Presupuesto y Gasto Público 61/2010: 201-221 Secretaría General de Presupuestos y Gastos © 2010, Instituto de Estudios Fiscales
La dinámica laboral de los inmigrantes en el cambio de fase del ciclo económico * LUIS GARRIDO MEDINA * UNED y CESC MARÍA MIYAR BUSTO * UNED y CESC JACOBO MUÑOZ COMET * UNED y CESC Recibido: Octubre 2010 Aceptado: Noviembre 2010
Resumen Se analiza la dinámica laboral de los inmigrantes en España desde la explosión migratoria del año 2000 hasta el ini cio de 2010. Durante la expansión mejoró sustancialmente la composición de la estructura ocupacional, y en la fase recesiva (III/2007-I/2010) se incrementó esa mejora. La crisis de empleo ha sido, incluso, más radical que las ante riores. El aumento de la desocupación ha afectado sobre todo a los inmigrantes varones (sin importar la antigüedad) y mucho menos a las mujeres. Y el análisis longitudinal permite observar que las pérdidas de empleo se han produci do en mayor medida en las ocupaciones cuanto menor fuese su nivel de cualificación, afectando muy poco a las de nivel medio y alto. Palabras clave: inmigración, estructura ocupacional, movilidad ocupacional, cualificaciones. Clasificación JEL: J240, J620.
Abstract The paper studies the job market performance of immigrants in Spain from 2000 to 2010. During the unprecedented eco nomic expansion that took place in some of these years, the ocupational composition clearly improved. During the econo mic recession that started in 2007 this trend also improved (III/2007-I/2010). The employment crisis has been even more radical than prior ones. The increase of unemployment has mostly affected male immigrants (regardless of time of resi dence) and, to a lesser extent, female foreign workers. The longitudinal analysis allows to appreciate how the loss has ba sically affected low-skilled occupations in comparison to the poorly-affected skilled and professional ones. Key words: immigration, occupational structure, occupational mobility, skills. JEL Classification: J240, J620.
* UNED Departamento de Sociología II (Estructura Social) y CESC. Este trabajo ha sido apoyado por el Plan de I+D+i del Ministerio de Educación y Ciencia (posteriormente Ministerio de Ciencia e Innovación) con el proyecto SEJ2007-67091, de título Inmigración, Estado de Bienestar y desigualdad social en España.
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1.
Luis Garrido Medina, María Miyar Busto y Jacobo Muñoz Comet
Introducción
En la última década el total de inmigrantes en España ha crecido de forma rápida y sos tenida, pasando de ser uno de los países europeos con menor porcentaje de inmigrantes, a te ner una de las proporciones más altas. Esto ha supuesto un cambio social que, probablemen te, sea el más importante de la primera década del siglo en España. A pesar de que los flujos migratorios de entrada tienen ya una trayectoria ascendente durante la segunda mitad de los noventa, el verdadero inicio del fenómeno migratorio masivo en España se da en el año 2000, coincidiendo con una regularización extraordinaria y con la concesión de los derechos a los servicios del Estado de bienestar a partir de la inscripción pa dronal. La población nacida en el extranjero pasa de suponer un 2,7 por ciento de la pobla ción en enero 1996 a un 3,6 en la misma fecha de 2000 y un 13,8 en 2009, según datos del Padrón Municipal 1. El flujo migratorio se ha mantenido muy alto hasta bien entrado 2008, y la caída de las entradas una vez comenzada la fase recesiva del ciclo económico ni siquiera ha afectado a todos los orígenes (Garrido y Miyar, en este número). La magnitud de este nuevo fenómeno económico y social ha atraído la atención de to das las disciplinas de las ciencias sociales, de modo tal que demógrafos, economistas y so ciólogos se han dedicado al análisis de sus múltiples facetas a pesar las limitaciones de infor mación derivadas de la rapidez con que se ha dado. Estas limitaciones atañen sobre todo a unas fuentes estadísticas que han tenido que adaptarse, tanto en contenido como en forma y número, a la nueva realidad (Miyar, no publicado; Cebolla y González, 2008). Tras once años de experiencia inmigratoria intensa ya se ha producido en España una cantidad apreciable de análisis sobre la integración de los inmigrantes en el mercado de tra bajo y sobre impacto en la situación laboral de los trabajadores nacionales. En comparación con los nativos, en su fase inicial los inmigrantes tienen unas tasas de actividad y de desem pleo mayores, al igual que una mayor incidencia de la sobre-educación y de la temporalidad de los contratos (Fernández y Ortega, 2008). Cinco años más tarde de su llegada parece que la actividad comienza a converger con la de los nativos, al mismo tiempo que las tasas de de sempleo se reducen incluso por debajo de las de los españoles. Sin embargo, la incidencia de la sobre-educación y de la temporalidad se mantiene constante: no se reduce la brecha con los españoles. Garrido y Toharia (2004) mostraron que si se hace equivalente el tiempo de re sidencia de los inmigrantes con el tiempo que hace que terminaron los estudios los españoles como índice común de la «antigüedad» en el mercado de trabajo español (que Garrido deno mina «edad laboral) la temporalidad es prácticamente la misma en ambos colectivos. En lo que respecta al impacto sobre la situación laboral de los españoles, parece que las oportunidades de empleo de los trabajadores nacionales no se ven afectadas de forma signifi cativa por la inmigración (Carrasco y Ortega, 2005). Las diferencias salariales entre inmi grantes y los nativos responden, casi en su totalidad, a diferencias en sus características pro ductivas. Estos datos han sido reforzados más adelante en Carrasco, Jimeno y Ortega (2006) y en Carrasco, Jimeno y Ortega (2008), donde se encuentran resultados según los cuales, en general, no hay efecto significativo de la inmigración sobre las tasas de empleo de los traba jadores nacionales. Garrido (2010: 50) pone parcialmente en cuestión esta afirmación ya que los varones españoles (nacidos en España) con bajos niveles de cualificación, a partir de
