Spinetta entrevistado en Terra Terra, 2002
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- Me gustaría empezar recordando tu etapa con la banda Almendra. ¿Cómo recuerdas aquella etapa? Almendra era un conjunto de familia, audidacta, un grupo que se proponía hacer algo que rompiese con todo. Ya existía una banda brillante uruguaya, los Shakers, y luego aparecieron Los Gatos, con Lito Nebbia, un gran maestro que nos reubicó a todos con sus letras en castellano. Esas fueron dos influencias de Almendra. Queríamos imprimir un carácter revolucionario a nuestro trabajo, algo que se logró pues con nuestra música se terminó la "Nueva Ola" de artistas como Palito Ortega, que hacían temas con un gran éxito comercial, pero con resultados musicales nefastos. Almendra es el grupo más importante en el que yo estado porque es el que fijó mi camino artístico: "musicalidad sin concesiones y lírica sin concesiones". Al final de la historia de Almendra la compañía nos propuso hacer cosas que no nos agradaban. Nuestra música no era popular, no teníamos apoyo. Por otro lado, hubo diferencias personales que marcaron su fin. - Y luego vino la época de Pescado Rabioso... Sí, mi idea era hacer algo más "picante". Fue una época muy linda, una época de cambios en la que ya todos teníamos más de veinte años e ingeríamos algunos tóxicos. Eso determinó que el grupo fuese más agresivo. Pescado era más contundente, pero no tenía en mi opinión la musicalidad de Almendra. En un principio Pescado era un trío. Luego se fue el bajista Bocón Frascino y entró en su lugar David Lebon. Éste era un guitarrista excepcional, y tarde o temprano, le surgió el guitarrista que llevaba dentro. El resto de los componentes querían qe él fuese el guitarra líder y que yo tocase el bajo. ¡Ni loco iba a permitirlo! El tercer disco de Pescado Rabioso, Artaud, incluye ya sólo los temas que el resto de la banda no quería tocar. Desarmé el grupo y lancé mi primer disco como solista. Ya tenía veintitrés años y era el momento del gran cambio. Pescado tenía temas muy fuertes, como 'Nena boba' o 'Me gusta ese tajo', otros muy blueseros, pero también aparecen cosas como "Cristálida" con una orquesta, más lujurioso. Así que grabé mi disco "Artaud" en una semana, con mi hermano en la batería, y Emilio y Rodolfo de Almendra en otros temas. Yo grabé muchas guitarras, en un tema me lancé a tocar el piano… Fue un disco muy intenso, hacerlo todo solo... - Pero allí es donde empieza una evolución lenta y constante... algo que terminaría desembocando en Spinetta Jade, donde la clave está puesta en el Jazz. Bueno, es una época de cambios. Nosotros en la época de Pescado escuchábamos cosas como Led Zeppelín, Deep Purple, pero siempre quisimos mantener la originalidad. Luego yo me quedo solo al desarmarse Pescado, y vienen Machi y Pomo, y me proponen formar una banda. Probamos, nos pusimos a tocar y sonaba bien.
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Presentación de un clásico Harto de música vulgar, Spinetta rompe contratos multimillonarios, posibilidades de llegar a ser un "Big Star" en EE.UU. e incluso desarma bandas que no terminan de hacer la música que él demanda, la que muchos demandan... - Estamos hablando de Invisible, ¿verdad? ... de Invisible, que ha sido una de las bandas más lindas, por el cambio que supone. Después de Almendra, después de Pescado, con Invisible se reúnen los dos mundos, una lírica exquisita y una exquisitez en el plano instrumental. Estábamos con los pies en la tierra, pero al mismo tiempo con el vuelo más alto... - Y sin embargo, esta etapa de Invisible, tan experimental y sofisticada en el plano musical, se cierra con "El Jardín de los Presentes", donde sí que se vuelve a la forma de la canción. Exacto. El primer álbum de Invisible es muy experimental. Luego viene "Durazno Sangrando", un disco que es precioso, un disco conceptual, inspirado por el libro "El secreto de la flor de oro" de Wilhem Jung. Un disco que adoro. Y luego viene "El Jardín de los Presentes", donde incorporamos otro guitarra, Tomas Gubitsch. Dudamos mucho en incorporar otro músico al grupo pero conocimos a Tommy, un músico tremendo aunque terminó separando a la banda, teníamos un sonido tan compacto, que la presencia de otro músico nos terminó por quebrar. Otra de las razones es que Tomás recibió una propuesta de Astor Piazzolla para una gira por Europa. Yo tampoco lo hubiera rechazado (risas). Ya en la época de Invisible empecé a escuchar Jazz, especialmente John McLaughlin, que fue una gran guía, una gran influencia para mí. Considero que él y Paco de Lucía son los guitarristas más tremendos que existen. Poco a poco formo una banda que se llama Spinetta Jade, en honor al tema "serruchado", y que es una banda maravillosa. Siempre estoy intentando hacer mi "Sargent Pepper", porque estoy harto de la música vulgar. Me gusta que las cosas sean nuevas, que sorprendan. Es lo que me pasa con Björk. - A lo largo de los noventa, ya empiezas con una carrera más en solitario. Por ejemplo "Prive" que es un disco magnífico, donde empiezas a usar más máquinas... Sí, y a definir más mi personalidad más individualista. Mi gran dificultad ha sido siempre encontrar al baterista indicado, que se adapte a mis diferentes estilos. Al no poder tocar más con Pomo empiezo a programar mis baterías, como es el caso de "Prive"... hasta que encontré a Jota Morelli, un batería excepcional que ahora es el batería de Al Jarreau. Cuando empiezo a trabajar con las máquinas, es como mi intento de escribir mi música. Escribía las partituras de mis temas aunque nunca escribí bien música y tardaba como un mes en escribir un tema, aparte de que eran temas muy complejos. "Don Lucero" es un disco del que estoy orgulloso, un disco que salió en medio de un panorama musical nefasto en Argentina, y eso me ha creado una traba, siempre me ha parecido que con estos discos no alcancé a tener la difusión y el apoyo que realmente merecían.
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- No me gustaría terminar la entrevista sin hablar de tu poesía, de tu enfoque de la lírica. La pregunta principal es "¿Dónde ha quedado el nivel de las letras en castellano?" Parece que todo el mundo se dedica a escribir idioteces, con palabras vulgares... Yo siempre he cuidado cada palabra. A veces siento que la calidad no vende y odio ese sentido determinante porque la música buena cura a la gente, le hace bien a la gente. La gente necesita curarse con algo feliz, que se eleve por encima de la miseria humana. La música es eso, ese es el anhelo de la poesía y la lírica. La letra de una canción, ¡tiene que ser hermosa! Decir algo que llegue al alma de la gente, que llegue a su corazón y le saque la mierda de dentro. Ese es mi intento.
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