incubadora creativa del tejido rural
Proyecto financiado por Fondart regional convocatoria 2020.
Proyecto financiado por Fondart regional, convocatoria 2020.
Región del Libertador General Bernardo O´Higgins.
Diseño: Rocío Schätzke
Textos: María Eugenia Ibarra, Rocío Schätzke, Belén Zúñiga.
Fotografías: Bárbara Gómez, María Eugenia Ibarra, Rocío Schätzke.
Impreso en Nuevamérica Impresores, Santiago de Chile, Año 2022.
Se autoriza la reproducción parcial de este documento, con la previa autorización escrita de las autoras, y citando a la fuente correspondiente.
contacto@ropadegenero.cl
www.instagram.com/ictejidorural
Las artesanas que participan de la Incubadora son:
Chépica
Marcela Castro
Teresa Díaz
Inés Espinoza
Jaqueline Leiva
Inés Navarro
Ximena Piña
Anamaría Plaza
Sonia Roco.
La Estrella
Margarita Beas
Dora Campos
Solangue Lagos
Marilú Rivera
Margarita Vidal
Gladys Yáñez.
Navidad
Blanca Abarca
Isabel Maldonado
Irma Maldonado
Paola Maldonado
Josefina Villegas
Magdalena Vidal.
Las diseñadoras a cargo son: María Eugenia Ibarra.
Rocío Schatzke.
SOBRE EL PROYECTO
La Incubadora Creativa del Tejido Rural es una iniciativa enfocada en fomentar la identidad regional de los tejidos de la Región de O´Higgins, a través de la realización de talleres y encuentros participativos de diseño y creación con 3 comunidades de tejedoras de las comunas de Navidad, La Estrella y Chépica, espacios en los cuales se genera la creación de una colección de tejidos con identidad regional, creados de manera colaborativa entre las artesanas participantes del proyecto.
Comienza en abril de 2020 bajo el contexto de contingencia sanitaria por Covid-19, por lo cual las
primeras actividades se desarrollan de manera online, principalmente vía WhatsApp. De esta manera, las artesanas pudieron compartir sus ejercicios a través de fotografías, mensajes de voz y/o videos.
Así inician las actividades que tienen como punto de partida la reflexión personal de cada una en torno a su historia y oficio como artesana textil, abriendo una ventana al mundo personal de cada tejedora, logrando crear ejercicios significativos para cada participante.
HISTORIA PERSONAL: FUENTE DE INSPIRACIÓN CREATIVA
La primera actividad fue la creación de una línea del tiempo con relación al tejido en sus vidas, ¿cuándo y cómo aprendieron?, ¿qué ha significado el tejido en sus vidas?, ¿cuáles son las piezas tejidas más importantes que recuerdan haber realizado?
Muchas artesanas mencionaron haber aprendido a tejer observando a sus madres o abuelas, y sus primeros palillos muchas veces fueron clavos en desuso, rayos de bicicletas o espinas de cactus.
Algunas de las reflexiones que surgen con este ejercicio fueron: ¿cuántos chalecos habré tejido en mi vida?; con mi trabajo del tejido, vestí a mi familia; mi abuela estaría orgullosa de mí.
Como una forma de ir enlazando la historia personal, las palabras, las emociones y vivencias con el trabajo manual del tejido, se les propone a las artesanas el desafío de llevar a una pieza textil, alguna experiencia significativa de sus vidas en torno al oficio.
Aquí, comienzan a aparecer historias y vivencias en forma de tejido, como el relato de Ana Plaza de Chépica, que recuerda haber tenido un chaleco rojo tejido que le gustaba mucho y que cierta vez quemó la parte de atrás con un fogón sin sufrir un daño físico afortunadamente.
Ana plasmó este recuerdo en una reproducción de este chaleco a escala, con una mancha color café tejida en la espalda, simbolizando el fuego que quemó su chaleco.
Ximena Piña, para esta misma tarea, realizó un trapero o “chascón” a crochet y con restos de lana, que simbolizan para ella una etapa difícil de su vida, en la cual el tejido la ayudó a salir adelante y superar las dificultades.
LLEVANDO EL TEJIDO DE PUNTO A NUEVAS FORMAS
En la segunda etapa del proyecto, comienza un proceso de exploración técnica en torno al tejido de punto, iniciando con la realización de un tejido en forma de espiral, un desafío técnico que busca ampliar los límites y las posibilidades de esta técnica. Se les entregó a cada artesana un ovillo de lana de oveja en color natural y una plantilla en papel mantequilla del espiral. Una vez resuelto el tejido, las artesanas compartieron con el grupo el método aplicado por cada una para lograr la elaboración de la pieza requerida.
En cada grupo, y de manera espontánea, las artesanas llaman a los espirales “Roscos” (La Estrella) y “Caracoles” (Chépica).
Los espirales son posteriormente intervenidos por cada artesana con una palabra o concepto significativo bordado sobre la superficie del tejido, integrando el trabajo técnico con los procesos de reflexión personal. Algunas de las palabras que surgen son: “Legado”, “Florecer”, “Crecer”, “Viva la vida”, “Ilusión”, “Tejiendo amor” y “El amor todo lo puede”.
