Se administró una encuesta entre 1983 y 1990 al primer curso de la disciplina obligatoria Ética y Asistencia Médica, en la Johns Hopkins School of Medicine, para explorar las actitudes sobre temas morales. A partir de 1988, un cuestionario similar fue aplicada a cada clase de los estudiantes de medicina de cuarto año. Este informe resume las actitudes de los estudiantes reportadas anónimamente en ambas encuestas relativas a las circunstancias en las que podrían realizar o hacen referencia al aborto. Las actitudes hacia el aborto cambiaron poco en cuatro años. Los niveles de confort con derivación de pacientes fueron mayores cuando la vida de la madre estaba amenazada y en caso de violación. Los actitudes se correlacionan estrechamente con las creencias personales acerca de que un feto es considerado una vida humana y no tanto con el sexo de los estudiantes. Los resultados de la encuesta de primer año fueron compartidas con los estudiantes en las sesiones anuales del curso sobre el aborto con el fin de ayudarles en la comprensión de los supuestos que subyacen a dilemas éticos en torno al aborto y hacer visible el pluralismo moral de la clase sobre el tema. La encuesta también ayudó a determinar la tolerancia, en su caso, con las opiniones o acciones de los pacientes que entraban en conflicto con sus posturas morales personales. 'Arte, como moralidad,' dijo G.K. Chesterton, 'consiste en dibujar la línea en algún lugar', Estando de acuerdo en que esta línea es difícil en una sociedad plural que carece de consenso acerca de lo acertado y lo erróneo y está progresivamente comprometida con el derecho individual a actuar sin compartir con la mayoría. Algunos de los más volátiles desacuerdos envuelven las cuestiones alrededor del inicio de la vida. Estas cuestiones incluyen cuando, desde la concepción hasta el nacimiento, se es persona con derechos, y si tales existen, cómo se adecuan con los de la madre. Los avances en la tecnología biomédica tales como la amniocentesis, la monitorización fetal y la resucitación neonatal han hecho que estas cuestiones sean cada vez más difíciles e importantes. Para los estudiantes de medicina el hacer frente a situaciones en las que sus creencias personales se enfrenten con los de otros profesionales o los pacientes necesitan conocer donde colocan la frontera y porqué, así como dónde se colocan otros y porqué. Anticipando cómo deben actuar en un choque frontal en los valores, los estudiantes se adhieren a la máxima de Pasteur de que 'la posibilidad favorece sólo a la mente preparada'. Este artículo discute los resultados de un cuestionario autoadministrado utilizado para ayudar a los estudiantes a definir sus creencias y entender el tema. Método Al principio de 1983, preparando un curso obligatorio de Ética y Cuidados Médicos, se administró un cuestionario orientativo a los alumnos de primer curso en la Johns Hopkins Universitary School of Medicine. Se solicitaron las opiniones anónimas sobre engaños, mentiras, aborto y eutanasia, así como sobre temas médicos tales como el coste de la
asistencia, el papel del médico en la sociedad y los hábitos saludables de los estudiantes. La única característica que identificaba a los estudiantes fue el sexo. Desde 1985 en adelante, las creencias religiosas y la moral personal también fueron solicitadas. Las respuestas fueron devueltas al aula en sesiones para las que eran relevantes. Comenzando en 1988, los cuestionarios fueron administrados a los alumnos que se graduaban y se les solicitaba información sobre su experiencia en la Escuela, además de las del cuestionario inicial. Para los intereses de este artículo, sólo la respuestas relativas a las creencias religiosas, formación previa en Ética y actitudes sobre el aborto son analizadas. Los datos fueron almacenados en un ordenador usando un programa estándar de análisis estadístico mediante el test de χ2 y la t de Student según la variable. Resultados Los resultados de los cuestionarios se comunican en dos secciones. La primera consiste en los datos demográficos de sólo tres promociones que completaron tanto el cuestionario de entrada como el de salida. La segunda se refiere a los datos de las actitudes de los alumnos acerca del aborto de las tres anteriores y de las correspondientes a los años 1987-1990. Demografía El porcentaje de mujeres en las promociones que completaron los dos cuestionarios fue del 36% (rango 32-40%). El de los estudiantes que recibieron formación en Ética o similar fue del 33% (25-42). Para los cursos que empezaron en 1985 el porcentaje de los que profesaban una fe en Dios era del 67%, agnósticos el 25% y ateos el 8%. Para los graduados que salían entre 1988 y 1990 creían en Dios el 66%, agnósticos el 22%, ateos el 10% y sin opinión el 1%. Entre estos graduados que creían en Dios o eran agnósticos, un 86% formaban parte de una religión organizada y el 31% acudía regularmente a los servicios religiosos. El 56% de todos los estudiantes afirmaban que la Biblia o los Diez Mandamientos eran la base de su ética personal. Los valores familiares o la filosofía secular eran la base del 15%, el budismo para el 5%, Bhagavad Gita para el 3% y el Corán para el 2%, y en el 19% no mencionaban ninguna filosofía particular. Actitudes sobre el aborto. Para las tres promociones que completaron ambos cuestionarios la tasa de respuesta al cuestionario inicial fue de 353 sobre 360 y de 303 sobre 350 para el final. La primera cuestión abordaba la opinión acerca de cuándo un feto es personal y por tanto cuando un aborto podía considerarse un asesinato (tabla 1).
