X Jornadas de Economía Laboral Madrid, 11 y 12 de Julio de 2013
¿CÓMO AFECTA LA CRISIS ECONÓMICA A LA POBLACIÓN LABORAL INMIGRANTE? Miguel Angoitia Grijalba Paloma Tobes Portillo Universidad Autónoma de Madrid*
Autores y dirección de contacto: Miguel Angoitia Grijalba / Paloma Tobes Portillo Universidad Autónoma de Madrid Facultad de Ciencias Económicas y Empresariales Departamento de Economía y Hacienda Pública (E-6) c/ Tomás y Valiente 5 28049 Madrid Teléfonos: +00.40.91.497.4980 / 4927 / 5247 Correo electrónico: miguel.angoitia@uam.es, paloma.tobes@uam.es
* Los autores desean manifestar expresamente su agradecimiento a Laura Heras Recuero (Beca de Colaboración del Ministerio de Educación, Cultura y Deporte 2012-2013) por sus aportaciones y comentarios al contenido de este trabajo.
1
¿CÓMO AFECTA LA CRISIS ECONÓMICA A LA POBLACIÓN LABORAL INMIGRANTE?
1- Introducción Este trabajo analiza los efectos que el desequilibrio económico está produciendo sobre la población inmigrante en nuestro país, sobre dos marcos de referencia: la incidencia sobre el saldo poblacional y la variación de la empleabilidad de este colectivo. Así, en primer lugar, como base de la población activa, se analiza el saldo de la población inmigrante en España registrado en los últimos años y la alteración que la crisis económica está ejerciendo sobre los factores de entrada, permanencia y expulsión. A continuación, se estudia la evolución que experimentan desde 2005 los indicadores que reflejan la inserción del colectivo inmigrante en el mercado laboral español, sus tasas de actividad, ocupación y desempleo, atendiendo a las diferencias existentes en estas ratios por edad y sexo. Finalmente, en la tercera parte del trabajo se realiza un modelo de regresión logística binaria con el fin de establecer en qué medida la condición de inmigrante de un individuo afecta a su empleabilidad y cuál es la incidencia diferencial que presentan nacionales e inmigrantes sobre las variables que determinan la posición de un trabajador en el mercado laboral.
2 – Incidencia del desequilibrio económico sobre la población y el empleo de los inmigrantes En el año 2000, la población inmigrante en España constituía un segmento poblacional prácticamente inapreciable, cercano al 1 por 100 de la población total. Actualmente, los inmigrantes representan en torno al 10 por 100 de los residentes, aunque la crisis económica está provocando una retracción del proceso migratorio, con tasas de variación negativas a partir del año 2011, como se desprende de la información contenida en el Cuadro 1.
2
Cuadro 1 – Población inmigrante en España Población de Año
inmigrantes económicos
2000
Tasa de variación Pobl. Inmigrante / Pobl. Inmigrante / anual
Pobl. Total
Pobl. Extranjera
507.236
33,56%
1,25%
54,90%
2001
908.965
79,20%
2,21%
66,32%
2002
1.437.193
58,11%
3,44%
72,66%
2003
2.016.979
40,34%
4,72%
75,71%
2004
2.390.295
18,51%
5,53%
78,78%
2005
2.953.403
23,56%
6,70%
79,17%
2006
3.237.955
9,63%
7,24%
78,13%
2007
3.495.691
7,96%
7,73%
77,35%
2008
4.107.754
17,51%
8,90%
77,96%
2009
4.402.828
7,18%
9,42%
77,94%
2010
4.463.238
1,37%
9,49%
77,65%
2011
4.458.892
-0,10%
9,45%
77,53%
2012
4.427.961
-0,69%
9,37%
77,19%
Nota 1: los datos del Padrón municipal son a 1 de enero. Fuente: elaboración propia a partir del Padrón municipal (INE).
El proceso migratorio registrado en España obedece a razones de distinta naturaleza, entre las que se identifican, en un primer plano, motivaciones tanto de carácter económico, como factores de inserción vital. Hasta el año 2008, ejercicio en que se advertían ya los primeros signos de la crisis económica, no cabe duda de que el principal elemento de atracción de población extranjera hacia nuestro país se encontraba en el crecimiento de nuestra economía y, en particular, en su traslación al mercado de trabajo, cuestión que se vio favorecida por los recurrentes procesos de regularización de la población extranjera llevados a cabo. Así, en el periodo comprendido entre 2000 y 2008, el avance de la población inmigrante presentaba una tendencia muy dinámica. Adicionalmente, entre los años 2000 y 2008, los factores de naturaleza vital contribuyeron a intensificar los efectos de las favorables condiciones económicas sobre el proceso migratorio. En esta línea, cabe destacar cuestiones tales como la existencia de una lengua común en el caso de los inmigrantes procedentes de América Latina, la relevancia de la comunidad de inmigrantes previamente establecida, las redes familiares, sociales y laborales existentes e, incluso, la proximidad geográfica con determinados países de origen.
3
Sin embargo, a partir del ejercicio 2009, aun cuando permanecen los elementos de inserción vital de los inmigrantes, la irrupción del desequilibrio en la escena económica provoca una quiebra en el proceso migratorio de nuestro país. Hasta el ejercicio 2010, esta menor corriente migratoria no se tradujo en una reducción de la presencia de la población inmigrante residente en España. De hecho, según las cifras oficiales de población recogidas en el Padrón municipal, ésta aumentó en el ejercicio 2009 y se mantuvo en 2010; sin embargo, a partir de 2011 ya se advierte una reducción, en principio tímida, de las cifras de población inmigrante. La causa por la que la crisis económica no tuvo inicialmente un efecto destacado sobre el saldo de la población inmigrante hay que buscarla en la rigidez que a corto plazo muestran los procesos de retorno, que explican elementos tanto económicos como de carácter social. El diferencial de nivel de vida existente entre España y el país de origen del inmigrante, aun cuando se produzca una merma significativa en la renta disponible por la pérdida de empleo, actúa inicialmente como un elemento determinante en el “no retorno”. En este caso, cabe apuntar a la protección que ofrece el Estado de Bienestar como una de las causas que inciden de forma más relevante sobre la permanencia de los inmigrantes en nuestro país. Además, por otra parte, los elementos de integración vital, como pueden ser las redes familiares y el arraigo de la comunidad inmigrante, intensifican los efectos de los factores económicos de permanencia. Como consecuencia de lo anterior, cabe afirmar que, hasta el año 2010, la crisis económica provocó un ajuste parcial del saldo de la población inmigrante en nuestro país vía entrada de personas, mientras que los procesos de retorno se vieron escasamente influidos por el ciclo económico, al pesar más los factores de integración vital que los factores económicos, inicialmente cubiertos por nuestro Estado de Bienestar. A partir de 2011, en cambio, el desequilibrio económico ha provocado una reducción de la presencia de la población inmigrante en nuestro país, tanto por contención de las entradas de personas, como por ampliación de las salidas, ganando peso en la posición de la permanencia en España los factores económicos, de pérdida de renta y protección, sobre los sociales. A medio plazo, la amplitud de este proceso poblacional dependerá de diversos factores como son, entre otros: la evolución que experimente la actividad laboral de los trabajadores extranjeros; el modelo de crecimiento adoptado y la necesidad de 4
factor trabajo con menor o mayor grado de cualificación; la tendencia que registre la población activa de los nativos; e incluso la nacionalidad de la población inmigrante.
3 – El empleo y desempleo de los inmigrantes en tiempos de crisis Desde la generalización del fenómeno migratorio, la situación de los inmigrantes en el mercado de trabajo español se ha caracterizado por una serie de notas distintivas que bien podrían resumirse en una sola frase: los inmigrantes participan en el mercado laboral más que la población española pero también afrontan más dificultades en su inserción laboral, como se pone de manifiesto al analizar sus tasas de actividad y desempleo. Los rasgos anteriores, que se mantienen en el contexto de crisis económica de los últimos años, constituyen el objeto de estudio de este apartado, que se centra en el análisis de las tasas de actividad, ocupación y desempleo de los trabajadores inmigrantes resultantes de los datos recogidos en la EPA. 3.1 – La población activa inmigrante La tasa de actividad de la población inmigrante se caracteriza por el elevado valor que toma este indicador año tras año, en especial por comparación con la tasa correspondiente que presenta la población española, situándose en el 78 por 100 en el año 2012. Como se puede comprobar en el Cuadro 2, desde 2005, la tasa de actividad de los inmigrantes mantiene un diferencial positivo con la correspondiente a los nativos superior a 20 puntos porcentuales, lo que debe atribuirse a la influencia del factor económico-laboral en el proceso migratorio. Al igual que sucede con la tasa de actividad del conjunto de la economía española1, la tasa correspondiente a los inmigrantes muestra un comportamiento muy estable en el tiempo y apenas se resiente por el cambio en la coyuntura económica, si bien muestra un leve retroceso desde 2010. De hecho, la principal variación registrada en los últimos años se produce en el año 2007 y se explica por el efecto estadístico asociado a la incorporación de Bulgaria y Rumanía a la Unión Europea2.
1
La tasa de actividad del mercado laboral español presenta una tendencia ligeramente creciente, como consecuencia de la progresiva incorporación de la mujer, especialmente de la mujer nativa, al mercado de trabajo. De hecho, las tasas de actividad de las mujeres, muy especialmente españolas y en menor medida inmigrantes, son las únicas que evolucionan positivamente desde 2005. 2 Dada la desagregación por áreas de procedencia geográfica de los inmigrantes disponible en la EPA, la adhesión de Bulgaria y Rumanía a la Europa Comunitaria supone que búlgaros y rumanos dejan de considerarse inmigrantes económicos a estos efectos a partir de 2007.
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Cuadro 2 – Tasa de actividad (en porcentaje) Año
2005
2006
2007
2008
2009
2010
2011
2012
55,59
56,17
56,66
57,29
57,29
57,38
57,51
57,62
Hombres
67,18
67,18
67,17
67,16
66,14
65,63
65,13
64,68
Mujeres
44,52
45,62
46,54
47,81
48,81
49,48
50,19
50,87
De 16 a 24 años
50,45
50,76
50,81
50,62
47,56
44,77
42,71
40,87
De 25 a 34 años
85,06
85,89
86,76
87,83
88,16
88,29
88,83
89,57
De 35 a 44 años
81,44
82,51
83,50
84,40
85,93
86,84
87,83
88,54
De 45 a 54 años
73,51
75,00
76,60
77,82
78,77
80,19
80,90
81,93
Población española
Total
De 55 y más años
18,87
19,28
19,49
20,23
20,50
20,77
21,22
21,67
79,09
80,96
78,25
79,32
78,24
79,55
79,37
78,21
Hombres
88,90
89,80
87,75
87,75
86,06
87,18
86,62
85,86
Mujeres
69,24
72,19
69,06
70,78
70,27
72,19
72,42
71,06
De 16 a 24 años
65,14
65,07
59,40
59,25
55,47
55,63
55,62
53,32
De 25 a 34 años
84,93
86,00
83,40
84,89
83,73
86,95
85,77
83,68
De 35 a 44 años
86,44
88,67
87,39
87,84
87,02
87,82
87,86
89,20
De 45 a 54 años
83,67
84,09
82,35
82,73
85,79
86,78
87,12
87,51
De 55 y más años
39,78
50,60
46,05
55,44
53,08
48,14
51,01
47,03
Población inmigrante
Total
Fuente: elaboración propia a partir de la EPA (INE).
