LOS PROBLEMAS DE ACCESO A LA VIVIENDA DE LOS INMIGRANTES EN ESPAÑA
España ha pasado en los últimos veinte años de ser un país que generaba emigración a recibirla y además a hacerlo a gran escala. No ha sido, por lo tanto, una escalada programada y tranquila. Además la recepción de inmigrantes ha venido precedida del regreso de nuestra emigración de los años 50 y 60 que han vuelto para quedarse. Igualmente la inmigración ha coincido en un primer momento con tasas de desempleo muy elevadas y en los últimos quince años con un mejoría económica como país en todos los ordenes debido en gran parte a esa llegada de inmigrantes, lo que se ve ilustrado muy especialmente con el boom de la vivienda. Recientemente estamos viendo como la tasa de desempleo está aumentando, especialmente en sectores como construcción o servicios en los que se encuentra empleada una proporción importante de población inmigrante, la pérdida de empleo y del consecuente poder adquisitivo tendrá previsiblemente efectos negativos en otros
ámbitos como el de la exclusión residencial entre otros al tener menos
herramientas para amortiguarlos. Puntualicemos, cuando hablamos de inmigración nos estamos refiriendo a la legal. Es obvio que tenemos un número muy significativo de inmigrantes ilegales pero no entramos en su análisis en este artículo debido a que sus problemas de acceso a la vivienda y el empleo son por su situación de mayor dificultad y de otra índole. El análisis, ha de hacerse por tanto de manera separada puesto que son dos grupos con circunstancias, problemática y realidades diferentes si bien existen factores explicativos coincidentes. Empecemos analizando muy brevemente las características más destacadas del sector de la vivienda en España para poder ver en que medida afecta al colectivo inmigrante: El sector de la vivienda en España se caracteriza por un alto volumen de parque de vivienda en términos relativos y en comparativa con el resto de países de Europa 1 , una baja proporción de la vivienda en alquiler (11%), un gran volumen de vivienda 1 Datos del año 2001, España 510 viviendas por cada 1000 habitantes frente a las 490 de Francia o las 420 de UK
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vacía (14%), alto porcentaje de la inversión inmobiliaria en la cartera de las familias (69%), un elevado nivel de subsidio y desgravación fiscal para la compra de vivienda y un parque de vivienda social prácticamente inexistente unido a una considerable subida de los precios en los últimos años,
datos clasificables de
atípicos dentro del contexto internacional europeo. Todo esto, ha dificultado el acceso a la propiedad para los sectores económicamente más débiles como los jóvenes con empleo precario o los inmigrantes procedentes de países periféricos, en especial a aquellos que se encuentran en período de asentamiento y no disponen de redes sociales y familiares consolidadas.
Podríamos resumir en los siguientes
los principales problemas que han afectado en general a los grupos más vulnerables de la población entre los que se encuentran los inmigrantes: •
Dificultad de acceso a la vivienda para un grupo cada vez más grande de población 2 .
Grupos
más
afectados:
inmigrantes,
jóvenes,
familias
monoparentales… a esto se suma el agravante que al efecto de exclusión social genera la exclusión residencial en colectivos vulnerables. La tasa de accesibilidad 3 ha experimentado un importante deterioro 4 en los últimos años 5 . •
Existencia de una creciente demanda insolvente excluida del mercado
•
Estigmatización por barrios / Guetos
•
Infravivienda
•
Sobreendeudamiento familiar
El principal problema de los inmigrantes es la falta de poder adquisitivo y por lo tanto su expulsión hacia barrios baratos, con menores servicios y con más riesgo de exclusión. Los inmigrantes en general, y con las consecuentes y necesarias excepciones, son un colectivo en riesgo y/o situación de exclusión, lo que quiere decir que se encuentran en una situación de vulnerabilidad con problemas ligados a las
tres
dimensiones
de
la
exclusión:
económica,
social
y
política.
Esta
vulnerabilidad es multicausal y la consecuencia que se deriva de ella, la exclusión, es multidimensional. Nos encontramos pues ante un fenómeno complejo del que se deriva una realidad preocupante: La exclusión de los inmigrantes es reflejo de su escasa integración
2
Aproximadamente el 20 % de la población española está excluida del mercado inmobiliario y del derecho constitucional de acceder a una vivienda digna. Fuente: http://www.viviendadigna.org/docs/estudios/conclusiones_notariado.pdf 3 Cociente entre el precio medio de la vivienda y la renta bruta por hogar. 4 4 En 1998, la vivienda de tipo medio tenía un precio cinco veces superior al salario bruto medio, en 2003 este precio era ya ocho veces superior 5 Memoria socioeconómica del CES, 2006.
