19 09 15 aladar 63 01 portadilla 1

Page 1

Sábado, 19 de septiembre de 2015 Nº 63 @aladar_cultura

Dos estilos que marcan época La duodécima entrega de la Historia del Jazz indaga en la importancia que tuvo el saxo de Hawkins y Young

Entrevista a Francisco Hernanz, de la Editorial Dilema

Aladar recopila ‘Las canciones de nuestra vida’


2

Suplemento cultural

El Correo de Andalucía Sábado, 19 de septiembre de 2015

Música

El Dcode llegó a su quinta edición con uno de sus mejores carteles. A pesar de la baja que Sam Smith, uno de los artistas más esperados, causó a última hora, el evento hizo vibrar a miles de asistentes en el enorme campus universitario

El festival que despide el verano y saluda el nuevo curso Paulo García Conde {Madrid suele ser una de las ciudades a las que la vara de la fortuna roza cada vez que un conjunto musical de talla internacional decide salir de gira por el mundo. Sin embargo, en materia de festivales, la capital tiene una dura competencia. No cuenta con demasiados y, como ya sabemos, los más sorprendentes y adorados por los entusiastas de la música en vivo se reparten por otros puntos de España. Pero, desde hace unos años (concretamente, desde 2011), Madrid se ha hecho con el broche. Ha cimentado paso a paso el festival que despide el verano, el que da la bienvenida a un nuevo curso. En especial, al universitario, ya que el Dcode se celebra en el campus de la Complutense de Madrid. Para quienes estudian allí, pocas cosas mejores puede haber que ver el recinto donde tendrán que hincar los codos convertido en epicentro de la música en directo. Para quienes no estudian allí, también. Porque su cartel ha ido creciendo sin miedo año tras año, y en esto se ha convertido. A pesar de que en sus primeras ediciones se componía de dos fechas, sábado y domingo, en las últimas ha pasado a ocupar una sola. O lo que es lo mismo: 17 horas de música sin pausa. Porque el silencio no existe durante la jornada del Dcode. Para quienes ya no gozan de la condición de universitario (uno puede ponerse un tanto nostálgico al recorrer las instalaciones del enorme campus), estar al pie del cañón desde primera hora es una opción inexistente. Por eso quien escribe esto no pudo gozar de las primeras actuaciones, que se produjeron en el escenario Tentaciones. Porque una de las características del festival es que cuenta con tres escenarios diferentes, lo que permite incluso tener bandas dándolo todo de manera simultánea. Pero, a pesar de no haber podido disfrutar de una ma-

ñana y un mediodía musicales, fueron recogidas algunas impresiones. Trajano! fue la banda escogida para dar el pistoletazo de salida. Un grupo que ha tenido un verano movido y completo, al formar parte del cartel de otros grandes festivales como el FIB o el BBK. Fueron sucedidos por los londinenses Wolf Alice, que visitarán de nuevo España en fechas próximas como parte de su gira. Como queda reflejado, en el Dcode no se andan con rodeos; desde temprano ponen toda la carne en el asador. Uno de los grupos que más huella dejó durante la jornada mañanera fue The Parrots. Su directo convenció y conquistó, al expandir el buen rollo por los primeros congregados y tras dejar con ganas de más. Perfecta situación si se tiene en cuenta todo lo que estaba por llegar. Ya en el escenario principal, Neuman reunió a un buen número de seguidores (y seguramente captó a muchos otros nuevos) haciendo sonar algunos de sus grandes temas, como en el caso de Tell you o Turn it. El ambiente comenzaba a caldearse de verdad. Muchos de los jóvenes sentados a lo largo y ancho de la hierba mullida del campus se levantaban para mover el cuerpo a aquellas horas de la tarde, cuando todavía el sol pegaba un poco. Tras Neuman, la mexicana Natalia Lafourcade cogió la guitarra y, acompañada de sus músicos, encandiló a los presentes. Ritmos contagiosos mezclados con armonías y letras de reminiscencias melancólicas, todo ello aderezado con una presencia sensual y, a su vez, enérgica. La gente aplaudió, dejó mecer su cuerpo, y cantó. Fue entonces cuando un rumor comenzó a apoderarse del recinto, y cobraba cada vez más fuerza. Al parecer, en las redes sociales del Dcode se había publicado que Sam Smith, cabeza cartel y uno de los artistas más esperados de la noche, cancelaba su actuación por

A la izquierda, Natalia Lafourcade. Arriba, The Parrots en una imagen promocional.

Dcode ha pasado a ocupar una sola jornada, que se resume en 17 horas de música en directo motivos de salud. Claro que, en un lugar donde miles de personas se agolpaban, la cobertura era más bien escasa. Por eso muchos esperaban alguna confirmación oficial, o cruzaban dedos para que se tratase de una pequeña pero cruel broma. No fue así. La baja del fla-

mante ganador de cuatro grammys se confirmó mediante las colosales pantallas instaladas junto a los escenarios, con un escueto comunicado escrito. Se escuchó algún comentario de indignación, de decepción, e incluso algún tímido abucheo. Pero fueron mínimos, porque en esos momentos las chicas de Hinds habían tomado el escenario y ponían a la gente a bailar sus canciones. Con ellas tampoco habían salido las cosas como estaban planificadas. Hinds había actuado la noche anterior en Palma de Mallorca, y el vuelo que cogieron al día siguiente para llegar a tiempo al Dcode sufrió un retraso. Sin embargo, las chicas llegaron al trote y consiguieron librar su sugerente batalla. Tras Hinds, llegó una de las actuaciones estelares del festival. The Vaccines eran, por así decirlo, la sorpresa esperada. Sorpresa porque el conjunto británico no goza todavía del reconocimiento que merece, pero esperada porque, quienes ya los seguían de antes o habían sido testigos de su directo, sabían ante qué se iban a situar. Un directo potente, de vitalidad más que notable. The Vaccines es puro espectáculo musical. Uno de sus temas más célebres, If you wanna,


El Correo de Andalucía Sábado, 19 de septiembre de 2015

Suplemento cultural

3

Conforme la noche avanzaba las pantallas fueron demostrando que la multitud reunida coloca a este encuentro madrileño a la altura de los mejores festivales de España. Neuman estuvo entre las mejores actuaciones. Suede decepcionaron

Trajano!, refrescantes en Dcode.

hizo que absolutamente nadie se quedase estático en el campus. Porque era imposible. Tras ellos fue el turno de L.A., que cubrieron el horario previsto para Sam Smith. La banda mallorquina venía de presentar recientemente su último álbum, From the city to the ocean side, un trabajo donde los sintetizadores cobran mayor protagonismo que en discos anteriores. No obstante, la banda sabe lo que se hace y lo que el público necesita oír. Por eso, aunque algunas de las canciones eran de carácter demasiado pausado para lo que la gente venía de escuchar, supieron acertar al abrir su actuación con Stop the clocks y brindar una buena interpretación de Hands, su canción insignia. Mientras, llegaba más gente a las instalaciones y quienes ya estaban allí desde antes se acercaban más y más a los escenarios. Los planos cenitales que se reflejaban en las pantallas gigantes, con las cámaras

Arriba, The Vaccines, que actuaron en el Dcode.