Los rasgos esenciales de la tasa global de actividad de la población inmigrante se mantienen en el análisis por sexos y edades, si bien resulta de interés destacar algunos datos relativos a las diferencias que se registran entre los dos sexos y los distintos tramos de edad considerados. El análisis de la tasa de actividad de los inmigrantes por sexos pone de manifiesto que ésta participa de los mismos rasgos que presenta la población española, esto es: la presencia de un diferencial entre la tasa de actividad de hombres y mujeres (a favor de los primeros) y su convergencia, lenta pero inexorable3. En este sentido, el año 2012 arroja, por vez primera, un resultado novedoso: el diferencial entre sexos es mayor en el colectivo inmigrante que en el español, lo que se debe a la constante evolución favorable de este indicador entre las españolas y, muy especialmente, al deterioro de la tasa de actividad de las mujeres inmigrantes fruto de una reducción de la población laboral en 57.000 mujeres inmigrantes en 2012.
3
Las diferencias entre inmigrantes y nacionales, medidas en tasas de actividad por sexos, se mantienen estables en los últimos años, situándose en torno a 21 o 22 puntos porcentuales en los dos casos, lo que viene a reforzar el carácter estructural de la mayor actividad de la población inmigrante.
6
Por lo que se refiere a las tasas de actividad por edades de la población inmigrante, se refleja el efecto de la edad sobre esta ratio, presente asimismo en la población nativa, que se traduce en tasas de actividad en torno al 88 por 100 para las edades comprendidas entre los 35 y 54 años, ligeramente inferiores en el caso de los trabajadores de 25 a 34 años y notablemente más reducidas en los grupos de edad correspondientes a los extremos de la distribución, jóvenes y mayores. En este contexto, a partir de la información recogida en el Cuadro 2, cabe apreciar que el desequilibrio económico está produciendo una contracción de la actividad entre los inmigrantes de mayor edad y en menor medida entre los inmigrantes más jóvenes, circunstancia que, en el caso de la población nativa, se intensifica para la cohorte de edad más joven, pero no afecta al tramo de los trabajadores mayores. 3.2 – La ocupación de la población inmigrante La crisis económica que vivimos en España desde mediados de 2008 ha provocado un fuerte deterioro de las tasas de ocupación, manifestándose con especial crudeza sobre los trabajadores inmigrantes, como se refleja en el Cuadro 3.
Cuadro 3 – Tasa de ocupación (en porcentaje) Año Población española
Total
2006
2007
2008
2009
2010
2011
2012
50,67
51,67
52,36
51,47
48,18
47,04
46,32
44,41
Hombres
62,64
63,22
63,34
61,30
56,20
54,31
52,91
50,24
Mujeres
39,23
40,60
41,79
42,02
40,50
40,07
39,99
38,83
De 16 a 24 años
40,52
41,62
41,86
38,53
30,03
26,32
23,17
19,47
De 25 a 34 años
77,01
78,52
80,06
78,33
72,79
70,32
69,02
65,55
De 35 a 44 años
75,68
77,10
78,41
77,26
74,32
73,59
73,29
71,26
De 45 a 54 años
69,07
70,81
72,17
72,04
69,44
69,07
68,54
66,76
De 55 y más años
17,79
18,29
18,49
18,92
18,36
18,25
18,49
18,20
69,70
71,17
68,39
64,93
54,65
54,31
51,94
48,02
Hombres
80,06
81,26
78,23
71,30
56,96
56,60
54,39
50,33
Mujeres
59,29
61,16
58,85
58,49
52,30
52,11
49,59
45,87
De 16 a 24 años
51,99
53,14
46,29
42,88
31,30
30,63
27,91
22,73
De 25 a 34 años
75,57
75,51
74,10
70,60
59,14
60,69
58,47
53,43
De 35 a 44 años
77,96
80,22
77,68
73,40
62,75
61,12
59,70
57,35
De 45 a 54 años
76,37
75,22
73,01
69,07
63,12
62,71
57,47
54,85
De 55 y más años
34,96
45,30
40,40
45,92
38,67
31,75
30,87
29,05
Total Población inmigrante
2005
Fuente: elaboración propia a partir de la EPA (INE).
7
Con la relativa salvedad de los trabajadores españoles de mayor edad, todas las tasas de ocupación del mercado laboral han empeorado significativamente en los últimos años. En el caso de la población inmigrante, considerando el comportamiento conjunto de la población y de las tasas de actividad, ocupación y desempleo se puede concluir que la economía española ha destruido empleo inmigrante en el año 2009, tendencia que, si bien se suavizó en 2010, se mantiene en 2011 y 2012. Especialmente llamativa se advierte la contracción que presenta la tasa de ocupación de la población inmigrante masculina, que se ha reducido en 28 puntos porcentuales desde el año 2007, de lo que resulta que las tasas de ocupación masculina de inmigrantes y españoles se han igualado en la actualidad, algo difícilmente imaginable antes del retroceso económico4. También se debe apreciar la ventaja que presenta la edad de los trabajadores sobre la tasa de ocupación. Así, tanto en el caso de los inmigrantes como de los nacionales, los grupos de trabajadores de mayor edad son los que registran una menor contracción en la ocupación5 en el periodo de crisis económica. El acusado retroceso que presentan las tasas de ocupación de la población inmigrante en los años 2008, 2009, y en menor medida 2010, 2011 y 2012, ha tenido, no obstante, un efecto asimétrico en los distintos sectores de actividad, que se trasluce al analizar los cambios sobre la distribución de la ocupación y las diferencias de la tasa de inmigración por sectores6 recogidas en el Cuadro 4. Como es conocido, la construcción ha sido el sector más perjudicado en esta crisis económica, cuestión que se deja sentir en la distribución del empleo inmigrante, de forma especialmente intensa en el caso de los varones; así, si en 2008 la construcción empleaba a más del 36 por 100 de los inmigrantes varones ocupados, en 2012 ocupa únicamente a uno de cada 10 trabajadores inmigrantes. De hecho, desde 2008, el 52 por 100 de los empleos inmigrantes destruidos se encuentra en el sector de la construcción.
4
Según la EPA, el 71 por 100 de los puestos de trabajo destruidos entre 2007 y 2012 que estaban ocupados por inmigrantes correspondía a los hombres, proporción que alcanza el 82 por 100 en el caso de la destrucción de empleo nativo. 5 La crisis ha resultado especialmente perjudicial para los trabajadores jóvenes: en un 86 por 100 de casos, los puestos de trabajo inmigrante destruidos desde 2007 correspondían a un menor de 35 años, magnitud que se eleva al 92 por 100 tratándose del colectivo español. 6 Definimos la tasa de inmigración como el porcentaje que representa el colectivo de inmigrantes en la población ocupada en cada sector de actividad.
8
Cuadro 4 – Distribución de la ocupación y tasa de inmigración (en porcentaje) Sectores de actividad
española
Población
Total ocupación Agricultura
100,0 100,0 100,0 100,0 100,0 100,0 100,0 100,0 100,0 100,0 100,0 100,0 100,0 100,0 100,0 5,07
2,53
2,39
2,43
2,32
2,27
Industria
21,42 20,55 20,17 20,38 20,33
9,78
8,83
8,41
8,22
8,42 16,57 15,52 15,05 15,03 15,01
Construcción
16,69 14,53 13,31 11,84 10,51
2,22
1,98
1,83
1,41
1,33 10,66
Servicios
57,12 59,97 61,44 62,87 64,09 85,47 86,80 87,32 88,04 87,98 68,92 71,49 72,70 73,95 74,76
Total ocupación Agricultura
Población inmigrante
Hombres Mujeres Total 2008 2009 2010 2011 2012 2008 2009 2010 2011 2012 2008 2009 2010 2011 2012 4,77
4,95
5,07
4,92
3,84
3,85 9,14
3,93 8,32
3,78 7,25
3,82 6,41
100,0 100,0 100,0 100,0 100,0 100,0 100,0 100,0 100,0 100,0 100,0 100,0 100,0 100,0 100,0 7,88 10,15 11,96 12,71 14,94
2,83
2,80
2,62
2,93
3,83
5,62
6,66
7,39
7,95
9,46
Industria
15,56 13,18 12,25 12,84 10,55
5,00
4,55
3,56
3,09
3,44 10,83
9,09
8,00
8,09
7,04
Construcción
36,68 28,47 22,95 18,86 12,89
0,84
0,61
0,81
0,32
0,14 20,62 15,27 12,13
9,83
6,60
Servicios
39,89 48,21 52,85 55,59 61,63 91,34 92,05 93,00 93,65 92,58 62,93 68,98 72,48 74,14 76,91
Tasa de inmigración Agricultura Industria Construcción Servicios
9,70
8,93
8,62
8,29
7,66 10,80 10,39 10,39
9,69
8,98 10,16
9,57
9,40
8,92
8,26
14,98 16,59 18,02 18,74 19,41 11,78 11,73 10,86 11,59 13,71 14,11 15,32 16,17 16,87 17,92 5,48
4,19
5,90
5,72
4,73
3,96
3,98
5,11
4,14
18,27 15,52 13,45 12,10
7,31
8,86
4,49
3,59
5,01
2,49
1,02 17,30 14,61 12,75 11,39
8,20
9,39
8,48
7,06
5,98 7,36
5,51 7,54
7,43
7,42 11,44 10,93 10,98 10,23
6,97 9,40
5,92 9,28
5,32 9,38
8,93
Fuente: elaboración propia a partir de la EPA (INE).
Hoy en día, la construcción es el sector que da trabajo a un menor número de inmigrantes (6,6 por 100 del total) y la tasa de inmigración en este sector se iguala, por vez primera en 2012, a la tasa de inmigración del sector servicios y del conjunto de sectores. En los extremos opuestos, solo se cuenta un inmigrante por cada 24 trabajadores en la industria, mientras que el 18 por 100 de los trabajadores en el sector agrario son inmigrantes. En este sentido, cabe apuntar dos rasgos: - En 2012, los servicios proporcionan empleo a más de la mitad (el 64 por 100) de los varones inmigrantes empleados en nuestro país. En el caso de las mujeres inmigrantes, el predominio del sector de los servicios resulta apabullante, puesto que 88 de cada 100 mujeres inmigrantes ocupadas trabaja en este sector. - La agricultura logra generar empleo entre los inmigrantes7, supera a la industria como sector de empleo entre los inmigrantes varones y presenta la mayor tasa de inmigración por sectores ocupacionales para ambos sexos8. 3.3 – La población inmigrante desempleada La consecuencia más directa y visible de la crisis económica sobre la población trabajadora inmigrante es el desempleo al que se han visto abocadas más de 614.000 personas entre los años 2007 y 2012. De esta forma, según la EPA, si en 2007 se contaban 284.000 inmigrantes desempleados, en 2012 esta cifra se triplica y 7
Según la EPA, entre 2008 y 2012, se registran 19.000 empleos inmigrantes adicionales en el sector agrario, aunque a nivel nacional se experimenta una destrucción de 66.000 empleos agrarios. 8 El sector industrial muestra las menores tasas de inmigración, tanto en el caso de los hombres (4,19 por 100), como de las mujeres (3,98 por 100). Además, ambas tasas muestran una tendencia decreciente. En el caso de la agricultura, las tasas de inmigración para hombres y mujeres son, respectivamente, 19,41 por 100 y 13,71 por 100.
