CENTRO DE TANATOLOGIA ELISABETH KÜBLER-ROSS
MAESTRIA EN TANATOLOGIA MONTERREY
Introducción a la Tanatología Dra. María Engracia Castro Escobedo
JUNIO 2015 MONTERREY, NUEVO LEON
ENTREVISTAS CON ENFERMOS TERMINALES Entrevistadora: Susana Meza Entrevistadora: Laura María Garza Guerra Entrevistadora: Flavia López Elizondo Segunda entrevista de Flavia López Elizondo Entrevistador: Ramón Juárez Ferrer Entrevistadora: Adriana Zavala Entrevistadora: Adriana Durán de Alejandro Entrevistadora: Vereniz Moguel Entrevistadora: Jacqueline Herrera Rodríguez Entrevistadora: Maricela González Martínez Entrevistadora: Blanca Estela González Hernández Entrevistadora: María de la Luz Bocanegra Rivas
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CUENTITOS PARA SANAR CUENTITOS PARA SANAR La feliz partida de Armando. Por Susana Meza Pinko, mi amigo mariposa. Por Laura María Garza Guerra Mariposa de amor. Por Flavia López Elizondo Historia de la primavera amorosa. Por Ramón Juárez Ferrer Pidiendo un deseo a las estrellas. Por Adriana Zavala Esperanza. Por Adriana Durán de Alejandro Cuento sobre el amor y la amistad. Por Vereniz Moguel Cuentito para sanar. Por Jacqueline Herrera Rodríguez Talita la oruga. Por Maricela González Martínez Un colibrí en el estanque. Por Blanca Estela Gzz. Hernández Cuentito para sanar. Por María de la Luz Bocanegra Rivas
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ENTREVISTAS CON ENFERMOS TERMINALES ENTREVISTA POR: SUSANA MEZA La entrevista se desarrolló en la clínica 25 del IMSS, aquí en la Cd. de Monterrey, el día 3 de Junio. Hola, mi nombre es Susana, vengo de voluntariado y te agradezco me concedas esta entrevista. Paciente: Si claro (sonrisa) ¿Cómo te llamas? Paciente: Armando ¿Qué edad tienes Armando? Paciente: 19 años. ¿Soltero? Paciente: Sí. Armando, ¿de dónde eres y a qué te dedicas? Paciente: Soy de Saltillo, Coahuila., y estudio la preparatoria. ¿Desde cuándo estás hospitalizado? Paciente: Llegamos anteayer (1 de Junio) esta vez, pero en agosto del año pasado fue la primera vez que estuve aquí. ¿Por qué te hospitalizaron en agosto del 2014? Paciente: Me sentía mal, estaba muy pálido, tenía mucho dolor de huesos, sentía mareos y veía negro. ¿Cuánto tiempo estuviste en el hospital en esa ocasión? Paciente: Desde el 27 de agosto hasta el 23 de septiembre, casi un mes. Y en esa ocasión, ¿puedes platicarme qué pasó? Paciente: Me hicieron una serie de estudios, análisis y fui diagnosticado con Leucemia Linfoblástica Aguda (LLA) Armando, ¿qué sentiste al escuchar el diagnóstico? Paciente: Pues me asusté un poco, pero lo he tomado con calma, como si fuera una gripe, tengo que seguir adelante. En esa ocasión, ¿recibiste tratamiento? Paciente: Si, quimioterapia cada semana y después cada mes.
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¿Cómo te sentiste física y emocionalmente? Paciente: Físicamente no tuve muchos efectos secundarios, realmente no me sentí mal, adelgacé, se me cayó el cabello, pero no importa, vuelve a crecer, mire (y toca su cabello), y emocionalmente pues no me gustaba estar aquí pero ni modo. Y en ésta ocasión, ¿por qué volviste a ser internado? Paciente: Me hicieron estudios y salí mal, entonces el Dr. me dijo que necesitaba otra vez tratamiento de quimioterapia y pues aquí estoy, yo tenía la esperanza de salir bien, y pues volví a sentir un poco de miedo, tristeza y estaba renuente a venir. ¿Qué más te dijo el doctor? Paciente: Que estoy 50-50 Armando, ¿tú sabes que significa 50-50? Paciente: No, solo así me dijo. ¿No le preguntaste? Paciente: No, la verdad no, me imagino que 50% bien y 50% mal. ¿Cómo te sientes de volver a recibir quimioterapia? Paciente: Pues es algo que no quisiera, pero ni modo, sé que estaré bien después del tratamiento, antier (1 de junio) me hicieron estudios y hoy (día 3) me dan los resultados, pero ya me dijo el doctor que me pondrán la quimioterapia cada tres días por tres semanas y que voy a necesitar plaquetas. Armando, ¿cómo ha cambiado tu vida desde tu diagnóstico? Paciente: Yo trato de hacer mi vida normal, pero me siento limitado por mi mamá y por mi novia, se preocupan mucho y no quieren que haga muchas cosas. ¿Hay algo más que te preocupe Armando? Paciente: Mi mamá, porque es diabética y está aquí conmigo, cuidándome, y mi novia tiene un tumor en la cabeza pero es benigno, de hecho está mejor que yo, ella no necesita quimioterapia ni radiaciones. Extraño a mis amigos también. Armando ¿cómo te sientes en éste momento? Paciente: Bien, tengo mucha fe en que todo saldrá bien, soy creyente y me apoyo mucho en mi fe, además toda mi familia y amigos están rezando por mí. Armando, te agradezco mucho el haber compartido conmigo tus emociones, yo también soy creyente, así que uniré mi oración por ti, te deseo lo mejor.
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Creo que Armando aparentemente estรก consciente de su enfermedad, pero no de la gravedad de la misma, tal vez debido a su juventud y complexiรณn se siente bien, y por eso piensa que es como una gripe.
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Entrevista por: Laura María Garza Guerra. La persona a la que entreviste se llama Pinko es un indígena de 25 años que está internado en el quinto piso del HGZ No. 2 del Instituto Mexicano del Seguro Social, que se dedicaba a la construcción era albañil y trabajaba para una Constructora. Cuando me refiero a él como un indígena nunca es en un tono despectivo, sino queriendo hacer notar todo lo que implica este hecho en nuestra sociedad, pareciera que su aspecto sencillo los autorizara a escatimar esfuerzos (en algunas personas y hago la aclaración que es una apreciación muy personal) es u joven que hoy se ve y está muy Delgado pesa 30 kilos, mide 1.63 y es de tez morena y de ojos grandes y muy expresivos. Pinko, ¿cuánto tienes en el hospital? Paciente: Uy ya tengo mucho… (Una sonrisa) Estoy desde el 8 de diciembre. ¿Qué te pasó, Pinko? ¿Por qué tuviste que venir aquí? Paciente: Me asaltaron, me acuchillaron y me quitaron todo mi dinero y se llevaron mis tenis. Desafortunadamente ese accidente lo llevo a que le extirparan 5 metros de intestino y ahorita tiene una colostomía que no funciona, se le hizo una fistula que se está drenando por ahí. Pinko, ¿cómo ha sido este tiempo en el hospital? Paciente: Al principio no recuerdo muy bien. El accidente y la cara de quién me asalto no la puedo olvidar, tenía y sentía unas ganas de venganza, soñaba con salir y encontrarlo, golpearlo, matarlo, desafortunadamente eso no pudo ser. Hoy siento una gran paz, ya lo logre perdonar, la intranquilidad que sentía por él, la rabia el enojo que me provocaba pensar en él, no cooperaban con mi recuperación, me daba calentura, escalofríos, me desmayé, lloraba todo el día, todo eso ya quedo atrás, ya no tengo fuerzas… ¿A qué te refieres cuando dices que ya no tienes fuerzas…? Paciente: A que estoy muy cansado, me siento muy agotado, duermo mucho, solo puedo estar en esta posición, viendo el techo, a veces me aburro. Mi hermano me trajo estos audífonos y la música me hace sentir bien. ¿Te hace sentir bien la música?
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Paciente: Sí, me acuerdo cuando trabajaba, siempre estaba el radio encendido a veces decían la hora y me daba cuenta cuando ya iba a salir. A veces sueño que estoy en el trabajo. No puedo comer nada… ¿Se te antoja algo Pinko?, Paciente: SÍ, una hamburguesa (una sonrisa grande y brillo en sus ojos), pero no puedo comer nada, solo puros líquidos. ¿Qué te han dicho los Doctores? Paciente: Que necesito otra operación, pero que estoy muy bajo de peso, que tengo las defensas muy bajas, que mi sangre no coagula muy bien, que no me pueden operar ahorita que tengo que esperar. ¿Te duele algo Pinko? Paciente: Si, no aguanto la espalda, tengo una llaga grande y me dicen que está muy profunda, necesito mucha atención porque yo no me la puedo atender, me molesta la fistula porque siempre está sucia, todo se sale por ahí, a veces no tengo gasas, y no la pueden limpiar--- ¿quiere ver?, no Pedro, te creo (la verdad no tenía valor para ver) imaginar me da escalofríos. El pronóstico de Pinko es malo, de una u otra forma se está esperando su muerte, la pérdida de peso ha hecho muy delgada su piel y es fácil de lesionarse, el estar en cama por tanto tiempo a perdido masa muscular con dificultad puede estar de pie, necesitan operarlo pero sus condiciones son malas. Pinko si tuviera una varita mágica y te pudiera cumplir un deseo, ¿qué quisieras? Paciente: Ver a mis papás, pero al mismo tiempo se que no se puede, porque soy el más pequeño de mis hermanos, somos diez, eso implica que mis papas ya son grandes, no me reconocerían, se pondrían mal y a mí me daría mucha tristeza. Pinko, ¿cómo era tu vida antes de estar aquí? Paciente: Era muy feliz, trabajaba y les mandaba dinero a mis papas (lagrimas) ahora ya no puedo, mis hermanos me ayudan, se turnan y siempre se queda uno conmigo. De hecho el mes pasado me querían sacar del hospital porque dicen que ya no tengo seguro social, mi patrón ya me dio de baja. ¿Como a qué te refieres con que te dio de baja, como te hizo sentir eso?
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Paciente: Es que como ya no trabajo, no tiene porque darme seguro, me siento triste, no sé qué voy hacer si eso pasa. ¿De dónde eres Pinko?, Paciente: Soy de Tamazunchale San Luis Potosí ¿Extrañas algo Pinko? Paciente: Si poder caminar y comer. ¿Si lo pudieras hacer qué harías? Paciente: Iría a la Iglesia y le daría gracias a la Virgen por la oportunidad. ¿Eres católico Pinko? Paciente: Sí, creo que Dios está muy ocupado y no me ha podido escuchar, llevo mucho enfermo. Bostezó y aproveché para despedirme. Ésta experiencia fue muy significativa para mi, primero que todo, me quito el miedo, no me creía capaz de poderlo hacer, consideraba una invasión de la privacidad, aprendí que la vida es maravillosa aun y cuando este por extinguirse, me di cuenta de la gran necesidad que tienen de platicar y de ser escuchados, como seres humanos no como pacientes enfermos. Me he sentido triste, vulnerable, con un gran respeto a la vida y cierto temor a la muerte, más bien al proceso de morir.