Parte A
Punto de vista personal El feto es persona en la concepción. El aborto es un
Parte B
1er año
4º año
N
%
N
%
N
%
N
%
103 30
84
28
144
29
78
26 222 28
63
61
20
79
16
55
18 134 17
103 30 100 33
155
32
94
31 249 31
78
112
23
75
25 187 24
302
792
Hombres
Mujeres
Total N
%
asesinato El feto es persona sólo al nacer. El aborto no es un
18
asesinato El feto es una persona en un momento intermedio entre los otros dos, cuando es reconocible, se mueve o es viable. El aborto después de eso es un asesinato No tengo opinión. Si tuviera que tomar una decisión
22
56
19
para mí o mi pareja, podría opinar cualquiera de las anteriores Total
347
301
430
Tabla 1. Puntos de vista personales de los estudiantes Como se muestra, en la parte A, no hubo diferencias significativas entre la distribución relativa de las respuestas que dieron los estudiantes en el primer y cuarto año. Ya que los puntos de vista personal y profesional pueden no coincidir, se les preguntó, como profesionales, cómo actuarían si una mujer les solicita un aborto (tabla 2, parte A). Parte A
Parte B
1er año
4º año
Punto de vista profesional
N
%
N
%
N
%
N
%
N
%
Nunca haría un aborto o referiría a una paciente bajo
11
3
7
2
11
2
7
2
18
2
168 48 142 47
247
49
136 44 383 47
173 49 152 51
244
49
164 53 408 50
352
502
Hombres
Mujeres
Total
ninguna circunstancia No lo haría pero referiría a la mujer bajo algunas circunstancias Lo haría o haría la derivación bajo ciertas circunstancias Total
301
307
809
Tabla 2. Puntos de vista profesionales de los estudiantes De nuevo, no hubo diferencias en la distribución de respuestas del primer y cuarto año. Como se muestra en la tabla 3, aquellos estudiantes a los que se podía referir una mujer para realizar un aborto fueron preguntados sobre las circunstancias bajo las cuales accederían. Virtualmente todos dijeron que si la vida de la madre estaba amenazada. En caso de violación, el 90% de los de primer año y el 94% de los de cuarto año afirmaron que accederían. En caso de que la salud de la madre estuviera afectada accedían el 72 y 73% respectivamente. Hubo
cuatro circunstancias bajo las que las decisiones de los estudiantes se incrementaron significativamente. 1er año Circunstancia
4º año
Total
Sí
No Total
Sí
No
p
Si la vida de la madre estuviera amenazada
339
338
99
292
292 100
Malformación del feto
323
256
79
290
254
88
< 0.05
Si la salud mental de la madre estuviera amenazada
315
226
72
280
205
73
n.s.
Incompetencia de los padres para criar
325
81
25
284
100
35
< 0.05
Fallo del control de natalidad
314
142
45
283
172
61
< 0.001
Violación
326
294
90
284
268
94
n.s.