9
cerca de un millón de inmigrantes (897.000 personas) está en situación de desempleo. Como resultado de lo anterior, en 2012, la tasa de desempleo de la población inmigrante se ha situado en el 38,6 por 100, como se aprecia en el Cuadro 5, lo que hace añorar el nivel del 12 por 100 que se registraba entre 2005 y 2007. El avance del desempleo entre los inmigrantes es un fenómeno que se revela particularmente preocupante a partir de 2008. Hasta el año 2007 la población inmigrante desempleada registraba una tendencia creciente provocada, en esencia, por la presión que la entrada de nuevos inmigrantes ejercía sobre el mercado laboral, como revela su elevada tasa de actividad, situada en torno al 80 por 100, y una tasa de ocupación estable en valores en torno al 70 por 100. Si adicionalmente se toma en consideración que entre 2005 y 2007 la tasa de desempleo de los inmigrantes que llevaban en España menos de un año se situaba en el 26 por 100 y que la de quienes ya llevaban un año residiendo en nuestro país se reducía a niveles del 15 por 100, se deduce que, hasta la entrada en escena del desequilibro económico, el grueso de los inmigrantes desempleados estaba integrado básicamente por personas recién llegadas a nuestro país que ampliaban la población activa. En 2008, sin embargo, la situación del desempleo inmigrante comienza a ser distinta. Para este año, la EPA continúa reflejando un incremento de la ocupación de la población inmigrante en términos absolutos, esto es, todavía se generaba empleo inmigrante, aunque por debajo de las 100.000 personas; esta cifra revela ya ciertas dificultades del mercado laboral para absorber las entradas de nueva población inmigrante y la consiguiente ampliación de la población activa, unas 264.000 personas, lo que se traduce en 172.000 inmigrantes parados más. En otros términos, en 2008, la tasa de actividad inmigrante avanza en más de 1 punto porcentual, lo que en buena medida se traduce en un preocupante retroceso, superior a 3 puntos, de la tasa de ocupación de los trabajadores inmigrantes, dando como resultado una tasa de desempleo que supera el 18 por 100. En 2009 y 2010 el incremento del desempleo entre los inmigrantes ya no se puede atribuir al ensanchamiento de la población activa, sino que se deriva directamente de la destrucción de empleo. En el año 2009, el desempleo aumentó en 324.000 inmigrantes, de los que 251.000 personas (el 78 por 100) habían sido expulsadas del mercado laboral. En 2010, los datos mantienen que el proceso de destrucción del empleo inmigrante se frena, puesto que el número de inmigrantes ocupados se contrae en sólo 71.500 personas; al mismo tiempo, el número de 10
inmigrantes desempleados se ha mantenido prácticamente estable, lo que sólo ha sido posible por un fenómeno hasta ahora inédito: en 2010, por vez primera, se reduce el colectivo de inmigrantes activos, en unas 45.000 personas9. Algo similar tuvo lugar en los ejercicios 2011 y 2012. En 2011, se registraron 121.000 inmigrantes ocupados menos, pero únicamente 47.000 parados más; en 2012, son 187.000 menos los inmigrantes ocupados, pero únicamente 45.000 inmigrantes parados más; ambos años apuntan a la contracción de la población inmigrante activa (74.000 y 142.000 personas, respectivamente), asociada a la quiebra del proceso migratorio. Cuadro 5 – Tasa de desempleo (en porcentaje)
Población española
Año
2005 2006 2007 2008 2009 2010 2011 2012 Total
8,86
8,02
7,58 10,16 15,90 18,02 19,46 22,94
Hombres
6,75
5,89
5,69
8,72
15,03
17,25
18,77
22,33
Mujeres
11,89
11,01
10,20
12,10
17,04
19,00
20,33
23,68
De 16 a 24 años
19,69
18,01
17,61
23,89
36,85
41,21
45,75
52,38
De 25 a 34 años
9,47
8,58
7,73
10,81
17,43
20,35
22,30
26,81
De 35 a 44 años
7,06
6,55
6,09
8,46
13,51
15,27
16,56
19,51
De 45 a 54 años
6,04
5,58
5,78
7,43
11,84
13,86
15,28
18,52
5,70
5,14
5,16
6,47
10,43
12,14
12,88
16,01
De 55 y más años
Población inmigrante
Total
11,87 12,09 12,61 18,13 30,14 31,72 34,57 38,60
Hombres
9,94
9,51
10,85
18,74
33,81
35,08
37,21
41,39
Mujeres
14,37
15,27
14,79
17,37
25,57
27,82
31,52
35,45
De 16 a 24 años
20,19
18,34
22,07
27,63
43,58
44,94
49,83
57,38
De 25 a 34 años
11,01
12,19
11,16
16,84
29,36
30,20
31,83
36,15
De 35 a 44 años
9,81
9,53
11,11
16,44
27,89
30,40
32,04
35,71
De 45 a 54 años
8,72
10,55
11,34
16,51
26,43
27,73
34,03
37,32
De 55 y más años
12,11
10,47
12,27
17,18
27,16
34,04
39,47
38,23
Inferior a 1 año
26,64
26,14
23,42
26,84
32,97
55,46
47,17
55,59
1 Año
15,62
15,01
15,52
21,88
34,99
37,53
45,36
50,96
2 Años
11,94
11,42
14,11
16,74
29,63
29,21
34,61
33,90
3 Años
11,55
10,66
12,56
16,92
28,18
28,71
31,34
34,55
De 4 a 6 años
8,89
10,26
10,87
16,29
28,44
28,23
30,74
36,62
7 o más años
12,63
11,88
11,75
18,69
30,73
33,35
36,21
39,35
Nota: en el caso de los inmigrantes, el periodo recogido se refiere al periodo de permanencia en España. Fuente: elaboración propia a partir de la EPA (INE).
El proceso de destrucción de empleo no es un fenómeno exclusivo de los trabajadores inmigrantes, si bien desde 2008 uno de cada 6 nuevos desempleados (el 15,6 por 100) pertenece a este colectivo, mientras que su participación en la población activa representaba el 11 por 100. De hecho, dentro del colectivo de 9
El crecimiento de la tasa de actividad inmigrante entre 2009 y 2010 lleva a explicar el retroceso en el volumen de la población inmigrante activa que se registra a partir de la reducción que la EPA estima para la población inmigrante residente en España, tal y como se ha comentado en el apartado anterior.
11
trabajadores españoles, la EPA pone de manifiesto la destrucción de 264.000 puestos de trabajo en 2008 (aproximadamente la mitad de los nuevos desempleados de ese año). La virulencia de la destrucción de empleo entre los nativos se acentúa en 2009 y 2010, ejercicios en los que la destrucción neta de puestos de trabajo explica el 98,5 por 100 de los 1,1 millones de nuevos desempleados españoles en 2009 y el 93 por 100 de las 381.000 nuevas incorporaciones a las filas del desempleo en 2010 entre la población nativa. En 2011 la destrucción de empleo se suaviza: 226.000 empleos menos; pero en 2012 la destrucción neta de empleo se vuelve a intensificar entre los españoles y alcanza a 636.000 nuevos desempleados, el 94,1 por 100 de los 675.000 nuevos parados nativos. En total, durante el periodo comprendido entre 2008 y 2012, se han destruido 2.955.000 empleos netos, de los que el 21,3 por 100 venía siendo desempeñado por trabajadores inmigrantes. La crisis económica y, en especial, los procesos de destrucción de empleo de los años 2009 y 2012, elevan la tasa de desempleo del colectivo inmigrante a niveles sin precedentes en nuestro país. En 2012, la tasa de paro del colectivo inmigrante se sitúa en el 38,6 por 100, muy por encima de la tasa del 25 por 100 relativa a la población española, por lo que cabe considerar que, si bien los inmigrantes participan en el mercado laboral más que la población española, como muestran sus mayores tasas de actividad y ocupación, también afrontan más dificultades a la hora de encontrar un empleo y permanecer ocupados en el mercado de trabajo. Durante la corta experiencia del mercado laboral español como receptor de inmigrantes, la tasa de desempleo de los inmigrantes supera sistemáticamente la tasa de paro de los españoles. Este rasgo dista de ser exclusivo del caso español, sino que como, refleja el Cuadro 6, se muestra en la misma línea que la mayoría de los países de nuestro entorno. Según la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico (OCDE), la tasa de paro de la población extranjera es superior a la que registran los nativos. España encabeza la distribución de la diferencia entre las tasas de paro de nacionales y extranjeros, con una brecha de 12 puntos, por delante de países europeos con larga tradición migratoria y de los países nórdicos. Esta situación contrasta con países anglosajones, como Estados Unidos, Canadá, Australia y el Reino Unido, con fuertes sistemas de control de la inmigración y en los que la residencia se vincula a la ocupación laboral, lo que explicaría que la tasa de paro de los extranjeros llegue a 12
ser inferior a la correspondiente a la población nativa. El efecto de la crisis económica ha ampliado el diferencial de las tasas de paro en prácticamente todos los países desarrollados y sólo en Alemania, el Reino Unido y Australia se ha reducido ligeramente esta brecha. Cuadro 6 – Tasas de desempleo de la población nativa y extranjera (en porcentaje) País España
Pobl. extranjera1
Población nativa
Diferencia
2008 2009 2010 2011 2008 2009 2010 2011 2008 2009 2010 2011 10,2 16,0 18,1 19,5 16,7 27,2 29,1 31,5
6,5 11,2 11,0 12,0
Suecia
5,3
7,2
7,1
6,0
12,2
15,4
16,3
16,0
6,9
8,2
9,2
10,0
Bélgica
5,9
6,6
7,0
5,8
14,6
16,2
17,6
15,1
8,7
9,6
10,6
9,3
Finlandia
6,2
8,0
8,4
7,6
12,9
15,4
17,7
15,2
6,7
7,4
9,3
7,6
Dinamarca
3,0
5,7
6,9
6,9
7,1
9,9
13,6
14,5
4,1
4,2
6,7
7,6
Francia
6,8
8,5
8,6
8,5
11,8
14,3
14,6
15,1
5,0
5,8
6,0
6,6
Holanda
2,3
2,9
3,8
3,8
5,8
6,8
8,1
9,2
3,5
3,9
4,3
5,4
Austria
3,9
3,7
3,4
3,4
4,6
9,5
8,2
8,2
0,7
5,8
4,8
4,8
Alemania
6,7
6,9
6,5
5,4
12,3
12,8
11,8
9,5
5,6
5,9
5,3
4,1
Portugal
7,9
9,7
11,0
13,0
9,5
13,1
15,0
16,9
1,6
3,4
4,0
3,9
Italia
6,6
7,5
8,1
8,0
8,5
11,0
11,2
11,7
1,9
3,5
3,1
3,7
Irlanda
5,8
11,2
13,0
14,1
7,5
15,4
16,3
17,3
1,7
4,2
3,3
3,2
Canadá
6,0
7,9
7,6
7,2
7,2
10,2
10,0
8,9
1,2
2,3
2,4
1,8
Reino Unido
5,5
7,5
7,8
8,0
7,1
8,9
9,1
9,4
1,6
1,4
1,3
1,4
Nueva Zelanda
4,1
6,0
6,5
5,4
4,8
7,1
7,4
6,2
0,7
1,1
0,9
0,8
Australia
4,2
5,3
5,3
5,2
4,6
6,7
5,6
5,2
0,4
1,4
0,3
0,0
Estados Unidos
6,0
9,4
9,9
9,2
5,9
9,7
9,8
9,1
-0,1
0,3
-0,1
0,0
Media
5,7
7,6
8,2
8,1
9,0 12,3 13,0 12,9
3,3
4,7
4,8
4,8
Fuente: elaboración propia a partir de International Migration Outlook (OCDE). 1
Población extranjera total, incluyendo inmigrantes no económicos.
