GUIA NBA
PLAYOFFS 2011
@SextoHombre
Estudiante de Periodismo y colaborador de Solobasket. Tras casi cuatro años repartidos en Europa Press, Marca y El Mundo, soy agente libre. Y como no hay South Beach a la que llevar mis talentos, aquí los dejo.
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Sobre el autor:
Agradecimiento a Gonzalo Vázquez, por dejarme disponer de uno de sus textos.
o seguirme en Twitter: @SextoHombre
CRÉDITOS
Textos y maquetación: Andrés Aragón
Puedes contactarme a través de: aragonexojo@gmail.com
HASTA QUE EL LOCKOUT NOS SEPARE El posible cierre patronal añade otra razón para el disfrute de estos playoffs. No sabemos cuándo puede ser la próxima vez que podamos disfrutar de los jugadores.
Cada noticia que acerca el próximo lockout es una nueva motivación para seguir más de cerca esta lucha por el título. Aunque no estarán los pases de Steve Nash, la clase de Luis Scola o los mates de Blake Griffin, tendremos atractivos suficientes como para no despegar los ojos de la pantalla. Estarán los Lakers para buscar un threepeat, y estarán los Bulls para completar su resurreción. ¿Y si Phil Jackson fuera en serio con su retirada? Entonces cada uno pondríamos dinero de nuestro bolsillo para que, si no fuera nuestro equipo, ambos se reencontraran en la Final con motivo del 20 aniversario del primer anillo del Maestro Zen. Estarán los Spurs, como siempre, y estarán los Pacers, que entre todos han jugado menos partidos de playoffs que
cualquier titular de los Celtics. Cuestión de experiencia. Como la que construyen los Heat o mala, como la que han vivido los Mavs en los últimos años. 16 equipos y decenas de jugadores por los que trasnochar. Los fadeaways de Kobe; la competitividad de Garnett; la velocidad de Rose; los tapones a la carrera de LeBron; las suspensiones a una pierna de Dirk; la monstruosidad de Howard; la sutileza de Durant; el legado de Duncan; las penetraciones de Wade o el reloj parado de Kidd. ¿Y si fueran sus últimos besos a la canasta? Entonces se los mandaríamos nosotros, que tanto la queremos. Como la han querido en Sacramento. Haya o no lockout, allí no volverán a ver NBA. Por ellos, que tantas primeraveras nos hicieron disfrutar.
12 de Junio de 1991
Psicobasket CXVII Cuando todo haya terminado quédate unos segundos allí. Porque muchas veces desearás volver a estar donde ahora estás, sentir lo que ahora sientes y ser lo que ahora eres. Quédate unos segundos allí, mira a tu alrededor y déjate ser el momento. Porque ese momento ya no volverá y la felic idad dura un instante.
Gonzalo Vázquez
EL DAT
EDICIoN P LA LIGA REGULAR NO ASEGURA NADA
20
Los Chicago Bulls terminaron por primera vez desde 1998 con el mejor balance de la liga: un total de 62 victorias por 20 derrotas. Se alzaron con este honor en la última jornada, después de que los Spurs cayeron y dejaran su marca en 61. Pero el éxito en la temporada regular no garantiza nada. En la última década, 15 equipos han logrado al menos 60 triunfos en esa primera fase de la liga, pero sólo 3 han levantado el título de campeones. Los Angeles Lakers Boston Celtics San Antonio Spurs
2009 2008 2003
La palma se la llevan los Dallas Mavericks, que después de ganar 67 partidos en la 2006-07, cayeron eliminados en primera ronda a manos de los Golden State Warriors de su antiguo técnico, Don Nelson. Y es que el éxito en liga regular no está ligado a la postemporada. Que se lo digan a los Miami Heat, el campeón con peor balance de la última década. Sólo 52 triunfos por 30 derrotas.
TÉCNICOS GANADORES Que Phil Jackson haya terminado con balance positivo la temporada no es ninguna novedad. No en vano, es algo que ha conseguido durante las 20 temporadas que han compuesto su carrera profesional. Es la mejor marca de campañas consecutivas con al menos la mitad de los partidos ganados, superando por una a Pat Riley y otro técnico en activo, George Karl... si le hacemos un par de concesiones: cuando se hizo cargo de Soniscs y Nuggets, las temporadas ya estaban mediadas, y el año pasado abandonó el banquillo para poder someterse al tratamiento de su enfermedad. Phil Jackson 20 Pat Riley 19 George Karl 19
1989 - Presente 1982 - 2001 1992 - Presente
CAMPEONES EN APUROS
LOS ANTECEDENTES DE POPOVICH
Chicago Bulls y Boston Celtics cerraron la temporada regular como los dos únicos equipo de la NBA que no cayeron derrotados tres veces seguidas. Un signo de fiabilidad, aunque una vez empezados los playoffs, lo que ha ocurrido antes no sirve para nada. Por su parte, las 6 derrotas consecutivas que sufrieron los San Antonio Spurs despertaron dudas sobre su candidatura al título. ¿Es que acaso un equipo que aspira al anillo puede permitirse esos deslices? La respuesta es que sí, que ha pasado. Y no pocas veces. Hasta en tres ocasiones, la última los Detroit Pistons de 2004, un equipo ha sufrido una racha de derrotas idéntica antes de proclamarse campeón en junio. Éstas son las peores rachas que ha vivido un equipo campeón:
Los San Antonio Spurs se convirtieron en sinónimo de fiabilidad desde que Tim Duncan y Gregg Popovich. No en vano, el técnico no sufría una racha de derrotas semejante desde 1997, precisamente la desastrosa temporada que permitió elegir en el draft a uno de los mejores ala-pívots de la historia. A pesar de esta desacostumbrada mala racha, el equipo tejano ha cuajado un año lo suficientemente sobresaliente como para terminar con el mejor récord de la Conferencia Oeste. Es la quinta vez que Popovich logra este mérito, y a tenor de sus antecedentes podemos decir que, en su caso, es algo muy cercano a sinónimo de éxito. De las cuatro anteriores, dos acabaron con un anillo en sus manos y sólo en una le eliminaron en playoffs antes de las Finales de la Conferencia Oeste.
2003-04 1978-79 1950-51 1994-95 1977-78 1976-77 1968-69
Detroit Pistons Seattle SuperSonics Rochester Royals Houston Rockets Washington Bullets Portland Trail Blazers Boston Celtics
6 6 6 5 5 5 5
1999 2001 2003 2006
37-13 Campeones vs. New York Knicks 58-24 Finales del Oeste vs. Lakers 60-22 Campeones vs. New Jersey Nets 63-19 Semifinales del Oeste vs. Dallas
ATARIO
PLAYOFFS
NOVATOS DIFERENTES
011 FIN A LA SEQUÍA Los New York Knicks estarán en los playoffs. No es ninguna sorpresa viendo su plantilla, pero sí cuando atendemos a la racha que llevaban detrás: no lo conseguían desde 2004. Esos 7 años eran la sequía más larga de la liga junto a la de los Minnesota Timberwolves, que se quedan ahora en solitario. Otras rachas negativas que se romperán en esta edición de 2011 serán las de Indiana Pacers y Memphis Grizzlies, que están de regreso en la lucha por el título por primera vez desde 2006. Aquel año hubo otros dos equipos que todavía no han vuelto. Éstas son las mayores rachas en activo: Minnesota Timberwolves Sacramento Kings Los Angeles Clippers
2004 2006 2006
A Tom Thibodeau se le ha dado muy bien su primera campaña como entrenador en la NBA. ¿Tanto como para haber hecho historia? Sí. El técnico de los Chicago Bulls ha logrado con un balance de 62-20 igualar como mejor debutante de la historia de los banquillos a Paul Westphal, que hizo lo propio en la temporada 1992-93, cuando se hizo cargo de los Phoenix Suns. Por detrás queda Bill Russell, que como entrenador-jugador alcanzó los 60 triunfos en 1967 (en una liga regular de 81 partidos). Si tomamos como referencia la primera campaña completa al frente de un equipo, también ocuparía esta segunda posición Avery Johnson, que después de haber tomado el relevo de Don Nelson mediada la 2004-05, selló sus 60 victorias un año más tarde. 2010-11 1992-93 1966-67 2005-06*
Tom Thibodeau Paul Westphal Bill Russell Avery Johnson
62-20 62-20 60-21 60-22
* Primera temporada completa
TROFEO TOM VAN ARSDALE
VICTORIAS DE VALOR
Estos playoffs tendrán dos debutantes ilustres. Troy Murphy Mike Dunleavy eran los jugadores en activo que más partidos habían disputado sin haberse estrenado en esa lucha por el título. El primero lo hará con los Celtics, aunque lo hará ya como el cuarto en esta clasificación histórica. El segundo jugará con Indiana, aunque una lesión en el pulgar izquierdo hizo peligrar este momento. Ambos llegaron a los Pacers en 2007, pero ese año no se clasificaron para playoffs... después de haberlo hecho en 15 de las 16 temporadas anteriores. El legado queda ahora en manos de Eddy Curry y sus 511 encuentros. Los Heat declinaron su contratación hace unos sólo unos días.
Parece que esta vez los principales candidatos al anillo se concentran entre las tres primeras posiciones de cada Conferencia. Salvo sorpresa, la victoria final se jugará entre ellos. Durante el año se han criticado los problemas de los Heat para vencer a los equipos mejor preparados. Su balance es de 2119 contra equipos con un 50% o más de victorias, pero más impactante resulta su récord contra los otros cinco mejores equipos de la NBA. Más aún llama la atención la seriedad de los Chicago Bulls, que han dominado en estos choques con tan sólo 4 derrotas en los 13 partidos disputados. Son el único equipo junto a los Spurs que pueden presumir de tener balance positivo en esta clasificación, de la que podrían salir los cutro finalistas de conferencia. ¿Cómo les ha ido en los enfrentamientos directos?
1. Tom Van Arsdale 2. Shareef Abdur-Rahim 3. Otto Moore 4. Troy Murphy 5. Jamal Crawford 6. Nate Williams 7. Mike Dunleavy ... -. Eddy Curry
929 partidos 744 682 656 655 642 627 511
Chicago Bulls Boston Celtics San Antonio Spurs Los Angeles Lakers Dallas Mavericks Miami Heat
9-4 8-6 7-7 6-7 6-7 4-9
SAN ANTONIO SPURS (1) (8) MEMPHIS GRIZZLIES Partido 1: Partido 2: Partido 3: Partido 4:
17 de abril 20 de abril 23 de abril 25 de abril
Partido 5: Partido 6: Partido 7:
27 de abril 29 de abril 1 de mayo
San Antonio Spurs vs. Memphis Grizzlies San Antonio Spurs vs. Memphis Grizzlies Memphis Grizzlies vs. San Antonio Spurs Memphis Grizzlies vs. San Antonio Spurs (Si fuera necesario) San Antonio Spurs vs. Memphis Grizzlies Memphis Grizzlies vs. San Antonio Spurs San Antonio Spurs vs. Memphis Grizzlies
LAS CLAVES Defensa exterior: San Antonio es uno de los equipos más peligrosos desde la línea de 3 puntos. Las alas de Memphis tendrán que trabajar a fondo para frenarles. Ganar fuera de casa: Estamos ante dos de los cinco mejores equipos como locales. Ganar un partido en campo contrario puede ser determinante. Pelea en la pintura: La interior es la rotación que más ha cambiado Popovich esta temporada. Deberá atinar contra la rocosa pareja formada por Zach Randolph y Marc Gasol.
OKLAHOMA CITY THUNDER (4) (5) DENVER NUGGETS Partido 1: Partido 2: Partido 3: Partido 4:
17 de abril 20 de abril 23 de abril 25 de abril
Partido 5: Partido 6: Partido 7:
27 de abril 29 de abril 1 de mayo
Oklahoma City Thunder vs. Denver Nuggets Oklahoma City Thunder vs. Denver Nuggets Denver Nuggets vs. Oklahoma City Thunder Denver Nuggets vs. Oklahoma City Thunder (Si fuera necesario) Oklahoma City Thunder vs. Denver Nuggets Denver Nuggets vs. Oklahoma City Thunder Oklahoma City Thunder vs. Denver Nuggets
LAS CLAVES Defensa sobre Durant: La necesidad de contener a este superanotador dará más protagonismo a Wilson Chandler sobre el italiano Gallinari. Sociedad Perkins-Ibaka: Se acaban de conocer pero no hay tiempo para presentaciones, pues tienen que frenar a Nene, uno de los interiores más efectivos de la liga. Factor estrella: La enorme profundidad de los Denver Nuggets también tiene su lado negativo. ¿A quién acudirán cuando las cosas se pongan feas? No tienen un referente.
LOS ANGELES LAKERS (2) (7) NEW ORLEANS HORNETS Partido 1: Partido 2: Partido 3: Partido 4:
17 de abril 20 de abril 22 de abril 24 de abril
Partido 5: Partido 6: Partido 7:
26 de abril 28 de abril 30 de abril
Los Angeles Lakers vs. New Orleans Hornets Los Angeles Lakers vs. New Orleans Hornets New Orleans Hornets vs. Los Angeles Lakers New Orleans Hornets vs. Los Angeles Lakers (Si fuera necesario) Los Angeles Lakers vs. New Orleans Hornets New Orleans Hornets vs. Los Angeles Lakers Los Angeles Lakers vs. New Orleans Hornets
LAS CLAVES Superioridad interior: Juegue o no Andrew Bynum, los Lakers tienen una combinación de hombres altos ante la que poco pueden hacer los Hornets. Salud de Chris Paul: Si llega fresco a la serie, puede pasar por encima de Derek Fisher para nivelar la balanza entre ambos equipos. Refugiarse en defensa: La baja de David West merma mucho a los Hornets. Les queda recurrir a su gran actitud defensiva para intentar poner en problemas al campeón.
