquella n u v e sobre la cabeza de nuestros soldados desde remoto horizonte, el que esto escribe publicó en E L M E R C U R I O del 17 i del 27 de A b r i l del año último (1880) dos artículos que se titularon La nube, para anunciar el lejano peligro a nuestros jenerales. I el tiempo, las fechas i el leguario diéronle en breve razón; p o r q u e quien anduvo en un mes las 350 leguas que separan a l e a de Arequipa, via de A y a c u c h o , bien p u d o recorrer en una semana las 40 que separan a A r e quipa de Tacna, via M o q u e g u a o via Tarata. El 27 de Abril, Leiva se hallaba en efecto en Vítor, a tres jornadas de M o q u e g u a , a c i n c o jornadas peruanas d e la gran batalla que se libraría un mes mas tarde en el A l to de la Alianza. VIL Mas el j u e g o del cobarde i antipatriótico histron q u e se habia trepado a las cimas del poder en n o m b r e d é l a salvación c o m ú n era diferente, i este j u e g o era personalísimo, es decir, cobarde i egoísta. H a b i a c o m e n z a d o el D i c t a d o r por despojar a Montero de todo m a n d o político, destruyendo así su unidad d e acción i d e prestijio. I el ú l t i m o (justicia es decirlo) resignóse a ello c o n la correcta i patriótica resolución q u e consta de los dos telegramas siguientes q u e conservamos de su p u ñ o i letra ( c o m o todos los que de este j e f e citarem o s ) , per® sin fecha. ;

MONTERO AL

PREFECTO

D E TACNA.

" M á n d e m e c o n espreso m i correspondencia. L a espero para dejar la investidura q u e tengo. Ordenaré a las fuerzas existentes para q u e formen el dia que se haga la publicación de los Estatutos.—Montero." E l Contra-Almirante, q u e es p o c o gramático, confundía el Estatuto c o n los Estatutos, a n o ser q u e tuviera en mientes los de la c o m p a ñ í a de negocios que el D i c t a d o r estaba e n esos m o m e n t o s celebrando c o n l o s Dreyfus p o r m e d i o de un apoderado Mr. Fórd. E l n o m b r e i la cerem o n i a revelan, sin embargo, que aquel acto de leal s u m i sión data de los primeros dias de Enero de 1880. I este n u e v o telegrama, subalterno i sin fecha, también lo confirma. "Señor Coronel Albarracin ( I t e ) : — Q u e m o n t e u n oficial i lleve al señor coronel Cáceres el siguiente parte, p e r o c o n la m a y o r velocidad posible, i contésteme: Señor Coronel Cáceres: — Coloqúese c o n sus fuerzas en los lugares convenidos. N o p r o c e d a respecto al prefecto, p o r q u e habiendo dejado de ser y o Jefe político de los departamentos del Sur, i n o m b r a d o Jeneral en Jefe del primer cuerpo de ejército, n o m e i n c u m b e entrometerme en asuntos q u e n o m e c o m p e t e n . E l G o b i e r n o es el ú n i c o llamado a r e s o l v e r l o . — M o n t e r o . — ( L a s 9.33 A . M . ) " VIII. Mas n o era esto solo. Piérola habia suplantado en A r e q u i p a al a c o m o d a t i c i o coronel García i García c o n el coronel A l f o n s o González Orbegoso, h o m b r e de su amaño i d e su escuela; i éste h a bia c o m e n z a d o su misión de arrogancia i de ojeriza por negar al Jeneral del ejército del S u r hasta los datos i n o ticias de oficina, conforme al grave i patriótico telegrama de queja que c o p i a m o s a continuación: "Señor prefecto de Arequipa: A u n n o he visto las resoluciones i graves noticias a q u e V . S. se refiere; de manera que creí estar en mi derec h o al impartir órdenes. D i o s quiera que el país se salve de la manera que V . S. m e indica, d e j a n d o a t o d o el m u n d o que haga lo que crea mas conveniente. Y a sé q u e d e b o limitarme a defender este territorio sin exijir datos a las autoridades de ese departamento,


CAPITULO

las cuales han recibo órdenes secretas del Gobierno para proceder así. P u e d e ser que este sistema produzca grandes resultados en la é p o c a presente; pero, según mi m o d o de pensar, perdiendo la u n i d a d de acción, creo que t o d o se pierde, Mientras tanto, crea V . S. que y o , en el puesto que o c u p o , tendré' especial placer de proporcionarle a V. S. todos los datos i aun elementos q u e necesitare, si ello contribuye al triunfo definitivo de nuestras a r m a s . — M o n tero.—(Las 9.15 P. M . ) " IX. Mas el n u e v o prefecto de A r e q u i p a n o solo negaba a Montero datos i palabras, a virtud de las órdenes secretas de Piérola, sino q u e le negaba los mas precisos i urjentes ausilios militares. Léase esta serie de angustiosos telegramas: " J E N E R A L MONTERO A PREFECTO D E

AREQUIPA.

Arica, (sin fecha pero corresponde al 27 o 28 de F e b r e ro de 1880.) Los enemigos h a n llegado a P a c o c h a c o n 13 buques. Parece que sus operaciones principian allí. E l antiguo prefecto n o quiso c u m p l i r las órdenes dadas de m o v e r toda la división L u n a , i m a n d a r o n al escuadrón. Coviene a V . S. (inintelijible) la gravedad de los acontecimientos i hacer q u e m a r c h e n fuerzas sobre Moquegua. Las mias n o las moveré" a tan larga distancia.—Montero."' X. Mostrábase el Jeneral del 2. ° ejército del S u r mas militar en la última frase d e su telegrama que los que, metiéndose a tales sin consejo i sin estudio, habían enviad o nuestro ejército, c o m o gallina ciega, a cortar a M o n t e ro en su retirada sobre Arequipa. Pero el n u e v o prefecto se hizo sordo a su llamado (o m a n d ó solo al feo Gamarra c o n sus garrapatas hacia la cuesta de los Alíjeles), así c o m o el prefecto García i García se habia n e g a d o a enviarle la división Luna, que solo v i n o m u c h o mas tarde. A este respecto, M o n t e r o escribía al prefecto Zapata, desde A r i c a a Tacna, el 7 de Enero de 1880. " L a división L u n a n o se h a m o v i d o d e Arequipa, de m o d o que n o debe V. S. pensar en ella.—Montero." I salve U d . u n país así p o d r i d o en la anarquía moral d e los celos i de los odios, q u e por sí solo se desmorona sin q u e haya puntal h u m a n o que lo sujete en la caida. XI. E l desgraciado Jeneral del Sur volvia, sin embargo, a preguntar por el E s c u a d r ó n de Arequipa, i el E s c u a d r ó n n o venia. L o fínico que venia era la escuadra chilena. Montero c o n o c í a la acometida de los chilenos o c h o dias antes de su embarque en Pisagua para l i o , i pedia socorro, pero era c o m o pedirlo a la helada puna de la c o r d i llera. E l 27 de Enero, el Jeneral de A r i c a habia insistido por la remisión del escuadrón, e n v i a n d o a las 10.30 P. M., el siguiente telegrama al prefecto de Arequipa: " S e ñ o r prefecto: Repetidas veces le h e p e d i d o el escuadrón. Su reincorporación a este ejército es indispensable. M á n d e l o V . S. El e n e m i g o amaga por la parte S u r . — M o n t e r o . " N i por eso, ni p o r el Sur ni por el N o r t e , ni p o r el Oriente ni el Ocaso. El escuadrón n o se movia. M o n t e r o al fin estalla en cólera i escribe al obstinado prefecto el siguiente reto: " S e ñ o r prefecto de A r e q u i p a : L o s chilenos h a n r e c o n c e n t r a d o todas sus fuerzas en Pisagua, según datos recibidos del prefecto de Tarapacá. S e g ú n él, d e b e n atacar este departamento. N o tengo

PRIMERO.

133

caballería. ¿Salió el escuadrón? ¿O el señor García lo c o n serva en ésa para defender su p e r s o n a ? — M o n t e r o . — A r i ca, Febrero 16, a las 11.10. P. M." XII. I no era esto t o d o todavía, porque Piérola n o se habia contentado c o n despojar a su antiguo émulo i vencedor en Tumilaca (1874) de su investidura, i c o n ponerle c o m o una barrera i un espía en A r e q n i p a a un pierolista p r o bado, sino q u e habia m a n d a d o a la calle al prefecto civilista de Tacna, el popular doctor Zapata, h o m b r e de m a n o larga, i q u e por lo m i s m o era sumamente querido en aquel departamento. El d o c t o r Zapata era prefecto v i t a licio desde 1865, i para q u e se vea su grande intimidad i llaneza con Montero, léase el siguiente telegrama autógrafo del ú l t i m o . "MONTERO A

ZAPATA.

Arica, Febrero 14 de 1 8 8 0 . — Y o n o p u e d o ir a Tacna. T e n g o m u c h o importante q u e decirle. ¿ N o podría U d . d e j a r , a u n q u e n o sea sino para mañana, su dulce mancion? Contésteme para esperarlo a almorzar.—Montero." XIII. L o importante q u e los dos personajes iban a discutir i paladear entre dos sorbos de aromático café, era probablem e n t e la n o v e d a d que el audaz D i c t a d o r de L i m a habia destituido al prefecto de T a c n a i enviaba en su lugar a su segunda persona, el pro-cónsul Solar, eterno conspirador pierolista, conspirador hasta en la víspera de la g u e r ra, q u e le sorprendió e n E u r o p a , d o n d e hallábase desterrado. Entre los papeles del archivo de Arica, t o m a d o c o m o la plaza por asalto, encontramos el siguiente telegrama: "SUB-PREFECTO AL CAPITÁN D E PUERTO D E PACOCHA.

Arica, F e b r e r o 16 de 1 8 8 0 . — C o r o n e l Billinghurst p r e g u n t a de A r e q u i p a si en P a c o c h a están listas las bestias para d o c t o r Solar, prefecto de Tacna.—Sosa." I aquí nueva n o b l e sumisión de M o n t e r o al pro-cónsul q u e llegaba de lejos a implantar la dictadura i sus estatutos. L o s tres siguientes telegramas sucesivos lo confirman: " A r i c a , Febrero 16 de 1 8 8 0 . — S e ñ o r Pedro A . del Solar, A r e q u i p a . — V e n g a Ud., amigo, cerca del amigo a quien U d . h a esperimentado h a c e tanto tiempo. Sé q u e la misión d e h o m b r e c o m o Ud., es defender la honra nacional. L a d e fenderemos j u n t o s c o n toda decisión i entusiasmo de q u e somos capaces. D i g a adiós a A r e q u i p a i véngase pronto. —Montero."

"MONTERO AL PREFECTO D E

AREQUIPA.

Febrero 18 de 1 8 8 0 . — D í g a m e U d . si el señor Solar ha salido i q u é ruta trae, para según eso, hacerle p r o p o r c i o nar movilidad, si es q u e viene p o r l i o . — M o n t e r o . "

"MONTERO A L PREFECTO SOLAR.

Febrero 25 de 1 8 8 0 . — Los h o m b r e s c o m o nosotros, la P r o v i d e n c i a los une. Siento n o poder ir a verlo, pero de aquí le m a n d o mis felicitaciones i m i cariño.—Montero." XIV. E l osado usurpador de Lima, que confiscaba las p r o piedades i las rentas de sus enemigos ricos, c o m o los G o y e n e c h e , i se hacia adjudicar los haberes de los h o s p i t a les i la vajilla de las iglesias, enviaba pro-cónsules, p e r o n o enviaba ni dinero, ni armas, ni recurso alguno. P o dríamos llenar, a la verdad, diez c o l u m n a s d e E L M E R C U R I O c o n los clamores del infeliz Montero, p i d i e n d o por t o d o s los santos, inclusos los santos de Arica, ausilios, harina,


G U E R R A DEL PACIFICO.

134

paño, botones, medicinas, cañones, esperanzas, cueros. P e ro era pedirlo a la roca viva. Su ejército estaba desnudo c o m o lo sabia a la sazón su m u j e r en L i m a ; pero el D i c tador, que quitaba a los tacneños el prefecto Zapata, q u e podia calzarlos, c o m o h o m b r o acaudalado, n o enviaba un solo par de zapatos a los que por él iban a morir c o n el pié en el suelo. Pero ¿qué decimos? ¿Esos infelices estaban sin zapatos? Pues n o solo carecian de ellos sino de camisas i de calzoncillos. Léase este telegrama i téngase c o m p a s i ó n por el Perú: "Señor Juan Francisco O v i e d o . — A r e q u i p a , D í g a m e ¿qué es de los calzoncillos i camisas? Mi tropa está d e s n u d a . — M o n t e r o , — C o n t e s t a c i ó n gratis." El gratis en aquella situación era gráfico: era c o m o quitarle al telégrafo sus calzoncillos i su c a m i s a . . . XV. N o p o d e m o s t a m p o c o , a este propósito (reservando t o d o lo demás para la historia jeneral de la campaña), dejar de copiar del archivo de A r i c a la siguiente nota oficial c o n que el sub-prefecto de A r i c a propone pagar las c u e n tas de la guerra, vendiendo al m e n u d e o el carbón de piedra del Estado, a falta de otro numerario, j u n t o c o n la curiosa providencia que el prefecto Solar puso al peticionario. E l d o c u m e n t o orijinal dice así: "REPÚBLICA P E R U A N A . — S U B - P R E F E C T U R A D E LA PROVINCIA DE

ARICA.

Arica,

Abril

26 de 1SS0.

Señor Prefecto del departamento de Tacna. Señor Prefecto: Con m o t i v o de que el jefe de la plaza, coronel B o l o g nesi, m e hace constantemente urjentes pedidos, y a para las baterías, ya para el Manco Gapac, para mejores disposiciones de m e j o r defensa en casos estreñios, se orijinan algunos gastos m e n u d o s , que seria conveniente satisfacer al contado, sin necesidad de que los interesados, pobres la m a y o r parte, se vieran en el trance de constituirse en Tacna para cobrar sus reducidas cuentas, h a c i e n d o , sin embargo, m a y o r gasto de lo que importa su crédito; suplico a V. S. se digne autorizarme para verificar aquí esos pagos inmediatamente, facultándome, con tal fin, a vender el carbón necesario para procurarme fondos. Y o sé bien, señor prefecto, que n o atañe a mis atribuciones la satisfacción d é l o s pedidos que m e h a c e el j e f e de la plaza; pero el sentimiento patriótico que m e anima n o m e hace ver con indiferencia las necesidades que reclama la mejor defensa de mi país, desde que p u e d e n satisfacerse a p o c o costo i con parte de m i cooperación. A s í es que, penetrado el jefe de la plaza de ese espíritu i de la buena disposición con que le atiendo, n o trepida en solicitar mi intervención en cuanto h a menester. I por lo m i s m o querria'quo la misma buena voluntad animase a los pequeños proveedores de útiles, teniéndoles satisfechos de sus exiguas acreencias, m a y o r m e n t e ahora que el dinero es escaso i la vida bien difícil. Dios guarde a V. S. señor Prefecto.—F. F.

Sosa"

El astuto prefecto, para sacar la brasa del carbón con m a n o ajena, puso al márjen lo siguiente: " T a c n a , Abril 28 de 1880.—Contéstese que los gastos que indica son meramente de guerra i que n o p u e d e a b o narlos esta perfectura.—Solar." XVI. Tal era la cooperación de fuerzas, de colaboración personal, de estímulos, de esperanzas siquiera que el villano Dictador del Perú prestaba al ejército del Sur, tan solo porque se hallaba a su cabeza un h o m b r e a quien h a bía odiado i a quien podia temer. I aquí es presiso se recuerde que el famoso socorro llevado por la Union el

17 de Marzo era u n ludibrio que n o valia el carbón q u e consumió en el viaje, m e n o s su peligro, menos t o d a vía su feliz escapada. " D i e z fardos de lona, 3.000 p a res zapatos, una caja medicinas, dos ametralladoras sin cureña, 100,000 tiros R e m i g t o n , ni u n solo maravedí de contijente, hé aquí todo su inventario." i sin embargo, a esas mismas horas el salvador de su patria, que así abandonaba al ejército que iba a ser atacado, porque y a los chilenos estaban en M o q u e g u a o a sus puertas, enviaba en el Oroya, a su segundo ejército de Arequipa, ejército pierolista, un magnífico cargamento de armas, c o m p u e s t o de 6,500 rifles i 20 cañones K r u p p s , todo a las órdenes del activo coronel Isaac Recabárren ex-gobernador militar de Pisagua. El Oroya salió del Callao el 30 de Marzo, i el 4 de Abril desembarcaba en la abierta rada de Camaná las armas i el dinero, que de seguro iban a servir contra M o n t e ro, si el acaso le hubiera favorecido contra el chileno. XVII. El coronel Leiva, entretanto, había traído, c o m o era natural, su ejército desarmado p o r la áspera sierra. Pero Recabárren le entregaría a su llegada el armamento c o m pleto i flamante que necesitaba i que es el que hoi tiene el 3er. ejército del Sur, es decir, el ejército de Arequipa, en c u y a d e m a n d a dícese v a el ex-dictador p o r la sierra. Pero veamos ahora en una serie de los c ó m i c o s cablegramas que tenemos orijinales a la vista, enviados todos desde Arequipa, via Moliendo, el desarrollo de las operaciones de Leiva, que h e m o s dicho estaba en el valle de V í tor, a seis u o c h o leguas de A r e q u i p a i a 15 o 20 de M o q u e g u a , el 27 de Abril, i en su tenor testual s e v e r a si tal ejército, tan rápido para marchar de l e a a A r e q u i p a , tan abundantemente socorrido p o r Camaná, e inmóvil d e s pués casi a la vista de Tacna, durante u n mes cabal, h a bía sido enviado contra Baquedano o solo contra M o n tero. Advertiremos que el laconismo de los cablegramas se esplica por su tarifa: cinco soles por palabra. Se observará también que el contijente destinado a pagar la tarifa de los telegramas iba i volvía, pero n u n ca llegaba, c o m o en el c u e n t o del negro que huia c o n su novia. XVIII. (4.41 P. M . ) — A r e q u i p a , Marzo 24 de 1880.—Señor J e neral M o n t e r o . — A r i c a . D i g a lo que ocurra. Continjente salió. El e n e m i g o q u e m ó i saqueó a Moliendo. A nuestro arribo se r e e m b a r c o . — González Orbegoso. (4.35 P. M . ) — A r e q u i p a , Marzo 26 de 1 8 8 0 . — S e ñ o r J e neral M o n t e r o . — A r i c a . Continjente regresa. Después avisaré.—González Orbegoso. (12.30 P. M . ) — A r e q u i p a , A b r i l 8 de 1 8 8 0 . — S e ñ o r J e neral Montero.—Arica. ¿Llegó continjente? Ejército pronto estará l i s t o . — G o n zález Orbegoso. (3.35 P. M . ) — A r e q u i p a , A b r i l 27 de 1 8 8 0 . — S e ñ o r P r e fecto.—Tacna. Continjente creo llegó a Quilca; mandaré inmediatamente. Jeneral en Jefe Vítor. Fuerzas listas para salir.— González Orbegoso. Señor Prefecto Solar i Ministro Bustamante i Salazar.— Tacna. Coronel Leiva, Comandante en Jefe, aquí. D i c e dentro pocos dias mandará columnas de Arequipa a llamar atención del enemigo; pero n o p u e d e hacer operaciones d e -


CAPITULO

cisivas ni ocupar posiciones indicadas en telegrama hasta tener bien organizado i armado el ejército. Para operar c o n decisión necesita t i e m p o . Conteste. Participe m o v i mientos enemigos. A l i o llegaron 2,500 chilenos m a s . — González Orbegoso.

:

(3.30 P. M.)—- A r e q u i p a , A b r i l 27 de 1 8 8 0 . — S e ñ o r M i nistro Bustamante i Salazar.— Tacna. Jeneral en Jefe llegó V í t o r ; c o m u n i c a r é su telegrama inmediatamente; 3,000 h o m b r e s c o m p l e t a m e n t e listos. ¡Salud!—González Orbegoso. ( 5 . 5 0 P. M . ) — A r e q u i p a , A b r i l 28 d e 1 8 8 0 . — S e ñ o r M i nistro Bustamante i Salazar.—Tacna. Coronel Leiva repite c o n t e n i d o de mi telegrama anterior. A g r e g a que estraña Jeneral en Jefe n o se dirije directamente a él si considera c o n v e n i e n t e acuerdo sobre m o v i m i e n t o de t r o p a . — G o n z á l e z Orbegoso. (4.45 P. M . ) — A r e q u i p a , M a y o 1 . ° de Jeneral M o n t e r o . — T a c n a . R e c i b i d o dos telegramas. P r ó x i m a m e n t e pequeñas p o r p u n t o s indicados. N o t e n g o tura una sílaba Calderón remitida en 28 Leiva.

1880.—Señor dos columnas clave. PrefecDiciembre.—

S e ñ o r Prefecto: H e recibido de A r e q u i p a el siguiente telegrama clirijid o al sub-prefecto de A r i c a , que trasmito a V. S.—Bolognesi. "(4.45 P. M . ) — A r e q u i p a , M a y o 5 de 1 8 8 0 . — S u b - p r e f e c to.—Arica. N o recibimos contestación d e prefecto. ¿Qué o c u r r e ? — González Orbegoso." (9.45 P. M.) — Arequipa, M a y o 10 de 18S0.—Señor Prefecto.—Tacna. N a d a sé del c o n t i n j e n t e . Siento n o tener fondos para mandarles. C o m u n i c o inmediatamente a L i m a . — GonzOjlez Orbegoso. Trascríbase.—BOLOGNESI.

(4.26 P. M . ) — A r e q u i p a , M a y o 14 de 1 8 8 0 . — S e ñ o r P r e fecto.—Tacna. H o i h a n salido dos batallones: 1,000 i mas h o m b r e s . Mañana saldrán mas. D o s c o l u m n a s , 300 h o m b r e s , están y a M o q u e g u a . ¿Qué ocurre? Contésteme para c o m u n i c a r L i m a . — González Orbegoso. XIX. Pero habia llegado la hora suprema i ni los vijías de T a c n a ni los d e A r i c a divisaban las polvaredas de las c o lumnas de Leiva, m e n o s el p o l v o del contijente. I ¡oh, ironía del destino! el dia en que los soldados de M o n t e r o se batían solos i eran derrotados, el coronel C o l o m a enviaba al Jeneral en Jefe del ejército del Sur este telegrama, q u e siguió su sombra en la derrota: " N o c o m p r o m e t a u n solo h o m b r e . Recabárren c o n 3,000 h o m b r e s n u e v o s , dentro de 10 dias, amenazará a T o r a t a . . . C o m u n i q u e lo que ocurra. Esto solo lo s a b e — Coloma.—A las 9.25 P. M." V . °

B. °—BOLOGNESI.

XX. Faltaba a toda esta maliciosa algarabía, solo el epílogo, éste dice en su triste desesperación c o m o sigue: EPÍLOGO.

(9 A . M . ) — A r i c a , M a y o 28 de 1 8 8 0 . — S e ñ o r P r e f e c t o . — Arequipa. ¡Esfuerzo inútil! T a c n a o c u p a d o p o r e n e m i g o . N a d a

PRIMERO.

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oficial recibido. A r i c a se sostendrá m u c h o s dias i se salvará perdiendo enemigo, si Leiva j a q u e a aproximándose Sama i so une c o n nosotros. H á g a l e propios. Estoi i n c o municado:—Bolognesi. V. °

B. ° — B . V I C U Ñ A M A C K E N N A .

V i ñ a del Mar, Enero 31 de 1881.

XVI. Felicitación al J e n e r a l B a q u c d a n o i a los batallones A t a c a m a , Coquimbo, Cbillan, líulncs i Santiago; c o m p o r t a m i e n t o d e los Tejimientos V a l p a r a í s o i Navales. FELICITACIÓN AL JENERAL

BAQUEDANO.

Señor Jeneral d o n Manuel B a q u e d a n o , c a m p a m e n t o del ejército chileno en la plaza de Arica. Santiago, Junio 8 de 1880. Querido Jeneral: E n m e d i o del j ú b i l o público, p r o d u c i d o por los triunfos de Tacna i Arica, n o p o d e m o s resistir al deseo de enviar a U d . un cordial abrazo de felicitación. H a cabido a U d . el h o n o r de m a n d a r e n Jefe a un ejército de valientes, llevándolo al través del desierto a b u s car a los enemigos de la patria en el centro de su territorio i en posiciones fortificadas, i ha t e n i d o U d . la gloria de sellar c o n luz vivísima la preponderancia de un p u e blo laborioso, moral i esforzado que veneraba ayer los n o m b r e s de los padres de su i n d e p e n d e n c i a i que h o i aclama entusiasta a los que h a n afianzado su libertad i enaltecido su honra. Chile d e b e a las victorias de I q u i q u e i de A n g a m o s , de Tacna i A r i c a inmensa satisfacción i eterna gloria; i U d . es acreedor a una parte m u i considerable de esa deuda, quizas a la m a y o r parte. A la felicidad que deben haber p r o d u c i d o en su alma jenerosa de chileno i de soldado las glorias de nuestra bandera, permítanos agregar la ardiente felicitación de nuestros corazones, i acéptela c o m o u n acto de justicia al Jeneral de nuestro e j é r c i t o , i c o m o testimonio de afecto i gratitud al a m i g o . — J e n e r a l Godoi.—Dositeo Erróuzuriz.—Adolfo Ibañez.—Julio Zegers.—Federico Errázuriz E.—Nicolás Barros Luco.—Eulojio Aliéneles.—Luis Jordán.—Diego Guzman i otros. FELICITACIÓN AL BATALLÓN ATACAMA. ESTADO MAYOR JENERAL.

Tacna,

Junio

26 de

1880.

U n a de las provincias que t u v o el pensamiento de h a cerse representar en esta guerra fué la de A t a c a m a . T a n patriótica idea se v i o luego convertida en una hermosa realidad, i en los primeros dias de Octubre, el Batallón A t a c a m a pisaba las playas de Antofagasta para ir en brev e a poner su planta v e n c e d o r a en los ásperos i elevados cerros de Pisagua. F u é aquí d o n d e los hijos de ese p u e blo de vigorosos i libres trabajadores formaron la p r i m e ra e p o p e y a de su gloria. V i n o mas tarde Dolores, después los Alíjeles i por últim o Tacna. En todos esos combates, felices para Chile, el A t a c a m a ha figurado en primera fila i llegado a la b a y o neta cual los mejores rejimientos de línea. ¡Cómo son dignos de la fama, el e m p u j e irresistible i el coraje sin igual de aquellos soldados! L a provincia de A t a c a m a , señor, debe sentirse r e g o c i j a d a i orgullosa al ver que sus hijos, ayer tranquilos i l a boriosos obreros del progreso, de la libertad i de la paz, recorren h o i el territorio enemigo llevando la victoria en la punta de sus bayonetas. Permítame, señor, que en n o m b r e del Jeneral en Jefe i en el m i ó propio felicite, c o m o militar i c o m o chileno, a


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G U E R R A D E L PACIFICO.

V . S. i a la provincia que representa por el envío a la campaña del cuatro veces vencedor Atacama. A c e p t e V . S. las consideraciones de respeto i aprecio c o n que se suscribe de V . S., atento servidor. J.

VELAZQUEZ.

Al señor Intendente de Atacama don Guillermo Matta.

FELICITACIÓN AL BATALLÓN COQUIMBO. ESTADO MAYOR JENERAL.

Tacna,

Junio

28 ele 1880.

U n a de las provincias que m e j o r contribución lia d a d o en la presente guerra es la de C o q u i m b o . Ella dio vida i organizó en pocos dias u n cuerpo que h a ganado en las batallas mas de una gloria para su país i para la activa i h e r m o s a provincia q u e lleva su n o m b r e . El Batallón C o q u i m b o , j u n t o c o n el A t a c a m a , rechazó, en hora oportuna, en los cerros de Dolores, a los batallones peruanos i bolivianos que habian llegado hasta nuestros cañones, después de haber diezmado a sus artilleros. E n la batalla del 26 de M a y o , en las alturas de Tacna, la acción de ese cuerpo fué todavía mas hermosa. Entró al c o m b a t e resuelto i sereno i, al terminarse aquel h e c h o de armas, el ejército entero le aclamaba entre los primeros por su bizarro c o m p o r t a m i e n t o . Su jefe, el señor G o rostiaga, cayó herido al comenzar el ataque, i cúpole al s e g u n d o , señor Pinto A g ü e r o , el h o n o r de llevar adelante a sus bravos soldados. L a provincia d e C o q u i m b o , señor, debe estar orgullosa de haber llevado tan valioso continjente a las armas de la República. N ú c l e o de laboriosos i esforzados trabajadores en la paz, ha p r o b a d o que lo es también en la g u e r ra de bizarros i patriotas soldados. T e n g o , pues, el alto h o n o r de felicitar, en n o m b r e del señor Jeneral en Jefe i en el m i ó propio, a la provincia de C o q u i m b o , c u y o representante es V . S., por la parte de gloria que le ha cabido al Batallón C o q u i m b o n ú m e ro 1, en las batallas q u e han dado el triunfo a la R e p ú blica. Con sentimiento de distinguida consideración, se suscribe de V . S. su atento servidor. J.

VELAZQUEZ.

E l Batallón n ú m e r o 1 de C o q u i m b o , c o m o las lejiones colombianas en las faldas de A y a c u c h o , m a r c h ó , en efecto, señor c o m a n d a n t e , desde el primer m o m e n t o , paso d e vencedores; i en ese avance q u e desconsertó, por su orden i su audacia admirables, a las aguerridas divisiones bolivianas que la bizoña i heroica tropa encontró a su p a so, t u v o U d . señor comandante, la fortuna de caer de su caballo en el c a m p o del honor, j u n t o c o n sus dos intrépidos ayudantes. Devuelto el m a n d o desde ese m o m e n t o supremo a su j o v e n i valeroso segundo, vengó éste i el C o q u i m b o a los caídos en su filas, al ejército i al país, siendo el primero en avistar i dominar la ciudad que fuera durante un larg o año el asilo i el Cuartel Jeneral de sus enemigos. S o lo el cansancio de una carrera de tres leguas i las ó r d e nes de jefes superiores, contuvieron, al caer la tarde, su pujanza. C o m o en M a i p o , el n ú m e r o 1 de C o q u i m b o había sido designado para decidir la batalla, i c o m o en Maipo la d e cidió c o n su heroismo, c o n su sangre i su bandera. ¡Eterno h o n o r sea tributado a los que así c u m p l e n en la historia este doble deber del heroismo! Entretanto, señor c o m a n d a n t e , los abajos suscritos, senadores i diputados de la provincia de C o q u i m b o , h a n creído de su deber asociarse al j u s t o regocijo d e sus dignos representados i enviar al valiente Batallón n ú m e r o 1 un v o t o de gracias, rogándole que, mientras llega la hora de las debidas recompensas nacionales, se digne U d . c o m u n i c a r l o a sus bizarros oficiales i a todos los individuos de su valerosa tropa en la forma que Ud. j u z g a s e mas aceptada. Con este m o t i v o , tienen el h o n o r de suscribirse de U d . , señor Comandante, atentos i respetuosos servidores.— Jerónimo Urmeneta, Senador por C o q u i m b o . — B e n j a m í n Vicuña, Mackenna, Senador por C o q u i m b o . — J o r j e Huneeus, D i p u t a d o por E l q u i . — E n r i q u e Gana,, D i p u t a d o por E l q u i . — F r a n c i s c o Gandarillas, Diputado por Coquim b o . ' — E n r i q u e Matte, D i p u t a d o por O v a l l e . — F r a n c i s c o Donoso Vergara, D i p u t a d o por O v a l l e . — J u a n Francisco Rivas, Diputado por O v a l l e . — F é l i x Mackenna, Diputado por O v a l l e . — P e d r o N. Vicíela, D i p u t a d o por la S e r e n a . — Garlos Vicuña, Gerrero, D i p u t a d o p o r la Serena.—José A. Tagle A., D i p u t a d o por C o m b a r b a l á . — F r a n c i s c o Carvallo Elizalde, D i p u t a d o por C o m b a r b a l á . — J a v i e r Varas Mchrin, D i p u t a d o p o r I l l a p e l . — N . Hurtado, Diputado por Illapel.

Al señor Intendente de la provincia de Coquimbo. Al Comandante del Batallón Coquimbo. M A N I F E S T A C I Ó N D E LOS R E P R E S E N T A N T E S A L C O N G R E S O

POR

LA PROVINCIA D E COQUIMBO.

Santiago, Junio 29 ele 1880. Señor: L a c o n d u c t a del Batallón n ú m e r o 1 de C o q u i m b o , que U d . dignamente c o m a n d ó en la gloriosa batalla del A l t o de Tacna, c o n d u c t a atestiguada p o r el ejército entero i por todos los boletines de la victoria, ha llenado al país de admiración i de lejítimo orgullo a su provincia nativa. Cupo, en efecto, a ese noble cuerpo, de reciente formación, la señalada honra de marchar al asalto de las formidables posiciones del e n e m i g o en el m o m e n t o crítico de la batalla, i decidir ésta con heroico e m p u j e en el centro de la línea de combate, arriando las rotas alas del ejército d e la alianza hasta el fondo del valle, tomándole sus a m bulancias, sus jefes i sus estandartes, al paso que, por una escepcion, q u e recojerá la historia, el s u y o propio recibía 11 balazos i quedaba su asta teñida c o n la sangre j e n e r o sa de los seis valientes que le sirvieron alternativamente de escolta, de portas i de mártires en el camino del triunfo. N u e v e oficiales i 127 soldados dejados fuera de c o m b a tes en esa marcha rápida e irresistible, pusieron en seguida, en pos del pabellón, el sello de la gloria al antiguo heroismo coquimbano.

CONTESTACIÓN

Santiago,

Julio

23 ele 1880.

Señores de t o d o m i respeto: N a d i e c o n o c e c o m o y o , q u e h e tenido la honra de m a n dar el Batallón C o q u i m b o , c u a n j u s t o s i merecidos son los elojios que le prodigáis en la nota que he recibido al llegar a Santiago i que m e apresuro a contestar. Resumís en ella elocuentemente la parte que a ese q u e rido batallón le c u p o en la gloriosa batalla de Tacna; pero n o habéis visto, c o m o he visto y o , la moralidad intachable, la perfecta disciplina i el entusiasmo de todos los m o m e n t o s con que oficiales, clases i soldados supieron s o portar largas penalidades i prepararse para derramar gustosos su sangre en defensa de la patria. La heroica c o n d u c t a que en los combates ha tenido, podia preverse desde m u c h o tiempo por cuantos tuvieron oportuninad de c o n o c e r ese batallón. Así, señores, al contestar vuestra nota, c u y o s benévolos conceptos a mi persona agradezco profunda i sinceramente, y o debia a mi turno felicitaros c o m o a representantes de la provincia de C o q u i m b o por la gloria de que sus h i j o s se l i a n cubierto. N o d u d o que ellos, lejos de sus hogares, recibirán c o m o


CAPITULO

uno de los m a s altos premios las gratas alabanzas q u e a n o m b r e d e la p r o v i n c i a q u e l o s vio nacer les enviáis. P o r eso m e he apresurado a trasmitirla a ñ n d e q u e se les c o m u n i q u e en la orden del dia. Mientras tanto, i deseando q u e m i herida m e permita c u a n t o antes v o l v e r al m a n d o del C o q u i m b o , estoi seguro de ser el fiel intérprete d e los señores oficiales, clases i soldados al espresaros su profunda gratitud p o r vuestra l e vantada i patriótica nota. T e n g o , señores, a m u c h a honra el suscribirme vuestro atento i seguro servidor. Por mi hermano Alejandro, J. E U S T A Q U I O GOBOSTIAGA. A los señores senadores Jerónimo Urmeneta i Bcnjamin Vicuña Mackcnna i señores diputados P. N. Videla, E. Matte, J. A. Tagle A . . Jorje Hunecus, J. Francisco Rivas, Cirios Vicuña Guerrero, J. N. Hurtado, Francisco Gandarillas, Enrique Gana, Javier Varas Marin, Félix Mackenna, F. Donoso Vergara i Francisco Carvallo Elizalde.

FELICITACIÓN

A L BATALLÓN

ESTADO MAYOR

CHILLAN.

JENERAL.

Tacna,

Junio

26 de 1880.

E l d e p a r t a m e n t o d e Chillan h a tenido siempre u n h o n o r q u e nadie p u e d e disputarle: el haber d a d o a Chile en sus horas de conflicto el m a y o r n ú m e r o d e soldados. D e allí han salido, en todas las épocas, los mas distinguidos defensores d e la h o n r a nacional, c o m o si en la atmósfera de ese h e r m o s o i libre p u e b l o aspiraran sus h o m b r e s el fuego del patriotismo. Chillan n o podia, pues, desmentir sus h o n r o s o s e históricos antecedentes c u a n d o n a c i ó la c o n t i e n d a c o n l o s pueblos aliados del Perú i Bolivia. E s p o r eso q u e desde el principio sus hijos h a n i d o a ocupar el puesto del pelig r o i del honor en los distintos cuerpos del eje'rcito. D e manera q u e Chillan es el p u e b l o q u e m a s v e n c e d o r e s ha e n v i a d o a la guerra. Pero n o era eso bastante, i su óbolo verdaderamente precioso es el c u e r p o q u e lleva su n o m b r e i q u e manda Vargas P i n o c h e t , ese veterano c o s e c h a d o r d e triunfos, d i g n o representante d e Chillan, el c o n t r i b u y e n t e activo e incansable d e valerosos soldados. El Batallón Chillan, escribió u n a brillante pajina en la batalla d e las alturas d e T a c n a . R o d e a d o , estrechado, f u silado p o r t o d o s lados, s u p o pelear h e r o i c a m e n t e i abrirse paso c o n sus victoriosas bayonetas. N o eran h o m b r e s los q u e se batian; eran los hijos d e Chillan q u e buscaban la gloria d e Chile i d e su p u e b l o . E n esos m o m e n t o s García V i d e l a era también d i g n o c o m p a ñ e r o d e Vargas P i n o chet, p o r su serenidad i valor. H é a h í p o r q u é el q u e suscribe, a n o m b r e d e l señor Jeneral i en el s u y o propio, tiene el m u i alto h o n o r de felicitar a V . S., a la c i u d a d de Chillan i a la provincia entera, p o r la c o n d u c t a del bravo batallón que tan alto h a levantado la bandera de la R e p ú b l i c a . D i o s guarde a V . S. J. V E L A Z Q U E Z . Al señor Intendente de la provincia del Nuble.

MANIFESTACIÓN D E L A MUNICIPALIDAD D E CHILLAN.

S e ñ o r Teniente Coronel d o n J u a n A n t o n i o Vargas P i n o chet. El acta d e la sesión celebrada p o r la Ilustre M u n i c i p a lidad d e Chillan el 14 d e l corriente J u l i o , a q u e se refiere el n ú m e r o 5. ° d e esta copia, d i c e a la letra c o m o sigue: " E l señor I n t e n d e n t e espuso: q u e a u n q u e todos los cuerpos del ejército q u e t o m a r o n parte en la batalla de T a c n a habían c o m p e t i d o a porfía en valor para desalojar TOMO I I I — 1 8

PRIMERO.

137

al e n e m i g o de sus posiciones, m e r e c i e n d o , p o r cosiguiente, todos ellos la gratitud del país, se distinguió tanto c o m o el q u e m a s , el Batallón m o v i l i z a d o Chillan, f o r m a d o casi esclusivamente c o n los hijos de este pueblo. Q u e así consta de todos los partes pasados al S u p r e m o G o b i e r n o , de las correspondencias publicadas por la prensa i ú l t i m a m e n t e d e una nota q u e ha sido dirijida a la I n t e n d e n c i a c o n fecha 26 del pasado J u n i o , p o r el Jefe de Estado M a y o r del ejército, señor coronel d o n José Velazquez, en la cual se leen, entre otros, los siguientes h o n r o s o s c o n c e p tos para este pueblo. " E s p o r eso q u e los hijos de Chillan h a n i d o desde el principio a ocupar el puesto del peligro i del h o n o r en los distintos cuerpos del ejército. D e manera q u e Chillan es el pueblo q u e m a s v e n c e d o r e s h a enviado a la guerra. Pero n o era eso bastante, i su ó b o l o verdaderamente p r e c i o so es el c u e r p o qne lleva su n o m b r e i m a n d a Vargas P i n o c h e t , ese veterano conservador de los triunfos, d i g n o representante d e Chillan, este c o n t r i b u y e n t e activo e i n cansable d e valerosos soldados. E l Batallón Chillan, señor, escribió una brillante p a j i na en las alturas d e Tacna. R o d e a d o , estrechado i fusilad o p o r todas partes, supo pelear heroicamente i abrirse paso c o n sus victoriosas bayonetas. N o eran h o m b r e s l o s q u e combatían; eran los hijos d e Chillan q u e b u s c a b a n la gloria de Chile i d e su pueblo. E n esos m o m e n t o s García Videla era también d i g n o c o m p a ñ e r o d e Vargas P i n o c h e t p o r su serenidad i valor. H e ahí p o r q u é el q u e suscribe, a n o m b r e del señor Jeneral en Jefe i en el s u y o p r o p i o , tiene el m u i alto h o n o r de felicitar a V . S., a la c i u d a d de Chillan i a la provincia entera p o r la c o n d u t a del brav o batallón q u e tan alto h a levantado la bandera d e la República." E n vista d e esta n o t a i d e m á s antecedentes de q u e se h a h e c h o m e n c i ó n , el señor I n t e n d e n t e sometió a la a p r o b a c i ó n d e la sala las siguientes proposiciones, q u e fueron votadas p o r aclamación: 1. - L a Ilustre M u n i c i p a l i d a d del departamento acuerda felicitar a los jefes, oficiales, clases i soldados del B a tallón c í v i c o m o v i l i z a d o Chillan p o r la gloria q u e para ellos i para su pueblo natal adquirieron c o n su heroico c o r p o r t a m i e n t o en la batalla de los A l t o s de Tacna. e

2. ^ A c u e r d a dar las gracias, a n o m b r e de la p r o v i n c i a del N u b l e , a los jefes dei Chillan, c o m a n d a n t e d o n J u a n A n t o n i o Vargas P i n o c h e t i sarjento m a y o r d o n Daniel García Videla, p o r el acierto c o n q u e h a n sabido hacer d e los 600 reclutas q u e esta provincia les confió otros tantos valientes veteranos, h o n o r d e l ejército de Chile, i p o r el estremo valor i arrojo c o n q u e los llevaron al c o m b a t e el dia 26 de Mayo, c o n s i g u i e n d o c o n su e j e m p l o la h o n r o s a c o n d u c t a q u e t o d o el c u e r p o observó en aquella m e m o rable j o r n a d a . 3. Consignar en esta acta, para perpetua m e m o r i a , los n o m b r e s del capitán d o n J u a n Manuel Jarpa i d e los subtenientes d o n Manuel Urrutia i d o n A b r a h a m R e yes Basso d e d i c h o batallón, q u e en los Altos d e T a c n a dieron gloriosamente la vida c o m b a t i e n d o p o r la defensa i la h o n r a de la patria. 5 5

4. ^ Manifestar al señor Jeneral en Jefe del ejército en campaña, d o n Manuel B a q u e d a n o , i al Jefe de Estado M a y o r , c o r o n e l d o n José Velazquez, su agradecimiento por los honrosos c o n c e p t o s consignados en la nota citada, que les b a n m e r e c i d o el p u e b l o d e Chillan i el batallón que lleva su n o m b r e . 5. A c u e r d a , finalmente, remitir a los citados jefes del Batallón m o v i l i z a d o Chillan, señores Vargas P i n o c h e t i García Videla, copias de esta acta en la parte c o r r e s p o n diente firmadas p o r t o d o s los m i e m b r o s presentes d e la Ilustre Municipalidad, rogándoles se sirvan aceptar esta m o d e s t a manifestación c o m o u n a prueba d e la admiración i gratitud de su país í en especial del pueblo d e su nacimiento, p o r h a b e r c o n t r i b u i d o tan p o d e r o s a m e n t e a dar a la patria u n o de sus m a s grandes dias de gloria c o n el 05


GUERRA DEL

138

espléndido triunfo alcanzado el 26 de M a y o de 1880 sobre los enemigos de Chile. Chillan, Julio 14 de 1880. Carlos Alejandro —Manuel vera.

Castellón.—Juan A. Ojctla.—Luis Barros.— Urrutia,.—•Cirilo Gatic.a.—Jorje Anu'andter. Munita Gorruaz.—Daniel Acuña,—Diego Ri-

FELICITACIÓN AL BATALLÓN BÚLNES I REJI-MIENTO SANTIAGO. ESTADO MAYOR JENERAL

Tacna,

Junio

26 ele 1880.

L a capital de la República, señor, debe a estas horas encontrarse alegre p o r el gran triunfo o b t e n i d o en las alturas de Tacna, i orgullosa p o r haber enviado a la guerra, esclusive mente de su seno, dos cuerpos que p o r diversos títulos se han h e c h o acreedores al respeto i a la gratitud del país. S o n esos cuerpos el R e j i m i e n t o Santiag o i el Batallón Búlnes. El primero, p o r diferentes circunstancias, n o p u d o asistir a n i n g u n o de los c o m b a t e s de la campaña de Tarapacá, pero ha h e c h o c o n brillo la de Tacna. E s t u v o en la audaz t o m a de los Anjeles i en la batalla de las alturas de Tacna. S u c o m p o r t a m i e n t o fué aquí h e r m o s o , d i g n o de los m e jores elojios. S u puesto estaba al lado del 2. ° de línea, el dos veces heroico i despedazado rejimiento. ¡Qué í m p e t u , q u é entusiasmo, qué bravura la de sus soldados! Herida i muerta la m a y o r parte de su j e n t e , no vaciló, sin e m b a r go, i a paso de vencedores d o m i n ó las alturas en d o n d e el e n e m i g o formaba el centro de sus resistencias. ¡Gloria al Santiago que así ha peleado i así ha v e n c i d o !

PACIFICO.

COMPORTAMIENTO D E LOS BATALLONES VALPARAISO I NAVALES. TELEGRAMA DEL JENERAL BAQUEDANO. (Recibido a la 1.40 P. M.)

Iquique,

Julio

28 de 1S80.

Señor Altamirano: Jeneral B a q u c d a n o dice para V. S. lo siguiente: "Batallón Valparaiso desplegóse en guerrilla al frente de la 1. Division, portándose heroicamente, tanto su jefe el coronel N i ñ o , c o m o los oficiales i tropa del c u e r p o , hasta quedar casi destruido p o r las bajas que esperimentó, i razón por la cual dirijí a V . S. una nota r e c o m e n d á n dole a d i c h o j e f e , al m i s m o tiempo, al S u p r e m o G o b i e r n o que lo llamara en su grado de coronel al ejército, acto de j u s t i c i a que el G o b i e r n o ha c u m p l i d o . Batallón Naval se portó heroicamente también, entrando en c o m b a t e c o n su valiente coronel Urriola a la cabeza i desplegando gran valor i serenidad. Este j e f e perdió el caballo que m o n t a b a i vio caer heridos a tres que estaban a su lado. D e j o contestadas a las dos preguntas q u e m e hace." d

(Firmado.)—YILLAGRAN.

XVI!. S a m a debió ser

la

base de operaciones

del

ejército

aliado: correspondencia a la " T r i b u n a " de la

I'az.

CAMPAMENTO DEL EJÉRCITO UNIDO.

Tacna,

Mayo

6 de

1880.

H a g a m o s lo posible p o r apuntar algo que sirva m a s tarde de testimonio verídico al j u i c i o de la historia i s o bre el que pueda levantarse el gran proceso o la e p o p e y a inmortal. L o s directores del ejército u n i d o , al saber q u e el del e n e m i g o recibía refuerzos i se preparaba a una resuelta espedicion, empezaron a acordar las medidas m a s c o n v e nientes para la defensa de T a c n a i Arica. El Comandante en Jefe del ejército boliviano indicó la idea de la inmediata o c u p a c i ó n de Sama, por ser el p u n t o mas estratéjico de esta zona, p o r estudio q u e había h e c h o en él personalmente i por estar situado de tal manera, que d e f e n d i é n d o l o se tenia, para el caso de un desastre, fácil retirada a la cordillera. A d e m á s que S a m a está p r o C o m o V. S. lo sabe, las buenas reservas son la fuerza i la visto de lo principal para un ejército: agua i leña. seguridad de un ejército el dia de la batalla. El Búlnes E l Jeneral en Jefe del ejército peruano, de idea c o n t r a h a formado parte de ellas, j u n t o c o n los mas veteranos ria, era de parecer que no se debia salir de T a c n a hasta Tejimientos, lo que significa un alto h o n o r . A d e m á s , ha que el e n e m i g o n o estuviera a sus puertas, para guardar sido en Dolores, en Anjeles i en Arica, u n centinela de así, a u n m i s m o tiempo, T a c n a i Arica, teniendo éste para nuestra artillería. El fué, por último, quien b u s c ó i halló un caso fatal c o m o ú l t i m o baluarte. las piezas perdidas en el desastre de Tarapacá. El primero alegaba que Arica n o p o d í a servir de ninEl que suscribe, a n o m b r e del señor Jeneral en Jefe i g ú n m o d o do asilo para u n ejército por tener contra sí las en el suyo propio, se hace un deber i u n h o n o r en felicibaterías de la escuadra chilena además del ejército de tar, de la manera mas sincera i ardiente, a Y . S. i a la p r o tierra; por la falta absoluta de víveres en ese p u e r t o , q u e vincia de Santiago, p o r haber m a n d a d o a la guerra a los hacia insostenible una resistencia; p o r q u e en S a m a era dos brillantes cuerpos citados. tan fácil cortar el paso al e n e m i g o para A r i c a c o m o estanT a m b i é n merecen ser m e n c i o n a d o s otros dos h e r m o s o s do en Tacna, i p o r q u e aquél podía m u í bien llegar a las cuerpos que la provincia de Santiago h a enviado a defencabeceras de esta ciudad, es decir, a Pachía i Calaña, c o n der los derechos de Chile: el Esmeralda i el C h a c a b u c o , eslo que nos obligaba a desocupar T a c n a , c o r t á n d o n o s el te ú l t i m o c o m o el representante de la entusiasta i ardoroagua, tocio lo que se evitaba c o n la posesión de Sama. sa clase obrera de aquella capital. A m b o s han peleado i Entretanto, este importante valle estaba g u a r d a d o tan soportado todos los azares de la guerra c o n abnegación i solo por unos 150 Nacionales i otros tantos de caballepatriotismo. ría, al m a n d o del coronel A l b a r r a c m , que se nos d i c e p e D í g n e s e V . S. aceptar las consideraciones de aprecio i dia refuerzos c o n insistencia al saber la a p r o x i m a c i ó n de respeto c o n que se suscribe de Y . S. atento servidor. tropas enemigas. P o r fin, el 18 de Abril, este coronel, después de una J. Y E L A Z Q U E Z inútil resistencia, t u v o que ceder a mayor fuerza, i c o n Al señor Intendente de Santiago, don Zenon Freiré. gran sentimiento v i m o s llegar prófugos de la desigual refriega, que nos decían c o n lágrimas en los ojos: h a n t o m a d o Sama,

El segundo, el Búlnes, n o ha p o d i d o todavía batirse c o m o el primero, a posar de sus deseos i los nuestros. A r m a al brazo h a esperado en los c o m b a t e s el m o m e n t o de probar que sus soldados son dignos hijos de Chile i q u e si ayer guardaban el orden, h o i pueden pelear c o m o los mejores en defensa de su patria. Pero si el c u e r p o m e n c i o n a d o no h a tenido la fortuna de batirse, h a tenido, en c a m b i o , lo que significa m u c h o , la honra de ser u n o de los mas morales i disciplinados del ejército. P u e d e d e cirse que ha sido e j e m p l o de todas las cualidades que merecen consideración en la milicia. El primero h a tenido, pues, la gloria de las armas, i el s e g u n d o la gloria de la moralidad.


CAPITULO

Inmediatamente el Comandante en Jefe de nuestro ejército, u n tanto apesarado por la o c u p a c i ó n de las m a g níficas posiciones de aquel valle, se c o m p r o m e t i ó a r e c u erarlas c o n la.fuerza de su m a n d o , cueste lo que costare. iO que p u d i m o s ocupar pacíficamente, teníamos que ir a disputarlo a sangre i fuego. E n efecto, al día siguiente, es decir, el 19, esperando aquel fuese aceptado su ofrecimiento, dio principio a los preparativos de la m a r c h a , a fin de realizarla a la p r i m e ra palabra. E n esto llegó en la n o c h e del m i s m o dia el Jeneral d o n Narciso Campero, i el 21 fué investido, c o m o Presidente de una de las repi'iblicas aliadas, del cargo d e S u p r e m o Director de la guerra, q u e d a n d o frustrada la espedicion predicha. L a presencia del prestijioso Jeneral Campero en el teatro de la guerra i el carácter que traia, infundieron m u c h o aliento entre los defensores de la alianza, p o r q u e iba a ser una sola la cabeza que piense i obre, aunando los pareceres de los señores Montero i C a m a c h o i sacando el m e j o r partido de ambos.

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H a n pasado c o n ayer 15 días de que el Jeneral C a m pero tiene en sus manos la suprema dirección de la guerra. Desde el 30 del pasado, el ejército unido recibió orden de marcha, consecuencia sin d u d a del plan definitivo que se habría adoptado. D i c h a orden t u v o que prorogarse, dia por dia, por c o m pletar ciertos arreglos de m o v i l i d a d en el ejercito, hasta el 2 del presente, en que salimos de Tacna, entre el m a y o r entusiasmo de las tropas i del pueblo. A c a m p a m o s a legua i m e d i a de esta ciudad, entre el c a m i n o de T a c n a i Buenavista, en unas buenas posiciones elejidas al efecto. A l dia siguiente las caballerías tuvieron que regresar a T a c n a a hacer forrajear i dar de beber a las bestias. L a falta de agua fué el insuperable inconveniente c o n que tropezamos, pues que la que llevaban de Tacna no era suficiente. S e g u i m o s en el mismo c a m p a m e n t o l o s d i a s 3 i 4 hasta ayer 5, en que se dio orden de regreso. N o h e m o s entrado a la ciudad. Estamos a c a m p a d o s en el m i s m o orden de batalla que en los dias anteriores, en la esplanada p r ó x i m a al panteón i que se estiende al N o r t e de esta c i u d a d . S u p o n e m o s que aquí se piensa esperar al enemigo, para salirle al encuentro en caso necesario.

* Mientras tanto, preciso es decirlo, n o se h a practicado u n a operación de reconocimiento p o r nuestros cuerpos de caballería, c o m o es necesario en todas ocasiones i c o m o es usado en t o d o tiempo para los altos fines de la guerra. ¿Por qué esa omisión? H e aquí la pregunta q u e nos h e m o s h e c h o todos i cada uno de los concurrentes a la presente campaña. Confiamos, sin embargo, en que el S u p r e m o Director que la suprimió habrá sabido suplirla, valiéndose de otros medios que a nuestra perspicacia se ocultan por ahora. Mayo 9.—Se sabe que el grueso del ejército e n e m i g o ha entrado a Sama. ¿Qué haremos en esta situación? Se h a d a d o orden de marchar hacia las posiciones elejidas, según se dice, solo para saber en cuanto tiempo se pone el ejército en ellas. E n nuestra p r ó x i m a c o r r e s p o n d e n c i a , haremos v e r lo conveniente que nos habría sido o c u p a r Sama. ÚLTIMA

HORA.

Se ha suspendido la o r d e n de marcha por esta tarde. Si el e n e m i g o n o ha o c u p a d o aun con todas sus fuerzas las posiciones d e Sama, ¿no seria todavía t i e m p o precioso para ir a disputárselas? E L CORRESPONSAL.

PRIMERO.

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XVIII. Biografía del capitán del Batallón Atacaina Rafael Torreblanca, por Benjamin Vicuña Mackenna. I. Mayores i mas altos nombres de guerra ha c o n t a d o en sus anales el país; pero ninguno mas enérgicamente caracterizado c o n los ínclitos atributos del heroísmo, que el capitán d o n Rafael Torreblanca, c a m p e ó n lejendario del por tantos títulos famoso R e j i m i e n t o A t a c a m a i que m e reció ser d e n o m i n a d o , no obstante su escasa graduación, " e l Stonewall" de la guerra del Pacífico. F u é aquel bizarro oficial atacameño, c o m o su cuerpo i su bandera; i su breve, austera, bajo m u c h o s c o n c e p t o s sublime vida, es u n c o m p e n d i o enérjico, pero c o m p l e t o del poderoso individualismo, que en el hombre, c o m o la autonomía en el p u e b l o i la comarca, enjendra los p r o -

N a c i d o en Copiapó el 6 de Marzo de 1854 (¡ayer!) preparóse el austero m o z o por la jirmiasia de la escuela i de la calle a una vida de labor, h u y e n d o del blando regalo que le cabia c o m o al hijo u n d é c i m o de la tribu. Rafael era el B e n j a m í n de J acob. E l padre de Rafael Torreblanca tenia su n o m b r e i era hijo de Illapel, es decir, " h o m b r e del N o r t e . " F u é minero, i, c o m o d u e ñ o del Retamo i de la mina Remolinos, hízose u n dia millonario. Pero murió pobre en escudos, en el eterno remolino de la vida del cateador, este j u g a d o r que n u n c a apuesta a cartas vistas, i fué o p u lento solo en hijos varoniles. C o m o una c o m p e n s a c i ó n divina de 71 años de incansable l u c h a contra el infortunio, el venerable anciano m o ría en Copiapó el 16 de N o v i e m b r e de 1879, c u a n d o n o se habían apagado todavía los ecos guerreros que p r o c l a maban por las callos de la ciudad al hijo de su n o m b r e , "el héroe de Pisagua," dos semanas hacia. Su buena e s posa, la señora María Doralea, le había dejado algunos años antes, enriqueciendo su hogar, c o m o Rebeca, c o n 13 hijos. D e éstos, existen todavía c i n c o o seis varones i todos viven de sí mismos. Zacarías, que fué profesor en Lima, es al presente artillero en el ejército de Lima; E d e c i o es minero en Caracoles; Manuel A n t o n i o , jefe al presente de la familia, es minero en Copiapó. H u b o todavía u n quinto Torreblanca, l l a m a d o V í c t o r , i éste, v e n c i e n d o c o m o su n o m b r e , m u r i ó al frente de su c o m p a ñ í a en el c o m b a t e de los L o r o s el 13 de Marzo d e 1859. III. E d u c a d o en m e d i o de estos ejemplos de labor i sacrificio, ejercía Rafael Torreblanca, a la edad de 18 años, ( 1 8 7 2 ) la profesión que ejercitó en su m o c e d a d d o n Diego Portales, nacido a las puertas del taller de la Moneda: era ensayador. Mas c o m o adquiriera en el liceo, bajo el profesor'Carvajal, i en N a n t o c o , bajo el administrador García Uri.ondo, la perfección de su arte, o c u p ó , c u a n d o era todavía u n niño, ese empleo en j e f e en el establecimiento metalífero de A g u a Amarilla, de la casa de Edwards. IV. Pero así corno las sustancias ricas, q u e la tierra e x u d a bajo el c o m b o i la pólvora, hierven en el crisol al soplo del fuego, así en el alma de aquel m a n c e b o c o n c e n t r a d o i taciturno calentábanse los j u g o s que enjendran en la v o l u n t a d i en las fibras las acciones heroicas. E n 1873, c u a n d o tenia solo 19 años, intentó ir a Cuba para hacerse en sus montañas guerrillero de la libertad. P u s o en ejecución su viaje, pero su hermano mayor, Zacarías, q u e era profesor universal en el afamado Golejio Ingles de Lima, detúvole a su lado en esa ciudad, d o n d e otro capi-


GUERRA DEL PACIFICO.

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tan del Atacama, d o n R a m ó n Rosa Vallejas, m u e r t o en la Encañada, enseñaba a la sazón reclutas peruanos: " h e m b r e del N o r t e " . V. Hízoso en tal c o y u n t u r a Torreblanca profesor en el colejio ya citado de Lima, i enseñó a los peruanos lo que m e n o s saben i mas necesitan aprender, las matemáticas. C o m o S t o n e v a l l Jackson, profesor de matemáticas del colejio militar de Virjinia, Rafael Torreblanca tenia la pasión, casi el j é n i o , de los n ú m e r o s , i, c o m o el héroe virj i n i o , ocultaba j u n t a m e n t e bajo apariencias heladas el j é nio del heroísmo. Su posición de maestro en un país sin enseñanza era s u m a m e n t e precaria; pero la solución de un problema de contabilidad que traía preocupados a todos los bancos, consignaciones i trampas de Lima, lo proporcionó u n a m e diana cantidad ofrecida en ' p r e m i o , en los diarios, por la casa do Dreyfus. Con eso p u ñ a d o de dinero, Rafael T o r r e b l a n c a redimió a su h e r m a n o envuelto en cuitas, i j u n t o s dieron la vuelta al maltratado hogar. VI. Su padre, ya enfermo, entrególe sus derroteros, esta última i falaz heredad del minero, que es también su p r i m e ra i su postrera ilusión. I entonces Rafael Torreblanca tuzóse cateador, es decir, peregrino en el desierto. U n o de sus biógrafos ( c o n o c e m o s tres, c o m o Prat a tenido d o c e ) asegura que en la víspera de la guerra hizo Rafael T o r r e blanca u n descubrimiento en el desierto, a lo Montceristo, algo de encantado i fabuloso c o m o los tesoros del abate Faria en los sótanos del castillo Iff, que h e m o s visitado, pasando por encima de las piernas de prosaicos soldados, d u r m i e n d o la siesta del m e d i o día, en la rada de Marsella. Pero sea o n o sea, apenas sintió Rafael Torreblanca, allá en la apartada ruca del desierto, el tenue clarín de la llamada de la patria, acordóse de Cuba i se hizo s o l d a d o de Chile contra el Perú, c o m o se habría h e c h o guerrillero contra España. U n o de sus biógrafos añade que quiso a toda costa e n trar de soldado i rehusó el puesto de capitán. Otro, que es su d e u d o , afirma t o d o lo contrario, i a éste le creemos. Costóle esfuerzos ser admitido c o m o subteniente, i ello es lo propio de los h o m b r e s que pisotean los e m p e ñ o s c u a n d o otros los p o n e n de p i s a d e r a s . . . VIL La vida militar de Rafael Torreblanca es c o n o c i d a de t o d o el país c o m o alférez, c o m o teniente, c o m o capitán, c o m o héroe del Atacama. Cada batalla es un ascenso hacia la c u m b r e i u n ascenso en su carrera. E n Pisagua es el primero que descerraja las puertas del Perú trepando a la c u m b r e con c i n c o atácamenos, i es h e c h o teniente en el c a m p o de la lucha. E n los Alíjeles es el primero q u e sube al p i c o inaccesible, c o m o el águila, i es h e c h o capitán en la cima de la sierra, al ruido de los clarines que anuncian a Chile otra victoria. Pero d e j é m o s l e contar a él m i s m o con su briosa sobriedad cada una de sus etapas que, c o m o el Excelsior! del poeta, le c o n d u j e r o n a la cima resplandeciente de la g l o ria, desde Pisagua a San Francisco i desde los Alíjeles a Tacna, d o n d e al fin, fatigado de ascender, el ánjel de los heroísmos plegó sus alas sobre sus pálidas sienes i le llev ó en sus brazos al e m p í r e o d e los inmortales. VIII. Narrando, en efecto, una de esas cartas escritas del c o razón al corazón, entre las nubes de pólvora que el viento disipa todavía por los horizontes, contaba Torreblanca a su h e r m a n o priuiojénito, el 4 d e N o v i e m b r e , su participación personal en el c o m b a t e de la ante-víspera, i

de esta suerte, sin jactancia, pero c o n la nobilísima c o n vicción del deber, así se espresaba: "Instantes después saltaba a mi vez en tierra, N a d a avanzábamos con quedarnos ahí Gritando, ¡a la carga! me lancé entonces, espada en mano, sobre esa primera trinchera, arrastrando en pos mía sesenta soldados. Los e n e migos abandonaron el puesto sin que pudiéramos p o n e r los al alcance del brazo. El cerro es medanoso, así es que llegamos ahí estenuados de fatiga. Después de algunos minutos de descanso i de fuego, asalté la primera línea del ferrocarril. C o m o en todas partes, los bolivianos n o nos esperaron. Esta tirada fué mas larga que la anterior i solo m e acompañaron 18 o 20 soldados. A g u a r d é un cuarto de hora que se m e reunieran mas soldados, aguantando i contestando el fuego q u e nos h a cían los aliados desde la carretera, distante 30 metros sobre nuestras cabezas. D e ahí destaqué u n cabo de m i c o m p a ñ í a , José S. G a lleguillos, c o n 10 h o m b r e s para que hicieran desocupar la carretera inferior hacia el lado de la población, desde d o n de se hacia u n vivísimo fuego sobre los botes. O c u l t o tras el corte del cerro, p u d e observar el aspecto del combate. E l desorden era espantoso; los soldados se batian solos. Sin jactancia, creo q u e h e sido el oficial que se h a m a n t e n i d o mas a su alrededor." IX. Cometeríamos, al llegar aquí, una omisión culpable, aun en el estrecho marco de la vida de un batallador j u venil, si n o recordáramos en este lugar q u e el c a b o Galleguillos, m e n c i o n a d o en la presente pajina por su s u b t e niente, era hijo de aquel José Silvestre Galleguillos que, de simple sarjento de u n escuadrón de milicias de Ovalle, elevóse al rango de teniente coronel en el sitio de la Serena, i fué su alma, su temple i su heroísmo. El c a b o Galleguillos, d i g n o de su padre i de su jefe i n mediato, cayó en San Francisco, horas mas tarde, c o m o para probar que el valor es una herencia p o r lo m e n o s tan valiosa para la buena m e m o r i a i la fama c o m o la d e los potreros i la de los fardos. I d i c h o esto, v o l v e m o s a ceder la palabra a su caudillo. X. " . . . C o n mis o c h o soldados, — cuenta el ú l t i m o a su hermano,—resolví subir cuatro metros mas arriba, a unos peñascos b u e n o s para parapetos. E n esta corta subida m e mataron dos hombres. Con los seis restantes m e m a n t u v e 15 minutos haciendo fuego, i viendo, n o sin temor, q u e se aproximaban h a c i e n d o fuego los m i s m o s soldados que hicieron retroceder a los Zapadores. L a Covadonga, les lanzó, m u í a t i e m p o para n o s o t r o s , media d o c e n a de bombazos certeros, q u e los d e s o r g a n i zaron. Entonces nos atrevimos a embestirles, i, c o n mis seis soldados, o c u p é la carretera. A fuerza de gritos i de hacer señales subieron algunos soldados mas, i entre ellos u n corneta. H i c e tocar l l a m a da i a la carga, i a las 2 P. M. clavaba una banderita c h i lena en la cima del cerro en el c a m p a m e n t o boliviano." F u é esta hazaña, que en t o d o otro país habria d a d o títulos a quien la ejecutó para recibir en sus h o m b r o s las charreteras de capitán o de sarjento m a y o r , presenciada por todo el ejército i la marina; i en una carta d e familia da especial testimonio de ella, lleno de admiración, u n j o v e n soldarlo que moriría c o m o Torreblanca i a su l a d o , el capitán Moisés A . A r c e , según en la vida de este n o b i lísimo m a n c e b o habremos d e contarlo. XI. A l escalamiento de Pisagua siguió, por via de contraposición, el descenso de San Francisco, en c u y a falda, baj a n d o , hizo el Batallón A t a c a m a hazañas semejantes a la que, emprendiendo contra ruda c u m b r e , ejecutara el día de su formidable desenbarco.


CAPITULO

" A las 3 en p u n t o P. M., dice, refiriendo Torreblanca en otra carta aquella j o r n a d a , un cañonazo nuestro, lanzado sobre la derecha del e n e m i g o que avanzaba lentamente do Oeste a Este, i un ¡viva Chile! de t o d o el ejército fué la señal de desafío: una descarga inmensa de todos los cañones i fusiles enemigos, la contestación inmediata. Las granadas i balas llovían sobre nosotros, i c u a n d o el C o q u i m b o , a nuestra espalda, i la artillería de campaña i el 3. ° , abajo, r o m p i e r o n también sus fuegos, la tronadera fué espantosa. A las 4.45 P. M., el Zepita i otros cuerpos enemigos dieron una carga desesperada sobre la artillería do m o n taña, llegando valientemente al pié de los cañones. Los artilleros nuestros, la 3 . i 4. * c o m p a ñ í a que los protejian, recibían en esos instantes t o d o el fuego de t o d o el ejército e n e m i g o , i su situación fué desesperada. Los artilleros cesaron de disparar i clavaron dos cañones. E n tonces ordenó el c o m a n d a n t e Martínez cargar a la b a y o neta al teniente Moisés A. A r c e c o n los restos de su 3 . c o m p a ñ í a i a m í c o n una parte de la 2. q u e había sufrido m u i poco. Los aliados fueron barridos, i del primer e m p u j e llegamos al pié del cerro i los desalojamos de una oficina desde d o n d e p u d i e r o n fusilar, tras de trincheras, al p u ñ a d o do h o m b r e s q u e nos seguían. A r c e h a sido el héroe de la j o r n a d a . Y o lo alcancé m u i abajo." 1 3

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PRIMERO.

XVI. Encaminóse el capitán Terrablanca a su última j o r n a da con el presentimiento, casi con el c o n v e n c i m i e n t o de su fin. " E l Atacama, volvia a escribir a u n o de sus corresponsales de Copiapó, que solo recientemente ha d a d o a luz en un libro interesante estas íntimas confidencias, peleará nuevamente i sabrá c u m p l i r su consigna. ¡Ai, amigo! ¿me favorecerán los dados de la fortuna en esta otra j u g a d a ? T o d o es posible.... Soi soldado de la patria, agregaba, acentuando proféticamente su i n m a c u l a d o patriotismo, i tendré suficiente valor para esperar lo que venga, sea ello lo que sea. A l incorporarme en las filas del ejército, a b a n d o n é t o do, dispuesto a consagrarme a u n solo deber, por eso h e d i c h o en unos versos: ' 'En campaña, soldado i no poeta, Mi lira es hoi el refuljente acero, I mi música el toque de corneta, Que a cumplir su deber llama al guerrero.

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rt

No tengo ya esas notas que arrancaban El sentimiento al corazón ardiente I en amorosos cánticos llevaban Tiernos tributos de pasión ferviente. El amor, ¡ai! si en mi alma se atesora Es aquel a la patria que me inspira El deseo de verla triunfadora, De verla libre i que al progreso aspire!"

XII. Esta última confesión íntima de la fraternidad en el d e n u e d o , es característica. Es una revelación c o m p l e t a del alma del héroe. T o d a fanfarronería es mentira, i pollo m i s m o , t o d o heroísmo es verdad. I por esto, al ceder el paso de la gloria a su amigo, un simple telegrafista de Chañarcillo, pero q u e moria gloriosamente c o n él, T o r r e blanca n o h a c e sino realzar c o n el eco de innata i j e n e rosa verdad t o d o lo q u e anteriormente c o n sincera m o destia, pero sin a p o c a m i e n t o había d i c h o do sí mismo. XIII. U n a caracterización mas todavía del alma i de la m e n te d e los héroes verdaderos. Después de la batalla, Torreblanca recojió los c a d á v e res de sus tres c o m p a ñ e r o s muertos en la colina, el c a p i tán Yallejos i los subtenientes Blanco i W i l s o n ; i c o m o sintiera en sus adentros veleidades de poetas, el m i s m o escribió sobre tosca cruz este sencillo i, en el f o n d o del pensamiento i del dolor, elocuentísimo epitafio: "Cayeron entre el humo del combate, Víctima del deber i del honor. ¡Denodados i heroicos compañeros! Valientes del Atacama. ¡Adiós! Adiós!"

XIV. M a r c h a n d o c o n paso casi vertijinoso de altura en altura, c o m o los titanes de la Mitolojía, el A t a c a m a , después de San Francisco, escaló la c u m b r e de los Anjeles, i todos los q u e estas pajinas lean recordarán que en esa hazaña m e m o r a b l e Rafael Torreblanca, p r o m o v i d o y a a teniente, fué el primero en llegar a la meta, c o m o en Pisagua, pollo cual pusieron su n o m b r e en la orden del dia, solicitand o su j e f e para él, en el parte oficial de la jornada, su ascenso a capitán c o m o en el c a m p o de batalla, XV. Enfermóse después d e su proeza en el valle pestilente el endeble m o z o , que nunca, c o m o Moisés A r c e , c o m o J o sé i J o a q u í n Flores i c o m o Dardignac, t u v o sino frájil salud. Pero su alma n o habia nacido para consumirse atada por las vendas de los hospitales, i a p r o x i m á n d o s e el gran dia, d e j ó , pálido i d e m a c r a d o , el l e c h o i corrió a las filas. " E l susto d e Tacna, escribía j o c o s a i heroicamente a un deudo s u y o , m e quitará las tercianas."

Sí! éste es m i amor. A m o a la patria, p o r q u e adoro en ella mi hogar, mis creencias, mis afectos; t o d o lo grande i noble que encierra el círculo de la vida humana." XVII. Esto habia d i c h o , c o n ecos inferiores ciertamente en la forma a su sublime inspiración de bardo i ciudadanos, el capitán atacameño. I de igual manera dijera, antes que a la patria, a la m u j e r que amaba i de quien n o fuera c o m p r e n d i d o , al salir c o n su liviana m o c h i l a de soldado de los dinteles del ho^ar: ' 'Voi a buscar en medio de la guerra, Entre el humo sangriento del combate, Una bala piadosa que me mate O algún rayo de luz para mi sien..."

I así su propio vaticinio gloriosamente se c u m p l i ó ! XVIII. " . . . L a s distancias se fueron estrechando p o c o a p o c o , escribíanos, en efecto, el bravo capitán del A t a c a m a d o n A . M. López, a propósito de la participación de aquel cuerpo en la ardua j o r n a d a de Tacna, d o n d e peleó en el centro, sin embargo del gran n ú m e r o de bajas por a m b o s lados. H u b o un m o m e n t o en que estuvimos a sesenta m e tros, la m e n o r distancia que nos acercamos. A h í se m a n d ó a la 2. División hacer fuego en retirada, p o r q u e c o n s tando solamente de 2,000 h o m b r e s , nos encontramos c o n el grueso de ellos, c o m o 4,000, que en formación u n i da se aproximaban a nosotros haciendo fuego en avance i a m a r c h a redoblada. E n este m o m e n t o , nuestro ayudante m a y o r Moisés A . A r c e , espada en mano, m o n t a d o en una mala yegüita criolla, se adelantó hacia el e n e m i g o hasta confundirse en sus filas. Su intención era tomar u n bonito estandarte que lo tenían bien escoltado. Tres veces h i z o esta arriesgada e m presa, sin conseguir su objeto, c a y e n d o la tiltima de un balazo i recibiendo varios bayonetazos. A r c e , al pretender esa temeridad, n o solo se espuso a las balas enemigas, sino también a las nuestras. Pero ¡lo q u e puede el heroísmo! Ese h o m b r e solo h i z o retroceder a las filas enemigas por d o n d e atacó. ¡Fué un héroe! S u espada la conservamos empapada en sangre e n e m i g a Por otro lado cae también h e r i d o de u n balazo el d e n o d a d o capitán Rafael Torreblanca, el que es u l t i m a d o c o n rt


G U E R R A D E L PACIFICO.

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dos balazos mas I siete bayonetazos. S u corneta, Ceferino R o m á n , viendo que habia caído su capitán, se e c h ó al suelo boca abajo, p u d i e n d o así librarse del e n e m i g o q u e pasó por sobre ellos. ¿Por q u é n o respetaron las balas a la j o y a , al verdadero héroe d e Pisagua I d e los Anjeles? Torreblanca debia morir: su arrojo era temerario, sus h e c h o s n o eran c o m u nes: debia distinguirse siempre p o r algo h e r o i c o , p o r algo grande, c o m o se distinguiera en los Anjeles I en Pisagua, c o m o se habría también distinguido en D o l o r e s , s i s u c o m pañía n o hubiera estado en la reserva... ¡Oh, amigo, cuántas lágrimas nos cuestas! Sí: n o p u d i m o s reprimir las lágrimas c u a n d o vimos el cadáver del mas querido de nuestros compañeros." XIX. U n a palabra todavía sobre la vida postuma, la vida d e la inmortalidad en la c o n c i e n c i a d e los buenos, del c a p i tán héroe del Atacama. " T o d o l o que U d . dedique a su memoria,—escribíanos en 1880 u n digno a m i g o I c o m p a triota suyo,—será m u i bien aplicado. Copiapó entero h a lamentado su prematura muerte, pues, sin perjuicio d e otros, p u e d e afirmarse q u e en él cifraba Copiapó su o r g u llo, su lustre e n la presente guerra. Cuando llegó la noticia d e Tacna, d o s sentimientos opuestos d o m i n a b a n el corazón d e la ciudad: la gloria del triunfo, el duelo p o r Torreblanca." E n otra parte de su interesante epístola, solicitada p o r nosotros, el historiador d e Copiapó agrega del capitán d e Pisagua, d e Torata I del A l t o d e Tacna, estas palabras I este fallo: " P u e d e decirse d e Rafael Torreblanca q u e fué el Bayarelo copiapino, caballero sin miedo I sin reproche." Pero nó. Bayardo fué desde la cuna gran señor, I si bien murió c o m o el capitán atacameño en el c a m p o d e batalla, VIO la luz en el castillo de su n o m b r e i peleó siempre al lado d e los reyes a quienes, c o m o a Francisco I en M a rignan, armó caballero. P o r esto, a j u i c i o nuestro, a quien en realidad Rafael Torreblanca aseméjase respecto d e su cuna, de su profesión, d e su carácter i su patria, e n su austera vida de profesor I en su heroísmo sencillo d e soldado, es a aquel humilde maestro d e matemáticas q u e , c o m o él, d e j ó el colejio I el compás para ir a pelear p o r los fueros de su comarca natal, I c o m o él murió en t e m prana edad en el sitio del honor. Rafael Torreblanca, nivelando su talla a su país I a la edad prematura en q u e sucumbiera., será para Chile la imájen viva d e aquel capitán que, i n m ó v i l c o m o su brigada en la batalla d e Bull R a n , h i z o esclamar al Jeneral Lee en su parte oficial d e la j o r n a d a I de la victoria, d á n dole n o m b r e histórico desde entonces: " L a Brigada J a c kson se m a n t u v o c o m o u n a muralla d e cal I canto." I así, C a l i Canto llamóse él desde entonces. (Stonewall Jackson) I su Brigada Stonetvall brigade. ¿I n o es verdad q u e c o n igual justicia en la futura h i s toria militar d e Chile, el Batallón A t a c a m a , q u e en la campaña antes d e Lima llevaba perdidos, sobre 600 plazas, 476 hombres I 19 oficiales, debiera asimismo llamarse: E l Batallón Cal I Canto d e la 3. ^ guerra del Perú? XX. Esto p o r l o q u e se refiere a la patria, a la posteridad i a la gloria. Pero en su significación puramente comarcana, q u e es la q u e aquí h e m o s seguido d e preferencia e n c o m i a n d o en cuanto sea posible en la vida i en el alma d e u n soldado la vida I el alma del p u e b l o en q u e naciera, I q u e antes otro caudillo d e su m i s m o temple llevara a las batallas, la memoria d e Rafael Torreblanca tendrá u n a significación m u c h o m a s marcada I perdurable. Pedro L e ó n Gallo, atacameño c o m o él I a quien h e m o s arriba aludido, caudillo e n los Loros, en Cerro Grande I en el Senado de la República, en c u y a brecha cayera, ten-

drá en efecto m a s tarde u n a estatua en el valle e n q u e viera la l u z , c o m o Guillermo Tell e n K u s s n a c h t al pió del Rhigi. Pero Rafael Torreblanca alcanzará en su p u e b l o u n culto, c o m o el hijo del libertador helvético q u e soportó en su cabeza el blanco d e la saeta. Para P e d r o L e ó n Gallo, adalid d e A t a c a m a , el b r o n c e . Para Rafael Torreblanca, el albo m á r m o l d e un sarcófago, en el q u e quepan entrelazadas entre laureles s e gados en el nativo valle, estos cuatro n o m b r e s arrancados a la e n e m i g a sierra: P I S A G U A I D O L O R E S . — L o s A N J E L E S I TACNA.

XIX. Santo, seña i contra-seña dado al ejército peruano, en Lima, p o r el Estado M a y o r Jeneral, d u r a n t e

elm e s

de Mayo de 1 8 8 0 .

(Inédito.) ESTADO M A Y O R

J E N E R A L D E L O S EJÉRCITOS.

Lima,

Mayo

1. °

de 1880.

Señor Coronel Inspector i Comandante Jeneral de Artillería.

SANTO. Lanceros-Lancead—Ladrones. F R A N C I S C O D E P. S E C A D A . E S T A D O M A Y O R J E N E R A L D E LOS EJÉRCITOS.

Lima,

Mayo

8 de 1880.

Señor Coronel Inspector i Comandante Jeneral de Artillería.

SANTO. Marcialmente—Marcharemos—Mañana. F R A N C I S C O D E P. S E C A D A . ESTADO M A Y O R

J E N E R A L D E L O S EJÉRCITOS.

Lima,

Mayo

3 de 1880.

Señor Coronel Inspector i Comandante Jeneral de Artillería.

SANTO. Nuestra—Noble—Nación. FRANCISCO

D E P.

SECADA.

ESTADO MAYOR JENERAL D E L O S EJÉRCITOS.

Lima,

Mayo

A de 1880,

Señor Coronel Inspector i Comandante Jeneral de Artillería.

SANTO. Ordenes—Obedecemos—Orgullosos. F R A N C I S C O D E P. S E C A D A . ESTADO M A Y O R JENERAL D E L O S

Lima,

EJÉRCITOS.

Mayo

5 de 1880.

Señor Coronel Inspector i Comandante Jeneral de Artillería.

SANTO. Pernoctad—Peruanos—Patriotas. F R A N C I S C O D E P.

SECADA.

ESTADO M A Y O R J E N E R A L D E LOS EJÉRCITOS.

Lima,

Mayo

G de 1880.

Señor Coronel Inspector i Comandante Jeneral de Artilería

SANTO. Quillota—Quedará—Quemada. FRANCISCO

D E P.

SECADA.


CAPITULO PRIMERO.

ESTADO M A Y O R JENERAL

DE

ESTADO

LOS E J É R C I T O S .

Lima, Mayo

143

M A Y O R J E N E R A L D E LOS

7 de 1880.

Señor Coronel Inspector i Comandante Jeneral de Artillería.

Lima,

EJÉRCITOS.

Mayo

SANTO.

Mackenna—Miente—Mucho.

F R A N C I S C O D E P.

ESTADO M A Y O R JENERAL D E

LOS EJÉRCITOS.

Lima,

El sub-jefe,

SECADA.

Mayo

ESTADO MAYOR

VIDAL GARCÍA I GARCÍA.

JENERAL DE

8 de 1880.

Señor Coronel Inspector i Comandante Jeneral de Artillería.

LOS

Lima,

EJÉRCITOS.

Mayo

SANTO.

Grandes—Glorias—Ganamos.

Rancio—Ratero—Riveros. PEDRO SILVA.

D E LOS EJÉRCITOS.

Lima,

Mayo

PEDRO

ESTADO

MAYOR JENERAL DE

9 de 1880.

Señor Coronel Inspeetor i Comandante Jeneral de Artillería.

Lima,

Mayo 18 de 1880.

Terribles—Tacneños—Triunfareis.

F R A N C I S C O D E P. S E C A D A .

E S T A D O M A Y O R J E N E R A L D E LOS

EJÉRCITOS.

Mayo

E l sub-jefe, ESTADO

VIDAL GARCÍA I GARCÍA.

M A Y O R J E N E R A L D E LOS E J É R C I T O S .

10 de 1880.

Señor Coronel Inspector i Comandante Jeneral de Artillería.

Lima,

Mayo 19 de 1880.

Señor Coronel Inspector i Comandante Jeneral de Artillería.

SANTO.

SANTO.

Tendremos—Terribles—Torpedos.

Bravos—Bolivianos—Batid.

F R A N C I S C O D E P.

Mayo

PEDRO

SECADA.

ESTADO MAYOR

M A Y O R J E N E R A L D E LOS E J É R C I T O S .

Lima,

LOS E J É R C I T O S .

SANTO.

Seremos—Siempre—Soldados.

Lima,

JENERAL

Mayo 20 de 1880.

Señor Coronel Inspector i Comandante Jeneral de Artillería.

SANTO.

SANTO.

Rateros—Repudiados—Rotos.

Urje—Ultimar—Usurpadores.

PEDRO

PEDRO SILVA.

D E LOS

Lima,

E S T A D O M A Y O R J E N E R A L D E LOS

EJÉRCITOS.

Mayo

12 de

Lima,

1880.

PEDRO SILVA.

J E N E R A L D E LOS

Mayo 13 de 1880.

1880.

VIDAL GARCÍA I GARCÍA.

J E N E R A L D E LOS EJÉRCITOS.

Lima, Mayo

25 de 1880.

SANTO. Valientes—Inmortales—Glorias.

Intereses—Imponen—Infidencia. VIDAL GARCÍA I GARCÍA.

M A Y O R J E N E R A L DE LOS

Mayo

11¡. de

E l sub-jefe, V I D A L

GARCÍA I GARCÍA.

ESTADO MAYOR JENERAL DE

EJÉRCITOS.

1880.

Señor Coronel Inspector i Comandante Jeneral de Artillería.

SANTO. Cobardes—Combaten—Corriendo. E l sub-jefe,

SI de

Señor Coronel Inspector i Comandante Jeneral de Artillería.

SANTO.

Lima,

El s u b - j e f e , ESTADO MAYOR

EJÉRCITOS.

Señor Coronel Inspector i Comandante Jeneral de Artillería.

ESTADO

Mayo

Luchando—Lograremos—Laureles.

Valientes—Vendréis—Victoriosos.

El sub-jefe,

EJÉRCITOS.

SANTO.

SANTO.

Lima,

SILVA.

Señor Coronel Inspector i Comandante Jeneral de Artillería.

Señor Coronel Inspector i Comandante Jeneral de Artillería.

ESTADO M A Y O R

SILVA.

D E LOS E J É R C I T O S .

Lima,

11 de 1880.

Señor Coronel Inspector i Comandante Jeneral de Artillería.

ESTADO MAYOR JENERAL

SILVA.

Señor Coronel Inspector i Comandante Jeneral de Artillería.

SANTO.

ESTADO

16 de 1880.

Señor Coronel Inspector i Comandante Jeneral de Artillería.

SANTO.

JENERAL

1880.

SANTO.

Ruines—Rotos—Ruborícense.

ESTADO M A Y O R

15 de

Señor Coronel Inspector i Comandante Jeneral de Artillería.

VIDAL GARCÍA I GARCÍA.

LOS

Lima,

EJÉRCITOS.

Mayo

27 de 1880.

Señor Coronel Inspector i Comandante Jeneral de Artillería.

SANTO. Soldado—Peruano—Sufrido. El s u b - j e f e , V I D A L

GACÍA I GARCÍA.


G U E R R A D E L PACIFICO.

144

E S T A D O M A Y O R J E N E R A L D E LOS EJÉRCITOS.

Lima,

Mayo

29 de 1SS0.

Señor Coronel Inspector i Comandante Jeneral de Artillería.

SANTO. V a l o r — Constancia— Resignación. El s u b - j e f e , V I D A L G A R C Í A I G A R C Í A .

E S T A D O M A Y O R J E N E R A L D E LOS EJÉRCITOS.

Lima,

Mayo

30 de 1SS0.

Señor Coronel Inspector i Comandante Jeneral de Artillería.

SANTO. S o l d a d o — Moral—Disciplinado. El sub-jefe, VIDAL

GARCÍA I

GARCÍA.

E S T A D O M A Y O R J E N E R A L D E LOS EJÉRCITOS.

Lima,

Mayo

31 de 1880.

Señor Coronel Inspector i Comandante Jeneral de Artillería.

SANTO.

i d e la inquietud q u e ayer nos dominara, p o r q u e esta es la hora suprema d e las satisfacciones d e l regocijo d e Chile! E l e n e m i g o h a h u i d o e n dispersión, aterrorizado i d e j a n d o el c a m p o regado c o n su sangre... Cumplió su deber c o m o valiente, i cedió, por fin, a la pujanza sin e j e m p l o del chileno, v e n c e d o r en todas partes, héroe en todas l a s batallas i en todas las ocasiones d e serlo p o r el h o n o r i p o r la gloria d e la patria. E n pocas horas recibiremos la noticia d e que A r i c a es y a nuestra, c o m o lo fué Tarapacá, c o m o l o ha sido Tacna, c o m o lo será L i m a . ¡El Jeneral B a q u e d a n o es el héroe d e la gloriosa j o r n a da d e que nos o c u p a m o s . E l c o n d u j o al triunfo a nuestro ejército, i él llevará triunfante nuestra bandera hasta h a cer irradiar su estrella purísima en la m i s m a cúspide d e l palacio presidencial d e L i m a ! ¡El triunfo d e Tacna dibuja y a en el horizonte esa últitima gloria q u e será el término definitivo, necesario d e la presente guerra! ¡He ahí resuelto el problema d e nuestra supremacía emericana a q u e n o s dan d e r e c h o nuestros antecedentes, nuestro estado d e civilización, nuestro amor a la paz i al trabajo, i sobre todo, el temple acerado d e l corazón c h i leno i las virtudes nacionales q u e l o distinguen!

Union—Constituye—Fuerza. LUTO I LÁGRIMAS.

E l s u b - j e f e , V I D A L G A R C Í A I GARCÍA.

(Editorial de LA TRIBUNA de La Paz.)

XX. EDITORIALES. (Editorial de LAS NOVKDADES de Santiago del dia 29 de Mayo.)

El gloriso tricolor d e la patria, c o m o el arco iris q u e suc e d e a la l u c h a colosal d e los elementos, brilla h o i h e r m o so i espléndido sobre los baluartes q u e constituían el poder d e nuestros enemigos. Miles d e compatriotas, h e n chidos d e regocijo, ennegrecidos por el h u m o del c o m b a te, salpicados d e sangre lo rodean victorioso, elevando hasta l o infinito las aclamaciones d e la gloria i del triunfo d e Chile!_ D o s millones d e compatriotas los bendicen i los a d m i ran c o n la espontaneidad frenética d e su entusiasmo i d e su patriotismo. La obra está consumada, el éxito h a llenado d e esplendor la c o n d u c t a d e nuestros directores, d e q u e ayer llegó a dudar el enardecimiento i la urjencia d e nuestras p r o pias satisfacciones patrióticas. El c o m b a t e h a sido cruento, la batalla formidable, la resistencia del enemigo desesperada i terrible... Pero la previsión, el tino, la serenidad, el valor, el heroísmo d e nuestros bravos defensores i d e sus hábiles conductores, superaron todas las dificultades, vencieron todos los o b s táculos i arrollaron las barreras inespugnables q u e el e n e m i g o les opusiera... Tardaron para llegar a Tacna, es verdad; pero llegaron para ver i vencer inmediatamente, sin tregua n i cuartel. A estas horas, i mientras nosotros estamos entregados al noble regocijo del patriotismo victorioso, e n m e d i o d e la lluvia d e flores i de bendiciones q u e cae a torrentes sobre la corona d e la patria, los ecos espantosos del p á n i c o repercutirán por todos los ámbitos d e ambas naciones aliadas! porque el núcleo de su p o d e r i d e su grandeza h a caído destrozado al pié d e nuestra bandera, inmaculada por la protección d e Dios i p o r el valor invencible d e nuestros héroes, p r o b a d o otra vez mas al frente de los b a luartes enemigos rendidos! ¡Gloria a D i o s en las alturas! ¡Gloria a nuestros valientes hermanos, q u e h a n sabid o ser el brazo d e su justicia i el engrandecimiento d e la patria! ¡Acállense ahora los ecos ardorosos d e la impaciencia

Y a n o p o d e m o s esperar nada; el c h o q u e d e las armas h a sido terrible i el resultado angustiosamente fatal para nosotros. Las lejiones d e la alianza, sus heroicos defensores, los abnegados patriotas q u e durante 15 meses aguardaron con el rifle al brazo al invasor; aquellos soldados d e p i e dra, ardientes i sufridos, t o d o ha sido arrastrado por el furioso aluvión. E m p e r o , ¿estamos absolutamente perdidos?

¡Nó! Los contrastes n o importan nada, c u a n d o se sabe pasar por e n c i m a d e ellos; c u a n d o hai suficiente valor i enerjía para dejar la pesada carga d e los dolores, d e las a n g u s tias i del martirio i preparar serenamente el rifle v e n gador. Los pueblos tienen sentimiento i tienen razón; n o es el valor del m o m e n t o el que deba marcar su destino. Meditemos bien antes d e obrar. L a precipitación j a m á s es buena consejera. El d e r e c h o es nuestro i el derecho es inmortal. N o siempre el triunfo a c o m n a ñ a a la justicia; la v i c t o ria es la infame prostituta d e l acaso. Atila, falto d e j e n i o , i Tamerlan sin arte, son sus f a voritos. El p u e b l o n o m u e r e ; la l u c h a n o h a terminado aun. Su postración, el letargo del m o m e n t o , n o será largo. El p u e b l o n o es, n o p u e d e ser el salvaje q u e cuide solo del arco i d e la aljaba i pase e n c i m a del cadáver d e l herm a n o para oponerse al vencedor. El pueblo t a m p o c o será aquella viuda india q u e vaya a la hoguera a consumirse c o n las cenizas d e su esposo. El p u e b l o llorará, envidiará acaso la suerte d e sus h e roicos mártires q u e y a c e n en el terrible, i solitario c a m pamento. ¡Oh! verá esas fisonomías amigas; verá esos cuerpos d e s parramados sobre la tostada arena; verá el o c é a n o q u e r o m p e sus turbulentas olas n o lejos d e aquellos lugai*es, queriendo darles el blanco m a n t o d e perlas q u e lame las rocas d e la costa, c o m o digno sudario d e sus proezas. Que el frío modela esos cuerpos c o n una rijidez s o m bría; diríase q u e su áspera i crispada m a n o trata d e e s pulsar a alguien a sablazos; i esa actitud sublime, esa v i sión sombría q u e se representa a todos inspirará nuestra conducta.


CAPITULO

N o obstante, la obra n o es d e h o i , la obra n o es del momento. Allí está la C o n v e n c i ó n , allí está el poder supremo, allí el cerebro d e Bolivia, allí el c á l c u l o , la m e d i t a c i ó n i la esperanza d e nuestro espléndido futuro. E l triunfo definitivo será nuestro. Q u e la representación nacional se eleve; q u e cobre la conciencia d e su poder i d e la actualidad de Bolivia, i cuidándose d e darnos leyes, siempre leyes, sin preocuparse d e ridículos intereses d e partido, solo p r o c u r e la salvación de la patria. Parece llegado el m o m e n t o de q u e v e a m o s en nuestro país el saludable consorcio d e la intelijencia, el poder i la buena fe. Q u e tratemos d e comenzar la obra d e la rejeneracion política i social, cimentándola en la reforma de las c o s tumbres, en la purificación d e malos hábitos i en el etern o reinado d e la verdadera democracia. N o a n d e m o s escatimando cierta suma de p o d e r al G o bierno. P o r m u i fuertes q u e fuesen las ligaduras c o n q u e se maniatara a un déspota, él encontraría siempre mas saludable para sí i para el p u e b l o m i s m o romperlas por c o m p l e t o , i tendríamos al lado de las leyes mas liberales la mas abominable dictadura. Fuerza es confesar q u e la b o n d a d d e una lei es siempre relativa: depende de la b o n d a d del ejecutor. N i n g u n o de los h o m b r e s d e h o i seria capaz de bofetear la ensangrentada mejilla de la nación, i sabrán hacerse u n culto de nuestras instituciones. N o es posible creer y a q u e la C o n v e n c i ó n escriba sus leyes sobre arena para que las borre el mas lijero vientecilio d e nuestras pasiones políticas. P o r lo m i s m o hai que meditar tres veces antes de dictar un acto lejislativo, i sobre t o d o n o desesperar. El triunfo definitivo será nuestro. Para vencernos, Chile tendria q u e deshacerse del corazón i la justicia; tendria q u e arrancar todas las fibras j e nerosas d e la humanidad, borrar la n o c i ó n del derecho i eclipsar el sol de la democracia. Entretanto la obra de reparación es indispensable. Q u e a t o d o s n o aliente sino el s e n t i m i e n t o d e u n a guerra eterna. Q u e las madres, al marcar la frente d e sus hijos c o n el signo d e la cruz, al enseñar a sus pequeñuelos el n o m b r e de Dios, n o olviden el encargo d e q u e la patria está m u tilada i q u e hai q u e recobrar su integridad. Q u e los padres trasmitan a sus hijos c o n su sangre i con el aliento j e n e r o s o d e sus venas, el amor d e la patria i un noble sentimiento d e sacrificarse p o r ella. Es necesario tener presente q u e la l u c h a es un elemento poderoso de vida. L a sangre vivificada es la savia d e la h u m a n i d a d . E l martirio es la purificación d e los h o m b r e s i d e los pueblos. Cuando a fuerza d e reveces c o m p r e n d a m o s nuestra situación; c u a n d o l u c h e m o s en la puerta d e nuestra casa, puestos entre las cunas sagradas d e los hijos i los sepulcros venerados d e los mayores, entonces tendremos la seguridad d e la victoria. D e j a d q u e la n o c h e avance, q u e el l u t o se estienda p o r do quiera, q u e las sombras invadan c o m p l e t a m e n t e el e s pacio; después d e la plenitud d e las tinieblas vendría el dia, ¿i n o veis y a p o r entre las tupidas bayonetas del e n e m i g o los suaves resplandores de la alborada? i quién dice alborada, dice justicia, libertad, derecho. L e v a n t a d la cabeza, v o l v e d la vista al pasado; los p u e blos nobles suelen ser crucificados por sus hermanos. A t e nas, R o m a i la F r a n c i a son los testigos. La actualidad n o es d e rosa, m e n o s tiene el tinte del sepulcro. La actualidad tiene luto, i ¿cómo nó? tiene lágrimas. Aguardad: y a brillará c o m o la g o t a d e r o c í o h e r i d o p o r el sol. L a P a z , J u n i o 12 d e 1880. TOMO n i — 1 9

PRIMERO.

145

LA

GUERRA DEL

PACÍFICO.

(Traducido del COÜRRIEI DES ETATS U N Í S . )

Nueva

York, Julio 10 ale 18S0.

Las correspondencias d e Lima, 8 de J u n i o , d i c e n q u e las perspectivas son cada v e z mas desalentadoras para el Perú. Sus tropas son derrotadas en t o d o s los encuentros, sus puertos bloqueados o bombardeados, su escuadra r e d u c i d a a una corbeta d e madera i a media d o c e n a d e trasportes a vapor q u e n o se atreven a salir del Callao; Bolivia, su aliada, parece dispuesta a volverse en su c o n tra; en fin, la c o n v i c c i ó n universal es que los jenerales peruanos son incapaces, i q u e la m a y o r parte de los oficiales son simples oficiales de parada. A pesar de la toma d e T a c n a por los chilenos, el Dictador Piérola n o parece pensar en la paz. A l contrario, p r o clama su intención d e invadir a Chile c o n los 28,000 h o m bres q u e tiene en Lima, i los reclutas, p o r m e d i o d e los cuales espera aumentar su ejército a 50,000 hombres. C ó m o se p r o p o n e entrar en el territorio chileno, es un enigma q u e nadie trata de adivinar. E n la situación en q u e se encuentra el Perú, debería acojer c o n solicitud proposiciones d e paz. H a derrochado sus tesoros i su sangre para descubrir q u e algunos d e sus presidentes i d e sus h o m b r e s públicos son traidores i q u e m u c h o s d e ellos son estafadores; ha debido r e c o n o c e r q u e , a pesar del valor d e sus soldados, n o puede ganar batallas, pues la m a y o r parte d e sus oficiales son ignorantes e i n capaces, p o r n o decir mas. N o se podría, por consiguiente, hacerle un reproche al aceptar la paz q u e los chilenos le ofrecoráa p r o b a b l e m e n te después de la toma d e Arica. E l temor de la prolongación d e la guerra es causa d e que m u c h o s estranjeros salgan del país; a los demás solo los detiene la imposibilidad d e realizar su fortuna sin hacer enormes sacrificios. La libra esterlina inglesa, q u e valia c i n c o soles hace c i n c o años, importa h o i cincuenta. I la d e p r e c i a c i o n e s la misma pava las propiedades d e t o d a naturaleza. LA

GUERRA

DEL

PACÍFICQ.

(Traducido de L A FRANCK.)

París,

Julio

11 ele 1880.

E n los diarios norte-americanos e n c o n t r a m o s los siguientes detalles sobre la batalla d e Tacna: Tacna, capital d e la provincia del m i s m o n o m b r e ( P e rú), es una posición estratéjica d e primer orden. Cierra el c o m e r c i o d e Bolivia c o n el Pacífico, a m e n a z a n d o a los principales departamentos i a toda una parte i m p o r t a n t e del territorio peruano, i c o r t a n d o así las vias d e c o m u n i cación entre las repúblicas aliadas. A la defensa d e Tacna, amenazada por los chilenos, acudieron 5,000 bolivianos i 7,000 peruanos, de todas armas, bajo las órdenes del Jeneral Campero, Presidente d e Bolivia, c o n 26 piezas d e artillería d e las cuales seis eran del sistema K r u p p . Los chilenos, c u y o ejército se c o m p o n í a en t o d o d e 13,000 h o m b r e s , m a n d a d o s por el Jeneral B a q u e d a n o , atacaron las formidables posiciones d e los aliados en la m a d r u g a d a del dia 26. U n fuerte cañoneo fué el principio del ataque, i p o c o a p o c o las m a s a s d e infantería entraron en batalla; a las 11 A . M. el c o m b a t e se habia e m p e ñ a d o en toda la línea. A la 1.30 P. M. los chilenos dieron un terrible asalto a las primeras líneas enemigas, situadas en una colina, d e la cual se apoderaron. A las 2 . 3 0 P. M., i después d e una nueva carga sobre las s e g u n d a s líneas, los chilenos dispersaron el ejército aliado, t o m á n d o l e casi toda la artillería. Las p é r d i d a s h a n sido grandes por ambas partes; pero m u c h o m a s serias las d e los aliados, q u e d e j a r o n 70 jefes


146

G U E R R A DEL PACIFICO.

i oficiales muertos en el c a m p o d e batalla. E l coronel Cam a c h o , herido, fué h e c h o prisionero. Después de la batalla, la c i u d a d de Tacna se rindió a discreción, i las tropas chilenas entraron en ella.

£1 emito

d e g u e r r a d e los de la alianza.

soldados

La sucia espuma que arroja El Mapocho de su orilla; Esa asquerosa pandilla Be rotos que veis allí, Es cobarde i no resiste Nuestro empuje soberano, Porque el grito de un peruano Vale mas que su fusil. Que sacuda sus espaldas El látigo de Montero I la bota de Campero Les aseste un puntapié: Son chilenos i eso basta Para verlos en derrota, Que ante el látigo i la bota Siempre se les vio correr. Son esbirros sus soldados, Piratas son sus marinos, Ladrones son i asesinos

Todos en tierra i en mar; Por lujo cañón ostentan, Rifle i ametralladora, Que solo esa horda traidora Sabe el corvo manejar. Para vengar como buenos De la patria los agravios, Con el desprecio en los labios I el asco en el corazón, No manchemos nuestras armas, Que en vez de sangre en las venas, De lodo las tienen llenas Los hijos de esa nación. Contra esa infame i villana Turba que asesina i roba, Por única arma la escoba Debe la alianza esgrimir. ¡Abarrerlos! No es preciso Hacer de valor alardes; Mas fácil, pues, son cobardes, Es vencerlos que morir. Porque esa escoria que Chile Vomita desde sus playas, Esa turba de canallas I rotos que veis allí, Es cobarde i no resiste Nuestro empuje denodado, Pues el grito de un aliado Vale una bomba de a mil. S. M. I.


CAPITULO II. S U M A R I O . — I . Cartas dirijidas al Dictador Piérola por los señores E. G. Prada, Manuel B. Sañudo, Carlos A. Belaunde, Pedro A. del Solar, etc., sobre política i desavenencias entre civilistas i pierolistas durante la campaña de Tacna i Arica.— II. Legación Británica en Lima: reclamación por destrucción de lanchas en las costas de Chile, de propiedad de subditos ingleses, por buques de guerra peruanos. (Inédito.)—III. El Ministro ingles en Lima reclama del empréstito forzoso decretado por el prefecto de Tacna, pidiendo se devuelva el dinero a los subditos de su nación. (Inédito.)—IV. Espedicion a Huanohaca: telegramas, notas i parte oficial,—V*. Documentos referentes al intento de captura de la goleta Fnrirjuela, con armas para el Perú, por el San Jiamon; acusación del ex-presidcnte de Panamá, Jerardo Ortega.—VI. Actas del fallecimiento, autopsia i embalsamiento del cadáver de! Ministro déla Guerra en campaña don Rafael Sotomayor (Inédito); correspondencia sobre sus últimos momentos.—-VII. Notas del capellán del ejército ohileno referentes al supuesto sacrilcjio de Moliendo.—VIH. La goleta Estrella conduce armamento de Panamá al Perú: telegramas i notas. (Inédito.)—IX. Mensaje del Secretario Jeneral encargado del Poder Ejecutivo a la Convención Nacional de Bolivia.—X. La Convención Nacional de Bolivia nombra al Jeneral Campero Presidente de la República; renuncia del Secretario Jeneral i contestación del Vice-Í'residcnte don Aniceto A r c e . — X I . Voto de confianza al Jeneral Campero i al ejército boliviano, acordado por la Convención Nacional de Bolivia.—XII. Mensaje del Presidente de la República de Chile en la apertura del Congreso Nacional de 1 8 8 0 . — X I I I . Informe de la comisión de Guerra i .Marina para aumentar la pensión a la viuda del Comandante Arturo Prat.—XIV. Ataque i tuina de Arica: telegramas i partes oficiales chilenos i peruanos.—XV. Correspondencia a EL MKKCÜKIO i cartas de varios jefes del ejército chileno sobre la toma de Arica.—XVI. Versión peruana de la toma do Arica: correspondencia a E L NACIONAL de Lima i descripción por un testigo i actor.—XVII. Relación de los jefes i oficiales peruanos muertos i prisioneros, i de los trofeos de guerra tomados en Arica.—XYIII. Relación nominal de los jefes, oficiales, clases i soldados del ejército chileno heridos i muertos en las batallas de Tacna i Arica.—XIX. Proclama del Jeneral Baquedano al ejército; decretos sobre derechos de aduana en Arica.—XX. Proclamas al pueblo de los prefectos de Lima i el Cuzco; circular dirijida a las señoras del Cuzco,—XXI. Estada jeneral de la fuerza efectiva i disponible, con espresion de armamento, vestuario, equipo i menaje existente en la plaza de Arica, con fecha 1. ° de Mayo de 1 8 8 0 . — X X I I . Editoriales.

I.

m i s m o que el señor coronel Luza i A l v a r e z . — M a r z o , 10 d e 1880.

Cartas dirijidas al l>icta;lor P i é r o l a p o r los señores E. ii. P r a d a , M a n u e l K . S a ñ u d o , C a r l o s A . B e l a u n de, P e d r o A. del Solar, etc., sobre política i desaven e n c i a s e n t r e civilistas i pierolistas d u r a n t e l a campaña de Tacna i Arica.

E x c m o . señor d o n Nicolás de Piérola. E x c m o . señor: C o m o n o hai seguridad de que mis cartas lleguen a L i ma, tengo que ser cansado c o n Y. E. repitiéndole nuevas veces lo m i s m o . El departamento i el ejército, a pesar de las resistencias q u e crearon los del réjimen pasado, m a r c h a n felizmente en buen sentido, salvo uno que otro tropiezo insignificante. S o l o u n o s cuantos bribones rechazan la dictadura, pero nosotros los p o n e m o s en vereda. El señor d o c t o r Solar adquiere u n p r e d o m i n i o notable sobre esta j e n t e de bolsa, p o r sus medidas enérjicas i su tino administrativo. Y o soi el ú n i c o que, por habe r salido a la escena p ú b l i ca de la n o c h e a la mañana, tengo e n c i m a las iras de los poderosos tacneños. N o importa; a u n q u e m e falta talento i esperiencia, haré ver que sé c u m p l i r mi deber sin arredrarme con los vocingleros. L e estrañará a V . E. que h a y a p e d i d o al Gobierno, a la vez, revalidación de mis despachos de cirujano de 1. clase i la clase de coronel, 1er. jefe del cuerpo que teng o acuartelado. L o primero es de mi cuerda i fijo; lo seg u n d o es accidental i de conveniencia política. Y . E . c o n tará c o n un batallón mas q u e se o p o n g a a los planes de sus enemigos encubiertos i m e evitará el ridículo q u e d a n d o de coronel in partibus. Este batallón será m a n d a d o después por el jefe que Y . E. designe, i y o m e iré c o n A s tete a b o r d o d e un b u q u e , si Y . E. n o ordena otra cosa. Su servidor. rt

E. G.

PRADA.

El señor Coronel Elcorobarrutia saluda a Y . E. además de haberle escrito. T o d a v í a está fuera de su centro, lo

Arica,

Abril

J de 1SS0. f

E x c m o . señor d o n Nicolás de P i é r o l a . — L i m a . Señor: C u m p l i e n d o con el deber de gratitud para c o n V. E., p o r el i n m e r e c i d o puesto en la sección de contabilidad que m e h a conferido con fecha 6 del pasado, i que en su carta de 8 del presente m e lo participa, le d o i mis eternos agradecimientos por esta nueva prueba de cariño c o n q u e V . E. m e h a h o n r a d o . Las tercianas me h a n privado en estos dias de poder escribir a Y . E. algunos asuntos importantes, que desde la llegada aquí de la célebre carta del d o c t o r Alvarez, n o h a n d e j a d o de fastidiarme, pues el p e q u e ñ o círculo q u e rodea a Montero, i el e n e m i g o que no deja nada, se han o c u p a d o d e decir q u e esa carta es la m e j o r prueba q u e tiene este ejército para probar que n o se le quiere m a n dar ni elementos de guerra ni nada q u e pueda salvar la c o n d i c i ó n de este 1er. ejército, i en fin, tanto q u e m e j o r es despreciarlos. Ú l t i m a m e n t e , c o n la llegada de la Union, n o han faltad o sus dañosas conversaciones, i hasta la temeridad de desear que sucumbiera la corbeta el dia 17, con el objeto de inculpar a V. E. por el acto aquél i desquiciar así su gobierno; pero Dios n o les dio gusto, i los tiene V. E. c o m o c o n hidrofobia; pues quisieran ver ya, antes que l a p a tria salvada, desprestijiado su gobierno. Quisiera tener tiempo para mas, pero por aprovechar la salida del b u q u e de guerra Tranme, m e he limitado tan solo a dar a Y. E. una idea jeneral del estado de c o sas de por aquí. Será para m í m u i satisfactorio, que cuando V. E, reciba ésta, lo encuentre g o z a n d o de salud c o m p l e t a en. u n i ó n de su distinguida familia, i p u e d a mandar siempre a su i n variable a m i g o i seguro servidor. MANUEL

B.

SAÑUDO.


GUERRA DEL

148

Tacna,

Abril

21 de

1880.

E x c m o . señor: H e tenido la satisfacción de recibir una carta de V. E. contestación a las mias de Enero, Febrero i Marzo. Cumpliré estrictamente las indicaciones de V. E., i m e dedicaré siempre al servicio del S u p r e m o Gobierno c o n la tenacidad i rectitud de que soi capaz. L a v e n i d a d e S. E. el Jcneral Campero, h a d e s a r m a d o a los revolucionarios, i mata las ambiciones i sueños presidenciales del Jeneral en Jefe del Sur. D i o s quiera q u e la permanencia del Presidente d e B o livia en Tacna sea larga, para que no tengamos que avergonzarnos de una traición. Los hombres mas inútiles i despreciables ocupan los primeros puestos, i esto no p u e de significar otra cosa que una ostentación de d e s o b e diencia al Gobierno i un propósito de levantarse c o n los caidos i descontentos. Estamos organizando las reservas movilizable i sedentaria: de la inscripción resultan 3 0 0 artesanos i otros tantos agricultores aptos para el servicio, aparte de un n ú m e r o regular d e empleados i comerciantes, que h a n elejido p o r jefe al señor d o c t o r Solar. El pueblo es nuestro completamente, i luchará en c o n tra d e las pretensiones d e l Jeneral Montero. Otra v e z m e ha elejido por j e f e i espera que V . E. n o lo deje escarnecer corno lo escarneció Montero hace poco. D e chilenos nada le d i g o a V. E., p o r q u e el señor prefecto le enviará datos i correspondencia. N o desmayaré ni cederé una línea a los enemigos de V.E. Su servidor. E.

G.

PKADA.

COMANDANCIA DEL BATALLÓN PIÉROLA 2 9 D E

Arica,

Mayo

MAYO.

80 de

1880.

A S. E. el Jefe S u p r e m o de la República. E c x m o . señor: T e n g o el sentimiento de dirijirme a V . E. para m a n i festarle el terrible c o m o trascendental acontecimiento que acaba de enlutar por c o m p l e t o nuestro h e r m o s o p a b e llón, mancillando así la h o n r a d e la nación, d e b i d o t o d o al p o c o tino e inercia del Jeneral en Jefe del ejército i d e mas civilistas, nuestros gratuitos enemigos. S o l o h o i , después de cuatro dias d e terrible zozobra, se h a tenido en este puerto noticias exactas del c o m b a t e librado en las alturas de Tacna el dia 2 6 de los corrientes, q u e c o m o V. E. verá no p u e d e n ser mas funestas para nosotros. El citado dia, de 9 a 1 0 A . M. se trabó el c o m b a t e entre los ejércitos aliados i el invasor, i después de un reñido ataque, fué c o m p l e t a la dispersión del ejército boliviano, sosteniendo fínicamente el nuestro p o r algunas horas mas la batalla; pero la falta de u n jeneral aguerrido i acreditado, dio p o r resultado la victimación d e la m a y o r parte, i la dispersión del resto do ese p u ñ a d o de valientes que defendian la honra de nuestra mancillada patria, pues el Jeneral Montero, con el círculo de jefes civilistas q u e lo rodeaban, fueron los primeros q u e se retiraron, llevándose consigo varios cuerpos que éstos c o m a n d a b a n , q u e d a n d o nuestros enemigos dueños del c a m p o i en completa posesión de Tacna. E n este puerto, que aun ostenta nuestro h e r m o s o bicolor, estamos todos resueltos a s u c u m b i r antes que permitir se siga escarneciendo el buen n o m b r e del Perú por esa falanje de h o m b r e s ambiciosos, que posponen el n o m b r e de la patria a sus ambiciones personales; aquí d o n d e solo nos encontramos tacneños e iquiqueños, pues solo esta plaza está defendida por las dos divisiones T a c n a e I q u i ue, ascendente ambas a la cifra de 1 , 8 0 0 h o m b r e s , en onde no se encuentra u n solo individuo q u e n o sienta circular p o r sus venas sangre hermana, se estrellará la ambición chilena o A r i c a ' desaparecerá i con él nosotros.

PACIFICO.

A y e r 2 9 de Mayo, dia de gloria que h a legado V . E. a su patria con su heroica acción en P a c o c h a , le c u p o la satisfacción al suscrito i al cuerpo q u e c o m a n d a de e n contrarse de servicio, por consiguiente, fuera de la p o b l a ción, esperando por m o m e n t o s ser atacados, pues, parte de la caballería enemiga se puso a la vista; pero y a sea por el mal estado en que debe encontrarse el ejército i n vasor o y a p o r planes que nos son c o m p l e t a m e n t e d e s c o nocidos, n o se ha intentado hasta la fecha el ataque. Ellos son, E x c m o . señor, una parte de los principales detalles que he r e c o j i d o i que por parecerme de vital importancia, n o he p o d i d o menos de poner en c o n o c i miento de V. E., q u e d a n d o el suscrito h a c i e n d o votos p o r q u e el Eterno conserve siempre la preciosa existencia de V. E., q u e es el ú n i c o h o m b r e llamado a redimir el ultraj a d o h o n o r de nuestra patria. Dios guarde a V . E., E x c m o . señor. CARLOS A .

Arica,

Mayo

BKLAUNDE.

30 de

1880.

Señor d o n Nicolás de P i é r o l a . — L i m a . M U Í respetado c o m p a d r e : C o n el corazón enlutado, t o m o la p l u m a para, en cortas palabras, manifestarle los acontecimientos del f u nesto dia 2 6 . E l 2 5 a las 5 P. M., nuestro ejército en Tacna, le t o m ó al enemigo 6 0 muías cargadas de agua i tres prisioneros, los mismos que confesaron q u e mas atrás venian algunas carretas cardadas también c o n mas agua i algunos víveres, i por el ínteres, nuestro Jeneral, de tomar al e n e m i g o esos elementos, destacó del c a m pamento, según aseguran algunos dispersos, c i n c o b a tallones c o n el objeto de darles los enemigos que vinieran c o n d u c i e n d o dichos elementos; lo que n o se verificó, p o r n o haber e n c o n t r a d o a nadie, i por el contrario, en esa perseguida perdió nuestra fuerza toda la n o c h e en v a n o , i h a c i e n d o andar en esas pampas a la j e n t o , hasta el dia siguiente a las 6 A . M . , hora en q u e el e n e m i g o se presentaba a nuestro ejército a la vista. A las 1 0 A. M. se trabó el c o m b a t e , i a las 1 2 M. se d e j ó flanquear nuestro ejército por el ala i z q u i e r d a , entrando el e n e m i g o a Tacna, i Montero h u y e n d o a Pachía, según d i cen, c o n 3 , 0 0 0 h o m b r e s ; otros dicen que está en Palca; pero lo cierto, c o m p a d r e , es q u e esos cobardes civilistas se h a n corrido c o m o unos miserables, d e j a n d o nuestro país en manos del enemigo, i sin ninguna probabilidad nosotros de p o d e r rescatar Tacna, pues el coronel Leiva, en quien teníamos esperanzas, solo h a llegado a Torata el dia 2 6 de éste, es decir, el m i s m o dia que los chilenos t o m a b a n a Tacna; así que el coronel Leiva n o p o d r á llegar ni el dia 4 d e J u n i o , q u e aun seria t i e m p o para dar a los chilenos otra segunda batalla, pues dicen que n o tienen sino 7 , 0 0 0 hombres, i c o m o quiera que Leiva d i c e n que trae cuatro, i tres que tiene Montero, podrían pues m u í fácilmente vencer a los enemigos en T a c n a ; y o estoi defendiendo Arica c o n mi batallón, q u e tiene 3 8 0 h o m bres de inmejorable j e n t e tacneña, i todos pierolistas de corazón, i resueltos a morir todos antes que dejar t o m a r al chileno este puerto. Si nos llegasen a vencer por el n ú m e r o los chilenos, inutilizaremos antes t o d o en Arica, i si quedamos vivos algunos, nos retiraremos a j u n t a r n o s c o n Leiva, si éste demorase por alguna circunstancia. Esta es la verdad de los acontecimientos, querido c o m padre; pero en fin, aquí nos consuela la idea de q u e U d . h a de castigar a los cobardes chilenos, pues así confiamos todos los amigos de U d . E n cuanto a mí, c o m p a d r e , y a sabe U d . que cuenta c o n m i g o i c o n m i batallón, i que si aquí p e r d e m o s i q u e d o vivo i p u e d o escapar, marcharé a formar otro batallón a otra parte, a fin de defender siempre a U d . i su g o b i e r no, pues esa sola es mi vínica consigna. N o teniendo otra cosa por ahora que c o m u n i c a r a Ud.,


CAPITULO

le deseo b u e n a salud, i le repito q u e cuente Ud. c o n el brazo de su verdadero c o m p a d r e i seguro servidor. CARLOS A.

Tarata,

Mayo

BELAUNDE.

31 de

1880.

Señor d o n Nicolás de Piérola. Mi m u i distinguido amigo: C o n fecha 28 di a U d . cuenta de los funestos a c o n t e cimientos del 26, de los que estará Ud. instruido al recib o de ésta. L a deserción ha sido estupenda. C o n disposiciones m i litares en los que han h e c h o cabeza, han p o d i d o reunirse 3,000 h o m b r e s armados; los caminos están cubiertos, i h a n c o m e t i d o mil atentados por d o n d e van pasando. H o i ha h a b i d o consejo de guerra, al q u e fui invitado, i se h a resuelto que la fuerza reunida, que no llega a 400 h o m bres, c o n dos cañones i una ametralladora, que es t o d o lo que se h a salvado, salga pasado mañana c o n Montero i el E s t a d o M a y o r a P u n o i de allí para A r e q u i p a . M o n t e r o m e dice q u e la entregará al Prefecto i pasará a Lima. Existe la mas grande i profunda desmoralización desde los jefes hasta el líltimo soldado. H a h a b i d o y a varios lances desagradables i t e m o una de balazos de un m o m e n t o a otro. Y o entregué al Jefe del Estado M a y o r m i fuerza del E s c u a d r ó n Jendarmes, que saqué del c a m p a m e n t o en form a c i ó n i q u e se la entregué ordenada. H e querido poner en m a n o s del Jeneral en Jefe el último elemento de fuerzas que m e quedaba, para n o asumir responsabilidades que n o son mías. Conservo a mis órdenes la fuerza de llosas, c o n quien estoi en estrecho i c o m p l e t o acuerdo, i que a u n q u e no llega a 40 h o m b r e s , es leal i sumisa a su jefe. N a d a sabemos hasta ahora de Arica, pero su pérdida es inevitable. T o m a d a A r i c a i T a c n a i sin fuerzas militares que d e fiendan Tarata, mi permanencia aquí es y a ridicula e imposible. Creo, pues, haber llenado mi fatal misión, siendo c o n forme a los deseos del Gobierno, m u i c o n f o r m e c o n m i conciencia, q u e m e dice haber c u m p l i d o c o n mi deber mas allá de lo q u e m e era exijible. Espero, pues, su orden para retirarme, si los a c o n t e c i mientos n o m e obligan a ello antes de recibirla. E n t o d o caso, le suplico m e conteste p o r P u n o , por d o n de pienso retirarme, siguiendo mi c a m i n o por tierra p o r el C u z c o , A p u r i m a c , etc. Consérvese U d . b u e n o i m a n d e a su amigo. P.

Tarata,

A.

DEL

Junio

SOLAR.

3 de 1880.

Señor d o n Nicolás de Piérola. Mui distinguido a m i g o : L a m a r c h a del coronel L u z a , nuestro c o m ú n a m i g o i dador de ésta, m e p r o p o r c i o n a la seguridad de que llegue ésta a manos de U d . , i m e p r o p o r c i o n a el m e d i o de que sepa U d . importantes pormenores, q u e n o p u e d o ni d e b o confiar al papel. A y e r salió Montero para P u n o c o n 500 h o m b r e s i es t o d o lo que h a p o d i d o reunir del ejército. E n ol acto h e e m p e z a d o ha funcionar c o n i n d e p e n d e n c i a , i a u n q u e y a no h a i sino restos, haré lo posible por reunir armas i h o m bres cuantos p u e d a . H o i he m a n d a d o a un jefe intrépido, al coronel P a c h e co ( c u b a n o ) a Arica, d á n d o l e cuenta a Bolognesi de lo que ocurre i dándole m i opinión sobre la situación en que se encuentra. L e d i g o q u e destruya los cañones i cuanto elemento bélico hai en Arica, i que salve los 2,500 h o m bres que allí tiene para pasar ese ejército a M o q u e g u a i

SEGUNDO.

149

unirlo al coronel Leiva. N o sé lo que hará, ni si le parecerá a U d . bien. El c o m p o r t a m i e n t o del coronel L u z a i el de G o d i n e z h a sido inmejorable en el combate; pero hoi mas q u e antes se ha despertado el espíritu de partidarismo entre l o s ' de por acá. A q u í m e he q u e d a d o c o n la fuerza del coronel Rosas i la de Albarracin, que n o llega a 150 h o m b r e s ; pero m e basta. D e s e o se conserve U d . bueno i mande a su amigo. P. A . D E L

Tarata,

6 de Junio

SOLAR.

de

1880.

Señor d o n Nicolás de Piérola. Mui distinguido amigo: Después de la salida de Montero el dia 1. ° , m e fué indispensable publicar un b a n d o i dictar algunas m e d i das de presión enérjicas que contuvieran, n o ya la i n m o r a lizacion de los dispersos, sino el vandalaje a que se h a n lanzado, pues andan en cuadrillas de 30 o 40 h o m b r e s , capitaneados por sarjentos u oficiales, i y o aquí n o m e q u e d o sino c o n 30 h o m b r e s de Rosas i unos cuantos de Albarracin. Intentaron, pues, continuar el c a m i n o que Montero les habia permitido seguir, i ponían en peligro la población i la p o c a fuerza que m e quedaba, i m e ha sido necesario fusilar ayer a u n o de los capataces. Merced a estas medidas, h e p o d i d o reunir hasta hoi 400 dispersos, a quienes n o les doi mas q u e rancho; pero n o p u e d o sostener esta situación m u c h o s dias, a pesar d e q u e están desarmados. L e h e pedido, pues, al coronel Leiva m e m a n d e u n b a tallón para llevarse esta fuerza. N o tengo hasta hoi contestación d e Bolognesi. H a n salido 6,000 chilenos i 600 caballos sobre Arica, t e m o m u c h o por esa fuerza. E n cuanto t o m e n a Arica, se vendrán sobre este p u n t o cuyas buenas posiciones lo h a c e n m u i sostenible. Pero sepa U d . q u e los indios dicen j e n e r a l m e n t e que son n e u trales, q u e n o se meten en nada, q u e los chilenos n o les harán n i n g ú n d a ñ o . Mis recuerdos a Carlos, c u a n d o le escriba, a su señora i niñas. S u amigo. P. A .

Andahuailas,

DEL

SOLAR.

Octubre 23 de 1880.

Señor d o n Nicolás de Piérola. Mui estimado sobrino: Considerándolo m u i o c u p a d o , le p o n g o solo estos cortos renglones, haciéndole saber q u e el sub-prefecto de este p u e b l o ha renunciado la sub-prefectura a consecuencia de la m u d a n z a de Zevallos c o n Miranda, i c o m o s u p o n g o q u e a U d . le sea indiferente n o m b r a r a cualquiera, le suplico c o n encarecimiento m e haga el favor de preferirlo a m i yerno. A h o r a es tiempo de que U d . nos libre del civilism o , bajo c u y o y u g o han estado mis hijos, c o m o y a esplique a U d . Quisiera, pues, saber si usted a c c e d e o n ó a mi súplica para, según eso, retirarnos de este p u n t o . A h o r a años h a bía sido y a sub-prefecto, n o en tiempo de Pardo, i fué m u i querido para toda la población, dicen; d i c h o mi yerno se llama J u a n B e n i g n o Samanes, i el que ha renunciado es José B e n i g n o Samanes; le aviso para que n o haya e q u í v o co en estos dos nombres can parecidos. Espero que n o m e niegue el favor q u e le p i d o , i a c u y o servicio le será siempre grata su atenta i segura servidora JUANA

PIÉROLA.


150

GUERRA

Puno,

DEL PACIFICO.

Octubre '24 de 1880.

Señor d o n Nicolás d e .Piérola. Mi respetado señor i amigo: Antes de ahora no he p o d i d o escribir a U d . avisándole la muerte del d o c t o r Daza, por hallarme en A n c o r a . Señor, la desaparición del señor Daza, q u e fué el j e f e del partido civilista en este departamento, ha puesto a este partido en las mismas condiciones que q u e d ó L i m a c u a n d o murió Pardo, q u e todos i cada uno queria hacerse el jefe; entre los m u c h o s que hai, el q u e pleitea mas este puesto en P u n o es el j u e z , d o c t o r d o n Manuel Arias, individuo sin prestijio ni intelijencia; así es q u e apurando a estos señores desde el señor Costa hasta el último individuo de la oposición, desaparecerán devorándose entre ellos. El señor prefecto toma m u c h o interés para llevar adelante el trabajo del telégrafo hasta el Desaguadero; en esto i en todo lo que atañe al progreso i al engrandecimiento de su gobierno estoi listo a ayudarlo. Sin mas, i suscribiéndome c o m o siempre, soi de U d . su atento i leal a m i g o i seguro servidor. M A N U E L M . ARAGÓN.

E x c m o . señor d o n Nicolás d e Piérola.

se bien: es el p u e b l o q u e ha querido empobrecérsele para humillarlo c o m o en Chile, i n o hai necesidad d e tanto para tener un gobierno. G u z m a n Blanco, siendo cristiano, apostólico r o m a n o , erijió u n templo católico i otro masónico, i c o n este ú l t i m o se h i z o del a p o y o del elemento estranjero, q u e h o i en el Perú es m u i c o m p e t e n t e , i si V. E. hiciera lo q u e G u z m a n B l a n c o , el concurso d e las simpatías d e los estranjeros n o es cosa de desechar; p o r otro lado, V . E., sin entrar en la masonería, bien podría dispensarle o aparentar dispensarle su protección. D e lo que y o trato, es d e q u e Y. E. permanezca en el g o b i e r n o de m i patria. H a g a ver al país q u e guarda buena memoria p o r el coronel Balta. Mándele hacer en toda la R e p ú b l i c a f u n ciones relijiosas por bien d e su alma, q u e el país lo j u z gará eso c o m o u n a muestra d e su elevado sentimiento, i este país, q u e se impresiona d e estas manifestaciones, le rendirá homenaje i respeto. Que a t o d o trance los ricos se q u e d e n solos, q u e n o i n fluye su dinero en las masas, p e r o sí en u n h o m b r e c u a l quiera para ser el B o o h t o A b o t q u e asesinó a Lincoln. N o dé V . E. autoridad en los departamentos a los ricos, pero ni en ninguna parte; mire Y . E. q u e le h a c e n u n a mala pasada, particularmente los q u e se presumen nobles. N o deje escapar Y . E. d e manos esta situación tan buena.

A m i g o del corazón: Y o , sin vivir del Gobierno ni tener ninguna pretensión para V . E., le encargo q u e se ruje q u e va V . E. a salir para el S u r i tiene a los malvados civilistas llenos d e plácemes; anoche en una casa, estando y o de visita, habían varios de ellos i decían q u e n o creían ser tan felices c o n que V. E. se llegase a ir, i el plan es hacerle u n a revolución; por nada debe irse; su presencia acá es m u i necesaria i útil. Será una desgracia para el país la reacción de este partido infame, i quizas cuantas desgracias vendrían sobre este país, peor que la guerra que atravesamos. Si V. E. insiste en este viaje, va a ser una calamidad m u i terrible i quizá sin poderlo remediar; ningún h o m b r e d e sus secretarios tiene calzones en su ausencia; ¿i quién es ese h o m b r e que puede desempeñar su relevo? n i n g u n o ; es una cosa m u i grande i seria. T o d o s dicen que V . E. teme de Montero; no crea; a un g o l p e d a d o por él, seria suficiente el negarle los recursos, i seria perdido. Si V. E. insiste en el viaje, y o le indicaré quiénes dan el golpe, porque lo sé i seguro; piense i consiíltelo c o n h o m b r e s de intelijencia, q u e quizá sea su desgracia la ida al Sur. Su decidido i fiel a m i g o Q. B. S. M. R. N.

II. Legación Británica en

Lima:

reclamaciones por des-

t r u c c i ó n de l a n c h a s en las costas de Chile, p i e d a d de subditos ingleses, p o r buques

Para q u e Y . E. no m e tome por adulón, le escribo este artículo anónimo. Y a q u e ha caido el civilismo i D i o s lo ha h e c h o entregándole a Y . E. el país discrecionalmente, n o se esponga m u c h o : mire el pesar de la caida; puede l e vantar alguno de esos ladrones do alto rango i hacer c o n Y . E. lo q u e los caídos de los E s t a d o s - U n i d o s hicieron con Lincoln. N o se esponga Y. E. m u c h o , andando p o r la calle a horas fijas i señaladas. N o confie V . E. nada de esc Buenaventura Aguirre, que y a h e dicho que hoi está en m e j o r condición, pues que si antes tenia un cuerpo a sus órdenes, hoi tiene tres. N o confie en él, q u e el q u e se v e n d e u n a v e z , se v e n d e mil. A l civilismo, ni a oler siquiera le debe dar m a n d o alguno. En u n departamento q u e c o n o z c o i en el d e L i m a , V . E. no tiene ni el afecto, ni las simpatías d e la j e n t e aristocrática; su a p o y o i su sosten es solo la democracia; fíje-

pro-

peruanos.

(Inédito.) NÚM. 1 1 . — L E G A C I Ó N

BRITÁNICA EN LIMA.

Lima,

Febrero

4 de 1880.

Señor: E n m i nota m í m e r o 10 de 3 d e F e b r e r o d e 1 8 8 0 , anuncié a V. E. q u e a m e d i d a q u e fuesen llegando los r e clamos de los dueños británicos d e lanchas destruidas o averiadas en Tocopilla, las remitiría a V . E. H a b i e n d o recibido h o i d e la L e g a c i ó n d e S. M., en Santiago, estos reclamos, t e n g o el h o n o r d e incluirlos a V . E. Sírvase Y . E. aceptar la seguridad d e m i distinguida consideración. SPENSER ST. JOHN, Ministro Residente de S. M. B.

Lima, F e b r e r o 2 4 d e 1 8 8 0 . — A c ú s e s e recibo, a g r e g á n d o se a sus antecedentes.

(Anónima.) E x c m o . señor d o n Nicolás d e Piérola.

de

de guerra

CALDERÓN.

A N E X O N Ú M . 1. PORMENORES DEL RECLAMO DE DAÑOS I PERJUICIOS SUFRIDOS POR JOSÉ ODGERS I COMPAÑÍA, BELLA VISTA (TOCOPILLA) CAUSADOS POR LA CORBETA PERUANA "PILCOMAYO" I EL BUQUE DE TORRE "HUÁSCAR."

Julio 6 d e 1879. A la lancha n ú m . 1.—Enteramente destruida i a pique; n o hai posibilide recuperarla $ „ „ „ „ 2 . — A pique en el f o n d o d e l mar; pero se sacó p o s teriormente m u i a v e riada; costó para sacarla, bararla i c o m p o n e r l a „ „ „ „ „ 3 . — M e d i a undida i averiada, costó para sacarla, l e vantarla, bararla i c o m ponerla „

600

250

95


CAPITULO

A la lancha n ú m . 4 . — A pique a flor d e agua, i arrojada sóbrelas rocas; costó para levantarla, sacarla a tierra i repararla „ „ „ „ 5.—A p i q u e a flor de agua, i arrojada sobre las rocas; costo para levantarla, bararla i c o m p o n e r l a . . . „ „ „ „ 7 . — A p i q u e a flor de agua, gastos i d e m , i d e m „ „ „ „ 8.—Id. id. id. id. T o d o lo anterior fue' ocasionado comayo.

por

la

|

150

175

„ „

180 155

151

E n su consecuencia, tengo instrucción del G o b i e r n o de S. M. para elevar una protesta contra tales actos, por parte de la escuadra peruana, i, a la vez, para presentar una reclamación, pidiend® indemnización de las pérdidas s u fridas p o r los damnificados. I n c l u y o una copia de la cuenta de las pérdidas sufridas en Chañaral. La de T o c o p i l l a la remitiré tan p r o n t o c o m o la reciba. Sírvase V . E. aceptar las seguridades de mi distinguida consideración. SPENSER ST. JOHN, Ministro Residente de S. M. B.

PilA N E X O A L N Ú M . 28.

A g o s t o 29 de 1879.

MEMORÁNDUM DE LAS SUMAS QUE RECLAMAN LOS SUBDITOS BRI-

A la lancha n ú m . 5 . — T o m a d a del c o s t a d o de" la barca británica Tocopilla, anclada en T o copilla (bahía A l g o d ó n ) en c o n d i c i o n e s espléndidas L o s r e m o s i varias p l a n chas de fierro tomadas allí al m i s m o t i e m p o . . . „ „ „ „ 6 . — T o m a d a d e sus amarras (30 toneladas) R e m o s , etc, tomados de esa lancha

TÁNICOS, DE LA JURISDICCIÓN DEL VICE-CONSULADO BRITÁNICO EN LA REPÚBLICA DE CHILE, A CONSECUENCIA DE LA DESTRUCCIÓN DE LANCHAS POR LA ESCUADRA PERUANA.

700

35

800

20

$

3,160

Las dos últimas lanchas nombradas, fueron t o madas i remolcadas por el Huáscar. Pesos chilenos (Firmado.)—CÁELOS

ANEXO

SEGUNDO.

WALL.

A l señor James Grant Sheriff, residente en Chañaral: P o r valor de cuatro lanchas destruidas p o r el Huáscar en el puerto de Chañaral el 20 de Julio d e ' 1 8 7 9 $ Id. de una lancha destruida p o r la Union en el p u e r t o de Pan de A z ú car el 22 de Julio de 1879 „ I d . Muebles a b o r d o de la lancha „ A l señor P e d r o N. Schjolberg, residente en Chañaral i jerente de la C o m pañía Minera de Carrizalillo: P o r valor de tres lanchas destruidas p o r la Union en el Puerto de Pan de A z ú c a r el 22 de Julio de 1 8 7 9 . . . S P a g o de pérdidas i perjuicios sufridos p o r la d e s t r u c c i ó n de estas tres lanchas „

2,800

700 100

NA "PILCOMAYO" EL 6 DE JULIO DE

1879.

3 lanchas valorizadas en $ 600 cada una, d e 18 toneladas d e carga $ Tocopilla, E n e r o 14 de 1 8 8 0 .

$

3,000

$

6,600

1,000

Total en m o n e d a chilena corriente

V i c e - C o n s u l a d o Británico en Chañaral. E n e r o 1880. 1,800

(Firmado.)—CARLOS W A L L .

N Ú M . 2 8 . — L E G A C I Ó N BRITÁNICA EN

3,600

2,000

N Ú M . 2.

DETALLES DE LAS LANCHAS DESTRUIDAS POR LA CORBETA PERUA-

$

10 d e

( F i r m a d o . ) — J . H . PETERS, Vico-Cónsul.

L i m a , Febrero 4 de 1S80.—Pase a la Secretaría de M a rina para que se sirva informar sobre la exactitud de los h e c h o s en que la precedente reclamación se funda.

LIMA. CALDERÓN

Lima,

Febrero

3 de

1880.

Señor: T e n g o el h o n o r de informar a V . E. q u e acabo de recibir instrucciones del Secretario principal de Estado de S. M. en el d e s p a c h o d e Relaciones Esteriores, para llamar la atención del G o b i e r n o peruano hacia el asunto relativo a la destrucción de propiedades de subditos b r i tánicos, en la costa d e Chile, p o r los b u q u e s q u e c o m p o nen la escuadra peruana. Los casos a que m u í particularmente se hace referencia son los siguientes: D e s t r u c c i ó n d e lanchas británicas en Tocopilla p o r la Pilcomayo i destrucción de lanchas británicas en la bahía de Chañaral i P a n de A z ú c a r p o r el Huájscchr. D e b e traerse a la m e m o r i a que en estos casos, i c u a n d o n i n g u na hostilidad habia tenido lugar en el m o m e n t o de la destrucción d e las lanchas británicas, el G o b i e r n o de S. M. solo p u e d e reputar los actos de los c o m a n d a n t e s p e ruanos c o m o inmerecidos i c o m o una i m p o s i c i ó n de perjuicios innecesarios sobre los intereses d e u n estado amigo.

SUB-SECRETARÍA

DE

MARINA.

L i m a , F e b r e r o 5 de 1 8 8 0 . — I n f o r m e de preferencia la C o m a n d a n c i a Jeneral de Marina, o y e n d o a quienes c o n venga. SÁNCHEZ.

COMANDANCIA JENERAL D E L DEPARTAMENTO D E MARINA.

Callao, Febrero 6 de 1 8 8 0 . — I n f o r m e la Mayoría de O r denes del departamento, o y e n d o a los capitanes de nav i o graduados, d o n E x e q u i e l O t o y a i d o n Carlos F e r reiros. GARCÍA.

Callao, F e b r e r o 7 de 1 8 8 0 . — I n f o r m e el señor capitán de navio g r a d u a d o d o n Carlos Ferreiros. DÍAZ.


152

GUERRA DEL

Señor Capitán do N a v i o , M a y o r de Ordenes. Señor Mayor: E l que suscribe, absolviendo el informe que se le h a p e dido, dice que efectivamente echó a pique varias lanchas en el p u e r t o de Tocopilla, lo que ha m o t i v a d o la reclamación del señor Ministro de la Gran Bretaña; pero es preciso tener en cuenta que dichas lanchas n o tenían otra nacionalidad, ni podían tener, q u e la del país en q u e estaban matriculadas. La prueba de ello es que n o tenían b a n dera alguna, i eran, por consiguiente, embarcaciones sospechosas. El tratado anglo-francés de 1845, dice Heffter, contiene en su artículo 8. ° , a este respecto, instrucciones convenientes q u e tienen p o r objeto la investigación de la nacionalidad de las embarcaciones sospechosas prima facie. E l q u e suscribe ha tenido presente esa doctrina, l o m i s m o que la profesada por W h e a t o n . " E n q u i r y into the validity of the British claim to a right of visitation and search of A m e r i c a n vessels L o n d o n 1842," i la de Hautefeuill " D r o i t dos nat neutres." F i v r e , en su n u e v o derecho internacional público, después de mencionar v a rios casos en los cuales se puede justificar el secuestro de una embarcación que pretenda gozar de los privilejios de la neutralidad, dice: " P u e d e haber aun lugar al secuestro c u a n d o la embarcación n o pruebe suficientemente su nacionalidad. En efecto, n o se tiene el derecho de ser respetado c o m o neutral, sino estableciendo su nacionalidad. Si una embarcación n o tiene títulos para demostrar q u e es neutral, p u e d e ser considerada c o m o enemiga i ser secuestrada." T a m b i é n el que suscribe t u v o presente, q u e antes de ahora habian sido destruidas por la escuadra de Chile todas o gran parte de las lanchas de nuestro Litoral del Sur, siendo muchas de ellas de propiedad de siíbditos ingleses i de otras nacionalidades. El puerto de Tocopilla se hallaba, además, o c u p a d o militarmente por las armas de Chile, i en mas de una ocasión, se han efectuado por allí embarques i desembarques de las tropas enemigas, sirviendo indudablemente para el objeto las lanchas en cuestión. E l que suscribe podría citar m u c h o s ejemplos i m u c h a s autoridades sobre la materia; pero tarea es esa que será dignamente desempeñada por nuestra Cancillería. Lima, F e b r e r o 28 de 1880. CÁELOS

FERREIROS.

Callao, Marzo 1. ° de 1 8 8 0 . — I n f o r m e el señor capitán de navio graduado d o n E x e q u i e l Otoya. DÍAZ.

Señor Capitán de N a v i o , M a y o r de Ordenes del departamento. Señor Mayor: El que suscribe, c o m o 2. ° comandante q u e fué del Huáscar en la época que se h a c e m e n c i ó n en este espediente, tiene el honor de evacuar el informe que se le p i d e respecto a la d e s t r u c c i ó n de las lanchas en algunos de los puertos chilenos i otros o c u p a d o s por sus fuerzas. Las lanchas mandadas destruir o echar a p i q u e n o tenían ninguna señal o distintivo ni nada q u e manifestara ser absolutamente do propiedad neutral. Estando bajo esas circuntancias en servicio del enemigo, teníamos q u e considerarlas hostiles i sujetas a las consecuencias de la guerra. Si un belijerante, al entrar en posesión enemiga t u v i e ra que respetar todo aquello que por aseveración particular se atribuye a la propiedad do los neutrales, que no la ha h a b i d o t a m p o c o , p u d i e n d o servir al m i s m o e n e m i g o , todo seria respetable i respetado, aun aquello q u e mas daño pudiera causarnos. Es notorio que las lanchas referidas servían a los ene-

PACIFICO.

migos en guerra, para el embarque i desembarque, i aun así las hubiéramos respetado, si la insignia de una n a c i o nalidad nos hubiera indicado el respeto a su neutralidad a riesgo de protejer elementos hostiles. A l g o mas: toda embarcación m e n o r al servicio del c o mercio en un puerto, está, c o m o se sabe, indeclinablemente matriculada, i pierde por esto, desde luego, las preeminencias que podían corresponderles a sus propietarios, aunque sean neutrales. C o m o una prueba palpitante de lo q u e dejo espuesto, basta fijarse en l o q u e pasa a este respecto con la C o m pañía Inglesa de Vapores en el Pacífico; pues, sin e m b a r g o de los fueros de que gozan sus naves, n o sucede l o m i s m o c o n sus embarcaciones menores que tienen, tanto en los puertos de nuestro Litoral, c o m o en los del enemigo. Se hallan matriculadas i se hallan, por consiguiente, al alcance i disposición de los gobiernos i autoridades locales de estos estados; quedan, pues, sujetas, en caso c o m o el que m e o c u p o , a correr la m i s m a suerte que las propiedades enemigas. A d e m á s de esto, en esta cuestión de reclamos suceden, casi siempre, engaños encaminados a obtener grandes i n demnizaciones por objetos insignificantes e inservibles. Si se accede a la solicitud h e c h a , tendremos en el c u r so de las hostilidades que rendir protección a t o d o aquello que cualquiera designe c o m o neutral, so pena de estar suj e t o al pago de daños imajinarios. El respetable señor Ministro de S. M. B. n o está, sin duda, perfectamente bien informado de los sucesos. Sin d u d a h a creído que, a pesar de la nacionalidad inglesa, el Huáscar h a ejercido hostilidades contra sus subditos: a ser así, indudablemente nos h a b r í a m o s abstenido de inutilizar las lanchas, a pesar de las razones anteriormente espuestas,i solo nos hubiéramos limitado a hacer daños al enemigo. E n resumen, es evidente que en Chañaral se echaron por el Huáscar algunas lanchas a pique, i el que suscribe ni ha ordenado, ni tenido c o n o c i m i e n t o de orden alg u n a del señor comandante del m o n i t o r para inutilizar lanchas inglesas ni de ninguna otra nacionalidad amiga. Las hostilidades se han dirijido única i esclusivamente contra Chile i sus propiedades; i tan cierto es esto, que se respetó el m i s m o dia, por el solo d i c h o del ájente de la Compañía de Vapores en el indicado puerto, q u e se e n contraba a b o r d o del vapor Potosí, de la línea del Estrec h o , en m o m e n t o s que se descargaban cuatro lanchas c o n metales, que tanto este artículo c o m o aquellas pertenecían a la Compañía, i por cierto n o estaba plenamente p r o b a d o . D e b o también decir que recibida la orden para que u n oficial hiciese entender a la autoridad local que u n o d é l o s objetos de la entrada del monitor al puerto era c o n el de destruir las lanchas, procedióse,a la vista de t o da la población, a largar estas embarcaciones de sus amarras, que se encontraban cerca del muelle la m a y o r parte, i nadie, absolutamente nadie, reclamó ni hizo observación alguna al oficial comisionado, según dio cuenta. Séame permitido manifestar también que a fines de M a y o último, que el Huáscar tocó en Mejillones de B o l i via, e n c o n t r a m o s a u n o de los vapores de la Compañía Inglesa, si mal n o recuerdo el Amazonas, c u a n d o aun pertenecía a dicha compañía, descargando en lanchas de p r o p i e d a d inglesa, artículos de gran utilidad para el enem i g o , c o m o alambre para telégrafos. El 21 d e J u l i o t o c a m o s también en el p u e r t o chileno H u a s c o , i existiendo en tierra algunos depósitos de carb o n , artículo que bien se necesitaba a bordo, se abstuvo el c o m a n d a n t e de tomarlo, p o r solo la aseveración de a l g u n o s estranjeros que manifestaron que t o d o ese c o m bustible les pertenecía, c u a n d o n o era así, pues teníamos c o n v e n c i m i e n t o de q u e entre esos depósitos existían t a m bién de enemigos, i sin d u d a el c o m a n d a n t e , al p r o c e d e r así, quiso evitar el que mas tarde se hiciesen reclamos injustos.


CAPITULO

E n c u a n t o a las lanchas a q u e se refiere el señor M i nistro de S. M. B., destruidas o echadas a pique en Pan de A z ú c a r , diré a V. S. q u e no fueron p o r el Huáscar. T e r m i n o S. M., este informe h a b i é n d o m e limitado a referir los h e c h o s . L a alta rectitud c o n que procede el S u p r e m o G o b i e r n o apreciará d e b i d a m e n t e este asunto. Callao, Marzo 6 de 1880. EXEQUIEL

OTOYA.

S e ñ o r C o m a n d a n t e Jeneral de Marina E n c u m p l i m i e n t o de lo o r d e n a d o p o r V . S. en su d e c r e to de 6 de Febrero ú l t i m o , pedí informe el e x - c o m a n d a n te de la cañonera Pilcomayo, capitan de navio g r a d u a d o d o n Carlos Ferreiros, i de la m i s m a clase d o n E x e q u i e l O t o y a , e x - 2 . ' c o m a n d a n t e del m o n i t o r Huáscar, acerca del reclamo h e c h o por el H o n o r a b l e Representante de S. M. B. en L i m a , a consecuencia de la destrucción de lanchas de propiedad inglesa en las costas d e Chile, i h a b i e n d o espuesto a m b o s jefes t o d o lo ocurrido, presentand o además la cuestión bajo su v e r d a d e r o aspecto, t e n g o el h o n o r do d e v o l v e r a ese d e s p a c h o este espediente, para los efectos a q u e haya lugar. Callao, Mazo 6 d e 1880. EMILIO DIAZ

B.

E x c m o . señor: E l m e m o r á n d u m de fojas 1 i 2, o sea la cuenta de cargo formada en 10 de Enero del presente año por el V i c e - C ó n sul d e S. M. B. en Chañaral, c o m p r e n d e las siguientes r e clamaciones:

SEGUNDO.

153

visión naval, a la que pertenecía la corbeta de guerra Union, ni el c o m a n d a n t e de este b u q u e , capitán de navio d o n Nicolás del Portal, por depender a m b o s en la actualidad de la Secretaría de Estado en el despacho del ramo, paso a o c u p a r m e únicamente de los procedimientos del monitor Huáscar en vista de lo espuesto por el 2. ° c o mandante do esto buque a fojas 7 a 9. Declarada la guerra por la R e p ú b l i c a de Chile, las o p e raciones principales de ella h a n tenido lugar en los p u e r tos del Litoral de esa República, siendojuno de los p r i m e ros elementos que se han empleado para el e m b a r q u e i desembarque de tropas, útiles de guerra, carbón i c u a n t o para ésta se ha necesitado, las lanchas que han existido i existen en esos puertos, y a sean do particulares o del Estado; por consiguiente, ellas deben ser comprendidas por el e n e m i g o c o m o elementos de guerra, cualquiera que sea el orden en que se les mire. Por otra parte, esas embarcaciones son inscritas en la matrícula de los puertos, marcadas, numeradas i dotadas por tripulaciones de la nación a que pertenece el p u e r t o d o n d e sirven, i si no llevan izado el pabellón respectivo, es p o r q u e n o se ha puesto en práctica esa medida, la cual n o les está prohibido. ¿De d ó n d e resulta, pues, el d e r e c h o q u e tiene el V i c e cónsul de S. M. B. en Chañaral, para reclamar solo t a j o su palabra, c o m o propiedad de subditos d e su nación, e m barcaciones que n o p u e d e n ser reputadas sino c o m o c h i lenas, aun c u a n d o en ellas tengan interés personas estrañas?

N o t o r i o es que c o n t a n d o el Perú en aquella é p o c a c o n fuerzas marítimas de « p e r r a que podían intentar tomar algunos puertos del litoral chileno, todos ellos tenían Del señor James Grant Sheriff residente en aquel puerto: fuerzas de ejército o guardia nacional destinadas a repeler cualquier ataque, i si algunos n o han estado artillaPor cuatro lanchas que destruyó el m o n i t o r Huáscar el 20 dos c o n v e n i e n t e m e n t e por falta de elementos, n o p o r eso de Julio de 1879, valor: $ 2,800 dejaban de ser puertos enemigos. P o r una lancha destruida por la c o r Si las lanchas destruidas por el m o n i t o r Huesear en berta de guerra Union en el p u e r Chañaral hubieran izado el pabellón de S. M. B., para lo to de Pan de A z ú c a r el 22 del m i s m o cual tuvieron tiempo suficiente sus dueños o las personas m e s i año, inclusive 100 soles, i m encargadas de su c u i d a d o , hubieran sido respetadas, c o m o porte de muebles, q u e sin d u d a exissucedió el m i s m o dia c o n cuatro lanchas cargadas de m e tían a b o r d o de esa e m b a r c a c i ó n " 800 tales, por el simple d i c h o del ájente de la C o m p a ñ í a d e Vapores, que se encontraba a b o r d o del vapor Potosí de la $ 3,600 línea del Estrecho. D e l señor P e d r o N. S c h j o l b e r g , r e A l n o hacerlo, fué p o r q u e estaban c o n v e n c i d o s que, sidente en Chañaral i j e r e n t e de la c o m o matriculadas, dependían directamente de la autoriC o m p a ñ í a Minera de Carrizalillo: d a d marítima del puerto, sin p o d e r reclamar las preemiPor valor de tres lanchas destruidas polnencias q u e podían corresponder a sus propietarios c o m o la corberta de guerra Union en el subditos de naciones neutrales. puerto de Pan d e A z ú c a r el 22 de J u E l h e c h o a que se refiere en su informe el capitán de lio d e 1879, inclusive 1,000 soles en navio graduado, 2. ° c o m a n d a n t e que fué del m o n i t o r que se calculan las pérdidas i perjuiHusácar, respecto a las embarcaciones menores de la cios ..* " 3,000 Compañía Inglesa de N a v e g a c i ó n a v a p o r en el Pacífico, T o t a l pagadero en m o n e d a chilena a pesar de los fueros de q u e gozan sus naves, prueba suficorriente $ 6,600 cientemente l o q u e acabo de esponer. S i n e m b a r g o , la L e g a c i ó n Británica d e esa capital, al h a A u n hai mas. S e g ú n asegura el 2. ° c o m a n d a n t e del cer presente en su oficio de fojas 3 a 5, de 3 Febrero p r ó x i - Husácar, el finado Contra- Almirante Grau, c u y a benévola m o pasado, haber r e c i b i d o instrucciones para llamar la c o n d u c t a c o n sus enemigos perjudicó algunas veces sus atención d e l G o b i e r n o del Perú respecto a estos h e c h o s , intereses c o m o aprehensor i los de la nación, c o m o suceasegura q u e ellos fueron ocasionados por el Huáscar, sin d i ó c o n dos o mas buques de la escuadra chilena, a quienes hacer m e n c i ó n d e la corbeta de guerra Union. I al o c u - p o r m a g n a n i m i d a d n o echó a pique, tuvo la cortesía d e parse d e esas propiedades c o m o pertenecientes a subditos c o m u n i c a r en Chañaral, antes de proceder a destruir las británicos, recuerda q u e su destrucción se verificó sin q u e embarcaciones, que dice pertenecer a los señores Grant i hubiera tenido lugar n i n g u n a hostilidad en ese m o m e n t o , S c h j o l b e r g , para q u e hiciese entender a las autoridades hechos q u e solo p u e d e reputar su G o b i e r n o c o m o i n m e locales que el principal o b j e t o de la entrada del m o n i t o r recidos i c o m o una i m p o s i c i ó n de perjuicios innecesarios, Huáscar a ese puerto, era destruir las lanchas del enemigo, por c u y a razón tiene instrucciones para elevar una p r o - sin q u e ni antes, ni después de tomarlas, se hubiera h e testa contra tales actos, i presentar una reclamación sobre c h o el m e n o r reclamo, a pesar de haberse efectuado esa indemnización de las pérdidas sufridas por los damnifioperación en presencia de la m a y o r parte de la p o b l a c i ó n cados, reservándose presentar la correspondiente a los que se encontraba serca del muelle. I si es cierto q u e p o r actos verificados en T o c o p i l l a por la cañonera Pilcomayo. considerarse indefensos los habitantes de Chañaral n o N o tratándose en este espediente de las operaciones fueron hostiles al Huáscar, también lo es q u e los pertepracticadas p o r la cañonera Pilcomayo, i n o h a b i e n d o necientes al Perú, en d o n d e han c o m e t i d o los buques c h i emitido sus informes el C o m a n d a n t e Jeneral d e la 2 . D i - lenos sus atentados, por su situación topográfica i c a r e n 1:3

TÓMO ni

—20


154

GUERRA DEL

cia de elementos, deben ser repinados c o m o inofensivos. El misino dia 21 de Julio de 1879 tocó el Huáscar en en el puerto chileno H u a s c o , i existiendo en tierra algunos depósitos de carbón, artículo que se necesitaba c o n urjencia a bordo, se abstuvo el finado Contra-Almirante Gran de tomarlo, respetando la aseveración de algunos estranjeros, que hicieron presente que t o d o les pertenecía, a pesar de estar c o n v e n c i d o de que entre estos existían algunos de propiedad de chilenos. Por lo espuesto, vendrá V. E. en c o n o c i m i e n t o que n o asiste derecho alguno al Vice-Cónsul de S. M. B. en Chañaral para quejarse de la c o n d u c t a del finado Contra-Almirante Grau c o m o c o m a n d a n t e del monitor Huáscar, quien siempre cuidó de respetar las propiedades que se hallaban bajo el amparo de naciones amigas i neutrales c o m o la Gran Bretaña, i menos para reclamar no solo el valor de las embarcaciones destruidas, sino aun de pérdidas que n o están comprobadas. Callao, Marzo 8 de 1880. JOSÉ M.

GARGÍA.

SUB-SECRETARÍA D E MARINA.

Lima, Marzo 9 de 1 8 8 0 . — I n f o r m e el señor capitán de navio don Nicolás del Portal, c o m a n d a n t e que fué de la Union, sobre los h e c h o s a que se contrae este espediente. SÁNCHEZ.

Señor Sub-Seeretario de Marina: E n cumplimiento del decreto q u e antecede, m e es satisfactorio decir: que en todas nuestras escurciones sobre la costa de Chile, h e m o s tenido por objeto hostilizar al enemigo i respetar las propiedades neutrales, cualquiera que fuese la bandera que con j u s t o título las cubriera. H e m o s destruido en el puerto de Pan de A z ú c a r varias lanchas del servicio de d i c h o puerto, p o r considerarlas chilenas en razón de encontrarlas numeradas, lo que indicaba que eran matriculadas, i sin bandera o p a bellón alguno que las acreditase c o m o neutrales, era n o torio, i en todos los puertos de Chile se sabia que la c o r beta Union, viajaba allí destruyendo los elementos marítimos de los enemigos; luego los propietarios o patrones de lanchas neutrales han debido izar sus pabellones al avistar un buque e n e m i g o del país en cu3 as aguas se hallaban surtos, i no lo han h e c h o , esto basta para salvar nuestra responsabilidad. r

Cuando la Union estuvo en la colonia chilena de P u n ta Arenas, en el Estrecho de Magallanes, las lanchas surtas en ese puerto n o izaron pabellón; pero el señor V i c e - C ó n s u l de S. M. B. se presentó a b o r d o de la Union e hizo presente al señor Comandante Jeneral de la 2 . División, capitán de navio d o n Aurelio Gacía i García, que algunas de las lanchas allí fondeadas eran de p r o piedad de subditos ingleses, i sin exijirle mas c o m p r o b a n tes, el señor Comandante Jeneral mandó que n o se t o c a ran.

PACIFICO.

Señor Sub-Secretario de Marina: Las operaciones realizadas sobre la costa de Chile por la corbeta Union, que y o m o n t a b a c o m o perteneciente a la 2 . División N a v a l de mi m a n d o , se hallan m i n u c i o samente detalladas en los partes oficiales, fechados respectivamente 25 de Julio de 1879, 14 de Setiembre de 1879 i 9 de Octubre del m i s m o año, olevados todos inmediatamente después de cada espedicion, al entonces Director de la guerra. Según se ve en esos d o c u m e n t o s , fué siempre m i c o s tumbre, cada vez que penetré a un puerto e n e m i g o c o n el objeto de practicar cualquier clase de hostilidades, el mandar a mi ayudante a prevenírselo a la autoridad l o cal. Medida que se dirijia tao solo a protejer hasta d o n d e m e fuera posible las personas i bienes de los neutrales, evitándoles las c o m p l i c a c i o n e s que pudieran hacer de los actos de violencia o provocaciones por parte de la j e n t e de tierra. 0 3

Resulta de los partes oficiales de que h a g o referencia, que es indudable el h e c h o de haberse q u e m a d o por la Union i de orden mía, las lanchas que en esos mismos d o c u m e n t o s se indican. Pero, al proceder así, además de ejercitar el indisputable derecho de represalia, p r i v á b a m o s a nuestros desleales enemigos de parte de los elementos que utilizaban a cada m o m e n t o para proveer de carbón a sus buques, para embarcar i desembarcar r e c l u tas para el ejército, para distribuir armamento i pertrec h o s en todas las poblaciones de su costa, i sus cañones, c o m o lo hicieron en los puertos de C o q u i m b o , Caldera i Chañaral; servicios todos ejecutados por esas lanchas, q u e son los únicos recursos de m o v i l i d a d marítima en aquel Litoral i del que n o p u e d e n eximirse por su inscripción numerada en la matrícula local; la cual, t e n i e n d o c o m o jefes a los capitanes de puerto, h a c e obligatoria la carga i descarga en bahía. Mientras p e r m a n e c i m o s en esas aguas, j a m á s se presentó persona alguna a bordo de la Union para reclamar los derechos privilejiados que en ciertos casos tienen los n e u trales durante el estado de guerra, ni se m e remitieron credenciales que acreditasen esos derechos. Sin embargo, por un acto de cortesía hacia la Gran B r e taña, dispuse que n i n g ú n mal se causara en el f o n d e a d e r o de Pan de A z ú c a r a una pequeña balandra de puerto q u e parecía destinada a regatas o placer, sin o t r o m o t i v o q u e haber izado el pabellón británico, c u y o uso lejítimo ni aun traté siquiera de comprobar. C o n lo espuesto i las referencias h e c h a s a los d o c u m e n tos oficiales citados, creo dejar evacuado el informe q u e en el anterior decreto se m e pide. L i m a , Marzo 29 de 1880. AURELIO GARCÍA I GARCÍA.

0 3

Por lo espuesto, verá V. S. que si alguna propiedad i n glesa ha sufrido daño, no ha sido por intención de hacerlo, sino p o r q u e sus dueños n o han h e c h o lo m e n o r para probar la neutralidad de su propiedad. Lima, Marzo 16 do 1880. NICOLÁS

SUB-SECRETARÍA

DE

F.

DEL

PORTAL.

MARINA.

Lima, Marzo 22 de 1880.—Informe el señor capitán de navio d o n Aurelio García i García, C o m a n d a n t e Jeneral que fué de la 2. ^ División Naval, sobre la exactitud de los h e c h o s a que se refiere este espediente. SÁNCHEZ.

Señor Secretario de E s t a d o en el despacho de Relaciones Esteriores. Por los informes que preceden, vendrá V . S. en c o n o c i m i e n t o que es cierta la destrucción de las lanchas m a teria de este espediente, por los buques de guerra n a c i o nales Pilcomayo, Huáscar i Union, pero que en manera alguna se han ejercido actos de hostilidad contra propiedades británicas i q u e , por el contrario, se han dejado de destruir algunas lanchas por solo el d i c h o del ájente de la Compañía Inglesa de Vapores i por el del V i c e - C ó n s u l de S. M . B. en Punta Arenas, sin exijírseles c o m p r o b a n t e s de su aserto, i a pesar de n o haber izado el pabellón inglés; V . S., en vista de lo p r o d u c i d o por d i c h o s informes, p o d r á resolver lo conveniente. Lima, Abril 8 de 1 8 8 0 . MANUEL VILLAR. SUB-SECRETARIA D E RELACIONES ESTERIORES.

Lima, Abril 13 de 1 8 8 0 . — R e c i b i d o en la fecha, saqúese copia legalizada de todos los informes precedentes, des-


CAPITULO

de el de la C o m a n d a n c i a Jen eral de Marina, para remitirla a la L e g a c i ó n Británica, i archívese. LARRABURE.

SEGUNDO.

contravención del Tratado i la negativa do hacer justicia a aquéllos que han sufrido c o n ese impuesto ilegal. Suplico a V. S. acepte las seguridades de mi alta c o n sideración. (Firmado.)—SPENSER ST. JOHN, Ministro Residente de S. M. B.

NÚM. 3 5 . — L E G A C I Ó N BRITÁNICA EN LIMA.

Lima, Mayo 17 de 1880. Señor: Tengo el h o n o r de acusar recibo de la nota de V . E., n ú m e r o 17, fecha 25 de A b r i l de 1880, c o n la cual m e remite varios informes de los c o m a n d a n t e s de buques de guerra peruanos que se o c u p a b a n en cruzar las costas de Bolivia i Chile. C o m o estos c o m a n d a n t e s manifiestan que destruyeron las lanchas a que me h e referido en mi nota número 10 de -Febrero 3, n o p u e d e haber y a cuestión en cuanto al h e c h o , i el o b j e t o está claramente esplicado por el señor García, c u a n d o declara que las lanchas fueron destruidas en represalia de las q u e , de idéntica manera, fueron destruidas por la escuadra chilena. E l G o b i e r n o de S. M., que n o r e c o n o c e el d e r e c h o de Chile para destruir en la costa del Perú las lanchas pertenecientes a neutrales, h a d a d o y a los pasos necesarios para presentar ante el G o b i e r n o de Chile los reclamos de los subditos de S. M. Creo q u e hai alguna mala intelijencia en las observaciones hechas por algunos de los c o m a n d a n t e s de los b u ques de guerra peruanos, c u a n d o aseguran que n o se les informó que esas lanchas eran de propiedad de subditos británicos, pues en cada una de esas ocasiones, los d u e ñ o s o sus representantes estaban presentes i protestaron c o n tra d i c h a destrucción, i, en una de esas ocasiones, el infortunado i recordado A l m i r a n t e Grau, espresó el gran sentimiento que tenia, al llevar a c a b o esas órdenes que hacian necesarias la destrucción efectuada por la escuadra chilena en la costa del Perú, i c o m o represalia. D e b o ahora, pues, cumplir las instrucciones que h e recibido del G o b i e r n o de S. M., i pedir una i n d e m n i z a c i ó n por las pérdidas sufridas en tales ocasiones p o r subditos de S. M., i sobre c u y a s pérdidas he tenido y a o p o r t u n i dad d e enviar detalles a V . E. R u e g o a V . E. se sirva aceptar las seguridades de mi distinguida consideración. (Firmado.)—SPENSER ST. JOHN, Ministro Residente de S. M. B.

Lima,, M a y o 20 de 1 8 8 0 . — A n t e c e d e n t e s para formular la antecedente réplica. CALDERÓN.

III. £1

M i n i s t r o inglés en L i m a r e c l a m a d e l e m p r é s t i t o forzoso d e c r e t a d o p o r el P r e f e c t o de T a c n a , pid i e n d o s e d e v u e l v a el d i n e r o a los s u b d i t o s d e s u nación. NÚM. 2 8 . — L E G A C I Ó N BRITÁNICA E N LIMA

Lima,

Mayo

6 de

155

1880.

Señor: T e n g o el h o n o r d e acusar r e c i b o a la n o t a de V . S. n ú mero 22, de M a y o 5, referente a las quejas de ciertas casas inglesas de haber sido c o m p e l i d a s por la fuerza a c o n tribuir a un empréstito forzoso. C o m o el Gobierno del Perú d e b e estar m u i al corriente, el prefecto de T a c n a intentó levantar un empréstito forzoso é n t r e l o s subditos ingleses, infringiendo así el a r t í c u lo 9. ° del Tratado que existe entre la Gran Bretaña i el Perú, i que c o m p e l i ó a dos casas de c o m e r c i o de d i c h o s subditos a pagar sus ilegales impuestos. Creí que el Gobierno peruano se apresuraría a r e m e diar el m a l causado p o r su representante. C o m o , n o o b s tante, v e o q u e m e h e e q u i v o c a d o a este respectó, n o p u e do dejar de dar parte al G o b i e r n o de S. M. de esta

L i m a , M a y o 8 de 1880.—Contéstese en los acordados i saqúense copias de la contestación antecedentes para remitirlos al Encargado de i Ministro Plenipotenciario de la R e p ú b l i c a en c o n el correspondiente oficio.

términos i de sus Negocios Londres

CALDERÓN. NÚM. 3 3 — L E G A C I Ó N BRITÁNICA EN LIMA.

Lima, Mayo 17 de 1880. Señor: T e n g o el h o n o r de acusar recibo de las notas de V. E. n ú m e r o 25, M a y o 8, i n ú m e r o 27, M a y o 13 de 1880, relativas al empréstito forzoso levantado por el prefecto de T a c n a contra ciertos subditos británicos residentes en la capital de aquel departamento. En un caso análogo al presente, c u a n d o las casas de c o mercio inglesas han sido ocupadas p o r soldados, i c u a n d o los comerciantes ingleses han sido forzados p o r fuerzas de policía a pagar exacciones ilegales en violación directa c o n los tratados, era deber de mis c o n c i u d a d a n o s p e d i r m e que llamara la atención del G o b i e r n o peruano sobre la c o n d u c t a ilegal de sus ajentes, i mi deber llamar la atención de V. E. sobre ese h e c h o . Este no es un caso respecto al cual puede decirse q u e está en d u d a alguna: el decreto del prefecto de T a c n a i m p o n i e n d o el empréstito forzoso, i la lista de los q u e estaban a él obligado han sido publicados en los periódicos de esta ciudad, i son perfectamente bien c o n o c i d o s del Gobierno. El c a m b i o de n o m b r e de empréstito forzoso c o n el de adelanto del p a g o de patente p o r dos años en nada altera la cuestión, i n i n g ú n arreglo amistoso se lleva a c a bo p o r fuerza militar en las casas de los neutrales. L o que he solicitado de V. E. era una seguridad de que el G o b i e r n o peruano n o aprobaba la c o n d u c t a de su ájente al levantar u n empréstito forzoso entre los subditos británicos, en contravención c o n el artículo 9. ° del Tratado existente entre la Gran Bretaña i el Perú; i en s e g u n d o lugar, que el dinero, así ilegalmente colectado c o n violencia p o r la fuerza de policía, seria devuelto. Estoi a c a b o de las dificultades c o n que tropieza el G o bierno, relativas a la presente i desgraciada guerra actual, i no tengo deseo i n m o t i v a d o para sustentar cuestiones que pueden diferirse, pero éste es un asunto distinto, v i o latorio de tratado i que n o podría pasar desapercibido. Desearía poder informar al G o b i e r n o de S . M. que el Gobierno del Perú n o ha aprobado la medida ilegal de su ájente, i que si aun n o se hubiera remediado el m a l c o m e t i d o , estaba preparado a hacerlo así en la primera oportunidad. Por los informes oficiales que h e obtenido, sé que hasta el 7 del presente n o se ha devuelto aun a los señores C a m p b e l l las sumas estraidas. R u e g o a V . E. se sirva aceptar las seguridades de mi distinguida consideración. ( F i r m a d o . ) — S P E N S E R S T . JOHN, Ministro Residente de S. M. B.

IV. £spcdicion a

ü n a n c h a c a : telegramas, notas i parte oficial. TELEGRAMAS OFICIALES.

Buenos

Aires,

Mayo

7 de

1880.

Parte oficial al Gobierno arjentino avisa haber salido ejército de 2,000 chilenos a H u a n c h a c a para apoderarse


156

G U E R R A DEL PACIFICO.

del mineral; manden chasqui ca i Potosí.

g a n a n d o horas a H u a n c h a ' N. N. Tupiza,

Mayo

15 de

1880.

Señor Prefecto.—Potosí. El coronel Letelier salió c o n 2,000 hambres para invadir H u a n c h a c a i apoderarse de todos los recursos que halle. A.

Buenos

Aires,

Mayo

QUIJARRO.

26 de

1880.

R e c i b i d o en J u n i o 1."—Señores T r i g o h e r m a n o s . — I n vasión chilena salió de Calama el 22 del corriente c o n un total de 700 hombres; traen caballería, seis cañones i una ametralladora; avisen a H u a n c h a c a por chasqui. F.

Buenos

Aires,

Mayo

URIBURO.

26 de

1880.

R e c i b i d o en J u n i o 1.°—Invasión chilena salió de Calam a c o n 700 hombres, entre los q u e iban 100 de caballería i una ametralladora. T e n g o noticias ciertas. A.

QUIJARRO.

NOTAS. CORREJIMIENTO DEL

VICE-CANTON.

Quetena,

Mayo

17 de

EL JEFE DE

Al señor Sub-Profecto de la provincia de Lipez.

CORREJIMIENTO DE QUETENA.

Toconsi, Mayo 16 de 1880. Señor: C o n esta fecha tengo recibido u n encargo de d o n N. N . . q u e y a han salido l o s enemigos chilenos para H u a n c h a c a el 15 de éste, 25 hombres de avanzada adelante, i e n esta misma fecha 16, salen 600 c o n toda su artillería, i asimismo tendrán q u e vijilar m u c h o en esa via de Q u e tena, que el señor d o n N. N., del Trapichal, ya le c o m u n i c ó c o n esta misma fecha, i c o m o U d . también le c o m u n i c a r á al señor sub-prefecto al m o m e n t o , i que t e n g a m u c h o cuidado en ese p u n t o de Quetena, porque sentencian m u c h o de que precisamente van a salir para esa via de Quetena; en este m o v i m i e n t o p u e d e n trasmanarse de t o d o s los vecinos de esa via. Sin m a s , soi tu a m i g o i seguro servidor. N. N. C o n esta m i s m a fecha se dirije el propio a horas 4 P. M. c o n Rufino Bernardos.

Mayo

16 de

1880.

RIFLEROS.

Trapichal,

Mayo

18 de

1880.

S e ñ o r Sub-Prefecto: S o n horas 8 P. M., hora en que he recibido los partes de Quetena, los q u e t e n g o el agrado d e adjuntárselos para su c o n o c i m i e n t o . Señor sub-prefecto: parece que la guerra se a p r o x i m a p o r los partes que h e m o s recibido desde a n o c h e hasta esta h o r a , t o d o s confrontan d e la venida del e n e m i g o . Y o permaneceré aquí hasta descubrir al e n e m i g o ; visto ue sea, inmediatamente daré parte a U d . N o se o l v i d e e m a n d a r m e los indios, q u e se necesitan m u c h o para dar los partes a Ud., p o r q u e aquí n o los hai. D i o s guarde a U d . EVARISTO

1880.

Señor: S o n horas 7 P. M. de esta fecha en q u e recibo una carta de T o c o n s i i que ha traído el propio que m a n d é allí c o n o b j e t o de q u e averigüe de los enemigos c h i lenos, i m e dice N . N . que ya han salido los enemigos indicados c o n dirección a H u a n c h a c a , anticipándose 25 h o m b r e s de vanguardia; q u e su división consta de 600 h o m b r e s c o n toda su artillería, c o m o se i m p o n d r á de d i cha carta, c o n la q u e también ha v e n i d o para el señor coronel, por cuyas c o m u n i c a c i o n e s le h e d i c h o al señor jefe Cazasola q u e va ésta por esa via, q u e las pase i n m e diatamente. T o d o lo q u e c o m u n i c o con el m a y o r sentimiento, r e m i tiéndole la espresada carta oríjinal para que tenga c u i dado. Sin mas, m e repito de U d . c o m o siempre, atento subdito, c o n todos mis respetos. D i o s guarde a Ud., S. S. P. N. N.

Al Señor Secretario.

Toconsi,

Señor N. N.: Paso ante Ud., que hoi tengo recibido un encargo d e d o n N. N.; dice que ya han salido los enemigos chilenos el 15 de este mes, 25 h o m b r e s de avanzada, i en esta m i s ma fecha salen 600 chilenos (un batallón); es positivo que salen c o n toda su artillería de fuego, cañones i m e trallas, i esto tendrán q u e vijilar m u c h o ; éstos salen p o r el carril de Santa Bárbara a H u a n c h a c a , i por atrás saldrán por partidas. Sin mas, soi de U d . N. N.

CAZASOLA.

L a carta del señor N. N. la h e abierto, p o r q u e t e n g o ord e n de que toda c o m u n i c a c i ó n que venga, m e informe de ella. Al Soñor Sub-Prefecto de Lipez.

Trapichal,

Mayo

18 de

1880.

Señor Sub-Prefecto: A n o c h e llegó el propio que fué a Calama i h a traído la contestación q u e tengo el agrado de remitirle en copia. C o n m o t i v o de que el señor N. ordenó que el m i s m o propio marchase a H u a n c h a c a , i c o m o éste llegó bastante cansado, h e t e n i d o a b i e n darle u n a m u í a para q u e d e ' e s e m o d o llegue mas p r o n t o ; salió a las 8 A . M., i este espreso sale a las 12 del dia, hora en q u e acaba de llegar u n o d e los postillones d a n d o aviso que h a n bajado los chilenos a Ramaditas i han h e c h o algunos tiros; s u p o n g o q u e estos solos n o deben ser; p o r su descaro, es probable q u e v e n drán algunos mas; hasta mas tarde sabremos algo mas. P o n g o en su c o n o c i m i e n t o que aquí n o hai mas que un solo postillón, el que m a r c h a c o n esta c o m u n i c a c i ó n , el otro se desertó, i al tal Esquibel i al correjidor nada se les h a d a d o de hacerlo traer. A h o r a , mas bien que n u n c a se necesita j e n t e para darle a U d . continuos avisos; de l o contrario estará U d . sin saber nada de lo que sucede por estos puntos; y o aguard o el golpe p o r esta n o c h e , pero estaré alerta; s u p o n g o que solo rotos vendrán a darme el quien vive, porque seg ú n el parte d e Calama l o s militares v e n d r á n e n masa. Dios guarde a U d . N. N . Los postillones trajeron dos muías de Tapaquilcha, se s u p o que son de los chilenos. E n este acto acaba d e llegar N . N. d e las inmediaciones de Santa Bárbara, i había hablado c o n un tal N. N. i éste le dijo que este sábado habían llegado 40 chilenos, i d i c h o N. N., q u e fué m a n d a d o de aquí, solo v i o el d o m i n g o salir de Santa Bárbara cuatro chilenos para esta parte, esto es t o d o lo ocurrido. Al señor Sub-Prefecto de Lipez.


CAPITULO

Mayo de 1880. Señor d o n N. N.: T o n g o a la vista su grata de 8 d e ! corriente, sin e n trar en p e q u e ñ o s p o r m e n o r e s , en mui pocas palabras diré a U d . los preparativos de los chilenos para la m a r c h a a H u a n c h a c a ; decir el dia fijo de la salida aun n o p u e d o , p o r q u e sobre esto no sé nada, solamente sé q u e mui p r o n to. V a m o s ahora al continjente de fuerza q u e d i c e n q u e sale. H a i en C h i u c h i u 150 h o m b r e s de caballería del Maipú, el c o m a n d a n t e en j e f e es un señor A m b r o s i o Letelier, e n seguida 90 granaderos c o n cuatro piezas de artillería de p o c o portado,el j e f e es un tal A l m e i d a . El Batallón Melipiüa, a c a n t o n a d o entre Calama i C h i u c h i u , su j e f e es Pedro A . Ginñes. Esperan d o s batallones para marchar, d i c e n ellos; pero y o n o les creo, pues, según m i cálculo, n o saldrán mas q u e 700 h o m b r e s ; advertiré a ustedes que tien e n 4 0 0 muías, 300 caballos, i el plan de ellos es el mandarlos p o r fracciones, es decir la caballería a d e l a n t e , la artillería en seguida, los infantes después i t o d o s c o n diferencia de u n dia de camino, según el plano de los jefes, i que el u n o de ellos m e lo esplicó a m í en dias p a sados,.piensan dar el ataque en H u a n c h a c a según m e dijo d i c h o jefe, es del m o d o siguiente: H u a n c h a c a está en una quebrada m u i h o n d a i forma una gran cuesta, i por dentro de la quebrada, seria terrible el ataque, pero hai q u e m a n d a r por otra parte una fuerza para descuidarlos i poder tomar dos cañones que tienen situados ellos en una altura que hai d o s cerros. D e esta manera piensan los famosos chilenos entrar en H u a n c h a c a i pasar a Potosí; y o m u c h o m e rio de las fanfarronadas de éstos, pues se la cuentan m u i segura. Y o le r e c o m i e n d o que c u a n d o asomen estos b a n d i d o s p o r esos m u n d o s , matarlos c o m o a perros, q u e se vengan ustedes l u e g o , y o n o p u e d o estar tranquilo u n m o m e n t o . P o r acalorarme i e m b r o m a r n o supieron c o m o fastidiarme i m e n o m b r a r o n j u e z de distrito renuncié c o m o era n a t u ral, m a s m e hicieron pagar 2 0 0 pesos d e multa. E l dia q u e sea la m a r c h a de estos bribones mandaré, un aviso, pero sí le p r e v e n g o , para evitar falsas alarmas, antes de avisar quiero verlos en m a r c h a , i c u a n d o y o le m a n d e el aviso,cuéntelo c o m o u n h e c h o ; sin e m b a r g o , e s b u e n o q u e estén en c o n t i n u a cautela; hai que pensar en los casos fortuitos i bien p u e d e ser quizá sucederme algo i n o p o der avisarle a t i e m p o , pues le repito n o se d e s c u i d e n e n tre u n o s siete dias mas. E n fin, alerta, alerta i denles el castigo m e r e c i d o a estos r o t o s ; si el a m i g o señor Carrasco, está p o r esos m u n d o s , u n m i l l ó n de afectos. D e A r i c a nada se sabe; se esperan grandes noticias. ( B O L E T Í N O F I C I A L D E L S U R . — P o t o s í , m a y o 22.)

REVOLUCIÓN EN SUCRE. PREFECTURA DEL DEPARTAMENTO DE CHUQUISACA

Sucre, Mayo

%% de

1880.

Señor: A y e r c o m u n i q u é a V . S. p o r chasque, d e acuerdo c o n la autoridad militar i el c o m i t é de guerra, la resolución t o m a d a de enviar a ese d e p a r t a m e n t o la c o l u m n a que guarnece esta plaza, c o n mas las altas que el reclutamiento p r o p o r c i o n e , a vista solo de lo inminente de la invasión enemiga hacia H u a n c h a c a . H o i , las autoridades han sido informadas, p o r personas fidedignas, de que se organiza una revolución, t o m a n d o p o r pretesto la f o r m a c i ó n del censo, el c o b r o de la c o n t r i b u c i ó n capital i el apremio personal q u e se hace para obligar a los acotados p a g u e n el empréstito de guerra hasta hoi pendiente. L a represión, q u e d e b e ser rigorosa, n o podría garantir los derechos del vecindario, sino c o n tando c o n la eficaz c o o p e r a c i ó n de una fuerza armada. Está circunstancia h a determinado a la autoridad mili-

157

SEGUNDO.

tar, desistir del propósito anterior, c o m o que es la única, bajo c u y a dependencia inmediata está la columna. El deber de conservar el orden local lo obliga a ello, bajo su r e s p o n sabilidad, según lo h a manifestado. Esto n o priva prestar a esa plaza el continjente de ausilios que la situación d e m a n d a , tan luego c o m o se c o n o z c a la m a y o r a p r o x i m a c i ó n del e n e m i g o ; pues que entonces marcharemos t o d o s a c u m p l i r el primer deber: la defensa nacional. El c o m a n d a n t e j e n e r a l ofrece remitir todas las altas que se t o m e n , c o n v e n i e n t e m e n t e custodiadas. C o n este m o t i v o m e repito de Y . S., m u i atento, seguro servidor. Luis

GUERRA.

Al sofior Jefe Superior Político i Militar de los departamentos del Sur.

JEFATURA SUPERIOR

D E L SUR.

Potosí,

Mayo

26 de 1880.

Señor Prefecto: A c a b o de recibir su oficio de 24 del presente, en el q u e se sirve V . S. manifestar los m o t i v o s que h a n d e t e r m i n a d o la suspensión del envío del c o n t i n j e n t e d e sangre c o n q u e ese departamento debía concurrir a la defensa del S u r amenazado. Es sensible i doloroso que el p u e b l o de Sucre, c o n m u i raras escepciones, olvide el lustre de sus antiguos t i m bres i h a y a d e s c e n d i d o tanto en su nivel moral, hasta el p u n t o de n o escuchar siquiera la poderosa v o z del instinto de conservación que nos llama a la defensa de la patria invadida i pisoteada p o r un pérfido enemigo. N o h e d e s c o n o c i d o la m a g n i t u d de esa relajación m o ral, i h e m a n t e n i d o siempre la penosa creencia de que n a da había que esperar de u n p u e b l o que p e r m a n e c e i n d i ferente ante la agonía de la R e p ú b l i c a i n o siente las poderosas impulsiones del patriotismo. Bien sabia y o , al dar el aviso de la invasión chilena, q u e c u m p l í a con u n deber i llenaba una fórmula, sin esperar n u n c a que p u d i e ra el p e l i g r o despertar de su letargo a u n p u e b l o en c u y o seno h a j e r m i n a d o la perniciosa simiente arrojada p o r espíritus perversos i c o r r o m p i d o s , i dispuestos a desencadenar el furor de egoístas pasiones i a levantar las m e z quinas i repugnantes banderas del patriotismo. Es evidente, señor prefecto, q u e h u b o g r a v e error en n o estender la j u r i s d i c c i ó n de esta jefatura a ese departam e n t o . Si tal se hubiese h e c h o , habría p r o c u r a d o y o ahogar los elementos corruptores, i hubieran sido eficaces los recursos obtenidos para la defensa nacional; t o d o eso se habría c o n s e g u i d o , p o r q u e obro c o n la firmeza q u e inspira el deber, i n o lisonjeo las pasiones personales en p r o v e c h o de una efímera popularidad. H o i mis previsiones se c u m p l e n , p o r desgracia, i empiezan a recojerse los resultados de una sistemática resistencia a la a n e x i ó n , resistencia c u y o s frutos se r e c o j e n i c u y a causa y a se esplica. Los que n o h á m u c h o conspiraban i n v o c a n d o ei n o m b r e de Corral, h o i escudan su m a l d a d c o n el n o m b r e de Cabrera. E n c o n c l u s i ó n , d e b o manifestar a V. S., señor prefecto, q u e si antes p o r prudencia i p r e c a u c i ó n envié una parte del A y a c u c h o , ahora m e abstendré de tomar parte alguna en las turbulencias que se p r o v o c a n ; pero si el orden p ú blico sufre detrimento, m a r c h a r é a castigar severamente, i c o m o a traidores, a los promotores de cualquier escándalo. P o r lo demás, consagrado al servicio leal de la patria, a y u d a d o tan solamente p o r el entusiasmo patriótico i c o r d u ra de este p u e b l o , sabré c u m p l i r c o n m i deber en la g u e r ra que sustenta la nación. D i o s g u a r d e a V. S. N. , Al señor Prefecto del departamento de Cbuquisaca.

FLORES.


158

G U E R R A D E L PACIFICO.

ol interior i a nuestra izquierda, del lado del territorio d e Tarapacá. E n este reconocimiento adquirí la c e r t i d u m b r e El Escuadrón Rifleros h o n o r de Potosí, reunido el dia do lo que y a antes se m e habia d e n u n c i a d o : eme algunos de ayer en el local del colejio Pichincha, asociado de sus esploradores bolivianos iban i venian del interior obserrespectivos jefes Arístides Moreno i Manuel María Jordán, v a n d o la marcha de las fuerzas de mi m a n d o . Considerando: Desde Santa Bárbara pasé a acampar a Polapi, 10 l e 1 . ° Q u e siendo d e evidencia incuestionable la i n v a - guas al interior, p u n t o situado y a entre las nieves d e los A n d e s , i d o n d e se encuentran abundantes recursos d e sión chilena p o r el S u r de la República; agua i leña. Esplorando el territorio en distintas direc2. ° Q u e en este caso n o se puede ni se debe omitir sacrificio alguno e n defensa d e la honra i autonomía n a - ciones, hallamos cerca d e l c a m p a m e n t o una estensa vega con m u c h o pasto verde, que sirvió m u i bien para refrescar cionales; 3. ° Que a este noble fin p r o p e n d e el señor Jefe S u - la caballada. En Polapi se corta el primer c o r d ó n o ramal d e la gran premo del Sur, i cpie toca a todos, nacionales i estranjesierra nevada, siguiendo el c a m i n o al interior p o r u n a ros, secundar en sus heroicas aspiraciones; h o n d o n a d a o abra ancha i llana, c o n u n a pendiente m u i 4. ° Q u e la ciudad de Potosí, m a s céreamente c o m prometida, debe ser la primera en dar el ejemplo de h e - suave. Después de refrescar i dar u n corto descanso a la tror o í s m o , ofreciendo en aras de la patria el continjente mas pa, continué m i m a r c h a avanzando hasta A s c o t a n , 10 l e valioso—la sangre d e la j u v e n t u d i, si posible, la fortuguas al interior d e l otro lado d e u n inmenso depósito d e na de todos. bórax en estado nativo, que según buenos informes corre Declara: desde aquel p u n t o al Noroeste c o m o 15 a 20 leguas, t e Que para alistar sobre las armas el n ú m e r o de 50 j ó v e niendo una anchura variable de una a d o s leguas. A q u e nes, pedido p o r la Comandancia Jeneral, se procoda al lla sustancia se encuentra allí estendida sobre la tierra inmediato sorteo d e entre todos los presentes i ausentes. en gruesas capas i en cantidad inagotable. S e g ú n persoEn efecto, procedióse c o n la mas severa imparcialidad, nas intelijentes, es d e m u i buena calidad, p o r l o q u e m e c o n arreglo a las listas d e las respectivas compañías. permito acompañar a V. S. algunas muestras que h i c e r e El resultado h a sido la n ó m i n a adjunta de los sorcojer, tomándolas al acaso de distintos puntos. Pienso q u e teados. hai allí una riqueza inesplotada que p u e d e ser en n o lejaA d e m á s , se h a adicionado c o n 30 j ó v e n e s igualmente na época d e gran utilidad al fomento d e la industria i del sorteados, para en caso de legal i m p e d i m e n t o de los pricomercio. meros, sean llamados los segundos en el orden n u m é r i c o , E n m e d i o de la p a m p a del bórax, hai buenas i a b u n llenando así el c u p o ordenado. tes vertientes de agua q u e sirven a la posta d e A s c o t a n , En consecuencia, los jefes abajo firmados, c u m p l i e n d o la cual tiene también a sus alrededores recursos d e leña con las instrucciones de la Comandancia Jeneral, h a n i pastos de cordilleras. acuartelado a los presentes, i para iguales fines, emplazan Hai aquí un segundo ramal de la cadena d e los A n i llaman mediante la prensa, a los sorteados ausentes, a des, q u e n o so corta c o m o el anterior, sino que es precifin de que, en el perentorio término de 48 horas, c o n so flanquearlo, subiendo p o r la cuesta de A s c o t a n al p o r tado desde este m o m e n t o 6 P. M . , se presenten en su tezuelo d e l m i s m o n o m b r e , p o r el lado N o r t e del cerro del cuartel, de dundo, los q u e so crean eximidos p o r la lei, Azufre, bajando p o r el Oriente a la aguada d e R a m a d i inclusos los suplentes, harán sus respectivos reclamos a n tas, situada c o m o a c i n c o leguas d e Ascotan. Esta aguate la autoridad competente en igual término, bajo los da se forma de u n a pequeña vertiente que sale d e u n a apercibimientos de ser declarados c o m o desertores i e n pampa de bórax de p o c a estension i d e inferior calidad, al rolados c o m o tales en los cuerpos d e línea, en caso de parecer. contravención. D e s d e Ascotan, la marcha h u b o de hacerse c o n m a y o P o t o s í , M a y o 23 de 1 8 8 0 . — A R Í S T I D E S M O R E N O . — M A res precauciones q u e antes para evitar una sorpresa, pues NUEL M A R Í A JORDÁN. en distintos senderos r e c o n o c i d o s , tanto d e frente, c o m o a derecha e izquierda, se veian huellas perfectamente frescas d e los esploradores enemigos q u e observaban PARTE OFICIAL CHILENO. nuestros movimientos. I estas huellas respondían a los avisos que y a tenia d e que la división d e l Jeneral boliviaAntofagasta, Julio 14 de 1SS0. n o Flores avanzaba hacia el Sur para oponerse a m i marcha, teniendo y a destacada una avanzada de 100 h o m b r e s Señor C o m a n d a n t e Jeneral d e A r m a s : en el Trapichaí, p u n t o situado c o m o a 25 leguas d e A s c o El dia 18 de M a y o último, o b e d e c i e n d o a las órdenes e tan al interior, p o r el c a m i n o que seguían las fuerzas d e instrucciones d e Y . S., salí d e la plaza d e Calama e n d i mi m a n d o . rección al interior de Bolivia p o r la vía carretera d e L l e g u é a Tacapilcha al anochecer del 4 d e J u n i o ; i h a H u a n c h a c a , al m a n d o d e u n a división de tropa d e las biendo sabido por una partida de esploradores q u e tenia tres armas. allí avanzada, que una descubierta enemiga c o m o d e 1 5 Y a desdo principios del mes m e había o c u p a d o en a c u hombres habia fugado d e aquellas inmediaciones en la mular en Calama las fuerzas i los elementos de movilización mañana del m i s m o dia, dispuse el c a m p o i ordené a m u que eran indispensables para llevar a cabo esta espedinicionar la tropa e n las condiciones convenientes para cion al través d e las cordilleras i d e l desierto, a una i n rechazar un ataque n o c t u r n o que pudiera sobrevenir. S e mensa distancia de nuestra base de operaciones i en m e g ú n esa orden, l a artillería debia alistar algunas granadas, dio d e una ostensión, q u e en este a ñ o ha sido escepcional quitándoles el c o r c h o q u e cubre la boquilla i c o l o c a n d o p o r su rigor i la intencidad de los fríos. en su lugar la espoleta correspondiente. Pero sucedió q u e Salvé sin n o v e d a d las 20 leguas d e desierto q u e sepaal ejecutar la primera operación, una d é l a s granadas estaran a Calama de Santa Bárbara, escelente posición situa- lló entre las manos del soldado de artillería J u a n d e D i o s da sobre la ribera derecha del rio Loa, a inmediaciones Gutiérrez, de cuyas resultas m u r i ó pocas horas después, del volcan S a n Pedro, d o n d e empieza la ancha cordillera q u e d a n d o heridos d e gravedad los sarjentos de la misma de Bolivia. arma Ladislao A alenzuela i Delfín Martínez. Estos h a n salvado, n o obstante, encontrándose y a el primero c o m E n este punto m e fué preciso aguardar los c o n v o y e s de forraje, sin l o s q u e n o era posible avanzar c o n la n u - pletamente sano, i el segundo fuera d e t o d o peligro en el hospital d e Caracoles. merosa caballada q u e llevaba. Estuve allí seis dias, q u e ACTA I EDICTO.

r

se emplearon en practicar diversos reconocimientos h a c i a

N o podría precisar las causas d e aquel degraciado acci-


CAPITULO

SEGUNDO.

159

dente por las c o n d i c i o n e s en que ocurrió, pues se estaba, c o m o h e d i c h o , en la operación preliminar de quitar el c o r c h o , i p o r q u e ni aun al colocar la espoleta hai peligro, desde que el percutor n o puede tocar al misto fulminante sino c u a n d o el proyectil recibe u n fuerte c h o q u e contra u n objeto resistente. E n el m o m e n t o del siniestro m e e n contraba c o n algunos oficiales a seis u o c h o pasos del lugar en q u e ocurrió, i p u e d o afirmar que n o h a habido falta de parte de los encargados de la operación.

avanzaran a reconocer aquella posición i la fuerza que la defendía, para c o n mejor c o n o c i m i e n t o del terreno, disponer lo conveniente a forzarla c o n la m e n o r pérdida de j e n t e posible. A l m i s m o tiempo destaqué dos piquetes de carabineros, u n o hacia la derecha, a r e c o n o c e r el c a m i n o de Quetena, en dirección a Tapiza, i el otro por la izquierda, a esplorar los c a m p o s que se estiende en dirección al territorio peruano, por c u y o lado p o d í a n venir fuerzas enemigas bajando de H u a n c h a c a .

L a posta de Tapaquilcha está situada en la m a y o r altura del c a m i n o que atraviesa la cordillera boliviana. U n a legua mas adelante se hallan los Cuatro Linderos, q u e marcan la línea del divotia aquarum; c o m o que desde allí se separan las vertientes del rio Tapaquilcha, que corre al O c c i d e n t e , de las del rio Vizcachilla, que corre al Oriente.

El resultado de estos tres reconocimientos fué satisfactorio. N i por la derecha ni por la izquierda se notaron demostraciones de enemigos, i en'cuanto al c a m i n o de n u e s tro frente, el destacamento del Trapichal se puso en p r e cipitada fuga al apercibirse de la a p r o x i m a c i ó n del teniente Matta, dejándonos el paso espedito i franco. Nuestra avanzada pasó el b o q u e t e i corrió las poblaciones del otro lado, en d o n d e adquirió las noticias ciertas de estar el c a m p o libre d e enemigos. Descubrióse también en estos reconocimientos una buena pastada, c o m o a una legua a la izquierda de nuestro c a m p a m e n t o , en una ancha vega, que sirvió para suplir un tanto el forraje de que ya estábamos escasos. Mientras llegaban nuestros c o n v o y e s , que habían q u e d a d o atrás, dispuse que pequeñas partidas de esploradores recorriesen el territorio a largas distancias i en distintas direcciones. U n a de estas partidas, c o m p u e s t a de cuatro h o m b r e s , alcanzó hasta cerca de San Cristóbal, i regresó trayendo prisioneros al gobernador de los naturales de la provincia de Lipez, Marcelino L. Baptista, c o n otros indígenas i un considerable arreo de llamas cargadas, que ilevaban a Tupiza. Por el d i c h o Baptista i los demás indíjenas, supe q u e efectivamente la fuerza del Trapichal había fugado h a c i a el interior; que ya dias antes la vanguardia que estacionaba en San Cristóbal se habia retirado p o r q u e sus esploradores le habían llevado la noticia de que la fuerza chilena que avanzaba a invadir el territorio se c o m p o n í a de 4,000 hombres; que las familias de San Cristóbal también habían fugado; que las de Tupiza i Tarija comenzaban a e m i grar a la R e p ú b l i c a Arjentina para escapar a los horrores de la invasión chilena; que el Jeneral Flores habia, a su turno, abandonado a H u a n c h a c a , n o creyéndose bastante fuerte para resistir a la invasión, retirándose a T o m a v e , p u n t o situado al Noreste de H u a n c h a c a en el camino d e Potosí; que, por último, n o encontríaramos en parte alguna del Sur de Bolivia e n e m i g o a quien combatir. A u n q u e nuestras fuerzas habían disminuido considerablemente con los destacamentos fijos dejados en Santa Bárbara, A s c o t a n i Tapaquilcha, c o n el objeto de asegurar nuestras c o m u n i c a c i o n e s a retaguardia, i los destacamentos volantes que custodiaban los c o n v o y e s en marcha, sin embargo, p u e d o asegurar a V . S. q u e la tropa recibió c o n profundo disgusto la noticia de que el c a m p o estaba abandonado por el enemigo i de que éste huia sin que fuera posible darle alcance. E n la n o c h e de ese m i s m o dia, recibí la orden de V. S. de contramarchar sin pérdida de tiempo desde cualquier p u n t o en que m e encontrase. Puse en libertad a los indíjenas prisioneros con sus llamas i demás objetos, i después de haber salvado y a los obstáculos i dificultades de a q u e lla larga i penosa j o r n a d a , e m p r e n d i m o s nuestra marcha en retirada, afrontándolos n u e v a m e n t e c o n el m i s m o vigor i b u e n espíritu. E l regreso hasta Tapaquilcha se h i z o sin novedad; pero desde aquí a A s c o t a n t u v i m o s algunos soldados casi m u e r tos por el frió, c o m p l e t a m e n t e ríjidos, que solo p u d i m o s salvar apelando a estremos recursos. Marchábamos a z o tados por el mas c r u d o i violento temporal; pero al fin, después de las mas fatigosas marchas i contratiempos, vencidos solo en fuerza de la indomable valentía i coraje de aquellos h o m b r e s , c u y o ánimo fué incontrastable d u rante toda la campaña, entramos en Calama, d a n d o por terminada allí nuestra misión. D e la relación que antecede, p u e d e V . S. deducir q u e

T a p a q u i l c h a dista 12 leguas de A s c o t a n , i es de p o r sí u n a posición militar de noble importancia. Situada en una garganta de un angosto portezuelo, formado por las faldas de los altos picos nevados del tercer ramal, que v i e n e n a morir en escarpada barranca a las riberas del rio, cierra c o m p l e t a m e n t e el c a m i n o carretero, i ofrece u n p u n t o de resistencia de primer orden contra fuerzas q u e viniesen, sea de la parte de Bolivia, sea de la parte de C h i le, pero especialmente de aquel lado. D e s d e T a p a q u i l c h a se envuelve también fácilmente por retaguardia a las fuerzas bolivianas que p u e d e n pasar por la derecha, c a m i n o de Quetena, en dirección a Chiuchiu o San Pedro de A t a c a m a , o por la izquierda, c a m i n o del abra de Miño, en dirección a Santa Bárbara o a H u a t a c o n d o . E n cuanto a recursos naturales, T a p a q u i l c h a posee u n rio d e escelente agua, abundantes m o n t e s de leña e i n a g o tables depósitos de yareta, c o m b u s t i b l e vejetal de m u i b u e na calidad, p o c o inferior al carbón de piedra, Hai, además, en la vega del rio b u e n pasto para los animales, q u e en invierno n o se p u e d e aprovechar a causa de estar toda la vega cubierta con grueso p l a n c h ó n de hielo. D e s d e m u c h o s dias tenia avisos de que la vanguardia del Jeneral Flores, fuerte de 400 h o m b r e s , estacionaba en la aldea de San Cristóbal, capital de la provincia fronteriza de Lipez; i c o m o era natural, debia suponer q u e aquella fuerza, unida a los 100 h o m b r e s destacados en el Trapichal, avanzaría a mi encuentro para oponerse resueltam e n t e a la invasión de su territorio. Mas aun: los vaqueanos q u e m e a c o m p a ñ a b a n , creían seguro q u e el e n e m i g o , si n o se atrevía a atacar en Tapaquilcha, se encontraría fuertemente establecido en Vizcachilla, a o c h o leguas al interior de nuestro c a m p a m e n t o , en una posición que se presta admirablemente a rechazar aun fuerzas m u i superiores. E n posesión de estos antecedentes, salí de Tapaquilcha el dia 6. L a tropa había reposado u n día i m a r c h a b a c o n el á n i m o mas entusiasta i decidido, esperando encontrar al fin al e n e m i g o . D e s d e los Cuatro Linderos ordenó avanzar a distancia conveniente una vanguardia de 50 infantes m o n t a d o s , 25 carabineros de Maipú i algunos esploradores, todos al m a n d o del capitán del Batallón Melipilla d o n Manuel F. Chacón. Esta vanguardia debia r e c o n o c e r las quebradas i sinuosidades del c a m i n o i las posiciones del enemigo, caso de encontrarse. El grueso de la división seguía desde léjós i a la vista los m o v i m i e n t o s de aquella tropa. Pero todas aquellas precauciones fueron infructuosas. Bien pronto nuestros esploradores avisaron que la entrada de la fuerte posición de V i z c a c h i l l a se hallaba enteramente franca i libre de enemigos, i avanzamos a establecer allí nuestro c a m p o . Sin embargo, mis noticias no m e engañaban, i efectivamente la avanzada del T r a p i c h a ! se encontraba delante de nuestra división, a solo cuatro leguas de distancia, en la posición del Boquete, angosta quebrada, especie de a g u j e r o por d o n d e pasa el c a m i n o q u e seguíamos, mui apropósito para emboscadas. O r d e n é al dia siguiente que 20 carabineros, al m a n d o del teniente d o n Rufino Matta,


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G U E R R A DEL PACIFICO.

n o solo no es imposible, pero ni siquiera difícil, invadir el territorio boliviano por el Sur siguiendo la vía carretera de H u a n c h a c a ; que es, al contrario, una empresa tanto mas fácil cuanto mas favorable sea la estación en que se lleve a cabo, i que hai en t o d o el camino abundantes recursos de agua i leña i buenas pastadas en diversos p u n tos que antes n o eran conocidas. A n t e s de concluir, permítame V. S. r e c o m e n d a r a su consideración el escelente c o m p o r t a m i e n t o de los señores oficiales i tropa que marcharon a mis órdenes en esta r u d a i penosa campaña. Ellos han arrostrado c o n una d e c i sión sin e j e m p l o , c o n patriótico entusiasmo, las mas recias penalidades causadas por el rigor de la estación, todo j é n e r o de privaciones i fatigas, h a c i e n d o dia i n o c h e el mas estricto i pesado servicio de campaña, sin j a m á s prorumpir en una queja, sin desalentarse n u n c a , antes al contrario, animados siempre por el deseo innato en el chileno, d e dar a la patria siquiera un instante de lustre i de gloria, a costa de su sangre i de su vida. Si n o han tenido ocasión de sacrificarse en sus aras, n o son por eso menos dignos de que se haga c u m p l i d o h o n o r i estricta justicia a su abnegación i celo por servirla. D i o s guarde a V. S. AMBROSIO LETELIER. AI señor Comandante Jeneral de Armas,

V. D o c u m e n t o s r e f e r e n t e s al i n t e n t o d e c a p t u r a d e l a g o l e t a " E n r i q u e t a " c o n a r m a s p a r a el P e r ú , p o r el " ü a n R a m ó n ; " a c u s a c i ó n del ex-presideute d e Panamá, don Jcrardo Ortega. CARTA

DEL

PATRIOTA

CHILENO DON JOAQUÍN A. HERMIDA.

Panamá,

Mayo

10 de

1880.

Señor Benjamín V i c u ñ a M a c k e n n a . — S a n t i a g o . Respetado señor: Por los números de E L C R O N I S T A , q u e incluyo, así c o m o por la nota oficial de nuestro Cónsul Jeneral en ésta, p o d r á enterarse d e l odioso i arbitrario atentado d e las autoridades de P a n a m á c o n grave ultraje i perjuicio para la causa i nacionales de Chile. E n dos palabras daré cuenta U d . de los h e c h o s . Después de haber declarado el Gobierno de Colombia q u e los belijerantes del Pacífico tenían c o m p l e t a libertad para hacer el embarque de pertrechos de guerra, la acción de nuestros diplomáticos se redujo a protestar de esa inconsulta resolución, que está en contradicción c o n u n o d e sus artículos de su Tratado con Chile, i a repetir sus protestas c a d a vez q u e se tenia c o n o c i m i e n t o del embarq u e de armamentos para el Perú. Pero c o m o protestas son protestas, c o m o nosotros d e c i m o s , i n o tienen casi n i n g ú n valor c u a n d o n o s o n d e bidamente apoyadas, buscamos el m e d i o de sacar partido de la declaración del Gobierno para contrarrestar los esfuerzos de los ajentes peruanos i resolvimos, en consecuencia, h a c i e n d o grandes sacrificios, organizamos unos pocos, de acuerdo c o n nuestro Cónsul, para cortar el paso en alta mar a los buques que llevasen armas para el Perú. A l efecto, fletamos el pailebot San Ramón, i debidam e n t e provisionado i tripulado c o n nueve chilenos d e c i d i d o s a c o m e t e r tan atrevida empresa, sin contar al q u e suscribe, q u e tenia el carácter de primer jefe, i el señor Guillermo F. W h i t i n g , d i g n o i honorable compatriota que aceptó el cargo de segundo, nos dimos a la mar el jueves 5 de M a y o , 11.30 P. M., i n o s d i r i j i m o s a l a isla de T a boga, distante 12 millas de Panamá, a d o n d e quedamos en observación de la Enriqueta, que debía salir en la m a drugada del siguiente dia c o n un cargamento de armas m u i valioso (medio millón de pesos, mas o menos.)

Nuestro objeto, c o m o U d . comprenderá, n o era otro que el de cortar el paso a la Enriqueta fuera de las aguas de Colombia i apoderarse de ella p o r la razón o la fuerza. A las 8 A . M. del siguiente dia avistamos, c o m o 10 m i llas de nosotros, la deseada Enriqueta, i nos dispusimos a seguir su r u m b o ; pero n o bien observó nuestros m o v i mientos, largó todas sus velas i, viento en popa, principió su h a z a ñ a . . . de correr a t o d o trapo. Nuestro velero barquichuelo le puso proa, i principio la caza. A la 1 P. M. habíamos estrechado bastante la distancia, por lo q u e se le vio cambiar de r u m b o en distintas direcciones para tratar de burlarnos. Mientras tanto, n o s otros seguíamos acortando la distancia i logramos p o n e r nos a tros millas escasas de ella. F u é aquí que dio r u m b o al N o r t e i e m p r e n d i ó su regreso a Panamá, c o m o su ú n i c o m e d i o de salvación. ¡ N o tenían valor para defenderse, a pesar de su inmensa s u p e rioridad, i vergozosamente malograban su importante c o misión, v o l v i e n d o a buscar su fondeadero al l a d o del b u que de guerra inglés! Efectivamente, a las 6.30 P. M. fondeaba en P a n a m á i nosotros resolvimos hacer otro tanto, para c o m u n i c a r n o s c o n nuestro Cónsul i también para proveernos de agua i de un bote, pues n o teníamos n i n g u n o a bordo. A l pasar p o r la p o p a de la Enriqueta en d e m a n d a de nuestro fondeadero, fuimos saludados c o n 20 tiros de revólver i rifle, c u y o s proyectiles silvaron p o r nuestras c a bezas sin habernos causado n i n g ú n daño. Era esta una valentonada m u i propia de peruanos. A u n q u e m e creí autorizado para contestar sus fuegos i aceptar su p r o v o cación, m e opuse e n é t i c a m e n t e a los deseos de la t r i p u lación, i n o se hizo un tiro de nuestra parte para n o dar lugar ni al mas p e q u e ñ o m o t i v o de queja i pretestos a las autoridades de Panamá, en cuyas aguas estábamos f o n deados i que, p o r consiguiente, d e b í a m o s respetar. F o n d e a m o s a las 7.20 P. M. a m u i c o r t a distancia de la Enriqueta, i la n o c h e pasó a b o r d o de nuestro b u q u e sin novedad. A las 5 A . M. del siguiente dia 7, se presentó una e m barcación v e n i d a del muelle c o n 30 soldados armados i al m a n d o d e un coronel i d o s oficiales. A n t e s d e llegar a nuestro costado, se nos i m p u s o rendición a n o m b r e d e las autoridades marítimas, i aseguré al coronel que m e rendía c o n la correspondiente protesta. Pedí garantías i el m e j o r trato para nuestra j e n te, i r e cibí la promesa de q u e todos serian tratados c o n las m e j o r e s consideraciones. L a tropa armada subió a nuestro b u q u e i m e exijió la entrega de las p o c a s armas q u e había a b o r d o . Las e n tregué, i en seguida desembarqué c o n el 2. ° señor W h i ting i nos presentamos al j e f e marítimo, q u e d a n d o toda la fuerza a b o r d o para custodiar nuestro b u q u e i t r i p u lación. N o encontramos al j e f e , i p r o m e t i m o s regresar a las 9 A. M., hora en que nos indicaron llegaría a la oficina. Mientras tanto pasamos libremente a ver a nuestro C ó n sul para darle cuenta de nuestra comisión, lograda en parte c o n tanta felicidad, i para prevenirlo del arbitrario proceder de las autoridades. E n casa del Cónsul supimos que el j e f e peruano q u e dirijia la Enriqueta habia enloquecido. ¡Fatales c o n s e cuencias del m i e d o ! A las 9 P. M. regresamos a la Capitanía, i recibiéndonos afectuosamente el capitán, nos dijo que se ocuparía de pasar su informe mas tarde, sin exijirnos n i n g u n a d e c l a ración, mientras tanto nos intimó de p o n e r n o s presos en nuestras casas bajo palabra de h o n o r . L e d i m o s la p r o mesa de hacerlo. A las 11 A. M. se nos notificó orden de prisión por el j e f e marítimo, por el pretendido delito de infracción del reglamento de policía marítima. ¡Ridículo recurso inventado torpemente por el ájente peruano, quien ha m a n e j a d o todos los hilos d e este asunto, i es consejero obliga-


CAPITULO SEGUNDO.

do de las autoridades locales en c u a n t o tiene relación con los intereses del Perú! Ofrecimos r e n d i r l a fianza que nos exijiera, pero no fué aceptada p o r q u e el peruano queria tener el gusto do que se nos apresase i estaba en su m a n o conseguirlo, y a que las autoridades le pertenecen en c u e r p o i alma, se entiende, por el correspondiente amarillo. U n coronel nos c o n d u j o al cuarlel de policía, i fuimos entregados c o m o prisioneros al jefe de dicha fuerza. H a n pasado tres dias i n o se nos h a t o m a d o ninguna declaración n i levantado instructiva o sumario alguno; pero sí se nos ha c a m b i a d o de prisión i se nos h a trasladado al cuartel del 3. ° de línea. Sabemos q u e los mentores i consejeros de la autorid a d andan en grandes apuros para clasificar nuestro d e lito i que u n o de ellos, el Cónsul, morirá de mal parto! ¡Tales son las consideraciones i garantías que los chilenos e n c o n t r a m o s en el país clásico de la libertad! Nuestra j e n t e ha corrido la misma suerte q u e nosotros, i toda se encuentra presa en la cárcel. S e g ú n creemos, nuestra prisión n o pasará de uno o dos dias m a s , i esperamos ser'puestos en libertad para hacer nuestra mas enérjica protesta i e x i j i r e l pago de una fuerte s u m a i la destitución d e los funcionarios q u e han t o m a d o parte, c o m o j u s t a reparación por la injuria q u e se nos ha h e c h o i los perjuicios que h e m o s sufrido. I g u a l cosa hará toda la tripulación del San Ramón. T o d o s esperamos confiadamente q u e U d . , c o n cabal c o n o n o c i m i e n t o de los h e c h o s , que protesto a U d . ser e x a c tos en todas sus partes, formará su j u i c i o i se servirá hacerlo llegar al c o n o c i m i e n t o de nuestros compatriotas, c o m o mejor se lo sujiera s u . . . intelijencia i su bien p r o b a d o amor a la patria. Conviene advertir que, a fin de que n o recaiga sobre los espedicionaríos n i n g u n a sombra de criminalidad i para dejar enteramente especlito nuestro d e r e c h o a reclamación, se d i c e en la relación q u e h a c e El, C R O N I S T A , q u e dicha j e n t e solo tenia el propósito de seguir las aguas de la Enriqueta c o n el fin de cerciorarse si efectivamente el cargamento q u e c o n d u c í a se llevaba a Guayaquil, sin ejercer n i n g ú n acto hostil contra ella, d e b i e n d o a la vez procurar encontrar en su viaje al b u q u e de guerra chileno q u e h e m o s d i c h o venia en c a m i n o a Panamá. l í e p e d i d o el arraigo del b u q u e i su cargamento, i a c u sado criminalmente a su c o m a n d a n t e p o r haber h e c h o fuego desde su fondeadero sobre nuestro buque. Con este paso h e m o s desconcertado enteramente los planes de los ajentes peruanos, i y a se ven enteramente perdidos e imposibilitados para seguir pasando sus armamentos. ¡ H e m o s logrado, pues, reducirlos a la m a y o r i m p o tencia! Es digna del m a y o r e n c o m i o la enérjica actividad c o n ue nuestro Cónsul Jeneral, señor Pavera Jofré, trata t o os los asuntos que interesan a la causa de Chile i sus nacionales. Otro tanto tengo que decir a Ud. respecto de la franca i resuelta actitud t o m a d a por el estimable i c u m p l i d o caballero, señor M. II. de La Torre, redactor en j e f e de E L CRONISTA, en quien tenemos u n abnegado i valiente defensor de nuestra cara patria. A g r a d e c i e n d o a Ud. anticipadamente t o d o lo que se sirva hacer en nuestro favor i r o g á n d o l e se digne hacernos las mejores indicaciones para obtener los buenos resultados q u e b u s c a m o s , saluda a U d . respetuosamente su seguro servidor. JOAQUÍN

A.

HERMIDA.

P. D . — Ultima hora.—Sabemos que los ajentes peruanos andan c o n las caras amarillas. H a n sido reducidos a la m a y o r i m p o t e n c i a i n o pasarán ya mas armas, pues el fantasma de los del San Ramón los ha llenado de pavor. TOMO I I I — 2 1

161

(De EL C R O N I S T A de Panamá del S de Mayo.)

A c a b a de realizarse en este golfo u n h e c h o de trascendencia, que está o c u p a n d o hoi la atención pública, por referirse a cuestiones de la guerra del Pacífico i a l a a c ción do chilenos i peruanos en este puerto. Es dé notoriedad pública que los ajentes peruanos estaban cargando desde hace dias el bergantín goleta.de su nacionalidad, Enriqueta, c o n una gran cantidad de elem e n t o s d o guerra para las costas del Perú. Este buque debía darse a la vela para su destino en las primeras horas del viernes último. Mientras tanto, d o s patriotas chilenos, señores d o c t o r J o a q u í n A. H e r m i d a i Guillermo E. W h i t i n g , viendo ese escándalo a la luz del sol, fletaron u n p e q u e ñ o pailebot, el San Ramón, para seguir las aguas del Enriqueta, i cerciorarse de si efectivamente iba a Centro A m é r i c a o n ó , a d o n d e los peruanos protestan llevar sus cargamentos de armas que salen en derechura para su país. A d e m á s , el San Ramón iba con el propósito de,'en caso de perdérsele de vista la Enriqueta, dar cuenta a una n a v e chilena que debe estar cerca de estas aguas de un m o m e n t o a otro. Los satélites peruanos, recelosos de esta espodicion i v i e n d o fantasmas aterradores en los chilenos, según se d i ce, pidieron a la autoridad en la n o c h e del j u e v e s , la prisión d e varios de éstos, acusándolos d e piratería contra su b u q u e armado c o n miles de fusiles, cañones, ametralladoras, pólvora, etc., etc., i m u c h o s valientes a su bordo! L a autoridad accedió a aquella petición, i n o sabemos c o n cuáles m o t i v o s i condiciones. Esto os natural que se sepa a su tiempo. L o cierto es que aquella n o c h e el Consulado Jeneral del Perú era invadido p o r multitud de oficiosos, de ajentes de la autoridad, de ajentes peruanos que salían i entraban en confusión, q u e corrían en todas direcciones c o m o en m o m e n t o s de un terrible cataclismo. La fuerza pública se m o v i a armada, acudía a la playa, se tomaban chilenos, i una embarcación llena d e s o l d a d o s salia a la mar en b u s ca de los que los peruanos llamaban piratas. D e c í a n los pavorosos peruanos que la Enriqueta iba a ser volada esa n o c h e por embarcaciones menores tripuladas por enjambres de chilenos. E l p á n i c o era horrible; i mientras tanto los pacíficos i laboriosos chilenos dormían todos muí tranquilamente en sus casas o d o n d e l o s c o j i ó la n o c h e . P o r fin, la Enriqueta,,asegurada por todos estos medios de q u e t o d o le estaba espedito, se DIO a la mar en las primeras horas de la mañana del viernes. A 10 millas fuera d e las islas vecinas divisó a l á v e l a un barquichuelo de 25 toneladas que le fué sospechoso. Era el San Ramón, tripulado con 11 chilenos que la esperaba para seguir sus a g u a s . . . D e s d e ese m o m e n t o principió a bordo de la Enriqueta activa maniobra de velamen, que daba a conocer que su capitán estaba atolondrado, c o m o si su cabeza no estuviera en su lugar. El San Ramón, por su parte, seguía tranquilamente sus m o v i m i e n t o s pura n o abandonar el r u m b o que llevara. A las 3 P. M., la Enriqueta, c o n t o d o aquello que se llam a prudencia, h i z o r u m b o a este puerto, i también el San Ramón hizo c o n toda calma i frialdad el m i s m o r u m b o , riéndose sus tripulantes a carcajadas tendidas de ver esa derrota moral de un b a r q u i c h u e l o de 25 toneladas contra un bergantín de 1 5 0 ! . . . E n esos m o m e n t o s los jefes de la espodicion llenaron copas de c h a m p a ñ a i saludaron a Chile con un kurra j e neral sobre las barbas de los ínclitos peruanos de la Enriqueta, la cual v i n o a fondear a este puerto c o m o a las 6 P. M. en F l a m e n c o . Para esta operación se puso la Enriqueta cerca de la corbeta do S. M. 13. Peru/uin. U n a hora después, el San Ramón fondeaba pacíficam e n t e a una distancia necesaria para n o perderla de vista.


162

GUERRA DEL

A l pasar por la popa de la Enriqueta, desde ésta se le hicieron corno 20 tiros, de los cuales algunos pasaron por sobro la frájil i decidida navecilla, la cual, c o m p r e n d i e n d o sus deberes i sus respetos, despreció aquella cobardía de los que so creían fuertes al resguardo de las fuerzas locales. H o i sábado, a las 5 A . M. so presentó a b o r d o del San Ramón una fuerza armada c o m o de 20 soldados, al m a n do del señor coronel Carranza, la cual invadió el b u q u e a n o m b r e de la primera autoridad local, exijienclo las armas que había a bordo, que eran m u i pocas, i arraigando el buque. Los señores H e r m i d a i W h i t i n g desembarcaron bajo su palabra de honor do presentarse a las autoridades en el m o m e n t o que lo descasen. El buque, mientras tanto, quedó en poder de la fuerza armada, i c o m o a las 8 A . M. fué desembarcado el resto de la tripulación en calidad de prisioneros. Hasta aquí es lo que sabemos en los m o m e n t o s de escribir estas líneas respecto de todo lo acaecido al pailebot San Ramón. E n cuanto a la valiente i prudentísima Enriqueta, sab e m o s que sus tripulantes han sido puestos en prisión, n o por haber salido en el buque, sino porque el Consulado peruano, según dicen, lo ha p o d i d o por caer sospechas de estar vendidos a los chilenos. Tales son los hechos acaecidos.

A ÚLTIMA HORA.

Los señores H e r m i d a i W h i t i n g han sido reducidos a prisión sin habérseles oido ni vencido en j u i c i o ; pero t e n e m o s confianza en que el Gobierno, por su d e c o r o m i s mo, hará poner en libertad a ellos i domas abnegados compañeros, que están mereciendo los justos aplausos públicos. Estamos alerta para lo que sobrevenga.

PACIFICO.

Sin mas por ahora que poderle c o m u n i c a r , q u e d o de Ud. su atento amigo i seguro servidor. BARTOLOMÉ L.

SALIDA

DE LA

"ENRIQUETA."

CONSULADO JENKRAL D E L PERÚ EN PANAMÁ.

(Reservada.) Panamá,,

Julio

Mayo

31 de 1SS0.

Señor d o n Miguel Manzanares, Sub-Prefecto de la p r o vincia de Paita.—Mancora, Mi estimado amisfo: En este m o m e n t o , que son las 5.3 P. M., h e tenido la satisfacción de recibir el estimable oficio de U d . en que m e c o m u n i c a la orden del señor prefecto, c o n m o t i v o a la llegada de buques enemigos por estas aguas. También he recibido c o m u n i c a c i ó n oficial del señor c o ronel prefecto, relativa al m i s m o asunto, i en contestación participo a Ud. que mañana zarparán d o s embarcaciones menores, una con r u m b o al Sur hasta la altura de Mancora, i la otra con r u m b o al N o r t e hasta el paralelo de Ballcnita, con las instrucciones debidas i reservas del caso, i es probable que pasado mañana flete otra c o n b a n dera canaca con dirección al Sur i N o r t e ; el resultado se lo comunicaré oportunamente. T e n g o a la vista un periódico que se publica en Guayaquil, fecha 22 del corriente, que dice que estando l a g o Jota Enriqueta cargada de armas con destino a G u a y a quil, salió un buquo con 12 chilenos c o n el objeto de abordarla; inmediatamente el señor Ardilla, al m a n d o de la goleta, pidió ausilio al inspector del Estado; salió éste con 3 0 h o m b r e s i encontró a la tripulación de la Enriqueta sublevada i la apresó inmediatamente; pasó al b u q u o de los chilenos, San Ramón, i también los aprisionó, los c o n d u j o a tierra i los puso en detención para instruir el s u mario, sin e m b a r g o de q u e el jefe de la espedicion chilena manifestó de que no tenia intención de aprisionarlo en aguas colombianas. N o sé, pues, querido amigo, si tengan alguna relación los buques que tratamos de salvar del peligro c o n la Enriqueta de que le hago referencia.

28 de 1880.

Señor S u b - P r e f e c t o de la provincia de Paita: La barca Enriqueta sigue hoi para el Perú c o n u n i m portante cargamento de elementos de guerra, r e m o l c a d a por el vapor Mendoza. Tan pronto c o m o V . S. reciba este oficio, póngase do acuerdo con el señor capitán del Mendoza, hágale las indicaciones que crea convenientes en vista de l a situación en que se encuentra el Litoral, i telegrafíe el h e c h o de la manera mas reservada e inmediata a S. E. el Jefe S u premo. R u e g o a V . S. que atienda, en t o d o lo que necesiten, a los tripulantes de la barca, i que si fuere necesario, por algún accidente imprevisto, ausiliarlos para q u e regresen aquí, aun en los vapores de la carrera, lo haga c o n cargo al S u p r e m o Gobierno. Finalmente, ruego a V. S. que repita lo m i s m o al c a p i tán del puerto en que deba hacerse el desembarco del cargamento, i que recomiende prontitud i c u i d a d o a las autoridades q u e en tal operación tengan que intervenir. Desde luego m e p r o m e t o que V . S. atenderá c o n su celo acostumbrado lo que en este oficio le digo, i que si por alguna circunstancia el cargamento tuviese que q u e d a r se en Paita, V . S. asumirá en todas sus partes el c u m p l i m i e n t o de las recomendaciones anteriores. L a reserva mas c o m p l e t a debe V . S. guardar en este delicado asunto, de gran importancia para la nación. Dios guarde a V . S. VÍCTOR

Tumbes,

AVALOS.

DUBARRI.

Encargado de la oficina del Consulado Jencral.

SENTENCIA

EN

EL

JUICIO

CHILENOS

DEL

CONTRA "SAN

LOS

ARMADORES

RAMÓN."

JUZGADO DEL CRIMEN D E L DISTRITO CAPITAL I DEL D E P A R TAMENTO.

Pomamá, Julio 13 de 1880. Vistos: El dia. o c h o de M a y o ú l t i m o , el señor inspector del puerto, jefe del resguardo nacional, inició dilijencias s u marias en averiguación do hechos que creia punibles, ejecutados por los señores J o a q u í n A. H e r m i d a , Guillermo F. W h i t i n g , S i m ó n Suppicich, Juan Echeverría, B e n j a m í n Cerda, Enrique Harras, Isidoro A v a l o s , A n t o n i o Cifuentes, Pedro R o b i n s o n , José Monsalve, Manuel Saez i A r t u r o Leiton, a quienes hizo tomar do a b o r d o del paileb o t San Ramón, de propiedad do su capitán S i m ó n S u p picich. L u e g o que h u b o practicado unas pocas dilijencias hasta fojas 13, el señor inspector las remitió a este j u z g a d o para la subsiguiente prosecución, pues él se creyó i n c o m p e t e n te para continuarlas, por opinar se habia c o m e t i d o algún delito que mereciera pena corporal, i fuera justificable seg ú n el Código Penal do la nación. Cuando remitió la actuación a este d e s p a c h o estaban presos los sindicados, i de ellos se les admitió fianza i se les puso en libertad a tres que las presentaron. El j u z g a d o , en cumplimiento de sus deberes, ha practic a d o todas las dilijencias del caso para averiguar la verdad i poner en claro los hechos, p r o c u r a n d o evitar q u e la maledicencia buscara albergue en la calumnia, i atribuyera los procedimientos del j u z g a d o a móviles indecorosos


CAPITULO

SEGUNDO.

163

las apariencias del h e c h o punible de piratería, la q u e n o tiene pena señalada. Este delito, que consiste en el robo en alta mar, ni está probado su intento o ejecución, ni el Código Penal le s e R e c i b i d a la declaración a los sindicados, n o resulta la ñala pena alguna. comisión de delito alguno, pues los q u e a c o m p a ñ a r o n a Este acto, q u e el Código de enjuiciamiento llama ineslos señores H e r m i d a i W h i t i n g , dicen unos que fueron carcelable en el artícu'o 1 , 4 7 0 , deja de ser penable en el invitados a cumplir u n a comisión importante para su país. Los señores H e r m i d a i W h i t i n g aseguran q u e su m i - Código respectivo, i en este caso, p o r m u í pronunciada que resultara la tentativa, el j u z g a d o tiene q u e pasar el sión era seguir la estela a la Enriqueta, q u e cargada de procedimiento según el espíritu i letra del artículo 6 c i elementos de guerra, se decia hacia viaje para las costas tado, d a n d o cuenta a la Corte S u p r e m a Federal para del Perú; presentando el.primero u n a c o m u n i c a c i ó n del los electos legales. Cónsul Jenoral d e Chile, q u e corre a fojas 2 6 , de la cual Si la acción, aunque aparente es justiciable, ¿dónde e n era portador para una comisión q u e iba a cumplir cerca contraría la pena para graduar lo que correspondiera a del primer b u q u e d e guerra chileno q u e encontrara. los atentadores? El capitán Suppicich, después de divagar en sus declaC o m o tentativa, debe tenerse en cuenta lo que termiraciones, asegura que fué fletado su b u q u e , sin saber la nantemente dicen los artículos 1 2 i 1 3 del Código Penal misión q u e iba a desempeñar el b u q u e i los q u e en él ya citado. Si la lei penal n o c o n o c e c o m o delito la resoluiban. S e ignora, pues, el verdadero designio de los q u e esción t o m a d a por d o s o mas personas para cometerlo, ni taban a b o r d o del San Ramón, i en este caso, el j uzgado la mera proposición h e c h a a u n q u e sea aceptada, mientras no p u e d e apreciar los díceres i otras aseveraciones sueln o c o m i e n c e a ponerse en ejecución, i si de todo esto n o tas q u e n o constan en la actuación. pasa lo que ha sucedido con el San Ramón, el j u z g a d o Mas, después se evacuaron las citas indicadas por el n o p u e d e pronunciar auto de sobreseimiento, d e t e r m i n a n jefe del resguardo, i de ellas resulta: Q u e N i c o m e d e s Cardo otro delito q u e el c o m p r e n d i d o en el artículo 1 4 8 del ranzas, E m i l i o Briseño i otros, aseguran haber oido decir C ó d i g o Penal, q u e es la otra acción punible q u e se a v e a J o a q u í n A . Hermida, q u e él, c o m o jefe d e u n a espediriguaba. cion, llevaba la misión d e atacar i asaltar a la Enriqueta Por todas estas consideraciones, el j u z g a d o decreta el fuera d e las aguas colombianas. L o s declarantes R a m ó n sobreseimiento en esta actuación, i por cuanto el delito Rivera Jofré, Cónsul Jeneral d e Chile en este puerto, i q u e p u d i e r a ser materia d e este p r o c e d i m i e n t o estaría s u j e Manuel R o m á n d e la Torre, dicen, el primero: q u e J o a to a penas d e multa i arresto, q u e n o son penas c o r p o r a quín A . H e r m i d a , Guillermo F. W h i t i n g i los demás c h i les, según la doctrina del artículo 1 4 8 del Código Penal, lenos embarcados en el San Ramón iban en comisión el j u z g a d o , d e acuerdo c o n el artículo 1 4 8 del C ó d i g o d e privada del Consulado cerca del primer b u q u e de guerra enjuiciamiento criminal, decreta la libertad d e los sindicachileno q u e encontraran, i q u e n o había nada d e ataque dos, quienes quedarán obligados a presentarse al j u z g a d o o asalto a n a v e alguna, sino el designio d e seguir las c u a n d o se les solicite, si el presente auto que se dispone aguas a la Enriqueta para cerciorarse si iba o n o para consultar c o n la Corte S u p r e m a Federal, n o fuere confird o n d e se decia; el segundo declara n o haber oido al sem a d o en todas sus partes. ñor H e r m i d a q u e él fuera jefe de alguna espedicion. Pero C o m o el b u q u e San Ramón está al c u i d a d o d e l resc o m o las declaraciones de referencia n o tienen mas fuerguardo, por haber quedado abandonado, el señor i n s p e c za q u e la d e aquel a quien se refiere, i H e r m i d a niega tor del puerto, j e f e del resguardo, lo entregará c o n t o d o s r o t u n d a m e n t e haber d i c h o tal cosa, i aun c u a n d o lo h u sus enseres a su d u e ñ o , capitán S i m ó n S u p p i c i c h , c u a n d o biera c o r r o b o r a d o , la prueba seria sobre la palabra c o m lo solicite. pletamente libre sin restricción alguna, i n o sobre los Notifíquese, copíese en el libro respectivo i remítase a hechos, q u e es la base de t o d o p r o c e d i m i e n t o , según la la Corte S u p r e m a Federal por c o n d u c t o de la Secretaría doctrina de los artículos 1 2 i 1 3 del Código Penal. de Estado. N o es aprcciablo, j u r í d i c a m e n t e hablando, c o m o p r e Luis MATA DURAN. sunción legal el q u e a bordo del San Ramón se hubieran F. Ur viola,, encontrado cuatro rifles c o n 8 6 cápsulas, i o c h o revólveres con q u o se pretende regularmente manchar a los empleados públicos, p o r sus enemigos, c u a n d o n o se prestan a ciertas exijencias.

con 4 1 1 , desde que, según la constitución nacional, es libre el c o m e r c i o d e armas i municiones c u a n d o la R e p ú blica está en paz c o m o al presente. T a m p o c o hai mérito para p r o c e d i m i e n t o criminal, el que d o s o mas individuos se encontraron reunidos en el San Ramón, o el q u e éstos viajaban sin pasaporte, toda vez q u e nuestra constitución garantiza la l o c o m o c i ó n i el derecho de asociación. Concluidas, pues, todas las diligencias correspondientes para c o m p r o b a r el c u e r p o del delito q u e se persigue i descubrir los culpables, se pasó la actuación al ministerio público, quien, después de u n a laboriosa i razonada esposicion, c o n c l u y ó p o r pedir se dictase auto d e sobreseimiento, consultándolo c o n la Corte S u p r e m a Federal. Nuestra lejislacion dice q u e deben ser j u z g a d o s por los trámites del j u i c i o criminal todos los individuos q u e sean justificables según el C ó d i g o Penal, siempre q u e el h e c h o materia del j u i c i o tenga señalada pena p o r el m i s m o C ó digo (artículo 1 , 5 3 8 del Código J u d i c i a l ) . El Código Penal vijente en su artículo 6 dice: " C u a n d o se cometa alguna acción, q u e a u n q u e parezca punible n o tenga señalada pena p o r la lei, n o se procederá contra el que la cometió, i el j u e z respectivo dará cuenta a la Corte Suprema Federal p o r el c o n d u c t o regular, para q u e lo manifieste al Congreso." Una d e las acciones q u e se ha perseguido, presentaba

Secretario.

ACUSACIÓN

DEL EX-GOEERNADOR

DE

PANAMÁ,

JERARDO

ORTEGA.

Señor Jerardo O r t e g a . — P a n a m á . A c a b o d e leer la h o j a p u b l i c a d a p o r U d . el 1 9 del pasado, i n o quiero q u e parta el correo de la costa sin q u e llev e a U d . m i franca i esplícita contestación. Estraño q u e asevere U d . q u e n o vio en esta ciudad lo q u e contesté a U d . en el n ú m e r o 3 7 de E L B I E N SOCIAL al

reto q u e hizo U d . a los periodistas de esta ciudad q u e lo habíamos acusado de traficar c o n la honra de la patria. Envié a la casa d o n d e U d . se encontraba enfermo un e j e m plar de aquel número, i es m u í raro q u e n o llamase su atención la inesperada visita d e un periódico a q u e U d . no estaba suscrito; pero mas raro m e parece que n o tuviese U d . u n amigo q u e le diese a c o n o c e r m i contestación; que n o tuviese U d . la curiosidad de c o n o c e r lo que replicasen los periódicos al cartel q u e U d . hizo fijar en las esquinas principales de esta ciudad. Su repentina enfermedad i su fuga, le impidieron i m p o nerse d e lo q u e en ningún caso debió U d . dejar que pasara inadvertido; m a s , al llegar U d . a H o n d a , el señor J e r ó n i m o Argaez le hizo conocer mi escrito, i, por consiguiente, n o es cierto q u e U d . lo haya c o n o c i d o en esa ciudad al


164

GUERRA DEL

s e r reproducido allí por uno do mis conmilitones, celoso por la honra nacional. L a c o n d u c t a d e Ud. os, por cierto, bien estraña, pues su silencio aquí i su fuga agravan su situación, toda vez que el ájente chileno con quien Ud. contrató por 10,000 pesos el decreto a cpie me he referido, se encontraba en esta ciudad. ¿Quiere Ud. el nombre de ese ájente, i estoi autorizado para dárselo; es el señor Francisco Valdes Y e r b a r a , actual Encardado de N e g o c i o s de Chile en esta ciudad. Su c o n d u c t a , señor Ortega, i los términos de su escrito han traído a mi ánimo completa certidumbre de su c u l p a bilidad. Llegué a esperar que el señor Valdes hubiera sido engañado por el comerciante que sirvió de intermediario, poro hoi toda duda ha desaparecido. N o se ha atrevido U d . a usar el lenguaje viril, enérjico, decisivo del h o m b r e calumniado, lid. aguarda resignado la aclaración de este asunto, pero U d . no so atreve a decir que mi acusación es falsa. Se p r o m e t e Ud. q u e 1 1 0 p o d r á n comprobarse los h e chos que he denunciado; pero IJd.no se atreve a negarlos, n o rechaza siquiera mis conceptos. N o c o n o z c o a Ud., ni sé cuales sean sus precedentes. E n lo que he h e c h o , en lo que hago, 1110 impulsa solo el celo q u e t o d o ciudadano debo tenor por el honor de su patria. M o v i d o por este celo, he revelado a la justicia los fundamentos en que he apoyado el denuncio que hice por la prensa, i mi declaración sirve hoi de cabeza de proceso contra Ud. A n t e los j u e c e s se aclarará todo. Bien quisiera, aun a costa de un gran sacrificio, que fuer a Ud. inocente; pero tengo el í n t i m o c o n v e n c i m i e n t o d e s u culpabilidad, i n o c o m p r e n d o , c ó m o p u e d e U d . arrastrar u n a vida m a n c h a d a c o n el mas horrendo crimen; n o sé c ó m o p u e d a U d . respirar el aire do la patria que U d . ha deshonrado. Bogotá, Abril 18 d e 1SS0. M A N U E L BIUCEÑO.

VI. Acta del fallecimiento, autopsia i embalsamamiento del c a d á v e r del Ministro de la G u e r r a en c a m p a ñ a d o n Stnfncl S o t o m a y o r ( I n é d i t o ) ; c o r r e s p o n d e n c i a sobre sus últimos momentos.

Las Yaras, Jifa,¡jo 22 de 1880. Señor Ministro de Guerra: A d j u n t a s tengo el honor do elevar a manos de V. S. las actas de fallecimiento, autopsia i embalsamamiento del cadáver del señor Ministro de Guerra en c a m p a ñ a d o n Rafael Sotomayor. Dios guarde a V. S. (Firmado.) — M A N U E L

BAQUEDANO.

CAMPAMENTO D E VARAS.

Valle de Sama,

Mayo

20 de

1880.

A l a s 4.5-5 P. M., mas o menos, fui llamado con urjencia del Cuartel Jencral. E n ese m o m e n t o casualmente me h a llaba al frente, en la ramada que sirve de hospital central, p u d e estar pues en el acto. Al entrar, se me dijo e q u i v o c a d a m e n t e que se trataba de un accidente ocurrid o a un señor oficial del Estado Mayor, el señor Sarratea. Creyendo que hubiera sido víctima de un ataque a p o p l é tico, mientras marchaba corriendo abrí mi cartera i saqué mi lancota. A l entrar a la pieza, encontré en su cama de c a m p a ñ a al señor Ministro de Guerra i Marina en campaña, senador d o n Rafael S o t o m a y o r , en la siguiente posición: de cubito dorsal, vestido completamente, cara amoratada, la boca entreabierta, la lengua retraída, flácída i negra, los ojos abiertos i fijos, la pupila e n o r m e m e n t e dilatada, in-

PACIFICO.

sensible al tacto i a la luz, respiración lenta i estertorosa, cerebral. Inmediatamente r o m p í su ropa en el brazo izquierdo, aflojé sus vestiduras, con su propia corbata ligué el brazo i practiqué, sin éxito, la sangría de la mediana bacílica. En el acto abrí la yugular esterna del m i s m o lado, saliendo gran cantidad de sangre negra, espesa, n o por chorro sino escurriéndose. Era tarde. El corazón habia cesado de latir. N o había pulso en ninguna de las arterias superficiales. D i o tres respiraciones estertorosas i espiró sin cambiar de fisonomía absolutamente. T o d o este drama se habia desarrollado en cuatro o c i n c o minutos. P u d e entonces apercibirme del gran n ú m e r o de personas que nos rodeaban, la m a y o r parto de las c u a les firman la presente acta. H i c e llamar al cirujano en j e f e , señor Martínez R a m o s , para certificar la muerte, c o m o lo hacemos en este d o c u m e n t o , atribuyéndola a una " c o n j e s t i o n cerebral c o n derrame en la base del cráneo." E n fe de lo cual, i con la venia del señor Jeneral en Jefe, firmamos la presente en unión de los testigos. ( F i r m a d o s . ) — D r . R. Allende Padin.—T. Martínez Ramos.—Manuel Baquedano.—Ricardo Castro.-—Samuel Valdivieso.—D. E. de Sarratea.—Julián Zilleruelo.—• Guillermo Lara E.—Francisco J. Zelaya.—Alejandro F. Frederick.—Marcial Gatica.—Florencio Fontecilla. Yaras,

Mayo

22 de

1880.

A n o c h e a las 6 P. M. p r o c e d í a practicar la autopsia legal i embalsamamiento del cadáver del señor Ministro de Guerra i Marina en campaña, senador d o n Rafael S o t o m a y o r , fallecido repentinamente el 20 del corriente a las 5 P. M. N o p u d e esperar mas t i e m p o para proceder, p o r que la d e s c o m p o s i c i ó n cadavérica avanzaba rápidamente. F u i asistido en esta operación por el cirujano en j e f e , s e ñor T . Martínez R a m o s i m i secretario ayudante, señor Marcial Gatica. N o s ausiliaron también los cirujanos señores P. M o n t a u b a n , de Navales, Ismael Merino, del Chillan, i el practicante señor F r a n c i s c o de P. Valdes, de la 4 . ambulancia. Presenciaron el acto, en representación del señor J eneral en Jefe, los señores coronel Samuel Valdivieso, sarjento m a y o r J u a n Francisco Larrain, c a pitanes Guillermo Lira E., B.elisario C a m p o , A l e j a n d r o Frederick i teniente D. E. de Sarratea. N o p u d i e n d o disponer sino de m u i cortos elementos para el embalsamamiento, p r o c e d i m o s c o m o paso a relatar: 1. Se abrieron las cavidades esplánicas i cefálica, p u d i e n d o constatar en el cerebro las señales de una fuerte conjestion i derrame c o m o en la apoplejía capilar, además derrame sero-sanguíneo en los ventrículos, conjestion en la base del p u l m ó n d e r e c h o , coágulos fibrinosos en los v e n trículos del corazón i oríjen de les vasos gruesos; derram e ceroso en el pericardio, incrustaciones ateromatosas en las válvulas i orificios auricu ventriculares i v a s c u lares. Los demás fenómenos eran la c o n s e c u e n c i a de la p u trefacción rápida. 2. Limpias todas las cavidades c o n la m a y o r prolijidad, se lavaron c o n fuertes soluciones d e ácido fénico en alcohol añadidas de creosota. E n seguida se seccionaron las arterias i venas gruesas para estraer la sangre de los miembros, i se lavó i frotó t o d o el c u e r p o c o n iguales soluciones. Procedióse después a rellenar las cavidades c o n algod o n envuelto en p o l v o de carbón con alcanfor, ácido fénico, alcohol i creosota. L u e g o se cerró t o d o c o n suturas completas i se oblitiraron c o n tapones suficientemente desenjutados todas las aberturas naturales i artificiales. Después se cubrió el cuerpo c o n a l g o d ó n desenjutado i so envolvió fuertemente c o n bastantes vendas para aislarlo del t o d o del contacto del aire, d e j a n d o solo la cara d

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CAPITULO SEGUNDO.

descubierta. H e c h a esta operación, se engrudó t o d o perfectamente i volvió a enrollarse d e nuevo, c o n triples vueltas d e v e n d a , para dar solidez i consistencia al aparato. L a cara se barnizó c o n varias capas de c o l o d i u m elástico. 3. ° H o i a las 8 A , M. se c o l o c ó el cuerpo en una caja de latón perfectamente cerradfi, la que a su vez se p u s o en otra d e madera sólida, llenando el intermedio d e a m bas c o n carboncillo. 4. ° E l corazón se g u a r d ó e n una caja d e lata en u n a mezcla de a l c o h o l fenicado i se depositó dentro d e la c a j a d e l cadáver i a sus pies. L a caja lleva una inscripción de lo que contiene. 5. ° Todas las entrañas van en un tarro d e fierro r o tulado c o n v e n i e n t e m e n t e . ( F i r m a d o . ) — D r . R. Allende Pudín.—Juan Francisco Larrain.—Samuel Valdivieso.—Alejandro F. Frederich. —Belisario Campo.—D. E. de Sarratea.—Guillermo Lira. AI señor Jeneral en Jefe del ejército de operaciones del Norte

LOS

ÚLTIMOS MOMENTOS D E L SEÑOR SOTOMAYOR. (Correspondencia a E L MERCUIUO. )

165

d o m a n o a su estuche, sacó apresuradamente la lanceta a fin de hallarse listo para operar. Los primeros en acudir fueron el teniente del Cuartel Jeneral señor Zilleruelo i el presbítero señor Fontecilla. Encontraron al señor S o t o m a y o r e c h a d o d e espaldas i c o m o si fuera a salir. L o s p i e s habían caído hacia afuera por la abertura d e la puerta, que se hallaba solo m e d i o entornada, i estaba c o m p l e t a m e n t e vestido i a b r o c h a d o . C u a n d o lo tomaban en peso para sacarlo afuera, el señor S o t o m a y o r había perdido el c o n o c i m i e n t o i tenia el rostro amoratado. L o colocaron en una cama e inmdiatam e n t e se acercó a él el d o c t o r Allende Padin. D e una t i rada le cortó el botón del cuello d e la camisa i le sacó la corbata, al m i s m o t i e m p o que lo rasgaba de alto abajo la ropa que le cubría el brazo izquierdo. D o n Rafael S o t o m a z o r vivía aun, pero y a solo lanzaba algunos roncos estertores. E l d o c t o r A l l e n d e le ligó el brazo izquierdo c o n la corbata que acababa de sacarle, i en seguida le sangró la vena llama mediana basílica, pero sin que lograra sacarle ni una gota d e sangre. L e r o m p i ó entonces la vena y u g u l a r del lado izquierd o , i de allí le salió m u c h a sangre negra, que le corría sin saltar. A l m i s m o tiempo que el d o c t o r A l l e n d e practicaba esta operación, el capitán del E s t a d o Mayor d o n A l b e r t o G o r m a z , frotaba c o n violencia el c u e r p o del enfermo c o n una escobilla a fin d e escitar la circulación de la sangre.

E l señor Ministro de la Guerra en c a m p a ñ a fallecía r e pentinamente la víspera misma de aquel gran día.

Esta operación duraría de dos a tres m i n u t o s , i durante ella dio el Ministro unos tres o cuatro estertores roncos. Tenia los ojos abiertos i fijos, i la fisonomía inmóvil. Eran las 4.45 P. M.del 20, c u a n d o el señor S o t o m a y o r se Eran, p o c o mas o m e n o s , las 5 P. M.., i en estos m o m e n hallaba sentado e n la puerta de la casa q u e da frente a la tos se hallaba el cuarto lleno de jefes i oficiales, que h a calle formada por las ramadas del c a m p a m e n t o del L a u bían a c u d i d o a ofrecer sus ausilios. El Jeneral B a q u e d a taro, no, m u i impresionado por aquel doloroso espectáculo, c o n L o a c o m p a ñ a b a n los señores coroneles Barbosa i V a l templaba inmóvil al Ministro e interrogaba al d o c t o r divieso; los c o m a n d a n t e s Castro i Carvallo; los sarjentos A l l e n d e con ojos-desencajados. mayores D u b l é i Carvallo; el d o c t o r A l l e n d e Padin i el A l fin el doctor, contestando a aquellas mudas p r e g u n presbítero señor Fontecilla. tas, le d i j o : — " S e acabó, señor," al ver que y a el enfermo El señor Ministro acababa de recibir de Ite un telegrama había exhalado el último suspiro. en que el c o m a n d a n t e d e la Govadonrja, señor Orella, le E n el m o m e n t o d e morir el Ministro entraban apresupedia permiso para ir a Arica el 21 a celebrar el aniver- radamente a la pieza el coronel Velazquez i el d o c t o r sario d e l c o m b a t e d e I q u i q u e , disparando algunas balas Martínez R a m o s , cirujano en j e f e , q u e p u d o c o m p r o b a r sobre el e n e m i g o . el fallecimiento. D o n Rafael, después d e imponerse d e l parte, ordenó al El d o c t o r A l l e n d e Padin manifestó que el señor Minism a y o r D u b l é q u e pusiera a Orella u n telegrama p e r m i tro había muerto a causa d e u n ataque de apoplejía ceretiéndole fuera a A r i c a i felicitándolo por el p r ó x i m o anibral c o n derrame de la base d e l cráneo, opinión que fué versario de la jDerdida d e la Independencia, en que tanta corroborada después por la autopsia legal practicada para parte le tocó. el embalsamamiento del cadáver. E n el m o m e n t o en q u e el m a y o r D u b l é , escrito y a el L a autopsia demostró también que el señor S o t o m a y o r telegrama, se adelantaba hacia la puerta para que el M i - tenia e n el corazón algunas lesiones, producidas p o r una nistro lo firmara, éste se había puesto y a d e pié para d i enfermedad crónica en esa rejion, pero que n o eran sufirijirse al Cuartel Jeneral, d e d o n d e le habían venido a cientes, sin embargo, para determinar su muerte. Esta e n buscar para q u e fuera a comer. E l Ministro, al oir la fermedad es c o n o c i d a p o r los d e la profesión c o n el insinuación d e l señor D u b l é , se d e t u v o u n m o m e n t o , n o m b r e d e "ateromas de las válvulas i orificios d e l c o pero después le dijo: " F í r m e l o U d . por mí," i se dirijió razón." pausadamente hacia el Cuartel Jeneral, q u e dista d e allí unos 60 metros, a c o m p a ñ a d o p o r el c o m a n d a n t e Castro i E n todos causó dolorosa sorpresa esta triste noticia. E l el presbítero Fontecilla. señor S o t o m a y o r , a u n q u e mirado desde el principio c o n Este telegrama a Orella fué el liltimo acto oficial del alguna prevención por la jeneralidad del ejército, a causa finado Ministro. de su carácter de h o m b r e • político i de director paisano U n a vez llegado al c o m e d o r del Cuartel Jeneral, se sentó a la mesa, pues y a la sopa estaba servida; pero antes de llevar la cuchara a la boca, volvió a pararse, i después de decir: " v u e l v o luego," se dirijió fuera de la casa i e n tró a u n lugar escusado situado a u n estremo d e l patio, al lado de la barranca del rio. E s t u v o dentro u n o s cuatro o c i n c o m i n u t o s , i pasado este t i e m p o t o d o s oyeron la v o z d e alarma d e l sarjento apostado en el patio, que anunciaba u n accidente. El d o c t o r A l l e n d e , q u e se encontraba a u n o s 20 pasos de distancia, corrió h a c i a el sitio d e la desgracia, i e c h a n -

do una campaña militar, había logrado al fin imponerse en el á n i m o d e m u c h o s j e f e s , tanto a causa d e sus relevantes dotes de prudencia i rectitud, c o m o p o r q u e su larga práctica en los negocios de la guerra i en las operaciones militares le habían ciado n o p e q u e ñ o c o n o c i m i e n t o de los asuntos profesionales. Poseía,además, la prestigiosa cualidad d e un valor a t o da prueba, i así, durante la primera campaña marítima, lo v i m o s personalmente afrontar en varias ocasiones el p e ligro c o n una serenidad i presencia d e á n i m o que h u b i e ran p o d i d o envidiarle m u c h o s hombres d e guerra. Si bien su intervención e n los negocios interiores d e l


G U E R R A D E L PACIFICO.

1G6

ejército p u d o a veces dar ocasión a acerbas críticas, esta misma intervención se hallaba disculpada en m u c h o s c a sos por las faltas cometidas p o r los directores militares d e la campaña. A d e m á s , el prestijio de su nombre, el mérito do sus antecedentes de h o m b r o público i la intachable pureza de su patriotismo, lo daban a los ojos de todos u n prestijio que n i n g ú n otro podrá alcanzar ahora.

estranjeros residentes en M o l i e n d o dieron de dicha pieza. El viril ele la custodia, q u e fué llevado a b o r d o d e la O'líif/rjins para c o n s u m i r la sagrada forma, l o entregué al primer sacerdote peruano c o n quien m e vi, q u e fué el cura de esta parroquia, presbítero señor Baluarte, q u e m e di(') el recibo q u e orijinal acompaño. Dios g u a r d e a V. S. FLORENCIO FONTECILLA.

C o m o u n a demostración d e pesar por la muerte del s e ñor Ministro, se dio al día siguiente, 21, una orden jeneral c o n c e b i d a en estos términos: " E l señor Ministro de la Guerra en campaña ha.fallecido ayer a las 5 P. M. L a muerte del señor S o t o m a y o r h a sido recibida p o r el ejército entero c o n indecible pesar; a ese dolor el país entero se unirá en breve, c u a n d o el telégrafo lleve a nuestra capital la noticia de u n a desgracia que ha sorprendido a todos, porque todos esperábamos que la vida del señor Sotomayor, llena de abnegación, t o davía podría prestar útilísimos servicios en beneficio de la patria. Cuando disponga la manera c ó m o deben trasladarse sus restos al lado d e los suyos, q u e lo exije el suelo de la patria, el amor de su familia i el respeto d e sus c o n ciudadanos, se ordenarán los honores q u e deberán hacérsele. El ejército, entretanto, llevará luto por o c h o di as." Con el objeto de hacerle los honores fúnebre correspondientes a jeneral de división, se d i o al dia siguiente, 2 2 , la orden jeneral que va a continuación: " A la hora q u e se indicará oportunamente, se hallarán formados el dia de h o i los Tejimientos 3. ° d e línea, Z a padores i Lautaro, abriendo carrera a los restos m o r t a les del señor Ministro de la Guerra d o n Rafael S o t o m a y o r , que serán c o n d u c i d o s a Ite. A la misma hora se reunirán en este Cuartel Jeneral todos los señores comandantes d e división, jefes i oficiales q u e n o estén i m p e d i d o s p o r el servicio, para acompañar a su salida el c o n v o i fúnebre i tributar de este m o d o el último homenaje de respeto i d e cariño al eminente h o m b r e público, c u y a pérdida n u n c a será suficientemente deplorada." En la tarde del mismo dia le formaban, en efecto, carrera al cadáver los cuerpos q u e c o m p o n e n la 4. División del ejército de operaciones, formada p o r los rejimientos 3. ° delínea, Zapadores i Lautaro. Estas tropas ocupaban u n a ostensión de o c h o a nueve cuadras, principiando desde la casa mortuoria, q u e lo era la del Cuartel Jeneral. El carro fúnebre iba a c o m p a ñ a d o p o r todos los jefes i oficiales francos de las otras tres divisiones, i u n a v o z terminada la carrera, siguió c a m i n o d e Ite, a c o m p a ñ a d o p o r una escolta de 25 h o m b r e s de caballería. E n Ite será embarcado el cadáver a b o r d o de la Govadontju, la q u e lo llevará a Arica u n a v e z q u e h a y a m o s t o m a d o posesión de ese puerto. Allí lo trasbordará al 06chraue, que en seguida lo trasportará a Valparaíso para entregarlo a su acongojada familia.

RECIBO D E L CUERPO CONSULAR E N MOLLENDO.

H e m o s recibido del Jefe de Estado Mayor de la fuerza que o c u p a a Moliendo, señor D u b l é , u n a pieza d e plata que representa el sol d e la custodia de la iglesia d e este pueblo, c u y o objeto entregaremos a la primera autoridad peruana q u e se organice en ésta. M o l i e n d o , Marzo 12 de 1880. Firman: Juan Jefferson. — Juan Talco.—Alfredo Rob'dliard.—J. Boy.— William Ric-Peaz.—P. Vallarino. ---Arturo Barclay.—Luis Baliteo.—R. Smar.—J. MacBuhancnes.—Guillermo Morrison.—F. Fassare.—Guillermo Elvilson.—(Hai otro n o m b r e q u e n o se entiende.) Es copia fiel del orijinal q u e existe en el Estado M a y o r de la 4. División de nuestro ejército. Sama, M a y o 20 de 1880. rt

FLORENCIO FONTECILLA. ( 1 )

RECIBO D E L SEÑOR BALUARTE.

H e recibido del capellán en j e f e del ejército chileno, clon Florencio Fontecilla, u n viril perteneciente a la c u s todia de la capellanía d e M o l i e n d o i d o s coronitas p e queñas de plata, para averiguar a quién pertenezcan. I para su constancia le firmo éste. S a m a , M a y o 10 d e 1880. M A N U E L JOSÉ B A L U A R T E .

ü

VIL

XIII. La goleta "Estrella" conduce

armamento

de

(Inédito.) TELEGRAMAS PERUANOS.

Piura,

Abril

15 de 1SS0.

Señor Sub-Prefecto.—Paita. Si positivamente sabe U d . q u e viene algún b u q u e cargado c o n . . . para el Callao, contrate U d . el vapor Partenon o cualquiera otro b u q u e a fin d e q u e le d é aviso o p o r t u n o de l o q u e pasa i libre el cargamento en algún p u n t o s e guro. FRÍAS.

Notas del capellán del ejército chileno referentes al supuesto sacrüejio de Moliendo. NOTA DEL SEÑOR FONTECILLA, CAPELLÁN M A Y O R D E L EJÉRCITO D E L NORTE.

Sama,

Mayo

22 de 1SS0.

Piura,

Abril

19 de 1880.

Señor Sub-Prefecto.—Paita. N o creo conveniente comisionar al Partenon que U d . m e indica.

para l o FRÍAS.

Señor Provicario Capitular: E n E L E S T A N D A R T E CATÓLICO del 3 del presente, he vis-

to los d o c u m e n t o s q u e V. S. ha m a n d a d o al E x c m o . señor D e l e g a d o A p o s t ó l i c o sobre los supuestos sacrilejios c o metidos en la iglesia do Moliendo, i c o m o de esos d o c u mentos aparece q u e Y. S. ignora lo q u e se hizo c o n el sol de la custodia de dicha iglesia, salvado d e las llamas polla relijiosidad de nuestros soldados, h e creído c o n v e n i e n te remitir a V . S. u n a copia del recibo q u e los cónsules

Panamá

al Perú; telegramas i notas.

Piura,

Abril

15 de 1880.

Señor Sub-Prefecto.—Paita. A m p l i a n d o la orden q u e c o m u n i q u é a U d . p o r anterior telegrama, le prevengo q u e se p o n g a de acuerdo c o n el ( 1 ) Es probable que las firmas estén mal puestas, pues no ha sido fácil descifrarlas con seguridad.


CAPITULO

capitán del p u e r t o i fleten en el acto tres o cuatro b u q u e citos pescadores, que c r u z a n d o desde Cabo B l a n c o hasta P u n t a de Santa Elena, alcancen a la goleta c o l o m b i a n a Estrella i le participen el b l o q u e o del Callao i el peligro q u e corre; sino hai m e d i o de librar el cargamento, que lo d e s e m b a r q u e en T u m b e s , a c u y o sub-prefecto m a n d a r á U d . en uno de los b u q u e c i t o s una nota para q u e lo reciba i lo remita por tierra hasta Piura, t o m a n d o cuanta bestia p u e d a i c o n las debidas p r e c a u c i o n e s ; si la Estrella n o h a t o c a d o en T u m b e s i ha seguido su viaje, que desembarue el cargamento en Paita, h a c i e n d o U d . uso de las ó r enes q u e tiene recibidas sobre ferrocarril i bagajes. Q u e d a al j u i c i o de U d . acordar t o d o aquello que tienda a salvar al b u q u e i su preciosa carga.

Í

FRÍAS.

Piura,

Abril

19 de

1880.

Señor S u b - P r e f e c t o . — P a i t a . C o n o c i d o el o b j e t o de la O'Higgins, m a n d e U d . otro b u q u e c i t o que zarpe en el acto i avise a la Estrella la presencia en Paita del e n e m i g o . A c u e r d e U d . c o n el capitán de p u e r t o i el c o m a n d a n te militar la m e d i d a m e j o r de evitar u n grave percance. FRÍAS.

NOTAS. Tuvibas, Mayo 22 ele 1880. Señor S u b - P r e f e c t o : P o r su estimable c o m u n i c a c a c i o n de 2 0 del corriente q u e d o enterado que, de acuerdo c o n el señor coronel prefecto i c o m a n d a n t e j e n e r a l del departamento, se ha c o n s t i t u i d o V . S. n u e v a m e n t e en la caleta de Mancora c o n el o b j e t o de continuar su c o m i s i ó n c o n respecto a la g o leta Estrella,. H a s t a h o i nada sabe esta Sub-Prefectura de la dirección d e este b u q u e , p e r o estamos listos, de acuerdo c o n el c a pitán de este puerto, para llenar nuestros deberes en el caso de que esta goleta arribase a este puerto, en la intelijencia que si esto tuviera efecto, i n m e d i a t a m e n t e se lo c o m u n i c a r í a para que se trajesen t o d o s los bagajes que j u z gare necesarios. D i o s g u a r d e a V . S. B A R T O L O M É L.

AVALOS.

Al señor Sub-rrefecto de la provincia de Paita.—Mancora. CONSULADO D E L PERÚ E N GUAYAQUIL.

Guayaquil,

Mayo

24 de

1880.

SEGUNDO.

167

Espero que mediante los esfuerzos desplegados, alcansaremos el que nuestros enemigos q u e d e n c o m p l e t a m e n t e burlados en su vijilancia para n o dejar entrar en aquellas costas a r m a m e n t o de guerra para los ejércitos aliados. U n a voz que tenga c o n o c i m i e n t o del paradero de la Estrella lo c o m u n i c a r é a V . S. por telégrafo de Paita a esa capital, para que se t o m e n cuantas medidas sean c o n ducentes al logro del objeto que nos h e m o s p r o p u e s t o obtener. Dios guarde a V . S., señor Secretario. FRANCISCO M E N E S E S OTERO.

H a i un sello. Al señor Ministro de Relaciones Estcriores i Culto del Perú.

L i m a , J u n i o 1. ° de 1 8 8 0 . — C o n t é s t e s e quedar enterado, aplaudiéndose el celo c o n que sirve los intereses de la R e pública i c o n el que se espera c o n t i n ú e sirviéndolos. CALDERÓN. CONSULADO D E L PERÚ E N GUAYAQUIL.

Guayaquil,

Junio

1.

a

de

1880.

Señor Secretario: H o n r o s o m e es dirijirme a V . S. c o n el o b j e t o de participarle que el dia 1 7 del mes p r ó x i m o pasado recibí del señor sub-prefecto de Paita, por c o n d u c t o del espreso J. R. Canales, natural del Perú, orden de despachar una e m barcación, que c r u z a n d o al N o r t e de este puerto, solicitase por la goleta Estrella i entregase a su capitán c o m u nicaciones reservadas, en las que se le manifiesta el i n m i nente peligro que corría el c a r g a m e n t o , c o n m o t i v o de la presencia de la escuadra b l o q u e a d o r a en el Callao; i asim i s m o se le previene de que a t o d o evento p r o c u r e d e s e m barcarlo en Mancora o M.alacos, lugares de d o n d e sin riesgo de n i n g u n a clase puede internarse. El dia 2 0 del m i s m o mes, el m e n c i o n a d o J. R. Canales, en clase de capitán, i dos i n d i v i d u o s mas, en la de marineros, i de nacionalidad peruana, salieron a b o r d o de la l a n c h a Panela ta, i según el respectivo parte oficial que se m e ha pasado c o n fecha 2 5 de los corrientes, dia en q u e regresaron a esta ciudad, han avanzado hasta la caleta ecuatoriana Ancón, i en Pacirja se les ha i n f o r m a d o de que la Estrella arribó a Santa, Elena el 2 1 a las 6 A . M,; i c o m o según el capitán de la balandra ecuatoriana Bella, Manavita, el Amazonas estuvo entre los cabos San L o r e n z o i San Mateo el 2 5 del p r ó x i m o pasado a las 9 A . M. c o n r u m b o Noroeste, d e d u z c o de que la Estrella p u e d e haberse salvado. Con esta misma fecha c o m u n i c o al señor sub-prefecto de Paita el resultado de la espedicion de Canales, para que, teniendo en cuenta el único dato q u e h a sido posible adquirir sobro el paradero do la Estrella, se dicten por aquella autoridad las medidas oportunas a fin de p o n e r la a cubierto de cualquier peligro que pudiera presentársele. Dios guarde a V . S., señor Secretario.

Señor Secretario: T e n g o el h o n o r d e c o m u n i c a r a V . S. q u e el 1 7 del presente mes recibí del señor sub-prefecto de Paita, en c o m i s i ó n en T u m b e s , u n espreso c o n el o b j e t o de q u e lo despachase al N o r t e de este p u e r t o en busca de la g o leta Estrella, c u y o paradero se ignora hasta hoi día. D i c h o espreso, q u e por falta de e m b a r c a c i ó n a t i e m p o se d e m o r ó en esta c i u d a d hasta el 2 0 del actual, lleva para el capitán de la Estrella c o m u n i c a c i ó n oficial del soFRANCISCO M E N E S E S O T E R O . ñor sub-prefecto de Paita i del q u e suscribe; en ambas se H a i un sello. le manifiesta el peligro que corre el c a r g a m e n t o al q u e Al señor Secretario de Relaciones Estcriores i Culto del Perú. rer desembarcarlo en Paita, i por c u y o m o t i v o se le previene de q u e n o p e r d o n e esfuerzo a l g u n o a fin de arribar L i m a , J u n i o 9 de 1 8 8 0 . — C o n t é s t e s e quedar enterado, a M a n c o r a o Malacas, lugares d o n d e el señor prefecto de trascribiéndose el precedente oficio a la Secretaría de Piura se h a servido disponer lo c o n v e n i e n t e para inter, Marina. narlo. CALDERÓN. El s u s o d i c h o espreso, que c o m o he m e n c i o n a d o antes partió el 2 0 d e los corrientes, va en la lancha Panchíta, REPÚBLICA PERUANA. fletada al efecto, de 1 0 toneladas de porte i c o n bandera ecuatoriana, a c o m p a ñ á n d o l e al capitán dos marineros de Tumbes, Junio 3 de 1880. nacionalidad peruana. Sus despachos abrazan hasta la ( A l a s 6 A. M.) provincia d e Esmeraldas, d e b i e n d o recorrer cada uno de Señor Sub-Prefecto: los p u n t o s de esta costa a fin de encontrar al capitán de Pailebot Estrella, fondeó en este puerto ayer a las 5 la goleta Estrella.


168

GUERRA

DEL

P. M., c o n d u c i d o por u n o de los cruceros establecidos por esta Sub-Prefectura, i en el acto se procedió ala descarga. Su cargamento fuera de peligro lo interno inmediatamente. V e n g a V . S. c o n todos los bagajes q u e pueda conseguir. Dios guarde a V . S. BARTOLOMÉ L . A V A L O S . AI señor Sub-Prefccto de la provincia de Paita en comisión en Mancora.

R E P Ú B L I C A P E R U A N A . — G O B I E R N O POLÍTICO D E L A V I L L A .

Gucrecotillo,

Junio

8 de 1880.

Señor S u b - P r c f e c t o : A las 1 1 1'. M. d o antier recibí la nota d e V. S. en q u e se sirve c o m u n i c a r m e el feliz resultado de las armas q u e esperábamos; tan plausible noticia nos es u n regocijo por el triunfo obtenido. E n el mismo m o m e n t o di las órdenes convenientes para el recojo d e muías, las q u e c o m o en la venta que se ha h e c h o en el mes pasado para el G o b i e r n o han q u e d a d o escasas, no h e p o d i d o reunir el n ú m e r o q u e deseaba; i solo sí remito a V. S . , a cargo del teniente g o bernador d o n José Zapata, 30 muías aparejadas c o n sus respectivos arrieros. Este g o b e r n a d o r q u e d a deseando q u e V. S . , en tan i m portante comisión, tenga feliz resultado hasta entregarlas a S. E. el Jefe S u p r e m o i a d o n d e lo tenga a bien. Dios guarde a V . S. SANTIAGO G A L L O .

Q u e d o esperando unas seis muías mas d e la hacienda P o r c h o s para remitir mas atrás a alcanzar a Zapata. Al señor Sub-Prcfeeto de la provincia.

IX. M e n s a j e <lel S e c r e t a r i o J e n e r a ! e n c a r g a d o Ejecutivo, doctor Ladislao

Cabrera,

del Poder

a la

Conven-

ción Nacional de Bolivia, instalada el £ 5 de M a y o de

1880.

Señores Convencionales: L a D i v i n a Providencia, q u e rije los destinos del universo i de los pueblos, ha permitido q u e Bolivia, representada por vosotros, deje oir su palabra de salvación en los m o m e n t o s de peligro. A l través do espantosas crisis, hemos p o d i d o realizar el v o t o popular. N i los contrastes d e la guerra esterior, o c a sionados p o r una dirección incompetente,ni las esplosiones del espíritu d e ambición traidora i perversa d e la política interior, han p o d i d o poner obstáculos al imperio d e la s o beranía nacional. Estamos, por fin, constituidos en Asamblea; i, lleno de entusiasmo, os felicito por la abnegación i desinterés p a triótico c o n q u e habéis concurrido; i permitidme también felicitarme p o r la pequeña parte q u e he tenido en este acto, que puede conducirnos a la rejeneracíon. Sincero, c o m o siempre lo fui, voi c o m b a t i e n d o las tiranías, o lanzando el primor grito d e protesta sangrienta contra el atentador de la integridad territorial de la p a tria, d o los fueros del derecho internacional i del americanismo; os daré cuenta de mi jerencia nacional, y a c o m o Secretario Jeneral de Estado solamente, o y a c o m o encarg a d o del Poder Ejecutivo durante cuarenta dias, c o n un c o r t o interregno. Los cambios políticos q u e han tenido lugar en el Perú i Bolivia, no han sido sino medios poderosos para dar s o lidez i consistencia a la alianza, antes diplomática i s o cial, d e d o s pueblos nacidos en fraternidad, i cuya unión se pronuncia cada m o m e n t o en q u e se ponen en peligro sus intereses. N o tenemos que hacer m u c h o s esfuerzos para seguir el cauce abierto por la naturaleza.

PACIFICO.

Está a vuestra vista q u e el G o b i e r n o del d o c t o r P i é r o la no omite sacrificio a l g u n o para llevar a la realidad los pactos solemnes q u e nos ligan i por intimar las relaciones que la territorialidad, el c o m e r c i o , la industria, el oríjen i la civilización demandan. Las simpatías populares q u e por los países americanos han sido manifestadas esplícitainente, n o han p o d i d o alterar el sistema de absoluta neutralidad que hasta ahora han adoptado. Entretanto, d e b e m o s a la R e p ú b l i c a Arjentina las franquicias concedidas a nuestro c o m e r c i o , i al Paraguai las negociaciones propuestas para la delimitación pacífica d e nuestros territorios. L a diplomacia, q u e después d e las armas es también poder, n o h a cesado en su acción en tan limitado p e r í o d o . La política interior ha sufrido, c o m e sabéis, tremendas perturbaciones p o r la mas profunda inmoralidad d e h o m bres ambiciosos, q u e a sangre i fuego quisieron debilitar nuestras fuerzas, a u m e n t a n d o en p r o p o r c i ó n las del enem i g o , c o m e t i e n d o así un verdadero delito d e lesa patria, de^alta traición, q u e el G o b i e r n o declaró c o n justicia, a proclamación de todo el p u e b l o , q u e se levantó n o b l e e indignado. En la situación escepcional por la que atraviesa la R e pública, el Poder E j e c u t i v o habría p o d i d o ejemplarizar ejercitando la m a y o r severidad contra los traidores; e m pero, ha dejado a la justicia c o m ú n la acción q u e le c o r responde, i aun espera su fallo. El sistema electoral decretado, tan sencillo c o m o practicable, ha incorporarlo en su reglamentación los principios mas liberales, i a tiempo d e su ejecución, el G o b i e r n o h a guardado la m a s pura abstención, pues q u e la intervención administrativa importa siempre la presión d e la libertad, falseando la verdad d e la voluntad popular. Elejid, pues, c o n la libertad mas a m p l i a ; estáis en el ejercicio de la mas amplia libertad de la palabra. L a guerra i la hacienda h a n absorbido p o r c o m p l e t o la atención del poder. Desde el m o v i m i e n t o del 2 7 d e D i c i e m b r e , la guerra h a recibido n u e v o aliento, i el pueblo en el interior i el ejército en el esterior, se h a n presentado llenos d e vigor, retirado el obstáculo d e las glorias, i quizá de la v i c toria. Las esposiciones respectivas d e cada una d e estas i m portantes secciones, os revelarán los actos administrativos, para q u e forméis vuestro sabio criterio i juzguéis. La hacienda, q u e había sufrido estraordinarias e x a c ciones p o r el Jefe del Estado, Jeneral Daza, c o m o y a es u n h e c h o notorio, ha d e m a n d a d o un esfuerzo s u p r e m o para atender a los gastos de la guerra tan exijentes i n e cesarios. Manejados los dineros piiblicos c o n la mas incontestable pureza, h a n p o d i d o subvenir en gran manera, sin m e noscabar el interés privado, i antes bien, atendiendo a las listas d e los servidores de la nación i a las infelices v i u das i huérfanos, aunque en exigua cantidad. A b r o g a d a de h e c h o la Constitución d e 1 8 7 8 , las d i s p o siciones del Gobierno se han r e d u c i d o a reformas d e espíritu descentralizado!', formulando en precepto positivo el principio científico, i o b e d e c i e n d o las tendencias del país manifestadas desde tiempos atrás en la tribuna i en la prensa. L a libertad de imprenta, guardián de las d e m á s libertades públicas, h a sido respetada hasta en sus escesos, así c o m o respetado t o d o derecho individual, sin q u e por lo m i s m o tema el Gobierno acusación alguna. Habéis h e c h o u n verdadero sacrificio en congregaros en el instante en que los ejércitos se afrontan; estáis inspirados de las necesidades de vuestro p u e b l o ; obrad, pues, c o n libertad c o m o legisladores, c o m o j u e c e s , c o m o salvadores de la patria boliviana. En cuanto a mí, si ciertas indicaciones d e la prensa pudieran ser un obstáculo para la libre organización del Poder E j e c u t i v o , os suplico q u e apartéis m i n o m b r e de


CAPITULO

toda c u e s t i ó n electoral. H a c e mas d e u n año q u e t e n g o consagrados m i sangre i mis sacrificios en defensa de la patria, i creo sinceramente q u e m i s servicios serán mas litiles allí d o n d e está el peligro. L a Paz, M a y o 25 de 1880.

169

SEGUNDO.

Ejecútese. ( F i r m a d o . ) — L A D I S L A O CABRERA. R e f r e n d a d o . — J E N A R O SANJINÉS. Es conforme. — El j e f e de la sección, JOSÉ

ANTONIO

INFANTE.

LADISLAO CABRERA.

ANICETO ARCE,

X.

VICE-PRESIDENTE, ENCARGADO

L a Convención Nacional de líolivia n o m b r a al Jcneral Campero Presidente de la República; renuncia del Secretario Jcneral i contestación del Vice-Presidente d o n Aniceto Arce. La Convención

Nacional

de

Bolivia,

Decreta: Art. 1. ° S e declara en vijencia la Constitución Política d e 1 8 7 8 , c o n las modificaciones siguientes: Art. 2. ° L a C o n v e n c i ó n N a c i o n a l elejirá al presidente d e la R e p ú b l i c a i dos vice-presidentes. Art. 3. ° E l p e r í o d o constitucional del presidente i v i ce-presidente durará hasta el 6 de A g o s t o de 1884, d e signado p o r la Constitución. Art. 4. ° E l P o d e r E j e c u t i v o q u e d a autorizado para aplicar a los objetos de ia guerra actual t o d o s los ingresos fiscales, municipales i de instrucción pública. S e le autoriza igualmente para contraer empréstitos nacionales o estranj e r o s c o n a c u e r d o del Gabinete. Art. 5. ° Mientras dura la guerra actual, t o d o conato o acto c o n s u m a d o de trastorno del orden p ú b l i c o , será c o n s i d e r a d o c o m o traición a la patria, i sus autores, c ó m plices, fautores i encubridores, serán j u z g a d o s en c o n s e j o d e guerra verbal i c o n d e n a d o s a la p e n a de muerte. Art. 6. ° L a C o n v e n c i ó n N a c i o n a l durará en sus f u n ciones hasta el 6 d e A g o s t o de 1 8 8 1 , p u d i e n d o en este p e r í o d o ser c o n v o c a d a cuantas veces sea necesario i s i e m pre q u e lo solicite la m i t a d de sus m i e m b r o s al presidente, o en defecto de este al vice-presidente q u e hubiese c l a u surado sus seciones. Art. 7. ° L a C o n v e n c i ó n se reserva reformar la Constitución, c o n f o r m e a las urjencias q u e se presenten, sin o b servar los trámites establecidos p o r la m i s m a Constitución. C o m u n i q ú e s e al P o d e r E j e c u t i v o para su sanción i c u m plimiento. Sala de sesiones, L a P a z , a 30 d e M a y o de 1880. ( F i r m a d o . ) — B E L I S A R I O SALINAS. ( F i r m a d o . ) — B E L I S A R I O BOETO, D i p u t a d o Secretario. ( F i r m a d o . ) — D E M E T R I O CALVIMONTE, D i p u t a d o S e c r e tario. Casa de G o b i e r n o , L a Paz, M a y o 31 de 1880. Ejecútese. ( F i r m a d o . ) — L A D I S L A O CABRERA. R e f r e n d a d o . — J E N A R O SANJINÉS. E s c o n f o r m e — E l j e f e d e la s e c c i ó n . — J O S É ANTONIO I N -

D E LA PRESIDENCIA DE L A

REPÚBLICA.

Considerando: Q u e puesta en vijencia la Constitución política de 1878 d e b e precederse a la organización del Poder E j e c u t i v o c o n los ministros de E s t a d o que ella designa. Q u e entretanto es urjeute p r o v e e r a los diferentes ram o s del d e s p a c h o ; Decreto: Art. 1. ° Mientras se organice el Gabinete c o n los m i nistros de Estado que la C o n s t i t u c i ó n designa, el despac h o de los ministerios continuará a cargo de los oficiales m a y o r e s d o n Jenaro Sanjinés, en los ramos de G o b i e r n o i Relaciones Esteriores, d o n E l i o d o r o Villazon, en el d e H a c i e n d a i d o n Nicolás A c o s t a , en los de Instrucción P ú blica, Justicia i Culto. Art. 2. ° El d e s p a c h o del Ministerio d e la Guerra c o n tinuará asimismo a cargo del ayudante jeneral, coronel Andrés Soto. El oficial m a y o r encargado del d e s p a c h o de G o b i e r n o dará e j e c u c i ó n i p u b l i c i d a d a este decreto. D a d o en La Paz, a los de 1880.

dos días

del mes de

(Firmado.)—ANICETO R e f r e n d a d o . — J E N A R O SANJINÉS. Es c o n f o r m e . — E l jefe de la sección

de

Junio

ARCE.

Gobierno.

SECRETARÍA JENERAL D E ESTADO.

La Paz,

Junio

de 1. °

1880.

Señor: El n u e v o orden de cosas establecido por la C o n v e n c i ó n N a c i o n a l , hace innecesaria p o r mas t i e m p o m i p e r m a n e n cia en la Secretaría Jeneral, que m e fué e n c o m e n d a d a p o r el Jeneral Campero, i por lo tanto, m e c u m p l e p o n e r en su c o n o c i m i e n t o q u e r e n u n c i o formal i definitivamente ese puesto. A p r o v e c h o de esta o p o r t u n i d a d para reiterarle las c o n sideraciones de respeto c o n que soi su atento, seguro servidor. L A D I S L A O CABRERA. Al señor Vice-Presidente de la República.

FANTE.

La Convención

Nacional

de

Bolivia,

Decreta: Art. 1. ° S e n o m b r a Presidente de la R e p ú b l i c a c o n arreglo a la lei v o t a d a el dia de hoi, al Jeneral N a r c i s o Campero. Art. 2. ° L o s señores A n i c e t o A r c e i Belisario Salinas, son n o m b r a d o s r e s p e c t i v a m e n t e p r i m e r o i s e g u n d o V i c e Presidente. C o m u n i q ú e s e al P o d e r E j e c u t i v o para su e j e c u c i ó n i cumplimiento. Sala de sesiones, L a Paz, M a y o 30 de 1880. (Firmado.)—DANIEL CALVO. ( F i r m a d o . ) — B E L I S A R I O B O E T O . — D i p u t a d o Secretario. ( F i r m a d o . ) — D E M E T R I O C A L V I M O N T E . — D i p u t a d o Secretario. Casa d e G o b i e r n o , L a P a z , M a y o 31 d e 1880. TOMO I I I — 2 2

VICE-PRESIDENCIA

D E LA REPÚBLICA.

La Paz,

Junio

2 de

1880.

C u m p l e el suscrito u n deber de j u s t i c i a nacional, trib u t a n d o u n v o t o de gracias al señor Ladislao Cabrera pollos importantes servicios que h a prestado a la patria, tanto en su carácter de Secretario Jeneral, c o m o durante su ejercicio del m a n d o s u p r e m o ; le habría exijido su c o o p e r a c i ó n valiosa e n el G o b i e r n o , a n o mediar el precepto d e la C o n s t i t u c i ó n puesta en vijencia, según el cual el Poder E j e c u t i v o d e b e organizarse c o n u n ministerio. Es la ú n i ca razón que le asiste para admitir c o n sentimiento su anterior renuncia, prometiéndose siempre utilizar el patriotismo i las relevantes prendas del señor Cabrera en bien del país, sin perjuicio de que seguirá prestando su colaboración a los trabajos d e la C o n v e n c i ó n N a c i o n a l , c o n t o d o s los informes i datos sobre los diferentes ramos


170

GUERRA DEL

de la administración pública, que han corrido a su cargo. Rejístresc, publíqucse i devuélvase. (Firmado.)—ANICETO ARCE.

Refrendado.—JENARO

C o n f o r m e . — E l jefe

SANJINÉS.

de la sección

de

Gobierno.

X I

Voto de confianza al Jeneral C a m p e r o i al ejército boliviano acordado por la Convención Nacional de Bolivia. PRESIDENCIA DE LA

CONVENCIÓN NACIONAL.

La Paz, Junio

1. °

de ISSO.

H o n o r a b l e señor: La C o n v e n c i ó n Nacional ha resuelto que una comisión de su seno marche a dar alcance al señor Jeneral C a m p e ro, Presidente de la República, i a los restos del n o b l e i valiente ejército boliviano, i manifestarles la profunda g r a titud que c o m o encarnación viva del pueblo abriga la C o n v e n c i ó n Nacional en favor de esos dignos hijos de la patria por su c o m p o r t a m i e n t o en el c o m b a t e de las i n m e diaciones de Tacna, significándoles que tal contraste n o será bastante a sembrar el desaliento en el á n i m o de los bolivianos. N o s es grato poner en su c o n o c i m i e n t o que para tan honrosa comisión se ha fijado en su persona. Quiera Ud., honorable señor, aceptar las consideraciones de sus m u i atentos i seguros servidores. Belisario Salinas.—Belisario Boeto, D i p u t a d o Secretatario.—D. Calvimontc, D i p u t a d o Secretario. Al Honorable señor Emilio Fernandez Costa.

PRESIDENCIA D E

LA C O N V E N C I Ó N N A C I O N A L .

La Paz,

Junio

1. ° de 1SS0.

Señor: La C o n v e n c i ó n Nacional ha oido la lectura de su oficio de Yarapalca, fecha 27 del pasado,en el que S . E. da cuenta del desastre del ejército u n i d o en la meseta a dos leguas de Tacna, el dia anterior. E n un m o m e n t o de prueba tan supremo, el pueblo b o liviano se muestra d i g n o i resignado en la desgracia, sin perder la esperanza de recobrar el territorio i sus d e r e c h o s c o n nuevos i mas grandes esfuerzos de patriotismo. Justo para los defensores de la patria, les conserva intacta su confianza. E n cuanto a la persona de S . E., la elección d e Presidente d e la R e p ú b l i c a q u e h a recaído en ella, después d o c o n o c i d o el desastre, i el v o t o de confianza que acaba de reiterar la C o n v e n c i ó n N a c i o n a l , son los testimonios mas solemnes de que Bolivia c o n o c e que ha c u m p l i d o S . E. c o n su deber. La suerte de los dignos jenerales C a m a c h o i Pérez, así c o m o el sacrificio de los demás defensores de la patria, llenan boi de luto a la nación. Mientras la ausencia do S . E., q u e d a investido del m a n d o de la R e p ú b l i c a el primer Vice-Presidente n o m b r a d o por la C o n v e n c i ó n , ciudadano A n i c e t o virce. Dios guarde a S . E. BELISARIO

SALINAS.

Al señor Presidente de la República, Jeneral don Narciso Campero, en marcha.

J U S T I C I A I ESTÍMULO. (De EL COMERCIO déla Paz de 10 Junio de 1880.)

La C o n v e n c i ó n Nacional, interpretando legalmente el sentimiento del pueblo boliviano, ha acordado u n v o t o de

PACIFICO.

confianza i gratitud al ejército de la patria p o r su bizarro c o m p o r t a m i e n t o e n la batalla c a m p a l del 26 d e M a y o último. U n a comisión, c o m p u e s t a de los honorables señores doctores Emilio Fernandez Costas, F e r n a n d o E. G u a c h a 11a i M e l c h o r Chavarría, recibió encargo de llenar ese a c to de justicia cerca del señor Jeneral Campero i de los jefes, oficiales i soldados que lo a c o m p a ñ a n . Partió, al efecto, a la capital Corocero, d o n d e , según informes q u e se h a servido trasmitirnos u n o de los señores comisionados, t u v o lugar la r e c e p c i ó n oficial, de la que v a m o s a h a cer c o n o c e r algunos detalles, p o r q u e ellos, a la v e r d a d , consuelan nuestro patriotismo h o i tan angustiado, pero siempre tan ardiente i d i g n o de la causa que sostenemos.o L o s defensores d e Bolivia, c u y o valor n o habia p o d i d evitar el desastre .que h e m o s sufrido, fatigados por la p e lea i el cansancio,traían, sin eluda, tan enlutado su corazón c o m o abatido su espíritu, c u a n d o la palabra de aliento de la Representación Nacional fué a retemplar su patriotism o i a animar su fe en los destinos de esta patria tan querida. N o s refieren que entre a h o g a d o s sollozos del m a s v i v o sentimiento, entre elocuentes lágrimas, que decían: gratitud, venganza, guerra, honra i gloria a nuestros h e r m a nos en la tumba; entre esas puras e m o c i o n e s del mas sincero patriotismo, c u m p l i ó la comisión su elevado e i m portante cometido. E n ese instante de fraternal u n i ó n , n o s d i c e n que, fija la mirada en la imájen de la patria, todos los corazones palpitaban por ella, c u a n d o el señor F e r n a n d e z Costas, q u e presidia la comisión, se espresó en los términos siguientes: D I S C U R S O P R O N U N C I A D O POR E L S E Ñ O R F E R N A N D E Z COSTAS.