El análisis por sexos y edades de la tasa de desempleo resultante de la EPA confirma algunas de las observaciones ya apuntadas. Así, desde 2008, se produce una ruptura con las pautas históricas y la tasa de desempleo de los inmigrantes varones supera a la correspondiente a las mujeres inmigrantes, puesto que ha sido la población inmigrante masculina la que ha sufrido especialmente la virulencia de la crisis y la destrucción de empleo. Por lo que a las tasas de desempleo por tramos de edad se refiere, la tasa del 57 por 100 que muestra el Cuadro 5 para los inmigrantes de menos de 25 años es más que suficiente para revelar la gravedad del problema del desempleo juvenil entre los inmigrantes, rasgo común con la población autóctona. Sin embargo, la relación entre edad y desempleo difiere entre nativos e inmigrantes: si para los primeros se 13
advierte una relación beneficiosa entre edad y tasa de desempleo, para los inmigrantes, a partir de los 25 años de edad, no se advierte este vínculo.
4 – Inmigración y empleabilidad: una aproximación cuantitativa a través de un modelo de regresión logística binaria Los datos de la EPA relativos al mercado laboral de los inmigrantes analizados en el apartado anterior apuntan claramente a la condición de inmigrante como una causa que afecta negativamente a la empleabilidad. Sin embargo, de los datos anteriores no se puede colegir la existencia de discriminación en contra de la población inmigrante, puesto que las diferencias en las tasas de paro pueden deberse, entre otras causas, a pautas de distribución por sectores de ocupación distintas entre nativos e inmigrantes o a la existencia de diferenciales de formación y experiencia acumulada. Por ello, es importante cuantificar la desventaja que, ceteris paribus, presenta el colectivo inmigrante en su inserción laboral. 4.1 – Modelo estadístico Desde una aproximación microeconómica, la probabilidad de que una persona que desea trabajar se encuentre empleada (o desempleada) depende de un amplio conjunto de variables de carácter personal y de otra serie de variables exógenas, fuera de su control. Dentro de las variables personales se suele pensar, entre otras, en las siguientes: en la edad del trabajador, en su sexo, en el estado de salud física que presenta, en el nivel formativo que ha alcanzado (ya sea académico o en el ámbito de la empresa), en su experiencia laboral (total, en la empresa o en determinada actividad o sector concreto), en la existencia de responsabilidades familiares, en la concurrencia de rentas adicionales a las laborales e, incluso, también entraría en juego el grado de satisfacción de los trabajadores con el empleo que desempeñan y el ambiente en el lugar de trabajo. La inmigración, recogida en alguna de sus manifestaciones, también estaría incluida dentro de este grupo de variables relativas al individuo. Como factores exógenos a las personas pero que también condicionan su posición en el mercado laboral, cabe pensar, entre otros, en elementos tales como: la situación macroeconómica de un país, de su región y del municipio de residencia, tanto desde un punto de vista estructural como coyuntural; las características de la 14
regulación del mercado laboral local, lo que comprendería desde la edad mínima a partir de la que está legalmente permitido trabajar y la existencia de requisitos obligatorios para el acceso de determinados trabajos a la normativa de despidos o la regulación de los distintos tipos de contratos. Dentro de este conjunto de variables también se incluirían la cobertura legal del periodo de desempleo (tanto la tasa de sustitución como la duración de la protección), las condiciones de higiene y seguridad en el trabajo, así como la brecha fiscal entre el coste laboral y salario neto percibido (y su incidencia entre empresarios y trabajadores). Incluso, en el caso de los trabajadores llegados del exterior, también cabría pensar en las facilidades de acceso a la vivienda en el área geográfica de residencia y, muy especialmente, en la normativa de inmigración reguladora de las condiciones de residencia y acceso al mercado laboral. Por lo tanto, son muchas y muy diversas las variables que afectan, en mayor o menor medida, a la probabilidad individual de empleo (o desempleo) de una persona. Formalmente, podemos plantear la probabilidad de estar empleado (Y) de una persona como sigue: (
)
en el que X1, X2 y Xk serían las variables personales, macroeconómicas y exógenas a las que se enfrentan los individuos y u el término de perturbación aleatoria. Puesto que para cada individuo concreto que desee trabajar, la variable Y es una variable de respuesta discreta, que sólo puede tomar los valores ocupado o desempleado, con el fin de medir la incidencia de la inmigración sobre la situación laboral de una persona, se plantea a continuación un modelo de regresión logística binaria, basado en el método de máxima verosimilitud, en el que la variable independiente toma el valor 0 si una persona está ocupada y el valor 1 en aquellos casos en los que se dé una situación de desempleo. Por consiguiente, se plantea un modelo logit cuyo objetivo consiste en medir el efecto de una serie de variables sobre la probabilidad de estar en desempleo: (
)
donde f es la función logística: ( )
e p( ) e p( )
por lo que: 15
[ ]
(
)
e p( e p(
) )
Para estimar este modelo utilizamos los microdatos correspondientes a la EPA durante el periodo 2005-2012. Si bien los cuestionarios de la EPA están lejos de abarcar todas las variables que se han apuntado previamente, sí recogen abundante información personal y, en especial, un campo que nos permite aproximar la variable inmigración a partir del país de nacionalidad de cada individuo10. En concreto, para la estimación del modelo, se han tomado los datos del cuarto trimestre de cada año del periodo de estudio, con el fin de incorporar la última información disponible sobre el mercado laboral español. Por otro lado, se debe advertir que sólo se han tomado en consideración los datos relativos a la población activa de 16 a 64 años y se ha excluido a los residentes en Ceuta y Melilla, así como a las personas con doble nacionalidad. En este trabajo se estiman tres bloques de modelos distintos: el más completo de ellos intenta determinar la influencia de la nacionalidad (inmigrante económico o no) sobre la situación laboral; un segundo bloque, exclusivo para los trabajadores inmigrantes, incluye dos variables específicas para este colectivo, como son el tiempo de residencia en España y el área geográfica a que corresponde su nacionalidad; el tercer bloque se limita a los trabajadores de nacionalidad española y extranjeros no inmigrantes económicos. De este modo, se ha querido medir, en primer término, si tal y como apuntan los análisis descriptivos, el hecho de ser inmigrante incrementa, ceteris paribus, la probabilidad de desempleo y, en su caso, en qué medida. Además, se pretende identificar si las variables explicativas mantienen el mismo patrón de comportamiento, tanto en nativos como inmigrantes. A su vez, para cada uno de los tres bloques, se diseñan dos grupos de especificaciones. El primer grupo de estimaciones se efectúa con los datos relativos a todo el periodo 2005-2012 y los años se incluyen como una variable explicativa más, con el fin de poder aislar el efecto de la crisis económica sobre el proceso de destrucción de empleo. El segundo grupo de estimaciones se lleva a cabo para cada año de forma independiente, lo que permite analizar a lo largo del tiempo la
10
En este trabajo se sigue el criterio de nacionalidad como aproximación al carácter de inmigrante económico, en detrimento de otras alternativas como el país de nacimiento, cuestión que se justifica en virtud de la normativa laboral y, más en concreto, por el sistema vigente de autorizaciones y permisos de trabajo, que gira sobre la nacionalidad del individuo.
16
evolución de la influencia de las variables explicativas sobre la probabilidad de estar desempleado11. 4.2 – Discusión y resultados Los resultados ofrecidos por las distintas estimaciones del modelo se encuentran en línea con los postulados que habitualmente proponen los estudios relativos al mercado laboral. Así, con independencia del año (siempre dentro del periodo temporal de referencia) y del colectivo (inmigrante económico o no) de que se trate, las variables personales son altamente significativas y muestran el signo que cabría esperar a priori. Igualmente, se hace evidente el efecto de la crisis sobre la probabilidad de desempleo y la existencia de diferencias entre Comunidades Autónomas. Antes de discutir los resultados del modelo estadístico, es preciso señalar que las estimaciones realizadas logran clasificar acertadamente el 83,9 por 100 de los casos
totales.
Ahora
bien,
este
elevado
porcentaje
de
éxito
se
debe
fundamentalmente al buen comportamiento del modelo en la explicación de la ocupación a través de las variables personales. Sin embargo, el reducido valor de los coeficientes R2 y el abultado valor que toma la función de verosimilitud dan prueba de las limitaciones existentes a la hora de explicar la situación de desempleo. Es decir, a partir de las variables personales y de contexto que recoge la EPA no es fácil determinar la situación laboral, ocupado o desempleado, de una persona. Esto no debe sorprendernos, al contrario: el desempleo es un fenómeno complejo de explicar, más aún si cabe desde una aproximación microeconómica. Por todo ello, los resultados obtenidos, que respaldan las hipótesis más ortodoxas como se comprobará a continuación, deben ser interpretados con la debida cautela.
11
Para una mayor facilidad en su visualización, los cuadros del texto principal solo incluyen los años 2005, 2009 y 2012. Las estimaciones efectuadas para el resto de años se encuentran en el anexo. Por otro lado, se debe indicar que también se efectuaron estimaciones separando dos periodos de tiempo diferenciados, 2005-2007 y 2008-2012, correspondiendo con las fases de crecimiento y contracción de la economía española. Estos resultados no se presentan, puesto que están en línea con las especificaciones, más detalladas, que se ofrecen en estas páginas.