DALLAS MAVERICKS (3) (6) PORTLAND TRAIL BLAZERS Partido 1: Partido 2: Partido 3: Partido 4:
16 de abril 19 de abril 21 de abril 23 de abril
Partido 5: Partido 6: Partido 7:
25 de abril 28 de abril 30 de abril
Dallas Mavericks vs. Portland Trail Blazers Dallas Mavericks vs. Portland Trail Blazers Portland Trail Blazers vs. Dallas Mavericks Portland Trail Blazers vs. Dallas Mavericks (Si fuera necesario) Dallas Mavericks vs. Portland Trail Blazers Portland Trail Blazers vs. Dallas Mavericks Dallas Mavericks vs. Portland Trail Blazers
LAS CLAVES Miedo escénico: Los dos equipos acumulan decepciones en sus últimas apariciones en playoffs. Quien supere sus miedos tendrá mucho ganado. Dominio reboteador: Portland necesitará toda la ayuda posible para evitar que Dallas se haga dueño y señor de los tableros. Las segundas oportunidades pueden matarles. Incógnita Roy: No ha encontrado el ritmo de juego desde que volviera de su lesión. Si recupera algo de su toque puede poner en serios aprietos a los Mavs
Títulos: 4 Última aparición: Semifinales del Oeste 2010 Regular Season: 2º (61-21) Conferencia Oeste: 1º División Suroeste: 1º
El apetito insaciable del siglo XXI Aunque la era moderna no ha dejado lugar a las dinastías, lo más parecido que hemos vivido a una son los San Antonio Spurs. El tándem formado por Tim Duncan y Gregg Popovich ha quedado unido de forma permamente al éxito y, a sus 14 años de historia, siguen metiendo miedo. Nadie en su sano juicio ha intentado dar por terminado el reinado de San Antonio durante todo este tiempo. Los constantes aciertos de una ejemplar dirección deportiva ha mantenido al equipo en la élite durante un periodo inimaginable. Su trío de estrellas ya ha pasado el momento álgido de sus carreras, pero los pequeños retoques han prolongado la vida de este proyecto hasta tal punto que a estas alturas de la película se permiten dominar la liga regular. Recientemente han atravesado su peor racha desde el aterrizaje de Duncan (6 derrotas), pero llegados los playoffs nadie se atreve a dudar de ellos.
El corazón de la franquicia. A las innumerables
razones que podríamos esgrimir para defender la importancia de Tim Duncan en la historia -no sólo de los Spurs- podríamos añadir el dato que se rompió hace muy poco: durante los 14 años que lleva en la liga, San Antonio era el único equipo que no había sufrido una racha de al menos cinco derrotas consecutivas. Cayeron seis veces entre marzo y abril, pero en cuatro de ellas no estaba el 21. Agota sus últimos días en la NBA y esta temporada ha sido la que menos minutos ha jugado de toda su carrera. Ya no es ese gran intimidador y, sobre todo, el juego de ataque pasa cada vez menos por sus manos. Co-
incidiendo con ese declive, los Spurs han completado la mudanza hacia un estilo de juego más rápido, buscando aprovechar las transiciones que genera su superioridad en el rebote.
Guardianes de lujo. Con la producción de Dun-
can tan disminuida, son Tony Parker y Manu Ginobili quienes han cogido el mando, pues el juego de ambos se adapta perfectamente a esa velocidad de más que ha querido imprimir Popovich. El francés sigue siendo uno de los penetradores más efectivos, el mejor entre los bases de no ser por la irrupción de Derrick Rose. Aprovecha la amenaza en el tiro exterior de sus compañeros para seguir generando un torrente de puntos en la pintura impropio de su presencia física. Por su parte el argentino vive una madurez espléndida y ve cómo sus prestaciones se maximizan con la nueva mentalidad. No es que San Antonio se haya olvidado defender o que lo esté haciendo peor que nunca, sino que ahora ataca más rápido y da lugar a un mayor número de posesiones. Es ahí donde ‘Manudo’ sobresale, aunque comenzará lastrado por un golpe en el codo que se produjo en el último partido de liga regular y le hace ser duda para el choque inaugural. Tendrán que superar el reto que supone la línea exterior de Memphis. Hombres como Conley,
“
We can win without Duncan in the rest of the regular season and get that top seed. But we’re not going anywhere in the playoffs without him” Tony Parker Allen o Battier imponen un nivel de agresividad contra el que resulta muy complicado luchar. Deberán superar la prueba con nota ahora que el equipo descansa más que nunca sobre ellos.
El dilema del acompañante. A falta de cinco se-
manas para el final de la liga regular, Gregg Popovich decidió introducir una importante novedad en su alineación. Buscando una mejora en defensa, como él mismo explicó, dio entrada en el quinteto inicial a Antonio McDyess en detrimento de DeJuan Blair. La intensidad y el corpachón del pívot sophomore no eran suficientes para tapar su escasa estatuar y sus problemas a la hora de contener a los pívots rivales, por lo que el técnico apostó por la veteranía de ‘Dice’. Tanto han cambiado las cosas para el jugador de segundo año que ahora se bate el cobre con Thiago Splitter por ver quién ocupa los minutos desde el banquillo. El brasileño ha recibido más confianza en la recta final de la campaña y, aunque desacertado en ataque, ha puesto sobre el parqué toda la garra que se le pedía. Aunque la condición de novato puede jugar en su contra -y más en un momento de la temporada como éste-, la ventaja que ha perdido Blair y su buena respuesta a los minutos que ha recibido podrían abrir la puerta en los playoffs.
Rotación bien armada. Otra de las novedades que
llama la atención en esta vuelta de tuerca a los Spurs que comenzó el año anterior es la terrible amenaza que supone su lanzamiento exterior. Han pasado a ser el cuarto equipo que más triples anota y el que mejor porcentaje conserva de la liga, con un espectacular 40% de acierto. Puede así entenderse que sea el ataque más prolífico que jamás haya dirigido Popovich. Aunque hace unos años no lo hubiéramos dicho, destaca en esta tarea Richard Jefferson. Es difícil ver en el actual a aquel alero que revitalizó a los Nets, pero cada vez se encuentra más cómodo y, aunque muy lejos de su mejor producción, afina cada vez mejor desde lejos en ese ya tradicional triple desde la esquina spur. Pero ahí no se acaba el peligro que esconden las tropas de El Álamo. Popovich tiene a su disposición un banquilllo lleno de soluciones. La más importante es la de Geroge Hill, el principal descanso a los exteriores. Su irrupción es una de las que permite que los Spurs sigan vivos, como promete serlo la de Gary Neal. Después de su paso por Europa, el escolta está disfrutando de un inmejorable año como rookie y es junto a Matt Bonner la gran amenaza artillera que reserva San Antonio en la banda. Empieza una nueva lucha por el título y, aunque huelga decirlo, los Spurs están preparados para todo.
Títulos: 16 Última aparición: Campeones en 2010 Regular Season: 4º (57-25) Conferencia Oeste: 2º División Pacífico: 1º
Cuando ganar es lo único que importa Después del primer anillo todo es más difícil. Soportar las embestidas de quien quiere destronarte y desear seguir sufriendo para ganar otro. Los Lakers quieren regalarle otro ‘three-peat’ a Phil Jackson en su posible despedida y demostrar que, a pesar de las dudas, siguen siendo los campeones. Por más que se reitere el aviso, se sigue dudando de equipos que han demostrado saber competir cuando más importa. Lo mismo que ha sufrido Boston lo han vivido los Lakers, a los que un exceso de relajación en el mes final ha podido costar muy caro. Al 17-1 firmado después del All-Star le siguió una mala racha que puso en peligro la segunda plaza del Oeste. Por eso algunos han querido enterrarles y dar paso a nuevos aspirantes, pero son ellos los que tienen la palabra. Al final lo salvaron y reciben a los Hornets como recompensa, un equipo al que le tienen tomada la medida y que vio sus opciones muy dañadas con la lesión de David West. Phil Jackson vuelve a hablar de su retirada pero hasta entonces (si esta vez se cumple) tiene en el punto de mira su cuarto ‘three-peat’.
La razón para el desvelo. En el penúltimo partido
del año el Staples enmudeció cuando Andrew Bynum pisó a DeJuan Blair. Cuando el enorme pívot se quedó sentado en el parqué agarrando su rodilla derecha con gestos de dolor y preocupación, empezó a flotar en el ambiente la sensación de que el anillo empezaba a escaparse. Afortunadamente, el 13 de abril las pruebas médicas descartaron un daño grave y las previsiones son que esté listo para el primer partido de la serie contra los Hornets. Si alguien es-
cuchó un suspiro de alivio, debe saber que procedía de Los Ángeles. No se exagera cuando se dice que muchas de las aspiraciones al anillo pasan por este joven con rodillas de cristal. La inmensa presencia física puede evaluarse por las penetraciones que evita, los rebotes que asegura o los huecos que se hace en la pintura. No obstante, y aunque pueda jugar, habrá que comprobar en qué condiciones lo hace. No sería la primera vez que le vemos cojeando, y, aunque eso podría valer contra el mermado juego interior de New Orleans, se pagaría muy caro en caso de pasar a rondas posteriores.
Todavía la pareja perfecta. Su conjunción con Pau
Gasol es la que más condiciona en el Oeste. Son dos gigantes con una inmensa facilidad para anotar en la pintura, además de la consabida maestría del español desde la media distancia. De su excelente visión de juego se aprovechan todos, pero fundamentalmente Kobe Bryant, con el que vivió un ‘flechazo’ nada más aterrizar. La Mamba guarda uno de los arsenales ofensivos más completos que se haya visto nunca y un instinto ganador que no se agota por más anillos que tenga en las manos. La pega es que a veces ese espíritu se descontrola y tiende a monopolizar todos los balones para rescatar al equipo. Es entonces
“
We are anxious to get into it. We enjoy playoff basketball as a team” Phil Jackson
cuando el equipo se rompe, se pierde confianza y se rescatan las penosas imágenes de los primeros pasos sin O’Neal. Para eso llegó Pau, para darle otra referencia interior en la que apoyarse. Coincide además que ambos son dos competidores natos y juntos la mejor combinación dentro-fuera de la NBA.
Un apoyo impecable. Si hay alguien que puede
igualar el liderazgo de Kobe Bryant se llama Derek Fisher, cuya experiencia es difícil de ponderar. Seguirá sufriendo frente a los bases más físicos o rápidos -Chris Paul dará mucha guerra, por mucho que las repetidas lesiones hayan disminuido su ritmo- pero a cambio ofrece la certeza de que en algún partido, el más insospechado, surgirá para rescatar a los Lakers con otro de sus ‘instant classic’. Para evitarlos ya está Ron Artest, impredecible en liga regular y muy fiable a partir de los playoffs. Lo malo de este gran defensor es que necesita de un reto para jugar motivado. Lo bueno, que en la lucha por el título lo tiene asegurado. Forma junto a Odom el mejor revestimiento que puede tener el núcleo del equipo. De su adaptación a salir desde el banquillo habla su candidatura a Mejor Sexto Hombre del año. Sus facultades reboteadoras y su gran dominio del balón aseguran una muy buena salida al contragolpe, y su capacidad ofensiva un
refuerzo muy necesario para una segunda unidad en la que las dudas se han multiplicado conforme ha ido avanzando la temporada.
Suplentes sin garantía. Cuando el verano pasado
se lograban los fichajes de Matt Barnes y Steve Blake y la continuidad de Shannon Brown, se entendía que los Lakers reforzaban con muy buen criterio el banquillo, uno de los puntos más débiles. Sin embargo, el rendimiento de estos hombres de refresco ha ido decreciendo y alguno de ellos llega entre algodones a la cita más importante del año. En el caso de Barnes, el otro especialista defensivo, es la rodilla operada la que genera molestias. Lo de Blake, en cambio, entra dentro de las burlas del destino, ya que a sus 31 años es baja indefinida por haber contraído la varicela. Su baja significará más minutos para Shannon Brown, que ha perdido la inspiración anotadora con la que empezó esta campaña. Al menos es una alternativa para el juego exterior, algo de lo que no pueden presumir los Lakers por dentro. La lesión de Ratliff dejó sin refresco a unos interiores cuyo estado de forma habrá que comprobar en caso de que el equipo avance en playoffs. Sobre todo para que no se repitan los episodios de dejadez que han levantado tantas dudas. Son ellos quienes las despejan.
Títulos: Ninguno Última aparición: Primera ronda en 2010 Regular Season: 5º (57-25) Conferencia Oeste: 2º División Suroeste: 1º
Contra la maldición de los playoffs Llegan los playoffs y el nerviosismo se apodera de Dallas. Después de un comienzo espectacular, la lesión de Caron Butler trastocó los planes. La profundidad de la plantilla y un par de remedos en la agencia libre han conseguido recomponer las piezas pero, ¿Será suficiente? Se está convirtiendo en una peligrosa tradición que los Mavericks apunten a lo más alto a comienzos de la temporada para que algo falle y les deje en un fabuloso equipo de liga regular. Este año le tocó a Butler, al que una lesión de rodilla puso punto y final a la campaña. Los cambios obligados en la alineación convirtieron un poderosísimo banquillo en uno más dentro de lo que se supone debe tener un aspirante al título. Sólo el desastroso final de los Lakers puso la segunda plaza de la Conferencia Oeste a tiro, pero al final deberán conformarse con un tercer puesto que sabe a veneno: los Blazers eran el equipo a evitar para todos los cabezas de serie.
