Inmigración, mercado de trabajo y Seguridad Social...

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Inmigración, mercado de trabajo y Seguridad Social: evidencia empírica española e implicaciones de política económica*

ISIDRO ANTUÑANO MARURI** CARLOS OCHANDO CLARAMUNT** ÁNGEL SOLER GUILLÉN***

1. INTRODUCCIÓN

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l proceso de envejecimiento de la población en España, el descenso de la natalidad y el rápido crecimiento de la inmigración son los fenómenos más extraordinarios acaecidos en nuestro país durante la última década. Estos nuevos fenómenos demográficos están provocando cambios importantes sobre el modelo de familia, la economía, la educación, la protección social y el comportamiento político de los ciudadanos (Carabaña, J., 2003; Arango, J., 2004; Tezanos, J. F. y Tezanos, S., 2006).

* Una versión preliminar de este trabajo fue presentada a las VIII Jornadas de Política Económica, celebradas en Valencia los días 25 y 26 de Octubre de 2007. Los datos estadísticos utilizados han sido actualizados para la posterior publicación del trabajo. ** Departamento de Economía Aplicada, Universidad de Valencia. *** Instituto Valenciano de Investigaciones Económicas, Ivie.

El presente trabajo tiene como principal pretensión analizar algunas de las principales consecuencias económicas de la inmigración, tanto sobre el mercado de trabajo como sobre el sistema de Seguridad Social, en el caso de España. En primer lugar, se analizan las conexiones entre la inmigración y el mercado de trabajo, a partir de la evidencia de la literatura económica existente. Estas relaciones se desagregan en varios tipos: la creación de empleo, los efectos sobre las tasas de actividad, los efectos sobre la dispersión y/o nivel salarial, sobre las oportunidades de empleo y/o desempleo de los trabajadores nativos, y sobre la flexibilidad y movilidad geográfica y ocupacional existente en el mercado de trabajo. En segundo lugar, se realiza un análisis empírico sobre las principales consecuencias de los flujos de inmigración sobre nuestro modelo de Seguridad Social. Para ello se analiza el comportamiento de las poblaciones extranjera y total afiliada a la Seguridad Social en España, desde el punto de vista de los

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regímenes de afiliación, los colectivos extranjeros más vulnerables y las diferencias intranacionales en cuanto a la afiliación extranjera por comunidades autónomas. Finalmente, se recogen las principales implicaciones sobre la política económica del fenómeno inmigratorio. Estas se dividen en tres tipos: sobre el crecimiento económico y la productividad, sobre la política laboral y sobre las propias políticas de inmigración. El trabajo finaliza con un breve apartado que recoge las principales conclusiones.

2. INMIGRACIÓN Y MERCADO DE TRABAJO: UNA REVISIÓN DE LA LITERATURA ECONÓMICA RECIENTE Las características laborales generales de la inmigración en España se pueden resumir en los siguientes rasgos o «hechos estilizados»1: 1) se trata de una población joven que se concentra en los grupos de edad más activos y reproductivos; 2) los inmigrantes son laboralmente más activos que la población de origen autóctono, con una tasa de actividad alrededor de veinte puntos superiores a la de los españoles(en IIIT 2008, las tasas son del 57,67% para la población española de más de 16 años y del 76,36% para la población extranjera); 3) los inmigrantes tienen, asimismo, una tasa de empleo más alta que la de la población autóctona en relación con la po-

1 El listado está inspirado en los trabajos de CACHÓN, L. (2004: 55-56) y SÁNCHEZ, A. y CANO, E. (2005 : 188-194). Véase también, en este mismo sentido, el reciente trabajo de SÁNCHEZ, A. e YBARRA, J. A. (2006). Una manera sencilla de definir los «hechos estilizados» de Kaldor es la de referirse a ellos como generalizaciones amplias que son ciertas en su esencia, aunque no siempre en sus detalles.

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blación en edad de trabajar: en el IIIT 2008, las tasas son del 51,91% para la población española mayor de 16 años y del 63,04% para la población extranjera2; 4) la tasa de desempleo en relación a la población activa es más elevada en los inmigrantes que entre los autóctonos (en IIIT 2008, 10,20% para los españoles de más de 16 años y 17,45% para los extranjeros)3; 5) el empleo de la población inmigrante se concentra en mayor medida que el de los españoles en determinadas ramas de actividad, como la construcción, hostelería, comercio, agricultura y servicio doméstico, observándose una presencia más reducida en otro tipo de industrias y de servicios; 6) se produce una concentración de los trabajadores inmigrantes en actividades intensivas de mano de obra, caracterizadas por los bajos salarios y condiciones de trabajo degradadas y de escaso prestigio social4; 7) buena parte de la ocupación de los extranjeros se lleva a cabo en empleos calificables con las tres «p»: «penosos», «peligrosos» y «precarios»; 8) la ocupación de los inmigrantes está caracterizada en mayor medida que la

No obstante, hay que tener en cuenta que esta tasa ha caído 3,63 puntos desde el primer trimestre de 2007. 3 Además, el desempleo aumenta más rápidamente en la población extranjera. En el IT2007, la tasa de desempleo española era de 7,8% y de 12,61% para los extranjeros. Es decir, desde el primer trimestre de 2007, la tasa de desempleo de los españoles ha aumentado 2,4 puntos y la de los extranjeros lo ha hecho en 4,84 puntos. 4 Según el informe de la Oficina Económica del Presidente (2006:17), la tasa de temporalidad de los inmigrantes es del 61,4% y los sueldos que reciben son aproximadamente un 30% más bajos que la media de los trabajadores nacionales. 2

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de los nacionales por dos características: 1) la condición de asalariados y 2) el carácter temporal de la relación laboral; 9) los trabajadores extranjeros sufren procesos de discriminación que en parte se relacionan con sus condiciones personales (nacionalidad, sexo, edad, nivel de estudios, etc.), y parte con las características de los puestos de trabajo que ocupan (tipos de empresas, características contractuales, sectores productivos, etc.); 10) mayor precariedad, es decir, concentración de los inmigrantes en puestos de trabajo con condiciones laborales negativas y en sectores muy inestables5, 11) existe entre la ocupación extranjera un nivel de sobrecualificación en relación con los puestos que ocupan que es más elevado que el observado entre la población española6 y 12) los trabajadores extranjeros «indocumentados» están abocados a trabajar en la «economía sumergida» y disponen de menos posibilidades que los nacionales para salir de esta situación.