17
Cuadro 7 – Modelo logit explicativo de la probabilidad de desempleo. Población total Años 2005 a 2012 Año 2005 Año 2009 Año 2012 N % Coef. OR N % Coef. OR N % Coef. OR N % Coef. OR Constante -2,24 *** 0,11 -2,04 *** 0,13 -1,38 *** 0,25 -0,65 *** 0,52 Hombre 330.575 55,3 38.525 57,7 43.437 54,8 40.907 53,3 Mujer 267.302 44,7 0,25 *** 1,29 28.268 42,3 0,67 *** 1,95 35.758 45,2 0,10 *** 1,10 35.804 46,7 0,12 *** 1,12 De 16 a 29 años 124.491 20,8 16.549 24,8 15.956 20,1 13.162 17,2 De 30 a 39 años 158.191 26,5 -0,66 *** 0,52 17.498 26,2 -0,67 *** 0,51 21.136 26,7 -0,63 *** 0,53 19.905 25,9 -0,76 *** 0,47 De 40 a 49 años 168.000 28,1 -0,84 *** 0,43 17.982 26,9 -0,90 *** 0,41 22.641 28,6 -0,86 *** 0,42 22.440 29,3 -0,93 *** 0,40 De 50 a 64 años 147.195 24,6 -1,09 *** 0,34 14.764 22,1 -1,11 *** 0,33 19.462 24,6 -1,14 *** 0,32 21.204 27,6 -1,17 *** 0,31 Sin estudios primarios 15.612 2,6 1,49 *** 4,43 2.103 3,1 1,07 *** 2,93 2.064 2,6 1,74 *** 5,71 1.462 1,9 1,45 *** 4,25 Con estudios primarios 71.035 11,9 1,21 *** 3,36 8.909 13,3 0,79 *** 2,19 9.342 11,8 1,38 *** 3,96 7.261 9,5 1,29 *** 3,64 Con estudios secundarios 378.347 63,3 0,72 *** 2,05 41.496 62,1 0,41 *** 1,50 50.230 63,4 0,85 *** 2,33 49.866 65,0 0,72 *** 2,06 Con estudios universitarios 132.883 22,2 14.285 21,4 17.559 22,2 18.122 23,6 Español o inmigr. no ec. 560.891 93,8 64.011 95,8 73.997 93,4 71.827 93,6 Inmigrante económico 36.986 6,2 0,47 *** 1,60 2.782 4,2 0,12 *** 1,13 5.198 6,6 0,57 *** 1,77 4.884 6,4 0,48 *** 1,62 Año 2005 66.793 11,2 Año 2006 71.565 12,0 -0,06 *** 0,94 Año 2007 74.877 12,5 -0,03 *** 0,98 Año 2008 75.673 12,7 0,55 *** 1,72 Año 2009 79.195 13,2 0,95 *** 2,59 Año 2010 77.429 13,0 1,07 *** 2,93 Año 2011 75.634 12,7 1,26 *** 3,53 Año 2012 76.711 12,8 1,47 *** 4,34 Dummies Com. Autónomas Sí *** Sí *** Sí *** (1) Sí *** Nº Casos 597.877 66.793 79.195 76.711 - 2 Log. Verosimilitud 140.079.983 11.621.680 20.028.660 23.611.134 0,09 0,03 0,07 0,08 R2 Cox y Snell 2 0,15 0,08 0,12 0,12 R Nagelkerke % Acierto 83,9 91,3 81,0 74,5 *** Coeficiente significativamente distinto de cero al 99 por 100 de confianza, ** significativo al 95 por 100, * significativa al 90 por 100. (1) Canarias **. Fuente: elaboración propia a partir de los microdatos de la EPA (INE).
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Cuadro 8 – Modelo logit explicativo de la probabilidad de desempleo. Inmigrantes económicos Años 2005 a 2012 Año 2005 Año 2009 Año 2012 % Coef. OR N % Coef. OR N % Coef. OR N % Coef. OR Constante -2,13 *** 0,12 -2,37 *** 0,09 -0,81 *** 0,44 -0,36 *** 0,70 Hombre 19.341 52,3 1.516 54,5 2.739 52,7 2.455 50,3 Mujer 17.645 47,7 0,02 *** 1,02 1.266 45,5 0,69 *** 1,99 2.459 47,3 -0,30 *** 0,74 2.429 49,7 -0,04 *** 0,96 De 16 a 29 años 11.012 29,8 984 35,4 1.507 29,0 1.214 24,9 De 30 a 39 años 14.292 38,6 -0,36 *** 0,69 991 35,6 -0,49 *** 0,61 2.046 39,4 -0,29 *** 0,75 1.855 38,0 -0,45 *** 0,64 De 40 a 49 años 8.402 22,7 -0,37 *** 0,69 593 21,3 -0,64 *** 0,53 1.213 23,3 -0,44 *** 0,64 1.296 26,5 -0,34 *** 0,71 De 50 a 64 años 3.280 8,9 -0,20 *** 0,82 214 7,7 -0,57 *** 0,57 432 8,3 -0,40 *** 0,67 519 10,6 -0,48 *** 0,62 Sin estudios primarios 2.591 7,0 0,39 *** 1,48 213 7,7 0,11 *** 1,12 349 6,7 0,51 *** 1,67 293 6,0 0,36 *** 1,43 Con estudios primarios 6.307 17,1 0,38 *** 1,47 491 17,6 0,44 *** 1,55 903 17,4 0,56 *** 1,74 837 17,1 0,56 *** 1,74 Con estudios secundarios 23.763 64,2 0,25 *** 1,28 1.719 61,8 0,39 *** 1,48 3.335 64,2 0,35 *** 1,42 3.218 65,9 0,26 *** 1,30 Con estudios universitarios 4.325 11,7 359 12,9 611 11,8 536 11,0 Europa 10.120 27,4 704 25,3 1.402 27,0 1.369 28,0 África 7.369 19,9 0,62 *** 1,85 562 20,2 0,70 *** 2,01 991 19,1 0,73 *** 2,08 1.093 22,4 0,58 *** 1,78 América 18.172 49,1 -0,10 *** 0,90 1.443 0,5 -0,11 *** 0,89 2.612 0,5 0,02 *** 1,02 2.174 0,4 -0,06 *** 0,94 Asia 1.325 3,6 -0,92 *** 0,40 73 0,0 -1,28 *** 0,28 193 0,0 -0,65 *** 0,52 248 *** 0,26 Menos de 1 año 1.065 2,9 0,80 *** 2,23 145 0,1 0,84 *** 2,33 78 0,0 0,30 *** 1,36 35 *** 2,17 1 Año 2.081 5,6 0,21 *** 1,23 265 0,1 0,29 *** 1,33 296 0,1 -0,04 *** 0,96 67 0,0 0,15 *** 1,16 2 Años 2.667 7,2 -0,11 *** 0,90 341 0,1 -0,08 *** 0,92 461 0,1 -0,34 *** 0,71 123 0,0 0,21 *** 1,23 De 3 a 5 años 11.516 31,1 -0,14 *** 0,87 1.320 0,5 -0,10 *** 0,91 1.489 0,3 -0,18 *** 0,83 1.023 0,2 -0,19 *** 0,83 De 6 a 10 años 14.619 39,5 -0,08 *** 0,92 479 0,2 -0,11 *** 0,90 2.353 0,5 -0,16 *** 0,85 2.220 0,5 -0,06 *** 0,94 De 11 o más años 5.038 13,6 232 0,1 521 0,1 1.416 0,3 Año 2005 2.782 7,5 Año 2006 4.001 10,8 0,16 *** 1,18 Año 2007 4.671 12,6 0,23 *** 1,26 Año 2008 5.246 14,2 0,93 *** 2,52 Año 2009 5.198 14,1 1,45 *** 4,26 Año 2010 5.276 14,3 1,48 *** 4,39 Año 2011 4.928 13,3 1,70 *** 5,45 Año 2012 4.884 13,2 1,81 *** 6,11 Dummies Com. Autónomas Sí *** (1) Sí *** (2) Sí *** (3) Sí *** Nº Casos 36.986 2.782 5.198 4.884 - 2 Log. Verosimilitud 24.089.957 1.361.056 3.772.773 3.713.004 0,10 0,04 0,06 0,06 R2 Cox y Snell 2 0,14 0,09 0,08 0,07 R Nagelkerke % Acierto 75,3 89,5 69,3 63,4 *** Coeficiente significativamente distinto de cero al 99 por 100 de confianza, ** significativo al 95 por 100, * significativa al 90 por 100. (1) Baleares ** (2) Castilla y León **; La Rioja * (3) Cataluña no significativo. Fuente: elaboración propia a partir de microdatos de la EPA (INE). N
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Cuadro 9 – Modelo logit explicativo de la probabilidad de desempleo. Españoles y Extranjeros no inmigrantes económicos Años 2005 a 2012 Año 2005 Año 2009 Año 2012 % Coef. OR N % Coef. OR N % Coef. OR N % Coef. OR Constante -2,20 *** 0,11 -2,03 *** 0,13 -1,42 *** 0,24 -0,61 *** 0,55 Hombre 311.234 55,5 37.009 57,8 40.698 55,0 38.452 53,5 Mujer 249.657 44,5 0,33 *** 1,39 27.002 42,2 0,68 *** 1,98 33.299 45,0 0,23 *** 1,26 33.375 46,5 0,17 *** 1,18 De 16 a 29 años 113.479 20,2 15.565 24,3 14.449 19,5 11.948 16,6 De 30 a 39 años 143.899 25,7 -0,73 *** 0,48 16.507 25,8 -0,69 *** 0,50 19.090 25,8 -0,74 *** 0,48 18.050 25,1 -0,83 *** 0,44 De 40 a 49 años 159.598 28,5 -0,95 *** 0,39 17.389 27,2 -0,92 *** 0,40 21.428 29,0 -0,98 *** 0,38 21.144 29,4 -1,06 *** 0,35 De 50 a 64 años 143.915 25,7 -1,23 *** 0,29 14.550 22,7 -1,16 *** 0,31 19.030 25,7 -1,28 *** 0,28 20.685 28,8 -1,29 *** 0,28 Sin estudios primarios 13.021 2,3 1,68 *** 5,36 1.890 3,0 1,21 *** 3,34 1.715 2,3 1,96 *** 7,12 1.169 1,6 1,65 *** 5,18 Con estudios primarios 64.728 11,5 1,38 *** 3,97 8.418 13,2 0,85 *** 2,34 8.439 11,4 1,56 *** 4,74 6.424 8,9 1,39 *** 4,00 Con estudios secundarios 354.584 63,2 0,80 *** 2,22 39.777 62,1 0,41 *** 1,51 46.895 63,4 0,96 *** 2,60 46.648 64,9 0,78 *** 2,18 Con estudios universitarios 128.558 22,9 13.926 21,8 16.948 22,9 17.586 24,5 Año 2005 64.011 11,4 Año 2006 67.564 12,0 -0,09 *** 0,91 Año 2007 70.206 12,5 -0,05 *** 0,95 Año 2008 70.427 12,6 0,49 *** 1,63 Año 2009 73.997 13,2 0,87 *** 2,39 Año 2010 72.153 12,9 1,02 *** 2,78 Año 2011 70.706 12,6 1,20 *** 3,31 Año 2012 71.827 12,8 1,43 *** 4,19 Dummies Com. Autónomas Sí *** Sí *** Sí *** Sí *** Nº Casos 560.891 64.011 73.997 71.827 - 2 Log. Verosimilitud 114.748.754 10.190.167 16.043.531 19.675.723 0,08 0,04 0,07 0,08 R2 Cox y Snell 2 0,14 0,08 0,12 0,12 R Nagelkerke % Acierto 85,4 91,5 83,3 76,7 *** Coeficiente significativamente distinto de cero al 99 por 100 de confianza, ** significativo al 95 por 100, * significativa al 90 por 100. Fuente: elaboración propia a partir de microdatos de la EPA (INE). N
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En primer lugar, como se observa en el Cuadro 7, el hecho de ser mujer implica una mayor probabilidad de estar en desempleo. A lo largo de todo el periodo considerado, la probabilidad de que una mujer se encuentre en paro es un 29 por 100 superior a la de un hombre. La desventaja relativa de las mujeres parece suavizarse notablemente a medida que avanza la crisis económica, puesto que los procesos de destrucción de empleo han mostrado una especial intensidad en el caso de los hombres12; Este hecho se puede atribuir, por un lado, a la peor situación relativa de partida de la mujer; ypor otro, al menos parcialmente, a un posible proceso de intensificación de la incorporación de la mujer al trabajo en búsqueda de rentas que cubran los ingresos dejados de percibir por el varón, es decir, un efecto trabajador añadido que se produciría especialmente en el sector terciario13. Al mismo tiempo, es de destacar que este hándicap que muestran las mujeres en relación a su empleabilidad no se puede hacer extensivo a la población inmigrante, sino que se limita a las españolas. Prueba de ello, es que a lo largo del periodo 2005-2012, la probabilidad de desempleo entre los inmigrantes económicos únicamente aumenta un 2 por 100 por el hecho de ser mujer; y es más, en este colectivo, en los últimos años, la probabilidad de desempleo se reduce entre un 4 y 10 por 100 por el hecho de ser mujer. En cambio, entre la población nativa y los extranjeros no inmigrantes, el incremento de la probabilidad de estar en desempleo por el hecho de ser mujer alcanza el 39 por 100, entre 2005 y 2012. Una posible explicación a la mejor posición de la mujer inmigrante frente al desempleo, en un momento de crisis económica, hay que buscarla en la mayor rigidez que presenta su oferta de trabajo, una especial capacidad de adaptación a las situaciones de adversidad y la aceptación de puestos de trabajo de reducida cualificación, en especial de aquéllos orientados hacia la atención a las situaciones de dependencia y de cuidado del hogar. Esto apuntaría también hacia un posible proceso de ajuste vía salarios en el caso de estas trabajadoras. Por lo que se refiere a la edad, en línea con los planteamientos teóricos habituales, encabezados por la Teoría del Capital Humano, esta variable afecta negativamente a la probabilidad de estar desempleado. En otros términos, la edad parece ser un factor que brinda cierta protección ante el desempleo. Esta circunstancia se puede atribuir a diversas causas, entre las que destacarían la
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Esta cuestión está ligada a la pérdida del 53,2 por 100 de los puestos de trabajo en el sector de la construcción, más de 1,3 millones de empleos, de los cuales el 94,2 por 100 correspondía a hombres. 13 Así se apunta también en OCDE (2011).