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ENTREVISTA POR: FLAVIA LOPEZ ELIZONDO ENTREVISTA HOSPITAL 33 “O.L.” de 42 años, Dx Cáncer Gástrico. Camilla 909. Casada y madre de 2 hijos 18 y 9 años, la acompañan: su madre, hermanas y otros familiares. Me presenté y hablé con los familiares al respecto de mi labor y solicité el permiso para hablar con la paciente, conocía la verdad sobre su enfermedad. Con mucho respeto, me acerqué a su cama sus familiares me dejaron sola para hablar con ella, observo paciente postrada, consciente con sus ojos cerrados edematizados, amoratados con rostro y cuerpo cadavérico tan delgado que expresaba sentir frio, ya en una fase terminal de su enfermedad. Quisiera platicar contigo un momento si es posible y no te molesta. Paciente: (Aceptó con la cabeza) Le expliqué un poco sobre mi labor. ¿Cómo llegaste aquí? Paciente: Estoy enferma desde septiembre. ¿Cuándo llegaste al hospital? Paciente: Ayer me enviaron del hospital 25. ¿A continuar tu manejo en este hospital? Paciente: Sí, ya no hay nada que hacer. ¿Cómo has llevado tu enfermedad hasta este momento? Paciente: Muy dolorosa. ¿En dónde? Paciente: En mi casa. ¿Quién te ha apoyado? Paciente: Toda mi familia. ¿Y tu esposo? Paciente: Trabajando para sacar adelante a mis hijos. ¿Cuántos tienes? Paciente: 2 hijos de 18 y 9 años. ¿Cómo estás en este momento? Paciente: Cansada.
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¿Te duele algo físicamente? Paciente: No. ¿Qué les vas a dejar a tus hijos? Paciente: Mucha tristeza. ¿Necesitas algo en este momento? Paciente: Solo quiero dormir. ¿En este momento te quieres dormir? Paciente: Sí. Te agradezco la oportunidad de hablar contigo, ¿te gustaría que te visitara mañana? Paciente: Sí. Te dejo descansar. Paciente: Sí quiero. ¿Me puedes voltear por favor? Le ayudé a cambiar de posición e invite al familiar para enseñarle como ayudarla a encontrar una posición más cómoda. Y me despedí de la familia.
ENTREVISTA A OTRO PACIENTE, POR FLAVIA LOPEZ ELIZONDO Paciente: “M.C.” de 73 años, Dx CACU METS HEPATICO. Camilla 505. Saludo a la familia, tres hijos la acompañan al pie de la cama, solicito permiso para platicar y expreso cual es mi labor. La Sra. M.C. En su cama la encuentro consciente de aspecto agradable, tranquila, apacible y cooperadora al interrogatorio. ¿Desde cuándo está enferma? Paciente: Desde hace 10 años. ¿Cómo ha llevado su enfermedad en ese tiempo? Paciente: Bien, soy viuda desde hace 23 años. ¿Cómo vivió después de la muerte de su esposo? Paciente: Educando a mis hijos como Madre y Padre. ¿Cuántos hijos tiene? Paciente: 7. ¿Conoce de su enfermedad? Paciente: Sí.
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¿Cree usted en Dios? Paciente: Sí, a mi Padre Dios agradezco todo lo vivido. ¿Cómo esta su fe ahora? Paciente: Fuerte para seguir mi camino. ¿Está usted lista? Paciente: Sí, ya he vivido y bien. ¿Qué es lo que más le gusta o ha disfrutado? Paciente: Las joyas y las flores que durante mi vida me han regalado muchas. ¿Como la han tratado los médicos? Paciente: Muy bien. ¿Platican con usted? Paciente: Sí. ¿Necesita algo en este momento? Paciente: Sí, saber si me puedo ir a mi casa. ¿Está usted inquieta por algo? Paciente: No. ¿Tiene algo pendiente? Paciente: No, ya hablé con todos mis hijos. ¿Qué les ha dicho? Paciente: Que deben estar juntos a mi partida y darse la mano unos con otros. ¿Le gustaría que la visitara en otra ocasión? Paciente: Sí, gracias.
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ENTREVISTA POR: RAMÓN JUÁREZ FERRER Se atendió a paciente de sexo femenino de 75 años de edad; viuda desde hace 30 años, tres hijas y un hijo, todos casados. Su lugar de residencia es en la Ciudad de México y ahí mismo pero a una distancia alejada en la misma ciudad viven una hija y un hijo, solo que por las distancias difícilmente se pueden ver todos los días, diariamente mantienen comunicación vía telefónica. Otra hija vive en el Estado de Veracruz, y una en Nuevo León. Desde hace 1 año le detectaron enfermedad degenerativa irreversible en columna, por lo cual sus reacciones fueron de enojo hacia la vida misma, hacia lo que le acontecía ya que desconocía el cómo poder afrontar su nieva realidad en la cual ya tenía que dejar de hacer actividades o tareas que le implicaban esfuerzo físico. Asimismo nunca ha dependido de nadie, Ella sola se atiende en su departamento que habita desde que enviudó, asimismo se refiere por parte de los hijos que su actitud es de negatividad, enojo eventualmente, desesperación. Me la refieren para poder hablar con ella y tratar de encontrar las necesidades ocultas en la actitud manifestada; puesto que las hijas se preocupan por la actitud negativa y sobre todo de desinterés además de que mencionan NO saber el cómo manejar o afrontar esta situación y sobre todo que NO genere conflictos entre la misma familia. Pregunto a las hijas si le han hecho saber que le voy a visitar y sobre todo el motivo de mi visita; aseguran que sí aunque Ella aclara que NO se está muriendo y que un tanatólogo solo habla de la muerte. Pregunto a la familia si Ella sabe a detalle su enfermedad, tratamiento, control de citas, argumentando que sí. En total fueron cuatro visitas; en la primera visita, arribé el domicilio referido y ahí estaba Ella esperándome para pasar a su casa, me condujo a la sala y ahí iniciamos nuestra charla. Primeramente me presenté; le explique a detalle en qué consiste la labor de un tanatólogo, a qué iba, la confidencialidad de la información a compartir, así como también le dejé a Ella la decisión de contactarme si deseaba una segunda visita para seguir compartiendo información, en total fueron cuatro visitas. Posteriormente le pregunté sobre cómo se sentía y cómo estaba de salud; inicio a compartirme información de su enfermedad, la cual es controlable a base de tratamiento médico, le cuestioné sobre la pérdida de su marido
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y el cómo vivió su duelo, argumentando que pues no hubo tiempo para eso ya que se quedó a cargo de sus hijas que aunque ya estaban casadas pero la vivencia se postergó argumentando ser fuerte y demostrar fortaleza a la familia para que nadie sufriera. Le hice saber la importancia de vivir sus duelos, así como vivirlos en familia ya que si se postergan van a reactivarse en el futuro, lo cual le llevo a tomar conciencia de dicha situación y la necesidad de sanar esa herida pendiente. Su actitud también sobre su enfermedad esta argumentada en que así ya no sirve para nada, ya no puede hacer lo mismo de hace cuarenta años, sus hijos la controlan a dónde salir, cómo, cuándo y dónde sí salir, a lo cual Ella menciona sentirse atada, inútil y sobre todo controlada. Detrás de esta situación familiar le pude cuestionar el cómo le hacía a Ella sentirse estando así como estaba; y dio paso a la necesidad de que deseaba ser considerada para tareas de la casa, aunque fueran pequeñas pero que la dejaran hacer algo, que Ella NO se estaba muriendo como para que todo le dieran en la mano. Se le explicó a detalle su derecho a ser escuchada, atendida, pero sobre todo tomar en cuenta su opinión y que de ser posible y si había una necesidad en especial que se deseara tratar con sus hijas le apoyaría en ese proceso ya que es parte de la actividad a realizar. Se le explicó que como paciente tiene derechos, tiene el ánimo y deseo de dedicarse tiempo para Ella, así como también se le aclaro la tarea de los nietos de que tiene también derecho a convivir y disfrutar la vida con Ella, permitirse ser atendida, consentida, dejarse querer, permitirle a sus hijas e hijo devolver un poco de lo mucho que ha hecho y dado en vida. Se habló con las hijas de la necesidad de respetar también sus ideas u opiniones, el derecho que como paciente le corresponde, que se establecieran las necesidades de cada uno a fin de poder darle también seguridad y libertad a Ella pero considerando que sus hijas también se preocupan pero que su preocupación es encaminada a que desean su propio bienestar. De acuerdo a lo compartido; pude detectar que estaba en la fase de la depresión, por las conductas referidas y compartidas por Ella misma, así como por sus hijas, Se pudo realizar ese dialogo cruzado entre Madre, hijas y el tanatólogo, en donde fácilmente llegaron a acuerdos, que prometieron respetar pero con la súplica de por medio de que cuando se sienta mal, de inmediato lo
Página13 manifieste; así como también considerar la opción de vivir más cerca del domicilio de las hijas a fin de que solo así la pueden visitar todos los días, otra propuesta fue la de contratar a una acompañante para que le asista permanentemente y no siga sola, aceptando que lo haría aun y cuando a Ella le gusta que las cosas se hagan como solo Ella sabe hacerlas. Se cerraron las visitas con las decisiones propuestas por ellas mismas, así como también con una actitud de aceptación de la enfermedad, aceptación de condicionamientos, promesa de dejarse querer y permitir a sus hijos y nietos demostrarle su cariño a fin de permitirles esa oportunidad de darle un poco de lo mucho que Ella siempre se ha dado, dejarse querer, mimar, cuidar, pero también ser sincera, clara y honesta cuando Ella misma desee estar sola.