5 Alta precariedad de los puestos de trabajos desempeñados en lo que se denomina «mercados de trabajo secundarios» (baja cualificación, alta temporalidad y estacionalidad, bajos salarios, deficientes condiciones de trabajo y escasa protección sindical). Véase FERNÁNDEZ, C. y ORTEGA, C. (2007). En ese trabajo se demuestra que el mercado de trabajo español está consiguiendo absorber los flujos de inmigración por lo menos hasta 2007 , pero a costa de emplearlos en trabajos temporales para los que están sobrecualificados. 6 Los inmigrantes que recibe España (incluso si proceden de fuera de la UE) están en promedio más formados que la propia población española; lo que se debe, sobre todo, a que entre la población extranjera es mucho más reducido que en la nacional el peso de los tramos de edad por encima de los cincuenta años. En efecto, el 72,2% de los inmigrantes no-UE tiene estudios secundarios y superiores, mientras que esto ocurre solamente con el 66,5% de los españoles (Oficina Económica del Presidente, 2006: 16-17).

Estas características del mercado laboral dan como resultado que los inmigrantes sufran tasas de pobreza severa y moderada más alta que los trabajadores nativos en España y que, en buena medida, los hogares de los inmigrantes se concentren en las primeras decilas de la distribución de la renta en España7, convirtiéndose en factores acumulativos de exclusión social (Tezanos, J. F. y Tezanos, S., 2006: 33). En el presente apartado, nuestro interés se centra en entender qué tipo de efectos tiene la inmigración sobre el comportamiento del mercado laboral para los trabadores nativos. Existe una amplia literatura que analiza el efecto de la inmigración sobre el mercado de trabajo del país de destino8. Para ello, analizaremos a continuación los cinco ámbitos más importantes de esta relación9 : 1) la creación de empleo; 2) las tasas de actividad; 3) los salarios y/o la dispersión salarial de los trabajadores nativos;

7 Para un análisis de la incidencia de la pobreza entre los inmigrantes en España es muy útil consultar el trabajo de MUÑOZ DE BUSTILLO y ANTÓN (2006). Los autores demuestran que los inmigrantes se encuentran en la parte baja de la distribución de la renta y, por tanto, tienen un mayor riesgo de caer en una situación de pobreza. Además, las transferencias sociales no parecen que reduzcan sustancialmente esta situación entre la población inmigrante (al contrario de lo que ocurre con la población nativa). Sin embargo, cuando se compara la renta de los inmigrantes con la que tendrían en sus países de origen la situación de los inmigrantes en España mejora, sustancialmente, en términos de renta y de tasas de pobreza. 8 Un repaso de la teoría económica sobre el tema se puede encontrar en CARRASCO, R. (2003), DOLADO, J. J. (2002), JIMENO, J. F. (2004 a), JIMENO, J. F. (2004 b) e IZQUIERDO, M. y JIMENO, J. F. (2005). 9 Por supuesto, nos centramos en la economía española. Para un análisis de la relación entre la inmigración, el cambio demográfico y el mercado de trabajo desde una perspectiva europea puede consultarse JIMENO, J. F. (2004 b ).

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4) las oportunidades de empleo y/o desempleo de los trabajadores nativos y 5) la movilidad geográfica y ocupacional.

2.1. Inmigración y creación de empleo El primer efecto parece claro. El incremento de la inmigración supone una «importación» de cohortes en edad de trabajar y, por tanto, un aumento de la oferta de trabajo disponible en la economía (León, B., 2004). Por consiguiente, el rápido incremento de los inmigrantes, con tasas de actividad altas y con tasas de desempleo relativamente bajas, ha contribuido a proporcionar la oferta de trabajo necesaria para equilibrar el tirón de la oferta de empleo en los últimos años en España (Cuadrado Roura, J. R., Iglesias, C. y Llorente, R., 2007). Por otro lado, la inmigración incentiva la creación de nuevos puestos de trabajo que no se ocuparían por la oferta de trabajo disponible de la población nativa (Jimeno, 2004 a). Por tanto, en España el fuerte aumento de la inmigración ha sido compatible con el descenso de la tasa de paro. Es decir, la inmigración no ha creado desempleo, sino que ha contribuido a crear nuevo empleo neto. Según la Oficina Económica del Presidente «de los 2,63 millones de puestos de trabajo creados entre 2001 y 2005, 1,32 millones fueron ocupados por inmigrantes, lo que supone más de la mitad de los nuevos empleos» (Oficina Económica del Presidente, 2006:14)10. De la misma manera, se comprueba que entre el primer trimestre de 2005 y el tercer trimestre de 2008, la economía española ha creado un total de 1.853.6 miles de empleos netos, de los

10 Véanse estos mismos resultados en el informe de La Caixa (2006 a: 121), que también señala que más del 50% de la nueva ocupación de los últimos años ha sido absorbida por la inmigración.

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cuales el 49,05% corresponden a trabajadores españoles, y el restante 50,95%% a trabajadores extranjeros (EPA, 2008).

2.2. Inmigración y tasas de actividad La inmigración tiene un doble efecto sobre las tasas de actividad: un efecto directo, ya que la tasa de actividad de los inmigrantes es mayor que la de los nativos; y un efecto indirecto, ya que la inmigración estimula la mayor participación de los nativos en el mercado laboral. En España, en el tercer trimestre del año 2008, la tasa de actividad de los inmigrantes es 18,69 puntos porcentuales superior a la de los nativos (76,36% frente al 57,67%). Esta alta participación en el mercado de trabajo amortigua, en parte, la mayor situación de precariedad (bajos salarios y mayores tasas de pobreza severa y moderada) que sufre la población inmigrante en España (Muñoz de Bustillo, R. y Antón, J. I., 2006). Paralelamente, la inmigración tiene un claro efecto positivo sobre las tasas de actividad de las personas nativas debido a la mayor presencia de empleados/as del hogar. Por ejemplo, esto favorece el aumento de la tasa de actividad femenina nativa11. Así, entre el primer trimestre de 2005 y el tercer trimestre de 2008, la tasa de actividad de los varones españoles ha crecido ligeramente (66,79% en 2005, frente a 67,54% en 2008), mientras que la de las mujeres española ha subido en casi cuatro puntos, desde el 44,07% en 2005 al 47,80% de 2008 (EPA, 2008).De ahí que se

11 No obstante, en el reciente trabajo de MORENO, G., CEBRIÁN, I., IGLESIAS, C. y LLORENTE, R. (2007), se llega a la conclusión de que las mujeres inmigrantes reducen sólo moderadamente las tasas de actividad, empleo y ocupación de la población nacional. Además, que las mujeres inmigrantes no se relacionan con toda la población nacional sino que la competencia se dirige, fundamentalmente, al colectivo femenino y poco cualificado.