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experiencia laboral y vital acumulada por los trabajadores de mayor edad, ya sea a lo largo de toda su vida profesional, en un sector específico o en la misma empresa, o los mayores costes de despido que deben afrontar las empresas en el caso de los trabajadores que acumulan largos periodos de contratación. Además, en el caso de los trabajadores de mayor edad, no cabe descartar que, a consecuencia de un despido, algunos trabajadores opten por abandonar la población activa, sin figurar como desempleados en la EPA14. Las estimaciones anuales indican que el efecto positivo de la edad se mantiene estable durante todo el periodo 2005-2012. El efecto de la edad se registra tanto para inmigrantes como para el colectivo no inmigrante. No obstante, la ventaja que representa la edad es inferior en el caso de los primeros. Para empezar, porque el efecto de la edad sobre la probabilidad de desempleo parece limitarse a la división entre jóvenes y no jóvenes. A partir de los 25 o 30 años, el efecto de la edad entre el colectivo inmigrante prácticamente desaparece. Es más, este rasgo llega a invertirse para los trabajadores inmigrantes de más de 50 años (con respecto a los trabajadores de 30 a 49 años). Una posible explicación al menor impacto de la edad en su efecto protector ante el desempleo podría deberse a que, siendo la inmigración un fenómeno reciente en nuestro país, los trabajadores inmigrantes no acumulan todavía largos periodos de trabajo en la misma empresa, lo que implica un coste de despido relativamente barato. Este hecho, además, se vería reforzado si atendemos a la alta temporalidad de los contratos de los inmigrantes15, fenómeno que diluye, al menos en parte, las ventajas que proporciona la edad ante el desempleo, puesto que dificulta la acumulación de periodos laborales en la misma empresa y abarata su coste de despido. Asimismo, en línea con los planteamientos teóricos que se refieren a los problemas de asimetría de la información que rodean a la inmigración económica, cabe pensar en que los empresarios españoles no reconozcan la experiencia laboral de los inmigrantes en la misma medida en que lo harían en el caso de un trabajador español, muy especialmente en el caso de los periodos trabajados en el país de origen del inmigrante. El nivel formativo alcanzado por un individuo también se percibe como una variablemente estadísticamente significativa a la hora de explicar su probabilidad de 14
Sobre la variación en la inactividad, en especial en relación con la población desanimada y su distinta incidencia en los colectivos nativo e inmigrante, véase Colectivo Ioé (2013). 15 Según el Anuario de Estadísticas Laborales, con datos del Servicio Público de Empleo Estatal, durante el año 2006, el 88,4 por 100 de los contratos de trabajo registrados de los extranjeros en España correspondía a contratos de duración temporal. Esta cifra muestra una tendencia ligeramente creciente, de manera que en 2011 la temporalidad, así medida, alcanzaba el 91,4 por 100.
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desempleo. De esta forma, cuanto mayor es la formación de una persona, menor es su probabilidad de estar desempleado. Este resultado respalda los postulados de la Teoría del Capital Humano y se refuerza si consideramos que, a lo largo del periodo analizado, las ventajas relativas que presentan los titulados universitarios se intensifican respecto al resto de niveles educativos a medida que avanza la crisis económica. Sin embargo, al igual que sucede con la variable edad, el nivel de educación tiene un efecto notablemente más reducido en el caso de los trabajadores inmigrantes. En promedio, a lo largo de los años 2005 a 2012, entre los trabajadores españoles o extranjeros procedentes de países de renta alta, carecer de estudios universitarios elevaba de forma importante la probabilidad de estar desempleo: en un 122 por 100 para quienes habían completados estudios secundarios, en un 297 por 100 para aquellos que sólo habían llegado a concluir sus estudios primarios y en un 436 por 100 para las personas sin estudios superados. En cambio, entre los trabajadores inmigrantes, la penalización que supone no tener estudios universitarios se reduce notablemente: 28 por 100, 47 por 100 y 48 por 100, respectivamente16. Entre otras causas, detrás de este hecho podemos hallar un desajuste estructural en el mercado laboral de los inmigrantes: la sobrecualificación que presentan muchos trabajadores, entendida como una disfunción entre la formación de los trabajadores y el puesto de trabajo que desempeñan. Además, la crisis económica agudiza el efecto de la educación más en el caso de los nativos que entre los inmigrantes. Todos estos datos, en definitiva, apuntan a que los empresarios españoles podrían no estar reconociendo la formación de los inmigrantes del mismo modo al que lo harían de tratarse de un español o de un extranjero procedente de un país desarrollado. Ello podría deberse a varias causas como son: la existencia de dificultades en el proceso de reconocimiento oficial de titulaciones oficiales extranjeras de los países de inmigración; la falta de reconocimiento de facto o desconfianza de los empresarios ante los niveles de formación alcanzados en el extranjero; o la no equiparación real, en términos de capacitación, de las titulaciones extranjeras de algunos países, debido a la posible existencia de dificultades en la formación de su profesorado o bien a otras debilidades institucionales o socioculturales en el ámbito educativo. La inmigración es, de entre todas las variables personales recogidas en la EPA, aquella que nos ocupa particularmente en este trabajo. Las estimaciones del modelo 16
Por este motivo no es de extrañar que, como apunta el Colectivo Ioé (2013), el nivel de cualificación de los parados sea superior entre los extranjeros que entre los nativos.
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planteado para el conjunto de la población a lo largo del periodo 2005-2012 revelan que ser inmigrante económico aumenta un 60 por 100 la probabilidad de estar en desempleo. Es decir, para un año determinado, a igual edad, sexo, formación y Comunidad Autónoma de residencia, el hecho de que un trabajador sea inmigrante económico implica que su probabilidad de encontrarse en situación de desempleo es un 60 por 100 superior a la que sería de tratarse de un trabajador nativo o extranjero no inmigrante económico. Al inicio del periodo considerado, en el año 2005, los inmigrantes presentaban una probabilidad de desempleo un 13 por 100 mayor que un trabajador no inmigrante. Esta desventaja se agrava año tras año hasta 2011, momento en el que alcanza el 80 por 100. Este hecho indica claramente que la crisis económica presenta un efecto asimétrico entre la población nativa y la inmigrante y que esta última parece estar sufriendo de forma especialmente intensa la destrucción de empleo que registra la economía española desde 2008. Además, el bloque de especificaciones que se elabora a partir de los trabajadores inmigrantes pone de manifiesto que el origen territorial de los inmigrantes también constituye un elemento a tener en cuenta. Así, frente a un europeo (de fuera de la UE-15), los asiáticos tienen, en promedio, una probabilidad un 60 por 100 inferior de estar en desempleo y el periodo de crisis parece haber ampliado esta diferencia17. Por su parte, el colectivo de inmigrantes americanos presenta una probabilidad de desempleo algo inferior a los europeos no occidentales y, de forma nada sorprendente, son los inmigrantes procedentes de África quienes presentan la mayor desventaja ante el desempleo (un 85 por 100 superior a los europeos del Este). Los diferenciales educativos y la existencia de redes de inserción económica y cultural18, en el caso de los trabajadores asiáticos e iberoamericanos, respectivamente, y las propias ventajas de idioma de estos últimos son causas que
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En este sentido cabe efectuar dos apreciaciones. En primer término, los posibles problemas de representatividad de la EPA en su tratamiento de la población asiática que, incluso, lleva a algunos autores a eliminarla de sus análisis, como es el caso del Colectivo Ioé (2013). En segundo lugar, la menor probabilidad de desempleo de los inmigrantes asiáticos puede deberse a una relativa elevada presencia de trabajadores por cuenta propia, circunstancia que propiciaría una mayor resistencia ante el desempleo al depender la situación laboral en mayor medida de una decisión empresarial propia. Este rasgo podría ser particularmente importante en el caso de las mujeres, como sugiere Pereda (2007). 18 La importancia de las redes sociales sobre la situación laboral de los inmigrantes en España se puede constatar en Méndez Errico (2013). A partir de los datos de la Encuesta Nacional de Inmigración de 2007 se detectan efectos positivos de las diversas redes de inserción sobre la estabilidad en el empleo y, en el caso de las mujeres, de los salarios; pero también surgen efectos negativos, tales como un desajuste entre el empleo y la cualificación del trabajador en el momento de la llegada a nuestro país y una posible segmentación que se traduce en menores retribuciones.
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bien podrían explicar los diferenciales en la probabilidad de desempleo según el origen territorial de los trabajadores inmigrantes. En el caso de los trabajadores inmigrantes, el tiempo de residencia en España también se revela como una variable significativa en términos estadísticos. En general, cuanto mayor es el tiempo de residencia en nuestro país, menor es la probabilidad de desempleo. Así, los trabajadores que llevan menos de 1 año de residencia declarada en España presentan una probabilidad de desempleo un 123 por 100 superior a los trabajadores que declaran haber cumplido ya 11 años de residencia en nuestro país. En el caso de los inmigrantes con 1 año en territorio español pero menos de 2, esta desventaja se sitúa en el 23 por 100. En 2012, a partir de los 3 años de residencia declarada, las diferencias existentes en la probabilidad de desempleo en función de los años resididos en España son muy reducidas, aunque sorprendentemente crecientes. Por lo tanto, como cabría esperar, dado que encontrar un puesto de trabajo normalmente conlleva cierto tiempo de búsqueda previa y de algún tipo de proceso de selección, los trabajadores inmigrantes recién llegados a nuestro país cuentan con una mayor probabilidad de estar desempleados y este efecto perdura durante 1 año, si bien la crisis económica, parece haberlo ampliado a 2 años19. Una vez pasado este plazo, la propia adaptación del inmigrante al mercado laboral y su integración en diversas redes reducen notablemente la probabilidad de encontrarse en desempleo. En definitiva, desde una perspectiva microeconómica, la inmigración y, dentro de ella dos cuestiones como son el origen territorial del inmigrante y su periodo de residencia en España, aparecen como variables que inciden, de forma relevante, sobre la probabilidad de desempleo de un trabajador.