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La exclusión residencial que sufren los inmigrantes en España está ligada directamente con su exclusión económica y cultural que son tanto causa como consecuencia, a lo que se une agravando la dificultad de acceso a la vivienda, la discriminación que se deriva al primar a los nacionales como arrendatarios frente a los inmigrantes. La exclusión residencial tiene también varias dimensiones tales como el acceso, la situación de la vivienda – problemas de infravivienda- y la situación – concentración por barrios, guetos. Esto les obliga a concentrarse en un menor número de viviendas y por lo tanto al hacinamiento y a un menor cuidado de las viviendas y por ende a proyectar una imagen social que aumenta el problema y genera un círculo vicioso. Sin embargo, en la inmensa mayoría de los casos los inmigrantes son excelentes inquilinos, y los datos de morosidad facilitados por la banca nos indican que son mejores pagadores que los propios nacionales. La tasa de morosidad de los nacionales es de 0,21% frente al 0,20% de los inmigrantes en datos referidos a hipotecas, tengamos en cuenta además que los inmigrantes suponen ya el 33% de los inquilinos en España según datos de Banesto. Al carecer de redes sociales familiares y de otros amortiguadores expulsamos a los inmigrantes a los guetos y por su parte la población
inmigrante tiende a
concentrarse por motivos obvios como son crear sus propias redes sociales de apoyo, mantener, en lo posible, sus costumbres, apoyarse económicamente, etc. El 70% de la inmigración se concentra en Madrid y Barcelona y lo hacen a nivel de barrios y de nacionalidades pero también a nivel provincial o geográfico. Es sabido que los Caboverdianos se han concentrado en España en las zonas mineras de León o que los dominicanos viven en determinados barrios de Madrid o que los hindúes viven en Tenerife. Resumiendo, se dan casos de Concentración geográfica, concentración por nacionalidad y concentración barrios, lo que parece tener efectos negativos en la integración de los inmigrantes en la vida social del país, es decir, esto trae consigo el riesgo de guetos pero también el efecto contrario de las consabidas redes de apoyo mutuo que reducen la marginación. Pero por mucho que se abaraten los costes de acceso a la vivienda, será difícil conseguir una verdadera intervención eficiente y eficaz en inserción social de población inmigrante en situación o riesgo de exclusión sino se actúa en otros ámbitos que también afectan a la exclusión como la educación, la sanidad o el empleo. Dicho esto, maticemos que de entre todos los factores relacionados con la problemática de acceso a la vivienda, es el empleo la que guarda una relación
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especialmente estrecha y la cual habría que tener en cuenta a la hora de diseñar políticas y programas de vivienda e inserción sociolaboral. Lo que es fundamental es darnos cuenta de que la exclusión residencial está estrechamente ligada a la exclusión económica y laboral de la que no es sólo causa sino también consecuencia. Los bajos salarios, la temporalidad y la falta de cualificación hacen que en muchos casos las crisis les afecten en primer término y que su poder adquisitivo sea menor y que tengan mayores ciclos sin ingresos. Esto les convierte en más vulnerables y menos interesantes para los arrendadores, los bancos, las promotoras. La falta de una vivienda dificulta enormemente el acceso al mercado laboral y la consecuente integración social, pero además es una necesidad básica de la que carecen con más frecuencia las personas inmigrantes. El alojamiento digno y estable es una premisa necesaria aunque no suficiente para la integración de los inmigrantes en nuestro país. Es necesario adoptar medidas que incluyan un enfoque integral, vivienda y empleo, en las actuaciones enfocadas a la integración sociolaboral de los inmigrantes, lo que tampoco garantiza la verdadera inclusión pero al menos establece las condiciones básicas: empleo y vivienda o lo que es lo mismo: estabilidad y seguridad, a partir de los cuales empezar a trabajar otras dimensiones de la inclusión como la inclusión social o política. Cristina Muñoz Izarra Coordinadora de Fundación Domus Labora Economista y Master en estudios internacionales
Cristina.izarra@domuslabora.org www.domuslabora.org
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