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concluya que «las estimaciones realizadas sugieren que, por cada punto porcentual de aumento de la tasa de inmigración, la tasa de actividad de los cónyuges aumenta en 0,6 puntos porcentuales. De forma más concreta, más de un tercio de los 12 puntos porcentuales que ha aumentado la tasa de actividad femenina nativa en la última década está ligado al fenómeno de la inmigración, elevándose este porcentaje hasta el 50% en los últimos 5 años» (Oficina Económica del Presidente, 2006: 28). Esta misma conclusión se obtiene también en el trabajo, anteriormente citado de La Caixa (2006a: 119), cuando se señala que «el diferencial de crecimiento per cápita entre España y la mayoría de los países europeos puede explicarse, en una buena parte, por las diferentes trayectorias demográficas, que como se ha señalado en el trabajo, son de magnitud relevante. Así, el crecimiento diferencial de España se explica de forma significativa por el rápido crecimiento de su población activa, gracias, sobre todo, a dos factores: la inmigración y el ingreso masivo de la mujer al mercado de trabajo».

2.3. Inmigración y dispersión y/o nivel salarial En España, los salarios de los trabajadores inmigrantes por cuenta ajena afiliados a la Seguridad Social resultan ser en 2005 un 21% inferiores a los de los españoles12. Sin embargo, el efecto relevante es la influencia de una mayor oferta de mano de obra disponible sobre los salarios de los trabajadores nativos. Para Jimeno (2004 a), un incremen-

12 La Encuesta de Estructura Salarial de 2002 (INE, 2004) señalaba un salario extranjero medio inferior en un 30% al de los españoles para 2002, dato condicionado porque en la muestra de la Encuesta solo un 2,9% era población extranjera. Una diferencia del 21% ha sido establecida en las Encuestas Anuales de Estructura Salarial de 2004 y 2005 (INE, 2006 y 2007).

to de la oferta de trabajo, a corto plazo, puede reducir los salarios y la tasa de empleo de los trabajadores nativos, pero a largo plazo desaparecería tal efecto a medida que la demanda de trabajo aumenta en respuesta al aumento de la población. El argumento intuitivo es que la inmigración puede afectar negativamente a los salarios reales, especialmente, de los trabajadores más precarios, menos cualificados y peor posicionados en la estructura ocupacional y, por tanto, contribuiría a aumentar los beneficios empresariales de aquéllos sectores económicos que emplean a los trabajadores inmigrantes. Sin embargo, la literatura económica internacional resalta que existe una relación muy débil entre la inmigración y los salarios de los trabajadores nativos13. También puede ocurrir que la inmigración reduzca los salarios de los trabajadores nacionales que pertenezcan al mismo grupo que los trabajadores inmigrantes, pero que aumenten el salario de otros grupos de trabajadores. Para el caso español, la conclusión parece ser la misma: la inmigración no repercute en los salarios de los trabajadores nativos y tampoco existen diferencias salariales derivadas de un tratamiento desigual entre inmigrantes y españoles (Carrasco, R. y Ortega, C., 2005: 28). 2.4. Inmigración y oportunidades de empleo y/o desempleo de los trabajadores nativos Con respecto al efecto sobre las oportunidades de empleo, Carrasco y Ortega (2005: 25) concluyen que «los resultados indican que las oportunidades de empleo de los tra-

13 Así, por ejemplo, BORJAS (2003) estima para EEUU que un aumento del 10% de los inmigrantes tiene el efecto débil de disminuir un 1% de los salarios de los trabajadores nativos. También, para el caso de Gran Bretaña puede consultarse La Caixa (2006 b).

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CUADRO 1. RELACIONES DE COMPLEMENTARIEDAD Y/O SUSTITUCIÓN ENTRE FACTORES PRODUCTIVOS NACIONALES Y EXTRANJEROS

Fuente: La Caixa (2006 b: 51).

bajadores nacionales no se ven afectadas de forma significativa por la inmigración. Sólo cuando consideran a los inmigrantes con permiso de trabajo y definen las tasas de empleo para los diferentes sectores de actividad, se encuentra un efecto negativo de la inmigración en las tasas de empleo de los trabajadores nacionales». En este mismo sentido, Carrasco, Jimeno y Ortega (2006) demuestran que no hay un significativo efecto de la inmigración sobre las tasas de empleo y los salarios de los trabajadores nativos14. De la misma opinión es Muñoz de Bustillo (2002: 60) cuando concluye que «el impacto global de los inmigrantes sobre el mercado de trabajo es en términos generales débil, afectando sin embargo a los distintos colectivos de trabajadores de forma desigual, perjudicando a los colectivos con cualificaciones similares a los inmigrantes y beneficiando a los empresarios y los consumidores de los bienes y servicios producidos por éstos (trabajadores cualificados en su mayor parte)». Estos resultados parecen confirmarse en

14 Los autores concluyen que la elasticidad estimada entre ambas variables se encuentra en torno a -0,17, cuando consideran sólo a los inmigrantes legales, y no es significativa cuando consideran tanto a los inmigrantes legales como a los irregulares. Véanse resultados similares en CARRASCO, R., JIMENO, J. F. y ORTEGA, A. C. (2004).

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otros trabajos que incluyen países diferentes a España (Longhi, S., Nijkamp, P. y Poot, J., 2005). En realidad, la explicación de estos resultados parece sencilla: el efecto de la inmigración sobre el empleo y los salarios de los nativos depende del grado de complementariedad o sustitución que exista entre las cualificaciones de ambos colectivos (Dolado, J. J., 2002)15. En el Cuadro 1 se establecen este tipo de relaciones entre los trabajadores nacionales y los extranjeros. Parece que para el caso español y, sobre todo, en el caso de las mujeres, existe un alto grado de complementariedad entre los trabajadores nativos y los trabajadores inmigrantes (La Caixa, 2006 b: 13). 2.5. Inmigración, flexibilidad y movilidad geográfica y ocupacional En este trabajo no vamos a entrar en el análisis de los factores explicativos que están detrás de los movimientos migratorios internacionales en el caso español16. Analizare-

15 ARANGO (2004: 41) añade uno más y sugiere tres tipos de efectos: de complementariedad, de sustitución y efecto adición. 16 Véase el trabajo de MÁRQUEZ, L., ROCHINA, M. E. y ANTUÑANO, I. (2004). Según los autores, un aumento