No solo el cabeza de cartel tuvo problemas. Hinds llegó muy justo por el retraso de su vuelo

volando sobre el público, mostraban una imagen que casi ponía los pelos de punta: la propia de un festival de los grandes. Y, a medida que se iba asentando la noche, más bonito quedaba todo con las pulseras luminosas que la organización había repartido, y que se activaban cada vez que el público hacía palmas o se sacudía con energía. Que no faltase espectacularidad. Cuando los primeros acordes de la banda andaluza Supersubmarina resonaron, el ambiente era el propio de un gran acontecimiento. Con cada vez más experiencia demostrada a sus espaldas, la banda liderada por José Chino supo combinar algunos de sus temas más recientes con los que clásicos que, les aburran ya o no, tienen que tocar casi por obligación. La gente coreó con énfasis su En mis venas, Puta vida o Niebla, y dejaron constancia de que la agrupación ha sabido mantener el interés de sus seguidores a lo largo de sus diferentes trabajos. Dejaron el listón suficientemente alto como para que tomase el relevo la veterana banda Suede, que fue quizás una de las actuaciones más tibias del evento. Terminaron por lo alto, bien es cierto, pero comenzaron un tanto fríos. El sonido no lograba convencer y su espíritu parecía tener dificultades para caldearse. No obstante, son muchos los años que estos ingleses llevan pisando escenarios y recogiendo halagos, y por suerte lo hicieron valer hacia la parte final de su directo. Así fue como el asunto llegó hasta Izal, una de las bandas que más ha revolucionado el panorama español en los últimos años. No quedó duda, porque miles de personas se destaparon como fieles admiradores del conjunto, estallando en gritos cada vez que los primeros acordes de sus temas favoritos se apoderaban de la noche, y coreando con intensidad los compases más sentidos. Un buen directo que despedía la amplia representación española del cartel del Dcode. Foals salió al escenario a por todas. Desenfundó con sus canciones estrella y conquistó a los presentes a base de una intensidad que se materializó principalmente en el vocalista, que ni siquiera dudó en lanzarse al público, para terror del personal de seguridad. Todo salió bien, y los asistentes vaciaron casi toda la energía que les quedaba en el cuerpo. Casi pero no toda, porque estaban por llegar Crystal Fighters. Junto con The Vaccines, de lo mejorcito del festival. Contagian su espíritu animado e incansable a todos los que los escuchan con fervor, convirtiendo su música en un baile sin fin. Una manera excelente de dejar colocado el broche de oro no solo al Dcode, sino al verano mismo. ~


4

Suplemento cultural

El Correo de Andalucía Sábado, 19 de septiembre de 2015

Música

Lester Young es el responsable de que el saxo tenor dominara el jazz hasta los años 60, con un estilo contenido, introvertido. Coleman Hawkins utilizaba en cambio una gran profusión de notas para expresar los sentimientos, por lo que se le puede calificar de extrovertido por

HISTORIA DEL JAZZ (XII)

Lester Young y Coleman Hawkins: dos caras del saxo Gabriel Ramírez Lozano Bill Russo, músico de jazz y arreglista, utilizaba el término atenorizado para referirse a la música jazz influenciada por el sonido del saxo tenor. Esta marca perduró hasta finales de los años 60. Y el músico culpable de que esto ocurriera fue Lester Young. Lester President Young marcó el jazz de los años 50 cuando tocaba en la banda de Count Basie. Y eso era en la década de los 30. Tras la irrupción del bebop la influencia de Lester Young resistía y se imponía, de nuevo, en los 50. Algo extraño y muy difícil de conseguir. Si tuviéramos que elegir el momento en el que este músico comenzó a ser importante tendríamos que marcar en el calendario el año 1934, momento en el que sustituyó a otro saxofonista en la orquesta de Fletcher Henderson, llamado Coleman Hawkins. Hawkins era muy expresivo en su música. Para ello acumulaba un gran número de notas para contar lo que quería. El sonido de su saxo era directo, agresivo si la pieza era rápida; sensual y dulce cuando interpretaba una lenta. Siempre lograba embriagar al público. Young era más cuidadoso a la hora de ex-

Coleman Hawkins era muy expresivo a la hora de tocar.

presar, se mantenía colocado detrás de esa línea imaginaria que divide el territorio en lo que es zona de amabilidad, tranquilidad y suavidad. Era tan introvertido como Hawkins extrovertido. Pero sería injusto decir que Hawkins pertenece a la tradición y solo a ella. Del mismo modo que Young vivió la tradición en las calles de Nueva Orleáns, Hawkins fue de los primeros en atreverse a tocar con los jóvenes músicos que

El saxofonista Coleman Hawkins estaba siempre donde ocurrían cosas importantes daban un paso abanderando el bop. Ambos se encuentran en el centro del jazz y eso significa que participan de lo moderno y de lo tradicional. Coleman Hawkins encontró un hueco de importancia al saxo tenor dentro de la música jazz. Hasta que él mismo no fue importante su instrumento tampoco lo fue. En 1923, se incorporó a la banda de Henderson. Es posible que fuera el primer solista de la Era del Swing.

Y fue uno de los músicos que llegaron pronto a Europa para grabar discos. Alguno de ellos con Django Reinhardt en el año 1935. Hawkins siempre estaba presente en el lugar en el que ocurriesen cosas importantes. Por ejemplo, en 1934, siendo miembro de la banda de Fletcher Henderson, grabó Talk of the Town, tal vez la primera balada

dentro del jazz, y marcó el camino para recorrer en el futuro. Pero fue en 1939, al grabar Body and Soul, cuando el éxito llegó de forma sólida. Al propio Hawkins le pareció sorprendente que el mundo entero se rindiese a sus pies. Decía que no entendía nada de lo que pasaba puesto que él siempre tocaba ese tipo de cosas.

Jazz y cine PIANO BLUES Con Piano Blues en pantalla, si alguien le pegara con cola los zapatos al suelo no podría evitar que usted se los quitase para poder seguir el ritmo. Porque esta película es una joya que contiene blues de gran categoría. Ya sabe usted que el jazz despojado se su estructura modal deja al descubierto el swing; y que ese swing envuelve al blues. Pero esto pasa en cualquier tipo de música moderna. Todo es blues. El pop lo es, el rock, el soul… Piano Blues es una película documental de Clint Eastwood. Lo que hace Eastwood es ir charlando

con músicos vivos sobre su propia música y sobre la que más ha influido en cada uno de ellos, es decir, habla con ellos de su propia vida. Pero no habla con cualquiera. Ray Charles, Dave Brubeck, Dr. John o Marcia Ball, son algunos de sus invitados. Les escuchamos contar y les escuchamos tocar. No hace falta decir que resulta muy agradable y toda una lección de lo que es interpretar una pieza de jazz al piano. A medida que fluyen las conversaciones van apareciendo nombres míticos. Y, lógicamente, Eastwood nos regala imágenes y sonido de actuaciones de músicos que fueron claves en el desarrollo del

blues. Art Tatum tocando Humoresque, con la mano derecha potente y la izquierda a una velocidad imposible. El Stride de Harlem interpretado por Dorothy Donegan. Otis Spann al piano para dejar una versión de Blues Don’t Like Nobody que quita el hipo. El sorprendente Nat King Cole (al que muchos recuerdan como cantante y solo como cantante) al piano interpretando It’s Better to Be Yourself. Y cantando, claro. Y muchos más. Los noventa minutos de película resultan emocionantísimos. Eso es lo que busca Eastwood. Porque el lugar que ha ocupado el piano desde los años 20 del siglo pasado en la música jazz ha sido espe-


El Correo de Andalucía Sábado, 19 de septiembre de 2015

Suplemento cultural

5

contraposición a Young. Pero ambos están a caballo entre las raíces del jazz y todo lo moderno que trajo el maldito siglo XX. Uno con una música que era un acertijo constante y reflejo de las sombras. El otro, el primero que introdujo las baladas en el jazz

Lester Young era pura sensibilidad en el escenario.