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ENTREVISTA POR: ADRIANA ZAVALA La presente entrevista se realizó con un paciente masculino en una casa hogar ubicada en la colonia mitras. Hablé con la directora del asilo para ver que paciente estaba con una enfermedad más avanzada por lo cual me refirió con el paciente el cual tiene cáncer de próstata en estado muy avanzado. Me presente con el de la siguiente manera: Hola, buenas tardes soy Adriana Zavala, ¿me permite sentarme un rato a lado de usted para platicar? Paciente (MGG): Hola, si claro. ¿Qué programa de televisión está viendo? Paciente: Telediario. Con esto de las elecciones para gobernador uno tiene que estar bien enterado de que es lo que va a pasar ahora. ¿Qué le pareció que haya ganado “Bronco”? Paciente: No me convence mucho pero tenemos que darle una oportunidad. Espero que haya sido una buena elección. Esperemos que si… ¿y usted como se llama? Paciente: “MGG” y tengo 72 años. En esta parte traté de establecer un poco de rapport con el paciente ya que yo si estaba un poco nerviosa de cómo poder empezar a platicar con él y de cómo reaccionaría el al estar platicando con una persona extraña y sobre todo de cómo poder hablar de su enfermedad. Y ¿cómo le ha ido en estos días? Paciente: Pues más o menos. ¿Por qué? ¿A qué se refiere con “más o menos”? Paciente: Pues es que me he sentido muy cansado y no me dan muchas ganas de comer, solo que aquí las enfermeras me exigen que coma. ¿Y porque se ha sentido cansado? Paciente: No se si sea por el cambio de medicamento porque realmente aquí en la casa hogar no hago gran cosa. Y ¿para qué toma medicamento?, ¿Padece usted de algo?. Paciente: Me detectaron cáncer en próstata y ahorita en el último examen el médico me dijo que se me estaba pasando a hueso. Y ¿desde cuándo le detectaron cáncer de próstata? Paciente: Desde hace 10 meses aproximadamente. Y ¿quién estaba con usted cuando le dieron el diagnóstico? Paciente: Con mi hija. Estaba yo aquí en la casa hogar cuando de repente empecé a notar que empezaba a tener problemas al hacer
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pipí. Iba al baño y hacia pipi y se me detenía y después empezaba otra vez, además tenía mucho ardor al momento de ir al baño y se los dije a las enfermeras y fue cuando me reviso el doctor de la casa hogar y me dijo que era conveniente ir al hospital para hacer unos exámenes y estudios de sangre y orina y le hablaron a mi hija para que ella también estuviera enterada y me acompañó al hospital y después de los exámenes el geriatra me dijo que tenía un problema en la próstata y que al parecer era cáncer. Entonces estaba acompañada de su hija? Paciente: Sí, ella ha sido en este tiempo mi apoyo, ya que es la que me ha estado acompañando en este proceso. (En ésta parte el paciente me platicó un poco de su familia y me comentó que su esposa falleció hace 10 años en un accidente automovilístico y que después estuvo viviendo con su hija un tiempo pero veía que su hija se estresaba mucho con el por qué no podía pasar mucho tiempo con el debido a las diferentes actividades de su hija. Y que por ese motivo el decidió buscar en internet asilos para que así no generarle a su hija muchos conflictos. Su hija al principio se negaba pero después acepto que su papa estaría mejor con otras personas conviviendo y haciendo actividades más placenteras por tal motivo se tomó la decisión de llevarlo al asilo). Qué importante ha de ser entonces contar con el apoyo de su hija aunque no se vean todos los días. Paciente: Sí, cuando ella tiene tiempo viene a visitarme y con frecuencia los domingos vienen mis nietas y mi hija a sacarme a comer o ir a pasear. Y ¿cómo se ha sentido usted después de que le dieron el resultado de este último examen? Paciente: Al principio muy intranquilo, me la pasaba solo en mi cuarto viendo la televisión, no quería ni siquiera bajar para convivir con el resto de las demás personas y me molestaba mucho que vinieran las enfermeras a bañarme o a traerme de comer o a tomarme la presión y esas cosas pero creo que ya me acostumbre a esta rutina y no me queda de otra más que disfrutar y tratar de ver la vida con más optimismo. Qué bueno que trata de darle un nuevo sentido y un nuevo significado a esta parte de su vida. Paciente: No es fácil pero estoy tratando de hacerlo ya que quiero que mis nietas me vean como un abuelo fuerte. Qué bien, y ¿cómo se llaman sus nietas? Paciente: Cecilia y Marcela. Se llevan 3 años de diferencia.
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Se ve muy feliz cuando habla de ellas y eso ha de ser también una motivación para seguir adelante. ¡Ya ve que con mayor razón debería comer sus alimentos a su hora! Paciente: Trataré de hacerlo. Me dio gusto conocerlo, ¿podría venir a visitarlo yo también de vez en cuando?, o ¿tiene algún inconveniente? Paciente: Vuelva cuando usted quiera, yo aquí estaré donde recién me encontró. Al final de la entrevista me sentí más tranquila con la información obtenida, sin embargo, siento que me faltó indagar más acerca de su enfermedad así como los tratamientos a seguir. Aun así, sentí que el paciente se sintió a gusto con la plática y pudo desahogarse un poco ya que comentaba que con su hija no platica con ella todos los días. Me sentí bien, definitivamente fue una experiencia que jamás había tenido oportunidad de trabajar con este tipo de pacientes y si es totalmente diferente a cuando estas con un paciente con algún problema emocional.
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ENTREVISTA POR: ADRIANA DURAN DE ALEJANDRO Edad: 62 años Dx: cáncer pulmonar fase III Hace dos años le retiran matriz por tumor. Le detectan cáncer en el pulmón izquierdo en fase III y a los tres meses le indican metástasis en el cerebro. Comienza a perder funciones, presenta delirios, dolor de cabeza, poco apetito, baja de peso, disminución de la vista, se le dificulta caminar (utiliza andador y al mes requiere de silla de ruedas) y presenta vómitos constantes (por quimio y flemas. Comienza con quimioterapia, las cuales desgastan no solo su estado de ánimo, sino también su espíritu. Le dan doce radiaciones en el cerebro. -
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Duelo por perdida de funciones Se rehúsa a utilizar silla de ruedas Se rehusaba a cambiar de recamara (antes estaba en segundo piso) ahora, se instala en la sala (ahí tiene cama de hospital, oxigeno…) Se muestra muy preocupada por la pérdida de su cabello, le angustia verse tan diferente y retiran los espejos de la casa. Le preocupa ir al baño y espera a que su hija llegue del trabajo para que ella sea quien la lleve. No le gusta que la cuiden personas desconocidas como enfermeras. Le gusta comer pollo KFC y tacos Guadalajara, ha llorado cuando se los niegan. Le gustaba ver las estrellas. Extraña ver las estrellas. Platica sobre experiencia cuando fue el juez a visitarla En el testamento no venían las propiedades que ella pensaba que tenía y no quería firmarlo, lloró mucho, pero al final acepto firmar. Pensó que la mandaban a la casa porque se estaba curando, después entendió que la muerte estaba cerca cuando soñó con ángeles que la invitaban a ir con ellos. Mujer espiritual Actualmente muestra mayor preocupación por su hijo menor (Memo) ya que él no ha terminado sus estudios y cree que no lo deja preparado para la vida. Comenta que sus hijos han llevado su enfermedad de manera distinta:
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*Sonia: distante, solo se ha quedado en el hospital una vez acompañándola, ella cree que en el fondo es la más fuerte y quien ella considera puede “irse” en su compañía sin lastimarla tanto. *Lalo: se ha portado muy mal, se siente arrepentida de haberlo mal educado tanto, le duele verlo tan egoísta. Solo le importa el dinero. Se siente dolida y decepcionada de ella misma por la conducta de su hijo. *Sofía: considera es la más centrada, a quien dejará de albacea, es quien la ha cuidado en estos momentos; menciona que se siente muy orgullosa de los recursos que tiene su hija para salir adelante. *Memo: es el más pequeño y menciona está ausente porque no sabe cómo lidiar con la enfermedad de su madre. Le hubiera gustado poder acompañar por más tiempo a sus hijos, poder ver a Rafa terminar sus estudios para irse más tranquila, sabe que les ha dado todo de sí misma, sin embargo siente que le faltó tiempo para estar con ellos, disfrutarlos y estar para ellos en su penas. Hola tía, ¿Crees que me puedas ayudar con una tarea de la maestría? Tía: Mija, nunca pensé que te iba a poder ayudar con tus loqueras, pásale pa´ ayudarnos las dos. (Ella muestra mucha disposición desde el inicio). Durante la conversación no se utilizó ninguna guía escrita, dejé que las palabras fueran fluyendo, me dispuse a acompañar y tratar de escuchar sus necesidades. ¿Qué te preocupa? Tía: A ellos (sus hijos) aún les falta mucho camino por recorrer y me duele no poder estar para arroparlos cuando lo necesiten Me duele causarles el dolor de mi enfermedad, enfrentarlos a lo duro de la vida y seguramente a lo difícil que será mi partida para ellos. Y más porque se quedaran sin padre y sin madre. (Divorciada, padre ausente) Traté de que fueran buenos hermanos porque se quedaran sin padres. Tengo fe en que lo sean. Aunque sé que es difícil. Ellos son difíciles. Y es lo que más me duele de todo. Dejar a mis hijos cuando aún no terminaba aquí mi labor como madre. ¿En qué crees? Tía: Yo creo en la reencarnación. Creo en que las personas renacemos y resolvemos en otra vida lo que dejamos pendiente en esta vida.
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Creo que mi alma aparecerá en otro cuerpo con la finalidad de aprender en diversas vidas las lecciones que da la existencia terrenal, hasta que algún día alcance una forma de liberación en un estado de conciencia más alto. Yo a esta vida vine a perdonar y no pude lograrlo; mi cáncer es a raíz de tanto rencor que vengo cargando desde que era una niña. No quiero reencarnar ya sufrí suficiente en esta vida. Me mortifica volver a otra vida, en otro cuerpo y tener que resolver tanto rencor que en esta me ahogó y que hoy me está matando. ¿Crees poder perdonar?, siempre hay tiempo para hacerlo. Tía: Me gustaría en mis últimos días encontrar la paz que no encontré durante esta vida me gustaría perdonar, dejar ir. Pero sé que es complicado, aunque dicen que la fe muere al último. Tengo fe, porque ya no quiero volver. Sé que tal vez es una pregunta tonta, pero ¿crees que le has encontrado sentido a esta etapa tan difícil de tu vida? Tía: Definitivamente no es una pregunta tonta, me costó trabajo pero le encontré sentido a esta enfermedad. La autonomía de mis hijos, el que no dependan tanto de mí...el que yo aprenda a dejar el rencor a un lado, que aprenda a soltar, que aprenda a “ser”. Creo que hay gran enseñanza de todo esto en mis hijos, al menos eso espero. Que tanto dolor valga la pena. ¿Dónde te gustaría estar en tus últimos momentos? ¿Dónde quisieras dejar tu último aliento? Tía: Definitivamente en el hospital, me gustaría morir en el hospital. Yo creo en las energías, no quiero dejarles a mis hijos una casa donde alguien sintió dolor, donde vino la muerte y me llevó. Quiero que la energía de esta casa siga siendo la que era, que en las paredes estén guardadas risas y no llantos; que el olor sea de comida recién hecha no de vómito y alcohol. No quiero morir aquí, quiero irme sin dejarles más dolor que el necesario. ¿Quieres que haga algo por ti en este momento? Tía: Sí. Maquíllame, píntame los ojos, dale vida a mi cara, me siento bien fea y a nadie le interesa y a todos les asusta. Dame un espejo para verme. Me puse a maquillarla…quedo muy complacida cuando terminé y se vio en el espejo.