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mos los efectos sobre la mayor flexibilidad interna de la economía. En ese sentido, uno de los efectos más positivos que tiene la inmigración sobre el mercado de trabajo del país receptor es que aumenta la movilidad geográfica y ocupacional, ya que los trabajadores inmigrantes se dirigen hacia lugares y sectores con mayor desajuste entre la demanda y la oferta de trabajo (Jimeno, 2004 a) y a regiones con mayores tasas de creación de empleo. Por tanto, la inmigración introduce una mayor flexibilidad y movilidad en el mercado laboral y reduce el desajuste («mismatch») entre vacantes y oferta de trabajo. Lo cierto es que la población inmigrante no nacional demuestra tener una propensión a la movilidad muy elevada, lo cual provoca un significativo crecimiento de la movilidad interior (Ródenas, C. y Martí, M., 2006: 52). Uno de los fenómenos corrientes resultado de los flujos migratorios es el fenómeno de la «remigración». Como se concluye en el trabajo Ródenas y Martí (2006 : 58), «el cruce de más personas con una propensión a la movilidad los extranjeros con más movimientos por migrante tanto entre los españoles como entre los extranjeros , ha dado como resultado el impresionante crecimiento de las tasa migratoria interior que se viene experimentando a lo largo de los últimos años». La mayor movilidad geográfica y ocupacional, así como la contribución de la inmigración a una mayor flexibilidad salarial, favorece la reducción del desempleo estructural. Según la Oficina Económica del Presidente (2006: 29), la inmigración ha disminuido el

del PIB per cápita del país de origen y la mayor distancia física con España disminuyen la inmigración. Un mayor desempleo en el país de origen, un mayor stock previo de inmigrantes de la misma nacionalidad, compartir el español como idioma oficial, una mayor población en España y las normas de regularización de inmigrantes, explican un mayor número de llegadas de inmigrantes.

grado de desajuste entre la demanda y la oferta de trabajo y, por tanto, ha contribuido a reducir la tasa de desempleo estructural en casi 2 puntos porcentuales en la última década.

3. INMIGRACIÓN Y SEGURIDAD SOCIAL: EVOLUCIÓN COMPARADA DE LAS POBLACIONES EXTRANJERA Y ESPAÑOLA AFILIADAS A LA SEGURIDAD SOCIAL EN ESPAÑA 3.1. Tasas de afiliación Más allá del análisis descriptivo acerca del numero de personas afiliadas al sistema de Seguridad Social y su evolución en el tiempo, interesa aquí, en primer lugar, relacionar la población afiliada con la población empadronada, tanto para la población extranjera como nacional. Las tasas de afiliación calculadas dependerán, como es lógico, tanto del numerador (población afiliada) como del denominador (población empadronada), siendo ambos componentes el resultado administrativo de dos procesos distintos, uno más directamente vinculado a la evolución del mercado regular de trabajo, y el otro a la evolución efectiva de los flujos de inmigración, cuya medición a través del Padrón no cuestionaremos. En esta sección se relaciona la afiliación media anual de los años 2002 a 2007 y la afiliación del mes de septiembre de 2008, con los datos del padrón a 1 de enero de cada año, estimando mediante extrapolación simple los datos del Padrón a 1 de septiembre de 2008. Puede comprobarse que la tasa de afiliación de la población extranjera se situaba hasta el año 2005 varios puntos por bajo de la tasa de afiliación de la población de nacionalidad española, y que la distancia entre ambas tasas aumentaba con el tiempo, debido, sobre todo, a la progresiva mejora de la tasa de afiliación de la población española (véase Cuadro 2). La distancia creciente en-

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CUADRO 2. POBLACIÓN AFILIADA, POBLACIÓN EMPADRONADA Y TASAS DE AFILIACIÓN A LA SEGURIDAD SOCIAL. 2002-2008

Fuente: Ministerio de Trabajo y Asuntos Sociales e INE..

tre la población extranjera empadronada y la población extranjera con acceso al sistema de Seguridad Social y, por tanto, al mercado de trabajo más regular, era un indicador claro de enquistamiento entre la población extranjera del trabajo irregular y fue la causa principal del proceso de normalización laboral de trabajadores extranjeros del año 2005. Los efectos de este proceso son claramente visibles, pues en 2006 se produce ya una tasa de afiliación extranjera que supera a la media de la población española, proceso incluso más intenso en 2007, que se ve abruptamente reinvertido a lo largo de 2008, a medida que se ralentiza la actividad económica española y mundial. Por otro lado, el hecho de que entre 2005 y 2007 mejoren simultáneamente las tasas de afiliación de ambos tipos de población indica que se trata de poblaciones globalmente complementarias desde el punto de vista laboral, al menos en el período considerado; lo que se confirma con el retroceso mucho mayor de la tasa de afiliación extranjera respecto de la española, a lo largo de 2008.

3.2. Regímenes de afiliación El análisis de la afiliación extranjera y española a la Seguridad Social por regímenes

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de afiliación es bastante simple, dada la gran primacía del régimen general en el sistema español de Seguridad Social y el carácter secundario que tienen los regímenes especiales, con la excepción del régimen de autónomos. En el Cuadro 3 se muestran estos datos. Para septiembre de 2008, las diferencias relativas más importantes en la distribución interna de la afiliación se producen en el régimen de empleados del hogar y en el régimen especial agrario de la Seguridad Social (en particular por cuenta ajena), a favor en ambos casos de la población extranjera, y en el régimen general y el régimen de autónomos, a favor de la población española. No obstante, si viésemos la tendencia de la afiliación con una perspectiva más larga de tiempo comprobaríamos que el empleo de los trabajadores extranjeros empieza a extenderse hacia actividades industriales y otras actividades de servicios, a partir de los tradicionales núcleos de la hostelería y el servicio doméstico (que crecen a un ritmo inferior al del conjunto de la población inmigrante). Como señala Ortega (2005: 7), entre 2000 y 2004, «ha aumentado la importancia del Régimen General, mientras ha

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CUADRO 3. DISTRIBUCIÓN POR REGÍMENES DE LA AFILIACIÓN EXTRANJERA Y ESPAÑOLA A LA SEGURIDAD SOOCIAL. SEPTIEMBRE 2008

Fuente: Ministerio de Trabajo y Asuntos Sociales.

disminuido la de los regímenes agrario, de trabajadores autónomos y de Empleados del Hogar. Por tanto, la evidencia señala una expansión del empleo de los trabajadores extranjeros más allá de los tradicionales núcleos de la agricultura y el servicio doméstico». Un indicador de las diferencias en la afiliación por regímenes es el derivado de recalcular la distribución de la población afiliada extranjera utilizando para ello las ponderaciones por regímenes de la población española. Se visualiza así un plus de más de 152.000 afiliados extranjeros en el régimen de empleados del hogar y de unas 125.000 afiliaciones extranjeras en el régimen especial agrario; compensados por una deficiencia relativa de unas 151.000 afiliaciones extranjeras en trabajadores autónomos, y de unas 124.000 afiliaciones extranjeras en el régimen general; resultando el resto de regímenes prácticamente irrelevante. En el futuro, la tendencia al equilibrio entre ambos tipos de distribución pasa por una reducción de la afiliación en empleados del hogar y un aumento en autónomos, aunque ello no será un proceso directo sino indirecto, con altas y bajas numerosas en los regímenes intermedios.