Los aficionados al jazz, al pensar en este músico, no pueden evitar escuchar en su cabeza la improvisación que grabó en 1947: Picasso. Cinco minutos sin acompañamiento, música cercana a Bach, sobre la base armónica de Body and Soul. Hawkins fue el rey del fraseo. Sus frases son, en sí mismas, base

Clint Eastwood con Ray Charles.

suficiente para improvisar. Y sus solos, un conjunto de frases ligadas con agilidad endiablada. Enfrente de Hawkins encontramos a Lester Young. Enfrente porque, a pesar de ser un referente imprescindible en el jazz, es casi lo contrario a Hawkins. Enfrente porque el universo de Young era un acertijo constante y su música un

reflejo de las aristas y de las sombras de una personalidad única. La sensibilidad de Lester Young la provocaba una percepción intensa de la realidad. Una realidad que formaba un todo y en la que cualquier daño causado era un dolor común. El lenguaje musical del saxofonista era claro y contundente. Casi se puede entender lo que dice con la música. Presumía de escuchar canciones todo el día y fijarse en las letras para repetir lo mismo con el instrumento. Y el resultado se puede apreciar, con total claridad, en los solos que logró acompañando a Billie Holiday (Without Your Love es el mejor de los ejemplos). En el ejército, Lester Young perdió todo lo que un artista necesita para serlo. Libertad, personalidad, autenticidad. Nada que no le pase a cualquiera, pero Young era un artista con gran lirismo y sensibilidad. Se lo arrancaron y la vida de Young se convirtió en un pequeño desastre emocional constante. Y, por si era poco, todo el mundo le intentaba imitar. A un sujeto tan individualista eso le inquietaba hasta desestabilizarle. Después de firmar con Granz (Verve) nada fue igual. Aunque el público le adoraba y aplaudía su música como si no hubiera otra (lo peor que podía tocar Young era una joya aunque las había conseguido de muchos más quilates y, además, conservaba intacta su sonoridad; igual que ocurrió con Hawkins) el alcohol y las drogas fueron haciendo su trabajo. Murió en 1959 en el Hotel Alvin de Nueva York. Howkins y Young siempre estuvieron presentes en la música jazz. Desde los años 30 en los que aparecieron con fuerza no han faltado. Llegado el bop, Young parece desaparecer para que Charlie Parker suene y todos suenen igual que él, pero su estilo vuelve a impregnarlo todo en los años 50 hasta aparecer el hard bop en la que Parker resurge. Entonces es el estilo de Hawkins el que toma protagonismo en la música de Sonny Rollins y los músicos de su escuela. Siempre estuvieron y siempre estarán. ~

cialmente importante. Esta música, la música norteamericana en general, no se puede comprender sin escuchar a Duke Ellington o a Count Basie (también aparecen en el documental) y su aportación desde el piano. Si echan un vistazo a la cinta presten atención a la versión de Boogie Woogie Dream de Pete Johnson y Albert Ammons; y a la que Ellington y Ray Charles hacen de Duke’s Place. La película se puede encontrar en formato Dvd dentro de la colección The Blues que presenta Martin Scorsese. Y no está traducida al español. Se puede ver en inglés. Sin subtítulos.

Los protagonistas

ELLA FITZGERALD Nació en 1918. Aunque su forma de interpretar procede de la Era del Swing, Fitzgerald es una de las cantantes más completas de la historia y su trayectoria es impecable, ya que siempre supo adaptarse a los tiempos. Es extraño encontrar una artista que abarque tanta música, tanto jazz. Fue descubierta en un concurso para nuevos talentos en el Apollo de Harlem. Su éxito más rotundo fue el tema A-Tisket, A-Tisket que interpretaba cuando formaba parte de la banda de Chick Webb (más tarde, después de morir Webb, acabaría haciéndose con las riendas del grupo). Eso ocurría en la Era del Swing. La improvisación le unió durante un tiempo al bop. Más adelante, fue capaz de cantar los temas compuestos por Porter, Gershwin o Kern. La balada de Fitzgerald es imponente. Hasta el final de su vida, logró mantener un nivel envidiable.

SARAH VAUGHAN Nació en Nueva Jersey en 1924. Es, sin duda, la cantante de jazz con un registro más versátil y más poderoso, la cantante de jazz que mejor controló el vibrato de todas las que se han subido a un escenario. Su voz de contralto aportó una tonalidad al jazz que nadie había conseguido y que, hoy, no puede superarse. El fraseo, la respiración de Sarah Vaughan, ha sido envidiado por las cantantes de jazz desde su aparición. Sarah Vaughan incorporó líneas del bop en su forma de cantar, practicó el scat con soltura e improvisó con una agilidad melódica única y genuina. Murió el año 1990 en Los Ángeles.


6

Suplemento cultural

El Correo de Andalucía Sábado, 19 de septiembre de 2015

Música

¿Quién no tiene escondida en la memoria una canción que le recuerda algo importante? Primeros novios, nacimientos, ilusiones que se llegaron a cumplir o que siguen pendientes, pérdidas, esas tardes tristes ya sin novio o ‘Quién fuera’ SILVIO RODRÍGUEZ

La buena música

Gracia Elena Miranda {Había escuchado cientos de canciones, miles, pero ninguna como aquella. Ocurrió cuando tenía trece años. –Me gusta cada vez más. –Es lo que pasa con las cosas buenas que cada vez te gustan más. Ésa es la diferencia con la música corriente que cada vez te gusta menos. A Silvio, cuanto más lo escuchas más te gusta, nunca te cansas. Estoy buscando una palabra Al pie del mar de los delirios Y así fue como Silvio Rodríguez Me educó en la diferencia, en otros mundos, en la existencial salvación, en el descanso.

‘Hasta mi final ’ IL DIVO

Transitar el camino que toca Rocío Muñoz {Seguramente ponga el punto pasteloso a este recopilatorio, pero si se trata de evocar sensaciones y emociones las voces de este cuarteto de Il Divo entonando Hasta mi final es cuanto menos abrumador. Es compromiso, la promesa de un comienzo. Todo un camino recorrido y por recorrer.

‘Se mai ti parlassero di me’ NICOLA DI BARI

Descubrir el mundo en una melodía María Eugenia Guzmán {Nunca me canso de escuchar Se mai ti parlassero di me de Nicola di Bari. ¡La cantaba con tanto desgarro! Me retrotrae irremediablemente a momentos emocionantes de descubrimiento, llegando por las carreteras italianas a lugares tan sorprendentes como Bolonia, Pitigliano, Anghiari o el lago de Como.

‘Años 80 ’ LOS PIRATAS

Los clásicos que todo lo pueden Noelia Salcedo {Será por haber nacido en dicha década, será porque nunca logramos escapar a septiembre... pero Años 80 es uno de esos temas capaces de levantarme el ánimo incluso cuando la tristeza se ha instalado en mi cabeza. Es un clásico de la banda viguesa, pero también es la banda sonora de mis ratos de pasarlo bien.

Las canciones de nuestras vidas

El instante marcado en un pentagrama

‘Working class hero’ JOHN LENNON

Ídolos de barrio

Óscar Gómez {Working Class Hero es uno de esos temas que anudan la garganta mientras se escuchan en la penumbra del alma. Solo dos guitarras y una voz, la de John Lennon, que parece estar atenazada por los recuerdos de una infancia difícil y una adolescencia solitaria. Pero no es una canción triste. Es una canción con final feliz: «Si quieres ser un héroe, simplemente sígueme». La versión de Green Day, más dura, muy recomendable.

‘Devórame otra vez ’ LALO RODRÍGUEZ

Celebrar el futuro

Mara Sanz Gaite {Debimos asegurarnos de que ocurriera en el Teatro Real, mediado el tercer acto de La Valquiria, pero celebrábamos el aprobado reciente de aquel examen terrible a base de cerrar cada noche un bar diferente de Madrid. El tipo repetía «devórame otra vez, ven, devórame otra vez» cuando los dos supimos que ibas a ser el padre de mis hijos.

‘As tears go by’ THE ROLLING STONES

‘Bone machine’ PIXIES

Beatriz Silva {Cuando aún estaba en mi barriga, le ponía música sujetando los auriculares. Con As tears go by dejó de dar vueltas. Como si escuchara. Acabó, y volvió a moverse. Sonó otra vez, y volvió a parar. No sé si la oía o no, pero, para mí, con ese tema, yo la acunaba, y ella se dormía. Todas las noches.