" S e ñ o r Jeneral, señores jefes, oficiales i soldados del ejército boliviano: L a C o n v e n c i ó n N a c i o n a l ha querido anticiparos su p a labra, i os envia, por nuestro ó r g a n o , la espresion de su gratitud p o r vuestro valeroso c o m p o r t a m i e n t o en el c o m bate del 26 en el C a m p o de la Alianza. R e t e m p l a d vuestro espíritu al fuego santo del amor a la patria, robusteced la fe de vuestros corazones, a p r o v e c h a d esta l e c c i ó n de la esperiencia, p o r q u e el desastre del C a m p o de la Alianza h a sido la consecuencia fatal de los errores i funestos antecedentes c o n que se e m p e z ó esta guerra, de que n o podéis ser responsables vosotros; p o r eso la C o n v e n c i ó n N a c i o n a l n o s envia a vuestro e n c u e n tro, trayéndoos la palabra de aliento i d e consuelo, en el v o t o de confianza que os discierne, r e c o m e n d á n d o o s c o n s tancia i fe. Señor Jeneral Presidente: L a C o n v e n c i ó n Nacional, después de c o n o c i d o el d e s a s tre del 26, os h a e n c o m e n d a d o do n u e v o el ejercicio del p o d e r s u p r e m o , altamente h o n r o s o para vos, p o r l o difícil i doloroso de las circunstancias en que lo confia en vuestras manos, en j u s t o h o m e n a j e a vuestra p r o b i d a d , la honradez de vuestras intenciones i la elevación de vuestros propósitos. Señores jefes, oficiales i soldados, os r e c o m i e n d o c o m o u n lema de vuestras armas las palabras d e l a C o n v e n c i ó n Nacional, i en mérito de ellas, ¡viva Bolivia! ¡viva la alianza! ¡viva el Presidente de la República!" H a b l a r o n en seguida los señores Guachalla i C h a varría. El señor Jeneral Campero, c o n m o v i d o , a la vez que e n tusiasta, habia contestado los anteriores discursos en térm i n o s tan elocuentes i tan sinceros, que sentimos n o c o nocerlos íntegramente. H é aquí los p o c o s que se n o s h a trasmitido: DISCURSO

DEL

JENERAL CAMPERO.

"Señores Convencionales: Dos sentimientos h a n herido m i alma c u a n d o vi i m p o tentes los esfuerzos de los valientes soldados de la alian-


CAPITULO SEGUNDO.

za en la l u c h a desigual q u e h a n sabido sostener c o n tanto heroísmo; veia anubladas las esperanzas de dos pueblos i no podía resignarme a tamaña desgracia, a pesar de que había p o d i d o medir personalmente el vigoroso e m p u j e de nuestros bravos. Creía, por otra parte, q u e acaso n o se les haria justicia, p o r q u e en m e d i o de un desastre n o siempre hai serenidad bastante para j u z g a r un h e c h o de armas. Calculad, pues, mi sorpresa c u a n d o supe q u e la C o n v e n c i ó n N a c i o n a l , c o n o c i d o el resultado d e la batalla del 2G, m e continuaba en el m a n d o de la República. N o sé; n o podré espresaros mi gratitud, mi r e c o n o c i miento por tanta b o n d a d , por tan inmerecido favor. Obediente a la v o l u n t a d del p u e b l o i a mis propias aspiraciones, resigné el 25 de M a y o último el m a n d o en jefe del ejército unido, que m e correspondía c o m o a P r e sidente de Bolivia; porque ese d i a , instalada la C o n v e n ción Nacional, cesaba en el ejercicio de las altas f u n c i o nes que se m e habían encargado transitoriamente. Las deferencias personales de los señores jenerales Montero i C a m a c h o m e obligaron a continuar a la cabeza de las fuerzas aliadas. Volvía hoi al seno de mi familia para consagrarle mi postrer m o m e n t o . Pero venis vosotros, honorables señores, i m e decís q u e la Representación del p u e b l o bolivian o m e pide mis últimos dias. Sea. D e c i d a esos ilustres patriotas, que m i vida, que mi v o l u n t a d i mi brazo pertenecen a la patria; que quiero morir por ella i que acepto el n u e v o deber que hoi m e i m p o n e n . P r o n t o c o n o c e r á el país c ó m o h a n c u m p l i d o su deberlos defensores de sus derechos. Manifestad, señores, i aceptad por vuestra parte m i última gratitud a la soberana C o n v e n c i ó n , h o n o r de B o l i via, al d e n o d a d o p u e b l o de la Paz. I vosotros, señores jefes, oficiales i soldados, no olvidéis las palabras que os dirijo el pueblo boliviano; constancia i fe, q u e y o os r e c o m e n d é en estas otras: s u b o r d i n a c i ó n i fe."

171

on m u c h a s ocasiones había rehuido. Os son c o n o c i d o s los detalles de ese h e c h o de armas que tanto h o n o r hace al valor i pericia de nuestros marinos. A la captura del ¡buiscar sucedió, no m u c h o tiempo después, la de la cañonera Pilcomayo. Perseguida por el Blanco, fué abandonada por su tripulación después de h a ber desparrramado petróleo i prendido fuego en varios de sus compartimientos. Con arrojo i serenidad admirables, nuestros marinos abordaron el b u q u e i consiguieron estinguir el incendio, obteniendo una segunda victoria, mas difícil i peligrosa que el mismo apresamiento. La tripulación de la Pilcomayo, que se habia refujiado en los botes, fué jonerosamente recojida a bordo de nuestro blindado.

Nuestra marina ha c o n t i n u a d o sus importantes servicios, ya b l o q u e a n d o los puertos de Arica, l i o i Callao, ya i m p i d i e n d o al e n e m i g o el m o v i m i e n t o de sus trasportes i la c o n d u c c i ó n en ellos de tropas i armamento. L a captura del Huáscar nos permitió trasladar el ejército acantonado en Antofagasta al departamento de Tarapacá, sin los inconvenientes que para esa operación oponía la existencia de aquella nave en poder del enemigo. E n los últimos días de Octubre se embarcó nuestro ejército en Antofagasta, i el 2 de N o v i e m b r e efectuó su desembarco en el puerto de Pisagua i caleta de Junin. U n desembarco en presencia de fuerzas enemigas h a sido considerado siempre c o m o una de las operaciones de guerra de mas peligrosa ejecución. A las dificultades c o n siguientes a la naturaleza de la empi-esa, se unian esta vez las que presentan las condiciones de la rada, abordable solo en dos puntos para embarcaciones menores, i las v e n tajas que para la defensa ofrece la topografía del terreno en que está situado el puerto de Pisagua. L o s enemigos, c o l o c a d o s dentro de fosos abiertos en la m i s m a playa o detrás de parapetos levantados en la falda de los cerros que nacen en ella, podían hacer u n f u e g o certero i mortífero sobre las embarcaciones que c o n d u cían a nuestros soldados desde los b u q u e s al punto d o n d e debia efectuarse el desembarco. Las ventajosas posiciones del e n e m i g o n o fueron, sin embargo, bastante poderosas para impedirlo. La m a y o r M e n s a j e d e l P r e s i d e n t e d é l a Jiepúfolica d e C h i l e e n l a parte ele las bajas sufridas por nuestra tropa tuvieron lugar a p e r t u r a del Congreso Nacional de 1 8 8 0 . a bordo de las lanchas, pues una vez en tierra, el e n e m i g o Conciudadanos del Senado i de la Cámara de Diputados: cedió fácilmente al í m p e t u d de nuestros soldados. O c u p a d o el puerto de Pisagua, el ejército e n e m i g o acanM e es satisfactorio anunciaros que n o han sufrido alteración las cordiales relaciones que la R e p ú b l i c a mantiene tonado en I q u i q u e , la Noria i otros puntos del departamento de Tarapacá, estaba vencido. Cortadas sus c o m u n i c o n las potencias amigas. A l daros cuenta en el año pasado de los primeros i n c i - caciones c o n el mar por el b l o q u e o de I q u i q u e i c o n el N o r t e por la ocupación de Pisagua i de la línea férrea que dentes de la guerra a que nos p r o v o c a r o n los gobiernos del Perú i Bolivia, acababa de tener lugar el glorioso c o m - de ese puerto va al interior, n o quedaba al e n e m i g o mas bate de I q u i q u e , i p u d o desde entonces preverse el resul- alternativa que venir a buscarnos para sufrir una p r o b a tado final d é l a contienda en que nos hallábamos c o m p r o - ble derrota, o huiresponiéudose a unadesastrosadispersion. L o s jefes del ejército aliado se decidieron por el primemetidos. U n a bandera defendida por soldados c o m o Prat i sus heroicos c o m p a ñ e r o s debía indefectiblemente salir ro de estos partidos. Concentraron sus fuerzas i se dirijieron sobre nuestro ejército, c u y a vanguardia se encontraba triunfante. La necesidad de ejecutar en nuestras naves de guerra situada en Dolores. A pesar de su superioridad n u m é r i c a , reparaciones urjentes i la de protejer los trasportes que el ejército enemigo fué rechazado por nuestra división esperábamos de E u r o p a c o n armas i pertrechos, nos obli- de vanguardia, después de un c o m b a t e de dos horas. Gracias a las dificultades que para la persecución pregó a suspender el bloqueo de I q u i q u e i dejar débilmente senta el desierto, los restos del ejército enemigo pudieron guarnecidos los puertos del N o r t e de la República. El enereorganizarse en el p u e b l o de Tarapacá, i allí t u v o lugar m i g o a p r o v e c h ó esa oportunidad para enviar al Huáscar i a la Union sobre nuestras costas, consiguiendo en sus un n u e v o combate, que puso en relieve las dotes militares que caracterizan al soldado chileno. escursiones apresar uno de nuestros trasportes. Después de la acción de Tarapacá, todo el territorio que Reparados nuestros buques, pudieron volver al N o r t e en persecución de las naves enemigas, i n o pasó m u c h o lleva ese n o m b r e , quedó libre de enemigos i cimentada la tiempo sin que la mas importante de ellas, el Huáscar, o c u p a c i ó n ; i reorganizado el ejército, nos preparamos para llevar las hostilidades mas al N o r t e . cayese en nuestro poder. La circunstancia de encontrarse situado en el departaE n los primeros días de Octubre, el Huáscar i la Union, después de haber recorrido la parte de la costa c o m p r e n - m e n t o de T a c n a el ejército aliado de mas importancia dida entre H u a s c o i T o n g o i , se dirijieron al N o r t e . P r e v e - por el n ú m e r o i calidad de sus tropas, i la c o n v e n i e n c i a nido el señor Ministro de la Guerra, q u e en esos m o m e n - de dejar m e j o r asegurada la o c u p a c i ó n del territorio de tos se encontraba en Antofagasta, acordó c o n el j e f e de Tarapacá, unida a la de quitar al e n e m i g o la posesión de un puerto bien fortificado c o m o el de A r i c a i situado a nuestra escuadra un bien c o m b i n a d o plan, que dio por resultado el obligar al Huáscar a aceptar el c o m b a t e q u e pocas millas de Pisagua, nos decidieron a enviar u n ejér-

XII.


172

GUERRA DEL

PACIFICO.

cito a l i o con el objeto de batir las fuerzas aliadas i obtener las otras ventajas que acabo de indicar. El desembarco en l i o so efectuó sin dificultad el dia 25 de Febrero, i una vez que so consiguió poner en tierra los víveres, forrajes i pertrechos, se envió una división a M o quegua con el propósito de cortar las c o m u n i c a c i o n e s e n tre Tacna i Arequipa. M o q u e g u a se hallaba defendida por una división p e ruana que, a la aproximación de nuestra tropa, se fortificó en la cuesta de los Anjeles, posición que los enemigos consideraban inespugnable, pero que fué fácilmente d o m i nada, gracias al bien acertado plan de ataque i a la serenidad i arrojo c o n que nuestros soldados l o ejecutaron. C o m o el ejército aliado acantonado en Tacna parecía decidido a mantenerse en esa posición, el nuestro se dirijió hacia aquel punto con el objeto de presentarle batalla. La marcha al través del desierto q u e servia de escudo al enemigo, fué tardía i penosa. Mui serias deficultades ofrecía la c o n d u c c i ó n de víveres, de artillería, de m u n i ciones, de forraje i de agua; pero todas ellas fueron v e n cidas por el patriotismo i la abnegación de los jefes, oficiales i tropa de nuestro ejército. L a victoria del 2G del pasado M a y o , h a sido el digno coronamiento de una campaña que será recordada en la historia militar por las contrariedades de t o d o j é n e r o que fué necesario vencer. E n T a c n a c o m o en Pisagua, c o m o en los Anjeles, las p o siciones que ocupaba el enemigo i que la naturaleza i el arte habían fortificado, n o fueron suficientemente p o d e rosas para detener el í m p e t u de nuestros soldados. T a n t o en mar c o m o en tierra, la fortuna ha sido a d v e r sa a los aliados. Su marina ha sido aniquilada i su tropa veterana concluida i desmoralizada por una serie de derrotas. Permitido nos es esperar que los gobiernos del P e rú i Bolivia, acatando el fallo del destino, harán cesar una guerra injusta en su oríjen i que ha sido desastrosa para los países que ellos representan.

ción, superando, c o m o lo habréis notado, la primera a la segunda en 13.880,226 pesos. La esportacion del año pasado, comparada c o n la del año de 1878, aumentó en 6.892,401 pesos, i la i m p o r t a c i ó n d i s m i n u y ó en 2.582,011 pesos. E l valor de los p r o d u c t o s agrícolas esportados ascendió en el año pasado a la suma de 12,811,570 pesos, escediend o al año anterior en 4.138,009 pesos. Los p r o d u c t o s d e la minería figuran en la esportacion por 20.280,258 pesos, suma superior en 2.754,392 pesos al valor de los m i s m o s p r o d u c t o s esportados en 1878. N o figura en el m o v i m i e n t o comercial i n d i c a d o el del puerto de Antofagasta por n o haberse recibido aun en la oficina correspondiente los datos relativos a esa Aduana.

Eterno reconocimiento debemos a los que, olvidando familia e intereses, acudieron presurosos al llamado de la patria. M u c h o s de ellos han rendido la vida en alguna acción de guerra, o víctimas de la insalubridad del clima o de las fatigas de la campaña.

El triunfo de nuestro ejército en T a c n a acabará de llevar la quietud a los espíritus, i las transacciones del c o mercio i de la industria, t o m a n d o t o d o su v u e l o , abrirán u n vasto c a m p o de acción al capital i al trabajo. A fin de facilitar el m o v i m i e n t o comercial, se h a i m plantado el réjimen aduanero d e la R e p ú b l i c a en todos los territorios o c u p a d o s por nuestras armas, i abatiendo los gravámenes q u e pesaban sobre nuestros p r o d u c t o s a su i n ternación, h e m o s abierto n u e v o s mercados de c o n s u m o a la riqueza nacional i estrechado las relaciones comerciales q u e antes manteníamos.

N o necesito recomendar a vuestra solicitud la suerte de sus familias. Y a habéis manifestado q u e sabéis estimar c o m o merecen los servicios d e aquéllos a quienes Chile confió el h o n o r de su bandera. Echareis de m e n o s a vuestro lado a u n o de vuestros mas simpáticos i distinguidos colegas. El señor S o t o m a y o r h a desempeñado en el curso de esta guerra comisiones tan importantes c o m o ingratas, molestas i de gravísima responsabilidad. Las d e s e m p e ñ ó c o n la laboriosidad, c o n la intelijencia, con la elevación de miras que p u s o siempre en el c u m p l i m i e n t o de sus deberes en una vida c o n sagrada por entero al servicio del país. Su muerte, en vísperas de una victoria, preparada en gran parte por sus desvelos, lo privó del ú n i c o galardón que la nobleza de su alma apetecía. Las consecuencias ordinarias de la guerra p o c o se han h e c h o sentir, al m e n o s hasta este m o m e n t o , entre n o s otros. H a c o i n c i d i d o c o n la guerra una mejora notable en los negocios, debida a las buenas cosechas de los dos tiltimos años, a la alza del precio del cobre i del salitre, i mas que t o d o , a que en el año pasado principiaron a p r o ducir su efecto las economías a que se sometió el país por consecuencia de la crisis comercial e industrial de los años anteriores. E l dinero es en el dia mas abundante que antes de la guerra; el interés h a bajado; hai mas facilidad para las transacciones, i ios valores han tenido e n j e n e r a l u n a alza considerable. El m o v i m i e n t o comercial del año pasado ascendió a 59.360,220 pesos. D e esta suma, 36.620,226 pesos corresp o n d e n a la esportacion, i 22.740,000 pesos a la importa-

Las entradas ordinarias i estraordinarias en el año de 1879 ascendieron a la cantidad de 27.693,087 pesos 74 centavos, i los gastos a la cantidad de 24.777,360 pesos 12 centavos. Esta última cifra n o c o m p r e n d e una buena parte de los gastos h e c h o s p o r nuestra legación en E u r o p a por estar aun pendiente su liquidación. O c u p a d o el territorio d e Tarapacá p o r las armas d e la República, el G o b i e r n o ha dedicado especial atención al aprovechamiento de los valiosos recursos fiscales allí existentes. Tras de nuestro ejército, h a n m a r c h a d o c o n s tantemente los empleados de la administración, organiz a n d o i poniendo orden en la recaudación de las rentas que pertenecían al enemigo. A pesar de las graves perturbaciones q u e ha i n t r o d u c i d o la guerra en el territorio que h a servido de centro a las operaciones marítimas i terrestres, perturbaciones q u e h a n sido reagravadas particularmente c o n la emigración de los brazos chilenos q u e daban m o v i m i e n t o a las mas importantes faenas de ese Litoral, sus principales fuentes de recursos, q u e son la aduana, el salitre i el h u a n o , h a n c o m e n z a d o a suministrar o suministrarán en b r e v e fuertes sumas al erario nacional.

Por venta de salitre o p o r derechos c o b r a d o s a l a esportacion de. ese artículo, el tesoro p ú b l i c o h a p e r c i b i d o y a gruesas sumas, i al presente un buen n ú m e r o |de naves preparan su c a r g a m e n t o en I q u i q u e para c o n d u c i r l o al m e r c a d o europeo por cuenta fiscal. E n los depósitos de h u a n o se h a puesto también trabaj o , i en p o c o t i e m p o mas la esplotacion comenzará a t o mar desarrollo. L o s cuantiosos gastos de la guerra han sido o p o r t u n a m e n t e satisfechos hasta ahora c o n los recursos q u e habéis v o t a d o en diversas ocasiones, c o n el a u m e n t o d e las rentas ordinarias, d e b i d o al acrecentamiento de las riquezas del país i c o n los recursos q u e h e m o s c o m e n z a d o a percibir de los territorios d o m i n a d o s por nuestro ejército. A pesar de q u e estas dos últimas fuentes continuarán t o m a n d o m a y o r incremento p o r el curso natural de las cosas, i a pesar de q u e los mas fuertes desembolsos que demanda el armamento i el e q u i p o del ejército i de la escuadra están ya h e c h o s , necesario será todavía hacer un n u e v o sacrificio para acabar de c o n s u m a r la grande e m presa en que el país está c o m p r o m e t i d o . Conciudadanos del Senado i de la Cámara de Diputados: Si os h e hablado c o n grata c o m p l a c e n c i a de las glorias alcanzadas por nuestro ejército i nuestra marina, tengo también la satisfacción de hablaros de la m i s m a manera


CAPITULO

173

SEGUNDO.

c u m p l i d o aun c o n el deber de pagar debidamente los i n comparables méritos de d o n A r t u r o Prat. U n a acción de guerra que n o ha tenido hasta hoi ninguna que se le c o m pare en los ya largos anales de la guerra en que estamos e m peñados, i cuyo heroísmo sin igual brilla c o m o un sol en t o d o el Universo, bien merece otra recompensa q u e la m e z quina que hasta el presente se le ha asignado. E n efecto, la lei de 12 de Setiembre del año último, solo c o n c e d e a la viuda e hijos del mas grande de los héroes chilenos la m ó d i c a suma de 200 pesos mensuales, q u e es c o m o si dijéramos una pobre ración de hambre. E s v e r d a d que la nación agradecida se apresta para tributar todavía desusados honores a la memoria de su héroe; pero si preguntáramos a la ilustre sombra del mártir de I q u i q u e qué es lo que quisiera en recompensa de su heroico sacrificio, si honores o una holgada subsistencia para los seres mas caros de su corazón, q u e h a d e j a d o huérfanos, estam o s seguros de que sus labios nos responderían: mas q u e honores rendidos a m i memoria, anhelo para mi esposa i mis h i j o s q u e n o v e a n j a m á s sentadas la miseria i el h a m b r e en el h o g a r que abandoné por servir a mi patria i por l e garle e j e m p l o de heroísmo. I siendo así, ¿podría mostrarse avara la nación c u a n d o se trata de premiar al h o m b r e que n o vaciló en privar a su esposa e hijos del fruto de su trabajo c o n tal de segar para su patria tan gloriosos laureles? E n la hora suprema del peligro se olvidó de su hogar para n o pensar mas q u e en la patria. A h o r a que ese h o g a r n o p u e d e esperar la subsistencia de manos del que se sacrificó por su país, éste n o p u e d e dejar en la escasez a los seres q u e habrían sido felices conservando su vida. N o es el orgullo nacional el que nos h a c e ver en el C o m a n dante de la Esmeralda la figura mas prominente entre tantos héroes que ilustran nuestra historia. L a figura de Prat n o es hoi simplemente una gloria de nuestra marina, que lo es también de la marina del m u n d o . A h í está para atestiguarlo el testimonio de los ilustres marinos que presenciaron su h e r o i c o sacrificio, i ahí están todavía los espontáneos i universales elojios de la p r e n s a de A m é r i c a i de Europa. I n o sería h o n r o s o para Chile que los q u e así rinden tributo de admiración a la gloria de Prat, supiesen que su esposa i sus hijos apenas tienen c o m o atender a sus premiosas necesidades. Diríase entonces c o n razón, q u e si Chile abunda en héroes, escasea de corazones j e n e rosos i agradecidos. P o r último, si las recompensas h a n de estar siempre a la altura de los méritos de los servidores de la patria, n o hai uno solo que las p u e d a tener mayores. I c u a n d o v e m o s que para otros distinguidos i beneméritos c i u d a d a nos, pero que n o p u e d e n equipararse en merecimientos c o n el héroe de I q u i q u e , la nación se muestra pródiga, sentimos que la justicia reclama m u c h o mas para quien h a sobrepujado a todos en gloria i en servicios. P o r q u e vuestra c o m i s i ó n no necesita recordaros lo que está en la c o n c i e n cia de todos, a saber: que el sacrificio de Prat ha sido para A N Í B A L PINTO. Chile el principio, n o solo de sus glorias, sino también el augurio de sus futuros triunfos. E n virtud de estas consideraciones, vuestra comisión cree q u e debéis sancionar el p r o y e c t o del señor D i p u t a d o por I n f o r m e de l a comisión de g u e r r a i m a r i n a sobre el Valparaíso, tal cual ha sido presentado. proyecto del Diputado por Valparaiso don J u a n E. Sala de la comisión, Santiago, J u n i o 6 de 1 8 8 0 . — Z ó e i S l a c k e n n a p a r a a u m e n t a r a 5<>© p e s o s m e n s u a l e s mo Errázuriz.—Francisco Prado Aldunate.—Federico la pension de la viuda del C o m a n d a n t e P r a t . Errázuriz E.— Gabriel Vidal.—M. Olegario Soto.—Enrique De-Putron.—Ramón Ricardo Rosas. H o n o r a b l e Cámara:

de la noble, serena i patriótica actitud que el país ha c o n servado durante el curso de esta guerra. La tan j e n c r o s a c o m o eíicaz ayuda prestada al Gobiern o por el país entero, h a sido el primero i mas importante elemento q u e ha concurrido a preparar i obtener los triunfos q u e j u s t a m e n t e celebramos hoi. D o m i n a d o s los partidos por un elevado espíritu de patriotismo, se h a n impuesto un c u e r d o i o p o r t u n o silencio respecto de todas aquellas cuestiones que pudieran e n c e n der los ánimos i p r o v o c a r irritantes discusiones. Siempre será u n m o t i v o de lejítimo orgullo para el país, c o m o para el G o b i e r n o , haber sostenido la actual guerra, tan dificultosa p o r los recursos que ha sido m e nester emplear, en m e d i o de la mas profunda paz interior, sin q u e se haya alterado el orden constitucional, ni susp e n d i d o una sola de las garantías que las leyes aseguran a todos los ciudadanos. C u a n d o u n p u e b l o p u e d e , c o m o Chile, emprender i sostener una guerra sin perturbar el orden constitucional, ese p u e b l o se h a c o n q u i s t a d o una gloria no m e n o s envidiable q u e la obtenida por nuestros soldados en los c a m p o s de batalla. L o s partidos h a n c o m p r e n d i d o que mientras se v e n t i laba c o n las armas en la m a n o la h o n r a de la R e p ú b l i c a , debían deponer todas sus pretensiones i querellas. H a n o b e d e c i d o c o n esta c o n d u c t a a nobles sentimientos, i y o espero q u e n o se desviarán de la senda q u e se han trazad o hasta ahora, mientras la guerra n o haya llegado a un feliz término. S i e m p r e tendrán t i e m p o para debatir con calma i tranquilidad todas las cuestiones que p u e d e n afectarles, i cualesquiera q u e sean los propósitos que los ajiten, q u e n u n c a serán otros q u e los que puedan d e b a tirse dentro de la esfera legal, el G o b i e r n o se empeñará p o r mantenerse en u n terreno esencialmente neutral, q u e sirva d e garantía a todos ellos. E n algún t i e m p o mas habrán de tratarse cuestiones políticas d o trascendental importancia para el porvenir d e la R e p ú b l i c a , i espero q u e ellas serán resueltas p o r la libre acción d e la opinión pública, según corresponde a u n p u e b l o en el cual las instituciones republicanas h a n e c h a d o , c o m o en Chile, tan h o n d a s raíces. E l G o b i e r n o , o b e d e c i e n d o a sus propias convicciones, i respetando los v o t o s de la n a c i ó n , considera c o m o un d e ber s u y o el declarar que n o se injerirá en asunto que, a su j u i c i o , corresponda a la espontánea iniciativa de los ciudadanos. Confio en que la R e p ú b l i c a , cualesquiera q u e sean las vicisitudes p o r q u e haya de atravesar, seguirá siempre tranquila i gloriosa, mediante vuestra valiosa c o o p e r a c i ó n i vuestros oportunos consejos. N o nos faltará en esta obra el a p o y o del T o d o p o d e r o s o , c o m o n o nos h a n faltado j a más los esfuerzos i los ausilios del mas levantado p a t r i o tismo. Santiago, J u n i o 1. ° de 1880.

XIII.

C o n especial satisfacción, vuestra c o m i s i ó n de guerra i marina tiene el h o n o r de informar sobre el p r o y e c t o de lei del honorable D i p u t a d o por Valparaiso d o n J u a n E. M a c k e n n a , q u e tiene por objeto asignar a la señora d o ñ a Carmela Carvajal, v i u d a del inmortal C o m a n d a n t e de la Esmeralda d o n A r t u r o Prat, una pension vitalicia de 500 pesos mensuales trasmisible a sus dos hijos. C u a n d o se recuerdan la gloria i los servicios que debe la n a c i ó n al mas preclaro de sus hijos i al mas grande de sus marinos, sentimos q u e la gratitud nacional n o ha

XI?. Ataque i t o m a de

Arica: telegramas i partes

chilenos i

oficiales

peruanos.

TELEGRAMAS OFICIALES

CHILENOS.

(Recibido a las 4 P. M.)

Santiago, E l Paquete

de Maule

Junio

A de

1880.

acaba d e fondear en este puerto.


174

GUERRA DEL

A y e r la Covadonga estaba c o m u n i c á n d o s e c o n tierra p o r señales semafóricas i trasmitió, a las 3 P. M., las siguientes noticias que se habían recibido desdo tierra. "Se espera un tren c o n la artillería de campaña. Y a está aquí el coronel Lagos c o n 4,000 hombres. El ataque será mañana. Se espera al Jeneral Baquedano para mandar órdenes a bordo. F u é c a p t u r a d o un individuo que ayer por la mañana hizo saltar una m i n a cerca del c a m p a m e n t o de los Carabineros de Y u n g a i . Se tienen los planos de los fuertes i de las minas. El lugar para dar fuego a las minas está cerca del Watteree. E n A r i c a hai 3,000 h o m b r e s en los fuertes." El c o m a n d a n t e Latorre m e dice que si el Tolten n o llega mañana a I q u i q u e , será porque el c o m b a t e se ha diferido. Nuestro ejército tenia bastante carne. La chalupa de la Covadonga no ha p o d i d o llegar a la playa p o r la reventazón. LYNCH.

(Recibido a la 12.50 P. M.)

Santiago,

Junio

7 de 1SS0.

El señor M. R . Lira m e dice lo siguiente, c o n fecha 4 del que rije: "Estamos acampados a orillas del rio Azufre, al lado afuera de Arica. Llegamos ayer, i hoi se han estado i se están estudiand o las posiciones del enemigo para batir desde mañana a esta plaza, guarnecida solamente por cerca de 2,000 h o m bres d e guardias nacionales, p e r o c u y o s jefes manifiestan la intención de n o rendirse. Creemos aquí todos que la posesión de A r i c a n o vale la pena de perder hombres. Por eso no se ha pensado en asaltar las posiciones que ocupan los enemigos i que están todas minadas. Antes de ayer por la mañana, al atravesar nuestra c a ballería el rio j u n t o al puente destruido, hizo esplosion una de esas minas, sin causar graves desgracias. H u b o solo u n cazador c o n u n brazo quebrado i tres carabineros contusos. J u n t o a esa mina habia otras, de las cuales se han estraído y a seis cajones de dinamita. Por fortuna se capturó a los injenieros principales, E l more i Arenas, i ellos declaran lo que le digo mas arriba resnocto del n ú m e r o i ubicación de las minas. En consecuencia se ha resuelto ocupar c o n la artillería una altura desde la cual se dominan los fuertes i la p o blación, i mañana al amanecer se principiará el fuego. A juzgar por las deserciones diarias del enemigo, es de suponer que baste u n sitio de pocos días para rendir la plaza. P o r l o demás, estamos casi i n c o m u n i c a d o s . D e a b o r d o suelen venir botes, pero los tripulantes tienen que llegar a nado a la playa. A Tacna tenemos el ferrocarril espedito. N o tengo tiempo para mas." LYNCH. (Despacito recibido a las 4.10 P. M.)

L a Covadonga acaba de fondear en Pisagua. Su comandante m e anuncia que ayer, desde las 2 P. M. hasta las 4.45 P. M., el Cochrane, la Magallanes, el Loa i la Covadonga batieron c o n su artillería la plaza de Arica. Me añade que n o es posible determinar cuáles han sido los daños p r o d u c i d o s en tierra por nuestros cañones. L a Covadonga, recibió dos balazos, pero no tuvo ninguna desgracia personal. E n pocas horas m a s estará reparada. El Cochrane recibió en uno de sus portalones una gra-

PACIFICO.

nada que puso fuego a u n saquete de pólvora al t i e m p o de ser introducido en la boca del cañón. La esplosion h i rió a varios marineros. El Loa i la Magallanes salieron ilesos. La Magallanes hu llegado también a Pisagua i está carg a n d o apresuradamente carbón a fin de regresar a Arica. LYNCH. (Recibido a las 11.10 A. M.)

Santiago,

Junio

8 de 1SS0.

S e ñ o r Ministro de la Guerra: ¡VIVA

CHILE!

A r i c a asaltado i t o m a d o a la bayoneta. T o d o s los fuertes en nuestro poder. Manco a pique. Nuestra escuadra fondeada tranquilamente en la bahía. Los honores d é l a j o r n a d a corresponden a los Tejimientos 3. ° i 4. ° de línea. Felicito al Gobierno i a la nación p o r el triunfo mas glorioso i c o m p l e t o alcanzado en la presente guerra por nuestro invencible ejército. V o i a comunicar. LYNCH. (Despacho recibido a las 11.20 A. M.)

Santiago,

Junio

8 de

1880.

Señor Ministro de la Guerra: El señor Jeneral B a q u e d a n o m e d i c e para V. S. lo siguiente: " A r i c a , J u n i ó 7 de 1 8 8 0 . — E l dia 3 del presente m e p u se en marcha para este puerto c o n el o b j e t o de destruir la última fuerza enemiga que se mantenía en pié de r e sistencia en estos departamentos. Después de estudiadas las posesiones del e n e m i g o i c o locadas convenientemente nuestras fuerzas, envié el 5 por la mañana un parlamentario al j e f e de la plaza i n t i m á n dole rendición en vista de la inutilidad de su resistencia. La resolución del coronel Bologneai fué negativa, i en vista de ella r o m p í las hostilidades c o n nuestra artillería. A y e r la escuadra b o m b a r d e ó la plaza por espacio d e tres horas. A d o p t a d a s las últimas disposiciones, resolví atacar h o i en la madrugada las fortificaciones de esta plaza. E f e c t i v a m e n t e , los fuegos se r o m p i e r o n al aclarar; i después de p o c o mas de una hora de un reñido c o m b a t e , la c i u d a d estaba en nuestro poder. El e n e m i g o hizo volar c o n minas preparadas de a n t e m a n o algunas de las fortificaciones. S o l a m e n t e en el M o r ro quedaron algunos cañones útiles. El Manco-Capac abrió sus válvulas i se fué a p i q u e , entregándose su capitán i su tripulación prisioneros a b o r d o del Itata. T o d o el h o n o r de la j o r n a d a corresponde a los Tejimientos 3. ° i 4. ° de línea, que se batieron c o n estraordinario arrojo, i el Lautaro que n o e n c o n t r ó gran resistencia en el p u n t o que atacó. E l ataque fué dirijido por el coronel d o n P e d r o L a g o s . Las pérdidas del e n e m i g o son grandes i las nuestras ascienden a p o c o mas de 300, n o alcanzando a 100 los muertos. L a victoria ha sido completa i por ella felicito al país i al S u p r e m o Gobierno. MANUEL

BAQUEDANO.

(Despacho recibido de Iquique a las 12 M.)

Santiago,

Junio

8 de

1880.

D o n M. R. Lira m e dice en carta privada lo siguiente: " E l dia 1. ° v i n o a establecerse nuestra caballería a seis millas de Arica, en el valle del rio Azufre


CAPITULO

Por la mañana del dia 2, al atravesar este rio, j u n t o al puente del ferrocarril, estalló una mina que felizmente n o causó desgracias: solo h u b o 4 contusos. Los injenieros militares E l m o r e i Arenas, q u e la hicieron estallar, cayeron prisioneros, el s e g u n d o herido en una pierna por bala de carabina. El 2 estuvieron terminadas las reparaciones del ferrocarril, q u e habia sido destruido en tres partes, fuera del puente de Chacalluta que quedó seriamente deteriorado. Se envió entonces los Tejimientos Buin, 3. ° i 4. ° de línea i el batallón Búlnes, tres baterías de artillería de c a m p a ña i una de m o n t a ñ a para atacar la plaza. U n a vez q u e nuestra artillería i tropa estuvieron c o l o cadas de manera q u e se cerraba al e n e m i g o todas las puertas de salida, se envió en la mañana del 5 al m a y o r Salvo, de artillería, a intimar rendición a la plaza para evitar así inútil efusión de sangre. El coronel Bolognesi, C o m a n d a n t e en Jefe, reunió a todos los jefes superiores en presencia d e nuestro parlamentario, i u n á n i m e m e n t e declararon que estaban resueltos a quemar el ú l t i m o cartucho. Sin embargo, parece que los subalternos n o pensaban lo m i s m o , puesto que habían constantes deserciones de oficiales i tropa. Traída la respuesta al c a m p a m e n t o , se r o m p i ó por ambas partes fuego d e artillería. Nuestros p e q u e ñ o s cañones eran, sin embargo, incapaces de dañar las sólidas fortificaciones detrás do las c u a les se parapetaban los enemigos. A d e m á s , nuestros pro3'ectiles solo alcanzaban al fuerte San José i n o era posible acercar mas a la artillería p o r q u e habría q u e d a d o d o m i n a d a por las baterías contrarias c o n tantos cañones de grueso calibre. A s i pasó el dia 5. A y e r 6 siguió el cañoneo. A la 1.30 P. M. entró en acción nuestra escuadra, inic i a n d o los fuegos el Loa, fuera del alcance de las baterías de tierra, i siguiéndole luego la Magallanes, el Covadonga i el Cochrane. Mientras tanto se hacían los últimos preparativos para el c o m b a t e resuelto para hoi. E l 3. ° i 4. ° debían atacar al amanecer los fuertes del Oeste, situados en la p r o l o n g a ción del Morro; el Lautaro los de la playa; el Buin estar de reserva en la entrada del valle A z a p a , i el Búlnes p r o tejer nuestra artillería. U n a parte de la caballería q u e d ó a retaguardia d e l Buin i la otra a retaguardia del Lautaro. E l fuego principió a las 6 A . M. E n 20 m i n u t o s , nuestros incomparables soldados, que n o r o m p i e r o n sus fuegos hasta n o hallarse m u i p r ó x i m o s a los parapetos, los asaltaron t o m á n d o l o s a la bayoneta. E n la ciudadela la l u c h a fué terrible. Creo que habrán escapado m u i pocos de sus defensores, tantos eran los muertos. Nuestros caballos entraban la uña en los charcos de sangre. L u e g o cayó el segundo fuerte, l u e g o después el M o r r o , que estuvo haciendo fuego contra los anteriores o c u p a d o s ya p o r nuestras tropas. A las 6.35 A. M. estalló la primera mina en uno de los fuertes asaltados, i a las 7.15 A . M. dos en las baterías San José i Santa Rosa. Era u n espectáculo i m p o n e n t e ver aquellas inmensas columnas de tierra i h u m o , mas altas que ios cerros v e c i nos i q u e adoptaban las formas mas caprichosas. A las 7.30 A . M. la ciudad estaba en nuestro poder, i c o n tanta precipitación habían h e c h o saltar las minas q u e dañaron principalmente a soldados peruanos, c u y o s cadáveres q u e d a r o n horriblemente mutilados. A las 7.45 A . M. el Manco-Gapac principió a hundirse, i p o c o después desaparecia d e b a j o del agua. L a tripulación o c u p ó una lancha a vapor i varios botes, i fué a buscar refujio en b u q u e s estranjeros, d o n d e se lo negaron seguramente, puesto q u e fueron a entregarse prisioneros en el ítala.

SEGUNDO.

175

A h í están el c o m a n d a n t e señor Sánchez L a g o m a r s i n o i 120 hombres. Bolognesi, M o o r e i casi todos los jefes peruanos murieron. N o sé cuántos sean los prisioneros. Por nuestra parte perdimos al distinguido j e f e S a n Martin, c o m a n d a n t e del 4. ° de línea, el dia del c o m b a t e . R e c o j o detalles para comunicar." LYNCH.

(Recibido a las 2.40 P. JI.)

Santiago,

Junio

8 de

1880.

Señor Ministro de la Guerra: D e las dos lanchas torpedos que tenian los peruanos en Arica, una de ellas, la mejor, después de ofrecerse e n t r e gar a los buques estranjeros, h u y ó hacia el N o r t e , siendo perseguida por el Cochrane i el Loa,. El GochroAic siguió hasta el rio J u a n Díaz, v o l v i e n d o a las 6. P. M. de ayer a Arica. El Loa, continuó la persecusion, llevándola frente a su costado por la línea de la costa. Es de suponer que n o escapó. L a otra lancha sirvió al c o m a n d a n t e Sánchez L a g o m a r sino para salvarse del h u n d i m i e n t o del Manco i entregarse prisionero con la tripulación de su buque. Está en nuestro poder. Según el c o n m a n d a n t e del Tolten, las bajas del enemig o son 700 muertos, 100 heridos i 500 prisioneros, entre éstos 60 oficiales, contándose dos tenientes coroneles. Las nuestras son 130 muertos i 230 heridos. Me aseguran que c u a n d o se trataba de designar entre el B u i n , 3. ° de línea i 4. ° el T E J I M I E N T O que debia formar la reserva, se e m p e ñ ó una discusión entre los tres cuerpos sobre cuáles debían ser los preferidos para entrar en pelea. Para n o herir el patriótico anhelo de esos brillantes T E jimientos, el Jeneral determinó que se rifaran, i la suerte favoreció al 3. ° i el 4. ° \\ S. ya c o n o c e c ó m o correspondieron a la suerte. LYNCH. (Despacho recibido de Iquique a las 3.20. P.M.)

Señor Ministro Amunáteaaii: E n A r i c a se ha e n c o n t r a d o el siguiente parte d e M o n tero después de la gloriosa batalla de Tacna. " N o piensen en resistir, que la ira de D i o s h a caido s o bre el Perú." LYNCH.

TELEGRAMAS OFICIALES

PERUANOS.

Pisco, Junio 10 de 1880. E x c m o . señor: A c a b o de recibir el siguiente despacho telegráfico traíd o p o r vapor del Sur que acaba de fondear: "Arequipa,

Junio

5

(noche.)

Señor Prefecto de l e a : Sírvase V. S. trasmitir a S . E. el Jefe S u p r e m o lo q u e suigue: " C o n esta fecha recibo telegrama de Arica. "Prefecto A r e q u i p a : Parlamento enemigo intima rendición. Contesto, previo acuerdo de los jefes: "Resistiremos hasta quemar el último c a r t u c h o . " BOLOGNESI. (Arica 10.30 A. M.)

Prefecto Arequipa: Comienza el cañoneo de una i otra parte. BOLOGNESI.


GUERRA DEL

176

(Arica 2 P. M.)

Prefecto Arequipa: E n e m i g o ha suspendido cañoneo. Parlamentario de Jeneral B a q u e d a n o dice: " P o r deferencia a la enérjica actitud de la plaza, aguardo. Deseo evitar derramamiento de sangre." Contesto con acuerdo de jefes: " M i última palabra es quemar el ú l t i m o cartucho. ¡Viva el Perú!" BOLOGNESI.

C u m p l i e n d o deseos de V . E., he logrado hacer que lleg u e dinero a Arica por González Orbegoso. Q u e trascribo a V . E. MARTÍNEZ. (Alas 11 A. M.)

Pisco, Junio 10 de 1880. E x c m o . señor: T a m b i é n he recibido el siguiente telegrama: (A las 10.45 P. M.)

"Arequipa,

Junio

6 de 1880.

Trasmita a S. E. lo que acabo de recibir de Arica. "Prefecto Arequipa: A las 12.50 P. M. dio principio a sus fuegos artillería enemiga. Amazonas, Magallanes, Covadonga, i Cochrane sobre baterías i m o n i t o r Manco-Capu.c. Combate j e n e ral. Batería San José, a 2.10 P. M. apagó una batería enemiga situada en el cerro. Manco-Capac h i z o cambiar r u m b o Cochrane, q u e a las 3.40 P. M. tuvo i n c e n d i o por proyectil Morro i salió de c o m b a t e a las 4 P. M. Caballería e infantería por Norte, h u y e r o n luego de nuestros fuegos. Gran entusiasmo. E n e m i g o hizo 275 cañonazos. N o hai desgracias. Jefes agradecen saludo A r e q u i p a . — B o l o g n e s i . " Felicito en su n o m b r e al país por el dia. GONZALEZ

ORBEGOSO.

¡ARICA TOMADA! (A las 12.15 A. M.'

Arequipa,

Junio

8 de

1880.

Sírvase trasmitir a S. E. lo que sigue: " H e c o m u n i c a d o telegrama de V . E. de J u n i o 2, via P u n o i via Arequipa. H e dirijido a V. E. dos telegramas el 5 i 6 corriente. Comunicación por cable c o n A r i c a interrumpida. P r o b a blemente A r i c a habrá sido tomada. N a d a , nada oficial.—González Orbegoso." Q u e trascribo a V. E.

PACIFICO.

El 8 del presente fué t o m a d o A r i c a por el e n e m i g o ( d e bido a la venta que h i z o el injeníero encargado d e los planos i fortificaciones). Nuestro ejército hizo una tenaz resistencia, q u e rayó en la temeridad, ocasionando g r u e sas pérdidas al enemigo. U n cañonazo del Morro penetró en la máquina del Cochrane, t o c ó en u n barril de p ó l v o ra que con su esplosion mató a 44 h o m b r e s , ocasionándole a la vez un gran incendio que lo puso fuera d e c o m bate; éste se fué a Valparaíso en m u i mal estado j u n t o con la Covadonga, que también hacia m u c h a agua. El Manco-Capac lo hicieron volar nuestros esforzados marinos. Los tripulantes se embarcaron en la l a n c h a - t o r p e d o , fueron al Morro de Sama i desembarcaron allí d e s pués de hacerla volar; el fuerte de Santa Rosa lo hicieron volar nuestros jefes i soldados, habiendo perecido en él 250 peruanos i 175 chilenos. El c o m a n d a n t e Moore, m u e r to; el coronel Bolognesi, muerto; coronel A l f o n s o U g a l t e , id.; todos nuestros marinos, los d e m a s j e f e s , oficiales i t r o p a han sido pasados a cuchillo, después do heridos i prisioneros, en n ú m e r o de 2,500, escepto 1,000 prisioneros que han llevado a Chile d e los tomados en el c o m b a t e d e Tacna. E n A r i c a pasaron a cuchillo los infames chilenos a t o da clase de estranjeros de toda nacionalidad, en n ú m e r o considerable, la m a y o r parte españoles e italianos, m u j e res, ancianos i niños; saquearon i robaron la p o b l a c i ó n sin perdonar la v i d a a nadie. Coronel Suarez, prisionero i herido, h a sido estraido del Consulado alemán. Vienen sobre M o q u e g u a de 6 a 8,000 chilenos. Telegrama para S. E. lo lleva el señor Saavedra para c o municarlo de Pisco al prefecto de l e a . Dios guarde a S. S. CÁRDENAS. (Recibido a las 9.25 P. M.)

Qicilca, Junio

lo de

1880.

S e ñ o r Prefecto d e A r e q u i p a : N o tenemos ni un solo herido peruano, pues todos f u e ron pasados a cuchillo d e orden del Jeneral B a q u e d a n o . E n el c o m b a t e de Tacna murieron 3,800 chilenos; en Arica, mas o m e n o s , 1,000 i tantos. H e r i d o de 5 a 6,000 en a m b o s combates. T o d o s los trasportes chilenos se o c u p a n de llevarlos a Chile sin que puedan dar abasto todas las lanchas i n c l u sive las del vapor del Sur, q u e su d e m o r a fué ocasionada por esto. E l coronel Alfonso Ugarte, c o m o los demás, n o quiso rendirse, i habiéndosele acabado la m u n i c i ó n , e c h ó m a n o de su revólver, e m p l e a n d o bien todos sus tiros; pero c o m o fué acosado por gran n ú m e r o de chilenos, pereció al fin en u n caballo blanco. Nuestros cadáveres todos insepultos. CÁRDENAS.

MARTÍNEZ.

Pisco, Junio 10 de 1880. E x c m o . señor: Coronel Recabárren, que m a r c h a a desembarcase en Cerro A z u l , comunica: " Q u e A r i c a probablemente tomada. Montero en Tarata c o n 1,500 hombres. Leiva debe haberse r e u n i d o c o n 3,500 a Montero. Campero m a r c h ó a Bolivia ofreciendo reorganizar su ejército inmediatamente." MARTÍNEZ. (Recibido a las 9.15 P. M.)

Qullca,

Junio

5 de 1880.

Señor Prefecto de Arequipa: V a p o r inglés Colombia, p r o c e d e n t e del Sur, c o m u n i c a la noticia siguiente:

PARTES OFICIALES CHILENOS. EJÉRCITO D E

OPERAGIONES

DEL

NORTE.

Arica, Jimio 21 de 1880. Señor Ministro: T e n g o el h o n o r d e trascribir a V. S. el parte del señor coronel Jefe de Estado M a y o r Jeneral sobre la t o m a d e Arica. D i c e así: " S e ñ o r Jeneral en Jefe: Cuatro dias después de la batalla del 26 del pasado regresó a Tacna la división de reserva que habia i d o a Pachía a las órdenes del señor coronel d o n Pedro L a g o s , con el objeto de deshacer los últimos restos del ejército aliado que, según anuncios, se organizaban allí para atacarnos. Esa división, c u y a m a r c h a ordenó V . S., trajo rifles, municiones, dos cureñas de c a ñ ó n K r u p p i u n buen


GUERRA DEL PACÍFICO

ATAQUE Y TOMA DE ARICA 7 D C A M I N O

R E C O R R I D O

P O R

E

J

L A S

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N

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T R O P A S

ESCALA DE

TOMO I I I .

O D

E 1

8

8

0

.

C H I L E N A S

1:80.000.

Pajina 176


CAPITULO SEGUNDO.

n ú m e r o d e prisioneros desarmados, q u e se escondían en aquel p e q u e ñ o caserío i sus alrededores. A l e j a d o , pues, p o r ese l a d o , t o d o peligro de ataque i de reorganización del e n e m i g o , V. S. t u v o el pensamiento de marchar sobre Arica, ciudad que los peruanos llamaban inespugnable p o r sus minas, sus fosos, sus parapetos, sus defensas naturales i sus cañones. A l efecto, el dia 1. ° del presente, Cazadores a Caballo i Carabineros d e Y u n g a i n ú m e r o 2 llegaron c o m o avanzada al rio d e Azufre, que corre por el valle de Chacalluta i q u e dista seis m ü l a s de la plaza fortificada. A l pasar el rio, h i z o esplosion una m i n a i tres soldados resultaron heridos. E n ese m o m e n t o se t o m ó prisioneros a u n i n j e niero peruano encargado de hacer saltar las minas i a tres individuos q u e se o c u p a b a n en la m i s m a tarea. L a caballería permaneció allí en observación hasta el 2, en q u e el Buin i el 3. ° de línea arribaron al m i s m o p u n to en ferrocarril. El 3, a las 10 A . M., V . S., el Estado M a y o r Jeneral, el 4. ° de línea, el Búlnes, Carabineros d e Y u n g a i n ú m e ro 1 i cuatro baterías d e artillería salieron d o T a c n a , i a la 1 P. M. d e ese dia se reunieron a las fuerzas que aguardaban acampadas en la ribera N o r t e del valle d e C h a calluta. E n la n o c h e se j u z g ó p r u d e n t e dormir en c a m p a m e n t o fuera del tiro de los cañones enemigos i se b u s c ó u n o mas al Este i en la m i s m a ribera del rio. L a mañ.uia del 4 se pasó en reconocimientos para dar a la artillería u n a c o l o c a c i ó n q u e le permitiera d o m i n a r la ciudad. A l m i s m o t i e m p o se m a n d ó al 4. ° d e línea i a una p a r t e de la caballería al valle d e Azapa, q u e corre d e Oriente a P o n i e n t e i al p i é de la cadena de cerros q u e term i n a en el Morro, por d o n d e el e n e m i g o recibía g a n a d o i podía, en un trance difícil, retirarse i tomar el c a m i n o del interior. A m e d i o dia, las baterías se pusieron en m a r c h a i c o menzaron a trepar los elevados i arenosos cerros q u e se levantan por el Este del puerto i que cierran p o r el m i s m o lado el llano q u e se estiende hasta el rio d e A z u f r e p o r la orilla del mar. Tal operación duró la n o c h e entera, salvándose las dificultades d e la ascensión, m e r c e d a la c o n s tancia i a la actividad d e los artilleros. A l amanecer del dia 5, los cañones se encontraban en batería en la parte alta d e los cerros del Este, d o m i n a n d o el puerto de A r i c a , i a las 8. A. M. r o m p i e r o n sus fuegos sobre las fortalezas del e n e m i g o , algunas de las cuales n o podían distinguirse bien, pues las barbetas estaban cubiertas de arbustos i a lo lejos parecían solo g r u p o s d e verdura. L a distancia q u e los separaba de éstas era de 5,000 metros. Los fuertes situados en las alturas paralelas al Morro i los de San J o s é i Santa R o s a , contestaron en el acto, c o n buenas punterías, a tal p u n t o q u e nuestros artilleros veíanse cubiertos i espuestos a ser heridos por los cascos d e las granadas que reventaban sobre ellos. H e c h o s algunos disparos para apreciar la distancia i c o n o c e r bien la situación de los cañones peruanos, se t o c ó alto el f u e g o , q u e también cesó por parte de aquéllos. A n t e s de la ruptura de las hostilidades, V. S. m a n d ó de parlamentario ante el c o r o n e l Bolognesi, j e f e de la plaza, al sárjente m a y o r de artillería d o n J o s é de la Cruz Salvo. Este j e f e c u m p l i ó d e b i d a m e n t e su c o m e t i d o . D i j o al c o r o nel Bolognesi q u e V . S., e m p e ñ a d o en evitar la efusión de sangre, pedia, en n o m b r e de la h u m a n i d a d , la capitulación ¡lo la plaza, y a q u e toda resistencia era inútil, p o r q u e el ejército d e Tacna, h e c h o pedazos, dispersado i prisionero en su m a y o r n ú m e r o el 26, n o p o d í a en manera alguna prestarles ausilio; p o r ú l t i m o , q u e contaba c o n u n c r e cido ejército q u e sitiaría la plaza o la tomaría al asalto, siendo él el responsable de las consecuencias. E l señor B o lognesi respondió, después d e conferenciar c o n sus jefes c o m p a ñ e r o s , q u e estaba dispuesto a salvar el h o n o r d e su país q u e m a n d o el ú l t i m o c a r t u c h o . C u m p l i d o , pues, el d e b e r q u e nos i m p o n í a la situación TOMO n i — 2 3

177

difícil del e n e m i g o , n o habia mas que hacer, i, c o m o lo d e j o espresado, se r o m p i ó el fuego. E l 6, d e o r d e n d e V . S. c o m u n i q u é por m e d i o d e señales al señor c o m a n d a n t e del Gochrane una nota pidiénd o l e la c o o p e r a c i ó n de la escuadra surta en la bahía p a ra atacar de una manera simultánea por el frente i p o r retaguardia. A b r i g á b a m o s entonces la esperanza d e que c o n esa tentativa los peruanos desistirían del propósito de seguir resistiendo inútilmente, sin probabilidades d e triunfo. A l m i s m o tiempo, obligándolos a batirse, les d á bamos oportunidad para salvar el h o n o r de su país i e n trar en honrosa i cuerda capitulación. L a sangre preciosa d e oficiales i soldados derramada en T a c n a i los horrores q u e trae consigo u n c o m b a t e , nos habian h e c h o desistir antes de u n asalto, esperando arreglarlo t o d o por la via tranquila i sensata de la palabra. Los cañones de c a m p a ñ a abrieron el fuego a las 11 A . M., i a la 1.30 lo hacían el Cochrane, la Mar/allanes, la Covadonga i el Loa. T o d o s los cañones e n e m i g o s i el Manco-Capac respondieron al ataque, que terminó a las cuatro i minutos. V . S. recuerda q u e esa tarde aun alimentábamos la idea de q u e el e n e m i g o accediera a lo que pedíamos en n o m b r e de la h u m a n i d a d i d e sus intereses; pero en la n o c h e , v i e n d o fallidas nuestras aspiraciones, se t o m ó el ú l t i m o i d o l o r o s o recurso: t o m a r la plaza al asalto, y a q u e n o queríamos ni d e b í a m o s ponerle sitio, lo q u e hubiera i m p o r t a d o u n perfecto b l o q u e o para nosotros, que buscáb a m o s c o n urjencia una puerta de salida para el océano. R e s p e c t o al p u n t o p o r d o n d e debia atacarse, no cabía vacilación. V . S. habia c o m p r e n d i d o desde el primor día q u e era por la retaguardia. Se dio, p o r tanto, orden al 3. ° de línea q u e marchara a reunirse c o n el 4. ° en el valle d e A z a p a , i j u n t o c o n él tomara la retaguardia i asaltara la línea de fuertes q u e termina en el Morro. Se dio el m a n d o de esas fuerzas al señor coronel d o n P e d r o L a g o s . El Buin i el Búlnes, q u e o c u p a b a n las alturas del Este, el primero al S u r d e l v a lle de A z a p a i el s e g u n d o al N o r t e , debían vijilar i defender d i c h o valle, protejer nuestra artillería i atacar, por el flanco i de frente, la plaza en u n m o m e n t o dado. Estos cuerpos estaban m a n d a d o s por sus respectivos c o m a n dantes Ortiz i Echeverría. E n cuanto al Lautaro, q u e u n dia antes había venido de Tacna, atacaría por el N o r t e a los fuertes d e San J o s é i Santa R o s a , llevando a su c a b e za al señor coronel d o n O r o z i m b o Barbosa. Por el m i s m o p u n t o avanzaría la caballería al m a n d o do sus c o m a n d a n tes Búlnes i Vargas. D e esa manera, los peruanos n o t e nían mas c a m i n o q u e el d e la rendición o la muerte. El ataque debia hacerse en guerrilla, pues se tenían datos seguros d e q u e el centro de la p o b l a c i ó n , sus alrededores i los fuertes estaban m i n a d o s i listos para volar al m e n o r peligro. L a artillería n o p o d i a absolutamente abandonar su p o sición i entrar d e lleno a la zona d e tiro de los poderosos cañones enemigos, pues habría sido despedazada sin p r o v e c h o alguno para nosotros. Este c u e r p o l o m a n d a b a el comandante Novoa, C o m o a las 6 A . M. del 7, los fuertes del Sur h a c e n fueg o por breves instantes i se sienten descargas d e fusilería. U n a hora mas tarde se oye u n a espantosa d e t o n a c i ó n i d o s c o l u m n a s d e h u m o i polvo se levantan d e los fuertes San J o s é i Santa Rosa, c o m o si hubieran h e c h o esplosion. El Manco-Capac abandona la red d e lanchas que lo p r o teje, h a c e algunos disparos al Lautaro, que avanzaba s o bre los fuertes, i a las 8 A. M. se h u n d e . L a lancha-torpedo q u e lo a c o m p a ñ a t o m a r u m b o al N o r t e , perseguida por el Cochrane i el Loa, que la cañonean sin cesar. N o habia d u d a d e q u e el puerto se hallaba en poder d e nuestros soldados, así es que V . S. ordenó a la artillería avanzar sobre el p u e b l o . N o nos engañábamos: el 3. ° i el 4. ° de línea habíanse t o m a d o en 55 minutos toda la línea de fuertes del Sur al Morro. Perdidos sus principales atrincheramientos, los peruanos hicieron volar los fuertes del


GUERRA. DEL

17S

Norte. L a lucha había sido porfiada i sangrienta hasta lo increíble. A las !) A. M. la plaza era completamente nuestra, i la bandera do Chile se ostentaba en los fuertes i en los edificios públicos. C o m o V. S. ha p o d i d o verlo, la toma do A r i c a nos h a costado bien poca cosa, dada su situación, sus fortificaciones, sus minas, sus reductos i sus cañones de grueso calibro. N o habí i un solo punto que no fuera una trinchera incspugnable. Nuestros soldados comprendieron desde el primer instante la m a g n i t u d de la empresa; sin embargo, no vacilaron en ir al peligro c o n imponderable rapidez i atrevimiento. N o h a i e l o j i o digno de tanto valor i bizarríti. El país d e b e , señor, u n a distinción a los bravos del 3. ° i del 4. ° , que en tan breve tiempo dieron a Chile la posesión de la plaza mas fuerte del Pacífico. El valiente San Martin, comandante del 4. ° , murió en esta corta pero gloriosa j o m a d a , i corrió igual suerte el capitán Chacón del 3. ° A m b o s cayeron animando c o n la palabra i c o n la acción a sus soldados. El e n e m i g o perdió a sus mejores jefes. El que n o cayó prisionero, rindió la vida. Otro tanto sucedió a los soldados. Sus muertos pasan de 1,000 i sus prisioneros llegan a 1,328; 118 de la categoría de jefes i oficiales, los restantes soldados i marineros. Por nuestra parte, las bajas suben en t o d o a 473; j e f e s i oficiales m u e r i o s , 3; heridos, 18; soldados muertos, 114; heridos, 337. El material do guerra t o m a d o es numeroso. Consiste en 13 cañones, en perfecto estado do servicio, distribuidos de la siguiente manera: U n Yavasseur de a 250 libras. D o s Parrott de a 100 id. D o s id. de a 30 id. Siete V o r u z do a 100 id. U n o de bronce de a 12 id. Siete cañones rotos por m e d i o d e la dinamita. Mas de 1,500 balas i granadas para esos cañones. 1,200 fusiles de diversos sistemas, c o n sus respectivas dotaciones de municiones. A d e m á s , una cantidad c o n s i derable de dinamita, guias, pólvora, herramientas i útiles para el servicio de los fuertes. H a n caído también en p o d e r nuestro m u c h a s banderas i algunos estandartes. El del 2. ° de línea, quitado p o r el enemigo en Tarapacá, ha sido recuperado, gracias a las indagaciones hechas por oficiales del ejército. R e m i t o a V. S. los partes del señor coronel Lagos, que c o n tanto tino c o m o intclijencía dírijió el ataque del 3. ° i el 4. ° de línea, i jefes de los cuerpos que tomaron parte en aquella m e m o r a b l e j o r n a d a . V a n también las listas correspondientes. A l concluir, felicito a V . S. p o r la t o m a de Arica, c o m plemento de la batalla del 2(5 de M a y o . Muí luego p o n d r é a disposición de V. S. los planos de la batalla de Tacna i el del puerto i fuertes de Arica." N o cerraré esta nota, señor Ministro, sin hacer antes una honrosa i particular m e n c i ó n del señor coronel d o n Pedro Lagos, por el valor i serenidad c o n q u e supo llevar a c a b o el ataque i toma de los fuertes del Sur cío Arica, c u m p l i e n d o así c o n mis instrucciones. A u n q u e t o d o el ejército estaba dispuesto a ejecutar la misma hazaña, debo consignar aquí que a los rejimientos 3. ° i 4. ° de línea les c u p o en suerte escribir, el día 7 del presente, una do las n as gloriosas pajinas do la historia de la República, apoderándose, a p e c h o descubierto i sin mas armas que sus rules i bayonetas, d e las formidables fortificaciones de Arica. T e r m i n o , señor, enviando a Y . S., i por su c o n d u c t o a S. E. i al país, mis mas sinceras felicitaciones por el n u e v o triunfo q u e han obtenido nuestras armas. Dios guarde a Y. S. MANUEL Al señor Ministro de la Guerra.

BAQUEDANO.

PACIFICO.

COMANDANCIA

EN

JEFE DE

LA

ESPEDICION SOBRE ARICA.

Arica,

Junio

11 de

1880.

Señor Coronel: En c u m p l i m i e n t o de la orden de V. S. de 5 del actual, a la madrugada del día siguiente m e dirijí al valle d e Azapa c o n los ayudantos del Estado M a y o r Joneral, sárj e n t e m a y o r clon Julio A r g o m e d o , capitanes d o n Bebsario Campo i d o n Enrique Salcedo, i alférez d o n R i c a r d o W a l k e r i el capitán de la c o m a n d a n c i a jenoral d e e q u i pajes d o n S e g u n d o Fajardo, d o n d e t o m é el m a n d o de los rejimientos cíe línea, Buin n ú m e r o 1, 3 i 4 . ° i 100 h o m b r e s de caballería, que se hallaban en d i c h o p u n t o . A estas fuerzas acompañaban el c o m a n d a n t e accidental de injenieros, sárjente m a y o r d o n Francisco Javier Z e l a ya, i los capitanes d o n Enrique Munizaga i d o n M a n u e l Romero. o

A las 2 P. M. del m i s m o dia, a c o m p a ñ a d o de los jefes de los referidos rejimientos, injenieros i ayudantes, p r a c tiqué un r e c o n o c i m i e n t o cerca de las posesiones e n e m i gas, llamándoles previamente la atención por el Noreste c o n una c o m p a ñ í a do guerrillas del Buin, a fin de que n o se apercibieran del verdadero p u n t o q u e deseaba r e conocer. E n c o n o c i m i e n t o , en lo posible, del terreno, ordené q u e el 3. ° de línea debia atacar al amanecer del p r ó x i m o dia el fuerte del Este, el 4. ° de línea el del centro i demás p o sesiones q u e defondian la ciudadela del M o r r o , fortificaciones todas c o r o n a n d o las alturas llamadas Cerro C o l o rado, C h u ñ o , G o r d o i Baterías del Morro, i el B u i n el p u n t o central mas a propósito para ausiliar las fuerzas antedichas. L a compañía de guerrilla, ya citada, se retiró a una hora avanzada sin ser vista por el e n e m i g o , quien la creia aun protejida por las lomas. A las 7 P. M. ordené que la división dejara su c a m p a m e n t o , a c o m p a ñ á n d o l a hacia el c a m p o q u e debia atacar al amanecer del dia 7, h a c i e n d o que la tropa se p r o v e y e ra de agua al pasar por Buenavista. E l R e j i m i o n t o 3. ° siguió su marcha directamente al fuerte del Este, p r o t e j i d o por las¿lornas, d o n d e acampó a un kilómetro de distancia; el 4. ° de línea i el Buin marcharon por la izquierda de las lomas, también protejidos por ellas, hasta u n a distancia de kilómetro i medio del fuerte que debia atacar el primero de éstos, d o n d e también a c a m p a r o n . L a caballería q u e quedó en el c a m p a m e n t o se encargó de mantener los fuegos durante la n o c h e , para q u e el e n e m i g o no sospechara nuestra a p r o x i m a c i ó n hasta la hora en que debia ponerse en m o v i m i e n t o , l o q u e efectuó a las 12 P. M. pasando por ol lugar d o n d e acampaban el Buin i 4. ° do línea, debiendo recorrer el llano q u e se estiende a retaguardia de los fuertes citados i q u e abraza una ostensión de dos kilómetros,mas o m e n o s , hasta llegar al c o r d ó n que domina el mar, c o n orden de colocarse en el centro de dichos fuertes, a retaguardia i a la distancia conveniente de la reserva para n o ser heridos por los fuegos de las baterías, una vez e m p e ñ a d o el ataque. Esta sección de la división la c o m a n d a b a el capitán d o n A l b e r to N o v o a G., a c o m p a ñ á n d o l o el ayudante del Estado M a y o r Jenoral, capitán d o n E n r i q u e S a l c e d o . A las 4 P. M. del 6, usando de las facultades discrecionales que verbalmente m e c o n c e d i ó el señor Jeneral en Jefe al darme el m a n d o de la división, creí c o n v e n i e n t e m a n d a r al prisionero de guerra, injeniero d o n T e o d o r o E l m o r c , con una misión al Jefe de la plaza de Arica, c o ronel Bolognesi, p i d i e n d o p o r última vez la capitulación de la plaza, por creer ineficaces los esfuerzos que pudieran hacer para rechazar nuestro ataque, i por h u m a n i d a d , pues conocía la indignación que p r o d u j o en nuestra t r o pa el estallido de las minas de Chacalluta i temía que, al suceder lo mismo en el Morro i población, se escitaran mas los espíritus, i deseaba evitar por este m e d i o el i n ú til derramamiento de sangre. El señor Elinoro regresó a media noche, c u m p l i e n d o así su palabra empeñada, i m e entregó el d o c u m e n t o q u e


CAPITULO

179

SEGUNDO.

a c o m p a ñ o , que no impidió el ataque por n o acceder el ¡ tropa i 21 caballos o hicieron m u c h a s bajas al enemigo. En conclusión, señor coronel, la victoria alcanzada ha citado jefe a lo que so le pedia. El d o c u m e n t o a que m e sido completa; de 2,500, mas o m e n o s , que guarnecían refiero va certificado por el señor E l m o r e , d e b i e n d o agrela plaza, según confesión de soldados t o m a d o s , tenemos gar que este caballero ha pedido q u e se consigne esm u c h o s prisioneros i heridos; el resto quedó sobre el c a m to h e c h o en el parte oficial q u e tengo el h o n o r de dirip o de batalla; en vista de los partes V. S. p o d r á apreciar j i r a V . S. esto debidamente. A las 4 A . M. ordené al ayudante, capitán d o n BelisaExiste en nuestro p o d e r m u c h o armamento, m u n i c i o rio Campos, que se uniera al 3. ° de línea i que lo a c o m pañara en el ataque al fuerte que debia tomar al aclarar; nes, víveres i forraje; 14 cañones de grueso calibro i d e a la m i s m a hora m a r c h ó el capitán de injenieros d o n E n - distintos sistemas en buen estado, i tres inutilizados por ellos, repartidos del m o d o siguiente: tres en el fuerte del rique Munizága, con igual fin, al 4. ° de línea. A las 5 A . M. rae puse en marcha hacia el centro d e los fuertes, Este, tres en el del centro i 11 en las baterías del Morro; i el rico estandarte del Batallón de guardias nacionales I q u i con el Rejimiento B u i n . q u o debia servir de reserva, uniénque n ú m e r o 1. dose p o c o después la caballería. Por u n o de los prisioneros, se s u p o que el estandarte A las 6 A. M. el e n e m i g o rompió sus fuegos sobre el de nuestro R e j i m i e n t o 2. ° de línea, t o m a d o en Tarapacá, 3. ° , que lo atacaba; i m o m e n t o s después,el otro fuerte s o existia en el departamento. Con este m o t i v o se entró en bre el 4. ° ; recibiendo, la sección d e reserva, algunos d i s averiguaciones, encargándose a los señores ayudantes a n paros de c a n o n i rifle de las baterías del Morro i del fuertedichos, i el capitán de injenieros d o n Enrique M u n i z á te Santa Rosa, al N o r t e de la población. ga o b t u v o noticias sobre el lugar d o n d e se había c o l o c a d o . A esta m i s m a hora i c u a n d o nuestras tropas debían c o E n posesión de este antecente, ordené a d i c h o oficial ronar las alturas, el R e j i m i e n t o Lautaro tenia orden de atacar el fuerte San José, situado en la costa al N o r t e de se trasladara a Tacna, d o n d e existia; por telegrama da cuenta de haber c u m p l i d o satisfactoriamente su c o m e t i la población. do. Será puesto a disposición de Y . S. Este suceso corona, El R e j i m i e n t o 3. ° de línea atacó c o n dos compañías, una vez mas, el éxito alcanzado p o r nuestras armas i de siendo reforzado p o r tres mas, al m a n d o del teniente c o que d e b e m o s vanagloriarnos c o n orgullo. ronel d o n José A n t o n i o Gutiérrez, c o n s i g u i e n d o apagar sus L a c o n d u c t a observada p o r el teniente coronel, 2. ° fuegos i tomarlo 40 minutos después del primer disparo. jefe del 3. ° de línea d o n J o s é A n t o n i o Gutiérrez, es E n este fuerte estallaron dos minas; siendo de advertir digna de t o d o elojio, pues dirijió las operaciones del rejique teníamos c o n o c i m i e n t o que el M o r r o i fuertes estam i e n t o a mi entera satisfacción, n o siendo menos la del ban c o m p l e t a m e n t e minados, c o n o c i m i e n t o que tenían capitán-ayudante d o n Gregorio Silva i el de la m i s m a también nuestros soldados, pero que n o arredraron en clase d o n Tristan Chacón, quien m a n d ó la primera g u e r nada a nuestros bravos. La intrepidez del ataque, tanto rilla sobre la fortaleza. El teniente d o n R a m ó n A m a g a en éste c u a n t o en los otros fuertes, desconcertó al e n e m i da i los subtenientes d o n José J. L ó p e z i d o n J o s é M. R ó go hasta el p u n t o de impedir que hicieran uso a tiempo blete, fueron sorprendidos p o r el estallido de una m i n a d e las baterías eléctricas, cuyas redes están esparcidas en al izar nuestra bandera, perdiendo la vida el subteniente todas direcciones, tanto en los cerros del Morro c o m o en Pobleto. El sarjento m a y o r de este rejimiento, d o n F e d e la p o b l a c i ó n i sus bajos. rico Castro, merece igual r e c o m e n d a c i ó n p o r su valeroso A la misma hora, el 4. ° de línea, que m a r c h a b a por el c o m p o r t a m i e n t o , c o n d u c t a q u e siguieron los d e m á s ofic o r d ó n q u e d o m i n a los fuertes, r o m p i ó sus fuegos c o n ciales. el 1er. batallón, al m a n d o d e l sarjento m a y o r d o n Luis E n c u a n t o al R e j i m i e n t o 4. ° , nada p u e d o agregar d e s S. Zaldívar, contestando también el nutrido fuego que pués de lo anterior, sino referirme al parte del sarjento recibia de las trincheras mas elevadas del Morro, d o n d e se encontraban parapetados los que debían defender las m a y o r d o n Luis S. Zaldívar. R e s p e c t o al rejimiento Buin, su entusiasmo i serena alturas que d o m i n a n los fuertes. El 2. ° batallón, al c o m p o r t a c i ó n , m e manifestó los sentimientos de q u e se m a n d o del bizarro c o m a n d a n t e del rejimiento, d o n Juan halla poseido nuestro ejército. José San Martin, mientras desfiló el primero sobre el fuer L o s ayudantes que m a n t u v e en el centro de las operate, para tomarlo a viva fuerza, m a r c h ó sobre las trincheras que defienden el M o r r o , siendo reforzado por el 1er. ciones i el capitán de la comandancia d o equipajes, d o n S e g u n d o F a j a r d o , c u m p l i e r o n satisfactoriamente todas batallón, c u a n d o éste se h u b o t o m a d o el fuerte; i lograron desalojar al e n e m i g o de sus trincheras, hasta caer de las disposiciones que fueron dictadas en esos m o m e n t o s , i m e h a g o u n deber de r e c o m e n d a r a la consideración asalto sobre la formidable ciudadela del Morro, d o n d e de V . S. también se habían replegado los que fueron desalojados M e p e r m i t o solicitar por m e d i o de V. S., se remita a la de lo.s fuertes, unidos a los que subian del bajo, h a c i e n d o toda la resistencia que les fué posible. El bravo c o m a n - Municipalidad de Chillan, el estandarte del batallón de dante San Martin fué herido de muerte i c a y ó a 1,000 guardias nacionales, I q u i q u e n ú m e r o 1, p o r pertenecer a metros de las trincheras. El sarjento m a y o r señor Z a l d í - ese departamento el d i g n o teniente coronel d o n J u a n J o var, a la cabeza de su rejimiento, siguió el ataque que sé San Martin i la m a y o r parte del rejimiento q u e dirijió efectuó su tropa c o n esa intrepidez, resolución i bravura al c o m b a t e este jefe. que tanto distinguen al soldado c h i l e n o , hasta arrollar I n c l u y o a V . S., orijinales, los partes respectivos i las c o m p l e t a m e n t e al e n e m i g o en sus liltimas trincheras, d o n - relaciones de la fuerza q u e se e m p e ñ ó en el c o m b a t e , así de, por fin, se rindieron a discreción 60 i tantos entre j e - c o m o la de los heridos i muertos. T a m b i é n a c o m p a ñ o un fes i oficiales, i mas de 300 individuos de tropa. croquis, trabajado a la lijera p o r el c u e r p o de injenieros, mientras p o n g o en manos de V. S. el plan jeneral de las El 4. ° logró apoderarse del fuerte del centro 40 m i posesiones del enemigo. nutos después del primer disparo, i apagó por c o m p l e t o Si h e d e m o r a d o poner en c o n o c i m i e n t o de V. S. estos los fuegos del Morro, 20 minutos después. gloriosos hechos de nuestros jefes i oficiales, ha tenido Cuando aun n o cesaban los fuegos del M o r r o , ordené por causa la separación de la fuerza de la plaza i recibir al ayudante, alférez d o n R. W a t k e r , que bajara al hospia última hora los partes do mi referencia. tal, c o n el fin de inutilizar las baterías eléctricas que exisD í g n e s e V . S. poner en c o n o c i m i e n t o del señor Jeneral tían en aquel local para hacer estallar las minas; siendo de notar que desde ese establecimiento se hacia fuego s o - en Jefe este parte, felicitando a ambos p o r el glorioso r e sultado. bre nuestros soldados. D i o s guarde a V . S. Observando q u e algunos e n e m i g o s trataban d e huir por la quebrada de Lluta, ordené que la caballería los persiguiese; lograron capturar u n oficial, 27 individuos de

PEDRO Al señor Coronel Jefe de Estado Mayor Jeneral.

LAGOS.


180

GUERRA

C O M A N D A N C I A D E L R E J I M I E N T O 8. °

Pocollai,

DEL

DE LÍNEA.

Jimio

9 de 18S0.

Señor Comandante en Jefe: Cábeme el h o n o r de dar cuenta a V. S., en c u m p l i m i e n t o de mi deber, d o la p a i t e q u e el rejimiento de m i m a n d o le h a cabido en el asalto i t o m a del fuerte del Este, en las fortificaciones de Arica. En la n o c h e del 6 del corriente, estando a c a m p a d o en el valle de Azapa, m e m o v í c o n las fuerzas de m i m a n d o a las 6.30 P. M . a ocupar, c o n el m a y o r sijilo i precauciones del caso, la posición en q u e debia pernoctar, i que según el r e c o n o c i m i e n t o q u e bajo los fuegos del e n e m i g o h a b í a m o s h e c h o c o n V. tí. durante el dia, h a b i e n d o llegado al indicado p u n t o a las 11 P. M. E n este lugar di descanso a la tropa después de haber c o l o c a d o u n a c o m p a ñ í a de avanzada a fin de reconocer los movimientos del e n e m i g o i evitar toda sorpresa. Habie'ndose pasado la n o c h e sin n o v e d a d , m e puse en m o v i m i e n t o a fin de preparar el ataque a las 4.30 A . M. del dia 7. Concluida esta preparación dispuse marchar al ataq u e a las 5 A. M., en la forma siguiente: H i c e desfilar seis compañías escalonadas c o n distancia de 50 metros unas de otras t o m a n d o la d i r e c c i ó n de las alturas d e la izquierda del fuerte d e n o m i n a d o del Este, a fin de poder llegar al espresado p o r d o s de sus costados; las d o s compañías restantes fueron destinadas p o r el b a j o c o n el o b j e t o d e dividir sus fuegos llamándoles la atención a ese costado. C u a n d o solo se habría avanzado 3 0 0 metros, nuestra tropa fué vista p o r el e n e m i g o i principió a hacernos fueg o c o n sus tres poderosas piezas d e grueso calibre q u e m o n t a b a el fuerte; c o n este motivo.llamó la atención de los fuertes d e l M o r r o i baterías d e la playa c o l o c a d a s en el plan, q u e todas a la v e z reconcentraban sus fuegos sobre nuestra tropa q u e avanzaba sin disparar u n tiro. A la d i s tancia aproximativa de 1,000 metros, d o s batallones d e infantería que guarnecían el fuerte rompieron sus fuegos sobre nosotros, mientras tanto nuestra tropa avanzaba g a n a n d o terreno hacia el fuerte, i l o q u e fué llegando s u c e sivamente hacia él h a c i e n d o sus fuegos a la distancia c o n veniente sin dejar de avanzar; llegada la tropa al fuerte, so asaltó escalando las trincheras p o r distintos p u n t o s al grito de ¡¡Viva Chile!! i se trabó u n n u t r i d o c o m b a t e a f u e g o i bayoneta, tanto en los m u r o s del fuerte c o m o d e n t r o d e él; al m i s m o t i e m p o oficiales i algunos soldados se o c u p a r o n en buscar las baterías eléctricas q u e daban f u e g o a las minas de dinamita q u e n o s tenían preparadas i que estaban estallando, medidas q u e evitó inflamaran v a rias otras. El c o m b a t e q u e d ó terminado después d e una hora, h a b i e n d o q u e d a d o muertos sus defensores c o n escepcion d e u n oficial i n u e v e soldados heridos. E n h o n o r d e nuestros adversarios, d e b o decir q u e pelearon c o m o bravos i se d e fendieron hasta sucumbir. P o r nuestra parte tenemos q u e lamentar la pérdida del capitán d o n Tristan Chacón, m u e r t o a bala al p i é d e una d e las trincheras, i la muerto d e l subteniente d o n José Miguel Poblete, c u y a cabeza v o l ó c o n la esplosion de una mina. E l entusiasta veterano, teniente d o n R a m ó n T o r i b i o A m a g a d a , recibió una esplosion d e mina al pié de las trincheras q u e lo h i z o volar d e j á n d o l o entre los cadáveres, d e s n u d o , c o n t u s o i c o m p l e t a m e n t e s o r d o ; sin e m b a r g o , u n m o m e n t o después m a r c h ó al ataque del fuerte del Morro i n c o r p o r a d o al 1er. batallón del rejimiento, q u e a las órdenes del sarjento m a y o r d o n F e d e r i c o Castro m a r c h a ba al ataque de d i c h o fuerte p o r el lado d e la p o b l a c i ó n para tomarlos entre d o s fuegos. El a r m a m e n t o i m u n i c i o n e s q u e el R e j i m i e n t o 3. ° t o m ó al enemigo es el siguiente: U n cañón francés d e a 68, d o s id. d e a 30, el a r m a m e n to de los dos batallones de infantería, 42 granadas d e a 68,

PACIFICO.

63 id. d e a 3 0 , 36 tarros metralla d e a 68, 61 id. d e a 3 0 , 11 cajones d e m u n i c i ó n , u n barril pólvora d e c a ñ ó n , u n o id. dinamita i cuatro bultos c o n saquetes. El subteniente d o n J o s é I g n a c i o L ó p e z fué el p r i m e r o que escaló el fuerte i arrió el pabellón peruano, siguiéndole los subtenientes d o n Francisco Cotapos i d o n L o r e n zo 2. ° Y o f f r o y i el capitán ayudante d o n G r e g o r i o S i l v a , quien se o c u p ó , al entrar al fuerte, d e inutilizar p r o v i s i o nalmente los cañones. Oficiales heridos: teniente d o n R i c a r d o Serrano i s u b teniente d o n Orestes Vera, d o n Francisco Cotapos, d o n L o r e n z o 2. ° Yoffroy i d o n R a m ó n Guerra; c o n t u s o s : teniente d o n Salvador Urrutia i subteniente d o n F é l i x V i vanco. El n ú m e r o de individuos d e tropa m u e r t o durante el c o m b a t e fué d e 51, el de los heridos 117 i seis desaparecidos. M e es m u i grato r e c o m e n d a r a V. S. al teniente c o r o nel del rejimiento, d o n José A n t o n i o Gutiérrez i al sarj e n t o m a y o r del m i s m o d o n F e d e r i c o Castro, quienes hau m o s t r a d o su pericia en la guerra i su sangre fria en el c o m b a t e ; igualmente m e h a g o u n deber en r e c o n o c e r i r e c o m e n d a r a V. S. a t o d o s los señores oficiales e n j e n e r a l e i n d i v i d u o s de tropa del rejimiento, q u e h a n manifestado durante el c o m b a t e u n entusiamo d i g n o d e l s o l d a d o c h i leno. D i o s g u a r d e a V . S. R I C A R D O CASTRO. Señor Coronel, Comandante en Jefe de la3 fuerzas destinadas al ataque de la plaza de Arica, don Pedro Lagos.

COMANDANCIA ACCIDENTAL D E L REJIMIENTO 4. °

Arica,

Junio

DE LÍNEA.

8 de 1880.

El q u e suscribe, c o m a n d a n t e accidental del R e j i m i e n t o 4. ° d e línea, tiene el h o n o r d e dar c u e n t a a V. S. del c o m b a t e sostenido p o r el espresado c u e r p o el dia 7 del actual en la t o m a d e los fuertes d e l M o r r o d e A r i c a . E n virtud d e la o r d e n d e V . S., el 6 a las 7 P. M . se puso en m a r c h a el rejimiento c o n 8 9 3 h o m b r e s desde el valle d e A z a p a , a las órdenes d e l b r a v o i m a l o g r a d o t e niente coronel d o n J u a n J o s é San Martin, c o n dirección al p u n t o señalado p o r V . S. en el r e c o n o c i m i e n t o p r a c t i c a d o el dia anterior c o n el o b j e t o d e t o m a r el fuerte E s te, q u e V . S. o r d e n ó atacar c o n este rejimiento. H a b i e n d o llegado al citado p u n t o , se descansó hasta las 4 A . M. del siguiente dia, i a esa hora recibí orden del c o m a n d a n t e d o n J u a n J o s é San Martin para q u e c o n el 1er. batallón del rejimiento marchara sobre el i n d i c a d o fuerte i l o t o mara a viva fuerza, i q u e n o m e detuviera a u n q u e h u biera esplosion d e m i n a s , c o m o se decia, i q u « él, c o n el 2. ° batallón, m e protejeria en el ataque. E n esta virtud, c o m o a las 5 A . M. subí las lomas cercanas a los fuertes, m a r c h a n d o m u i despacio, p o r q u e la oscuriridad d e la n o c h e n o m e permitía distinguir la posición precisa q u e debia atacar, i c o n el objeto, además, d e e s perar al capitán del c u e r p o d e injenieros d o n E n r i q u e Munizaga, c o m i s i o n a d o p o r V . S. para q u e m e indicase la posición del fuerte. S e g u í la m a r c h a en la dirección i n d i cada p o r el capitán m e n c i o n a d o , i a pocas cuadras v i n o la claridad del dia i p u d e observar q u e el fuerte se hallaba a 1,500 metros d e m i tropa. Casi i n m e d i a t a m e n t e r o m p e el e n e m i g o sobre el batallón u n fuego bien n u t r i d o d e rifle i artillería, i m a r c h a n d o en d i r e c c i ó n al fuerte, m a n d é apurar el paso i r o m p e r sobre él los fuegos, a pesar d e q u e la tropa enemiga casi n o se veia p o r estar o c u l t a detrás d e los parapetos. El batallón de m i m a n d o siguió c o n o r d e n i serenidad adelante, a pesar del v i v o fuego q u e recibía a p e c h o descubierto. E s t a n d o a una cuadra del fuerte, o r d e n é t o c a r ataque, i la tropa, c o n sus oficiales a la cabeza, se lanzó a la carrera sobre los parapetos, i en 10 m i n u t o s el fuerte E s t e estaba en nuestro poder. E l e n e m i g o dejó allí c o m o 70 cadáve-


CAPITULO SEGUNDO.

res, i el resto d e la guarnición, c o m o 300 h o m b r e s , h u y ó en dirección al M o r r o h a c i e n d o f u e g o e n retirada. E n e s tos m o m e n t o s el 2. ° batallón del rejimiento, a cargo d e l teniente coronel señor San Martin, q u e llegaba en nuestra protección,siguió persiguiendo a los q u e huían, pero a c i n c o 0 seis cuadras se encontró c o n nuevas fuerzas en los parapetos q u e estaban a su frente. A l pasar el 2. ° batallón, salí a unirme c o n el 1. ° , i entonces t o d o el rejimiento m a r c h ó sobre el Morro, desalojando al enemigo d e todos sus parapetos i zanjas e n q u e se i b a atrincherando en su r e tidada hacia aquella fortaleza. Durante esta persecución estallaron d o s minas, las q u e n o nos hicieron graves d a ñ o s n i f u e m o t i v o para detener l a m a r c h a del rejimiento en el ataque q u e iba haciendo al enemigo. C o m o cuatro cuadras antes d e llegar al Morro, fué h e rido gravemente el teniente coronel d o n Juan José San Martín, i a pesar d e esta sensible pérdida, el rejimiento siguió atacando al e n e m i g o hasta q u e lo estrechó dentro de l a fortaleza d e l M o r r o , d o n d e se rindieron 60 entre j e fes i oficiales i 300 i n d i v i d u o s d e tropa. E n este p u n t o se e n c o n t r ó el estandarte d e l Batallón I q u i q u e n ú m e r o 33, t o d a la artillería, c o m o 700 rifles, u n a gran cantidad d e m u n i c i o n e s i m u c h o s víveres i forraje. D e s d e e l primer ataque d e l fuerte Este hasta l a t o m a del Morro, el rejimiento t u v o las siguientes i sensibles pérdidas: el teniente coronel d o n J u a n José S a n Martin, q u e murió tres horas después, 10 oficiales heridos, m u c h o s d e gravedad, 63 muertos d e tropa i 190 heridos, q u e h a c e n un total d e 264 bajas. Las d e l enemigo, en los distintos p u n t o s q u e l o atacó el rejimiento, n o serán m e n o s d e 200 muertos, entre los q u e se encuentra el coronel Bolognesi, j e f e d e la guarnición d e A r i c a , el c o m a n d a n t e M o o r e , q u e m a n d a b a las b a terías d e l M o r r o i m u c h o s otros jefes i oficiales i u n o s 150 heridos. L a c o n d u c t a d e los señores oficiales i tropa d e l rejimiento h a sido digna d e t o d o elojio; i los capitanes c o m o los d e mas oficiales han c o n d u c i d o a sus soldados c o n u n a bravura i pericia tales, q u e , r e c o m e n d a r especialmente a a l g u n o , seria agraviar a los otros. E l cirujano 2. ° d o n J u a n A . Llausás i practicante d o n Moisés Z ú ñ i g a h a n atendido c o n celo i actividad a los h e ridos q u e t u v o el rejimiento, igual servicio h a prestado el cirujano 2. ° d e l R e j i m i e n t o Buin, d o n Juan F. Ibarra. A d j u n t o a V . S . u n a lista nominal d e los señores jefes 1 oficiales c o m o soldados m u e r t o s i heridos e n este g l o r i o so h e c h o d e armas, c o m o igualmente u n a relación d e los señores jefes i oficiales del rejimiento q u e t o m a r o n parte en él. Dios guarde á V . S . L u i s SOLO

ZALDÍVAR.

Al señor Jefe de la División don Pedro Lagos

R E J I M I E N T O 4. °

D E .LÍNEA.

RELACIÓN DE LOS SEÑORES JEFES I OFICIALES QUE TOMARON P A R TE EN EL COMBATE I TOMA DE LOS FUERTES DEL MORRO DE ARICA EL DIA 7 DE JUNIO DE 1 8 8 0 ,

Plana

mayor.

Teniente coronel, señor J u a n José San Martin, m u e r t o Sarjento m a y o r , señor Luis S o l o Zaldívar. Capitanes ayudantes, señores Miguel Rivera i L o r e d a n o Fuenzalida. Sub-teniente abanderado, señor E m i l i o A n i n a t . Cirujano 2. ° , señor J u a n A n t o n i o Llausás. Practicante, señor Moisés Zúñiga. Capitan, señor José Miguel d e la Barrera. Teniente, señor R i c a r d o G o r m á z . Sub-tenientes, señores S a m u e l Mesa F., herido, Carlos A l d u n a t e B. i J u l i o P. d e la Sota. Capitan, señor A v e l i n o Villagran.

181

Teniente, señor Casimiro Ibañez. Sub-tenientes, señares Juan Rafael A l a m o s , herido, i Francisco A h u m a d a i V í c t o r López A m u n á t e g u i . Capitán, señor Pedro Onofre Gana, contuso. Teniente, señor Martin Bravo, herido. Sub-tenientes, señores A l b e r t o d e la Cruz G., herido, R a m ó n Silva Contrera, contuso. Capitán, señor Pablo Marchant. Teniente, señor Luis V í c t o r Gana. Sub-tenientes, señores J u a n B. R i q u e l m e , Jenaro A l e m parte i Carlos Lamas García, herido. Capitán, señor Menandro José Urrutia. Teniente, José A n t o n i o Contreras. Sub-tenientes, señores Salvador Larrain Torre i Marco Antonio López. Capitán, señor P e d r o Julio Quintavalla. Sub-teniente, señor A n j e l Custodio Corales. Teniente, señor G u m e c i n d o Soto. Sub-tenientes, señores V i c e n t e Videla, A g u s t í n B e n i tez i José I g n a c i o Bustamante. Capitán, señor R i c a r d o Silva A m a g a d a . Teniente, señor J u a n Urrea. Sub-tenientes, señores Miguel E. Aguirre, h e r i d o , A l c í des Vargas i Celedonio Moscoso. Arica, J u n i o 8 d e 1880. L u i s SOLO

4.

0 3

DIVISIÓN

ZALDÍVAR.

D E L EJÉRCITO D E L NORTE.

Arica,

Jimio

9 ole 1880.

Señor Jefe d e Estado M a y o r Jeneral: A continuación, tengo el h o n o r d e dar cuenta a V . S. d e la parte q u e le c u p o desempeñar a la 4. ^ División d e m i mando,representada p o r su Estado M a y o r i el R e j i m i e n t o Lautaro, e n la j o r n a d a del 7, q u e dio p o r resultado la t o m a p o r asalto d e esta plaza d e Arica, C u m p l i e n d o c o n la orden q u e recibí del señor Jeneral en Jefe del ejército la n o c h e del 6 d e l presente, dispuse que el R e j i m i e n t o Lautaro saliese d e l c a m p a m e n t o d e L l u ta para A r i c a a las 4 A . M . del dia 7, anticipando la m a r cha u n a hora c o n el objeto q u e la tropa se encontrase mas descansada para entrar al c o m b a t e . P o c o s m o m e n t o s después seguí la misma dirección, a c o m p a ñ a d o d e l Jefe d e Estado M a y o r d e la División, sarjento m a y o r d o n B a l d o m e r o D u b l é A., i d e los ayudantes, capitanes d o n H e r m ó j e n e s Cámus, d o n P e d r o Frederichsen i agregados d e la m i s m a clase d o n Enrique del Canto, d e Zapadores, i d o n A l e j o San Martin, ex-capitan d e guardias nacionales. A las 6 A . M., estando la tropa d e l Lautaro c o n v e n i e n temente situada i a tiro d e fusil del e n e m i g o , se p r o c e d i ó a atacar los tres fuertes del b a j o , o sea del N o r t e , i las obras avanzadas de fortificación d e campaña d e l e n e m i g o , habiendo y a principiado el ataque d e los fuertes d e las alturas, o sea del Sur, p o r los rejimientos 3. ° i 4. ° d e línea. E l e n e m i g o opuso débil resistencia al ataque del L a u taro, a b a n d o n a n d o sus posiciones fortificadas a vanguardia d e sus fuertes i h a c i e n d o estallar éstos i los cañones c o n q u e estaban armados p o r m e d i o d e minas preparadas d e antemano, c u y a esplosion solo p r o d u j o bajas e n gran n ú m e r o a sus defensores. Estos sostuvieron u n corto t i roteo c o n el Lautaro, dispersándose e n seguida e n todas direcciones al v e r q u e estaban rodeados por nuestras t r o pas i d o m i n a d o s d e las alturas p o r los rejimientos d e l í nea citados, q u e se habían apoderado d e los fuertes del Sur. I n m e d i a t a m e n t e u n a parte del Lautaro t o m ó p o s e sión d e los tres fuertes d e la plaza, i c o n el resto se p r o cedió a perseguir al e n e m i g o en derrota. D u r a n t e la acción, el Lautaro t u v o o c h o i n d i v i d u o s d e tropa heridos. E n c a m b i o hizo u n gran n ú m e r o d e bajas al enemigo, capturándole cerca d e 300 individuos d e t r o p a i 15 jefes i oficiales. C o m o 100 d e los primeros i 8 d e


182

GUERRA DEL

los últimos fueron tomados durante el c o m b a t e por el Jefe de Estado .Mayor de la División, sarjento m a y o r d o n lialdoinero D u b l é A . , a c o m p a ñ a d o de su ayudante, capitán d o n Hermójenes Cámus. El capitán ayudante del Rejimiento Lautaro, señor Sant a n a , también capturó algunos prisioneros que se unieron a los y a tomados anteriormente. El Lautaro también t o m ó al enemigo mas de 30 b a n deras i banderolas. La mas importante de las primeras fué obsequiada personalmente por mí, c o m o trofeo de la v i c toria, al señor Jenoral en Jefe del ejército, quien la remitió al blindado Almirante Gochrane. El comandante accidental del Rejimiento Lautaro, en su parto, detallará a V. S. los incidentes del combate. Durante la acción m e acompañó i trasmitió mis órdenes de una manera m u i satisfactoria el capitán del Cuerpo de Injcnieros Militares, don Daniel Silva Vergara. M e h a g o un deber en recomendar a la consideración de V. S. la c o n d u c t a observada, durante la acción i después de ella, por mi Jefe de E s t a d o M a y o r d o n B a l d o m c r o D u blé A . i ayudantes ya citados. Igual r e c o m e n d a c i ó n debo hacer de los señores jefes del Rejimiento Lautaro, teniente coronel d o n Eulojio R o b l e s i sarjento m a y o r d o n R a m ó n Carvallo O., c u y a c o n d u c t a ha sido una repetición de la observada en Tacna, al c o n ducir sus tropas al c o m b a t e , dándoles ejemplo de valor i serenidad. L o s señores oficiales, clases i tropa del rejim i e n t o también se han h e c h o acreedores a una r e c o m e n dación honorable do parte del que suscribe. A l terminar esta parte, m e c o m p l a z c o en felicitar a Y. S. m u i calorosamente p o r el triunfo alcanzado en la brillante j o r n a d a del 7, en la que hubiera deseado que el Rejimiento Lautaro hubiese tenido oportunidad de imitar las proezas que h a n distinguido a los rejimientos 3. ° i 4. ° de línea, lo que no le permitió la débil resistencia que le opuso el enemigo, c o m o ya lo h e espresado. Dios tmarde a Y. S.

PACIFICO.

A las G.30 A . M. fui avistado p o r los fuertes i por el m o nitor Manco-Gapac, que principiaron a disparar sobre m i tropa, la que estaba advertida que al ver salir h u m o de los cañones se tendiesen en el suelo i avanzaran c o n rapidez en esta posición a fin de n o sor dañados por los proyectiles enemigos, c o m o efectivamente sucedió. El Maraco nos hizo cuatro disparos c o n su mas gruesa artillería, c o m o lo hubiera ejecutado para echar a p i q u e a u n formidable blindado; pero n o r o m p i ó una astilla siquiera del blindaje del Lautaro. Los fuertes nos lanzaron sus proyectiles Yavasseur de a 300 i los Parrot de a 150, hicieron estallar sus minas de dinamita, i a p r o p o r c i ó n que nos acercábamos i batíam o s la infantería, hicieron volar los polverines 2 de M a y o i Santa Rosa. Después de lo cual t o m a m o s posesión de los fuertes. La infantería hizo una resistencia tan débil, q u e unos p o c o s minutos, c o n el fuego de dos compañías, fué suficiente para dar por terminado el c o m b a t e . El c a m p o q u e d ó sembrado de muertos, habiendo h e c h o mas de 300 prisioneros de tropa, aparte algunos jefes i oficiales, recojiendo también u n considerable n ú m e r o d e banderas. P o r nuestra parte t u v e el sentimiento d e perder a J o s é Diaz i R a m ó n Silva, muertos, i herido a José I g n a c i o P e ña, Manuel Córdova, Jerardo R e y e s , Eleuterio Meneses, D o m i n g o N u ñ e z i M a n u e l González, los o c h o son soldados i tocios fueron heridos a bala de fusil. Me h a g o u n deber de r e c o m e n d a r a la consideración de Y. S. la c o m p o r t a c i o n i buen espíritu de q u e e s t u v i e ron animados el sarjento m a y o r d o n R a m ó n Carvallo O . , todos los señores oficiales, clases i soldados del rejimiento. D i o s guarde a Y . S. EULOJIO Al señor Jefe de la i.

rt

ROBLES.

División, Coronel don Orozimbo Barbosa.

OROZIMBO BARBOSA. Al señor Coronel Jefe Je Estado Mayor Jeneral del ejército de operaciones del Norte.

REJIMIENTO BUIN

1. °

DE

Arica, REJIMIENTO

LAUTARO.

Arica,

Junio

9 de 1SS0.

T e n g o el h o n o r de dar parte a Y. S. del r e c o n o c i m i e n to que se m e ordenó practicar c o n el rejimiento el día G del presente i del asalto i t o m a de los fuertes San José, 2 de M a y o i Santa Rosa, el 7 del m i s m o . El G m e ordenó Y . S. que c o n el 1er. batallón m e dirijiera hasta descubrir los tres fuertes n o m b r a d o s que existen u n p o c o al N o r t e del puerto do Arica, i estudiase el terreno i lugar convenientes para atacarlo al dia siguiente, operación que practiqué hasta que, apercibido el enemigo do mi presencia, e m p e z ó a hacerme fuego c o n su artillería que estaba fuera del alcance d e mis Comblain, retirándome al c a m p a m e n t o de Chacalluta sin ninguna novedad. A las 9 P. M. de este m i s m o dia estuvo Y . S. en m i alojamiento i allí m e ordenó que a las 4 A. M. emprendiese la m a r c h a sobre Arica, atacase i tomara los fuertes del Norte, c o m o una operación simultánea c o n el 2. ° polla retaguardia, advirtiéndome también q u e el pueblo d e bía serlo por el R e j i m i e n t o Ruin, i los fuertes del alto del Morro por el 3. ° i 4. ° de línea. Una hora antes de la prefijada por Y, S. m e puse en m o v i m i e n t o , i pasado el rio Chacalluta hice dispersar en guerrillas sucesivas los dos batallones, t o m a n d o el 1. ° por los bajos del valle al m a n d o del sarjento m a y o r d o n R a m ó n Carvallo O., i y o c o n el 2. ° la parte mas alta - p a r a atacar la fuerza de infantería, q u e se sabia pernoctaba a orillas del rio A z a p a , i atacar a la vez por la espalda a los fuertes Santa Rosa, 2 de M a y o i San José, i cortar toda retirada al e n e m i g o p o r el cajón de Azapa.

LÍNEA.

Junio

9 de

1880.

Verificado c o n V. S. el r e c o n o c i m i e n t o de las posiciones del enemigo i los puntos por d o n d e deberíamos atacar los fuertes al amanecer del dia 7, nos manifestó V . S. en el m i s m o c a m p o , q u e debiendo ser dos vínicamente los p u n tos atacados, el 4. ° de línea atacaría el del Este i la c i u dadela el Buin o 3. ° , q u e d a n d o siempre u n o de reserva. N o t a n d o V . S. que el j e f e del 3. ° i el q u e suscribe d e seaban igualmente alcanzar el h o n o r del ataque, desidió, por m e d i o de la suerte, cual ele los dos cuerpos e m p r e n dería primero la ofensiva, i h a b i e n d o t o c a d o al B u i n el papel ele reserva, t o m é , según órdenes de V. S., m i c o l o c a ción al centro i en lugar o p o r t u n o para m a n d a r refuerzos a cualquiera de los p u n t o s de ataque. C o m o ha podido.verlo V . S., el rejimiento de mi m a n d o n o ha tenido oportunidad de prestar ausilio a los cuerpos que atacaron, porque el heroico e m p u j e c o n que pelearon h i z o que ellos solos dcsídieran el éxito d e tan gloriosa jornada. Sin embargo, impuesto el e n e m i g o de nuestra presencia, que se hizo intencionalmente para influir m o ralmente en ellos imponiéndoles, nos hizo algunos disparos de c a ñ ó n i de rifle que hirieron a u n subteniente, un sarjento 2. i u n soldado. u

C o n la presente, a c o m p a ñ o a V. S. una lista n o m i n a l de los jefes, oficiales e individuos de tropa q u e h e m o s asistid o al c o m b a t e , i otra de los heridos en él. L o g r o esta o p o r t u n i d a d para felicitar a V . S. p o r el feliz éxito de tan.brillante h e c h o de armas. D i o s guarde a Y . S. L u í s J.

ORTIZ.

Al señor Coronel Jefe de la División espedicionaria sobre Arica.


CAPITULO

KEJIMIENTO NÚMERO 2 D E

ARTILLERÍA.

(Inédito.) Señor Coronel Jefe de Estado M a y o r Jeneral: El 4 , en c u m p l i m i e n t o a las órdenes de V . S., m a r c h é desde el c a m p a m e n t o de Chacalluta c o n las cuatro batorías a t o m a r posiciones al frente de A r i c a , tropezando en la marcha c o n graves dificultades que fueron salvadas algunas por el Cuerpo de P o n t o n e r o s i las otras p o r el personal del rejimiento. N o s a c a m p a m o s en la n o c h e de ese día en lo mas alto de los cerros q u e habia que recorrer, a cubierto de la vista del e n e m i g o i m u i p o c o antes de llegar a las posiciones que debiéramos ocupar, t o d o en conformidad a las instrucciones de V . S. E m p r e n d i m o s la marcha a hora conveniente, i al amanecer del siguiente dia se colocaron las baterías en los puntos r e c o n o c i d o s con anterioridad por V . S. R e c i b i d a la orden de principiar el fuego sobre el enemigo, se r o m p i ó a las 9 A . M . sobre los fuertes del N o r t e con nuestras baterías de campaña, i sobre los del Este con la de m o n t a ñ a que, al m a n d o inmediato del sarjento m a y o r d o n B e n j a m í n M o n t o } ^ , fué a colocarse a 3 , 0 0 0 metros de ellos, en una loma alta mas avanzada i a la izquierda de las posiciones que tenian las demás baterías. Después de un cañoneo, por a m b a s partes, de media h o r a , mas o m e n o s , se m a n d ó suspender el fuego. Entro 4 i 5 P. M . se dio orden a la artillería de m o n t a ñ a de replegarse a la de c a m p a ñ a i a ésta que rompiera n u e v a m e n t e los fuegos sobre los fuertes enemigos, q u e los contestaron a su vez, cañoneo que duró una i m e d i a hora, mas o monos. El 6, c o m o a las 1 2 o 1 P. M . , se r o m p i ó el fuego c o n las baterías de c a m p a ñ a sobre los fuertes enemigos i población, el q u e cesó una vez que hizo c a d a pieza 2 0 disparos, en c o n f o r m i d a d a órdenes recibidas. El 7, al amanecer i c u a n d o principiaba el ataque de los fuertes del Este por nuestros rejimientos 3. ° i 4. ° , ordené romper el fuego sobre los del N o r t e ; pero tuve que disponer cesara a fin de no llamar la atención p o r este lado i fuera atacado el R e j i m i e n t o Lautaro en su m a r c h a de asalto sobre esos fuertes. A p o c o rato se hizo n u e v a m e n t e fuego sobre los m i s m o s c o n el objeto de evitar que ellos continuasen el que principiaron contra nuestros rejimientos en el m o m e n t o en q u e asaltaron los fuertes del Este. E n los tres dias, n o h e m o s tenido en el personal desgracia alguna q u e lamentar, i t o d o él se c o n d u j o c o n el e n t u siasmo i serenidad que acostumbra. L a cureña de fierro de u n o de los cañones de c a m p a ñ a se torció en los disparos que hizo el dia 6 a c o n s e c u e n c i a de haber encontrado i m p e d i m e n t o s en el retroceso, d e f e c to que quedará c o m p u e s t o en c u a n t o tengamos los o b r e ros de la maestranza del ejército, que se h a ordenado vengan de Tacna. A c o m p a ñ o a V . S. las listas ele los señores jefes i oficiales de Plana M a y o r i las de los señores oficiales i tropa de las cuatro baterías del rejimiento q u e han t o m a d o parte en este h e c h o de armas. Arica, J u n i o 9 de 1 8 8 0 . JOSÉ M A N U E L

2. °

SEGUNDO.

183

ba el enemigo; a las 9 P. M. de ese dia llegué al puerto de Chacalluta, situado sobre el rio de Azufre; m e o c u p a ba en hacer dar agua a la caballada, c u a n d o una avanzada enemiga llegó a la ribera opuesta del rio, q u e por la o s curidad de la n o c h e n o fué vista por nuestra descubierta; nos h i z o varios disparos de rifle sin causarnos el m e n o r daño, h u y e n d o en seguida. Me retiré ele d i c h o p u n t o , acampánelo a seis cuadras al N o r t e del rio; al amanecer del dia siguiente m e dirijí n u e v a m e n t e al rio c o n el o b j e t o de reconocerlo i dar agua a la caballada; so o c u p a b a en esta operación un escuadrón do Cazadores i el escuadrón d e mi m a n d o , descendía al rio c o n el m i s m o objeto; de improviso fué sorprendido por dos barricadas que estallaron, una al pié do la barranca i en el medio del c a m i n o por d o n d e desfilaba la tropa, i la otra en la orilla del rio, ambas en m e d i o de nuestra tropa, causando algunas desgracias, pero n o de m u c h a gravedad. E n el acto procedí a buscar el punto d o n d e debía estar la batería eléctrica i sus autores. E n estas pesquisas t o m é un paisano, quien m e indicó el p u n t o d o n d e estaba, c o m o también quiénes eran los que habían h e c h o estallar la mina, los que fueron tomados p o c o después, resultando ser u n o d o n T e o d o r o E l m o r e , injeuiero militar, i u n subteniente Ureta, a m b o s pertenecientes al ejército peruan o ; quise en el acto fusilarlos, pero h a b i é n d o m e ellos d e clarado que eran los encargados de colocar minas i de d e s truir la línea férrea de A r i c a a Tacna, resolví dejarlos, para de ellos p o d e r saber los puntos d o n d e hubiesen barricadas, tanto en la línea c o m o en la plaza i puerto de A r i c a . E n la aprehensión de estas dos personas resultó herido de bala el subteniente Ureta. Es de mi deber r e c o m e n dar a V. S. al sarjento 1. ° de Cazadores a caballo, d o n Gregorio Ríos, que fué quien dio c o n ellos i los aprehendió. E n el m i s m o c a m i n o en que estallaron las dos minas se encontraron seis mas, las que por suerte nuestra n o estallaron, éstas se c o m p o n í a n de un cajón de dinamita c a d a una. El resto del dia i los subsiguientes a la toma de Arica, so o c u p ó esta fuerza en practicar los r e c o n o c i m i e n t o s indispensables para la toma de la plaza. L a c o l o c a c i ó n q u e tomó la caballería el dia del ataque i t o m a de la plaza de Arica, fué marchar a retaguardia en p r o t e c c i ó n de la infantería i cerrar todos los pasos o c a m i nos por d o n d e el e n e m i g o podia tomar la fuga, operación que dio p o r resultado no permitir se escapase n i n g u n o de los defensores de la plaza, pues m u c h o s de ellos fueron t o m a d o s prisioneros. A c o m p a ñ o a V . S. una relación de los soldados que resultaron heridos i contusos, tanto en la esplosion de las minas, c o m o en la toma de la plaza. Dios guarde a V . S. RAFAEL 2. °

ESCUADRÓN

YUNGAI.

Relación de los heridos i contusos que tuvo este escuadrón en las barricadas que estallaron el dia 2 del -presente en Chacalluta,pnerlo de Arica.

NOVOA.

CLASES.

Al señor Jenoral en Jefe del ejército del Norte.

NOMBRES. I."

ESCUADRÓN CARABINEROS D E

CARABINEROS D E

VARGAS.

HERIDOS.

COMPAÑÍA.

YUNGAI.

(Inédito.) S e ñ o r Jefe d e E s t a d o M a y o r Jeneral: T e n g o el h o n o r de poner en c o n o c i m i e n t o do V . S. las operaciones practicadas por la fuerza de caballería puesta a mis órdenes por V . S. la n o c h e del 3 0 p r ó x i m o pasado, c o m p u e s t a del escuadrón de mi m a n d o i del R e jimiento d e Cazadores a caballo. C u m p l i e n d o c o n sus instrucciones, salí de P o c o y a i el 1 . ° d e J u n i o al amanecr c o n dirección al puerto de A r i ca con el o b j e t o de r e c o n o c e r las posiciones que o c u p a -

Soldado

J u a n Duran

H e r i d o en la cara.

L u c i a n o Jara

Contuso.

2.

Cabo 2."

A

COMPAÑÍA.

| Pió Fucnzalida..

Herido en un brazo.

Arica, J u n i o 3 0 de 1 8 8 0 . JOSÉ M I G U E L A L C É R R E C A . V.°

B. —VARGAS ü


G U E R R A D E L PACIFICO.

184

REJIMIENTO D E CAZADORES

Arica,

A CABALLO.

Junio

10 de 1880.

Señor Coronel: El 4 del presente, a las 10 P. M., recibí orden del señor Jeneral en Jefe d e marchar a la diana del dia siguiente c o n 50 h o m b r e s del rejimiento al vallo d e A z a p a i reunirme al teniente d o n Juan de Dios Quezada, q u e se hallaba en ese punto c o n otros 50 individuos d e tropa i q u e habia m a r c h a d o el dia anterior a hacer un r e c o n o c i m i e n to del valle i de los lugares d o n d e hubiese forraje i agua para las cabalgaduras, teniendo, además, orden d e reunir todos los animales q u e encontrase i traerlos al c a m p a mento. L u e g o q u e m e reuní al espresado señor teniente, m e dio cuenta d e haber hallado, en distintos puntos: d o s bueyes, tres ínulas, d o s caballos, 40 cabros i 60 ovejas; todos estos animales los entregué al ayudante de V . S., señor W a l k e r . E n c u a n t o al forraje, m e dijo q u e únicamente habia caña d e azúcar a dos leguas i media del c a m p a m e n to, i agua a u n a legua. El 6, a las 7 P. M., m e c o m u n i c ó el capitán ayudante d e Estado Mayor, d o n E n r i q u e Salcedo, una orden d e V. S. d e marchar a las 12 P. M., c o n los 100 h o m b r e s d e m i m a n d o a situarme al S u r del Morro i recorrer, hasta el amanecer, toda la playa inmediata al punto q u e él m e designó. A l dia siguiente, luego q u e el e n e m i g o r o m p i ó sus fuegos, m e ordenó V . S., p o r c o n d u c t o del m i s m o señor a y u dante, seguir m i m a r c h a a retaguardia del R e j i m i e n t o B u i n , d o n d e c o n t i n u a m o s hasta q u e se puso al e n e m i g o en derrota i m a r c h a m o s en persecución d e él, d a n d o por resultado q u e le t o m a m o s prisionero u n oficial, 27 individuos d e tropa, quitándole, además, 21 caballos. E n la tropa q u e estaba a mi m a n d o resultó herido en el c o m b a t e el c a b o 1. ° José Vicente Caris. T e n g o el gusto d e manifestar a V . S. q u e los señores oficiales e individuos d e tropa llenaron c u m p l i d a m e n t e sus deberes. D i o s guarde a V . S. ALBERTO

NOVOA

G.

Al señor Coronel Jefe de la División espedicionaria.

COMANDANCIA EN JEFE D E LA ESCUADRA.

Rada

del Callao,

Jimio

23 de 1880.

Señor Ministro: T e n g o el h o n o r d e acompañar a V . S. el parte q u e s o bre el c o m b a t e del 6 d e J u n i o pasó a esta C o m a n d a n c i a en Jefe el Jefe d e las fuerzas bloqueadoras d e Arica. Dios guarde a V. S. GALVARINO

RIVEROS.

Al Señor Ministro de Marina.

COMANDANCIA DEL BLINDADO " A L M I R A N T E COCHRANE."

Al ancla,

rada de Arico,,

Junio

9 de 1880.

Participo a V . S. que, por p e d i d o del señor Jeneral en Jefe d e l ejército d e operaciones sobre Arica, efectué c o n los buques d e m i m a n d o una entrada a d i c h o puerto el dia 6 del actual, i el resultado de d i c h a operación lo participo a V . S. e n seguida, previniéndole es la m i s m a q u e h e trasmitido al señor g o b e r n a d o r d e I q u i q u e en aquel dia. C o n f o r m e a lo prevenido a V . S. en m i c o m u n i c a c i ó n anterior, h o i a la 1.30 P. M. entramos los buques en acción, t o m a n d o los d o madera c o l o c a c i ó n al Sur, entretanto el Cochrane corria la línea de la rada d e N o r t e a Sur, a u n a distancia d e tres a cuatro mil metros Proseguimos nuestros fuegos hasta las 3.35 P. M., en que suspendimos el combate.

El b u q u e d e m i m a n d o fué alcanzado p o r u n a granada que c h o c ó en el canto alto d e una d e las portas, i al estallar prendió fuego a un c a r t u c h o c o n q u e en ese m o m e n t o se cargaba el c a ñ ó n , h i r i e n d o i q u e m a n d o a 27 individuos, de los cuales hai 25 graves. La Govadonga n o tuvo bajas; pero ha recibido d o s p r o yectiles a flor de agua, q u e la obligan a mantener sus m á quinas en ejercicio para achicar el b u q u e . L a e n v í o a P i sagua para q u e se repare c o n tranquilidad. L a Magallanes, q u e salió ilesa del c o m b a t e , m a r c h a también a Pisagua c o n el objeto de c o n v o y a r a la Covadonga i para q u e rellene sus carboneras. El Loa fué destinado a q u e batiera c o n v e n i e n t e m e n t e las posiciones enemigas, a p r o v e c h a n d o el largo alcance d e su c a ñ ó n m o d e r n o , i n o t u v o n o v e d a d . L o trascribo a V . S. para su c o n o c i m i e n t o , previniendo a esa C o m a n d a n c i a q u e hasta el presente h a n s u c u m b i d o de sus heridas el marinero 1. Elias González, el g r u m e t e R u d e c i n d o T r o n c o s o i el carbonero Eulojio Tejeda. A d j u n t o a V . S. una lista n o m i n a l i clasificada d e los demás individuos q u e quedan heridos a b o r d o d e este buque. D i o s guarde a V . S. c

J . J.

LATORRE.

C o n f o r m e . — L . A . CASTILLO. Al Señor Comandante en Jefe de la escuadra.

BLINDADO " A L M I R A N T E COCHRANE.

Lista

nominal

i clasificada de los heridos a bordo.

Clases.

que

quedan

Nombres.

Marinero 1. ° Id. Id. Id. Marinero 2. ° Grumete M o z o d e cámara Marinero 1. ° Id. 2. ° Grumete Id Ayudante de condestable... Marinero 2. ° Id.

R e f u j i o Murillo. Miguel P o z o . Juan de D. Albornoz. A m b r o s i o Poblete. J o s é Fuentes. Rudecindo Troncoso. J u a n Jara. E u l o j i o Mercado. Santos Pérez. Manuel Poblete. Diego Gómez. José L.Mendoza. Nicomedes Alvarez. Daniel García, falleció causa d e sus heridas. Id. J o s é M. Trina. Id. José Pinto. Grumete Víctor Ayala. Soldado Luis A n r i q u e z , falleció causa d e sus heridas. Id José S. A v e n d a ñ o . A y u d a n t e de condestable... R o m a n í Silva. Grumete J. M. Orellana. Marinero 2. ° V í c t o r Salas. Condestable instructor Juan Wakchan.

a

a

Conforme. L. A .

PARTES OFICIALES A bordo del Limarí,

CASTILLO.

PERUANOS.

Arica,

Junio

9 de 1880.

S e ñ o r Secretario d e E s t a d o en el d e s p a c h o d e Guerra: Después del resultado desgraciado d e nuestras armas en el c o m b a t e librado 26 d e l m e s pasado en los Altos de Tacna, la plaza d e A r i c a , c u y a custodia habia sido enc o m e n d a d a a la d i m i n u t a i m a l armada fuerza d e nacionales q u e aparece del estado adjunto, q u e d ó sometida a u n estrecho asedio d e m a r i d e tierra p o r fuerzas infinitamente superiores a las nuestras.


CAPITULO SEGUNDO.

El valiente coronel Bolognesi, jefe de la plaza, n o recibió n i al siguiente dia d e l 26, ni n u n c a , p r o p i o n i c o m u nicación oficial a l g u n a que, d a n d o a c o n o c e r el estado en que habia q u e d a d o nuestro ejército i el p u n t o a que se retiraba, le indicara la n o r m a de c o n d u c t a que debía seguir la plaza de A r i c a i las determinaciones o planes que se proponía adoptar el Director de la guerra o nuestro J e neral e n J e f e . Solo se s u p o que T a c n a habia sido tomada, i desde l u e g o se m a n d ó imposibilitar el uso de la via férrea i se e m prendió los trabajos d e defensa, de lícito e m p l e o en la guerra, q u e acrecentaran en algo el p o d e r de las fuerzas defensoras. Resuelta en j u n t a d e guerra la defensa d e la plaza, en obedecimiento de una orden del Jeneral Montero dada c o n fecha 24, para el caso de un fracaso de nuestro ejército en T a c n a i d e t e r m i n a n d o el plan de defensa, cada u n o de los jefes i secciones de las fuerzas terrestres i marítimas o c u paron su puesto, resueltos todos a nn sacrificio seguro, pero d e proficuos resultados, en la c o n v i c c i ó n de q u e se seguía u n plan bien m e d i t a d o i de segura salvación para el h o n o r i los intereses de la patria. M u c h o s propios se hizo al Jeneral M o n t e r o , sin obtener contestación alguna. Estábamos a oscuras, pero todos r e sueltos a la defensa hasta el ú l t i m o trance para dar t i e m p o d e operar a nuestras fuerzas del N o r t e . E n esta situación, aparece en la mañana del dia 29 un escuadrón de caballería enemiga, que practicó el r e c o n o cimiento de la quebrada de Chacalluta i se retiró una hora después. E l dia 2, a l a s 6 A. M., aparecieron de n u e v o tres escuadrones, i p o c o después d o s trenes, q u e c o n d u c í a n c r e c i d o número de fuerzas. C o n t i n u ó desde ese dia el tráfico activo de trenes i u n a serie de esploraciones de la caballería sobre las colinas i cerros de Chacalluta i Azapa, q u e d o minan la plaza, hasta q u e el 5 apareció, en la madrugada, poderosa artillería, estacionada en los p u n t o s mas vecinos i dominantes. A las 6 A . M. de ese dia, recibió el j e f e de la plaza u n parlamentario del Jeneral en Jefe del ejército chileno, por el cual, manifestando u n a deferencia especial a la enérjica actitud d é l a plaza, espresaba su deseo de evitar la efusión de sangre, q u e creia estéril i de n i n g ú n resultado práctico para sus defensores, atendida la escesiva s u p e rioridad de las fuerzas marítimas i terrestres c o n que se hacia el asedio. El Jeneral d e la plaza, previo acuerdo de una j u n t a de los jefes de las fuerzas defensoras, c u y a u n á n i m e opinión fué consecuente a la determinación a d o p t a d a en dias anteriores, de hacer la defensa hasta el ú l t i m o trance, despidió al parlamentario, d o n J u a n de la Cruz Salvo, dándole por contestación para su Jeneral: que, agradeciendo el acto de deferencia, la determinación de las fuerzas defensoras de A r i c a era quemar el ú l t i m o c a r t u c h o . U n m o m e n t o después de retirado el señor parlamentario, a las 9 A . M., la artillería K r n p p , situada en las colinas de Chacalluta i A z a p a , principió un n u t r i d o fuego a b o m b a sobre nuestras baterías del N o r t e i del Este, el cual era c o n t e s t a d o a los p u n t o s a que p o d í a n alcanzar nuestros cañones. D u r ó este b o m b a r d e o , c o n u n p e q u e ñ o intervalo, hasta las 4.30 P. M., sin q u e los p o c o s tiros caídos en la p o b l a c i ó n , ni los recibidos en nuestras baterías hubieran ocasionado daños de consideración. El dia 6, a las 12.50 P. M., principió de n u e v o el b o m bardeo de las baterías enemigas de tierra, al q u e se a d u n ó p o c o t i e m p o después el del mar p o r el Loa, Magallanes, Covadonga i el Lord, Gochrane. U n tiro d e la batería San J o s é acalló los fuegos de una batería de cuatro cañones, la mas baja de las q u e habia colocado el e n e m i g o . Las baterías Santa Rosa, D o s de M a y o , el Morro i el Manco-Capac, q u e a b a n d o n ó su f o n d e a d e r o i salió al e n cuentro del Gochrane, contestaron los fuegos del mar. T e r m i n ó el c o m b a t e a las 4.30 P. M., hora en q u e la baTOMO n i — 2 4

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tería de San J o s é obligó a la retirada al R e j i m i e n t o L a u taro, que se a p r o x i m ó por la parte N o r t e hasta el varadero del Watteree. El r e s u l t a d o de esta j o r n a d a nos fué favorable, pues el Gochrane recibió una b o m b a de a 70, del M o r r o , que le p r o d u j o incendio i algunas bajas (27 h o m b r e s ) , i la Covadonga recibió dos balazos, sin que por nuestra parte h u bieran averías de consideración. E n este dia todas las baterías i fuerzas, así c o m o el Manco-Capac, cumplieron dignamente su deber, manifestando ánimo, entusiasmo i ardimiento merecedores d e u n grande aplauso. A las 6 P. M., el injeniero señor T. E l m o r e ,que en dias anteriores habia sido h e c h o prisionero en Chacalluta, se presentó al jefe de la plaza con el carácter de parlamentario, para inquirir de él si se hallaba dispuesto a entrar en arreglos, cubierto c o m o se hallaba y a el h o n o r n a c i o nal i d é l a s fuerzas defensoras c o n los dos dias de c o m b a t e habidos. El jefe de la plaza, de acuerdo c o n la j u n t a , se n e g ó a r e c o n o c e r al señor E l m o r e c o n el carácter de parlamentario i le despidió, i n d i c á n d o l e contestar: q u e solo estaba dispuesto a recibir parlamentarios en forma i c o n arreglo a las prescripciones militares del caso.v O c u p a d o s estaban los puestos de defensa en la n o c h e del 6 al 7 en la forma siguiente: 8. División a la d e fensiva de las baterías del N o r t e i la 7. * a la de las baterías del Este, distante casi tres millas una de otra d i visión. rt

L a n o c h e fué c o m p l e t a m e n t e oscura; i a las 5.30 A. M., c u a n d o aun n o habia luz para distinguir los objetos a un kilómetro de distancia, un cañonazo de las baterías del Este, al que siguieron otros, anunció la p r o x i m i d a d del e n e m i g o por ese flanco. P o c o s m o m e n t o s después r o m pióse el fuego de fusilería, i se trabó reñido c o m b a t e Media hora después de trabado el c o m b a t e , el j e f e de la plaza, que veia aumentarse escesivamente las fuerzas que atacaban p o r el Este, mientras que nuestras filas disminuían rápidamente por las bajas q u e ocasionaba el nutrid o fuego enemigo, i que veia distantes todavía las fuerzas q u e emprendían el ataque por el N o r t e , dispuso viniese en ausilio la 8. * División. Llegaban a paso de trote a las faldas del Morro los batallones I q u i q u e i Tarapacá, que formaban la espresada división, c u a n d o , arrolladas nuestras fuerzas del Este por el escesivo n ú m e r o de los que atacaban por ese lado, se replegaban ya sobre los parapetos de Cerro G o r d o . A gran esfuerzo, jadeantes, llegaron a la altura del Morro el teniente coronel d o n R a m ó n Zavala, a la cabeza de m e d i o batallón del Tarapacá, i el teniente c o r o n e l , d o n R o q u e Saenz Peña, a la cabeza de m e d i o batallón del I q u i q u e , r o m p i e n d o c o n bravura sus fuegos sobre el enemigo, q u e y a coronaba la altura de Cerro G o r d o i lo flanqueaba al m i s m o t i e m p o p o r los lados del Este i Oeste c o n otras fuerzas. E n esta situación, se replegaron sobre los parapetos del Morro los medios batallones de I q u i q u e i Tarapacá c o n los restos de la 7. * División, para hacer allí el postrer esfuerzo, mientras los medios batallones que aun n o habían tenido t i e m p o para llegar, fueron dispersados bajo el m o r tífero fuego de Cerro G o r d o . P a l m o a p a l m o , i c o n e m p e ñ o s o afán, fueron defendidas nuestras posiciones hasta el Morro, d o n d e nos encerró i r e d u j o a u n o s cuantos el d o m i n a n t e i nutrido fuego del e n e m i g o de más de u n a hora. Eran las 8.59 A . M. c u a n d o t o d o estaba perdido; m u e r tos casi todos los jefes, prisioneros los vínicos que q u e daban, i arriada p o r la m a n o del v e n c e d o r nuestra b a n dera. E n tan s u p r e m o s m o m e n t o s , volaron casi todos los polvorines i p u d o inutilizarse a l g u n o s cañones del Morro, mientras q u e las baterías del N o r t e , atacadas ya p o r el R e j i m i e n t o Lautaro i algunos escuadrones a quienes h a - ' bian tenido alejados, volaron también sus polvorines e inutilizaron t o d o s sus cañones.


186

GUERRA DEL

Perdida toda esperanza, el Manco-Capac q u e , c o n las baterías del Norte había p r o t e j i d o nuestra izquierda, h i zo proa al Cockrane, i desengañado de n o p o d e r hacer su postrer tiro al e n e m i g o , su comandante, c o n serenidad i acierto, le echó a pique para n o dar eso n u e v o elemento de poder a las fuerzas marítimas de Chile. H a n s u c u m b i d o en la lucha los coroneles don F r a n c i s c o Bologncsi, d o n J u a n Guillermo M o o r e , d o n A l f o n s o l i g a r t e , d o n José I. l u c í a n , d o n Justo Arias i A r a n g ü e z , d o n Mariano E. Bustamantc; los tenientes coroneles d o n R i c a r d o O'Donovan, d o n R a m ó n Zavala, d o n Francisco C o r n e j o i don B e n i g n o Cornejo; los sarjentos mayores d o n A r m a n d o Blondel, d o n F e l i p e A . Zela i d o n F e r m í n N a carino, i m u c h o s señores oñciales. Q u e d a n heridos algunos i prisioneros los demás, de t o d o lo cual encontrará V. S. adjunta una rolacion detallada. A t a c a r o n p o r la parto del Este los rejimientos de línea 3. ° i 4. ° , fuertes de 1,200 plazas cada uno, i el b a tallón Búlnes, sirviendo de reserva el Buin; i p o r el N o r te el R e j i m i e n t o Lautaro, toda la artillería i caballería: mas de 7,000 hombres. N u m e r o s a es la m o r t a n d a d p o r nuestra parte, q u e se calcula en las dos terceras partes de las fuerzas defensoras. N o es m u c h o m e n o s la del e n e m i g o . A d j u n t o s encontrará también V . S. los partes que han pasado algunos jefes de cuerpos i baterías, q u e elevo orijinales. E s esta, señor Secretario, la redacción fiel i a grandes rasgos de los h e c h o s ocurridos desde el 26 del pasado hasta el 7 del presente, en lo que se relaciona c o n la plaza do A r i c a i de las cuales he creído de m i deber, p o r la m u e r t e del j e f e de la plaza, dar a V. S. este parte para q u e llegue a c o n o c i m i e n t o de S. E. el Jefe S u p r e m o de la República. A l hacerlo, o m i t o apreciaciones i r e c o m e n d a c i o n e s , d e j a n d o al país i al S u p r e m o G o b i e r n o la calificación d e los h e c h o s , c u y o s detalles daré en circunstancias mas p r o p i cias. Quieran D i o s i la patria aceptar el sacrificio - de tantas víctimas, d e tantos patriotas de corazón, c o m o un h o l o causto ofrecido en aras del h o n o r nacional para la salvac i ó n del país, i pluguiera a la D i v i n a Providencia, p o r tanta sangre jenerosa vertida, q u e nuestro G o b i e r n o sea siempre bien inspirado i r e t e m p l a d o el valor, la fe i el e n tusiasmo e n nuestro p u e b l o q u e , u n a vez por todas, d e b e mostrarse u n i d o i viril hasta ver realizados sus nobles p r o pósitos. MANUEL

C.

DE LA TORRE.

FRIMER EJERCITO DEL SUR.—rLAZA DE ARICA. Estado

que manifiesta la fuerza disponible de la sada, el dia o de Junio de 1880. Jefes

Jefatura de la plaza ' M. del detall ! Comandancia Jeneral de la 7." Divisioni Batallón Artesanos de Tucna núm. 29.; Id. Granaderos do Tacna núm. 31: Id. Cazadores de Fiérola | Comandancia Jeneral de la S." División; Batallón Tarapacá núm. 23 \ Id. Iquique núm. 33 • Batería del Morro Id. del Este | Id. del Norte 1

Total

!

Oficiales.

1 1 3 3 2 2 2 3 i 2 3 2

4 9 1 32 28 23 2 28 31 25 22 18

29

223

espre-

Tropa, Armamento

391 218 198

¡Peabody. ¡Remington. ¡Chassepott.

216 302 160 92 76 1651

N O T A . — N o se incluye las dependencias, es decir, s u b prefectura, capitanía, parque, proveeduría, maestranza, tele'grafos, hospitales i ambulancias. Arica, J u n i o 5 de 1880. M A N U E L C. D E LA T O R R E .

PACIFICO.

COMANDANCIA D E LA BATERÍA D E L MORRO.

Aduana

de Arica,

Junio

7 de

1880.

Señor Teniente Coronel: Por muerte de los señores jefes de la plaza, c o r o n e l d o n Francisco Bolognesi i c o m a n d a n t e de esta batería, c a p i tán de navio d o n Juan G. M i «ore, tongo el h o n o r do participar a V. S. los a c o n t e c i m i e n t o s o c u r r i d o s en ella en la batalla de esta m a ñ a n a . A las 5.30 A . M. se sintieron h a c i a la batería del Este tiros de fusil i poco después u n f u e g o g r a n e a d o a c o m p a ñado de disparos de artillería; i n m e d i a t a m e n t e se t o c ó zafarrancho de c o m b a t e i c o m o la retaguardia del M o r r o n o estaba defendida, se m a n d ó la primera c o m p a ñ í a , a ó r d e nes de su capitán d o n Cleto Martínez, a los parapetos de Cerro G o r d o , i el resto de la jente se distribuyó en dotar las tres piezas de artillería i cubrir las trincheras de retaguardia, pues los buques e n e m i g o s estaban a m u i larga distancia, i, p o r consiguiente, n o era de suponer que h u biese d e usarse de la artillería de la Cortina. C o m o la claridad, d u d o s a aun, n o permitía distinguir claramente los objetos a la distancia de las baterías del E s te, n o fué posible romper los fuegos de artillería sobre ese p u n t o hasta que se observó que desde su recinto e i n m e diaciones se hacia fuego sobre nosotros; entonces r o m p i m o s los fuegos, e m p l e a n d o p r i m e r o b o m b a i después m e tralla sobre la j e n t e que d e s c e n d í a i c i r c u n d a b a esa c i u dadela, al m i s m o t i e m p o que se hacia t a m b i é n u n n u t r i d o fuego de fusilería. E n estas circunstancias, i mientras V. S. desplegaba, para hacer fuego sobre Cerro G o r d o , a toda la j e n t e q u e v e nia en retirada de las baterías del Este, se vieron subir p o r la falda del M o r r o dos batallones nuestros que venían desde las baterías del N o r t e , los cuales, fatigados por la larga m a r c h a que h a c í a n al trote i p o r la pendiente de la subida, i flanqueados p o r los fuegos e n e m i g o s , n o p u d i e r o n llegar o p o r t u n a m e n t e a la c i m a del cerro a pesar del e m p e ñ o que ponian, instados por sus valientes jefes q u e hacían esfuerzos inauditos para c o n s e g u i r l o , l o g r a n d o s o l o hacer subir, cada u n o de ellos, m e d i o batallón de la d e recha, m a n d a d o el de I q u i q u e por su c o m a n d a n t e el teniente coronel d o n R o q u e Saenz Peña, i el do Tarapacá p o r su c o m a n d a n t e el teniente c o r o n e l d o n R a m ó n Z a vala. L o s m e d i o s batallones de la izquierda n o hicieron su ascension,probablemente p o r q u e fueron flanqueados i c o r tados p o r el e n e m i g o que avanzaba p o r el Este i d o m i n a ba el Cerro G o r d o , i los m e d i o s batallones de la derecha, u n i d o s a la tropa q u e s o replegaba, c o m p u e s t a de algunos g r u p o s de soldados, m a n d a d o s respectivamente p o r el t e niente coronel d o n R i c a r d o O ' D o n o v a n , sarjentos m a y o res d o n A r m a n d o B l o n d e l i d o n J e r ó n i m o Salamanca, capitán clon Cleto Martínez i otros qup n o r e c u e r d o , sostenían los fuegos, protejidos por la jentl) del M o r r o q u e c u bría los parapetos i los cañones de eso sitio, hasta que, arrollados por el n ú m e r o , se replegaron a las trincheras, en d o n d e se hizo una tenaz resistencia, do la q u e resultó m u e r t o el valeroso c o m a n d a n t e Zavala. C o m o la resistencia se hacia imposible p o r q u e nuestra tropa, así c o m o la de los demás cuerpos q u e tenian Chassepot, estaba desarmada, p o r q u e ios rifles se habían inutilizado a consecuencia de la debilidad del percutor p r o d u c i d a p o r el uso del espiral, i, por otra parte, c o m o la artillería era ineficaz p o r la corta distancia e inclinación del terreno que o c u p a b a el e n e m i g o , o r d e n ó el señor capitán de navio d o n J u a n G. M o o r e que se reventaran los cañones i q u o la tropa hiciera fuego en retirada, repleg á n d o s e hacia el recinto de la batería; en consecuencia, se reventó el c a ñ ó n Vorus que estaba situado en la parte superior del polvorín, no p u d i e n d o hacerse lo m i s m o con los otros p o r q u e sus dotaciones, que cubrían las trincheras, estaban diezmadas, hallándose el c o n d e s t a b l e i los cabos de cañón heridos u n o s i m u e r t o s otros.


CAPITULO SEGUNDO.

Mientras tanto, la tropa que tenia su rifle en estado de servicio seguía h a c i e n d o fuego en retirada hasta que los enemigos invadieron el recinto, h a c i e n d o descargas sobre los pocos q u e quedaban allí; en esta situación llegaron a la batería el señor coronel d o n Francisco Eolognesi, jefe de la plaza, coronel d o n Alfonso U g a r t o , V . S., el teniente coronel d o n R o q u e Saenz Peña, q u e venia herido, sarjento mayor d o n A r m a n d o Blondel i otros que no recuerdo; i c o m o era ya inútil toda resistencia, ordenó el señor C o mandante Jeneral q u e se suspendiesen los fuegos, lo q u e no p u d i e n d o conseguirse de viva voz, fué el señor coronel Ugarte personalmente a ordenarlo a los que disparaban sus armas al otro lado del cuartel, en d o n d e d i c h o j e f e fué muerto. A l m i s m o tiempo, el que suscribe, por orden del señor capitán de navio, c o m a n d a n t e de esta batería, ordenó al capitán d o n Daniel N i e t o q u e se reventaran t o dos los cañones de la batería, i c o m o no se encontraba a los cabos de cañón, d i c h o capitán l o g r ó atorar al Vavasseur por n o podérsele reventar a c o n s e c u e n c i a do h a b é r sele i n t r o d u c i d o la b o m b a esplosiva sin m e c h a , i cargó convenientemente uno de los Parrot, i c o m o estábamos dominados por el enemigo, n o p u d o continuar esta f a e n a i se replegó hacia el asta de bandera c o n la p o c a jente que tenia i el sarjento m a y o r Blondel, en d o n d e murió este jefe. A la v e z que tenían lugar estos acontecimientos, las tropas enemigas disparaban sus armas sobre nosotros, i e n contrándonos reunidos los señores coronel Bolognesi, capitán de n a v i o Moore, teniente coronel Saenz Peña, A . S., el que suscribo i algunos oficiales de esta batería, vinieron aquéllas sobre nosotros, i, a pesar de haberse suspendido los fuegos p o r nuestra parte, nos hicieron descargas, de las que resultaron muertos el señor C o m a n d a n t e J e n e ral, coronel d o n Francisco Bolognesi, i c o m a n d a n t e de esta batería, señor capitán de navio d o n Juan G. Moore, habiendo salvado los domas por la presencia de oficiales que nos hicieron prisioneros. E n esta situación se o y ó una esplosion p r o d u c i d a por el cañón Parrot que reventaba en ese m o m e n t o , c u a n d o ya los enemigos habían arriado nuestro pabellón e izado en su lugar una b a n d e rola chilena; esta operación se practicó m u c h o después de ser el e n e m i g o d u e ñ o de la batería, pues, p o r algún t i e m po permaneció nuestra enseña nacional flameando en su asta a la vez que la banderola chilena se hallaba c o l o c a da sobre el parapeto de la batería. r

A l relacionar los h e c h o s q u e anteceden, m e es satisfactorio hacer presente que, c u m p l i e n d o con los deberes de peruanos i de militares, h e m o s defendido palmo a p a l m o , i hasta su límite c o n el mar, el terreno c u y a guarda i d e fensa nos estaba e n c o m e n d a d a , i q u e h e m o s sido vencidos por el n ú m e r o de tropa i por la superioridad de los elementos. A pesar do q u e a V. S. le consta, croo n o deber omitir el decirle que, de toda la fuerza que entró en c o m b a t e d e fendiendo las baterías, solo cayeron prisioneros sobre el Morro, o c h o jefes, 2G oficiales"i 1G2 individuos de tropa do todos los cuerpos combatientes. De la d o t a c i ó n de esta batería murieron, además del comandante M o o r e , el capitán d o n Cleto Martínez, teniente don T o m a s O t o y a i sub-teniente d o n Francisco A l a u ; también s u p o n g o muerto al capitán d o n A d o l f o R i n g , que estaba herido i c u y o paradero n o h e p o d i d o saber a pesar de las m u c h a s diljjencins q u e al efecto se h a n h e cho. H a i heridos: el teniente 1 . ° g r a d u a d o don Miguel Espinosa, teniente don E m i l i o de íos R í o s , teniente "don Tomas Trellez, teniente d o n A b e l a r d o Calderón, teniente don Francisco de P. R a m í r e z ( g r a v e m e n t e ) i el paisano voluntario d o n Gustavo Monten i; de la j e n t e , n o obstante que hemos tenido m h o s m u e r t o s ' i heridos, n o p u e d o precisar el n o m b r e i n ú m e r o de todos por la imposibilidad de averiguarlo en mi c o n d i c i ó n de prisionero, lo que reservo hacerlo cuando- p u e d a reunir los datos necesarios, así c o m o la lista d los individuos de tropa prisioneros. A d j u n t o a V . S. l relación d e los jefes i oficiales de esta u c

e

a

187

batería que han asistido a esta j o r n a d a , c o n especificación de su c o n d i c i ó n actual. Dios guarde a V . S., señor Teniente Coronel. M A N U E L I. ESPINOSA. Al señor Teniente Coronel, jefe del detall do la plaza.

REPÚBLICA P E R U A N A . — C O M A N D A N C I A D E LA 8 . "

Arica,

Junio

DIVISIÓN.

9 de

1880.

Señor Teniente C o r o n e l : C u m p l o c o n el deber de dar parte a V. S. del h e c h o d e armas que h a tenido lugar el día de la fecha i de la actitud asumida por el batallón de mi m a n d o i la división a que pertenece. L a n o c h e del 6 del corriente m e encontraba c o n mi c u e r p o sirviendo de avanzada i de defensa a las baterías del N o r t e , distribuidas las compañías en los distintos parapetos que llegan hasta la punta d e n o m i n a d a del C h i n c h o r r o , lia n o c h e pasó sin otra n o v e d a d que una descarga h e c h a por la avanzada que tenia a unos 300 metros del parapeto en que habia situado las compañías 1 . i. 2 ^ , siendo d i rijida d i c h a descarga sobre una pequeña partida d e c a b a llería enemiga, que se habia ya retirado c u a n d o m e trasladé a la avanzada. 55

Este incidente m e h i z o redoblar la vijilancia hasta el m o m e n t o en que vino personalmente el señor C o m a n d a n te Jeneral d e la división, coronel d o n A l f o n s o Ugarte, i m e dio orden do m o v e r m e inmediatamente i situar mi fuerza en los parapetos q u e o c u p a n la prolongación E s t e d e l M o r ro. Retiradas todas mis avanzadas c incorporadas las c o m pañías q u e se hallaban situadas en los otros parapetos, apenas f o r m a d o el batallón, sentí u n disparo d e c a ñ ó n d e las baterías del Este que fué seguido de un nutrido f u e g o de fusilería; el c o m b a t e habia c o m e n z a d o siendo las 5.15 A. M., p u d i e n d o todavía, a favor do la oscuridad,distinguirse en el horizonte el fogonazo de las descargas de f u silería. A v a n c é con mi batallón a paso de trote desde el C h i n churro, i después de cruzar esta larga distancia, emprendí, c o n gran esfuerzo de mi tropa y a fatigada, el ascenso del cerro que en ese m o m e n t o se encontraba bajo los fuegos enemigos; contraje mi acción al medio batallón d é l a derecha para impedir que contestase los fuegos, encargando el de la izquierda a dos jefes subalternos, p o r q u e era imposible recorrer t o d o el flanco del batallón, que m a r c h a b a en h i l e ras por el estrecho desfiladero del Morro. E l medio batallón d e la derecha subió, en efecto, siu c o n testar un tiro i soportando el nutrido fuego e n e m i g o ; a la cabeza de él c o r o n é el cerro en el m o m e n t o m i s m o en q u e el señor c o m a n d a n t e Zavala hacia otro tanto por m i i z quierda c o n m e d i o Batallón Tarapacá. El e n e m i g o n o m e dio tiempo d e ocupar los parapetos, pues se hallaba tan p r ó x i m o i sus fuegos eran tan vivos, que tuve que c o n t e s tarlos desde el primer m o m e n t o en que mi m e d i o batallón escaló el corro. Allí se c o m b a t i ó c o n toda decisión; los fuegos fueron sostenidos p o r el medio Batallón Tarapacá, por la derecha del I q u i q u e i por restos de Granaderos i Artesanos d e Tacna. Y a nuestras bajas hacían difícil la resistencia; la izquierda del I q u i q u e , que m a n d é buscar, se habia o c u p a d o de contestar los fuegos enemigos i habia sido cortada por éste un la falda misma del c e r r o ; la mitad del Tarapacá habia corrido igual suerte; el e n e m i g o estaba a 20 pasos. La oficialidad i tropa del m e d i o batallón que logré subir estaba ya diezmada; los tres jefes subalternos n o p u dieron seguirme, i y o m e hallaba herido, desde el principio del c o m b a t e , de un balazo en el brazo derecho, q u e m e permitió, sin embargo, mantenerme a caballo desde los últimos m o m e n t o s en que tuve q u e abandonarlo por serm e y a imposible darle dirección; fué entonces q u e nos reunimos c o n V . S., los señores coroneles d o n F r a n c i s c o Bolognesi i d o n Guillermo Moore, c a y e n d o a nuestro lado


GUERRA DEL

188

estos dignos jefes atravesados por el p l o m o de una fuerte descarga. Habían ya caido los señores coroneles Ugarte i Bustamante, c o m o también el teniente coronel d o n R a m ó n Zavala, q u e d a n d o el que firma c o m o C o m a n d a n t e Jcneral de la 8 . División. E n este carácter, que m e lo da la fatalidad i un encadenamiento do desgracias terribles, elevo a V . S . el presente parte, c o m o el del Batallón Tarapacá, ofreciendo elevar oportunamente la relación de las bajas habidas en la división. Dios guarde a V . S , señor Teniente Coronel. 53

ROQUE SAENZ

PEÑA.

Al seíior Teniente Coronel, Jefe de detall de la plaza i baterías de Arica.

COMANDANCIA DEL MONITOR " M A N C O - C A P A C . "

Al ancla,

Arica,

Junio

6 de 1880.

Señor Coronel: T e n g o el h o n o r de poner en c o n o c i m i e n t o de V . S. q u e habiendo notado a la 1.30 P. M. del día de hoi, que después de rotos los fuegos en tierra por parte del e n e m i g o sobro los fuertes de la plaza, el trasporte Loa, artillado c o n un cañón de largo alcance, se ponia también en m o v i m i e n to, a la vez que el resto de los buques bloqueadores, en n ú m e r o de seis, avivaban sus hornillas; m a n d é activar i n mediatamente las de este monitor, i p o n i é n d o m e en son d e c o m b a t e , m e preparé a zarpar del fondeadero. H í c e l o así, en efecto, a las 2.45 P. M., c u a n d o el Loa hacia sus primeros disparos sobre la plaza. El Cochrane, después de haberse puesto en m o v i m i e n t o , seguido de las corbetas Magallanes i Covadonga, que proseguían al trasporte en sus disparos, se m a n t u v o aguantado en el centro de la bahía i c o m o a 2,500 metros de este monitor. F r a n c o éste de la defensa que lo rodea, g o b e r n é sobre el e n e m i g o , a fin de acortar la distancia, r o m p i e n d o los fuegos sobre el Cochrane, que fueron contestados sucesivamente por aquél, sin poder seguir haciéndolos después de una hora de cañoneo, mas o m e n o s , p o r la distancia que nos separaba, pues se alejó a toda fuerza de m á q u i n a de N o r t e a Sur. N o tardaron en retirarse los demás b u ques enemigos, h a b i e n d o recibido algunos certeros disparos del M o n o , que produjeron, al parecer, u n i n c e n d i o en el Cochrane. Durante la acción n o h a ocurrido n o v e d a d alguna en el b u q u e de m i m a n d o , c o m p l a c i é n d o m e en asegurar a V . S. que el entusiasmo de los tripulantes del m o n i t o r h a sido digno de la noble actitud de la plaza. A las 4 P. M. volví a ocupar mi primitivo fondeadero, t o d o lo cual participo a V . S. c o n f o r m e a ordenanza. D i o s guarde a V . S. JOSÉ S Á N C H E Z

LAGOMARSINO.

Al seQor Coronel, Jefe de la plaza. COMANDANCIA DEL

MONITOR

A bordo del ítala,

Arica,

"MANCO-CAPAC."

Jimio

7 de 1880.

Señor Jefe de la plaza: T e n g o el h o n o r de poner en c o n o c i m i e n t o de V . S. los acontecimientos tenidos lugar a b o r d o del m o n i t o r de m i m a n d o c o n m o t i v o del ataque a esta plaza, en la m a d r u g a d a de hoi, por las fuerzas chilenas. A las 6 A . M. m e participó el oficial do guardia que por las baterías del Este se sentía u n tiro de c a ñ ó n proseguido después por otros i m u i l u e g o por fusilería; acto c o n t i n u o dispuse el m o n i t o r en son de c o m b a t e i zarpé del fondeadero, pues n o t é q u e varios de los buques bloqueadores venían de afuera a la bahía. Y a de día, m e apercibí que fuerzas n u e s tras abandonaban las baterías del N o r t e para reforzar a las que ya, por el cerro C h u ñ o i cerro G o r d o , venían del Este haciendo fuego en íetirada, i que al m i s m o t i e m p o

PACIFICO.

un c u e r p o de fuerzas enemigas atacaba por canto de playa las baterías de San José. C o m p r e n d i e n d o q u e este p u n t o necesitaba p r o t e c c i ó n , goberné en esa dirección h a c i e n d o algunos disparos hasta haber h e c h o dispersar sus fuerzas. D e s p u é s de esto m e apercibí q u e se hacia j c n e r a l el c o m b a t e en el Morro, viendo volar, a la vez, los polvorines de las baterías del N o r t e , m e disponía entonces a g o b e r nar al Sur, a d o n d e fuera preciso prestar protección, c u a n d o algunos tiros, al parecer de c a ñ ó n i nutrido fuego de fusilería del Morro sobre el m o n i t o r , así c o m o el ser r e e m plazada la bandera peruana c o n la chilena, m e hicieron c o m p r e n d e r que la plaza de Arica, en su ú l t i m o baluarte, estaba perdida. C o l o c a d o en tan escepcional situación, puse proa a los b u q u e s enemigos, que, aguantados afuera del puerto, n o parecían acercarse a pesar de nuestra actitud. N o obstante, continué afuera, d i s p o n i e n d o q u e en oportunidad se rompiesen válvulas, tubos, etc., i se alistase la cámara de dinamita q u e se tenia preparada en la sección de proa, m a n t e n i e n d o a la j e n t e en su puesto d e c o m b a t e a fin d e que, si el Cochrane nos atacaba en c o m b i n a c i ó n c o n los otros buques, hubiera lugar de defender el m o n i t o r hasta volarlo o hundirlo antes de que cayese en p o d e r del enem i g o , p r e o c u p a c i ó n fundada atendiendo a su imposible c o n d i c i ó n para operar a distancia i p o r la falta de los c a l deros, casi inutilizados, a consecuencia del trabajo c o n t i n u o de los últimos dias de asedio de la plaza, así c o m o también p o r razón del c o m b a t e del dia anterior. Efectivamente, resuelta la sumersión del m o n i t o r , las instrucciones dadas al entusiasta primer injeniero d o n Tomas Colguhosen i demás injenieros, c o m o también al guardia marina Leguía; la misión dada por la cámara de proa al teniente Saldías i guardia marina Y i d a u r r e , i las dadas en sus puestos a los tenientes S m i t h , A s i n i alférez de fragata señor B u e n o , c o m o las e n c o m e n d a d a s en el sollado a los tenientes {Pizarro i Taboada i demás guardias marinas, fueron tan regularmente cumplidas, tan e n é t i c a m e n t e llevadas a efecto, q u e nadie a b a n d o n ó sus puestos de c o m b a t e hasta q u e el agua h u b o i n v a d i d o la m á q u i n a , sollado i santa bárbara. E n este estado, ordené la salvación de los tripulantes, c o m e n z a n d o p o r la guarn i c i ó n en los botes i lancha a vapor, t o m a n d o u n oficial el m a n d o de cada bote. C o n c l u i d a que fué esta operación, i n o encontrándose nadie mas en cubierta, m e e m barqué en el bote mas inmediato. N o habían trascurrido c i n c o minutos, c u a n d o el Manco-Gapac, que p o r tanto t i e m p o fué el respeto de Arica, a pesar d e su calamitoso estado, q u e tantos m o m e n t o s de gloria t u v o ocasión de dar al país, volaba i se h u n d í a c o n sus pabellones al asta i t o p e de su torre, fuera del p u e r t o i en el centro d e la bahía, después de haber c u m p l i d o su misión i visto suc u m b i r a A r i c a , esta plaza q u e c o n tan noble i digna resolución habia resistido tantos dias de asedio. Mientras tanto, ordené a los oficiales encargados de la lancha-torpedo Alianza, que, a p r o v e c h a n d o de su andar i p o c o blanco, forzasen el bloqueo, llegando a M o l i e n d o o el Callao, si fuese posible, para aprovechar siquiera este importantísimo elemento. A l salir p o r el N o r t e , fué perseguida por el Cochrane i el Loa, que le hacían algunos disparos, perdiéndose m u i p r o n t o de vista. Entretanto, c o n los botes q u e c o n d u c í a n los tripulantes del MancoGapac, nos dirijimos al vapor Itata, a d o n d e fuimos recibidos c o m o prisioneros. E n h o n o r al patriotismo i a la justicia, m e parece llegada la ocasión de recomendar a la consideración del G o bierno i de la nación, la moral i austera c o n d u c t a de la dotación que m e obedece, durante la cruda campaña en que las privaciones de t o d o j é n e r o en las escepcionales condiciones del monitor, n o aminoró j a m á s su decisión i e m p e ñ o por c u m p l i r d e l m e j o r m o d o posible el sagrado deber d e defender a la patria. L o c o m u n i c o a V . S. c o n f o r m e a ordenanza. D i o s guarde a V . S., señor Jefe de la plaza. JOSÉ S Á N C H E Z LAGOMARSINO.


189

CAPITULO SEGUNDO.

MONITOR

Fogoneros.

"MANCO-CAPAC.

LISTA DE PRESENTES A BORDO DEL ESPRESADO

EN EL DÍA DE LA

FECHA.

Jefes i oficiales

de

Carboneros.

guerra.

Comandante, capitán de fragata don José Sánchez Lagomarsino. 2. ° id., capitán de corbeta don Rómulo G: Tizón. Teniente 1. ° graduado don Bernardo Smith. „ 1.° „ „ JoséS. Pizarro. „ 2. ° „ „ Juan E. Taboada. „ 2.° „ „ Eulojio S. Saldías. „ 2. ° „ „ Nicanor Asin. Alférez de fragata don Ramón E. Bueno. Subteniente de infantería don Daniel Duran. Guardia marina don Carlos A. Leguia. „ „ „ Carlos Barandiarán. „ „ „ Luis B. Arce. „ „ „ Felipe Alcorta. „ „ „ Juan Mulgrew. Aspirante don Francisco E. i Vidaurre. Maquinistas. ler. maquinista, don Thomas Colguhosen. 2. ° „ „ Aníbal Alayza. 3. ° „ „ Manuel Hidalgo. 3.° „ ,. Toribio Villalobos. Alcibíades Maldonado. 3. ° ,, „ James Bonar. Ayudante de máquina don Manuel Salas. Calderero don José Zavaleta. Oficiales

Adolfo Arce, Floro Mogollón, José Castro, Pedro Martínez, George Skates, William Grinishaw, José Ortega i Franklin Spencer.

de mar.

ler. contra-maestre don Miguel Berna, ler. guardián don José B. Gómez. 2. ° „ „ José Mairongo. Condestable don Carlos Luer. 2. ° carpintero don Cayetano Calero. Herrero don Jorje Jayo. Farmacéutico don Eustaquio del Pozo. Armero don Víctor Leroy. Maestre de víveres don Hilario Falcon. Cabo de timoneles don James Ryan. Cocinero de equipaje Antonio Silva. Pañolero Rufino de la Cruz. Despensero Oloff Nilsson. Cabo de luces Guillermo Terread.

Manuel Bermejo, Manuel N . Velez, Carlos Melendez, Vicente G. Espinosa, Andrés Tagle, Pedro Medrauo i Juan de Dios Moran. Guarnición

del batallón Marina Constitución.)

de

preferencia.

Miguel Espinosa, Eulojio Carlin, Pedro Rodríguez, Ciríaco Castro, Juan B. Gosseline, Frank Pettel, Indian Gorge, Charles Sanders, Gilbrand Olson, Henry Muller, Feliciano Bustavino. Artilleros

ordinarios.

Isidro Arévalo i Salomé Oviedo. Marineros. Hilario Romos, Agustín Rafael, Pedro Beltran, Mariano Gordillo, Eulojio Rodríguez, Manuel Mendoza, Vicente Freiré, Manuel Carreño, Francisco M. Moneada, Nicolás Altamirano, Agustin Tafur, José L. Gordillo, Francisco Huamanchunga, José Diaz, Francisco Telles, José F. Boza, Eleodoro Soto i Feliciano Sorio. Grumetes. Pedro Rios, Guillermo Torres i Doroteo Colquir. Cabos

de

fogoneros.

Thomas Williams, William Elliot i Ducan Livingstone.

Columna

Sarjento 1. ° Francisco Mejía. „ 1. ° Pedro E. Osorio. „ 2 . ° Enrique Garaicochea. 2. ° Eusebio Pérez. Cabo 1 . ° Federico de la Cruz. „ 1 . ° Tomás Ramos. „ 2 . ° Manuel Montufar. „ 2. ° José Ramírez. Soldados. Cipriano García, José Pérez, Juan Mendoza, Ignacio Paredes, José Aguilar, Toribio Rosado, Ignacio Rayo, Francisco Faisán i Manuel Diaz. Guarnición

del batallón

Callao número

A.

Sarjento 1. ° Manuel Corrales. „ 2 . ° Tiburcio Valderrama. (Tambor), Cabo 1. ° Melchor Ramírez. „ 1. ° Lúeas Palomino. „ 1. ° Aurelio Pedraza. (Corneta) „ 2 . ° Anselmo Escalante. „ 2 . ° Rafael Sánchez. Soldados. Martin Vasquez, Inocencio Caso, José Romaní, Manuel Ramos, Saturnino Méndez i Luis Rojas. A l ancla, Arica, Junio 6 de 1 8 8 0 . E l oficial del detall, B E R N A R D O S M I T H . V. °

B. °

— S Á N C H E Z LAGOMARSINO.

XV. Correspondencia a " E l M e r c u r i o " i cartas d e varios j e fes i oficiales d e l e j é r c i t o chileno s o b r e l a t o m a d e Arica.

Arica, Artilleros

{antes

Junio

7 de 1880.

Señor Editor de E L MERCURIO: El 1 . ° del corriente salia de Tacna en dirección a este puerto el 2. ° escuadrón de Carabineros de Yungai, al mando del sarjento mayor don Rafael Vargas, con el objeto de estacionarse en el puente de Chacalluta, hasta donde llegaban ya los trabajos de reparación de la línea férrea, e impedir que las partidas avanzadas del enemigo encerrado en Arica practicasen algunas incursiones con el objeto de impedir los trabajos. La línea férrea estaba ya corriente, después de ímprobas fatigas i de abrumadora actividad, mediante el empeño del Cuerpo de Pontoneros militares. Ese día, una locomotora habia recorrido la línea hasta llegar a la orilla del cauce, i se daba la última mano a la obra a fin de que al dia siguiente se embarcase en Tacna la división de reserva, que debia operar contra la plaza bloqueada. Por diversos conductos se sabia ya que el enemigo encerrado en Arica no habia aumentado sus filas con ninguno de los fujitivos de Tacna, i que, por lo tanto, su número era el mismo de los primeros dia de Mayo, pudiendo computarse en unos 1 , 5 0 0 a 2 , 0 0 0 hombres. El Rejimiento de Cazadores i el Escuadrón número 1 de Carabineros de Yungai, mandado por el comandante Bul-


190

G U E R R A UEL PACIFICO.

nes, seguía también hacia A r i c a , i el dia 2 se embarcaba efectivamente la reserva, c o m p u e s t a de los rejimientos Ruin, 3. ° , 4. ° i Batallón Búlnes, a fin de estacionarse en la ribera Norte del rio Chacalluta.

La división de reserva estaba m a n d a d a por el coronel d o n Pedro Lagos, e h i z o efectivamente el viaje en ferrocarril desde T a c n a hasta el p u n t o de su destino sin hallar el m e n o r tropiezo en el trayecto. Allí se encontró c o n la noticia de que la n o c h e anterior, al bajar la caballería al f o n d o de la quebrada o p e q u e ñ o valle que forma el lecho del rio, c o n el objeto de dar agua a sus caballos, habia h e c h o esplosion u n a mina de d i n a mita. El camino real que c o n d u c e al valle de Chacalluta c o l o c a d o a nuestra derecha respecto del p u e n t e de este n o m b r e , es en osa parte la única via practicable para los c a ballos. Los peruanos, c a l c u l a n d o que nuestras tropas h a bían de tomar ese paso, tenían allí n o m o n o s de 10 minas de dinamita, esparcidas en distintos p u n t o s del trayecto i hasta en las márjenes pedregosas del rio. Bajaron primero los Cazadores, i en seguida el 2. ° E s c u a d r ó n de Carabineros. Pero, apenas llegados al pié de la bajada, una detonación espantosa ponia en dispersión a las asustadas cabalgaduras, al m i s m o tiempo q u e u n a especie de erupción volcánica brotaba desde el fondo de la tierra, levantando confusos destrozos de piedras, tierra i maderos, envueltos entre h u m o i llamas. El golpe, sin embargo, habia resultado fallido, p o r q u e los factores de la esplosion, engañados por la distancia i por la semi-oscurídad crepuscular, i n f l a m á r o n l a m i n a en los m o m e n t o s en que la última mitad de Cazadores i la c a beza de Carabineros dejaban sobre ellos un p e q u e ñ o claro. T o d a la desgracia se limitó, pues, a la fractura de u n brazo del corneta que a c o m p a ñ a b a al m a y o r Vargas, h a b i e n d o escapado milagrosamente este j e f e , lo m i s m o que el m a y o r Alcérreca i el capitán Lermanda, que m a r c h a b a n j u n t o a él. Pero nuestros jinetes, sin perder el tino c o n el peligro, se formaron en ala sobre el b o r d o de la quebrada i avanzaron al galope en busca de los que habían e n c e n d i d o la m á q u i n a inferna!. A p o c o s metros del bordo do la ribera Sur i hacia el lad o de la playa se levanta una casita de madera, i desde allí partían los alambres eléctricos que habian servido para causar la esplosion. A l g u n o s soldados de caballería, v i e n d o que de allí salían algunos bultos en dirección a A r i c a , se lanzaron en su seguimiento. C o m o no se detuviesen, sino que u n o de ellos, p o r el contrario, m o n t a b a en u n caballo i huia hacia el p u e r t o , los soldados r o m p i e r o n sobre ellos el fuego .de carabina sin dejar de perseguirlos. A los pocos pasos caia u n o de ellos herido en u n a pierna, i mas adelanto eran capturados los otros que iban a pié. El de acaballo, que según se s u p o era un n o r t e - a m e r i c a n o , l o g r ó escapar i refujiarse en la ciudad.

Inmediatamente se cortaron los alambres, i ai aclarar del dia siguiente se practicó una minuciosa pesquisa por t o d o s los alrededores a fin de descubrir nuevas minas. E n tro los prisioneros tomados en el m o m e n t o de la esplosion so encontraba u n injeniero peruano, i éste fué puesto en aprietos para q u e confesara d ó n d e estaban las m m a s i fuera personalmente a designar los lugares. Pero después, en efecto, se descubrían otras n u e v e m i nas sembradas en los pasos del rio, i se recojia una enorm e cantidad de alambre. Las tales minas eran h o y o s de metro i m e d i o de p r o f u n d i d a d por m e d i o de d i á m e t r o , e n c u y o f o n d o estaba c o l o c a d o un cajón de dinamita de u n o s o c h o o diez k i l o gramos de peso i c o m u n i c a d o c o n la pila por m e d i o de

los alambres, que iban a dar en u n fulminante. E n c i m a estaban cubiertos de tierra, i a u n q u e era fácil notarlos, se les c o n f u n d í a c o n u n s i n n ú m e r o de h o y o s esparcidos p o r aquel lugar i que son los q u e sirven a los c h o l o s para tostar su cocaví. El dia siguiente 3, a las 10.40 A . M . , partía de T a c n a un n u e v o c o n v o i trayendo al Jeneral en Jefe i Cuartel J e neral, al Jefe d e Estado M a y o r i sus ayudantes, i c u a t r o baterías de c a m p a ñ a i una de m o n t a ñ a c o n su d o t a c i ó n correspondiente. A las 12.40 llegaba al p u e n t e de Chacalluta, en d o n d e se habian estacionado las tropas, i a las 2.30 P. M. salían el Jeneral i el Jefe de Estado M a y o r a practicar un r e c o n o c i m i e n t o de las posiciones enemigas, escoltados p o r una partida de caballería. El d e s c u b r i m i e n t o de las minas habia causado gran sensación en todos. Se temia que el e n e m i g o tuviera el valle sembrado de aquellas terribles escavaeiones, desde q u e a seis millas d e distancia i en u n c o r t o espacio se h a bian descubierto 10 de ellas. E s t o n o arredraba, sin e m b a r g o , a nuestras tropas, i era j e n e r a l el deseo de dar de n o c h e un asalto al e n e m i g o , a fin de inutilizarle hasta cierto p u n t o aquel m e d i o de d e fensa. Si p o r desgracia estallaban algunas q u e nos p u d i e ran causar sensibles pérdidas, p e o r para los defensores de la plaza, p o r q u e nuestra v e n g a n z a debia ser terrible.

E l lugar que iba a ser teatro del n u e v o triunfo de n u e s tro ejército era una posición fortísima p o r la c o n f o r m a c i ó n natural del terreno i p o r el b u e n partido q u e se h a b i a sacado d e ella, l e v a n t a n d o obras fortificadas q u e a l a vista parecian inespugnabl.es. H a c i a el lado de Chacalluta se estiende una estensa planicie, que en la ribera meridional del rio, o sea hacia el lado de la c i u d a d , baja s u a v e m e n t e desde la falda de un c o r d ó n de cerros arenosos hasta la m i s m a ribera del mar. A q u e l l o s cerros corren casi paralelos c o n la playa, o sea de N o r t e a Sur, lamidos en su falda oriental p o r el rio Chacalluta o Salado, i en su estremo Sur p o r el A z a p a 0 A r i c a , q u e desde allí tuerce hacia la p o b l a c i ó n , a u n q u e y a perdido su p e q u e ñ o caudal entre las hermosas quintas 1 arboledas de este valle. Los valles de A z a p a i de Chacalluta corren, pues, casi paralelos, hasta que al d e s e m b o c a r en la estensa espla^ nada que dejan a su frente los cerros del Este, se c o n f u n den en el valle de A r i c a . E l valle d e A z a p a está d o m i n a d o en su intersección c o n el de A r i c a p o r los cañones de un c o r d ó n d e fuertes que parten desde el M o r r o i q u e forman una especie d e triángulo c u y a base mira al Sur. E l de A r i c a , o sea el del N o r t e , abierto i c o n d e c l i v e hacia el m a r , está d o m i n a d o a la vez por los cañones del Morro, p o r los de las baterías del Este, que b o r d a n la barranca occidental del valle de A z a p a , i por las del Norte, q u e protejen la p o b l a c i ó n p o r ese lado i cuyas sólidas obras de manipostería se n o t a n a la simple vista desde Chacalluta. El c o r d ó n de cerros arenosos del Oriente, q u e separa los valles de A z a p a i de Chacalluta, es el ú n i c o q u e n o está o c u p a d o p o r el e n e m i g o ; pero su estremo N o r t e se halla a e n o r m e distancia de las baterías, 8 , 0 0 0 metros, i su parte Sur, mas baja que el c o r d ó n del Morro, se e n cuentra d o m i n a d a p o r los fuegos de éstas.

Se vio, pues, que antes de pensar e n los m e d i o s d e r e n dir o de tomar la plaza era necesario cortar al e n e m i g o su fácil retirada por el valle de A z a p a , i c o n este o b j e t o , a las 2 P. M . del 4, c a m b i a r o n d e c a m p a m e n t o el B u i n i el 4. ° , corriéndose tras los cerros del Oriente p o r el m i s m o valle de Chacalluta, a fin de trasmontarlos en la n o c h e i apoderarse d e l valle d e Azapa.


CAPITULO

L o s Cazadores debían acompañar esta tropa, i, en efecto, se pusieron en marcha a las 10 P. M. del m i s m o dia. A las 12 P. M. partían de su n u e v o c a m p a m e n t o los dos Tejimientos mencionados, i tras una penosa m a r c h a llegaban al amanecer al valle de A z a p a sin que lo notara el enemigo. Alli caían en nuestro p o d e r u n capitán i dos soldados q u e formaban parte de una avanzada peruana. L a artillería so m o v í a al m i s m o t i e m p o para coronar la c u m b r e d e los cerros del Oriente, i llegada al rio lo atravesaba por u n puente improvisado por el Cuerpo de I n jenieros. L a acompañaba el Batallón Búlnes, que debia permanecer j u n t o a ella en p r o t e c c i ó n de las piezas. A las 2 A. M . llegaban nuestras piezas a la c u m b r e i c o ronaban el cerro. L a batería de m o n t a ñ a se c o l o c a b a en la estremidad S u r de éste, i las cuatro de campaña en la medianía, o sea a unos 7,000 metros de los fuertes enemigos. A l manecer del sábado 5 estaba c o m p l e t a m e n t e sitiada por tierra la formidable plaza de Arica, sin tener el enem i g o mas escapatoria que hacia el lado Sur, s i g u i e n d o el c o r d ó n del Morro, en d o n d e el desierto le ponía una infranqueable barrera. Por el lado del mar, los b u q u e s de nuestra escuadra, fondeados frente a la d e s e m b o c a d u r a del Salado, se c o m u n i c a b a n en ese dia c o n nuestras tropas, i d e esta m a nera, puestos de acuerdo los jefes d e mar i tierra, q u e d á bamos en situación de establecer contra la plaza u n rigoroso asedio o atacarla c o m b i n a n d o nuestras fuerzas marítimas i terrestres. Pero q u e d a n d o solo el 3. ° de línea en el puente de Chacalluta para custodiar, j u n t o c o n los Carabineros, la estensa planicie del valle de A r i c a por el N o r t e , i necesitándose m a y o r n ú m e r o de tropas para atacar el n u d o do fuertes i reductos del Este i Sur, so acordó traer de T a c na al R e j i m i e n t o Lautaro para q u e tomase parte también en las p r ó x i m a s operaciones.

A las 7 A . M. del 5, r o m p i a nuestra artillería sus fuegos contra los fuertes i baterías enemigas. L a batería de montaña, situada en la estremidad S u r de los cerros del Este, dirijia c o n preferencia sus disparos al fuerte Cindadela, que, c o m o centinela avanzado, ostentaba sus i m p o nentes i escarpados flancos sobre una colina que d o m i n a todas las cercanías, mientras las baterías de c a m p a ñ a lanzaban sobre los fuertes del N o r t e certeros tiros, c u y o s proyectiles se veian estallar dentro de los recintos. El enemigo r o m p i ó a los pocos minutos sus fuegos en contestación a los nuestros, i la bronca d e t o n a c i ó n de sus disparos demostraba que todas sus piezas eran de grueso calibre i algunas de largo alcance. El fuerte Ciudadela del Sur, el Santa R o s a del N o r t e i dos o tres mas de distintos puntos, liacian retemblar el suelo c o n sus disparos. D u r a n t e tres horas se m a n t u v o el cañoneo casi sin intervalos de reposo, semejando su c o n j u n t o , repercutido por los ecos, el sordo estrépito de u n p r o l o n g a d o trueno. Mientras tanto, el formidable M o r r o , cual si desdeñara tomar parte en la fiesta, o c o m o un jeneral que mira batirse a sus soldados, permanecía silencioso, ostentando sus abruptos flancos i sus formidables trincheras a la c o diciosa mirada de nuestras tropas, c o m o si desafiara sus esfuerzos i retara su heroísmo.

SEGUNDO.

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m e distancia tras ellos, lo que demostraba el b u e n alcance de los cañones enemigos de esa parte de la plaza. Nuestra batería de montaña permaneció bravamente, sin embargo, sosteniendo el cañoneo i contestando con certera puntería los disparos de a m b o s fuertes; pero siend o sus proyectiles incapaces de abrir brecha en sus sólidas murallas i en los parapetos de arena de los reductos, se creyó conveniente retirarla do allí i trasladarla al l u gar que o c u p a b a n las cuatro baterías do campaña. Estas, lo m i s m o que la de montaña, eran impotentes c o n tra los bien construidos fuertes del N o r t e ; pero se vio q u e los proyectiles chilenos podían dañar al enemigo c a u sándole bajas entre la j e n t e q u e servia las piezas, m i e n tra n i n g u n o de los suyos habia alcanzado a llegar a la c u m b r e que o c u p a b a n las nuestras. Terminado el cañoneo, i estando aun indecisos el J e n e ral en Jefe i el Jefe de Estado M a y o r sobre si se continuaría el sitio de la plaza hasta obligarla a rendirse por h a m b r e , o si se daria un asalto a los fuertes c o n nuestra infantería, se acordó mandar un parlamentario para que intimara rendición al j e f e de la plaza. F u é encargado de esta comisión el sarjento m a y o r de artillería d o n J u a n de la Cruz Salvo, q u e regresó en la tarde c o n la noticia de q u e el j e f e e n e m i g o estaba resuelto a defenderse hasta el último estremo. H a b i é n d o l e h e c h o notar el m a y o r Salvo la inutilidad de una resistencia, desde el m o m e n t o que de ninguna parte poclia esperar socorro, i siendo el ejército chileno bastante poderoso para dar dos o tres ataques a u n q u e fueran rechazados los primeros, el coronel Bolognesi repuso: " N u e s t r o país, señor, es una nación m u i desgraciada. En la presente guerra no c o n t a m o s con niguna acción de brillo, de esas que retemplan el entusiamo de un pueblo, i y o quiero dar este e j e m p l o a mi país." L e repuso el m a y o r Salvo que n o era posible sacrificar inútilmente tantas vidas por satisfacer una pueril vanidad, pero Bolognesi se negó tenazmente a entrar en n i n g u n a clase de consideraciones.

A l dia siguiente, 6, llegaba de T a c n a el R e j i m i e n t o Lautaro, i entonces so d e s p a c h ó al 3. ° de línea para q u e fuera a reunirse c o n el Buin i el 4. ° en el valle de A z a pa, mientras el Lautaro quedaba c u s t o d i a n d o las riberas del Chacalluta. E n la mañana se inició n u e v a m e n t e u n lento cañoneo contra los fuertes del Norte, concentradas ya todas las baterías en el p u n t o que ocupaban las de campaña. P o c o después contostaba el e n e m i g o c o n sus cañones de grueso calibre, c u y o s tiros q u e d a b a n cortos al p r i n c i cio; pero, rectificando p o c o a p o c o sus punterías, al fin los proyectiles enemigos iban g a n a n d o terreno a cada disparo i estallaban mas p r ó x i m o s a nuestras piezas, a pesar d e la e n o r m e distancia que tenían que recorrer. A las 12 del dia reventaban algunas granadas en la c u m b r e misma del cerro, bañando a nuestros artilleros c o n sus cascos, pero afortunadamente sin causarles n i n guna baja; otras pasaban a la falda del lado opuesto i llegaban casi hasta el valle de Chacalluta. Esto decidió de la suerte de la plaza. So resolvió q u e al alba del dia siguiente, 7, A r i c a seria nuestra por la razón o la fuerza. Se dio suelta en seguida al torpedista prisionero para q u e entrase a la plaza a notificar a su j e f e q u e en la tarde del dia siguiente la asaltaríamos, i que si no se renP r o n t o se vio que el Ciudadela i demás fuertes del Sur dían hasta las 12 de la n o c h e , sus defensores quedarían dominaban c o m p l e t a m e n t e c o n sus disparos la batería de sujetos a los mas crueles horrores de la guerra. montaña establecida en la estremidad meridional de los E l pobre diablo se negaba a c u m p l i r esta comisión i cerros árenosos i sobre el borde N o r t e del valle o quebra- p o r nada del m u n d o quería entrar de n u e v o a la ciudad, da de Azapa. temeroso de caer en manos de los nuestros en los m o Los enormes proyectiles d e a 200 i 300 de los cañones m e n t o s del c o m b a t e , p o r lo cual fué necesario a c o m p a ñarlo hasta alguna distancia i ver que en seguida n o v o l Parrot de esas baterías, estallaban estrepitosamente alviese sobre sus pasos. rededor de nuestros artilleros, i m u c h a s pasaban a enor-


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GUERRA DEL

Eran las 2 P. M. del 6, i a esa hora suspendían su ca­ ñ o n e o nuestras baterías de tierra.

P o c o s m o m e n t o s antes de que nuestras baterías de tierra suspendiesen sus fuegos sobre la plaza, adelantaban hacia el Morro en son de c o m b a t e los buques de guerra que sostenían el bloqueo del puerto. A la cabeza de ellos i ceñido a la costa N o r t e , avanza­ ba el Loa, que iba a probar el c a ñ ó n A r m s t r o n g de n u e ­ v o sistema que se le acababa de montar a proa; seguía un p o c o mas afuera, en dirección al centro de la bahía, la simpática Magallanes, i por fin, c o n la proa en dirección al Morro i mas al Oeste la Covadonga. El primer disparo, c o m o a 8,000 metros de distancia, lo hizo el Z o « , dirijiendo su puntería a los fuertes del N o r t e ; i desde ese m o m e n t o hasta las 2 Р. M., continuó lanzando proyectiles, y a a éstos, y a a las baterías del Este i del Morro, tras el largo intervalo que necesitaba para cargar i a puntar su única pieza de largo alcance. L a Magallanes i la Covadonga seguían acercándose a tierra si romper el fuego, mientras el Gochrane, q u e h a s ­ ta ese m o m e n t o se había mantenido en su fondeadero frente a la d e s e m b o c a d u r a del rio Chacalluta, principiaba a levar ancla, al parecer c o n el intento de t o m a r también parte en el c o m b a t e .

Y a la Magallanes se encontraba a 3,500 metros de las baterías enemigas, i en estos m o m e n t o s r o m p í a sus fue­ gos contra el Morro i los fuertes del Este, demostrando, desde el primer disparo c o n sus certeras punterías, el buen pié de disciplina de su veterana tripulación. La Covadonga, por su parte, internándose atrevida­ m e n t e hasta hallarse a unos 2,500 metros del e n e m i g o , iniciaba también a los p o c o s m o m e n t o s su cañoneo, per­ m a n e c i e n d o a esa distancia. El Gochrane, mientras tanto, principiaba a adelantar su imponente masa en dirección al centro de la bahía, al m i s m o tiempo el Manco­Capac, a b a n d o n a n d o su f o n d e a ­ dero al pié del Morro, se acercaba mas a la playa, j u n t o a los fuertes del Norte, c o m o si temiera ser a c o m e t i d o por nuestro blindado. Y a habia éste franqueado la distancia que lo separaba de la Covadonga, i sin disparar un tiro seguía aun avan­ zando majestuoso en dirección al puerto, hasta llegar a colocarse a unos 2,000 metros del Morro. Quizas se creía a b o r d o q u e el ataque iba a tener lugar ese día, i que la artillería habia suspendido sus fuegos para ganar terreno sobre el e n e m i g o .

Desde los primeros m o m e n t o s del ataque habían sus­ pendido sus fuegos contra la artillería los fuertes de la plaza, i al ver que nuestros b u q u e s de madera se acercaban a tiro, rompian sobre ellos sus disparos. El Morro era a h o ­ ra u n o de los mas empeñosos, i sus proyectiles llegaban m u c h o mas allá de la línea de nuestros buques de madera. Pero en cnanto el Cochrane h u b o avanzado a m e n o s d e 2,500 metros, todos los tiros se concentraron sobre él, mientras éste continuaba adelantando siempre impasible, A l fin brotó de su costado una densa humareda, que fué saludada con entusiastas gritos por los que desde la ribe­ ra c o n t e m p l á b a m o s su atrevida marcha, i desde ese m o ­ m e n t o c o n t i n u ó h a c i e n d o c o n c i e n z u d o s disparos sobre el enemigo. S u s tiros se dírijian, y a a las baterías d e l N o r t e , y a al Manco­Ca'pac, que se m o v í a n u e v a m e n t e de su f o n d e a d e ­ ro al ver que uno de los gruesos proyectiles de a 300 levantaba a su costado una inmensa c o l u m n a de agua que por un m o m e n t o lo ocultó a nuestra vista.

A l a s 4 P. M. suspendían el c a ñ o n e o nuestros b u q u e s i se retiraban lentamente a su fondeadero, sin que durante

PACIFICO.

este tiempo hubiesen s e c u n d a d o sus fuegos nuestras b a ­ terías de tierra. L a Covadonga, habia recibido cerca de su línea de flo­ tación d o s balazos de a 150, q u e le causaban serios d e s ­ trozos. L a Magallanes tenia la fortuna de salir ilesa del c o m b a t e , a u n q u e m u c h o s proyectiles pasaron por sobre su arboladura i entro las jarcias. E l Cochrane, por su par­ te, recibia en su costado de babor u n a granada enemiga que h a b i e n d o c h o c a d o contra una de las portas hacia es­ plosion dentro de la batería, incendiando u n saquete d e pólvora. La esplosion abrasó a 27 servidores de las piezas, de los cuales están 25 g r a v e m e n t e heridos.

El n ú m e r o de disparos h e c h o s por nuestros b u q u e s fué el siguiente: Cochrane 1ма , Covadonga Magallanes

21 11 20 28

Total 80 El d e las baterías de la plaza estuvo distribuido d e es­ te m o d o : Morro Ciudadela Batería del ferrocarril San J o s é

33 4 4 33 Total

74

Si a éstos agregamos seis disparos h e c h o s al aire por el Manco­Capac en los m o m e n t o s en q u e ya se retiraban nuestros buques, se c o m p l e t a el n ú m e r o de 8 0 , o sea u n a cifra igual a la de la escuadra chilena.

Esa m i s m a tarde se dieron en tierra las órdenss c o n v e ­ nientes para q u e nuestra infantería atacase las formida­ bles trincheras de la plaza al amanecer del dia siguien­ te, 7. A las 12 P. M. debían ponerse en m a r c h a los Tejimien­ tos B u i n , 3. ° i 4. ° , estacionados en el valle de A z a p a , llevando a retaguardia al R e j i m i e n t o de Cazadores, i avan­ zar durante la n o c h e hasta colocarse a tiro de pistola de las baterías. C o n este avance se c o n s e g u í a evitar los estragos q u e a m a y o r distancia pudieran hacer en nuestras filas los c a ­ ñones enemigos, al m i s m o tiempo q u e se libraba a la t r o ­ pa del cansancio consiguiente a u n a larga travesía. D e esta manera también los soldados conservaban t o d o su í m p e t u para asaltar aquellas formidables c o n s t r u c c i o n e s i para sostener su esfuerzo.caso de ser rechazados en el p r i ­ mer empuje. U n o d é l o s rejimientos debía quedar de reserva de los d o s que atacasen, i disputándose calorosamente aquellos bravos el primer puesto, el puesto del peligro i de la g l o ­ ria, fué necesario, para n o herir las susceptibilidades de jefes i oficiciales, rifar en un sombrero a cual de ellos les tocaría la mala suerte de quedar a retaguardia. F u e r o n el 3. ° i el 4. ° los favorecidos p o r la fortuna, i desde ese m o m e n t o , contentos i parleros c o m o quien se h a sacado la lotería, c o m e n z a r o n sus preparativos de ata­ que afilando sus yataganes i sus corvos.

El Lautaro, espaldeado por el 1. ° i 2. ° escuadrones de Carabineros de Y u n g a i , debía ponerse en m a r c h a a las 4 A . M. desde el lugar q u e o c u p a b a j u n t o al puente de Chacalluta. S u misión era adelantar p o r el valle d e A r i c a hasta q u e u n o de sus batallones se encontrase al amanecer j u n ­ to a las sólidas murallas del fuerte San José, i el otro cer­


CAPITULO SEGUNDO.

ca del situado frente a la entrada del valle de Azapa, i q u e creemos estaba bautizado c o n el n o m b r e de S a n t a R o s a . T o m a d o s a m b o s fuertes i r o d e a d o , por lo tanto, el San A n t o nio, q u e queda en el centro, debian atacarlo por a m b o s flancos i marchar en seguida a posesionarse de la c i u d a d . Los escuadrones números 1 i 2 de Carabineros, estendidos en batalla a retaguardia, cortarían el paso a los fugitivos q u e procurasen escapar p o r ese lado.

Este plan atrevidísimo, pero bien c o m b i n a d o i maduram e n t e c o n c e b i d o , n o podía estar mas en armonía c o n la índole del s o l d a d o chileno, p o r q u e consultaba a la vez sus innatos sentimientos de astucia i de audacia. A d e m á s se quebrantó en este caso la rutinaria c o s t u m b r e del militarismo de la vieja escuela, q u e consiste en ocultar misteriosamente al soldado o al oficial el o b j e t o que trata de alcanzarse c o n la comisión o la tarea que se les confia. D e manera q u e el plan de ataque i la forma c ó m o debía llevarse a efecto circulaban esa n o c h e de boca en b o c a entre los alegres corrillos de los soldados, que lo aplaudían c o n toda su alma, p r o c u r a n d o cada cual p o n e r de su parto cuanto fuera posible a fin de que se llevara a efecto de una manera cumplida. Se esperimentaba u n a sensación verdaderamente arrebatadora al recorrer los círculos de los soldados que d e partían sobre las probabilidades i contingencias del p r ó x i m o asalto, i a cualquiera le habrían causado admiración, sorpresa i hasta a s o m b r o las linas observaciones, los acertados pareceres, los o p o r t u n o s acuerdos del ilustre.Jeneral Pililo. I t o d o en m e d i o de pláticas en q u e resaltaba ese heroísmo tranquilo, sin afectación, sin fantasía, c o m o dicen ellos, q u e constituye el puro, el verdadero h e roísmo. E n los siguientes diálogos h e m o s procurado fotografiar el aspecto que presentaban los c a m p a m e n t o s en esa m e morable n o c h e : E n el Lautaro: — ¿ S e quedará Chile c o n esto, h o m b r e ? — ¡ M e h ! Se tiene que quedar n o mas, pues. ¡Bonito fuese q u e u n o dejara botada su sangre en la tierra de estos peruanos! — S e r á por l o p o c o q u e nos h a c o s t a d o . . . — N o se te dé nada, h o m b r e , que mañana se acabarán tus penas. — P o r si acaso acertáis, c h u n c h o , n o se te olvide sacarme el anillo i llevárselo a m i mujer. — N o tengas c u i d a d o ; ya m e haré cargo de él i de ella... Coro de estrepitosas carcajadas. E n este m o m e n t o se acerca un cabo o r d e n a n d o apagar todos los fuegos. E r a n las 7 P. M. — ¡ B a h ! A q u í se le fueron los pavos a m i Jeneral. — ¡ Q u é sabes vos, h o m b r e ! — ¿ P u e s nó? Mira: d e j a n d o prendidas las fogatas engañábamos m e j o r a los cholos. Mientras ellos estuviesen c o n la boca abierta m i r a n d o la llamita, llegábamos nosotros a los castillos, i de repente, ¡tras!... ¡a la carga, m u c h a c h o s ! — S í ; i si n o a p a g a m o s el fuego lo pasamos toda la n o che platicando, i a m a n e c e m o s mañana lacios i c o n el cuerpo m a l o para dar el encontrón. — D e c í s bien, h o m b r e . I todos e m p e z a r o n inmediatamente a apagar los tizones. E n el 4. ° : —¿Será cierto, hermanito, q u e el fuerte de aquella l o m a está foseado? — ¿ A h o r a n o mas estás en eso? ¡I la laya! P e r o algún ladito h a de tener para q u e salgan de adentro. — B u e n o , d i g o y o : ¿i si no nos toca ese? — S i n o nos toca, n o hai mas q u e rellenamos la z a n j a con los que vayan c a y e n d o . TOMO n i — 2 5

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— M i r e , hermanito: n o m e p o n g a m u i debajo si m o v o l tean los cholos. — A mí p ó n g a m e d o n d e quiera, señor. Si m e toca la mala, mas bien que sirva de algo. E n el Lautaro: — ¿ C ó m o se llaman los castillos de nosotros? — E l de mas arriba Santa Rosa, el otro San A n t o n i o i el de la playa San José. — ¡ H o m b r e ! Estos diablos han b u s c a d o los santos mas milagrosos. — C o n t r a nada n o mas, pues. Mi c o m a n d a n t e es a b o g a d o de Santa Rita, abogada de imposibles. E n el Buin: — ¡ B i e n haya, a m i g o q u e somos fatales! •—¡No m e diga nada, señor! creo q u e estamos e m p e c a t a dos. — P e r o . . . pudiera ser que nos alcanzara a tocar. El fuerte del 3. ° es erudito. — ¡ P c h é ! Si esos niños son bravos c o m o p e r r o s . . . S e van a lo que es bayoneta n o mas. — ¿ I los cnartinos? — T a m b i é n son buenazos. Mi c o m a n d a n t e San Martin no afloja un pelo. — ¡ A eso viene uno aquí! Los demás pelean i u n o se q u e da m i r a n d o ! — P e r o ¡qué malditas cédulas! ¿ N o nos meterían trampa? — ¡ Q u i e n sabe, señor! ¡Mi c o m a n d a n t e Castro es tan c a u lista!... E n el 3. ° : — ¿ D e qué serán las trincheras que v a m o s a atacar n o s otros? — S o n d e sacos de arena, h o m b r e . — M a l a está la cosa, pues, p o r q u e son anchas i altazas. •—¡Vaya, h o m b r e ! ¿Para qué andas c o n c o r v o entonces? — ¿ I de áhi? •—¡I de áhi! Se le mete el c o r v o al saco de abajo c o m o rajarle la guata a un c u i c o , i e n t o n c e s verás c o m o lueguito abrimos pasada. —¡Ciertito, pues h o m b r e ! Se c a e n los de arriba, i... El gran N a p o l e ó n s u p o lo que hacia c u a n d o disfrazado recorrió su c a m p a m e n t o la víspera de Austerlitz.

E n c u m p l i m i e n t o de la orden recibida, a las 5. A . M. so ponía en marcha el Lautaro por el valle d o A r i c a , para atacar de frente las baterías del Norte. La n o c h e estaba oscura i encapotada; pero su ceño no se habia c o m u n i c a d o a aquellos valientes, que marchaban alegres i lijeros a estrellarse contra las espesas murallas d e los fuertes d e l Norte. Iban, sin e m b a r g o , silenciosos i p r o c u r a n d o ocultar su presencia a pesar de las tinieblas. El terraplén d e la línea férrea forma h a c i a el lado d e la playa una p e q u e ñ a barranca, i toda esa parte del valle está tapizada de pequeños arbustos i plantas anfibias q u e dejan a veces p e q u e ñ o s claros por los cuales p u e d e m a r c h a r agazapado u n h o m b r e . Las descubiertas peruanas i los centinelas de los fuertes n o podían, por lo tanto, descubrir al Lautaro, c u y o s soldados m a r c h a b a n en orden dispersos i arrastrándose c o m o culebras, pero resueltos a convertirse en leones c u a n d o estuvieran al pié de las sólidas obras enemigas. Principiaba a pardear el dia c u a n d o se encontraban en el desecado l e c h o del rio A r i c a o A z a p a , i p o c o s m o m e n t o s después, siempre o r d e n a d o s i precavidos, principiaban a subir la pequeña cuesta en c u y a meseta, que semeja la base o falda del Morro, se levantan, primero los tres fuertes del N o r t e , i mas allá, separada por una angosta c i n t u ra d e quintas i terrenos baldíos, la p e q u e ñ a pero floreciente c i u d a d de A r i c a .


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GUERRA DEL

Eran las 6.30 A . M. i ya torio el R e j i m i e n t o Lautaro se encontraba en su puesto. A m b o s batallones, acurrucados j u n t o a las altas murallas de los fuertes San .losé i Santa Rosa, i habiendo ya r e c o n o c i d o sus fosos, sus escarpas i sus aproches, esperaban solo que se sintieran fuegos de fusilería en el Morro para asaltar, c o m o brotados de la tierra, los dos fuertes que se les había designado. La marcha se había verificado con tal maña, que los suspicaces peruanos ignoraban por c o m p l e t o que estuviese allí un rejimionto entero de chilenos.

El Búlnes permanecía, mientras tanto, estacionado en la altura de los cerros que o c u p a b a nuestra artillería, en protección do ésta, poro listo para acudir en a p o y o del Lautaro si so prolongaba demaciado la resistencia del enemigo. A d e m á s , caso do que algunos grupos do peruanos e m prendiesen a la desesperada la fuga tratando de trasmontar esa loma, debían cortarles la retirada i tomarlos prisioneros. Pero este papel no estaba muí en armonía c o n los doseos de los jefes, oficiales i tropa del batallón santiaguino, que hubiera deseado tomar parte en lo mas reñido de la lucha, c o m o sus afortunados compañeros.

El Buin, el 3. ° i el 4. ° , que debían recorrer m a y o r distancia i por un camino mas accidentado i lleno de peligros que el del Lautaro, se movían a las 12 de la n o c h e de su c a m p a m e n t o en el vallo de A z a p a , calculando encontrarse al alba al pié do los fuertes que debían atacar. L a marcha se hizo, c o m o era natural, t o m a n d o u n verdadero lujo de precauciones a fin de n o ser descubiertos, cañoneados i quizá, aventados por el enemigo. Desde la toma de Pisagua i derrota del ejército de Buendía, so temia en Arica un desembarco de nuestras tropas por la caleta Víctor, 10 millas al Sur de Tacna, i n o habiendo por ese lado otro c a m i n o practicable que el del valle de Azapa, era natural que el Jeneralísimo M o n tero hubiese acumulado allí toda clase do obras de defensa a fin de cortar a nuestra tropa el paso al Morro i a la ciudad do Arica. Estas precauciones, avisadas después por la p r o x i m i dad de nuestro ejército, debieron ir a u m e n t a n d o dia a día el número de obras de defensa, i al introducir entre ellas la n o v e d a d do las minas, quizas no habrían descuid a d o aquella parte importantísima de sus lados v u l n e rables. Nuestros soldados avanzaban, por lo tanto, c o n toda la provisión imajinable, pero al m i s m o t i e m p o con todo el deseo de estrecharse cuanto antes con el e n e m i g o . Así, habían avanzado rápidamente terreno, i ya antes que aclarase, tanto el Buin c o m o el 3. ° i el 4. ° se encontraban a solo 2,500 metros del fuerte Cindadela, es decir, dentro del alcance de sus cañones.

Allí q u e d ó estacionado el pobre Buin, listo para prestar a p o y o al q u e lo necesitase i viendo alejarse c o n envidia a los cuerpos que debían entrar desde luego en acción. El 3. ° i el 4. ° continuaron avanzando por el fondo del valle en dirección al fuerte Cindadela, hasta llegar a u n o s 1,200 metros de sus parapetos, i por lo tanto, a tiro de fusil. Eran en estos m o m e n t o s las 6 A. M., i la luz apenas permitía ver confusamente los objetos. D e repente se o y e el estruendo d e u n c a ñ o n a z o . E s el enemigo, que habiendo tenido noticias, por medio de sus avanzadas en el valle, do la marcha de los chilenos sobre las baterías del Este, rompía en esos m o m e n t o s el fuego de c a ñ ó n sobre nuestras c o l u m n a s .

PACIFICO.

P o r ese lado estábamos descubiertos. Dos rejimientos (1,800 h o m b r e s ) iban, pues, a batirse de frente, a p e c h o descubierto, sin mas armas q u e el rifle i la bayoneta, contra un e n e m i g o casi igual en n ú m e r o (1,400 hombres), defendido por 19 cañones de grueso c a libro, dos ametralladoras, posiciones formidables, casi inespugnables, i un total de 16 magníficos fuertes i r e d u c tos de dificilísimo acceso, c a d a u n o c o n su recinto m i n a d o para que los asaltantes, aun triunfadores, volasen despedazados después de cada victoria; la m a y o r parto de ellos d o m i n a d o s por la construcción vecina, para que, aun en el caso de que alguno escapara de los estragos de la mina, continuara todavía a m e r c e d de los fuegos e n e m i gos i tuviera q u e recomenzar una, d o s i tres v e c e s la h a zaña que acababa de consumar. I todavía, fuera de estas terribles defensas, c a d a u n o de los 1,400 defensores tenia, c o m o los asaltantes, su b a yoneta, su rifle, sus municiones. ¿I seria posible q u e aquellos 1,800 h o m b r e s triunfaran, i que so apoderasen do los 16 fuertes? Sí, era i n d u d a b l e q u e triunfarían. Era indudable, n a die lo dudaba, que arrancarían la bandera peruana de las 16 fortalezas, i que plantarían en ella la bandera de Chile. I ora indudable solo p o r q u e aquellos 1,800 hombres eran chilenos, solo p o r q u e eran soldados del ejército de Chile, de esta patria q u e aman con idolatría. Tras el primer cañonazo resonaron otro i otros, i p r o n t o u n nutrido fuego d e fusilería v i n o a unir su redoble a los imponentes rujidos del cañón. El 3. ° i el 4. ° continuaron avanzando reunidos h a s ta llegar a un p u n t o equidistante del fuerte C i u d a dela i de otro que se 'levantaba a nuestra izquierda, llamado, según creemos, 1 . ° del Este. Allí se soparon arabos rejimientos, avanzando el 3. ° en c o l u m n a s hacia el Cindadela por el frente que mira al Sur, i destacándose al instante dos compañías que se desplegaron en batalla frente a los lados Este i Oeste. El 3. rompía en ose m o m e n t o sus fuegos contra los defensores del fuerte, a una distancia de 500 metros. E l fuego se hizo mas nutricio por parte del enemigo. El 2, ° jefe del 3. ° , teniente coronel d o n J o s é A. Gutiérrez, m a r c h a b a a la cabeza del 1er. batallón, que fué el que inició el ataque. El 2. ° batallón, m a n d a d o p o r el torcer jefe del cuerpo, sarjento m a y o r d o n F e d e r i c o Castro, permaneció u n i d o , p r o n t o a enviar los refuerzos que reclamase el 1. ° E l 1er. jefe del rejimionto, c o m a n d a n t e d o n R i c a r d o Castro, tenia la d i r e c c i ó n s u p e rior de a m b o s batallones. c

Las balas del enemigo causaban numerosas bajas en las filas del 3. ° ; pero todos avanzaban c o n í m p e t u i d e n u e d o , contenidos sus arranques por la ríjida disciplina m i litar que moderaba sus apetitos de tigres rabiosos, oblig á n d o l o s a marchar en perfecto o r d e n i sin alterar un m o m e n t o la recta formación do sus filas. U n a vez que la voz de "¡al asalto!" les diera suelta, serian irresistibles. Pero ahora solo so encontraban al pié de la escarpa i principiaban a trepar aquella empinada subida, mientras el enemigo continuaba haciéndoles bajas. Ellos contestaban sus fuegos apuntando difícilmente, p o r q u e la trinchera ocultaba a los peruanos i porque el coraje hacia temblar sus manos. E n esto el coraje i el m i e d o se parecen. Los enemigos p u d i e r o n fusilar i m p u n e m e n t e al 3. ° Pero al verlo temblaban. Los parecía ver avanzando hacia sus débiles p e c h o s una viviente muralla de hierro i de granito. Por eso, aunque los 800 hombres allí encerrados hacían nutrido fuego, eran p o c o s los nuestros que caían, c o n relación al n ú m e r o de balas que disparaban los peruanos. ¡ Al fin! H a n llegado al pié d é l a s murallas de arena, i al mismo tiempo que respiran, casi libres y a de las balas


CAPITULO SEGUNDO.

enemigas, sacan sus corvos, rasgan los sacos, se d e s m o r o na la arena, la ayudan a desmoronarse, i al fin, se d e r r u m ba una hilada de sacos. Sigue otra. L a m i s m a operación. El enemigo tiembla. ¿Qué" significa aquel silencioso trabajo? ¿Tienen minas los chilenos? ¡Nó; tienen corvos! A l g u n o s miserables principian a huir. Se escabullen por la estrecha salida que da al á n g u l o Noroeste del fuerte, atraviesan el foso p o r una calzada de tierra, i escapan. Entre ellos van algunos jefes de cuerpos. Entre ellos—¡oh! vergüenza, ¡oh! ¡dolor!—se encuentra el jefe del Batallón I q u i q u e , Saenz Peña, ¡un arjentino!... Monta u n caballo oscuro, i h u y e , h u y o a t o d o escape, h u y o c o m o peruano. Los soldados del 2. ° batallón del 3. ° , apostados para dar caza a los fujitivos, lo cubren c o n una nube de balas, pero Saenz Peña escapa c o n vida. Solo una alcanza a m a r carlo en el brazo derecho, porque quizá no merecía morir. U e j a b a solo a su batallón, u n batallón peruano, m a n dado por oficiales peruanos, i corría, volaba a refujiarse en el M orro. I los oficiales i soldados peruanos del I q u i que se batían, caian i m o r i a n , salvo los que s a l v a r o n . . . c o m o Saenz Peña. Mientras tanto los corvos continúan su operación. Y a han caido tres hiladas de sacos. Solo falta una. ¡Prepararse! Cae. ¡A la carga! I c o m o fieras escapadas de una jaula, sedientas de sangre, los soldados entran c o m o u n torrente por la abierta brecha, i sus yataganes describen terribles círculos, las culatas de sus rifles dan horrorosos golpes, sus bocas espantosos gritos de " ¡ V i v a Chile! ¡Mueran, m u e r a n los p e ruauos " Jefes i oficiales procuran calmar a aquellos h o m b r e s embriagados c o n la mas terrible de las embriagueces: la embriaguez d e s a n g r e . A duras penas lo consiguen, pero al fin lo consiguen. Sin embargo, n o están hartos aun de innoble sangre peruana. T o d o s ellos son antiguos repatriados, antiguas víctimas de aquellos miserables que están allí a sus pies temblando, llorando, pidiéndoles perdón. M u c h o s soldados del 3. ° h a n sido vejados, han sido insultados, h a n sido azotados por aquellos cobardes. A q u e l l o s cobardes han insultado mil veces a Chile, han c a l u m n i a d o a Chile, han procurado infamar a Chile, i Chile es la madre del chileno! 1

Por eso los soldados del 3. ° habían j u r a d o "boberles la sangre." Por eso, si se contienen, ¡ah! es p o r q u e han estado s o metidos durante mas de u n año a la férrea disciplina m i litar, i sus oficiales, sus jefes le m a n d a n que se c o n tengan. Ellos entraron de soldados por vengar sus ofensas i las de la patria. ¡I ahora les mandan contenerse!... De repente resuena un sordo m u j i d o , i al instante, sin un s e g u n d o d e intervalo, se abre la tierra, sallan los sacos, se desquician las cureñas, sube al ;cielo un pelotón confuso de h u m o , de tierra, de trozos de fierro, de piernas, de cabezas, d e cadáveres. H a estallado u n a mina. H a n muerto 20 peruanos. Pero han m u e r t o también 10 chilenos; allí están sus miembros mutilados, sus carnes palpitantes; aquella m i n a estaba destinada para ellos. ¡No hai cuartel! La sangre pide sangre. Las minas, c o r vo. I todos son pasados a c u c h i l l o . N a d i e escapa. El suelo humea c o n los cálidos torrentes. So forman pantanos de sangre. H a i allí n o m e n o s do 450 cadáveres. Q u i z á hai 500. ¿Quién sabe si n o llegan a 600? Se acabó la ridicula caballerosidad. Contra las minas los corvos. Sépanlo los de Lima.

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El 4. ° había avanzado, mientras tanto, en dirección a los dos fuertes do su izquierda, siondo el mas p r ó x i m o el primero de la línea llamada del Este, i el otro el primero do la del Oeste, o s e a del c o r d ó n de fuertes que, sig u i e n d o la dirección de la barranca del mar, van a t e r m i nar en el Morro. A l llegar frente al 1. ° del Este, a unos 600 metros del recinto, el 1er. batallón, que m a r c h a b a desplegado en guerrilla, c o n t i n u ó avanzando para atacar el 1. ° del Oeste. El 2. batallón, que a distancia de 30 m e tros del primero iba paralelo a él, en formación unida, se dirijió al fuerte que tenia a su frente, al m i s m o t i e m p o que disparaba sobre sus defensores una granizada de b a las. El e n e m i g o contestaba al principio con m u c h a entereza i con u n fuego no m e n o s nutrido que el del 4. ° , h a c i e n d o en nuestras filas m u c h a s bajas, gracias a la formidable posición que ocupaba. Desde ella se d o m i n a el fuerte Cindadela, que en esos m o m e n t o s acallaba sus fuegos al llegar los nuestros al pié de la muralla; pero esta posición está d o m i n a d a a su vez por el 1. ° del Oeste, a d o n d e se había dirijido el 1er. batallón. F u e r a porque el e n e m i g o tuviese temor de verse flanqueado, fuera p o r q u e lo i m p u s o la- ordenada marcha de la tropa del 4. ° , que avanzaba en perfecta formación, i temiera verse rodeado i acuchillado c o m o los del fuerte Cindadela, el e n e m i g o n o sostuvo los brios c o n que habia iiiiciado sus fuegos, i p o c o a p o c o fué aflojándolos hasta el p u n t o de suspenderlos p o r c o m p l e t o i e m p r e n d e r la fuga. El 2. ° batallón del 4, ° tomó posesión del fuerte i c o m e n z ó a disparar desde él sobre los fujitivos,' que h a bían t o m a d o , unos el c a m i n o de la ciudad, otros el del Morro, i otros, en fin, el ele otro fuerte situado en la m i s m a linca que el recién o c u p a d o por nuestras tropas i que llamaremos 2. ° del Este. c

El 1er. batallón, entretanto, habia llegado frente al costado Sur del primer fuerte del Oeste, defendido por dos reductos de sacos do arena en cada u n o de sus á n g u los Sureste i Suroeste. En a m b o s reductos i en el fuerte habia u n n u m e r o s o cuerpo de tropas. Este fuerte n o estaba bien terminado aun, p o r q u e solo se vcian las obras preparatorias para montar las piezas, sin que hubiera n i n g u n a colocada; pero ya tenia concluida su muralla provisoria de sacos de arena i parapetados tras ella hacían los enemigos nutridos disparos sobre el 1er. batallón del 4. ° , p o n i e n d o a m u c h o s soldados fuera de combate. Este fuerte o c u p a una eminencia que d o m i n a , n o solo a las baterías circunvecinas, sino al Morro m i s m o , al p r o pio tiempo que tiene a n c h o c a m p o de tiro hacia el lado del mar. Su importancia ora, pues, m u i grande, i así lo c o m p r e n dieron los peruanos, q u e parecen querían construir allí una fortaleza de primer orden, al m e n o s a j u z g a r p o r los m u c h o s materiales que habían acumulado en él. E n este fuerte se hallaba, además, la oficina central de las máquinas infernales, c u y o s hilos de cobre partian t o dos de aquel punto. D e manera, pues, que lo defendieron tenazmente, a lo menos hasta el m o m e n t o en q u e la tropa del 4. ° , c o n su c o m a n d a n t e San Martin a la cabeza, llegó hasta los red u c t o s , i armando los soldados sus terribles bayonetas, cargaron sobre el enemigo. Éste no esperó la furiosa arremetida i emprendió la f u ga en dirección al fuerte siguiente de la misma línea, d e j a n d o en poder nuestro todos los hilos do las malditas minas. N o fué, sin embargo, tan oportuna la toma de posesión q u e llegase a evitar hiciera esplosion el s e g u n d o fuerte del Este, asaltado por la m i s m a tropa del 4. ° , i q u e los


196

GUERRA DEL

informes destrozos d é l a s murallas, de las cureñas i de los otros materiales cercanos matasen a algunos de los n u e s tros e hiriesen a varios, entre ellos algunos oficiales. T o m a d o esto segundo fuerte de la línea del Este, q u e daba ya únicamente en p o d e r de los peruanos la línea del Oeste, o sea el c o r d ó n del Morro, csceptuando, sin embargo, el primero o sea el de los hilos eléctricos, de que acababa de posesionarse el l o r . batallón del 4. ° Todas estas conquistas se habían h e c h o con una celeridad verdaderamente asombrosa, c o m o que los cuartinos en lugar de detenerse para tirar sobre el enemigo, n o h a cían mas que avanzar a paso de carga, disparando al m i s m o tiempo sus rifles i llegando así en un santiamén a cada nueva trinchera. Serian las 7 A. M., i ya era un h e c h o indudable q u e triunfábamos, pues, aunque el Morro fuera inospugnable, desdo el primer fuerte del Oeste lo teníamos d o m i n a d o con nuestros fuegos i lo podíamos obligar a rendirse sin necesidad de marchar al asalto. Pero nuestros soldados n o estaban ese dia para ahorrar sacrificios, i c o b r a n d o n u e v a indignación i n u e v o e m p u j e con la esplosion del segundo fuerte del Este, se unieron aceleradamente los dos batallones del 4. ° , i pisando los pies a los peruanos siguieron tras ellos c o m o sedientos leones. Cuatro fuertes i c i n c o reductos mas cayeron en p o c o s minutos en poder del incansable rejimiento, u n i d o ya t o d o ahora bajo las órdenes del teniente coronel d o n J u a n José San Martin, a c u y o lado iba c o m o segundo el sarjen to m a y o r clon Luis Solo de Zaldívar. Los soldados, c o n sus bayonetas caladas, iban ensartand o por la espalda a algunos enemigos durante la fuga; p e ro, a pesar de su esfuerzo en la carrera, n o conseguían alcanzar al grueso de los escapados, porque mas parecían g a m o s que h o m b r e s , c o m o dice L e o n c i t o Z a v a leta. L a m a y o r parte corrían a refujiarse en la fortaleza del Morro, porque m u c h o s de los otros que huian por la d e recha Inicia la población eran cazados, también c o m o a gamos, por el 2. ° batallón del 3. ° , que saliendo del fuerte Ciudaclela había avanzado hacia el Oeste para a p o yar al 4. ° en caso de necesidad. Pero ésto n o lo necesitó, aun cuando, llegado al cuarto fuerte del Oeste, conlindante c o n el Morro, fué recibido por los numerosos defensores de la reputada inespugnable fortaleza c o n un terrible fuego de rifle i de ametralladora. Para llegar desde aquel fuerte al Morro es necesario atravesar una h o n d a n a d a de estensas faldas i pendiente declive, que, mediante la obra de la naturaleza, semeja por su tersura una ancha escarpa construida por manos ele cuidadoso artífice. Esta h o n d a n a d a era la que le faltaba atravesar al 4. ° antes de hallarse a las puertas del c o d i c i a d o Morro. E l enemigo allí parapetado, c o m p u e s t o , además de su guarnición normal, de todos los fujitivos que habían log r a d o asilarse tras sus trincheras, entre ellos Saonz P e ña, hacia sobre el 4. ° un desesperado fuego, gracias a la presencia en ese r e c i n t o del coronel Bolognesi, jefe d é l a plaza, i del comandante Moore, j e f e de la batería del M o r ro, dos valientes, dos héroes diremos considerando q u e eran peruanos, aunque el calificativo le conviene m u c h o m e j o r a Bolognesi, q u e n o tenia culpa alguna que lavar ni reputación q u e salvar c o m o la tenia el infortunado Moore. Estos dos valientes habían logrado organizar la resistencia,—i una s e n a resistencia,—con aquellas parvadas de temblorosos cholos que habían llegado allí mas m u e r tos que vivos, vacilando quizá entro creer si los chilenos eran dioses o demonios, i dispuestos, y a a adorarlos de rodillas, ya a tirarse b o c a abajo para n o verles la cara.

PACIFICO.

Pero tan grande os el p o d e r de un h o m b r e superior, que aquellos entes disparaban sus fusiles, i sus disparos nos causaron la pérdida mas lamentable de toda la batalla: la del teniente coronel d o n J u a n José de San Martin, c o m a n d a n t e accidental del 4. ° de línea. Venia el comandante San Martin a la cabeza de su tropa, c o m o era y a en él antigua c o s t u m b r e , j u n t o c o n el m a y o r S o l o de Zaldívar, que seguía sin esfuerzos su ejemplo. D e m o s t r a n d o una ajilidad que n o se hubiera sospechado en su c u e r p o p e q u e ñ o i regordete, n o se deja v e n c e r en el asalto por n i n g u n o de sus altos i fornidos granaderos, i espada en m a n o , en actitud de héroe, llegaba a la c u m b r e de la falda de la hondanada, i al divisar el M o r r o , sus trincheras, sus cuarteles i sus tropas, gritaba e n t u siasta c o m o quien h a visto u n objeto de su predilecc i ó n : — A la carga, m u c h a c h o s ! ¡ A q u í está el e n e m i g o ! " I, sereno, resuelto, sonriente, sin mirar atrás, se adelantó solo, seguido de cerca por el m a y o r Zaldívar, i e m p r e n dió la carrera hacia la fortaleza del Morro. Se hubiera d i c h o que se sentía c o n á n i m o para t o m á r sela solo. E n efecto, San Martin era u n valiente de sangre, d e raza, de esa clase de valientes que l o son sin esfuerzo i "sin fantasía," c o m o nuestros h e r o i c o s soldados. A m a b a el peligro, i le sonreía c o m o se le sonríe a u n b u e n amig o ; pero esta v e z el peligro lo desconoció. L a muerte de M o o r e i de Bolognesi bien valían la de un San Martin. Apenas habia adelantado 20 pasos, entre una n u b e d e balas, que lo rodeaba c o m o u n n i m b o de gloria, caía h e rido p o r u n proyectil q u e le atravesaba de parte a parte el vientre. Pero aferrando su espada, p r o c u r a b a levantarse, arrastrándose al fin algunos metros en busca todavía del e n e m i g o i del peligro, p o r q u e eran el peligro i el e n e m i g o de su patria. A. las 11 del m i s m o día exhalaba el ú l t i m o suspiro en ese m i s m o cuartel del Morro en c u y o s umbrales habia r e cibido su mortal herida, i moria sereno, sonriente, alegre de verse alojado en la formidable trinchera enemiga c o m o si se hallara alojado en la gloria. P o c o después pasaba a ella en efecto: 'pasaba a la gloria i n m a c u l a d a de los héroes, p o r q u e habia m e r e c i d o ser inscrito en el libro de la patria, en d o n d e solo deben entrar héroes c o m o San Martin, c o m o R a m í r e z , c o m o Prat.

Sus últimas palabras, sus últimos recuerdos, c o m o t o dos los nobles corazones enrolados en esa familia q u e se llama el ejército, báculo i defensa d e la gran familia c h i lena, fueron para su rejimiento, para sus hijos los soldados, i c o m o el inolvidable Santa-Cruz, se enternecía al pensar q u é suerte les esperaría sin su a p o y o i sin su aliento. Ellos también lo lloraban, aquellos h o m b r e s de acero que acababan de triunfar contra fortalezas de granito; i esas lágrimas de los heroicos soldados i la sangre heroica de San Martin han santificado al Morro, c o m o santificó Prat la cubierta del Huáscar, i, c o m o éste, el Morro será nuestro. Caido el c o m a n d a n t e San Martin, los oficiales i soldados del 4. ° , antes de detenerse a llorarlo, procuraron vengar su herida. C o m o una avalancha h u m a n a hicieron irrupción en el Morro, y e n d o a la cabeza el m a y o r Solo de Zaldívar, sin hacer caso de la granizada de balas que llovía sobre sus cabezas ni detenerse a mirar quién caía i quién seguia. Los inconscientes peruanos, que hasta ese m o m e n t o habían continuado sus disparos, los suspendieron entonces c o m o si hubieran visto una aparición maravillosa, i arrodillados delante de nuestros soldados decían: "¡Perdón! ¡Viva Chile!" c o m o quien recita una oración.


CAPITULO

Solo M o o r o i Bolognesi continuaron h a c i e n d o f u e g o con su revólveres, hasta que u n soldado tendió m u e r t o instantáneamente a éste de un balazo que le atravesó el cráneo. E l m a y o r Zaldívar se adelantó entonces hacia Moore intimándole rendición; pero éste, en lugar de c o n testarle, h i z o contra él un disparo de revólver, i Zaldívar entonces, sacando el s u y o le dio u n o en el p e c h o que le causó al instante la muerte. Cayó al lado de Bolognesi, i es d i g n o de figurar a su lado. Así se les dejó hasta la tarde mientras se buscaban los m e d i o s de enterrarlos dignamente, c o m o lo m e r e c e n los bravos q u e m u e r e n por su patria. Sin e m b a r g o , ni M o o r e ni Bolognesi eran peruanos de raza. El primero pertenecía a esa mezcla feliz de fortaleza, de grave gracia i de firme carácter que resulta de la liga anglo-sajona c o n la do Hispano-x\mérica, i el s e g u n do habia h e r e d a d o el h e r m o s o tipo, la lealtad injénita, la caballerosidad natural de sus projenitores. Moore era hijo de norte-americano, Bolognesi de francés. El Perú está, pues, c o n d e n a d o a n o tener n i n g ú n h e roísmo p u r o . Este es mestizo. A p e n a s sintió el Lautaro que en el M o r r o resonaban tiros de fusilería, a b a n d o n ó su p r o l o n g a d o escondite i se presentó a la vista de los defensores de los fuertes del Norte. Estos ni siquiera intentaron resistirle. A s o m b r a d o s c o n la presencia de aquellos h o m b r e s , q u e parecían brotados de la tierra o llovidos del cielo p a ra castigarlos, h u y e r o n despavoridos en dirección a la ciudad. Pero el Manco-Capac, que al ver la fiesta mala en el Morro habia a b a n d o n a d o su fondeadero bajo aquella ala protectora para correr de aquí allá sin r u m b o fijo, alcanzó a divisar a los soldados del Lautaro que m a r c h a b a n a tomar posesión de ios abandonados fuertes, i, y a sea una señal co nve ni da, ya que quisiera acometer alguna e m p r e sa heroica antes de c o n s u m a r la cobardía de suicidarse, lanzó u n disparo de a 500 en dirección al Lautaro. L a granada estalló sin causar d a ñ o a l g u n o , a u n q u e bastante cerca de la tropa, i p o c o s segundos después se oia una n u e v a i mas terrible detonación: los cañones i una parte de la muralla del fuerte San José acababan de volar c o n una m i n a de dinamita. Tras nue vo s m o v i m i e n t o s i nuev o s caracoleos de perro loco, lanzó otro disparo hacia tierra i apenas se h u b o oido el estampido del proyectil, resonó una n u e v a esplosion en el fuerte Santa liosa. San A n t o n i o resultó ser mas milagroFo, p o r q u e n o dio n i n g ú n estallido; a u n q u e Santa Rita también h i z o de las suyas: ni c o n los disparos del Manco-Capac, que alcanzaron a cinco, ni c o n las minas, ni c o n el disparo de los defensores de los fuertes h u b o u n solo lautarino m u e r t o ni herido. Pasada la bulla, c o l o c a d a la rana en el centro de la bahía, estando ya m u í cerca nuestra escuadra por el N o r te, hallándose ya t o d a la tripulación del Manco-Capac en los botes, entregó su viejo cascaron a las tacas a las 7.30 A. M. d e h o i 7 de J u n i o . Q u e en paz descanse. Eso si q u e a los peruanos n o se les escapa esta oportunidad. V a n a comparar el h u n d i miento d e l Manco-Capac en A r i c a con el de la Esmeralda en Iquique. D o n Nicolás I estará a estas horas r e d a c tando el decreto para concederle la cruz de acero de primer orden. T^a tripulación del Manco-Capac avanzó heroicamente en los botes c o n dirección a nuestra escuadra, l l e v a n d o sendas banderas blancas, sin d u d a en señal de que n o se rendían. L o s náufragos fueron recibidos por el Itata, en d o n d e están m u i h o r o n d o s i finchados, m i r a n d o a los que van a b o r d o c o m o para decirles: — Y o fui del Manco-Capac i esperando la primera

SEGUNDO.

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oportunidad para irse a dar u n paseo a Chile i llegar a su tierra c o n t a n d o nuevas hazañas i n u e v o s heroísmos en otros c a m p o s para ellos tan estériles c o m o el de la g u e r ra. Pero en fin, lo harán. Para eso son peruanos.

L a batalla de A r i c a , c o m o plan, c o m o e j e c u c i ó n i c o m o resultado, es una de las hermosas acciones de guerra q u e h a y a m o s presenciado en la campaña. A lo m e n o s en la guerra terrestre n o h a h a b i d o ninguna en q u e los resultados previstos de antemano h a y a n d a d o un éxito tan feliz i tan c o m p l e t o . L o vínico c o n que le cabe comparación, es el c o m b a t e naval de Mejillones, q u e dio por resultado la toma del Huáscar i la m u e r t e del p o d e r naval del Perú. E n esta operación terrestre, c o m o en aquella operación marítima, h u b o plan, acuerdo, consejo, c o m b i n a c i ó n de pareceres i de voluntades, i p o r eso ambas han d a d o tan felices resultados. A l fin, es necesario que nos c o n v e n z a m o s que de esta es la única manera de dar una batalla q u e sea digna de Chile, i de que n o hai nadie tan altamente c o l o c a d o por sus talentos militares que p u e d a llevar seren o sobre sus h o m b r o s la carga de la sangre de tantos soldados i las lágrimas de tantos hogares, derramadas i n ú tilmente en una m a l dirijida acción de guerra. N o sabemos de quién seria el plan para atacar a Arica, a u n q u e ya h e m o s visto proclamados algunos n o m b r e s . T e n e m o s mas bien f u n d a m e n t o para creer que su autor es anónimo, p o r q u e esto plan fué la obra de la consulta de todas las intelijencias i de la c o m b i n a c i ó n feliz de t o d o s los planes. Si así fuera, i el Jeneral en Jefe l o hubiera aceptado, este seria el m e j o r elojio para el Jeneral B a q u e d a n o . EL

CORRESPONSAL,

CARTAS D E ARICA. (FERROCARRIL de Santiago.)

D o una carta escrita por un j e f e chileno a u n o de los jefes de mas alta g r a d u a c i ó n de nuestro ejército, residente en esta ciudad, estractamos los siguientes párrafos s o bre el c o m b a t e de A r i c a : Solo ahora m e h a sido posible tener el gusto de dirijirm e a Ud. para darle algunas noticias acerca del c o m b a t e i toma por asalto ele esta plaza fortificada de Arica, c u y o triunfo considero todavía mas honroso para las armas chilenas q u e el obtenido en la batalla de T a c n a — d e esto podrá j u z g a r U d . m i s m o por la idea que paso a darle de este m e m o r a b l e c o m b a t e . E l dia 2, nuestras tropas se encontraban acampadas en el valle de Lluta sobre la márjen derecha del rio Azufre, a dos leguas (10,000 metros) de A r i c a . Estas se c o m p o nían de los rejimientos B u i n , 3 . ° i é. ° de línea, Batallón Búlnes, tres baterías de campaña, una de montaña, el Escuadrón de Carabineros n ú m e r o 1, i otro E s c u a d r ó n de Cazadores. Tres dias después se e n c o n t r ó por conveniente traer el R e j i m i e n t o Jjautaro desde Tacna. Nuestros buques estaban al ancla a seis o siete millas del M o r r o i otras tantas de la costa. El día 5, la artillería i el Búlnes se situaron en las alturas que dan frente a A r i c a i a una distancia de cuatro a seis mil metros del Morro, cuya posición era la mas cercana a la ciudad. A las 2 P. M. h u b o c a ñ o n e o c o n los fuertes, sin resultado alguno importante. T a m b i é n los buques hicieron alg u n o s disparos. El resto del dia se pasó tranquilo. El 6 se m a n d ó parlamentario a la plaza, i n t i m á n d o l e rendición i c o n c e d i e n d o a la guarnición los honores de la guerra. Y a por la mañana el 3. ° i 4. ° de línea, al m a n d o del coronel Lagos, habían ido a situarse al valle de A z a p a para tomar al e n e m i g o por retaguardia i cortarlo.


198

GUEERA DEL

Los sitiados contestaron que estaban dispuestos a q u e mar el último cartucho. Entóneos, a las 12 M., c o m e n z ó el cañoneo sobre los fuertes c o n nuestra artillería i c o n los buques. El CovaiUrmja recibió dos balazos que casi lo echaron a pique, i el Cochrane tuvo 28 heridos c o n una granada del Morro, que, reventando en una posta, prendió fuego a los cartuchos con que cargaban dos cañones del blindado. A las 5 P. M. cesó el fuego. Mientras duraba el cañoneo, el Lautaro, cstendido en guerrilla, llegó hasta el buque varado i recibió m u c h o s disparos de los fuertes sin ocasionarlo ninguna baja. V i e n d o el Jeneral que c o n el cañoneo del dia n o se rendía la plaza, dispuso que al dia siguiente, al amanecer, se procediese al ataque; pero antes mandó a A r i c a a un injenioro militar, prisionero, a intimar rendición por la última voz, el que volvió a las 12 de la n o c h e , diciendo que n o so rendían. A la diana del dia 7, el coronel Lagos dispuso que el 3. ° i 4. ° de línea atacaran a los fuertes del Sur, quedando el Buin de reserva. L a artillería debería ayudar al ataque, teniendo al Búlnes para protejerla; la caballería se dirijió al vallo de Azapa, fuera de tiro de cañón del enemigo. En lin, el Lautaro debería atacar los fuertes del N o r t e i su c a m p o atrincherado. A las 7 A. M., el 3. ° i 4. ° de línea, después de u n sangriento i terrible combato, eran dueños de todos los fuertes del Sur i del Morro, que están situados a gran altura sobre la población. El Lautaro, por su parte, batió al enem i g o en los fuertes del N o r t e i se apoderó de todas sus posiciones. En esos m o m e n t o s el Manco-Capac h i z o sus tiltimos disparos a la tropa del Lautaro i se fué a pique, después de haber avanzado hasta el lugar que antes ocupaban los buques de guerra ostranjeros, los cuales el dia anterior se habían retirado lejos de la bahía. La ida a pique del Manco-Capac fué la señal de los enemigos para dar fuego a las minas i hacer volar algunos fuertes i cañones, lo que hicieron desde lejos i por m e d i o do la electricidad, p r o d u c i e n d o la esplosion m u chas pérdidas do vidas de ellos mismos i algunos de n o s otros. El combato fué sin cuartel. Y a supondrá U d . q u é carnicería seria aquella. A las 8 A. M. t o d o A r i c a estaba en nuestro poder. Eu una sola de las m u c h a s minas h e m o s sacado mas de 30 quintales de dinamita. ¡Qué bárbaros! A u n en las trincheras tenían gran cantidad de granadas c o n d i n a m i ta, i todas unidas por m e d i o de alambres eléctricos, para hacerlas reventar c u a n d o estuviésemos en las fortificaciones. Felizmente, el ataque fué tan recio i simultáneo que n o tuvieron tiempo sino para volar un fuerte del Sur i tres del N o r t e con todos sus cañones de grueso calibre. E n el Morro también reventaron algunos. Las fortificaciones de A r i c a eran magníficas, pero para que fuesen enteramente incspugnables necesitaban ser d e fendidas por una fuerza que no bajase de 5 a 6,000 h o m bres. Esto es el m o t i v o porque las h e m o s t o m a d o en pocas horas, c u a n d o bien defendidas habrían resistido el ataque de 12 a 15,000 hombres. Los enemigos so han batido m u í bien, c o m o q u e sabían que la cosa valia la pena, pues no se daba cuartel en el combate. L o mas curioso es que nuestras fuerzas que atacaron los fuertes de las alturas del Sur (3. ° i 4. ° de línea) eran iguales o m e n o s que las del enemigo. Esto dará a c o n o c e r a Ud. el e m p u j e i arrojo de nuestros soldados de línea que todavía no habían entrado en c o m b a t e i querían sobrepasar a los movilizados que se distinguieron en Tacna. C o m o he d i c h o antes, el Buin, el Búlnes i la caballería no alcanzaron a disparar un solo tiro. El enemigo tenia en Arica, 2,000 h o m b r e s , fuera de 326 jefes i oficiales i 100 i tantos enfermos. D e esa fuerza, dos días antes del ataque, se desertó u n j e f e c o n 60 h o m b r e s de caballería. Tenemos prisioneros tomados en el c o m b a t e :

PACIFICO.

932 individuos de tropa. 135 jefes i oficiales. So habrán escapado u n o s 50 o 60 a los mas; de m o d o que los muertos del e n e m i g o , en números r e d o n d o s , son 1,000 individuos de tropa i c o m o 200 jefes i oficiales. H e r i dos hai m u i pocos, talvez 150.

CAUTA DEL CAPITÁN BARAHONA.

Arica,

Junio

9 de

1880.

Señor N. N . Y o i mis hermanos O r o z i m b o i A l e j o h e m o s salido sin n o v e d a d de las batallas de T a c n a i A r i c a . E n T a c n a nos tocó pelear en la división de O r o z i m b o . Muchas, muchísimas balas recibimos, pero solo t u v o cazadores dos o tres heridos i varios caballos muertos i heridos. A O r o z i m b o i A l e j o les reventó una granada tan cerca que los cubrió de tierra i h u m o . E n tres horas ele c o m b a t e el ejército aliado h a sido c o m p l e t a m e n t e derrotado. D e nada les sirvió sus m a g n i ficas posiciones i sus triples trincheras de cada puesto. L o s detalles de esta gran batalla n o p u e d e n darse en el espacio de una carta. Estamos encantados do la bravura de nuestros soldados. Después de perseguir a los dispersos i de dejar l i m p i o de enemigos a Tacna i sus alrededores, el 1. ° v i n i m o s 230 cazadores i E s c u a d r ó n Vargas a hacer u n r e c o n o c i m i e n t o a las cercanías de Arica. E n la n o c h e llegamos a la quebrada da Lluta, a d o n d e nos h i z o fuego una avanzada al ir a dar agua a los caballos. A l siguiente dia v o l v i m o s a la quebrada i t o m a m o s el c a m i n o que c o n d u c e al rio, a fin do dar agua, p o r q u e en la n o c h e anterior n o p u d i m o s hacerlo. Y o bajé de los primeros. Cuando y a el c a m i n o estaba o c u p a d o en toda su ostensión, se siente una esplosion i después otra. E r a q u e los peruanos nos habían h e c h o estallar dos minas. Y o creí al principio que eran granadas q u e nos habrían disparado; i al sentir la segunda i ver c o m o volaban las piedras i la humareda, pensé en que nos tenían t o m a d a la distancia i nos iban a concluir. Por otra parte, el espanto de los caballos que bebían, que los jinetes n o pudieron contener, i el m o v i m i e n t o de los que pilló la m i n a , f o r m ó una confusión de cuidado. Salimos por otro c a m i n o al alto i n o v o l v i m o s a bajar por aquel, lo que nos salvó, pues en él habían cuatro m i nas mas. Felizmente n o nos causó la esplosion el daño que era de esperar: dos contusos i un herido en la cara, d e carabineros, i algunos caballos estropeados fué t o d o . A n d u v i mos c o n m u c h a suerte. Y o , en u n potrero, encontré unas tres guias de alambre forrado en goma, M a n d é j e n t e para ambos lados siguiénd o l o , i descubrimos las cuatro minas que q u e d a b a n i p o r otro lado dimos con la batería eléctrica i t o m a m o s a d o s oficiales q u e la dírijian. U n o salió herido. E l otro, u n injeniero E l m o r e , era el que habia dirijido t o d o el trabajo de minas con q u e están rodeadas todas las trincheras i parapetos. P o r éste supim o s t o d o lo que necesitábamos para hacernos cargo d e la manera c o m o estaban defendidos los fuertes. El elijió e n tre ser fusilado i hablar sin mentir. Los defensores de Arica superan a t o d o l o q u e u n o se p u e d a imajinar. R e a l m e n t e esta plaza es el Jibraltar del Perú. Parece q u e la naturaleza se h a esmerado en c o l o car las alturas precisas para defender la ciudad i hacerla inespugnable. Todas las ventajas que da el terreno están sobriamente aprovechadas. U d . se hará cargo de lo que es esto a m e d i d a que los corresponsales hablen. L a t o m a de los dos fuertes del Este i el Morro h a sido cuestión de p o c o mas de u n a hora. E l 3. ° atacó al primero. L o g r a n d o cortar varias guias de minas, se lo t o m o a la bayoneta. Este fuerte presenta un


CAPITULO

espectáculo horroroso: lo m e n o s 300 cadáveres cubren el suelo. La sangre ha corrido f o r m a n d o acequia. Los fragmentos h u m a n o s esparcidos en una confusión espantosa i el olor a sangre h a c e de aquello algo que marea. A esto se a g r é g a l o s destrozos que hizo una m i n a q u e reventaron. Entre nosotros solo tuvimos tres bajas i algunos contusos i un oficial que quedó sin cabeza; pero e n tre ellos h i z o estragos. l í e visto m u c h o s cadáveres calcinados junto.a la mina, i fuera i distante de las trincheras troncos h u m a n o s i trozos informes. L a esplosion fué m u i grande. E n este m i s m o fuerte m u r i ó el capitán C h a c ó n , aquel j o v e n que mandaba el fuerte Los Sauces cerca de L u m a co, c u a n d o veníamos a Santiago do ese p u n t o . T o d o s lo h e m o s sentido m u c h o . El 4. ° se t o m ó del m i s m o m o d o al s e g u n d o fuerte; i la tropa siguió furiosa adelante hasta rendir al M o r r o , d o n d e c a y ó San Martin. Estos soldados han peleado n o c o m o h o m b r o s , p o r q u e han escedido a t o d o lo que está posible en lo h u m a n o c o m o valor temerario; h a n sido d e m o n i o s q u e soltó el infierno,porque eran los ú n i c o s que p o d í a n trepar las c u m bres, pasar por el f u e g o do las minas d e dinamita i saltar las innumerables trincheras que defienden al Morro i sus demás fuertes en una estension do dos k i l ó m e t r o s , s o p o r tando el fuego de o c h o o diez cañones i el do fusilería ele mas de 2,000 h o m b r e s . Anjeles i aun Pisagua quedan m u i atrás en este h e c h o de armas q u e mirarán c o n asombro los q u e visiten este c a m p o , c u y a gloria será la flor mas preciosa que c o n t e n ga la corona que el ejército p o n d r á a los pies de la patria. D e los defensores de A r i c a n o ha escapado u n o solo: el que n o ha m u e r t o está prisionero. T e r m i n o esta carta, mi amigo, d á n d o l e el abrazo de congratulación p o r el triunfo que han o b t e n i d o n u e s tras armas. U n jhurra al Jeneral B a q u e d a n o ! Suyo. M A N U E L R.

BARAHONA.

CARTA DEL COMANDANTE R A F A E L VARGAS.

Arica, Junio 11 da 1S80. Mi querido padre: C o n q u é gusto le escribo ésta después de haber t o m a do parte en las dos últimas batallas q u e ha librado nuestro ejército, que, a j u i c i o de todos, son las mas grandes que se han d a d o en S u d - A m é r i c a , tanto por el n ú m e r o de combatientes, c o m o por lo difícil de las posiciones que hemos vencido. N o es m i p l u m a para narrar estos h e c h o s con su verdadero colorido; principiaré por la primera batalla: TACNA.

El 26 del mes p r ó x i m o pasado, a las 3 A. M., y a n u e s tras avanzadas se tiroteaban c o n las del e n e m i g o que distaban de sus posiciones c o m o dos leguas o mas; a esa h o ra se dispuso el ataque i. cada división i cuerpo m a r c h ó en el lugar i orden q u e se le designó; al amanecer i a la vista del e n e m i g o todas las fuerzas destinadas al ataque se desplegaron en guerrillas, o c u p a n d o una estension de mas de u n a legua d e frente, que era el m i s m o que tenia el e n e m i g o . La artillería, dividida en tres secciones, m a r chaba también en u n verdadero orden, o c u p a n d o el ala derecha, el centro e izquierda. La caballería, dividida en tres partes. E n el ala derecha el R e j i m i e n t o d e G r a n a d e ros a caballo, en el centro el E s c u a d r ó n 1. ° de Y u n g a i (Búlnes); en la izquierda el R e j i m i e n t o de Cazadores a caballo i mi escuadrón. Nada mas i m p o n e n t e i grandioso que ver marchar a 10,000 h o m b r e s en sucesiones de línea d o c o m b a t e , cada cuerpo c o n su banda de música tocando, unas la canción nacional, otras las de Y u n g a i o escojidos pasos dobles. Nadie pensaba en lo que iba a suceder, es decir que tenia la muerto por delante; t o d o el m u n d o se imajinaba mar-

SEGUNDO.

199

char a nuestro bello C a m p o de Marte o a una gran parada militar; n o se veian sino rostros alegres i entusiastas, sobre t o d o c u a n d o nuestro valiente Jeneral pasaba por d e lante de nuestras líneas i t o d o el ejército lo vivaba. A las 11 A. M., mas o m e n o s , r o m p e sus fuegos el e n e m i g o i la contestación do nuestro ejército fué un ¡viva Chile! en toda la línea; aquello fué i m p o n e n t e , parecía que t o d o el m u n d o se había puesto de acuerdo. E l fuego que r o m p i ó el e n e m i g o fué de artillería: buena dirección, pero por desgracia cortos, c o m o dicen los señores peruanos. A las 11.30 A . M. r o m p i ó los suyos nuestra artillería; mientras tanto se veia a nuestra infantería avanzar, siempre con el m i s m o entusiasmo, sin que nadie se quedase u n pié atrás de la línea, A las 11.45 i, c u a n d o y a el e n e m i g o habia roto sus fuegos de fusilería, principió también en nuestra línea el fuego. D e s d e ese m o m e n t o h a s t a dos horas, mas o menos, después, n o se oía sino el r e d o b l e de 1,000 tambores, tal era el ruido que producían, a la vez, n o m e n o s de 20,000 armas de fuego i el z u m b i d o de otras tantas balas que se cruzaban en distintas d i r e c c i o n e s . T o d a nuestra ala izquierda i centro, n o dejó de avanzar j a m á s un m o m e n t o . Nuestra ala derecha t u v o u n m o m e n t o de retroceso; pero una carga de caballería, dada por los valientes Granaderos, d e t u v o al e n e m i g o , q u e y a se precipitaba sobre los nuestros. F u i m o s i n m e d i a t a m e n te reforzados por nuestra reserva, q u e p u s o al e n e m i g o en c o m p l e t a derrota. L a caballería del ala izquierda, q u e estaba a mis órdenes, en c u a n t o vio que el e n e m i g o se corría a su izquierda i se desorganizaba, emprendió la carga i, por desgracia, c u a n d o llegó a sus líneas estaba en completa fuga i n o p u d o cargarla inmediatamente por lo fragoso del terreno. E n c u a n t o el Jeneral llegó e n c i m a del cerro, m e o r d e n ó perseguir al e n e m i g o c o n t o d o el R e j i m i e n t o de Cazadores, u n escuadrón de Granaderos i el escuadrón de m i m a n d o . Esa tarde, bien p o c o p u d e hacer, p o r haber e n trado l u e g o la n o c h e i ser el terreno m u i quebrado. A l dia siguiente, a la diana, e m p r e n d í de n u e v o la persecusion, llegué hasta las puertas d e Pachía, d o n d e el enemig o m e hizo u n fuego m u i vivo de fusilería. Por ser y a m u i tarde i tener en m i poder 174 individuos de tropa prisioneros i nueve oficiales, de teniente coronel abajo, incluso el secretario del Jeneral Montero, tuve que e m p r e n der mi retirada, regresando al c a m p a m e n t o a las 10 P. M. c o n mi magnífica presa. Esa m i s m a noche se m e dio n u e vamente o r d e n de salir con la misma fuerza en persecusion del e n e m i g o ; pero esta vez iba una división de infantería i una sección de artillería. Pues los prisioneros m e aseguraban que en Pachía habia 2,000 hombres, mas o menos, lo que fué enteramente falso, pues y o n o h e visto mas de 200 o 300. E n la segunda persecusion avancé hasta tres leguas mas al interior de Pachía, i en u n punto llamado San Francisco m e quisieron hacer frente c o m o unos SO o 100 hombres; inmediatamente dispuse el ataque, m a n d á n d o les tropas de m i escuadrón, de a pié, por derecha e izquierda, i c o n el rosto los ataqué de fronte, los derroté completamente, les voltié o c h o i les t o m é c i n c o prisioneros i les perseguí mas de dos leguas. H a b i a p o d i d o c a u sarles m u c h o mas daño, pero el terreno los protejia m u c h o . Este era una quebrada c o n cerros casi inaccesibles por sus costados. El resultado de esta persecusion fué cerca de 400 prisioneros incluso 30 oficiales. Resultado final de esta batalla: la derrota mas c o m p l e ta del ejército aliado, fuerte de 14,000 hombres, la r u p tura de la alianza, pues los peruanos t o m a r o n un c a m i n o i los bolivianos tomaron otro, todos en c o m p l e t o d e s o r den. Se les t o m ó todo su parque de víveres, armamento i municiones, mas de 1,000 prisioneros de tropa, 130 i tantos oficiales de jeneral a subteniente, 1,300 i tantos heridos, i muertos mas de 2,000; rifles, cerca de 5,000; artillería, 10 cañones i cuatro ametralladoras.


G U E R R A D E L PACIFICO.

200

Por nuestra parte tenemos 1,200 i tantos heridos i cerca de 500 muertos, las bajas entre jefes i oficiales llega a 60 entre muertos i heridos. L e diré que es imposible se vea una batalla c o n mas orden i mejor dirección i en que nuestras fuerzas h a y a n desplegado mas valor. ARICA.

El 1. ° de este mes se m e dio orden para que, al m a n d o del R e j i m i e n t o do Cazadores acaballo i m i escuadrón, m e dirijiese a Arica c o n el objeto de reconocer sus posiciones. Ese m i s m o dia, a las 9 P. M., llegué al rio Lluta, hasta que encontré el paso interceptado por el puente del ferrocarril, que el dia antes lo habían cortado los enemigos; la n o c h o estaba oscura, do n o verse a tres pasos de distancia. A l costado derecho del puente descubrí un desfiladero, d o n d e ordené bajasen de a u n o en fondo con el objeto de dar agua a nuestra caballada. Estaba en esta operación, c u a n d o de repente se dejó oir por cuatro veces el grito de ¡quién vive! de u n centinela, e inmediatamente fuego graneado sobre nosotros; tuve que retirarme a pernoctar a la pampa. A l dia siguiente, al amanecer, m e puse en marcha para el m i s m o p u n t o , las avanzadas enemigas distaban unas 10 a 12 cuadras, e inmediatamente se pusieron en retirada. Llegué al rio i dispuse que por escuadrones bajasen a dar agua a los caballos. Descendíamos por u n desfiladero de a dos en fondo; venia y o de vuelta de dar agua a mi caballo i m e detuve con el objeto de dejar pasar al 1er. escuadrón do Cazadores; seguí subiendo, i n o había andad o dos metros, c u a n d o estalla una mina de dinamita, i tras esa otra, cubriéndonos de tierra, causándonos cuatro bajas en la tropa, n o muertos sino heridos. E n el acto m e puse a buscar el lugar d o n d e debía estar la batería eléctrica, luego tomó un paisano al cual amenacé con la muerte sino m e indicaba el lugar i quiénes habían sido los autores. Este m e lo indicó i m e dijo quienes eran. Despaché un piquete de tropa c o n la orden de traérmelos vivos o muertos. Mientras tanto, y o preparé o c h o tiradores para fusilarlos en el acto i en el m i s m o sitio; media hora después m e trajeron a dos j ó v e n e s , u n señor Elmore i otro Ureta, E l m o r e c o m p r e n d i ó luego su situación i m e dijo que era injeniero, que él habia c o l o c a d o esos torpedos i sabia el lugar d o n d e estaban m u c h o s mas, por lo que desistí de fusilarlos. El j o v e n Ureta se t o m ó herido de bala, pues al arrancar se le h i z o fuego i se le traspasó una pierna. Ese dia m e o c u p é en reconocer las posiciones enemigas i lo m i s m o los dias siguientes. El 5, i después do haber el señor Jeneral agotado t o d o s los medios posibles a fin de evitar un inútil derramo d e sangre, dispuso el ataque. Este día so habia-cañoneado al e n e m i g o con nuestra artillería i los buques que b l o q u e a ban el puerto. Se dispuso de tal manera el ataque, que el e n e m i g o no tenia mas que rendirse o morir en su puesto. Se le r o deó completamente. A n t e s del amanecer del 7, rompieron los fuegos los enemigos; los nuestros avanzaron sin tirar un solo tiro, i cuand o estaban a m e n o s de dos cuadras, rompieron el s u y o i se fueron en el acto a la bayoneta. El ataque duró 55 min u t o s , i en este cortísimo espacio de tiempo, 1,500 de nuestros bravos eran dueños de las posiciones mas fuertes que quizas haya en toda la A m é r i c a . Plan q u e d a d o en el c a m p o mas de 1,000 m u e r t o s del e n e m i g o i otros tantos prisioneros. El primer fuerte, q u e so llama del Esto, o Cindadela, estaba defendido por 550 h o m b r e s , esto es confesión do ellos, solo han escapado 12 soldados i dos oficiales, i de éstos un oficial muí mal herido i cinco soldados; esta carnicería fué espantosa. Cuando los nuestros entraban al fuerte, prendieron fuego los enemigos a una de sus m i -

nas, i desde ese m o m e n t o nuestros soldados n o cuartel.

dieron

Imposible es describir aquí la bravura de nuestros soldados, esto es para conversarlo i n o para escribirlo. Desde ese m o m e n t o nuestros oficiales, mas se ocuparon en i m p e dir tanta carnicería que en atacar. El primer aspecto d e los fuertes después del c o m b a t e se parecía al incendio de la Compañía; c o n la esplosion volaron infinidad de soldados, unos vivos, otros muertos o heridos. T o d o s los coroneles de ellos han sido muertos; n o ha escapado mas que u n o vivo i m u i mal herido. R e c u e r d o s a todos, i lo que guste de su hijo q u e desea abrazarlo. RAFAEL VARGAS,

CARTA D E

UN OFICIAL DEL 3.

°

L o s jefes c o n una c o m p a ñ í a guerrillera hicieron u n rec o n o c i m i e n t o en la tarde del 6 i llegaron hasta o c h o c u a dras de las fortalezas; i solo entonces p u d i e r o n apreciar lo inespugnable de ellas i las grandes pérdidas q u e d e bíamos esperimentar para tomarlas. A mi rejimiento le tocó en suerte el fuerte del Este, Santa Bárbara o C i u d a dela, en d o n d e habían a c u m u l a d o grandes elementos de resistencia. El fuerte está en una altura en forma de c o n o , c u y o circuito es casi inaccesible, c o n formidables trincheras de sacos de arena. Estaba defendido por tres cañones i 700 h o m b r e s de guarnición, al m a n d o del bravo i malograd© coronel Arias, i m i n a d o por todas partes con dinamita. A las 7 P. M. del dia 6, el c o m a n d a n t e reunió a toda la oficialidad, i nos c o m u n i c ó la misión q u e nos estaba e n comendarla. Desde ese m o m e n t o n o pensamos sino en c u m p l i r c o n nuestro sagrado deber, de s u c u m b i r todos u obtener el mas espléndido triunfo de la presente c a m p a ña i de todas las de Chile. A las 8 P. M. e m p r e n d i m o s la marcha,i c o m o a l a s 11.30 a c a m p a m o s en una quebrada a 10 cuadras del enemigo. A l 4. ° le tocó un fuerte mas p e q u e ñ o , que estaba guarnec i d o por 150 h o m b r e s , i el r e n o m b r a d o Morro; al Lautaro, el fuerte de San José, a flor de agua, con u n c a ñ ó n de a 300. A l amanecer e m p r e n d i m o s la jornada, i n o habríamos andado dos cuadras c u a n d o los cañones del fuerte r o m pieron sus fuegos, siguiéndoles en u n m o m e n t o mas los de todas las fortificaciones, q u e hacían u n total de 14, mas los dos del Manco-G'apac, que nos h i z o algunos disparos; sin e m b a r g o , nuestros soldados m a r c h a b a n i m pertérritos i a p e c h o descubierto." Cuando estuvimos a mas corta distancia, un nutrido fuego de fusilería salió del fuerte, q u e fué inmediatamente contestado p o r los que estaban mas avanzados de los nuestros. P r o n t o el fuego se hizo jeneral i t r e m e n d o , l o cual, bien calculado por nosotros, avanzamos con gran rapidez, de suerte que en una hora logramos asaltar las trincheras. Cuadro mas sublime por una parte, ni mas desgarrador por otra, no he presenciado jamás. Y o logré salvar entre los primeros las trincheras; la confusión era inmensa; allá se oían v o c e s de perdón, acá ayos desgarradores de los que caian atravesados por las bayonetas de nuestros soldados. El coronel Arias animó a su tropa hasta el ú l t i m o m o m e n t o ; partió la cabeza de un sablazo a u n o de los nuestros que lo atacaba, e inmediatamente cayó herido de bala i bayoneta para n o levantarse mas. Y o c o n varios oficiales i soldados nos o c u p a m o s en cortar m u c h a s guias de las minas i el multiplicador eléctrico que estaba al pié de los cañones. N o haria o c h o m i n u t o s que estábamos dentro del fuerte, c u a n d o una esplosion espantosa resonó en mis oidos, d e j á n d o m e tendido i sordo p o r algún espacio de tiempo; era una m i n a q u e habia h e c h o esplosion, matando a m u c h o s de los nuestros i de los mismos enemigos, q u e en esos m o m e n t o s imploraban perdón.


CAPITULO SEGUNDO.

M U Í p o c o s fueron de nuestros adversarios los q u e alcanzaron a escapar, q u e d a n d o el fuerte sembrado de cerca de 600 cadáveres enemigos. I n m e d i a t a m e n t e que se restableció la tranquilidad, fuimos en a y u d a del 4. ° , q u e atacaba el Morro, pues en el otro fuerte el enemigo h i z o m u i >oca resistencia i se replegó a aquél; pero en el Morro a resistencia fué floja por el desaliento quo so habia apoderado de nuestros enemigos; así, en pocos m o m e n t o s quedó en p o d e r del 4. ° esa formidable obra de la naturaleza. Ahí pereció el bravo Bolognesi, el c o m a n d a n t e Moore, el coronel Ugarte, q u e al huir se despeñó. P o r casualidad escapó herido el coronel arjentino Saenz Peña i el coronel Latorre. D e l M o r r o solo alcanzaron a volar un cañón, d e j a n d o siete en b u e n estado. Las m u n i c i o n e s q u e existían en la plaza de A r i c a eran m u c h a s , i p o r consiguiente, tenían para defenderse m u c h o tiempo. L o s soldados hicieron u n a gran carnicería, i c o n razón, pues se les quiso hacer volar. Y o m e dirijia, después q u e se rindió el M o r r o , c o n 25 h o m b r e s al fuerte San José a protejer al Lautaro q u e m a r c h a b a a atacarlo, i estaba c o m o a dos cuadras d e distancia c u a n d o una inmensa c o l u m n a de h u m o , llamas i p o l v o se elevó hasta los cielos, a c o m añada de u n ruido espantoso: era el fuerte San J o s é que abia v o l a d o . F e l i z m e n t e , el Lautaro llegó tarde, i p o r c o n siguiente n o t u v o lugar a c o m b a t i r , ni a perecer c o n la esplosion. E l c a ñ ó n se hizo mil pedazos, p o r q u e lo cargaron hasta la boca c o n dinamita. Los m u e r t o s del e n e m i g o ascienden a 1,200, i a 700 los prisioneros. Las bajas de m i rejimiento alcanzan a 250, de 950 q u e éramos. D i e z oficiales cayeron también, dos muertos, entre ellos el bravo capitán C h a c ó n , i o c h o heridos. Gracias a la celeridad de nuestros m o v i m i e n t o s n o t u v i m o s mayores pérdidas. El 4. ° h a tenido mas bajas p o r haber c o m b a t i d o un rato a pié firme. Entre sus m u e r t o s se cuenta al teniente coronel San Martin, el bravo de Calama, que s u c u m b i ó heroicamente.

[

E

T o d o s los oficiales se h a n portado c o n u n valor sin igual. Las armas tomadas al e n e m i g o pasan d e 3,000 rifles i 13 cañones, sin c o n t a r la pérdida del m o n i t o r que h e cho a pique S á n c h e z Lagomarsino, su c o m a n d a n t e . Este h e c h o de armas es, sin disputa, el mas glorioso de toda la campaña, i m e considero orgulloso p o r haber t o m a d o parte en él. El B u i n i Búlnes q u e d a r o n d e reserva, razón p o r la cual n o h a n q u e d a d o m u i satisfechos. Los marinos ingleses han q u e d a d o admirados de n u e s tro arrojo. CARTA D E U N

OFICIAL D E L 4.

Tacna,

Junio

°

18 de

1880,

Estrañará U d . que n o le h a y a escrito antes a causa de las continuas marchas i c o n t r a m a r c h a s q u e h e m o s tenido que hacer después de la batalla de T a c n a . v

Pasemos ahora al c o m b a t e de A r i c a , c o m b a t e terrible, encarnizado, sangriento i una de las glorias mas grandes del R e j i m i e n t o 4. ° de línea. N i el c o m b a t e de Dolores, ni Tacna, ni Tarapacá h a n sido tan grandes c o m o el de Arica, n o s o l o p o r sus consecuencias, sino también por lo inespugnable de la plaza. E s preciso haber visto lo que son estas fortificaciones para formarse una idea siquiera del c o m b a t e . A u n q u e nuestra escuadra se hubiera llevado b o m b a r d e a n d o durante un año, i nuestra artillería de tierra lo m i s m o , nada habrían h e c h o . L a artillería n u e s tra h i z o aquí u n papel m u i ridículo, lo m i s m o q u e en Tacna. L o s muertos por granadas en T a c n a n o pasan de 20, a causa de la gran distancia a q u e se puso. Le advierto a U d . q u e t o d o el ejército sabia q u e los TOMO n i — 2 6

201

fuertes estaban minados c o n dinamita, p o r o nada arredró a nuestros bravos soldados. El ataque debia ser al a m a necer, en este orden: el 3 . ° debia atacar los fuertes al Sur del Morro; el Lautaro los que estaban en la playa, i al 4. ° le c u p o la gloria de atacar el fuerte mas p r ó x i m o al Morro. El Buin i Búlnes formaban la reserva. T o d a la n o c h e c a m i n a m o s para tomar las posiciones q u e se nos habia indicado, i al brillar el alba del 7 de J u n i o nos e n contrábamos a seis cuadras del primer fuerte i a una m i lla del Morro. C o m o nuestro rejimiento avanzaba en guerrilla, n o temíamos m u c h o a las granadas de los fuertes. Cuando el e n e m i g o se apercibió de los nuestros, fué c u a n d o ya nuestros soldados estaban a una cuadra del fuerte. A q u í fué el z u m b a r de balas i lo i m p o n e n t e del ataque, pues c o m o estaba aclarando, se veian las chispas d e los rifles. N o s o t r o s m a r c h á b a m o s h a c i e n d o fuego i a la carrera; antes de 10 m i n u t o s estuvo t o m a d o el primer fuerte; entonces el c o m a n d a n t e , v i e n d o el buen éxito, r e solvió atacar el Morro. Le digo a U d . que esta n o fué la orden del Jeneral; la orden era atacar todos los fuertes m e n o s el Morro. Por consiguiente, la empresa, además de ser peligrosa, era d e m u c h a responsabilidad para nuestro c o m a n d a n t e . Pero este valiente n o trepidó un solo m o m e n t o i nos m a n d ó al ataque. Gracias, pues, al valor de San Martin se debe q u e el 4. ° se haya cubierto d e gloria sin que nadie nos a y u d a ra; solo nuestro rejimiento t o m ó el Morro. Nuestros soldados caian c o m o zorzalez, la lluvia de balas era inmensa i nosotros siempre avanzando, llegamos a la primera trinchera, q u e fué t o m a d a a la bayoneta; en seguida la otra i la otra, siete trincheras formidables. P o r fin, entramos al M o r r o , pasando por e n c i m a de los polvorazos i cadáveres. La pajina mas brillante de nuestra historia militar será, sin duda, la t o m a de A r i c a .

CARTAS AL CORRESPONSAL

DE

" E L MERCURIO"

SOBRE

LA

MUERTE D E BOLOGNESI I MOORE.

Campamento

de Calama,

Julio

6 de 1SS0.

E n este m o m e n t o recibo la suya del 23 del p r ó x i m o p a sado, en la que m e pregunta c ó m o murieron los jefes e n e migos M o o r e i Bolognesi, p o r q u e h a i j e n t e que se interesa p o r saber el fin de estas personas. E s i n e x a c t o q u e y o haya m u e r t o a Moore. Este j e f e , c o m o Bolognesi, murieron en el Morro, de disparos de rifle ejecutados por nuestros soldados. Cuando y o entré en esa fortificación eran y a cadáveres, i todos, oficiales i tropa de este rejimiento quo ahí se b a tieron, están conformes en creer q u e a m b o s jefes c u m plieron ese dia con su deber. U n a vez rendido el M o r r o hice y o apartar sus c a d á v e res para q u e se les diera una sepultura decente. R e s p e c t o a lo que p u e d a n decir o hayan d i c h o en esa los jefes prisioneros Saenz Peña i Latorre, sobre el fin d e los jefes en cuestión, n o debe U d . dar m u c h o crédito; ambos caballeros creo que n o tenían sus cabezas m u i d e s p e j a d a s ese dia para observar lo que pasaba. D e U d . su afectísimo i seguro servidor. L u i s SOLO DE ZALDÍVAR.

Tacna,

Junió

23 de

1880.

Estimado compañero: Y o tuve la h o n r a de ser el primer oficial que t o m ó el M o r r o con 40 h o m b r e s de todas las compañías; h i c e bajar la bandera peruana e izar la chilena (la peruana la tengo en m i poder.) Testigo de t o d o esto son los c o m a n dantes peruanos señores Latorre, Saenz Peña i F r a n c i s c o C h o c a n o , que fueron h e c h o s prisioneros por m í j u n t o c o n vaiios oficiales subalternos; advirtiéndole q u e para sal-


202

GUERRA

DEL

varios m e costó gran trabajo, por ol ardor bélico d e n u e s tros soldados; i aun mas, en el m o m e n t o q u e los tenia a mi lado i a dos pasos del segundo cañón q u e hai d e N o r te a Sur, un artillero peruano hizo saltar ese cañón, q u e estaba cargado c o n dinamita; por felicidad la osplosion fué para los lados i y o solo sufrí el golpe. La tropa se m e viene encima a quitarmo los prisioneros; pero y o , c o n rni espada en la mano izquierda i m i r e vólver amartillado en la derecha, les dije: "¡Atrás! y o los defiendo!" L a tropa, m u i a pesar s u y o , obedeció, i p u d e escaparlos contra toda la corriente, c o m o puede decirse. (Ellos lo confiesan también.) A s í es, m i querido amigo, q u e t o d o lo q u e dicen resp e c t o a M o o r e es inexacto; lo q u e hai de verdad es q u e nosotros veníamos atacando c o n tanta lijereza, q u e hemos llegado j u n t o c o n los enemigos al famoso Morro, i q u e ahí se escondieron jefes i oficiales en las casas q u e hai mas arriba ( d o n d e nos vimos la última v e z ) ; ahí mataron los soldados tanto a Moore corno a Bolognesi. A l coronel Ugarte lo mataron en una cocina que hai al último para el Jado del N o r t e . A l coronel l u c í a n lo mataron en una quebrada q u e hai antes de llegar al Morro; cayó cerquita de mí. S u p o n g o q u e estará en su c o n o c i m i e n t o la muerte de nuestro querido amigo el sub-teniento A g u i r r e Perry; se portó c o m o verdadero chileno. RICARDO S I L V A A R R U G A D A .

XVI. V e r s i ó n p e r u a n a <lc l a t o m a d e A r i c a : c o r r e s p o n d e n c i a a " E l N a c i o n a l " de L i m a i descripción p o r u n testigo i actor. COMO ESTABA

FORTIFICADO ARICA.

(Del corresponsal cu el ejército del Sur de EL NACIONAL de Lima.)

Se ponderó siempre demasiado a Arica c o m o plaza fuerte, llegando a decir del Morro que era un segundo Jibraltar, i cosas p o r el estilo; pero ni el n ú m e r o de cañones, ni el calibre de éstos, ni el alcance, correspondían a tal exageración. V e r d a d es q u e la topografía natural d e l terreno se presta mui bien a la defensa, i que pudiera haberse h e c h o allí u n a formidable fortaleza, pero faltaron siempre elementos para ello, i solo c o n grandes esfuerzos p u d o levantarse al pié q u e llegó. H a r e m o s una lijera descripción de las baterías. Dividíanse éstas en del Norte, del Esto i del Sur, según las posiciones que ocupaban c o n respecto a la ciudad. Con el n o m b r o de baterías del N o r t e se c o n o c í a a las situadas al nivel d o la población i llamadas d e Santa Rosa, la mas cercana, la siguiente San José i la última 2 d e Mayo. N i n g ú n parapeto o trinchera resguardaba a estas b a t e rías. Las plataformas se elevaban unos o c h o pies sobre lo restante del terreno. Santa R o s a tenia u n solo c a ñ ó n d e 250, sistema Y a v a s seur, c o n un alcance m á x i m u m de 4,000 a 4,300 metros. San J o s é constaba do un Vavasseur, en todo igual al d e Santa Rosa, i un Parrot d e 1 0 0 , q u e tiraba hasta 5,000 metros, el mayor alcance que p u d o obtenerse añadiendo un p o c o mas de pólvora a los saquetes. 2 d e Mayo tema un solo cañón c o m o Santa Rosa, t a m bién Vavasseur de 250. El Morro, cerrito de piedra, so eleva hasta 500 pies s o bre el nivel del mar. Es accesible por el lado de la p o b l a ción i p o r el opuesto de la Licera, a u n q u e difícilmente. Está u n i d o c o n el cerro G o r d o , que lo d o m i n a u n tanto. Por el lado del m a r está c o m p l e t a m e n t e cortado a pico. Sobre la meseta del Morro, en plataformas fabricadas sobre la piedra, teníamos hasta mediados de N o v i e m b r e 11 cañones de los siguientes calibres i sistemas: un Parrot do a 100, un Vavasseur de a 250, nueve V o r a z d e a 70.

PACIFICO.

El Jeneral P r a d o hizo quitar dos d e estos últimos para uno d e nuestros trasportes, i en el c o m b a t e sostenido el 17 de Marzo c o n m o t i v o d e la entrada d e la Union, se r e ventó uno, de m o d o q u e solo quedaron o c h o . Las baterías d e tierra del Este, daban frente a los c a minos de Tacna i Camarones i estaban colocadas en dos cerros separados el u n o del otro, accesibles a m b o s p o r todos lados i llamados del C h u ñ o i G o r d o respectivamente. Siete cañones V o r u z coronaban esos cerros, defendidos c o n una trinchera de sacos de arena. E n suma, A r i c a estaba fortificada c o n 12 cañones para la defensa p o r m a r i siete para la defensa por tierra; t o tal 19. Para rechazar un desembarque i también para q u e la tropa tuviera un sitio d o n d e resguardarse de las b o m b a s , se c o n s t r u y e r o n zanjas en los alrededores del panteón. E n ese estado encontró el coronel Bolognesi a Arica. Para completar esa defensa, el infatigable viejecito h i z o tender una triple red d e minas p o r todas partes i c o n s truir trincheras d e sacos d e arena en todos los lados en que el Morro es accesible. A fines d e Mayo, las baterías del N o r t e estaban m a n d a das por el c o m a n d a n t e d o n Manuel A y l l o n c o m o 1er. jefe, i 2. ° el m a y o r Manuel Martínez i capitán G o i tizolo, c o n 100 sirvientes ele la pieza. Las del Este, p o r el c o m a n d a n t e d o n M e d a r d o C o r n e j o i m a y o r J o r j e Nicarino, c o n 112 h o m b r e s para el servicio. I las del Sur o Morro, p o r el capitán d e navio d o n J u a n G. M o o r e i capitán d e corbeta d o n J o s é I. E s p i n o sa, c o n 205 h o m b r e s d e la antigua C o l u m n a Naval d e I q u i q u e , tripulantes d e la Independencia i nuestros c h a lacos. La guarnición la c o m p o n í a n dos d e nuestras divisiones, 7. i 8 . , al m a n d o respectivamente d e los coroneles d o n José J o a q u í n Inclan i d o n Alfonso Ugarte. La 7. * constaba de los batallones siguientes: Artesanos de Tacna, 520 h o m b r e s , al m a n d o del c o r o nel d o n Marcelino Várela. Granaderos d e Tacna, 200, al m a n d o del coronel d o n Justo Arias i A r a g ü e z . I de Cazadores de Piérola 29 de M a y o , al m a n d o del coronel B e l a u n d e , 300 hombres. L a 8. se c o m p o n í a del Batallón Tarapacá (antiguo Provisional de Lima n ú m e r o 3 i C o l u m n a N o r i a ) , 800 h o m b r e s , al m a n d o del c o m a n d a n t e d o n R a m ó n A . Z a v a la; i el I q u i q u e , 2 5 0 , al m a n d o del c o m a n d a n t e d o n R o que Sacnz Peña. E n t o d o , p u e s , Arica estaba defendida por 1,850 h o m bres, incluso el E s c u a d r ó n Lluta. 53

5 3

rt

A s í las cosas, c u a n d o se recibió las noticias del desastre del 26. El coronel Bolognesi, q u e acababa de recibir del J e n e ral Montero plena autorización para proceder del m o d o que creyese mas conveniente, resolvió resistir hasta la muerte o hizo cortar el puente d e Chacalluta. B a q u e d a n o , después de haberse c o n v e n c i d o d e q u e M o n t e r o n o podia regresarla intentar una sorpresa, c o m o se decia en esos días, i que Leiva n o parecía, m o v i ó sus fuerzas h a c i a A r i c a c o n la intención de limitarse a sitiar la plaza, que consideraba demasiado difícil d e tomar al asalto. En efecto, Arica, c o n su triple línea de minas i c o n la resolución d e sus defensores, ora intomable. El 1. ° de J u n i o c o m e n z a r o n a moverse los Tejimientos chilenos, precedidos d e la caballería. El injeniero Elmore h a b i a s i d o c o m i s i o n a d o para minar el sitio d o n d e fué cortado días antes el puente d e Chacalluta i prender en el m o m e n t o en q u e lo estuvieran atravesando los enemigos. E l m o r e dio fuego; algunos cazadores d e a c a b a l l o volaron i otros salieron contusos, pero los d e m á s pasaron i


CAPITULO

tomaron al injeniero j u n t o c o n el joven teniente A. Urota. Ese acontecimiento enfureció a los chilenos, pero t a m bién los llenó de espanto. Esa n o c h e acamparon en Chacalluta las fuerzas chilenas". E n los dias siguientes los jefes chilenos se ocuparon de estudiar bien nuestras posiciones. Hicieron subir su artillería a u n o de los cerros c i r c u n vecinos al citado valle, i de allí c o m e n z a r o n a hacer fuego sobre el Morro, c u y o s cañones n o alcanzaban a ese sitio, sobre las baterías del Este i las del N o r t e , que eran las únicas que contestaron c o n b u e n éxito. El día 6 atacó la escuadra chilena, c o m p u e s t a del Coclirane, Magallanes, Govadonga i Loa. l u é u n o d e los combates mas felices: el Cochrane recibía, entre varios proyectiles, u n o de a 250 dirijido por el capitán d o n D a niel Nieto, que incendiaba un saquete a p u n t o de ser puesto en la boca del c a ñ ó n i sacaba fuera de c o m b a t e a mas de 30 tripulantes del blindado; la Govadonga, era atravesada por dos proyectiles que la incendiaron, i al fin los buques chilenos tenían que retirarse. A h o r a están c o m p o n i é n d o s e en Valparaíso. Y a el c o r o n e l Bolognesi había recibido dos emisarios de B a q u e d a n o , p i d i e n d o la rendición de la plaza, en atención de que las fuerzas chilenas eran el c u a d r u p l o de las peruanas, i de que n o debían tener esperanzas de socorro posible. Bolognesi había contestado, de acuerdo c o n los domas jefes: " Q u e m a r e m o s hasta el ú l t i m o c a r t u c h o . " Es de notar que en esos dias se había operado un c a m bio en el á n i m o de los soldados c h i l e n o s : y a n o tenían el m i e d o que antes a las minas, i al m i s m o t i e m p o se esparció sordamente en T a c n a que el injeniero E l m o r e habia confesado d o n d e existían éstas. Baquedano resolvió dar el asalto en la mañana del día 7, pero antes quiso intimar otra vez la rendición ofreciendo condiciones, i señaló a E l m o r e para que sirviera de emisario. El injeniero peruano aceptó. Mientras E l m o r e daba cuenta de la misión que lo llevaba i manifestaba que seria b u e n o evitar el derramamiento de sangre, ya salvado el h o n o r por la resistencia hecha, B a q u e d a n o lo preparaba t o d o para el asalto. Encolerizado el Jcneral chileno por la firmeza de ese puñado de h o m b r e s , dijo al coronel L a g o s , á quien encargó el asalto: " Q u e no haya cuartel." (Esto nos lo c o n t ó uno do los oficiales del Loa.) El ataque principió por la batería del Este, que confina con el valle do A z a p a (cerro del C h u ñ o . ) Por la n o c h e habían o c u p a d o los chilenos los alrededores sin que se les sintiera. En la mañana atacaron. El Granaderos de T a c n a estaba allí i recibió a los rejimientos 3. ° i 4. ° de línea c o n u n nutrido fuego de fusilería. Los artilleros solo tuvieron t i e m p o de hacer dos cañonazos. R o d e a d o s c o m p l e t a m e n t e en p o c o s instantes, algunos consiguieron atravesar la línea chilena i se replegaron hacia el cerro Gordo. La primera batería del Este, o sea la Ciudadela, según espresion de los chilenos estaba en p o d e r del enemigo. Se o y ó una fuerte detonación: 30 chilenos volaron i casi todos los nuestros que habían q u e d a d o allí, bien p o c o s , a quienes aun n o habían tenido los chilenos t i e m p o do asesinar. C o m e n z ó el fuego en la otra batería del Este i en la del Norte. En aquélla, después de 15 minutos de resistencia, las fuerzas que q u e d a b a n se replegaron al Morro. _ En las del N o r t e , los 100 sirvientes de las baterías h a cían fuego en retirada hacia la población, después de h a ber h e c h o volar todos los cañones i polvorines. El Lautaro los perseguía. Mientras tanto, el 3. ° , 4. ° i Buin, d u e ñ o s ya de nues-

SEGUNDO.

203

tras baterías del Este, so dirijieron sobre el Morro c o n facilidad, sin tener que subir ninguna pendiente, p o r q u e t o m a d o el cerro G o r d o , se encontraban en la m i s m a altura, sino superiores. La resistencia se habia organizado ahí do un m o d o desesperado. Bolognesi habia estado u n m o m e n t o antes en la ciudad, en el sitio d o n d e se tenia el aparato para la e s plosion de las minas; habia querido dar fuego a una i l u e g o a otra i otra sin q u e ninguna reventara, hasta que, c o n v e n c i d o de que n o debia contarse ya c o n ese m e d i o de defensa, osclamó c o l é r i c o : — " E s t a m o s perdidos," i se dirijió al Morro c o n á n i m o firme de resistir hasta la muerte. Allí estaban el Tarapacá i el I q u i q u c , j u n t o c o n los restos del Artesanos de Tacna. Muerto el coronel I n c l a n , Arias i A r a g ü e z , i herido Várela, A r m a n d o B l o n d e l habia q u e d a d o al m a n d o de esos restos. E n t o d o habia unos G00 h o m b r e s defendiendo el Morro. Eran 3,000 los asaltantes. A n i m a d o s los chilenos c o n la t o m a do las baterías del Este i del N o r t e , v i e n d o que las minas no estallaban i que los defensores eran un p u ñ a d o do h o m b r e s , atacaron sin temor. El éxito no era d u d o s o ; dueños de las primeras trincheras, ¡ríndanse! gritaban, i Bolognesi, el heroico viejecito, aun t e n í a l a suficiente voz para dejar oir su contestación sublime de: " ¡ N o ! . . . ¡sobre mi cadáver!" Una bala le destrozó el cráneo. Los chilenos entraron. M o o r e aun vivia i combatía. "¡Basta, m u c h a c h o s ! " esclamó, queriendo salvar la vida a los valientes que c o m b a t í a n a su lado. N o p u d o c o n cluir la frase. A r m a n d o B l o n d e l , después haber arrancado la bandera chilena q u e ya habia sido puesta en el Morro, se p r e c i p i ta hacia el mar, según una de las versiones, siguiendo el e j e m p l o del valiente, del d e n o d a d o U g a r t o . M o m e n t o s antes habia m u e r t o también el heroico Z a vala a la cabeza de los p o c o s q u e quedaban de su batallón. T o d o habia c o n c l u i d o a las 8 A. M.; decimos mal: h a bían c o n c l u i d o esas escenas sublimes de heroísmo, que nuestra historia i la del m u n d o g u a r d a i á n siempre, i c o menzaban otras de distinto j e n e r o . TEODORO

ELMORE.

¿Puede creerse q u e al lado de tanto héroe, ha3'a h a b i d o algún h o m b r e , algún peruano que haya traicionado a su patria; al lado de tanta gloria p u e d e haber cabido tal vergüenza? Imposible. ¡No lo creemos, n o podernos creerlo! N a d i e lo cree t a m p o c o , i sin embargo, en Tacna se m u r m u r a b a con v o z sorda: "¡Se nos ha traicionado!" E n A r i c a nos d e cían algunos que pudieron escapar descendiendo por la Licera i escondiéndose en las cuevas que hai al pié del Morro: "¡Nos vendieron! Teníamos una triple red de minas que n o hubieran p o d i d o atravesar los chilenos sin reducirse a la mitad, a la tercera, a la d é c i m a parte; talvez hubiéram o s tenido un segundo Tarapacá; pero las mechas han sido cortadas por una m a n o traidora, i los sitios todos d o n d e estaban esas minas, descubiertos." — ¿I quién p u e d e haber sido ese traidor? —• ¿Quién? Todas las sospechas recaen sobre el injeniero, i los chilenos lo dicen. ¡Elmore! ¿Pero c ó m o ? Ese j o v e n a quien h e m o s c o n o cido bastante, a quien h e m o s creído un caballero i un patriota, habrá sido capaz!... ¡Imposible! Sin e m b a r g o , el prefecto chileno do Tacna, Lira, lo d i c e así en una c o m u n i c a c i ó n publicada en los diarios de A alparaiso i Santiago. ¿I c ó m o esplicar ciertos h e c h o s oscuros, bastante claros, sin e m b a r g o , para afirmar que h u b o allí algo estraño que el tiempo se encargará de descifrar? r


204

GUERRA

Mientras tanto suspendamos peruano! .. ¡Imposible!

nuestro

GUSTAVO

DEL

juicio: ¡oh! ¡un RODRÍGUEZ.

¡ARICA! DATOS PARA L A HISTORIA POR UN TESTIGO I ACTOR. (Fragmento,)

II. Antes do retirarso el Jeneral Prado, n o m b r ó una c o m i sión c o m p u e s t a del c o r o n e l Panizo, cuyo", esfuerzos habían sido notables, del injeniero indicado i del m a y o r U g a r techo, para Uovar a cabo la defensa de la población p o r su retaguardia. L a c o m i s i ó n a c o r d ó : 1. ° construir dos baterías sucesivas en las lomas q u e siguen a cerro G o r d o , por el Este; 2. ° trasformar en reductos los dos panteones, i 3. ° unir éstos c o n los primeros i c o n San José por una línea flanqueada i continua. Se escojió para la primera el cerro de C h u ñ o , quo d o m i n a la población, el N o r t e i gran parte del Este de la pampa, i el corro de Aniani, 82 metros mas alto que el primero, al Suroeste de él i 1,300 metros mas p r ó x i m o a la cresta del Morro. E n cada una de ellas se habia de colocar tres cañones, estableciendo su recinto c o n sacos de arona. El trabajo en los panteones se haria p r a c t i c a n d o una escavacion en su c o n t o r n o , c u y o d e s m o n t e habia de c u brir sus muros, a los que se daria acceso p o r una b a n q u e ta interior. P o r último, la línea flanqueada, obedecería a u n trazo j e o m é t r i c o , sui-jéneiñs i a un perfil c o n o c i d o , ofensivo defensivo. D e s d e l u e g o , es preciso decir que en t o d o s esos estudios la comisión partió j u i c i o s a m e n t e del supuesto de q u e la plaza habia de ser defendida p o r el ejército destinado a guarnecerla, i d e allí q u e el desarrollo d e la fortificación fuera tan estenso. Desgraciadamente, la c o m i s i ó n invirtió el orden de los trabajos i omitió otros, c o m o se verá en l o q u e sigue. • L l e g a d o s a A r i c a los injenieros Eléspuru i E l m o r e , d e s pués de la p é r d i d a del departamento de Tarapacá, el J e n e ral Montero o r d e n ó verbalmente a u n o de ellos q u e se agregara a la comisión. Este, después de hacer el r e c o n o c i m i e n t o de las obras en e j e c u c i ó n , presentó a d i c h o Jeneral u n m e m o r á n d u m c o n las observaciones siguientes, d e d u c i das de una detenida discusión escrita: 1. * El orden do los trabajos n o es el que c o n v i e n e a las circunstancias. 2. * N o está p r o y e c t a d o t o d o lo q u e se debe. 3. La comisión carece de la independencia i e l e m e n tos necesarios. L o primero, p o r q u e ese orden debía ser: a, reducir a red u c t o cada batería existente; b, construir las baterías del Este, haciéndolas r e d u c t o también; c, defender cada u n o d e esos r e d u c t o s c o n c a m p o s atrincherados i foseados; d, defender a m b o s flancos c o n obras cerradas e infranqueables, i m p i d i e n d o el acceso a cualesquiera eminencia que las d o m i n e por m e d i o de minas; e, trasformar el panteón en r e d u c t o ; / , construir una línea c o n intervalos de difícil acceso, entre el panteón i el Morro, así c o m o entre el m i s m o i S a n J o s é ; g, e n ú l t i m o lugar, u n a línea c o n t i n u a quo cierre los claros de los intervalos. 155

L a segunda observación se deducía de la e n u m e r a c i ó n anterior. I, p o r último, la tercera, p o r q u e carecia de herramientas, materiales, etc., i p o r q u e era mera directora de la ejecución. Se hacia también presente en el m e m o r á n d u m la i n conveniente situación de las nuevas baterías del Este, d e biendo pasar la primera a cerro C o l o r a d o en vez del C h u -

PACIFICO.

ño i la s e g u n d a a cerro G o r d o ; las ventajas d e cambiar el perfil de las zanjas p o r otro solo defensivo c o n salidas, i ta necesidad de construir grandes estanques para agua en el Morro, así c o m o depósitos de víveres. D e ese escrito solo se o b t u v o por ventaja el c a m b i o de la batería del C h u ñ o a cerro Colorado, i posteriormente, la c o m p r a de u n p o c o de herramientas. Así, pues, las baterías q u e d a r o n en p a m p a ( u n a g u e r r i lla cualquiera p o d i a apagar sus fuegos); los flancos q u e daron descubiertos; las eminencias sin minas, i la p a m p a solo interrumpida p o r u n m a c i z o d e tierra, q u e a pié o a caballo se podia flanquear. E n este estado sobrevino el c a ñ o n e o de 27 d e F e b r e r o , i c o n él la suspensión de t o d o s los trabajos. C o n v i e n e fijar q u é es lo q u e existia hasta e n t o n c e s : 1. ° E n el Morro, n u e v e cañones c o n su retaguardia d e s cubierta. 2. ° E n el N o r t e , cuatro cañones en p a m p a . 3. ° E n el Este ( l o m a j e posterior al M o r r o ) , d o s baterías d e a tres cañones, defendidas por una sola fila de sacos p a rados llenos de arena. 4. ° E n la pampa, los d o s p a n t e o nes h e c h o s r e d u c t o s i una línea c o n t i n u a flanqueable p o r todas partes. III. Trabajo especial del injeniero E l m o r e habia sido estudiar el m o d o de dejar bien*puesto el n o m b r e de la patria en caso de un descalabro. Siempre recordaremos las palabras del Jeneral M o n t e ro al darle esa delicada c o m i s i ó n : " N o nos hallamos t o d a vía en estado de decir entre nosotros q u e la victoria es la X de una e c u a c i ó n de términos c o n o c i d o s ; las armas nos p u e d e n ser adversas, i entonces, al perder el p o d e r o s o baluarte que nos ha sido confiado, necesitamos u n h e c h o que, c o m o el estertor de la muerte, sacuda hasta las ú l t i mas fibras del c o r a z ó n de la patria: tiene U d . 250 q u i n tales de dinamita para hacer volar A r i c a . E n t o n c e s p o d r é decir y o a mis soldados en el c o m b a t e : m u c h a c h o s , a d e lante tenéis la m u e r t e i si n o la encontráis allí, la hallareis atrás," fueron sus palabras. H e r m o s a idea, q u e hubiera h e c h o imposible, de t o d o p u n t o i m p o s i b l e , la p é r dida de nuestro d o m i n i o en el Sur! El injeniero E l m o r e presentó al Jeneral la planta de la p o b l a c i ó n , c o n las líneas aproximadas, c o n las resistencias de su terreno i el p r o y e c t o de mina. Consistía éste e n tres grandes escavaciones de 10, 12 i 18 metros de p r o f u n d i dad, c o n c i n c o galerías la primera, i las otras, cargadas c o n c i n c o quintales las primeras, o c h o las segundas i 12 las últimas, de tal manera distribuidas, q u e al estallar p u d i e ran levantar la p o b l a c i ó n íntegra. Para asegurar la d e s t r u c c i ó n d e las baterías se habia de c o l o c a r una m i n a de c i n c o quintales bajo cada u n a de ellas; una igual b a j o los muelles i aguada, i una de 50 quintales en las galerías d e la cresta del M o r r o para levantarla toda. C o n estricto sijilo adelantó el trabajo n o t a b l e m e n t e ; c u a n d o se iba a c o m e n z a r las galerías se suspendió, a c o n secuencia del b o m b a r d e o , p o r orden superior. 17. Circunstancias m u i graves, q u e m e r e c e n tratarse aparte, i entre las q u e se encuentran en primera línea la falta de cuarteles q u e abrigaran a la g u a r n i c i ó n en su c a m p a m e n t o de la retaguardia del Morro, las enfermedades, a que j a m á s se atendió c o m o era d e b i d o , i la alimentación que no se m e j o r ó , teniendo a l a tropa v e r d a d e r a m e n t e escuálida, determinaron la salida del ejército a T a c n a , q u e d a n d o la plaza definitivamente entregada al d e c i d i d o c o ronel Bolognesi el dia 3 d e A b r i l , en q u e se trasladó el E s t a d o M a y o r Jeneral t a m b i é n a T a c n a , para n o volver mas, c o m o lo anunció u n esperimentado j e f e . C o n el n o m b r a m i e n t o del coronel Bolognesi, se llevó a la jefatura del M o r r o al distinguido c o m a n d a n t e M o o r e , en reemplazo del c o m a n d a n t e Carrillo, l l a m a d o a Lima p o r el Gobierno. E l c o r o n e l Panizo o c u p ó su p u e s t o en la C o m a n d a n c i a Jeneral d e Artillería del ejército d e Tacna,


CAPITULO

dejando c o n 4 4 h o m b r e s las baterías del Norte. Se o r d e nó' que solo quedaran de guarnición en la plaza las d i v i siones 7. * 1 8 . * , que sumaban 1,323 hombres nacionales, armados en su m a y o r parte c o n Chassepot. El injeniero Eléspuru salió c o n el ejército, q u e d a n d o solo el señor E l more, n o m b r a d o en primer término para servir al E s t a d o Mayor Jeneral, a órdenes del j e f e de la plaza. N u n c a olvidaremos la actitud asumida por el coronel Bolognesi, desde q u e tomó posesión de su puesto. R e s u e l to a defender la posición q u e se le confió, a t o d o trance, atrajo a sí a todos aquellos que podían ayudarlo en su propósito. A c t i v o , a pesar de q u e sus encanecidos cabellos indicaban su avanzada edad, t o d o lo e m p r e n d i ó sin arredrarse p o r la escasez del tiempo i su absoluta falta de elementos. A s í h e m o s visto a ese d i g n o anciano organizar sus brigadas para que cada cuerpo, cada batería, se sirva c o n i n d e p e n d e n c i a ; formar d o s partidas de caballería para vijilar el N o r t e i el Sur; mejorar el alimento de la tropa, s u b i e n d o a libra i m e d i a su ración de carne, i, sobre t o d o , pensar de una manera seria en los m e d i o s de resistenoia, para lo que se atrajo al injeniero. E m p e ñ o s o c o m o p o c o s , el coronel Bolognesi leyó c o n avidez el m e m o r á n d u m q u e le presentó el señor E l m o r e , síntesis d e los q u e en otras ocasiones había presentado al Jeneral M o n t e r o . Naturalmente que las obras de defensa i de m i n a solo se p o d í a n llevar a c a b o r u d i m e n t a r i a m e n te, tanto p o r q u e el t i e m p o n o permitía otra cosa, cuanto porque se carecía d e lo mas indispensable. Sin e m b a r g o , en ese m e m o r á n d u m se establecía lo siguiente: 1. ° hacer r e d u c t o c a d a u n a d e las baterías; 2. ° defender a m b o s flancos c o n parapetos i minas, c u y o estado era de perfecta descubierta hasta entonces; 3. ° defender las baterías con c a m p o s atrincherados; 4. ° defender los d e s e m b a r c a deros c o n minas; 5. ° preparar minas para los m u e l l e s , aguadas, etc.; 6. ° disponer q u e los cañones, polvorines, etc. sean reventados antes de entregarse, i cargar las minas q u e en la p o b l a c i ó n estaban preparadas, etc. E n el m e m o r á n d u m se indicaban las necesidades que ese programa exíjia i el orden en q u e debia llevarse a cabo. D e advertirse es q u e siendo la m i n a el arma principal de defensa, era preciso inventar, por decir así, los elementos que para establecerlas se necesitaban: pilas, alambres i fulminantes, t o d o faltaba ¿de d ó n d e conseguirlo? Las primeras se obtuvieron de la sección de torpedistas; los seg u n d o s se fabricaron c o n trozos de alambre de fierro sacados de fragmentos de j a r c i a vieja enredada, soldados i envueltos en d o b l e precinta de papel, especialmente p r e parado, i los terceros se obtuvieron d e diferentes partes, pero en p e q u e ñ o n ú m e r o . Iniciados los trabajos, se tropezó siempre c o n el m o d o de proceder del abnegado anciano, jefe de la plaza: fija su atención en u n solo p u n t o , n o permitía que se procediese de otro m o d o q u e p o r detalle; de tal manera q u e cualquier obstáculo, cualquier artículo que faltase hacia q u e se p e r diese el t i e m p o lastimosamente en t o d o el sistema, D e a h í que la defensa del flanco izquierdo fuese morosa, p o r mas que se le diera el carácter de provisional. A f o r t u n a d a m e n t e , el n u n c a bien lamentado M o o r e , prestó todo su a p o y o a la preparación del flanco derecho (la retaguardia del M o r r o ) , c o n v e n c i d o c o m o estaba que era por allí p o r d o n d e había de embestir el e n e m i g o . E s así que h e m o s visto a ese valiente marino acompañar personalmente al injeniero para e s c o j e r l a posición de los parapetos, presidir la c o l o c a c i ó n de las minas, designar los l u gares a q u e se habían de trasladar algunos cañones, etc., etc. A l c o m a n d a n t e M o o r e se d e b e , p u e d e decirse, esclusivamente que el e n e m i g o , en su ataque, haya e n c o n t r a d o >or esa parte alguna resistencia en materia de fortificación, lamada formidable p o r la versión chilena. Separándonos de mas detalles i de enumerar las dificultades sin c u e n t o q u e se tuvieron q u e vencer, indicaremos solo q u e , r o g a n d o aquí, arañando allá i c o j e a n d o por todas partes se l l e g ó a preparar a m b o s flancos del m o d o siguiente:

{

205

SEGUNDO.