3.3. Los colectivos extranjeros más vulnerables La situación de los colectivos extranjeros más vulnerables en cuanto a su afiliación a la Seguridad Social en España se analiza en este trabajo desde una triple perspectiva: a) las nacionalidades extranjeras que muestran menores tasas de afiliación respecto de la población empadronada de la misma nacionalidad, b) las ramas de actividad que se muestran menos abiertas a la afiliación de personas extranjeras y c) las cualificaciones profesionales en las que resulta más difícil abrirse paso a la afiliación extranjera.

3.3.1. Colectivos extranjeros más vulnerables por nacionalidad El Cuadro 4 presenta las tasas de afiliación17 a la Seguridad Social de las distintas nacionalidades de la Unión Europea y de los países extracomunitarios presentes en Es-

17 Calculadas como (Población afiliada/ Población empadronada) x 100. Hay que recordar que una persona puede estar afiliada en más de un régimen de afiliación.

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CUADRO 4. TASA DE AFILIACIÓN A LA SEGURIDAD SOCIAL, POR PAÍSES DE NACIONALIDAD. 2002-2008

Nota: De 2002 a 2007 los datos de afiliación se refieren a la media anual mientras que los de empadronamiento lo hacen a 1 de enero del año corriente. Para 2008 se ha estimado la población empadronada al mes de septiembre, el mismo al que aluden los datos de afiliación de este año. Pese a que Polonia, Bulgaria y Rumania aparecen en la tabla como países no comunitarios, desde mayo de 2004 y enero de 2007 forman parte de UE. Fuente: Ministerio de Trabajo y Asuntos Sociales e INE

paña; optándose por ceñirnos a aquellas nacionalidades para las que existe información homogénea oficial para todo el período considerado. Como cabía esperar, las tasas de afiliación de las nacionalidades comunitarias son en general, notablemente más bajas que las de la población española, por tratarse en un buen porcentaje de personas de mayor edad media y de menor tasa de actividad. Las únicas excepciones que subsisten en 2008 son las relativas a Portugal y Polonia, que pese a ello experimentan intensas caída de su tasa de afiliación en 2008.

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Entre la afiliación no comunitaria, la baja tasa de Suiza se explica, obviamente, por el mayor carácter residencial de la población de este país en España. Destacan las elevadas tasas de afiliación de los nacionales de Perú, Ecuador, Colombia y Ucrania, debidas a la elevada juventud media de sus empadronados en España y a su aprovechamiento del proceso de normalización laboral de 2005. 3.3.2. Colectivos extranjeros más vulnerables por ramas de actividad El análisis de las ramas de la producción más vulnerables para la afiliación extranjera

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se circunscribe al régimen general y de minería del carbón, que son los únicos que publican estadísticas desagregadas por ramas y por nacionalidad de la afiliación. Para ello se elaboran unos sencillos índices de intensidad sectorial comparada de la afiliación extranjera, del siguiente modo: IEXi,t = (AEXi,t/AEXt)/(ATi,t/ATt) siendo IEXi,t el valor del índice de intensidad sectorial comparada de la afiliación extranjera en la rama i; AEXi,t la afiliación extranjera en la rama i en el ejercicio t; AEXt la afiliación extranjera total en el ejercicio t; ATi,t la afiliación total en la rama i en el ejercicio t, y ATt la afiliación total en el ejercicio t. Cuando el valor de los índices IEXi,t es menor que uno, la afiliación extranjera a la rama i es proporcionalmente inferior a la afiliación total, mientras que lo contrario sucede cuando es superior a la unidad. En el caso extremo de IEXi,t = 0, la afiliación extranjera en el sector sería inexistente. Se comprueba que solo en diez de las cuarenta y cinco ramas consideradas es el valor de IEXi,2007 superior a la unidad; y de esas diez, en varias de ellas se supera por muy poco la unidad (véase el Cuadro 5). Ello ilustra la elevada concentración relativa de la afiliación extranjera en unas pocas ramas productivas, precisamente las que menor cualificación media requieren. Los indicadores IEXi>1 muestran en general un proceso de disminución, esto es, de convergencia de la afiliación extranjera con la afiliación total, en las ramas con mayor intensidad inicial (en particular en agricultura y en hostelería), si bien la alta intensidad relativa de la construcción se ha incrementado en el período y la afiliación extranjera ha progresado notablemente en la rama del transporte terrestre. Por el contrario, la afiliación extranjera relativa es particularmente baja en 2008 en

las administraciones públicas, las principales ramas de los servicios sociales (educación, sanidad), las instituciones financieras y de seguros, el sector energético y algunas industrias como la del automóvil. Se configura así un mercado primario de trabajo altamente resistente a la penetración laboral extranjera, pues en él los índices IEXi no mejoran, en general, a lo largo del tiempo, y por el contrario retroceden en algunos casos, particulamente en la rama de educación. 3.3.3. Colectivos extranjeros más vulnerables por cualificaciones profesionales Con la misma metodología utilizada hasta aquí podemos analizar los índices de cualificación profesional comparada de la afiliación extranjera a la Seguridad Social en España, por grupos de cotización. Entre las limitaciones de este tipo de enfoque podemos destacar que no siempre coinciden los grupos de cotización a la Seguridad Social con las tareas realmente asignadas al personal; que ese potencial desfase es plausiblemente superior en el caso de la afiliación extranjera; y que dentro de cada grupo de cotización coexisten situaciones personales muy diversas en cuanto a antigüedad en la empresa, antigüedad de la afiliación, edad, sexo, etc., en las que no entraremos aquí. El Cuadro 6 muestra que la situación en 2008 es bastante clara. La afiliación extranjera es relativamente más intensa que la afiliación total en los grupos de cotización de menor cualificación y más asociados a las actividades industriales y esta intensidad crece en el tiempo cuando se toma como referencia de partida la del año 2000. Por el contrario, los índices de especialización extranjera en los grupos de cualificación más elevados y de servicios son bajos y se encuentran, además, en retroceso entre 2000 y 2008 (con la única salvedad del grupo de subalternos, lo cual no constituye precisamente una excepción a la regla).