Horacio Raya {Tras los primeros acordes de Surfer Rosa ya nada fue igual. Descubrió que la música puede doler, desgarrar, sangrar, desarmar, agredir, destrozar, enervar, joder… y que todo eso podía ser cien veces más excitante que la propia vida.

Nuevas vidas

Más excitante que la vida


El Correo de Andalucía Sábado, 19 de septiembre de 2015

Suplemento cultural

7

novia... La música acompaña la vida de todos y cada uno de nosotros (afortunadamente). Y, muchas veces, marca definitivamente un instante que nos lleva a transitar territorios inesperados ‘Karma police’ RADIOHEAD

Lo que necesita un adolescente Paulo García Conde {Una canción peligrosa para escuchar cuando uno está en la adolescencia. Sobre todo si la edad del pollo viene acompañada de un humor acorde al clima predominante en Galicia. Es hipnótica, adictiva. Su sucesión de acordes dista mucho de reflejar optimismo, con un lamento pegadizo y seductor como melodía.

‘Rain dogs’ TOM WAITS

Buscando a Lola

Carlos Serrato {Se llamaba Lola, me pilló por sorpresa en la barra del bar y me cantó al oído Rain Dogs, de Tom Waits, que entonces sonaba en los altavoces. Era el día de mi cumpleaños, pero ella no lo sabía, no, Lola era la reina punk del pueblo y yo un veinteañero terminando estudios de Literatura. Aquella noche me cantó al oído su tristeza y luego se fue al baño. Salió al poco llena de nieve y sonriendo con cara de inocencia recuperada. Nunca hice otra cosa que contemplarla mientras tomaba esos vermuts con ginebra. Nunca hizo otra cosa, Lola, que dejarse contemplar. En todas las mujeres busqué a Lola, pero ninguna cantaba susurrando al oído.

‘Lady blue’ ENRIQUE BUNBURY

‘Put the blame on mame’ BSO GILDA

Carlota Montemayor {Mi pareja perfecta había dejado todas mis cosas en el portal, dentro de bolsas de basura. Subí todo al coche, arranqué, bajé la ventanilla y encendí un pitillo. Sonaba «Hoy voy a empezar, hoy es el comienzo del final del cocodrilo». Respiré dejando atrás cuatro años, sabiendo que la vida empezaba.

Augusto F. Prieto {Contaba mi madre que cuando se estrenó Gilda hubo reyertas y los obispos se ofuscaron. Crecí. Supe que Mame era culpable de todo. Que Rita Hayworth, hija de emigrantes, se casó con el Agha Khan, y quince millones de almas la adoraron como a un ídolo. Que murió olvidando y olvidada. Supe que el mundo era un lugar de lo más excitante... y que convenía quitarse el guante lo antes posible.

La vida en una bolsa de basura

La canción que cambia un universo

{Cada uno de nosotros recordamos un momento al que se suma una melodía. Nos salta la tristeza que nunca dejamos atrás, esa sensación única que proporciona un primer amor, el recuerdo de un futuro deseado desde hace mucho tiempo y que se conserva intacto. Una canción. Una pequeña reflexión. Una forma de interpretar la realidad. ~ ‘Hasta mi final ’ RADIOHEAD

La música como regalo

‘Ojalá’ SILVIO RODRÍGUEZ

Lo que nunca puede cambiar ‘Un santo varón’ ALBERTO PÉREZ

El primer recuerdo de la primera novia

Daniel González Irala {Primer amago de novia a la que, como buen cabezón, le insistía e insistía… Mis padres a su bola, y en la televisión el programa Si yo fuera presidente de Tola y este señor que mi madre decía que era un triste, mientras se la jugaba en el disco de La mandrágora, junto a Sabina y Krahe.

Florencia del Campo {Cuando con esa persona que se ganó de por vida el título de mi primer novio (eso nunca puede cambiar: lo que es primero es primero para siempre, es de las pocas cosas tan estáticas que hay en una vida) decidimos dejar de vernos, yo quedé como huérfana. Entonces me acurruqué en una canción a sufrir más (uno quiere tocar fondo). Era Ojalá, de Silvio Rodríguez. La escuché sin parar por días, por meses. Después pasaron los años. Todo ha cambiado, excepto aquello tan estático, y la hermosa canción Ojalá, que sigue y seguirá siendo la misma para siempre.

‘What a fool believes’ THE DOOBIE BROTHERS

Soñar la vida

Gabriel Ramírez {Extiendo los brazos, las palmas de las manos intentan sujetar el tiempo que es brisa. Y entorno los ojos para construir un universo entero. Sueños que traen lo que soy desde antes de nacer. Eso que pasó cuando un desconocido tapaba la fosa. La realidad, terca y hostil, se agarra a la tela de mi camisa. Me hace tocar el agua fría. Abro los ojos. Y allí está todo lo que soy. Reposando sobre una página en blanco. Idea tras idea, cada instante, un primer beso, el llanto de una letra que une a todos, una lágrima que se quedó sin caer, el dolor despidiéndose tirado en la cama.

David Mayo {The Tourist es uno de los cortes más sencillos de OK Computer, su sonido es el de cualquier canción que puedas haber escuchado antes pero solo como podía sonar en el final del siglo XX, suena a una vieja casa ocupada y amueblada entre amigos, a cientos de cigarrillos fumados sobre el capó de un coche, a luna llena y un bosque alucinógeno, a besos inolvidables y otros que se han olvidado. Ni siquiera sabía de qué trataba. Terminé por regalar aquel CD y aquella canción a una persona muy especial, y una persona muy especial volvió a regalármelos años más tarde. En el camino había descubierto que las casas acaban desocupadas y que, efectivamente, algunos besos se olvidan, también que The Tourist siempre trató sobre una sola cosa. Sobre mí.


8

Suplemento cultural

El Correo de Andalucía Sábado, 19 de septiembre de 2015

Entrevista

Francisco Hernanz, responsable de Editorial Dilema, explica su receta para subsistir en mitad de una crisis que ha arrasado –como otras muchas cosas– la cultura española. También explica cómo esquiva el pirateo digital, el auge del

«No temo al libro digital, se avecina algo alucinante» Noelia Salcedo {Ser emprendedor no es tarea fácil en los últimos tiempos, y hacerlo en el sector editorial… lo complica aún más. Francisco Hernanz Martos es un empresario que lleva casi 40 años en la industria del libro. Filólogo de formación, con solo 21 años comenzó a trabajar como jefe de compras en la sección de libros en un importante grupo empresarial. De ahí a dirigir su propia editorial pasaron otros 17 años que invirtió en el mundo de la distribución, donde adquirió experiencia y contactos dentro de la que sería su área definitiva de especialización: el esoterismo. Aunque más enfocada en la medicina natural y alternativa, desde el año 2002 dirige Editorial Dilema, donde cumple con orgullo su decimotercer aniversario al frente de un negocio pequeño, pero que ha sabido sobrellevar los vaivenes de la crisis y mantenerse en el mercado. «Empecé en el mundo editorial en el año 1977, y ya desde la juventud tenía en mente montar mi propia editorial. Me especialicé en una distribuidora de libros esotéricos pero estaba mal… quería hacer algo más acorde a mí, que no tuviera que ver con esas temáticas. Por eso aposté por la literatura». Publicar narrativa llevó a Hernanz al borde de la quiebra. Así fue cómo aprendió que debía diferenciar entre su afición y lo que realmente le permitiría vivir, la medicina natural. Aprendió la primera lección del éxito editorial: la clave está en la especialización. «Puede ser útil durante un tiempo pero peligrosa a la vez. Cuanto más te especialices es mejor porque la competencia en este sector es muy grande y hay editoriales con mucho más dinero que pueden competir por los mejores libros que se publican en EEUU e Inglaterra». Decidió definir su propio perfil editorial como