A demanda
304
109
36
283
129
46
< 0.05
n.s.
Tabla 3. Circunstancias bajo las que referiría a una mujer para un aborto
Estas eran: 1) si el feto padecía defecto físicos o síquicos severos (del 79 al 88%), 2) cuando los padres fueran declarados incompetentes para criar a sus hijos (del 25 al 35%), 3) Cuando el método anticonceptivo fallara o no se usó (del 45 al 61%) y 4) a demanda de la paciente por cualquier motivo (del 36 al 46%).Las respuestas de los estudiantes de primer año fueron devueltas a ellos en clase durante la sesión de aborto en el curso de Ética y Cuidados Médicos. Esta información fue usada para demostrar el pluralismo de la clase y para la discusión en grupos. Cuando los datos sobre las circunstancias que podían afectar a las decisiones de los estudiantes sobre realizar o referir para un borto fueron analizados bajo la mirada de las creencias personales, emergen algunos datos interesantes. Siete estudiantes de cuarto año dijeron que nunca lo harían (tabla 2, parte A). De ellos, seis pensaban que un feto era una persona desde la concepción, y uno en algún momento entre la concepción y el nacimiento. La mayor diferencia entre las opiniones acerca de realizar un aborto o referir a la mujer para hacerlo fue entre los que pensaban que el feto es persona desde la concepción y los que pensaban que el feto es persona en el momento de nacer (p<0.001, χ2 = 172.4). Aquellos que pensaban que el feto se hace persona en algún momento entre la concepción y el nacimiento también se sentían más cómodos acerca de realizar una borto o referirlo que los que pensaban que el feto es persona desde el principio (p<0.001, χ2 = 114.5); pero estos mismo estudiantes estaban menos cómodos que los que pensaban que el feto se hace persona al nacer (p<0.001, χ2 = 21.2). Pero menos cómodos que los que no tenían una opinión formada acerca del momento en el que el feto se hace persona al nacer (p<0.001, χ2 = 8.8). Como cabría esperar, aquellos que realizarían un aborto o referirían a la mujer para hacerlo estaban mucho más cómodos para casi cualquier circunstancia de las siete que
figuraban en el cuestionario que aquellos que nunca lo realizarían pero podrían hacer la derivación (p<0.001, χ2 = 146.8). Incluso en este caso, algunos expresaban reparos con ciertas circunstancias, tal como si los padres eran juzgados incompetentes. Para el conjunto de estudiantes de primer año, las respuestas al cuestionario fueron de 811 sobre 960 (de nuevo, las tasas de respuesta individual difieren ligeramente de la tasa global). No hubo diferencias significativas entre las respuestas de hombres y mujeres acerca de sus puntos de vista personales sobre cuando un feto se convierte en persona (tabla 1, parte B) o sus valores profesionales acerca de si practicarían un aborto o referirían a la mujer para ello. (tabla 2, parte B). Se detectó una tendencia proclive entre las mujeres hacia la práctica o referir a la mujer para el aborto bajo ciertas circunstancias (p. ej. Cuando el control de natalidad fallaba), con una p = 0.071. Discusión Enseñar normas éticas en un ambiente secular es difícil por ser un grupo sin moral uniforme que coincide por cortos períodos de tiempo. El término ‘normas’ sugiere que existe una moral estándar común, y los cuestionarios referidos en el presente estudio confirman que los estudiantes de medicina tienen diferentes estándares. Además, los que profesan una fe en Dios a asisten a oficios religiosos son algo menos que las estimaciones en población general. Consecuentemente, el abordaje en esta Facultad de Medicina fue analítico y descriptivo más que normativo. El estudio ayudó a facilitar la discusión. Responsabilidad profesional En el caso del aborto, el grupo más ruidoso se sintió profundamente incapaz de vivir en una sociedad que tolera lo que ellos encuentran inaceptable (ya sea la práctica o la restricción del aborto). Sin embargo, la mayoría de los que respondieron el cuestionario, ocupan una posición intermedia entre esos extremos. Incluso se puede pensar en no pensar en el aborto como elección para uno mismo o favorecer tal elección para su pareja y tolerar tal elección para otros bajo determinadas circunstancias. En este orden de cosas, uno debe ser capaz de distanciarse moralmente del acto.