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* Septiembre de 2008. Fuente: Ministerio de Trabajo y Asuntos Sociales.

CUADRO 5. ÍNDICE DE INTENSIDAD TECNOLÓGICA SECTORIAL COMPARADA DE LA AFILIACIÓN EXTRANJERA A LA SS. REGIMEN GENERAL Y MINERÍA DEL CARBÓN. 2000-2008*

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* Septiembre de 2008. Nota: en el caso de la población total se ha tomado la población afiliada en Régimen General y del Carbón. Fuente: Ministerio de Trabajo y Asuntos Sociales.

CUADRO 6. ÍNDICE DE CUALIFICACIÓN PROFESIONAL COMPARADA DE LA AFILIACIÓN EXTRANJERA A LA SEGURIDAD SOCIAL EN EL RÉGIMEN GENERAL EN ESPAÑA. 2000-2008*

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3.4. Las diferencias intranacionales en la afiliación extranjera a la Seguridad Social Las diferencias intranacionales en la afiliación extranjera las podemos analizar mediante el estudio de la intensidad relativa de la afiliación extranjera total por comunidades autónomas, para el período 2000-2008, y del mismo tipo de índices pero aplicados esta vez a la afiliación por cuenta propia por comunidades autónomas, para el período 20032008 en el que tal desagregación resulta posible. En términos de afiliación extranjera total (Cuadro 7), los índices de especialización extranjera más elevados en 2008, sin conside-

rar el caso especial de Melilla, se producen en Baleares, Murcia, Madrid, Cataluña y Canarias, con una tendencia a su retroceso que es más acusada en el caso de Canarias y Baleares. Comunidades autónomas como Aragón, Castilla la Mancha, la Comunidad Valenciana y La Rioja son las que ven subir notablemente los índices de afiliación extranjera, que superan ya en ellas la unidad. Por el contrario, las comunidades autónomas relativamente más pobres, como Extremadura y Andalucía, tienen índices bajos y en descenso, lo que indica que su atractivo es reducido y cada vez menor para la población extranjera en comparación con una población nacional más adaptada a las características de su región.

CUADRO 7. ÍNDICE DE INTENSIDAD AUTONÓMICA DE LA AFILIACIÓN EXTRANJERA TOTAL A LA SEGURIDAD SOCIAL. 2000-2008*

* Septiembre de 2008. Fuente: Ministerio de Trabajo y Asuntos Sociales.

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CUADRO 8. ÍNDICE DE INTENSIDAD AUTONÓMICA DE LA AFILIACIÓN EXTRANJERA POR CUENTA PROPIA A LA SEGURIDAD SOCIAL. 2003-2007

Fuente: Ministerio de Trabajo y Asuntos Sociales.

En las regiones de la cornisa cantábrica, la afiliación relativa extranjera es muy baja y se encuentra estancada desde el punto de vista temporal. Cuando se analiza en particular la distribución por comunidades autónomas de la afiliación a la Seguridad Social en los distintos regímenes que configuran la afiliación por cuenta propia, destaca el hecho de que las Comunidades con índices más elevados (Baleares, Canarias y Madrid) ven reducir su valor entre los años considerados. Es decir, en ellas crece proporcionalmente más el trabajo por cuenta propia total que el de los extranjeros (Cuadro 8). Sin embargo, encontramos un grupo de cinco Comunidades (Aragón, Cataluña, la Comunidad Valenciana, Murcia y la

Rioja) en el que el valor de su índice de especialización en este tipo de afiliación sube considerablemente en este breve periodo de tiempo, indicando que el fenómeno inmigratorio está generando en ellas proporcionalmente más áreas de negocio entre la población extranjera que entre la total.

4. IMPLICACIONES DEL FENÓMENO INMIGRATORIO PARA LA POLÍTICA ECONÓMICA ESPAÑOLA 4.1. Implicaciones para el crecimiento económico y la productividad Pocos autores cuestionan que la inmigración tiene un impacto claramente positivo so-

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bre el crecimiento económico del país receptor18. Jimeno (2004 a) descompone la relación entre inmigración y crecimiento económico en tres tipos de componentes: 1) la corrección del proceso de envejecimiento de la población; 2) el aumento de la productividad y 3) la mayor creación de empleo. En el caso de nuestro país, muchos son los autores que han relacionado el crecimiento económico con la inmigración y han llegado a la conclusión que sin la inmigración difícilmente podrían haberse alcanzado las tasas de crecimiento económico en torno al 3% del PIB en estos últimos años (Aranda, J., 2003; Carrau, J. M., 2004; Melguizo, A. y Sebastián, M., 2004)19. Según el estudio de la Oficina Económica de Presidencia del Gobierno (2006: 27), más de un punto porcentual del crecimiento medio anual se puede asignar a la inmigración. Es decir, el 30% del crecimiento del PIB español de la última década caber ser asignado al proceso de inmigración y este porcentaje se eleva hasta el 50% si el análisis se limita a los últimos cinco años. Al descomponer este efecto sobre el PIB en la contribución del crecimiento de la población y la del avance de la renta per capita, aproximadamente, dos tercios del impacto de la inmigración se

Véase BORJAS, G. (1994) y BORJAS, G. (1995). Es evidente que, aunque existen claras ganancias en términos de una mayor renta per cápita o un mayor crecimiento económico, existen también efectos redistributivos que no son neutrales. Como ha apuntado acertadamente DOLADO (2003: 7), «de ahí el problema de la inmigración: hay problemas distributivos. El país gana, con lo cual tenemos capacidad para diseñar sistemas de impuestos y subsidios, de manera que los que ganan compensen a los que pierden, pero al final todo el mundo gana algo». No obstante, los efectos redistributivos de la inmigración y del crecimiento económico son un problema que escapa al alcance del presente trabajo.

deben a su contribución a la población y un tercio al impacto positivo sobre la renta per capita. La inmigración ha tenido un impacto positivo sobre la renta per capita, tanto a través del porcentaje de población en edad de trabajar como sobre la tasa de empleo de la economía en la última década. Según el estudio, «la inmigración habría tenido un impacto neto positivo sobre la renta per capita de 0,3 puntos en promedio anual en el periodo 1996-2005, que ascendería a 0,4 puntos en cada uno de los últimos cinco años» (Oficina Económica del Presidente, 2006 : 27). Según otro estudio, la renta per capita española hubiera disminuido un 0,64% anualmente entre 1995 y 2005 sin la aportación de la mano de obra extranjera. Los inmigrantes evitaron esta caída y fueron decisivos para que la riqueza por habitante aumentara un 2,6% anual en ese periodo (La Caixa, 2006 a: 118)20. Una de las razones de esta relación positiva entre la inmigración y el crecimiento económico es el impulso de la demanda de bienes y servicios que permite la población inmigrante. Como señala el informe anteriormente señalado, «probablemente no sería excesivo postular que cerca del 50% del aumento del consumo y aproximadamente un tercio del crecimiento de la demanda de viviendas está vinculada, directa o indirectamente, a la entrada de inmigrantes» (La Caixa, 2006 a: 123).

