Artículo publicado el 16/04/2021 Derechos reservados - Toda reproducción está prohibida - ©Sportiva-Latina
#Balomnano playa
El entusiasmo de construir un equipo sobre la arena
Balonmano playa. La selección de Bogotá tiene una sola cancha para entrenar, dos torneos clasificatorios para alcanzar los Juegos Nacionales y mucha voluntad. Entrenada por Ricardo González y liderada por su capitana Laura Sin, la selección no duda incluso en financiar sus gastos, si es necesario. Su meta: clasificarse para los Juegos Nacionales de Mar y Playa 2021, en Córdoba. Por Jacques Cortie / Fotos: Andrés Moreno-IDRD y Sportiva-latina / Sportiva-latina del 16 de abril 2021 /
"El objetivo es seguir consolidando el grupo", dice la portera y capitana Laura Sin de la selección de Bogotá de balonmano playa. Un grupo que
avanza, poco a poco y, en palabras de Sin, el estilo de desarrollo hace pensar al personaje de Pulgarcito, incrustado en un gigante mundo capitalino del deporte donde todo es magnitud y velocidad. "Tengo unas 20 jugadoras", explica Ricardo González, el entrenador. De este vivero, el enamorado del balonmano playa, intenta construir una selección y asentar un deporte poco conocido y, tal vez menos, practicado, todavía. "El balonmano playa es un deporte-espectáculo donde los goles se califican. Y, así, un gol puede valer 2. Eso pasa con ‘el Fly’, por ejemplo", precisa González.
De izquierda a derecha arriba: Angie Suárez, Valentina Ávila, Alejandra Villalobos, Katerine Suárez, Lorena Obando, Paula Camacho, Sonia Peña, Laura Sin, Vanessa Melo, Ricardo González De izquierda a derecha abajo: Laura Morales, Juanita Triana, Juliana Martín, Karen Roa, Ana María Rodríguez
En la entrevista, al observar sus respuestas, se nota inmediatamente que una cierta pasión habita al técnico. Y, como ocurre muchas veces, detrás de su historia hay un juego, donde el azar es el protagonista principal. "Había participado en un curso internacional de balonmano de piso cuando el presidente de la Federación de la época, Oscar Leonardo Bautis-
ta, me dijo que quería que Bogotá participara en un torneo nacional de playa… " Así empezó todo y González repasa su proceso personal: "Para ese torneo nacional, que tenía lugar en Armenia, me puse a estudiar lo que era el balonmano playa para entender. En ese momento, me ayudó un joven deportista venezolano, también otro chico que había jugado en Europa y me asesoró. Cuando llegué a Armenia y empezó la competencia, me gustó mucho. Y comencé a pensar sólo en eso. En este proceso acelerado me ayudo también Laura Sin, nuestra actual capitana, que había sido selección Colombia. Ella había seguido un curso de balonmano indoor en Hungría, donde también pudo iniciarse a la modalidad de playa. Allá el equipo acabó segundo. Luego, participamos a los terceros Juegos de Mar y Playa, en Tumaco. Y poco a poco, hemos ido creciendo."
Ricardo González en un entrenamiento en el Salitre
Un crecimiento que llevó a su grupo de jugadoras a tomar las riendas de su destino deportivo y a declarar abiertamente sus ambiciones. Entre el 09 y el 12 de abril tenían previsto al primer torneo nacional clasificatorio para los juegos nacionales de Mar y Playa 2021, a realizarse en San Andrés. Pero las circunstancias sanitarias obligaron su cancelación (noticia comunicada el miércoles 08 de abril).
