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La Ventana

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Piso en Chamberí

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LA CASA DEL FUTURO

En la era digital, tres años son un largo periodo de tiempo. No sabemos cómo evolucionarán los gadgets que nos mantienen perpetuamente comunicados con el resto del mundo en los próximos años, pero sí podemos confiar en unas tendencias que tienen toda la pinta de instalarse en casa. La ligereza de los soportes es un proceso que no ha desfallecido ni un momento desde la prehistoria de los ordenadores. La ubicuidad de Internet, que nos permite estar online veinticuatro horas al día desde cualquier lugar del mundo, es otro factor que explica la tendencia a la movilidad perpetua. Y arrastrados por esta dinámica imparable van todos aquellos hábitos que discurrían por los canales analógicos, desde las compras presenciales a las relaciones personales, pasando por la oficina, el cine, la verdulería y el médico de cabecera… Las nuevas tecnologías nos harán la vida más fácil, una vez nos hayamos ido adaptando a las novedades. De hecho, lo estamos haciendo a un ritmo endiablado. Pero ¿cómo influirá todo ello en el aspecto de nuestras casas, en la configuración del entorno cotidiano, sea doméstico, laboral o de ocio? La primera tentación de este ejercicio de vida ficción es imaginar un hogar hipertrofiado de tecnología, convertido en un robot gigante capaz de tomar ciertas decisiones y hacerse cargo de la gestión de intendencia, seguridad, confort e incluso de la agenda. El clásico androide con lucecitas en la cabeza y voz metálica se pone al día y adopta la forma de una vivienda con todas las consecuencias. Posee cien ojos, brazos que accionan los sistemas de clima, higiene, sueño, cocina y seguridad. Puede mantener el césped segado y responder a estímulos específicos cuando hay niños o invitados. La casa será un navegador que nos orienta por las carreteras del día a día. No hace falta echar mucha imaginación a esta película. La hemos visto cien veces en la pantalla y ahora sabemos que el cine siempre se anticipa a la realidad. ¿Pero nos vamos a conformar con vivir en una central de servicios decorada con cortinas? Si nos fijamos en los cambios más profundos de la casa veremos que, cuando van en serio, obedecen a transformaciones sociales: la cocina subió junto al salón y se hizo luminosa cuando la mujer entró en la vida laboral. Por tanto, el alma del asunto no es la tecnología; es la propia movilidad que ha provocado en nuestra vida diaria. El cambio, el transporte veloz, la posibilidad de vivir a caballo entre dos ciudades alejadas y el nomadismo parecen los factores más decisivos a la hora de pensar en transformaciones del hábitat. El hogar de toda la vida, con perspectivas que se medían por décadas, ha pasado a convertirse en un lugar de paso donde tres años son una larguísima etapa. La mudanza se convierte en un fenómeno habitual y por ello necesitamos muebles que sean más muebles que nunca. Ligeros, transportables, polivalentes, capaces, resistentes, con espíritu joven y alma de viajero. El nuevo nómada urbano necesita de un hogar de campaña que se despliegue en pocos minutos y le ofrezca todas las comodidades, que sea casi autosuficiente, que sea responsable, gaste poco y viaje con él cuando sea necesario. Una casa adaptable, ligera, móvil, sutil… la casa del futuro.

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