Una maldición que no conoce fin. Desde que en
las Finales de 2006 cayeran sepultados por el fenómeno de Dwyane Wade, los Mavericks sólo acumulan decepciones en la postemporada. Llama la atención que el mejor equipo en liga regular de la última década sufra tanto a partir de abril, pero la historia no miente. De sus últimas cuatro apariciones en playoffs, sólo en una lograron pasar de primera ronda. Fue en 2009 y sólo para ser barridos en cinco partidos por los Nuggets. Por no mencionar ridículos como el de 2007 frente a los Warriors (después de ganar 67 partidos) o sorpresas como ante los Hornets en 2008. Quieren
desterrar ese sambenito, pero los antecedentes más próximos no invitan al optimismo: de los 10 últimos enfrentamientos de esta temporada contra equipos de zona playoff en el Oeste, sólo han ganado uno. De las 9 derrotas, dos son contra Portland.
Confianza en los mismos pilares. De poco debe
culparse en ese descalabro a Nowitzki. El alemán sigue enganchado al tren de los hombres más desequilibrantes por más nuevas estrellas que quieran subir al carro. Y ha logrado lo que parecía imposible: sellar los mejores porcentajes de tiro de su carrera. Pero sobre todo sigue siendo una delicia verle cada vez que entra en funcionamiento, como a Jason Kidd. El base descansó durante la última semana para llegar fresco a los playoffs, donde es una máquina de relojería. Si se confirmarra el ‘lockout’, que nadie descarte que éstos sean los últimos partidos del jugador, por lo que querrá dejar el listón bien alto.
Preparados para derribar torres. Puesto que los
Mavericks tenían claro que el gran rival a derrotar serían los Lakers, blindaron la pintura fichando a Tyson Chandler como acompañante de Brendan Haywood. El primero puede respirar tranquilo después de haber dejado atrás sus reiterados problemas en los pies.
“
The feeling is we have something to prove. We’re a team that everyone wants to play. They’re going to get their shot, one by one” Jason Terry
Ha disfrutado por fin de una temporada sana y lo ha agradecido reivindicándose como uno de los mejores candados que poner en el aro. Ha despejado las dudas a manotazos y ha dejado al ex de los Wizards como un recambio de lujo. El pívot formado en North Carolina sabe emplear al máximo su envergadura y mantiene la agresividad en los tableros que imprime el titular del puesto. Son el mejor remedio posible para hacer frente a las torres de los Lakers,, pero antes tendrán que frenar a Aldridge, uno de los jugadores que más daño les ha hecho esta campaña.
Motores de repuesto. De no haber sido por la
lesión de Butler, Dallas podría haber presumido de tener la mejor rotación de 8 jugadores en la NBA. Aunque inicialmente se intentó partir con el fichaje de Stojakovic, Carlisle ha tenido que recurrir a Shawn Marion para fortalecer el quinteto inicial. Aunque verle anotar desde la media distancia -cuando lo hacees uno de los grandes sacrilegios que ha visto este deporte, es innegable que su incesante actividad es de gran ayuda para los Mavs. No deja de incordiar en defensa, apoya en el rebote y su hambre por los balones divividos suele tener su traducción en puntos. Su cambio de rol dejó a Jason Terry como el único impulso notable desde el banquillo. Aunque duran-
te el pasado mes ha atravesado una muy mala racha tanto en lo personal como en lo deportivo -punto de mira muy desviado, peleas con Carlisle y Barea, tangana contra los Lakers-, se espera contar con el mejor ‘Jet’ en los playoffs. El toque de su espíritu revolucionario no vendrá mal para evitar lo que muchos sienten como la ‘sorpresa más probable’ de playoffs.
Invitados inesperados. En otros no se confía tanto pero podrían ser una bienvenida sorpresa. Es el caso de Beaubois, que tras perderse buena parte del año por una fractura en el pie izquierdo ha vuelto lejos de ese afrancesado que brilló en su estreno. Haga lo que haga tendrá que ser desde el banquillo, pues su desventaja respecto a Wesley Matthews -mucho más corpulento- hará que Stevenson recupere su lugar en el cinco inicial. Además tendrá que pelear con José Juan Barea, mucho más acertado. A ellos hay que unir las dos últimas novedades, dos descartes que podrían dar un empuje puntual al equipo. Uno es Peja Stojakovic, al que la espalda ha dejado en una sombra. El otro es Corey Brewer, un especialista defensivo cuyo principal problema es la intensidad: intenta hacer demasiado y juega siempre con una marcha de más. El reflejo de los Mavs, que necesitan jugar más relajados para quitarse el mal fario de encima.
Títulos: 1* (como Sonics) Última aparición: Primera ronda en 2010 Regular Season: 7º (55-27) Conferencia Oeste: 4º División Noroeste: 1º
En la autopista hacia el anillo Sin el menor atisbo de urgencia y con un entusiasmo desbordante, los Thunder siguen escalón a escalón su ascenso en la jerarquía de la liga. Campeones de división y ya sin el respeto a debutar en playoffs, Oklahoma mira a su siguiente objetivo en la lista: asustar a los cocos del Oeste. Alumbrados por un joven General Manager pero muy respetados por las lesiones, los Thunder se colgaron el título de herederos de los Blazers, ese equipo joven llamado a luchar por el anillo en pocos años. Cuando ‘nacieron’ en Oklahoma ni siquiera pensaban en playoffs, en la última temporada plantaron cara a los vigentes campeones y ahora cosechan el primer título de División en su corta historia. Siempre con un plantel joven y cada año sumando un par de piezas más con las que seguir asfaltando el camino. En busca de dar un impulso a ese durísimo ascenso Sam Presti se atrevió a apostar por un cambio. Sacrificó a uno de los tres pilares del equipo para conseguir esa presencia interior tan necesaria y ahora el equipo afronta sus segundos playoffs como una de las trampas a evitar... en segunda ronda.
En las redes de Durantula. El mayor culpable de
esa amenaza no es otro que Kevin Durant, un superanotador al que se le caen los puntos en cada gesto. Hace un año vivió en sus carnes la dureza de la postemporada y pagó, además de su inexperiencia, lo que es un marcaje de Ron Artest motivado. Sin embargo en este 2011 no sólo cuenta con la lección aprendida sino con el bagaje de haber conducido a la selección de Estados Unidos hacia el oro en el
Mundial. Lo que asombró en Turquía no es ni más ni menos que lo que significa Durant: un alero con una facilidad insultante para subir puntos al marcador. Su combinación de altura, movilidad y rango de tiro le convierten en uno de los atacantes más letales que pisan un parqué. Por el momento con los 23 años todavía por cumplir ya ha sido dos veces máximo anotador de la NBA.
Juventud en progreso. A su lado en la selección
estuvo Russell Westbrook, un exterior agresivo hasta la neura que hace de cada transición ofensiva un segundo frenético del que nadie sabe a ciencia cierta el resultado. Gran penetrador gracias a su imponente físico y un primer paso demoledor, sigue poniéndose muy en duda su cabeza, sobre todo a la hora de llevar el balón a la canasta. Algo más de reposo haría de él un base más deseable, aunque con lo que tiene ya le basta para causar estragos en las defensas rivales. También en continua evolución está Serge Ibaka, al que los traspasos han concendido por fin la titularidad. Desde la posición de ‘cuatro’ explota mejor su incipiente tiro de media distancia, aunque el gran valor reside en su agresividad en los tableros. Su inconmensurable segunda mitad de temporada no hace más que inivitar al optimismo de cara a los
“
It always helps to have your first taste of the playoffs. Our players experienced it and now they want that again. They can’t wait for that opportunity” Scott Brooks playoffs. La sociedad con su nuevo compañero en la pintura será una de las mayores fortalezas a las que pueda agarrarse el equipo cuando haga falta ponerse delante de Nene y Kenyon Martin.
Algo más que kilos. En esa mejora de Ibaka tiene
también un poco que ver la llegada de Perkins. El expívot de Boston aporta mucho de lo que necesitaba este equipo, hasta el punto de hacer de ellos uno de los que mejor ha terminado la liga regular (13-4 con él en pista). No sólo se trata de esa presencia interior que les faltó el año pasado ante los Lakers o que les ayudaría a no verse avasallados por Dallas. Se trata también de experiencia y espíritu ganador. Aun siendo joven, ha sido una parte fundamental en todas las recientes candidaturas al título de los célticos y, como ha demostrado con sus 7 técnicas en apenas 30 partidos, suma ese carácter, esa mala leche de la que adolecían estos ilusionados (no confundir con los ilusos) Thunder. Llamar “arrogante” a Phil Jackson, “blando” a Pau Gasol o encararse con Nene dos veces en la misma semana son datos que evidencian que Perkins ya se ha puesto manos a la obra: a base de sonrisas no se gana. Ya lo ha dicho Durant: “en esta liga no se puede ser demasiado simpático”. Y Denver no tiene intención de serlo.
Variedad en los complementos. De manera si-
milar a los Nuggets, Oklahoma es también un equipo atlético, temible al contraataque y con una superioridad física en las posiciones exteriores que les permite ofrecer una gran intensidad defensiva. De eso se encarga sobre todo Thabo Sefolosha, un escolta que llegó rebotado y se ha labrado un hueco a base de sobresalir en esa tarea tan ingrata de frenar a la estrella rival. Para dar continuidad al torrente anotador ya está James Harden, que ha disparado su producción desde el parón del All-Star para consolidarse como el tercer mejor anotador del equipo. Tarde para optar al título de Mejor Sexto Hombre pero a tiempo para dar más esperanzas a su equipo.
Todo preparado. El calendario quiso que Thunder
y Nuggets se vieran las caras dos veces en la última semana de liga regular. Si ambos pudieran tomarse como previa, no cabe duda de que los primeros parten como favoritos. De la mano de la anotación del de siempre y gracias a un impecable trabajo en defensa, Oklahoma solventó con nota el doble emparejamiento. La intensidad con la que se disputaron ambos duelos deja entrever que no sólo será la eliminatoria más igualada, sino que también puede haber rencillas que aclarar en la serie.
Títulos: Ninguno Última aparición: Primera ronda en 2010 Regular Season: 9º (50-32) Conferencia Oeste: 5º División Noroeste: 2º
Jóvenes deseosos de ponerse a prueba Cuando parecía que el traspaso de Carmelo Anthony iba a suponer el comienzo de la reconstrucción en Colorado, apareció Masai Ujiri con una negociación que no sólo ha mantenido al equipo en playoffs, sino que le ha convertido en uno de los mejores de la segunda mitad del campeonato. Aunque nada más cerrarse el acuerdo con New York las alabanzas al trabajo de los Nuggets fueron unánimes, nadie pensaba que el rendimiento iba a ser tan espectacular. Pero por una vez las matemáticas han funcionado. George Karl tiene a su disposición dos quintetos titulares, posiblemente una de las plantillas más compensadas de la liga. Sin embargo está previsto que esta misma fortaleza sea la que dañe sus posibilidades de hacer algo más serio en la postemporada: ya no tienen un referente al que acudir cuando el juego se atasque.
trenador cuando salió a decirlo públicamente, pero el cambio en la mentalidad del equipo desde que se fue es demasiado obvio como para ocultarlo. Gracias a esa profundidad ofrecen 48 minutos de tensión constante, de agresividad. No conocen el concepto de segunda unidad y atacan al contrario por oleadas. No conceden descanso al enemigo y, sobre todo, parecen preparados para superar posibles bajas. No tardarán mucho en comprobarlo, pues hasta cuatro titulares (Lawson, Afflalo, Gallinari y Nene) serán duda hasta el último momento por lesión.
La vida sin Carmelo. Es innegable que hasta el
Aire fresco desde New York. Gran parte de la cul-
momento les ha ido bastante bien sin la que ha sido su estrella durante algo más de siete años, y por eso ya hay quien piensa en este equipo como una de las posibles sorpresas. De los 25 partidos disputados han ganado 19 y en casa se han mostrado aún más fuertes, con sólo una derrota en los doce partidos jugados. Pero más allá de los triunfos, el cambio en el juego es muy notable. Ya no hay un jugador que acapare demasiado balón, sino que las opciones ofensivas se han multiplicado y la circulación de balón es mucho más fluida. También se ha notado en defensa donde, por mucho que le pese al de Brooklyn, ahora todos trabajan. Anthony criticó con dureza a su antiguo en-
pa en esa metamorfosis la tienen los jugadores que llegaron desde los Knicks. Lejos de acusar el haber abandonado forzosamente la Gran Manzana, se han traído de allí el dinamismo que hizo del equipo de Mike D’Antoni una revelación. Aportan kilos, centímetros y un gusto por el contragolpe que ha hecho a los Nuggets ser el mejor anotador de la NBA. Felton venía de hacer unos meses de All-Star y ha aceptado como un reto ser suplente de Ty Lawson, aunque como ya ha demostrado puede compartir minutos con él en pista y formar una pareja de directores rapidísimos con la que sembrar el pánico en las defensas rivales; Gallinari no para de crecer en ataque y
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There’s no question there’s a cockiness to Oklahoma that we’re anxious to see, if that’s what we’ve got to go through” George Karl
hasta es cada vez más agresivo buscando la canasta; Chandler no sólo anota, sino que su enorme valía como defensor le auguran la titularidad en primera ronda y una buena cantidad de minutos tratando de ser la sombra de Kevin Durant; Mozgov llega para aumentar una rotación interior que ya iba de por sí bien servida. Son jóvenes y se han tomado esta nueva etapa como una oportunidad para probar que no eran parte del decorado del Madison en medio de la resurrección de los Knicks. Su mentalidad ha encontrado eco en Denver, donde ya saben que sin estrella también se puede sobrevivir.