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2000, no siguieron la senda de recuperación de sus tasas de ocupación en coincidencia tem poral con la incorporación laboral masiva de residentes procedentes de países de fuera de la UE-15. Paralelamente, España ha sufrido cambios profundos en su ciclo económico. Desde fi nales de 1995 había disfrutado de una de las fases expansivas más largas de su historia, que ha durado hasta mediados de 2007. Los decisivos desequilibrios de la economía española, unidos a una burbuja inmobiliaria que en España estaba caracterizada por una hipertrofia de la construcción residencial, se unieron a la crisis financiera internacional de tal modo que sus efectos se han propagado por todos los sectores económicos y han derivado en un aumento de la «desocupación» superior en número a todo lo anterior e incrementando las proporcio nes de destrucción de empleo descualificado que tradicionalmente se ha sufrido durante las dos crisis económicas de las tres últimas décadas. El escenario de esta crisis, sin embargo, cuenta con unos protagonistas nuevos, que ha bían llegado atraídos por la expansión y abundancia de oferta de trabajo poco cualificado y la garantía de unas condiciones de vida significativamente mejores que las de sus países de ori gen. En otros trabajos (Garrido y Toharia, 2004; Garrido, 2005; Bernardi, Garrido y Miyar, en publicación 2011) se ha puesto de relieve el reducido acceso de los inmigrantes extraco munitarios a las ocupaciones cualificadas, quienes apenas mejoran su posición a medida que acumulan tiempo en el mercado laboral (Garrido y Miyar, 2008). Los inmigrantes afrontan barreras específicas para acceder al mercado de trabajo cualificado, como la necesidad de convalidación de los títulos o el cierre de la función pública a los extranjeros de fuera de la UE. Mato y Gutiérrez (2010) han mostrado también cómo el parco dominio del español pue de frenar el acceso a mejores ocupaciones y salarios. Son precisamente estas ocupaciones poco cualificadas, en las que se concentra el em pleo de la inmigración «económica», las que están sufriendo más intensamente los efectos de la crisis. Así pues, será de sumo interés analizar cómo la nueva situación económica puede estar cambiando los patrones de integración laboral de la población de origen extranjero. El objetivo de este artículo es el estudio de la posición en el empleo de los inmigrantes extraco munitarios, sus dinámicas de integración laboral y las modificaciones que en ellas haya podi do dar lugar la recesión económica. Para ello se exponen, en primer lugar, algunas consideraciones metodológicas para el estudio de la integración laboral de los inmigrantes. En segundo lugar, se analiza la evolución global de la estructura ocupacional total en España tanto durante el ciclo expansivo como du rante los dos años y medio de recesión económica. En tercer lugar, se expone la evolución de algunas características de la inmigración económica llegada a España, a través del análisis longitudinal mediante el método de las cohortes ficticias. En cuarto lugar, se realiza un estu dio de la evolución de esas cohortes de entrada al mercado de trabajo en cuanto a la desocu pación y la cualificación del empleo, comparando sus trayectorias con la de los españoles que se insertaron en el mercado de trabajo al mismo tiempo. En quinto lugar, se estudian por separado las trayectorias de los inmigrantes en los cinco niveles de ocupaciones menos cuali ficadas y por último, se exponen las conclusiones.
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2. Consideraciones metodológicas para el análisis de la integración laboral de los inmigrantes La Encuesta de Población Activa constituye la principal fuente de información sobre el mercado de trabajo en España. Se trata de una encuesta a hogares de carácter trimestral y se viene realizando desde 1964. Sus datos en soporte electrónico están disponibles desde el tercer trimestre de 1976, momento a partir del cual se estabiliza su realización trimestral. En cada en cuesta se entrevista a alrededor de 60.000 hogares y en función de la evolución del tamaño fa miliar se consigue información sobre 150.000-200.000 personas. Entre ellas, se calibra de for ma separada a los de nacionalidad extranjera, cuya muestra contiene información sobre 7.632 individuos en edad activa en el primer trimestre de 2010. El tamaño de la muestra, la periodici dad con la que se dispone de los datos y la abundancia de variables proporcionadas la convier ten en una fuente estadística de enorme valor para conocer tanto la evolución del mercado de trabajo como la de numerosos fenómenos demográficos y sociales. El tiempo de experiencia en el mercado laboral del país de destino es la variable que juega un papel clave en el estudio de la integración laboral, tanto de nativos como de inmi grantes. La adquisición progresiva de competencias específicas del mercado laboral de desti no y del segmento de cualificación concreto en que se integre el trabajador contribuye decisi vamente a su éxito laboral, tanto en términos de probabilidad de estar ocupado como de cualificación del empleo. En este sentido, es importante abordar cuatro cuestiones metodoló gicas clave: la medición del tiempo en el mercado de trabajo, las implicaciones del análisis para los inmigrantes con datos transversales, la acotación del colectivo y el período estudia dos, y la clasificación de ocupaciones utilizada. La antigüedad en el mercado de trabajo se comprende habitualmente como el tiempo transcurrido desde el abandono de la educación reglada, puesto que es el período en que el in dividuo ha estado en condiciones de trabajar. Esta definición se enfrenta a dos excepciones: la de aquellos que trabajan mientras estudian y la de los que retoman la enseñanza reglada duran te un período de paro laboral. Sin embargo, si tenemos en cuenta que el mercado de trabajo está segmentado en función del nivel de cualificación, podemos esperar que el segmento en que se inserte el trabajador una vez completados los estudios sea distinto al precedente, de modo que sea correcto tomar este momento biográfico como referencia del inicio de la trayec toria laboral. En el caso de los inmigrantes, se considera que se insertan en el mercado de tra bajo de destino una vez que inician su residencia en él, excepto en el caso de que hayan cursa do estudios reglados tras su llegada de manera equivalente a la de los autóctonos. En segundo lugar, ha de considerarse que la utilización de encuestas transversales para el estudio de la inserción en el mercado laboral de los inmigrantes no está exenta de dificulta des. Tal y como expone Borjas (1985) una estimación transversal del efecto del tiempo de re sidencia estará sesgada en dos sentidos. Primero, la migración de retorno, no captada por una encuesta transversal, puede imponer distorsiones en el efecto observable de la variable. Si los inmigrantes con peores resultados vuelven a sus países de origen, entre los que llevan más tiempo en el país los inmigrantes con éxito estarán sobrerrepresentados, y por lo tanto la in fluencia del tiempo de residencia en los resultados laborales estará sobreestimada. Segundo, la calidad media (en términos de características no observadas) puede haber variado entre las