La unión del equipo para preparar un viaje… Preparar este viaje a San Andrés Isla fue en sí toda una experiencia de unión de equipo y de solidaridad. Lograron demostrar que, efectivamente, la voluntad mueve montañas. ¿Y por qué habían tenido que organizar ellas mismas el viaje? "Por razones administrativas, no se había podido presentar la solicitud de presupuesto a tiempo para que el IDRD nos ayudara con este viaje a la isla", explica González. En ese momento, para él, como para cualquier observador, lo más lógico hubiese sido apuntar a los dos otros torneos clasificatorios: Cartagena y Medellín, para los cuales, si están confirmadas las ayudas institucionales del Instituto. Y olvidar San Andrés… En ese momento, el equipo no aplicó la lógica fría. Y, al contrario, activó toda su pasión… Las chicas mantuvieron su decisión de ir a San Andrés, fuera como fuera. "El grupo fue unánime, porque cualquier punto ganado podía ser importante… ", recuerda Laura Sin. Unánime e ilógico. Tocaba comprar tiquetes, albergarse, comer, conseguir uniformes… ¿Misión imposible? No tanto. Ellas activaron las redes sociales, hicieron rifas, propusieron un marranito, diseñaron su uniforme, encontraron cómo producirlo, mientras el entrenador accionaba sus contactos en la Isla: "Conseguí un ApartHotel a precio increíble", dice al mismo tiempo que precisa: "nos cobraban 25 000 pesos por persona…" La comida fue otro tema: "Las jugadoras propusieron encargarse del desayuno, pero en una competencia eso no se puede extender al almuerzo y a la cena. Otro milagro fue encontrar una señora de la isla que se comprometió a entregarnos las comidas por 12 000 pesos." Al esfuerzo solidario del grupo, se sumaron otros aportes increíbles: consiguieron tiquetes aéreos por 360 000 pesos, y los uniformes (dos tops,
una tanga y una camiseta de presentación) se lograron en 60 000 pesos… Hacer todo el presupuesto, alargaría mucho la nota. Para resumir, cada ladrillito contribuyó a construir el milagro de su participación.
Laura Sin y Sonia Peña
Cuando Sportiva-latina escucha la historia, contada el domingo 4 de abril, le dice a la capitana que con semejante actividad ya está consolidado el grupo, al menos moralmente… Sin embargo, no toca olvidar que se trata de deporte, y no solo de convivialidad y de respeto mutuo: "Lo otro que era importante es que todas iban a ver lo que es jugar tres partidos en un día. Lo que cuesta hacer borrón y cuenta nueva, cual sea el resultado, antes del siguiente partido… " Laura Sin, desde sus 32 años y sus nueve años de practica en la arena, tiene una fuerza de convicción increíble. Nada raro que ella lidere y guíe el grupo, con ganas y entusiasmo intactos. Solucionar un partido o las dificultades ya hace rato que se convirtió en una segunda naturaleza para ella: "Ya van nueve años que pongo recursos personales." Como para confirmar que aquí sobra la voluntad. Y así sigue sin temblar con sus pensamientos. "Además de consolidar el grupo, buscamos el podio. Es más, vamos por el oro porque estoy harta de los bronces…"
... La unión del equipo para viajar, sea como sea El contratiempo de la anulación del primer torneo en San Andrés no enfrió las ganas de este grupo que empieza su historia. A pesar de que la decisión de la Federación Nacional haya sido dejar en pie el torneo previsto en Cartagena (del 1 a 5 de julio), cancelar definitivamente el de Medellín, y reprogramar el de San Andrés (del 13 al 18 de agosto), el grupo seleccionado en Bogotá decidió activar la logística que tanto les costó montar. En las mismas fechas que era previsto el torneo, la selección Bogotá mantuvo su objetivo y vivió un campo de entrenamiento y perfeccionamiento en el Caribe colombiano. Salieron el 08 de abril de la capital de la República y regresaron el 12 del mismo mes.
Entrenando en San Andrés en abril 2021
En estos 4 días, jugaron varios partidos contra la selección de San Andrés (A y B), y también contra un grupo de Bolívar. Ricardo González, a su regreso le contó a Sportiva-latina, que la experiencia fue "gratificante, porque se nos permitió tener en cuenta varios aspectos importantes como la clase de arena, el viento, el calor, que influyen en un torneo. También cada una, de las trece seleccionadas, vio sus puntos fuertes, sus debilidades, y
por mejorar. Se puede decir que fue muy enriquecedor tanto deportiva como humanamente. " La selección Bogotá sigue avanzando, firme, en la arena con la mira en los dos torneos de julio y agosto. Y será difícil derrumbar sus sueños. J.C.
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