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Tía: Ya nomás me faltan mis greñas, pero uno es bonita hasta sin pelo, solo hay que echarle ganas. ¿Hay algo más que pueda hacer por ti en estos momentos? Tía: Tráeme pollo kfc cuando puedas. Le dije que había que preguntarle al médico pero en cuanto supiera se lo llevaba. Noté que la paciente se siente tranquila con la plática, se abrió y logró sacar sus inquietudes. Al final ella misma indica: Mira como tus loqueras si ayudan, nunca nadie se había dado el tiempo de escucharme como lo hiciste tu…vas a llegar muy lejos mija; me hiciste sentir viva otra vez. Ésta experiencia me hace sentir bien conmigo misma porque cuando me fui note que su mirada no era la misma de cuando llegue a su casa, estaba más tranquila, en paz, relajada y menos agobiada. Disfruté y aprendí muchísimo de su compañía.
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ENTREVISTA POR: VERENIZ MOGUEL Sra. “M.T.” Edad: 70 años Diagnóstico: Cáncer Cervico- Uterino Sra. María ¿cómo está? Paciente: Con dolor de pierna ¿Desde cuándo está aquí? Paciente: Desde el 30 de Abril ¿Qué es lo que quisiera? Paciente: Antes caminaba, iba al baño, subía y bajaba… ¿Ya no lo puede hacer? Paciente: No tengo dolor en la pierna hasta el recto… ¿Qué es lo que le gustaría? Paciente: Poder caminar… (Llanto) ¿Qué es lo que le da fuerza en la vida? Paciente: Yo aprendí a salir adelante ayudando al prójimo, siempre iba con mis hijos a los hospitales a llevar comida y ropa a los familiares que lo necesitaban. ¿Usted trabaja? Paciente: Si vendía ropa en el puente del Papa. ¿Cómo se siente de ya no trabajar? Paciente: Extraño vender, a mis clientes a mis amigas del mercado… ¿Sus amigas han venido a verla? Paciente: Sí, Eva es una amiga que considero como mi hermana. ¿Qué les diría a las personas que tienen su salud? Paciente: Que cuiden a sus amistades porque son muy valiosas en estos momentos. ¿Hay algo que desee en estos momentos y que usted pueda decidir? Paciente: Quiero irme a casa.
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ENTREVISTA POR: JACQUELINE HERRERA RODRIGUEZ Primero que nada quiero agradecerle por su tiempo y decirle que si en cualquier momento de la entrevista se siente cansado, incómodo o ya no tiene ganas de hablar, puede indicármelo y daremos por terminada la entrevista ¿Cuál es su nombre y cuánto tiempo lleva enfermo? Paciente: RVD y tengo 9 años desde que me diagnosticaron cáncer por primera vez en el próstata. Muy bien, su problema empezó en la próstata, ¿cómo fue la evolución? Paciente: Empezó en próstata, la cual me quitaron hace 9 años y el año pasado empecé a sentirme mal nuevamente, muy débil, ahora me dicen que el cáncer está en riñón, hígado, vejiga y colon. Dicen los médicos que tengo menos de 1 mes de vida. ¿Cómo se siente en este momento? Paciente: Estoy muy cansado, tengo muchos dolores, pero me siento tranquilo y bien de estar en mi casa, estaba muy cansado de estar en el hospital y no me gustaba que me limitaran el tiempo de estar con mis hijos y nietos. ¿Cuántos hijos tiene? Paciente: 5. ¿Cómo los ve a ellos ahora? Paciente: Se que están tristes, pero enfrente de mí tratan de sonreír, ya hemos tenido suficiente tiempo para hablar de muchas cosas, se que puedo irme en paz porque ellos han sufrido junto conmigo de esta enfermedad, se que podrán seguir su camino. ¿Tiene algún miedo? Paciente: Solo tengo miedo al dolor, pero no tengo miedo a la muerte. Todos somos muy cercanos a Dios y sé que El me está ya esperando. Y de su esposa ¿cómo es su relación? Paciente: Siempre hemos estado juntos. Oramos juntos, se que ella reza mucho por mí, siempre esta se buen humor, aunque puedo ver en sus ojos su tristeza y cansancio.
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Dice que ya ha tenido mucho tiempo de hablar con su familia ¿puede compartirme algo de lo que habló con ellos? Paciente: Les dije que se quieran mucho, que no me olviden, que recen por mí, que recuerden que siempre los he adorado, que hubiera querido tener más tiempo para estar juntos, pero que vamos a estar bien, que aprovechen la vida, que la vivan felices y que no se arrepientan de nada. ¿Cómo fueron sus estancias en el hospital? Mencionó que estaba feliz de estar ahora en casa… Paciente: Sí, cuando estás en un hospital de gobierno todo es más difícil, el personal tiene prisa y mucho trabajo, hay muchas carencias, tu familia no puede estar contigo, no tienes tus cosas, privacidad, la comida sabe fea… si ya voy a morir, quisiera estar en mi casa, con mis cosas y poder comer cosas ricas, pero ahora ya estoy así. ¿Hay algo más que quisiera decir para terminar esta entrevista? Paciente: Solo que hay que vivir, hay que ser felices, estar cerca de Dios y de la familia, porque al final llegamos solos y solos nos vamos, todo lo demás no importa, solo ser felices y tranquilos con lo que hacemos. Muchas gracias por compartir su tiempo y su experiencia conmigo. De verdad será de mucha ayuda para mí en este estudio.
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ENTREVISTA POR: MARICELA GONZALEZ MARTINEZ Entrevista a Hermana Religiosa Enfermedad: cáncer Tanatóloga: ¿Cuál es su nombre completo? Paciente: (omitido) Tanatóloga: ¿De dónde es? Paciente: De Lerdo Durango. Tanatóloga: ¿Cuántos años tenía cuando usted conoció a las hermanas religiosas? Paciente: 5 años, estaba en Kínder. Tanatóloga: ¿O sea que desde chiquita conoció el ambiente religioso? Paciente: Sí. Tanatóloga: ¿Cuántos años tiene? Paciente: 56 Tanatóloga: ¿Cuál es su profesión? Paciente: Estudié comercio, siempre quise ser religiosa, pero no me daban permiso mis papás, me dijeron que esperara a que tuviera 18. Tanatóloga: ¿Actualmente con quién vive? Paciente: Con la comunidad religiosa, pero para mí fue una pérdida muy grande dejar a mi familia porque somos muy unidos, me costó muchísimo dejar a la familia. Con las hermanas estudié la Normal y la Licenciatura en Educación. Trabajaba a veces de maestra, a veces de directora y otras muchas veces en la administración, por mis estudios de secretaria contador Tanatóloga: ¿Qué enfermedad padece? Paciente: Mira, primero gracias a Dios fui muy sana, pero desde enero del año 2003 me empecé a sentir muy mal de dolores en el intestino, cólicos, yo tenía 44 años, me sentía en la plenitud y con muchas ganas de trabajar, y no me detectaban nada, pero en septiembre del mismo año, ya casi hace 12 años, fue cuando me detectaron cáncer en el ovario izquierdo. En el Seguro me dijeron que era una colitis, pero una ginecóloga particular me detectó el cáncer, me dijo: hermana su cáncer está muy avanzado, y junto con un oncólogo abrieron y vieron que efectivamente estaba muy avanzado.
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Hay 5 tipos de cáncer, el 5 abren y cierran el mío era 4, que hay alguna posibilidad y conforme disminuye el número va siendo menos agresivo. Los médicos me dijeron que empezara con las quimioterapias cuanto antes pero no me dijeron nada. Me operaron en octubre y en noviembre fue la primer quimio, en diciembre la segunda, y así; las quimioterapias muy fuertes, pero yo tenía la seguridad que con las quimios se me quitaba el cáncer, era lo que yo siempre había escuchado y mi fe me decía “con las quimios se te quita el cáncer” Tanatóloga: Cuándo usted me dice “no me dijeron nada” ¿a qué se refiere? Paciente: Se refiere a que al estudiar lo que los médicos quitaron ellos detectaron que a mí me quedaban 6 meses de vida, 6 cuando mucho, porque el intestino y el estómago se estaban invadiendo y como dice el doctor que son partes muy húmedas es muy difícil acabar con este cáncer. A mí nadie me dijo que me quedaban 6 meses de vida, yo le eché ganas pero con las quimios me sentía muy mal entonces decidí irme por lo natural y le dije al doctor, y me dijo: el suspender el tratamiento lleva riesgo pero usted decida, y decidí combinarlos; gracias a Dios el cáncer se acabó y duré casi 5 años. A los 5 años supe porque tuve otro tumor y le dije al doctor entonces para nada sirvió la quimio y él me dijo: Sirvió para que esté viva porque usted en 6 meses se nos moría. Tanatóloga: Después de saber la noticia cuál fue su reacción Paciente: Cuando me dijo la doctora, pues yo no sabía nada de los 6 meses y pues le eché ganas, fue muy difícil porque tenía mucho vómito y diarrea y el estar en cama. Yo necesitaba distraerme, necesitaba hacer algo. Tenía lapsos de depresiones normales, un día me fui a la capilla y casi le grité al Señor, le decía: Bueno Jesús ¿qué onda?…Yo te di todo, todo!, dejé a mi papá, a mi mamá, a mis hermanos, mi casa todo y qué! ¿Para esto?, y yo escuché en mi interior “me diste todo, entonces tu cuerpo es mío” y desde allí yo me dije si yo le di todo Señor y le di mi cuerpo entonces ok, haz lo que tú quieras. Tanatóloga: Esta plática que tuvo usted con el Señor ¿en qué tiempo fue? Paciente: Fue a los 4 meses de operada. Fue en el año 2004 Tanatóloga: ¿Entonces estamos hablando que fue hace como 10 años? Paciente: Sí, con éste tengo 12 años en lugar de 6 meses. Tanatóloga: Bendito Dios.