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sucesivas cohortes. En el supuesto de que por cualquier motivo (cambios en políticas migra torias, en las perspectivas económicas de los países de origen, dinámicas propias del proceso migratorio...) la cualificación de las cohortes sea mayor en las más recientes, el efecto del tiempo estará sesgado a la baja, o a la inversa si la cualificación decreciera en las cohortes más jóvenes 2. El análisis a través de la EPA dificulta el control del efecto del primero de los sesgos, la migración de retorno, aunque la construcción de cohortes ficticias a partir de la acumulación de encuestas de varios años sí nos permite diferenciar los resultados del segundo. Con este objeti vo, se han acumulado las EPAs de los cuatro trimestres de cada año desde 2000 hasta el primer trimestre de 2010, construyendo las cohortes ficticias en función de la fase del ciclo migratorio en que llegaron. El grupo 1996-1999 se corresponde con las personas que habían migrado an tes de la explosión migratoria, a los que podría denominarse «los pioneros». En 2000, coinci diendo con un proceso de regularización extraordinaria y con la concesión de los derechos del Estado de bienestar a partir de la inscripción padronal, se inician los flujos migratorios masivos en España, que comprende la cohorte 2000-2003. El grupo 2004-2005 es en su mayor parte el que entra en el país durante el período de la regularización extraordinaria de 2005. Por su parte, la cohorte 2006-2007 supone un cambio en la composición nacional de los flujos, con un ma yor protagonismo de las entradas de Europa del Este y de países latinoamericanos hasta el mo mento con menos presencia en el país. Por su parte, 2008-2009 (que contiene el primer trimes tre de 2010) está formado por los inmigrantes que llegaron durante la crisis. En tercer lugar, es necesario acotar los colectivos estudiados de forma que sean laboral mente semejantes, con el fin de establecer comparaciones coherentes. En este sentido, se ha delimitado el grupo de análisis al de aquellos entre 20 y 49 años, margen de edad en que se encuentra el grueso de inmigrantes residentes en España. Por otro lado, con el fin de homo geneizar los grupos cotejados, se centrará la comparación entre los españoles nacidos en España frente a los nacidos en el extranjero sin nacionalidad española procedentes de países de fuera de la UE de los 15 y otros países occidentales (Estados Unidos, Canadá..). De esta forma, se elimina el efecto de la adquisición de la nacionalidad española por parte de los in migrantes y además se restringe la comparación al grupo de inmigrantes económicos. Por último, y puesto que el análisis se centra en la calidad de los puestos a los que los in migrantes acceden, es fundamental que la variable que recoja ese atributo lo haga con suficien te capacidad de delimitación y discriminación. En trabajos anteriores (Garrido y Miyar, 2008) se ha expuesto y aplicado una ordenación de ocupaciones cuyo criterio constructivo es el nivel formativo que tienen de hecho aquellos que trabajan en cada una de ellas y que consigue hacer eficiente la comparación entre colectivos y momentos distintos. Para su ordenación inicial se toma como referencia, en un período definido, a aquellos que ocupan esas posiciones en la fase central de su vida laboral (35 a 49 años) y que viven en pareja, como indicios aproximados de sus consolidaciones laboral y convivencial. Esta definición parte del supuesto de que, a partir de cierta edad, se producirá un ajuste relativo entre formación y ocupación, de modo que los desplazamientos (hacia la sobrecualificación o la subcualificación) marquen las preferencias por unas ocupaciones respecto a otras. Las ocupaciones se ordenan por la media de años de es tudios y se forman 16 grupos que dan lugar a «clases ocupacionales de equivalencia», que se procura que sean de tamaños semejantes, para hombres y mujeres de forma separada 3. Una
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vez establecida esta clasificación mediante el colectivo «consolidado», se aplica a cualquier colectivo completo que forme parte del mercado de trabajo.
3.
La evolución de la estructura ocupacional
La evolución de la estructura del sistema productivo, desde la perspectiva de la cualifi cación, se va a estudiar a partir de la clasificación formativa de ocupaciones propuesta en el punto anterior. En el Cuadro 1 se exponen las 16 ocupaciones ordenadas y el peso de cada Cuadro 1
Clases ocupacionales-formativas calculadas sobre los miembros de parejas convivientes de
españoles de 35 a 49 años y aplicadas a la totalidad de los ocupados españoles nacidos en España
Índice Mujeres 2000 2007 2010* 2007/2000
16 15 14 13 12 11 10 9 8 7 6 5 4 3 2 1
0,9 6,4 5,7 5,7 1,6 7,6 7,3 10,8 5,7 5,0 8,8 6,9 7,0 8,4 9,2 3,2
1,5 7,2 6,5 7,4 2,0 9,7 7,1 9,7 6,5 5,7 8,3 7,1 5,7 7,7 5,7 2,3
1,6 7,9 7,1 8,1 2,3 9,6 7,3 9,3 6,4 7,1 8,1 6,6 5,2 7,3 4,4 1,8
2010/2007
171 112 115 130 120 128 98 90 115 112 95 103 81 92 62 71
107 109 109 109 116 99 103 96 98 125 98 92 91 95 77 78
Dirección en el sector público y en el privado Profesoras de secundaria, Médicos y profesionales Maestras y diplomadas Enfermeras, trabajo social, y técnicos Gerencia de empresas con menos de 10 asalariados * Profesionales de apoyo a la gestión administrativa Gerencia de autónomos, representantes y carteras Auxiliares administrativos * Cajeras, peluqueras y recepcionistas Auxiliares de enfermería y cuidados de personas Dependientas * Camareras y 46 oficios Cocineras, alimentación y cualificación agraria Limpieza de oficinas hoteles y edificios * Servicio doméstico, peones industriales y textiles Trabajos al aire libre y Peones rurales
Índice Varones 2000 2007 2010* 2007/2000
16 15 14 13 12 11 10 9 8 7 6 5 4 3 2 1
2,9 5,5 6,3 3,1 3,8 5,6 5,9 5,8 6,4 8,0 6,8 8,3 9,5 8,6 7,4 6,1
3,6 6,6 7,8 3,5 4,3 5,8 5,9 6,1 7,2 7,1 7,5 7,6 8,0 7,2 6,9 4,6
3,8 7,5 8,8 4,0 4,6 5,9 6,5 6,1 7,3 7,2 7,0 7,9 7,8 6,5 5,3 3,8
124 119 124 115 114 104 100 106 112 88 110 92 84 84 94 77
2010/2007
106 114 113 113 105 102 109 99 102 101 93 104 97 90 76 81
Dirección en el sector público y en el privado Profesores de secundaria y universidad, Médicos y Profesionales Técnicos de ciencias, Maestros y Profesionales diplomados Gerencia de empresas con menos de 10 asalariados * Profesionales de apoyo a la gestión administrativa * Gerencia de autónomos, Representantes y Carteros Auxiliares administrativos, Jefes de equipo y Policía Electricistas, Cajeros, Guardia Civil y Cuidados de personas Mecánicos, Talleres y Apoyo a la producción y transporte Dependientes, Operadores, Conserjes y Seguridad Oficios cualificados de la construcción Taxistas y conductores, Alimentación, Cocina Camioneros, Camareros, Carpinteros y Peones industriales Operadores construcción, Cuenta propia agraria, Pintores Albañiles, Asalariados cualificados agrarios Peones al aire libre construcción y rural
* El dato de 2010 se corresponde con II/2009 a I/2010. Fuente: EPA del I/2000 al I/2010.