respuesta: se serviría de autores españoles capaces de firmar libros de calidad pese a su corto recorrido comercial. «La cultura en España es ocio». Así de tajante responde Hernanz a la pregunta de si hemos salido de la crisis. «Mientras no sea una necesidad, siempre será lo último en lo que la gente querrá gastar el dinero». Tratándose de un pequeño editor cabe esperar que los envites de la crisis golpeen más duro, pero aunque asegura que el lector de este material especializado se mantiene, el daño en la industria hace que al final todo se vea afectado: «Los canales de comercialización se han dañado y han cerrado casi mil librerías. Así que una novedad llega a menos sitios». Es decir, los lectores potenciales se mantienen pero los canales de distribución se reducen, y al final las ventas se resienten. «La gente lee igual o más, pero la consecuencia es que han encontrado otras vías… la descarga gratuita, la relectura de las bibliotecas propias, y ha aumentado la lectura en bibliotecas públicas». Lo cierto es que es difícil encontrar un libro publicado por Editorial Dilema en las bibliotecas. Se trata de textos más técnicos, con colecciones enfocadas al público no especializado pero otras sí pensadas para el profesional. Por eso la exposición en librerías se hace tan importante. «El problema está en que la librería encuentra otros libros que exponer. Aunque mis libros sean buenos, la librería no está dispuesta a apostar por títulos menos comerciales. Esto le pasa a todos mis colegas, hablo con editoriales semejantes a la mía y están aterrorizados». PEZ GRANDE COME A PEZ CHICO Hablamos de la desaparición de las librerías pero, ¿y de las editoriales? ¿Puede acceder el lector a los ejemplares comprando directamente al

«Se lee igual o más, pero ha hallado la descarga gratuita, la relectura, las bibliotecas...» «Una editorial grande con problemas despide a cientos de empleados. Una pequeña no» fabricante? ¿Tiene futuro un modelo sin intermediarios? Para Hernanz las librerías son «necesarias» para que exista la ya conocida magia de la literatura. «Si vas a una librería tocas los libros, es tu propio impulso y tu gusto personal el que dentro de tus intenciones hagan que elijas o no un determinado libro. Aparte, entrando directamente en la web de un editor no puedes

asimilar miles de títulos, en una librería se acota la búsqueda hasta encontrar lo que necesitas». La relación editor-librero se afianza en estas circunstancias. El respaldo a una novedad por parte de una librería fortalece la pervivencia de la editorial. ¿Qué camino le queda a un editor? «Al pequeño editor solo le queda exponer en librerías. Las grandes superficies son mucho más selectivas a la hora de elegir lo que quieren tener en exposición. Pero ocurre algo similar con el librero. Éste invierte en lo que le interesa y a veces no puede asumir toda la oferta que le gustaría». Una vez más nos enfrentamos a la metáfora del pez grande, dominante, frente al pez pequeño, bajo eterna amenaza de desaparecer. En la pecera de las librerías, el pez grande tiene más posibilidades de salida en el mercado y al final todo es marketing: «Un gran editor tiene


El Correo de Andalucía Sábado, 19 de septiembre de 2015

Suplemento cultural

9

libro electrónico y hasta internet. Y la borrachera de títulos y novedades de los años 90 y la primera década del siglo, que han dejado una resaca atroz y las puertas de las editoriales cerradas a muchos autores «La clave del negocio de lo digital es el objeto. Les da igual lo que haya dentro» «Si te mandan un texto buenísimo hay que rechazarlo si implica grandes inversiones» inflación de principios de los 80» no eran demasiado caros. «Lo que ha cambiado fundamentalmente es la tecnología», nos cuenta. La reducción de los costes nos ha llevado a una cosificación de la literatura. Se pueden hacer más libros, pero no necesariamente mejores. «Durante los años 90 y principios del siglo empiezan a publicarse decenas de miles de novedades al año. Era inabarcable e ingobernable para los libreros». Entonces, ¿en qué momento nos encontramos? Francisco Hernanz no teme al libro digital, pero aunque inminente, cree que queda un largo recorrido por hacer. «El digital está afectando a las ventas, y una pérdida de un 15% puede llevar a muchos libreros al cierre. Pero lo que más se vende se vende tanto en digital como en papel son los best-seller». EL PAPEL, PARA OTRAS COSAS

más posibilidades de gastar el dinero en publicidad y puede ocupar más sitio en las librerías. Además, se da que cuando un autor de una pequeña editorial empieza a destacar se lo queda una de las grandes». Pero no todo son desventajas, y para Hernanz el gran punto de apoyo para la supervivencia se encuentra en las estructuras: «Cuando la editorial grande tiene problemas económicos despide a muchísimos empleados, cientos. Mientras que gracias a la estructura de una pequeña editorial ésta soporta mejor los tirones fatales y mantiene a sus tres o cuatro empleados. Las grandes sufren más las caídas que las pequeñas porque tienen mucho más invertido». NO NECESARIAMENTE MEJORES En sus casi cuatro décadas en una u otra posición dentro de la industria literaria ha sido testigo de la

evolución del sector. Desde la eclosión del texto político de finales de los años 70 y principio de los 80 al difícil momento actual. «Entré en un momento donde empezaba a surgir un interés enorme. Empezó a caer la censura y había mucho atraso y tiempo que recuperar. Se abrían librerías por todas partes y durante un tiempo sobrevivían». Pero el auge no duró demasiado y pronto se llegó a un reequilibrio. Y pese a que las ventas eran menores en comparación con las cifras que se barajan en la actualidad, sí que había un interés patente por el libro. «Todos los días aparecían libros importantes que había que leer y aunque el volumen de novedades era muy limitado, permitía a las librerías asumir todo lo que les llegaba de América». También el precio acompañaba, «ya que pese a la crisis tan fuerte que arrastrábamos y la enorme

Hernanz, como director de una editorial especializada se beneficia de ello, ya que según asegura el libro técnico no se ve afectado porque no se piratea. «¿Quién va a piratear una libro que nadie conoce? Mi problema no es el pirateo, es internet». Y es que el acceso libre a la información que nos permite las redes ha llevado al lector a recopilar información de estas temáticas por su cuenta, pese al riesgo de adquirir información no contrastada o errónea. «Cuando se creen los soportes que permitan un uso ultra veloz y de alto almacenamiento, el cambio será absoluto. Lo que se avecina es algo alucinante. Ahí es donde nos beneficiaremos los editores de libros técnicos. Poder estudiar una operación de apendicitis o aprender a pintar un cuadro... libros electrónicos donde puedas ampliar y tocar lo que estás estudiando. Eso está cerca y no será caro. El libro en papel será para otras cosas». Quizá el problema sea el enfoque del negocio. Tal como comenta Hernanz, la industria del libro digital se ha centrado en el soporte y no en el contenido. La tablet, el ereader o incluso nuestro teléfono móvil nos permiten consultar información, pero ¿cómo percibimos ese texto? Consumimos texto impreso en una pantalla del mismo modo que lo hacíamos en papel. «La clave es la palabra negocio. ¿Cuál es el negocio de lo digital? El objeto. Les da

Francisco Hernanz lleva media vida en el negocio del libro, primero en un gran grupo empresarial, después en su pequeña empresa, enfocada hacia la medicina natural y las alternativas a la ciencia. / N. S.