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Otra de las razones de esta relación positiva es el efecto positivo sobre la población total. Según el informe de La Caixa (2006 a: 111), más del 140% del crecimiento del PIB per cápita español entre 1995 y 2005 se debe

20 Este efecto también se comprueba para el conjunto de países europeos. Según el citado estudio de La Caixa, la UE-15 hubiera reducido un 0,23% su renta per capita sin la inmigración y gracias a ella aumentó el PIB por habitante un 1,79%.

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al aumento de la población, frente al 48% de la UE-15 (sin España). La conexión entre demografía y crecimiento económico es evidente. La caída de la natalidad y el proceso de envejecimiento de la población reducen el ritmo de acumulación de capital humano agregado y, por tanto, el crecimiento económico. La corrección del proceso de envejecimiento de la población parece, pues, clave para entender la conexión entre el crecimiento económico y la inmigración. Tal y como apuntan López y Ridruejo (2001 : 23), «el aumento en el contingente de inmigrantes que en cada periodo de tiempo pueden entrar a trabajar en la economía nacional reduce la pérdida de capital humano agregado por el efecto solapamiento de cohortes, convirtiéndose así en un instrumento de sostenimiento del ritmo de crecimiento económico, instrumento que será tanto más efectivo cuanto mayor sea el grado de integración que la sociedad de acogida otorgue a este colectivo». Por otro lado, según la mayoría de los estudios, la relación entre la inmigración y la productividad no es clara ni concluyente. Para Jimeno (2004 a) existe una relación positiva entre la inmigración y la productividad por dos razones: se produce un incremento de la productividad de los trabajadores de alta cualificación y los trabajadores inmigrantes adquieren nuevos conocimientos y cualificaciones profesionales que permiten aumentar la productividad. Sin embargo, autores como Melguizo y Sebastián (2004: 29 y 30) creen que, si bien, los efectos positivos sobre el crecimiento potencial de la economía española y sobre la creación de empleo están claramente demostrados, el efecto de la inmigración sobre la productividad aparente del trabajo es mucho más ambiguo e indeterminado. La explicación que dan los autores es la siguiente. Por un lado, los niveles de estudios de los inmigrantes son altos, con lo cual acumulan un capital humano necesario para aumentar la

productividad 21. Sin embargo, por otro, existen algunos factores que reducen la utilización de progreso técnico y disminuyen la productividad total de los factores, como son las barreras lingüísticas, los procesos de adaptación a las instituciones laborales, la concentración en sectores en los que los trabajadores inmigrantes están «sobre-educados» y la concentración del empleo en sectores económicos de baja productividad, bajo valor añadido, escasa innovación y alta temporalidad (Melguizo, A. y Sebastián, M., 2004: 30). En el informe de la Oficina Económica del Presidente (2006: 25), se estima que el proceso de inmigración tiene un efecto negativo sobre la productividad del trabajo al reducir la intensidad del capital. Como concluye el informe, «la tasa de inmigración tiene un impacto negativo sobre el crecimiento de los salarios, lo cual incide en que la relación capital-trabajo disminuya (o que crezca en menor magnitud). Concretamente, la entrada de inmigrantes habría reducido la tasa de crecimiento de la relación capital-trabajo en 0,3 puntos desde 1996 y en 0,6 puntos en los últimos cinco años (2001-2005). Asumiendo una elasticidad del PIB con respecto al capital físico de 0,3, los inmigrantes habrían detraído del crecimiento de la productividad del trabajo por esta vía del orden de 0,1 puntos entre 1996 y 2005 y 0,2 puntos en los últimos cinco años en promedio». No obstante, en un futuro se estima un impacto positivo de la inmigración sobre la productividad total de los factores.

4.2. Implicaciones para la política laboral Desde el punto de vista de la regulación del mercado de trabajo, es necesario realizar una serie de actuaciones con el objetivo de al-

Para analizar la conexión entre capital humano de los inmigrantes y crecimiento económico puede consultarse el trabajo de RIDRUEJO, Z. J. (2006). 21

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canzar una mayor integración de las personas inmigrantes. En el trabajo de Sánchez e Ybarra (2006 : 17) se apuntan tres tipos de actuaciones para construir una estrategia laboralmente sostenible en torno a la inmigración: 1) la modificación sustancial de las estrategias y prácticas empresariales de gestión laboral predominantes, 2) el reforzamiento de la capacidad organizativa de los trabajadores y de su acción sindical y 3) el desarrollo de políticas públicas en diferentes ámbitos: inmigración, cooperación al desarrollo, protección social, regulación del mercado laboral, así como políticas de reactivación del tejido productivo. El Plan Estratégico de Ciudadanía e Integración, 2007-2010, aprobado por el Consejo de Ministros de 16 de febrero de 2007, establece un conjunto de nueve líneas prioritarias, dieciocho programas de actuación y cincuenta y seis medidas concretas, que tienen por objeto aplicar la política de integración de la inmigración en materia de empleo. Su efectiva puesta en vigor, tanto por la Administración Central como por las comunidades autónomas, es un reto de enorme magnitud que tienen por delante no solo las administraciones públicas sino también los agentes sociales de nuestro país. Claro es que, además de medidas específicamente dirigidas al colectivo inmigrante, España precisa de medidas generales de apoyo a la contratación indefinida, la mediación laboral, la lucha contra el fraude en la Seguridad Social, etc. En este sentido, la reforma laboral introducida por la Ley 43/2006 para la mejora y el crecimiento del empleo, aplicando el Acuerdo para la mejora del crecimiento y el empleo firmado el 9 de mayo 2006 entre la administración, los sindicatos y las patronales, supone una importante con-

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tribución, sobre todo por señalar un camino mutuamente beneficioso para los agentes sociales. Es evidente que el cambio de ciclo económico producido en el 2008 supone un nuevo escenario económico y social diferente al vivido en la larga etapa española de expansión económica y del empleo. La caída reciente en la tasa de actividad de la población extranjera y el correlativo aumento de su tasa de paro plantea un nuevo tipo de retos a la política española inmigratoria en general y a la política laboral, en particular.