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una de ellas en la estructura del sistema productivo español para los años 2000, 2007 y 2010, tomando como referencia a los españoles nacidos en España. Para resumir la evolución desde el año 2000 se presentan dos índices, el de 2007 respecto a 2000 y el de 2010 respecto a 2007. De esta manera se puede observar la evolución durante el período expansivo 2000-2007 y el posterior impacto que ha tenido la actual crisis económica sobre la estructura del sistema productivo. Atendiendo al primer tramo (2001-2007), se aprecia con claridad cómo entre las muje res las ocupaciones que más han crecido han sido las de mayor nivel. Especialmente el caso de las mujeres que trabajan en puestos directivos, tanto en el sector público como privado (categoría 16), que casi duplica su presencia durante los primeros siete años del siglo XXI. Otras dos ocupaciones que aumentan su peso entre las mujeres son las cajeras, peluqueras y recepcionistas (categoría 8) y las auxiliares de enfermería y cuidados de personas (catego ría 7). Excepto la categoría 5 (camareras y 46 oficios) que se mantiene estable, la pérdida de peso en las ocupaciones de menor cualificación es notable, especialmente las mujeres que trabajan en servicio doméstico, peones industriales y textiles. Al estudiar el efecto de la crisis se puede afirmar que en general la tendencia se mantiene bastante parecida a la que hay hasta el año 2007. Las ocupaciones que mantenían un índice superior a 100 continúan aumentando —a un ritmo superior al anterior, dado que son sólo 3 años—, mientras que las de menor cua lificación siguen perdiendo peso. Las diferencias más grandes se encuentran en la ocupación número 16, que prácticamente ha frenado su expansión desde que comenzó la crisis, y la nú mero 7, que es la que registra un mayor crecimiento, como consecuencia del crecimiento del empleo en el sector público. Entre los varones la evolución hasta 2007 se caracteriza, al igual que entre las mujeres, por un aumento en las categorías más cualificadas. El mayor incremento se produce entre los directivos en el sector público y en el privado (categoría 16) y entre los técnicos de ciencias, maestros y profesionales diplomados (categoría 14). También se aprecian aumentos de peso en las categorías 8 (mecánicos, talleres y apoyo a la producción y transporte) y 6 (oficios cualificados de la construcción). De nuevo son las ocupaciones peor cualificadas las que más peso pierden hasta 2007, especialmente los peones de la construcción y rural (categoría 1). Se podría afirmar que el auge de la construcción durante los años previos a la crisis propició un aumento del peso de las ocupaciones más cualificadas dentro del sector, pero se redujeron los menos cualificados, empleos que fueron ocupados por la población inmigrante. A partir de la crisis, la mayoría de las ocupaciones medias permanecen estables —con un índice pró ximo a 100—, mientras que las superiores continúan aumentando su peso y las menores re duciéndolo. Se observa que la crisis incrementa de forma apreciable el ritmo anual de la ten dencia experimentada durante los años previos. Esta evolución de la estructura del sistema productivo se ilustra, más detalladamente en su dimensión temporal, en los Gráficos 1 y 2. Se agrupan las 16 categorías en cuatro grandes grupos de ocupaciones y se calcula el crecimiento porcentual de su peso en la estructura ocu pacional respecto al que tenían en el año 2000 a lo largo del período 2000-2010 4. Entre las mujeres se observa cómo son las ocupaciones bajas y las medias altas las que caen durante todo el período, mientras que las medias bajas y las altas crecen también, pero más de forma continuada durante todo el período, pero más intensamente a partir de 2007.
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Gráfico 1.
Mujeres. Evolución de la estructura ocupacional de España
130 125 120 115 110 105 100 95 90 85 2000
2001
2002
2003 1-5
2004
2005 6-8
2006 9-12
2007
2008
2009
2010
13-16
Fuente: Elaboración propia a partir del Padrón Municipal continuo a 1 de enero de 2009.
Gráfico 2.
Varones. Evolución de la estructura ocupacional de España
130 125 120 115 110 105 100 95 90 85 2000
2001
2002
2003 1-5
2004
2005 6-7
2006 8-13
2007
2008
14-16
Fuente: Elaboración propia a partir del Padrón Municipal continuo a 1 de enero de 2009.
2009
2010
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Entre los varones la evolución de la estructura ocupacional también apunta hacia un in cremento del peso de las mejores ocupaciones y una disminución de las peores. En este caso, las ocupaciones bajas y las medias bajas disminuyen su presencia durante todo el período, aunque en el caso de las bajas, de una forma más rápida a partir de 2007. Por otro lado, las medias altas pierden peso hasta 2004, pero a partir de ese momento inician una senda de cre cimiento hasta 2010. Por último, las altas crecen de forma continuada y al igual que en otras magnitudes, este rasgo se pronuncia a partir de 2007.