igual lo que haya dentro. Te dan 3.000 libros libres de derechos que quizá nunca vayas a leer. Cuando regalen una tablet por cada kilo de magdalenas… entonces estaremos hablando de otra cosa». UN MAL AÑO, PERO NO TANTO Al llegar septiembre, los editores comienzan una nueva etapa en todos los sentidos. No solo es el mes del boom editorial de los libros de texto, también permite sacudirse el hastío de los meses de verano y las bajas cifras de venta. También comienza un nuevo curso para Editorial Dilema y su editor Francisco Hernanz augura malos datos, aunque no tanto. «Antes hacía unas 30 ó 40 novedades al año, ahora no quiero superar las 15 y a ver qué pasa. Al mundo le queda al menos cinco años como mínimo para recuperarse. Por lo que se espera un año regular tirando a malo, pero dentro de los cauces de la supervivencia». Hernanz asegura que no son buenos tiempos para arriesgar y en los últimos años no sólo se han mantenido los tradicionales criterios de publicación, sino que además se han endurecido, ya que la situación económica no permite movimientos atrevidos. «Todos los editores tenemos un catálogo, y determina a la hora de elegir qué editar: tiene que encajar dentro de tu línea de publicación. Otro factor es la oportunidad, por ejemplo cuando un tema se ha puesto de moda. Y otro es la sorpresa, pero eso ocurre muy poco, porque aunque te manden un texto buenísimo te ves obligado a rechazarlo porque implica inversiones muy grandes. Al final eliges los libros que crees que están más dentro de lo que conoces del mercado del libro. En ese sentido la mayor parte de los editores somos demasiado conservadores, porque los que se arriesgan mucho o son muy grandes o han desaparecido hace mucho tiempo». Pero al final, la clave vuelve a ser la especialización y a menor riesgo, más resultado. Así, una empresa como Editorial Dilema sigue creciendo, pero expandiéndose dentro de su propio mercado y llegando a más lectores pero de un perfil definido, con un interés atemporal. «Cuando estás en crisis es cuando menos puedes arriesgar. Todo lo contrario, mi apuesta es volverme todavía más especializado, ultraespecializarme hasta que lleguen tiempos mejores. Cuando esos días lleguen podré plantearme otras cosas. Los míos son libros de goteo, que se venden poco a poco, pero se venden siempre. Hay libros de otras temáticas que tienen vida de 15 días, y luego se acabó, pero en esos días vendes 20.000 ejemplares. Yo tengo libros que edité en el año 2002 y que aún hoy reimprimo en pequeñas cantidades. No es mucho, pero siguen vivos». ~


10

Suplemento cultural

El Correo de Andalucía Sábado, 19 de septiembre de 2015

Escrito para...

Las editoriales lanzan nuevos libros al mercado buscando posibles éxitos que suelen quedarse en fracasos. Posiblemente para ocupar un espacio en las mesas de novedades, en las que si no están sus libros están los de otros ...leer la oblicuidad

El cielo oblicuo Florencia del Campo {Ni el título ni la cita de Clarice Lispector al comienzo del libro me dejan leerlo de otra manera, no me permiten apartar La hora de la estrella, no me puedo borrar a Macabea. Macabea la Fea. La casi no-mujer por tener un cuerpo sin curvas ni pechos. Macabea la enamorada, la que se pinta las uñas y los labios de rojo para ser más mujer pero causa gracia. Macabea muerta, aplastada. No puedo leer El cielo oblicuo, de Belén García Abia, y olvidar a Macabea. Mala suerte, el título me impone el recuerdo porque este título es re-escritura de la cita, la cita del comienzo. A El cielo oblicuo, después de la cita, viene un ángel a anunciar algo así como: «Te será dada la literatura, no la maternidad. Creación en cualquier caso, creación con el cuerpo en cualquier caso. Creación con las mismas partes del cuerpo, sobre todo: En realidad, es mi vulva la que escribe, mi vulva y mi vagina y mi útero. Son ellos y no yo». Escribo con mi útero, con mis ovarios, con mi vagina». O ni esa creación, ni la dada, esterilidad absoluta («Y tenía épocas de esterilidad narrativa»), ocasionalmente, en medio de una producción sobre la esterilidad: «Escribo sobre mi pequeño dando vueltas en mi sala de espera, sobre mi útero vacío, sobre mi no-concep-

ción (...), sobre que hemos nacido para ser madres y no lo somos, que nos han parido para ser madres, y no lo somos». Y la cita de entrada al cielo es: «Sin

duda, un día iba a merecer el cielo de los oblicuos, donde sólo entra quien es torcido». Luego de La Enunciación (con la imagen del ángel y una voluntad explícita de que el lector no confunda la voz de la narradora con la autora –práctica de huida–) viene la Genética (en El cielo oblicuo). «Y creces». «Y creces». «Y creces» (seis veces en total). «Y creces y te enamoras». «Y dejas de crecer». «Y eres madre y no eres madre». Y yo no puedo apartar La hora de la estrella, de Clarice Lispector. Olvidar el cuerpo desgraciado de Macabea, ignorar su genética poco favorable. Y recordar, recordar, recordar (y podría recordarlo seis veces) al narrador/ creador de Macabea cuando lo aclara y simplifica todo con una realidad: «El destino de una mujer es ser mujer». «Quiero comenzar, no cuando sentí que podía tener una enfermedad, sino cuando pude nombrarla». ¿Quién es la enferma, Macabea o la voz de El cielo oblicuo? La cita es de la voz. Pero ambas. La mejor respuesta resulta ser: La mujer. «Macabea tenía ovarios marchitos como una seta cocida». Y un útero enquistado en García Abia: «Debo tener un nudo en el útero, eso debe ser, un nudo fuerte que no permite que nada salga de mi vientre». «(...) con el útero lleno de palabras enquistadas». «(...) y mete la mano dentro de mi vagina. Saca una palabra tras otra. Están ensangrentadas. Están lle-

nas de quistes pegados a ellas». Y todavía falta la monstruosidad. García Abia la llama La mujer feroz, última parte del libro antes del epílogo, pero empieza a hablar del monstruo en Dentro de una caja, capítulo entre la Genética y La mujer feroz. Un monstruo con nombre, un monstruo interior, un monstruo que acaba siendo ella (la voz) vaciada: «Tenía un monstruo dentro y no sabía cómo matarlo. No podía concebir a un hijo pero sí podía concebir un monstruo que me comía por dentro./ Me vaciaba y yo era mi propio monstruo». Unión, fusión de persona-monstruo, y el narrador de Lispector que desafía (porque no puedo leer El cielo oblicuo de otra manera, no me permito apartar La hora de la estrella, no me puedo borrar a Macabea): «Quién no se ha preguntado: ¿soy un monstruo o esto es ser una persona?». Y yo respondo: nadie que sea mujer feroz no se lo ha preguntado. Porque toda mujer feroz es torcida. Mujer oblicua. ~ Calificación: Directo y sencillamente complejo. Tipo de lectura: Femenina. Tipo de lector: Femenino. Argumento: Reflexiones sobre la no-maternidad. Personajes: La voz narradora. ¿Dónde puede leerse?: En la sala de espera de la ginecóloga.

...curiosear en otro tipo de poesía

Antología de la poesía culterana Augusto F. Prieto {No es necesario hablar aquí del culteranismo, un movimiento literario iniciado por Góngora en el siglo XVI, ni insistir en que sus características más acusadas convierten los versos en sujetos oscuros para el lector debido a los hipérbatos, la alteración del orden natural de la construcción de las frases; las metáforas que mutan el mensaje literario en un enigma, y la insistencia en los temas mitológicos, cuyas claves manejaban en la época las personas cultas y hoy casi nadie. A pesar de todo esto, la poesía culterana influyó definitivamente en la construcción de nuestro idioma castellano y exhumó e inventó palabras que han pasado al vocabulario habitual y que nosotros hemos heredado con comodidad. El ejemplo está en Quevedo: «Poco, mucho, si no, purpurancia, / neutralidad, conculca, erige, mente, /

pulsa, ostenta, librar, adolescente, / señas traslada, pira, frustra arpía». La consolidación del lenguaje se concibe concebido como juego y divertimento de minorías. Señala Ángel Pariente en su prólogo que apenas existen antologías similares, que muchos de los poetas culteranos han sido olvidados, opacados por Góngora, y que cuando son rescatados en alguna recopilación, lo son con poemas de otro estilo. De ahí el interés de ésta que es una muestra destacada del movimiento. La guinda la ponen los críticos anti cul-