4.3. Implicaciones para las políticas de inmigración En el diseño de las políticas de inmigración caben varios enfoques y medidas. Así, por ejemplo Dolado y Vázquez (2007: 17-23), establecen los siguientes objetivos e instrumentos que deben ser considerados en el diseño de las políticas de inmigración: 1) promover el carácter selectivo y fundamentalmente temporal de la inmigración, 2) facilitar la participación de los inmigrantes en el mercado de trabajo, 3) concentrar los esfuerzos de los poderes públicos en la atención de la mujer inmigrante de segunda generación utilizando con mayor intensidad los medios de comunicación, 4) prestar una atención especial a la inmigración muy cualificada, 5) establecer medios e incentivos para evitar la inmigración irregular y 6) finalmente, fomentar los acuerdos de libre comercio, rebajando las barreras comerciales proteccionistas y, en concreto, desmantelar buena parte de la PAC imperante en la UE, ya que ayu-

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daría a atemperar los crecientes flujos de inmigrantes a nuestro continente. Para Cachón (2004 : 57), las políticas de inmigración deben descansar en dos pilares: a) una política realista de flujos y b) una política ambiciosa de integración. A ello hay que añadir, al menos, la estrecha correlación existente entre inmigración y política de desarrollo (con énfasis especial en la política de codesarrollo), a través de los acuerdos a medio y largo plazo con los países emisores de inmigración y los países de tránsito y las políticas laborales de contratación en origen, que han llevado incluso a proponer la creación de un servicio de empleo español en el exterior. Es obvio que las políticas de integración de la inmigración se muestran muy insuficientes en la actualidad. Como acertadamente expresa Rodríguez Cabrero (2006 : 326), «la integración de los trabajadores en el Estado de bienestar, desde el punto de vista de los servicios públicos y prestaciones sociales, es desigual. Relativamente abierta y generosa en los que se refiere a la asistencia sanitaria, fuertemente excluyente de las prestaciones contributivas por desempleo debido al tipo de empleo temporal dominante entre los trabajadores no comunitarios y, finalmente, segmentada en cuanto a los servicios sociales en función de la situación residencial (regular o irregular)». Es ahí, en las políticas de integración (económica, cultural, la protección social, vivienda, etc.) donde habría que hacer un mayor esfuerzo presupuestario en el futuro. Necesitamos aún de un par de años para que se pueda llevar a cabo un balance riguroso y completo de las políticas de integración de la inmigración puestas en práctica en España, a menudo aún con bastante descoordinación, entre las distintas administraciones públicas. Hoy por hoy, están diseñados ya los principales objetivos e instrumentos de esta política; pero su implementación efectiva dependerá de los recursos presupuestarios

efectivamente movilizados y del consenso en su aprovechamiento por los agentes sociales22.

5. CONCLUSIONES El presente trabajo aporta en primer lugar una serie de «hechos estilizados» relativos al impacto laboral de la inmigración en España, que ayudan a disponer de una visión de conjunto de la misma, más allá de las lógicas diferencias que cabe establecer por edades, género, países de procedencia, etc. A partir del repaso de la literatura disponible se han alcanzado las siguientes conclusiones: a) la inmigración no ha creado desempleo, sino que ha contribuido a crear nuevo empleo neto, b) ha tenido un importante efecto directo e indirecto sobre la tasa de actividad, c) existe una relación muy débil entre la inmigración y los salarios de los trabajadores nativos, d) las oportunidades de empleo de los trabajadores nacionales no se ven afectados de forma significativa por la inmigración y e) la inmigración tiene un importante efecto positivo sobre la movilidad geográfica y ocupacional en el mercado de trabajo, lo cual favorece la flexibilidad y la reducción del desempleo estructural. En segundo lugar, el artículo aporta un análisis detallado, para el período 2000-2008 (con excepciones cuando algunos datos no se encuentran disponibles) de algunas de las principales variables laborales de la inmi-

22 Un análisis de los principales rasgos de la política de inmigración en España se puede encontrar en el reciente trabajo de ANTUÑANO, I. y JORDÁN, J. Mª. (2008).

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gración, como son su tasa de afiliación a la Seguridad Social, los colectivos nacionales más vulnerables por causa de su menor tasa de afiliación y algunos índices de especialización sectorial de la inmigración y de su distribución entre comunidades autónomas. En esta parte del trabajo, que relaciona inmigración y Seguridad Social, se han alcanzado algunas conclusiones que pasamos a resumir: a) la tasa de afiliación de la población extranjera se sitúa hasta el año 2005 por debajo de la tasa de afiliación española, pero por encima de ella a partir de 2006, b) el uso relativo del régimen de empleados del hogar y del régimen especial agrario resulta notablemente más elevado entre la población extranjera que entre la población nacional. c) destacan las altas tasas de afiliación de trabajadores de Perú, Ecuador, Ucrania y Colombia, d) elevada concentración relativa de la afiliación extranjera en unas pocas ramas productivas (agricultura, hostelería, construcción y transporte terrestre), e) la afiliación extranjera es relativamente más intensa que la afiliación total en los grupos de cotización de menor cualificación y más asociados a las actividades industriales y f) existen importantes diferencias intranacionales (entre comunidades autónomas) en cuanto a la afiliación de la población extranjera en España. Finalmente, en el trabajo se ha presentado un panorama de las implicaciones que los datos anteriores suponen para la política económica, tanto en lo relativo al crecimiento económico y la evolución de la productividad, como en la política laboral en general y las propias políticas de inmigración.

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RESUMEN

El presente artículo se compone de tres partes complementarias. En la primera de ellas, se sistematiza la literatura económica generada en los últimos años -en Europa en general y en España en particular- acerca de los principales efectos económicos de la inmigración, en lo relativo a su contribución al mercado de trabajo del país receptor (creación de empleo, tasas de actividad, nivel y dispersión salarial, oportunidades de empleo de los trabajadores nativos y flexibilidad y movilidad geográfica y ocupacional). La segunda parte analiza el comportamiento de las poblaciones extranjera y española afiliada a la Seguridad Social en España, desde el punto de vista de los regímenes de afiliación, los colectivos extranjeros más vulnerables, y las diferencias intranacionales en cuanto a la afiliación extranjera por comunidades autónomas. En la tercera parte se recogen las principales implicaciones del fenómeno inmigratorio en cuanto al crecimiento económico, la política laboral y las propias políticas de inmigración. Códigos JEL: J1, J61, F2, I0. Palabras clave: Inmigración, mercado de trabajo, regímenes de Seguridad Social, política económica y social, Estado del Bienestar.

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