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Paciente: Tanto que el doctor me dijo que escriba un libro, porque dice que el optimismo, el entusiasmo que yo tengo por vivir, toda la gente que me rodea, familia, laicos, religiosas y la gente del hospital. Yo cambié mi misión de ser maestra por, ¿cómo te diré? , por una consejera para tantos enfermos, yo me iba al hospital temprano cuando tenía quimios para platicar con la gente, animarlos, ayudarlos y sobre todo a los niños que se me acercaban aunque yo no los buscara. Para mí, bueno ya no soy maestra, pero estoy ayudando a muchos niños y muchos adultos, a transmitirles ese deseo de vivir, de ponerse en las manos de Dios. Ahora te lo digo con sinceridad…me dicen ¿tu no te quieres morir verdad?, porque a los casi 5 años apareció un segundo tumor y me dijeron que yo iba a vivir 6 meses pero yo no quería otra vez quimios y el doctor me dijo: hermana usted ya demostró que puede vencer una enfermedad, si Dios quiere y si usted quiere, pues otra vez todo el tratamiento y a los 2 años, otro tumor y ahorita tengo 3 años que cada año aparece otro tumor, ahorita han sido más frecuentes. Tanatóloga: ¿Cuándo fue el último estudio que se hizo? Paciente: Fue en enero de éste año 2015. Otra experiencia diferente que si quieres te la cuento…cuando ya tuve el cáncer en 2012, 2013, 2014, ya fue cada año, 5 veces he tenido cáncer y en las 5 veces han sido quimioterapias diferentes porque los últimos años me empezó a dar alergia, era tanta toxicidad que yo había recibido que ya no toleraba la quimioterapia entonces el año pasado, me sentía muy muy mal y me hicieron un Pet Scan, que es escanear todo el cuerpo y me detectaron 8 tumores en marzo del 2014 distribuidos en el estómago, intestino delgado, intestino grueso o sea por todos lados y el doctor me dijo: mire hermana ésta ya es una fase final porque su intestino esta ya invadiéndose. Tanatóloga: ¿Qué pensó al escuchar lo que el médico le dijo? Paciente: Al escuchar yo la palabra final, a mí sí me deprimió un poquito, y al mismo tiempo no; me dije: bueno, mi Señor si ya crees que es el momento pues ayúdame, pero si puedo hacer algo pues ayúdame. Alguien me recomendó un oncólogo, fui con todos mis estudios y me dice. hermana, la veo asustada, y dije pues tantito, quiero saber si ya es mi momento para irme preparando y me dice mire hay dos términos, final y terminal; final es que médicamente ya recibió todas las terapias que se le pueden poner y ya no hay
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ninguna terapia que le pueda quitar el cáncer, ahora es lo que usted quiera hacer, buscar opción natural o lo que usted quiera, hasta que Dios diga es ya una fase terminal, entonces ya le diremos cuánto tiempo falta, pero vaya al Hospital para que le pongan la primera quimio que usted tuvo, con la que duró 5 años bien, pero “vamos a probar haber que resulta” poniendo la quimio en menos cantidad cada semana; yo le tuve confianza y dije que sí, pero no lo aguanté, mis glóbulos blancos se bajaron a 1, los rojos a 5, las plaquetas 50, me sentía muy mal. Le dije ya no quiero continuar y me dice hermana a como está es para que ya se hubiera infartado no sé cómo anda caminando; tómese un mes de vacaciones y regresando vemos. Al regresar estuve con quimios una semana sí y tres no por varios meses hasta diciembre. En diciembre Dios me dio un regalo, conocer a un biólogo naturista que atiende con micro-dosis y ha trabajado mucho para que la gente ya no use quimioterapias y radiaciones, viene con todo su equipo, vive en EEUU atiende a sacerdotes y religiosas gratis como agradecimiento por nuestra labor. Tanatóloga: ¿Ahorita es la terapia que lleva? Paciente: Sí, Ahorita estoy con él nada más. He ido dos veces al Hospital con mis análisis y me dice el doctor: “seguimos de vacaciones va bien…” pero no le he dicho que estoy con el naturista, aunque el naturista también me dijo que estoy en fase final. Pero ha salvado a mucha gente que del hospital los mandaron a sus casas a morir. Tanatóloga: ¿Y usted hermana, ha pensado alguna vez en morir? Paciente: Sí; bueno, al principio no, porque me alivié pronto, me daba otro cáncer y me aliviaba, pero éstos 3 años si han sido difíciles para mí porque duraba 3 o 4 meses bien y otra vez a las quimios. Yo empecé a cambiar mi modo de rezar, de pensar en cómo ha sido mi vida, y no tanto lo que he hecho sino lo que Dios ha hecho a través de mí, porque somos instrumentos. Todavía me cuesta pensar que voy a morir, ahorita en junio ya son los 6 meses el mismo naturista de micro dosis me dice: hermana es verdad, lo que le dijeron, 6 meses de vida, yo le ofrezco mi tratamiento pero usted va a vivir lo que Dios quiera.
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Recuerdo la frase de una querida ex alumna con cáncer en las coronarias, ella me decía: todos los días veo a la imagen de la Virgen María y le digo “madre mía cuándo me vas a abrir la puerta, tú tienes en tu mano el cómo abrir la puerta para que yo entre al cielo, dime cuándo me abrirás la puerta”. Esa frase de decirle todos los días a la Virgen y a Jesús “qué día me vas a abrir la puerta” es lo que me ha hecho pensar más en la muerte. Ya para mí ahorita es una disponibilidad, aunque acabo de tener hace unos meses una reacción muy negativa precisamente por no hacer nada. Para la hermana superiora es un regalo que yo esté aquí solo para cuidarme, así me lo dice y no me deja hacer nada, solo hago pulseritas, rosarios, a veces me vienen a buscar para platicar, contesto teléfono, abro la puerta y voy a misa por supuesto porque tengo necesidad de Dios, voy un poquito con los niños, pero esa soledad a mí no me hace bien, como tenía las quimios muy seguidas no podía tener un trabajo estable de maestra, pero quizás el siguiente ciclo escolar ya me den actividad; ahorita que no tengo quimios puedo seguir ayudando a las hermanas con lo contable o un poquito con los niños. Pero sí estuve muy corajuda, les pedí perdón a mis hermanas religiosas porque no era yo. Necesitaba irme, distraerme y me dieron permiso de pasar un mes con mi familia. Tanatóloga: ¿Cómo ha sido la interacción con su familia con respecto a su situación de enfermedad, hay diálogo con la familia, hay apertura, ha podido hablar con ellos? Paciente: Mucho, como te comenté al principio, somos una familia muy unida, tengo el permiso de la hermana superiora de que vengan o ir con ellos todas las veces que quiera. Tanatóloga: ¿Tiene la suficiente confianza o apertura para hablar con alguna persona en específico de lo que usted siente, de lo que está viviendo? Paciente: La tengo con una hermana religiosa que está en otra comunidad, y pido permiso para ir con ella, y de mi familia con una hermana menor que yo. Tengo muchas hermanas religiosas, miles que rezan por mí, amigas, ex alumnas.
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He tenido crisis más frecuentes, hoy voy con el doctor y le voy a preguntar si es parte del medicamento o parte de un fin o solo cansancio. Y te digo, nunca busques la soledad, es lo peor…con Jesús sí, con la oración… que se necesitan momentos de soledad, sí, pero quedarte sola en una casa nunca, porque te deprime mucho, se necesita hablar, compartir, que te distraigan de todas esas cosas. Tanatóloga: ¿Ha tenido usted algún temor o ha tenido temores? Paciente: Sí, sí los he tenido, pero quien está enfermo es bueno que comunique a otras personas lo que le ha hecho bien y es lo que yo he hecho en el hospital platicar con los enfermos y alentarlos. Tanatóloga: Lo que usted está haciendo hermana es de bastante ayuda para las personas que están pasando por enfermedades como la suya. Paciente: Sí, yo vi que la Virgen y Jesús ahí me cambiaron el apostolado, ya no de maestra ni de contadora sino de aconsejar y acompañar. Tanatóloga: Y no es un aferrarse a la vida por aferrarse, sino es un aferrarse siendo consciente de la situación que está viviendo, con la fe que tiene, con la esperanza que tiene. Paciente: Sí, la gente me dice que vivo porque esa es mi misión, ayudar a otros, sobre todo a los niños, los visito en el hospital y les llevo peluches para que compartan sus quimioterapias con ellos, la enfermera “le pone” primero la quimio al peluche y el niño enfermo lo cuida mientras que a él le ponen la suya. Esa es mi misión, lo he captado. Pienso que toda persona enferma puede dar un mensaje positivo. Yo gracias a Dios puedo hablar, caminar el día que ya no me pueda mover si es la voluntad de Dios pues vendrán a verme, y si puedo hablar les seguiré dando mensaje. Tanatóloga: Y lo sigue dando hermana, sigue dándonos un mensaje de amor. ¿Cómo se siente al hablar de todo esto, cómo la hace sentir que estemos platicando? Paciente: Descanso, mira hace ratito iba a llorar, sentía ganas de llorar.
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Tanatóloga: Se vale hermana, las lágrimas hacen bien. Paciente: Sí, sí he llorado, pero hablar de esto me hace mucho bien. Tanatóloga: Pues le agradezco bastante el haberme permitido tener esta charla, platicar conmigo cosas tan personales, tan íntimas. Le agradezco que me haya atendido. Paciente: Y yo a ti también, a mí también me dio mucho gusto.
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ENTREVISTA POR: BLANCA ESTELA GONZÁLEZ HERNÁNDEZ Tanatóloga: Hola madrina, ¿cómo está? Paciente: Bien mija Tanatóloga: ¡Qué bueno! Le había comentado un poco de la entrevista, pero le voy a decir bien de qué se trata… Estamos tratando de entender mejor a los pacientes o personas que tienen una enfermedad incurable o crónica, y con entender me refiero a saber por el proceso que están pasando y de qué manera las personas que le atienden pudiéramos mejorar para hacerle sentir mejor en este proceso. ¿Me pudiera decir su edad y el diagnóstico que tiene? Paciente: 66 años, y es cáncer… cáncer de estómago. Tanatóloga: ¿Cuánto tiempo tiene que le dieron éste diagnóstico? Paciente: Uy pues ya tiene unos años, me lo dijeron hace como… unos 4 años o 3, ya ni recuerdo. Tanatóloga: ¿Ha estado hospitalizada? Paciente: Sí, pero no me gustan los hospitales. Mejor me traigo mi medicina y aquí me atienden. Tanatóloga: ¿A quiénes tiene aquí para ayudarle con esto? Paciente: Pues ya sabes, está Rosy (hija suya), Manuel (marido), Malleny (nieta), cuando vienen también Martha y Alma (hijas) me ayudan. Tanatóloga: ¿En qué necesita ayuda esas ocasiones? Paciente: A veces para levantarme… puedo amanecer muy cansada pero siempre de una u otra forma me levanto, pero es mejor con ayuda de alguien más, pero si no yo sola, no pasa nada. Tanatóloga: ¿En qué más? Paciente: Pues ya sabes que Manuel siempre se ha encargado de la cocina, eso no ha sido problema pero lo sería más en estos tiempos si no hubiera acostumbrado ayudar en eso. También con la Anita (niña de Rosy), que a veces es muy fastidiosa, pero ya se encargan más Malleny de ella cuando no va a la escuela, o Rosy.
