STEVEN HARRINGTON. UN EXPLOSIÓN DE POP-ART PSICODÉLICO
Los tiempos cambian a la velocidad de la luz y los nuevos gurús del arte contemporáneo han acariciado el cielo después de un largo trayecto por el Underground más absoluto. Steven Harrington es la personificación de este tipo de estrella creativa de éxito internacional. Un artista nacido en Los Ángeles que se ha consolidado como uno de los máximos referentes de la escena pop psicodélica actual gracias a su imaginación desbordante y a un trazo inconfundible. Adentrarse en su extensa obra es lo más parecido a emprender un viaje a través de imágenes completamente descontextualizadas de frutas, elementos tipográficos y formas geométricas que traspasan los límites del lienzo para convertirse en algo filosófico que nos permite reflexionar sobre la vida, el arte, el humor cotidiano y las relaciones personales. Dos caras de una misma moneda, que nos atrapan por su estética naíf y nos sacuden mediante su simplicidad aplastante. Acostumbrado a trabajar sobre superficies tan sorprendentes como zapatillas, latas de refrescos, skate o muros, ahora Steven hace la portada del STAF 46 con una obra donde lo evidente se convierte en metarrelato. Hemos hablado con este artista tan emblemático para conocer los entresijos de su apasionante carrera y descifrar el poder indomable de los iconos que aparecen en su obra.
26 • STAF CUARENTA Y SEIS
Cada historia tiene un inicio y la tuya se remonta al Art Center College of Design (Pasadena) donde hiciste varios cursos mientras todavía ibas al instituto. ¿Qué recuerdos tienes de aquella época? Antes de matricularme, ya había escuchado historias sobre la universidad gracias a otros artistas y profesores. Eso me animó todavía más a querer dedicarme al arte como profesión, aunque no sabía cómo lograría ganar dinero en aquella industria. Sin embargo, empecé a ir a clases en el Art Center mientras todavía era estudiante de instituto porque era consciente de que debía construir un portfolio lo antes posible si quería que ese sueño se hiciera realidad. Una realidad a la que me aferré por completo porque no tenía un plan alternativo. Y sigo sin tenerlo hoy en día. Entonces mi familia no tenía suficiente dinero para pagar mis estudios de arte, por este motivo tuve que esforzarme para conseguir una beca que me permitiera entrar en la universidad. Cuando me aceptaron en el Art Center, conocí a muchos artistas geniales y a profesores que marcaron mi vida creativa. Todo lo que aprendí allí no solamente influyó en mis dibujos y diseños, sino que me transformó como ser humano.