El grado de la experiencia. Con una plantilla tan
joven alrededor y sin Chauncey Billups en el barco, los galones han recaído sobre la madurez dorada de Kenyon Martin. Se ocupa de mantener a todos sus compañeros alerta durante los partidos y lidera desfondándose en su trabajo, siendo dañino cerca del aro y terco en tareas defensivas. Completa un gran tándem junto a Nene, uno de los atacantes más efectivos. Además tiene cuerpo suficiente para frenar las embestidas de los pívots rivales, aunque todo indica que los interiores de los Thunder no le darán mucho trabajo atrás. Llegará además con ganas de revancha, pues en los dos partidos que le enfrentaron a
Oklahoma en cinco días tuvo rifirrafes con Perkins. Son el faro de un equipo al que le puede pasar factura el exceso de juventud. Cuentan además con relevos de garantías en la anotación de Al Harrington y la combatividad de Andersen, completando esa fiabilidad que aportan los más veteranos al grupo.
Rivalidad incipiente. A falta de confirmación des-
de el otro bando, de las declaraciones de los Nuggets en los últimos días se desprende que hay una nueva ‘enemistad’ gestándose en la NBA. Los dos copan la División Noroeste, son jóvenes y están llamados a dar relevo a la actual nobleza. Tienen visos de encontrarse durante muchos años en playoffs, pero sobre todo es la actitud de Oklahoma la que ha creado un sentimiento de aversión a los Thunder en Colorado. Aunque no ha trascendido a la luz pública lo que realmente ocurrió tras el reciente triunfo en Denver, George Karl ha confesado que hubo cierta actitud de chulería entre sus rivales y algunos comentarios de mal gusto en el vestuario. Por eso no hay miembro de la plantilla que no sienta ánimos de venganza y esté deseando que llegue el próximo 17 de abril para que dé comienzo el duelo. Será el primero de los muchos que nos esperan en los próximos años entre dos equipos con muchísimo futuro.
Títulos: 1 Última aparición: Primera ronda en 2010 Regular Season: 10º (48-34) Conferencia Oeste: 6º División Noroeste: 3º
Otro final para la misma historia Hubo un tiempo no muy lejano en que Portland era un futuro candidato al anillo. Aunque esas esperanzas de dominar un día la liga se desvanecen, queda una tarea pendiente en la hoja de ruta de Nate McMillan y sus chicos: dar la talla en los playoffs. La mala fortuna de los Blazers ha querido de dos de sus tres mayores promesas no sumen una rodilla entre los dos. Muy pronto este año (aunque como siempre esperado) Oden anunciaba que esta temporada también la pasaría en blanco. Pero la verdadera catástrofe ha sido que Roy confirme esa fragilidad que ya se le intuía y deje al equipo sin el que había sido su máximo referente en la nueva etapa. Lamarcus Aldridge creció hasta hacer efectivo el cambio de poderes, la gerencia volvió a poner de su parte moviéndose bien en el mercado del All-Star con la contratación de Gerald Wallace y un año más el equipo se sobrepuso a una plaga de incidentes para firmar una gran liga regular. Las dudas se abren ahora, cuando llega una postemporada en la que estos chicos todavía no saben lo que es pasar de primera ronda.
El nuevo orden. Con esa sexta plaza en la Confe-
rencia Oeste podrán enfrentarse a los Mavericks, el equipo que más decepciones acumula a la hora de la verdad y, de paso, el equipo que más motiva al nuevo líder del equipo. Natural de Dallas, Aldridge ha dado por fin el salto al estrellato que se esperaba de él, pero incluso dentro de ese nuevo nivel de juego encuentra una motivación extra para aumentar sus prestaciones contra el equipo de su ciudad. Así lo atestiguan los 28
puntos y 9 rebotes que ha promediado en los cuatro enfrentamientos contra los tejanos. La principal diferencia con la anterior versión de este jugador es el grado de confianza y la agresividad. Sus compañeros le surten de más balones, pero también busca el aro con más determinación y es el jugador interior que mejor corre al contraataque de toda la liga. Ahora debe confirmar con Tyson Chandler delante que puede ser el líder sobre el que confiar en algo más que una salida a las primeras de cambio.
El nuevo puesto del rey. Si matizamos, la peor
noticia que han recibido los Trail Blazers esta temporada no fue la lesión de Roy sino el nivel al que ha vuelto. La ralentización de su juego ha alcanzado un nivel lastimoso y empieza a hacerse palpable que no volverá a ser el tres veces All-Star que se situó como uno de los exteriores con más futuro. Sigue atrayendo a las defensas porque la calidad sigue ahí, pero es sólo un fantasma. Le falta ritmo, no tiene confianza y ha perdido el primer paso. Duda (o teme) a la hora de ejecutar algunas acciones y sus opciones para crearse el tiro están muy limitadas. Como es normal llegará a playoffs en mejores condiciones, pero lejos de marcar diferencias. Le ayudará salir desde el banquillo, convertido ahora en suplente de Wesley Matthews.
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It’s a challenge for us. We don’t fear them. We respect them. But we also believe we can win” Nate McMillan
Este escolta llegado de Utah no sólo ha asumido un papel importante en ataque, sino que también aporta un grado más de defensa. A ambos es a quien tiene que arañar los minutos Rudy Fernández, que después de un verano más movido de la cuenta ha quedado como el mejor relevo anotador desde el banquillo.
Pensando en Nowitzki. De alero partirá finalmente
Gerald Wallace. Como ya lo fue Marcus Camby hace un año, su llegada es fruto de otra buena maniobra en el mercado de mitad de temporada con la que se sacó partido del contrato de Joel Przybilla (también lesionado, como todo pívot que pone un pie en Oregon). Buen defensor, fuerte en el contragolpe y sobre todo muy físico, su estilo será de gran ayuda en los playoffs, donde el combate cuerpo a cuerpo toma también más importancia. Aunque su posición más habitual desde que se incorporó al equipo ha sido la de ‘cuatro’, su falta de estatura ante Nowitzki le hará regresar a su puesto natural, desplazando a Batum al banquillo. El francés, que se ganó muy pronto la confianza de McMillan, vuelve a la suplencia. Su gran envergadura hace de él un buen defensor y, aunque más cómodo en un sistema rápido, puede también anotar desde el exterior en tiros librados. Versatilidad, por lo que se ve, no falta en Portland.
Nivelando fuerzas. Esa novedad en la alineación
no sólo se debe al alemán, sino también al miedo a verse superados en la lucha por el rebote. Con ese movimiento, Marcus Camby regresa al centro de la zona, donde someterá a examen su poder reboteador frente a la agresividad de los pívots de Dallas. Aunque muy mermado ya por el físico, sigue siendo una presencia muy estimable en la pintura (más teniendo en cuenta las carencias de Portland por dentro) y su experiencia ayudará a un grupo de jóvenes que por las circunstancias se ha visto en primera línea de fuego. Suya y de Andre Miller, que vivirá contra Jason Kidd un duelo de bases con una marcha de menos.
Motivados por el técnico. Nate McMillan ha
mantenido sendas reuniones con ambos en las que, según ha confesado a la prensa, les ha empujado a dar lo mejor de sí. Siendo sinceros, sus carreras se están agotando y puede ser una de las últimas oportunidades que tengan de luchar por dejar su huella en la liga. Algo así le ocurre a los Blazers. ¿Y si esa ventana que abrieron se empieza a cerrar? Mejor intentar aprovechar al máximo esta oportunidad para intentar darle otro final a esa misma historia que siempre les pinta como el equipo malaventurado al que las lesiones apartan de algo importante.
Títulos: Ninguno Última aparición: Primera ronda en 2009 Regular Season: 11º (46-36) Conferencia Oeste: 7º División Suroeste: 3º
Blindados contra el pesimismo Con David West recién lesionado no parece el mejor momento para que los Hornets volvieran a los playoffs tras un año de ausencia. Y menos para que la ‘picardía’ de los Grizzlies les condene a un enfrentamiento en primera ronda contra los Lakers. Pero ya que están aquí, ¿Por qué no pelear? Se ha dado por hecho que los angelinos barrerán a New Orleans de la misma forma que lo han hecho durante la temporada regular (4-0). Y son muchos los factores que apuntan en esa dirección. Empezando por no poder contar con uno de sus mejores jugadores, siguiendo por un entrenador muy joven (el más bisoño de la liga hasta la llegada de Frank Vogel) y terminando por la última experiencia en postemporada, donde los Nuggets les pasaron por encima en 5 partidos con victoria por 58 puntos en Luisiana incluida. Pero si algo han hecho este año ha sido sobreponerse a todos los golpes. Cuando Chris Paul dejaba ver su escepticismo sobre el carácter ganador del equipo, respondieron con el mejor inicio de su historia; cuando la NBA anunció en diciembre que se hacía cargo de la franquicia por no encontrar un comprador, contestaron con un comienzo de 2011 arrollador. Ahora que la rodilla izquierda de David West les ha dejado seriamente tocados, ¿Por qué no pensar que son capaces de volver a renacer, igual que lo intenta la ciudad que les acoge?
Fundados en la defensa. Forma parte del carácter que se ha labrado el equipo bajo la tutela de Monty Williams. La mentalidad defensiva ha pasado a un primer lugar y es a través de esa intensidad a la hora
de intentar desactivar a sus rivales como han logrado meterse entre los ocho mejores del Oeste con una plantilla tan corta. La concentración de todos los hombres en esta tarea es máxima, pero no hay que ocultar que una parte importantísima (demasiado) del éxito se la deben al quinteto inicial. Tampoco hay que olvidar que, así como han tenido rachas en las que se han codeado con los mejores, éstas han ido seguidas de periodos en los que el equipo parecía capaz de perder la ventaja adquirida en la carrera por los playoffs. Pasó en febrero y, lo más importante, ha pasado en las últimas semanas. Si bien es cierto que no contaban con David West, es así como tendrán que enfrentarse a los vigentes campeones.
Todos le querían muerto. Entre la marea de gran-
des bases que ha llegado en los últimos años, Chris Paul había desaparecido del primer plano. Es cierto que los continuos problemas en las rodillas le han restado un punto de velocidad, pero sigue siendo uno de los grandes referentes en su puesto. Después de un verano en el que cualquier destino parecía más cercano que quedarse en New Orleans, allí pueden estar encantados de contar con él... de momento. Descansa más, anota menos y ha perdido algo de ese aún no ha recuperado algo de ese instinto asesino
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I told the players, ‘You’ve got to turn your mental motors on. The sacrifice begins. Playing through pain, it starts now” Monty Williams
que le hizo temible en los finales de partido. Le vendrá bien el emparejamiento con Derek Fisher, algo que suele suponer más facilidades para ver canasta y también la renovada confianza en un equipo que la demostrado estar a la altura de sus exigencias. Él también es consciente de que las posibilidades de conseguir algo reseñable en estos playoffs se han reducido al mínimo, pero es el primero que ha abogado por entregarse en defensa para no dar su brazo a torcer tan fácilmente.
como principales recambios. Un bagaje que se antoja muy escaso para hacer frente al juego interior de los Lakers, tanto en ataque como en defensa. En ataque, porque salvo Smith no hay nadie con especial habilidad anotadora más allá de lo que pueda proporcionarles la brega bajo el aro. En defensa, porque la falta de centímetros se hace aún más dolorosa ante un ‘frontcourt’ tan inmenso como el de la escuadra angelina, esté o no Bynum. La serie puede empezar a decantarse por este lado.
Remedio a la enfermedad. Los Hornets sabían La llave para plantar cara. De esta manera, la meque uno de sus puntos flacos era la rotación interior y por eso prescindieron de Marcus Thornton para poner una opción más en manos de Monty Williams. Al final la desafortunada lesión de David West ha heho esa tirita antes de la herida muy necesaria. Porque de lo contrario no tenían con qué tapar el enorme hueco que deja el ala-pívot de Xavier. De hecho, ya no tienen nada de garantías con lo que dar refresco a su nueva pareja. Emeka Okafor es aún más importante en un esquema que premia la labor defensiva, mientras que la intensidad de Carl Landry sobre la pista se ha adecuado como un guante al espíritu que ahora reina en New Orleans. Sin embargo, su ‘ascenso’ a la titularidad deja a Aaron Gray y Jason Smith
jor llave para inquietar a los Lakers parece estar en el exterior. Las posibilidades de que sus dos torres hagan de la zona un lugar inhóspito multiplica la importancia de los tiradores, por lo que Belinelli, Green y Jack deberán afinar su puntería para evitar que la anotación sufra un parón, sobre todo con lo desviada que ha estado en las últimas fechas. Por su parte, un alero criado en Los Ángeles como Trevor Ariza es el hombre llamado a intentar contener a Kobe Bryant. Como ya ha dicho el propio Phil Jackson, los Hornets son un equipo batallador lleno de supervivientes, así que nadie debe poner en duda que antes que dar su brazo a torcer van a hacer pelear a los Lakers por cada una de las cuatro victorias que quieren.