teranos en sus impostaciones, como Lope de Vega (Conjura un culto…), o el mencionado de Quevedo (Quien quisiere ser culto en sólo un día), tremendamente divertidos gracias a su ingenio. La base del pastel es, por supuesto, don Luis de Góngora y Argote, con De la toma de Larache, fragmentos de las Soledades y de la Fábula de Polifemo y Galatea. Entre las capas hay de todo: autores con un solo poema, raramente publicados, como es el caso de Juan Bermúdez y Alfaro y su Narciso; clásicos como el Primero Sueño de sor Juana Inés de la Cruz; escritores incidentales, recordados hoy por otras cosas, como el conde de Villamediana, y hasta 15 más: Francisco Antonio Bances Candamo, Gabriel de Bocángel y Unzueta, Jerónimo de Porras, o Pedro Soto de Rojas, entre ellos. Un lector ignorante como yo hubiera necesitado un apéndice de anotaciones que ayudara en el desentrañamiento de

tanto misterio y una edición menos básica, a la que por lo menos no se le desprendieran las páginas, aunque se comprende y se agradece el esfuerzo de sacar al mercado una obra así. Hay fragmentos y poemas que se disfrutan por su propia sonoridad, por la belleza de sus composiciones, en otros se atisban las imágenes. Comprenderlos totalmente requiere más de estudio que de mera lectura. Tras ese proceso si se disfrutará de lo más enrevesado del castellano. ~ Clasificación: curioso e interesante Tipo de lector: Estudiosos, estudiantes y aficionados a los enigmas Tipo de lectura: Oscura Personajes: Mitológicos en su mayor parte. ¿Dónde puede leerse?: Requiere obras de consulta, luego mejor en la biblioteca o en casa.


El Correo de Andalucía Sábado, 19 de septiembre de 2015

Suplemento cultural

11

En Aladar, cada semana, rescatamos títulos que, sin pelear por los primeros puestos en las listas de ventas, son auténticas joyas literarias muy recomendables. En este número narrativa y poesía para elegir ...conocer la mecánica del amor

...¿ser publicado?

Cantar de los cantares

Lo contrario de la soledad

Augusto F. Prieto {El llamado Cantar de los cantares de Salomón es uno de los textos sagrados que comparten el Tanaj y la Biblia. Es un libro de textos poéticos cuyo tema gira en torno a la pasión amorosa. Existe la tradición –que era ya antigua para los judíos– de considerar estos poemas como una alegoría de las bodas místicas de dios con el pueblo elegido, o con la Iglesia de Cristo después. Una tradición absurda. Su atribución al rey Salomón es inverosímil. Entonces llega Fray Luis de León (1527 ó 1528-1591) que, antes de que las escrituras fueran accesibles en lengua vulgar, lo traduce –lo que le costará la cárcel–, lo titula hermosa y acertadamente Cantar de cantares, y explica como en persona de Salomón «y de su esposa la hija del Rey de Egypto, debaxo de amorosos requiebros explica el Espíritu Santo la Encarnacion de Christo, y el entrañable amor, que siempre tuvo á su Iglesia, con otros misterios de gran secreto, y de gran peso». Así, en la versión que yo manejo, cada capítulo consta de tres partes diferenciadas: el argumento, de la mano del editor –ya en 1798-, fray Diego González, que es en su interpretación categórica y precisa; la traducción del Cantar, elaborada por fray Luis teniendo en cuenta el origi-

Pura retórica y masturbación mental. Pero ingeniosa, certera, y en algunos momentos, divertida; porque al forzar un poema erótico para convertirlo en relación mística, fray Luis se sitúa entre la ingenuidad y el surrealismo. El texto es delicioso; la traducción, explicativa y razonada; y lo más abstruso de la exégesis se descarga en notas marginales que el editor entresaca de otros trabajos del escritor castellano, sobre todo de su obra De los nombres de Christo, con lo que el texto queda bastante limpio de disquisiciones teológicas y abandonado a su carnalidad innegable. La versión rimada es un trabajo de actualización importante, que conserva el sabor y el color del original y nos permite leerlo sin tropiezos, capturando su esencia poética (que se va más a lo simbólico en las traducciones habituales). Una obra paratextual y curiosa, que Borges incluyó en su biblioteca personal, al destacar sobre todas las cosas la serenidad ejemplar de la prosa de fray Luis, y al recordar que en éste Cantar de cantares bebe la mística española. ~ nal hebreo –la traducción de los Setenta– y las opiniones de las autoridades en cuanto a los significados semánticos; y por fin la explicación, siguiendo su propio criterio y los de san Jerónimo y san Agustín. Hay un par de prólogos del editor y del autor, que rematan la obra con la puesta del Cantar de cantares en octava rima.

...divulgadores y divulgados

Figuraciones mías Daniel González Irala {Agrupados en tres partes, estos pequeños ensayos recopilan la producción última, como columnista de El país, del filósofo y divulgador Fernando Savater, un intelectual que, en palabras del premio Nobel Mario Vargas Llosa, «resulta comprometido con sus propias ideas y discurso, a pesar de que las vivencias, si no a desdecirse, sí le han hecho desviar la atención de su pensamiento a distintos sectores sociales». Defensor del género fantástico y de ciencia-ficción en literatura (lector por ende antes de Bradbury que de Roth), de la escuela pública con sus pros y contras; aunque a este respecto más convencional y complaciente en según qué aspectos; en estos textos se ejerce, desde un ejercicio de libertad reconstruida; que tiene en cuenta no sólo la historia de la Filosofía, sino el arte de pensar por uno mismo; la libertad de

cátedra que le dieron los años, una libertad lejana a la de expresión, por gozar en su autoridad de mayor prestigio que la del común de los mortales. Se agradecen la inclusión de artículos más largos, como el dedicado a George Orwell, El compromiso con la verdad, premiado con el Mariano de Cavia 2012, o aquél en el que homenajea a Charles Dickens, en su apartado Envueltos en la red. Tres partes tres, por tanto. En Admiraciones el autor nos habla de su amistad con Cioran, un filósofo y poeta cada vez más leído y considerado como necesariamente contradictorio; y cuenta con reflexiones más generales en torno a temas como el Averno, que llevan a la idea de una reivindicación de lo volátil desde nuevas lecturas mitológicas. Figuras anónimas o poco conocidas como la de aquel vasco, Blas de Lezo y Olabarrieta, que en su reciedumbre nos hacen ver honestidad y valentía, un poco como esa recomendación a las siem-

pre estimulantes lecturas de Baroja, porque don Pío siempre lo merece. La dificultad de educar y Envueltos en la red constan de otros tantos artículos, esta vez más reivindicativos de su condición. En el primero se nos hace eco de la necesidad de integración social en las escuelas, así como del descrédito actual de las Humanidades, provocado por la aplicación de unas políticas desde cuyas poltronas se trata de evitar el estatuto de ciudadanía de las personas anónimas. Todo se centra mucho más en la tercera parte, cuando al hablarnos de libertad, centra los tiros sobre el calamitoso estado de la cultura y de la piratería que, por internet, se propicia, sin tener el menor cuidado, con intrusismo e impunidad. En esta ocasión edita Ariel, dentro de su espacio cultural y académico. ~