5 – Conclusiones Actualmente, en España, los inmigrantes económicos suponen el 9,4 por 100 de la población oficial. El desequilibrio económico tuvo inicialmente una incidencia reducida sobre el saldo de la población inmigrante principalmente debido a la estabilidad que presentaban los procesos de retorno, apoyada en elementos de inserción vital y en los beneficios que supone el carácter universal de determinadas 19
De acuerdo con la Teoría del Capital Humano, el aumento del periodo de tiempo de residencia durante el cual se ha incrementado la probabilidad de desempleo, ha elevado el coste de la inmigración, lo que, sin duda, constituye una de las explicaciones al freno del proceso de llegada de inmigrantes a España desde la irrupción de la crisis económica.
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políticas de bienestar social desarrolladas en nuestro país. Sin embargo, a partir del año 2011, se advierte una retracción del proceso migratorio, de forma que la variación neta de población inmigrante presenta en los últimos años tasas negativas, consecuencia del predominio de factores económicos de pérdida de renta y protección, sobre los elementos de permanencia de carácter social. La población inmigrante constituye una población de carácter económico con un fuerte componente laboral, de manera que la crisis económica ejerce una fuerte presión negativa sobre este colectivo, tal y como se manifiesta en distintos indicadores laborales. La tasa de actividad de la población inmigrante, muy estable en el tiempo, se sitúa actualmente en el 78,2 por 100, superando a la correspondiente a los nativos (57,6 por 100). La edad y el sexo se identifican como variables con una clara incidencia sobre la situación de actividad, tanto en el caso de la población española como inmigrante. En los últimos años, la evolución de la sociedad y economía española ha llevado a que los diferenciales de actividad entre hombres y mujeres continuasen su proceso de convergencia y la crisis económica ha provocado el retroceso de las tasas de actividad de las cohortes de edad de los más jóvenes, con independencia de su nacionalidad, y de los inmigrantes de mayor edad. La ocupación muestra un fuerte deterioro a raíz de la destrucción de empleo que se viene registrando desde 2009. Especialmente llamativo resulta el caso de los trabajadores inmigrantes varones, cuya tasa de ocupación se contrae en 28 puntos porcentuales desde 2007, siendo los jóvenes y los menores de 45 años los más perjudicados. El derrumbe del sector de la construcción no resulta ajeno a este hecho, si consideramos que más de la mitad de los empleos inmigrantes destruidos entre 2008 y 2012 se encontraba en este sector. El desempleo se manifiesta como la consecuencia más perjudicial que la crisis económica provoca sobre la población inmigrante. Desde 2007, la cifra de inmigrantes en paro se triplica, de forma que en 2012 se sitúa en 897.000. Ahora bien, si en 2008 el incremento del desempleo se atribuye al crecimiento de la población activa, a partir de 2009 se debe al proceso de destrucción de puestos de trabajo, que alcanza los 631.000 trabajos desempeñados por inmigrantes desde 2008. Actualmente, la tasa de desempleo del colectivo inmigrante se sitúa en el 38,6 por 100, 16 puntos por encima de la correspondiente a la población española. Este diferencial se ha ampliado de forma acusada en los años de crisis económica y, 26
desde 2009, España encabeza la clasificación de países de la OCDE según la magnitud de la brecha existente entre las tasas de paro de nativos y extranjeros. En España, entre los inmigrantes, el desempleo afecta de forma severa a todos los colectivos sin excepción, con independencia de su sexo o edad. La tasa de desempleo se sitúa por encima del 35 por 100 en todos los tramos de edad, llegando a alcanzar el 57,4 por 100 entre los más jóvenes. En el caso de la distribución por sexos, desde 2008, la tasa de paro de los varones (41,4 por 100) supera a la que se registra para las mujeres (35,5 por 100). El modelo de regresión logística binaria deja claramente al descubierto que el hecho de ser inmigrante reduce la empleabilidad de una persona, cuestión que se agudiza con la crisis económica. Así, con carácter general, en el mercado laboral español, durante el periodo 2005-2012, ser inmigrante económico aumenta un 60 por 100 la probabilidad de estar de desempleo. Adicionalmente, desde 2007, a medida que avanza la crisis económica, la probabilidad de estar desempleado para todos los trabajadores se eleva, en especial en el caso de la población inmigrante. Precisamente, a partir del modelo estimado se puede cuantificar que, a iguales características personales, el hecho de ser inmigrante eleva significativamente la probabilidad de desempleo. Además, el efecto asimétrico de la crisis sobre la población nativa y la inmigrante se pone de manifiesto al analizar la evolución de la probabilidad de incurrir en desempleo a lo largo de los años: en 2005, los inmigrantes presentaban una probabilidad de desempleo un 13 por 100 mayor que un trabajador no inmigrante. Esta desventaja se agrava año tras año hasta 2011, año en que alcanza el 80 por 100. El origen territorial de los inmigrantes y el tiempo de residencia en España son también aspectos relevantes en la dinámica del desempleo. En este sentido, es sin duda la población africana la que mayores dificultades presenta en su inserción laboral y los diferenciales educativos y la extensión y alcance de las redes sociales y de inserción laboral de los distintos colectivos parecen afectar de manera relevante a la probabilidad de desempleo. Igualmente, cuanto mayor es el tiempo de residencia en nuestro país, menor es la probabilidad de desempleo, en general. Este efecto es particularmente relevante en el caso de los dos primeros años de residencia declarada en España.
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Las variables personales de los inmigrantes, tales como el sexo, la edad, el nivel formativo y la Comunidad Autónoma de residencia, también inciden significativamente sobre la probabilidad de desempleo de los inmigrantes. Todas las variables personales presentan el signo esperado, si bien su evolución y los diferenciales entre nativos e inmigrantes pueden llevar a pensar que el mercado laboral español percibe de forma distinta la experiencia y formación de los inmigrantes frente a los nacionales; lo que les hace afrontar una probabilidad de desempleo superior a la que registran los trabajadores españoles.
6 – Bibliografía Aja, E., Arango, J. y Oliver, J. (eds.) (2010): La inmigración en tiempos de crisis. Anuario de la inmigración en España, Centro de Estudios y Documentación Internacionales de Barcelona (CIDOB), Barcelona. Colectivo Ioé (2013): Impactos de la crisis sobre la población inmigrantes, Estudio promovido por la Organización Internacional para las Migraciones, Madrid. Consejo Económico y Social (varios años): Memoria sobre la situación socioeconómica y laboral, Madrid. Elías, J. (2011): Inmigración y mercado laboral: antes y después de la recesión, Documentos de economía La Caixa, núm. 20. Iglesias Fernández, C. y Llorente Heras, R. (2008): “Efectos de la inmigración en el mercado de trabajo español”, Economía Industrial, núm. 367, pp. 85-92. Mahía Casado, R. (2010): “La irrupción de España en el panorama de las migraciones internacionales. Por qué llegaron, por qué siguen llegando y por qué lo seguirán haciendo”, Información Comercial Española, núm. 854, pp. 5-22. Medina, E., Herrarte, A. y Vicens, J. (2010): “Inmigración y desempleo en España: Impacto de la crisis económica”, Información Comercial Española, núm. 854, pp. 37-48. Méndez Errico, L. (2013): The Impacts of Social Networks on Immigrants’ Employment Prospects: The Spanish Case 1997-2007, Documento de Trabajo 13.01, Departamento de Economía Aplicada, Universidad Autónoma of Barcelona, Barcelona.
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Ministerio de Empleo y Seguridad Social (varios años): Anuario de Estadísticas Laborales, Madrid. Moreno Fuente, F. J., Arriba González, A. y Moreno Fernández, L. (2007): “Inmigración, diversidad y protección social en España”, Revista Española del Tercer Sector, núm. 4, pp. 53-97. Moreno Fuente, F. J. y Bruquetas Callejo, M. (2011): Inmigración y Estado de bienestar en España, Colección Estudios Sociales, núm. 31, Obra Social “la Cai a”, Barcelona. Muñoz de Bustillo, R. y Antón Pérez, J. I. (2010): “Inmigración y Estado de Bienestar: el caso de España”, Información Comercial Española, núm.854, pp. 5-22. OCDE (2011): “Income Support for the Unemployed: How Well Has the Safety-Net Held Up During the “Great Recession”?”, en OECD Employment Outlook 2011, París, pp. 15-83. OCDE (2012): International Migration Outlook 2012, París. Pereda, C. (2007): “Empresariado étnico en España. Trabajadoras inmigrantes por cuenta propia. Un apro imación descriptiva”, en Beltrán, J., Oso, L. y Ribas, N. (coords.), Empresariado étnico en España, Ministerio de Trabajo y Asuntos Sociales y Fundació CIDOB, Madrid, pp. 197-209. Rinken, S., Álvarez-Sotomayor, A., Cortés Sánchez, M. P. y Galera Pozo, A. G. (2011): “El (des-)empleo inmigrante en España en tiempos de crisis económica. Un e amen empírico de tres factores e plicativos”, Sociología del Trabajo, núm. 72, pp. 63-96. Tobes Portillo, P. (2011): “Inmigración: crisis económica y protección por desempleo”, Revista del Ministerio de Trabajo y Asuntos Sociales, núm. 91, Madrid, pp. 15-28. Tobes Portillo, P. y Angoitia Grijalba, M. (2010): “La cobertura de los inmigrantes ante el desempleo”, Información Comercial Española, núm. 854, pp. 61-72. Toharia Cortés, L. (dir.) (2010): El sistema español de protección por desempleo: eficiencia, equidad y perspectivas, Ministerio de Trabajo e Inmigración, Madrid. Vicens Otero, J. et al. (2010): El impacto de la inmigración en el sistema de protección social, Consejo Económico y Social, Madrid. 29