4. La evolución de las características de los inmigrantes llegados a España El perfil de los inmigrantes ha podido diferir entre las distintas cohortes de entrada es tudiadas. En el Cuadro 2 se aprecian, para diferentes años de entrada, tres características so ciodemográficas básicas: nacionalidad, sexo y nivel educativo. Antes del año 2000, cuando el ritmo de entrada empieza a aumentar de forma sobresaliente, la mayoría de los inmigran tes procede de África y Latinoamérica. A partir de 2000 los nacionales de América Latina (de Ecuador y Colombia especialmente hasta 2003) aumentan su peso respecto al total de forma destacada. Entre 2004 y 2008 los nacionales de Ecuador y Colombia ven reducida su presencia (aunque en los últimos años han vuelto a vivir un repunte), mientras que los flujos procedentes de Rumanía cobran protagonismo. Los nacionales procedentes de Marruecos, tras el año 2000, muestran un porcentaje estable en torno al 13 por ciento de las sucesivas cohortes. En cuanto al resto de África y a los asiáticos, su presencia ha sido siempre relativa mente reducida. Cuadro 2 Características sociodemográficas de los distintos grupos de entrada extracomunitarios (20 a 49 años, excluidos los que cursan estudios reglados) Nacionalidad
Ecuador Colombia R.Am.Latina Rumania R.Europa Marruecos R.Africa AsiaRest 100 Porcentaje de mujeres
1996-1999
2000-2003
2004-2005
2006-2007
2008-2009
2010
18,4 9,6 14,3 6,1 10,5 27,7 8,3 5,2 100
26,2 12,7 18,2 14,3 9,6 12,0 4,3 2,6 100
5,7 4,2 37,1 24,6 8,9 12,6 3,7 3,2 100
3,8 6,4 41,0 22,6 7,3 12,4 3,9 2,6 100
7,4 11,5 32,8 15,5 8,7 14,4 4,6 5,1 100
8,0 8,7 36,1 7,9 11,0 14,2 5,7 8,5
48,0
48,9
53,2
55,0
55,0
65,8
36,0 43,5 7,5 13,0 100
26,4 50,6 10,5 12,5 100
24,8 49,7 12,1 13,4 100
25,3 50,9 10,8 13,0 100
28,3 46,2 10,2 15,4 100
32,3 50,0 3,4 14,4 100
Nivel educativo
Primaria o menos Secundaria FP Universidad
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A diferencia de la nacionalidad, cuya composición varía a lo largo del período estudiado, la distribución por sexos se ha mantenido bastante estable, aunque en los últimos años la proporción de mujeres inmigrantes entre los nuevos residentes parece estar crecien do. En realidad, esta tendencia responde, en buena parte, a un efecto composición ya que, si se sigue a las cohortes de nacimiento en función de su año de llegada, se observa que la pro porción de mujeres disminuye ligeramente a lo largo de la década estudiada. En cuanto a la cualificación, a grandes rasgos se podría señalar que el nivel educativo de los inmigrantes se mantiene casi constante. Las diferencias más importantes se concentran en quienes emigran antes del año 2000, con una presencia mayor de inmigrantes con nivel de estudios de primaria o menos que en los años posteriores. A partir de 2000 el porcentaje de personas con nivel inferior es menor, en favor tanto de los de secundaria como de los de FP. En los últimos años puede percibirse cierta polarización, con el aumento de inmigrantes con nivel educativo bajo y, ligeramente, con nivel superior. En el Cuadro 3 se presenta la distribución en la ocupación de hombres y de mujeres es pañoles nacidos en España e inmigrantes de fuera de la UE-15 entre 20 y 49 años, con una media de los tres últimos trimestres de 2009 y el primero de 2010 5. En esta clasificación se incluye a toda la población —considerando también a los desocupados—, excepto a los que cursan estudios reglados. Las diferencias entre los españoles y los inmigrantes de fuera de la UE-15 son notables. Entre las mujeres españolas hay una mayor proporción de empleadas en las ocupaciones de mayor cualificación. Mientras, las inmigrantes se concentran, en compa ración con las españolas, en las cinco ocupaciones con menor cualificación, especialmente en la categoría de servicio doméstico, peones industriales y textiles, donde las inmigrantes están ocupadas ocho veces más que las españolas. En lo que respecta a la desocupación, la proporción entre inmigrantes es muy parecida a la de las españolas. En cuanto a los varones, la concentración en las ocupaciones menos cualificadas tam bién es mayor entre los inmigrantes en comparación con los españoles. Mientras que los tra bajadores inmigrantes apenas están representados en las categorías más altas, en la 1 (peones al aire libre) y en la 2 (albañiles y salarios cualificados agrarios) su presencia es más del do ble y del triple, respectivamente, que la de los españoles. Respecto a los desocupados, tam bién los inmigrantes se encuentran en peor posición que los españoles. La concentración de los inmigrantes en las ocupaciones de menor cualificación es coherente con el bajo perfil educativo que han mantenido las sucesivas cohortes de entrada al mercado de trabajo español y la proximidad de su llegada. De todas formas, esta homogenei dad en la composición por nivel de estudios no implica que las distintas cohortes hayan expe rimentado las mismas condiciones de acceso al mercado laboral, en un contexto de aumento de la población en edad activa sin precedentes.
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La dinámica laboral de los inmigrantes en el cambio de fase del ciclo económico Mujeres
16 Dirección en el sector público y en el privado 15 Profesoras de secundaria, Médicos y profesionales 14 Maestras y diplomadas 13 Enfermeras, trabajo social, y técnicos 12 Gerencia de empresas con menos de 10 asalariados * 11 Profesionales de apoyo a la gestión administrativa 10 Gerencia de autónomos, representantes y carteras 9 Auxiliares administrativos * 8 Cajeras, peluqueras y recepcionistas 7 Auxiliares de enfermería y cuidados de personas 6 Dependientas * 5 Camareras y 46 oficios 4 Cocineras, alimentación y cualificación agraria 3 Limpieza de oficinas hoteles y edificios * 2 Servicio doméstico, peones industriales y textiles 1 Trabajos al aire libre y Peones rurales No ocupadas Total Hombres
16 Dirección en el sector público y en el privado 15 Profesores de secundaria y universidad, Médicos y Profesionales 14 Técnicos de ciencias, Maestros y Profesionales diplomados 13 Gerencia de empresas con menos de 10 asalariados * 12 Profesionales de apoyo a la gestión administrativa * 11 Gerencia de autónomos, Representantes y Carteros 10 Auxiliares administrativos, Jefes de equipo y Policía 9 Electricistas, Cajeros, Guardia Civil y Cuidados de personas 8 Mecánicos, Talleres y Apoyo a la producción y transporte 7 Dependientes, Operadores, Conserjes y Seguridad 6 Oficios cualificados de la construcción 5 Taxistas y conductores, Alimentación, Cocina 4 Camioneros, Camareros, Carpinteros y Peones industriales 3 Operadores construcción, Cuenta propia agraria, Pintores 2 Albañiles, Asalariados cualificados agrarios 1 Peones al aire libre construcción y rural No ocupados Total
Españolas
1,1 5,5 4,6 5,7 1,3 6,7 4,8 6,5 4,6 4,1 5,9 4,7 2,9 3,8 2,4 1,2 34,3 100 Españoles
2,8 5,8 7,3 2,8 3,3 4,4 5,3 5,0 5,8 5,7 5,5 6,3 6,2 4,7 3,9 3,0 22,1 100
Fuera UE-15 Españolas = 100
0,1 0,6 0,4 0,7 0,5 0,8 1,3 0,9 2,3 4,8 3,6 6,9 6,8 7,5 19,2 2,4 41,2 100
6 12 10 13 40 12 27 13 50 117 62 147 236 195 813 203 120 100
Fuera UE-15 Españoles = 100
0,4 1,0 0,9 0,9 0,4 1,5 1,2 2,5 2,4 4,1 4,5 10,1 8,8 3,7 9,7 10,8 37,2 100
13 17 12 32 13 35 23 49 41 71 81 160 142 78 249 365 168 100
5. Los resultados laborales de los inmigrantes. Una perspectiva dinámica Para esclarecer el proceso de incorporación laboral de los inmigrantes es necesario adoptar una perspectiva longitudinal. En este caso se va a utilizar la construcción de «cohor tes ficticias», que consiste en el seguimiento de colectivos delimitados porque sus miembros comparten un mismo suceso en un mismo período. Las cohortes más utilizadas suelen ser las que comparten el año de nacimiento. En nuestro caso el suceso compartido es la entrada en el mercado de trabajo y el momento de entrada se delimita por los períodos establecidos en el Cuadro 2. La evolución de la ocupación de estas cohortes ficticias se presenta en los Gráfi cos 3 a 8, en los que se representa el porcentaje de no ocupados, ocupados en las cinco cate gorías inferiores, y la de ocupados en las seis intermedias de los españoles e inmigrantes de cada cohorte. Se analiza de forma separada la evolución de mujeres y varones.