Algunos estudiantes pueden hacerlo y permanecer
cercanos a la práctica del aborto argumentando que ellos no se involucrarían directamente en el aborto. Otros prefieren la distancia total eligiendo una especialidad en la que el aborto sea un tema muy improbable. La mayoría de los estudiantes que se oponen al aborto hacen distinciones sobre las circunstancias en las que ellos se sentirían cómodos participando como profesionales. En la discusión de estas circunstancias, los estudiantes y sus preceptores consideran apropiado que los derechos del feto son iguales a los de la madre que quiere abortar. Algunos citan como un factor determinante el porcentaje de fetos que podrían ser viables a término cuando la
cuestión del aborto aparece. El principal factor para contrarrestar tales derechos del feto es la amenaza de la vida de la madre. Más discutible fueron problemas maternos mentales o físicos menos serios. Algunos consideraban circunstancias del feto como moralmente relevantes (como la presencia de malformaciones). La violación, para la mayoría una causa justificada de aborto, y el fallo del control de natalidad condujeron a discusiones sobre porqué tales circunstancias deben hacer cruzar los límites. Muchos, como el autor de este artículo, creen que el concepto de feto como persona es importante; sin embargo, presenta algunos desafíos en su utilidad y relevancia. En cualquier caso, alguien puede pensar que el aborto es un asesinato y aun así verlo justificado. Es más, la resolución de tal dilema moral requiere que las personas lleguen a un conflicto entre valores opuestos. En el análisis final, la teoría moral que opera en cada uno es decisiva. En lo referente a un asunto tan controvertido como el aborto, hacer un balance en foros abiertos es complicado, ya que la mayoría verá como aceptable un aspecto o el contrario. Aquellos que adoptan posiciones opuestas pueden intimidar al resto arguyendo sus razones de forma intimidatoria. Para mitigar esta situación empleamos la escucha activa, en la que los participantes más vociferantes fueron colocados en la defensa de la posición opuesta. Como mínimo, esto forzaba a que escucharan las posiciones opuestas en vez de rearmar sus puntos de vista. El estudio también permitió la discusión de la responsabilidad del profesional, especialmente cuando se ejercía en instituciones públicas o privadas con valores en conflicto con los personales. También se prestó atención a lo contario, esto es, cómo la opinión personal puede afectar a una paciente que aborta sobre las elecciones reproductivas. La investigación realizada demuestra que la mayoría de los estudiantes que ingresan en una escuela de medicina lo hacen con una idea fija sobre el aborto. Ni la formación en ética ni en disciplinas cercanas a la obstetricia y ginecología ni la socialización en una escuela de medicina parecen afectar mucho a sus opiniones. Los juicios sobre este tema parecen permanecer estables tal como afirmaba las conclusiones de Pellegrino de que lo referente a que el adoctrinamiento de las creencias a través de los cursos de ética es obviado. En el informe de Pellegrino, los médicos que habían seguido cursos de ética médica los habían encontrado de mucha utilidad para su práctica cotidiana, incluso para aquellos que no cambiaron sus valores básicos. De una forma similar, la mayoría de los estudiantes calificaron la sesión del aborto (y en el curso de Ética y Cuidados Médicos) muy positivamente, porque les permitió hacer serias consideraciones analíticas sobre el aborto y otras cuestiones. Conclusión
El razonamiento moral, como el clínico, requiere práctica y análisis. Como dijo Sócrates ‘la vida sin examen no merece la pena vivirse’. El secreto para vivir en una sociedad plural es tratar de comprender al otro y tolerar puntos de vista amplios. Claramente debe haber cierto acuerdo en valores. Los americanos son afortunados de vivir en una sociedad libre y abierta que predica la posibilidad de discutir sobre temas importantes sin miedo al rechazo. El objetivo del estudio fue ayudar a los estudiantes a tratar de encontrar su perfil moral en la esperanza de que, en unos tiempos tan turbulentos, la sociedad, por extensión, haga lo mismo. La posibilidad de hacerlo es especialmente importante para aquellos que deben tomar en cuenta los dilemas éticos que afectan a pacientes, familias y profesionales.