Florencia del Campo {Cuando leí la introducción de Lo contrario de la soledad pensé que me encontraría con una genialidad de libro. La joven promesa de Marina Keegan que no pudo ser porque murió a los 22 años en un accidente de coche, me tentaba más tras la introducción que antes de ella, y eso que ya antes ciertas reseñas o comentarios, me habían despertado el interés (lamento no haber leído a tiempo la de Rodrigo Fresán). No es que su escritura no valga nada, claro que hay cierto potencial en ella, pero sus textos no están a la altura de los halagos de sus familiares, amigos y profesores de Yale. El libro que toda la gente que la quería mucho se propuso recopila textos de ficción y de no ficción que fueron escritos por Marina poco antes de su muerte. Personalmente, considero que los de no ficción carecen de valor o interés, y hasta dudo que ella hubiera querido publicarlos. Los textos de ficción, en cambio, me parecen bastante más logrados. Aunque algunos son un tanto naif o tocan temas que a uno pueden ya no inquietar demasiado, guardan cierta musicalidad y dejan tras su lectura, al menos, un halo de sonoridad o cadencia. Cinco días después de que Marina se graduara magna cum laude en Yale, murió. Impresiona saberlo y leer el artículo que da nombre al libro, pues allí habla precisamente de la juventud y de todo el tiempo que aún tienen (los jóvenes que están graduándose en Yale) por delante. Este artículo había sido publicado en el Yale Daily News con motivo de la graduación de su curso. Tras su muerte, en tan solo una semana, más de un millón de personas habían leído este artículo (Lo contrario de la soledad), y entonces empezaba la fiebre Marina. Bastante propio de una sociedad que se regodea en el morbo (y también en Yale). Por cierto, Yale aparece en los textos de Marina como un tema en sí mismo, como la cuna de generaciones de gente muy especial, muy inteligente, muy todo. Como el sitio de los sitios. Como el Paraíso en la Tierra. Como la casa de los niños bien. Como el responsable de tanto talento. Como Marina en la portada: con camiseta de Yale. Yale con Yale. Yale es Yale. Por supuesto: lo dicho, con todo respeto a sus padres, amigos y profesores, que tanto se empeñaron en hacer realidad este libro, que ni sabemos si Marina hubiera querido publicar. ~

Clasificación: Agradable. Tipo de lector: Empático con su figura y figuraciones. Tipo de lectura: Entusiasta. Argumento: Filias y fobias de Savater. Personajes: Los que pueblan sus sueños. ¿Dónde leerlo?: En un lugar confortable.

Calificación: Regular. Tipo de lectura: Medio decepcionante. Tipo de lector: Aprendiz de escritor. Argumento: Relatos y textos de no ficción, temas varios. Personajes: No importa. ¿Dónde puede leerse?: Da igual.

Calificación: Intenso. Tipo de lector: Interesados en la poesía y la mística. Místicos. Tipo de lectura: Divertida, pero espesa. ¿Dónde puede leerse?: En el (restaurado) templo de los Jerónimos de Madrid.


12

Suplemento cultural

El Correo de Andalucía Sábado, 19 de septiembre de 2015

Teatro

‘El abanico de Lady Windermere’ es una obra que habla de hipocresía, de los caprichos y las habladurías como forma de vida, de la superficialidad en las personas. Pero esta nueva producción falla en su propuesta y puede dejar sensación de confusión en el espectador

Windermere Club: ¡Adiós, esencia, adiós!

Gabriel Ramírez Lozano {Oscar Wilde escribió El abanico de Lady Windermere (Lady Windermere’s Fan) para mostrarnos una sociedad burguesa estúpida, hipócrita y frívola; un grupo en el que las apariencias mandan y ordenan un universo casi perverso que giraba alrededor de la riqueza y del chisme. Y lo hizo con gracia, con una finísima y elegante ironía, construyendo a sus personajes para que tuvieran un recorrido suficiente. En fin, Oscar Wilde escribió una obra de teatro de calidad. Si Wilde pudiera asistir a una de las representaciones de Windermere Club en el Centro Cultural de la Villa (Fernán Gómez) tal vez exigiría tener una conversación con los responsables de la producción. Seguramente les pediría explicaciones sobre ese lenguaje soez que se usa buscando el chiste fácil, sobre una adaptación que quiere arrimar el texto a los tiempos actuales y se deja olvidada la esencia, sobre el destrozo que significa repetir un texto (salpicado con palabras malsonantes) por parte de los actores y que suena a despropósito. Porque la obra de Wilde habla, también, del lenguaje como herramienta traicionera e incontrolable; porque, aunque abordó asuntos que caben en

Puesta en escena de la obra ‘El abanico de Lady Windermere’.

cualquier tiempo, cada cosa debe ser tratada desde un prisma concreto si se quiere decir lo mismo; porque un texto de calidad no puede desmoronarse ubicado en un entorno que podría servir para hablar de cualquier otra cosa, pero no de ésta. Respetar un texto no es igual que ser fiel a lo que dice. Una frase con sentido se vacía por los cuatro costados si en el escenario nada de lo que está sucediendo tiene que ver con eso que se dice. Adaptar a los tiempos modernos una obra de teatro no consiste en colocar un ordenador sobre una mesa del escenario o mostrar a los personajes con un móvil en la mano. Confundir la fri-

volidad o la superficialidad de un personaje con el histrionismo o con la repetición de frases que llegan al espectador sin significado alguno no es adaptar una obra para demostrar que los problemas del siglo XIX son los mismos que los actuales. Adaptar una obra supone un esfuerzo que consiste en respetar lo que el autor del texto quiso decir. No pasa nada si se incorporan elementos

Adaptar una obra supone un esfuerzo que consiste en respetar lo que el autor quiso decir

que nada tenían que ver con la época en la que se desarrollaba la acción. Sí que pasa cuando el espectador descubre que ha ido al teatro a ver otra cosa. Susana Abaitua interpreta el papel de Sara (Lady Windermere en el texto original). Es una actriz que puede dar mucho de sí sobre un escenario aunque le falta pisar algo más las tablas, sobre todo con algo más hondo para dejar que veamos lo que es capaz de hacer. Habrá que seguir su trabajo. Javier Martín es el ejemplo de lo que no se puede hacer con un personaje. Defiende el papel de Augusto, que en la obra de Wilde es un millonario que, sin una gran inteligencia es capaz de disfrutar y sacar buen partido a su posición social. En Windermere Club es, sin más, tonto de remate. No nos reímos de lo que dice. Nos reímos de un personaje ridículo. Buena parte de culpa es del director. Lo mismo ocurre con Teresa Hurtado de Ory. No deja de gritar, no deja de moverse como pollo sin cabeza por el escenario, y no deja (si es que se puede decir así) títere con cabeza respecto a su personaje. Aquí, la culpa se la reparten director y adaptador. El texto que le toca interpretar es, sencillamente, horrible. Incluso lo que escribió Wilde suena cutre. Natalia Millán (Sra. Nadir, aquí; Mistress Erlynne en el original), no está mal, pero su personaje aparece desfigurado, muy alejado de lo que debería ser. Frivolidad en exceso que nos impide llegar al núcleo de su consciencia. En la obra se debate si es ella la buena persona o lo son los otros; si es ella la que es capaz de desplegar humanidad y amor o es imposible para cualquiera. Emilio Buale y Harlys Becerra, cumplen. Hay quien piensa que este tipo de trabajos invitará al público a visitar los teatros. Un buen rato, una risa fácil, un decorado apañadito… Y no, a la larga, lo que podría suceder es que nos quedemos sin teatro, que solo podamos acceder a obras producidas bajo el yugo del low cost. Y nadie quiere eso. Las taquillas desastrosas no son el resultado de programar a Wilde o a Lorca. El problema es otro: queremos que nos lleguen los clásicos y nos los traen sin su esencia. ~

Windermere club Autor: Oscar Wilde. Adaptación: Juan Carlos Rubio. Dirección: Gabriel Olivares. Madrid. Teatro Fernán Gómez, hasta el 4 de octubre.

Coordinador: Gabriel Ramírez Lozano Colaboradores: Augusto F. Prieto, Florencia del Campo, Beatriz Silva, Daniel González Irala, David Mayo, Suplemento cultural editado por

Mara Sanz Gaite, María Eugenia Guzmán, Gracia Elena Miranda Balbuena, Paulo García Conde, Emma Camarero, Óscar Gómez, Carlota Montemayor, Carlos Serrato, Laura Villalba, Pablo Navarro, Paula Pinilla, Horacio Raya, Lola Montiel y Elisa Pelayo.


Turn static files into dynamic content formats.

Create a flipbook
Issuu converts static files into: digital portfolios, online yearbooks, online catalogs, digital photo albums and more. Sign up and create your flipbook.