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Luis Garrido Medina, María Miyar Busto y Jacobo Muñoz Comet
En los Gráficos 3 y 4 se aprecia cómo el patrón general es de caída rápida de la desocu pación durante los primeros años en el mercado de trabajo (hasta el tercer o cuarto año), tan to para españoles como para inmigrantes. Sin embargo, entre los varones existen diferencias en los últimos datos disponibles, correspondientes con la crisis. Para los españoles la anti güedad en el mercado laboral supone una protección frente al desempleo, mientras que los inmigrantes presentan al final del período estudiado la misma tasa de desocupación indepen dientemente de la cohorte de entrada a la que pertenezcan. Sólo cabría la excepción de aque llos que entran antes del año 2000, con una tasa de desocupación menor. Por otra parte, exis ten también diferencias entre españoles e inmigrantes en la evolución del porcentaje de desocupados registrado en su primer año en el mercado laboral. Mientras que para los espa ñoles el porcentaje inicial disminuye a medida que la cohorte es más joven (con una interrup ción de este patrón en la última cohorte), para los inmigrantes la tasa de desocupación inicial va en aumento a medida que la cohorte es más reciente. Entre las mujeres la pauta es muy similar a la de los hombres: caída rápida de la desocu pación durante los primeros años (hasta el segundo y tercer año) y, para las españolas, aumento en los años de la crisis, aunque considerablemente en menor medida que los hom bres. Para las extracomunitarias no parece haber consecuencias de la crisis en la desocupa-
Gráfico 3. Varones de 20 a 49 años de edad. Proporción en la desocupación,
por nacionalidad, período de entrada y tiempo en el mercado laboral
(sin los que cursan estudios reglados)
50 45 40 35 30 25 20 15 10 5 0
0
1
Españoles 1996-1999 Españoles 2008-10 No UE15 2006-07
2
3
4
Españoles 2000-03 No UE15 1996-1999 No UE15 2008-10
5
6
7
Españoles 2004-05 No UE15 2000-03
8
9
10
Españoles 2006-07 No UE15 2004-05
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La dinámica laboral de los inmigrantes en el cambio de fase del ciclo económico
ción, excepto para las de la cohorte 2000-2003. Por otro lado, también para las españolas se detecta una disminución de la tasa de partida a medida que la cohorte es más joven, patrón que, al igual que sucedía con los hombres españoles, se interrumpe en la última cohorte. Para las extranjeras la tasa inicial se mantiene prácticamente similar durante todo el período, a ex cepción de la última cohorte.
Gráfico 4. Mujeres de 20 a 49 años de edad. Proporción en la desocupación,
por nacionalidad, período de entrada y tiempo en el mercado laboral
(sin las que cursan estudios reglados)
60
50
40
30
20
10
0
0
1
Españolas 1996-1999 Españolas 2008-10 No UE15 2006-07
2
3
4
Españolas 2000-03 No UE15 1996-1999 No UE15 2008-10
5
6
7
Españolas 2004-05 No UE15 2000-03
8
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10
Españolas 2006-07 No UE15 2004-05
El peso de los ocupados en las cinco categorías inferiores se presenta en los Gráficos 5 y 6. El rasgo más característico es la diferencia de nivel en el porcentaje de españoles y extracomunitarios en este tipo de ocupaciones. La ocupación de los españoles aumenta ligeramen te con la antigüedad en el mercado de trabajo y se experimenta un incremento notable entre el tercer y cuarto año para las dos cohortes más antiguas, que podría imputarse a los cambios metodológicos en la EPA en 2000 y 2005. La crisis no parece afectar sustancialmente a los españoles en estas ocupaciones, a excepción de las dos últimas cohortes, que no alcanzan los niveles de ocupación de sus predecesoras a igualdad de tiempo en el mercado laboral. En cuanto a los extracomunitarios, se registra un rápido aumento inicial de la ocupación en estas categorías y una caída notable al final del período, independientemente de la antigüedad de la cohorte, con la única excepción de un repunte en el último año de la cohorte 2006-2007.
214
Luis Garrido Medina, María Miyar Busto y Jacobo Muñoz Comet
También es reseñable la diferencia en el punto de partida de la última cohorte, 15 puntos por centuales por debajo de las anteriores cohortes, no consiguiendo mejorar en los dos años pos teriores.
Gráfico 5. Varones de 20 a 49 años de edad. Proporción en las cinco ocupaciones inferiores, por nacionalidad, período de entrada y tiempo en el mercado laboral (sin los que cursan estudios reglados) 80 70 60 50 40 30 20 10 0
0
1
2
Españoles 1996-1999 Españoles 2008-10 No UE15 2006-07
3
4
Españoles 2000-03 No UE15 1996-1999 No UE15 2008-10
5
6
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Españoles 2004-05 No UE15 2000-03
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10
Españoles 2006-07 No UE15 2004-05
Entre las mujeres la ocupación en estas categorías inferiores es menor que la de los va rones, tanto para españolas como para extracomunitarias. El patrón de las españolas es muy parecido al de los españoles, con la disminución del porcentaje a medida que la cohorte es más joven y sin consecuencias de la crisis. En cuanto a las mujeres extracomunitarias, la cri sis apenas se nota, a excepción de las dos cohortes más antiguas. Se podría deducir de esta evolución que entre las inmigrantes el mercado no está saturado, excepto quizás para la últi ma cohorte, que parte de un porcentaje menor, aunque recupera parte de la diferencia gracias a la antigüedad en el mercado de trabajo. En los Gráficos 7 y 8 se representa el peso de las ocupaciones medias (Gráficos 7 y 8). Entre los españoles, la pauta general es de subida durante los primeros años con una poste rior estabilización. Además, hay indicios de mejora en este tipo de ocupaciones, puesto que el porcentaje inicial aumenta con la juventud de la cohorte. Mientras que la crisis apenas afecta a las cohortes más antiguas, las tres más recientes sí sufren sus consecuencias, bien
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La dinámica laboral de los inmigrantes en el cambio de fase del ciclo económico
Gráfico 6.