En' el flanco izquierdo un parapeto que cubriera la batería de San José, en plena pampa todavía; este parapeto habia de defender el observatorio de las minas de ese lado, h e c h o con sacos de arena; avanzados unos 300 metros cerca del Astillero ( n o m b r e de ese lugar), se c o l o có tres parapetos a mas de unos 40 metros cada u n o , q u e defendieran ese lado de la p a m p a del C h i n c h o r r o i c o n él las baterías del Norte. Esos parapetos se habían de minar, así c o m o los claros entre ellos c o m p r e n d i d o s , d e m o d o q u e al caer en poder del e n e m i g o , se les hiciera saltar, i m p i d i e n d o que se les utilizara en contra de los d e f e n sores. E n el flanco d e r e c h o se habia de minar las dos e m i n e n cias de cerro G o r d o i su cuchilla inmediata; defender éstas c o n lijeros parapetos; cerrar la retaguardia del M o r r o c o n una serie de c i n c o parapetos también, i construir d o s plataformas para trasladar dos cañones. T o d a s estas obras se efectuaron d e u n m o d o lijero, siend o los parapetos del espesor de u n solo saco lleno. E n este estado de cosas i al precederse a cargar las m i nas, una pequeña diverjencia de opinión entre el injeniero i el jefe de la plaza, dio lugar a q u e aquél protestara n o poderla hacer i desechara toda responsabilidad por d o b l e oficio de 10 de M a y o , en t o d o trabajo en q u e interviniera la electricidad. D e allí q u e se encargó de esa operación el j o v e n entusiasta i resuelto d o n P e d r o Ureta, j e f e de la s e c c i ó n de torpedistas desde la separación de d o n L e o n c i o Prado. El señor Ureta prosiguió los trabajos en el N o r t e , llegand o a cargar varias minas colocadas en el trayecto d e l p a n teón al c a m i n o A z a p a , cerrando el paso por ese lado de la población. D e advertirse es que los trabajos se llevaron a c a b o por esa parte a fuerza de la voluntad del coronel Bolognesi, que quería impedir u n ataque por aquel lado, p o r m a s q u e la opinión del injeniero, manifestada p o r escrito i verbalmente en cuantas ocasiones t u v o , era de q u e precisaba aprovechar el t i e m p o en minar las baterías del Este, todavía enteramente indefensas. ( L A PATRIA d e L i m a fecha 1. ° d e Setiembre de 1880.)

XVIL R e l a c i ó n d e los j e f e s i oficiales p e r u a n o s m u e r t o s , prisioneros i de los trofeos de g u e r r a t o m a d o s en Arica. NÓMINA D E LOS PRINCIPALES JEFES 1 OFICIALES

MUERTOS

E N ARICA.

Coronel F r a n c i s c o Bolognesi, Jefe de la plaza. Id. José J o a q u í n Inclan, C o m a n d a n t e Jeneral de la 7. * División. Coronel Alfonso U g a r t e , C o m a n d a n t e Jeneral de la 8. División Coronel J u s t o Arias A r a n g ü e z , j e f e de los Granaderos de Tacna. Coronel g r a d u a d o Mariano E. Bustamante, jefe de detall de la 8. ^ División. Capitán de navio J u a n G u i l l e r m o M o o r e , j e f e d e las baterías del Morro. Teniente coronel R a m ó n A . Zavala, jefe del Batallón Tarapacá. Teniente coronel B e n i g n o Cornejo, 2. ° j e f e del mismo. Id. id. Francisco Cornejo, j e f e del Batallón Piérola. Teniente coronel R i c a r d o O ' D o n o v a n , j e f e de detall de la 7 . División. Sarjento m a y o r A r m a n d o B l o n d e l , 1er. jefe de A r t e sanos. Sarjento m a y o r Isidoro Salazar, 2. ° j e f e del Batallón Iquique. Capitán J o s é C h o c a n o , del Batallón Tarapacá. Id. Cleto Martínez, del M o r r o . * 05

03


GUERRA DEL

206

Capitán A d o l f o K i n d t , del Morro. Id. Benigno C a m p o , del Iquique. Sub-teniente E l e o d o r o Ceballos, del Tarapacá. Id. Aníbal Chavez, del id. Teniente H e l m e s , del id. Subteniente A l e j a n d r o Morfor, del id. Teniente S i m ó n Grados, del id. Subteniente R a m ó n Osorio, del id.

RELACIÓN

D E LOS

PRISIONEROS

PERUANOS HECHOS

TOMA D E ARICA EL 7 D E JUNIO D E

EN LA

1880.

M e d a r d o Cornejo, teniente coronel, j e f e de la batería del Este. F r a n c i s c o C h o c a n o , id. id. g r a d u a d o del Batallón A r tesanos. J u a n E. A y i l o n , id. id. g r a d u a d o , 2. ° id. de las baterías del Norte. Manuel C. de la Torre, id. id. j e f e de detall de la plaza. R o q u e Saenz Peña, id. id., 1er. j e f e del Batallón I q u i que. E d u a r d o Raigada, capitán de fragata i capitán de puerto. J e r ó n i m o Salamanca, sarjento m a y o r g r a d u a d o , 3er. jefe del Batallón Tarapacá. L o r e n z o Infantas, id. id., 3er. jefe del Batallón Iquique. Manuel M. Ceballos, id. id. g r a d u a d o , 4 ° jefe del B a tallón I q u i q u e . J o s é Pozo, id, id. g r a d u a d o , ayudante de la C o m a n dancia Jeneral, 3. ^ División. A u g u s t o Soto, id. id. g r a d u a d o , baterías del Norte. R u b é n Rivas, id. id. graduado, Batallón Artesanos de Tacna. N. García Goitisolo, id. id. g r a d u a d o , baterías del Norte. José María Prado, id. id., Maestranza. Manuel I. Espinosa, capitán de corbeta, 2 jefe de las baterías del Morro. Claudio Estrada, sarjento mayor, contralor del h o s pital. Miguel Barrios, id. id. g r a d u a d o , ayudante del Estado Mayor. I g n a c i o del Castillo, capitán del Batallón Artesanos de Tacna. Daniel Nieto, id. de las baterías del Morro. F e l i p e J. Rospiglosi, id. id. id. del Este. Olegario Julio Rospiglosi, id. del Batallón Artesanos de Tacna. V í c t o r B. O c a m p o , id. del Batallón I q u i q u e . José Chacón, id. del Batallón Tarapacá. J u a n García i Zegarra, id. de las baterías del Morro. R i c a r d o Pimentel, id. id. M o r r o . R i c a r d o Iturbe, capitán g r a d u a d o , ayudante del jefe de la plaza. José Morales A y l l o n , id. id. Batallón Artesanos d e Tacna. Evaristo Candióte, capitán id. Batallón Tarapacá. A n t o n i o Lobats, id. id. Tarapacá. D a v i d Eizaguirre. Manuel Vargas, id. I q u i q u e . T e o d o r o Rebollat, id. id. Iquique. F e d e r i c o Flores Elena, id. g r a d u a d o , Batallón I q u i q u e . Guillermo Bello, id. id. I q u i q u e . Manuel Lira, id. id. Granaderos de Tacna. Manuel Marías, id. id. baterías del Norte. L u i s Benavides, id. g r a d u a d o ayudante de la 7. División. c

Evaristo Peñaranda, id. id. Batallón Tarapacá. B e n i g n o Vargas, id. id. Tarapacá.

Manuel R e v e l o , id. g r a d u a d o , Batallón Piérola. Juan Cáceres, id. id. Artesanos. Jerman Paz (capitán de corbeta), j e f e del parque.

PACIFICO.

Luis E. Genzollen, teniente, baterías del N o r t e . Mariano Salcedo, id. id. del Norte. A n d r é s Medina, id. id. del Norte. Juan de D i o s Soto, id. Batallón Artesanos de Tacna. Benigno Velasco, id. id. Artesanos de Tacna. Manuel A . Cortavitarte, id. id. Artesanos de T a c n a . Francisco Seguin, id, baterías del Norte. Manuel Rivadeneira, id. id. del N o r t e . E n r i q u e Cuadro, id. id. del N o r t e . Manuel E. Barréelo, id. Batallón Granaderos de Tacna. A v e l i n o L e ó n , id. I q u i q u e . Manuel E. M á r q u e z , teniente del Batallón I q u i q u e . Ernesto A d u v i r e , id. id. I q u i q u e . Manuel A d u v i r e , id. id. I q u i q u e , Mariano M é n d e z , id. id. del parque. A n s e l m o Barreda, id. del Batallón Piérola G u i l l e r m o G a m b o n i , id. baterías del M o r r o . P e d r o Portillo, id. id. M o r r o . Manuel A . Diaz, id. id. Morro. Manuel J. R o m e r o , id. id. M o r r o . L o r e n z o del Carpió, id. id. Morro. T o r i b i o Trelles, id. id. Morro. J u a n W . Prieto, id. id. Morro. Manuel G ó m e z , teniente 2. ° graduado, id. Morro. A q u i l i n o S o t o , teniente del Batallón I q u i q u e . Osear N a v a r r o , id. id. Tarapacá. Marcos G ó m e z , id. id. Tarapacá. Manuel Llosa i Abril, id. id. Tarapacá. José P. Valdivia, id. jefatura de la plaza. Manuel A c e v e d o , id. Batallón Artesanos de T a c n a . Francisco de P. Ramírez, id. baterías del Morro. José Escobar, id. Batallón Artesanos de Tacna. R i c a r d o Salazar, sub-teniente del Batallón I q u i q u e . Emilio Robers, id. id. I q u i q u e . A g u s t o Smit, id. id. Iquique. Manuel Ramírez, id. id. Iquique. J u a n Mal d o n a d o , id. id. Iquique. Cipriano Pinto, id. id. I q u i q u e . Manuel Lagos, id. id. Iquique. Jerman Cevallos, id. id. I q u i q u e . Federico Flor, id. id. I q u i q u e , Gavino Molina, sub-teniente, baterías del M o r r o . Manuel A . del P o z o , id. id. Morro. Manuel A. Portocarrero, id. id. Morro. R u p e r t o Ordenes, id. id. Morro. Jenaro A u m e n t e , id. id. N o r t e . E m i l i o Britos A l a r c o n , id. id. Morro. J u a n Francisco Ortiz, id. id. Norte. B a l d o m e r o Pardo de Zela, id. id. N o r t e . Samuel Casio, id. id. N o r t e . José Laguna, id. id. N o r t e . Manuel Belaunde, Batallón Artesanos de Tacna. D o m i n g o Martínez, id. Tarapacá. Cristian H e n c k e , id. Tarapacá. César A. Montalvan, id. Tarapacá. Gaspar L o a y z a , id. Tarapacá. Luis Cosió, id. Tarapacá. Tropa. El n ú m e r o de 600 h o m b r e s , inclusive la marinería del m o n i t o r Manco-Capac. (1) R E L A C I Ó N D E LOS P R I N C I P A L E S T R O F E O S D E G U E R R A T O M A D O S E N A R I C A A LOS

PERUANOS.

Gañones. Un Vavasseur de a 250 libras. Dos Parrot de a 150 Dos id. de a 30 Siete V o r u z de a 100 U n o d e b r o n c e de a 12 (1) La lista detallada de los tripulantes del Manco-Capac este capítulo, pajina 189.

forma parte de


CAPITULO

SEGUNDO.

Sarjento

Siete cañones rotos p o r m e d i o de dinamita. Mas de 1,500 balas i granadas para esos cañones. 1,200 fusiles de diversos sistemas, con sus respectivas dotaciones de municiones. A d e m á s , una cantidad considerable de dinamita, guias, pólvora, herramientas i titiles para el servicio de los fuertes. H a n caido también en p o d e r nuestro m u c h a s banderas i algunos estandartes. El del 2. ° de línea, quitado por el enemigo en Tarapacá, h a sido también recuperado.

Cabo

Cabo 2. © A b e l a r d o Bravo. Soldados. Gregorio Urrutia, Pilar Parraguez, Carlos Anativia, Laureano Peña, Sebastian Varas, Policarpo A c o s t a , F e l i ciano Pérez, José T o r o , A n t o n i o Fredes, José 2. ° Gaete, J u a n R o m e r o , D o m i n g o Atenas, Orestes Mayeda, J o s é D o l o r e s V e l e z , Juan Gallardo, I g n a c i o Urbina, J o s é del C. Aravena, Santiago T r o n c o s o , R o d o l f o A. Quiroz, Pablo Cartajena, Martin A h u m a d a , A l e j a n d r o A r r e d o n d o , G u i llermo Farías, Pedro Diaz, Martin González, Víctor V a r gas, Francisco Cárdenas, F é l i x Maguida, R o s e n d o Jofré, Esteban M o n t e c i n o , Delfín M o n j e , R a m ó n Jorquera, D e lio Y a ñ e z , Manuel Villalon, José V i c e n t e Segura, Pedro A m a g a d a , Pedro Villacura i Justiniano N u ñ e z .

PRIMERA DIVISIÓN. |

BATALLÓN

HERIDOS.

José 2. °

2. °

A r r e d o n d o i Emilio M u ñ o z . Cabos

1. °

Belisario Tello, J u a n A n t o n i o Frias, Marcos Vergara i Manuel Duran. Cabos 2. ° A g r i p i n o Valenzuela, José Gaete, F r a n c i s c o Ortiz, José Manuel Mesa i Samuel A l l e n d e s . Soldados. José Dolores M u ñ o z , José A r a o s , J u a n D . V a l d é s , P a blo Olivares, F r a n c i s c o A r c a y a , Miguel R a m o s , I g n a c i o Diaz, Carpió Riveros, Celedonio H e n r i q u e z , W e n c e s l a o Silva, E l o i R o m o , Manuel Leiva, W e n c e s l a o Estai, R a fael Corvalan, F i l i d o r M o y a , Nazario San Martin, Z a c a rías Lazo, José Miguel Vergara, Marcos León, Wenceslao Venegas, J o r j e Alvarez, J e r m a n Esteban, Eujenio A r a n cíbia, C á n d i d o Carvajal, José del T. F i g u e r o á , Francisco Barahona, J o s é Campbell, P e d r o Almazabal, Eloi F u e n tes, Lúeas Marzan, Casimiro Tapia, Santiago Flores, P a blo Yillarreal, S e v e r o Caviedes, José del R. Lara, Juan Mendoza, H i p ó l i t o R o d r í g u e z , Francisco Osorio, Elias Santos, Nicolás Leiva, Emiliano Cáceres, Pedro M a l d o n a d o , Manuel A n d a u , T e o d o r o H i d a l g o , J u s t o P. Pérez, Fabián Diaz, T i b u r c i o Morales, Isidro González, V i c e n t e M a t u rana, A n d r é s S á n c h e z , José de la C. Flores, Julián Garay, Juan B. Vergara, C l o d o m i r o D e l g a d o , Onofre Chamorro, José del C. A l varado, J osé S o t o , J u a n Ordoñez, José C. Vergara, P e d r o Oyarce, R i c a r d o P o v e d a , José Olivares, Marcelino González, A b r a h a m González, Manuel Aguirre, Sinforoso Vergara, B e r n a b é Espinosa, D a v i d Veliz, B e n jamín Plaza, Tránsito Pereira, Carlos Rojas, J u a n R e y e s Pedro Millan, V í c t o r Gallardo, Sinforoso Mejía, F é l i x Zamora, José Mercedes P o n c e , A r t u r o S o t o i Manuel López. MUERTOS.

Sub-teniente J'uan Gillman. Sarjento José Vera.

VALPARAÍSO.

HERIDOS.

Coronel Martiniano Urriola, leve. Capitán ayudante Guillermo Carvallo, grave. Capitán P. Elias Beytia, q u e m a d o en la cara i manos. Id. R e i n a l d o Guarda, leve. Id. R o b e r t o Simpson, leve. Teniente E n r i q u e D é l a n o . Sub-teniente Miguel Valdivieso, leve. Id. Enrique García, leve. Sárjenlos

1.°

Calixto González.

R e l a c i ó n n o m i n a l de los jefes, oficiales, clases i soldados del ejército chileno heridos i muertos por su p a t r i a e n las b a t a l l a s d e T a c n a i A r i c a , el 3 6 d e M a yo i 7 de Junio de 1 8 8 0 .

NAVAL.

2. °

Macario P a r d o .

XVIII.

BATALLÓN CÍVICO D E ARTILLERÍA

207

1. °

Teniente Miguel Sanhueza. A y u d a n t e Felipe S. Artigas. Sub-teniente José María García. Id. A m a d o r A . Ferreira. Sarjento

2. °

Marcelino H e n r i q u e z . Cabos

1.°

José Manuel R o d r í g u e z , José María Espinosa. Cabos 2. °

Salíate i L e a n d r o

José A n j e l Jerez, José A n t o n i o M o r e n o i José D o m i n g o Cabeza. Soldados. E x e q u i e l S e p ú l v e d s , J u a n R a m ó n N u c h e , Bernardo Morales, Pablo Vergara, D o m i n g o Castro, J o s é I g n a c i o Salazar, Jesús Córdoba, Sinforoso Vera, E m i l i o Espinosa, José del R. Villanueva, Eusebio L a g o s , Francisco Jeraldo, H i p ó l i t o Sánchez, José de la C. Jara, J o s é M i g u e l V a s q u e z , José Ascensio T o l e d o , A n t o n i o F r a n c o , J u a n d e la C. Villegas, Pablo Manzo, Gaspar Lagos, A b e l a r d o V a l dés, B e n i g n o H e n r i q u e z , Manuel A n t o n i o S á n c h e z , G u i llermo Fernandez, Delfín Saez, José del Tránsito A b a r c a , L e o n a r d o Ortiz, José Celis, Pastorizo Carrera, Luis Lagos, Miguel Gutiérrez, Jenaro M u ñ o z , José del O Caballero, J u a n A g u s t í n Sanhueza, J u a n d e D . Gutiérrez, Melardo Barazarte, V i c t o r i n o Cifuentes, I g n a c i o Pizarro, A l e j o E s pinosa, Santiago Ibarra, Cirilo García, A m i a n o A l b e r d a , Onofre Diaz, Hijinio Estai, F e d e r i c o Valenzuela, R a m ó n Vergara, B a r t o l o m é R u i z , José D a v i d Castellón, Cruz Cáceres, Emilio Montaner, Pilar José G u z m a n , I n o c e n c i o Poblete, F e r m i n Arena, V e n a n c i o Soto, Polinardo Orellana, Carmen Mora, P e d r o G u z m a n , J o s é D o m i n g o L a z o , Felipe B a h a m o n d e s , Manuel Jesús G ó m e z , Marcos R a m í rez, Rafael A r a n g u e z i Manuel González. MUERTOS.

Capitán R i c a r d o Olguin. Cabo 1. ° José Gal arce. Soldados. V í c t o r Madriaga, José María Jará, Francisco A r c e , Francisco Herrera, Santos Silva, F e d e r i c o Villalon, J u a n Alané, Benito Araya, Manuel Cerda, J o s é Tapia, I g u a c i o Corvalan, Pedro Aguilera, Manuel Saavedra, Manuel H i dalgo, José R o c h a , José A g u s t í n Aguirre, José F i g u e r o a , J u a n Flores, José Larrondo, J u a n Paulino Morales, P e dro A n t o n i o Peña, José Cifuentes, Marcelino S á n c h e z , T i m o t e o Medina, Froilan Diaz, A b e l a r d o Barrientes i V e nancio Castillo.


G U E R R A DEL PACIFICO.

208

REJIMIENTO

ESMERALDA.

CONTUSOS.

Sub-teniente A r t u r o Echeverría. Id. J o a q u í n Contreras.

HERIDOS.

Sárjente- m a y o r E n r i q u e Coke, rodilla izquierda, leve. Capitán J. Rafael Ovalle, h o m b r o derecho, leve. Teniente Arístides Pinto, pié izquierdo, leve. Sub-teniente J u a n de D. Santiagos, estómago, grave. Id. Luis Ureta, pierna izquierda, leve. Id. Tulio Padilla, pierna derecha, dos balazos, leve. Sub-teniente Jerman Balbontin, en las dos piernas, leve. Id. Mateo B r a v o Rivera, pió derecho, leve. Sárjente-1.

MUERTOS

Teniente A n í b a l Guerrero. Sub-teniente José Santos 2. ° Montalva. 2.

c

Cabos 1. ° Richet,

Cabos 1. ° A d r i á n Zúñiga, Fabián Leiton, Faustino Labraña, P a n taleon Escobar, José del C. Ortega, José Manuel T o r o i Evaristo Herrera. Cabos

Soldadas. D o m i n g o Pino, R a i m u n d o M u ñ o z i Manuel Sepúlveda.

Carlos D o n o s o .

2. °

Bernardo Pérez, Sinforoso Gallegos, R i c a r d o Toribio Campos i P e d r o González.

2. °

Garcés

Sárjenlo

°

Manuel A. Jarpa. Sarjentos

Sárjenlo Hermójenes

2.°

José L o b o s , F i d e l 2. ° González, Juan de D. V a l e n z u e la, Cipriano G u z m a n , Benito Navarrete i Tristan V a l e n zuela. Soldados. José A. Ortega, A m a b l e A h u m a d a , Isidro Marambio, N o l a s c o Célis, J u a n Crisóstomo Tapia, B e n j a m i n Frias, J o s é F é l i x Rojas, A n d a l i c i o Gutiérrez, J u s t o Salgado, J u a n Bolvaran, D o m i n g o Tapia, Tnínsito Barraza, M a nuel M u ñ o z , José de la C. Catalán, F o r m i n 2. ° Ortiz, H e r m ó j e n e s Arangua, Manuel P. M a l h u e , Jesús Banda, Fabián Aranda, Lizardo Carrasco, Gregorio Córdova, F r a n cisco Célis, Jenaro Salinas, Martin Parra, J o s é Eleuterio Cortés, Eleuterio T r o n c o s o , Manuel R u i z , J u a n R a m ó n L e ó n , A v e l i n o Torres, José del C. Cortés, Luis V a s q u e z , W e n c e s l a o Ulloa, José del T. Benavides, Benjamin Jerez, J u a n de Dios Méndez, B r u n o Castro, A d o l f o A g u i l u z , Eustaquio Arancibia, Marcelino Méndez, L o r e n z o Cáceres, Pedro Latorro, José Valenzuela, Rufino H e n r i q u e z , Manuel Castro, A r t u r o Martínez, P e d r o Rojas, J u a n Vidal, Juan Contreras, José Benito Silva, Bernardino Cabeza, Hilario Vallejos, Calisto Orrogo, Manuel Araneda, Celedonio Cáceres, José de la C. Molina, Desiderio Mateluna, Bonifacio Vargas, Juan R u b i o , José Luis Sandoval, Pedro Torres, Santos Diaz, Pedro A l b o r n o z , Santiago Cárdenas, A v e l i n o Espinosa, A n t o n i o Cáceres, Crispin Macías, José Martin Solis, Marcelino R u i z , J u a n de la C. Pinto, Manuel Cáceres, J u a n de la C. V e r o n , Pedro Torres, Manuel Castro Manuel Erazo, Carlos Salina, Faustino Retamales, Delfín Z a m o r a n o , José M. Martínez, José Mardónes, Pedro A l a r con, Manuel A n r i q u e z , Dionisio Saavedra, Evanjelista Olave, D o m i n g o Carvajal, Carlos L ó p e z , E m i l i o Cacino, José Bustos, José de la C. Vergara, José Diaz Cubillos, A n d r é s Olivares, Juan Carroño, Manuel P a c h e c o , T i m o t e o Escobar, Pedro José Bobadilla, Joaquín Aranguiz, J u a n Naranjo, Emeterio Olea, Enrique Bravo, F l o r i n d o Serrano, J u a n de Dios L o b o , Podro Ramírez, Gaspar Castro, A n drés Fonseca, Andrés Miranda, Emeterio Carrasco, Isidoro Vargas, I g n a c i o Torres, A m a d o r Jiménez, Francisco J o r quera, José Arzuga, José María Reyes, Policarpo Contreras, Polinardo H e r n á n d e z , José Cortés, Lúeas Baeza, P e dro S. Canto, R a m ó n Oses, Juan de D . H i d a l g o , Miguel Molina, Pedro A r c e , José M. P a c h e c o , Francisco Urrutia, Celestino G o r m a n , Hilario Padilla, Pedro Arriagada, J u a n Andrés Rivera, A m b r o s i o H u e r t a , Sinforoso Treje, P e d r o Góngora, Juan Araya, José del C. Silva, V í c t o r Manuel Adriasola, F l o r i n d o Flores, Ismael Marambio, Rafael Pisa, Manuel Marchan, Manuel González, T o m a s T o r o , Daniel Pérez i Pedro Galdames.

R a m ó n H e l i z , Fidel Carvajal. Cabos 2. ° Daniel Gutiérrez, Miguel P i n o , P e d r o Farfan, Varas, A g u s t í n Canales.

Adrián

Soldados. A d o l f o P o b l e t e , E u l o j i o G u a j a r d o , Carmelo S á n c h e z , T i b u r c i o 2. ° Medina, J u a n de D i o s Contreras, R o s e n d o Pinto, J u a n Gallardo, F r a n c i s c o Soza, J u a n Bautista Cárter, T o m á s Varas, Francisco C a u c h u , J o s é del C. Silva, D o m i n g o Varas, Tránsito Cifuentes, J u a n Carrizo, José Manuel Navarrete, Francisco Bastías, Miguel Villalobos, Marco A n t o n i o J i m é n e z , J o s é Miguel Valenzuela, Servand o Carrasco, Pedro N. Cifuentes, H e r m ó j e n e s N u ñ e z , J o sé Luis Saldaña, J u a n B. Zelada, P e d r o (Javieres, Zacarías N u ñ e z , L u c i a n o R a m o s , H o n o r i o Pérez, A n t o n i o Meneses, M a r c o A n t o n i o Molina, A v e l i n o M e n d o z a , T i b u r c i o Lara, José Gutiérrez Duran, J o s é V . Espinosa, D a v i d D u q u e , José d e l R . Leiva, A m a d o r P a r d o , Francisco V i l c h e , L a u reano Cornejo, F é l i x Miranda, Francisco Barros, Nicanor Maturana, D a v i d González, José M. M o y a , J o a q u i n Calderón, I g n a c i o G ó m e z , José Santos González, R o b e r t o Cubillo, P e d r o J. Padilla, J u a n I g n a c i o Contreras, Cornelio Pérez, Candelario M a r c h a n , Claudio Bustamante, José Rojas, J o s é de la C. Ibarra, T o m á s Arancibia, J u a n A l a r con, L u c i a n o Barra, F r a n c i s c o Meneses, Manuel R i q u e l m e , J u a n d e D . Pino i B e n j a m i n Galdames.

BATALLÓN

CHILLAN.

HERIDOS.

C o m a n d a n t e J u a n A n t o n i o Vargas P i n o c h e t . Capitán H o n o r i n d o E. A r r e d o n d o . Teniente Ernesto J i m é n e z González. Sub-teniente R o b e r t o S i r e d e y Borne. Id. Nicolás Y á v a r J i m é n e z . Id. F r a n c i s c o Javier Rosas. Sárjenlo

2. °

José Luis Poblete. Cabos 1. ° J u s t o P. Contreras, Nicolás Arias, José R a m ó n Flores, D o m i n g o Castro, Juan d e la Cruz A r r o y o . Cabo

2.°

A b e l a r d o Valenzuela. Soldados. Pascual Gatica, V i c e n t e F u e n t e s , Manuel Quijada, Greg o r i o Navarrete, Juan de D i o s Cancino, J e r ó n i m o Molina' Bernardo Garrido, H i p ó l i t o Cáceres, Francisco Quiñones, P o d r o N. Oróstegui, José Gutiérrez, J u a n A n j e l Muñoz, J e r m a n Jara, Ascensio González, Juan Salinas, J u a n Bautista Cabeza, Sebastian San Martin, Pedro Herrera, I g n a c i o Vergara, A l b e r t o Villarroel, Baltazar A l b o r n o z , A m a dor R i q u e l m e , T o m á s Vallejos, José Morales, Francisco Torres, J u a n A n t o n i o Poblete, P e d r o Sanhueza, Miguel


CAPITULO SEGUNDO.

Valverde, Froilan Aracena, Gregorio Olea, José" A n t o n i o González, Salvador M o y a , Ciríaco S á n c h e z , Carmen Cáceres, Rosario González, J u a n Alvarez, Miguel Flores, J o sé Parra, J u a n de D i o s R i q u e l m e , F e r m í n Cid, J u a n B a u tista Figueroa, J u a n de D i o s L ó p e z , Santiago Valenzuela, José D o m i n g o Torres, Julio D o n o s o , Pedro L o y o l a , J u a n Ignacio Baeza, José Mercedes Loiza, Bartolo Chavarría, Nicolás M u ñ o z , F r a n c i s c o A . San Martin, Narciso M a t u rana, Bonifacio Vallejos, A n t o n i o R o d r í g u e z , Miguel E s cobar, Benito R o j a s , J u a n Manuel Powell, Jeremías G o n zález, J u a n Barrera, E u s e b i o A r a v e n a , José A n t o n i o Bahamondes, Rafael O p a z o , Bernardo S o t o , L e o p o l d o Pradeñas, P e d r o Gallardo, T i m o t e o T o r o , Enrique S a m brosky, Pedro Escobar, Cipriano S á n c h e z , Manuel María Soto, J u a n de D i o s Neira, Narciso 2. ° Galaz, F r a n c i s c o Fierro, José del C. M u ñ o z , J u a n 2. ° Fernandez, José de la Cruz Lara i Eustaquio R i q u e l m e . MUERTOS.

Capitán Juan Manuel Jarpa, Sub-teniente Manuel Urrutia. Id. A b r a h a m R e y e s Basso.

Soldarlos.. Pedro A l a r c o n , J o s é Félix Villería, T e o d o r o Puentes, Pedro Banda, Emiliano Arellano, D o m i n g o Jorquera, José Luis Parada, T o m á s Mora, José Vera, Pastor N e i ra, J o s é Miguel Martínez, A b e l i n o Cisternas, Tránsito Bustamante, A g u s t í n Arancibia, Nieves V a s q u e z , R o sario Torres, Rafael Quiroz, T i m o t e o Morales, Dionisio Campos, J u a n A. Carrasco, Ascensio J. del Pino i Jenaro Guzman. PONTONEROS.

Esta c o m p a ñ í a , q u e se batió d e n o d a d a m e n t e al lado d e la 1 . División, t u v o las siguientes bajas: 05

HERIDOS.

Capitán Daniel Silva Vergara. Soldados. Juan F e r n a n d e z , José Cornejo, Lúeas F i g u e r o a , D o m i n g o Venegas, José Orellana, M á x i m o Vargas, H i p ó l i t o Galdame, F r a n c i s c o Oróstegui, Pedro José Merino, Cipriano Zenteno, José del C. Vargas, Juan J o v e n , Valeriano Monte, E u l o j i o López, E l e o d o r o V e l o z o , Z e n o n Silva, F r u c t u o s o R e y e s i Efrain A l t a m i r a n o . M U E R T O S .

Soldados. Pedro Moreno, Manuel Díaz, D o m i n g o Varas i Pascual Galvez.

SEGUNDA DIVISIÓN. R E J I M I E N T O

2.°

DE

HERIDOS.

Sarjento m a y o r A b e l Garreton, leve. Capitán R o b e r t o C o n c h a , grave. Teniente Manuel L. O l m e d o , id. Id. Pedro María Párraga, id. Sub-teniente A l e j a n d r o Fuller, leve. Id. Carlos Arrieta, id. Id. Manuel V i n a g r e , grave. Id. R o d o l f o D . Ramírez, id. TOMO n i — 2 7

Sub-teníente Id. Id. Id. Id.

José Sabino Aguilera, id. T o m á s Valverde, id. Guillermo Yijil, leve. Manuel J . N e c o c h c a , grave. A l e j a n d r o Gacitúa, leve. Sarjento

1. °

José Clorindo Sepúlvcda. Sárjenlos

2. °

Eloi Garrido, R o m u a l d o Valdivia, P a b l o ' P i n t o , F r a n cisco Lenis, E d u a r d o B l a n c o , Gustavo A r a m b u r o , Martin Miranda, E d u a r d o Silva, Santiago García, José A d o l f o U r i b e i Matías Flaitt. Cabos 1. ° Federico Galleguillos, Juan Salinas, José Peñalosa, J o sé F l o r e n c i o Alcázar, J o s é María Aranda, Manuel M o l i na, V i c e n t e 2. ° Castillo, Manuel Ramirez, L e ó n G ó n g o ra, Cayetano Morales, Bríjido Marín, J u a n Francisco Bravo, Cipriano Cruz i A d r i á n R i q u e l m e . Cabos 2. °

Sarjen-tos 2. ° José del Rosario Venegas, José A n t o n i o M a c - K a y i Pedro José Gangas. Cabos 1. ° Manuel Jesús Castro i J u a n Recabal.

COMPAÑÍA DE

209

LÍNEA.

J o s é A n t o n i o A l a r c o n , J o s é B r u n o Contreras, José A n j e l Bravo, V í c t o r T o r o , Pablo Aguilera, Isidoro González, Manuel Carmona, R o q u e A l a r c o n , A g u s t í n Cabeza, J o s é F l o r i n d o A n a v a l o n , A l e j a n d r o Cepeda i José do la Cruz Palma. Tambor. Custodio Madriaga. Soldados. A r t u r o V a s q u e z , Basilio Castillo, Santiago Labra, J u a n Espinosa, Ismael Valdós, Damián Brito, E d u a r d o Avala, J e r ó n i m o Várela, Félix Galvez, Pablo Oñate, W e n c e s l a o G ó m e z , J e r ó n i m o Martínez, Agustín Olivares, A m a d o r Marchant, J o s é Cerezo, J o s é Valenzuela, Isidoro Barría, R a m ó n Villar, Salvador Jofré, Francisco Rojas, F e r n a n d o Pió Dávila, T e o d o r o Marcon, Nicolás Cisternas, Eleuterio González, I g n a c i o B a h a m o n d e s , Miguel Araya, Carlos Loiza, José I g n a c i o A l v a r a d o , N i c a n o r Sarmiento, Benjam í n Berríos, José V i c e n t e Rivera, F e d e r i c o Ortiz, D i o n i sio Castro, P e d r o N. Guajardo, José Dolores Borquez, R o dolfo Frías,; Pedro Contreras, Saturnino Barahona, J u a n Encalada, P e d r o R e b o l l e d o , F a c u n d o R a m o s , Justo Martínez, Bernabé Miranda, Cirilo Calabranco, Jeraldo Carvallo, Ismael Mena, Juan Rafael Cartajena, Ildefonso Barco, Bonifacio Tenorio, José de la Cruz Velazquez, José C a m po, Gravilicino Navarro, R u p e r t o Orellana, A g u s t í n M a l d o n a d o , Samuel M u ñ o z , A l v a r o Gutiérrez, Manuel G o d o i , José Quezada, Feliciano Alvarez, B a l d o m e r o Maurelia, Rufino Bustamante, Eusebio Pizarro, J u a n 2. ° Alvarez, José A n t o n i o Canto, Juan Vasquez, Mariano Daza, Bernardo Soto, J u a n Herrera, J u a n Bautista Bravo, Carlos Tapia, Santiago Negrete, José Velazquez, Juan Tello, P e d r o González, "Tiburcio Estai, Tránsito Diaz, Pablo Carvaj a l , José A n t o n i o Martínez, Manuel González, Santiago Quiroga, Pedro A l q u i n t a , A n t o n i o Sierra, Francisco T o barga, Dolores Castillo, Daniel Figueroa, T e o d o r o Sala, J o s é A g u s t í n P i n t o , Manuel Rosel, José Zúñiga, Tránsito Inostrosa, Manuel Paredes, Gregorio Berríos, José del C. R o d r í g u e z , Celedonio Araya, R a m ó n Diaz, A m a d o r Bustos, L u c i a n o M u ñ o z , Melquíades Rojas, José Quitanilla, Manuel Flores, Bonifacio Garrido, Francisco Aguilar, Manuel Carrasco, Tránsito 2. ° G o d o i , R o b e r t o Contreras, R a m ó n Melendes, Mercedes Bobadilla, Esteban Aracena, A n t o n i o Arancibia, Matías Salvo, Lúeas Ibañez, Lorenzo C a m p o , I g n a c i o Soto, Manuel R u b i o , A n j e l Gajardo, Clem e n t e Valenzuela, Mauricio Aravena, A n t o n i o Poblóte, Santos Valenzuela, J u a n Huerta., Luis Vega, Servando A r a n d a , Ismael G ó m e z , Marcos Pastor Lemus, Leocadio R o d r í g u e z , Juan E l e o d o r o Cortés, Pedro A n t o n i o R o l d a n , F e r m í n L e d e s m a , J a c i n t o Quintana, J o s é Félix G u z m a n , Isidro M a l d o n a d o , Tristan Rementeria, A n d r é s A n d a u r , C l o d o m i r o Escobar, Manuel Gavilán, Juan de la Cruz Salgado, Saturno Morales, H o r a c i o Elgueta, Juan Cavieres, 1


GUERRA. DEL

210

A n t o n i o Mal donado, José Tapia, José Castro, D a m a c i o Arancibia, Matias Pino i José A n t o n i o Alvial. MUERTOS.

Capitán Francisco Olivos. Sub-tcnionte Rosauro Echeverría. Sárjenlos

2. °

A n d r é s de la Vega i Pedro Corvaban. Soldados. Tránsito Tapia, José López, N i c a n o r Araya, C l o d o m i r o Peña, C l o d o m i r o Silva, Rafael R o j a s , Silverio Aravena, Santos Escobar, Salvador Espinosa, José A n t o n i o Césped, Francisco Bcrmar, Juan Zúñiga, José Vera, Manuel J. Quintero, Rosario Salazar, D á m a s o Rojas, D o m i g o A l v a rez, Fidel Candía, Manuel 2. González, Manuel Neira, Rufino Tapia, Lorenzo Alvarez, Benjamín R o n d a n , L i b o río H e r n á n d e z , A n t o n i o Rios, Manuel González, A n t o n i o Gal vez, A n d r é s Valonzucla, Fidel Castro i Luis Silva. c

REJIMIENTO DE LÍNEA

SANTIAGO.

HERIDOS.

Teniente coronel, s o g u n d o j e f e , señor Estanislao (Se le amputó el brazo derecho.) Capitán Marcelino Dinator. Teniente José D o m i n g o Teran. Id. J u a n P. Rojas. Id. N i c a n o r G ó m e z Torres. Sub-teniente Manuel Benitez. Id. A n t o n i o A l b e r t o Cervantes. Id. Victor A. Bruna. Id. Osvaldo Ojeda, Id. Fernando Waidele. Sárjenlos

Loon.

1. °

J u a n Ortega. Sárjenlos 2. ° Rafael Martínez, T a d e o Quiroga, Baudilio Duran, A n tolin Corvaban, José D o m i n g o Escobar, José S. Corvalan, Desiderio Huerta Solis, A l s i d o r o del Canto, V í c t o r Felipe Santiago, José D o m i n g o López, Apolínario Patino i Saturnino J o s é González. Cactos 1. ° Osear Astete, Miguel Fernandez, B e n j a m í n 2 . ° Cerda, José Villegas, A n i c e t o R e y e s , J u a n Pablo A r a v e n a , Luis Guajardo, Juan Mariano Garrido, J o s é de la Cruz U r b i na, José A n j e l Urrejola, J u a n Luis González, Bernardo Cabrera, L o r e n z o Gutiérrez i Bruno Espinosa. Cabos 2. ° Rafael Valdés, José Mercedes González, F i d e l R o c o , Manuel Berríos, Manuel Vasquez, J o s é Delicio A d o l f o Vera, Evaristo Vasquez, Bernardo 2. ° Alvarez, Mateo Otaiza, Manuel Jesús Olivares, Luis Cornelio Canta, Tristan Soto, J o s é Mercedes Urra, Pablo Alegría, José F é l i x Quijada, Belisario Segué], J o s é G u m e c i n d o Vergara, Juan Caroca, W e n c e s l a o Saavedra, Manuel Sánchez i J u a n Bautista Araya. Soldados. Manuel R e y e s , DcHin Torres, José Mercedes Fres, E v a risto Moraga, Benjamín Araya, D o m i n g o Reyes, Manuel Jelves, Feliciano Mardoncs, Juan Fernandez, J u a n de D i o s Candía, José de la Rosa Villar, Onofre L e ó n , A g u s tín Gajardo, Marcos Jevenes, Ildefonso Melendez, B r u n o S á n c h e z , D a v i d Bahamondes, R a m ó n Espinosa, E l e o d o ro Leal, José Manuel Poblóte, Pedro Maturana, Francisco D o n o s o , Lutgardo T r c j o , R a m ó n Celedón, A m a b l e Bilbao, Francisco Osorio, José Tristan Castro, Pedro H e r n á n d e z , Jacinto Labrin, Narciso Arenas, Luis Flores, E u s t a q u i o Diaz, Daniel Baeza, José A v e n d a ñ o , S e g u n d o Lastra, Isidro López, J u a n R i q u e l m e , J u a n Bravo, Pablo Ramirez,

PACIFICO.

Martin Rojas, J o s é M o r e n o , Tránsito Vergara, Justo Osorio, A n t o n i o Torres, D a v i d G o d o i , Cruz A v i l a , Plácido Pérez, Justo Vasquez, Luis Padilla, Francisco Riveras, Lorenzo Carrasco, Manuel Ramirez, Jenaro Allendes, D i e g o Ubilla, Manuel Castro, T o m á s Escobar, J u a n A l d u nate, Serafín Diaz, W e n c e s l a o Castillo, Manuel F. A c e vedo, Mercedes M u ñ o z , Hijinio Cruz, J u a n J. G ó m e z , José Encina, José M. A m a g a d a , Tránsito Cañas, José Reyes, Felipe Martínez, José Luis A l b o r n o z , Fidel Tapia, Emilio R o m e r o , R i c a r d o Urbina, Nicasio N o v o a , Benito Castillo, W e n c e s l a o L ó p e z , J u a n Concha, B r u n o A r c o s , Santos I b a ñez, F i o r i n d o R e b o l l e d o , A n i c e t o Villalobos, Cayetano Villalon, J u a n Farias, Evaristo V a s q u e z , Desiderio Catalán, J o s é Santos G ó m e z , Narciso Ortega, J u a n Avila, A n drés Vicíela, I g n a c i o Zúñiga, Manuel de la Cruz Aguirre, A d o l f o H e r n á n d e z , Cipriano M u ñ o z , José Miguel M o r e n o , P l á c i d o Farias, José Dolores N o r a n b u e n a , Casimiro V a lencia, J u a n de Dios Bravo, B a l d o m e r o H e r n á n d e z , A n drés A c e v e d o , P r o t o del Carmen Zúñiga, F r a n c i s c o A n t o nio Cáceres, Tiburcio Rojas, Z e n o n R e y e s , F r a n c i s c o J. Pérez, J u s t o 2 . ° Cárdenas, Florín Manzano, J o s é del R o sario L o y o l a , H i j i n i o Figueroa, J u a n de la C. Ramirez, Bautista Canales, D a v i d Alzamora. H i p ó l i t o Zúñiga, M a nuel H e r n á n d e z , Manuel N u ñ e z , P e d r o S o t o , Rosario Caris, R a m ó n González, P e d r o Castillo, J o s é d e la C. Pereda, J o s é Miguel V e g a , E m i l i o Mora, P e d r o Pares, Justo Allendes, J u a n de D i o s M o y a , A n i c e t o R e t a m a l , Pedro Avila, J u a n Veles, A n t o n i o N u ñ e z , F l o r í n M e d i n a , Lúeas Tapia, Rafael Gutiérrez, Cipriano D o m i n g u e z , J u a n V a ras, José María Valenzuela, A n t o n i o Muñoz, P e d r o Aros, Pascual Valdivia, José F e l i p e Villalobos, José R a m ó n Bahamondes, J o s é María Moya, J o s é Eusebio Bustamante, R i c a r d o Ortiz, Bernabé R e g u e r a , Eusebio Correa, Manuel P a l o m i n o , A v e l i n o Z a m u d i o , Manuel Aguilera, Marcial Gutiérrez, J u a n de Dios Vera, Pantaleon Ibarra, Rafael 2 . ° Rojas, P e d r o Gatica, J o s é Mercedes Miranda, Esteban Morales, E x e q u i e l Ulloa, José A g u s t í n Espinosa, Juan Urrutia, Marcos R a m o s , Luis Galaz, A b e l a r d o Alarcon, Manuel Duarte, R o s a l i n d o Navarro, José M i g u e l González, P e d r o Lezana, Rafael González, J u a n R e y e s , Narciso Díaz, Gregorio Galindo, Daniel Torres, R e m i j i o P i n o , Benito Barrera, Esteban Quintero, R u d e c i n d o Villalobos, Santiago Astudillos, Elias Bazan, Mercenario Gallegos, Manuel Gajardo, A d o l f o Soto, Delfín Castillo, R a i m u n d o A l b o r n o z , Luis S á n c h e z , L e o n c i o Sepúlveda, Manuel L ó pez, Pedro R a m i r e z Duran, Manuel M u ñ o z , Sótero Quezada, José Manuel Vargas, J u s t o Mellado, Bautista Olm e d o , Evaristo Carrasco, Bautista Cepeda, J u a n Urra, S i m ó n Saravia, Juan Francisco S o t o m a y o r , Santiago R e tamal, Carlos Morales, J u a n Bautista R o j a s , V i d a l Castro, A d o l f o R a b e l o , Marcos Villanueva, F i o r i n d o R u b i o , Juan Jara, S a l o m ó González, J u a n José Zapata, J u a n B. Castro, T o m a s González, J o s é de la C. Miranda i R i c a r d o T o ledo. CONTUSOS.

C o m a n d a n t e F r a n c i s c o Barceló. S u b - t e n i e n t e Francisco Esteban Ramirez. Id. Luis Leclerc. Aspirante a sub-teniente P o m p e y o del Fierro. Sárjenlos

2. °

José Concha, E m i l i o R a m i r e z i N e m e c i o B l a n c o Valdés. Cabos 1. ° Santiago Tapia del C. i J o s é María A s t e t e . Músicos. P e d r o N o l a s c o Mena i P í o Juárez. Soldados. J u a n de la C. Bustamante, J u a n Silva, F l o r e n c i o Espinosa, R i c a r d o V a s q u e z , Elizardo A b a r c a i Evaristo Medina. MUERTOS.

Sarjento m a y o r Matías Silva Arriagada.


CAPITULO SEGUNDO.

Sub-teniente Carlos B. Sevorin. Id. A m a d o r Pinto. Id. - E m i l i o Calderón. Aspirante a sub-teniente Ernesto H e n r y . Sarjentos 2. ° Liborio R o j a s Covarrúbias, Santiago A n g u i t a , Claudio Berguecio, V e n c e s l a o Vargas i J o s é T o m á s Navarro. Cabos

1.°

A n a c l e t o Cisternas, José A r a v e n a i Gaspar H u e r t a . Cabos 2. ° Bonifacio Castro, T e o d o m i r o Ribes, Pedro Munizaga i Alejandro Barrera. Soldados. Ismael Elgueta, Dionisio R o d r i g u e z , Pastor Becerra, Emilio Gangas, W e n c e s l a o Cerda, Mauricio Gaete, Daniel Gallego, T o r i b i o Neira, Manuel Vergara, C. Rufino C o n cha, N i c a n o r Fernandez, M e l c h o r Morales, H e r m ó j e n e s Quintero, F é l i x Cavieres, Manuel Salas, José Labra, J u a n Velazquez, R o s a u r o Moran, T o m á s Torres, Francisco J a vier Bobadilla, Marcelino Urbina, Pedro Paredes, José Velazquez, J a c i n t o 2. ° A r a n e d a , E d u a r d o Diaz, Manuel Lopez, A m b r o s i o Arenas, J u a n de D . Villena, Dionisio Diaz, J o s é D o l o r e s R o d r í g u e z , J o s é Miguel Ramirez, B e lisario R a m o s , J u a n N e p o m u c e n o Silva, Manuel V a s q u e z , Marcos Carrasco, J o s é de la Cruz Retamal, D o m i n g o A r meño, A d r i a n M a l d o n a d o , J u a n Gonzalez, J u a n Contreras, F a c u n d o Meneses, Francisco R o j a s , J u a n R o j a s , C a milo Paredes, J o s é Miguel Pereira, Salvador Arévalo, José A b e l Olmazábal, José Feliciano Diaz, A n d r e s G o n zalez, Eliseo José H o l l , Rafael Perez, F l o r i n d o Perez, Maximiliano Torres, Manuel Jesús Vergara, Tristan Lazo, Ricardo G ó n g o r a , J u a n Pablo Marchant, Darío Pinilla, Estanislao Flores, J u a n de D i o s Cruz, A m b r o s i o Campos, Belisario Rivas, Z e n o n Saavedra, P e d r o J o s é Luna, Carlos Valdés, José Gonzalez, Gregorio Cancino, Bartolo E s cobar, Salustio Trujillo, José Mercedes Gutierrez, J o s é Antonio Utrera, F r a n c i s c o Mardones, Mariano Osandon, José Mercedes A l v a r e z , Manuel M o n t e r o , J u a n R ó m u l o , Gutierrez i R e i n a l d o Saldías.

B A T A L L Ó N A T A C A M A N Ú M . 1. HERIDOS.

Capitán J o s é M i g u e l Puolma. Teniente A l e j a n d r o Arancibia. Id. W a s h i n g t o n Cavada. Id. Ignacio Toro. Id. J u a n R a m ó n Silva. Sub-teniente A b r a a m A . Becerra. Id. E u j e n i o Martínez. Practicante Z e n o n Palacios. Sarjentos

1. °

E. Montenegro, Primitivo Canelo, F e d e r i c o Gerbach, B e n j a m í n Carmona, Manuel Rojas, A n t o n i o Abayai, G r e g o rio Castillo, Bartolomé R o j o , Pedro Abarcia, P e d r o B e cerra, Elias Araya, J u a n A . Vera, Conrado A r a y a , Luis A. ¿García, J o s é M. Guerra, P e d r o Jorqucra, L u c i a n o Duarte, Olegario González, Carlos Sasmai, J o s é M. G u e r ra, Mercedes Chepillo, D a v i d Torres, Pedro I. Marchant, J o s é Luis Olivares, Elias Díaz, J u a n Rojas, Manuel C o r tés, Manuel G a m b o a , Benjamín Pérez, José Contrcras, José Vidal, Pedro 2. ° Olivares, N o n a t o Herrero, José I b a c a c h e , Eulojio Eisman, Juan Marambio, Martin V e n e gas, Eusebio Iribárren, J e r ó n i m o Duran, Evaristo Diaz, R a m ó n D o n o s o , Rosario G ó m e z , S i m ó n G o d o i , E d u a r d o P o n c e , Juan Morales, José Morales, José Ramírez, Luis Paez, C á n d i d o Guerra, N i c o l á s V e g a , A n t o n i o Alegría, José Manuel Jara, R o q u e Perca, J o s é C. Pizarro, José L. R o c o , A n t o n i o H e r n á n d e z , Rafael Echavarría, Sandalio P a c h e c o , Estanislao Aguirre, Onofre V e g a , F e r n a n d o Bustos, A n t o n i o R o b l e d o , Macario Peña, F é l i x Inostrosa, R o b e r t o L u c e r o , Martin N u ñ e z , Bautista Quiñones, J u a n J. Dejeas, Pablo G o d o i , José Pió Espinosa, Luis Gutiérrez, F e l i p e Jofré, José G u z m a n , J e r ó n i m o Araya, B e n i g n o Morales, N i c o m e d e s G u z m a n , J u a n de D. A s t u d i l l o , E u s e bio Villarreal, J o s é Cabrera, Belisario T i r a d o , J o s é T r o n coso, Santiago Diaz, A n s e l m o Flores, Manuel Z o b a r z o , Nicasio Bustos, Cipriano Pizarro, Z o i l o V e g a , P e d r o A s tudillo, R u p e r t o Navarro, V i c e n t e Olivares, Manuel M e r c a d o , Casimiro Sarrieneta, J u a n Mejía, Quiterio Chandía, T o m á s Campos, Marcelino N u ñ e z , J u a n Ordenes, Liborio Sigueña, Fidel Lira, Mariano Cortés, Rosario A l c a y a , V e n a n c i o Barraza, Santiago A c e v e d o , Pedro Collado, J o s é R í q u e l m e , J o s é A . Espinosa, J o s é Diaz, José Luis G ó m e z , J o s é Cifuentes, L o r e n z o Lara, A b d o n Galleguillos, F e l i p e Rivera, A m a d o r Fernandez, Mercedes Ortiz, Mauricio L a gues, Martin P a c h e c o , Laureano Ordenes, A g a p i t o Cortés, Delfín A . Jerez, Rosario Cabana, R a m ó n Carrizo, Manuel Escobar, Juan 2. ° R o j a s , F e r n a n d o A r a y a , B r u n o Navarro, A d o l f o Torres, José F. P a c h e c o V., M a n u e l Pizarro, Fabián D o m í n g u e z , J o r j e Peralta Carrera, I l d e fonso Pizarro, J o s é Gutiérrez, Carlos R o j a s , José A n t o n i o Palma, J u a n Alfaro, Bernardino Valenzuela, F r a n c i s c o A r a y a , Rosario Maluenda, Z e n o n Tapia, Belisario Carreñ o , Rafael N o v o a , F e d e r i c o Fontecilla, P e d r o Cámpillai, E d u a r d o Garrido, T o m á s Silva, Carmen Castro, F é l i x Neira, Atanasio Gutiérrez, Saturnino Fuenzalida, J u a n Torres, R i c a r d o N u ñ e z , A v e l i n o Alfaro, Martin A s t u d i llo, D o m i n g o E. Martínez, Moisés Guerra, Primitivo Gam o , H o r m e n e j i l d o Diaz, J u a n J o s é Villarroel, Tristan L ó pez, R a i m u n d o Silva, F i d e l Briones, E u j e n i o A z e l i n o , Eusebio Valencia, V i c t o r i n o A r é v a l o , D a v i d A y a l a i Pedro A. M o n t e r o . C O N T U S O S .

Soldados. E m i l i o M a l d o n a d o , B a l d o m e r o Vera, R a i m u n d o C o r d e ro i Marcos Montt. MUERTOS.

José Miguel Saldías i Pascual Gavilán. Sárjenlos

2. °

Eduardo M o s c o s o , J o s é A n t o n i o Alfaro, Eustaquio Saavedra, José R a m ó n Mercado, E n r i q u e Gaitan, Manuel J. Leiva, J u a n de la C. Matus i Guillermo H i d a l g o . Cabos

1.°

Calisto Peña, Saturnino Fernandez, José V . V e l o z o , José Natal del Castillo, J u a n N. Vallejos, Mariano Oyarce, José L u i s S á n c h e z i J o s é Herrera. Cabos

2.°

Santiago d e l Canto, Francisco Cáceres, A n j e l C. Guerra, Manuel J. Vera, D a v i d M. Varas, A n a c l e t o Peralta i Josó Rifo. Soldados. Pedro Ferreira, J o s é G. Gallardo, Santiago Pezoa, G u i llermo Altamira, Patricio Z a m b r a , A d o l f o Morales, J o s é

211

Capitán Meliton Martínez. Id. Rafael 2. ° Torreblanca. A y u d a n t e m a y o r Moisés A . A r c e . N e n í e n t e Juan R a m ó n Silva. Sub-teniente J u a n 2. ° Valenzuela. Id. W a l t e r i o Martínez. Sarjento

1. °

J u a n A n t o n i o Fontealba. Sarjentos

2. °

J u a n F. Navarro i E m i l i o Vega, Cabos 1. ° S e c u n d i n o Lagos i F é l i x Cubillos. Cabos M a n u e l Julio nuel Z a m b r a .

2.°

P r a d o , G a v i n o Jeraldo, Luis H i c k i M a -


GUERRA DEL

212

i

Soldados.

CONTUSO.

, Quintín Güdoi, Bernabé D e l g a d o , Samuel V a s q u e z , Emilio Campos, J o s é A n t o n i o Morales, Juan do D i o s Palacios, Pedro J u a n M u ñ o z , N i c a n o r V i c e n c i o , A n t o n i o Abayai, Santiago D o m í n g u e z , Mateo V e g a , T o m á s G o n zález, R o b e r t o A l v a r e z , José Tobías Tapia, Cayetano Punto, Daniel Cárdenas, /\ntonio Elgueta, Luis Collao, Delfín Araos, Vicente Cortés, Francisco Palma, J u a n Castillo, A n t o n i o Aguirre U , J u a n Galleguillos, Dionisio Rivera, Pablo N u ñ o z , Pablo Santander, A l e j o Barrera, Julián P u l gar, Telésíbro Arenas, Manuel Marconí, W e n c e s l a o N u ñez, Elias Díaz, Luis B. Segovia, Nicolás R o d r í g u e z , Pedro Torres, Lorenzo Olivares, Gavino Antivero, F e d e r i c o G ó mez, José Ramírez, José del C. Villalon, Eustaquio Quezada, Benigno Cartajena, Felipe Rojas, José C. Cha vez, M a nuel Palacios, Vicente Navarro, Juan de D. Diaz, Salvador Carril, Manuel Negrete, D o m i n g o R o d r í g u e z , Zoilo V e g a , Perfecto Alvarez, Eustaquio Vidal, R a m ó n Carvajal, U r bano Sarrícueta, José R e y e s , Juan Matta, José M. Z a m o ra, Ensebio G ó m e z , Esteban Villar, Evaristo Gallardo, José E. Pirimonte, José de León, R a m ó n Carrizo, Jorje Briceño, José Ochoa, V e n a n c i o R o d r í g u e z , E x e q u i e l Paez Diaz, Francisco Manriquez, Olegario Aracena, Salvador R o d r í g u e z , A n t o n i o Morales, José A n t o n i o R i v e r o i José Ortega.

TERCERA DIVISIÓN. REJIMIENTO ARTILLERÍA DE

MARINA.

H E R I D O S .

Soldados. Vicente Cuevas, F e r m í n González, Manuel Parra, Cipriano Parra, C l o d o m i r o Villamil, Marcelino Chavez, Marcos Castro, Jenaro Espinosa, J u a n Mura, A n d r é s F e r n a n dez, Evaristo R i q u e l m e , Jerman Zúñiga, José Diaz, José M e n d o z a , A n d r é s Santibañez, E u l o j i o G ó m e z i Jorje Diaz. M U É R T O S.

Soldados. José Manuel Diaz, Martin A l v a r a d o , Miguel Meza, M a nuel J. Castro, Clemente Meneses, José de la C. Brito, José Policarpo Valenzuela, S e g u n d o Tarifeño i A l b i n o Ayala. BATALLÓN CHACABUCO. HERIDOS.

Cabos 1'

2

Floridor Verihuega i J o a q u í n Berríos. Cabos

PACIFICO.

3. °

Luis Arancibia i Eloi González.

Sub-teniente V í c t o r L u c o . BATALLÓN

HERIDOS.

Teniente coronel, c o m a n d a n t e A l e j a n d r o Gorostiaga. Capitán ayudante F e d e r i c o 2. ° Cavada. Capitán Francisco Aristía. Teniente Manuel M. Masnata. Sub-teniente J u a n G. Varas. Id. Caupolican Iglesias. Id. A n t o n i o Urgueta, Id. Carlos L. Ansieta. Sarjentos 2. ° D o m i n g o Espinosa, Pascual Cifuentes, Casimiro Chandía, D o m i n g o 2. ° Ordenes, Luis A l b e r t o d e Laire i Luis Silva. Cabos 1. ° Daniel Orrego i José Mercedes Abarcón. Cabos 2. ° Bernardo Segovia, Martin C h a c ó n , J u s t o J e r m a u G o n zález, A d o l f o Pérez, J u s t o L u n a i Santiago L ó p e z . Soldados. José del Rosario Zarate, José Pereira, J u a n Bautista Solis, José Morales, Gregorio A r a y a , Santiago Balmaceda, Luis Aracena, Gregorio Barraza, E n r i q u e A s t u d i l l o , Gregorio Pizarro, Silverio Barraza, Sandalio Cortés, J u a n de la Cruz Cepeda, I g n a c i o Miranda, P i o q u i n t o Carvajal, José Baez, J osé Galleguillos, Martin Castillo, P e d r o Santibañez, José Onofre Toro, R a m ó n E s p e j o , A s c e n c i o R o dríguez, J e r ó n i m o Silva, V í c t o r Pérez, J o s é Narbona, J u a n F e r n a n d e z , José Flores, T o m a s A r a y a , Banjamin R o d r í g u e z , E d u a r d o Flores, Néstor Jara, Miguel Belm o n t , J o a q u í n A l v a r e z , F e r m í n Contreras, P e d r o G o n z á lez, E m e t e r i o Santander, J u a n B. A c u ñ a , A n t o n i o Cisternas, Francisco Fuenzalida, S i m ó n A r a y a , J o s é Castillo, F l o r i n d o Salinas, Manuel Cortés, Salvador Cepeda, A n t o nio Torres, N i c a n o r Fábrega, Natalio H i d a l g o , Rufino Contreras, J o s é Marin, José A d a r o , Pascual Cortés, Liverato Peralta, Custodio R o j a s , E n r i q u e Espinosa, Sinforian o V e g a , J u a n Clímaco Araya, José R a m ó n Garai, Gregorio Pizarro, José Aguilera, R a m ó n Cabrera, Hilario Hidalgo, P e d r o Castillo, A m b r o s i o Real, A n t o n i o C a m a c h o , Gavino Cortés, Nicolás Briones, V í c t o r Castillo, Pantaleon R o d r í g u e z , José Villalobos, Reinaldo V e g a , Claudio Tapia, Bonifacio Carrasco, Estanislao Diaz, José M o r e n o , J u a n de D i o s Varas, Florentino Plata, A n t o n i o F e r n a n d e z , Pedro Carrion, E u j e n i o Velasquez, R e i n a r d o Vélis, Gregorio Méndez, Bartolo Araya, Carlos Tubés, Pablo Sagua, Manuel Araos, Pantaleon Tapia, Pedro Guillerto, J u a n Esteban Naveas, Manuel Pérez, A n t o n i o Dinamarca, R a m ó n Cáceres, Pedro Riveros i Pablo González A r a y a .

Corneta.

MUERTOS.

Pedro Reyes. Soldados. Lorenzo Flores, J o s é M. Rojas ,Uesiderio Pineda, Manuel Diaz, Pedro Escobar, Pedro Guajardo, Pedro Fábres, R a m ó n 2. ° Barahona, José G o d o i , P e d r o Peña, R u d e c i n d o Esquivel, E d u a r d o Avila, T i m o t e o Rojas, Carlos Rivera V., Pedro Alvarez, Sinforiano Sandoval, Nicolás S á n c h e z , Manuel Burgos, Rafael L o b o s , Pedro J u a n Leiton, D e s i derio Abarca, J u a n T. R i q u e l m e , P e d r o N. Ortiz, J u a n R e y e s i P e d r o Rojas. M U E R T O S .

Soldados. Mateo Venegas, Santiago Poblete, Salvador Molina, Eujenio M a l d o n a d o , Ciarlos Castillo, Matías Jara, Salustio Silva, José Lorenzo M o y a , José Enrique V i l c h e i A m a d o r Valenzuela.

C O Q U I M B O N Ú M 1.

Teniente C l o d o m i r o P a n d o . Sarjentos 2. ° Cristian Heltberg, Estanislao Inostrosa, Heraclio Rojas Cerda, J u a n N e p o m u c e n o Oyarce, P e d r o Torres i Abel Collado. Cabos 1. ° Tobías Olivares i J e r m a n A r a y a . Cabo 2. ° Daniel Diaz. Soldados. Julio Guerrero, Carmen Pizarro, D a n i e l Parada, José Alvarez, Rosario Villalobos, José del C. O l m e d o , Juan José Morales, Mercedes R o d r í g u e z , L o r e n z o Espinosa, Calixto Castillo, J o s é 2. ° Araya, J u a n de Dios Contreras, A m b r o s i o A l v a r a d o i Pedro Morales.


CAPITULO

SEGUNDO.

213

CONTUSOS.

CONTUSO.

Capitán P. CrisóTogo Orrego.

Capitán Rafael Granijo. Cabo 2. ©

CUARTA DIVISIÓN. REJI MIENTO DE

ZAPADORES.

HERIDOS.

Capitán ayudante A b e l Luna. Sub-teniente J u a n A n t o n i o M a l d o n a d o . Id. Benjamín Poblete. Id. R. Díaz Villar. Id. J. M u ñ o z . Sárjenlos

Cabos 1. ° Erasmo A . Torres, D o m i n g o Ramírez, J u a n N. Vergara, Juan de D. Gallegos, José R a m ó n Á n g u l o , R o b e r t o H e r r e ra, José B. González, J o s é M. Ojeda i S i m ó n Cornejo. 2. °

A d o l f o Gajardo, Pedro S á n c h e z , T o m á s 2. ° M u ñ o z , P e dro R e y e s , A m a d o r Avila, Felipe Carriel, P e d r o Contreras, Manuel González, J o s é S a n d o v a l , A d o l f o A l b o r n o z , V i t a licio Robles. Soldados. A b e l a r d o J. R o d r í g u e z , D a v i d Carrasco, Daniel Solis, José Luis Espinosa, F é l i x Villanueva, Galo H e r n á n d e z , C l o d o m i r o Molina, A g u s t í n A g u a y o , A v e l i n o Quiroga, J o s é Alvarrán, D o m i n g o H e n r i q u e z , Fabriciano Villegas, Pedro Osorio, Nicolás A r é v a l o , Nicolás Parra, Guillermo Pino, Isidro M u ñ o z , José S. Fuentes, E x e q u i e l Vergara, Felipe R i q u e l m e , José E l e n o Onfray, R o b e r t o Pérez, José S a n tos G o d o i , Lúeas B r a v o , R u d e c i n d o L a z c a n o , J o s é Santos Urra, Rosario Villa, Pedro M u ñ o z , Manuel V a l d é s , J u a n A g u s t í n A r a v e n a , Manuel Vargas, José R u i z , Miguel V i dal, F r a n c i s c o Olavarría, José Luis Pérez, P e d r o Quezada, José A n j e l González, F a c u n d o R o j e l , R u p e r t o Castillo, Francisco Vergara, A u t o r Contreras, R a m ó n N o r a m b u e na, Manuel H e n r i q u e z , Manuel R o j a s , José de la L u z Leal, F e r n a n d o Jara, Bernardo C o n c h a , Jil Jara, L e a n d r o Pérez, Rufino Vargas, José A n a c l e t o Cortés, José del R . Cid, José Mercedes M u ñ o z , José Fuentes, Miguel Aguillon, Gregorio S o t o , Manuel Ortiz, José A. Araneda, Isidro M o lina, B e n j a m í n González, J u a n B . Ibarra, J u a n de la C. Fernandez, J u a n d e D . Palma, José A n d r é s Bello, J u a n R o j a s , Valentín González, Mercedes 2. ° Jara, José V a lenzuela, José María Catrihual, Rosalino V a s q u e z , M a nuel A v e n d a ñ o , Mauricio González, Cesáreo González, José Merasida, Ismael Aliaga, Blas Estai, José R. Quijada, Evaristo A v i l a , D a v i d García, Tristan Oliva, J u a n de D . Osorio, J a c i n t o M u ñ o z , José A . Santamaría, J u a n V e r gara, José Cáceres, José Tapia, Carlos Olguin, J u a n S a n sano, J u a n P. Inostrosa, Carlos L o i i Manuel Carvajal. MUERTOS.

Teniente c o r o n e l , c o m a n d a n t e R i c a r d o Santa Cruz. Capitán R u d e c i n d o Molina. Sub-teniente V i c t o r i n o Salinas. Sárjenlos

Soldados. Belisario Mora, H o n o r a t o Ferrada, J u a n Velis, G r e g o rio Jerez, J o s é del Rosario Ortiz i A n t o n i o Munchel. Corneta. J u a n de D i o s Alvarez.

REJIMIENTO

2. °

Gregorio Aguilera i José Manriquez.

Cabos

J u a n Corrotea, F r a n c i s c o Martínez i José Gutiérrez.

2. °

Luis Gallardo i José de la C. A n d í a . Cabos 1. ° E m i l i o A r a n e d a i Mariano Díaz. Soldados. J u a n d e D . González, J o s é Villarroel, Cipriano D i a z , L o r e n z o Flores, E x e q u i e l Cisternas, J u a n Vergara, S a n tiago Córdova, J u a n A l b e r t o Guerrero, Narciso Teran, N i c a n o r Barrera, Manuel Farías, Manuel Fuentes, Daniel Pradeña, R o s e n d o Merino i F e r m í n Opazo.

LAUTARO.

HERIDOS.

Capitán ayudante José Zarate. Capitán N i c o m e d e s Gacitiia. Sub-teniente Severo Rios. Id. José de la C. Barrios. Sarjentos

2. °

F o r t u n a t o Mateluna, D a v i d Silva Molina, Manuel J . A v i l e z i Alfredo Cortés. Cabos 2. ° Eujenio R o d r í g u e z , José M i g u e l González i J u a n de la C. Gallardo.

Sepúlveda,

Santos

Soldados. J o s é E s c o b e d o , Santos Lazo, J o s é R ó m u l o González, Francisco Cataldo, Manuel R o m e r o , J u a n P. Rojas, J o s é S é c u n d i n o M u ñ o z , A v e l i n o P o n c e , Cayetano Benitez, J u a n Salinas, J u a n U r b a n o Miranda, José del C. Y a ñ e z , A n t o nio Cisterna, J o s é Mercedes Santibañez, A l e j o N u ñ e z , J o sé D o l o r e s Morales, José Salazar, Evaristo Cisterna, José F e r m í n M u ñ o z , R o m e l i o Magna, Isidro Magna, P e d r o Carvajal, A p o l i n a r d o Cádiz, E m i l i o P a c h e c o , J o s é Rosas, José Bernardo Pérez, J u a n Silva, J u a n de D . Gallardo, José del C. Veas, Esteban U m a ñ a , E n r i q u e Aguirre, L o renzo Gutiérrez, D a v i d González, F e r n a n d o Anativía, J u a n Peralta, Efrain A r é v a l o , J u a n R a m ó n Bravo, M a r celino Z a m o r a , J u a n B. Neira, Francisco Silva, D i o n i s i o Ramirez, José Santiago Gatica, Bartolo Araya, A n t o n i o Torres i Gregorio R o c a . MUERTOS.

Sub-teniente A d o l f o Tobar. Cabos 1. ° Idilio N a v a r r o i P e d r o C. Fuentes. Cabo

2.°

Pablo Ojeda. Soldados. J o s é Santos Lorera, R a m ó n Tobar, Manuel T o l e d o , J o sé Gregorio Adriasola, J o s é Sepúlveda, J e n a r o Pizarro, J u a n N e p o m u c e n o R a m o s , J u a n Santander, J u a n José González, Gregorio Bravo, J o s é Jorje Aguilar, V i c e n t e Valenzuela i Santos Valenzuela. CONTUSOS.

Sarjentos

2. °

Lareo Cid i A r t u r o Benavides. Cabos

8.°

B a l d o m e r o Zapata i R u p e r t o R o j a s . Soldados. P a b l o Castro, J u a n de la Cruz León, Bernardino G a llardo, Miguel Gallardo, José D o m i n g o Ortega, R o d o l f o Carrasco, D o m i n g o Duran, Manuel R o m á n , J o s é María L u n a , A d o l f o Diaz, Luis Osorio, Rafael Z a m o r a , P e d r o Cáceres, Miguel Ramirez, V i c e n t e Corvalan, C l o d o m i r o Aranda, Clemente Lillo i Mateo 2. ° Valderrama.


214

GUERRA

D E L PACIFICO.

Cabos 1. °

DISPERSOS.

Sárjenlo

Manuel A . V a s q u e z , J u a n S m i t b , A d o l f o R e y e s , José María Urbina, Mateo Pardo, Eustaquio Venegas, Pascual Manriquez, Julián Gallardo i Pedro Rojel.

2. °

L o r e n z o Flores. Soldados. Ismael A l v a r a d o , Santos Vielma, Esmeraldo Ramírez, S i m ó n Cornejo, S i m ó n Sánchez, F l o r e n c i o G ó m e z , J e n a ro d e la Cruz Silva i Manuel Campos. BATALLÓN CAZADORES DEL DESIERTO. HERIDOS.

Teniente coronel Hilario Bouquet. Capitán J o r j e Porras. Teniente Santiago Vargas. S u b - t e n i e n t e J o s é Eusebio Pérez. Sárjenlo

1. °

R e m i j i o Brian. Sárjenlos Manuel Araya.

Bayolo, R i c a r d o

2. ° J . Beltramin, i

Abraham

Cabos 1. ° Clodomiro Icasa.

Rosas, A n t o n i o

Chaparro i F r a n c i s c o

E.

Cabo 2. ° F r a n c i s c o Salinas. Soldados. A m a b l e Lecaros, Santiago Ojeda, I g n a c i o Riveras, M a nuel G ó m e z , Tránsito G ó m e z , José A . Elgueta, J o s é A . A l a m o s , Froilan M u ñ o z , J a c i n t o Astorga, Juan José A l b o r n o z , J o s é M. Vera, Marcos Naranjo, Sótero Pizarro, J u a n B. A b r i g o , G a v i n o Valencia, José Manuel Pérez, Pablo Silva, A d o l f o González, Cipriano R a m o s , Bernardino Ramírez, José G ó m e z , J u s t o González, F r a n c i s c o A r c e , Manuel Pérez, L u c i a n o Galvez, Francisco V a l v e r d e , E m i l i o Ramírez, A n t o n i o A m p u e r o , A d o l f o Collado, S a m u e l G u z m a n i Bernardo Fismeroa. O

MUERTOS.

Cabo 2. ° D o m i n g o Maluenda.

Soldados. Santos Palma, Gregorio Cuevas, P e d r o Maulen i Bernardo Figueroa.

RESERVA. REJIMIENTO BUIN 1.°

D E LÍNEA.

HERIDOS.

Sub-teniente José del C. Velasquez. Nicasio N u ñ e z .

Sárjenlo

1. °

Narciso Velasquez, P e d r o R o d r í g u e z , P e d r o González, P í o Fernandez, Guillermo R o c o , I g n a c i o R o j a s , Atanasio Flores, D o m i n g o Medina, D o m i n g o Villalon, J o s é María Urrutia, J o s é Mercedes Guerra, Guillermo R o j a s , J u a n de D i o s V e n e g a s , Liberato Saldías, P e d r o Orellana, L o renzo Rios, A m a d o r Fuentes, J o s é F é l i x V a l d e b e n i t o , F r a n c i s c o Ibarra, J a c i n t o Peralta, Manuel Cáceres, N i c o lás Martínez, J u a n d e la C. Inostrosa, Florentino M u ñ o z , J o s é E. Leiva, J u a n M. R o m e r o , Pablo Urqueta, E l e u t e terio Madriaga, E u l o j i o Vargas, J o s é Orellana, D o m i n g o I b a c a c h e , Z e n o n Jorquera, Francisco Ibarra, José R . S á n chez, Rufino Diaz, José I g n a c i o Carrasco, Z e n o n M o y a , Marcelino Bravo, Narciso Barrios, Gregorio A l a r c o n , Pascual Avalos, José María Mena, Francisco H . Cabello, J o sé del C. Cabezas, A d r i á n Valenzuela, José Diaz, Ismael Castillo, Pedro Morales, Candelario Bastías, A n d r é s R u g ú e n o s , Manuel Flores, N o l a s c o Olave, José A g u s t í n Campos, Martin Casanova, Julián R o j a s , G r e g o r i o Serei, Victoriano Quintanilla, Santos Chacón, W e n c e s l a o S a n tiestéban, F r a n c i s c o R a m í r e z , Valentin L a g o s , D a n i e l M o n t e e m o s , Hilario Marin, F é l i x Salas, R u p e r t o G o d o i , D o m i n g o loarte, Manuel Saez, P e d r o Espinosa, Evaristo Flores, F o r t u n a t o Tapia, J u a n J o s é Reyes, F a c u n d o B e roisa, Gregorio Bravo, Pedro Moran, Cecilio P a c h e c o , A n tonio Arévalo, Victoriano J i m é n e z José Soto, J o s é del C. M u ñ o z . Manuel Zúñiga, José L. Vergara, José M. A r a v e na, R o s e n d o Diaz, José D . Duran, F r a n c i s c o Leiva, J o s é del C. Mora, Blas Castro, F r a n c i s c o Pereira, José G o n z á lez, J o s é María Estai, A n t o n i o T o l e d o , Desiderio P o n c e , Daniel Medel, D o m i n g o A r c e , José Alegría, F r a n c i s c o M a l d o n a d o , D o m i n g o Rivera, F r a n c i s c o Catalán, P a b l o Fuenzalida, J u l i o Carmona, Vicente Gallardo, Isidro R o mán, Luis Llanos, José Santos Vera, F a b r i c i o A n t i g u a i , Faustino M a l d o n a d o , A n t o n i o V e l o z o , F e l i p e A r c a y a g a , José Becerra, Gregorio R i q u e l m e , Rafael Vergara, P e d r o N. González, Patricio L u e n g o , Olegario Velis, I s i d o r o Vergara, Bernabé R u i z i José Ortega. MUERTOS.

Capitán Tristan Chacón. Sub-teniente J o s é Miguel Poblete. Sarjentos

2. °

José L e ó n Dávila, B e n j a m i n H e n r i q u e z i E u j e n i o R o j a s . Cabos 1. °

Saldados. Evaristo Rojas, José Julio Benitez, Benjamín M u ñ o z , Manuel Cámara i José D i e g o San Martin. R E J I M I E N T O 3. °

Cabos 2. ° J o s é A n í b a l A l v a r a d o , Blas Rivera, Manuel V i v a n c o , Nazario R e y e s , R a m ó n Aguilera, Rufino Olivares, P e d r o S á n c h e z , N i c o l á s R i f o , E d u a r d o H u i t e , José María Saez i Francisco Poblete. Soldados.

D E LÍNEA.

HERIDOS.

Teniente R i c a r d o Serrano. Id. Ramón T. Amagada. Id. Salvador Urrutia. Sub-teniente Orestes Vera. Id. F r a n c i s c o Cotapos. Id. R a m ó n Guerra. Id. L o r e n z o 2. ° Jeoffroy. Sárjenlos 2. ° José del C. H e n r i q u e z , R o m u a l d o M u ñ o z , José C o n c h a i Juan d e D . Parra.

Eustaquio V e n e g a s , Nicolás A l a r c o n , Celedonio Cáceres, N i c a n o r N a r a n j o i F e d e r i c o Cáceres. Cabos 2. ° Valeriano Flores i J u a n R u b i o . Soldados. A m b r o s i o Cabrera, J o s é M u ñ o z , J a c i n t o Espinosa, J o s é del C. Espinosa, Benito Ureta, Meliso D e l g a d o , Santiago Lara, Julián Gutiérrez, J o s é E s c u d e r o , Manuel Olguin, Zacarías Erante, Mateo Crúzate, José del C. Gatica, F e l i ciano R o j a s , José Parra, Manuel Monroi, J. Santos G o n zález, José González, L o r e n z o G ó m e z , T e o d o r o Meneses, Bonifacio Cartajena, Gregorio Oses, Esteban L ó p e z , Marcos G ó m e z , J o s é M. D u r a n , Belisario Miranda, Bartolo M o n t e n e g r o , A d o l f o Diaz, Francisco Parra, José R i v e r o , P a b l o P a c h e c o , J u a n d e D . Gaete, P e d r o P. V i l l a l o b o , J o s é Pérez, Emeterio Cárcamo i Custodio S o t o .


CAPITULO

R E J I M I E N T O 4. °

DE

LÍNEA.

HERIDOS.

Teniente Martin B r a v o . Sub-teniente Samuel Meza F. Id. J u a n Rafael A l a m o s . Id. A l b e r t o d e la Cruz G. Id. Carlos Lamas García. Id. Miguel E. A g u i r r e . Sarjentos 2. ° Belisario Prado, Cantalicio Quinteros, J u a n Garrido, Juan A n t o n i o Contreras, A g u s t í n Moisés Gajardo, M a n u e l Castilla, D a m i á n San Martin i J o a q u í n Riveros. Cabos 1. ° R i c a r d o Rosas, José del C. Morales, J u a n González, J o s é del Rosario A r a n d a , Tránsito M u ñ o z , A d o l f o Mena, J u a n T o l e d o , B e n u b a l d o Silva, Benito Garces, Samuel A c u ñ a i R a m ó n Rios. Cabos 2. ° J u a n A b s a l o n R o j a s , Eulojio R o d r í g u e z , Santiago R a mírez, E u j e n i o Ortega, D o m i n g o González, Carlos F u e n tealba i A g u s t í n Z ú ñ i g a . Soldados. J u a n Esteban E l g u c t a , J u a n Castillo, Nicasio Quiero, S e c u n d i n o L ó p e z , Miguel Dazas, F i d e l Sepiilveda, J u a n S o t o , F r a n c i s c o Astorga, R a m ó n L ó p e z , Pedro S e p ú l v e da, Cipriano Z ú ñ i g a , José Ibarra, Manuel A l a r c o n , J u a n Arancibia, J u a n d e D i o s H i d a l g o , Narciso Salas, J u a n D o l o r e s Martínez, D a v i d Ubilla, José A v e l i n o Basualto, José A n t o n i o Tapia, Catalino Barra, J o s é D o m i n g o P o blóte, J o s é Cruz Lazo, F e l i p e Benicío Marchant, Manuel R o d r í g u e z , José I g n a c i o Fuentes, Manuel Jesús Escobar, B e n j a m í n Pérez, A l e j a n d r o Riveros, H o r a c i o Montesino, Pedro D o n o s o , J u a n A l v a r a d o , Evaristo Oyarce, José Leiton, R a i m u n d o Cinto, Marcelino P i m e n t e l , José M i uel Ortiz, J o s é R i q u e l m e , B a r t o l o m é A b r e , J u a n Diaz, [anuel J. Celedón, J u a n C ó r d o v a , Laureano Alvarez, F i l o m e n o Herrera, José Zúñiga, J o s é María Navarrete, J u a n de Dios Melendez, A r c e n i o Salazar, A n j e l Quezada, M a nuel Pizarro, Pedro José Cantillana, Pedro Pablo Simoni, A n t o n i o Calderón, A g u s t í n P a c h e c o , J o s é Manuel Leiva, Graciano Freiré, F e l i c i a n o Leiva, N i c a n o r Leiva, J o a q u í n Baeza, R u p e r t o J i m é n e z , J u a n A r a y a , R i c a r d o Olivos, José I g n a c i o Contreras, P e d r o V i c e n c i o , Francisco Bastías, J u a n de la Cruz T r e j o , Belisario Betancur, R i c a r d o Huerta, F l o r e n t i n o M u ñ o z , José del Carmen M u ñ o z , L o renzo Valenzuela, Jerman L ó p e z , E m i l i o Sandoval, A b e lino L o y o l a , R ó m u l o Diaz, Sinecio Tapia, J u a n de D i o s Salazar, José M o n t a n o , M a n u e l Olguin, A n t o n i o Pérez, Cleto R e y e s , Z e n o n Contreras, D o m i n g o R o j a s , J u a n V e negas, P l á c i d o Vasquez, Eleuterio Pérez, Serafín Carrasco, Felupe M u ñ o z , Cecilio Antemilla, Laureano Soto, J o s é Natalio Sandoval, P e d r o Navarrete, J u a n Mateo Peralta, D o m i n g o L a g o s , J o s é Luis Barra, J o a q u í n Poblete, Pedro Soto, José Luis Pereira, U r b a n o S á n c h e z , N i c o l á s F u e n zalida, A v e l i n o Vergara, Salvador Sepúlveda, Francisco Ortiz, Marcelino Salazar, José A g u s t í n P o n c e , Liborio H e n r i q u e z , A n t o n i o Sepúlveda, J o s é María Tobar, Rafael Basualto, P e d r o Escobar, H o n o r i o Paez, Esteban Villalobos, J e r m a n Ideguer, Gregorio V e n e g a s , J osé M a l d o n a d o , Manuel González Marín, J u a n A n t o n i o Jofré, Pacífico V i dal, V i c e n t e Serrano, B e n i g n o Meneses, R a i m u n d o M a lermo, F e d e r i c o Z ú ñ i g a , D o m i n g o Gutiérrez, Gregorio Ponce, Rosario Pérez, F e l i c i a n o Ojeda, V i c t o r i a n o A r o s , R a m ó n Sariego, J a c i n t o A l v a r a d o , Lázaro R o d r í g u e z , Salvador N u ñ e z , Saturnino B r a v o , B e n j a m í n Jorquera, Pedro Becerra, A l b e r t o Veliz, E d u a r d o 2. ° Infante, J u a n de D i o s Venegas, Guillermo Córdova, C l o d o m i r o M o n t e c i n o , Belisario P o z o , José A g u s t í n Catalán, Encarnación Guerra, D á m a s o Jofré, Manuel Parra, José Santos Bravo, A m b r o s i o Pérez, J u a n Rojas, Martin Palacios, J u a n R o dríguez, F e r n a n d o Riveros, E n r i q u e Espinosa, J o s é M.

f

215

SEGUNDO.

Gutiérrez, F e r m í n H u e r t a , Pablo H u e r t a , Manuel A n j e l Contreras, Moisés Valenzuela, A n t o n i o M u ñ o z , Luis R a m ó n Plata, Eustaquio Fuenzalida i Efrain Briones. MUERTOS.

Teniente coronel J u a n José San Martin. Sárjenlo

1. °

Pedro A n t o n i o San Martin. Sarjentos 2. ° D o m i n g o Guajardo, José Santos Fres, Manuel Martínez, Santiago Canales i J o s é F é l i x Astudillo. Cabos 1. ° Tránsito S á n c h e z , D e m e t r i o R i o s , Martin José S i m ó n Aguilera i R a m ó n B u r g o s .

Chandías,

Cabos 2. ° Manuel D i a z , Eujenio Saavedra, B e n j a m í n Jara, Sánchez, B e n j a m í n P i n o c h e t i Bautista A r a y a .

Elias

Soldados. A l e j a n d r o C o u , Elíseo Morales, A m a d o r Olivarez, N i colás H i d a l g o , V i c e n t e Morales, A g u s t í n V a l d é s , P e d r o Torres, Feliciano Celedón, A m b r o s i o González, Salvador Menares, E l e o d o r o Gutiérrez, J o s é Contreras, W e n c e s l a o Burgos, José Luis C á r c a m o , A n t o n i o ü e l g a d i l l o , Valentín Z e n o n Villegas, J u a n García, J o s é María Silva, F r a n c i s c o González, V i v i a n o S á n c h e z , M i g u e l S á n c h e z , J u a n Escobar, P e d r o R o d r í g u e z , S e c u n d i n o Cuevas, W e n c e s l a o Tapia, P e d r o Valenzuela, J a c i n t o R o n d a , J u a n Lillo, Pascual Br.avo, José Maturana, Santiago Carvajal, Tránsito V a s quez, José 2. ° R o d r í g u e z , Manuel Gutiérrez, J u a n J o r quera, J u a n J o s é Escobar, José A g u s t í n Tapia, Daniel Castro, F r a n c i s c o R u i z , J u a n D o n o s o , Manuel R e i n o s o , Rufino Cáceres, A g u s t í n M u ñ o z i J u a n M a y o r c a . CONTUSOS.

Capitán P e d r o Onofre Gana. Sub-teniente R a m ó n Silva Contreras.

BLINDADO COCHRANE. E n el c o m b a t e de A r i c a , u n granada estalló en u n p o r talón, y e n d o u n o de los cascos a inflamar u n saquete, a consecuencia de lo cual h u b o 28 heridos, h a b i e n d o muerto o c h o de ellos en el m i s m o A r i c a i u n o durante la travesía a Valparaíso. HERIDOS.

Condestable instructor J u a n W a l k e b a n . A y u d a n t e de condestable José Luis Mendoza. Marineros 1. ° R o m á n Silva, Miguel P o z o , R e m i j i o Murillo i José M. Trina. Marineros 2. ° Santos Pérez, A m b r o s i o Poblóte, E u l o j i o M e r c a d o , J o s é P i n t o i José F u e n t e s . Grumetes. Manuel J. Orellana, Manuel Poblete, D i e g o G ó m e z i V í c t o r Ayala. Soldado. José Luis A v e n d a ñ o (Artillería d e Marina.) Mozo de

cámara.

Juan Jara. MUERTOS.

Marineros

1.°

J u a n de D i o s A l b o r n o z , Daniel García i Elias G o n z á l e z . Marineros

2. °

Rudecindo Troncoso i Nicomedes Alvarez. Carbonero. Eulojio Tejcda.

Soldado.

Luis H e n r i q u e z (Artillería de Marina.)


G U E R R A D E L PACIFICO.

216

XIX. P r o c l a m a del Jencral

Se declara libres d e derechos d e internación a los p r o ductos chilenos.

B a q u e d a n o al ejército; decre-

tos sobre derechos de a d u a n a en Arica.

Junio

8 de 1880.

La historia d e la guerra en q u e estamos empeñados, contará entre sus mas brillantes episodios la j o r n a d a d e ayer. Difícilmente p o d r á a c u m u l a r en otro p u n t o la n a turaleza i la ciencia militar m a y o r e s elementos d e fuerza i d e resistencia, posiciones naturales invisibles, fortalezas inespugnables, poderosísima artillería, minas c o n v e n i e n temente colocadas para estallar en el m o m e n t o o p o r t u n o ; t o d o hacia d e este puerto una poderosa ciudaclela, q u e podría, sin temeridad, defenderse coutra un grueso ejérc i t o . Sin e m b a r g o , en p o c o mas d e u n a hora d e c o m b a t e estuvieron en nuestro p o d e r todas las fortalezas del enem i g o , sin q u e ni los cañones, ni las esplosiones f o r m i d a bles d e las minas, ni el nutrido i mortífero fuego d e fusilería h e c h o por 2,000 h o m b r e s bien parapetados, pudieran detener la marcha d e nuestros soldados, q u e luchaban a p e c h o descubierto. C u p o en suerte vencer mayores resistencias, i p o r lo m i s m o adquirir m a y o r gloria, a los rejimientos 3. ° i 4. ° d e línea, q u e h a n m e r e c i d o bien do la patria c o n su bizarro comportamiento. Reciban, pues, los bravos d e esos dos cuerpos, las felicitaciones q u e les envió en n o m b r e d e la nación. R e c í banlas igualmente los rejimientos B u i n i Lautaro, la artillería d e la división, el Batallón Búlnes, los escuadrones d e Cazadores i 1. ° i 2. ° d e Carabineros de Y u n g a i , p o r q u e todos ellos h a n c u m p l i d o n o b l e m e n t e c o n su debelen los puestos q u e se les designaron. A los q u e cayeron en el c a m p o d e b e m o s envidiarlos porque tuvieron la suerte de morir por la patria, h o n r á n dola c o n sus sacrificios i c o n la gloria imperecedera q u e le h a n d a d o . Entre ellos merece especial m e n c i ó n el teniente c o r o nel d o n J u a n José S a n Martin del R e j i m i e n t o 4. ° de l í nea, q u e fué siempre u n j e f e distinguido i m u r i ó heroicam e n t e preocupado hasta su último instante d e la suerte i d e la gloria d e su país. E L J E N E R A L EN J E F E .

DECRETOS. MANUEL

BAQUEDANO,

EN JEFE

JENERAL D E

D E L EJÉRCITO

DIVISIÓN I JENERAL

ESPEDICIONARIO

SOBRE E L

PERÚ, ETC.

E n uso d e las facultades q u e m e corresponden, h e acord a d o i decreto: E n el departamento d o Tacna continuarán subsistiend o las leyes i disposiciones relativas a aduanas q u e rejian al tiempo d e la o c u p a c i ó n p o r las armas de la R e p ú b l i c a , c o n la declaración de q u e los p r o d u c t o s orijinarios i los procedentes del Perú serán considerados c o m o estranjeros. Publíquese por b a n d o , circúlese i c o m u n i q ú e s e al S u p r e m o Gobierno. D a d o en el puerto de Arica, a 10 dias del m e s de J u n i o de 1880. MANUEL

BAQUEDANO,

E N JEFE D E L

JENERAL D E D I V I S I Ó N I JENERAL

EJÉRCITO

DE

DIVISIÓN I JENERAL

ESPEDICIONARIO

SOBRE

EL

PERÚ, ETC.

DEL DÍA.

Arica,

JENERAL

EN JEFE D E L EJÉRCITO

PROCLAMA. ORDEN

M A N U E L BAQUEDANO,

ESPEDICIONARIO

SOBRE E L

PERÚ, ETC.

E n uso d e las facultades que m e corresponden, h e acord a d o i decreto:

E n uso d e las facultades q u e m e corresponden, h e a c o r dado i decreto: Se declara puerto m a y o r el de Arica.

XX. Proclamas,

al

p u e b l o , d e los prefectos

de

L i m a i el

Cuzco; circular dirijida a las señoras del Cuzco.

PROCLAMA. EL PREFECTO D E L DEPARTAMENTO I COMANDANTE E N JEFE D E L EJÉRCITO DE RESERVA.

A los habitantes

de

Lima.

P u e b l o d e Lima: Después d e los desastres de nuestro ejército en el S u r , i de la heroica resistencia d e Arica, en q u e nuestros g u e r reros, p o r sus esfuerzos i sublimes sacrificios, se levantaron mas alto q u e el destino i la victoria, la capital d e la R e p ú blica, la ciudad soberana del Pacífico, se encuentra a m e nazada p o r las hordas fratricidas d e Chile. Consecuentes los enemigos del Perú c o n sus vandálicos propósitos, i ensoberbecidos por sus efímeros triunfos, hoi imajinan posible invadir esa parte d e nuestro territorio, para desatar sus bárbaras lejiones sobre la espléndida Lima, objetivo d e su rapacidad i su codicia. Cegados p o r sus crímenes, creen d e fácil realización esa empresa, p o r q u e s u p o n e n q u e el espanto i el terror h a n agoviado todos los ánimos, h a n estinguido en vosotros ese aliento vigoroso e i n d o m a b l e q u e h a c e invencible un p u e blo decidido al c o m b a t e i al sacrificio. P u e b l o d e Lima: Os toca manifestar c o n elocuentes ejemplos, pues los sentimientos d e dignidad i patriotismo, tienen h o i m a s fuerza q u e n u n c a en vuestro espíritu. A la amenaza d e Chile, debéis responder c o n la actitud soberana de quien prefiere la muerte a la deshonra. Debéis levantaros c o m o u n solo h o m b r e ; debéis ejercitaros en el m a n e j o d e las armas; debéis reuniros en asambleas e n t u siastas; debéis, en fin. j u r a r el esterminio de las huestes invasoras, si llegasen a presentarse a las puertas d e v u e s tra ciudad. La verdadera grandeza de los p u e b l o s n o se encuentra en el sendero de los fáciles triunfos. L a verdadera grandeza de los pueblos consiste en cambiar lo adverso en lo próspero; en arrancar del seno de las catástrofes los elementos que enjendran la victoria. Chile se ha lanzado al c a m i n o del vandalaje c o n escándalo del m u n d o . L a n c é m o n o s nosotros al c a m p o d e las brillantes reparaciones, q u e constituyan el desagravio de la civilización herida i la gloria d e la A m é r i c a republicana horrorizada. Las valiosas conquistas de la libertad i d e la i n d e p e n dencia, d e m a n d a n , para su sostenimiento i su prestijio, la fe d e todas las almas i la fuerza inquebrantable d e todas las voluntades. Habitantes d e Lima: Ojalá la corriente d e los acontecimientos p o n g a en vuestras manos los destinos d e la República. D e vuestra resolución i vuestro arrojo dependerían entonces el triunfo o el desastre s u p r e m o de la patria. Vais a inscribiros en las diferentes divisiones d e l ejército d e reserva, d e ese ejército llamado a defender, palmo a p a l m o , la santidad d e vuestros hogares i el h o n o r i la existencia d e los seres m a s inocentes i queridos.


CAPITULO SEGUNDO.

Vais, c o n vuestro alistamiento, a forjar el rayo que puede estar destinado a vengar a las víctimas ilustres que h a n caido en los c a m p o s de batalla envueltos en la bandera de la R e p ú b l i c a , Pero si en el libro de los destinos está escrita la ruina del Perú, que n o esté escrita al menos su deshonra. Si contra todas las onerjías de la fe i todos los esfuerzos del valor i todas las sublimidades del patriotismo, la victoria nos negase sus laureles, nada ni nadie podría i m pedir q u e L i m a s u c u m b i e s e c o m o s u c u m b i e r o n N u m a n ciao Moscow. E l m u n d o que no admire el espléndido triunfo d e L i ma, verá c o n asombro c o m o se h u n d e u n p u e b l o en d e fensa de sus derechos, de su libertad i de su gloria. J U A N M A R T I N ECHENIQUE.

PROCLAMA A LA 4.

D

DIVISIÓN D E L A RESERVA

POR SU

COMANDANTE

JENERAL.

Compatriotas: H e m o s sido llamados para defender a la patria, i especialmente a Lima, contra la agresión vandálica de Chile. Cuanto hai de mas caro para el h o m b r e , está, pues, enc o m e n d a d o a vuestro valor i a vuestra inquebrantable constancia. U n i d o s , subordinados gradualmente, i sumisos en t o d o a la mas severa disciplina, seremos poderosos, i Dios b e n decirá nuestros esfuerzos. Nuestra divisa debe ser la victoria o la inmolación g l o riosa por la patria. C o n ella marchará al frente de vosotros, vuestro c o m pañero i amigo. JUAN DE ALIAGA

I

Si el desastre ha sido grande, que m a y o r sea aun n u e s tro coraje, nuestra indignación i nuestra resolución de morir. El desprecio de la vida, c u a n d o se trata do salvar el h o n o r i la dignidad de la patria, es una virtud sublime que impone respeto i admiración al universo. El Perú tiene aun millares de hombros quo n o dejarán nunca en tranquila posesión do las provincias c o n q u i s t a das al p u ñ a d o de bandidos q u e hoi se enseñorean sobre esos pueblos mártires do la libertad e independencia del Perú. ¡Cuzqueños, a las armas! N a d i e se abata, nadie d o b l e g u e su espíritu al dolor. Odio, odio eterno contra el injusto e n e m i g o que, envidiando nuestro progreso, nuestra prosperidad i nuestra riqueza, nos h a asaltado aguijoneado por el hambre. Chile es un pueblo mercenario, de ladrones i a v e n t u r e ros; h a obtenido un triunfo pasajero, pero el crimen n u n c a ejerció perpetuo d o m i m i o en la historia. Chile sucumbirá, p o r q u e la justicia triunfa siempre. N o escribió Dios en la c o n c i e n c i a de los h o m b r e s los inmutables principios del d e r e c h o i de la moral para b u r la del j é n e r o h u m a n o . ¡ U n esfuerzo mas, Cuzqueños! Corred al cuartel. F o r m a d una, formad 20 lejiones, i seréis invencibles. R e n o v e m o s el j u r a m e n t o de morir antes que sor esclavos de u n estranjero a b y e c t o i despreciable. ¿De qué sirve la vida bajo el y u g o , oprobio de esclavo? Pensad que mañana p u e d e el infame invasor convertir en cuarteles los c o n v e n t o s de vuestras relijiosas profesas. Pensad que m a ñ a n a p u e d e n las hordas chilenas invadir vuestros hogares, quemar vuestros templos, saquear vuestras estancias i cometer los crímenes mas execrables contra vuestras e s p o s a s e hijas. Cuzqueños, a las armas, a morir por la patria! C u z c o , J u n i o 15 de 1880.

PUENTE.

JOSÉ M A R I A N O

PREFECTURA I COMANDANCIA DEPARTAMENTO

Cuzqueños: E l Dios de los ejércitos p o n e una vez mas a prueba nuestro valor i nuestro patriotismo. El desastre de Tacna i la t o m a do A r i c a , h a n v e n i d o a herirnos en lo mas h o n d o , en lo mas delicado de nuestra alma. La sangre peruana h a corrido a torrentes, i el cielo nos ha n e g a d o la victoria. Los elementos de matanza a c u m u l a d o s por nuestros pérfidos enemigos durante 10 años d e hipócrita amistad para c o n el Perú, han p o d i d o darles un triunfo que n o será duradero. ¡Imposible! faltaría el Ser S u p r e m o ; negaríamos la J u s ticia D i v i n a si supiéramos por un instante q u e el vil c h i leno habia de esclavizar al p u e b l o que r o m p i ó en J u n i n i A y a c u c h o las cadenas de la servidumbre do tres s i g l o s . — al p u e b l o q u e el 2 de M a y o do 1886 levantó triunfante el e m o l e m a glorioso de nuestra soberanía. H a s u c u m b i d o nuestro ejército ante la superioridad del número i ante una formidable artillería q u e n o p u d i m o s contrarrestar, p o r q u e la sorpresiva declaratoria de guerra que nos h i z o Chile, nos impidió adquirir armas de la precisión i alcance d e las suyas, preparados arteramente para volar sobre nuestro indefenso territorio i sobre el i m perio de nuestras riquezas. Pero n o creáis q u e p u e d a n ejercer p r o l o n g a d o d o m i n i o en el suelo que escarnecen a título de conquista. Brotarán los soldados de la m i s m a tierra q u e pisan, no habrá peruano q u e n o pida venganza, i el m u n d o q u e d a rá asombrado de nuestro d e n u e d o i d e nuestra constancia para defender la a u t o n o m í a nacional.

JENERAL D E L DEPAR-

TAMENTO.

A SUS HABITANTES.

TOMO n i — 2 8

JIMÉNEZ.

CIRCULAR.

PROCLAMA. EL PREFECTO I COMANDANTE JENERAL D E L

217

Cuzco, Jimio

12 de

1880.

Señora d o ñ a . . . Señora: Sé, por esperiencia, que en el C u z c o basta iniciar una idea jenerosa, o revelar u n propósito noble, para que al p u n t o millares de voluntades se presenten espontáneas para secundarlas. Cada hora, cada instante que pasa de mi presencia en la antigua metrópoli del pasado imperio, adquiero pruebas c o n v i n c e n t e s de que este país es tan rico en virtudes cívicas c o m o lo es en recuerdos históricos. Observo, c o n la mas íntima satisfacción, q u e si los c u z queños están siempre dispuestos a t o d o j é n e r o de trabaj o s c u a n d o se trata de defensa nacional, la m u j e r c u z q u e ña escede aun, si es posible, en decisión patriótica, en desprendimiento j e n e r o s o i en abnegación sublime. V e partir a sus hijos a la guerra, i al m i s m o tiempo que los i n u n d a c o n su llanto, los retempla i los conforta diciéndoles: " V a s a defender a tu patria, i ella velará por m í i por nuestros caros hijos." Se desprende d é l o s brazos de su esposo i c u a n d o éste dirije talvez la postrimera mirada, fijando la h u m e d e c i d a pupila en aquel pedazo del corazón, ella aun lo fortifica i anima repitiéndole: " V e n ; parte tranquilo, i n o vuelvas al h o g a r sin haber c u m p l i d o c o n tu clebei-." Tal es la m u j e r cuzqueña. C o n tan nobles sentimientos, ¿quién d u d a del friunfo? La madre, la esposa, la hermana han estrechado c o n tra su p o c h o a los seres mas queridos; han pagado tributo a la naturaleza derramando lágrimas, que ha sido i m posible contener; pero si en eso m i s m o acto ostentan las virtudes c o n que p l u g o a Dios dotarlas, su patriótico ardimiento n o decae j a m á s . ¿I qué podré decir de aquellas


218

GUERRA DEL

h u m i l d e s i amantísimas esposas que se i m p o n e n la obligación de seguir a la guerra a los amados de su corazón? ¿Qué p o d r é agregar a tanta fuerza de voluntad, a tanto heroísmo? Estas escenas, de las que he sido testigo presencial, las Consignará la historia en sus pajinas inmortales, i las j c noraciones futuras las recordarán c o n o r g u l l o . Así fueron nuestras madres en la l u c h a sangrienta que Chile trajo al territorio do nuestros mayores, dirán vuestros d e s c e n dientes, i la posteridad toda hará justicia a la m u j e r n a cida en la antigua capital de los incas. Con estos antecedentes ¿ c ó m o n o ha do considerarse honrada la persona a quien le t o q u e en suerte rejir los destinos del C u z c o , i c ó m o vacilaré y o para pedir a la m u j e r c u z q u e ñ a que m e a y u d e en la obra santa de alistar nuevas lejiones, encargadas de v e n g a r los ú l t i m o s desastres de la bendita patria? N o s pide n u e v o s esfuerzos, n u e v o s sacrificios, i es preciso que a ellos nos s o m e t a m o s c o n enteresa i voluntad. P o r eso a c u d e n los c i u d a d a n o s presurosos a las filas de Libres del C u z c o , cuerpo que está organizándose; por eso ofrecen sus vidas i quieren derramar su sangre para sostener la soberanía i la independencia del Perú. P e r o , esto n o es t o d o lo que la patria nos impone. Los batallónos piden el equipo necesario, i la caja fiscal del departamento n o puede, por ahora, satisfacer esos gastos inaplazables. T o c a , pues, a las familias desprenderse de lo supérfluo, i aun d e parte d e lo necesario, para q u e los Libros salgan d e la ciudad c o m o Piquiza i A b a n c a y , i aun m e j o r equipados si fuese posible. Con tal p r o p ó s i t o , invito a todas las señoras, i en particular a Ud., para que c o o p e r e n a la realización d e esta idea, e n v i a n d o algunos objetos q u e espresa la lista inclusa. N o ignoro y o , c o m o n o ignora el Gobierno ni el país, los grandes servicios que viene prestando el C u z c o desde el principio de la guerra. H a enviado millares de soldad o s a defender el h o n o r nacional; ha remitido centenares de víveres i cabezas de g a n a d o c o m o socorro a los ejércitos del Sur; pero la situación, c o m o llevo d i c h o , i m p o n e n u e v o s sacrificios, que el C u z c o n o los omitirá n u n c a , a u m e n t a n d o así los títulos distinguidos q u e y a tiene alc a n z a d o s para merecer la gratitud nacional, el sincero aprecio de nuestra aliada la República de Bolivia, el respeto del m u n d o civilizado i el aplauso d e la historia. I en tan noble i consoladora tarea, no d u d o q u e U d . , s e ñ o ra, sabrá tomar una parte activa i valiosa, aceptando c o n tal m o t i v o la atenta estimación de su afectísimo, seguro servidor. JOSÉ M A R I A N O J I M É N E Z .

DECRETO. JOSÉ

MARIANO JIMÉNEZ, ABOGADO D E LOS TRIBUNALES D E

L A REPÚBLICA, PREFECTO I COMANDANTE JEN ERAL D E L DEPARTAMENTO.

Considerando: 1. ° Q u e ha a u m e n t a d o el peligro en que se encuentra la R e p ú b l i c a . 2 . ° Que los últimos acontecimientos de la guerra i m p o n e n a las autoridades el deber de adoptar todas las m e d i d a s q u e el deber i ol patriotismo aconsejan, Decreto: Art. 1. ° Créanse en todas las provincias del departam e n t o c o l u m n a s militares de defensa para resistir por t o d o s los medios la invasión del e n e m i g o estranjero. Art. 2. ° Los sub-prefectos, de a c u e r d o c o n los jefes q u e se n o m b r a r a n para cada provincia, procederán a la m a y o r brevedad a organizar dichas columnas c o n los c i u dadanos que deben servir do base a los batallones del ejército de reserva creados por decretos supremos v i jentes. Art. 3 . ° Los jefes a que se refiere el artículo anterior, presentarán a esta Prefectura i C o m a n d a n c i a Jeneral el

PACIFICO.

cuadro de oficiales para las c o l u m n a s de su m a n d o , a fin de espedir el decreto de a p r o b a c i ó n . Art. 4. ° L o s mismos jefes facultarán a los oficiales d e su confianza para q u e , sin trasladar a los c i u d a d a n o s a pueblos distantes del lugar de su residencia, los reúnan tres veces p o r semana c o n el o b j e t o de dedicarlos a los ejercicios doctrinales, para q u e adquieran los c o n o c i m i e n t o s militares indispensables. Art. 5. ° Señálase el plazo de c i n c o dias para q u e los ciudadanos entreguen sus armas por el precio, r e c o m p e n sas o bajo las penas puntualizadas en el decreto p r e f e c tural de 10 de Marzo último. Art. 6. ° Escítase la j e n e r o s i d a d de los v e c i n o s del departamento para que hagan los donativos que, en v í v e res i g a n a d o , deben remitirse para el sostenimiento del ejército en campaña, i para c u y a resolución están a u t o r i zados los respectivos sub-prefectos. P o r tanto: M a n d o se imprima, publique p o r b a n d o en todas las provincias del departamento, i se fije en los lugares de c o s t u m b r e para los fines del caso. D a d o en l a casa prefectural del C u z c o , a 16 de J u n i o de 1 8 8 0 . — J O S É M. J I M É N E Z . — L u c i o Samuel Cabrera, secretario. PROCLAMA. EL PREFECTO D E PUNO A LOS HABITANTES D E L DEPARTAMENTO.

Conciudadanos: E n v i a d o p o r el S u p r e m o G o b i e r n o , v e n g o p o r primera vez a rejir los destinos de este importante d e p a r t a m e n t o . Mi primer deber es dirijiros una palabra de cordial saludo. El Perú de 1880 ha escrito en su bandera: guerra i libertad. Peruano de corazón, n o p u e d o aceptar otro p r o g r a m a . Chile, la harapienta Chile, sentada sobre el carro de la victoria, c o n el látigo del v e r d u g o en u n a m a n o i la c l a v a de H é r c u l e s en la otra, pretende constituirse nuestra carcelera, nuestra señora feudal; ¡aberración, c o n c i u d a d a n o s , sarcasmo! c u y o solo e n u n c i a d o basta para hacer r e p e r c u tir en las c u m b r e s de los A n d e s : guerra, guerra i guerra i m p l a c a b l e a Chile! Q u i n c e años de lágrimas i sangre h a sido el precio q u e a nuestros padres costó legarnos libertad. ¿ H e m o s sabido cultivarla? R e s p o n d a esa desgraciada raza indíjena, que después de derramar su sangre a torrentes en defensa de la a u t o n o m í a del Perú, es llamada talvez a preparar u n sepulcro al invasor c h i l e n o en los hielos de las cordilleras, d o n d e habita triste i solitaria. I sin e m b a r g o , ¡cuántos abusos la encorvan, cuántas cargas la a b r u m a n ! . . . Defender sus incontestables derechos es para mí n o s o l o c u m p l i r u n deber de estricta justicia, sino s e c u n d a r la política rejeneradora del actual Jefe S u p r e m o que, p o r u n decreto especial, se h a declarado protector de esa desventurada raza. Contribuir eficaz i activamente c o n la c o o p e r a c i ó n de todos los hijos del departamento a o b t e n e r u n a segura victoria sobre Chile i hacer efectiva esa p r o t e c c i ó n de la raza indíjena, h é aquí mi o b j e t o ; para c o n s e g u i r l o n o traigo prevenciones para nadie, i si, al contrario, las mas rectas i puras intenciones. Púnenos: Confio mas que en m i inquebrantable resolución d e h a cer el bien, en vuestro tradicional patriotismo. Prestadme vuestra c o o p e r a c i ó n , vuestro a p o y o , q u e los necesito c o n urjencia para c u m p l i r mi misión. Obreros del progreso, liberales e ilustrados, n o podéis n u n c a negar vuestro c o n c u r s o al que, en n o m b r e de la patria, os lo pide, c o m o vuestro c o n c i u d a d a n o i a m i g o . JULIO CÉSAR CHOCANO.


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i m e n a j e existente en la plaza de Arica, con fecha

I>IS£>01SriBXx3S.

DESCUENTOS.

B E ^ B K C T I T T Ä . ENFERMOS

COMISIONADOS

1." d e M a y o d e 1 8 8 0 .

CON L I C E N C I A

PRESENT. AUSENTES PRESENT. AUSENTES PRESENT. ¡AUSENTES, 1

TOTAL DE EN juicio DESCUENTOS

BATERÍAS.

rt S 02 O Morro . Norte.. Este . . .

13 11 12 Suma total.

1! 2,12 15 271 3

4

l! 1

1 101361 41 48

1

.a « I C3 02 Q ¡O 92 ¡25^23 34 2¡14¡ 8 8i 8 112

163 70 144

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ISO 75 196

1| 2;.. 2¡ 2; 1

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6¡11. 8 2; S ...! 4

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1! 1

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COMISIONADOS

1 1 0 1 3 20! 3

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D E S C U E N T O S .

ENFERMOS

1 ..

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El j e f e d e l detall, RICARDO O'DONOVAN


G U E R R A DEL PACIFICO.

220

XXII. EDITORIALES. LA

TOMA

DE

ARICA.

(Editorial de El. MKRCUKIO del 10 de Junio de 1SS0.)

El indescriptible entusiasmo con que h a sido recibida la nueva de la t o m a de Arica bastaría, c u a n d o otras pruebas n o hubiera, para acreditar a los ojos del estranjero i a los nuestros propios toda la vehemencia i pureza del a m o r que profesamos a la patria. ¡Qué loca alegría la de eso pobre pueblo, cuya existencia es una labor desesperante, una cadena interminable de privaciones i sufrimientos! Pero ¿qué son los sinsabores de u n a suerte ingrata para quien, c o m o él, ama tanto a Chile, a este Chile que en su espíritu aparece c o m o un paraíso, c o m o la obra mas acabada i perfecta que formó Dios? El secreto de nuestro poder, de nuestros triunfos m i l i tares, de m u c h o s de los portentosos adelantos materiales que hemos alcanzado está, es preciso repetirlo hasta el cansancio, en esas masas que, semejantes a las olas de nuestro mar, ya nos amedrentan c o n sus rujidos, ya nos consuelan con su pacífica corriente, pero q u e siempre arrastran consigo la savia de la vida al cuerpo social. El Perú debe c o n o c e r ahora esto i conocer también que sus desastres los debe principalmente a la índole de su pueblo, que no le permite ni sobreponerse a sus vicios hereditarios, ni defender su a u t o n o m í a c o m o la defienden los pueblos fuertes. Las palabras que se atribuyen a.Montero, aun siendo apócrifas, deben estar en breve, si es que n o están ya, en latconcicncia de t o d o s los peruanos. ¿Cómo re-istir ya, deben decirse, si la cólera del cielo nos condena a s u c u m b i r en todos los combates? Hasta el heroísmo con que han perecido los defensores de A r i c a es una razón mas para justificar su desaliento. ¿Cuántos son allí los que se les asemejan? Montero, h u y e n d o c o b a r d e m e n t e antes de perdida la batalla de Tacna, a b a n d o n a n d o a M o o r e i Bolognesi el puesto que a él, i nadie mas que a él correspondía, es la personificación del Perú, que en la hora del peligro olvida sus fanfarronadas para poner a salvo su mísera existencia. Y a hemos dicho repetidas veces que en nuestro c o n c e p to el Dictador Piérola, una vez que c o n o z c a en todos sus detalles la manera c ó m o se han c o n d u c i d o los ejércitos en que cifraba su última esperanza, pedirá la paz, valiéndose de algún m e d i o que escuse la inconsecuencia del h e c h o con sus anteriores palabras. E n esta idea persistimos siempre, i por lo m i s m o conviene que el Gobierno se apresure en continuar la campaña para que c o n c l u y a p r o n t o i c o m o debe concluir. N o es a nosotros a quienes toca hacer proposiciones de paz sino aceptarlas en caso de q u e sean ventajosas. L a rendición de Lima por nuestro ejército seria imponer la paz, i ella nos daría el resultado que queremos sin hacer el sacrificio ni de una palabra incompatible c o n la grandeza de nuestros triunfos i de nuestro orgullo. Ir a la paz de otra manera seria u n a vergüenza que el país no podría soportar i por la cual pediría cuenta a sus gobernantes. ¿I n o tendrían razón para preguntarles si todos los sacrificios que ha h e c h o en defensa del honor nacional merecían tan villana correspondencia? Q u e la guerra c o n c l u y a lo mas pronto posible es el d e seo de tocios; pero n o vaya por esto a creerse que preferim o s hacer una paz indigna a continuar en guerra por t o d o un siglo. En esta intelijencia deben estar nuestros estadistas, nuestros representantes del pueblo, para n o tentar n i n g u n a proposición que p u g n e c o n este irrevocable p r o pósito. Si alguien, llevado de u n espíritu que n o nos atrevem o s a calificar, se ha atrevido a pedir al Congreso q u e

manifieste al E j e c u t i v o su deseo de que haga p r o p o s i ciones de paz al D i c t a d o r Piérola por m e d i o de una nación amiga, eso n o debe tomarse en cuenta, pues n o p u e de haber sido sino un arranque de jenialidad, una o c u r rencia de las m u c h a s q u e suelen venirse a la lengua en m o m e n t o s de n o saber qué hacer ni qué decir. Nuestros c o n d u c t o r e s deben sabor m e j o r que nosotros lo que la nación quiere i lo que a la nación le c o n v i e ne. D e consiguiente, tenemos fe en que su decisión sea obra de razón i acatamiento a la v o l u n t a d nacional. N o puede ser de otra suerte. Un Gobierno que acaba de recojer el premio mas espléndido de sus afanes i desvelos, está obligado, i n o c o m o q uiera, a hacerse d i g n o de su gloria, que n o es otra que la gloria del país. Continuaríamos en otras consideraciones por el estilo si el deber de enviar un entusiasta v o t o d e gracias a nuestro valeroso ejército por su -última gloriosísima hazaña n o viniese a h a c e m o s pensar esclusivamente en él i a pedir para él la r e c o m p e n s a q u e merece. La toma de A r i c a es u n a acción de guerra asombrosa; intrepidez sin igual, habilidad suma han representado allí el papel que les correspondía, i sin alardear de c o n o cimientos estratégicos ni cosa parecida. I entiéndase q u e esa plaza t u v o defensores heroicos que prefirieron morir a rendirse c o m o es c o s t u m b r e entre sus paisanos. Para Chile, q u e tiene un Prat, u n Serrano, un T h o m p son, un Ramírez i tantos otros en el Panteón de su h i s t o ria, n o habría sido raro aumentar el catálogo d e s ú s h é roes c o n h o m b r e s c o m o Bolognesi i Moore; pero para el Perú q u e tiene a P r a d o , M o n t e r o , Buendía, García i G a r cía, L ó p e z Lavalle, etc., etc., la muerte de los d e f e n s o res de A r i c a es un timbre de honor, tanto mas a p í e c i a b l e c u a n t o q u e es único. Sin embargo, es preciso r e c o n o c e r l o , p o r q u e la gloria n o tiene patria ni r e c o n o c e causa. I al hacerlo así, c r e e m o s interpretar los deseos de los vencedores de Arica, q u e dirán: " E s o s muertos fueron d i g n o s d e nuestro brazo." LA

TOMA

DE

ARICA

(Editorial de EL INDEPENDIUNTE del dia 9 de Junio.)

D e s d e que llegó a Chile la feliz noticia de la gran v i c toria ganada por nuestro ejército en el A l t o de T a c n a , el p u e b l o aguardaba por instantes la otra noticia q u e debía ser c o m o el resultado, el galardón i el c o m p l e m e n t o de aquélla, la de la o c u p a c i ó n "de Arica. Nuestro heroico ejército n o ha tardado en darnos lo que esperábamos; i aun m u c h o mas, p o r q u e c u a n d o sup o n í a m o s que el telégrafo nos trasmitiría el boletín de una j o r n a d a fructuosa, lo que nos ha trasmitido es la n o ticia de una otra j o r n a d a gloriosísima. P o r q u e A r i c a n o se h a rendido, sino q u e ha sido tomada; p o r q u e la d i v i sión que habia llegado a sus puertas no t u v o paciencia para ponerle sitio, sino que se lanzó al asalto de las fortificaciones c o n el m i s m o í m p e t u de Pisagua, d e los A n j e les i de Tacna. I así es c o m o Chile se encuentra a estas horas, gracias a la pericia i bravura del ilustre Jeneral B a q u e d a n o i de sus dignos compañeros i subordinados, en posesión de una n u e v a presa i de una nueva gloria. ¡Nuestras naves d e . guerra fondeadas tranquilamente en Arica c o m o dueñas de la bahía! L a bandera d e Chile flameando en la cima del elevado Morro, sobre sus formidables baterías, tomadas a la bayoneta por nuestros invencibles soldados! Los manes del malogrado T h o m p s o n deben de haberse estremecido de patriótico orgullo ante tan n u e v o i grandioso espectáculo. ^No se dirá q u e Chile niega a los sitios en q u e caen sus héroes la consagración de la victoria. La bandera de la patria presta y a sombra grata a las aguas i a las tierras en que cayeron Prat, i Ramírez, i T h o m p s o n , i Santa Cruz i los millares de nuestros compatriotas que los acompañaron en el esfuerzo i en el sacrificio.


CAPITULO SEGUNDO.

C o n la toma de Arica, la tercera c a m p a ñ a h a q u e d a d o concluida. L a primera llevó nuestra bandera hasta el Loa, la segunda hasta Camarones, la tercera la h a llevado h a s ta Tacna i A r i c a después de un paseo triunfal por M o l i e n do, por l i o , por M o q u e g u a i p o r Sama. Entre Tacna i Arica, la Alianza ha dejado muertos en los c a m p o s de batalla, heridos en las ambulancias i prisioneros en nuestro p o d e r unos 6,000 hombres. Los d e mas, impelidos por el miedo, se han dispersado h a m b r i e n tos, disfrazados e inermes en todas direcciones. ¿Cuántos llegarán i en q u é disposición de espíritu llegarán a A r e quipa i a La Paz? El ejército aliado de Tacna, c o l u m n a en que descansaban las ultimas esperanzas de la Alianza, es a estas horas u n ejército q u e pertenece a la historia; fué, para n u n c a mas tornar a la vida. Los q u e h a n tenido brios para llegar a T a c n a atravesando desiertos i valles de mortífero clima i pasando sobre las trincheras de un ejército de 13,000 soldados aguerridos, los que h a n t o m a d o a la bayoneta las formidables fortalezas de Arica, n o necesitarán de m u c h o esfuerzo p a ra conservar lo q u e h a n ganado. Las conquistas hechas a paso de carga por nuesto ejército entre el 26 del pasado i 5 del corriente nos d e j a n en quieta posesión de la puerta do calle de Bolivia i arbitros de darle luz i salida al m u n d o civilizado o de condenarla para siempre al aislamiento i a la barbarie. E n adelante, si la Alianza subsiste, solo p o d r á subsistir de n o m b r e . Bolivia puedo tener nuevos reclutas; pero ¿qué serian, sino ovejas enviadas al matadero, reclutas que, desnudos, desarmados i forzados, se enviasen contra nuestros invencibles veteranos? Bolivia entrará en sí m i s ma, recordará sus pérdidas irreparables, sus esperanzas desvanecidas para siempre i reflexionará, si es que n o se halla c o n d e n a d a por el destino a desaparecer del c o n c i e r to de las naciones. D e todas maneras, las últimas victorias han puesto a Chile en situación de dar a Bolivia muerte m e r e c i d a o perdón j oneroso. E n c u a n t o al Perú, la pérdida h a sido mas cruel, si cabe; p o r q u e , si h e m o s herido a Bolivia en la garganta, a aquél h e m o s herido en el rostro. E n virtud de las bravatas i baladronadas c o n que preludiaba a la q u e creia su segura victoria, la derrota, q u e p u d o ser para el Perú solo una desgracia, h a sido una desgracia i una vergüenza. N o hubieran asegurado tanto sus gobernantes, periodistas i jenerales que éramos u n o s cobardes, incapaces, n o y a de vencerlos, pero ni aun de atacarlos, i hoi sería menos amargo su desengaño i mas digna de c o n d o l e n c i a su desgracia. Las últimas noticias nos dicen que se han e n c o n t r a d o en las filas del ejército aliado en Tacna, i especialmente en Arica, jefes p u n d o n o r o s o s i esforzados que h a n preferido la muerte a la deshonra, i aun a presenciar los infortunios d e su patria; i sin d u d a q u e ellos, m u r i e n d o al pié de sus banderas, habrían abierto al P e r ú u n c a m i n o de salud, si los charlatanes de su prensa n o se hubiesen empeñado en hacerlo impracticable. D e todas m a n e r a s — a la vista del m u n d o entero está,— el Perú es un v e n c i d o . E l D i o s de las batallas ha p r o nunciado su fallo inapelable. ¿Tendrá el valor de a c e p tarlo, y a q u e n o h a tenido la fortuna de evitarlo? Es lo que sabremos antes de m u c h o s dias. Chile necesita una paz sólida, duradera i gloriosa, cual corresponde a sus victorias. Esa paz la aceptará en el l u gar i en el m o m e n t o en q u e sus enemigos se la ofrezcan. Pero q u e n o se engañen los enemigos de Chile aplazando el inevitable paso, p o r q u e mas tarde podría ser demasiado tarde, i porque si aquella paz n o se le trae, él sabrá ir a buscarla a d o n d e quiera q u e sea menester, en brazos de su invencible ejército. ¡A él la gratitud d e los chilenos i las bendiciones de la posteridad; a él la satisfacción purísima d e haber v e n g a do los ultrajes inferidos a la patria, de haber ensanchado

221

sus fronteras i d e haber asegurado por m u c h o s siglos talvez, su poderío!

largos años, p o r

Z . RODRÍGUEZ.

OTRA VICTORIA. (Editorial de Los TIEMPOS del 9 de Junio de 1880.)

A r i c a es nuestra. T e n e m o s una batalla mas i una v i c t o toria mas. Nuestras tropas h a n t o m a d o a la b a y o n e t a esa plaza, que defendían poderosas fortificaciones, cañones de gran poder i gran alcance, minas que obligaban a sus asaltantes a batirse sobre u n volcan. N a d a había escaseado al e n e m i g o para organizar la resistencia i rodearla de un terrible aparato escénico. A pesar de t o d o , bastó una hora para barrer c o n todos aquellos terrores. Pero, ¿qué hacer contra una infantería q u e avanza a paso de carga, que no detienen los fuegos mas mortíferos, que salva los parapetos de u n salto i q u e n o necesita abrir brecha para entrar en la plaza? Es preciso morir, o rendirse. Los jefes de la plaza d e A r i c a han m u e r t o . A u n q u e n o d u d a m o s , ni por un m o m e n t o , que A r i c a seria nuestra, n o creíamos q u e seria nuestra después d e una hora de c o m b a t e i c o n solo el e m p u j e de nuestras bayonetas. Nuestra infantería ha descubierto una n u e v a manera de abrir brecha: saltar por sobre los m u r o s de las fortalezas. H o n r a d o el valor de los defensores de Arica q u e h a n muerto en su puesto, n o acertamos a c o m p r e n d e r la actit u d del c o m a n d a n t e del Manco-Capac, que sumerje su nave, para concluir entregándose prisionero. D e s t r u y e a Chile una de sus presas bien ganada, i va, en seguida, a reclamar amparo de la m a g n a n i m i d a d de Chile. N o sabe batirse, ni rendirse, ni morir. L a rendición habria valido mas a ese c o m a n d a n t e , que ir a mendigar la vida. H a g a nado la vida, p e r d i e n d o barco i honra. Sentimos vivamente la muerte de los jefes de Arica, q u e merecían vivir para e j e m p l o de los suyos i para darnos o p o r t u n i d a d de honrar al valor desgraciado, q u e solo ha tenido tres representantes durante 14 meses de guerra. T a c n a ayer, c o m o A r i c a hoi, nos revelan que si la A l i a n za recluta n u m e r o s o s batallones, tiene m u i p o c o s buenos soldados, m u i pocos jefes i ningún jeneral. Montero en fuga, en fuga Campero, y a n o tiene sino a Piérola, que se entretiene en fundar su dinastía, d e c r e tándose el derecho de designar a su sucesor, a las m i s mas horas que su país cae en ruina. Se consagra e m p e rador sin victoria i sin imperio. ¿Qué j e n t e s gobiernan al Perú? JUSTO ARTEAGA ALEMPARTE.

SIGNIFICADO D E LA TOMA DE ARICA. (Editorial de EL FERROCARRIL del 10 de Junio de 1SS0.)

La t o m a de A r i c a n o es simplemente una batalla o una victoria mas agrescada a la historia odoriosa de nuestras armas: es también u n desenlace. Los triunfos alcanzados en 15 meses de hostilidades n o importaban todavía esa superioridad abrumadora e i n c o n testable que enclava la fortuna del e n e m i g o a la voluntad del vencedor. Después de los fracasos de Calama, Pisagua, Dolores i los Anjeles, la Alianza contaba siempre c o n un gran ejército, c o n lo mas veterano i escojido de sus fuerzas militares, c o n las inespugnables posiciones de Tacna i A r i c a , — su c a m p o de maniobras desde el c o m i e n z o de las hostilidades, — c o n abundantes elementos de guerra, c o n u n p a r que casi intacto de artillería i c o n t o d o j é n e r o d e pertrechos i municiones.


222

GUERRA DEL

Perdido el departamento de Taparacá i diezmadas sus fuerzas militares, quedaban siempre a la alianza elementos poderosos de c o m b a t e para probar n u e v a m e n t e fortuna i disputar el éxito a nuestras huestes vencedoras. Tenia jefes i ejército que simbolizaban para sus respectivos países lo mas selecto i aguerrido de su organización militar. Los contrastes de la primera c a m p a ñ a habían determinado una transformación c o m p l e t a de su poder militar. El Perú i Bolivia habían reunido en un supremo esfuerzo t o d o lo que poseían de mas culminante, intelijentei esforz a d o para su defensa. La Alianza i los acontecimientos habían h e c h o del ejército de T a c n a la gran esperanza, o mas bien la esperanza única de victoria, en la l u c h a trem e n d a llamada a decidir de sus destinos. El esterminio de ese ejército, sea cual fuero la actitud de los gobiernos actuales do la Alianza o de los que se i m provisen a consecuencia de los recientes desastres, i m p o r ta el aniquilamiento del poder militar terrestre de nuestros enemigos. Si una tenacidad tan ciega c o m o temeraria n o permitiera c o m p r e n d e r a los aliados la adversidad inexorable de su destino, los estragos de la guerra, n o ya en los c a m p o s do batalla sino en sus propios hogares, les harán sentir sin pérdida de tiempo el alcance de las dos últimas jornadas. La gran cuestión de la superioridad militar ha q u e d a d o y a resuelta de una manera irrevocable. L a derrota ele T a c n a i toma de Arica han sido para la campaña terrestre lo que la captura del Huáscar para la campaña m a rítima. A m b o s acontecimientos marcan u n importante desenlace. A c a b a de desaparecer el poder militar de n u e s tros enemigos, c o m o se había desvanecido ya su p o d e r naval. Ni los restos escapados al naufrajio de la escuadra permiten rehacer la fortuna marítima, ni los prófugos de T a c n a o las lejiones improvisadas de L i m a o A r e q u i p a p u e d e n estimarse c o m o elementos serios ele futura resistencia. El desenlace militar está ya alcanzado, a u n q u e persistan nuestros enemigos en la prolongación de una lucha, que será simplemente esterminio para su vitalidad n a cional. L a ofensiva sin tregua ni descanso de nuestro ejército i escuadra debe hacerse sentir desesperante para los enem i g o s hasta alcanzar la solución definitiva. H e m o s llegado a un p u n t o en que la actitud del Perú i Bolivia está llamada únicamente a decidir del límite a q u e llevaremos nuestras hostilidades. Nuestra iniciativa tiene que ser hoi mas que n u n c a enérjica e implacable, hasta que los vencidos se sometan al fallo inexorable d o su destino. Aniquiladas las bases del poder militar, c o r responde a la Alianza apreciar las consecuencias de una prolongación de la l u c h a estéril para su causa,, i f e c u n d a solo en sacrificios, que el v e n c i d o debe siempre i n d e m n i zar al vencedor. Si los aliados se manifiestan rebeldes a las necesidades imprescindibles de la situación, la actividad infatigable de nuestras operaciones militares debe acosarlos victoriosam e n t e en sus últimos atrincheramientos, sin darles t i e m p o ni reposo para alentar falsas ilusiones de reposición o de fortuna. La guerra tiene que ser mas enérjica, mas activa, mas infatigable a m e d i d a que las victorias dan al v e n c e d o r el d e r e c h o de apresurar el desenlace.

CAYÓ ARICA. (Editorial do LA PATKIA del 10 de Junio de 1SS0.)

En el m o m e n t o en que la prensa reproducía ayer en sus millares de hojas volantes esta frase, escribíamos llenos de esperanza en la suerte de nuestro glorioso tricolor: "Paciencia que el valor i constancia do nuestro ejército n o tardarán en meter en sus mochilas do viaje el p a b e llón peruano que aun flamea en la cima del Morro de

PACIFICO.

Arica, circundado, por irrisión o por sarcasmo, de unas cuantas bocas d e f u e g o , " — e l telégrafo traia a Santiago la bendita n u e v a del ataque i captura de la plaza de Arica. Arica, el nido de las postreras lejiones veteranas del Perú, el Jibraltar de la Alianza, el p e ñ ó n i ciudadelas erizados de minas i cañones, atacado a paso de carga i a prueba de bayoneta, no p u d o resistir dos horas al esfuerzo i bravura de nuestros soldados, i cayó, c o m o caerán siempre,ante ellos plazas i soldados, fusiles i cañones que se les opongan. Menos felices que Montero, a quien sobró t i e m p o en su fuga para despojarse de su casaca militar i de sus c o n d e coraciones, los jefes de A r i c a o s u c u m b i e r o n o pisan a estas horas el p u e n t e de alguna de nuestras naves q u e los c o n d u c e n hacia el Sur en el carácter de prisioneros. N o p u e d e n decirnos ahora los bullangueros de L i m a que A r i c a n o contaba sino c o n los cañones i soldados de Pisagua; para tocio les sobró t i e m p o , recursos i ocasión. T u v i e r o n armas, dinero, disciplina, pólvora, ciencia, m e r cenarios i entusiasmo; n o ignoraban t a m p o c o que la m a rea del Sur reventaría en sus costas, ni que las sibilas del antiguo t e m p l o del Sol habían pronosticado q u e de n o c h e o a la luz del m e d i o día los defensores d e sus plazas verían relucir los cascos i aceros de la Némesis d e Chile. D e nada carecieron; Chile les amenazó de lejos, los b l o queó c o m o aviso, los cañoneó c o m o preparación, acercó sus batallones c o m o amenaza, c i r c u n d ó sus fuertes paso a paso, i les notificó rendición c u a n d o los j u z g ó p r e v e n i dos i dispuestos a dar a l a A m é r i c a el m a y o r e j e m p l o de d e n u e d o i heroísmo. A t a c a d a la plaza por el cañón, lanzados nuestros v a lientes a la baj^oneta, A r i c a c a y ó c o m o está decretado que nuestros enemigos s u c u m b a n , c o m o sin necia jactancia ni vocinglería han pasado todas las funciones de la presente guerra. Mientras en tierra los peruanos disparaban los p r o y e c tiles de sus rifles, en el mar se sumerjia el Manco-Capac, si hacer h o n o r a su bandera, c o n la resignación de los antiguos incas entre la espada de los guerreros españoles. I hai de particular en esta gloriosa j o m a d a , q u e los v e n cedores de Arica, Henos de ira i de vergüenza por haber sido colocados en la reserva de T a c n a , atacaron el Morro i sus flancos a la bayoneta, que se creia sin representación ante el fuego de las armas do precisión. L a reserva atacó, flanqueó, d o m i n ó el valle i las alturas i clavó en su mas culminante cima la bandera tricolor i su estrella que ha servido de lábaro i de guia en el mar i en los desiertos a nuestras imcomparables lejiones. Tacna i A r i c a eran los triunfos que en sus c a m p a m e n tos do Pisagua i de I q u i q u e veían nuestros bravos; A r i c a i T a c n a las jornadas q u e en sus visiones de gloria entreveían los rotos chilenos; A r i c a i T a c n a eran su pasión, su idea i su realidad del presente, realidad, idea i pasión que ha e m p e z a d o a fermentar en aquellas almas de b r o n c e c o m o aspiración u n á n i m e hacia el viaje final de L i m a para vencer allí i p o n e r bajo su bota de vencedores a toda aquella canalla, a quien, si sobra v o z i palabrería, falta lo que de hoi en adelante será el distintivo del chileno: enerjía, perseverancia e incontrastable valor. L i m a debe ser el p r e m i o de nuestros valientes. Sin L i m a , Pisagua, Dolores, Tarapacá, L o c u m b a , los Anjeles, Tacna i A r i c a n o serán sino ataques de avanzadas, batallas sin resultados, triunfos sin apoteosis, castigo sin sanción. E n L i m a es el término de la guerra, i en L i m a la paz i la redención para tanto siervo c o m o en tierra peruana se ve obligado a bendecir las derrotas i a besar el látigo que abre en sus carnes ensangrentado surco. E n Tacna entraron en c o m b a t e solo 7 , 0 0 0 chilenos, i en A r i c a no mas de 2 , 0 0 0 , m i m e r o q u e aplastó a 14 o 1 5 , 0 0 0 aliados de la m e j o r i fogueada tropa c o n q u e contaban Bolivia i el Perú. E n L i m a no tocará a los nuestros batirse sino c o n los cortesanos de la dictadura, c o n la leva for-


CAPITULO

223

SEGUNDO.

zada del terror, c o n los paisanos puestos entre la h o r c a i P o r lo que se sabe hasta hoi, una gran parte d e la g u a r nuestra bravura, c o n los reclutas q u e en las contiendas n i c i ó n de A r i c a ha sido acuchillada después de vencida, civiles han h u i d o a la sierra al primer disparo del cañón. sin que el valor do ese puñado de valientes baya merecid o el respeto de sus feroces v e n c e d o r e s . I en ú l t i m o caso, Pisagua quedaría i n c o m p l e t o sin D o lores, T a c n a i A r i c a sin la c i u d a d de los R e y e s , guarida L o prueba la cifra e n o r m e de las víctimas confesada de los q u e trabajaron el presente conflicto i arrancaron por ellos m i s m o s , tan d e s p r o p o r c i o n a d a a la suya i a la nuestros h o m b r e s de paz a sus talleres, a sus fábricas, a de esa pequeña g u a r n i c i ó n . sus tranquilos hogares. Parece que la envidia i el d e s p o c h o habían armado el Tacna i A r i c a son victorias c o n la c o n d i c i ó n de ir p r o n brazo de sus enemigos. to, m u i p r o n t o , a hospedar a nuestros fatigados rijimienN o se ha dado cuartel en Arica, i se ha levantado allí tos en las c ó m o d a s i suntuosas m o r a d a s de los que los la bandera de la guerra de esterminio i de muerte. arrojaron en la vorájine de los c a m p a m e n t o s i en los torPues bien: la aceptamos; q u e la hora de las represalias bellinos de las batallas. i de la j u s t a venganza deberá sonar en n o lejano clia. T a c n a i A r i c a son meras tiendas de campaña: Lima L a calma i austera resignación c o n q u e la R e p ú b l i c a debe ser su victoria, su p r e m i o i su galardón. h a recibido esta n u e v a i cruel prueba a q u e la somete el mas injusto destino, predice q u e nuestras esperanzas seNada de ilusiones: mientras los sibaritas d e L i m a no rán c u m p l i d a s . oigan el rodar de nuestra artillería i n o oscurezca su h o r i zonte las n u b e s de p o l v o q u e levanten nuestros soldados, C o n la c o n c i e n c i a de su justicia, d e su razón i de su no haya esperanza q u e soliciten la paz. fuerza, el Perú no se ha d e j a d o abatir p o r este inesperaLa victoria que celebramos h o i q u e n o signifique sino d o revés, i su actitud tranquila al frente de este ú l t i m o la preparación definitiva de la j o r n a d a final. A r i c a i T a c n a g o l p e de la adversidad, da la m e d i d a de la enerjía do su sin Lima, serian nuestra bandera sin su estrella, nuestra resolución i de sus propósitos. estrella sin la irradiación de luz q u e permite en estos N o es la pérdida de un ejército la q u e p u e d e acobardar instantes a cada chileno amar i sentirse orgulloso de esta a dos p u e b l o s i a 5.000,000 de h o m b r e s , q u e cuentan c o n tierra, tranquila en la paz, laboriosa en la paz, h o n r a d a millares de brazos que t o m e n las armas para vengar a sus en la paz, pero q u e en la guerra sabe rujir i vencer c o m o h e r m a n o s i purgar de su territorio a los invasores. los pueblos mas esforzados de tocios los continentes. Ese ejército estará reconstituido m u i p r o n t o para f o r mar al Íado de los otros tres, que n o esperan sino la ord e n de m a r c h a para ir al encuentro de los enemigos. Las lecciones ele la adversidad h a n retemplado su esPRENSA PERUANA. píritu i les han enseñado a n o fiar solo en su valor i n o LOS D E S A S T R E S D E T A C N A I A R I C A . tener en c u e n t a el n ú m e r o de sus e n e m i g o s . El país los alienta c o n el e j e m p l o d e su resignación i (Editorial de EL PERUANO del 1 4 de Junio de 1 8 8 0 . ) de su constancia para sobrellevar t o d o s los sacrificios, a n tes que suscribir a las exijencias de los usurpadores d e La suerte de las armas ha sido otra vez adversa a n u e s nuestro territorio i do nuestra riqueza. tro h e r o i c o ejército, en q u i e n la R e p ú b l i c a había puesto El G o b i e r n o que se h a ciado, interpretando su voluntad, sus esperanzas para su defensa ele nuestro Litoral del n o cejará en este c a m i n o , que es el ú n i c o q u e nos p u e d e Sur. c o n d u c i r al triunfo i al desagravio. L o s partes oficiales i las versiones de nuestros misinos P o r s o m b r í o que se nos presente, pues, el horizonte en enemigos n o s revelan que nuestros valientes soldados estos instantes, especialmente p o r las gloriosas pérdidas han h e c h o pagar caro el triunfo a sus v e n c e d o r e s . de tantos de nuestros hermanos, esperamos ver lucir dias Si ellos han c e d i d o al n ú m e r o i a la inmensa s u p e r i o risueños, que iluminen nuestra tremenda v e n g a n z a i h a ridad del a r m a m e n t o d e nuestros enemigos, n o h a sido gan saber a nuestros enemigos que no es u n p u ñ a d o de sino después de disputarle p a l m o a p a l m o el terreno, q u e aventureros el que p u e d e uncir al carro de su victoria a han d e j a d o cubierto de sus cadáveres i regado de su j e dos p u e b l o s grandes, varoniles i patriotas. nerosa sangre. La gloriosa m u e r t e del Jeneral, Jefe del E s t a d o M a y o r Jeneral del ejército boliviano, la del tan ilustro c o m o i n fortunado coronel, j e f e del m i s m o ejército, la de dos esclarecidos c o m a n d a n t e s jenerales de división del nuestro, de varios jefes i oficiales n o m e n o s valientes i esclarecidos i los n u m e r o s o s heridos entre los m i s m o s jefes, oficiales, clases i s o l d a d o s de nuestro infortunado primer ejército del S u r , demuestran q u e h a n sabido corresponder con su sacrificio a la confianza d e las repúblicas aliadas, contra las cuales se ensaña la f o r t u n a airadamente. En este c u a d r o do h e r o í s m o i sacrificio,que h a inspirado la admiración i el respeto a los m i s m o s orgullosos v e n cedores, descuella la intrépida e i n d o m a b l e guarnición de Arica i la n o b l e figura de su d i g n o c o m a n d a n t e i de sus bravos c o m p a ñ e r o s , que dos veces rechazaron las i n t i m a ciones de r e n d i c i ó n del e n e m i g o , j u r a n d o q u e m a r hasta el último c a r t u c h o i atajar c o n sus cadáveres el paso de sus vencedores. La historia nacional recojerá . a g r a d e c i d a los e j e m p l o s de bravura i patriótica abnegación, q u e han d e j a d o a nuestras j e n e r a c i o n e s los inmortales defensores de Arica. Los n o m b r e s de Bolognesi, U g a r t e , M o o r e , Zavala, se trasmitirán i l u m i n a d o s perpetuamente por los r e s p l a n d o res del heroísmo i d e la gloria. Mientras tanto, sus indignos v e n c e d o r e s h a n m a n c h a d o su inmerecida victoria c o n los actos de la mas salvaje crueldad.

JOSÉ CASIMIRO

LOS

ULLOA.

SUCESOS D E A R I C A I T A C N A .

(Editorial de EL NACIONAL de Lima, del 19 de Junio de 1880.)

N o sin una mirada de amarga r e p r o b a c i ó n c o n t e m p l a rán las naciones civilizadas el sombrío c u a d r o de la p r e sente guerra c u a n d o esta se desnude del engañoso ropaje c o n que Chile la h a cubierto, para pasar a las pajinas de la historia c o n t e m p o r á n e a , tal cual ella es en la realidad. D e s d e las tenebrosas maquinaciones que dieron vida a la c a m p a ñ a actual, hasta estos m o m e n t o s en que T a c n a i A r i c a se estremecen en brazos del mas acerbo dolor, las hostilidades de que ha h e c h o uso el e n e m i g o han revestido casi todas ellas el carácter que ha distinguido a la guerra de invasión, en tiempos en que el v e n c e d o r era d u e ñ o absoluto de la h o n r a , de la vida i prosperidad del vencido. D í g a n l o si n o , las hazañas de M o l i e n d o , Pisagua i M o q u o g u a , lugares d o n d e el s o l d a d o chileno ha impreso las huellas de sus brutales instintos; dígalo la valerosa c i u d a d de Tacna, la heroica plaza de Arica, en c u y o s edificios i callos arde en este instante la tea de la destrucción i del pillaje; díganlo, en fin, esa larga cadena de escesos que, cual una serpiente venenosa, ha destruido i profanado todo cuanto de santo i noble hai sobre la tierra! A l c o n o c e r las escenas que siguieron a la t o m a i o c u p a c i ó n de A r i c a , el alma n o p u e d e m e n o s q u e exhalar u n


GUERRA DEL

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rito desgarrador, i maldecir una i mil veces ese c ú m u l o e inadvertencias, esa pasmosa dejadez, con q u e la pasada administración ha mirado t o d o cuanto tenia relación c o n la presente guerra. ¡Ah! cuántos males so hubiesen evitado, cuánta sangre preciosa hubiese dejado de verterse, si nuestros pasados c o n d u c t o r e s hubieran utilizado, aun c u a n d o en parte exigua, las fuerzas, los elementos i la riqueza q u e el país todo entero colocaba en el altar de la patria! Desgraciadamente, nada de esto liemos h e c h o , i el Perú, entregado por sus gobernantes i hostilizado por sus acreedores en el estranjero, n o ha p o d i d o hallar en el largo espacio de 1G meses u n solo elemento de guerra que oponer a las fuerzas marítimas de Chile. N o ha tenido oro para destruir las calumniosas apreciaciones que los ajentes chilenos hacían publicar en alg u n o s diarios del estranjero, ni c o m u n i c a c i o n e s rápidas c o n que poder neutralizar las ventajas que Chile obtiene, aunque indignamente, c o n la posesión del cable s u b - m a rino! H e m o s carecido de un n ú m e r o c o m p e t e n t e de cañones, han escaseado armas i municiones; lo tínico que ha sobrad o i sobra aun, es el arrojo i decisión de nuestros soldados, cualidades estériles hasta el presente, n o obstante los rayos de gloria que ellas p r o y e c t a n sobre los defensores de la patria! Pero, si el país ha sido víctima de tanta aberración, quédale al m e n o s el consuelo de n o haber o m i t i d o sacrificio alguno para reparar la deficiencia de nuestros g o b e r nantes, disputar p a l m o a p a l m o nuestras posesiones del Sur, i optar por una muerte cruenta i salvaje antes de rendir al enemigo sus últimos atrincheramientos. E n medio de los triunfos c o n que Chile ha sido f a v o recido, n o brillan, por cierto, los rasgos heroicos que han p r e c e d i d o i seguido a la o c u p a c i ó n de Arica. El ejército chileno n o contará c o n u n Bolognesi, c o n u n Moore, c o n un Zavala, c o n u n Ugarte, c o n u n Blondel, c o n ninguno de aquellos héroes, a quienes las hordas c h i lenas h a n ultimado bárbara i alevosamente. Lejos de ello: el saqueo autorizado por el Jeneral B a q u e d a n o , el i n c e n dio de nuestras propiedades, el escarnio i la ignominia de ue han sido teatro Tacna i Arica, son h e c h o s que hacen escender a Chile del pedestal de las naciones civilizadas, para convertirlo en una agrupación de vándalos, mas inhumanos todavía que las huestes derrotadas por Carlos Martel en la célebre batalla de Gkalons sur Mame. Nuestro lujo de jenerosidad, nuestro respeto por la p r o piedad particular aun en plaza enemiga, el noble p r o c e d i m i e n t o de nuestros marinos en I q u i q u e i Antofagasta, todas las consideraciones que h e m o s g u a r d a d o al e n e m i g o , han sido remuneradas por éste i c o n largueza. Las ruinas de Arica i Tacna i los escesos que allí se han c o m e t i d o , constituyen el testimonio mas elocuente de esta v e r d a d ! . . . Nuestros templos saqueados, nuestros hogares ultrajados, la propiedad destruida o robada: hé allí el fruto amarg o de tanta nobleza, de tanto desprendimiento, de tanto sentimentalismo! Los consuelos que h e m o s p r o d i g a d o al v e n c i d o hánse tornado para nosotros en una larga cadena de ultrajes, que han a c o m p a ñ a d o i cercado a nuestros soldados hasta en su lecho de dolor i de agonía! A n t e s de poner término a estas breves reflexiones, a q u e indudablemente se prestan los sucesos de que han sido teatro A r i c a i Tacna, séanos permitido dedicar una lágrim a i un recuerdo a los esforzados mártires de esas dos acciones, a aquellos ejércitos valerosos, q u e han agotado todas las penalidades de una larga i crudísima campaña, sufrido el peso de un desastre i lo que es mas terrible aun, sentido sobre sus cabezas el venenoso aliento de la c a l u m nia i de la difamación.

3

FEDERICO

PFLUCKER.

PACIFICO.

PRENSA VERDADES

UN

BOLIVIANA. POCO

AMARGAS.

(Editorial de LA TRIBUNA de La Paz.)

Es ingrata tarea la del q u e se i m p o n e el deber de escribir para la prensa. Si leen el escrito, m a l o , pues la verdad n o sienta bien a los que la lisonja embriaga. Si n o leen, q u e es lo c o m ú n en Bolivia, ¿para qué pensar ni escribir sobre temas q u e son de interés nacional? C u a n d o nuestros soldados en San F r a n c i s c o i A l t o de Tacna han h e c h o lo que han h e c h o ¿qué p o d e m o s p r o m e ternos de ellos? Cada u n o de nuestros coroneles c o n sus charreteras, entorchados i relumbrones m e recuerdan esos c a m p o s de batalla, d o n d e solo h a n d e j a d o la huella del caballo en que figuraron. Sin embargo, pienso en que es necesario defender a Bolivia, i defenderla c o n h o m b r e s que n o e s tén acostumbrados a mostrar la espalda al c h i l e n o . ¿ D ó n d e encontrarlos? E n el pueblo. Separarse de éste es buscar la muerte. E l pueblo boliviano h a sufrido el desaliento c o n los contrastes; pero, pasada la d e c e p c i ó n , se h a r e c o j i d o en sí, i piensa: mas q u e piensa, sufre c r u e l m e n t e al ver su h o n ra ajada i la cobardía de los que se encargaron de defenderla. ¿Desespera el pueblo? Su abatimiento n o lo h a llevado hasta las puertas del infierno de la ignominia, d o n d e únicamente está esculpida la frase: A q u í muere la esperanza. La l u c h a contra Chile debe renovarse de una manera seria, constante i terrible. Esa l u c h a n o debe confiarse s o lo al Gobierno, que, por m u c h o que se diga, es i"será i m potente si el p u e b l o m i s m o n o se p o n e de pié i obra. L a defensa no p u e d e e n c o m e n d a r s e a jefes que n i n g u na confianza inspiran al soldado ni garantía a la R e p ú blica. Para los jefes que han llegado corridos se deben abrir los consejos de guerra. Entre los oficiales j ó v e n e s q u e se h a n distinguido se deben tomar los capitanes que d e b e n guiar nuestros batallones a la victoria. El Jeneral L ó p e z , c u a n d o sostenía la guerra contra el Brasil, la Arjentina i el Uruguai, en cada batallón solo tenia un capitán. E n la U r u g u a y a n a , solo el c o m a n d a n t e p a r a g u a y o Estigarrabia m a n d a b a 8,000 s o l d a d o s . . . E n t r e nosotros ¿para qué tantos coroneles que solo saben abandonar el c a m p o de batalla i llegar de los primeros a las ciudades de la República? Esos jefes que c o n tanto costo ha mantenido la nación, ¿qué prueba le han d a d o de su valor? ¡ Á b r a l o s ojos Bolivia! Si n o es hora de las recriminaciones, es tiempo de la recomposición. Las reacciones, impulsadas por el h o n o r i por el deber, saben ser tremendas en los pueblos que n o se han degrad a d o ; i miente quien diga que en Bolivia n o existen los mas nobles i puros sentimientos d e patriotismo. Su m o m e n t á n e o desaliento pasa c o m o n u b e en el triste cielo de las desventuras. El j é n i o inmortal d é l o s alto-peruanos, cae i se levanta, pero no muere. So engañan tristemente los que piensan q u e la paz fuera solicitada o aceptada por Bolivia. Error i gran error seria en el que estuvieran los que de tal manera juzgaran al país. ¡No os apresuréis; dad t i e m p o al tiempo, i dejad que respire, que decanse una hora i se rehaga ese fatigado pueblo, i entonces sabréis si es cobarde i miserable, o si es lo que es, valiente, abnegado i noble. Sus conductores n o le c o m p r e n d e n bien ni le sirven mejor. La Asamblea ¿qué hace? Encerrada para conservar el misterio de la duda, n o c u m p l o con su deber. Sí, ella estaba en la obligación de sacar al país del trillado camino


CAPITULO SEGUNDO.

en q u e h a caído para ser maltratado; pero, lejos d e eso, se han concentrado los convencionales a encerrarse en las l e yes d e u n a constitución h e c h a para encerrar al P o d e r Ejecutivo en las barreras d e la lei. Con esa medida, i decir q u e estamos en guerra c o n C h i le, ¿han pensado los representantes d e los pueblos que h a n c u m p l i d o c o n su obligación? ¿Qué mas h a n h e c h o ? La cuestión d e buscar fondos i crearlos ¿ha sido acaso el único objetivo q u e los pueblos tuvieron al elejirlos? ¿Fué el n o m b r a m i e n t o d e estos señores para q u e en cuestiones d e política personal pierdan el t i e m p o en largas sesiones q u e duraron hasta altas horas d e la noche? ¿Fué para q u e , en el seno d e la C o n vención, repercutan los odios d e los partidos en q u e h a languidecido el país? ¿Para eso fueron los apoderados d e la nación? ¿Qué h a n h e c h o p o r la guerra? ¿Qué p o r adelantar los vínculos d e la alianza? ¿Por q u é n o se p r e o c u p a n del mas grande i vital problema, q u e es el d e la Confederación perú-boliviana? Si los representantes nacionales se elevaran a la altura de la situación, S o l i v i a n o solo anonadaría a Chile, sino que, unida verdaderamente al Perú, aniquilaría para siempre a su injusta adversaria. ¡Cuánta responsabilidad pesa sobre los q u e p u d i e n d o hacer el bien a su patria n o l o hacen por escuchar el acento del egoismo o el alarido d e la pasión o el interés! L a prensa t a m p o c o h a c o r r e s p o n d i d o a la actualidad. E n resumen. E l G o b i e r n o n o debe separarse d e la opinión. L a C o n v e n c i ó n N a c i o n a l debe llenar su c o m e t i d o dirijiendo el país, q u e tiene su confianza puesta en sus representantes. Constancia i firmeza en sus trabajos, aliento i fuerza d e alma en sus determinaciones, justicia en sus p r o c e d i m i e n t o s es lo q u e hará d e la C o n v e n c i ó n un faro d e luz, u n a palanca d e fuerza poderosa para S o livia, i será solamente así el áncora d e la salvación d e los pueblos perú-bolivianos. Felices, m u i felices los c o n v e n cionales del 80, si pacientes i patriotas n o abadonan sus puestos d e sacrificio para encaminar la nación hacia su felicidad. E n cuanto al ejército, es deber declarar q u e h o i tiene dos obligaciones. Lavar la deshonra d e nuestra bandera i salvar la patria, o b t e n i e n d o la m u e r t e heroica o la v i c toria. D e lo contrario, ¿qué suerte espera a los bolivianos? L a victoria h a d e costar 30 o 40.000,000 d e pesos a Chile, i este dinero, si s o m o s cobardes, tiene q u e salir d e Bolivia i el Perú. Los q u e b o i m e z q u i n a n su fortuna para la guerra, la tendrán q u e dar al v e n c e d o r . Los q u e abogan p o r la paz, serán las primeras víctimas de su error. A l m a s cobardes i envilecidas por la m o l i c i e i el placer q u e dan las c o m o d i d a d e s , tendrán por castigo su empobrecimiento i el anatema d e las jeneraciones v e n i deras. Entretanto, á n i m o i aliento, bolivianos. La suerte caprichosa será d o m i n a d a p o r vuestro valor, por vuestra constancia, p o r vuestra abnegación, i, mas q u e todo, por vuestro buen sentido. Con el invasor asesino d e T a c n a i A r i c a , la paz es la muerte, la guerra es la salvación i la gloria. La Confederación es u n a esperanza q u e se asoma sobre el horizonte d e nuestro suelo. E n la unión c o n el Perú, n o solo h e m o s d e encontrar nuevas fuerzas, sino la redención d e nuestros pueblos, que, bajo la forma unitaria, solo h a n vejetado en la mas lamentable miseria i atraso. La federación d e los Estados hará q u e éstos empleen sus recursos en la ilustración de sus pobladores, en el ausilio del c o m e r c i o , p o r m e d i o de la f u n d a c i ó n i c o n s trucción d e caminos, d o puentes i calzadas en nuestros rios. La unidad en Bolivia ha c o n s e r v a d o a la raza india en completa barbarie. La u n i d a d solo c o n v i e n e a los q u e a m b i c i o n a n m a n d a r TOMO n i — 2 9

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para llenar sus bolsas d e dinero, porque el q u e mas tiene mas quiere. Alerta contra los traidores.

LA V I C T O R I A D E C H I L E . (Traducido del NEW YORK TRIBUSE del 15 de Junio de 1880.)

Parece q u e y a n o hai n i n g u n a d u d a d e q u e el ejército de chile ha t o m a d o a Arica, i q u e la victoria es notable, n o solo c o m o hazaña militar sino también p o r su i m p o r tancia en la última determinación d o la c o n t i e n d a entró las repúblicas d e S u d - A m é r i c a . D e s d e la brillante conquista d e Tarapacá i la d e s t r u c ción del ejército aliado bajo el m a n d o del Jeneral Buendía, por las fuerzas invasoras d e Chile, h a intervenido un larg o período d e aparente inactividad. Pero los meses mas debilitantes d e las rejiones tropicales al Sur del E c u a d o r , han pasado ya, i las primeras noticias d e importancia nos muestran a Chile l l e v a n d o la guerra adelante c o n una enerjía notable. El s e g u n d o d e s e m b a r c o en territorio peruano fué efectuado en l i o , situado a unas 100 millas al N o r t e d e A r i c a ; i la m a r c h a tortuosa d e 10,000 chilenos bajo el m a n d o del Jeneral B a q u e d a n o , p o r 150 millas al través d e las lomas escabrosas d e los A n d e s , c o n sus trechos d e desiert o interpuestos, tiene p o c o s paralelos en los anales militares. L a m a r c h a se hizo en un territorio escaso d e r e c u r sos para alimentar h o m b r e s i bestias, i en casi t o d o el trayecto tuvieron q u e llevar agua a l o m o s d o m u í a para el uso d e los soldados i caballos, mientras q u e la artillería fué arrastrada algunas leguas p o r senderos q u e d e n i n g u na manera podrían llamarse caminos. Después d e vencer obstáculos c o m o estos, el poner en fuga los 14,000 aliados bajo el m a n d o d e Montero, i el asalto d e las fortificaciones d e T a c n a i Arica, fué trabajo lijero i p r o n t a m e n t e e j e c u tado. Esta victoria corta c o m p l e t a m e n t e la única e o n e x i o n q u e quedaba entre Bolivia i la costa del Pacífico; c o l o c a a Chile en posesión d e otra p r o v i n c i a entera del Perú; le h a c e d u e ñ o d e 500 millas d e costa, i destruye virtualmente todas la fuerzas aliadas en campaña, c o n escepcion d e l ejército lijeramente reclutado q u e g u a r n e c e las obras de defensa en Lima. Mientras tanto, el Callao se encuentra a m e r c e d de la escuadra chilena, i aun L i m a está al alcance d e los cañones A r m s t r o n g d e los bloqueadores. E l Perú se encuentra c o m p l e t a m e n t e aislado del resto del m u n d o ; cortadas sus relaciones comerciales i su c o m e r c i o muerto; sin crédito i sin entradas. El c a m b i o sobre Londres está a seis p e n i ques, q u e quiere decir q u e el sol vale 12 centavos. P o r otro lado, a u n q u e cuesta caro a Chile, n o se encuentra a sus puertas la guerra. L o s chilenos leen las b a tallas en los diarios, prospera su c o m e r c i o , i sus entradas n o disminuyen. Tiene posesión del territorio mas rico del enemigo, i tiene la esperanza inspirada p o r el éxito continuo. D e l solo puerto de I q u i q u e recibe m e n s u a l m e n te 50,000 pesos p o r derechos d e aduana, i ha v e n d i d o ú l timamente en remate nitrato t o m a d o del Gobierno peruan o p o r valor de cerca de 1.000,000 de pesos. Con la escuadra chilena d o m i n a n d o en el mar i un ejército victorioso, bien disciplinado i e q u i p a d o , es difícil rer c ó m o los peruanos, fallidos i desmoralizados, puedan mantenerse p o r m u c h o tiempo m a s en contra d e los invasores. I considerando las tendencias revolucionarias del pueblo, parece ahora q u e la dificultad mas seria q u e queda para Chile, será encontrar u n a semejanza de Gobierno organizado c o n quien tratar c u a n d o su ejército victorioso o c u p e a Lima. Es conveniente recordar en este m o m e n t o que esta contienda n o fué buscada p o r parte de Chile, sino q u e p o r fuerza tuvo q u e entrar en ella, por la indigna violación d e tratados solemnes p o r parte del Perú; i las naciones civilizadas p u e d e n regocijarse p o r las victorias d e la resuelta republiquita, p o r q u e son los triunfos sustanciales d e la causa del d e r e c h o i la justicia.


-SUMARIO.—T. Documentos encontrados en el Cuartel Jeneral del Morro referentes a las minas de defensa, dcsereiun del coronel Belaunde i última orden del dia duda a l.IS fuerzas de .Arica.—II. Oferta de rendir la plaza de Arica: notas cambiadas entre los jefes peruanos de la Torre, Várela i don Benjamín Vicuña Mnikoana.— II í. .Memoria del Ministro de la Guerra de Bolivia a l a Convención Nacional,—IV. Decretos de la Convención Nacional de Bolivia i .solicitud del Olii--po de La Paz al jefe político de Tacna. — V. Juicio contra Montero, García i (jarcia i el Jeneral Buendía.—VI. Discurso pronunciado por vi presbítero don Salvador Donoso cu la iglesia d--l Kspírilu Santo, en celebración del triunfo de Arica.—VII. Documentos relativos a la espedicion del traspurte ¡r.iai'ri para conducir al Callao a los Suri,los peruanos en las batallas de Tacna i Arica.—VIH. Confedernrioii pani-boliriaiía: mensaje i protocolos pre.--ufados por el Dictador Pim-ola al Consejo de lisiado.—IX. Memoria que el Ministro de Guerra i Marina de Chile presenta al Congreso Nacional de 1 S ¡ - 0 . — X . Retiro del Ministro Plenipotenciario de Bolivia en el Perú don Zoilo Flores i recepción de su reemplazante doctor Melchor Terrazas.—XI. f'I Jeneral Campero es investido del Poder Supremo de Bolivia, i nombramiento de su primer Ministerio.—XII. Parte oficial peruano del jete espedii-innario sobre Arica en Junio de 1 S 8 0 . — X Í I I . Llegada del trasporte Lúa al Callao con heridos peruanos: notas cambiadas i discripcion de LA ()i'i"N N A I ' I U M A I , do Lima.—XIV. Notas del Jefe de la escuadra referentes al torpedo que destruyó al Loa, (Inédito), llegada de esto trasporte a! Callao i parí ida de! Limeña.—XV. Honras fúnebres a los restos del Ministro don Rafael Sotomayor en Valparaíso i Santiago.—-XVI Salida de la barca anadian", de Panamá, con armas para el Perú; manifiesto del Jeneral Prado.—XVII. Decretos relativos al alistamiento del ejército de reserva 'h I Perú i cesi" I de los bienes de la iglesia para la guerra. — X V I [I. Recepción a los restos de los oficiales del Batallón Atacama número 1, en Copiapó, i de los jetVs i "¡'''ialcs muertos en los combates de Tacna i Arica, en Santiago.—XÍX. Oración fúnebre por los valientes guerreros de Chile muertos en Tacna i Arica, pronunciada por el presbítero don Salvador Donoso, en la iglesia parroquial de San Felipe, el "2 de Julio do 1 8 8 0 . — X X . Juicio contra el Jeneral Daza i decretos, sobre la guerra, del Jeneral Campera i Convención Nacional de Bolivia.—XXI. Biografía del teniente coronel don Juan José San .Martin, comandante del iiejimieulo 4 ° delinea, por Vicuña Mackcnna.—XXII. Biografía del coronel don Francisco Bolognesi, jefe de la plaza de Arica, por .1. V. Ochoa.—XXIII. Editoriales.

I. D o c u m e n t o s « 5 c e n t r a d o s c u el { ! n a r t e l . J e n e r a l d e l A t o r r o r e f e r e n t e s a l a s mitins d e d e f e n s a , d e s e r c i ó n d e l C o r o n e l Híviaiindc i ú l t i m a o r d e n d e l d i a d a d a a las f u e r z a s <lc l a p l a z a . Arica,

Mayo

10 de 1SS0.

Señor: En contestación a su estimable oficio d e lioi, debo d e cir a Y. S. que, c o n f o r m e a lo que espuse en m i oficio de esta mañana, no rae es posible responder del éxito infalible q u e V. S. desea dé a mis trabajos ele mina; v u e l v o a decir a Y . S. que solo p u e d o garantizar d e las probabilidades q u e lo h u m a n o me permito, prometiéndole sí hacer c u a n t o m e sea posible para asegurar d i c h o éxito. E n entinto a q u e se proceda a cargar las minas del Morro, (lobo sil],i icario que para ello m e remita la carga que hace algún tiempo lo pedí, pues el cajón i m e d i o q u e tengo a mi disposición en el parque, solo me bastaría para tres minas, siendo así q u e tengo 15 preparadas i algunas en trabaj'». Y. S. n o ignora que mientras para el N o r t e las minas las he h e c h o do libra i inedia, para el •Morro las he h e c h o de a 30 en los puntos principales, en razón do que todo el trabajo es sobre roca. D i o s guarde a Y. S. T.

ELMORE, Injenicro.

Al señor Comandante .Teñera! Je La plaza i Jefe de sus baterías.

Arica,

Mayo

10 de 1880.

..Señor: Listos c o m o se encuentran los tros parapetos q u e d e fienden el flanco derecho do esta población, así c o m o los alambres, baterías i domas elementos que son necesarios "para minarlos, he h e c h o 'el dia do ayer los esperimentos que j u z g u é necesarios para, sustituir a los fulminantes eléctricos do q u e carezco. El ensayo que V. S. presenció esta mañana, demuestra q u e el fuego, a una serie do c u a tro minas, s e c o m u n i c a por un solo lado tan instantáneamente c o m o es d e apetecerse, ¡isí q u e cada fulminante,

c o m u n i c a n d o por a m b o s lados, p u e d e dar fuego a o c h o minas; p o r consiguiente, c o n tres fulminantes se hace e s tallar 24 minas en un segundo i seis d é c i m o s . Y. S. no ha q u e d a d o satisfecho del resultado d e mis esfuerzos, calificándolos c o m o n o lo esperaba, pues, si bien es cierto q u e los niños j u e g a n c o n guias de pólvora, t a m bién lo os q u e hacen igual cosa c o n cañones i soldados; de tal manera, q u e si por esa razón no se ha d e aplicar a la guerra lo primero, preciso será renunciar a los segundos. I í a i mas, señor coronel, n o p u e d o j a m á s negar las v e n tajas d e las minas cargadas todas c o n fulminantes e l é c tricos, pero advierto a Y. S. q u e no p o r eso queda asegurado su éxito, p o r q u e u n solo fulminante en cada mina p u e d e fallar, así c o m o p u e d e n fallar todas si se daña el alambro enterrado. Y . S. m e ha espresado q u e quiere q u e el é x i t o sea infalible, q u e d a n d o mi responsabilidad empeñada; d e b o c o n testarle, i para q u e conste, lo litigo por escrito, q u e tratándose d e infalibilidad, n o creo nada i m e n o s acepto responsabilidad mientras no m e declare iluminado p o r un rayo d e luz divina (o diabólica.) Por estas razones, señor coronel, suspendo p o r el m o m e n t o la carga de las minas q u e debía realizar h o i , hasta que V . S. m e ordene q u e proceda a ella del m o d o i forma que Y . S. estime conveniente, p r o p o r c i o n á n d o m e sí los útiles q u e para ello sea necesario, advirtiéndole q u e n e c e sito 24 fulminantes por cada serie, si se calcula a u n o por mina, i 27, si se colocase doble fulminante en las tres maestras q u e debe ponerse en cada serie, es decir, necesito 81 fulminantes para las tres series q u e están espedítas para cargarse i q u e solo esperan la orden d e V . S. D i o s guarde a Y . S. T.

ELMORE, Injeniero.

Al señor Coronel, Comandante Jeneral de la plaza.

J E F A T U R A D E LA PLAZA.

Contéstese en los términos acordados i archívese.— ( U n a rúbrica.)


CAPITULO TERCERO.

REPÚBLICA

P E R U A N A — COMANDANCIA JEN ERAL D E

LA 7.

rt

DIVISIÓN.

Arica, Junio 1. ° de 1S80. Señor Coronel: Poco después que m e separé de V . S. en c o m p a ñ í a del coronel Belaunde, a quien n o p u d e mandar o p o r t u n a m e n te a cumplir el arresto decretado al m o n i t o r Manco-Capac, por habérsele encontrado tarde i por necesitarse orden para el c o m a n d a n t e de d i c h o monitor, c o m o lo hice presente a V . S . , m e dirijí a m i alojamiento, m a n d a n d o a d i c h o jefe, bajo su palabra de honor, al batallón I q u i q u e , en virtud de la orden recibida en el tránsito, reservándome prevenir después q u e se le retuviera en calidad de preso. Entretanto, por via de precaución, mandé al m a y o r P o z o fuese a las baterías del N o r t e a prevenir al 3er. j e f e del Batallón Piérola que n o obedeciese ninguna orden q u e pudiera haberle d a d o el coronel Belaunde. E n la m a ñ a n a de hoi mandé a d i c h o m a y o r al Batallón I q u i q u e a prevenir al j e f e de él que pusiera preso al c o r o nel Belaunde, i m e ha contestado que no se habia presentado arrestado, c o m e t i e n d o esta n u e v a falta d e insubordinación, sobre la que m o t i v ó la orden de su prisión. Por las investigaciones que he h e c h o practicar, resulta que habia tenido una bestia lista i que se h a fugado, llevándose un soldado de guia, infamando c o n el delato de deserción la alta clase c o n que fué investido. C o m o la falta de m o v i l i d a d en el valle de Lluta, a que es seguro se h a dirijido, p u e d e retardar su fuga, seria c o n veniente que V. S. ordenase a las autoridades de ese valle capturen al prófugo. Sensible es, señor coronel, que en m o m e n t o s tan s o l e m nes para la patria, c u a n d o tocios sus hijos deben dar e j e m plos de abnegación i sacrificios, haya hijos que la d e m i gren por actos de pusilanimidad e insubordinación, c o m o los del i n d i v i d u o de q u e m e o c u p o . Dios guarde a V . S. J O S É I. I N C L A N . Al señor Corone], Jefe de la plaza. PREFECTURA D E LA PLAZA 1 COMANDANCIA JENERAL D E LAS BATERÍAS.

Arica, Junio 1. ° de 1880.—Agregúese a sus antecedentes por el señor juez fiscal, para los efectos a que haya lugar, d e b i e n d o seguirse el enjuiciamiento por el delito de deserción, ademas del que m o t i v ó tal enjuiciamiento, i el procedimiento determinado por la ordenanza para el caso de reo ausente. BOLOGNESI.

ORDEN DEL DÍA. 7. " D I V I S I Ó N .

Arica,

Jimio

6 de

1880.

Servicio para hoi, el n o m b r a d o ; para mañana el Batallón I q u i q u e ; j e f e de línea, el c o r o n e l d o n Justo Arias i Aragüez; j e f e de dia, el teniente coronel d o n Francisco Chocano, capitán de visita de hospital del c u e r p o de servicio. ORDEN D E LA PLAZA.

Art. 1. ° D i s p o n e el señor coronel que, c o n cargo do aprobación del S u p r e m o Gobierno, sea destinado en la clase de sarjento m a y o r de guardia nacional, c o m o 3er. jefe de la brigada d e artillería del Este, d o n Ismael Meza. 2. ° D i s p o n e igualmente que habiendo desertado c o b a r de i v e r g o n z o s a m e n t e el sarjento m a y o r d o n Manuel R e vollar, el capitán d o n Pedro H u m e , , los sub-tenientes d o n Enrique F. Dávila i d o n S i m ó n Quelopana, i el sarjento 2. ° Gavino Vargas, sean dados de baja, declarados c o b a r des e indignos de pertenecer al h o n r o s o pue&to de los d e fensores de A r i c a i enjuiciados paradla aplicación de la pena que les correspende según el estatuto provisorio. Dispone el coronel jefe d e la plaza, q u e las fuerzas d e r

227

ella pasen revista de comisario por el presente mes el día 8, la q u e s e r a intervenida por el señor capitán de puerto, Ei.

J E F E , D E LA T O R R E .

Al señor Teniente Coronel, Jefe del Butailun Piérola 29 de Mayo.

II. Oferta ííc residir la plaza de Arica : notas cambiadas entre los jefes peruanos de la Torre, Várela i don BScnjainin Vicuña Blaelkciusa. S.

S.

E. E.

de

E L FERROCARRIL:

En n o m b r e de la verdad, c u y o establecimiento i defensa a todos interesa, siempre que por cualquier m o t i v o se trate de desfigurarla o falsearla, r o g a m o s a Uds. se dignen dar cabida en las c o l u m n a s de su estimable diario a las siguientes líneas. E n el estracto que, de la sesión de la honorable C á m a ra de Senadores de 10 del presente, publica E L F E R R O CARRIL, se dice q u e el honorable Senador señor V i c u ñ a Mackenna, siguiendo ol curso de su interpelación i o c u pándose d é l a s minas de Arica, se espresó de esta manera: " T a n cierto es que las tales minas n o inspiran confianza alguna a los m i s m o s peruanos, que los defensores de A r i c a quisieron rendir la plaza sin combatir. Desgraciadamente, la nota en que proponían su rendición llegó a las 8 P. M. del día G, c u a n d o ya habia pasado el plazo fij a d o por el j e f e chileno, i c u a n d o el ataque estaba preparado. ( L e e una nota firmada por los jefes peruanos de la plaza de A r i c a al m i s m o injeniero Elmore, enviado por los chilenos para exijir la entrega de la plaza pacíficamente.)" I en el estracto que publica E L INDEPENDIENTE se e n cuentra el siguiente párrafo: " E l orador (señor V i c u ñ a M a c k e n n a ) lee u n d o c u m e n t o orijinal, según el cual los jefes de la plaza de Arica, reunidos en consejo de guerra en la n o c h e del 6 de J u n i o , ofrecieron rendirse al coronel Lagos, etc." La c o n f o r m i d a d de estas relaciones c o n la que h a c e el DIARIO OFICIAL, demuestra claramente que n o ha h a b i d o error de c o n c e p t o ni equivocación alguna por parte d e los que hicieron el estracto de dicha sesión, i que el h o norable Senador señor V i c u ñ a Mackenna, efectivamente, h a h e c h o ante el honorable Senado las dos afirmaciones siguientes: 1. que los jefes d é l a plaza de Arica, en c o n sejo do guerra del 6 de Junio, resolvieron rendirla sin combatir, i 2. - que, en ejecución de esta determinación, propusieron la rendición por medio de una nota firmada por dichos jefes i dirijida al injeniero d o n T. Elmore, e n viado por los jefes chilenos ( i n d u d a b l e m e n t e por el señor Jeneral B a q u e d a n o ) para exijir la entrega de la plaza. d

A m b a s afirmaciones son falsas, c o m p l e t a m e n t e falsas. L o s suscritos asistieron al consejo de guerra del 6 de J u n i o i a todos los que antes se celebraron, i en n i n g u n o de ellos so acordó o determinó la rendición de la plaza, ni en ninguno de ellos, después del acuerdo celebrado el 28 de M a y o en que se resolvió la defensa, se propuso o discutió tal p u n t o . L o s jefes de la plaza de Arica, entre les cuales estuvieron los suscritos, no lian firmado nota ni d o c u m e n t o oficial alguno ofreciendo rendirse, dirijido al señor Elmore, ni al señor Jeneral Baquedano o al señor coronel Lagos, jefes a quienes era mas natural dirijirse para tratar de ü n asunto de tan grave i trascendental importancia, i n o al señor Elmore, que ningún carácter oficial investía en el ejército chileno. S u p o n i e n d o que la afirmación " n o t a firmada por ios j e fes peruanos de la plaza de A r i c a " fuera una e q u i v o c a ción, i que, en efecto, existiera alguna nota, para ser tal o tener carácter oficial, era menester que se hubiera firmad o / p o r lo m e n o s , p o r el j e f e de la plaza o por el E s t a d o M a y o r de ella, lo cual no h a sucedido absolutamente.


GUERRA DEL

228

No p u e d e esplicarse la existencia de la nota a que h a dado lectura el honorable Senador señor V i c u ñ a M a c k e n na, sino s u p o n i e n d o que ha sido engañada su c r e d u l i d a d i esplotada su afición a d o c u m e n t o s inéditos c o n algún escrito apócrifo o falsificado, c u y a autenticidad n o se ha tomado el trabajo d e averiguar o c o m p r o b a r escrupulosam e n t e , antes de llevar, c o m o verdadero, al seno del h o n o rable S e n a d o , d o n d e t o d o d e b e ser v e r d a d i c i r c u n s p e c ción, i al c o n o c i m i e n t o de la prensa i del país, a quienes no se d e b e engañar, un d o c u m e n t o , c u y a falsedad es fácil demostrar hasta la evidencia. Existen el soñor Jeneral B a q u e d a n o i el señor coronel Lagos; i puesto que se afirma que la nota en que los jefes peruanos p r o p o n í a n su rendición llegó a las 8 P. AI. del dia 6 a p o d e r del jefe chileno, apelarnos al testimonio respetable de esos mismos señores jefes, c u y a palabra autoriza su elevada posición en el ejército chileno, para qne digan c o n franqueza si han visto, leído o recibido tal n o ta o han o i d o decir siquiera que existió. Fuera de esta prueba a q u e nos remitimos, i de otras que nos abstenemos de consignar, p o r q u e n o es nuestro ánimo lastimar en lo m e n o r la reputación del h o n o r a b l e Senador, hai u n a r g u m e n t o c o n c l u y e n te, q u e v a m o s a esp o n e r para dar término a nuestro propósito. Se h i z o , a las 8 P. M. del 6 de J unió, al señor Jeneral B a q u e d a n o , por los jefes de la plaza de A r i c a , el ofrecimiento de su rendición o n o se h i z o . Si lo primero, aunque el plazo se hubiera v e n c i d o i estuviera preparado el ataque, éste se habría s u s p e n d i d o , p o r q u e tal es la lei de la guerra, n o solo en ese caso, sino en el mas apremiante aun de haberse principiado el ataque, si el asediado p o n e bandera de rendición. El ataque se h i z o a las 5 A. M. del 7 de J u n i o , l u e g o es evidente que n o h u b o tal ofrecimiento de rendición. Suponer lo contrario, sería sentar que el señor Jeneral B a q u e d a n o i todos los señores jefes chilenos n o c o n o c í a n las leyes de la guerra, lo que es falso, o q u e , c o n o c i é n d o las, quisieron sacrificar estérilmente la sangre de los suyos. Bajo este aspecto, lo nota aludida e n v u e l v e una acusación disfrazada, q u e todos rechazan p o r absurda. S o m o s de U d s . atentos i seguros s e r v i d o r e s . — M . V A B E L A . — M . C. D E L A T O R R E . — S a n Bernardo, D i c i e m b r e 1 3 de 1 8 8 0 .

En la pequeña batalla ( d e palabras) que h o i m e libran en sus c o l u m n a s los señores Várela i la Torre, jefes p e ruanos prisioneros en Arica, se acusa d e "falsa, c o m pletamente falsa," " a p ó c r i f a " i hasta de "falsificada" la afirmación q u e el que suscribe hizo en su puesto de S e nador, de existir en su p o d e r un d o c u m e n t o auténtico que acreditaba el h e c h o de haber estado dispuestos a rendirse los jefes que defendían la plaza de Arica, aprovechando la última intimación que les fué j e n e r o s a m e n t e hecha por el coronel Lagos, p o r m e d i o del injeniero p e ruano d o n T e o d o r o E l m o r e , en la n o c h e del 6 de J u n i o , que precedió al asalto i a la captura de aquella fortaleza. Por única respuesta a esos señores, r u e g o a Uds., señores editores, den cabida íntegramente al d o c u m e n t o a d junto, que orijínal fué entregado, certificado por el m i s mo emisario señor E l m o r e i de su puño i letra, al valiente coronel Lagos, i que este j e f e remitió al Estado M a y o r d e nuestro ejército, s i é n d o m e en seguida enviado desde T a c na, a título de d u c o m e n t o histórico, c o m o millares de otros. Ese d o c u m e n t o dice así: (8.30 P. M . )

Junio

tantes de escuchar las proposiciones dignas que p u e d a n hacerse oficialmente, llenando las prescripciones de la guerra i del h o n o r . — ( S i g u e una, rúbrica.) Ei injeniero q u e suscribe, certifica que el d o c u m e n t o que antecede fué el resultado del consejo de guerra q u e tuvo lugar el 6 en la n o c h e , c o m o consecuencia de su p r e sencia en Arica, enviado p o r el señor c o r o n e l L a g o s a m a nifestar las conveniencias de la capitulación; d o c u m e n t o que puso en m a n o s de d i c h o coronel en d i c h a n o c h e al volver a ocupar su puesto de prisionero de g u e r r a . — B u e navista, J u n i o 7 de 1 8 8 0 . — ( F i r m a d o . ) — T . Elmore." A h o r a m e permitirán U d s . , señores editores, agregar una sola palabra. A c o s t u m b r a d o a la mas absoluta tolerancia en el leng u a j e de la prensa, n o tengo i n c o n v e n i e n t e en tratar c o n lenidad las espresiones ofensivas i hasta insolentes de los jefes peruanos prisioneros i rendidos en Arica. N o m e cuesta ni un l e v e esfuerzo, respecto de h o m b r e s desgraciados, huéspedes mas q u e prisioneros en nuestro país, hacer caso o m i s o de esos insultos en m i calidad de escritor público. Pero, refiriéndose el c o m u n i c a d o a q u e a l u d o a los a c tos i declaraciones de u n Senador de la R e p ú b l i c a , en su puesto d o tal, n o p u e d o m e n o s d e protestar altamente contra el lenguaje d e s c o m e d i d o i hasta grosero de individuos a quienes las leyes d e la guerra i, mas que esto, las leyes del honor, h a c e n m u d o s en el país a c u y o a m p a r o viven. ¿ O es esto, señores editores, u n n u e v o i d o l o r o s o s í n t o m a de la situación q u e atravesamos? D e todas suertes, señores editores, termino d e c l a r a n d o que y o n o a c e p t o , c o m o trasunto fiel de lo q u e tiene lugar en el S e n a d o , sino la versión oficial q u e publica el D I A RIO OFICIAL, i p o r lo m i s m o rechazo t o d a interpretación i j u e g o de palabras p u b l i c a d o en otro diario sobre mis declaraciones i discurso en el Senado. A lo ú n i c o que, c o n f o r m e a m i c o s t u m b r e , m e estenderé en este particular, es a exhibir, ante los que quieran e x a minarlo, el d o c u m e n t o auténtico i orijinal c u y a copia envió, sin escluir d e ese e x a m e n a los m i m o s jefes p r i sioneros a quienes c o n t e s t o , siempre q u e éstos lleguen a m i puerta c o n la m o d e r a c i ó n i cortesía que su elevada clase militar i su actual c o n d i c i ó n les aconsejan. BENJANIN VICUÑA MACKENNA, Senador por Coquimbo.

S. S. E. E. de E L FERROCARRIL:

"Arica,

PACIFICO.

6 de

1880.

Señor E l m o r e : A p r e c i a m o s debidamente los sentimientos manifestados p o r U d . a n o m b r e del j e f e q u e lo ha enviado. Puede Ud. regresar i decir q u e , n o obstante la respuesta dada al parlamentario oficial señor Salvo, n o estamos d i s -

Santiago, D i c i e m b r e 15 de 1880. (Esta c o m u n i c a c i ó n q u e d ó sin respuesta.)

III. Memoria del Ministro de la Guerra de Bolivia Convención Nacional.

a la

H o n o r a b l e s Convencionales: H a b i é n d o o s d a d o c u e n t a circunstanciada d e t o d o s los ramos de administración s o m e t i d o s a m i c u i d a d o , solo m e resta informaros d e los que en los presentes dias d e m a n dan premiosamente las luces i el esfuerzo de vuestro patriotismo, los que h a c e n relación al d e p a r t a m e n t o de la guerra. N o c u m p l e , señores, a mi p r o p ó s i t o r e m e m o r a r o s las causas que nos trajeron el conflicto en que nos halla m o s e m p e ñ a d o s ; ni es t a m p o c o d e m i i n c u m b e n c i a trazar el c u a d r o de los desastrosos acaecimientos que precedieron a la exaltación del Jeneral C a m p e r o al m a n d o supremo de la República. C u a n d o el v o t o u n á n i m e de la n a c i ó n le llamó a presidir sus destinos, e n c o n t r a m o s una situación que n i n g u n a voluntad h u m a n a p o d i a dominar. E q u i v o c a d o i mal e s c o j i d o el teatro de la guerra; Chile, señora del mar; el invasor h o l l a n d o c o n atrevida planta el suelo sagrado de la patria e i m p e r a n d o sin contradicc i ó n en nuestro rico Litoral, o b j e t o de su c o d i c i a i motivo de la guerra; un rico d e p a r t a m e n t o de la n a c i ó n aliada,


CAPITULO TERCERO.

enseñoreado p o r las armas enemigas; lo mas granado de nuestro ejército desbandado tras un revés que, por lo* afrentoso, n o tiene s e g u n d o en los anales de la historia militar; el brillo de nuestra antes gloriosa bandera, e m p a ñada aun para el aliado; un tesoro exhausto; el espíritu nacional abatido i d e s m a y a d o : tales eran los elementos con que la fatalidad i ajenos estravíos estorbaban n u e s tro camino. N o nos era dable deshacer lo que estaba irrevocablemente c o n s u m a d o , ni menos era hacedero volver los sucesos al m i s m o pié en que se hallaban en el c o mienzo de la contienda. Así las cosas, nuestros esfuerzos debían contraerse a alentar el espíritu público, levantar u n n u e v o ejército i atenderlo c o n recursos, con la mira de que n o se repitiera el desastrado e j e m p l o de esos soldados que durante el m a n d o del Jeneral Daza fueron mas cruelmente azotados por el h a m b r e i la desnudez q u e por el p l o m o enemigo. Para ocurrir a lo primero, el Gobierno espidió el decreto de 9 d e Febrero i n v o c a n d o la c o o p e r a c i ó n de todos los ciudadanos, i llamándolos a ser partícipes del ejercicio de un p o d e r antes cerrado a las lejítimas exijencías i tendencias del pueblo. Era casi la primera vez que en Bolivia se presentaba el espectáculo de un liberalismo bien e n t e n d i do i circunspecto, q u e partía voluntariamente de las rejiones oficiales, p o r esencia conservadoras. N o era que el Gobierno abrigase la ilusa esperanza de borrar de una p l u mada precedentes creados por tres siglos de servidumbre colonial i en m e d i o de una existencia tormentosa, que fluctuaba entre el despotismo militar i la anarquía, sin acertar a atinar c o n aquel término m e d i o q u e concilie el orden i la libertad. N ó , señores; lo único a que propendía el G o bierno era a tomar el consejo de la nación i procurarse su concurso para devolverle en c a m b i o la confianza i el aliento perdidos; a desnudarse de atribuciones que n o le c o m peten, a fin de convertir todos sus conatos a dar nervio i vigor a la guerra; a despertar en el pueblo el sentimiento de su responsabilidad, h a c i é n d o l o solidario de los actos del ejecutivo, en los m o m e n t o s en que debia librarse al azar de las batallas la honra e i n d e p e n d e n c i a nacionales. La m e d i d a p r o d u j o , al m e n o s , el mas perfecto acuerdo entre el p u e b l o i el Gobierno; i si bien el primero n o h i z o sentir c o n eficacia la influencia que de justicia le corresp o n d e en la dirección de la cosa pública, m e alienta la fe de que el p o d e r e d u c a d o r inherente a las instituciones liberales hará que ella n o sea estéril para el porvenir. C o n el m i s m o propósito de n o dirijir las fuerzas vivas del país a nada que n o fuera la guerra, el G o b i e r n o se dio, con escrupulosa nimiedad, a borrar las huellas de n u e s tras pasadas discordias, i m p e t r a n d o la colaboración i el apoyo de todos los partidos que de antiguo traían dividida i ajitada la opinión. Mengua habría sido levantar la b a n dera de n i n g u n a facción, c u a n d o el estandarte nacional yacia cubierto d e oprobio. T o d a s habían contribuido a i n ferir heridas a la patria; a todas, consiguientemente, c u m plía repararlas en lo p o s i b h . Inspirándose el G o b i e r n o en la elevada fuente de los sentimientos impersonales, trajo el país a la concordia, i lo u n i ó en un solo pensamiento i en idéntica voluntad. Bajo tan felices auspicios morales, el G o b i e r n o se c o n sagró c o n fervoroso ardimiento a impulsar i a vigorizar la guerra. P u s o en vijencía la leí de conscripción i dictó t o das las medidas c o n d u c e n t e s a hacerla efectiva. La tenuidad de los recursos fiscales i el estado social del país estorbaron que ella obrara en toda su plenitud; pero al menos C o c h a b a m b a , Potosí i L a Paz, respondiendo al llamamiento, pusieron en pié c i n c o cuerpos, de los que dos han tenido su parte de gloria en nuestro último desastre. La 5 . División que, en h o m e n a j e a la disciplina militar, no concurrió a d o n d e le llamaba el deber, i fué apartada del c a m p o del h o n o r mediante órdenes emanadas de ruines celos personales, q u e a estas horas n o son misterio para nadie, se encaminaba al teatro de la guerra. L a mas nefanda traición q u e rejistra la historia de p u e b l o alguno, desbarató la primera brigada de esa fuerza, que volvió 03

229

infamemente contra sus hermanos las armas que la nación le habia confiado para su defensa, en m o m e n t o s de suprema angustia i c u a n d o todas las calamidades imajinablos se desataban sobre ella. Ocioso fuera detenerse a calificar este h e c h o , p o r q u e de todos los ángulos de la R e p ú b l i c a se alzó espontáneo i u n á n i m e grito de r e p r o bación, apellidando traidores a los q u e c o n m a n o parricida empujaban su patria al abismo de la deshonra i esclavitud; pero c u a n d o se piensa que la sangrienta derrota de T a c n a no fué debida a la impericia ni a la cobardía sino a la inmensa superioridad n u m é r i c a del e n e m i g o , redobla la indignación i n o es posible abstenerse de volver a r e petir a grito herido el t r e m e n d o pero m e r e c i d o anatema que la conciencia nacional inflijió a los autores del m o t í n de Marzo. E n la causa de nuestra derrota, le h a c a b i d o también alguna parte al Jeneral Flores. Con una previsión q u e el tiempo h a justificado, el Jeneral C a m p e r o estimó c o n v e niente reforzar nuestras escasas filas de T a c n a c o n el B a tallón A y a c u c h o i el R e j i m i e n t o Abaroa, i espidió la orden consiguiente. A b u n d a n d o en el atinado parecer del Capitán Jeneral, reiteró la orden, previniendo que, caso de n o p o derse poner en m a r c h a el d i c h o rejimiento, viniera en su lugar otro cuerpo de la división del Sur. A j e n o estaba de pensar que lo q u e era de s u y o i manifiestamente u n a esplicacion previsora, destinada n o mas que a confirmar la primera, alejando las eventualidades imprevisibles, pudiera prestarse a una interpretación errónea a todas luces; i, sin embargo, así fué; el referido Jeneral argüyó que mi orden contradecía a la del Presidente de la R e pública. Salvada la imajinaria c o n t r a d i c c i ó n , se m e opuso otra dificultad: la de si esos cuerpos marcharían a su d i rección bajo el m a n d o personal del Jeneral o se confiarían a otro jefe. D e j a n d o al arbitrio del consultante hacer lo que reputase mas acertado, creí allanados todos los estorbos i que la orden seria obedecida sin mas dilación; pero lejos de serlo, se m e respondió que, amenazada c o m o estaba H u a n c h a c a por el chileno, n o se podia llevar a efecto lo q u e el Presidente i y o teníamos reiteradamente m a n d a d o . T o d a vía m e allané a desvanecer esas quiméricas aprensiones, insistiendo v a n a m e n t e en el inmediato envío del p r e m i o so refuerzo. L a desacatada respuesta que o b t u v e merece ser t o m a d a enseria consideración, d a d o que se ciñe a d e cir q u e el G o b i e r n o puede pensar lo que m e j o r le parezca tocante al amago de los chilenos sobre H u a n c h a c a , sin que esto fuera parte a alterar la negativa del jefe que, en vez de ser el mero i obsecuente ejecutor de órdenes s u p e riores, se convertía en arbitro i regulador de determinaciones que, acertadas o desatinadas, debieron ser puntual i estrechamente observadas por el subalterno. A n t e una actitud c o m o la que asumió c o n su respuesta el Jeneral Flores, m e pareció de corto inconveniente, en beneficio de la paz, emplear nuevas esplicaciones que patentizaban q u e la temida invasión por el Sur era de t o d o p u n t o improbable, antes que apelar al m a n d a t o imperativ o q u e en el caso era de rigor. E n otro país i en otras circunstancias, gravísimo cargo pesaría sobre el Gobierno p o r la lenidad c o n que procedió en la materia; pero en el nuestro i en los angustiados tiempos que alcanzamos, era preferible, c o n la mira de escusar conflictos intestinos, pasar por t o d o mas bien que reprimir c o n m a n o firme el amago de una insubordinación q u e talvez habría t o m a d o creces i a c a b a d o ' d e precipitar la ruina del país. Escuso poner de resalto lo que implica i significa la c o n d u c t a del Jeneral Flores, en razón a que, en vista do los d o c u m e n tos c o m p r e n d i d o s en los anexos, vosotros señores diputados, liareis escuchar a la nación la palabra i m p r o b a d o r a que merece u n proceder que, a ser renovado, haría i m posible t o d o g o b i e r n o i toda guerra. A despecho de la situación la 2. brigada do i sometido d

de estas dificultades i de las que deriban e c o n ó m i c a , nuestro ejército, reforzado p o r de la 5. ^ División, perfectamente atendia una severa disciplina, estaba en u n pié


230

GUERRA

DEL PACIFICO.

satisfactorio, i se aperciba al c o m b a t o c o n un entusiasmo d i g n o d e m e j o r suceso. E l esperto i esforzado Jcneral Campero le llevó, c o n el bien merecido prestijio de su n o m b r e , el ardimiento i la fe en la victoria. El éxito n o h a respondido a nuestros afanes i esperanzas, i h a c o r o n a d o la causa de la injusticia; pero, al menos, esta v e z se h a salvado el honor. Ñ o se ha renovado el para siempre oprobioso e j e m p l o d e u n ejército tránsfuga sin c o m b a t e ; i si la derrota n o s h a traído la desolación, nos h a ahorrad o la ignominia, p o r q u e los nuestros h a n peleado c o m o buenos. T o d o s , jeneralcs i soldados h a n c u m p l i d o bizarramente su deber, i a nadie se p u e d e imputar nuestro desastre. Aplastados p o r el número, barridos por la metralla enemiga, n o h a n c e d i d o el c a m p o sino después d e haber emulado unos c o n otros en heroicidad, i de haber dejado imperecederos testimonios de su admirable valor. Vosotros, señores diputados, también l o habéis c r e í d o así: habéis pensado c o n el poeta latino q u e — " s i la causa de los vencedores es grata a los Dioses, la do los v e n c i d o s es grata a Platón," i c o n t i n u a n d o en el m a n d o i e n vuestra confianza al ilustre v e n c i d o , q u e n o v u e l v e c o n las palmas do la victoria, pero sí c o n algo q u e vale m a s q u e eso, c o n la c o n c i e n c i a del deber n o b l e i abnegadamente c u m p l i d o , habéis mostrado u n a m a g n a n i m i d a d n o m e n o s honrosa para vosotros q u e para él. A u n q u e n i n g u n a mirada h u m a n a pueda penetrar en las p r o f u n d i d a d e s de lo porvenir, entiendo que nuestro desastre n o es decisivo. Creo q u e n o es mas q u e un accidente reparable, i n o la consagración definitiva d e l triunfo q u e siempre pertenece al m e j o r en la t r e m e n d a l u c h a p o r la vida q u e mantiene todo lo que vive, i en la q u e están e n vueltos los destinos de la raza i del progreso h u m a n o . L o propio cree el ciudadano llamado por vuestros v o t o s a reemplazarme. A s í l o h a declarado en el seno d e la C o n v e n c i ó n en el m i s m o m o m e n t o en q u e recibía la medalla que sintió las palpitaciones del corazón de Bolívar i de S u cre, los astros mas brillantes del firmamento americano; i sus palabras, repercutiéndose en la c o n c i e n c i a d e c u a n tos m e r e c e n el n o m b r e d e bolivianos, han despertado el entusiasmo a que eran acreedoras. Esto nos muestra que n o d e b e m o s aun desfallecer, antes de haber apurado la enerj í a i los recursos q u e salvaron a cien naciones colocadas en situación mas desesperada q u e la nuestra. Talvez c o n lo inmenso de nuestros infortunios c o b r e bríos el esfuerzo nacional: c o n nuestros descalabros, la constancia; c o n los reveses, la c o r d u r a ; quizas el porvenir nos tiene deparados días mas serenos en q u e v o l v a m o s a ver flamear altivo, al soplo de nuestro patriotismo, el h e r m o s o pabellón d e la patria; talvez d e l fondo de nuestros desastres surja, en n o m u i r e m o t o dia, u n a nacionalidad vigorosa, depurada do las miserias q u e corroían sus e n trañas i la traían constantemente turbada i revuelta, llev a n d o en su seno los j é r m e n e s d e la paz, la libertad i la civilización. Sabéis, señores, q u e la austera disciplina d e l infortunio es dispensable, así para los pueblos c o m o par a los individos; q u e purifica i enaltece a las almas grandes, bien así c o m o enerva i envilece a las pequeñas. ¿Estamos en el primero o s e g u n d o estremo? Y a q u e n o p o d e m o s afirmarlo a ciencia cierta, r e c o j a m o s al m e n o s de nuestros contratiempos u n a lección saludable, es, a saber: que n i n g ú n pueblo p u e d e despojase i m p u n e m e n t e del ejercicio d e los derechos tocantes a la personalidad i d i g n i d a d h u m a nas, i confiarlos a la tuición i tutela del Estado; i q u e c u a n d o , h a c i e n d o caso omiso d e toda la libertad c o m patible c o n su desarrollo mental i moral, se entrega m a niatado en brazos del despotismo, n o solamente estorba la adaptación del i n d i v i d u o al estado social, lei d e la v i d a i c o n d i c i ó n del progreso, sino también c o m p r o m e t e su i n dependencia i su introgridad territorial. Esta verdad está escrita c o n caracteres sangrientos en todas las pajinas d e la historia c o n t e m p o r á n e a . -

A l dar p u n t o a la prolija cuenta d e mis actos i los d e j los patriotas c i u d a d a n o s q u e c o m p a r t i e r o n c o n m i g o las I arduas labores de la administración, os ruego e n c a r e c i d a - !

mente q u e los examinéis c o n el desapasionado criterio d e la severidad histórica, seguro d e q u e recibiré c o n acatamiento el veredicto do la opinión manifestado por el ó r gano de Ja representación nacional. La Paz, J u n i o 7 de 1880. LADISLAO

CABRERA.

IV. Secretos de l a Convención Nacional d e Bolivia i solicitud del Obispo de L a Paz al Jefe Político de Tacna.

La Convención

Nacional,

Decreta: Art. 1. ° E n r e c o m p e n s a d e los importantes servicios prestados a la n a c i ó n , se asciende al alto g r a d o d e J e n e ral de Brigada al coronel d o n E l e o d o r o C a m a c h o . Art. 2. ° S e confirma u n a medalla d e h o n o r i título de benemérito a la patria, al ciudadano Ladislao Cabrera, por la heroica defensa d e Calama i sus relevantes s e r v i cios a la patria. Art. 3. ° Se confirma i g u a l m e n t e u n a medalla d e h o n o r al ciudadano Belisario Salinas, p o r su c o m p o r t a m i e n to patriótico. C o m u n i q ú e s e al p o d e r e j e c u t i c o para su e j e c u c i ó n i cumplimiento. Sala d e sesiones, L a Paz, M a y o 31 d e 1880. RUDEGINDO CARVAJAL.—BELISARIO

BOETO,

Diputado

S e c r e t a r i o . — D E M E T R I O CALVIMONTE, D i p u t a d o Secretario. Casa del S u p r e m o G o b i e r n o , L a Paz, a 1. ° de J u n i o d e ISSO. Ejecútese.—ARCE.—JENARO

S A N J I N É S . — A N D R É S SOTO.

Es

la s e c c i ó n ,

conforme.—El

jefe

de

JOSÉ A N T O N I O

INFANTE.

PROYECTO D E LEÍ.

La Convención

Nacional,

Decreta: Los defensores de A r i c a , en los días 5, 6 i 7 d e l corriente, h a n m e r e c i d o bien d e la Alianza, p o r haber s u c u m b i d o heroicamente en defensa d e sus derechos. El coronel Bolognesi, j e f e de la plaza, q u e d a inscrito en el escalafón militar boliviano, c o n igual g r a d u a c i ó n q u e la q u e goza en el ejército de la Reptíblica aliada. El e j e c u t i v o q u e d a encargado d e poner en c o n o c i m i e n to d e l señor ministro la presente lei, a la m a y o r brevedad. L a Paz, J u n i o 16 d e 1 8 8 0 . MELQUÍADES LOAIZA, Diputado por

Viacha.—FERNAN-

DO E. G U A C H A L L A . — F É L I X R . O R T I Z .

E l señor yecto:

Reyes

La Convención

Ortiz

Nacional

presentó de

el

siguiente

pro-

Bolivia,

Decreta: Art. 1. ° Se declara traidor a la patria al boliviano q u e inicie, haga o p r o p o n g a la paz c o n Chile sin la c o n c u r r e n cia de la R e p ú b l i c a aliada. Art. 2. ° L o s delincuentes según los grados de criminalidad serán declarados c ó m p l i c e s del e n e m i g o i c o n d e n a d o s por los tribunales respectivos a las penas establecidas p o r los artículos 155 i 156 d e l C ó d i g o P e n a l . Sala de sesiones en L a Paz a 30 d e J u n i o d e 1880. F É L I X REYES ORTIZ.


CAPITULO

PREFECTURA I SUPERINTENDENCIA

D E HACIENDA

I MINAS

D E L DEPARTAMENTO.

La Paz, Jimio

8 de 1880.

Señor Intendente d e Policía. Señor: D e o r d e n S u p r e m a se servirá Ud.; proceder a la c a p t u ra d e todos los jefes i oficiales q u e n o se hubiesen presentado en el cuartel jeneral disignado por el Jeneral en J e fe del ejército, i a los cirujanos i empleados d e a m b u l a n cias q u e n o hayan p e r m a n e c i d o en su puesto después del combate del 26 del m e s pasado, d a n d o cuenta d e su r e sultado para ponerlo en c o n o c i m i e n t o d e l S u p r e m o G o bierno. Dios guarde a Y . S. BENIGNO

CLAVIJO.

Al señor Intendente de Policía.

TERCERO.

231

" S i e n d o necesario esclarecer lo relativo al contraste s u frido p o r el l e r . ejército del Sur, p r o c e d i e n d o c o n f o r m e a ordenanza a la investigación correspondiente, se dispone: 1. ° Q u e el Jeneral en Jefe de d i c h o ejército se c o n s t i tuya inmediatamente en Lima. 2. ° Q u e d e los restos d e d i c h o ejército se f o r m e la 5. ^ División del 2. ° ejército del Sur, al m a n d o d e l coronel d o n Justo Pastor Dávila, el cual p r o p o n d r á el personal d e jefes i oficiales para dicha división, p u d i e n d o darles posesión accidentalmente el C o m a n d a n t e en Jefe de d i c h o ejército hasta la aprobación del G o b i e r n o . 3. ° N ó m b r a s e Jefe del Estado M a y o r del espresado ejército al coronel d o n José de la Torre. N ó m b r a s e igualmente Comandante Jeneral d e la 3 . División al coronel d o n J o s é Godines. Los jefes i oficiales oscedentes se constituirán en esta capital a disposición del G o b i e r n o . 4. Líbrense también las instrucciones acordadas al C o m a n d a n t e en Jefe del ejército citado. Rejístrese i c o m u n i q ú e s e . — R ú b r i c a d e S. E.—Iglesias." L o trascribo a Y . S. para su c o n o c i m i e n t o i c o n s i g u i e n tes efectos, indicándole que las instrucciones a q u e se refiere el anterior decreto le serán impartidas o p o r t u namente. D i o s guarde a Y . S. m u c h o s años. 5 5

c

OBISPADO D E LA PAZ I PRESIDENCIA D E L COMITÉ D E

AMBU-

LANCIA.

La Paz, Junio 3 de 1880. Señor: Y a q u e la influencia del cristianismo ha encontrado medios d e c o m u n i c a c i ó n i d e acuerdo, a pesar de la interdicción d e la guerra, gracias a la institución d e la Cruz Roja, sancionada p o r la C o n v e n c i ó n d e Jinebra, i a la cual se han adherido los gobiernos de Bolivia i d e Chile, sea permitido al infrascrito, obispo de la diócesis de La Paz i presidente d e l C o m i t é d e ambulancias, llamar la atención de su señoría el Jefe Político i Militar, residente en la c i u dad d e T a c n a para rogarle, en n o m b r e de la relijion c a t ó lica q u e profesan a m b o s países i d o los principios de h u manidad q u e caracterizan la civilización del siglo presente, que se digne acojor c o n tolerante benevolencia al personal d é l a comisión de ambulancias q u e se h a organizado en esta ciudad, i q u e se e n c a m i n a a la d e T a c n a para prestar ausilios espirituales i materiales a los individuos que, v í c timas de un deber patrio, yacen h o i postrados en el lecho del dolor a consecuencia del c o m b a t e del dia 26 p r ó x i m o pasado. D i c h o personal, c o m p u e s t o d e un c u e r p o directivo d e capellanes, d e m é d i c o s , de^practicantcs i sirvientes, i p r e sidido p o r el caballero d o n F e d e r i c o Granier, está sujeto a las prescripciones del " C o n v e n i o d e Jinebra," c u y o artículo 4. ° lo c o l o c a bajo la salvaguardia de la neutralidad, necesaria para garantizar el ejercicio d e ' s u benéfica institución. Los individuos d e la comisión llevan la insignia d e la Cruz R o j a , tienen su estandarte peculiar i se hallan caracterizados, tanto p o r la tarjeta q u e tienen, cuanto p o r la patente dada a su director.'espedida p o r este comité. Quiera, pues, la honorabilidad d e su señoría el Jefe S u perior Político d e las fuerzas chilenas acojer la respetuosa insinuación del infrascrito obispo i prestar en c o n s e c u e n cia a los individuos d e la m e n c i o n a d a c o m i s i ó n todas las facilidades q u e habrán menester para llenar libremente su evanjélico i humanitario propósito. Con ocasión tan noble, el infrascrito tiene la h o n r a d e suscribirse d e su señoría, atento servidor. J U A N D E D I O S BOSQUE, Obispo de La Paz. A S. S. el Jefe Superior Político i Militar residente en Tacna.

y. Juicio c o n t r a M o n t e r o , G a r c í a

i G a r c í a i el

Jeneral

MIGUEL

IGLESIAS.

Al señor Coronel, Comandante en Jefe del 2. ° ejército del Sur.

SENTENCIA PRONUNCIADA POR EL CONSEJO D E GUERRA OFICIALES JENERALES,

DE

RELATIVA A LA CORBETA " U N I O N . "

Arsenal

del Callao, Mago

17 de 1880.

Visto, en Consejo de Guerra d e oficiales jenerales, c o n asistencia del A u d i t o r d e Marina, este proceso seguido d o orden suprema, i a solicitud del capitán d e n a v i o C o m a n danto Jeneral de la 2. División naval d o n Aurelio G a r cía i García, c o n el fin d e examinar i fallar a cerca d e la c o n d u c t a observada p o r este jefe, q u e m o n t a n d o la c o r b e ta Union navegaba en c o n v o i c o n el Huáscar, c u a n d o el último b u q u e fué estrechado p o r fuerzas chilenas ,mui s u periores, sobre la costa d e Mejillones de Bolivia, el dia 8 de Octubre p r ó x i m o pasado, pereciendo en esa gloriosa defensa el ilustre Contra-Almirante Grau i m u c h o s d e sus heroicos subordinados; i teniendo en consideración que del proceso resulta plenamente p r o b a d o q u e la c o r beta Union procedió d e c o n f o r m i d a d c o n las instrucciones del entonces Director d e la Guerra; q u e durante el encuentro i maniobras q u e se siguieron ante esas fuerzas enemigas, poderosas, n o recibió la Union órdenes ni s e ñales del j e f e superior, q u e se hallaba a b o r d o del Hiuiscar, para alterar dichas instrucciones; i q u e las condiciones especiales d e la Union n o le permitían otro j é n e r o d e evoluciones q u e las efectuadas, lo q u e h a c e inaplicables, al caso materia de este j u i c i o , las citas d e artículos d e las ordenanzas navales hechas por el fiscal que llevó adelante el plenario: d e c o n f o r m i d a d c o n lo o p i n a d o p o r los d o s fiscales d e la E x c m a . Corte Suprema, p o r el fiscal militar q u e entendió en el sumario i p o r el auditor d e marina, el Consejo, p o r unanimidad d e votos, absuelve definitivam e n t e de t o d o cargo i responsabilidad al capitán d e n a v i o d o n Aurelio García i García, sin q u e el presente proceso pueda, en n i n g ú n t i e m p o ni circunstancia, serle de nota en su carrera ni en su nombre. I q u e se advierta al fiscal q u e en igual caso d e emitir su opinión, lo efectúe d e un m o d o mas e s p l í c i t o . — J u a n Nepomuceno Vargas.—Diego de la Haza.—José Elcoróbarrutia.—Ercilio Cabieses. —Lino de la Barrera.—Luis Jerman Astete.—Juan Manuel Fanning. rt

Bncndía.

Señor Coronel: Lima,

Junio

10 de 1880.

En la fecha, S. E. el Jefe S u p r e m o ' d e la R e p ú b l i c a se ha servido espedir el decreto q u e sigue:

ABSOLUCIÓN. Lima,

Julio

30 de 1880.

V i s t o el presente proceso seguido para esclarecer la c o n -


232

G U E R R A DEL PACIFICO.

d u c t a i procedimientos del capitán de navio d o n Aurelio García i García, que m o n t a b a la corbeta Union, c o m o C o mandante Jeneral de la 2. División naval en la espedicion sobre las costas de Chile, que terminó c o n el c o m b a t e de A n g a m o s el 8 de Octubre último, apruébase el fallo d a d o por el Consejo de Guerra de Oficiales Jenerales, por el cual se absuelve definitivamente de todo cargo i responsabilidad al citado jefe, sin que el presente proceso pueda, en ningún t i e m p o ni circunstancia, serle de nota en su carrera ni en su n o m b r e . Reintégrensele, en conformidad c o n las disposiciones vijentes, los m e d i o s sueldos que haya d e j a d o de percibir c o m o enjuiciado. a

Rejístrese, c o m u n i q ú e s e i archívese.—Riíbrica de S. E. VILLAR.

DECRETO D E

LA

SECRETARÍA

DE

GUERRA.

Vistos los informes emitidos por el Contra-Almirante d o n Lizardo Montero, por los cuales se c o m p r u e b a la desaparición del sumario m a n d a d o levantar a efecto de esclarecer la c o n d u c t a militar del Jeneral d o n J u a n B u e n día en relación al desastre que el día 19 de N o v i e m b r e del año p r ó x i m o pasado sufrió el ejército nacional en las posiciones de San Francisco, e i m p o n e r la responsabilidad consiguiente al autor o autores de ese acontecimiento; i teniendo en consideración que el h e c h o de haberse estraviado el sumario, terminado y a en su primera estación, n o es m o t i v o bastante a paralizar el j u i c i o i llegar al esclarecimiento de las causas que produjeron la dispersión de la tropa después del c o m b a t e indicado en el lugar referido; i siendo necesario satisfacer la vindicta nacional i el h o n o r de las armas peruanas c o n la pronta terminación del j u i c i o m a n d a d o seguir, i sin perjuicio de hacer efectiva la responsabilidad pendiente por la p é r d i d a del sumario que el Contra-Almirante Montero da por estraviado, se dispone: 1. ° Q u e el Jeneral de División d o n J u a n Buendía, e x Comandante en Jefe del ejército que operaba en el departamento de Tarapacá hasta fines del año anterior, sea j u z g a d o en c o n s e j o verbal d e Oficiales Jenerales, por el desastroso h e c h o de armas de San Francisco i la retirada emprendida hasta Tarapacá, c o n fraccionamiento del ejército después de terminada la batalla. 2. ° Que estando i n c o m p l e t o el tribunal del ejército del Norte, presidido por el Jeneral de Brigada d o n R a m ó n Vargas Machuca, q u e debe c o n o c e r en este j u i c i o , se c o m p l e t e c o n los comandantes jenerales divisionarios del ejército del centro que so encuentren espeditos, debiendo el consejo, en razón de la alta clase del enjuiciado, c o m ponerse do siete vocales, sin contar c o n el presidente; i por cuanto no está n o m b r a d o el C o m a n d a n t e Jeneral de la 5. División del m e n c i o n a d o ejército del centro, f u n cionará el jefe de batallón do mas clase o m a y o r antigüedad de los del ejército del N o r t e . rf

3. ° E n el oficio que debe dirijirse por la Secretaría de Guerra al Comandante en Jefe del ejército del N o r t e se designará el fiscal cpio debe actuar en el j u i c i o i se c o n signarán los cargos que el Jeneral don J u a n Buendía d e ba absolver. El consejo de guerra se reunirá mañana, i deberán c o m p o n e r l o los comandantes jenerales de la 1 . , 2. ^ , 3. i 4. divisiones del ejército del Norte, coroneles d o n Mariano Noriega, d o n Manuel Rufino Cano, d o n Pablo A r g u e d a s i d o n Buenaventura Aguirre, i los de igual clase i carácter de la 2. i 4. del centro clon César Canevaro i d o n L o r e n z o Iglesias, c o m p l e t a n d o el n ú m e r o de siete vocales el coronel don Marcos Porras por su antigüedad.

YI. Discurso p r o n u n c i a d o p o r el presbítero d o n S a l v a d o r D o n o s o en la iglesia del Espíritu Santo, en cele-

b r a c i ó n d e l triunfo d e ' A r i c a . Cantemos Domino: glorióse enin magnifieatus est, cquum et aseensorene ilejecit in maro. Cantemos al Señor, porque gloriosamente ha sido engrandecido: al caballo i al caballero derribó en el mar. [Éxodo c. 15 o. 1. ° )

I. Señores: Con acentos de inmenso i uniforme regocijo e n t o n e m o s una vez mas este h e r m o s o cántico de u n pueblo j u s t a m e n te entusiasmado el dia solemne de espléndida victoria. Si, señores: cantemos al D i o s de los ejércitos el h i m n o de nuestra profunda gratitud, i c o n los ánjeles q u e a n u n ciaron al universo el n a c i m i e n t o del S u p r e m o Libertador de las naciones, esclamemos sinceramente c o n m o v i d o s : ¡Gloria a Dios en lo mas alto de los cielos i gloria en la tierra a los héroes ilustres q u e h a n vertido su sangre j e nerosa sobre el altar de la patria! ¡Ah, señores! ¿i quién podría dudarlo? Jamás p u e b l o alguno ha tenido mas j u s t o s títulos q u e el p u e b l o chileno para admirar i bendecir a la D i v i n a Providencia que ha velado c o n solícita mirada p o r la suerte feliz de sus armas. D a n d o espansion a nuestro santo j ú b i l o , inspirado por el sublime amor a esta patria querida, repitamos una vez mas: ¡Bendito sea, mil i m i l veces bendito el D i o s de las misericordias! I ¿cómo n o bendecirlo, señores, c u a n d o desde el dia en q u e fuimos p r o v o c a d o s a desigual e injusta guerra por las repúblicas aliadas del Perú i Bolivia, ser c h i l e n o es un timbre de honor, q u e la misma D i v i n a P r o v i d e n c i a se ha encargado de enaltecer con c o n t i n u o s e inmortales triunfos? II. L o sabéis, señores, i lo sabe y a el m u n d o todo. D e s d e Antofagasta hasta el Callao, i desde Calama hasta Arica por los arenales candentes del desierto,—i por sobre las olas embravecidas del m a r — n u e s t r o s intrépidos soldados i nuestros d e n o d a d o s marinos h a n paseado siempre triunfante el glorioso tricolor c h i l e n o . ¡Ah! hermosa bandera de mi patria, cuan gallarda te ostentas c u b r i e n d o c o n tu sombra ese altar, d o n d e se oculta c o n velo misterioso el Dios de nuestros padres que nos ha enseñado a amar tan de veras a nuestra patria! Con esa fe inquebrantable de una vida mejor, i c o n q u i s tada por n o b l e i levantada abnegación, en tantos i tan desiguales combates, menores en n ú m e r o , l u c h a n d o c o n el hambre, el cansancio i la sed, nuestros h o m b r e s de bronce ¡ah! ¡qué d e n u e d o tan invencible! j a m á s , ni una sola vez, cedieron la victoria al enemigo. A l contrario, la h a n llevado por todas partes en la punta de sus terribles bayonetas, i h a n escrito para siempre en las pajinas de nuestra h e r m o s a historia, c o m o lema en cierto m o d o infalible: "¡Chile n o se rinde j a m á s ! " Si, señores, i n o cre.tis que m e ciega el resplandor de esa llama sagrada que arde en mi p e c h o de chileno i centellea en la pupila de mis ojos. N ó , los h e c h o s hablan por m í

0 3

a

d

A c t u a r á c o m o fiscal el coronel Carlos M o n t e s i c o m o secretario el capitán Enrique Ortiz.

III. Prat, el grande, R i q u e l m e , A l d e a i demás invictos tripulantes de nuestra gloriosa Esmeralda han escrito sobre las olas ensangrentadas del mar de I q u i q u e , el 21 de Mayo de 1879, a n o m b r e d e la marina de nuestro a m a d o Chile, esto epitafio s u b l i m e : " V e n c e r o morir." Ramírez, Valdivieso, Urriola, Garreton, Cuevas, Garfias i domas héroes de la t r e m e n d a trajedia de Tarapacá, han escrito a su turno sobre las arenas calcinadas del desierto, el 27 de N o v i e m b r e del m i s m o año, a n o m b r e del ejército chileno, un epitafio semejante: "Muertos, pero n o vencidos.'


CAPITULO

Por eso, señores, c u a n d o oimos todavía el m á j i c o i n o interrumpido acento d e victoria en Calama, victoria en Iquique, victoria en A n g a m o s , victoria en Pisagua, victoria en A g u a Santa, victoria en D o l o r e s , victoria en los A n j e ­ les, victoria en Sama, i todavía victoria en T a c n a i v i c ­ toria en A r i c a i en todas partes, victoria a d o n d e quiera que llegan nuestras naves i c o l o c a n sus plantas nuestros soldados, o y e n d o el n o m b r e d e otros héroes, q u e c o m o los bizarros Santa Cruz, S a n Martin i d e m á s bravos i n m o l a ­ dos ú l t i m a m e n t e a centenares sobre ese altar repleto y a de víctimas ilustres, c o n la vista fija en los cielos i c o n el corazón ardiendo de v i v í s i m o amor p o r esos hermanos nuestros tan gloriosos c o m o queridos, n o p o d e m o s menos de esclaixiar c o n indecible gratitud: Cantemus Domino Cantemos, sí, cantemos al Señor, p o r q u e c o n sin igual magnificencia ha desplegado sobre el azul d e nuestro puro cielo el m a n t o sagrado de su divina protección, i p o r q u e con m a n o d e b r o n c e h a h u n d i d o en el p o l v o a nuestros Foberbios enemigos i h a d e j a d o flotando sobre las olas del mar a sus amedrantados navegantes. V. ¡Oh! señores, q u é contraste tan rápido i tan doloroso para los q u e p r o v o c a r o n la contienda! ¡Justicia d e D i o s ! recibe h o i el h o m e n a j e d e nuestra a d m i r a c i ó n i d e n u e s ­ tro culto! ¿Qué se ha h e c h o esa escuadra poderosa? ¿ D ó n d e están sus naves formidables? ¡ A h ! las unas sepultadas en l o p r o ­ fundo del océano i las otras en nuestro p o d e r a las p u e r ­ tas del Callao, q u e h o i cuenta i espera h o r a p o r h o r a el lütimo m o m e n t o de su rendición inevitable. I de n u e v o , señores, p e r m i t i d m e una p r e g u n t a mas i perdonad: ¿dónde están esos n u m e r o s o s i aguerridos bata­ llones d e la desgraciada Alianza? ¡ A h ! n o los veis derrota­ dos i dispersos? Después d e sembrado el c a m p o de c a d á ­ veres, se h a n d e s h e c h o al g o l p e irresistible d e nuestras huestes, c o m o el soplo d e la tempestad dispersa i deshace las hojas marchitas d e los árboles. ¡Ah! ¿I c ó m o n o r e c o n o c e r esta marcada p r o t e c c i ó n del cielo? Si Dios está c o n nosotros, ¿quién p o d r á detener el vuelo d e ese c ó n d o r audaz q u e simboliza el e m p u j e d e nuestra fuerza? H a v o l a d o desde la c i m a d e los A n d e s i no volverá a su n i d o d e rocas i d e nieve hasta q u e n o haya despedazado el corazón del Sol, q u e apenas alumbra entristecido el c a m i n o p o r d o n d e h u y e n los q u e se llaman sus hijos.

233

TERCERO.

de su honra, q u e h a n creido i esperado en vuestro poder, majistrados, sacerdotes i fieles que rodeáis este santuario. 1 entretanto, e n t o n e m o s un solemne Te Dcum de gra­ cias i alabanzas al A l t í s i m o para q u e en su infinita m i s e ­ ricordia se digne grabar c o n letras de oro sobre la frente do Chile, vestida hoi de gala i ceñida de laureles, esta p a ­ labra de supremo contento: " V i c t o r i a i siempre victoria."

VIL Documentos

relativos

a la

espcdieion

" L i m e ñ a " p a r a c o n d n c i r al

Calino

del

trasporte

los heridos pe­

r u a n o s e n los c o m b a t e s d e T a c n a i Arica.

NOTAS

OFICIALES.

A M B U L A N C I A S CIVILES D E L A C H U Z HOJ A.

Lima, Junio 11 de 1SS0, Señor: T e n g o a h o n r a enviar а V . S. IT., adjunto a la presente c o m u n i c a c i ó n , un oficio, q u e dirijo al señor C o m a n d a n t e en Jefe d e la escuadra d e la R e p ú b l i c a de Chile, relativo a conseguir la declaración de q u e seria respetado por las fuerzas d e Chile, c o n f o r m e a la C o n v e n c i ó n d e Jinebra, u n trasporto nacional q u e el S u p r e m o G o b i e r n o p u ­ siese á m i disposición para trasladar al Callao los heridos de los últimos c o m b a t e s i d e los q u e tengan lugar en la guerra actual. S u p l i c o а V . S. H . q u e se sirva instruirse de ese oficio, pues, c o n o c i e n d o los sentimientos humanitarios de V . S. H i las buenas relaciones de amistad que ligan al I m p e r i o del Brasil c o n las repúblicas belijerantes del Pacífico, o c u r ­ ro а V . S. H . para q u e se sirva allanar los obstáculos, q u e el señor Contra­Almirante Riveros pudiera encontrar para la realización de la empresa d e que trato. M u i satisfactorio m e es espresar а V . S. IT. m i s antici­ p a d o s agradecimientos por el señaladísimo servicio q u e V. S. H . va a prestar a los heridos patrocinados p o r la J u n t a Central q u e presido, i ofrecerle las seguridades d e la mas alta i distinguida consideración, c o n q u e soi d e V. S. H . m u i atento, obsecuente servidor. JOSÉ ANTONIO

ROCA.

Al H. señor Mello o Alvim, Encargado de Negocios do S. M. el Emperador del Brasil.

VI. Pero n ó ; perdonad, Dios d e paz i d e amor, p e r d o n a d este arranque d e humana vanidad. A l celebrar hoi los triunfos que nos habéis c o n c e d i d o c o n tan p r ó d i g a m a n o , n o quere­ mos la ruina d e nuestros enemigos. N o ; sabemos q u e s o ­ mos todos vuestros hijos i q u e ellos son nuestros h e r m a n o s de ayer, estraviados i o b c e c a d o s h o i p o r u n a v e n d a fatal que oculta a sus ojos la justicia de nuestra causa. ¡Gran Dios! ¡arbitro s u p r e m o d e los h u m a n o s destinos! r o m p e d esa densa venda i h a c e d q u e vean los resplando­ res d e la paz, c o m o el arco iris d e su única esperanza en la horrible tormenta q u e aun les amenaza. A n t e s q u e el h a m b r e i n v a d a sus ciudades i la miseria cubra d e duelo i d e lágrimas sus hogares entristecidos por cien derrotas, q u e se sometan, S u p r e m o J u e z d e las naciones, q u e se sometan al fallo inexorable d e vuestra divina justicia. Enviadles desde el cielo al ánjel d e la r e ­ conciliación para q u e les diga d e nuestra parte, q u e si hemos sido leones en los c a m p o s d e batalla, seremos sus hermanos a la s o m b r a d e l a c r u z , q u e n o s enseña a o l v i ­ dar p e r d o n a n d o c o n cristiana jenerosidad. ¡Sea, b u e n D i o s , sea la sangre vertida en Tacna i Arica, el último h o l o c a u s t o p a g a d o a vuestra justicia para q u e termine presto esta larga i penosa contienda! O í d las p l e ­ garias d e tantas almas inocentes q u e claman sin cesar or el día feliz en q u e h a n d e v o l v e r , llenos d e c o n t e n t o i e gloria, al seno d e su patria esos a b n e g a d o s defensores TOMO n i — 3 0

Lima,

Junio

10 de 1880.

Señor: O p o r t u n a m e n t e recibí el estimable oficio q u e V . S. se sirvió dirijirme el 31 d e M a y o p r ó x i m o pasado, c o n t e s ­ tando al m i ó , relativo al libre paso hasta A r i c a d e algunas hermanas de la caridad, i a c o m p a ñ á n d o m e el oficio res­ pectivo para el c o m a n d a n t e del blindado Cochvane. No t u v o entonces ocasión de dar a V . S. los debidos agrade­ cimientos, por la dificultad de c o m u n i c a r c o n V. S.; mas, ahora c u m p l o esa obligación, a p r o v e c h a n d o d e la c o ­ y u n t u r a q u e m e ofrece el asunto, q u e paso a tratar. I, antes de entrar en él, séame lícito esplicar a V. S. p o r q u é no se ha realizado el viaje d e las predichas her­ manas. Estas relijiosas, sabiendo que se había d a d o u n a batalla cerca de Tacna, i q u e era probable que y o envia­ se a r e c o j e r los h e r i d o s , han aplazado su proyecto, ligán­ d o l o al mió, porque así podrán reemplazar a las relijio­ sas fatigadas allá c o n el r u d o trabajo del hospital, i e n ­ viarlas al c u i d a d o d e los enfermos q u e so trasladen al Callao. Satisfecho este p u n t o , paso a proponer a V. S. el n e g o ­ cio materia del presente oficio: dados los antecedentes d e la c o n d u c t a d e las fuerzas d e m a r i tierra d e la R e p ú b l i ­ ca deiChile, en orden a los heridos de los ejércitos alia­ dos, en la actual guerra, he creído q u e n o habría difi­ cultad en q u e fuesen estraidos del territorio, q u e dichas


234

GUERRA DEL

fuerzas ocupan, los heridos de los ejércitos m e n c i o n a d o s , que hayan resultado de los últimos combates, para ser trasladados al Callao, i do ahí a Lima, en d o n d e tenemos vastos hospitales do sangre para su mas c ó m o d a asistencia. Las espediciones del Lámar i Coquimbo a la plaza de Arica, i la del Luxor, en que Chile se ha manifestado siempre propenso a socorrer a nuestros heridos, aliviar su c o n d i c i ó n i devolverlos a su país, m e hacen confiar en que V. S. me dará una respuesta afirmativa sobre el particular. V i n i e n d o ahora al m e d i o de trasportar a d i c h o s heridos c o n la m a y o r c o m o d i d a d posible, he pensado pedir a mi Gobierno un trasporte de guerra, por ejemplo, el Limeña, c u y a capacidad se presta para el espresado servic i o ; i tengo la persuasión de que, luego que formule mi podido, el G o b i e r n o del Perú adjudicará, por un decreto s u p r e m o , el referido buque a l a sociedad que presido, o r d e n a n d o que sea desarmado, i puesto enteramente a mis órdenes. Mas, antes de dar este paso, d e b o preguntar a V. S. si las fuerzas de su m a n d o verían esa nave c o m o una nave neutral, i le reconocerían todos los privilejios propios de u n trasporte do heridos,a tenor del artículo 2. ° del C o n v e nio de Jinebra, a que se ha adherido, en 28 de J u n i o de 1879, el Gobierno de V. S., i a que hallábase adherido el G o b i e r n o del Perú desde M a y o del propio año. D i c h o artículo dice, a la letra, lo que sigue: " A r t . 2. ° El personal de las ambulancias i de los h o s pitales, incluso la Intendencia, los servicios de sanidad, de administración, de trasporte de heridos, así c o m o los capellanes, participaran del beneficio de la neutralidad c u a n d o ejerzan sus funciones i mientras haya heridos para recojer o socorrer." Si la respuesta de V. S., c o m o lo presumo, fuese afirmativa, espero que so dignará c o m u n i c a r sus órdenes a toda la armada chilena, i enviarme un s a l v o - c o n d u c t o para la referida nave, a fin de que p u e d a hacer sus espediciones humanitarias, bajo la bandera de la Cruz R o j a , q u e y o haré enarbolar en ella j u n t o c o n el pabellón nacional, acreditando por mi parto su carácter c o n las letras patentes necesarias.

PACIFICO.

(Traducción.) LEGACIÓN DEL BRASIL EN EL P E R l í .

Lima,

Junio

13 de

1880.

U t m o . señor: Confirmando lo que ayer espuse a V . S., relativamente al resultado de mi conferencia c o n el señor C o n t r a - A l m i rante d o n Gal varino Riveros, C o m a n d a n t e en Jefe de la escuadra de Chile, tengo la m a y o r satisfacción en pasar a manos de V . S. la inclusa nota en que este señor m e asegura su pleno asentimiento a la propuesta que V S . m e encargó trasmitirle. Allanadas, por tanto, las dificultades que V . S, preveía para la pronta partida de la nave q u e debe llevar c o n s u e lo i alivio a tanto sufrimiento, solo m e resta agradecer a V. S. la confianza que depositó en m i buena v o l u n t a d para c o a d y u v a r en tan santa misión, i al m i s m o tiempo, consignar mí profundo r e c o n o c i m i e n t o al señor ContraAlmirante Riveros por la p r o n t i t u d i grandeza de alma c o n que correspondió a mi p e d i d o . A s e g u r a n d o a V . S. que m e encontrará siempre a n h e loso de prestar mi débil c o n c u r s o a la sagrada obra de que V . S. es el mas d i g n o i abnegado apóstol, m e a p r o v e c h o c o n s u m o placer de la o p o r t u n i d a d para reiterarle la seguridad del distinguido aprecio i elevada consideración que prefeso a la persona de V. S. JULIO

H.

DE

MELLO

E

ALVIM.

A S. S. Rvma. don José Antonio Roca, Presidente de la Cruz Roja.

Lima, J u n i o 14 de 1 8 8 0 . — Contéstese en términos satisfactorios, publíquese, dése cuenta i archívese. ROCA.

COPIA. LEGACIÓN DEL BRASIL EN EL

Lima,

PERÚ.

Junio

11 de

1880.

I l t m o . i E x c m o . señor Contra-Almirante. Monseñor José A . R o c a , Presidente de la asociación de la Cruz Roja_en el Perú, h a recurrido a mi intervención a fin de obtener de V. E. que r e c o n o z c a en uno de los navios de esta R e p ú b l i c a , q u e por el Gobierno sea c e d i d o a la m i s m a asociación, para el trasporte de enfermos i heridos, las garantías e inmunidades q u e la C o n v e n c i ó n de Jinebra de 22 de A g o s t o de 1864 confiere a las ambulancias i hospitales militares. I a fin de que esta c o m u n i c a c i ó n llegue c o n seguridad Confiado en la cultura del Gobierno de Chile, q u e inmei c o n la apetecible presteza a manos de V. S. i a las mias, diatamente se apresuró a adherirse a los humanitarios la respuesta que se digne darme, c o m o también para allanar cualquier obstáculo que V. S. tuviese por falta de es- principios de aquella C o n v e n c i ó n , i c o n o c e d o r d e los sentimientos jenerosos de que V. E. ha d a d o tan e x h u b e r a n plicacion de mi propósito, h e r o g a d o al h o n o r a b l e señor Mello e A l v i m , Encargado de N e g o c i o s de S. M. el E m p e - tes pruebas, con ocasión de las espediciones de los vapores La Mar, Coquimbo i Luxo-r, a que se refiere el mismo rador del Brasil, que se digne hacer llegar a V. S. este Monseñor R o c a , no h e vacilado en aceptar la n o b l e i grata oficio, esplicarle mis intentos, i aun interponer, si fuese necesario, su mediación amigable para llevar a buen tér- misión c o n que m e honró este respetable sacerdote, seguro de merecer de V. E. la mas benévola acojida. m i n o este p r o y e c t o humanitario, i que, si se realizase h a blaría m u i alto en honra de las repúblicas empeñadas For otra parte, a u n q u e parezca ocioso, d e b o asegurar a hoi en la guerra. V . E. que la nave q u e sea adjudicada por el E s t a d o a la Junta d e la Cruz R o j a , será definitivamente desarmada, Con sentimientos do consideración m u í distinguida, neutralizada i d e d i c a d a esclusivamente al piadoso objeto ofrezco a V. S. mis respetos. que se p r o p o n e aquella asociación, q u e d a n d o , además, por Dios guarde a V S . m u c h o s años. solemne c o m p r o m i s o del Gobierno peruano, inutilizado el m i s m o b u q u e para n o ser e m p l e a d o en cualquiera otro Jostí A N T O N I O R O C A . servicio durante la guerra actual. Esperando, por tanto, que V. E. n o vacilará en acceder Al scííor Contra-Almirante don (jalvarino Eivoros, Comandante en Jefe do la a la petición del presidente de la asociación d e la Cruz escuadra de Chile surta en el Callao. R o j a que, por otra parte, está perfectamente de acuerdo c o n el|espíritu do la C o n v e n c i ó n de Jinebra d e 1864 i además c o n la letra de los artículos adicionales firmados también en Jinebra en 20 de Octubre de 1868, doi desde I ahora a V . E, mis cordiales agradecimientos.

T a m b i é n he de merecer a V . S., en el caso previsto, una r e c o m e n d a c i ó n para los señores jefes de las fuerzas terrestres de Chile, a fin de que n o p o n g a n embarazo a la a p r o x i m a c i ó n de Ja nave a las costas en q u e ellas se e n c u e n tren acampadas, ni a la estraccion de los heridos del ejército peru-boliviano, que puedan ser trasportados para curarse en Lima.


CAPITULO

C o n este m o t i v o , tengo a h o n r a ofrecer a V . E. la s e g u ridad de mi m a s distinguido aprecio i alta consideración.

235

TERCERO.

R e c o n o c i e n d o i a s o c i á n d o m e a los nobles propósitos d e de V . S., m e es grato suscribirme su atento i seguro servidor. GALVARINO RIVEROS.

JULIO H . DE MELLO E ALVIM. A S. E. el señor Contra-Almirante don Galvarino Riveros,'Comandante en Jefe de la escuadra de Chile.

A Monseñor José Antonio Roca, Presidente de la institución de la Cruz Roja.

L i m a , J u n i o 1 4 de 1 8 8 0 . — C o n t é s t e s e el oficio a c o r d a do, p u b l í q u e s e , dése cuenta i archívese.

COPIA. REPÚBLICA DE C H I L E . — C O M A N D A N C I A

ROCA.

E N JEFE D E L A

ESCUADRA.

A bordo del Blanco 12 de 1880.

Encalada,

rada del Callao,

NÚM. 7 6 6 . — C O M A N D A N C I A E N J E F E D E L A

Rada

E x c m o . señor Ministro: T u v e la h o n r a de recibir personalmente de m a n o d e V. E. una estimable n o t a de ayer, a c o m p a ñ á n d o m e otra del señor Presidente de la Cruz R o j a en el Perú. C o m o lo espresé a V . E. en nuestra conferencia de hoi, m e asocio de t o d o c o r a z ó n al humanitario propósito de Monseñor R o c a , i así l o espreso en c o m u n i c a c i ó n q u e d i rijo en esta f e c h a a ese d i g n o eclesiástico. D e b o espresar a V . E., en n o m b r e de m i G o b i e r n o i en el m i ó p r o p i o , un v i v o agradecimiento p o r la elevada i jenerosa i n t e r v e n c i ó n de V . E. en este asunto. A p r o v e c h o esta o p o r t u n i d a d para ofrecer a V . E. la espresion de m i consideración i aprecio, c o n que soi de V . E. atento i s e g u r o servidor. GALVARINO RIVEROS. A S. E. Julio H. de Mello e Alvim, Encargado de Negocios del Imperio del Brasil en Lima.

COPIA. REPÚBLICA DE CHILE.—COMANDANCIA

EN JEFE D E L A

ESCUADRA.

A bordo del Blanco 12 de 1880.

COPIA.

Junio

Encalada,

rada

del Callao,

Junio

Señor: El h o n o r a b l e representante del I m p e r i o del Brasil en Lima, i n t e r p o n i e n d o su m e d i a c i ó n personal, h a p u e s t o hoi en m i s m a n o s la estimable de V . S. d e 1 0 del corriente, en la q u e , m o v i d o por nobles i elevados sentimientos humanitarios, V . S. solicita m i adquiescencia para enviar, desde este p u e r t o hasta el de A r i c a , en servicio esclusivo de la Cruz R o j a , el vapor Limeña, q u e espera V . S. o b t e ner, para tan n o b l e objeto, del G o b i e r n o del Perú. Me he apresurado en espresar al h o n o r a b l e representante brasilero m i amplia aceptación al elevado propósito de V . S., i en consecuencia, m e es grato a c o m p a ñ a r a esta c o m u n i c a c i ó n una nota dirijida al señor Jeneral en Jefe del ejército de Chile i un pasavante para que el v a por Limeña, b a j o la bandera d e la Cruz R o j a , no tenga embarazo a l g u n o en su derrotero p o r las naves de esta escuadra. D e b o hacer presente a V . S. q u e el Limeña, al salir de este puerto, lo m i s m o q u e a su regreso i en su entrada a Arica, d e b e sujetarse a la visita impuesta p o r las necesidades d e la guerra. Creo necesario también r e p r o d u c i r aquí, c o m o una c o n d i c i ó n d e este c o n v e n i o , las siguientes palabras de una n o t a del h o n o r a b l e señor M e l l o e A l v i m con la q u e m e a c o m p a ñ ó la estimable de V . S. que c o n testo: " D e b o asegurar a V . E. q u e la nave adjudicada p o r el Estado a la asociación de la Cruz R o j a , será definitiva i completamente desarmada, neutralizada i dedicada eselusivamente al p i a d o s o o b j e t o a q u e se consagra aquella asociación, garantido esto p o r u n s o l e m n e c o m p r o m i s o del G o b i e r n o p e r u a n o , o b l i g á n d o s e a q u e esa nave n o será empleada en cualquier otro servicio d u r a n t e la actual guerra."

del Callao,

Junio

ESCUADRA.

12 de

1880.

Señor Jeneral: El señor Presidente de la Cruz R o j a en el Perú, c o n intervención personal del h o n o r a b l e representante del Brasil en L i m a , se h a dirijido a mí, h a c i é n d o m e presente q u e espera obtener del S u p r e m o G o b i e r n o del Perú, en favor de esa humanitaria asociación, la cesión del v a p o r Limeña, para dedicarlo esclusivamente al piadoso o b j e t o del trasporte de heridos, al amparo de las prescripciones de la C o n v e n c i ó n internacional de Jinebra. C o m o el S u p r e m o G o b i e r n o de Chile se halla obligado a esas prescripciones, i c o m o ellas tienen por base nobles sentimientos de h u m a n i d a d , n o he trepidado en asociarm e a los propósitos de M o n s e ñ o r R o c a , i he d a d o un p a savante al v a p o r peruano Limeña para que, bajo la i n signia de la Cruz R o j a , pueda dirijirse al puerto de A r i c a . C o n o c i e n d o los elevados sentimientos de V . S., n o d u d o de que prestará a esta obra de h u m a n i d a d t o d o el a p o y o q u e se requiere, h a b i e n d o antes de ahora el S u p r e m o G o b i e r n o de Chile d a d o solemnes pruebas de sus j e nerosos propósitos en la espedicion a A r i c a del Luxor, del Limeña i del Coquimbo, c o n heridos enemigos en los c o m b a t e s de Pisagua i Dolores. A d j u n t o a V. S., para su c o n o c i m i e n t o , copia de la nota que m e ha dirijido el señor Presidente de la Cruz R o j a en el Perú. A p r o v e c h a n d o de esta o p o r t u n i d a d para felicitar a V , S. p o r los gloriosos triunfos de T a c n a i Arica, m e es grato el suscribirme su atento i seguro servidor. GALVARINO RIVEROS. Al señor Jeneral en Jefe del ejército de Chile en Arica.

SECRETARÍA D E ESTADO EN EL DESPACHO D E M A R I N A .

Liona;

Junio

12 de

1880.

Señor Presidente: P u e s t o en c o n o c i m i e n t o d e S. E. el Jefe S u p r e m o el oficio d e V . S. de hoi, relativo a la a d j u d i c a c i ó n de u n trasporte para c o n d u c i r al Callao a los heridos de los ejércitos aliados q u e han s u c u m b i d o gloriosamente en los c a m p o s de Tacna i Arica, m e ha encargado decir a V . S. que, a n i m a d o de los mismos sentimientos filantrópicos c o n que se distinguen los abnegados m i e m b o s de las ambulancias q u e V . S. d i g n a m e n t e preside, p o n e desde l u e g o a disposición de ellas el trasporte nacional Limeña, a quien confia que las fuerzas enemigas d o mar i tierra respetarán c o m o neutral, c o n f o r m e a lo dispuesto en el c o n v e n i o de Jinebra. Las órdenes c o n d u c e n t e s al alistamiento de d i c h o trasporte, serán impartidas i n m e diatamente. M e es g r a t o c o m u n i c a r l o a V". S. para su c o n o c i m i e n t o i fines consiguientes. D i o s g u a r d e a V . S. MANUEL

VILLAR.

Al señor Presidente de la Junta Central de Ambulancias Civiles de la Cruz Roja.


236

GUERRA DEL

EL GOBIERNO P E R U A N O SE N I E G A A N E U T R A L I Z A R EL

"LIMEÑA."

Lima,

Jimio

14 de 1S80.

H o n o r a b l e señor Encargado de N e g o c i o s : H o n r o s o i grato es para mí el contestar el muí estimable oficio de V. S. II., fecha de ayer, en el que se sirve trasmitirme por escrito lo que ya m e había d i c h o de palabra respecto de la negociación de que rogué a V. S. H . se encargase ante el señor Contra-Almirante d o n Galvarino Riveros, Comandante en Jefe de la escuadra de Chile, con el fin de obtener que d i c h o señor Comandante en Jefe i las fuerzas que le o b e d e c e n reconociesen la neutralidad del trasporte nacional Limeña, q u e me p r o p o n í a pedir al S u p r e m o Gobierno para el servicio do la Cruz R o j a en la presente campaña. D i c h a negociación ha sido llevada a buen término bajo los respetables auspicios de V. S. H . , i es obra c o m ú n del celo desplegado por X. H. II. i de los humanitarios sentimientos del precitado señor Contra-Almirante, quien, r e c o n o c i e n d o los c o m p r o m i s o s contraidos en este orden por su G o b i e r n o en la adhesión al p a c t o d e Jinebra d e 1864<, los ha interpretado de la manera mas conforme a los sentimientos de h u m a n i d a d , que inspiraron aquel noble pacto. N o tengo, pues, sino elojios m u í sinceros que tributara V. S. H. i al señor Contra-Almirante Riveros, p o r la parte que respectivamente han t o m a d o para facilitar la realización del humanitario p r o y e c t o do mejorar la c o n d i c i ó n de los heridos, que patrocina esta J u n t a de Ambulancias. M i gratitud, la ríe m i s dignos colegas i la del país entero, a c u y a noticia llegarán estos procedimientos, quedan vivamente empeñadas. Preséntase tan solo una dificultad para coronar la e m presa. Creí que mi G o b i e r n o accedería al pedido que y o le hiciese de adjudicación del trasporte Limeña a esta J u n t a Central por todo el tiempo que dure la campaña; así lo pretendí para contar siempre c o n un trasporte disponible, que esta Junta mandase en cualquiera emerjencia al teatro de la guerra, de suerte que los heridos pudieran ser trasladados sin d e m o r a a nuestros hospitales de sangre. Mas, el S u p r e m o Gobierno cree que n o p u e d e desprenderse del libre uso de aquel trasporte p o r un plazo i n d e terminado c o m o el que yo fijaba. Está llano a ponerlo a mi disposición, i lo ha h e c h o ya, para q u e lo desarme i neutralice durante el viaje q u e estoi preparando; quizas m e lo volvería a prestar, si hubiera que hacer otros viaj e s en estos dias o en lo futuro, entendiéndose que dichos viajes serian bajo la bandera d e la Cruz R o j a i ajustados a la mas austera neutralidad. T e m o que el señor Contra-Almirante Riveros n o se h a lle dispuesto a c o n c e d e r m e las garantías q u e solicité i o b t u v e de él por la mediación de Y . S. H., si n o le p u e d o contestar afirmativamente a la c o n d i c i ó n que m e h a puesto al final del oficio que m e dirije, i q u e versa sobre ' e l desarme definitivo de la m e n c i o n a d a nave, i el c o m p r o m i s o del G o b i e r n o peruano de n o emplearla en cualquier otro servicio durante la actual guerra," C o m o y o n o podré obtener de mi Gobierno esa c o n c e sión, que he solicitado c o n instancia, i de la que hablé a V . S. H., c r e y e n d o obtenerla, ocurro a su bondadosa m e diación, para que V . S. H . se digne esponer al señor Contra-Almirante Riveros que toda la negociación entablada fracasará si dicho señor Contra-Almirante mantiene aquella c o n d i c i ó n en la categoría de sine qua non. Y o no veo, señor, inconveniente para r e c o n o c e r los prívilejios de la neutralidad de la Cruz R o j a a u n trasporte de guerra, mientras vaya desarmado i bajo la bandera de la institución, a cumplir la misión humanitaria de recojer los heridos, sujetándose a la visita de los buques de g u e r ra enemigos. El Perú ha r e c o n o c i d o la neutralidad m o mentánea del trasporte de guerra chileno Lámar, que c o n d u c í a al puerto de A r i c a heridos del ejército aliado i una ambulancia. Esto trasporte entró i salió libremente

PACIFICO.

de Arica sin que hubiera precedido, c o m o en este caso, un aviso anticipado de la misión que llevaba. L o que el Perú hizo entonces por respeto a la Cruz R o j a , ¿no podría h a cer h o i Chile por la m i s m a consideración? ¿A caso exijió m i patria, en c a m b i o de su respeto a ese b u q u e m o m e n táneamente neutralizado, que Chile lo desarmase e i n u t i lizase para la guerra? Y . S. H . n o necesita que y o siga esplotando este argumento que su clara intelijencia i fervoroso celo h u m a n i tario hará valer m e j o r q u e y o , para que n o se malogre una empresa de caridad en la que so interesan tantos valientes heridos en el c a m p o de batalla, i tantas familias desoladas que quieren lavar esas heridas c o n sus lágrimas. Y o espero, señor, q u e Y. S. H . tendrá la b u e n a suerte de inclinar el ánimo del señor Contra-Almirante Riveros a retirar la c o n d i c i ó n del desarme definitivo del trasporte TÁmeña i a mantener solamente la de! desarme temporal mientras se emplee en espediciones de la Cruz R o j a , q u e serán debidamente acreditadas por mí. Pidiendo a V . S. H . mil perdones por los enojos que p u e d o causarle c o n m i i m p o r t u n i d a d , i reiterándole mis agradecimientos, he de merecer de V . S. H . que se digne hacer llegar a manos del señor Contra-Almirante Riveros la c o m u n i c a c i ó n adjunta, que le remito abierta para q u e Y . S. H. p u e d a instruirse de su c o n t e n i d o . D e n t r o d e d i c h o pliego van el pasavante i r e c o m e n d a c i ó n q u e se sirvió e n viarme d i c h o señor Contra-Almirante, por si éste tuviese a bien retirarlos o modificarlos. Con sentimiento de alta i respetuosa consideración, soi de Y . S. H . m u i atento obsecuente servidor. JOSÉ A N T O N I O

ROCA.

Al señor clon Julio H. de Mello e Alvim, Encargado de Negocios de S. M. el Emperador del Brasil.

Lima,

Junio

1A de

1880.

H e recibo el atento oficio de Y. S., fecho el 12 del c o r riente mes, por el q u e se sirve responder al q u e tuve a h o n r a dirijir a V . S., relativo al c o n o c i m i e n t o de la n e u tralidad del trasporte nacional Limeña, que m e p r o p o n g o enviar al S u r para recojer i trasladar a los heridos aliados que han caido en los últimos combates. E l h o n o r a b l e señor Mello e A l v i m , E n c a r g a d o de N e g o c i o s del I m p e r i o del Brasil, de c u y a m e d i a c i ó n amistosa m e valí para tratar este asunto c o n V. S., hacer llegar a sus respetables m a n o s mi precitado oficio, trasmitirme su respuesta i allanar cualquiera dificultad q u e V . S. e n c o n t r a se en el asunto propuesto, m e ha d a d o de palabra las m e j o res noticias acerca de la benévola acojida q u e V . S. se sirvió dar a mi jestion; las que han sido confirmadas p o r el r e c o r d a d o d e s p a c h o d e V. S., que contesto, i el pasavante de mar i r e c o m e n d a c i ó n para las fuerzas chilenas d e tierra q u e solicité de Y. S. c o n el objeto de facilitar la e s p e dicion humanitaria del IÁmeña. D o i a Y . S. las mas espresivas gracias por las atenciones q u e m e h a dispensado, i le tributo el mas sincero aplauso por la buena acojida q u e se ha servido dar a mi petición. U n a i otra cosa son propias de los sentimientos caballerescos i cristianos q u e m e c o m p l a z c o en r e c o n o c e r en Y. S. i que resplandecen en todas sus respuestas a esta presidencia d e las ambulancias d e la Cruz R o j a . Mas, desgraciadamente, la c o n d i c i ó n q u e V . S. establece al final de su oficio m e m o r a d o , relativa al desarme definitivo del Limeña i "al c o m p r o m i s o del G o b i e r n o p e r u a n o de n o emplear ese trasporte en n i n g ú n otro servicio, fuera del d e la Cruz R o j a , mientras d u r e la guerra a c t u a l ; " — c o n d i c i ó n espresada en el oficio del señor Encargado de N e g o c i o s del Brasil a V . S., i q u e él ajustó c o n m i g o en conferencia privada;—esa c o n d i c i ó n , repito, q u e y o creia p o d e r llenar, i que aun m e c o n v e n i a c o m o a j e f e d e las ambulancias, para tener siempre a m i disposición u n trasporte, que acudiese a d o n d e fuera necesario c o n la apote-


CAPITULO TERCERO.

cible presteza, n o h e p o d i d o llenarla, porque el S u p r e m o Gobierno del Perú se niega (1) a desarmar definitivamente el m e n c i o n a d o trasporte, del que puede necesitar durante la guerra. Solo h e o b t e n i d o que sea desarmado i puesto a mi disposición por este p r ó x i m o viaje, i creo que, si h u b i e se mas heridos q u e los que pueda traer, obtendría la misma c o n c e s i ó n p o r otra vez. C o l o c a d o en esta situación estrema, m e dirijo a los sentimientos cristianos i caballerescos de V . S., para decirle que, si n o retira la c o n d i c i ó n q u e m e ha puesto, un n ú m e r o considerable de familias inofensivas i doloridas no p o d r á n satisfacer su natural angustioso anhelo de lavar c o n sus lágrimas las heridas d e sus deudos, i de recibir quizas el último suspiro de los q u e cayeron en lejano c o m b a t e ; i que V . S. tenga en consideración que el trasporte chileno Lámar, q u e c o n d u j o heridos a A r i c a bajo la bandera de la Cruz R o j a , fué bien recibido, i pacíficamente despedido, sin q u e se exijiese por el P e n i su desarme definitivo, ni que n o pudiese seguir prestando sus servicios c o m o trasporte d e guerra. Creo q u e V . S. n o se dejará vencer en jenerosidad, i que retirará la c o n d i c i ó n q u e se h a servido poner en su oficio a que contesto. P o r lo demás, la visita del trasporto a su entrada o salida de los puertos de que m e habla V . S., i aun en el alta mar, n o es cosa discutible, i V . S. p u e d e ordenarla, q u e será bien recibida; así tendrá V . S. la seguridad apetecible de la austera neutralidad que guardará aquella nave durante su espedicion humanitaria, c o n c l u i da la cual volvería al p o d e r d e mi Gobierno. C o m o V . S. pudiera tener q u e hacer alguna modificación en el pasavante i r e c o m e n d a c i ó n que se dignó enviarme para facilitar la espedicion del Limeña, m e es h o n roso devolverlos a V . S., ora c o n ese objeto, ora para n o usarlos, si V . S. n o accede a mi p e d i d o . C o n sentimientos de consideración m u i respetuosa, i c o n la esperanza de que V . S. allanará la dificultad a que m e he contraído, m e es grato suscribirme de V . S. atento, o b secuente servidor. JOSÉ A N T O N I O

ROCA.

Al señor Contra-Almirante clon Galvarino Riveros, Comandante en Jefe de la escuadra de Chile en el Callao.

JUNTA

CENTRAL DE

AMBULANCIAS CIVILES

DE

LA

CRUZ

R O J A E N EL P E R Ú .

Lima,

Junio

14 de

1880.

S e ñ o r Secretario: M e es grato acusar a V . S. recibo de su respetable oficio del 12 del mes en curso, por el que se sirve c o m u n i carme que S. E. el Jefe S u p r e m o se h a d i g n a d o poner a disposición de esta J u n t a Central el trasporte nacional Limeña, para c o n d u c i r en él los heridos del ejército aliado q u e h a n caido d i g n a m e n t e en los últimos combates. Confia S. E. en que d i c h o trasporte será respetado pollas fuerzas enemigas de mar i tierra, a tenor de lo establecido en el C o n v e n i o de Jinebra; i el despacho de V . S. impartirá inmediatamente las órdenes c o n d u c e n t e s a preparar el viaje d e dicha nave. V i v a m e n t e agradecido a S. E. i a V . S. p o r q u e se h a n digado escuchar los votos de esta J u n t a Central, aun teng o q u e pedir el decreto supremo para la a d j u d i c a c i ó n de d i c h o trasporte a la referida J u n t a , c o n la declaración de q u e n o p o d r á ser e m p l e a d o en operaciones de guerra durante la guerra actual. Ese decreto lo t e n g o p e d i d o por m i primer oficio del 12, i sin él n o estoi e s p e d i to para encargarme de la nave i organizar la h u m a n i t a ria espedicion. A b r i g o la esperanza de q u e V. S. se ha de servir o b t e ner hoi mismo de S. E. el Jefe S u p r e m o el p r e d i c h o d e creto, pues los m o m e n t o s son preciosos i necesito apro(1) La negativa del Supremo Gobierno fué verbalmente el 14, i a ella se refiere esta nota. Después la espresó por escrito en el oficio que se publica a continuación.

237

vecharlos en favor do nuestros heridos desconsolados, que aun ignoran c u á n t o se hace por mejorar su c o n d i c i ó n . Con sentimientos de consideración m u i respetuosa, aguardo la respuesta favorable de V . S. D i o s guarde a V . S. m u c h o s años. JOSÉ A N T O N I O

ROCA.

Al señor Secretario de Estado en el despacho de Guerra i Marina.

S E C R E T A R Í A D E E S T A D O E N EL D E S P A C H O D E G U E R R A I MARINA.

Lima,

Junio

15 de 1880.

Señor Presidente: E n contestación al estimable oficio de V . S. d e ayer solicitando se espida el decreto de adjudicación a l a J u n t a de A m b u l a n c i a s del vapor IÁmeña,declarándose que este trasporte no p o d r á ser e m p l e a d o en operaciones militares durante la guerra actual, digo a V . S., por encargo d e S. E. el Jefe S u p r e m o , que n o es posible aceptar esa c o n dición, i que al poner a disposición de V . S. el m e n c i o n a d o trasporte para c o n d u c i r al Callao a los heridos en los combates de Tacna i Arica, h a sido su m e n t e que se le o c u p e hasta tanto que sea necesario en esa filantrópica comisión, sin que por eso renuncie el G o b i e r n o el d e r e c h o a emplearlo posteriormente c o m o m e j o r c o n v e n g a en el trascurso de la presente campaña. D i o s guarde a V . S. MANUEL

VILLAR.

Al señor Presidente de la Junta de Ambulancias Civiles de la Cruz Roja.

LEGACIÓN

DEL BRASIL EN

Lima,

EL

PERÚ.

17 de 1880. I l t m o . señor. A p r e s u r ó m e a trasmitir a V . S. el oficio adjunto, que, por m i c o n d u c t o , le dirije el C o m a n d a n t e en Jefe de la escuadra de Chile. Instruido por la c o m u n i c a c i ó n q u e m e envia el señor Contra-Almirante Riveros, i de q u e doi c o n o c i m i e n t o a V . S., de haber este digno caballero accedido jenerosam e n t e a la modificación de las condiciones primitivas p a ra el viaje del trasporte Limeña en servicio de la Cruz R o j a , felicito cordialmente a V . S. por tan grata solución, i h a g o los mas ardientes votos p o r q u e la estremada d e d i c a c i ó n i m a g n a n i m i d a d , q u e h a h a b i d o d e una i otra parte, en este asunto, sean coronadas p o r el resultado mas lisonjero. Soi, c o n el mas distinguido aprecio i alta consideración, de V . S., atento servidor. JULIO H .

DE

Junio

MELLO

E

ALVIM.

A S. S. Rvma. el señor don José Antonio Roca.

L E G A C I Ó N D E L BRASIL E N EL P E R Ú .

Lima,

Junio

14 de

1880.

E x c m o . señor C o n t r a - A l m i r a n t e : T e n g o el h o n o r de acusar recibo de la apreciable nota de V . E., fecha 12 del corriente, i de la c o m u n i c a c i ó n que se sirve A^.E. acompañar, dirijida al Presidente d é l a J u n ta de la Cruz Roja, que fué inmediatamente entregada a su título. Profundamente r e c o n o c i d o a V. E. por la inexedible cortesía i m a g n a n i m i d a d c o n que accedió a la propuesta de que fui intermediario, mi satisfacción seria completa si una circunstancia inesperada n o hubiese v e n i d o a frustrar los abnegados esfuerzos de Monseñor R o c a i la buena v o l u n t a d de V . E. P o r el oficio que por aquel señor m e fué dirijido, i d e que i n c l u y o copia, así c o m o por el que directamente dirije a


238

GUERRA DEL

V. E. el m i s m o señor, i que va adjunto, c o n o c e r á V . E. el m o t i v o del fatal malogro que, c u a n d o m e n o s por puro sentimiento de h u m a n i d a d , n o p o d e m o s dejar todos de deplorar. Monseñor R o c a , quizá confiado demasiado en las inspiraciones de la mas fervorosa piedad, h a b í a m e d a d o las seguridades de p o d e r obtener del Gobierno de la R e p ú b l i ca la definitiva e irrevocable cesión a la J u n t a de la Cruz R o j a del trasporte Limeña, para servir durante la actual campaña de hospital flotante, i esas seguridades intencionalmente trasmití y o a V . E. c o n el propósito de hacer mas fácil i práctica la desicion que solicitaba, i q u e antes de todo convenia obtener c o n la m a y o r rapidez, a fin de llevar lo mas pronto socorros a tantos infelices que en los últimos sucesos de T a c n a i Arica quedaron tendidos en los c a m p o s de batalla, i para c u y o alivio suponíamos que talvez fueran escasos los recursos de las ambulancias c h i lenas, n o obstante la buena voluntad i celo de sus m i e m bros.

a

Desgraciadamente, el Gobierno peruano ha entendido ue n o podia prestarse a la referida cláusula de desarme efinitivo del precitado trasporte, concediéndoselo apenas temporalmente mientras el b u q u e n o le fuese necesario. En estas condiciones, j u z g á n d o m e sin d e r e c h o para seguir abusando de la benevolencia de V . E , en solicitud de q u e por V. E. fuese aceptada la modificación impuesta por el S u p r e m o Gobierno, c u m p l o c o n un ú l t i m o deber de h u m a n i d a d i al m i s m o tiempo de consideración para c o n el noble Presidente de la Cruz R o j a , remitiendo a V . E. las c o m u n i c a c i o n e s del m i s m o señor, a que al principio m e h e referido, i d e j a n d o a los c o m p r o b a d o s sentimientos de jenerosidad de V. E. la resolución indicada, que apenas m e atrevo a esperar. Por encargo del señor R o c a , d e v u e l v o a V . E. el salv o - c o n d u c t o i los demás d o c u m e n t o s emanados de la C o mandancia de la escuadra a órdenes de V. E., concernientes a la primitiva concesión en favor del Limeña. Quiera V. E. aceptar las reiteradas protestas de mi mas distinguido aprecio i consideración. J U L I O H. D E M E L L O

E

ALVIM.

A S. E. el señor Contra -Almirante clon Galvarino El veros, Comandante en Jefe de la escuadra de Chile, R E P Ú B L I C A D E C H I L E . — C O M A N D A N C I A E N JEFE D E L A ESCUADRA.

A bordo del Blanco Encalada, nio 16 de 1SS0.

rada

del Callao,

Ju-

PACIFICO.

REPÚBLICA

D E C H I L E . — C O M A N D A N C I A EN J E F E D E LA ESCUADRA.

A bordo del Blanco Encalada, nio 16 de 1SS0.

rada

del

Ccdlao,

Ju-

Monseñor: Solo h o i h e recibido la estimable c o m u n i c a c i ó n de V . S. de 14 del corriente, h a c i é n d o m e presente las dificultades c o n q u e h a t r o p e z a d o V. S. en su humanitario propósito de consagrar definitiva i esclusivamente el vapor Limeña al servicio de la Cruz R o j a . N o encuentro, Monseñor, paridad alguna entre el a c tual viaje del Limeña hasta A r i c a i el que h i z o el Lámar desde Pisagua. A q u e l v a p o r chileno salió de un p u e r t o o c u p a d o p o r Chile i l l e v ó a u n puerto peruano, b l o q u e a do por naves chilenas, heridos de un ejército de la A l i a n za peru-boliviana. Si el j e f e de A r i c a hubiese r e h u s a d o e n t o n c e s el admitir la entrada en aquel p u e r t o del trasporte chileno, éste habría regresado al p u n t o de su partida, solo cou grave daño para los heridos q u e llevaba a su bordo. E n el caso actual se solicita permiso para hacer salir de un puerto b l o q u e a d o por naves de Chile, u n trasporte de la marina peruana que se dirije a otro p u e r t o o c u p a d o y a por nuestras armas. Está en mis atribuciones, i a u n pudiera decir en m i deber, el estipular la c o n d i c i ó n q u e el S u p r e m o G o b i e r n o del Perú ha rechazado, e s p o n i e n d o a m u c h o s infelices heridos a las penosas eontinjencias que, para sus cuidados, nacen de la natural deficiencia en el servicio m é d i c o , c u a n d o hai gran aglomeración de h e ridos después de sangrientos c o m b a t e s . C o m p r e n d o m u i bien la ansiedad de V . S. para llevar a cabo, c o n la m a y o r p r o n t i t u d posible, la piadosa e s p e d i c i o n que proyecta, i n o quiero entorpecerla m a n t e n i e n d o mis justas exijencias. P u e d e V . S., en consecuencia, p r o c e d e r a la realización de su humanitario propósito en los términos i n d i c a d o s en la nota que hoi contesto, d e b i e n d o sujetarse el Limeña a la visita impuesta p o r las necesidades de la guerra, i d e b i e n d o también hacer su viaje desde este puerto directam e n t e al d e A r i c a . A c o m p a ñ o a V. S. el pasavante correspondiente i la c o m u n i c a c i ó n para el señor Jeneral en Jefe del ejército chileno. M e es grato reiterar a V . S. mis sentimientos de c o n s i deración i aprecio. • G A L V A R I N O RIVEROS. A Monseñor José Antonio Roca, Presidente de la institución de la Cruz Roja.

H o n o r a b l e señor: H e tenido la h o n r a de recibir hoi la estimable c o m u n i cación de V. E. de 14 del corriente, trasmitiéndome una nota de Monseñor R o c a , en la que el digno Presidente de la Cruz R o j a en el Perú m e h a c e presente las dificultades c o n q u e ha tropezado para la espedicion del Lime ría en ausilio de los desgraciados heridos en los c o m b a t e s ele T a c n a i Arica. A u n q u e las duras exijencias de la guerra m e dan plen o d e r e c h o para mantener las condiciones acordadas, a fin de movilizar en esclusivo i definitivo servicio de la Cruz R o j a el trasporte peruano Limeña, n o quiero, persistiendo en esas condiciones, estorbar una espedicion a c u y o humanitario propósito deseo contribuir. H e accedido a lo solicitado n u e v a m e n t e p o r el h o n o rable Monseñor R o c a , i, en consecuencia, a c o m p a ñ o a d j u n ta mi contestación a ese d i g n o eclesiástico i el n u e v o p a savante p e d i d o . Reiterando a V. E. la espresion de mi r e c o n o c i m i e n t o por su jenerosa intervención en este asunto, m e c o m p l a z c o en ofrecerle mis sentimientos de sincero aprecio i c o n sideración, c o n que soi de V. E. atento i seguro servidor. GALVARINO

RIVEROS.

A. S. E. el señor Encargado de Negocios del Imperio del Brasil en Lima.

Lima,

Junio

18 de

1880.

H o n o r a b l e señor E n c a r g a d o de N e g o c i o s : P o r el m u i estimable oficio q u e V . S. H . se sirvió dirij i r m e ayer, m e h e instruido en el feliz término de la n e g o c i a c i ó n e n c o m e n d a d a a la b o n d a d i al celo de V. S. H . para obtener que el señor Contra-Almirante, Jefe de la escuadra chilena, reconociese la neutralidad del trasporte nacional Limeña, en su p r ó x i m o viaje a A r i c a , a fin d e traer en él a los heridos de los últimos c o m b a t e s d e A r i c a i Tacna. N o tengo espresiones suficientes para agradecer a V. S. H . cuanto h a h e c h o por la h u m a n i d a d i p o r esta nación, amiga del I m p e r i o que Y. S. H . tan d i g n a m e n t e representa. Q u e m i patria m e a y u d e , pues, a pagar a V . S. H . la preciosa d e u d a que h e m o s c o n t r a í d o ; i q u e las lágrimas de gratitud de los heridos i sus familias sean ofrendas a V. S. H . que atraiga sobre su persona las bendiciones del cielo. O p o r t u n a m e n t e escribiré al señor Contra-Almirante Riveros manifestándole mi j u s t o r e c o n o c i m i e n t o por su c o n d u c t a en este asunto, tan cristiana c o m o caballeresca.


CAPITULO TERCERO.

Con el asentimiento d e V . S. H . p u b l i c o h o i todas las piezas referentes a esta negociación, inclusive la última resuesta del señor Contra-Almirante Riveros, q u e V . S. I i . a tenido la b o n d a d de p o n e r en mis manos; i d e v u e l v o a V. S. H., aquí adjunto, el oficio que el precitado señor Contra-Almirante le dirijió últimamente, i q u e V . S. H . m e confió para q u e sacase copia de él. A n h e l o por tener ocasión en q u é demostrar a V . S. H . la sinceridad d e m i agradecimiento; i a p r e v e c h o de ésta para ofrecerle, j u n t o con mis respetos, la seguridad de mi consideración m u i distinguida, c o n la q u e soi de V . S. H . mui atento, obsecuente servidor.

E

JOSÉ ANTONIO

ROCA.

Al Honorable señor don Julio H. de Mello e Alvim, Encargado de Negocios de S. M. el Emperador del Brasil.

SECRETARÍA D E ESTADO EN EL DESPACHO D E MARINA.

Lima, Junio 18 de 1880. Señor Presidente: H e recibido su estimable c o m u n i c a c i ó n de hoi, en la que manifiesta que se han allanado por V . S. los obstáculos para la salida del TÁmeña, i de acuerdo c o n mis oficios del 14 i 1.5 de los corrientes, i bajo las condiciones establecidas en ellos, se han impartido las órdenes para

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ue este trasporte sea puesto a disposición de Y . S. i p u e a zarpar al Sur a desempeñar la humanitaria comisión de c o n d u c i r a los heridos en los c o m b a t e s de T a c n a i de Arica, q u e d a n d o a b o r d o los empleados i marineros que elija el capitán n o m b r a d o por V . S., i todos los elementos útiles para la espedicion, i desembarcándose el c o m a n dante, oficiales, guardias-marinas, aspirantes i tropa, así c o m o también los artículos de guerra, c o n escepcion del c a ñ o n c i t o para señales. Las camas i accesorios q u e pertenecieron al Oroya serán pasados al Limeña, c o m o lo solicita Y . S. en su citado oficio q u e m e es grato contestar. Dios guarde a V . S. MANUEL

VILLAR.

Al señor Presidente de la Junta de Ambulancias de la Cruz Roja.

VIII. Confederación perú-boliviana: mensajes i protocolos p r e s e n t a d o s p o r el D i c t a d o r P i é r o l a al C o n s e j o d e Estado.

MENSAJE D E S. E . E L J E F E S U P R E M O D E L A R E P Ú B L I C A A L H O N O R A B L E CONSEJO D E E S T A D O .

El Perú i Bolivia n o deberán formar en adelante sino una sola entidad nacional, o lo q u e es lo m i s m o , las dos fracciones del p u e b l o que el acto puramente político de 1824 dividió, debilitándolas, volverán a reunirse; pero n o por la absorción de la una en la otra, sino por el h e r m o s o abrazo d e la libertad, d u p l i c a n d o así u n a i otra su personalidad i su p o d e r p o r el h e c h o solo de su unión. Y o n o sé si pueda presentarse para un p u e b l o evolución política que revista m a y o r grandeza i trascendencia. Tal es el colosal asunto, c u y a magnificencia m e ha d e cidido a daros por m í m i s m o solemne cuenta de él, d e m a n d a n d o vuestro patriótico c o n c u r s o para su m e j o r e j e cución. El o r d e n moral c o m o el físico, tiene sus invariables leyes d e indefectible c u m p l i m i e n t o . C o n f o r m e a ellas, las grandes trasformaciones, aparentemente producidas en un día, son la obra de largo t i e m p o i el fruto de un p e ríodo de fecunda, a u n q u e lenta, preparación q u e d e m a n d a un feliz c o n c u r s o de circunstancias para tomar las formas sensibles de u n h e c h o realizado. D o s grandes sucesos, al parecer sin relación alguna, han

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v e n i d o a producirse, después de 10 años de fatigosa labor, en cortísimo espacio de tiempo. El Perú c o m o Bolivia sacudieron en u n instante solo el c a r c o m i d o viejo réjimen de la R e p ú b l i c a central de m e d i o siglo, constituyendo,! con pasmosa, aunque n o concertada resonancia, el G o b i e r n o dictatorial q u e les rije. Ese acto n o era, sin embargo, sino el preludio de una mas amplia i c o m p l e t a trasformacion i el c a m i n o para realizarla. L a dictadura de D i c i e m b r e i Enero últimos, que n o era el fruto de una a m b i c i ó n ni el resultado de u n c o m p l o t político, sino u n h e c h o inevitable, superior a t o d o esfuerzo favorable o contrario, solo se p r o d u j o para dar paso a la inmensa reconstrucción de que v e n g o a ocuparos. I, para realizarse, necesitaba absolutamente de un c o n c u r s o ele circunstancias estrañas a toda h u m a n a previsión, c o n s tituidas por la guerra d e Chile contra Bolivia i el Perú i los contrastes que, para marcar c o n el sello de indeleble reprobación al viejo réjimen, les h a h e c h o éste esperimentar. L o s q u e c o n o c e n la leí histórica, saben perfectamente q u e los grandes sucesos para un p u e b l o n o se p r o d u c e n por el c a m i n o de la bonanza, i q u e las grandes i d u r a d e ras cosas n o se hacen para ellos, sino a costa de grandes sacrificios, dolores e infortunios. Si p u d i é r a m o s s o b r e p o nernos un instante a los que nos rodean; si pudiéramos ahogar el grito que al patriotismo arrancan los sucesos del año ú l t i m o , y o bendeciría m i l veces la gueiua actual, de la que comienza a levantarse y a vigoroso i rejenerado el Perú de 1821. Obrero incesante de 10 años, sin que m e hubiese d e t e n i d o ni el temor d e pasar p o r u n o d e los tantos r e v o l t o sos de la A m é r i c a española, i ajeno, p u e d o declararlo, a toda a m b i c i ó n que n o sea el renacimiento de m i patria, jo n o he sido ni soi sino el instrumento de sus aspiraciones i el bien intencionado ejecutor d e sus propósitos. D e s n u d o de t o d o interés i m e r e c i m i e n t o p r o p i o , solo así se esplica mi presencia en este lugar, en estos m o m e n t o s s o lemnes para el P e r ú , i c o n c u r r i e n d o a la colosal trasform a c i o n de los dias presentes. Escusad si m e v e o obligado a hablaros de mí m i s m o al historiar rápidamente la iniciativa para la constitución de los Estados U n i d o s perú-bolivianos, sin la cual n o p o dría ser apreciada c o n verdad. R e c o j i e n d o el pensamiento nacional, h a c i é n d o m e el i n térprete de las aspiraciones c o m u n e s , n o siempre bien definidas, pero idénticas, i usando d e limitada confianza pública, n o trepidé en someter al p u e b l o de Bolivia, representado por su ilustre Jefe, el pensamiento de r e c o n s truir la antigua unidad. A c o j i d o ese pensamiento c o n toda la abnegación patriótica i elevación de miras que caracterizan al E x c m o . señor Jeneral Campero, i n o permitiendo las exijencias d e la actualidad r e u n i m o s personalmente, c o m o l o intentam o s , so sirvió acreditar en L i m a una misión especial i estraordinaria, por m e d i o de la cual han sido discutidos i ajustados los dos protocolos, c u y o testo someterá a v u e s tra consideración i a la del país el señor Secretario d e R e laciones Esteriores. L a base de unión en ellos contenidas presentan dos aspectos principales. Constituir un gran pueblo n o ' e r a todo, ni habría sido robusta i saludable tal constitución si no se asentaba sobre las únicas sólidas bases en este orden: la libertad, q u e es verdad i satisface las necesidades^'reales del presente, i la libertad que las consulta para lo futuro, permitiendo el engrandecimiento de mañana. El Perú, mas aun q u e Bolivia, por la configuración de su territorio distribuido en centros grandemente distantes u n o s de otros, m u i diversos entre sí, de variadísima p o b l a c i ó n i razas i c o n diversidad hasta de lenguas, n o podría encontrar j a m á s en el réjimen central sino obstáculos insuperables a la satisfacción d e sus necesidades en t o d o orden.


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GUERRA DEL

E n cuanto a la libertad, c o n d i c i ó n inseparable de la vida i desenvolvimiento de los individuos i do los pueblos, el m u n d o ha h e c h o demasiado camino ya para q u e n e c e site hacerlo notar; la república centra!, aun en los p u e blos que n o se hallan en nuestras condiciones naturales, n o ha p o d i d o ni p u e d e ser sino el estadio necesario del réjimen m o n á r q u i c o a la vida nueva de las naciones; i los saludables frutos que la república federal ha d a d o en los j ó v e n e s pueblos de la A m é r i c a española, disipan, c o n la incontestable elocuencia de los h e c h o s , tocia d u d a fundada en el estado de adelanto de los a que se aplique. R e c o n o c e r la a u t o n o m í a do nuestras circunscripciones departamentales es permitirles resolver sus problemas propios, haciéndoles concurrir, y a desembarazados de ellos, mas prósperos i felices i con vigor nuevo, con amor mas íntimo, a la unidad i fuerza del país. Para fundar en su relativamente escasa p o b l a c i ó n arg u m e n t ó contra su autonomía, seria preciso olvidar su estension territorial, i c o m o cada uno de nuestros centros n o es, en verdad, sino núcleo de futuras poblaciones, formadas al m i s m o tiempo p o r asimilación de elementos y a h e c h o s fuera, que por el desarrollo natural de los p r o pios. N o faltaría quien buscase, c o m o ya se h a intentado, c o n d a ñ o práctico, la descentralización gradual dentro del r é j i m e n central, d e s c o n o c i e n d o que por aquel c a m i n o solo se logra reunir los inconvenientes de una i otra forma republicana, al paso que se renuncia a las ventajas que son propias de cada una de ellas. Estraño parecerá, sin duda, que quien da forma de u n h e c h o a tales principios, c u y a realización h a sido tanto tiempo buscada, n o la haya preparado c o n la p r o c l a m a ción pública de ellos. F u n d a d o s esos principios en las mas claras necesidades del país, su propaganda era innecesaria. Pero sí era forzoso evitar a su realización u n grave escollo. Escritos esos principios en la bandera de una causa política, habrían p r o v o c a d o inmediatamente el c o m b a t e de la contraria i desnaturalizándose c o n el cargo de ser una i n v o c a c i ó n i n s pirada por el deseo de triunfar. P r o c l a m a d o el réjimen federal por quien i desde el puesto que lo es reviste su carácter propio de esclusivo interés nacional; p o r q u e ni se necesita c o m o a p o y o para llegar al poder que se tiene ya, ni es posible desconocer ue solo el interés del país p u e d e inducir a desprenderse el sinnúmero de facultades i de medios de acción que suministra el réjimen central para aceptar la forma federativa. Por h o n d a que, n o obstante, sea la c o n v i c c i ó n del G o bierno actual en este orden e ilimitadas sus facultades, n o ha creído que debiera acometer p o r su esclusivo acuerdo la doble i trascendental trasformacion q u e contienen los protocolos suscritos c o n Solivia, i limitándose a p r o y e c tarla, va a buscar la sanción de los pueblos del Perú i B o livia, sin la cual lo h e c h o hasta ese m o m e n t o solo tendrá el carácter de una gran iniciativa del p o d e r político que se han dado ambas repúblicas, sin que de manera alguna pueda comprometerlas u obligarlas. La tarea que estoi d e s e m p e ñ a n d o en este instante tiene, pues, un d o b l e objeto: daros c o n o c i m i e n t o de lo h e c h o i por vosotros al país, i que estudiéis la forma mas c o n v e niente para consultar la v o l u n t a d nacional, j e n u i n a m e n t e espresada i ajena a toda influencia que pudiera estraviarla. Bolivia p u e d e hacerlo pronto fácilmente por m e d i o de su Asamblea de representantes, reunida en la actualidad. Las circunstancias por las que atravesamos n o permiten, sin dañosa lentitud i sin distraernos do la guerra, apelar a igual m e d i o . Por m i parte hallo también preferible el v o t o directo de los ciudadanos en materia de tan grave trascendencia. Conforme a lo establecido en el artículo 2. ° del P r o t o colo complementario, ese v o t o debe pronunciarse al m i s m o tiempo que sobre la forma federal i la unión c o n B o livia sobre la época en que una i otra d e b a n ser realizadas.

PACIFICO.

Confio a vuestro celo i patriotismo el ilustrar al Gobierno en este p u n t o . H o n o r a b l e s señores: Dar a cada una de las secciones territoriales del P e r ú i Bolivia vida independiente i propia, estrechando los c o m u n e s vínculos i acrecentando, por la unión, su a c c i ó n bélica hoi al fronte del e n e m i g o i su p o d e r para mañana, es conquistar, de presente, la mas segura garantía de triunfo i abrir una n u e v a i grande era en el porvenir de la n a ción. El h e c h o cuya realización b u s c a m o s , es u n o de aquellos grandes sucesos que se marcan en la v i d a d e los p u e b l o s c o m o se marca en la de los iudividuos el tránsito a la edad viril. Después de ellos todo cambia i se engrandece. La historia n o p u e d e olvidarlos. C u a n d o el p u e b l o n u e v o , triunfante de la injusta a g r e sión d e que son víctimas el Perú i Bolivia, restañando sus heridas, estreche en cordial abrazo a sus h e r m a n o s del n u e v o continente para entregarse a las fecundas labores de la paz, los esfuerzos i sacrificios d e la era presente habrán sido ampliamente c o m p e n s a d o s i os sentiréis dichosos de la parte q u e os ha cabido en aquella obra. E n c u a n t o a mí, y o no sabré imajinar recompensa igual a la de haber c o n c u r r i d o a ella. Nuestros padres nos hicieron libres. A nosotros nos t o ca hacernos grandes. Después de la i n d e p e n d e n c i a , y o n o c o n o z c o empresa igual a la q u e a c o m e t e m o s en los dias q u e corren. L a Providencia, c u y a acción estraordinaria brilla en los m o m e n t o s difíciles para los pueblos, protejei-á los sacrificios i la ruda labor de hoi, h a c i é n d o n o s tocar y a i n m e n sos bienes en los presentes males q u e nos cercan. Con fe profundísima en el gran porvenir de la nación, n o levantemos, honorables señores, m a n o de la obra, i el éxito mas c o m p l e t o coronará nuestros esfuerzos. L i m a , J u n i o 16 de 1880. N I C O L Á S D E PIÉROLA.

CONTESTACIÓN D E L ILUSTRÍSIMO SEÑOR

ARZOBISPO,

PRESI-

D E N T E D E L HONORABLE CONSEJO D E ESTADO.

E x c m o . señor: Pie e s c u c h a d o c o n m u c h a atención el mensaje d e S. E.; i estoi seguro de q u e el Consejo, considerando los graves e importantes objetos q u e S. E. somete a su consideración, deliberará lo que sea c o n f o r m e a las exijencias del patriotismo, a los intereses de la A l i a n z a i al triunfo de las armas nacionales.

PROTOCOLO SOBRE LAS BASES PRELIMINARES D E LA U N I O N FEDERAL DEL PERÚ I BOLIVIA.

