Estoy más leche hervida que nunca Diario Clarín, 1998
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Dice, como disculpándose, que le falta gimnasia de entrevistas: hace más de dos años que no se enfrenta a un medio gráfico masivo. Casi tres horas después, no hay aseveración menos pertinente. Está sentado, tomando mate, frente a la consola de su estudio, "La Diosa Salvaje". Está enojado. Le indigna la mediocridad ambiente, a la que define alternativamente como "caldo", "sopa" o "paella", o "marea caldosa" Ha vuelto a dos de sus primeros amores artísticos: la pintura (en parte impulsado por su pareja, la modelo Carolina Peleritti) y la poesía. Y advierte que atraviesa una etapa de rebeldía incendiaria, que se traduce en una vuelta de tuerca al rock más eléctrico. - ¿Los ciclos eléctrico-acústicos en tu música tienen alguna lógica? La misma que un lienzo, que una cerámica... Es como pintar. Pensar en esos aspectos es buscar alguna razón para limitarse. Me gusta laburar con contrastes, no podría enfrascarme, y menos ahora que estoy más grande, cuando naturalmente ya hay un enfrascamiento neuronal. - ¿Tu eterno problema con el mercado del disco tiene que ver con eso? El mercado es para el mercachifles... Podés reunir las partes de un sistema de calefacción y convertirlo en arte para entrar en Europa, pero ¿de qué te sirve? El mercado es para quien quiere vender. - ¿Y vos no querés? Bueno, yo presento lo mío y si al mercado le gusta, bien. Siempre fue así, hasta cuando concedía treinta notas por mes. - ¿Y qué disco estabas haciendo? Don Lucero, que vendió medio ejemplar...Si existe un mercado es porque a alguien le apetece ganar guita con lo mío. Entonces yo quiero un fangote. Me encanta estar fuera del mercado. Me hace reverdecer estar en una actitud incendiaria, que el sello quiera tener al ícono. Me encanta, porque hago lo que quiero y las obras son inmaleables. - ¿Cuánto te cuesta la coherencia? Me ha costado un sinnúmero de malasangres y me ha llevado a moldear el viejo tigre que llevo adentro. En la época en que teníamos tres hijos, andábamos sin un mango y mi música me dictaba un camino absolutamente invendible, la enseñanza fue haber curtido eso sin que se desmoronara la base. Ahora entré en otra etapa.
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Estoy más leche hervida que nunca, más cínico frente a ciertas cosas. - ¿Qué cosas? Cuando quiero dar algo bueno, sé que la gente lo ama y eso es lo más grande que un artista puede tener. Con eso ya estoy hecho, no necesito el reconocimiento del público ni del ranking. Es lo más valioso que tengo, el amor de la gente. O de los maestros, que me eligen para llevarme de la mano. Me dicen maestro -mientras ellos aguantan adentro de la carpa! - ¿No sentís por momentos un exceso devocional del público? Es una "pastorgimenización" que no me cabe, porque yo no les voy a predicar nada. Pero es mejor que pongan una leve cuota de fe en algo dado desde este lugar a que lo depositen en algo tan vano como un voto. De todos modos, a los fanáticos los odio... - .¿Qué carga de sufrimiento ponés en una canción a la hora de componer? Hay un requerimiento interior muy fuerte. ¿En qué pensaba Igor Stravinsky para hacer todas esas capas de disonancias y consonancias a la vez? Hay una enorme raíz de sufrimiento en el alma de esos tipos para escribir semejantes cosas. - ¿Y en qué pensás vos? Lo mío está en un plano mucho más casero. Pero creo, por ejemplo, que en la obra actual de Charly (García) hay una intensidad muy grande. También me parece que no hace falta ser un artista imponente para ver esa posibilidad. He visto tiras de Caloi donde al tipo le está pasando algo. Si yo me ubicara en un plano diferente estaría en el lugar incorrecto. - ¿Cuál es tu lugar correcto? Hasta que no me quede quieto, ninguno. Pero quizá sea la muerte el lugar correcto para todos. Después de haber nacido, el lugar más correcto es éste y el siguiente tal vez sea... no estar. - ¿Pensás mucho en la muerte? Cuando uno piensa en la muerte y lo conmociona la tapa de un diario con alguien que llora despidiendo a su padre corrupto, lo que te pega en realidad es tu propia muerte. De todos modos, no me parece importante colocarme en ningún lugar, más por mi actitud combativa contra la mediocridad que parece una especie de baba que todo lo reduce a polvo. - ¿Cómo se combate esa baba?