Mujeres de 20 a 49 años de edad. Proporción en las cinco ocupaciones inferiores,
por nacionalidad, período de entrada y tiempo en el mercado laboral
(sin las que cursan estudios reglados)
80
70
60
50
40
30
20
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0
0
1
2
3
4
5
Españolas 2000-03 No UE15 1996-1999 No UE15 2008-10
Españolas 1996-1999 Españolas 2008-10 No UE15 2006-07
6
7
8
Españolas 2004-05 No UE15 2000-03
9
10
Españolas 2006-07 No UE15 2004-05
Varones de 20 a 49 años de edad. Proporción en las seis ocupaciones intermedias,
por nacionalidad, período de entrada y tiempo en el mercado laboral
(sin los que cursan estudios reglados)
Gráfico 7.
40
35
30
25
20
15
10
5
0
1
2
Españoles 1996-1999 Españoles 2008-10 No UE15 2006-07
3
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Españoles 2000-03 No UE15 1996-1999 No UE15 2008-10
6
7
8
Españoles 2004-05 No UE15 2000-03
9
10
11
Españoles 2006-07 No UE15 2004-05
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por una interrupción brusca del crecimiento (cohortes 2004-05 y 2006-07), o bien por una disminución del porcentaje inicial sin posterior subida (cohorte 2008-10). Entre los extraco munitarios, el porcentaje inicial apenas varía entre cohortes y la evolución general es de cre cimiento. En los dos últimos datos disponibles, coincidiendo con la crisis, se percibe una caí da en estas ocupaciones, excepto en la cohorte 2004-05.
Gráfico 8.
Mujeres de 20 a 49 años de edad. Proporción en las seis ocupaciones intermedias,
por nacionalidad, período de entrada y tiempo en el mercado laboral
(sin las que cursan estudios reglados)
50 45 40 35 30 25 20 15 10 5 0 1
2
Españolas 1996-1999 Españolas 2008-10 No UE15 2006-07
3
4
5
Españolas 2000-03 No UE15 1996-1999 No UE15 2008-10
6
7
8
Españolas 2004-05 No UE15 2000-03
9
10
11
Españolas 2006-07 No UE15 2004-05
La pauta para las mujeres españolas es muy parecida a la de los hombres. La única di ferencia reseñable es que la cohorte más joven registra mayores aumentos de su presencia en estas ocupaciones intermedias con el tiempo en el mercado de trabajo. En el caso de las mujeres extracomunitarias, el patrón general también es de crecimiento, con un efecto varia ble de la crisis por cohorte de entrada: mientras que en la mayoría hay un repunte de la ocu pación en categorías intermedias en los últimos dos años disponibles, para la cohorte 2004 2005 supone una bajada. En definitiva, encontramos indicios de que la crisis muestra una menor agresividad con el empleo de las mujeres. Además, la experiencia en el mercado de trabajo supone un escudo frente a los efectos negativos de la crisis sólo para los españoles, mientras que para los inmi grantes no implica ninguna protección adicional. Por otro lado, en el período estudiado pare ce existir una tendencia general a la mejora, tanto en términos de desocupación como de tipo de ocupaciones, del empleo de los españoles. Esta mejora se ve interrumpida claramente en las cohortes de entrada más reciente al mercado de trabajo. De forma opuesta, se detectan
217
La dinámica laboral de los inmigrantes en el cambio de fase del ciclo económico
síntomas de saturación en el empleo de los hombres inmigrantes incluso desde antes del ini cio de la crisis. Esta saturación sin embargo no se manifiesta en el empleo de las mujeres, a excepción de la última cohorte de entrada.
6.
Los cambios en las ocupaciones con menor cualificación
De los análisis realizados hasta ahora se podría concluir que, al menos hasta el inicio de la crisis, la trayectoria de los inmigrantes es bastante estable (excepto en la fase de incorpora ción). Sin embargo, al trabajar con agrupaciones ocupacionales amplias no es posible apre ciar si entre los inmigrantes, principalmente concentrados en las ocupaciones menos cualifi cadas, existe movilidad ascendente dentro de éstas. Para abordar qué ocurre en el grupo de ocupaciones con menor cualificación, vamos a simplificar el estudio con el análisis de una sola cohorte, la de entrada en 2000-2003, grupo para el que tenemos un período de estudio de hasta ocho años 6 y que además muestra una evolución poco errática en la muestra. El resul tado de este análisis se muestra en los Gráficos 9 y 10. En ellos se presenta la evolución de los porcentajes en cada una de las cinco categorías de grupos ocupacionales inferiores, así como en la desocupación, respecto al total de la población para hombres y mujeres de fuera de la UE-15. Asimismo se incluye la proporción de ocupados en el resto de grupos.