En esta etapa, se propone el acto de tejer en conjunto. El 1er ejercicio fue la unión de los espirales en un gran tejido, partiendo primero por la unión en duplas, donde cada una, va uniendo sus espirales a través del tejido a crochet, palillos, o nudos.
El trabajo realizado por Solangue Lagos y Dora Campos titulado “Uniendo vidas” habla de lo circular, de las vidas que se entrelazan con los “roscos”, y del acto de improvisar en la vida para crear.
Como menciona una de las artesanas “las mentes empiezan a abrirse, sin darnos cuenta, y ya estamos creando todas unidas”.
TEJIDO EN RED
En paralelo al trabajo grupal se realizaron caminatas en la naturaleza en cada una de las comunas con la intención de observar los colores, paisajes y texturas del territorio. De manera muy respetuosa con el entorno, cada artesana fue recolectando elementos naturales como ramitas, hojas, plumas, entre otros, los cuales dan cuenta de la paleta de colores de cada lugar.
En la comuna de Navidad, visitamos la playa de Matanzas, un espacio que es campo y mar a la vez. Las artesanas recogieron piedras de distintos colores, flores, arena y algas, dándose el tiempo para observar que las
mezclas de los colores de la naturaleza están en “perfecta armonía”.
En la comuna de La Estrella y Chépica las artesanas observaron los colores del secano y del valle, dominado por la vegetación de la zona como espinos y quillayes.
Así, van incorporando en sus tejidos su propia paleta de colores de manera orgánica y gradual.
Tejido colectivo “Armonía creativa en unión”, Chépica.
A partir de este ejercicio, se elabora un muestrario de distintos puntos y texturas en base a la paleta de colores creada en conjunto. Posteriormente se integró al tejido colectivo de los espirales formando un gran manto con diversidad de colores, texturas y formas, dando cuenta de la historia personal de cada una y a su vez del territorio.
Los nombres que las artesanas dan a cada obra son:
Chépica: “Armonía creativa en unión”.
La Estrella: “Creación textil en armonía”.
Navidad: “Entrelazando manos de mujer”.
“Creación textil en armonía” Tejido colectivo La Estrella. Tejido colectivo “Entrelazando manos de mujer”, Navidad.Integrando todos los aspectos trabajados previamente, se definen criterios para la creación de una colección de tejidos, y las artesanas de las 3 comunas eligien trabajar en una línea de productos para hogar y decoración.
Cada grupo comenzó a profundizar en las tipologías de productos escogidos, manteniendo una mirada abierta y creativa de las piezas a crear. Así, el primer encargo consistió en la creación de un producto con ciertas características técnicas de color y puntos. Como resultado se obtuvieron innovadoras piezas con diversas interpretaciones personales en torno al paisaje y los lugares donde habitan, como muestran las fotos de los trabajos de las artesanas de Navidad.
En los tejidos que continuamos desarrollando, buscamos traducir conceptos como agua, cerros, espinos o flores en texturas y textiles. ¿Cómo es el lenguaje del cerro llevado a un tejido, cómo se expresa, cuál es su textura?
En una de las jornadas con las artesanas de La Estrella, se realizó un juego de palabras en donde cada una escribió una frase en relación al tejido, al grupo y al lugar, creando así un poema colectivo:
Poema colectivo La Estrella.
“La Estrella es bella.
Pueblo maravilloso La Estrella.
La tierra de mi corazón.
El padre Dios me la regaló.
Inteligencia para aprender. Sabiduría para comprender la naturaleza y ver la belleza de nuestro entorno.
Construyendo desde nuestro origen, fortaleciendo raíces, emerge la creación.”
Margarita Beas y Margarita Vidal, con tejido circular, La Estrella.TEJIDO CIRCULAR
Poema colectivo Chépica.
“Gracias por mis sentidos. Gracias a Dios.
Amor, naturaleza y relajo. El olor de los árboles, familia y vida.
Calidez, ternura y tranquilidad.
La transformación en armonía.
La arena, los amigos y la conexión.”
Se les pidió a las artesanas elaborar una serie de círculos en distintos tamaños, puntos y colores. Estos círculos fueron unidos primero en duplas y luego por el grupo (Chépica y Navidad por separado), pasando del trabajo personal, al de duplas y por último al colectivo.
En el caso de las artesanas de Chépica, este ejercicio se realizó en el Río Claro de San Fernando. Insertas en la naturaleza, dialogando con el entorno, dieron vida a sus tejidos circulares. Esta pieza fue bautizada como: “Unión creativa en tranquilidad y confianza”. En esta jornada también se creó un poema colectivo.
Tejido circular Chépica. Tejido circular La Estrella.Muestrario de puntos y texturas sobre trampa de jaivas, en exposición de cierre, La Estrella.
Una trampa de jaibas en desuso se transformó en soporte para un tejido muy especial generando la exploración de un nuevo formato. Las artesanas de Chépica y La Estrella intervienen este volumen, generando un interesante trabajo tridimensional en torno al tejido.
En esta forma circular y tridimensional se ensamblaron las piezas individualmente tejidas por las artesanas, las cuales se organizaron para acomodar las piezas a este muestrario de puntos y texturas. La riqueza de este formato es la elasticidad generada en el mismo tejido de punto, incrustado en el soporte de la red.
MUESTRARIO DE PUNTOS Y TEXTURAS EN ESPACIO TRIDIMENSIONAL