E n Lima, capital de la R e p ú b l i c a peruana, a los o n c e días del mes de J u n i ó del año de mil o c h o c i e n t o s ochenta, reunidos en el salón de audiencia pública de la Secretaría de Relaciones Esteriores i Culto, los infrascritos plenipotenciarios del Perú i Bolivia, i después de haberse manifestado sus respectivos poderes i de haberlos hallado suficientes i en buena i debida forma para proceder a acordar i estipular lo que m e j o r c o n v e n g a al propósito de estrechar los v í n c u los de fraternidad que la naturaleza i los h e c h o s históricos han creado entre ambas repúblicas; de consolidar su paz interior i proveer a su seguridad esterior; de asegurar el bienestar jeneral de sus habitantes i hacer mas amplios los beneficios de la independencia i de la libertad para las presentes i futuras jeneraciones; de p r o m o v e r , en fin, la prosperidad i el engrandecimiento a que, por c o m ú n destino, están llamadas las ricas i hermosas rejiones c o m prendidas en sus vastos territorios, de c o n f o r m i d a d con las aspiraciones j e n e r a l m e n t e manifestadas p o r la opinión en los d o s estados, respecto a la necesidad de adoptar


CAPITULO

una n u e v a organización política q u e , modificando su a c tual constitución interna, i u n i e n d o al m i s m o tiempo sus fuerzas i elementos en una sola nacionalidad, responda de una manera amplia i eficaz a los espresados fines, c o n vinieron, a n o m b r e de sus gobiernos, i para que sean s o metidos previamente a la aprobación de los pueblos del Perú i Bolivia, en las siguientes bases de unión de ambos países: I. El Perú i Bolivia formarán una sola nación d e n o m i nada "Estados U n i d o s perú-bolivianos." Esta unión descansa sobre el d e r e c h o p ú b l i c o de América, i es formada para afianzar la independencia i la inviolabilidad, la paz interior i la seguridad esterior de los estados c o m p r e n d i dos en ella, i para p r o m o v e r el desenvolvimiento i la p r o s peridad de éstos. I I . Los actuales departamentos de cada una de las dos repúblicas, salvo las modificaciones que sancione la A s a m blea Constitivyente, se erijirán en estados autónomos, c o n instituciones i leyes propias, pero q u e n o se o p o n g a n a la constitución ni a las leyes de la U n i o n . Sin embargo, los departamentos de T a c n a i de Oruro, de Potosí i de Tarapacá, formarán los Estados d e n o m i nados " T a c n a de O r u r o " i P o t o s í de Tarapacá." Las rejiones del Chaco i del Beni, en Bolivia, i la llamada d e la Montaña, en el Perú, lo m i s m o que otros territorios que se hallen en c o n d i c i o n e s análogas, f o r m a rán distritos federales, sujetos a un réjimen especial i al gobierno directo del de la U n i o n . I I I . Los Estados reglarán su soberanía c o n f o r m e a los principios del sistema representativo republicano, a las declaraciones i garantías de la constitución nacional i a l a s leyes de la U n i o n que aseguren su administración de justicia, su réjimen municipal, la e d u c a c i ó n primaria i el progreso material, costeado t o d o c o n sus propios recursos. !,

I V . L a U n i o n de los Estados es indisoluble por el m i s m o principio de su institución. P o r consiguiente, n i n g u n o podrá separarse de ella. V. Los Estados son iguales en derechos. El de c i u d a danía es c o m ú n a todos ellos. V I . N o podrá orijirse u n n u e v o E s t a d o en el territorio de otro u otros, ni formarse u n o solo de dos o mas, sin el v o t o de las lejislaturas d e cada uno de los Estados interesados, i sin la sanción del Congreso Nacional, espedidas en dos lejislaturas, c u y o personal ha}'a sido enteramente renovado. V I I . Los Estados n o p u e d e n celebrar tratados entre sí, sino para fines de administración de justicia, de intereses e c o n ó m i c o s i trabajos de utilidad c o m ú n , c o n c o n s e n timiento del Congreso Nacional. Los Estados no gozan entre sí del d e r e c h o de asilo. V I I I . L o s Estados n o ejercen el p o d e r delegado a l a nación. P o r consiguiente, n o p u e d e n representarla ante otras potencias, ni espedir leyes sobre c o m e r c i o o n a v e g a ción esterioi", ni establecer aduanas, ni acuñar m o n e d a , ni crear bancos de emisión sin autorización del G o b i e r n o Nacional, ni alterar los códigos q u e el Congreso sancione parala U n i o n , ni dictar leyes sobre ciudadanía i naturalización, ni armar buques do guerra o levantar ejércitos, salvo el caso de invasión o de peligro inminente esterior, dando cuenta inmediata al Gobierno Nacional. I X . U n Estado n o p u e d e declarar o hacer la guerra a otro Estado. Sus quejas sei-án sometidas al j u i c i o i d e c i sión de la Corte S u p r e m a federal. Cualquiera hostilidad de h e c h o es acto de guerra civil, que el G o b i e r n o N a c i o nal debe sofocar i reprimir en uso do sus atribuciones. X . L o s gobernadores de los Estados son ajentes n a t u rales del G o b i e r n o N a c i o n a l para hacer c u m p l i r la c o n s titución i las leyes de la U n i o n . X I . Es obligatorio a los Estados dar el con tinj ente que les corresponde para c o m p o n e r la fuerza nacional, en tiempo de paz o de guerra. X I I . El G o b i e r n o N a c i o n a l residirá en el P o d e r LejislaTOMO

ni—31

TERCERO.

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tivo, en el P o d e r E j e c u t i v o i en el P o d e r Judicial de la Union. X I I I . U n congreso c o m p u e s t o d e d o s cámaras, una d e d i p u t a d o s de la nación, i otra de los senadores de los E s tados, ejercerá el P o d e r Lojislativo Nacional. X I V . La Cámara de Diputados se c o m p o n d r á de representantes elejidos directamente por los ciudadanos de los Estados, que se considerarán, para este fin, c o m o distritos electorales, determinándose el n ú m e r o de aquéllos en r a zón d e la población. El m a n d a t o d e los diputados durará cuatro años. X V . El Senado se c o m p o n d r á d e d o s senadores de cada Estado, elejidos por sus respectivas lejislaturas. Cada senador tendrá u n v o t o i sus funciones duraran seis años. Las funciones del Senado son permanentes. X V I . E l Congreso Nacional se reunirá ordinariamente cada año. Sin embargo, podr*á ser c o n v o c a d o por el E j e cutivo estraordinariamente i para asuntos determinados. X V I I . El P o d e r E j e c u t i v o Nacional será d e s e m p e ñ a d o por un ciudadano c o n el título de Presidente de los Estados Unidos perú-bolivianos, asistido de ministros de E s t a d o ; i, a falta o por i m p e d i m e n t o de aquél, por u n v i c e presidente, que lo será el presidente del Senado, el cual n o tendrá v o t o , a n o ser en los casos de empate. Las f u n ciones del Presidente durarán c i n c o años, i n o p o d r á ser reelecto sino después de igual período. El ministerio se formará de ciudadanos de las dos repúblicas unidas, a lo menos durante dos períodos presidenciales, consultando, en lo posible, la igualdad de representación. X V I I I . El Presidente de la U n i o n será elejido en v o t a ción directa por los ciudadanos d é l o s Estados, c o n f o r m e a sus leyes peculiares; pero cada uno votará por dos c i u d a danos, debiendo ser u n o del Estado i otro fuera de él. E n el caso d e que ningún ciudadano hubiere obtenido mayoría absoluta de sufrajios, el Congreso federal hará la elección entre los tres que hubieren obtenido la mayoría relativa. X I X . El Poder Judicial de la U n i o n será ejercido por una Corte S u p r e m a de Justicia i por los tribunales especiales que el Congreso estableciere para la nación. X X . Las atribuciones i los límites de los altos poderes de la U n i o n serán fijados por la constitución nacional, c o n forme a los principios de esto sistema de gobierno, consagrado por la práctica de las naciones que lo h a n a d o p t a d o . X X I . La Asamblea Constituyente designará el lugar del territorio que d e b a ser capital d e la U n i o n , i que estará inmediatamente sometida a la autoridad del Presidente de los Estados U n i d o s . X X I I . El Gobierno Nacional provee a los gastos de la U n i o n c o n los fondos del tesoro, que se formará del p r o d u c t o de los derechos de importación i esportacion; del d e la venta o locación de tierra d e propiedad nacional; de los productos naturales del suelo nacional; de la renta de correos; de las contribuciones jenerales indirectas, i de cualesquiera otros recursos votados c o n tal objeto por el Congreso federal. El impuesto sobre la renta i las contribuciones locales corresponderán al tesoro do los Estados o do sus municipios. X X I I I . El Gobierno Nacional n o intervendrá en el territorio de los Estados sino para hacer respetar la constitución i las leyes federales, i a requisición de sus autoridades constituidas, para sostenerlas o restablecerlas, si fuesen amagadas por la invasión de otro Estado o d e p u e s tas p o r la sedición. X X I V . E n el interior de la R e p ú b l i c a os libre de derechos la circulación de los efectos de producción o fabricación nacional, así c o m o la de los jéneros i mercancías que se despachen en las aduanas de la Union. N o se c o m p r e n d e n en esta franquicia los impuestos municipales, c u y a creación será, n o obstante, sometida a la aprobación de la Iejislatura del Estado. X X V . Gozan de igual e x e n c i ó n los carruajes, los b u ques o las bestias en que se trasporten los artículos es-


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GUERRA

D E L PACIFICO.

presados en la base anterior, los útiles i materiales para vias de c o m u n i c a c i ó n terrestre, fluvial o telegráfica e n t r e los Estados, así c o m o los g a n a d o s q u e pasen p o r el territorio do un Estado a otro. X X V I . La representación esterior d e la U n i o n coi-resp o n d e esclusivamento al Poder E j e c u t i v o federal, el cual invitará a los países amigos a la revisión de los pactos que respectivamente tienen celebrados c o n el Perú i c o n Solivia, para renovarlos i unificarlos. X X V I I . E l Perú i S o l i v i a n o se adeudan entre sí suma alguna por razón de los gastos q u e la guerra d e ambas repúblicas contra Chile le hubiesen ocasionado hasta la fecha do la U n i o n . En fe d e lo cual, los infrascritos plenipotenciarios, a u torizados ad, li.oo p o r sus respectivos Gobiernos, firmaron i sellaron el presento P r o t o c o l o , en la fecha i lugar q u e arriba so os presan. P o r d u p l i c a d o . — P E D R O JOSÉ CALDERÓN, Secretario d e

Relaciones Estoriorcs i Culto, autorizado ad hoc. (L. del S . ) — M E L C H O R TERRAZAS, Ministro P l e n i p o t e n -

ciario de Solivia, autorizado ad hoc.

PROTOCOLO COMPLEMENTARIO D E LAS BASES PRELIMINARES D E L A UNION FEDERAL D E L PERÚ I BOLIVIA.

E n Lima, capital ele la R e p ú b l i c a peruana, a los o n c e días del mes de J u n i o del año de m i l o c h o c i e n t o s o c h e n ta, reunidos los infrascritos plenipotenciarios en el salón de audiencia publica de la Secretaría de Relaciones E s t e riores i Culto, c o n el propósito d e c o m p l e m e n t a r las bases do la U n i o n federal del Perú i Solivia, q u e tienen a c o r d a das i estipuladas en esta m i s m a fecha, c o n otros p u n t o s do carácter accesorio o transitorio, para obviar así los i n convenientes que pudieran oponerse a la m a s p r o n t a i conveniente realización de aquel acto tan i m p o r t a n t e p a ra ambas repúblicas, c o n v i n i e r o n en lo siguiente: I. Las bases preliminares de unión serán sometidas a la aceptación do los pueblos del Perú i d e Bolivia, sin la cual n o tendrán efecto. I I . Esta aceptación, espresada en la forma q u e permitan las circunstancias, c o n t e n d r á además la declaración d e si ha de procoderse desde l u e g o al establecimiento del r é j i m e n federal. I I I . E n c a s o afirmativo i mientras se sancionan la constitución i las instituciones federales p o r la A s a m b l e a Constituyente, que se reunirá en la c i u d a d d e A r e q u i p a el 9 d e D i c i e m b r e de 1SS1 (salvo q u e m o t i v o s provenientes cíela guerra o b l i g u e n a u n a anticipación o u n aplazamiento m a y o r , q u e será acordado c o n el v o t o del S e n a d o p r o v i s o rio) se establecerá un réjimen federal provisorio sobre las siguientes bases: 1. E l G o b i e r n o federal q u e d a r á f o r m a d o p o r l o s J e fes S u p r e m o s de las dos naciones, c o n el carácter d e P r e sidente el u n o i Vice-Presidente el otro, d e la U n i o n . N o siendo posible la elección p o p u l a r d e d i c h o s m a j i s trados en el estado inicial de la U n i o n , i atentas razones d e c o m ú n conveniencias, se asigna el primer cargo al J e fe S u p r e m o del Perú i el s e g u n d o al d e Bolivia. 2. U n S o n a d o provisorio, c o m p u e s t o d e 1 0 representantes designados p o r el Perú i de igual n ú m e r o p o r B o livia, se encargará d e preparar la constitución federal i las leyes orgánicas do la U n i o n , especialmente la e l e c t o ral para diputados a la Asamblea Constituyente, i servirá además d e c u e r p o c o n s u l t i v o al G o b i e r n o central. 3. Quedarán desde luego suprimidas las aduanas e n tre el P e r ú i Bolivia, i p l e n a m e n t e establecida la U n i o n política i e c o n ó m i c a fio ambas R e p ú b l i c a s . 4. El S o n a d o provisorio formulará p r o y e c t o s d e leyes federales sobro postas i telégrafos, sobre aduanas, sobre m o n e d a e instituciones bancarias, sobre ferrocarriles d e la U n i o n , sobre presupuesto de la misma, sobre p r o p i e d a d 05

artística i literaria, sobre servicio militar obligatorio i s o bre otras materias d e interés j e n e r a l . 5. L a c o n s t i t u c i ó n federal rejirá provisoriamente, desde su p r o m u l g a c i ó n , p o r c i n c o años, d e n t r o d e c u y o t i e m p o se harán las enmiendas i reformas q u e aconseje la esperiencia. L a última lejislatura d e ese q u i n q u e n i o la p o n d r á definitivamente en vijencia, n o p u d i e n d o hacerse en ellas reformas posteriores, sino c o n arreglo a las prescripciones establecidas en la misma sobre la materia. 6. L o s Estados serán rejidos i administrados, p r o v i soriamente, mientras se sancionan la c o n s t i t u c i ó n federal i la propia de cada u n o d e ellos, p o r g o b e r n a d o r e s designados, respectivamente, p o r los Jefes S u p r e m o s del P e r ú i Bolivia, para los departamentos q u e se erijan c o m o tales Estados en a m b o s países; i de c o m ú n acuerdo para los d e T a c n a d e Oruro i Potosí d e Tarapacá. Estos g o b e r n a d o res estarán sujetos a las leyes vijentes en la actualidad en los respectivos departamentos i a las disposiciones q u e dicte el G o b i e r n o provisorio de la U n i o n . 5 3

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E n los Estados de T a c n a d e Oruro i Potosí d e T a r a p a cá, el G o b i e r n o de la Union, c o n el v o t o del S e n a d o , p r o veerá l o q u e c o n v e n g a en los casos d e conflicto p o r o p o sición entre las lejislaciones de los d o s países d e q u e formaban parte los departamentos c o m p o n e n t e s d e d i c h o s Estados. L a sustitución i reemplazo de los gobernadores, u n a vez designados, será hecha p o r elección del S e n a d o p r o v i sorio. 7. U n a c o m i s i ó n mista se encargará d e fijar la d e u da pública del Perú i d e Bolivia en sus diversas categorías. 8. Otra c o m i s i ó n , i g u a l m e n t e mista, estudiará i p r o p o n d r á la m a s c o n v e n i e n t e d e m a r c a c i ó n territorial d e los Estados para someterla a la aprobación del Congreso d e n tro d e l período d e la constitucionalidad provisoria. 9. E l escudo d e armas d e los Estados U n i d o s p e r u bolivianos será d e forma j e r m á n i c a : llevará en su centro u n sol c o l o r de o r o , r o d e a d o ele estrellas del m i s m o color, sobre f o n d o purpúreo; i en la parte superior u n c ó n d o r p o s a d o sobre él i asiéndole c o n las garras. L a bandera d e guerra d e d i c h o s Estados tendrá la figura de u n rectángulo c u y o s lados c o n t i g u o s estarán en la p r o p o r c i ó n d e u n o a d o s tercios, i llevará en el centro el m i s m o sol i las mimas estrellas q u e el escudo, sobre f o n d o i d é n t i c o al d e éste. 03

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L a bandera d e c o m e r c i o será d e la misma figura q u e la de guerra, i los d o s colores, púrpura i o r o , se v e r á n en ella alternados en 13 bandas paralelas i horizontales, de las q u e siete ostentarán el primero i seis el s e g u n d o color. 10. E n caso d e q u e faltaren el Presidente o V i c e - P r e s i dente provisorio, éste será reemplazado p o r elección del S e n a d o , la cual será h e c h a , v o t a n d o cada m i e m b r o d e él por dos c i u d a d a n o s , u n o d e oríjen peruano i otro boliviano. L o s m o d e l o s del e s c u d o i d e las banderas irán adjuntos a este P r o t o c o l o . E n fe de lo cual, los infrascritos plenipotenciarios lo firmaron i sellaron en la fecha i lugar q u e arriba se espresan. Por duplicado.—PEDRO TERRAZAS.

JOSÉ

CALDERÓN.—MELCHOR

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IX. M e m o r i a q u e el M i n i s t r o d e G u e r r a i M a r i n a d e Chile presenta al Congreso Nacional d e 1 8 8 0 .

E n c a r g a d o del Ministerio d e Guerra i Marina mientras permanecía d e s e m p e ñ a n d o este cargo cerca del ejército i armada e n c a m p a ñ a m i m a l o g r a d o c o l e g a d o n Rafael S o t o m a y o r , t ó c a m e c u m p l i r c o n el p r e c e p t o constitucional de dar cuenta al Congreso de la m a r c h a d e los negocios q u e han o c u p a d o la atención del G o b i e r n o en los departamentos d e Guerra i Marina.


CAPITULO TERCERO.

Esta m e m o r i a c o m p r e n d e el período de t i e m p o trascurrido desde el 16 de A g o s t o del año p r ó x i m o pasado de 1879, fecha de la m e m o r i a presentada por mi h o n o r a b l e antecesor, hasta el 16 de J u n i o del presente, en que cesé en el cargo de Ministro de Estado. I. La guerra en q u e se halla c o m p r o m e t i d o el país c o n las Repúblicas de Bolivia i del Perú ha absorbido p o r c o m pleto la atención dol G o b i e r n o , i h a sido su principal i única p r e o c u p a c i ó n . A la eficaz c o o p e r a c i ó n prestada p o r el país, por el Congreso i por tocias las autoridades, débese q u e los esfuerzos del G o b i e r n o , para hacer la guerra activa i eficaz i para organizar i mantener el poderoso ejército i la p o derosa armada que defienden c o n tanto brillo c o m o gloria la bandera de la R e p ú b l i c a , h a y a n s i d o tan fructuosos c o m o lo sabéis. II. A la fecha de la última m e m o r i a hallábase acantonado en Antofagasta la m a y o r parte del efectivo d e nuestras fuerzas, f o r m a n d o u n total de 10,000 h o m b r e s de las tres armas, bien preparados por su disciplina para emprender operaciones sobre el territorio enemigo. Estas fuerzas o c u p a b a n ya toda la costa de Bolivia que se estiende por el N o r t e hasta el L o a . E n esa m i s m a é p o c a nuestra escuadra habia suspendido el b l o q u e o de I q u i q u e , i la m a y o r parte de nuestros buques d e guerra habían a b a n d o n a d o la costa enemiga para venir a Valparaíso a repararse, a fin de poder, en adelante,prestar mas útiles servicios. Las corbetas O'Higgins i Chacabuco,e\ blindado Almirante Cochrane i la cañonera Govadonga, estaban reparándose o en via de r e paración en d i c h o puerto. El trasporte Amazonas, adquirido p o r el Estado, c o n c l u i a sus trabajos de a r m a m e n t o , i el v a p o r Loa, arrendado a la C o m p a ñ í a S u d - A m e r i c a n a de V a p o r e s , v o l v í a d e u n penoso viaje al estrecho d e M a gallanes para c o n v o y a r a los trasportes que traían armas i pertrechos de E u r o p a . El Ministerio c o n t r a j o c o n especialidad sus esfuerzos a la reparación de nuestros b u q u e s que, p o r consecuencia del constante servicio a q u e se les habia destinado, se h a llaban en la imposibilidad de ponerse al alcance de la escuadra e n e m i g a , que casi i m p u n e m e n t e visitaba nuestros puertos del N o r t e i podía siempre huir, sin peligro de ser alcanzada o detenida por los nuestros. Después de una constante i activa labor se llevaron felizmente a c a b o esas reparaciones, siendo de notarse que el blindado Cochrane p u d o ser debidamente reparado, sin necesidad de esponerlo entrándolo a los diques flotantes de Valparaíso, c o m o se creia necesario e indispensable a juicio de personas autorizadas, para que pudiera prestar eficaces servicios. Mientras estas reparaciones se hacían, fué preciso que, aun sin estar bien terminados los trabajos e m p r e n d i d o s en la corbeta O'Higgins i trasporte Amazonas, se hiciese salir a estos dos buques c o n el objeto de protejer al trasporte Geñoese, que debia venir a Valparaíso c o n pertrechos de guerra, h a c i e n d o escala en P u n t a Arenas. El G o b i e r n o t u v o noticia, el 23 de A g o s t o , de que la c o r beta peruana Union habia sido vista en el Estrecho de Magallanes el 16 de ese mes. Era inminente el peligro ue el trasporte i n d i c a d o , q u e llegó el 29 de d i c h o mes a unta A r e n a s , corría d e ser apresado p o r la corbeta enemiga; i este peligro se hacia mas evidente para el G o b i e r no, que tenia noticia de q u e el espresado trasporte debia llegar c i n c o dias antes a la colonia. E n la m i s m a n o c h e del 23 de A g o s t o zarparon los dos b u q u e s de nuestra armada en dirección a Punta Arenas i en busca del b u q u e enemigo i del trasporte Genoese, i c o n instrucciones para perseguirlos, en caso de haber sido apresado el trasporte, ya fuera en el A t l á n t i c o o en el Pacífico, hasta el Callao, según las noticias q u e recibieran en P u n t a Arenas. N o tuvieron felizmente q u e e m p r e n d e r tan penosas es-

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pediciones, p o r q u e el b u q u e e n e m i g o q u e iba en busca del trasporte Glenelg, que habia ya arribado a nuestras costas, pasó el estrecho antes q u e entrara a él el e n e m i g o , i el n u e v o trasporte llegó después de su regreso de la colonia i se j u n t ó allí c o n nuestras naves que iban en su protección. E n su estadía en la colonia, el b u q u e enemigo p u d o , m e r c e d a haberse presentado c o n bandera francesa i a n o haber sido, o p o r t u n a m e n t e c o n o c i d o , apoderarse del carb ó n del p o n t ó n nacional líate Kellokc i proveerse d e alg u n o s víveres, que c o m p r ó i que n o se le i m p i d i ó obtener p o r ese m e d i o , para evitar los daños que habría p o d i d o i m p u n e m e n t e inferir a la colonia i al p o n t ó n allí fondeado. III. Mientras estos sucesos ocurrían en el Sur, el m o n i t o r Huáscar, entonces peruano, se presentaba c o n d o s trasportes en los puertos del Norte, situados entre Caldera i Antofagasta, i hacia necesaria la salida de este ú l t i m o puerto del blindado Blanco Encalada, i trasporte Itata, c o n el o b j e t o d e perseguirlo i protejer nuestros puertos. El Blanco alcanzó hasta Caldera en esta persecución sin haber visto al b u q u e e n e m i g o que, h a c i e n d o r u m b o al N o r t e , se presentó en Antofagasta el 28 de A g o s t o . H a b i é n d o s e puesto a tiro de los cañones de nuestros buques de madera q u e se hallaban fondeados en ese puerto, el Abtao i la Magallanes, r o m p i ó el primero de éstos sus fuegos sobre el e n e m i g o , trabándose un c o m b a t e q u e no causó n i n g ú n daño en la plaza ni en la corbeta Magallanes, pero que h i z o algunas bajas i averías en el Abtao. El parte d e este h e c h o d e armas se hallará a d j u n t o entre los d o c u m e n t o s de esta memoria. (1) Mientras este c o m b a t e tenia lugar, se esperaba que el b l i n d a d o Blanco Encalada, que habia salido de Caldera para Antofagasta llegara o p o r t u n a m e n t e i encontrara al Huáscar en la bahía, pero n o sucedió lo que se aguardaba, i nuestro blindado solo arribó a Antofagasta a las 10 P. M. d e ese día, c u a n d o n o era posible q u e el b u q u e e n e m i g o pudiera ser visto. I g n o r a n d o el G o b i e r n o hasta ese m o m e n t o los sucesos que ocurrían en el estrecho, i cuál era la suerte del trasporte Genoese, que debia ser seguido por la O'Higgins i el Amazonas hasta el Callao, creyó necesario disponer q u e el blindado Blanco Encalada i el trasporte Itata se alistaran para marchar a Arica, a fin d e impedir q u e la Union pudiera recalar allí c o n su presa. En efecto, p o c o s dias después partió el blindado i el Itata a desempeñar su c o m i s i ó n , i permanecieron frente a A r i c a hasta el 14 de Setiembre, sin q u e hasta entonces arribara el b u q u e enemigo. V u e l t o el blindado a Antofagasta, fué indispensable atender allí i en Mejillones a su reparación, sin q u e f u e ra p o r entonces posible hacerlo venir a Valparaíso para hacerle una c o m p o s t u r a mas esmerada, c o m o lo exijia su estado, por n o dejar indefensas nuestras costas del Norte. Durante este t i e m p o la cañonera Magcdlaneshubin ven i d o a Valparaíso a repararse i habian también vuelto del Sur c o n el trasporte Genoese la O'Higgins i el Amazonas. I g u a l m e n t e volvían a Valparaíso algunos de los trasportes q u e se hallaban en el N o r t e i que permanecian en los puertos desde el apresamiento del Rimac. Hallábase también terminada la reparación d e la goleta Covadonga i se hacia a la mar en los últimos dias de A g o s t o a c o m pañada de los trasportes Gopiapó i Tolten, que estaban desde hacia algún t i e m p o cargados c o n víveres i forrajes para nuestro ejército. A r m á b a s e a la vez el vapor Loa,, d o t á n d o l o de jefes i tripulantes de guerra, i de artillería poderosa. IV. L a atención del Gobierno se contrajo también m u í eficazmente a la organización del ejército i a levantar n u e (1) Tanto este documento como los ciernas a que hace referencia la presente memoria, se han suprimido por haberse ya publicado en su lugar correspondiente en los tomos I i II de esta obra.


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vas tropas para completar la dotación do los cuerpos ya creados i la formación de nuevos batallones. El 20 de Setiembre, arreglados ya todos los buques de guerra i trasportes que habia sido posible hacer venir a Valparaíso, con escepcion de la corbeta C'naeabuco i cañonora Magallanes, se h i z o a la m a r c o n dirección a A n tofagasta un c o n v o i de 12 buques al m a n d o del capitán de navio d o n Galvarino Riveros, q u e debia mandar el Blanco Encalada i habia sido n o m b r a d o al m i s m o t i e m po Jefe de la escuadra. Este c o n v o i protejido por el Alnirante Cochrane, confiado al capitán d o n Juan José Latorre, p o r la corbeta O'Higgins i los trasportes armados Amazonas i Loa, conducían a Antofagasta al R e j i m i c u t o Esmeralda, Batallón Cazadores del Desierto i 1,200 h o m bres p r ó x i m a m e n t e del disuelto Rejíiniento Valdivia, i del batallón que existia en Chillan, destinado a completar la dotación de los cuerpos existentes. Llevaba además abundantes provisiones i elementos d,; guerra, i entre éstos los nuevos cañones Iv.rupp de campaña del último m o d e l o , que tan importantes servicios han prestado. V. Reforzado poderosamente nuestro ejército i reparada en parte nuestra escuadra, c r e y ó el Gobierno que antes d o emprender una operación para ocupar el territorio enem i g o , debia tratarse de destruir el p o d e r marítimo de éste, que por entonces estaba representado por el m o n i t o r Huáscar, corbeta Union i cañonera I ilcomayo, únicos buques que habrían p o d i d o hostilizar a nuestros trasportes i perturbar la traslación del ejército. A l efecto, resolvió, después de oír la opinión de los jefes, que nuestra escuadra, c o m p u e s t a de los blindarlos Blanco Encalada, Almirante Cochrane, corbeta O'Higgins, goleta Covadonga i trasporte Loa, se dirijiera a A r i c a en d o n de se hallaban desde hacia algunos días todos los buques de guerra enemigos, i los atacaran en d i c h o puerto. N o formó parte de la división el trasporte armado A mazónos por haber sido enviado el 28 de Setiembre a Panamá en busca del Oroya i a las islas de L o b o s , según p u e d e verse en el parte que se adjunta a esta memoria. J

Organizada la espedicion i acordado el plan d e ataque los jefes respectivos de la armada, se p u s o en marcha i acia Arica en la n o c h e del 1. ° de Octubre, presentándose en la rada d e ese puerto en la m a d r u g a d a d e l 5. D e la inspección h e c h a en la bahía resultó que n o se hallaban en ella los buques peruanos Huáscar i Union. P o r los datos allí recojidos de algunos pescadores, c o m o do los que habia tomado el vapor Loa de algunos buques c o n quienes habia c o m u n i c a d o en su viaje, se adquirió por nuestra escuadra la persuasión de q u e las naves enemigas se habían dirijido al Sur. Jor

Así habia acontecido en efecto. El 4 de Octubre se anunciaba por telégrafo al Gobierno que el m o n i t o r i la c o r b e ta peruana so habían presentado frente al puerto de Carrizal Bajo, i entre este punto i el puerto de C o q u i m b o i Herradura permanecieron hasta el dia 6 en que hicieron r u m b o al Norte. C o n o c e d o r el Gobierno del dia i de la hora, en que d i c h o s buques habían pasado frente a las islas de Chañaral, p u d o avisarlo a Antofagasta al señor Ministro de la Guerra d o n Rafael S o t o m a y o r i p u d o calcularse, con mas o menos precisión, la hora en que deberían hallarse a la altura de Antofagasta, en la n o c h e del 7 d e Octubre, si seguían el r u m b o que acostumbraban en sus escursiones anteriores. Mientras los buques enemigos se entretenían en p r e sentarse en nuestras costas.i en destruir algunas lanchas en los lugares indefensos, nuestra escuadra volvia de A r i ca i llegaba en dos divisiones al puerto de Mejillones en los dias 6 i 7 do Octubre. El parte de esta espedicion se adjunta entre los d o c u mentos de esta memoria. Sabedores en d i c h o puerto de Mejillones de la presencia do las naves enemigas en nuestros puertos, se tomaron las medidas mas adecuadas para dar caza al e n e m i g o , i al

PACIFICO.

efecto, en la n o c h e del 7 del citado mes de Octubre, p a r tía de Mejillones la escuadra en dos divisiones, f o r m a d a la primera por el Blanco i Covadonga c o n el trasporte Matías Cousiño, i c o m p u e s t a la segunda de los b u q u e s de mas andar, Cochrane, O'Higgins i Loa. Esta última d e bia cruzar frente a Punta A n g a m o s , c o m p r e n d i e n d o una estension considerable. Los sucesos ocurridos al siguiente dia 8 de Octubre, en que el Huáscar, v e n c i d o , se rendía arriando su bandera i pasando a formar parte de la armada de la R e p ú b l i c a , son de todos c o n o c i d o s i se hallan detalladamente relatados en los siguientes d o c u m e n t o s . VI. A p r e s a d o el mas p o d e r o s o b u q u e d e la escuadra d e l Perú, el p o d e r marítimo de la R e p ú b l i c a d o m i n a b a ya sin contrapeso en las costas del enemigo i permitía la traslación de nuestro ejército de operaciones al territorio peruano. D e s d e el c o m i e n z o d e la guerra c o m p r e n d i e r o n los b e lij erantes que el teatro principal de las operaciones terrestres habría de ser, en primer término, el territorio de Tarapacá, fuente abundante de los recursos del enemigo i teatro de las espoliaciones i de los principales actos de violencia ejecutados p o r las autoridades del P e n i contra nuestos nacionales. A n t e s de la declaración de guerra c o m e n z ó el P e r ú a concentrar fuerzas considerables en aquel territorio, c o n centración q u e c o n t i n u ó después, a y u d a d o p o r Bolivia, hasta formar allí un ejército numeroso. Alistar nuestro ejército; proveerlo de todos los objetos necesarios para e m p r e n d e r operaciones en el desierto; dotarlo de los elementos de m o v i l i d a d , de los víveres, del agua, del forraje, de las m u n i c i o n e s i del servicio sanitario correspondiente, fué una de las principales atenciones del Gobierno durante los 20 dias que siguieron a la captura del Huáscar. Enviáronse a Antofagasta nuevos refuerzos para dejar una reserva respetable en las posiciones ocupadas en ese territorio i se aumentaron nuestros elementos d e trasporte marítimo por la llegada del v a p o r Belle, h o i Angamos, ocurrida el dia m i s m o del c o m b a t e de ese n o m b r e , i por la adquisición d e la fragata de vela Elvira Alvarez, destinada principalmente a la c o n d u c c i ó n de forrajes i animales. A s i m i s m o se c o m p r ó el vapor Toro c o n el objeto de remolcar lanchas i proveer d e agua a nuestro ejército. VIL Provistas nuestras fuerzas de todos los elementos necesarios i reunidas en Antofagasta i Mejillones las naves de guerra i trasportes de q u e p o r entonces p o d i a disponerse, c o m e n z ó el 26 de Octubre el e m b a r q u e de tropas, i después de dos dias de un trabajo incesante, púsose en m a r c h a el 28 de d i c h o mes una flota c o m p u e s t a de 19 b u q u e s de guerra i trasportes, c o n d u c i e n d o a los Tejimientos n ú m e r o s 1, 2, 3 i 4, Artillería de línea n ú m e r o 2, Artillería de Marina i Cazadores a caballo, i los batallones Naval, Valparaíso, C h a c a b u c o , A t a c a m a , C o q u i m b o , Búlnes, a una brigada de Zapadores i Cuerpo de P o n t o n e ros, esto es, cerca d e 10,000 hombres de las tres armas. Después de una navegación que se prolongó durante tres dias, a causa do los retardos q u e algunos d e los b u ques obligaban a sufrir al convoi, llegaba éste, en la madrugada del 2 de N o v i e m b r e , al puerto d e Pisagua, por d o n d e , a la vez que por la caleta de Junin, puntos que habían sido reconocidos de antemano, debia verificarse el desembarco del ejército. VIII. E n ese dia 2 de N o v i e m b r e , una parte del ejército, c o m puesta principalmente del Batallón A t a c a m a , q u e se ha conquistado tan glorioso renombre, de una parte de la Brigada de Zapadores, que desembarcó la primera, i de una parte del Rejimiento Buin 1. ° de línea i 100 hom-


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bres del R e j i m i e n t o 2. ° , ausiliados valientemente por la escuadra, desembarcaron a viva fuerza en el puerto de Pisagua, defendido c o n notable tenacidad por una d i v i sión boliviana de 1,200 h o m b r e s , ayudada por los cañones de los fuertes allí existentes. A l m i s m o t i e m p o q u e nuestras fuerzas se batían en ese puerto, otra parte del ejército desembarcaba por la caleta de J u n i n i m a r c h a b a a tomar la retaguardia del enemigo. Después de cuatro horas de c o m b a t e , Pisagua era t o m a d o por nuestras valientes tropas, i el e n e m i g o huia precipitadamente, desalojado de sus parapetos i formidables posiciones. Noticias detalladas de estos gloriosos h e c h o s hallareis en los partes respectivos de los jefes del ejército i de la armada, q u e se copian a continuación. IX. Operado el desembarco de nuestro ejército i al practicarse algunos r e c o n o c i m i e n t o s hacia el interior c o n el fin de apoderarse de la línea del ferrocarril allí existente i esplorar las posiciones que c o n v e n i a ocupar, una fuerza de nuestra caballería, al m a n d o del teniente coronel d o n José Francisco Vergara, batió a una partida enemiga de mas de 100 h o m b r e s de caballería en la p r o x i m i d a d de la oficina salitrera llamada Jermania, causándole mas de 70 bajas entre muertos, heridos i prisioneros. D e este h e c h o de armas se da cuenta por el jefe respectivo en el parte que se copia a continuación. X. Mientras nuestro ejército avanzaba hacia el interior del territorio q u e había o c u p a d o al desembarcar en Pisagua, se destinaban nuestros trasportes a la c o n d u c c i ó n a Copiapó, C o q u i m b o i Valparaíso, de los heridos de aquel c o m b a t e , a la traslación de nuevas tropas al territorio nuevamente o c u p a d o i a c o n d u c i r nuevos batallones a las posiciones de Antofagasta i línea d e l Loa. Los rejimientos Esmeralda i Santiago fueron trasportados a Pisagua, i de Valparaíso se enviaban a A n t o f a gasta los batallones Valdivia, Chillan i Caupolican, el 2. ° E s c u a d r ó n de Carabineros de Y u n g a i i 200 artilleros. Trasladábase también al teatro d e las operaciones el Rejimiento Lautaro acantonado en C o q u i m b o , en d o n d e se hallaba listo para prestar sus servicios en primera oportunidad. XI. Las atenciones q u e imponía al G o b i e r n o la formación, provisión i e n v í o de estos refuerzos al ejército i su c o n veniente abastecimiento, n o le impidió, sin embargo, atender d e b i d a m e n t e a las reparaciones q u e exijian algunos de nuestros b u q u e s de guerra i trasportes. D e s d e la t o m a del Huáscar fué preciso reparar en Valparaíso al b l i n d a d o Blanco Encalada, q u e exijia c o n urjencia limpiar sus fondos i hacer arreglos de importancia i de n o p o c o costo en sus máquinas i calderos. Se reparó también la c a ñ o nera Magallanes, que a causa de su constante i activo servicio se hallaba en mal estado, i se p r o c e d i ó a establecer los trabajos q u e exijia la reparación del m o n i t o r Huáscar. Continuábase también activamente la c o n s t r u c c i ó n i colocación de los calderos de la corbeta Chacabuco. Terminadas las reparaciones del blindado Blanco Encalada, v o l v i ó al N o r t e a prestar de n u e v o sus servicios a y u d a n d o a los d e m á s b u q u e s d e guerra en la p r o t e c c i ó n de nuestros puertos i de nuestros trasportes i en las h o s tilidades que pudieran hacerse al e n e m i g o . XII. Con este ú l t i m o objeto zarpó el blindado del puerto de Pisagua al N o r t e el 17 de N o v i e m b r e , p r o p o n i é n d o s e llegar hasta Islai en asecho d e alguno de los buques enemi-

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TERCERO.

gos q u e p r o b a b l e m e n t e saldrían de A r i c a para el Callao. F r u t o de esta escursion fué el encuentro i toma de la cañonera Pilcomayo, verificada al día siguiente, frente a P u n t a Chocota, c u a n d o marchaba de A r i c a al Callao c o n los buques Union i Chalaco, que h u y e r o n a la vista del blindarlo. Los tripulantes de la cañonera enemiga atendieron especialmente a ponerse en salvo en los botes, i sin inspirarse en el e j e m p l o de heroísmo de los tripulantes de la Esmeralda, i del glorioso capitán Prat, i o c h a n d o al olvid o los deberes q u e i m p o n e n las leyes de la guerra, c r e y e r o n salvar el h o n o r de su bandera p o n i e n d o fuego al b u que, q u e era ya nuestra b u e n a i lejítima presa, desde que n o había en él quien se atreviera a defenderlo de los fuegos de nuestros cañones. L a j e n c r o s a benignidad i el patriotismo de nuestros valientes marinos p r o c u r ó la salvación de esos tripulantes i estinguió, después de un í m p r o b o trabajo, el i n c e n dio del buque, que, c o n d u c i d o cuidadosamente a A alparaiso i reparado d e b i d a m e n t e , forma hoi parte de nuestra escuadra. El parte oficial i detallado de este suceso, que se copia a c o n t i n u a c i ó n , da a c o n o c e r los detalles ele ese apresamiento. r

XIII. A la m i s m a época en q u e nuestros marinos llevaban a c a b o esas operaciones, nuestro ejército se había internado en el territorio de Tarapacá i se hallaba escalonado desde Pisagua hasta Dolores, preparándose para batir al ejército enemigo, que en vez de aguardar nuestro ataque, c o m o se creía, en alguna posición cercana a I q u i q u e , centro de sus recursos, parece q u e habia resuelto ocupar el m i s m o lugar d e la E n c a ñ a d a i aguada d e Dolores, de que se h a bia posesionado una parte del nuestro, i esperar allí el refuerzo enviado de Arica al m a n d o del Jeneral i Presidente de Bolivia d o n Hilarión Daza. E n efecto, el 18 de N o v i e m b r e se t u v o c o n o c i m i e n t o de que el enemigo m a r c h a b a c o n el grueso de su ejército hacia las posiciones indicadas. A l l í p u d o reunirse precipitadamente u n a parte del nuestro, que n o alcanzó a 6,000 h o m b r e s , i o c u p ó durante la n o c h e i en la mañana del dia siguiente algunas posiciones convenientes para rechazar el ataque q u e el e n e m i g o parecía resuelto a e m prender. D e s d e la m a d r u g a d a del 19 de N o v i e m b r e distinguióse al ejército aliado que avanzaba hacia nuestras posiciones i reconocía el c a m p o alistándose para el combate. E n ese dia debía llegar a unirse a nuestras fuerzas allí acantonadas una fuerte división que se hallaba acampada en H o s p i c i o c o n el Jeneral en Jefe i que desde hacia 12 horas m a r c h a b a en protección de las fuerzas que o c u p a ban la E n c a ñ a d a i Dolores. H a b i e n d o el enemigo estrechado la distancia i puéstose al alcance de nuestros fuegos, la artillería r o m p i ó los suyos, contestándolos el enemigo i trabándose un c o m b a te que dio por resultado el rechazo i dispersión del ejército aliado, después de dos horas de lucha, en la que t o m ó parte solo una pequeña porción d e nuestras fuerzas. Los detalles de esta batalla se hallan minuciosamente relatados en el parte oficial de ella que a continuación se copia. L o s inconvenientes que se presentaron para perseguir al enemigo i que se indican en el parte anterior, harto sensibles por cierto, impidieron que se consumara la destrucción de ese ejército, q u e en su fuga m a r c h ó , una parte directamente a Arica, otra, formada por las fuerzas b o livianas, hacia Oruro i la P a z , i otra hacia el p u e b l o de Tarapacá. XIV. Tres días después de la batalla de D o l o r e s las autoridades peruanas que ocupaban la ciudad de I q u i q u e c o n


GUERRA DEL

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una pequeña fuerza de guardias nacionales, visto el aband o n o en que los dejaba el ejército i el peligro que corrían de caer en poder de nuestras tropas, resolvieron a b a n d o nar la ciudad, participando esta resolución al Cuerpo Consular. Verificado ol abandono, el Cuerpo Consular so dirijió al c o m a n d a n t e del blindado Almirante Cochrane, que bloqueaba el puerto, i puso a sus órdenes la ciudad. E n la madrugada del dia siguiente 23 de N o v i e m b r e desembarcaba una fuerza de 125 h o m b r e s al m a n d o del capitán de corbeta d o n Miguel Gaona i tomaba posesión del puerto, rescatando al m i s m o tiempo a los tripulantes d e la Esmeralda q u e sobrevivieron al glorioso c o m b a t e de I q u i q u e i se hallaban allí prisioneros. El espresado capitán Gaona fué n o m b r a d o Jefe político i militar de la ciudad i dictó c o n oportunidad todas las medidas necesarias para conservar el orden i p r o t e j e r las vidas i propiedades d e los particulares. El parte oficial de la entrega de esta plaza se adjunta entre los d o c u m e n t o s de esta memoria. El m i s m o dia 23 de N o v i e m b r e partió de la oficina de salitres d e n o m i n a d a Porvenir una fuerza de caballería a las órdenes del Jefe d e Estado M a y o r Jeneral, c o ronel d o n Emilio Sotomayor, c o n el objeto de r e c o n o cer las oficinas i el ferrocarril a fin de tomar posesión de las propiedades del enemigo i cortarle a éste todos los recursos. La marcha de esa espedicion i las operaciones q u e ejecutó se especifican c o n claridad en el parte respectivo que se adjunta entre los d o c u m e n t o s de esta m e moria. XV. C o n o c i d a que fué por el Jeneral en Jefe de nuestro ejército la rendición d e I q u i q u e , i sabedor éste, por n o t i cias recibidas en el c a m p a m e n t o i que consideró dignas de fe, d e q u e en el pueblo de Tarapacá se reunía el ejército enemigo i que trataba allí de organizarse en n ú m e r o de 1,500 a 2,000 hombres, dispuso que una division de 2,300 h o m b r e s , al m a n d o del c o r o n e l clon Luis Arteaga i c o m p u e s t a de las tres armas,se dirijiese a aquel lugar c o n el o b j e t o de atacar i destruir aquellas fuerzas. D a n testimonio do la causa i oríjen de esta espedicion, c o m o del sangriento i reñido c o m b a t e que t u v o lugar en el p u e b l o i quebrada de Tarapacá, los partes oficiales del Jeneral en Jefe del ejército i del c o m a n d a n t e de la d i v i sion, q u e se copian en seguida. A u n q u e del parte que precede aparece (1) que el n ú mero de muertos de nuestra división llegó a 525 individ u o s de tropa, debe advertirse que se hicieron figurar c o m o tales a los que cayeron en poder del e n e m i g o i que han sido canjeados con posterioridad. Esta circunstancia h a c e q u e la cifra d e nuestros muertos solo llegue a 450, d e b i e n d o también sufrir alteración respecto a los oficiales, entre los que figura c o m o muerto el sub-teniente de Z a padores d o n Francisco Silva Basterrica, q u e fué llevado prisionero i se halla hoi en las filas del ejército. Cualquiera que sea el n ú m e r o de nuestras bajas i la apreciación que se haga de este memorable h e c h o de armas, él servirá siempre para medir la i n d o m a b l e enerjía de nuestros soldados, que en las peores c o n d i c i o n e s que es posible imajinar, se batieron con éxito vario durante o c h o horas, contra fuerzas tres veces superiores, hasta a g o tar c o m p l e t a m e n t e sus municiones e i m p o n e r al enemigo, q u e n o se atrevió a perseguir i a b a n d o n ó precipitadamente el c a m p o , d e j á n d o l o sembrado d e cadáveres i d e sus propios heridos. XVI. L a fuga d e las fuerzas enemigas de la ciudad do Tarapaca hacia Tacna, c o m o la rendición de I q u i q u e , la batalla de Dolores i toma de Pisagua, dejaron en nuestro poder ese departamento d e Tarapacá i permitieron al G o b i e r n o 1) Parte oficial del Coronel Arteaga.

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principiar a aprovecharse de las riquezas que él encierra. N o obstante la fuga del e n e m i g o del territorio d e o p e raciones, presentábanse de vez en c u a n d o algunas m o n t o neras por el lado de Camarones que obligaban a nuestra caballería a hacer frecuentes escursiones por el desierto en su persecución i que inutilizaban en m u c h a parte los caballos, teniendo que reponerse c o n gran trabajo i n o e s caso costo. XVII. Nuestro ejército, después de la penosa campaña que h a bía h e c h o durante t o d o el mes de N o v i e m b r e , exijia i m periosamente ser atendido de diversas maneras. D e b i a llenar sus bajas, disciplinar los reclutas que se enviaban c o n ese objeto, aumentar su n ú m e r o para e m p r e n d e r n u e vas operaciones i llevar a c a b o arreglos en su personal organización. E l Estado M a y o r fué d o t a d o de un n u e v o personal. D i s púsose q u e se organizaran cuatro divisiones del ejército espedicionario c o n sus jefes respectivos i su E s t a d o M a y o r particular c o n su c o m p e t e n t e dotación. Obtúvose c o n este fin el acuerdo del h o n o r a b l e Senado para conferir el e m pleo de coronel a varios de los tenientes coroneles que se consideraron mas c o m p e t e n t e s . Dispúsose también el a u m e n t o d e la d o t a c i ó n del R e j i m i e n t o de Artillería que formaba parte del ejército d e operaciones i creáronse los batallones A c o n c a g u a n ú m e r o 1 i n ú m e r o 2, el Batallón Talca, Batallón C o n c e p c i ó n , Batallón A t a c a m a n ú m e r o 2 i E s c u a d r ó n Carabineros d e Maipú, fuerzas que oportunamente, i a m e d i d a q u e los elementos de trasporte lo permitían, fueron m a r c h a n d o a aumentar nuestro ejército i a reemplazar en la reserva a los cuerpos que se incorporaban al ejército d e operaciones. Volvían también, por entonces, al seno de la patria i m e diante el canje respectivo, los prisioneros t o m a d o s en el R'imac, i se organizaba en Caldera el E s c u a d r ó n de Carabineros de Y u n g a i número 1, apresado en d i c h o trasporte, escuadrón que una vez provisto del armamento i e q u i p o correspondiente, m a r c h ó al teatro de las operaciones. XVIII. Mientras la preparación i reorganización de nuestro ejército se llevaba a cabo, nuestra escuadra atendía a hostilizar al enemigo. E n efecto, al siguiente dia del c o m b a t e de Tarapacá las corbetas Ghacabuco, O'IIiggins i cañonera Magallanes notificaban a las autoridades i al Cuerpo Consular de A r i ca el b l o q u e o de ese puerto, i establecían u n crucero entre M o l i e n d o e l i o para impedir al e n e m i g o t o d o socorro que pudiera enviársele por mar. Practicábanse igualmente diversos"reconocimientos en las caletas de Ite i S a m a i en el puerto de P a c o c h a , d e s e m b a r c a n d o algunas fuerzas para cortar los telégrafos del enemigo, i se hostilizaba con los cañones d e nuestros b u q u e s a las fuerzas de éste, siempre que se las divisaba. Enviábanse también algunas de las naves de nuestra escuadra a cruzar frente al Callao i puertos del N o r t e , a fin de impedir la provisión de armas i perseguir a los trasportes enemigos; destruíanse los elementos de e m b a r que i de carguío en las islas de L o b o s , en bahía I n d e p e n dencia i en las islas de Chinchas, i se aprehendía por el c r u c e r o Amazonas, frente a Ballenitas, una lancha-torped o peruana salida de Panamá. T a m b i é n se verificaba durante este tiempo la partida de Pisagua de una espedicion c o m p u e s t a de u n batallón del R e j i m i e n t o Lautaro, de u n piquete de caballería i alg u n o s pontoneros, f o r m a n d o u n total de 550 h o m b r e s , al m a n d o del teniente coronel d o n Arístides Martínez. E m barcada esta fuerza en el trasporte Copiapó, convoyado por la corbeta O'Iíiggins, arribó a P a c o c h a el 30 d e D i c i e m b r e , desembarco i o c u p ó ese p u e r t o sin resistencia i e m p r e n d i ó su atrevida m a r c h a hacia M o q u e g u a en el ferrocarril que c o n d u c e a esa ciudad. Recorrió^ sin o b s t á c u los las 78 millas que separan a u n o ' i otro lugar, i o c u p ó la c i u d a d que las fuerzas enemigas q u e la defendían, igual


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en n ú m e r o a las nuestras, abandonaron precipitada i o c u l tamente. Después d e u n dia i una n o c h e ele estadía en dicho p u n t o i de haber constituido autoridades locales i exijido los víveres necesarios para el mantenimiento de las tropas durante ese tiempo, regresó nuestra pequeña fuerza sin haber encontrado enemigos, haciendo uso de la misma via férrea i c o n solo lijeros inconvenientes que no causaron la pérdida de n i n g ú n h o m b r e . Las c o m u n i c a c i o n e s oficiales q u e dan testimonio de estos h e c h o s se agregan a los d o c u m e n t o s anexos. XIX. Mientras se efectuaban las anteriores operaciones, se reorganizaba i aumentaba nuestro ejército i se acopiaban en Pisagua provisiones i pertrechos para emprender una espedicion sobre el territorio e n e m i g o . El ejército aliado, que desde el principio de la guerra ocupaba los departamentos de A r i c a i de M o q u e g u a , reforzado por los restos de las fuerzas derrotadas en la batalla de la Encañada i Dolores i por las nuevas tropas que se le unían, venidas del interior del Perú - i de Bolivia, adquiría cada dia mayores proporciones. Dejar allí ese ejército i enviar al nuestro a operar en puntos lejanos, desde d o n d e n o habría sido posible i m p e dir q u e aquel emprendiera una espedicion sobre el territorrio q u e o c u p á b a m o s , esponiéndonos, a u n q u e fuera remotamente, a perder las ventajas obtenidas, no se consideró ni acertado ni prudente. N o era t a m p o c o aceptable ocupar por u n espacio de tiempo más o menos largo la capital del Perú, q u e d a n d o en el Sur, a considerable distancia, un ejército poderoso que podía aumentarse i mantenerse, n o obstante aquella ocupación, i c o n mas o menos probabilidades de e m p r e n der ün ataque sobre nuestras posiciones de Tarapacá. Pareció al Gobierno q u e era mas fructuoso para los fines de la guerra en que se halla el país c o m p r o m e t i d o , mas seguro i mas r u d o g o l p e para la Alianza, ocupar el territorio defendido por el ejército de Arica i Tacna, p r o v o c a r a este ejército a que nos atacara i defendiera su territorio de la invasión del nuestro, ocuparle sus posiciones, cortarle sus c o m u n i c a c i o n e s i destruirlo por ú l t i m o , t o m á n d o l e las ciudades en que acampaba. XX. Con este propósito se e m p r e n d i ó la espedicion de n u e s tro ejército hacia los departamentos de A r i c a i M o q u e g u a , Diez i seis b u q u e s d e guerra i trasportes, q u e desde los primeros dias de Febrero se habia c o m e n z a d o a reunir en Pisagua, t o m a r o n a su b o r d o i c o n d u j e r o n al puerto de l i o a tres de las cuatro divisiones de que se c o m p o n í a el ejército espedicionario. El c o n v o i , que habia partido de Pisagua el 24, arribó a l i o el 26 d e d i c h o mes i procedió a desembarcar nuestras fuerzas, o c u p a n d o a P a c o c h a sin resistencia, D e s o c u p a d o s algunos de los trasportes, c o n d u j e r o n en los primeros dias de Marzo a la 4 . División i al resto de la caballería. V a n anexos entre los demás d o c u m e n t o s los partes oficiales de estas operaciones. R e u n i d o el ejército en P a c o c h a i arreglado su c a m p a m e n t o en u n lugar apropiado, se iniciaron los r e c o n o c i mientos al interior i se esploró la línea férrea q u e c o n d u ce hacia M o q u e g u a . Destinóse una división para marchar hacia esa ciudad, i se confió el m a n d o de ella al Jeneral de Brigada, C o m a n d a n t e Jeneral de la caballería, d o n M a nuel B a q u e d a n o . A l m i s m o tiempo se embarcaba para M o l i e n d o otra d i visión a cargo del coronel d o n O r o z i m b o Barbosa, c o n d u cida por el blindado Blanco Encalada, trasportes Amazona i Lámar, i al m a n d o del Comandante en Jefe de la escuadra. Las fuerzas espedicionarias desembarcaron sin resistencia i recorrieron los • puertos de M o l i e n d o e Islai, en d o n d e d e s t i ñ e r o n las vías férreas, sus puentes i equipos, los muelles de p r o p i e d a d del Estado enemigo, i cortaron a la vez las líneas telegráficas. A l t i e m p o de tras0 3

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ladarse de Islai a M o l i e n d o , algunas pequeñas fuerzas p e ruanas que esploraban nuestros m o v i m i e n t o s fueron dispersadas tomándoseles 25 prisioneros. Durante el t i e m p o que algunas de las fuerzas de esta división o c u p a r o n a Moliendo se p r o d u j e r o n algunos i n cendios, c u y o oríj e n n o ha p o d i d o establecerse de una m a nera cierta, i ocurrieron algunos desórdenes que nuestros jefes pusieron t o d o e m p e ñ o para contener. Las primeras noticias que se recibieron de estos sucesos los presentaban con u n carácter odioso i dignos de severas censuras; pero las esposiciones que sobre ellos se han h e c h o posteriorm e n t e por personas autorizadas, c o m o los capellanes de nuestro ejército i por otros diversos c o n d u c t o s , vinieron a manifestar que se habia exajerado la estension de los desórdenes i que n o eran del t o d o imputables a nuestras tropas. Reembarcadas éstas, volvieron de n u e v o a ser c o n d u c i das a P a c o c h a , en d o n d e se incorporaron al grueso del ejército allí acampado. L a división confiada al Jeneral B a q u e d a n o avanzaba mientras tanto c o n lentitud a causa de las dificultades q u e la travesía de u n estenso desierto i la falta de agua o p o nían a las tropas de infantería, que tuvieron q u e soportar los sufrimientos consiguientes a la privación de tan esencial elemento. Salvados al fin esos obstáculos, p u d o la división llegar al valle de M o q u e g u a el 18 de Marzo ú l t i m o i acampar en lugar c o n v e n i e n t e para emprender en seguida la o c u p a ción de la ciudad i el ataque del e n e m i g o , que se parapetaba en la inespugnable cuesta de los Anjeles. E n efecto, el 20 de ese mes nuestras fuerzas o c u p a b a n a M o q u e gua, i dos días mas tarde atacaban al e n e m i g o en sus formidables posiciones, alcanzando una victoria c o m pleta, medíante u n plan intelijentemente c o m b i n a d o i llev a d o a c a b o c o n notable intrepidez i acierto. La relación minuciosa de este h e c h o de armas, se halla consignada en los partes oficiales que se copian en seguida: L a o c u p a c i ó n del valle i ciudad de M o q u e g u a i de las posiciones de la cuesta de los Anjeles privaba al ejército e n e m i g o de Tacna i Arica de los recursos que podrían de allí enviársele, impedia el tránsito de los que pudieran mandársele del interior por estos puntos, i aseguraba al grueso de nuestras fuerzas la tranquilidad en su marcha hacia el enemigo sin temor de ser hostilizado a su espalda. XXI. Mientras el ejército ejecutaba las operaciones referidas, nuestra escuadra cooperaba eficazmente a las hostilidades. Habíase y a terminado la reparación del m o n i t o r Huáscar i el armamento del vapor Angamos, al que se d o t ó de un poderoso cañón de largo alcance. El monitor c o n la cañonera Magallanes, sostenían el b l o q u e o de Arica. El 27 de Febrero, al reconocer el Huáscar algunos d e los fuertes de esta plaza, fué p r o v o c a d o p o r éstos i por el m o n i t o r e n e m i g o Manco-Gapac i se vio en la necesidad de trabar, j u n t a m e n t e c o n la cañonera Magallanes, un sostenido i desigual c o m b a t e que causó al e n e m i g o a l g u nos daños, esperimentanclo por nuestra parte en la tripulación del m o n i t o r Huáscar sensibles bajas, entre las que deplora el país especialmente la del valiente c u a n to m a l o g r a d o capitán d o n Manuel T h o m p s o n , que lo c o mandaba. A d v e r t i d o el Jefe de la escuadra de este desgraciado accidente, se trasladó al lugar de los sucesos c o n el b u que que montaba, blindado Blanco Encalada, con el vapor Angamos i lancha-torpedo Janequeo; i procedió, de orden del señor Ministro d o n Rafael S o t o m a y o r , q u e se trasladó también a la rada de Arica, al b o m b a r d e o de ese puerto, usando el c a ñ ó n del Angamos i los del m o n i tor Huáscar, a fin de castigar al enemigo. El b o m b a r d e o duró varios dias, causando serios daños en la p o b l a c i ó n i


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G U E R R A D E L PACIFICO.

obligando a las tropas enemigas allí acampadas a abandonar la ciudad i retirarse fuera del alcance de nuestros cañones. A l m i s m o tiempo se despachaba a la corbeta Chacabuco i trasporte Loa a las costas del N o r t e del Perú c o n especiales instrucciones para destruir los elementos de embarque i de carguío del g u a n o en las islas do L o b o s , bahía I n d e p e n d e n c i a e islas de Chinchas, en d o n d e h a bían í'eparado las destrucciones que había h e c h o de dic h o s elementos el blindado Blanco Encalada, en meses anteriores. L a corbeta i el trasporte realizaron sin inconvenientes el objeto de su espedicion, aprehendieron al g o b e r n a d o r i capitán de puerto de esas islas, destruyeron dos buques con bandera enemiga, t o m a r o n además a su b o r d o algunos animales i m u c h o s otros objetos de propiedad del G o bierno peruano i recorrieron los puertos del N o r t e del Callao destruyendo las lanchas q u e encontraron a su paso. H a c i a la m i s m a época, esto es, el 1G de Marzo, hallándose el monitor Huáscar c o n el trasporte Matías Golosino sosteniendo el bloqueo de Arica, penetró en la n o c h e al puerto, favorecida por la oscuridad i sin ser vista por nuestro monitor, la c o r b e t a peruana Union. A l siguiente día 17 de Marzo, i c u a n d o el Huáscar la atacaba a conveniente distancia c o n sus cañones de largo alcance, arribaron al puerto el blindado Almirante Coclirane i el trasporte Amazonas, este ú l t i m o en viaje al Sur a limpiarse i reparar sus averías i a recibir el c a ñ ó n de largo alcance que hoi monta. A t a c a d a desde temprano la corbeta i c o n t i n u a d o mas tarde ese ataque, durante dos horas, recibiendo nuestros b u q u e s el fuego de las b a terías de tierra, n o p u d o el b u q u e e n e m i g o llevar a efecto la descarga de los objetos q u e c o n d u c í a i q u e m o t i v a b a n su entrada al puerto. Suspendidos los fuegos de nuestros buques i reunidos los jefes para conferenciar sobre la manera de evitar que la corbeta, a p r o v e c h a n d o la oscuridad de la n o c h e , p u d i e ra verificar su fuga, aprovechó el buque e n e m i g o esta circunstancia i se lanzó a t o d o vapor fuera del puerto, protejida por los fuertes de tierra. Perseguida por los nuestros, p u d o escapar, merced a su lijero andar i a la circunstancia de hallarse nuestro trasporte Amazonas con sus fondos sucios i con su máquina sin funcionar c o n la regularidad debida. E n la n o c h e de ese dia i en virtud del aviso enviado a Uo de la presencia de la Union, llegaba a A r i c a el Jefe de la escuadra c o n el blindado Blanco Encalada, el v a por Anejamos i la cañonera Pilcomayo, sin que se p u d i e ra poner en práctica el plan que habían preparado para capturar al buque enemigo por la fuga anticipada de éste. Los partes oficiales de estas operaciones que se a d j u n tan a esta Memoria dan mas cstenso c o n o c i m i e n t o d e ellas. XXII. Concluidas por entonces las importantes reparaciones de todos nuestros buques de guerra, tripulados c o m p e tentemente i armados c o n poderosa artillería el m o n i t o r línáscar, el vapor Angamos i la cañonera Pilcomayo, se halló nuestra escuadra en aptitud de proceder a establecer el bloqueo del Callao i sus puertos vecinos. P r o v e yéronse en l i o de los víveres i elementos necesarios i p u siéronse en marcha el 6 de Abril a las órdenes del Jefe de la escuadra Contra-Almirante dort Galvarino Paveros, los blindados Blanco Encalada i m o n i t o r Huáscar, corbeta O'Higgins, cruceros Jjoa i Angamos, trasporte Matías Cousxño i lanchas-torpedos Janeqneo i Guacolda. E l resto de la escuadra quedaba distribuido de la m a nera siguiente: blindado Almirante Gochrane i cañonera Magallanes b l o q u e a n d o a Arica; corbeta Giíacabuco en el bloqueo do M o l i e n d o i costas adyacentes; vapor Abtao i goleta Govadonga en Uo, al cuidado de los trasportes q u e servían al ejército i de los pontones q u e sirven de arsenales de la armada. El trasporte Amazonas se reparaba i cambiaba una parte de su artillería en Valparaíso.

El 9 de Abril la escuadrilla bloqueadora arribó en la tarde frente al Callao i el Comandante en Jefe t o m ó las medidas convenientes para atacar esa n o c h e con las lanchas torpedos a los b u q u e s enemigos que se hallaban allí fondeados, antes de ser avistada nuestra flota desde el puerto. N o obstante las precauciones empleadas i el acierto con que procedieron los tripulantes de nuestras lanchas, n o se logró obtener el resultado que se esperaba, por haber estallado el torpedo aplicado a la corbeta Union al c h o c a r c o n una palizada que la circundaba en previsión de un ataque de torpedos. A l siguiente dia el Jefe de la escuadra notificó el b l o queo del puerto i c o n c e d i ó un prudente plazo de 10 dias para la d e s o c u p a c i ó n de la bahía por las naves mercantes neutrales que se hallaban en ella. V e n c i d o el plazo i despejada la bahía, se practicó u n r e c o n o c i m i e n t o del alcance de los cañones de las baterías de tierra, i se e m p r e n d i ó con el m o n i t o r Huáscar, cañonera Pilcomayo i vapor Angamos un ataque a la plaza, dirijiendo sus disparos h a c i a los buques que se hallaban ocultos en la dársena. Después de algunas horas de c o m bate, en el que los enemigos sufrieron algunas averías i en el que se p u d o j u z g a r del poder de la artillería de los fuertes, que n o alcanzó c o n sus proyectiles a nuestras naves, se suspendió el ataque. A l g u n o s dias después, el 5 de M a y o , hallándose v i j i lando de cerca el puerto el crucero Amazonas, q u e se habia i n c o r p o r a d o a la escuadra después de sus reparaciones, n o t ó que dos torpedos vogaban en el mar a m e r ced de las olas, i p u d o felizmente, c o n el ausilio de una de las lanchas-torpedos, echarlos a pique. Estos torpedos, lanzados al acaso desde el puerto c o n el propósito i en la esperanza de que la casualidad los llevara a c h o c a r c o n tra nuestros buques, amenazaban dañar, c o m o a las n u e s tras, a las naves de guerra neutrales fondeadas en esa bahía. I g u a l m e n t e h a n p o d i d o ser arrastrados h a c i a afuera i c h o c a r contra los b u q u e s de vela i de vapor q u e trafican por esos mares trasportando pasajeros i mercaderías, i causar serias desgracias que n o habrían p o d i d o ser reparadas p o r los autores de tan v e d a d o c o m o cobarde m e dio de hostilidad, atendida la forma en q u e se empleaba. A fin de castigar esta violación d e las leyes de la guerra i de llevar a cabo las instrucciones d e destruir los buques enemigos, se llevó a efecto el ataqne del 10 de M a y o por los blindados Háscar i Blanco, la corbeta O'Higgins, la cañonera Pilcomayo i crucero Angamos. E n este c o m b a t e , el m o n i t o r Huáscar, c o m a n d a d o por el valeroso capitán d o n Carlos Condell, se a p r o x i m ó a m e n o s de 3,000 metros de tierra, i disparando c o n los cañones de su torre, causó a los b u q u e s enemigos i a la p o blación considerables averías, sin recibir p o r su parte daños de importancia, n o obstante haber el e n e m i g o c o n centrado todos sus fuegos sobre él. Los demás buques continuaron sus disparos hasta caer la tarde, causando también serios daños al enemigo. Los partes detallados de estos sucesos, c o m o los que se refieren al b l o q u e o de A n c ó n , a la espedicion h e c h a a las costas N o r t e del Perú i a las islas de L o b o s por la corbeta O'Higgins, se agregan a los anexos de esta M e moria. XXIII. A la vez q u e nuestra escuadra llevaba a c a b o estas operaciones, nuestro ejército, a c a m p a d o en l i o i en M o q u e gua, se preparaba para marchar sobre el ejército aliado que no parecía dispuesto a atacarnos en las posiciones que ocupábamos. E n los primeros dias de A b r i l i algunos dias después de la batalla de los A n j e l e s , una parte considerable de la caballería, a las órdenes del C o m a n d a n t e Jeneral de ella, coronel clon José F r a n c i s c o Vergara, avanzaba hacia el interior del territorio e n e m i g o recorriéndolo en todas direcciones, llegaba hasta Mirabe e Ilabaya; r e c o n o c í a un c a m i n o conveniente q u e c o n d u c e desde la costa hasta Tacna, i el 18 de ese mes atacaba en B u e n a - V i s t a , sobre


CAPITULO

el rio Sama, a u n a fuerza enemiga respetable que defendía ese p u n t o i a p r o v e c h a b a de sus recursos. Este ataque, llevado a c a b o c o n intelijente dirección i sostenido c o n la i m p e t u o s i d a d de nuestros valientes soldados, causó al e n e m i g o cosiderables bajas, e s c a p a n d o el jefe de esas fuerzas c o n u n o s p o c o s soldados, q u e fueron perseguidos hasta las cercanías de Tacna. Quedaba así vengada la sorpresa q u e una fuerza d e 25 h o m b r e s d e c a ballería, al m a n d o del c o m a n d a n t e d o n D i e g o D u b l é A l m e i d a , habia sufrido en el p u e b l o de L o c u m b a en los primeros dias del mes,i asegurada la m a r c h a tranquila de de nuestro ejército hacia los valles de S a m a i B u e n a Vista. El parte oficial d e la acción d e Buena-Vista, que c o n tiene una detallada esposicion de las operaciones llevadas a c a b o p o r esa fuerza de caballería, se copia en seguida: Mientras se ejecutaba este r e c o n o c i m i e n t o i d e s t r u c ción d e las fuerzas enemigas q u e o c u p a b a n el valle de Sama, la 1 . i 3. División del ejército m a r c h a b a n del c a m p a m e n t o d e P a c o c h a hacia el valle d e L o c u m b a i atravezaban, arrostrando toda j é n e r o de sacrificios, el árid o i desolado desierto q u e los separa. P o c o s dias mas tarde, la 2 . D i v i s i ó n , que o c u p a b a el valle de M o q u e g u a , emprendía también su m a r c h a p o r distinto c a m i n o hacia L o c u m b a , a b a n d o n a n d o el c a m p a m e n t o q u e h a b i a tenido necesidad de guardar durante u n mes, después de haber esperimentado considerables bajas a causa de la insalubridad del clima. 03

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A l m i s m o t i e m p o q u e se m o v i a esta 2. División, una parte de la 4 . avanzaba también al m i s m o valle i acampaban en L o c u m b a , siguiendo después todas estas fuerzas hacia S a m a , en d o n d e se hallaron reunidas en los primeros dias de M a y o . 08

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Las dificultades q u e t u v o el ejército q u e esperimentar en estas penosas marchas i la necesidad de trasportar la artillería de campaña, para la q u e n o se presentaban c a minos accesibles, obligaron al resto de la 4 . División a dirijirse en p r o t e c c i ó n de la artillería q u e se hacia c o n d u cir a la caleta d e I t e para desembarcarla allí, c u a n d o las bravezas del mar, tan constantes en ese lugar, lo p e r m i tieran. 0 3

D e s p u é s de u n c o n t i n u a d o trabajo de mas de 10 dias p u d o desembarcarse la artillería i las fuerzas q u e debían acompañarla, i trasladarse al c a m p a m e n t o d e B u e n a - V i s ta, pero sin lograrse llevar a c a b o el d e s e m b a r q u e de los víveres i demás elementos necesarios sino después de v a rios días de un p e n o s o trabajo. La necesidad de guardar el c a m p a m e n t o d e P a c o c h a , centro de los recursos del ejército i de su regular c o m u nicación c o n nuestras naves, i la necesidad de protejer la retaguardia de aquél, h i z o necesario dejar allí una fuerza, enviada o p o r t u n a m e n t e del ejército de reserva, c o m puesta de los batallones A t a c a m a n ú m e r o 2, Caupolican, Valdivia, u n a batería de artillería i 40 h o m b r e s de caballería, f o r m a n d o un total de 2,000 h o m b r e s . q u e amenazaban a M o q u e g u a i habrían i m p e d i d o toda hostilidad del enemigo p o r ese p u n t o . E n v i á r o n s e también al ejército d e operaciones i p u d i e r o n desembarcarse por la caleta de I t e otros dos batallones de la reserva, el Chillan i los C a z a d o res del Desierto i el 1er. e s c u a d r ó n de Carabineros de Yungai. Coincidía también c o n estos m o v i m i e n t o s la m a r c h a de una espedicion, c o m a n d a d a p o r el sarjento m a y o r d o n Ambrosio Letelier, que partía de A n t o f a g a s t a hacia el i n terior de Bolivia c o n el o b j e t o d e atacar las fuerzas que defendieran las p o b l a c i o n e s del interior, i en especial para llamar la atención del e n e m i g o hacia esta parte de su territorio i obligarlo a defenderlo c o n fuerzas q u e d e otra manera habría e n v i a d o a T a c n a a aumentar el ejército aliado. El parte oficial del j e f e d e esta espedicion da a c o n o c e r TOMO n i — 3 2

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TERCERO.

los resultados obtenidos. V a a d j u n t o entre los d o c u m e n tos ele esta m e m o r i a . XXIV. Reunidas en S a m a i Y a r a s las cuatro divisiones del ejército de operaciones, aumentadas c o n las fuerzas q u e ú l t i m a m e n t e se han indicado, i haciéndose ya los últimos aprestos para e m p r e n d e r la última j o r n a d a que nos separaba del e n e m i g o , un d o l o r o s o a c o n t e c i m i e n t o , tan d o l o roso c o m o grave e inesperado, sorprendió a nuestro ejército c o m o al país i al Gobierno. El señor Ministro de Guerra i Marina d o n Rafael S o t o m a y o r , que d e s e m p e ñ a b a este cargo cerca del ejército i armada en campaña, fallecía repentinamente, en Ja tarde del 20 de M a y o , después de un violento e inesperado ataque de apoplejía que en p o c o s m i n u t o s le arrebató la v i da. T a n triste c o m o desgraciado suceso p r o d u j o en el ejército un p r o f u n d o i j u s t í s i m o dolor. Perdía al infatigable c o o p e r a d o r de sus atrevidas empresas i de sus g l o r i o sos triunfos, al mandatario patriota i a b n e g a d o , al celoso e intelijente c i u d a d a n o que atendía c u i d a d o s a m e n t e a t o das sus necesidades i q u e c o m p a r t í a sus privaciones i sacrificios. N o fué m e n o s p r o f u n d o el sentimiento que tan d e p l o rable suceso p r o d u j o en el país. El d u e l o p ú b l i c o i las manifestaciones uniformes de t o d o s los c i u d a d a n o s son u n testimonio de ese j u s t o sentimiento. XXV. El lejítimo pesar que este triste a c o n t e c i m i e n t o p r o d u j o en el ejército n o desalentó su espíritu, e inspirado p o r el levantado patriotismo de que ha d a d o tan numerosas c o m o relevantes pruebas, c o n t i n u ó sus últimos, preparativos. El 22 de d i c h o mes de M a y o , el Jefe de Estado M a y o r practicó u n r e c o n o c i m i e n t o sobre las posiciones del e n e m i g o , llegando hasta m u i cerca de sn c a m p a m e n t o i r e c h a z a n d o una fuerte avanzada q u e trató de i m p e d i r l e la realización de su propósito. O b t e n i d o éste i tomadas las últimas disposiciones, el Jeneral en Jefe d o n Manuel B a q u e d a n o dispuso que el 25 d e M a y o se levantara el c a m p a m e n t o i se e m p r e n d i e ra la marcha. T o d o ese día m a r c h ó nuestro ejército p o r árido desierto, i llegó a acampar a d o s leguas del e n e migo. A l dia siguiente, sin repararse aun de la penosa m a r c h a i s o p o r t a n d o las naturales privaciones que el desierto i m pone, se inició p o r nuestra parte el ataque i se e m p e ñ ó la batalla contra el p o d e r o s o ejército aliado que esperaba descansado i en posiciones formidables elejidas a su sabor. Cuatro horas de reñido c o m b a t e , en que nuestras t r o pas dieron n u e v o s testimonios de su e n e r j í a i valor i n c o n trastables, aseguraron a nuestras armas la espléndida v i c toria de T a c n a i la posesión de la c i u d a d de este n o m b r e . Las sensibles pérdidas sufridas p o r nuestra parte, c o m o las ventajas obtenidas por esta victoria q u e deshizo los ejércitos e n e m i g o s , así c o m o los detalles de tan g l o r i o sa batalla, se hallan c o n s i g n a d o s en los d o c u m e n t o s que se copian. XXVI.

Para c o m p l e m e n t a r los fines de la penosa c a m p a ñ a q u e c o m e n z ó c o n el d e s e m b a r c o en l i o , era t o d a v í a necesario desalojar al e n e m i g o .que se m a n t e n í a en posesión d é l a importante plaza de A r i c a . Defendida esta plaza p o r una fuerte g u a r n i c i ó n de mas de 2,000 h o m b r e s , c o n p o d e r o sas baterías d e artillería, r e d u c t o s i fuertes protejidos p o r t o d o j é n e r o d e parapetos, fortificaciones i minas de d i n a m i t a i pólvora, abiertas en t o d o s los lugares q u e d a b a n acceso a sus posiciones, presentaba bien graves dificultades para ser tomada. Así lo c o m p r e n d í a el e n e m i g o , q u e se n e g ó a rendirse después d é l a s intimaciones que el Jefe d e l ejército le h i z o antes del ataque, c o n el fin d e evitar inútiles desgracias.


GUERRA DEL PACIFICO.

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Resuelto el ataque, que se encargó de dirijir el coronel d o n Pedro Lagos al m a n d o de una división compuesta de los rojimiontos Ruin 1. ° d e línea, 3. ° i 4. ° i Batallón Búlnes, que formaron la reserva en la batalla de T a c n a i n o tomaron parte en ella, ausiliados por el R e j i m i e n t o Lautaro, sección de artillería i fuerzas de caballería, se dispuso q u e lo llevaran a c a b o dos de los rejimientes de línea, el 3. ° i el 4. ° , i el Rejimiento Lautaro, q u e d a n d o d e reserva el resto do las fuerzas colocadas en p u n t o s convenientes para acudir en a p o y o de los asaltantes e i m pedir la fuga del enemigo. El asalto fué tan hábilmente c o m b i n a d o , tan perfectam e n t e dirijido i tan valerosa c o m o resueltamente ejecutado, q u e antes de una hora de c o m e n z a d o se hallaba la plaza en nuestro poder, a pesar de haber h e c h o el enemig o una tenaz resistencia i de haber estallado en m e d i o del c o m b a t o varias d o las minas que tenían preparadas. N a d a d e t u v o ni hizo vacilar a nuestras valerosas tropas. Salvando todo j e n e r o d e obstáculos, cayeron sobre el e n e m i g o i tomaron a la bayoneta las formidables posiciones, h a c i e n d o pagar c o n sus vidas a la m a y o r parte de sus defensores las pérdidas sensibles pero reducidas causadas en nuestras tilas. El parto oficial de esto brillante h e c h o d e armas q u e se copia en seguida, da mas detallado c o n o c i m i e n t o de este n u e v o triunfo do nuestro ejército, c o m o también de las operaciones ejecutadas el día antes del ataque p o r los buques de la armada que bloqueaban el puerto. XXVII. L a precedente relación cronolójiea d e los principales acontecimientos q u e se h a n verificado durante los 10 m e ses que c o m p r e n d e esta memoria, d a ha c o n o c e r c o m p e n diosamente la marcha q u e ha llevado la guerra q u e sostiene la República, Los d o c u m e n t o s oficiales q u e so han c o p i a d o i q u e se adjuntan a esta memoria, clan datallado i cabal testimon i o d e los diversos c o m b a t e s i d e las distintas batallas que nuestro glorioso ejército i nuestra gloriosa armada han librado durante esc tiempo. La sucesión de triunfos alcanzados p o r nuestras armas i las ventajas obtenidas por el país, c o m o las q u e c o n t i nuará sin d u d a alcanzando, son i serán debidas al esfuerzo del pueblo inspirado por la justicia de nuestra causa i m o v i d o p o r su elevado espíritu patriótico. A l ejército i armada h a n correspondido especialmente el esfuerzo i el sacrificio, i n o d u d o q u e la patria agradecida sabrá apreciar c o m o es d e b i d o la abnegación i l o s s e ñalados servicios que, tanto el uno c o m o la otra, han prestado i seguirán prestando al país c o n tanto valor c o m o patriotismo. A sus esforzados defensores débese la o c u p a c i ó n d e l territorio de nuestros injustos enemigos, q u e so estiende desde Antofagasta hasta l i o ; el a u m e n t o de la escuadra nacional c o n d o s poderosos b u q u e s d e guerra q u i t a dos al e n e m i g o ; el aumento do nuestro material de guerra en mas do 40 cañones i ametralladoras i mas de 5,000 rifles tomados en los c a m p o s de batalla; la destrucción d e la armada del Perú i de los poderosos ejércitos d é l a A l i a n za i la captura de mas do 3,000 prisioneros h e c h a en los distintos combates. Han afirmado finalmente el prestijio i el poder d o la nación, i en m a r i e n tierra h a n cubierto do gloria las banderas de la. República. Para alcanzar estos resultados, hemos tenido q u e sufrir sensibles i dolorosas pérdidas. Mil quinientos d e nuestros hermanos h a n pagado c o n sus vidas el tributo d o su a b negado patriotismo en los campos do batalla, i n o p o c o s ostentarán sus m i e m b r o s mutilados i sus honrosas cicatrices arrastrando una penosa existencia, q u e n o d u d o , que el país r e c o n o c i d o sabrá hacer mas llevadera, p r o c u rándoles un holgado bienestar. XXVIII. A la labor que ha correspondido al Gobierno en los su-

cesos realizados, h a n c o o p e r a d o m u i principal i eficazmente algunos funcionarios q u e son d i g n o s de especial r e cuerdo p o r su abnegación, intelijencia i patriotismo. E l intelijentc i activo Intendente Jeneral d e l ejército i arm a d a en campaña d o n V i c e n t e Dávila Larrain, h a p r e s tado, c o n patriótico desinterés i c o n u n a contancia p o c o c o m ú n , los mas eficaces e importantes servicios. La satisfacción d e todas las necesidades del ejército i armada, han sido atendidas p o r la oficina q u e dirije c o n u n a p r e visión i acierto dignos d e los mayores elojios. El director del parque i maestranza, coronel d o n Marcos Maturana, h a atendido c o n celoso interés i c o n intelij e n t e laboriosidad a la preparación, reparación i arreglo del armamento i municiones q u e posee el ejército, i a su c u i dadoso anhelo débese en gran parte q u e n o se haya e s perimentado n i n g ú n contratiempo en el uso d e las m u n i ciones. A los esfuerzos tan laudables c o m o patrióticos del s u perintendente del ferrocarril del N o r t e , d o n A n j e l Prieto i Cruz i d e los distinguidos e intelijentes injenieros, señores W a l k e r i d o n D i e g o Hall, empleados de los ferrocarriles del Estado, corresponde u n a importante parte en el éxito feliz alcanzado en la reparación i armamento de nuestros buques i fabricación de proyectiles para nuestra artillería d e m a r i tierra. M u i especial r e c o m e n d a c i ó n m e creo también en el d e ber d e hacer d e los importantes servicios prestados por el gobernador civil i militar d e I q u i q u o d o n Patricio L y n c h , que ha atendido c o n celo, ínteres, intelijencia i actividad a todos los ramos del servicio público, d e s e m p e ñ a n d o toda clase de comisiones c o n notable acierto. XXIX. Terminada la sucinta narración q u e h e considerado necesario hacer de los sucesos referidos, paso a d a r c u e n ta especial d e la marcha q u e h a n seguido las distintas secciones i servicios a q u e se atiende en los d e p a r t a m e n tos d e Guerra i Marina. A l hacerlos omitiré algunos d e t a lles q u e , d a d o el estado de guerra, aconseja la conveniencia pública n o revelar.

DEPARTAMENTO DE GUERRA. XXX. A l c o m e n z a r las hostilidades de la presente guerra, el 14 do Febrero d e 1879, las únicas fuerzas c o n q u e c o n t a b a el país llegaban solamente a 2,440 h o m b r e s d e las tres armas, distribuidos en la forma siguiente: ARTILLERÍA. Hombres.

U n rejimiento d e 2 baterías

410

INFANTERÍA

Batallón Buin Id. 2. ° Id. 3. ° Id. 4. ° Zapadores

300 300 300 300 300 CABALLERÍA.

D o s Tejimientos c o n c i n c o escuadrones d e 160 h o m b r e s por cada escuadrón Total d e fuerzas

530 2,440

A la fecha ele esta memoria, 16 d e J u n i o del presente año, la fuerza activa q u e hai sobre las armas se c o m p o n e d e los siguientes c u e r p o s : ARTILLERÍA.

Rejimientos.—Rejimiento

n ú m e r o 1.—Id. n ú m e r o 2.

INFANTERÍA.

Rejimientos.—Rejimiento Buin 1. ° de l í n e a . — I d . 2. ° de i d . — I d . 3. ° de i d . — I d . 4. ° d e i d . — I d . Zapadores de id. — I d . S a n t i a g o . — I d . Artillería de Marina.


CAPITULO TERCERO.

Raimientos cívicos movilizados.—Rejimiento Esmeraída.—Id. Lautaro. Batallones cívicos movilizados.—Batallón Atacama n ú mero 1.—Id. A t a c a m a n ú m e r o 2 . — I d . C o q u i m b o . — I d . A c o n c a g u a n ú m e r o 1.—Id. A c o n c a g u a número 2.—Id. N a vales.—Id. C h a c a b u c o . — I d . Caupolican.—Id. Cazadores del D e s i e r t o . — I d . R e n g o . — I d . Co [chagua.—Id. Melipilla. — I d . C u r i c ó . — I d . T a l c a . — I d . Chillan.—Id. C o n c e p c i ó n . — Id. B i o b i o . — I d . V a l d i v i a . — I d . A n g o l .

.1

CABALLERÍA.

Raimientos.—Rejimiento d e C a z a d o r e s . — I d . d e Granaderos. - Escuadrones.—Escuadrón Carabineros d e Y u n g a i n ú mero 1.—Id. d e id. n ú m e r o 2.— Id. de M a i p ú . — I d . d e la Frontera.—Id. de A n g o l . PONTONEROS.

Una compañía. A estas fuerzas deben agregarse las del Batallón B ú l nes, e n v i a d o a la c a m p a ñ a e i n c o r p o r a d o al eje'rcito p o r ofrecimiento espontáneo de la Municipalidad do Santiago; i las del Batallón Valparaiso, enviado también al ejército por igual ofrecimiento h e c h o p o r la Municipalidad d e

Valparaiso.

D e los cuerpos enumerados se h a n creado desde la f e cha d e esta última m e m o r i a , 13 batallones d e infantería, a saber: A t a c a m a número 2, A c o n c a g u a número 1 i n ú mero 2, Caupolican, Chillan, Melipilla, C o n c e p c i ó n , T a l ca, R e n g o , Curicó, Colchagua, Biobio i A n g o l . S e h a a u mentado la fuerza d e caballería c o n l o s escuadrones d e Carabineros d e Maipú, Carabineros d e la Frontera i C a rabineros de A n g o l . Se h a a u m e n t a d o en 550 h o m b r e s el R e j i m i e n t o n ú m e ro 2 de Artillería, q u e constaba d e 7 0 0 plazas solamente, i se h a e l e v a d o a 8 0 0 plazas el Batallón A t a c a m a n ú m e ro 1, q u e se c o m p o n í a d e solo 600. La necesidad d e atender a completar las dotaciones d e los cuerpos q u e se habían enviado al N o r t e sin el n ú m e r o de h o m b r e s correspondiente a su dotación i a la n o m e nos importante d e llenar las bajas q u e esperimentaba el ejército p o r l o s combates i p o r las enfermedades, decidió al Gobierno a crear u n batallón que, c o n la d e n o m i n a c i ó n de c u e r p o d e "Depósitos i Reemplazos," recibiera i diera instrucción a todos los voluntarios i e n g a n c h a d o s q u e debieran m a r c h a r a incorporarse a las filas del ejército. I m p o r t a n t e son los servicios que ese c u e r p o h a prestado. D e s d e su instalación i hasta la fecha d e esta m e m o r i a ha enviado al N o r t e mas de 6,000 h o m b r e s i h a atendido al cuidado, p a g o d e diarios i licénciamiento d e todos los soldados q u e h a n vuelto enfermos o heridos del teatro d e la guerra. XXXI.

251

te para que, tanto en tiempo de paz c o m o en época d e guerra, las necesidades de una i otra sean bien conocidas i c o n v e n i e n t e m e n t e satisfechas. La memoria del jefe de osa oficina, que se publica entro los d o m o n t o s anexos, manifiesta la importancia d e los trabajos ejecutados. E l Gobierno h a d e d i c a d o u n a atención preferente a procurarse el a r m a m e n t o q u e permitiera al país hallarse debidamente armado para cualquiera eventualidad del presente i del porvenir. C o n las adquisiciones hechas hasta h o i puede contarse c o n q u e en breve tiempo podrá disponerse d e mas d e 50,000 fusiles de precision d e los mejores sistemas, adaptados todos ellos para ser servidos p o r las mismas m u n i ciones. A p a r t e d e este armamento, cuéntase también c o n cerca de 40,000 fusiles d e inferiores sistemas, c o m o Chassepott, Minié, Synder, Enfild, etc. q u e p u e d e n prestar útiles servicios, en el caso improbable d e q u e fuera necesario u n a u m e n t o tan considerable de fuerza armada. La adquisición d e municiones h e c h a hasta hoi, atendid o el c o n s u m o habido en las recientes batallas, permite asegurar q u e la provision existente llenará superabundantemente las necesidades d e la presente guerra. A fin d e evitar los inconvenientes q u e presenta la p r o vision del estranjero de u n elemento tan importante c o m o las municiones, se h a adquirido u n a maquinaria c o m p l e ta para fabricarlas en el país i atender c o n facilidad i s e guridad al abastecimiento de las q u e puedan necesitarse en l o sucesivo, tanto para la infantería c o m o para la c a ballería i también para las ametralladoras de mar i tierra. Se h a adquirido igualmente el armamento necesario para elevar a 8,000 h o m b r e s las fuerzas de nuestra caballería, proveyéndolas d e carabinas W i n c h e s t e r i R e m i n g ton d e la mejor clase i de u n n ú m e r o de sables q u e escecle c o n m u c h o a la cifra indicada.

La adquisición d e cañones para dotar a nuestras fuerzas de artillería del a r m a m e n t o correspondiente, h a sido d e b i d a m e n t e atendida. E n breve contará el país c o n mas 100 cañones K r u p p d e los diversos i mas modernos m o d e los, i c o n 14 cañones A r m s t r o n g , si n o superiores en p o d e r a los K r u p p , p o r lo m e n o s tan escelentes c o m o ¡ellos. J u n t a m e n t e con este armamento se h a n c o m p r a d o t a m bién las ametralladoras suficientes para dotar d e esta clase de armas a un ejército considerable. L a necesidad d e proveerse de artillería poderosa para la defensa d e nuestros fuertes, ha sido también atendida. E n p o c o tiempo podrán ser c o l o c a d o s e n las fortificaciones i baterías d e nuestra costa m a s de 30 cañones d e grueso calibre i d e sistemas aparentes, q u e aumentarán considerablemente el poder de aquéllas. D e s d e la fecha de la última memoria, se h a n llevado a cabo las fortificaciones d e Mejillones i Tocopilla; se h a n A la labor constante e intelijente d o los empleados d e arreglado convenientemente las baterías d e los fuertes d e Intendencia Jeneral del ejército i armada en campaña se Pisagua e Iquique, dotando a las d e este último puerto d e debe principalmente el resultado alcanzado en todo l o que se refiere al abastecimiento i provision de lo q u e h a nuevos cañones de mas poder. S e trabajaba en la fortificación d e Huanillos i Pabellón d e Pica, a d o n d e se envianecesitado el ejército i la marina. ron los cañones necesarios. Se c o n c l u y e r o n d e arreglar El vestuario, equipo, c o m p r a i remisión d e víveres, forlas baterías d e Antofagasta, Caldera i C o q u i m b o , i se h a n raje, carbon, la organización del servicio sanitario i c u a n to ha sido necesario procurarse para la satisfacción a b u n - efectuado en Valparaiso nuevas obras i arreglos de considante i oportuna d e todas las necesidades del ejército i deración en los distintos fuertes. Entre las nuevas obras i arreglos llevados a cabo en las de la armada, h a sido atendido d e u n a manera superior a lo que era posible preveer, dada la falta d e preparación fortificaciones de Valparaiso, merece especial m e n c i ó n la que para esta clase d e servicios p r o d u c e n largos años d e construcción de los d o s n u e v o s fuertes, Esmeralda i C o vadonga, dotados c o n cañones d e a 600 libras, i la c o l o c a paz i de trabajo. Sin la creación d e esta oficina especial, n o habria sido ción i construcción d e l o s edificios para l o s cañones posible atender a las multiplicadas i variadas necesidades A r m s t r o n g d e 20 toneladas, obras q u e han aumentad o considerablemente el poder de las fortalezas d e ese del numeroso ejército i armada en campaña. Los servicios que h a prestado en la presente guerra i la puerto. Llévase también a efecto la colocación de cuatro c a ñ o necesidad de que la provision d e los distintos objetos q u e el ejército i la marina requieren para su c o m p l e t o m a n t e - nes K r u p p d e 21 centímetros, q u e podrán prestar eficaces nimiento, sea siempre esmeradamente atendida, exijen servicios en caso necesario. que esta oficina se o r g a i c o n el carácter d e permanenn

c e


G U E R R A UEL PACIFICO.

252

XXXIII. U n o do los asuntos mas importantes relacionado c o n el ejército de operaciones, es el servicio sanitario en sus distintos ramos. E n virtud de diversas disposiciones s u p r e mas, púsose este servicio bajo la dependencia d e la I n t e n dencia J e n e r a l d e l Ejército en campaña i una c o m i s i ó n de distinguidos facultativos d e esta capital. El decreto d e 9 de Marzo d e 1S79 aprobó un plan jeneral para el servicio sanitario del ejército en campaña, en virtud del cual se dotó a cada rejimiento o batallón del personal i útiles correspondientes, i q u e se espresan en seguida: Para cada rejimiento dos cirujanos, dos practicantes, dos enfermeros i dos sacos de ambulancia. Para cada batallón la mitad del servicio anterior. I g u a l m e n t e so organizaron cuatro ambulancias, cada una c o n tres cirujanos, cuatro practicantes, 12 angarilleros i un contralor, c o n u n material d e 200 camillas, carpas i útiles correspondientes, dos cantinas de cirujía, dos de farmacia i dos d e administración. A estas cuatro a m bulancias se agregó la cedida p o r la ciudad d e Valparaíso al Gobierno, i q u e consta d e un abundante material i elem e n t o s d e trasporte. El cuerpo sanitario del ejército consta en su totalidad del siguiente personal: 22 53 118 12 78 87 10

cirujanos primeros. id. segundos. practicantes. farmacéuticos. m o z o s d e ambulancia. id. de hospital. contralores, i otros empleados.

Este n u m e r o s o personal i la necesidad d e dar m a y o r unidad a tan importante servicio, dio lugar a la creación d e u n j e f e del servicio sanitario en campaña, para c u y o efecto se espidió el decreto supremo d e 8 d e D i c i e m bre último designando para ese cargo al d o c t o r d o n R. A l l e n d e Padin, sin g o c e d e sueldo, c o n las facultades n e cesarias para adoptar las providencias convenientes a la m e j o r organización d e d i c h o ramo, i d e b i e n d o dar cuenta de sus resoluciones a la Intendencia Jeneral del Ejército.

CABALLERÍA.

U n rejimiento, diez escuadrones i d o s compañías. A estos deben agregarse dos batallones de b o m b e r o s armados, u n o en Copiapó i el otro en Santiago. A continuación se espresan los cuerpos sedentarios organizados en el Litoral del N o r t e i en las diferentes p r o v i n cias d e la República. PROVINCIAS

TARAPACÁ

. -¡ INFANTERÍA .

r

LÍNEA DEL LOA.

le.ABALLERÍA.. ARTILLERÍA . INFANTERÍA .

ATACAMA ,

ACONCAGUA.;

Batallón de la Ligua. Brigada de Putaendo. Id. de Petorca. Compañía de Putaendo. ARTILLERÍA . INFANTERÍA.

SANTIAGO..

I CABALLERÍA.

COLCHAGUA

CURICü .

ARTILLERÍA.

Batallón de Campo de Marte. Id. de Santa Lucía. Id. Guardia del Orden, Id. de Rancagua. Bomberos armados. Brigada de San Antonio. Id. de Maipú. Rejimiento Freiré.

/ INFANTERÍA.

Batallón de Curicó. Brigada de Vichuquen. Batallón de Lontué. Brigada Guardia del Orden. Batallón de Linares. Id. del Parral. Brigada de San Javier.

LINARES.

í ARTILLERÍA . \ INFANTERÍA .

Brigada de Constitución. Batallón de Cauquenes. Brigada de Itata. Batallón Chillan. Id. de San Carlos.

NUBLE. ARTILLERÍA .

CONCEPCIÓN.

número 2 de Valparaiso. número 1 de id. de Limache. de Quillota.

Brigada de Matanza. Batallón San Fernando. Batallón Caupolican.

TALCA..

MAULE

Batallón Id. Id. Id.

( ARTILLERÍA . \ INFANTERÍA.

INFANTERÍA.

U n batallón, trece brigadas i u n a c o m p a ñ í a suelta.

Brigada de Caldera. Batallón de Copiapó. Bomberos armados de id. Batallón de Vallenar. Brigada de Carrizal Alto. Id. de Clianarcillo. Id. de Taltal. Id. de Chañaral. Id. de Freirina. Id. de Paposo. Id. de Blanco Encalada.

COQUIMBO.

INFANTERÍA.

XXXV.

Cuarenta batallones, veinticuatro brigadas i c i n c o c o m pañías sueltas.

Batallón ele Iquique. Batallón de Antofagasta. Id. de Carmen Alto, Id. de Caracoles. Brigada de Mejillones. Id. de la Isla de Caracoles. Escuadrón de Antofagasta.

Brigada de la Serena, Id. de Coquimbo. Id. de Tongoi. Batallón de la Serena. Id. de la Higuera. Id. de Illapel. Id. do Salamanca. Id. de Ovalle. Id. de Tamaya. Brigada de Elqui. Id. de Combarbalá. Compafiía de Totoralillo. Id. de Guayacan. Id. de Panulcillo.

( ARTILLERÍA .

VALPARAISO.

L a guardia cívica h a sido u n poderoso ausiliar para la defensa nacional. E l Gobierno ha atendido a su m e j o r o r ganización en las diferentes provincias, prestando una atención especial a los cuerpos de la costa, dotándolos d e armam e n t o , municiones i vestuario en cuanto lo han permitido las necesidades do las fuerzas movilizadas q u e forman parto d e l ejército d e operaciones. E l estado actual de cosas ha venido h a manifestar lo urjente q u e es el despacho del p r o y e c t o d e lei sobre organización de la guardia cívica, presentado al Congreso el año 1877. Sin una lei jeneral que regle el enrolamiento, determine las escepciones i demarque a los ciudadanos sus deberes, este servicio se resentirá d e irregularidades que n o está en p o d e r del Gobierno evitar ni correjir. A c t u a l m e n t e la Guardia Nacional se encuentra dividida en dos clases—movilizada i sedentaria. F o r m a n la primera dos Tejimientos, 18 batallones de infantería i tres escuadrones d e caballería, c u y a d e n o m i n a c i ó n se h a espresado en otro lugar. Los decretos d e organización señalan a cada rejimiento de infantería la fuerza d e 1,200 hombres, d e 600 a los b a tallones i 246 a los escuadrones d o caballería. L a Guardia Nacional sedentaria consta al presente d e los siguientes cuerpos:

CUERPOS

ARMAS

INFANTERÍA.

Brigada de Talcahuano. Id. del Tomé. Id. de Coronel. Id. de Lota. Compañía de Puchoco. Batallón de Concepción. Id. de Yumbel. Brigada .Voluntarios de Concepción, Id. de Santa Juana. Id. de la Florida.


CAPITULO

PROVINCIAS

ARMAS

f INFANTERÍA .,

BIOBIO

{ CABALLERÍA.,

(INFANTERÍA. ANGOL.

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CABALLV,U R I A . .

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ARTILLERÍA ., INFANTERÍA.

ARAUCO.

•) CABALLERÍA.

j ARTILLERÍA . VALDIVIA

J INFANTERÍA .

CIIILOÉ

-f

Batallón de Los Alijóles. Id. de Nacimiento. Brigada de Mulclien. Escuadrón de Santa Bárbara. Id. de Antuco. Id. número 1 de Mulclien. Id. número 2 de id. Batallón de Angol. Brigada de Malleco. Compañía de Tigueral. Escuadrón de Lumaco. Id. de Curaco. Brigada de Lebu. Id. do Tolten. Batallón de Arauco. Brigada de Cañete. Escuadrón de Gánete. Id. Tirúa. Compañía de Imperial. Brigada de Corral. Batallón Valdivia. Brigada de San José. Batallón Melipulli. Id. de Osorno.

j

LLANQUIHUE

CUERPOS

"

Batallón de Ancud. Brigada de Castro.

TERCERO.

253

arbitrio, la armada se aumentó c o n los vapores Angarrios, Amazonas, Toro i Princesa Luisa i la fragata de vela Elvira Alvarez. El Angamos, adquirido en Europa, n o obstantes las dificultades que el estado de guerra ofrecía para sacarlo de aguas neutrales, arribó a nuestras costas el 8 do Octubre del año p r ó x i m o pasado; i una vez que se hicieron en él los arreglos necesarios para armarlo en guerra, se le dotó de u n poderoso cañón de 11\ t o neladas del n u e v o tipo Elswick, q u e c o n tal objeto se habia encargado. Este vapor i el Amazonas, armados asim i s m o c o n la m e j o r artillería moderna, h a n sido los dos cruceros que h a n prestado mas eficaces servicios en la actual campaña. A d e m á s de los b u q u e s m e n c i o n a d o s , la marina se ha p r o c u r a d o , t o m á n d o l o s en arrendamiento, los siguentes vapores: Copioso, Loa, Itata, JÁmarí, Lamar, Paquete de Mcmle, Matías Cousiño i Sccnta Lucía, t o d o s los cuales, c o n escepcion de los dos vütimos, pertenecen a la Compañía S u d - a m e r i c a n a de V a p o r e s . La lei de 6 de A g o s t o de 1874 facultaba al G o b i e r n o para reclamar los servicios de los vapores de esa Compañía. Reforzada la escuadra c o n el monitor Huáscar i la c a ñonera Pilcomayo, a consecuencia de los c o m b a t e s q u e h e m o s m e n c i o n a d o mas arriba, i armado en guerra el vapor Loa, las fuerzas navales al servicio de la R e p ú b l i c a se c o m p o n e n ele 12 naves de guerra, 11 trasportes i tres pontones, a saber: BUQUES

Los cuerpos movilizados de infantería están armados con fusiles Comblain, Grass, B e a u m o n t i R é m i g t o n . L o s sedentarios c o n Snyder, Minié, Chassepott i el antiguo fusil francés, rayado, de percusión. L a caballería movilizada, c o n sable i carabina W i n chester. Los cuerpos de artillería se dedican principalmente al servicio de la pieza de costa c o n que están artillados los fuertes. L o s servicios prestados desde que estalló la guerra p o r las fuerzas cívicas son dignos del aplauso i la gratitud nacional. E n los distintos c o m b a t e s i encuentos habidos con el e n e m i g o en el territorio peruano, los soldados c í vicos h a n d e m o s t r a d o q u e son dignos émulos de los soldados veteranos del ejército de línea. E n Pisagua, Dolores, Tarapacá, los Anjeles i T a c n a han c o n q u i s t a d o u n glorioso r e n o m b r e haciéndose acreedores a señaladas r e c o m e n d a c i o n e s de los jefes superiores del ejército espedieionario. Parte m u i distinguida cabe en el é x i t o de las operaciones a los cuerpos movilizados Atacama, C o q u i m b o , C h a c a b u c o , Navales, Lautaro, E s meralda, Chillan i otros.

DEPARTAMENTO DE MARINA. XXXVIII. C u a n d o estalló la guerra en que hoi se halla e m p e ñ a d a la República, nuesta marina militar distaba m u c h o de poseer las naves, las tripulaciones i los demás elementos que habia de exijir una p r o l o n g a d a campaña, sobre una costa tan estensa c o m o la q u e c o m p r e n d e n nuestro p r o pio territorio i los de las repiiblicas aliadas. L a armada nacional contaba, es verdad, c o n dos naves de bastante fuerza, mas n o suficientemente rápidas, para resistir al poder naval del e n e m i g o ; pero carecia tanto de los b u ques d e guerra apropiados para secundar la acción de aquellas, c o m o . d e los trasportes que eran indispensables para el servicio de la escuadra i del ejército. Para atender a estas múltiples necesidades, fué menester p r o p o r cionarse buques, c o m p r á n d o l o s , t o m á n d o l o s en arriendo o fletándolos para determinados viajes. Mediante el primer

DE

GUERRA.

Blanco Encalada.—Almirante Cochrane.—Huáscar. —O'Higgins.—Chacabuco.—Magcdlanes.—Pilcomayo.— Angamos.—Amazonas.—Covadonga.—Abtao.—Loa. TRASPORTES.

—Limarí.—Lámar.—Matías CousiCopiapó.—Itata.de Maule,—Tolten.—Toro. ño.—Sconta Lucía- -Paquete Alvarez. —Princesa Luisa.- -Elvira PONTONES.

Thalaba.—

Valdivia.—Kate

Kellock.

Si durante el curso de la c a m p a ñ a n o h a sido posible adquirir naves de guerra p r o p i a m e n t e dichas, a causa de los deberes que la lei de neutralidad i m p o n e a las n a c i o nes, se ha p o d i d o a lo m e n o s , a u n q u e n o sin vencer graves obstáculos, dotar a la marina de cañones de los m o delos mas perfectos, d e ametralladoras, d e torpedos, d e lanchas-torpedos i de municiones de t o d o jénero. L a r e u nion de todos estos elementos ha c o n t r i b u i d o a dar a la escuadra la eficacia d e acción c o n q u e hoi d o m i n a el m a r i costas del enemigo. L a cañonera Pilcomayo, el Huáscar, el Amazonas, el Loa, i el Angamos llevan cierto n ú m e r o de piezas d e artillería del n u e v o tipo Elswick, sistema de retrocarga, c u y o alcance i demás cualidades aventajan notablemente a las del antiguo sistema A r m s trong, c o m o y a h a h a b i d o ocasión d e observarlo en el ataque de algunas plazas enemigas. L a superioridad i n contestable del n u e v o sistema i el deseo de dar a los b u ques de la escuadra el m a y o r p o d e r ofensivo, determinaron al Gobierno a acordar el c a m b i o del armamento actual de los principales b u q u e s por otro de aquel sistema, tan poderoso c u a n t o lo consintiesen las condiciones de n u e s tras naves. D e b e m o s esperar que ese c a m b i o se realizai'á antes de m u c h o , i que entonces habremos d a d o a la escuadra las ventajas de c o m b a t e propias de la m e j o r artillería m o d e r n a . Estas mejoras se completarán c o n el aumento de la d o t a c i ó n de ametralladoras i de embarcaciones menores, destinadas tanto a ofender al e n e m i g o c o m o a repeler o prevenir su ataque. -

XXXIX.

N o obstante el a u m e n t o d e b u q u e s h a b i d o en la escuadra, i a pesar de las bajas que los c o m b a t e s i las enfermedades h a n p r o d u c i d o en el personal de la armada d u r a n te tan prolongada c a m p a ñ a , h a sido posible atender satisfactoriamente el servicio a este respecto, v a l i é n d o s e del cuadro d e oficiales, injenieros, cirujanos, contadores i


254

GUERRA DEL

tripulaciones de que disponían nuestros buques antes de la declaración de la guerra, i llenando los n u e v o s puestos q u e exijia la actividad de las operaciones bélicas c o n u n personal reclutado oportunamente. E n A g o s t o del año último se n o m b r a r o n algunos aspirantes, plaza q u e se restableció en la armada en Julio a n terior c o n el oDjeto de ausiliar a los oficiales en las tarcas ordinarias del servicio. El n ú m e r o de aspirantes se elevó posteriormente a 50, i él parece suficiente para atender las funciones que les están e n c o m e n d a d a s a bordo. El restablecimiento de la plaza de aspirante a sido una medida transitoria aconsejada por las necesidades de la guerra; pero ella no p u e d e servir en épocas ordinarias para formar oficiales que posean la instrucción profesional requerida, i l u e g o que termine la campaña marítima, habrá que volver al réjimen n o r m a l establecido. A u n c u a n d o para la elección de los aspirantes n o m b r a d o s se fijaron ciertas condiciones de edad, constitución física e instrucción, es d u d o s o que ellos p u e d a n llegar a adquirir la c o m p e t e n c i a exijida por la carrera de marino sin que vuelvan a la Escuela Militar a hacer los estudios indispensables. El supremo decreto de 17 de Julio del año último previo esta circunstancia, i h a determinado q u e ningún aspirante pueda ser p r o m o v i d o al e m p l e o de guardia-marina sin acreditar que ha adquirido los c o nocimientos que señala el plan de estudios de 9 de O c t u bre de 1878 dictado para ese establecimiento. C u a n d o lo permitan las circunstancias, los aspirantes que lo deseen i que se hallen en aptitud de continuar la carrera que han abrazado, p u e d e n ingresar a la Escuela Militar c o n el fin de seguir los cursos que h a n de habili' tarlos para ser guardias-marina. El m a n e j o i c u i d a d o de las máquinas de los buques e x i j i a n un personal de injenieros celosos i competentes. Se h a prestado a este importante ramo del servicio una atención especial, buscando la instrucción profesional en d o n de quiera que se encontraba i remunerándola a m p l i a m e n te a fin de obtener el servicio mas perfecto. D e l m i s m o m o d o se h a procurado mantener a b o r d o u n servicio m é d i c o tan c o m p l e t o c o m o era posible. A pesar de las dificultades que era natural se ofreciesen para reunir un c u e r p o de cirujanos idóneos, p u d o , sin embargo, dotarse a cada b u q u e de los m é d i c o s nacionales que se estimaron suficientes para atender debidamente el réjimen sanitario. N o obstante, en este p u n t o del servicio marítim o hai m u c h o que mejorar, i son sin d u d a fundadas las observaciones que sobre el particular hace el cirujano m a yor de la armada en el informe que se rejistra entre los d o c u m e n t o s anexos. XL. L a constante actividad en que las operaciones d e la guerra han m a n t e n i d o a la escuadra, h a impuesto una ruda labor a la Intendencia Jeneral del Ejército i A r m a da i al departamento de Arsenales, encargada la primera de la provisión de víveres i artículos de t o d o j e n e r o , i confiada al segundo la dirección do los trabajos de reparación i limpieza de los buques. E n orden a estos trabajos, sin diques adecuados i sin talleres especiales, nuestro A r senal ha tenido q u e vencer grandes dificultades; i el buen éxito alcanzado a este respecto, se debe en m u c h a parte al c o n c u r s o do la maestranza del ferrocarril de Valparaíso i de la industria privada. Para atender c o n m a y o r oportunidad a la provisión de los buques de la Escuadra en la costa peruana, que es el c a m p o de sus operaciones, se envió a P a c o c h a el p o n t ó n Valdivia, lográndose, a favor de esta medida, p o n e r al alcance de nuestras naves un almacén dependiente de la Intendencia Jeneral del Ejército i A r m a d a . Ese m i s m o p o n t ó n sirve de depósito de la reserva de marineros d e s tinada a llenar las bajas que por cualquier m o t i v o o c u r ran en la escuadra. XLII. E n el año trascurrido desde el 1. ° de Abril de

1879

PACIFICO.

hasta igual fecha del actual, el m o v i m i e n t o marítimo h a bido en los puertos de la República manifiesta que entraron 5,834 b u q u e s c o n una capacidad total de 4.202,727 toneladas, i q u e salieron de los mismos puertos 5,856 b u ques c o n c a p a c i d a d de 4.115,775 toneladas. El m o v i miento de pasajeros revela que entraron 31,707 i q u e salieron 24,800. XLIII. A m e n a z a d a la existencia de nuestra marina m e r c a n te p o r la guerra a q u e la R e p ú b l i c a fué p r o v o c a d a , m u c h o s armadores se apresuraron a abandonar la bandera nacional; i los rejistros, que antes d e estallar el c o n flicto daban a la marina de c o m e r c i o 106 b u q u e s de v e la i 30 vapores c o n capacidad total de cerca de 40,000 toneladas, consignan hoi 49 buques, de los cuales 18 son de vapor, m i d i e n d o una capacidad total de 10,618 t o neladas. El éxito de nuestras armas en el mar h a restablecido la confianza perdida en los primeros dias de la l u cha, i la marina m e r c a n t e vuelve a tomar su natural incremento. XLIV. Las atenciones ineludibles de la guerra han apartad o a la marina nacional de los trabajos científicos i d e esploracion c o n que anualmente contribuía para dar a c o n o c e r nuestros mares, prestando así u n verdadero servicio a la navegación jeneral. Y a q u e n o era dable destinar n i n g u n o d e los buques de la armada a esas pacíficas tareas, se j u z g ó a lo m e n o s c o n v e n i e n t e c o m i sionar al director de la Oficina Hidrográfica para q u e , ausiliado de algunos injenieros, estudiase el Litoral del Norte. Esta comisión desempeñó su cargo i regresó a fines d e Marzo ríltimo, después de haber levantado los planos de Antofagasta, de la bahía de I q u i q u e i de las caletas v e cinas, i de haber h e c h o además diversos estudios j e o g r á ficos c r u z a n d o desde Antofagasta hasta San Bartolo i t o cando en esa estension en Caracoles, Calama, San P e d r o de A t a c a m a i otros puntos, L a comisión llevó también sus estudios a una p o r c i ó n del departamento de Tarapacá. Los planos referidos se hallan en via de publicación, i los estudios jeográficos se preparan para darse a luz en el p r ó x i m o n ú m e r o del A n uario Hidrográfico. Santiago, J u n i o 16 de 1880. JOSÉ A . GANDARILLAS.

X. K e t i r o del M i n i s t r o P l e n i p o t e n c i a r i o d e B o l i v i a e n el P e r ú don Zoilo Flores i recepción de sn reemplazante doctor M e l c h o r Terrazas.

CARTA DE

RETIRO.

LADISLAO GABBERÀ, SECRETARIO JENERAL ENCARGADO D E L PODER EJECUTIVO D E LA REPÚBLICA D E BOLIVIA.

Grande i buen amigo: H a b i e n d o el señor Z o i l o Flores insistido reiteradamente en su dimisión del cargo de E n v i a d o Estraordinario i Ministro Plenipotenciario de la R e p ú b l i c a de Bolivia ante el G o b i e r n o de V . E., m e he visto o b l i g a d o a aceptarle su dimisión i enviarle su carta de retiro. A l ponerla en m a n o s de V . E., cumplirá el señor Flores el encargo de renovar a V . E. las seguridades del sincero deseo que anima al p u e b l o i G o b i e r n o d e Bolivia d e c u l tivar, estrechar i robustecer las amistosas i ñ'aternales relaciones que felizmente los ligan c o n la n a c i ó n i el G o bierno del Perú. Asísteme la confianza de q u e las dotes q u e adornan al Ministro Plenipotenciario q u e se retira, habrán contribuí-


CAPITULO TERCERO.

do a hacerle fiel intérprete d e los sentimientos d e c o r d i a lidad i profunda simpatía q u e el p u e b l o boliviano i mi Gobierno abrigan para c o n la n a c i ó n peruana i el ilustrado Gobierno d e V , E. Con este m o t i v o , m e cabe el h o n o r d e ofrecer a V . E. el h o m e n a j e de alta estima c o n q u e soi de V . E. leal i buen a m i g o . ( F i r m a d o . ) — L A D I S L A O CABRERA.

(Refrendado.)—JENARO

SANJINES.

Casa d e G o b i e r n o en la Paz, a los 20 dias del m e s d e Mayo d e 1880. A S. E. el Jefe Supremo de la República del Peni.

DISCURSO D E L SEÑOR MINISTRO D E BOLIVIA.

255

a u t o n o m í a d e las múltiples fracciones q u e forman el m u n d o de Colon, i sin arriar la bandera d e civilización q u e enarbolan ante el odioso p e n d ó n de la c o n q u i s t a q u e d e s plega Chile al final del siglo X I X . Si a pesar del escándalo i del peligro q u e esto entraña, las demás naciones del continente prefieren ser m u d a s e s pectadoras de la l u c h a del d e r e c h o contra la fuerza, d e la propiedad contra la usurpación, d e la moral h o n r a d a c o n tra la relajación de t o d o sentimiento d e h o n o r i de d e c o r o , sea. Bolivia i el Perú se bastan para contener a Chile en sus desbordes; Bolivia i el Perú salvarán solos los p r i n c i pios del d e r e c h o público americano c o m p r o m e t i d o s p o r el m o m e n t o p o r efímeras ventajas q u e , p o r lamentables q u e sean, n o p u e d e n tener otro carácter q u e el de simples e p i sodios d e una guerra q u e recien principia i q u e tiene q u e ser eterna, si fuere necesario, c o m o s o n eternos los p r i n c i pios q u e sostiene.

E c x m o . señor: Las fatigas d e tres años de r u d a labor m e h a n i m p u e s t o la necesidad d e buscar en el reposo la reparación de mi salud, i o b l i g á d o m e a pedir, c o n insistencia, m i separación del c a r g o d e E n v i a d o Estraordinario i Ministro P l e nipotenciario d e Bolivia cerca del E c x m o . G o b i e r n o de V . E.

Para esta obra d e moralidad, d e civilización, d e h o n r a americana, contad, señor, c o n la decidida c o o p e r a c i ó n de Bolivia, sin reserva, sin limitación alguna, pues r e t e m p l a da su altivez en lugar de abatirse c o n los desastres, está resuelta a agotar sus caudales i su sangre, a n o omitir sacrificio d e n i n g ú n j é n e r o ante la realización d e los g r a n diosos fines q u e persigue la alianza,

A l presentaros, señor, m i carta d e retiro, p e r m i t i d m e espresaros m i c o n g r a t u l a c i ó n i tributaros u n v o t o de r e c o n o c i m i e n t o p o r la deferente atención, d e c i d i d o interés i facilidades d e todo j é n e r o c o n q u e vuestro espíritu de confraternidad hacia Bolivia h a c o n t r i b u i d o tan eficazmente al feliz d e s e m p e ñ o d e la delicada misión confiada a m i insuficiencia personal cerca del E c x m o . G o b i e r n o del Perú. P e r m i t i d m e también q u e , c e d i e n d o a las lejítimas e s cansiones d e u n n o b l e sentimiento, a p r o v e c h e d e esta s o lemne o p o r t u n i d a d para hacer al ilustrado p u e b l o d e L i ma l a j u s t i c i a d e r e c o n o c e r q u e l o s anales d e la d i p l o m a c i a americana n o rejistran manifestaciones ni ovaciones mas espléndidas i espontáneas en favor d e n i n g u n a L e g a c i ó n , que las q u e tan j e n e r o s a m e n t e se h a n p r o d i g a d o aquí a la de Bolivia durante el t i e m p o q u e h a c o r r i d o a m i cargo. Estas manifestaciones, señor, fruto d e la lealtad en las relaciones oficiales entre m i L e g a c i ó n i vuestro Gobierno, i del sentimiento d e sincera confraternidad q u e se profesan ambos pueblos, entrañan u n pensamiento elevado q u e se elabora h o i pacíficamente al calor vivificante del patriotismo bien entendido, en el c o r a z ó n d e cada p e c h o p e r u boliviano, i c u y a traducción a la práctica está llamada a garantizar, en u n a é p o c a m a s o m e n o s cercana, la realización de los grandes destinos d e a m b o s pueblos. L a Alianza, señor, nacida a impulsos d e u n acto de p r e visión, m a n t e n i d a i salvada c o n solícito afán del naufrajio a que la espusiera el d e s e n c a d e n a m i e n t o d e u n a s e r i e d e lamentables sucesos, se presenta h o i robustecida p o r las virtudes cívicas d e a m b o s p u e b l o s i p o r la a b n e g a c i ó n d e sus respectivos g o b i e r n o s , afrontando c o n entereza los r u dos contrastes q u e n o s impusiera p o r el m o m e n t o la v e leidad d e la fortuna. N o obstante, sin mirar hacia el pasado sino para a p r o vechar d e las lecciones de u n a amarga esperiencia, c o n la vista fija en el porvenir, q u e el destino depara a los d o s pueblos q u e la forman, ella n o se d o b l e g a ni se doblegará jamás ante los rigores d e la adversidad, i c o n el c o r a z ó n lleno d e fe en su venturoso porvenir, i c o n la enerjía q u e arranca d e su propia altivez i d e la concierna d e su propia fuerza, ¡adelante! dice, ante la inmensidad d e l océano, i ¡adelante! r e s p o n d e la v o z q u e se repercute allá en los A n d e s c o m o para notificar a Chile q u e hai d o s pueblos indisolublemente u n i d o s p o r u n m i s m o sentimiento, p o r una m i s m a aspiración; aspiración i sentimiento, señor, q u e no se inspiran en los frios cálculos del interés, en la m a yor o m e n o r importancia d e una lonja d e territorio, sino en la santidad del d e r e c h o i d e la justicia, en los sagrados fueros del d e r e c h o p ú b l i c o americano, q u e a n i n g u n a n a ción le es dable hollar i m p u n e m e n t e sin c o m p r o m e t e r la

Felices, señor, los q u e , c o m o vos, lleguen al t é r m i n o d e esa gloriosa j o r n a d a ; su fortuna será b e n d e c i d a p o r el p a triotismo de todos, i especialmente p o r el de los q u e h e m o s c o n t r i b u i d o en algo a esa obra d e reparación, elaborand o i m a n t e n i e n d o , aun a d e s p e c h o de rudos contrastes, la u n i ó n d e los pueblos destinados a alcanzar tan nobles fines. A c e p t a d , señor, m i carta de retiro, i c o n ella, a la v e z que m i despedida d e vuestro c o n t a c t o oficial, m i sincero r e c o n o c i m i e n t o p o r la elevación i espíritu d e confraternidad que han presidido vuestros actos en sus relaciones c o n Bolivia, así c o m o m i p r o f u n d a gratitud p o r las m a r cadas muestras d e deferencia personal q u e m e habéis d i s pensado i q u e conservaré indeleblemente c o m o el m a s grato d e los favores. L i m a , J u n i o 15 de 1 8 8 0 . RESPUESTA D E S. E.

Señor Ministro: Las.palabras que, a n o m b r e de Bolivia, acabáis d e dirij i r m e , son u n n u e v o i v i v o testimonio d e la manera d e sentir de u n p u e b l o q u e el Perú i su actual Jefe n o consideramos sino accidentalmente separado d e nosotros. M i c o m p l a c e n c i a al escucharlas, en m e d i o d e los dolores de la hora presente, seria pues completa, si n o m e a n u n ciarais al m i s m o t i e m p o la cesación d e vuestras funciones oficiales, a las cuales habéis llevado tan intelijente c o m o celosa consagración. D i g n a o s , señor Ministro, aceptar m i pesar p o r vuestro alejamiento i haceros intérprete d e los sentimientos del Perú hacia Bolivia, q u e os s o n tan d e cerca c o n o c i d o s . RECEPCIÓN

01-ICIAL

D E L MINISTRO

TERRAZAS.

DISCURSO DEL SEÑOR MINISTRO DE BOLIVIA.

E x c m o . señor: E n c a r g a d o p o r el G o b i e r n o d e Bolivia de una misión especial cerca d e V. E., c u y o s principales fines h a n sido llenados hasta el presente, m e h a c a b i d o merecer n u e v a m e n t e su h o n r o s a confianza para desempeñar la L e g a c i ó n permanente q u e tiene establecida en esta República, c o n el propósito d e mantener, robustecer i ensanchar las fraternales relaciones q u e existen entre a m b o s países. L a c o m u n i d a d de suelo, d e raza i d e historia, i el d e s arrollo d e sus m u c h o s intereses, crearon, E x c m o . señor, para el A l t o i B a j o P e r ú , lazos mas múltiples i estensos que para los demás m i e m b r o s d e la familia a m e r i c a n a : hoi, la insigne perfidia d e Chile atentando a u d a z m e n t e contra su dignidad, su soberanía i sus d e r e c h o s , los h a fortificado hasta hacerlos íntimos e i n d i s o l u b l e s . L a d e -


256

G U E R R A D E L PACIFICO.

fensa nacional ha u n i d o a los dos pueblos en u n solo p e n samiento i en u n solo esfuerzo; la guerra h a h e c h o correr c o n f u n d i d a la sangre de sus heroicos hijos en los c a m p o s d e batalla, i la m a n o de Dios, acelerando el necesario c o n cierto de las sociedades llamadas a un m i s m o destino, h a les mostrado, clara i venturosa, la ancha via de su p o r v e nir. La opinión, poderosa matriz en c u y o seno se f e c u n d a n las grandes e v o l u c i o n e s sociales, ha d a d o nueva v i d a a la fraternidad de Bolivia i el Perú, p e r m i t i e n d o a ambas n a ciones, envueltas aun p o r las sombras de una dolorosa adversidad, divisar, en cercano h o r i z o n t e , c o r o n a d a la j u s ticia de su causa e i n v i o l a b l e m e n t e asegurada su futura suerte. Chile, sin h a b e r l o previsto i a d e s p e c h o s u y o , va a ser el providencial resorte del n a c i m i e n t o i la grandeza de los Estados U n i d o s del Pacífico, a la vez que fautor predestinado de su propia espiacion. La lid c o n el perturbador do la paz del continente está e m p e ñ a d a , i nuestros pueblos que, a m e d i d a de sus c o n trastes, sienten retemplarse su inquebrantable enerjía, han resuelto n o terminarla, sino c u a n d o hayan alcanzado, inexorable i c o m p l e t a , la reparación sobre los aleves d e s afueros de su invasor. A l poner, E x c m o . señor, en vuestras m a n o s , la carta de gabinete que acredita m i carácter do E n v i a d o Estraordinario i Ministro Plenipotenciario, c ú m p l e m e espresaros m i r e c o n o c i m i e n t o p o r la benevolencia que m e habéis d i s pensado durante el ejercicio de m i especial misión; el p r o f u n d o aprecio que hago de vuestro levantado patriotismo c o o p e r a d o por la ilustración de vuestro gabinete, i la c o n fianza q u e abrigo de que mis posteriores tareas d i p l o m á ticas en esta n o b l e i bella p o r c i ó n del suelo de los incas, vuestra c o m ú n patria, d o n d e , ora los reveses, ora los triunfos de m i bandera liberal, m e han p r o p o r c i o n a d o otras veces la fortuna de merecer sus simpatías, hallarán en las altas miras de vuestra política, facilidades iguales a las que m e habéis a c o r d a d o , para consumar de m i parte, i c o m o suprema ofrenda a mi suelo republicano, la m a g n a obra tan felizmente a c o m e t i d a p o r nosotros, de la reconstrucción interna i esterna de Bolivia i el Perú, s o bre la cual se ha ele afianzar su gloria en la guerra, su prosperidad en la paz.

g u n a el servicio de la L e g a c i ó n de Bolivia en L i m a , a c o n secuencia de la dimisión admitida del d o c t o r don Z o i l o Flores, he tenido p o r conveniente n o m b r a r E n v i a d o Estraordinario i Ministro Plenipotenciario de Bolivia ante el Gobierno de V. E. al d o c t o r d o n M e l c h o r Terrazas. A l buen d e s e m p e ñ o de la misión que e n c o m i e n d a m i G o b i e r n o al señor Terrazas, espero q u e contribuirán los talentos, sagacidad i demás dotes q u e le distinguen; i que se hará acreedor a la estimación de V. E. i de su ilustrad o gabinete. D í g n e s e Y . E. acojer c o n benevolencia al representante de Bolivia i dar entera fe i crédito a c u a n t o e s p o n g a a n o m b r e de esta R e p ú b l i c a , i en especial c u a n d o esprese a Y . E. el eficaz deseo que m e anima de conservar, r o b u s tecer i estrechar las amistosas i fraternales relaciones que felizmente existen entre el Perú i Bolivia, así c o m o las simpatías que el G o b i e r n o i el p u e b l o boliviano abrigan por Y. E. i la n a c i ó n peruana, por c u y a prosperidad i e n g r a n d e c i m i e n t o h a g o fervientes votos. Sírvase Y . E. aceptar los sentimientos de p r o f u n d o respeto i consideración distinguida c o n que soi de V . E. m u i sincero a m i g o . (Firmado.)—LADISLADO

(Refrendado.)—JENARO

CABRERA.

SANJINES.

Casa de G o b i e r n o en L a P a z , a los 21 dias del mes de M a y o de 1S80. Al Excmo. señor Jefe Supremo Je la República del Perú.

XI. E l J e n e r a l C a m p e r o es i n v e s t i d o d e l P o d e r S u p r e m o d e Bolivia, i nombramiento de su primer ministerio. DISCURSO PRONUNCIADO

POR E L P R E S I D E N T E D E L A C O N -

VENCIÓN NACIONAL DON BELISARIO

SALINAS.

Señor Presidente:

C u a n d o la fatídica v o z de guerra resonó en nuestro suelo e inflamó t o d o s los corazones bolivianos, v o s , señor, lleno de ardoroso patriotismo, desenvainasteis vuestra esD I S C U R S O D E S. E. pada i la pusisteis al servicio de la causa nacional. S e ñ o r Ministro: L a política recelosa i m e z q u i n a del poder q u e entonces L a n u e v a misión de q u e os h a encargado el E x c m o . se habia i m p u e s t o fatalmente al país, os c o n d e n ó a cruzar G o b i e r n o de Bolivia, os permitirá c o n t i n u a r la h e r m o sin término los desiertos a la cabeza de las huestes que, sa labor p o r vos c o m e n z a d a en la misión especial que, patriotas i resignadas, os seguían. c o n tan grandes resultados para el Perú i Bolivia, ha terD e r r i b a d o aquel p o d e r p o r el peso d e sus escesos, os m i n a d o , i a c u y o servicio habéis puesto las distinguidas sorprendió en aquellos m i s m o s desiertos el v o t o espontádotes que os merecieron aquel altísimo i delicado encargo, neo i u n á n i m e de los pueblos de Bolivia, confiriéndoos el que ha d a d o a m i Gobierno la ocasión de apreciarlas. P o d e r S u p r e m o . E n alas de vuestro patriotismo vinisteis Intérprete n o ya de los sentimientos de amistad estrea aceptarlo resignado, i en la aurora de vuestra adminischísima que nos ligaban c o n Bolivia, sino de la reunión de tración, recibisteis el bautismo de fuego de la guerra civil. los dos pueblos en u n o solo, v o s i el que representáis, n o Después, un deber mas sagrado os llevó al teatro de la p u e d e n ser ya considerados por nosotros sino c o m o propios. guerra, d o n d e , c o l o c a d o a la cabeza del aguerrido ejército L o sabéis p o r vos m i s m o , i a nadie m e j o r que a vos p o u n i d o , os c u p o la suerte de c o m b a t i r en defensa de la c a u dría e n c o m e n d a r el significar al G o b i e r n o de Bolivia, c o n " sa de la Alianza. Chile ha d e b i d o vencer p o r la superiocuan v i v o interés esperamos el m o m e n t o en que, borrados ridad de su n ú m e r o i de sus elementos; pero vos i vuestras los linderos políticos existentes, p u e d a n volver a estrebravas lejiones, dejaron el c a m p o cubierto de honra. Los charse en el í n t i m o abrazo de la unión federal los pueblos j u i c i o s h u m a n o s , severos e injustos a veces, suelen desdel A l t o i Bajo Perú, bajo el estandarte victorioso de los cargar un fallo de c o n d e n a c i ó n sobre el j e n e r a l que c o Estados U n i d o s perú-bolivianos. m a n d ó un ejército v e n c i d o . Pero a la noticia del desastre Mi Gobierno se c o m p l a c e v i v a m e n t e en teneros c o m o de los C a m p o s de la Alianza, el p u e b l o os h i z o justicia i c o o p e r a d o r en esta obra que, si es de sacrificio i de r u d o dijo: " c u m p l i ó su deber c o n d e n u e d o . " I la C o n v e n c i ó n esfuerzo hoi, será también de engrandecimiento i de v i c Nacional os n o m b r ó Presidente de la R e p ú b l i c a : e l o c u e n toria. tísimo testimonio de la confianza que le inspiró vuestra c o m p e t e n c i a i de la fe que le merecia vuestra honradez, AUTÓGRAFA. justificación i patriotismo. LADISLADO CABRERA, SECRETARIO JENERAL ENCARGADO Os entregamos, señor, una patria enlutada, es verdad, DEL PODER EJECUTIVO D E LA REPÚBLICA D E BOLIVIA. p o r sus desgracias, i sangrando de sus heridas; pero c o n la confianza de que c o n m a n o benéfica i solícita restañareis Grande i buen a m i g o : esa sangre, cicatrizareis esas heridas. U n a patria mutilaT e n g o la alta honra de dirijirme a V. E. para poner en da por la que ayer se llamó su hermana, pero n o deshesu c o n o c i m i e n t o que, a fin de q u e n o sufra interrupción alc h a ni destrozada, p o r q u e la disolución de unos centena-


CAPITULO TERCERO.

res de h o m b r e s n o i m p o r t a la d e s t r u c c i ó n de una n a c i ó n ni la m u e r t e d e u n p u e b l o . L o s paises viriles arrancan fuerzas de sus mismas desgracias, retemplan su patriotism o . N u e s t r o s padres, para darnos libertad e i n d e p e n d e n cia, n o vieron si les faltaban elementos; solo supieron que debian e m p r e n d e r u n a obra jigantesca, i la emprendieron c o r o n á n d o l a de un é x i t o feliz. N o os diremos: " H a c e d la felicidad de esta patria," p o r que esa n o es obra de un c o r t o p e r í o d o ; pero sí os exijimos que mejoréis su c o n d i c i ó n en lo posible, q u e disminuyáis sus desgracias i q u e la c o l o q u é i s en la via de sus altos destinos. El poder para los q u e pretenden halagar una necia v a nidad o c o l m a r i m p u r a s ambiciones, p u e d e ser un puesto de satisfacción; pero para los h o m b r e s abnegados i de sanas intenciones c o m o v o s , es u n puesto de sacrificios. Subid al calvario q u e se os destina, i desde su altura estended la vista p o r el vasto h o r i z o n t e de la patria, n o la contraigáis al e s t r e c h o c í r c u l o del partidarismo. Os e n c o m e n d a m o s una tarea harto difícil; pero tened fe en q u e los h o m b r e s de b u e n a v o l u n t a d os ayudarán en tan penosa misión. Parece y a llegada la h o r a de la rcjeneracion de Bolivia: si sangre es m e n e s t e r para t o d a r e d e n c i ó n , sangre a b u n dante ha vertido la guerra fratricida, sangre copiosa ha regado nuestros c a m p o s . Bolivia probará al m u n d o q u e en la hora de sus tribulaciones tiene sensatez i cordura, valor i dignidad para sus injustos ofensores, honradez, lealtad i gratitud para sus defensores. Pero si desgraciadamente algunos malos bolivianos se levantasen a ajitar el espíritu revolucionario, a desgarrar mas las entrañas de esta p o b r e patria, a cubrirnos de oprobio i de deshonra i a ofrecer n u e v o s escándalos, e n tonces, señor, os toca c u m p l i r c o n vuestro deber; i a h o gando vuestros sentimientos humanitarios, c o n t e n e d c o n mano firme i resuelta esas pretensiones bastardas, esas ambiciones prematuras q u e tanto m a l h a c e n al país. Atrepellar los derechos i las garantías q u e se d e b e n al ciudadano; sofocar la libertad, es despotismo, es tiranía; pero c o n t e m p o r i z a r con los c r í m e n e s i los abusos, es una culpable debilidad mas funesta q u e la m i s m a tiranía. Enerjía en la lei i la justicia; conciliar el orden c o n la libertad i la libertad c o n el orden, d e b e ser vuestro norte. E m p e r o , confiemos en el b u e n sentido de los p u e b l o s i en que, aleccionados t o d o s en tan larga c o m o sangrienta esperiencia, c o n c u r r i r á n a la labor c o m ú n de consolidar la paz pública, de procurar los m e d i o s de recobrar la h o n r a nacional i la integridad territorial, i de mantener firme la Alianza, c o m o elementos de u n venturoso porvenir. E n n o m b r e de la lei i de la C o n v e n c i ó n N a c i o n a l , lejítima representación del p u e b l o , os invisto de la autoridad s u prema, I si estas insignias h a c e n latir de g o z o los c o r a z o nes vulgares, a las conciencias puras c o m o la vuestra solo sirven para recordarles la t r e m e n d a responsabilidad que asumen i el solemne c o m p r o m i s o q u e contraen c o n el pueblo, c o m o el que acabáis de contraer aquí de rodillas al pié de esta sacrosanta imájen. Que la D i v i n a P r o v i d e n c i a b e n d i g a vuestra a d m i n i s tración, i q u e vuestra patriótica c o n s a g r a c i ó n i vuestros sacrificios sean recompensados p o r la gratitud nacional. CONTESTACIÓN D E L JENERAL

NARCISO CAMPERO AL PRESI-

D E N T E D E LA CONVENCIÓN NACIONAL.

Señor: Quedan impresos en m i alma los benévolos i sentidos conceptos q u e acabáis d e espresarme, i q u e p r o c u r é c o r responder en el trascurso del t i e m p o , mas bien de obra que de palabras. N o a b u n d a r é en promesas ni ofrecimientos, c o m o q u e es cosa contraria a m i carácter, i p o r que quiero apartarme en esto del c a m i n o trillado p o r ciertos h o m b r e s que, por desgracia d e Bolivia, h a n s u b i d o al poder sin h a b e r sidos llamados. TOMO n i

—33

257

Mi política será honrada: lié ahí t o d o lo q u e p u e d o asegurar al encargarme de la presidencia c o n s t i t u c i o n a l d e la República, c e d i e n d o en esto al m a n d a t o de la s o b e rana C o n v e n c i ó n Nacional. Es enorme el peso que gravita sobre mis h o m b r o s , i la senda q u e d e b o recorrer se halla sembrada d e espinas i bordeada de precipicios. V i e n e , sin e m b a r g o , en mi a y u d a un p o d e r o s o ájente, un ausiliar q u e , multiplicando, c e n t u p l i c a n d o mis fuerzas, m e hace superior a m í m i s m o . H e l o aquí, señores. Esta medalla, en que los aspirantes vulgares solo h a n visto brille, honores i p r o v e c h o para el individuo, trasmite a m i p e c h o el fuego incstinguible que ardía en el coraz ó n del primer h o m b r e que la llevó pendiente de su h e r o i c o cuello. Ella m e inspira, al m i s m o tiempo, el propósito i los votos que ese h o m b r e , al c o n c e b i r su plan, h i z o en el M o n t e S a c r o p o r la libertad e independencia del suelo que lo vio nacer, ese h o m b r e q u e , a pesar d e los repetidos desaires i reveses de la fortuna, logró por fin reducirla, a fuer de perseverante. Bajo tales auspicios, i fiado en el patriotismo de la S o berana C o n v e n c i ó n i en el p o d e r del p u e b l o , n o m e n o s que en la eficacia de la Alianza, e m p r e n d o , señor, m i m a r cha gubernativa abrigando la e s p e r a n z a — d i r é la f e — d e que, mas tarde o mas temprano, verá la A m é r i c a del Sur i verá el m u n d o entero, levantarse en alto, ceñida d e l a u reles la frente i radiante de gloria, a la hija predilecta del inmortal Bolívar. NARCISO

CAMPERO

PRESIDENTE COSTITUCIONAL D E L A REPÚBLICA.

Considerando: Q u e es necesario organizar el Ministerio en c o n f o r m i d a d a lo dispuesto por el artículo 91 de la c o n s t i t u c i ó n política, decreto: Art. 1 . ° Se n o m b r a n Ministros de Estado: A l d o c t o r J u a n Crisóstomo Carrillo para el d e s p a c h o de G o b i e r n o i Relaciones Esteriores. A l d o c t o r José María Calvo para el d e s p a c h o d e I n s t r u c c i ó n Pública, Justicia i Culto. A l d o c t o r A n t o n i o Quijarro para el d e s p a c h o de H a cienda, A l d o c t o r Belisario Salinas, 2. ° V i c e - P r e s i d e n t e de la R e p ú b l i c a , para el de la Guerra. A r t . 2. ° Mientras los señores J u a n Crisóstomo carrillo, José María Calvo i A n t o n i o Quijarro se posesionen de sus carteras, se encargan interinamente del despacho de ellas los señores J e n a r o Sanjincs, Belisario B o e t o i E l e o d o r o V i l l a z o n , en los respectivos r a m o s . D a d o en la ciudad de la Paz, a los 20 días del mes d e J u n i o de 1880. ( F i r m a d o . ) N A R C I S O CAMPERO. (Refrendado.)—JENARO

SANJINKS.

Es c o n f o r m e . — E l Jefe de la sección de Gobierno, JOSÉ ANTONIO INFANTE.

XII. P a r t e oficial

peruano

del j e f e

espediciouario

sobre

A r i c a e n J u n i o d e 1SSO. JEFE EN COMISIÓN SOBRE ARICA.

Torata,

Junio

20 de 1SS0.

Benemérito señor Coronel: C u m p l i e n d o c o n la orden que recibí del señor Prefecto Solar, de acuerdo c o n V. S. para marchar sobre Arica, en c o m i s i ó n reservada del servicio, verifiqué mi viaje el 2 del presente, c o n un oficial i cuatro soldados, m a r c h a n d o


258

G U E R R A D E L PACIFICO.

hasta el Torata sin novedad. Allí, c o m o en t o d o el c a m i n o , encontré gran n ú m e r o de dispersos, a quienes intimé la entrega del armamento i la. reconcentración sobre esta provincia, a fin de q u e pudiesen organizarse H a b i e n d o arribado el 1 1 a S o c o r o m a , en c a m i n o sobre Putre, supe q u e el enemigo había sorprendido u n a fuerza q u e sedirijia a esos puntos. Para t o d o e v e n t o , m e fué p r e ciso aguardarla, por si el aviso q u e se m e daba era cierto; i, en efecto, c o n t a n d o c o n 2 3 hombres q u e había l o grado reunir d e los dispersos d e A r i c a i Tacna, esperé la fuerza chilena hasta la 1 P. M. del 1 3 , hora en q u e e m prendí m i marcha sobre Putre. Preparado y a para marchar en dirección a esta ciudad, tuve noticias fidedignas de q u e u n piquete e n e m i g o d e 4 0 a 5 0 h o m b r e s d e caballería i 250 do infantería, habia llegado a S o c o r o m a c o n el fin de nombrar autoridades i verificar una esploracion, estudiando en esos lugares los elementos que su agricultura presenta para la m a n t e n c i ó n d e caballadas. H a b i e n d o encontrado buenas posiciones en Putre, m e resolví a esperar a los espedicionarios hasta el día siguiente, sospechando q u e ocupasen la p o b l a c i ó n en q u e m e encontraba i q u e m e propuse defender a t o d o trance, a pesar de la pequeña fuerza q u e m e a c o m p a ñ a b a , la cual en su m a y o r parte, solo tenia 1 0 o 1 2 tiros en su cartuchera. C o m o a las 3 P. M. del dia citado, tuve noticia q u e el m a y o r chileno Manuel Montes, había dirijido u n a carta al señor Maldonado, comerciante d e aquel lugar, en q u e le anunciaba q u e debía pasar al dia siguiente p o r esa plaza, i que,en caso d o q u e m e encontrase en el p u e b l o i d e sease batirme, saliese fuera de él para e v i t a r l o s daños q u e una refriega podia inferir a los habitantes. N o debia permanecer indiferente a este reto, q u e tenia todas las formas de una intimación deshonrosa. Dispuse, pues, la m a r c h a sobre d i c h o j e f e c o n los 2 3 h o m b r e s q u e m e acompañaban, saliendo a las 4 P. M. del dia citado para asaltarlo en la n o c h e . E l m o v i m i e n t o q u e verifiqué t u v o felizmente b u e n suceso, pues di u n asalto al j e f e chileno c o m o a las 8 P. M., a p o d e r á n d o m e de él, tres soldados i 3 3 muías q u e habia t o m a d o d e algunos dispersos q u e encontró a su paso. E l 1 6 salí de Putre c o n d u c i e n d o 6 0 caballos, entre ellos 3 0 muías pertenecientes al gobernador chileno d e Lluta, i los cuatro capturados q u e , bajo la palabra d e h o n o r d e l j e f e Montes, venían sin prisión alguna. A l llegar el 1 8 a la Portada, supe q u e habia allí 3 0 o 4 0 chilenos armados q u e merodeaban, c o m e t i e n d o t o d o j é n e r o de escesos. S e m e dijo, además, q u e p o d i a híillar algunas muías q u e n o habían sido retiradas a pesar d e aquella noticia, p o r c u y a razón di orden d e tomarlas, l l e g a n d o al n ú m e r o d e 40 o 5 0 . Pasando de la Portada a Ataspaca, se oyeron algunos disparos de mi descubierta, h a c i é n d o m e sospechar q u e el e n e m i g o habia sido encontrado. Dispuse entonces que se retirasen las brigadas i los prisioneros i avancé c o n la fuerza q u e me obedecía hacia el lugar del fuego, e n c o n trando q u e se habia disparado sobre unos paisanos q u e , c r e y é n d o n o s enemigos, n o habían d a d o respuesta al ¡quién vive! q u e se les intimó. A l hacer alto, n o t é c o n gran disgusto q u e , h a c i e n d o traición d e u n m o d o i n d i g n o a su palabra d o caballero leal, habia fugado el j e f e chileno M a nuel Montes c o n un soldado. El 2 0 llegué a este p u e b l o d e Tarata, en d o n d e d e u n m o d o verbal di cuenta a V . S. d e m i c o m i s i ó n , verificánd o l o ahora p o r escrito para los fines consiguientes. Las instrucciones d e la Prefectura habrían tenido el m e j o r resultado si desgraciadamente m i arribo sobre A r i ca n o hubiera sido estemporáneo p o r haber caído g l o r i o samente en poder d o los invasores; sin embargo, en el tray e c t o h e procurado evitar los desórdenes q u e p o d í a n cometer los disporsos, hacer alejar cuantos recursos h a -

bían servido al e n e m i g o i traer los bagajes q u e e n c o n t r é a m i paso. Espero q u e m i p r o c e d i m i e n t o , q u e d e u n m o d o detallado consigno en este parte oficial, m e r e z c a la aprobación de V . S. Dios guarde a Y . S., señor Coronel Prefecto. JUAN

L.

PACHECO

DE

CÉSPEDES.

Al Benemérito señor Coronel Prefecto i Comandante Jeneral del Departamento de Tarapacá i accidental do Tacna.

XIII. Llegada del trasporte " L o a " al Callao con heridos

pe-

ruanos : notas cambiadas i descripción de " L a Opinión Nacional" de

Lima.

PREFECTURA I COMANDANCIA JENERAL D E ARMAS.

Callao,

Junio

22 de 1880.

Señor Coronel Secretario: T e n g o el h o n o r de elevar a V. S . en copia el oficio q u e m e dirije de Arica c o n fecha 1 8 d é l o s corrientes el J e n e ral en Jefe del ejército chileno. Por el c o n t e n i d o d e eso d o c u m e n t o se i m p o n d r á Y . S . de la llegada a este puerto del trasporte e n e m i g o Loa, q u e c o n d u c e a nuestros soldados heridos en las j o r n a d a s d e T a c n a i Arica, i q u e vienen a cargo d e 1 2 0 i n d i v i d u o s d e las ambulancias civiles. Se h a n dictado las medidas necesarias para el d e s e m barque d e esos héroes desgraciados c o n todas las p r e c a u ciones i c o m o d i d a d e s q u e su delicada situación reclama. Dios guarde a V. S , señor Coronel Secretario. PEDRO JOSÉ SAAVEDRA. Al señor Coronel Secretario de Estado on el Despacho de Guerra.

REPÚBLICA

DE CHILE.—JENERAL DE

E N J E F E D E L EJÉRCITO

OPERACIONES.

Arica,

Junio

18 de 1880.

E n el crucero Loa se h a n e m b a r c a d o p o r disposición d e m i gobierno, los soldados peruanos q u e resultaron h e ridos en las batallas d e Tacna i A r i c a i q u e se hallan en estado d e embarcarse, para ser entregados en el Callao a las autoridades d e esa R e p ú b l i c a . Y a n asistidos p o r 1 2 0 individuos d e sus propias a m b u lancias, c u y o s jefes presentarán a V . S. la lista nominal de t o d o s ellos. D i o s g u a r d e a V. S. MANUEL

BAQUEDANO

Al señor Jefe Militar de la plaza del Callao.

PREFECTURA I

Señor:

COMANDANCIA JENERAL

Callao, Jimio

D E ARMAS.

22 de 1880.

E l crucero chileno Loa h a fondeado h o i en este puerto procedente d e Arica, c o n d u c i e n d o los soldados peruanos heridos en las batallas d e T a c n a i A r i c a , c u y o e m b a r q u e en aquel puerto m e anuncia V . S . en su oficio d e 1. ° de los corrientes, q u e ha sido puesto en mis m a n o s . H e dispuesto lo conveniente para el inmediato desembarque d e esos heridos i d e los 1 2 0 m i e m b r o s d e las ambulancias peruanas, a c u y o c u i d a d o fueron entregados. Es t o d o lo q u e tengo q u e decir a V . S. en contestación d e su citado oficio. D i o s guarde a V . S . P E D R O JOSÉ S A A V E D R A . Al señor Jeneral en Jefe del ejército chileno en Arica.


CAPITULO

PREFECTURA I COMANDANCIA JENERAL D E ARMAS.

Callao, Junió

22 de 1880.

S e ñ o r Capitán d e N a v i o : H a b i e n d o llegado a este puerto el vapor Loa d e la escuadra chilena c o n d u c i e n d o los soldados heridos en las batallas d e Tacna i Arica, según m e lo anuncia el Jeneral en Jefe del ejército chileno en oficio q u e acabo d e recibir, tengo el h o n o r d e dirijirme a V. S. para q u e se d i g n e dictar 'las disposiciones convenientes al desembarque d e dichos heridos. D i o s guarde a V . S. P E D R O JOSÉ S A A V E D R A . Al señor Capitán de Navio, Comandante Jeneral de Marina.

L L E G A D A D E L LOA. (De la OPINIÓN NACIONAL de Lima del 2 2 de Junio de 1 8 8 0 . )

A las 8 A . M., h a c i a el S u r d e la bahía, se presentó el trasporte e n e m i g o Loa, a c u y o b o r d o viene parte d e los heridos d e nuestro ejército del Sur. E l b u q u e , después de c o m u n i c a r c o n su escuadra, se aguantó afuera c o m o a las 10 A . M., c o n bandera d e parl a m e n t o al tope d e trinquete i la d e la Cruz R o j a en el mayor. M o m e n t o s después desprendió d e su costado una e m barcación a r e m o c o n bandera d e parlamento, q u e se dirijió a nuestro m o n i t o r Atahualpa, i d e d o n d e salió a su encuentro otra embarcación c o n igual bandera. E l oficial chileno entregó al nuestro u n a c o m u n i c a c i ó n para el Jefe político de esta plaza, enviada por el Jeneral B a q u e d a n o , d o c u m e n t o q u e rejistramos en esta m i s m a sección, lo m i s m o q u e la respuesta. T a n p r o n t o c o m o entregó la c o m u n i c i o n el b o t e enemigo, regresó a b o r d o , i el Loa avanzó entonces hasta el c o s tado del dique, a d o n d e ha d a d o f o n d o . V i e n e al m a n d o del capitán d e fragata señor Peña, q u e c o m a n d a b a , hasta antes del b l o q u e o d e este puerto, el Huáscar. Los heridos h a n v e n i d o a cargo d e nuestras a m b u l a n cias 1. , 2 . i 4 . , c u y o personal pasa d e 100 i tantos. Entre sus jefes, se encuentran los doctores Pérez, K i n g i otros. E l Loa z a i p ó d e A r i c a el 18 a las 3 P. M. H i z o escala en P a c o c h a , d o n d e permaneció dos días i temó víveres. Salieron de A r i c a en el Loa 510 heridos i en el tránsito han m u e r t o cuatro. A u n q u e el Jeneral B a q u e d a n o decia q u e se embarcasen jefes, oficiales i tropa, a última hora solo se les permitió a los últimos! D e éstos solo hai 40 o 50 de camillas, los demás p u e d e n caminar. A u n q u e d a n e n T a c n a 1,000 i tantos heridos i parece que, a pesar d e los grandes esfuerzos de nuestros c o m patriotas para atenderlos, hai m u c h a deficencia p o r la falta d e recursos. S e g ú n se n o s ha c o m u n i c a d o , otro trasporte e n e m i g o d e b e zarpar d e A r i c a c o n destino a M o l i e n d o c o n d u c i e n d o los heridos bolivianos. L o s heridos h a n sido desembarcados en las lanchas o balsas q u e la C o m p a ñ í a Inglesa destina para el desembarco del g a n a d o , i q u e p o r sus condiciones son las m a s a p r o pósito para q u e l o s heridos p u e d a n venir e n sus camillas i lo mas c ó m o d a m e n t e posible. P o c o después d e h a b e r f o n d e a d o el Loa, la c o m a n d a n cia ordenó q u e las y a citadas lanchas fueran remolcadas por nuestras lanchas a vapor, i así se ha efectuado el desembarque. El d e s e m b a r q u e se h a c e lo mas rápido posible, pero n o se conseguirá q u e t o d o s los heridos p u e d a n estar h o i en tierra. 03

0 3

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TERCERO.

259

L a ambulancia d e la Cruz R o j a n ú m e r o 1 d e L i m a , id. del Callao, Salvadora d e id., c o m o asimismo m u c h o s de los miembros de las otras, i compañías d e bomberos, Salvadores i Cosmopolita, han llenado h o i la augusta m i sic*i'de c o n d u c i r en camillas a los enfermos. El cirujano en j e f e d e los ejércitos, d o c t o r d o n José C a simiro Ulloa, c o m o asimismo el señor Santiago Távara, Jefe del servicio sanitario militar de la plaza, son los q u e h a n dirijido c o n singular acierto el desembarque i c o n d u c c i ó n d e nuestros heridos. Bien p o r ellos i por las filantrópicas i abnegadas instituciones q u e nos o c u p a n ! D e s d e las 2 P. M. vinieron atierra varios d e los heridos i se les c o n d u j o a la estación del Ferrocarril Central T r a sandino. A u n q u e se les tiene preparado trenes especiales, varios d e ellos, c o n el respectivo permiso, se fueron a la capital c o n sus familias p o r los trenes ordinarios. Las mas tristes escenas presenciábamos al desembarcar los heridos. Esos valientes, c o n sus vestidos aun m a n c h a d o s en la sangre q u e derramaron por la patria en los c a m p o s de b a talla, eran saludados c o n entusiasmo por los q u e se e n contraban en la verja del muelle dársena, p o r d o n d e pasaban, i en la estación. A esos gritos se reanimaban sus espíritus, i sacándose el quepis, gritaban c o n entusiasmo: ¡Viva el Perú! P o r otro lado, veíanse mujeres del p u e b l o anegadas en llanto al recibir la triste n u e v a d e la muerte d e u n padre, de un hijo, d e un esposo, etc. ¡Oh, aquello era triste i c o n m o v e d o r !

XIV. Notas del

Jefe de la

escuadra

chilena

referentes al

torpedo que destruyó al "ÍLoa" (Inédito), llegada de este trasporte al Callao i partida del " L i m e ñ a . " N Ú M . 7 8 3 . — C O M A N D A N C I A E N JEFE D E L A E S C U A D R A .

Callao,

Junio

22 de 1880.

El C o m a n d a n t e Jeneral d e A r m a s d e I q u i q u e , c o n f e cha 4 del presente m e s , m e dice: " S . E. el Presidente d e la República, en telegrama d e ayer, m e d i c e para V . S. lo q u e sigue: " E n primera o p o r t u n i d a d c o m u n i q u e a R i v e r o lo siguiente: " E n una carta d e L i m a se dice lo siguiente: " E n A n c ó n , preparando el j o v e n Manuel Cuadro u n s e g u n d o torpedo a pesar de haber tenido un fin desgraciad o el primero. H e oido decir q u e el torpedo es d e esta m a nera: Se c o m p o n e d e u n a lancha de vela, cargada c o n c o m e s tibles i carneros, i al quitar el último bulto, hai u n resorte para reventar el t o r p e d o . " L o que trascribo a V . S. para su c o n o c i m i e n t o i demás fines." I y o a V . S. para q u e t o m e las medidas del caso. Dios g u a r d e a V . S. G A L V A R I N O RIVEROS. Al Comandante de la corbeta

O'Hiygins.

COMANDANCIA EN JEFE D E L A ESCUADRA.

Callao, Julio

1. °

de 1880.

Sírvase V . S. trasmitir por telégrafo a S. E. el Presidente de la R e p ú b l i c a , lo siguiente: " E l 23, a las 8 P. M , fondeó aquí el Loa, trayendo desde A r i c a heridos i ambulancias del ejército peruano. El trasb o r d o a las embarcaciones enviadas p o r la autoridad d e l Callao se efectuó c o n las atenciones i cuidados indispensables. E l representante d e S. M. B. en L i m a m e h a p e d i d o que permita detenerse en la b o c a del puerto a los v a p o -


260

GUERRA D E L PACIFICO.

res de la carrera que van hasta Panamá, para embarcar algunas familias d e neutrales i algunos peruanos, mujeres i niños que desean abandonar estas ciudades. El Cónsul belga m e ha h e c h o igual solicitud en favor de su familia. H e accedido a esas peticiones, debiendo verificarse el embarque solo en botes d e los buques de guerra neutrales. E l Cónsul d e Rusia solicitó q u e permitiese q u e un b u que mercante fondease en esta rada para q u e sirviese de asilo a su familia i a las d e neutrales q u e temen u n c h o que en estas localidades entre los ejércitos d e Chile i del Perú. Siendo irregular i embarazosa la presencia de u n b u q u e en este puerto, n o h e accedido a esa solicitud. El 2 4 , a las 1 1 . 3 0 P. M., zarpó d e este fondeadero el trasporte peruano Limeña, entregado a la Cruz Roja. Se dirije a A r i c a para trasportar heridos del enemigo. Se practicó un rejistro minucioso, i estando t o d o en regla, se permitió su salida. Los bloqueos do esto puerto, de A n c ó n i d e Chancai continúan c o n la vigilancia i estrictez necesarias, n o h a b i e n d o tenido lugar n i n g ú n otro suceso d i g n o de m e n c i ó n . " D i o s guarde a V . " S . GALVARINO

RIVEROS.

Al seilor Gobernador civil i Comandante Jeneral de Armas de Iquiquo.

XV. Honras fúnebres a

los restos del

Ministro don

Rafael

S o t o m a y o r en Valparaíso i Santiago.

DECRETOS. ValparoÁso,

Junio

13 de 18S0.

D e b i e n d o llegar a esta capital del departamento el blind a d o Cochranc el p r ó x i m o d o m i n g o , c o n d u c i e n d o los restos mortales del eminente ciudadano, ex-Ministro de Guerra i Marina en c a m p a ñ a d o n Rafael S o t o m a y o r , E L INTENDENTE I COMANDANTE JENERAL D E ARMAS D E L A PROVINCIA, COMANDANTE JENERAL D E MARINA, ETC.,

Decreta: 1. ° E l fuerte de San A n t o n i o anunciará c o n tres c a ñ o nazos q u e el Cocltrane ha fondeado en la bahia, i desde ese m o m e n t o hasta las 6 P. M. del día de la llegada disparará un cañonazo d e hora en hora, i se enarbolará el abellon nacional a media asta en todos los edificios p u lióos, cuarteles, fuertes d e la plaza i buques d e la armada, invitándose a los vecinos a hacer lo mismo. A l siguiente dia, desde las 6 A. M. hasta la hora de la partida del tren q u e debe c o n d u c i r a Santiago el cadáver del espresado señor S o t o m a y o r , disparará igualmente un c a ñ o n a z o d e hora en hora c o m o el dia anterior. 2 . ° E l lunes, a las 1 0 A. M., tendrá lugar en la iglesia del Espíritu Santo u n solemne oficio fúnebre, i c o n este fin la Intendencia invita a los señores j u e c e s , Ilustre M u nicipalidad, a los jefes i oficiales del ejército i armada, al C u e r p o de B o m b e r o s , corporaciones, empleados públicos i vecinos d e la localidad. 3 . ° A las 9 A M. del espresado dia el Batallón c í v i c o n ú m e r o 2 d e Artillería se encontrará formado a p o y a n d o su derecha en el muelle de la Bolsa i abriendo calle en dirección a la plaza d é l a Intendencia c o n el objeto d e s e r vir d e escolta al acompañamiento, llevando en su m a r c h a la bandera enrollada, las armas a la funerala i los instrum e n t o s militares a la sordina, tal c o m o se dispone en el artículo 2 7 , título 8 2 d e la Ordenanza Jeneral del ejército.

I

A la misma hora el Batallón n ú m e r o 1 d e guardias n a cionales se encontrará convenientemente formado en la plaza d e la Victoria c o n el objeto d o hacer los honores prescritos p o r la ordenanza, i q u e en el presente caso c o n sistirán en tres descargas: la primera, en el m o m e n t o d e entrar el cadáver al templo; la segunda, en el m o m e n t o de

salir del templo, i la tercera, en el m o m e n t o de-partir el tren de la estación de Bellavista. 4. ° T a n pronto c o m o la comitiva llegue al muelle, se organizará la marcha en la forma siguiente: en primer l u gar la c o m p a ñ í a de granaderos del n ú m e r o 2 c o n su b a n da d e música a la cabeza; en seguida el carro mortuorio; tras del carro marcharán en fila, a c o m p a ñ a n d o al señor Intendente de la provincia, los señores senadores i diputados d e Valparaiso, el Intendente Jeneral del ejército i armada, el señor coronel Jefe d e la 1 . Division del ejército del N o r t e d o n Santiago A m e n g u a l , el capitán de navio d o n J u a n J o s é Latorre, el señor j u e z decauo, el primer alcalde de la Municipalidad i el superintendente del C u e r p o de B o m b e r o s . 5 2

A continuación, i m a r c h a n d o d e a d o s en f o n d o , seguirán los señores j u e c e s i m i e m b o s d o la Municipalidad, los empleados públicos, los jefes i oficiales del ejército i armada, los v e c i n o s i el Cuerpo d e B o m b e r o s , cerrando la marcha las demás c o m p a ñ í a s del Batallón n ú m e r o 2 . A l llegar al templo, tomarán la caja mortuoria los d e u dos del difunto, repartiéndose los c o r d o n e s en la forma siguiente: los d o s primeros, el I n t e n d e n t e d e la p r o v i n c i a i el Intendente del ejército i armada; los segundos, los senadores d e Valparaiso d o n J u a n de D i o s A r l e g u i i d o n P e d r o N. Marcoleta; los terceros, el coronel d o n Santiago A m e n g u a l i el capitán d e navio d o n J u a n J. Latorre. E n esta misma forma se marchará a la salida d e l t e m p l o . 5. ° C o n c l u i d o el servicio fúnebre, la c o m i t i v a , observ a n d o el m i s m o orden en la m a r c h a , v o l v e r á p o r la calle d e San J u a n d e D i o s hasta la altura d e la estación d e Bellavista, en d o n d e estará c o l o c a d o el carro destinado a recibir el cadáver. E n el tren se colocará desde l u e g o u n a c o m p a ñ í a del n ú m e r o 2 d e Artillería cívica c o n el o b j e t o d e servir d e e s colta hasta la estación del Baron, i u n a vez en este p u n to, el jefe d e la fuerza dispondrá lo c o n v e n i e n t e para q u e el carro m o r t u o r i o tenga constantemente guardia d e h o nor hasta el siguiente dia a las 9 A . M. en q u e partirá el tren para Santiago. E n este tren marchará la c o m i s i ó n n o m b r a d a p o r la Ilustre Municipalidad para a c o m p a ñ a r los restos hasta la capital, c o m p u e s t a d i c h a c o m i s i ó n d e los alcaldes d o n T o m á s Eastman, d o n José M. N e c o c h e a i los rejidores d o n A l e j o Barrios i d o n J u a n F. Cuevas Ovalle. I r á n en el m i s m o tren los d e u d o s i demás funcionarios públicos q u e esta I n t e n d e n c i a indique. La c o m p a ñ í a del n ú m e r o 2 hará la guardia d e h o n o r hasta el término del viaje. 6. ° U n a comisión c o m p u e s t a del secretario d e la I n tendencia, d e los ayudantes d e la C o m a n d a n c i a Jeneral de A r m a s i d e Marina i del secretario j e n e r a l del Cuerpo de B o m b e r o s , cuidará d e dar a las personas invitadas la c o l o c a c i ó n q u e se indica en el presente decreto i d i s p o n drá lo c o n v e n i e n t e para q u e se m a n t e n g a el orden en la marcha. A n ó t e s e , publíquese i dése en la orden del dia. ALTAMIRANO.

M. #.° Diaz

B.,

Secretario.

DECRETO ESPEDIDO

POR L A I N T E N D E N C I A

DE

SANTIAGO.

1. ° A l a s 9 A . M . se encontrarán f o r m a d o s d e gran p a rada, en la plaza d e la Intendencia, t o d o s los cuerpos c í vicos existentes en la capital, c o n el o b j e t o d e solemnizar las honras fúnebres q u e tendrán lugar a las 1 0 en la iglesia Metropolitana, p o r el alma del ilustre finado. 2 . ° A las 1 0 A . M. se dará principio a las honras; p o n tificará el I l t m o . Obispo d e Martyrópolis, c o n asistencia d e S. E. el Presidente d e la R e p ú b l i c a , d e sus Secretarios de Estado, d e las comisiones d e las Cámaras Lejislativas, d é l a Ilustre M u n i c i p a l i d a d i d e m á s corporaciones civiles i militares.


CAPITULO

3. ° A l c o m e n z a r la ceremonia relijiosa se liará desdo la esplanada del Santa L u c í a u n a salva de 15 cañonazos, otra igual al terminar, i una tercera c u a n d o se saque el cadáver d e la iglesia para c o n d u c i r l o al cementerio, d e ­ biendo dispararse u n cañonazo de c i n c o en c i n c o m i n u t o s desde la primera salva hasta que el a c o m p a ñ a m i e n t o lle­ gue al cementerio. 4. ° Las tropas formadas en la plaza seguirán tras del carro mortuorio en c o l u m n a p o r mitades, batiendo mar­ chas fúnebres i llevando los instrumentos a la sordina i las cajas destempladas. 5. ° A n t e s de depositar las cenizas en el sepulcro, h a ­ rán uso de la palabra el señor d o n Miguel Luis A m u n á ­ tegui i algunos otros caballeros. 6. ° A l sepultar el cadáver se hará desde el Santa L u ­ cía una ú l t i m a salva de 15 cañonazos i los cuerpos que forman parte de la c o m i t i v a ejecutarán todos a la vez, en el cementerio, tres descargas cerradas. 7. ° E l señor coronel d o n Luis Artoaga m a n d a r á en jefe las fuerzas destinadas a hacer las honras fúnebres. 8. ° N ó m b r a s e una c o m i s i ó n c o m p u e s t a de los señores Carlos Mendeville, José Luis Claro, Julio Prieto, M á x i m o del C a m p o , Manuel J o v i n o N o v o a i A n t o n i o E. Varas, pa­ ra correr c o n la e j e c u c i ó n de este p r o g r a m a , siendo su presidente el p r i m e r o de los n o m b r a d o s . Z.

TERCERO.

261

ner despejado ese espacio i dar fácil pasaje al ataúd i al acompañamiento. El mismo dia 2 3 , a las 9 . 3 0 , se encontrarán formados de gran parada en la plaza de la Intendencia los tres cuer­ pos ya mencionados, c o n el objeto de solemnizar los fune­ rales que se celebrarán por el alma del señor Ministro, a c u y o acto debe asistir tí. E. el Presidente de la R e p ú b l i c a , a c o m p a ñ a d o de todos los cuerpos oficiales. Estas fuerzas serán mandadas por el señor coronel d o n Luis Arteaga. U n a salva de 15 cañonazos se ejecutará al llegar a la iglesia la comitiva oficial,i las tropas harán los c o r r e s p o n ­ dientes honores a S. E. A l terminar la ceremonia relijiosa, i c u a n d o ya se sa­ que el cadáver de la iglesia para c o n d u c i r l o al panteón, se ejecutará otra salva igual, d e b i e n d o dispararse u n c a ñ o ­ n a z o de cuarto en cuarto de hora desde la primera salva hasta que el a c o m p a ñ a m i e n t o llegue al cementerio. Las tropas formadas en la plaza seguirán detrás del c a ­ dáver i del séquito fúnebre en orden de c o l u m n a s por m i ­ tades hasta aquel lugar, batiendo marchas c o n los instru­ m e n t o s a la sordina i las cajas destempladas. A la vez de haberse depositado el cadáver en las b ó v e ­ das del mausoleo,se hará en la esplanada una salva de 15 cañonazos i los cuerpos, que ya estarán colocados en línea en lugar conveniente, ejecutarán al m i s m o t i e m p o , t o ­ dos a la vez, tres descargas cerradas consecutivas.

FREIRÉ.

Enrique

PRIETO.

Rodríguez, Secretario. RELACIÓN

ORDEN DEL Santiago,

DÍA. Junio

19 de

1880.

L a guarnición se cubrirá mañana c o m o está p r e v e n i d o . D e b i e n d o llegar a esta capital el martes 22, a las 2.30 P. M. los restos mortales del señor Ministro de Guerra i Marina en c a m p a ñ a d o n Rafael S o t o m a y o r , el S u p r e m o Gobierno, deseando significar su j u s t o pesar i hacer u n a digna manifestación del sentimiento p ú b l i c o por la d o l o ­ rosa p é r d i d a de ese esclarecido c i u d a d a n o , ha o r d e n a d o a esta C o m a n d a n c i a Jeneral dicte, por su parte, las d i s p o ­ siciones convenientes para recibir d i c h o s restos con la posible solemnidad i rendirle los h o n o r e s fúnebres que le corresponden. E n consecuencia, el dia indicado se anunciará por tres cañonazos consecutivos, en la esplanada del Santa Lucía, la llegada a la estación central del tren que c o n d u c e el cadáver desde Valparaíso i se continuará tirando u n ca­ ñonazo de cuarto en cuarto de hora hasta q u e aquél sea depositado en la iglesia Metropolitana, en c u y o m o m e n t o se ejecutará una salva de 15 cañonazos. U n destacamen­ to de 50 h o m b r e s de cada u n o d e los cuerpos c í v i ­ cos de esta capital, Santa L u c í a i C a m p o de Marte, se encontrará en el m i s m o dia a las 2 P. M. en la estación central c o n el o b j e t o de a c o m p a ñ a r el c a d á v e r en su tra­ yecto hasta la iglesia Metropolitana. L a tropa llevará las armas a la funerala, las cajas des­ templadas i enlutadas, las cornetas e instrumentos de m ú ­ sica a la sordina i las banderas llevarán una banda de crespón negro. T o d o s los señores jefes i oficiales del ejército existentes en esta plaza i los de la Guardia N a c i o n a l en servicio, lle­ varán sobre su uniforme el distintivo de duelo q u e pres­ cribe el artículo 3. ° , título 82 de la ordenanza, el q u e conservarán t o d o el dia miércoles. U n a c o m i s i ó n militar en representación del ejército, reunida a la que nombrará la Ilustre Municipalidad,so e n ­ cargará de recibir en la estación i a c o m p a ñ a r hasta la catedral los restos mortales del finado Ministro. Otra c o ­ misión de igual carácter los recibirá en las puertas de la Catedral, en la q u e se encontrará c o l o c a d o c o n anticipa­ ción u n destacamento de 60 h o m b r e s del Cuerpo de B o m ­ beros armados, f o r m a n d o calle desde el p u n t o en q u e debe pasar el carro hasta el interior d e la iglesia, a fin de te­

D E LOS

FUNERALES.

E l Jueves 22, a las 9.30 A. M., partía de Valparaíso el c o n v o i que c o n d u c í a los restos del finado señor Ministro. Minutos después de las 2 Р. M. el c o n v o i llegaba a la estación de Santiago. L o esperaban allí las diver­ sas comisiones de senadores i diputados n o m b r a d o s al efecto, i tropas de los batallones Santa L u c í a i C a m p o de Marte. L a c o m i t i v a partió de la estación a las 2.30 i llegaba a la Catedral a las 5.40. Allí fueron depositados los res­ tos, d o n d e quedaron hasta el dia 28 en q u e se celebraron los oficios fúnebres por el descanso de su alma. L a ceremonia de las exequias, diferida hasta el dia 28 p o r causa de la lluvia, se verificó c o n toda la p o m p a i mística suntuosidad que son propias del culto católico. Los muros i pavimentos de la vasta nave central esta­ ban rigurosamente enlutados. Sobre u n sencillo i elegan­ te catafalco, rodeado de numerosos h a c h o n e s e n c e n d i d o s , veíase el ataúd que contiene los despojos del ilustre m u e r t o . A d o r n á b a n l o trofeos adecuados, i entre ellos la bandera nacional, que aquel brazo y a postrado supo d e s ­ plegar al frente del ejército, c o m o g u i ó n de h o n o r i signo seguro de victoria. U n a orquesta selecta realzaba c o n sus magníficas armonías las severas preces de la iglesia. N u m e r o s a i escojida concurrencia asistía a las exequias Allí estaban el Presidente de la República, los miembros del Ministerio E j e c u t i v o i del Consejo de Estado, varios de los Ministros de la S u p r e m a Corte i de las Cortes d e Apelaciones, las comisiones del Senado i de la H o n o r a b l e Cámara de D i p u t a d o s , el Intendente de la provincia i m i e m b r o s de la Ilustre Municipalidad, las autoridades militares de la plaza, algunos de los jefes que tuvieron a h o n r a secundar en la campaña los esfuerzos del abnega­ d o Ministro, i gran n ú m e r o de señoras i de individuos particulares que representaban en el solemne acto, a mas d e los sentimientos del patriotismo agradecido, los de una antigua amistad. Las fuerzas de la guarnición hacían entretanto los h o ­ nores de ordenanza. El cañón que sonaba a intervalos advertía q u e aquellos funerales eran los de un h o m b r e q u e había desempeñado en el ejército la alta autoridad de Director d e la Guerra, en calidad de Ministro repre­ sentante del G o b i e r n o nacional. El luto q u e revestían los jefes i soldados de la guarnición de la plaza n o era una vana fórmula del dolor oficial: era efectivamente un b a ­


GUERRA DEL

262

tallador, un guerrero, que habia arrostrado todas las p e nalidades de la campaña i que se preparaba a soportar el fuego do la p r ó x i m a batalla c u a n d o la muerte vino súbitamente a relevarlo en su puesto, aquel por quien se batía la funerala i se hacia sonar el cañón. U n a vez mas, el patriotismo chileno podía notar c o n altiva satisfacción que en las d o s grandes pruebas p o r q u e ha pasado n u e s tra j o v e n Repitblica, han salido de su masa ciudadana h o m b r e s suficientemente capaces, ora por su j e n i o i enerjía, ora por su consagración i patriotismo, de presidir una campaña, dirijir los ejércitos, preparar su victoria i alcanzarla espléndida i completa. T e r m i n a d a en el templo la ceremonia, el carro m o r t u o rio se puso en m a r c h a para el panteón, escoltado por n u meroso cortejo; i una vez en aquel lugar, en el m o m e n t o en q u e se iba a entregar para siempre a la tierra los despojos arrebatados a las vicisitudes de la lucha i del tiempo, p o r la iniciativa de la gratitud pública, dos de los amigos del ilustre m u e r t o , sus colegas en el ministerio, i c o m o tales testigos de su abnegación, de su labor abrumadora i de la entereza de ánimo c o n que soportó por largos m e ses el peso de una tremenda responsabilidad, pagaron la d e u d a d de verdad i de justicia que tienen derecho a c o brar de los h o m b r e s honrados que les sobreviven, c u a n tos mueren al servicio de una causa tan noble c o m o es la causa de la patria. H é aquí las palabras con que tanto el señor Santa M a ría, ex-Ministro del Interior i m i e m b r o del Senado, c o m o el señor don Miguel Luis A m u n á t e g u i , q u e lo fué de R e laciones Esteriores, interpretaron en el m o m e n t o mas s o l e m n e de la i m p o n e n t e ceremonia los sentimientos de que sin d u d a está animada para c o n la memoria i el n o m bre del Ministro de la Guerra, muerto en la víspera de la victoria de T a c n a por él m i s m o preparada, la agradecida patria chilena: DISCURSO

DEL

SEÑOR DOMINGO

SANTA

MARÍA.

N o hai, señores, en este servicio fúnebre un simple aparato oficial. Las personas que se encuentran aquí reunidas n o lo están, estoi seguro de ello, en c u m p l i m i e n t o de u n severo m a n d a t o , sino a impulso de un espontáneo sentimiento de amor i respeto hacia la m e m o r i a de un h o m bre que, acreedor por tantos i tan esclarecidos títulos a la estimación de sus conciudadanos, n o lo era menos al apasionado afecto de los suyos i de sus amigos. Y o llego hasta este lugar, de tan penosos recuerdos para mí, en m e d i o de u n angustioso dolor, a asociarme a los q u e vienen a abrir esta sepultura c o n cariñosa m a n o , pues h e perdido a u n o de los mas sinceros amigos de mi j u v e n t u d , quien en duras i aciagas situaciones supo reforzar mi espíritu i c o m u n i c a r m e eso ardiente civismo que animaba i alentaba su alma. Es una verdadera calamidad para la p a t r í a l a p r e m a t u ra muerte de Rafael Sotomayor. H a m u e r t o súbitamente, en tierra estraña, lejos de los suyos, pero al pié de nuestra bandera i en m e d i o de nuestros bravos soldados, a quienes preparaba para una batalla que debia ser a los p o c o s dias una espléndida victoria. N a d i e tenia mejores títulos que él para regocijarse c o n las alegrías de la patria, puesto que desde un principio venia señalando a nuestro ejército con su ejemplo, sus desvelos i su e m p e ñ o s o ahinc o la senda de la gloria que habría de recorrer desde las playas de Antofagasta hasta la ciudad de Tacna, después de vencer c o n fatigosa constancia los arenales de Tarapacá i de l i o , dejando en todos estos lugares o las huellas de u n a victoria, c o m o en Pisagua i Dolores, o las trazas del i n d o m a b l e carácter chileno, c o m o en el desierto. S o t o m a y o r era el alma de todas estas operaciones. P r e o cupaban su espíritu n o solo las c o m b i n a c i o n e s militares, sino la última necesidad do nuestro ejército, a fin de que n o llegara ocasión de que el frió anonadase a nuestros soldados por falta de abrigo, o el hambre o la sed los desesperasen en las marchas o en el c o m b a t e . Y o h e sido testigo de sus asiduos afanes, i tomaba e j e m p l o de aquella i m -

PACIFICO.

perturbable consagración. N i n g u n a dificultad le arredraba, i en ninguna situación, por escabrosa que fuese, abandonaba su habitual tranquilidad i la j o v i a l i d a d d e su carácter. T e m p l a d o en los consejos de gobierno, n u n c a e s c u c h ó el aguijón de una mala pasión para deliberar, i las injusticias que los partidos cometiesen a veces c o n él, n o le encendían ni perturbaban su criterio. S o l o tenia en mira, al discurrir, el bien del país, i obraba o b e d e c i e n d o a las i n s piraciones de la mas elevadajusticia. S o t o m a y o r n o c o n o ció la rastrera pasión que se llama odio político, i de aquí provenia que j u z g a r a siempre c o n benevolencia a sus adversarios, i q u e n o se irritase aun c u a n d o le hiciesen v í c tima de temerarias acusaciones. Con u n alma superior, desprendida de toda aspiración personal, n o formaba ruido c o n los importantes servicios que prestaba. Se consideraba sobrado remunerado c o n la satisfacción del deber c u m plido. T e m o lastimar la querida memoria del a m i g o reveland o un h e c h o que mas q u e n i n g ú n otro le caracteriza i forma por sí solo su mas c u m p l i d o elojio. Estoi cierto q u e n o lo habrá referido en la m a y o r intimidad, desde que tenia q u e atropellar para ello su natural modestia, q u e era la primera virtud i la primera cualidad que adornaba su alma, Pero si y o guardara silencio en este m o m e n t o c u a n d o él y a d u e r m e el sueño eterno, m e haria reo d e una falta i n o pagaría a su n o m b r e ese tributo de constante admiración que siempre tuve por su esclarecido patriotismo. H u b o u n dia en que los b u q u e s de guerra españoles amanecieron en la rada d e Yalparaiso i quisieron i m p o ner u n a afrenta a la República. N o se vaciló acerca del partido q u e debia adoptarse, i la guerra fué declarada. E n esta apremiante situación, el G o b i e r n o m e encargó de una misión cerca del G o b i e r n o del Perú i m e facultó para buscar los c o m p a ñ e r o s . V o l v í sin vacilar los ojos a S o t o m a y o r , m e presenté en su casa i le signifiqué, sin p r e á m b u l o alguno, la necesidad de que m e acompañase i de prepararse para m a r c h a r él a Bolivia, si era necesario. S o t o m a y o r c o m p r e n d i ó , sin mayores esplicaciones, cuál p o d i a ser el objeto de nuestro viaje i cuál especialmente el del s u y o a Bolivia. Sin interrogarme c o n q u é carácter marcharía, porque los honores no eran m o n e d a que él apetecia, m e contestó: Está bien; nos vamos. ¿Cuándo d e b e m o s partir? — M a ñ a n a , si es posible, en el primer tren. — T a l v e z n o pueda. Necesito buscar 800 pesos prestados para costear mi viaje. Si los consigo, estaremos reunidos a las 8 A . M. en la estación; de lo contrario, esperaremos un dia mas. E n pocas horas tendrás aviso, i para n o sobresaltar a la familia, que justamente se alarmaría c o n mi ausencia, guardaré silencio i solo anunciaré que salgo para Valparaíso. I c o m o y o le manifestase q u e n o habia llegado el caso de imponerse el sacrificio de contraer una deuda, cuando el G o b i e r n o le asignaba u n sueldo i le cubría los gastos del viaje, S o t o m a y o r m e replicó c o n acento tranquilo, p e ro c o n el t o n o de u n propósito inquebrantable: " H o i no p o d e m o s gravar al Estado c o n el pago d e renta alguna, cualquiera que ella sea. D e b e m o s aliviarle, desde que la guerra va a i m p o n e r n o s crecidísimos gastos. Y o n o acepto u n solo centavo; m a r c h o de m i cuenta." Pocas horas después de nuestra entrevista m e escribia estos sencillos renglones, que son la fiel espresion de su abnegado patriotismo: "Listo, he conseguido los 800 pesos." A l dia siguiente dejábamos a Santiago i abandonábam o s también las playas de Valparaíso, h a c i e n d o r u m b o al Perú. S o t o m a y o r , mientras y o continuaba mi viaje a L i m a , desembarcó en Pisco i pasó de allí a T a m b o d e Mora. N o pocas sino m u c h a s privaciones se i m p u s o en u n i ó n de sus c o m p a ñ e r o s en este ú l t i m o p u n t o , escaso hasta de un lugar a propósito para un regular alojamiento, C u a n d o y o fui


CAPITULO

allí mas tarde i e m p r e n d i m o s en seguida j u n t o s u n a m a r cha, m e referia c o n á n i m o festivo todas las molestias q u e se había impuesto, entre las cuales figuraba la de n o haber mas que u n a c a m a i u n sofá, q u e era menester tomar por asalto para n o dormir durante la n o c h e sentado en duras sillas ele paja. Sotomaj^or alentaba e infundía confianza a todos, mediante la suavidad de sus maneras i aquel c o m portamiento siempre fácil que hacia que los demás se c r e yesen iguales a él i n o sintiesen superioridad alguna. E l Gobierno del Perú so c a m b i ó por una dictadura i firmó un pacto de alianza, a virtud del cual los b u q u e s de guerra peruanos fueron entregados a la L e g a c i ó n de Chile. Sotomayor t o m ó a tarea, c o n tesón ejemplar, tripular estos buques c o n j e n t e chilena; q u e a b a n d o n ó risueña en el Callao el h o g a r i su p r o p i o bienestar para desempeñar el rudo oficio del marinero. H a b i a bastado el peligro de la patria para enaltecer el p e c h o del laborioso ciudadano chileno. Llegó el m o m e n t o de la partida i S o t o m a y o r se instaló en los b u q u e s tranquilamente, teniendo en su bolsillo instrucciones que le aseguraban la plenitud de la autoridad. El poderoso blindado español la I\ umancia se hallaba a la sazón en el Callao i espiaba el m o v i m i e n t o de los b u ques peruanos. J u s t a m e n t e se temia que, u n a vez que éstos hubiesen partido, el poderoso blindado marchase sobre ellos, i o los apresase o echase a pique. El riesgo era i n m i nente. S o t o m a y o r n o se disimuló u n solo instante este peligro, i c u a n d o y o so lo representaba c o n solícito interés, m e contestaba c o n airo sereno, alegre i apacible: " N o hai cuidado; atacados cerca de la costa, encallaremos los b u ques en ella; en alta mar nos h u n d i r e m o s . N u n c a serán los buques del enemigo." T

A las 10 P. M. del dia designado, nos estrechábamos la m a n o en el muelle del Callao, i S o t o m a y o r , al tomar el bote, m e d e c i a c o n su m i s m a imperturbable serenidad: " L o dicho, d i c h o . Asegúralo así al G o b i e r n o . " S o t o m a y o r partió contento, c o n los ojos fijos en la estrella de la patria q u e debia servirle do guia en su peligrosa travesía, i arribó c o n los buques ilesos a los canales de Chiloé,habiéndose c o n q u i s t a d o en este azaroso viaje todas las simpatías i los respetos de los marinos peruanos q u e venían en esos buques. S u p o apagar las rivalidades e i n s pirar a los tripulantes n o solo confianza, sino firme resolución para el sacrificio. E n Chiloé entregó los buques a nuestras autoridades; i terminada d e esta manera su patriótica misión, t o m ó el camino de Santiago i se restituyó a su anhelado h o g a r sin ruido, sin ostentación ni estrépito. Traía una d e u d a do 800 pesos, que debia saldar c o n su trabajo, i la satisfacción de haber prestado u n importantísimo servicio del que, estoi seguro, sus amigos n o le oirían j a m á s hacer alarde, i del que, si en alguna ocasión p u d o hacer m e m o ria, seria para referir risueño alguna hazaña de sus c o m pañeros.

TERCERO.

DISCURSO

263

DEL

SEÑOR

MIGUEL LUIS

AMUNÁTEGUI.

L a guerra tiene u n aspecto brillante i pintoresco, pero también tiene otro l ú g u b r e i s o m b r í o . Nuestras ciudades h a n visto atravesar por sus calles a numerosos batallones c o n sus banderas al viento i las b a yonetas al sol. Nuestros puertos han visto salir de sus aguas a naves gallardas que, en m e d i o de las olas i de los aplausos, llevaban entre las tablas el porvenir de la R e p ú b l i c a . Nuestros soldados han peleado grandes batallas, i o b t e nido graneles victorias en tierra i en mar. Está bien. Pero de c u a n d o en c u a n d o suelen arribar a nuestras playas, i desde allí llegar a nuestras poblaciones, c a r g a mentos de heridos, i remesas de ataúdes, q u e forman u n notable contrasto entre las fiestas de ayer i las fiestas de mañana. Por lejítimo que sea el alborozo p r o d u c i d o por nuestros triunfos, el espectáculo presente no p u e d e m e n o s q u e . causar h o n d a pena en t o d o corazón bien puesto. U n patriota eminente y a c e tendido para siempre en ese féretro que, dentro de p o c o s m o m e n t o s , v a m o s a depositar c o n m a n o trémula en el oscuro sótano destinado a ser su casa eterna. D o n Rafael S o t o m a y o r h a prestado al país los mas i m portantes servicios en la tremenda l u c h a en que nos e n c o n t r a m o s empeñados. E l Perú i Bolivia, dos naciones q u e j u n t a s superaban a Chile en población i en riqueza, le p r o v o c a r o n , sin m o t i v o ni protesto de n i n g ú n jénero, a una guerra que n o aguardaba i para que no se hallaba preparada. La guardia cívica estaba licenciada. L a tropa de línea estaba tan reducida, q u e era insuficiente para cubrir las guarniciones. Los b u q u e s estaban desmantelados i rotos. Las tripulaciones estaban i n c o m p l e t a s . L a hacienda pública estaba casi exhausta. Mientras tanto, el h o n o r i la c o n v e n i e n c i a exijian que, en vez de quedar a la defensiva, agrediésemos p r o n t o a los q u e desde años atrás, i en secreto, maquinaban nuestro daño i aun nuestra ruina, i nos lanzaban i n o p i n a d a m e n te insolente reto. Para apreciar la m a g n i t u d de la empresa, basta advertir que Chile se decidía a invadir a dos repúblicas q u e n o s o lo eran mas populosas i se hallaban mas apercibidas, sino qué además tenían por baluarte peñascosas sierras i áridos desiertos.

palabras: Rafael S o t o -

L a naturaleza parecía haberse esmerado en fortificar a nuestros enemigos. L o que los chilenos tenían q u e v e n c e r eran, mas bien que las escuadras i los ejércitos, las bravezas del mar, los rigores del clima, las penalidades d e la fiebre, las aflicciones del hambre, de la sed, del sol, de la arena i del p o l v o . Los h o m b r e s que, por puro amor a sus c o n c i u d a d a n o s , h a n arrastrado los mayores sinsabores, trabajos i peligros por llevar a feliz término empresa semejante, son por cierto acreedores a nuestra mas profunda gratitud. H a n defendido c o n d e n u e d o i eficacia la gloria, la prosperidad, la existencia de Chile, que nuestros e n e m i g o s pretendían desmembrar. D o n Rafael S o t o m a y o r ha o c u p a d o entre ellos u n o de los lugares mas prominentes. ¡Bendita sea su m e m o r i a i la de los q u e se han portado c o m o él!

Ellas simbolizarán siempre el mas puro i desinteresado patriotismo; i mientras este sentimiento sea u n culto p a ra el c o r a z ó n chileno, q u e lo será hasta tanto q u e los rayos del sol alumbren nuestros valles desprendiéndose de la c u m b r e de los A n d e s , la m a n o de la patria agradecida entretejerá coronas de flores sobre esta modesta sepultura, que en c u a n t o a la familia i la amistad, vendrán siempre a regarla c o n copiosas lágrimas de acerbo dolor.

El tributo de lágrimas i de alabanzas q u e traemos en esta triste ocasión, es la j u s t a r e c o m p e n s a de sus esclarecidos méritos. T a n luego c o m o se indicó a S o t o m a y o r que su c o o p e ración podía sor útil en la ardua i dificultosa c a m p a ñ a que se iba acometer, aceptó el puesto q u e se le ofreció, puesto al principio m u i molesto, sin propósito de m e d r o o de ambición. L o ú n i c o q u e deseaba era servir al país.

¡Era tanta su modestia c o m o su a b n e g a c i ó n , i tan levantado su corazón c o m o ardiente i apasionado su p a triotismo! La patria era el í d o l o cariñoso de su alma. C o l o q u e m o s c o n respeto la lápida q u e va a cubrir para siempre los restos que depositamos en esa sepultura. N o ha menester q u e inscribamos en ella n i n g u n o d e esos p o m p o s o s epitafios, dictados de ordinario p o r la vanidad o la lisonja h u m a n a . Basta q u e g r a b e m o s estas mayor.

dos


264

GUERRA DEL PACIFICO.

A las pocas horas d e habérsele pedido q u e partiera, n a vegaba y a lejos hacia el territorio enemigo, c o n m e n o s preparativos de los que habría h e c h o para un viaje d e recreo. Cuando so halló en la pesada labor, n o h u b o consideración q u e lo impulsara a dejarla. F u é hasta cerrar los oidos, c o n la angustia en su corazón d e padre, al llamamiento de una hija idolatrada i m o ribunda q u e anhelaba p o r último consuelo el verlo antes de espirar. Seria i n o p o r t u n o que, en este m o m e n t o , m e entretuviera en repetiros lo q u e sabéis demasiado, t o d o lo q u e S o t o m a y o r hizo c o n singular acierto para trazar a nuestra escuadra i a nuestro ejército, el camino q u e c o n d u c í a a la c o m p l e t a derrota d o ias huestes enemigas. Después d e vencer dificultades sin cuento, d o n Rafael S o t o m a y o r , c u y a actividad infatigable se duplicaba para salvar los obstáculos opuestos por el h o m b r e i p o r la n a turaleza, s u c u m b i ó en la faena, víctima voluntaria del trabajo, d e la abnegación i del patriotismo. L a losa d e u n a sepultura no es una tribuna adecuada para encomiar c o n el desenvolvimiento q u e corresponde los méritos d e quien, c o n sus ideas i sus acciones, ha i n fluido en la suerte de tres pueblos. M e v e o , pues, forzado a tasar mis palabras. L a Iglesia, apoyada en el Evanjelio, afirma q u e viven eternamente allá arriba los q u e mueren en Dios. L a patria, apoj'ada en la historia, afirma q u e viven eternamente acá abajo los q u e mueren p o r ella i para ella. L a solicitud c o n q u e se recojen i honran los restos d e nuestros muertos ilustres,- n o solo satisface u n a irresistible inspiración del alma, sino que además p r o c u r a u n i n menso provecho. El p o l v o santo de los grandes h o m b r e s n o se c o n v e r t i rá así en ese barro vil q u e el trájico inglés temia se e m please en los usos mas vulgares. El respeto d e las tumbas es u n a enseñanza i u n estím u l o para las jeneraciones presentes i venideras. Se cree jeneralmente q u e u n cementerio es la m a n s i ó n del olvido i del silencio, i q u e en su c a m p o desolado n o se escucha otro rumor que el quejido del viento q u e se estrella en los mausoleos o el canto de las aves q u e se posan en los árboles. Los q u e esto piensan se equivocan. U n cementerio n u n c a es m u d o . I al hacer tal aseveración, n o m e fijo en ese ruido v a g o , misterioso, ese ruido d e eternidad q u e exhala u n a f o sa, parecido a ese ruido sordo, estraño, ese ruido de o c é a n o q u e arroja una c o n c h a marina. N ó . T o d a tumba tiene una v o z clara, precisa, determinada, que ningún alfabeto h u m a n o ' ha tratado d e consignar, pero q u e el oido puede percibir aun a la distancia: la v o z d e la persona q u e habita en ella. H a i en este recinto u n a t u m b a — t o d o s la c o n o c e n — q u e dice constantemente: "Estudia i aprende." Hai o t r a — t o d o s la c o n o c e n i g u a l m e n t e — q u e dice: " S é leal, conciliador i j e n e r o s o . " O m i t o las demás. L a t u m b a de S o t o m a y o r repetirá siempre: "Sacrifica tu bienestar, tu mujer, tus hijos, tu vida en servicio de la patria, nuestra madre."

que tenia q u e embarcar en la barca portuguesa Guadiana elementos d e guerra c o n destino a Esmeraldas, en la R e p ú b l i c a del E c u a d o r , deseaba saber si se le presentarían inconvenientes i obstáculos, q u e quería evitarse. E l P o d e r E j e c u t i v o , n o encontrando en ninguna d e las resoluciones del G o b i e r n o Jeneral prohibición q u e i m p i d a el embarque d e armas en buques mercantes para puertos neutrales, así lo resolvió, p o r lo cual la Guadiana fué cargada i despachada p o r el inspector del puerto j e f e del resguardo, zarpando d e este puerto para el de su destino. Por este h e c h o h a elevado el señor Cónsul Jeneral d e Chile solemne i formal protesta, considerándolo c o m o u n a n u e v a violación a la neutralidad pactada entre C o l o m b i a i Chile. Para este acto grave se funda en q u e las armas han sido embarcadas p o r ajentes peruanos residentes aquí, c o n destino a las costas del Perú, según jeneral c o nocimiento. Para c o n o c i m i e n t o del c i u d a d a n o Presidente d e la U n i o n , paso a m a n o s d e V . S. copia d e la n o t a del señor Cónsul i de m i contestación; del m e m o r i a l del capitán Petrie, c o n la resolución recaída, i de la nota del jefe del resguardo, a la cual a c o m p a ñ a el informe d a d o a d i c h o j e fe p o r el cabo. A u n q u e el p u n t o es claro, el c i u d a d a n o Presidente d e l Estado desearía, para evitar las frecuentes reclamaciones del señor Rivera Jofré, cada v e z q u e se presenta u n caso d e éstos i n o se h a c e lo q u e él pretende, tener instrucciones precisas, q u e no se presten a la interpretación apasionada ele los ajentes d e los g o b i e r n o s belijerantes. S o i d e V . S. atento i seguro servidor. M A T E O ITURRALDE. Al señor Seretario do Relaciones Esteriores.—Bogotá.

ESTADOS UNIDOS D E C O L O M B I A . — E S T A D O SOBERANO D E P A N A M Á . — PODER E J E C U T I V O . — S E C R E T A R Í A D E

ESTADO

E N EL DESPACHO D E G O B I E R N O . — R A M O S D E NEGOCIOS NACIONALES.

Panamá,

Jimio

26 de 1880.

Señor:

H e tenido el h o n o r de recibir la atenta nota d e V . S., f e c h a d e ayer, m i m e r ò 60, en la cual m e dice " q u e se v e obligado a elevar, c o m o lo h a c e al G o b i e r n o del Estado, la protesta mas solemne i formal, a n o m b r e d e l q u e V . S. r e presenta, p o r haber salido en la mañana d e anteayer d e este puerto, la barca portuguesa Guayana c o n u n cargam e n t o d e armas embarcado por los ajentes peruanos aquí residentes, i c o n destino a las costas del Perú, según j e neral c o n o c i m i e n t o . " A g r e g a V . S. " q u e esta remesa d e artículos d e guerra h a sido llevada a c a b o en la citada barca, p o r las lanchas n ú m e r o 1 i 5 d e la empresa del ferrocarril d e este istmo, confirmándose así los denuncios h e c h o s p o r V . S. al P o der E j e c u t i v o en notas del 2 2 i 2 3 del actual, bajo los n ú meros respectivos 58 i 59, i q u e este h e c h o q u e se acaba de realizar d e una manera pública i bien c o n o c i d a , i, p o r lo m i s m o , q u e no admite duda, constituye una n u e v a v i o lación d e las obligaciones d e neutralidad pactada entre Colombia i Chile, llevando, c o m o ha sido p ú b l i c o , d e este p u n t o un n u e v o i gran continjente d e elementos para d e dicarlos directamente a las hostilidades d e las naciones belijerantes contra Chile." Puesta en c o n o c i m i e n t o la citada nota, así c o m o l o h a Salida de la b a r c a " G u a d i a n a " de P a n a m á , con a r m a s bían sido los d o c u m e n t o s relativos al d e s p a c h o d e la barp a r a el Perú; manifiesto del J e n c r a i P r a d o . ca portuguesa Guadiana,, q u e n o Guayana, d e los cuales ESTADOS UNIDOS DE C O L O M B I A . — E S T A D O SOBERANO D E P A pasó V". S. copia auténtica, m e ordena decir a V . S. q u e no N A M Á . — P O D E R E J E C U T I V O . — S E C R E T A R Í A D E ESTADO h a h a b i d o ni hai violación alguna d e la neutralidad pacEN E L DESPACHO D E G O B I E R N O . — RAMOS D E NEGOtada entre Colombia i Chile c o n el embarque d e elemenCIOS NACIONALES. tos de guerra en dicha barca, i en su d e s p a c h o para salir Panamá, Jimio 26 de 1880. así cargada de este puerto. I n o ha h a b i d o ni hai: 1. ° , Señor Secretario: p o r q u e el señor P. Petrie, solicitó del G o b i e r n o que, teP o r t e l e g r a m a de esta fecha digo a V. S. q u e h a b i e n d o ! n i e n d o necesidad de embarcar elementos d e guerra para el capitán P. Petrie manifestado al G o b i e r n o del Estado I Esmeraldas, en la R e p ú b l i c a d e l E c u a d o r , l o hacia saber

XVI.


CAPITULO

al G o b i e r n o , para q u e n o se le presentasen i n c o n v e n i e n ­ tes, lo c u a l quería saber para arreglar su p r o c e d i m i e n t o ; i 2. ° , p o r q u e al G o b i e r n o del Estado, observando lo pres­ crito p o r el de la U n i o n , n o le está p r o h i b i d o el e m b a r ­ que en el istmo d e elementos de guerra para puertos neutrales, c o m o lo es el q u e se ha h e c h o en la barca por­ tuguesa Guadiana para Esmeraldas, en la R e p ú b l i c a ecuatoriana. I n o h a b i e n d o la prohibición, así se declaró para q u e la n a v e pudiera ser cargada i despachada. E n los d o c u m e n t o s adjuntos en copia, encontrará V . S. la prueba de estos h e c h o s , de los cuales se da cuenta al Gobierno Jeneral, i c o m o h a c e V . S. c o m p r e n d e r que la violación de la neutralidad consiste, en este caso, en que el cargamento d e armas h a sido e m b a r c a d o p o r los ajen­ tes peruanos aquí residentes, i c o n destino a las costas del Perú, según jeneral c o n o c i m i e n t o , se hace necesario manifestar a V . S. que el G o b i e r n o procede i procederá siempre en virtud d e las disposiciones terminantes sobre puertos, d é l a s resoluciones esplícitas del P o d e r E j e c u t i v o federal i d e las prescripciones del derecho internacional, sin olvidar las estipulaciones del Tratado entre la R e p ú ­ blica de Chile i la de los Estados U n i d o s de C o l o m b i a . La frase tan lata c o m o oscura, de jeneral c o n o c i m i e n t o , n o tiene significación práctica ante el c i u d a d a n o Presi­ dente. S u p l i c o al señor Cónsul se sirva aceptar las muestras mas respetuosas de m i consideración personal, c o n que tengo la h o n r a de repetirme su m u i obsecuente servidor. MATEO

ITURRALDE.

Al señor Cónsul Jeneral de Chile.

CONSULADO

J ENERAL D E CHILE E N PANAMÁ.

Panamá,

Junio

29 de

1880.

Señor: O p o r t u n a m e n t e he recibido la atenta nota de V . S. fe­ chada el 2 6 del actual, bajo el n ú m e r o 2 6 7 , en contesta­ ción a la mia de 2 5 del m i s m o i marcada c o n el n ú m e ­ ro 6 0 . Contráese V . S. a d a r m e c u e n t a d e ser efectiva la salida de este puerto del b u q u e portugués Guadiana con un cargamento de elementos de guerra c o m p u e s t o de 2 , 0 4 2 cajas, s e g ú n informe q u e se h a servido V. S. a d j u n t a r m e en copia, d e la inspección del resguardo, bajo c u y a inter­ vención se h i z o libremente el e m b a r q u e . M e manifiesta V. S. al m i s m o tiempo, d e orden del se­ ñor Presidente del Estado, q u e en este h e c h o n o h a h a ­ bido ni hai violación de la neutralidad pactada entre Chi­ le i Colombia: 1. ° , p o r q u e el señor P. Petrie solicitó del Gobierno q u e t e n i e n d o necesidad de embarcar elementos de guerra para Esmeraldas, en la R e p ú b l i c a del E c u a d o r , lo hacia saber al G o b i e r n o para q u e По se le presentasen inconvenientes, lo cual quería saber para arreglar su p r o ­ cedimiento; 2 . ° , p o r q u e al G o b i e r n o del Estado, obser­ vándose lo prescrito por el de la U n i o n , n o se le h a p r o ­ hibido el e m b a r q u e en el istmo de elementos do guerra ara p u n t o s neutrales, c o m o es el que se h a h e c h o en la arca portuguesa Guadiana para Esmeraldas en la R e ­ pública ecuatoriana. Estos i otros m o t i v o s m e alega V. S. en la nota q u e c o n ­ testo c o n el intento d e justificar la declaración h e c h a p o r ese P o d e r E j e c u t i v o para que la nave Guadiana pudiera ser cargada c o n una gran cantidad de artículos de guerra i despachada para u n puerto del esterior, confiando nada mas q u e en la simple e irresponsable palabra de u n par­ ticular interesado en la provisión de aquellos artículos para el Perú. Escusado seria entrar a discutir i rebatir todas las alegaciones de V . S. en representación del Gobierno del Estado en este n u e v o acto violatorio de la neutralidad que acaba d e realizarse aquí c o n la intervención i consenti­ miento de ese m i s m o Gobierno. Las manifestaciones solas q u e V . S. m e hace de que ese TOMO ш — 3 4

TERCERO.

265

Gobierno " p r o c e d e i procederá siempre en virtud d e las disposiciones terminantes sobre puertos i las resoluciones esplícitas del P o d e r E j e c u t i v o federal i las prescripcio­ nes del derecho internacional, sin olvidar las estipulacio­ nes del Tratado entre las repúblicas de Chile i d e los Estados U n i d o s de Colombia," bastan i son mas q u e sufi­ ciente para considerar escusado, superfino c ineficaz t o d o debate en el terreno legal i sobre t o d o en m o m e n t o s en que, c o m o los actuales, ha v e n i d o a consumarse otro acto violatorio de las obligaciones solemnes do esta R e p ú b l i c a respecto de la de mi representación, de la misma n a t u r a ­ leza i gravedad de los q u e se han estado realizando aquí desde hace t i e m p o de una manera hostil a los intereses chilenos c o m p r o m e t i d o s en su actual conflicto bélico. Q u e V . S. pretenda h a c e r m e c o m p r e n d e r que en los e m ­ barques aludidos de elementos do gruerra se procede en virtud de las prescripciones del derecho internacional i sin olvidar las estipulaciones del pacto respectivo vijente entre Chile i Colombia, es un absurdo i un contra sentido q u e n o p u e d o aceptar, s u p o n i e n d o , c o m o lo s u p o n g o , al señor Presidente i demás personas que constituyen su g o ­ bierno c o n las necesarias n o c i o n e s del derecho de j e n t e s i c o n o c i m i e n t o de lo q u e significan en las relaciones inter­ nacionales la observancia o las infracciones de los trata­ dos, sobre t o d o c u a n d o su espíritu i sus cláusulas son bien claros i definidos. P o r esto es, pues, que todas las palabras de la nota de V. S. justificativas del e m b a r q u e ú l t i m o de artículos de guerra en el b u q u e GuadÁama, son inadmisibles para m i G o b i e r n o bajo t o d o s conceptos, i mui especialmente aque­ llas en que insinúa V . S. que ese P o d e r E j e c u t i v o n o olvida las estipulaciones del pacto ya referido. Siendo este p a c t o el q u e preferentemente tiene que fijar, c o m o fija, c o n exactitud i claridad la regla de c o n d u c t a a que las autori­ dades colombianas h a n d e b i d o i deben ceñirse, so pena de m u i graves responsabilidades, en las cuestiones de e m b a r ­ que de elementos de guerra de que el Perú se h a estado p r o v e y e n d o aquí libremente i hasta c o n flagrante viola­ c i ó n n o solo de u n p a c t o internacional sino hasta de las prácticas internacionales mas triviales i conocidas, n o p u e d e haber cabida, aun en el mas vulgar criterio, de que las abiertas i públicas violaciones de un p a c t o internacio­ nal signifiquen el c u m p l i m i e n t o de sus estipulaciones. N o a d m i t i e n d o de n i n g ú n m o d o c o m o escusable n i n g u ­ n o de los m o t i v o s que m e alega V . S. haber determinado el G o b i e r n o de q u e V . S. forma parte a declarar j u s t a i le­ gal la salida de la barca portuguesa Guadiana c o n un cargamento de armas embarcadas por los ajentes del Perú en este puerto, v u e l v o a reiterar a ese Gobierno, c o m o lo h a g o , m i m u i solemne i formal protesta a n o m b r e del q u e tengo el h o n o r de representar, por tal h e c h o abiertamente violatorio de la neutralidad pactada entre Colombia i Chile. A n t e s de terminar, m e veo en la necesidad de dar la debida contestación a la parte de la nota de V. S., que re­ firiéndose a espresiones de la mia, dice V. S. "la frase mas lata i oscura, de jeneral c o n o c i m i e n t o , n o tiene significa­ ción política ante el c i u d a d a n o Presidente." M e estraña m u c h o que el señor Presidente m e note de oscura una frase que debe haberla c o m p r e n d i d o siquiera de a l g ú n m o d o , por lo m i s m o que la declara lata, i en c u a n t o a q u e para el espresado señor Presidente no tenga, según las propias palabras de V . S., significación práctica, por la consideración m i s m a de que el embarque de armas en la Guadiana i su libre i espedita salida del puerto c o n autorización gubernativa n o han sido h e c h o s teóricos sino d e tan jeneral c o n o c i m i e n t o , que será raro quien ignore en esta localidad su realización. Confio que el señor Secretario se servirá aceptar n u e v a ­ m e n t e mis mas atentas consideraciones personales c o n que m e suscribo su mas obsecuente servidor. R A M Ó N R I V E R A J OFRÉ. Al señor Mateo Iturralde, Secretario de Estado en el ramo de Negocios Nacio­ nales


GUERRA D E L PACIFICO.

266

MANIFIESTO DEL JENERAL PRADO. Por n o dificultar en l o m e n o r la grave situación q u e el Perú atraviesa, p o r n o p r o m o v e r odiosidades i divisiones entre sus hijos, que ahora mas que nunca necesitan íntima unión, i n o presentar en talos circunstancias el triste espectáculo d e vorgonzosas miserias, contestando c o n recriminaciones los insultos q u e el actual gobernante i su prensa m e prodigan, m e impuse el sacrificio d e callar en obsequio al n o m b r e i a los intereses d e m i país. Pero desgraciadamente eso gobernante, para cohonestar la traición ue cometió revolucionándose contra mi gobierno en m o io d e una guerra nacional, i eludir en alguna manera la tremenda responsabilidad q u e pesa sobre él, ha espedido u n decreto tan insultante i calumnioso, q u e m e pono en la imprescindible necesidad d o refutarlo, n o c o n los dicterios e imposturas de que él i su prensa se valen, sino c o n d o c u m e n t o s fehacientes e irrecusables; n o porque y o haga caso, ni valga un ápice tal decreto, sino para disipar cualquiera d u d a que pudieran abrigar los que n o estén alcabo d e los antecedentes. Esos d o c u m e n t o s patentizan el descaro i ruindad c o n que u n e n e m i g o vulgar califica d e fuga i deserción m i salida del Perú. Salí del Perú en importantísima i patriótica misión, para regresar inmediatamente después de satisfechas las necesidades mas apremiantes de la guerra, para obtener i proporcionar los elementos q u e indispensable i urjentem e n t e necesitábamos, para llevar a buen término c o m b i naciones i arreglos que solo personalmente podia realizar. Salí del Perú c u m p l i e n d o c o n todos los deberes q u e la leí m e imponía, c o n la correspondiente autorización del Congreso Nacional, c o n la aprobación u n á n i m e del C o n sejo d e Ministros, i dejando organizado i constituido el Gobierno en la forma que prescribe la carta fundamental. Salí del Perú en servicio ele su propia causa, m e e m b a r q u é públicamente, en pleno día, a c o m p a ñ a d o p o r los M i nistros de Estado, por las autoridades políticas i militares etc., etc. A n t e la fuerza irresistible de h o h o s c o m p r o b a d o s c o n irrefutables d o c u m e n t o s , a primera vista se descubre q u e el propósito d e Piérola, al inculparme c o m o lo hace, n o es otro q u e satisfacer innobles i mezquinas pasiones, e i m pedir d e todos m o d o s m i regreso a la patria, p o r c u a n t o empieza y a la indignación pública a manifestarse contra él. Es lástima q u e este pobre h o m b r e , j u z g á n d o m e c o m o a sí mismo, se engañe i n o c o m p r e n d a q u e si deseo regresar, es únicamente p o r servir a m i país en la a c tualidad. M A R I A N O I. P R A D O .

N u e v a Y o r k , J u n i o 2 6 de 1 8 6 0 .

XVII. D e c r e t o s r e l a t i v o s sil a l i s t a m i e n t o d e l e j e r c í i o tic res e r v a d e l P e r ú i c e s i ó n de i o s b i e n e s d e l a I g l e s i a para la guerra.

NICOLÁS D E PIÉROLA, JEFE SUrREMO DE LA REPÚBLICA I PROTECTOR DE LA RAZA INDÍJENA. Considerando: Q u e teniendo Lima sobrados elementos para defenderse p o r sí sola contra cualquiera tentiva de agresión del e n e m i g o , es conveniente colocarla en condiciones d e realizarlo sin esfuerzo, a fin d e ponerla a cubierto de ella i permitir al Gobierno emplear el ejército activo c o m o l o aconseje la mas rápida prosecución de la guerra, Decreto: Art. 1. ° Declárase la ciudad i provincia de L i m a en pié de defensa militar.

Art. 2 . ° Llámase al servicio d e ella la reserva m o v i l i zable i sedentaria correspondiente a dicha provincia. E n su consecuencia, todos los peruanos varones existentes en ella i q u e n o hayan c u m p l i d o 6 0 años ni sean menores d e 1 6 , sin distinción de c o n d i c i ó n , clase o e m p l e o , p r o c e d e rán a recononer jefe, en el improrogable término de 1 5 dias contados desde la fecha. Art. 3 . ° L o s individuos pertenecientes a la reserva movilizable i sedentaria vacarán diariamente i d e h e c h o a toda o c u p a c i ó n ordinaria desde las 1 0 A . M . hasta las 2 P. M . , debiendo presentarse uniformados i en los lugares designados p o r sus respectivos jefes, c o n el fin d e c o n s a grarse durante dos horas a la instrucción i ejercicios m i litares correspondientes. P o r tanto, los talleres i oficinas d e industrias i tráfico comercial se cerrarán de las 1 0 A . M . a las 2 P . M . A r t . 4. ° Quedan únicamente esceptuados d e este ejercicio los clérigos, médicos, farmacéuticos i los practicantes i empleados en el servicio de hospitales, casas d e b e neficencia i de sanidad militar. A s i m i s m o los empleados de la administración pública coi-respondientes a las secretarías d e Guerra i G o b i e r n o i a la Prefectura del departam e n t o i sub-prefectura de la provincia. L o s físicamente incapacitados para la t o m a de armas serán dados d e baja posteriormente por el tribunal d e calificación q u e se establecerá al efecto. A r t . 5. ° L o s q u e n o cumpliesen c o n r e c o n o c e r batallón en el término prefijado o rehuyesen el c u m p l i m i e n t o de los deberes anexos ai servicio a q u e son llamados, p a sarán inmediatamente al ejército activo. A r t . 6. ° L o s estranjeros residentes en la p r o v i n c i a d e L i m a s o n invitados a constituirse i organizarse en cuerpos d e guardia urbana, destinada a guardar el o r d e n i la propiedad mientras los ciudadanos se emplean en el servicio d e defensa militar, p u d i e n d o para ello, escojer i proponer los jefes i oficiales q u e deban comandarlos. Art. 7. ° N i n g ú n habitante podrá dejar la capital ni salir fuera de la provincia d e Lima, sin el respectivo p a saporte espedido p o r la autoridad militar, a m e n o s d e ser proveedores o trasportadores d e víveres, rejistrados c o m o tales i provistos d e la boleta correspondiente. Art. 8. ° Tocio poseedor d e armas está obligado a presentarlas, en el preciso término d e 1 5 dias, ante la Prefectura, recibiendo p o r ellas u n d o c u m e n t o cpie acredite su entrega, a fin d e recobrar iguales armas o su valor tan p r o n t o c o m o pasen las circunstancias actuales. L o s que n o cumpliesen c o n entregarlas o declarar su existencia en ajeno poder, serán considerados c o m o traidores a la R e pública, i sujetos a las penas correspondientes a éstos. A r t . 9. ° Las fuerzas d e defensa de L i m a q u e n o pertenezcan al ejército activo o a l a reserva movilizada, usarán por uniforme blusa azul ceñida p o r cinturon de cuero con tahalí i cartuchera, gorra también d e paño azul d e visera derecha i c o n el n ú m e r o ' del batallón en metal amarillo. El uniforme de los oficiales será el m i s m o , c o n la sola diferencia de llevar vivos blancos en gorra i blusa i el n ú mero del batallón en metal blanco. Las insignias d e clase en éstos, serán de paño rojo en los h o m b r o s i botamanga. L a espada, en tahalí, al cinturon. La tropa i oficiales de artillería llevarán v i v o s rojos, siendo blancas las insignias d e clase en los oficiales; todo conforme a los m o d e l o s que suministrará el Estado Mayor de estas fuerzas. Los secretarios d e Guerra i G o b i e r n o q u e d a n encargados d e Ja ejecución d e este decreto, d e publicarlo p o r band o i d e hacerlo circular. D a d o en la casa d e Gobierno, en Lima, a los 2 7 dias del mes d e Junio do 1 8 8 0 . NICOLÁS D E P I É R O L A . El Secretario de Guerra, M I G U E L IGLESIAS. El Secretario de G o b i e r n o i Policía, N E M E S I O OLIBEGOSO


CAPITULO

CESIÓN DE LOS

BIENES DE LA

IGLESIA TABA

LA

GUERRA. SECRETARIA DE

RELACIONES ESTERTORES I CULTO.

Liona, Jimio

El inesperado contraste sufrido por nuestro primer ejército dei Sur, si ha avivado por eso el sentimiento viril de nuestro p u e b l o , exije, al m i s m o tiempo, la cooperación de todos, a fin de reparar sin tardanza, el daño sufrido i acumular nuestros elementos de t o d o orden, q u e aseguren el mas rápido triunfo de la santa causa del derecho, que es la nuestra. N o es d e s c o n o c i d o de V . S. Utma. i R v d m a . el estado en que el G o b i e r n o actual ha hallado las arcas públicas i los elementos bélicos de la nación; estado de q u e n o le h a sido posible sacarla por entero, c o m o p o c o antes debió ser h e cho, c o n los solos elementos del Estado, a causa de las dificultades creadas por la guerra misma,ni puede ocultarse a V. S. Utma. i R v d m a . que toda lentitud en acumular nuestros recursos para la guerra solo tendrá por resultado retardar-su término i hacerla mas cruenta i dispendiosa. El G o b i e r n o , q u e tiene la indefectible c o n v i c c i ó n de nuestro triunfo, a m e d i d a do ella, está resuelto a n o d e t e nerse ante consideración ni estorbo de n i n g u n a especie para realizar la provisión de elementos de c o m b a t e i p r o seguirla sin tregua hasta alcanzarlo, duro lo que dure i cueste lo que cueste. Cualesquiera q u e sean nuestros c o n trastes, el ú n i c o límite a la resistencia p u e d e ser la e x i s tencia de los peruanos, i si el e n e m i g o quiere vencernos, ha de saber desde ahora que para asentar su triunfo n e cesita n o dejar en pié u n solo h o m b r e en el Perú. En tal situación, q u e n o consiente emplear m e d i o s de tardía eficacia ( t a m p o c o ciertamente descuidados), urjidos de acumular nuestros recursos materiales, i no o b s tante los que nos vengan de otras fuentes, cree el Gobierno que, antes de apelar a los ciudadanos, debía dirijirse a V. S. Utma, i R v d m a . , i en su persona al clero nacional, para demandarle la c o o p e r a c i ó n que inmediatamente p u e de darle c o n el tesoro de la Iglesia, c u y o empleo en este caso n o se apartaría de lo prescrito por sus propias leyes para casos tales. S. E. el Jefe S u p r e m o está persuadido de que a nuestro clero, que tantos i tan relevantes testimonios ha d a d o de su patriotismo i decisión p o r nuestro triunfo en la presente guerra, le bastará c o n o c e r la situación que estoi e n cargado de esponerle para apresurarse a poner a disposición del Gobierno los valiosos objetos que forman el d i c h o tesoro, bien persuadido de que su valor, r e c o n o c i d o p o r el Estado c o n el carácter de una sagrada deuda, será p a gado por él de toda preferencia i tan p r o n t o c o m o h a y a terminado la presente guerra, N o necesito encarecer a V . S . Utma. i R v d m a . , la urjente importancia del asunto, pues es seguro que V . S . Utma, i Rvdma., de acuerdo c o n su clero, n o solo lo atenderá c o n levantado i patriótico celo, sino que adoptará cuantas p r o videncias c o n d u z c a n mas eficazmente a proveer al tesoro nacional de los recursos que desde luego puedan obtenerse de la indicada fuente. L i m i t ó m e , pues, a apuntarlo, espresando V . S. Utma, i Rvdma. c u a n enteramente descansa el Gobierno en el patriotismo de V . S. Utma. i R v d m a . i c ó m o confia a él la completa eficacia de la propuesta medida. Dios g u a r d e a V . S. l i t m a . i R v d m a . m u c h o s años.

Josa

PALACIO

ARZOBISPAL.

Lima, Junio 27 do 1 8 8 0 . — P o r recibida, espídase el a u to acordado. - E L ARZOBISPO.—Zarate, Secretario.

27 de 1880.

U t m o . i R v d m o . señor: L o s reveses, que solo abaten a los débiles, son, en los pueblos dignos de su n o m b r e , garantía de victoria, porque retemplan su ánimo i centuplican sus esfuerzos i su resolución de alcanzarla.

PEDRO

267

TERCERO.

CALDERÓN.

Al Utmo. i Rvdmo. señor Arzobispo déla Arquidióccsis de Lima.

Lima,

Junió

27 de

1880.

Señor Secretario: Me apresuro a contestar el estimable oficio q u e m e h a dirijido V . E. en esta m i s m a fecha, c o n el o b j e t o d e d e m a n d a r m e , i en m i persona, al clero nacional, la c o o p e r a ción del tesoro de la Iglesia a la gran obra de la defensa de la patria. Los c o n c e p t o s emitidos en el citado oficio de V . E., al propio t i e m p o que revelan c o n franqueza la gravedad de la situación, enaltecen el patriotismo del S u p r e m o G o bierno i hacen justicia a la abnegación i nobles sentimientos del clero peruano, llevan al ánimo la c o n v i c c i ó n de haber llegado el caso de q u e la Iglesia emplee lejítim a m e n t e sus tesoros en ausilio do la nobilísima causa en que está e m p e ñ a d a la República. D e esta c o n v i c c i ó n participan los ilustrísimos señores obispos residentes en Lima, i las mas altas representaciones del clero de la capital, consultadas por mí, c o n la maa dilijonte premura, en asunto de tanta gravedad. Con su acuerdo, he espedido en la fecha el decreto que tengo la h o n r a d e a c o m p a ñ a r a V. E. en copia auténtica. Por su c o n t e n i d o verá el S u p r e m o G o b i e r n o la e s p o n taneidad i amplitud c o n que la Iglesia h a atendido, sin demora, a su demanda, deseosa siempre de n o dejarse vencer en jenerosidad i sacrificios, c u a n d o se trata de una cosa tan grande c o m o la defensa, sin tregua, del suelo querido en que están sus templos i los hogares de sus h i j o s . Así tuve el h o n o r de espresarlo i ofrecerlo a la R e p r e sentación N a c i o n a l en é p o c a n o remota. Y o m e felicito de que tal sea el inquebrantable p r o p ó sito del Jefe S u p r e m o de la R e p ú b l i c a , p o r q u e estoi persuadido d e q u e , cualesquiera q u e sean las pruebas i c o n trastes p o r q u e hayan de pasar las grandes causas para su purificación i engrandecimiento, D i o s les otorga definitivamente la victoria, si se mantiene siempre a la altura de su justicia la ardorosa constancia en defenderlas. Para cooperar a esa defensa, ha creído el S u p r e m o G o bierno q u e debía dirijirse, en primer término, a la Iglesia peruana, h o n r a n d o c o n esta prelacion las altas virtudes de su clero. Y o se lo agradezco m u i sinceramente, i espero q u e el e j e m p l o d a d o por la Iglesia Cuestas circunstancias, sea el toque do llamada a los nobles sentimientos de todos los peruanos para presentar nuevas ofrendas en el altar de la patria. L a Iglesia ofrece las j o y a s de sus templos, ¿qué m u c h o que las señoras ofrezcan las suyas, i los acaudalados una parte de su fortuna, todos algo, por p e q u e ñ o q u e sea, p a ra conservar limpia la frente de ta patria i circundarla de n u e v o s laureles al fin d e la j o r n a d a ? A los esfuerzos del patriotismo, debe unirse inseparablemente la confianza en Dios i la constante súplica, para que se digne dispensarnos su soberana protección. P o r esto no h e cesado de exhortar a m i p u e b l o a la oración i a la penitencia, c o m o lo e x h o r t o hoi a las jenerosas o b l a ciones para la defensa nacional. A l terminar el presente oficio, reitero a V . E. los mas fervientes votos de mi corazón p o r q u e se conserven ilesos los derechos de la patria, que son los de cada u n o de los ciudadanos que la c o m p o n e n , D i o s g u a r d e a Y . E. FRANCISCO, Arzobispo de Lima. Al señor Secretario de Estado en el despacho de Relaciones Esteriores i Culto.


268

GUERRA DEL

N O S EL DOCTOR DON FRANCISCO O R U E T A I O A S T R I L L O N , P O R L A G R A C I A D E DIOS I LA S A N T A S E D E APOSTÓLICA A R Z O BISPO D E L I M A .

Considerando: 1. ° Q u e con esta fecha nos ha dirijido un oficio el señor Secretario do Relaciones Esteriores i Culto, en el cual nos ospone, a n o m b r e de S. E. el Jefe S u p r e m o de la República, la urjente necesidad de acumular los mayores recursos posibles con el objeto de hacer mas rápido i c o m pleto el triunfo sobro el e n e m i g o estranjero, i apela a los sentimientos patrióticos de la Iglesia para que coopere, una vez mas, a la grande obra de la defensa nacional; 2. ° Q u e el uso de los objetos que forman el tesoro do las iglesias, aunque especialmente destinados al culto divino para impedir o remediar las graves necesidades públicas c u a n d o es patente la estrema necesidad de apelar a ellos con tan noble fin, está autorizado por los mas altos principios de la jurisprudencia canónica i por el e j e m p l o de varones ilustres en ciencia i virtud; 3. ° Que entre las mas graves calamidades públicas debe contarse c o n razón la presente guerra, que h a c e i n dispensable i urjente que la defensa nacional sea la mas inmediata, amplia i eficaz que fuere posible; 4. ° Q u e por la naturaleza misma del asunto solo el S u p r e m o Gobierno es j u e z de la grave necesidad en este caso; 5. ° Q u e la Iglesia h a estimado siempre c o m o lejítima la defensa contra la agresión injusta de la patria i c o o p e rado a ella por todos los m e d i o s posibles, a causa de su natural i necesaria unión c o n el Estado; 6. ° Que, a m a y o r abundamiento, n o se trata en el caso actual de hacer cesión alguna de los bienes de la I g l e sia sino un préstamo de valores, cuya deuda sagrada rec o n o c e el Estado i pagará de preferencia apenas terminada la guerra, según se sirve espresarlo formalmente el señor Secretario de Relaciones Esteriores i Culto en su citado oficio; I después de haber conferenciado, para el mejor acierto, c o n nuestros venerables sufragáneos residentes en Lima, los ilustrísimos señores obispos de Cuzco i obispo design a d o para Arequipa, c o n nuestro venerable capítulo m e tropolitano, c o n los señores curas rectores de la capital, c o n los superiores de los c o n v e n t o s relijiosos i c o n otros distinguidos eclesiásticos de nuestro clero, i c o n su acuerdo, D e c r e t a m o s lo que sigue: 1. ° Autorízase al venerable capítulo metropolitano, a los señores curas rectores de la capital i párrocos de la arquidiócesis, a los superiores de los c o n v e n t o s de relijiosos de u n o i otro sexo, a los rectores de iglesias particulares i a las cofradías u otras asociaciones piadosas para q u e entreguen al S u p r e m o Gobierno, en calidad de préstamo, la parte de objetos preciosos que no sea necesaria para la celebración decorosa del culto divino. 2. ° Para hacer la estimación de los objetos necesarios o innecesarios, nómbrase una comisión c o m p u e s t a de los señores canónigos, d o c t o r d o n Manuel S. Medina i don Pablo Ortiz, i del señor cura rector de la parroquia del Sagrario doctor d o n Andrés Tobar. Esta comisión funcionará en L i m a i en las parroquias de los suburbios. E n c u a n t o a las demás parroquias de la arquidiócesis, f a c u l tamos a los vicarios foráneos para que las n o m b r e n de tres m i e m b r o s i sujetos en t o d o a lo que se dispone en este decreto. 3. ° L a comisión n o m b r a d a para L i m a entregará inmediatamente a la persona o comisión que designe el S u premo Gobierno, los objetos que se separarán con tal fin. Esta entrega se verificará bajo de inventario, una para cada iglesia, c o m u n i d a d o asociación, en el cual deben constar las especies que se entregan, el metal de que son hechas, su peso, las piedras preciosas que contengan, su valor aproximativo i cualquier otra circunstancia d i g n a de mencionarse. Estos inventarios se estenderán por tri-

PACIFICO.

plicado, u n o para el archivo de la iglesia, c o m u n i d a d o asociación, otro para nuestra secretaría arzobispal i el tercero para ser remitido al S u p r e m o G o b i e r n o , i serán firmados por los m i e m b r o s de la comisión, p o r el rector o superior de las respectivas iglesias, c o m u n i d a d e s o asociaciones, i por el comisionado o comisionados del S u p r e m o Gobierno, quienes declararán que reciben, en su n o m b r e , c o m o préstamo, los objetos de que consta el inventario respectivo, i al pié de él. 4. ° E n cuanto a las demás parroquias de la arquidiócesis, las comisiones que designen los señores vicarios f o ráneos harán la entrega de ios objetos innecesarios a la persona o personas que señale el S u p r e m o Gobierno, llen a n d o las formalidades prescritas en el artículo anterior, i c u i d a n d o d e remitir a nuestra secretaría, a la brevedad posible, el inventario correspondiente. 5. ° T o d o s los rectores de iglesias o superiores d e c o m u n i d a d e s relijiosas o asociaciones piadosas, prestarán a las comisiones t o d o jénero de facilidades para el d e s e m p e ñ o d e su cargo. Estas comisiones p u e d e n asociarse c o n un perito c u a n d o lo crean necesario. E l presente decreto será trasmitido en c o p i a auténtica al S u p r e m o Gobierno, c o n el oficio respectivo, i circulado por nuestra secretaría a los señores comisionados n o m brados, al venerable capítulo metropolitano, a los señores curas rectores de L i m a i sus suburbios, a los señores vicarios foráneos, a los superiores d e c o n v e n t o s relijiosos de u n o i otro sexo, a los rectores de iglesias particulares i a los m a y o r d o m o s o presidentes de cofradías o asociaciones piadosas. D a d o en nuestro palacio arzobispal en L i m a , firmado por nuestra m a n o , sellado c o n nuestras armas i refrendad o por nuestro Secretario d e cámara i d e g o b i e r n o a los 27 días del mes de J u n i o del año del Señor de 1880. FRANCISCO, Arzobispo de Lima.

P o r m a n d a t o de S. S. Iltma., el A r z o b i s p o m i señor, Julio

Zarate,

Secretario.

Lima,

Jimio

28

1880.

V i s t o el p r e c e d e n t e oficio, fecha de ayer, i remitido hoi a la Secretaría de Relaciones Esteriores i Culto por el mui reverendo m e t r o p o l i t a n o de la arquidiócesis de L i m a , en respuesta al que se le dirijió por el m e n c i o n a d o despacho sobre la necesidad urjente de q u e la Iglesia peruana c o o pere c o n la oblación de su tesoro al rápido i definitivo triunfo de las armas nacionales en la actual guerra que la R e p ú b l i c a sostiene contra Chile, i visto el decreto d e su referencia i de igual fecha espedido p o r el m i s m o prelado, nómbrase a d o n A n t o n i o Bertin para que, en conform i d a d c o n las instrucciones q u e se le darán al efecto i q u e se le remitirán en c o p i a autorizada, al espresado m e tropolitano, concurra c o n la c o m i s i ó n n o m b r a d a p o r ésta a la estimación i a la clasificación d e necesarios o innecesarios de los objetos q u e f o r m a n el tesoro de las iglesias de L i m a i sus suburbios, para que asista a la formación de los respectivos inventarios, i los firme a n o m b r e del G o b i e r n o , recibiendo las alhajas i d e m á s objetos preciosos que se le entregaren, c o n la declaración espresa d e q u e se aceptan en calidad de préstamo h e c h o al erario nacional. Pídase a dicha autoridad eclasiástica la n ó m i n a c o m p l e t a d e los vicarios foráneos, de los superiores de los c o n v e n t o s de u n o i otro sexo, de los rectores de las iglesias particulares i de las cofradías i demás asociaciones piadiosas d e la arquidiócesis para los efectos del espresado d e c r e t o arzobispal i para la estricta e j e c u c i ó n del presente i de las instrucciones a q u e en él se h a c e referencia. C o m u n i q ú e s e , rejístrese i publíquese. R u b l i c a de S. E. E.

CALDERÓN.


CAPITULO

Lima,

Jimio

39 de

1880.

E n vista del importante oficio de Y . S. Utma. i R v d m a . , remitido ayer a este despacho, c o n fecha 27 de los corrientes, i del a d j u n t o decreto de su referencia, S. E. el Jefe S u p r e m o se ha servido dictar el q u e m e cabe la h o n r a de incluir en copia auténtica, l o m i s m o que las instrucciones a que en él se alude i q u e han sido dadas y a al señor d o n A n t o n i o Bertin, c o m i s i o n a d o por el G o b i e r n o para c o n currir c o n los de V. S. Utma. i R v d m a . a la estimación i clasificación d o los objetos q u e forman el tesoro de las iglesias d e L i m a i sus suburbios, i para recibir, c o n las formalidades prescritas, los que se le entregaren. S é a m e pertido, antes de concluir, encarecer la celeridad en la formación i remisión de la n ó m i n a que se o r d e na pedir a V . S. Utma. i R v d m a . en el m e n c i o n a d o d e c r e to supremo, i espresar, al m i s m o tiempo, la c o m p l a c e n c i a íntima q u e m e causa v e r a la Iglesia peruana en la senda patriótica en q u e le será glorioso marchar c o n el Estado, cualquiera q u e sean las inmolaciones necesarias para r e correrla toda entera. D i o s guarde a V . S. Utma. i R v d m a . m u c h o s años. PEDRO JOSÉ CALDERÓN.

XVIII. R e c e p c i ó n a los r e s t o s d e los oficiales del B a t a l l ó n A t a c a n i a n ú m e r o 1, e n C o p i a p ó , i d e l o s J e f e s i o f i c i a les m u e r t o s e n los c o m b a t e s d e T a c n a i Arica, en Santiago. CORTEJO F Ú N E B R E . (De EL ATACAMA del 28 de Junio de 1880.)

H e r m o s a i c o n m o v e d o r a , bajo todos c o n c e p t o s , fué la recepción que el p u e b l o de Copiapó hizo a los restos g l o riosos d e los oficiales del Batallón A t a c a m a n ú m e r o 1 que s u c u m b i e r o n h e r o i c a m e n t e en el c o m b a t e de Tacna, D e antemano, una c o m i s i ó n n o m b r a d a por la Ilustre Municipalidad invitó a t o m a r parte en este acto a varios c i u d a d a n o s de los mas respetables de esta provincia i a todas las corporaciones e instituciones de esta c i u d a d . A s í es que en el dia de ayer, a las 2.15 P. M., se e n c o n traban reunidos en la sala municipal la S o c i e d a d de Artesanos, la S o c i e d a d de Beneficencia Italiana, Club de Obreros, C u e r p o d e preceptores, Cuerpo d e B o m b e r o s , S o c i e d a d de Instrucción primaria, Cuerpo de profesores del L i c e o de h o m b r e s , Directorio del L i c e o de niñas, S o ciedad d e caridad del liceo de Copiapó, S o c i e d a d P r o t e c tora, Cuerpo d e escribanos i receptores, empleados civiles i d e hacienda, Cuerpo de m é d i c o s , abogados e injenieros, Club d e A t a c a m a , Club de Copiapó, Club A l e m á n , jefes i oficiales francos d e la Guardia Nacional i Municipal. A la hora indicada mas arriba, las corporaciones i d e mas personas invitadas r o m p i e r o n la m a r c h a a los patrióticos acordes del h i m n o nacional, i desfilaron por la plaza A r t u r o Prat, calle d e C h a c a b u c o i A t a c a m a hasta el paseo d e O'Higgins, hacia la línea del ferrocarril. L o s voluntarios destinados a llenar las bajas del heroic o Batallón n ú m e r o 1 de A t a c a m a formaban carrera al cortejo al principiar la marcha, replegándose en seguida en escolta detrás de la comitiva. L a calle d e A t a c a m a estaba lujosa i artísticamente adornada c o n crespones negros, c o r o n a e inscripciones en h o m e n a j e a los héroes, a quienes el pueblo de Copiapó recibía c o n demostraciones de duelo nacional. E n varias casas se leia en el centro de hernosos medallones decorados c o n el laurel inmarcesible de la gloria, los nombres inmortales de Rafael 2. ° Torreblanca, Moisés A . A r c e , Gualterio i Meliton Martínez, J u a n 2. ° Valenzuela, J u a n R . Silva i N i c a n o r G ó m e z Torres. D e l á n g u l o horizontal de la calle de A t a c a m a c o n la plazuela del Teatro se elevaba u n arco triunfal q u e cubría t o d o el a n c h o de la calle, s e m e j a n d o una portada de

TERCERO.

269

granito, c o m o para simbolizar la fragosidad d e las sierras en q u e habían operado sus hazañas: la c i m a e n c u m brada del cerro de Pisagua, las escarpadas laderas de la Encañada de Dolores i la e m p i n a d a i escabrosa cuesta de los Alíjeles. E n las c o l u m n a s verticales que sustentaban el arco se leian las fechas inmortales de 2 de N o v i e m b r e , 19 de N o viembre, 22 de Marzo i 26 de M a y o . L a testera del arco estaba decorada c o n u n h e r m o s o medallón que contenia la siguiente estrofa: Héroe que trasmite su memoria No muere! Sube al templo de la gloria!

Mas abajo se leia: A los mártires del Batallón Atacama blo de Copiapó. E n seguida esta h e r m o s a estrofa:

número

1, el pue-

Pelearon como buenos! I al sellar con su muerte la victoria Nos han legado ¡Oh! patrial Nombres ilustres por eterna gloria!

Ceñían el arranque del arco, c o m o una aureola de luz, los n o m b r e s de Torreblanca, A r c e , Valenzuela, Martínez, G ó m e z i Silva. A las 3.30 P. M. llegaban en tren espreso al paseo d e O'Higgins los ilustres restos, a c o m p a ñ a d o s de una c o m i sión de Antofagasta i Caracoles, compuesta de los señorea Telésforo Mandiola, A n t o n i o T o r o , J u a n N. Mujica, etc., i otra de Caldera, c o m p u e s t a de los señores Manuel A . Corvalan, A n d r é s S. Ossa, J o r j e Garin, Natal Zuleta, Francisco Contador, R. Palacios, d o c t o r A . A n t ú n e z , A r turo P a c c i i B. Cisternas C. A l bajar los féretros mortuorios de la hermosa capilla ardiente, fueron recibidos p o r los m i e m b r o s de la I l u s tre Municipalidad i varios otros ciudadanos n o m b r a d o s para ese efecto. Los carros de la b o m b a estaban convertidos en carros mortuorios, adornados c o n arte i maestría, engalanados c o n vistosas coronas i lujosos crespones negros. Esos trabajos dan la medida del patriotismo i del desprendimiento de esa importante asociación. Cuatro d e esos carros fueron preparados por los b o m b e r o s de la 2 . compañía, i u n o por los de la 1 . A n t e s de bajarse los restos, el señor Telésforo Mandiola, a n o m b r e de la comisión d e Antofagasta i Caracoles, p r o n u n c i ó u n bello discurso. C o n c l u i d o esto, i en m e d i o del mas p r o f u n d o silencio, desciende de la capilla ardiente el ataúd que contenia los restos del sub-teniente Gualterio Martínez, que o c u p a r o n el primer carro. E n seguida los de G ó m e z , que pasaron al segundo, los de Meliton Martínez i Valenzuela el tercero, los de A r c e i Silva el cuarto, los d e Torreblanca el quinto. 5 4

03

A las 4 P. M. el c o n v o i i la c o m i t i v a fúnebre se pusieron en marcha. I b a n adelante los alumnos de las escuelas públicas, las bandas de música de Copiapó i Caldera, q u e herían los aires c o n melodiosos acordes. Después los carros mortuorios, seguidos de los deudos d e los oficiales m u e r tos, de las comisiones de Caldera, Antofagasta, Caracoles, i el demás cortejo c o n la m i s m a disposición c o n q u e salió d e la sala municipal i t o d o en el mas perfecto orden. Los restos mil veces gloriosos de los oficiales eran recibidos por distintas personas de lo mas honorable de n u e s tra sociedad, quienes se disputaban el h o n o r de conducirlos hasta la b ó v e d a de la S o c i e d a d de Artesanos. U n a vez depositados en esa t u m b a se hicieron las descargas de o r denanza i subieron a la tribuna, al efecto levantada, los señores Manuel C o n c h a R a m o s , J u a n Gonzalo Matta, L i borio Sierralta i Carlos Barth, quienes pronunciaron e l o cuentes i c o n m o v e d o r e s discursos, e n c o m i a n d o las virtudes cívicas de los héroes que tantos dias de glorias han d a d o a la patria. C o n c l u i d o este acto, las comisiones i demás personas se retiraron en perfecto orden i profundamente c o n m o v i d a s por las pérdidas de tantos i tan queridos c o m p r o v i n c i a n o s .


G U E R R A DEL PACIFICO.

270

H é aquí una manifestación digna de un p u e b l o q u e siempre na sabido encontrarse a la altura del patriotismo i que sabe honrar la memoria de sus mas preclaros hijos. HONRAS.

Las dedicadas hoi en la Matriz a los espíritus gloriosos de Torreblanca, A r c e , hermanos Martínez, Valenzuela, Silva i G ó m e z , han estado magníficas. L a Matriz, arreglada de antemano por el gusto artístico d e delicadas matronas i señoritas de la culta sociedad de Copiapó, ha sido convertida en u n primoroso recinto. N a d a ha faltado en él para que el corazón i el pensam i e n t o unidos hayan t o m a d o su vuelo hasta ese mas allá, que raras veces en el bullicio del m u n d o se'nos presenta. T o d a s las corporaciones eme asistieron ayer a la r e c e p ción d e las cenizas de nuestros héroes, han asistido a este solemne acto a invitación de los deudos de los señores jefes i oficiales. L o s voluntarios, c o n sus oficiales i respectivos jefes, se veían formados con el arma al brazo, e hicieron las tres descargas de ordenanza. L a oración fúnebre fué pronunciada por el presbítero Cárter. A l salir la misa formaban los voluntarios en d o s alas haciendo espaldas a los pimientos, por c u y o centro desfiló la Ilustre Municipalidad i su presidente, i la banda de m ú sica de Caldera r o m p i ó el h i m n o nacional c o m o los últim o s ecos de despedida c o n que el deber h u m a n o r e c o m pensa a los que defienden la patria c o n su vida i con su sangre. Todas las banderas estuvieron ayer a media asta, i ellas c o m o nosotros manifestaron m u i sensiblemente el acervo pesar por los valientes atácamenos, símil perfecto de lo que es el A t a c a m a n ú m e r o 1, bravo entre los bravos. HONORES

FÚNEBRES A ALGUNOS EN

OFICIALES

INTENDENCIA DE SANTIAGO. Junio

L a banda de música i u n a fuerza de 100 h o m b r e s de la Guardia Municipal, se encontrarán en el m i s m o lugar i la m i s m a hora para hacer guardar el orden i preparar la m a r c h a del c o r t e j o fúnebre. III. L l e g a d o el tren a la estación, los cadáveres serán recibidos por los deudos i p o r las comisiones n o m b r a d a s c o n anterioridad, i trasladados al carro g ó n d o l a c o n v e n i e n t e m e n t e preparado. IV. D a d a la señal de m a r c h a el c o n v o i se dirijirá por la l í nea del ferrocarril urbano, t o r c i e n d o por la calle del E s tado i 21 de M a y o hasta entrar a la iglesia de la R e c o l e c ción Franciscana, en c u y o lugar serán depositados los cadáveres hasta el día siguiente. Miércoles. I. E l miércoles, a las 10 A . M., se dará principio a las h o n ras fúnebres en h o n o r de Santa Cruz, Silva Arriagada i demás gloriosos compañeros, c o n asistencia d e la Ilustre Municipalidad i demás corporaciones q u e hubieran asistido el dia anterior. II. Concluidas las honras, cada cadáver será depositado en carro a fin de conducirlos al cementerio. III. L a Comandancia Jeneral de A r m a s decretará p o r su parte los honores que a ella corresponden por la O r d e n a n za Jeneral clel Ejército, tanto por las comisiones, c o m o para las fuerzas del ejército q u e d e b e n asistir.

MUERTOS

TACNA.

Santiago,

II.

28 de

1880.

Una vez mas Santiago tiene que rendir u n tributo de dolor a los héroes muertos en la presente campaña. Place apenas p o c o s m o m e n t o s que h e m o s c o n d u c i d o a la últim a morada los despojos del señor ex-Ministro de la G u e r ra d o n Rafael S o t o m a y o r , i hoi de n u e v o el p u e b l o de esta ciudad recibirá en sus brazos a los que sucumbieron en la vdtima j o r n a d a . Santa Cruz, el héroe de Pisagua, que peleó c o m o bravo en Tarapacá i que murió c o m o mártir en Tacna; Silva Arriagada, que se distinguió por su arrojo en el m i s m o c o m b a t e hasta que cayó muerto, i sus otros dos n o menos gloriosos compañeros, vuelven nuevamente a la ciudad que los vio partir, para buscar una tumba en el seno de su patria. P o r eso es que la autoridad local hace u n l l a m a m i e n t o al patriotismo de Santiago, invitándolo para q u e mañana a las 4.30 P. M. se encuentre reunido en la estación central de los ferrocarriles a recibir estos queridos restos, i para que el miércoles p r ó x i m o concurran a las honras, q u e en su obsequio se celebrarán en la R e c o l e c c i ó n F r a n c i s cana. C o n este fin, i autorizado por el S u p r e m o G o b i e r n o , d e creto el siguiente programa para la recepción i traslación de los restos al cementerio:

IV. Se n o m b r a , para correr c o n la e j e c u c i ó n del presente programa, a los señores d o n Carlos Mendeville, d o n J o s é Luis Claro, d o n J u l i o Prieto Urriola, d o n Manuel J . N o voa i d o n A n t o n i o E. Varas, que tan patriótica c o m o c u m plidamente llenaron la comisión q u e esta I n t e n d e n c i a les confió para la recepción de los restos del señor S o t o mayor. A n ó t e s e , c o m u n i q ú e s e i publíquese. Z.

FREIRÉ.

Enrique

Rodríguez,

Secretario.

El martes 29, a las 4.30 P. M., llegaron a Santiago los cadáveres de los valientes j e f e s Santa Cruz i Silva A r r i a gada, i los distinguidos oficiales Dinator i Calderón. La invitación h e c h a p o r la Municipalidad al p u e b l o de Santiago, fué espléndidamente correspondida p o r éste. D e s d e m u i temprano, una m u l t i t u d c o m p a c t a rodeaba la estación central de los ferrocarriles para rendir los p o s treros homenajes a los bravos campeones. Llegados éstos a la hora indicada, fueron c o n d u c i d o s por la línea del ferrocarril urbano hasta el t e m p l o de la Recoleta Franciscana, en m e d i o del recojimiento q u e nuestro p u e b l o sabe guardar en tan solemnes c i r c u n s tancias. C o n c l u i d o el servicio fúnebre, el c o n v o i se dirijió al cementerio, en d o n d e se pronunciaron los siguientes discursos:

I.

DISCURSO D E L SEÑOR M I G U E L LUIS A M U N Á T E G U I .

El martes 29 del presente, a las 4 P. M., se encontrarán reunidos en la estación central del ferrocarril del Norte, la Ilustre Municipalidad de esta capital, la c o m i sión n o m b r a d a por el C o m a n d a n t e Jeneral d e A r m a s en representación del ejército i las demás corporaciones c i viles i relijiosas, c o n el o b j e t o de recibir los ilustres muertos.

U n j e f e esforzado, de corazón intrépido i de brazo r o busto, ha s u c u m b i d o en m e d i o de una victoria, a la cual su vaior c o n t r i b u y ó eficazmente. El c o m a n d a n t e de Zapadores d o n R i c a r d o Santa Cruz, v a a dormir ahora en su ataúd, bajo la tierra, el sueño de q u e n o se despierta nunca. El reposo de la eternidad h a v e n i d o súbitamente para


CAPITULO

él, en edad temprana, después d e tantas noches de insomnio pasadas en un c a m p a m e n t o a cielo raso. H a m u e r t o peleando c o n u n d e n u e d o sin igual al frente de su aguerrido rejimionto, i c o o p e r a n d o a la c o n s e c u ción de la espléndida victoria de Tacna, que las naciones mas poderosas desearían rejistrar en sus fastos. Santa Cruz recibió en esta batalla heridas que han vertido a borbotones su sangre i su gloria. ¡Curiosa antítesis de la suerte, que m e z c l a siempre la sombra c o n la luz! Su primera oración fúnebre fué un cántico de triunfo. Su p o m p o s o funeral tiene el aspecto de una apoteosis. L a t u m b a de sus restos mortales es la c u n a de su fama imperecedera. L a c a m p a ñ a actual, en que h a d e s e m p e ñ a d o u n papel notable, ha sido difícil, ardua, penosa, c o m o la que mas. L a c o m a r c a en q u e se operaba podia compararse a u n potro de tortura colosal. Leguas de caliches, leguas de guijarros, leguas de d e sierto bajo un sol de fuego, sin n i n g u n a g o t a de agua. Cada j o r n a d a ha sido una verdadera l u c h a contra la naturaleza, en la cual siempre se ha v e n c i d o . T o d o s los obtáculos han sido superados. L a arena, q u e sabe o p o n e r un lindero formidable a las furia del Océano, h a sido i m p o t e n t e para o p o n e r una valla a la audacia de nuestros soldados. Los caudillos del Perú i los de S o l i v i a habían p r o c l a m a d o a los cuatro vientos, en ocasiones, que sus países eran n i d o s de águilas; i en ocasiones, q u e eran guaridas de leones, de que los chilenos n o lograrían apoderarse j a más. Nuestras tropas han sabido allanar todos los estorbos para cautivar esas águilas i tomar esos leones detrás de las rocas i de las trincheras q u e los defendían. El m a y o r Silva Arriagada, el capitán Dinator, el alférez Calderón, c o m p a ñ e r o s de Santa Cruz en la campaña, i c o m p a ñ e r o s en el sepulcro, serán también sus c o m p a ñ e r o s en la gloria. M o d e l o s de disciplina i m o d e l o s de bravura, ocuparán una pajina de h o n o r en los anales de Chile. Se h a d i c h o , en un m o m e n t o de amargura i de desesperación, que el h o m b r e es un cuajo de sangre, herencia de gusanos. Éste triste pensamiento se aplica a la parte física, pero nó a la parte intelectual i moral del i n d i v i d u o . Las obras del sabio, los servicios del estadita, las h a zañas del soldado flotan durante siglos sobre las aguas del inmenso mar, sin q u e la terrible vorájine p u e d a sumerj irlos. Esos trabajos constituyen el p a t r i m o n i o del j é n e r o h u mano. L a devorada polilla del t i e m p o n o alcanza a roer la hoja de papel en q u e se escribe la historia. DISCURSO

DE

D O N JOSÉ

TERCERO,

E n pos de la vida material nace para los servidores de la patria la aurora de la inmortalidad; i mañana, c u a n d o el bronce m o d e l e las figuras de los q u e han s u c u m b i d o c o m o buenos, c u a n d o la historia r e c ó j a l o s brillantes episodios de esta asombrosa, cuanto dura c a m p a ñ a i los r o mances populares eternicen sus fastos, el n o m b r e de R i cardo Santa Cruz no será el postrero quo p r e o c u p e al artista i al poeta, q u e en él verán atados, c o n v í n c u l o s d e indivisible unidad, la constancia i el d e n u e d o , la lealtad i la entereza, la ciencia i la virtud! I mientras haya en Chile quien lleve el uniforme del soldado, habrá quien llore i quien recuerde al que fué, n o jefe, i sí padre i hermano do sus subordinados. Sí, señores, y o he oido estas palabras, que n o i n v e n t o , a esos bravos Zapadores, hijos de nuestra frontera que, c o m o el rayo en la tormenta, se encuentran en su elemento en el c a m p o de batalla entre el h u m o i el p l o m o ; los h e oido, c o m o vosotros, recordar al m e j o r de los h o m b r e s i llorar, c o m o niños, j u n t o a este ataúd, a ellos, que h a n s a bido matar c o m o leones. ¡Cuánto es subido el precio que la f o r t u n a i m p o n e p a ra otorgar una victoria! ¡Qué sacrificios i qué dolores exije! H é aquí encerrados en estos negros féretros a los q u e ayer n o mas eran la dicha del hogar i la flor del ejércit o . . . Silva Arriagada, valiente entre los valientes i a u s tero c o m o su rejimiento, d i e z m a d o , h e c h o p e d a z o s , pero valeroso e i n d o m a b l e ; Calderón, hijo de una familia de héroes i por la sangre heredero de cívicas virtudes; Dinator, tipo acabado del q u e t o d o lo olvida por cumplir el deber del chileno c u a n d o la patria exije c o r a zones i brazos vigorosos que sostengan i batan victoriosos su b a n d e r a . . . ¡Qué ejemplos que imitar, qué lecciones tan nobles que a p r e n d e r ! . . . A pesar de esta fúnebre p o m p a , ¿ n o es cierto q u e n o s o lo es tristeza, sino también envidia, lo que sentimos al sepultar entre flores nacidas en tierra chilena a los q u e han tenido la suerte de s u c u m b i r por ella en apartada zona? Grande i merecida es esta manifestación del p u e b l o a sus valientes; pero el único funeral digno de ellos será el estruendo de la última descarga q u e el ejército haga en la ciudad de los Reyes al afianzar en sus murallas el tricolor de Chile, que ellos hasta la muerte d e f e n dieron!

XIX. O r a c i ó n f ú n e b r e p o r los valientes g u e r r e r o s d e € h i l c m u e r t o s en T a c n a i Arica, predicada p o r el presbítero don Salvador D o n o s o en la iglesia p a r r o q u i a l de S a n Felipe, el viernes 2 de Julio de 1 8 8 0 . Bcati eritit quouiaum quod est honoris, gtoriac ct viríutis Dei super vos requeiscit. (San Pedro, Hb. 1. ° , c, 4. v. 14.) Seréis felices, porque todo lo que liai da honor i de gloria reposa sobre vosotros con la virtud de Dios.

A N T O N I O SOFFIA.

Señores: L a patria interrumpe sus cantos de victoria para dar lugar a q u e las lágrimas de la gratitud rieguen la t u m b a de sus héroes; i el n u n c a arriado tricolor desciende de su asta, en la que erguido ondeaba, para envolver entre sus pliegues las amadas reliquias de sus defensores. ¡Envidiable sudario, pero d i g n o tan solo de los mártires del deber i de la abnegación! ¡I a fe que oí título de héroes i el dictado d e mártires conviene a los guerreros c u y a m e m o r i a h o n r a m o s ! H é ahí en ellos, el primero, al j o v e n bizarro j e f e q u o t o m ó en Pisagua posesión del suelo del Perú para c o n v e r tirlo, c o n sus c o m p a ñ e r o s , en dilatada escena de la gloria de Chile, i a los valerosos adalides del tremendo Santiago, que en A r i c a i T a c n a vencieron lo imposible! Cadáveres tornan los que llenos d e v i d a i j u v e n t u d partieron; pero en c a m b i o , hoi alcanzan la apoteosis mas grande i mas hermosa: la q u e discierne el p u e b l o a sus c a m peones!

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I. Señores: La reíij ion i la patria, abrazadas a la sombra de la cruz, símbolo augusto do nuestra última esperanza, nos dicen h o i c o n acentos de indecible ternura maternal: Beati qui lugent. Bienaventurados los que lloran. ( 1 ) ¡Ah! señores, i ¿quién podría dudarlo? Esa hija del cielo, que ciñe la pura frente de Chile c o n los laureles inmarcesibles de cien victorias, posee el m i s terioso secreto de convertir las lágrimas en perlas i las tristes sombras de la muerte en alegres resplandores d e la vida. Ella i solo ella abre al h o m b r e las puertas del t e m p l o de la inmortalidad, i sobre la tumba de los héroes, q u e (1) San Mateo, c. 5, v. 5.


G U E R R A DEL PACIFICO.

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h a n vertido su sangre jenerosa por la defensa de una n o ble causa, escribe c o n letras de oro este sublime epitafio: "Beati eritis quonian quod es honoris, gloria et virtutis Dei super vos requiescit,"

videncia, tenia en su seno leones d e b r o n c e i águilas d e acero en lugar de h o m b r e s c o m u n e s .

Seréis felices, p o r q u e t o d o lo que hai de h o n o r i de gloria reposa sobre vosotros c o n la virtud de Dios. Tal es, señores, el lenguaje de la divina relijion de J e sucristo, describiendo la abnegación i el d e n u e d o de esos ilustres guerreros de la verdad que en todos los siglos se h a n sacrificado por ella. Pero al lado de los mártires están los héroes, i a los unos c o m o a los otros les c u b r e c o n su m a n t o el ánjel de la gloria.

Las hazañas i los héroes de la i n d e p e n d e n c i a d o r m í a n tranquilos el suetio de la paz. Hasta nosotros m i s m o s h a bíamos olvidado el temple i el e m p u j e d é l o s ilustres n i e tos de O'Higgins i Carrera, de Búlnes i de Freiré. Mas de una vez, os lo decimos c o n sencilla injenuidad, al ver s o bre nuestras cabezas, tendidas en son de ataque, las n e gras alas del j e n i o de la guerra, nos decíamos c o n cierta desconfianza, viendo desfilar nuestras lejiones que m a r c h a ban a playas estranjeras: "¡Gran Dios! ¿Cuál será el éxito final do esta funesta contienda? ¿Serán estos los m i s m o s soldados de C h a c a b u c o i de Maipo?"

P o r eso l l a m o felices a los bravos defensores de mi patria, que en T a c n a i A r i c a nos dieron espléndida victoria, i n v o c a n d o en su ayuda al Dios de los ejércitos. ¡Oh! son felices; sobre ellos reposa el h o n o r i la gloria, i n o p o d e m o s llorarles sino aplaudirlos c o n santo e n t u siasmo. V e m o s entristecidos sus hogares, huérfanos a sus hijos> vestidas de fúnebre crespón a sus madres i a sus esposas, i todavía en n o m b r e d e la patria, en cuyas aras s u c u m bieron, nos atrevemos a decirles c o m o el Cristo a la v i u da de Nain: " N o lloréis, amables creaturas, n o vertáis lágrimas de duelo sobre sus gloriosos sepulcros." N ó . Ellos viven en el c o r a z ó n agradecido de sus c o n c i u d a d a n o s i en las pajinas brillantes de u n a historia imperecedera. R e p r i m i d c o n cristiana resignación vuestros sollozos i j u n t o s depositemos sobre sus t u m b a s agrestes frescas r o sas i fragantes lirios, p o r q u e g r a n d e ha sido su sacrificio i mas g r a n d e todavía su heroísmo. II. L a abnegación i el heroísmo n o son, señores, sentimientos de la tierra. El p o l v o vil que hollan nuestras plantas n o es capaz de inflamar esa llama sagrada que impulsa al h o m b r e a la inmolación jenerosa de su vida p o r el a m o r irresistible d e la patria: n o , de ninguna manera. De ocelo fortitudo est. La fortaleza, ese d o n divino, v i e ne del cielo. L a fe le cubre en vuestro p e c h o c o n sus vivos resplandores, la esperanza lo alienta c o n su inspirado s o plo i la caridad lo ensancha i lo dilata c o n su p o d e r sobrenatural. C u a n d o el soldado e s c u c h a los acentos de esas tres virtudes, q u e lo elevan a Dios i lo hacen p o n e r en El toda su confianza, es invencible. N o hai quien p u e d a detener su empuje, i la victoria le sonríe i se inclina a su pasaje c o m o si le perteneciera de derecho. T e n i e n d o delante de sus ojos la bandera de su patria, siente en sus entrañas u n fuego abrasador, i j u r a por ella " v e n c e r o morir." Tal es el lema del soldado chileno. P o r eso, señores, c u a n d o se dio el grito de alarma i el clarín guerrero resonó en nuestras ciudades i en nuestros c a m p o s , v i m o s c o n asombro a millares de pacíficos c i u d a danos q u e se disputaban el honor de ocupar u n puesto en las filas de nuestro ejército. Jóvenes i ancianos, ricos i p o bres abandonaban sus hogares, olvidaban sus mas risueñas esperanzas, sus mas acariciados ensueños para ir, para ir pronto, ¿adonde? ¡Oh! A playas inhospitalarias, a desiertos intransitables, a montañas inaccesibles, para luchar c o n el hambre, la sed i toda clase de sacrificios en pos del h o n o r i de la gloria do su patria ultrajada por dos e n e m i g o s , dobles en n ú m e r o i atrincherados en sus propios h o gares. C u a n d o Chile recojia el guante lanzado a su rostro pollos que el día anterior le brindaban íinjida amistad, n o habréis olvidado, señores, que la prensa toda del viejo i del n u e v o m u n d o c o m p a d e c í a nuestra suerte.—¿Cómo, esclamaban, dos millones de hombres declaran la guerra a cinco millones? ¿De q u é lado podrá estar la victoria? Tenian hasta cierto punto razón. Pero ignoraban q u e esta tierra, especialmente bendecida por la Divina P r o -

III.

¿Serán ellos, señores? Los conocéis i y a los c o n o c e el orbe todo. D i g n o s i aventajados vastagos de los proceres de nuestra emancipación política, los soldados q u e hoi defienden el h o n o r de Chile son admirables, son i n v e n cibles. Marchan al peligro c o m o si fueran a una fiesta; d u e r m e n tranquilos la víspera del c o m b a t e , i al lucir la a u r o ra del día en q u e d e b e n morir, rien i cantan c o m o los mártires de la antigua R o m a al subir desde las ensangrentadas arenas del Circo a la cima de la eterna Sion Para medir, señores, toda la abnegación i t o d o el d e n u e d o de nuestros bravos combatientes es necesario recordar sus privaciones i sus sacrificios sin c u e n t o . ¡Oh! ¿Cómo, c ó m o n o agradecer los favores i la p r o t e c ción decidida que dia a día recibimos del cielo? L a fe nos enseña que todo d o n perfecto desciende del Padre d e las luces, i este d o n tan precioso de amar c o n delirio a la patria lo h e m o s r e c i b i d o de Dios. B e n d i t o sea u n a i m i l veces bendito, hoi i en todas las jeneraciones venideras q u e recuerden el 26 de M a y o de 1880 i el 7 d e J u n i o de este m i s m o año, tan célebre i tan f e c u n d o para nuestro amado Chile! I y a que d e b o recordaros las victorias de esos d o s dias, tan solemnes c o m o inmortales para la R e p ú b l i c a , p e r m i tid, señores, q u e a la vez q u e alabo el sacrificio aplauda también el heroísmo de nuestros bizarros batallones. IV. Después de haber recorrido desde l i o hasta T a c n a , larg o i penosísimo camino, c o m b a t i d o s p o r el calor de u n sol tropical durante el dia i p o r el frió del polo durante la n o c h e , diezmados por u n clima mortífero, azotados por el h a m b r e i el cansancio, casi rendidos por la fatigosa marcha, llegan al fin a presencia del enemigo. L a hora del ataque está y a p r ó x i m a , i cada u n o se cree feliz, p o r q u e h a sonado el m o m e n t o s u p r e m o d e dar, a costa de su sangre, nuevas glorias a la patria. ¡Santo heroísmo! ¡cuántas vidas hermosas, cuántas esperanzas halagüeñas, cuántos j ó v e n e s amables van a caer al fiero golpe de la muerte en tus aras sagradas! ¡Oh d o lorl ¡Oh guerra cruel! ¿Quién pudiera despedazar tus armas i apagar tus furores c o n el s o p l o celestial del amor de Jesucristo que nos enseña la fraternidad i el perdón? Pero ¡oh triste c o n d i c i ó n del h u m a n o linaje! V i o l ó un dia los fueros de la j u s t i c i a profanando la lei eterna de Dios, i la guerra, ese m o n s t r u o nefando, p a c t ó c o n la muerte la ruina i el esterminio de los desgraciados c u l p a bles. H é aquí, señores, u n a necesidad horrenda pero inevitable. Nuestros valientes guerreros h a n tenido q u e s o m e terse a ella i d e s e m p e ñ a r o n su misión c o n increíble d e n u e d o , c o n i n d o m a b l e valor. "Pro legi bus et patria mori paratü' ( 1 ) Allí están p r o n t o a s u c u m b i r p o r la defensa de sus leyes i por el h o n o r de su nación. Mas, ¿qué va a suceder? Los ejércitos aliados del Perú i Bolivia, descansados i parapetados en formidables trincheras, destrozarán en p o c o s m o m e n t o s a nuestros solda(1) Macabcos, libro 2. ° , c. 8, T. 21.


CAPITULO

dos, rendidos de cansancio i q u e afrontan sus tiros a p e c h o descubierto. ¿ N o veis que ellos anticipan la victoria i p r e paran ya las viandas del festín i las flores c o n que han de ser coronados? ¡Oh! A u n n o han aprendido ni han escarmentado c o n tantos c o m o repetidos desastres. Buscan todavía la victoria, i no se c o n v e n c e n que les h a vuelto las espaldas, p o r q u e D i o s está c o n nosotros. V. ¡Ea! intrépidos guerreros de m i patria. ¡Adelante! E l sol del 26 de M a y o os c o n t e m p l a i alumbra c o n sus rayos de fuego vuestro e s p l é n d i d o triunfo. L a hermosa estrella del tricolor c h i l e n o simboliza el a m o r de nuestra patrona j u r a d a , Nuestra Señora del Carmen, c u y o e s c u d o lleváis en vuestro p e c h o c o n el sagrado escapulario. Habéis elej i d o el dia miércoles, consagrado a su culto p o r la piedad de los fieles, i aquí, en el seno de vuestra patria, m u c h a s almas fervientes elevan al cielo sus plegarias i sus v o t o s para aumentar vuestro heroísmo. D e n u e v o , ¡adelante! en el n o m b r e de Dios i en el n o m bre de vuestros c o n c i u d a d a n o s que os admiran i os b e n dicen. L a m a n o del sacerdote ha d a d o la absolución a los que y a se despliegan en batalla, i d o b l a n d o su rodilla, con las armas rendidas en señal de adoración i respeto al Dios de los ejércitos, recitan en uniforme acento su últim a plegaria. A s í pelea, señores, el soldado cristiano, i si cae en m e d i o de la lid, espera p o r su j e n e r o s o sacrificio una vida m e j o r i u n a patria mas feliz. Con esta íntima i profunda c o n v i c c i ó n se lanzaron al ataque los vencedores de Tacna. E n p o c o s instantes, a paso de carga, llegaron al pié de las trincheras enemigas erizadas de cañones i fusiles. Recia fué la contienda, sangrienta i dolorosa la jornada, p e r o en tres horas 8,000 infantes chilenos despedazaban i dispersaban a 12 o 14,000 aliados. Impertérritos, terribles, indomables c o m o el huracán que arranca de raíz los robles de la selva, ellos, sí, ellos, los i n v i c t o s del A t a c a m a , los d e n o d a d o s del N a v a l , del Valparaíso, del C o q u i m b o i Zapadores, los esforzados del d o n o s o 2. ° d e línea, los héroes sin igual de Tarapacá, os valientes a t o d a p r u e b a del Santiago, del Esmeralda, del Chillan, del C h a c a b u c o , de la Artillería de Marina i de los Cazadores del Desierto, todos en suma, rivalizando en coraje i d e n u e d o , escalan las trincheras i h a c e n t r e m o lar el tricolor c h i l e n o sobre las rocas de la fiera fortaleza. Mirad, señores, m i r a d una vez mas ese c a m p o de h o n o r ; 600 muertos i 1,500 heridos atestiguan c o n su sangre q u e no hai valuarte para el valor c h i l e n o i que en vano se parapetan los q u e c o n ellos se baten. ¡Oh! n o sabría pintaros m i admiración i mi asombro

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or todos i p o r cada u n o do esos h e r m a n o s nuestros tan eróicos c o m o m a g n á n i m o s . E n la historia de otros ataques de p u e b l o s famosos p o r su valor, e n c o n t r a m o s u n o que otro héroe, a veces cientos d e héroes c o m o los trescientos espartanos de las Termopilas hasta h o i asombro del m u n d o . Pero aquí, en el A l t o de T a c n a , hai miles de héroes, t o d o s son héroes, jefes i soldados, sin que p o d a m o s decir: éste fué mas arrojado, aquél mas intrépido. VI.

Pero c o n t o d o , en m e d i o de la gloria q u e esparce sus purísimos reflejos sobre la frente de los muertos i de los vivos, o i g o el c l a m o r de los heridos i el d o l o r i d o i lastimero delirio d e los q u e piden una gota de agua en el silencio de la oscura n o c h e , i tiemblo de horror i m e s o b r e cojo de espanto. ¡Dios m í o ! ¡Dios de paz i de misericordia! ¡No es y a t i e m po que p o n g a s t é r m i n o a tamaña calamidad! ¡ A h ! Cuan justa era la ira de t u siervo D a v i d m a l d i c i e n d o las m o n tañas de G e l v o e , en c u y a s ensangrentadas faldas caian ara n o levantarse mas sus amables i fieles c o m p a ñ e r o s avíl i Jonatás. También h e m o s visto nosotros exhalar en las pendientes de Tacna su ú l t i m o suspiro a esos j ó v e n e s ilustres, que eran una esperanza i un porvenir para este suelo querido. B e n TOMO n i — 3 5

TERCERO.

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ditos sean ellos, felices i alabados, p o r q u e reposa sobre sus yertas i ríjidas frentes la c o r o n a de la inmortalidad. ¡Héroes de Tacna, c o m o quiera que os llaméis, Santa Cruz 0 Torreblanca, Guerrero o Martínez, R a m í r e z o A r c e , p o c o importan las letras de vuestros gloriosos n o m b r e s , recibid c o n nuestros mas ardientes homenajes, la plegaria de nuestro amor ante el trono del D i o s de las victorias, en quien creísteis i esperasteis la r e c o m p e n s a do vuestra n o ble i sublime inmolación! Pero c o n t i n u e m o s , señores, i v e a m o s c u a n t o antes otra victoria n o m e n o s costosa i n o m e n o s atrevida para n u e s tros infatigables soldados. VIL R e n d i d o T a c n a , era necesario m a r c h a r sin pérdida de t i e m p o sobre la plaza de A r i c a , e n c u y a formidable c i n d a dela i en c u y o e m i n e n t e M o r r o , el Jibraltar de la A m é r i c a del Sur, se encontraba el último baluarte de nuestros p o r fiados e n e m i g o s . Allí era necesario afrontar peligros sin c u e n t o , minas i fosos, trincheras i fortificaciones, preparadas c o n c a l m a i dispuestas con todos los últimos recursos del arte de la guerra. Pero en vano, v u e l v o a repetirlo; Dios está c o n nosotros 1 la victoria nos pertenece. Q u e d a b a n aun intactas i animosas las tropas de reserva. L a flor de ese ejército sin rival en su desprecio p o r la m u e r t e i en su i n m e n s o cariño por la patria. B u i n , 3. ° i 4. ° de línea c o n el Búlnes se disputan i se sortean el h o nor de morir en la contienda. Se ha tirado esa suerte terrible, i en la m a d r u g a d a del 7 de J u n i o , en 50 m i n u t o s mal contados, 3. ° i 4. ° de línea en u n i ó n del Lautaro, rinden la plaza i aplastan al e n e m i g o c o m o una m o n t a ñ a que se d e r r u m b a i aplasta al débil arbusto que se m e c i a a su falda, 120 muertos i 300 heridos escriben c o n su sangre la fec h a de ese dia, que leerá c o n inaudita admiración el v i a j e r o que ponga su planta sobre esa roca, m u d o testigo de tan horrenda c o m o inmortal trajeclia. I p o r tercera vez, séame d a d o , señores, en presencia de tantas víctimas inmoladas en la flor de la vida, maldecir al m o n s t r u o de la guerra, a u n q u e se ostente a m i s ojos vestido de púrpura, c o r o n a d o de y e d r a i alzando en sus m a n o s h u m e a n t e s el cetro de u n n u e v o triunfo. Pero n o p o r eso d e j o de admirar a mis queridos h e r m a nos, envueltos en el h u m o de la p ó l v o r a i tendidos en esas colinas gloriosas p o r la sangre c o n que h a n sido r e gadas. A l l í sobre las cenizas de esas cien víctimas i de ese J o natás h e r m o s o q u e se llama San Martin, m u e r t o a la s o m bra de su bandera,después de haber recibido c o n profunda e m o c i ó n cristiana la absolución del sacerdote, n o p u e d o m e n o s de volver a esclamar: Beate eritis. (Seréis felices, p o r q u e l o que hai de h o n o r i pura gloria c o n la virtud do D i o s reposa sobre v o s otros.) ¡Ah! ¿I puede acaso encontrarse una muerte mas h o n rosa que la que ellos tuvieron p o r la defensa de su patria? Sin duda, Dulce el decorum cst pro patria onori: Morir p o r la patria, rendir una vida firme i robusta c o m o el c e dro, risueña i lozana c o m o la palmera del desierto, es dar a la m a d r e la mas bella corona, el mas puro i honroso timbre de gloria. N o es digna de tristes j e m i d o s i de d o lorosos suspiros esa n o b l e inmolación. El corazón late c o m o un volcan, i al estallar de j ú b i l o i de admiración, c o n funde la risa c o n el llanto, e'l-jemido c o n el h i m n o de contento. L o h e m o s visto, señores, i el país entero ha batido p a l mas, ha levantado trofeos, ha recorrido las ciudades i los c a m p o s , gritando c o n delirio: ¡Gloria, gloria eterna a los héroes de T a c n a i a los héroes de A r i c a ! VIII. Mas ¡ai dolor! esa gloria h u m a n a pasa c o m o pasan las n u b e s del firmamento, c o m o pasan los s e g u n d o s del t i e m -


GUERRA DEL PACIFICO.

p o i el sonoro tañido de las campanas que anuncian en nuestros templos la noticia feliz de la victoria. Sobre la humana gloria, fugaz i efímera, está la gloria de Dios. Solo a El el honor, i lié aquí el último tributo de nuestra gratitud a nuestros hermanos inmolados en el fragor do la pelea. H a n caído, después de haber doblado la rodilla delante del ciclo i do haber golpeado sus pechos en señal de arrepentimiento dolante del sacerdote de Cristo. Los celosos capellanes de nuestro ejército, después de dar la absolución a los que marchaban al combato, han recojido el ú l timo suspiro con la última plegaria do la m a y o r parte de los que allí sucumbieron. ¡Oh, consuelo supremo! ¡augusta relijion de Jesucristo! ores en verdad la madre cariñosa de tus hijos que enjugas sus lágrimas i mitigas sus pesares. Señores: c o m o los célebres soldados d é l a 1 ejión toban a, c o m o los ilustres Macabcos, c o m o los defensores del Santo S e p u h r o , nuestros guerreros han sido siempre disting u i d o s por su ardiente fe. A l sentir los horribles dolores de sus heridas n o han blasfemado ni lanzado gritos de maldición contra sus enemigos. ¡Oh! no. A ' contrario, han sido magnánimos para perdonar i solo han p r o n u n c i a d o c o n sonriente plegaria los dulces nombres de Jesús i de María.

para saber vencer i saber morir, diremos al D i o s de los ejércitos: Monarca S u p r e m o del cielo i de la tierra; A r b i t r o de la vida i de la muerte, de la paz i de la guerra, recibid el holocausto de esa sangre jenerosa vertida a torrentes con noble valor por la defensa de la patria. E s c u c h a d b e n i g n o las ardientes plegarias do tantas madres que lloran a sus hijos, .de tantas esposas que claman por sus amantes esposos i de tantos hijos que deploran al pié del ara santa la orfandad de sus padres, inmolados por ese amor b e n d i to. ¡Oh! ¡Gran Dios! que en vuestros secretos designios habéis decretado la victoria para los ejércitos de Chile, i la vergonzosa derrota para las armas de las repúblicas aliadas, c o r o n a d vuestra obra.

IX.

¡Dios de b o n d a d ! que olvidáis misericordioso nuestros estravios i miserias, dad el eterno reposo a los que en v o s confiados rindieron sus almas en noble lid. ReqvÁescant in pace. (¡Que descansen en vuestra amable i dulce paz!) Así sea.

E n esa n o c h e aciaga, después de la victoria do Tacna, m u c h o s de nuestros heridos pasaban tendidos en la tierra desnuda hasta el día siguiente. N o había sido posible recocerlos. U n o de nuestros ayudantes de c a m p o (1) recorría ese lúgubre sitio, sembrado por todas partes de muertos i de heridos. Oía con el alma desgarrada los clamores de esos infelices, c u a n d o a lo lejos distingue palpablemente una voz tierna i afinada que canta c o n dulce melodía. Se a p r o x i m a i puede escuchar de cerca la plegaria de un sold a d o que delira, p r ó x i m o a espirar por la pérdida de sangro i el hambre que lo agobia. ¿Sabéis, señores, cuál era su canto delirante, el último h i m n o de ese cisne q u e partía a un m u n d o mejor? ¡ Ah! él cantaba esta estrofa celestial: " V í r j e n del alma mía, ¿cuándo será ese día?" Soñaba con la madre de Dios, le podía talvez en su é x tasis desfalleciente el dia feliz do su gloriosa muerte. I talvez en osa misma n o c h e cumplía sus santos votos. ¿Cómo entonces p o d e m o s dudar ni por u n m o m e n t o que ellos son felices? Bcati eritis. (Seréis bien aventurados, porque todo lo que hai de h o n o r i de gloria reposa sobro vosotros c o n la virtud de Dios.) D e ellos nos es lícito decir sin temor de ser exajerados: Bcati mortiúqai in Domino moriuntur. (2) ( B i e n a v e n turados los muertos que d u e r m e n en el Señor.) ¡Héroes de una santa causa! ¡Mártires ilustres del amor a la patria! N o os damos el último adiós c o m o a los q u e parten desde su lecho de dolor. N ó , valientes i d e n o d a d o s triunfadores do Tacna i Arica. Jamás nos despediremos de vosotros. V i •.iréis, i viviréis siempre en nuestros mas gratos recuerdos i en nuestras mas fervientes oraciones. Escribiremos vuestros nombres ilustres en el gran libro de la patria. Elevaremos arcos de triunfo i m o n u m e n t o s de perpetua duración para recordar vuestras proezas a las jeneraciones v e n i d e r a s I al viajero que pasee por esos sitios consagrados a vuestra postuma gloria, le diremos c o n acentos de agradecida admiración: ''Pasajero, ved ahí a los héroes inmortales de Tacna i Arica, que crecen en sus sombras venerandas mientras mas se aloja el sol que ilum i n a sus sepulcros." X. I c u a n d o así hablemos i n v o c a n d o el amor de la patria por quien se inmolaron jenorosamente, en n o m b r e de la adorable relijion que les enseñaron sus madres cristianas (1) Don Camilo Lctclicr. (2) Apocalipsis, c. 11, v. 13,

H a c e d q u e a p r o v e c h e m o s el triunfo, n o para e n o r g u l l e c e m o s con necia vanidad, sino para adoraros i bendeciros c o n humilde reconocimiento. Q u e c o n o z c a m o s i confesemos que es vuestra la victoria i q u e es vuestro el valor i el arrojo c o n que han c o m b a t i d o nuestros ejércitos. I c o m o última i suprema plegaria, nacida de lo íntimo de nuestras almas iluminadas por los resplandores de vuestra santa relijion, dignaos perdonar las h u m a n a s flaquezas de esos ínclitos guerreros i abrirles c u a n t o antes las puertas de la Jerusalem celestial.

XX. J u i c i o c o n t r a el J c n c r a l D a z a i d e c r e t o s s o b r e l a g u e r r a del J c n e r a l C a m p e r o i Convención N a c i o n a l d e ISolivia.

La

Convención

Nacional

ele

Bolivia,

Decreta: A r t . 1. ° El Jeneral Hilarión Daza, que tud i cobardía h a precipitado a la patria en i la deshonra, queda privado do la calidad de ciudadano boliviano, i declarado indigno

con su ineptila humillación i los derechos do tal n o m b r e .

Art. 2. ° Q u e d a igualmente borrado del escalafón m i l i tar i c o n d e n a d o a la degradación pública, luego q u e p u diere ser ávido, sin perjuicio de las demás penas a q u e f u e re c o n d o n a d o c o n arreglo a las leyes i resolución q u e haya dictado o dictare la C o n v e n c i ó n Nacional, referentes a los cielitos de p e c u l a d o quo hubiere c o m e t i d o . C o m u n i q ú e s e al P o d e r E j e c u t i v o para su sanción i c u m plimiento. Sala de sesiones.—La Paz, Julio 3 de 1880. M. Omisle.—José ron.—Toribio

Daviil

Barrios.—Benjamín

Cable-

Gutiérrez.

S o b e r a n o señor: Vuestra comisión do constitución ha e x a m i n a d o el p r o y e c t o anterior i tiene la h o n r a de presentaros el siguiente informe: Estando clara i terminantemente definidas en la constitución política del Estado las respectivas atribuciones de los poderes públicos, e i m p o r t a n d o el p r o y e c t o en c u e s tión un verdadero j u i c i o seguido de la consiguiente i m p o sición i aplicación de una pena, n o p o d r í a l a Cámara, sin invadir las funciones del P o d e r Judicial, dar su a p o y o a d i c h o proyecto. Sin embargo, no debiendo quedar impunes los autores de los males que hoi pesan sobro el país, la comisión se permite someteros la siguiente m o c i ó n : Dígase al Poder Ejecutivo que inicie el j u i c i o en c o n s e j o de guerra, con arreglo al C ó d i g o Militar, contra el J e -


CAPITULO

neral H i l a r i ó n D a z a p o r su c o n d u c t a c o m o Joncral en jefe d e l ejército desde q u e principió la guerra c o n Chile. Sala de la C o m i s i ó n . — L a Paz, J u l i o 17 d e 1880. J. OBLITAS, Presidente.—J.

FRANCISCO VELARDE,

TERCERO.

275

ORDEN JEN ERAL. MINISTERIO D E LA GUERRA.

La Paz, Julio

Secre-

1. ° de 1880.

Art. 1 . ° El señor Jcnoral Presidente d e la R e p ú b l i c a tario. manda q u e se p u b l i q u e i d é c o n o c i m i e n t o al ejército d e l testo de la orden jeneral dictada el 22 d e Marzo de 1800, c u y o c o n t e n i d o es el siguiente: La Convención Nacional ele Bolivia, " S . E. el Presidente de la R e p ú b l i c a , q u e c o n o c e el arDecreta: d o r i entusiasmo d e l ejército i de sus dignos jefes i oficiaArt. 1 . ° S i e m p r e que c o n m o t i v o de la presente guerra les, n o p u e d e dejar de estimar tan laudables sentimientos que sostiene el país c o n Chile, tuviere lugar u n a defensa c o n o c i e n d o d e l o que son capaces los militares de la R e p i í o ataque contra el e n e m i g o , los soldados, jefes u oficiales blica c u a n d o se trata de defender la nacionalidad d e la que abandonaren el c a m p o c o b a r d e m e n t e , previa u n a s u - patria; sin e m b a r g o , sentando m u i m a l en el soldado maria información de d o s testigos idóneos, serán pasala deliberación en público, c u a n d o p o r su carácter solo le dos p o r las armas, dándoseles fuego c o m o a traidores poltoca obedecer i obrar, i c o r r e s p o n d i e n d o vínicamente al las espaldas. G o b i e r n o el discutir los asuntos delicados q u e pudieran Art. 2 L a sentencia se p r o n u n c i a r á c u a n d o m a s en c o m p r o m e t e r en guerra a dos naciones amigas, se dispone: el término de cuatro horas, contadas desde la terminaA r t í c u l o ú n i c o . — E s p r o h i b i d o a todo j e f e del ejército ción del j u i c i o . publicar en su n o m b r e , ni e n el de sus subordinados, actas, protestas, proclamas u otros escritos. L o s jefes que Art. 8 . ° L o s j u e c e s q u e c o n o z c a n en la causa serán quieran hacer una de estas manifestaciones, recabarán aquéllos q u e designa el C ó d i g o Militar, en l o s asuntos antes la respectiva autorización de esta Secretaría (o M i verbales. nisterio de la Guerra.) Art. 4. ° T a n l u e g o c o m o se vaya a iniciar la defensa o

o el ataque c o n t r a l o s e n e m i g o s esteriores de Bolivia, el jefe d e las fuerzas, cualquiera q u e sea, hará j u r a r a t o d o el ejército c o n esta fórmula:—"¿Juráis p o r Dios i la cruz de vuestra espada, i al soldado por vuestra arma, q u e h a béis d e defender p a l m o a p a l m o el santo suelo de la p a tria, sellando vuestra misión c o n la victoria o c o n la muerte, sin volver paso atrás?" Contestará: "si j u r o ; " el j e fe: "si así l o hicieres, D i o s os a y u d e ; i si n o , él, la patria i la lei, os lo d e m a n d e n . " Art. 5. ° i último. Sin perjuicio d e lo q u e prescribe el anterior artículo, el E j e c u t i v o después de organizar cualquiera fuerza, la obligará a q u e presto igual j u r a m e n t o , despidiendo i n m e d i a t a m e n t e a los q u e se resistieren. C o m u n i q ú e s e al P o d e r E j e c u t i v o para su sanción, en La Paz, J u n i o 25 de 1880. Toribio Gutiérrez.—M. Chavarría,—Daniel Nuñez del Prado.—Manuel Saucedo, a p ó y a l o s tres primeros artículos.-—Manuel Aguirre, apoya los tres primeros artíc u l o s . — N . Aguirre.—Nicolás Acosta. Sala de S e s i o n e s . - - L a Paz, J u n i o 27 d e 1880. Por orden

del

señor Presidente — S E V E R O

F . ALONSO,

D i p u t a d o Secretario.— F E R N A N D O E. GLJACHALLA, D i p u t a -

do Secretario.

S o b e r a n o Señor: La c o m i s i ó n d e guerra, en vista del p r o y e c t o presentado por el h o n o r a b l e señor T o r i b i o Gutiérrez i otros, ha c o m pulsado las disposiciones v i j e n t e s d e l Código Militar, relativas al castigo de los que a b a n d o n a n el c a m p o de batalla, i encontrádolas en perfecta analojía c o n las propuestas; en su virtud, i estando n o m b r a d a p o r el G o b i e r n o u n a c o misión encargada d e la reforma d e aquél, opina p o r q u e suspendáis vuestra resolución e n el m e n c i o n a d o p r o y e c t o . Sala d e la C o m i s i ó n . — L a Paz, J u l i o 13 d e 1880. ASCARRUNZ, Presidente.—M. AGUIRRE, Secretario.

Sala de Sesiones.— L a P a z , J u l i o 15 de 1880. Imprímase. Por orden d e l señor Presidente.-—SEVERO F . A L O N S O , Diputado S e c r e t a r i o . — F E R N A N D O E. GUACIIALLA, D i p u t a do Secretario. A la Comisión de Guerra.

" L o q u e se c o m u n i c a en la orden jeneral para c o n o c i m i e n t o del ejército. E L JENERAL EN J E F E . "

D E C L A R A C I Ó N D E L ESTADO D E SITIO.

NARCISO CAMPERO, PRESIDENTE CONSTITUCIONAL D E L A REPÚBLICA.

Considerando: Que habiéndose puesto en vijencia la constitución p o lítica de 1878, i c o n t i n u a n d o la guerra contra Chile, cree el G o b i e r n o indispensable dar una declaratoria esplícita sobre el estado de sitio; Que para llevar adelante la guerra i para la perseverancia del orden interior en las actuales circunstancias, n e c e sita el E j e c u t i v o hacer uso de las facultades q u e la c o n s titución le c o n c e d e para estos casos; C o n el d i c t a m e n afirmativo del Consejo de Ministros, Decreto: A r t í c u l o ú n i c o . — T o d o el territorio de la R e p ú b l i c a se dechira en estado sitio. E n consecuencia, el G o b i e r n o hará uso de las facultades que se lo confieren por los artículos 20 i 27 d é l a c o n s t i t u ción. L o s efectos de esta declaratoria n o se suspenderán, mientras n o se determine así por u n n u e v o decreto. D a d o en la c i u d a d d e L a Paz, a los 3 dias del mes d e Julio de 1880. N A R C I S O CAMPERO. E l Ministro de la G u e r r a , B E L I S A R I O S A L I N A S .