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Tanatóloga: ¿Qué es lo más difícil que ha tenido que pasar durante esta enfermedad? Paciente: Hm… Que la comida ya no me cae, que ya no tolero muchas cosas que antes sí como los niños chiquitos o el ruido, a veces es muy complicado que está tu abuela aquí y yo también, las dos igual sin hacer nada. Tanatóloga: Sí, creo que ha de ser muy complicado por que con ella se batalla para hacerla comer también… Paciente: Y aparte ya no escucha casi nada, entonces peor. Y peor si se pone mala y hay que hacerla tomar medicinas, no las toma. La vez pasada las aventó y ya no le insistimos, si no las quiere tomar que no las tome, allá ella… Tanatóloga: ¿A usted se le dificulta tomar su medicina? Paciente: No, yo siempre me he encargado de eso, pero mamá es bien complicada. Tanatóloga: ¿Entonces es usted quien se encarga más de ella? Paciente: Pues es que convivo yo más con ella, bueno, cuando está fuera de su cuarto. Pasa mucho tiempo ahí. Pero a la hora de comer pues ya me ayudan las muchachas. Tanatóloga: Okay, bueno y a raíz de la enfermedad, ¿ha pensado qué pasará cuando llegara a faltar usted o mi abuela? Paciente: Uy sí, pero pues nada. ¿Qué puede pasar? […] Todos vamos para allá. Faltando tu abuela pues ya ella se ha hecho a la idea desde hace mucho, desde que murió Ricardo (hermano [cuate] de la paciente) ella ya se hacía a la idea que le faltaba poco para morir pero ya ves, ya van como 10 años y aquí sigue, sin enfermedad, buena en todo. De repente se enferma de gripa y no toma medicina pero ya se le pasa y todo normal. Tanatóloga: Y ¿qué piensa de cuando falte usted? Paciente: Pues nada hija, no pasa nada, las cosas siguen.
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Tanatóloga: ¿Cree usted en algo más allá o tiene alguna religión? Paciente: Pues yo me crié como cristiana pero ya tantos años sin ir al culto ni nada, no, pienso que uno muere y ya no hay más. Uno vive y hace lo que puede o lo que tiene que hacer y al final a todos nos va a tocar ir al pozo, como dice tu abuela (risas). Tanatóloga: ¿No le da miedo pensar en eso? Paciente: No, ya he vivido y estoy enferma, si me toca, pues ya me toca y se acabó. Tanatóloga: Parece muy tranquila con eso, ¿hay algo en especial que la haga sentirse así? Paciente: Pues los años que ya viví, y no digo que ya me vaya a morir pero si me muero ya no pasa nada; también me tranquiliza saber que mis hijos ya son grandes, conocí a mi bisnieta, y todos van bien, no es como que sea indispensable, ya todos son mayores y la Anita tiene a su mamá y a Malleny (hermana mayor de Anita). Tanatóloga: Pues sí, muy bien. ¿Había hablado de esto con ellas o con alguien en general? Paciente: Pues no es algo que les tenga que decir, ya saben ellas cómo hacer las cosas, ya van haciendo su vida. Tanatóloga: ¿Entonces es la primera vez que toca este tema? Paciente: Es que sale de repente pero no tanto (risas). Tanatóloga: ¿Le molesta? Si quiere podemos terminar, si se siente incómoda. Paciente: Si mija, ahorita me voy a poner a lavar con Rosy. Tanatóloga: Bueno, muchas gracias por la entrevista madrina, ya sabe, cualquier cosa que necesite me puede decir. Paciente: Sí, gracias mija.
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ENTREVISTA POR: MARÍA DE LA LUZ BOCANEGRA RIVAS Diagnóstico. Leucemia. Originario. Monclova Coahuila Llega a hospital tiene dos semanas internado refiere que la enfermedad le inicio hace 2 años llega en camilla a clínica 25 de I.M.S.S. Actualmente trabaja en empresa de Equipos de Mantenimiento (dos meses). Su familia está conformada por tres hermanos, él es el segundo tiene un hermano mayor de 29 años y uno menor de 21 años refiere que sufre recaída de la enfermedad ya que tenía tres años que no volvía al hospital. Durante la entrevista refiere que su médico está de vacaciones y no le han informado cuanto tiempo se va a quedar para la terapia ya tiene un catéter que es subcutáneo. Informa que fallece su Papá hace 3 años de cirrosis hepática informa que no se puede despedir de él ya que no lo dejaron entrar a sala donde se encontraba hospitalizado. Informa que su Padre cumple años en enero. Eso causa angustia en mi persona ya que mi Padre también cumplía en enero, sin embargo lo logro superar en ese momento. Actualmente informa que solo quiere ver la final de futbol de Barcelona, su cumpleaños es el 30 de abril, dice que sale con sus amigos pero que solo son dos ya que el resto ya tiene hijos (casados).Le pregunte si le gustaba la cerveza informa que cuando se encontraba sano se juntaba con un buen amigo y llegaba a su casa a las hora de la madrugada. Lo que más le inquieta es estar solamente acostado y el día se le hace muy largo, su madre esta angustiada y llorando. Él está en etapa de Negación ya que no acepta su realidad, informa que quiere salir para conseguir puesto como Gerente. Se le informa que durante su tratamiento el médico tiene que decidir para beneficio de su salud. Se le agradece la cooperación durante la intervención.
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CUENTITOS PARA SANAR LA FELIZ PARTIDA DE ARMANDO Por: Susana Meza Existió hace algunos años, un joven apuesto y agradable, que se nombraba Armando. Él, en su juventud, se dio cuenta que tenía una grave enfermedad, y que moriría en poco tiempo. Armando además de guapo y simpático tenía una gran fuerza interior, todo un súper man, y se dijo que no quería irse triste de este mundo pues en realidad había sido muy feliz en su vida. Decidió dar un largo paseo, en dónde pudiera dejar parte de él, pero necesitaba amigos que le ayudaran, entonces se fue a un parque donde corría un río y le dijo al agua: “amiga sumergiré mis pies en ti para que lleves por todas las corrientes de agua los pasos que anduve en mi vida”, y el agua le contestó “encantada de ayudarte”, después subió a un árbol y dirigiéndose al viento le dijo: “necesito que esparzas por el mundo cada una de las respiraciones que hice desde que nací”, y el aire le contesto “será un placer llevarte por el mundo”, después al oscurecer, encendió una fogata y le dijo al fuego” quiero que mi cuerpo arda en ti y transmitas el calor de mi corazón siempre que alguien te encienda” y el fuego le dijo “abrasaré tu cuerpo con mucho cariño”, y por último miró a la tierra, le sonrió y le pidió: “recíbeme y ayúdame a florecer” y la tierra devolviéndole la sonrisa, le contestó: Armando te recibiré y florecerás en árboles, montañas y ríos. Y, fue así como Armando partió en paz y feliz, pues permanece a nuestro lado en el agua, en el aire, en el fuego y en la tierra.
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PINKO, MI AMIGO MARIPOSA. Por: Laura María Garza Guerra Había una vez una hermosa mariposa, de grandes alas y colores, parecía le gustaba, más bien, disfrutaba estar siempre en el mismo lugar, algo que por supuesto su inquieta amiga abeja no lo podía creer, le asombraba verlo siempre en el mismo lugar, día tras día, mes tras mes, y un día le pregunta, la abeja a su amigo Pinko, “¿porque siempre estás así?”, Pinko sorprendido le contesta: “¿Cómo ‘asÍ’?, y la abeja le contesta: “pues así, sin hacer nada, parado en el mismo lugar, voy y vengo y tu siempre ahí”. Pinko, todo enternecido ante la ignorancia de su amiga abejita, le contesta con una gran sonrisa “¿crees que no hago nada y que no hice nada? Ve mis alas, esas finas rayas, fueron tejiendo hoy narrando lo que hoy es de mi: te cuento que gateé, caminé, troté, corrí, salté, brinqué, paré, anduve. También te cuento que canté, reí, lloré, disfruté, amé, olvidé, dormí, desperté, aguanté, soporté, pero sobre todo… viví”. Pinko agregó: “Me estoy tomando este espacio para recordar y revivir, para reflexionar y agradecer: los días buenos y los malos, los soleados y los lluviosos, los cortos y los largos, siento que me queda poco tiempo para repasar mis lindos momentos que atesoro en mi corazón”. La abeja le contesta: Como, de que se trata todo esto de recordar, ya me voy Pinkito, tengo mucho por hacer y mucho por dar, yo también quiero cuando esté así “parado sin hacer” vivir de todos mis tesoros que coleccioné, porque si no; cuando voy a contemplar mi álbum terminado. Adiós, adiós Pinkito, gracias, gracias.
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MARIPOSA DE AMOR Por: Dra. Flavia López Elizondo Había una vez en un lugar muy pero muy lejano, es ese lugar al que nadie quiere llegar pero que de algún modo todos llegamos, puede estar tan cerca o tan lejos de todos, justo a este lugar he llegado después de mi partida y les quiero compartir que es un sitio maravilloso lleno de luz de belleza sin igual de armonía de paz y de tranquilidad , me he transformado en una hermosa mariposa con alas de colores inimaginables desde el amarillo, verde, naranja, azul, rojo, blanco y rosa, los cuales pintan mis alas de diferentes formas; puedo ser tan grande o tan pequeña; puedo volar y volar libremente, nada me detiene. Ahora desde lo profundo de mi alma de ésta, que ahora yo soy desde mi interior desde mi nueva yo, de este ser de luz, quiero expresarles a mis hijos y mi familia todo mi amor y mi gratitud y ahora veo que he dejado un gran legado de fortaleza, de aprendizaje de unión familiar, viví y disfruté del placer de la vida, hijos míos solo cumplí con mi destino estoy bien y estoy feliz, sigan ustedes con su camino, ámense los unos a los otros, sean bondadosos, generosos, compasivos, sean felices en el camino de la vida, vivir es la experiencia más extraordinaria que el ser humano posee, manténganse en unión pero sean humildes y solidarios para con los demás. Estoy en el origen de la vida y el Universo, donde todo es posible donde nada causa dolor ni sufrimiento, mi ciclo en la tierra termino y ahora estoy en las manos del creador. TRASCENDER ES AMAR INFINITAMENTE, QUE MI RECUERDO LOS LLENE DE ALEGRIA, DE GOZO, DE GRATITUD Y DE GRANDES BENDICIONES.