Títulos: Ninguno Última aparición: Primera ronda en 2006 Regular Season: 12º (46-36) Conferencia Oeste: 8º División Suroeste: 4º
Preparados para lo que venga Tres años después de haber traspasado a Pau Gasol, los Grizzlies están de vuelta en los playoffs. De lo que dejó aquella decisión y de los aciertos posteriores ha nacido un equipo de encomiable mentalidad defensiva aunque un mismo objetivo: ganar el primer partido en postemporada. Después de todo parece que Chris Wallace sabía muy bien lo que hacía. Desde que tomara la decisión más importante en la corta historia de la franquicia ha ido encadenando aciertos hasta volver a construir un equipo ganador. La fortaleza es tal que han aguantado entre los ocho primeros a pesar de haber perdido hace dos meses a Rudy Gay por una lesión en el hombro izquierdo. Tienen una gran pareja interior, un grupo de buenos defensores exteriores y jugadores que, aunque cuestionados durante sus carreras, han demostrado liderazgo para guiar al vestuario. No tenían balance negativo contra ninguno de los cuatro primeros clasificados de la Conferencia, por lo que una vez logrado el objetivo, Lionel Hollins reservó a sus hombres para que llegaran descansados a primera ronda. Les han tocado los Spurs, y sólo cabe decir que en San Antonio no están contentos con su suerte.
Líder inesperado. A quien hace algunos años le
dijeran que Zach Randolph iba a ser el hombre que diera ejemplo en un equipo ganador seguramente se le habría dibujado una enorme sonrisa de incredulidad. Pero así ha sido. El proceso de maduración de este ala-pívot, aunque muy tardío, le ha convertido en piedra angular de un proyecto que vuelve a ilusionar en Memphis. Su actitud sobre la pista es inta-
chable, y es el primero que empuja a sus compañeros a la lucha. Aunque la defensa sigue sin ser su fuerte, en ataque y en la lucha por el rebote demuestra todo el carácter que le ha devuelto a las conversaciones del All-Star. Su agresividad y su poco miedo al contacto hacen de él un gran reboteador ofensivo y de cara a canasta conserva esa efectividad que ha tenido siempre. Es la pareja ideal para Marc Gasol, aunque este año el español no ha estado tan fino como en su estreno. Forman una pareja de pívots rocosos que prometen ponerle las cosas difíciles por dentro a los Spurs. Y eso, a pesar del cambio, sigue siendo mucho.
Peleados pero imprescindibles. Más improbable
aún que la madurez de Zach Randolph es el compromiso de Tony Allen. El escolta tampoco ha sido una mente preclara en la NBA y ya el pasado verano se oyeron voces discordantes con la dirección deportiva. Pero visto hoy, no parece el mismo que tardó más de un mes en entrar en la rotación y que protagonizó un sonado incidente con OJ Mayo. Puede que porque nadie quisiera apostar abiertamente por él haya abrazado con esa fuerza la confianza que le ha dado Lionel Hollins. Su intensidad en defensa es uno de los grandes valores que atesora el equipo, y si pueden presumir de ser los que más balones roban y más
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Pau was like an organ donor for us. It created so many opportunities that we used to fill the roster and improve the team” Chris Wallace
puntos consiguen tras pérdida del rival, se lo deben en buena parte a él. Manu Ginobili tendrá ocasión de comprobarlo de primera mano, como cualqueira de los tiradores que tiene Popovich en el banquillo. Los Grizzlies guardan también un anotador en la segunda unidad, precisamente Mayo. Aunque le haya costado aceptar la decisión, no queda duda de que era lo mejor para el equipo. Así se disminuye el peligro de un colapso en ataque con los suplentes en cancha y se tiene la opción de desatascar los partidos con un microondas.
Sin respiro por fuera. Por eso ha sido Sam Young
quien ha completado el quinteto inical tras la lesión de Rudy Gay. Aunque más allá de las penetraciones no ofrece apenas amenaza en ataque, ayuda a mantener un alto nivel de intensidad en posiciones exteriores. Esa alineación se coloca bajo los mandos de Mike Conley, que al margen de su polémica -por cuantiosa- renovación está justificando su elección en el draft. Aunque su crecimiento está siendo más lento que el de otros bases que han llegado a la liga en los últimos años, ha vuelto a dar un paso adelante. Su gran velocidad y capacidad para presionar será una buena baza para usar frente a Tony Parker, terriblemente incisivo. Su importancia en los planes
de Memphis es aún mayor vistas las dificultades de Greivis Vasquez para encontrar un ritmo de juego adecuado. Aunque su explosividad es bienvenida en determinadas situaciones, tiende a descontrolarse, algo poco aconsejable contra San Antonio.
Suplentes valiosos. En busca de un toque de vete-
ranía y quizá como un guiño a la primera etapa exitosa de la franquicia, el pasado mes de febrero los Grizzlies recuperaron a Shane Battier. Conocido a lo largo de su carrera como uno de los jugadores más sólidos de la liga, a su importancia como líder vocal del grupo suma una gran actividad en las tareas defensivas y el rebote. Otra cosa es el ataque, donde su relevancia ha sido escasa en los primeros partidos con el equipo. Para eso ya está, además de Mayo, Darrell Arthur. Este ala-pívot formado en Kansas contribuye a abrir el juego gracias a un muy buen lanzamiento de media distancia y suma sacrificio en el rebote, necesario en una rotación interior tan corta como la de los Grizzlies. Y es que por detrás de él Hollins sólo cuenta con Leon Powe y Hamed Haddadi, una debilidad de la que podrían sacar provecho los Spurs. Parten en desventaja y parece claro que caerán, pero a buen seguro que supondrán un gran desgaste para San Antonio.
CHICAGO BULLS (1) (8) INDIANA PACERS Partido 1: Partido 2: Partido 3: Partido 4:
16 de abril 18 de abril 21 de abril 23 de abril
Partido 5: Partido 6: Partido 7:
26 de abril 28 de abril 30 de abril
Chicago Bulls vs. Indiana Pacers Chicago Bulls vs. Indiana Pacers Indiana Pacers vs. Chicago Bulls Indiana Pacers vs. Chicago Bulls (Si fuera necesario) Chicago Bulls vs. Indiana Pacers Indiana Pacers vs. Chicago Bulls Chicago Bulls vs. Indiana Pacers
LAS CLAVES Una muralla: Thibodeau ha hecho de los Bulls la mejor defensa de la NBA. Mucho tendrán que afinar los tiradores de los Pacers si quieren plantear problemas. Bulls Motivados: Las palabras de Granger en las que afirmaba que prefería a Chicago como rival en primera ronda no han sentado nada bien. Pagará por el atrevimiento. Falta de experiencia: El quinteto titular de Indiana suma en total 6 partidos de playoffs, los que ha disputado Granger. Les pasará factura.
ORLANDO MAGIC (4) (5) ATLANTA HAWKS Partido 1: Partido 2: Partido 3: Partido 4:
16 de abril 19 de abril 22 de abril 24 de abril
Partido 5: Partido 6: Partido 7:
26 de abril 28 de abril 30 de abril
Orlando Magic vs. Atlanta Hawks Orlando Magic vs. Atlanta Hawks Atlanta Hawks vs. Orlando Magic Atlanta Hawks vs. Orlando Magic (Si fuera necesario) Orlando Magic vs. Atlanta Hawks Atlanta Hawks vs. Orlando Magic Orlando Magic vs. Atlanta Hawks
LAS CLAVES Defensa sobre Howard: Atlanta ha encontrado su kriptonita contra Superman. Se llama Jason Collins y con él le han ganado 3 de los 4 partidos esta temporada. Salud de los exteriores: Redick, Arenas, Richardson y Duhon han pasado por la enfermería en las últimas semanas. Habrá que ver en qué forma llegan. Espíritu de playoffs: Atlanta siempre ha animado la primera ronda. Habrá que ver si ese idilio también le vale para olvidar su desastroso final de campaña.
MIAMI HEAT (2) (7) PHILADELPHIA 76ERS Partido 1: Partido 2: Partido 3: Partido 4:
16 de abril 18 de abril 21 de abril 24 de abril
Partido 5: Partido 6: Partido 7:
27 de abril 29 de abril 1 de mayo
Miami Heat vs. Philadelphia 76ers Miami Heat vs. Philadelphia 76ers Philadelphia 76ers vs. Miami Heat Philadelphia 76ers vs. Miami Heat (Si fuera necesario) Miami Heat vs. Philadelphia 76ers Philadelphia 76ers vs. Miami Heat Miami Heat vs. Philadelphia 76ers
LAS CLAVES Superioridad física: James y Wade plantean un reto en defensa al que sólo puede responder Iguodala. Meeks y Williams se verán superados. Anotación suplente: Thaddeus Young y el propio Williams son una fuente de anotación desde el banquillo con la que no cuenta Miami. Igualarán las fuerzas. Juego de transición: Cuantas menos permita Miami a su rival más le tocará sufrir a Jrue Holiday, menos dañino en el juego de media cancha.
BOSTON CELTICS (3) (6) NEW YORK KNICKS Partido 1: Partido 2: Partido 3: Partido 4:
17 de abril 19 de abril 22 de abril 24 de abril
Partido 5: Partido 6: Partido 7:
26 de abril 29 de abril 1 de mayo
Boston Celtics vs. New York Knicks Boston Celtics vs. New York Knicks New York Knicks vs. Boston Celtics New York Knicks vs. Boston Celtics (Si fuera necesario) Boston Celtics vs. New York Knicks New York Knicks vs. Boston Celtics Boston Celtics vs. New York Knicks
LAS CLAVES Cuántos O’Neal: Quién y en qué condiciones puede jugar de los interiores de los Celtics será importante para cerrarle huecos a Amare. Adaptación de Green: Debe ser fundamental en la defensa de Carmelo Anthony y, sobre todo, en la producción de una segunda unidad que no existe en New York. Mr. Big Shot: No le vendrá mal a los Knicks que su su base haga honor a la fama que le precede y multiplique sus prestaciones en playoffs. Duro rival para Rondo.
Títulos: 6 Última aparición: Primera ronda en 2010 Regular Season: 1º (62-20) Conferencia Este: 1º División Central: 1º
El renacer de un equipo campeón Olvida los tiempos en que los Bulls eran unos animadores en primera ronda. Destierra las temporadas que cerraban en éxito con una clasificación para los playoffs. Chicago ha vuelto a la élite y en los próximos años no conocerá otra exigencia que no sea la de luchar por el anillo. Cuando el pasado mes de julio tres ciertos agentes libres le daban calabazas a Chicago uno detrás de otro para ‘llevar sus talentos a South Beach’, pocos pensaban que la gran historia del año se escribiría en la Ciudad del Viento. Los Bulls invirtieron el dinero en completar la plantilla a medida de su técnico (qué raro suena hacer eso) y el premio es el mejor récord de la liga y su primera corona del Este desde 1998.
Desde el verdadero ROY... Si alguien puede dis-
putarle a Blake Griffin el título de Novato del Año, ése no es otro que Tom Thibodeau. Archiconocido como gurú defensivo en los Celtics, no se pueden poner peros a su primer trabajo como entrenador jefe. Durante una retransmisión televisiva en las últimas semanas, un cuadro sobreimpresionado llamaba la atención del espectador: los Bulls son una pesadilla en defensa. Chicago era el equipo que menos puntos encaja, que peores porcentajes de tiro provoca, que menos rebotes permite y que mayor margen de victoria maneja. Una máquina perfecta. De un resultado tan sublime se puede culpar al señor del traje que grita en la banda, previo consentimiento de la entrega de todos sus jugadores. Thibodeau se ha ganado el compromiso de todos sus hombres y por el camino ha recibido piropos de difícil confección. De él se ha
dicho que habla, come y respira baloncesto y que su obsesión por el trabajo roza lo enfermizo. Luego llegan los resultados.
... Hasta el MVP. Cuando se acompaña la exigencia
con un esfuerzo tan extraordinario se conquista a las estrellas, y en los Bulls no ha habido una que responda mejor que Derrick Rose. Después de un año ‘sophomore’ algo por debajo de las expectativas, este nativo de Chicago se ha colado por lo criminal entre los mejores. Toda la grandeza que se intuyó en sus primeros playoffs contra Boston ha quedado confirmada con creces esta temporada. Ya no es ‘sólo’ el dueño del cambio de ritmo más diabólico de la liga, sino que ha mejorado el tiro exterior y ha hecho de una debilidad (tomar decisiones después de haber saltado) otro arma con el que castigar a sus parejas de baile. Existe una velocidad de ejecución a la que sólo puede llegar Derrick Rose.