El Ministro interino d e G o b i e r n o i Relaciones

Esterio-

res, J E N A R O S A N J I N E S . Él Ministro i n t e r i n o de H a c i e n d a , ELEODORO Y I L L A Z O N .

Conforme.—El

Jefe

de la sección de Gobierno, JOSÉ

ANTONIO INFANTE.

XXI. B i o g r a f í a del í e i s i e n í e c o r o n e l don Juan José San Martin, c o m a n d a n t e del Kcjimicuto 4.® de línea, « o r B e n j a m í n Vicuña Mackenna. I.

C o m o capitán d e cazadores del Batallón 4. ° d e línea, durante 12 años, i c o m o su j e f e , c u a n d o elevado aquél a Tejimiento t o m ó p o r asalto las fortalezas de A r i c a en el espacio de unos p o c o s m i n u t o s , el m e m o r a b l e 7 d e J u n i o


GUERRA DEL

276

do 1880, el teniente coronel d o n Juan José San Martin, era propiamente lo que los soldados franceses llaman un enfant de troupe, os decir, un hijo de los cuarteles, un centinela de los c a m p a m e n t o s , un héroe verdadero de los campos de batalla; i todo esto a virtud de una fuerza irresistible que, en el árbol c o m o en el h o m b r e , es la simiente de la vida. H i j o de la m o n t a ñ a del N u b l e , do esa c o m a r c a de l e o nes que ha d a d o 12,000 soldados a la presente guerra i en la q u e nacieron los Victorianos, los Hermosillas i los Zapatas de las guerrillas de la independencia, Juan José San Martin, v i n i e n d o al m u n d o en la rústica cabana de un labrador del bosque, so hizo soldado, sentando plaza en Chillan en el 4. ° do línea, a la edad de 14 años, el 1. ° de O c t u b r e de 1854. ¡Fué soldado raso! I sea esto d i c h o en su cabal gloria i en su personificación íntegra de soldado. Porque hai jentes que protestan contra eso título, c o m o si no fuera ( c u a n d o los que lo llevan han m e r e c i d o los mas altos puestos de su carrera) el mas lucido timbre de ella. ¿De d ó n d e arrancaron, en efecto, su r e n o m b r e los mas famosos mariscales del primer I m erio, Klébor, Murat, Dessaix, Lannes, N e y m i s m o , sino e aquellas filas de reclutas, de los cuales decia su j é n i o inspirador que "llevaban cada u n o el bastón de mariscal dentro de su cartuchera?" ¡Sí! Juan José San Martin fué soldado raso del 4. ° de línea, i para inscribirse en su rol, bajó de la m o n t a ñ a a la llanura, de la cabana al cuartel, c u a n d o tenue b o z o sombreaba en él el labio de la pubertad. I en seguida fué c a b o (Abril 12 de 1855), i en seguida fué sarjento ( M a y o 5 de 1857). I solo después de haber sido soldado raso, cabo 2. ° i c a b o 1. ° ; i después sarjento 2. ° i sarjento 1. ° , i c u a n d o y a había llevado durante tres largos años el fusil al h o m b r o i la jineta en la manga, pusiéronle sus jefes una charretera en el h o m b r o izquierdo, el 6 de A g o s t o de 1858.

S

II. U n año después, era teniente; 10 años mas tarde (30 de A b r i l de 1867), era capitán. I sin embargo, San Martin habia sido soldado a los 14 años, c a b o a los 15, sarjento a los 17, sub-teniente a los 18, teniente a los 19, n o m b r a d o tal en el c a m p o de batalla del Maipón. ¿I n o son éstas las mejores cifras, las mas limpias i completas pajinas de la h o j a de servicios de un soldado o d e u n mariscal? III. E n 1867, el año en que fué capitán, i encontrándose de guarnición en Santa Bárbara, San Martin perdía su padre, i el día en que llegó al lóbrego fuerte la triste nueva, l l o rólo entero, desde la diana a la retreta, el hijo de la m o n t a ñ a . . . Pero sus c o m p a ñ e r o s de armas le vieron llorar solo ese dia. Era natural... el t r o n c o añoso habia caído al suelo, i la rama desgajada, al ser sacudida por el g o l p e , h u m e d e c i ó la m a d r e tierra c o n el rocío de sus h o j a s . . . Desdo ese dia, el capitán San Martin quedó solo en el m u n d o , sin padre, sin hogar, sin montaña, sin amores, c o m o la rama seca que el viento h a tronchado entre los árboles. T fué desde ese dia c u a n d o c o m e n z ó la carrera esclusiv a m e n t e militar del c a m p e ó n glorioso de Arica. IV. N o m b r a d o c o m a n d a n t e d e la c o m p a ñ í a d e cazadores del 4. ° de línea, el 30 de Marzo de 1867, hizo de cada u n o de sus soldados u n hijo, de la ordenanza una lei ú n i ca, i el cuartel fué su hogar. N o tenia mas placer que el de las armas. N o visitaba. C o m o "el perro del reiimiento," c u a n d o n o estaba de guardia en la puerta del cuartel, echábase en sus u m b r a -

PACIFICO.

les, i ahí pasaba las n o c h e s i los días esperando su turno o el relevo. N u n c a le vimos de otra suerte en los largos años en que el 4. ° de línea tuvo su cantón en el cuartel de la Recoleta de Santiago. Siempre, a todas horas, en la m a ñana, al ir al cementerio, en la tarde, a la vuelta del paseo, el capitán San Martin estaba allí, sentado en el d i n tel de la espaciosa puerta, l e y e n d o sus libros favoritos, que eran los de las leyendas nacionales, o los diarios, a c u y a adquisición destinaba, c o m o suscritor obligado, una buena parte de su sueldo. 0 bien paseábase en la ancha acera, rodeado de grupos de soldados en descanso, ostentando su figura enérjica, bien compartida, recta i templada c o m o el acero, c o n su kepi e c h a d o hacia atrás, sobre crespa i turbulenta c a b e llera, ceñida la espada, c o m p a ñ e r a sola de su vida, que soltó v e n c e d o r en lo alto del Morro, que antes fuera nido únicamente de las roncas gaviotas del mar, espantadas de sus covaderas por el rujido solitario d e las olas. V. Pero n o por ser soldado, i talvez p o r q u e lo era en toda la estension de la milicia, dejó de hacer el capitán San Martin su nido de p l u m a s . . . allá, bajo la enramada de su propio ^barrio militar. H a l l á n d o s e en Antofagasta, llególe en efecto el anuncio de q u e era padre, i su regocijo fué i n t e n s o . . . " A c a b o de recibir el placer mas grande de mi v i da," esclamaba en carta íntima del 24 de Marzo de 1879. I luego, e c h a n d o m a n o del lenguaje burlón, pero cariñoso del cuartel, a g r e g a b a : — " L a señorita Rafaela (su hijita) es la vida de mi vida i por consiguiente estoi l o c o de g u s to, sintiendo n o p o d e r estrecharla en mis brazos." 1 m u c h o mas tarde (el 29 de Setiembre de ese a ñ o ) , el j u g u e t ó n s o l d a d o entretenía sus ocios c o n estos chistosos encargos, q u e ocultaban, empero, la p u n z a d a de escondid o dolor: " R e c i b í el zapatito de la niña i el pelito que m e a c o m paña. T o d o está m u i bonito, pero es preciso q u e p o n g a a todos los santos i santas c o n la cabeza para abajo a fin de que m e m e j o r e n p r o n t o a la hija querida, al sueño de mis esperanzas. A la niña dele unos dos millones de besitos de m i parte, que y o se los volveré diez veces d u p l i c a d o s c u a n d o tenga el gusto de verla." É l capitán montañés escribía los dos millones de b e s o s . . . c o n números, i a fe, que si sabia contar, imponíase voluntariamente dulce, pero larguísima tarea... VI. E l cazador del 4. ° era tan festivo en el estrado c o m o en el c a m p o de batalla, i h é aquí c ó m o daba cuenta, a un amigo, de su herida de Calama en la carta del siguiente dia: " E n la c o m p a ñ í a de m i m a n d o fuimos felices, pues, a pesar de haber estado en m e d i o de los p u n t o s del m a y o r peligro, no m e hirieron n i n g u n o . E l ú n i c o q u e n o a n d u vo con m u c h a suerte, fué el capitán San Martin (Juan José), quien, en lo mas reñido del c o m b a t e , recibió una herida de bala en la oreja izquierda. N o p u e d o escribir mas; m e duele m u c h o la o r e j a . . . pero m e parece q u e no es de peligro." I todavía esta chuscada militar, a propósito de un mal acondicionado regalo santiaguino, recibido en Antofagasta el 3 de Setiembre. "Las naranjas venían c o m p l e t a m e n t e podridas, i a pesar de eso, c o n los pedacitos que habia buenos h i c e una naranjada i m e la tomé a la salud de U d . " ¿Quién que haya sido militar u n solo dia n o c o n o c e en esa naranjada a la salud d e U d . la m a n o de J u a n Soldado? Entretanto, en el terreno d e lo serio i h a c i e n d o seca justicia a su c o n d u c t a en el c a m p o d e batalla, el coronel


CAPITULO

S o t o m a y o r decía de él, en u n despacho de esa m i s m a fecha al Ministro de la Guerra, este lacónico, pero suficiente elqjio:—"San Martin es un valiente." VIL Pero si el b u e n h u m o r , que es al soldado lo que la esp u m a al champaña, era la lei de cuartel del que fuera el último i glorioso c o m a n d a n t e del 4. ° , no faltaban en sus rudas fibras las inspiraciones dignas d e las almas bien templadas. " Y o , c o m o tú puedes suponerlo, escribia a un amigo, a propósito de ciertas contrariedades de su carrera, sufro i callo, porque para el h o m b r e se ha h e c h o el sufrimiento i particularmente para el h o m b r e que defiende su patria." C u a n d o el 22 de M a y o de 1879 llegó al Cuartel Jeneral de Antofagasta la noticia traída por el Lámar de q u e nuestros buques quedaban batiéndose en I q u i q u e , t u v o el bravo capitán, c o m o todos, el presentimiento de una gran desdicha nacional; pero él caracterizaba la situación de su p r o p i o á n i m o c o n estas palabras enérjicas:—"Si por desgracia nuestra, así hubiese sucedido, ¿qué hacer? E n m u i p o c o s dias mas iremos a vengar la sangre de nuestros hermanos." ¡I cuánto, i allí cerca la v e n g a r o n ! VIII. P e r o de la vida del corazón i de la vida del cuartel, volvamos a los c a m p o s del h o n o r , esta segunda e x i s t e n cia de quien h a nacido para ser "un soldado i nada mas." Los h e c h o s de armas de este hijo lejítimo del p u e b l o i de la cordillera, m u e r t o en el Morro de Arica, n o están contados por fechas, sino p o r fieras heridas recibidas en combate. I esto a tal p u n t o , que hubiera p o d i d o decirse de él q u e la h o j a d e sus servicios había sido trazada por él m i s m o , c o m o la cruz de Pizarro, c o n su propia sangre. La Araucanía fué el teatro de sus primeras hazañas, sirviendo b a j o Villalon, bajo Salvo, "el pincheirano," bajo Lagos i bajo A m u n á t e g u i , bajo M u ñ o z i bajo Barceló. San Martin fué el verdadero fundador d e M u l c h e n , porque estuvo acantonado en el B u r e o durante o c h o m e ses c o n el viejo Salvo, que allí habia visto caer a P i c o baj o el puñal de C o r o n a d o 40 años hacia. Esa estación duró desde el 22 de D i c i e m b r e de 1861 al 6 de A g o s t o de 1862, i en esa temporada el activo coronel Saavedra hizo echar los cimientos del fuerte de M u l c h e n , q u e es hoi una próspera ciudad. E n v i a d o después a la descubierta por el c o m a n d a n t e Lagos del 4. ° , el m i s m o q u e en A r i c a le mandaría a la vanguardia, fué el capitán San Martin r o d e a d o en los llanos de Traiguén por mas de 2,000 lanzas; i allí el brioso soldado abrióse paso entre ellas c o n sus 100 ajiles cazadores, recibiendo tres heridas: en la cabeza, en el h o m b r o i en la pierna izquierda. Esta acción de guerra, que c o n movió al país p o r su heroísmo i su infortunio, t u v o lugar en 1863. IX. E n aquel famoso paseo militar, que llevó a nuestro ejército entero hasta el Cautín i que duró 28 dias de sabrosas cazuelas (del 25 de Febrero al 23 de Marzo de 1 8 6 9 ) , h u b o en el paso del rio, q u e los indios recibieron a h o n d a i a machete, u n muerto i un herido: el muerto fué un S a n ta María i el herido fué San Martin, otra vez en la c a b e za c o m o en el Traiguén i c o m o en Calama. Era aquella una linda cabeza de soldado, cual habríala ideado i delineado en el m u r o del mas exijente i certero tirador al blanco. ¡I cosa curiosa! E n una ocasión en que u n cazador del 4. ° , a quien San Martin habia castigado contra su c o s tumbre, c o n su espada, le apuntó su rifle por la espalda mientras leia u n diario sentado en el zaguán del cuartel

TERCERO.

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de la Recoleta, aun c u a n d o el asesino disparó a cuatro pasos i a la cabeza, el proyectil perforó el periódico, pero dejó ileso al jefe. El capitán San Martin habría m a n d a d o a aquel mal tirador arrestado por d o s dias a su cuadra, c o m o el mariscal Pellissier al capitán aquél q u e le tiró a b o c a de j a r r o u n pistoletazo destinado a vengar la afrenta do u n c h i c o tazo en las filas,—-"por tener sus armas en mal estado." Pero los tribunales lo mandaron a la penitenciaría, d o n d e todavía j i m e . X. El 4. ° de línea v i n o de la frontera a relevar al 7. ° en el cuartel de la Recoleta en 1873, i díjose entonces q u e el Ministro de la Guerra habia ofrecido una posición mas aventajada al capitán San Martin en otro cuerpo. I en efecto, aparece n o m b r a d o m a y o r del 7. ° el 17 de Marzo de aquel año. Pero el capitán San Martin n o podía servir sino en m e d i o de sus hijos, los cazadores del 4. ° ; i la única vez que subió las sordas escalas de piedra de la Moneda, fué para pedirle la gracia de ser repatriado, es decir, para que se le devolviera c o n inferior g r a d o a un cuerpo del cual era él el alma. ¿Presentía acaso el noble jefe q u e habia de morir a la cabeza de su querido 4. ° de línea i quería legar a su b a n dera la leyenda inmortal de su fin? El n o m b r e del c o m a n d a n t e San Martin, c o m o el del caballero de Asass en el Tejimiento de Auvernia, d e b e ser por esto escrito en permanencia a la cabeza de sus listas. I al leerse éstas en la mañana i en la tarde, el capitán de cazadores del rejimiento respondería por él:—"¡Muerto p o r la patria en el c a m p o del honor!" H a i hombres así. N o p u e d e n vivir sino a la sombra del hogar en q u e h a n n a c i d o , bajo la bandera en que se alistaran en el primer albor de la vida; i t o d o lo q u e sea arrancarlos de allí es una especie de destierro. Es lo que h a a c o n t e c i d o al Jeneral d o n Manuel B a q u e d a n o c o n los Cazadores, que heredó de su padre. H i c i é r o n l o coronel, i se q u e d ó de c o m a n d a n t e del viejo rejimiento. H i c i é r o n l o C o m a n d a n t e de A r m a s de Santiago, i se q u e d ó en el cuartel. H i c i é r o n l o Jeneral de brigada, i n u n c a m o n t ó a caballo sino oprimiendo el mandil verde de su tropa. XI. Cuéntase, a este m i s m o propósito, u n h e c h o característico i peculiarísimo del capitán San Martin. F u e r a de las armas, n o tenia sino una pasión, la de los caballos, estos jenerosos ausiliares del soldado; i dábase, en consecuencia, el lujo do tener en la pesebrera del cuartel de la Recoleta potros hasta del valor de 300 pesos, que su asistente cuidaba c o m o a u n rei i él acariciaba c o m o a una dama. N o consentía, por lo m i s m o , que nadie cabalgara en su brioso l o m o , c o m o n o habría c o n s e n t i d o prestar su espada ni al mas querido d e sus camaradas en un dia de parada o en u n dia de batalla. I sucedió q u e cierta mañana, u n oficial, sin su permiso, m o n t ó su bridón, i sin mas que esto, enojado, m a n d ó l o de regalo a u n amigo. H a i h o m b r e s así, v o l v e m o s a decirlo. Tienen el esclusivismo de su carrera en el uniforme, en el color de la pluma del morrión, en el temple de su espada, en el caballo que usan i lucen en u n dia de revista o en u n dia de paseo. E n eso c o n ó c e n s e los verdaderos soldados, c o m o lord B y r o n c o n o c í a en las manos a la j e n t e bien n a cida. XII. La última hazaña de la vida del c o m a n d a n t e San M a r tin, es u n laurel que está fresco aun sobre nuestra mesa i en la m e m o r i a de todos sus conciudadanos. N o m b r a d o sarjento m a y o r del 4. ° d e línea, casi en el c a m p o de batalla de Calama, por su bizarro c o m p o r t a -


G U E R R A DEL PACIFICO.

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miento, cinco dias después de este h e c h o de armas (Marzo 28 de 1879), fué ascendido a teniente c o r o nel el 10 de F e b r e r o de 1880, i en seguida a jefe del Tejimiento, el 22 de A b r i l del m i s m o año. XIII.

En esta capacidad hizo la segunda campaña de la g u e r ra f o r m a n d o en la reserva el dia de Tacna, pero recibiend o el honroso cargo de ir a decidir en esa j o r n a d a la v i c toria, en la estrema derecha del e n e m i g o por una marcha oblicua de su formidable rejimiento. Tres dias después m a r c h ó a Arica, i allí de la reserva pasó a la vanguardia. D i v i d i d o su rejimiento en dos mitades por batallones, púsose a la cabeza del mas avanzado, después de haber r e c o m e n d a d o a sus oñciales, puestos en círculo, c o n la v o z del amigo i del caudillo, el deber i el h o n o r de su bandera. I m a r c h a n d o durante 50 minutos al paso de trote, llegó salvo al contrafuerte del Morro, a c u y o pié traidora bala le postró en tierra en el m o m e n t o en que se consumaba la mas señalada victoria de la campaña. XIV. E l comandante San Martin había nacido sin d u d a para morir en el c a m p o de batalla; pero habia nacido al m i s m o tiempo para mostrar a sus valerosos cazadores el sendero d e la victoria, señalándolo antes con el surco r o j o de su sangre. San Martin habia vertido la suya en los llanos del Traiguén, recibiendo tres heridas de la lanza de los indios. Volviera a derramarla en seguida en La márjen del C a u tín por la h o n d a antigua de los bárbaros de A r a u c o , q u e cantó Ercilla, i de n u e v o en Calama al asaltar su t r i n c h e ra, i otra vez en A r i c a para morir al pié del postrer m u ro, d a n d o el grito de "¡Victoria!" Todas las armas parecían ensañadas en r o m p e r el m o l de vigoroso que encerraba aquella alma de guerrero: la lanza, la h o n d a , el riñe, el cañón i hasta el disparo aleve de cobarde venganza. I a fe que todo eso era preciso para matar un h o m b r e tan soldado, tan c o m p l e t a m e n t e soldado, c o m o lo fué desde el kepi a la espuela el heroico c o m a n d a n t e del bravo 4. ° de línea, XV. I aquí en efecto, en esta grandiosa hazaña, en e&ta p o s trera fecha (7 de J u n i o de 1880), c o n su última gota de sangre i c o n una gloria inmortal, a los 40 años, ciérrase el libro de la vida de este ínclito c a m p e ó n de nuestras armas, q u e a ido a ocupar, al lado de Prat i de Ramírez, de T h o m p s o n i de Santa Cruz, el puesto de los héroes, i c u y a nobilísima carrera de soldado durante 26 años, p u e de condensarse en esta sola, pero comprensiva frase: "Fué un soldado i nada mas."

XXII. B i o g r a f í a del C o r o n e l don Francisco Bolognesi, Jefe de l a p l a z a de Arica, p o r J . Y. ©choa. Mientras se desarrollaban los incidentes i las variadas peripecias que precedieron al desenlace de T a c n a — d e t o d o lo cual acabamos de dar somera cuenta, el puerto de Arica, objetivo de la defensa habia quedado guarnecido desde q u e Montero salió de él, por un lijero c u e r p o de tropas q u e difícilmente constaría de 2,000 hombres. D i c h o cuerpo, que se c o m p o n í a de los batallones I q u i que, Tarapacá, Granaderos do Tacna i Piórola, si bien era numeroso para una guarnición de tiempos normales, n o podia considerársele suficiente para servir de resistencia en ningún caso i m e n o s en aquel; puesto que la plaza de Arica, hostilizada desde meses atrás por el bloqueo i la es-

casez d e recursos de Tacna, n o ofrecía ni podia ofrecerlos elementos i condiciones precisas para soportar o desvirtuar un sitio por tierra, q u e era la consecuencia lójica de la t o m a de su c i u d a d vecina. Sin embargo, n o pensaron en esto M o n t e r o ni Piérola, c u y o aparente e m p e ñ o consistía, c o m o h e m o s visto antes, en defender a t o d o trance el puerto de Arica. El primero creyó asegurarlo de un asalto p o r el Sur, del que se hablaba, c o l o c a n d o en él la guarnición q u e h e m o s n o m b r a d o , i el segundo señalaba desde L i m a el p u e r to bloqueado, c o m o p u n t o de reconcentración para el ejército de T a c n a en caso de u n desastre. P r o n t o veremos c ó m o n o se efectuó lo u n o ni lo otro i c ó m o s u c u m b i e r o n abandonados los p o c o s pero heroicos defensores de Arica. A la cabeza de éstos, habia sido puesto c o m o C o m a n dante en Jefe, u n intelijente i prestijioso artillero, c u y o n o m b r e h e m o s d a d o a esta Semblanza, p o r haberse sellado c o n él gloriosamente la sangrienta i última pajina de la etapa de la guerra a que asistimos. R e c o r d a m o s haber c o n o c i d o al coronel Bolognesi tanto en I q u i q u e c o m o en Arica, pero esta vez desgraciadamente nos sucede lo q u e algunas veces ocurre c o n esa capric h o s a fotografía de la m e m o r i a , — q u e h e m o s perdido de la nuestra c o n harto sentimiento la fisonomía d e aquel n o b l e soldado. Es la razón p o r q u e nos privamos del h o n o r d e perfilarla c o n f o r m e al m é t o d o que hasta aquí h e m o s seguido. Pero sí, p o d e m o s decir algo referente a su vida. D o n Francisco Bolognesi nació en la capital del Perú, siendo su padre u n respetable italiano. D e s d e sus primeros años, dedicóse c o n notable entusiasm o al aprendizaje de la arma que es c o n c e p t u a d a la primera en las guerras m o d e r n a s — l a artillería, i p r o n t o fué reputado de valiente, ilustrado i talentoso p o r todos sus compatriotas. Mas, durante siete años tuvo que abandonar la carrera, para dedicarse a arduas empresas industriales en las salvajes montañas de Carabaya, V u e l t o al servicio, hizo la c a m p a ñ a del Perú contra Bolivia, a órdenes del Jeneral Castilla, en el Batallón Libres de A r e q u i p a i mas tarde, siendo c o m a n d a n t e de artillería, o b t u v o el g r a d o de coronel por su b u e n c o m p o r tamiento en la t o m a de A r e q u i p a ( 1 8 5 8 ) , g r a d o q u e se lo confirió el m i s m o Castilla. E n 1859 fué enviado a Europa, a que hiciera estudios en la arma de su preferencia, i regresó trayendo 54 c a ñ o nes rayados para campaña i para la armada de su patria. "Las guerras intestinas lo vieron siempre al lado de la buena c a u s a , " — d i c e el señor Julio L. Jaimes al hablar de Bolognesi, i en seguida agrega: " E n 1864, al provocarse la cuestión española fué él quien trajo los cañones de grueso calibre para la defensa del C a l l a o . — E n 1869 fué enviado p o r el G o b i e r n o para estudiar los distintos sistemas de a r m a m e n t o i a d o p t ó el sistema Comblain, que dio tan buenos r e s u l t a d o s . . . " (1)

El coronel Bolognesi nos dicen que se hallaba separado del servicio, i hasta confinado de su c i u d a d natal, al advenimiento de la guerra. Concurrió c o m o u n b u e n militar al llamamiento de la honra nacional, i el Gobierno de entonces, c o n o c e d o r sin d u d a del verdadero mérito, le destinó, a u n q u e en subalterna escala, al ejército que debia guarnecer Tarapacá. P o c o después, reemplazó Bolognesi al infortunado c o ronel Besada, en el c o m a n d o de 3 . Division d e aquel ejército. Asistió, por consiguiente, a San F r a n c i s c o i Tarapacá, d a n d o en este último c o m b a t e pruebas elocuentes de su i n d o m a b l e valor. 5 3

( 1 ) " L A PATRIA" de Lima de 2 1 de Junio de 1 8 8 0 ,


CAPITULO

Y a hemos d i c h o q u e fué él a quien se e n c o m e n d ó la imposible resistencia de Arica. Esa era la consigna del sacrificio, q u e Bolognesi supo cumplirla c o n la estoicidad del heroísmo. Después de la batalla de Tacna, nadie recordó de i m partir orden ni noticia alguna al j e f e de Arica. Pasaron m u c h o s dias para que los defensores del p u e r to supieran noticias exactas del drama representado el 26 de M a y o . — " H a b í a n pasado y a los primeros dias de Junio (dice nuestro a m i g o i compatriota el j o v e n A n d r é s Sotomayor, q u e peleó en A r i c a en las filas del Batallón Tarapacá) i aun n o se tenia noticia verosímil acerca del éxito del c o m b a t e ; mas repentinamente apareció en las filas una noticia vaga en la realidad de las cosas:—la sospecha i el desaliento se apoderaron de los ánimos, m a n i festándose por fin cierto descontento c u a n d o llegó a anunciarse q u e el ejército aliado se había m a r c h a d o en retirada i dividido en fracciones, de las q u e se esperaba una, a órdenes del jeneral M o n t e r o , dándose c o m o cosa cierta q u e acudiría de refuerzo al puerto." ( 2 ) Entretanto, salía de T a c n a una fuerte espedicion de 6,000 h o m b r e s , p o c o mas o m e n o s , sobre Arica, al m a n d o del Jefe de Estado Mayor del Ejército chileno d o n Podro Lagos, quien se detenia en la puente cortada de ChacaIluta para pedir la rendición de la plaza sin c o n d i c i ó n alguna. El parlamentario chileno, q u e fué el m a y o r J u a n de la C. Salvo, hizo presente al c o m a n d a n t e del puerto sitiado lo inútil de la resistencia, la necesidad de evitar cfucion de sangre i todas las razones que un belijeranto afortunado puede esponer para terminar el éxito de una empresa. La contestación de Bolognesi fué lacónica, pero heroicamente sublime: " N o s m a n t e n d r e m o s hasta quemar el último cartucho!" ' Esta c o n v i c c i ó n del martirio, digna de Leónidas; esta fria aceptación del holocausto en aras del p a t r i o t i s m o . . . no necesita de comentario! debe pasar a la posteridad grabada con caracteres indelebles. A n t e tan terminante i valerosa negativa de rendirse, el coronel Lagos dispuso el ataque del puerto. " L o s enemigos colocaron sus cañones (dice la relación de S o t o m a y o r ) en los cerros q u e separan el valle de Lluta de la ciudad, r o m p i e n d o el fuego contra las baterías c o r o nadas de soldados; pero viendo la ineficacia i p o c o efecto de sus tiros, suspendieron tal empresa.... A l fin, el c o m b a t e definitivo, que se babia iniciado c o n mal éxito para los chilenos el 5 de J u n i ó por tierra i al dia siguiente p o r mar, se c o m p r o m e t i ó resueltamente en la madrugada del 7, de una manera encarnizada i sangrienta. A l rayar el dia, el fuego enemigo se empeñó hacia la batería del Este, i en ese m o m e n t o se apoderó de los espíritus ese n o sé qué inesplicable que infunde la presencia del peligro al c o m e n z a r una batalla. La superioridad del e n e m i g o n o era desconocida: por todas partes avanzaban sus soldados en gruesas masas, poniendo una rodilla en tierra i disfrazados c o n los despojos de la Alianza. Con el gran alcance de sus armas, empezaron a diezmar a los defensores de las baterías, resultando inútiles las minas q u e se prepararon para contrarestar las ventajas contrarias; d e d o n d e p r o v i n o que p r o n t o los primeros fuertes fueron e v a c u a d o s " . . . Las baterías del Este así c o m o la del C h u ñ o , c a y e r o n en poder del enemigo, después de ser valerosamente sostenidas por espacio d e una hora por los dos cuerpos que habia d a d o T a c n a : — P i é r o l a i Granaderos. V e n c i d o s i tomados u n o a u n o los fuertes, por el e m (2) Esto fragmento, así como otros que tomaremos en seguida, son de una relación inédita que tenemos a la vista, cuyo autor ya hemos dicho que es el apreciable joven Sotomayor, testigo de aquellas escenas.

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TERCERO.

puje irresistible do las ma3as chilenas, q u e perforando i deshaciendo los sacos de arena de que eran f o r m a d o s m e r c e d al histórico corvo, estaban en posesión d e todos ellos, — se e m p r e n d i ó sobre el Morro, d o n d e se habian r e c o n centrado cuadros de las fuerzas sitiadas i en especial los jefes i oficiales de la plaza. Entonces principió la trajedia espantosa, grande i h e roica. Los b u q u e s bloqueadores, q u e n o habian cesado d e funcionar sobre el puerto así c o m o sobre el Manco-Capac surto en la bahía, avivaron sus fuegos, a la vez q u e el ejército atacador se dirijia sobre el Morro al t o q u e d e carga a la bayoneta. A l l í tuvo lugar lo mas encarnizado de la pelea. A t a c a dores i atacados l u c h a b a n c u e r p o a cuerpo, c o m o en c o colosal circo de gladiadores r o m a n o s o de leones h e r i d o s . Cien cargas del ejército e n e m i g o eran resistidas solo por p e c h o s de acero, que preferían cien veces la m u e r t e antes que la deshonra de la rendición. Pero ¡ai! esos nobles p e c h o s iban agotándose m i n u t o a m i n u t o ; exhalaban unos tras otros el último grito del p a triotismo m o r i b u n d o . . . Morían! Así sucumbieron gloriosamente:—Bolognesi, que juró m o m e n t o s antes de su muerte q u e solo sobre su c a d á v e r pondrían el pabellón chileno; Zavala, que recibió dos b a lazos, u n o en el cráneo; U g a r t e , acribillado d e o c h o p r o yectiles i precipitado del Morro, según versiones, por u n rasgo de su arrojo desesperado; Moore, el que perdió la Independencia en I q u i q u e , de quien dicen algunos, q u e so batía contra una fuerza de infatería hasta que cayó sin vida por una descarga, i otros, que al ser t o m a d o prisionero se suicidó c o n su revólver; i por último, B l o n d é l , Ordener Vargas, Inclan, V i d e l a i mil mártires mas de ese grandioso sacrificio. "Entretanto que terminaba esta trajedia de tierra, c o n el c o m p l e t o aniquilamiento i la t o m a de Arica, se observaba otra en el mar: aislado i r e d u c i d o a la impotencia el m o n i t o r Manco-Capac, principió a s u m e r j i r s e para sepultarse en los abismos del O c é a n o " . . . L a t o m a del puerto fué la señal de los mas h o r r e n d o s crímenes por parte de los v e n c e d o r e s . — R e p i t i e r o n éstos, c o n mas negros coloridos, todas las escenas i todos los atentados que en Tacna provocaran la protesta del Cuerpo C o n s u l a r . . . La bandera de Chile se enarboló triunfante sobre las ruinas de Arica, i aun flamea ante el m u n d o , sobre su h i s tórico Morro, c o m o la enseña de la conquista.

U n a palabra para concluir. El n o m b r e c o n que cerramos la primera serie d e n u e s tras Semblanzas, n o necesita, c o m o otros m u í gloriosos d e la presente guerra, que el b r o n c e o el m á r m o l los perpetúe. El coronel d o n Francisco Bolognesi, d i g n o batallador de luchas seculares, h i z o de su gloriosa t u m b a un j i g a n t e monumento. El Morro de A r i c a es el altar de su sacrificio, a la vez que la eterna i soberbia pirámide de su i n m o r t a lidad.

XXÍIÍ. EDITORIALES. LA Ú L T I M A JORNADA. (De EL MBRCURIO de Valparaíso do Junio 8 de 1880.)

C o m o y a d a m o s por t o m a d a de grado o por fuerza a la que h a c e p o c o llamaban nuestros enemigos " E l Jibraltar peruano," la atención piíblica fíjase esclusivamente en dar c u m p l i d o remate a la guerra c o n la pronta o c u p a c i ó n d e Lima.


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GUERRA

D E L PACIFICO.

L i m a , i nada mas que Lima, es el objetivo de todas las miradas, de t o d o s los pensamientos, d e todos los cálculos, de todas las esperanzas, i en este concierto de voluntades, espectativas i anhelos vése m u i claro que la opinión, que j a m á s se equivoca ni cede en lo que de veras quiere, tiene y a f o r m a d o su plan, i q u e este plan es c o n v e n i e n t o i d e b e ponerse en obra, sean cuales fueren los sacrificios que d e mande. Pero, bien m i r a d o , ni los sacrificios p u e d e n ser m a y o res q u e los q u e h e m o s h e c h o hasta aquí, n i a u n q u e lo fueran dejarían de ser c o m p e n s a d o s c o n usura. Y a h e m o s repetido m i l veces que mientras el Perú n o sea herido en su c o r a z ó n , q u e es Lima, siempre le q u e d a rán medios de continuar, si n o una guerra seria, p o r lo m e n o s u n a resistencia que nos obligaría a vivir m u c h o s años c o n el arma al brazo. ¿I sería esto posible dentro de los intereses de Chile* ue manifiestamente piden la vuelta a la paz para p o d e r esarrollarse c o n la firmeza i espansion que le señalan su importancia i acrecentamiento? Esta sola consideración basta para hacernos [mirar c o n tedio toda idea q u e n o vaya encaminada a este fin. Glorias militaros tenemos de sobra; en esta guerra h e m o s d a d o pruebas n o solo de valor heroico para pelear i vencer, sin o de todas las virtudes que constituyen el verdadero patriotismo.

3

N u e s t r o ejército, que es un ejército de leones, n o h a tenido necesidad de formarse p o r el reclutamiento forzoso; por el contrario, se ha rehusado aumentarlo aceptando los ofrecimientos que c o n abnegación admirable hacían de sus vidas infinitas lejiones d e voluntarios. T a m p o c o h a sido menester, para adiestrarlo, de largos ejercicios, pues n o bien armados los entusiastas reclutas ya se podia fiar a su ardimiento sin igual la defensa de la patria, ¡Qué milicias aquéllas! A h í están el A t a c a m a , el Santiago, el Valparaiso, los Navales, etc., etc., tropas todas que h a n a s o m b r a d o a los m i s m o s veteranos p o r su firmeza, su arrojo i su pericia. ¿Para q u é q u e r e m o s m a s glorias militares? U n país c o m o el nuestro, que t o d o lo debe a las q u i e tas i f e c u n d a s labores de la paz, n o h a c e la guerra por vanagloria, la hace por necesidad de mantener su n o m bre i sus d e r e c h o s libres d e t o d o a t a q u e , p u r o d e t o d a mancha. A h o r a bien: ¿ c ó m o n o pedir que inmediatamente se d i rija nuestro ejército a Lima para obtener allí, después de una entrada triunfal, un arreglo q u e p o n g a fin a la c o n tienda? Con 20,000 h o m b r e s , c o n 15,000 bastaría para llevar a c a b o esa empresa, cuyas grandiosas consecuencias estarán a la vista del mas miope. I talvez ni de batirse habría necesidad, pues allí n o faltan h o m b r e s cuerdos que exijiesen del D i c t a d o r el sacrificio de su o r g u l l o en obsequio de 150,000 habitantes a m a g a d o s p o r el fuego i el hierro de nuestros batallones. ¿Cómo n o creer que la seguridad de ver incendiada a L i m a h a de m o v e r a los h o m b r e s que tienen allí grandes intereses a impedir se c o n s u m e tan estéril sacrificio? E n las capitales opulentas los ricos son los primeros en p e d i r la paz c u a n d o miran sus hogares amagados i sin esperanza de defensa. N o es lo m i s m o el ardimiento b é lico del q u e n o espone mas que el pellejo i el do aquél que tiene m u c h o que perder. A h o r a , si a esto se agrega q u e son l i m e ñ o s l o s m a g n a tes de la Ciudad de ios Reyes, las probabilidades de s u m i sión se a u m e n t a n , p o r n o decir que se convierten en certidumbre. ¡A L i m a ! ¡ A Lima, p u e s ! i c o n la certeza d e que, rendida o tomada a v i v a fuerza, n o p e r d e r e m o s lo que h e m o s perd i d o hasta aquí en dos j o r n a d a s infinitamente inferiores a aquélla. Es preciso q u e nuestro q u e r i d o tricolor flamee en las almenas de esa c i u d a d orgullosa, d o n d e durante tantos

años n o se h a cesado de fraguar planes i n i c u o s contra la prosperidad de Chile. Sí, es preciso que esa vieja metrópoli, c e n t r o i m o r a d a de todas las abominaciones i de todos los c r í m e n e s , reciba el castigo ejemplar q u e d e b e purificarla. Sin esto, ni nuestra honra q u e d a c o m p l e t a m e n t e lavada, ni nuestro orgullo satisfecho. ¡A Lima! ¡A L i m a , pues! i si es p o s i b l e c o n la celeridad del rayo. L a n u e v a de la rendición d e A r i c a s o m o s nosotros los que d e b e m o s llevarla. ¿ N o lo creen así nuestros c o n d u c tores? Pues n o tienen mas que ordenarlo. E L PERÚ SE

DIVIERTE.

(De LA PATKIA de Valparaiso de Junio 19 de 1880.)

Mientras los n u e v o s ministros toman plena posesión de sus carteras i sus opositores parodian a l o vivo al apóstol de los incrédulos, nos v a m o s a permitir pasar revista a lo que sucede en el Perú, según los boletines de su prensa, barómetro infalible, que desde el principio de la guerra nos ha revelado los quilates del valor, resistencia i esperanzas de aquel estraordinario p u e b l o , tan parecido a las pelotas de g o m a que s u b e n a m a y o r altura mientras c o n mas fuerzas se las golpea. El Perú estaba que bailaba de gusto i de c o n t e n t o por la pérdida de su querido Huáscar i haber c o n s e g u i d o t e ner a Grau entre sus dioses. Pero hé aquí, que en la mas turbia de las mañanas de su vida, se le antoja a su D i c tador meter pluma en el asunto aquel, i de g o l p e i z u m b i d o baja al dios de su pedestal i le decreta vil medalla de segunda clase mientras c o n c e d e la de primer grado a los s e g u n d o s c o m a n d a n t e s del m o n i t o r , A g u i r r e i Palacios. L a prensa peruana n o nos dice si el tal d e c r e t o fué bien o mal recibido; pero por el diario oficial sabemos que su señor aun g o z a de perfecta i escelente salud, a pesar de las 14 horas diarias de labor que, según u n diario de Santiago, manifiestan que Piórola h a sido trabajado en el m o l d e i del metal que serán fundidas las c o n d e c o r a ciones q u e llevarán al cuello los héroes de P u n t a A n gamos. D a m o s de y a p a i p o r h e c h o el estracto de varías c u r i o sas disposiciones de la dictadura, i n o q u e r e m o s ni siquiera traer a la m e m o r i a aquella q u e c o n v i e r t e a la tierra peruana en m o n a r q u í a absoluta, que ello, i n o otra cosa significa eso de arrogarse la facultad de designar su s u cesor. Talvez los civilistas han hallado este decreto u n p o c o aventurado, i en sus conciliábulos de contrarevolucion habrán d e c i d i d o poner a su disposición, en primera o p o r tunidad, el c o r d ó n que los sultanes a c o s t u m b r a b a n enviar a sus visires en desgracia. Los fuegos de la escuadra chilena divertían a los h e roicos chalacos i limeños, i cada b o m b a que caia en la p o b l a c i ó n , en los b u q u e s o en los fuertes era saludada estrepitosamente c o m o que llegaba para retemplar su v a lor i su patriotismo, dualidad en pleito ante la historia; pero de la que se j u z g a n dueños i propietarios los habitantes de la sierra que perteneció a los mansísimos incas. I si b o m b a s i granadas les enviaban los chilenos, las aguantaban c o n paciencia i resignación, p o r q u e sus augures les habían p r o m e t i d o que harían su A g o s t o en T a c na i Arica, i que para entonces n o sobrarían cohetes ni petardos en los almacenes i b o d e g o n e s d e s ú s buenos amigos los colíes. Así lo aseguró el prefecto de Tacna, lo repitió Jaimes, que bien sabido se lo tendría, i dijeron mil veces los que bebían los vientos del D i c t a d o r , a quienes ni faltaban palabras ni tenían interés en dar calabazas a sus compatriotas. El 23 de M a y o ú l t i m o , L A PATRIA de L i m a entregó a sus lectores este telegrama, verdadera mistura de navidad. " A y e r atacó vanguardia enemiga. Esperamos mañana definitiva. Triunfaremos. Etc., etc. etc."


CAPITULO TERCERO.

Esta noticia se metió en el cuerpo de todos los niños de Piérola, i y a n o h u b o en el P e r ú quien dudase de q u e los cadáveres de chilenos iban a servir de a b o n o a sus eriales rejiones del Sur, i quizá algunos de sus usureros echaba cuentas acerca del partido q u e podría obtenerse de los grandes depósitos de aquel huano de n u e v a especie, que iban a beneficiar sin haberlo trabajado en todos los días de su vida. El m i s m o dia los chalacos i limeños recibieron el siguiente telegrama: "Pisco, J u n i o 2 . — V a p o r Bolivia del Sur c o m u n i c a , c o n referencia a versiones chilenas, que su ejército t o m ó Tacna, después de una batalla sangrienta por ambas partes. Parece, sin embargo, q u e c o m o m e d i d a estratéjica, se dio a los chilenos paso a la ciudad, pues el ejército se h a retirado en b u e n orden i n o ha h a b i d o prisioneros. L e i v a debe estar a la fecha sobre ellos. E l n ú m e r o d e m u e r t o s n o se determina; los chilenos aseguran ser m u c h o s mas los suyos q u e los nuestros. Se dice q u e M o n t e r o t o m ó 1,000 chilenos prisioneros." Era mas de lo que los peruanos necesitaban para cojer las sogas i cordeles de las campanas i echarlas a v u e l o i repique. Pero lo q u e mas les entusiasmó fué la estratéjia de M o n t e r o , tan semejante a la d e B u e n d í a después de la batalla de Dolores. La estratéjia h a sido desde el p r i n cipio de la actual campaña, su fuerte i su consuelo. I ella los va c o n s o l a n d o . . . c o m o el aceite a la m e c h a que da la llama, c o m o la chispa del fulminante al saquete de p ó l vora c o l o c a d o en el ánima del cañón. ¡Oh! los peruanos, los peruanos n o son c o m o los c h i l e nos! Los peruanos, c u a n d o mueren conservan su í n d o l e de héroes, i en la c o n d i c i ó n de cadáveres, n o les abandona su sonrisa i d u l c e d u m b r e propias d e u n a n a c i ó n . . . d e u n pueblo de...mártires. Después de ese telegrama, tan p o c o tranquilizador para otro país q u e el e n e m i g o , los subditos de Piérola leyeron un tercero, cuarto o quinto, que decian así: " M o n t e r o c o n ejército en Palca. Avanzadas enemigas en H o s p i c i o , e t c . " L a lójica de la tierra n o permitió investigar la razón de la retirada de M o n t e r o i d e Campero de las bien fortificadas posiciones del C a m p o d e la Alianza, ni menos el m o t i v o d e entregar al chileno la c i u d a d de T a c n a i el c a m i n o de A r i c a . Pero, n o hai q u e parar mientes en la lójica del Perú. El Perú es el p u e b l o mas razonable de todos los pueblos si se trata de n o darse por v e n c i d o , o de engañar a quienes n o nacieron para entenderse c o n los j u d í o s de Londres. Para c o n s u e l o d e los incrédulos o de los mas tristes, L A OPINIÓN N A C I O N A L dice, entre otras cosas, lo siguiente, que quizá saborearon hasta los buenos amigos del D i c t a dor: " T e n e m o s tres fuerzas en distintos p u n t o s : Montero en Palca, Bolognesi en A r i c a i Leiva en Torata. E l aleve enemigo n o está, pues, triunfante sobre los e s c o m b r o s de nuestros defensores. L a fatalidad, o quién sabe qué a c o n t e c i m i e n t o ignorado por nosotros, h a d a d o una ventaja mas al invasor." Pero M o n t e r o h a sido separado por cobarde, Bolognesi muerto, i L e i v a quizá n o se ha m o v i d o de A r e q u i p a o M o quegua, lo q u e n o i m p i d e que el Perú espere c o m o tantos otros que al presente h a n sido borrados de la lista de los vivos. El m i s m o diario nos asegura q u e la batalla fué de tres días, c o m o si tantas horas los chilenos necesitaran para poner a b u e n recaudo a sus enemigos. P e r o los tres dias debian figurar en letras de m o l d e para alentar i retemplar el patriotismo de los serranos, q u e en el Callao i L i m a v i ven agarrotados al pié de chillona bandera. Pero lo mas sublime, lo q u e pinta de m a n o maestra al peruano, es esta frase del m i s m o impreso: "Cuando nuestros soldados se han retirado, es p o r q u e ha h a b i d o algo de estraordinario i p o r q u e creyeron i m prudente una m a y o r p r o l o n g a c i ó n en la resistencia." TOMO

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¡Santas i candorosas jentes! H u b o algo de estraordinario que obligó a los peruanos a retirarse de su c a m p o de batalla, i fué aquella masa de combatientes q u e avanzaban, a pesar del fuego enemigo, que avanzaban siempre a la bayoneta i con la bayoneta herían, rendían o mataban cuantos jefes, oficiales i soldados hallaban al alcance de su torbellino, i esto n o estaba escrito en los capítulos i tradiciones de la Alianza, por lo q u e fué tenido c o m o estraordinario i c o n f u n d i d o c o n las leyendas de la E d a d M e dia en que la pujanza i el valor h u m a n o eran atribuidos a la ira de Dios, q u e n o sabe irritarse ni t o m a r ciudades i c a m p o s fortificados, a bala de rifle i a bayoneta m a n e j a d a p o r m ú s c u l o s de acero. I el Perú, perdido T a c n a i Arica, c o m o perdió el Huáscar i la Pilcomayo, i Tarapacá, c o n t i n ú a arrullado por los cantares de sus trovadores, a d o r m e c i d o por las trovas d e sus poetas, engañado por los cortos tiros de sus baterías del Callao, triunfante c o m o los m e n d i g o s que viven d e las migajas de ajenos festines i c o r o n a d o s de flores, c o m o las víctimas de los antiguos altares, espera morir i ser sacrificado, pero aspirando siempre el perfume d e olorosas flores. I entretanto, nadie ve alzarse en aquel país una v o z c o m o la q u e anunció a los hebreos su cautiverio i su esclavitud. El agua les llega a la garganta; la invasión truena a las puertas de su capital; son derrotados i h u y e n sus m e j o r e s jenerales, i el Perú continúa alegre, j o v i a l i lleno d e placer, e n g a ñ a n d o i engañándose de q u e sus enemigos n o han de traspasar la línea q u e su fantasía les señala. I el Perú se divierte c a m b i a n d o en embustera letra la realidad del p o l v o q u e levantan las lejiones q u e llevan en la punta de sus yataganes el castigo i la espiacion d e todos aquellos contra quienes van a c o m b a t i r i a quienes vencerán. I q u i q u e , Chipana, Antofagasta, Pisagua, Jermania, D o lores, Tarapacá, Anjeles i Sama, fueron triunfos peruanos que n o impidieron a Chile que avanzara mas al N o r t e , i al Perú q u e se divirtiera, c o m o p u e d e reirse un loco sobre el cráter de un volcan, c o m o p u e d e divertirse un d e m e n te bajo la acerada zarpa de u n león. El P e r ú se divierte, pero haría m e j o r si se divirtiera m e n o s i reflexionara mas; si arrojara al mar a los titiriteros q u e le divierten, a los periodistas q u e le engañan, a los g o b i e r n o s q u e le esplotan, i procurara imitar a Chile a quien simula detestar, pero c u y a suerte n o le amargaría m u c h o ni p o c o poseer. PRENSA PERUANA. ¡A LIMA! ¡A LIMA! (De LA PATRIA de Lima de 9 de Julio de 1880.)

D e s p u é s del desastre d e T a c n a i la ocupación d e A r i c a , creían en Chile que la paz era la consecuencia i n e s c u sable i que el Perú, abatido, descorazonado, talvez e x á n i me, allanaría el c a m i n o de las negociaciones, d a n d o de m a n o a los escrúpulos de su dignidad i los arrebatos del patriotismo. A l estruendo de las músicas que recorrían las calles d e Santiago, al aspecto triunfante d e la c i u d a d engalanada, a la lectura de los partes de sus jenerales i de las estensas i abultadas correspondencias de sus diaristas, Chile creíase inmenso, colosal i p o d e r o s o lo suficiente, n o y a para d o m i n a r a la Alianza sino a la A m é r i c a toda; i por l o tanto, n o sospechaba siquiera q u e hubiese en L i m a quien fuese capaz de opinar contra la paz misericordiosa, a c o j i é n d o s e a la nobleza del triunfador. ¡A L i m a ! ¡a L i m a ! fué el grito que resonó entonces en calles i plazuelas. E l recinto de los lejisladores recojió esos ecos i los repitió a su turno. Los diarios los arrojaron a los cuatro vientos, i n o q u e d ó en Santiago, si se e s ceptiía el G o b i e r n o , mas c a u t o i menos m o v e d i z o , q u i e n n o diera a la empresa t o d o s los visos de la seguridad, t o das las probabilidades d e u n é x i t o esplendidísimo.


282

GUERRA DEL

L i m a so destacaba a sus ojos c o m o la rica j o y a , p r e m i o de la conquista. La ciudad Oriental hablaba a su imajinacion i al sensualismo, i tenia la virtud de la sirena para atraer, i las delicias del gaurifabuloso para satisfacer t o das las aspiraciones i todos los apetitos. U n o de los voceros do letras de m o l d e decia: "al solo saber la actilud de Chile, el temor cundirá en la capital peruana, i si no d e m a n d a la paz p o r q u e el D i c t a d o r lo impido, la i m p o n d r á n nuestras huestes m a r c h a n d o de triunfo en triunfo hasta clavar la bandera estrellada en las torres de la Catedral lejendaria." H é ahí el ejemplo de c u a n t o la vanidad dementa a los h o m b r e s , lo que en el carácter c h i l e n o es m e n o s notable, porque se aviene a su injénita h i n c h a z ó n i petulancia. Pero y a hai tiempo para que se hubiesen recibido i probablemente loído con asombro incsplicablc los dos n o t a bles d o c u m e n t o s lanzados por el Jefe S u p r e m o del Perú: su proclama de guerra i su mensaje sobre la Confederación de los estados perú-bolivianos. A la luz de aquellos d o c u m e n t o s , q u e revelan t o d o el vigor i entereza del que gobierna c o n la voluntad del p u e b l o , aparecen menos brillantes i sobre t o d o m e n o s fructuosos los triunfos de Chile, pues el Perú renace en cada g o l p e i se retempla en cada revés, engrandeciendo su causa a la vez que arroja los cimientos de una r e v o l u ción colosal en la constitución internacional del c o n t i nente. Resulta, pues, que su e n e m i g o no es lo q u e h a j u z g a d o q u e era, ni L i m a está en las condiciones de la esclava p r ó x i m a a verse entregada al vencedor; q u e aun queda m u c h o , m e j o r d i c h o , que n o se h a avanzado nada en el c a m i n o que asegura la conquista, i que la guerra c o m i e n za nuevamente mas vigorosa, mas seria i mas preñada de amenazas para el porvenir. Pero aun pudiera atribuirse esa actitud puramente al Gobierno, arrebatándole al p u e b l o el mérito de la espontaneidad en eso orden. Para que ello n o suceda, para que no quepa d u d a alguna respecto del verdadero sentimiento del país, el d o m i n g o p r ó x i m o presentará L i m a el mas grandioso de los espectáculos a c u d i e n d o al llamamiento de la autoridad para alistarse en las filas del ejército d e s tinado a la defensa nacional. El bando p r o m u l g a d o señalando lugar para el alistam i e n t o ha m o v i d o con un solo impulso a toda la c i u d a d , i n o queda entre sus habitantes n i n g u n o q u e n o t o m e puesto, considerándose deshonroso en adelante en n o v e s tir el uniforme militar, cualquiera que sea la escala en que se sirva. H é ahí la respuesta mas elocuente a las ilusiones c h i lenas i a su j a c t a n c i a pretenciosa: la organización del espléndido ejército do reserva que en breve será una realidad precursora de la buena fortuna que al c a b o c o r o n a r á la causa de la justicia, en contraposición al acaso q u e hasta ahora ha dado triunfos al enemigo. ¡A Lima! ¡a Lima! fué el grito después de la toma de

PACIFICO.

Arica i Tacna. M u c h o será si ese grito, para m a l nuestro, n o se ahoga al ver la n o b l e actitud de este p u e b l o , abrig o de los chilenos durante la paz, quizá su t u m b a d u r a n te la guerra. JULIO

LUCAS

JAIMES.

El r o t o . Cuando estremece el miedo, cuando el peligro aterra, Cuando ílaquca el brazo temblando el corazón, No hai nada mas sublime que el roto de mi tierra, Impávido, tranquilo, sin ansia ni emoción. Siento silbar la bala que ensordeció su oído Como el avaro escueba la suplicante voz Del pordiosero hambriento: desagradable ruido Que al alma no trasmite ni débil sensación. "Muchachos, a la carga," gritadles en la lucha; Cual rápido meteoro se lanzan a pelear, I un rojimicnto entero cuando esa voz escucha Electrizado, loco, victoria lia de alcanzar. Es la hoja reluciente de su afilado corvo Terrible cual la espada do un ánjel del Señor; Su indómito coraje jamás encuentra estorbo Que resistir intente su brazo destructor.. Decidle que desprecie las iras del Océano I lo veréis altivo vencer la tempestad: En medio del peligro, si el remo está en su mano, ¡Qué importan los enojos del fiero vendaval? El salva los abismos, los montes, la llanura, Clavando con sus manos do cíclopes el riel, I del vapor las máquinas a inaccesible altura El lanza, cual aéreo, fantástico corcel. El enemigo so halla sobre empinada cima, Trepar es imposible, ¿cómo asentar el pié? No importa, ¡es que el peligro su espíritu sublima I dono alcanza el águila al roto allí se ve! El sueño no lo rinde, la sed no lo aniquila Cuando su patria amada le impone algún deber: Si le exijís que muera, no duda, no vacila, ¡Gritando " V i v a Chile" va examine a caer! Si le gritáis: rendios, redobla su coraje La injuria que a su juicio lanzáis con esa voz, I hiero i mata i cao vengando aquel ultraje, I aun muerto, su cadáver llega a inspirar pavor. Testigo la Esmeralda con su sublime muerte: Su casco el mar i el ciclo quisieron adquirir, Pero al inmenso Océano favoreció la suerte I el cielo con estrellas su nombre hizo inscribir. Al cholo afeminado de la peruana sierra Desprecia por lo tímido, castiga por lo cruel: Tan solo en pos de glorias el roto va a la guerra, El cholo porque a palos lleváronlo al cuartel. Los hijos de Atalmalpa, lacayos de Pizarro, Al araucano indómito quisieron humillar: Los hércules de bronce i el ídolo de barro, Del mundo en la balanza ¿tendrán un peso igual? Lejionos invencibles, ya conocéis las sendas Que un tiempo atravesasteis, cubiertas de laurel: Id a plantar en Lima vuestras marciales tiendas Para acabar con todos sin tregua i sin cuartel. PELUCA.


CAPITULO IV. S U M A R I O . — I . Legación del Perú en los Bulados Unidos: documentos referentes a la llegada de la barca Nellie Brclt, a Nueva York con cargamento de salitre. (Inédito.)—II. La batidla uo Tacna i sus ecos en Arica, por Benjamín Vicuña Mackenna. — III. Ley ación del Perú en los Estados Unidos: se pide se reembolse a los señores W . lt. Grace i C. el valor del jiro del señor Gómez Sánchez por £ 5 9 0 , protestado por falla de pago, i trascribe una comunicación de dichos señores sobre cargamento de salitre. (Inédito.)—IV. Leijacion del Perú en Bolivia: se anuncia el estado político de Bolivia i haber sido investido el Jcneval Campero de la presidencia de la República. (Inédito.)—V. Leijacion brildnia en Lima: hace reclamación por haber sido estraído del vapor Bizarro el pasajero chileno F. López i dos cajones con billetes del Banco Nacional de Valparaíso. (Inédito.)—VI. El crucero " X o a " echado A pique por un torpedo en el Callao: telegramas, partes oficiales i relación délos tripulantes salvados.—VII. Detalles completos de la catástrofe del Loa, por el cirujano en jefe de la O'Jíiyijins.—VIII. Correspondencias a E L NACIONAL de Lima i ESTÍÍELLA DE PANAMÁ sobre el Loa.—IX. Sumario indagatorio para averiguar la pérdida del crucero LIOA en la rada del Callao el día 3 ele Julio de 1 8 8 0 . — X . El Limeña en Arica i su llegada al Callao con heridos peruanos; desembarque i honras fúnebres a los restos de Bologncsi, Moore i Zavala.—XI. Propuesta de un injeniero peruano al Dictador Piérola para destruir la escuadra chilena; notas sobre conducción de armamentos para ol Perú.—XII. Banquetes en honor del comandante del Cochram don Juan José L a t o r r o . — X I I I . Confederación perú-boliriana: dictamen de la comisión del Consejo de Estado del Perú i decreto e informe de la mayoría i minoría de la Convención Nacional de Bolivia.—XIV. Manifiesto del Club de la Union federal perú-boliviana de La Paz sobre la Confederación.—XV. Organización del ejército de reserva del Perú i decreto do Piérola disponiendo del legado del Arzobispo Goyenechc.—XVI 151 ejército de resorva i la Cruz Roja del Perú: notas cambiadas; sueldos de los prisioneros peruanos en Chile.—XVII. Proyecto presentado al Dictador Piérola para aumentar el andar de un buque, destruir el ejército chileno i fortificar a Lima. (Inédito.)—XVIII. Sumario seguido por el presidente de la Cruz Roja en el Perú para investigar las violaciones del Convenio Internacional de Jinebra, que se dicen cometidas por el ejército de Chile en Tacna i Arica. (Inédito.)—XIX. Abuso de la bandera de la Cruz Roja: sumario mandado instruir para averiguar si el dia de la toma de Arica existia en el hospital, i protejida por la Cruz Roja, una batería eléctrica—XX. Informe que el Jefe del Servicio Sanitario del ejército en campaña dírije al Intendente Jeneral del ejército.—XXI. Biografía del teniente coronel don Juan Antonio Vargas, comandante del Batallón Chillan, por Benjamín Vicuña Mackenna.—XXII. Biografía del coronel don Alfonso U garle, jefe del Batallón Iquíque, por J. V. Oclioa. — X X I I I , Editoriales. 13

I.

Señor

Legación del Perú en los Estados Unidos: documentos referentes a la llegada de la barca "Nellie I t r e t l " a Nueva Y o r k con cargamento de salitre. (Inédito.) LEGACIÓN

DEL

PERÚ

EN

Nueva

LOS E S T A D O S U N I D O S .

York,

Mayo

10 ele 1880.

Señor:

Secretario:

Q u e d a n agregados los antecedentes que se sirve V . S. pedirme por decreto de esta fecha, i que se encuentran inscritos en los impresos adjuntos. E n cuanto al telegrama a que se refiere el decreto puesto al pié d e la n o t a d e la L e g a c i ó n d e f e c h a 17 d e Marzo, que también a c o m p a ñ o , n o tengo c o n o c i m i e n t o de q u e se haya dirijido. Lima, J u n i o 9 de 1880. Al señor Secretario Manuel Quiñones.

En m i oficio n ú m e r o 37 de 17 de Marzo líltimo, a n u n cié a Y. S. que a principios de este mes debia llegar a este puerto la Nellie Brelt c o n 0,013 sacos de salitre peruano esportados contra las disposiciones del S u p r e m o Gobierno, agregué a V . S. que se m e habia informado que los importadores están preparados para acreditar que este salitre fué elaborado en la oficina particular del señor O. l i e r m a n n d e n o m i n a d a San José; i c o n tal m o t i v o solicité de V . S. las instrucciones convenientes, insinuándole que por la estrechez de tiempo para recibirlas o p o r t u n a mente m e las comunicara por telégrafo. Con fecha 10 de A b r i l se sirvió V. S. acusarme recibo de la m e n c i o n a d a c o m u n i c a c i ó n j u n t o c o n los domas oficios a q u e se refiere mi índice de 20 de Marzo ú l t i m o ; pero aun n o he recibido las instrucciones solicitadas. H o i ha llegado la barca Nellie Brett, i a falta de instrucciones estoi consultando c o n ol señor Condert, a b o gado de esta ciudad, a fin de adoptar las medidas necesarias para protejer los intereses del fisco, caso de pertenecer dicho salitre al Gobierno del Perú, i por el p r ó x i m o vapor tendré el h o n o r de c o m u n i c a r a V. S. el resultado de m i consulta. Dios guarde a V . S. JOSÉ

CARLOS

TRACY.

Al señor Secretario de Relaciones Esteriores i Culto del Perú.

Lima, J u n i o 9 de 1 8 8 0 . — A n t e c e d e n t e s desde luego. CALDERÓN.

Lima, J u n i o 15 d e 1880.-—Contéstese que la mejor forma en que debe precederse para conseguir el embargo del g u a n o o del salitre defraudados por Chile al Perú, es un problema j u r í d i c o q u e no es posible resolver acertadamente, sino previas consultas en cada país, c o m o lo que el oficiante participa haber h e c h o , i que el Gobierno aprueba. CALDERÓN.

LEGACIÓN DEL PERÚ EN LOS ESTADOS UNIDOS.

Señor:

Nueva

York, Mayo

19 de

1880.

E n mi oficio n ú m e r o G6 de 10 de los corrientes avisé a Y. S. la llegada a esto puerto en aquel dia de la barca Nellie Brett c o n unos 6,000 sacos ele salitre esportado del Perú contra las disposiciones del S u p r e m o Gobierno; i que careciendo de las instrucciones que supliqué a V. S. se sirviese pasarme respecto a este determinado cargamento, en mi c o m u n i c a c i ó n de 17 de Marzo último, aunque y a V . S. debia estar impuesto de su contenido, puesto q u e fué inclusa en el índice de mi correspondencia del 20 del citado mes de Marzo, c u y o recibo tuvo Y. S. a bien a c u sarme, en oficio de 10 d e A b r i l p r ó x i m o pasado, m e o c u paba en consultar al abogado señor Condert sobre el m e dio mas seguro q u e debíamos adoptar para protejer los intereses del fisco nacional en el caso de que se trata. T o m a n d o en consideración que los importadores del salitre p o r la Nellie Brett pueden tener razón en lo q u e


G U E R R A DEL PACIFICO.

284

se d i c e alegarán en su defensa, de que es de p r o p i e d a d particular i n o del Gobierno del Perú, puesto que en el cuadro demostrativo de los cargamentos esportados, i nombres de los buques conductores a n e x o a la circular do esa Secretaría, del 7 de Abril rAltirno, al Cuerpo Consular del Perú, no consta la Nellie Brett; el señor Condert lia creido conveniente no proceder al embargo inmediato del salitre, toda vez que de ser cierto que el artículo fué c o m prado a las oficinas particulares de I q u i q u e , el pleito seria d e c i d i d o en nuestra contra, i esto seria perjudicial a los intereses del fisco nacional en el presente caso, i establecería un mal precedente para los siguientes que se presenten, en los cuales se podrá proceder al embargo, teniendo plena constancia de que el salitre es verdadera propiedad del S u p r e m o G o b i e r n o de la República. E n vista de lo que antecede, i de acuerdo c o n el señor Condert, m e he limitado a notificar a los consignatarios del salitre, i al capitán de la Nellie Brett, que el artículo a b o r d o del citado b u q u e es propiedad del Gobierno del Perú, i ofreciéndoles pagar el flete i gastos regulares de descarga, si, c o m o al representante del Gobierno peruano, su verdadero d u e ñ o , se m e hacia entrega formal del salitre. D e este m o d o nos queda siempre abierto el c a m i n o para entablar, c u a n d o nos sea conveniente, la debida d e m a n d a ante los tribunales, para el recobro de la posesión del salitre por ese b u q u e , o el reembolso de su valor en caso de haber sido v e n d i d o , i se evita la pérdida que p o dría sufrir el fisco caso de que el pleito fuese decidido en su contra, pues c o m o tengo anunciado a V. S., antes d e comenzarlo, hai que presentar fianza en el j u z g a d o por el doble, del valor de la materia en litijio, para responder con ella a las costas i demás gastos q u e p u e d a n surjir. Espero que por el p r ó x i m o correo recibiré instrucciones de V . S., tanto respecto a este caso c o m o al de la Cornilla, que se presenta c o n análogas circunstancias, para p o d e r oDrar de c o n f o r m i d a d con las órdenes de V. S. inmediatam e n t e en el asunto de la Nellie Brett i debidamente preparado c u a n d o llegue la Cornilla. T o d o lo que tengo el h o n o r de participar a V . S. esperando merezca su aprobación de lo q u e hasta aquí se h a h e c h o en este asunto. D i o s guarde a V . S. JOSÉ CARLOS T R A C Y . Al sefior Secretario de Relaciones Esteriores i Culto del Perú. —Lima.

L i m a , J u n i o 15 de 1880.—Contéstese q u e proceda de acuerdo c o n el abogado consultor, c o m o se le previene en c o m u n i c a c i ó n de esta fecha. CALDERÓN.

LEGACIÓN

DEL

PERÚ

EN

Nueva

LOS ESTADOS

York, Julio

UNIDOS.

21 de

1880.

Señor: P o r el estimable oficio de V . S., n ú m e r o 46 del 15 del mes anterior, m e he impuesto c o n satisfacción de que el S u p r e m o Gobierno se h a servido prestar su aprobación a la c o n d u c t a que he observado respecto al cargamento de salitre esportado por la Nellie Brett, procediendo de acuerdo c o n un a b o g a d o consultor. C u a n d o llegue la Cornilla, adoptaré igual manera de proceder, c o n f o r m e a la instrucción de V . S. contenida en su oficio n ú m e r o 52 de 15 del p r ó x i m o pasado. S e g ú n la opinión del abogado señor Condert, la dificultad consiste en saber c o n certeza si el salitre esportad o es propiedad del G o b i e r n o del Perú, o si pertenece a industriales particulares. E n este último caso la acción j u dicial, si puede entablarse, d e b e hacerse en distinta forma. E n tal c o n c e p t o , suplico a V . S. se sirva darme este i n forme a fin de q u e el señor Condert pueda formar una opinión definida c o n ese dato indispensable. D i o s guarde a V . S. JOSÉ CARLOS TRACY. Al señor Ministro de Relaoionea Esteriores i Culto del Perú, -Lima,

II. La batalla uc Tacna i sus e c o s en Arica, ñor ISenjaniiii Vicuña M a c k c n n a . "Dueñosmios, no lloréis." (Nota en un telegrama de Tacna dol 26 de Mayo de 1880.)

I. El dia en q u e una batalla se libra, es siempre u n día solemne. H e m o s leído en m u c h o s libros militares q u e n o hai hora mas triste para el soldado en la vida de los c a m p a mentos q u e la tardo de un c o m b a t e , c u a n d o pardea la n o c h e , c u a n d o los clarines tocan llamada a los q u e n o h a n de volver, c u a n d o so cuentan l o s muertos. I esto es igual para los q u e v e n c e n i para los q u e son vencidos. La m i s m a fiebre, el m i s m o cansancio muscular, idéntica postración en el dolor;—esa tristeza es la reacción de la matanza, es fuerza salvaje del alma i del brazo. L a víspera de una batalla es siempre una gran alegría, p o r q u e es una esperanza. El desenlace de toda carnicería es una h o n d a pena, p o r q u e es la cuenta i recuenta de los camaradas, de los amigos, de los hermanos q u e h a n caido bajo el p l o m o . Los mismos muertos del e n e m i g o dejados a nuestra g u a r da, causan indecible melancolía, p o r q u e esos cadáveres y a n o odian ni son odiados. II. Es m u i posible que a la hora en q u e escribimos se h a llen nuestros valientes soldados bajo este j é n e r o de i m presiones; i de ellas, mas o m e n o s , h a de participar el p u e blo entero que lo sigue con inquieto corazón. Cada soldado representa u n hogar; cada Tejimiento una provincia. P o r esto, i mientras las preces de la fe invocan la c l e m e n c i a de lo A l t o , nosotros v a m o s a hacer repercutir en seguida, c o m o simples peripecias de c o m b a t e , q u e distraen el ánimo fatigado por la espectativa, algunos de los telegramas q u e anunciaron a A r i c a las variadas faces de la batalla de Tacna, así c o m o sus aprestos entre el 22 i 26 de M a y o . N o s o t r o s m i s m o s h e m o s e n c o n t r a d o una especie de org u l l o i de fortalecimiento en esos cortos boletines del e n e m i g o , i p o r eso los trasmitimos, c o n su propia injenuidad natural i precipitada, al lector chileno. III. Es el sábado 22 de M a y o , i el coronel Velazquez ha v e n i d o c o n m i l jinetes a r e c o n o c e r el c a m p o e n e m i g o , a acabar de organizar la victoria. Pero en A r i c a se cree q u e va a c o m e n z a r la batalla definitiva; i el vijilante B o lognesi, jefe militar de la plaza, escribe a las 12.48 A . M. "Señor p r e f e c t o . — T a c n a . — P o r telegramas particulares se sabe que hai c o m b a t e . Sírvase decirme, ¿qué s u c e d e ? — B o l o g n e s i . "

El dia 23 n a d a ocurría. L o s soldados, c o m o los j o r n a l e r o s de la paz, tienen sus días de reposo. Era d o m i n g o . Pero el 24 de M a y o partían de Arica, via de Tacna, telegramas de sensación. El capitán del Manco-Capac, S á n c h e z Lagomarsino, escribe ese dia, a las 6.55 P. M., el siguiente telegrama, de mal augurio para el c h i l e n o : "Benemérito Contra-Almirante M o n t e r o — T a c n a . — T h e tis acaba de llegar. L o de mas i m p o r t a n c i a que comunica, es la muerte del Ministro de Guerra chileno Sotomayor. —Sánchez Lagomarsino."


CAPITULO

E l capitán de puerto R a y g a d a confirma el fúnobro despacho, alegre talvez en la marina, consolador en el A l t o de la Alianza. " A r i c a , M a y o 24.—6.55 P. M . — S e ñ o r Jeneral M o n t e r o i señor P r e f e c t o . — H a fondeado la Thetis procedente de I q u i q u e . Confirma la noticia de la muerte de S o t o m a y o r , acaecida el 20 en Bucnavista. Murió de apoplejía. L a Magallanes h a traido el cajón para llevar los restos a Chile.—Raygada." V.

285

CUARTO.

derecho peruano para romperlo, i rechazados. X.

son por un m o m e n t o

El h e c h o h a sido cierto a su m a n e r a , i el aliento de la nueva llega a Arica a la 1 F. M. en p u n t o . 'Señor coronel B o l o g n e s i . — 1 P. M.- -Llegan noticias de que los chilenos h u y e n i los disp ersos se reúnen en la plaza.—González." Pero aquella ilusión n o duró sino l o q u e duró la carga redentora de nuestros j i n e t e s . — N o s o n los bolivianos ni los chilenos los q u e h a n h u i d o , son los peruanos. L a batalla se acerca, tras el féretro. U n oficial alemán, que habia c o m b a t i d o en Sedan i q u e El Prefecto Solar, que es Prefecto de derrotas, anuncia divisaba la batalla desde el mirador del consulado francés el 25 de M a y o a las 8 P. M. que el e n e m i g o está a la de Tacna, c o n u n anteojo de larga vista, habia divisado vista. una tropa de muías que bajaba del c a m p a m e n t o a la dis" T a c n a , M a y o 25.—7.59 P. M . — L a s primeras avanzadas parada, sin cargas i sin arrieros, i entonces c o n el tacto i chilenas a las 6.30 P. M. a la vista.—Solar." el lenguaje del soldado habia e s c l a m a d o : — ¡ l i s son rases! -"¡Los h a n afeitado!" VI. L a derrota era cierta, pero los peruanos habían de c u l H a llegado, entretanto, el dia decisivo, i ese dia es el par d e ella solo a sus aliados, evidentemente mas valeromiércoles 26 de M a y o . sos i mas probados. Bolognesi se halla poseído de la mas viva i natural i n " S e ñ o r coronel Bolognesi.—12.35. P. M . — U n fuego n u quietud. trido sigue. Pero todos los bolivianos corren. Creo que y a L a batalla p u e d e ser victoria o p u e d e ser derrota para tenemos perdida la batalla.—González." el ejército de Tacna; pero para el ú l t i m o es solo u n calleMas abajo hai escrito c o n lápiz, en u n ángulo de la tij ó n sin salida, u n a sepultura. ra d e p a p e l : — " A m a g a n la izquierda para pasar a Arica." A las 11.45 A . M. m a n d a saber i entonces pregunta: P o d i a haberse agregado todavía una rectificación mas, " S e ñ o r González Carrera.—Prefectura.—Comunique l o i de justicia habría sido é s t a : — " S o n los peruanos los q u e q u e hai." corren. Los bolivianos vuelven sin correr." G o n z á l e z Carrera está o c u p a d o . H a c e talvez sus m a letas. XI. P e r o otro contesta p o r él 10 m i n u t o s mas tarde. Pero a las 5. P. M. h a llegado al H o s p i c i o el primer d i s "Tacna, M a y o 26.—11.55 A . M . — G o n z á l e z Carrera o c u perso de la j o r n a d a : es u n ariqueño que v u e l v e a Arica. pado.—Batalla c o m e n z ó 10.30. A h o r a está en lo mas cruH a salido éste a las 3. P. M d e T a c n a i cuenta lo que h a do.—RÍOS." visto a su manera. VIL H é aquí su desaliñada relación, enviada a A r i c a por el La incertidumbre es completa, se divisa en el lejano jefe del puesto de avanzada de H o s p i c i o c o n todas sus vacilaciones i c o n yerros de ortografía i d e sentido. horizonte b l a n q u e c i n a n u b e que apiña i se e n c u m b r a lenE l corresponsal parecía turbado, i n o era para m e n o s , tamente c o m o el cumulus en el azulado firmamento. Pero no se o y e n i n g ú n estrépito d e armas. L a victoria estaba desde que todos los telegramas a n u n c i a b a n : — " L o s chilenos v a n a A r i c a . " E l telegrama del soldado prófugo d e c i a a s í : muda. T

E l viento tenue de la mañana pelea evidentemente a favor del Perú, p o r q u e lleva el h u m o i los ecos hacia el Norte. VIII. E l gobernador militar de A r i c a h a tenido la p r e c a u c i ó n de colocar u n posta avanzado en la. estación del H o s p i cio, a m e d i o c a m i n o d e Tacna, i aquel emisario, q u e sin d u d a es u n telegrafista, le envia, si n o noticias, visuales lejanas pero alentadoras. A las 9.40 A . M. le ha trasmitido en efecto el siguiente aviso, desde su observatorio, el posta avanzado: " H o s p i c i o , 9.40 A. M . — E n este m o m e n t o acabo d e ver c o n el anteojo d e E l m o r e que el c a m p a m e n t o está lleno de j e n t e . Parece q u e t o d o el ejército está allí. Mas abajo, en la cima del cerro se distingue mas j e n t e en u n g r u p o . — R a m í r e z . " E l anteojo de E l m o r e debia estar al revés, p o r q u e el observador del H o s p i c i o divisa la c i m a del cerro mas abaj o de la llanura. Talvez querría decir solamente mas al Poniente d e Tacna. E n el Perú, c o m o en Chile, los r u m bos se llaman solo abajo i arriba. IX. Pero h a s o n a d o en los relojes de T a c n a la hora d e m e dio dia. L a batalla lleva de duración solo hora i m e d i a i y a la derrota llega a T a c n a en el talón de los cobardes i a Arica en alas del alambre. " S e ñ o r coronel Bolognesi.—12.25 P. M . — P r i n c i p i a n a llegar bolivianos en fuga. L o s chilenos amagan la izquierda c o n el o b j e t o de pasarse a A r i c a . — G o n z á l e z . " Es en efecto la división A m e n g u a l q u e carga el flanco

XII. S e ñ o r coronel B o l o g n e s i . — E n este m o m e n t o acaba d e llegar u n soldado del batallón Arica: dice éste q u e el e n e m i g o en T a c n a c o n todas sus piezas de artillería, además dice que nuestro ejército está reconcentrado a P a c h í a i de que el Jeneral Montero a la cabeza de su j e n t e se p r e para para la m a d r u g a d a atacarlos nuevamente. E l coronel C a m a c h o le acompaña, herido de una pierna. E l batallón A r i c a destrozado, m u r i ó su c o m a n d a n t e Maclean.—Juan Ramírez" " E l soldado salió a las 3, d e j a n d o ya la m a y o r parte del e n e m i g o en T a c n a h a c i e n d o fuego de c a ñ ó n sobre el p u e b l o , h a n destrozado el p u e b l o a cañonazos. T o d a la j e n t e de T a c n a se ha ido a P a c h í a — s e h a salvado toda nuestra artillería pues nuestra j e n t e hacían fuego reciamente. C a m p e r o se retiró c o n su escolta de u n p r i n c i p i o . — R a mírez." XIII. :í

I c o m o siempre fué este soldadito del batallón A r i c a , q u e volvía a su casa, c o m o en el cuento, el q u e i n v e n t ó el r o m a n c e d e q u e los chilenos quedaban sitiados en T a c na, i que solo se esperaba a Leiva para rendirlos después de una victoria de p o r ver I fué así c o m o esa estupenda noticia, ríltimo ensueño i último desquite de los peruanos, dio la vuelta al m u n d o ; p o r q u e nosotros la h e m o s leído en los boletines telegráficos de N u e v a Y o r k , París, R o m a i Y o k o h a m a . Pero alguno habia escrito en u n ángulo del telegrama del soldado d e A r i c a una frase al lápiz, q u e era la c o n densación del infausto dia.


G U E R R A DEL PACIFICO.

286

Allí estaba el alma d e los q u e habían sido vencidos en T a c n a i d e los q u e serian vencidos en A r i c a , p o r q u e el letrero entre fúnebre i risueño decia simplemente así: ¡"Buenos míos, no llórela!" 13. V I C U Ñ A

MACKENNA.

Viña del M a r , E n e r o d e 1 8 8 1 .

III. Legación del P e r ú en los Estados U n i d o s :

se pide se

r e e m b o l s e a l o s s e ñ o r e s W . K . G r a c e i C. eí e l v a l o r del j i r o del señor Gómez Sánchez p o r £ 5 9 0 , protestado p o r falta de pago, nicación de dichos

i trascribe una

señores sobre

comu-

cargamento

de

salitre.

(Inédito.) LEGACIÓN D E L P E E Ú EN LOS ESTADOS UNIDOS.

Hueva York, Junio 29 de 18SO. Señor: Con fecha 28 del pasado m e s d e Febrero, en nota n ú mero 29, participé a V . S. q u e el señor d o n Evaristo G ó mez Sánchez, Ministro del Perú en la R e p ú b l i c a A r j e n t i na, había entregado en San T h o m a s a los ajentes d e la línea d e vapores entre este puerto i el Brasil, u n libram i e n t o p o r £ 590, a cargo d e l señor d o n T o r i b i o Sanz, ájente financiero d e la R e p ú b l i c a en L o n d r e s , según se habia c o n v e n i d o , p o r la detención d e u n o de sus vapores en el citado p u n t o , q u e estuvo aguardando a d i c h o señor G ó m e z Sánchez i su c o m i t i v a , el tiempo estipulado. S e g ú n la nota d e esa Secretaría, n ú m e r o 15, d e 17 d e Marzo p r ó x i m o pasado, habían sido dictadas las órdenes convenientes para la aceptación i pago d e l libramiento del señor G ó m e z Sánchez. Es de suponer q u e esas d i s p o siciones habrían sufrido estravío en su c a m i n o , puesto q u e el libramiento en cuestión h a sido devuelto a esta ciudad, protestado en debida forma p o r falta d e p a g o ; i c o m o los señores W . R. Grace i C . garantizaron a su tiempo el pago de esta obligación, h a n tenido q u e abonar, el dia 26 del corriente mes, la cantidad d e 2,926 pesos 54 centavos, m o n e d a de los Estados U n i d o s , según el siguiente estado: 0 5

I m p o r t e del libramiento £ 590 a 4.81'Gastos del protesto p o r falta d e aceptación 15 Gastos del protesto por falta d e pago 15 Telegrama avisando n o haber sido aceptado.. Reembolso a 7 } por £ Intereses 105 dias 4 % s/f 2,840 85 Total

$ 2,S40 8o „ 3 95 „ 3 95 „ 3 95 „ 41 3 0 „ 33 14 $ 2,926 54

C o m o los señores W . R . Grace i C. se constituyeron responsables p o r esta suma, solo p o r favorecer los planes del S u p r e m o Gobierno, obteniendo c o n su garantía q u e los ajentes d e la línea detuviesen el vapor en San T h o mas, para q u e el señor G ó m e z S á n c h e z siguiese su viajo sin d e m o r a al Brasil, suplico a V . S. de' los pasos necesarios a fin de q u e se dicten las órdenes convenientes para el pronto reembolso d e esa s u m a a los citados señores W . R. Grace i C . de este c o m e r c i o , en vista d e q u e esta L e g a c i ó n carece d e fondos para el objeto, teniendo e n p o sesión solamente algunos fondos remitidos por la S e c r e taría d o Marina, para atender a otros objetos, i q u e n o m e parece c o n v e n i e n t e disponer de ellos para cubrir la obligación q u e nos ocupa, sin recibir autorización espresa del G o b i e r n o para el efecto. L o q u e tengo el h o n o r de c o m u n i c a r a V . S. suplicándole al m i s m o tiempo su inmediata atención al asunto. D i o s guarde a V. S. rt

rt

J O S É CARLOS T R A C Y . Al señor Secretarlo de Relaciones Esteriores i Culto del Perú.—Lima.

LEGACIÓN D E L PERÚ E N LOS ESTADOS UNTDOS.

Nueva

York, Junio

29 de 1880.

Señor: A c a b o d e recibir una carta d e los señores W . R. Grace i C. * d e esta ciudad, fecha d e hoi, en la q u e m e trascriben los siguientes avisos, q u e c o n fecha 31 del mes anterior le c o m u n i c a n los señores Grace, Brothers y C. * del Callao. " L a barca inglesa Rimae se h i z o a la vela el d i a 5 d e M a y o , del puerto d e I q u i q u e , llevando u n c a r g a m e n t o d e 20,196 quintales d e salitre p o r cuenta d e los señores H e m e n w a y i C . E l b u q u e , según el contrato d e netamente, se dirijirá a H a m p t o n R o a d s para recibir las órdenes d e los consignatarios i seguir su viaje a otro puerto d e los Estados U n i d o s . " C o m o el Cónsul en c u y o distrito consular está c o m prendido el puerto a q u e el m e n c i o n a d o b u q u e si dirija, ocurrirá a esta L e g a c i ó n en solicitud d e los fondos n e c e sarios para prestar la fianza q u e se exije en el embargo, m e dirijo n u e v a m e n t e a V . S. r e n o v á n d o l e la p e t i c i ó n dé instrucciones q u e sobre el particular tengo a V . S. solicitadas en m i oficio n ú m e r o 93 d e 19 del m e s actual. Espero q u e V. S. m e favorezca c o n una respuesta i n mediata en atención a la urjencia i g r a v e d a d del caso, para p o d e r recuperar el salitre d e p r e d a d o por nuestros enemigos. Dios g u a r d e a V . S. 0 3

J O S É CARLOS T R A C y. Al señor Secretario de Relaciones Esteriores i Culto del Perú.—Lima.

17. L e g a c i ó n d e l P,erú e n B o l i v i a s s e a n u n c i a e l e s t a d o p o l í tico de

Bolivia i h a b e r sido investido

el

Jcncral

Campero de la presidencia de la República.

(Ine'dito.) LEGACIÓN D E L PERÚ E N BOLIVIA.

La Paz, Mayo

21 de 1880.

S e ñ o r Secretario d e Estado: Satisfactorio m e es participar a V . S. q u e en m e d i o d e las ajitaciones consiguientes al estado d e guerra, se reunirá el 25 d e este mes la C o n v e n c i ó n Nacional, c u y o primer acto será la elección d e Presidente Provisorio d e la R e pública.—Tres son los candidatos q u e se presentan hasta la fecha, el E c x m o . Jeneral C a m p e r o , el d o c t o r Ladislao Cabrera i d o n A n i c e t o A r c e , p r o n u n c i á n d o s e la mayoría de la opinión p o r q u e se c o n t i m í e al primero, a pesar de que el d o c t o r Cabrera trabaja en esta c i u d a d activamente i q u e por el señor A r c e se dice q u e vienen c o m p r o m e t i d o s los mas diputados del Sur. E n dias anteriores se aseguraba el regreso de T a c n a de S. E. el Jeneral Campero, con o b j e t o d e instalar la C o n vención; pero a n o c h e m e h a asegurado S. E. el señor Cabrera q u e está difinitivamente resuelto el q u e n o venga. Se espera mañana el ingreso a esta c i u d a d d e u n Tejim i e n t o d e caballería con 150 plazas, q u e viene d e C o c h a bamba, i para la semana entrante, una c o l u m n a d e infantería de mas d e 200 h o m b r e s , que se h a f o r m a d o en Oruro i que viene a aumentar sus plazas al n ú m e r o d e 500 a fin de q u e se m a r c h e n al p u n t o q u e sea mas necesario en el teatro d e la guerra. D e l resto d e la R e p ú b l i c a se sabe q u e se conserva el orden p ú b l i c o i que t o d o s los d i p u t a d o s electos habian e m p r e n d i d o su m a r c h a a" esta c i u d a d . D i o s guarde a V . S. J U A N S.

LlZÁRRAGA.

Al señor Secretario de Estado del Perú en el Despacho de Relaciones Esteriores i Culto.


CAPITULO

LEGACIÓN D E L PERÚ E N BOLIVIA.

La Paz, Mayo

28 de 1880.

Señor Secretario de E s t a d o : T e n g o la honra d e p o n e r en c o n o c i m i e n t o de V . S. q u e el 25 de los corrientes, dia designado p o r el s u p r e m o d e creto d e convocatoria, t u v o lugar en esta c i u d a d la instalación s o l e m n e d e la C o n v e n c i ó n Nacional d e Bolivia. A las 3 P. M. d e ese dia, el señor Secretario Jeneral encargado del P o d e r E j e c u t i v o , presentándose en la A s a m blea, d i o lectura al propio mensaje i al q u e desde T a c n a remitió el señor J e n e r a ! C a m p e r o , q u e fueron contestados en elocuente discurso p o r el presidente d e la Cámara. H a b i é n d o s e retirado el señor Secretario Jeneral, a p r o puesta del señor V e l a r d e , la A s a m b l e a declaró subsistente el statu quo, c o n respecto del actual G o b i e r n o , c o n t i n u a n d o , p o r consiguiente, el señor Cabrera c o m o Secretario Jeneral, encargado del P o d e r E j e c u t i v o . D i o s g u a r d e a V . S. ENRIQUE BUSTAMANTE I SALAZAR. Al señor Secretario de Estado del Perú en el Despacho de Relaciones Esteriores i Culto. LEGACIÓN DEL PERÚ E N BOLIVIA.

La Paz, Jimio 25 de 1880. Señor Secretario d e E s t a d o : El dia 19 del presente m e s t u v o lugar la s o l e m n e i n vestidura de Presidente d e la R e p ú b l i c a d e S. E. el J e n e ral C a m p e r o ante la C o n v e n c i ó n Nacional, q u e p o r u n a gran m a y o r í a d e votos lo habia elejido, el mismo d i a q u e se supo aquí el desastre del ejército aliado en las i n m e diaciones d e T a c n a , para el p e r í o d o constitucional d e c u a tro años. A l siguiente dia, p o r decreto s u p r e m o , se organizó el ministerio c o n los señores J u a n C. Carrillo, J o s é María Calvo, A n t o n i o Quijarro i Belisario Salinas, a cargo respectivamente de las carteras d e G o b i e r n o i Relaciones Esteriores, d e I n s t r u c c i ó n , Justicia i Culto, d e H a c i e n d a i d e Guerra. Por encontrarse ausentes l o s tres primeros ministros nombrados, solo se h a i n c o r p o r a d o al gabinete el señor Salinas, V i c e - P r e s i d e n t e d e la C o n v e n c i ó n Nacional i 2. ° Vice-Presidente de la R e p ú b l i c a , i se h a n encargado i n t e rinamente d e los otros despachos los señores Jenaro S a n jines, Belisario B o e t o i E l e o d o r o V i l l a z o n . T e n g o el h o n o r d e adjuntar a este oficio, para c o n o c i miento d e V . S., en copias certificadas b a j o los n ú m e ros 1, 2 i 3 ( 1 ) , los oficios c a m b i a d o s entre el Ministerio d e Relaciones Esteriores d e Bolivia i esta L e g a c i ó n , c o n el decreto d e organización del ministerio. Dios g u a r d e a V . S. m u c h o s años, señor Secretario d e Estado. J U A N S.

LIZÁRRAGA.

Al señor Secretario de Estado en el Despacho de Relaciones Esteriores del Perú,—Lima.

C O P I A N Ú M . 1. MINISTERIO D E RELACIONES ESTERIORES D E BOLIVIA.

. La Paz, Jimio

22 de 1880.

Señor: T e n g o la h o n r a d e dirijirme a V . S. p o n i e n d o en su c o nocimiento q u e el señor Jeneral d o n Narciso C a m p e r o ha sido investido, el dia 19, ante la C o n v e n c i ó n N a c i o n a l de su c a r g o d e la presidencia de la R e p ú b l i c a , n o m b r a d o para el p e r í o d o constitucional q u e d e b e c o n c l u i r el 6 de Agosto d e 1 8 8 4 . (1) La copia número 3 se ha suprimido por corresponder al nombramiento ¿el primer ministerio del Presidente Campero, que ya hemos publicado en otro lugar.

CUARTO.

287

Cábeme también la satisfacción d e incluirlo u n decreto por ol cual se h a organizado el ministerio. O p o r t u n a m e n t e pasará el señor Jeneral C a m p e r o , p o r el d i g n o órgano d e V . S., la carta autógrafa d e estilo a S. E. el Jefe S u p r e m o d e la R e p ú b l i c a del Perú. Entretanto, suplico a V . S . se sirva darle noticia d e e s tos hechos, i d e la disposición en q u e siempre se e n c u e n tra el Gobierno boliviano d e estrechar i robustecer las fraternales relaciones q u e ligan al Perú i a Bolivia. C o n esta ocasión reitero a V . S . mis sentimientos d e d i s tinción i aprecio i m e suscribo su m u i atento servidor. (Firmado.) — JENARO

SANJINES.

A S. S. el Cónsul del Perú, Encargado de Negocios ad ínterim don Juan Lizárraga,

C O P I A N Ú M . 2. LEGACIÓN D E L PERÚ E N S O L I V I A .

La Paz, Jimio

23 de 1880.

Señor: T u v e el h o n o r d e recibir el apreciable oficio d e V . S., fecha de ayer, p o r el q u e se sirve p o n e r en m i c o n o c i miento q u e S . E. el Jeneral d o n Narciso Campero, fué i n vestido, el dia 19, d e Presidente de la R e p ú b l i c a ante la C o n v e n c i ó n Nacional, q u e le n o m b r ó para el p e r í o d o c o n s titucional q u e c o n c l u i r á el 6 d e A g o s t o d e 1884. T a m b i é n está en m i p o d e r la copia del s u p r e m o decreto de organización del ministerio, q u e V . S . h a tenido a bien incluir Grato m e es decir a V . S., en contestación, q u e p o r el p r ó x i m o correo al estorior haré c o n o c e r a m i G o b i e r n o tan plausible nueva, anticipándole q u e en su o p o r t u n i dad irá la carta autógrafa d e estilo, según V . S . m e lo i n dica. Pero p u e d o asegurar entretanto a V . S., q u e el Jefe S u p r e m o del P e r ú verá c o m o signo de ventura para el porvenir d e las naciones aliadas, la exaltación al m a n d o s u p r e m o de esta Rcpríblica del ilustre Jeneral Campero. Sírvase V . S . aceptar, c o n mis respectos, las seguridades d e alta consideración c o n q u e soi d e V . S . m u i atento seguro servidor. (Firmado.)—JUAN

S. LIZÁRRAGA.

A S. S. el señor Ministro interino de Relaciones Esteriores de Bolivia.

Y. Legación b r i t á n i c a en Lima: hace reclamación ñor haber sido estraído d e ! vapor " P i z a r r o " el pasajero chileno F . López i d o s cajones con billetes del B a n co Nacional de Valparaíso. (Inédito.) NÚM. 39.—LEGACIÓN BRITÁNICA

Lima,

EN LIMA.

Jimio

15 de 1880.

Señor: T e n g o el h o n o r d e incluir u n a copia d e la notificación h e c h a p o r el capitán del puerto d e Paita al capitán del v a p o r d e la mala británica Pizarro, ordenándole el dese m b a r q u e d e u n pasajero chileno llamado L ó p e z , p o r ser p r o h i b i d o a la c o m p a ñ í a admitir pasajeros chilenos, i aseg u r á n d o l e q u e si n o l o hacia así, haria u s o d e la fuerza. A h o r a t e n g o el h o n o r d e rogar a V . S . se sirva m a n i festarme el p o r q u é se h a estraido p o r la fuerza a u n p a sajero d e a bordo de u n o d e los vapores d e la mala d e S . M. Sírvase V . S . aceptarlas seguridades d e m i m u i d i s t i n sniida consideración. (Firmado.)—SPENSER ST. JOHN.


288

GUERRA

D E L PACIFICO.

ESTRACTO D E L LIBRO OFICIAL D E L V A P O R " P I Z A R R O " D E LA COMPAÑÍA D E VAPORES D E L PACÍFICO.

COPIA. CAPITANÍA DEL PUERTO DE PAITA.

Paita, S e ñ o r Capitán del v a p o r inglés

Junio

3 de

1880.

Pizarro.

Notifico a U d . d e s e m b a r q u e en este p u e r t o el chileno N . L ó p e z q u e viene c o m o pasajero ( 1 ) por estar p r o h i b i d o el tráfico de ellos en los vapores de esa Compañía, previniéndole que será estraido, en caso contrario, p o r esta Capitanía. D i o s guarde a U d . ( F i r m a d o . ) — J O A Q U Í N GUERRA.

Paita,

Junio

3 de

1880.

P o r el presente, protesto contra el d e s e m b a r q u e del señ o r F. L o p e z , pasajero q u e viene d e tránsito de P a n a m á para Iquique, p o r las autoridades de Paita. I esta protesta se hace en presencia del v i c e - c o n s u l de S. M. B. en Paita. ( F i r m a d o s . ) — O . G. H . E . K E H R H A H M , C a p i t á n . — A L E X BLACKER.

I í a i u n sello del v i c e - c o n s u l a d o británico en Paita. L i m a , J u n i o 1 7 de 1 8 8 0 . — C o n t é s t e s e que, estando d e c r e tada la espulsion d e t o d o s l o s chilenos d e l territorio d e la R e p ú b l i c a , i d e b i e n d o prevenirse, c o n el m a y o r celo i vijilancia el espionaje, n o d e b e estrañar el oficiante el desembarco forzado en el p u e r t o de Paita de u n pasajero chileno, q u e de P a n a m á se dirijia a I q u i q u e . CALDERÓN.

NÚM.

44.—LEGACIÓN

BRITÁNICA

Lima,

Jimio

EN LIMA.

23 de 1880.

Señor: T e n g o el h o n o r de acusar recibo de la n o t a de V. S., n ú m e r o 3 9 , fecha 1 7 de J u n i o , manifestando las razones p o r las cuales el pasajero c h i l e n o L ó p e z fué t o m a d o de a b o r d o del v a p o r Pizarro en Paita. Si el o b j e t o es impedir que los chilenos trafiquen p o r la costa del Perú en vapores neutrales, eso se conseguiría i n timándoles el regreso de Paita a P a n a m á en el primer v a por; evitando de ese m o d o sus visitas a los puertos de la costa. L o q u e t e m o es q u e c u a n d o los chilenos tengan noticias de esta detención, traten ellos de buscar c ó m o t o m a r represalia, i después de tomar posesión de las aguas territoriales de algún puerto peruano, c o m o Quilca, estraigan de los vapores neutrales a t o d o pasajero peruano bajo p r e testo d e ser espías, i, p o r tal razón, m e permito sujerir la idea de que se m a n d e fuera del país al señor L ó p e z , sea a Guayaquil o Panamá; de ese m o d o se evitará p r o b a b l e m e n t e q u e pasajeros chilenos intenten viajar p o r la costa. Sírvase V. S. aceptar las seguridades de m i m u i disting u i d a consideración

L i m a , J u n i o 2 4 de 1 8 8 0 . — C o n t é s t e s e , q u e l o p r i m e r o i principal en el asunto d e que trata el precedente oficio es que, ordenada la espulsion de los chilenos del territorio peruano por el G o b i e r n o de esta R e p ú b l i c a , los b u ques neutrales obran en fraude de d i c h a disposición, tray e n d o a nuestras aguas territoriales c i u d a d a n o s del Estado c o n quien nos hallamos en guerra, i respecto de los c u a les la presunción natural es que vengan a dañarnos, y a c o m o espías, y a de cualquier otro m o d o ; i q u e , en el caso de L ó p e z , el G o b i e r n o adoptará la resolución que estime mas conveniente. CALDERÓN.

N Ú M . 4 5 . — L E G A C I Ó N BRITÁNICA EN LIMA.

Lima,

Junio

23 de 1880.

Señor: T e n g o el h o n o r d e llamar la atención d e V . S . sobre el e q u í v o c o c o m e t i d o p o r las autoridades locales de A n c ó n a b o r d o del v a p o r de la C o m p a ñ í a del Pacífico. E l Pizarro, q u e a m b o a aquel p u e r t o el 8 de M a y o ú l t i m o , trajo dos cajones dirijidos al B a n c o N a c i o nal de Valparaíso, i que contenían billetes de b a n c o en blanco. C o m o este B a n c o es de empresa particular, sin n i n g u n a c o n e x i ó n c o n el G o b i e r n o de Chile, los referidos cajones son también propiedad privada, i están, por consiguiente, b a j o el a m p a r o del artículo adicional de d e claración del T r a t a d o de Paris, q u e declara q u e la b a n d e ra c u b r e la mercadería. E n este oficio n o m e refiero a los cajones de billetes e m barcados para el G o b i e r n o de Chile, p o r q u e Mr. Christianey, m i colega, h a propuesto ya ese asunto en consulta al G o b i e r n o d e los Estados U n i d o s . C o m o es, pues, e v i d e n t e q u e las autoridades locales de A n c ó n n o tenían d e r e c h o para capturar la propiedad particular, a b o r d o de un v a p o r neutral, m e p e r m i t o rogar a V. S. se sirva h a c e r dar las órdenes necesarias para q u e se devuelvan las referidas cajas a los ajentes de la Compañía, a la v e z que otras d o s m a s q u e h a n sido recientemente tomadas. A c e p t e V , S. las seguridades de m i m u i distinguida c o n sideración. ( F i r m a d o . ) — S P E N S E R S T . JOHN. Al sefior don Pedro José Calderón, Secretario de Relaciones Esteriores.

L i m a , J u n i o 2 4 d e 1 8 8 0 . — C o n t é s t e s e que, a mérito de u n d e s p a c h o de la L e g a c i ó n n o r t e - a m e r i c a n a , relativ o al asunto de que trata el oficiante, se h a p e d i d o el resp e c t i v o informe a l a Secretaría de H a c i e n d a i Comercio, para establecer la e x a c t i t u d de los h e c h o s e n el caso ind i c a d o i p r o v e e r lo c o n v e n i e n t e . CALDERÓN.

VI. E l c r u c e r o " L o a " e c h a d o a p i q u e p o r u n t o r p e d o en el C a l l a o : t e l e g r a m a s , p a r t e s oficiales i r e l a c i ó n de los tripulantes salvados.

TELEGRAMAS.

b

( F i r m a d o . ) — S P E N S E R ST. J O H N . AI sefior don Podro José Calderón, Secretario de Relaciones Esteriores.

(Recibido a las 12.15 P. M . )

Santiayo, (1) Por la siguiente nota se denunció el viaje del señor Fernando López: Consulado del Pera en Guayaquil.—Guayaquil, Junio 1. ° de 1880.—S. S. —Tengo el honor de dirijirraea V. S. con el objeto de decirlo: que con esta fecha oficio al sub-prefecto de Paita, poniendo en su conocimiento que por el vapor Pnarro, que zarpa hoi para el Peni, marcha, con procedencia de Europa, el ciudadano chileno N. López, quien, según me he informado, va con el objeto de negociar salitre de Tarapacá; i sobre lo que me he permitido llamar la atención de dicha autoridad, para que, en uso de sus atribuciones, dicte sobre el paiticular las órdenes que juzgue convenientes.—Dios guarde a V. S. muchos años —Francisco Mencses Otero—Al señor Secretario de Estado en el Despacho de Relaciones Esteriores i Culto del Perú,—Lima.

Julio

9 de

1880.

Señor Presidente: H a l l e g a d o el Lámar siendo portador d e la siguiente sensible n o t i c i a : El 3 del corriente, a las 5 . 2 0 P. M. h a sido e c h a d o a piq u e en la bahía del Callao el c r u c e r o Loa por un torped o o c u l t o en una balandra q u e se e n c o n t r ó fondeada con velas izadas, cargada c o n comestibles i sin u n solo tripulante.


CAPITULO

E l Loa estaba d e guardia, la t o m ó , atracó a su c o s t a d o i aclaró. A l levantar el ú l t i m o b u l t o t u v o lugar la esplosion, i c i n c o m i n u t o s después el crucero desaparecía. E l Blanco i el Amazonas se dirijieron inmediatamente al lugar del siniestro para salvar los náufragos. D o s b u q u e s ingleses, un italiano i otro francés enviaron también sus botes. C o m o ve V . E. p o r esta relación, el desgraciado a c c i dente del Loa h a tenido lugar en la forma e x a c t a a n u n ciada por V . E., d e c u y o anuncio había recibido u n d u p l i cado el Almirante i puéstolo en c o n o c i m i e n t o del capitán Peña i d e todos los demás c o m a n d a n t e s d e los buques de nuestra escuadra. L a desgracia n o ha sido pues casual sino a ciencia cierta. P a r e c i é n d o m e d e m u i capital importancia el anuncio de V . E. sobre la celada q u e se preparaba, m e valí d e los c o n d u c t o s mas seguros para q u e él llegara a c o n o c i m i e n to del Almirante.i, en efecto, p o r d o s c o n d u c t o s recibió el Almirante m i anuncio. Tan p r o n t o c o m o este anuncio llegó a c o n o c i m i e n t o del Almirante, lo c o m u n i c ó a t o d o s los c o m a n d a n t e s d e b u ques, i éstos lo h i c i e r o n c o n los oficiales. D e los oficiales del Loa, se ignora la suerte q u e hayan corrido el capitán Peña, los guardia-marinas Oporto, H u i dobro, Fierro, u n cuarto injeniero i un piloto. D e la tripulación se s u p o n e h a y a n perecido, a m e n o s de haber llegado algunos a la playa, 104 individuos. Hasta el m o m e n t o d e la salida del Lámar se habian salvado en los buques d e la escuadra 12 oficiales i 51 m a rineros i soldados. Parece q u e el teniente Señoret h i z o presente a Peña que esa debería ser la lancha q u e V . E. anunciaba p o r m i conducto, p e r o q u e el c o m a n d a n t e ordenó c o n insistencia su descarga. El teniente Manuel Señoret h a v e n i d o en el Lámar,siendo portador d e las notas del A l m i r a n t e .

CUARTO.

289

viaron también sus botes, i a su e m p e ñ o i actividad se debe la salvación d e una gran parte d e los sobrevivientes, i q u e por su m a y o r proximidad llegaron antes q u e los nuestros. Hasta este m o m e n t o , 10 A. M., se han salvado en n u e s tros buques 12 oficiales i 51 marineros, i soldados o c h o ; a los q u e habrá q u e agregar los recojidos en los buques neutrales i los q u e hayan p o d i d o llegar a tierra. El c o m a n d a n t e Peña, bastante herido p o r la esplosion, pues en el m o m e n t o q u e ésta tuvo lugar se encontraba precisamente encima, si bien se le vio hasta las 6 P. M n a d a n d o a y u d a d o d e u n salva-vidas, n o h a p o d i d o ser h a bido i se cree fundadamente q u e haya perecido. E n cuanto a los demás tripulantes, a c o m p a ñ o a V . S . una relación nominal d e aquéllos salvados q u e hasta este m o m e n t o se encuentran en nuestros buques. T a n p r o n t o c o m o p u e d a obtener los n o m b r e s de los q u e están en los buques estranjeros o en tierra lo c o m u n i c a r é a V . S . Creo d e m i deber advertir a V . S . q u e el capitán P e ñ a tenia c o n o c i m i e n t o , c o m o asimismo los oficiales del Loa, de q u e se preparaba contra la escuadra u n t o r p e d o en las condiciones en q u e se encontraba el q u e h a causado la pérdida del crucero." LYNCH.

(Despacho recibido a la 1.10 P . M . )

Iquique,

Julio 26 de 1880.

El A l m i r a n t e Riveros dice lo siguiente: " C o n t i n ú a sin n o v e d a d el b l o q u e o d e este puerto. Se h a n estraido del Loa los d o s cañones d e retrocarga i el m o n t a j e d e u n o . L o s trabajos se continuarán i espero sacar el otro m o n t a j e i algunos otros artículos. U n o d e los cañones está ya m o n t a d o en el Blanco. L a Guadiana fué r e m o l c a d a desde P a n a m á p o r el v a por ingles Bolivia."

LYNCH.

(Despacho recibido a las S.1S P. M . )

Santiago,

Julio

TELEGRAMAS 9 ele 1880.

S e ñ o r Ministro de Guerra: El A l m i r a n t e , en nota abierta d e fecha 4 del q u e rije dice a V . S. l o q u e sigue: " T e n g o el sentimiento de c o m u n i c a r a V . S. q u e ayer a las 5.20 P. M. h a sido echado a pique el crucero Loa p o r un torpedo. A las 4 P. M. se avistó cerca d e la costa N o r t e d e la bahía u n a lancha a la vela en c u y a d e m a n d a navegó el Loa, q u e se encontraba d e guardia; media hora después paraba su m á q u i n a cerca d e la e m b a r c a c i ó n i arriaba u n bote para reconocerla. Teniente Martínez c o m i s i o n a d o c o n ese objeto, n o t ó al abordarla q u e se encontraba al ancla c o n velas izadas sin un solo tripulante i cargada de comestibles. C u m p l i e n d o la orden del capitán Peña de llevarla al costado, cortóle la amarra, t e m i e n d o q u e el ancla ocultara alguna celada, i t o m á n d o l a a r e m o l q u e la dejó al costado del Loa, d o n d e espresó al c o m a n d a n t e Peña sus recelos por la sospechosa circunstancia en q u e habia sido e n c o n trada. Peña dio orden d e aclararla, n o m b r a n d o al guardiamarina H u i d o b r o para inventariar su cargamento. A las 5 P. M. encontrándose los oficiales c o m i e n d o , i cuando se levantaba el ú l t i m o bulto, t u v o lugar la esplosion de un t o r p e d o o c u l t o en la lancha, i c i n c o m i n u t o s después se h u n d i ó el crucero en el m a r , a seis millas del fondeadero d e la escuadra. Apenas fué notificado el b u q u e d e la insignia q u e el Loa se iba a pique, se p u s o éste en m o v i m i e n t o a c o m p a ñado del Amazonas; llegando al lugar del siniestro se enviaron todas las embarcaciones menores en socorro d e los náufragos. Los buques d e guerra neutrales surtos en la rada e n TOMO n i

—37

LYNCH:

PERUANOS. Callao,

Julio

3 de 1880.

E x c m o . señor: El Loa a p i q u e p o r un t o r p e d o nuestro. SAAVEDEA.

Callao,

Julio

3.

V i n i e n d o del N o r t e el Loa, se sintió, hace p o c o s m i nutos, una fuerte esplosion. H a c e u n m i n u t o acaba d e hundirse c o m p l e t a m e n t e d i c h o trasporte. L o s d e m á s b u ques chilenos caldean. NETO.

(Recibido a las 6.15 P. M.)

B u q u e a p i q u e es el

Amazonas. NETO.

Huáscar i Blanco h a n dejado sus fondeaderos respectivos. U n o d e los trasportes enemigos se dirije a fuerza d e m á q u i n a hacia el lugar del h e c h o . E l Blanco avanza lentamente en la misma dirección. E l Huáscar ha o c u p a d o el lugar del Blanco. NETO.

Ccdlao, Julio A. Señor director d e L A PATRIA: B u q u e v o l a d o ayer, según neutrales, es el Loa. P e r e c i e ron 150 tripulantes. Salvaron 26, casi todos heridos; entre éstos segundo c o m a n d a n t e , cirujano i un injeniero. ROSELL.


290

GUERRA DEL

Callao, Julio

5.

El Loa se fué a pique, según lo que so lia p o d i d o c a l c u lar, en 12 brazas do agua, o sean 72 pies. Tiene afuera c o m o dos brazas de los masteleros. Es casi imposible que so pueda sacar su artillería, por sor demasiada la profundidad en que se halla, no siendo posible a ningún buzo poder funcionar. Callao,

Julio

G.

T e n e m o s c o n o c i m i e n t o do que no son. mas de 15 los náufragos sobrevivientes a la catástrofe del Loa. Desde antier se ocupan los buzos en examinar el estad o de esa nave, a fin do iniciar los trabajos necesarios para la estraccion del valioso cargamento depositado en sus bodegas. F o r m a n parto do ose cargamento 150 toneladas de proyectiles, cuatro cañones de largo alcance, semejantes en t o d o al del Angamn^, i otras especies de valor. La lancha Fresia, recibida por los chilenos íntimamente, es pequeña, comparada c o n la Janequeo que z o zobró en la lucha sostenida con la Independencia el mes p r ó x i m o pasado. E n la isla do San Lorenzo han sepultado los chilenos 21 cadáveres pertenecientes a la perdida tripulación del Loa.

PACIFICO.

A vuelta de correo sabremos el resultado d e sus pesquisas. "Los bloqueos nos son fatales" dijo d o n J u s t o Arteaga Alemparte. Los h e c h o s han p r o b a d o quo tenia razón el periodista chileno. En el bloqueo de Jquique la Esmeralda se fué a p i q u e i la Govadonga, se salvó por un milagro. E n el do Arica, el Huáscar, Gochrane i la Magallanes salieron averiados; el valiente c o m a n d a n t e T h o m p s o n fué muerto. En el del Callao, el Maltas Cousiño se varó; la Guacolda i el Loa se fueron a pique instantáneamente. L o d i c h o : los bloqueos son fatales para los chilenos; d o n Justo Arteaga A l e m p a r t e tiene m u c h í s i m a razón. Los cruceros han d a d o a Chile el Huáscar, la Pilcomayo i una lancha-torpedos. Por ahora y a no tenemos b u q u e s : el crucero p o r eso no le seria menos útil, los daría variedad de aires. NETO.

PARTES

OFICIALES.

C O M A N D A N C I A EN JEFE D E L A ESCUADRA.

Rada

del Callao,

Julio

6 de

1880.

Señor Ministro: El Amazonas i el Huáscar, desde esta mañana se encuentran en el sitio d o n d e se fué a pique el Loa. Están buceando. Se cree que tratan d e sacar la artillería de eso b u q u e . Es probahle que no lo consigan. Callao, Julio

7.

El Amazonas i el Huáscar continúan hoi en los mism o s trabajos emprendidos desde ante ayer, tratando de salvar aleo del Loa. El Amazonas sigue b u c e a n d o en el sitio d o n d e se fué a pique eX Loa. El Huáscar parece estar s o n d e a n d o . E n los diversos m o v i m i e n t o s que hemos visto hacer a este buque, su pereza en andar i el gran balance quo tiene hace sospechar que debe estar en mal estado. L a Fresia los acompaña en esta operación. Tratan de salvar los cañones del trasporte h u n d i d o ; sin embargo do que aun es d u d o s a la profundidad on que se h a h u n d i d o , no creemos q u e lo consigan. Callao,

Jidio

8.

Tenaces en su e m p e ñ o de buscar lo perdido en el h u n dimiento del Loa, siguen hoi en esa faena el uáscar i el Angamos, asistidos de embarcaciones menores. El Blanco Encalada, no da señales do vida. Callao,

Julio

9.

D e s d e las primeras horas del dia permanece el Aligamos a inmediación s de la isla do San Lorenzo, suspend i e n d o , aunque sea momentáneamente, los trabajos e m prendidos por esa nave hace tres días. El Huáscar, que también s ) vio desdo por la mañana en el m i s m o lugar, so ha u n v i d o a la 1 P. M. en dirección al sitio en que frasease el Loa,, donde se encuentra hasta este m o m e n t o 3 P. M. El Blanco Encalada continúa inmóvil en su fondeadero acostumbrado. El Huáscar i Amazonas siguen b u c e a n d o en el sitio en que se perdió el trasporte.

T e n g o el h o n o r de acompañar a V . S. una c o p i a del parte pasado por el oficial de detall del crucero Loa, c o m o asimismo la relación adjunta de los tripulantes q u e salvaron de la catástrofe. A pesar de que el Loa está en 17 brazas de agua, se trabaja activamente por sacar los cañones de l a r g o alcance i algunos otros objetos de importancia. Se instruyo el correspondiente sumario, del que oportunamente daré cuenta a V . S. Dios rmarde a V. S. GALVARINO

RIVEROS.

Al señor Ministro de Marina.

COPIA. Señor Contra-Almirante: P o n g o en c o n o c i m i e n t o de V . S. el desgraciado accidente ocurrido en la tarde del 3 del corriente mes de J u lio, en la parte Norte de la rada del Callao, i cujeas consecuencias son la pérdida del vapor crucero Loa, de guardia en ese dia, i las de m u c h a s vidas, c u y o n ú m e r o n o puedo precisar todavía, El sábado, a las 4 P. M! del esprosado dia, se avistaba una vela al Nornoresto. El soñor c o m a n d a n t e Peña, que estaba en esos m o m e n t o s en el puente del c o m p á s , ordena poner señales al b u q u e de la insignia, i n d i c a n d o una embarcación on la demarcación indicada, d i c h a s señales parece no fueron comprendidas a bordo del Blanco Encalada. Sin embargo, se pone r u m b o al Nornoreste, i media hora mas tarde se arriaba u n bote para reconocer la embarcación, que resultó ser una balandra, i recibía el q u e suscribe o r d e n espresa del señor c o m a n d a n t e de traer la balandra al costado. M e dirijí a la balandra, i al abordarla, vi que se hallaba abandonada, c o n sus velas izadas i fondeada. Estas circunstancias m e infundieron sospechas de que se nos tendiera u n lazo; pero ocurriéndoseme en esos m o m e n t o s , a la vista del contenido de la carga, quo los propósitos enemigos se limitarían a atraer a nuestros buques a inmediaciones do algún torpedo estacionario, i c o m o el Loa, se hallaba a regular distancia, corté el cabo del anclote por via de precaución, i regresé al buque llevando a remolque la balandra, c u y o aparejo no m o v í por n o demorar mi vuelta. Di cuenta de mi comisión al señor comandante Peña i


CAPITULO

espuse m i estrañeza por el m o d o c o m o se hallaba la b a landra espresada. El señor c o m a n d a n t e dio orden de aclararla i tornar inventario de su contenido; el guardia-marina señor Manuel H u i d o b r o se encargó deshacerlo en el portalón de estribor a popa. Terminada m i comisión, m e retiré al salón, d o n d e se hallaban todos los señores oficiales i aspirantes, por ser hora de comida. L a empezábamos, c u a n d o sentí u n a v i o lenta esplosion, c u y a causa n o nos esplicamos d e pronto, aturdidos c o m o estábamos por la fuerza de la d e t o n a ción. P u d e darme cuenta de lo ocurrido, a la vista del señor comandante Peña c o n sus ropas quemadas i rostro ensangrentado; del guardia-marina señor Juan E. Fierro, p o c o menos q u e el señor c o m a n d a n t e , i de varios marineros en igual estado: personas todas que encontré inmediatas al portalón en q u e se efectuaba la descarga de la balandra. Por lo inesperado del siniestro i ser casi toda la tripulación nueva, n o p u d o impedirse q u e la marinería se precipitase desordenadamente a los botes d e babor, únicos en estado d e flotar, pues los demas^fueron destruidos polla esplosion. D e los botes d e babor, uno se dio vuelta por el oscesivo número d e los tripulantes; otro se hallaba en el Lámar, donde habia ido por algunos pertrechos i la provisión fresca. I b a n en ese bote el ayudante de contador señor Prieto, aspirante señor Guimpert, maestre de víveres S. Cortés i c i n c o marineros. T o d o s salvaron por n o haber llegado al t i e m p o de movernos. La avería debió ser d e consideración, pues el Loa fué tumbándose p o r estribor i sentándose d e popa, manteniéndose a flote, mas o m e n o s , c i n c o minutos, en c u y o intervalo se trató d e disparar c o n el c a ñ ó n de caza un cañonazo en señal d o socorro; pero la rapidez d e la inmersión, la inclinación del b u q u e p o r esta causa i el estar el cañón truncado, n o dio lugar a conseguir el objeto. Viendo inútil nuestro afán, el señor c o m a n d a n t e , oficiales i marinería i demás existentes a b o r d o , nos p r o c u r á b a m o s salvavidas, c u y o n ú m e r o n o alcanzó para todos, teniendo muchos q u e echar m a n o de c u a n t o elemento flotante h a bia a bordo. Sumerjido el Loa, q u e d a m o s flotando los d o s tercios de la tripulación, viendo y o entre éstos al señor c o m a n d a n te, teniente 1. ° señor L e o n c i o Señoret, c o n t a d o r 2. ° señor Bordalí, sub-tenicntc de la guarnición señor Bianchi, piloto 2. ° señor Stabell, el injeniero 1. ° i el aspirante señor Guzrnan El señor c o m a n d a n t e se m a n t u v o c o m o hasta las 6, h o ra en q u e desapareció: ignoro la suerte del teniente 1. ° señor Señoret; lo vi a flote hasta q u e oscureció. Los demás oficiales do los arriba n o m b r a d o s están a bordo del b u q u e de la insignia. D e los restantes, es probable se encuentren a bordo d e los buques de guerra ingleses i franceses, pues algunos botes de esos buques concurrieron o p o r t u n a m e n te al siniestro, al m i s m o tiempo q u e nuestra lancha portatorpedo Fresia, d o n d e fui recojido. Sin la e n o r m e distancia a q u e se hallaban nuestros b u ques, n o tendríamos tantas pérdidas d e vidas q u e l a m e n tar; la oscuridad d e la n o c h e ha contribuido c o n m u c h o a aumentar el n ú m e r o d e las víctimas, c o m o asimismo el haber estado casi d o s horas en m e d i o de u n a mar ajitada. No p u e d o apreciar el n ú m e r o de los ahogados: creo q u e por la esplosion h u b o 10 bajas. La circunstancia de estar recien embarcado en el Loa no m e permite espresar los nombres d e los designados en el presente parte, c o m o también fijar el n ú m e r o exacto del equipaje del b u q u e perdido.

291

CUARTO.

Es cuanto puedo decir a V. S. en c u m p l i m i e n t o de m i deber. Callao, Julio 3 de 1880. PEDRO MARTÍNEZ

Z.,

Teniente '2. ° de marina.

C o n f o r m e . — L . A . CASTILLO. Al señor Comandante en Jefe de la escuadra blocjueadora, en la rada del Callao.

A bordo del Blanco A de 1880.

Encalada,

rada

del Ccdlao,

Julio

Señor C o m a n d a n t e en Jefe: T e n g o el h o n o r de poner en c o n o c i m i e n t o d e V . S. los h e c h o s acaecidos ayer en la tarde, q u e trajeron por r e sultado la pérdida del crucero Loa. A las 4 P. M . se puso señales desde el L o a al b u q u e insignia, anunciando u n a lancha al Noreste, e inmediatam e n t e nos dirijimos sobre ella c o n intentos de r e c o n o c e r la. Después do 45 minutos de marcha i estando el Loa sobro 14 brazas de agua, ordenó el c o m a n d a n t e q u o la s e g u n d a canoa al m a n d o del teniente Martinez fuese a rec o n o c e r la embarcación avistada, trayéndola a r e m o l q u e al costado del Jjoa. D e regreso a b o r d o , el teniente Martinez espresó al c o m a n d a n t e sus sospechas respecto d e esa embarcación, pues creía posible q u e su descarga ofreciera algún peligro al buque. Y a el oficial d e guardia, piloto 2. ° señor P e d r o E. Stabell, habia h e c h o iguales observaciones; i otro tanto hizo el q u e suscribo, pues, c o m o he tenido el h o n o r d e decirlo a V . S. verbalmente, las circunstancias bajo las cuales la embarcación fué reconocida, m e inducían a temer fuese plan de un ataque sobre el b u q u e q u e la apresase; era ella una lancha costanera d e pequeñas proporciones, aparejada d e balandra i conteniendo un cargamento c o m puesto d e frutos del país, algunas aves de corral i varios sacos d e arroz; nadie la tripulaba, i al ser apresada se e n contraba fondeada c o m o a milla i media de tierra i c o n sus velas de viento, circunstancias difíciles d e recibir u n a espücacion satisfactoria. T u v i m o s , sin embargo, la desgracia de n o llevar nuestro c o n v e n c i m i e n t o al á n i m o del señor c o m a n d a n t e Peña, quien ordenó se recibiese a b o r d o i bajo inventario el cargamento d o la lancha, para ser puesto a disposición d e V. S. La descarga se hizo p o r el portalón d e estribor a p o p a i se verificó sin n o v e d a d , hasta que, q u e d a n d o solo un saco en el fondo de la lancha, i en el m o m e n t o d e ser izado a bordo, se produjo una esplosion c o n horroroso estrépito, abriendo parte del costado de estribor i maltratando toda la construcción del buque. D e los h o m b r e s ocupados en la descarga d e la balandra i d e unos cuarenta marineros que se habían agrupado alrededor d e la escotilla, varios fueron destrozados en el acto, q u e d a n d o otros heridos, salvando milagrosamente el contador señor R i c a r d o B o r dalí i el aspirante señor F l o r e n c i o G u z m a n O , q u e ahí se encontraban t o m a n d o inventario del cargamento apresado, lo m i s m o q u e el piloto señor Stabell, que inspeccionaba la operación de la descarga. El comandante Peña, t o m a d o de lleno por la esplosion del brulote, quedó privado de parte d e sus ropas, q u e m a d o en u i i ' costado i mal herido en la cara, lo que n o le impidió dirijirse al puente a d i e t a r algunas medidas propias del m o m e n t o . Me encontraba en ese instante en el salón del b u q u e , j u n t o c o n casi t o dos los oficiales, terminando nuestra comida; i aunque alg u n o s fueron heridos por las astillas de las mamparas, • pedazos de espigas, vigas, vidrios, etc., pudimos salir a cubierta, d o n d e adquirí inmediatamente el c o n v e n c i m i e n to de q u e el b u q u e se hundía, pues se llenaba d e agua la b o d e g a de popa.

A l ciar las órdenes convenientes para arriar i tripular Creo del caso decir a V . S. que el Loa se ha perdido en 16 brazas d e agua. Sus palos, desde la encapilladura, están los botes, p u d e constatar q u e solo la segunda falúa se e n i contraba en buen estado, habiendo sido c o m p l e t a m e n t e a la vista.


GUERRA DEL PACIFICO.

destruidas las demás embarcaciones. Ese bote fué o c u p a d o por un n ú m e r o escesivo de marineros, en quienes el pánico p u d o mas que la razón, i c o n c l u y ó por darse vuelta, ahogándose la mayoría de ellos. La segunda canoa, q u e por fortuna n o había sido izada, fué o c u p a d a por los injenieros 2 . ° i 3. ° , señores Juan Craig i A n d r é s D u n can, i otros 1 3 individuos; todos los cuales se salvaron sin m a y o r peligro, h a b i e n d o sido recqjidos por el crucero Amazonas. D e b o también decir a V. S. que en ese m o m e n t o se encontraba en comisión, fuera del buque, el tercer bote i en él el aspirante señor Enrique Guimper, ayudante de c o n t a d o r señor Carlos Prieto Z., maestre de víveres señor José 2 . ° Cortés i c i n c o h o m b r e s de tripulación, todos los cuales se encontraban a b o r d o del trasporte Lámar. Perdida toda esperanza de salvar la tripulación en b o tes, c o n c r e t é mis esfuerzos a repartir salva-vidas a aquellos que mas lo necesitaban, ordenándoles arrojarse al agua; i c u a n d o vi que ya solo quedaba en el puente el c o m a n dante Peña, fui a su lado i le insté a abandonar el b u q u e antes q u e se surmejiera. Se negó a ello terminantemente, i viendo la inutilidad d e mis esfuerzos, a b a n d o n é también el b u q u e , segundos antes q u e éste se perdiera por c o m pleto. L a sumersión se verificó, mas o m e n o s , a las 5 . 3 0 P. M.» i el t i e m p o trascurrido desde la esplosion del brulote al sumerjimiento del b u q u e , n o puede haber sido mas de c i n c o minutos, datos en que c o n c u e r d a n todos aquéllos c o n quienes he h a b l a d o al respecto. La gran prontitud c o n q u e el Loa se fué a pique se esplica, p o r q u e el b o q u e t e abierto por la esplosion permitió la entrada del agua, n o solo a la b o d e g a de p o p a sino también a un pañol de la máquina, que en esa parte del b u q u e alcanzaba hasta el costado m i s m o , lo cual n o permitió surtiera sus breves efectos el m a m p a r o divisorio de ambos c o m p a r t i m e n t o s . E l Loa se sumerjió en 17 brazas de agua, c o m o a dos millas de tierra i las estremidades de sus palos son aun visibles fuera de la superficie. Permanecimos en el agua mas de hora i media, en c u y o t i e m p o perecieron m u c h o s de los que salvaron d e la esplosion; entre éstos d e b o mencionar al señor c o m a n d a n t e d o n Guillermo Peña, quien, debilitado sin d u d a por la pérdida de sangre, m u r i ó a pesar de estar asido a u n o de los m u c h o s maderos q u e ahí flotaban. T o m a d o s por los botes enviados a reeojer náufragos p o r los comandantes de los b u q u e s de guerra neutrales i mas tarde por la porta-torpedo Fresia i otros botes de la escuadra, que desde el primer m o m e n t o se dirijieron al lugar del siniestro i al cual n o p u d i e r o n llegar antes p o r la gran distancia que tenian que recorrer, m e tocó en suerte ser recqjido c o n cuatro individuos de la tripulación por los botes de la corbeta italiana Garibaldi, i me hago u n deber de estampar aquí la espresion de mi mas v i v o r e c o n o c i m i e n t o por las atenciones de que fui objeto de del señor c o m a n d a n t e i oficiales de ese b u q u e i por {rnrte as que los demás náufragos debieron a los oficiales de los b u q u e s de S. M. B. Thetis i Penguin, i del b u q u e francés Decrés, enviados en botes a prestar los ausilios del caso. Si es triste, señor Almirante, tener que dar c u e n t a de acontecimientos de esta especie, es satisfactorio p o d e r e s tablecer que en las horas de angustia pasadas sobre las aguas, la c o n d u c t a de aquellos marineros a quienes su estado permitía prestar ausilios a sus vecinos, fué siempre jenerosa i desinteresada. L l a m o particularmente la atenc i ó n d e V. S. al noble comportamiento del guardián 2. ° Valentín Valdés i marinero 1. ° D o n a t o Castillo, a quienes deben su salvación varios oficiales i tripulantes del Loa. A c o m p a ñ o a V. S. la lista nominal de los oficiales i tripulantes del Loa que hoi están a salvo en los b u q u e s de la escuadra. N o m e es posible, por falta de datos, hacer una lista igual de los muertos; pero creo p o d e r establecer c o n certeza q u e el n ú m e r o total de faltos entre oficiales i tripulantes sube a 1 1 8 . Los oficiales perdidos son los siguientes:

Comandante, capitán do corbeta señor d o n J. G u i l l e r m o Peña. Guadias-marina: señor d o n Luis V . Oportus, d o n Juan E. Fierro i d o n Manuel H u i d o b r o . Injeniero 1. ° señor d o n E m i l i o Cuevas, que se e n c o n traba a b o r d o en calidad de depósito. Injeniero 4 . ° señor d o n Samuel Shearer. Dios guarde a V. S. LEONCIO

SEÑORET.

Conforme.— L u i s A . CASTILLO Ai señor Ministro de Marina

R E L A C I Ó N DE LOS SEÑORES OFICIALES E I N D I V I D U O S D E LA TRIPULACIÓN DEL CRUCERO " L O A " QUE H A N SOBREVIVIDO A

LA CATÁSTROFE

QUE TUVO LUGAR EL 3 D E

JULIO DE

1880.

Teniente 1. ° , segundo c o m a n d a n t e señor L e o n c i o S e ñoret. Teniente 2 . ° P e d r o N. Martínez. Aspirante F l o r e n c i o G u z m a n G. Cirujano 1. ° D e m e t r i o Zañartu. Contador 2 . ° R i c a r d o Bordalí. Piloto 2 . ° Pedro E. Stabell. _ Injeniero 1. ° Santiago W i l l i c . Id. 2 . ° J u a n Craig. Id. 3. ° A n d r é s D u n c a n . Condestable 1. ° Carlos Fernandez. Sangrador José Mercedes Muñoz. Guardian 2 . ° Valentin Valdés. Timonel Enrique Dubler. Capitanes d e altos: J u a n de D i o s Gutiérrez i Julian Valdés. Patrón d e b o t e Francisco Latorre. Marineros 1. ° : D o n a t o Castillo, Francisco L e r o n i Juan Jeria. Marineros 2 . ° : Eustaquio R a m í r e z , A n í b a l Jorquera, Bernardo Gal vez, Natalio Peña, Pedro Ramírez, Francisc o Santana, A l e j o Villalobos i E u l o j i o H e r n á n d e z . Grumetes: A n t o n i o 2 . ° Layera, J u a n M. Figueroa, Francisco G u z m a n , José Sepúlveda, P e d r o Gaete, J o s é L. Olivares i José I. Flores. M o z o s : J u a n R o j a s , Santiago Cánepa i Rafael Oliva. F o g o n e r o s : 1. ° : A l b i n o S á n c h e z i J u a n A l b o r n o z . Id. 2 . ° : A g u s t í n Parra i J u a n L e g e m b u r g . Carbonero P e d r o Cortés. GUARNICIÓN.

Sub-teniente V í c t o r A . B i a n c h i . Cabo 1 . ° José N. M u ñ o z . Soldados: José J. Ormazábal, J u a n Cepeda, Manuel Z u marán, R a m ó n Villanueva, Gabriel Vera, J o s é 2 . ° Navarro, B r u n o Martínez, Manuel A . Gutiérrez, Francisco Urrutia i Pascual L ó p e z . Corneta Luis Suarez. Callao, Julio 4 de 1 8 8 0 . L.

RELACIÓN

SEÑORET.

D E LOS SEÑORES OFICIALES E I N D I V I D U O S D E LA

TRIPULACIÓN D E L CRUCERO " L O A " QUE SE ENCONTRABAN E N COMISIÓN E N EL TRASPORTE " L Á M A R . "

Aspirante Enrique G u i m p e r t . A y u d a n t e de contador Carlos Prieto Z e n t e n o . Maestre de víveres J o s é 2. ° Cortés. Capitán de altos A m a d o r Salas. Marineros 2 . ° : R o b e r t o Philippi i J o s é J . D i a z . Grumetes: José M. N a v a r r o i E n r i q u e Casos. Callao, Julio 4 d e 1 8 8 0 . L . SEÑORET.


CAPITULO

VIL Detalles completos de la catástrofe del " L o a " por cirujano en jefe de la "O'IIiggins."

Bloqueando

a Ancón,

Julio

23 de

el

1880.

Señor d o n B e n j a m í n V i c u ñ a Mackenna. —Santiago. E s t i m a d o señor i a m i g o : E n el m o m e n t o en que escribo, creo o c u p a d a a la o p i nión sobre el infausto suceso del Loa. al m i s m o t i e m p o que nosotros en esta rada oimos c o n m o v i d o s todavía la tétrica relación q u e h a c e n sobre el h e c h o los náufragos mismos. C o n las lágrimas en los ojos nos participan los sufrimientos q u e les h a ocasionado tamaña imprevisión i las maquiavélicas arterias del e n e m i g o , n o reponiéndose aun del aturdimiento q u e p r o d u c e u n t o r p e d o colosal s o b r e u n débil barco. ¡ 3 0 0 libras d e dinamita, señor V i c u ñ a , para una e m barcación que se arroja en una bahía d o n d e existen varios b u q u e s neutrales! ¡Una embarcación solitaria i sin g o b i e r n o , c u y o cebo tentador era destinado para el primer o c u ante!... L a cantidad sola era para matar n o solo u n u q u e sino a toda una tripulación; pero el salvajismo p r o verbial d e estos guerreros de emboscadas n o se detiene ante consideraciones racionales para lanzarse ciego a las i m p r u d e n c i a s del acaso. A las 5 P. M. del 3 d e Julio se avistó p o r el Blanco i el Loa una balandra a la vela que flotaba cerca de la costa N o r t e del Callao; éste ú l t i m o recibió orden del b u q u e almirante de proceder a su r e c o n o c i m i e n t o sobre la marcha, dirijiéndose cauteloso al principio hacia la p e q u e ñ a vela sospechosa. Se arrió un bote al m a n d o del teniente 2. ° Martínez, quien declaró que su c o n t e n i d o consistía en frutas, gallinas i otros víveres, recibiendo orden del c o m a n dante Peña de atracarla por estribor, j u n t o al portalón de popa, i d e inventariar su descarga.

E

D i c e n los oficiales q u e nos refieren estos detalles, q u e hicieron, en u n i ó n c o n el 2. ° c o m a n d a n t e señor L e o n c i o Señoret, algunas observaciones al c o m a n d a n t e P e ñ a s o bre sus temores, pero sin q u e él las tomara en cuenta. Por el contrario, en ese m o m e n t o se o c u p a b a en castigar c o n 25 azotes al tope, p o r n o haber anunciado primero que otros la presencia de esa presa en las vecindades, puesto que él debia verla primero desde arriba. V o i a detenerme en algunos pormenores, a pesar de las c o m u n i c a c i o n e s oficiales i de las narraciones novelescas en q u e a b u n d a n las crónicas de nuestra campaña, por ser esta relación la que h e m o s oido nosotros aquí m i s m o , en el teatro del suceso, de b o c a de los oficiales escapados, que n o solo esponen los h e c h o s todavia bajo la impresión del acontecimiento, sino q u e esta c o m u n i c a c i ó n espontánea d e parte de ellos constituye t o d a u n a veracidad, siend o la espresion pura d e la verdad. L o s que nos han visitado i q u e a porfía nos referían los mil incidentes de la catástrofe, embarcados ahora en el Lámar, q u e d e b e llevarlos al Sur, son el 2. ° c o m a n dante Señoret, el j e f e de la guarnición de la Artillería de Marina, nuestro intelijente i c o m ú n a m i g o V í c t o r A . Bianchi, el c o n t a d o r Bordalí i otros q u e libraron por m i lagro. T o d o s ellos departían familiarmente en el c o m e d o r , m i nutos antes de la esplosion, sobre las sospechas que les infundía la lancha repleta de víveres, que tanto necesitan en el Callao, c u a n d o en un segundo vuelan vidrios rotos, puertas, fragmentos de todo, i se p r o d u c e la c o n f u sión mas espantosa: gritos, carreras, unos suben i otros bajan desatentados, aturdidos, el traje raido en u n o s , la cara cubierta de sangre en otros, sin tener t i e m p o para ponerse d e a c u e r d o en nada, a n o ser en sacar algunos salva-vidas i otros tomar p o r asalto los botes agujereados por la dinamita. E l v a p o r c o m e n z ó inmediatamente a sumerjirse d o p o pa: se nabia abierto una via de agua a estribor d e d o s

CUARTO.

293

pies do a n c h o i de mas de dos metros de largo, según l o ha c o m p r o b a d o el b u z o después. El c o m a n d a n t e Peña, con m e d i o lado del cuerpo q u e m a d o i la sangre que le destilaba abundante de una oreja desprendida, se dirijió a proa c o n el o b j e t o d e pedir a u silios; pero el 2. ° c o m a n d a n t e se opuso tenazmente a hacer descargar el c a ñ ó n porque n o so fuera a tomar p o r c o m b a t e ese aviso i porque la tremenda esplosion era mas que suficiente aviso a m u c h a s millas a la redonda. ¡Qué cuadros tan tenebrosos, señor, se veian sobre l a destruida cubierta! El tierno niño F l o r e n c i o G u z m a n , aspirante, que m o m e n t o s antes tomaba razón del c a r g a m e n to, c o m i é n d o s e u n sabroso plátano en la borda, ahora corría gritando desesperado q u e él n o sabia nadar; pero, ¡cosa rara! su cuerpo i cara estaban completamente sanos a pesar de su p r o x i m i d a d al torpedo. A este propósito tengo que anotarle una circunstancia curiosa en los efectos de la dinamita, i es que no siempre hiere a los mas cercanos, sino q u e a veces va a hacer s e n tir su mortífera acción a las mayores distancias del b u q u e . A u n o s le corta la nariz c o m o un bisturí, a otros la oreja, a otros los aturde simplemente, i otros revientan en s a n gre por oídos u otros orificios. Parece q u e hubiera una influencia eléctrica inesplicable en vista de la c o n m o c i ó n nerviosa que se siente i los efectos cerebrales bastante notables. Esto fué precisamente lo q u e pasó a nuestro colega i amigo el d o c t o r del Loa D e m e t r i o Zañartu, quien nos r e fiere que n o sabe c ó m o salió d e la cámara en m e d i o de la confusión i después, sin saber nadar, se vio atravesado s o bre la quilla de u n bote v o l c a d o . Describirle la horrible trajedia de sangre, d e desesperación, de ahogados i luchadores que se sumerjian para volver a aparecer amenazantes i lanzando las mas c o n m o vedoras imprecaciones, es una empresa ardua i superior a mis fuerzas. Mas, haré a U d . una relación pálida siquiera de los incidentes q u e a tantos h e o í d o narrar sin la m e n o r discordancia en el fondo. — ¡ U n sal va-vidas! ¡un sal va-vidas! era la v o z de orden única que resonaba en m e d i o del t u m u l t o de las olas que, ajitadas por la inmensa m o l e que se iba h u n d i e n d o , c o n tribuían a hacer m a y o r i mas terrífico el pánico que se apoderaba de los sobrevivientes i m o r i b u n d o s . Trasladémonos u n instante al castillo de proa, q u e p o c o a p o c o se iba elevando i apuntando el bauprés al cielo. A l l í se paseaba ajitadísimo el c o m a n d a n t e Peña a c o m p a ñado del teniente Martínez, presentando el espectáculo mas i m p o n e n t e , ensangrentado, m e c h o n e s de p e l o pegados en los coágulos de su cara ennegrecida c o n el p o l v o r a z o , m e dio traje raido i la vista espantada de la escena. I lo q u e contribuía mas a su estupefacción, aparte del sentimiento de inmensa responsabilidad q u e asaltaría su m e n t e , era la sordera c o m p l e t a q u e se le habia pronunciado, q u e n o le permitía esplicarse el cuadro, sino por lo q u e abarcaban sus ojos. — B ó t e s e al agua c o m a n d a n t e , se aventuró a gritarle el teniente Martínez, al verlo c o n u n sal va-vidas en la c i n tura i otro en la m a n o , i d é m e u n o de esos aparatos. — E l c o m a n d a n t e debe ser el ú l t i m o que abandone el b u q u e , le contestó alargándole el salva-vidas que tenia en la diestra, a una segunda i significativa insinuación d e Martínez. E n este m o m e n t o el Loco perdía su c a s c o hasta flor d e agua, i todos huian en diversas direcciones para evitar el gran remolino que sigue a la sumersión completa. E n tonces el c o m a n d a n t e i su teniente se botaron a nado d e n tro de sus salva-vidas. — E r a de ver, m e decía el sub-teniente Bianchi, c o m o u n o s de otros escapaban para n o ser asidos, p o r q u e el m o r i b u n d o q u e n o nada, d o n d e t o m a un objeto n o suelta fácilmente, c o m o todos lo saben, mientras n o le a c o m e t e la asfixia c o n el desfallecimiento. — ¡ S á l v e m e por Dios! ¡A mí! eran los gritos q u e c o n mas frecuencia se oian en todas direcciones.


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G U E R R A DEL PACIFICO.

A l fin llegó el m o m e n t o s u p r e m o : el b u q u e so hundía rápidamentq a 17 brazas de profundidad, p r o d u c i e n d o el terrible remolino con sus borbotones de agua que arrojaban al aire de los compartimientos que se desalojaban. Forzadas corrientes i espuma no mas so vio p o r un instante i cuerpos flotantes en quo no era fácil descubrir sí eran vivos o ahogados. Quienes venían tomados de una tabla, quienes m e d i o asidos de un remo, i los mas escapaban a nado, q u e d a n d o una inmensa mayoría sin socorro p o r n o poseer el arte de la natación. Eran las 5.40 P. M. i las sombras del crepúsculo se echaban sobre el firmamento; la catástrofe había c o m e n zado a las 5.25 P. M. sin q u e se pudiera esperar socorro inmediato de ningún buque a causa de la gran distancia que los separaba de ellos. E n estas angustias, apercibieron el h u m o del Amazonas q u e se dirijia hacia ellos a toda fuerza de máquina. Un grito de j ú b i l o i un ¡Viva Chile! unísono i lleno, fué la espresion de esa última esperanza. U n m o m e n t o mas i ciento i tantos individuos iban a ser salvados por el rápido trasporte. La pluma se cae de las manos, amigo m i ó , al recordar la horrible decepción de los pobres náufragos al observar que el Amazonas, único baluarte en esos supremos c o n flictos, viraba p o r avante dejándolos c o n el grito en la garganta i la amargura en el corazón. ¡Lasciati ogni speranzal Toda salvación habia concluido. ¿Qué habia ocurrido para tamaña inhumanidad? ¿Qué n u e v a urjencia privaba de la v i d a a tantos desgraciados? Pena da decirlo: el Blanco habia puesto señales diciendo: ¡Cuidado con los t o r p e d o s ! . . . El comandante, teniente Riofrio, debe justificarse ante la opinión p o r esta inculpación, q u e sin á n i m o d e ofenderlo le hacen los marinos escapados del naufrajio, i que avalúan en G0 mas los que habría salvado el Amazonas si avanza hasta ellos. Entretanto, las tumultuosas ondas dispersaban a los náufragos o cubrían con su m a n t o cuerpos inertes i ateridos. A l r e d e d o r reinaba el silencio de la muerte i n i n g u n a señal de socorro podía avistarse en el horizonte sin fin. Grupos d e nadadores se veían a lo lejos que, c o m o electricidades contrarías, se repelían temerosos de un encuentro fatal con los desesperados cuyas fuerzas se h u b i e ran agotado. A l j o v e n c i t o G u z m a n sucedió esta terrible aventura: en u n m o m e n t o dado, se sintió asido d e una pierna por alguien que permanecía sumorjido; viéndose arrastrar con el peso, a pesar de su salva-vida, tuvo la ocurrencia feliz de abrirlo la m a n o que lo sujetaba levantándole c o n todas sus débiles fuerzas el d e d o pulgar q u e lo afianzaba c o m o un anillo de fierro, i así p u d o escapar de este n u e v o peligro. Cuando el d o c t o r Zañartu fué c o n d u c i d o al único c h i n c h o r r o servible que q u e d ó , notó que u n a avalancha se lanzaba sobre este c ó m o d o valuarte; pero, por las roturas, c o m e n z ó a hacer agua, terminando por darse vuelta enteramente, dejándolos a todos burlados. En esos m o m e n t o s pasaba el teniente Señoret, quien lo reconoció m e d i o ahogado, i gritó a los marineros: —¡Salven al d o c t o r que se está a h o g a n d o ! I lo colocaron atravesado en la quilla con dos o tres mas, pero c o m p l e t a m e n t e desmayado. Mas allá el c o m a n d a n t e Peña daba la última prueba de su carácter inflexible: nada con grandes esfuerzos en c o m p a ñ í a de tres marineros. El condestable se aventuró a hablarle, visto el mal sistema de natación q u e llevaba. — A s í , mi c o m a n d a n t e , nade de este otro m o d o p o r ue se va usted a cansar p r o n t o , le dijo; tómese del cajón e bandera. — D é j e m e ; le replicó: y o sé lo que h a g o . . . M o m e n t o s después tragaba m u c h a agua i se le veia sangrar m u c h o la herida de la oreja a causa de la m a y o r ajitacion; estenuado y a , desfallecido i e x a n g ü e , desapareció en el vértigo de la a n e m i a . . . N o se le volvió a ver.

3

L a n o c h e estaba solemne i aterradora: n o había luna todavía, pero sí una claridad brillante de n o c h e despejada. Las estrellas, diáfanas i relucientes, rutilaban reflejándose en el azulado espejo. Los destellos de la luz eléctrica del Blanco, que iluminaba toda la bahía, completaban las fantásticas pinceladas quo habría d a d o un artista. N i un solo ruido fuera del m u r m u l l o de las olas, i a lo l e j o s algunos j e m i d o s o imprecaciones desesperadas. El siniestro habia sido aterrador, i el pelo se eriza de solo pensar en ello. Se oian, repetimos, terribles maldiciones, amenazas llenas de fuego contra los peruanos, i p o r la leí de los c o n trastes, algunos vivaban a Chile n a d a n d o frenéticos, i otros hacian las mandas de estilo a toda la corte celestial i principalmente a Nuestra Señora del Carmen. — D é j a m e , m i Señora del Carmen, entrar a Lima, i te p r o m e t o después h a c e r m e m o c h o de San F r a n c i s c o ! decia un soldado p r ó x i m o a exhalar el alma. Ausilios aun n o llegaban, i era la n o c h e estrellada lo único que veían los sobrevivientes. H a b í a n n a d a do o se habían sostenido a flote mas de una hora. ¡Ah! si U d . los oyera, señor Vicuña, aludir a esta ú l tima hora, sentiría partírsele el corazón en la i m p o t e n c i a de haberles prestado socorro a tantos q u e perecieron en la muerte mas espantosa por ese lapso de esperanza q u e alimenta el náufrago. — N o es u n a muerte terrible la q u e viene, m e decia el colega Zañartu, sino mortificante por su lentitud: u n o c o mienza a desfallecer por el agotamiento d e las fuerzas i el enfriamiento progresivo de las estremidades; i c u a n d o esto frío que va p r o d u c i e n d o la insensibilidad llega al c o razón i la cabeza, nos asalta la muerte de una manera tranquila i hasta dulce, pero inconsciente e inexorable. Y o h e creído después despertar de u n b l a n d o sueño, q u e i n terrumpió bruscamente las impresiones de aquella hora terrible. Pero sigamos un interesante g r u p o q u e se dirije por el lado de la costa, a u n q u e a gran distancia de ella. Allí l u c h a n c o n el resto de sus fuerzas agotadas: el sub-teniente del rejimiento Artillería de Marina, V í c t o r A q u i l e s B i a n chi, jefe de la guarnición del Loa, el m i s m o h e r o i c o m o z o porteño que defendió en Tarapacá el estandante de su cuerpo, el contador Bordalí, el injeniero 1. ° Mr. W i l l i e , seguido de un grumete. Cedemos c o n gusto la palabra a nuestro entusiasta a m i g o V í c t o r Bianchi, para seguir su derrotero hasta el puerto de salvación. C u a n d o fui a visitarlo al Lámar lo m i s m o que a sus infortunados compañeros, él permanecía aun recostado en un camarote, i sin haber recuperado sus fuerzas, sufría de los dolores reumáticos consiguientes a su larga permanencia en el agua fría del mar. Pero en el curso de la narración, sus facciones se animaban, i c o n ojos chispeantes i traspirando de e m o c i ó n se i n c o r p o r a b a en su l e c h o para caer, en seguida, en profunda meditación. H é aquí su triste historia referida p o r él m i s m o . " E n efecto, agregaba a las otras narraciones, al sacar el último saco de camotes, sentimos el estampido de la esplosion c u a n d o t o m á b a m o s el último sorbo de café. ¡El torpedo! esclamamos todos, p r e o c u p a d o s aun c o n la c o n versación que acabábamos cíe tener sobre este asunto. I salimos en todas direcciones sin determinación fija. E l pánico se esparció en jeneral; el agua invadía por todas partes; los salva-vidas eran disputados; m u c h o s ya se tiraban al agua. — ¿ P o r qué n o t o m a su salva-vida del camarote? m e dijo mi asistente c o n tono suplicante. A q u í se lo traigo para que U d . se salve c o n él. I desapareció de m i vista. A q u e l rasgo m e dejó admirado: n o c o m p r e n d í por de pronto una jenerosidad tan inesperada de un p o b r e sold a d o , mi sirviente. Habria d a d o parte do m i v i d a p o r conservarlo; pero el p o b r e , m i fiel asistente, desapareció también entre las olas, sin encontrar huellas de él después. ¡Tal vez n o sabia nadar!


CAPITULO

M e d i o desvestido m e boté al agua en c o m p a ñ í a de Bordalí, W i l l i e i un bravo grumete. N a d a m o s a toda prisa apartándonos del sitio de la catástrofe c o n el o b j e t o de evitar la vorájine del remolino i la desesperación de los moribundos. Desde alguna distancia divisábamos a tres h o m b r e s salvados sobre las perillas de los palos, que habían q u e d a d o fuera de la superficie en su estremidad. Parecían f a n tasmas del otro m u n d o que desafiaban a la muerte. P e n samos volver a ese sitio crej'endo m a y o r probabilidad de salvarnos o de sor encontrados; pero tras de nosotros percibimos gritos desmayados q u e nos pedían ausilio c o n la v o z mas suplicante. Contestamos q u e n o nos era posible hacer nada por ellos, i desistimos del propósito de regresar al lugar del siniestro, t o m a n d o a sotavento con calma para mantenernos mas tiempo a flote. Nuestros brazos c o m e n zaban a fiaquear! Y o veia a mis c o m p a ñ e r o s que se animaban c o n palabras alentadoras de esperanzas, i aunque la fatiga i el frío c o m e n z a b a n a vencerme, llegué a pensar q u e yo n o seria el primero en abandonar la l u c h a , i esa espectativa m e infundía algún valor. — ¿ I r e m o s a tierra? nos preguntábamos; pero eso seria entregarnos prisioneros, i por otra parte, n o alcanzaríam o s al término de nuestro viaje. ¡Paciencia i esperanza! E n t o n c e s pensamientos tétricos cruzaron p o r m i m e n te i m e dieron fuertes deseos de llorar; m e asaltó el rec u e r d o de mi familia, i a c a d a uno dediqué alguna frase de despedida, i m e puse en el caso de la impresión q u e recibirían a la noticia de mi horripilante m u e r t o . Mis c o m p a ñ e r o s de infortunio también permanecían m u d o s hacia diez minutos, i y o interpretaba este relijioso silencio c o m o el eco q u e mi corazón repercutía en los suyos, asaltados por el m i s m o pensamiento triste de nuestra d e s gracia inevitable. La n o c h e seguía su curso, estrellada i l ó brega, tumultuosa i taciturna. U n n u e v o peligro nos esperaba sin que lo hubiéramos pensado.— ¡Los tiburones! dijo u n o i apuramos la m a r c h a instintivamente aterrorizados. Debían pasar en ese m o m e n t o p o r bandadas o cardúmenes al olor de los cadáveres i náufragos indefensos. Seguíamos apurando la c o p a hasta las heces, i nuestras amargas palabras y a se a h o g a b a n en la garganta: nos sentíamos desfallecer. I entretanto, ¿adonde íbamos? N o lo sabíamos, p o r q u e nada veíamos a nuestro alrededor que pudiera salvarnos: íbamos a m e r c e d de las olas i agotando el último á t o m o de fuerzas. P r ó x i m o ya a exhalar el aliento de la muerte i c u a n d o los ojos principiaban a cerrárseme, divisé a lo lejos un bulto negro que p r o d u c í a fosforescencia acompasada c o m o p o r el g o l p e rápido de los remos. R e u n i e n d o toda la enerjía posible, m e reincorporé, i ensanchando el p e c h o cuanto pude, grité con voz estruendosa i desesperada: —¡¡Bote!!... L a chalupa salvadora viró hacia nosotros d e j á n d o m e c o m p r e n d e r que habia sido o í d o , i t o m a m o s esa misma dirección mas alentados. I para c o l m o de fatalidad, a renglón seguido, siento u n feroz g o l p e en m i garganta que m e desatentó. Estuve a punto de gritar: "¡los enemigos'," pero l u e g o sentí que m e asian de u n brazo i m e suspendían sobre un bote, operación que practicaban con cada uno de mis camaradas. Era un bote inglés de la Thetis, que nos atendía c o n la solicitud de hermanos. Los buenos gringos nos habían arrojado desde lejos un r e m o con toda violencia por temor de llegar tarde: este era el g o l p e que y o , por casualidad, h a bia recibido. — ¡ P o b r e J o h n ! ¡Pobre J o h n ! . . . m e decían los b u e n o s ingleses acariciándome i d á n d o m e u n o s tragos de buen brandi q u e traían c o n s i g o para los náufragos. Sin duda, por mi aspecto rubio, m e t o m a r o n p o r su paisano al d e cirme "¡pobre J o h n ! " c o n tanta ternura. El g r u m e t e habia sido el primero en treparse al bote gritando i bailando sobre él: ¡Yiva Chile! N o p o d í a m o s

CUARTO.

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hacer callar a ese valiente i sufrido m u c h a c h o quo nos felicitaba por haber ganado tan desigual c o m b a t e . L a gran partida estaba a nuestro favor; pero el frío nos tenia adormecidos i todavía con alguna ropa e m p a p a d a i egada al cuerpo. N o m e olvidaré en toda mi vida del ermoso rasgo de jenerosidad con q u e m e favoreció u n o de esos marineros; m e quitó mi camisa m o j a d a i m e c o l o có la de él seca; lo m i s m o hicieron c o n los demás, al m i s m o t i e m p o que nos daban fricciones i agua c o n c o ñ a c . A q u e l l a bendita camisa, que m e recordará siempre el carácter abnegado de los hijos do A l b i o n , la g u a r d o c o n m i g o , p o r q u e tiene el n o m b r e del marinero de la Thetis que m e cubrió c o n ella. ¡Puede que algún dia en mi país p u e d a recompensar tan bolla a c c i ó n ! . . . " A q u í terminó nuestro simpático amigo, algo fatigado por la e m o c i ó n que le despertaba el recuerdo de tantas desventuras. H e m o s h e c h o una pálida copia de t o d o lo que nos decia, adornada su relación c o n ese talento c h i s peante que solo él posee, pero nos perdonará esta deficiencia en atención al entusiasmo que despertó en nosotros i q u e nos obliga a tomar la pluma en obsequio de la verdad i de la satisfacción de nuestros compatriotas. Mas o menos a las 7.30 P. M. eran recojidos por los distintos botes de la Thetis, los italianos de la Garibaldi i los franceses de la Decrés, que eran los buques que estaban mas vecinos a la catástrofe, los 55 sobrevivientes que constan del parto oficial; además so salvaron otros o c h o individuos que habían ido en ese m o m e n t o en c o m i sión al Lámar, que eran: un aspirante, el ayudante de contador, el maestro do víveres i c i n c o h o m b r o s de tripulación. Total, 63; muertos, 118 chilenos i un boliviano q u e accidentalmente estaba ahí.

i

N i n g ú n cadáver se ha encontrado de los 119; todos h a n sido devorados por los tiburones o arrastrados por la corriente hasta mas allá de A n c ó n i Chancai. Entre los m u e r t o s se encuentran los guardia-marinas Oportus, H u i d o b r o i Fierro, i el injeniero 1. ° Cuevas. D i c e n que, a haber t o m a d o parte la Álaska, norte-americana, que n o estaba m u i lejos, talvez estos j ó v e n e s h a brían escapado también, p o r q u e n o ha sido el efecto del torpedo lo que los ha m u e r t o , sino la inclemencia de las olas. El m i s m o bote que c o n d u c í a a Bianchi i c o m p a ñ e r o s , encontró al d o c t o r Zañartu m o r i b u n d o i que m a n o t e a b a maquinalmente. F u é atendido por los ingleses c o n la m i s m a solicitud, hasta que al dia siguiente los recojió el Blanco, d o n d e el teniente R o d r í g u e z vistió de n u e v o u n i forme al subteniente Bianchi. ¿Será esto u n buen augurio para la justicia? El d o c t o r Scherbakoff hizo otro tanto c o n su colega Zañartu i así los domas. El segundo c o m a n d a n t e Señoret cuenta maravillas de las atenciones que le prodigaron el c o m a n d a n t e i oficiales de la Garibaldi, tanto a él c o m o a los tres marineros q u e lo a c o m p a ñ a b a n . U n a enfermedad orijinal m e h a sorprendido, señor, en los náufragos del Loa, i que no hallo c ó m o clasificar por n o estar entre los últimos descubrimientos de la ciencia. H a c e quince dias que pasó el funesto acontecimiento, i todos ellos andan cabizbajos i meditabundos, recostados j e n e r a l m c n t e , i cuesta sacarles palabras; se quejan de d o lores vagos i tienen la vista estraviada i el pulso intermitente, ríe clasificado esto mal n u e v o entre nosotros c o n el n o m b r e de torpeditis, análogo a ese estado adinámico quo sigue a los grandes sustos, carácter irresoluto, asustadizo i mirada recelosa en un semblante siniestro. Pero hai uno verdaderamente c o n una enajenación mental, a causa de haber escapado solo sobre una tabla; llamaba la atención en la cámara del Lámar el 2. ° piloto, Mr. Stabell, q u e habia escapado m o n o m a n i a c o . D e manera, señor, que por mas que digan que la g u e r ra marítima del Pacífico ha c o n c l u i d o , ya U d . vé c ó m o en el b l o q u e o hai también sus peligros, c u a n d o a la i m previsión se une un verdadero descuido i demasiada c o n -


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GUERRA DEL

fianza, a pesar de saberse que la impotencia de nuestros enemigos los obliga a estudiar celadas i manejos propios de la cobardía. El suceso era c o n o c i d o en la escuadra chilena, es cierto, i c o n m u c h o s días de anticipación; pero lo ignoraban los comandantes del Amazonas i de la Pilcomayo, según lo han manifestado olios mismos. N o se c o m p r e n d e t a m p o c o q u e el c o m a n d a n t e del Loa lo supiera, puesto que, además de la negativa que dan los oficiales de ese trasporte, Peña se c o l o c ó en el lugar del peligro al descargar la lancha, cosa que n o habría h e c h o u n c o m a n d a n t e que en algo estimara su vida. E n A n c ó n c o n o c í a m o s el h e c h o o c h o días antes, de la manera siguiente: el Contra-Almirante habia recibido del m i s m o Peña un paquete cerrado en que venia u n telegram a del Gobierno previniendo que en la Moneda se sabia q u e debia salir de A n c ó n una lancha cargada de víveres, c u y o último saco ocultaría un torpedo que debia estallar al levantarlo. Nuestro c o m a n d a n t e M o n t t habia recibido un oficio del C o m a n d a n t e Jeneral de la armada suministrándole este dato importante para la conservación de la O'Hiygins, que a la sazón bloqueaba este puerto ( 1 ) . Era, pues, del d o m i n i o de todos los oficiales de esta corbeta, c o m o de los buques neutrales, este anuncio, c o m o era p ú blico en Lima i Callao. Efectivamente; el 3 del presente debe de haberse desprendido la consabida lancha en la madrugada, desde alg u n a ensenadita p r ó x i m a a A n c ó n , entre P u n t a Mulatos i Punta Pancha, i dejada al Sur de este último lugar c o n u n anclote i a la vela, pero abandonada de toda tripulación. Si jira al Norte, la habríamos d e s h e c h o a balazos antes q u e reconocerla. N o m e detengo en hacer una descripción del Loa,, sus cañones, tripulación, eslora, m a n g a i puntal, por no i n c u r rir en repeticiones imítiles a los datos que y a habrán suministrado los diarios i las c o m u n i c a c i o n e s oficiales. Sabido es que le estrajeron los dos cañones de largo alcance, el del Blanco i el p r o p i o , i que siguen los buzos trabajando en lo demás. Estos dicen también q u e vieron trímero dos cadáveres de guardia-marinas enredados en as jarcias, pero a la segunda escursion habian desaparec i d o , talvez presa de los tiburones que allí pululaban en abundancia. Estos dieron también el cálculo de la clase de torpedo q u e se habia c o l o c a d o para producir el colosal efecto i m a g n i t u d de la rotura del casco. Se cree q u e esta t e m i ble máquina de guerra estaría pendiente de algún c a b o p o r debajo de la quilla del bote, con un estopín o una pila eléctrica, cuyos hilos cerraran el circuito al levantar el último bulto de d o n d e estaría engarzado.

Í

E n los últimos diarios peruanos, h e m o s leído que notan ellos q u e las lanchas del Blanco de dia echan m u c h o h u m o i de n o c h e no arrojan casi nada, lo que les hace sospechar que se usa de dos clases de carbón. E n efecto,recomiéndase, para evitar la humareda, el uso de antracita u otro carbón p o c o graso, por ser esta circunstancia de trascendencia, a causa del sijilo q u e d e b e guardarse llegado el caso de batirse de esta manera. Involuntariamente m e h e estendido m u c h o , señor V i cuña, en un asunto que no continúa el hilo de mi narrac i ó n noticiosa, pero m o he dejado llovar de m i entusiasm o por la atinjencia que tiene esto asunto c o n el suceso q u e lamentamos. D i s c ú l p e m e Ud. de haber sido tan largo, en atención a que aquí en la somnolencia del eterno bloqueo, estos placeres a la p l u m a h a c e n para nosotros un agradable pasatiempo, c o m o la lectura do los diarios, literatura, etc. Me suscribo de Ud., su afectísimo amigo. ERNESTO

(1) Este oficio figura en la pajina 259 del presente tomo.

TtJRENNE.

PACIFICO.

VIII. Correspondencia a "El Nacional" de Lima i "Estrella de P a n a m á " sobre el " L o a "

Callao, Julio

4 ele 1880.

Señor director de E L NACIONAL: A y e r a las 5 P. M., el Loa,, q u e estaba de guardia c r u zando frente a la bahía, se dirijió en d e m a n d a de una lancha que estaba enfilada a las H o r m i g a s de Tierra. A l encontrarse cerca, e c h ó dos botes q u e avanzaron hacia dicha lancha tomándola a r e m o l q u e hasta traerla al costado del trasporte. C o m o 10 minutos después se sintió u n a estruendosa detonación que hizo estremecer todos los buques surtos en la bahía i los nuestros que están en el dársena. La esplosion habia partido del Loa, que se hallaba frente al último b u q u e neutral que se encuentra a barlovento de ese fondeadero. U n a inmensa llamarada pareció salir del mar, c u b r i e n d o el b u q u e enemigo. E n seguida se sintió una n u e v a esplosion m e n o s fuerte que la primera i el Loa, q u e d ó envuelto en densas nubes de h u m o negro. Cuando éstas se disiparon p o r efecto del viento, v o l v i ó a aparecer el b u q u e e n e m i g o , c o m o si se hubiese levantad o un telón. Estaba i n m ó v i l i parecía n o haber sufrido nada. D e repente se estremeció i se notó que la p r o a se levantaba mientras la p o p a se hundía rápidamente. E n menos de o c h o minutos se fué a f o n d o c o m o si fuera una ancla. E n el sitio q u e o c u p a b a antes solo se veia una inmensa cantidad de h u m o blanco, vapor quizas q u e se escaparía de los depósitos, q u e fué desapareciendo p o c o a p o c o . E n t o n c e s se p u d o notar q u e solo quedaban visible del trasporte enemigo los topes de los dos masteleros, en los cuales estaban agarrados los náufragos q u e habian escap a d o del siniestro. L o s demás b u q u e s enemigos estaban a o c h o millas de distancia; empezaron a caldear en seguida, n a v e g a n d o después en dirección d o n d e se habia h u n d i d o el Loa. El Huáscar salió de su fondeadero; pero después de recorrer lentamente c o m o mas de una milla, v o l v i ó a r e gresar al lugar de d o n d e habia partido. L o s náufragos que se han salvado han sido recojidos por la Garibalcli i otros buques de guerra neutrales. Su n ú m e r o es de 26, inclusive el 2. ° c o m a n d a n t e , que es el único oficial que se h a salvado. La tripulación del Loa ascendía a mas de 200 individuos. El Amazonas salió a n o c h e c o n r u m b o al N o r t e . L a mañana de hoi amaneció clara i despejada. El Carlos Alberto fondeado bajo de la farola de la isla. El Huáscar frente al cabezo. E l Blanco u n p o c o mas allá. E n el p r o m e d i o de la rada, un b u q u e de vela aguantado, que se cree haya sido detenido a n o c h e p o r los buques enemigos, dando oríjen a los tres cañonazos q u e se oyeron cerca de ¡as 9 P. M. A las 11 A. M., el Garlos Alberto h i z o r u m b o afuera, desapareciendo en el horizonte. El b u q u e mercante se hizo también afuera. L o s buques que hoi sostienen el b l o q u e o son el Huáscar i el Blanco. Este último está de guardia. A m b o s están fondeados. A la 12 M. en p u n t o se avistó u n h u m o p o r el Sur. Era u n vapor que doblaba el cabezo en d e m a n d a de fondeadero. A las 12.30 P. M. se hallaba entre los buques enemigos. R e c o n o c i d o , resultó ser el Limeña, que traía la insignia de la Cruz R o j a . Se aguantó frente al Blanco. D e este b u q u e se envió


CAPITULO

un bote que c o m u n i c ó c o n el trasporte-ambulancia, regresando en seguida al blindado. A esta hora, 1 P. M . , se ha apartado del b l i n d a d o i navega lentamente en d e m a n d a del fondeadero de los n e u trales. E n tierra, las ambulancias so preparan para recibir a nuestros heridos. M. F.

HORTA.

(Correspondencia especial para LA ESTRELLA de Panamá.)

Lima, Julio

6 de

1880.

C o m o a las 5.30 P. M. del dia 3 del presente mes, c u a n do las calles de L i m a estaban llenas de j e n t e que se dirijian a c o m e r en sus respectivos hoteles, se h o y ó una terrible d e t o n a c i ó n del lado del Callao, i al instante se hicieron millares de conjeturas relativas a la causa que la produjera. V e i n t e minutos después,, u n telegrama recibido aquí anunciaba que el trasporte chileno Loa habia sido e c h a d o a pique por u n o de nuestros t o r p e d o s . Este despacho se ha confirmado después. O c h o m i n u t o s después de Ja esplosion el b u q u e se h u n d i ó . Cuarenta h o m b r e s solamente fueron salvados por algunos de los b u q u e s n e u trales q u e se encontraban m u i cerca del lugar del desastre. L a historia de este incidente de la guerra es m u i c u r i o sa p o r la injeniosidad q u e se ha desplegado, i m e p r o p o n go relatarla en unas pocas palabras. Desde que la escuadra enemiga está en las costas del Perú, ha p o d i d o notarse que los oficiales i toda la tripulación en jeneral, son m u i adictos a las frutas i legumbres, i que n o se cuidaban m u c h o de distinguir los botes de los buques mercantes que hacen el m e r c a d o i los botes do los peruanos que vienen de tierra. C o n este m o t i v o , u n oficial q u e se habia fijado en esta circunstancia, maduró al fin u n proyecto, del cual se propuso sacar alguna v e n taja. D i c h o p r o y e c t o lo realizó así: consiguió una lancha a propósito para su objeto, en el f o n d o de la cual c o l o c ó un torpedo, i sobre él hizo construir u n piso falso, bastante cerca al fondo de la lancha, el cual a p o y ó sobre resortes. L u e g o cargó la lancha c o n u n escojido surtido de camotes, yucas, chirimoyas, granadillas, gallinas, pavos, legumbres de todas clases, etc., etc., i r e m o l c á n d o l a a fuera en dirección a la escuadra enemiga, antes de amanecer, la soltó de su cuenta, c u a n d o y a lo j u z g ó en buen lugar. T o d o el dia flotó esa lancha por su cuenta, pero los chilenos n o la pudieron ver hasta eso de las 5 P. M., hora en que se pensó por los peruanos mandar u n bote en su b u s ca para evitar que cayese en manos de los neutrales. El Loa estaba de guardia, i al notar que venia u n bote de tierra hacia los buques neutrales, notó también la presencia de la lancha i en el acto se dirijió a ella. El bote de tierra al ver esto, se regresó c o n precipitación. El Ijoa mandó dos botes en busca de su presa, los cuales la c o n dujeron a su costado e inmediatamente principiaron a descargarla. A medida que se sacaba la carga, el peso disminuía, el falso piso se alzaba i los resortes en que se apoyaba, que estaban en c o n e x i ó n c o n el torpedo, iban quedando en libertad para p r o d u c i r bien pronto su e s p l o sion. R e p e n t i n a m e n t e ésta t u v o lugar, i los efectos fueron desastrosos. Las 300 libras de dinamita hicieron casi levantar al Loa d e sobre las aguas. Los que de tierra espiaban c o n ansiedad las operaciones del Loa, dicen que el resultado fué terrible. Todas las casas del Callao se estremecieron i los buques todos temblaron c o m o si hubiese ocurrido algún sacudimiento natural en el mar. El b u q u e volado apareció primero envuelto en una gran masa de fuego, que p o c o a p o c o se convirtió en densa c o l u m n a de espeso h u m o , i vióse después al Loa claramente c o m o si nada le hubiera s u c e d i d o , pero de p r o n t o su p o p a c o m e n TOMO I I I — 3 8

CUARTO.

£97

zó a hundirse c o n prisa i el b u q u e t o d o so precipitó en el fondo del mar*, desapareciendo para siempre! Mientras esto tenia lugar, el Blanco Encalada, i el Huesear permanecían en sus posiciones, a unas o c h o millas de distancia, demasiado lejos para prestar n i n g u n a clase d e ausilios a sus desgraciados camaradas q u e quedaron n a d a n d o para salvarse. Los botes de la Thctis, Penguin, A taska, Dacres i Líaribaldl, fueron enviados prontamente al lugar del desastre. Los de los dos primeros m e n c i o n a dos lograron salvar a 30 individuos; el Alasita u n o , el Decras tres o cuatro i el Garibaldi seis, c o m p o n i e n d o e n tre todos un total de 40. D e éstos es probable q u e m u c h o s mueran. H a n perecido por lo menos 150 h o m b r e s . Los tínicos oficiales salvados son: el 2. ° jefe, herido, el m é d i c o i uno de los injonieros. Cualesquiera que sean las opiniones que se formen respecto a esta manera de guerrear, son los chilenos quienes m e n o s so p u e d e n pronunciar en su contra. Ellos fueron los primeros en ponerla en práctica c u a n d o en la m a d r u gada del 10 de Abril último enviaron una l a n c h a - t o r p e d o c o n el intento de hacer volar la Union en m o m e n t o s q u e sus oficiales i tripulación no se imajinaban que tenían tan cerca al enemigo. Si la Union se hubiera h u n d i d o , sus 200 h o m b r e s habrían perecido del m i s m o m o d o , q u e por c o n secuencia de u n bien meditado golpe, han perecido los del Loa. Pero el d e b e r de vuestro corresponsal no es tanto moralizar c o m o describir los hechos. A l g u n o s de los- buques neutrales tratan la cuestión de salirse del puerto del Callao por temor a los torpedos. E L CORRESPONSAL.

IX. Sumario indagatorio para averiguar la pérdida del crucero " L o a " cilla r a d a del Callao, el dia S de Julio de 1 8 8 © . - Fiscal ¡ capitán de corbeta graduado señor Basilio ¡tojas.—Secretario: aspirante señor Luis A. Molina. COMANDANCIA EN JEFE D E

L A ESCUADRA.

Callao,

Julio

18 de

1880.

Señor Ministro: T e n g o el h o n o r de adjuntar a V. S. el sumario indagatorio m a n d a d o instruir para averiguar las causas q u e motivaron la pérdida del crucero Loa en la rada del Callao, el dia 3 de los corrientes, a fin de que llegue a c o n o cimiento de V. S. i para que V. S. resuelva c o m o l o creyere conveniente. Líios guarde a V. S. GALVARINO

COMANDANCIA EN JEFE

Rada

DE

RIVEROS.

LA ESCUADRA.

del Callao, Julio

6 de

1880.

N ó m b r a s e fiscal en c o m i s i ó n , para que a la m a y o r brev e d a d instruya el correspondiente sumario, al capitán de corbeta g r a d u a d o d o n Basilio Rojas, debiendo actuar c o m o secretario el aspirante don Luis A . Molina, para averiguar las causas que motivaron la pérdida del c r u c e ro Loa. GALVARINO

Juramento

del

RIVEROS.

secretario.

H a b i é n d o s e puesto en c o n o c i m i e n t o del que suscribe el n o m b r a m i e n t o de secretario para actuar en el presente sumario, previo el j u r a m e n t o de estilo, prometí guardar si jilo i fidelidad en lo que actuare, i para constancia firmé la presente dilijencia con el señor fiscal.— Luis A. Molina.—Rojas.


298

Declaración

GUERRA DEL

riel teniente 1. ° , 2.° cero "Loa" señor Leoncio

comandante Señoret.

del

cru-

Incontinenti c o m p a r e c i ó el teniente 1. ° de la armada ex-oficial do detall del crucero Loa, d o n Leoncio S e ñoret, quien, previa la promesa de estilo, dijo: llamarse c o m o queda d i c h o , sor m a y o r de edad i estado casado. P.—Sí el parte que so acaba do leer i la firma que se encuentra a su pié es de él i si tiene algo q u e añadir o rectificar al citado p a r t e . — D i j o : que el parte que se le acababa de leer i la firma que se encuentra al pió de él es el m i s m o que pasó al señor Almirante i que n o tiene nada que agregar o rectificar al citado parte. P.—¿Se encontraba o no do servicio d i c h o crucero i c u á l era el objeto de avisar por señales al b u q u e almirant e ? — D i j o : que en ese dia so encontraba el buque en servicio de ronda i que tenia orden de avisar por señales cualquiera ocurrencia en la rada i reconocer cualquiera embarcación que intentara entrar o salir del puerto. P.—¿Sabe Ud. si los comandantes de buques de ronda tuvieron instrucciones sobre el m o d o de impedir la entrada o la salida a las embarcaciones i los procedimientos que debian emplear para reconocerlas?—Dijo: que i g n o raba si los comandantes tuviesen órdenes especiales del Almirante; que jeneralraente se hacían los r e c o n o c i m i e n tos según reglas establecidas en d e r e c h o , q u e c u a n d o el b u q u e do ronda avistaba una embarcación, lo c o m u n i c a b a p o r medio de señales al b u q u e almirante, al ponerse en m o v i m i e n t o , el cual jeneralmente contestaba c o n la ord e n "reconocer." P.—¿Eran simples recelos los que U d . i los otros oficiales espresaron al c o m a n d a n t e c u a n d o o y e r o n dar la o r d e n d e atracar i aclarar la lancha o tenían algunos datos en que fundar dichos r e c e l o s ? — D i j o : q u e c o n respecto a las observaciones que hicieron los otros oficiales al c o m a n d a n te, si fueran debidas a sus recelos, lo ignora; en cuanto a las hechas por mí, eran fundadas en ciertos rumores que se susurraban en la escuadra sobre la intentona de aplicarle un brulote en A n c ó n a la corbeta O'Higgins, los cuales estaban en c o n o c i m i e n t o de la m a y o r parte de la oficialidad del buque; i s e g u n d o , por la estraña circunstancia en que se encontró la embarcación tomada por el Loa. P . — E n el trayecto que recorrió el Loa hasta acercarse a la embarcación apresada, ¿se notó que se desprendiese alguna otra embarcación c o n j e n t e q u e abandonase la apresada?—Dijo: que nó, i q u e desde el primer m o m e n t o el oficial de guardia se apercibió que estaba fondeada i abandonada. P . — S i el b u q u e tenia embarcaciones suficientes para salvar en un caso d a d o su tripulación en ellas i amplié mas la referencia que hace sobre este p u n t o en su parte. — D i j o : que el Loa tenia siete botes, en los cuales estaban distribuidos todos los individuos de la tripulación para u n caso c o m o el que pasó; debiendo advertirse que el tercero se encontraba con siete hombres en comisión fuera del b u q u e , i el cuarto sobre la cubierta c o n c l u y e n d o de refaccionarse, poro en estado de servicio. Desgraciadamente, la esplosion destrozó el cuarto bote, primera falúa i primera canoa, q u e d a n d o por consiguiente útiles la segunda falúa que estaba en sus pescantes, la segunda canoa q u e se llevaba al costado, sufriendo en su espejo de p o p a los efectos de la esplosion, i el chinchorro c o n algunos agujeros i sus costuras abiertas. De m o d o que al dar y o la orden de arriar botes, toda la jente se lanzó sobre la seg u n d a falúa, una vez q u e se apercibió q u e las otras e m b i r c a c i o n e s estaban rotas, menos unos 13 hombres que so precipitaron sobre la sogunda canoa, logrando llegar entre aguas al costado del Amazonas i unos cuantos en el c h i n c h o r r o , el cual se fué a pique m o m e n t o s después. C o m o es de suponer, la precipitación en el primer m o mento, de la mayor parte de la j e n t e , sobre las embarcaciones útiles, se osplica fácilmente, teniendo en vista que la mayor parte de los tripulantes del Loa habían sido re-

PACIFICO.

novados en Valparaíso en el último viaje, i q u e m u c h o s de ellos m o n t a b a n buques p o r la primera vez. L a escasez de embarcaciones menores i la repentina caída d e la n o che, son en mi c o n c e p t o la causa de la pérdida de tantas vicias, puesto que al principio m u c h o s se mantenían a flote sobre los destrozos del m i s m o b u q u e , a escepcion de aquéllos que por efecto do la esplosion fueron heridos i debieron sumerjirse c o n el b u q u e . N o teniendo mas que agregar, una vez leída que le fué la presente declaración, se ratificó en ella, i para constancia la h a firmado c o n el señor fiscal i el presente secretario. Rojas.—Señoret.— A n t e mí, Luis A. Molina. Declaración

del piloto

2.° del crucero dro E. Stabell.

"Loa"

señor

Pe-

I n c o n t i n e n t e c o m p a r e c i ó el piloto 2. ° señor P e d r o E. Stabell, el cual, previo el j u r a m e n t o de estilo, d i j o llamarse c o m o queda d i c h o , ser m a y o r de edad, de nacionalidad noruega, estado casado. P. - ¿Se encontraba U d . de guardia c u a n d o se fué a pique el crucero Loal Esplique U d . las causas i t o d o c u a n to U d . sepa para esclarecer d i c h o n a u f r a j i o . — D i j o : Q u e el dia 3 entró de servicio en el cuarto de cuatro a seis, recibiendo la guardia del teniente 2. ° d o n Pedro N. Martínez; que en ese m o m e n t o el b u q u e se encontraba en el m e d i o de la rada i c o n proa al N o r t e ; que el Loa tenia la señal de " e m b a r c a c i ó n a la vista," i q u e el b u q u e de la i n signia le había contostado otra señal, a su parecer el n ú mero 63, que dice: " N o se entiende la señal." Q u e esto sucedía estando el Loa en d e m a n d a de la embarcación avistada; que luego q u e el timonel m a r c ó catorce brazas de agua, se paró el buque, i el c o m a n d a n t e ( q u e estaba en cubierta desde antes q u e y o m e recibiera de la guardia), m a n d ó embarcar la segunda c o n o a , y e n d o el teniente Martínez en comisión para traer a b o r d o la e m b a r c a c i ó n ; en este intervalo, notando el declarante que la lancha se encontraba sin j e n t e i fondeada, observó al señor c o m a n dante que le estrañaba la presencia de la e m b a r c a c i ó n en esas condiciones, que el señor c o m a n d a n t e le replicó: " L o s peruanos n o tienen d e r e c h o de introducir víveres en el Callao," d a n d o por consiguiente otro sentido a m i pensamiento, n o insistiendo en lo q u e y o creía por el m o d o c o m o m e replicó el c o m a n d a n t e . E l teniente Martínez regresó a b o r d o i dio cuenta al señor c o m a n d a n t e q u e la lancha tenia un surtido c o m p l e t o de mercaderías ( c o m e s tibles), h a b i e n d o dejado el l a n c h o n al c u i d a d o del g r u mete A m a d o r Palma; q u e el señor c o m a n d a n t e ordenó ponerle mas j e n t e , atracarlo al costado i aclararlo inmediatamente, orden q u e se c u m p l i ó en el m o m e n t o en q u e el m i s m o señor c o m a n d a n t e llamaba al d e clarante, q u e se h a b i a i d o a su puesto para activar la descarga; que estando el declarante al lado del señor Peña, esperimentó los efectos de una gran detonación cuando se izaba el ú l t i m o saco, c a y e n d o de bruces i reventando en sangre por oídos, narices, etc.; que j u n t o c o n él caia el señor c o m a n d a n t e sufriendo mayores daños p o r encontrarse mas cerca de la escotilla; que al p o c o rato perdió el c o n o c i m i e n t o c o m p l e t a m e n t e , encontrándose al despertar flotando en el mar sobre dos maderos, i, según mis cálculos, después de hora i m e d i a o d o s fui r e c o j i d o por el teniente K r u g en un c h i n c h o r r o del Blanco Encalada i trasportado a la lancha porta-torpedo Fresia,. Q u e lo

3

ue sucedió en el b u q u e después de la esplosion, n o p u e e darse cuenta a causa de su a t u r d i m i e n t o . P.—¿Sabe U d . u o y ó al oficial Martínez hacer algunas reflexiones c u a n d o daba parte de su c o m i s i ó n a su c o m a n d a n t e ? — D i j o que n ó . P. —Por su declaración aparece que esa balandra era sospechosa i que esta idea la c o m u n i c ó al señor c o m a n d a n t e . — D i j o que sí; pero c o m o el c o m a n d a n t e n o le entendió, i c o m o d i c h o señor era e n e m i g o que se le contrariara en lo m e n o r i n o aceptaba observaciones, n o insistió, puesto que n o tenia el declarante datos en qué fun-


CAPITULO

dar sus sospechas, las que n o tenían mas fundamento q u e las circustancias estrañas en que se encontraba dicha b a landra. P.—¿Sabia U d . o habia o í d o decir que a la O'Higgins trataban d e hacerla volar por u n brulote en A n c ó n ? — D i j o que nó. N o teniendo mas que decir i una vez leida que le fué su declaración, se ratificó en ella, agregando que se e n cuentra enfermo de los o í d o s i cabeza por efecto de la esplosion, i para constancia la firmó c o n el fiscal i presente s e c r e t a r i o . — R o j a s . — P . E. Stabell.—Ante m í , Luis A. Molina. Declaración

del teniente 2. ° señor Pedro de la dotación '•'Loa."

N.

Martínez,

A c t o c o n t i n u o c o m p a r e c i ó el teniente 2. ° d o n Pedro N. Martínez, de la dotación del Loa, quien, previa la p r o mesa de estilo, dijo llamarse c o m o q u e d a d i c h o , ser n a t u ral de Chile, m a y o r d e edad i de estado soltero. P . — P r e g u n t a d o si el día 3 del presente, c u a n d o n a u fragó el Loa, q u é servicio t u v o U d . en el cuarto de d o c e a cuatro i en el siguiente; diga U d . c u a n t o sepa i tenga relación c o n el desgraciado accidente que dio p o r resultado la pérdida de este b u q u e . — D i j o : q u e en el espresado dia tuvo guardia en el cuarto de d o c e a cuatro, m a n t e n i e n d o el b u q u e cerca de los buques para esperar el bote despachado a 1 P. M. al Lámar por víveres i pertrechos. Que en ese bote iban el ayudante de c o n t a d o r señor Prieto, maestre de víveres señor Cortés, aspirante señor G u i m p e r i cinco marineros. Q u e a l a s 4 P. M., p o c o tintes de entregar la guardia al 2. ° piloto señor Stabeil, se avistó una vela al Noroeste de d o n d e nos hallábamos. El señor c o m a n d a n t e me ordenó poner al b u q u e de la insignia la señal de " b u q u e mercante a la vista," lo que hice. Esta señal n o fué c o m prendida por el Blanco Encalada; sin e m b a r g o , el finado comandante señor J u a n Guillermo Peña, dio avante a t o da fuerza, dirijiéndose en dirección de la embai-cacion avistada. Entregada, m e retiré al salón hasta que el buque paró i se m e avisó fuese a recibir órdenes. M e dirijí al puente d o n d e se hallaba el señor c o m a n d a n t e , i recibí de este la orden d e "traer la balandra de c o s t a d o . " A c e r c á n d o m e a la balandra, vi q u e se hallaba fondeada, a b a n d o nada i c o n sus velas izadas. M e infundió recelos, i n o la abordé sino c o n desconfianza. Corté el c a b o del a n c l o te por temor de que al levarlo hiciese estallar algún t o r pedo estacionario. N o se m e ocurrió fuese la misma balandra la máquina infernal. D e j é un marinero en la balandra i m e dirijí con ella al Loa, d e j á n d o l a cerca del portalón de estribor a popa. D i cuenta al señor c o m a n dante del c o n t e n i d o de la carga, manifestándole la estraña manera en q u e la habia encontrado. Sin embargo; dio orden de aclararla. Terminada mi comisión, m e retiré al salón, d o n d e estaban c o m i e n d o algunos oficiales. E m p e z a ba mi c o m i d a , c u a n d o se sintió una espantosa d e t o n a c i ó n seguida d e una lluvia de vidrios, agua i astillas. Desatentado salí de la cámara. Y a en la cubierta, p u d e d a r m e cuenta de lo ocurrido a la vista de los destrozos i üe los heridos; entre estos el señor c o m a n d a n t e i el g u a r d i a - m a rina señor Fierro. P r e g u n t é a éste q u é sucedía: m e c o n testó algo que n o pude entender. N o t é que el b u q u e se sumia, que a estribor n o quedaban botes en estado de arriarlos, i que a babor ya se habia arriado la falúa, i q u e en ella se embarcaban desordenadamente cuantos podían; quise h a c e r m e oir para q u e n o se precipitasen tantos en un solo bote, pero fué inútil. A l asomarme vi que el bote se daba vuelta c o n t o d o s los tripulantes. Tiré al agua cuanto c a b o h u b e a m a n o i en seguida m e dirijí a p r o a . El comandante estaba en el p u e n t e ; le p r e g u n t é si c o n v e n dría disparar u n tiro en señal de alarma; m e contestó q u e lo hiciera. N o habia la j e n t e necesaria para desuncar el cañón i meterlo en batería, pues estaba cargado; corrí a buscarla, vinieron algunos, creo q u e entre ellos el c o n d e s table i dos ayudantes; pero ya era tarde, p o r q u e la proa

CUARTO.

299

estaba algo levantada, además habia d a d o contra orden respecto de hacer fuego. El buque se h u n d í a r á p i d a m e n te; corrí a mi camarote por salva-vida, n o encontré; b u s q u é en cuanto camarote pude, t a m p o c o quedaban. Cerca del portalón encontré al c o m a n d a n t e Peña c o n d o s salva-vidas: u n o puesto i u n o circular que llevaba en la m a no, el que m e entregó por haberle p e d i d o uno. El se dirij i ó al puente, y o a la escala a esperar el m o m e n t o d e tirarme al agua. N o tuve tiempo de hacerlo p o r q u e el b u q u e se h u n d i ó repentinamente, arrastrándome en el remolino. Perdí el salva-vida, m e creí perdido; pero felizm e n t e una corriente m e llevó a la superficie d o n d e m e t o m é d e u n m a r c o de enjaretado que u n soldado m e p u so al alcance c u a n d o m e vio asomar. Con este soldado m e m a n t u v e en el marco hasta q u e anocheció. D e s d e este m o m e n t o mis recuerdos son muí confusos: empezaba a perder el c o n o c i m i e n t o . Parece fui recojido en u n b o t e inglés, i trasladado de éste a la l a n c h a Fresia por el t e niente señor Bianchi. P . — L u e g o que se sintió la detonación i salió afuera ¿oyó algunas órdenes sobre medidas para precaver la muerto de tantas v í c t i m a s ? — D i j o : que al sentirse la esplosion salieron todos los oficiales j u n t o s i entre ellos el teniente 1. ° que concluía su comida, i que aunque este señor dio orden de arriar botes, la j e n t e se precipitaba sobre la seg u n d a falúa puesto que los otros botes a primera vista estaban destrozados. N o debe estrañarse la precipitación d e la tripulación sobre esta embarcación, puesto q u e casi t o d o el equipaje del Loa había sido renovado en valpararaiso i los efectos de la dinamita, obrando sobre los individuos bajo la forma de un g o l p e eléctrico, hace atontarse 0 perder el sentido i dejarlos sordos por algún t i e m p o . P.—¿Sabia U d . o habia o í d o rumores que los peruanos trataran de hacer volar por m e d i o de brulotes los buques que bloquean este puerto o las caletas vecinas?—Dijo: q u e n o sabia nada, por estar recien trasbordado al vapor Loa 1 de haber conversado m u i raras veces c o n los señores oficiales. P . — S i las embarcaciones que tenia el b u q u e las creía suficientes para salvar, en un caso d a d o , t o d o el equipaje i si estaban repartidos todos en sus botes, i por último, si cree que podría haberse salvado mas j e n t e ? — D i j o : creo q u e las embarcaciones bastaban para el salvamento de la tripulación i que hubieran sido suficiontes para que todos los librados de la esplosion hubieran salvado, si no h u b i e ran estado imposibles de flotar casi todas ellas, i que cree que todo el m u n d o tenia su bote señalado, i q u e se ha h e c h o c u a n t o era posible para salvar el m a y o r n ú m e r o , i que si n o salvaron mas h a sido por la hora del siniestro, d a n d o lugar a que el socorro viniera después del anochecer. N o teniendo mas que decir, una vez leida que le fué la presente declaración, se ratificó en ella, i para constancia la firma c o n el señor fiscal i presente s e c r e t a r i o . — P e d r o N. Martínez.—Rojas.—Ante m í , Luis A. Molina. Declaración del sub-teniente de la Artillería de Marina señor Víctor A. Bianchi, comandante de la guarnición del "Loa" I n c o n t i n e n t i c o m p a r e c i ó el sub-teniente d é l a Artillería de Marina perteneciente a la d o t a c i ó n del Loa, señor V í c tor A. Bianchi, quien, previo la promesa de estilo, dijo llamarse c o m o queda d i c h o , natural de Chile, mayor de edad i de estado soltero. P . — ¿ D ó n d e se encontraba U d . en el m o m e n t o q u e se l l e v ó l a balandia al costado del Loa; diga cuanto sepa sobre el accidente ocurrido el 3 del presente, si c o n o c e las medidas q u e tomaron los jefes antes i después del a c c i dente, i por fin todos aquellos datos que puedan dar luz a esta fiscalía?—Dijo: c u a n d o se llevó la balandra al costad o del Loa m e encentraba en la cámara, s e n t á n d o m e en seguida a la mesa a comer; a los pocos m o m e n t o s de esto se m a n d ó llamar al contador para que fuese a t o m a r in ventario d e l o que venia en la lancha, parándonos t o d o s


GUERRA DEL

300

de la mesa para ir a ver también le que ahí venia; el d e clarante volvió inmediatamente a la mesa sin preocuparse mas de la lancha, i, p o c o mas o menos, al m i s m o tiemp o entraban al c o m e d o r el 2. ° c o m a n d a n t e señor L e o n cio Señoret i el teniente 2. ° don Pedro N. Martínez, diciend o el primero que creía fuese aquello una celada/pues que a la O'Higgins se le había escrito en ese sentido, i que t a m bién elle había hablado al comandante Peña a este respecto; pero n o habiendo h e c h o j u i c i o el citado c o m a n d a n t e a lo q u e le decía el 2. ° , empecinado, dio orden terminante para q u e se aclarase la lancha apresada inmediatamente. El teniente Martínez,por su parte,espuso ahí, en la misma c o m i da, q u e él se habia acercado c o n algún temor a la lancha i q u e c o n algunas precauciones la llevó al costado del Loa, manifestando al c o m a n d a n t e i demás del b u q u e sus t e mores. E n esos m o m e n t o s se sintió la esplosion, diciendo el teniente S e ñ o r e t : — ¿ N o ve? i en seguida salimos apresuradamente del c o m e d o r , dirijiéndose el que suscribo a popa, d o n d e se encontró c o n el injeniero 1. ° Mr. W i l l i e i el c o n t a d o r don R i c a r d o Bordalí, con los que m e tiré al agua, nadando por espacio de dos horas, siendo recojido al fin por el bote inglés. Pero h e sabido por los sobrevivientes q u e el teniente Señoret estuvo hasta los últimos m o m e n t o s a bordo del L,oa, aconsejando a unos para que tuviesen mas serenidad, i a otros el lugar o el p u n t o i el m o d o c ó m o debían tirarse al agua, prestando ausilio t a m bién al corneta de la guarnición, el que debe a él en gran parte su salvación. Creo q u e si el accidente o c u r r i d o el dia 3 hubiera tenido lugar una o dos horas antes, las pérdidas de vidas habrían sido m u c h o menos, pues que siend o la n o c h e oscura, a las embarcaciones menores que se acercaron a recojer náufragos les era m u i difícil dar c o n ellos; así fué que m u c h o s habían perdido ya el habla, i, por consiguiente, no p o d í a n pedir ausilio. P.-—¿Sabe U d . si c o n la esplosion se destrozaron la m a y o r parte de las embarcaciones del b u q u e i por qué causa se dio vuelta la segunda falúa al costado de babor? — D i j o : que encontrándose a p o p a n o p u d o saber el estado en que so quedaron las embarcaciones menores. P.—¿Sabia o tenia c o n o c i m i e n t o , antes del accitlente, del brulote q u e se trataba de aplicar a la O'Higgins en A n c ó n ? — D i j o : que se susurraba que se preparaba por los peruanos m e d i o de hacer volar d i c h o b u q u e . P.—¿Si la guarnición que U d . c o m a n d a b a estaba distribuida en los distintos puestos de combate, maniobras, botes, e t c ? — D i j o que sí. N o teniendo mas q u e decir, i una vez leída q u e le fué esta declaración, se ratificó en ella, i para constancia la firmó con el señor fiscal i el presento secretario.— Víctor A. Bianchi.—Rojas.—Ante mí, Luis A. Molina. Declaración

del contador 2. ° del crucero Ricardo Bordalí.

"Loa"

señor

A c t o c o n t i n u o c o m p a r e c i ó el contador 2. ° de la d o t a ción del Loa, señor R i c a r d o Bordalí, el cual, previa la promesa de estilo, dijo llamarse c o m o queda d i c h o , ser m a y o r de edad, natural de Chile i estado soltero. P.—¿Qué órdenes recibió U d . del comandante en la tarde del 3 c u a n d o se atracaba al c o s t a d o del I,oa u n a balandra apresada i detalle todos los pormenores que sirv a n para esclarecer las causas de la esplosion de dicha l a n c h a ? — D i j o : que en el m o m e n t o de atracar la lancha recibió orden del señor c o m a n d a n t e para tomar inventario de los objetos que habia en ella; que estando el a y u dante de c o n t a d o r en comisión fuera del b u q u e , el declarante lo hacia personalmente; que al levantarse el último bulto, que a su parecer era un saco, vino una terrible d e tonación que lo tiró por el suelo j u n t o con el guardia-marina señor H u i d o b r o , el aspirante señor G u z m a n i una gran cantidad de marineros que se encontraban por ahí por la novedad. A l g u n o s instantes después p u d e levantarme i vi los terribles estragos q u e el brulote habia h e c h o entre los marineros; que al subir al segundo puente,

PACIFICO.

o y ó decir que se docia: "so va a pique el buque;" inmediatamente corrió hacia popa, i c o m o mi c o m a n d a n t e era el último de popa, t o m é mi salva-vida i m e arrojé al agua j u n t o con el sub-teníente señor Bíanchi i el injeniero 1 . ° señor Willie. T o d a v í a n o nos desprendíamos algunos metros de la popa, c u a n d o ya ésta se encontraba sumerjida. P.—¿Qué clase do artículos venían en la l a n c h a i diga todo lo que recuerdo a este r e s p e c t o . — D i j o : q u e el carg a m e n t o de la lancha contenia, mas o menos, lo siguiente: un canasto plátanos, u n o idetn granadillas i otro ídem naranjas, unas cuantas gallinas i dos patos, u n saco lentejas, cuatro de fréjoles, dos de arroz, i en la lancha, a p o pa i proa, habia una cantidad de camotes sueltos. P . — S i cree que el guardia-marina señor H u i d o b r o , que se encontraba cerca de él, pereciese en el l u g a r . — D i j o : que c u a n d o él se levantó n o lo volvió a ver. P . — ¿ A q u é oficiales vio en su tránsito a su camarote fuera de los y a enumerados i diga si c o n o c e las medidas que se tomaron por los jefes del b u q u e para la salvación de la t r i p u l a c i ó n . — D i j o : que solo vio a los ya n o m b r a d o s i que habiendo sido m u i rápida la travesía desde el lugar del siniestro a su camarote i de ahí al agua, n o p u e d e precisar las medidas que tomaron los jefes; pero q u e estando él en el a g u a i antes que la n o c h e se viniera encima, vio a la m a y o r parte de los tripulantes flotando sobre maderos i ausiliándose unos a otros. P.—¿Sabia U d . o tenia c o n o c i m i e n t o q u e se susurraba en la escuadra la idea de p o n e r u n brulote a los buques bloqueadores do este puerto o de las caletas vecinas? •—Dijo: q u e n o sabia nada c o n respecto al b r u l o t e ; pero si que se hablaba entre oficiales que los peruanos tienen todavía torpedos L a y i q u e esperan la o p o r t u n i d a d de lanzarlos a los buques. N o teniendo mas que decir, u n a vez leída que le fué su declaración, se ratificó en ella, i para constancia la firma c o n el señor fiscal i presente s e c r e t a r i o . — R . Bordalí.— Rojas.—Ante mí, Luis A. Molina. Declaración

del injeniero Santiago

1. ° del "Loa" Willie.

señor

I n c o n t i n e n t i compareció el injeniero 1. ° de la dotación del Loa, señor Santiago Willie, quien, previa la promesa de decir verdad, dijo llamarse c o m o q u e d a dicho, ser natural de Escocia, m a y o r de edad i de estado soltero. P . — D i g a cuanto sepa respecto del naufrajio del Loa. — D i j o : que en el m o m e n t o q u e llegaba el bote al costado, éí c o n otros oficiales, q u e estaban en el salón c o n c l u y e n d o de c o m e r , salieron a mirar su c a r g a m e n t o , que inmediatamente volvieron al salón j u n t o c o n el teniente Martínez, que era el oficial q u e habia ido en comisión; que d i c h o señor dijo, mas o menos, " n o habia tenido mucha confianza al atracar a la lancha t e m i e n d o que fuera alguna trampa de los peruanos;" que el teniente Señoret, que estaba también en el salón, h a b l ó sobre el particular, diciendo que m u i bien podría ser u n a trampa i q u e si no ésta seria otra; que en el m o m e n t o q u e hablaba el teniente Señoret hizo esplosion el torpedo, h a c i e n d o pedazos todas las cosas del salón; q u e él corrió a la puerta c o n el objeto de dirijirse a la máquina, p e r o q u e era m u c h a la j e n t e que corría por ese departamento hacia proa; tuvo tiempo para ver que el agua entraba a torrentes i el buque se h u n d í a m u í lijero de popa. Q u e t o m ó su sal va-vida i c u a n d o salía del camarote y a el agua llegaba a la cubierta de la batería; que entonces n o p u d o hacer otra cosa que arrojarse al agua por la p o p a del b u q u e , al mism o tiempo que el contador i oficial de la guarnición. P - — ¿ Q é n era el injeniero que estaba de guardia en ese m o m e n t o , cuántos compartimientos tenia el buque i diga si se encontraban cerrados i haga una esplicacion detallada si por efecto de la esplosion p u d o sufrir el de la máquina? — D i j o : q u e era el injeniero 3. ° señor AnLU


CAPITULO

CUARTO.

301

drés D i m e a n , que en eso m o m e n t o relevaba al 2. ° , señor Craig, para comer. Q u e el buque tenia dos pequeños compartimientos a proa i a p o p a tres grandes: uno que separaba la b o d e g a de proa, otro que separaba la m á q u i na i calderos i otro la bodega de popa; q u e todos estos cinco compartimientos estaban separados o independientes unos de otros, i que las c o m u n i c a c i o n e s a ellos se h a cían por las escotillas de la cubierta principal; que el m a m paro que separa la b o d e g a de p o p a del departamento de la m á q u i n a se encuentra c o m o a 10 pies de la escotilla del costado de p o p a , i que él cree que la esplosion ha alcanzado a hacer saltar o remover las planchas, i esto lo cree mui posible, puesto que u n o de los fogoneros q u e estaba de guardia, A l b i n o Sánchez, que se encuentra salv o , le ha d i c h o que era tanta el agua que entraba a la máquina que t u v o que salir por la escala del salón de los fuegos.

m o l q u e i viniendo en la canoa para atracar a escala i dejar al teniente Martínez; que en seguida so pasó el bote al otro lado para izarlo en sus pescantes i que, c o m o el d e c l a rante era patrón, subió c o n otro marinero; que estándose izando el boto sintió la esplosion, la que m e d i o lo atontó. Inmediatamente corrió al otro lado a ver q u é era, i apercibiéndose que una gran cantidad, de j e n te herida corría hacia proa, que en ese m i s m o m o m e n t o sintió que el t e niente Señoret daba orden de arriar los botes i que desde entonces él c o n otros marineros corrieron hacia el salvavidas; pero v i e n d o que estaba desfondado se fueron hacia el chinchorro, el cual, a u n q u e tenia toda la tablazón de proa toda saltada, lo arriamos; que al p o c o rato tomaron al d o c t o r que estaba en el agua; que en seguida se o c u p a ba c o n su ropa en tapar la rasgadura de proa, porque el c h i n c h o r r o se iba a pique, c u a n d o vio que el teniente S e ñoret lo llamaba; que inmediatamente se tiró al agua llev á n d o l e u n palo de los que flotaban, viniéndose en seguiN o teniendo mas q u e decir, puesto que el declarante da al c h i n c h o r r o ; ahí le sacó los pantalones que los tenia n o p u d o bajar a su departamento p o r la rapidez c o n q u e arriados; que después de esta operación, estando en el se h u n d i a el b u q u e , se suspendió esta declaración, i una c h i n c h o r r o el señor doctor, el aspirante G u z m a n i dos o vez q u e le fué leida, se ratificó en ella, i para constancia tres mas se dio vuelta; entonces c o m o p u d e m e separé del la firmó c o n el señor fiscal i presente secretario. — J a m e s bote e intenté irme al barco a t o m a r m e de los palos q u e A. Willie.—Rojas.—Ante mí, Luis A. Molina. estaban a la vista; pero c o m o la distancia era m u c h a , m e agarré de u n palo hasta que fui salvado por u n bote inglés. Declaración del injeniero 3. ° del "Loa" señor Andrés Duncan. P . — S i c u a n d o U d . saltó a la lancha i la vio a b a n d o n a -

A n u e v e días del presente mes i año c o m p a r e c i ó el i n j e n i e r o 3. ° del crucero Loa, señor A n d r é s D u c a n , el que, previa la promesa de estilo, dijo llamarse c o m o queda d i c h o , ser natural de Inglaterra, m a y o r de edad i estado soltero. P . — ¿ D ó n d e se encontraba U d . en la tarde del 3 c u a n d o hizo esplosion el brulote al costado del Loa i diga t o d o cuanto sucedió en el departamento de la m á q u i n a ? — D i j o : que en ese m o m e n t o se encontraba en la máquina, teniéndole la guardia al injeniero 2. ° mientras comia; que la esplosion r o m p i ó todas las cosas m e n u d a s que habia en el pañol, apagando todas las lámparas; que inmediatam e n t e el agua c o m e n z ó a entrar a la m á q u i n a p o r el p a ñol, la cual se inundó en seguida; que él cree que el t o r p e d o rasgó la plancha hasta el departamento del pañol c o m o también el m a m p a r o que divide la b o d e g a de p o p a de la máquina; q u e v i e n d o que t o d o el trabajo de la m á quina era inútil i n o recibiendo órdenes, subió por la escotilla d e la máquina, embarcándose en la segunda canoa q u e en ese m o m e n t o la arriaban unos marineros; que c o n él se salvaron unos 12 individuos a u n q u e el bote hacia agua por la popa, quizá a causa de la esplosion.

da n o sospechó o malició a l g o . — D i j o : que él estrañó verla abandonada, fondeada i c o n su vela izada; que i n m e diatamente miró hacia la parte de la playa para ver si veia al c a c h u c h o en que se habrían arrancado todos los tripulantes, pero que n o malició que fuera esa lancha u n torpedo o m á q u i n a infernal. P . — S i sabia o tenia noticias sobre intentona de aplicar torpedos los e n e m i g o s . — D i j o : que n u n c a se podían imajinar que hicieran volar u n b u q u e del m o d o que hicieron volar el IJOU, pero sí que tenían o r d e n de vijilar i dar parte de la aparición de cualquier m a d e r o u o b j e t o que flotare en el mar. N o teniendo mas que decir i una vez leida q u e le fué su declaración, se ratificó en ella, i para constancia la firmó.—Donato Castillo.—Rojas.—Ante m í , L,uis A. Molina. Declaración

del buzo del "Blanco Sobenez.

Encaladla"

José

Incontinenti c o m p a r e c i ó el b u z o de la d o t a c i ó n del Blanco Encalada, señor José Sobenez, quien, j u r a m e n t a P . — S i sabia o habia o i d o decir que los peruanos intend o en forma, dijo llamarse c o m o queda d i c h o , chileno, m a taran aplicar a nuestros b u q u e s brulotes, torpedos, etc. y o r de edad i de estado casado. — D i j o : q u e n o ; i tan ajeno estaba a ello, q u e c u a n d o sinP . — S i ha bajado i e x a m i n a d o la avería que h i z o el b r u tió la esplosion i el c h o q u e , se figuró fuera u n gran p r o - lote que dio por resultado la pérdida del Loa i diga yectil que c h o c a b a contra el departamento do la máquina. cuanto h a p o d i d o examinar mientras estuvo bajo el agua. N o teniendo mas q u e decir, i una vez leida que le fué D i j o : q u e en la tarde del 5 bajó a examinar la avería su declaración, se ratificó en ella, i para constancia la firq u e habia recibido el Loa, i de las observaciones que h i m ó c o n el fiscal i presente s e c r e t a r i o . — A n d r é s Duncan. zo, resulta que el buque se encuentra varado a 18 bra—Rojas—Ante mí, Luis A. Molina. zas de agua a popa i c o n 14 brazas encima del castillo; q u e el agujero que abrió el torpedo p u e d e calcularse p r ó x i m a m e n t e en 12 o 14 pies de largo, d e b a j o d e Declaración del marinero 1. ° Donato Castillo, del "Loa." la línea de trancaniles de la cubierta de la batería, p o r A siete dias del presente m e s i año c o m p a r e c i ó el mari- dos pies de a n c h o , i que en seguida las planchas se e n nero 1. ° de la d o t a c i ó n del Loa, D o n a t o Castillo, quien, cuentran rasgadas t o m a n d o una dirección oblicua h a j u r a m e n t a d o en forma, dijo llamarse c o m o q u e d a d i c h o , cia popa; q u e para p o d e r haberse h e c h o tal agujero, se ha necesitado una inmensa cantidad de materia esplosichileno, m a y o r d e edad i de estado soltero. P . — ¿ D ó n d e se encontraba U d . en el m o m e n t o q u e hizo va; que a su parecer, el b u q u e está perdido totalmente, esplosion el brulote al costado del Loa i qué fué lo q u e puesto que la profundidad en que se encuentra, es c o m o vio o hizo d e s p u é s ? — D i j o : q u e c u a n d o el b u q u e paró fué ya ha d i c h o de 18 brazas, i que solo con un i n m e n él u n o de los tripulantes del bote q u e fué a t o m a r la lan- so oasto i h a c i e n d o uso d e los cajones de los diques de Valparaíso talvez se podría correr un p o c o mas a tiecha; q u e una vez al costado saltaron otros m u c h a c h o s i él a dicha lancha, i c o m o el teniente Martínez ordenara c o r - rra, i por consiguiente, tapar todos los agujeros, escotillas, tar el anclote en v e z de levarlo, él c o n su navaja lo h i z o ; etc., para ponerlo a flote. N o teniendo mas que decir i una vez que le fué leida pasándose él c o n el c h i c o t e para amarrarlo a la canoa; su declaración, se ratificó en ella, i para constancia la firq u e en seguida se vinieron hacia el Loa largando el re-


302

GUERRA DEL

m ó con el señor fiscal i presente secretario.—José nez.—Rojas.—Ante mí, Luis A.. Molina. RESUMEN

Sobe-

FISCAL.

N o m b r a d o p o r V. S. fiscal para averiguar las causas de la pérdida del crucero Ijoa en la tarde del 3 del presente, vistas i leídas las deelaciones, resulta: Diariamente, en la boca de la rada del Callao, se m a n tiene un buque que estando sobre la máquina hace el servicio de ronda, siendo su misión el reconocimiento de embarcaciones que traten de salir o entrar al puerto i la vijilancia de la bahía, etc. El sábado 3 del presente se encontraba de servicio el crucero Loa i h a b i e n d o avistado minutos antes de las 4 P. M. u n a embarcación a la vela en la dirección Noroeste del punto en que se mantenía aguantado, puso señal al b u q u e almirante de " b u q u e a la vista," haciendo r u m b o hacia la vela a toda fuerza de máquina; que cuando estuv o cerca i después de haber n a v e g a d o unos cuarenta i c i n c o minutos, m a r c a n d o el escandallo, 14 brazas, se paró la máquina, ordenando el señor comandante, señor Juan Guillermo Peña, al teniente 2. ° Pedro N. Martínez ir en la segunda canea a traer la balandra al costado (fs. 11 vuelta); que d i c h o oficial, viendo que la e m b a r c a ción estaba fondeada, abandonada i c o n sus velas izadas, t u v o recelo de levar el anclote por temor de que estallara u n torpedo al emprender la faena (fs. 11 vuelta); que ordenó cortar la boza, operación que ejecutó el marinero D o n a t o Castillo, haciendo uso de su navaja (fs. 16); que al atracar a b o r d o i dar cuenta al señor c o m a n d a n t e del contenido de la carga, le manifestó la estraña manera en que la había encontrado; que el teniente 1. ° señor L e o n cio Señoret en su parte (fs. 4), dice: que él i el piloto 2. ° señor Stabell, habían h e c h o observaciones al señor c o mandante por el estraño m o d o c o m o se encontraba f o n deada i abandonada la balandra; estas manifestaciones o representaciones se encuentran confirmadas por las declaraciones del piloto, a fs. 8, del oficial de la guarnición señor Bianchi, a fs. 13 vuelta i del injeniero 1. ° señor Willie, a fs. 17. Parece que estas observaciones no t u vieron importancia alguna ante el señor c o m a n d a n t e P e ña, puesto que ordenó la inmediata descarga, haciéndose esta faena por el portalón de estribor a popa. El cargam e n t o de la balandra, según declaración del contador 2. ° señor Bordalí, se c o m p o n í a de unas cuantas gallinas, patos, camotes sueltos, canastas de naranjas i granadillas, que t o d o eso se e c h ó a b o r d o del Lioa a m a n o , pero l u e g o h u b o que hacer uso de un pequeño aparejo para izar unos cuantos sacos de fréjoles i arroz; que al izarse el último (fs. 15 i 19 vuelta) se p r o d u j o una fuerte detonación que e c h ó sobre cubierta a todos los que estaban cerca del portalón, matando e hiriendo a algunos de los señores oficiales i c o m o a 40 individuos de l a tripulación. Por las declaraciones se ve que el c o m a n d a n t e i n s p e c cionaba i activaba la descarga, recibiendo de lleno los efectos del brulote hasta el estremo de quedar casi desn u d o , la cara q u e m a d a i una oreja desprendida, n o o b s tante p u d o ir a su puesto i dictar medidas propias del momento. Los oficiales sobrevivientes i c o n especialidad el oficial del detall, teniente 1. ° señor L e o n c i o Señoret, una vez apercibidos de l o que pasaba i v i e n d o que el b u q u e se sumerjia de p o p a c o n una rapidez vertijinosa, ordenó arriar i embarcar los botes, que por desgracia también h a bian sido defondados por los efectos del brulote; el ú n i c o bote, p u e d e decirse, útil era la segunda falúa, a la cual se lanzó casi toda la tripulación, sin prestar oídos a las j u s tas recomendaciones que le hacían los tenientes Señoret i Martínez; esta embarcación tuvo que sufrir las c o n s e cuencias de su carga, se dio vuelta i pereció a su costado la m a y o r parte de sus tripulantes. L a segunda canoa, que en ese m o m e n t o so izaba i que sufrió en su tablazón por efecto del torpedo, p u d o recibir i salvar a los injenie-

PACIFICO.

ros 2. ° i 3. ° i 11 individuos mas q u e llegaron al c o s tado del Amazonas c o n el bote entre aguas (fs. 18 i 20); el c h i n c h o r r o , que también fué arriado, a u n q u e estaba roto, recibió al principio c i n c o individuos entre los cuales estaba el d o c t o r señor Zañartu; pero corno se diese vuelta, pudieron mantenerse agarrados hasta que fueron recojidos p o r los botes que llegaron en ausilio. Por la lista que encabeza el sumario, se v e q u e h a n p o dido salvarse del naufrajio 10 oficiales, 33 individuos del equipaje, 12 militares, que, unidos a dos oficiales, un m a e s tre de víveres i c i n c o marineros q u e estaban c o n un bote en comisión del servicio a b o r d o del Lámar, suman 63 sobrevivientes a la tripulación del Loa. Si se tiene p r e sente que el naufrajio tuvo lugar a siete u o c h o millas del fondeadero de la escuadra, que los botes casi en su totalidad fueron destruidos, que la tripulación habia sido cambiada en el último viaje al departamento, h a b i e n d o a b o r d o m u c h o s grumetes que pisaban b u q u e por primera vez, i que el accidente tenia lugar a la caida de la tarde, se verá q u e los ausilios fueron prestados c o n oportunidad, particularmente por los botes de los b u q u e s neutrales que, c o n lijereza propia de marinos disciplinados, acudieron ai lugar del siniestro. Todas las declaraciones están contestes en afirmar q u e el b u q u e se fué a pique en u n intervalo d e c i n c o a 10 minutos, sin haberlo p o d i d o evitar los c i n c o c o m p a r t i mientos a prueba de agua q u e tenia en previsión de a c cidentes; consta asimismo que todos estaban cerrados (fs. 18, 19 i 20); pero el c h o q u e sobre el costado debió ser p r o d u c i d o por una inmensa cantidad de materia esplosiva (200 a 300 libras dinamita); la rotura que, según inform e del b u z o del Blanco Encalada,, es de 12 a 14 pies d e largo p o r dos de a n c h o , debajo de la línea de trancaniles de la cubierta de la batería, además otras rasgaduras en las planchas, confirman las declaraciones del injeniero 3. ° i fogonero 1. ° a fs. 19 i 20, c u a n d o dicen q u e p o r el pañol de la máquina entraba el agua a torrentes. Por último, el teniente 1. ° señor Señoret, en su d e c l a ración de fs. 7, dice: " q u e u n a de las razones en q u e f u n daba su recelo, era por ciertos rumores q u e se susurraban en la escuadra sobre la intentona de aplicar u n brulote en A n c ó n a la corbeta 0'Higgins, los q u e estaban en c o n o c i m i e n t o de la m a y o r parte de la oficialidad del b u q u e ; el piloto señor Stabell, a fs. 9, i el teniente Martinez, a fs. 13, dicen ignorar el citado rumor, pero los oficiales sub-teniente señor Bianchi, a fs. 13 vuelta, e injeniero 1. ° señor Willie, a fs. 17, dicen q u e el teniente Señoret h a cia referencia al citado r u m o r en el salón en el m o m e n t o de la esplosion. A b o r d o del Blanco

Encalada,

Julio 13 de 1880. B A S I L I O ROJAS.

SEGUNDO COMANDANCIA E N

SUMARIO.

JEFE

DE

LA

Callao,

ESCUADRA.

Julio

15 de

1880.

A d e l á n t e s e el sumario sobre los puntos siguientes: 1. ° Si se le p u s o o n ó al Loa, p o r el b u q u e de la insignia, la señal de r e c o n o c e r la embarcación anunciada, c o m o era de c o s t u m b r e hacerlo, o si el Loa partió sin esa señal. 2. ° ¿Por q u é c o n d u c t o sabían el teniente 1. ° Señoret i otros oficiales del Loa los rumores o noticias de q u e se trataba en el puerto de A n c ó n d e aplicar a la corbeta 0'Higgins un torpedo semejante al q u e causó la pérdida del Loa?- ¿Si esos mismos rumores habían sido o n ó c o m e n t a d o s a b o r d o del Locú 3. ° ¿Cuál ha sido la práctica seguida durante la c a m paña, particularmente en el b l o q u e o de este puerto, c o n las embarcaciones c u y o s papeles fuesen dudosos o inspirasen sospechas? RlVEROS.


CAPITULO

Declaración

del

ayudante

de

órdenes

señor

Gacitúa.

A diez i seis dias del presente mes i año c o m p a r e c i ó el ayudante del E s t a d o M a y o r d e la escuadra, guardia-marina d o n A n j e l A. Gaeitúa, quien, previa la promesa de estilo, d i j o llamarse c o m o queda dicho, ser m a y o r de edad, natural de Chile i estado soltero. P . — S i en la tarde del 3 del presente i antes q u e n a u fragara el crucero Loa se puso de d i c h o b u q u e señales avisando que se avistaba la balandra q u e reconoció, ¿qué se le contestó desde el b u q u e de la insignia?—Dijo: q u e minutos antes de las 4 P. M. del citado dia, el crucero Loa echó la señal n ú m e r o 4,651 q u e n o tiene significación alguna en el c ó d i g o por estar en blanco; que a las 4.10 P. M. se le p u s o desde el b u q u e de la insignia la señal númer-o 63, que quiere decir: " n o se h a entendido la señal i pide que se repita;" que el Loa izó su intelijencia, pero c o m o desde que p u s o la señal el Loa hasta el m o m e n t o de izar su intelijencia habia puesto su m á q u i n a en m o v i m i e n t o a toda fuerza desde un principio, la distancia que separaba a ambos b u q u e s ya era m u c h a . El n ú m e r o 4,651 está a c o n t i n u a c i ó n de los n ú m e r o s que señalan vapor a la vista en los distintos cuadrantes, i c o m o en ese m o m e n t o el tope del Blanco Encalada avisaba h u m o al Sur p o r el b o q u e r ó n , se q u e d ó en la d u d a si eso quería señalar el Loa en la señal que hacia. A pesar de haberse p e d i d o repetir la señal, el Loa c o n tinuó c o n la misma señal e intelijencia izada. P . — C u a n d o los buques avistan una e m b a r c a c i ó n ¿qué proceder se emplea en el b u q u e de servicio i en el almir a n t e ? — D i j o : que l u e g o q u e el b u q u e de servicio avista una embarcación lo c o m u n i c a por señal al b u q u e de la insignia; que éste le pone la señal de reconocer, pero en el caso actual al Loa n o se le p u s o la señal de reconocer, puesto q u e n o se entendió la que él ponía. P . — ¿ C o n o c e Ud. si los c o m a n d a n t e s u oficiales del Loa conociesen los rumores que se corrían en la escuadra de que los peruanos trataban de aplicar en A n c ó n , a la c o r beta O'Higgins, un torpedo semejante al que causó la pérdida del Loa; si esos rumores habían sido o nó c o m e n t a dos a b o r d o del Loal—Dijo: que a b o r d o de ese crucero fué interrogado sobre el asunto tres o cuatro dias antes del fracaso, en el salón del b u q u e i en presencia de varios oficiales; q u e el injeniero 1. ° señor Cuevas, en depósito en el buque, los c o m e n t ó en esa m i s m a ocasión dándoles poco crédito por creerlos de m u i difícil ejecución i m u c h o mas si se tenia presente el mal resultado que habia tenido u n o semejante que se habia tratado de hacer en el mismo puerto, i que, c o m o es sabido, causó la muerte del que lo preparaba i grandes estragos en la población; la misma opinión manifestaron los guardias-marina señores Oportus i H u i d o b r o , que se encontraban presentes. R e s pecto al c o m a n d a n t e i resto de la oficialidad, n o p u e d o asegurar si tenían o n ó c o n o c i m i e n t o . P.—¿Cuál h a sido la práctica seguida en la c a m p a ñ a (particularmente en el b l o q u e o d e este puerto) c o n las embarcaciones c u y o s papeles fueren dudosos e inspirasen sospecha? Inmediatamente de r e c o n o c i d a alguna e m b a r c a c i ó n se da cuenta al Almirante; si los papeles son sospechosos, se traen a b o r d o del b u q u e insignia para que el señor A l m i rante determine en cada caso l o q u e estima c o n v e n i e n t e ; pero en las embarcaciones pequeñas, i m u c h o mas c u a n do éstas n o poseen papel alguno, se h a n traido al costado del b u q u e j e f e para su r e c o n o c i m i e n t o i determinaciones posteriores. N o teniendo mas que decir, u n a vez leída que fué la presente declaración, se ratificó en ella, i para constancia la firmó c o n el señor fiscal i presente secretar i o . — R o j a s . — A n j e l Gacitúa,.—Ante mí, Luis A. Molina. a

Declaración

del condestable

1. °

Jorje

Sibbald.

Incontinenti c o m p a r e c i ó el condestable 1 . ° perteneciente a la Plana M a y o r de la escuadra, J o r j e Sibbald, el

303

CUARTO.

que j u r a m e n t a d o en forma, dijo llamarse c o m o q u e d a d i c h o , inglés, m a y o r de edad i estado soltero. P.—-¿Qué comisión desempeñaba U d . en la e s c u a d r a ? — Dijo: hacer todas las señales que se ordenen en el b u q u e de la insignia, ver las que h a c e n los otros b u q u e s de la escuadra, llevando una libreta en que anota dichas señales i la hora en que se hacen. P.—¿Si en la tarde del 3 del presente puso o n ó señales el Loa, de " e m b a r c a c i ó n a la vista," i q u é señal se le puso en el b u q u e de la insignia?—Dijo: q u e según el libro de partes, a las 4 P. M., el Loa puso la señal n ú m e r o 4,651 que en el c ó d i g o n o tiene significado, puesto q u e está en blanco; que a las 4.10 P. M. se le e c h ó del Blanco Encalada el n ú m e r o 63, q u e dice: " N o se entiende la señal, etc.;" el Loa contestó c o n intelijencia, siguiendo a toda m á q u i n a hacia el N o r t e c o n el n ú m e r o 4,651 en el peñol de estribor i la intelijencia en el peñol de babor; que a las 5.20 P. M., mas o m e n o s , se sintió una esplosion en el Loa, yéndose a p i q u e a los p o c o s m o m e n t o s . N o teniendo mas que decir i una vez leída q u e le fué la presente declaración, se ratificó en ella, i para constancia la firmó c o n el señor fiscal i presente s e c r e t a r i o . — R o jas.—Jorje R. Sibbald.— A n t e mí, Luis A.Molina. Declaración

del señor

Señoret.

A c t o c o n t i n u o c o m p a r e c i ó el teniente 1. ° , ex-oficial de detall d e ü o f t , d o n L e o n c i o Señoret, el cual, previa la p r o mesa de estilo i habiéndose leido su parte de fs. 1 a 6 inclusivo i su declaración de fs. 6 vuelta a 8, dijo: ser s u yos, así c o m o la firma que está al pié de ellos. P . — S i se le p u s o o n ó al Loa por el b u q u e de la insignia la señal d e " r e c o n o c e r la embarcación anunciada" o si el Loco partió sin habérsele puesto d i c h a s e ñ a l . — D i j o : que al m i s m o tiempo que el Loa, puso la señal de " e m barcación a la vista" se puso también en m o v i m i e n t o c o n r u m b o hacia ella, q u e el b u q u e d e la insignia contestó c o n una señal que por la m u c h a distancia no p u d o c e r c i o rarse si era el 63, que significa " n o se entiende la señal, etc.," i continuó en d e m a n d a de la embarcación sin esperar la orden de reconocer. P.—¿Contestaron o nó c o n la intelijencia a la señal q u e les hizo el buque almirante?—Dijo: q u e el oficial de g u a r dia p o d r á contestar esa pregunta, pues el declarante n o se encontraba en el puente en ese m o m e n t o . P.—¿Por q u é c o n d u c t o sabia U d . i los otros oficiales del Loa los rumores o noticias de que se trataba, en el puerto de A n c ó n , de aplicar a la corbeta O'Higgins un torpedo semejante al que causó la pérdida del Loa? Si esos rumores habían sido o n ó c o m e n t a d o s a bordo del Loa i procurando n o m b r a r a las personas que tuvieran c o n o c i m i e n t o . — D i j o : que ignoraba el oríjen de esos r u m o res que llegaron a b o r d o del Loa; que en efecto fueron c o mentados i una de las ocasiones fué en el m o m e n t o q u e estallaba el torpedo, c o m o lo he d i c h o en mi anterior d e claración; que las personas q u e estaban presentes en esos m o m e n t o s , son el señor Bianchi, teniente Martinez, m e parece el señor Gacitúa en otra ocasión, i creo también el teniente Santa Cruz. P.—¿Sabe U d . si esos rumores o comentarios hubiesen llegado a oídos del c o m a n d a n t e señor P e ñ a ? — D i j o : lo i g noraba. P.—¿Cuál ha sido la práctica seguida durante la c a m paña, particularmente en el b l o q u e o de este puerto, c o n las embarcaciones c u y o s papeles fueran dudosos o inspirasen s o s p e c h a s ? — D i j o : que jeneralmente la práctica que h e n o t a d o en la escuadra i llevada a c a b o por el m i s m o Loa h a sido que en buques de gran porte que se e n c u e n tren en las circunstancias de la pregunta, tomarles sus papeles i llevarlos al señor Almirante para su superior r e solución; pero c o n embarcaciones menores ignora el d e clarante las instrucciones que tuviesen los c o m a n d a n t e s al respecto, pues esas embarcaciones carecen j e n e r a l m e n t e de papeles, rejistros, etc.


G U E R R A D E L PACIFICO.

304

N o teniendo mas que decir, una vez leida q u e le fué la presente declaración, se ratificó en ella, i para constancia la firma con el señor fiscal i presente secretario.—Mojas.— Señoret.—Ante mí, LVÁS A. Molina,. Declaración

del comandante

del

"Amazonas!'

A c t o c o n t i n u o c o m p a r e c i ó el teniente 1. ° , c o m a n d a n te del crucero Amazonas, señor Manuel A n t o n i o Riofrio, el cual, previa la promesa de estilo, dijo llamarse c o m o queda d i c h o , chileno, m a y o r de edad i estado soltero. P.—¿Cuál h a sido la práctica seguida durante la c a m paña, particularmente en el bloqueo de este puerto, con las embarcaciones c u y o s papeles fuesen dudosos o inspirasen s o s p e c h a s ? — D i j o : que durante el tiempo que es c o m a n d a n t e del Amazonas n o h a tenido dificultad en los reconocimientos do los buques; pero, para el caso que orij i n a esta pregunta, tenia ordenado a los oficiales q u e van en comisión que si en los papeles encontraren alguna falta que los hiciera sospechosos o que si por las declaraciones verbales que tomasen a los tripulantes notasen discordancia, m e trajeran todos los papeles i despachos del buque para remitirlos a la Comandancia en Jefe de la escuadra para su resolución; respecto a embarcaciones menores, n o he tenido oportunidad de r e c o n o c e r ; pero que, durante el tiempo que ha p e r m a n e c i d o en este puerto, se le ha presentado la ocasión de recojer dos boyas flotantes, que h a b i é n d o l e infundado fuesen torpedos los hizo tomar por el chinchorro, i una vez cerciorado que lo oran, dio cuenta al señor Almirante antes de proceder a reconocerlos i r e m o r carlos; en otra ocasión, e n c o n t r a n d o en la bahía u n bote d a d o vuelta lo hizo tomar por una de las embarcaciones del buque i amarrarlo a una b o y a para ser allí r e c o n o cido. P . — S i c u a n d o se avista u n a vela o vapor, el b u q u e de servicio procede inmediatamente a reconocerlo o espera orden del b u q u e de la insignia.— Dijo: que siempre el b u q u e almirante da orden por señal do reconocer el b u q u e o vela avistada, P.—¿Sabia Ud. o tenia noticias de que corrían rumores d e q u e los peruanos trataban, en el puerto d e A n c ó n , d e aplicar a la coberta O'IIiggins u n torpedo semejante al que c a u s ó l a pérdida del Loal—Dijo: n o tenia c o n o c i m i e n to alguno sobre el particular. N o teniendo mas q u e decir, i una vez leida que le fué la presente declaración, se ratificó en ella, i para constancia la firma c o n el señor fiscal i presente s e c r e t a r i o . — R o jas.—Manuel A. Riofrio.—Ante mí, Luis A. Molina, Declaración

del comandante

del

"Huáscar"

A c t o c o n t i n u o compareció el teniente 1. ° , c o m a n dante del monitor Huáscar, señor Emilio Valverde, quien, previa la promesa do estilo, dijo llamarse c o m o q u e d a d i c h o , ser chileno, m a y o r de edad i estado casado. P.—¿Cuál ha sido la práctica seguida en la campaña, particularmente en el b l o q u e o de este puerto, con las e m baiciones c u y o s papeles fuesen dudosos o inspirasen s o s p e c h a s ? — D i j o : q u e cada vez que este b u q u e h a tenido que hacer algún reconocimiento de buques o e m b a r c a c i o nes menores, lo he h e c h o c o n la escrupulosidad que las circunstancias lo exijen, llegando al estremo de reconocer una balsa que venia al garete; antes de atracar al costado, c o n el ausilio do un alambre se le pasó una h o n d a hasta r e c o n o c e r que sus fondos estaban claros. Q u e al reconocer un buque se le recojen los papeles i se los h a llevado al Almirante siempre q u e se h a n o t a d o d u d a en ellos i ha habido necesidad de consultas; pero c u a n d o éstos han estado en debida forma, se les ha n o t i ficado el bloqueo, despachado do la bahía i anotado en su bitácora. P . — S i c u a n d o se avista una vola o vapor el b u q u e de servicio procede inmediatamente a reconocerlo o espera orden del b u q u e de la insignia.—Dijo: que siempre que el b u q u e de servicio o cualquiera otro p o n o la señal do " e m -

barcación a la vista," contesta por señal orden de r e c o n o cerlo el b u q u e de la insignia, i sin este requisito n o se ha r e c o n o c i d o ninguno. P.—¿Sabia U d . o tenia noticias de que corrían rumores entre los oficiales de la escuadra do que los peruanos trataban, en el puerto de A n c ó n , de aplicar a la corbeta O'IIiggins un torpedo semejante al q u e causó la pérdida del Loa?—Dijo: que oficialmente n o lo sabia, p e r o que particularmente, en conversación, se lo dijo el capitán Peña el 1. ° , que t u v o lugar la partida del Angamos al Sur, pero que no era para n i n g ú n b u q u e do este lugar, sino para la O'IIiggins en A n c ó n . P . — ¿ H a b í a algunos otros jefes u oficiales presentes para p o d e r hacer luz en el asunto?—-Dijo: que nó, puesto que él pasaba al costado del b u q u e que venia de regreso de dejar a b o r d o del Angamos al c o m a n d a n t e Condell i lo llamó el c o m a n d a n t e Peña para invitarlo a hacer las once c o n él. Q u e n o sabe si algunos oficiales de la escuadra tuvieran c o n o c i m i e n t o de la noticia. N o teniendo mas que decir, i una vez leida q u e le fué la presente declaración; se ratificó en ella, i para constancia la firma c o n el señor fiscal i presento secretario. A n t e s de firmar, el señor fiscal le hizo la pregunta siguiente: ¿Sabe por q u é c o n d u c t o tendría tal noticia el señor c o m a n d a n t e P e ñ a ? — D i j o : que no s a b i a . — R o j a s . — Emilio Valverde.—Ante m í , Luis A. Molina. SEGUNDO

RESUMEN FISCAL.

E n conformidad de lo o r d e n a d o en auto de fecha 15 del presente por la C o m a n d a n c i a en Jefe, se procedió a adelantar el sumario, d a n d o el resultado siguiente: 1. ° Q u e el crucero Loco, al avistar la balandra de que fué víctima, puso señal de " e m b a r c a c i ó n a la vista," haciendo r u m b o hacia ella a toda fuerza de m á q u i n a ; que n o habiéndose e n t e n d i d o la señal del TJOCO por el buque de la insignia, según declaraciones del ayudante de órdenes, guardia-marina Gacitúa, a fs. 27, condestable 1. ° encargado de las señales por el Estado Mayor, Jorje Sibbald, a f s . 26 vuelta, por ser e l m i m e r o 4,651 que está en blanco en el c ó d i g o , se contestó c o n el n ú m e r o 63, q u e dice: " N o se h a entendido la señal i pide que se repita;" que el Loco izó el gallardetón intelijencia, aunque el señor Stabell, a fs. 8, i señor Señoret, a fs. 27, dicen n o tener plena seguridad de que haya sido el n ú m e r o 63 la señal puesta por el b u q u e almirante a causa de la m a y o r distancia que a cada m o m e n t o los separaba; que por declaraciones de los c o mandantes del Amazonas, a fs. 29 vuelta, del Huáscar, a fs. 30, i del ayudante de órdenes señor Gacitúa, a fs. 25 vuelta, siempre que se avista una vela o vapor por los buques de la escuadra, el de servicio n o e m p r e n d e la caza i r e c o n o c i m i e n t o sin esperar la señal reconocer del buque jefe. E l crucero Loco n o esperó esta señal. 2. ° Que c o n respecto al c o n d u c t o por d o n d e supieron el teniente Señoret i los oficiales del Loa los rumores o noticias de que se trataba, en el puerto de A n c ó n , de aplicar a la corbeta O'Higgins un torpedo semejante al que causó la pérdida del Loa, i si esos rumores habían sido o nó c o m e n t a d o s a bordo, solo se ha p o d i d o averiguar que el guardia-marina señor Gacitúa, tres o cuatro días antes de la esplosion había c o m e n t a d o en el m i s m o .Loa el citado rumor con los guardias-marina señores H u i d o b r o , Oportus e injeniero 1. ° señor Cuevas, los q u e desgraciadam e n t e han s u c u m b i d o ; que el c o m a n d a n t e del Huáscar, señor teniente 1. ° V a l v e r d e , estando el 1. ° del presente de paso en el Loa, lo s u p o por el c o m a n d a n t e Peña; que el teniente Señoret, en declaración de fs. 27 vuelta, dice q u e ignora el oríjen i c o n d u c t o do ese rumor, que en efecto fué c o m e n t a d o , i una de las ocasiones lo hacia él en el m o m e n t o ele la esplosion en presencia de los señores A. Bianchi i Martínez, i que le parece en otra ocasión estaban presentes el guardia-marina Gacitúa i teniente Santa Cruz; por último, que los otros oficiales del L o a dicen que lo ignoraban.


CAPITULO

3. ° E n cuanto a la práctica seguida durante la c a m paña, particularmente en el b l o q u e o de este puerto, c o n las embarcaciones c u y o s papeles fuesen d u d o s o s o inspirasen sospechas, los c o m a n d a n t e s del Huáscar i Amazonas i ayudante de órdenes, guardia-marina señor Gacitúa, están contestes en afirmar q u e inmediatamente de r e c o nocido un vapor o b u q u e d e vola, se da cuenta a la C o m a n d a n c i a en Jefe; pero si los papeles son sospechosos i las patentes n o fueran claras, etc., traen al señor A l m i rante para su superior aprobación. A b o r d o del Blanco 1880.

Callao, Julio

Encalada;

18 d e

B A S I L I O ROJAS. COMANDANCIA EN JEFE DE LA ESCUADRA.

Callao,

Julio

18 de 1880.

Pase al señor Ministro d e Marina para su c o n o c i m i e n t o i resolución. Anótese. RIVEROS.

X. El " L i m e ñ a " en A r i c a i su l l e g a d a al Callao c o n heridos p e r u a n o s ; h o n r a s fúnebres a los restos de B o lognesi, M o o r e i Zavala.

TELEGRAMAS. Santiago,

Julio

4 de 1880.

El c o m a n d a n t e d e armas d e A r i c a m e dice q u e en la mañana d e hoi ha d e s p a c h a d o al Limeña c o n destino al Callao, debiendo tocar en M o l i e n d o para dejar allí algunas familias. A su b o r d o lleva u n a ambulancia peruana, las m o n j a s d e caridad, 28 oficiales i 60 soldados heridos; además 385 mujeres i 150 niños. E n el Lámar se embarcaron los cadáveres d e los c o r o neles Bolognesi, Raigada, Zavala i Moore, a los cuales se hizo los honores d e ordenanza. El j e f e d e la ambulancia peruana, señor Ascárate, m a nifestó al c o m a n d a n t e d e armas d e A r i c a su agradecimiento a las autoridades chilenas p o r la h u m a n i d a d i c o r tesía c o n q u e se babia atendido a las ambulancias, a los heridos i familias peruanas. LYNCH.

(Correspondencia de LA PATRIA. )

Señor editor d e L A PATRIA: A p r o v e c h o la salida del vapor Santa Rosa,, q u e llegó anoche d e C h i m b ó t e , para remitirle estos apuntes por si Ud. cree p u e d a dárseles publicidad. El 28 d e J u n i o p o r la mañana, el vijía nos anunciaba un vapor d e s c o n o c i d o que, p o r la parte N o r t e , se dirijia a este puerto lentamente, temeroso al parecer d e q u e se le hicieran disparos d e nuestros fuertes. Traia tres enormes banderas, u n a blanca o d e parlamento, otra d e la Cruz Roja i la última en la p o p a , d e c o m e r c i o , peruana. A b o r d a d o p o r la a v t o r i d a d marítima en el instante d e fondear, resultó ser el trasporte peruano Limeña que venia en busca d e los heridos en las batallas d e T a c n a i Arica. Cuando h u b o presentado sus credenciales i el permiso del Almirante R i v e r o s para poder desempeñar su c o m i sión libremente, la c o m i t i v a d e la Cruz R o j a , presidida por el señor Ascárate, a cuyas órdenes venia el vapor, saltó a tierra, siendo aquí recibido c o n toda clase d e atenciones d e parte d e las autoridades chilenas. Impuesto el Jeneral B a q u e d a n o , q u e estaba en Tacna, de lo que ocurría, dio también sus órdenes favorables para atender a esta comisión, facilitando recursos para q u e los TOMO n i

—39

CUARTO.

305

aliados heridos i los paisanos i mujeres q u e quisieran m a r char al Callao i Moliendo, se trasladaran a A r i c a i se e m barcaran j u n t o c o n los q u e habían aquí en disposición de seguir viaje. Tres días se ocuparon en estas dílijencias i preparativos, i durante ellos el jefe militar de la plaza, c o r o n e l V a l divieso, siempre estuvo atento i c o m e d i d o c o n los h u e s p e des peruanos, facilitándoles los recursos d e q u e p o d í a disponer i p r o p o r c i o n a n d o al m i s m o t i e m p o carne fresca i otros víveres al buque i a los q u e so m a r c h a b a n . E l n ú m e r o d e estos es el siguiente: 3 oficiales heridos, bolivianos. 24 id. id. peruanos. 60 soldados id. 380 mujeres, rabonas. 140 niños i 5 monjas d e la caridad pertenecientes al hospital de San R a m ó n en Tacna, i q u e ahora se h a n i d o p o r falta de recursos para sostener el establecimiento. E l b u q u e debe haber t o c a d o en M o l i e n d o , p o r q u e llevaba algunas familias para ese puerto desde d o n d e se trasladarían a M o q u e g u a , A r e q u i p a i otros lugares del i n terior. D e b e m o s hacer notar q u e los tripulantes del LÁmeña i los viajeros peruanos, n o querían por nada permitir q u e se embarcasen bolivianos, hasta q u e la autoridad t o m ó cartas en el asunto, pero siempre p o r el c o n v e n c i m i e n t o i c o n las mejores maneras. Arregladas así las cosas, el señor Ascárate, h o n o r a ble i distinguido c a b a l l e r o , — c u y a misión aquí ha d e s e m p e ñ a d o a d m i r a b l e m e n t e , — p i d i ó permiso a la autoridad para c o n d u c i r a b o r d o , los cadáveres d e los coroneles B o lognesi, Moore, Z a v a l a i Raigada. El coronel V a l d i v i e s o no solo accedió a este p e d i d o , sino q u e ordenó bajar los cadáveres del Morro, depositarlos en la iglesia i c o n d u c i r l o s después al muelle c o n los honores d e ordenanza militar. A l efecto, i a la hora c o n v e nida, dos compañías del R e j i m i e n t o Z a p a d o r e s , c o n su banda d e música respectiva, i una c o m i t i v a n u m e r o s a presidida p o r el m i s m o Valdivieso i otras autoridades c h i lenas, seguía los restos d e aquellos militares, al son d e marchas fúnebres q u e hacían muí solemne ese acto. Vimos en el muelle al señor Ascárate, c o n su u n i f o r m e de marino i la insignia d e la Cruz R o j a en el brazo, derramar lágrimas de e m o c i ó n al c o n t e m p l a r los honores d e q u e eran o b j e t o esos cadáveres i del respetuoso i p r o f u n d o silencio q u e mostraba la m u l t i t u d ; resultado m u í diverso por cierto d e lo q u e él, sin d u d a , se imajinaba d e la c u l t u ra d e nuestro p u e b l o . ¡Cuan diversa c o n d u c t a , nos decía alguien en esos m o mentos, es la q u e observamos nosotros, a lo q u e se h i z o en I q u i q u e , el 21 d e M a j o , c o n el inmortal P r a t ! — N o importa dijimos: una acción mala n o debe volverse c o n otra i g u a l . — " L o cortes n o q u í t a l o valiente." Quede, pues, constancia pública d e c ó m o se h a recibido aquí la comisión peruana del trasporte Limeña i de c ó m o se le ha atendido p o r las autoridades chilenas. N o siendo otro el objeto al enviar a U d . estos apuntes, tenemos el gusto d e ofrecer a U d . nuestro respeto. r

A . i B. LLEGADA D E L " L I M E Ñ A " A L CALLAO.

Callao,

Julio

5 de 1880.

Señor D i r e c t o r d e E L N A C I O N A L : El Limeña fondeó ayer a las 4 P. M., frente al primer m u r o del dársena, despuxs d e haber d a d o algunas vueltas p o r la bahía c o n el o b j e t o d e ventearse. A mas d e las 5 P. M. e m p e z ó el desembarque d e los heridos, q u e duró hasta u n a hora mui avanzada d e la noche. El n ú m e r o d e éstos es d e 149.


3 0G

GUERRA DEL PACIFICO.

El Limeña, después de salir de Arica, recaló en M o l i e n d o para dejar algunas familias en ese puerto. El número de los pasajeros dejados ahí asciende a cerca do 140. Para esto puerto trajo también, además de los heridos, algunas familias, que desembarcaron en la mañana de hoi, n o pudiendo hacerlo a n o c h e por ser la hora avanzada. En las bodegas del Limeña vienen los cadáveres d é l o s heroicos defensores de Arica, Bolognesi, Moore, Zavala i Raigada. El jefe chileno de esa plaza, c o m a n d a n t e Valdivieso, ordenó que se hiciesen los honores debidos a los restos de nuestros héroes; además proporcionó todas las facilidades para el embarque de los heridos, acompañándoles en persona a bordo, i enviando dos reses para que pudiesen disfrutar do carne fresca durante el viaje. L o valiente no quita lo cortés. La hidalguía aun entre enemigos siempre será respetada i ennoblece a aquéllos que la poseen. N a d a b a c a m b i a d o en T a c n a i Arica, desde que salieron de allá los primeros heridos para este puerto. El ejército chileno se organiza para venir a Lima. Creen de que para Setiembre estarán a las puertas de nuestra capital. Bien: serán recibidos c o m o merecen. El Gobierno chileno después de varios esperimentos, se ha c o n v e n c i d o que son inútiles todos los esfuerzos quo se hagan para poner a flote el Manco Cápete. El m o n i t o r está h u n d i d o i bien h u n d i d o . A las 10 A. M., el TÁmeña soltó la amarra que lo tenia sujeto a la boya i remolcado por la lancha Lima, al principio, i después con el ausilio de su máquina v i n o para su antiguo fondeadero del dársena. A la 1 P. M. estaba atracado al m u r o ya, i empezaba a desembarcar el equipaje de las ambulancias i pasajeros que trajo a bordo. Felicitamos al capitán Cross, por el buen éxito de su humanitaria espedicion. Es un mérito mas que tiene c o n traido para c o n el país. Callao, Julio

6 de

1880.

A las 5 P. M. de ayer, el Batallón T a r m a n ú m e r o 7, vestido do parada, so dirijió hacia el muelle dársena, desde cuya entrada formó calle pasando por la del Comercio hasta el interior de la iglesia de la Matriz. Tres compañías de! Batallón Libertad n ú m e r o 71 se apostaron en el interior del muelle; ambos cuerpos iban a c o m pañados de sus respectivas bandas de música; además la del Batallón Guarnición de Marina, que también se h i z o presente. Todos estos preparativos eran para hacer los honores correspondientes a los inmortales Bolognesi, M o o r e i Z a vala c u y o s restos venerandos se hallaban todavía a b o r d o del Limeña. S o n a n d o las 6 P. M., la banda que estaba dentro del muelle rompió el silencio q u e reinaba c o n una m a r c h a fúnebre, señal do q u e principiaba a moverse el duelo. En efecto, a los pocos m o m e n t o s se veia avanzar tres ataúdes cubiertos cada uno con el pabellón nacional i llevados respectivamente por comisiones d e marina, el del señor Moore, i de oficiales do tierra los dos restantes. El cortejo fúnebre era formado por m u c h o s jefes i oficiales do nuestra armada, i do los distintos cuerpos aquí acantonados. Asistieron también las comisiones d e las c o m p a ñías do bomberos U n i o n Cbalaca, Bellavista i Salvadora, todos uniformados do gran parada. A paso funerario se avanzó hasta llegar a la capilla ardiente q u e al intento se había formado delante d e l altar m a y o r de la iglesia Matriz, d o n d e fueron colocados los tres ataúdes en este orden: el de Bolognesi al centro: a la derocha, el de Moore, i a la izquierda el de Zavala. Varios trofeos de armas i el escudo nacional al c e n t r o formaban el ornamento de ese sencillo altar.

Concluida esta ceremonia, se c o n s t i t u y ó en el templo una guardia q u e ha velado toda la n o c h e i continúa h a s ta este m o m e n t o .

HONRAS FÚNEBRES EN El. CALLAO.

Callao, Julio

7 de

1880.

A las 8 A. M. una d e las baterías d e la corbeta Union disparó tres cañonazos, cuya señal indicaba q u e a esa hora se habría el duelo nacional por las honras de los v e r d a d e ros patriotas Bolognesi, Moore i Zavala, c u y o s n o m b r e s serán siempre, para todo peruano, de grata r e c o r d a c i ó n . D e media en media hora se c o n t i n u ó h a c i e n d o u n d i s paro. A las 9.30 A. M. los batallones Tarma, Jauja, Libertad i Artillería 8 de Octubre, se estendieron en línea de batalla desde la segunda cuadra de la Constitución hasta cerca de la Alameda. D o s compañías del Batallón Guarnición de Marina i el Batallón de Artillería de plaza formaron c a lle desde la puerta de la iglesia hasta la estación del Trasandino, d a n d o vuelta por la cuadra del C o m e r c i o . L a línea era mandada por el coronel d o n Norberto Eléspuru. Media hora después dióse principio a la misa vijdiada de réquiem, m a n d a d a celebrar de orden suprema en el t e m p l o d e la Matriz. El duelo lo representaban: El Prefecto i C o m a n d a n t e Jeneral de A r m a s . U n a c o m i s i ó n n o m b r a d a por d i c h a autoridad, c o m p u e s ta de las personas siguientes: d o c t o r Fonseca, alcalde m u nicipal; d o c t o r Rospligiosi, j u e z de 1 . instancia; señor I z c u e , superintendente de la A d u a n a ; capitán de fragata d o n Carlos Arrieta; c o m a n d a n t e del resguardo, i los c i u dadanos señores d o n Pedro Pareja, d o n W e n c e s l a o V e n e gas, d o n Dionisio Rivera i d o n Guillermo Conroy. Otra comisión n o m b r a d a por la C o m a n d a n c i a Jeneral de Marina, la c o m p o n í a n los señores capitanes de navio graduados d o n E x e q u i e l Otoya, d o n T o r i b i o Raigada i d o n R i c a r d o Cavenecia. A d e m á s , notábanse m u c h o s jefes i oficiales del ejército i armada, entre ellos a los dos comisarios, subalternos de esta dependencia i otras personas mas q u e seria largo enumerar n o m i n a l m e n t e . La orquesta, a u n q u e reducida,. ejecutó algunos trozos de música de BetoAven, Mozart i otros autores clásicos. T e r m i n a d a la ceremonia fúnebre se desfiló en el orden siguiente: Primer ataúd c o n d u c i d o por los capitanes de navio don Exequiel Otoya, d o n L i n o de la Barrera, d o n Hercilio Cabieses i d o n Toribio R a i g a d a . S e g u n d o ataúd c o n d u c i d o p o r el Prefecto i C o m a n d a n te Jeneral, coronel Julián Puertas, sarjento m a y o r don Marcelino Cavero i d o n E. Pardo. T e r c e d ataúd c o n d u c i d o por el comisario comandante Manuel F. Villav¡cencío, coronel clon Manuel Mazon, comisario coronel Zevallos i sarjento m a y o r d o n Federico Zelaya. Estos ataúdes eran tres ricas cajas c o n botones i adornos d o nikel en alto relieve; cubierto cada u n o c o n el pabellón nacional, tenían encima una c o r o n a d e ciprés. Los ataúdes eran c o n d u c i d o s en h o m b r o s p o r oficiales d e marina i del ejército. A s í se continuó la marcha fúnebre hasta c o l o c a r todas las cajas en el c o c h e m o r t u o r i o d é l a línea trasandina; i o c u p a n d o en seguida t o d o el séquito, q u e las acompañaba, los c o c h e i preparados al efecto, partió el c o n v o i a esa capital a las 12 M., o y é n d o s e antes la detonación d e 15 cañonazos disparados por la Union i n d i c a n d o q u e se cerraba el d u e l o . El acto ha sido, pues, solemne, en atención a que se honraban los restos de tres esclarecidos jefes d e nuestro ejército i marina, para cuyas almas privilejiadas se elevaba una plegaria al T o d o p o d e r o s o . 04


CAPITULO

E n señal de d u e l o , desde por la mañana, nuestros b u ques h a n estado c o n el pabellón a media asta. L o s b u q u e s neutrales han h e c h o l o m i s m o , a c o m p a ñ á n dolos en el luto q u e hoi carga la patria por los heroicos defensores de Arica. Los honores q u e se le han h e c h o son de contra-almirante. A las 8 A . M. la corbeta Union, hizo tres tiros c o n p ó l vora. Cada m e d i a hora se h a estado h a c i e n d o u n cañonazo. A la 12 M , c u a n d o partió para L i m a el c o n v o i c o n los tres ataúdes, la Union hizo una salva de 15 cañonazos, teniendo izado eu el palo m a y o r la cuadra de'contra-almirante. A esa h o r a t o d o s los d e m á s b u q u e s d e nuestra escuadra izaron sus pabellones. L o s de los b u q u e s neutrales continúan a media asta.

D e s d e las 10 A. M. empezaron a formar en calle, d e s de la Matriz hasta la estación del Ferrocarril Trasandino los cuerpos de línea acantonados en esta plaza. Cerca de las 11£ A . M. salió el cortejo fúnebre a c o m p a ñ a do p o r las autoridades civiles i militares de esta plaza i pollos jefes i oficiales del ejército i de la armada. U n a vez embarcados en el wagón especial, fueron c o n ducidos a esa capital, haciéndose la salva de h o n o r en la ocasión que partía; h a b i e n d o estado toda la mañana las campanas de las iglesias h a c i e n d o oír sus dobles fúnebres. T o d o s los jefes i oficíales de nuestra armada, amigos i compañeros de Moore, a c o m p a ñ a r o n los restos del valiente marino, a quien la suerte fué tantas veces adversa i que va a reposar en paz d e las fatigas de una vida dolorosa. ¡ A h ! E s q u e M o o r e era m u i querido i respetado por el cuerpo de marina.

H O N 1 U S F Ú N E B R E S E N LIMA. (COMERCIO ESPAÑOL de Lima del 9 de Julio de 1 8 8 0 . )

L a 1 P. M. seria c u a n d o llegaron los restos del Callao, acompañados p o r un cortejo numerosísimo. Tres divisiones del ejército precedidas de dos brigadas de artillería formaban en línea. El fuerte de Santa Catalina hizo las salvas c o n m e m o rativas i las campanas de las principales iglesias d o b l a r o n en señal de duelo. A la 1.30 P. M. c o m e n z ó a desfilar el cortejo, siendo los diferentes ataúdes sacados del tren en h o m b r o s . El orden en que se e m p r e n d i ó la m a r c h a fué el siguiente; Cuatro batidores. Carro fúnebre. Atahudes. Bolognesi. Guardia de h o n o r de S. E. Moore. Cuerpo d e c o m a n d a n t e s de marina. Zavula. Jefes del ejército. Tres caballos d e batalla sin enjaezar i simplemente e n lutados, i uno, el primero, ricamente enjaezado i llevado de la brida por u n veterano de la independencia vestido de gran parada. Los ataúdes q u e contenían los restos de Bolognesi, Moore i Zavala, iban envueltos en una bandera i sobre cada cual habia una hermosísima corona. Tras esos ataúdes se veían otros tres vacíos, aquellos en que habían sido c o n d u c i d o s los restos d e A r i c a a Lima. Seguía la c o m i s i ó n municipal presidida p o r el teniente alcalde. Después seguía el señor prefecto i sub-prefecto, edecán de su S. E., d e u d o s , amigos i comisiones. Asi&tieron también al a c o m p a ñ a m i e n t o c o m i s i o n e s d e las compañías d e b o m b e r o s .

CUARTO.

307

H a c e n escolta al cortejo el Batallón Paucarpata al m a n d o de su coronel el señor Cano. Después dos divisiones del ejército, al m a n d o del señor coronel Aguirre, compuestas de 12 piezas de artillería de montaña, i los batallones Guardia Peruana n ú m e r o 1, Cajamarca número 3, A y a c u c h o 9 de Diciembre número 5, A n cachs n ú m e r o 25, C o n c e p c i ó n n ú m e r o 27 i Libres de T r u jillo n ú m e r o 11. Cerraban la m a r c h a el carruaje del G o b i e r n o i demás c o c h e s particulares. L a tarde estaba nublada i parecía asociarse al luto de t o d o s los corazones. A las 3 P. M. llegaron los restos al cementerio jeneral. Sobre la puerta de la capilla de éste, veíase una gran cortina cubierta d e lágrimas i sujeta c o n lazos f o r m a d o s de ciprés, lazos que sujetaban grandes coronas de siemprevivas. L a capilla habia sido también enlutata por c o m p l e t o , i en cada una d e sus c o l u m n a s se dejaban ver guirnaldas fúnebres i coronas. L o demás del adorno era sencillo i severo. Grandes i ricos candelabros se hallaban colocados en las respectivas esquinas del altar. La m u l t i t u d llenaba toda la entrada del panteón c o m o en un dia de T o d o s Santos. E l señor director de beneficencia i la c o m i s i ó n de este respetable cuerpo, presidida por el señor Puente, esperaban a la entrada de la capilla. S. S. Iltma. el obispo Huertas, a c o m p a ñ a d o de varios sacerdotes, esperaban también revestidos para honrar relijiosamente en la capilla a nuestros heroicos defensores. C u a n d o el cortejo entró en el cementerio, se adelantó la comisión d é l a beneficencia a recibirlo i el señor P u e n te p r o n u n c i ó u n breve discurso. E n el cementerio varios señores pronunciaron discursos apropiados al acto. Entre ellos recordamos a los señores L a Puente, i n s p e c tor del panteón, Torrico, en representación de la M u n i c i palidad. Coronel Bolognesi, presidente de la c o m i s i ó n de artillería. Capitán de navio, señor Otoya, presidente de la c o m i sión de marina. I los señores Espiell i otros. E n t o n a r o n el sagrado responso, y a los ataúdes en la capilla; en seguida pasaron a depositarlos en el cuartel especial q u e provisionalmente se ha preparado para los que mueren defendiendo la patria, q u e contiene c o m o 600 nichos.

XI. P r o p u e s t a de un injeniero p e r u a n o al D i c t a d o r Piér o l a p a r a destruir la escuadra chilena; notas sob r e c o n d u c c i ó n d e a r m a m e n t o s p a r a el P e n i .

Lima, Julio 6 de 1SS0. E x c m o . señor: P e d r o J. de Beausejonr, antiguo oficial de la armada nacional, actual capitán de injenieros, ante V. E. respetuosamente m e presento i digo: Q u e en las administraciones pasadas n o se dio o í d o a mis repetidas solicitudes con el objeto d e hacer volar la escuadra c h i l e n a , c o m o n o se prestó atención t a m p o c o a otras de carácter mas i m portante, desde que aquellas n o se proponían la reparación d e la honra nacional. Por este m o t i v o , la desatendencia, lejos de disminuir m i entusiasmo le h a r e a n i m a d o por c o m p l e t o , viendo al frente d e m i país una administración que n o se contentaría por cierto c o n reparar el agravio sino hasta obtener una sangrienta venganza. L a guerra, E x c m o . señor, aun en el c o n c e p t o del m e n o s perspicaz, n o h a dejado de ser marítima. D e s t r i p a m o s esa escuadra i pronto t e n d r e m o s a la insolente Chile


GUERRA DEL

308

humillada a nuestros 'pies; esto es lo que y o v e n g o a proponer a V . E. Maquiavelo ha d i c h o que el que desprecia la vida es d u e ñ o de la de su príncipe; de d o n d e se d e d u c e que c u a l quier peruano osado y decidido, sin mas elementos que su propio denuedo i unas cuantas libras de dinamita, podría hacer desapacer al mas poderoso blindado que hoi cierra la fuerte plaza del Callao. L a historia nacional puede enorgullecerse y a de poseer u n o de aquellos hombres que para conseguir el triunfo desdeñan el n ú m e r o de los enemigos, i que en las m a y o res derrotas cuentan c o n la propia decisión para arrebatar la palma de la victoria. Galvez por sí solo se haria temblar de toda la escuadra chilena. Pero en la proposición que presento a V. E. no solo ofrezco la determinación de llevarla personalmente a cabo, sino que, además, cuento con aparatos bélicos p o d e r o sísimos de destrucción, que han sido fruto de mis c o n t i n u o s estudios i esperimentos sobre la materia, i c u y a c o n s t r u c c i ó n puede hacerse en p o c o s días i c o n pequeño desembolso para el erario, si se tienen en consideración los inmensos beneficios que se han de reportar de la aplicación de ellos. A n t e s de ahora se han presentado no p o c o s p r o y e c t o s c o n el m i s m o objeto que éste, pero en n i n g u n o de ellos se ha atrevido el p r o p o n e n t e a llevarlos a cabo en persona, c o m o estoi y o determinado a realizarlo, c o n inminente riesgo de m i existencia. Desde luego desvirtuaría esta empresa si y o solitara fondos para llevarla a ejecución, s u j e t á n d o m e solo a los gastos de materiales i exijir los operarios que j u z g u e n e cesarios. A l hacer esta solicitud n o llevo otro m ó v i l q u e dar p á bulo a m i patriotismo i corresponder a la promesa q u e públicamente h e h e c h o en m u l t i t u d de ocasiones, que si se m e proporcionan los medios haré desaparecer la escuadra enemiga. La necesidad de vindicar m i n o m b r e de una i m p u t a ción injuriosa m e ha obligado a hacerla pública, para que de ese m o d o sea vea q u e y o n o he disminuido u n p u n t o en mi determinación. La circunstancia de que esto llegue a c o n o c i m i e n t o de todos, solo a mí puede dañarme desde que la escuadra c h i lena aumentará las precauciones que la rodean, es decir, que hará que sean mayores los obstáculos para conseguir q u e mi empresa sea c o r o n a d a con el éxito. P o r estas consideraciones: A V . E. p i d o i suplico se sirva acceder a mi solicitud, que n o tiene otro propósito que el bien de la patria. PEDRO J . DE BEAUSEJOUR.

A R M A M E N T O P A R A EL P E R Ú .

Tumbes,

Julio

7 de 1S80.

Señor S u b - P r e f e c t o : S o n las 2 P. M., hora en la cual h e tenido el gusto de recibir su carta oficial fechada en el Tamarindo, en la que c o m u n i c a la nueva comisión que el S u p r e m o Gobierno i superior del departamento le ha e n c o m e n d a d o para trasportar el valioso cargamento que ha c o n d u c i d o el Cónsul Jeneral de Panamá, coronel d o n F e d e r i c o Larrañaga, lo q u e m e es muí satisfactorio. A fin de que apresure su marcha, n o pierda un m i n u t o d e t i e m p o i se venga con las bestias q u e tenga listas, s o lo diré a V . S. que de u n m o m e n t o a otro puede llegar a este puerto, por tierra o por mar, una espedicion chilena en busca del armamento, cuyas noticias fidedignas las h e m o s recibido a n o c h e . D i o s guarde a V . S. BARTOLOMÉ L . AVALOS. Al señor don de Paita.

Miguel Manzanares, Sub-Pref ecto e n e omisión de la provincia

PACIFICO.

Piura,

Julio

16 de

1880.

Señor Capitán: Es indispensable q u e se sujete U d . a las indicaciones que le haga el señor sub-prefecto de Paita d o n Miguel Manzanares, que va c o m i s i o n a d o por esta Prefectura, a fin de recojer el armamento q u e trae U d . i desembarcarlo en una de las caletas del N o r t e , quien dará a Ud. el c o r respondiente recibo, advirtiendo a U d . que esta orden emana de S. E. el Jefe S u p r e m o de la R e p ú b l i c a . Dios guarde a U d . MANUEL JIRIAFI. Al Capitán de la goleta Colombiana

EstrMa,.

Tumbes,

Jidio

15 de

1880.

S e ñ o r Sub-Prefecto: Con esta fecha doi orden al señor g o b e r n a d o r de San Pedro de los Incas para q u e a c o m p a ñ e a V. S. hasta M a n cora i le p r o p o r c i o n e a n o m b r e de esta Sub-prefectura t o das las facilidades que necesite en su tránsito, sintiendo n o poderlo hacer personalmente por estar previniendo caminos de L a m i n i l l a a Cerro B l a n c o , lugar por d o n d e hai probabilidad se interne n u e v o a r m a m e n t o , i también p o r q u e tengo aviso que han desaparecido m u c h o s de los chilenos que existían en Guayaquil, i se cree vengan a espedicionar a esta ciudad. A l m i s m o t i e m p o , p o n g o en c o n o c i m i e n t o de V . S. que se m e ha d a d o aviso d e q u e u n o de los caporales de los de las recuas h a entrado a Plateros, i h a b i e n d o estrop e a d o al teniente g o b e r n a d o r i amarrádolo, se ha llev a d o tres bestias chucaras e incapces d e hacer la espedicion, i c o m o creo q u e este h e c h o n o haya llegado a su c o n o c i m i e n t o , ordeno al g o b e r n a d o r Espinosa averigüe la verdad, sin e m b a r g o que d o n A n t o n i o Y a n e l a m e ha dad o aviso de q u e este h e c h o es cierto, i c o m o j u z g o q u e no hai necesidad de cometer abusos por n i n g u n o de sus subordinados, pues todos los peruanos están en el deber de proporcionarle a V . S., para el buen d e s e m p e ñ o de su c o misión, todos los ausilios q u e necesite, m a r c h a a cumplir en m i lugar i hacer c u m p l i r a todos los i n d i v i d u o s del tránsito sus deberes el g o b e r n a d o r espresado. D i o s guarde a V . S. BARTOLOMÉ L. AVALOS. Al señor Sub-Prefecto de Paita.

Tumbes,

Julio

27 de

1S80.

Señor Sub-Prefecto: A c a b a de llegar la balandra nacional Santa Lucía i c o m u n i c a q u e el vapor Amazonas se encuentra hace cuatro días tras de la isla del Muerto c o n m u c h a j e n t e a bordo, q u e h a n tenido al vapor apresado a media cuadra de distancia, q u e les enarboló su pabellón chileno i q u e pudieron reconocer t o d o por la p o c a distancia. Esto m i s m o aviso hoi al señor coronel prefecto. D i o s guarde a V . S. BARTOLOMÉ L. AVALOS. Al señor Sub-Prefecto de la provincia de Paita don Miguel Manzanares.

XII. Banquete en h o n o r

del Comandante del

"Cochrane,"

don Juan José Latorre. (De EL MERCURIO de Valparaíso.)

A n o c h e , c o m o se había anunciado, t u v o lugar en el Club Central el banquete que sus m i e m b r o s preparaban en h o n o r del c o m a n d a n t e Latorre. La concurrencia fué numerosa i escojida; las viandas i licores de primera clase; el servicio irreprochable, llaman-


CAPITULO

do principalmente la atención el csquisito gusto c o n q u e se habia adornado el vestíbulo i el salón. E n t r e los invitados se hallaban los señores A l t a m i r a n o i Dávila Larrain. El primero ocupaba, j u n t o c o n el señor Latorre i el directorio del c l u b , la cabecera de la mesa. El banquete principió a las 6.30 P. M. i terminó a las 10.30 L a mesa, en forma de herradura, se c o l o c ó en el estenso i h e r m o s o salón de lectura del c l u b , en cuyas paredes se veian los retratos de los principales héroes de la actual guerra: Prat, T h o m p s o n , R a m í r e z i Latorre. D o n D a n i e l Lastarria, a n o m b r e d e l c l u b , ofreció el banquete al señor Latorre, p r o n u n c i a n d o u n brindis q u e fué bastante aplaudido. H a b l a r o n en seguida los señores Olegario R e y e s , Benicio A l a m o s González, Mariano Egaña i A g u s t í n E d w a r d s , por e n c a r g o especial del c l u b i desarrollando temas variados en h o n o r de la marina, del ejército, de los c o o p e r a d o res de nuestros triunfos i glorias, i de todos los q u e en algo se h a n distinguido en la colosal empresa que Chile realiza mediante el esfuerzo i el e m p u j e de nuestros soldados i marinos. E l c o m a n d a n t e Latorre, tan grande c o m o m o d e s t o , agradeciendo de t o d o corazón las palabras dichas en su honor, dijo q u e aceptaba profundamente r e c o n o c i d o la manifestación del c l u b , pero q u e ella la consideraba principalmente c o m o un h o m e n a j e a todos sus c o m p a ñ e r o s d e glorias, en c u y o n o m b r e i en el s u y o daba las gracias a todos. E l señor A l t a m i r a n o , c o n ese admirable talento oratorio qus todos le c o n o c e n , p r o n u n c i ó el brindis que publicamos por separado i q u e a cada paso era i n t e r r u m p i d o por los aplausos de la concurrencia. El señor Agustín Edwards, contestando a u n brindis dirijido en su honor, dijo estas nobles palabras q u e arrancaron u n a tempestad d e aplausos: "Cualquiera cosa que haya h e c h o por m i patria, n o es nada. Ello es sencillam e n t e el c u m p l i m i e n t o de u n deber. Quiero q u e mis h i j o s digan después, si mi padre valió algo, n o fué por su plata, sino por el bien q u e hizo a la h u m a n i d a d . " D o n A l b e r t o E d w a r d s , d o n Heriberto D u c o i n g , d o n V . Dávila Larrain i varios otros, pronunciaron hermosos brindis q u e se prolongaron hasta las 10.30 P. M., hora en q u e se dio p o r terminado el banquete. BRINDIS. E L S E Ñ O R EirLOJIO A L T A M I R A N O .

"Señores: C u a n d o los triunfadores r o m a n o s , después de prestar a la patria esclarecidos servicios, volvían a R o m a a recibir el p r e m i o de sus afanes traducido en manifestaciones p ú blicas de cariño i de glorificación, aquel p u e b l o sabio c u i daba d e poner al lado de sus héroes un esclavo que, e c h a d o a sus pies, iba repitiendo por t o d o el largo de la via triunfal: " A c u é r d a t e d e q u e eres h o m b r e . " R o m a sabia, señores, q u e si una espada patriota, abnegada i heroica, basta en m i l ocasiones para llenar d e g l o ria, de p o d e r í o i de grandeza a un p u e b l o , una espada ambiciosa, puesta al servicio del orgullo i de las malas pasiones, basta i sobra en mil ocasiones también para c u brir de luto i d e fúnebre crespón la estatua de la R e p ú blica. R o m a , al glorificar a sus héroes, hacia obra de s a b i d u ría i previsión patriótica, a c o m p a ñ a n d o sus h i m n o s c o n el memento de la modestia i de la h u m i l d a d . Felices nosotros, señores, q u e p o d e m o s r e u n i m o s en torno del héroe, levantarlo sobre el pavés, i glorificar m i l i mil veces su n o m b r e , aclamar sus méritos, sus hazañas, sin tener que repetir en su vida el consejo de nuestro e v a n jelio r e p u b l i c a n o : — " S e d h u m i l d e si queréis ser grande." Latorre, i este es su mérito m a y o r , es el t i p o d e l h é r o e que la d e m o c r a c i a chilena, recelosa i suspicaz, p u e d e alzar hasta la apoteosis c o n sus robustos brazos.

CUARTO.

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N o temáis. Latorre será mañana lo que es hoi, el primero en el p e ligro, i el primero en la obediencia i en la h u m i l d a d . Chile puede estar orgulloso. Si ha sabido m o d e l a r h é roes, ha sabido también formar ciudadanos q u e llevan en su corazón esta consigna: - " N a d i e es bastante g r a n d e para n o inclinarse h u m i l d e i reverente ante la i m á j e n de la patria." Señores: E n presencia de u n p u e b l o americano q u e hoi j i m e en la miseria i en el deshonor, de un pueblo q u e fué nuestro h e r m a n o , que u n día se sentó a nuestro lado en el c o n greso de los pueblos independientes i soberanos i que h o i ve sus ejércitos destruidos, su territorio invadido, sus banderas pisoteadas, i q u e en busca de salvación h a caíd o de rodillas a los pies de u n déspota que n u n c a alcanzó gloria ni en la administración ni en las batallas; i en p r e sencia de Chile, levantado por sus héroes a las alturas de la grandeza i de la gloria; i en presencia todavía de esos héroes humildes i m o d e s t o s , aquí representados p o r el glorioso Latorre i el valiente Orella, os p r o p o n g o u n brindis p o r la majestad de la leí, por el eterno vigor de n u e s tras instituciones liberales, p o r q u e nuestro culto p o r la patria gloriosa vaya en segundo término, i en primera l í nea nuestro culto p o r la libertad, p o r la ilustración i el progreso d e Chile. Este es el secreto de las victorias de ayer i el m e d i o seg u r o de v e n c e r en el porvenir." EL SEÑOR M A R I A N O

EGAÑA.

"Señores: Es una v e r d a d histórica perfectamente demostrada, i una verdad de sentimiento q u e está en la conciencia d e todos los que nos encontramos aquí reunidos al rededor de este héroe del mar, que n o hai nada q u e halague tanto a u n p u e b l o , nada que c o n m u e v a tan intensamente las mas delicadas fibras del corazón, c o m o los triunfos m i l i tares. E n nuestros sueños de n i ñ o , en nuestras aspiraciones de adolescente, en nuestros arrebatos de la edad viril i hasta en nuestras reminiscencias de anciano, nos c o m p l a c e m o s en contemplar la bandera de la patria, s í m b o l o de su poder i de sus glorias, paseando victoriosa de u n e s tremo a otro del m n n d o , izada por brazo heroico en i n marcesibles almenas, flotando al viento en el mástil d e gallarda nave. L o s triunfos del arte i los progresos de la ciencia, infund e n en el alma u n relijioso respeto; la h u m a n i d a d saluda agradecida e inclina respetuosa la cabeza c u a n d o ve desfilar en prolongado i venerable cortejo esas nobles figuras de los j e n i o s que parecen haber sorprendido los secretos de la creación i que nos h a c e n preguntar si tiene límites la intelijencia h u m a n a ; pero el entusiasmo febril, la c o n m o c i ó n instantánea, las grandes esplosiones de la vida popular, están reservadas, señores, a los q u e triunfan en los c a m p o s d e batalla, a los que derraman su sangre por la patria, a los que v e n c e n o a los q u e s u c u m b e n en el puesto del peligro, q u e es, por lo m i s m o , el puesto del honor. Se diria, señores, que en torno de los triunfos de la ciencia hai el m i s m o piadoso recojimiento, el m i s m o apacible silencio, la m i s m a dulce calma que en el tranquilo gabinete del sabio, i q u e en torno de los triunfos militares hai el m i s m o fragor estrepitoso, el m i s m o frenético delirio, el m i s m o i m p o n e n t e rujido que en los c a m p o s de batalla. ¡ A h , señores I q u é m e n o s que nuestra admiración i nuestro aplauso p o d e m o s tributar a esos nobles, a esos jenerosos, a esos sublimes hijos de Chile q u e t o d o lo han postergado, que lo han sacrificado t o d o para ir a derramar su sangre en desigual pelea al primer t o q u e del c l a rín guerrero! ¿Quién n o rinde culto en su corazón a las s o m b r a s v e nerables de aquella gran figura d e la h u m a n i d a d q u e se 1


GUERRA DEL

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llamó en vida A r t u r o Prat, i que so llamará en la historia Prat el inmortal, de T h o m p s o n el temerario, del gran R a mírez el heroico mártir de Tarapacá, i de Vivar su digno c o m p a ñ e r o de gloria i de infortunio, del bravo i p u n d o n o roso Santa Cruz i del intrépido San Martin? ¿Quién n o sigue c o n anhelante ansiedad i c o n lejítimo orgullo la estela de la nave que antes del S de Octubre rehuía siempre los combates i que hoi afronta i m p á v i d a los peligros i q u e parece llevar a César i su fortuna en la simpática i casi j u v e n i l figura de Condell el v a l i e n t e . . . Pero c ó m o alcanzaría y o , señores, a u n q u e m e concedieseis m u c h a s horas, a enumerar siquiera a tantos seres queridos que en el ejército c o m o en la marina han aumentado el glorioso escalafón de nuestros héroes? ¡ A h , señores! la resolución sublime con que clavó, para hundirse c o n olla, la noble enseña de la patria en el mas elevado mástil do la gloriosa Mayallanes, el vencedor de Chipana, i de I q u i q u e , i de A n g a m o s i de Antofagasta, digno iniciador do esta campaña de titanes, no fué semilla arrojada en roca estéril. El c o m a n d a n t e Latorre tiene, pues, lejítimo derecho a nuestras ovaciones i a nuestros sinceros aplausos, i y o m e asocio a ellos c o n t o d o el entusiasmo de m i alma. Permitidme, sin embargo, señores, q u e interprentando vuestros sentimientos i c u m p l i e n d o también c o n vuestros especiales encargos, haga en esta ocasión plena justicia a aquellos que sin empuñar la espada vencedora h a n c o n tribuido eficazmente a la gloria i a los triunfos de la p a tria; a los que, redoblando su actividad, r o b a n d o al sueño sus mejores horas i estendiendo su benéfica acción a t o dos los grandes i pequeños detalles de la guerra, c o n levantado espíritu i noble abnegación, h a n previsto sus múltiples necesidades p r o c u r a n d o que el soldado i el m a rino no sufran al m e n o s las inevitables privaciones i sacrificios materiales de una guerra tan escepcionalmente cruel. El Intendente de Valparaíso i el Intendente Jeneral del ejército, merecen, sin d u d a , un lugar de preferencia entre estos beneméritos patriotas, i c u a n d o Chile agradecido teja las coronas inmortales a sus buenos hijos, elijirá de entre las mejores para ceñir la frente de ellos i de los que, c o m o ellos, han c o m p r e n d i d o que el sacrificio es un deber en las horas difíciles de la patria." EL

SEÑOR MARIANO

OASANOVA.

" M e asocio de corazón al entusiasmo q u e en todos despierta la presencia del ilustre v e n c e d o r de Chipana, I q u i que i A n g a m o s . Casi diria que esta manifestación es tardía, sino supiese que si se ha d e m o r a d o hasta ahora, ha sido porque el c o m a n d a n t e Latorre ha sabido evitarla c o n una modestia solo comparable con su valor. Es tan diestro para rehuir los honores c o m o lijero para dar caza al enemigo. Se ha d i c h o c o n toda razón que la guerra es siempre j é r m e n f e c u n d o de males. Pero para nosotros Dios ha q u e rido que nos llenase de bienes i que c o m o n u n c a se p r e sentara en nuestro cielo la blanca aurora de universal felicidad. Entre esos bienes, y o m e c o m p l a z c o en señalar la u n i ó n sincera en todos los chilenos para olvidar, al p u n t o en que resonó el clarin guerrero, tocia división, toda queja, t o d o sentimiento, agrupándonos todos al pié de nuestra i n m a culada bandera, dispuestos a morir en su defensa. Este bellísimo espectáculo lo habíamos visto hasta ahora cantado por los poetas i enaltecido por los historiadores; pero hoi dia se ha repetido en cada c i u d a d , en cada aldea i en cada familia. El grito sagrado del amor a la patria ha c o n m o v i d o nuestros mares i ha repercutido en nuestras montañas. ¡Vencer o morir! N o ha habido otro instante de tregua que aquél en que celebrábamos a nuestros héroes. Q u é imponente era, señores, el oir c ó m o la v o z do toda la R e p ú b l i c a repetía e n tonces con sin igual alborozo, los n o m b r e s de nuestros

PACIFICO.

valientes de mar i tierra, i entre ellos, el del d e n o d a d o Latorre... Y o os lo confieso, señores, que si mas de una vez repetí c o n m o v i d o ese ilustre n o m b r e ante las aras de D i o s v i v o , d o m i n a d o por la efusión relijiosa, mil veces también l o pronuncié c o n orgullo de chileno ante las aras de la p a tria en m e d i o de las aclamaciones populares que tan j u s tamente lo ensalzaban i bendecían. Pero, señores, n o es m i h u m i l d e manifestación personal la q u e hoi debo ofrecer al ilustre marino. Represento en este m o m e n t o el clero chileno, a ese clero q u e m o d e s t a m e n t e h a deseado c u m p l i r c o n los deberes del patriotismo en c u a n t o le ha sido d a d o . . . El señor Cabezón, presidente del banquete, i n t e r r u m piendo: " D e ese clero q u e h a d a d o heroico e j e m p l o d e abnegación i q u e se ha c o l o c a d o a tanta a l t u r a . . . " El señor Casanova, c o n t i n u a n d o . — E n n o m b r e del clero chileno p u e d o asegurar al ínclito Latorre q u e n o habrá u n o solo de sus m i e m b r o s q u e n o m e autorice para decirle que todos admiran su valor i su prudencia, su modestia i patriotismo; i q u e todos ellos bendicen a D i o s p o r h a berle h e c h o grande entre sus c o n c i u d a d a n o s i célebre en los fastos de la marina c o m t e m p o r á n e a . "

BANQUETE EN

SANTIAGO.

En la tarde de ayer t u v o lugar en el gran salón del H o t e l Inglés el banquete ofrecido por el Club de la U n i o n al c o m a n d a n t e del Cochrane, capitán de n a v i o señor J u a n José Latorre. El m e j o r gusto i elegancia habían presidido al arreglo del salón. E n la testera N o r t e , cobre un pedestal tapizado c o n la bandera nacional i r o d e a d o de u n gracioso jardin, se alzaba el busto de A r t u r o Prat, entre pabellones de banderas q u e pendían de la galería i entrelazados c o n yedra form a b a n caprichosos arabescos. E n la testera opuesta, cañones e n e m i g o s t o m a d o s en Dolores servían de base a dos trofeos de armas antiguas, carabinas, hachas, corazas, terminando cada u n o en medias lunas formadas de bayonetas. Otro trofeo se destacaba en el centro de los anteriores, c o r o n a d o por u n sol también de bayonetas que resplandecía en la parte superior entre banderas nacionales. Pabellones de fusiles, simétricamente dispuestos, c o m p l e t a b a n el adorno de este costado del salón, d o n d e u n rico i grande espejo reflejaba las m i l l u ces que brillaban por todas partes, h a c i e n d o brotar c a m biantes destellos de la fina cristalería. Seis grandes escudos c o n estas inscripciones: Chipana, 12 de Abril.—Iquique, 10 de Julio.—Antofagasta, 28 de Agosto.—Angamos, 8 de Octubre.—Pisagua, 2 de Noviembre.—Arica, 17 de Marzo, se ostentaban en las c o lumnas q u e sustentaban la galería. Cuatro grandes guirnaldas de yedra i laurel se desprendían del cielo raso entrelazadas c o n el tricolor chileno. El salón así adornado presentaba un espléndido g o l p e de vista, i la concurrencia q u e llenaba las galerías n o sabia q u é admirar mas, si la elegancia del adorno o la magnificencia del c o n j u n t o o el arreglo de la mesa. Minutos después de las 6 P. M., llegaba el c o m a n d a n t e señor Latorre a c o m p a ñ a d o del teniente 1. ° señor F e d e rico Chaigneau, del cirujano del Cochrane señor Manuel F. A g u i r r e i del presbítero señor Francisco Salas. I n m e diatamente la orquesta, dirijida por el profesor señor Santa Cruz, ejecutaba el h i m n o nacional; i en seguida los invitados pasaron a o c u p a r sus asientos, t o m a n d o el s u y o el c o m a n d a n t e Latorre entre los señores A n j e l Custodio Gallo, que estaba a la derecha, i Mariano S á n c h e z F o n t e cilla, a la izquierda. E l menú de la c o m i d a , puesto al frente de cada asiento, estaba impreso en raso blanco, ostentando en la parte superior el retrato del c o m a n d a n t e Latorre entre una corona de laurel i banderas chilenas, i sobre una base forma-


CAPITULO

da d e cañones, una ancla i otros atributos de la marina; a a m b o s lados el Gochrane i la Magallanes en actitud de c o m b a t e , i mas abajo esta inscripción: Al señor capitán de navio don Juan José Latorre.—Banquete ofrecido por los socios del Club de la Union en el Gran Hotel Inglés, en Santiago de Chile, el 8 de Julio de 1880. Durante el banquete, la orquesta ejecutó variadas i escocidas piezas. El señor A n j e l Custodio Gallo ofreció el banquete en los siguientes términos: El señor Gallo ( A n j e l C u s t o d i o ) . — P o r obra d e las circunstancias m e h a cabido el honor de presentar a U d . este cordial banquete, c u y o significado, para mis amigos i c o n socios, es hacer una manifestación de simpatía i de a d m i ración al esclarecido ciudadano, por los hechos gloriosos de su campaña marítima i que otras voces mas elocuentes celebrarán. Varias son las maneras de practicar estas manifestaciones cívicas; pero n o es este el m o m e n t o o p o r t u n o de e x a minar cual sea la mejor. L o q u e importa hoi es que la simiente de gratitud pollos servicios recibidcs, nazca i se arraigue en todos los c o razones, para q u e sirva de base i n c o n m o v i b l e a la opinión úblíca, la cual, a su turno, sabrá i querrá recompensar i acer c u m p l i d a justicia al d i g n í s i m o hue'spede que ahora celebramos. Una lei de consolidación i de prosperidad délas d e m o c r a cias es la que i m p o n e a los servidores la abnegación i la disciplina i la munificencia i el agradecimiento a los servidos. Los eminentes servicios no tienen otro galardón que la gratitud de la patria, i los pueblos n o son grandes si n o enaltecen a sus servidores.

E

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leno se ostentó c o n éxito i noble orgullo en la terrible i sangrienta j o r n a d a de Y u n g a i , d o n d e derrocó t o d o el p o der do un ambisioso, que pretendía someter bajo su i m perio la libertad de dos repúblicas hermanas, i amenazaba la integridad de las otras repúblicas del Sur. Nuestra marina ha correspondido a las proezas q u e c o n arrojo i esplendor realizó en su nacimiento, dirijida por el ínclito Cochrane i el preclaro i p u n d o r o s o B l a n c o . Las playas de Talcahuano i del Callao, recuerdan la t o m a de la María Isabel, i el asalto incomparable contra la antigua fragata española la Esmerádmela. Los j ó v e n e s jefes de nuestra reciente escuadra, presentan espléndidos e irrecusables d o c u m e n t o s de su pericia, valor imperturbable en los peligros, i de una v o l u n t a d dispuesta al sacrificio: Latorre al mando de la Mae/allanes en el encuentro que t u v o en Chipana c o n la Union i la Pilcomayo, i salvando este m i s m o Latorre en otro trance, por una diestra maniobra, el Matías Cousiño del Huásccer, q u e ya lo j u z g a b a su presa. Q u e el drama e s traordinario de I q u i q u e nos detenga ahora por u n instante la atención. Condell c o n su pequeña nave destroza a la poderosa Independencia, la tripulación de la Esmeralda, antes que rendir nuestra bandera al pabellón peruano, prefiriendo sepultarse en los abismos del mar al grito de viva Chile, será ejemplo de un tierno i sublime p a triotismo, i Prat i Serrano resplandecerán en los siglos futuros en m e d i o de la constelación de los héroes que se h a n i n m o l a d o por su patria. Finalmente, la rendición del Huáscar, p o n i e n d o un término a la guerra marítima, c o rona todas nuestras esperanzas. ¿I qué diré de nuestro ejército de tierra? Deseando i m paciente el soldado chileno sustentar la supremacía s o bre los domas soldados por su amor a la patria i el ardor en los combates, arrostra i m p á v i d o la muerte, i ha despleg a d o en todas las ocasiones, i principalmente en esta última campaña, triunfando de los obstáculos insuperables q u e la naturaleza oponía a sus marchas, i deshaciendo a las huestes enemigas fortificadas sobre empinadas cimas, u n heroísmo que enorgullese a Chile, i que causa sorpresa i admiración. Pisagua, T a c n a i A r i c a igualan o eclipsan los h e c h o s de armas mas célebres de que haga m e n c i ó n la h i s toria. Nosotros p o d e m o s , sin jactancia, considerarnos é m u los dignos del griego libre i activo v e n c e d o r del Asia, i del entrépido i ardiente r o m a n o .