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HISTORIA DE LA PRIMAVERA AMOROSA Por: Ramón Juárez Ferrer En un bosque encantado; donde hay pájaros de todos los colores, en un lugar donde se pueden escuchar aves de dulce y melodioso cantar, ahí justo ahí habitaban una pareja formada por un jilguero y una primavera, junto con sus polluelos apenas desarrollándose. Todo avanzaba con aparente normalidad hasta que un día de mayo; de repente el jilguero enfermó gravemente y lamentablemente murió pero siempre asegurando el porvenir a su querida familia. Cuentan de desde ese día y hasta la fecha, la hermosa primavera, valientemente los ha sabido llevar adelante y triunfar ganando grandes y valerosas batallas. Cuentan que cierto día el hermoso canto de la primavera dejo de escucharse a raíz de una extraña y rara enfermedad, los hijos preocupados por su madre de inmediato acudieron a atenderle, pero se encontraron con la sorpresa de que no se dejaba cuidar, le costaba trabajo permitir que otros cantasen en su lugar, difícilmente aceptaba que su lugar fuera ocupado por nuevos cantos, quería y deseaba seguir alegrando los días de los demás aún y cuando el cantar despertaba una gran batalla. Sucedió de repente que ante el médico de la comarca le diagnosticó la enfermedad de tristeza profunda y para sanar requería de amorosos cuidados, atención esmerada y dedicada, traslado a otra zona del bosque, requería alejarse un poco de lo ruidoso y contaminado del bosque. Y así; se tuvo que retirar eventualmente, para ser atendida y arrullada con nuevos cánticos de gorrioncillos, canarios, calandrias y otros más para poder avanzar en su tratamiento y recuperación, hasta lograr aceptar su nueva realidad en donde logró encontrar una nueva área de crecimiento con atenciones y cuidados que le permitían ser y disfrutar lo que durante muchos años hizo por los demás cuando el bosque empezaba a poblarse y florecer. Cuentan que dejándose querer, aceptando el amor y cuidado que sus polluelos le conferían solo así pudo lograr que de nueva cuenta se realzara su belleza, logro que su melodioso cantico nuevamente se escuchara en el bosque encantado y lograr deleitar a todos quienes habitaban el mismo.
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Se dice que desde entonces ha logrado ser la primavera más feliz y hermosa, cuya belleza de colores brilla ante la luz de cada amanecer, así como también sus polluelos le acompañan en su dulce cantar, logrando una vez más paz, armonía, unión familiar en perfecta sintonía. Y así continuo su cantico por muchos años más.
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PIDIENDO UN DESEO A LAS ESTRELLAS Por: Adriana Zavala Había una vez un señor muy alegre llamado Héctor que vivía en una casa muy grande junto con otras personas muy risueñas y trabajadoras. A Héctor le gustaba mucho en sus tiempos libres ver el futbol y jugar cartas, le gustaba mucho llevar a sus nietas al cine o simplemente pasar el tiempo con ellas. También disfrutaba mucho apreciar la luna y contar las estrellas y siempre le pedía un deseo a la luna que era el ver muy pronto a su esposa. Un día, Héctor se sintió un poco mal y fue al doctor y le dijo que tenía unas pequeñas manchas en una parte de su cuerpo y que tenía que dejar de hacer algunas actividades pero a Héctor no le importó mucho ya que siempre sus nietas lo apoyaban e incluso le llevaban su comida favorita. Una noche Héctor se acostó en el patio de la casa para apreciar nuevamente la luna llena que había esa noche. Poco a poco fue cerrando sus ojos y se dio cuenta que se iba acercando cada vez más a la luna y veía como su hija y sus nietas se estaban despidiendo de él. Cuando volvió a abrir los ojos se dio cuenta que su deseo más esperado se había cumplido ya que su esposa lo estaba esperando con los brazos abiertos y con una gran sonrisa. Desde esa noche Héctor se volvió un hombre más protector y todas las noches cuida mucho a sus nietas y a su hija.
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ESPERANZA Por: Adriana Durán De Alejandro Había una vez en un país encantado una bella mujer llamada Esperanza. Esperanza no solo era bella por fuera, tenía un corazón enorme, era un mujer alegre y que disfrutaba muchísimo estar en contacto con la naturaleza. Un día, un hombre muy apuesto llamado César se enamoró perdidamente de su maravillosa personalidad y de su esencia, como en todos los cuentos de hadas, decidieron casarse para ser felices para siempre… pero lamentablemente en esta historia no fue así; Esperanza y Cesar tuvieron tres hijos, y al pasar los años comenzaron a tener muchas discusiones que hacían que la noble y bella Esperanza llorara y llorara sin parar, ella se encargaba del cuidado de sus tres hijos; mientras Cesar andaba de fiesta en fiesta. César había cambiado, ya no era aquel hombre generoso del que un día Esperanza se enamoró, ahora él se había vuelto un hombre mujeriego, no llegaba a dormir por días y cuando estaba en la casa lo único que hacía era discutir delante de los niños. La pobre Esperanza se fue llenando de tristeza, de angustia y de rencor; no entendía como era que su vida había cambiado tanto de un día para otro. Llegó el día en que decidieron por fin separarse, Esperanza con la fortaleza que la caracterizaba decidió hacerse cargo de sus hijos y continuar trabajando para sacarlos adelante. Así; pasaron varios años, ella procuraba darle todo lo que necesitaban a sus hijos, se mantuvo protegiéndolos a capa y espada de cualquier peligro que hubiera en el pueblo; pero Esperanza no olvidaba el dolor que le había causado su matrimonio y no se dio cuenta que al estar tan al pendiente de sus hijos y de sus recuerdos se olvidó de sí misma. La bella y fuerte Esperanza comenzó a sentir malestares físicos y después de mucho tiempo, decidió ir con el médico del pueblo. Esperanza ya estaba muy enferma, su dolor y tristeza se habían esparcido por todo el cuerpo, “ya no hay más que hacer,” fueron las palabras del médico. Esperanza intentó por todos los medios tratar de recuperarse, pero su dolor se esparcía más y más y poco a poco se iba terminando su dulzura e iba desapareciendo la sonrisa de su bello rostro. Esperanza tenía mucho miedo de partir sin haber terminado su labor como madre, sentía pavor de dejar a sus hijos jóvenes sin alguien que les brindara ese amor incondicional que ella los daba a cada momento.
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Pero con el paso de los días, el dolor seguía haciéndose cada vez más fuerte; sus hijos la veían llorar y sufrir. Nadie en el pueblo se explicaba como una mujer tan noble y generosa podía padecer un mal que no merecía. Esperanza por su parte se sentía sin ganas, sin fuerza, con miedo y aun no encontraba el sentido de tanto dolor. Un día llego su hija quien había heredado la calidad humana de su madre, se sentó con ella y platicaron de la vida, Esperanza al escuchar a su hija tan madura, bondadosa y con tanta fortaleza, se sintió muy tranquila; ella estaba consciente que durante su vida se había dedicado en cuerpo y alma a sus hijos y que tal vez lo había mal criado un poco, sabía que sus hijos no eran tan independientes como deberían; entonces al platicar con su hija llamada Fe se llevó la grata sorpresa de que durante el proceso de su enfermedad su hija se había fortalecido en espíritu y que se había convertido en un adulto; pero no en cualquier adulto, se había convertido en una persona mágica, empática, tolerante y noble, y esas mismas características las fue descubriendo en cada de uno de sus hijos; en los varones de distinta manera pero ahí estaban… se dio cuenta que su corazón y sus acciones trascenderían a través de sus hijos. Esperanza se dejó llevar, después de tanto dolor, una mañana durante el alba, mientras estaba acompañada de su hermosa hija, decidió cerrar sus bellos ojos, decidió dar su último suspiro y descansar para trascender en esta vida y quizá como ella creía reencarnar en un ser maravilloso en otro pueblo, en otro reino, en otro bello país encantado… Y colorín, colorado este cuento ha terminado.
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CUENTO SOBRE EL AMOR Y LA AMISTAD Por: Vereniz Moguel Mary fue hija única, debido a que sus padres perdieron la capacidad de procrear, y debido a esto Mary creció llena de amor aunque su hogar era humilde. Sus padres, para compensar la falta de hermanos, le inculcaron el valor de la amistad y el servicio para que donde fuera tuviera la capacidad de ser querida. Así vivió su vida Mary, cuando estuvo en edad de casarse, conoció a Ramón y junto con él procreo a 4 hijas y 7 hijos, por fin pudo cumplió su sueño de tener una gran familia… Por cosas de la vida, Ramón, su compañero de vida enfermó y murió, y Mary en su memoria comenzó a trabajar arduamente para sacar adelante a sus 7 hijos, la alegría y el don de servicio nunca fueron el sostén de Mary… los años pasaron y sus hijos crecieron, y aprendieron de ella el valor de la amistad y el servicio, además de la unión familiar. Ya cercano el invierno para la vida de Mary, enfermó, y fue una enfermedad lenta, que poco a poco fue adueñándose del cuerpo de Mary, pero no de su voluntad ni de su alegría, alegría acrecentada por tantas personas que estaban a su lado acompañándola en ese difícil trance. Ante su último suspiro Mary levanto su vista hacia su creador y gradeció por todo el amor de sus hijos y amistades y sus últimas palabras fueron “ La amistad es el valor más grande… al sentirla en estos momentos todo ha tenido sentido”.