Gráfico 9. Varones inmigrantes de 20-49 años. Porcentaje en cada una de los cinco grupos
de ocupaciones inferiores y en la desocupación, por tiempo en el mercado laboral
(sin los que cursan estudios reglados)
35
30
25
20
15
10
5
0
0
1 Desocupados Grupo 4
2
3 Grupo 1 Grupo 5
4
5
6
Grupo 2 Resto de grupos
7 Grupo 3
8
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Gráfico 10. Mujeres inmigrantes de 20-49 años. Porcentaje en cada una de los cinco grupos de ocupaciones inferiores y en la desocupación, por tiempo en el mercado laboral (sin los que cursan estudios reglados) 50 45 40 35 30 25 20 15 10 5 0
0
1 Desocupadas Grupo 4
2
3 Grupo 1 Grupo 5
4
5
6
Grupo 2 Resto de grupos
7
8
Grupo 3
Entre los varones inmigrantes durante el primer año la desocupación disminuye al mis mo tiempo que se produce un aumento notable de la ocupación en la categoría más baja (peo nes al aire libre, construcción y rural). Los tres años siguientes sigue disminuyendo la deso cupación y también la categoría ocupacional más baja gracias a aumentos en el resto de ocupaciones, sobre todo la 2 y la 4. La disminución de la desocupación toca su fondo en el cuarto año (2004-2007), para dispararse a costa de todas las ocupaciones. No obstante, la pérdida de empleo es más fuerte en los grupos ocupacionales menos cualificados (sobre todo el 1) y poco perceptible en el 4 y el 5. Por su parte, los grupos ocupacionales intermedios y altos habían experimentado un ligero incremento entre los años segundo y quinto, y en los años de incremento de la desocupación muestran una sorprendente resistencia a la caída, que se quiebra solo en el octavo año. Uno de los elementos más característicos del empleo de las mujeres inmigrantes es la notable concentración en el grupo ocupacional 2 (servicio doméstico, peones industriales y textiles), que podría interpretarse como la categoría de entrada al mercado de trabajo. Parece que la inserción en esta categoría de entrada es más rápida entre las mujeres que entre los hombres en la 1, puesto que en un año ellas prácticamente alcanzan su máximo en esa cate goría. Durante los primeros años en el mercado laboral la desocupación disminuye a medida que aumenta la presencia de otras categorías, especialmente la 3 y la 4. La disminución de la desocupación toca fondo en el quinto año (2005-2008), un año más tarde que los hombres, y a partir de ahí crece tan solo moderadamente, al mismo tiempo que disminuyen la ocupación
La dinámica laboral de los inmigrantes en el cambio de fase del ciclo económico
219
2 y, únicamente en el octavo año, la 3. Al final del período estudiado el inicial protagonismo del grupo 2 respecto al resto ha prácticamente desaparecido. En cuanto a los grupos ocupa cionales intermedio y alto, aumentan su presencia entre los años tercero y quinto. Además, durante el aumento de la desocupación en los últimos años observados, no sólo no pier den ocupadas, sino que además incrementan su participación en el total de mujeres en edad activa.
7.
Conclusiones
Este artículo analiza la dinámica de integración de los inmigrantes en el mercado de tra bajo español desde la explosión migratoria del año 2000 hasta el inicio del 2010. En esta dé cada los cambios en la realidad social y económica han sido rápidos, intensos y muy relevan tes. En primer lugar, España se ha convertido en un país receptor de inmigración, en el que la población de origen extranjero constituye una parte notable de la oferta de trabajo. En segun do lugar, durante esta década la bonanza económica inicial se ha invertido, entrando en una recesión profunda acompañada de la pérdida de más de dos millones de puestos de trabajo. En recesiones anteriores la destrucción de empleo ya había sido una de las principales protagonistas. La sociedad española mostró en esas crisis una «preferencia revelada» por el paro (y la desocupación) respecto al incremento de la desigualdad salarial, posible gracias a la existencia de una especie de pacto intergeneracional en el que las familias paliaron las difi cultades de acceso al mercado laboral de los jóvenes. Sin embargo, en esta ocasión, la pre sencia de un contingente importante de población activa, el inmigrante, carente de redes fa miliares y sociales sólidas en las que protegerse de los efectos de la desocupación plantea un nuevo escenario social. El período analizado en este artículo permite por lo tanto extraer conclusiones de un lapso de tiempo en el que se han producido cambios, tanto a medida que aumentaba la pobla ción activa de origen extranjero, como en función del cambio del ciclo económico. En primer lugar, en este estudio se ha puesto de relieve cómo durante el período expan sivo se registró una sustancial mejora de la estructura ocupacional, a través del incremento del peso de las mejores ocupaciones y de la disminución de las peores. El inicio de la crisis, lejos de invertir esta dinámica, la ha acentuado. Por otro lado, la crisis dio comienzo en un momento en que ya se podían percibir indi cios de saturación en la cada vez más dificultosa entrada al mercado laboral de los inmigran tes varones. El aumento de la desocupación ha afectado sobre todo a este colectivo, para el que la antigüedad en el mercado de trabajo no ha constituido un elemento de protección, dis minuyendo tanto la ocupación en las peores ocupaciones como en las medias. Por su parte, el empleo de las mujeres inmigrantes se ha mostrado considerablemente más resistente a los efectos de la crisis. El retraso de la recuperación económica está imponiendo un coste insostenible para una apreciable proporción de la población residente en España procedente del exterior de la UE-15. La consecuencia inmediata es el incremento de las salidas de España, de tal modo
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Luis Garrido Medina, María Miyar Busto y Jacobo Muñoz Comet
que los saldos migratorios exteriores se han reducido, hasta casi compensar totalmente las entradas anuales de más de 400.000 nuevos residentes que se han seguido produciendo du rante 2009 y 2010. El futuro de la permanencia de los inmigrantes en el mercado de trabajo español vendrá determinado por la duración de la crisis y por la capacidad de la que dispon gan para afrontarla en función de sus apoyos familiares y públicos.
Notas 1. En el adelanto provisional de los datos del Padrón a 1 de enero de 2010, los residentes son 46.951.532 De este total, 41.242.592 tienen nacionalidad española. Por su parte, 5.708.940 son de nacionalidad extranjera, lo que representa el 12,2% del total de inscritos. Debido a la importancia de la llegada de oriundos y a la intensidad del proceso de nacionalización española la utilización de la nacionalidad como criterio de demarcación de la inmi gración no es el sistema más adecuado. 2. El sentido del sesgo de la migración de retorno no está clara (Amuedo-Dorantes y de la Rica, 2006). Los inmi grantes pueden volver a sus países de origen debido a un fracaso o también debido a haber tenido éxito en sus objetivos migratorios. En el caso de los países de reciente migración como España, parece más probable que sea el primero de los procesos el que esté ocurriendo, puesto que no habría transcurrido el tiempo necesario para que los inmigrantes cumplieran sus objetivos de ahorro (Borjas y Bratsberg, 1996). Dustmann (2000) desarrolla un análisis de las consecuencias de la migración temporal en el análisis de la integración laboral de los inmi grantes. 3. Para más información sobre la metodología de construcción de la clasificación ocupacional, véase Garrido y Miyar (2008). 4. El dato de 2010 se corresponde únicamente con el del primer trimestre del año, de modo que en él influirá la es tacionalidad y la ausencia de los trimestres venideros. 5. El último dato disponible durante la elaboración del artículo. 6. A pesar de que para una parte de este grupo se dispone de una trayectoria de diez años (desde 2000 hasta 2010) restringimos el análisis hasta los ocho años para garantizar una mayor homogeneidad en su composición en los últimos años observados.
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