El señor comandante Juan José Latorre.—(Al levantarse de su asiento es saludado c o n estrepitosos vivas por la concurrencia, q u e durante algunos instantes permaneció de pié, saludando con sus aplausos al marino). Señores: A g r a d e z c o vuestras manifestaciones desde el fondo de mi alma, p o r q u e sé que favoreciéndome honráis a la marina chilena, i lo manifestáis q u e estáis satisfechos de aquellos a quienes la R e p ú b l i c a confió sus naves. H e m o s v e n c i d o al enemigo, p o r q u e ese era nuestro d e ber. L o s q u e cayeron, c a y e r o n c o m o buenos al pié de la bandera, i, a tener mil vidas, m i l vidas hubieran d a d o polla patria sin pena ni esfuerzo. Pero la gloria militar n o debe tan solo ser el objeto d e Morir por la patria, n o es morir. nuestras aspiraciones. La industria, el c o m e r c i o i la cienNuestra obligación en t o d o t i e m p o ha sido continuar cia ofrecen útiles i laudables conquistas a la intelijente la gloriosa tradición chilena, legada por nuestros m a y o investigación, i nosotros nos afanaremos en sobresalir t a m res, quienes j u r a r o n " v e n c e r o morir." bién por nuestra laboriosidad, d e c o r o en las costumbres, Prat agregó una pajina inmortal a las q u e escribieron i la sabiduría de las instituciones. Nuestras montañas Cochrane i B l a n c o c o n estela de fuego en las aguas del contienen ricos minerales, nuestros c a m p o s suministran Pacífico. en abundancia las primeras materias para los p r o d u c t o s Sin m a n c h a recibimos nuestra bandera i sin m a n c h a de las fábricas i de las artes. S e p a m o s aprovechar estos procuraremos trasmitirla. d o n e s que la naturaleza ha p r o d i g a d o entre nosotros, Señores, a la gloriosa tradición chilena! abriendo nuevos manantiales de p r o d u c c i ó n ; pues que la El señor Marin ( F r a n c i s c o ) . — L o s anales d e l j é n e r o variedad de importantes ocupaciones facilita siempre al h u m a n o c u e n t a n p u e b l o s ilustres i gloriosos, i pueblos pueblo trabajo, i los recursos necesarios para mantener con serviles i oscuros degradados por la mas v e r g o n z o z a tirae c o n o m í a una existencia honesta, c ó m o d a e independiennía, o enervados por la molicie i los vicios. Los primeros te, i esto es en verdad lo que hace a u n Estado grande, están destinados a enaltecer la dignidad del h o m b r e , i los d i g n o i feliz. segundos le envilecen. C u a n d o se descubrió la A m é r i c a , B r i n d o , señores, por nuestros beneméritos marinos, A r a u c o abrigaba en su seno fuertes i esforzados varones nuestro h e r o i c o ejército, i p o r q u e a la reputación de v a que defendieron c o n vigor inflexible su libertad, i supielientes q u e hemos adquirido c o n tan j u s t o título, tengaron conservarla. L a conquista i n c o m p l e t a d e Chile cuesmos la de un pueblo industrioso, dilijente, emprendedor i ta a la España mas sangre q u e la q u e habia derramado en la conquista de Méjico, del Perú i del resto de la A m é r i - distinguido por sus virtudes cívicas. El señor Martínez ( M a r c i a l ) . — H a c e unos cuantos m e ca; en semejante suelo debían nacer almas enérjicas i l e vantadas, capaces de formar c o n el t i e m p o una esclareci- ses que todos c o n o c í a m o s a algunos caballeros modestos, pero altamente apreciables en el hogar, en las estaciones da nación. N o s o t r o s los chilenos las poseemos, i de esto navales i en las guarniciones de plaza. hemos d a d o pruebas brillantes. Vino la guerra c o n el Perú i Bolivia, i esos h o m b r e s se Con sangre jenerosa i actos de sublime abnegación lanzaron a la acción i tomaron parte en los combates q u e sellaron nuestros padres la independencia, i las victorias todos c o n o c e m o s . De en m e d i o del fragor de las batallas de C h a c a b u c o i M a i p ú han sido el pedestal de nuestra rejeneracion política i social. Mas tarde el d e n u e d o chi- ' h e m o s visto alzarse los nombres de esos guerreros, hasta


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tomar su puesto c o m o estrellas de primera m a g n i t u d en el firmamento de la patria. U n o de esos h o m b r e s es J u a n José' Latorre. El g r u p o de valientes a q u e m e refiero forma la tercera serie de la galería de varones ilustres por las armas, c o m o los llamaba Cornelio N e p o t e i Plutarco. - Guerra de la independencia; campaña contra la confederación perú-boliviana; guerra chilo-perú-boliviana. Y o , señores, soi u n o de esos soñadores que anhelan la paz universal, que consideran la guerra c o m o una atroz calamidad i u n nefando crimen. N o hai para mí criminales mas famosos que los que azuzan las pasiones i atizan los odios de los pueblos, sobre todo en estos países pobres i débiles q u e se llaman repúblicas sud-americanas. Pero si es una fatal lei de la h u m a n i d a d , c o m o parece serlo, que de c u a n d o en c u a n d o aflija a las naciones el terrible flajelo de la guerra, si esas profundas perturbaciones sociales p r o d u c e n la revelación de los grandes caracteres i abren paso a la manifestación de las grandes virtudes cívicas, y o h a g o votos porque Chile n o se vea envuelto en n u e v a contienda bélica antes de cincuenta años, c u a n d o quizá n i n g u n o de los presentes vague por el haz de la tierra. ¿Con quién será esa guerra?... N o sé ni quiero pensarlo; pero deseo c o n todas las veras de m i alma que n o sea c o n ningún p u e b l o sud-amerícano. Brindo, señores, p o r q u e , c u a n d o llegue ese caso, los h i j o s i los nietos de los h o m b r e s que hoi son objeto de n u e s tro amor i de nuestra admiración, c u m p l a n su deber c o m o sus padres, continúen las tradiciones que éstos les legan, inscriban sus nombres en la cuarta s e r i e de varones ilustres, i labren u n anillo mas de la gloriosa d i a d e m a histórica, que ceñirá, en el curso de los siglos, las sienes de esta patria querida. El señor Sánchez Fontecilla (Mariano).-—En m e d i o de los aplausos con que ios pueblos civilizados h a n recibido las noticias sucesivas de nuestras victorias, se han dejado oir los ecos destemplados de voces enemigas, que claman contra lo que ellos quieren llamar la inmoralidad i la injusticia de nuestras conquistas. Solo c o n el desden d e b e m o s contestar a esos clamores, q u e son interesados i malévolos. Sin embargo, los acompañan también en la cruzada algunos pocos hombres de buena fe, m u i pocos, es verdad, pero hai algunos que piensan c o m o ellos, y a p o r q u e desc o n o c e n la verdad de los h e c h o s , ya porque se inspiran en principios, aunque erróneos, engañosos, pues se presentan bajo la vistosa apariencia de una m e n t i d a hidalguía. A estos pocos hombres estraviados por la ignorancia o el engaño, convendría sacarles del error en que se e n c u e n tran, manifestándoles c ó m o Chile tiene de su parte, no solamente el derecho de la fuerza, sino también, lo que vale mas, la fuerza del derecho (aplausos), haciéndoles ver que esos territorios, que ellos querían q u e entregáram o s al enemigo, antes de ser el fruto de nuestras victorias, eran ya el fruto de nuestra industria. (Aplausos.) Chile puede presentar ante el m u n d o civilizado el m e j o r , digo mas, el fínico título que justifica el d o m i n i o esclusivo de un p u e b l o sobre los territorios que él ocupa. Así c o m o la m a n z a n a de la fábula, fué arrojada sobre la mesa del banquete en que se hallaban reunidas las diosas del Olimpo, llevando esta inscripción: " A la mas bella," así también, este planeta que habitamos, fué lanz a d o a los espacios, llevando escrita c o n caracteres indelebles, esta otra inscripción: " A las mas dignas." S o l o son dignos de llamarse señores de la tierra, los p u e b l o s que han sabido fecundarla c o n el sudor de su frente, i arrancar de sus entrañas maternales los tesoros que ella encierra, (Aplausos.) Por el contrario, son indignos de poseerla, los pueblos que viven en la ociosidad i en Ja molicie, o que malgastan sus fuerzas en mezquinas i estériles querellas. Tales pueblos, están fatalmente c o n d e n a d o s a desaparecer, d e j a n d o libre el c a m p o a los mas dignos, para q u e

PACIFICO.

así se c u m p l a la eterna divisa grabada sobre la faz de la tierra por la m a n o m i s m a de su Creador. El d o m i n i o del m u n d o pertenece a los mas d i g n o s . U n a vez pronunciada la sentencia inexorable, p o r q u e es la espresion de la supremajusticia, i llegado el m o m e n to do aplicarla a los pueblos que se hicieron reos del delito de rebelión contra la loi del trabajo, y a n o es tiempo de invocar derechos que se pretende haber adquirido por el h e c h o solo de la posesión. La posesión que n o va a c o m p a ñ a d a del trabajo f e c u n dante i p r o d u c t o r , p o r prolongada q u e haya sido, n o da, n o p u e d e dar d e r e c h o alguno. D e s d e tiempo inmemorial, los e u n u c o s del Oriente h a n vivido en el serrallo; sin embargo, j a m á s los e u n u c o s fueron dueños del serrallo. Lejos de eso, las odaliscas q u e allí habitan, guardan siempre su belleza i su a m o r para quien, sabiendo estim a r en lo q u e valen el amor i la belleza, es capaz de reproducirla i perpetuarla. L a civilización, las artes, las riquezas, esas odaliscas de los pueblos de Occidente, n o abandonan su flexible talle sino a los brazos vigorosos de los hijos del trabajo, i n o consienten en reposar su cabeza sino sobre p e c h o s varoniles, h e n c h i d o s de ese noble ardimiento que los lleva hacia el progreso incesante, hacia el mejoramiento indefinid o de l a humanidad. (Aplausos estrepitosos.) L a civilización, las artes, las riquezas, a imitación de las odaliscas orientales, niegan constantemente sus favores a los frios halagos, a las estériles caricias de los e u n u c o s del trabajo i de la industria. Señores: hagamos votos, sí, h a g a m o s votos fervientes, p o r q u e este p u e b l o de Chile, que ha p r o b a d o ser tan firme, tan enérjico, tan infatigable en las fecundas labores de la paz, c o m o es valiente i sufrido en los d u r o s trabajos de la guerra, p u e d a siempre ver al m a n d o de sus escuadras, al frente de sus ejércitos i a la cabeza de su Gobierno, h o m bres de carácter entero i de v o l u n t a d poderosa para organizar i dirijir sus fuerzas en los conflictos q u e vienen del esterior; de patriotismo c o n o c i d o i de clara intelijencia, para echar las bases de su futura grandeza i trazar a n c h o c a m i n o al porvenir. (Aplausos.) Esperemos q u e esta patria tan querida, t o m a n d o p o r n o r m a de c o n d u c t a la hermosa divisa bajo la cual se ha realizado Ja prosperidad incomparable de la gran R e p ú blica del N o r t e , "Excelsior," "Mas arriba," " S i e m p r e a d e lante," sepa hacerse cada dia mas digna de los altos destinos que la Providencia le tiene preparados. (Aplausos prolongados.) El señor Mackenna (Juan E . ) — E l Club de la U n i o n festeja en este m o m e n t o al distinguido c o m a n d a n t e del Cochrane, a nuestro querido h u é s p e d señor Latorre. D i g o nuestro, señores, porque el gran privilejio de los nobles servidores i de los héroes es desarrollar en los sentimientos de sus c o n c i u d a d a n o s la mas intensa de las afecciones. A fuerza de quererlos i de distinguirlos parece q u e tuviéramos sobre ellos una especie de derecho d e p r o piedad. Los h o m b r e s que tienen la d i c h a de dar honra i gloria a su patria, son c o m o la luz q u e brilla en todas partes i que en todas partes recibe los ecos de la admiración i del reconocimiento. Y o , señores, en h o n o r del dignísimo señor Latorre, n o diré en estos instantes nada mas, ni n á d a m e n o s de lo que dia a dia h e sentido por él i por otro de sus compañeros ue descansa en la inmortalidad del mas sublime sacricio. Es una feliz coincidencia que el señor Latorre se encuentre en este m o m e n t o tan cerca de aquél c u y o busto está c o l o c a d o sobre un pedestal de verduras i de camelias! I aquí nuestro distinguido huésped m e permitirá una p e q u e ñ a revelación doméstica, que si manifiesta bien mi gratitud c o m o chileno para c o n él, espero n o interpretará mal los sentimientos de mis d i g n o s consocios del c l u b .


CAPITULO

T e n g o en casa desde meses atrás, sobre m i escritorio d e labor d e t o d o s los dias, d o s retratos: a la derecha A r t u r o Prat, a la izquierda J u a n José" Latorre! S o n d o s símbolos, señores, q u e permanentemente tengo a la vista c o m o nobilísimas inspiraciones del deber, d é l a abnegación, del amor a la patria, de la modestia e n cantadora, d e t o d o aquello q u e en la naturaleza p u e d e haber d e m a s grande c o m o sacrificio i d e lo q u e p u e d e haber d e mas n o b l e i mas feliz c o m o heroísmo afortunado... La vida, soplo q u e pasa m u c h a s veces c o n rapidez, n o deja tras d e sí mas estela luminosa q u e las buenas obras que el deber lega c o m o ejemplos, i c u a n d o y o recuerdo a Prat inmolándose por el h o n o r i p o r la gloria de Chile, i cuando v e o a Latorre lanzándose c o n arrojo i fortuna incomparables en defensa de nuestra causa i ocultándose después para recibir los honores d e sus c o n c i u d a d a n o s agradecidos, h e sentido, señores, q u e esos d o s n o m b r e s dan fortaleza al espíritu i q u e alientan c o n el brillo d e sus virtudes el á n i m o d e los q u e saben apreciar en secreto los misterios de su noble compañía! Siempre, señores, m e h e sentido c o n t e n t o al dar en el silencio del hogar esta pequeña prueba d e cariño i de gratitud a estos d o s héroes tan queridos para Chile, tan i n mensos para su gloria,, tan eficaces i tan espléndidos para formar la gran moral en el verdadero patriotismo i en el verdadero servicio de su país. Sí, señores, la gran moral! Después d e esta c a m p a ñ a d e héroes i de titanos, d e grandes sacrificios i de grandes desprendimientos, serán solo el deber austero, el patriotismo infatigable, el heroísm o cívico, los grandes ajentes i los únicos cimentadores de nuestras glorias i d e nuestras conquistas. La a b n e g a c i ó n personal sucederá en la p a z al sacrificio de la guerra, i el heroísmo d e los q u e han servido a su patria c o n tanta esplendidez c o m o modestia, c o m o n u e s tro n o b l e Latorre, será el m o d e l o que el patriotismo tendrá q u e imitar en la inmensa tarea do la paz, para hacer de nuestro Chile n o solo un p u e b l o de valientes sino u n pueblo de c i u d a d a n o s felices, d e industria, d e moralidad, de trabajo i d e r e n o m b r e universal! El señor Barros Luco (Ramón.)—Os brindis p o r la n a c i ó n d e Chile.

propongo

un

El p o d e r marítimo es u n elemento indispensable para afianzar la independencia i progreso de las n a c i o n e s . Nuestros marinos h a n abierto anchos caminos a la c i vilización p o r m e d i o d e esploraciones atrevidas; c u a n d o consagraban su tiempo a esos estudios, recibieron la orden de hacer r u m b o al N o r t e a defender la h o n r a nacional. Recojidas las cartas, afirmaron la bandera nacional en los mástiles d e sus naves hasta obtener el predominio del Pacífico. L o sabéis vosotros, el c o m a n d a n t e Latorre suspendió sus estudios en Magallanes i fué a batirse en Chipana. Sus triunfos, sin embargo, n o harán olvidar sus trabajos científicos.

CUARTO.

313

es morir," acaba de decir el heroico Latorre. H e r m o s o i sublimo principio! Permitidme desarrollarlo. S e ñ o r e s : las naciones, para constituirse í formarse; los pueblos, por la libertad, la honra i la gloria h a n derramad o a torrentes la sangre de sus hijos. Casi todos ellos t i e nen héroes, valientes i mártires: W e l l i n g t o n , Nelson, la Inglaterra; N a p o l e ó n , la Francia; San Martin, la R e p ú b l i ca Arjentina. Esta pequeña fracción d o la A m é r i c a , este Chile querido, ¿no están llenos los anales d e la patria d e los nombres d e los héroes, mártires i valientes: O'Higgins i Las Horas, R o d r í g u e z i los Carreras, Búlnes i Freiré? L o s c a m p o s de R a n c a g u a , C h a c a b u c o i Maipú ¿no h a n sido regados c o n la sangre d e los padres d e la patria, q u e se sacrificaron c o n gusto por darnos libertad? ¿I quién d e nosotros n o la derramaría por la libertad, c u a n d o ella es la llama, fuente creadora d e lo benéfico i lo grande para la humanidad? C u a n d o la libertad, señores, es c o m o el sol q u e a todos alumbra d á n d o n o s calor i p o r consiguiente, vida, fuerza i m o v i m i e n t o . A y e r n o m a s , en esa difícil i ardua c a m p a ñ a que sosten e m o s c o n t r a nuestros enemigos ¿no h a n sido cubiertos de héroes i d e valientes los desiertos arenosos d e Dolores, Tarapacá, T a c n a i Arica? A h í tenéis a Ramírez, T o r r e blanca, S a n Martin i los innumerables! ¿I q u é dice del glorioso c o m b a t e en las ondas d e I q u i que en el día 21 d e M a y o de 1879, c o m b a t e tan grandioso que repercutió, q u e resonó en el m u n d o d e u n o a otro confín? ¿Qué chileno n o tiene grabado en su alma a los héroes i mártires: Prat, Serrano, A l d e a i Riquelme? Y o m i s m e , señores, h e tenido tan fija mi imajinacion en la figura i persona de Prat, q u e en u n delirio, delirio de pura fantasía, lo vi en la aurora, allá en la cúspide elevada d e los A n d e s , entre las nubes arreboladas color de oro i záfiro, aparecer en el altar d e la patria, radiante, majestuoso, i m p o n e n t e , llevando en su diestra su espada de fuego, en la otra nuestro h e r m o s o pabellón, puro, i n m a c u l a d o , rodeado d e vírjenes q u e le entonaban los c á n ticos armoniosos d e ia gloria, de ánjeles i querubes bellos que se disputaban a porfía para colocarle en su sien la c o rona d e la inmortalidad. I este p u e b l o , el pueblo c h i l e n o , c o n m o v i d o , agradecido de tanto heroísmo, d e tanto martirio, frenético, corriendo, llevando, levantando en sus m a nos arcos, palmas d e triunfo, coronas d e flores i laureles para colocarle a sus pies. ¡Oh, espíritu inmortal d e Prat, q u e has sido la estrella, el iucero q u e c o n sus rayos luminosos ha g u i a d o , ha c o n d u c i d o a todos nuestros hermanos en los c o m b a t e s n a v a les, en las liltimas campañas terrestres, d á n d o n o s la gloria i el triunfo, bendito seas! Esta manifestación, este espléndido b a n q u e t e i la r e u nión d e tan honorables caballeros, ¿no tiene también p o r objeto celebrar el heroísmo d e este ilustre capitán L a t o r re? ¿A quién d e nosotros n o se le dilató su p e c h o p o r el g o z o i la elegría q u e esperimentó su corazón al recibir la noticia d e la rendición i toma del Huáscar?-

Nuestra marina n o es, señores, una marina improvisada. Sus victorias estaban preparadas p o r u n a práctica laboriosa i constante.

Seria largo, m u í largo c o n m e m o r a r , señores, las hazañas i proezas de este valiente marino que ha contribuido, c o m o el q u e mas, en los últimos combates navales, para darnos dias d e alegría, dias de gloria.

El material d e la escuadra n o es c o m o so ha creído p o r algunos la obra d e u n g o b i e r n o ; los h o m b r e s d e todos Jos partidos políticos h a n c o n t r i b u i d o eficazmente a dotar a la armada c o n los elementos necesarios para su organización i su fuerza.

L i m i t á n d o m e , en c o n c l u s i ó n , e interpretando los sentimientos d e esta distinguida reunión, paso a decirle: q u e admiramos su valor i patriotismo, q u e respetamos su í n telijencia i constancia, i q u e apreciamos, agradecidos, c o n el alma i el corazón su persona.

A los n o m b r e s gloriosos d e Prat, Riveros, Latorre, C o n dell i demás c o m a n d a n t e s d e buques, u n a m o s , señores, los de Marazi, L e ó n , A l v a r e z i otros injenieros i m e c á n i c o s que tanto h a n c o n t r i b u i d o c o n su trabajo al arreglo de nuestros b u q u e s .

Con toda m i amabilidad, c o n toda m i voluntad, p i d o , señores, q u e m e acompañéis a beber u n a copa en recuerdo de los héroes, d e los mártires i valientes chilenos q u e n o s han d a d o libertad, honra i gloria.

La obra d e l taller h a sido en esta guerra tan eficaz c o m o el heroísmo d e nuestros soldados. El señor Váleles Munizaga.—''Morir p o r la patria n o TOMO n i — 4 0


GUERRA DEL

314

XIII. Confederación perrt-noliviana: dictamen de la comisión del Consejo de Estado del P e n i i decreto c informe de la mayoría i minoría de la Convención Nacional de líolivia. DICTAMEN D E LA COMISIÓN DIPLOMÁTICA D E L SEJO

DE

JULIO DE

ESTADO

APROBADO

EN

LA

EXC.MO. C O N -

SESIÓN

DEL

8

DE

1880.

Excrao. señor: Importante i mui delicada es la cuestión que el S u p r e m o Gobierno ha s o m e t i d o a la consideración del Consejo, de vasto alcance el pacto celebrado con B o l i v i a q u e tiene que cambiar el m o d o de ser político do ésta i de aquella República. Para poder apreciar la conveniencia de una m e d i d a do tal naturaleza, sobre las luces i patriotismo de que abunda V. E.,se requiere algo mas: la facultad recibida do la nación para decidir sobro su suerte, que si bien n o la hace perder en sus condiciones do autonomía, altera n o p o c o las instituciones que la rijen tanto social c o m o administrativamente. Siquiera un v o t o consultivo d e m a n da meditación detenida para formar la c o n c i e n c i a de una trasformacion tan profunda c o m o la que se trata de realizar i llevar a término c u m p l i d o . N o es n u e v o en el Perú el sistema de una Confederación, c o m o bien lo sabe V. E., desde que se recuerda un acontecimiento que puede llamarse contemporáneo, existiendo aun l a j e n e r a c i o n que lo presenció i sintió de lleno sus efectos; pero sin entrar en la apreciación de sus fundamentos, d e sus relaciones c o n los intereses i derechos de nuestra patria, de su influencia para la paz, y a fuera interna, y a esteri'ir, n o p u e d e dejarse de la mano ese p e n samiento i de considerar, no sin e m o c i ó n , q u e ese o r d e n de cosas no satisfizo las aspiraciones de los estados q u e se confederaron c o n intención laudable a u n q u e desafortunada. Desdo entóneos, hasta la época que h e m o s alcanzado, han sobrevenido para Bolivia i el Perú raros, insólitos sucesos, que han llegado a c o n v e n c e r á entrambos p u e blos de la necesidad no s o l o de estrecharse c o n los lazos do una unión, do una liga para casos i emerjencias d e terminados, sino de formar un t o d o c o m p a c t o que restablezca esa solidaridad característica i antigua, que por la vecindad, semejanza de miras i las conexiones de c o m e r cio i de gobierno, que n o m u i lejos se sostenían entre familias aledañas i de un mismo oríjen, p o n g a n a cubierto sus grandes i ulteriores destinos de sociabilidad, de j u s ticia i do m u t u a conveniencia. A h o r a m i s m o estamos atravesando por conflictos, desde h a c e años temidos i esperados, conflictos que afectan h o n d a m e n t e , a mas de m u i caros intereses, los tueros de la A m é r i c a entera i especialm e n t e los del Perú, que han buscado c o n la alianza sus medios c o m u n e s de defensa, su salvación de peligros presentes i de los que amargarnos puedan en lo venidero: han querido i quieren en la guerra defenderse de gratuitos envidiosos enemigos, de sistemáticos detractores i de acechanzas que llevan la misma fecha que la i n d e p e n d e n cia del continente. Mas se solicita a la sazón, para unificar a estas secciones que formaron durante la colonia un t o d o h o m o j é n e o por sus afinidades recíprocas, vínculos de sangre i sus n o bles i jencrosos sentimientos: se ha ajustado una c o n f e deración que, aparto de estos elevados pensamientos, sirva para esplotar, sin daño de nadie, los inmensos veneros d e riqueza d o a m b o s pueblos, i para elaborar una v e n t u ra tan permanente c o m o sólida. E n Europa, d o n d e las nacionalidades están perfectamente definidas, d o n d e la civilización se halla, mas o m e nos, jeneralmcnto estendida i afirmada p o r hábitos i tradiciones seculares, d o n d e los derechos de los soberanos entre sí i de los pueblos que dirijen cuentan c o n la sanción del tiempo, con el poder moral de anticuadas pose-

PACIFICO.

siones, i c o n la respetabilidad que reviste la j u s t i c i a i el poder, han existido confederaciones para la defensa d e las entidades que la c o m p o n í a n , i para p r o m o v e r i c o n s o lidar su estabilidad i soberanía nacional. E n A m é r i c a tenemos la gran Confederación norte-americana, m o d e l o en su jénero de formas de G o b i e r n o i de creciente prosperidad política, e c o n ó m i c a i mercantil: tenemos la Confederación colombiana, que h a sujetado allí pasiones políticas antes en ebullición, i a la cual debe ese grado do adelanto i de liberalidad gubernativa que la da un r e n o m b r e feliz en los anales sud-americanos. Aparte de estas c o n f e d e r a c i o nes, c o n o c e m o s la Arjetina i la de M é j i c o , que si n o h a n surtido hasta el día los mismos prodijiosos resultados de las q u e fundaron W a s h i n g t o n i Jefferson, caminan en su desarrollo mas que medianamente i prometen para mas tarde ventajosos, proficuos bienes en lo social i en lo político, en lo que atañe a la cultura intelectual i a los progresos de la industria. Después de la e m a n c i p a c i ó n de España, nuestra m e trópoli, en días ya m u i lejanos, sobrevinieron n o pocas dificultades en cuanto a límites fijados por el rei, m u c h a s veces sin el e x a m e n prolijo de las localidades, de las e x i jencias de los pueblos i de sus condiciones jeográficas. Pretensiones surjieron, quizas exajeradas, en m u c h a s de nuestras repúblicas recien lanzadas a la carrera política, i algunas guerras so encendieron por querer ensanchar territorios q u e por la naturaleza m i s m a tenían l i m i t a c i o nes fijas, que robustecían las prescripciones i leyes preexistentes. Hasta ahora subsisten m u c h o s de esos facticios derechos, q u e nos inquietan i retardan el desarrollo de nuestras nacientes sociedades. L a actual guerra c o n Chile trae su oríjen en los propósitos absurdos de dominar lugares q u e tienen de por m e d i o desiertos inmensos que h a c e n imposible el G o b i e r n o i dirección de la autoridad que los reclama a m a n o armada, para implantar en ellos su soberanía i predominio. Se c o m p r e n d e c o n facilidad que las cuestiones sobre límites, que las contiendas relativamente a intereses locales, sean tan frecuentes en otras partes d o n d e las p o b l a c i o nes sobreabundan, d o n d e las tierras enflaquecidas i gastadas no suministran copiosos recursos para que la vida sea c ó m o d a i tranquila; pero que esto se realice en A m é r i c a , parece absolutamente imposible, u n o de esos ensueños que suelen forjarse imajinaeiones enfermizas. I n mensos territorios sin cultivo por falta de pobladores e industriales, distancias insuperables d o n d e n o h a penetrado la luz do la civilización, carencia d e m e d i o s para dar vida a tantos i tan valiosos elementos d e bienestar, esterilizados por ol abandono que p r o d u c e la inclemencia de las vias a lugares apartados, alejan por c o m p l e t o de la m e n t e el pensamiento de ir en p o s de tierras estrañas, c u a n d o las nuestras nos ofrecen tantos alicientes i tantos estímulos de logros lícitos i de engrandecimientos mercantiles i agrícolas, administrativos i sociales. E l problema americano de mas urj ente solución, es, s i n o padecemos error lo que n o es posible, después de algunos estudios etnográficos i estadísticos, el de la inmigración europea, que nos traiga c o n sus hábitos tradicionales de trabajo, c o n sus constituciones de razas vigorosas i e m p r e n d e d o ras, con su espíritu siempre levantado i entusiasta, brazos para nuestra industria deficiente i pobre, perseverancia para n o desmayar ante los obstáculos, u n o s naturales i artificiales, otros que suelen ofrecer serias resistencias a las aventuras mas arriesgadas i fructuosas; por último, capitales que p o n g a n en m o v i m i e n t o i saquen a la superficie tesoros ignorados, q u e cambiarian la faz de nuestros pueblos, que mueren hoi de inanición i de indolencia, con mui pocas escepciones, por el favor que a éstas dispensa la Providencia por su envidiable situación a las riberas del mar. T o d a la dificultad para que este p r o b l e m a n o se convierta en nuestro daño, en v e z de levantarnos hasta donde nos llaman la intelijencia de nuestros países meridionales i los fabulosos medios que poseen para ser felices, es que


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la inmigración n o se resienta de los mismos i n c o n v e n i e n tes que h a n frustrado los ensayos que en pequeña escala hemos acometido c o n anterioridad i en mala hora. La inmigración debe ser espontánea i numerosa, i estas c o n d i ciones se satisfarán ampliamente si ofrecemos c o n m a n o liberal, c a m p o s para el trabajo, si c o n c e d e m o s tolerancia para la conciencia, franquicias para el comercio i p r o t e c ción para la industria. A fin de obtener, o m e j o r d i c h o , para facilitar estos resultados, c o n los cuales han m e d r a do otras naciones, débese indicar, en cuanto sea posible, que los inmigrantes tengan algunas de esas asimilaciones con nuestras entidades sociales, para que se acerquen c o n mas facilidad, se c o m u n i q u e n i aprendan los u n o s las e n señanzas prácticas i asiduas que los otros les inculquen. E l sistema federal es a propósito para las repúblicas democráticas i representativas; el central desempeña en las monarquías un peculiar i significativo papel, i se esplica esta palpable diferencia desde que las instituciones son diversas en uno i en otro réjimen político. D o n d e la libertad constituye el principal resorte del gobierno, la unidad centralizadora seria un contrapeso formidable que inutilizaría los esfuerzos individuales i aun los colectivos; los instintos espontáneos para realizar el progreso, aspiración de la especie h u m a n a , serian c o m p r i m i d o s , sofocados si se dejase que la autoridad, desde una altura d o n d e n o pueden sentirse i apreciarse las necesidades c o m u n e s , t o do quisiese abarcarlo, dirijirlo e imprimirle el sello de su omnipotencia. Bien se ve, sin m u c h o e x a m e n , que de esta absorción de todas las funciones sociales i de administración n o hai mas que u n paso para el despotismo. A l c o n trario, las repúblicas que cuentan c o n su voluntad para conocer lo que les c o n v i e n e i adoptarlo sin e m b o z o i restricciones, q u e la independencia social las establece de manera que en p o c o tiempo i c o n acierto casi siempre, adelantan i realizan el ideal de la perfección gubernativa, no p u e d e n prescindir, si se las deja la elección a su q u e rer, del federalismo que en t o d o evento preferirían a la acción abrumadora de la centralización. Los pueblos m o dernos difieren en m u c h o s p u n t o s esenciales de los antiguos. La federación en los dias que v a m o s recorriendo presenta una fisonomía particular i desusada en los siglos que ya pasaron, p o r q u e las nacionalidades c o n t e m p o r á neas, rejidas por distintos principios, c o n organizaciones en sustancias diversas si n o contrarias a la vida anterior i primitiva, tienen que o b e d e c e r a otros impulsos sociales, a las fuerzas moderadoras i equitativas que la libertad sujiere. Bien se ve que las asociaciones federales de antaño, c o m e n z a n d o desde la Grecia i v i n i e n d o con las e v o l u c i o nes históricas hasta la Suiza, la del R h i n i la Jermánica, no tienden a la c o n s e c u c i ó n del m i s m o fin; la H e l é n i c a tenia su objeto: se identificaba c o n la existencia mas q u e democrática de esos pueblos todavía noveles, c o n c e n t r a dos en una existencia puramente local i bulliciosa que las ponia a distancia de estrañas relaciones i civilización distintas. Las posteriores se han sobrevenido con la trasformacion que recibió el m u n d o , se han dirijido a contener las pretensiones exajeradas de los reyes desde el a d v e n i miento de la edad m o d e r n a . También ha h a b i d o alianzas i confederaciones que n o han querido conquistar nada ara el d e r e c h o sino para el absolutismo: allí está en p r u e a la llamada Santa Alianza, que era una cruzada contra las constituciones liberales de Francia i España i la reconstrucción de la nacionalidad polaca. Si el Perú ha esperimentado sacudimientos estraordinarios en mas de una ocasión; si sus elementos harto abundantes se han c o n v e r t i d o en su daño i c o n c i t á d o n o s la envidia d e los estraños; si sus armas han esperimentado reveses en algunas épocas de ingrata memoria, m e n o s ha sido por su espíritu inquieto i turbulento que por esa falta de c o h e s i ó n entre los diversos intereses que constituyen la c o n d i c i ó n peculiar de cada localidad i de cada una de sus zonas. T o d o departamento tiene una existencia de individualidad i otra de relación con los demás i con la

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cabeza que preside i dirije ese sistema de armonía, de d e fensa c o m ú n , de solidaridad i d e lento pero sólido progreso. La autonomía de un Estado en nada se o p o n e a la a u t o nomía del c o n j u n t o : la una se refiere a los derechos de una personalidad moral, que, c o m o las demás, es parte d e una misma asociación jeneral, que cuida de la conservación de todos los grandes bienes de la universalidad de las unidades locales. El estado p r o m u e v e por sí m i s m o su adelanto en el recinto de su territorio, se concreta a la satisfacción de exijencias q u e le i n c u m b e n , sin descuidar la atención del corazón de ese cuerpo que, c o m p u e s t o de d i versos miembros, recibo d e t o d o s éstos su continjente d e vida, c o m o el corazón del cuerpo h u m a n o es el centro adonde, m e r c e d a las funciones del organismo, concurre la sangre para darle calor, m o v i m i e n t o i vitalidad. El Perú i Bolivia han sido una misma cosa; tienen q u e serlo en adelante si n o caminan desatentados al suicidio 0 c u a n d o m e n o s a la lánguida postración del egoísmo q u e estingue los mas espansivos sentimientos de las repúblicas democráticas de nuestro siglo. L a naturaleza los llam a a unirse i la necesidad los obliga n u n c a mas que a h o ra a estrecharse íntimamente. Chile c o m b a t e a los dos, porque apetece sus riquezas, p o r q u e en su posición solitaria i de tristísimo aislamiento, quiere aniquilar a los pueblos que le aventajan en c u a n t o engrandecer p u e d e a u n a nación. Así es que el pensamiento de la Confederación n o p u e d e ser mas apropiado a l a s circunstancia i d e mas gratas esperanzas para el porvenir. Si la comisión pudiera apreciar el c o n t e n i d o de los p r o tocolos, entraría en consideraciones de s u m o interés, que darían la m e d i d a de una c o n c e p c i ó n tan m a d u r a m e n t e meditada, i que, en buena hora, tiene que ser la leí salvadora de nuestra soberanía i la lei igualmente beneficiosa para consolidar los ulteriores destinos de nuestra h e r m a na; pero teniendo V. E. que limitarse a emitir su informe únicamente sobre el m o d o de consultar la v o l u n t a d del país sobre materia tan ardua, a la vez que de útilísimo resultado político, habrá, sin d u d a , q u e constreñirse a este solo, si bien interesante objeto. D o s medios se presentan para inquirir el asentimiento del país relativamente al p u n t o s o m e t i d o a la consulta d e este cuerpo, dos medios que bien pueden traducir c o n las precauciones en estos m o m e n t o s necesarias, para n o distraer a los ciudadanos d e las atenciones sagradas d e la guerra, la espresion de la voluntad nacional. U n a asamblea espresamente llamada para el objeto de examinar si el p e n samiento de la Confederación perú-boliviana es o n ó a c e p table, n o c o m p r o m e t e r í a en nada ni el orden p ú b l i c o , ni la autoridad del Gobierno, ni los procedimientos administrativos que, c o m o nunca, tienen que ser unísonos, rápidos 1 oportunos. Cuarenta dias serán suficientes para la reunión de los diputados que, sin poderes de otro j e n e r o , podían llenar brevemente su c o m e t i d o . La opinión del país se recojeria así c o n facilidad, desde que, r e d u c i d o el n ú m e r o de individuos, n o ofrecería los embarazos de las reuniones numerosas, d o n d e se corre el riesgo de n o uniformar c o n regularidad todos los intereses i todos los j u i cios que podrían formarse en asunto de tanta trascendencia c o m o el presente, q u e nada menos envuelve que el porvenir de la República. U n a asamblea seria preferible a los c o m i c i o s populares; i seríalo sin disputa, a mas de las razones espuestas, porque es un m e d i o que de la manera que acaba de esponerse, no haría perder el tiempo, pérdid a m u i sensible en las circunstancias que estamos atraves a n d o . La asamblea es mui c o n f o r m e sobre todo al espíritu de nuestras instituciones i a nuestro estado de civilización actual. Sin embargo, las dificultades que ofrece nuestra c o n d i ción, ahora que estamos empeñados en una guerra sin tregua, hagan talvez ineficaces los espedientes empleados para las elecciones populares; en este caso n o hai otro rec u r s o que el v o t o directo de los ciudadanos que tengan el d e r e c h o d e sufrajio i n o otros, abriéndose u n libro en las m u n i c i p a l i d a d e s d o n d e se rejistre la opinión de cada s u -


GUERRA DEL

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fragante bajo la fórmula de acepto o no acepto el sistema d e la Confederación ajustada con Bolivia. Así se consigue perfectamente la indagación de la voluntad nacional, sin los azares que a c o m p a ñ a n a las asociaciones numerosas i sin acertada dirección. El optar por este m e d i o n o traería peligros, no se contrariarían los principios del sistema representativo; i, al contrario, nos acercaríamos todo lo p o sible a la fuente de la soberanía nacional. F u n d a d o s en estas razones, vuestra comisión es de sentir: " q u e se e m plee este medio, desde que otro no es hacedero ni espodito, i desde que en nada se ofenden los derechos preestablecid o s por nuestro vijente réjimen político i nuestro estado actual de cosas." Dése cuenta.—Sala de la Comisión, L i m a , Julio 8 de 1 8 8 0 . — J u a n Antonio liibeyro.—José J. Loayza.—Fernando Palacios. CONSEJO SESIÓN

DEL

JUEVES

Presidencia

DE 8

ESTADO. DE

del señor

JULIO

DE

1SS0.

Arzobispo.

Con asistencia de los señores consejeros Arenas, R i b e y ro, Elcorrobarrutia, Benavides, Orbogoso, Loayza, Palacios, Gallagher, Alarco, R o c a , Pino i el secretario, se abrió la sesión a las 3 P. M. Se dio lectura al d i c t a m e n de la comisión diplomática, recaído en el P r o t o c o l o referente a la Confederación p e r ú boliviana. Después de una lijera discusión sobre asunto tan i m portante, en q u e t o m a r o n parte los señores Arenas, B e navides i miembros de la comisión aludida, quedaron aprobadas las conclusiones del. dictamen en el sentido de q u e se abra un rejistro en las municipalidades d o n d e los ciudadanos que tienen derecho a sufrajio pondrán su firm a manifestando antes su opinión sobre la idea de la C o n federación c o n las espresiones acepto o no acepto. N o h a b i e n d o otro asunto d e q u e tratar, se levantó la sesión. CONVENCIÓN NACIONAL DE BOLIVIA. La Convención

Nacional

Decreta: Art. 1. ° La votación plebiscitaria para los objetos de la lei relativa a la U n i o n perú-boliviana, se sujetará al reglamento de elecciones de 1878, c o n las siguientes m o dificaciones: A r t . 2. ° E n las papeletas estará impresa esta pregunta: ¿Si acepta o n ó la U n i o n federal de los estados perúbolivianos? E l sí o nó de la respuesta será garantido por la firma del sufragante en la papeleta, c u y o n o m b r e se anotará en libro separado, por orden alfabético de apellidos. Art. 3. ° H a b r á escrutinios parciales i jenerales. El acta del escrutinio jeneral verificado en la capital del departamento, será remitido con los libros i papeletas, c o n t o d a seguridad, al prefecto, quien la pasará al E j e c u tivo para los efectos del artículo 3. ° de la citada lei. Art. 4. ° Los escrutinios parciales serán publicados p o r la prensa, tan pronto c o m o fueren verificados. E n los l u gares d o n d e n o hubiere imprenta, se avisará el resultado p o r carteles. Comuniqúese al Poder E j e c u t i v o para su ejecución i cumplimiento. La Paz, a 20 de Julio de 1 8 8 0 . — / . Oblitas.—Félix li. Ortiz. — Luis P. Rosquéllas.—Manuel Aguirre.—P. Sainz.—N. Aguirre.—E. F. Costas.—Nicolás Acosta, secretario. Sala de sesiones.—La Paz, Julio 21 de 1 8 8 0 . — I m p r i mase.—P. O. del señor P . — S e v e r o F. Alonso, Diputado secretario.—F. E. Ouachcdla, D i p u t a d o secretario.

PACIFICO.

INFORMES DE MAYORÍA I MINORÍA CIONAL

SOBRE

DE

LA

CONVENCIÓN

NA-

EL PROYECTO DE CONFEDERACIÓN.

Soberano señor: Vuestra comisión mista ha e x a m i n a d o c o n interés patriótico i tranquila meditación, los protocolos relativos a la U n i o n perú-boliviana, firmados en Lima, a_ll de Junio último, por los respectivos ministros plenipotenciarios, investidos de plenos poderes por los gobiernos de una i otra República. En consecuencia, tiene la honra de presentaros el siguiente informe: El pensamiento de unión de estas dos repúblicas hermanas, c o n c e b i d o desde los albores de su misma independencia, ensayado una vez p o r la acción oficial de los gobiernos en condiciones, p o r desgracia desfavorables, ha llegado a ser, de algún tiempo a esta parte, la aspiración jeneral de u n o i otro pueblo. Varias causas nos h a n c o n d u c i d o naturalmente a este resultado. L a c o n f o r m a c i ó n física de Bolivia;—los vanos esfuerzos que h a e m p l e a d o para el desarrollo d e su prosper-i dad i el afianzamiento de las instituciones republicanas; i en fin, la tendencia característica de nuestra época a constituir grandes agrupaciones políticas, a e j e m p l o d é l a feliz c o m b i n a c i ó n , inspirada por la necesidad a l a s c o l o nias inglesas de la A m é r i c a del N o r t e ; — s o n poderosas consideraciones que igualmente demuestran la necesidad de una e v o l u c i ó n radical i reconstitutiva, q u e lleve a la patria al terreno de las conveniencias positivas, sin m e noscabo de su soberanía i dignidad. La hora de esta evolución ha sonado, i la necesidad social debe ser satisfecha. Entre las diversas soluciones que se han propuesto para el p r o b l e m a de nuestra actual defensa i futura prosperidad, n i n g u n a mas natural i práctica que la unión bajo el réjimen federativo, iniciada y a en la República, p o r la Asamblea Constituyente de 1871, q u e la aplazó para otro t i e m p o que i n d u d a b l e m e n t e es el actual. Esta aspiración constante de las mayorías encontrará consistente realidad en la reunión de a m b o s pueblos: "no por la absorción del u n o en el otro, sino por el hermoso abrazo de la libertad," c o m o lo ha espresado el E x c m o . señor Piérola en su mensaje al Consejo d e Estado. Si por esta trasformacion, c o m o es j u s t o esperar, llega a engrandecerse el c u e r p o social, ese engrandecimiento n o p u e d e menos q u e circular hasta los últimos estremos de la R e p ú b l i c a , resultando, por consiguiente, el bien procomunal . F u n d a d a en estas consideraciones, vuestra comisión especial h a creído que las bases de U n i o n federal, contenidas en el P r o t o c o l o preliminar q u e habéis pasado a su examen, serán acojidas c o n entera adhesión p o r el pueblo boliviano. L a comisión n o h a j u z g a d o o p o r t u n o hacer materia del informe los detalles que contienen los p r o t o c o l o s ; pero sí, ha discutido la c o m p e t e n c i a de la C o n v e n c i ó n Nacional para pronunciar o nó su aceptación, y a c o m o mera opinión, ya c o m o acto lejislativo o bien c o m o lei. H a considerado que el pueblo, al conferirle poderes para el ejercicio de la soberanía, n o le h a señalado otros límites que los de la salvación de la patria. Sin embargo, de acuerdo c o n las mismas previsiones del P r o t o c o l o i el respeto a los derechos mayestáticos de la nación, h a resuelto que ella misma p r o n u n c i e su veredicto sincero i libre para imprimirles después el sello de la autoridad lejislativa. Considerando cada departamento c o m o una entidad independiente, espresará su v o t o , a fin de que la Representación Nacional valorice el lejítimo querer de los pueblos. A los cuerpos municipales ha encargado recibir los votos de los ciudadanos inscritos en los rejistros cívicos, pues son los únicos c o m p e t e n t e s para guardar la liber-


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tad i la moralidad del sufrajio, únicas garantías de su verdad. Este m e d i o de consultar la opinión pública, imperfecto c o m o cualquier otro, es el que mas se a p r o x i m a a la realidad, siendo, p o r otra parte, m u í j u s t o ocurrir a las orijinarias fuentes del poder político. .No siendo posible q u e las sesiones de la C o n v e n c i ó n p u e d a n prorogarse hasta recibir las actas de las mas lejanas localidades, la comisión h a creído c o n v e n i e n t e que el E j e c u t i v o vuelva a c o n v o c a r l a oportunamente. L o s representantes del p u e b l o , al frente de un a c o n t e cimiento que es tan g r a n d e c o m o el de la p r o c l a m a c i ó n d e la R e p ú b l i c a , inspirados p o r el imperioso e ineludible m a n d a t o del p u e b l o , de salvar la patria, n o rehusarán su c o n c u r r e n c i a ; pues, en las circunstancias actuales, el sacrificio es deber. E n c o n s e c u e n c i a , vuestra c o m i s i ó n , en mayoría de. m i e m b r o s , se permite presentaros el siguiente p r o y e c t o d e lei: La

Convención

Nacional

Decreta: A r t . 1. ° L a C o n v e n c i ó n N a c i o n a l acepta la U n i o n federal perú-boliviana; i consulta al p u e b l o para su sanción definitiva, de c o n f o r m i d a d c o n el artículo 1 . ° del P r o t o c o l o c o m p l e m e n t a r i o firmado en L i m a en 11 de J u n i o último. Art. 2. ° L o s consejos i j u n t a s municipales someterán, en el t é r m i n o do 10 dias c o n t a d o s desde el en q u e reciban la presente lei, a la decisión de los ciudadanos inscritos en los rejistros cívicos la siguiente cuestión: Si aceptan o n ó la U n i o n federal de los estados p e r ú bolivianos. U n a lei espresa reglamentará la forma del sufrajio. A r t . 3. ° Manifestada que sea la v o l u n t a d nacional, el E j e c u t i v o c o n v o c a r á a la C o n v e n c i ó n a efecto de p r o c l a mar el v o t o de los p u e b l o s , i ratificar, en su caso, el pacto de U n i o n federal. C o m u n i q ú e s e al P o d e r E j e c u t i v o , etc. Sala de sesiones, L a P a z , a 13 de J u l i o de 1880.—José María Santibañez.—J. Oblitas.—N. Aguirre.—R. Carvajal.—Félix Reyes Ortiz.—Luis Pablo Rosquéllas.—Donato Yasquez.-—Pastor Sainz.—E. Fernandez Costas.— Manuel Aguirre.—Nicolás Acosla, secretario. N O T A . — L o s señores F e r n a n d e z Costas i Pastor Sainz salvaron su v o t o relativamente al primer artículo del p r o y e c t o en el sentido de que la C o n v e n c i ó n N a c i o n a l n o debia manifestar su opinión antes de q u e el p u e b l o esprese su v e r e d i c t o . — E . Fernandez Costco. — Pastor Sainz. DICTAMEN E N MINORÍA.

Señores: El d i p u t a d o q u e suscribe, m i e m b r o de la c o m i s i ó n e n cargada de examinar el tratado d e U n i o n federal de los estados perú-bolivianos, tiene la h o n r a de esponer lo siguiente en disentimiento c o n la mayoría: I. El mas grave de los p r o b l e m a s , c u y a solución es ineludible para el actual parlamento boliviano, consiste en proveer a los medios que p o n g a n en salvo la i n d e p e n d e n cia i soberanía nacional, en ei probable caso de ser i m p o sible la conservación de la integridad territorial. L a debilidad política d e Bolivia, ya latente desde su defectuosa organización a u t ó n o m a , seria en este caso una triste pero evidente realidad que n o podría ser d e s c o n o cida p o r la sublime ceguera del mas ferviente patriotismo. V a r i o s c a m i n o s se abren para proveer al remedio de tan lucroso e v e n t o ; i u n o d e ellos, el mas d e t e r m i n a d o

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por las tradiciones, la jeografía, las corrientes incontenibles d é l a industria i del comercio, la h o m o j e n e i d a d do raza, costumbres i topografía, es la de la U n i o n del A l t o i Bajo Perú en una sola entidad nacional. N o p o d e m o s afirmar ciegamente que esta sea la m e j o r solución; posible es que haya otra mas conveniente, pero de seguro es u n a do ellas, la que se presenta mas fácil, menos espuesta a los inconvenientes que trae esta e v o l u ción política, i parece o p o r t u n o tentarla. H e m o s h e c h o tantos ensayos, a cual mas estériles, d e n tro de un círculo de fierro, que n o será demás, i ya es t i e m p o de practicar a l g u n o en mas a n c h o horizonte i c o n vista mas alta. D e b e ser, pues, aceptado en principio el tratado d e U n i o n federal, reservando el arreglo [de detalles, talvez n o m u i bien c o m b i n a d o s , a la é p o c a de la constitución definitiva de la n u e v a nación. II. ¿Deberá la C o n v e n c i ó n proceder a la discusión del tratado ipsofacto i deliberar su aceptación o rechazo? L a m a y o r í a de la comisión opina que n ó ; i apoyada además en u n artículo espreso del P r o t o c o l o , piensa que d e b e consultarse previamente al p u e b l o . Y o m e h e adherido a ese parecer, pero p o r causas m u i distintas de las q u e h a n pesado en el á n i m o de la m a y o ría, i creo preciso esponerlas. E n mi c o n c e p t o , es indefinido el carácter que reviste el actual c u e r p o lejislativo. N o es p r o p i a m e n t e una c o n v e n c i ó n , aunque lleva ese n o m b r e . N o lo es, p o r q u e funciona al frente de otros p o deres públicos, que funcionan regularmente, c u y a i n d e p e n d e n c i a restrinje la acción i f u n c i ó n o m n í m o d a i n h e r e n te a u n a c o n v e n c i ó n . H a provisto al réjímen adeiinistrativo desprendiéndose de la intervención directa en los actos del E j e c u t i v o , c o m o en tradición de orden regular i en o l v i d o d e su c a rácter absorbente, inalienable. N o s es, pues, una c o n v e n c i ó n verdadera, desde q u e se desprendió d e parte de las funciones soberanas i las e n tregó a poderes constitucionales independientes de ella. T a m p o c o funciona c o m o lo haria t o d a lejislatura o r d i naria, ni en su organización ni en su p r o c e d i m i e n t o , i tiende a m e n u d o a sobrepasar la esfera del p o d e r m e r a m e n t e lejislador. Ese carácter c o m p l e j o h a c e d u d a r de la estension d e sus facultades, i en la duda, he creído prudente adherirm e al voto de la mayoría, o p t a n d o p o r la consulta previa a la nación en tan g r a v e asunto. III. Pero n o estoi por la consulta directa en la forma p l e biscitaria. Ella r e p u g n a a nuestras tradiciones constitucionales, a nuestra forma de G o b i e r n o representativo e introduce u n peligroso precedente que legalizaría todos los desórdenes de la anarquía. A d e m á s es innecesario. El plebiscito se espliea c o m o u n c o m p l e m e n t o forzoso del cesarismo. A l l á d o n d e u n cesar ejerce la absoluta s o beranía a n o m b r e del p u e b l o , n o p u e d e apelarse sino a la fuente directa de su poder. Entre nosotros, el p u e b l o n u n c a delibera directamente, sino p o r m e d i o de representantes. C o n v ó q u e s e una n u e va representación ad hoc para q u e delibere sobre este asunto. Tal es m i opinión. A d e m á s del plebiscito restrinjido a solo los ciudanos c o n v o t o activo, n o es lójico c o n su principio. Plebiscito i sufrajio universal son términos correlativos; n o puede escluirse. Tal es el parecer en disidencia del [suscrito. L a Paz, J u l i o 11 de 1880. J . R. GUTIÉRREZ.


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GUERRA DEL

XIV. manifiesto del Club de l a Union federal p e r ú - b o l i v i a n a de L a Faz sobre la Confederación.

L a guerra para los pueblos vencidos es la revelación del vicio que encierra sus instituciones. Desde el oríjen de la constitución inglesa hasta la vdtima del imperio O t o m a n o , la final derrota ha inspirado todas las grandes trasformaciones del d e r e c h o p ú b l i c o europeo. Por eso los pueblos de la edad media, c o m o los de la m o d e r n a i tiempos contemporáneos, marcan en sus grandes desastres el oríjen de su rejeneracion. E n A m é r i c a , el bien social centuplica en soluciones; sus guerras encierran asombrosa fecundidad. E n tanto que en Europa han sido necesarios nueve siglos de luchas desde la disolución del Imperio R o m a n o para alcanzar la m o n a r q u í a constitucional, la A m é r i c a n o ha necesitado ni u n siglo para plantear i resolver sus problemas sociales i políticos. La guerra de la independencia del Norte, creó la primera nacionalidad americana i el federalismo republicano en el seno del coloniaje absoluto de este continente. L a guerra de la independencia del Sur, ha creado t a m bién multiplicadas nacionalidades a uno i otro lado del Istmo. Los Estados U n i d o s del N o r t e resolvieron la cuestión de su equilibrio con los de Europa con el extraordinario acrecentamiento de su población. Las repiíblicas del Sur resistirán a E u r o p a por la liga jeneral de sus s e c c i o nes i el a p o y o de la doctrina M o n r o e c o n que las ayudaría el Norte. Llamadas a la paz internacional, mediante su igualdad recíproca, sufren hoi el p r e d o m i n i o de una de ellas, e n grandecido c o n el despojo casuístico de las costas de P a tagonia i A t a c a m a , de las que toma fuerza para agredir desde l u e g o al Perú i Bolivia i amenazar a la Confederación Arjentina, P r o c e d i ó la república federizada en el N o r t e ; siguieron m u c h a s repúblicas unidas en el Sur. Allí la república final, la plenitud de la democracia. A q u í la república e m brionaria, c o m o consecuencia del despliegue de razas dominadoras i dominadas en sucesivo i difícil advenimiento. L a falta del indio en el N o r t e hizo innecesaria la guerra civil, hasta que la provocase el negro. L a presencia del indio i sus primeras mezclas en el mestizo de M é j i c o , el llanero de Venezuela, el c h o l o del P e n i i Bolivia, el h u a so i el g a u c h o en Chile i el Plata, han p r o d u c i d o esa c o n tinuada convulsión de la guerra civil sud-americana. La guerra civil intermitente de las secciones h i s p a n o americanas ha venido a c o m p l e m e n t a r la solución que la A m é r i c a del N o r t e habia t o c a d o desde el principio: el sistema federativo. E l federalismo ha brotado primero en H i s p a n o - A m é r i c a allí d o n d e la ajitacion de la guerra civil h a sido mayor. Esa intensidad ha mostrádose igual a los dos estremos; en Méjico i Colombia por un lado, en las provincias arjentinas por el otro. L a cruzada rejeneradora viene estrec h á n d o s e de a m b o s términos. Esas secciones unitarias del centro tienen q u e adoptar o resistir, que trasformarse p a cíficamente o continuar debatiendo sus problemas internos de la guerra civil. E l obrero ajita la política del siglo. E n E u r o p a la cuestión q u e p r o p o n e es social: el trabajo i la prosperidad. En A m é r i c a su fórmula es meramente política, p o r q u e , a D i o s gracias, la distribución de la riqueza es natural i profusa. El obrero sud-americano es federalista, p o r q u e el federalismo es la f ó i m u l a de la igualdad política, es decir, de su advenimiento al Gobierno local. Es la solución del c o n flicto de razas i clases sociales. Esto es en cuanto al obrero. En cuanto a las clases acomodadas i levantadas por la primera revolución de nuestra independencia, el feudalism o es la especialidad de la centralización en el G o b i e r n o

PACIFICO.

jeneral. Es el c a m p o de la gran ciencia política, escenario de la gran vida pública. El federalismo abre mayores espacios al estadista, al industrial, al negociante. Las altas clases se levantan a m a yores destinos. Las confesiones relijiosas se ensanchan c o n mas libertad. La Iglesia católica n o es plenamente independiente sino en el seno d e los países descentralizados. El derecho administrativo sale de la tutela de los a d ministradores para ingresar en la j e s t i o n de los m i s m o s administrados. La ciencia i la enseñanza se emancipan de toda influencia oficial. La escuela primaria se multiplica. E n Bolivia, el unitarismo c h o c a c o n la variedad j e o g r á fica de sus departamentos i provincias. Cada rejion es unidad elemental natural del G o b i e r n o federativo. Las operaciones i dominaciones departamentales q u e hasta ahora h a n tenido lugar en nuestra historia, desaparecerán con la lejítima d o m i n a c i ó n del G o b i e r n o central, que n o representa parcialidad alguna. E l provincialismo es d o m i n a c i ó n e insurrección; el l o calismo es independencia i armonía. El federalismo es la muerte del provincialismo i la lejitimidad del localismo. Bajo el sistema federal, las confederaciones n o p e r j u d i can n i n g ú n estremo territorial. California prospera c o m o N u e v a - Y o r k , M é j i c o local c o m o Y u c a t á n , Cundinamarca c o m o Cauca, Caracas c o m o Guayana, Santa F e c o m o Salta, Prusia c o m o Baviera i Z u r i c h c o m o Jinebra. Es la ú n i c a manera de que el Beni, Santa Cruz, Tarija i Chichas se desarrollen al ensanche del poder local por estensa q u e sea la confederación a que pertenezcan. L a hacienda peruana es casi exclusivamente d e ingreso central; la boliviana peculiarmente de carácter local. A s o ciación fiscal semejante en manera alguna es onerosa a ninguno de los confederados. Egresando el Perú los gastos jenerales acostumbrados bajo su réjimen actual unitario, c u b r e sin g r a v a m e n los del G o b i e r n o nacional federado. Satisfaciendo Bolivia sus presupuestos locales, salva al Perú del sistema de subvenciones c o n q u e o r d i nariamente ausilia a sus departamentos. Los ingresos nacionales bolivianos, c o n f u n d i d o s en las aduanas peruanas, los que quedan a reivindicarse i lo que resta en la jestion interior, llevarán un precioso c o n t m j e n t e al progreso de la U n i o n federal. La d e u d a peruana c o n los gastos de la última guerra n o pasa de 250,000 soles. A este crédito q u e d a n afectos 10.000,000 de toneladas de g u a n o calculadas en 1874? por la j u n t a central de injenieros peruanos en los distintos depósitos. El precio bruto de este a b o n o es de £ 13 en los m e r c a d o s de Europa, estimándose en la mitad ( £ 6.7) el precio líquido, bajo el sistema oneroso de t o d o c o m e r cio oficial. Hai c o n que estinguir al c o n t a d o esta d e u d a , dejando u n sobrante de mas d e 100.000,000 de soles. La d e u d a pública boliviana se estimaba en J u n i o de 1873, c o n marcada exajeracion oficial, en 16.500,000 bolivianos, de los q u e ni la tercera parte es de oríjen esterno. C o m o ocupante ni c o m o conquistador p u e d e Chile e s tinguir la h i p o t e c a afecta a la d e u d a esterna de a m b o s países. E n h o m e n a j e a los principios de d e r e c h o internacional financiero vij entes en el m u n d o , h a celebrado acuerdos p r o visorios con los tenedores de bonos peruanos, permitiéndoles el carguío de g u a n o de las covaderas del litoral de Tarapacá. Igual tendrá que ser su c o n d u c t a c o n los g u a n o s i salitres bolivianos aplicados en el litoral d e A t a c a ma al pago de nuestra deuda. L a libertad comercial crece en razón directa de las c o m u n i d a d e s aduaneras. La nacionalidad se ensancha i vigoriza en la u n i d a d de la raza aboríjena i mezclada i en la estension del territorio. Creemos en el A m a z o n a s i el Pacífico i h a c e m o s mas segura nuestra presencia en el Plata. D e la debilidad internacional q u e acusan nuestros tratados d e límites i la


CAPITULO

última guerra, pasamos a la fuerza q u e contraresta la i n fluencia d e nuestros limítrofes. Seremos n a c i ó n dentro del e q u i b r i o , después de h a b e r se estado fuera de él, saciando todos los apetitos de p r e ponderancia i aun c o m p e n s a n d o a los v e c i n o s perdidos. E l Paraguai se indemniza de las conquistas q u e sufrió de la triple alianza del Plata (1865-70), o b t e n i e n d o el tratad o de O c t u b r e del 79, q u e echa en definitiva sobre B o l i via las resultas de aquella o m i n o s a guerra. Sufragamos todas las ambiciones territoriales. « Las relaciones d e Bolivia c o n C h i l e se resumen en las tres soluciones progresivamente formuladas p o r el Perú i Chile m i s m o en estos últimos siete a ñ o s . A l asedio d i p l o m á t i c o c o n q u e nos i m p o n í a i arrancaba Chile tratados cesionarios de límites, era preferible el d e alianza defensiva de 3 de F e b r e r o de 1873 ajustado entre el Perú i Bolivia. A l tratado anterior p u d o para m u c h o s ser preferible la alianza c h i l e n o - b o l i v i a n a q u e nos entregase el litoral p e ruano antepuesto a la sierra boliviana. A la s o l u c i ó n anterior es i n c o m p a r a b l e m e n t e superior la Confederación federal del Perú i Bolivia, q u e nos hace pacíficamente c o m u n e r o s en mas aduanas q u e las señaladas p o r la insidia chilena. Contraponer la segunda p r o p o s i c i ó n procedente de Chile a la tercera de oríjen peruano, seria c o m o c o n t r a p o n e r el p r o b l e m a a su solución, la dificultad a su allanamiento, la guerra a la paz. ¿I q u é es la paz c o n Chile sino la alianza c o n este E s tado para c o n t i n u a r interminables guerras c o n el P e r ú i la Confederación Arjentina? ¿ N o es lo m i s m o q u e enrolarse en la vanguardia de sus ejércitos para conquistarle la preponderancia semi-continental que pretende? ¿Nos p o n d r e m o s a su vanguardia para darle las dos Patagonias i las tierras detentadas sobre las fuentes del R i o N e g r o litigadas c o n la Confederación Arjentina, i en esta infernal cruzada le seguiremos a conquistar del Perú los litorales de Tarapacá i M o q u e g u a ? ¿ H a r e m o s n u e v a m e n t e de nuestra alianza c o n Chile lo que y a Melgarejo h i z o de la suya, el m o t i v o determinante de cesiones territoriales? ¿Otorgaremos tres grados j e o gráficos de costas c o m o aliados suyos en la guerra del Pacífico de 1866 en vez de d e m a n d a r c o m p e n s a c i o n e s ; i cederemos h o i los d o s grados restantes hasta el L o a en otra guerra i alianza contra el Perú? ¿Ser aliado de Chile será lo m i s m o que ser su vencido? ¿Vestirá perennemente de nuestros despojos? ¿Continuará siendo industrial c o n nuestras minas de c o b r e i plata, c a pitalista c o n nuestros salitres, financista c o n el h u a n o de nuestras costas? ¿I este perpetuo d e s p o j o continuará siendo la g r a n d e c o m p l a c e n c i a de nuestra diplomacia? ¿No es m e j o r q u e la fuerza i la c o n q u i s t a sean el título de Chile i la escusa de nuestros h o m b r e s de estado, en vez de este tráfico verg o n z o s o al que h a d e b i d o la posesión i el g o c e de eso d o m i n i o p ú b l i c o capaz de haber labrado nuestro e n g r a n d e c i m i e n t o nacional? N o es a semejante aliado a quien toca otorgarnos el d o nativo de A r i c a p o r m e d i o de la conquista, si el propio soberano nos lo quiere entregar p o r m e d i o de la c o m u n i dad federal confederada. L o s protocolos de 11 de J u n i o en L i m a , resuelven la cuestión local i nacionalmente. L o s pueblos al Sur del grado 17, son parte local de estados mistos p e r ú - b o l i v i a n o s ; i los puertos t o d o s de la gran Confederación p e r t e necen al G o b i e r n o jeneral instituido en beneficio de t o dos i c a d a u n o de los p u n t o s del territorio d e a m b a s nacionalidades. El Sur boliviano nos seguirá r e c o r d a n d o q u e toda su constitución i prosperidad c o r r e s p o n d e al p e r í o d o colonial peruano. V e r á en l o s dos litorales de Antofagasta i T a r a pacá p o b l a d o , c o m u n i c a d o s i c o m p l e m e n t a d o s c o n a q u e -

CUARTO.

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lla rejion, su indisputable gravitación sobre el P a c í f i c o . La política que Chile aconseja a Bolivia contra el P e rú n o es nueva. N o es mas que la r e p r o d u c c i ó n de la q u e c o n c i b i ó el G o b i e r n o del Jeneral José Ballivían en 1847, i que el Sur de Bolivia c o m b a t i ó c o n las dos r e v o l u c i o n e s de ose año, estalladas bajo la influencia del P r e s i d e n t e peruano Castilla. La a n e x i ó n de Arica desequilibraba el organismo de Bolivia. El pensamiento grandioso del P r e sidente Piérola salva esta dificultad, o t o r g a n d o al Sur d e Bolivia un c o m p e n s a t i v o mas valioso en el litoral de T a rapacá. A l l í hai mas que aduanas, riquísimos d e p ó s i t o s de salitre i h u a n o i un ferrocarril para trasmontar los A n d e s , el único que es fácil de cuantos se han p r o y e c t a d o por otros r u m b o s . Bolivia es el Perú i el Perú es Bolivia, sin m a s c o n d i ción que la del h o n o r i lealtad, ni mas conquista que la del d e r e c h o . Esto es mas que la paz: es la fusión, la i d e n tidad internacional. A t r á s proposiciones proditorias, p a c to de crimen., d i p l o m a c i a de vergüenza i traición. Se formulan otras dos soluciones de la única posible:

destinadas a distraer

L a Confederación c o n la que es Arjentina; L a pasividad cional.

diplomática

i el

aislamiento

interna-

L a R e p ú b l i c a Arjentina, que n o ha querido prestarnos su alianza, m e n o s concedería refundirnos en su n a c i o n a lidad. D e l carácter de su política c o n t e m p o r á n e a es p r e ferir una s o l u c i ó n de partido a cualquiera internacional. E n la guerra del Paraguai vio la ocasión de derribar a u n Solano L ó p e z , antiguo aliado de Rosas i Oriba, sin r e p a rar en el e n g r a n d e c i m i e n t o del Brasil. A l través de una cuestión electoral, disfruta en la actual guerra del Pacífic o de la o p o r t u n i d a d d e continuar esa política de conflictos provinciales c o n Buenos Aires, sin parar la atención en la supremacía de Chile. L a u n i d a d del vireinato de B u e n o s Aires c o n a n e x i ó n del A l t o Perú, solo se esplicaba c o m o c o n s e c u e n c i a de las inspecciones p r o d u c i d a s en el Consejo de Indias por las inmensas cesiones territoriales, arrancadas p o r P o r t u g a l c o n tratados do límites progresivos de los q u e era r e c i e n te el d e San Ildefonso de 1777. El n u e v o vireinato del Plata i la nueva audiencia del C u z c o sobre el A m a z o n a s , fueron baluartes en ambas hoyas levantados c o n t r a la absorción lusitana. H o i que no se trata de resistir al Brasil sino d e e q u i l i brar el Pacífico contra el Brasil, el equilibro estaría en la alianza i reconstitución confederal de los tres vireinatos al Sur de Panamá. El aislamiento internacional en m e d i o d é l a guerra q u e nos tiene por el objetivo, importa proposición suicida. C o n f o r m i d a d en presencia de acuerdos victimadores, inercia en m e d i o de la l u c h a que lleva la m e n t e de destruirnos. ¡Nó, mil veces nó! ¡Viva el Perú, viva Bolivia, unidos federalmente i n a t u ralmente aliados c o n las futuras confederaciones del Plata i Colombia! ¡Bendita sea la P r o v i d e n c i a que ha u n i d o en t r a s c e n dental i esplendorosa solución todos los problemas internos i e s t e m o s de todos los pueblos unidos en la historia hasta A y a c u c h o i refundidos en el porvenir hasta la glorificac i ó n de todas las razas on A m é r i c a ! E n fe do lo cual, signan el presente manifiesto do a d h e sión a la Confederación de los Estados U n i d o s perú-bolinos, en La Paz, a 10 de J u l i o de 1 8 S 0 . — L A D I S L A O CABRERA,

Presidente del d i r e c t o r i o . — J U L I O M É N D E Z , Vice-president e . — J O S É E. D E G U E R E A , s e c r e t a r i o . — C A R L O S B R A V O , s e -

cretario.


320

GUERRA DEL

XV. Organización del ejército de reserva del P e r a i decreto de Piérola disponiendo del legado del Arzobispo Goyeneclie.

ALISTAMIENTO

MILITAR.

JUAN MARTIN ECHENIQUE, CORONEL DE INFANTERÍA DEL EJÉRCITO, PREFECTO DEL DEPARTAMENTO DE LIMA I COMANDANTE EN JEFE DEL EJÉRCITO DE RESERVA. P o r cuanto: Por supremo decreto de 27 del p r ó x i m o pasado (1) se ha dispuesto el alistamiento en masa de todos los peruanos varones existentes en esta capital que n o hayan c u m plido sesenta años ni sean menores ele diez i seis, i en observancia del espresado decreto i de las supremas resoluciones de 30 de J u n i o i 7 del presente, ordeno: A r t . 1. ° T o d o ciudadano residente en la capital que se halle c o m p r e n d i d o en las edades ya determinadas, se presentará a inscribirse en su respectiva división desde el d o m i n g o 11 del presente hasta el sábado 17 inclusive, de las 12 a las 5 P. M. Art. 2. ° L o s ciudadanos de la 1. * División, c o m a n dada por el señor coronel d o n José U n á n u e , i que se formará de los señores vocales o j u e c e s , abogados i b a c h i lleres, empleados judiciales, procuradores i escribanos, amanuenses de abogados i escribanos, concurrirán al palacio de justicia. Los de la 2. División, c o m a n d a d a por el coronel d o n Pedro Correa i Santiago, i que se formará ele los p r o p i e tarios, banqueros, jefes de casas de c o m e r c i o , de a l m a c e nes i empleados i dependientes de éstos, concurrirán a la plaza de San P e d r o . Los de la 3. División, c o m a n d a d a por el señor coronel d o n Serapio Orbegoso, i que se formará de los profesores i estudiantes, concurrirán a los claustros de la U n i v e r sidad. Los de la 4. * División, c o m a n d a d a por el señor c o r o nel d o n J u a n do Aliaga i Puente, i que se formará de los arquitectos, empresarios de obras públicas, carpinteros i albañiles, concurrirán a la plaza de Santa Ana. Los de la 5. División, c o m a n d a d a por el señor c o r o nel d o n J u a n Peña i Corone, i que se formará de los sastres, sombrereros, zapateros, talabarteros i trenzadores, concurrirán a la plazuela de San Agustín. L o s de la 6. División, c o m a n d a d a por el señor c o r o nel d o n R a m ó n Montero, que se formará de los plateros, hojalateros, maquinistas, herreros, caldereros, fundidores i molineros, concurrirán a la plazuela de Bolívar. Los de la 7. División, c o m a n d a d a por el señor c o r o nel d o n Dionisio Derteano, que se c o m p o n d r á de los e m pleados de la administración pública i beneficencia, p e riodistas, tipógrafos i demás dependientes de imprenta, concurrirán a Ja plaza Principal. Los de la 8. División, c o m a n d a d a por el señor c o r o nel d o n J u a n Arrieta, i que será compuesta de los d u l c e ros, bizcocheros, pasteleros, panaderos, sirvientes de casas i hoteles i dueños de fondas i chinganas, concurrirán a la plazuela del Teatro. Los de la 9. * División, c o m a n d a d a por el señor c o r o nel d o n Bartolomé Figari, que se c o m p o n d r á do los tapiceros, pintores, empapeladores, barberos, mercaderes a m bulantes i los de oficios que n o están especialmente determinados en esta resolución, concurrirán a la plazuela de Santo D o m i n g o . Los de la 10, * División, comandada por el señor c o r o nel d o n A n t o n i o Bentin, que se formará d é l o s empleados, operarios i peones de ferrocarril i tranvías, de los de las empresas del gas i del agua, lo m i s m o que los plomeros i gasfiteros, concurrirán a inscribirse en la plazuela d e M o n serrate. tí

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(1) El decreto citado se ha publicado en la pajina 2C6 del capítulo anterior.

PACIFICO.

Los ciudadanos de la Brigada de Artillería, c o m a n d a d a por el señor coronel d o n A d o l f o Salmón, q u e se formará de la c o m p a ñ í a de B o m b e r o s de Lima, c o m p a ñ í a C o s m o polita, Cruz R o j a , carreteros, carroceros i aparejeros, c o n currirán a la plazuela de la Micheo. Los ciudadanos de la Brigada de Caballería, c o m a n d a d a por el señor coronel d o n J u a n Francisco Elizalde, q u e se formará de los aguadores, dueños i peones de caballerizas, albéitares, cocheros i camaroneros, concurrirán a la plazuela de San Lázaro. A r t . 3. ° T o d o ciudadano q u e n o sea j e f e u oficial de alguno de los cuerpos en organización, está inevitablem e n t e obligado a inscribirse en el gremio a que pertenezca, n o p u d i e n d o hacerlo en n i n g ú n otro. Art. 4. ° El d o m i n g o 18 se presentarán todos los c i u dadanos en los lugares en q u e h a y a n verificado su inscripción, a las 12 M-, para pasar una lista jeneral, proceder a la inmediata organización de los batallones que deben c o m p o n e r cada división i recibir la c o r r e s p o n diente papeleta que, firmada p o r el jefe del batallón i r u bricada p o r el Jefe d e Estado Mayor, acredite su alistamiento. Art, 5. ° T o d o individuo, sin distinción de clase o p o sición social que hasta esa fecha n o se hubiese inscrito, será irremisiblemente aprehendido i d a d o de alta en los cuerpos del ejército activo sin perjuicio de pa'gar una m u l ta, según su clase o posición social, de 10 a 1,000 incas, que se dedicarán a los gastos d e la guerra; asimismo t o d o individuo inscrito que sin licencia escrita de su coronel faltase c i n c o dias seguidos o diez alternados al ejercicio, será considerado c o m o n o inscrito i quedará sujeto a las penas que se señalan para los que n o se inscriban. Art. 6 . ° L o s c i u d a d a n o s q u e por su c o n d i c i ó n se hallen c o m p r e n d i d o s en mas de una de las calificaciones espresadas para el alistamiento, están facultados a preferir aquélla en que deben enrolarse. Art. 7. ° Están ú n i c a m e n t e esceptuados del alistamiento los empleados de la Secretaría de Guerra i G o b i e r n o , los de esta Prefectura i Sub-prefectura de policía i el cuerp o m é d i c o de esta capital, así c o m o los ciudadanos pertenecientes a la reserva movilizable que se encuentran alistados en los batallones 21 i 23 d e D i c i e m b r e i R e j i m i e n t o de Artillería Provisional. Los escendentes de estos cuerpos serán puestos a disposición del Estado M a y o r Jeneral del ejército de reserva. Art. 8. ° Los injenieros formarán una c o l u m n a especial que se p o n d r á a las inmediatas órdenes del Estado M a y o r Jeneral de este ejército. Art. 9. ° Las anteriores disposiciones c o m p r e n d e n solo a los habitantes de la ciudad, L a organización de los p u e blos i valles de la p r o v i n c i a será determinada p o r u n d e creto especial. A r t . 10. Los vecinos del Callao actualmente residentes en la capital están obligados a enrolarse mientras permanezcan en ella. Art. 11. Los ciudadanos que posean una sola arma de guerra, se presentarán c o n ella a la inscripción, q u e d a n d o obligados desde la fecha hasta el lunes 19; los q u e t u viesen mas de una, a traer el esceso a esta Prefectura, d o n d e recibirán u n d o c u m e n t o que acredite su entrega, a fin de q u e puedan mas tarde recobrar iguales armas o su j u s t o precio. Los que n o cumpliesen esta disposición en el i m p r o r o g a b l c plazo fijado, serán considerados c o m o traidores a la República i sujetos a las penas correspondientes a éstos, en c o n f o r m i d a d c o n el s u p r e m o decreto de 27 del p r ó x i m o pasado. A r t . 12. Por disposición del S u p r e m o G o b i e r n o queda modificada la hora de los ejercicios doctrinales fijada en el b a n d o del 27 del pasado, d e b i e n d o éstos hacerse en los lugares que o p o r t u n a m e n t e se señalen de 3.30 a 5.30 P. M. P o r lo tanto, los talleres i oficinas de industria i tráfico comercial se cerrarán diariamente desde las 3 hasta las 6 P. M., suspendiéndose dentro de estas horas las labores ordinarias.


CAPITULO

A r t . 13. D e s e a n d o el S u p r e m o G o b i e r n o revestir de la m a y o r s o l e m n i d a d el acto d e l alistamiento del v e n c i n d a rio d e L i m a en defensa del pabellón nacional, ha resuelto que éste sea saludado el d o m i n g o p r ó x i m o p o r el fuerte d e Santa Catalina c o n una salva de 21 cañonazos; esta salva i el t o q u e d e jenerala e j e c u t a d o p o r las bandas del ejército en cada uno i en todos los distritos de la ciudad, a n u n ciarán la hora en que q u e d a abierta la inscripción. E l E s t a d o M a y o r Jeneral del ejército de reserva i el sub-prefecto del cercado, q u e d a n encargados del estricto c u m p l i m i e n t o de este decreto. D a d o en la casa prefectural de Lima, a los 9 dias del mes de J u l i o de 18&0. JUAN MARTIN

EGHENIQUE.

E l Jefe d e Estado M a y o r Jeneral, J U A N T E N A U D . O R G A N I Z A C I Ó N D E L A S R E S E R V A S E N LOS D E P A R T A M E N T O S DE

LA COSTA.

NICOLÁS DE

PIÉROLA,

CUARTO.

PROCLAMA

321

A

U

4.

a

DIVISIÓN

PIÉROLA.

Iglesias.

BANDO. RUFINO TORRICO, T E N I E N T E A L C A L D E D E L A M U N I C I P A L I D A D LIMA.

Por cuanto: El d o m i n g o 11 del actual es el dia señalado para la inscripción en esta capital de los ciudadanos q u e han de formar en las filas del ejército de reserva, c u ) o acto p a triótico debe celebrarse c o n t o d o el entusiasmo q u e inspiran los sentimientos d e c i v i s m o de que tan relevantes pruebas tienen dadas los habitantes de L i m a ; P o r tanto: Declárase dia de fiesta nacional el d o m i n g o 11 e i n v í tase al vecindario q u e p o r su parte c o n t r i b u y a a la m a y o r o m p a i s o l e m n i d a d d e d i c h o acto patriótico, c o l o c a n d o anderas i a d o r n a n d o c o n v e n i e n t e m e n t e las fachadas de sus domicilios. D a d o en L i m a , a los 10 dias del m e s d e Julio de 1880. r

E

RUFINO

TORRICO.

Enrique

de Souza Secretario.

TOMO n i

—41

POR

SU

J U A N DE A L I A G A I PUENTE.

Lima, Julio 11 de 1880. SE M A N D A SUSPENDER LAS OBRAS D E DEFENSA.

Considerando: Q u e p u d i e n d o ser a m a g a d o por el e n e m i g o el Litoral de la R e p ú b l i c a , es conveniente colocarlo en pié de defensa, decreto: Art. 1. ° Declárase estensivo a los departamentos de la costa los supremos decretos de 27 d e J u n i o i 14 de Julio ú l t i m o s , l l a m a n d o al servicio la reserva sedentaria. Art. 2. ° L a prescripción relativa a pasaporte c o n t e n i da en el artículo 7. ° del primero de d i c h o s decretos para el departamento de L i m a n o c o m p r e n d e a los demás. A r t . 3. ° Las épocas de instrucción i la división en z o nas militares serán fijadas por los respectivos prefectos, en atención a las condiciones especiales de sus localidades. A r t . 4 . ° L o s j e f e s superiores d e c a d a circunscripción departamental ejercerán las funciones de c o m a n d a n t e s en j e f e de la reserva en cada u n a de ellas, siempre q u e n o lo tuviesen espresamente n o m b r a d o . A r t . o. ° Los prefectos p r o p o n d r á n al G o b i e r n o el personal de jefes i oficiales para las reservas llamadas al servicio. El Secretario de Estado en el d e s p a c h o de Guerra, q u e da encargado del c u m p l i m i e n t o d e este decreto i de h a cerlo publicar i circular. D a d o en la casa d e G o b i e r n o , a los 15 dias del mes de Julio de 1880.

DE

RESERVA

Compatriotas:

Lima,

INDÍJENA.

Miguel

LA

H e m o s sido llamados para defender a la patria, i e s p e cialmente a L i m a , contra la agresión vandálica de Chile. Cuanto hai de mas caro para el h o m b r e , está, pues, e n c o m e n d a d o a vuestro valor i a vuestra inquebrantable constancia. Unidos, subordinados gradualmente i sumisos en t o d o a la mas severa disciplina, seremos poderosos i Dios b e n decirá nuestros esfuerzos. Nuestra divisa debe ser la victoria o la inmolación g l o riosa por la patria. C o n ella marchará al frente de vosotros vuestro c o m pañero i amigo

JEFE SUPREMO DE LA REPÚBLICA I PROTECTOR DE LA RAZA

NICOLÁS DE

DE

COMANDANTE JENERAL.

Ferreira,

14 de

Julio

1880.

Siendo c o n v e n i e n t e ejecutar obras de defensa para la ciudad de Lima, i n o e n c o n t r a n d o el G o b i e r n o acertado el plan de ellas aceptado por la Municipalidad, en virtud d e la autorización que para ello recibió, Se dispone: Q u e se suspendan los trabajos de las m e n c i o n a d a s obras, q u e d a n d o sin efecto la suprema resolución de 9 de Marzo último sobre el particular, i a cargo del G o b i e r n o el realizarlas bajo el sistema i en los lugares acordados. C o m u n i q ú e s e . — R ú b r i c a de S. E. IGLESIAS.

EJÉRCITO DE JUAN MARTIN

ECHENIQUE,

RESERVA.

PREFECTO

MENTO I COMANDANTE EN JEFE

DE

DEL

ESTE

DEPARTA-

EJÉRCITO

DE RE-

SERVA.

Considerando: 1. ° Q u e para la definitiva organización del ejército d e reserva es preciso fijar un término a la inscripción d e los ciudadanos q u e deben c o m p o n e r d i c h o eje'rcito; 2. ° Q u e desde el lunes 18 del presente debe tener estricto c u m p l i m i e n t o la suprema disposición en que se resuelve que desde las 3 a las 6 P. M. vacarán diariamente en sus ocupaciones ordinarias todos los ciudadanos peruanos residentes en la capital, a fin de que éstos se consagren, en los lugares que mas adelante se designa, a la organización e instrucción militar; 3. ° Que estando p r o h i b i d o a los habitantes de la c i u d a d ausentarse de ella sin previo permiso escrito o pasaporte, es c o n v e n i e n t e dar la m a y o r publicidad a los requisitos que deben llenarse para p o d e r obtener los espresados documentos, Decreto: A r t . 1. ° L a inscripción de todos los lugares señalados p o r el b a n d o prefectural de 9 del que r r j e , q u e d a r á i m p r o rogablemente cerrada el d o m i n g o p r ó x i m o a las 5 P. M. Art. 2. ° D e s d e el lunes 18, las fábricas, talleres, casas de c o m e r c i o , almacenes i en j e n e r a l t o d o establecimiento industrial i comercial, así c o m o los tribunales de j u s t i cia, escribanías, d e p e n d e n c i a s del P o d e r Judicial i todas las oficinas públicas, c o n e s c e p c i o n d e la Secretaría d e Guerra, G o b i e r n o i Hacienda, Prefectura i Sub-prefectura d e este cercado, casa de correos i oficinas telegráficas, se cerrarán a las 3 P. M. Un repique con la gran campana d e la Catedral anunciará diariamente esa hora, en q u e d e b e n dirijirse t o d o s los individos del eje'rcito de reserva al l u gar de reunión señalado a cada división o brigada, d o n d e 30 minutos después se pasará lista. Art. 3. °

Se fija c o m o puntos de reunión p á r a l o s ejér-


322

ciclos militares e instrucción diaria de escuadrones los siguientes: (Sigue la nomenclatura de éstos.)

GUERRA DEL PACIFICO.

los batallones i

Art. 4. ° D e c o n f o r m i d a d con el espresado b a n d o prefoctural del 9, todo individuo que sin permiso escrito de su jefe faltase a c i n c o listas consecutivas o a diez alternadas, será considerado c o m o no inscrito i quodará sujeto a las penas preceptuadas para los que se c o l o q u e n en esta condición. Art. 5. ° El lunes p r ó x i m o , a l a s 3.30 P. M . , se otorgará a los que estén inscritos, en los lugares señalados para los ejercicios do las divisiones í brigadas, los boletos que acrediten su alistamiento. Estos boletos serán resellados cada mes por el E s t a d o Mayor, sin cuya formalidad no podrán tenor valor alguno. Art. G. ° T o d o ciudadano obligado al servicio militar q u e desde el martes 19 del presente carezca del respectivo boleto o que lo posea sin el resello mensual del E s tado Mayor, será en el acto reclutado por las comisiones 0 ajen tos de policía i c o n d u c i d o directamente a los cuarteles del ejército activo, debiendo pagar la multa señalada los infractores de las resoluciones vij entes sobre la materia. Art. 7. ° N o quedan esceptuados de alistarse los c i u dadanos que tengan i m p e d i m e n t o físico. U n a vez inscritos, el tribunal especial creado por supremo decreto de 27 de Junió p r ó x i m o pasado, i que funcionará en el Estado Mayor, procederá a reconocerlos i calificarlos para espedirles, en consecuencia, el respectivo boleto d e esclusion. Art. 8. ° Los individuos esceptuados del alistamiento por el supremo decreto ya citado, acreditarán su c o n d i ción ante el Estado Mayor del eje'rcito de reserva para que se les otorgue el boleto quo les corresponda. E n el caso do esceso o falta de edad, i c u a n d o por el aspecto no se revele la escepcion, presentará su partida de bautismo, 1 si carecen do ésta, un certificado espedido por tres personas caracterizadas, debiendo ser una de ellas del lugar del nacimiento del solicitante. Los miembros del cuerpo m é d i c o i farmacéuticos c o m probarán su c o n d i c i ó n c o n la patente del segundo semestre de 1879, i los proveedores de víveres con el certificado correspondiente espedido por el alcalde de la H o n o r a ble Municipalidad do esta ciudad o por los sub-prefectos 0 gobernadores de los lugares de su dependencia. Por lo demás, los empleados públicos escentos del servicio militar, los practicantes de medicina, dependientes de hospitales, casas de beneficencia o de sanidad militar 1 los miembros de la Cruz R o j a , recibirán sus boletos en vista de las relaciones que deberán dirijir al Estado M a yor, el presidente do esta tíltima institución i los jefes de los hospitales militares m e n c i o n a d o s . Art. 9. ° Los peruanos que se hallen de tránsito en la capital acreditarán su condición ante el Estado M a y o r para que se les otorgue la respectiva escepcion, o c o n el pasaporte otorgado por las autoridades del lugar de su procedencia o con un certificado firmado por tres personas caracterizadas. E n ningún caso se otorgará a los transeúntes papeles de escepcion por mas de 30 dias. A r t . 10. Los boleto< de alistamiento o escepcion d e b e rán ser tenidos por los interesados en t o d o tiempo i lugar i presentados a los ajentes de policía siempre que éstos lo soliciten. Los c i u d a d m o s estranjeros llevarán asimism o consigo las cartas de ciudadanía o pasaportes espedidos por sus representantes, con la legalización de la S e cretaría de Relaciones Est.oriores, de c o n f o r m i d a d c o n la circular dirijida al Cuerpo D i p l o m á t i c o i Consular el 7 de M a y o del presente año por el señor Secretario del ramo. Art. 11. Desde el martes 19 del presente solo se c o n c e derá pasaporto a los que al solicitarlo, si son peruanos, presenten su boleto de alistamiento debidamente resellado o la papeleta de recepción, i si estranjeros, la carta de ciudadanía o pasaportes a que se ha h e c h o referencia. Los

pasaportes espedidos y a por la Prefectura i do los q u o no se haya principiado a hacer uso hasta la fecha, quedan nulos i sin valor si n o se presentan para que sean resellados en el Estado Mayor del ejército de reserva. Las p a p e letas de tránsito entre esta capital i los valles i pueblos del departamento de Lima, son igualmente nulas si d é l a fecha en 20 dias n o reciben el resello en el Estado M a y o r de d i c h o ejército, d e b i e n d o presentar para ese acto, los que los posean, su boleto de escepcion o inscripción o el de alistamiento en los batallones o columnas rurales mandadas organizar por decreto del 14 del mes de Enero. A r t . 12. Por suprema resolución de esta fecha, desde el 19 del q u e rije, los notarios, escribanos de rejistro, i adonde n o los haya los que ejerzan las funciones do tales, n o podrán formular, bajo pena de una multa d e 100 a 1.000 incas, instrumento alguno público o privado, si los otorgantes son domiciliados en esta ciudad i no acreditan su c o n d i c i ó n c o n la carta de ciudadanía en el caso de ser estranjeros, c o n el respectivo certificado si son p r o v e e d o res de víveres i con los boletos de escepcion o alistamiento, c u i d a n d o de significar en dichos instrumentos públicos o privados la causa de la escepcion, o la división, brigada o batallón a que los otorgantes pertenezcan. Igual p r o h i bición, i bajo la misma pena, existirá desde el 5 de A g o s t o para los d o c u m e n t o s que se otorgue para los habitantes de las 12 zonas militares de este departamento establecidas por supremo decreto de 14 del presente. A r t . 13. El tribunal de calificación militar creado por el supremo decreto y a citado, será c o m p u e s t o del Jefe o S u b - J e f e del Estado M a y o r de este ejército, q u e funcionará c o m o presidente; del Jefe o Sub-Jefe de la sección del servicio jeneral del m i s m o , que hará de secretario; de uno de los médicos de policía, q u e se alternará c o n los otros diariamente, i de los doctores d o n E d u a r d o S á n c h e z C o n cha i d o n José Cobian. D i c h o tribunal principiará a desempeñar sus atribuciones el martes 20, desde las 12 hasta las 5 P. M., en la oficina del Estado Mayor. Art. 14. El Estado Mayor del ejército de reserva funcionará en la casa prefectural hasta nueva disposición. D a d o en Lima, a los 17 dias del mes de Julio de 1880. JUAN MARTIN

ECHENIQUE.

El Jefe de Estado Mayor, JULIO T E N A U D . LEGADO

GOYENECHE.

SECRETARÍA D E RELACIONES ESTERIORES I CULTO.

Lima,

Julio

6 de 1SS0.

Yistas las cláusulas 14, 15, 16, 17 i 18 del testamento cerrado que o t o r g ó el m u i reverendo metropolitano de esta arquidiócesis, d o c t o r d o n José Sebastian de G o y e n e c h e i Barreda, en esta capital, en 31 de Diciembre de 1871, i q u e fué protocolizado por el escribano público don Claudio J o s é Suarez, el 5 de Abril d e 1872, i considerando: Que los legados que hace en ellas a favor de las ciudades de A r e q u i p a i Lima, destinándolos especialmente a obras de beneficencia i culto, de que las creía, sin duda, mas necesitadas, prueban la v o l u n t a d del testador de satisfacer las exijencias mas premiosas d e a m b a s poblaciones, por ser A r e q u i p a el lugar de su n a c i m i e n t o i la sedo de su primer episcopado, i L i m a la del arzobispado en c u y o ejercicio falleció; Q u e en último análisis, manifestar su agradecimiento al Perú, su patria, en d o n d e se formó la inmensa fortuna de la familia a que pertenecía i en d o n d e usufructuó las dos ricas mitras de A r e q u i p a i de Lima, fué la postrera disposición de d i c h o prelado contenida en las citadas cláusulas de su referido testamento; Q u e en ninguna c o m o en la ocasión presente, en que la n a c i ó n sostiene una guerra esterior en que se hallan de por m e d i o su integridad, su honra i su soberanía, puede


CAPITULO

darse una mas justa, acertada i patriótica aplicación a los susodichos legados; Q u e el Jefe S u p r e m o de la R e p ú b l i c a , autorizado c o n facultades o m n í m o d a s , tiene p o r lo m i s m o las de legislador, al cual corresponde, en casos c o m o el actual, declarar la v o l u n t a d interpretativa de los testadores cuyas últimas disposiciones n o han sido ejecutadas, i aun dar a las mismas una aplicación equivalente a la espresada en ellas o que c o n d u z c a a m e j o r fin, t o m a n d o p o r n o r m a el bien de la sociedad, que es la regla suprema a que t o d o d e b e estar en ella s u b o r d i n a d o , m u c h o mas si se p r o p o n e h a cer m a s tarde la aplicación específica de las m e n c i o n a d a s disposiciones, Se resuelve: Q u e los 150,000 pesos legados a favor de la ciudad de A r e q u i p a i los 50,000 pesos legados a favor de la de L i m a en el m e m o r a d o testamento del d o c t o r d o n José Sebastian de G o y e n e c h e i Barreda, se hagan efectivos i n mediatamente, c o m p u t á n d o l o s en m e t á l i c o , según el v a lor de la circulación monetaria en la época del testamento, i se apliquen a las necesidades de la guerra p o r via de préstamo, i c o n c a r g o de invertir mas tarde las espresadas sumas en los objetos específicamente determinados por el testador en las cláusulas arriba puntualizadas. C o m u n i q ú e s e a la Secretaría d e H a c i e n d a i C o m e r c i o para que o r d e n e se notifique al representante de los herederos del testador, a fin de q u e p o n g a a su disposición, d e n t r o de tercero dia, en oro, plata sellada o en buenas letras s o bre Londres, los 200,000 pesos a q u e asciende el valor de a m b o s legados. Rejístrese i p u b l í q u e s e . — R ú b r i c a de S. E.

323

CUARTO.

b a n d o a que h a g o referencia, no h e e n c o n t r a d o sino las siguientes soluciones: 1. H a habido error de pluma, al copiar el b a n d o do V. S., i p o r error se ha incluido a los m i e m b r o s de la Cruz R o j a en la Brigada de Artillería del ejército de reserva, en cu}'o caso ia e n m i e n d a es fácil i ha de hacerse por un decreto, que se p r o m u l g u e i se m e c o m u n i q u e , para enviarlo y o a Suiza i a Chile, a fin de evitar r e c o n v e n c i o nes de aquella parte i agresiones a la Cruz R o j a de esta otra. d

2. L a m e n t e del b a n d o es concentrar las ambulancias de la Cruz R o j a en la Brigada de Artillería, para que allí presten sus servicios humanitarios c o m o ambulancias m i litares; en c u y o supuesto es c o n v e n i e n t e declararlo, para evitar interpretaciones ambiguas i nocivas al Perú i a la institución. N o entro a apreciar la conveniencia de la c o n c e n t r a c i ó n de todas las ambulancias en un solo c u e r p o del ejército, p o r q u e n o m e toca hacerlo, i el S u p r e m o G o b i e r n o sabrá si le conviene mas dicha c o n c e n t r a c i ó n o la distribución de las ambulancias en t o d o el ejército, c o m o h a sucedido hasta hoi, i parece lo mas a d e c u a d o al linaje de servicios q u e prestan. 0 3

3. N o se quiere que existan ambulancias de la Cruz R o j a i por esto se les adscribe al servicio militar, i n c o m patible c o n su carácter de neutrales; i, en este supuesto, m e dirijiré a la Secretaría de Estado en el d e s p a c h o de F o m e n t o , de quien d e p e n d e inmediatamente la j u n t a que presido, para que se sirva decretar la supresión de la j u n ta central de ambulancias civiles de la Cruz" R o j a , puesto que su existencia n o se esplica c o m o centro, desde que se destruyen sus radios o ambulancias. rt

4. Quizas se desea limitar el personal de las a m b u lancias civiles, que hoi es m u i n u m e r o s o en Lima, a c o n secuencia del regreso de los cuatro cuerpos de a m b u l a n cias que prestaron abnegados servicios a nuestro ejército del Sur, aun esponiendo sus vidas al rigor de los p r o y e c tiles enemigos, c o m o se c o m p r u e b a por la muerte del sanitario Marín i la herida del de igual clase Porras Pero a esto tengo q u e observar que, p o r orden verbal de S. E. el Jefe S u p r e m o , estoi inscribiendo en una lista de a m bulancias militares a la m a y o r parte de ese n u m e r o s o personal, del que podia disponer hoi m i s m o el S u p r e m o G o b i e r n o para el indicado objeto, n o q u e d a n d o mas a m bulancias civiles b a j ó l a d e p e n d e n c i a de esta j u n t a q u e las números 1 i 2 del Callao, la n ú m e r o 1 de Lima, el personal administrativo i sanitario del hospital de sangre de Chorrillos i los empleados de este despacho, todos ellos indispensables para el buen servicio de la institución. 03

CALDERÓN.

XVI. El ejército d e r e s e r v a i l a Cruz R o j a del P e r ú : notas c a m b i a d a s ; sueldo de los prisioneros peruanos en Cbile. (Inédito.)

Lima,

Julio

10 de

1880.

Señor Coronel Prefecto i C o m a n d a n t e en Jefe: T e n g o la h o n r a de dirijirixe a V . S. para representarlo que en el b a n d o que V. S. se ha servido dictar ayer, i ha sido p r o m u l g a d o el m i s m o dia, hai una disposición que c o m p r o m e t e gravemente, o m e j o r d i c h o , h a c e desaparecer por c o m p l e t o la neutralidad de la Cruz R o j a , c u j a j u n t a central de ambulancias presido desde su institución. E n el m e m o r a b l e bando, dispone V. S. lo que sigue: " L o s ciudadanos de la Brigada do Artillería, c o m a n d a d a por el señor coronel d o n A d o l f o S a l m ó n , que se formará de ta c o m p a ñ í a de B o m b e r o s de L i m a , c o m p a ñ í a C o s m o p o l i ta, Cruz R o j a , carreteros, carroceros i aparejeros, c o n c u r rirán a la plazuela de la M i c h e o . " Creo q u e p o r u n d e s c u i d o del copista ha p o d i d o incluirse en el ejército de reserva a los m i e m b r o s de la Cruz Roja, desde q u e esta es u n a sociedad neutral, a tenor del Convenio de Jinebra, a que accedió el S u p r e m o G o b i e r n o del Perú desde el 2 de M a y o de 1879, i a que accedió de nuevo, en términos m a s amplios, el 25 de F e b r e r o del presente año; cuyas accesiones han d a d o p o r resultado la protocolización en París de dichos decretos, p o r el señor Ministro plenipotenciario del Perú i el de igual clase de la Confederación Suiza. H o i , a c o n s e c u e n c i a de esos p r o cedimientos, las ambulancias de la Cruz R o j a peruana hállanse incorporadas al C o m i t é internacional de socorros para los militares herido en Jinebra, i forman, por consiguiente, una sociedad internacional. r

Así las cosas, creo i n c o m p a t i b l e de t o d o p u n t o la existencia de la Cruz R o j a en el Perú i su i n c o r p o r a c i ó n al ejército de reserva; pues el ejército, sea o n o reserva, es b e lijerante, i la Cruz R o j a neutral. Entre estos estreñios, n o hallo, ni hallar p u e d o , término m e d i o a l g u n o . Estudiando el p r o b l e m a planteado p o r el artículo del

C o m o a la clara intelijencia de V. S. n o se ocultará ni la g r a v e d a d ni la urjencia del asunto, i a su rectitud se p u e d e confiar la j u s t a solución de él, a p r o v e c h o de la o c a sión para ofrecer a V . S. mis respetuosas consideraciones. JOSÉ A N T O N I O R O C A . Al sefior Coronel don Juan M. Echenique, Prefecto del departamento i Comandanto en Jefe del ejército de reserva.

PREPECTURA DEL DEPARTAMENTO

DE

Lima,

LIMA,

Julio

SECRETARÍA.

13 de

1880.

V i s t o el presente oficio i teniendo en consideración que la mente de la Prefectura i C o m a n d a n c i a Jeneral del ejército de reserva, al ordenar en el b a n d o de 9 del corriente que los ciudadanos peruanos m i e m b r o s de la Cruz R o j a se presentaran a inscribirse ante el coronel c o m a n d a n t e de la Brigada de Artillería de d i c h o ejército, no ha sido incluirlos en ella sino ú n i c a m e n t e tomar una razón e x a c ta de d i c h o s m i e m b r o s para que, c o m p a r a d a c o n la r a z ó n n o m i n a l de ellos q u e debia pedirse al señor presidente oficiante, i c o n f o r m e a los supremos decretos de accesión a la C o n v e n c i ó n de Jinebra, espedidos por el G o b i e r n o del Perú en 2 de M a y o de 1879 i 25 de F e b r e r o del presente año, pudiera otorgárseles su escepcion de t o d o servicio


GUERRA DEL

324

militar, reconociéndoles su carácter de completa neutralidad. Se declara: Que los miembros de la Cruz R o j a en el Perú se hallan escentos de t o d o servicio militar por el carácter de su institución, i, en consecuencia, se resuelve: q u e , c o m p a r a d a q u e sea la razón de sus m i e m b r o s inscritos en la Brigada d e Artillería, en c u m p l i m i e n t o del artículo 2. ° del b a n d o citado, c o n la relación nominal de aquellos m i e m b r o s remitida por el señor presidente oficiante en nota del 10 del que rije, a todos los que consten en ella se les espida p o r el Estado M a y o r Jeneral del ejército de reserva el certificado respectivo. Trascríbase el presente decreto al coronel Jefe de Estad o M a y o r Jeneral para los efectos indicados i devuélvase al señor presidente oficiante con la nota acordada. Rejístreso.

EcHENIQUE.

PACIFICO.

SECRETARÍA

DE

RELACIONES

ESTERIORES I CULTO.

Lima,

14 de

Mayo

1880.

S. E. el Jefe S u p r e m o de la R e p ú b l i c a ha espedido, c o n fecha de hoi, la siguiente resolución: "Mientras se liquidan los sueldos de los jefes, oficiales, e individuos de tropa que están prisioneros en Chile, r e mítase al j e f e mas caracterizado entre ellos la s u m a de 1,000 libras esterlinas por c o n d u c t o de la Secretaría de Relaciones Esteriores i Culto, aplicándose este gasto a la Secretaría de Guerra, que l o cargará, a su vez, respectivamente, a los haberes de dichos prisioneros." L o que tengo el h o n o r de trascribir a V . S. a fin de que se sirva remitirme o p o r t u n a m e n t e la espresada letra por 1,000 libras esterlinas, para mandarla a Chile en el correo que se despacha mañana. D i o s guarde a V. S. P E D R O JOSÉ C A L D E R Ó N .

NOTA D E L SEÑOR ROCA AL

INTENDENTE D E VALPARAÍSO.

Lima,

Julio

16 de

Al señor Secretario de Estado en el despacho de Hacienda.

1880.

Señor:

Lima,

El señor Prefecto del departamento de L i m a i C o m a n dante en Jefe del ejército de reserva, en u n decreto sobre organización de d i c h o ejército, p u b l i c a d o por b a n d o en esta capital, ordenó que los miembros de la Cruz R o j a i otros individuos estraños a esta institución, se inscribiesen en u n o de los cuerpos de reciente formación. A p e n a s tuvo c o n o c i m i e n t o la j u n t a de m i presidencia d e esta urden, m e encargó dirijirme al citado señor C o m a n d a n t e en Jefe; i, al efecto, pasé el oficio que hallará V . S. adjunto bajo el n ú m e r o 1, i que dio márjeu al d e c r e to que i n c l u y o m a r c a d o c o n el n ú m e r o 2. Creo de m i deber poner en c o n o c i m i e n t o de V . S. estos d o c u m e n t o s para desvanecer los errores que pudiera o c a sionar la lectura del primer decreto prefectura!, i para q u e el Gobierno de V . S. i todo el pueblo de Chile se persuada una vez mas de que esta j u n t a central está resuelta a conservar la mas estricta neutralidad, n o permitiend o q u e sus empleados se alisten en el ejército. V . S. debe tener noticias de la manera c ó m o las a m b u lancias peruanas han c u m p l i d o su nobilísimo encargo en las batallas de A r i c a i Tacna. Ellas se han distinguido, n o solamente p o r sus oportunos servicios sino p o r q u e los han prestado a los heridos del ejército aliado i el de Chile. Esto manifestará a V. S. cuáles han sido las instrucciones que los directores de ambulancias recibieron de la Cruz R o j a del Perú. Sírvase V . S. aceptar, c o n este m o t i v o , las consideraciones distinguidas c o n que m e suscribo de Y . S. m u í atento servidor. JOSÉ A N T O N I O

SUELDOS D E LOS PRISIONEROS

ROCA.

PERUANOS.

SECRETARIA D E RELACIONES ESTERIORES I CULTO.

Lima,

Marzo

o de

1880.

C o n esta fecha S. E. el Jefe S u p r e m o de la R e p ú b l i c a , ha tenido a bien espedir el siguiente decreto: " D e b i e n d o atenderse con los recursos necesarios a los prisioneros peruanos que están en Chile, dígase a la S e c r e taría de H a c i e n d a , que, c o n cargo al presupuesto de g u e r ra, entregue la suma de 1,000 libras esterlinas, inmediatamente, al B a n c o de Londres, M é j i c o i S u d - A m é r i c a , a fin de que, por la Secretaría de Relaciones Esteriores i Culto se hagan los arreglos convenientes para que se atienda a d i c h o s prisioneros con la cantidad indicada." L o que tengo el h o n o r de trascribir a V. S. para su c u m plimiento. Dios g u a r d e a V . S. PEDRO JOSÉ C A L D E R Ó N .

Julio

15 de

1880

S i e n d o necesario atender de preferencia al ausilio de los prisioneros peruanos en Chile i a la decorosa subsistencia d e sus familias existentes en el Perú, se dispone: 1. ° Q u e por la Secretaría de Guerra se a u m e n t e el envío mensual de fondos a Chile en la cantidad que sea necesaria para el ausilio de los n u e v o s prisioneros p e ruanos. 2. ° Tres jefes de la mas alta graduación entre ellos formarán una j u n t a encargada de distribuir cada mes, en m o n e d a de Chile, la cantidad que reciba entre la p r o p o r ción siguiente: Haber mensual durante la guerra.

Coroneles Tenientes coroneles Sarjentos mayores Capitanes Tenientes Sub-tenientes Soldados i paisanos

1,560 1,200 870 510 390 330 148

incas. „ „ „ „

E l presidente de dicha j u n t a , al recibir la s u m a m e n sual q u e el G o b i e r n o envia, entregará el p o r m e n o r de pagos h e c h o s en el mes anterior c o n espresion del soldado d e u d o r o acreedor que hubiere. 3. ° Si los prisioneros se hallasen en diversos parajes por manera q u e la distribución n o pueda ser realizada por la misma j u n t a , se entenderá la disposición anterior aplicable a los distintos puntos que se hallen en tales c o n diciones. 4. ° Las familias de los jefes, oficiales e individuos de tropa, previa la presentación de los c o m p r o b a n t e s legales, percibirán la tercera parte del haber q u e corresponde a éstos, entendiéndose suspendida toda asignación antes establecida por los jefes i oficiales a sus familias. 5. ° L a S e c c i ó n de Contabilidad del E s t a d o M a y o r Jeneral de los ejércitos, hará el a b o n o de d i c h a tercera parte, sujetándose al artículo 6. ° de la lei de 16 de Enero de 1850 que establece el orden de prelacion. 6. ° La misma sección llevará una cuenta especial de las sumas que se a b o n e n a los prisioneros i sus familias, para hacer en su oportunidad la liquidación respectiva. C o m u n i q ú e s e . — R ú b r i c a de S. E. IGLESIAS.


CAPITULO

NÚM. 7 7 . — S E C R E T A R Í A

DE DE

ESTADO EN E L DEPARTAMENTO

GUERRA.

Lima,

Agosto

19 de 1SS0.

Señor Ministro: T e n g o el h o n o r d e remitir al d e s p a c h o d e l d i g n o cargo de V . S. los datos que, sobre las cantidades invertidas en atender a nuestros prisioneros en Chile, m e h a p e d i d o V . S. en su oficio de 24 d e Abril p r ó x i m o pasado. Por esta Secretaría n o se h a h e c h o j i r o alguno a este respecto, i para aliviar la situación d e los prisioneros i d e sus familias, se ha espedido la suprema resolución de 15 de Julio ú l t i m o . C o m o en la S e c c i ó n de Contabilidad del Estado M a y o r Jeneral d e los ejércitos se ha abierto cuenta a los gastos que se están h a c i e n d o en el sostenimiento d e nuestros prisioneros, dígnese V . S. disponer q u e c u a n d o se haya liquidado lo q u e por ese d e s p a c h o se lleva d e las sumas destinadas a este objeto, se pase copia d e esa liquidación a este d e s p a c h o , a fin d e centralizar su valor a la cuenta jeneral del r a m o d e m i cargo. D i o s guarde a V . S. m u c h o s años. M I G U E L IGLESIAS. Al seíior Secretario de Estado en el despacho de Relaciones Esteriores.

NÚM. 5 5 . — S E C R E T A R Í A

D E RELACIONES ESTERIORES

I CULTO.

Lima,

Abril

2J de 1880. +

Señor Ministro: T e n g o el h o n o r d e a c o m p a ñ a r a V . S., en fojas 7 útiles, los d o c u m e n t o s remitidos a esta Secretaría p o r el h o n o r a ble señor J. W . W . D r u m o n d H a y , por c o n d u c t o d e la L e g a c i ó n d e S. M . B. en L i m a , relativos al pago d e sueldos de los señores jefes i oficiales, individuos d e tropa i paisanos, que, c o m o prisioneros d e guerra, se hallan en la R e pública d e Chile. C u a n d o V . S., después d e haber t o m a d o en consideración d i c h o s d o c u m e n t o s , c o n t o d o s sus antecedentes i circunstancias, haya proveído lo q u e estime conveniente, se servirá c o m u n i c á r m e l o a esta Secretaría, q u e , p o r su p a r te, desea hacer la mas exacta c o m p r o b a c i ó n d e la inversión d e todas las sumas destinadas a nuestros prisioneros en la actual guerra, i q u e h a n sido libradas p o r este d e s pacho. D i o s guarde a V . S. P E D R O JOSÉ CALDERÓN. Al señor Secretario de Estado en el despacho de Guerra.

S U B - S E C R E T A R Í A D E GUERRA.

L i m a , Abril 26 d e 1 8 8 0 . — I n f o r m e , en el dia, la S e c c i ó n de Contabilidad, h a c i e n d o la liquidación respectiva, c o n vista d e los antecedentes q u e h a y a n sobre el particular. ELÉSPURO.

Lima,

Julio

17 de 1880.

Señor S u b - S e c r e t a r i o : C u m p l i e n d o c o n lo dispuesto p o r V . S. en el supremo decreto q u e antecede, h e p r o c e d i d o a liquidar los haberes de los señores jefes, oficiales, tropa i paisanos q u e se h a llan prisioneros en San Bernardo d e Chile, p o r los meses de D i c i e m b r e del año p r ó x i m o pasado i d e Enero a Abril último, c o n f o r m e a la nueva escala d e sueldos, d e m o s trándose lo q u e a cada u n o corresponde en los precitados meses, ascendiendo dichos haueres a u n total d e £ 1,834.13.8. C o m o p o r esta sección n o se ha h e c h o j i r o alguno para aliviar a las urjentes necesidades d e nuestros prisioneros

CUARTO.

325

en el estranjero, i lo ha verificado la Secretaría de R e l a ciones Esteriores i Culto, se c o m p r e n d e q u e p o r la sección respectiva se harán las rebajas d e las cantidades q u e se hubiesen remitido a buena cuenta d e los haberes liquidados. También m e permito indicar a V . S . q u e p o r d i c h a s e cretaría se soliciten t o d o s los datos referentes a los gastos que se hagan de esta naturaleza, pues siendo efectuados para los militares dependientes del ramo d e guerra, es i n dispensable consignarlos en la cuenta jeneral q u e se lleva por este d e s p a c h o . Es cuanto p u e d o informar a V . S . en vista d o los d o c u m e n t o s q u e se m e h a n remitido. Su seguro servidor, (L. S.)

ROSENDO SOTO.

L i m a , A g o s t o 19 d e 1 8 8 0 . — R e m í t a s e a la Secretaría de Relaciones Esteriores c o n la nota d e estilo. IGLESIAS.

NÚM. 7 6 . — S E C R E T A R Í A D E RELACIONES ESTERIORES I CULTO

Lima,

Junio

1. °

de 1880.

Señor Ministro: P o r este d e s p a c h o i p o r c o n d u c t o d e la Legación inglesa aquí, i d e l cónsul de S. M. B. en Valparaíso se h a n i n vertido diversas sumas en socorrer a nuestros prisioneros detenidos en la R e p ú b l i c a d e Chile. U r j e saber, para practicar la liquidación respectiva, el m o n t o d e lo percibido, a cargo d e sus haberes, por los prisioneros nuestros que h a n sido canjeados i q u e d e b e n haberse puesto a disposición d e esa secretaría. R u e g o a V . S., p o r lo m i s m o , se sirva enviarme, a la brev e d a d posible, el indicado dato. D i o s guarde a V . S. m u c h o s años. P E D R O JOSÉ C A L D E R Ó N . Al señor Secretario de Estado en el despacho de Guerra.

xrci. Proyecto presentado al Dictador Piérola para aument a r el a n d a r d e u n b u q u e , d e s t r u i r el e j é r c i t o chileno i fortificar a L i m a .

(Inédito.) E x c m o . Señor: Profundamente impresionado por los ú l t i m o desgraciados sucesos del Sur, m i ú n i c o pensamiento ha sido, desde q u e ellos se realizaron, encontrar algún m e d i o d e equilibrar la fuerza material d e nuestro enemigo i algunos recursos pecuniarios d e q u e bien p r o n t o carecerá el S u p r e m o Gobierno, encontrándose nuestras principales riquezas en p o d e r del invasor i disminuidas considerablem e n t e las entradas ordinarias p o r aduanas, a la vez q u e se aumentan e n o r m e m e n t e nuestros gastos por el a u m e n to, siempre creciente, del ejército necesario para c o m b a tirlo. Bajo el influjo d e aquella idea, h a n surjido en m i espíritu algunos proyectos d e posible o fácil realización i tienen los objetos siguientes: 1. ° D a r a nuestros trasportes u n andar d e 18 a 20 millas p o r hora, c o n cuya velocidad podrían trasportarse al Sur 8 o 10,000 h o m b r e s burlando la vijilancia de la escuadra bloqueadora. 2. ° Establecer para Lima, Callao, Chorrillos, Miraflores, Magdalena, Barranco i S u r c o u n sistema d e fortificaciones c o n el cual 8 o 10,000 soldados puedan rechazar el ataque d e un ejército d e 50,000 hombres q u e pretendiera ocupar d i c h o s lugares a título de fuerza, 3. ° Crear en breve tiempo riquezas o bienes estraños al g u a n o i salitre, sobre los cuales pudiera el S u p r e m o Gobierno constituir hipoteca, consiguiendo p o r este m e d i o


326

GUERRA

DEL

los recursos pecuniarios de que tanto necesita para la c o n tinuación de la guerra. 4. ° Levantar el precio de los billetes de emisión fiscal hasta el nivel señalado por el S u p r e m o Gobierno. 5. ° Poner en práctica un m e d i o posible i fácilmente realizable de destruir en el ejército e n e m i g o , en cada c i n c o minutos, si llegase el caso de una batalla c a m p a l , u n n ú m e r o de h o m b r e s igual al 20 por ciento de nuestra fuerza en acción: de m o d o que s u p o n i é n d o l a c o m p u e s t a de 10,000 soldados, d e b e n quedar fuera de c o m b a t e 1,000 h o m b r e s del e n e m i g o en cada cinco m i n u t o s , sin contar los daños causados en éste p o r nuestros cañones i a m e tralladoras ni otras pérdidas imprevistas en cuanto a su n ú m e r o pero siempre necesarias. 6. ° F o r m a r torpedos de fácil construcción en el país, d e p o c o precio i c u y a velocidad, si se llegan a realizar, n o seria m e n o r que 30 millas por hora, p u d i e n d o ser lanzados contra el objeto que le sirva de blanco, a una distancia de 2 a 3,000 metros i quizas también de 4 a 5,000. JOSÉ C. M A Z A .

APLICACIÓN D É L A FUERZA ESPANSIVA D E L CALÓRICO PRODUCIDO POR L A COMBUSTIÓN D E LA PÓLVORA

PARA A U -

MENTAR EL ANDAR D E UN BUQUE.

Aparato

de

aplicación.

Consta esencialmente de tres cañones de retrocarga iguales, de calibre p r o p o r c i o n a d o á la c o n s t r u c c i ó n débil o fuerte del b u q u e i armados de válvulas que c u b r e n perfectamente las bocas de ellos, p u d i e n d o abrirse hacia fuera i n o para el interior de d i c h o s cañones; i también de una correa sin fin, dispuesta t o d o del m o d o siguiente: E n el soyado del b u q n e , enteramente hacia la proa, se encuentra una línea de fierro, que, partiendo de ella sobre el fondo del buque en línea horizontal, hasta la distancia de uno a dos metros, se p r o l o n g a en p l a n o lijeram e n t e inclinado i ascendente hacia la cubierta, hasta a d uirir una lonjitud proporcionada a la fuerza de retroceso el c a ñ ó n que ha de moverse sobre ella; d i c h a línea tiene d o s desvíos horizontales, uno a su derecha i otro a su i z quierda.

3

Sobre cada u n o de ellos hai c o l o c a d o u n o de los tres cañones antedichos. E n el casco del buque, al frente del c a ñ ó n central, debe haber una abertura circular a la cual se adapte perfectam e n t e un fuerte anillo de j e b e , que tenga de diámetro o de luz el del tercio delantero de u n o de los cañones, de manera que, si alguno de ellos se i n t r o d u c e en d i c h o anillo, quede perfectamente adherido a él. La citada abertura debe encontrarse cerrada p o r la parte esterior, p o r m e d i o de una válvula que se abra h a c i a afuera, i que, en su posición constante, impida el paso del agua esterior q u e baña la proa del b u q u e , d e b i e n d o procurarse, además, q u e ella se encuentre en el p r o m e d i o de la distancia q u e hai de la línea de agua al límite o término de la quilla. L a correa sin fin d e b e seguir la dirección de la línea férrea, f o r m a n d o un plano lijeramente acanalado e inclinad o , ascendente, i su vértice debe encontrarse al fin de d i c h a línea, en su misma dirección i en el p u n t o hasta d o n de llegue la recámara del cañón c o l o c a d o en ella, c u a n d o retrocede p o r efecto del disparo que se haga c o n él; d e manera que, c o l o c a d a la cápsula de u n o de los cañones de ese vértice, se pueda resbalar e introducir en la recámara del que se encuentre u n i d o a él, c u a n d o estos d i s tintos elementos tengan su conveniente aplicación. Ello se realiza cargando el c a ñ ó n central c o n una c á p sula metálica o de cartón impermeable, c o n bala o sin ella, e introduciéndole en la m e n c i o n a d a abertura, de m o d o que su tercio delantero se encuentre en el agua i, en cuanto sea posible, en posición horizontal. Si en estas condiciones se hace c o n él un primer disparo, el cañón retrocederá, m o v i é n d o s e sobre su línea férrea, i al pasar un p e q u e ñ o aparato c o l o c a d o a su izquierda, abre su recá-

PACIFICO.

mara, la cual, al tocar el vértice de la correa sin fin, recibe la primera cápsula c o l o c a d a en ella; al desender, por efecde su peso, otro aparato c o l o c a d o a su derecha, cierra la tapa de la recámara, c o m o si fuera una puerta c o n c h a p a de g o l p e , i la v e l o c i d a d adquirida por él al desender, lo impulsará para abrir la válvula que cierra la abertura m e n c i o n a d a h e c h a en la proa del buque, i sacar hacia fuera su tercio delantero, q u e d a n d o de este m o d o en la posición q u e tenia c u a n d o se h i z o c o n él el primer d i s p a ro. Si en estas c o n d i c i o n e s se hace un s e g u n d o disparo, se repetirán en el interior del b u q u e los m i s m o s efectos, i así se continuará hasta q u e , e n c o n t r á n d o s e el c a ñ ó n demasiado caliente, ofrezca peligro de inflamar i n o p o r t u n a m e n t e la pólvora c o n t e n i d a en la cápsula de la carga; en c u y o caso, u n o de los otros d o s entrará p o r su línea de desvío franca, a ocupar el puesto del anterior, mientras éste es refrescado c o n v e n i e n t e m e n t e , retirándolo o p o r t u n a m e n t e p o r la otra línea de desvío. L o s efectos probables de estos disparos, h e c h o s hacia d e lante de la proa, se proveen claramente: cada u n o de ellos lanza horizontalmente una c o l u m n a de gases, c u y a fuerza espansiva desaloja otra de agua de d o b l e o triple d i á metro, que tiende a levantarse hacia arriba m o v i d a p o r la c o l u m n a m e n c i o n a d a ; pero, la m o v i l i d a d de sus m o l é c u las, la hará dividirse en sentido de su l o n j i t u d para dejar libre paso a los gases i h u m o q u e la levantan, q u e d a n d o , p o r consiguiente, a u n q u e instantáneamente u n v a c í o l o n jitudinal ante la proa del b u q u e , el cual será i m p u l s a d o a ocuparlo p o r dos fuerzas. U n a de ellas es la del vapor, o cualquiera otra c o n q u e el b u q u e haya c o m e n z a d o su m o v i m i e n t o independiente de los disparos, i la otra p r o viene de la presión ejercida p o r la masa de agua que g r a vita sobre la p o p a del b u q u e ; presión q u e , n o siendo e q u i librada en el m o m e n t o del tiro p o r la del agua q u e rodea la proa c o m o c u a n d o se encuentra el b u q u e en rep o s o sobre las aguas, tiene necesariamente q u e impulsarlo hacia adelante; de manera q u e , p o r m e d i o de disparos n o interrumpidos, se consigue: 1 . destruir hacia delante del b u q u e la fuerza de resistencia del agua opuesta c o n s tantemente a su marcha; i 2. ° utilizar la fuerza de p r e sión del agua que rodea la popa, p o r lo cual, si se e m p l e a el m e d i o indicado, debe procurarse que el b u q u e se e n cuentre c o m o sentado sobre ella, c o n d i c i ó n necesaria t a m bién para i m p e d i r que el b u q u e se pase p o r ojo, si el v a c í o p r o d u c i d o por un disparo fuere demasiado g r a n d e o realizado en c o n d i c i o n e s q u e le sean desfavorables. 6

Si los frecuentes disparos de que hablamos se hicieren c o n bala h u e c a de grueso calibre, a u n q u e ella solo r e c o r riera una p e q u e ñ a distancia, p o d í a conseguirse, quizas, favorecer el andar del buque; pues, desarrollando el p r o yectil c o n su m o v i m i e n t o una corriente de agua que sig u e la misma dirección del buque, e v i d e n t e m e n t e d e b e éste encontrar m a y o r facilidad para m o v e r s e , n o h a l l a n d o poderosa resistencia, ni en el agua q u e se encuentra p o r la proa ni en las q u e rodean los costados, las cuales siguen, aunque imperfectamente, el m i s m o r u m b o . L i m a , A g o s t o 6 de 1880. JOSÉ C. M A Z A S . PROCEDIMIENTO PARA DESTRUIR E L EJÉRCITO CHILENO.

Este p r o c e d i m i e n t o se r e d u c e : 1. ° a someter 100 v o luntarios de los que p u e d a haber en cada batallón de 500 h o m b r e s , a una seria enseñanza de tiro al blanco, q u e d u re diariamente de cuatro a seis horas, escojiendo para ello: 1. ° los rifles que maltraten m e n o s al q u e los d e s carga i 2. ° los voluntarios que manifiesten mejores disposiciones para aprender, prefiriendo los costeños a los serranos, i entre éstos los arequipeños i cántenos. 2. ° Combinar los m o v i m i e n t o s militares de estos 100 h o m b r e s c o n los del resto del batallón a q u e pertenezcan, i de manera q u e siempre v e n g a n a quedar a retaguardia de la primera fila, si solo hai una, i de la s e g u n d a si h u -


CAPITULO CUARTO.

bieren dos, i que, además, se encuentren distribuidos e n tre los otros sin formar grupos o líneas n o interrumpidas, debiendo mediar, entre cada dos de ellos, una distancia de una a dos varas. S e g ú n ésto, al entrar u n batallón en c o m b a t e , se encuentran sus 100 rifleros protejidos o resguardados p o r una o dos filas de h o m b r e s c o l o c a d o s delante de ellos, i por consiguiente, tendrán la serenidad indispensable, aunque n o completa, para aprovechar u n tiro de los tres o cuatro q u e p u e d a n dirijir al e n e m i g o en cada c i n c o m i n u t o s , apuntando c o m o si estuvieran tirando al blanco. E l resultado de semejante p r o c e d i m i e n t o no p u e d e ya ocultarse, p u d i e n d o hacer cada riflero, en c i n c o minutos, tres tiros por lo m e n o s , i s u p o n i e n d o que, por las c i r c u n s tancias escepcionales en q u e se encuentra, solo a p r o v e c h e u n o , se tiene, en c i n c o m i n u t o s , por cada riflero, u n e n e m i g o fuera d e c o m b a t e , i por u n batallón 100, p o r 1,000 h o m b r e s 200 i por 10,000, 2,000 o 6,000 h o m b r e s del e n e m i g o inutilizados en 15 minutos, sin c o n t a r l a s b a j a s q u e p u e d a n haber c o n todos los q u e no son rifleros, las ametralladoras i cañones; bajas inevitables, a u n q u e su n ú m e r o n o p u e d a calcularse ni aproximativamente. Lima, J u n i o 30 de 1880. JOSÉ C.

M E M O R Á N D U M

A

MAZAS.

PIÉROLA.

Lejos d e tí i del c í r c u l o encargado de rejir nuestros destinos c o m o peruanos, n o p u e d o tener la mirada s e g u ra, clara, profunda i previsora de los que posean las fuentes de luz necesarias para predecir cuál será la suerte que la Providencia nos depara, tanto en la guerra c o n Chile, c o m o en la q u e el partido civilista se e m p e ñ a en sostener secretamente, convirtiendo la opinión piiblica en c a m p e ó n o adalid, i armándolo en contra del Gobierno i del actual orden de cosas, después d e haberle i m p r i m i d o la dirección conveniente a sus planes ambiciosos, egoístas i absorbentes; pero si n o p u e d o predecir o preveer, p u e do, sin e m b a r g o , conjeturar, i mis recelos nada halagüeños m e obligan a comunicártelos, n o p o r q u e crea que ellos sean estraños a tu penetración política, sino por agravártelos, d á n d o t e a c o n o c e r la aniversalidad c o n q u e se sienten i a u m e n t a n d o , si es posible, su efecto c o n el h e c h o m i s m o de espresarlos. C o l o c a d o el G o b i e r n o entre aquellos d o s poderosos e n e migos, está amenazado, al m i s m o tiempo, p o r otros tres n o m e n o s formidables: la legalidad ilegal, muerta ya, p e ro q u e p u e d e convertirse en otro Lázaro; el caudillo del Sur, q u e p u e d e levantar su brazo v e n c e d o r enseñando el sudario d é l a finjida lei i la crisis m o n e t a r i a , c u y a lamentable influencia sobre todas las clases sociales i principalm e n t e sobre la mas numerosa, será atribuida al G o b i e r n o por los interesados en tornarle en adversa la opinión p ú blica, q u e antes, i aun hoi, le es j e n e r a l m e n t e favorable. Bien pudiera considerar aquí otro digno de ser t o m a d o en consideración, el q u e forman los damnificados por algunos decretos de hacienda; p o r q u e su influencia, al parecer insignificante al l a d o de las otras, puede ser secretamente poderosa por sí misma, i m u c h o mas ausiliando a cualquiera de ellos: el triunfo sobre todos seria el e n grandecimiento nacional, la salvación d e los principios conservadores racionalmente liberales, la consolidación del p o d e r soberano en el país i el bienestar material en todas las clases sociales; llegar a estos objetos es lo que el S u p r e m o G o b i e r n o , a n o dudarlo, se e m p e ñ a i se e m peñará en conseguir; pero necesita para ello sostener, a u mentar i robustecer c u a n t o le sea posible el cariño del pueblo, del ú n i c o aliado en que p u e d e fiar contra sus n u merosos enemigos; el brazo de un G o b i e r n o es e m i n e n t e mente p o d e r o s o , c u a n d o ausiliado por los pueblos, une a su p r o p i o vigor la plenitud del poder material que reside en ellos. N o es empresa imposible ni m u í difícil fijar, siquiera temporalmente, los afectos d e esa entidad llamada pueblo,

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caprichosa, es cierto, pero adornada siempre n o b l e m e n t e c o n la inocencia característica de la niñez; ella no reflexion a j a m á s , n u n c a hace deducciones ni próximas ni r e m o tas, n o se empeña en aplicaciones fáciles o difíciles; solo vive palpando las realidades, apreciándolas en sus resultados presentes i en sus mas evidentes relaciones c o n sus necesidades diarias; halagar según eso su mirada esterna c o n obras materiales de visible influencia sobre su b i e n estar, satisfacer ampliamente su patriotismo, d o m i n a n t e hoi sobre todos sus otros afectos, seria fijarlos todos sobre el que tales cosas verificase. P o r esta razón, n o m e ha parecido c o n v e n i e n t e q u e se confien al alcalde de la Municipalidad de L i m a las obras d e fortificación comenzadas ya; ellas debieron ser ejecutadas, o por l o menos principiadas por el ejército, asistidas en los primeros días por el Jefe S u p r e m o , el Secretario de Guerra i el de G o b i e r n o , para que el p u e b l o , siempre de mirada miope, pudiera decir: "Piérola fortificó L i m a ; " de otro m o d o , las simpatías serán para el ejecutor de la obra, las glorias para él, las consecuencias posteriores para él también, i nada, absolutamente nada, para el que, d a n d o vida o prohijando la idea de la defensa, dio al mismo t i e m po los medios de realizarla. (1) Mas, y a q u e las cosas pasaron así, se h a c e preciso darles otra dirección, i al efecto, voi a presentarte el siguiente p r o y e c t o de fortificación realizable, de duración indefinida, poderosa resistencia i capaz de protejer a L i m a c o n tra un ejército de 100,000 h o m b r e s defendida únicamente por 6 u 8,000 soldados. E l objeto principal de d i c h o p r o y e c t o es convertir los cerros que circundan a L i m a en baluartes bien artillados c o n la m a y o r parte de los cañones q u e hoi tienen las b a terías del Callao, pero de m o d o que ellos puedan servir, si se ofrece en u n dia d a d o , para unos i para otros l o cual se consigue realizando los objetos siguientes: 1. ° U n i r por líneas de fierro todas las baterías del Callao (obra que y a está h e c h a ) c o n las tres líneas q u e parten de Lima. 2. ° Sacar de estas ramificaciones u n a q u e parta d e A s n a p u q u i o en la línea de Chancay, estendiéndose hacia el Oriente sobre los cerros que principian en Chuquitanta i terminan en Márquez, desde los cuales se d o m i n a n todas las playas de esta hacienda: así, c o n tres fortines bien artillados, establecidos c o n v e n i e n t e m e n t e i con cañones de grueso calibre, queda cerrado el paso desde A s n a p u q u i o hasta el mar, para los que pudieran d e s e m b a r car por C h a n c a y o A n c ó n , i buscar paso por dichas playas o p o r el c a m i n o de L i m a a Chancay. Sacar otra ramificación, c u y o p u n t o de partida sea la estremidad del cerro en el cual se encuentran las tomas de L u r i g a n c h o i A t e , i tienda a encontrarse en A s n a p u quio c o n el principio de la otra indicada ramificación, al m i s m o tiempo que, siguiendo los cerros que por el Oriente d o m i n e n las pampas de Comas e Infantas, venga a colocarse sobre ellos: así queda cerrado c o n esta línea, en una gran parte, el paso por el Oriente, c o n s t r u y e n d o en ellos baterías en los p u n t o s convenientes. 3. ° Otra debe principiar en el cerro c o l o c a d o al frente d e aquél en que principia la anterior, unida a ésta, i seguir sobre los cerros q u e van a encontrarse c o n la línea para la Oroya, a la cual debe quedar unida, q u e d a n d o c o m p l a t a m e n t e cerrado c o n ella el paso por el Oriente. 4. ° La línea anterior debe prolongarse, estendióndose sobre los cerros llamados del A g u s t i n o i San Bartolomé, hasta dominar las pampas del Pino i unirse c o n la línea de Chorrillos. 5. ° Por último, prolongando la línea de Chorrillos sobre los cerros q u e parten del llamado "Salto del Fraile" hacia el Oriente, hasta d o n d e se crea conveniente, i con ella queda L i m a dentro de u n círculo de líneas de fierro. (1) Creemos que a consecuencia de esta manifestación tuvo lugar el decreto espedido por Piérola el 14 de Julio, que figura en la pajina 321 de este mismo ' capítulo.


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G U E R R A DEL PACIFICO.

Para la aplicación al objeto, se necesitan carros de carga de suficiente resistencia, capaces de conducir, si fuese preciso, cañones de grueso calibre; i se conseguirán fácilmente, c o l o c a n d o las mesetas do los que ahora existen sobre cuatro o s e i s j u c g o s de ruedas, en lugar de dos que tienen actualmente. Se necesita también construir los fortines de manera que, c o n d u c i d o un c a ñ ó n a ellos, quede sobre su m i s m o carro, formando e'ste parte integrante del fortín i c o m o encajado en él, para que de esa manera sus ejes i ruedas queden defendidos de las balas enemigas. Se necesita, igualmente, poner en las baterías del Callao, c u y o s cañones puedan ser empleados, máquinas que faciliten la c o l o c a c i ó n de ellos sobre sus carros respectivos, i lo que seria mejor, colocarlos desde ahora sobre sus carros i en las mismas baterías, f o r m a n d o parte de ellos, a fin de que puedan ser trasportados, en el m o m e n t o preciso, al p u n t o conveniente. Construyendo después fortines sobre los puntos estratégicos de esta gran línea circular, se tendría L i m a i n t o m a ble, a u n q u e fuera amenazada por un ejército de 50,000 h o m b r e s ; basta considerar q u e 40 o 50 cañones d e las baterías del Callao, podrían m a r c h a r e n un m o m e n t o dado a defender el p u n t o en que fuera mas r u d o el ataque, i q u e las granadas de estos graneles cañones harían mas estragos en el enemigo que los proyectiles de la escasa i diminuta artillería de campaña de nuestro ejército. Inmensas son las ventajas de este sistema de defensa. 1. ° Satisface las exijencias del p u e b l o , halagando su patriotismo; muestra en todo su esplendor el vigoroso p o der soberano del actual Jefe S u p r e m o ; fomenta, respecto a él, el cariño del pueblo, estableciendo el f u n d a m e n t o de su lejítima soberanía el porvenir, o p o n i e n d o una barrera insuperablo a la bastarda ambición de los pretendientes del poder. 2. ° Utiliza los cañones de las baterías del Callao en la defensa de Lima, e c o n o m i z a n d o al E s t a d o los caudales que se emplearían en su adquisición, si esto fuese posible; pues encontrándose todas ellas en c o m u n i c a c i ó n con la línea de fierro de cireumbalacion, habiendo carros suficientes para c o n d u c i r los cañones i facilidad de colocarlos sobre elfos, todos podrían servir en el p u n t o o puntos en que fueran necesarios i en el m o m e n t o preciso. 3. ° Las obras de defensa de Lima, una vez realizadas, serian de duración indefinida, desde q u e consisten únicamente, en fortines de granito i terraplenes, c u y a existencia n o está amenazada por lluvias i derrumbes consiguientes; n o sucede lo m i s m o con las zanjas construidas o en construcción, ellas desaparecerán do nuestra costa, 4. ° Bajo el supuesto, posible siempre, de que fuera t o m a d a una batería, seria t o m a d o el terreno, pero n o los cañones que, colocados en ellas en sus respectivos carros, marcharían en el m o m e n t o preciso a o c u p a r otro p u n t o , desdo el cual pudiera ser batido el terreno t o m a d o por fuerzas enemigas; operación fácil, si las líneas de fierro se c o l o c a n en los baluartes a espaldas de los cañones i n o al frente del e n e m i g o bajo sus fuegos directos. 5. ° Tales fortificaciones quitan toda esperanza de t o mar a Lima al ejército estranjero o nacional q u e pretenda ocuparla a titulo do fuerza. 6. ° La defensa do Lima, bajo esta forma, solo exije 8 a 10,000 soldados, haciendo innecesario el ejército do 20,000 que ahora exije, para t o d o evento, p r o d u c i e n d o diariamente c o m o e c o n o m í a la fuerte suma que seria i n dispensable para mantener sobre las armas 10 a 12,000 hombres. 7. ° D i c h a s obras hacen imposible sitiar a Lima por h a m bre, pues n o hai ejército en A m é r i c a capaz de ocupar con ventajas una circunferencia de 12 leguas de estension; lo contrario sucede c o n el sistema actual de las fortificaciones proyectadas. 8. ° En el caso de u n ataque de las fortificaciones, n o estamos seguros de que las balas enemigas n o vengan a introducir en L i m a el incendio, el terror, la destrucción i

cuantos males p u d i e r a n ocasionarnos la probada i p r o v e r bial alevosía de los chilenos; i n o hai t e m o r de tales estragos hallándose los puntos defendidos a una legua o mas de la capital. Pero estoi viendo que vas a preguntarme dos cosas: 1 . si podrán realizarse en p o c o tiempo i 2. ^ si hai elementos o materiales para llevarlas a cabo. E n cuanto a la primera, te contestaré que nuestro ejército, c o n t a n d o hoi c o n 15 a 16,000 h o m b r e s , p u e d e darnos en un dia 15,000 varas lineales de terraplén, o r e d u c i e n d o esta cifra, por accidentes imprevistos, 10,000, es decir, m e d i a legua, i por consiguiente, en u n mes 15 leguas, i croo que n o será tal la lonjitud de la línea de fierro de circunvalación, esto sin contar c o n el ausilio del p u e b l o i de los peones estranjeros que el S u p r e m o G o b i e r n o pudiera pagar; i c o m o al m i s m o t i e m p o que se trabajase el terraplén, podrían fabricarse los baluartes o fortines, tender o colocar durmientes i realizar todas las obras accesorias, creo q u e en dos meses de trabajo activo podría q u e d a r la obra, sino realizada del t o d o , por lo m e n o s en sus partes mas necesarias i esenciales, esto es, en las d e N o r t e i Sur. 13

E n cuanto a la segunda pregunta., tenemos: 1. ° , todas las máquinas i carros de los actuales ferrocarriles del E s tado que parten de Lima; 2. ° , los durmientes sobrantes en todas ellas; 3. ° , los de la línea defierro entre A n c ó n i C h a n cai, que en último caso, pudieran emplearse, i 4. ° , finalmente, los del trozo de línea q u e fuera m e n o s indispensable en la de la Oroya, i por lo que hace a herramientas, las que hai en L i m a i chacras vecinas, i si n o fuesen en cantidad suficiente, podrían fabricarse en las factorías de L i m a i Callao los llamados "picos americanos," q u e son las herramientas mas apropiadas para esta clase de obras i las mas fáciles de hacerse. PLIEGO D E

INSTRUCCIONES.

Reconstruir el c a m i n o de herradura de Chocas a Cantas, siguiendo las márjenes del rio Chillón. Abrir un n u e v o c a m i n o de Caballero a Lima, en línea recta, en cuanto sea posible, a u n q u e para ello sea preciso o c u p a r los terrenos o potreros d e las haciendas c o m prendidas entre estos d o s puntos. Mejorar cuanto se p u e d a Puente de Piedra.

el c a m i n o de Caballero

a

Declarar escentos de la contribución d e sangre a los que trabajan personalmente en esta o cualquiera otra obra semejante, de las q u e el Estado determine, si concurren a realizarlas desde los primeros hasta los últimos días de los empleados en ellas para dejarlas terminadas. Prolongar la línea férrea de L i m a a C h u c a hasta el otro lado de la cordillera; empleando: 1. ° , los peones, c u y o salario p u e d e ser a b o n a d o semanalmente por el Estad o ; 2. ° , los que so inscriban c o m o trabajadores bajo las indicaciones establecidas en el acápite anterior; 3. ° , los soldados del ejército que n o deban ser empleados en la custodia del Callao u otros lugares de la costa. Ordenar a los superintendentes o directores d e los ferrocarriles clel Estado, que tengan siempre en las estaciones principales de las línea de su cargo, carros para la carga i jaulas para c o n d u c i r animales en n ú m e r o suficiente, a fin de que n o haya la menor d e m o r a en la c o n d u c c i ó n de los objetos q u e d e b e n trasladarse libres de fletes, considerándose de esta especie los ganados que d e b e n ser consumidos en Lima, los comestibles, i en jeneral t o d o s los artículos de primera necesidad. Mientras la línea de la O r o y a n o q u e d e espedita hasta el otro lado de la cordillera, c o n v e n d r í a establecer portes para carga, por cuenta del E s t a d o , entre Chicla i Jauja i entre Chicla i Tacna, c o b r a n d o c o m o flete lo absolutam e n t e indispensable para pagar los gastos que ocasionen. J O S É C.

MAZAS.


CAPITULO

CIRUJANO

XVIII. S u m a r i o seguido p o r el P r e s i d e n t e d e

la Junta

Cen-

t r a l d e A m b u l a n c i a s civiles d e la Cruz R o j a en el P e n i p a r a investigar las violaciones del Convenio Internacional

de

Jincbra

que

se

dicen

cometidas

p o r el e j é r c i t o d e C h i l e e n l a s c i u d a d e s d e T a c n a i Arica.

(Inédito). NÚM.

1389.—SECRETARÍA I

329

CUARTO.

D E RELACIONES

ESTERIORES

CULTO.

Lima,

Julio

12 de 1880.

Para q u e V . S. Iltma. se sirva entablar, desde luego, las jestiones necesarias sobre las violaciones del Convenio I n ternacional d e Jinebra, cometidas por el ejército chileno en sus vandálicas agresiones contra el Perú, remito a V . S. los antecedentes que, c o n tal objeto, h a pasado a este d e s p a c h o la Secretaría d e Guerra. Dios guarde a V . S. Iltma. m u c h o s años. P E D R O JOSÉ CALDERÓN. Al señor Presidente de la Junta Central de Ambulancias de la Cruz Roja.

Lima, Julio 12 d e 1880.—Oficíese a los directores d e las ambulancias en orden a las violaciones del C o n v e n i o de Jinebra cometidas p o r el ejército chileno, acúsese r e c i b o en los términos acordados, i agregúense estos d o c u m e n t o s a los informes q u e emitan los m e m o r a d o s d i r e c t o res, para instaurar las reclamaciones d e l caso, dése cuenta i archívese. ROCA.

E N J E F E D E LOS EJÉRCITOS.

Lima,

Julio

6 de 1880.

Señor Jeneral: T e n g o el h o n o r d e elevar a ese Estado Mayor Jeneral la nota orijinal q u e m e dirijió de Tacna el señor cirujano m a y o r , encargado del servicio d e sanidad del 1er. ejército del Sur, D r . d o n Pedro Bertonelli, c u y a copia d e su d u plicado elevé a V . S. hace p o c o s dias. A d e m á s de los importantes datos q u e d i c h a nota c o n tiene i sobre lo q u e llamé la atención d e ese Estado M a y o r Jeneral, d e b o hoi fijarla especialmente en los h e c h o s consignados en ella, relativos a la violación d e la neutralidad del personal i material de las ambulancias, c o m e t i dos por el ejército chileno en el C a m p o de la Alianza, c o n violación flagrante d e las estipulaciones del C o n v e n i o d e Jinebra, a q u e se han adherido todas las repúblicas belijerantes. Si esos h e c h o s quedasen sin la debida reclamación, se repetirán nuevamente, haciéndose ilusorios los beneficios en favor d é l o s heridos, establecido por d i c h o Convenio. El Perú, q u e se ha manifestado hasta h o i tan respetuoso a la mas fiel observancia d e ese sagrado p a c t o , h a sabid o en u n a solemne ocasión hacer justicia a un reclamo, n o d e tan grave naturaleza, q u e le hizo la J u n t a d e Sanidad d e Valparaíso, c o n m o t i v o de u n material d e a m b u lancia, en la captura del trasporte chileno Rimac. S i e n d o los h e c h o s c o m e t i d o s d e m u i distinto i g r a v e j é n e r o , pues h a n afectado hasta la existencia d e los ciruj a n o s encargados del servicio d e los heridos, aun de los mismos enemigos, creo q u e nuestro Gobierno está en su perfecto d e r e c h o al reclamar del de Chile, por los b u e n o s oficios d e algún representante neutral, las debidas reparaciones d e aquellos h e c h o s . A l efecto, ruego a V . S. se sirva someter esta nota i su a n e x o , al c o n o c i m i e n t o del S u p r e m o Gobierno. D i o s guarde a V . S. JOSÉ CASIMIRO U L L O A .

ESTADO M A Y O R JENERAL D E LOS EJÉRCITOS.

Lima,

Julio

8 de 1880.

S e ñ o r Coronel Secretario: D e vital importancia es la nota q u e tengo el h o n o r d e elevar al d e s p a c h o d e V . S. en la q u e manifiesta el señor cirujano en j e f e d e los ejércitos, según parte del d o c t o r Bertonelli, encargado del servicio d e sanidad del 1er. ejército del Sur, d e la violación flagrante del C o n v e n i o d e Jinebra. El ejército chileno, h a c i e n d o uso d e la fuerza q u e su triunfo efímero le p r o d u j o en Tacna, ha faltado a las estipulaciones establecidas por d i c h o Convenio, violando el material d e nuestras ambulancias i peligrando d e u n m o d o inminente el personal d e éstas. V . S., vista la gravedad del caso, acordará lo c o n v e niente a fin d e q u e p u e d a ponerse u n d i q u e a los h e c h o s que d e j o m e n c i o n a d o s , pues en la hora d e las represalias podría traer horribles consecuencias. N o c o n c l u i r é sin manifestar a V . S. q u e en este despacho n o se h a recibido la copia a q u e h a c e referencia el cirujano en jefe. D i o s g u a r d e a V . S., señor Coronel Secretario. PEDRO

SILVA.

Al señor Coronel Secretario de Estado en el despacho de la Guerra.

SECRETARÍA D E GUERRA.

Lima, Julio 9 d e 1 8 8 0 . — R e m í t a s e c o n nota a la Secretaría d e Relaciones Esteriores, a c u y o d e s p a c h o corresponde el c o n o c i m i e n t o d e este asunto. IGLESIAS. TOMO n i — 4 2

Al señor Jeneral, Jefe del Estado Mayor Jeneral de los ejércitos.

L i m a , J u l i o 8 d e 1 8 8 0 . — C o n la nota acordada elévese a la Secretaría d e Guerra, manifestando q u e los antecedentes a q u e se refiere, n o se h a n recibido en este d e s pacho. SILVA.

CIRUJANO M A Y O R ENCARGADO D E L SERVICIO SANITARIO D E L EJÉRCITO D E L SUR.

Tacna,

Junio

4 de 1880.

Señor Cirujano: Espero q u e V . S. habrá recibido a la fecha la c o n t e s t a ción d e la nota q u e m e dirijia, p i d i é n d o m e q u e le dijiera cuáles eran los recursos d e q u e necesitábamos a q u í . L o s acontecimientos q u e c o n tanta rapidez se han desarrollado, hacen ahora modificar su p e d i d o , puesto q u e otras son nuestras necesidades. L e diré primero que solamente el 18 d e M a y o fui n o m b r a d o oficialmente cirujano j e f e del ejército d e l Sur, h a b i e n d o estado antes siempre p r e s tando mis servicios en el hospital de Arica, d e d o n d e a exijencia mia se m e separé, deseando estar en el c a m p o de batalla, creí encontrar algo organizado para atender a los heridos, pero nada se habia h e c h o a este respecto. Las ambulancias estaban llenas d e enfermos, sin m e d i c a m e n t o s i p o c o s materiales. Dirijí u n a n o t a al E s t a d o Mayor, pidiéndole q u e m e dijiera cuáles eran los elementos d e q u e se podia disponer, i ni se m e contestó. A pesar de estas dificultades, casi a la víspera d e la batalla, p r o curé q u e fuesen evacuados todos los enfermos d e las a m bulancias i ordené q u e todas las cuatro se constituyesen con sus materiales en el C a m p a m e n t o d e la Alianza. T o d o s armaron la m a y o r parte d e sus carpas e n el l u -


330

GUERRA

DEL

gar mas apropiado que habia indicado el Estado M a y o r i q u e m e pareció el mas adecuado. Pero fatalmente, n ú e s tro Joneral en Jefe habia organizado las cosas c o m o para la victoria i no habia pensado en la derrota, i c o m o n o h u b o retirada en forma, sino dispersión, el ejército v e n c c d o r invadió toda nuestra línoa do c o m b a t e i nosotros t u v i m o s que soportar las consecuencias funestas d e tamaño error. Sin embargo, le diré q u e y o n o m e m o v í d e m i puesto a pesar del peligro, i aunque la m a y o r parte de los jefes de las ambulancias i ambulantes fuesen obligados a retirarso, y o quedé firmo socorriendo a los heridos, i talvez a m i firmeza se debe q u e n o hayan los vencedores asesinad o a todos nuestros heridos i n o n o s hayan r o b a d o c u a n to teníamos. Sin e m b a r g o , n o p u d e impedir del t o d o q u e se c o m e tiesen las iniquidades mas grandes. L e diré q u e se robó m u c h o de nuestros materiales, i q u e en una carpa d e la 4 . ambulancia se asesinó al coronel Luna i varios soldados todos heridos, i a m í , que quise contener tales barbaridades, se m e hizo fuego, pero felizmente sin h a cerme daño. C o n c l u i d o el c o m b a t e , cada u n o de los jefes de las ambulancias estuvo en su puesto; se recojicron i curaron a los heridos; pero de los nuestros q u e quedaron en el c a m p o de batalla, p o c o s escaparon, puesto q u e los asesinaron a todos. 5 3

E l dia después de la batalla se e m p e z ó a evacuar las a m bulancias i ahora tenemos todos nuestros heridos en c u a tro casas, c u y o n ú m e r o puede V . S. saber por la relación de los jefes de las varias ambulancias, n o c o n t a n d o varios oficiales q u e están cuidados en casas particulares i unos 80, m a s o menos, en el hospital de Tacna, c u y o s n o m b r e s , a pesar de haberlos pedido, n o se m e h a n d a d o todavía i talvez n o pueda mandarlos en este m o m e n t o . Estaba en la creencia q u e el ejército v e n c e d o r n o s h u biera p r o p o r c i o n a d o los recursos de vida para nuestros h e ridos; pero el 31 de Mayo so m e notificó q u e p o r n o tener n o podía suministrar ni carne ni arroz. R e u n í los jefes de las ambulancias, les hice presente la triste situación en que nos encontrábamos i se m e autorizó a unanimidad, que por cuenta de la J u n t a Central d e la Cruz R o j a p r o curase buscar fondos, sin m a s ocurrir en l o sucesivo al ejército invasor, i felizmente hasta ahora n o n o s ha faltado nada, mediante la garantía que y o h e d a d o . Pero nuestra situación es m u i crítica, mas crítica se hará entre p o c o s dias, p o r los heridos de Arica; n o tenemos m e d i c a mentos, p o c o s titiles i si n o hubiera sido la filantropía de las señoras d e Tacna, estaríamos en el estado el mas lamentable. A d e m á s nuestros heridos están m u i a m o n tonados i pudiera suceder q u e se desarrollase alguna epidemia; así q u e lo ruego a V . S. haga cuanto p u e d a por obtener del S u p r e m o G o b i e r n o i de la J u n t a Central de la Cruz R o j a , de acuerdo c o n el G o b i e r n o d e Chile, que se m a n d e n dos buques para que se m a r c h e n a L i m a nuestros heridos. E n caso que n o se p u e d a obtener tal cosa, m a n d e n recursos de plata i m e d i c a m e n t o s . Los heridos del ejército aliado ascienden, mas o menos, a I ,200; los del e n e m i g o creo y o a 1,500, a pesar que m e d i cen que n o son sino cuanto los nuestros. Nuestros muertos, según la impresión que y o h e recibido al recorrer el c a m p o do batalla, habrán sido 400, los del e n e m i g o unos 600. Es cuanto le p u e d o decir p o r ahora. Mañana, si es posible, iré a Arica, i si puedo antes q u e salga ésta, procuraré de darle informes de lo q u e habrá pasado allí. D i o s g u a r d e a Y . S. D R . P.

BERTONELLI,

Cirujano mayor. Al señor Cirujano en Jefe <lc los ejércitos del Perú. 2.

RF

A M B U L A N C I A D E LA CRUZ ROJA.

Lima.

Julio

1J¡. de 1SS0.

Señor Presidente: C u m p l o , c o m o director de la 2 .

0 3

ambulancia, c o n la

PACIFICO.

<disposición d e la h o n o r a b l e J u n t a Central, c o m u n i c a d a ]por V . S. Iltma. en la circular del 12 del presente a los <directores d e las ambulancias q u e prestaron sus servi<cios en T a c n a i Arica, para q u e remitan una relación d e Itallada de todas las infracciones del C o n v e n i o de Jinebra, <cometidas por el ejército de Chile. Las infracciones d e la referida C o n v e n c i ó n , c o m p a r a n ido sus disposiciones c o n los h e c h o s acaecidos en T a c n a i Arica, son: La 1 . , la del 1er. artículo, q u e establece la p r o t e c c i ó n •i respeto del personal i del material d e las ambulancias. iC o n palmaria infracción d e esta disposición, el 26 d e M a 0 3

y o , en el C a m p a m e n t o de la Alianza, fué parte d e s t r o z a d o 'i parte r o b a d o del material d e la 2 . ambulancia, c o m puesto d e botiquines, carpas, camillas, cajas d e hilas i vendas, camas i víveres: estos d o s últimos artículos desaparecieron, i los anteriores a éstos fueron destrozados 0 3

0 destruidos. Esto por lo q u e respecta a la violación de la neutralidad relativa al material de la ambulancia. E n cuanto al personal, n o recibió el q u e suscribe mas p r o t e c c i ó n q u e la que le fué acordada el m i s m o dia del c o m b a te d e Tacna, p o r u n oficial q u e habia c o n o c i d o en San F r a n c i s c o , quien n o s dio d o s soldados, c o n c u y a custodia p u d i m o s recorrer el c a m p a m e n t o , sin p o r esto evitar los groseros insultos i las amenazas d e los soldados chilenos, que n o cejaban en sus malas tendencias, ni en vista de la curación d e sus c o m p a t r i o t a s . La 2 . , d e los artículos 4. ° i 8. ° . E l 1. ° , además d e repetir la neutralidad del personal i del material d e las ambulancias, la otorga a los heridos militares. E n virtud de esta neutralidad i d e la terminante prescripción del artículo 8. ° , los jefes, oficiales i soldados heridos del ejército aliado, lejos d e ser amparados p o r el ejército v i c t o r i o so, fueron victimados del m o d o mas horroroso, sin haber q u e d a d o u n solo herido en el c a m p o d e batalla, fuera cíe los 50 o 60 q u e lo eran en el m o m e n t o d e la retirada. T a m b i é n debe constar q u e algunos heridos fueron asesinados en las mismas carpas. A la v i c t i m a c i ó n seguia el pillaje: los cadáveres n o solo eran despojados de sus prendas sino d e su ropa, q u e d a n d o los m a s en completa desnudez. N o fueron enterrados, sino p o r l o s sanitarios de la ambulancia, quienes n o llenaron su tarea del todo, i m p e d i d o s de h a c e r l o a causa de sus multiplicadas obligaciones en el h o s p i t a l - a m b u l a n c i a de T a c n a . 5 3

La 3 . , del artículo 5. ° . Consiste en la falta d e p r o t e c c i ó n i respeto a los q u e llevaban ausilios a los heridos, 1 en la m i s m a falta a algunas casas q u e tenían heridos a su c u i d a d o . 0 3

La 4 . , del artículo 6. ° en sus párrafos 2. ° i 3. ° La d e v o l u c i ó n do los heridos h a sido parcial, i el 2. ° párrafo c i t a d o obliga a la d e v o l u c i ó n total. Es cierto que la accesión al C o n v e n i o de parte del G o b i e r n o c h i l e n o , establece una limitación a este respecto, pero n o se h a c u m plido esta m i s m a limitación, q u e establece q u e los recon o c i d o s inútiles sean devueltos a su país. M u c h o s d e los jefes, oficiales i soldados aliados se encuentran en esta c o n d i c i ó n , tanto p o r la naturaleza d e las enfermedades de que adolecían c o n anterioridad al c o m b a t e , — m o t i v o que los imposibilitó a m u c h o s de asistir a é l , — c u a n t o por la índole d e las heridas, q u e hace a otros inútiles para el servicio militar, al m e n o s durante largos meses. N o obstante d e esto, han q u e d a d o prisioneros. 0 3

El 3er. párrafo del artículo aludido h a sido infrínjido p o r la n o d e v o l u c i ó n d e la brigada d e la ambulancia, que q u e d ó en Pisagua a cargo d e u n arriero. Con esta esposicion creo c u m p l i d a d e m i parto la disposición d e la honorable J u n t a Central. D i o s guarde a Y . S. Iltma. m u c h o s a ñ o s . PLÁCIDO G A R R I D O M E N D I V I L . Al señor Presidente de la H. Junta Central de Ambulancias civiles de la Cruz Roja.


CAPITULO

L i m a , J u l i o 15 de 1 8 8 0 . — A g r e g ú e s e a sus antecedentes, acúsese recibo, dése cuenta i archívese. ROCA.

COPIA 2. *

DHL

PARTT,

OFICIAL.

AMBULANCIA D E LA CRUZ ROJA.

Lima,

Junio

27 de

1880.

S e ñ o r Presidente: Con fecha 5 del presente d i r i j í d e Tacna a V . S. Iltma. una c o m u n i c a c i ó n en que daba parte de la c o n d u c t a de la 2. A m b u l a n c i a , en el c o m b a t e del 26 de M a y o ; ya que ese oficio n o ha llegado a manos de V. S. Iltma. vuelvo a dirijirle ésta, refiriendo los sucesos en que h a t o m a d o parte la ambulancia de mi m a n d o , desde esta fecha hasta nuestro arribo al Callao. E n la indicada fecha, la ambulancia estaba dividida en tres secciones: la una a cargo del hospital de Tacna, la segunda en el c a m p a m e n t o i la tercera en Arica. Para esta división se habia preparado de antemano, seg ú n di parte a V . S. Iltma., el material estrictamente necesario, contando, sobre t o d o , c o n el entusiasmo del Cuerpo M é d i c o i la buena v o l u n t a d de ios sanitarios, c u y o n ú m e r o se a u m e n t ó en p r o p o r c i ó n al servicio sanitario, con el c u e r p o de sirvientes i agregados, q u e constan de la lista adjunta (N.° 1.) L a ambulancia principió su misión en el C a m p a m e n t o de la Alianza, c o n el r e c o j o del primer herido por u n casco de b o m b a , el capitán de Cazadores del Misti, D . N. Vera, asistido inmediatamente por los señores practicantes A d o l f o Chacaltana i Manuel A. M u ñ i z i el sanitario D e metrio Medina; habiéndose p r o c e d i d o a la a m p u t a c i ó n de la pierna derecha en el m i s m o c a m p o de batalla, c o n asistencia del d o c t o r Bertonelli. L u e g o nos dirijimos, c o m o prescribe el reglamento de ambulancias, a la línea de batalla, el señor Muñiz i c i n c o sanitarios c o n dos camillas i una m o c h i l a de curación llegando a colocarnos a la d e recha del Zepita, en m o m e n t o s en que este cuerpo estaba p r ó x i m o a entrar en c o m b a t e ; rotos los fuegos por este batallón i v i é n d o n o s envueltos por los del e n e m i g o , retrocedimos hacia nuestras carpas, d o n d e ya encontramos varios heridos, recojidos por los demás sanitarios. Obligados por la rápida a p r o x i m a c i ó n del enemigo, trasladamos a la ambulancia boliviana a los que nos fué posible, siendo asistidos allí por t o d o el Cuerpo Médico de la nuestra, mientras se lo permitieron los fuegos del enemigo, que y a envolvían las carpas; p o c o después de dejadas estas p o r la línea chilena, nos dirijimos c o n el señor M u ñ i z i tres sanitarios a la que era o c u p a d a por nuestro ejército, custodiados por dos soldados chilenos que nos dio un señor que y a habíamos c o n o c i d o en San Francisco. Y a desde este m o m e n t o andábamos m a q u i n a l m e n t e abatidos por el dolor, que c o n cada paso aumentaba su intensidad; entramos a nuestras carpas, i los pocos heridos que n o pudieron ser trasladados a la ambulancia boliviana ya habían sido ultimados; sus cadáveres se hallaban entre el destrozado desorden del material de la ambulancia; los botiquines rotos i sin la m a y o r parte de su embase; las camas i los víveres habían desaparecido; las hilas i las vendas, una parte enterradas en la arena; las camillas r o tas; la bandera de la Cruz R o j a , envuelta en tierra. Continuando en la dirección de la línea de batalla, preguntábamos a los soldados chilenos de la dirección en que dejaban a nuestros heridos; u n o nos contestó: " y a no tienen, pues, heridos." Mas adelante otro nos decia: " y a n o encontrarán a n i n g u n o ; h e m o s tenido orden de matar a todos." Estas confesiones las creíamos burlass angrientas i crueles; pero, a p o c o , c o n t e m p l á b a m o s una horrorosa realidad: ni u n herido nuestro, solo cadáveres, m u c h o s de ellos, en particular jefes i oficiales, c o n los rostros desfigurados, partidos unos por la b o c a i otros por la frente; algunos con balazos en los ojos, q u e habían salido de sus órbitas;

331

CUARTO.

desnudos de su uniforme, i varios hasta de la ropa interior; en cuanto a los soldados, sus bolsillos sacados a fuera, indicaban que habían pasado los traperos de la muerte. Hai que notar que las heridas se hallaban denegridas por los balazos que recibían los heridos a boca de jarro. T o c a m o s c o n la línea del ejército chileno encontránd o n o s entre los cadáveres i heridos del Batallón C o q u i m b o . D e b o hacer constar, para gloria del Batallón Zepita i de la nación, que sus soldados estaban mezclados, u n a cuadra adentro del terreno o c u p a d o por el C o q u i m b o , c o n los heridos i muertos d e éste; a la cabeza de los suyos el c o m a n d a n t e Llosa i j u n t o a él su ayudante, el capitán Chacón. N o s o c u p a m o s en curar a los heridos del m e n c i o n a d o batallón chileno, así c o m o a a l g u n o s de los Tejimientos Esmeralda i Santiago i a los del Valparaíso hasta las 6 P. M., hora en que nos retiramos agotadas las hilas i vendas. La sección volante continuó en el c a m p a m e n t o , m i e n tras p u d i e r o n ser trasladados en camillas i a bestia los p o c o s heridos que caían en la retirada. Durante su permanencia en el c a m p a m e n t o , que fué hasta el 30, también se o c u p ó la ambulancia de enterrar los cadáveres. Después se m a n d ó comisiones d e tres ambulancias c o n igual fin. Al dia siguiente del c o m b a t e , pasé al señor Jeneral del ejército chileno la nota c u y a copia a c o m p a ñ o : ella confirma, en parte, la relación que antecede (N.° 2.) La ambulancia se encontraba falta de medios para atender a los heridos, pero esta deficiencia fué suplida en los primeros días por el patriotismo i caridad de las señoras de Tacna, q u e sumistraban víveres, hilas, vendas i otras especies. Su c o n d u c t a merece t o d o e n c o m i o i obliga a la gratitud nacional. E n los dias posteriores al c o m b a t e , urjidos por la n e c e sidad los directores de las cuatro ambulancias autorizam o s al d o c t o r Bertonelli para levantar u n crédito contra la J u n t a Central a fin de proveer a aquéllas de víveres i medicinas. H a d e s e m p e ñ a d o su c o m e t i d o c o n celo i esmerada v o l u n t a d : sus importantes servicios deben llamar la atención de la h o n o r a b l e J u n t a Central. V a adjunta la planilla de las medicinas suministradas m u í o p o r t u n a m e n t e por la señora Carmen Osorio de V a r gas, c o n c u y o fin invirtió una suma que tenia en depósito (N.° 3.) Paso a dar cuenta a V . S. Iltma. de la sección volante m a n d a d a segunda vez a A r i c a el 5 de M a y o , en virtud de una disposición del Estado M a y o r Jeneral. E n esta plaza prestó sus servicios, desde la fecha apuntada, curando a los heridos i enfermos allí existentes. El 25 recibí una nota del d o c t o r Bertonelli, en que disponía el retiro de la sección de A r i c a i su reemplazo por la 1. ^ ambulancia, q u e no t u v o lugar, por c u y o m o t i v o c o n t i n u a r o n en aquel puesto solo los sanitarios sin el m é d i c o ni el farmacéutico, quienes dias antes al del 7 del presente, se retiraron por el grave estado do su salud. El dia de esta fecha d i m o s los pasos necesarios c o n el señor Bertonelli para m a r c h a r a Arica, i no conseguimos nuestro objeto hasta el 8 por la mañana, en que llegamos a Chacalluta, c o n t i n u a n d o el viaje a pié hasta Arica, por estar cortado en aquel p u n t o el puente de la línea férrea. L l e g a d o a Arica, encontré que los sanitarios habian rec o j i d o a los heridos, tanto peruanos c o m o chilenos, c o l o cándolos en el Morro, hasta que el 9 fueron bajados a la población por los sanitarios de las ambulancias 2. i 3. * . Los heridos peruanos eran colocados en un almacén i en una casa que hacia desocupar de los destrozos que c o n t o rna. L a sección volante de la 4 . ambulancia se retiró el 9 i la de la 3. el 10, q u e d a n d o constituido el hospital c o n la d e la 2. ^ ambulancia, sirviendo do m é d i c o el señor Chacaltana, a y u d a d o p o r el d o c t o r K i n t i por el señor Pérez, así c o m o por el cirujano de u n b u q u e francés de guerra. a

03

U n a vez embarcados los heridos el 17 del presente a b o r d o del trasporte chileno Loa, después de haber zarpa-


GUERRA DEL

332

d o de Arica el 1 8 por la noche, los 5 0 2 heridos q u e v e nían e n el b u q u e . s e distribuyeron por igual entre l a s t r e s ambulancias. E n la travesía han m u e r t o cinco de los h e ridos. Los demás pormenores posteriores a nuestro arribo al Callao, son c o n o c i d o s por V. S. Iltma. La lista del total de heridos asistidos por la 2 . ambulancia, tanto en Tacna c o m o en Arica, la pasare; a V. S. Iltma. I así q u e lleguen los libros q u e han q u e d a d o en T a c n a , lo m i s m o que parte del material, a cargo del teniente, del contador i de algunos sanitarios. 5 3

PACIFICO.

el pabellón peruano del asta de una de las carpas i se lo llevaron c o m o trofeo de guerra; 3 . ° , p o r q u e rompieron a balazos las cajas de botiquín i útiles de curación i c o c i naron sus alimentos c o n los palos de 1 5 catres; 4 . ° , porque instalada n u e v a m e n t e la ambulancia en T a c n a , fué allanado su local por un soldado del R e j i m i e n t o 2 . ° de Carabineros, quien c o m e t i ó todas las tropelías imajinables en los heridos, director i demás empleados de la a m b u lancia, acabando p o r inferir nuevas i mas graves heridas a dos soldados que n o p u d i e r o n huir ni levantarse de sus camas; i 5. ° , p o r q u e el hospital provisional q u e la 4 . ambulancia formó en Arica el 8 de J u n i o , fué igualmente allanado por un oficial chileno, q u e n o quiso decir su n o m bre ni el del c u e r p o a que pertenecía, pero sí alegó que el v e n c e d o r tiene d e r e c h o a t o d o . 0 3

A n t e s de terminar este oficio creo de mi estricta oblig a c i ó n espresar que el Cuerpo M é d i c o ha c u m p l i d o sus deberes c o n abnegación i esmero, sobreponiéndose a sus enfermedades i a las demás peripecias de la campaña, durante un año i un mes. E n cuanto al c u e r p o de sanitarios, sus trabajos son c o n o c i d o s por V. S. Iltma. i m e recen la consideración de la H o n o r a b l e J u n t a Central. N o cumpliría del t o d o c o n m i obligación, sino recomendara, en especial, al sarjento d o n Manuel Vergara, c u y a b u e n a v o l u n t a d i servicios distinguidos, r e c o n o c i d o s p o r toda la ambulancia, son superiores a t o d o e n c o m i o . Dios g u a r d e a Y. S. Iltma. PLÁCIDO G A R R I D O M E N D I V I L . Al sefíor Presidente de la II. Junta Central de Ambulancias civiles de la Cruz Roja en el Perú.

A N E X O N Ú M . 2. 2.

0 8

AMBULANCIA

Altos

Mayo

27 de 1SS0.

Señor Jeneral: S u p l i c o a V. S. Iltma., en v i r t u d del Tratado d e J i n e bra, que tenga a bien facilitarnos los m e d i o s para la traslación de los heridos a la c i u d a d d e T a c n a a nuestro h o s pital de sangre. En este c a m p a m e n t o ya es imposible toda asistencia: el material m é d i c o ha sido destrozado en la tarde de ayer, así c o m o h a n desaparecido l o s artículos d e c o n s u m o i los de asistencia hospitalaria c o n que contaba esta ambulancia para c u m p l i r su misión. C o n m o t i v o d e ésta, i para p o d e r contar, si es posible, c o n medios de movilidad, p o n g o en c o n o c i m i e n t o de V. S. Iltma. que, después de nuestro retiro de San F r a n c i s c o , d e j a m o s en Pisagua 2 0 bestias a cargo del señor Cortés, las que debían sernos devueltas en atención a la neutralidad que tienen todas las pertenencias de una ambulancia. D e b o también poner en el c o n o c i m i e n t o de V. S. I l t m a . q u e el material de las demás ambulancias ha corrido la misma suerte que el de la nuestra. Dios g u a r d e a V. S. Iltma. PLÁCIDO GARRIDO MENDIVIL. Al señor Jeneral en Jefe del ejército chileno.

DIRECCIÓN D E L A

4.

0 3

Tales son, señor Presidente, en resumen las infracciones del C o n v e n i o de Jinebra, c o n s u m a d o s p o r las huestes chilenas, tanto en el personal c o m o en los heridos a m p a rados bajo la Cruz R o j a de la 4 . a m b u l a n c i a civil, que h e tenido la h o n r a de dirijir. C o n lo que creo dejar c u m p l i d a la orden de la h o n o r a ble J u n t a Central, de la digna presidencia d e V . S. c o n tenida en su citado oficio. D i o s g u a r d e a V . S. 0 3

DE L A CRUZ ROJA.

de Tacna,

Infrinjió asimismo, los artículos 6. ° i 8 . ° , 1. ° p o r q u e ese ejército victorioso, lejos de amparar a los s o l d a d o s de la Alianza, caídos sobre el c a m p o de batalla, los h a ultim a d o , d a n d o p o r razón el tener orden de su j e f e ; 2 . ° , p o r q u e h a d e s n u d a d o los cadáveres, especialmente de j e fes i oficiales de la Alianza, i lejos de haberlos enterrado, los h a escarnecido i profanado i, 3 . ° , p o r q u e de las carpas del c a m p a m e n t o a las ambulancias d e T a c n a , los soldados v e n c e d o r e s solo trasladaron heridos chilenos, negándose a hacerlo c o n los de la Alianza.

A M B U L A N C I A PERUANA.

Lima, Julio 14 de 1SS0. S e ñ o r Presidente: C u m p l i e n d o c o n la disposición de la h o n o r a b l e J u n t a Central, que V. S. m e c o m u n i c a en su estimable oficio c o n fecha 1 2 del corriente, relativa a que se remita al desp a c h o d e V . S. por los directores de las ambulancias, q u e prestaron sus servicios en Arica i T a c n a durante los ú l t i m o s combates, una relación detallada de todas las infracciones del C o n v e n i o de Jinebra cometidas p o r el ejército de Chile, digo a Y . S., p o r lo que a la 4 . ambulancia toca, lo s i g u i e n t e : rt

Infrinjió d i c h o ejército el artículo 1. ° del m e n c i o n a d o c o n v e n i o , 1 . ° , p o r q u e el dia del c o m b a t e i n v a d i ó las c a r pas de la ambulancia, asesinando allí a un j e f e i u n oficial subalterno, disparando contra un cirujano i r o b a n d o c u a n to existia en la carpa de la dirección;'^. ° , p o r q u e bajaron

F E L I P E S.

DURAN.

Al señor Presidente de la Junta Central de Ambulancias civiles de la Cruz Roja.

L i m a , Julio 1 4 de 1 8 S 0 . — A g r e g ú e s e a los antecedentes de este asunto, acúsese recibo, dése c u e n t a i archívese. ROCA. COPIA D E NOTA I PARTE DIRECCIÓN D E L A 4 .

0 3

OFICIAL,

A M B U L A N C I A PERUANA.

Tacna,

Mayo

28 de

1880.

Señor Comandante: T e n g o la h o n r a de dirijir a Y . S. el presente oficio relat a n d o los graves sucesos acaecidos a n o c h e en la ambulancia] de m i m a n d o , i espero q u e V. S. dispondrá l o mas conveniente, a fin d e satisfacer la v i n d i c t a p ú b l i c a i de dar en adelante las necesarias garantías a la institución sagrada de las ambulancias, p o r q u e de otro m o d o valdria mas que n o existiera todavía este elemento humanitario en las guerras de S u d - A m é r i c a . L o s h e c h o s son los siguientes: a las 8 . P. M . se presentó en la ambulancia u n s o l d a d o del R e j i m i e n t o 2 . ° de Carabineros, en estado de embriaguez i penetró a caballo en el patio, que se hallaba cubierto d e heridos, amenazand o matar al señor ayudante i demás sanitarios q u e se le opusieron, i d a n d o por razón d e sus actos el deseo de dar fin c o n t o d o s los c h o l o s peruanos. H i z o pisar a los heridos mas graves que n o podían huir. E n seguimiento de los q u e huian aterrorizados, penetró en las salas i cuartos hiriendo a u n o s c o n ferocidad inaudita, i llevando por todas partes el espanto i el terror. A su aspecto, los heridos de mayor gravedad se arrastraban p o r los sitios mas oscuros a fin de escapar de una m u e r t e segura. El 2 . ° ayudante que se presentó a contenerlo c o n buenas razones, se libró milagrosamente d e u n g o l p e que le descargó c o n el sable. A q u e l l o era una confusión d e clamores i protestas q u e solo servían para enardecer el furor salvaje de que estaba poseído el soldado ante d i c h o . E n su regreso


CAPITULO

al patio encontró a d o s soldados q u e se hallaban a su paso tendidos en sus camas i los arremetió para rematarlos; hirió a u n o en el p e c h o i al otro en el h o m b r o d e r e c h o : el primero se halla p r ó x i m o a espirar. E n eso instante m e presenté en la ambulancia, pues m e encontraba fuera p o r asuntos d e la corporación. F u i ¡mediatamente atacado por el soldado i solo la o s curidad d e l sitio d o n d e m e c o l o q u é impidió q u e m e atravesara c o n el sable. Salí a la calle i m e dirijí a la Plaza de A r m a s seguido por el m i s m o q u e por d o s veces intentó matarme. Felizmente cerca de la plaza m e encontré c o n u n oficial q u e venia a la ambulancia, traido p o r el señor ayudante. P o c o después se presentó un señor coronel, c u y o n o m b r e siento n o saber, quien lamentó sinceramente lo ocurrido, ofreciéndome seguridades d e q u e semejantes atentados n o se repetirían en adelante, i q u e el c u l p a ble seria m e r e c i d a m e n t e castigado. Tal es, señor c o m a n d a n t e , la revelación exacta d e lo sucedido, q u e p o n g o en c o n o c i m i e n t o d e V . S. para los efectos cosiguientes. D i o s guarde a V . S. F E L I P E S. D U R A N , Jefe de la Ambulancia. Al señor Comandante don Arístides Martínez, Jefe de Armas de esta Plaza.

L i m a J u l i o 16 de 1880.—Agregúese a sus antecedentes. ROCA.

DIRECCIÓN D E L A 4.

0 3

A M B U L A N C I A CIVIL D E L A CRUZ ROJA.

Tacna,

Junio

2 de 1880.

CUARTO.

333

Los soldados chilenos llegaron a la ambulancia, p e n e traron a todas las carpas, se llevaron c u a n t o creyeron q u e les convenia, rompieron a balazos los cajones del botiquín i útiles de curación, i por último asesinaron cruel i cobar demente al coronel i capitán mencionados, tirándoles a b o c a de jarro, a pesar d e nuestras observaciones i protestas. U n o d e ellos disparó también contra el d o c t o r B e r tonelli, felizmente sin lograr herirlo por u n m o v i m i e n t o rápido que h i z o éste en m o m e n t o oportuno. Pasaron estas tropas i p o c o s m o m e n t o s después la a m bulancia estaba llena d e heridos peruanos, bolivianos i chilenos, habiendo d e éstos u n n ú m e r o triple del de a q u é llos. Mi carpa, saqueada al principio, fué invadida después p o r oficiales chilenos, i y o d o r m í esa n o c h e al raso, lo m i s m o que los empleados i sanitarios d e la ambulancia q u e m e a c o m p a ñ a b a n . S e curó i operó a cuantos se p u d o . H a b i a mas d e 200 heridos dentro d e la carpa d e la 4 . ambulancia, i unos 40 o 50 fuera d e ellas, confundidos c o n los cadáveres q u e cubrían el suelo alrededor d e la ambulancia. A l siguiente dia se principió a trasladar los heridos a Tacna, después d e haber sido recojidos del c a m p o parte de los heridos chilenos q u e pasaron la n o c h e sin socorro alguno. Señor presidente, ni u n solo herido del ejército aliado h e e n c o n t r a d o en el c a m p o d e batalla. Aseguran q u e la causa es fácil d e suponerse. N o hai tiempo ni espacio para decirle cuántos h e m o s perdido. A d j u n t a va la relación d e los heridos q u e se asisten en esta ambulancia. E l sello fué h e c h o pedazos, guarde a V. S. 05

S e ñ o r Presidente:

F E L I P E S.

C o m o d i g o a V . S. en m i ú l t i m o oficio d e 23 del m e s pasado, q u e s u p o n g o n o haya llegado aun a sus manos, se c o n s t i t u y ó , p o r orden del Jeneral en Jefe del ejército, toda la 4. ambulancia en el C a m p a m e n t o d e la Alianza el dia 24 d e l espresado m e s , después d e trasladar al h o s pital d e la ciudad a los enfermos q u e en ella se asistían. S u s carpas fueron armadas en el sitio señalado p o r el Estado M a y o r Jeneral, reservándose las demás para los casos d e necesidad. Se h i z o llevar todos los elementos indispensables para la asistencia i curación d e los heridos q u e resultasen en el p r ó x i m o c o m b a t e . E l 26 se e m p e ñ ó la batalla c o m e n z a n d o a las 9 A . M . A las 9.30 se a m p u t ó la pierna derecha a un oficial V e r a del Batallón Cazadores del Misti, herido p o r un casco d e metralla en la mitad d e dicha rejion. Las b o m b a s i las balas rasas d e la artillería chilena cruzaban por e n c i m a d e nuestras carpas i caian alrededor d e ellas. A l oficial recientemente operado i d o s heridos mas se trasladaron en camillas alJrospital d e esta población. A las 11 principió el c o m b a t e d e fusilería. P o c o después, c u a n d o el ejército aliado c o m e n z ó la retirada, e m pezaron también a caer balas a nuestras carpas. Las tropas d e aquel ejército pasaron cerca d e nosotros i entonces creció el n ú m e r o d e los proyectiles q u e nos l l e g a b a n ; el estandarte d e la ambulancia recibió u n balazo en su parte superior; el sanitario F a b i o Marín, n o m b r a d o cobrador por su honradez e intachable c o n d u c t a , c a y ó herido p o r u n a bala q u e le penetró en el h o m b r o d e r e c h o c o n dirección al p u l m ó n , i fué trasladado inmediatamente a esta c i u d a d . E l d o c t o r Bertonelli, n o m b r a d o hacia p o c o ciruj a n o en jefe del ejército, nos a c o m p a ñ ó desde su principio. A q u e l l o s fueron m o m e n t o s solemnes.

NÚM.

1430.—1.

a

A M B U L A N C I A D E L A CRUZ

Lima,

03

Entretanto el ejército avanzaba en dirección nuestra, persiguiendo al otro. H a b i a m u c h o s heridos y a amparados bajo la Cruz R o j a d e la 2. ambulancia, entre ellos el coronel Luna, j e f e d e l Batallón Cazadores del Misti, i u n capitán c u y o n o m b r e n o se p u d o averiguar en el m o m e n to, ni el c u e r p o a q u e pertenecía. Estos se hallaban j u n to a la entrada d e u n a d e las carpas. 03

DURAN.

Julio

ROJA.

16 de 1880.-

S e ñ o r Presidente: Me es grato satisfacer a su respetable circular d e 12 d e los corrientes en la q u e V . S . Iltma. m e participa q u e la h o norable Junta Central,que V . S. Iltma. d i g n a m e n t e preside, h a dispuesto q u e cada u n o d e los directores d e a m b u l a n cia q u e prestaron sus servicios en A r i c a i T a c n a durante los últimos combates, remitan a ese d e s p a c h o u n a relación detallada de todas las infracciones del C o n v e n i o d e Jinebra, cometidas p o r el ejército d e Chile. D e las averiguaciones hechas entre los jefes d e sección i practicantes d e la ambulancia d e m i dirección, h e r e c o j i d o algunos hechos presenciados p o r ellos i por m í m i s m o , i s o n los siguientes: Cuando el ejército invasor c o n s u m ó su victoria d e T a c na, se lanzaron c o m o sobre fuertes q u e tomaban a viva fuerza sobre las carpas de las ambulancias 2 . * , 3. i 4 . , por que se hallaban armadas a p o c a distancia del c a m p o d e batalla, i se afanaban p o r arrancar las banderas peruanas q u e en ellas flameaban al lado d e las de la Cruz R o ja, c o m o en efecto las arrancaron i se las llevaron c o m o trofeos d e guerra, destruyendo los objetos q u e en ellas existían i llevándose otros, c o m o camillas, mandiles d e socorro, etc., etc., infrinjiendo, a m i ver, el artículo 1. ° del Convenio d e Jinebra. d

0 3

V i o l a b a n frecuentemente el local d e las ambulancias c o n fusil en m a n o , profiriendo insultos i amenazas d e m u e r t e , n o solo a los heridos sino a m i persona i a la d e los demás miembros de la ambulancia; gracias a la o p o r tuna aparición de algunos jefes d e aquellos, q u e supieron evitar la c o n s u m a c i ó n c o b a r d e d e h e c h o s horrorosos q u e estaban resueltos a efectuar, p u e d o asegurar q u e los d o micilios d e la Cruz R o j a n o han g o z a d o en esos dias d e tremendo j u i c i o , las garantías q u e se merecían. T e n g o el sentimiento de n o p o d e r dar a V . S. Iltma. los datos exactos i detallados sobre el atroz crimen c o m e t i d o p o r el ejército invasor en la persona d e l c o r o n e l L u n a , e n las carpas d e la 4. ambulancia, i los c o m e t i d o s en el l o 03


GUERRA DEL

334

cal de la misma ambulancia en la n o c h e del 27; es r e g u lar que el activo jefe de ella se haya apresurado a dar cuenta estricta a V. S. Iltma. de esos funestos i deplorables acontecimientos; entretanto, esos h e c h o s fueron públicos i notorios en Tacna, aun entre los mismos del ejército invasor. Parece que también se ha c o m e t i d o la infracción del artículo 8. ° , que prescribe c o m o atribución del ejército victorioso el entierro de los muertos; pues hasta los 10 dias después del c o m b a t e , permanecían algunos c a d á v e res de nuestro ejército n o sepultados, a pesar de q u e en los primeros dias nuestros sanitarios se ocuparon en e n terrar un gran n ú m e r o de ellos; al saber semejante h e c h o de indolencia resolvimos m a n d a r una comisión de cada ambulancia para i n h u m a r a los que aun no lo habían sido. Con tal m o t i v o tengo el h o n o r de ofrecer a V. S. Iltma. mis respetos i consideraciones. Dios guarde a V. S. Iltma. C L A U D I O R.

ALIAGA.

AI aofior Presitlenie de la Junta Central de Ambulancias civiles en el Perú.

Lima, J u l i o 17 de 1 8 8 0 . — A g r e g ú e s e a sus antecedentes, acúsese recibo i dése cuenta a la j u n t a . ROCA.

SECRETARÍA D E RELACIONES

ESTERIORES

Lima,

Julio

I

A.

23 de

1880.

BARINAGA.

Al señor Presidente de la Junta Central de Ambulancias civiles de la Cruz Roja.

Lima, Julio 24 de 1 8 8 0 . — A g r e g ú e s e , c o n los d o c u m e n tos anexos, a las otras piezas relativas a este asunto, a c ú sese recibo i de'se cuenta a la j u n t a . ROCA.

SECRETARÍA

DE

RELACIONES

ESTERIORES

I

CULTO.

ESTADO MAYOR JENERAL DE LOS EJÉRCITOS.

Lima,

Julio

CIRUJANO

EN JEFE D E

14- de

1880.

S e ñ o r Coronel Secretario: M e es h o n r o s o elevar al c o n o c i m i e n t o de V. S. los tres oficios adjuntos del señor cirujano en j e f e de los ejércitos a los q u e a c o m p a ñ a copia de las notas q u e le ha dirijido el cirujano superintendente de los hospitales i a m b u l a n cias del 1er. ejército del Sur, d a n d o cuenta de la odiosa c o n d u c t a observada por nuestros enemigos con los heridos i personal de ambulancias del ejército aliado con flagrante infracción de los principales artículos del Convenio de Jinebra, i sobre la traslación de los heridos de d i c h o ejército de T a c n a a esta capital. D i o s guarde a V . S., señor Coronel Secretario. V I D A L G A R C Í A I GARCÍA. Al señor Coronel Secretario de Estado en el despacho de Guerra.

LOS EJÉRCITOS.

Lima,

Julio

14 de 1880.

T e n g o el h o n o r de elevar a ese Estado M a y o r Jeneral Copia de la nota que m e ha dirijido el superintendente de hospitales i ambulancias del Sur, remitiéndose al parte que ha elevado anteriormente al S u p r e m o G o b i e r n o i dando cuenta de los actos de violencia cometidos contra el personal del servicio de sanidad de la plaza de A r i c a p o r las fuerzas enemigas. Tales actos constituyen otras i mas escandolosas infracciones de los principales artículos del C o n v e n i o de J i n e bra, que requieren el correspondiente reclamo de su d e bida reparación. A s i m i s m o , a c o m p a ñ o copia del cuadro de los soldados chilenos asistidos en el hospital militar de Arica, q u e h a ce todavía odiosa la c o n d u c t a observada c o n su personal de sanidad por el ejército enemigo, i el de los heridos p e ruanos que han sido remitidos a Chile. T a m b i é n adjunto copia de la relación n o m i n a l de d i c h o ersonal del hospital d e Arica, omitiendo la del elevado Erectamente al Gobierno p o r el m e n c i o n a d o superintendente, por creerlo ya innecesario. Espero q u e V. S., si lo tiene a bien, p o n d r á en c o n o c i m i e n t o del S u p r e m o Gobierno las referidas copias para los efectos a q u e haya lugar. D i o s g u a r d e a V. S.

S

JOSÉ CASIMIRO U L L O A .

CULTO.

Señor Presidente: Con referencia al oficio de este despacho, fecha 12 de los corrientes, tengo la honra de remitir a V . S . Iltma. n u e vos d o c u m e n t o s , relativos a los abusos i vejaciones de q u e han sido víctimas, p o r parte del ejército chileno, los miembros de las ambulancias civiles del Perú, violándose las estipulaciones del Convenio de Jinebra, a que se h a n adherido las potencias belijerantes. N o d u d o que V. S. Iltma. llevará adelante las jestiones ue el caso exije, c o m o se h a permitido indicarlo a V . S. ltma. esta Secretaría. Dios g u a r d e a V. S. Iltma. m u c h o s años. MANUEL

PACIFICO.

Al señor Jeneral en Jefe del Estado Mayor Jeneral de los ejércitos.

SUPERINTENDENCIA

DE

ler.

HOSPITALES

I

AMBULANCIAS

DEL

EJÉRCITO D E L SUR.

Liona, Julio

7 de

1880.

S e ñ o r Cirujano en J e f e : M U Í grato m e es dar c u m p l i m i e n t o al p e d i d o de V . S., remitiéndole los cuadros nominales del m o v i m i e n t o d e l hospital militar de A r i c a desde el 7 hasta 24 de J u n i o , c o n la especificación de los cuerpos i clases a q u e p e r t e necían los heridos, i especialmente los jefes i oficiales q u e fueron remitidos a Chile el 20, los que han q u e d a d o en A r i c a i han m u e r t o en d i c h o hospital. A s i m i s m o , le r e mito la copia del parte q u e h a d a d o el S u p r e m o G o b i e r n o de mi c o m p o r t a m i e n t o i el de mis s u b o r d i n a d o s en los m o m e n t o s de angustia i d e dolor p o r el q u e h a pasado nuestra patria, c o n la t o m a de la heroica Arica. E n d i c h o parte lo ú n i c o q u e tengo que agregar es: q u e el 7 estuve y o i mis empleados en riesgo de ser pasados por las armas por el e n e m i g o , p o r q u e se nos inculpaba q u e en el Hospital existían aparatos eléctricos q u e c o m u n i caban c o n las minas i fosos, que de antemano se habían c o l o c a d o para defender la plaza. Tal aseveración fué r e futada, i sin embargo, de convercerse que n o existian tales aparatos i que los informes recibidos eran inexactos, se nos p u s o centinelas de vista e i n c o m u n i c a d o s , c o n ó r denes reservadas. Este estado d e i n c o m u n i c a c i ó n duró por c o r t o t i e m p o , sin duda, p o r q u e se necesitaban c o n urjencia nuestros servicios m é d i c o s , para atender a los innumerables heridos que venían a c a d a m i n u t o ; pero siempre c o n la vijilancia de un centinela en c a d a puerta del establecimiento hasta el dia 8. E n tan críticos m o m e n t o s estuve resuelto c o m o peruano i c o m o patriota a secundar las huellas d e los q u e , pocas horas antes, h a bían perecido con gloria en defensa del h o n o r de nuestra amada patria. T o d o lo q u e p o n g o en su c o n o c i m i e n t o p a ra q u e se digne elevar esta adición c o n la demás relación al S u p r e m o Gobierno. Dios guarde a V . S. TORIBIO A R B A Y Z A .


CAPITULO CUARTO.

3. *

A M B U L A N C I A D E LA CRUZ ROJ A.

Lima,

Julio

31 de

1880.

Señor Presidente: H e tenido el h o n o r de recibir el oficio d e V . S. fecha 12 del presente, en el q u e V . S. m e manifiesta que, la h o n o r a ­ ble J u n t a Central, deseosa de poseer los datos mas m i ­ nuciosos sobre las infracciones d e l Convenio de Jinebra cometidas por el ejército de Chile, ha dispuesto q u e cada u n o d e los directores de ambulancias que prestaron sus servicios en los últimos c o m b a t e s de T a c n a i Arica, r e m i ­ tan a ese d e s p a c h o una relación detallada sobre el par­ ticular. Para dar c u m p l i d a respuesta al oficio de V . S., h e t o m a ­ d o todos los datos indispensables a fin de poder llevar al­ g u n a luz a tan delicada cuestión. E l 26 de M a y o , dia del c o m b a t e de T a c n a en los A l t o s de la Alianza, fué de absoluta necesidad abandonar la p o ­ sesión q u e elejimos en el c a m p a m e n t o , p o r que el gran n ú m e r o d e proyectiles que caian sobre nosotros, parecia intenciónalmente dirijidos a nuestra sección. Obligados constantemente a retroceder por aquella circunstancia, los invasores llegaron por fin a nuestras carpas, i nos i m ­ pidieron entrar a los sitios d o n d e se habia terminado la sangrienta batalla. F u é necesario ir hasta Tacna, i solo c o n la é r d e n del coronel A m e n g u a l p u d i m o s , v e n c i e n d o serias dificultades, principiar a c u m p l i r nuestros augustos deberes. Mientras se buscaba a d i c h o j e f e , las secciones de la 3. i 4. ambulancia se encontraban por delante del l o ­ cal d e la 3. ^ esperando la orden; llegó a pasar por allí un soldado c h i l e n o queriendo fusilarnos, i su intento se hubiera llevado a cabo, sino es q u e de u n m o d o casual, pero ^oportuno, se hubieran presentado en la p r ó x i m a boca­calle dos oficiales también chilenos. A q u e l l a tarde de regreso al c a m p a m e n t o , encontramos las carpas ocupadas casi en su totalidad por heridos c h i ­ lenos. A l r e c o n o c e r el material encontró las cajas­boti­ quines i otras d e diverso c o n t e n i d o , abiertas a balazos i saqueadas. Durante los c i n c o dias en q u e la sección volante per­ maneció en el c a m p a m e n t o d e s e m p e ñ a n d o su misión, gran parte d e l material, c o m o son c o l c h o n e s , frazadas i camillas, fueron tomadas por los chilenos para c o n d u c i r sus heridos; i habiéndose h e c h o servir d e c o m b u s t i b l e m u c h o s palos de las carpas, sin que se hubiese p o d i d o impedir. Reiteradas veces se h a solicitado la d e v o l u c i ó n del material m e n c i o n a d o , sin haber o b t e n i d o otro resulta­ d o q u e una obstinada negativa. D e s d e los primeros m o m e n t o s q u e el ejército e n e m i g o o c u p ó la p o b l a c i ó n , estableció una guardia militar en la ambulancia d e m i cargo. A l principio la consideré n e c e ­ saria para impedir la agresión vandálica d e parte de los soldados chilenos; pero una v e z restablecido el orden i persuadido q u e n o solo era perjudicial sino ofensiva a la neutralidad e i n d e p e n d e n c i a de la institución de la Cruz R o j a , pasé dos notas al Jefe d e A r m a s de la plaza; la pri­ mera por c o n d u c t o de nuestro cirujano en j e f e i la s e g u n ­ da directamente, n o h a b i e n d o obtenido ni contestación. L a copia d e la citada nota m e p e r m i t o adjuntarla. A l aproximarse el ataque d e A r i c a , solicité constituir­ m e c o n la sección volante en ese p u e r t o antes del c o m b a ­ te, c o m o consta al d o c t o r Bertonelli, i n o obstante los esfuerzos q u e se hicieron en ese sentido, n o se p u d o c o n ­ seguir, p o r q u e las autoridades chilenas lo impidieron. A l dia siguiente de la o c u p a c i ó n de A r i c a , fué c u a n d o se per­ mitió q u e saliese la sección. S u regreso se efectuó a los cuatro dias, c o n gran dificultad, p o r haberse n e g a d o a p r o p o r c i o n a r el pase libre el Jefe d e E s t a d o M a y o r J e ­ neral del ejército c h i l e n o , manifestando de este m o d o la falta de respeto i p r o t e c c i ó n a la r e c o n o c i d a neutralidad de las ambulancias. M e abstengo deliberadamente de t o d o c o m e n t a r i o , p o r ­ q u e así creo secundar m e j o r los propósitos de V . S. rt

03

335

D e j a n d o contestado el oficio de V . S., m e es grato rei­ terarle las protestas de consideración i respeto c o n q u e m e suscribde V . S. atento, seguro servidor. SAMUEL CÁRDENAS. Al señor Presidente do la J unta Central de Ambulancias civiles de la Cruz Roja.

Lima, A g o s t o 4 de 1 8 8 0 . — A g r e g ú e s e a sus a n t e c e d e n ­ tes, acúsese recibo i dése cuenta a la Junta. ROCA.

ANEXO. 3.

0 3

A M B U L A N C I A D E LA CRUZ ROJ A.

Tacna,

Jimio

5 de

1880.

Señor Jefe d e A r m a s : L a guardia militar de la 3. ambulancia, q u e al p r i n ­ cipio fué casi indispensable para impedir los desórdenes q u e venían c o m e t i e n d o las tropas del ejército de Chile, hoi se h a h e c h o , n o solo innecesaria, sino perjudicial i ofensiva a la neutralidad de la institución de la Cruz R o j a . Con frecuencia adoptan medidas inconsultas i contrarias a los sentimientos humanitarios d e personas q u e desean penetrar al local, sin r e c o n o c e r otra autoridad que la del j e f e de la fuerza. A h o r a que el orden está restablecido en parte, ocurro a V . S. para que se sirva tomar las medidas q u e crea c o n ­ venientes c o n tal de que la referida guardia n o p e r m a ­ nezca mas t i e m p o en la ambulancia de mi cargo, teniendo en consideración q u e ninguna otra está custodiada i sobre todo, el 2. ° párrafo del 1er. artículo de la adhesión d e Chile al C o n v e n i o d e J i n e b r a q u e d i c e : " L a neutralidad cesará si estas ambulancias u hospitales estuvieren guar­ dadas por una fuerza militar." Dios guarde а V. S. л

SAMUEL CÁRDENAS, Director. Al señor Jefe de Armas de la plaza.—Presente.

JUNTA CENTRAL

DE

AMBULANCIAS CIVILES

DE

LA

CRUZ

ROJA E N E L P E R Ú .

Lima,

Agosto

14 de

1880.

H a b i é n d o s e d a d o cuenta a la Junta, en sesión de a n o ­ c h e , d e l estado d e l presente sumario, se a c o r d ó q u e l o continuase una comisión c o m p u e s t a de los señores: d o c ­ tor d o n J o s é Jorje Loayza, d o c t o r d o n José A n t o n i o G a r ­ cía i García i d o n Luis B. Cisneros. Oficíese a estos seño­ res c o m u n i c á n d o l e s su n o m b r a m i e n t o , i q u e el oficial m a y o r de este despacho está a su disposición c o m o se­ cretario. ROCA.

Señor Presidente: L o s esclarecimientos q u e hasta aquí se han practicado, respecto de las infracciones del Tratado de Jinebra que garantiza la neutralidad de las ambulancias, infracciones d e suma gravedad practicadas por el ejército de Chile, esos esclarecimientos, decimos, arrojan suficiente mérito para fundar en ellas una oportuna i enérjica reclamación. Sin embargo, para robustecer mas la prueba de la reali­ dad i gravedad de los h e c h o s que d e b e n ser materia d e la reclamación, seria c o n v e n i e n t e se dirijiese V. S. oficial­ m e n t e a los señores del Cuerpo Consular estranjero resi­ dente en A r i c a i Tacna, pidiéndoles que, en atención a haberse hallado en el teatro de los acontecimientos q u e han d a d o oríjen a este espediente, se dignen informar c u a n t o sepan i les conste relativamente a los atentados perpetrados p o r las fuerzas chilenas, y a respecto del p e r ­ sonal, y a del material de las ambulancias del ejército alia­ d o , i y a relativamente al asesinato d e heridos cobijados


G U E R E A DEL PACIFICO.

336

b a j o la salvaguardia d e la Cruz R o j a , e n u m e r á n d o s e e n tre las víctimas inmoladas el señor coronel L u n a . P u e d e V . S., si lo estima conveniente, ampliar los p u n tos a q u e deban contraerse los informes del Cuerpo C o n sular, c o n cuyas contestaciones quedará terminado el presente sumario. Tal es el parecer de la c o m i s i ó n n o m b r a d a especialm e n t e para dictaminar en este asunto.

PLAZA

SUMARIO mandado instruir para averiguar si el dia de la toma de Arica existia en el hospital i protojida por la Cruz Roja una batería eléctrica Fiscal, Sarjento Mayor señor José Umitcl Urrutia.—Secretario, subteniente don Isidoro Labra M.—Agosto 10 de 18£0. JENERAL

E N JEFE

DEL DEL

L i m a , O c t u b r e 2 de 1880.

EJÉRCITO

J O S É J . L O A Y Z A . — L u i s B.

CISNEROS.—JOSÉ

ANTONIO

DE RELACIONES

ESTERIORES

I CULTO.

PERSONAL DEL CUERPO CONSULAR ESTRANJERO RESIDENTE EN TACNA I ARICA.

A l e m a n i a , señor d o n E d u a r d o L e h n e , Cónsul en Tacna. Id. „ „ A l e j a n d r o Winssoler, Ájente C o n s u lar en A r i c a . Austria, „ „ G u i l l e r m o H e l l e n a n n , C ó n s u l en T a c na i Arica. R. Arjentina „ „ E m i l i o Zapata i E s p e j o , Cónsul en Tacna. Béljica, „ „ E d u a r d o W i c h t e n d a h l , Cónsul en T a c n a i Arica. Inglaterra, . „ „ James Lorergan, V i c e - C ó n s u l en Arica. Italia, „ „ J u a n Raffo, Á j e n t e Consular en T a c na i A r i c a . Francia, „ „ E m i l i o Larrien, Á j e n t e Consular en A r i c a i Tacna. Brasil, „ „ J o h n Jefferson, V i c e - C ó n s u l en A r i ca i Tacna. Id. „ „ Jorje S t a m b u n j , Á j e n t e Consular en Arica. Países Bajos, „ „ Julio H a y , Cónsul en T a c n a i A r i c a . Es c o n f o r m e . — E l Jefe de la S e c c i ó n Consular, F . A N DRADE i GARCÍA.

DE

OPERACIONES

NORTE.

Tacna,

G A R C Í A I GARCÍA.

SECRETARÍA

D E ARICA.

Agosto

9 de 1880.

Con fecha 15 d e J u l i o m e d i c e lo q u e sigue el señor Ministro d e la Guerra: " P o r diversos c o n d u c t o s h a llegado a c o n o c i m i e n t o del G o b i e r n o q u e en la plaza d e A r i c a se habían c o l o c a d o b a terías eléctricas destinadas a hacer estallar las diversas minas q u e allí existían en los locales amparados p o r la Cruz R o j a . C o m o este h e c h o entraña en sí una gran gravedad, cree el G o b i e r n o q u e V . S. habrá o r d e n a d o la formación d e un sumario indagatorio; si p o r acaso n o hubiera V . S. a d o p tado esta m e d i d a , encargo a V. S. ordenarla sin pérdida de t i e m p o i elevar los antecedentes obrados a este Ministerio." E n consecuencia, ordene V . S. a la m a y o r b r e v e d a d la formación del sumario indagatorio i n d i c a d o p o r el señor Ministro. D i o s g u a r d e a V . S. MANUEL

BAQUEDANO.

Al Comandante de Armas de Arica

COMANDANCIA D E ARMAS D E ARICA.

Arica,

Agosto

10 ele 1880.

E n vista d e la nota q u e p r e c e d e , nómbrase fiscal para que instruya el presente sumario al sarjento m a y o r del R e j i m i e n t o d e Z a p a d o r e s d o n J. U . Urrutia, teniendo p r e sente l o q u e a este respecto espone en su parte oficial el señor c o r o n e l d o n P. Lagos, referente a la t o m a d e la p l a za d e A r i c a . Anótese. VALDIVIESO.

XIX. Abuso

de la b a n d e r a

de

COMANDANCIA D E ARMAS D E ARICA.

Hospital de Arica. MINISTERIO D E LA GUERRA.

Santiago,

Setiembre

9 de .1880.

Para los fines a que haya lugar, a c o m p a ñ o a V . S. los antecedentes relativos al sumario m a n d a d o instruir p o r éste Ministerio c o n el fin de inquirir la efectividad del h e c h o d e haberse c o l o c a d o baterías eléctricas en locales de la plaza d e Arica amparados p o r la insignia de la Cruz R o j a . Dios guarde V . S. JOSÉ

F.

VERGARA.

Al Señor Ministro de Relaciones Estéril

COMANDANCIA D E ARMAS D E ARICA.

Arica,

Agosto

Agosto

10 de

1880.

N ó m b r a s e secretario para q u e actúe en el sumario m a n d a d o instruir c o n el objeto d e averiguar si es efectivo que existían baterías eléctricas en los lugares q u e o c u p a b a la Cruz R o j a , al sub-teniente del R e j i m i e n t o d e Zapadores d o n l s i d o r o Labra. Anótese. VALDIVIESO.

Aceptación

del

secretario.

E n Arica, a diez d e A g o s t o d e m i l o c h o c i e n t o s ochenta, el fiscal n o m b r a d o en el presente sumario h i z o c o m p a r e cer ante m í al sub-teniente del R e j i m i e n t o d e Zapadores clon Isidoro Labra, quien, previo el j u r a m e n t o d e estilo, aceptó en forma el cargo de secretario q u e se le h a c o n ferido p o r el decreto q u e antecede. Para constancia firma c o n el fiscal.—José Umitel Urrutia.—Isidoro Labra.

19 de 1880.

F i n i q u i t a d o p o n g o a disposición d e V . S. el sumario que se m a n d ó instruir para averiguar si existia en el h o s pital d e la Cruz R o j a , el dia d e la t o m a d e esta plaza, una batería eléctrica, c o n c o r r e s p o n d e n c i a a las m i n a s colocadas en los fuertes. Dios guarde a V. S. SAMUEL VALDIVIESO. Al señor Jeneral en Jefe.

Arica,

l a Cruz R o j a del P e r ú e n el

Declaración

del sub-teniente ayudante del Estado Jenerad don Ricardo Wcdlcer.

Mayor

E n Arica, a diez d e A g o s t o d e m i l o c h o c i e n t o s ochenta, el fiscal hizo c o m p a r e c e r ante sí i presente secretario al sub-teniente ayudante del Estado M a y o r Jeneral d o n R i cardo W a l k e r , quien, j u r a m e n t a d o en forma e interrogado al tenor del parte q u e encabeza este sumario, d i j o : que el dia siete d e J u m o , fecha d e la t o m a d e la plaza de Arica, recibió orden d e su j e f e el c o r o n e l señor d o n Pedro


CAPITULO

Lagos para r e c o n o c e r el interior del edificio que o c u p a b a la Cruz R o j a i destruir en caso que encontrase una batería eléctrica, que por datos adquiridos i presunciones se creia existiese en ese lugar; el que, r e c o n o c i d o en todas sus partes, n o existían ni aun señales de la existencia de tal batería; pero sí notó que tres guias de alambre aislado c o n g o m a llegaban hasta el pié del m u r o que encierra d i c h o edificio, c u y o s alambres vio que los habían c o r t a d o , i g n o ra quien haya sido. E s p o n e asimismo que c u a n d o entró al lugar o c u p a d o por la ambulancia habló con un individuo de nacionalidad peruana, el que o y e n d o los cargos q u e le hacia a los e m pleados d e la ambulancia p o r haber permitido que se hiciese fuego desde ese p u n t o , i c u a n d o los empleados se retiraron, le espuso que, a fin de librarse de las desgracias que podían sucederle por el ataque a la plaza, se había refujiado en ese lugar, d o n d e el j e f e de la ambulancia le hizo p o n e r la Cruz R o j a , esponiéndole además q u e los tiros q u e se habían h e c h o del establecimiento habían sido ocasionados por varios soldados q u e se habían refujiado en él. T o c a n t e a la existencia de la batería eléctrica, d e s pués d e interrogado contestó solo q u e n o tenia c o n o c i m i e n t o que existiese alguna batería en el establecimiento, sin negarlo en lo absoluto. Fiscal.— ¿Podría dar U d . c o n o c i m i e n t o d ó n d e puede encontrarse a este i n d i v i d u o , su n o m b r e i s*eñas particulares? D i j o : que ignoraba su paradero, c o m o asimismo su n o m b r e ; pero sabe, por l o que él m i s m o le dijo, que habia sido empleado fiscal en I q u i q u e hasta la o c u p a c i ó n de ese puerto por nuestras tropas, d e s e m p e ñ a n d o un carg o , y a en la A d u a n a o la Capitanía del puerto. R e s p e c t o a sus señales, es de regular estatura, c o j o , g o r d o , blanco i creo q u e los que hayan estado en I q u i q u e lo conozcan. Q u e lo d i c h o es la verdad, en fuerza del j u r a m e n t o prestado, que no le tocan las jenerales de la lei; es m a y o r de edad, i firmó c o n el fiscal i presente s e c r e t a r i o . — R i cardo Walker.—J. U. Urrutia,.—I. Labra M., secretario.

Declaración

del paisano

Jcrardo

Ortiz.

E n A r i c a , a 10 de A g o s t o de 1880, el fiscal h i z o c o m p a recer ante sí i presente secretario al paisano Jerarclo O r tiz, quien, j u r a m e n t a d o en forma e interrogado c o n v e nientemente, dijo: que el 7 de J u n i o , fecha de la t o m a de Arica, se encontraba en el hospital de esta plaza en clase de m o z o de sala, c u y o edificio estaba protejido c o n la b a n dera de la Cruz R o j a ; que ignora haya h a b i d o baterías eléctricas d e n t r o del recinto del edificio; pero que en días anteriores al ataque de la plaza vio q u e cierto n ú m e r o de tropa se o c u p a b a en trabajos que cree haya sido t e n der alambres para c o m u n i c a r c o n las minas de pólvora, c u y o trabajo lo tenían establecido en una pieza que, a u n que dependiente de este establecimiento, está i n c o m u n i cada c o n él, i que antes servia de lazareto; trabajo que solo hacían en el día i que en la n o c h e dejaban sus útiles, c o m p u e s t o s de rollos de alambro i de algunos cajones Cerrados, dentro del establecimiento, i g n o r a n d o lo que c o n t e n í a n dichos cajones. Ignora que se haya h e c h o fuego desde el hospital, por m o t i v o de haberse o c i d t a d o en una pieza durante el c o m b a t e i p o r q u e a esa hora n o h a bia en el establecimiento ni aun la guardia suficiente p a ra su c u i d a d o , pues ésta habia sido retirada tan p r o n t o c o m o se s u p o el resultado de la batalla de Tacna. Fiscal.—¿Quiénes eran los jefes q u e estaban a cargo del establecimiento, i si alguno era militar? D i j o : que c o m o superintendente i j e f e de la casa estaba el d o c t o r señor T o r i b i o Alaiza; c o m o m é d i c o un señor Prieto, c u y o n o m b r e ignora; c o m o e c ó n o m o d o n Cayetano Peralta, i varios otros que n o c o n o c e , siendo todos paisanos. Interrogado sobre si c o n o c í a al i n d i v i d u o de que habla la declaración del sub-teniente W a l k e r i si sabe c ó m o se llama, dijo: q u e lo c o n o c í a por su defecto físico de ser c o j o i q u e era e m p l e a d o d e l hospital, r e c o r d a n d o solo q u e TOMO n i —

43

CUARTO.

337

su apellido es Orontes, de nacionalidad peruana, i actualm e n t e en Lima, a d o n d e se fué con las ambulancias p e ruanas. Que lo d i c h o es la verdad, en fuerza del j u r a m e n t o prestado; es m a y o r do edad, n o le c o m p r e n d e n las j e n e r a les de la lei; que es boliviano, i firmó c o n el fiscal i p r e sente secretario.—Jerurdo Ortiz.—J. U. Urrutia.—I. Labra, M., secretario.

Declaración

de don Cayetano

Peralta.

E n Arica, a 10 de A g o s t o de 1880, el fiscal hizo c o m p a recer ante sí i presente secretario al paisano d o n Cayetan o Peralta, quien, j u r a m e n t a d o en forma e interrogado convenientemente, dijo: que el 7 de J u n i o , dia de la toma de Arica, se encontraba f o r m a n d o parte c o m o e c ó n o m o del hospital de San J u a n de D i o s , 0113^0 establecimiento se encofraba protejido por la Cruz R o j a , i que, c o m o a e m pleado, lo consta que dentro del establecimiento no e x i s tia n i n g u n a batería eléctrica, ignorando si afuera o a sus inmediaciones hubiera alguna, pues t u v o ocasión de v e r alguna vez q u e por la puerta falsa del establecimiento pasaban c o n algunos rollos de alambre i cajones perfectamente cerrados. Le consta asimismo que algún tiempo antes de la b a talla de T a c n a se estableció una guardia de un c a b o i dos soldados en una sala que, a u n q u e perteneciente al edificio del hospital, está i n c o m u n i c a d a c o n él; ignora q u e objeto haya tenido. R e s p e c t o al h e c h o de haberse h e c h o fuego desde el hospital, dijo: que n o habia sido desde adentro del edificio, pero sí se habia h e c h o desde el ángulo de una muralla saliente, perteneciente al edificio, por u n p i quete de tropa de caballería que ahí estaba alojada i por u n oficial que se retiraba del Morro, i que subiéndose a la muralla, disparaba su revólver. Se ractificó, espuso ser m a y o r de edad, n o tocarle las j e n e r a l e s d e la lei, español d e nacionalidad, i firmó c o n el fiscal i presente s e c r e t a r i o . — C a y e t a n o Peralta.—U. Urrutia—I. Labra M., secretario.

Declaración

del doctor señor

Eduardo

Rodríguez

Prieto.

E n A r i c a , a 11 de A g o s t o d e 1880, el fiscal h i z o c o m p a r e c e r ante sí i presente secretario al d o c t o r señor E d u a r d o R o d r í g u e z Prieto, quien, j u r a m e n t a d o en forma e interrog a d o c o n v e n i e n t e m e n t e , elijo: q u e el dia 7 d e J u n i o , fecha de la t o m a de Arica, se encontraba en el hospital c o m o m é d i c o de la 4. * ambulancia, situada dentro del edificio del hospital, c u y o p u n t o estaba bajo la p r o t e c c i ó n d e la Cruz R o j a , i q u e vivía en el establecimiento solo desde d o s días antes del c o m b a t e por o r d e n que recibió del j e f e de la plaza. Le consta que dentro del edificio n o existia batería eléctrica, i g n o r a n d o si h a y a h a b i d o alguna fuera del establec i m i e n t o o a sus inmediaciones; sin embargo, que después de la toma de A r i c a o y ó decir que en una pieza inmediata al establecimiento, pero q u e n o está c o m u n i c a d a c o n él i ha servido do lazareto, habia una batería. Espuso asimismo que existo en esta p o b l a c i ó n un i n dividuo ele nacionalidad alemana, q u e ignora su n o m b r e , i que era el que se o c u p a b a de colocar los torpedos i las minas, i cree q u e p u e d a dar razón d e lo que se trata do averiguar. Q u e n o es efectivo q u e se h a y a h e c h o fuego del establecimiento, i solo u n oficial q u e bajó del Morro, y a vestido d e paisano, se subió a la parte superior de la m u ralla saliente del edificio e h i z o fuego con su revólver. Q u e lo d i c h o es la verdad, bajo el juramento que tiene prestado, que es m a y o r d e edad, español, no le c o m p r e n d e n las jenerales d e la lei, i firmó c o n el fiscal i presente s e c r e t a r i o . — E d u a r d o Rodríguez Prieto. —J. U. Urrutia. —I. Labra, M., secretario.


338

GUERRA

Declaración

ele don Carlos

DEL

Müller.

E n Arica, a 12 de A g o s t o de 1880, el fiscal hizo c o m parecer ante sí i presente secretario al paisano dinamarqués Carlos Muller, quien, j u r a m e n t a d o en forma i por medio de los intérpretes señores Marcos Latham i T o m a s G. Picpor, quo bajo j u r a m e n t o promotioron cumplir fielmente con su cargo, fué interrogado convenientemente i dijo: El 22 de Julio del año último entré al servicio del Perú c o m o mecánico i estuve en ese e m p l e o hasta el 28 de Febrero del presente año. Desde esa fecha n o tuve c o nocimiento de los preparativos bélicos del Perú; pero c o m o 15 dias antes de la batalla de Tacna, revisando las fortificaciones de A r i c a en compañía del injeniero T e o d o ro Elmore, que estaba encargado de esos trabajos, me dijo ese señor que en la pampa que hai entre el fuerte San José i Ciudadcla iba a colocar algunas minas de d i n a m i ta, que haria estallar desdo el edificio del hospital. Y o solo tuve c o n o c i m i e n t o de la batería quo so colocó en el Morro; ignoro que se haya h e c h o fuego del hospital. Que lo d i c h o es la verdad, es mayor de edad, i firmó c o n el fiscal i los intérpretes i presente secretario.—Garlos Müller.—Tomas G. Pie-per, intérprete.—Ma.rcos Latham, intérprete.—J. U. Urrutia.—/. Labra M., secretario. Dilijencia de ihaber pedido a la Comandancia la comparecencia del capitán don Leandro

de

Armas Frédes.

Certifico q u o con esta fecha se pidió al señor c o m a n dante de armas la comparecencia del capitán del 3. ° de línea d o n Leandro Frédes. Arica, A g o s t o 13 de 1880.—J. U. Urrutia.—I. Labra M., secretario. Dilijencia

de haber reiterado a la Comandancia Armas la petición anterior.

de

Certifico que c o n esta fecha se pidió p o r s e g u n d a vez al señor comandante de armas la c o m p a r e c e n c i a del capitán d o n Leandro Frédes. Arica, A g o s t o 15 de 1880.—J. U. Urrutia.—/. Labra M., secretario. Declaración

del capitán

don Leandro

Frédes.

E n Arica, a 16 de A g o s t o de 1880, el fiscal hizo c o m p a recer ante sí i presente secretario al capitán del R e j i m i e n to 3. ° de linca, señor Leandro Frédes, quien, j u r a m e n t a d o en forma e interrogado convenientemente, dijo: El 7 de J u n i o , fecha do la toma do Arica, i después de t o m a d o el el fuerte Cindadela, se dirijia c o n varios individuos de tropa con el objeto de atacar el Morro; pero a cierta distancia, i notando que ya éste estaba en poder de los n u e s tros, se dirijió al fuerte San José, bajando el cerro frente al hospital d o n d e estaba la ambulancia protejida por la Cruz Roja. Antes de bajar el corro i c u a n d o se dirijia al fuerte del Morro, encontró a un i n d i v i d u o de nacionalidad p e ruana apellidado M u ñ o z , c u y o n o m b r e n o recuerda, a quien protojió de la tropa, el cual le indicó que él podría darlo noticias d ó n d e se encontraba una batería eléctrica, batería que se encontraba dentro del edificio protejido por la Cruz R o j a . En vista de esta noticia, ordené fuese el cabo Emiliano Palma a c o m p a ñ a d o de Muñoz c o n el objeto de destruirla; individuos q u e penetraron por la puerta principal del edificio por encontrarse ésta abierta i en la cual estaban t o dos los empleados do la ambulancia. E l cabo P a l m a volvió unos 10 minutos después, noticiando haber encontrado la batería; pero que solo había cortado los alambres, por c u y o m o t i v o volví nuevamente a mandarlo, indicándole destruyese i tomase algunas piezas de la máquina, lo que hizo, t o m a n d o la plancha, la que existe a la fecha en su poder. N o lo consta que so ha-

PACIFICO.

y a h e c h o fuego del interior del establecimiento; pero sí vio que había varios trajes de individuos de tropa botados en el patio, i supone q u e hayan sido de soldados que, h u y e n do de los fuertes, hayan c a m b i a d o su traje p o r el de la ambulancia, Quo lo d i c h o es la verdad, en fuerza del j u r a m e n t o prestado; es m a y o r de edad, i firmó c o n el fiscal i presente secretario.—-Leandro Frédes.—/. U. Urrutia.—/. Labra M., secretario. Declaración

del cabo 1. ° Emiliano

Palma.

E n Arica, a 17 de A g o s t o de 1880, el fiscal hizo c o m p a recer ante sí i presente secretario al cabo 1. - del R e j i mionto 3. ° de línea Emiliano Palma, quien, j u r a m e n t a d o en forma, dijo: que el 7 de Junio, fecha de la toma do Arica, i después de t o m a d o el fuerte Cindadela se dirijió en c o m p a ñ í a de m u c h o s otros al M o r r o ; pero c o n m o t i v o de haber ordenado el m a y o r del cuerpo dirijir el ataque al fuerte San José, bajaron en esa dirección, inmediata al edificio que ocupaban las ambulancias, protejido por la Cruz Roja. A l pasar frente a d i c h o establecimiento i n o tando que desde él se hacia fuego, penetró en el interior a c o m p a ñ a d o de tres soldados mas, c u y o s nombres n o recuerda, i c o m o n o encontrase tropa armada c o m o suponía, atravesaron t o d o el establecimiento saliendo por la puerta falsa, fuera de la cual encontraron varios alambres tendidos en dirección a los distintos fuertes, los que, a c o m pañado do los demás, cortaron, i siguiendo la dirección que éstos tenian, llegaron a la pieza quo forma parte dol establecimiento del hospital, pero que está i n c o m u n i c a d a c o n él i que antes ha servido de lazareto, en la cual e n c o n traron la máquina eléctrica i batería de q u e se valían para hacer estallar las minas. Cuando se retiraba de este p u n t o so encontró c o n el capitán de su compañía, señor Leandro Frédes, a quien puso en c o n o c i m i e n t o de todo lo que habla ocurrido, i del cual recibió orden a continuación para tomar la m á q u i na, lo que ejecutó, conservándola hasta la fecha en su poder, i q u e entrega a disposición del fiscal. L e consta también que varios individuos, cuatro o cinco, hacían fuego desde las murallas que circundan el establecimiento, m o t i v o que los obligó a penetrar en él, c r e y e n d o que hubiese tropa armada. V i o que había también en la misma pieza en que estaba c o l o c a d a la máquina, e inmediato a ella, tres cajones c o n dinamita, de los cuales dos estaban c o m p l e t a m e n t e llenos i el otro hasta la mitad. Que lo d i c h o es la verdad, en fuerza dol j u r a m e n t o prestado; es mayor de edad, i firmó con el fiscal i presente s e c r e t a r i o . — E m i l i a n o Palma.—J. U. Urrutia.— I. Labra 31., secretario. Dilijencia,

de no haberse obtenido la, comparecencia peruano N. Muñoz.

del

Certifico que n o ha sido posible obtener la comparecencia del peruano M u ñ o z , a q u e se refiere el capitán señor Leandro Frédes en su declaración, según las e s p i r a ciones dadas por el cabo Palma. Arica, A g o s t o 16 de 1 8 8 0 . — U . Urrutia,—1. Labra M., secretario. Declaración

de los telegrafistas señores Afelio llamo i Francisco Iíod/json.

J.

Verde-

E n Arica, a 17 de A g o s t o de 1880, el fiscal hizo c o m parecer ante sí i presente secretario a los señores Afelio J. V e r d e - R a m o i Francisco I í o d g s o n , telegrafistas, con el o b j e t o do practicar un r e c o n o c i m i e n t o de la máquina de trasmisión entregada por el cabo Emiliano Palma i encontrada en los odificios protejidos por la Cruz R o j a , dondo estaba situada la ambulancia, i j u r a m e n t a d o s en forma, dijeron: que la máquina q u e se les presenta es a propósito


CAPITULO

para hacer estallar minas, p o r q u e sirve para trasmitir la electricidad. Se ratificaron después do hacer el e x a m e n de la máquina, i para constancia firman c o n el fiscal i presente secretario. A m b o s son mayores de e d a d . — A f e l i o J. Verde-Ramo.—Francisco Hodyson.—J. U. Urrutia.— I. Labra M., secretario. Dilijencia

de acompañarse

la máquina

al

CUARTO.

339

del presente secretario, pasó el sumario a la C o m a n d a n cia Jcneral de A r m a s , en virtud d e hallarse c o n c l u i d o . Para constancia se pone por dilijencia. J.

U.

URRUTIA. I.

1

LABRA

M.,

Secretario.

sumario.

E n Arica, a 18 d e A g o s t o de 1880, habiendo sido r e c o n o c i d a por peritos la máquina de trasmisión encontrada en el edificio q u e ocupaban las ambulancias peruanas el dia de la toma d e Arica, el fiscal ordenó q u e se a c o m p a ñase al espediente. Para constancia, so p o n o p o r dilijencia. — Urrutia.—Labra M., secretario.

XX. I n f o r m e q u e el J e f e d e l S e r v i c i o S a n i t a r i o del e j é r c i t o en c a m p a ñ a dirije al I n t e n d e n t e J e u e r a l

del

ejér-

cito. INTENDENCIA JENERAL D E L EJÉRCITO I A R M A D A E N CAMPAÑA.

VISTA FISCAL.

Valparaíso,

Jidio

16 de 1880.

José U m i t e l Urrutia, sarjento m a y o r de ejército i fiscal S e ñ o r Ministro: n o m b r a d o para instruir el presente sumario, averiguando A d j u n t o a V . S. en c o p i a el informe q u e el Jefe del sersi es efectivo q u e el dia del ataque de esta plaza existia en vicio sanitario m e envía desde Tacna, d á n d o m e cuenta el establecimiento o c u p a d o por las ambulancias peruanas, del ramo q u e tiene a su cargo durante el tiempo trascuri protejido p o r la Cruz R o j a , u n a batería eléctrica para rido desde la marcha del ejército sobre P a c o c h a hasta el hacer estallar minas, resulta: dia. 1. ° Q u e según lo espuesto p o r el ayudante de Estado V . S. verá en ese d o c u m e n t o minuciosamente descritos Mayor, sub-teniento d o n R i c a r d o W a l k e r i cabo 1. ° E m i los servicios prestados al ejército por su personal sanitaliano Palma en sus declaraciones corrientes a f. 2, 3 i 7 rio; la manera c o m o se h a atendido a las necesidades c o n vuelta i 8, nacían de la muralla q u e rodea a d i c h o edificio todos los recursos de q u e ha p o d i d o disponerse; el éxito los alambres tendidos en distintas direcciones, h a b i e n d o bastante satisfactorio q u e se h a alcanzado; i, finalmente, sido el segundo n o m b r a d o quien personalmente los c o r t ó las dificultades, a veces insuperables, c o n q u e se ha t r o p e - i t o m ó la m á q u i n a c o n que se c o m u n i c a b a n , la q u e estaba z a d o en u n territorio bastante alejado d e l centro d e n u e s colocada en una pieza q u e forma parte de ledificio; tros recursos i lleno d o dificultades d e t o d o j é n e r o para 2. ° Q u e según las declaraciones de Jerardo Ortiz i un ejército invasor. Cayetano Peralta, corrientes a f. 3 vuelta i 4 i 5, d e n a c i o E n cuanto a la manera de remediar hasta d o n d e sea nalidad boliviana el primero i español el s e g u n d o , n o h u m a n a m e n t e posible los defectos q u e se h a notado i las consta q u e hubiese dentro del establecimiento batería dificultades q u e se presentan, ello será materia q u e se d i alguna para hacer estallar minas, t a m p o c o niegan en a b soluto el q u e las hubiese a inmediaciones d e él o en al- lucidará i resolverá tan l u e g o c o m o pueda conferenciar c o n el Jefe del servicio sanitario q u e , según m e l o a n u n g u n o d e los departamentos esteriores, creyendo, por el cia, llegará m u í pronto a este puerto, después d e visitar contrario, q u e se trabajaba en la c o l o c a c i ó n d e ellas en la todos los hospitales d e la costa. pieza q u e sirvió de lazareto i q u e forma parte de d i c h o Me es grato, señor Ministro, trasmitir a V . S. este i n edificio, pues tuvieron ocasión d e ver q u e se ocupaba tropa en dichos trabajos, d e j a n d o varias veces rollos de alam- forme q u e , c o m o lo esperaba i había tenido ocasión d e bro i cajones dentro del m i s m o establecimiento, i q u e manifestarlo a V . S. en m i nota d e 8 d e Julio del presenp o c o después se c o l o c ó u n a guardia en la pieza en q u e se te, n ú m e r o 1,500, viene a desvanecer d u d a s enojosas i encontró una m á q u i n a eléctrica, lo q u e está en relación crueles. P o r él verá V . S. q u e , c o m o l o dice el Jefe d e l servicio sanitario, se ha h e c h o cuanto era h u m a n a m e n t e con lo espuesto por AValicer i Palma; 3. ° Q u e según lo espuesto p o r el d o c t o r señor E d u a r - posible para prodigar a nuestro ejército los cuidados i atenciones a q u e tanto d e r e c h o tenia; i q u e si n o se h a do R o d r í g u e z Prieto, d o nacionalidad española, por el h e c h o mas, no ha sido ni por falta d e aquellos recursos paisano dinamarqués Carlos Müller i p o r el capitán señor Leandro Frédes, si no les consta la existencia de la bate- c u y a necesidad era posible prever, ni por p o c o celo o falta de entusiasmo d e quienes han tenido a su cargo tan i m ría dentro del e s t a b l e c i m i e n t o , t a m p o c o niegan q u e ñ o l a s portante r a m o . hubiera en las partes adyacentes a él, agregando además Nuestro ejército h a l u c h a d o m e n o s c o n el e n e m i g o q u e el señor Prieto q u e o y ó decir q u e existia u n a m á q u i n a c o n u n clima i n c l e m e n t e i c o n epidemias mortíferas c o m o eléctrica en una pieza que forma parte de él, i Müller q u e el injeniero señor E l m o r e le dijo en una ocasión q u e iba a la viruela i la terciana, i es satisfactorio ver q u e en n i n colocar varias minas, las q u e haria estallar desde el lugar g ú n caso ha faltado a nuestros s o l d a d o s medicinas i asistencia médica. que o c u p a b a n las ambulancias; i O p o r t u n a m e n t e comunicaré a V . S. las medidas q u e 4 . ° Q u e está plenamente justificado q u e durante el ataque d e la plaza se h i z o fuego desde las murallas q u e sea conveniente adoptar para la mejora de este servicio, según el resultado a que llegue en la conferencia c o n el circundan el edificio del hospital. En vista d e lo espuesto, el fiscal cree q u e la m á q u i n a Jefe d e l servicio sanitario a q u e m e h e referido mas que se a c o m p a ñ a i que, según r e c o n o c i m i e n t o d e peritos, arriba. D i o s guarde a V . S. sirve para t r a s m i t i r l a electricidad, siendo do construcción especial para hacer estallar minas, ha permanecido en el edificio del hospital d e S a n J u a n d e Dios, el q u e se encontraba bajo la p r o t e c c i ó n de la bandera d e la Cruz Roja, pues la pieza en que estaba c o l o c a d a forma parte de d i c h o establecimiento.— Arica, A g o s t o 19 d e 1880. —J. U. Urrutia. Dilijencia

de haber entregado este sumario Comandante de Armas.

cd

señor

E n Arica, a 19 \ Ao-osto d e 1880, el fiscal, a c o m p a ñ a d o C

Q

V.

DÁVILA

LARRAIN.

Al señor Ministro de la Guerra. SERVICIO

SANITARIO EN CAMPAÑA.

Tacna,

Lidio o de 1880.

Paso a esponer a V . S. brevemente los trabajos ejecutados por este servicio desde el arribo d e l ejército espedicionario a P a c o c h a hasta la fecha. P o r esta esposicion se c o n v e n c e r á V . S. d e q u e los trabajos i servicios prestados,


G U E R R A D E L PACIFICO.

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lejos d e ser negativos han sido satisfactorios, defectivos i apreciados j u s t a m e n t e por t o d o el ejército, c o m o n o d u d o lo habrán sido p o r el G o b i e r n o i todo el país. N o entraré por ahora en detalles minuciosos, en un estudio analítico-crítico de esto servicio; mas tardo m e haré un h o n o r en elevar al Gobierno, por c o n d u c t o do V. S., un trabajo c o m p l e t o en q u e pueda concretar las faltas j e n e ralcs i de detalle observadas, así c o m o fijar un plan de organización regular do todo el servicio sanitario, c o m o las modificaciones q u e h a y a n d e introducirse en su m a terial. I. Durante los primeros días del mes de nuestra estadía en Pacocha, la asistencia m é d i c a del ejército so hizo r e gularmente por los cirujanos i practicantes de batallones i rojímicntos. A su salida d e Písagua habian sido bien provistos d e medicamentos, calculando q u e nuestra permanencia allí fuese solo pasajera. Mas prolongándose ésta i c o m e n z a n d o a desarrollarse fiebres intermitentes, multiplicarse las afecciones intestinales, así c o m o las reumáticas e inflamatorias por los escesos de réjimen, así c o m o por el duro servicio d e avanzadas en las noches, obligados a dormir en la pampa i a toda intemperie, hízose p r e ciso desarrollar una de las ambulancias c o n t o d o su m a terial. L u e g o fué necesario hacer lo m i s m o c o n otra, i n o bastando aun las camas para el buen servicio, abrir u n a tercera. La facilidad que tenia el soldado para ir a la quebrada en sus horas francas, c o m o la necesidad, en otros, para su lavado, acarreo d e forraje i leña; la abundancia de frutas n o maduras i c o m i d a s en esceso; el abuso del agua q u e bebían a discreción i sin tasa, c u a n d o p o c o antes en P i sagua habian estado a ración; el abuso en el m o d o de t o mar los baños de mar i llevarse largas horas mariscando, así c o m o lo forzado del servicio en las grandes guardias (cada n o c h e 1,500 h o m b r e s trasnochaban en la altura a toda pampa fuera de la acción topográfica i climatérica específica), motivaron, sin d u d a alguna, el gran n ú m e r o do enfermos q u e do improviso cayeron en esos dias. T o máronse o, por lo menos, so aconsejaron todas las m e d i das hijiénicas del caso para c o m b a t i r ese estado d e cosas, i nos vimos obligados a ocupar la estación del ferrocarril, c o l o c a n d o allí un hospital en grande escala, teniendo p o r base la 4. ambulancia. a

Durante esto tiempo tuvimos también q u e atender alg u n o s casos de viruela, llevándola a unas 20 cuadras del c a m p a m e n t o a orillas del rio U o . L a escasez de medicinas se hacia sentir mientras tanto, a u n q u e p u d i m o s comprar todas las q u e se hallaban en el pueblo. Este inconveniente se remedió pronto c o n las r e mesas periódicas enviadas por c o n d u c t o d e V. S. por la C o misión Sanitaria. II. F u é en esto t i e m p o i mientras q u e se organizaba el ejército por divisiones q u e t u v o lugar l a e s p e d i c i o n a M o liendo e Islai. T o c ó l e a l a i . * ambulancia de Santiago embarcarse c o n t o d o su material, i n o teniendo por entonces cirujano, fué el infrascrito o c u p a n d o ese puesto i asistido por su ayudante el señor Marcial Gatiga. N a d a h u b o que trabajar en esa espedicion, pues n o se trabó c o m b a t e , i solo t u v i m o s que asistir algunos heridos casuales o a c cidentes comunes. A mi regreso a Pacocha, u n a división del ejército chilen o habia m a r c h a d o sobre M o q u c g u a i le acompañaba la ambulancia 5. (Valparaíso); habia ido a las órdenes del cirujano en jefe señor Martínez R a m o s . Ella prestó i m portantes servicios, tanto durante la o c u p a c i ó n de esa ciudad, c o m o después do la batalla de los Anjeles. Los heridos quedaron en la ambulancia en M o q u e g u a i los que pudieron ser trasportados lo fueron a P a c o c h a , d o n d e se recibieron en las ambulancias restantes, 1. * , 3. i 4. . a

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La 2. * habia q u e d a d o destacada en el ejército d e reserva. C o m o el personal i material d e la 5 . ambulancia era muí numeroso, está dividido en dos secciones, q u e d a n d o la 1 . do ella a cargo de los señores Molina i Abarca, b a j o la dirección del señor Martinez R a m o s , operando en M o q u e g u a , permaneciendo allí hasta m i arribo a esa plaza, c u a n d o fui para evacuarla c o m p l e t a m e n t e , d e b i e n d o retirarse nuestras tropas para incorporarse al ejército que marchaba sobre el valle d e Sama i L o c u m b a . Los servicios prestados en M o q u e g u a fueron valiosísimos, pues sufrimos grandes bajas por las tercianas, lo que, u n i d o a varios casos de viruela i los heridos, h i z o el trabajo laborioso. H e c h a la evacuación c o n la rapidez posible, v í m e forzado a dejar en M o q u e g u a a tres i n d i v i d u o s v a riolosos, n o c o m o alguien ha d i c h o e q u i v o c a d a o m a l i c i o samente abandonados, botados, sino en manos de la a m bulancia M o q u e g u a i bajo recibo entregado al señor Jefe de Estado M a y o r Jeneral i firmado p o r el j e f e d e aquélla señor Pomareda. A l dejarlos, c u m p l í c o n u n penoso d e ber, pero n o falté a mis obligaciones profesionales, antes, al contrario, los dejé bajo la salvaguardia d e u n a institución humanitaria. 0 3

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F u é en esta é p o c a c u a n d o , agobiado por el gran n ú m e ro de bajas causadas p o r la terciana i q u e mas tarde se triplicó en la estadía d e S a m a i L o c u m b a , nos fué necesario enviar gran n ú m e r o d e enfermos a Pisagua e I q u i q u e , sobre t o d o a esta plaza. E n una sola v o z envié a I q u i q u e 850 h o m b r e s . P u e d e calcularse en u n o s 2,000 a 2,500 los casos d e terciana; su forma felizmente n o era m u i grave, seria exajerado calcular en mas d e un tres p o r ciento las pérdidas esperimentadas. III. E n marcha hacia L o c u m b a , siguió al ejército la 1 . ambulancia, la 3 . i segunda sección de la 5 . : la primera sección d e ésta, b a j a n d o d e M o q u e g u a vino hasta H o s p i c i o i de allí c o n t i n u ó a reunirse c o n el ejército. Estas tres ambulancias correspondían a las tres divisiones en marcha; la 4. ambulancia q u e d ó recibiendo enfermos i c o m o hospital en Pacocha. EL cirujano en jefe siguió a L o c u m b a ; y o q u e d é en P a c o c h a para enviarles recursos i cuidar del servicio jeneral d e la plaza i 4 . División. Importantes i m u c h o s fueron en esta é p o c a los servicios prestados p o r las ambulancias. F u é aquí d o n d e sobre t o d o nos atacaron las tercianas, i constantemente r e cibíamos remesas d e enfermos q u e llenaban nuestro hospital, viéndonos obligados a habilitar otro q u e atendía el d o c t o r R. Gorroño, recien llegado a incorporarse al servicio c o m o cirujano d e la 1 . ambulancia, puesto hasta entonces vacante. P o r entonces, al m i s m o t i e m p o la viruela recrudecía u n p o c o , i teníamos este otro servicio q u e cubrir. 03

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IV. H a b i é n d o s e determinado q u e la 4 . División del ejército de operaciones se dirijiese a Buenavista p o r Ite, h u b o ésta de embarcarse i entonces m e dirijí en su c o m pañía hacia este p u n t o , q u e d a n d o estacionada en P a c o c h a la 4 . ambulancia, c o m o hospital, ausiliada p o r otro transitorio q u e servia el d o c t o r G o r r o ñ o i q u e eran el punto de evacuación d e todos los enfermos q u e se nos remitían de Sama i L o c u m b a , c o m o d e H o s p i c i o i Buenavista. Mientras permanecimos en Ite, m e o c u p é d e enviar medicinas a los distintos cuerpos delejérxúto c o m o a, las a m bulancias, así c o m o de cuidar a las tropas allí acantonadas atendiendo además al desembarco d e los útiles de ambulancia. E n esta é p o c a p u d o volverse la 4 . ambulancia desde P a c o c h a , habiéndose organizado el hospital ambulante de última formación, q u e estuvo a cargo del d o c t o r Gorroño hasta q u e fué reemplazado p o r el d o c t o r A r a v e n a , quien, 0 3

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CAPITULO

con notable contracción, lo ha servido por mas do un mes, época en que fué sustituido por el d o c t o r Alcérreca, c i r u j a n o en propiedad que atiende actualmente c o n t o d o interés. Partimos d e Ite atravesando las 12 leguas do pampa, trasportando la 4 . ambulancia corno se pudo, ya a l o m o de muía, ya en los carretones que arrastraban los víveres c o n todas las dificultades que naturalmente deben s u p o nerse. Llegados a Buenavista al c a m p a m e n t o de Yaras d o n d e estaba a c a m p a d o t o d o nuestro ejército, nos fué preciso trabajar c o n toda actividad para combatir los siempre numerosos casos de fiebre intermitente, de disentería i v i ruela q u e se desarrollaron Y a mi colega el cirujano en jefe señor Martínez R a m o s , así c o m o el d o c t o r Ojcda, cirujano de la 3. ^ ambulancia, i los señores K o r n e r i R o s e n d o de la 1 . , habían p r e p a rado en distintas ramadas i carpas los hospitales de c a m paña. Sin embargo de esta actividad i del gran n ú m e r o q u e se asistía en las mismas cuadras de los cuerpos pollos cirujanos respectivos, el servicio era insuficiente. E n tonces la 4 . ambulancia q u e llegaba, prestó grandes servicios bajo la dirección de su cirujano señor Uabaca.

CUARTO.

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portada por falta de medios do m o v i l i d a d , se me prometió seria c o n d u c i d a al dia siguiente. La 4 . fué dejada en Yaras al cuidado de los enfermos i variolosos, c u y o n ú m e ro bastante crecido fijé mas arriba. 54

VI.

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L a viruela q u e so presentó entonces, revistió u n carácter escepcional de gravedad. Era casi en su totalidad d e forma hemorrájica, i las defunciones dieron mas de un 70 por ciento. P r o n t o felizmente so d e t u v o la epidemia. Para evitar la propagación, establecióse el lazareto a casi una legua del c a m p a m e n t o , en la iglesia de B u e n a vista. El servicio se hacia por soldados apestados i u n practicante en iguales condiciones allí residentes, c o m o indistintamente visitados p o r varios m é d i c o s hasta que partimos sobre T a c n a , q u e d a n d o ese trabajo entonces al c u i d a d o de la 4 . ambulancia. P o d e m o s calcular q u e el n ú m e r o de enfermos asistidos en Yaras en hospitales i c a m p a m e n t o s , n o bajaría de 1,000. Sin embargo, el día de la partida solo dejamos a cargo de la 4. ambulancia unos 350 d e fiebre i disentería, i 15 de viruela en todo. Nótase en t o d o m o v i m i e n t o de tropas, sobre todo c u a n do se va hacia el enemigo, que todos o gran parte de los enfermos p i d e n su alta para seguir sus banderas, habiendo gran n ú m e r o de veces en que es preciso tomar medidas enérjicas para impedir la partida de pobres soldados q u e a pocas cuadras de marcha -tendrían que ser abandonados a su suerte en m e d i o del desierto. ¡Noble ejemplo de abnegado patriotismo i de valor indomable! 5 3

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Y. Determinada, d o s o tres dias después de la irreparable pérdida del señor Ministro d o n Rafael S o t o m a y o r , la m a r c h a del ejército sobre Tacna, m e o c u p é de la organización del servicio m é d i c o , ya que llegaba la hora s u p r e ma en q u e d e b í a m o s aunar todos nuestros esfuerzos para socorrer nuestros heridos durante la batalla e inmediatamente después. Conferencié c o n el señor B a q u e d a n o i J e fe de Estado M a y o r señor coronel Velazquez para obtener las mayores facilidades de trasporte posibles, ya que n o teníamos ningunas propias, pues en P a c o c h a las 100 muías aparejadas enviadas p o r Y. S. para las ambulancias habían sido tomadas por el E s t a d o M a y o r c o n todos sus arreos antes de que y o las recibiese. Se m e ofrecieron todas las facilidades posibles, si bien es v e r d a d n o las precisas, pues en esos m o m e n t o s t o d o interés estaba subordinado a las primordiales necesidades de acarreo de agua, víveres, forraje i municiones. Faltas serán siempre inevitables, todas estas q u e se derivan de la falta d e independencia de los servicios especiales, c o m o de v i d a propia. Sin embargo, p u d e conseguir que se llevaran c o n las tropas dos ambulancias, la 1. de Santiago que ya tenia su personal c o m p l e t o , habiéndose i n c o r p o r a d o el d o c t o r Gorroño a la 5. ^ bajo las órdenes del cirujano en jefe señor Martínez R a m o s . L a 3. que n o podía ser trasa

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N a d a de particular ocurrió, digno de m e n c i ó n , en el viaje hasta que avistamos al enemigo, fuera de los accidentes ordinarios en una marcha de este j e n e r o , c o m o pérdida de algunas muías i d e m o r a de la llegada de los carros, sobre todo c u a n d o c a m i n a n d o por lugares inesplorados, nos perdimos en la p a m p a con parte de las tropas que m a r chaban a retaguardia. El dia de la batalla, al amanecer, las ambulancias 1 . i 5. <* ocupaban el c a m p o , d o n d e mas tarde tomaron sus colocaciones respectivas. L a 1 . sobre nuestra ala d e recha i la 5 . al centro, inclinándose a la izquierda. Y o , a c o m p a ñ a d o de mi ayudante i asistente, c o n d u c i e n d o una c o n un botiquín c o m p l e t o de campaña, recorriendo la línea ya a retaguardia del Santiago i A t a c a m a , ya en una de las baterías de artillería. 03

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Durante la batalla, c o m o siempre nuestra línea avanzó, la seguimos en parte, pero la 1 . ambulancia h u b o de acampar desarrollando su material así c o m o la 5 . i ten i e n d o que fraccionarse para ir r e c o j i e n d o los heridos del c a m p o i haciéndoles la primera cura. Fuera de esto, todos los cirujanos de cuerpo descollaban por su valor i abnegación en el c u m p l i m i e n t o de su deber, i podia verse por todos, salvo por los q u e n o tenían ojos para ver la verdad, grupos en las distintas hondanadas i lomajes curando a los caídos i proporcionándoles los ausilios del caso. Y o m i s m o recorrí gran parte del centro e izquierda, y a c o n m i ayudante, ya c o n el cirujano en jefe, i sé que lo m i s m o hicieron en sus puestos todos mis colegas. Testigo de mi aserto serán los soldados, oficiales i jefes curados al azar i sin distinción en el c a m p o de batalla. N o teniendo el d o n de ubicuidad, n o p o d í a m o s estar en todas partes i nadie p o d r á exijir tamaño disparate. Pero p u e d o afirmar a V . S. que nadie rehusó el peligro, i que aun t u v i m o s la desgracia de que cayera herido gravem e n t e , atravesado el p e c h o , el practicante del Batallón A t a c a m a señor Palacios; caído c u a n d o , ejerciendo su n o ble misión, vendaba un herido. Su vida peligra hasta el presente. Si de algo pudiera motejarse, sobre t o d o a los cirujanos de batallón o rejimiento, n o es de n o haber estado en todas partes, sino de haberse espuesto mas aun de lo que su deber les prescribe. 53

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Pasadas las primeras horas de la terrible lucha, allí m i s m o d o n d e habíamos tenido el h o n o r de restañar la sangre de tanto valiente, i recorriendo el c a m p o paso a p a so, los que la casualidad i fortuna nos presentaban al c a m i n o , con esa m a r c h a lenta i fatigosa, si bien grata i útil, llegamos al cuartel jeneral a p o c o s pasos de d o n d e estaban instaladas las ambulancias peruano-bolivianas. Allí, c o m o era de m i deber, antes que todo, pedí al señor Jeneral en Jefe i Jefe de Estado Mayor se tomasen las medidas p a r a recojer nuestros heridos. Envióseme al efecto 100 soldados de cada división c o n sus oficiales respectivos para ese trabajo, i mientras m i colega señor Martínez R a m o s recorría el c a m p o i atendía sus necesidades, i mientras que el m i s m o trabajo hacían la 1 . a m b u lancia i todos los cirujanos de cuerpo, y o m i s m o , ausiliado por mi ayudante i varios soldados c o m o jenerosos oficiales, entre los que recuerdo especialmente al teniente señor Herrera Gandarillas del Estado Mayor, curaba h a s ta la 1 A . M. 03

Recorríamos a la vez las ambulancias del enemigo d o n de c o n toda jenerosidad eran recibidos todos los heridos indistintamente. R e c u e r d o haber visto allí por la ú l t i m a vez al bravo comandante de Zapadores al lado del oficial señor Luna. A l l í m i s m o a las 3 A . M. bajaba a atender al bizarro c o m a n d a n t e L e ó n del Santiago, ya a t e n d i d o por m í en el c a m p ó de batalla.


GUERRA DEL

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A l amanecer, c o m o era do mi deber, i d e j a n d o las atenciones del c a m p o de batalla al cirujano en jefe i a las a m bulancias 1. i 5. , bajé a 'faena, después do recibir instrucciones amplias del señor Jeneral Baquedano i coronel Velazquez para instalar los hospitales de sangro i recibir los numerosos heridos. A n t e s do partir con mi ayudante señor Gatica, pedí a estos jefes tomasen las medidas del caso para enterrar i n mediatamente t o d o s los m u e r t o s . rt

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VII. Entrando a Tacna, nuestra primera dilijeucia fué c o n o cer la ciudad para buscar los lugares mas apropiados al objeto deseado. Calculando nuestras bajas en crecido n ú m e r o , si bien es verdad menor que la realidad, habíamos menester de varios locales. Desdo luego o c u p a m o s una estensa bodega, altos i bajos, frente a la estación i a la entrada del p u e b l o viniendo del c a m p a m e n t o ; luego, en la misma calle i c o m o a una cuadra, un local o c u p a d o por baños públicos i q u e podía contener unos GO mas; en seguida allí cerca otra casa estensa i c ó m o d a ; después so tomó el teatro llenando todas sus aposentadurías, d o n de so alojaron en el primer instante cerca de 500. T o móse en seguida la casa que ocupaba el liceo, c o l o c a n d o allí la 1. ambulancia de Santiago c o n 200 mas. Los primeros locales quedaron a cargo d e la 3. i 5. ambulancia. Preciso fué, con todo, abrir otro n u e v o i estenso local; t o m a m o s el m e r c a d o piíblico, lugar espacioso, ventilado i c o n todas las condiciones apetecibles, allí so recibieron c o m o 400. Compréndese que esta inmensa aglomeración de enfermos exijia, c o m o es natural, un n u m e roso personal para su asistencia regular, no solo en lo que se refiere a su curación sino también para los simples cuidados de atención. H í z o s e , por tanto, necesario llamar a todos los cirujanos i practicantes de cuerpo para distribuirlos en los diferentes hospitales i en apoj'o de las ambulancias. El personal de estas es r e d u c i d o i calculad o solo para atender 200 enfermos. rt

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PACIFICO.

m o , i la mayor parte n o p u d o llegar a tiempo, pues en el rápido avance quedó m u i lejos, no teniendo propios e independientes medios do movilidad. A d e m á s hai q u e t o mar mui en cuenta lo p r o l o n g a d o do la línea de batalla, de mas de una le<ma de lararo. L a tropa, sin embargo, a brazo bajó la m a y o r parte de los heridos, ya en camillas, y a en parihuelas formadas con palos, c o n armas o sobre mantas. Era i m p o n e n t e espectáculo ver el c o n t i n u o i silencioso desfile de los g r u pos de soldados c o n d u c i e n d o a sus c o m p a ñ e r o s , oficiales i soldados heridos, c o n el m i s m o c u i d a d o i relijíoso respeto, así c o m o a los que podían andar por sus pies, paso a paso, apoyados en su rifle i con el rostro sereno i tranquilo. VIII. T r a b a j o difícil h a sido, i p o r demás, la organización del servicio interno de los hospitales. La carencia de útiles en la ambulancia necesaria, desde las escupideras hasta las frazadas i c o l c h o n e s ; de fondos para cocinar; d e útiles de c u ración i artículos médicos, c o m o hilas, vendas, etc., etc., fueron otros tantos escollos i m o t i v o s do confusión en los primeros m o m e n t o s . Mas la decidida c o o p e r a c i ó n del señor Jeneral en Jefe i Jefe de E s t a d o Mayor, que obviaron toda dificultad i m e autorizaron para gastar libremente en t o d o lo urjente e indispensable, salvó m u i p r o n t o la situación, i p u e d o asegurar a Y . S. q u e nada h a faltado a la atención del soldado. M u c h o mas ha p o d i d o hacerse, talvez, pero a m í n o m e fué dada la ocasión, i si faltas h a h a b i d o que n o sean disculpables, a mí corresponde la responsabilidad, que tuve todas las facilidades apetecibles. El ejército que ha visto mis desvelos c o m o los de mis demás cologas para servirlo, es el ú n i c o j u e z q u e p u e d e apreciar mi c o n d u c t a , i a su fallo m e a c o j o tranquilo. Pasados los primeros dias de trabajo n o s d e d i c a m o s a sanear en lo posible los distintos hospitales; sobre t o d o a descargarlos del gran n ú m e r o de heridos. Entre otras m e didas, se t o m ó la de reunir todos los a m p u t a d o s a u n l o cal especial i distante de los otros hospitales. I g u a l m e n t e se abrió un hospital particular para los señores oficiales heridos, d o n d e a la voz se han atendido hasta mas de 30. Los otros fueron cuidados a domicilio.

Con este a p o y o , el servicio, aunque sobre manera recarg a d o , era empero bastante para poder curarlos a todos, o en su m a y o r parte, cada dia, debiendo ocuparse a la vez m u c h o s cirujanos en la cstraccion de proyectiles, operaIX. ciones urjentes i c o l o c a c i ó n de aparatos provisorios. E n esta tarea tocó a la 3. ^ ambulancia dos hospitaOcupada Tacna por tan crecido n ú m e r o de heridos c h i les; la 5 . otros dos, entre ellos el teatro; la 1. la seclenos, i por m a y o r en m u c h o de los aliados, estábamos, ción del liceo i el mercado. sin duda, amenazados d e epidemias, sobre t o d o faltando N o s o c u p a m o s en seguida de practicar todas las granel agua corriente i estando la ciudad en el mas c o m p l e t o des operaciones exijidas, funcionando mesas de a m p u t a - estado de desaseo, n o solo en sus calles i suburbios sino ción constantemente en el teatro, liceo i m o r c a d o . E n el en todas las casas. Por eso h e m o s trabajado de acuerdo primer punto, bajo la dirección del señor Martínez R a c o n la autoridad militar en sanearla en lo posible, ham o s i K i d d , cirujano 1. ° del 2. ° do línea; en el segundo, ciendo correr el agua constantemente, barriendo sus cabajo la mía i del señor Gorroño, i en el último, bajo la de lles, levantando sus basuras i d á n d o l e fuego a todas ellas los señores Clotario i Juan M. Salamanca, D a v i d Tagle en los sitios baldíos, calles, plazas i riberas. Arrate o Ismael Rubilar, cirujanos, el primero del R c j i Otra de las medidas importantísimas fué, después de m i c n t o Buin, el segundo dei 4. ° de línea, el tercero a c c i - t o m a d a Arica, la evacuación de los heridos peruanos al dentalmente de Zapadores i el último del Rejimionto L a u - Callao, i la do los nuestros a los diversos hospitales pretaro. También operó algunos casos en la 3. * ambulancia ¡ parados con antelación en toda la costa c o m o Pisagua, su cirujano señor J. Manuel Ojeda. | I q u i q u e , Antofagasta, Caldera, C o q u i m b o i Valparaíso. E n todos los distintos hospitales trabajaban a la vez los X. demás cirujanos i practicantes, dividiéndose el servicio para facilitarlo en lo posible. Cuando después de T a c n a nuestra división m a r c h ó soU n o de los trabajos mas laboriosos, i en que el soldado, bre Arica, envié al c a m p a m e n t o del R i o Azufre una sección de ambulancia con su material a las órdenes del v e n c i e n d o toda dificultad a la vez que dando muestras de cirujano señor J u a n K i d d . Mas, c o m o por circunstancias paciencia i amor a sus compañeros de armas, que nos fué mas difícil de desempeñar, fué el trasporte de los heridos ; que es inútil consignar aquí, no p u d o estar presente en d e s d e el c a m p o d e batalla hasta los distintos hospitales. I la hora del asalto, volvióse a T a c n a i solo se hizo allí el Es preciso c o n o c e r la topografía del sitio d o n d e so c o m servicio m é d i c o por los cirujanos de cuerpo. batió para darse cuenta do ello, así c o m o la distancia a la : A p e n a s concluida la batalla, prestaron sus valiosos serciudad, la naturaleza de sus caminos transitables solo a vicios, arlemás de los cirujanos de la escuadra, el señor Sanpié o l o m o de bestia i la falta de carretones para c o n d u ford cpie habia venido desde I q u i q u e , i c o n toda esquisita cirlos, solo así se llega a c o m p r e n d e r el inmenso trabajo galantería los de los b u q u e s estranjeros surtos en la bahía. que d e m a n d ó tan importante operación. Por otra parte, C u m p l o , pues, así c o n el grato deber de dar las mas carecíamos de camillas bastantes para el acarreo. espresivas gracias a los señores cirujanos del trasporte francés Husard, del italiano Garibalai i m u i en especial Gran parte do nuestro e q u i p o q u e d ó en el c a m p o m i s 0 3


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a los de los b u q u e s alemanes Hanza i Bismarl-, pues estos señores practicaron las grandes operaciones del primer m o m e n t o . Espero que el S u p r e m o Gobierno, impuesto de estos h e c h o s , aprovechará la primera ocasión para significar a los señores representantes de esas naciones, en Santiago, la espresion de gratitud nacional i m u i en especial la del ejército p o r tan valiosos c o m o o p o r t u n o s i h u m a n i tarios servicios. D e s p u é s del sangriento asalto i t o m a de A r i c a so c o metió el error, en los primeros m o m e n t o s , do arrojar al mar gran n ú m e r o de cadáveres, sobre t o d o desde el fuerte del Morro. E n los dias siguientes la marea arrojó fuera a la playa gran parte, i la c i u d a d se encontraba infecta c o n las emanaciones de tanto resto h u m a n o en d e s c o m p o s i ción. F u é , pues, necesario tomar todas las medidas mas activas para sanear la p o b l a c i ó n , p r e c e d i é n d o s e entro otras a la incineración de todos los cadáveres i domas restos orgánicos en putrefacción. La m a y o r parte, e m p e r o , de los cadáveres fué sepultada c o n v e n i e n t e m e n t e p o r nuestras tropas. XI. Después de los trabajos q u e someramente h e relatado, el d e mas trascendencia h a sido la e v a c u a c i ó n de nuestros hospitales de c a m p a ñ a a los de sangre en la costa i que antes enumeré. La n o r m a de c o n d u c t a seguida ha sido enviar los mas graves a los p u n t o s mas cercanos para evitar los peligros de largos viajes. E n cada trasporte ha ido un suficiente n ú m e r o de cirujanos i practicantes, i t o d o s los heridos curados c u i d a d o s a m e n t e antes de su partida. V . S. d e b e c o n o c e r por notas anteriores el n ú m e r o a p r o x i m a d o de los remitidos, i q u e son: a Pisagua 180, a I q u i q u e 450, a Antofagasta 125, a A t a c a m a 100 i a C o q u i m b o 50, fuera ele los oficiales q u e han i d o a ésa. E n la presente semana, talvez la última, irán 50 a A n tofagasta, 50 a A t a c a m a , 200 a C o q u i m b o i T o n g o i . T o dos los oficiales que se p u e d a a ésa. XII. L a e v a c u a c i ó n d e los heridos bolivianos se hará a su p e d i d o , por la cordillera, via del Tacora, en estos dias i mas tarde p o r M o l i e n d o via de Arequipa. XIII. M e es grato c o m u n i c a r l e que no h e m o s tenido dificultad alguna c o n las ambulancias peruano-bolivianas; antes, por el contrario, ha reinado ta m a y o r armonía i liémosles p r o c u r a d o los recursos que nos ha sido posible i dádoles toda facilidad en los casos en que nos han o c u pado. XIV. El o p o r t u n o i eficaz ausilio recibido c o n los honorables colegas llegados después de la t o m a do Arica nos h a sido útilísimo. T o d o s ellos han trabajado c o n actividad i c o m pleta decisión en los distintos hospitales d o n d e los destiné. C o n los primeros enfermos partieron a I q u i q u e los señores Herrera i Talavora para quedar allí, pues el trabajo era pesado i escaso el personal m é d i c o de esa plaza. A Valparaíso envié a los señores Barros i García al cuidado de los señores oficiales. Q u e d a n aquí los señores A r c e i Prado, partiendo en este v a p o r el señor I z q u i e r d o a cargo de los oficiales heridos. XV. Creo, señor I n t e n d e n t e , q u e el resultado de nuestros trabajos h a sido satisfactorio i las pocas bajas ocurridas son de ello una e v i d e n t e prueba. N o heraos tenido g a n grena, infección, ni epidemias parciales, apenas sí algunos casos aislados. El resultado de las grandes operaciones es b u e n o , si se atiende, sobre t o d o , a los grandes destrozos en la herida de los huesos c o n las armas m o dernas. Mas tarde, c u a n d o p u e d a enviarle una estadística

CUARTO.

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siquiera aproximativa, c o m p r o b a r é m i aserto. P u e d e n calcularse de 80 a 100 las grandes operaciones ejecutadas, entro amputaciones, grandes desarticulaciones i resecciones. XVI. A n t e s de concluir, n o cumpliría c o n un deber de estricta justicia sino r e c o m e n d a r a en j e n e r a l a t o d o s los e m pleados del servicio sanitario que, c o n raras escepciones, se han distinguido p o r su constancia i decisión en el trabajo. Preciso es, sin e m b a r g o , hacer r e c o m e n d a c i o n e s especiales de aquéllos que se han d i s t i n g u i d o mas i que n u n c a han r e h u i d o las tareas o fuertes dificultades para el servicio. F i g u r a n entre éstos en primera línea los señores Matías A g u i r r o , cirujano 1. ° del Santiago. José Manuel Ojeda, id. id. de la 3. ambulancia. R. G o r r o ñ o , id. id. id. 1 . id. Clotario Salamanca, id. id. B u i n . A íctor K o r n e r , id. 2. ° , 1. ambulancia. Luis R o s e n d e , id. 2. ° , id. id. J u a n K i d d , id. 1. ° , 2. ° de línea. M á x i m o Abarca, id. 2. ° , 5. ambulancia. Crisólogo P. Molina, id. 2. ° id. id. Eustorjio Díaz, cirujano 2. ° del A t a c a m a . D a v i d Tagle Arrate, voluntario. 53

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Entro los practicantes, los señores: Francisco de B. V a lonzuela, C h a c a b u c o . V i c e n t e S o t o , 2. ° de línea. Manuel Cantillanes, Artillería de Marina. Jorje Miers, 5 . ambulancia. Manuel Juárez, Carabineros. F r a n c i s c o Valdivia, Santiago. Felipe S. Peralta (peruano), agregado. Entre los m o z o s , por su c o n d u c t a i trabajo, señores C l o d o m i r o Tapia, José R o l d a n , José Jil Pizarro, H e r m ó j e n e s Guajardo. 53

XVII. M u i importantes h a n sido los trabajos del cirujano en j e f e señor Martínez R a m o s , manifestando c o m o siempre actividad, celo e intelijencia en el servicio. Mui en particular h a g o m e n c i ó n a V . S. del i m p o r t a n te a p o y o i c o o p e r a d o r que he tenido en mi ayudante s e ñor Marcial Gatica. A c t i v o , infatigable para el trabajo, siempre ha estado a m i lado i d e s e m p e ñ á n d o m e en las tareas del servicio jeneral o de administración, c o n i n t e lijencia i d e c i d i d o antusiasmo. XVIII. Por manera, sensible m e es n o poder concluir aquí m i tarea, tengo que c u m p l i r un penoso deber, i es dar parte a V. S. de una grave falta c o m e t i d a en el servicio p o r el cirujano 1. ° de la 4 . ambulancia, d o n H . Ilabaca. A m i salida de Y a r a s para T a c n a , dejé a este caballero c o n su ambulancia destacada allí para atender a 350 e n fermos i 15 apestados. C o m o se m e denunciara que d i c h o cirujano pretendía irse c o n el ejército, sin m i c o n s e n t i m i e n t o , i abandonar su puesto, lo llamé a mi presencia al retirarme, delante del j e f e que quedaba de c o m a n d a n t e de la plaza, el capitán de Cazadores del Desierto, señor Infante, i le reiteré la orden de quedarse en su puesto, diciéndole lo que so m e había asegurado, e indicándole al señor Infante cuáles eran las obligaciones de ese cirujan o , quien no p o d í a salir del c a m p a m e n t o a n o ser c o n u n a orden espresa. Contestóme q u e se quedaría en su puesto, pues esa ora su obligación. 1 3

La m i s m a n o c h e del día de la batalla supe p o r c o n d u c to fidedigno que había estado en ella a c o m p a ñ a n d o a la caballería; a los dos o tres dias le vi en Tacna paseando m u i tranquilamente. Le llamé e increpé acremente su c o n ducta, tanto mas grave cuanto q u e dejó su puesto solo en p o d e r de un cirujano 2. ° , estando ausente el otro a la fecha, i abandonados todos los enfermos. Mandóle arrestado a un c u e r p o mientras di parte d e lo


GUERRA DEL PACIFICO.

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ocurrido al señor Jeneral en Jefe i Jefe de Estado Mayor. P o r orden de estos señores volvió a Yaras a hacerse carg o de su destino, debiendo y o castigarlo c o m o creyese de mi deber. Mi primera determinación habría sido separarlo en el acto do su destino, mas no habiendo p o d i d o hacerlo, he querido castigar su mal proceder esponiendo en este d o c u m e n t o simplemente lo ocurrido para que el fallo de la opinión pública sea su justiciero j u e z censurando su c o n d u c t a c o m o merece, ante tan grave falta de disciplina, de respeto a sus deberes profesionales i desprecio de los mas nobles sentimientos de humanidad. D i o s guarde a V. S. D R . RAMÓN ALLENDE PADIN, Jefe del Servicio Sanitario del ejército en campaña. Al señor Intendente Jencral del ejército i armada en campaña.

XXI. B i o g r a f í a del Teniente Coronel don J u a n Antonio V a r g a s Pinoeliet, c o m a n d a n t e del B a t a l l ó n Chillan, l>or B e n j a m í n V i c u ñ a S l a c k e u n a . "Señor coronel: formando parto de la 1. División, aliñando d o V . S . , entró este batallón en la segunda lineado ella al campo de batalla, i tengo la convicción de que cumplió con su deber. Adjunto la relación de las bajas que en muertos i heridos hemos tenido. Dios guarde a V. S.—JUAN A. VAKGAS F. (Parte in inlcgrum del comandante Vargas sobre la batalla de Tacna.) rt

I. Entre los nobles i variados tipos de nuestro glorioso ejército, existe uno que habia desaparecido i ha vuelto ha renacer para honra i prez de nuestras armas. II. H e m o s visto, en efecto, lucir i culminar sucesivamente en esta larga campaña, c u y o s meses cuéntanse por sus victorias, el tipo del soldado heroico en Ramírez i en V i var; el del soldado razonador e ilustrado en Santa Cruz; el tipo del hijo del cuartel, del soldado "soldado," en San Martin; el tipo do los bravos en d o n d e quiera que se ha formado en línea un pelotón de chilenos, en d o n d e q u i e ra q u e un oñcial que lleva nuestra escarapela ha d e s n u d a d o su espada. Pero el m o d e l o antiguo, el c u ñ o primitivo que ha servid o para estampar en todos los corazones la contraseña del heroísmo, el tipo, en fin, del viejo Carampangue, creíaso perdido, arrojado talvez por el desden do los tiempos i de las mudanzas, en el rincón de algún derruido cuartel de las fronteras.

IV. Juan A n t o n i o Vargas es chillanejo c o m o O'Higgins, poro de Chillan el viejo, la ciudad de los asedios i de las guerrillas en que el ruido de las armas n o ha cesado sino por intervalos. I a la verdad, el actual i lejítimo c o m a n dante del Chillan vino al m u n d o . e n el fragor de los diarios encuentros entre los soldados del rei i de la patria en 1814. Chillan viejo era en aquellos años, mas que una c i u dad, un c a m p a m e n t o , i en m e d i o de sus improvisadas tiendas vio la luz i la pólvora este neófito de las batallas, hace sesenta i seis años. I Juan A n t o n i o Vargas h a vivido en m e d i o de ellas desde Lircai al A l t o de Tacna, sirviendo a su patria d u rante m e d i o siglo c u m p l i d o i arrollando siempre a sus adversarios con tal í m p e t u i bravura, que bien pudiera haber c a m b i a d o su s e g u n d o apellido de evidente i m p o r tación francesa, por el lejítimo castellano que le corresp o n d e . E l c o m a n d a n t e del Chillan n o debiera llamarse Vargas Pinochet, sino simplemente c o m o sus antepasados españoles, Vargas M a c h u c a . . . V. J u a n A n t o n i o V a r g a s , por otra parte, si n o es el último de los Abencerrajes, es decir, el último Carampangue, es sin disputa el mas viejo de la estirpe de aquellos soldados do piedra i de chispa, q u e peleaban m o r d i e n d o sus cartuchos c o n los dientes. Para ser h o m b r e de guerra i soldado verdadero en aquellos tiempos, en los tiempos del Car a m p a n g u e , necesitábase tener buenas m a n d í b u l a s . . . VI. C u a n d o c u m p l í a apenas el niño chillanejo 14 años, alborotóse en su ciudad natal al paso del Carampangue que iba a la g u e r r a i atravesaba con marcial talante por las goteras de aquélla en 1829,i metióse en él c o m o cadete. I si n o le hubieran d a d o esa vacante honorífica, se habría entrado de s o l d a d o raso o de tambor, p o r q u e a los h o m bres de su temple eso de las categorías es cosa que viene siempre atrás de las b a l a s , n u n c a adelante. VIL H e m o s d i c h o que el capitán del Carampangue se batió en Lircai en 1830. Pero se batió tambió en Guia en 1833, en seguida en el rio de Piura, d o n d e el 30 de Setiembre de ese m i s m o año derrotó c o n su sola c o m p a ñ í a u n batallón enemigo, hazaña famosa i calificada por la ordenanza i por la historia c o m o heroica. Pero Juan A n t o n i o Vargas n o habría de pelear únicamente en la portada i en el rio, sino e m b a r c a d o i en el mar, c o m o c ú p o l e ejecutarlo en el c o m b a t e naval d e C a s ma, ocurrido el 12 de Enero de 1839, una semana antes de Y u n g a i . VIII.

III.

El capitán Vargas n o se habia separado la suela de un zapato de la bandera del Carampangue mientras ésta estuvo desplegada al viento de los c o m b a t e s . Pero plegada aquélla dentro de su funda, el fiel soldado metia en ella su alma c o m o dentro de una mortaja, i cuando el viejo Carampangue rindió sus armas i su estandarte en Pura peí, hubiera querido q u e le enterraran en la misma fosa en que en el c a m p o de L o n c o m i l l a fueran sepultados el d e n o d a d o Urízar i sus bravos c o m p a ñ e r o s d e l Carampangue antiguo. ° IX.

Por hoi nos p r o p o n e m o s ú n i c a m e n t e señalar a la estim a c i ó n i al cariño de todos los corazones patrióticos de Chile, al último de esos soldados que so muestra desde la distancia rodeado de la doble aureola de sus triunfos i de sus heridas. El c o m a n d a n t e Vargas j a m á s ha sido vencido, i si lo fuera, estamos seguros, c o m o m u c h o s de sus amibos, que su cadáver no seria el último en ser encontrado p o r los sepultureros enemigos.

Llevó J u a n A n t o n i o Vargas vida oscura, vida d e viudo i de huérfano durante m u c h o s años, i en 1853 vivia retirado a la sombra de la C o m a n d a n c i a de A r m a s de su ciudad natal. Pero el ruido de las peleas fué a sacarle otra vez de su escondite en 1859, i en Corro Grande batióse ¡notable circunstancia! c o m o s e g u n d o en el 7. ° de línea del bravo e impetuoso soldado de ayer, i 21 años después, contados

Pero he aquí que en la resplandeciente cima del A l t o de Tacna aparecen briosas i rejuvenecidas dos de aquellas figuras militares, que para la j u v e n t u d presente forman solo parte de la leyenda, dos figuras lejendarias. S o n esas las de los dos capitanes del viejo i aguerrido Carampangue, d o n Jacinto N i ñ o , c o m a n d a n t e del Batallón Valparaíso, capitán del Carampangue en 1851, i d o n Juan A n t o n i o Vargas Pinochet, c o m a n d a n t e del Batallón Chillan i capitán del Carampangue en 1840.

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casi dia a dia, le c o n d u j o en su división a las alturas, el coronel A m e n g u a ! X. Otra coincidencia que en la vida de Vargas P i n o c h e t es apenas u n accidente, casi un rasguño de la piel. E n Cerro Grande le pegaron dos balazos c o m o el en A l t o do T a c n a . Pero en el pellejo de este j é n e r o de h o m b r e s , que el sol tuesta desde la cuna, las balas dan b o t e . . . E n 1859 salvólo el reloj. E n 1880 lo h a salvado su propio cuero, p o r q u e una bala le rasmilló el h o m b r o i la otra le desapretinó la mitad d é l a casaca i lo bandeó, pero por encima do la piel. Bien pudiera ser que J u a n A n t o n i o Vargas n o fuera " a prueba de b o m b a s " c o m o las casas-matas del Callao o el cofre del B a n c o Nacional de Valparaíso; pero d e lo q u e n o cabe la m e n o r d u d a es que es u n h o m b r e " a prueba de balas." D u r a n t e sus 52 años de soldado h a recibido al m e n o s u n 10 p o r ciento de éstos en proyectiles de fusil d e todas dimensiones, cilindricos i esféricos, cónicos i aplastados, pero n i n g u n o le h a pasado u n a línea mas allá de las c o s tillas, i pudiera por esto decirse de él lo que Thiers dice d e N e y en W a t e r l o o : " F u é u n milagro de invulnerabilidad." XI. E n c u a n t o a su propia apreciación de la parte gloriosa que a él i a su c u e r p o c u p i é r o n l e e n la victoria.allí está su parte oficial q u e h e m o s c o p i a d o íntegro en el epígrafe. P e r o ese despacho, se observará talvez p o r los que l o lean prevenidos, no dice nada, i así es, en efecto, estando al tenor de su testo lacónico c o m o u n balazo. Pero los q u e lean i descifren c o n los ojos del alma ese boletin, sabrán apreciarlo en t o d o su mérito intrínseco i militar. Los v i e j o s Carampangues n o son c o m o los rifles m o d e r n o s de r e piticion i tiro rápido. Cargan su c a ñ ó n c o n una sola bala, la sumerjen en la recámara c o n la baqueta, disparan al b l a n c o q u e tienen a la vista, sea cartón o sea h o m b r e ; i c u a n d o n o t a n q u e han p e g a d o en el sitio señalado, arrim a n su fusil al m u r o i se q u e d a n esperando q u e los d e mas v e n g a n a contar a su t u r n o sus hazañas. L o vínico q u e el c o m a n d a n t e del Chillan s u p r i m i ó en el testo, fué decir q u e en la batalla de Tacna t u v o n u e v e oficiales fuera de c o m b a t e , incluso él m i s m o , i que n o consintió en retirarse del c a m p o de batalla a pesar d e sus heridas i h a ber visto caer a su lado 99 h o m b r e s de tropa: 108 en todo. XII. Es m u i posible, entretanto, q u e ciertos espíritus hagan a J u a n A n t o n i o Vargas u n reproche de su l a c o n i s m o m i litar, atribuyéndolo a jactanciosa i estudiada vanagloria. P e r o su error seria manifiesto, i para ello n o habria de ser preciso sino mirarle el rostro en q u e el león se anda a s o m a n d o , i las m a n o s en q u e la p l u m a mas fornida se quebraría c o m o bajo la garra. I c o m o prueba de que ello es así, i cosa natural i sin estudio, v a m o s a copiar aquí una característica carta q u e en la víspera d e partir c o n su batallón d e refresco a la c a m p a ña nos dirijiera c o m o adiós. H a b í a m o s recordado nosotros c o m o aliento i c o m o g l o ria su hazaña del rio de Piura, en esta frase de llana i n t i m i d a d : — C u i d a d o con aflojar un pelo! i el taimado i lacónico viejo contestónos de su p u ñ o i letra c o m o sigue: " C a m p a m e n t o de San A n t o n i o , A b r i l 30 de 1 8 8 0 . — Querido v i e j o : — T u r e c u e r d o del rio Piura del año 38 m e enorgullece. ¿Estás c r e y e n d o , querido viejo, q u e p o r q u e ahora tengo mas de 66 años p o d r é aflojar un pelol T e n go la c o n c i e n c i a que al h o m b r e a quien se m a t a por la atria d e la manera en q u e estamos c o m p r o m e t i d o s , se le ace un servicio. ¿Podré aflojar?—Tu a m i g o — J u a n Antonio Vargas." I bien otra vez! El n o b l e viejo h a c u m p l i d o , i el m a n t o

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CUARTO.

de los bravos h a cubierto su c u e r p o i lo ha vestido d e v o l viéndolo otra vez c o n su casaca rota, pero su pellejo entero, a sus amigos i a su hogar. I en el A l t o de T a c n a ha renacido de n u e v o el viejo Carampangue, en sus mejores tipos; de suerte que al ver desfilar sus mitades lejendarias en la sombra de los t i e m pos, los que vivimos solo para glorificarlos, nos d e s c u b r i m o s respetuosos la frente, i saludando en el desfile a sus viejos capitanes, esclamamos al ver pasar a Juan A n t o n i o Vargas P i n o c h e t al frente de aguerrida mitad e v o c a d a por l o s clarines de ayer de sus olvidadas tumbas: ¡Viva el viejo Carampangue! B. VICUÑA

MACKENNA.

Santiago, J u n i ó de 1880.

MUERTE D E L ÚLTIMO CAPITÁN DEL CARAMPANGUE.

I. Los diarios d e la capital anuncian hoi el fallecimiento de u n o de los mas valientes i prestijiosos jefes del ejército, ocurrido ayer en Tacna. El teniente coronel d o n J u a n A n t o n i o Vargas, q u e h a bía sobrevivido a n u e v e balazos i a 57 años de servicios en 66 de vida, ha s u c u m b i d o a una enfermedad a g u d a que ha sofocado en pocas horas su robusta naturaleza. Pierde en él el ejército de Chile no solo u n jefe distinguíd o i u n tipo casi ú n i c o de soldado, sino un guia seguro de p r ó x i m a s victorias. E l c o m a n d a n t e Vargas c o n o c í a el derrotero d e L i m a , i 42 años hace entró a ella bajo el arco de ladrillo de la p o r tada d e Guia, a t a m b o r batiente i banderas desplegadas, m a n d a n d o una mitad del invicto Carampangue. II. H e m o s n o m b r a d o el batallón en q u e el c o m a n d a n t e Vargas hizo su carrera militar, o mas bien, h e m o s n o m brado al m i s m o Vargas que se identificó casi desde el v e nir a la vida c o n esa famosa j e n t e araucana. N a c i d o en Chillan el V i e j o en 1814, Vargas era cadete del Carampangue en 1827, es decir c u a n d o tenia 13 años. I militó en sus'filas hasta q u e el viejo Carampangue rindió su última hilera i desapareció del escalafón del ejército activo en la vorájine de L o n c o m i l l a . III. Con el Carampangue peleó Vargas en Chillan el 16 d e Setiembre d e 1829 contra el c o r o n e l Viel q u e asediaba esa plazo, i en esa acción de guerra recibió su primera herida en el labio superior, herida de bala. C o n el Carampangue peleó en Lircai i en Guia. C o n el Carampangue peleó en Piura el 30 de S e t i e m bre de 1838 i e m b a r c a d o en Casma el 12 d e E n e r o de 1839, víspera de Y u n g a i . E n mar i en tierra el capitán Vargas era siempre Carampangue. P o r esto h e m o s sustituido a su n o m b r e francés de P i n o c h e t , su n o m b r e araucano i lejítimo de Carampangue. Llamaban a Vargas los p o n e - n o m b r e s arribanos el Checo- Vargas. ¿Pero sus c o m p a ñ e r o s d e armas n o preferirán honrarle en adelante c o n el n o m b r e q u e hoi le damos? IV. Hallóse Vargas en la batalla d e Cerro Grande c o m o 2. ° j e f e del 7. ° de línea el 29 d e Abril de 1859; i allí, c o m o en Tacna, recibió d o s balas, una en el brazo d e r e c h o i otra en el costado izquierdo q u e le fracturó el reloj h a ciéndolo chafalonía. E n Tacna la m i s m a bala le tocó tres veces, pero en u n sentido inverso, porque una bala boliviana le hirió l e v e m e n t e el brazo izquierdo i otra bala le atravesó la espalda p o r u n m o v i m i e n t o singular d e circunvalación, q u e q u e -


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GUERRA

DEL

PACIFICO.

m a n d ó l e la cutis lo desaprctinó la casaca c o m o c o n los XXIL dientes de una sierra. I en esa ocasión tuvo el bravo Carampangue una e s c l a Silografia del C o r o n e l d o n Alfonso l i g a r t e , j e f e del macion digna de su gruesa boca de soldado, s o m b r e a d a B a t a l l ó n í q n i q u e , wor J. V. © c u o a . por áspero m o n t e do quilas erizadas en bigote. "Concurrieron al lugar donde se deHallábase al lado dol 2. ° jefe del Chillan el valiente j ci dia la suerte de dos naciones, el Ba" Daniel García Yidela, hoi desairado después de la victo- I tallón Iquique número 1. °, cuyo valiente jefe, el señor coronel Ugaric fué heriria, i cuando se vio horido do aquella cstraña manera, do en la cabeza i continuó, no obstante, mirándose el rasgón por encima del h o m b r e en c u a n t o alentando a su tropa con el ejemplo conalcanzaba su tosco torso de león envejecido, dijo a su firmado por su sangre. " (Parte oficial de la batalla de Tarapacá.) c o m p a ñ e r o de armas, entre airado i risueño: " H i j o s do tal; ni apuntar saben estos t a l e s . . . " Puesto que en los presentes estudios de la guerra v a m o s estableciendo, al hablar de los personajes, una natural V. ilación de los sucesos, desdo la declaratoria de aquella hasta los desgraciados sucesos de Camarones i San F r a n Esas palabras pintan al h o m b r e i al soldado de talla cisco, es j u s t o que terminemos la relación hasta aquí h e entera. cha, c o n t a n d o lo acaecido después de las tristes j o r n a d a s Para Vargas-Carampanguo las únicas balas que eran de Tarapacá i que es nada menos que el único i glorioso balas, las únicas punterías que eran punterías, eran a q u e triunfo c o n q u i s t a d o por las armas de la Alianza. llas que bandeaban el cuerpo mitad por mitad. Es el 2 7 de N o v i e m b r e ele 1 8 7 9 . Pero, lo h e m o s d i c h o en otra, ocasión i en un diario do A l hablar de esa increíble victoria, no se puede dejar I q u i q u e en que escribíamos algo en h o n o r do este viejo de recordar a un militar valiente, héroe do la guerra del amigo, hace seis meses. Pacífico, llamado Alfonso Ligarte. "¡jas balas daban boto 011 aquella dura epidermis del Nació en 1 8 4 6 en Tarapacá, i c o m o buen hijo del rico guerrero antiguo, i por eso todos los proyectiles pasaban departamento de su patria, dedicóse desde sus tempranos su busto de s o s l a y o . . . " años a arrancar los preciados tesoros del suelo en q u e naciera. VI. Desdo mui j o v e n fué salitrero i salitrero millonario, El comandante Vargas debió ser h e c h o coronel dessegún asevera Vicuña Alackenna en su Historia d e la pués do Tacna. Pero otros se pusieron antes q u e él en la campaña do Tarapacá. puerta i en la fecha do palacio i lo dejaron para mas tarFigura simpática, continente modesto, alma pura i pade. I, sin embargo, aquel bravo viejo tenia el 3 1 de Julio triótica, — tales eran las faces revelantes de Alfonso último, c o n f o r m o a su postrera hoja de servicios, 56 años, Ugarto. 11 m e s e s i 2 0 d í a s . . . Era j u s t o que esperase... Sus ojos negros, su abundante cabellera, su pálida U n a pulmonía fulminante, mas certera que las balas, frente i su melancólica fisonomía, le daban t o d o el triste ha acortado el plazo de la antesala,, i el c o m a n d a n t e V a r presentimiento que p u e d e adivinarse en un h o m b r e d e s gas, que iba a marchar al frente do su Tejimiento en la tinado a la muerte por invisible hado. 1. brigada de la 2. División, ha muerto en su cama Cuando vio a su patria empeñada en injusta guerra, de cuartel en Tacna. abrió n o b l e m e n t e las gavetas do sus riquezas, para ofrecerla en defensa de aquélla i se apresuró a organizar por VIL su cuenta u n batallón c o n el n o m b r e de I q u i q u e . Se puso al frente de ese brillante cuerpo c o m o 1er. Poro nó. Vargas no h a desaparecido sino c o m o sombra, jefe, m o n t á n d o l o a su costa c o n todo lo q u e era m e n e s p o r q u e tras sus nobles pasos, c o m o los recuerdos do añoso ter para dar principio a una campaña tan seria c o m o la roble, han brotado en las selvas del Biobio los soldados que a la sazón se iniciaba. que recojieron dol m u r o de T a l c a h u a n o i del paso del rio " N o se contentó ligarte con uniformar su batallón; c o A r a u c o la bandera que c o b i j ó su heroica niñez de soln o c i e n d o la aflictiva situación del erario i las penurias dado. do la Caja Fiscal de I q u i q u e con la aglomeración de dos I así, c u a n d o los restos del viejo capitán del viejo Cadivisiones, regaló a n o m b r e do la casa de que era j e f e 1 0 , 0 0 0 rampangue vuelvan a sus lares, serán los soldados dol n u e soles i se suscribió con la suma mensual de 1,000 soles, v o Carampangue los que llevarán en sus h o m b r o s la urna c o m o donativo para la g u e r r a . . . del bravo para dejarlo en paz en el sitio que naciera para N o habia nacido, sin embargo, para los combates. Su eterna i briosa guerra. carácter apacible, su dulce condescendencia c o n los q u e le rodeaban, especialmente c o n aquéllos q u e formaban el VIII. íntimo i amistoso círculo de cada dia, le hacían inaparenJ u a n A n t o n i o A'argas se ha ido al m u n d o do la fama te para la severa i áspera carrera de las armas. c o n nueve batallas en su hoja de servicios i nuevo balazos N u n c a se imajinó que su país lo colocara al frente de en el tronco de su cuerpo. una division i que los acontecimientos lo elevarían a la inmensa altura a que lo c o n d u j o su h e r o í s m o . " ( 1 ) I si sus compatriotas do allende del N u b l e erijen a su memoria tosco t ú m i d o de piedra i alguna vez nos honraran con el dictado de su epitafio, les rogaríamos tínicaEl destino, la casualidad, o llámese lo q u e se quiera» m e n t e que en lugar do poner su n o m b r e do familia, esculalgunas voces tiene justicia sobrada para pagar en m o piesen en la lápida del bravo esta leyenda de gloria i do neda corriente i al c o n t a d o las injusticias o calumnias de justicia: los pueblos i de los h o m b r e s . ¡AQUÍ YACE El. VIEJO OAllAMl'ANGUE! Así, mientras el pretencioso e i m b é c i l Suarez meditaba su funesto parte sobre la batalla de San F r a n c i s c o , c o n Santiago, N o v i e m b r e 2 3 de 1K80. ánimo de escarnecer la honra de Bolivia, el c o b a r d e J e neral L o p e z L a v a d o entregaba maniatado al chileno el 13. V I C U Ñ A M A C K E X N A . puerto de I q u i q u e de que ora prefecto, por culpa esclusi| va de Suarez, arrojando eterno baldón do v e r g ü e n z a al | n o m b r e peruano. -

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( 1 ) LA PAHUA de Lima de Junio 2 1 de 1 8 8 0 .