Adaptación sobre la marcha. Un aspecto que ha
pasado desapercibido es que estos Bulls se parecen en muy poco a los de hace un año. De los 11 hombres más utilizados en su rotación, 7 son nuevos (sólo continúan Rose, Deng, Noah y Gibson). Lo que podía haberse convertido en una adaptación tormentosa
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When you see the Bulls, you see Thibs. You see his toughness. Thibs is in every single play. The players buy into it” Doc Rivers
ha quedado en unos primeros pasos dubitativos y un rendimiento esplendoroso. Superaron de manera encomiable las lesiones de su juego interior titular y se consolidaron como el equipo a batir, en la cabeza que todos querían añadir a sus vitrinas. Una buena preparación para la guerra que les toca librar.
su envergadura para contener a los atacantes rivales en posiciones exteriores. Si a eso le añadimos su eficacia arriba, donde domina la media distancia, pronto acabaremos dando la razón al técnico de los Bulls: está demasiado infravalorado.
ces más gordos, los Bulls se fijaron en Carlos Boozer como acompañante de Noah y el resultado no podría haber sido mejor. El de Florida es uno de los hombres más hambrientos de la liga (además de mejor reboteador ofensivo), uno de ésos que no escatima en esfuerzos para ganar. El ex de Utah, más relajado en defensa, reserva sus balas para el ataque, donde es uno de los mejores anotadores en la pintura. Se complementan a la perfección y de su conexión en la zona nace otra de las amenazas de este equipo.
lumna vertebral del músculo adecuado. Desde especialistas defensivos como Brewer o Bogans, hasta relevos en ataque como CJ Watson o Kyle Korver. Pero quizá quienes más guarden la esencia de este equipo sean los hombres de la rotación interior. Gibson, Asik o Kurt Thomas son pívots que no tienen miedo al contacto, que hacen de su cuerpo un escudo con el que proteger la canasta.
La importancia de la clase media. Algo que han Química entre Boozer y Noah. Perdidos los pe- sabido hacer muy bien en Chicago es rodear a la co-
Reivindicando a Luol Deng. Cuando tu entrena-
dor es tu mayor abogado puedes estar satisfecho de tu trabajo. Eso debe de pensar el alero sudanés, que ha visto cómo Thibodeau reclamaba para él durante la segunda mitad de la liga un reconocimiento entre los mejores defensores. Lo cierto es que la actitud de Deng atrás es irreprochable y utiliza cada vez mejor
Con semejante equilibrio han ganado todos los partidos sobre Miami y le mandaron a Boston un importante mensaje en el último choque entre ambos. Ahora deben demostrar que están preparados para luchar por el título. Porque lo de hasta ahora, siendo extraordinario, ya no vale. Sí pueden decir que han dejado de ser otro de esos equipos que caminan encorvados bajo el peso de un legado demasiado grande. Se han ganado el derecho a vivir en el presente.
Títulos: 1 Última aparición: Primera ronda en 2010 Regular Season: 3º (58-24) Conferencia Este: 2º División Sureste: 1º
Primer examen final bajo la lupa Todo lo bueno y lo malo que podían esperar los Heat antes de empezar la temporada se ha cumplido. La presión ha sido infinita desde antes incluso de empezar la pelea por el anillo, pero ha servido de preparación para lo que han estado esperado desde que nacieran el pasado julio. 82 partidos pueden hacerse demasiado largos. Equipos como Miami son el ejemplo de que el calendario no es igual para todos. Los Heat han recibido desde el primer minuto la atención que merecían y reclamaban. Respondiendo a lo que cabía esperar de un equipo nuevo tan ambicioso, han estado sometidos a multitud de pasiones, impulsos. Se les ha examinado con lupa y, aunque se quejen, es un peaje inexcusable para todo aquél que pretenda meterse en la élite mediante alunizaje. Un aperitivo de lo que les tocará soportar en la carrera que empieza ahora.
El equipo de... ¿Quién? Una de las cuestiones que
más protagonismo recogió durante el tormentoso comienzo de temporada fue el que giraba en torno a la relación en pista entre las dos grandes figuras. Aunque tardaron en encontrar el punto de unión, la pareja formada por Wade y LeBron hizo chispa y se convirtió como cabía esperar en la más letal del campeonato. Aparte de la evidente capacidad de anotación, le proporcionan al equipo una transición ofensiva fulgurante. Con ellos en pista el balón vuela desde una canasta hacia la otra, por lo que sus rivales tienen que lidiar con la presión de saber que desde el mismo momento en que tengan una pérdida o concedan un rebote largo, el balón estará traspasando
su aro. Lo que no se ha conseguido enterrar es el debate sobre quién debe responder en los momentos de ahogo, que han sido muchos. Sobre todo cada vez que se ha puesto de relieve la dolorosa falta de acierto en los tiros decisivos (la peor marca de la liga en esta suerte). Ni uno ni otro han acertado.
Entrenador en peligro. La juventud de Erik Spo-
elstra y la ausencia de méritos le convirtió en un objetivo fácil. Cada vez que surgieron dudas se especuló con otro regreso triunfal de Riley. No sucedió y el equipo ha terminado segundo del Este. Poco que reprochar sobre la cancha, pero mucho fuera de ella, como su incapacidad para aportar normalidad a la dinámica del vestuario. Esta carencia tocó techo con el ‘Crygate’, cuando confesó que algunos jugadores habían llorado tras una derrota frente a Chicago. De un gesto normal en unos jugadores que quieren ganar por encima de todo y que debió quedar en privado, creó un debate nacional. Las relaciones con la prensa también exigen experiencia.
Una estrella fuera de sitio. Más difícil fue la adap-
tación de Chris Bosh a ese extraño lugar en el que ya no era la primera opción en ataque. Se le vio perdido, aunque no falto de ganas por aportar. Apurado si
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Once we survived November, where all the noise was extreme, everybody realized, ‘OK, this is the world we’re going to live in. Now we’re getting to know each other under adversity. Let’s focus on just the team” Erik Spoelstra acaso hasta tener que reunirse con sus dos ‘compinches’ para entender cuál tenía que ser su función sobre el parqué. Salió a flote porque calidad no le falta, sea de cara o de espaldas al aro. Y porque su presencia es indispensable para abrir huecos en la zona a los que son dos de los mayores anotadores de la NBA en la pintura. Cuestión distinta es la defensa, donde ha echado en falta la presencia de un interior fiable que le descargue del trabajo más ingrato.
Parches de saldo. Esa figura de acompañante, para
la que en un principio se contaba con el lesionado Udonis Haslem -su participación en los playoffs está en el aire, aunque a unos días de que todo empiece todavía no quiere borrarse- ha sido la que más problemas ha dado a la gerencia. Por el vestuario no han dejado de pasar jugadores de siete pies que no respondieron a las esperanzas hasta la llegada de Erick Dampier, que sí se ha perfilado como presencia valiosa en la zona. Otra cosa es la titularidad, reservada para Zydrunas Ilgauskas: su capacidad para ensanchar el campo es algo que agradecen las dos estrellas del equipo. El de los pívots no es el único remedo que han tenido que poner los Heat sobre la marcha. El otro fue en la posición de base, donde Chalmers y Arroyo empezaron a turnarse por falta de aptitudes.
Apareció Mike Bibby, que deseoso de ponerse el anillo en sus delicadas manos renunció a un último año de contrato para jugar en Miami. Preciado como su cuñado Eddie House por el tiro exterior, sus limitaciones en defensa serán un punto al que se deba prestar más atención.
Sin noticias de Mike Miller. Es quien más pre-
ocupa. El jugador por el que más esfuerzo se hizo para completar la rotación es también el que más ha decepcionado. Los constantes problemas físicos no le han dejado coger su mejor forma. No ha sido la llave para abrir más espacios, y eso se agrava aún más cuando James Jones no ha vuelto a ser el mismo desde que se proclamó campeón del concurso de triples.
Candidatos sin remedio. Pero por más dudas que
puedan presentar en este primer año de vida, es innegable que los Heat parten en el grupo de favoritos para el anillo. No sólo tienen tres elementos determinantes en ataque, sino que su defensa es asfixiante. Por rapidez y agilidad de algunos de ellos -sobre todo de los que pasan ahora por la mente- gozan de una movilidad en defensa que hace de los tiros librados un bien escaso y, lo más importante, demuestra que tienen hambre de hacer algo grande.
Títulos: 17 Última aparición: Subcampeones de 2010 Regular Season: 6º (56-26) Conferencia Este: 3º División Atlántico: 1º
El momento que estaban esperando Después de tres temporadas exitosas, los Celtics reaccionaron a la ola de cambios en el Este y cambiaron un valladar en la pintura por más movilidad y profundidad de banquillo. El equipo no ha tolerado bien el cambio y se presenta lleno de incógnitas. Ahora están en su territorio y quieren despejarlas. En vista de que el último riesgo llevó al anillo, Danny Ainge volvió a apostar fuerte. No en verano, sino a mitad de temporada y tocando un pilar que había sido básico en el éxito de los Celtics más recientes. La salida de Kendrick Perkins sembró la intranquilidad entre los aficionados, que han visto cómo su equipo ha cerrado con balance negativo los últimos 25 partidos de liga. Mirando quizá a equipos más móviles y con menos presencia en la pintura como Miami -en contraposición a Lakers y Orlando, sus dos últimos grandes rivales- apostó por prescindir del mastodóntico pívot y dar un importante impulso a la segunda unidad. Si bien los resultados hasta ahora han sido muy decepcionantes, hay que tener en cuenta que es ahora cuando Boston está en su territorio. Empiezan los playoffs y aquí saber competir es un punto muy a tener en cuenta.
La duda del pívot. El espacio que ocupaba Perkins
en la pintura y su gran trabajo en la defensa de los mejores pívots de la liga proporcionaba una seguridad que va a ser complicada de suplantar. Ya no hay cerrojo en la pintura, aunque conviene recordar que los Celtics sobrevivieron con muy buena cara a esa más de media temporada que se perdió por lesión en la rodilla (33-10 y primer puesto del Este). Lo que
incomoda es pensar que tengan que ser ahora Krstic (si alguna vez pudo) y los dos O’Neal (si es que siguen siendo dos) los que deban hacerse cargo del trabajo. El serbio es todo lo contrario a su antecesor, y lo que hace es aumentar las opciones de ataque a cambio de una notable fragilidad defensiva. Shaq -que llegará justo a los plaoffs- y Jermaine -al que las rodillas siguen sin dejar jugar dos partidos seguidos a pesar de haber perdido bastante peso- parecen más llamados a cumplir ese propósito, aunque su estado físico crea dudas acerca de su durabilidad (60 partidos entre ambos). Sólo así han conseguido ser el peor equipo reboteador y, aunque se recurrió a Troy Murphy en la agencia libre, apenas ha entrado en los planes de Doc Rivers.
En manos del trébol. Cambia el equipo pero se
mantiene lo básico: el techo depende de los mismos tres pilares. Los hombres que recuperaron la cultura ganadora en Boston siguen siendo los que marcan el paso a pesar de los años. El que mejor llega es Paul Pierce, líder espiritual de la franquicia. Siempre jugando con una velocidad menos que el resto, pero con calidad de sobra para seguir ejecutando. Le ‘discute’ los galones Kevin Garnett, mucho más expresivo en la cancha aunque más martilleado por la edad. Algo
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Playoffs give us an opportunity to get back where we want to get back to. You lose a Game 7 in the Finals. You have the entire year just to start to try to get back to where you were at. That is tough mentally” Doc Rivers se va apagando en KG, que ha bajado un escalón en intensidad respecto a otros años. Es de esperar -y de desear por el espectáculo- que la lucha por el título le revitalice. Y como siempre impecable físicamente Ray Allen, que empezó como un tiro 2011 pero llega a la primavera con la mira torcida. A ver quién se atreve a dejarle apuntar en playoffs.
Ayuda generacional. Ese núcleo ha ido necesitan-
do cada vez de más ayuda. Primero fue Rajon Rondo, que ya con el tiempo obligó a acuñar el término de Big Four. Atesora una experiencia impropia de su corta edad y necesitará de toda ella para superar a Chauncey Billups. En los primeros dos combates New York había sido una víctima propicia para su lucimiento, pero los cambios le han colocado enfrente un base con capacidad para frenarle. También deberá echar una mano Glen Davis, cuya madurez como jugador debe estar fuera de duda a pesar de algunos comportamientos. A falta de centímetros aporta sacrificio en defensa y en ataque es una buena amenaza desde la media distancia. Con el tiempo ha crecido hasta situarse entre los mejores sextos hombres de la liga. Ambos son junto a las tres estrellas los únicos que han vivido este renacimiento vestidos de verde, por lo que se les pedirá que aporten en consecuencia.
Sentido de urgencia. Porque una de las cosas so-
bre las que ha llamado la atención Rivers es el exceso de caras nuevas en la plantilla. Hasta 10 con respecto al año pasado. Aunque algunos como Shaq llegan con el libro estudiado, otros deberán hacerlo sobre la marcha. Es el caso de Jeff Green, la apuesta más fuerte. Se fue de un equipo en el que la presión era seguir creciendo poco a poco y llega a uno en el que el tiempo se acaba y la exigencia es máxima. Ese sentido de la urgencia es el que monopoliza las charlas en el vestuario y el que se intenta inocular a las incorporaciones. Por eso también se ha recuperado a Delonte West, que no sólo supone la novedad de tener un buen relevo para Rondo, sino que es un hombre acostumbrado a luchar cada año por el título.
Despejar las dudas. Boston sigue teniendo armas
para pelear por un puesto en las Finales, pero inquietan las derrotas de la parte final del curso contra rivales directos como Chicago o Miami. Hace una temporada ya se dejaron llevar y en playoffs ganaron con factor cancha en contra a Orlando y Cleveland, pero estos signos de debilidad han encendido unas alarmas que deben empezar a apagar desde la primera ronda contra los New York Knicks. Un camino muy duro, pero ya conocido.