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Es un acostumbramiento. No leer ciertas cosas, no a tal programa de televisión, no a las malas ondas, todo es restrictivo. Son demasiados NO, pero sirven para proteger las cosas más lindas: el balbuceo de un bebé, una música, una foto, una poesía. Vivir mejor es consumir mejor. Y no sólo comida. - ¿Qué pasa con el alimento del espíritu? Ahí también hay que curtir recetas posta y no consumir tanto colesterol. - ¿Qué hay que hacer? Se le resiste, como a una imposición dictatorial de un cerebro malo. Y con la misma repulsión que a los carapintada. El que no sepa seleccionar, come mierda... los signos de las miradas de los políticos por television, no sólo las palabras, que no son relevantes. Nos comemos la falsedad de esos rostros. Peor... nos la difundimos entre nosotros. - ¿Cuáles son los signos de estos tiempos? (Piensa mucho.) Una especie de erotismo que carece de los cuerpos luminosos sobre los cuales verterse. Un fisicoculturismo de las ideas: un pecho enorme con piernas como las mías. Y eso también lo veo en mi obra, a veces. - ¿No estás conforme con tu obra? Tiene puntos débiles. - ¿Hablás de algún disco en particular? No. Una canción es como una pintura. Si yo pinto un óleo no es un cuadro de Picasso. Y una canción mía por ahí no es tan linda como una que no es mía - .¿Sirve la comparación? No. Sólo que admiro a una cantidad de artistas que considero muy grandes y me siento rondándoles el tobillo, lo que no quiere decir que no valore lo que hago - .¿Sentís que cuando empezaste cantabas para una sociedad muy distinta? Nunca me paré frente a una sociedad. Me encuentro con gente que quiere estar cuando hago lo que sé hacer. No me planteé que las características de ese público fueran mutando. Ahora, si me preguntan por qué antes, cuando aparecía un conjunto acústico en medio de un montón de grupos pesados, la gente no le tiraba nada, creo que es producto de todo el mal que se ha hecho. A través de la corrupción, del abuso de poder. Hoy te tiran con lo que venga porque antes les tiraron a ellos con lo que venía. Hay apartheids... - .¿Antes de qué no pasaba eso? En la época de Almendra no existía, y me hace doler el alma porque todavía creo que mañana es mejor.
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Pienso en qué nos pasó para haber llegado a esto: que no puedan juntarse los Redondos con Soda Stereo y que crean que uno es falso y el Indio Solari no lo es... O, mejor dicho, que crean que el único que es certero es el Indio porque no concede reportajes... Y yo tengo muchísimo respeto por los Redondos, por su actitud combativa. Pero hay bandas con mucha más imaginación y la gente no puede hermanarse con ellas - .¿Por qué? No sé. Pero a pesar de la libertad de la música y de las ideas de las letras del Indio, por poner un ejemplo de un pibe que tiene cosas para decir, sería imposible que yo pudiera compartir un escenario con los Redondos. - ¿Qué ha pasado?¿Qué nos ha pasado? Nos masificaron para que no podamos disfrutar de la música. Por lo demás, si me pongo estético digo que los tonos son aburridos, las letras reiterativas, una copia del rock inglés. Pero no quiero. En definitiva, el Grammy de los Cadillacs también es mío: ellos nacieron porque antes estuvimos nosotros. Y que piense que los Kuryaki se lo merecen más es cosa mía. - ¿Alguna vez volviste a pensar en ese proyecto trunco que fue el disco con Charly? (Se toma su tiempo, pide infusiones para los muchachos.) Algunas veces lo he pensado. Creo que a Charly le gustaría encontrar en mí al personaje para hacer ese disco y a mí me gustaría encontrarlo en él. Mientras tanto, ese disco no va a existir. Me resultaría muy difícil hacer un trabajo con Fito, con Charly, con Cerati o con cualquier otro, pero ya por una predisposición mía, como que voy a hacer una concesión y no me la permito. Es como si no fuera a verla desfilar a Carolina porque el ambiente es concheto, y me parece un acto re-amatorio. O irla a buscar a Vera al colegio, donde ahora me miran de costado. - ¿Cómo te miran? Como al que abandonó a su familia .-Qué duro! Después de haber hecho este cambio tan importante en mi vida, de estar con una diosa como Carolina, por ahí los varones miran a ver si tengo algún beso marcado. Las señoras me miran de reojo, como si las hubiese abandonado a ellas.Ir a buscar a tu hija, acompañar a tu novia a un desfile, - ¿Eso justifica la vida? No creo en los justificativos para existir. Uno sólo es infeliz por comparación. - ¿En qué creés?
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Sin Dios no podría vivir. No me pregunten cómo es mi Dios pero sin mi dios no podría vivir. Creo en el colegio, en el maestro que enseña buenas cosas para que los pibes cuando crezcan no sean retardados. Creo que es justo que todos sean enseñados bien y también que todos sean curados bien. Sin salud y sin educación vamos a crear sólo delincuencia... - .La carpa docente te sensibilizó particularmente... No voy a los lugares que no me sensibilizan. Voy a los maestros porque es como si Carito me pidiera: Veníme a buscar, con ese amor inminente, sin especulaciones. - ¿No es porque te sirve? No, yo pienso que a ellos les sirve que yo vaya y haga mi aporte. Me siento útil. - ¿Creés que algunos visitaron la carpa como parte de una campaña promocional? No creo que haya sido así. No me hagan pensar de esa manera. El que quiera promoción tiene que ir a lo de Mateyko... A lo mejor estamos demasiado acostumbrados a pensar así. Ahí va. Entonces somos todos críticos psicológicos de las mentalidades a las que nos oponemos. Pero la crítica, la denostación, son como una línea de pólvora que arde en segundos. Por el lado de salir a incendiar todo, sonamos. Yo admito que soy medio lanzallamas, pero con una mirada estética. No quiero juzgar a nadie. - Pero hablabas de juzgarte a vos mismo .Sí, una canción, un giro armónico, algo que ahora cambiaría. O un tema que vuelvo a escuchar después de mucho tiempo y digo: -qué canción boluda! O: ¿qué quise decir con esto? Una canción no es nada, lo que hacemos no es nada. Lo importante es el transcurrir. Si me hubiese detenido no estaríamos haciendo esta nota.. ¿Ya me liquidaron?
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