CAPITULO

Y a h e m o s relatado el c ú m u l o de errores eme p r e c e d i e ron a la incoherencia militar de Han Francisco. Mientras que el Jenera! Buendía c o n d u c í a el ejército aliado a estrellarse contra las calicheras de .Dolores i San Francisco, quedaba custodiada la plaza de I q u i q u o por la división de nacionales, al m a n d o del valiente i m a l o g r a d o c o r o n e l Rios. A q u e l l a división constaba de cerca de 1,000 h o m b r e s , f o r m a n d o en primera línea el Batallón I q u i q u e , del cual era 1er. jefe el coronel l i g a r t e . C o n o c i d o extra-oñcialmente en I q u i q u e el desastre de San Francisco, reunió el Comandante Jeneral de la 5 . D i v i s i ó n peruana, coronel Rios, un consejo de guerra.— Concurrieron a él, los coroneles A d u v i r e i Velarde i los comandantes La Torro i Melendez i el coronel Ugarte. La m a y o r í a resolvió internarse h a c i a Tara p a c a . Así se hizo. 0 3

CUARTO.

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los mismos dispersos prisioneros, respecto al n ú m e r o de jento que contenia Tarapacá. VA 26 do N o v i e m b r e llegó, a las 2 A. M , a tres leguas distante do este pueblo, i allí tuvo seguridad de que las fuerzas aliadas pasaban do 3,000 h o m b r e s . — P i d i ó refuerzos inmediatamente i se le m a n d a r o n do Santa Catalina el R e j ¡ m i e n t o 2. ° de línea, la Artillería de Marina, el B a tallón C h a c a b u c o , 10 piezas de artillería i 25 cazadores de a caballo, que hacían una división de 3,01)0 h o m b r e s , p o c o mas o menos, unidos los cuales a los 310 de V e r gara, ascendían a u n total de 3,310 soldados de las tres armas. C o n esta fuerza se c o n t i n u ó la marcha. Los chilenos c o r o n a b a n las alturas de Tarapacá, el 27 al amanecer. A q u í principia la epopeya. 1

B u e n d í a i Suarez pensaban únicamente en la retirada, 0 n o pensaban en nada, c o m o sucedió en toda la c a m p a ña del Sur. A las 8 A . M. se apercibió el ejército aliado de la presencia del enemigo, i cada soldado se aprestó a la defensa 1 la venganza, c o m o leones heridos en la víspera i por la espalda. División Vanguardia 500 Eran fuerzas iguales, ¡IOCO mas o m e n o s , las que iban a Id. Primera G00 combatir; pero en c a m b i o los chilenos tenían la ventaja Id. Segunda 550 de haber o c u p a d o inmejorables posiciones, de d o n d e d o Id. Tercera f>20 minaban todos los caminos de salida del p u e b l o i del vaId. Esploradora 500 lle, en conformidad a un plan estudiado de antemano. Id. Rios 1,G00 Los aliados no tenían plan de ataque ni de defensa, p o r que recibían de sorpresa la visita e n e m i g a : — n o contaban 4,270 mas que c o n el esfuerzo sobrenatural de cada h o m b r e , de En este ejército cercenado i abatido, podia contarse cada soldado. A q u e l l a reunión de fuerzas individuales c o n que se iba c o m o lunares a los bolivianos que habían q u e d a d o en Ta- j a luchar i vencer, tenia un solo a p o y o — e l coronel Andrés rapacá después de la dispersión. (1) ¡ A v e l i n o Cáceres—este valiente jefe era el eje motriz de ¿Cuál la causa? ! aquella resistencia. P o r una parte, la cobardía i a m b i c i ó n de algunos de ! A las 9 A . M. se r o m p i e r o n los fuegos de ambas partes. nuestros jefes, que prefirieron volver llenos de deshonra • — P a r a llegar nuestros soldados a ponerse frente a frente a la patria antes de verter la sangre que a ésta le pertec o n los chilenos tenían que escalarlas enriscadas p e n d i e n necía, i por otra, la sistemática opresión del Jeneral B u e n ! tes de la quebrada, recibiendo en la difícil ascensión el día i del coronel Suarez, que intentaron dislocar la A l i a n certero i nutrido fuego de la artillería i fusilería enemiga, za, a b a n d o n a n d o a nuestros soldados, privándolos de t o d o — c o m o blancos do acero fundidos en la fragua del h e recurso i protestando no contar mas c o n los boliviaroísmo. nos. (2) Sin herir, eran heridos a mansalva, c o n la alevosía c o n Es así que la única representación visible que tuvo S o que hieren los chilenos. livia en aquel ejército, fué el heroico Batallón Loa, forLa división Cáceres e m p r e n d i ó por la cuesta de Arica; m a d o en I q u i q u e i perteneciente a la división Rios. la división R i o s , por los desfiladeros de la quebrada; la Los chilenos creyeron que c o n San Francisco habían división Bolognesi, fué a tomar la parte Sur del valle, i terminado su primera campaña terrestre sobre la costa las c o l u m n a s Tarapacá i Noria atacaron por abajo de la peruana, i los mas de los jefes enemigos se opusieron a la quebrada, c o m o para tomar de frente u n a de las alas eneidea del entonces secretario del Jeneral Escala, señor J o migas. sé Francisco Vergara, de mandar una espedicion sobre las El resto de las fuerzas, acudía c o m o reserva simultáfuerzas dispersas a fin de acabar de desbaratarlas. neamente a todos los puntos citados, escepto las divisioEl Jeneral en Jefe Escala, el Ministro de la Guerra, el nes 1 . i Vanguardia estacionadas en Pacifica, que fueron Jeneral B a q u e d a n o , el Jefe de Estado M a y o r Emilio S o - llamadas o p o r t u n a m e n t e al lugar del peligro. tomayor, etc., rechazaban la idea de ir otra vez tras u n El c o m b a t e arreciaba, i cada soldado sacaba aliento de segundo éxito, q u e podia desbaratar la fácil gloria alcan- su cansancio, valor, de su herido amor p r o p i o . — A l m a r zada en el primero. char firme i resuelto al encuentro del enemigo, lo hacia Por fin, Vergara triunfó, entresacando del ejército 270 con la cabeza levantada, sin bajarla ante lo penoso de la zapadores, 15 granaderos de a caballo i 25 artilleros con subida, sin contar el n ú m e r o d é l o s qne lo acompañaban dos K r u p p s , en la persuasión de que los corridos refugiadiezmándose m i n u t o por m i n u t o i sin arredrarse, en fin, dos en Tarapacá q u e iba a dispersar, n o alcanzaban a ante el sacrificio.—Tema la vista fija en las alturas de la 1,000 h o m b r e s . quebrada, que para él eran las cumbres de la gloria, i su única ambición, trasformada en fiebre de gloria, era asEn el c a m i n o fué cerciorándose do q u e n o era tan fácil cender hasta ellas, c o m o esos seres de M í l t o n , m i t a d alíla obra que había e m p e z a d o , p o r informes recojidos do jeles mitad demonios, que escalaban las cimas del espacio (1) Hablamos de los soldados de las divisiones Villegas i Villa'mil dispersos a conquistar el Paraíso. en San Francisco; que lo que es bolivianos, les Imbo muchos con uniforme de Así cayeron muertos o h e r i d o s : — M e l e n d e z , Pflucker, peruanos, puesto que es probado que la división Rios de nacionales, era en su mayor ¡jarte compuesta de industriales bolivianos de Iquique i de las oficinas Alfonso Ugarte, Suarez (M.), Moran, Zubiaga, Rios, R i v e r a salitreras.—Especialmente el cuerpo del valiente coronel Ugarte, se componía i demás héroes, c u y o s nombres están inscritos con sangre esclusivamente de bolivianos, así cuino el Batallón Loa. jenerosa en las inmortales cuestas de Tarapacá.... ^ (2) Palabras testuales del Jeneral Buendía al teniente coronel don Juan Los aliados, faltos de municiones i abrumados p o r la lialza, 3er. jefe del Batallón Ulimani, quien se le presentó a pedirle órdenes.

Las fuerzas reunidas en Tarapacá el 2G de N o v i e m b r e , inclusive la división R i o s incorporada en la tarde de este día, después de haber evacuado I q u i q u e i salvado milagrosamente una difícil travesía por arenales ocupados ya por el e n e m i g o , — a s c e n d í a n a 4,270 h o m b r e s , distribuidos de la siguiente manera:

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G U E R R A DEL PACIFICO.

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sed, eran obligados a abandonar la difícil obra de la ascensión, para bajar al pueblo en busca de agua o de m u niciones. La bandera boliviana estaba allí representada d i g n a m e n t e . — E l Batallón L o a así c o m o el I q u i q u e , a m b o s de la división RÍOS, hacían prodijios de valor, i una vez que pudieron dominar las alturas, dieron principio i fin estos d o s cuerpos a la victoria, t o m a n d o cañones chilenos i r e c h a z a n d o al m i s m o tiempo quo dispersando a la caballería en su primera carga. (1) A las 12.30 P. M. la derrota del ejército chileno estaba d e c l a r a d a . — F u é c o n s u m a d a a las 3 P. M. p o r las divisiones 1 . i V a n g u a r d i a , q u e llegaron de Pachica, en tiempo o p o r t u n o , a tomar una buena parte de gloria en aquella memorable jornada. Los chilenos en su fuga, dejaban en poder de los aliados, c o m o botin de guerra, cerca de 400 prisioneros, siete cañones, varias banderas i el estandarte del Rejimiento 2. ° de línea, t o m a d o en el fragor del c o m b a t e por el sárj e n t e Mariano de los Santos, del Batallón Guardias de A r e q u i p a (2). Chile recibió un m e r e c i d o castigo en aquel d i a . — L a s bayonetas de nuestros soldados arrollaron todo: parapetos, cañones, caballería, posiciones magníficas i cuanta s u p e rioridad tuvo el enemigo. C o n solo infantería venció la Alianza a u n ejército igual en número, c o m p u e s t o de las tres armas, atrincherados en baluartes inespugnables i enorgullecido c o n el fácil triunfo de la víspera. ¡Loor al 27 d e noviembre! Bendita la memoria de los que sucumbieron en tan brillante jornada. Q u e su recuerdo i el de Tarapacá nos alienten en las desgracias de hoi i nos den fortaleza para la venganza i reparación de mañana. H o n r a eterna al Batallón I q u i q u e , levantado i c o n d u c i d o a la victoria por el noble l i g a r t e , así c o m o el Batallón L o a i a sus valientes jefes R a i m u n d o G. Flor, Trinidad G u z m a n i F e r n a n d o Monroi. 05

D u r a n t e la acción que h e m o s recordado, A l f o n s o U g a r te fué después de Cáceres i R i o s la figura que mas se distinguió por su serenidad en el c o m b a t e i su á n i m o resuelto para el e m p u j e definitivo. E n una de las veces en que le c u p o rechazar c o n su cuerpo la carga de ia caballería chilena, olvidó su deber de jefe; enardecido per la pelea, t o m ó u n W i n c h e s t e r i se lanzó a la lucha c o m o simple s o l d a d o . — E s entonces q u e c a y ó herido. El proyectil lo habia c o m p r o m e t i d o seriamente el cráneo, resbalándole al través de la frente i dejándole una huella sangrienta e indeleble hasta la rejion o x i pital. N o p o r ésto a b a n d o n ó la refriega; v o l v i ó a ella c o n mas ardor i coraje hasta que se vio c o r o n a d o c o n los laureles del triunfo. Después que él estuvo d e c i d i d o , la tarea de Ugarte c a m b i ó de aspecto, g a n a n d o en nobleza:—fué la de recorrer el c a m p o de batalla, conteniendo aquel feroz repase d e heridos i la inmolación de prisioneros, que c o n d e n a n las leyes modernas i que el ejército chileno sufrió en Tarapacá c o m o terrible represalia de Pisagua i Jermania. ( 1 ) El escritor chileno don Benjamín V. Mackenna en su obra Historia déla campafia de Tarapacá, que recien ha llegado a nuestras manos, dice lo siguiento, pajina 1 , 0 7 7 : Reforzados en el instante propicio por la división Rios que habia quedado en gran parte de reserva en el pueblo durante la primera hora de la lucha, recobraron los peruanos en una carga definitiva el terreno que comenzaban a perder, no sin dejar en el campo nobles vidas. Calló allí herido en la frente el pundonoroso coronel Rios, i en seguida derribado del caballo el comandante del Iquique don Alfonso Ugarte; pero vendándose con su paíluelo, siguieron ambos batiéndose para dar ejemplo." 1 1

( 2 ) Hai disputa i duda sobre si tal estandarte fué tomado por dicho sarjento o por un soldado del Loa cuyo nombro no recordamos. — E l caso es que Santos fué quien lo presentó.

El importante jefe q u e solo habia tomado la espada para defender a la patria, pronto debía s u c u m b i r c u m p l i e n do la sagrada misión que voluntariamente se i m p u s o . El 7 de J u n i o de 1880, en la gloriosa resistencia de Arica, m u r i ó Ugarte tan heroicamente c o m o el inmortal Bolognesi, jefe de aquella plaza. L a muerte de Ugarte, tal c o m o se la cuenta, es digna de los dioses de la mitolojía. Batallar, resistir, afrontarse a las balas sin poderlas encontrar i por último lanzarse al océano a fin de n o soportar la vergüenza de rendir la valerosa espada ante el e n e m i g o . . . es tan sublime!—es tan grandioso!— q u e la e p o p e y a lo debe inmortalizar. " E l último acto de la corta pero interesante carrera de A l f o n s o Ugarte, revela de cuanto era capaz esa alma verdaderamente grande. A c o s a d o por innumerables enemigos, v e n c i d o ya en la c u m b r e del Morro histórico, p r e senciando la mutilación de los caidos, la profanación de esas reliquias sagradas del heroísmo, quiso sustraerse a las manos enemigas, i clavando las espuelas en los hijares de su caballo, se lanzó al espacio/, desde aquella i n mensa altura, para caer despedazado sobre las rocas de la orilla del mar." (3) Ugarte, c o m o Gran, c o m o A b a r o a i c o m o todos esos santos recuerdos de nobles sacrificios en la presente guerra, vivirá palpitante entre ondas de luz i de gloria en el t e m p l o del patriotismo.

XXIIL EDITORIALES. (FERROCARRIL de Santiago de 1 2 de Julio de 1 8 8 0 . )

L a declaración del señor Ministro de H a c i e n d a en la líltima sesión de la Cámara de D i p u t a d o s , relativa a la enérjica i activa prosecución de las hostilidades, e n c o n trará en el país los mismos aplausos c o n que fué recibida por el auditorio q u e o c u p a b a las galerías de la Cámara. El Gobierno, en presencia del h u n d i m i e n t o del Loa en la bahía del Callao, h a determinado imprimir a la guerra la rnaj^or enerjía posible. Era y a t i e m p o de abandonar estériles contemplaciones c o n u n e n e m i g o rebelde a las enseñanzas de los desatres i q u e cree lícito el empleo de todos los m e d i o s de destrucción, p r o v o c a n d o dia a dia las justas represalias del vencedor. Hasta ahora nuestra presencia en el territorio enemigo i la o c u p a c i ó n de sus ciudades i poblaciones, h a sido mas bien una ostentación de j e n e r o s i d a d i m p r u d e n t e , que el merecido castigo impuesto a los que h a n lanzado a nuestro país en los sacrificios i calamidades de la guerra. Esas poblaciones han asistido atónitas i sin atinar a c o m p r e n d e r c o m o nuestros ejércitos victoriosos, lejos de hacerles sentir el peso a que la guerra sujeta a los v e n c i d o s , hayan desplegado u n lujo d e p r o t e c c i ó n i garantías q u e estaban m u i distantes de gozar bajo el imperio de sus propias leyes. La toma de posesión de las ciudades enemigas h a sido en realidad para sus pobladores la liberación d e u n a situación penosa i casi insoportable, agravada dia a dia por la exijencias de sus autoridades militares i sin otra espectativa q u e los horrores crecientes del h a m b r e i la desesperación. H a a c o n t e c i d o , c o m o recientemente en T a c n a , que mientras nuestros heridos quedaban tendidos i a la intemperie en el c a m p o de batalla, los habitantes enemigos continuaban tranquilamente en sus hogares g o z a n d o de todas las c o m o d i d a d e s q u e en tales circunstancias es posible apetecer i amparados por la respetuosa consideración de nuestras autoridades. Mientras nuestros valientes sucumbían o agravaban sus dolores sin encontrar un lec h o de reposo, los que preparaban coronas i banquetes a (3) LA PATRIA de Lima de fecha ya citada.


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CUARTO.

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T e n e m o s a la vista algunos datos q u e suministra a este respecto el señor A r t u r o Yillarroel, c o m i s i o n a d o por el Jeneral Baquedano para descubrir i descargar las minas de Arica, datos c o m p r o b a d o s por varios testigos oculares de lo acaecido en aquella plaza fortificada i q u e patentizan el criminal abuso de la Cruz R o j a h e c h o por nuestros enemigos. "Cuatro dias después de la toma de Arica, dice el señor Villarroel, c u a n d o y a conocía d o n d e estaban situados los cuatro observatorios de sus defensas i sus guias eléctricas, i m e ocupaba en la estraccion de las minas, el señor J e neral en Jefe m e envió al señor Manuel C. Latorre, j e f e principal de las obras de defensa de aquella plaza c u a n d o fué tomada. A varias preguntas q u e le dírijí, m e dio, entre otras, la siguiente respuesta: " q u e u n o de los observatorios se e n contraba en una pieza del hospital, al Este del m i s m o edificio, d o n d e estaba enarbolada la Cruz R o j a . " Ese hospital está situado inmediatamente al Este d e la p o b l a c i ó n de Arica. E l observatorio se hallaba en una pieza que parece haber sido depósito, i c o n sus guías eléctricas d o m i n a b a las minas de ios dos cementerios i las colocadas en la parte Sur del f o n d o del valle de Azapa, entre el talud del cerro i el valle. Varios empleados del hospital m e dijeron, contestando a mis interrogaciones: Q u e la Cruz R o j a se había enarbolado en ese hospital desde q u e principió el b l o q u e o ; q u e la 2 . ambulancia peruana, inmediatamente después de l a t o m a de Tacna, se instaló en el m i s m o local, i que hasta esa fecha s i e m pre habían m a n t e n i d o izada la m i s m a bandera. C u a n d o la entrada i salida de la Union en Arica, v i durante ese dia i siguiente siempre enarbolada la Cruz R o j a en el m i s m o hospital d o n d e encontré el espresado observatorio. D o s dias antes de la t o m a de A r i c a v o l v í a ver en el m i s m o lugar la citada bandera q u e protejia al hospital i que, sin embargo, amparaba de los fuegos de la escuadra i N o h a c e m u c h o t i e m p o la Inglaterra h i z o arrasar u n puerto del J a p o n para castigar la muerte de u n o d e los ejército chileno las minas preparadas contra éstos de t i e m p o atrás. tripulantes de sus naves. A b o r d o de la escuadra oí repetidas veces r e c o m e n d a r Después de u n h e c h o c o m o el del Loa, cualquiera de las potencias europeas habría b o m b a r d e a d o sin piedad n o se hiciera fuego sobre aquella bandera q u e ostentaba las poblaciones de la costa al alcance de los cañones de | la Cruz R o j a . " su armada. Se habría d a d o , c u a n d o mas, u n breve plazo I esta misma bandera flameaba aun al dia siguiente d e para q u e los neutrales pusieran a cubierto c o m o pudieran la t o m a de Arica, i era u n testimonio irrecusable d e la sus personas e intereses, i Chorrillos i demás caletas v e c i - perfidia peruana que cobijaba bajo esa n o b l e insignia de nas al Callao habrían sufrido el castigo inmediato de la todos respetada i símbolo de salvación, las baterías e l é c pérfida alevosía. tricas q u e debían hacer volar la ciudad i c o n ella el ejército chileno. Si nuestras victorias se traducen para las ciudades eneI esa bandera de la Cruz R o j a , la vieron todos los q u e migas en protección i m p r u d e n t e de las personas e interese hallaron en A r i c a el dia del c o m b a t e i subsiguiente, ses, si n o se hace sentir el peso abrumador de las hostilidades, si represalias terribles n o escarmientan a las allí m i s m o d o n d e se encontraban esos elementos de m u e r te i de destrucción. poblaciones en que se preparan i llevan a c a b o semejantes Con enemigos que apelan a tan vedados arbitrios para atentados, la i m p u n i d a d da aliento a la resistencia, la combatirnos, nuestra ofensiva debe ser cada dia mas rigojenerosidad se estima c o m o debilidad i nuestros sacrificios se h a c e n c o m p l e t a m e n t e estériles para el fin q u e se per- rosa e implacable. Celadas c o m o las de Arica i la del Loa exijen u n castigo pronto, enérjico i ejemplar. Nuestra essigue con la guerra. cuadra debe arrasar sin piedad cuanto esté al alcance de T o d o está manifestando la necesidad imprescindible d e sus cañones, mientras nuestro ejército lleva la desolación una represalia inexorable. i el espanto al corazón de sus principales poblaciones. Se recordará que después de la batalla de los Anjeles, N a d a de vacilación ni de jenerosidad imprudente c o n los no se encontraban p o r las calles de M o q u e g u a mas q u e q u e n o la c o m p r e n d e n i que, fuertes c o n su misma d e b i edificios con cruces rojas, i oficiales del ejército p e r u a n o lidad, p r o v o c a n altaneros nuestros rigores i hacen j a c t a n que la víspera habían h e c h o f u e g o contra nuestros soldacia de sus alevosías. dos, llevándolas también c o m o difraz en el p e c h o o en las Q u e vengan sin tardanza los actos a justificar las d e espaldas. E n T a c n a se repitió el m i s m o h e c h o , i en A r i c a las claraciones ministeriales en el Parlamento. cosas t o m a r o n u n carácter mas grave i d i g n o d e atención. Allí h a q u e d a d o de manifiesto que nuestros enemigos lleLAMENTABLE DESGRACIA. van el abuso de las insignias de la Cruz R o j a hasta un estremo i m p r u d e n t e e intolerable. E n A r i c a las autorida(De EL MERCURIO de Valparaíso de 10 Julio de 1880.) des militares d e esa plaza pusieron bajo la protección de L a pérdida del Loa, c u y o s pormenores aun n o c o n o la Cruz R o j a , n o ya los hospitales i lugares q u e ampara la humanitaria C o n v e n c i ó n de Jinebra, sino las b o c a s - m i - c e m o s , pero q u e desde luego sospechamos terribles, h a v e n i d o a c o m p r o b a r lo que tantas veces h e m o s repetido, esto nas preparadas para el esterminio de nuestras fuerzas.

nuestros enemigos, tenían camas, alimento i abrigo libres de inquietudes i zozobras. T o d o esto parece a primera vista inverosímil i, sin e m bargo, es lo acontecido. Semejante sistema do hostilidades n o h a existido j a m á s en la historia de la guerra entre las naciones. Esto mas que guerra, es el amparo de los enemigos a costa de la salvación i de la vida de los que vierten su sangre en defensa de la patria. L o s pobladores de Tacna, apenas o c u p a d a la ciudad por nuestras fuerzas vencedoras, h a n d e b i d o ser sometidos a la requisición severa de todos los elementos de que disonian para la traslación i albergue de nuestros heridos, os lechos de nuestros enemigos han d e b i d o ser sin tardanza o c u p a d o s por las víctimas sobrevivientes del c o m bate. N i n g ú n residente de Tacna h a d e b i d o permanecer tranquilo en sus hogares, mientras que nuestros heridos estuvieran en el desamparo del c a m p o de batalla. Esto i m u c h o mas es lo q u e autorizan los usos correctos de la guerra entre las naciones q u e o c u p a n el primer puesto en el m u n d o civilizado. ¿Acaso n o están frescas en la m e m o r i a las requisiciones del ejército alemán en las poblaciones francesas? ¿Se ignoran, por ventura, los procedimientos de la R u s i a en T u r q u í a i de la Inglaterra en Asia? Las poblaciones enemigas ocupadas quedan en todas partes sujetas a los rigores d e u n réjimen escepcional. Se les i m p o n e la obligación de atender i cuidar a los h e ridos, de procurar todos los elementos disponibles de trasporte i de ejecutar personalmente esos servicios c u a n d o n o p u e d e n hacerlo de otro m o d o . Los lechos, el abrigo i los alimentos tienen que cederlos al alivio de los enfermos i al m a n t e n i m i e n t o de las fuerzas d e ocupación. N i la Prusia, ni la Inglaterra, ni la Rusia, ni potencia alguna q u e se apodere d e una c i u d a d enemiga, habrían c o n s e n tido j a m á s q u e faltasen lechos para sus heridos i q u e continuaran tranquilamente o c u p á n d o l o s los habitantes de las poblaciones vencidas.

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G U E R R A D E L PACIFICO.

es: que el Perú está decidido a hacernos guerra hasta el se acrimino nuestra c o n d u c t a , sino hasta se p o n g a en d u último estremo i sin mirar si los medios que emplea son da la lejitimidad del empleo de esta arma d e guerra, q u e legales o prohibidos, nobles o profundamente infames. usaron ellos antes que nosotros, aunque c o n desfavorable U n país que, después de una se'rie de derrotas tan d e - resultado. sastrosas, n o tiene escrúpulos en recurrir a estratagemas C o m o n o seria la diversidad de éxito, desventajoso p a que p o n e n tan de manifiesto su perversidad fria i c a l c u - ra Chile hasta hoi, lo que podría justificar el rechazo i ladora, es u n país n o solo indigno de los miramientos d e - c o n d e n a c i ó n que pretende hacer ahora de u n m e d i o de bidos a todos los pueblos civilizados, sino perfectamente hostilidad empleado antes tantas veces por él, se apela a merecedor d e l castigo que quieran imponerle sus v e n c e - los h e c h o s mas notoriamente falsos para llenar tan ilusodores. rio fin. Si Piérola tuviese siquiera el p u d o r do su desgracia i D e d e l u e g o se insiste, c o m o para ofrecer u n contraste el sentimiento de su deber que le m a n d a n o precipitar a entre nuestra c o n d u c t a i la de nuestros enemigos, en afirsu patria en los abismos, de seguro que n o provocaría el mar que la destrucción del Z e a se verificó c u a n d o acababa rigor d e nuestras armas cerrándose las puertas a toda de desembarcar a los heridos nuestros que c o n d u j o del aveniencia. ¿Qué arreglo o c o n v e n i o d e paz podría haber puerto d e A r i c a . c o n u n G o b i e r n o que para reparar sus vergonzosos desasA h o r a bien: el Loa llegó al Callao c o n dichos heridos tres fia a los torpedos su venganza, olvidando que el v a - el 23 d e l pasado, los cuales fueron desembarcados ese lor do la desesperación n o es la celada cobarde, sino el m i s m o dia, q u e d a n d o libre ese b u q u e , que arboló i n m e arrojo que pasma hasta al m i s m o e n e m i g o q u e lo c o n diatamente sus insignias de guerra, incorporándose e n su templa? escuadra i c o m e n z a n d o a hacer el servicio c o m o todos los demás, siendo u n o de los q u e hacían la vijilancia i m a n N ó ; c o n el Perú n o puede haber y a mas paz que la tenían el b l o q u e o de ese puerto. quietud sepulcral que le i m p o n g a n nuestros cañones i nuestras baj'onetas. Creer lo contrario seria creer en una F u é estando de guardia en la rada i haciendo su ronda q u i m e r a indigna de nuestra perspicacia. c o m o p u d o ser el indicado dia objeto d e la aplicación d e Por fortuna y a son contados los q u e tal piensan, i esto d i c h o torpedo, que n o le estaba destinado especialmente; es precisamente lo que debe obligar al G o b i e r n o a aprepues si le c u p o su desgraciada suerte fué precisamente surar la espedicion a Lima, que será la j o r n a d a m a s g l o por c o n s u m a r actos d e hostilidad, c o m o el d e l apresariosa i la que p o n g a al fin remate a la guerra en que estamiento d e una embarcación q u e se encontraba al garate famos empeñados. en la m e n c i o n a d a rada. Mientras tanto, es necesario que nuestra escuadra obre; ¿Qué perfidia ni deslealtad cabe en esa represalia lejíes preciso que, por lo m e n o s , Chorrillos, q u e es la m a n tima d e actos permanentes d e hostilidad, c o m o son el sión de deleites de los habitantes d e L i m a , sea r e d u c i d o a b l o q u e o , los ataques frecuentes a nuestro puerto- d e l Capavesas. A l crimen atroz debe seguir el castigo c o n la c e - llao, el apresamiento i confiscación d e nuestras e m b a r leridad del rayo; i en este caso n o es solo castigo el q u e caciones, el cañoneo a nuestros trenes de A n c ó n , i cuanto es preciso i m p o n e r a u n e n e m i g o tan villano i tan d e s - h e c h o hostil p u e d e n c o n s u m a r contra nosotros los buques leal, sino espanto, a fin de que por el terror, ya que no por de la escuadra chilena que bloquean el Callao i sus calehidalguía, se guarde en adelante d o emplear los ruines tas vecinas? m e d i o s c o n q u e h a sacrificado tantas vidas que n o s s o n E l torpedo empleado, fué u n torpedo automático, de caras. lícito uso h o i entre todas las naciones; asi es que la cirEstamos ciertos d e que si el D i c t a d o r del Perú n o c o n - cunstancia de n o ser m a n e j a d o p o r j e n t e d e armas, a que tase c o n la i m p u n i d a d que lo permite una fuga en la h o - también se apela para c o n d e n a r su e m p l e o , carece d e t o ra de la rendición de cuentas, su c o n d u c t a seria m u i d i - da razón. versa, pues para u n farsante c o m o él, que es t o d o rencor La escuadra chilena, c u a n d o se presentó en esa misma i superchería, el hacernos t o d o el mal posible, aunque c o n rada del Callao el 21 de M a y o , c o n el objeto d e sorprenello se degrade todavía mas su d e g r a d a d o Gobierno, es der la nuestra, lanzó también u n torpedo de la m i s m a n a u n deleite i u n deber de situación imprescindible. turaleza, q u e casi o f e n d e a uno d e los buques neutrales, c u a n d o esa rada no se encontraba bloqueada c o m o hoi. Mientras tanto, las víctimas que han s u c u m b i d o c o n nuestro hermoso trasporte reclaman inmediata venganza. Las comparaciones que se hacen, pues, entre nuestra ¡A L i m a pues! A Lima! I una voz allí veremos si el arro- lejítima represalia i las de otras naciones carecen absogante D i c t a d o r que así nos rota a mortal duelo, nos espe- lutamente d e fundamento. ra al frente de sus denodadas tropas, o e n c o n t r a n d o mas Pero d o n d e mas se advierte la falta d e razón i la ciega d i g n o el copiar el ejemplo d a d o por el Almirante Jenera- i apasionada parcialidad d e l criterio d e Chile, al j u z g a r lísimo Montero, e m p r e n d e la fuga a b a n d o n a n d o su c i u - nuestra conducta, es en la que aconsejan sus cámaras i su dad a todos los rigores d e u n a invasión vengadora. D e prensa para realizar lo que allí se llama la j u s t a venganza. esta d u d a saldremos p r o n t o ; mas c o m o la partida d e la Nosotros i los neutrales, c u a n d o tuvo lugar la catásespedicion, por m u c h o que se acelere n o p u e d e s e r í a n i n - trofe del Loa, esperamos q u e el Almirante chileno, q u e mediata, es necesario q u e mientras ella llega, nuestra m a n d a tres poderosos blindados, intentase una lejítima escuadra p o n g a en j u e g o todas las hostilidades posi- reparación de ella a c o m e t i e n d o nuestros fuertes para rebles. ducirlos al silencio i realizar su tan amenazado incendio de nuestro puerto del Callao. El siniestro del Loa la obliga a esto, c o m o asimismo a obvervar toda la cautela, toda la prudencia que exijen Cualquiera marina d e l m u n d o , en cuya presencia se las circunstancias i mas que esto la perfidia i cobardía hubiese verificado el h u n d i m i e n t o d e l Loa así lo habría características d e la nación peruana. verificado. E s t o lo exijia el honor d e su país i d e su bandera. PRENSA EL

TORPEDO

PERUANA.

APLICADO

AL LOA.

(Editorial de E L PHIÍUAXO del 3 1 de Julio de 1 8 8 0 . )

El éxito funestamente adverso para nuestros enemigos que t u v o la aplicación h e c h a el 3 del corriente de u n torp e d o al trasporte de su escuadra Loa, h a sido ocasión para que en el Congreso i en la prensa de Chile, n o solo

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Pero estaba reservado a Chile que ni su escuadra, ni su Gobierno, ni sus lejisladores, ni su prensa c o m p r e n dan su deber i sean capaces de cumplirlos. L o que todos u n á n i m e m e n t e piden en represalia de la destrucción del Z o a por nosotros, n o es u n ataque enérj i c o i valiente a nuestras fortalezas d e l Callao, sino el b o m b a r d e o i el incendio d e nuestras indefensas costas i nuestros pacíficos puertos. Q u e la escuadra chilena reduzca a cenizas Chorrillos i A n c ó n , que n o tienen una sola b o c a de fuego ni u n sóida-


CAPITULO CUARTO.

do, pero q u e h u y a cobarde i vergonzosamente de nuestros fuertes del Callao, q u e la escuadra española batió c i n c o horas c o n buques de madera. Para agregar la cobardía al ridículo, u n diarista chileno habla de las murallas de A n c ó n , villa c u y o s edificios t o dos son de madera i a la rivera del mar. I esto se pide c o n las palabras del mas encarnizad o i sangriento o d i o , para castigar lo que ellos llaman una cobardía i una perfidia. H e allí trazado gráficamente el nivel moral de nuestros enemigos. Los m e d i o s de hostilidad mas lícitos son delitos de lesa h u m a n i d a d c u a n d o son empleados por nosotros. Los actos de una brutal barbarie, mas cobardes i c o n denados p o r el m u n d o civilizado, son graneles hazañas, acciones heroicas c u a n d o las practican soldados chilenos. Ese es el criterio de Chile, criterio lójico, natural en quienes llaman p r o v o c a c i ó n nuestra a su guerra declarada en el m o m e n t o menos esperado i preparada larga i sordamente, i que llaman rejeneracion la práctica de los mas espantosos crímenes c o n los que, a la sombra de la guerra, están espantando a la h u m a n i d a d . JOSÉ

LA

UNION

CASIMIRO

FEDERAL PERÚ-BOLIVIANA SEGÚN

ULLOA.

LA

PRENSA

CHILENA. (Editorial do LA PATRIA de Lima del 31 de Julio do 1880.)

El p r o y e c t o de U n i o n federal de los estados p e r ú - b o livianos, a u n q u e recibido en Chile c o n aparente burla, justamente la que proviene del deseo de ocultar la verdadera impresión, h a p r o d u c i d o en rigor una inquietud que se trasluce entre los alardes de poder i de fuerza i las amenazas de ira olímpica que fulmina su prensa diaria. E n v a n o se h a apelado al recurso de desacreditar el pensamiento alejando la posibilidad de su realización; en vano se h a puesto en j u e g o la táctica maquiavélica que consiste en dividir para triunfar i sembrar el e n c o n o e n tre los pueblos escitando su orgullo. Chile c o m p r e n d e cuanto es posible la formación de tal entidad, vislumbra el c o n v e n c i m i e n t o q u e hacia esa obra impulsa a los países p e r ú - b o l i v i a n o s ; c o n o c e q u e es la verdadera i mas grandiosa salvación de aquéllos i presiente que los desastres sufridos en la guerra, las lecciones de la esperiencia i las promesas del porvenir, e m p u j a n , n e c e saria i casi fatalmente, hacia la agrupación federal a los pueblos de estas d o s repúblicas que la naturaleza unió en oríjen i aspiraciones. ¿Qué le quedaría a Chile i cuál seria su papel realizado aquel grandioso pensamiento? ¿Qué vendría a ser Chile al lado del coloso q u e tuviese por asiento el centro i corazón de la A m é r i c a i por limítrofes casi todas la naciones del sub-continente? H é ahí la inquietud q u e los escritores chilenos p r e t e n den ocultar, bajo el m a n t o de n o sentida indiferencia i de impasible desden c o n q u e aparentemente reciben i c o mentan aquella noticia. Antes de recibirla i ahora m i s m o que y a la c o n o c e n , la estudian i la t e m e n ; persisten en su tarea de escitar los celos de los aliados d e p r i m i e n d o a los unos, mientras se enaltece a los otros, n e g a n d o a éstos virtudes que r e c o n o cen en aquéllos i ofreciendo a los u n o s la paz c o n v e n t a jas i miraj-es seductores, a la vez que se ofrece cuadros de horror i d e sangre a los otros para enjendrar entre todos la desconfianza, el odio resultivo de la vanidad herida i la discordia. ¡Inútil tarea! S u p o n i e n d o que nuestra aliada pudiera m o r d e r el c e b o de la lisonja i caer en el lazo que tan groseramente so le tiende ¿qué perspectiva le ofrecerían los criminales recursos a q u e apelan h o i ? ' Lo q u e principalmente h a n arrojado en t o d o t i e m p o

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los chilenos a los ojos de Bolivia mediterránea h a sido la perspectiva de una salida al mar, una salida q u e sin estar tan distante de los centros poblados c o m o Cobija, ni c o m o ésta al final de u n estenso desierto, tuviese las ventajas de la situación p r ó x i m a i la del c a m i n o llano. Tacna i Arica servían i sirven aun de cebo i son el aliciente que Chile brinda a Bolivia. Pero hoi el p r o y e c t o de Confederación t o d o lo inutiliza i deja al enemigo solapado, c o m p l e t a m e n t e desarmado en ese orden. E n efecto. Declarada la U n i o n federal i formados los estados federativos, de manera que se realice la transfusión indicada en el proyecto, claro es que la salida al mar i la necesidad del Litoral para la vecina, estaba satisfecha c o n grandísima'ventaja i por m u t u a v o l u n t a d e intereses de aquellos países. ¿Qué m e j o r perspectiva habría j a m á s de ofrecerle la artera Chile?' Los elementos de prosperidad de aquellos limítrofes estados constituidos en u n o , n o necesitarían otro impulso. Destruidos los muros que la nacionalidad levanta i las circunscripciones territoriales marcan, desaparecería la susceptibilidad nacional para constituirse el amor a la n u e v a autonomía i ¿qué cosa m e j o r podría desear el mas exijente? í bien. Chile, el d o n a d o r de bienes ajenos, s u p o n i e n d o que pudiera disponer del territorio peruano q u e hoi h u e lla c o n su planta, ¿qué menos exijiria de Bolivia que n o significase el sacrificio de su Litoral al S u r del L o a i el d e su dignidad al secundar las miras reivindicadoras c o n el apoderamiento del Litoral peruano? H e ahí, pues, que la U n i o n federal destruye hasta ese pretesto que las almas vulgares, incapaces de elevación i de grandeza, creían talvez eficaz para arrastrara la n o b l e Bolivia hacia u n a senda indigna de sus antecedentes e indigna de esa hidalga entereza que h a sido en t o d o t i e m p o el distintivo i sello de su carácter. Compréndese, pues, el profundo disgusto q u e el p r o y e c to ha p r o d u c i d o en Chile. A q u e l país, a pesar de sus triunfos, se e m p e q u e ñ e c e . Se levanta a sus ojos una n u b e d e s tinada a oscurecer su cielo por c o m p l e t o i surje u n gran pueblo q u e lleva por divisa guerra sin tregua hasta r e d u cir a Chile a la m a y o r impotencia, satisfaciendo los designios de la Providencia, que ha sabido colocarla en el estrem o i fin del m u n d o habitado. J U L I O L.

PRENSA

JAIMES.

BOLIVIANA.

¿NOS C O N V I E N E LA CONFEDERACIÓN? (Editorial de LA PATRIA de la Paz del 5 de Julio de 18S0.)

El secreto es público. El gran pensamiento de consolidar la nacionalidad del antiguo imperio incásico está formulado p o r sus lejítimos representantes. L a prensa del Perú rejistra el p r o t o c o l o ajustado en la ciudad de L i m a por el d o c t o r Melchor Terraza, c o m o P l e nipotenciario de Bolivia, i el Ministro de Relaciones E s teriores de aquella República. E l p r o y e c t o confederativo se h a sometido respectivam e n t e por el D i c t a d o r Nicolás de Piérola al Consejo d e E s t a d o provisorio, i por el E j e c u t i v o de Bolivia a la C o n v e n c i ó n Nacional, la q u e parece haber solicitado dictamen de una c o m i s i ó n ad hoc. Las cuestiones de vital interés para las repúblicas d e mocráticas, aquellas en que se j u e g a la autonomía n a c i o nal, n o se elaboran, ni se definen en el silencio de los g a binetes de Estado. E l g o b i e r n o representativo, q u e es la espresion j e n u i n a de la voluntad popular, que n o marcha sino c o n el p r o grama de las aspiraciones jenerales, tiene el indeclinable deber de consultar el pensamiento nacional.


GUERRA

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DEL

A p l a u d i m o s , p o r tanto, el p r o c e d i m i e n t o a d o p t a d o por el Gobierno del Perú. L a publicidad, la discusión franca que m a r q u e los g r a d o s del consentimiento popular, alejarán responsabilidades oficiales i sentarán sobre bases seguras el elevado pensamiento de unificación de la problemática existencia de dos estados soberanos. A u n n o c o n t a m o s c o n el t i e m p o necesario para estudiar la* b o n d a d del p a c t o confederal i formular nuestro fallo. I n c i t a m o s a nuestros h o m b r e s de Estado, a nuestros acreditados publicitas, para que hagan a b u n d a n t e luz s o bre tan difícil problema. P o r hoi, i c o m o sencilla pero patriótica iniciativa, vamos a formular algunas proposiciones que servirán de tema a las discusiones de la prensa i talvez del parlamento. 1. * La Confederación de las repúblicas del A l t o i B a j o Perú, iniciada p o r el p o d e r militar del Jeneral S a n ta Cruz, despertó el c u i d a d o de las demás secciones del c o n t i n e n t e i a r m ó en especial el brazo de Chile. Si el equilibrio americano n o es una palabra sin sentid o , una frase romántica, sino la v e r d a d política de existencia a u t ó n o m a de t o d o s los Estados, ¿la Confederación perú-boliviana se aceptaria c o m o garantía de paz o c o m o bandera de todas las c o n t r a d i c c i o n e s políticas? 2. Si las fuentes de t o d o ingreso fiscal, si t o d o s los distritos p r o d u c t o r e s del Perú están en m a n o s de Chile, ¿cuál seria el beneficio que Bolivia reportase al ligar su suerte c o n esa República? 3. Si encerrados en nuestras breñas p o d e m o s alcanzar del v e n c e d o r ventajas positivas para el país, ¿seria patriótico v o l v e r al c a m p o de batalla en d e m a n d a de n u e vos desastres, c o m p r o m e t i e n d o talvez la independencia de la nación? 13

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PACIFICO.

4. Si a mérito de la u n i ó n tuviésemos q u e aceptar en Bolivia c o m o m e d i o circulante los valores fiduciarios del Perú, alcanzando talvez a monetizarlo c e n nuestro metálico, ¿habríamos obrado c o n arreglo al buen sentido? 5. ¿Seria racional c o m p r o m e t e r todos los ingresos de nuestras aduanas para el servicio p ú b l i c o del Perú, deficiente, q u e d a n d o sin mas elemento d e vida e c o n ó m i c a que los e x i g u o s ingresos departamentales? 6. ¿ N o se calificaría de insensato el p r o c e d i m i e n t o de atraer sobre nuestro territorio las huestes chilenas para alejar t o d o peligro de la ciudad de L i m a ? 7. ¿Son tan cordiales las relaciones de los ciudadan o s de ambas naciones que los odios i las pasiones n o hicieran de la Confederación un pacto puramente oficial? Pero v e a m o s la medalla p o r el reverso. ¿ N o está c o m p r o m e t i d o el h o n o r , la d i g n i d a d nacional para llevar adelante la guerra i prestar al Perú, nuestro aliado, t o d o el c o n c u r s o de nuestros esfuerzos i sacrificios? 0 3

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¿ P o d e m o s aceptar la paz sin el c o n s e n t i m i e n t o del P e rú, q u e ha p r o d i g a d o sus tesoros i la sangre de sus hijos p o r defender la santa causa de la Alianza? ¿Seria h o n o r a b l e para Bolivia aceptar c o m o prenda de paz el territorio peruano defendido ayer p o r nuestras armas en c o m ú n sacrificio c o n ellos? H e m o s b o s q u e j a d o a grandes rasgos las razones que en p r o i en c o n t r a de la Confederación se p r o p o n e n en todos los círculos p o r la opinión sensata. R e s e r v a m o s emitir nuestro pensamiento, p o r q u e creemos q u e el j u i c i o piíblico aun n o está f o r m a d o . N e c e s i t a m o s luz i mas elementos de c o n v i c c i ó n . EMETERIO CANO.


CAPÍTULO V. SUMARIO.—I. Montero i Camacho, Piérola i Bustamantc: documentos para la historia.—II. Descripción de la batalla de Tacna, por el capitán arjcntino Florencio del Mármol; carta del prefecto de Tacna a Piérola sobre el mismo combate—III. La batalla de Tacna i sus horrores referidos por el jefe de las ambulancias bolivianas, doctor Zenon Dalence.—IV. Memoria que el Ministro do Relaciones Esteriores de Chile presenta al Congreso Nacional en Junio de 1 8 8 0 . — V . Subvención a LA CORRESPONDENCIA AMURICANA; el Dictador Piérola i el fuego griego.—VI. Legación del Perú en Bolivia: documentación importante sobre las siguientes materias: soldados peruanos son remitidos a Puno, acta firmada por la colonia peruana residente en La Paz, adhiriéndose a la Confederación, la Municipalidad de La Paz ausilia a los emigrados peruanos, conferencia con el Gobierno de Bolivia sobre una conspiración del doctor Corral, celebración del 28 de Julio i acompaña copia do dos solicitudes del Ministro Gómez Sánchez al Gobierno de Bolivia. (Inédito.)—VIL Notas que con ocasión de la guerra del Pacífico, fueron remitidas a la Gran Lojia de Chile, por el Oriente de Montevideo i por la Lojia alemana de Lima, Eintracht, i de las contestaciones dadas a ambas por la Gran Lojia de Chile.—VIII. Expedición i combate de Tarata: telegramas, parte oficial i correspondencia.—IX. Bandos i decretos del Gobierno de Chile referentes a la guerra; bloqueo de Chorrillos.—X. Manifiesto del Jeneral Prado a sus conciudadanos en Agosto 17 de 1SS0.—XI. Las'negociaciones do paz en tiempo del Jcneral Daza: revelaciones importantes de la misión Rene Moreno i Salinas Vegas.—XII. Sesiones de las Cámaras de Diputados i Senadores con motivo del proyecto de lei sobre recompensas al ejército i marina.—XIII. Manifestación de los jefes i oficiales del ejército a los señores diputados don José Manuel Balmaceda, don Juan E. Mackenna i don Luis Jordán; medalla obsequiada por la Municipalidad de Santiago al comandante Condolí.—XIV. Decretos del Gobierno de Bolivia sobre organización de la Guardia Nacional, enajenación de los bienes nacionales, empréstito forzoso, etc.—XV. Programa del Gobierno boliviano i alarma entre las tribus indíjenas: circular i notas cambiadas.—XVI. Decreto de Piérola sobre subsidios para el ejército de reserva, administración de justicia i monedas.—XVII Notas cambiadas entre los jefes de las ambulancias bolivianas i el Obispo de La Paz; protesta del coronel Elcodoro Camacho al Jcneral Baqucdano, referente a los heridos de las ambulancias.—XVIII. Recibimiento del Batallón Valparaíso en Valparaíso después del combate do Tacna—XIX. Legación del Perú en Bolivia: informa detalladamente sóbrela "Empresa Bravo" i acompaña copia de las notas cambiadas con el Gobierno de Bolivia. (Inédito.)—XX. Santo, seña i contraseña dada al ejército peruano, en Lima, por el Estado Mayor Jcneral durante los meses de Junio i Julio do 1 8 S 0 . — X X L Editoriales.

n.

I. Montero i Camacho, Piérola i Bastamente : tos p a r a la historia.

documen-

I. E n nn libro recientemente d a d o a la estampa, titulado Historia jeneral de la guerra del Pacífico, i en el v o l u m e n consagrado a las campañas de Tacna i Arica, se refieren grandes acontecimientos q u e han pasado c o m o d e s c o n o c i dos, i entre otros nos parecen de interés i de actualidad los siguientes: 1. ° Q u e el Jeneral C a m a c h o estuvo desde el principio de la c a m p a ñ a p o r o c u p a r el valle de Sama i librar allí la batalla, operación que habría sido funesta a los chilenos, privándolos del ú n i c o c a m p o en que jiudieron organizarse, c o m o sucedió en Lurin respecto de Lima. 2. ° Q u e los peruanos se opusieron a esa idea salvadora para ellos, declarando por toda razón q u e si eran derrotados en T a c n a "irian a morir en A r i c a . " 3. ° Q u e esta diverjencia creó m u i mala sangre entre los dos jefes de los ejércitos aliados; i el de Bolivia estuvo resuelto a obrar de su cuenta i llevar un ataque parcial a los chilenos c u a n d o se encontraban en Sama. 4. ° Q u e esta discordia fué lo que dio lugar al viaje del Presidente C a m p e r o a T a c n a para asumir el m a n d o del ejército aliado i salvar si no al ejército, la Alianza. 5. ° Q u e M o n t e r o , a pesar de su natural petulancia ( m u i inferior, sin e m b a r g o , a Ja de Piérola), mostró en A r i c a i en T a c n a levantado patriotismo i jenerosa sumisión a su rival, q u e éste n o supo apreciar ni corresponder, a pesar de constarle que m u c h o s jefes, i entre otros Cáceres i Suarez, p r o m o v í a n la desafección contra el Dictador. 6. ° I por ú l t i m o , en u n orden de cosas distinto, el a u tor de la obra citada, contradiciendo a todos los que h a bían escrito sobre el particular, establecía que el ejército chileno q u e formó la línea de batalla en T a c n a no pasó en un solo h o m b r e d e 13,520 plazas, siendo el de los aliados apenas inferior en unos p o c o s centenares, pero superior en varios miles al ejército chileno q u e peleó en esa batalla, descontada la reserva i la caballería. TOMO n i —

45

A h o r a bien. E n papeles que han llegado recientemente a manos del historiador aludido, i que fueron t o m a d o s por algunos d e sus amigos en el archivo m i s m o del D i c t a d o r en Lima, se h a c e clara, definitiva e inamovible confirmación de todos esos p u n t o s históricos que quedan así c o m p l e t a m e n t e autorizados. I para comprobarlos, cedemos la palabra al c o n o c i d o Ministro pierolista del Perú en La Paz, d o n Enrique B u s t a m a n t e i Salazar, quien, c o n fecha de Abril 26 i M a y o 6, escribía a su a m i g o el D i c t a d o r desde Tacna, en tres plieguitos d e papel azul rayado d e esquela, c o n linda letra (letra limeña) i en estilo tan corrido c o m o acentuado p u l so, la siguiente importante i curiosa epístola: "Tacna,

Abril

06 de

1880.

Señor Nicolás de P i é r o l a . — L i m a . Mi querido i respetado amigo: Espero q u e esta carta llegará rápidamente a manos de U d . , p o r q u e , según m e asegura Solar, será llevada por u n b u q u e neutral que debe salir m a ñ a n a para el Callao. Cuento c o n que á la fecha se halle en poder de Ud. mi última de la Paz, 14 de los corrientes, i que haya m e r e c i d o su aprobación mi c o n d u c t a en lo relativo al viaje que emprendí a esta ciudad a c o m p a ñ a n d o al Jeneral C a m p e ro, q u e así m e lo exijió, i con quien llegamos aquí el 19 do los corrientes a las 11 P. M., siendo recibidos c o n d e m o s traciones de jeneral satisfacción. Creo que nuestra venida ha sido por mas de un m o t i v o conveniente i oportuna, i en esta creencia m e afirman la opinión de Solar i otros amigos que j u z g a n de manera idéntica. E n la semana del dia siguiente al do mi llegada, i adel a n t á n d o m e a la visita de Montero, m e dirijí a verle a su alojamiento, i fui recibido del m o d o mas cordial i afectuoso, aunque espresándome c o n cierta brusca franqueza el asombro que le habia p r o d u c i d o la llegada de Campero i mia, sin darle anuncio alguno i pidiéndome le esplicara el objeto que nos traía. Contéstele, en verdad, manifestándole que, en vista de las cartas que el coronel Cama-


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G U E R R A DEL PACIFICO.

c h o dirijia al señor Jeneral Campero, c o m u n i c á n d o l e el c o m p l e t o desacuerdo de opinión en que, respecto al plan d o batalla, se encontraba c o n el Jeneral en Jefe del ejército aliado, consultando si en efecto se hallaba tan c o m >letamcnte a las órdenes de éóte que debiera o b e d e c e r ás, aun c o n o c i e n d o que ellas llevaban al ejército tpie le estaba e n c o m e n d a d o a un total desastre, i d e j a n d o ver m u i claro su intención de obrar, en un caso d a d o , c e d i e n d o a sus propias inspiraciones, temí que así dispuesto el c o r o nel C a m a c h o , tal desacuerdo pudiera traer en pos de sí la pérdida de la batalla, i lo que habría sido m u c h o mas grave i trascendental, la ruptura de la Alianza, por lo q u e n o encontrando otra manera de conjurar este peligro que la venida del Jeneral Campero, lo supliqué encarecidam e n t e adoptara este partido, consiguiendo que cediera a mis instancias c o n la condición de q u e y o lo acompañara. Manifestóse satisfecho de esta esplicacion, espresándome en seguida, que a pesar de las dudas que le asistían respecto a sí correspondía o n o al Jeneral Campero el m a n d o en j e f e del ejército aliado, puesto que c u a n d o por la ida de Prado debia tomarle Daza, él n o quiso reconocerle i consultó al G o b i e r n o de Lima, consulta que n o había sido absuelta, estaba hoi dispuesto a reconocer a C a m pero.

f

H í c e l e ver entonces que en esta cuestión no cabían d u das p o r q u e estaba pactado en el P r o t o c o l o , c u y a copia le mostré, que en ausencia o por otro i m p e d i m e n t o del Presidente de la R e p ú b l i c a en civyo territorio se encuentren los ejércitos aliados, el m a n d o en jefe pasaba al otro P r e sidente. Pasando l u e g o a tratar de otros asuntos, m e habló mui largamente de la completa falsedad de las acusaciones que se le hacían a él i a otros jefes del ejército respecto a tener preparada una revolución en contra del actual G o bierno, cosa en la cual n o se había p e n s a d o por un solo instante, pues ni al recibirse la noticia del c a m b i o polític o operado en L i m a , h u b o en la j u n t a de jefes, q u e c o n tal m o t i v o se reunió, un solo voto que fuese contrario al reconocimiento del n u e v o Gobierno. Sé por otros c o n d u c t o s , i n o creo de mas anotarlo aquí que es de t o d o p u n t o falsa la especie atribuida al coronel Cáceres, quien en esa j u n t a ni siquiera hizo uso de la palabra. D í j o m e también Montero que él n o tenia hoi otra a m b i c i ó n que la de servir bien a la patria, sacrificándose si era necesario por su triunfo; que estaba c o n t e n t o c o n el actual G o bierno, al que se le veia trabajar afanosamente para c o locar al Perú en el c a m i n o de la victoria; q u e su m a y o r gusto seria verle a U d . aquí al frente del ejército, pues Ud. para consolidar su Gobierno necesitaba, un triunfo ( 1 ) . Cuantas veces n o h e m o s visto posteriormente, m e h a repetido mas o menos las mismas protestas. Por lo demás, aquí han venido varios jefes i aun oficiales a c o m u n i c a r m e que han existido trabajos revolucionarios en el ejército i que d e b e m o s estar siempre en guardia, aunque c o n la venida de Solar, c u y o tacto i firm e z a merecen jeneral aplauso, i posteriormente la de Campero, han venido a trastornar su planes por c o m pleto. Según los datos que he p o d i d o obtener, el robo ha estado i aun está aquí a la orden del día, siendo estupend o s los gatuperios de q u e tengo noticias i llevados a c a b o c o n desfachatez tal que seria cosa fácil seguir el rastro i probar su crimen a los culpables. El jeneral Campero m e encarga recuerde a U d . i le encarezca la necesidad que tiene de que el ejército b o l i viano en Tacna sea atendido c o n los fondos que debe procurar el G o b i e r n o del Perú, según lo pactado en el P r o t o c o l o . C o m o U d . sabe, éste determina la suma de S. 100,000, pero obligándose e l G o b i e r n o de Bolivia a m a n tener en el Perú un ejército de 12,000 hombres. H o i salgo para Arequipa con el o b j e t o de activar la salida de una división que venga por P u n o a situarse en (1) Esta* palabras aparecen subrayadas por su autor.

Tarata i sirva para mantener nuestra línea de c o m u n i cación c o n P u n o i Arequipa. A l hacerlo, c e d o a las instancias de Campero, Solar i Montero, teniendo en consideración q u e por el m o m e n t o n o hai en Bolivia asunto alguno importante que exija mi presencia. E l Jeneral Campero quiere regresarse a Bolivia para la instalación de la C o n v e n c i ó n q u e tendrá lugar en Oruro el 25 de M a y o p r ó x i m o ; pero m e ha p r o m e t i d o aguardar mi regreso de A r e q u i p a para q u e hagamos j u n t o s el viaje. Largas conversaciones he tenido c o n él durante el c a m i n o , i a m i j u i c i o es un h o m b r e sencillo, leal i sinceramente deseoso de la unificación de nuestros d o s países. Espero que a mi regreso de la P a z encontraré y a allí las instrucciones de U d . q u e debe traerme Alvizari i la clave que m e hace grandísima falta, pues hoi, menos q u e nunca, p u e d e confiarse en la inviolabilidad de la correspondencia. Desea a U d . todo j é n e r o de felicidades i espera tener m u i pronto el gusto de darle un abrazo su siempre adicto amigo.—Bustamante." "Tacna,

Mayo

G de

1880.

E n este m o m e n t o m e anuncia Solar q u e esta carta, detenida aquí por mas de 15 días esperando de u n o a otro la salida del b u q u e neutral q u e debia llevarla, p o d r á salir esta n o c h e . T e n e m o s la vanguardia enemiga en Sama, a u n q u e la verdad es que el servicio d e espías nuestros es tan malo que n o sabemos a p u n t o fijo su n ú m e r o . Nuestro ejército en las peores condiciones para movilizarlo, pues n o tiene brigadas ni para llevar su parque; subió el d o m i n g o 2 a los altos que d o m i n a n esta p o b l a c i ó n por el lado de Sama i estableció allí un c a m p a m e n t o en que n o p u d o mantenerse por la falta de agua i la imposibilidad de llevarles de aquí t o d o lo que necesitábamos, p o r lo que bajó ayer i se ha a c a m p a d o al pié de la cuesta del lado del panteón, dejando en el acto sus avanzadas i una gran guardia que custodie las dos piezas de a 12 q u e allí han dej ado. Mi viaje a Arequipa, de que he hablado a Ud., n o se realizó p o r q u e el m i s m o día de mi partida se recibió aquí u n aviso de S a m a anunciando la llegada de los chilenos, i c r e y e n d o la batalla p r ó x i m a i por lo m i s m o inútil mi viaje, n o quise privarme del h o n o r de asistir a ella. El jeneral Pérez m e encarga decir a U d . q u e le h a escrito cuatro cartas sin que ninguna h a y a obtenido contestación, cosa que le tiene seriamente mortificado p o r no saber a qué atribuir el silencio de U d . , a quien tan sinceramente estima i quiere. El Jeneral C a m p e r o quiso regresarse el 5 para Bolivia, i aun llegó hasta dictar la orden jeneral entregando ei m a n d o del ejército a Montero, pero felizmente fui y o esa mañana al c a m p a m e n t o i logré convencerle de l a - i n c o n veniencia de su viaje. M e ha ofrecido permanecer aquí i dejar que Cabrera instale la C o n v e n c i ó n . Mañana salgo para la Paz, i si aun n o h a llegado A l v i zuri, pasaré por dos dias a A r e q u i p a , en d o n d e espero encontrarle. A c e p t e U d . u n abrazo c o n todo el sincero afecto de su a m i g o i seguro servidor.—J. Enrique Bustamante i Salazar." III. N o nos parece q u e nos avanzamos demasiado al afirmar que todos los puntos históricos insinuados en la relación de la campaña de Tacna, que fué escrita i publicada hace tres o cuatro meses, quedan de esta manera c o m p r o b a d o s a posteriori, i de una manera irrecusable c o n la carta que precede. N o dejaremos de llamar, sin embargo, en ella la atención a dos gordas mentirolas infraganti del diplomático peruano, que saltan a la vista en su propia carta, como aquella de q u e el sencillo C a m p e r o le exijió que le a c o m pañase, según lo cuenta a Piérola, i en seguida de que fué


355

él quien lo solicitó encarecidamente para venir, según se lo c o n t ó a Montero, i aquella otra de q u e n o había querid o irse a A r e q u i p a para tener el h o n o r de quedarse a la batalla, i en seguida decir que al dia siguiente...iba para la P a z . . . V e r d a d es que el h o m b r e estaba enamorado, i luego se c a s ó . . . e n P a z . . . IV.

que tienen ñeque los que por allá tienen fibras ¿será p o r que los demás peruanos solo tienen a\íe-ñique?

Pero, en fin, esas cosas son tan corrientes en el Perú c o m o el c h u p e , i n o debe hacerse gran alto en ello c o m o en aquello de los gatuperios i de los robos p o r m a y o r , porque eso es tan antiguo c o m o los Pizarros en aquella tierra de botin i de rescate, i podría escribirse una biblioteca sobre el particular. Pasaremos en consecuencia rápidamente al p u n t o m u c h o mas interesante en el c o n c e p t o histórico del n ú m e r o efectivo de combatientes que lidiaron en Tacna, i que la historia citada iguala c o n corta diferencia en a m b o s c a m pos en c u a n t o al n ú m e r o , n o aceptando la opinión del Jeneral C a m a c h o , quien, en presencia del Jeneral B a q u e dano, i en una especie de careo histórico, sostuvo d e b u e na fe q u e el total de los aliados habia sido en T a c n a solo de 10,800, i m u c h o m e n o s la versión do E L NACIONAL de Lima q u e rebajó su cifra a 9,030 peruanos i bolivianos contra 16,000 chilenos.

Descripción de la b a t a l l a de T a c n a p o r el capitán a r j e n t i n o F l o r e n c i o del M á r m o l ; c a r t a del P r e f e c t o d e T a c n a a P i é r o l a s o b r e el m i s m o c o m b a t e .

T e n e m o s ahora a la vista el testimonio de u n imparcial, i éste es el que va a decidir la cuestión, pues el testigo que se i n v o c a es nada m e n o s q u e el D i c t a d o r Piérola. Queriendo éste, en efecto, restablecer los h e c h o s en m e dio d é l a s exajeraciones que circulaban en L i m a a p r i n c i pios de J u n i o , es decir, c u a n d o c o m e n z a b a n a llegar las primeras noticias de la derrota, t o m ó la pluma, i conforme a su estilo de N a p o l e ó n I I I , escribió al prefecto de Lima un m e m o r á n d u m que, c o n su cifra especial i de su p u ñ o i letra, dice c o m o sigue: "MEMORÁNDUM. S. E. EL JEFE SUPREMO AL PREFECTO D E LIMA.

Lima,

Junio

10 de

1880.

El d a t o relativo a haber entrado en c o m b a t e solo 8,000 aliados es de t o d o p u n t o falso. Las fuerzas bolivianas eran 4,600 Las peruanas, según los estados pasados de A r i c a al Gobierno 8,500 13,100 De los 1,800 h o m b r e s q u e guarnecen A r i c a corresponden a los 8,500 peruanos ya anotados (1)

1,200

Quedarían, pues 11,900 P u e d e U d . asegurar también q u e n o habia 22,000 c h i lenos." V. U n a palabra para c o n c l u i r . N o c o n o c e m o s al señor d o n E n r i q u e Bustamante i Salazar ni p o r las tapas; es decir, q u e no lo c o n o c e m o s ni por su c a r a n i siquiera por la p e c h e r a d e su camisa. T o d o lo que sabemos de él es que, c o m o García Calderón, se ha casado a última hora c o n una bella paceña,sin d u d a para endulzar las penas de la cautividad presente o f u t u r a . . . Pero nos parece encontrar en su dicción, en su firmeza i en su petulancia, algo que revela la escuela de los hombres públicos del Perú a q u e han pertenecido sucesivamente R i v a - A g ü e r o , Salaverry, Gárate, Pardo, M o n t e ro, Piérola, Solar, Lacotera i otros p o c o s , es decir, que es hombre q u e tiene ñeque, c o m o dicen los peruanos por cierto j é n e r o d e atropelladora, indisciplinada i licenciosa enerjía. I, a propósito, se nos ocurre preguntar si esto de decir (1) Esta palabra está escrita así en el ortjinal:—yanolados.

***

Santiago, N o v i e m b r e 12 de 1881.

II.

RECUERDOS D E BOLIVIA. Vacilación de los aliados sobra el plan de operaciones —La batalla de Tacna. —Algunos episodios del combate. — L a retirada. —Cuadro que presentaban los fujitivos.—De Tacna a la Paz.

Mientras tanto, el e n e m i g o asumía una actitud d e c i d i da por el lado de M o q u e g u a . Los jefes del ejército aliado estaban radicalmente d i vididos respecto del plan que debia adoptarse en aquellos momentos. Jefes peruanos i bolivianos, presididos por C a m a c h o i Pérez, j u z g a b a n ventajosa la o c u p a c i ó n del valle de S a m a c o m o base de línea de operaciones. Jefes bolivianos i peruanos, presididos p o r el ContraAlmirante Montero i el coronel Latorre, Jefe de Estado M a y o r del ejército peruano, pretendían encerrar el ejército en Tacna i Arica, reconcentrándolo, en caso necesario, a este último p u n t o , c o n todos los recursos que ofreciera el primero, para hacer allí una resistencia hasta vencer Q morir. E n consecuencia, en esta desarmonía de opinión, se a c o r d ó practicar u n estudio de las condiciones tácticas i estratégicas q u e ofreciera el valle de Sama; i, al efecto, se pusieron en marcha h a c i a este p u n t o el Jeneral Pérez, el coronel Latorre, varios jefes del ejército peruano, u n injeniero militar i el q u e estas líneas escribe, escoltado p o r u n escuadrón de caballería peruana. D u r a n t e la marcha, el Jeneral Pérez m e i m p u s o de la disidencia que habia orijinado aquella espedicion, i m e encargó que, a las observaciones particulares q u e pudiera y o hacer, fijara detenidamente m i atención en las d i s c u siones q u e se producirían en el terreno q u e iba a estudiarse, pues, deseaba que fuera redactado p o r m í el inform e que habían de presentar los jefes q u e a p o y a b a n la o c u p a c i ó n de Sama. L l e g a m o s a nuestro destino, 12 M. del dia siguiente, i después de u n m o m e n t o de reposo, la comitiva se puso en m a r c h a para estudiar el ala izquierda de la posición en una estension c o m o de tres leguas. E n la mañana inmediata se reconoció el frente i el c o s tado d e r e c h o , q u e ofrecía las mayores ventajas i hasta posiciones inespugnables. U n a vez llenado el o b j e t o de la espedicion, regresamos a Tacna; i después de una corta conferencia, celebrada e n tre el Jeneral Pérez i el coronel I n c l á n , del ejército p e ruano, a la que también asistí, m e puse a redactar el inform e , que firmaron los q u e respondían a su espíritu i fundamentos. E n definitiva, el resultado de esta controversia, fué la o c u p a c i ó n del c a m p a m e n t o d e n o m i n a d o A l t o de la A l i a n za, establecido c o m o 15 dias después, a unas dos leguas de Tacna, en dirección de Sama, i q u e , si bien n o satisfacía ninguna de las dos opiniones, se armonizaba m e j o r c o n la de aquéllos que se manifestaron en contra de la o c u p a c i ó n de ese valle. Entretanto, habia llegado de Bolivía la 5 . División del ejército, fuerte c o m o de 1,500 h o m b r e s , compuesta d e los batallones C h o r o l q u o , Tarija i Grau, al m a n d o del J e neral Acosta. Dias después llegaba un escuadrón de caballería, form a d o en la Paz, i m a n d a d o p o r el Coronel Ballivian. I, por ú l t i m o , para c o m p l e m e n t o mas satisfactorio, i d i g n o de la representación militar de Bolivia, en el tea55


356

GUERRA DEL

tro de operaciones, llegaba a Tacna, el 19 a la n o c h e , el Presidente provisorio de la República i Capitán Jeneral de sus ejércitos, Jeneral d o n Narciso Campero. El dia 20 fué visitado por las autoridades civiles i militares de las dos naciones aliadas, i saludado por las bandas de todos los batallones del ejército. El 21 espidió el Contra-Almirante Montero una p r o c l a m a i orden jeneral a sus subordinados, anunciando que quedaba dispuesto a c u m p l i r las órdenes del D i r e c t o r S u p r e m o de la guerra, Jeneral Narciso Campero. A l siguiente dia se leia c o n avidez en cada cuartel, en las calles, en todos los hogares de la sociedad tacneña la siguiente proclama: "El E-residente de Bolivia al ejército, aliado de Tacna. Defensores do la alianza: V e n g o del corazón do Bolivia, portador de sus nobles i ienerosos sentimientos, que hoi se cifran en una sola idea, la idea del sacrificio i de la gloria c o m ú n . F u i el primero en protestar, allá en Tupiza, contra la villana ocupación de Antofagasta; seré el último en plegar la santa bandera que entonces enarboló mi brazo. El desenvolvimiento de la guerra separó nuestros c a m pamentos; poro, al través de la distancia, n o dejó de circular entre ambos el fluido eléctrico del patriotismo." R e c i b i d o Campero del m a n d o del ejército unido, se organizó por primera vez u n Estado ' M a y o r Jeneral del ejército aliado, c u y o m a n d o superior se encomendó al Jeneral Pérez. A l ocupar este destino el Jeneral Pérez, n o quiso d e j a r m e en el Estado Mayor boliviano, i por la o r d e n j e n e ral en que dio a c o n o c e r la organización de su n u e v a administración, disponia mi pase a su lado. Pero p o c o s dias después m e veia precisado a cesar en todo servicio por la posti'acion a que m e redujo la terciana, a tal p u n t o q u e el m i s m o Jeneral m e p r o h i b i ó t e r m i nantemente de asistir a su despacho. E n Tacna, i desde que pasé al Estado M a y o r , habitaba una reducida pieza, sin mas muebles q u e el recado que m e servia de cama i una silleta. L a pieza era una de tantas q u e c o m p o n í a n un conventillo. N o t u v e persona alg u n a que m e acompañara durante la enfermedad. P o s trado en aquella cama pasaba t o d o el dia transido por el frío o devorado por la fiebre que le sucede, i que son característicos en la enfermedad, sin lograr hacer oir mi voz a los vecinos pidiéndoles un p o c o cíe agua para calmar la insaciable sed que sufre todo paciente de terciana. S o l o al caer la tarde m e la p r o p o r c i o n a b a un c h i n o de nacionalidad, al llevarme también el alimento. Este estado m e impidió ir a o c u p a r el c a m p a m e n t o del A l t o do la Alianza, establecido en los últimos dias de Abril o primero de Mayo. La terciana fué quizá causa de dos nuevas afecciones de m a y o r gravedad, que reclamaban atención i cuidados especiales. El m é d i c o m e prescribió entonces entrar a la ambulancia militar, d o n d e m e hice c o n d u c i r por dos chinos, p u e s carecia absolutamente d e fuerzas para sostenerme. ¡Cuál n o dobia ser mi desesperación al verme c o n d e n a d o al hospital en semejantes circunstancias! El m o m e n t o se acercaba. Y a n o era posible d u d a r q u e al fin iban a medirse las armas belijerantes en u n a gran batalla. El e n e m i g o tenia sus avanzadas en Chilona i Yalata, al S u r de Sama i sobre el rio del m i s m o n o m b r e . Su ejército, fuerte c o m o de 18 a 22,000 hombres, m a n d a d o por el Jeneral B a q u o d a n o , venia resuelto esta v e z a n o fustrar las esperanzas de los aliados, que en n ú m e r o de 9,000 i pico de h o m b r e s , ocupaban aquel limitado espacio del estenso arenal, en el que tres naciones tenian fija su mirada. U n periódico peruano, decía: " E l enemigo viene: venga cuando quiera i por d o n d e quiera: estamos listos." Los ecos del interior do Bolivia nos llegaban en sus hojas periódicas, enviándonos palabras de noble aliento.

PACIFICO.

Tacna vivia en horas de zozobras. Hacia algunos dias—antes de establecido el c a m p a m e n t o en el A l t o de la A l i a n z a — h a b i a visto desprenderse de las altas barrancas que la rodean por el N o r t e , al esc u a d r ó n del coronel Albarracin, derrotado por las primemeras fuerzas avanzadas del e n e m i g o . A h o r a miraba esas mismas barrancas, cuajadas d e soldados que iban i venían, llevando el agua i las provisiones para el ejército, i n o presentía quizá el espectáculo terrible que ellas iban a ofrecerles mostrándole destrozadas i dispersas las huestes de combatientes, a quienes entonces proveían i de quienes todo lo esperaban. El 22 de M a y o el enemigo hizo un fuerte r e c o n o c i m i e n to sobre nuestro c a m p o , sin mas resultado q u e el c a m b i o de fuegos de cañón sostenido por a m b o s belijerantes d u rante una hora. Las detonacioses alarmaron a T a c n a q u e creyó llegado el supremo m o m e n t o . L a iglesia de San R a m ó n tiene una gran campana que solo se hace sonar para anunciar al p u e b l o los grandes sucesos. E n la mañana del 22 el eco i m p o n e n t e de su plañ i d o se sucedía alternativamente c o n el eco del cañón, p o n i e n d o en m o v i m i e n t o a toda la población. Y o n o p u d e permanecer en cama, q u e hasta entonces habia guardado. Sin escuchar las reflexiones del e c ó n o m o del hospital, m e vestí i m e dirijí a pié hasta el c a m p a m e n t o , ascendiendo las altas barrancas de arena, i llegand o después de una marcha de dos leguas, a la carpa del Jeneral Pérez. Mi esterior debió revelar al Jeneral Pérez el estado de absoluta estenuacion en q u e m e encontraba. M e abrazó c a r i ñ o s a m e n t e — m e hizo recostar en su catre de campaña, d i c i é n d o m e en t o n o de amistosa r e c o n v e n c i ó n : "Descanse i en seguida mándese m u d a r de aquí i cuidadito c o n repetir esto." Mi ascensión fué infructuosa. N o habia n o v e d a d alguna. El cañoneo n o tuvo m a y o r consecuencia. Después de u n m o m e n t o , el Jeneral m e h i z o ensillar una muía, i trayendo a la grupa u n soldado, regresé al hospital i a m i cama. El dia 25, los Húsares d e J u n i n d e l ejército peruano t o m a r o n al e n e m i g o 60 muías cargadas c o n 120 barriles de agua. Esa m i s m a n o c h e se practicó un m o v i m i e n t o sobre el e n e m i g o , que, d e b i e n d o ser de sorpresa para éste, faltó m u i p o c o para servir de sorpresa desastrosa a los aliados. Las c o l u m n a s se perdieron. Interrogados los guias, resultó que estaban mareados, lo que, así c o m o en el mar, sucede a m e n u d o a los mejores vaquéanos en aquel desierto de arena. H u b o un jefe del c u e r p o de edecanes del Jeneral Campero, que m a n d a d o por éste al ala izquierda, llegó a un p u n t o avanzado del enemigo, d o n d e se le dio el ¡quién vive! Contestó ¡Bolivia! i se alejó precipitadamente sufriendo el fuego de u n a descarga. Este incidente m e lo contaba ese m i s m o j e f e algunos dias después, p o n d e r á n d o m e la confusión q u e envolvió al ejército en aquella n o c h e . H a b i e n d o declarado los guías q u e n o podían orientarse, se ordenó la contra-marcha hacia el campamento. A m a n e c i ó el m e m o r a b l e dia 26. E l ejército aliado preparaba su r a n c h o para el desayun o , c u a n d o a eso de las 9 A . M. se presentan a su vista sus avanzadas i algunos cuerpos q u e n o habían llegado al c a m p a m e n t o de regreso de la m a r c h a en la n o c h e anterior, peleando en retirada contra las descubiertas del enemigo, cuyas negras i compactas masas aparecieron en seguida cubriendo t o d o nuestro frente. A c t o c o n t i n u o se r o m p i ó por a m b a s partes el fuego de c a ñ ó n que duró c o m o dos horas, pero interrumpido por intervalos varias veces. A l eco de sus detonaciones, T a c n a fué puesta otra vez en alarma, i la bronca c a m p a n a de San R a m ó n empezó a pregonar vivamente el peligro.


CAPITULO

Así c o m o el 22, dejé también añora la cama e hice por conseguir cabalgadura, dilijencias que en el primer m o m e n t o fueron infructuosas. H a b i a resuelto n o dirijirme esta vez al c a m p a m e n t o , sino c u a n d o el fuego del c a ñ ó n se sintiese a c o m p a ñ a d o por el de la infantería. Este m o m e n t o no se hizo esperar. C o m o a las 11 A . M., estaba vestido i recostado en mi cama c u a n d o fui llamado por el e c ó n o m o para hacerme advertir u n ruido que n o sabia si creer fuese p r o d u c i d o por u n carro al galope sobre el empedrado de una lejana calle, o si realmente seria el fuego do las infanterías. A l principio abrigué también mis dudas. Sin embargo, eran aquellos ecos tan precipitados, tan terribles; tanto era su fragor, que n o podían ser sino la repercusión de las palabras mortíferas con que los aliados i los chilenos debian ya estar hablándose en el c a m p a m e n t o , convertid o en c a m p o de batalla. L a c a m p a n a de San R a m ó n continuaba p r e g o n a n d o la alarma.

QUINTO.

357

El Batallón B u i n , afamado de los chilenos, avanzaba resuelto, i so oía en sus filas el grito de: " d ó n d e están los colorados." Estos n o eran hombres de hacerse esperar en tales o c a siones. A v a n z a n también, i después de un nutrido fuego g a n a n d o terreno, esgrimen la bayoneta i cargan c o n a d mirable d e n u e d o . P u d o verse allí en tierra i bañado en sangre un g r u p o formado por un colorado i uno del Buin, cuya bayoneta la tenia aquel clavada en el p e c h o cerca del h o m b r o izquierdo, mientras el colorado habia introd u c i d o la suya en la ingle derecha del chileno, encontrándose así ambos recíprocamente inutilizados. Entre el cholaje chileno habia también m u c h o s h e r m o sotes. U n o que quizás estaba herido, manteniéndose c o n una rodilla en tierra, se clavó la bayoneta en el p e c h o c o n sus propias manos, volvió a arrancarla, i la introdujo de nuevo, e n c o n t r a n d o lo que talvez buscaba: el corazón i la muerte. Este soldado debia ignorar la m á x i m a de N a p o león sobre el suicidio. Otro cuerpo chileno, que tenían a su frente los j ó v e n e s Murillo, gritaba a medida que se fusilaba c o n ellos: ¡Seténete, bolivianito! Los bolivianitos decentes de L a Paz, de Sucre, C o c h a bamba, Potosí i Santa Cruz, se sostenían c o n heroica intrepidez. El batallón C h o r o l q u e hacia prodijios de valor. Sus soldados aun heridos n o cesaban de mandarle balas al chileno. I d é n t i c a era la c o n d u c t a de Canevaro, A y a c u c h o i otros batallones peruanos. Los amarillos, 2. ° de línea, recibieron carga de caballería que rechazaron. L o s fuegos que de todas partes le venían, hicieron sufrir a este cuerpo quizá mas que a otro alguno.

Salgo a la calle, i veo agrupados en las esquinas a d yacentes a los soldados enfermos, mirando hacia las alturas del c a m p a m e n t o , que hasta entonces no ofrecían otra cosa q u e los c o n t o r n o s superiores de la densas c o lumnas del h u m o de la batalla. Desesperado de v e r m e a pié en aquellas circunstancias, m e puse en dirección hacia la Plaza de A r m a s para tratar de conseguir un animal. N o habia a n d a d o u n a cuadra, c u a n d o tuve la felicidad de ver entrar en un corralón varias muías de carga q u e u n j e f e peruano i algunos arrieros traían del c a m p a m e n t o para volverlas c o n agua. M e dirijí a él, i a fuerza de instancia conseguí u n raquítico m a c h o , en el que, una vez ensillado, m e puse en c a m i n o hacia el c a m p o de batalla, a c o m p a ñ a d o de un j o Pero t o d o esfuerzo era imposible. Las líneas chilenas ven e m p l e a d o del hospital. se prolongaban, aumentándose siempre, formando un c í r Las calles estaban llenas de ciudadanos, que armados c u l o que tendía a cerrarse p o r nuestra izquierda. se dirijian también al A l t o , de mujeres entusiastas unas, La artillería boliviana se sostuvo mortífera e i n c o n m o otras llorando i de niños que ofrecían el m i s m o contraste.- vible hasta el ú l t i m o m o m e n t o . Por desgracia el n ú m e r o A l pasar por una esquina veo entre vai'ios otros al d u e - i calidad de sus piezas era algo m e n o s q u e cero c o m p a r a ñ o del cuarto en que habia v i v i d o i a p r o v e c h é la o p o r t u - d o c o n los 60 o 70 k r u p p s del enemigo, aunque sus p r o nidad para cancelar el alquiler del último mes. Mi h u é s - yectiles n o nos causaban m a y o r estrago por el l e c h o d e p e d i sus c o m p a ñ e r o s trataron de retenerme; pero m e arena en q u e caian. despedí agradeciéndoles el interés que me demostraban. A s í se sostuvo este imposible hasta mas de las 3 P. M . M o m e n t o s antes habían caído sucesivamente el coronel A l t i e m p o de picar la bestia, algunas señoritas q u e esCamacho i el Jeneral Pérez, herido el primero en la rejion taban en u n balcón frente a aquel sitio, ajitando sus p a del vientre, i el s e g u n d o en la parte superior izquierda de ñuelos m e saludaron al grito de ¡viva el arjentino! la nariz. D i vuelta la cabeza i contesté el saludo sin detenerme. C u a n d o ascendía la cuesta, era verdaderamente c o n P o c o después la derrota empezó. m o v e d o r el espectáculo q u e ofrecían unas 300 a 500 raEntre los batallones que pasaron del costado d e r e c h o bonas, d e s c e n d i e n d o hacia Tacna, con sus hijos a las es- en protección de la izquierda, estaba el Victoria, del ejérpaldas, sus ollas de c o m i d a en la m a n o , sus lágrimas en cito peruano. los ojos, su queja dolorida en los labios. A l entrar en línea, lo h i z o en desorden. R o m p i ó una descarga sobre el e n e m i g o , i quién sabe c ó m o se infundió Media hora después llegaba al c a m p o de batalla. Me dirijí al costado izquierdo i m e c o l o q u é en la fila tanto pavor en sus filas, que acto c o n t i n u o se le vio dar esterior del Batallón Sucre 2. ° de línea, sin otra inten- media vuelta i declararse en dispersión. ción q u e la de esponerme c o m o todos, pero n o para desN o recuerdo qué cuerpo siguió el ejemplo del Victoria. empeñar u n papel activo, absolutamente imposible en el L o s jefes aliados en este instante hicieron proezas de estado de mi salud i la estenuacion de mis fuerzas. valor. L a idea de la derrota los desesperaba. Recorrían la E n aquel hervidero de balas, peor q u e tostadera, c o m o línea blandiendo la espada, e x h o r t a n d o a todos al sacrifidecían los bolivianos, parecía imposible que un solo h o m - cio. A l propio t i e m p o el Jeneral Campero, c o n una b a n bre pudiera salvar ileso. Las balas cruzaban sin cesar, sil- dera peruana en la m a n o , trataba on vano do contener la b a n d o al o i d o , o picaban al frente, a los costados, a reta- dispersión. guardia, levantando cada una su grano de arena para Era ya tarde: el imposible habia llegado a su c o l m o . formar esa espesa n u b e q u e p o r todas partes nos rodeaba La retirada en derrota se declaró en toda la línea. Los confundida c o n el h u m o . Coraceros, que estaban a la derecha con sus inservibles E n aquel costado estaban también los Colorados, llega- rifles n o esperaron m u c h o para abandonar el campo. Y a n o había soldados. dos de la derecha en p r o t e c c i ó n de la izquierda. C o n t e Los mismos bolivianos lo dicen: " N o hai valor que avenniendo i rechazando unas veces, avanzando i arrollando otras, llegando hasta apoderarse de prisioneros i tomar taje al de nuestros soldados (i es cierto); pero u n a vez una batería que l u e g o abandonaban acosados por las m a - que han d a d o vuelta la espalda, ya nada ni nadie los d e sas que, cada vez mas compactas, oponia el enemigo, ante tiene, i n o paran hasta llegar a su casa" (i también es c u y a superioridad de n ú m e r o i de elementos era m a t e - cierto). rialmente imposible alcanzar u n resultado feliz. ¡Todo el m u n d o emprendió la desatrosa retirada!


358

G U E R R A DEL PACIFICO.

¡En vano los cornetas se reventaban el p e c h o llamando a reunión a los dispersos! L a retirada continuaba, ¡Cuántos cayeron en ella! U n j o v e n c i t o de los Libres del Sur, y a en el descenso d e la barranca hacia Tacna, recibió un balazo en el brazo derecho; continúa su m a r c h a . — Momentos después, otra bala le hiere en la pierna del m i s m o l a d o — c o n t i n ú a su m a r c h a . — P e r o en seguida, c o m o si desobedeciera a un mandato superior q u e le ordenase quedar en el c a m p o , cae d e bruces traspasado el pulm ó n por una bala. Los chilenos llegados a la ceja de la barranca, nos fusilaban por la espalda. Media hora después, las calles de Tacna ofrecían el c u a dro mas estraordinario. Principalmente la Plaza de A r m a s i la calle del C o m e r cio, estaban materialmente repletas de soldados, oficiales i jefes de todos los cuerpos, bolivianos i peruanos, en la m a y o r confusión, cubiertos de polvo, bañados d e sudor, m u c h o s ensangrentados. Jinetes, infantes, artilleros—fusiles, espadas, l a n z a s — t o d o m e z c l a d o . A q u í entraban a una casa a examinar sus heridas—allí, en las mismas aceras, se vendaban piernas i brazos baleados; d e todas partes, principalmente de las casas del c o m e r c i o estranj e r o , salian a la puerta para ofrecernos agua, refresco, cerveza. T a m b i é n por todas parte se oia el llanto de las mujeres tacneñas acriminando a los soldados bolivianos de haber sido ellos la causa de la derrota. Plablaban sin saber. E l Victoria las desmentía. N o obstante los aliados n o p u e d e n hacerse semejante inculpación; i c u a n d o ésta fuera p r o ferida p o r alguien de elevado rango político, n o solo c a recería de razón, sino q u e reunía el carácter d e una i n culpable lijereza. En aquellos m o m e n t o s , llenas y a las calles p o r nuestro ejército derrotado, d e s e m b o c ó el Jeneral Montero a la calle del Comercio, seguido d e sus ayudantes. Minutos después, encontré en la misma calle al m a y o r Gelebert, c o n el brazo suspendido de un pañuelo: "Paisano, m e dijo, y a n o hai mas remedio q u e volver a nuestra tierra." E n toda las calles había c u n d i d o la v o z de a ¡Pachía! Varios jefes i oficiales m e manifestaron q u e n o nos q u e daba otro oriente que la Paz. R e c i e n entonces pensé en las consecuencias d e la derrota i en el camino q u e y o seguiría. En T a c n a era imposible organizar resistencia. N o h a bía nada preparado d e antemano, los restos del ejército se hallaban dispersos i desmoralizados p o r la derrota, i en tales condiciones, en vano hubiera sido toda tentativa, habiendo asomado y a a la ceja de la cuesta la b o c a d e los cañones enemigos, q u e acto continuo empezaron a arroj a r sus balas sobre la ciudad. A q u e l l a masa d e soldados, oficiales i jefes, e m p e z ó a e v a c u a r a Tacna en d h e c c i o n a P a c h í a ; pero sin orden i sin q u e nadie tratara de impedirlo; cada cual marchaba a su antojo. A c o m p a ñ a d o d e un oficial del C h o r o l q u e i tres de los colorados, c o n quienes habia bajado la cuesta, seguí t a m bién el m i s m o r u m b o . Nuestro plan era r e u n i m o s d o n d e encontráramos r e u nión, i d e lo contrario seguir la caravana hasta la Paz. Llegamos a Pachía, distante cuatro o seis leguas de Tacna; pero nadie se detenia allí, porque n o habia c o m i sionados n i n g u n o para reunir los dispersos. Entrada y a la n o c h e , avanzamos hasta otra pequeña población, en cuj'as chacras descansaban i se buscaban algún alimento infinidad de soldados, q u e disparaban sus armas sin objeto i en cualquier dirección. Allí nos detuvimos también, pues si y o conservaba m i raquítico m a c h o , q u e m e aguantó hasta la Paz, mis c o m -

pañeros marchaban a pié, i sentían y a necesidad d e alg ú n reposo. C o m p r a m o s una caja d e anchoas! Después d e u n mes de cama, d e un m e s d e caldos i otros alimentos d e enfermos, una reacción c o m o aquella, de ajitacion, d e m a r c h a , de intemperie, de anchoas a las 11 P. M . . . ! d o s dias después tuvo su consecuencia, manifestada c o n la repetición de la maldita terciana. H e c h a nuestra cena, seguimos la marcha c o n dirección a Calientes, d o n d e se decia debia hallarse el Jeneral C a m pero. E n este c a m i n o encontramos u n c a ñ ó n sin cureña abandonado. E n Calientes se nos dijo q u e C a m p e r o h a bia t o m a d o el c a m i n o d e Yarapalca. F l a n q u e a m o s a la derecha, salvando u n terreno m u i a c c i d e n t a d o , durante c u y a m a r c h a mis c o m p a ñ e r o s se turnaban para montar a la grupa de m i bestia. C o m o a las 3 A . M . llegamos a San Francisco. H a l l a m o s reunido unos 100 h o m b r e s — j e f e s , oficiales i s o l d a d o s — h a b i a también d o s o tres piezas d e artillería boliviana, salvadas c o n toda abnegación. E n la madrugada del 27 c o n t i n u a m o s la marcha, e m pezando el ascenso d e la jigante cordillera. E n este clia m e fué satisfactorio saber que el coronel C a m a c h o habia lamentado mi supuesta m u e r t e en el c a m p o de batalla, c o n m u c h o sentimiento i benévolas espresiones. D o s o tres dias después, c u a n d o vi al j e n e r a l C a m p e ro, m e manifestó sus felicitaciones, pues habia o i d o decir que quedaba en T a c n a m a l herido. C o m o h e d i c h o , al s e g u n d o dia m e repitió la terciana, lo q u e v i n o a aumentar los sufrimientos d e la marcha. ¡Qué marcha! ¡qué frios! ¡qué n o c h e s ! ¡qué a l i m e n t o ! . . . éramos verdaderos derrotados. E n el paso del Tacora, d o s o tres j ó v e n e s amanecieron duros. H u b o necesidad d e m a c h a c a r sus brazos a golpes de p u ñ o , de restregar c o n fuerza t o d o su c u e r p o para conseguir la circulación de la sangre. D o s o tres dias después en Yarapalca, d o n d e se d e t u v o el Jeneral Campero para reunir los dispersos, era tal m i estado d e debilidad, q u e el Jeneral comisionó a u n oficial a m i g o para q u e m e acompañara i u n soldado para m i c u i d a d o . N o s dio también un pasaporte c o n el q u e pudiéramos adelantarnos al ejército; pero n o lo h i c i m o s porque era peor. E n esta retirada, atacado diariamente p o r la terciana, siempre a la intemperie, sin mas c o m i d a q u e maíz t o s tado i c h a n c a c a , la m a r c h a n o podía ser m u i placentera. — H a b i a algunos q u e inspiraban verdadera compasión. U n j o v e n gravemente afectado del p u l m ó n , murió sin amparo a pocas leguas de Tacora, después d e haber p a sado a m i lado la n o c h e anterior, d e cuyas resultas m e dejó c o m o recuerdo m a n c h a d o un pellón d e m i r e c a d o c o n la sangre q u e esputó en toda esa n o c h e . Otro j o v e n llegó a La Paz c o n los pies enteramente llagados, sin p o d e r andar sin q u e cada paso fuera u n terrible martirio. H a b i a pasado las aguas del c a m i n o c o n m e dias i botines, i n o habia tenido la precaución de secarlos oportunamente. E l cuero d e l b o t i n s e e n c o j i ó , la m e d í a se pudrió i los pies se h i n c h a r o n i se llagaron horriblemente. Creo q u e el 8 llegamos a C o r o c o r o . E n aquel p u e b l o de mineros, u n a señora arjentina m e m a n d ó invitar a su casa por m e d i o do u n a tarjeta en q u e se leia este n o m bre. A c u d í a la invitación i tuve el gusto d e tomar d o s m a tes, después d e m a s d e un año q u e n o lo hacia. Sin e m bargo, estuve m u i molesto, sin p o d e r hacer los honores q u e merecía el almuerzo c o n q u e m e obsequió, a causa d e la terciana q u e m e sacudió c o n estraordinaria violencia. L

Por fin, el 12 llegamos a L a P a z , después d e 15 dias d e marcha, que fueron otros tantos via-crucis.

FLORENCIO DEL MÁRMOL.


CAPITULO QUINTO.

CARTA D E L PREFECTO D E TACNA A PIÉROLA SOBRE E L COMBATE D E TACNA.

(Reservada.) Tarata,

Mayo

29 de 1SS0.

S e ñ o r d o n Nicolás de Piérola. Mi m u i distinguido a m i g o : Oficialmente c o m o prefecto d o i al G o b i e r n o parte d e l desgraciado a c o n t e c i m i e n t o d e l 26, c o m o c o m a n d a n t e d e una división, lo lie pasado al Jeneral en Jefe del ejército por el c o n d u c t o regular, i lo m a n d o para q u e sea p u b l i c a d o . H a r é a Ud. en esta mis especiales apreciaciones e indicad o nes. E l n ú m e r o d e nuestras fuerzas efectivas q u e entraron en batalla, lia sido según el parte del dia anterior, 5,000 hombres, i el d e los bolivianos n o llegaba a 4,000. Las fuerzas enemigas, según todos los datos recogidos d o prisioneros i cálculos d e los inteligentes, fluctuaban d e 18 a 20.000 h o m b r e s . A s í es q u e n o s f o r m a r o n c o n su primera línea u n arco q u e escedia a nuestro frente. Solo ésta e n tró en c o m b a t e i las masas d e sus tropas, su numerosa artillería i sus formidables ametralladoras, n o s destrozaron sin hacer uso d e su reserva. El n ú m e r o , pues, ha sido la primera causa de nuestro contraste. Pero n o lo h a sido m e n o s la mala dirección dada p o r Campero, la falta d e plan, o m a s bien d i c h o , la no e j e c u c i ó n d e l plan acordado anticipadamente, E n el c a m p o h a n peleado nuestras fuerzas c o n valor heroico; pero los cuerpos bolivianos se dispersaron antes de los 10 minutos, de u n a manera incontenible; y o los he h e c h o lancear i he tratado d e contenerlos a riendazos i c o n revólver en m a n o ; era imposible, n o s hacian fuego. A u n m a y o r boliviano llamado Marcial, después d e abofetearlo para hacerlo regresar al c o m b a t e , se arrodilló s u p l i c á n d o m e q u e n o lo obligara, ni lo matara; le hice arrancar las presillas q u e conservo en m i p o d e r i lo voté, conteniendo a los q u e m e rodeaban d e q u e lo mataran. El estupendo n ú m e r o de jefes muertos i heridos i el d e oficiales peruanos, c o n el d e bolivianos q u e casi está r e d u cido al Jeneral Pérez muerto i C a m a c h o m u i m a l herido, es el m e j o r argumento. Pero hai algo m u c h o mas grave. Cuatro dias antes del combate, practicó el e n e m i g o u n r e c o n o c i m i e n t o bastante atrevido i desde ese dia m a n d ó el Jeneral Campero llevar su equipaje i algunos víveres a Palca. E l dia del c o m bate, él i los suyos, la primera orden q u e dieron fué, p o n e r a salvo sus carpas i equipajes i hacerlos c o n d u c i r en esa dirección. T e r m i n a d o el c o m b a t e , h a abandonado el c a m po antes q u e y o i m u c h o s otros; i c u a n d o llegué a la p o blación, t o d o su e m p e ñ o era salir en esa dirección. Designó primero el alto d e L i m a , luego Pocollay, c u a n d o estuvimos allí, Pachía, i al llegar a este p u n t o , m e manifestó su resolución d e irse a Bolivia p o r Palca, entonces m e separé d e él i seguí m i c a m i n o , c o n la fuerza q u e llevaba, para Tarata. D o s jefes lo acompañaron; h o i h a n regresado d e Palca i ambos m e afirman q u e c u a n d o llegó Campero, l o esperaban sus m o z o s c o n un magnífico equipaje i buenas p r o visiones. Las tropas bolivianas h a n h e c h o un saqueo devastador; por d o n d e h a n pasado, se h a n llevado brigadas enteras, cargadas c o n c u a n t o encontraban i hacian fuego a los q u e se defendían. L a segunda edición de San Francisco, correjida i aumentada. La opinión u n á n i m e en el ejército i la m í a i la d e todos, es n o volver a pelear m a s j u n t o s c o n los bolivianos. Esta causa i la falta de disposiciones militares, i la d e recursos, q u e es absoluta, h a h e c h o q u e n o se reúna el ejército d e r r o t a d o , i dificulto todavía q u e sea gran cosa. E n c u a n t o a m í , y o estaré en el territorio d e m i j u r i s dicción hasta q u e m e sea posible, i en último caso m e retiraré p o r P u n o .

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Se ha perdido la m a y o r parte del a r m a m e n t o , casi toda la artillería i municiones, i la desmoralización d e la oficialidad i tropa es incalculable. Deseo q u e p o r allá las cosas marchen en otra forma i q u e sus resultado correspondan a los esfuerzos i sacrificios de U d . Mis recuerdos a la señora i niños, al doctor P a n i s o i d e mas amigos, i Ud. mande a su amigo. P. A . D E L S O L A R .

III. L a b a t a l l a <lc T a c n a i s u s h o r r o r e s , jcfc.de Daleucc

las

referidos por

el

ambulancias bolivianas, doctor Zenon

(I).

(Fragmentos.) E l 25 por la n o c h e , sorprendidos p o r la falta del t o q u e de silencio, supimos que, p o c o después, debia moverse t o d o el ejército u n i d o para verificar una sorpresa sobre el c a m p o enemigo. N o se nos había c o m u n i c a d o o r d e n a l g u na de movilización i permanecimos ansiosos en nuestro puesto basta q u e amaneciera el día. E n la madrugada d e l 26, apenas el ejército unido había vuelto a ocupar sus posiciones en la línea, después del frustrado plan de sorpresa, el d o c t o r Francisco Carvajal llegó a nuestro c a m p a m e n t o c o n d u c i e n d o un soldado del Batallón Padilla, herido de bala en la m a n o izquierda, según se n o s dijo, al verificar su retirada nuestro ejército frente a las avanzadas enemigas. P r o c e d i m o s a la estracciou del proyectil, i accediendo a la insinuación del e s presado cirujano, consentimos en q u e el herido regresara a su c a m p a m e n t o para entregar sus prendas i volver i n mediatamente c o n el m i s m o cirujano, a quien se le e n c a reció la necesidad de que se constituyera prontamente en la ambulancia. P o c o tiempo después d e c o m p r o m e t i d o el c o m b a t e en nuestra línea, varios proyectiles menores principiaron a caer cerca de nuestras carpas, mostrándonos la i n c o n v e niente situacion de nuestro c a m p a m e n t o . E r a pues preciso retirarlo a retaguardia i pro tejerlo del m o d o posible en alg u n a inflexión d e aquel terreno; inmediatamente ordenam o s su traslación a unos 400 metros atrás, la cual fué verificada c o n el orden i la celeridad mas recomendables. S o l o debían quedar en el sitio designado c o m o puesto avanzado central de nuestro servicio, una pequeña carpa, un depósito de agua, 10 camillas, u n a m o c h i l a - b o t i q u í n i una banderola d e neutralidad, a cargo d e d o s sanitarios. t

E n esos m o m e n t o s partía hacia nuestra ala izquierda el capellán jeneral frai José Mariano Loza c o n u n a entereza i ajilidad bien ostensibles. E n el m o m e n t o en q u e se desarmaba la primera d e nuestras carpas, 11.30 a 12 del dia, notarnos que p o r n u e s tro costado izquierdo huían en dispersión individuos armados, pero sin uniforme militar; algún tiempo después, soldados d e uniforme azul, i entre ellos, alguno q u e otro de chaqueta roja i otros d e blanca. A ese tiempo, llegó hacia nosotros el teniente coronel peruano F e d e r i c o María Barreto, d e p l o r a n d o , c o m o lo h a cíamos nosotros, el pánico q u e se había apoderado d e esos hombres. Estaba herido i venia a reclamar nuestros cuidados. A u n n o h a b í a m o s avanzado 20 pasos, c u a n d o oimos una descarga m u i p r ó x i m a d e fusilería, disparada, al p a recer, por una porción de los q u e iban a la cabeza del d e s filo, en dirección al lugar p o r d o n d e ya, en grande masa, se verificaba la dispersión por nuestro costado izquierdo.

(1) (Informo histórico del servicio prestado por el cuerpo de ambulancias del ejército boliviano, por el doctor Zcnon Dalencc; 1 vol., La Paz, 1881, pajina -23.)


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G U E R R A D E L PACIFICO.

Ocurrió en ese intervalo (del m e d i o dia a la una) un incidente digno de mencionarse: un morenito de menos de 12 años, t a m b o r de órdenes del Batallón Alianza, se habia aproximado a nuestro c a m p a m e n t o , i burlado por alguno de los sanitarios, a causa de babor dejado su puesto en el c o m b a t e , replicó casi lloroso de despecho: " q u e n o se le habia d a d o arma alguna," e instantáneamente le vimos forcejeando con un paisano para quitarle el riñe que éste decia hallarse descompuesto; i una vez que consiguió arrebatarle i obtener c o n amenaza sus municiones, le vim o s dirijirse al lugar en que evidentemente seguía c o m batiendo su cuerpo. P o c o tiempo después se aproximaban a la ambulancia, c o n paso mui lento, dos jinetes. Eran el Comandante en Jefe de nuestro ejército, que venia herido, i el sub-tcniente Francisco Solares, que le acompañaba. La fisonomía descompuesta del herido i su acento, denotaban un p r o fundo sufrimiento. L o desmontamos para atenderlo cual requería su estado, i c o n la mas profunda pena lo escuc h a m o s estas palabras: " H u b i e r a preferido quedar muerto en el c a m p o antes que presenciar tan desastrosa derrota." F u é preciso acostarle en una camilla, i a u n q u e manifestó deseos de quedarse en la ambulancia, n o creímos p r u d e n te el condcsccnderle, puesto que, según lo que nos acababa de decir él m i s m o , en p o c o tiempo mas nuestras tiendas debían ser invadidas p o r Lis tropas enemigas. El oficial que lo acompañaba, una vez que lo vio a c o m o d a d o , se despidió de él c o n estas palabras: " L o dejo bien atendido, mi coronel, i m e voi tranquilo a morir con nuestros c o m p a ñ e r o s , " e h i n c a n d o las espuelas a su caballo, partió al galope hacia la línea de batalla. Observando algún tiempo después el m o v i m i e n t o de la batalla por el ruido de los fuegos de fusilería, parecía ue so multiplicaban i arreciaban mas hacia la izquierda o nuestra línea, d i s m i n u y e n d o notablemente hacia el centro i la derecha. Mas, después parecía que cambiaban c o m p l e t a m e n t e de dirección, cesando al centro i la derecha, i siguiendo mas bien nuestro flanco izquierdo que la paralela de la línea de batalla. So nos esplicó mas tarde q u e lo primero habia sido ocasionado por el fuego e n v o l vente que dirijieron sobre nuestra izquierda algunos cuerpos enemigos, i que lo segundo habia sido p r o d u c i d o p o r el fuego en retirada q u e por nuestro flanco izquierdo, c o n dirección a Para, hacían el Batallón Alianza i parte del A r o m a , después do haber avanzado sobre las posiciones enemigas hasta llegar a tomar cañones, prisioneros i banderas. Serian las 3 P. M., mas o m e n o s , c u a n d o vimos pasar p o r nuestra derecha, a distancia de p o c o m e n o s de u n a cuadra i con dirección a Tacna, una comitiva de 20 a 25 jinetes. U n o de ellos tenia sujeto al brazo un gallardete boliviano. C o n o c i m o s que era el que flameaba en la tienda del Comandante en Jefe de nuestro ejército, i presumimos que fuese la señal do reunión que daba a nuestros dispersos el Jeneral en Jefe del ejército unido. Las tropas vencedoras comenzaban ya a descender la meseta en diferentes direcciones. Los primeros soldados que se aproximaron dispersos a nuestra ambulancia, se precipitaron rifle en m a n o a nuestras carpas en busca, según decían, de algunos jefes que pudieran estar allí refujiados. Les manifestamos que todos los que habíamos acojido eran puramente heridos, i les significamos el respeto que so debe a una ambulancia, a c o m p a ñ á n d o l o s desdo luego en su requisa. Este diál o g o i este acompañamiento a los vencedores requisentes so repetía instantáneamente. Se nos dio aviso do que mui cerca de nuestro c a m p a m e n t o habia un herido que requería nuestros cuidados; ocurrimos por él con una camilla: era el capitán A d o l f o Vargas, del R e j i m i c n t o Libres del Sur, que atravesado del pecho por una bala, daba m u i pocas esperanzas de vida. P o c o después llegó, traído en ancas por un j e f e chileno de pequeña estatura, barba cana i de anteojos, el teniente coronel Felipe R a v c l o , herido en la pierna izquierda

c o n fractura de uno de los huesos. A g r a d e c i m o s al espresado j e f e su delicadeza, i p r o c e d i m o s a acomodar i atender a nuestro valeroso herido. E n un m o m e n t o de éstos notamos que algunos soldados enemigos habían penetrado en la carpa de nuestro material, i que se empeñaban en rejistrar lo que allí pudiera encontrarse capturable. Ocurrimos a un jefe que pasaba a la sazón, coronel Toro, quien los puso en inmediata retirada. Habían hallado a la m a n o u n c a j ó n destapado de coñac que teníamos para nuestros heridos i habían h e c h o botin de él. E n el m i s m o instante, por otro lado, advertimos que dos soldados se llevaban dos banderolas de nuestro servicio, nacionales c o n Cruz R o j a . Les insignificamos lo que llevaban, pero fué en vano. E l j e f e que antes nos habia ausiliado ya estaba lejos. U n a de las partidas que llegó sin oficiales alcanzó a descubrir algunos barriles de agua q u e teníamos reservados para nuestros heridos detrás de algunos bultos que contenían las camas de los sanitarios i las monturas i camas del personal do oficiales. Grande fué la algazara que formaron c o n el allazgo; pero en m e d i o de este jríbilo, alguien e s c l a m ó : — " N o beban, niños; los CUÍCOS p u e d e n h a ber puesto en esa agua algo malo para nosotros." I c o m o al oir esta observación volvieran la mirada t o d o s hacia nosotros en ademan de exijirnos una contestación, n o t u vimos inconveniente en indicarles que nos sirvieran el primer vaso para beber; que esa era el agua que reservábamos para nuestros heridos; nos lo pasaron inmediatamente, i no desprendieron la vista hasta verlo terminado. Llenos ya de confianza i permitiéndonos separar dos barriles en la carpa de nuestro material, formaron u n n u meroso grupo, i n o parecia sino que todos habian dejado de beber mas de 24 horas. U n o de los soldados que habia acabado de apagar su sed, puesto en cuclillas frente a nosotros, en ademan de rejistrar la recámara de su rifle, dejó escapar el tiro. Pres u m i m o s que su intento fué talvez el de victimarnos. C o m o estábamos cercados por m u c h o s de ellos, la bala hirió al que se encontraba a nuesíra izquierda, fracturándole un c o d o . R e c o n v i n i e n d o al soldado por su temeridad, p r o c e d i m o s a reconocer i curar al herido, i a acomodarlo después en la carpa en que se encontraban varios de los nuestros. Llegaba en esos m o m e n t o s el proveedor jeneral de las ambulancias chilenas, señor Castro, i le dimos c o n o c i m i e n t o de lo ocurrido, enseñándole al herido i la lesión do que acababa de ser víctima. Pasó p o c o después el cirujano en jefe del ejército chileno, d o c t o r A l l e n d e Padin, a c o m p a ñ a d o de varios oficiales i el señor Rafael Gana (antiguo visitante de nuestros minerales del Sur); les referim o s igualmente lo acontecido, i les insinuamos para que hicieran presente a su Jefe de Estado Mayor Jeneral lo preciso que era a la ambulancia tener una guardia durante la noche. Eran las 5 o 5.30 P. M. Mientras esto pasaba en nuestro c a m p a m e n t o , se nos dio aviso de que en las ambulancias peruauas habian sido victimados varios heridos, entre ellos el coronel Barriga, el coronel Luna, dos compatriotas nuestros del Rejim i e n t o Murillo, Manuel A n t e z a n a i Primitivo Solares, i varios individuos ele tropa; que sus botiquines habian sido destrozados, saqueados sus equipajes, i sus carpas ocupadas por los enemigos. Ocurrimos inmediatamente a la que teníamos mas p r ó x i m a , la 2 . ambulancia, i conseg u i m o s recojer dos grandes cajas de botiquín abiertas a bala. Mas tarde fué traído a una pequeña carpa de nuestro personal el cadáver del coronel Barriga q u e , despojad o de sus vestidos por los merodeadores, estaba desfigurad o por los balazos a q u e m a - r o p a q u e le habian descargado en la cara. El resto del personal de esta ambulancia vuelto de Tacna, llegó a adjuntarse al nuestro durante la n o c h e i los días subsiguientes, pues sus carpas habian sido c o m p l e t a m e n t e invadidas por los enemigos. Las cajas de botiquín les fueron devueltas o p o r t u n a m e n t e para su traslación a Tacna, 0 3


CAPITULO QUINTO.

A las 6 P. M., el Batallón C h a c a b u c o , a c a m p a d o m u i cerca de nuestra a m b u l a n c i a , nos m a n d ó un p e q u e ñ o reten a cargo de un oficial de m u i estimables modales. El primer cadáver q u e encontramos al pié de la m e s e ta, fué el de un sarjento 2. ° del Batallón Alianza, d o estatura mediana, trigueño, de un lijero bigote i pera. T e nia levantados i ríjidos los brazos, crispados los p u ñ o s en ademan de protesta, v e n d a d a la pierna p o r e n c i m a del pantalón, c o n un pañuelo de color i tres heridas de bala a q u e m a - r o p a en la cara. E n el m o m e n t o en que se le habia d a d o sepultura l l e g ó h a c i a "nosotros una m u j e r del p u e b l o que decia b u s car el cadáver de su m a r i d o ; i c o m o nos dijese que habia sido sarjento del Batallón Alianza, le i n d i c a m o s el sitio en que acababa de ser sepultado u n o . N o s rogó que le p e r m i t i é s e m o s r e c o n o c e r l o i ¡estraña coincidencia! era el m i s m o q u e la p o b r e mujer buscaba. C o n t i n u a n d o nuestro c a m i n o , encontramos m u e r t o s a p r o p o r c i ó n q u e ascendíamos a la meseta i en las inflexiones del terreno que se estienden sobre ésta, u n s o l d a d o del A r o m a , un c h i l e n o , u n o del A r o m a (victimad o ) , u n o del V i c t o r i a ( v i c t i m a d o ) , un riflero del R e j i m i e n t o Libres del Sur, otro del m i s m o cuerpo, que por una carta q u e tenia en el bolsillo v i m o s que se llam a b a José María A y a l a , u n o del Alianza ( v i c t i m a d o ) , u n s o l d a d o p e r u a n o c u y o u n i f o r m e nos era d e s c o n o c i d o , u n o del Zepita, u n o de Libres del Sur ( F r a n c i s c o J i m é n e z ) , u n sarjento 1. ° del Alianza ( v i c t i m a d o c o n bala i b a y o n e t a ) , otro del m i s m o c u e r p o ( v i c t i m a d o ) , seis c h i l e n o s , c i n c o de V a n g u a r d i a de C o c h a b a m b a (tres de ellos v i c t i m a d o s ) , seis de Libres del Sur, c i n c o soldados p e r u a n o s i c u a t r o del E s c u a d r ó n Coraceros. D i m o s s u c e s i v a m e n t e sepultura a todos esos cadáveres i nos dispusim o s a h a c e r lo m i s m o c o n un g r u p o d e c i n c o rifleros de Libres del Sur, cerca de los q u e se encontraba un oficial de bigote i pera crespos i largos, a quien le habían quitado la levita i el calzado, i que se hallaba c o m o los anteriores, en u n a h o n d o n a d a q u e existe a la izquierda d e la i n flexión de terreno en q u e se encontraba una sección de la artillería peruana. A la d e r e c h a d e una p e q u e ñ a colina sobresaliente, e n tre las que cerraban nuestra izquierda en esa rejion, esc u c h a m o s v o c e s en diferentes direcciones, i v i m o s m a n o s levantadas en a d e m a n de pedir socorro. A c u d i m o s a los lugares de d o n d e éramos llamados i e n c o n t r a m o s que t o dos eran heridos chilenos. S e les habia practicado y a , a los mas, la primera curación; pero carecían de abrigo, n o habían t o m a d o alimento alguno i estaban desesperados d e sed. M a n d a m o s trasladar seis a nuestra ambulancia, i distribuimos agua a los que prefirieron esperar a los suyos para que los c o n d u j e r a n directamente a T a c n a ; h u b o e n tre éstos tres q u e c o b i j a d o s bajo de u n a p e q u e ñ a carpa, q u e s u p o n e m o s q u e fué alguna d e las del R e j i m i e n t o V a n guardia de C o c h a b a m b a , ai sentir que nos a p r o x i m á b a m o s a ella, bajaron el telón de la entrada i nos suplicaron q u e solo les pasáramos u n p o c o de agua. N o quisimos ser i n discretos en atrepellar el i n c ó g n i t o que trataban de g u a r dar. S u p o n e m o s que serian algunos que en calidad de espías p u d i e r o n haber estado alguna vez entre el ejército aliado. R e s p e c t o al cadáver del oficial q u e h e m o s i n d i c a d o haber hallado cerca de un g r u p o de c i n c o rifleros de L i bres del Sur, a quienes, lo m i s m o que a aquél, solo se dio sepultura en la tarde, recien a nuestra bajada a T a c n a pudimos determinar su identidad personal: era, a n o d u darlo, el de nuestro m u i querido amigo c o r o n e l A g u s t í n López q u e llevando, c o m o p r o b a b l e m e n t e llevaba el día del c o m b a t e , botas de m o n t a r i presillas de su clase en la levita, fué d e s n u d a d o de dichas prendas por los m e r o d e a dores en la tarde del desastre. L a fisonomía tranquila d e TOMO n i — 46

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aquel valiente jefe nos hace presumir q u e murió instantáneamente. H a b í a m o s principiado nuestra dolorosa tarea, a d q u i riendo el c o n v e n c i m i e n t o de la bárbara carnicería de q u e habían sido víctimas todos nuestros heridos. Sin e m b a r g o , n o era posible resignarse a aceptar hasta el fin tan estupenda realidad; para satisfacernos de su alcance, resolvimos continuar recorriendo el c a m p o hasta evidenciarnos que n o habia sobre él u n solo herido de los nuestros a quien p u d i é r a m o s socorrer. T o m a m o s al efecto la dirección de nuestra línea de b a talla para recorrerla, siguiendo las huellas de los c a d á v e res, hasta el estremo de nuestra ala derecha. E n nuestro camino continuamos encontrando multitud de heridos chilenos que, c o m o ya h e m o s d i c h o anteriormente, habían recibido y a o practicado ellos m i s m o s su primera c u r a ción; así c o m o c o n t i n u a m o s e n c o n t r a n d o también entro los cadáveres del ejército aliado m u c h o s que habían sido v i c t i m a d o s . E r a d e notarse, en m e d i o de eso d o l o r o s o esp e c t á c u l o , lo inj enloso de los recursos que habían t o m a d o los heridos, y a para n o ser a b a n d o n a d o s en el c a m p o o preferidos en el r e c o j o , ya para resguardarse d é l a i n t e m perie i d e la sed, o y a también para p o d e r s e m o v e r d e l sitio en q u e cayeron i trasladarse a otro lugar. L o s mas se habían arrastrado hacia las eminencias d e aquel terreno; unos habían f o r m a d o su l e c h o e s c a v a n d o la arena hasta d o n d e era posible, al largo d e su c u e r p o , a guisa de sepultura; otros h a b í a n formado c o n una frazada una especie de t o l d o sobre un p a b e l l ó n de rifles; otros tenían depositada su agua en cajas vacias de sardinas, galletas, etc. a falta de cantinas; i, en fin, mas de uno c o n la pierna o el m u s l o fracturado, habia amarrado su rifle, sobro el m i e m b r o inhabilitado, a manera de aparato de c o n t e n c i ó n de fracturas, para poderse arrastrar hasta las eminencias de las ondulaciones de aquel terreno.

E n nuestro tránsito e n c o n t r a m o s varias partidas d e tropa i oficiales sueltos que r e c o m a n el c a m p o r e c o j i e n d o a r m a m e n t o i m u n i c i o n e s i a g r u p a n d o a la vez, a trecho, los cadáveres de los suyos. U n o de aquéllos nos indicó la dirección d o n d e habia e n c o n t r a d o u n herido, q u e decia ser de los nuestros, i q u e p o r lo apartado del lugar en q u e se encontraba temía q u e n o diéramos fácilmente c o n él; fuimos siguiendo el r u m b o que nos i n d i c ó , i solo e n c o n t r a mos otro herido chileno, a quien prestamos e l a u s i l i o que necesitaba i lo trasladamos, a i n d i c a c i ó n suya, hasta u n lugar de d o n d e p o d í a ver i ser visto de distancia.

C o n t i n u a n d o nuestro c a m i n o a lo largo de los c a m p a m e n t o s q u e habia o c u p a d o antes el ejército u n i d o , p r o c u r a m o s proveernos d e los instrumentos d e escavacion, q u e hasta entonces nos faltaban, i del agua que estaba p r ó x i m a a concluírsenos. L o p r i m e r o o b t u v i m o s sin dificultad alguna; n o así lo s e g u n d o , que allí m i s m o se encontraba tan escasa c o m o entre nosotros. A l estremo d e r e c h o do nuestra línea, en la fortificación pasajera q u e se habia formado para una sección de n u e s tra artillería, encontramos que se habían refujiado 11 h e ridos del ejército aliado, que hasta ese m o m e n t o eran guardados p o r un centinela. L a ambulancia peruana mas p r ó x i m a habia principiado a recojer los primeros, n o s otros c o n t i n u a m o s h a c i é n d o l o hasta el ú l t i m o , que fué u n soldado del batallón A y a c u c h o . El centinela fué retirado i n m e d i a t a m e n t e q u e n o s llevábamos a aquél. A nuestro regreso al c a m p a m e n t o , 12.30 a 1 P. M., enc o n t r a m o s una nueva sección de nuestra ambulancia q u e acababa de llegar de T a c n a c o n una cantidad de agua, leña i algunas otras provisiones para nuestros heridos. Venia a cargo de ella el d o c t o r Narciso Cueto i el p r a c t i cante Caballero c o n la señora Ignacia Zeballos i dos es-


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G U E R R A D E L PACIFICO.

cuadras de sanitarios. La señora Zeballos t o m ó a su cargo la inspección do la dieta, que en ose m i s m o instante principió a prepararse para nuestros heridos. P o c o después de esto vino a visitar la ambulancia el Jefe do Estado Mayor Jeneral del eje'rcito chileno, c o r o nel Velazquez, repitiéndonos los ofrecimientos que a n o m bre del Jeneral en Jefe nos habia h e c h o en la mañana; agregó de su parte que si aun necesitáramos algunos m e dicamentos podrían proporcionárnoslos m a n d a n d o n o s otros a A r i c a un individuo do confianza que pudiera ponerse en contacto con sus buques bloqueadores. A g r a d e cimos su buena voluntad, aceptando la oferta para c u a n d o se nos agotasen algunos artículos c u y o uso era bastante jeneral i que, por lo m i s m o , bien pudieran escasear en T a c n a mismo. U n a segunda comisión a cargo del señor Adriasola partió nuevamente al c a m p o , mas tarde, llevando consigo algunas camillas i dos escuadras de sanitarios, c o n instrucción de dirijirse hacia el naneo por d o n d e so habían retirado los del Batallón Alianza. A l regreso tuvimos igual amargura que la que habíamos esperimentado al volver al c a m p a m e n t o al medio dia. N o existían mas h e ridos nuestros en el c a m p o . Esto nos esplicó la espresion q u e al partir en la mañana habíamos escuchado en boca d e algunos del ejército enemigo: "Es tarea vana" decían u n o s . — " L o s niños so han sacado chiche por c h o c h o , " d e cían otros. ¡Horrible alusión al repaso de la víspera! i algún otro acto de carnicería quizá que se atribuía al ejército aliado. El n ú m e r o de muertos que c o m p u t a m o s al ejército aliedo alcanzaría a 1,500, mas o menos, habiendo sido victimados 65 a 70 de ellos. Entro los muertos correspondían la ma3'or parte a nuestro ejército en la clase de tropa, i al ejército peruano en la de jefes i oficiales. Entre los nuestros nos dicen que fué encontrado en línea muí avanzada un soldado del Batallón Alianza j u n t o a otro chileno, recíprocamente atravesados por bayoneta el uno i yatagán el otro. Los que nosotros encontramos m u i adelante, cerca del lugar que habia o c u p a d o una sección de la artillería enemiga, frente al estremo de n u e s tra ala derecha, fueron varios del R e j i m i e n t o Murillo, i mas avanzados que todos los cadáveres de los j ó v e n e s W e r t e r Rivera i Samuel Ergueta; en seguida, un buen n ú m e r o de los de nuestro cuerpo de Zapadores; hacia el centro, delante del glacis de la meseta en que se e n c o n traba nuestra línea, m u c h o s del Batallón Grau, del C h o rolque, del Loa i del Padilla; hacia la izquierda, un tendal de los del Batallón 2. ° i del Y i e d m a , sobre su propio terreno, i m u c h o s del T a n j a ; i, en fin, un considerable n ú mero do los del Batallón Alianza i algunos del A r o m a en línea m u c h o mas avanzada que todos. El número de muertos del ejército chileno en el c a m p o do batalla, deber haber alcanzado a 1,800 o 2,000; n o siendo pocos entre ellos el n ú m e r o de jefes i oficiales."

ZENON

DALENCE.

IV. m e m o r i a q n c el M i n i s t r o de R e l a c i o n e s E s t e r i o r e s d e Chile p r e s e n t a al C o n g r e s o N a c i o n a l e n J u n i o d e 1880.

Me ha t o c a d o desempeñar el cargo de Ministro de R e laciones Estoriores por un período do cerca de 1 0 meses, desde el 2 0 do A g o s t o do 187!), hasta ol 16 de J u n i o de 1 8 8 0 , en medio de las dificultades i conflictos propios del estado de guerra. Así, en vez de esforzarse, c o m o habría sido de desear,

por llevar a término satisfactorio los asuntos que tenemos pendientes con algunos gobiernos, i por consolidar i ensanchar en beneficio c o m ú n las buenas i amistosas relaciones que cultivamos c o n las naciones civilizadas, escepto las dos vecinas c o n las cuales estamos en lucha, el Ministerio de mi cargo se ha visto obligado a dedicar una particular atención para prevenir o solucionar las c u e s t i o nes desagradables que, en las contiendas armadas, o c u r r e n casi siempre c o n los neutrales, por m u c h o que sea el a n helo, i por solícito que sea el c u i d a d o de evitarlas. Afortunadamente, los asuntos a que a l u d o han p o d i d o en todo caso ser tratados, i aun en ocasiones ser resueltos, c o n espíritu sereno i justiciero, gracias, por una parte, al firme propósito de respetar c o n la m a y o r relijiosidad los pactos vijentes i los preceptos del d e r e c h o internacional que ha a n i m a d o al G o b i e r n o de nuestra R e p ú b l i c a i, por otra, a la imparcialidad i rectitud c o n que, p o r lo jeneral, han p r o c e d i d o los gobiernos, tanto de E u r o p a , c o m o de América, dignamente secundados por los representantes que tienen acreditados en este país. La conservación i, si fuera posible, el perfeccionamiento de las amistosas i cordiales relaciones que Chile se ha empeñado, desde tiempo atrás, por establecer i mantener c o n los demás pueblos, han sido, en las delicadas circunstancias en que nos h e m o s hallado, objeto de preferente aspiración para el Gobierno. D e s d e la independencia, la R e p ú b l i c a de Chile se ha esmerado por dar a los países del m u n d o culto las pruebas mas incontestables de honradez i de moderación, afín de granjearse el aprecio i la consideración de todos. El Ministerio de mi c a r g ó s e lisonjea de haber ajustado estrictamente su c o n d u c t a en tan solemne situación a e s ta honrosa tradición, la cual, de seguro, h a de ser la norma del porvenir, p o r q u e los pueblos ilustrados i morales, c u a n d o sientan antecedentes de este j ó n e r o n o a c o s t u m bran infrinj irlos. La c o m p l e t a cordialidad que el G o b i e r n o de Chile, en m e d i o de la guerra a q u e nos p r o v o c a r o n los del Perú i Bolivia, conserva c o n los demás de uno i otro continente, manifiesta que ha seguido sin alteración la laudable regla del rigoroso acatamiento a los derechos ajenos, observada por sus antecesores. E l Ministerio de Relaciones Esteriores de Chile fué informado de que el G o b i e r n o de Costa R i c a habia proporc i o n a d o al del Perú ciertas armas i m u n i c i o n e s . A consecuencia de esto, dirijió al señor Ministro de R e laciones Esteriores de esa R e p ú b l i c a el siguiente oficio. '•Santiago,

Agosto

28 ole 1879.

Señor Ministro: Mi Gobierno ha sido informado por funcionarios dignos de fe de que el vapor norte-americano Granada, desembarcó el 21 de Julio p r ó x i m o pasado en P a n a m á 103 cajones de rifles i 200 de cápsulas fulminantes. A g r e g a n los informes recibidos que esas armas, confiadas al cuidado del señor d o n D o m i n g o V a s q u e z , ex-Ministro D i p l o m á t i c o de H o n d u r a s en Lima, habrían sido enviadas desde P u n t a Arenas por ol G o b i e r n o de Y. E. al G o b i e r n o del Perú. Noticias posteriores manifiestan que esos elementos de guerra han llegado y a a su destino, i que p r o n t o serán empleados contra nuestro país. Cualquiera que sea la importancia q u e mi G o b i e r n o dé a los informes recibidos, i a las circunstancias que contribuyen a revestirlos de fe, n o puede, sin embargo, aceptar, sin viva resistencia, la efectividad de un h e c h o q u e , a ser cierto, importaría una gravísima e inmerecida ofensa al Gobierno de Chile, q u e siempre h a sido leal a m i g o de Costa Rica, El Gobierno V . E. no h a p o d i d o olvidar la cordial intelijencia que en toda ocasión ha reinado entre ambas repúblicas. D e ella ha d a d o testimonio, n o ha m u c h o , el Exorno, señor Presidente de Costa R i c a en las siguientes palabras enviadas al Presidente de Chile. "Mientras tanto, n o p u e d o m e n o s de dirijirme a V. E.,


CAPITULO

QUINTO.

3G3

gua, p u e d a n adquirir en Europa elementos de guerra destinados a servir en contra nuestra en la c o n t i e n d a q u e la R e p ú b l i c a sostiene c o n las del Perú i Bolivia. Mi Gobierno se ha resistido a dar asenso a esa aseveración, que, a ser efectiva, vendría a contradecir abiertamente los amistosos sentimientos manifestados por V . E. en nota fecha 30 de A b r i l del corriente año, en la cual V . E. espresaba a mi G o b i e r n o que el de esa R e p ú b l i c a correspondería a l a noble i jenerosa c o n d u c t a que el G o bierno de Chile observó respecto de ella en la desgraciada emergencia q u e tuvo lugar c o n el I m p e r i o A l e m á n . F i r m e m e n t e c o n v e n c i d o mi Gobierno de la sinceridad de esos propósitos, i de las amistosas relaciones creadas entre ambas repúblicas, se atreve a esperar que el de V . E. desautorizará esas aseveraciones, llamadas a modificar desfavorablemente el espíritu de cordialidad que ha d o m i n a d o siempre en las relaciones que existen entre a m bas repúblicas. Con este m o t i v o , m e es grato manifestar a V . E. la e s Costa presion de mis sentimientos de alta consideración, c o n q u e soi de V. S. atento seguro s e r v i d o r . — M i g u e l Luis Amunátegui."

participándole mi elevación al poder, i la disposición que m e anima, n o solo para conservar las buenas relaciones que felizmente existen entre Costa R i c a i la R e p ú b l i c a de Chile, sino también para estrecharlas mas en p r o v e c h o de ambas naciones." Esta declaración de los amistosos sentimientos del G o bierno de V. E. i la protesta de sus fraternales propósitos, n o p o d r á en manera alguna conciliarso con los actos de hostilidad hacia Chile, que se atribuyen al Gobierno de V . I L e n los m o m e n t o s mismos en que nuestro país se ve amenazado de una d o b l e guerra esterior. H e recibido, pues, especial encargo de S. E. el Presidente de la República, para solicitar del ilustrado G o b i e r n o de V . E. u n a franca esplicacion a este respecto, i m e asiste la confianza de que ella habrá de disipar la penosa impresión del p u e b l o chileno. A p r o v e c h o esta ocasión para ofrecer a V . E. las consideraciones de alta estimación c o n que soi de V. E. atento i seguro s e r v i d o r . — M i g u e l Luis Amunátegui." El señor Ministro de Relaciones R i c a dio la contestación siguiente:

Esteriores

" S E C R E T A R Í A D E RELACIONES ESTERIORES D E LA

de

REPÚBLICA

D E COSTA R I C A .

Palacio

Nacional,

San José, Noviembre

10 de

El señor Ministro de relaciones esteriores de N i c a r a gua tuvo a bien responder lo q u e se copia a c o n t i n u a c i ó n :

1879.

"Managua,, Noviembre 12 de 1879. Señor: E n su apreciable d e s p a c h o de 2 de Setiembre último, T e n g o el h o n o r de dar contestación al despacho de V . E. fecho en Santiago el 28 de A g o s t o de este año, c u y o que he recibido con notable retraso, V . E. se sirve c o m u c o n t e n i d o puse en c o n o c i m i e n t o de S. E. el Jeneral P r e - nicarme que, por c o n d u c t o s autorizados, h a llegado a c o sidente de esta República, i de orden de S. E. no p u e d o n o c i m i e n t o de su Gobierno que el de esta R e p ú b l i c a se h a m e n o s de manifestar, que mi G o b i e r n o ha visto c o n pena prestado a servir de intermediario a los enemigos de C h i q u e el de V . E. haya sido mal informado acerca del p u n t o le, para que, h a c i e n d o uso del n o m b r e d e Nicaragua, puedan adquirir en E u r o p a elementos de guerra destinaa q u e se contrae el citado despacho. Si el v a p o r norte-americano Granada, en 21 de Julio dos a emplearse en la que actualmente sostiene esa R e de este año, desembarcó en Panamá 103 cajones de rifles' pública c o n las del Perú i Bolivia. A ñ a d e V . E. que su i 200 de cápsulas fulminantes, p u e d o asegurar a V. E. que Gobierno se ha resistido a dar asenso a tan grave aseveesos elementos de guerra n o h a n sido enviados por m i ración que, a ser efectiva, vendría a contrariar abiertam e n t e los amistosos sentimientos manifestados en nota G o b i e r n o c o n destino al del Perú. El G o b i e r n o costaricense deplora la guerra actual entre de esta Secretaría, fecha 30 de Abril p r ó x i m o anterior, i repúblicas hermanas de ésta, i si su influencia le permitie- c o n c l u y e espresando la esperanza de que el G o b i e r n o de esta R e p ú b l i c a desautorice tal aseveración. ra mediar en esa contienda, que vivamente le afecta, al hacerlo cumpliría estrictos deberes impuestos p o r sentiNicaragua, señor Ministro, c o m o país débil, ha p r o c u mientos de fraternidad; pero el G o b i e r n o costaricense j a - rado siempre hacerse fuerte por su c o n d u c t a recta i leal, más faltaría a la neutralidad en la hora de la lucha entre estrictamente ajustada a los principios dei derecho i d e dos repúblicas amigas, i tiene, a mas de la c o n c i e n c i a do la justicia; i si nada ha p o d i d o desviarle d e esta regla en sus obligaciones, simpatía hacia a Chile. sus procedimientos, aun en los negocios de Centro A m é Los sentimientos a que aludo están manifestados, entre rica, en que su suerte pudiera verse c o m p r o m e t i d a de otros d o c u m e n t o s , en las palabras de la autógrafa que una manera inmediata, m e n o s podría apartarse de la trascribe el despacho do V. E., i en el h e c h o significativo neutralidad que viene observando en la contienda que de que, al surjir cuestión de límites entre Costa R i c a i hoi desgraciadamente tiene lugar entre pueblos amigos, Nicaragua, m i G o b i e r n o propuso por único arbitro al de c o n quienes le ligan m o t i v o s de simpatías i de r e c o n o c i Chile. miento por importantes servicios de que los es deudor, i Confio en que esta manifestación dejará satisfecho a en cuyas disensiones, n o le toca mas que lamentar los S. E. el Presidente de esa República, i a su ilustrado g a - desastres que a ellas son consiguientes. binete, siendo para mí m u í grato aprovechar esta o p o r t u Me hago, pues, un deber de declarar a V . E. q u e esta nidad de reiterar a V . E. las seguridades de mi alto apre- R e p ú b l i c a no h a ejercido n i n g ú n acto que tienda a descio i distinguida c o n s i d e r a c i ó n . — R a f a e l Machado." mentir o a lastimar siquiera lijeramente la lealtad i h o n El m i s m o Ministerio de Relaciones Esteriores de Chile radez q u e preside en sus relaciones internacionales, n o recibió noticias de que el G o b i e r n o de Nicaragua se había c o m p r e n d i e n d o c ó m o por c o n d u c t o s autorizados h a } ^ lleg a d o a V . E. aquel informe tan destituido de toda verdad prestado a servir de intermediario al del Perú para que i f u n d a m e n t o , c o m o ofensivo al h o n o r de esta R e p ú b l i c a ; éste se procurara elementos de guerra. que mi Gobierno confia en que el de A . E. descansará A fin de aclarar lo q u e hubiese de efectivo en asunto tranquilo en la seguridad de que el de Nicaragua, no solo de tamaña g r a v e d a d , se pasó al referido G o b i e r n o el ofiprocura cumplir sus deberes de a m i g o hacia las naciones cio q u e va a leerse: c o n quienes está relacionado, sino también atraerse, por la Santiago, Setiembre 2 de 1879. honorabilidad de su c o n d u c t a , el respeto i consideración Señor'Ministro: d e todos los pueblos cultos. P o r c o n d u c t o s autorizados, h a llegado a c o n o c i m i e n t o A p r o v e c h o esta oportunidad para renovar a V . E. las de mi G o b i e r n o q u e el de V. E., d e s o y e n d o al parecer los demostraciones del alto aprecio con que me suscribo su principios de neutralidad que guardan las naciones amiatento s e r v i d o r . — V i c e n t e Navas." gas en presencia de la guerra del Pacífico, se ha prestado a servir de intermediario a nuestros enemigos para que, h a c i e n d o ellos uso del n o m b r o de la R e p ú b l i c a de NicaraSeñor Ministro:

r

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G U E R R A D E L PACIFICO.

L o s d o c u m e n t o s q u e acaban de leerse d a n a c o n o c e r cuál ha sido u n o de los principales i mas importantes n e g o c i o s en q u e el Ministerio do mi cargo ha d e b i d o fijar especial atención. C o m o es fácil de presumirse, los gobiernos aliados, i m u i señaladamente el del Perú, q u e disponía d e c o n s i d e rables recursos pecuniarios, han desplegado grande actividad, i h e c h o los mayores esfuerzos para adquirir, y a b u q u e s i cañones d e largo alcance, ya armas i municiones. C o m o también era natural, el G o b i e r n o d e Chile, para impedirlo, ha empleado cuanta vijílancia le h a sido posible, i apelado a cuantos recursos son autorizados en tal caso p o r el d e r e c h o internacional i p o r las prácticas d e las naciones. Merced a estos desvelos, si n o h a p o d i d o estorbarse q u e el e n e m i g o se proporcionase algunos elementos bélicos, se h a evitado p o r lo m e n o s el q u e se procurase gran n ú m e ro d e los q u e habia menester, i entre estos, algunos d e m u c h a consideración, c o m o los buques q u e ol Perú h a b u s c a d o c o n el mayor ahinco, i anhelado c o m p r a r a cualquier precio. L o s ajentes d e Chile han c o n t a d o para salir airosos en estas jestiones c o n la rectitud de los gobiernos a q u e han dirijido las correspondientes reclamaciones, los cuales h a n d i c t a d o oportunas i eficaces medidas para q u e sus s u b o r dinados cumpliesen los deberes impuestos por la n e u tralidad. Entre esos gobiernos, m e c o m p l a z c o , p o r m o t i v o s o b v i o s de comprenderse, en m e n c i o n a r el de España. El Ministro de Chile en Paris pasó al Ministerio d e m i cargo el oficio q u e v a a leerse. ( 1 ) C o n f o r m e a las instrucciones q u e se l e trasmitía en el oficio d e 12 de Enero, antes inserto, el Ministro P l e n i p o tenciario de Chile en Paris c o m u n i c ó al e m b a j a d o r de su Majestad Católica en la referida c i u d a d el c o n t e n i d o del m e n c i o n a d o oficio. E l e m b a j a d o r contestó c o m o sigue: "EMBAJADA

DE SU MAJESTAD

CATÓLICA

EN PARÍS.

Paris, Mayo 13 1S80. Señor Ministro: La c o m u n i c a c i ó n q u e V. E. se ha servido dirijirme c o n fecha 20 del m e s p r ó x i m o pasado, m e h a sido s u m a m e n t e grata p o r los amistosos sentimientos q u e m e participa, i p o r la ocasión q u e m e ofrece d e reiterarle el espíritu d e simpatía i de imparcialidad q u e anima al g o b i e r n o español respecto a todas i cada u n a d e las repúblicas de A m é rica. L o s vínculos q u e median entre España i l o s estados sud-americanos son tales, q u e n o p u e d e n quebrantarlos, ni las varías i opuestas formas de los respectivos g o b i e r nos, ni las opiniones de l o s gobernantes, n i las doctrinas de los partidos, ni siquiera las vicisitudes q u e el trascurso del t i e m p o a c u m u l a en la vida de los pueblos. D e aquí el tenaz i n o b l e o r g u l l o c o n q u e se r e c u e r d a n c o m u n e s glorias, i la facilidad c o n q u e se olvidan pasajeras quejas. M e es grato que, según espresa V . E., el gabinete d e Chile h a y a interpretado c o n justicia i entera confianza los sentimientos del de Madrid en cuanto dice c o n relación al p a c t o firmado en W a s h i n g t o n , i p u e d e V . E . estar seguro de q u e nada le haria olvidar los deberes q u e le i m p o n e n aquellas estipulaciones. Es d e esperar, pues, q u e esa exacta i j u s t a apreciación p o r parte d e la R e p ú b l i c a d e Chile, de los leales sentimientos q u e han a n i m a d o al g o b i e r n o español, haga q u e el armisticio en aquel d o c u m e n t o c o n s i g n a d o , se c o n v i e r ta m u i en breve en u n a paz mas estable i m a s eficaz en cuanto al recíproco ejercicio de los derechos internacionales, i al c u m p l i m i e n t o d e los deberes q u e p r o c e d e n del (1) El oficio indicado i demás de esta jestion diplomática, se lian publicado en el Tomo II, capítulo 3. ° , pajina 223 i siguientes.

Estado n o r m a l d e relaciones entre naciones i n d e p e n d i e n tes i amigas. A p r o v e c h o gustoso esta ocasión para reiterar a V . E. las seguridades d e m i distinguida c o n s i d e r a c i ó n . — M a r qués de Molins." " A l c o m u n i c a r a V . S. ese d o c u m e n t o ( e l que acababa de leerse), d i c e entre otras cosas el Plenipotenciario d e Chile en París c o n fecha 20 d e M a y o de 1880, m e es g r a t o añadir q u e , en las jestiones q u e he d e b i d o hacer, p o r c o n d u c to d e la E m b a j a d a española, para o p o n e r m e al éxito d e ciertas operaciones q u e presentaban graves indicios de ser destinadas a llevar ausilios en armas i pertrechos al e n e m i g o , h e e n c o n t r a d o u n deseo franco i d e c i d i d o d e atender a mis reclamos, i de facilitarme los m e d i o s d e h a cerlos efectivos. D e este m o d o , el G o b i e r n o d e Madrid se h a n e g a d o a permitir q u e salga d e España una cantidad considerable de armas i m u n i c i o n e s , acumuladas en Barcelona p o r ajentes q u e se dicen colonizadores d e u n a isla d e Oceanía, i o b e d e c e n a la d i r e c c i ó n de u n señor d e R a y s , Cónsul de Bolivia en Brest. Las espresadas armas i m u n i c i o n e s d e bían ser embarcadas en u n v a p o r llamado el India, q u e ú l t i m a m e n t e h a enarbolado la bandera d e Liberia. La decisión c o n q u e las autoridades d e España se han n e g a d o a permitir el e m b a r q u e d e los elementos d e g u e r ra referidos, es u n a p r u e b a del v i v o deseo q u e anima a aquel G o b i e r n o d e evitar t o d o acto q u e pudiera haber servido los intereses de los e n e m i g o s d e Chile." A u n q u e habría sido m u i placentero para m í n o haber tenido q u e hacer u n a sola e s c e p c i o n d e g o b i e r n o a m i g o q u e n o h a y a observado c o n estrictez los deberes d e la n e u tralidad, m e v e o o b l i g a d o , c o n sentimiento, a resumir los m o t i v o s d e queja q u e el d e los Estados U n i d o s d e C o l o m b i a h a d a d o al d e Chile. H a b i é n d o s e tenido d e n u n c i o s d e q u e el v a p o r Crescent City habia traído de N u e v a - Y o r k a C o l o n , en el m e s de M a y o d e 1879, u n c a r g a m e n t o d e elementos bélicos para el Perú, i d e q u e la C o m p a ñ í a del Ferrocarril d e Panamá lo habia trasportado a este p u e r t o , el Cónsul d e Chile p u so el h e c h o en noticia del señor Presidente d e d i c h o Estad o , i le pidió q u e impidiera el e m b a r q u e , l l a m a n d o la atenc i ó n sobre la circunstancia m u i significativa d e hallarse f o n d e a d o e n l a b a h í a el v a p o r p e r u a n o Talismán, evidentemente c o n el propósito d e trasportar el referido cargamento. E l señor Presidente del Estado d e Panamá, en respuesta a la j e s t i o n del Cónsul chileno, manifestó q u e , habiend o v e n i d o el a r m a m e n t o de q u e se trataba, c o n s i g n a d o a un c o m e r c i a n t e de aquella ciudad, i solicitado éste permiso para enviarlo al E c u a d o r , se habia a c c e d i d o a ello, qued a n d o el peticionario en el deber d e c o m p r o b a r tal embarque c o n el c o n o c i m i e n t o respectivo. E l señor Presidente agregaba además que, ni en el Tratado q u e Chile n e g o ció c o n la R e p ú b l i c a d e C o l o m b i a , n i e n el q u e ésta c e l e bró en é p o c a reciente c o n la del P e r ú , se estipuló regla alguna sobre la manera c o m o debía ejercerse la neutralidad en caso d e guerra c o n otras naciones; q u e la neutralidad, según el derecho d e jentes, i m u i particularmente c u a n d o se habla d e u n país c o m o C o l o m b i a , q u e posee un i s t m o franco al c o m e r c i o universal, i d e consiguiente, p o r d o n d e pasan i d e b e n pasar efectos de todas clases, aun de aquellos pueblos q u e , siendo neutrales, los permiten salir de sus puertos c o n destino a naciones amigas q u e se hallan en situación d e guerra, n o d e b e entenderse d e m a n e ra q u e restrinja ese libre tránsito; i q u e mientras n o recibiera instrucciones d e l G o b i e r n o Jeneral d e s u nación, observaría la neutralidad, c o n c e d i e n d o o n e g a n d o l o mism o a todos los belijerantes. El Cónsul de Chile en P a n a m á n o aceptó la regularidad del embarque d e las armas traídas p o r el Crescent City, e n el v a p o r d e l a escuadra peruana Talismán. A pesar de las protestas d e l Cónsul, v o l v i e r o n a verificarse h e c h o s análogos en otras cuatro veces consecutiI vas, en las cuales tornaron a embarcarse en el p u e r t o de


CAPITULO

Panamá armas i municiones de guerra en buques de la escuadra peruana, q u e habian i d o espresamente c o n ese designio. El 27 d e Octubre de 1879 llegó a P a n a m á un vapor lanza-torpedos, c o m p r a d o i enviado por los ajentes del Perú, cuyas fuerzas navales estaba destinado a aumentar. E n ese m i s m o dia, el Cónsul chileno lo hizo saber al Jefe de aquel Estado, i le pidió j u n t a m e n t e la a d o p c i ó n de toda clase de medidas para evitar cualquiera sorpresa. El señor Presidente de Panamá ordenó desde luego la d e t e n c i ó n d e la lancha denunciada, i designó en seguida u n a c o m i s i ó n d e peritos que la examinasen e informasen sobre su objeto, i la posibdidad d e adaptarla a los usos de la guerra. L o s peritos evacuaron u n informe, en el cual decian testualmente lo q u e s i g u e : " Q u e e x a m i n a d a la lancha, q u e fué ensecada c o n tal fin, encontraron ser una embarcación especial, larga, c o n una m á q u i n a m u i poderosa, i sus planchas de c o n s t r u c c i ó n delgada c o m o un octavo de pulgada, d á n d o l e así una m a r c h a rápida; q u e su hélice o mariposa es m u i p e q u e ñ a comparativamente al t a m a ñ o d e la lancha; q u e n o se ha e n c o n t r a d o en ella elemento de guerra a l g u n o ; i que, p o r su c a p a c i d a d , creen q n e n o p u e d e hacer largos viajes p o r falta de espacio d o n d e depositar el carbón, ni poderse v i vir en ella; q u e n o se p u e d e emplear c o m o remolcador, ni le c o n o c e n el uso para q u e p u e d a destinársele, p o r q u e su m u c h o andar p u e d e obtenerse para cualquiera cosa q u e se desee; i que nada le encuentran que demuestre ser e m b a r cación de guerra." N o satisfecho el Cónsul c h i l e n o c o n semejante informe, i c o n v e n c i d o de que la e m b a r c a c i ó n era u n vapor lanzat o r p e d o s , espuso q u e él, a n o m b r e de su G o b i e r n o , se constituía responsable de las continjencias i daños q u e pudieran sobrevenir a causa d e la retención, siempre q u e sus d e n u n c i o s resultasen injustificados; i solicitó q u e se permitiese a una c o m i s i ó n d e oficiales torpedistas d e la n a v e d e guerra d e S. M. B. Osprey, q u e a la sazón estaba anclada en el puerto, r e c o n o c e r el vaporcito sospechoso para que diesen un informe, que indudablemente ofrecería todas las c o n d i c i o n e s apetecibles de veracidad i de ciencia. Sin embargo, el G o b i e r n o de Panamá, en vez de a c c e der a lo q u e se proponía para disipar cualquiera d u d a , permitió, contra todas las previsiones, el que la e m b a r c a ción sospechosa zarpase para el S u r el 1. ° d e D i c i e m b r e d e 1879. L o s sucesos confirmaron que el Cónsul chileno habia tenido el mas c o m p l e t o f u n d a m e n t o para su reclamación. L a l a n c h a - t o r p e d o a q u e se alude fué capturada por el v a p o r nacional Amazonas. L a noticia de esta serie de procedimientos, tan c o n t r a rios a la lei de las naciones i al Tratado vijente, p r o d u j o en el G o b i e r n o de Chile la mas penosa impresión, a u n q u e siempre alimentó la esperanza de q u e el d e C o l o m b i a habia de hacerle la plena justicia q u e le debía. A las primeras reclamaciones q u e se entablaron contra la c o n d u c t a d e las autoridades de Panamá, el G o b i e r n o central d e C o l o m b i a contestó e n v i a n d o copias, tanto de u n a resolución que espidió el 2 de J u n i o de 1879 en respuesta a una consulta del Presidente de Panamá, c o m o de u n oficio dirijido al Secretario de G o b i e r n o del m i s m o Estado. . E l decreto dice c o m o sigue. ( 1 ) L a declaración c o n t e n i d a en el precedente d e c r e t o , d e q u e p o d í a n pasar p o r el istmo todos los objetos de c o mercio, cualquiera que fuera su naturaleza, n o se ajusta, ni a los preceptos del d e r e c h o internacional, ni a las estipulaciones del Tratado vijente entre Chile i Colombia. La m e j o r prueba q u e p u e d e darse d e q u e el tránsito por el istmo no" puede ser p e r m i t i d o a los objetos de ilícito c o m e r c i o es lo m i s m o que el G o b i e r n o d e Colombia (1) El decreto citado figura en los documentos inéditos del presente tomo, párrafo Olí, pajina 46.

QUINTO.

365

tiene pactado sobre el particular c o n el de los Estados U n i d o s de N o r t e América. " E l Gobierno de la N u e v a Granada, dice el artículo 35 del Tratado celebrado entre estas dos repúblicas, garantiza al Gobierno d e los Estados U n i d o s que el d e r e c h o de vía o tránsito al través del istmo de Panamá, por cualesquiera medios de c o m u n i c a c i ó n que ahora existan, i en lo sucesivo puedan abrirse, estará franco i espedito para los ciudadanos i el Gobierno de los Estados U n i d o s , i para el trasporte de cualesquiera artículos de productos, m a n u f a c turas o mercancías de lícito c o m e r c i o pertenecientes a los ciudadanos de los Estados U n i d o s . " L o s artículos 11, 12, 13 i 18 del Tratado de 16 de F e brero d e 1844, i m p o n e n a C o l o m b i a la estricta e imprescindible obligación de no facilitar a los enemigos de Chile elementos bélicos de cualquiera clase que sean. Es claro entonces que las estipulaciones consignadas en esos artículos le prohiben absolutamente el dar paso p o r su territorio a armas i m u n i c i o n e s c u y o destino sea hostilizar a nuestro país. Las dificultades mas o menos grandes que tenga el G o bierno de C o l o m b i a para dar c u m p l i m i e n t o a c o m p r o m i s o tan formal i terminante, serán m o t i v o s que le fuercen a redoblar su vijilancia, pero n o que lo e x i m a n d e ejecutar lo que es de su deber, tanto p o r los principios jenerales de d e r e c h o internacional, c o m o p o r un p a c t o especial q u e está en pleno vigor. E l oficio pasado c o n fecha 17 de J u l i o de 1879 al Secretario del G o b i e r n o en el Estado de Panamá es el q u e sigue: NÜM. 79.—ESTADOS TIVO

UNIDOS DE COLOMBIA.—PODER EJECU-

NACIONAL.—SECRETARÍA DE

C I O N E S E S T E R I O R E S . — S E C C I Ó N 1.

Bogotá,

a

LO I N T E R I O R I R E L A .

Julio

17 de

1879.

S e ñ o r Secretario: I m p u e s t o el ciudadano Presidente de la c o m u n i c a c i ó n de V. S. fechada el 24 de M a y o , i marcada c o n el n ú m e r o 142 del ramo de negocios jenerales, ha determinado que diga a V . S. lo siguiente: " S i a un b u q u e de guerra, a u n q u e sea de potencia b e lijerante, se intenta llevar bultos de mercaderías que n o hayan v e n i d o destinados al Estado de Panamá, sino de tránsito para otro país, i su c o n t e n i d o n o se p u e d e c o n o c e r sino abriéndolos, ni se sabe por informe de p r o cedencia oficial que c o n t e n g a contrabando de guerra, el Presidente del Estado no está en el deber de hacer a v e r i g u a ciones ni de impedir el embarque; pero si algún g o b i e r n o estranjero, o algún ájente de él, c o n personería para el efecto, le da aviso d e q u e se pretende p o n e r a b o r d o de tal b u q u e armas, municiones u otros artículos q u e , d e acuerdo c o n los tratados víjentes, o en virtud de los p r i n cipios j e n e r a l m e n t e aceptados del derecho internacional, n o le sea permitido embarcar en puertos neutrales a los b u q u e s de guerra, o si en la operación de conducirlos a la n a v e es notoria i visible el contenido del cargamento, el Presidente del Estado tomará cuantas medidas estén a su alcance para impedir el embarque. Es preciso que ese g o b i e r n o justifique que n o es exacto el h e c h o asegurado al Cónsul particular de Chile en esa ciudad, i por el cual protestó, de q u e fueron e m b a r c a d o s en el trasporte de guerra peruano el Talismán, l o s elem e n t o s de guerra a q u e se refiere la nota que contesto, i q u e debieron salir c o n destino al Ecuador, en virtud del permiso d a d o para el embarque. L o s d o c u m e n t o s q u e constituyan la prueba los enviará V. S. a este despacho. Las atribuciones de los cónsules están en lo jeneral fijadas en los pactos c o n diferentes países, i a falta de estipulaciones, n o se les reconocen mas por el Gobierno de C o lombia, que las q u e les c o n c e d e n las naciones d e E u r o p a i A m é r i c a , que se limitan al amparo de sus nacionales en asuntos de c o m e r c i o , sin representación ni i n m u n i d a d e s diplomáticas.


366

G U E R R A D E L PACIFICO.

J o h n , i al señor Cónsul Jeneral d o n James d e V i s m e s D r u m m o n d H a y p o r el activo i filantrópico e m p e ñ o c o n q u e h a n h e c h o llegar a los prisioneros chilenos los socorros q u e les h a enviado el G o b i e r n o d e este país, i c o n q u e han n e g o c i a d o el canje d e ellos p o r algunos d e los peruanos i bolivianos q u e teníamos e n nuestro poder. Las labores d e la legación d e Chile en F r a n c i a i Gran Bretaña han sido, en el t i e m p o d e q u e d o i cuenta, tan variadas, c o m o molestas i pesadas. Sin embargo, los q u e la ejercen, i especialmente el jefe d e ella, d o n A l b e r t o Blest Gana, h a n c u m p l i d o c o n la m a y o r laboriosidad i celo todas las obligaciones i comisiones d e su cargo. Los demás m i e m b r o s del Cuerpo D i p l o m á t i c o d e la R e pública, los plenipotenciarios en los Estados U n i d o s d e N o r t e - A m é r i c a , en el Ecuador, e n el Brasil i el U r u g u a i , el encargado d e negocios en Colombia, i el secretario q u e H e avisado a V . S. p o r telégrafo, que el Tratado d e 16 interinamente h a ejercido las funciones d e encargado d e d e Febrero d e 1844 entre Colombia i Chile está en vijencia. negocios en la R e p ú b l i c a Arjentina, se h a n m o s t r a d o d i g nos d e la confianza q u e en ellos se habia depositado, sir>Soi d e V . S. atento s e r v i d o r . — L u i s Carlos Rico." viendo a nuestro país, según sus respectivas situaciones, Las disposiciones mismas, trasmitidas en el precedente c o n laudable patriotismo. oficio, aunque restrinjian sobre manera, c o m o se ve, los d e D e b o hacer también u n a m e n c i ó n honrosa d e los c ó n beres d e vijilancia q u e tocaban a las autoridades locales sules jenerales en Panamá, Guayaquil i R o m a . del istmo, h a n estado m u i distante de ser observadas c o m o El Cuerpo D i p l o m á t i c o estranjero en nuestro país h a se debiera. estado c o m p u e s t o d e los ministros plenipotenciarios d e A pesar d e las reiteradas i enérjicas representaciones i Francia, d e los Estados U n i d o s d e N o r t e - A m é r i c a , i d e protestas del Cónsul chileno, los elementos d e guerra a d quiridos p o r el Gobierno del Perú han encontrado el trán- Colombia; d e los ministros residentes d e l U r u g u a i , d e l sito espedido i han sido embarcados e n trasportes d e la I m p e r i o J e r m á n i c o i d e S. M . B . d e los enargados d e negocios d e Hawaií, d e Italia, d e N i c a r a g u a i d e Béljica. marina peruana. L o s honorables señores q u e c o m p o n e n el Cuerpo D i p l o Sin e m b a r g o , la ilustración i rectitud del G o b i e r n o central d e Colombia, i las manifestaciones d e amistad q u e mático estranjero residente e n Chile h a n manifestado u n espíritu amistoso i conciliador, el cual h a c o n t r i b u i d o e n ha h e c h o al d e Chile, entre las cuales debe contarse el envió d e una legación e n estas circunstancias solemnes, m u c h a parte para mantener las buenas relaciones q u e el de Chile se h a esforzado p o r cultivar c o n los gobiernos hacen esperar q u e atenderá debidamente a nuestras f u n que representan. dadas i justas reclamaciones.

L a c o n v e n c i ó n consular celebrada p o r esta R e p ú b l i c a c o n la d e Chile el 3 0 d e A g o s t o d e 1853 está vijente, i el artículo 9. ° da a los cónsules d e ambos países derecho de reclamar contra cualquiera infracción d e los tratados existentes, en perjuicio d e los individuos d e su nación; de manera q u e n o p u e d e n dirijirse al Gobierno sino para reclamar d e las infracciones que dañan a particulares r e sidentes en su distrito consular, i esto c u a n d o n o haya ájente diplomático de su nación; pero c u a n d o n o pretendan hacer j e s t i o n diplomática, ni establecer p o l é m i c a sobre lo q u e obliga al g o b i e r n o en c u m p l i m i e n t o d e los tratados en puntos estraños a los d e su c o m p e t e n c i a , sino únicamente informarle d e que se h a ejecutado o trata d e c o n sumarse u n h e c h o q u e tenga relación c o n los intereses d e de su país, se les debe oir i considerar su d i c h o c o m o u n informe oficial.

Desgraciadamente, el paso p o r el istmo d e Panamá i Santiago, J u n i o 16 d e 1880. la c o n d u c c i ó n al Perú del vapor lanza-torpedos d e q u e a n MIGUEL LUIS AMUNÁTEGUI. tes h e hablado, orijiuaron u n a queja del Gobierno del Ecuador, c o n el cual el d e nuestra R e p ú b l i c a h a m a n t e n i d o siempre las mejores i mas cordiales relaciones. Según el señor Ministro d e Relaciones Esteriores d e esSubvención a " L a Correspondencia A m e r i c a n a ; " el te país, el vapor nacional Amazonas apresó e n aguas Dictador Piérola i el fuego griego. ecuatorianas la espresada embarcación. A causa d e la distancia en q u e este suceso tuvo lugar, Lima, Marzo 24 de 1880. i d e diversas peripecias d e la guerra, entre las cuales es Contestando la c o m u n i c a c i ó n d e V . S. d e 28 d e F e b r e triste mencionar la muerte del c o m a n d a n t e del Amazonas, h a sido difícil recojer las noticias fidedignas q u e se- ro p r ó x i m o pasado, n ú m e r o 27 ( 1 ) , en la cual solicita la rian necesarias para formar u n j u i c i o e x a c t o d e este h e - remisión d e 600 pesos americanos para el señor F é l i x c h o ; pero sin pronunciarse sobre el f o n d o d e la cuestión, A u c a k m e , d i r e c t o r d e L A CORRESPONDENCIA A M E R I C A N A i i mientras reunía los antecedentes del caso, el Gobierno corresponsal d e diversos diarios. Este asunto ha merecido la preferente atención d e este de Chile se apresuró a declarar al del E c u a d o r q u e l a mentaba m u i sinceramente el q u e u n incidente d e esta despacho, i se h a c o m u n i c a d o a la Secretaría d e H a c i e n d a especie hubiera d a d o m o t i v o d e desagrado a u n Gobierno la resolución del caso, para q u e remita a V . S. u n a letra c o n el cual habíamos conservado siempre la mas c o m p l e - por aquella cantidad. Seria conveniente q u e el señor A u c a i g n e , c u y o s b u e ta armonía. E l Ministerio d e Relaciones Esteriores d e Chile se h a nos servicios aprecia el G o b i e r n o , diera a sus noticias i apreciaciones toda la publicidad posible e n los periódicos esmerado en proporcionar, c o n la prontitud i oportunidad que han sido posibles, a nuestros representantes i ajentes de q u e dispone, tratando d e influir n o solo en los escritoen el esteriorjos datos d e q u e podían menester para recti- res americanos sino a u n en los europeos. V . S. le hará en la m e j o r forma estas indicaciones c u a n ficar las versiones inexactas i frecuentemente adulteradas, que, en desdoro de los valientes i pundonorosos defensores d o ie p a g u e la s u b v e n c i ó n . D i o s guarde a V . S. m u c h o s años. de nuestra patria en la tierra i en el mar, i en descrédito d e nuestro país, hacían circular los enemigos p o r todas partes, PEDRO JOSÉ CALDERÓN. tanto en América c o m o en Europa. Al señor Carlos Tracy, Encargado de Negocios del Perú en los Estados Unidos Merced a ésta solicitud, se h a conseguido q u e la j e n t e de Norte América. ilustrada e imparcial aprecie los sucesos tales c o m o h a n ocurrido, i haga a Chile la justicia q u e le corresponde. SECRETARÍA D E RELACIONES ESTERIORES I CULTO. H a c o n t r i b u i d o a esta p r o v e c h o s a propaganda, la p u Lima, Junio 23 de 1880. b l i c a c i ó n del p e r i ó d i c o t i t u l a d o B U L L E T I N D E LA GUERRA

V.

DU PACIFIQUE, que se ha m a n d a d o escribir en francés a fin de facilitar su lectura en los países estranjeros. Me es grato pagar aquí un tributo d e reconocimiento a los señores representantes d e S. M. B . e n Chile i en el Perú, d o n Francisco J. P a k e n h a m i d o n Spencer St.

El E n c a r g a d o d e N e g o c i o s d e la R e p ú b l i c a e n los E s tados U n i d o s de A m é r i c a , m e dice, e n nota d e 29 d e M a y o ú l t i m o , lo siguiente: (1) La citada nota figura en el párrafo CXLVIII, pajina 66 de este mismo tomo.


CAPITULO

" O p o r t u n a m e n t e t u v e la h o n r a de recibir la c o m u n i c a ción de V . S. fecha 24 d e Marzo, n ú m e r o 23, reservada, en la q u e V . S. se sirve anunciarme la remisión por la S e cretaria de H a c i e n d a de la suma de 600 pesos, para el señor Félix Aucaigne. C o m o hasta la fecha n o h a llegado la letra, m e permito recordárselo a V . S. encareciéndole la urjencia, p o r q u e cada dia se h a c e mas interesante la c o o p e r a c i ó n de este caballero en la prensa a favor de la causa del Perú, c o m o lo verá V . S. p o r la c o l e c c i ó n de artículos suyos q u e h e i d o reuniendo en esta última semana. El señor A u c a i g n e n o h a h e c h o mas q u e j u s t i c i a al Perú c o n la manera de apreciar las noticias; pero n o siempre se encuentra quién esté tan dispuesto a hacerlo c o m o lo está él, aun c u a n d o se vea c h a s q u a a d o en sus esperanzas de r e m u n e r a c i ó n , q u e se aplazan de u n v a p o r a otro.

QUINTO.

367

C o n gran dificultad he logrado la obra en la librería a q u e V . S. se referia ( 2 ) ; la remito por el presente correo. T o d a s las medidas adoptadas hasta hoi, que n o han sido pocas, n o han p r o d u c i d o c o n o c e r la existencia del señor Beaume, ni de la viuda de Becoines; se les busca en M a r sella, en d o n d e se dice residian, e informaré a V . S. del resultado de esa averiguación, así c o m o do las que c o n t i nuaré h a c i e n d o . El c o m i t é que se f o r m ó para propagar el descubrimiento a que V. S. se ha referido n o existe ya, i en los ministerios respectivos n o han p o d i d o d a r m e n i n g u n a noticia sobre Beaume. N o d u d e V. S. que si logro p o n e r m e en contacto c o n éste, trataré de ejecutar lo q u e V . S. h a ordenado, tan l u e g o que posea los m e d i o s d e hacerlo.

Bien sé q u e el d e s p a c h o d e la letra ofrecida n o se r e tarda por c u l p a de V . S.; pero creo q u e su influencia p o drá m u c h o para conseguirlo sin d e m o r a . " L o q u e tengo el h o n o r de trascribir a V . S. previniéndole q u e en nota fecha 24 de Marzo último, dirijida a ese d e s p a c h o , se ordenó por resolución suprema hacer ese gasto, p o r lo q u e suplico a V. S. se sirva hacer j i r a r la letra correspondiente.

Dios guarde a V . S., señor Secretario. TORIBIO S A E N Z . Al señor Secretario de Guerra. —Lima.

VI. Legación del Perú en Bolivia : documentación importante sobre las siguientes materias: (Inédito.)

D i o s g u a r d e a V . S m u c h o s años. PEDRO JOSÉ CALDERÓN.

SOLDADOS

PERUANOS

SON

REMITIDOS

A

PUNO.

Al señor Secretario de Hacienda. NÚM.

Lima,

Junió

25 ole 1880.

L a nota d e V . S. d e 29 de M a y o ú l t i m o , n ú m e r o 8 1 , la h e trasmitido a la Secretaría de H a c i e n d a , r e c o m e n d á n d o l e la p r o n t a remisión d e la letra valor de 600 pesos para el señor F é l i x A u c a i g n e , redactor de L A CORRESPONDENCIA AMERICANA.

D i o s g u a r d e a V. S. m u c h o s años. PEDRO JOSÉ CALDERÓN. Al señor don José Carlos Tracy, Encargado de Negocios del Perú en los Estados Unidos de Norte América.

EL

DICTADOR PIEROLA I EL FUEGO GRIEGO

(1).

A J E N C I A F I N A N C I E R A D E L PERÚ E N E U R O P A . (52

Avenue d'Iena.)

Paris,

Jimio

30 de

1880.

Señor Secretario: H e tenido el h o n o r de recibir el oficio de V. S. de 18 de M a y o , relativo al fuego griego, el que merece toda mi atención, i será ejecutado lo que en él m e h a o r d e n a d o V . S. i sobre lo q u e informaré a V. S. después q u e logre adquirir los datos que se m e h a o r d e n a d o obtenga. D i o s guarde a V . S., señor Secretario. TORIBIO

DEL PERÚ EN BOLIVIA.

La Paz,

2 de

1880.

Señor Secretario de Estado: H a n llegado a esta ciudad i a Oruro algunos oficiales i soldados derrotados en T a c n a i m e o c u p o d e remitirlos a P u n o semanalmente por los vapores del lago i a disposición del señor Prefecto. E l sábado anterior m a r charon dos oficiales i 10 soldados, i mañana marcharán algunos otros que quedaban enrolados en filas bolivianas i q u e S. E. el Jeneral Campero se ha prestado c o n la m e j o r v o l u n t a d a darlos de baja i remitirlos, por cuenta d e su G o b i e r n o , hasta Chililaya, d o n d e les dan pasaje por nota-órden que paso al ájente de la compañía. N o es posible señalar el n ú m e r o d e los q u e irán, p o r q u e hasta la hora en que parte la dilijencia, tiene orden la policía de recibir a cuanto militar peruano se presente. H e indicado al señor Ministro de Relaciones Esteriores que todos los soldados peruanos h a n venido armados i que debíamos remitirlos armados de sus rifles; pero el señor Ministro m e h a manifestado que consultaría c o n S. E. el Presidente de la R e p ú b l i c a i que m e daria aviso d e l o q u e éste resolviera, p o r m e d i o d e un oficio. Dios guarde a V . S. m u c h o s años. J U A N S.

LIZÁRRAGA.

Al señor Secretario de Estado del Perú en el despacho de Relaciones Esteriores i Culto.

ACTA F I R M A D A POR LA COLONIA EN

FINANCIERA D E L

Julio

SAENZ.

AI señor Secretario do Guerra, —Lima.

AJENCIA

32.—LEGACIÓN

PERUANA

RESIDENTE

LA PAZ, ADHIRIÉNDOSE A LA CONFEDERACIÓN.

PERÚ E N E U R O P A .

Paris,

Julio

NÚM.

31 de 1880.

Señor Secretario: O p o r t u n a m e n t e recibí la c o m u n i c a c i ó n q u e se sirvió V . S. dirijirme el 18 d e M a y o último, i desde entonces m e he o c u p a d o de ejecutar l o q u e p o r él m e ordena V . S. (1) Este terrible invento, cuyo secreto se ha perdido, fué descubierto por unos frailes de Constantinopla en el siglo VI, i probablemente habiendo leído don Nicolás, que el injeniero asirio Calínico quemó con aquel líquido, al que el agua daba mayor pábulo, la flota de los sarracenos en tiempo de las Cruzadas, se propuso restablecer con su enfermizo cerebro el misto infernal i, al efecto, escribió a sus ajentes en Europa le mandaran algunos tarros o toneladas junto con la dinamita, o por lo menos la receta de los frailes bizantinos i al hombre o mujer que pudiera ejecutarla, porque le habían dicho que existia una cierta viuda llamada madame Becoines que fabricaba semejante líquido.

36.—LEGACIÓN

DEL PERÚ EN BOLIVIA.

La Paz, Julio Tan pactos ron a parte

9 de

1880.

Señor Secretario de Estado: p r o n t o c o m o se t u v o aquí c o n o c i m i e n t o de que los de Confederación firmados en Lima, se presentala C o n v e n c i ó n N a c i o n a l para su discusión, gran de la laboriosa colonia peruana residente en esta

(2) El libro a que se refiero el ájente financiero del Perú, i cuyas señas parece que el mismo señor Dictador había enviado, no podia ser sino el de M. Lalannc, que publicó una obra sobro el particular en 1SÍ0, o el de los señores Favé i Rainaud, que dieron a luz interesantes investigaciones sobre este mismo particular cinco años mas tarde.


368

G U E R R A D E L PACIFICO.

ciudad, m e manifestó su deseo de elevar un v o t o de gratitud al E x c m o . señor d o n Nicolás de Piérola, adhiriéndose a la Union federal, entre el Perú i Bolivia, que se proclamaba. El acta orijinal firmada c o n tal objeto, así c o m o la s o licitud que se m e dirijió, m e es honroso ponerla en m a nos de V . S. por m e d i o del presente oficio, a fin de q u e or su d i g n o órgano llegue al c o n o c i m i e n t o de S. E. el efe S u p r e m o del Perú. D i o s guarde a V. S. m u c h o s años.

Í

J U A N S.

cas Mercado.—Rodolfo Collado.—José Santos Mercado. —Gregorio González.—Manuel Z. Santa Cruz.—Bartolomé Laguna.—Emilio Soto Polar.— Vidal C. Moronc. —T. Zeballos.—Juan Zeballos.—Santiago Girón.—Manuel N. Paredes.—Pedro Acosta.—Mariano Pino.—Julián L. Chirí.—Leónidas Vega.—Carlos U. Cáceres. —Ramon G. Arístides Chirí.—V. Gnéllar i Reinoso.— Mariano de Morón.—Manuel Espinosa.—Julián Basconez.—Mariano I. Zeballos.—Dámaso Zapata.—Fabio Zapata.—Modesto Bustios.—Manuel Voigac — José M, Avila.

LIZÁRRAGA.

Al señor Secretario de Estado del Perú, en el despacho de Relaciones Esteriores i Culto.

LA

MUNICIPALIDAD DE LA EMIGRANTES

A N E X O S .

NÚM.

La Paz,

Señor:

Julio I¡. de

C o m o n o podríamos r e u n i m o s en casa particular, sin esponernos quizá a que la policía lo impidiese, n o c o m prendiendo nuestro o b j e t o ; i c o m o p o r otra parte, n o c r e e m o s que se pretenda ahogar la v o z de nuestra conciencia i de nuestro corazón, tan espontáneamente manifestada, confiamos en q u e Y . S. accederá a nuestra petición. M U Í reconocidos a la p r o t e c c i ó n que V . S. dispensa en su carácter d e Cónsul a los peruanos residentes i transeúntes en esta ciudad, nos suscribimos p o r encargo de toda la colonia, con el m a y o r respeto, de V. S. atentos i seguros servidores. Marcelino

Portuyal.—Jo.se

Manuel

4 7 . — L E G A C I Ó N D E L PERÚ

1880.

L a m a y o r í a d e los peruanos residentes en esta c i u d a d nos encargan dirijirnos a V . S. para hacerle c o n o c e r — q u e deseando ardientemente hacer una manifestación de gratitud al Jefe S u p r e m o del Perú señor d o n Nicolás de Piérola, por haber iniciado la gran Confederación p e r ú - b o liviana, paso j i g a n t e de ventura para nuestra p a t r i a — s u plicamos a V. S. se sirva concedernos el que nos reunam o s mañana en la casa consular d e su cargo, a efecto de estender i firmar la acta, que por su d i g n o órgano se quiere elevar a nuestro Gobierno.

PAZ AUSILIA

La

A

LOS

PERUANOS.

Paz,

EN

Julio

BOLIVIA.

26 de

1880.

S e ñ o r Secretario de Estado: T e n g o el h o n o r de adjuntar a este oficio el nvímero 371 de E L COMERCIO de esta ciudad, p o r rejistrarse en él una adición a la propuesta del señor Bravo, tratándose editorialmente del asunto; i la correspondencia de esta legación con m o t i v o de los ausilios q u e se prestan a los asilados de T a c n a i Arica. C o m o de a m b o s asuntos h e d a d o y a cuenta a V. S. en m i correspondencia anterior, m e l i m i t o a la remisión de d i c h o impreso. D i o s guarde a V . S. JUAN

S.

LIZÁRRAGA.

Al señor Secretario de Estado del Perú, en el despacho de Relaciones Estoriores.

Lima, A g o s t o 11 de 1 8 8 0 . — A c ú s e s e recibo, encargándole dar las gracias a n o m b r e del G o b i e r n o al H o n o r a b l e C o n c e j o Municipal de la Paz i al I l t m o . i R e v d m o . Obispo de la diócesis por sus humanitarios i filantrópicos servicios en favor de los emigrados peruanos residentes en la Paz.

Mercado.

TIRADO.

AI señor don Juan S. Lizárraga, Cónsul del Perú en esta ciudad.—Presente. CONCEJO MUNICIPAL D E LA PAZ.

CONSULADO

DEL

PERÚ

EN

LA

PAZ.

En la ciudad de la Paz de A y a c u c h o , a 5 de Julio de 1880, reunidos espontáneamente en la casa consular de su nacionalidad los suscritos, ciudadanos peruanos, h e m o s resuelto rendir un v o t o de eterno reconocimiento al E x c m o . señor d o n N i c o l á s d e Piérola, Jefe S u p r e m o del Perú, por haber iniciado el gran pensamiento de la C o n federación del Perú i Bolivia, bajo el sistema federativo. Los pueblos nacidos hermanos, c o n la unidad de oríjen, raza, costumbres e intereses, que han sellado su fraternid a d c o n la sangre vertida en los c a m p o s d e batalla en la guerra con Chile, hoi levantan al cielo americano una n u e v a b a n d e r a — l a de los Estados U n i d o s perú-bolivianos, c o m o fuerza para el presente, i c o m o progreso para el porvenir. Q,ue el E x c m o . señor d e Piérola alcance la inmortalidad, i que el Gobierno i la Representación Nacional d e Bolivia presidan el sincero i perpetuo abrazo que nos d e m o s los ' p u e b l o s — h o i aliados—mañana unidos para siempre. ¡¡¡Viva la Confederación!!! Marcelino Portugal.—Nicolás^Vasqucz. —Munuel Sologuren,—Domingo S. Sologuren.—Manuel S. Sologuren. —José 13. San Martin.—Manuel Antonio Mercado.— Antonio Pérez.—Francisco de Rivero. — Adolfo San Martin.—Pablo Quintana.—Santiago Mantilla.—Lu-

La Paz,

Julio

15 de 1880.

Señor: E l C o n c e j o Departamental penetrado de los sentimientos espuestos en su distinguida c o m u n i c a c i ó n de 13 del coriente, se h a dirijido y a al p u e b l o paceño c o n o b j e t o de p r o m o v e r una suscricion pecuniaria o de especies para socorrer a los nacionales peruanos que se están asilando en esta ciudad, después de haberse visto obligados a abandonar sus hogares, a causa de las hostilidades ejercidas contra ellos en la ciudad d e T a c n a por las tropas invasoras de Chile. L a insinuación m u n i c i p a l publicada para el efecto, se halla rej istrada en el diario de L A T R I B U N A , d e b i e n d o no obstante dirijirse d i c h a insinuación individualmente con la jeneralidad posible para alcanzar el m e j o r éxito. L a filantrópica i n o b l e iniciativa de ese Ministerio, servirá para q u e el C o n c e j o Departamental r e d o b l e sus esfuerzos i contribuya por su parte c o n la cantidad c o n v e niente. P o r lo demás, la Municipalidad se hallará siempre dispuesta a intervenir en la satisfactoria labor d e conseguir recursos para ausiliar a los aliados peruanos, del m o d o i en la parte que se le indicare p o r el G o b i e r n o o por el pueblo. Felicitando al S u p r e m o G o b i e r n o i personalmente a cada u n o de los distinguidos ciudadanos q u e lo forman, p o r haber iniciado m u i c o n v e n i e n t e m e n t e la suscricion, i especialmente a ese Ministerio por su oficio al q u e tengo


CAPITULO

el h o n o r d e contestar, m e es h o n r o s o repetirme su obsecuente seguro servidor, señor Ministro. VENANCIO

d e V . S.

BURGOA.

Al señor Ministro de Gobierno. NÚM. 3 4 . — P R E S I D E N C I A D E LA CONVENCIÓN

La Paz, Julio

NACIONAL.

17 de 1880.

Señor: L a C o n v e n c i ó n N a c i o n a l , en sesión del dia d e h o i , h a a p r o b a d o la siguiente m o c i ó n : " M o c i ó n . " — D í g a s e al E j e c u t i v o q u e destine la suma d e 3,000 bolivianos para ausiliar a las familias de Tacna q u e vienen a buscar asilo en esta ciudad, e n c a r g a n d o la c o n v e niente distribución al H o n o r a b l e C o n c e j o Municipal. N. Agihirre.—Arce.—José M. Gutiérrez.—Abdon S. Ondarza.—Fernando E. Guachalla.— M. María, Abasto. —Manuel Aguire.—E. F. Costas.—L. Gutiérrez.-—Manuel Argandoña.—Antonio Moreno.—D. Galvimonte. -—Manuel Saucedo.—Severo F. Alonso. Al señor Presidente Constitucional de la República.

SALA

D E SESIONES.

La Paz,

Julio

17 de 1880.

"Tratada c o n dispensación d e trámites i aprobada la m o c i ó n , pásese al E j e c u t i v o la correspondiente c o m u n i c a c i ó n . — P o r orden del señor Presidente, Severo F. Alonso, D i p u t a d o s e c r e t a r i o . — F e r n a n d o E. Guachalla, Diputado secretario." L o q u e t e n g o el h o n o r d e c o m u n i c a r a V . S. para los fines d e lei. Dios g u a r d e a V . S., señor Presidente. M.

BAPTISTA.

NÚM. 3 7 1 . — C O N C E J O M U N I C I P A L D E L A P A Z .

La

Paz, Julio

19 de 1880.

Señor: La M u n i c i p a l i d a d de la Paz, p r o f u n d a m e n t e c o m o v i d a por la aflictiva situación d e los nacionales peruanos q u e han a b a n d o n a d o sus hogares a consecuencia d e la o c u p a ción d e la ciudad de T a c n a i del p u e r t o d e A r i c a p o r las tropas chilenas, i deseando v e h e m e n t e m e n t e prestarles t o dos los ausilios posibles, h a a c o r d a d o diferentes m e d i d a s , c o m o las de proporcionarles alojamiento, socorros p e c u niarios o d e especies, i trabajo u o c u p a c i ó n , según las d i versas circunstancias de cada u n o d e los asilados. Pero,a fin d e q u e esta gracia recaiga ú n i c a m e n t e sobre los peruanos, evitando q u e otras personas q u e n o s o n d e la R e p ú b l i c a h e r m a n a i aliada, i menesterosas, se a p r o v e chen de ella, m e es altamente h o n r o s o dirijirme a V . S. H . suplicándole q u e se digne hacer constar la nacionalidad de los primeros, p o r m e d i o de una b r e v e boleta, para q u e el C o n c e j o p r o c e d a sin d u d a alguna a otorgarles los a u silios precisos. E s p e r a n d o q u e el celo e interés d e V . S. H . p o r sus n a cionales deferirá a esta insinuación, m e es satisfactorio ofrecerle m i s m a s distinguidas atenciones, s u s c r i b i é n d o me su obsecuente seguro servidor. H . S. E. d e N . VENANCIO

BURGOA.

A S. S. H. el Encargado de Negocios de la República del Perú, don Juan S. Lizárraga. NÚM.

6 5 . — L E G A C I Ó N D E L PERÚ E N B O L I V I A .

La

Paz,

Julio

20 de 1880.

Señor: P r o f u n d a m e n t e r e c o n o c i d o a los n o b l e s i filantrópicos sentimientos q u e animan a la H o n o r a b l e M u n i c i p a l i d a d d e TOMO n i — 4 7

369

QUINTO.

La P a z para favorecer a los ciudadanos peruanos d e T a c n a i Arica, q u e víctimas d e la ferocidad del ejército c h i l e n o llegan a esta ciudad, la m a y o r parte, en el m a s d e p l o r a ble estado de ruina, m e e s altamente satisfactorio d a r respuesta al respetable oficio d e V S. H . , d e f e c h a d e ayer, insinuativo para q u e se haga constar p o r u n a breve b o l e ta su verdadera nacionalidad peruana, a fin d e q u e el H o n o r a b l e C o n c e j o p r o c e d a sin d u d a alguna a otorgarles los ausilios q u e tiene acordados. Para el m e j o r c u m p l i m i e n t o d e esto requisito, t e n g o el h o n o r de manifestar a V . S. H . q u e c o n esta m i s m a fecha, he n o m b r a d o u n a c o m i s i ó n c o m p u e s t a de los ciudadanos peruanos d o n Cirilo Carvajal ( t a c n e ñ o ) , d o n F r a n c i s c o R i v e r o (arequipeño) i d o n Marcelino Portugal ( m o q u e g u a n o ) , para q u e a la brevedad posible f o r m e n u n a lista, que la pasarán a esta L e g a c i ó n , de todos los emigrantes peruanos, informándose detenidamente sobre su v e r d a d e ra necesidad i la clase d e ausilios q u e le serian m a s p r o vechosos; i notificándoles, además, la obligación en q u e quedan d e ocurrir al Consulado peruano p o r el certificad o de nacionalidad c o n q u e deban presentarse a esa H o norable Corporación a recibir los socorros q u e se p r o p o n e suministrarles. H a creido esta L e g a c i ó n q u e c o n este p r o c e d i m i e n t o contribuirá mas eficazmente a evitar q u e otras personas a p r o v e c h e n d e la gracia q u e ese H o n o r a b l e C o n c e j o quiere ue recaiga tínicamente sobre peruanos i menesterosos; ando a la vez c u m p l i m i e n t o al artículo 236 del R e g l a m e n t o Consular del Perú c o n relación a sus nacionales. A n t e s d e concluir, m e permitirá V . S. H. hacerle saber también, q u e el I l t m o . i R e v d m o . Obispo d e la diócesis, a n i m a d o d e iguales sentimientos a los d e esa H o n o r a b l e Corporación, t u v o a bien, la semana anterior, ofrecer h a bitación i alimento a los emigrantes peruanos en el c o n v e n t o d e la Merced, a c o r d a n d o c o n m i g o esta m e d i d a i otras de beneficencia, q u e c o n la caridad evanjélica q u e le distingue se p r o p o n e llevar a c a b o m u i en breve.

3

P r ó x i m a m e n t e m e será grato dar c u e n t a a m i Gobiern o d e la manera n o b l e i j e n e r o s a c o n q u e este ilustrado p u e b l o , representado p o r su H o n o r a b l e C o n c e j o M u n i c i pal, se p r o p o n e aliviar la c o n d i c i ó n desgraciada d e los emigrantes peruanos, h o n r á n d o m e , desde l u e g o , en r e n dirle u n v o t o de agradecimiento i la m a s respetuosa a d miración c o n q u e m e suscribo d e V . S. H , atento seguro servidor. JUAN

S.

LIZÁRRAGA.

A S. S, H. el Presidente del Concejo Municipal de La Paz.—Presente.

CIRCULAR. N Ú M 3 6 . — L E G A C I Ó N D E L PERÚ EN BOLIVIA.

La Paz, Julio

20 de 1880.

Señor: D e b e n ser c o n o c i d a s p o r U d . la c o n d i c i ó n desgraciada en q u e llegan a esta c i u d a d los ciudadanos peruanos d e T a c n a i A r i c a , i el n o b l e e m p e ñ o c o n q u e este j e n e r o s o p u e b l o se p r o p o n e aliviar su situación. Para m e j o r p r o c e d i m i e n t o , el H o n o r a b l e C o n c e j o Municipal se insinúa c o n esta L e g a c i ó n , para q u e en una boleta se haga constar la verdadera nacionalidad peruana d e todas las personas q u e necesiten ausilios. Tratándose d e mejorar la c o n d i c i ó n d e nuestros c o m patriotas i r e c o n o c i e n d o en U d . los sentimientos h u m a nitarios d e confraternidad d e q u e tan laudablemente se encuentra a n i m a d o , n o h e v a c i l a d o en nombrarle, c o m o lo n o m b r o p o r el presente oficio, para q u e , u n i d o a los s e ñ o r e s . . . procedan, a la brevedad posible, a informarse detenidamente sobre la verdadera necesidad d e los e m i grados i la clase de socorros q u e les serian m a s p r o v e c h o sos, f o r m a n d o u n a relación n o m i n a l i anotada d e todos, i notificándoles q u e c o m p r o b a d a ante U d s . su n a c i o n a -


GUERRA DEL

370

lidad, deben recabar del Consulado peruano una boleta para presentarse al H o n o r a b l e Concejo Municipal. Este informe, librado a la patriótica solicitud de U d s . i con el que a la vez se dará c u m p l i m i e n t o al artículo 2 3 6 del R e g l a m e n t o Consular del Perú, se servirán presentarlo a esta Legación, tan pronto c o m o esté c o n c l u i d o , firmado por la comisión. D e b o advertir a U d . que de este n o m b r a m i e n t o h e d a d o c o n o c i m i e n t o oficial al H o n o r a b l e C o n c e j o M u n i c i pal de la Paz, c o m o también lo daré a nuestro Gobierno c o n el resultado de su comisión, a fin de que tenga en cuenta la cooperación c o n que Ud. h a contribuido a m e j o r a r la triste suerte de nuestros compatriotas. Dios guarde a U d . m u c h o s años. JUAN

S.

LIZÁRRAGA.

A los ciudadanos peruanos don Cirilo Carvajal, don Francisco de Rivcro i don Marcelino Portugal

La Paz,

Julio

21 de

1SS0.

Señor Cónsul: N o s es altamente satisfactorio tener el honor de contestar el oficio q u e c o n fecha 2 0 del actual se h a servido U d . dirijirnos, designándonos c o m o m i e m b r o s de la J u n t a Calificadora, que desde l u e g o queda organizada, c o n el fin de informarse de las condiciones i verdadera necesidad de los emigrados de T a c n a i la clase de socorros de m a y o r urjencia que éstos demanden. A g r a d e c i e n d o a Ud. la atención c o n que se ha d i g n a d o designarnos, para que t o m e m o s una inmediata participación en el alivio de la triste situación de una parte de nuestros infortunados compatriotas, víctimas ele la barbarie i estúpida agresión de Chile, nos es grato poder asegurar a U d . que c o n la decisión e interés que d e m a n d a nuestro c o m e t i d o , haremos de nuestra parte c u a n t o esté a nuestro alcance para llenar de una manera satisfactoria la misión que ardientemente aceptamos en servicio de la patria i en c u m p l i m i e n t o de los deberes filantrópicos q u e nos d e m a n d a la confraternidad peruana, D i o s guarde a U d . — M A R C E L I N O CISCO D E R I V E R O . — C I R I L O

PORTUGAL.—FRAN-

CARVAJAL.

Al sofior Cónsul encargado de la Legación del Perú en Bolivia.

L E G A C I Ó N D E L P E R Ú E N BOLIVIA.

La Paz,

Agosto

13 de 18S0.

Señor Secretario de E s t a d o : L a Municipalidad de la Paz, preocupada c o n la suerte desgraciada de los omigrantes peruanos de T a c n a i A r i c a abrió una suscricion de dinero i víveres para repartirlos entre los asilados. U n o de los munícipes se hizo cargo de la distribución hace c o m o 2 0 clias, pero después de dos r e n u n c i ó , suspendiendo los socorros, por los i n c o n v e n i e n tes i molestias que demandaba la operación entre mas de 6 0 0 personas instaladas en conventos, tambos i casas particulares, que la Municipalidad arrendó para alojarlos. S u p e después que se habló a la J u n t a de Beneficencia para que hiciera el reparto, i que t a m p o c o quiso admitir, presentándose en esos dias una propuesta en el C o n c e j o para aplicar los fondos recolectados para la inmigración peruana a l a s ambulancias i hospitales. E n este estado m e habló confidencialmente, a fin de que tomase y o la c o misión ele reparto, el Iltino. Obispo de esta diócesis; i al siguiente dia la Municipalidad m e dirijió u n oficio r e m i t i é n d o m e lo recolectado. E n el n ú m e r o de L A TUIHUNA, que tengo el h o n o r de adjuntar, verá V. S., por los oficios que rejistra, la dirección que he elado a este asunto i que espero que sea do la aprobación de V. S. Dios guarde a V. S. J U A N S.

LIZÁRRAGA.

Al señor Secretario de Estado en el despacho de Relaciones Esteriores i Culto del Perú.

PACIFICO.

CONFERENCIA CON E L GOBIERNO D E B O L I V I A SOBRE U N A CONSPIRACIÓN DEL DOCTOR CORRAL. LEGACIÓN DEL PERÚ EN BOLIVIA.

La Paz,

Julio 2fí de

1880.

S e ñ o r Secretario d e Estado: A y e r llegó un c o m i s i o n a d o especial del señor Prefecto de P u n o c o n el principal objeto de que esta Legación h i ciese c o n o c e r al Gobierno de esta R e p ú b l i c a la c o n v e n i e n cia de proveer de una guarnición militar los buques que surcan el lago Titicaca; guarnición que esa Prefectura la pondría inmediatamente de recibir la contestación. S. E. considera i acepta la medida c o m o la m e j o r precaución de seguridad en bien del servicio; i en este sentido se contesta al señor Prefecto indicándole que el beneplácito de este Gobierno es anticipado para toda m e d i d a que estime necesaria. El señor Prefecto, en su oficio, manifiesta q u e el c o m i sionado señor M o r e n o , m e informa estensa i reservadamente el propósito i los temores de esa Prefectura sobre un trastorno político orijinado por el señor Corral, el que se aseguraba haber venido de acuerdo c o n Chile. Que esta c o m b i n a c i ó n parecía apoj'arse en el desembarco de 4 , 0 0 0 muías en el puerto de Arica. S. E. el señor Jeneral Campero, c o n quien acabo d e tener una larguísima conferencia, se encuentra tan azaread o con el partido Corral, c o m o c o n el del señor A r c e ; pero está i esuelto a alejar d e aquí a ios indicados c a b e cillas de uno i otro, i preparar c o n mas desembarazo la defensa de esta ciudad. E n su consecuencia, el señor Corral saldrá en pocos dias mas a Y u n g a s ; i en c u a n t o a los señores Granier i Lafaye abandonarán también esta c i u dad. E l primero irá de Cónsul a A r e q u i p a , i el segundo se le obligará a retirarse al interior. -

En c u a n t o al señor Corral, de c u y o arribo d o i a V. S. cuenta estensa en mi oficio n ú m e r o 4 5 , m e dijo que consideraba hasta necesaria su presencia aquí para neutralizar las aspiraciones del otro partido. Q u e d u d a b a de q u e estuviese de acuerdo c o n los chilenos por las manifestaciones francas que le habia h e c h o . C o m o fuese tan espansivo c o n m i g o , le signifiqué mis dudas sobre la lealtad d e c u a n to ofrecía el señor Corral i c o n v i n i m o s en que le visitase a fin de asegurarme personalmente d e sus propósitos i de la c o n f o r m i d a d en sus opiniones. H e estado c o n el señ o r Corral i también h a querido ser franco c o n m i g o , repitiéndome idénticas convicciones a las que manifestó S. E. Me dijo que su propósito era alejarse c o m p l e t a m e n te de toda política interna, pero que si viniesen los chilenos levantaría hasta, las piedras para defender la auton o m í a i la honra de Bolivia. D i o s guarde a V . S. J U A N S. L I Z Á R R A G A . Al señor Secretario de Estado en el despacho de Relaciones Esteriores del Perú.

DA

C U E N T A D E L M O D O C O M O SE F E S T E J Ó E L 28 LEGACIÓN

D U L P E R Ú EN

DE JULIO.

BOLIVIA.

La Paz, Julio

30 de

1880.

Señor Secretario d e Estado: La C o n v e n c i ó n N a c i o n a l i el S u p r e m o G o b i e r n o de Bolivia han querido dar una p r u e b a de gratitud i unión a la R e p ú b l i c a peruana, declarando por lei especial dia c í v i c o el 2 8 de J u l i o , aniversario de nuestra independencia. El 2 7 pasó esta L e g a c i ó n la circular de estilo al Ministerio de Relaciones Esteriores i cuerpos Diplomático i Consular pidiendo el enarbolamiento de banderas, i pocos m o m e n t o s después se p u b l i c ó por bando el programa d e las fiestas, i una orden jeneral del ejército, q u e V . S. la encontrará impresa en el n ú m e r o de E L COMERCIO que


CAPITULO

adjunto a este oficio, por contener además varios i m p o r tantes p r o y e c t o s de lei, i el manifiesto correjido sobre Confederación. El señor Carrillo m e manifestó en la n o c h e del 27 eme c o n bastante sentimiento se habia acordado, después que se dio la orden jeneral, q u e suprimiría del programa la misa de gracia, por encontrarse el ejército sin uniforme, i n o haber él m i s m o recibido su equipaje para poderse presentar c o n la etiqueta del acto. Q u e se dispensase esa falta, disculpable además p o r la situación q u e atravesáb a m o s , i q u e en lo demás se habia p r o c u r a d o solemnizar el día de la manera mas significativa. E l dia 28, la L e g a c i ó n fué en efecto objeto de las m a nifestaciones acordadas. Las bandas d e música del ejército se constituyeron en la mañana i en la n o c h e , i se recibieron las visitas oficiales del Cuerpo D i p l o m á t i c o i de varios vecinos notables. So recibió, a las 2.30 P. M., aviso del E x c m o . señor Carrillo de q u e por el rigor de la n e v a da n o podría hacer visita oficial. Esta L e g a c i ó n ha c o r r e s p o n d i d o del m e j o r m o d o p o s i ble las atenciones recibidas. D i o s guarde a Y . S. m u c h o s años. S.

JUAN

LIZÁRRAGA.

Al sefjor Secretario de Estado del Perú en el despacho de Relaciones Esteriores.

COPIA D E LAS SOLICITUDES SÁNCHEZ

AL

LEGACIÓN

D E L MINISTRO

GOBIERNO

DE

DEL PERÚ EN

GÓMEZ

SOLIVIA.

Julio

30 de

1880.

S e ñ o r Secretario de E s t a d o : Por las copias q u e a d j u n t o a Y . S. se i m p o n d r á d e la solicitud del representante peruano cerca de las repúblicas del Plata, para c o n el G o b i e r n o de Bolivia. Me es satisfactorio decir a V . S. que inmediatamente que recibí d i c h o s oficios, m e vi con el señor Ministro de Relaciones Esteriorcs, i le informé detenidamente sobre la petición del señor Ministro peruano. El señor Carrillo, c o n el interés q u e se toma por todos los asuntos del P e rú, ha a c c e d i d o a la solicitud; i, en consecuencia, ha d i c t a do las mas terminantes órdenes para que se lleve a cabo el establecimiento de los chasquis, ofreciéndome además que dirijiria u n a nota al señor Quijarro para q u e en t o d o obrase de acuerdo c o n el señor G ó m e z Sánchez. Dios guarde a Y. S. m u c h o s años. S.

JUAN

LIZÁRRAGA.

Al señor Secretario de Estado del Perú en el despacho de Relaciones Esteriores.

C O P I A N U M . 1. LEGACIÓN

DEL P E R Ú E N L A S R E P Ú B L I C A S D E L

Buenos

Aires,

Julio

10 de

371

Aparte de esto, hai conveniencia en que las naciones aliadas tengan representación diplomática separada en los estados que, c o m o la República Arjentina, tienen i m portancia propia i de circunstancias. F u n d a d a o infundadamente se atribuye al Perú i a Bolivia la intención de unirse por un lazo todavía mas estrecho q u e el que las liga hoi, i en mi c o n c e p t o , seria p e ligroso autorizar, con una representación diplomática c o mún, ese designio, que, si existe, debe conservarse en el m a y o r secreto para no alarmar a esta R e p ú b l i c a , que, vecina de la de Bolivia, n o podria mirar c o n indiferencia la confusión de las dos naciones en una sola. A la perspicacia de Y. S . n o p u e d e n ocultarse otros m o t i v o s de escusa que o m i t o para n o ser difuso; pero los manifestados son bastantes para que Y. S . arribe a librarm e del c o m p r o m i s o en q u e m e colocaría un n o m b r a m i e n to ya realizado. A d j u n t a encontrará V . S . la nota en que el S u p r e m o G o b i e r n o informa a esa L e g a c i ó n del asunto materia del presente oficio. D i o s guarde a Y. S . EVARISTO GÓMEZ

SÁNCHEZ.

Al señor don Juan S. Lizárraga, Encargado de Negocios ad interim del Perú en Bolivia.

C O P I A N Ú M . 2. Buenos

Aires,

Junio

17 de

1880.

Mi apreciado compatriota:

BOL1VIA.

La Paz,

QUINTO.

PLATA.

1880.

S e ñ o r E n c a r g a d o de N e g o c i o s : Sé, p o r nuestro Secretario d e Relaciones Esteriores, que el G o b i e r n o boliviano tiene el propósito de confiarme el cargo de Ministro Plenipotenciario en esta R e p ú b l i c a , i a u n q u e estoi autorizado para aceptarlo, tengo la intención de declinar tan alto honor, por los m o t i v o s que paso a esponer a V . S., a efecto de q u e se sirva ponerlo confidencialmente en c o n o c i m i e n t o del señor Ministro del m i s m o r a m o en Bolivia. En primer lugar, m e parece que, si el señor Ministro Quijarro n o h a r e n u n c i a d o el puesto i lo desempeña, c o m o lo creo, a satisfacción del Gobierno, n o debería ser r e e m plazado, i aun c u a n d o hubiese razón para ello, seria mas conveniente q u e viniese en su lugar u n o de los m u c h o s ilustres bolivianos aptos para la diplomacia.

Por el presento correo escribo al señor Prefecto de P o tosí, de quien tengo m u i buenos informes, para que p r o p e n d a al arreglo de los correos entre T u p i z a i La P a z , i, mas que a esto, al establecimiento de espresos, por m e d i o do chasquis, para los casos en q u e d e allá o d e aquí sea necesario c o n d u c i r c o m u n i c a c i o n e s oficiales que tengan el carácter de urjentes. Contribuya U d . , por su parte, a que esto se realice a l a mayor brevedad, dírijiéndose, para conseguirlo, al G o b i e r n o cerca del cual está U d . acreditado, a fin de que, en el dia, imparta las órdenes m a s premiosas a las autoridades del tránsito. I, c o n s e g u i d o q u e sea el objeto, haga U d . llegar la noticia a Lima, c o n el m i s m o fin. A U d . n o se le oculta que puede llegar m u i pronto el m o m e n t o en que n o p o d a m o s c o m u n i c a r c o n nuestro G o b i e r n o sino p o r el medio indicado, i seria triste que, por n o hacer u n p e q u e ñ o esfuerzo, q u e d e m o s en t o tal i n c o m u n i c a c i ó n , o c u a n d o mas recibiéramos noticias i órdenes c o n s u m o retardo. La política interna de este país, se ha embrollado d e un m o d o que puede ser fatal. Los partidos se han apasion a d o en s u m o grado, c o n m o t i v o d e la elección del Presidente de la República, i hoi están ya en armas, B u e n o s Aires i Corrientes, de un lado, i del otro las 12 provincias restantes, aquéllas por el d o c t o r Tejedor, i éstas por el Jéneral R o c a , que es a p o y a d o por el Gobierno i ejército nacional. Mui difícil es preveer el resultado de la lucha. Q u e d a solo una remota esperanza, fiada al supremo esfuerzo que están h a c i e n d o algunas personas patriotas i de influencia para una transacción, esta, i, en su efecto, una amenaza esterior, se h a c e n necesarias para evitar a este país la ruina i para que sea posible que nos p r o m e t a m o s algo de este lado, en pro de los aliados. H a g o c u a n t o p u e d o en tal sentido en unión de mi colega de Bolivia. A propósito de éste, i reforzando cuanto digo a U d . en oficio de hoi, debo agregarle, que el señor Quijarro está bien acreditado i mantiene buenas relaciones con el Cuerp o D i p l o m á t i c o , c o n el G o b i e r n o i c o n la sociedad, q u e tiene ya estudiada; además su acuerdo c o n m i g o es perfecto i tengo la persuasión, por haber leirlo sus oficios, q u e ha h e c h o cuanto de él ha d e p e n d i d o para el logro d e l o s propósitos de su Gobierno. Espóngale U d . así a éste. L o s últimos desastres d e las armas aliadas, q u e c o n o c e m o s solo p o r los exajerados telegramas de Chile, nos tienen mortificados, pero n o abrumados. A u n hai m u -


372

GUERRA

D E L PACIFICO.

c h o q u e hacer i c o n provecho.si nuestros militares toman lección del pasado para no batallar en adelante c o n fuerzas menores o iguales a las del e n e m i g o , p u d i e n d o presentárselas m u i superiores c o n solo rehuir el c o m b a t e p o r m e d i o de retiradas o m o v i m i e n t o s estratéjicos, i, sobro t o d o , si los gobiernos aliados hacen un esfuerzo para sacar dinero, n o importa de d ó n d e ni d e q u é m o d o , a fin d e proporcionarse c o n él los elementos i máquinas d e guerra q u e n o s faltan. A n i m e U d . i m u e v a en este sentido a los n o m b r e s q u e tengan a su cargo los destinos d e Bolivia, i p r o c u r e b d . , hasta d o n d e pueda, que el e n e m i g o n o introd u z c a la zizaña en aquel c a m p o , c o m o se p r o p o n e , sirviéndose para ello de las malas o torpes ambiciones: que so a h o g u e esa semilla i la de la anarquía, i la guerra en el porvenir nos será mas favorable q u e hasta hoi. Q u e Ud. se conserve c o n salud, i q u e pueda secundar c o n p r o v e c h o las miras de nuestro S u p r e m o Jefe, es el v i v o deseo d e este su c o m p a t r i o t a i amigo, seguro servidor. E V A R I S T O G Ó M E Z SÁNCHEZ.

P. D . — E s c r í b a m e a m e n u d o i c o n d e t e n c i ó n informánd o m e de t o d o lo q u e p o r Bolivia ocurra i d á n d o m e n o t i cias del Perú.

VIL Notas q u e c o u ocasión de l a g u e r r a del Pacífico f u e r o n r e m i t i d a s a l a G r a n L o j i a d e Chile p o r el O r i e n t e d e Montevideo i por la Lojia alemana de Lima, " E i n tracht," i de las contestaciones dadas a ambas p o r la Gran L o j i a de Chile.

A L.* G . \ D.\ G.\ A.\ D . . U . \ - - D e u s M e u m q u e J u s . — O r d o ab C h a o . — O r i e n t e d e M o n t e v i d e o , a 6 d e A g o s t o d e 1 8 7 9 . — ( E . V . ) — M i querido i pod. . herm.-.—Realizar la justicia d e la h u m a n i d a d , h a c i e n d o efectiva la fraternidad en t o d a su pureza, es el fin s u p r e m o en la masonería, i creeríamos faltar a nuestros c o m p r o m i sos, c o m o m i e m b r o s d e la gran familia, desviándonos d e la verdadera senda trazada p o r nuestros deberes, si permaneciésemos espectadores impasibles ante el triste espectáculo d e tres pueblos h e r m a n o s , en l u c h a fratricida, entorpeciendo su c o m e r c i o , a g o t a n d o las fuentes d e su riqueza, i paralizando su progreso p o r cuestiones q u e cualquiera q u e sea la importancia q u e se les atribuya, d e b e n ser miradas c o m o secundarias en nacionalidades tan favorecidas p o r la m a d r e Naturaleza, i q u e n o justifican la ruina, el luto i las lágrimas d e la orfandad. -

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Efímero es el entusiasmo q u e despierta la victoria c u a n d o n o sanciona el triunfo d e las grandes conquistas d e la independencia i de la libertad, c o m o triste i estéril es la gloria levantada sobre el abatimiento de los pueblos. Si el amor a nuestros semejantes, si la fraternidad universal, si la anulación d e fronteras, d e castas i de p r e o c u paciones políticas i relijiosas forman el verdadero c r e d o mas. , n o es fuera d e propósito, q u e m e dirija a v o s , respetado i querido hermano, para significaros el v o t o s a n c i o n a d o en el seno del Sup.\ Cons.-. d e este Or.\ estimulando vuestros sentimientos en el sentido d e poner en acción los esfuerzos d e nuestra orden a fin de p r o p e n d e r al restablec i m i e n t o de la paz i la c o n c o r d i a entre esos m i e m b r o s d e la familia americana. -

Para alcanzar el triunfo definitivo de los principios q u e n o s guian, para q u e resalte la escelencia d e las doctrinas q u e profesamos, n o d e b e m o s despreciar las ocasiones q u e se presenten, a fin d e reparar, de la m e j o r manera posible, el m a l q u e causan a la h u m a n i d a d la intolerancia i el estravío de las pasiones en el m u n d o profano. A q u e l l o q u e las agrupaciones políticas n o pueden alcanzar m o v i d a s p o r sus respectivas aspiraciones, d e b e m o s tentarlo nosotros, c o n asiduo e m p e ñ o , inspirándonos en el verdadero patriotismo i en el amor d e nuestros semejantes.

A n t e s q u e se ensangriente m a s la guerra en q u e se e n cuentran empeñadas las tres repúblicas hermana?, cree el S u p . . Cons. . q u e debe procurarse u n acuerdo equitativo i fraternal, p o r los medios que l a m a s . , p u e d e poner en m o v i m i e n t o en los respectivos valles, c o n d e n a n d o así la razón brutal de la fuerza, que, en último resultado, c o n d u c e a los pueblos a la humillación i al despotismo. L a aceptación inmediata d e la m e d i a c i ó n ofrecida p o r p u e b l o s h e r m a n o s q u e sabrán mantener el fiel d e la balanza, para el triunfo d e la justicia i del h o n o r , es el m e dio mas eficaz q u e se presenta p o r de p r o n t o para la mas fácil p r o s e c u c i ó n d e tan nobles fines, i a ello d e b e n p r o p e n d e r todas las voluntades i aunarse todos los esfuerzos. A s í c o m o del seno d e las mas. , salió la primera chispa que diera existencia a las nacionalidades americanas, librando a nuestro continente del coloniaje, así también d e b e ella ser infatigable para buscar soluciones de paz, exijidas p o r los deberes de la h u m a n i d a d , siempre que n i n g u n a cuestión d e h o n r a nacional p u e d a justificar los horrores d e la guerra. -

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Si la A m é r i c a . h a d e realizar sus grandes destinos, h a de ser p o r m e d i o d e la paz, q u e n o s traiga la p o b l a c i ó n i planteamiento d e las industrias, para las q u e es estrecho ya el c a m p o en el viejo m u n d o . N o se n o s oculta a los obreros d e este valle, q u e , c u a n d o suena el fragor del c o m b a t e , los p u e b l o s son sordos para escuchar la v o z de la razón, i que difícilmente p u e d e abrirse paso a n i n g u n a idea útil i humanitaria; pero aquí es el caso d e repetir c o n el estoico: Marchemos por la senda que nos traza el deber, sin preocuparnos de sus asperezas. A l c u m p l i r el m i ó , h a c i é n d o m e intérprete d e estos sentimientos, c u y a elevación sabréis apreciar, e i n v o c a n d o para todos el favor del Gr. . A r q . : del U n . , t e n g o el placer de saludaros, respetable i querido h e r m a n o , p o r los n o m bres mist. . q u e os son c o n o c i d o s . — E l G r . . C o m . . Gr. . Maestr.:—CARLOS DE CASTRO, 3 3 — E l G r . . Secret. . Gen. , de -

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la o r d e n , JOSÉ D E LA H A N T Y , 3 3 . — A los m u i P P d d . . MM.\ -

S S o b . . GGr. . CCom. . i G G r . . MMaestr. . d e l o s G G r . . Or.\ de Chile,.Perú i Bolivia. -

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A L.\ G. . D . . G. . A. . D . . U . . — D e u s M e u m q u e J u s — Or. . Valparaíso, N o v i e m b r e 4> de 1879, E. . V . . — Q . . i P. . H. . C o n d e n a m o s la guerra c o m o u n resto d e antigua barbarie destinado a desaparecer. H o m b r e s d e nuestro siglo, p r o c u r a m o s atenuar sus males i deseamos ver llegado el m o m e n t o en q u e tan cruel azote deje para siempre de aflijir a los h o m b r e s . -

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T e n e m o s fe en el progreso i, p o r tanto, v i v i m o s persuadidos d e q u e el m a l d e la guerra hallará r e m e d i o . Las cuestiones d e pueblo a p u e b l o en v e z d e confiarse a la suerte d e las armas, serán dicididas c o n f o r m e a l o s i n m u tables principios d e la justicia, aplicados p o r altos tribunales q u e ellos mismos erijirán para su m u t u a c o n v e n i e n cia. C u a n d o la sociedad estuvo constituida i h u b o quien hiciera justicia, cesaron las riñas sangrientas d e h o m b r e a h o m b r e . D e la m i s m a manera cesarán las guerras de p u e b l o a p u e b l o c u a n d o se organice la h u m a n i d a d en una gran familia, c u a n d o las naciones, c o m o h o i los individuos, vivan ligados p o r deberes i derechos inalienables. El gran dia de la paz universal i perpetua se acerca; pero, n o h a llegado aun. H a i otros h e c h o s sociales que necesitan verificarse antes i q u e s o n c o m o sus indispensables premisas. N o basta el buen deseo para suprimir el t i e m p o en q u e esos hechos tienen q u e desarrollarse. L o s que c o n f o r m e a u n ideal d e progreso c u l t i v a m o s ciertas ideas i sentimientos, d e b e m o s proporcionarles l u z , aire i riego c o m o a las plantas, i aguardar c o n paciencia q u e a su d e b i d o tiempo den flores i frutos sazonados. N o d e b e m o s esperar el fruto antes q u e florezca el árbol. L o s deseos estemporáneos p o r nobles q u e sean, en nada alivian a la triste h u m a n i d a d . D e s e a m o s q u e se estirpe la guerra; mas, n o se estirpará c o n desearlo, ni se es-

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CAPITULO

tirpará antes d e q u e el m u n d o florezca para el d u l c e fruto d e la paz perpetua. Si queremos servir a la h u m a n i d a d c o n algo m a s q u e buenas intenciones; si m a s d e cerca q u e r e m o s servir a esta A m é r i c a c o n h e c h o s i n o c o n deseos estériles, c o m e n c e m o s p o r afirmar la verdad, que eso es querer la justicia, i eso evitará futuras c o m p l i c a c i o n e s . Las márgenes" del caudaloso Plata están sobrecargadas d e nubes t o r m e n tosas, prontas a desprender el rayo ele la guerra sobre el continente. A l l í hai, p o r desgracia, gentes interesadas e n desfigurar a Chile para hacerlo odioso, i esos p o r sistema derraman sobre la cabeza del p u e b l o crédulo, el o d i o i la mentira a manos llenas. D e l error j a m á s nace la justicia; de la injusticia irritante t a m p o c o p u e d e brotar el acuerdo sereno d e la fraternidad entre los h o m b r e s i de la paz e n tre los pueblos. A h í tenéis Q.\ i P.\ IT. , u n a obra digna d e vuestro alto puesto; d i g n a de la masonería, i de inmediata i posible a p l i c a c i ó n . — S i malos h o m b r e s c o n el corazón p r e ñ a d o de pasiones, desfiguran sistemáticamente los sentimientos i fastos d e u n p u e b l o americano, a fin d e inspirar u n o d i o insensato a otro p u e b l o d e la misma familia; i, si vosotros, c o m o n o l o d u d a m o s , queréis la justicia, afirmad la v e r dad i sustituid a las obras del o d i o las obras del amor. -

A s í se evitará acaso u n a guerra fratricida q u e , p o r la lógica inflexible de las cosas, tendrá q u e venir. D e otra manera estallará el i n c e n d i o i la masonería, p o c o previsora, y a tarde se parará a la puerta ardiente, lamentándose en v a n o i p r e t e n d i e n d o , c u a n d o m u c h o , atenuar el calor de la inmensa hoguera c o n leves abanicos d e delicadas plumas! N o es o t r o nuestro papel, p o r desgracia, en la actual conflagración d e l Pacífico. Con la m a n o sobre el corazón, os aseguramos Q.\ i P.\ H.\ q u e Chile, tan d e c i d i d o siempre p o r la p a z , n o p u d o en esta ocasión evitar la guerra sin m e n g u a para su h o n r a i su decoro. N o j u z g u é i s p o r apariencias ni p o r apasionadas i n v e n ciones. Penetrad c o m o j u e z severo en las causas v e r d a deras de la guerra i veréis q u e ella fué u n a dolorosa n e cesidad para Chile. I m p o n e o s d e l o q u e significa el Tratado secreto de 1873, firmado p o r el Perú i Bolivia c o n t r a Chile, c u a n d o él confiaba e n las protestas d e amistad de aquellas naciones, a las cuales siempre sirvió c o n desinterés; i m p o n e o s del j e n e r o s o Tratado de 1 8 0 6 , p o r el cual Chile c e d i ó a Bolivia u n a faja de su p r o p i o territorio mediante ciertas c o n d i c i o n e s q u e Bolivia j a m á s c u m p l i ó ; v e d todavía c o m o Chile b u s c a n d o siempre la armonía, c e d i ó d e n u e v o i reemplazó el Tratado d e 1866 p o r el de 1864, estremadamente favorable a la otra parte, i q u e ella, aunque y a confabulada secretamente c o n el Perú, recibió c o n muestras d é r e c o n o c i m i e n t o , para r o m p e r l o injuriosamente c u a n d o j u z g ó llegado el m o m e n t o d e p r o d u c i r el conflicto. I c u a n d o esto hayáis h e c h o , os persuadiréis q u e el Perú i Bolivia c o m p l o t a d o s c o n t r a Chile l o abrazaron para herirlo m e j o r por la espalda c o n la daga de las traiciones, i h o i recorren el m u n d o d a n d o falsos lamentos i p r o c u r a n d o engañar c o n el beso d e J u d a s estampado en la mejilla d e Chile su benefactor. ¿ P o d r á la masonería aconsejar a Chile q u e se deje a p u ñalear sin defenderse; q u e deje pisotear sus tratados i despojar a sus nacionales, i d e s m e m b r a r su territorio; q u e se cruce de brazos mientras le azotan el rostro, i l o befan, i lo calumnian i lo despojan? — ¿ 1 todo esto a n o m b r e d e q u e ? — ¡ A n o m b r e d é l a paz universal i d e la fraternidad americana! Santas palabras c u y o culto sincero h a llevado a Chile a este d o l o r o s o estremo d e la guerra, p o r q u e n o siempre otros q u e las i n v o can las sirven i las respetan, ni los q u e las tienen en los labios las llevan siempre en el corazón. Quien abra la historia verdadera d e l c o n t i n e n t e desde los dias d e nuestra e m a n c i p a c i ó n política, siempre verá a Chile sacrificándose v o l u n t a r i a m e n t e p o r su amor a la paz i su amor a la A m é r i c a . ¿ I c ó m o le p a g a n sus h e r m a n o s ?

373

QUINTO.

¡ A h ! vos l o habéis d i c h o : — l a Mas. , d e b e ser infatigable para, buscar soluciones de paz, "siempre que ninguna cuestión de honra nacional'pueda justificar los horrores de la guerra." Este es el caso d e C h i l e : — r e p u g n a n d o la guerra h a t e nido que aceptarla c o m o una dura necesidad, n o solo p o r la h o n r a nacional amagada, sino por u n p r i n c i p i o a u n mas apremiante,—el de la propia conservación, el d e la defensa ineludible d e su integridad i de su d e c o r o . I , aun c u a n d o la Mas.-, tuviera razón para intervenir, su v o z de c o n c o r d i a n o llegaría oportunamente. ¡ Y a es tarde! E n estos m o m e n t o s los ejércitos do Chile, alentados p o r la justicia d e su causa, se h a n arrojado sóbrelas trincheras enemigas i la sangre a estas horas d e b e haber regado la tierra, c o m o h a regado los mares. Q u e se c u m p l a n los destinos de estos pueblos: ¡que el D i o s d e la justicia ensalce a los justos i abata a los q u e n o l o son! Chile confia i espera en la justicia d e su causa i en la fuerza d e su brazo; mas, cualquiera q u e sea su futura situación, sabrá siempre servir al progreso i realizará p o r su parte l o s grandes destinos a q u e la A m é r i c a parece l l a m a da; p u e s , c o m o hasta aquí seguirá m a r c h a n d o c o n paso s e g u ro por la senda que traza el deber, sin preocuparse de sus asperezas, ni d e la ingratitud de sus h e r m a n o s . -

¡Gloría a D i o s en las alturas, i paz en la tierra a los h o m bres i a los pueblos d e b u e n a v o l u n t a d ! ¡Que la paz sea c o n vos i c o n los vuestros, ilustre i P.'. H.\; que la verdad os guie, q u e el amor os ilumine i la j u s t i c i a os fortalezca! Tales son los v o t o s d é l a R.\ G.\ L.\ d e Chile, q u e n o s c u m p l e trasmitiros, al contestar vuestroV. ., i al saludaros fraternalmente p o r los n o m b r e s mist. . q.\ n.\ s.\ c . \ — E L -

-

SEO.-. G.-. M . \ — E L G.\ SEO.-. JEN.-.

A L.\ G.\ D.\ G.\ A.-. D.\ U.\—Or Valparaíso,' 13 J u nio, 1 8 8 0 . - J . - . F.\ U.\—111.'. G.\ M.\ e 111.-. H.\ H.\ d e la Gran L¡Z¡ d e Chile. — Seren. . G.\ M.\—Con m o t i v o d e la presente guerra entre Chile i la Alianza perú-boliviana, nuestra h e r m a n a la L¡Z¡ alemana Eintracht (Harmonía) de L i m a , c o n fecha 12 de M a y o (carta q u e llegó a n u e s tras m a n o s el 5 del presente) n o s dirije u n a c o m u n i c a ción, solicitando nuestra fraternal m e d i a c i ó n ante la Resp.-. Gran. LíZ¡ de Chile, en p r o t e c c i ó n i amparo de los infortunados hijos d e estos países, q u e en este m o m e n t o se hallan e m p e ñ a d o s en c o m b a t e sangriento en defensa de su patria. 1

Considerando la L¡Z¡ Eintracht q u e en las filas d e ambos ejércitos belijerantes militan, talvez, m u c h o s her.\ mas.', se permite la libertad d e rogar p o r nuestro c o n d u c to a la m u i Resp.-. Gran LLZ1 de Chile, se digne emplear su m u i i m p o r t a n t e influencia, para tratar d e evitar en los combates i hostilidades del ejército c h i l e n o en c u a n t o fuere posible, las crueldades i sacrificios innecesarios e inútiles d e vidas, s u p l i c á n d o o s dirijáis al efecto a los herm a n o s mas. , del ejército i d e la marina chilena, vuestras respetables instrucciones en este sentido, para minorar en parte siquiera los males de la guerra, d e p o r sí y a b a s tante lamentables, i tratando d e humanizar los actos b é licos en c o r f o r m i d a d i h a r m o n í a c o n las tendencias h u manitarias i fraternales q u e distinguen a nuestra augusta institución. -

D a n d o así c u m p l i m i e n t o al e n c a r g o de la LLZ¡ Eintracht de Lima, a c u y a humanitaria solicitud confiamos os digneis acceder, t e n d r e m o s s u m o placer en trasmitir a d i c h a L!Z¡ la honrosa contestación c o n q u e en tan delicad o asunto tuviereis a bien favorecernos. C o n este m o t i v o , dignaos aceptar, Ser.-. Gran. . M.', e 111.-. H.-. H.\ nuestro fraternal saludo. — C. . F.-. L.\ S.\ -

-

Y.-. B.-.

Q.\

S.-. N.-. C . - . — C A R L O S

AUGUSTO VERMEHREN,

INGHIRAMI,

I.

I I . Vij.-.—EMILIO EISELE,

M.-.—A. CHODOWIECKI, S e c i v .

Vij.-.— Ven.-.


374

GUERRA DEL

A L.\ G.\ D.\ A.-. G.-. A.-. 1).-. U.\ — D e u s M e u m q u e J u s . — O r , Valparaíso,.Julio do 1 8 8 0 , E.\ V.-.—ILL.\ HH.\ — C o n suma atención hornos leido vuestra c o m u n i c a c i ó n de 1 3 del presento, por la cual, a n o m b r e do la LHH alemana EiiUracht de Lima, pedís a esta G.\ LHH que interponga sus buenos oíicios para con los masones del ejército chileno en campaña, a fin do evitar las crueldades de la guerra, tratando de humanizar sus actos, ya de p o r sí bastante crueles i rigorosos. E n contestación d e b e m o s deciros, que c o n d e n a m o s la guerra c o m o un resto do barbarie i n d i g n o de la edad m o derna, en que todas las diferencias do pueblo a p u e b l o d e bieran arreglarse por el arbitraje. Esta idea es j c n e r a l en Chile, nación de s u y o belicosa i apta para la guerra; pero s u m a m e n t e adicta a la paz, por c o n v i c c i ó n . Chile s i e m pre ha h e c h o sacrificios por evitar la guerra; mas en la ocasión presente no lo p u d o sin gravo m e n o s c a b o de su honra. El Gobierno boliviano, faltando a la fe de los tratados, p r o v o c ó la guerra; el G o b i e r n o peruano, por el p a c to de 1873, pacto secreto e n c a m i n a d o contra Chile, i polla insidiosa misión Lavalle acabó de precipitar los a c o n tecimientos. Chile t u v o que armarse, t u v o que i m p r o v i sarlo todo para lanzarse a los c a m p o s de batalla, de que vivia alejado hacia tantos años. U n a vez rotas las hostilidades, Chile siempre p r o c u r ó atenuar los males de la guerra. C o m o os consta, ha tratado c o n suma benignidad a los prisioneros, quienes han sido m e j o r atendidos que sus propios soldados. H a h o n r a do a los vencidos, r e c o n o c i é n d o l e s sus méritos, i d a n d o sepultura a sus muertos c o n todos los honores rsilitares debidos a su rango. H a enviado los heridos a sus h o g a res, i aun ha d a d o libertad a los prisioneros bolivianos, c u a n d o su propio país so n e g ó a canjearlos. H a dado t o d o j é n o r o de facilidades a la Cruz R o j a , aun desentendiéndose de ciertas exijencias sospechosas. D e n t r o del país a nadie se ha perseguido ni hostilizado p o r su nacionalidad, i, c o m o también os consta, peruanos i bolivianos han vivido tranquilos, teniendo asegurada su vida, honra i p r o piedad, tanto c o m o los mismos hijos del país, sin n i n g u n a diferencia. La prensa mesurada i seria, i siempre verídica, ni muestra ningún e n c o n o contra el e n e m i g o , ni lo i n j u ria, ni lo apoca, siendo característico de este país, el que j a m á s se oigan gritos contra el Perú o Bolivia, ni aun en los m o m e n t o s do m a y o r exaltación patriótica. Durante la campaña hai rasgos jcnerales i particulares que honran altamente al ejército chileno. T o d o ejército v e n c e d o r vive del país que ocupa. El chileno ai revés, en M o q u e g u a repartía 5 0 0 raciones diarias i 1 , 0 0 0 en Tarapacá a los indijentes de aquellas p o blaciones. P u d o entrar a saco, o haber impuesto c o n t r i busiones de guerra a l q u i q u o i Tacna, i no hizo ni lo uno ni lo otro. En M o q u e g u a , p u d o haber prendido fuego a todos los viñedos, después del lazo t e n d i d o a unos p o c o s soldados por los m o q u e g u a n o s , i aun haber arrasado la ciudad, i lo m i s m o a Tacna, d o n d e se hizo fuego a u n parlamentario. E n A r i c a , d o n d e se emplearon minas de dinamita, p u d o haber pasado a c u c h i l l o toda la guarnición, i nada de eso hizo, c o m o lo c o m p r u e b a n los sobrevivientes, hoi prisioneros cu Santiago. MUÍ al contrario, el Jcneral chileno al entrar a T a c n a necesitó m o m e n t á n e a m e n t e una suma de dinero i la t o m ó a préstamo en el banco; necesitó c h o l c h o n e s para sus h e ridos, i ni eso pidió, sino que los c o m p r ó . Si se comparan las prácticas autorizadas de la guerra entre los pueblos mas civilizados, se verá que Chile se ha c o n d u c i d o c o n el Perú c o n m u c h í s i m a m a y o r induljencia i suavidad que la A l e m a n i a c o n la Francia en su última guerra. N'o ha fusilado a los espías, no ha ahorcado a los torpedistas estranjeros i otros aventureros al servicio del enemigo, que ha apresado; ni ha t o m a d o represalias pollos centenares de chilenos violentamente espulsados del Perú al c o m i e n z o do la guerra; ni por los prisioneros obli-

PACIFICO.

gados bajo la presión del látigo a trabajar en obras militares; ni por los parlamentarios recibidos a balazos; ni por el empleo de minas i de balas esplosivas; ni por los chilenos q u e m a d o s vivos en Pisagua, c u a n d o el primer b o m bardeo de aquel puerto. Estos m i s m o s b o m b a r d e o s presentados al m u n d o c o m o un acto inusitado de barbarie, n o solamente están j u s t i ficados por el d e r e c h o internacional, pues ellos siempre se ejecutaron después que el e n e m i g o hizo fuego contra los botes de la escuadra chilena, sino que están autorizados por el ejemplo de las naciones europeas, i aun por el del m i s m o Perú, c u y a escuadra en 1S37 b o m b a r d e ó en iguales circunstancias el puerto chileno de San A n t o n i o . Si las poblaciones enemigas son respetadas i socorridas, si el ejército chileno n o vive del país que o c u p a , si no destruye los plantíos, si respeta a los prisioneros i los llena de consideraciones, si entrega los heridos, si proteje a los nacionales e n e m i g o s , si j a m á s emplea p r o c e d i m i e n tos contrarios al d e r e c h o internacional,si n o t o m a siquiera represalias ¿ q u é p o d r í a m o s exijirle a sus nobles marinos i a sus valientes soldados, qué aconsejarles sin t e m e raria injusticia? L a masonería chilena, l a m e n t a n d o la guerra, n o ha p o dido m e n o s de mirar c o n satisfacción los sentimientos de h u m a n i d a d que ha manifestado este país, q u e ni p o r u n m o m e n t o se ha enorgullecido siquiera c o n sus repetidos triunfos. Creemos que la lójia Eintracht, manifiesta sus buenos sentimientos bajo la presión de los d i c h o s desautorizados que corren en L i m a c o m o la espresion de la v e r d a d , de que están tan lejos. Desgraciadamente, desde el p r i n c i p i o d é l a guerra,el Perú h a a d o p t a d o el tristísimo c a m i n o de falsear los h e c h o s , lo que no ha c o n t r i b u i d o p o c o a su descrédito i a su alucinación i n c o m p r e n s i b l e , h a c i e n d o que la victoria moral sea aun m a y o r que los triunfos brillantes i n o interrumpidos d e sus armas. A q u í , todos desean la paz, no por a g o t a m i e n t o c o m o allá se cree, pues el país no solo está intacto, sino que se encuentra mas próspero i fuerte que al c o m e n z a r la c a m paña, c o m o vosotros qq.\ h l v . podéis atestiguarlo. Desean la paz por un sentimiento de benevolencia, i p o r q u e ese es el estado natural de los pueblos t r a b a j a d o res. Si el pueblo manifiesta su v i v o deseo de llegar p r o n t o a Lima, c o m o llegará, es por creer, que ese es el c a m i n o seguro de la paz. Es lástima que el Perú, en su desgracia, n o tenga u n h o m b r e eminente c o m o M. Thiers, que sepa c o m p r e n d e r sus verdaderos intereses. E n g a ñ a d o i n t e n c i o n a l m e n t e p o r sus c o n d u c t o r e s , ese país m a r c h a d e r e c h o a su ruina. Esperamos a nuestro turno que, por amor a la h u m a n i d a d i c o m p a s i ó n a la desgracia, la L¡Z¡ Eintracht abra los ojos a aquellos pobres ciegos i les advierta que el abism o está a sus pies, para q u e vuelvan atrás i obren c o n cordura. Si n o se apresuran será tarde. Q u e n o olviden que el Dios de las victorias es el D i o s de la justicia, i que pesen las tremendas palabras de M o n tero fujitivo, a los defensores de Arica: "toda resistencia es inútil: la ira de Dios está sobre el Perú." L a Gran Lójia de Chile, c o m p u e s t a de h o m b r e s de diversos países, está en situación de ver c o n serenidad i de inspirarse en sentimientos j e n e r o s o s . L a m e n t a la guerra; pero ama la j u s t i c i a , i fia en que el J u e z S u p r e m o que está sobre los h o m b r e s i los p u e b l o s dará a cada cual lo que le corresponde. Os saludamos V.-. M.\ i Qs. . Hh.\ c o n los S.\ -

Q.\

N . \ S.-.

JEN.-.

C.\—EL

SER.'.

GR.\

M.\—EL

GR.\

I. . B.\ -

SEO.-.


CAPITULO QUINTO.

VIII. Espedicion i combate de T a r a t a : telegramas, parte oficial i correspondencia. TELEGRAMAS. (A las 8.15 P. M.)

Iquique,

Julio

23 de 1SS0.

S e ñ o r Ministro d e la Guerra: Lira m e dice: " A n t e s de ayer 21 cayó sobre Tarata la división m a n dada por el coronel Barbosa. L a fuerza enemiga, que se c o m p o n í a de 150 h o m b r e s , ocupaba magníficas posiciones en unos cerros m u i q u e brados, por d o n d e las marchas de nuestras tropas eran m u i difíciles. E n el trayecto, el e n e m i g o r o m p i ó los fuegos, i el c o r o nel Barbosa hizo subir los cerros a tomar la retaguardia. H e c h o esto, se e m p e ñ ó el c o m b a t e , que duró una hora, d a n d o el siguiente resultado: 27 muertos del e n e m i g o i 24 prisioneros, entre éstos el jefe de las fuerzas, coronel L e o n c i o Prado i un sub-teniente Vargas. Las fuerzas nuestras q u e tomaron parte en la a c c i ó n fueron 200 h o m b r e s del Lautaro, i h u b o solamente un muerto. L o s restos dispersos del e n e m i g o , q u e n o p u d i e r o n ser perseguidos activamente por el mal estado en q u e q u e d a ron los caballos después de una marcha penosa por pésim o s c a m i n o s , deben haber b u s c a d o refujio en Tacora, d o n d e se encuentra otra fuerza a las órdenes del coronel Luis Felipe Rosas, que se dice Prefecto ele Tarapacá. E l c o r o n e l Barbosa, después d e descansar t o d o el dia 21 en Tarata para no inutilizar c o m p l e t a m e n t e su caballería, debe haber salido en dirección a Tacora en ejecución del plan a c o r d a d o . E n el m i s m o dia 21 envió u n parlamentario al coronel Rosas p r o p o n i é n d o l e el c a m b i o de Prado i Vargas por los tres oficiales del Lautaro sorprendidos el dia 16, i la c o n testación de aquél fué negativa, agregando que el canje podria hacerse en M o l i e n d o por los oficiales q u e el G o bierno peruano designara."

375

inmediaciones de Uaba}^a, habiendo algunas que llegaron hasta el rio Maure, frontera del Perú i Bolivia. El enemigo n o fué encontrarlo en ninguna parte, pues había h u i d o en dirección a P u n o después del h e c h o de armas de Tarata. Creo que estará allí en n ú m e r o insignificante i solo para tenor espedita la retirada a A r e q u i p a por el ferrocarril. Se tomaron 28 prisioneros i 30 fusiles, se encontró b a s tantes recursos para la tropa, la que ha traído, a mas, lo siguiente: 45 animales vacunos, 15 llamas, 20 cueros, 14 muías de silla i 250 burros. H e pensado que éstos últim o s podrían venderse i entregar su valor a la tropa de la espedicion. Espero la determinación de V . S. A mi regreso recorrí las divisiones, las que se encuentran bien. L a instrucción de los reclutas m a r c h a perfectamente: disciplina, moralidad i salubridad, t o d o bien. D i o s guarde a V. S. MANUEL

BAQUEDANO.

(Despacho recibido a las 10.50 A. M.)

Santiago,

Agosto

3 de 1880

Jeneral B a q u e d a n o dice: " E n este m o m e n t o , 5 P. M., regreso de Pachía. El coronel Barbosa volvió con su división después de haber t o m a d o el dia 21 posesión de Ticaco. M a n d ó p e queñas divisiones a diversos puntos a los alrededores en busca del e n e m i g o i de recursos. Estas partidas espedicionaron hasta mui. cerca de T i c a p a m p a , a las i n m e d i a ciones de Ilabaya, habiendo algunos que llegaron hasta el rio Maure. El enemigo n o fué encontrado en ninguna parte, pues había h u i d o en dirección a P u n o después del h e c h o d e armas de Tarata, Creo que estará allí en n ú m e r o insignificante i solo p a ra tener espedita la retirada a Arequipa. Se tomaron 28 prisioneros i 30 fusiles, c o m o igualmente algunos animales v a c u n o s , llamas, muías, etc." VILLAGRAN.

PARTE

OFICIAL.

LYNCH. CUARTEL

Señor Ministro de la Guerra: B a q u e d a n o m e encarga c o m u n i c a r al G o b i e r n o lo siguiente: " A mi regreso de A r i c a h e encontrado la noticia de la nueva derrota sufrida p o r el e n e m i g o en Tarata. Espero el parte oficial para enviar el mió. L o q u e se sabe por carta del coronel Barbosa es que los fuerzas del coronel P r a d o tuvieron 27 muertos i 24 prisioneros; entre los prisioneros figuran el j e f e de la fuerza i u n sub-teniente. Por nuestra parte solo t u v i m o s un muerto. Otros detalles se han remitido por el secretario."

JENERAL.

Tacna, Julio 29 de

1880.

El coronel d o n O r o z i m b o Barbosa, c o m a n d a n t e en jefe de la fuerza espedicionaria sobre el territorio de Tarata, c o n fecha 24 del actual pasa a este Cuartel Jeneral el parte que tengo el honor de trascribir a V. S.: " T e n g o el h o n o r de poner en c o n o c i m i e n t o de V. S. q u e , en c u m p l i m i e n t o de las órdenes que V . S. tuvo a bien c o m u n i c a r m e en su oficio de fecha 17 del presente, partí desde Calientes el 19 a las 5.30 A . M., con la fuerza de mi m a n d o , c o m p u e s t a del 2. ° batallón del R e j i m i e n t o Lautaro, a las órdenes del comandante d o n Euíojio R o bles, i dos piezas de artillería de montaña a cargo del teniente d o n Guillermo Nieto, i una sección de la 4. ambulancia, compuesta del cirujano 1. ° d o n H e r m ó j e n e s Ilabaca, del 2. ° d o n Señen Herrera Villar i un practicante, llegando a las 3.30 P. M. a Pallagua, que dista 6 i leguas de Pachía. E n este p u n t o m e aguardaba la caballería, compuesta de 50 carabineros al m a n d o del teniente d o n José de la C. J i m é n e z , i 25 granaderos a las órdenes del alférez d o n Juan Esteban Valenzuela, la que el dia anterior había d e s p a c h a d o en persecución del c o r o n e l Pacheco, quien, c o n una fuerza de caballería, había sorp r e n d i d o i llevado prisioneros a tres oficiales del Lautaro, de lo que di cuenta a V . S. d

LYNCH.

(Recibido alas 7.30 P.

Iquique, Señor Jeneral Villagran:

M.)

Agosto

2 de

1880.

E n este m o m e n t o , 5 P. M., regreso d e Pachía, d o n d e el coronel Barbosa, de vuelta c o n su división, dice c o m u n i que que después de haber t o m a d o el dia 21 posesión de Tic'aco, p u e b l o a b a n d o n a d o por el e n e m i g o , m a n d ó p e queñas espediciones a diversos p u n t o s de los alrededores A las 6 P. M., e m p r e n d í la marcha, a c a m p a n d o a las en busca del e n e m i g o i de recursos. 11 en una altura d e n o m i n a d a Pacheta, la que a b a n d o n é a las 3 A . M., llegando a las 12 M. a la quebrada de Estas partidas espedicionaron sobre Sistola, Tala, P u tina, C h u c a t a m a n i e i hasta m u i cerca d e T i c a p a m p a , a las I H u a c a n e .


G U E R R A D E L PACIFICO.

376

Mientras la tropa preparaba su rancho, mis avanzadas de caballería capturaron a dos individuos q u e venían de Tarata, p o r los q u e supe q u e el e n e m i g o e n n ú m e r o d e 600 hombres o c u p a b a aquella plaza; seguí la marcha, i al día siguiente llegué a Estique a las 5.45 A . M., en c u y o villorio m e aseguraban habia fuerza enemiga. C o n v e n c i d o de la falsedad del h e c h o , proseguí en dirección de T u r a cachi, p e q u e ñ o pueblo c o m p l e t a m e n t e abandonado, d o n d e llegamos mas tarde, t o m a n d o cuatro prisioneros i seis rifles. Parece q u e el dia anterior habia abandonado el p u n to el enemigo; al entrar noté q u e en u n desfiladero habia obras recientes de fortificación. C o m o la situación de estos pueblos es en estremo peligrosa p o r encontrarse en hondanadas por cerros elevados, proseguí la marcha a posar de estar la tropa s u m a m e n t e fatigada, pues t o d o el trayecto se redujo a cruzar p r o l o n gadas cuestas i estrechos desfiladeros, teniendo q u e avanzar a m e n u d o las piezas de artillería sobre los h o m b r o s d e sus artilleros, i la tropa de caballería c o n sus caballos de la brida. A las 8 A . M . llegué al portezuelo d e la Muralla, distante legua i media d e Tarata, d o n d e h i c e alto para refrescar la tropa i emprender el ataque de la plaza. U n a hora después m a n d é a los Carabineros i a dos c o m pañías del Lautaro a ocupar los alrededores d e l p u e b l o , partiendo en seguida c o n el resto de la división. A l e n frentar la altura llamada Quebrada Blanca, el enemigo, oculto tras d e las rocas i espesos m o n t e s q u e cubren a aquélla, r o m p i ó un vivo fuego d e fusilería, el q u e fué c o n testado p o r las tropas avanzadas, haciéndose luego el c o m bate mas reñido i jeneral durante tres cuartos de hora, pues la infantería subió a la altura c o n gran presteza i desalojó al e n e m i g o , que en n ú m e r o de 140 h o m b r e s i a las órdenes d e l coronel d o n L e o n c i o Prado, se hallaba do avanzada en ese inaccesible punto. Seguí avanzando hacia el pueblo, el q u e o c u p é sin gran resistencia, pues el resto de las fuerzas enemigas l o abandonó al ver q u e sus tropas avanzadas huían p o r los cerros, deshechas i perseguidas por nuestros soldados; p o r lo fragoso del terreno n o fué posible a la caballería el darles alcance.

(Correspondencia de E L FERROCARRIL. )

Pacida,

Agosto

2 de 1880.

A causa de haber sido h e c h o prisioneros tres oficiales del Lautaro que, y e n d o de paseo, llegaron hasta unas c u a tro o c i n c o leguas al interior d e Pachía, súpose epte m e rodeaba p o r allí una partida enemiga, fuerte d e 150 h o m bres, c o n la decidida intención de molestarnos, pero solo c u a n d o encontrara grupos p e q u e ñ o s i desarmados. C o n este objeto se preparó i llevó a c a b o u n a espedicion que, recorriendo los pueblos d e l interior buscase al e n e m i g o hasta en sus últimas guaridas. A l efecto, el 19 d e Julio salia de P a c h í a la fuerza e s p e dicionaria, c o m p u e s t a de 500 h o m b r e s del Lautaro, d o s piezas de artillería d e m o n t a ñ a i 75 hombres d e caballería, entre Carabineros i Granaderos, c o m a n d a n d o esta fuerza el señor coronel Barbosa, j e f e de la 4. Division. L a m a r c h a desde Pachía a Calientes i d e aquí a Pallagua, población c o m p l e t a m e n t e derruida, se hizo rápidam e n t e i sin novedad, salvo algunas caídas d e las m u í a s que c o n d u c í a n las piezas d e artillería, debidas a lo escabroso i malo de los caminos. Refrescada la tropa, salimos de Pallagua, i a las 6 P. M. se c o m e n z ó la ascension d e la elevada cuesta d e l m i s m o nombre. a

F a v o r e c i d o s por la luz d e la luna, se e m p r e n d i ó la m a r cha, i afortunadamente fué do n o c h e , p o r q u e a u n c u a n d o la luna brillaba c o n t o d o su esplendor, n o p o d í a m o s , sin embargo, medir la profundidad del abismo a c u y o b o r d e íbamos. I aquí fué la ardua tarea q u e d e s e m p e ñ ó el t e niente d o n Guillermo 2. ° Nieto, q u e m a n d a b a la sección de artillería, para q u e n o se rodaran sus cañones, espuestos a cada paso a verlos desaparecer. Si la caballería t u v o que abandonar m u c h a s veces sus caballos i llevarlos de la brida al cruzar p o r los senderos estrechos i peligrosos, el teniente N i e t o q u e velaba c o n incansable actividad i paciencia, a su v e z tuvo que hacer avanzar sus piezas s o bre los h o m b r o s de sus artilleros.

Pero n o solo habia q u e luchar c o n los desfiladeros estrechos i pedregosos, sino q u e m u i luego el s o r o c h e p r i n El enemigo dejó sobre el c a m p o 26 muertos, 3 heridos cipió a atacar a nuestros soldaelos, d e los cuales m u c h o s i 21 prisioneros, entre ellos el jefe ele la esa fuerza, d e n o - caian jadeantes, respirando apenas i con v ó m i t o s . Era preciso seguir la m a r c h a c o n estrema lentitud, d a n d o freminada Guerrilleros de Vanguardia, coronel Prado, i u n cuentes descansos a la tropa, a la cual el coronel Barbosa sub-teniente Vargas. P o r nuestra parte sufrimos solo u n a animaba c o n solicitud. baja. Después d e c i n c o horas de penosísima ascension, llePor la misma naturaleza d e l terreno, la artillería n o g a m o s a una falda de gradiente relativamente suave i q u e p u d o funcionar; pero soportó c o n el resto d e la fuerza el los indíjenas llaman Pacheta; allí se dio la orden de a c a m nutrido fuego del enemigo. par a las 11 P. M . Cada u n o se a c o m o d ó lo m e j o r q u e C o m o el lugar d o n d e se libró el c o m b a t e es quebrado i p u d o a fin de encontrar en el sueño u n descanso para la montañoso, h u b o m o m e n t o s en que quedé alejado de mis pesada j o r n a d a del día. ayudantes, los q u e impartían mis órdenes en todas d i r e c I aquí fué otra. U n a o d o s horas m a s tarde, m u c h o s ciones, v i é n d o m e precisado a servirme de los cirujanos de nosotros i entre ellos el q u e suscribe, t u v i m o s q u e señores Ilabaca i Herrera Villar, los que cumplían debidaabandonar nuestros mullidos lechos de piedra, p o r q u e el m e n t e mis instrucciones. frió intenso q u e reina en estas rejiones n o n o s permitió R e c o m i e n d o a la consideración de V . S. la c o n d u c t a conciliar el sueño. Grandes fogatas, alrededor d e las c u a observada durante el ataque por el c o m a n d a n t e d o n E u - les nos agrupábamos, dieron cierta animación a nuestros lojio R o b l e s i la de los señores jefes i oficiales de m i E s - miembros casi entumecidos, hasta que a las 3 A . M. llegó tado Mayor: el sarjento m a y o r d o n Francisco A . S u b e r - la hora d e continuar la marcha, trepando por la e m p i n a d a caseaux i capitanes d o n l l e r m ó j e n e s Cámus, P e d r o F r e c u m b r e , m a r c h a q u e h i c i m o s a pió para n o correr el riesdericksen i A l e j o San Martin. g o de caer de nuestras cabalgaduras, transidos d e frió. S o n acreedores a igual recomendación los señores ofiA l amanecer del dia 20 llegamos a la cima i se c o m e n ciales i tropa do la división, c u y o s n o m b r e s hallará V. S. zó el descenso, todos contentos p o r haber pasado estos en los partes q u e a c o m p a ñ o . elevadísimos cerros; pero nuestra alegría duró p o c o , porN o terminaré sin hacer presente a V. S. los i m p o r t a n q u e tras d e esta cuesta v i n o otra, otra i otra: aquello era tes servicios prestados por el capitán elon P e d r o Pardo, interminable. L o s caballos misinos se detenían p o r sí s o tanto en el c o m b a t e c o m o en el trayecto d e la espedicion, los d e trecho en trecho, p o r q u e d e lo contrario habrían de la cual h a sido g u i a . " caido, rendidos d e cansancio i d e fatiga. E n esta marcha penosa, penosísima, n o cabe elojios posibles para la tropa. L o trascribo a V. S. para su c o n o c i m i e n t o i demás Tenían agua en abundancia, i lo demás nada les importafines. ba, c o n tal q u e al fin encontraran enemigos q u e vencer. Dios guarde a V . S. MANUEL

BAQUEDANO.

S u entusiasmo n o d e c a y ó ni un solo m o m e n t o , n i aun c u a n d o llegábamos a las alturas, d o n d e el aire enrarecido dificulta la respiración i casi se h a c e imposible seguir


CAPITULO QUINTO.

adelante. H a sido u n a empresa verdaderamente grande llevar a c a b o esta espedicion, reservada al celo i esperiencia del d e n o d a d o coronel Barbosa, quien tiene m o t i v o s mas que suficientes para estar satisfecho de sí m i s m o i de la j e n t e q u e iba a sus órdenes. A las 12 de ese dia a c a m p á b a m o s en la quebrada de Huacane, para que la tropa preparara su rancho, i tres horas mas tarde t o m a m o s el primer alimento, después de dos dias de una marcha tan rápida c o m o fué posible. Mientras la tropa se alimentaba, las avanzadas d e Carabineros t o m a r o n dos prisioneros q u e venian de Tarata, los cuales aseguraron que el enemigo habia c o n c e n t r a d o sus fuerzas en aquella plaza i que ignoraban absolutamente nuestra espedicion. Este ú l t i m o h e c h o resultó ser i n exacto, p o r q u e , según se s u p o después, el m i s m o dia que salió nuestra fuerza de Pachía, salia también de Tacna para Tarata u n espreso peruano a n u n c i a n d o nuestra partida. A pesar de este aviso, el jefe de la espedicion c e n t u plicó su vijilancia, pues m a r c h á b a m o s por quebradas profundas i estrechos desfiladeros, tan a propósito para una emboscada, q u e p o d í a m o s ser despedazados a cada paso, p o r u n o s cuantos h o m b r e s valientes i resueltos. H a c e tiempo que venimos m a r c h a n d o ; la n o c h e h a llegado, i a favor de la luna p o d e m o s ser vistos de todas partes, sin q u e nos sea posible descubrir a nadie; todos en silencio i h a c i e n d o la m a y o r parte de estas j o r n a d a s a pié para resistir m e j o r a la intensidad del frió. I m p o n e n t e i majestuoso era ver aquellos h o m b r e s e n tusiastas i d e c i d i d o s ir, p o r caminos casi desconocidos, en busca de un e n e m i g o q u e siempre h u y e . A las 9.30 P. M. se dio media hora de descanso, avanzando después hasta las 12, hora en q u e a c a m p a m o s c o m o a una legua de Estique Pampa, villorio que era preciso sorprender para que n o llegase a Tarata noticia de la aproximación de nuestras fuerzas. N u e v a m e n t e el frió, de algunos grados bajo cero, nos dejó sin dormir, a pesar de la imperiosa necesidad q u e sentíamos por tan natural reposo. P o r otra parte, ya n o era posible encender fogatas, p o r q u e el e n e m i g o que l o suponíamos m u i p r ó x i m o , nos habría descubierto i n m e diatamente: n o habia mas que aguantarse. Nuestro i n cansable jefe, n o dejó precaución alguna p o r tomar, s o portando él primero, i sin d u d a mas q u e n i n g ú n otro, siempre c o n semblante afable i risueño, las penalidades de esta espedicion. A las 3 A . M. c o m e n z a m o s a bajar a la quebrada, en cuyo f o n d o se encuentra Estique. La tropa m a r c h a b a c o n todo sijilo, pero contenta, p o r q u e al fin iba a encontrarse con el e n e m i g o ; i las órdenes estaban dictadas de tal m a nera, que al amanecer hubiera p o r lo m e n o s u n centinela en cada casa i nadie escapara. El plan fué c o n c e b i d o i ejecutado del m o d o mas admirable, pero los habitantes de Estique, villorio miserable i harapiento, c o m o los otros pueblos q u e h e m o s recorrido, sabedores ya de la a p r o x i mación de nuestras fuerzas, lo abandonaron para ocultarse en las sierras o en las profundas quebradas. Se tomaron, sin embargo, dos prisioneros. Sin pérdida de tiempo se dio orden de continuar a Tarucachi, p u e b l o que dista de Estique dos horas d e camino, orden q u e nuestros soldados cumplieron tristes i cabizbajos, p o r q u e según ellos m i s m o s decian allí t a m p o co hallarían c o n quien medirse. Desde l e j o s i del f o n d o de los desfiladeros se divisa el caserío de Tarucachi, p u e b l o maravillosamente d e f e n d i d o por la naturaleza, bastando u n p u ñ a d o de h o m b r e s para hacerlo inaccesible a un ejército numeroso. S i t u a d o T a rucachi en una altura que d o m i n a todos los senderos que a él c o n d u c e n , se h a c e inaccesible, auu para soldados m u i aguerridos; sin e m b a r g o los nuestros, diseminados, trepan por distintos puntos, i a pesar del cansancio natural, p e netran resueltos a la población, que también habia sido abandonada desde el dia anterior. N u e v a d e c e p c i ó n para los soldados, quienes decian que era inútil perseguir de TOMO n i —

48

377

a pié a los que huian de a caballo i con tanta anticipación. A q u í se tomaron cuatro prisioneros i seis rifles, q u e sin d u d a el e n e m i g o , en su precisión por huir, los d e j ó o l vidados. C o m o esto p u e b l o está d o m i n a d o también por alturas m u i montañosas, era posible que el enemigo, oculto e n tre los matorrales, nos diera una sorpresa q u e en el primer m o m e n t o causaría numerosas bajas, i a pesar de estar la tropa m u i fatigada, se siguió adelante hasta llegar al portezuelo llamado la Murella, d o n d e se dio descanso p a ra refrescar la tropa i emprender en seguida el ataque d e Tarata, distante legua i media d e allí, i d o n d e estaban concentradas las tropas enemigas. T o d o este trayecto se hizo, r e c o m e n d a n d o el coronel a la tropa n o cuatro, ni 10 sino 100 ojos; pues parece q u e preveía lo q u e iba a suceder. D e s d e el portezuelo d e s p a c h ó la caballería i d o s c o m pañías del Lautaro c o n todas las precauciones del caso, i m o m e n t o s después soguia el resto de la división. A p o c o de haber andado, sentimos una ruidosa descarga de fusilería sobre las tropas avanzadas, i otra mas a renglón seguido. Era el e n e m i g o q u e c o m e n z a b a el ataque desde sus inespugnables posiciones en la falda de Quebrada Blanca, parapetados tras de las rocas i en los montes. Estas descargas fueron contestadas inmediatamente p o r nuestra caballería e infantería, que recibieron, c o m o q u e d a d i c h o , u n nutrido fuego; i por esta última al m i s m o t i e m p o que por la otra q u e debía flanquear al enemigo, treparon c o n increible arrojo por la falda de la quebrada, naciendo un mortífero fuego a medida que avanzaban. El señor Barbosa, después de dar las órdenes necesarias con ese a p l o m o i sangre fria q u e le caracteriza, subió a una altura a c o m p a ñ a d o del sarjento m a y o r F. A . S u bercaseaux i capitán Pardo, llevando u n c a b o la b a n d e ra, insignia de la 4. ^ Divison i desde d o n d e podía observar todos los m o v i m i e n t o s del e n e m i g o . Este, c o m p r e n d i e n d o que d o n d e estaba la bandera se hallaría sin d u d a el j e f e d e nuestras fuerzas, dirijia a ese p u n t o una lluvia d e balas. Mientras tanto los nuestros seguían c o m b a t i e n d o c o n ese d e n u e d o c o n q u e sabe hacerlo el soldado chileno, i g a n a n d o terreno a cada paso, sin q u e el e n e m i g o , que mas se cuidaba d e ocultarse que de apuntar, nos hubiera c a u sado ni una baja; en c a m b i o , d e ellos habia ya algunos fuera de c o m b a t e , a pesar de la inmensa superioridad de las posiciones que ocupaban. La c o m p a ñ í a flanqueadora habia llegado al p u n t o desde d o n d e debia atacar, i sus fuegos eran tan certeros, que desde este m o m e n t o c o m e n zó la derrota del e n e m i g o . M u c h o s de ellos, favorecidos por los m o n t e s , h u y e r o n a esconderse en la cima de los cerros, q u e d a n d o 27 entre muertos i heridos, i 24 prisioneros. Entre éstos se encuentra el j e f e d e la fuerza, llamada Guerrilleros d e Vanguardia, coronel d o n L e o n c i o Prado, que peleó c o n verdadero valor, i q u e se rindió solo c u a n d o , perseguido m u i de cerca por los nuestros, n o le quedaba mas recurso que morir o entregar su arma, pues peleó c o m o soldado. L a tropa que defendía el p u e b l o , c u a n d o vio la suerte que corrían sus tropas avanzadas i que los nuestros, al aproximarse, hacían u n c o n t i n u a d o fuego sobre los fujitivos, h u y ó despavorida a refujiarse en T i c a c o , situado en una soberbia altura que dista tres leguas de Tarata, del cual está separado por dos quebradas profundas. Nuestra división o c u p ó el p u e b l o después de u n reñido c o m b a t e que d u r ó hora i cuarto sin que fuera posible, a causa del terreno, que la caballería los persiguiera, ni q u e la artillería funcionase; sin embargo, ésta última hizo u n disparo a u n n u m e r o s o g r u p o de fujitivos que se habían reunido en una colina, c a m i n o de T i c a c o , bastando esto para q u e quedase limpio de enemigos. Por nuestra parte t u v i m o s que lamentar la pérdida d e un soldado del Lautaro, a pesar de que toda la división


378

GUERRA DEL PACIFICO.

estuvo bajo los fuegos del enemigo. El q u e esto escribo, h a d u d a d o muchas veces c u a n d o estando en Chile, leia los telegramas q u e nos llegaban del teatro d e la guerra, en los que siempre habia una desproporción notable entre nuestras bajas i las del ejército contrario; pero y a n o d u dará mas, después d e haber presenciado las cosas mui d e cerca i do haberse cerciorado por sí m i s m o de la realidad. Después de tomar posesión del p u e b l o i dictadas las medidas del caso, se procedió a dar d e c o m e r á la tropa, la que se c o n d u j o c o n toda la moralidad apetecible. Era menester descansar para atacar al dia siguiente a Ticaco. E n efecto, el dia 22 se ponia en marcha la division h a cia la población vecina, cruzando siempre por senderos estrechos i peligrosos, mientras q u e una c o m p a ñ í a del Lautaro salia m u i d e madrugada haciendo un largo rodeo por las quebradas, para atacar al e n e m i g o por la izquierda, en tanto q u e el resto lo atacaba d e frente i p o r la d e recha.

del c o m a n d a n t e R o b l e s d e l Lautaro i d e sus oficiales al acometer al e n e m i g o . A c o m p a ñ ó también a esta espedicion u n a sección d e la 4. ambulancia, c o m p u e s t a d e los cirujanos señores H e r mójenes Uabaca, Señen Herrera Villar i el practicante d o n Luis E. Arellano, quienes c u m p l i e r o n satisfactoriam e n t e c o n su d e b e r . . H. V.

Esta tropa m a r c h a b a firme i resuelta; al atravesar el último desfiladero, encontró un puente destrozado; en el acto unos cuantos soldados e m p r e n d e n su c o m p o s t u r a ; pero un lijero e x a m e n dio a c o n o c e r q u e t o d o e'I estaba malo, pues los ticaqueños habían tenido c u i d a d o desde la n o c h e anterior, q u e lo atravesase una corriente d e agua constante. Inmediatamente se dejó el trabajo del puente, i a su costado Norte se removieron enormes peñascos i se arregló un paso c ó m o d o p o r d o n d e atravesó sin i n c o n v e niente toda la tropa incluso la artillería i caballería. C o n c l u i d a esta tarea se divisa sobre T i c a c o ondear ya nuestro inmaculado tricolor. " H u y ó el enemigo," se dijeron todos c o n cierto desaliento, i así era la verdad. E n la n o c h e habia sido a b a n d o n a d o T i c a c o dirijiéndose el enem i g o hacia P u n o , según se supo; de m o d o q u e la c o m p a ñía q u e tenia orden d e llamarle la atención hacia la izquierda, v i e n d o q u e n o se encontraba ni c o n avanzadas, siguió adelante hasta penetrar a la población. E n t o n c e s sucedió algo verdaderamente curioso. L a p e n diente q u e hai q u e subir para llegar a T i c a c o es tan i n clinada q u e aun para los caballos es una tarea penosa, p o r q u e eso i el s o r o c h e n o les deja avanzar. Pues bien, nuestros soldados q u e venian trepando casi al trote, c u a n d o divisaron nuestra bandera flamear en la población, señal indudable que el e n e m i g o habia h u i d o , se tiraron al suelo desalentados, d e s d e q u e n o habia e n e m i g o s a quien batir. Por fin, después d e un largo descanso, siguieron su marcha, i al llegar al p u e b l o , se fueron directamente a su c a m p a m e n t o . T i c a c o es sin disputa la posición estratéjica natural mas admirable, de m o d o q u e a pedradas q u e se hubieran defendido, habría sido ditícil penetrar a la p o b l a c i ó n , n o c o m p r e n d i é n d o s e c ó m o ha p o d i d o ser abandonada. El enemigo debe estar poseído de u n terror pánico, sabiendo q u e d o n d e quiera q u e se presenten nuestros soldados saldrán vencedores, aunque para ello tengan q u e asaltar fortalezas inespugnables c o m o Arica, o trepar a las cimas mas elevadas c o m o Quebrada Blanca. La m a r c h a de nuestra division hasta Ticaco h a sido verdaderamente marcha triunfal i digna del jefe q u e la ha llevado a cabo: se ha batido i se ha vencido; se h a n sufrido hambres devoradoras i filos mui intensos, sin q u e nadie haya demostrado la m e n o r pesadumbre. A h o r a por lo q u e hace a los resultados d e la espedicion, cualquiera podría apreciarlos debidamente. El enem i g o h u y ó a P u n o adonde no es posible seguirlo c o n 700 hombres escasos para atacar, después d e una m a r c h a d e 10 días, a mas d e 6,000. Después d e haber presenciado t o d o esto, u n o no sabe q u é admirar mas, si el entusiasmo i d e n u e d o del soldado o la serenidad imperturbable del coronel Barbosa al d i c tar sus órdenes o el arrojo de sus ayudantes S u b e r c a seaux, Cámus, Fredericksen, .San Martin i Pardo al c r u zar p o r m e d i o d e las balas, llevando las órdenes d e su j e f e adonde era necesario; c o m o asimismo la sangre fria

Por cuanto c o n fecha d e h o i he decretado lo q u e sigue: A r t . 1. ° Las fondas, cafées i despachos o pulperías d o n d e se espendan licores o artículos d e c o n s u m o , se cerrarán a las 8 P. M., siendo c o m p l e t a m e n t e prohibido espender dichos artículos después del cañonazo. Art. 2. ° Los mismos establecimientos n o podrán tener ni admitir dentro d e ellas, después d e cerradas las puertas ninguna persona estraña o c u p a d a allí en beber i orijinar gritos i toda clase d e desórdenes. Art. 3. ° L o s contraventores a estas disposiciones serán penados c o n 25 a 50 pesos d e multa, según los casos. A los q u e reincidieren p o r segunda vez se les mandará cerrar la casa. Art. 4. ° L o s propietarios o personas q u e o c u p e n casas 0 sitios en esta población, q u e se encuentren abiertos i sin la seguridad necesaria, los harán cerrar dentro del plazo d e 45 dias contados desde esta fecha. Las paredes d e b e n ser d e adobe, calamina o madera, i en n i n g ú n caso bajarán d e d e 2£ metros d e alto. V e n c i d o el término señalado se incurrirá en la multa d e 50 pesos sin perjuicio de mandarse hacer el trabajo por cuenta del d u e ñ o o del que o c u p e la propiedad. Art. 5. ° Es p r o h i b i d o edificar, abrir puertas, levantar murallas sin la previa autorización d e la autoridad local, 1 sin q u e antes haya precedido el informe del director de obras piíblicas. Art. 6. ° Anótese i publíquese p o r b a n d o . D a d o en la sala d e m i despacho en Arica, a 9 dias del mes d e Julio d e 1880. Anotado.

03

IX. B a n d o s i decretos del Gobierno de Chile referentes a la guerra; bloqueo de Chorrillos.

BANDOS. SAMUEL

VALDIVIESO,

CORONEL D E L EJÉRCITO D E CHILE,

COMANDANTE JENERAL D E ARMAS I GOBERNADOR CIVIL D E ARICA, ETC. ETC.

SAMUEL VALDIVIESO.

M Á X I M O R. LIRA, SECRETARIO JENERAL D E L EJÉRCITO DE O P E R A R I 0 N E S D E L A REPÚBLICA DE CHILE I JEFE POLÍTICO D E TACNA.

Considerando: 1. ° Q u e el servicio urbano d e esta c i u d a d h a quedado acéfalo i enteramente desorganizado c o n la ausencia de las personas a quienes estaba e n c o m e n d a d o por las autoridades superiores del Perú; 2. ° Q u e d e esa acefalía se resiente en primer lugar la salubridad i el aseo d e la población; 3. ° Q u e n o teniendo el ejército d e o c u p a c i ó n un personal civil d e administración municipal, es necesario que la t o m e n a su cargo los vecinos a quienes interesa mas directamente conservar la salubridad p ú b l i c a ; 4. ° Que para reorganizar los diversos servicios municipales hai q u e arbitrar recursos q u e d e b e proporcionar el vecindario. H e acordado i decreto: 1. ° Se declaran vijentes todos los impuestos municipales establecidos c o n anterioridad a la ocupación de T a c n a por el ejército chileno.


CAPITULO

2. ° El p a g o de dichos impuestos se h a r á efectivo d e s de la fecha en que dejaron de cobrarse p o r la disolución del c u e r p o municipal. 3. ° Para atender al servicio de aseo i salubridad, inspección d e mercados i matadero, beneficencia pública, distribución d e aguas i demás q u e les sean análogos, nómbrase inspector jeneral de policía de aseo i salubridad pública a d o n E d u a r d o G. R o m b y . 4. ° D i c h o inspector queda facultado para nombrar, con acuerdo de la autoridad, los empleados ausiliares que se necesiten p a r a el servicio. Anótese i publíquese. I para q u e llegue a c o n o c i m i e n t o de t o d o s , publíquese por b a n d o i por carteles que se fijarán en los lugares mas públicos de la ciudad. D a d o en T a c n a a 14 dias del mes de Julio de 1880. MÁXIMO

R.

LIRA.

José Manual

Borgoño,

Secretario.

MINISTERIO D E HACIENDA.

Santiago,

Julio

20 de

1880.

Vista la nota q u e precede, apruébase el siguiente d e creto espedido por el Jeneral en Jefe del ejército de reserva con fecha 12 del actual. "JOSÉ A N T O N I O V I L L A G R A N , J E N E R A L D E B R I G A D A I E N J E F E DEL EJERCITO D E OCUPACIÓN DEL TERRITORIO D E T A R A PACÁ, ETC., ETC.

Por cuanto han cesado las razones en virtud de las c u a les se elevó a un peso sesenta centavos ( $ 1.60), a razón de 44 peniques p o r peso, el costo de la elaboración del quintal de salitre, H e a c o r d a d o i decreto: Art. 1. ° D e s d e el 1. ° de A g o s t o p r ó x i m o venidero el costo d e elaboración del quintal de salitre se pagará con arreglo a los contratos celebrados c o n el G o b i e r n o del Perú i sus aj entes. Art. 2. ° El inspector jeneral de las salitreras tomará razón de las existencias de salitre que tuvieren los e l a b o radores el dia 31 de presente mes, la cual gozará de los beneficios acordados por disposición de este Cuartel Jeneral de fecha 2 3 d e Abril último, aprobada p o r el S u p r e m o Gobierno de Chile c o n fecha 30 del m i s m o mes. Por tanto, publíquese por bando, circúlese i dése c u e n ta al S u p r e m o Gobierno." Tómese razón, c o m u n i q ú e s e i publíquese. PINTO.

José

Alfonso.

MINISTERIO D E L INTERIOR.

Santiago,

Julio

22 de 1S80.

Considerando: q u e abierto el p u e r t o d e A r i c a al c o m e r cio libre, las transacciones i demás actos de la vida civil deben multiplicarse; q u e este estado de cosas i la i m p o r tancia de las poblaciones d e A r i c a i T a c n a h a c e n necesario que cese el réjimen cscepcional a que está sujeto hasta ahora el departamento peruano de este n o m b r e ; i q u e se organice i atienda d e b i d a m e n t e las aduanas, correos i d e mas ramos d e la administración, Decreto: Art. 1. ° El g o b i e r n o civil del departamento de T a c n a lo ejercerá u n j e f e político c o n las facultades i carácter que la constitución i leyes chilenas atribuyen a los intendentes d e provincias. Art. 2. ° El sueldo anual del jefe político será de 8,000 pesos, el de u n secretario, será de 3,000 pesos anuales; i

379

QUINTO.

el de dos oficiales de n ú m e r o será de 1,000 pesos también anuales cada uno. Impútese a la lei de 26 de A g o s t o del año p r ó x i m o pasado, relativa a gastos de la guerra. Refréndese, tómese razón i c o m u n i q ú e s e . PINTO,

Manuel

Recabárren.

MINISTERIO DEL INTERIOR.

Santiago,

Julio

29 de

1880.

Considerando: que las mismas razones que aconsejaron el establecimiento de la administración civil del departatamento de Tacna, militan igualmente para hacer estensivos sus beneficios a otros territorios n o c o m p r e n d i d o s en la disposición gubernativa que la implantó, Decreto: T o d o territorio o c u p a d o actualmente por las fuerzas de la R e p ú b l i c a al N o r t e del departamento de Tacna, q u e d a sujeto, para los efectos del decreto de fecha 22 del a c tual, a la j u r i s d i c c i ó n del jefe p o l í t i c o del m e n c i o n a d o departamento. T ó m e s e razón i c o m u n i q ú e s e . PINTO.

Manuel MINISTERIO D E LA

Recabárren

GUERRA.

Santiago,

Julio

29 de

1880.

Considerando: q u e es conveniente mantener completas las dotaciones de tropa de los cuerpos del ejército de o p e raciones del Litoral del N o r t e ; i que para obtener este fin es indispensable dar de baja a los heridos i enfermos, form a n d o depósitos de éstos en los distintos p u n t o s d o n d e residen, en los hospitales de sangre o c o m u n e s , hasta q u e puedan ingresar n u e v a m e n t e al ejército los que mejoren; se c o n c e d a a otros su separación por inutilidad física o s e acuerda la gracia de inválidos a los que resultaren acreedores a ella, H e a c o r d a d o i decreto: Art. 1. ° Los jefes de los cuerpos de línea i de la Guardia Nacional movilizada en c a m p a ñ a procederán a dar de baja en los de su m a n d o a todos los individuos de tropa que figuren en las listas de revista c o n la nota de ausentes por heridos o enfermos, a fin de que las plazas sean ocupadas con la j e n t e que se les destine. D e esas bajas pasarán relación nominal i n m e d i a t a m e n te después a la inspección de que dependan. Art. 2. ° E n las plazas de Santiago, Valparaíso, Serena, Copiapó, Antofagasta, I q u i q u e i demás puntos d o n d e haya enfermos en los hospitales, se establecerán depósitos de estos individuos, c o n designación de los cuerpos a que pertenecían; debiendo los comandantes jenerales i particulares de armas encargar del m a n d o i c u i d a d o de todos ellos a un oficial de su dependencia, o al que ya estuviese c o misionado, para los efectos de la revista de comisario i pago de la mitad de sus sueldos, c o m o está dispuesto por el decreto supremo de 20 de Marzo del presente año. L o s espresados c o m a n d a n t e s jenerales i particulares de armas enviarán a las inspecciones mensualmente las c o r respondientes listas de revistas de comisarios de los d e pósitos, firmadas e intervenidas c o m o las de los otros cuerpos. Los heridos i enfermos residentes en Santiago, c o n t i nuarán bajo la dependencia del c o m a n d a n t e del Depósito de Reclutas i R e e m p l a z o s , quien se entenderá con el I n s pector Jeneral del ejército i el de la Guardia Nacional en t o d o lo concerniente al servicio, c o m o los demás cuerpos del ejército i de la milicia cívica en campaña. Art. 3. ° Los espresados funcionarios harán r e c o n o c e r periódicamente los heridos i enfermos, i ordenarán la i n -


GUERRA DEL PACIFICO.

380

corporación al ejército del Norte de los que se encuentren hábiles para el servicio i en actitud de marchar tan luego c o m o haya oportunidad. El Jeneral en Jefe del ejército los destinará a sus mismos cuerpos, si hubiere vacantes, o adonde lo crea mas conveniente. Respecto de los inútiles por enfermedades físicas, los licenciarán provisoriamente, dando cuenta a la inspección de su dependencia para su licénciamiento definitivo. E n cuanto a los inválidos por heridas, serán p r o p u e s tos para esa recompensa, elevando al efecto a las inspecciones el certificado del cirujano que los haya r e c o n o cido, para q u e dichas inspecciones procedan c o n f o r m e a ordenanza. T o d o s los enfermos deberán permanecer en los hospitales, en las casas de convalecientes o en sus cuarteles, a fin de obtener su c o m p l e t o restablecimiento, o su licénciamiento, según los casos i enfermedades. A r t . 4. ° Las oficinas pagadoras respectivas abonarán, c o n decreto de la autoridad militar correspondiente, los sueldos q u e devenguen a los interesados en la forma indicada en el presente decreto i c o n cargo a las leyes especiales q u e autorizan los gastos de guerra. A r t . 5. ° Los fondos que resultaren sobrantes por d e serciones, fallecimientos de los individuos después de h a ber pasado la revista de comisario, o por dtras causas, serán reintegrados mensualmente en las respectivas tesorerías en virtud de decretos librados por las comandancias j e n e r a l e s d e armas. E n Santiago, d i c h o s fondos entrarán a la caja del cuerp o de depósitos, c o n las formalidades de ordenanza. Art. 6. ° Se encarga el c u m p l i m i e n t o de esta resoluc i ó n a los inspectores jenerales del ejército i Guardia N a cional, comandantes jenerales i particulares de armas, i a los oficiales que tengan el m a n d o de los depósitos. T ó m e s e razón, c o m u n i q ú e s e , publíquese i circúlese. PINTO.

José F.

Vergara.

MINISTERIO D E H A C I E N D A .

Santiago,

Agosto

o de 1SS0.

Considerando q u e regularizada y a la administración i anexado al territorio de la Repiiblica el c o m p r e n d i d o e n tre los paralelos 23 i 24, n o existe razón alguna para e x i mir a los habitantes de d i c h o territorio del p a g o de las contribuciones fiscales que rijen en la República, h e acord a d o i decreto: A r t . 1. ° El gobernador del Litoral del N o r t e dictará todas las providencias c o n d u c e n t e s a hacer efectivas en el territorio de su j u r i s d i c c i ó n las contribuciones fiscales, en c o n f o r m i d a d con lo prescrito por las respectivas leyes i disposiciones supremas. A r t . 2. ° La contribución de patentes establecida por lei de 22 d e D i c i e m b r e de 1866, quedará planteada en la p r ó x i m a época en que deben renovarse las patentes para toda la R e p ú b l i c a , i se considerará el departamento de Antofagasta, para ios efectos del artículo 2. ° de la citada lei, c o m o de segundo orden. A r t . 3. ° L a contribución sobre los haberes mobiliarios comenzará a rejir desde el 1. ° de Setiembre p r ó x i m o v e nidero. E n el presente año la contribución se hará efectiva en la 1. quincena del espresado mes de Setiembre i se c o m p u t a r á c o n relación al tiempo que trascurra desde el 1. ° de Setiembre hasta fines de año. 05

Agosto

10 de

1880.

Se ha publicado el siguiente b a n d o : Vista la nota d e la vuelta, decreto: 1. ° Se prohibe en absoluto la esportacion de salitre para Bolivia en todas las oficinas de Tarapacá. 2. ° T o d o aquel que fuere sorprendido en la c o n d u c ción de salitres para Bolivia, perderá la especie i los animales en que haga el acarreo, i el d u e ñ o de la oficina de la cual hubiere sido estraido, incurrirá en una m u l t a de 50 a 100 pesos. 3. ° Encárgase al señor R o b e r t o H a r v e y para que haga una notificación especial de este decreto a todos los propietarios, administradores o tenedores de oficinas. 4. ° Publíquese por bando en la Noria, P o z o A l m o n t e , Tirana i Pica, a fin de que llegue a c o n o c i m i e n t o de todos i para q u e las autoridades de m i dependencia le den estricto cumplimiento. Anótese. VlI.LAGRAN. MINISTERIO DE JUSTICIA, CULTO E INSTRUCCIÓN PÚBLICA

Santiago,

Agosto

16 de

1880.

V i s t o el oficio precedente, decreto: Apruébase el siguiente decreto espedido c o n fecha 2 del actual p o r el Jeneral en Jefe del ejército de o c u p a ción del territorio de Tarapacá: "JOSÉ

ANTONIO V I L L A G R A N , JENERAL D E BRIGADA

JEFE D E LAS FUERZAS D E OCUPACIÓN

Y EN

D E L TERRITORIO

D E TARAPACÁ, ETC.

T e n i e n d o presente que pueden ocurrir casos legales de implicancia o recusación que h a g a necesario integrar el Tribunal de A l z a d a que funciona en este territorio, i que es necesario designar desde luego la autoridad a que deban elevarse las solicitudes o los antecedentes del caso c u a n d o se pida el indulto de una pena o la lei exija para la e j e c u c i ó n de ella el p r o n u n c i a m i e n t o de si h a o nó lugar al indulto o a la c o n m u t a c i ó n , decreto: 1. ° Corresponde al Tribunal de A l z a d a del territorio de Tarapacá c o n o c e r en única instancia de la implicancia o recusación de u n o o mas de sus miembros. C u a n d o se trate de incidencias de implicancia o recusación, o c u a n d o declarada legalmente d i c h a implicancia o recusación deba conocerse del asunto principal, se llamará para integrar el Tribunal: en primer lugar, al prom o t o r fiscal n o i m p l i c a d o ; en s e g u n d o , a los abogados no implicados, por orden de antigüedad. 2. ° E n los casos que por sentencia de término de los tribunales ordinarios se i m p o n g a la pena de muerte o de azotes, se elevarán al Presidente de la R e p ú b l i c a de Chile los antecedentes del caso, c o n arreglo a la lei, para los efectos de la c o n c e s i ó n o negación del indulto. D e l m i s m o m o d o se elevarán al Presidente de la R e p ú blica las solicitudes de indultos de las penas impuestas por sentencia de término, pronunciadas por los j u e c e s letrados del m i s m o territorio." Anótese, c o m u n i q ú e s e , publíquese e insértese en el B O L E T Í N D E LAS L E Y E S . PINTO.

M. García

de la

Huerta.

BLOQUEO D E CHORRILLOS, COMANDANCIA D E L CRUCERO " A M A Z O N A S . "

Chorrillos,

Agosto

3 de

1880.

Señor:

T ó m e s e razón, c o m u n i q ú e s e i p u b l í q u e s e . . PINTO.

José

Iquique,

Alfonso.

P o n g o en c o n o c i m i e n t o de V . S. de que, en cumplim i e n t o de órdenes superiores, q u e d a establecido desde hoi el b l o q u e o de este puerto i las caletas d e Achira i Lurin. D e b o advertir a V. S. que, en virtud d e esas mismas


CAPITULO

órdenes, procederé a destruir las embarcaciones menores surtas en dichos puertos, haciendo responsable a V. S. d e la resistencia q u e se o p o n g a a esta operación. Prevengo asimismo a V. S. d e q u e en t o d o acto d e h o s tilidad contra el buque de mi m a n d o se tomará, sin previo aviso, inmediatas represalias sobre las espresadas p o b l a ciones. D i o s g u a r d e a V . S. M A N U E L A . RIOFÍUO. Al Jefe civil o militar en Chorrillos.

X. Manifiesto

del Jcneral P r a d o Agosto

a sus

conciudadanos en

de 1880.