Títulos: Ninguno Última aparición: Finales del Este en 2010 Regular Season: 7º (52-30) Conferencia Este: 4º División Sureste: 2º
De tapados entre la nueva élite Sólo han pasado dos años desde que los Magic fueran subcampeones de la NBA, pero a juzgar por sus aspiraciones da la impresión de que han sido algo más. Orlando estaba a un paso de poder ser candidato al anillo, pero parece que lo han dado en la dirección contraria. De las sensaciones que desprendía el equipo de Stan Van Gundy en los primeros meses de competición, podía extraerse que el equipo volvía a quedarse corto para aspirar al anillo. Que, como ha ocurrido con Dallas en los años más recientes, pertenecía a la élite, pero no era el candidato más serio para levantar el título. Otis Smith reaccionó con dos grandes traspasos en diciembre que le cambiaron por completo la cara a la plantilla. El ‘timing’ era perfecto (pronto, para adelantar los problemas de adaptación), pero no el resultado. Orlando acude a los playoffs como cuarto favorito... de la Conferencia Este.
Sin categoría para reservar. En medio de esa
búsqueda de reposo a alguien se le ocurrió sugerirle al iracundo Van Gundy que podía hacer como esos entrenadores que dosifican a sus mejores jugadores de cara a la pelea por el anillo, que se dejara llevar unas semanas para volver con más fuerza. El técnico de los Magic, bigote torcido en ristre, recordó algo que mucha gente suele olvidar: hay cosas que sólo están a la altura de unos pocos. “No tenemos una trayectoria juntos como para pensar que fuéramos a ser capaces de cambiar el chip”. Algo así sólo está a la altura de equipos como San Antonio, Boston o Lakers.
Sin descanso para Howard. El cambio más dra- Problemas de circulación. Otro que llega justo mático se produjo en el juego interior, donde Dwight Howard se quedó sin recambio de garantías. Por no tener ya no tiene casi relevo. Marcin Gortat, además de ser un interior con una movilidad interesante para su presencia física, descargaba de minutos a ‘Superman’ y evitaba que el desplome del equipo fuera tan evidente. Ahora ese susituto se llama Malik Allen e incluso Earl Clark, y son demasiadas las veces en las que han dilapidado una ventaja cómoda en su presencia. Howard llega tan al límite que en las últimas semanas ha pedido públicamente a su entrenador que recorte los entrenamientos para poder descansar.
de gasolina es Jameer Nelson. Las lesiones que han asolado el juego exterior de los Magic en la recta final de la temporada han obligado a que el base tenga que soportar una carga de minutos muy superior a la recomendable a estas alturas y podría pagarlo en una eliminatoria contra los Hawks que en su caso (con Hinrich y Crawford delante) se presenta especialmente intensa. Sucede además en una posición, la de base, que no ha dejado de dar quebraderos de cabeza. El técnico ha subrayado reiteradamente el grave problema de su equipo con las pérdidas de balón. Nelson nunca ha estado libre de este pecado,
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If we’re healthy and play to our potential, we can beat anybody. I think our chances are as good as anyone’s” Stan Van Gundy
pero no existe un sustituto que logre contrarrestar esas carencias. Chris Duhon desapareció hace tiempo y Gilbert Arenas, que tampoco es modélico, bastante tiene con volver a encontrarse.
Había una vez un turco... En esa búsqueda de un
camino alternativo hacia la victoria los Magic intentaron recuperar algo de lo que funcionaba. Puesto que nadie en Disneyland se había olvidado de aquellos playoffs que se marcó Hedo Turkoglu en 2009, decidieron recuperarle. Al menos a lo que queda de él. El jugador ha acogido de buen grado el gusto de su ‘nuevo’ equipo por la línea de tres y el peso que se le ha concedido en la circulación de balón, pero preocupa la falta de consistencia. Sean los problemas en la rodilla derecha de las primeras semanas o un lenguaje corporal que no invita al desenfreno, en el Amway Center ya no saben lo que esperar de él. Lo tiene todo para ser el termómetro del equipo: su nivel dirá hasta dónde pueden competir.
Alternativas en ataque. Junto al turco llegó Jason
Richardson desde Arizona. El escolta pasó a engrosar la interminable lista de jugadores que renacieron al lado de Steve Nash, pero separado del canadiense no ha vuelto a encontrar el mismo nivel. Por suerte
Orlando puede presumir de una plantilla rica en alternativas para anotar. Las dos más importantes salen desde el banquillo, donde Ryan Anderson y JJ Redick confirman la intención de abrir el campo para que Howard haga daño en la zona. Llegaron a la NBA con perspectivas muy diferentes y se han convertido en parte de la misma raza: dos jugadores fiables con los que hacer más larga la rotación. Ahí se puede señalar a Brandon Bass, quizá el principal ganador de los traspasos. Saltó a la titularidad y ha hecho suyo el cometido de hacer de la pintura de Orlando la más hostil de la liga.
Que nadie se confíe. Aunque es cierto que pare-
cen haber bajado un peldaño desde que tomaron la decisión de renovar el aire en el vestuario, y que el Este ofrece peligros que se antojan mayores, no hay que olvidar que estamos ante una de las mejores defensas del campeonato y que tienen las armas necesarias para hacer sufrir a candidatos como Boston y Miami. Llevan dos años sin bajarse de las Finales de Conferencia y como poco querrán volver a reclamar un puesto en esa cita. El camino empieza por Atlanta, un rival que les ha tomado la medida en liga regular pero que llega a la postemporada con muchos más pájaros en la cabeza.
Títulos: 1 Última aparición: Semifinales del Este en 2010 Regular Season: 13º (44-38) Conferencia Este: 5º División Sureste: 3º
Vacunados contra Howard Cuando Orlando barrió a Atlanta en la segunda ronda de los pasados playoffs, la gerencia dio por terminada la etapa de Mike Woodson en el banquillo. Un año más tarde y con la misma columna vertebral, el equipo dirigido ahora por Larry Drew despide las peores sensaciones posibles. Sorprende que un equipo que ha sabido competir con fiereza durante las últimas temporadas tenga un aspecto tan lastimoso como el que presentan a día de hoy los Hawks. Como colofón a una liga ‘irregular’, la recta final ha cogido a Atlanta con el pie cambiado. Durante un periodo de 21 partidos, Atlanta sumó 14 derrotas, 6 de ellas en casa (sólo uno menos que en toda la 2009-10). Para colmo cierran la temporada con otras 6 consecutivas. Ni conseguir la quinta plaza del Este ha librado a Larry Drew de verse apuntado por el dedo acusador.
con Woodson. Ahora buscan menos penetraciones a canasta (y por tanto viajan menos a la línea de tiros libres) y no son precisamente un grupo de grandes tiradores exteriores, por lo que el peso de la victoria suele depender del acierto desde la media distancia y de la defensa, donde sí siguen rayando al buen nivel de campañas anteriores. Se antojan argumentos escasos para plantar cara en la postemporada, aunque a cambio tienen en Orlando a una de sus víctimas favoritas.
salido voces discordantes con el técnico. Quizá el más crítico fue el periodista local Mike Bradley, que apuntaba al poco compromiso que se había granjeado el entrenador por parte de sus jugadores. “Esto es por lo que no asciendes al asistente majo, porque los jugadores que le han conocido como un entrenador asistente simpático le van a dejar tirado”. Puede que sus palabras no vayan desencaminadas, pues salvo en contadas ocasiones poco se ha visto de los Hawks que avanzaban sin miedo. Sin embargo son más las dudas que genera el nuevo sistema. Lo que más llama la atención es la mayor circulación de balón, a diferencia de los continuos aclarados que se veían
en las Semifinales de Conferencia del año pasado. Por segundo año seguido se despidieron de playoffs siendo barridos en segunda ronda. El verdugo fueron los Magic, que ganaron por un promedio de 25 puntos cada partido. Hizo daño el tiro exterior y, sobre todo, Dwight Howard. En el banquillo se aburría Jason Collins, que ajeno ya a la jerarquía se ha convertido en el antídoto ideal. En los 4 partidos que les han enfrentado, esta temporada, el gemelo bueno (si es que lo hay) ha sido titular y ‘Superman’ se ha movido cerca de las 5 pérdidas y 5 personales. Tiene kilos para aguantarle, inteligencia para forzar las faltas en ataque y paciencia para desquiciarle. Y del banqui-
El factor Collins. En Georgia (el Estado, no la patria Un tipo simpático. Visto así es normal que hayan de Pachulia) sigue escociendo la humillación sufrida
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I wish I could say at this stage I knew what I was going to get night in and night out, but we’ve been too inconsistent” Larry Drew
llo sale Pachulia, que de trastronar a estrellas rivales también sabe (que le pregunten a Garnett).
La estrella perdida. Quien alguna vez se preguntó
por qué Joe Johnson no tiene mejor consideración, debería echarle un vistazo a sus últimas actuaciones en playoffs. Es ya una tradición más de estas fechas ver cómo este gran anotador sufre espasmos en la muñeca cada vez que nos acercamos a mayo. Su promedio en las dos últimas Semifinales del Este no llega siquiera a los 14 puntos, siendo un jugador poco acostumbrado a bajar de los 20. Es difícil averiguar si lleva peor la atención de las defensas rivales o de las cámaras, pero Atlanta necesitará que su estrella supere el miedo a las alturas si este año quiere al menos volver a ser ese equipo para el que las eliminatorias tenían siete partidos.
Interiores menos agresivos. Uno de los puntos
en los que más se ha notado el cambio de juego de los Hawks es en el rebote ofensivo. Puesto que también recurren más al lanzamiento de media distancia y buscan menos las posiciones interiores, los hombres altos tienen problemas a la hora de hacerse con un buen sitio en la zona. Como resultado, han pasado de ser el quinto mejor equipo en este apartado a
ser el segundo peor. La dinámica no tiene visos de cambiar frente a una defensa interior de primer nviel como es la de Orlando, pero tanto Al Horford como Josh Smith deberán encontrar la forma de evitar que el dominio de Howard en los tableros sea abrumador.
La solución desde el banquillo. Aunque es un
equipo con una rotación muy pobre, Atlanta tiene en Jamal Crawford uno de los mejores suplentes. Después de que este año haya tenido que pasar demasiado tiempo como base, el cambio de Mike Bibby por Kirk Hinrich (buscando también mejor defensa sobre el base rival) le ha liberado. Ahora necesitan que recupere el vuelo de antaño para poder contar con ese desatascador que avive el equipo mientras los titulares descansan. Los Hawks no llegan tan sobrados como para permitirse un fallo de uno de sus mejores jugadores en ataque.
La ilusión no cala. Aunque durante la liga regular han sido superiores en los enfrentamientos directos con Orlando, las dudas son demasiadas como para que las esperanzas de dar la campanada sean tan reales como en años anteriores. Sólo el espíritu de los playoffs más recientes puede hacer que Orlando se tambalee contra los Hawks.
Títulos: 2 Última aparición: Primera ronda en 2004 Regular Season: 15º (42-40) Conferencia Este: 6º División Atlántico: 2º
Los Knicks ponen el neón en los playoffs Siete años de sequía. Con su clasificación, los Knicks han puesto fin a la racha más larga en activo de un equipo sin aparecer por los playoffs. Siete años en los que han sido el hazmerreír de la NBA y una oportunidad para avisar que ya están de vuelta. Los Celtics esperan. Que la Gran Manzana es un lugar en constante movimiento es algo que todos sabíamos. Pero que el movimiento puede llegar a ser tan frenético y sorprendente es algo que habíamos subestimado. En medio de lo que estaba siendo una bienvenida resurrección, la gerencia se enrocó en la persecución de otra superestrella que poner en los cartelones del Madison y deshizo el equipo que había recuperado la ilusión de sus aficionados. Los problemas con los que empezó la nueva etapa dolieron a todos, pero sobre todo a un Mike D’Antoni que se vio en medio de un terremoto mediático que él no había buscado. No todavía. Con el temporal capeado, lo que ocupa la mente de todos es lo mismo: desterrar la rivalidad de la costa atlántica con los Celtics.
Dúo demoledor. Quizá el gran reto que tuvo el
técnico fue el de encotnrar un hueco en su ataque para Carmelo Anthony. Acostumbrado a un juego menos frenético que el ‘run and gun’, el alero tardó en acomodarse. Su falta de adaptación estuvo en el origen de la mala racha que puso en tela de juicio la apuesta de la franquicia, pero de su llegada ha nacido un dúo anotador en el que reposan buena parte de las opciones del equipo para hacer ruido en los playoffs. Aunque aún trabajan para encontrar la flui-
dez que había antes del traspaso, Melo y Stoudemire -que a pesar de sus problemas en el tobillo estará listo para el primer partido en Boston- aportan soluciones para anotar dentro y fuera, y comportan un peligro suficiente como para liberar a sus compañeros. Mucho más trabajo lleva la defensa, donde a pesar de los esfuerzos cuesta ver el grado de compromiso y la intensidad de comienzos de temporada. Si no encuentran una solución, deberán seguir planteando los partidos como una huida hacia delante.
Que nadie olvide a Billups. Aunque se le ha resta-
do importancia por el hecho de venir como acompañante de Carmelo en el traspaso, es necesario subrayar que los Knicks cuentan con un importante seguro de vida en Chauncey Billups. Es un error bastante común pensar que los playoffs son una continuación de la liga regular, pero la metamorfosis que sufren jugadores como este base desmiente la creencia. El hecho de saber competir adquiere una importancia capital que hace que jugadores como él sobresalgan a partir de la segunda semana de abril. Aportar cabeza, saber controlar el ritmo de los partidos -fundamental en un equipo tan nervioso como éste- o desequilibrar la balanza anotando en los momentos decisivos son algunos de los pluses que conlleva este director de
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When you’re trying to build a team, playoffs is the best way to find out where we are, because then, what you don’t have will show up” Donnie Walsh orquesta. Un anillo y un MVP de las Finales atestiguan que, cuando llegue el momento, Mr. Big Shot volverá a hacer acto de presencia.