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CUENTITO PARA SANAR Por: Jacqueline Herrera Rodríguez Ésta es la historia de Pequitas, un perrito muy noble y bueno. Pequitas tenía mucho tiempo enfermo y aunque tomaba sus medicinas no sentía que mejorará mucho. Pequitas vivía en su casa con su esposa Lunarcitos y tenía 5 hijos y 5 nietos, todos muy sanitos y muy inteligentes. Pequitas estaba triste porque una de sus hijitas vivía lejos y el la extrañaba mucho. Pequitas trataba de sentirse mejor manteniéndose ocupado, jugando con su pelota, comiendo cositas ricas y tomando un poco de sol por las tardes. Un día recibió la mejor de las sorpresas, su esposa Lunarcitos le dijo que su hijita y nietecitos vendrían a visitarlos desde lejos, estaba tan contento que hasta se mantuvo sonriente eso días de espera y aunque tuviera dolorcitos los pasaba de mejor manera. Lunarcitos se dedicó a preparar la casa y a reunir al resto de los hijos y nietos para que todos pudieran compartir un rico pollito cuando llegara el resto de la familia. Cuando por fin estuvieron todos juntos y se sentaron a la mesa, Pequitas tomo la palabra, les pidió a todos que se tomaran de sus patitas y dieron gracias por la oportunidad de estar reunidos y de poder compartir los alimentos, todos comieron felices y disfrutaron de su compañía. Al terminar de comer se dirigieron a la sala, y ahí Pequitas les contó que se había sentido cada vez más cansado y que creía que pronto seria momento de partir al cielo de perritos. Aunque hubo lágrimas en ese momento y todos se sentían tristes, aprovecharon ese momento para decirle a Pequitas lo mucho que lo querían, como lo recordarían cuando el partiera y todo lo que él les había enseñado. Pequitas se sentía tan feliz de escuchar todas esas cosas lindas, de recibir todo ese cariño. Todos se despidieron de la reunión felices por haber compartido una tarde en familia y con tanta armonía. Esa noche Pequitas le dijo a Lunarcitos lo mucho que la amaba, como recordaba cuando se conocieron y compartieron sus primeras croquetitas y como había cambiado su vida con el nacimiento de cada uno de sus hijos y nietos, la verdad es que habían tenido una muy buena vida juntos, se dieron un besito de buenas noches y esa noche Pequitas durmió como nunca, durmió tan profundo, con tanta tranquilidad y con tanto amor en
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su corazón que el sueño se prolongó y prolongó tanto que le dio la oportunidad de llegar al cielo de perritos y Lunarcitos y sus hijos y nietos al haber tenido la oportunidad de darle todo su amor a su papi y abuelito pudieron seguir tranquilos y felices con deberes y responsabilidades, pero siempre recordando, imitando y queriendo a Pequitas, el perrito que marcó su vida y corazón.
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TALITA, LA ORUGA Por: Maricela González Martínez Érase una vez que en un hermoso gran jardín vivía una pequeña oruga llamada Talita, era una oruga, alegre, juguetona, risueña y muy trabajadora, disfrutaba mucho estar con su familia, y le gustaba pasear por su jardín arrastrando su pancita por el verde pasto. Una tarde que Talita paseaba por el jardín escuchó risas y cantos muy bonitos que se escuchaban a lo lejos, y curiosa por saber de dónde provenían esas bellas melodías se fue alejando de su casa y vio en la distancia un grupo de muchas oruguitas como ella que se divertían juntas…Jugaban, cantaban reían y también oraban, todas platicaban felices y se ayudaban unas a otras; a Talita le gustó mucho como vivían esas oruguitas y fue apresurada a contarle a sus papás lo que había visto y les dijo:- ¡papá! ¡Mamá! he visto unas orugas en el jardín vecino que cantan, ríen, oran y hacen muchas cosas tan lindas que yo quiero estar con ellas-…-No Talita, le dijo su papá-… Talita se puso triste y le dijo: -por favor papá, con ellas aprenderé muchas labores y podré ayudar a otras oruguitas y enseñarles muchas cosas. El papá pensó y pensó, lo platicó con la mamá oruga y después de un gran silenció abrazó a Talita y le dijo:Bueno está bien puedes ir a vivir con ellas- La oruguita Talita brincó de felicidad arregló su maletita con un poco de ropa y se fue muy gustosa a vivir con las orugas del jardín vecino, ellas la aceptaron con cariño y se querían tanto que se llamaban hermanas; aunque Talita extrañaba mucho a sus papás ella era muy feliz en esa comunidad de orugas, enseñando a leer y a escribir a las oruguitas más pequeñas, a las hormiguitas, a las catarinas, a los gusanitos y ayudando a muchos otros animalitos. Pero una mañana, todo cambió… Talita estaba jugando con todos los animalitos, y, ¡de repente! sintió un fuerte dolor en su alargado cuerpo; sus hermanas orugas la llevaron muy rápido al hospital del gran jardín, Talita estaba muy adolorida y la doctora Luciérnaga le dice: A ver Talita, dime dónde te duele…Talita le dice… Tocándose su pancita, -aquí doctora.-…. la doctora Luciérnaga , encendió su brillante luz, observó con mucho cuidado todo el cuerpecito de Talita la oruga, revisó…y revisó… y encontró un soldadito malo que la estaba molestando, entonces llamó a su colega el doctor Luciérnago y entre los dos unieron sus luces y e
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iluminaron todo el cuerpo de Talita y le dijeron: Talita debemos meter a tu cuerpo muchos soldaditos buenos para que atrapen a ese malito y eso solo se puede hacer guardándolos en estas pastillitas que se llaman medicina. Talita le hizo caso a sus relucientes doctores y muy gustosa tomaba todas sus medicinas cargadas con soldaditos buenos; pero seguía con unos dolores que no la dejaban hacer lo que a ella le gustaba y sufría porque su cuerpecito le dolía y porque ella quería seguir jugando y enseñando. Hasta que pasados algunos años los soldaditos buenos que entraron al cuerpo de la oruguita pudieron atrapar por fin a ese soldadito malo que se escondía y molestaba tanto a Talita, entonces ella ya no tuvo más dolor, regresó a su casita y volvió a ser muy, muy feliz jugaba y seguía enseñando a leer y a escribir. Pero también le gustaba mucho, mucho ir al hospital del jardín a visitar a los animalitos enfermos, a llevarles juguetitos, a platicar con ellos y alentarlos a que tomen sus medicinas porque están cargadas de soldaditos buenos que entran al cuerpo por ese soldadito malo que hace tanto daño. Talita la oruga vivió muuuchos años con sus hermanas oruguitas, enseñando con alegría, entusiasmo y muuuucho amor a muchos animalitos del hermoso jardín, su familia y amigos la visitaban con frecuencia y platicaban con ella. Pero algún día Talita dejará su cuerpecito de oruga y se convertirá en una radiante y bellísima mariposa, podrá salir de su hermoso, pero pequeño jardín y podrá volar, volar, volar muuuy alto y disfrutar de una nueva vida, de felicidad y alegría en donde nunca más habrá dolor, acompañada de muchísimas bellas mariposas de brillantes colores como ella y podrá disfrutar para siempre de la suave brisa y el gran amor del majestuoso sol. Y colorín colorado este cuento ha terminado.
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UN COLIBRÍ EN EL ESTANQUE Por: Blanca Estela González Hernández Había una vez un colibrí que disfrutaba mucho volar y viajar. Había conocido tantas aves que ahora eran sus amigos y su familia, conocía también al viento y la belleza de las montañas. El colibrí conocía mucho de su mundo. Un día un grupo de humanos que jugaban cerca, atraparon al pequeño colibrí. Los humanos no querían que él se les escapara, así que decidieron cortarle las alas para que ya no pudiera volar. El colibrí estaba entonces muy triste, pues ya no podría ver el mundo a donde él pertenecía, no podría volar y viajar como antes solía hacerlo. Un buen día, el colibrí pudo escapar. Caminó y brincó hasta llegar a un estanque que estaba por ahí. El colibrí nunca había estado tan cerca de un estanque, ni había pasado tanto tiempo apoyado en la tierra, en el suelo y esto lo hacía sentirse extraño. ¡No conocía nada de eso! Estaba pensando en eso cuando vio que algo en el estanque se movía. El colibrí había visto peces mientras volaba, desde los aires, pero nunca se había parado a la orilla de un estanque o riachuelo a apreciarlos… ¡ahora se encontraba tan cerca! Y le pareció fascinante, sintió gran admiración por estas criaturas. Era un mundo diferente, que a él nunca le había llamado la atención. Conoció a los peces, cerca del estanque conoció también a las tortugas y con el tiempo se hizo amigo de ellos. Le encantaba el nuevo mundo que acababa de conocer y aprendió a apreciar la belleza de este nuevo mundo. A pesar de haber perdido su habilidad de volar, conoció otras criaturas gracias a eso. De hecho, se enamoró de este mundo terrestre. El colibrí le pedía a sus amigos peces que le enseñaran a nadar, pero éstos le explicaban que no podía hacerlo, pues necesitaba ser un pez para poder nadar. El colibrí intentó e intentó, pero solo podía estar a la orilla mojando sus patitas. Al día siguiente intentaba y volvía a intentar, pero no pudo. Entonces se limitó a apreciar a sus amigos peces y a convivir con ellos… realmente disfrutaba verlos nadar. Su vida fue trascurriendo y desde que llegó allí, había vuelto a ser feliz. Pero como a todos nos pasa, pasaron los años y el colibrí se fue desgastando, su salud ya no era la misma de antes. Sin embargo, disfrutaba aún vivir cerca del estanque. Pero un día, murió el pequeño colibrí.
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En el estanque se sintió una gran conmoción por su partida. Todos los animalitos aledaños se habían encariñado bastante con él. Las tortugas le recordaron a los peces que el colibrí siempre había soñado con nadar por el estanque… pensaron y pensaron, hasta que se les ocurrió hacer una balsa de hojas, donde finalmente lo acostaron. El colibrí recibió su recorrido por el estanque, nadando en la superficie en compañía de todos sus amigos que hizo desde que lo habían capturado. Nadar era su sueño, y ellos se lo regalaron al final. A veces no comprendemos por qué nos pasan ciertas circunstancias, pero sólo es cuestión de tiempo para entender el motivo de ello. De todo aprendemos, a veces sin darnos cuenta; aquello que nos pasa son lecciones y crecemos como persona cuando aprendemos a lidiar con la nueva situación.
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CUENTITO PARA SANAR Por: María de la Luz Bocanegra Rivas Había una vez dos abejitas que luchaban por salir adelante entonces el destino las une para sanar sus heridas, sin embargo por cosas del destino una de ellas se negaba a aceptar su destino y la abeja que era mayor decidió decirle que era importante que asumiera su responsabilidad pero como era más joven solo quería saber de futbol y a pesar de que tenía a su madre abeja encontraba solo fastidio porque creía que no le pasaría lo que el destino le había puesto en el camino, sin embargo platicando se sus heridas aceptaron que tenían algo en común habían aprendido a ver su lado luz y brillar a pesar de no contar ya con su Papá el abejorro, y decidieron mejor platicar y esperar para volver a encontrarse y que el tiempo les enseñara las cosas de la vida, la abeja joven decía que vivía muy cómoda sin molestarse que su infancia había sido de bonanza y buenos tratos porque jugaba y se divertía sin pensar que el destino le arrebataría la vida del abejorro, sin embargo la abeja mayor aprendió mucho de él porque era muy divertido a pesar de sus bromas es un gran maestro porque siempre sonríe y juega al futbol. La abejita mayor dice que limpia sus heridas para seguir creciendo y le gustaría seguir platicando de los días llenos de sol cuando jugaba en la granja la abejita joven.