V e n g o a c u m p l i r u n a obligación sagrada. C u a n d o la intriga i la calumnia pretenden o s c u r e c e r l a luz d e la v e r dad, el h o m b r e p ú b l i c o debe a sus c o n c i u d a d a n o s la esplicacion d e su c o n d u c t a . Para n o desprestijiar a mis propios enemigos encargados d e la defensa del Perú, he g u a r d a d o silencio, i he s u frido c o n patriótica resignación q u e m e acusen d e todos m o d o s , sin haber intentado p o r mi parte la fácil defensa q u e está encarnada en la simple esposicion de todos mis actos, siempre presididos p o r la mas estricta buena fe, siempre inspirados p o r el deseo v e h e m e n t e del bien del país. Pero t o d o sacrificio tiene su término, i v o i a hablar, ahora q u e mis palabras n o p u e d e n dañar, porque casi n o tiene remedio el mal q u e d o n Nicolás d e Piérola h a h e c h o . A l c o m p a r e c e r ante el j u i c i o de mis c o n c i u d a d a n o s , prescindo d e m i s pasiones. E n los supremos m o m e n t o s q u e atravesamos, n o cabe en m i alma otro pensamiento que el de las desgracias de la patria; quede reservado para la dictadura i sus adeptos la guerra ensañada contra sus propios hermanos al frente d e l e n e m i g o estranjero. N o descenderé a contestar los dicterios q u e ellos m e prodigan; m e basta dejarlos entregados a sí mismos, p o r q u e lo q u e ellos son i lo q u e valen, lo demuestra c o n lúgubre e l o c u e n cia el estado del país al borde del abismo en q u e h a n desaparecido y a la lei, la propiedad, la prensa, la moral política, la pureza administrativa, la lealtad i disciplina militar, las garantías sociales i la confianza del país e n tero. I. D e s c a n s a n d o m i g o b i e r n o en la armonía, buena fe i fraternales relaciones q u e conservaba c o n todos los estad o s i principalmente c o n las repúblicas vecinas, relaciones q u e se habían conservado inalterables p o r largos años, n o podia esperar verse envuelto intempestivamente en u n a guerra nacional. Sin embargo, desde q u e n o t é la nulidad a q u e se hallaba reducida nuestra escuadra, dispuse, a pesar d e la deficiencia del erario, la reparación d e los buques d e guerra que, c o n e s c e p c i o n del Huáscar, estaban p o c o mas o menos inservibles. Cuando el G o b i e r n o d e Chile nos inspiró recelos, i p o c o después nos declaró la guerra, p u d i m o s en p o c o tiempo de gran actividad preparar una p e q u e ñ a escuadra que, a u n q u e m u i inferior a la chilena, su deficiencia material fué suplida p o r la pericia i el arrojo d e nuestros marinos. N o era d e suponerse q u e la cuestión suscitada entre los gobiernos d e Bolivia i Chile los c o n d u j e r a a la guerra, c u a n d o habian p a c t a d o solemne i terminantemente s o m e ter a arbitraje cualquiera cuestión q u e entre ellos surjiese, i m u c h o m e n o s c u a n d o la actitud q u e asumió el Perú fué tan cordial i conciliatoria. N o era d e suponerse, repito, q u e Chile, atropellando el p a c t o espreso de arbitraje celeb r a d o c o n Bolivia, cometiese u n acto tan atentatorio al apoderarse sorpresivamente i p o r la fuerza del territorio de Antofagasta sin título ni causa q u e lo justificase. N o bien esté suceso t u v o lugar i c o m p r e n d i e n d o m i Gobierno q u e el atentado d e Chile podia hacerce estensi-

381

QUINTO.

v o al Perú, dictó inmediatamente las disposiciones mas eficaces para preparar c o n toda celeridad los pocos e l e m e n t o s que teníamos i para proporcionar los q u e nos faltaban, q u e desde l u e g o comenzaron a llegar mientras estuve en el Perú, i después en el tiempo trascurrido desde la revolución de Piérola, q u e d a n d o todavía en diferentes lugares del estranjero. Esto en cuanto a elementos; en cuanto a operaciones, fué admirable la actividad i acierto con que guarnecimos, armamos i aprovisionamos los p u e r tos del Sur. A h o r a bien: preparada de antemano i en secreto la R e pública d e Chile para hacer la guerra al Perú, t u v o e s pecial esmero en organizar sus elementos i marina en u n pié de fuerza tal, que le asegurase el d o m i n i o del Pacífico; mientras nuestra armada, si bien contaba c o n selecto personal, carecía d e la fuerza material necesaria para sostener la campaña naval, en consonancia c o n las operaciones del ejército, cuyas maniobras estaban subordinadas en gran parte al a p o y o q u e pudieran prestarle nuestras naves. Siendo, pues, la marina de guerra el principal ájente en la l u c h a , ésta se inaguraba bajo condiciones desfavorables para el Perú en razón de su inferioridad naval resp e c t o de Chile. Que esperimentáramos contrastes en tales condiciones, nadie ha d e b i d o estrañarlo, i m u c h o m e n o s desde la p é r dida d e la fragata Independencia, q u e nos redujo p o r m a r a tal estremo, q u e en vez de'acusárseme p o r el estado de la guerra debia reconocérseme algún mérito en haberla p r o l o n g a d o i sostenido a pesar d e las grandes ventajas del enemigo. Me asiste la c o n v i c c i ó n d e q u e n o se p u d o hacer mas de lo q u e se h i z o bajo todos respectos. Igual c o n v i c c i ó n tenían entonces todos, amigos o n o amigos, i hasta los que al presente m e increpan tanto. II. Terminados nuestros primeros preparativos, salí del C a llao la n o c h e del 16 de M a y o c o n cuatro buques: el Huáscar, la Independencia, el Oroya i el Chalaco, i llegué a A r i c a el 20. I c o m o al llegar tuviese noticia d e q u e la escuadra enemiga habia e m p r e n d i d o u n m o v i m i e n t o , d e j a n d o en l q u i q u e los buques Esmeralda, Covadonga i Matías Cousiño, dispuse que para combatirlos saliesen en el acto el Huáscar i la Independencia. A l día siguiente temprano nuestros buques entraban en l q u i q u e . El Huáscar e c h ó a pique a la Esmeralda i la Independencia, se varó persiguiendo a la Covadonga. N u n c a deploraremos lo bastante las fatales e incalculables consecuencias d e este acontecimiento tan funesto, tanto mas funesto i deplorable c u a n t o q u e en ese dia p u d i m o s haber resuelto en nuestro favor el problema d e la guerra, p o r q u e d e b i m o s apresar o echar a p i q u e los tres buques enemigos q u e estaban en l q u i q u e ; ese m i s m o dia debieron, c o n f o r m e a mis órdenes e instrucciones, p a sar nuestros buques a Antofagasta d o n d e habrían sido echados a p i q u e o caído en nuestro p o d e r cuatro o c i n c o trasportes chilenos llenos de tropas q u e llegaban a la sazón. P u e d e calcularse cual habría sido el desastre del ejército d e Antofagasta, considerado el efecto q u e hubiera p r o d u c i d o en él la pérdida d e las fuerzas d e a b o r d o i la destrucción d e las máquinas d e agua q u e surtían a las d e tierra. Es indudable, pues, q u e c o n la pérdida d e la Independencia, n o solo se nos escapó la victoria de las manos, sino, lo q u e es peor todavía, q u e d a m o s en condiciones tan desventajosas, q u e se hacia m u i difícil sostener c o n éxito la campaña sin q u e ningún otro b u q u e viniese en n u e s tra ayuda. Sin embargo, utilizando cuanto era posible nuestros p e queños elementos, c o m b i n á n d o l o s a toda prisa, a través de infinitas dificultades, el marino peruano pasó intrépido


382

GUERRA DEL

entre los poderosos buques enemigos, forzó el b l o q u e o de los puertos del Sur, hundió el b u q u e histórico que simbolizaba las glorias chilenas, averió otros barcos de guerra, apresó trasportes, reforzó nuestras guarniciones, aprovisionó plazas importantes, sin que el enemigo, tan a m e n u d o espectador do tan bizarros hechos, fuese capaz de impedirlos; hizo valiosas presas, trabó combates contra las baterías enemigas introduciendo el desorden entre nuestros adversarios. Si bien todas estas empresas se realizaban mediante la audacia de nuestros marinos, n o debe desconocerse que ellas eran el efecto de la dirección que les imprimiera acertado m o v i m i e n t o . Así fué que nuestra inferioridad marítima, previsora i c o n v e n i e n t e m e n t e dirijida, dio ocasión para un c ú m u l o de felices sucesos que después d é l a pérdida de la fragata, habrían sido j u z g a d o s c o m o ideales e imposibles. Con los pocos elementos que teníamos i en el estado en que nos hallábamos, n o se podia exijir mas de la dirección i de las operaciones de guerra: el público peruano lo reconocia así por su aprobación i elojios, i el chileno lo confesaba también hasta la fatal e inesperada pérdida del Huancar, en la que si alguna culpa m e cabe, es ú n i c a m e n te la de mi condescendencia con el m a l o g r a d o ContraAlmirante Grau, quien, c o m o es público, solicitó de mí por repetidas veces esa comisión, hasta que al fin tuve que ceder, n o solo por la absoluta seguridad que m e daba el Contra-Almirante, por la fe que m e inspiraba su pericia i su valor, por la ilimitada confianza que en él tenia, sino p o r q u e a la vez se presentaba la necesidad de convoj'ar i protejer la división del Jeneral Bustamante, que pasó a I q u i q u e la misma n o c h e de su llegada a Arica, La pérdida del Huáscar fué sin d u d a la maj^or calamidad que p u d o sobrevenirnos n o tanto por la pérdida del buque, c o m o por la del Contra-Almirante, que acaso j a más podrá reemplazarlo el Perú. Si la fortuna c o l m a de favores a la audacia, éstos al fin tienen su término no estando apoyados en sólidos fundamentos. Este razonamiento era correctamente aplicable a nuestra situación. El fallo técnico estaba pronunciado. El Huáscar, que en escursiones constantes defendía el L i toral, era solo i podia sucumbir; i sucumbió dejando c o m o pajina final de su corta i sorprendente historia, A n g a m o s , orgullo americano, rasgo de inolvidable ejemplo para t o dos los marinos del m u n d o . Y a sea p o r q u e estraviase el criterio p ú b l i c o la profunda impresión que causase tal catástrofe, o porque los r e v o lucionarios de oficio la esplotasen en contra mía, o por esa debilidad vulgar que busca consuelo para todas las adversidades en culpas ajena.s, fué u n h e c h o que desde entonces, aunque c o n la m a y o r injusticia, encontró eco la inculpación i la calumnia, ¡Cuan doloroso es para el que obra bien, contemplar la lijereza con que cambia el favor de la opinión, i perder en u n m o m e n t o por una desgracia de la que n o es responsable, la estimación i el prestijio que adquiriera en largos años de su vida, principalmente en los o c h o futimos meses de hechos constantes i g l o r i o sos en una lucha tan desigual! Los cargos mas torpes, las versiones mas ridiculas e n contraban cabida en el ánimo a c o n g o j a d o del patriotismo, i hasta los h o m b r e s sensatos, estraviados por la intensidad de su dolor, cedian a la maléfica influencia de los eternos esplotadores de las desgracias públicas. L o s méritos adquiridos hasta entonces por la dirección de la guerra desaparecieron ante la pérdida del Huáscar. Era necesario tener u n d o n sobrenatural para batallar sin descanso, i v e n c e r siempre en la l u c h a imposible de un débil b u q u e contra otros de gran poder. S o n sin d u d a disculpables los escesos del patriotismo h o n r a d o , pero n o por eso son menos amargos los desengaños que cosecha el h o m b r e público que jamás trepidó ante ningún sacrificio que le impusiera el bien de su país. Desde la pérdida del Huáscar, ú n i c o b u q u e nuestro que contenia a la escuadra chilena, era natural, c o m o su-

PACIFICO.

cedió, que el enemigo precipitara sus operaciones c o n t o das las ventajas que le ofrecía el p o d e r atacar cualquier p u n t o de nuestra costa c o n t o d o el grueso de su ejército i marina. Para prevenir en lo posible cualquiera sorpresa, se h a bían dictado medidas i t o m a d o disposiciones c o n m u cha anticipación, i especialmente dos días antes del d e sastre de Pisagua, previniendo el peligro, i antes del de San Francisco, ordenando la batalla. C ó m o se c u m p l i e r o n o n o se cumplieron mis órdenes i disposiciones, i por qué tuvieron lugar esos desastres, t o ca al Jeneral en Jeté esplicarlo, que por m i parte h i c e cuanto m e correspondía para prevenirlos i evitarlos. III. Se m e acusaba de haber p e r m a n e c i d o constantemente en Arica, por n o c o n o c e r sin d u d a las razones q u e m e obligaron a ello. Debia estar en A r i c a p o r q u e era el Cuartel Jeneral del ejército aliado. P o r q u e era el lugar mas central, mas apropiado i espedito para la c o m u n i c a c i ó n , las disposiciones, las medidas, los m o v i m i e n t o s q u e tenia q u e dictar c o m o D i r e c t o r de la guerra. P o r q u e siendo A r i c a el ú n i c o p u n t o fortificado del Sur, era el único al q u e p o d í a n arribar nuestros buques. I c o m o por entonces nuestras principales operaciones se h a cían por mar, forzosamente debia estar en A r i c a el D i r e c tor de la guerra para dar las órdenes necesarias i hacerlas ejecutar a su satisfacción, t o d o lo cuai únicamente allí p o d i a hacerse. P o r q u e m u c h a s de esas órdenes i operaciones se relacionaban c o n el ejército boliviano i c o n el Jeneral Daza, i era indispensable proceder siempre de acuerdo para e v i tar resistencia i desagrados, que sin m i presencia en A r i ca habrían sido frecuentes, c o m o lo habían sido antes, c o n grave daño del servicio. IV. Los que j u z g a n a posteriori de los h e c h o s c o n s u m a d o s para indicar entonces lo que debió hacerse, preguntan: "¿Por qué n o estuvo en I q u i q u e el D i r e c t o r de la guerra?" ¿Por qué? N o solo por las razones que d e j o espuestas, sino p o r que a la cabeza del ejército de I q u i q u e se hallaba el J e neral en Jefe, i en Arica habia otro ejército a c u y a cabeza estaba yo. P o r q u e se ignoraba por d o n d e vendría el e n e m i g o , i el territorio que y o o c u p a b a era amenazado tanto o mas q u e cualquiera otro. I aun c u a n d o y o no hubiera estado a la cabeza de u n ejército corriendo con él toda eventualidad i peligro, p u e s to que habia un Jeneral en Jefe, la misión del D i r e c t o r d e la guerra era c o m b i n a r las operaciones i dirijirlas desde el lugar mas apropiado, n o p u d i e n d o a la vez estar en t o das partes, ni emprender marchas ni contramarchas q u e hubieran trastornado t o d o s nuestros planes quitándoles su centro de acción. A d e m á s , es p ú b l i c o i notorio que sufro hace años u n a enfermedad que m e i m p i d e viajar a pié i a caballo, i que, a pesar de ella, resolví ir a Tarapacá del ú n i c o m o d o que podia hacerlo, esto es, p o r mar, para desembarcar en alg u n a caleta; pero n o fué posible, p o r q u e la Union n o e s taba en Arica, i n i n g ú n capitán de b u q u e neutral c o n v i n o en llevarme. V. Mi viaje a L i m a forma otro capítulo de acusación, sin recordar lo que entonces sucedió. El p u e b l o de Lima, c o m o el ejército del Sur, m e e x i j i e r o n i se empeñaron c o m o n u n c a para q u e regresara a la capital, m a n d á n d o m e comisiones al efecto, i a u n q u e m e n e g u é repetidas veces, p o r q u e era p e n o s o separarme del ejército, m e vi al fin o b l i g a d o a c e d e r por la especialísima circunstancia d e la grave enfermedad del Jeneral


CAPITULO

L a Puerta, c u y a muerte se temía de u n m o m e n t o a otro. C o m p r e n d i e n d o entonces por t o d o lo que se m e c o m u nicaba que este deplorable acontecimiento podia acasionar u n cataclismo si n o m e encontraba o p o r t u n a m e n t e en la capital, resolví i ejecuté m i marcha, tan solo por atender a las mayores i mas urjentes necesidades del servicio. ¿Cómo, pues, formar cargos por haber h e c h o lo m i s m o que se m e pedia, c e d i e n d o al deseo p ú b l i c o a p o y a d o en poderosas i justísimas razones? VI. U n a vez en L i m a , m e fué m u i satisfactorio ver que y a n o corría peligro la vida del Jeneral L a Puerta; sentí infinito haber dejado a Arica, i tanto mas lo sentí, c u a n t o q u e n o p u d e organizar u n n u e v o gabinete, por c u y a falta estuvo el g o b i e r n o en acefalía durante cuatro días. Es de mas narrar lo q u e pasó a este respecto, p o r q u e fué piíblic o i carece de objeto. N o d e b i e n d o prolongarse por mas tiempo situación tan anormal, m e encargué del G o b i e r n o c o n los m i s m o s señores ministros que, al prestarse por instancia mia a servir n u e v a m e n t e , n o obstante su renuncia i su propósito, dieron, sin duda, u n n o b l e e j e m p l o de abnegación i patriotismo. Después d e la pérdida del Huáscar- q u e d a m o s r e d u c i dos a resistir i operar por tierra, i a u n q u e p o d í a m o s sostener la c a m p a ñ a terrestre, ella se presentaba c o n todas las desventajas i probabilidades en contra, desde q u e el e n e m i g o , d u e ñ o absoluto del mar, podia moverse rápida i fácilmente c o n todas sus fuerzas reunidas, al paso que nosotros teníamos q u e atravesar en detall penosas e inmensas distancias. Para obviar tan graves i n c o n v e n i e n t e s i contener al e n e m i g o n o habia otro m e d i o que proporcionarnos sin d e m o r a los recursos marítimos que nos faltaban. B u q u e s , buques necesitábamos a toda costa i a t o d o evento; i los b u q u e s n o venían ni habia esperanza de que viniesen, a pesar de nuestros incesantes pedidos i do las dilijencias de nuestros encargados. Sin b u q u e s , cada dia se acentuaba mas la gravedad de esta situación, i era desesperante para m í resignarme a ella sin hacer de mi parte el m a y o r esfuerzo, el m a y o r sacrificio para conjurarla i dominarla. F u é entonces c u a n d o acojí, después de larga i madura reflexión, el p r o y e c t o de salir personalmente en busca de c u a n t o necesitábamos, c o m o el m e d i o mas seguro, eficaz i salvador. Se presentaba una o p o r t u n i d a d para conseguir un p o deroso blindado, i además una c o m b i n a c i ó n que podia proporcionarnos recursos; la n e g o c i a c i ó n debía c o n d u c i r s e en el estranjero; si fracasaba, se perdía c o n ella toda esperanza, N o habia interés que n o fuese secundario ante aquella espectativa que venia a satisfacer la necesidad mas apremiante de la guerra. Reforzar nuestra escuadra era el e n sueño, el anhelo constante de t o d o el Perú. Conseguir un blindado para contrarestar las fuerzas del e n e m i g o , era la salvación, era la victoria. Confiar a otro la importantísima misión en q u e se cifrab a n todas nuestras esperanzas, tenia graves inconvenientes que podían c o m p r o m e t e r o por lo menos dilatar el éxito de la negociación. L a situación espectante de la guerra en aquella é p o c a m e permitía ausentarme por breve plazo. Mi presencia en el estranjero concentraba i unificaba la acción de n u e s tros aj entes. Mi alta investidura i las amplias facultades de que estaba investido, a mas de infundir plena confianza a los negociantes, ofrecía la inapreciable ventaja de abreviar t o d o s los tramites, de salvar todas las dificultades i de reformar o e m p r e n d e r nuevas c o m b i n a c i o n e s sin necesidad de aprobación ni consultas dilatorias. ¿ C ó m o vacilar en la adopción de esta m e d i d a , c u a n d o de ella dependía la suerte de la patria?

QUINTO.

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¿Cómo no apresurarme a prestar al país tan inmenso servicio, c u a n d o en L i m a podia reemplazarme, c o m o h a bia sucedido ya, el ciudadano llamado por la leí? Cualquiera que c o n serena imparcialidad pese la fuerza de estas razones, n o p o d r á menos que c u m p l i r m e j u s t i cia, reconociendo en mi procedimiento la resolución h e roica del patriotismo. Si por consecuencia de mi salida se realizaron los mas lamentables sucesos, no es mia la culpa, sino del miserable q u e se lanzó al crimen por ser un quijotesco dictador. ¿Quién p u d o imajinarse que en circunstancias de guerra esterior hubiera un peruano que desgarrase el seno de la patria? VIL Se m e inculpa de n o haber puesto previamente en c o n o c i m i e n t o del p ú b l i c o mi salida, c o m o si t o d o pudiera hacerse a gusto de los m u r m u r a d o r e s . . . Era indispensable reservarla para n o arriesgar ni la realización, ni el é x i t o , de u n p r o y e c t o de tanta m a g nitud. Para n o escitar las pasiones e intereses de partido opuestos al gabinete que dejaba. Para evitar q u e la supiese el e n e m i g o que a la sazón cruzaba por el Callao. Para no caer prisionero, c o m o habría sucedido en una de las veces q u e los chilenos abordaron el b u q u e , si h u bieren sospechado que y o iba en él. Por todas estas razones m e decidí, pues, a n o divulgar mi viaje, que no por eso dejó de ser c o n o c i d o i aprobado por el Vice-Presidente de la R e p ú b l i c a , por los ministros de Estado, por varios jefes del ejército i marina i m u c h a s otras personas mas. I no me arrepiento de la reserva que guardé, c o n tanta m a y o r razón cuanto que si por no guardarla hubiera caíd o en p o d e r del enemigo, los que calificaron de fuga mi viaje, lo habrían calificado de fuga i c o n n i v e n c i a con él. Mis enemigos h a n p o d i d o esplotar para su m e d r o personal los acontecimientos que dejo, referidos; pero negar que m i viaje en la situación en que nos hallábamos era el supremo recurso, el mas importante servicio q u e podia hacerse, es negar la luz del dia. O c h o meses han trascurrido desde entonces, t i e m p o mas que suficiente para que hubiese llegado al Callao cuanto salí a buscar. ¡Cuan tremenda es la responsabilidad de los que o b s t r u y e n d o mi camino abrieron para el país un precipicio! Sin la revolución de D i c i e m b r e ¡cuan distinta seria h o i la suerte de nuestras armas i la suerte del Perú! VIII. Fatalmente para mis cálculos i proyectos, i peor todavía para el éxito de la guerra i el h o n o r de la R e p ú b l i c a , no faltó un Nicolás Piérola, jefe de batallón, que sublevándose c o n él hiciera un m o v i m i e n t o revolucionario, sacrificando ante su desenfrenada ambición los mas caros intereses de la patria. Los chilenos, a mas de la superioridad marítima que les daba las mayores ventajas sobre nosotros, necesitaban para asegurar su triunfo que en el Perú se trastornare el orden público. D o n Nicolás Piérola se encargó de prestarles tan eminente servicio; ansioso de llegar al poder que n u n c a alcanzó ni por el c a m i n o de la lei, ni por el de la revuelta, a p r o v e c h ó la c o y u n t u r a que le proporcionaba mi ausencia, h o l l a n d o todas las prescripciones del h o n o r i del patriotismo. C o m o necesitaba alegar causa, calificó de fuga m i viaj e ; tenia q u e decir algo por absurdo que fuera. I aunque esta supei'chería es tan ridicula q u e por sí misma se desvanece, i bastaría que la formulase el m i s m o revolucionario, sin embargo, no será de mas analizar la causa que a su j u i c i o p u d o obligarme a huir: el m i e d o . Pero ¿a quién i por qué?


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GUERRA

DEL PACIFICO.

¿Al pueblo de L i m a ? . . . N ó ; porque desde mi llegada a esa capital hasta mi salida, el 18 de Diciembre, n o habia h e c h o manifestación alguna contra mí. I c o m o he p r o c u rado proceder bien, j a m á s temí al pueble, c o m o lo prueba la libertad que tuvo para reunirse, i las innumerables veces q u e lo hizo durante mi Gobierno. ¿A los chilenos?... T a m p o c o , porque es improbable i m u i aventurado que vayan a Lima, n o solo por los grandes aprestos, p o r las grandes fuerzas que tendrían que reunir, sino por lo arduo de la empresa por el largo tiempo i m u c h o gasto que acaso no podrían soportar. Por tanto, n o es racional creer que un h o m b r e c o m o y o , acostumbrado a peligros reales i efectivos, se a c o bardase ante la idea de un peligro tan r e m o t o e hipotético. ¿I por qué habría de tener miedo? Solamente por responsabilidades en el desempeño de mis cargos. Felizmente para mi conciencia i la do los hombres que j u z g u e n sin pasión, mis actos son ajenos i están libres d e culpabilidad. Si n o obstante eso sufrí contrariedades i reveses, cúlpese a nuestra mala fortuna, a los que m e p u sieron estorbos en el camino, a la prepotencia naval del e n e m i g o i no a mí, que, sano o enfermo, c o m o estuviera, he trabajado por la causa con sumo esfuerzo i voluntad. E n el ejercicio de mis funciones c o m o Presidente de la R e p ú b l i c a , n o he descansado t a m p o c o , resaltando la h o norabilidad e interés p ú b l i c o que caracterizan las épocas de mi administración. P u e d o haber c o m e t i d o errores inherentes a la naturaleza humana, pero involuntarios i de poca significación, que desaparecen c o m o el soplo ante el sinnúmero de barbaridades i desatinos con que Piérola ha p e r d i d o el país en los pocos meses de su gobierno. N o hai, pues, causa a que pueda atribuirse mi supuesta fuga; pero aun c u a n d o la hubiese, n o por eso so resolvería a huir un h o m b r e de mi posición, sacrificando su n o m b r e , su familia i todo su porvenir. Solo espíritus mezquinos han p o d i d o desfigurar el n o ble fin de mi viaje para presentarlo a la jeneralidad bajo el engañoso prisma de su interés i su pasión. Este mismo e m p e ñ o revela que mis enemigos, tratándose del país, n o tienen ni desprendimiento, ni son capaces de hacer lo que yo.

buques, b u e n c u i d a d o habría tenido Chile de p r o v o c a r nos, c o m o nunca lo h i z o mientras conservamos el p r e d o minio del mar. X. Durante mi Gobierno, después de incesantes tentativas, logró Piérola efectuar, aunque c o n mal éxito, dos r e v o luciones, entregándose en la última c o m o prisionero de guerra. Procediendo c o m o acostumbro, usó de clemencia c o n él i c o n todos los que se hallaban en su caso, los p e r d o n ó i los puse en libertad. Lejos de apreciar c o m o . debiera este acto de j e n e r o s i dad, siguió conspirando hasta que Chile declaró la guerra al Perú. Entonces m e telegrafió de Valparaíso ofreciendo sus servicios, i c o m o n o debía suponer que fuese la víbora d e la fábula, le abrí las puertas de la patria, acojiéndole c o r dialtnente: acepté sin recelo sus repetidas protestas de amistad. A su solicitud para servir, le propuse varios p u e s tos importantes dentro o fuera de la R e p ú b l i c a ; pero él prefirió el m a n d o de u n batallón, i tiltimamente, en las íntimas conferencias que t u v i m o s a m i regreso de A r i c a , le ofrecí una cartera, con mas la presidencia del C o n s e j o de Ministros i la facultad de formar el gabinete.

Increíble parece que este h o m b r e a quien dispensé t o da clase de consideraciones, se sublevase contra m i G o bierno i contra mi persona, faltando a la fe de caballero, de amigo, de soldado i de patriota. Si c o n proceder así hubiese c u m p l i d o siquiera en parte, tanto c o m o tiene prometido, o de algún m o d o hubiera m e j o r a d o la situación, el carácter odioso de tal proceder acaso desaparecería ante la b o n d a d del resultado. ¿Pero cuál ha sido el p r o v e c h o o cuáles las ventajas que la guerra i la administración pública h a n reportado c o n la revolución ele Piérola? N i n g u n a , absolutamente ninguna. La g u e r r a . . . d e mal en peor cada día, va llegando a u n término fatal, i hai quienes lo acusan de los desastres d e Tacna i Arica, por n o haber prestado, c o m o p u d o hacerlo, eficaz a3'uda al Jeneral Montero, temeroso de que el triunfo del Jeneral refluyese contra él. Quien inmoló la patria rebelándose contra m i G o b i e r n o e imposibilitándome para proporcionar i llevar los elementos i recursos que c o n toda seguridad habría c o n s e guido, es m u i capaz de haberla i n m o l a d o n u e v a m e n t e IX. ante su m e z q u i n a rivalidad c o n el Jeneral M o n t e r o , i de L a esposicion que a largos rasgos dejo h e c h a es la m a - inmolarla cuantas veces su interés personal n o se aune c o n el interés público. nifestación franca i sincera de m i c o n d u c t a ; n o hai en ella una sola aserción que n o sea exacta i que no p u e d a ser La administración p ú b l i c a . . . e s un fárrago de c o n t r a d i c comprobada. ciones i. enredos, de ridiculeces i desatinos, de injusticias i venganzas, de iniquidades i escesos, p o r q u e en verdad Paso ahora a examinar lijeramente la c o n d u c t a de Piérola, dejando para después la narración detallada de t o - n o hai administración en el Perú; lo q u e hai es la necia, v o l u n t a d de u n insensato. dos sus actos. Es público que este h o m b r e desde el año 1872 n o ha Sin una sola acción buena, sin u n sentimiento j e n e r o s o , cesado de conspirar, obligando constantemente a u n o i son incalculables los males q u e h a causado i tiene q u e otro Gobierno a distraer su atención de la cosa pública causar c o m o n e c i o i c o m o malo. i a consumir sus estrechos recursos en atajar revoluciones Si en verdad sintiese algo d e ese patriotismo q u e d e i sofocarlas. Por esto fué que el Presidente Pardo no p u d o canta, natural habria sido que en vez de p r o v o c a r c o n su dar c u m p l i m i e n t o a la leí que lo autorizaba para invertir rebelión el descrédito q u e nos priva de recursos, el d e s c o n hasta 4.000,000 de pesos en comprar dos blindados s u p e - cierto en el ejército c o n grave daño de la guerra, i d e s c o n riores a los chilenos, porque se vio precisado a gastar esos fianza en todas las clases sociales, natural habria sido, remillones en conservar el orden p ú b l i c o , es decir, en c o m - pito, que ayudara al Gobierno i al Director de la guerra, y a batir a Piérola. fuese indicándole sus errores o robusteciendo su autoridad i prestijio en vez de conspirar i minarlos arteramente. T a m p o c o habría p o d i d o comprarlos y o , no solo por las mismas causas que tuvo mi antecesor, sino por haberse Si de buena fe hubiese deseado servir, nadie p u d o h a retirado la autorización para comprarlos. cerlo m e j o r que él, a quien le brindé el m e j o r i principal P u e d o afirmar, pues, con bastante razón, que sin las puesto en mi Gobierno; pero no tenia otro deseo q u e asalfrecuentes intentonas i revoluciones de Piérola, el Presitar de cualquier m o d o el p o d e r i asechar la oportunidad dente Pardo habría tenido tiempo i recursos para a d q u i - de realizar el siniestro plan que habia concebido. rir d i c h o s buques, i que, por consiguiente, Piérola, i nadie Este h o m b r e nunca ha sido patriota ni ha prestado sermas que él, es la única i eselusiva causa del desarme en vicio alguno; sin dignidad ni mérito propio se e m p e ñ a de que nos encontrábamos c u a n d o Chile nos sorprendió c o n preferencia en hacer su n e g o c i o i acumular sobre su perla guerra. sona títulos, oropeles i condecoraciones. Convertido en N i guerra habría h a b i d o , p o r q u e c o n t a n d o c o n esos ' Jefe S u p r e m o , dictador, protector, etc. quiso ser gran m a -


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riscal mediante una farsa popular c o n m o t i v o del aniversario d e P a c o c h a , reservando para sí una do las c o n d e c o raciones q u e creó.

XI. Se le podría disimular sus vanidades i ridiculeces, sino fueran tan graves los crímenes i responsabilidades en q u e ha incurrido. N o solo abusó de la confianza que en él se depositara, rebelándose a gusto i presencia del enemigo, sino que derramó la sangre peruana, v o l v i e n d o contra sus propios c o m p a ñ e r o s i hermanos, las armas que recibiera contra el el e n e m i g o c o m ú n . Las persecusiones i atropellos, el insulto i la espoliacion de todos los dias, siempre por todas partes rivalidades i rencores, precisamente c u a n d o mas necesitamos unificar el sentimiento i la acción nacional. C o n u n c ú m u l o de decretos absurdos i atentatorios ha desorganizado t o d o el servicio p ú b l i c o i c o n m o v i d o el orden social. Medrar a la sombra del poder, satisfacer ambiciones i venganzas personales, es toda la política de su Gobierno. Por eso en vez de ejecutar a Dreyfus H e r m a n o s por el saldo de 600,000 pesos q u e obraba contra ellos, les ha rec o n o c i d o 12.000,000 d e pesos c o m o d e u d a del Estado; por eso mas q u e a los chilenos h a c e guerra a las personas, i en su emulación i d e s p e c h o contra el Jeneral Montero, n o le m a n d a el m e n o r refuerzo, detiene las dos divisiones que y o había o r d e n a d o salir, d a n d o lugar a q u e s u c u m b a el ejército del Sur i la p o b l a c i ó n de A r i c a c o n sus bravos i heroicos defensores. E l n o m b r e de Piérola será fatídico para el Perú: sus h e c h o s l o c o n d e n a n ; el castigo n o tardará en venir. H é aquí, en c o m p e n d i o , su tristísima historia: PRIMERA

PARTE.

MINISTERIO PIÉROLA.

Dreyfus, M e i g g . — E m p r é s t i t o s i c o n t r a t o s . — D e r r o c h e i s a q u e o . — D e u d a pública, $ 200.000,000. SEGUNDA. O c h o años de incesante conspiración i frecuentes r e v o luciones. TERCERA. Traición a m a n o armada contra el m i s m o G o b i e r n o a quien pidió servicio, i contra la patria c o m p r o m e t i d a en guerra esterior. Quizá pudiera adelantar la cuarta parte de esta negra historia, pero n o quiero descorrer por c o m p l e t o el velo que apenas oculta una horrible perspectiva, en la cual aparece c o m o inevitable consecuencia de la dictadura de hoi el aniquilamiento del país por causas i abusos de t o d o j enero. Ojalá m e engañase, i el actual G o b i e r n o , por malo q u e sea, tuviese la suerte de llevar a b u e n término la guerra, nadie lo celebraría c o m o y o . Entretanto las heridas de la patria vierten sangre a torrentes, i y o n o p u e d o abrigar otro sentimiento que el deseo ardiente d e servirla i de contribuir en c u a n t o p u e da a aliviar sus dolores. Desgraciadamente nada h e p o d i d o hacer todavía. Sin recursos, desautorizado i contrariado c o m o m e encuentro, todos mis esfuerzos escollan ante las dificultades que m e rodean; n o desespero, sin e m b a r g o ; esas mismas dificultades son u n estímulo mas para insistir en mi propósito i en mi trabajo. M A R I A N O I.

N u e v a Y o r k , A g o s t o 7 d e 1880. TOMO n i — 4 9

PRADO.

QUINTO.

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S e ñ o r d o n Manuel Barinaga. Nueva

York, Julio

10 de

1880.

MUÍ señor m i ó : Por diferentes c o n d u c t o s he sabido que U d . i su c o m pañero d o n Miguel Iglesias, do secreto on secreto van p r o palando por todas partes que Piérola tiene d o c u m e n t o s q u e prueban haberme valido y o del Gobierno arjentino para que mediase con el de Chile a fin de ajusfar la paz. I q u e lo hice por consideración al Presidente de Chile, q u e es mi compadre. S o l o Piérola en su e m p e ñ o de engañar al p u e b l o d i s culpándose c o n m i g o , es capaz de imposturas tan ridiculas. El j a m á s presentará h e c h o s , ni d o c u m e n t o s que obren contra mí c o m o Director de la guerra ni c o m o President e . d e la República. N o m e he valido de g o b i e r n o alguno para ajustar la paz, ni el Presidente de Chile es m i c o m p a d r e , ni mi a m i g o ; lejos de eso, on las elecciones para Presidente, mis s i m patías, manifestadas hasta por la prensa, fueron a favor d e d o n B e n j a m í n V i c u ñ a Mackenna. El tal Piérola i sus secuaces dicen también que, d e s pués de haberme locupletado c o n la hacienda pública, m e traje del tesoro £ 180,000. Esta suposición es tan ridicula c o m o las demás. N u n c a tomé del tesoro un poso mas de m i sueldo, ni especulé c o n el destino, ni hice c o n alguien arreglo, c o m binación o n e g o c i o alguno, por el que reportase y o la mas p e q u e ñ a utilidad. F a c u l t o a cualquiera que m e afronte lo contrario. Uds., c o m o todos, p u e d e n tener la seguridad de q u e c u a n t o Piérola diga o haga decir contra mí, es indebido i calumnioso; q u e en mi vida pública n o he h e c h o otra c o sa que servir a la patria, c o n absoluta abnegación i p u r e za, i, en fin, que la habría salvado indispensablemente sin la fatal revolución que ese desgraciado hizo. N o m e estraña q u e por disculparla recurra a semejantes medios; lo que m e estraña es q u e U d s . , de cualquier m o d o q u e sea, c o n inocencia o sin ella, secunden a ese farsante en su ruin intento. ¡Qué dirian U d s . si después de la inculpación que m e hace, después de tantos ofrecimientos i bravatas para v e n cer i acabar con el e n e m i g o , si después de prometer c o r tarse la m a n o antes de firmar la paz, resultase firmándola él mismo? ¿Qué dirían todos si al efecto se valiera, c o m o a c o s t u m bra, de nna farsa para aparentar q u e el pueblo la pedia i lo obligaba? Y a lo v e r e m o s . . . Mientras tanto m e suscribo de U d . atento seguro servidor. M A R I A N O I. PRADO.

XI. Las negociaciones de paz en tiempo del J e n e r a l D a z a : revelaciones importantes de la misión R e n e M o r e no i Salinas Vega.

Señores del T r i b u n a l : Habéis oido la narración sucinta que hice de los h e chos. Acabáis de i m p o n e r o s concienzudamente de los c o m p r o b a n t e s . H a llegado el m o m e n t o de fallar. T a m bién es el m o m e n t o escojido por mí para proponer la importante cuestión: ¿Por q u é fui portador de las p r o p o siciones chilenas favorables a Bolivia i contrarias a su alianza con el Perú? L o primero que se m e ocurre es lo q u e naturalmente debe ocurrírsele a t o d o patriota contestar: Porque de esa manera, acertada o erróneamente, creí prestar un servicio importante a mi país, en una hora que por mil m o t i v o s consideré suprema i que todavía reputo de vida o m u e r t e para Bolivia. C o n c e d o que la prosperidad i engrandecimiento del país n o hubiesen sido allí consultados por nada; a d m i t o


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GUERRA DEL

q u e cometí un crimen en n o pensar c o m o los d e m á s o en n o adivinar lo que pensaban sobre el punto mis remotos compatriotas; doi por c o m p r o b a d o s q u e esta tierra de B o livia sea una tierra privilejiada por su esterilidad en errores grandes i pequeños, i por la pingüe cosecha que rinde su suelo en servicios abnegados de toda especie. Pues bien, aun c o n c e d i e n d o a todos i cada uno de los bolivianos el d e r e c h o de arrojarme la primera piedra, tendríase por lo m e n o s que convenir c o n m i g o , en q u e esta lapidación jeneral no seria ni con m u c h o la merecida por u n falso i aciago profeta. E n efecto: es cosa notoria q u e ese mi error c o n riesgo de la propia vida, lejos de haber irrog a d o el mas leve perjuicio a nadie, sirvió para acreditar la incontrastable lealtad del mandatario de Bolivia, i contribuyó a afianz ir la alianza que todos apetecian. Podría responder algo mas a la pregunta del principio. F u i portador de las proposiciones, porque c o n ese acto pensé servir j u n t a m e n t e a Bolivia, mi tierra natal, i a Chile mi segunda patria, d o n d e he residido tranquilo i c o n t e n t o 24 años, recibido mi educación intelectual desd e la mas tierna j u v e n t u d i g o z a d o del aprecio de todas las clases superiores de la sociedad hasta el dia en que p o r causa d e la guerra m e retiré del país. N o d e s c o n o z c o que esta esplicacion seria inadecuada en las actuales circunstancias. Sé bien q u e para hacerse oir ella exijiria calma a espíritus ajitados por una lejítim a indignación patriótica. Pero si la sola hipótesis de este a r g u m e n t o personal es contraproducente, hai u n h e c h o que no es hipótesis i que es notorio refiriéndose a mi individuo. Ese h e c h o m e otorga el d e r e c h o de hablar sobre el punto con toda enerjía. H e d e s e m p e ñ a d o en Chile cátedras en el Instituto N a cional. C o n haber tenido a mi cargo 10 años la dirección de la hermosa biblioteca de este establecimiento, para la distribución i propagación de lecturas a domicilio entre la j u v e n t u d , he desempeñado un cargo de la m a y o r c o n fianza i trascendencia social. .Siempre o c u p é allá un puesto de c o m p a ñ e r o i a m i g o en las asociaciones literarias. La publicación de las obras completas de don Andrés Bello, m o n u m e n t o magnífico de la gratitud nacional, se hacia bajo mis cuidados por encargos del Gobierno i de la Universidad. L A REVISTA CHILENA, publicación histórica i literaria, la mas bien reputada desde cinco años atrás en el continente, es el ó r g a n o mas serio de la actividad intelectual del país, i est u v o no p o c o tiempo bajo mi dirección, c o m o lo acredita la amplia cabida q u e tuvieron por entonces en sus pajinas los anales bolivianos. En Chile h e presidido las brillantes i ajitadas scsionesjde la A c a d e m i a Literaria del Instituto Nacional, puesto que reputo el mas h o n r o s o de mi carrera i que m e permitía influir en el espíritu i o p i niones d e u n a j u v e n t u d y a - b i e n preparada para las l u chas de la prensa i de la tribuna. I sin embargo, do que la sociedad chilena m e invadía de todos lados, tendía a absorber mi persona, a asimilarse mis sentimientos; creo que no necesito demostrar lo q u e a todos consta, i es q u e en mi huraña soledad, en los libros que cubrían los muros de mi m o d e s t o gabinete, en los temas que de preferencia o c u p a b a n mi p l u m a en servicios positivos que no me está a bien a mi recordar, h e opuesto sin descanso un dique a esta hermosa i j e n e r o s a creciente, p e r m a n e c i e n d o incontrastablemente boliviano i n e g á n d o m e a tomar la carta de ciudadanía, que m e aconsejaban conveniencias d e ' a d e l a n t o i bienestar. ¿ H i c e bien o hice mal? Dios lo sab.\ I solo sé q u e ni aquí ni allá tendré ya quizá una patria a quien servir. A p e l o entretanto a todos les hombres de corazón bien puesto. Digan ellos si un interés c o m ú n i esclusivísta por Bolivia i Chile no hubiera sido en mi caso, c o m o móvil individual, un sentimiento sano, lojítimo i puro de la n a turaleza humana. Digan ellos si ^debo tener paciencia resignada para admitir que entre los bolivianos do tierras adentro, c o n escepcion tan solo de los que salieron a o p o ner serenos sus p e c h o s a las balas enemigas, se m e afron-

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ten por la espalda unos cuatro patriotas n o probados t o davía contra Chile, se m e afronten a tildar mis sentimientos bolivianos, o a considerarlos favorables a Chile c o n m e n gua de Bolivia. Pero, señores j u e c e s , si y o tuviese que hacer valer en el asunto de las proposiciones chilenas puramente m ó v i les individuales, n o hubiera de seguro venido a los estrados del Tribunal S u p r e m o de Justicia de la n a c i ó n en busca de u n j u i c i o c o m p r o b a t o r i o ni a s o m e t e r m e a v u e s tro fallo. El conflicto del alma, al ver separarse para siempre c o n odio a dos pueblos q u e u n o c o n t e m p l ó unidos dentro de un mismo afecto individual, no será n u n c a una disposición de á n i m o bastante para q u e u n h o m b r e c o n sentido c o m ú n , de vida apartada i modestísima p o r añadidura, consintiese en la necia i temeraria petulancia de querer terciar, c o m o sensible i amigable c o m p o n e d o r , en una contienda internacional a m a n o armada, tan repentina i sorprendente en su esplosion, c o m o c o m p l i c a d a en las causas que la agrandaron a p o c o de estallar. I si tendríais razón para calificar de especioso semejante argumento, ¿qué n o diríais, señores, al tomar en cuenta que tamaño acto de conciliador c o m e d i m i e n t o tendía nada menos que a aconsejar la violación de un p a c t o i n ternacional, a tornar en e n e m i g o al aliado boliviano, i tornarlo en e n e m i g o aleve del Perú? Si tal fuera la estrem i d a d de mi causa, hubiera b u s c a d o y o en el silencio o en la prensa vocinglera m i defensa, n o dejara el seguro del asilo estranjero en q u e estaba, n o viniera aquí al c o razón de Bolivia, indignada por la propuesta chilena, a concitarme una sentencia indefectiblemente condenatoria. Mi caso es m u i diferente, i y a podéis c o n o c e r si v e n g o a implorar induljcncias morales. H e m e aquí c o l o c a d o dentro de un p r o t o c o l o de d o c u m e n t o s fehacientes, c u y o tenor contesto i espíritu acabáis de estudiar para inquirir, si al constituirme en p o r t a d o r de las proposiciones, o b e d e c í o n o a impulsos de oríjen e s t e n i o , de eficacia i m perativa, de índole declinable. Situado en el terreno de una probanza positiva i concreta, propia del fuero en que todos vosotros, señores, estáis a c o s t u m b r a d o s a administrar justicia, aliento la confianza de poder quebrar, por decirlo así, los ojos de mis j u e c e s c o n la fuerza de la verdad. ¡Dura, durísima verdad que, p o r entre la densa atmósfera de los sentimientos, intereses i exijencias del dia, se abrirá paso c o m o un dardo, para herir (sin q u e p u e d a yo remediarlo) en la frente el orgullo nacional! Prescindo aquí por c o m p l e t o de toda d e m o s t r a c i ó n l ó jica, derivada de la interpretación o del análisis c o m p a r a tivo de diversas piezas del protocolo c o m p r o b a t o r i o . Me contraigo puramente a agrupar lo que paladinamente rezan aquellos d o c u m e n t o s c u y a procedencia, naturaleza i tenor establecen el c o n o c i m i e n t o de causa bastante, p r o d u c e n certidumbre j u r í d i c a , i dejan en la c o n c i e n c i a esa c e r t i d u m b r e moral que se deriva irresistiblemente en una plena c e r t i d u m b r e j u r í d i c a . ¿Necesito señalar los d o c u m e n t o s i pasajes del p r o t o c o lo q u e demuestran la efectividad del h e c h o fundamental m o t i v o de este j u r i ? El envió de Salinas V e g a a Santiago c o m o ájente secreto c o m i s i o n a d o por el Presidente Daza cerca del G o b i e r n o chileno i cerca de mí, consta d e todos los d o c u m e n t o s e x h i b i d o s ; p o r q u e la propia existencia de éstos, sin tomar en cuenta su testo ni su contesto, constituye un h e c h o q u e reposa sobre ese antecedente cardinal, derivándose de él y a esplícita, ya implícitamente, c o m o del tronco se derivan las ramas i el t r o n c o d e la raíz. Las piezas 3, 5, 8 i 10, o son un absurdo, o bien la consecuencia forzosa de esa premisa. Pero sobre t o d o es c o n c l u y e n t e la famosa carta de Salinas Vega, fecha 30 d e M a y o , carta en que, informando el ájente al Capitán Jeneral sobre el c u m plimiento de las instrucciones por m í ante el señor Santa María, le dice que se había obtenido de Chile mas de lo que ellos se c o m p r o m e t i e r o n en Tacna a favor de Bolivia. El o b j e t o del envió fué arrancarme de mi retiro a fin de q'.ie, c o n la mira de la salvación del país, m e presenta-


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se a escuchar al señor Santa María haciéndole formular auténticamente sus bases de avenimiento c o n Bolivia; i también era c o m p e l e r m e a traer y o m i s m o los d o c u m e n t o s del caso i a responder de su sinceridad. Salinas V e g a m e aseguró que él a su vez habia sido c o m p e l i d o por la disy u n t i v a que le puso el Capitán Jeneral de prestarse al viaje o entrar de último soldado. Q u e aquél fué el objeto del envió, l o acreditan, especíñca i c o n c l u y e n t c m e n t e los párrafos I I I i V I del d o c u m e n t o n ú m e r o 2 i el párrafo V I del d o c u m e n t o n ú m e r o 18. D e b o advertir que las instrucciones a que se refiere la carta de Salinas Vega, n o son otras a m i respecto, q u e las yerbales que acaban de anunciarse i las demás q u e recordaré mas adelante. Cierto es que, n o conformándose c o n q u e Bolivia careciese de marina, el Presidente Daza exijia quedarse c o n u n par de buques peruanos; pero también es verdad que n o se h i z o caso de esta c x i j e n c i a i que a la sola idea de ver convertirse en A l m i r a n t e al Capitán J e neral, el Ministro de Chile n o p u d o reprimir una gran carcajada. E l ájente hacia valer también otra exijencia, la de dinero. A l tiempo de despedirme de una de nuestras entrevistas, h a b l a n d o de esta d e m a n d a del Presidente Daza, el Ministro de Chile m e dijo c o n ademan significativo: "Ese dinero es para embolsicárselo él." Esto m e causó viva consternación. I n d i q u é entonces que si las bases habian de contener algo sobre dinero, fuese espresando que era en calidad de subsidio de nación a nación. N o recuerdo d o otro asunto q u e fuese materia d e instrucciones. I g n o r o los demás asuntos que trató el ájente con el M i nistro de Relaciones Esteriores de Chile. D i c h o ájente h a guardado un silencio impenetrable sobre sus pasos en Santiago i sobre sus secretas conferencias c o n el Presidente Daza en Tacna, de cuyas resultas verificó él su viaje. C o m o lo sabéis, la j u n t a de notables de esta capital comisionó al ya finado Presidente de la C o n v e n c i ó n N a c i o nal d o n Daniel Calvo, al Vice-Presidente de la R e p ú b l i c a don A n i c e t o A r c e i al director Jerente del B a n c o N a c i o nal de Bolivia d o n O v i d i o Suarez, para quo en La Paz se abocasen al señor Salinas V e g a i recabasen de su lealtad un informe escrito o una declaración verbal sobre el n e gocio. P e r o también sabéis q u e él eludió tan solemne emplazamiento, saliendo de L a Paz a los^pocos dias de la llegada de estos personajes, d e j a n d o un escrito fuera del asunto i o m i t i e n d o absolver verbalmente ciertas interpelaciones. Con todo, Hamo a lo m e n o s la atención del j u rado sobre el párrafo V I d e l d o c u m e n t o n ú m e r o 7 en la parto que m e atañe. A mi intervención en el n e g o c i a d o precedieron d o s h e chos personales, c u y a efectividad m e parece q u e he c o n seguido probar de una manera palmaria, c o m o q u e ellos sirven para p o n e r en su verdadera luz aquella intervención. Esos dos hechos constan de los párrafos I V i V del d o c u m e n t o n ú m e r o 2, absuelto por el d o c u m e n t o n ú m e r o 18, h e c h o s ratificados por el señor Salinas V e g a en su fragmento histórico. Consignándolos aquí sin desenvolvimiento a l g u n o i en los breves términos con que están enunciados en los c o m p r o b a n t e s , esos h e c h o s son: 1. ° Y o habia antes desestimado las insinuaciones del Gobierno chileno sobre traer aquí las bases, f u n d á n d o m e en que después del 14 de F e b r e r o n o seguiría otras inspiraciones q u e la d e mi país natal i los mandatos de su primer majistrado. 2. ° Las proposiciones eran calificadas por m í c o m o inicuamente inmorales, siendo m u c h a s las veces en que, durante nuestras conversaciones c o n Salinas V e g a sobre el unánime pronunciamiento de la opinión chilena acerca de ellas, saltaba y o indignado dehasiento para rechazar su forma alevosa contra el P e n i . C o m o habréis n o t a d o , señores jueces, esto último acaecía antes de retirarse Salinas V e g a de Chile, i también acaeció después con ocasión de su regreso. D e acuerdo en c u a n to a las ventajas territoriales, salvadoras a mi juicio de la nacionalidad boliviana, que reportaban las bases, i seguro,

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por otra parte, de la sinceridad con que las proclamaba la opinión chilena, no por afectos a Bolivia, sino a i m p u l sos de un odio terrible contra el Perú, cual n o espero ver otro mas profundo en pueblo alguno, n u n c a encontré otra objeción que oponer al plan de Chile que la injusticia i perfidia prescritas en d i c h o plan a la c o n d u c t a de B o livia. L o primero, es decir, mi negativa a las insinuaciones, t u v o lugar antes del retiro de Salinas V e g a i de su c o n o cimiento c o n el Jeneral Daza en Tacna; esto es, c u a n d o por mi dilatada ausencia i por la incomunicación sobreviniente a la ruptura, ignorando ambos el r u m b o o v u e l o de la opinión en Bolivia a presencia del considerable c a m b i o de frente operado p o r Chile con respecto a nuestro país, estaba y o c o m o poseído de espanto sospechando entre mil cavilaciones i en vista de ciertos h e c h o s coincidentes que, reinante todavía la exasperación boliviana p r o d u c i da p o r una recrudescencia de rigores aduaneros d e parte del Perú, i en m o m e n t o s en que llegaba a Valparaíso el a r m a m e n t o p e d i d o a Estados U n i d o s por Bolivia para poner en pié d e guerra su ejército c o n aquel m o t i v o , la resientísima venida d e nuestro Ministro d e H a c i e n d a i las largas conferencias en el Palacio de la Moneda, seguidas de m u c h o s agasajos, habia p r o d u c i d o el secreto acuerdo de a m b o s gobiernos contra el Perú; i que c o n la presente ruptura c o m e n z a b a la e j e c u c i ó n d e un plan, lo q u e m e pareció e n o r m e c o m o c o n c e p c i ó n diplomática, c o m o c o n cierto entre Chile i Bolivia, c o m o m a q u i n a c i ó n contra el Perú, c o m o gaje de éxito para Bolivia, e t e , etc. Así es que, al salir d e la única entrevista q u e tuve c o n el Ministro Fierro, escribí en mi m e m o r á n d u m lo que en seguida copio, para q u e los señores del j u r a d o vean las especulaciones de un solitario un p o c o atónito, que pretendiendo hallar lójica en gravísimas cosas que n o la t e nían, estaba fatalmente predestinado a obedecer a d o n Hilarión Daza; escribí en llegando a mi casa: "¿ Luego es efectivo que estos hombres esperan algo del lado d e Bolivia, después d e haber escitado a sangre fría la codicia nacional, i c u a n d o de hoi mas nadie será capaz aquí do resistir a esa codicia? ¿Luego los proyectos que basta aquí habia y o mirado c o m o vehementes insinuaciones, hijas tan solo d e la exaltación popular en los primeros m o m e n t o s , revisten el carácter serio de una e m presa meditada i a c o m e t i d a por el Gobierno de Chile, c o n la esperanza de dejar sin salida i m e t i d o en la empresa al pueblo boliviano, presentándole de repente en la m a n o la regularizacion de su territorio, apetecido objeto de su constante ambición, c o m o dice el señor Paz Soldán en su folleto de estos dias? I luego también ¡qué simplicidad la del h e c h o de q u e acabo de cierciorarme! Con el filo de los diez c e n t a v o s el Gobierno chileno h a roto el pacto duradero de v e c i n d a d q u e en la hora feliz le aconsejó una política elevada i previsora, i hé aquí que n o entiende por ello el haberse e c h a d o a cuestas c o m o e n e m i g o irreconciliable a otro pueblo mas, sino que antes, al contrario, asegura con cierto a p l o m o q u e va tan solo contra e! Perú, en desenvolvimiento mas vasto i radical de una política de ventajas mutuas con B o livia. Los estadistas chilenos han desechado los tres o cuatro arbitrios, que sin ser m u í hábil en los procedimientos del d e r e c h o ni de la diplomacia, se le ocurrirán a cualquiera para eludir o frustrar c o n altivez el célebre embargo de Antofugasta, mas sin atentar a la soberanía boliviana; i es verdad curioso q u e de un lado lo hubieran h e c h o esos e s tadistas así, mientras que de otro lado el Gobierno boliviano, con esa serenidad, q u e tanto asombro ha causado a todos, haya e m p u j a d o enérjicamente las negociaciones hasta la estromidad d e un rompimiento, c u a n d o d e u n estremo a otro de su territorio la sequía asolaba las m i e ses, diezmaba la peste sus poblaciones rurales, el h a m b r e mataba c o n horror j e n t e s en las calles de C o c h a b a m b a , S u c r e i Potosí. ¿Será, pues, que existe un

acuerdo recóndito entre los


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gabinetes de Santiago i La Paz para lanzar irresistiblemente sus pueblos contra el Peni en una guerra tentadora d e apetitos, tendente, por parte de Chile, a la adquisición de t o d o nuestro Litoral i a un desquite en cuenta de especulaciones burladas o ruinosas sobro salitres peruanos, i por parte do Bolivia a desatarse el dogal aduanero de Arica, m o t i v o sempiterno d e querellas c o n el Perú i d e una animosidad q u e data del primer dia de nuestra i n d e p e n d e n c i a ? " — ( A b r i l 11).

PACIFICO.

los párrafos V I I i I X del d o c u m e n t o principal y a citado: 1. ° Que y o n o era el llamado a calificar las p r o p o s i c i o nes, sino él (el Presidente), c o m o S u p r e m o Majistrado i Capitán Jeneral en campaña, n o t o c á n d o n o s a Salinas Vega i a mí, c u a n d o estaba la R e p ú b l i c a en asamblea delante del enemigo, mas que obedecer, presentándonos en la ocasión a recojer auténticamente el pensamiento de Chile, para q u e después él (el Presidente) proveyese en su vista Jo que mas conviniere al bien del Estado; 2. ° E l tribunal dará el crédito que estime verosímil a estas Era c o n d i c i ó n esencial que y o m e prestase ostensiblemenreflexiones primeras de aquellos dias. D e b e , entretanto te c o m o intermediario espontáneo, oficioso i privado, a tomar en c u e n t a los siguientes, q u e n o s o n barruntos sino fin de q u e Bolivia apareciese solicitada por Chile; 3. ° La hechos, para j u z g a r mis actos posteriores. palabra de su a m i g o Salinas V e g a i su presencia misma E n realidad do verdad, la guerra no tuvo mas secreto de improviso, habian de ser bastantes a R e n e M o r e n o p a recóndito que el g o l p e mismo con su rapidez telegráfica. ra prestarse a obedecer, resignándose a n o exijir mas forE n esa universal sorpresa de e n t o n c e s — l a g u e r r a — l o s malidades en lo estrecho i s u p r e m o de las circunstancias, únicos q u e en s u m a n o se sorprendieron eran los h o m b r e s pues el ájente secreto sostenia q u e el Presidente Daza del G o b i e r n o de Chile i los especuladores chilenos del sale habia h e c h o j u r a r delante de un Santo-Cristo, que litre boliviano, autores del g o l p e . n o se soltase prenda alguna ni se dejase rastro d e la G u a r d a n d o el Presidente de Bolivia en los bolsillos de intervención de d i c h o Daza en estos pasos, en vista del su disfraz la noticia por tres dias, reservó su sorpresa para d e c o r o nacional i de que, c o m o se ha d i c h o arriba, el G o después de los carnavales; i el p u e b l o boliviano n o lo c o l bierno boliviano apareciese solicitado por C h i l e . . g ó el dia de cenizas en la plaza pública, i o l v i d a n d o disSeñores J u e c e s : cordias so puso a sus órdenes sin distinción de partidos. Si demandase justicia ordinaria n o acudiría a vuestro T o d o esto es, sin d u d a alguna, m u i raro i singular. tribunal. Mi justicia consiste en v e r establecidos i rectaH a i , con t o d o , algo m u i ordinario i naturalísimo en m e n t e calificados los h e c h o s c u y a v e r d a d está sometida t o d o esto; i es que, siendo la guerra u n acontecimiento a vuestra investigación i e x a m e n . Ejercéis las mas altas m u i grande i una resultante de supremas fuerzas de E s t a - dignidades i majistraturas del Estado. Este fallo c u m p l e do, mi mui h u m i l d e persona se devanó irresistibilísimaa vuestro ministerio por la importancia de su asunto. Y o m e n t e los sesos queriendo sondear ln razón interna de n o os h e constituido majistrados ni dignatarios. D e las acontecimientos exorbitantes, que averiguadas las cosas, playas del R i o de la Plata he v e n i d o hasta aquí, c o m o u n n o han tenido mas lójica q u e su m u i reluciente a flor de necesitado, a reclamar una opinión j u s t a sobre mis actos, agua, o sea la ciega impericia de los u n o s i la n o menos i entonces e n c u e n t r o que vuestras personas están invesciega codicia de los otros. tidas c o n esos augustos cargos. M e h a cabido tan solo la L a evidencia i notoriedad públicas n o habian l o g r a d o facultad de designar los individuos, a v i r t u d del d e r e c h o enteramente sacudir mi espíritu de estas preocupaciones, q u e la bella institución del j u r a d o d e m o c r á t i c o acuerda c u a n d o se m e presentó d o n Luis Salinas V e g a c o m u n i c á n al ocurrente, de señalar sus j u e c e s entre los j u e c e s p ú b l i d o m e que, contra lo aguardado en el esterior de ver al cos y a constituidos. Y o he escojido los mas altamente c a ejército boliviano operando hacia los A n d e s australes, el racterizados de la nación. N o olvidéis, p o r lo tanto, que Capitán Jeneral a la cabeza d e 10,000 soldados q u e d a b a n vuestro veredicto servirá de base para formar, sobre h e en Tacna, i (según se ha visto después) instalados allí ad c h o s de importancia histórica i de significación c o n t e m perpetuam; que los pueblos de Bolivia estaban de pié u n i poránea, la opinión de los hombres presentes i venideros. dos en presencia del s u p r e m o peligro, i que la patria n a E n esta virtud, p i d o al tribunal se sirva prestar su a u tiva exijia do mí una parte de riesgo i sacrificio en el c o - torizada atestación sobre lo que hubiere de cierto a cerca m ú n esfuerzo. de estos tres h e c h o s del p r o t o c o l o : viaje del ájente secreto Conocéis, señores, los c o m p r o b a n t e s . Que mis pasos i su objeto cerca de mí; medios empleados para obtener desde entonces fueron en o b e d e c i m i e n t o de las órdenes mi obedecimiento; circunstancias que hicieron de este ue d i c h o ájente m e trasmitió, es un h e c h o demostrado obedecimiento u n acto abnegado de patriotismo. D e j a n d o e una manera inconvertible por los d o c u m e n t o s m i m e - . a la opinión piíblica el cargo justiciero de calificar c o m o ros 5 i 18. E n esta parte el p r o t o c o l o es superabundante; es debido la pérfida i perversa c o n d u c t a del mandatario pues contiene posición absuelta, declaración paladina- de Bolivia para c o n su n o b l e aliado i para c o n m i g o , i en mente ratificatoria i confesión autorizada. Está sobre todo, vista de habérseme h e c h o aparecer c o m o j e s t o r i ájente además, lo d i c h o en la carta do 30 de M a y o . al servicio de Chile para la trasmisión de las p r o p o s i c i o L l a m o la atención a los párrafos V I i V I I I del d o c u - nes, aserto c o n s i g n a d o en los despachos de J u n i o 10 de m e n t o q u e resume todas las verdades c o m p r o b a d a s de 1879 por el Secretario Serapio Reyes Ortiz, a n o m b r e del este negociado. Su tenor es terminante en lo que toca a Presidente i Capitán Jeneral de Bolivia d o n Hilarión Daza, los medios que se emplearon para arrancar mi o b e d e c i - dirijidos a su legación en Buenos Aires i al Presidente del m i e n t o ; i fueron: 1. ° El telegrama de Caldera ( M a y o 1 3 ) Perú i S u p r e m o Director de la guerra. en que Salinas V e g a avisa a R e n e Moreno que el PresiP i d o se sirva el Tribunal dictaminar en c o n c i e n c i a sodente de Bolivia aceptaba las proposiciones, i q u e siendo bre el paso q u e m e j o r c u m p l a al desagravio d e este acto esta la política nacional debia y o prepararme a llevarlas; internacional de falsía e ingratitud públicas. Será de ver2. ° Se m e intimó c o m o personalismo el deber de n o n e dad i de justicia. gar m i c o n d u c t o , por razón d e ser i n d i v i d u o retirado i G A B R I E L R E N E MORENO. ajeno de los negocios públicos, bien quisto entre una primera i una segunda patria, i el único portador a quien se FALLO. recibiría por el Presidente de Bolivia c o n fe i entera c o n fianza. En la capital d e Sucre, a los 8 dias del mes de A g o s t o D e j o al tribunal la consideración sobre la t r e m e n d a de 1880, los infrascritos reunidos privadamente en la sala responsabilidad impuesta ante los dos países por este m e - de la Corte S u p r e m a al o b j e t o solicitado por el señor Rene dio a Rene Moreno, responsabilidad m u i consiguiente al M o r e n o en la esposicion que antecede, p r o c e d i m o s a la h e c h o de poner en sus manos la decisiva de u n arreglo lectura de varias cartas i atestaciones orijinales i en copia de vida o muerte. u e nos fueron presentadas c o m o comprobantes. Después Para vencer los obstáculos de c o n c i e n c i a i d e resguare u n atento e x a m e n de su c o n t e n i d o , n o p o d e m o s dejar d o propio opuestos por rní, se m e intimó lo que consta de de reconocer, c o m o r e c o n o c e m o s , q u e ellos demuestran

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CAPITULO QUINTO.

suficientemente que el señor M o r e n o se prestó a ser el portador de las proposiciones del Ministerio de Relaciones Esteriores de Chile al Presidente de Bolivia entonces en campaña, Jeneral Hilarión Daza, solo en o b e d e c i m i e n t o del mandato confidencial de éste, que le fué trasmitido en Santiago por un ájente secreto, el señor Luis Salinas Vega. R e c o n o c e m o s igualmente q u e el señor Moreno, c o n el propio carácter de mandatario del Presidente Daza aceptó el encargo de llevar al Gobierno de Chile, en n o m bre de Bolivia, el r e c h a z o verbal de las proposiciones. E n consecuencia, j u z g a m o s u n á n i m e m e n t e que la c o n d u c t a del señor M o r e n o en ese n e g o c i a d o , en que por las circunstancias del país fué indeclinable su intervención, n o p u e d e ser razonablemente censurada c o m o desleal e infidente. Si el S u p r e m o G o b i e r n o , apreciando los justificativos p r o d u c i d o s por el señor Moreno, accediese a la m e d i d a reparadora a q u e alude el final de su petición, ejercería, a nuestro j u i c i o , un acto de estricta j u s t i c i a . — B a s i l i o ele Guéllar.—Pedro, A r z o b i s p o de la P l a t a . — P . Dalence.— Manuel Buitrago.—J. M. del Carpió.—Juan F. de Córdoba.—Luis Guerra.

XII. Sesiones de las C á m a r a s de Diputados i Senadores con motivo del proyecto de lei sobre recompensas al ejército i marina,

CÁMARA DE

DIPUTADOS.

S E S I Ó N N O C T U R N A EN 30

Presidencia,

del señor

DE JULIO D E

Lastarria,

don

1880.

Demetrio.

Se abrió la sesión a las 8.5 P. M. c o n asistencia de señores diputados.

43

ACTA.

Se leyó i fué aprobada el acta de la sesión anterior.

TABLA

ACORDADA.

E l señor Donoso Vergara.—Hace indicación para q u e se discuta en las sesiones n o c t u n a s los siguientes p r o y e c tos: el q u e acuerda medallas de h o n o r a nuestro ejército del N o r t e , el q u e acuerda ciertos privilejios a la sociedad Camino de las Condes para hacer un c a m i n o carretero i u n ferrocarril al mineral de las Condes, el q u e crea c u a tro nuevas plazas de Jeneral, el q u e acuerda cierta cesión de terreno a la Municipalidad de la Laja, i el p r o y e c t o sobre vacunación. Después de u n lijero debate se acordó la discusión de estos p r o y e c t o s en el orden indicado. ORDEN

DEL

DÍA.

El señor Lastarria ( v i c e - P r e s i d e n t e ) . — V a m o s ahora a tratar del p r o y e c t o que c o n c e d e medallas d e h o n o r a los jefes i oficiales q u e mas se han distinguido en la p r e s e n te campaña. V a a darse lectura a los antecedentes. Se l e y ó el siguiente informe de la Comisión de Guerra: "Honorable Cámara: L a Comisión especial n o m b r a d a para informar sobre el p r o y e c t o de lei que tiene p o r o b j e t o c o n c e d e r medallas de h o n o r por los h e c h o s de armas de la guerra actual que mas h a n e m p e ñ a d o la gratitud nacional o q u e mas han realzado los méritos del ejército, de la escuadra i de la Guardia Nacional, tiene el h o n o r de esponer que c o n sidera d i g n o d e la aprobación vuestra ese p r o y e c t o , agregando c o m o p e n ú l t i m o inciso del artículo 1. ° el siguiente: " T e n d r á n d e r e c h o a las medallas los q u e se hayan e n contrado en los h e c h o s de armas q u e c o m p r e n d e el inciso

389

1. ° de este artículo, sirviendo c o m o capellanes o cirujanos del ejército o armada, de jefes de hospitales o c o m o empleados en nuestras ambulancias." Éste acuerdo de la Comisión ha prevalecido, a pesar de haberse manifestado en su seno la c o n v e n i e n c i a d e aplazar el p r o y e c t o i d e haberse indicado que c o n v e n d r í a , según algunos, hacerlo estensivo a otros hechos de armas, i s e g ú n otros, restrinjirlo. Cree también conveniente la Comisión, para salvar toda especie de dificultad en la votación, que ésta se d i v i da i sea particular para cada u n o de los siete h e c h o s d e armas que c o m p r e n d e el inciso 1. ° del artículo 1. ° . Santiago, J u n i o 15 de 1880.—Dositeo Erreízuriz.—J. N. Hartado.—Luis Alelunate. — José Clemente Fábres. —Julio Zegers." E n seguida se dio lectura al p r o y e c t o que sigue: (1). " H o n o r a b l e Cámara: E n la guerra que la R e p ú b l i c a se ha visto obligada a declarar a Bolivia i al Perú, para mantener la fe de los tratados i mantener el respeto que se debe a sus derechos, nuestra marina, nuestro ejército i nuestra Guardia N a cional movilizada han rivalizado n o b l e m e n t e en a b n e g a ción para ofrecer sus servicios, i en actos d e valor i de heroismo para enaltecer la h o n r a de la patria; se han disp u t a d o constantemente el puesto del peligro i han s o p o r t a d o mas que c o n resignación, con alegría, las privaciones i sufrimientos de una larga campaña h e c h a en su totalidad en ios mares i territorios enemigos. Los méritos contraidos por los servidores del país, d e fendiendo los fueros de su patria i los fueros de la j u s t i cias, están escritos en el corazón de todos los chilenos, i es p o r eso j u s t o que reciban la recompensa mas alta q u e nuestras instituciones c o n c e d e n a los grandes servicios prestados al país. R e c o n o c e m o s que a ese h o n o r son acreedores todos los q u e hasta hoi han formado bajo la bandera nacional; p e r o pendiente todavía la guerra i en vísperas quizá de n u e vos c o m b a t e s i batallas, seria prematuro otorgar una rec o m p e n s a de carácter jeneral p o r q u e n o alcanzaría a los numerosos ciudadanos que día a día se disputan el h o n o r de militar en la marina i en el ejército. Tal recompensa debe decretarse a la terminación de la guerra. E l l o n o obsta, sin embargo, para que nos apresuremos a hacer justicia, desde luego, a los que han c o n t r i b u i d o tan eficazmente al triunfo de la R e p ú b l i c a en los g l o r i o sos h e c h o s de armas que se llaman A n g a m o s , Pisagua, Dolores, Tarapacá, los Anjeles, T a c n a i Arica. N o incluimos entre estos nombres el de I q u i q u e , que es u n o de los mas gloriosos, porque ya ha sido recompesado; ni otros q u e con justicia recordará la historia, y a p o r q u e n o han tenido el brillo de las grandes victorias, ya p o r que n o teniéndolo, n o han alcanzado las proporciones d e importantes hechos de armas. Por estos motivos, tenemos el h o n o r de proponer el siguiente PROYECTO DE LEI:

" A r t . 1. ° Se c o n c e d e n medallas especiales a los j e n e rales i almirantes, jefes, oficiales, tropa i marinería del ejército c o m o de la armada q u e se han encontrado en los hechos de armas de A n g a m o s , Pisagua, Dolores, Tarapacá, los Anjeles, T a c n a i A r i c a i que hayan sobrevivido a ellos. Estas medallas serán de oro para los jefes i oficiales, i de plata para los individuos de tropa i marinería. Cada medalla llevará por lema el c o m b a t e o batalla a que se refiera i su fecha. La medalla por la batalla de Tacna se c o n c e d e también a la familia del difunto Ministro de la Guerra, señor d o n Rafael Sotomayor. A r t . 2. ° E l Presidente de la R e p ú b l i c a determinan?, (1) Este proyecto fué aprobado en jeneral en sesión de 12 de Junio de 1880.


390

G U E R R A DEL PACIFICO.

por decreto las dimensiones de cada u n a do las medallas espresadas. Los jefes de las fuerzas chilenas en los c o m b a t e s i b a tallas mencionadas, pasarán oportunamente al Presidente de la R e p ú b l i c a listas nominales i clasificadas de los i n dividuos a quienes corresponda esta gracia. A r t . 3 . ° Se autoriza al Presidente de la R e p ú b l i c a p a ra invertir hasta la suma d e 20,000 pesos para llevar a efecto esta lei. Santiago, Julio 10 d o 1800.— Luis Jordán.—Dositeo Errázwriz.—P. L. Cuadra.—Federico Errázuriz E.— Julio Zegers.—Eidojio Atiendes.—M. Novoa.—1). A. Elizondo." El señor Lastarria (vice-Presidente).—El p r o y e c t o está aprobado en jeneral. Entraremos a la discusión particular. V a a leerse el artículo 1. ° Se leyó. El señor Lastarria ( v i c e - P r e s i d e n t e ) . — E n discusión el artículo c o n el inciso q u e p r o p o n e la Comisión. Después d e algunas observaciones de los señores Tagle Arrate, Vial, Mackenna, d o n J u a n E , Errázuriz E c h á u r ren i D o n o s o Vergara, propuso el señor Walker Martínez, d o n Carlos, el siguiente contra-proyecto: " A r t . 1. ° S e c o n c e d e una medalla de h o n o r a los jefes, oficiales i soldados del ejército, i a los cirujanos, capellanes i empleados d e las ambulancias que hayan h e c h o la campaña del Perú i Bolivia que acaba d e terminar c o n la victoria de Arica. Art. 2. ° Se c o n c e d e la m i s m a medalla d e h o n o r a los jefes, oficiales d e guerra i mayores, marinería i tropa, i demás empleados d e la escuadra que hayan h e c h o la misma campaña. A r t . 3. ° T o d o s los individuos d e tropa i marinería que obtengan la medalla a q u e se refieren los artículos anteriores, tendrán derecho a u n a pensión fiscal d e un peso mensual. Art. 4. ° La medalla será de oro para los jefes, oficiales, capellanes, cirujanos, contadores, injenieros, jefes d e hospitales i ambulancias; i de plata para los individuos d e tropa, marinería i empleados inferiores de hospitales i ambulancias. Art. 5. ° E n la cinta tricolor d e que p e n d a la medalla usarán los agraciados tantos anillos o barras c o m o sean las acciones d e guerra en q u e se h a y a n e n c o n t r a d o i q u e , a j u i c i o del Congreso, merezcan conmemorarse. E l anillo o barra será del m i s m o metal de la medalla i llevará g r a bado el n o m b r e d e la acción a q u e se refiere. Art. 0. ° Las acciones d e guerra c u y o s nombres deben grabarse en los anillos o barras espresadas serán las siguientes: Pisagua, Dolores, Tacna, Arica, i Asgamos. A r t . 7. ° E l Presidente do la R e p ú b l i c a determinará las dimensiones i forma de la medalla que acuerda la presente lei, i queda autorizado para invertir la suma n e cesaria para su c u m p l i m e n t o . " Puesto en discusión el artículo 1. ° de este p r o y e c t o , conjuntamente c o n el artículo 1. ° del p r o y e c t o en d e bato, se declaró, a indicación del señor Letelier, d o n R i cardo, que, según la m e n t e d e esto ú l t i m o artículo, se c o m p r e n d í a n en él los marinos q u e hubieran t o m a d o parte en los combates de tierra, declaración q u e se a c o r d ó consignar en el acta. Después de algunas observaciones d e los señores E l i z o n d o i Montt, d o n Pedro, se aprobó, por 21 votos c o n tra 17, el artículo 1. ° del contra-proyecto del señor W a l k e r Martínez, d o n Carlos, q u e en adelante, se t o m ó c o m o base d e la discusión. Puesto en discusión el artículo 2. ° de d i c h o contraproyecto, propuso el señor Errázuriz Echáurren q u e se modificara su parte final, c a m b i a n d o las palabras q u e siguen a "Escuadra," por estas otras: " q u e se hayan e n contrado en alguna acción do guerra durante la misma campaña."

Habiéndose opuesto a esta modificación el m i s m o señor W a l k e r Martínez, se p u s o en votación el espresado artículo 2. ° c o n la modificación indicada, i fué dese c h a d o p o r 23 votos contra 13. Por asentimiento tácito d e la Sala, se dio, en seguida, por aprobado el referido artículo 2. ° sin modificación alguna, c o n la ' v o t a c i ó n anterior invertida, es decir, p o r 23 votos contra 13. Puesto en discusión el artículo 3. ° del p r o y e c t o en debate, el señor Letelier, clon R i c a r d o , p r o p u s o en su reemplazo este otro: "Para los efectos d e esta lei, se entenderá q u e h a n h e c h o la campaña solo los individuos d e mar o d e tierra q u e se hayan encontrado en alguna acción de guerra." Después d e algunas observaciones d e los señores D á v i la, M a c - I v e r , T o c o r n a l , d o n Ismael, W a l k e r Martínez, d o n Carlos, E l i z o n d o i Tagle Arrate, el artículo 3. ° p r o p u e s to p o r el señor Letelier fué aprobado p o r 26 votos contra

10.

Los artículos 4. ° i 5. ° del p r o y e c t o en discusión fueron en seguida aprobados sin debate i p o r asentimiento tácito d e la Sala. P r o p u s o , en seguida el señor N o v o a , d o n Manuel, para ser agregado después del artículo 6. ° , este otro: " L o s agraciados c o n las medallas a q u e se refiere esta lei, podrán usarlas en traje civil." Puesto en discusión el artículo 6. ° , p r o p u s o el señor Jordán q u e en la n ó m i n a d e las acciones de guerra allí enumeradas se agregaran las d e Tarapacá i los Anjeles. Se puso en discusión el artículo 6. ° . El señor Jordán.-—Veo, señor Vice-Presidente, q u e en ese artículo se designan algunas de las acciones de guerra por las cuales se podría llevar las cintas, barras, etc., pero n o t o q u e ahí n o están incluidas las acciones d e Tarapacá i los Anjeles. Y o n o había querido usar de la palabra porque creia que todos los señores diputados estaban unidos en el propósito patriótico d e despachar este p r o y e c t o casi sin discusión, interpretando el sentimiento u n á n i m e del país para premiar el valor i las victorias alcanzadas por n u e s tro ejército i escuadra, vencedores en tantos combates; valor n o solo para vencer al e n e m i g o , sino también para vencer el desierto. Pero veía c o n dolor q u e se levantaban voces para p r o testar. U n o s decían: ¿cómo es posible q u e v a y a m o s a ser pródigos en medallas? Otros recordaban q u e h e m o s d e j a d o a m u c h o s vencedores sin incluirlos; i otro señor D i p u t a d o se levantaba todavía para decir q u e n o se debía incluir a Tarapacá. Cuando esto h e oído, m e preguntaba si debería o n o hablar, i creia m e j o r guardar silencio, porque, c o m o digo, aguardaba q u e la H o n o r a b l e Cámara hubiera aprobado este p r o y e c t o casi sin discusión. Si h e m o s p r o d i g a d o las medallas, es porque cada una de esas batallas merece bien u n a buena medalla. Se ha d i c h o que esas batallas n o s o n históricas. ¡Vaya que son históricas! Se merecen u n a pajina brillante en la historia nacional. Cada una. d e esas batallas n o solo m e r e c e u n a medalla, sino un libro. ¡I venirnos a decir q u e n o i n c l u y a m o s a Tarapacá! Y o creo q u e esa acción d e guerra es la gloria mas grande d e nuestro ejército. I c o m o esa indicación la hacia el honorable señor D i p u t a d o p o r Rancagua, y o le preguntaría: ¿por q u é es tan glorioso nuestro desastre de Rancagua? Allí fuimos derrotados. El señor Yial.—Creo q u e n o es este el m o m e n t o oport u n o para entrar a discutir esa cuestión. El señor Jordán.—Su Señoría lo h i z o o p o r t u n o tray e n d o la cuestión del h e c h o d e armas d e Tarapacá, que es mas glorioso que nuestro desastre de Rancagua. Otro señor D i p u t a d o , q u e también nos increpaba la prodigalidad d e medallas, m e hacia recordar q u e hemos d a d o medallas en Chile p o r h e c h o s d e armas civiles o c u r -


CAPITULO

ridos en las calles de Santiago. I a mas de haberse d a d o en aquella é p o c a medallas p o r fusilar en las calles de Santiago, se decretaban grandes sueldos i recompensas que n o quiero recordar. ¿Podría compararse aquel h e c h o de armas c o n Tarapacá, en que nuestros soldados quedaron dueños del campo? ¿I n o sabemos lo que sucedió después q u e llegó otra c o l u m n a enemiga mas fuerte q u e la primera, i que aquellos soldados casi m o r i b u n d o s tuvieron que retirarse después de batirse heroicamente? ¡I así se alzan v o c e s en este recinto! Y o creia que solo en el Perú se habia d i c h o q u e Tarapacá n o era una gloria chilena, i por eso m e duele el alma c u a n d o v e o alzar la v o z contra aquellos héroes, q u e para m í son tan gloriosos c o m o los q u e perecieron en Tacna. Ramírez, m o r i b u n d o i a n i m a n d o todavia a sus soldados en aquel c o m b a t e , es uno de los hechos mas m e m o r a b l e s de la actual campaña. E n consecuencia, señor Presidente, y o h a g o indicación para q u e se i n c l u y a a los Anjeles i Tarapacá entre las designaciones que se han h e c h o de las acciones de guerra. E l señor Mac-Iver.—Yo siento, señor, n o aceptar la indicación, p o r q u e desearía que las barras se multiplicaran lo mas posible. Pero creo que las barras o b e d e c e n a una idea de premiar h e c h o s gloriosos i victoriosos, i sobre t o d o , d e premiar a los individuos q u e se han encontrado en los c o m b a t e s mas notables por sus consecuencias. D e aquí es, señor, c o m o decia m u i bien un señor D i p u t a d o , q u e n o h e m o s r e c o r d a d o a Calama ni a Camarones, ni otras acciones m u c h o mas importantes, c o m o A g u a Santa i Pajonales de Sama, en q u e h a n perecido m u c h o s enemigos. E s cierto q u e en ese c o m b a t e nuestros soldados han perecido a centenares; pero también es cierto que en A g u a Santa han muerto mas de 100 peruanos, i en el P a j o n a l de S a m a mas de 200, sin q u e estas acciones tengan u n a grande importancia. S o n meros incidentes de la c a m paña, i n o batallas decisivas, en q u e se haya h e c h o un gran gasto de heroísmo. L o m i s m o h a s u c e d i d o en la t o m a de Calama. E s verdad q u e para t o d o eso se necesitaba cierto valor; pero, ¿dónde está el heroísmo? E l c o m b a t e de los Anjeles se encuentra en el m i s m o caso. C o m o operación militar talvez h a sido lo mas notable de la campaña; pero c o m o acción de guerra, y o n o le encuentro nada de notable. L o mas notable que ha h a b i d o en los Anjeles fueron los m o v i m i e n t o s militares i la subida al cerro del Batallón Atacama. E s necesario, pues, q u e no exajeremos las cosas, que n o v a y a m o s a creer que t o d o lo que h e m o s h e c h o en la presente c a m p a ñ a h a sido heroico, i q u e n o ha h a b i d o sino héroes. Y o quiero que a los valientes los llamemos valientes, i a los héroes héroes, p o r q u e , la verdad, señor, es q u e n o todos s o n héroes. E n c u a n t o al c o m b a t e de Tarapacá, es incurrir en una exajeracion p r o p o n e r una lei de r e c o m p e n s a s para los que en él estuvieron. I g n o r o si mis honorables colegas han leido los partes oficiales de aquel h e c h o de armas, p o r q u e , por mi parte, o b e d e c i e n d o a los datos i noticias que c o n o z c o , n o creo que h a y a sido mas glorioso que el sitio de Rancagua. Creo q u e seria falta de honradez n o confesar q u e allí sufrimos una derrota. ¿Cómo p u e d e n ignorar mis honorables colegas lo que allí pasó? N o quiero decir por esto que h a y a sido una derrota vergonzosa. D e n i n g u n a manera. H a sido un c o m bate en que se manifestó el valor de nuestras tropas, i nada mas. I si esta derrota h a sido afortunadamente una escepcion en el curso de la guerra, ¿por qué v a m o s a buscar esta e s c e p c i o n para recompensarla en una lei? L a única pajina q u e quisiera borrar de la historia de nuestra c a m p a ñ a seria la de Tarapacá.

QUINTO.

391

Investiguen los señores diputados c ó m o fueron n u e s tras tropas a Tarapacá, i verán que, si ésta fué una d e r r o ta comparable a l a de Rancagua, no fué tan gloriosa c o m o la de la Esmeralda. Por estas razones, rae o p o n g o c o n toda sinceridad, a u n que c o n sentimiento, a que se incluya el n o m b r e de T a rapacá, que para nosotros es una derrota. Varios señores Diputados.—¡I para nosotros una gloria m u i grande! El señor Mac-Iver.—Será según la apreciación de los señores diputados; pero n o según los partes oficiales. C o m o digo, este n o es u n h e c h o de armas de tanta i m portancia para consignarlo en la historia. El señor Machenna (don Juan E.)—Como tuve el h o n o r de manifestar a la Cámara en la primera hora de esta sesión, a m i j u i c i o , el c o m b a t e de Tarapacá es u n o de los mas gloriosos de la presente campaña. H e sostenido esta idea, i la sostengo ahora c o n tanta mas insistencia cuanto q u e acabo d e oír las opiniones d e s arrolladas por el señor D i p u t a d o . E n la vida, ya sea social o pública, o ya sea íntima, hai siempre d o s maneras de apreciar las cosas. A l g u n o s hai que adoran al D e b e r c o m o la aspiración principal de t o dos sus actos, i hai otros que adoran al dios É x i t o c o m o la aspiración m o m e n t á n e a que les satisface la conciencia. Por mi parte, n o estoi por el dios Éxito, i admiro a T a rapacá p o r q u e allí n o hubo mas que héroes, valor, gloria i sacrificio.—(Aplausos en algunos bancos.) El señor Mac-Iver.—¡Ojalá hubiera sido así! El señor Machenna,.—Su Señoría n o sabe lo que d i c e . . . ( M o v i m i e n t o en la sala. Varios señores diputados p r o testan.) E l señor Lastarria ( v i c e - P r e s i d e n t e ) . — P e r d o n e el señor D i p u t a d o ; desearía que hubiera mas calma i tranquilidad en este d e b a t e . . . El señor Errázuriz Echáurren.—No se p u e d e tener calma c u a n d o se alzan voces para deprimir las glorias de nuestro ejército en T a r a p a c á . . . El señor Lastarria (vice-Presidente).—Cualquiera que sea el j u i c i o q u e m e r e z c a a algunos señores diputados el c o m b a t e de Tarapacá, d e b e m o s conservar la tranquilidad de nuestros d e b a t e s . . . E l señor Mackenna (don Juan E). —Cada cual es d u e ño de apreciar ciertos hechos mas o m e n o s aislados de la campaña; pero en la apreciación de aquello que afecta a la honra del país i a la dignidad del ejército, es necesario que los diputados que se atreven a manifestar una opinión desfavorable, sepan medir sus palabras. El señor D i p u t a d o h a p o d i d o decir que, a su j u i c i o , esa espedicion fué mal consultada, mal dirijida, o mal llevada; pero que Su Señoría diga que una espedicion que se m a n d ó al degolladero, sin víveres i sin agua, i de la cual suc u m b i ó heroicamente la mitad, ha sido una acción de g u e r ra que debiera borrarse de las pajinas de nuestra historia, os a'go que, para decirlo, el D i p u t a d o debiera saber antes lo que d i c e . . . ( M o v i m i e n t o i confusión en algunos bancos. Varios señores diputados reclaman de estas p a labras)..., es una miseria! una infamia de Su Señoría!... El señor Lastarria ( v i c e - P r e s i d e n t e ) . — L l a m o al orden al señor Diputado de Valparaíso, i se suspende la sesión. (Grande exitacion en la Cámara, T o d o s los diputados abandonan sus asientos.) Después de algunos m o m e n t o s la sesión continúa. El señor Balmaceda (don J. M.)~ Pido la palabra... El señor Lastarria ( v i c e - P r e s i d e n t e ) . — P e r m í t a m e el señor D i p u t a d o . A n t e s que continúe la discusión, ruego a los señores diputados que se fijen en la gravedad que reviste la c u e s tión. Cada D i p u t a d o tiene el derecho de apreciar, en un terreno digno i elevado, las cuestiones relativas a la h o n r a nacional, sin que pueda restrinjírsele este derecho, y a calificando de falta de honradez a los que sostienen un m o do de ver c o m o lo ha h e c h o el H o n o r a b l e D i p u t a d o p o r Talca, o de infame la opinión contraria, c o m o lo h a h e c h o


392

GUERRADEL

el H o n o r a b l e D i p u t a d o p o r Valparaíso. Las apreciaciones q u e puedan hacerse sobre los asuntos relativos a la guerra i a las batallas q u e h a n tenido lugar, n o dan m o t i v o para los caliñcativos q u e se han dirijido recíprocamente los señores diputados. M e permito, por esto, llamar al orden a los señores d i putados en n o m b r e del respeto que todos d e b e m o s a la Cámara, a la d i g n i d a d d e l ejército i a la h o n r a nacional. ( ¡ M U Í bien! m u i bien! en algunos bancos.) P u e d e hacer uso d e la palabra el señor D i p u t a d o por Carelmapu. El señor Bcdmaceda.—Yo deploro c o m o el q u e mas el incidente q u e ha sobrevenido; i, sin entrar a apreciarlo, m e parece q u e basta, p o r el m o m e n t o , considerarlo c o m o u n o d e aquellos desvíos parlamentarios que n o nos h o n ran en manera alguna, i q u e en ningún caso pueden levantar el nivel moral del país ni de la Cámara. ¿ H a b r e m o s d e continuar discutiendo en el estado d e exacerbación en q u e nos encontramos a causa d e este lamentable incidente? ¿ N o seria mas propio i o p o r t u n o dejar este asunto para otra sesión, en q u e , vuelta la calma i la tranquilidad a los espíritus, p o d a m o s resolver este negocio c o n la serenidad q u e debe presidir a nuestras resoluciones? E n este sentido, rogaría al señor Presidente q u e levantara p o r ahora la sesión, para continuar tratando de este asunto otro día en q u e la atmósfera se encuentre en c o n diciones mas favorables para deliberar. E l señor W alicer Martínez (don Garlos).—Sise hace indicación para q u e se levante la sesión, y o m e opondré. E s ésta u n a d e aquellas ráfagas d e entusiasmo, talvez mal dirijido, q u e n o vale la pena de interrumpir la sesión. Creo q u e mas q u e otra cosa es éste u n o d e aquellos asuntos privados q u e deben arreglar privadamente los q u e en ellos intervienen. P e r o q u e la Cámara levante su sesión p o r q u e un D i p u tado dirije a otro palabras ofensivas, n ó , señor; y o m e o p o n d r é firmemente a q u e se apruebe semejante i n d i c a ción, p o r q u e la Cámara está mas arriba q u e la persona de los diputados. Creo q u e el señor Presidente h a c u m p l i d o perfectamente c o n su deber llamando al orden a los diputados q u e se han dirijido conceptos ofensivos o imprudentes. ¿Son d i o ses, acaso, el q u e dice esas palabras, o el q u e las recibe? L a patria está mas alta q u e estas pequeñas tormentas. Continuemos c o n la discusión de este p r o y e c t o en q u e está interesado el h o n o r d e nuestro ejército q u e ha derram a d o jenerosamente su sangre en los c a m p o s d e batalla. Seria indecoroso para la Cámara si levantara la sesión, a causa de semejantes rencillas. Mas alto está el h o n o r nacional q u e t o d o esto. Me permito, pues, o p o n e r m e a la indicación del señor Balmaceda, por esto, i porque v e o q u e la atmósfera está c o m p l e t a m e n t e despejada i p o d e m o s discutir tranquilamente.

PACIFICO.

el m i s m o asunto para la p r ó x i m a sesión n o c t u r n a , i c o n la palabra el m i s m o señor Mackenna. Eran las 11 P. M. SESIÓN

Presidencia

EN 2

D E AGOSTO

del señor

Lastarria,

DE

1880.

don

Demetrio.

Se abrió la sesión a las 8.20 P. M. i asistieron 36 s e ñ o res diputados. ACTA.

,

S e leyó i a p r o b ó la d e la sesión anterior. ORDEN

D E L DÍA.

El señor Jordán.—Dice q u e c u a n d o presentó el p r o y e c t o sobre premios al ejército, n o lo defendió p o r q u e n o creyó q u e se pudiese vacilar al honrar el h e r o í s m o d e nuestros soldados. L a discusión debe ponerse a la altura que exijen nuestra posición, nuestro patriotismo i nuestra imparcialidad. En cuanto a la batalla d e los Anjeles, es indiscutible que debe premiarse al Jeneral q u e c o n su habilidad i e s tratejia evitó la efusión d e raudales d e sangre. Respecto d e Tarapacá, se admira q u e se p u e d a siquiera discutir el heroísmo q u e nuestros soldados desplegaron en esa batalla sangrienta. H a i m i l ejemplos q u e atestig u a n e l o c u e n t e m e n t e q u e las naciones civilizadas saben premiar a los soldados q u e , a u n q u e v e n c i d o s , h a n sabido batirse c o n h o n o r i bravura. N o solo se debe premiar el éxito i la victoria. Es preciso dar laureles a los héroes, sean victoriosos o vencidos. Allí está la c a m p a ñ a d e Crimea, q u e los ingleses p r e miaron a pesar d e q u e se o b t u v i e r o n algunos reveses. E n Crimea los ingleses esperimentaron verdaderas derrotas; sin embargo, ese país, clásico en la gratitud nacional, dio medallas i cruces d e h o n o r . ¿Puede ahora dudarse d e l heroísmo d e nuestro ejército en Tarapacá? A l l í nuestra tropa l u c h ó c o n desesperación. Defendieron cada p a l m o d e terreno c o n valentía sin igual. L o s centinelas del ejército quedaron en sus puestos c o m o aquellos guardianes que el V e s u b i o sepultó bajo sus lavas i cenizas en Pompeya i H e r c u l a n o . Cercados p o r todas partes, agobiados p o r el h a m b r e i la sed, supieron dejar i n c ó l u m e el h o n o r de nuestra bandera. E l ejército d e Chile es u n m o d e l o d e resignación, de disciplina, d e orden, d e unión, d e levantamiento moral. Tarapacá es u n a v i c toria, victoria heroica, victoria que eleva m u i alto el lustre d e las armas chilenas. I n o solo pide q u e se agregue los Anjeles i Tarapacá, sino también Jermania i Pajonales d e Sama. H a c e i n d i cación en ese sentido. El señor Balmaceda (don José Manuel)-—Se ha p r o m o v i d o una discusión q u e interesa al j u i c i o d e la C á m a ra, i también al prestijio d e nuestras armas i a la historia. Si nuestras apreciaciones individuales i nuestro criterio Creo q u e el honorable señor M a c - I v e r n o h a tenido el tuviesen p o r límite el éxito d e la votación, habría entreá n i m o d e herir a nadie, ni d e ultrajar a la patria, p o r q u e g a d o el debate a sus propios azares; pero los lejisladores ¿qué chileno puede abrigar el propósito de amenguar el de u n p u e b l o hablan siempre en n o m b r e d e la razón p ú h o n o r nacional? i que si p r o n u n c i ó algunas palabras un blica, d e la verdad i del derecho, i entonces n o les es p o c o duras, n o ha tenido intención de herir a nadie. Cuan- lícito dejar correr las pasiones en el c a m i n o en q u e solo d o ha calificado de derrota el c o m b a t e d e Tarapacá, n o debe prevalecer la justicia. h a sido por ofender el h o n o r nacional, sino para manifesHablaré, señores, n o para dar aliento a los impulsos tar q u e ese h e c h o de armas n o merecía, a su j u i c i o , ser del patriotismo, a los arranques del alma o a las jenerosiinscrito en las medallas. dades del chileno para c o n sus compatriotas en campaña; P o d e m o s , pues, continuar tranquilamente en discusión. hablaré para esclarecer los h e c h o s , para arrojarlos a la Después de algunas observaciones d e los señores T o balanza, i q u e su fiel se incline del lado d e la verdad sin cornal, d o n Ismael, J o r d á n , D o n o s o V e r g a r a i Gandari- sombras, i d e la razón sin exajeraciones.—(Mui bien, m u i llas, d o n Francisco, declaró el señor Mackenna, d o n Juan bien.) E., q u e c o n sus aludidas palabras n o habia tenido ánimo Es c o n d i c i ó n d e nuestra naturaleza, es casi u n a neceside hacer ofensa alguna personal al señor Mac-Iver, ni dad de nuestras debilidades, dejarnos arrastrar p o r las querido lastimar susceptibilidades d e ningún señor D i primeras impresiones: s o n ellas las q u e regularmente d e putado. ciden de nuestra suerte. I en v e r d a d q u e las primeras Con esto, se dio por terminado el incidente; i habiendo impresiones del sangriento e n c u e n t r o d e Tarapacá fueron llegado la hora, se levantó la sesión, q u e d a n d o en tabla sombrías.


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¿Tienen ellas valor para permanecer ante nosotros m i s mos i ante el m u n d o que nos c o n t e m p l a ? — Y a lo v e remos. S é a m e , entretanto, permitido ordenar mis ideas i decir dos palabras a propósito de la indicación q u e acaba de formular m i honorable amigo, el señor D i p u t a d o por L i nares. Entre las acciones de guerra que Su Señoría enumera, hai d o s que tienen t o d o mi asentimiento: la sorpresa de I q u i q u e en la n o c h e del 10 d e J u l i o d e 1879 i la batalla de los Anjeles. La n o c h e del 10 de Julio es una fecha m e m o r a b l e para nuestra historia marítima. El Huáscar, a favor del silencio i do las sombras, penetra en la rada de Iquique, aborda al Matías Cousiño i lo apresa, ciñiéndolo a su p o p a c o n sus anillos d e hierro. L a Magallanes, pequeña cañonera de madera c o n artillería i andar m u i inferior al Huáscar, se apercibe del siniestro i se lanza a la pelea. Se cruzan las balas i los golpes de espolón; las naves se acercan i se embisten, i a unos cuantos metros, c u e r p o a c u e r p o , la Magallanes escusa los golpes, r o m p e las cadenas de la nave apresada, i la liberta de las manos mismas del poderoso monitor. El e s t a m p i d o del c a ñ ó n atrae al Gochrane, delante del cual el Huáscar h u y e d e j a n d o a la Magallanes los trofeos de su valor. H u b o allí destreza, un alto sentimiento del deber, arroj o , perseverancia chilena, éxito completo. E n verdad, a bordo de la Magallanes habia jefes que encarnan v i v a mente el sentido moral d e la patria, h o m b r e s con alma épica i capaces de preservar sus destinos.—(Mui bien, m u i bien.) Después de la j o r n a d a de I q u i q u e en 21 de M a y o , n i n gún h e c h o de mar alcanza para el que habla las p r o p o r ciones q u e el d u e l o a q u e se lanzó la Magallanes en la rada de Iquique. E n A l i g a m o s el m i s m o Latorre destrozó a su adversario i apresó al Huáscar, pero allí Latorre d i rijia una n a v e p o d e r o s a , en mar llana, i alumbrada p o r el mediodía. E n I q u i q u e t o d o conspiraba en su daño, m e n o s el éxito, q u e supo arrancar a la superioridad de los elementos por la superioridad del valor i del espíritu.—(Mui bien, m u i bien.) Señores: sobre la medalla de h o n o r de nuestros marinos, debe existir una barrilla que c o n m e m o r e la sorpresa de I q u i q u e en la n o c h e del 10 de Julio.—(Jenerales m u e s tras d e asentimiento.) La batalla de los Anjeles merece nuestros recuerdos, se los d e b e m o s de una manera plena i completa. Es a q u e lla batalla ¡cosa singular! deslumbrada por su p r o p i o brillo. F u é tan inesperado i tan c o m p l e t o el triunfo, que nosotros mismos lo despreciamos. ¡Deplorables inconsecuencias d e nuestra frájil naturaleza! F r e c u e n t e m e n t e n o estimamos tanto lo que d e b e m o s al talento, a la estratéjia i al acierto, c u a n t o lo que d e b e m o s a los esfuerzos sangrientos, a los episodios dramáticos q u e hieren nuestra imajinacion o que c o n m u e v e n nuestros sentidos. Pero ¿somos nosotros, los representantes del pueblo, los que d e b e mos proceder c o n f o r m e a estas sensibles inclinaciones del espíritu vulgar? Otro d e b e ser, señores, nuestro c a m p o de acción, otro nuestro j u i c i o i nuestras justicias. Los Anjeles fué siempre considerado por los h o m b r e s de guerra c o m o una posición inespugnable. L o s guerreros de la I n d e p e n d e n c i a lo j u z g a r o n así, i lo aseguraron siempre como la llave q u e en el Perú d o m í n a l a s rejiones del Sur. Lo m i s m o crej'eron los militares peruanos q u e hicieron armas en las contiendas civiles. Castilla i Piérola lo entienderon así, i en la práctica p r o b a r o n c ó m o u n a r e d u c i da guarnición podía hacer frente a t o d o un ejército. Su altura en la montaña, sus naturales defensas a retaguardia, lo inaccesible de u n o de sus ñancos, i las gravísimas dificultades q u e hai que v e n c e r por el lado abordable, han f o r m a d o en el Perú la conciencia del h e c h o que afirmo. TOMO n i —

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QUINTO.

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Pero nuestros soldados están llamados a cambiar en la guerra los j u i c i o s aceptados por la historia, pues aquella fortaleza fué conquistada en una mañana de buen h u m o r i de fortuna. H u b o ostratéjia, plan bien c o m b i n a d o , ejecución firme i viril, e c o n o m í a de sangre, completa derrota del enemig o , éxito feliz i sin tacha. ¿I no merece este h e c h o d e armas un recuerdo especial? F u é el 2. ° de línea, ese famoso dos de línea q u e peleó hasta el sacrificio en Tarapacá i en Tacna, u n o de los r e j i m i e n t o s que contribuyeron al triunfo de aquella j o r n a da. F u é el A t a c a m a , señores, ese valiente grupo de c i u d a danos soldados, que en el rudo trabajo de las minas i de las montañas, adquirieron vigor i ajilidad para subir en m e d i o de las tinieblas, tomados de las m a n o s , a cada i n s tante espuestos a derrumbarse en el abismo, aquellos desfiladeros que el e n e m i g o a b a n d o n ó por creerlos inaccesibles al paso del h o m b r e , fué el AtaCama, repito, el q u e c o r o n ó la m o n t a ñ a al despuntar el dia, sorprendiendo a todos los guerreros allí reunidos i derramando fuego i p a v o r en los peruanos q u e n o sospechaban tamaña bizarría! — ( M u i bien, m u i bien.) ¿Cómo olvidar que el A t a c a m a recibió felicitaciones especiales del Gobierno i q u e a esas felicitaciones se asoció la admiración i la gratitud del país? El A t a c a m a ha prestado los mejores servicios en Pisagua, en Dolores i en Tacna. Es u n batallón q u e ha necesitado jenerarse en otros atácamenos, pues los primeros casi han desaparecido entre el p o l v o i la gloría d e los combates que h a n sostenido. N ó , señores, los Anjeles será reputado por los estranjeros i por nuestros enemigos c o m o u n a p r u e b a de valor i acierto q u e honra a nuestro ejército. H a g á m o s l e n o s otros el h o n o r que de seguro le otorgará la imparcialidad d e los neutrales.—(Mui bien, m u i bien, en m u c h o s bancos.) V a m o s , honorables colegas, a Tarapacá, v a m o s al c a m po de batalla, i allí, en presencia de los h e c h o s i de los resultados, dejemos hablar a la historia el lenguaje sereno d e la imparcialidad. Se han h e c h o apreciaciones diversas, se h a abierto a n cha huella a los sentimientos, a los deseos, a las esperanzas de los que hablan i j u z g a n después d e c o n o c i d o s t o dos los detalles que antes de la batalla n o se c o n o c í a n o n o se pudieron conocer. E n nuestras discusiones q u e d a n estampadas esas apreciaciones. Permítaseme entonces q u e en el lenguaje oficial de los representantes de mi patria q u e d e viva i perenne la espresion severa q u e la batalla de Tarapacá arranca a mi c o n v i c c i ó n i a mi conciencia. E n 19 de N o v i e m b r e de 1879, 5,000 chilenos resisten al ataque de 11,000 aliados. Después de un encuentro q u e n o t u v o las proporciones que era de esperar de tropas r e gulares que nos desbordaban p o r el n ú m e r o , los aliados se declaran en verdadera derrota en el c a m p o d e Dolores. El Jefe de Estado Mayor chileno e m p r e n d i ó una espedicion esplotadora hacia P o z o A l m o n t e , i el señor José Francisco Vergara hacia Tarapacá. La división del señor Vergara, fuerte de 400 a 500 h o m b r e s , se detiene en su travesía i avisa al Jeneral en Jefe que el e n e m i g o aun se conserva en Tarapacá c o n 1,500 hombres; pero c o n las perturbaciones consiguientes a la derrota sufrida en el E n c a ñ a d o . El Jeneral refuerza la división esploradora i la h a c e subir a 2,000 h o m b r e s de las tres armas, fuerza suficiente para atacar en t o d o caso a 1,500 peruanos, si se recuerda que eran 1,500 h o m b r e s recientemente derrotados. D e n t r o de estos h e c h o s , n o cabe cargo alguno ni a la previsión, ni a la prudencia, ni a la responsabilidad del Jeneral en Jefe. E n aquellas localidades, en el desierto, sin agua, con tan graves embarazos para el acarreo d e víveres i de municiones, i aun para la marcha del soldado, no es posible espedicionar con mas tropas q u e las n e cesarias. S e enviaron, pues, las que, atendiendo su o b j e t o , i en presencia de los datos recojidos, eran necesarias.


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GUERRA

DEL PACIFICO.

La víspera de la batalla de Tarapacá el coronel Arteaga, jefe de la espedicion, ordena su fuerza, la distribuye, i prescribe el plan de atacpie. Estábamos en error en cuanto al número cierto de las tropas peruanas acampadas en Tarapacá; pero no era p o sible tener datos mas precisos que los adquiridos, porque toda esploracion de vanguardia habria retardado la refriega al punto de que no llegase a tener lugar, o se h a bria encontrado en la imposibilidad de apreciar discrecionalmente la fuerzas enemigas, que ocupaban u n pueblo al cual n o habria podido penetrar, o c u y o s edificios c u brían a sus defensores sin poder, por lo tanto, estimar su número. Resuelta la marcha, el c o m a n d a n t e Santa Cruz debia cerrar al enemigo el camino de la escapada al N o r t e , el c o m a n d a n t e Ramírez debia cerrarle el paso al Sur i el coronel en jefe atacaría de frente, dejando a los cerros del Oriente cerrar la retaguardia. Operar en el desierto, en territorio e n e m i g o i sufriendo los obstáculos que la naturaleza opone frecuentemente a las mas hábiles combinaciones, es operar teniendo que librar una buena parte del éxito a Dios i a las circunstancias. El comandante Santa Cruz so estravió i llegó tarde al p u n t o de su destino. El coronel Arteaga i el comandante Ramírez se arremolinaron durante algunas horas envueltos por la c a m a n d u l e a , i llegan casi j u n t o s i sin alcanzar a ocupar sus puestos respectivos, por el repentino i brusc o ataque en que el c o m a n d a n t e Santa Cruz se encontró envuelto. Un arriero enemigo habia visto por sobre la cam a n c h a c a aposada en el valle, la marcha de los nuestros, i d a n d o aviso, fuimos sorprendidos en vez de p r o d u c i r la sorpresa. A n t e s de llegar a su destino el c o m a n d a n t e Santa Cruz ve al e n e m i g o en la quebrada, q u e desplega sus fuerzas, i se p r o d u j o en él un m o m e n t o fisiolójico de serias c o n s e cuencias, pero perfectamente esplicable. A u n q u e ese era el instante de j u g a r nuestra artillería, i de c o m p r o m e t e r ventajosamente la acción, prevaleció en el jefe p u n d o n o roso el c u m p l i m i e n t o estricto de la orden recibida, i s o portó el fuego i la muerte que el deber militar i m p o n e a los subalternos en las combinaciones del j e f e superior. A l ruido de las armas, nuestras tropas del centro i del Sur, corren, llegan estenuadas al frente del e n e m i g o , a p e c h o descubierto, i dejando 300 h o m b r e s tirados en el c a m i n o por la sed i el cansancio. La lucha se traba en c o n d i c i o n e s amenazadoras: éramos 1,700 contra 4,000 hombres parapetados en la ciudad, bien mantenidos, c o n municiones i recursos, c u a n d o los nuestros llegaban trasnochados, agobiados por la sed, vacilantes de fatiga, pero resueltos a morir. Después de peripecias innumerables, de ataques terribles, de encuentros sangrientos, nuestros bravos penetran en la ciudad, i a las 2 P. M. el e n e m i g o cede, i q u e d a m o s dueños del c a m p o . L a sed abrasaba a nuestros soldados, i bajaron a la q u e brada o se precipitaron al arroyo para apagar el fuego de los labios i resucitar a la vida del combate. U n a voz siniestra se esparce por el c a m p o cubierto de cadáveres i sangre, c u a n d o aun n o apagaban su sed: ¡el enemigo! ¡el e n e m i g o so presenta de n u e v o al c o m b a t e ! se esclama p o r todas partos. H o m b r o s h u b o , a quienes el poder de la naturaleza s u b y u g ó , sufriendo las balas i la muerte sin separar los labios de la fuente. D o s mil hombres de refuerzo, que regresaron del c a m i n o e m p r e n d i d o hacia Arica, se presentaban en doble línea, h a c i e n d o descargas aterradoras. Desde ese m o m e n t o la pelea fué un duelo a muerte. Se batalló por compañías, por grupos, por pelotones, cuerpo a cuerpo, todo el resto del dia. A l desaparecer el sol de aquella rejion terrible, la sed nos devoraba i nos postraba; no habia víveres, habíamos quemado hasta el último c a r t u c h o , i h u b i m o s de e m p r e n der una retirada que la falta c o m p l e t a de todos los ele-

mentos de guerra nos imponía c o m o necesidad dolorosa pero inevitable. ¿ H u b o derrota en aquel encuentro en que 2,000 m u e r tos i heridos daban al c a m p o un aspecto singularmente trájico? Veamos. Nuestros soldados, nuestras tropas, se retiraron al p r i n cipiar la n o c h e , i nuestros enemigos se retiraron igualmente. A l dia siguiente no estábamos nosotros en el c a m po, pero antes de amanecer el e n e m i g o habia a b a n d o n a d o a Tarapacá. Ellos nos hicieron d e 800 a 900 bajas entre muertos i heridos, i nosotros les h i c i m o s mas de 1,200. Nosotros nos retiramos c o n la m a y o r parte de nuestros heridos, i ellos dejaron en nuestro poder todas sus a m b u lancias i todos sus heridos. Ellos nos hicieron unos p o c o s prisioneros, i nosotros les h i c i m o s m a y o r n ú m e r o , entre los cuales habia jefes i oficiales de distinción. Nosotros recuperarnos p r o n t a m e n t e el c a m p o de que nos retiramos, i ellos emprendieron una retirada en la que se desbandaron tropas i en q u e . perecieron mas de •500 hombres. Ellos n o conservaron el p u e b l o de T a r a p a c á sino el dia de la pelea, i nosotros q u e d a m o s dueños de t o d a la rica provincia de Tarapacá. Ellos pelearon parapetados en la ciudad, c o n 4,000 h o m b r e s bien provistos primero, i c o n 2,000 de refuerzo después; al paso que nosotros p e l e a m o s c o n solo 1,700 h o m b r e s al principio, sin agua, sin víveres, a p e c h o libre, soportando la fatiga, devorados por el n ú m e r o , la fiebre del insomnio, por todas las contrariedades i p o r las mas horribles pruebas. Ellos eran 6,000 i nosotros n o llegábamos a 2,000; mas si los peruanos tenían todas las ventajas i el n ú m e r o , nosotros nivelábamos las diferencias por la superioridad dei corazón, p o r la altivez del patriotism o , por la i n d o m a b l e enerjía de los defensores de la R e pública.— ( A p l a u s o s en los bancos de los diputados i en las galerías.) Es cierto q u e n o v e n c i m o s al e n e m i g o , pero también es cierto q u e n o sufrimos una derrota. Ellos mantuvieron su c a m p o hasta la n o c h e i se retiraron, i nosotros m a n t u vimos el nuestro hasta la m i s m a hora i nos retiramos. F u é aquella una sangrienta batalla, pero n o fué en el dia de la pelea una batalla decisiva; i al dia siguiente fué, por sus consecuencias, decisiva para nosotros por el c o m p l e t o d o m i n i o de la provincia de Tarapacá. Estos son los h e c h o s , esta la verdad, d e s n u d a d e toda apreciación i d e todo f a v o r . — ( M u í bien, m u í bien.) •Cuántos episodios jenerosos en aquel dia de imperecedero recuerdo! ¡Ah! señores, si en vez de escribir los hec h o s a grandes rasgos, los hiciese desfilar en detalle, acaso se despertaría j u n t o con nuestra gratitud toda la admiración que los buenos tributan a las grandes acciones. E v o c a r é algunos. Es j u s t o pagar algún h o m e n a j e a los h o m b r e s superiores. Ramírez a c o m e t e al e n e m i g o al frente d e su rejimiento. U n a bala le destroza u n brazo. B a ñ a d o en sangre, continúa m a n d a n d o , c o m o si el dolor n o aflijiera su espíritu, i c o m o si la sangre n o postrara sus fuerzas. H e r i d o nuevamente, cae de su caballo, mas n o cae de su enerjía, i continúa m a n d a n d o i c o n t i n ú a c o m b a t i e n d o . Arrastrado a un edificio, en q u e se h a c e fuerte con alg u n o s soldados, e x h o r t a a sus j e n t e s , les estimula al sacrificio, i a c o m p a ñ a d o de sus bravos i hasta de sus cantineras, perece en m e d i o d e llamas c u y o s resplandores alumbrarán para siempre aquella figura i n m o r t a l . — ( M u i bien, m u i bien.) El capitán Olivos, ese valiente q u e s u c u m b i ó en las trincheras de Tacna, c o m b a t i ó t o d o el dia, pierde su caballo, sus jefes subalternos, casi toda su c o m p a ñ í a , sobreviviendo c o m o un c a p r i c h o d e la fortuna en m e d i o del aniquilamiento de casi todos los suyos. El m a y o r Valdivieso cae herido; en dos palabras, envía el adiós de la muerte a su h o g a r desde el suelo en que


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yace; t o m a u n rifle i hace fuego al e n e m i g o , mientras los latidos del corazón dan vida a aquellas manos de acero. El capitán N e c o c h e a pelea herido c o m o si estuviera sano, hasta que le dejan por m u e r t o , con 14 heridas i derramándosele las entrañas en el polvo. ¡Cuántos niños desprendidos de las delicias del h o g a r cayeron en el c a m p o virilmente, c o m o veteranos del ejército, c o m o adalides del honor! ¡Cuántos soldados postrados de sed i de fatiga, y a c i e n d o en el suelo i sin fuerzas para ponerse de pié, perecieron h a c i e n d o fuego en m e d i o de la agonía! Entre m u c h o s otros, recuerdo u n h e c h o referido p o r persona del ejército q u e merece entera fe, que es preciso que sea c o n o c i d o de la Cámara i q u e mañana lo sea del país. E n Tacna recobramos el estandarte del 2. ° de línea, m e r c e d a la solicitud de nuestros dignos i ejemplares capellanes de ejército. Se llamó a los soldados que en T a rapacá formaban escolta del estandarte, para devolverles el sagrado pabellón. Pero, señores, n o h u b o a quién d e volverlo: los 25 h o m b r e s que formaban la escolta cayeron muertos o heridos en Tarapacá. El estandarte tenia siete heridas a bala i d o s de bayoneta, i solo cayó en poder de los peruanos c u a n d o s u c u m b i e r o n todos sus defensores.— (Aplausos. En algunos bancos: ¡eso es noble! ¡eso es grande!) ¿Son éstas las pajinas que se desearía arrancar de núes tra historia? Si el sacrificio de Prat i c o m p a ñ e r o s fijó a nuestros marinos el r u m b o del heroísmo, la pujanza, el i n d o m a b l e brio de Ramírez i sus compañeros, mostraron al ejército el c a m i n o de la g l o r i a . — ( M u i bien, m u i bien.) D e b o espresar en este instante el c o n v e n c i m i e n t o que en mi espíritu arraigó la batalla de Tarapacá, a saber: a b soluta confianza en la contienda. Puede matarse a nuestros soldados, puede abrasarse en llamas a nuestros jefes, puede aniquilarse a nuestro ejército, pero a los soldados de Chile n o se les vence ni se les derrota jamás. ( A p l a u sos.) N i la sana crítica ni la historia, encontrarán en Tarapacá los caracteres de guerra que constituyen una derrota; no c o n c u r r e n allí las condiciones de un ejército v e n c i d o ni t a m p o c o las de un ejército vencedor. ¿Qué frutos recojió el e n e m i g o de su supuesta victoria? Escapó a nuestro cerco por la superioridad del terreno i del n ú m e r o , pero solo escapó de nuestro sitio, sin recojer ventaja alguna que le permitiese permanecer en el terreno, ni siquiera por horas. La historia está llena de ejemplos de analojía, de tan estrecha relación i paridad, que e s c o j i e n d o al acaso alguno del siglo actual, encontraré en él i en la severidad de un gran historiador las palabras que d e b o aplicar a la b a talla de Tarapacá i a los que la j u z g a n por meras i m p r e siones. E n 1809 el gran capitán de este siglo e m p r e n d e guerra al Austria, llega de i m p r o v i s o a Viena, i acampa a orillas del D a n u b i o , q u e debo atravesar para resolver la c o n t i e n da en una batalla jeneral. E c h a al rio u n puente de barcos que lo cruza aprovec h a n d o de las ventajas que ofrecía la isla de Lobau, i p a san algunas tropas que sostienen durante el primer día una refriega considerable. A l siguiente logra N a p o l e ó n pasar 60,000 h o m b r e s , i principia la batalla contra 90,000 austríacos. Saint Hilaire sostiene bien la izquierda, Lannes avanza rápidamente en la derecha i envia parte al e m p e rador. Este se queda impasible i encerrado en un sentimiento glacial. £1 oficial que c o n d u c í a la feliz n u e v a n o se esplicaba aquella actitud. " V o l v e d a Lannes, esclama Napoleón, i decidle que se retire sin dar m u c h a intención al enemigo, q u e emplee sus bayonetas i que solo en casos estremos haga uso de sus m u n i c i o n e s ; el puente se ha cortado i n o t e n d r e m o s m u n i c i o n e s sino hasta las 10 del diu." Susjenerales habian manifestado este peligro al e m p e rador, pero en su impaciencia por alcanzar p r o n t o al e n e migo le h i z o forzar la fortuna que n o le a c o m p a ñ ó . Los deshielos p r o d u j e r o n una súbita crece en el D a n u b i o , los

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austríacos arrojaban a la corriente barcas en lastre, grandes árboles i molinos incendiados, que c h o c a n d o contra el puente del brazo m a y o r lo destrozaron, d e j a n d o a los franceses con el rio a la espalda i c o n d e n a d o s a pelear contra 90,000 b o m b i v s i contra 200 cañones, sin m u n i c i o nes, a la bayoneta i a cargas de caballería. La batalla de Essling fué de las mas sangrientas del siglo. El mariscal Saint Hilaire, j e f e de la izquierda, s u c u m b e , i el mariscal Lannes, j e f e de la derecha, muere por una bala de cañón. A p r o v e c h a n d o N a p o l e ó n del puente c h i c o se retira s: bre la isla de Lobau, d e j a n d o 16,000 franceses muertos o heridos en el c a m p o i también 24,000 austríacos. El ejército francés h i z o prodijios de valor, pero h u b o de retirarse i preparar para mas tarde la gran batalla d e Wagran. El Austria i la E u r o p a se c o n m o v i e r o n c o n aquella n o ticia, i en la primera hora, bajo la influencia de las primeras impresiones, se acordó la victoria al a r c h i d u q u e Carlos i la derrota a N a p o l e ó n . La reacción vino p r o n t o i el j u i c i o de la historia después. H é aquí las palabras d e Thiers: " R e c o n o c i ó s e N a p o l e ó n naturalmente mas fuerte que su adversario, puesto que habia perdido menos fuerzas i c o n aquella formidable prueba habia vigorizado de n u e v o el corazón d e la belicosa j u v e n t u d q u e mandaba; pero m o r a l m e n t e era mas débil, p o r q u e sus enemigos iban a exhalar la supuesta' derrota, que en realidad n o era sino victoria, p o r q u e el que sostiene una lid semejante c o n los puentes destruidos, en vigor vence." E n breve el Austria i la Europa preguntan por los r e sultados de la victoria del a r c h i d u q u e Carlos, i c o m o n o aparecieran, la opinión se desató contra el supuesto v e n c e d o r de la primera hora. El mismo Thiers lo defiende del j u i c i o apasionado de sus contemporáneos. V e a m o s sus palabras. " E l archiduque Carlos tan criticado desde entonces, c o n especialidad por sus compatriotas, p o r q u e es j e n e r a l m e n t e en la propia tierra d o n d e se encuentra la mas amarga censura, desplegó en esta batalla grande enerjía." Por último, el m i s m o Thiers, que no otorgó la victoria ni la derrota a n i n g u n o de los dos combatientes, porque al fin n o fué una batalla decisiva, c o n c l u y e h a c i e n d o j u s ticia a todos aquellos incomparables guerreros. Después de tan espantosa lid, dice, i de esfuerzos tan heroicos, es preciso saber admirar el valor i enmudecer, cualquiera que haya sido el resultado, ante unos actos de enerjía que rara vez han igualado los hombres." Señores: si se recuerda que el e n e m i g o n o sacó para la guerra ninguna ventaja en la batalla de Tarapacá, que peleamos a p e c h o descubierto contra triple n ú m e r o de fuerzas, acosados por el hambre, la sed, el i n s o m n i o i el cansancio; que la c a m a n c h a c a frustró nuestro plan de ataque, que la casualidad hizo de un arriero un centinela de aviso para el enemigo, que q u e m a m o s hasta el último cart u c h o , que s u c u m b i e r o n la mitad de nuestros c o m b a t i e n tes, q u e se conjuraron contra Chile los enemigos i la n a turaleza, será preciso, después de tan espantosa lid i de esfuerzos tan heroicos, saber admirar el valor i e n m u d e c e r ante u n o s actos de enerjía que raras veces han igualado los h o m b r e s . — ( G r a n d e s aplausos en los bancos de los d i putados i en las galerías.) 1

¿Será posible que a tales combatientes les privemos recordar esta m e m o r a b l e jornada? U n a última consideración, i ella decidirá de seguro la medalla de h o n o r para los soldados de Tarapacá. El 2. ° de línea, los Zapadores, la Artillería, el Chacab u c o i la caballería que pelearon en Tarapacá, han pelead o también en Tacna. L a caballería que peleó en A g u a Santa combatió en Dolores, i la q u e c o m b a t i ó en Sama batalló en Tacna. Así, pues, todo nuestro ejército llevará una medalla, sobre la cual una barrilla de h o n o r c o n m e morará alguna acción de guerra. Mientras tanto habrá una escepcion, porque unos c u a n -


396

GUERRA DEL

tos guerreros llevarán una medalla vergonzante, sobre la cual n o se estampará n i n g u n a acción de guerra, i esos guerreros son los heridos de Tarapacá que aun n o se han recobrado i q u e p o r l o m i s m o n o se han e n c o n t r a d o en otras funciones do armas. N e c o c h c a i sus compañeros de cicatrices n o b l e m e n t e adquiridas en el c a m p o del honor, todos los que aun han q u e d a d o vivos derramaron su sangre por la patria, todos los q u e llevarán sobre las huellas cíe su fisonomía o sobre sus miembros mutilados las espresiones vivas de su h e roísmo i de su gloria, llevarán también sobre el pecho una medalla por la campaña, pero se guardarán de inscribir la acción de guerra que le da mérito a ella. Esto subleva el sentimiento do la justicia i debe levantar el espíritu i la c o n d u c t a de la Cámara.—(Mui bien, mu i bien, en m u c h o s bancos). Señores: la sorpresa de I q u i q u e en 10 de Julio, i Tarapacá, merecen recuerdos do honor. Q u e nosotros al recibir en m e d i o de las c o m o d i d a d e s q u e nos rodean los beneficios con que nuestros defensores nos honran al precio de grandes sacrificios, de su sangre o de su vida, seam o s verdaderos al apreciar los h e c h o s de la campaña, i j u s t o s al discernir las recompensas de la gratitud n a c i o n a l . — ( M u i bien, m u i bien, en m u c h o s bancos.) El señor Walker Martínez.—No niega el h e r o í s m o do nuestros soldados en las batallas de los Anjeles, A g u a Santa, Buenavista; pero cree que no deben prodigarse los premios. Es de opinión que se premien aquellos h e c h o s de grandes resultados. N o d u d a del mérito de los otros c o m b a t e s i es el primero en reconocer que nuestros soldados pelearon en esos combates c o n audacia i bizarría. Termina leyendo una carta del Jeneral Escala, en la q u e pondera en alto grado la batalla de Tarapacá i la cree digna de recompensa. Cerrado el debate se p u s o en v o t a c i ó n el artículo q u e dice: " A r t . 6. ° Las acciones de guerra c u y o s n o m b r e s deben grabarse en los anillos o barras espresadas serán las siguientes: Pisacjuu, Dolores, Tacna, Arica i Angamos." Resultando aprobado tácitamente. Se puso en seguida en votación nominal si se incluía al artículo la batalla de Tarapacá, resultando 28 votos polla afirmativa i 7 por la negativa. V o t a r o n p o r la afirmativa los señores: Antúnez Allendes Balmaceda Barros L u c o B l a n c o Viel Calvo Cuadra Dávila D o n o s o Verga ra Errázuriz, Dositeo Errázuriz E., Federico Elizondo Gonzalez Julio García, Justo

Irarrazábal, José Miguel .Jordan Lastarria Lotelier, R i c a r d o M a c k e n n a , J u a n E. N o v o a , Manuel Rio-Seco Rosas Tagle Arrate Vergara A l b a n o V i d a l , Gabriel Valenzuola, Juan G. W a l k e r Martínez, C. Yávar

V o t a r o n p o r la negativa los señores: Echavarría Soto König T o c o r n a l , Ismael Mac-Ivcr Vial M o n t t , Pedro ( A p l a u s o s en las galerías.) Se puso en votación nominal si se agregaba el c o m b a te d é l o s Anjeles, resultando 31 votos por la afirmativa i 6 por la negativa. Votaron por la afirmativa los señores: Antúnez Jordan Allendes Balmaceda Barros L u c o

Lastarria Letelier, R i c a r d o Lira

PACIFICO.

Blanco Viel Calvo Cuadra Dávila D o n o s o Vergara Echavarría Errázuriz, Dositeo Errázuriz E., Federico Elizondo Gonzalez Julio García, J u s t o I r a m i z a val, J o s é Miguel

Mackenna, J u a n E. N o v o a , Manuel Rio-Seco Rosas Tagle Arrate Tocornal, Ismael Vergara A l b a n o Vicuña, A n j e l C. Vidal, Gabriel Valenzuela, Juan G. Yávar

V o t a r o n por la negativa los señores: König Soto Mac-Iver Vial Montt, P e d r o W a l k e r Martínez, Carlos Se puso en votación si se agregaba el c o m b a t e de los Pajonales de Sama, resultando 27 p o r la afirmativa i 9 por la negativa. Se puso en v o t a c i ó n si se agregaba el c o m b a t e de A g u a Santa, resultando 26 votos p o r la afirmativa i 10 por la negativa. Se p u s o en votación si se agregaba la Sorpresa de I q u i q u e del 10 d e J u l i o , resultando 3 2 v o t o s p o r la afirmativa i 4 por la negativa. El señor Errázuriz (Federico).—Retira la indicación que había propuesto, acerca de los q u e c o m b a t i e r o n en Tarapacá. El señor Jordan.—Acepta el retiro. El señor Balmaceda (J. M.) - P i d e q u e se inscriba en el acta el significado q u e se da a la lei: de que tengan d e recho a la medalla aun las reservas q u e han asistido al combate. A s í se acordó. Se puso en discusión el artículo siguiente del proyecto q u e pide q u e las medallas p u e d a n ser llevadas aun c o n traje civil. El señor Blanco Viel (Ventura).—Cree r e d u n d a n t e el artículo, p o r q u e está en la m e n t e del artículo 1. ° del p r o y e c t o la misma idea, así pedia su supresión. El señor Novoa (Manuel).—Dice q u e u n militar le d i j o que era indispensable que la lei prescribiera eso; p o r q u e un paisano n o p u e d e cargar insignias militares. Se p u s o en v o t a c i ó n si se suprimía o nó el artículo, resultando 5 v o t o s p o r la afirmativa i 23 p o r la negativa. Se puso en discusión el artículo 7. ° i ú l t i m o del proy e c t o , que dice: " A r t . 7. ° El Presidente de la R e p ú b l i c a determinará las dimensiones i forma de la medalla q u e acuerda la presente lei, i q u e d a autorizado para invertir la s u m a n e c e saria para su c u m p l i m i e n t o . " El señor Montt (Pedro).—Pide que se señale la cantidad, indicándose a p r o x i m a d a m e n t e . El señor Jordan.—Se o p o n e a que se señale la suma. Cerrado el debate, se puso en votación, resultando aprobado el artículo por 31 votos contra u n o . E l señor J o r d a n presentó, en seguida, u n c r o q u i s o d i b u j o de medallas, para que se incluyera entre los antecedentes de esta lei que debían remitirse al Presidente de la República. Con esto se dio p o r terminada la discusión del p r o y e c t o en debate, q u e q u e d ó a p r o b a d o en la forma siguiente: " A r t , 1. ° Se c o n c e d e una medalla de h o n o r a los j e fes, oficiales i soldados del ejército, i a los cirujanos, capellanes i empleados de las ambulancias q u e h a y a n h e c h o la campaña del Perú i Bolivia que acaba de terminar con la victoria de Arica. Art. 2. ° Se c o n c e d e la misma medalla d e h o n o r a los jefes, oficiales d e guerra i mayores, marinería i tropa, i demás empleados de la escuadra, que h a y a n h e c h o la misma campaña.


CAPITULO

A r t . 3. ° Para los efectos de esta lei, se entenderá que lian h e c h o la campaña solo los individuos de mar o de tierra, que se h a y a n encontrado en alguna acción de guerra, Art. 4. ° L a medalla será de oro para los jefes, oficiales, capellanes, cirujanos, contadores, injenieros, jefes de hospitales i ambulancias; i de plata para los individuos de tropa, marinería i empleados inferiores de hospitales i ambulancias. Art. 5. E n la cinta tricolor de que penda la medalla usarán los agraciados tantos anillos o barras c o m o sean las acciones de guerra en que se hayan e n c o n t r a d o i q u e , a j u i c i o del Congreso, merezcan conmemorarse. El anillo o barra será del m i s m o metal de la medalla i llevará grab a d o el n o m b r e de la acción a que se refiere. A r t . 6. ° Las acciones de guerra c u y o s nombres deben grabarse en los anillos o barras espresadas serán las siguientes: Pisagua, Dolores, T a c n a , Arica, A n g a m o s , T a rapacá, L o s Anjeles, Pajonales de Sama, A g u a Santa i Sorpresa de I q u i q u e de 10 de Julio de 1879. A r t . 7. ° El Presidente de la R e p ú b l i c a determinará las dimensiones i forma de la medalla que acuerda la presente lei i queda autorizado para invertir la s u m a n e cesaria para su c u m p l i m i e n t o . " c

CÁMARA

DE

SENADORES.

SESIÓN DEL 16 DE AGOSTO DE 1880. Presidencia

del señor

Reyes.

Se abrió la sesión 2.30 P. M., con asistencia de 20 senadores i de los señores Ministros de lo Interior, de J u s ticia, de H a c i e n d a i de Guerra. PROYECTO DE RECOMPENSAS. Se dio lectura al p r o y e c t o de lei de recompensas al ejército, remitido por la Cámara de Diputados. Se puso en discusión. F u é aprobado en jeneral p o r asentimiento tácito de la sala. El señor Martinez (don Marcial).—Propone a la C á m a ra que este p r o y e c t o pase a comisión. N o cree que sea de m u c h a urjencia para q u e el Senado p r o c e d a inmediatamente. Tiene también algunas faltas. Su Señoría es partidario d e que se c o n c e d a n medallas solamente por las acciones importantes, i barras i cintas por las demás. El señor Váleles Vijil (don Manuel).—Apoya la indicación del señor Martinez. E l señor Vicuña Mackenna (don Benjamín).—Siente que se haya pedido el aplazamiento de un proyecto tan importante c o m o éste, p o r q u e en realidad lo que se quiere es u n aplazamiento. L a opinión del país entero i el ejército p i d e n su pronta conclusión. Entrando a considerar los inconvenientes del p r o y e c t o , Su Señoría j u z g a que, por lo jeneral, está bien meditado; tiene algunos, pero son fáciles de enmendar. P o r estas razones se o p o n e a la indicación del señor Martinez. El señor Vergara (Ministro de la G u e r r a ) . — V o t a r á t a m bién contra la indicación. Es de parecer que se modifique el p r o y e c t o de la Cámara de Diputados, d a n d o solo una medalla por cada acción i dejarse de barras que n o son u n halago para el soldado. El señor Martinez (don Marcial).—Dice q u e el principal inconveniente del p r o y e c t o es la serie de discusiones a que da lugar. Espera, según lo que ha oído, que a h o ra n o suceda lo m i s m o i retira por eso su indicación. El señor Reyes ( v i c e - P r e s i d e n t e ) . — E n discusión e n tonces el artículo 1. ° . D i c e así: " A r t . 1. ° Se c o n c e d e una medalla de h o n o r a los jefes, oficiales i soldados del ejército i a los cirujanos, capellanes i empleados de las ambulancias que hayan h e c h o la

QUINTO.

397

campaña del Perú i L'olivia q u e acaba de terminar con la victoria do A r i c a . " E l señor Ihañez (don Adolfo).—Hace indicación para que solo se dé una medalla por cada acción sin dar barras. El señor Vicuña Mackenna (don Benjamín.)—Se opone a la indicación del señor Ihañez. Persiste en que se mantengan las barras que son de necesidad para q u e el soldado tenga un recuerdo permanente de las gloriosas batallas en q u e se ha e n c o n t r a d o . E l señor Ihañez (don Adolfo.)—Sostiene su indicación. El señor R,eyes (vice-Presidente.)—Pide que se quiten las últimas palabras, d i c i e n d o solo que Jiayan hecho la campaña del Perú i Bolivia hasta la toma de Tacna i Arica. Observa además que n u n c a se han dado tantos premios c o m o los que ahora se piden. Talvez convendría mas dar solo medalla por cada combate. E l señor Claro (don Lorenzo!)—Acepta las ideas del señor R e y e s , p o r q u e así se les da mas mérito. El señor Vergara (Ministro de la G u e r r a . ) — D i c e q u e para la tropa es m u i conveniente haya barras i cintas. Se cerró el debate. Se procedió a votar el artículo c o n la modificación i n troducida por el señor Reyes i fué aprobado por unanimidad. Se d e j ó para después la resolución sobre si se c o n c e dían medallas solo, o barras i cintas además. Se p u s o en discusión el artículo 2. ° , q u e d i c e así: " A r t . 2. ° Se c o n c e d o la misma medalla de h o n o r a los jefes, oficiales d e guerra i mayores, marinería i tropa, i demás empleados de la escuadra q u e h a y a n h e c h o la misma campaña." F u é aprobado por asentimiento tácito de la sala. Se puso en discusión el artículo 3. ° , q u e dice así: " A r t . 3. ° Para los efectos de esta lei se entenderá que han h e c h o la campaña solo los individuos de m a r o de tierra que se hayan e n c o n t r a d o en alguna acción de guerra." El señor Reyes (vice-Presidente.)—Pregunta si están c o m p r e n d i d o s los marinos que han sostenido largos b l o queos, a u n q u e no se h a n encontrado en batallas. E l señor Vicuña Mackenna (clon Benjamín.) —Me parece que nó, i creo que n o hai razón para concederles esta clase de premios. F u é también aprobado por unanimidad. Se leyó el artículo 4. ° , que dice así: " A r t . 4. ° L a medalla será d e oro para los jefes, oficiales, capellanes, cirujanos, contadores, injenieros, jefes de hospitales i ambulancias; i de plata para los individuos d e tropa, marinería i empleados inferiores de hospitales i ambulancias." El señor Ihañez (don Adolfo).—Pregunta si entrarán también las vivanderas en la tropa. El señor Vergara (Ministro de la Guerra).—Contesta que sí, pues hai algunas enroladas c o m o verdaderos soldados. F u é también aprobado por unanimidad. Se puso en discusión el artículo 5. ° , que dice así: " A r t . 5. ° E n la cinta tricolor de que p e n d a la medalla, usarán los agraciados tantos anillos o barras c o m o sean las acciones de guerra en que se hayan encontrado i que a j u i c i o del Congreso merezcan conmemorarse. El anillo o barra será del m i s m o metal de la medalla i llevará grabad o el n o m b r e de la acción a que se refiere." El señor Vergara (Ministro de la G u e r r a ) . — H a c e i n dicación para q u e se d é solo medalla a los soldados i clases por cada acción de guerra de las que se enumeran en la lei. El señor Vicuña, Mackenna, (don Benjamín).—Formula otra en el sentido de que los soldados usen cintas en lugar de barras i los oficiales cintas o barras a su elección. Se cerró el debate, i se procedió a votar el artículo. F u é aprobado por unanimidad. Se pasó en seguida a votar la modificación introducida


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GUERRA DEL

por el señor Yergara, Ministro de la Guerra, i fué desechada por 12 votos contra 9. Se puso en votación la del señor V i c u ñ a Mackenna i fué aprobada con un v o t o en contra. El señor Claro (don Lorenzo). • — Pide cpie se ponga un artículo, en el que se declare que si muere alguna de las ersonas agraciadas, se les entreguen sus premios a los erederos. El señor Vicuña Mackenna (don Benjamín).—Las medallas solo se dan a los sobrevivientes. N o puede hacerse lo que piensa el señor Claro. El señor Claro (don Lorenzo).—Retira su indicación. Se puso en discusión el artículo 6. ° , que dice así: " A r t . 6 ° las acciones de guerra CUJ'OS n o m b r e s deben grabarse en los anillos o barras espresadas, serán las siguientes: Pisagua, Dolores, Tacna, Arica, A n g a m o s , Tarapaca-, Los Anjeles, Pajonales de Sama, A g u a Santa i S o r presa de I q u i q u e de 10 de Julio do 1879." El señor Vicuña (don Claudio).—Pide que se incluya en esta nomenclatura la batalla de Calama, que fué d o n d e recibieron su bautismo de fuego nuestros soldados. Es de o p i nión que se premien también a los voluntarios que pelearon en ese encuentro. El señor Ibariez (don Adolfo). — Pide que se incluya el c o m b a t o entre el Huáscar i el Abtao de 28 de A g o s t o de 1879 en Antofagasta; el de 27 de Febrero del presente año en el ataque de A r i c a por el Cochrane i la Magallanes; por último el de 6 de J u n i o en ese m i s m o puerto. El señor Vicuña Mackenna (don Benjamín).—Acepta el que se incluya la batalla de Calama, por ser el primer encuentro con el e n e m i g o ; acepta asimismo que se m e n c i o n e el c o m b a t e de 28 do A g o s t o en Antofagasta i el de 27 de Febrero de Arica. E n cuanto al último que t u v o lugar en ese puerto cree que está c o m p r e n d i d o en el q u e se refiere a su o c u p a c i ó n por nuestras tropas. H a c e indicación para que se dé medalla por el c o m b a t e de Chiparía. Pasando a otra cosa, dice que n o hai razón para dar el n o m b r e de Dolores a la que es en realidad batalla de San Francisco. P i d e que se ponga este n o m b r e en el proyecto. El señor Vergara (Ministro de la G u e r r a ) . — A c e p t a la inclusión del c o m b a t e de 28 de A g o s t o de 1879 en A n t o fagasta, en cuanto se refiere a los combatientes del Abtao, q u e fué el mas espuesto de nuestros buques. E l señor Vicuña Mackenna (don Benjamín).—Pido q u e se agregue todavía el combate de 10 de J u n i o en la bahía del Callao, c u a n d o entró solo el Huáscar. Cerrado el debate, se votó primero si se incluía la batalla de Calama i se acordó que sí por 18 votos contra 1. Se acordó por unanimidad cambiar el n o m b r e de D o l o res por el de San Francisco. Se acordó que se incluyera el combate de Chiparía por 16 votos contra 3. Se pasó a votar si se incluía el c o m b a t e naval de 28 de A g o s t o , en Antofagasta, i se acordó que sí por todos los votos m e n o s uno. Después, si se c o m p r e n d í a el c o m b a t e de 27 de Febrero entre el Huáscar i la Magallanes c o n las fortalezas de Arica. Se acordó que sí por 17 votos contra 2. Se v o t ó si se incluia el c o m b a t e del Huáscar c o n las fortalezas del Callao, el 10 de Mayo del presente año, i j fué aprobado por la misma mayoría. ¡ Se puso en discusión el artículo 7. ° , que dice así: | " A r t . 7. ° El Presidente de la R e p ú b l i c a determinará las dimensiones i forma de la medalla que acuerda la presente leí, i queda autorizado para invertir la s u m a necesaria para su c u m p l i m i e n t o . " El señor Reges (více-Presidente). — H a c e indicación para que se agregue i "los colores de la cinta," después de medalla. ' Se aprobó con esta modificación. ] Se acordó remitir el p r o y e c t o a la otra Cámara sin esperar la aprobación del acta. Se levantó la sesión a las 5 P. M.

PACIFICO.

MEDALLAS A L EJÉRCITO I ARMADA.

Santiago Por cuanto el Congreso ción al siguiente

Setiembre

1. °

de

Nacional ha d a d o su

1880. aproba-

"PROYECTO D E LEÍ:

Art. 1. ° Se c o n c e d e una medalla de h o n o r a los jefes, oficiales i soldados del ejército, i a los cirujanos, capellanes i empleados de las ambulancias q u e h a y a n h e c h o la c a m p a ñ a del Perú i Eolivia hasta la victoria de Arica. A r t . 2. ° Se c o n c e d e la m i s m a medalla de h o n o r a los jefes, oficiales de guerra i mayores, marinería i tropa i demás empleados de la escuadra q u e hayan h e c h o la m i s ma campaña. A r t . 3. ° Para los efectos de esta leí, se entenderá q u e han h e c h o la campaña solo los i n d i v i d u o s de mar o de tierra que se hayan e n c o n t r a d o en alguna acción de guerra. Art. 4. ° L a medalla será de oro para los jefes, oficiales, capellanes, cirujanos, contadores, injenieros, jefes de h o s pitales i ambulancias; i de plata para los i n d i v i d u o s de tropa, marinería i empleados inferiores d e hospitales i ambulancias. Art. 5. ° E n la cinta tricolor de que p e n d a la medalla, usarán los agraciados tantos anillos o barras c o m o sean las acciones de guerra en que se h a y a n e n c o n t r a d o i q u e a j u i c i o del Congreso m e r e z c a n conmemorarse. El anillo o barra será del m i s m o metal de la medalla, i llevará grabado el n o m b r e de la acción a que se refiere. Los individuos de tropa usarán cintas en lugar de anillos o barras, i los jefes i oficiales cintas o barras, a su elección, por cada una d e las acciones d e guerra en q u e se hayan encontrado. A r t . 6. ° Las acciones de guerra c u y o s nombres d e b e n grabarse en los anillos o barras espresadas serán las siguientes: Pisagua, San Francisco, Tacna, A r i c a , A n g a m o s , Tarapacá, Los Anjeles, Pajonales de Sama, A g u a Santa, Sorpresa de I q u i q u e de 10 de Julio de 1879, Calama, C h i pana de 12 de Abril de 1879, c o m b a t e naval de A n t o f a gasta de 28 de A g o s t o de 1879, c o m b a t e del Huáscar i la Magallanes en A r i c a el 27 de Febrero de 1880 i entrada del Huáscar al interior de la bahía del Callao e n ' 10 d e M a y o de 1880. Art. 7. ° El Presidente de la R e p ú b l i c a determinará las dimensiones, forma de la medalla i el c o l o r de la cinta de que habla la presente lei, i queda autorizado para invertir la suma necesaria para su c u m p l i m i e n t o . " I por c u a n t o , o i d o el C o n s e j o d e Estado, h e tenido a bien aprobarlo i sancionarlo; por tanto, promulgúese i llévese a efecto c o m o lei de la Repiíblica. ANÍBAL

PINTO.

José F.

Vergara.

XIII. M a n i f e s t a c i ó n <le l o s j e f e s i o f i c i a l e s d e l e j é r c i t o a l o s señores diputados José Manuel Italmaccda, J u a n E, M a c k e n n a i Luis J o r d á n ; m e d a l l a obsequiada al c o m a n d a n t e l'ondell. MANIFESTACIÓN.

Señores:

Tacna,

Agosto

11 de

1880.

L a e l o c u e n t e palabra d e U d s . h a sabido triunfar en el c o m b a t e de la justicia contra las malas pasiones. A g r e g a n d o los combates de Tarapacá i Anjeles a la n o menclatura de los h e c h o s de armas q u e merecen ser premiadas, habéis conseguido un espléndido triunfo que significa para la patria el d e r e c h o de sus glorias, para los que h a n c o n s q u i t a d o una c u m p l i d a justicia, i para los señores diputados, sus defensores, grandeza de alma i esclarecida rectitud.


CAPITULO

R e c i b i d , señores, la sincera gratitud de vuestros atentos i seguros s e r v i d o r e s . — F r a n c i s c o Barceló, c o m a n d a n t e del R e j i m i e n t o de línea S a n t i a g o . — E . del Canto, c o m a n dante del 2 . ° de línea.—Gabriel A l a m o s , m a y o r del A t a c a m a . — M i g u e l Arrate L., m a y o r del 2 . ° de l í n e a . — L i sandro Orrego, m a y o r del S a n t i a g o . — A n a c l e t o V a l e n z u e la, capitán-ayudante del 2 . ° de línea.—Daniel B r i c e ñ o , capitán-ayudante del Santiago. — J . Martínez, c o m a n dante del A t a c a m a . — J . R. Vidaurre, c o m a n d a n t e de A r tillería d e M a r i n a . — M . Benavides, teniente c o r o n e l de Artillería de M a r i n a . — G u i l l e r m o Zilleruelo, m a y o r de A r tillería de Marina.—Belisario Zañartu, sarjento m a y o r del C h a c a b u c o . — ( S i g u e n mas de 3 0 0 firmas). A los señores diputados don José Manuel Balniaccda, don Juan E. Maekenna i don Luis Jordán.

QUINTO.

399

A c e p t a d l a j u n t a m e n t e c o n el v o t o q u e h a c e m o s p o r que el cariño de los que os rodean i el b e n i g n o clima d e Chile restablezcan vuestra salud para q u e bien p r o n t o p o dáis volver a d o n d e vuestro valor i las necesidades de la patria os reclaman. MANUEL MAUIA

ALDUNATR,

XIV. Decretos <lcl Gobierno de líolivia sobre organización de la Guardia Nacional, enajenación de los bienes nacionales, empréstito forzoso, etc. NARCISO

H e m o s recibido la nota de Uds., f e c h a d a en T a c n a el 11 del corriente, c o n la grata satisfacción q u e en la patria p r o d u c e la palabra i el r e c u e r d o de los q u e c o m b a t e n por ella. L o s términos de esa nota, n o obstante su b r e v e d a d , son la espresion jenerosa de la confraternidad que u n e a t o d o s los chilenos en el sentimiento del deber i en el amor a la j u s t i c i a pública. N o solo el Congreso, que h a sabido sor j u s t o , sino t a m bién la R e p ú b l i c a entera, están de pié, siguen vuestros pasos i os a c o m p a ñ a n c o n sus votos patrióticos, c o n su corazón. N o hai m í o ni t u y o c u a n d o la R e p ú b l i c a está en peligro i c u a n d o libra su suerte al h o n o r de sus soldados. V u e s tras glorias son nuestras glorias, i vuestras desdichas serán siempre nuestras desdichas, si c o m o Prat o c o m o R a mírez, sabéis h a c e r brotar del sacrificio la luz q u e alumbra la gloria i la libertad de Chile. S e d siempre d i g n o de vuestro glorioso pasado i de v u e s tros c o m p a ñ e r o s de sacrificios, que Chile, su opinion ilustrada i su Congreso, os harán la justicia que los p u e b l o s viriles saben realizar en sus h e r o i c o s hijos. C o n s u m a d la obra, señores, d a d n o s p o r la guerra la paz que p u d i m o s conservar p o r m e d i o de la paz, i habréis m e r e c i d o h o n o r i m p e r e c e d e r o i eterna gratitud. De

vosotros, compatriotas

i amigos.—JOSÉ MANUEL

M A C K E N N A . — L u i s JORDAN.

A los señores jefes i oficiales que suscriben la carta anterior.

MEDALLA

OBSEQUIADA

AL COMANDANTE

CONDELL.

NOTA CON QUE SE ACOMPAÑA EL OBSEQUIO.

Santiago,

CAMPERO,

PRESIDENTE CONSTITUCIONAL D E L A REPÚBLICA.

CONTESTACIÓN.

Señores:

B A L M A C E D A . — J U A N E.

secretario m u n i c i p a l i n t e -

r i n o . — G U I L L E R M O EIZAGUIRKE, tesorero m u n i c i p a l .

Agosto

7 de 1SS0.

Señor: E n los primeros dias de J u n i o del año último, c u a n d o Chile recibía los primeros detalles d e la inmortal e p o p e y a de I q u i q u e , la Municipalidad de Santiago a c o r d ó tributar h o n o r e s a los c o m a n d a n t e s de la Esmeralda i de la Govadonga que sobrevivieron en el c o m b a t e , i discernirles medallas c o n m e m o r a t i v a s de aquel gran día. E n vuestro ú l t i m o viaje a la capital fuisteis o b j e t o d e m u c h a s manifestaciones de parte del m u n i c i p i o i del p u e blo de S a n t i a g o ; p e r o n o fué posible entregaros la m e dalla p o r q u e el trabajo de ejecución entonces n o lo permitió. A h o r a q u e habéis v u e l t o al seno de la patria, ilustrado vuestro n o m b r e c o n nuevas glorias i postrado vuestro c u e r p o c o n las fatigas de la c a m p a ñ a , la M u n i c i p a l i d a d n o s envía a saludaros i a poner en vuestras m a n o s esta medalla que en indelebles caracteres trasmitirá a vuestra posteridad el recuerdo de vuestra gloria, u n i d o al de la gloria mas pura de la patria,

Considerando: Q u e para atender a la defensa nacional, según el d e s e n v o l v i m i e n t o de las operaciones de la guerra en q u e so halla c o m p r o m e t i d a la República, es indispensable q u e además del ejército activo, se organicen cuerpos c í v i c o s en los departamentos p r ó x i m o s a los lugares o c u p a d o s p o r fuerzas enemigas, decreto: Art. 1. ° T o d o s los bolivianos, desde edad de 1 8 hasta 5 0 años, están obligados a organizarse en cuerpos cívicos estraordin arios. Art. 2 . ° Se organizarán tres cuerpos en la capital d e este departamento, f o r m a d o el primero de los propietarios, comerciantes i empresarios de industria; el s e g u n d o de los empleados de justicia, de instrucción i otros ramos, i de los a b o g a d o s i estudiantes, i el tercero de los artesanos. Art. 3. ° En las capitales de los departamentos de Oruro i Potosí, se organizarán dos cuerpos: el p r i m e r o de los empleados, a b o g a d o s i estudiantes, i el s e g u n d o d e artesanos. Art. 4. ° En las capitales de provincias de los tres d e partamentos espresados, se organizará un solo c u e r p o c o m p u e s t o de todas las clases sociales. Art. 5 . ° L o s jefes serán elejidos por el G o b i e r n o a propuesta de los prefectos i sub-prefectos respectivos; i los oficiales p o r los prefectos de cada departamento. Art. G. ° El G o b i e r n o destinará a d i c h o s cuerpos los jefes instructores que fueren necesarios. x\rt. 7. ° Los prefectos de este d e p a r t a m e n t o i del de Oruro, los sub-prefectos de sus provincias, c o n v o c a r á n p o r bando el s e g u n d o d o m i n g o de A g o s t o p r ó x i m o , c o n señalamiento de lugar i hora, a los ciudadanos de su r e s p e c tiva localidad, para la formación de los cuerpos c í v i c o s . Esta convocatoria se hará en el d e p a r t a m e n t o de Potosí el tercer d o m i n g o del m e s espresado. Art. 8. ° U n a j u n t a c o m p u e s t a de los jefes n o m b r a d o s , presidida respectivamente por la autoridad política del departamento o de las provincias, dictará las demás m e didas de organización i las que correspondan al e q u i p o , ejercicios i a la penalidad con que deban correjirse las faltas de c o n c u r r e n c i a i disciplina. Art. 9. ° Q u e d a n esceptuados de este alistamiento los eclesiásticos i los empleados d o l o s ministerios de Estado, de la Prefectura, policía, correos i hospitales. Art. 1 0 . L o s ciudadanos que sin escusa legal o inhabilidad física dejaren de alistarse en el c u e r p o que les c o r responde, serán enrolados en el ejército de línea. Art. 1 1 . La piesente organización estraordinaria n o altera ni modifica la lei de conscripción-militar i las demás disposiciones que deben observarse para aumentar el n ú m e r o i completar la o r g a n i z a c i ó n del ejército activo. Art. 1 2 . Éstas disposiciones serán estensivas a los otros departamentos, si así lo demandaren las exijencias de la defensa nacional. El Ministro de G o b i e r n o q u e d a encargado de la e j e c u c i ó n i c u m p l i m i e n t o de este decreto.


GUERRA DEL PACIFICO.

400

D a d o en la ciudad d e La Paz, a los 2 8 dias del mes de Julio de 1 8 8 0 . NARCISO CAMPERO.

Refrendado.— Juan

C.

Carrillo.

NARCISO

CAMPERO,

PRESIDENTE CONSTITUCIONAL D E LA REPÚBLICA.

P o r c u a n t o la C o n v e n c i ó n Nacional, ha sancionado la siguiente lei: "TM Convención

Racional,

Decreta: 1 . ° S o autoriza al Poder Ejecutivo para hipotecar o vender los bienes nacionales. Art. 2 . ° Se autoriza igualmente a las municipalidades para hipotecar o vender sus bienes i los de instrucción p ú blica, d e acuerdo c o n el Gobierno, i al entregar el p r o d u c to para gastos de la guerra, en calidad de empréstito. Comuniqúese al P o d e r E j e c u t i v o para su ejecución i cumplimiento. Sala d e Sesiones, la Paz, a 2 de A g o s t o d e 1 8 8 0 . — R u DECINDO C A R V A J A L . — M A N U E L A G U I R R E . — N I C O L Á S A G O S -

TA, D i p u t a d o secretario." Por tanto m a n d o se c u m p l a i ejecute c o m o lei d e la República. Casa de g o b i e r n o en la Paz, a los 2 dias d e x\gosto de 1 8 8 0 . — N . CAMPERO.

El Ministro de Gobierno i Relaciones

Esteriores, J. C.

CARRILLO.

E l Ministro d e la Guerra, BELISARIO

El Ministro

SALINAS.

interino de H a c i e n d a , ELIODORO V I L L A -

ZON.

El Ministro

interino de Justicia, Culto e

Instrucción

P ú b l i c a , BELISARIO BOETO.

MINISTERIO D E HACIENDA.

La Paz Agosto,

¡27 de 1SS0.

Iltmo. Señor: El presente oficio, q u e m e cabe la honra de dirijirle, tiene por objeto invitar a V . S. I. al m u t u o acuerdo q u e d e m a n d a el c u m p l i m i e n t o d e los serios e ineludibles d e beres que la aflictiva situación financiera de la República, resultante del estado de guerra, i m p o n e a las dos potestades espiritual i temporal de la nación. Esos deberes, I l t m o . señor, son dos, a cual mas sagrado i premioso, a saber: sostener a t o d o trance el culto divino c o n el esplendor i decoro correspondientes; i atender al propio tiempo a los gastos estraordinarios q u e la calamidad d e la guerra n o s i m p o n e . T a n t o la C o n v e n c i ó n Nacional c o m o el Gobierno, cada uno en la esfera de sus respectivas atribuciones, tienen por ahora absorbida su atención en resolver el arduo p r o blema d e crear recursos para hacer frente a tan difícil i complicada situación. Entre los diversos medios q u e so escojitan i discuten así en el Parlamento c o m o en el Gabinete, para alcanzar el fin de dominar la crisis financiera del país, se presenta c o m o el mas eficaz i oportuno la enajenación de una parte d e las propiedades inmuebles del Estado, incluyéndose en ella lo mismo los edificios fiscales q u e los municipales i de instrucción pública, c o m o verá V . S. I. p o r la lei sancionada el 2 d e los corrientes que en copia legal tengo el h o n o r de incluirle. El Estado va a desprenderse d e sus mas indispensables edificios, c o m o los c o l e j i o s i escuelas de sus hijos, los cuarteles de su ejército, i aun de sus palacios de g o b i e r n o , sacrificio doloroso e inevitable impuesto p o r la patria en los dias d e la dura prueba a q u e la D i v i n a Providencia, en sus inescrutables designios, ha querido someterla.

Justo es, pues, q u e en tan graves conflictos, la Iglesia, por su parte, concurra también a la c o m ú n salvación, c o n el contingente d e algunos ligeros sacrificios q u e se halla en la posibilidad de hacer sin el mas p e q u e ñ o detrimento del culto divino, i sí mas bien en beneficio de ese m i s m o c u l t o , tan mal atendido p o r q u e participa d e las penurias del erario nacional, q u e n o p u e d e siquiera saldar las fuertes sumas q u e V . S. 1. i el c o r o metropolitano d e v e n g a n de sus lejítimas rentas. E n vista del malestar presente, i en previsión del futuro, q u e será peor, si n o se adoptan desde l u e g o las medidas tendentes a evitarlo, h e venido en someter, c o m o s o m e t o al ilustrado i recto criterio de V . S. I. la m e d i d a d e q u e se clausure el monasterio d e Santa M é n i c a d e esa c a pital; q u e , escepto el templo, se enajene en pública subasta el local del c o n v e n t o , igualmente q u e los predios rústicos i urbanos q u e posee; i q u e las sumas resultantes d e la venta se apliquen una mitad a los gastos del culto i beneficencia, en la forma q u e V . S. I. la indique, i la otra mitad a los gastos de la guerra. A u n q u e parece escusado insinuar las razones d e n e c e sidad i utilidad de esta m e d i d a , p o r q u e n o p u e d e n ellas ocultarse a la alta penetración d e V . S. I. n o será d e m a s que las apunte brevemente. S o n las siguientes: 1. L a clausura d e ese monasterio y a n o era mas q u e cuestión d e corto tiempo, porque carece de las c o n d i ciones esenciales d e conservación, siendo la principal la falta d e religiosas; puesto q u e apenas quedan d e seis a o c h o , n ú m e r o en estremo d i m i n u t o , que n o merece el estéril sacrificio d e que la nación pierda ese gran local i los fundos q u e le son anexos, en v e z d e utilizarlos arrancánd o l o s d e manos muertas, para q u e su e m p l e o r e p r o d u c t i vo, en manos industriosas, c o n t r i b u y a al a u m e n t o d e la riqueza pública. Esas relijiosas p u e d e n incorporarse en el monasterio de Santa Clara, u optar p o r su secularización, si así les place, debiendo, en u n o u otro caso, cuidar el Estado de asegurarles la subsistencia durante su vida. Sin duda, esta fué la razón en cuya virtud Su Santidad el R o m a n o P o n tífice Pió I X , d e grata memoria, autorizó a V . S. I. para clausurar d i c h o monasterio, y a en años anteriores. 2. E n circunstancias m e n o s premiosas q u e las actuales d e Bolívia, i para fines menos elevados q u e los q u e ella se propone, los gobiernos de los estados católicos d e E u r o p a i A m é r i c a h a n siempre recurrido a la enajenación de los bienes monacales, m á x i m e c u a n d o estos han sido superfinos e innecesarios c o m o en el caso q u e nos ocupa. Entre los m u c h o s ejemplos que podría citar i q u e e s cuso hacerlo, p o r q u e se hallan en la ilustrada conciencia V . S. I , solo m e permito recomendar a su atención el e d i ficante e j e m p l o q u e va d a n d o la potestad espiritual de nuestra hermana i aliada la R e p ú b l i c a del Perú, c o n m o tivo ele esta m i s m a guerra. El Iltmo. A r z o b i s p o d e L i m a , i sus obispos sufragáneos d e las demás diócesis, a insinuación suya, h a n escedido al poder político en el entusiasm o i noble desprendimiento q u e h a n desplegado para improvisar recursos para la defensa d e la patria, causa c o m ú n i solidaria, interés supremo q u e reasume en sí t o dos los grandes intereses espirituales i temporales, q u e constituyen la existencia moral i material de un Estado soberano. Los pastores d e la iglesia boliviana, su alto clero i los fieles que c o m p o n e n su grei, n o pueden, n o deben quedarse atrás en el c u m p l i m i e n t o d o tan sagrado deber, q u e d e c o n s u n o les i m p o n e la relijion, la patria, el h o n o r i la c i vilización. 3. P o r otra parte, los bienes ele c u y a enajenación se trata, n o son en manera alguna d e carácter sagrado, c o m o los destinados al esplendor d e los templos i las rentas de sus fábricas ( q u e n o es lícito tocar) sino m e r a m e n t e bienes temporales, a d j u d i c a d o s o legados, en t i e m p o d e abundancia i desahogo, para satisfacer las exijencias d e fervoroso misticismo entonces d o m i n a n t e . P o r c o n s i g u i e n rt

5 5

rt


CAPITULO

te, l a restricción d e esas v o c a c i o n e s monásticas q u e h a n decaido i c a d u c a d o p o r sí mismas, c o n el trascurso d e los tiempos, n o p u e d e n motivar e l m e n o r escrúpulo en las conciencias católicas m a s timoratas. N o d u d o q u e las razones q u e preceden pesarán en el ánimo d e l I l t m o . p r i m a d o d e la iglesia boliviana, a quien tengo la h o n r a d e dirijirme, en c u m p l i m i e n t o d o los i n e ludibles deberes q u e m e i m p o n e m i d o b l e carácter de J e fe d e Estado i patrono d e su iglesia nacional. Con sentimiento d e la m a s alta estima i p r o f u n d o respeto, t e n g o el h o n o r de suscribirme d e V . S. I. m u i atento i obsecuente servido.

Art. 3. ° L o s militares de la clase de tropa e n servicio activo, quedan e x i m i d o s del impuesto personal. Art. 4. ° Q u e d a n asimismo eximidas d e la capitación las mujeres. Art. 5. ° L a presente lei comenzará a rejir desde el 1. ° d e Enero d e 1881, declarándose obligatorio el p a g o de u n boliviano en el presente a ñ o , c o n f o r m e al decreto espedido p o r el E j e c u t i v o en 14 de A b r i l último. El E j e c u t i v o reglamentará i aplicará la presente lei. C o m u n i q ú e s e al P o d e r E j e c u t i v o para su e j e c u c i ó n i cumplimiento. Sala d e sesiones en L a Paz, a 12 de A g o s t o d e 1 8 8 0 . — RUDECINDO

N A R C I S O CAMPERO.

401

QUINTO.

CARVAJAL,

Presidente.—MANUEL

Eliodoro

Villazon.

A Su Señoría Utma. el Revdmo. Arzobispo de la Plata.

NARCISO

P o r tanto, l a p r o m u l g o para q u e se tenga i c u m p l a c o m o lei de la República. Casa d e G o b i e r n o en L a Paz, a 13 d e A g o s t o d e 1 8 8 0

CAMPERO,

N A R C I S O CAMPERO.

Eliodoro

PRESIDENTE CONSTITUCIONAL D E L A REPÚBLICA.

P o r c u a n t o la C o n v e n c i ó n guiente lei: "La

Convención

Nacional

Nacional

NARCISO

decreta:

C o m u n i q ú e s e al P o d e r E j e c u t i v o para su e j e c u c i ó n i cumplimiento. Sala de sesiones en L a Paz, a 27 d e A g o s t o d e 1880. LOAIZA

D i p u t a d o se-

P o r cuanto la C o n v e n c i ó n Nacional siguiente lei: "La

Convención

P o r tanto, m a n d o se c u m p l a i ejecute República.

N A R C I S O CAMPERO.

Eliodoro

Villazon,

Ministro interino de Hacienda.

CAMPERO,

PRESIDENTE CONSTITUCIONAL D E L A REPÚBLICA.

Por c u a n t o la C o n v e n c i ó n N a c i o n a l h a sancionado la siguiente lei: "La

Convención

Nacional

decreta:

Art. 1 . ° Se v o t a u n i m p u e s t o d e un b o l i v i a n o p o r s e mestre, q u e pagará t o d o boliviano o estranjero residente en el país q u e se halle en el ejercicio d e los derechos c i viles, q u e n o sea reputado indijente i solo cuente los 60 años d e e d a d . Art. 2. ° L o s i n d i v i d u o s q u e n o p a g u e n la c o n t r i b u ción personal, n o p u e d e n ejercer los d e r e c h o s políticos. TOMO n i — 5 1

decreta:

Sala de sesiones en L a Paz, a 17 de A g o s t o de 1 8 8 0 . — RUDECINDO

CARVAJAL,

P r e s i d e n t e . — N I C O L Á S AGOSTA,

D i p u t a d o secretario. — M A N U E L A G U I R R E , D i p u t a d o s e cretario." P o r tanto, la p r o m u l g o i m a n d o q u e se tenga i c u m pla c o m o lei de la R e p ú b l i c a . Casa de G o b i e r n o en L a Paz, a los 24 dias d e l m e s d e A g o s t o d e 1880. N A R C I S O CAMPERO.

. R e f r e n d a d o . — J u a n C.

Carrillo.

IV.

c o m o lei d e la

en L a Paz, a 3 1 d e A g o s t o d e 1880.

Nacional

h a s a n c i o n a d o la

A r t í c u l o único. E l E j e c u t i v o p r o m u l g a r á c o m o lei del Estado el Tratado d e paz c o n c l u i d o entre los plenipotenciarios d e Bolivia i España el 29 de A g o s t o de 1879, i cuyas ratificaciones se canjearon en Paris el 19 d e E n e ro del presente año. C o m u n i q ú e s e al P o d e r E j e c u t i v o para su e j e c u c i ó n i cumplimiento.

cretario.—T. CAMACHO, D i p u t a d o secretario."

NARCISO

CAMPERO,

PRESIDENTE CONSTITUCIONAL D E L A REPÚBLICA.

c

MARIANO BAPTISTA.—MELQUÍADES

Villazon,

Ministro interino de Hacienda.

h a d i c t a d o la s i -

Art. 1. S e autoriza al P o d e r E j e c u t i v o para emitir obligaciones d e l Estado p o r la suma d e 500,000 bolivianos, que se repartirán c o n el carácter de empréstito forzoso entre t o d o s los departamentos d e la República. Estas obligaciones ganarán el 10 p o r ciento d e interés. Art. 2. ° Las obligaciones emitidas en v i r t u d d e esta lei se recibirán en las oficinas fiscales en p a g o d e la c o n tribución sobre la renta creada p o r la lei d e 16 del m e s en curso i el impuesto sobre la estraccion d e la quina. Art. 3. ° E l G o b i e r n o Constitucional p o d r á hacer n u e vas emisiones p o r la cantidad que j u z g u e necesaria i en el t i e m p o q u e crea o p o r t u n o , señalando nuevas garantías. Art. 4. ° E l funcionario p ú b l i c o d e cualquiera clase que sea, q u e i m p i d a o eluda la aplicación d e los impuestos destinados a la amortización d e las obligaciones que d e ben emitirse c o n f o r m e a esta lei, será reputado reo d e d e fraudación q u e d a n d o reatados sus bienes i los de sus c ó m plices c o m o h i p o t e c a legal al pago d e las obligaciones n o amortizadas p o r c o n s e c u e n c i a de sus actos, sin q u e tal hipoteca p u e d a estinguirse p o r prescripción.

Casa d e G o b i e r n o

AGUIRRE,

D i p u t a d o secretario."

Programa

del Gobierno de Bolivia i alarma

entre las

tribus indíjenas: circular i notas cambiadas.

CIRCULAR, MINISTERIO D E GOBIERNO.

La Paz, Agosto

13 de 1880.

Señor: Bolivia, mas q u e en n i n g u n a e'poca d e su independencia, se halla h o i rodeada de serias dificultades que, c o m o eí fruto d e u n a política siempre incierta, deseslabonada i sin miras fijas, h a v e n i d o a c o m p l i c a r su situación al estremo de c o m p r o m e t e r sus d e r e c h o s i la integridad de su territorio. Continuar esa política que, o l v i d a n d o p o r c o m p l e t o la vida internacional i las verdaderas exijencias d e u n p u e b l o libre, h a c o n c e n t r a d o toda su a c c i ó n a la l u c h a d e partidos q u e enjendra la guerra civil, seria c o m p r o m e t e r n u e v a m e n t e el p o r v e n i r de la República, i mas q u e t o d o , d e s c o n o c e r los deberes q u e cada situación, c o m o la p r e sente, i m p o n e a l o s h o m b r e s q u e aceptan, c o n g r a v e responsabilidad, la dirección d e los n e g o c i o s públicos.


402

GUERRA DEL

T o m a n d o el Gobierno el pasado de la Repiiblica c o m o la severa lección que le traza el camino, se propone una nueva marcha de reorganización política, dirijida a sostener los derechos i la honra de la nación con previsión de su porvenir. Los pueblos que se levantan de en m e d i o de sus contrastes, son siempre dignos de respeto en la adversidad misma i de seguro engrandecimiento en sus o

o

futuros destinos. La sangre derramada en defensa de la nación, los sacrificios c o n s u m a d o s por el p u e b l o i el inescusable d e ber de renovarlos para el mantenimiento de la honra i de la independencia de Bolivia, i m p o n e n a los poderes del Estado una política eminentemente nacional, a la que d e ben concurrir todos los bolivianos, sin mas bandera que la que nos muestra el camino de la salvación de la patria. L a obra es grande i exije, en estos momentos de c o n flicto, el concurso de todas las fuerzas vivas de la nación i la voluntad firme i decidida con que ella debe adelantarse a cerrar la era de la guerra civil que, contrariando los verdaderos destinos de la República, ha preparado los contrastes que sufre en la actual guerra. A n i m a d o de estos propósitos, el G o b i e r n o somete al e x a m e n d e la C o n v e n c i ó n Nacional el p r o g r a m a político que, marcando su responsabilidad, debe guiarle en sus graves tareas; el voto unánime i la alta confianza de los representantes del pueblo, ha venido a ligar e s t r e c h a m e n te las aspiraciones patrióticas de los poderes del Estado, c o m o se i m p o n d r á Y . S. por el respetable oficio d e la C o n vención, q u e en c o p i a autorizada tengo la h o n r a de adjuntarle. A s i el Gobierno, llamado a ejercer el p o d e r c o m o el sacrificio impuesto a su patriotismo, fiel ejecutor de la lei i del pensamiento de la C o n v e n c i ó n Nacional, n o puede m e n o s que ser G o b i e r n o de opinión, c u y a fuerza moral descansa en la confianza del pueblo. A p o y a d o además en la santidad d e los d e r e c h o s q u e sostiene, i penetrado de que en las situaciones mas difíciles existen siempre el deber i la honra, c u m p l i r á c o n firmeza su ardua misión consagrando sus esfuerzos a la defenza nacional i al servicio de los grandes intereses de la Alianza perú-boliviana. Principia para la R e p ú b l i c a una nueva política n a c i o nal, en la que por la fuerza de los sucesos desaparecen los intereses de partido, siendo c o m ú n para todos los bolivianos el deber de concurrir a la salvación de la patria. El Gobierno, que toma sobre sí tan graves responsabilidades, impuestas por la situación i el voto de la C o n v e n ción Nacional encargada de la salvación p ú b l i c a , espera el c o n c u r s o del p u e b l o boliviano que, ante l a n u e v a p o l í tica emanada de sus lejítimos representantes, sentirá r e novarse el aliento con q u e debe sostener su honra i su independencia. Cuenta también con la activa colaboración del cuerpo oficial de ese departamento i la firmeza i d e c i sión con que las autoridades deben cumplir las p r e v e n c i o nes i órdenes que se les comunicaren. D i o s guarde a V S. J U A N C.

CARRILLO.

Al señor Prefecto del departamento de...

PACIFICO.

que, fuera de las sujestiones de personas mal i n t e n c i o n a das, contribuye a p r o d u c i r esa escitacion en los indios el c o m p o r t a m i e n t o de las mismas autoridades, quienes abusan de la sencillez i desvalimiento de aquéllos. A u n se asegura, U t m o . señor, que en algunos p u n t o s los señores párrocos han perdido el prestijio sobre sus feligreses por exijirles servicios personales i pago de crecidos derechos. El Gobierno, U t m o . señor, n o establece afirmación alg u n a al respecto; pero cree llevar sus delicados deberes recurriendo a los medios de cortar t o d o abuso d o n d e lo haya. E n esta virtud, el señor Presidente de la R e p ú b l i c a se insinúa con S. S. I. para que, e m p l e a n d o el celo que le distingue, quiera dirijirse al parroquiano de la diócesis p o r el m e d i o mas conveniente, r e c o m e n d á n d o l e el i m p o r tante deber de levantar de una lamentable e injusta postración a esa desgraciada raza indijenal, hablándole para ello c o n toda la u n c i ó n de su carácter, hasta hacerle c o m prender las perniciosas tendencias do sus instigadores, i emplear todo el ascendiente de su apostólica misión, a fin de restablecer la tranquilidad en el espíritu del sencillo i crédulo indio. Esperando una entusiasta acojida por parte de S. S. I. a este noble propósito, m e cabe la honra de repetirle mis respetuosas consideraciones c o m o su m u i obsecuente servidor, U t m o . señor. BELISARIO

BOETO.

A S. S. I, el Obispo de la diócesis.

Obispado

de La Paz,

Agosto

5 de

1880,

Señor: T e n g o el h o n o r de corresponder al respetable oficio que se h a servido V. S. dirijirme el dia de ayer para insinuarm e la conveniencia de q u e el parroquiano de la diócesis coopere al mantenimiento del orden p ú b l i c o en la raza indijenal, que se dice escitada para una rebelión por influencias chilenas. Séame permitido al respecto afirmar al S u p r e m o G o bierno dos casos: I. ° , que los párrocos de esta diócesis, prevenidos o p o r t u n a m e n t e , han c u m p l i d o i siguen c u m pliendo su deber de amonestar a los feligreses los principios de paz, orden i armonía, i que n i n g u n o de ellos me h a trasmitido ni un simple aviso siquiera respecto a la sublevación mencionada, que, a mi j u i c i o , es inverosímil; i 2. ° , que los síntomas de exasperación q u e a veces d e j a n traslucir los infelices indíjenas son ocasionados por el durísimo trato i exacciones permanentes q u e soportan de parte de los correjidores, a pesar de los fueros de la lei, ele la relijion i de la humanidad. A s u n t o es este, señor Ministro, que debiera llamar seriamente la atención d é l a C o n v e n c i ó n Nacional i del S u premo Gobierno. D e j a n d o así contestado su estimable oficio, m e p r o m e to seguir insistiendo c o n los párrocos, según el espíritu de aquél. Dios guarde a V. S., señor Ministro. J U A N DE DIOS, Obispo.

ALARMA

ICNTRE L A S T R I B U S

MINISTERIO D E JUSTICIA,

INDÍJENAS.

CULTO E INSTRUCCIÓN

La Paz, Agosto

AI señor Ministro de Estado en el despacho del Culto.

PÚBLICA.

A de

1S80.

U t m o . señor: Por repetidos avisos sabe el S u p r e m o G o b i e r n o que diariamente toma incremento el estado de alarma i ajitac i o n d e la raza indíjena en algunas provincias del d e p a r tamento, h e c h o que tiene en completa intranquilidad a los vecinos de esas localidades. Compleja es la causa do esos conatos de sublevación, c u y o .estallido seria de funestas consecuencias para el país i muí sensible, según datos suministrados al G o b i e r n o ,

XVI. D e c r e t o s d e IMérola s o b r e subsidios p a r a el ejército de reserva, administración de j u s t i c i a l monedas.

NICOLÁS DE

PIÉROLA,

JEFE SUPREMO D E L A REPÚBLICA I PROTECTOR DE LA

RAZA

INDÍJENA.

Considerando: 1. ° Q u e organizado el ejército de reserva de esta capital es indispensable proveerlo c u a n t o antes del unifor-


CAPITULO

m e i e q u i p o respectivo c o n arreglo a l o dispuesto en l o s supremos decretos d e 27 de J u n i o i 12 de Julio últimos; 2. ° Q u e n o permitiendo las actuales circunstancias del erario nacional hacer p o r el m o m e n t o el gasto q u e esto requiere, ni estando todos los ciudadanos inscritos en la reserva en c o n d i c i o n e s de p r o c e d e r p o r sí m i s m o s a equi­ parse, debe atenderse a esta exijencia d e l servicio p ú b l i c o por otros m e d i o s en lo q u e a éstos se refiere; 3. ° Q u e atendido el objeto d e l ejército d e reserva n o p u e d e n desconocerse los beneficios inmediatos q u e d e su existencia i m e j o r organización reportarán los propieta­ rios c u y o s d e r e c h o s e intereses está llamado a defender i a resguardar; 4. ° Q u e , p o r consiguiente,, es j u s t o q u e éstos c o n t r i b u ­ yan d e alguna manera a los gastos q u e d e m a n d a el equi­ po del ejército de reserva, Decreto: A r t . 1. ° Créase u n impuesto estraordinario, p o r u n a sola v e z , bajo la d e n o m i n a c i ó n d e " S u b s i d i o para el ejér­ cito d e reserva," q u e será a b o n a d o p o r los propietarios d e fundos urbanos d e L i m a , el Callao, Chorrillos, Barranco i Miraflores. Art. 2. ° Este impuesto se regulará i recaudará t o m a n ­ d o p o r base l a matrícula vijente d e a l u m b r a d o i serenaz­ go e n la p r o p o r c i ó n siguiente: 1. ° , sobre las propiedades que paguen p o r c o n t r i b u c i ó n d e a l u m b r a d o i serenazgo al m e s hasta 50 centavos, abonarán p o r razón d e este impuesto una c u o t a igual a la d e aquella en un año; 2. ° , sobre las q u e pagan d e 50 centavos a 1 sol, u n a cuota igual a l a d e 15 meses; 3 . ° , sobre las q u e pagan d e l sol hasta 1 sol 50 centavos, una cuota igual a la de 18 meses; 4. ° , sobre las q u e pagan d e 1 sol 50 centavos hasta 2 soles, u n a cantidad igual al i m p o r t e d e l a l u m ­ brado i serenazgo en 21 meses; i 5. ° , sobre las q u e pagan mas d e 2 soles una suma igual a la d e d o s años. A r t . 3. ° El percibo del espresado subsidio será h e c h o en el término g e d o s meses, pagándose e n cada u n o la mitad d e su i m p o r t e total. Art. 4. ° D i c h a c o n t r i b u c i ó n será pagada p o r el p r o p i e ­ tario. E n el caso de ser abonada p o r el c o n d u c t o r , el pro­ pietario q u e d a obligado a admitir los recibos d e ella c o m o dinero efectivo al cobrar el arrendamiento. Art. 5. ° E l Estado M a y o r del ejército d e reserva queda encargado d e recaudar esta contribución, p u d i e n d o , al efecto, nombrar el recaudador o recaudadores q u e estime necesarios, acordándoles u n premio d e c i n c o p o r ciento sobre el m o n t o d e la recaudación, q u e deberá principiar a hacerse efectiva en el improrogable término de 15 dias, sin admitir a los recaudadores quiebra alguna i c o n la calidad d e ser d e cuenta de éstos t o d o gasto. L o s recibos llevarán el sello del Estado M a y o r d e la reserva, quien conservará además los talones respectivos. Art. 6. ° E l rendimiento de esta contribución será e n ­ tregado p o r el recaudador a m e d i d a q u e se verifique su cobro en la S e c c i ó n d e Contabilidad del Estado M a y o r del ejército d e reserva a fin d e q u e ésta pueda atender c o n su p r o d u c t o a los contratos q u e se celebren c o n la aproba­ ción del G o b i e r n o , para el objeto a q u e es destinada, d e ­ biendo llevar d i c h a oficina una cuenta especial d e su i n ­ greso e inversión. A r t . 7. ° E l escedente d e la suma recaudada sobre lo que se invierta e n el e q u i p o , será ú n i c a i esclusivamen­ te aplicada a la c o n s e c u c i ó n d e elementos de guerra para el m i s m o ejército. Art. 8. °" Las personas q u e d e m o r e n el p a g o del i m ­ puesto creado p o r este decreto, sufrirán una multa d e 50 por ciento sobre la s u m a q u e debe entregar, sin perjuicio de la a c c i ó n c o a c t i v a establecida p o r las leyes. Art. 9. ° L o s secretarios de Estado en los despachos d e Guerra i H a c i e n d a quedan encargados del c u m p l i m i e n t o de este d e c r e t o . Dado

e n el palacio

d e G o b i e r n o e n L i m a , a los 5

dias d e l m e s d e A g o s t o d e 1 8 8 0 . — N I C O L Á S — M I G U E L IGLESIAS.—MANUEL A.

D E PIÉROLA.

BARINAGA.

403

QUINTO.

N I C O L Á S D E PIEPiOLA, JEFE

SUPREMO D E LA REPÚBLICA I PROTECTOR D E LA RAZA

1 N D ÍJ E N A .

Por convenir al m e j o r servicio d e la administración d e justicia militar, he v e n i d o e n decretar i decreto l o s i ­ guiente: A r t í c u l o único. E l Gobierno se r e s é r v a l a facultad d o confirmar, revocar o modificar e n última instancia i c o m o tribunal de apelación, las sentencias pronunciadas por los consejos d e guerra. D a d o en la casa d e Gobierno e n Lima, a los 6 dias del mes de A g o s t o de 1880. N I C O L Á S D E PIÉROLA.

Miguel

Iglesias.

NICOLÁS D E PIÉROLA, JEFE

SUPREMO D E LA REPÚBLICA I PROTECTOR D E LA RAZA

INDÍ J ENA.

T e n i e n d o e n consideración: 1. ° Q u e estando declarado m e d i o legal c h c u l a n t e el oro, la m o n e d a d e plata solo es ausiliar i destinada a los cambios por m e n o r ; hallándose en consecuencia estable­ cielo, en la propia lei d e moneda, q u e nadie estará obliga­ d o a recibir en m o n e d a de plata suma mayor d e 25 p e ­ setas; 2. ° Q u e n o habiéndose aun acuñado incas, n o es e x i ­ j i b l e p o r ahora el c u m p l i m i e n t o de las obligaciones en m o n e d a metálica q u e sean cubiertas e n aquélla i e n otra que la existente; Drecreto: Mientras no se entregue a la circulación por el Estado la m o n e d a nacional de oro, las obligaciones en m o n e d a metálica podrán ser íntegramente cubiertas e n m o n e d a d e plata, en la relación establecida p o r la lei, q u e d a n d o , en consecuencia, en suspenso p o r ahora la restricción legal por la q u e nadie está obligado a recibir mas d e 25 pesetas. El Secretario d e Estado en el despacho d e Ha c i e n d a i Comercio queda encargado d e l c u m p l i m i e n t o d e este decreto i d e hacerlo publicar i circular. D a d o en la casa d e G o b i e r n o en Lima, a los 28 dias del mes d e A g o s t o del a ñ o de 1 8 8 0 . NICOLÁS D E PIÉROLA.

Manuel

A.

Barinaga.

XVII. ¡Votas c a m b i a d a s e n t r e l o s j e f e s d e l a s a m b u l a n c i a s b o ­ l i v i a n a s i e l O b i s p o d e L a l*az; p r o t e s t a d e l J e n e r a l Camacho al Jeneral B a q u e d a n o referente a los h e ­ ridos de las ambulancias.

Tacna,

Agosto

6 ele 18S0.

IItmo. señor: A p r o v e c h a n d o el correo que hoi despacha a esa este c o ­ m e r c i o , tengo q u e comunicar а V. S. I. que, a pesar d e mis esfuerzos, n o es posible efectuar la movilización d e los heridos c o n la rapidez q u e y o i cada uno d e los m i e m ­ bros de esta ambulancia desea. N o siendo posible hallar arrieros, aun pagando los mas subidos precios, esperamos q u e el Jeneral B a q u e d a n o c u m p l a la promesa q u e n o s tiene h e c h a d e facilitarnos un trasporte para dirijirnos a Moliendo. Me propuse fletar u n vapor o contratar u n o d e los de la carrera, i no he p o d i d o lograrlo. Existiendo aun 215 heridos, los gastos de la a m b u l a n ­ cia, h e c h o s c o n l a d e b i d a e c o n o m í a , s o n demasiado creci­ dos i p o r esto m e e m p e ñ o en efectuar la traslación c u a n ­ to antes sea posible.


GUERRA DEL

404

El saldo en caja, c o n esta fecha, es aproximativamente de 3,700 soles, que apenas alcanzan a cubrir los gastos i el pago de empleados hasta fines del mes. Están, pues, c o m o V . S. I. lo ve, prestos a agotarse nuestros fondos. E n cuanto a las preguntas que V . S. I. m e dirijo sobre el c h á n c e l o de los sanitarios, he hablado c o n el señor D a lence i éste m e ha esplicado q u e , c o m o pertenecientes a una ambulancia militar, los sanitarios recibían su c h á n c e lo de la Comisaría de guerra, i que, p o r tanto, se hallan en las mismas condiciones del resto del ejército. Sin e m b a r go, el c h á n c e l o de J u n i o les fué p a g a d o p o r la caja de la ambulancia, c o m o lo ha sido el de Julio. E n estos últimos dias han m a r c h a d o prisioneros a Chile los jefes, oficiales e individuos de la lista adjunta. Sig u i e n d o las instrucciones que traia, los he ausiliado en la m e d i d a de nuestros recursos, c o m o lo verá V . S. I. en la misma lista. M e permito e n c a r e c e r á V . S . I. la necesidad de enviarnos prontos recursos, indispensables para llevar a cabo la movilización. T o m a n d o en cuenta los gastos que h a y a h e c h o la sección que fué p o r M o l i e n d o , puede V . S . I. e n viarnos los fondos necesarios, n o o l v i d a n d o que existen en ésta m u c h a s personas desvalidas, a quienes la a m b u lancia tendrá que repatriar. E l j i r o de 1,240 soles h e c h o por el círculo de c o m e r c i a n tes de C o c h a b a m b a , está i n c l u i d o en el saldo que he indic a d o mas arriba. Con sentimientos de consideración, tengo el h o n o r de suscribirme de V . S . I. c o m o su atento seguro servidor. — FEDERICO

G R A N I E R . — L . SALINAS

VEGA.

Al Iltmo. Obispo de La Paz don Juan de Dios Rosque.

Tacna,

Agosto

7 cíe 1S80.

Iltmo. Señor: E n mi nota de 29 de J u l i o anuncié a V . S. I. que h a bia remitido 1,000 soles para los gastos de la sección q u e va por M o l i e n d o , al señor García Mesa. H o i tengo q u e rectificar esa parte, pues, por circunstancias imprevistas, el señor García Mesa, que habia m a r c h a d o adelante para yreparar el c a m i n o , ha tenido que volver; de suerte que a sección m a r c h a a cargo del d o c t o r Moscoso. Este señor es, pues, quien d e b e rendir a V . S. I. cuenta de los 1,000 soles que y o entregué al señor Gregorio Palacios para los gastos del c a m i n o , c o n cargo de cuenta. T e n g o además el sentimiento de anunciar a V . S. I. el fallecimiento del Jeneral Claudio A c o s t a , acaecido el 2 del presente. Durante su larga i penosa enfermedad, el Jeneral A c o s ta h a sido atendido por esta ambulancia en una casa particular, i después de su muerte sepultado c o n t o d a d e cencia. El Jeneral B a q u e d a n o envié un batallón para q u e hiciese los honores fúnebres, i el personal de la a m bulancia c o n algunas otras personas, formó el a c o m p a ñ a miento.

Í

A c o m p a ñ o una lista de los fallecidos en esta a m b u l a n cia desde el 25 del pasado J u n i o . Con sentimientos de alta consideración, m e suscribo de V . S. I., atento i seguro s e r v i d o r . — F E D E R I C O G R A N I E R . — L. S A L I N A S

VEGA.

Al Iltmo. Obispo do la Paz don Juan de Dios Bosque, Presidente del Comité de Ambulancias.

OBISPADO D E L A P A Z I P R E S I D E N C I A D E L C O M I T É D E A M B U LANCIAS.

La Paz,

Agosto

17 ele 1880.

Señor: A c a b o de recibir las notas que m e h a dirijido U d . c o n fecha 6 i 7 del presente m e s , a d j u n t á n d o m e la razón de los prisioneros bolivianos trasportados a Chile i de los fallecidos desde el 24 de J u n i o pasado, c u y a p u b l i c a c i ó n

PACIFICO.

p o r la prensa satisfará los intereses de las familias respectivas. Espero q u e hasta la f e c h a habrá recibido U d . las letras q u e le remití, por 2,000 bolivianos, para el trasporte a esta ciudad de los 215 heridos nuestros q u e todavía q u e dan en esa ciudad. El honorable señor "Ministro D i p l o m á t i c o del Perú ha tenido la b o n d a d de asegurarme q u e nuestras a m b u l a n cias tendrán su trasporte espedito i gratuito, tanto en las vias férreas del Perú c o m o en la navegación del lago T i ticaca. Si a esta facilidad se agregase la del trasporte marítimo, mediante la caballerosidad del Jeneral B a q u e d a n o , tendríamos la c o m p l a c e n c i a de recibir repatriados a todos nuestros h e r m a n o s del ejército nacional, así c o m o a los recomendables caballeros que forman nuestras a m bulancias. El fallecimiento del ilustre Jeneral d o n Claudio A c o s t a , ha impresionado m u i penosamente a los individuos de este c o m i t é así c o m o n o p o d r á m e n o s d e impresionar a todos los bolivianos. Merece la aprobación del c o m i t é el o p o r t u n o socorro que ha prestado U d . a nuestros compatriotas, c o n d u c i d o s a Chile en calidad de prisioneros de guerra. El señor Gregorio Palacios, c o n t a d o r d e la 2. * sección de ambulancias, m e h a presentado su cuenta d o c u m e n t a da de los 1,024 bolivianos recibidos en esa c i u d a d para gastos de d i c h a sección. Para ordenar la glosa d e esas cuentas i su p u b l i c a c i ó n p o r la prensa, espero q u e m e sean remitidas todas las demás de ese jénero p o r los resp e c t i v o s tesoreros o depositarios, q u e directa e indirectam e n t e hubiesen administrado f o n d o s pertenecientes a ambulancias, que d e b e m o s reputar d o b l e m e n t e sagrados p o r su oríjen i por su destino. H a c i e n d o votos p o r el feliz término de las nobles tareas d e nuestras ambulancias, t e n g o el h o n o r d e repetirme atento seguro servidor. JUAN DE DIOS, Obispo. Al sefior Federico Granier, Sub-Director de las ambulancias del ejército boliviano. PRESIDENCIA DEL COMITÉ D E LAS AMBULANCIAS BOLIVIANAS.

Tacna, Agosto 16 ele 1880. I l t m o . señor: T e n g o la grata satisfacción de remitir a V . S. I. una sección de nuestros heridos, c o n el personal q u e va c o n signado en la lista adjunta. Invencibles han sido hasta este m o m e n t o los i n c o n v e nientes c o n los que h e m o s t r o p e z a d o para repatriarnos en totalidad. Q u e d a m o s todavía un buen n ú m e r o esperando el trasporte que nos c o n d u z c a por M o l i e n d o , pues, atentas las condiciones de los heridos restantes, difícil seria su traslación p o r el Tacora. F u e r a de los a m p u t a d o s , la m a y o r parte son fracturados i casi inhábiles para el viaje terrestre. C o n el personal q u e resta acá n o d e p e n d o sino d e la primera o p o r t u n i d a d para verificar c o n nuestros heridos la definitiva evacuación de T a c n a , d o n d e los recursos nos escasearían de c o m p l e t o si se prolongase el regreso. Para ese evento, c o n v e n d r í a que V S. I. ordenase p o n e r en la caja de las ambulancias, si es q u e hai colectados algunos socorros de la caridad del pueblo, t o d o s los recursos de los que p u e d a disponer para facilitar el desalojamiento de esta plaza, amenazada quizá p o r u n flajelo epidémico. A n t e s de terminar este oficio, m e c o m p l a z c o en decir a V . S. I. que el h o n o r a b l e g r u p o del Cuerpo de A m b u l a n cia de esa localidad, enviado en m o m e n t o s angustiosos para el destrozado ejército de la patria, h a c u m p l i d o satisfactoriamente su deber i lleva el c o n s u e l o d e haber sido útil en tan penosa tarea. Soi de V . S. L, c o n tan laudable diente i m u i respetuoso servidor. DR. A S. S. I. el Obispo de La Paz.

propósito, m u i ZENON DALENCE.

obe-


CAPITULO QUINTO.

PERSONAL D E LA

AMBULANCIA

QUE

MARCHA

POR

OBISPADO D E L A P A Z I P R E S I D E N C I A D E L C O M I T É D E A M B U LANCIA.

EL 'PACORA.

Cirujano D o c t o r N i c a n o r Iturralde. „ „ V i c e n t e López. „ „ Manuel E d u a r d o . „ „ J u a n Phillips. „ A d o l f o Palma. Capellán Presbítero Carlos A s í n . „ „ César Tapia. Contador R ó m u l o Soria Galvarro. F a r m a c é u t i c o Ildefonso Aliaga. C o m a n d a n t e de sanitarios Olegario Muñoz. Inspector de „ Juan F. Várela. „ de „ A n j e l P o v e d a (no va.) „ de cocina, señora Ignacia C e b a d o s . Practicantes cocineros Olegario Centellas. „ „ Manuel Luna. „ „ José Viscarra Calderón. „ R i c a r d o Coz. „ Benjamin Salgueiro. » „ ;, César Guerrero. „ „ Manuel Guerrero. „ „ J o r j e Molina (no va.) C o c i n e r o M a n u e l María Aguilar. „ N. N. M o z o de cirujano Carlos L ó p e z . „ de „ I n o c e n c i o Luna. „ de „ M á x i m o Solares. „ de „ C. N . N .

03

Sección.

Sarjento Gavino Camacho. „ Gregorio Alvarez. „ Mariano U r i o n a . „ F r a n c i s c o Torrico. „ R a i m u n d o Ramírez. Cabo Miguel A c e r o . „ Emeterio Carrasco. „ R a m ó n Zelaya. 2.

0 3

A l e j a n d r o Cañedo. J osé Oliden. Manuel Zurita José Fernandez. P e d r o Antezana. J u a n Salinas. Telésforo González. Manuel Vargas.

Cabo „ „ „ „ „ „

J u s t o Durandal. D o m i n g o Chavez. R o m u a l d o Solis. A p o l i n a r Vallejo. C a y e t a n o Mansilla. Pedro Flores. Manuel Medina.

3. ^

4. * Cabo

SO de

1880.

A l poner en c o n o c i m i e n t o del S u p r e m o G o b i e r n o , por ol digno órgano del señor Ministro de Relaciones E s t e riores, las copias adjuntas, c u m p l o c o n el deber q u e m e i m p o n e , a u n q u e en pequeña escala, la posición en que el v o t o de mis compatriotas m e ha constituido al encargarm e la Presidencia del Comité de A m b u l a n c i a s de esta ciudad, c u y a consagración al alivio de nuestros c o m p a triotas heridos en el c a m p o de batalla, m e congratulo d e ver que h a tenido i tiene m u í felices resultados. Si la fe pública tiene alguna significación entre las naciones civilizadas; si la lealtad a los pactos internacionales i m p o n e deberes ineludibles, m e persuado, señor, que el Gobierno de Bolivia n o mirará impasible la c o n d u c t a irregular observada por el Jeneral en Jefe del ejército chileno, c o n el ínclito Jeneral d o n Eleodoro C a m a c h o , c o n el Intendente de la A m b u l a n c i a boliviana d o n S e g u n d o Bascónos, con el teniente coronel d o n C l o d o m i r o Montes i otros jefes i oficiales del ejército boliviano; quienes aun sangrando sus gloriosas heridas, han sido reducidos a la triste c o n d i c i ó n de prisioneros de guerra, a pesar de h a llarse amparados por el pabellón de la Cruz R o j a que c o n sagraba su perpetua neutralidad, en virtud del artículo 6. ° del Convenio de Jinebra de 29 de A g o s t o de 1867, aceptad o solemnemente por el Gobierno de Chile en 28 de J u n i o d e 1870.

Al señor Ministro de Estado en el despacho de Relaciones Esteriores.

PRESIDENCIA DEL COMITÉ D E LAS A M B U L A N C I A S BOLIVIANAS.

Tacna,

Agosto

16 de

1880.

U t m o . señor. H e tenido varias notas escritas a V. S. I. sin poder darles dirección inmediata por falta de portador seguro. H o i a p r o v e c h o del viaje de nuestra sección de a m b u lancias, para enviar a V. S. L, c o n el presente oficio, las copias certificados de las notas cambiadas entre esta D i rección i el señor Jeneral B a q u e d a n o , c o n m o t i v o del i n justificable i vioiatorio ataque a las inmunidades que gozan los dependientes de las ambulancias, en la persona del intendente de ellas, teniente coronel S e g u n d o Basconés, enviado últimamente a Chile c o m o prisionero de guerra, después de haber m e d i a d o esplicaciones verbales i c o n v i n centes ante el j e f e militar de la plaza, relativas a la n e u tralización de ese e m p l e a d o con anterioridad a la batalla.

Sección.

Sección.

Bernabé Salazar. Eusebio Miranda. Faustino I n o j o s a . Manuel Gallardo. L e o n c i o Gutiérrez. Manuel Aguilar. Dionisio Saldoval. Manuel Montecinos.

Tacna, A g o s t o 15 de 1880. DR. ZENON

Agosto

JUAN DE DIOS, Obispo.

Sección.

Cabo „ „ „ „ „ „ „

La Paz, Señor Ministro.

L a sabiduría del G o b i e r n o nacional podrá escojitar, si lo tiene a bien, los medios mas c o n d u c e n t e s a la reclamación o protesta diplomática a q u e se prestan los h e c h o s denunciados, c u y a sumaria c o m p r o b a c i ó n c o m o base legal para aquélla, es fácil d e verificarse-en esta ciudad. C u m p l i e n d o así la resolución del Comité, que tengo el h o n o r de presidir, m e es grato ofrecer al señor Ministro de Relaciones Esteriores las consideraciones de atención i respeto, c o n q u e m e suscribo atento seguro servidor.

SANITARIOS.

1.

405

DALENCE.

C o m o protesta del m o m e n t o , i a consecuencia de otra medida igualmente violenta respecto a nuestros jefes i oficiales que, después de recojidos i asistidos por nuestras ambulancias, h a n sido remitidos al Sur en las mismas c o n diciones de prisioneros i sin estar definitivamente restablecidos, h e f o r m u l a d o ante el señor Sehie, delegado del Comité Central de Jinebra, la nota c u y a copia auténtica también va adjunta a este despacho, mientras el G o b i e r n o de nuestra patria entable sus jestiones correspondientes. Creo indispensable, U t m o . señor, que los h o m b r e s d e Estado que actualmente dirijen los destinos de Bolivia, en plena l u c h a c o n la R e p ú b l i c a de Chile, entablen d i p l o m á ticamente las reclamaciones necesarias sobre a m b o s inci-


GUERRA D E L PACIFICO.

406

clentes. ¿Podrá quedar legalizado el L e c h o de capturar en nuestras ambulancias militares, al intendente de ellas, después de comprobadas las pruebas de la neutralidad d e sus servicios?—¿Podrá quedar lejitimado el envió d e n u e s tros heridos, en calidad d e prisioneros de guerra, sorprendidos en su curación antes d e su total alivio, i después de que ellos fueron separados del c a m p o d e la acción p o r sus propias ambulancias, asistidos i amparados p o r ellas? A V. S. I. toca, c o m o el representante mas caracterizado de la Cruz R o j a en ese departamento, residencia oficial del Gobierno, dar la iniciativa sobre las negociaciones que deban hacerse en h o m e n a j e al espíritu h u m a n i tario de la C o n v e n c i ó n Internacional de Jinebra, a la q u e están adheridas las naciones belijerantes, q u e han desc u i d a d o pactar previamente los detalles d e ejecución. N o creo q u e sea tardío el solicitar un acuerdo referente al m o d o d e traducir a la práctica, en el porvenir, los filantrópicos principios del m e n c i o n a d o pacto. T e r m i n o , r e n o v a n d o a V . S. I. mis altas consideraciones d e respeto i mis fervientes votos p o r su prosperidad, repitiéndome atento i h u m i l d e servidor. D R . ZENON

DALENCE.

A S. S. I. el Obispo de La Paz.

PRESIDENCIA

DEL COMITÉ

D E AMBULANCIAS

Tacna,

Agosto

BOLIVIANAS.

2o de 1SS0.

I l t m o . Señor:

livianas, h a n sido, después de curados, declarados prisioneros d e guerra i trasportados, apenas convalecientes, a las prisiones de Chile. Esa nacion.señor Jeneral.se h a adscrito c o m o la mia, a la C o n v e n c i ó n d e Jinebra; i p r o c e d i e n d o c o m o h a p r o cedido c o n aquéllos, permítame decirlo, ha violado, a m i j u i c i o , los términos esplícitos de ella. A q u e l p a c t o solemne, celebrado c o n el laudable objeto de aminorar los horrores d e la guerra, aliviando la suerte de los heridos, a quienes declara neutrales desde q u e caen en esa desgracia, ha revestido a éstos i a los q u e los asisten, d e un carácter eminentemente sagrado. Tal es el e s píritu q u e se desprende d e todos i cada u n o d e sus artículos, que, d e lo contrario,nada significarían, desde q u e aun en los pueblos m e n o s civilizados, está y a a b r o g a d o el d e r e c h o d e los bárbaros, q u e ultimaban sin piedad a los heridos i prisioneros q u e caian en sus manos. ¿Acaso esa institución, habría solo servido para garantir la vida i n a da mas q u e la vida de éstos? Seria pues relajar ese elevado i filantrópico espíritu, el establecer la práctica de considerar c o m o prisioneros a los heridos que, recojidos p o r sus propias ambulancias, s o n hospitalizados p o r ellas i c u r a d o s i sanados a sus e s p e n sas. Cuando la C o n v e n c i ó n de 1864 habla d e heridos y a sanos, q u e " p u e d e n ser detenidos c o n d i c i o n a l m e n t e p o r el enemigo," se entiende q u e se refiere a los q u e éste atiende en sus hospitales, i d e n i n g u n a manera a los q u e son asistidos p o r los suyos propios. L o s términos d e su artículo 6. ° son terminantes al respecto. Solo la obligación s a tisfecha, d e hospitalizar al herido, d a al e n e m i g o el derec h o d e deliberar sobre la suerte d e éste, quien, en caso contrario, g o z a d e las inmunidades mas perfectas e i n v i o lables d e la neutralidad.

T e n g o el h o n o r de dar acuse de .recibo al estimable oficio de V . S. I., fecha 7 del presen te mes, en el q u e se sirve insinuarme la necesidad de q u e j e s t i o n e sobre la situación del Jeneral d o n E l e o d o r o Camacho, q u e de ningún m o d o uede ser considerado c o m o ' prisionero de guerra, después e haber sido recojido i asistido p o r su ambulancia n a c i o En E u r o p a , d o n d e los m e d i o s de trasporte son a b u n nal. E n mi anterior c o m u n i c a c i ó n he remitido a Y . S. I. dantes, fáciles i rápidos, i d o n d e cada ejército tiene s u copias de las notas de reclamación q u e dirijí sobre estos i n - ambulancia dentro de la periferia de su cuartel jeneral, cidentes de una manera jeneral, i ahora, antes d e e m p r e n - j a m á s poclriá ocurrir la anomalía q u e h o i se v e en T a c n a der la marcha, cumpliré gustosísimo c o n la particular i n - — el hospital de sangre del ejército v e n c i d o f u n c i o n a n d o dicación de V . S. I., haciendo valer sus j u s t o s i poderosos en el recinto del Cuartel Jeneral del ejército vencedor. E s razonamientos. ta irregularidad, q u e proviene d e la inmensa estension d e A n t e s d o concluir este oficio, debo decir también a nuestros ásperos i desiertos caminos, ha enjendrado e s Y . S. I. q u e n o s hallamos en víspera derealizar la última pontáneamente, la ha acatado i r e c o n o c i d o c o m o lei d e c o n d u c t a internacional, i q u e , la h u m a n i d a d agradecida, evacuación d e nuestros heridos i del personal i material de las ambulancias, p o r la vida d e Moliendo. Estamos la apellida la "Santa," la " A u g u s t a , " la " S u b l i m e . " pendientes del aviso del trasporte Santa Lucía, que de N o d u d o q u e reflexionando V. S. en lo espuesto, r e c a u n m o m e n t o para otro debe anclar en Arica. El señor bará de su G o b i e r n o la reparación de lo h e c h o hasta aquí, Eusebio Lillo, Jefe político e Intendente de este departa- o r d e n a n d o la repatriación d e los bolivianos estraidos d e m e n t o , nos lo haofrecido, después de que nuestros esfuerzos sus ambulancias, para ser deportados al Sur. se multiplicaron para conseguir un trasporto cualquiera Mas, si contra esta prevision, el Gobierno chileno se o b s aunque fuera un buque d e vela, pero, p o r desgracia, fue- tinase en su propósito; si prevalido d e su triunfo i d e su ron estériles todos nuestros pasos. Calculo q u e partire- fuerza, pospusiese la justicia i deber a sus intereses d e m o s dentro d e cuatro o seis dias i tengo la esperanza d e - conveniencia momentánea; si negase obediencia, en fin, a que V . S. I., eficazmente apoyado p o r el Gobierno, n o s la lei a q u e espontáneamente se subordinó, m e resignaré hará prestar los ausilios necesarios desde Chililaya. entonces al imperio de fuerza m a y o r , pero n o sin levantar M e repito c o n esta ocasión, d e Y . S. I., m u i atento i res- antes, en n o m b r e d e la lei, de m i patria i d e la h u m a n i dad toda, u n a palabra d e lejítima reclamación contra tan petuoso servidor. remarcable acto. D R . ZENON DALENCE.

S

A S. S. I. el Obispo de la Paz.

PROTESTA D E C A M A C H O

A L JENERAL

BAQUEDANO.

Con profundo respeto m e es grato ofrecer u n a v e z m a s mis consideraciones personales al señor Jeneral B a q u e d a no, de quien m e repito atento i seguro servidor. ELEODORO

AMBULANCIA BOLIVIANA.

CAMACHO.

A S. S. el Jeneral en Jefe del ejército chileno.

Tacna,

Agosto

25 de 1880.

Señor: C o m o C o m a n d a n t e en Jefe q u e fui del ejército bolivian o q u e en esta R e p ú b l i c a estuvo en campaña, tócame h a cer ante Y . S. una representación q u e la j u z g o d e m i indeclinable deber, i q u e p o r el estado d e m i salud omití formularla antes de ahora. Varios jefes i oficiales del estinguido ejército boliviano, q u e habiendo sido heridos en el c o m b a t e del 26 d e M a y o , fueron entonces rccojidos p o r las ambulancias b o -

XVIII, Recibimiento del B a t a l l ó n Valparaiso. ORDEN D E L D Í A .

Valparaiso,

Agosto

10 de 1880.

D e b i e n d o llegar el 11 del presente el trasporte Gopiapó c o n d u c i e n d o el Batallón Valparaiso i s u s heridos, i


CAPITULO

siendo j u s t o manifestar d e algún m o d o a los bravos sold a d o s d e ese cuerpo, a sus oficiales i jefes la admiración i gratitud q u e han sabido conquistarse c o n sus h e c h o s , d e a c u e r d o c o n la c o m a n d a n c i a jeneral de armas, decreto: 1. ° E l fuerte d e S a n A n t o n i o anunciará a la c i u d a d c o n tres cañonazos el m o m e n t o en q u e el Gopxa.pó está a la vista. E n el acto d e fondear se procederá al d e s e m b a r q u e d e los heridos, i se previene al c o m a n d a n t e de policía q u e iara ayudar a trasladarlos al hospital tenga en el m a l e econ, a la hora precisa, todos los soldados francos que hay a en el cuartel. T e r m i n a d o el desembarque d e los heridos se procederá a desembarcar el batallón, si es q u e esto p u e d e hacerse a las 4 P. M. a m a s tardar. Si p o r haber llegado el trasporte a u n a hora m u i avanzada del dia n o pudiese desembarcarse el batallón antes de la hora y a dicha, este acto se postergará hasta las 11 A . M. del jueves. 2. ° E n el acto de sentir los tres cañonazos q u e a n u n ciarán el arribo del trasporte, el c o m a n d a n t e d e l n u e v o R e j i m i e n t o Valparaiso d i s p o n d r á q u e se aliste la banda d e música i 100 h o m b r e s d e su rejimiento para dirijirse al m a l e c ó n en la h o r a i m o m e n t o en q u e se d é aviso pollino d e l o s ayudantes d e la C o m a n d a n c i a d e A r m a s .

Í

I g u a l cosa hará el c o m a n d a n t e del Batallón c í v i c o d e Artillería, teniendo listos para m a n d a r al m a l e c ó n , en el m o m e n t o d e recibir la orden, la banda d e música i 50 h o m b r e s vestidos d e parada al m a n d o d e un oficial. 3. ° E l desembarco se efectuará p o r la escala del m a l e c ó n q u e está frente a la C o m p a ñ í a Inglesa d e V a p o r e s , i efectuado q u e sea, la c o l u m n a se p o n d r á en m a r c h a en el orden siguiente: en primer lugar, la banda d e música i los 100 h o m b r e s del n u e v o R e j i m i e n t o movilizado Valparaiso, i a c o n t i n u a c i ó n el batallón q u e v u e l v e d e la campaña, sirviéndole de escolta la banda d e m ú s i c a i los 50 h o m b r e s d e Artillería cívica. L a c o l u m n a , al m a n d o del coronel d o n J a c i n t o N i ñ o , m a r c h a r á p o r el malecón hasta la altura d e la calle en q u e está el almacén d e R o s e Innes i p o r esa calle entrará a la plaza Rafael S o t o m a y o r , i se dirijirá al cuartel d e olicía p o r las calles de A r t u r o Prat, Esmeralda i S a n uan d e Dios. 4. ° E l I n t e n d e n t e d e la provincia i la Ilustre M u n i c i palidad presenciarán el desfile d e la columna desde las gradas de la estatua de C o c h r a n e , i en este p u n t o el c o ronel d o n Jacinto N i ñ o entregará al señor I n t e n d e n t e la bandera q u e recibió d e la Ilustre Municipalidad al partir para la c a m p a ñ a c o n el p e q u e ñ o pero glorioso Batallón

Í

Valparaiso.

5. ° Se invita a los vecinos d e las calles p o r d o n d e p a sará la c o l u m n a a q u e enarbolen, p o r ese m o m e n t o , el pabellón nacional. A n ó t e s e i publíquese. ALTAMIRANO.

G.

Duran,

Pro-Secretario.

LA

LLEGADA

D E L VALPARAÍSO.

(Crónica de EL MERCURIO de Agosto 12 de 1880.)

C o m o l o dijimos ayer, el Copiapó llegó m u i temprano; iero el d e s e m b a r c o del Valparaíso estaba a n u n c i a d o para as 1 1 , i la tropa t u v o q u e esperar esa hora. Mientras tanto el p u e b l o , q u e llenaba la esplanada, y a m e d i o llena c o n las c o m p a ñ í a s de los cuerpos civicos, mercaderías, carretones, c o c h e s , etc., esperaba c o n i m p a ciencia ver d e cerca a los valientes q u e volvían del teatro de la guerra. A l fin, c o m o a las 1 2 , se vio venir la flota d e lanchas remolcadas p o r el Jiimaquito i la lancha a vapor de d o n Pacífico Alvarez, en la q u e venia el c u e r p o d e oficiales, la banda d e m ú s i c a i el glorioso estandarte.

f

QUINTO.

407

A n t e s de llegar al malecón se d e t u v o la flota largo tiempo, esperando, sin duda, q u e le proporcionasen a la tropa los fusiles q u e habían i d o a buscarle al cuartel del n ú m e r o 2, p o r q u e los suyos t u v o q u e dejarlos en el Norte. Esta fué otra hora de espera, sin q u e p o r eso r e n u n c i a se el p ú b l i c o a recibir a los vencedores de Tacna. Al fin llegaron los fusiles i desembarcó el Valparaiso en m e d i o del c o n t e n t o jeneral, d e los vivas, felicitaciones, abrazos, apretones d e m a n o i otras tiernas d e m o s t r a c i o nes. L a m u l t i t u d los rodeaba al estremo de n o dejarlos casi m o v e r . L u e g o , armada i arreglada la tropa, se puso en m a r c h a c o n d i r e c c i ó n a la plaza d e la Intendencia, p r e c e d i d a p o r la c o m p a ñ í a del R e j i m i e n t o Valparaiso, escoltada p o r la del 2 c í v i c o d e Artillería i rodeada, estrechada m a s bien por la m u l t i t u d d e pueblo q u e habia a c u d i d o a recibirla. El coronel N i ñ o m a r c h a b a a la cabeza d e todas las fuerzas c o m o j e f e d e s i g n a d o para mandarlas. Llegadas a la plaza q u e y a estaba llena d e j e n t e , formó el Valparaiso en batalla d a n d o frente a la estatua del A L mirante Cochrane, a cuyo pié se hallaban el señor I n t e n dente, la Municipalidad i m u c h a s otras personas respetables q u e p r o r u m p i e r o n en vivas al ver acercarse el estandarte, q u e c o n nuevas glorias venia a entregarle el heroico batallón. El coronel N i ñ o , s u m a m e n t e c o n m o v i d o , hizo la entrega c o n sentidas palabras dirijidas a la Municipalidad. R e c i b i d o el estandarte p o r el señor Altamirano, c o n t e s t ó c o n el discurso q u e p u b l i c a m o s en seguida i q u e p r o d u j o t o d o el efecto q u e era d e esperar en tan solemnes m o m e n t o s i d e u n orador tan distinguido: " S e ñ o r c o r o n e ] , oficiales i soldados del heroico Valparaiso: R e c i b o c o n profunda alegría, c o n patriótico o r g u l l o esta bandera, e m b l e m a augusto de antiguas i recientes glorias. C u a n d o hace u n año la Ilustre M u n i c i p a l i d a d resolvió mandaros a los c a m p o s d e batalla a representar en ellos a este p u e b l o patriota i viril, os entregó, antes d e partir, este q u e era su mas precioso tesoro. A q u í , en este m i s m o sitio, jurasteis defenderlo i n o permitir q u e u n ultraje empañara su brillo mientras quedara en vuestras venas una g o t a d e sangre. U n año h a c o r r i d o i en este m o m e n t o os presentáis delante d e vuestros j u e c e s , i j u e c e s bien severos p o r cierto para fallar en causas de h e r o í s m o i d e h o n o r militar, p o r q u e son los j u e c e s q u e h a n fallado las causas d e A r turo Prat, d e Condell, d e Ramirez i d e los leones q u e en cincuenta minutos rindieron a Arica. Pues bien: vuestra sentencia está escrita en nuestros semblantes i su fórmula se espresa c o n estas palabras: ¡Señor coronel, señores oficiales i soldados del Valparaiso, habéis m e r e c i d o bien d e la patria! Pasarán los siglos i el recuerdo del episodio q u e os concierne en la gran batalla d e T a c n a n o se borrará j a m á s de la m e m o r i a d e los chilenos. El Valparaiso, desplegado en guerrilla, a 1 0 0 metros delante d e sus hermanos i resistiendo solo el e m p u j e d e la izquierda enemiga. ¡Allí los defensores d e este estandarte caian c o m o caen las espigas cortadas p o r la g u a d a ña del segador, i vosotros seguíais impávidos despreciand o la muerte, i esta bandera tremolaba orgullosa e i n v e n cible en m e d i o d e las balas! Este episodio d e b e ser eternizado p o r el arte. L o s vecinos d e Valparaiso i la Municipalidad os pagarán ese tributo d e gratitud. Es preciso q u e millares d e hermosos grabados se repartan p o r d o quier i vengan a ser el m a s preciado adorno de nuestros hogares. A s í os admiraremos i bendeciremos siempre. I ahora entrad a vuestra ciudad i llevad c o n vosotros esta bandera q u e habéis elevado a la categoría d e e m blema del h o n o r nacional i del h e r o í s m o del s o l d a d o chileno. N o queremos separaros d e olla tan p r o n t o . Señores, gritad c o n m i g o :


GUERRA DEL

408

¡ H o n o r i gloria al Batallón Valparaíso! ¡Viva el Valparaíso!" Las palabras del señor Altamirano fueron varias veces interrumpidas por los vivas del pueblo, a pesar de que no era posible oírlas sino de la parto a la cual daba frente. A q u e l acto fué tan imponente c o m o tierno a la vez. Los soldados del Valparaíso manifestaban en sus semblantes la c o n m o c i ó n que Jos dominaba. Entre algunos de ellos, lo m i s m o que entre los espectadores, particularmente señoras, se vio correr i enjugar mas de una lágrima d e ternura. P o c o después la tropa seguía su m a c h a desfilando frente al palacio de la Intendencia en m e d i o de una multitud cada vez mas compacta, i recibiendo de los balcones, que se veían atestados de j e n t e , una continuada i copiosa lluvia de flores i coronas. A s í hizo el A alparaiso t o d o el trayecto hasta su cuartel, siendo el coronel N i ñ o , c o m o que iba a la cabeza de la línea, el primero en recibir las manifestaciones del p ú b l i c o , a las que contestaba el coronel con galantes saludos d e espada i miradas de agradecimiento que parecían d e cir: " P o r mí i por mis valientes." Las calles quedaron sembradas de flores, sin contar las coronas que fueron arrojadas, una de las cuales, bastante hermosa, llevaba el coronel N i ñ o colgada de un brazo. A la entrada de Ja callo del Circo o del cuartel de p o licía recibía a los vencedores una portada c o n la siguiente inscripción: Gloria a los héroes del Valparaíso, i desde allí seguian los festones i arcos de arrayan i banderas hata terminar la calle. Tal ha sido la manifestación de la ciudad de Valparaíso al cuerpo que por su patriotismo i disciplina h a sabid o sobrellevar todas las penalidades de la c a m p a ñ a i colocarse a grande altura c o m o valientes en la m e m o r a b l e batalla de Tacna. Pero aun no está pagada toda esa d e u d a de la gratitud popular: el d o m i n g o p r ó x i m o , c o m o se sabe, tiene lugar una nueva manifestación con m o t i v o del paseo que se les prepara al C a m p o de Marte. r

XIX. Legación del P e r ú en B o l i v i a : i n f o r m a detalladamente sobre la " E m p r e s a B r a v o " con antecedentes del empresario, i a c o m p a ñ a copia de las notas cambiad a s c o n el G o b i e r n o d e K o l i v i a .

(Inédito.) LEGACIÓN

DEL

PERÚ

EN

BOLIVIA.

La Paz, Agosto

13 de

1880.

Señor: Las atenciones de la guerra han distraído a nuestra dip l o m a c i a de atender el gravísimo asunto que en esta R e pública representa la Empresa de d o n Francisco Javier Bravo, español de nacimiento, e d u c a d o desde la niñez en M o n t e v i d e o , i servidor allí del partido " c o l o r a d o " adicto al Brasil, ájente de este I m p e r i o en comisiones notables durante la guerra del Paraguai. Este señor Bravo ha v e n i d o del Plata c o n instrucciones forenses redactadas por un señor Lamas, antiguo M i nistro del Uruguai i muí censurado d i p l o m á t i c o por h a ber contribuido a las distintas desmembraciones que sufrió su patria en arreglos de límites con el Imperio. L l e g ó a esta ciudad en las horas en que la Legación chilena lanzó su ultimátum de 8 de Febrero de 1879; i presentó incontinenti al Gobierno D a z a el primer p r o y e c to do su propuesta. I b a éste a resolver sobre tablas, c u a n do el entonces Ministro d o c t o r d o n Julio Méndez, a quien d e b o estos informes, p u d o parar el g o l p e exijiendo trámites informativos. El Gobierno decretó en informes de las municipalidades departamentales, c o n escepcion de la de L a Paz. S e -

PACIFICO.

paradamente del acuerdo c o n el señor M é n d e z otorgaron a Bravo derechos espectaticios, aplazando su propuesta para un Congreso, i permitiéndole e m p r e n d e r estudios i dilijencias c o n d u c e n t e s al logro. L e concedieron además u n derecho de preferencia sobre cualesquier otro p r o p o nente. D i c e el señor M é n d e z q u e i m p u g n ó en consejo el f o n d o de la propuesta c o m o tendente a preparar una anexión brasilera, m u i sospechosa en los m o m e n t o s en que se iba c o n s u m a n d o la de Chile, c o n c l u y e n d o por exijir la i n m e diata espulsion d e Bravo, a quien sospechaba interesado en la política bélica de Chile, aliada del Brasil en c o n c e p to de d i c h o señor M é n d e z . El señor B r a v o regresó al Plata, llevó en su c o m p a ñ í a a u n injeniero M i n c h i n del servicio d e Bolivia, q u e ha demarcado de un m o d o p o c o satisfactorio los límites estipulados por esta R e p ú b l i c a c o n el I m p e r i o v e c i n o . U n a vez en B u e n o s Aires, estuvo en íntimas relaciones c o n la L e g a c i ó n Quijarro, constituida por Bolivia, i fué el ájente principal del Tratado de límites q u e el señor Q u i jarro ha celebrado c o n el G o b i e r n o paraguayo. L l a m o la atención del G o b i e r n o sobre las pajinas 19, 26 i 35 de una primera entrega, q u e c o n el n o m b r e de Opiniones de la época de su Ministerio, h a p u b l i c a d o el señor M é n d e z i que a d j u n t o al presente oficio. Esplican en alguna manera las vistas de este señor. L a Empresa B r a v o solicita la semi-soberanía sobre t o da la rejion amazónica i del Plata, correspondiente a Bolivia, c o n inclusión del departamento del Beni i las p r o vincias de Guarayos i Chiquitos, pertenecientes al departamento de Santa Cruz; i t o d o lo que a Bolivia le quede en el Chaco. Es m u c h o mas de la parte constituida por las provincias de su primitiva administración colonial; i demarca hasta cierto punto toda la rejion que el Brasil ambicionaría en el caso de la disolución de esta R e p ú blica. L a línea i los territorios solicitados c o m i e n z a n en las fronteras amazónicas del Perú c o n Bolivia, i que n o estando todavía demarcados, p u e d e n llegar a ser materia de conflicto entre la Empresa cesionaria d e Bolivia i la R e pública del Perú. Bastaría este m o t i v o para que esta L e g a c i ó n llame la atención de ese G o b i e r n o i del de esta República, sobre la necesidad de esplicaciones i acuerdos previos a la concesión. P e r o sucede, en c o n c e p t o del suscrito, i d e m u c h a s personas notables de este país, q u e la Empresa B r a v o implica peligros internacionales referentes al equilibrio internacional, por el que el Perú está militando en estos momentos. Si u n a cuestión de semi-soberanía, asegurada a Chile por el artículo I V del Tratado del 74 h a ocasionado la presente guerra, es de temer q u e la semi-soberanía espresa o tácita de la Empresa de Colonización i Viabilidad representada por el p r o p o n e n t e B r a v o sea m o t i v o de otra guerra futura, m u c h o mas grave que la presente, si se tiene en cuenta la m a g n i t u d de territorio, la entidad de los contendientes i todas las emerjencias i c o m p l i c a c i o n e s a que podría dar lugar. Esta Legación interina h a creído encontrar oposición entre la concesión en vía de otorgarse, por la actual C o n v e n c i ó n Boliviana, i los artículos I I i V I I I del Tratado de Alianza de 6 de Febrero de 1873. Parece q u e para evitar lo pertinente d e sus p r o h i b i c i o nes, naturalmente referentes a naciones o gobiernos que hiciesen arreglos territoriales c o n alguna de las partes contratantes, sea lanzando Bolivia un empresario de antecedentes sospechosos i de propósitos m u c h o mas políticos e internacionales q u e de carácter industrial. H o i he a p r o v e c h a d o de una conferencia señalada para asuntos de importancia i esportacion por el puerto de Arica, i de que doi cuenta por separado, para llamar la atención del Exorno. Ministro de Relaciones Esteriores sobre la trascendencia q u e para la nación q u e represento envuelve la Empresa Bravo.


CAPITULO

E n esta ocasión h e p e d i d o al señor Ministro Carrillo que n o se p r o c e d a a probar lejislativamente, c o n cualquiera clase de modificaciones, la propuesta en cuestión hasta q u e p u e d a ser consultado mi Gobierno. El señor Ministro m e ha h e c h o promesa formal de n o proceder, ni permitir q u e se p r o c e d a a la aprobación parlamentaria de la E m ­ presa, antes d e que p u e d a ser consultado i e s c u c h a d o el G o b i e r n o del Perú. D e b e n considerarse anexos a este oficio, mis c o m u n i c a ­ ciones de informe i remisión en recorte de periódico, de las propuestas del señor Bravo. A d j u n t a encontrará V. S. su última propuesta. R e s e r v á n d o m e continuar estos informes en oficios p o s ­ teriores, ruego a V. S. se sirva dar lectura de este oficio a S. E. el Jefe S u p r e m o d e la República. D i o s g u a r d e а V . S. m u c h o s años. J U A N S.

LIZÁRRAGA.

Al вейог Secretario de Estado en el despacho de Relaciones Esterioresi Culto del Perú.

ADJUNTA EN NISTRO

COPIA

DE

U N OFICIO PASADO A L

RELACIONES

ESPONE LAS RAZONES QUE

ESTERTORES TUVO

ЕХСМО.

DE

PARA

MI­

BOLIVIA

I

HACERLO.

LEGACIÓN DEL PERÚ EN BOLIVIA.

La P az,

Agosto

18 de

1880.

Señor Secretario d e E s t a d o : Esta L e g a c i ó n se h a visto en la necesidad d e dirijir a este señor Ministro de Relaciones Esteriores, el oficio de fecha 16 del corriente q u e a d j u n t o en copia. L a " E m p r e s a B r a v o " procedía c o n tal repidez, i sus in­ fluencias se habían estendido a tal p u n t o en el Ministerio i en los señores convencionales, que la aprobación de su propuesta estaba a p u n t o d e verificarse, d e b i e n d o ser puesta a la orden del día de u n m o m e n t o a otro. Tenia anunciado el interesado q u e la discusión debia abrirse el m i s m o dia 16 en q u e h e pasado el oficio al G o b i e r n o de esta R e p ú b l i c a . Esta L e g a c i ó n interina n o h a o b r a d o a virtud de ins­ trucciones particulares; pero h a creído en la responsabili­ dad q u e le hubiera venido, sino hubiera p r o c e d i d o p o r todos los m e d i o s a su alcance para evitar la violación de las obligaciones internacionales q u e este G o b i e r n o tiene contraidas c o n el Perú. Mi citado oficio i las conferen­ cias a q u e se refiere n o h a n tenido otras miras. D a t a d e 1842 el primer acto detentatorio d e Chile so­ bre el Litoral boliviano, creando la provincia de A t a c a ­ ma. Bolivia c o m e n z ó sus reclamaciones en el inmediato año d e 1843. Desde esta fecha hasta la del Tratado de Alianza perú­boliviana de 6 de Febrero de 1873, han pa­ sado 30 años p e r d i d o s en garantir los intereses peruanos. El recordar h a sido tardío, i tan onerosa c o m o lo es la presente guerra. H a querido, pues, esta L e g a c i ó n deber aprovechar d e tan d o l o r o s a e s p e r i e n c i a l l a m á n d o l a aten­ ción d e V. S. i la de este G o b i e r n o sobre c o m p l i c a c i o ­ nes q u e , una vez consumadas, atraerían sobre el Perú inconvenientes c o m o los q u e d e p l o r a m o s actualmente en la guerra del Pacífico. Cualquiera q u e sea el j u i c i o del E x c m o . G o b i e r n o del Perú sobre la propuesta Bravo, parece d e t o d o p u n t o in­ dispensable sostener los derechos de forma asegurados por el citado Tratado del 73. N i n g ú n arreglo territorial debe verificarse por esta R e p ú b l i c a aisladamente sin c o n ­ venirlo p r e v i a m e n t e c o n el de su aliada. Pienso sostener que la referida Empresa sobre territorios bolivianos debe acordarse c o n m i G o b i e r n o antes de someterse al v o t o l e ­ jislativo de a m b o s países, tal c o m o se ha practicado al ajusfar los protocolos,para la U n i o n federal de a m b a s R e ­ públicas. H e sabido q u e m i oficio de 16 del presente ha sido so­ metido p o r el Presidente Campero a u n Consejo privado TOMO n i —

52

QUINTO.

409

al que han asistido sus ministros i algunos diputados d e su elección; i q u e h a p r o d u c i d o grande irritación en el núcleo formado por el empresario Bravo. El D i p u t a d o d o n J o s é R . Gutiérrez es el a b o g a d o del señor Bravo. Este señor es respecto del Brasil en Bolivia lo q u e el señor d o n A n d r é s Lamas en el U r u g u a i : el c o l a ­ borador d e las anexiones brasileras. F u e r a de este señor cuenta el empresario c o n n u m e r o ­ sos diputados a quienes ha sabido interesar en sus miras. Sin la oposición diplomática del Perú, la " E m p r e s a B r a ­ v o " n o encontraría inconveniente. Si hasta última hora no fuera d a d o obtener los tres f o ­ lletos publicados por el señor Bravo en B u e n o s Aires, i que este señor n o ha querido proporcionármelos, V . S., si lo tiene a bien, los puede procurar del señor d o c t o r d o n Ladislao Cabrera, Ministro de Bolivia acreditado en E s ­ tados U n i d o s , de tránsito para esa capital. Para que V . S. se persuada de la oposición d e la " E m ­ presa B r a v o " contra los pactos federales de 11 de J u n i o , le remito el folleto que, bajo su influencia, ha p u b l i c a d o en M o n t e v i d e o el boliviano J o a q u í n L e m o i n e . Deseando que V. S. tenga informes rápidos, m e dirijo c o n esta fecha a nuestra L e g a c i ó n en B u e n o s Aires, m a n ­ d á n d o l e copia de mi oficio de 16 del presente, i encargán­ dole también a ese Ministerio todos los datos referentes a este asunto. A u n q u e la Confederación Arjentina n o se halle autori­ zada por un tratado semejante al peruano de 1873, seria c o n v e n i e n t e q u e eso Ministerio llamase la atención d e aquel Gobierno, i mui especialmente la del representante señor U r i b u r y , acreditado para las dos naciones de B o ­ livia i el Perú. Dios g u a r d e a V. S. m u c h o s años. JUAN

S.

LIZÁRRAGA.

P. S . — A última hora he p o d i d o conseguir uno solo d e los folletos del señor Bravo, pero q u e es el de m a y o r i m ­ portancia por contener el mapa, i el m i s m o q u e tengo el h o n o r de remitir a V . S. Al señor Secretario de Estado en el despacho de Relaciones Esteriores del Perú. —Lima.

L i m a , Octubre 26 d e 1 8 8 0 . — A c ú s e s e recibo, a p r o b a n d o su c o n d u c t a . CALDERÓN.

COPIA N Ú M . 1 4 . — L E G A C I Ó N DEL PERÚ EN BOLIVIA.

La P az, Agosto 16 de 1880. Señor: El infrascrito, E n c a r g a d o d e N e g o c i o s ad interim del Perú, tiene el h o n o r de dirijirse al E x c m o . Ministro d e Relaciones Esteriores de Bolivia, c o n el objeto de precisar i esplanar m e j o r en este d e s p a c h o las observaciones q u e tuve a h o n r a dirijirle verbalmente en la conferencia del dia 13 d e los corrientes, acerca de las emerjencias q u e para el país q u e representa entrañan las proposiciones de la Empresa de d o n Francisco Javier Bravo para la c o l o ­ nización del Oriente de Bolivia. N o se detendrá a consignar los oríjenes i marcha d e esta solicitud, presentada al G o b i e r n o de S. E. en los mismos m o m e n t o s en que recibía en Febrero del pasado año el ultimatum de la L e g a c i ó n chilena, orijinadora d e la presente guerra. Las graves preocupaciones ocasiona­ das por los acontecimientos del Pacífico, n o han permiti­ d o a q u e su Gobierno atendiese debidamente la trascen­ dencia de aquella Empresa. A l presente, que vuelve ella a ser considerada d e un m o d o definitivo por la C o n v e n c i ó n Nacional boliviana, se ve el infrascrito precisado a llamar la atención d e S. E. sobre t o d o l o q u e en aquella propuesta d e colonización p u ­


410

G U E R R A D E L PACIFICO.

diera inferir agravio o m o n o s c a b o a los pactos solemnes que ligan al Perú c o n Bolivia, i a las buenas relaciones de que son frutos los mismos azares de la presente guerra. La Empresa de colonización i viabilidad representada por el señor Bravo, ha pretendido derechos de semi-soberanía sobro algo m a s d e 40,000 leguas cuadradas del territorio boliviano. C o m p r e n d e la zona oriental, que principiando en las fronteras meridionales amazónicas del Perú, se estiende continuadamente midiendo 13 grados inclinados hasta el centro del C h a c o d o n d e hacen c o m e n zar sus fronteras sctentrionalcs las repúblicas del Paraguai i la Confederación Arjentina. Esta zona tiene toda la lonjitdd de la do Bolivia i cuenta c o n un ancho medio de cinco grados jcográficos, p o c o mas o menos. En su superficie entran no solamente los bosques i rejiones despobladas de Bolivia, sino también todo el departamento dol Beni i las provincias de Guarayos, Chiquitos i parte de las de Cordillera i el Azero. La adjudicación que pretende el señor Francisco J a vier Bravo, entra p o r su magnitud, carácter i límites en la categoría de las colonizaciones de otra época, i no p u e d e menos de hacerse objeto del derecho internacional. L a guerra de la I n d e p e n d e n c i a de todas las razas o familias americanas, n o significó otra cosa que la abolición del derecho colonial fundado por Europa desdo el siglo X V I de un c s t r e m o a otro del continente. Si la colonización se realiza en el seno d e las nuevas nacionalidades, no es ya del m o d o c o n que fuera practic a d o en los tres siglos precedentes, sino c o m o m e d i o administrativo gradual, tanto en el tiempo c o m o en el espacio. Este recurso es, sin duda, el mas beneficioso al poblamiento de las rejiones centrales de la A m é r i c a Meridional, i que dejaron sin colonizar españoles i portugueses. E m p e r o la colonización p r o y e c t a d a bajo poderes estraños, sobre una escala territorial que toca todos los confines de una nación, n o es ya un h e c h o administrativo e interno, sino un acontecimiento de carárter internacional. Lejos de que el derecho público universal especialmente americano, consintiera en la reacción de las nacionalidades al réjimen colonial, en cualquiera de las partes de su integridad soberana, la evolución realizada p o r el Portugal i el Brasil, dividiendo su disnastía para consagrar la independencia del s e g u n d o d e estos países; el progreso autonómico de las colonias inglesas en este continente; la aspiración cubana, se unen a las e v o l u c i o nes que se han operado sobre la Indias Orientales para consagrar el principio d e las emacipaciones i soberanía contra el coloniaje. La India inglesa ha pasado del p o der de una Compañía a l a administración directa del G o bierno, i c o n c l u i d o últimamente por una tácita soberanía, desde que la Reina do Inglaterra ha asumido para g o b e r nala el título imperial. ¿Cuáles serán las relaciones de los demás estados limítrofes de Bolivia c o n una Empresa adjudicatoria del inmenso territorio lijeramente diseñado?—¿Es un n u e v o Estado que va a entrar en la familia americana? —¿Cuál su rango en las apreciaciones de la soberanía interna i esterna?—Son todas estas novedades que el infrascrito n o so atreve a calificar en este oficio. Pasando en seguida a considerar el estado positivo i diplomático de las relaciones de ambas naciones h e r m a nas i aliadas, debo el infrascrito llamar la atención de S. E. sobre el significado de los artículos I I i V I I I del T r a t a d o d e Alianza celebrado en Lima el 6 d e Febrero d e LS73, i el artículo adicional del P r o t o c o l o c o m p l e m e n t a rio a las bases preliminares de la U n i o n federal de B o livia i el Perú, i según el cual el Chaco i el Beni deben constituir territorios federales, a la par d o la Montaña del Perú. Es verdad que los artículos I I i V I I I del Tratado del 73 se concretan a garantir la integridad recíproca de las altas partes contratantes contra naciones o Gobierno estraños, i que en el presente caso no se trata mas que de

u n empresario. Pero no se ocultará al elevado espíritu de S. E. que la naturaleza del poder personal o nacional, n o obsta a la naturaleza i objeto de la estipulación. I aunque el artículo adicional a los protocolos citados, no importase todavía un acto internacionalmente obligatorio, antes de ser debidamente aprobado, su respeto c o n s tituyo una obligación diplomática consiguiente al'estado pendiente de la negociación. El infrascrito se hace un honor de reconocer la alta justificación de S. E. el señor Ministro de Relaciones E s teriores, a quien se dirije, i m u í especialmente la lealtad caballeresca del Exorno, señor Presidente de esta R e p ú b l i ca, al consignar aquí las seguridades que ha recibido de ambos para que las referidas concesiones no sean otorgadas sin c o n o c i m i e n t o del Gobierno del Perú, tan sinceramente adicto i fraternal c o n el de Bolivia. A p r o v e c h o de esta ocasión para ofrecer al señor Ministro de Relaciones Esteriores las seguridades de su mas alta consideración i respecto, c o n los que se suscribe m u i atento i seguro servidor. J U A N S.

LIZÁRRAGA.

A S . E. el señor Ministro de Relaciones Esteriores de Bolivia.—•Presente.

A C O M P A Ñ A EN

COPIA

UN

OFICIO

CONTESTACIÓN

DEL

EXCMO. GOBIERNO DE BOLIVIA I DA ALGUNOS A P U N TES SOBRE L A

RÉPLICA QUE H A R Á .

LEGACIÓN DEL PERÚ EN BOLIVIA.

La Paz, Agosto

19 da 1880.

Señor Secretario de Estado: H o i he recibido el despacho que c o n fecha del día m e responde el E x c m o . señor Ministro de Relaciones Esteriores a mi oficio del 16, d e que m e o c u p o en mi nota de ayer, n ú m e r o 54. C o m o verá V. S. p o r la copia q u e de él le a c o m p a ñ o , la " E m p r e s a B r a v o " parece contar c o n el a p o y o de a m b o s poderes públicos. A u n q u e n o fueren pertinentes los artículos I I i V I I I del Tratado de Alianza, es indudable que la Empresa, prohijada por este Gobierno, es opuesta a los protocolos acordados en Lima, j u n t a n d o el Beni i el C h a c o bolivianos a la Montaña dei Perú para constituir territorios federales. O p t a d o el sistema de colonización q u e practica E. E. U. U. en sus territorios del Oeste, n o se c o n c i b e que este G o b i e r n o quiera sustraer los suyos para entregarlos a una empresa estranjera. A p a r t e de contradictoria esta c o n d u c t a a la primera estación diplomática contenida en los protocolos del 11 de Junio, importa una verdadera enajenación de territorio, tal c o m o se clasifica en el d e r e c h o internacional, tratándose de concesiones de carácter feudal. La nación queda zuzerana de un empresario i c o m p a ñ í a estranjera que dispondrán de 700,000 kilómetros cuadrados a qne se reducen las 45,000 leguas cuadradas de la concesión. Es una superficie m a y o r de los 500,000 kilómetros que quedan en la parte poblada i soberana. S i e n d o la soberanía un principio de permanencia, n o p u e d e sostenerse su continuación desde q u e q u e d e suspenso por un tiempo cualquiera. El d o m i n i o i soberanía intermitentes i p o r períodos semi-seculares, n o son d o minio ni soberanía. Es la manera encubierta de disfrazar una cesión territorial, que, en definitiva, perderá su carácter personal transitorio, para ir a trasformarse en alguna anexión indudable en favor del Brasil, que p o r confinante será el país q u e c o n s u m e la absorción. Otra consideración que m e p r o p o n g o c o n s i g n a r en mi réplica, será aquella que he c o n s i g n a d o en mi- anterior nota informativa c u a n d o hablo de la cuestión de forma. La manera de acordar entre dos naciones es una cuestión de forma. Sin entrar en el fondo de la c o n c e s i ó n , sos-


CAPITULO

tendré la i n c o m p e t e n c i a de cualquiera de los poderes piíblicos de las naciones aliadas para estipular resoluciones territoriales que n o emanen de la fuente d i p l o m á t i c a c o m ú n de ambas naciones. Siendo de la iniciativa de Bolivia la E m p r e s a territorial B r a v o , correspondía a esto G o b i e r n o llevar la cuestión al acuerdo del nuestro, para que fuese entregad o después al v o t o legislativo de ambas naciones. Fuera de esta garantía que constituye toda la escelencia del Tratado del 73, v e o otra mas en el principio internacional hoi dia imperante, según el cual n o es lícito ning ú n arreglo territorial sin el sufrajio de la p o b l a c i ó n o nacionalidad que va a sufrir la desmembración. Tal es también el que ha imperado en los protocolos de 11 de J u n i o , al entregarse al sufrajio directo de los ciudadanos de Bolivia i el Perú la definitiva a d o p c i ó n de la U n i o n federal, a u n q u e la provisoria haya de depender únicam e n t e del v o t o de los respectivos poderes públicos. Pienso hacer mérito de tales d o c u m e n t o s i práctica. D e s p a c h a d o el presente correo m e ocuparé de responder a este Ministerio de Relaciones Esteriores del m o d o q u e acabo de apuntar. D i o s guarde a V . S. m u c h o s años. J U A N S. L l Z Á R R A G A . Al señor Secretario de Estado del Pera en el Despacho de Relaciones Esteriores.

COPIA. N Ú M . 3 . — M I N I S T E R I O D E RELACIONES ESTERIORES D E BOLIVIA.

La Paz,

Agosto

19 de

1880.

Señor: El infrascrito, Ministro de Relaciones Esteriores de Bolivia, h a tenido el h o n o r de recibir el oficio de S. S. el E n c a r g a d o de N e g o c i o s ad interim del Perú, en que, c o n fecha 16 del mes corriente, se sirve dirijirle algunas o b servaciones acerca de la propuesta del señor Francisco Bravo sobre colonización del Oriente de la República, llam a n d o la atención al agravio o m e n o s c a b o que a j u i c i o de S. S. pudiera inferir aquella Empresa i a los pactos solemnes que ligan al Perú c o n Bolivia a las buenas relaciones de q u e son frutos los mismos azares de la presente guerra; i c o n s i g n a n d o las seguridades que le asisten para creer que las concesiones pedidas por el señor B r a v o n o serán otorgadas sin c o n o c i m i e n t o del G o b i e r n o del Perú, tan sinceramente adicto i fraternal con el de Bolivia. Sin apartarse de la cordial deferencia c o n que el G o bierno de Bolivia está dispuesto a considerar las observaciones de previsión que S. S. insinúa en su respetable oficio, cree o p o r t u n o i aun c o n f o r m o a su d e c o r o , hacer n o tar que los actos de soberanía ejercidos dentro de los límites del territorio nacional, n o p u e d e n ser restrinjidos ni modificados por el pacto de la Alianza, que f u n d á n d o se sobre bases de u n orden elevado para preservar los c o m u n e s intereses de las repúblicas aliadas contra la agresión de una potencia estraña, está l é j o s d e entravar el libre curso de la administración interna, que corresponde a cada una de las partes contratantes con plena independencia de la otra. Refiriéndose a los artículos I I i V I H de d i c h o pacto, c o m o el infrascrito tuvo la h o n r a de espresarlo en c o n f e rencia verbal con S. S. a las cesiones de territorio hechas en tratados internacionales, n o halla serios m o t i v o s que pudieren menoscabar la fiel observancia del pacto, suficientemente resguardado por la lealtad c o n que Bolivia c u m p l e los deberes que tiene contraidos. Si la m a g n i t u d i estension de las concesiones solicitadas por la "Empresa B r a v o " i la vasta organización que ella reviste en su forma primitiva, pudieran de algún m o do afectar los intereses de Bolivia i del Perú, llegar a revivir en A m é r i c a el sistema de las antiguas colonias, c o n

QUINTO.

411

trascendencia a constituir una asociación a u t ó n o m a capaz de figurar en el continente con relaciones internacionales, S. S. d e b e estar seguro de q u e por propio interés i p o r razón do dignidad, el Gobierno de Bolivia no se prestaría a autorizar dentro de su territorio la organización de una compañía desligada del imperio de las leyes nacionales i de la intervención constante de los poderes públicos. L a propuesta del señor Bravo que motiva el despacho de S. S. apenas es hoi u n proyecto que se discute en una de las comisiones de la Convención Nacional, no ha sido sometido a su deliberación definitiva, ni el G o b i e r n o se h a p r o n u n c i a d o sobre el f o n d o de ella. I le es mas bien satisfactorio al infrascrito manifestar a S. S. sobre datos fidedignos, cpie varios puntos del proj'ecto primitivo d e la Empresa, q u e podían dar lugar a observaciones mas o menos fundadas, han sido retirados unos i sostenidos otros, mediante acuerdos del señor B r a v o c o n la Comisión de Lejislatura. Sin e m b a r g o d e q u e el pacto d e la Confederación perúboliviana n o llena todavía en sí la fuerza de leí, j u z g a el infrascrito que en su estado de actual tramitación p e n diente, merece la consideración de los altos poderes d e Bolivia, respecto de las rejiones del Chaco i del Beni, que c o m o la Montaña del Perú, se hallan en su calidad do distritos federales i reservados a la administración del Gobierno jeneral de la Confederación. Bien es cierto q u e bajo este aspecto las observaciones propuestas por S. S. t a m p o c o p u e d e n llegar al estremo de señalar un grave peligro para los intereses de la R e p ú b l i c a del Perú que, unida a Bolivia en el porvenir, veria sin menoscabo d e la nueva nacionalidad aquellas rejiones con su empresa c o lonizadora, sometidas a la autoridad del G o b i e r n o de la Confederación. Mas, dispuesto siempre el Gobierno de Bolivia a atender c o n deferencia los propósitos q u e c o n alto celo m a n i fiesta S. S. a n o m b r e de la jenerosa nación peruana i del Gobierno que dignamente la representa, el infrascrito cree c o n v e n i e n t e pasar a la C o n v e n c i ó n N a c i o n a l c o p i a del despacho de S. S. i de la presente contestación, para que al deliberar sobre la propuesta Bravo salve de una manera satisfactoria cualquiera dificultad q u e pudiera suscitarse c o n ocasión del artículo adicional del pacto de la Confederación perú-boliviana. Espresando a S. S. en n o m b r e del Gobierno de Bolivia las seguridades de que no se alterarán de su parte por este ni por otro asunto, en manera alguna, los vínculos d e la Alianza, las cordiales relaciones que ligan al Perú c o n Bolivia, i m u c h o m e n o s la lealtad con q u e deben resguardarse los intereses i los derechos de ambos pueblos, le es grato al infrascrito ofrecer el r e c o n o c i m i e n t o c o n que el Presidente de la R e p ú b l i c a corresponde a los j e n e r o s o s c o n c e p t o s de S. S., i renovarle las consideraciones de particular distinción c o n que el infrascrito tiene la h o n r a de ser de S. S. el Encargado de N e g o c i o s del Perú, su m u i atento i obsecuente servidor. JUAN

C.

CARBILLO.

A S. S. el Cónsul del Perú Encargado de Negocios ad interim, Lizárraga.

don Juan S.

XX. Santo, seña i contraseña dada al ejército peruano, en Lima, p o r el listado M a y o r Jeneral durante los meses de Juaio i Julio de 1 8 8 0 . (Inédito). ESTADO

MAYOR J E N E R A L DE LOS

Lima,

EJÉRCITOS.

Junio

1." de

1880.

Señor Coronel Inspector i Comandante Jeneral de Artillería.

SANTO. Ametralladoras—Fuego—Activo. El snb-jefe. V I D A L GARCÍA

I GARCÍA.


412

GUERRA

ESTADO MAYOR JENERAL DE

LOS

Lima,

2 de

PACIFICO.

ESTADO

EJÉRCITOS.

Junio

DEL

MAYOR

JENERAL

Lima,

1880.

ESTADO MAYOR JENERAL DE

LOS

Lima,

EJÉRCITOS.

Junio

3 de

ESTADO MAYOR

1880.

J E N E R A L D E LOS E J É R C I T O S .

Lima,, Junio

1880.

12 de

1880.

Señor Coronel Inspector i Comandante Jeneral de Artillería.

Señor Coronel Inspector i Comandante Jeneral de Artillería.

SANTO.

SANTO.

Tendremos—Nuevos—Ejércitos. El sub-jefe.

Ayacucho —Nombre—Glorioso. El sub-jefe.

V I D A L GARCÍA I GARCÍA.

V I D A L GARCÍA I GARCÍA.

DE

LOS

Lima,

ESTADO

EJÉRCITOS.

Junio

4 de

MAYOR JENERAL DE

LOS EJÉRCITOS.

Lima,

1880.

Junio

de

1880.

Señor Coronel Inspector i Comandante Jeneral de Artillería.

Señor Coronel Inspector i Comandante Jeneral de Artillería.

SANTO.

SANTO.

Quemaré—Ultimo—Cartucho. El sub-jefe.

Voluntad—Enérjica—Inquebrantable. E l sub-jefe.

V I D A L GARCÍA I GARCÍA.

VIDAL GARCÍA I GARCÍA.

ESTADO MAYOR JENERAL DE

LOS

Lima,

ESTADO MAYOR JENERAL

EJÉRCITOS.

Junio

5 de

D E LOS

Lima,

1880.

EJÉRCITOS.

Junio

15 de

1880.

Señor Coronel Inspector i Comandante Jeneral de Artillería.

Señor Coronel Inspector i Comandante Jeneral de Artillería.

SANTO.

SANTO.

Guerra—Enérjica—Perseguimos. El sub-jefe.

Redoblemos—Nuestros—Esfuerzos. E l sub-jefe. VIDAL

VIDAL GARCÍA I GARCÍA.

GARCÍA I GARGÍA

ESTADO MAYOR JENERAL DE

LOS

Lima,

ESTADO MAYOR JENERAL D E LOS

EJÉRCITOS.

Junio

6 de

Lima,

1880.

EJÉRCITOS.

Junio

16 de

1880.

Señor Coronel Inspector i Comandante Jeneral de Artillería.

Señor Coronel Inspector i Comandante Jeneral de Artillería.

SANTO.

SANTO. Ej ército—Ley va—Ilabaya. E l sub-jefe.

Guerra—Sin—Tregua. E l sub-jefe. V I D A L GARCÍA i

V I D A L GARCÍA I G A R C Í A .

ESTADO MAYOR JENERAL DE LOS

Lima,

ESTADO

EJÉRCITOS.

Junio

7 de

1880.

Señor Coronel Inspector i Comandante Jeneral de Artillería.

A r i c a —Resistencia—Enérjica. E l sub-jefe. VIDAL GARCÍA I GARCÍA.

ESTADO MAYOR JENERAL D E

LOS

Lima,

Lima,

EJÉRCITOS.

Junio

19 de

1880.

Señor Coronel Inspector i Comandante Jeneral de Artillería.

9 de

V I D A L GARCÍA I GARCÍA.

ESTADO MAYOR JENERAL D E LOS

EJÉRCITOS.

Junio

M A Y O R J E N E R A L D E LOS

GARCÍA.

SANTO. Confederación — P e r ú — B o l i v i a n a . E l sub-jefe.

SANTO.

1880.

Señor Coronel Inspector i Comandante Jeneral de Artillería.

Lima,

EJÉRCITOS.

Junio

22 de

1880.

Señor Coronel Inspector i Comandante Jeneral de Artillería.

SANTO.

SANTO. Retemplemos—Nuestro—Ardor. El sub-jefe.

Llegaron—Valientes—Heridos. E l sub-jefe.

V I D A L GARCÍA I G A R C Í A .

Lima,

de

V I D A L G A R C Í A I GARCÍA.

V I D A L GARCÍA I GARCÍA.

DE

Junio-11

SANTO. Arica—Defensa—Gloriosa. E l sub-jefe.

SANTO. Siempre—Firmes—Enérjicos. El sub-jefe.

ESTADO MAYOR JENERAL

EJÉRCITOS.

Señor Coronel Inspector i Comandante Jeneral de Artillería.

Señor Coronel Inspector i Comandante Jeneral de Artillería.

ESTADO MAYOR JENERAL

DE LOS

LOS

ESTADO MAYOR JENERAL D E

EJÉRCITOS.

Junio

10 de

V I D A L G A R C Í A I GARCÍA.

1880.

Señor Coronel Inspector i Comandante Jeneral de Artillería.

SANTO. A r i c a — A s i l a — Héroes. El sub-jefe. V I D A L GARCÍA I G A R C Í A .

Lima,

LOS EJÉRCITOS.

Junio

23 de

1880.

Señor Coronel Inspector ¡ Comandante Jeneral de Artillería.

SANTO. Union—Perú—Boliviana. El sub-jefe. V I D A L GARCÍA I GARCÍA.


CAPITULO

Junio

24 de

1880.

Señor Coronel Inspector i Comandante Jeneral de Artillería.

Julio

3 de

1880.

SANTO. N e c o c h e a — S u c r e — L a Mar. El sub-jefe.

V I D A L GARCÍA I GARCÍA.

Junio

25 de

V I D A L GARCÍA I GARCÍA.

ESTADO MAYOR JENERAL DE LOS EJÉRCITOS.

D E LOS EJÉRCITOS.

Lima,

JÁma,

Señor Coronel Inspector i Comandante Jeneral de Artillería.

SANTO. Deber—Moralidad—Instrucción. El sub-jefe.

ESTADO MAYOR JENERAL

413

ESTADO MAYOR JENERAL DE LOS EJÉRCITOS.

ESTADO M A Y O R J E N E R Á L D E LOS E J É R C I T O S .

Lima,

QUINTO.

1880.

Lima,

Jidio

4 de

1880.

Señor Coronel Inspector i Comandante Jeneral de Artillería.

Señor Coronel Inspector i Comandante Jeneral de Artillería.

SANTO. Sumerjió—Angamos—Torpedo. E l sub-jefe.

SANTO. L i m e ñ a — C r u z — R o j a. E l sub-jefe. V I D A L G A R C Í A I GARCÍA.

ESTADO MAYOR JENERAL DE LOS EJÉRCITOS,

ESTADO M A Y O R JENERAL D E LOS EJÉRCITOS.

Lima,

Junio

26 de

1880.

Lima,

Julio

5 de

1880.

Señor Coronel Inspector i Comandante Jeneral de Artillería.

Señor Coronel Inspector i Comandante Jeneral de Artillería.

SANTO. Restos—Bolognesi—Limeña. E l sub-jefe.

SANTO. Acémilas—Parque—Maestranza. E l sub-jefe. V I D A L GARCÍA I GARCÍA.

Junio

27 de

V I D A L G A R C Í A I GARCÍA.

ESTADO MAYOR JENERAL DE LOS EJÉRCITOS.

ESTADO M A Y O R JENERAL D E LOS EJÉRCITOS.

Lima,

V I D A L GARCÍA I GARCÍA.

1880.

Lima,

Julio

6 de

1880.

Señor Coronel Inspector i Comandante Jeneral de Artillería.

Señor Coronel Inspector i Comandante Jeneral de Artillería.

SANTO. Solemne—Parada—Militar. El sub-jefe.

SANTO. Baterías—Callao—Firmes. E l sub-jefe. V I D A L G A R C Í A I GARCÍA.

ESTADO MAYOR JENERAL D E LOS EJÉRCITOS.

ESTADO MAYOR JENERAL D E LOS EJÉRCITOS.

Lima,

Junió

28 de

1880.

Señor Coronel Inspector i Comandante Jeneral de Artillería.

S u p r e m o — B a n d o — J eneral. E l sub-jefe. V I D A L G A R C Í A I GARCÍA.

29 de

1880.

Señor Coronel Inspector i Comandante Jeneral de Artillería.

La Mar—Trajo—Heridos. SILVA.

ESTADO MAYOR JENERAL D E LOS EJÉRCITOS.

Lima,

Junio

30 de

V I D A L GARCÍA I GARCÍA.

Lima,

Julio

9 de

1880.

Señor Coronel Inspector i Comandante Jeneral de Artillería.

V I D A L GARCÍA I GARCÍA.

E S T A D O M A Y O R J E N E R A L D E LOS E J É R C I T O S .

1880.

Señor Coronel Inspector i Comandante Jeneral de Artillería.

Lima,

Julio

10 de

1880.

Señor Coronellnspector i Comandante Jeneral de Artillería.

SANTO.

SANTO. Infantería—Artillería—Caballería. E l sub-jefe.

Centro—Refuerzos—Considerables. E l sub-jefe. V I D A L GARCÍA I GARGIA.

ESTADO MAYOR JENERAL DE LOS EJÉRCITOS.

Lima,

7 de 1880.

SANTO. Honor—Gloria—Ejército. E l sub-jefe.

SANTO. PEDRO

Julio

ESTADO MAYOR JENERAL D E LOS EJÉRCITOS.

ESTADO MAYOR JENERAL D E LOS EJÉRCITOS.

Junio

Lima,

Señor Coronel Inspector i Comandante Jeneral de Artillería.

SANTO. Valor—Resignación—Constancia. E l sub-jefe.

SANTO.

Lima,

V I D A L G A R C Í A I GARCÍA.

Julio

2 de

V I D A L GARCÍA I GARCÍA.

ESTADO MAYOR JENERAL D E LOS EJÉRCITOS.

1880.

Señor Coronel Inspector i Comandante Jeneral de Artillería.

SANTO. Ejército—Reserva—Organizado. E l sub-jefe. V I D A L G A R C Í A I GARCÍA.

Lima,

Julio

11 de

1880.

Señor Coronel Inspector i Comandante Jeneral de Artillería.

SANTO. Pomposo—Alistamiento—Reserva. E l sub-jefe. V I D A L GARCÍA I GARCÍA.


GUERRA DEL

414

ESTADO MAYOR JENERAL D E LOS

Lima,

ESTADO

EJÉRCITOS.

Julio

PACIFICO.

MAYOR

Lì de ISSO.

Señor Coronel Inspector i Comandante Jeneral de Artillería.

Lima,

Julio

25 de

1880.

SANTO. Instrucción—Disciplina—Incesantes. E l sub-jefe.

V I D A L GARCÍA

ESTADO MAYOR JENERAL DE LOS

Lima,

I GARCÍA.

Julio

VIDAL

ESTADO MAYOR JENERAL

EJÉRCITOS.

DE

GARCÍA

I

GARCÍA.

LOS E J É R C I T O S .

Lima,

13 de ISSO.

Julio

26 de

1880.

Señor Coronel Inspector i Comandante Jeneral do Artillería.

Señor Coronel Inspector i Comandante Jeneral de Artilloría.

SANTO.

SANTO.

Siempre—Listos—Prevenidos. E l sub-jefe.

L e a l t a d — F i r m e z a — C o n f i anza. El sub-jefe. V I D A L GARCÍA

Lima,

VIDAL

I GARCÍA.

ESTADO

E S T A D O MAYOR J E N E R A L D E LOS EJÉRCITOS.

Julio

MAYOR

JENERAL

GARCÍA

DE

I

GARCÍA.

LOS EJÉRCITOS.

Lima,

1J+ de 1S80.

Julio

28 de

1880.

Señor Coronel Inspector i Comandante Jeneral de Artillería.

Señor Coronel Inspector i Comandante Jeneral de Artillería.

SANTO.

SANTO. Boli v i a — P e r ú — U n i d o s . El sub-jefe.

Q u i n c u a g é s i m o — N o n o —Aniversario. El sub-jefe. V I D A L GARCÍA

ESTADO MAYOR JENERAL D E LOS

Lima,

I GARCÍA.

EJÉRCITOS.

Julio

ESTADO

ESTADO MAYOR JENERAL DE LOS

EJÉRCITOS.

Julio 21 de 1SS0.

ESTADO MAYOR JENERAL D E LOS

I GARCÍA.

Julio

29 de

1880.

MAYOR

GARCÍA

JENERAL D E

LOS

Lima,

I

GARCÍA.

EJÉRCITOS.

Julio

31 de 1880.

VIDAL

GARCÍA

I

GARCÍA.

XXI.

EJÉRCITOS.

Julio

22 de 1SS0.

Señor Coronel Inspector i Comandante Jeneral de Artillería.

SANTO. Prosperidad—Poder—Justicia. El sub-jefe.

EDITORIALES. UN ABORTO P O L Í T I C O O L A CONJURACIÓN

PERÚ-BOLIVIANA.

(De EL MERCURIO de 7 de Julio de 1880.)

V I D A L GARCÍA

ESTADO MAYOR JENERAL HE LOS

I GARCÍA.

EJÉRCITOS.

Julio

23 de

1880.

Señor Coronel Inspector i Comandante Jeneral de Artillería.

SANTO. Elementos—Morales—Materiales. El Sub-jefe. V I D A L GARCÍA

LOS

I GARCÍA.

EJÉRCITOS.

Julio

2J¡. de

1880.

Señor Coronel Inspector i Comandante Jeneral de Artillería.

SANTO. Deber—Cumplido—Enaltece. El sub-jefe. VIDAL

EJÉRCITOS.

SANTO. Campo—Ejercicio—Maniobras. E l sub-jefe.

VIDAL GARCÍA

Lima,

LOS

GARCÍA.

Señor Coronel Inspector i Comandante Jeneral de Artillería.

SANTO.

DE

VIDAL

ESTADO

Catedral—Anuncia—Reunión. El sub-jefe.

JENERAL

DE

Lima,

I GARCÍA.

Señor Coronel Inspector i Comandante Jeneral de Artillería.

Lima,

JENERAL

I

SANTO. Cuerpo—Artillería—Trabaja, El sub-jefe.

V I D A L GARCÍA

Lima,

MAYOR

GARCÍA

Señor Coronel Inspector i Comandante Jeneral de Artillería.

SANTO. Vanguardia—Centro—Retaguardia. El sub-jefe.

Lima,

VIDAL

17 de 1SS0.

Señor Coronel Inspector i Comandante Jeneral de Artillería.

MAYOR

D E LOS EJÉRCITOS.

Señor Coronel Inspector i Comandante Jeneral de Artillería,

SANTO. Reserva—Organización—Breve. El sub-jefe.

ESTADO

JENERAL

GARCÍA

I

GARCÍA.

T o c a m o s ya al desenlace del gran drama fantástico que los directores de la política peruana e x h i b e n hoi a la espectacion del m u n d o asombrado. Tres nombres cabalísticos han c o n c u r r i d o al alumbram i e n t o de este feto m o n s t r u o : P a r d o , Prado i Piérola. ¿Qué m á j i c o misterio encierra la letra P en el libro m i tológico de los destinos peruanos? Pardo urde la trama injeniosa de la c o n j u r a c i ó n antichilena, que podríamos llamar el p r ó l o g o del drama; es el autor desgraciado del pacto secreto. Prado desarrolla la acción del drama c o n la misión cómico-burlesca de Lavalle i la declaración de guerra tremenda i sin cuartel. Piérola, en fin, nos da el epílogo: la Confederación p e rú-boliviana, que es el mas c o m p l e t o g o l p e teatral que p u d o forjar ia loca fantasía de aquel insigne maese Pedro del Estado peruano. E n el delirio de su calenturienta imajinacion, el Dictador h a pretendido renovar la silbada parodia del ilustre gran protector Jeneral d o n A n d r é s Santa Cruz, q u e allá p o r los años 38 i 39 el ejército chileno corrió a pedradas


CAPITULO

del escenario, c o m o pronto correrá también al n u e v o j u glar, si es q u e antes n o se encarga de hacerlo la plebe de Lima, m u i p o c o aficionada a las dictaduras improvisadas. Las tres P cabalísticas n o salvarán esta vez al Perú, c o m o n o lo salvó de la ruina i la ignominia t o d o el prestí j i o de Santa Cruz, en c u y o ambicioso caudillo so reunía on feliz consorcio la mas refinada malicia, el talento i el p o d e r militar. Para realizar sus locos sueños de m o n a r q u í a i c o n f e d e ración sud-amerícana, Santa Cruz invadió al Perú llev a n d o triunfantes las ¡ejiones bolivianas hasta Lima, h u millando a las águilas peruanas en Iruya, M o n t e n e g r o , Y a n a c o c h a , U c h u m a y o i Socabaya, c o m o lo fueron mas tarde por Ballivian en Ingaví. ¿De q u é sirvió a Santa Cruz esta gloria militar? S o l o para envanecerlo i perderlo. Si este r e n o m b r a d o Jeneral, hábil en el c a m p o de b a talla i mas hábil aun en la diplomacia, vio evaporarse c o m o u n sueño al irresistible e m p u j e de las armas chilenas u n q u i m é r i c o p r o y e c t o de Confederación perú-boliviana, ¿qué suerte estará reservada al oscuro i vulgar ambicioso q u e ha principiado por cimentar su frájil p o d e r sobre las ruinas de las libertades de un p u e b l o desgraciado? Óiganse las sentenciosas palabras de otro gran p r o t e c tor i restaurador de las lej'es, el célebre Jeneral d o n J u a n Manuel de Rosas, en su manifiesto de las causas que lo obligaron, c o m o Presidente de la Confederación Ar|ontina, a declarar la guerra al G o b i e r n o del Jeneral Santa Cruz: " L o s peruanos i bolivianos n o tardarán en reconocer que el q u e sustituye por sí el poder absoluto al ejercicio m o d e r a d o de los derechos nacionales, es indigno de presidir una república; reconocerán, en fin, que para n o cargar c o n el remordimiento i la infamia de consentir en una conquista, d e b e n resolverse a restaurar el imperio de la razón i de la lei. I si fuere preciso que la sangre de los arjentines se mezcle con la de ambas repúblicas, a nadie cederán la gloria de esta cooperación. Los mercenarios del usurpador tendrán entonces que proclamar con las armas en tierra que los A n d e s n o sirven de barrera sino para los esclavos de la tiranía." Jamás se rindió m a y o r h o m e n a j e a la augusta m a j e s tad de la soberanía de los pueblos libres. Es el tirano R o sas quien así hablaba. Piérola n o tiene la talla para ser el protagonista de la traji-comedia q u e acaba de dar a luz. Sintiéndose m u i p e q u e ñ o de c u e r p o i mas todavía de espíritu para parodiar a su antecesor en el trono m o n á r q u i c o , se empina sobre sus pies limeños para dominar una m u c h e d u m b r e enloquecida por los mas crueles desengaños i v í c t i m a del pánico que le inspira la p r ó x i m a invasión de las h u e s tes chilenas en marcha sobre Lima. T e m e mas a los suyos q u e a los mismos enemigos, i n o p u d i e n d o escapar a la suerte q u e le espera, en su desesperación arroja tierra a sus ojos para cegarlos. M u i c a n d i d o será el p u e b l o boliviano si n o ve claro en el asunto: Piérola pretende insensatamente hacerle olvidar el terrible engaño de que ha sido víctima; pretende hacerle volver a la Alianza, de que n o h a sacado hasta ahora otras ventajas que perder la flor de sus soldados i ver arruinados su industria i su c o m e r c i o . E l Perú j a m á s ha consentido en ceder una pulgada d e terreno para darespansion a Bolivia, que se ahoga en el interior del continente; pero ahora Piérola pretende alucinarlo c o n una aparente cesión de territorio, q u e y a n o es s u y o ni volverá a serlo jamás. S o l o da el q u e p u e d e i está en posesión, i el Perú ha sido arrojado a bayonetazos de un territorio que t i e m p o h á debió pertenecer a Bolivia, q u e es i m p o t e n t e para recuperar i que de hoi mas estará bajo la salva-guardia de nuestro invicto pabellón. D e j a n d o a un lado c u a n t o tiene de grotesco el aborto político del D i c t a d o r Piérola, queremos concederle por un m o m e n t o los honores de un acontecimiento serio, siquiera

QUINTO.

415

sea para escitar una vez mas a los directores de la guerra a proseguirla sin pérdida de t i e m p o i sin omitir sacrificio alguno, porque tal es la voluntad manifiesta d é l a nación. Si h u b i é r a m o s de dar alguna importancia al r i d í c u l o plan de Confederación perú-boliviana, diríamos q u e él s o lo bastaría para justificar la guerra, si faltaran otras c a u sales, contra la insidiosa política de nuestros d e s p e c h a d o s enemigos. Militan hoi las mismas razones que t u v i m o s en 1837 para recojer el guante al usurpador Santa Cruz. A p r o p ó sito, recordaremos lo que decia nuestro G o b i e r n o en d e fensa de los justos m o t i v o s que t u v o para declararle la guerra, Para hacer ver q u e la actitud q u e c o n tanta r e p u g nancia suya ha t o m a d o el G o b i e r n o de Chile, h a tenido causas justificativas mas que suficientes, rae concretaré solo a tres h e c h o s , i m e someteré gustoso al fallo de t o d o h o m b r e imparcial que decida si cualquiera d e ellos n o hubiera bastado p o r sí solo para justificar la guerra, seg ú n los principios que de largo tiempo atrás han sido r e c o n o c i d o s c o m o necesarios para la seguridad i confianza m u t u a entre los pueblos, i según las reglas naturales de justicia q u e han dirijido i dirijirán eternamente la c o n ducta de las naciones civilizadas. <!

El primero de ellos es la incorporación del Perú i de Bolivia b a j o un solo gobierno. ¿Podían los estados v e c i nos contemplar u n suceso de tanto m o m e n t o c o m o i n d i ferente? Y o quiero prescindir de circunstancias o i n c i dencias que dan a este suceso u n carácter o m i n o s o para las-repúblicas de la A m é r i c a del S u r en jeneral, i en particular para Chile. Las mas pequeñas alteraciones en el estado de posesión i en las relaciones mutuas de p o d e r entre gobiernos v e c i nos, m a y o r m e n t e c u a n d o aparece en ellos c o m o primer m ó v i l la voluntad de u n solo h o m b r e , i c o m o instrumento la fuerza, son objetos de bastante importancia para p r o d u c i r desconfianzas. ¿Qué será, pues, la fusión d e dos grandes naciones en una sola? U n a simple m u d a n z a de dinastía que aumentaba el influjo indirecto de una p o t e n cia en los consejos de la otra, ha d a d o ocasión a largas i encarnizadas contiendas. ¿I podría ser un escándalo para el m u n d o la oposición de Chile a un orden de cosas a n u n ciadas al m i s m o tiempo que ejecutadas, i en que dos repúblicas, antes del t o d o independientes, igual cada una en importancia a cada u n o de los estados circunvecinos, pasan a formar u n solo c u e r p o político bajo la dirección inmediata de un h o m b r e ? V . E. m e permitirá observar que lo que hai de verdaderamente escandaloso en la serie de sucesos que han c o n d u c i d o a esta desgraciada desavenencia, es el resultado de una intervención e m p r e n dida para poner fin a los disturbios interiores del Perú, i terminada por la estincion de la R e p ú b l i c a peruana i por su completa s u b y u g a c i ó n al p o d e r del interventor. Chile reclama el estado de cosas anterior a la intervención, estado de cosas creado i sancionado por repetidos actos d e las voluntades nacionales, consagrado por las leyes f u n damentales del Perú i de Bolivia i autorizado por una posesión de m u c h o s años, i lo reclama c o m o necesario para su seguridad i la de las otras repúblicas sud-americanas. ;

¿Qué título podría o p o n e r el Jeneral Santa Cruz (Piérola) a tan j u s t a intervención? Sufrajios emitidos notoriamente entre el estrépito d é l a s armas, formas vanas q u e h a n sido prostituidas para dar valor de lejitimidad a todas las usurpaciones." Léase el Protocolo de las bases preliminares de la U n i o n federal del Perú i Bolivia, i dígase francamente si n o hai paridad de circunstancias entre las que presidieron a la Confederación perú-boliviana d e Santa Cruz i la ideada últimamente por Piérola para salir de apuros. Santa Cruz pisoteó las leyes i la constitución d e m o c r á tica de ambas repúblicas. ¿A qué otra cosa tiende la resucitada Confederación? Piérola principió por suprimir en el Perú toda libertad,


416

G U E R R A DEL PACIFICO.

so protesto de robustecer la autoridad para hacer guerra eficaz al invasor, i en realidad para asegurar el poder efímero que inviste escapándosele por m o m e n t o s . Si, c o m o se estipula en el Protocolo complementario d e las bases preliminares de unión, el S u p r e m o Director d e la Confederación será el Presidente del Perú, ¿a qué" q u e d a reducida la autonomía de Bolivia? ¿a q u é su forma republicana e independiente? Piérola D i c t a d o r asienta su trono sobre los despojos d e todas las libertades democráticas d e un p u e b l o q u e j u r ó c o n las armas en la m a n o ser libre i soberano d e sus destinos, ¿consentirá en q u e reine u n orden de cosas distinto en los estados confederados bolivianos q u e estén en c o n tradicción c o n la política impuesta por su o m n í m o d a v o luntad a los estados federales peruanos? ¿Será déspota en el Perú i liberal en Bolivia? ¿Acatará en ésta los principios i los derechos augustos q u e cínicamente c o n c u l c a en su propia patria? Conteste el sentido c o m ú n , conteste la historia p o r nosotros. E n todo tiempo tan híbridas amalgamas solo han p r o d u c i d o la anarquía i el despotismo. Desde su n a cimiento ha principiado a fermentar la c o r r o m p i d a levadura c o n q u e se han formado, i las fatales consecuencias n o se hacen aguardar m u c h o tiempo: el r o m p i m i e n t o estrepitoso de las frájiles leyes q u e unían artificialmente a dos naciones, mas bien dispuestas para c h o c a r entre sí que para vivir la vida fraternal de los pueblos libres, altivos i soberanos. Solo la demencia puede dar a luz un aborto tal c o m o la Confederación perú-boliviana. Ni el Perú ni Bolivia, individual i m u c h o menos c o l e c tivamente, p u e d e n vivir la vida próspera, libre i fecunda de la forma democrática federal, tal cual existe en los Estados U n i d o s de N o r t e A m é r i c a . N o basta la voluntad d e un D i c t a d o r para cambiar el m o d o d e ser de una n a c i ó n i el orden regular d e las c o sas. Las instituciones políticas n o se improvisan, se i m p o nen por sí mismas; esto es, por la fuerza moral d e las c o s tumbres, de la e d u c a c i ó n social de un pueblo, d e sus antecedentes políticos, de su propia índole. U n pueblo que n o ha sabido gobernar su propia casa ¿podrá gobernarse m e j o r viviendo en c o m u n i d a d c o n otro, i mas aun c u a n d o h a vivido siempre en riña c o n él? Creerlo seria una candidez. L a educación democrática n o se adquiere en los m o t i nes de cuartel, en la escandalosa enseñanza de inmoralid a d i perversión de todos los principios sanos d e una p o lítica honrada, sino en la escuela del respeto a la leí, al orden i a la libertad; i n o sabemos q u e hayan asistido alg u n a vez a esta escuela los caudillos ambiciosos q u e se han sucedido en el g o b i e r n o tumultuoso d e las d o s r e p ú blicas confederadas. Bolivia, escarmentada por sus recientes reveses, p u e d e decirle a su flamante amigo confederado lo q u e el ilustre Sucre, fundador d e su independencia, al Jeneral Gamarra, invasor d e Bolivia: " M i estimado Jeneral: A g r a d e c i e n d o a U d . la señal d e gratitud a mis servicios al Perú, viniendo a interponerse c o n su ejército entre los asesinos i m i persona, espero q u e para c u m p l i m i e n t o do este testimonio de aprecio, regrese U d . al Perú. Preferiría rail muertes antes q u e por mí se introdujese en A m é r i c a el ominoso derecho del mas fuerte. Q u e ningún pueblo americano dé el abominable e j e m plo d e intervención, i m u c h o menos de irrupciones tártaras. Medite U d . en la fatal lección que U d . ha d a d o a Bolivia. Habría querido n o recibir el favor q u e U d . m e ofrece; habría querido ser víctima d e disensiones a Bolivia antes q u e haber visto hollar los derechos i la i n d e p e n d e n cia d e un p u e b l o americano." Bolivia debe contestar h o i a Piérola: "Señor D i c t a dor: quédese U d . c o n su g o b i e r n o autocrático en el Perú, que y o estimo mas el g o b i e r n o republicano q u e m e d i e ron Sucre i Bolívar, q u e sus obsequios d e la última hora, obsequios q u e U d . puede llevarse consigo; q u e para de-

fender mi independencia i mi d e c o r o , m e basta la espada de Ingaví, i el látigo d e Ballivian para azotar a los intrusos q u e , disfrazados c o n la piel fraternal de zorros, pretenden burlarse d e mi buena fe para especular c o n la sangre d e mis valientes soldados i pagarles este servicio c o n oprobiosa servidumbre!" Piérola, desorientado por esta impertinencia d e su aliado, buscaría apresuradamente la puerta, i caería el telón. P R E N S A

P E R U A N A .

TACNA I LIMA. (Do

LA ÉPOCA de Lima.)

E n nuestro anterior editorial a c o n s e j a m o s q u e " s u p i é ramos aprovechar el tiempo." ¡Ojalá se hayan atendido nuestras pobres reflexiones! H o i n o nos p r o p o n e m o s recordar el desastre d e Tacna; que esa lección nos sirva, y a q u e L i m a está amenazada. H é aquí p o r q u é el tema d e nuestro artículo es: Tacna i Lima. ¿Quién soñó siquiera c o n la derrota d e nuestro ejército en el Sur? Nadie. T o d o s estábamos plenamente c o n v e n c i d o s q u e ese ejército, i m p o n e n t e p o r su n ú m e r o , por su valor, p o r su d i s ciplina i sus aprestos bélicos, seria destinado para escribir con la p u n t a de sus riñas la gloriosa fecha q u e anhelaba nuestra guerrera historia. T o d o s creíamos q u e nuestras posesiones del Sur, esto es, T a c n a i Arica, eran inespugnables; i esta creencia la arraigábamos mas, p o r los c o r responsales d e la campaña, en c u y o s escritos siempre veíamos estas consoladoras promesas: " E s t a m o s listos: esperamos al e n e m i g o : nada t e m e m o s . . . " Llegó la hora d e prueba; i T a c n a fué vencida, i A r i c a fué vencida; i d e T a c n a i A r i c a solo nos queda el d o l o r o s o recuerdo d e sus defensores, la m e m o r i a triste d e una pelea que h a costado al Perú: sangre, sangre i sangre; pero sangre q u e n o ha teñido el pedestal del triunfo, sino q u e se h a derramado c o n abundancia estraordinaria para regar el c a m i n o del v e n c e d o r ; sangre q u e n o h a lavado las ofensas, sino q u e h a n servido sus regueros para m a y o r profanación; sangre, cuyas gotas mezcladas c o n el p o l v o , h a n sido las perlas engastadas en nuestro suelo para enriquecer el pavimento d e las lejiones victoriosas ¡sangre!... ¡Dios m i ó ! . . . E n un m o m e n t o nuestras ilusiones del S u r h u y e r o n ; i la amarga realidad de nuestra derrota, n o s h i z o c o m p r e n der cuan infundadas habian sido nuestras esperanzas. L l e g ó el día s e ñ a l a d o . . . ¡Tacna, Tacna, sirvió d e h o s p e d a j e a nuestro e n e m i g o ! ¡Arica, la heroica Arica, p o c o s dias después, l u c h a c o n desesperación i también s u c u m b e ! ¡Por D i o s ! . . . ¿En d ó n d e están ahora nuestras esperanzas del Sur? L o invencible ha sido v e n c i d o ; lo fuerte i lo poderoso ha s u c u m b i d o ante el m a y o r poder. D e esas lejiones de bravos, solo n o s q u e d a n olvidadas tumbas, heridas q u e aun se atienden, derrotados q u e b u s can su bandera; i . . . cierto q u e el triunfo moral lo t e n e m o s ; pero en c a m b i o , T a c n a i A r i c a son los asilos d e n u e s tro contrario. Los soñadores n o sirven para la guerra. L o s poetas c a n tan pero n o pelean. Las ilusiones nos h a n perdido. Esta es la verdad. ¿I a quién culpar? El libro del proceso nacional, n o d e b e aun abrirse... Sean en hora buena culpables los culpables; traidores los traidores; cobarde los cobardes; neglijentes los neglijentes... N o averigüemos quien p e c ó , si c o n o c i d o es el p e c a d o , o p o r t u n o es el remedio. N o es t i e m p o d e entretenernos


CAPITULO

en tardías investigaciones; es tiempo de aprender c o n la l e c c i ó n d e ayer el paso de mañana. Si h e m o s perdido Tacna i Arica, ¡cuidado, cuidado, n o perdamos Lima! A s í c o m o n o siempre la esperiencia cura a los individuos, t a m p o c o esta esperiencia alecciona a los pueblos. H ó aquí nuestro temor. H e m o s sido i aun somos m u i confiados; i por esta, p e r d o n p o r la frase, maldita confianza, palmo a p a l m o se nos arrebata nuestros dominios; i si n o m o d e r a m o s nuestra presunción, nada d o estraño tuviera q u e en los triunfos chilenos entrara la t o m a d e Lima; la humillación de ésta adormecida c o n los arrullos d e l R i m a c ; la total ruina del P e r ú . . . ¿ C ó m o estamos de defensa d e Lima? P o d e m o s tener millares d e guerreros, ¿pero c ó m o están éstos? P o d e m o s tener abundancia d e elementos bélicos ¿pero c ó m o habrán éstos d e emplearse? P o d e m o s tener lejiones q u e i m p o n g a n por su sola actitud ¿pero está bien distribuido el puesto q u e deben ocupar, las señales q u e deben obedecer, i aun hasta la retirada conveniente está prevenida? Bolognesi, el mártir Bolognesi, después d e nuestra derrota d e Tacna, decia: "Espero a Leiva para quemar en A r i c a el último cartucho." I . . . i A r i c a fué el cementerio de Bolognesi, Moore, Zavala, Ugarte i otros m u c h o s ; i el enemigo venció... ¡Cuidado c o n una sorpresa en Lima! N o pertenecemos a la familia de los pesimistas; pero t a m p o c o militamos en las filas d e los q u e t o d o lo facilitan h a b l a n d o i arreglando; pero hablando, lejos del c a m p o d e batalla, i arreglando c u a n d o aun n o se ha e s c u c h a d o el primer silbido del proyectil enemigo. Si L i m a intenta defenderse a priori esto es, o b e d e c i e n ciendo a los cálculos de los soñadores, L i m a será v e n c i d a ; mas, si L i m a se defiende a posteriori, esto es, c o n el e j e m plo d e T a c n a i A r i c a , L i m a saldrá victoriosa. L a defensa d e L i m a reclama mas q u e la defensa d e T a c n a i Arica. L i m a es el corazón del Perú. U n g o l p e en L i m a , seria, n o nos h a g a m o s ilusiones, la muerte del Perú. N o d u d a m o s q u e nuestro Jefe S u p r e m o , estas i mayores consideraciones se h a y a h e c h o ; pero es necesario q u e a las iniciativas del Jefe d e Estado correspondan; es indispensable q u e todas las ruedas d o la m á q u i n a gubernativa tengan el m o v i m i e n t o q u e hoi la guerra les reclama; es necesario, q u e en palacio, en los cuarteles, en las calles, en las casas, en todas partes, solo se piense en salvar el h o n o r nacional. Para los miedosos, tanto públicos c o m o privados: ¡un sotan! para los q u e tienen fe en la causa q u e defienden, en los principios p o r Jos cuales luchan, en la santa e m presa q u e siguen, para éstos: ¡el cuartel! Para las mujeres disfrazadas u n asilo de lactantes; p a ra los espíritus varoniles, intrépidos, resueltos hasta el sacrificio, u n a barricada, un cañón, un lugar de p r u e b a . . . M u c h o p o d e m o s esperar, siempre q u e , aleccionados con el descalabro d e ayer, sepamos variar de opinión i d e p r o ceder; d e j a c t a n c i a i d e obra; de delirios i d e realidades. Basta de matar, esterminar, pulverizar a la distancia. S e p a m o s prepararnos c o n v e n i e n t e m e n t e para q u e , si llegasen a L i m a nuestros contrarios, le d e m o s a entender: que aquí vienen a, pagar todas sus baratas glorias. N o l u c h e m o s c o n los m o l i n o s d e viento: alistémonos para l u c h a r c o n los invasores de Lima. Menester es q u e seamos m e n o s habladores, i mas pensadores i guerreros. El e n e m i g o n o está en Tacna o Arica, está y a en Lima; p o r q u e L i m a es su delirio; porque L i m a ha sido, i h o i mas, el sueño d e sus conquistas; porque en las calles de L i m a intenta repetir su h i m n o victorioso. E l enemigo, c o n su pensamiento, c o n su deseo, c o n sus cálculos, c o n sus preparativos está en Lima. TOMO I I I — 5 3

QUINTO.

417

N o lo veamos, pues, tan lejos. ¡Aquí, está! N o olvidemos esta particularidad para arreglar nuestra defensa. Basta de cantar glorias, de enaltecer héroes. H a llegado el tiempo de preparar una gloria que sirva de t e m p l o a todas nuestras glorias, i d e preparar un altar para encerrar allí a nuestros héroes; ha llegado el tiempo d e r e c o n quistar las glorias sacrificadas p o r el n ú m e r o con la c a n tidad, i d e levantar mas a los héroes victimados por la fuerza; ha llegado el tiempo en q u e L i m a sea el índice d e nuestra gloriosa historia, i también sea el santuario d e nuestros mártires. A c o r d é m o n o s de T a c n a i Arica, i así pensaremos m e j o r en Lima. ¡La esperiencia, quiera Dios, nos prepare el c a m i n o d e los triunfos! Tales s o n nuestros deseos. M . J E K M A N D E LA F U E N T E CHAVES.

PRENSA F E D E R A C I Ó N . — E S

BOLIVIANA.

IMPORTUNA

LA

UNION

FEDERAL.

(De L A PATRIA de La Paz del 21 de Julio.)

L a idea d e U n i o n federal lanzada p o r el D i c t a d o r del Perú, entre el fragor d e los c o m b a t e s i los desastres q u e a b r u m a n a d o s grandes pueblos, h a h e c h o vibrar d e entusiasmo patriótico m u c h o s corazones bolivianos, p o r que h a n creído q u e la realización d e esa idea será el b a luarte inespugnable c o n t r a Chile, el arma d e la victoria i la alborada d e bonancibles i venturosos dias para la grande i poderosa R e p ú b l i c a perú-boliviana. I los exaltados sectarios de ese idea, en un rapto d e e n tusiasmo, han ido hasta decir: el q u e está c o n nosotros está c o n los chilenos. V a m o s a manifestar nosotros c o n toda claridad i sin ambajes la causa j e n u i n a i verdadera d e haberse lanzado ese pensamiento en circunstancias tan anormales i en m o m e n t o s tan i m p o r t u n o s . La inercia q u e reina en Bolivia, la especie d e p a z octaviana en q u e n o s hallamos, h a llam a d o la atención del Perú, i entonces c o m o un n u e v o i n centivo de guerra, ha lanzado esa idea para q u e Bolivia se levante a la altura q u e le corresponde, i haga la guerra con la abnegación q u e le prescriben el h o n o r i la lealtad. V e d ahí, por q u e bajo los auspicios d e la guerra q u e t o d o lo desorganiza, se trata d e organizar i ligar dos pueblos que tienen rencores p r o f u n d o s , i en m o m e n t o s fatales en q u e esos odios inveterados h a n s u b i d o d e p u n t o c o n las peripecias de nuestros desastres; pues la Alianza, en v e z de estinguir esos odios, los h a acrecentado i h a creado n u e v o s j é r m e n e s d e aversión implacable, q u e ha sabido esplotar la política artera d e Chile; n o lo ocultemos p o r que la sinceridad debe presidir todos nuestros actos. N o es, pues, la necesidad del presente la q u e ha enjendrado ese pensamiento, sino el cálculo errado de creer q u e esa unidad ficticia será un n u e v o i poderoso elemento d e guerra contra el enemigo c o m ú n ; mas es necesario q u e los patrocinantes d o esa idea tengan entendido q u e el triunfo m a s c o m p l e t o para Chile será intentar la realización d e esa idea, p o r q u e entonces se reducirá Bolivia a la impotencia envolviéndose en una anarquía q u e a m e n a ce su disolución política i social; d e consiguiente, patrocinar esta idea, es patrocinar las iniquidades i el triunfo d e Chile. Por otra parte, ni el D i c t a d o r del Perú ni la C o n v e n ción N a c i o n a l d e Bolivia, se hallan p r e m u n i d o s d e facultades para decretar la fusión i unidad nacional d e d o s pueblos q u e n o se hallan ligados por verdaderas s i m patías. Necesario es previamente restablecer la sinceridad e n las relaciones d e esos d o s pueblos q u e tratan d e unirse, p o r m e d i o d e u n a p r o p a g a n d a bien organizada i p o r otros


418

GUERRA DEL

medios que demandan t i e m p o para dar el fruto apetecido. L a gran ovolucion q u e c a m b i e la faz del continente r e fundiendo las diferentes secciones de la A m é r i c a Latina en pocas, pero vastas i poderosas repúblicas, debe efectuarse en breve, c o m o y a lo dijimos en uno de los n ú m e ros

del

BoLETIN

DE

GUEIIKA.

D E L EJÉRCITO

BOLLVLVNO,

bajo el título do " N u e v o s horizontes," i hoi con placer v e m o s que se c u m p l e n nuestras previsiones, porque, en Colombia i la A r j e m i n a , se ha iniciado y a eso gran p e n samiento que debe trocar los destinos de la América, c o n d e n a n d o a Chile c o m o a r e p r o b o del continente; mas la idea d e la U n i o n federal q u e se p r o y e c t a entre el Perú i Bolivia, seria funestísima al presente. Tal vez sea benéfica esa unión en el futuro, pero nos abstenemos de examinar las ventajas q u e reportaría, porque ello conviene así en la actualidad. Apartemos, pues, de nosotros la idea importuna i peligrosa de Union federal, i solo pensemos en salvar la d i g nidad i h o n o r do Bolivia, i quo nuestro único pensamiento, nuestra única divisa sea: ''La patria c o n honra o la t u m b a c o n gloria." Para nosotros, la U n i o n federal no es otra cosa quo u n grito de guerra lanzado para acallar el siniestro eco de los infames que dicen: " T o d a tentativa contra Chile será infructuosa, porque nos hallamos inermes i los sacrificios estériles los condona la mas severa moral; basta de aniuilar mas un pueblo sobre el que han pesado todos los ájelos i calamidades, i aleccionados por tan duro i prol o n g a d o infortunio procuremos rejenorar el país a la s o m bra bienhechora de la paz, aplazando la revancha para esos bonancibles días en quo seamos ya fuertes i poderosos." ¡Solo la m a n o oculta d e Chile es capaz d e p r o d u c i r tal perversión do ideas i degradación de sentimientos! ¿Quién h a osado decir que hemos h e c h o y a balitantes sacrificios para salvar la honra nacional? ¿Quién se atreve a aseverar que los sacrificios ulteriores serán estériles? V e r d a d es que desde tiempo há un fatal destino va h a c i n a n d o sobro el suelo boliviano toda suerte de infortunios i c o n d e n s a n d o recias tempestados, cual si quisiese probar si esta jeneracion es digna projénie do los que en tres lustros de tremenda lucha i do dura prueba alcanzaron glorioso renombre. Mostrémosnos, pues, d i g n o s d e nuestros ilustres projenitores i s o p o r t e m o s resignados las

a

PACIFICO.

decepciones i adversidades, menos el eterno b a l d ó n de sancionar la detentación de nuestro territorio i la atroz infamia de ser cómplices de los piratas del Pacífico, b a n d o l e ros de A m é r i c a . R e j e n e r e m o s el país, ¡está bien! pero al calor d e la p ó l vora que disipe los miasmas de su corrupción; i si para esta rejeneracion, c o m o para todas, es menester fecundar con regueros de sangre la cimiente de los buenos principios, venga el bautismo de sangre que nos purifique. Asi p o d r á depurarse en el crisol del mas puro patriotismo la escoria h u m a n a q u e envilece la patria de las heroicas i gloriosas tradiciones. T e n e m o s todavía armas c o n que combatir, i mientras no q u e m e m o s el tiltimo c a r t u c h o i perdamos el liltimo baluarte, q u e será el d o nuestros p e c h o s , n a d a h a b r e m o s h e c h o en c u m p l i m i e n t o del deber. A h o r a solo es necesario que la C o n v e n c i ó n vote de una vez la lei q u e determine los fondos estraorclinarios de guerra, pero sin perder el tiempo en discusiones i n c o n gruentes i en discursos ampulosos i banales, p o r q u e los m o m e n t o s son apremiantes i solemnes. Búsquese por la v o l u n t a d d e los prelados o p o r la fuerza de la lei, el recurso q u e espontáneamente h a ofrecido el digno clero del Perú. La lenidad es algo mas q u e u n contrasentido en estos críticos instantes, i es necesario revestirse c o n el titánico carácter de los Robespierre, Juárez i S o l a n o L ó p e z para salvar el h o n o r nacional, i si fuere preciso, amásese c o n sangre de traidores el l í m p i d o pedestal d o n d e tremole sin mancilla el santo lábaro de la patria. Díctese una lei que declare traidores a la patria a t o d o s los q u e teniendo una arma d e guerra en su p o d e r , de cualquier sistema que sea, n o la entregue en el término de 24 horas a la autoridad local. Declárese igualmente traidores a la patria a todos los que de palabra, por escrito o de obra estorben o impidan la ejecución de la lei que d e t e r m i n e esos fondos de salvación i juzgúeseles en c o n sejo de guerra. Esta es la manera de hacer la guerra, i si n o declaremos u n gran c o n v e n t o a Bolivia i m e t á m o s n o s de frailes. A p l a c e m o s la cuestión U n i o n federal para otra é p o c a de mas b o n a n z a i calma, i ahora repitamos " g u e r r a eterna a Chile! La patria c o n h o n o r o la t u m b a c o n gloria!"


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