Un novato en un garaje. El jugador que mejor re-
presentó la oleada de optimismo que inundó Nueva York fue Landry Fields. Ayudado también por ser un perfecto desconocido, se ganó el cariño de toda la afición neoyorquina con su juego. Era todo lo que eran los nuevos Knicks y un poco más. Un jugador entregado al equipo, muy dañino en el movimiento sin balón y efectivo con él en las manos. Pero los cambios le hicieron perder el sitio y en la última semana de la liga regular reconoció su frustración por no poder ayudar al equipo como antes. Todo lo contrario que Toney Douglas, revitalizado en la segunda mitad de temporada. Este microondas empezó a calentar tras el parón y su gran acierto desde la línea de tres ha sacado a sus compañeros de más de un apuro. Aunque su cabeza le impide ser un base fiable, su capacidad anotadora le acredita como desatascador de una segunda unidad con poco ‘punch’ ofensivo.
Una rotación con agujeros. A decir verdad esa
rotación ofrece poco más con lo que entusiasmar. Shawne Williams ha renacido para el baloncesto en
forma de buen defensor y triplista casual, pero la escasez del banquillo es tal que se le ha llegado a probar como pívot junto a Stoudemire. El invento duró poco, aproximadamente lo que tardaron en repescar a Jared Jeffries, pero puso de manifiesto dónde está la principal preocupación de New York. Auqnue su trabajo es algo mejor que el de Turiaf, no entra en los planes de nadie que uno u otro tapen el agujero que se abre debajo de la canasta de los Knicks.
Ánimos renovados. Después de haberlo pasado
tan mal, balance negativo incluido, los Knicks han terminado en alto la temporada. Siete triunfos consecutivos antes de perder en una pachanga contra los Celtics, permiten a New York afrontar los playoffs con ganas de soñar. Hay ánimos para completar la machada, por mucho que sepan que no han conseguido vencer una sola vez a Boston. El último encuentro serio entre los dos contendientes terminó en un baño de sangre y los Knicks, con Amare descansando, Anthony adaptado y Billups con mentalidad de playoffs, se sienten con fuerzas para intentarlo. New York acude con sed de éxito (el que se le exigirá pronto) y algunos anuncian que, como es de esperar, esa primera ronda será una guerra. ¿Quién no se pide un séptimo partido?
Títulos: 3 Última aparición: Primera ronda en 2009 Regular Season: 16º (41-41) Conferencia Este: 7º División Atlántico: 3º
Concienciados para lo peor Después de un desastroso inicio de temporada, los Sixers lograron enderezar el rumbo hasta plantarse en los playoffs. Puede que Doug Collins no se lleve el premio al Entrenador del Año o que priven a Thaddeus Young de ser el Mejor Sexto Hombre, pero eso no restará méritos a la gran campaña de Philadelphia. Es posible que después de ver cómo los Sixers empezaban ganando sólo tres de los catorce primeros partidos alguno pensara que se metían de nuevo en la pugna por los puestos más altos del draft. Sin embargo en Philadelphia no se perdió la paciencia y con un par de retoques el equipo pasó a ser uno de los más enrachados del Este. Sin mover los pies del suelo, son conscientes de que se han metido en un terreno que por calidad de plantilla no les pertenece y, como han dejado claro públicamente todos desde antes incluso de conocer el rival al que se enfrentarían, saben que serán barridos en primera ronda. Pero no les importa. Lo fundamental es haber sellado un billete que confirma que el proyecto va en la buena dirección.
Veteranos entre cachorros. Siendo una planti-
lla tan joven, los veteranos van a tener trabajo extra educando a los más imberbes. Es el caso de Andre Iguodala, que se ha reivindicado después de tanto rumor que le hacía prescindible. Es quien más años lleva en el equipo, porta un oro mundial al cuello y es el que más se adapta a las exigencias del emparejamiento contra Miami. Más llamativo es lo de Elton Brand, para el que serán sólo sus segundos playoffs a pesar de llevar 12 temporadas en la liga. Sólo pudo disputarlos en 2006, cuando todavía era jugador de
los Clippers. En 2009, ya con los Sixers, una lesión en el hombro le dejó fuera de la pelea. Eso, el físico, es lo que más le limita, aunque cuando el calendario da algo más de respiro demuestra que sigue siendo un gran trabajador con clase. De esa ética ha tenido que tirar Nocioni, uno al que los jóvenes deberían escuchar con las orejas bien abiertas. No habrá sido una temporada sencilla para él, pero queda confiar en que su experiencia le haga entrar en los planes de Doug Collins.
Revolución suplente. La mayor ayuda que pueden
tener está en el banquillo, donde Thaddeus Young y Louis Williams suelen empezar los partidos. El alapívot ha dado un paso más al frente hasta colocarse como uno de los mejores sustitutos del torneo. Ha mostrado una notable mejora en el tiro con la que completa su juego en ataque. Al poste o desde la media distancia, tiene recursos para hacer trabajar a su par ya sea desde la posición de ‘tres’ o de ‘cuatro’. Su sociedad con Williams asegura más de 25 puntos por noche. El base sufrió una lesión en la pierna derecha que le ha impedido disputar los últimos partidos de la liga regular, pero llegará a tiempo para el comienzo de la primera ronda. Será muy necesario, pues el equipo agradece su descaro en ataque cuando se
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I’m just like, ‘Whoever we play, let’s just be ready’. Let’s be ready to blow by them and get out of the first round” Thaddeus Young
trata de desatascar los partidos y sobre tod cerrarlos, pero es muy probable que raye lejos del nivel que ha dado durante la temporada. El efecto microondas de esta pareja es uno de los factores a los que más teme Miami, pues no tiene en el banquillo nada con lo que contrarrestarles.
Novato para todo. En su ausencia Evan Turner ha
dispuesto de muchos más minutos de los que estaba teniendo en la recta final de campeonato, pero no debe esperarse que el número 2 del último draft disfrute de muchas oportunidades. La culpa no es sólo de su falta de experiencia, sino también de su juego. Necesita que el balón pase demasiado por sus manos para producir en ataque y no ha sobresalido en otras facetas de mayor sacrificio como la defensa o el rebote para justificar su presencia en la cancha. Habiendo otros jugadores que también necesitan esa posesión -Iguodala y Williams sin ir más lejos- no entra entre las prioridades de Collins dar más minutos a este novato. Sí los seguirá teniendo Jodie Meeks, uno de los pocos tiradores decentes con los que cuentan los Sixers en plantilla.
Director en prácticas. Por si parecía poca la juventud basta echar un vistazo al director de juego
para encontrar otro saco. Jrue Holiday asumió los mandos del equipo en detrimento de Williams y no puede decirse que el experimento haya salido nada mal. Aunque aún se espera mucho más de él, ya ha dado brochazos de jugador completo, agresivo tanto en defensa como buscando la canasta. Su problema puede ser que Miami ponga demasiadas trabas a la hora de pisar la pintura o que no deje oportunidades para el contragolpe. Necesita mucho trabajo en el tiro, pero llevar los mandos de un equipo de playoffs a los 20 años puede considerarse como una gran prueba de aprendizaje. Como complemento, los Sixers han fichado en los últimos días a todo un veterano como Antonio Daniels para cubrirle las espaldas.
El consuelo de disfrutar. Así como Boston hubiera
sido un emparejamiento algo más asequible (ganar al menos un partido, dentro de lo que cabe) por ser un equipo flojo en la transición defensiva, Miami no presenta grandes debilidades que puedan aprovechar los Sixers. Al contrario, ofrecen emparejamientos de gran desgaste físico y atacan con mucha agresividad el rebote, donde es fácil prever que Spencer Hawes se vea desbordado. Phialdelphia sabe que puede caer en cuatro partidos, pero no duele tanto después de haber llegado hasta aquí con tan poco en la maleta.
Títulos: Ninguno Última aparición: Primera ronda en 2006 Regular Season: 19º (37-45) Conferencia Este: 8º División Central: 2º
Juventud sin miedo a lo desconocido Hace unos meses estaban deshauciados bajo el mando de Jim O’Brien, pero un cambio de entrenador a tiempo ha permitido que los Indiana Pacers festejen su regreso a los playoffs. Han sido cinco años de espera, auqnue todo apunta a que su trayectoria durará mucho menos. De las veces que puede decirse aquello de que “estar aquí ya es un triunfo”, pocas veces será más cierto que en el caso de Indiana. Porque tras el final abrupto del último proyecto, el nuevo empieza a coger forma; porque se ha llegado a pasar muy mal esta misma temporada; y porque con los Chicago Bulls enfrente no queda otra que darse por satisfecho con haber hecho acto de presencia.
La juventud como castigo. El principal hándicap
que presentan estos Pacers de cara a unos playoffs es la juventud. Es tan insultante que sólo uno de los cinco titulares lleva más de tres años en la liga. Y la falta de experiencia es tan notoria que entre todos ellos sólo suman 6 partidos de playoffs. Los de Danny Granger. El alero es junto a Jeff Foster el único superviviente de la última plantilla que logró jugar la postemporada y como tales tendrán que guiar al grupo. Un grupo que dicho sea de paso ha tenido que pasar por momentos complicados. La mala gestión de Jim O’Brien tocó fondo en enero, cuando una racha de 12 derrotas en 15 partidos (la última precisamente contra Chicago) precipitó el cambio de entrenador. Su hermetismo a la hora de explicar algunas decisiones había sembrado el desconcierto entre unos jugadores que perdieron la confianza en él.
Otro inexperto en el banquillo. Ocurre que para
Frank Vogel también son sus primeros playoffs. Ayudante de video de Rick Pitino en los Celtics, ojeador para los Lakers o asistente de O’Brien en sus tres equipos son algunos de los trabajos por los que ha tenido que pasar hasta convertirse en el entrenador más joven de la liga. Su trabajo hasta el momento es intachable con una plantilla que, no hay que engañarse, llega muy justita. Es consciente de que lo más importante de su tarea empieza a partir de la próxima campaña, por lo que no ha dudado a la hora de dar más peso en la rotación del equipo a las jóvenes esperanzas. Es fundamental saber cuanto antes con quiénes se puede contar.
La mejor imagen del cambio. Es imposible pen-
sar en las consecuencias del cambio de técnico y no tener en mente el nombre de Tyler Hansbrough. El ala-pívot formado en North Carolina no sólo cargó duramente contra su antiguo técnico, sino que habló con creces sobre la pista. “O’Brien nunca creyó en mí. Frank Vogel es mucho mejor comunicador. Con él todos podemos decir lo que pensamos” Su proyección en pista se disparó, igual que la de todo el equipo, que sumó victorias contra Chicago, Boston y hasta un back-to-back contra los Knicks.
“
Boston don’t have the best record, but they won championships. They know how to do it. Chicago, they go as Rose goes. If you make a concerted effort to stop him, you have a better chance to beat them” Danny Granger Los galones en juego. No son pocos analistas los con demasiados pistoleros para un corral tan pequeque apuntan que esta clasificación logra poner punto y final al largo proceso de renovación que se inició con el triste incidente del Palace de Auburn Hills. Sin embargo, la dolorosa falta de actitud del equipo en algunos partidos ha puesto de relieve la ausencia de un líder en el grupo. Las miradas apuntan inevitablemente hacia Danny Granger, que en esta serie contra los Bulls deberá demostrar cuál es su sitio en este equipo. Después de un año All-Star, su rendimiento ha estado muy por debajo de lo que se debe exigir a una primera espada. Sólo ha hablado fuera de la cancha, donde se ha encargado de ‘calentar’ la serie contra Chicago confesando que prefería enfrentarse a los Bulls y no a los Celtics. Aunque matizó, diciendo que se referería a que los verdes tienen mucha más experiencia en esta fase, no hace falta imaginar a quién le van a pasar la factura de los platos rotos.
Collison necesita ayuda. Después de haber supli-
do con nota a Chris Paul en los Hornets, quien más y quien menos esperaba de este base de UCLA un año de rompe y rasga. Pero la lógica ha imperado y han sido más las dudas que las luces en su estreno como director. No es fácil poner orden en un equipo tan esquizofrénico como lo llegó a ser éste bajo O’Brien,
ño. Lo mejor que se puede decir de AJ Price es que es correcto, mientras que Ford sólo ha conseguido entrar en la rotación después del último escándalo extradeportivo de Lance Stephenson.
Tanto como quiera Hibbert. A modo de resumen
puede decirse que los Pacers han andado al mismo ritmo que lo ha hecho su pívot. Este producto de Georgetown se presentó a comienzos de temporada en un estado de forma envidiable, casi desconocido, y como tal lo notó en su rendimiento. Los ataques pasaban cada vez con más frecuencia por sus manos (pues es además un buen pasador) peró se deshinchó y en los últimos meses la irregularidad ha sido su tónica dominante. Recuperarle será importante para no verse arrollados, como lo ha sido la vuelta de Mike Dunleavy. Curiosamente él tampoco ha disputado nunca unos playoffs, pero lleva suficientes años en la liga como para dar seguridad a los más jóvenes y, sobre todo, aportar desahogo en ataque. Desde luego que no es un buen momento para construir esos hábitos ganadores de los que habla su entrenador, pero sí será una oportunidad de ver de primera mano eso en lo que quieren convertirse.
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