Anexo Cuadro 7A – Modelo logit explicativo de la probabilidad de desempleo. Años 2006 a 2008, 2010 y 2011. Población total. Año 2006 Año 2007 Año 2008 Año 2010 % Coef. OR N % Coef. OR N % Coef. OR N % Coef. OR Constante -2,36 *** 0,09 -2,22 *** 0,11 -1,71 *** 0,18 -1,25 *** 0,29 Hombre 40.742 56,9 42.312 56,5 42.173 55,7 41.998 54,2 Mujer 30.823 43,1 0,75 *** 2,11 32.565 43,5 0,59 *** 1,80 33.500 44,3 0,25 *** 1,29 35.431 45,8 0,12 *** 1,13 De 16 a 29 años 16.965 23,7 17.078 22,8 16.593 21,9 14.740 19,0 De 30 a 39 años 18.988 26,5 -0,61 *** 0,54 19.715 26,3 -0,66 *** 0,52 19.953 26,4 -0,58 *** 0,56 20.921 27,0 -0,66 *** 0,52 De 40 a 49 años 19.617 27,4 -0,82 *** 0,44 20.580 27,5 -0,72 *** 0,49 20.833 27,5 -0,76 *** 0,47 21.998 28,4 -0,88 *** 0,42 De 50 a 64 años 15.995 22,4 -0,95 *** 0,39 17.504 23,4 -0,89 *** 0,41 18.294 24,2 -1,11 *** 0,33 19.770 25,5 -1,08 *** 0,34 Sin estudios primarios 2.121 3,0 1,15 *** 3,16 2.251 3,0 1,22 *** 3,39 2.154 2,8 1,53 *** 4,62 1.792 2,3 1,65 *** 5,19 Con estudios primarios 9.587 13,4 0,84 *** 2,32 9.938 13,3 0,97 *** 2,65 9.659 12,8 1,35 *** 3,85 8.698 11,2 1,32 *** 3,76 Con estudios secundarios 44.505 62,2 0,48 *** 1,62 46.618 62,3 0,56 *** 1,75 47.678 63,0 0,79 *** 2,19 49.214 63,6 0,83 *** 2,29 Con estudios universitarios 15.352 21,5 16.070 21,5 16.182 21,4 17.725 22,9 Español o inmigr. no ec. 67.564 94,4 70.206 93,8 70.427 93,1 72.153 93,2 Inmigrante económico 4.001 5,6 0,34 *** 1,41 4.671 6,2 0,37 *** 1,45 5.246 6,9 0,46 *** 1,59 5.276 6,8 0,48 *** 1,62 Dummies Com. Autónomas Sí *** Sí *** Sí *** Sí *** Nº Casos 71.565 74.877 75.673 77.429 - 2 Log. Verosimilitud 11.592.718 12.147.340 16.978.792 21.104.500 0,03 0,03 0,06 0,07 R2 Cox y Snell 2 0,07 0,08 0,10 0,11 R Nagelkerke % Acierto 91,7 91,4 86,0 79,5 *** Coeficiente significativamente distinto de cero al 99 por 100 de confianza, ** significativo al 95 por 100, * significativa al 90 por 100. Fuente: elaboración propia a partir de los microdatos de la EPA (INE). N
N 40.481 35.153 13.448 20.075 21.909 20.202 1.665 7.641 48.740 17.588 70.706 4.928
Año 2011 % Coef. OR -1,02 *** 0,36 53,5 46,5 0,11 *** 1,12 17,8 26,5 -0,67 *** 0,51 29,0 -0,80 *** 0,45 26,7 -1,09 *** 0,34 2,2 1,65 *** 5,21 10,1 1,25 *** 3,49 64,4 0,77 *** 2,15 23,3 93,5 6,5 0,59 *** 1,80 Sí *** 75.634 22.372.716 0,08 0,12 77,1
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Cuadro 8A – Modelo logit explicativo de la probabilidad de desempleo. Años 2006 a 2008, 2010 y 2011. Inmigrantes económicos Año 2006 Año 2007 Año 2008 Año 2010 Año 2011 % Coef. OR N % Coef. OR N % Coef. OR N % Coef. OR N % Coef. OR Constante -2,46 *** 0,09 -1,92 *** 0,15 -0,86 *** 0,42 -0,61 *** 0,54 -0,42 *** 0,66 Hombre 2.136 53,4 2.478 53,1 2.815 53,7 2.706 51,3 2.496 50,6 Mujer 1.865 46,6 0,84 *** 2,31 2.193 46,9 0,33 *** 1,39 2.431 46,3 -0,03 *** 0,97 2.570 48,7 -0,07 *** 0,94 2.432 49,4 -0,11 *** 0,90 De 16 a 29 años 1.372 34,3 1.539 32,9 1.694 32,3 1.435 27,2 1.267 25,7 De 30 a 39 años 1.530 38,2 -0,26 *** 0,77 1.808 38,7 -0,38 *** 0,68 1.999 38,1 -0,40 *** 0,67 2.124 40,3 -0,28 *** 0,75 1.939 39,3 -0,45 *** 0,63 De 40 a 49 años 793 19,8 -0,43 *** 0,65 941 20,1 -0,31 *** 0,74 1.123 21,4 -0,28 *** 0,75 1.231 23,3 -0,51 *** 0,60 1.212 24,6 -0,29 *** 0,75 De 50 a 64 años 306 7,6 -0,13 *** 0,88 383 8,2 -0,01 0,99 430 8,2 -0,17 *** 0,84 486 9,2 0,05 *** 1,05 510 10,3 -0,08 *** 0,92 Sin estudios primarios 335 8,4 0,08 *** 1,08 377 8,1 -0,12 *** 0,89 356 6,8 0,19 *** 1,21 340 6,4 0,53 *** 1,69 328 6,7 0,81 *** 2,24 Con estudios primarios 629 15,7 0,01 * 1,01 833 17,8 -0,20 *** 0,82 922 17,6 0,23 *** 1,26 920 17,4 0,36 *** 1,44 772 15,7 0,58 *** 1,79 Con estudios secundarios 2.552 63,8 0,00 1,00 2.912 62,3 -0,09 *** 0,92 3.415 65,1 -0,06 *** 0,94 3.392 64,3 0,34 *** 1,41 3.220 65,3 0,49 *** 1,63 Con estudios universitarios 485 12,1 549 11,8 553 10,5 624 11,8 608 12,3 Europa 1.048 26,2 1.283 27,5 1.500 28,6 1.427 27,0 1.387 28,1 África 772 19,3 1,00 *** 2,72 787 16,8 0,74 *** 2,10 990 18,9 0,68 *** 1,97 1.113 21,1 0,59 *** 1,81 1.061 21,5 0,42 *** 1,53 América 2.058 51,4 0,08 *** 1,08 2.465 52,8 -0,15 *** 0,86 2.600 49,6 -0,02 *** 0,98 2.547 48,3 -0,32 *** 0,73 2.273 46,1 -0,14 *** 0,87 Asia 123 3,1 -0,45 *** 0,64 136 2,9 -0,54 *** 0,58 156 3,0 -0,68 *** 0,51 189 3,6 -0,99 *** 0,37 207 4,2 -1,10 *** 0,33 Menos de 1 año 259 6,5 0,88 *** 2,40 264 5,7 1,20 *** 3,33 181 3,5 0,69 *** 1,99 51 1,0 1,39 *** 4,00 52 1,1 0,86 *** 2,37 1 Año 342 8,5 0,29 *** 1,34 419 9,0 0,33 *** 1,39 404 7,7 0,38 *** 1,46 157 3,0 0,22 *** 1,25 131 2,7 0,41 *** 1,50 2 Años 367 9,2 -0,17 *** 0,85 419 9,0 0,40 *** 1,50 476 9,1 0,04 *** 1,04 323 6,1 -0,38 *** 0,68 157 3,2 0,27 *** 1,30 De 3 a 5 años 1.593 39,8 -0,12 *** 0,89 1.579 33,8 0,09 *** 1,09 1.651 31,5 0,18 *** 1,20 1.550 29,4 -0,21 *** 0,81 1.311 26,6 -0,32 *** 0,72 De 6 a 10 años 1.143 28,6 -0,03 *** 0,97 1.631 34,9 0,12 *** 1,12 2.104 40,1 0,08 *** 1,08 2.462 46,7 -0,11 *** 0,90 2.227 45,2 -0,19 *** 0,82 De 11 o más años 297 7,4 359 7,7 430 8,2 733 13,9 1.050 21,3 Dummies Com. Autónomas Sí *** (1) Sí *** (2) Sí *** Sí *** (3) Sí *** (4) Nº Casos 4.001 4.671 5.246 5.276 4.928 - 2 Log. Verosimilitud 1.827.774 2.127.531 3.310.553 3.762.852 3.888.671 0,05 0,04 0,05 0,06 0,06 R2 Cox y Snell 2 0,09 0,07 0,08 0,09 0,08 R Nagelkerke % Acierto 87,9 87,4 78,1 69,3 64,6 *** Coeficiente significativamente distinto de cero al 99 por 100 de confianza, ** significativo al 95 por 100, * significativa al 90 por 100. (1) Castilla-La Mancha **; Com. Valenciana no signif. (2) Castilla-La Mancha ** (3) Asturias **; C. Valenciana y Extremadura no signif. (4) C. Valenciana y La Rioja no signif. Fuente: elaboración propia a partir de microdatos de la EPA (INE). N
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Cuadro 9A – Modelo logit explicativo de la probabilidad de desempleo. Años 2006 a 2008, 2010 y 2011. Españoles y extranjeros no inmigrantes económicos Año 2006 Año 2007 Año 2008 Año 2010 % Coef. OR N % Coef. OR N % Coef. OR N % Coef. OR Constante -2,33 *** 0,10 -2,28 *** 0,10 -1,84 *** 0,16 -1,25 *** 0,29 Hombre 38.606 57,1 39.834 56,7 39.358 55,9 39.292 54,5 Mujer 28.958 42,9 0,75 *** 2,12 30.372 43,3 0,67 *** 1,96 31.069 44,1 0,36 *** 1,43 32.861 45,5 0,20 *** 1,22 De 16 a 29 años 15.593 23,1 15.539 22,1 14.899 21,2 13.305 18,4 De 30 a 39 años 17.458 25,8 -0,70 *** 0,50 17.907 25,5 -0,73 *** 0,48 17.954 25,5 -0,63 *** 0,53 18.797 26,1 -0,77 *** 0,46 De 40 a 49 años 18.824 27,9 -0,90 *** 0,41 19.639 28,0 -0,81 *** 0,45 19.710 28,0 -0,89 *** 0,41 20.767 28,8 -0,98 *** 0,37 De 50 a 64 años 15.689 23,2 -1,06 *** 0,35 17.121 24,4 -1,03 *** 0,36 17.864 25,4 -1,28 *** 0,28 19.284 26,7 -1,27 *** 0,28 Sin estudios primarios 1.786 2,6 1,27 *** 3,55 1.874 2,7 1,46 *** 4,32 1.798 2,6 1,83 *** 6,20 1.452 2,0 1,81 *** 6,14 Con estudios primarios 8.958 13,3 0,97 *** 2,65 9.105 13,0 1,22 *** 3,37 8.737 12,4 1,62 *** 5,03 7.778 10,8 1,54 *** 4,65 Con estudios secundarios 41.953 62,1 0,56 *** 1,74 43.706 62,3 0,66 *** 1,94 44.263 62,8 0,95 *** 2,60 45.822 63,5 0,92 *** 2,51 Con estudios universitarios 14.867 22,0 15.521 22,1 15.629 22,2 17.101 23,7 Dummies Com. Autónomas Sí *** Sí *** Sí *** Sí *** Nº Casos 67.564 70.206 70.427 72.153 - 2 Log. Verosimilitud 9.665.917 9.885.593 13.489.477 17.093.871 0,03 0,04 0,06 0,07 R2 Cox y Snell 2 0,08 0,09 0,11 0,12 R Nagelkerke % Acierto 92,2 92,0 87,4 81,6 *** Coeficiente significativamente distinto de cero al 99 por 100 de confianza, ** significativo al 95 por 100, * significativa al 90 por 100. (1) Canarias * Fuente: elaboración propia a partir de microdatos de la EPA (INE). N
N 37.985 32.721 12.181 18.136 20.697 19.692 1.337 6.869 45.520 16.980
Año 2011 % Coef. OR -1,02 *** 0,36 53,7 46,3 0,18 *** 1,20 17,2 25,6 -0,72 *** 0,49 29,3 -0,92 *** 0,40 27,9 -1,26 *** 0,28 1,9 1,82 *** 6,18 9,7 1,42 *** 4,13 64,4 0,83 *** 2,29 24,0 Sí *** (1) 70.706 18.265.697 0,07 0,11 79,5
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