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Un modelo de sostenibilidad para el océano

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Uruguay Azul 2030

Uruguay Azul 2030

Por Flavio Scasso. Analista del Programa de Naciones Unidas para el Desarrollo (PNUD). Área de ambiente y recursos naturales.

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DESARROLLAR LA ECONOMÍA AZUL ES CADA VEZ MÁS NECESARIO PARA FORTALECER LA PROTECCIÓN AMBIENTAL Y LOS MEDIOS DE VIDA DE LAS COMUNIDADES LOCALES.

En las últimas décadas, las zonas costeras y marinas han sufrido severos procesos de degradación, producto de la acumulación de residuos, la contaminación y acidificación del agua, la pérdida de ecosistemas y de biodiversidad, el aumento del nivel del mar, la reducción de los stocks pesqueros, o el colapso de centros turísticos. A nivel nacional, algunos temas que serían necesarios abordar para dar mayor resiliencia a los espacios costeros y marinos son la consolidación del Sistema Nacional de Áreas Protegidas -optimizando la gestión de las áreas existentes y ampliando la superficie de áreas marinas protegidas-, mejorar la evaluación de los stocks pesqueros, reducir la sobrepesca y la pesca incidental, atacar de una forma más efectiva tanto a nivel local como regional el control de la eutrofización y de las floraciones de algas, reducir la generación de residuos (en especial los microplásticos) y mejorar la disposición final de los mismos, apoyar líneas de investigación con el financiamiento y la orientación necesaria para dar soluciones a los desafíos actuales, y fortalecer los vínculos entre ciencia y política. En este contexto, el desarrollo de una economía azul puede jugar un rol importante. La economía azul hace foco en la necesidad de generar un modelo de desarrollo que favorezca la sostenibilidad, poniendo la lupa en la protección de los océanos, el uso de los recursos dentro de límites ecológicamente sostenibles, y una distribución más equitativa de los beneficios. Apuesta a desarrollar soluciones innovadoras para satisfacer las demandas con productos locales. Esto implica aprovechar de una forma sostenible los recursos que

tenemos a nuestro alcance, apostando por la economía local y disminuyendo los costos y la contaminación que implica el transporte desde y hacia zonas geográficamente alejadas. Para ello promueve el desarrollo de emprendimientos donde el uso de los recursos no supere su capacidad de regeneración, se minimicen los residuos y se generen empleos para las comunidades locales. Recientemente, un grupo de agencias del Sistema de Naciones Unidas en Uruguay, elaboraron un documento que evalúa los desafíos y las oportunidades para impulsar la economía azul en Uruguay. Esta evaluación encontró que para desarrollar una economía azul, se debe hacer efectivo el cumplimiento de las regulaciones existentes, mejorar la integración intersectorial, mejorar el acceso a financiamiento de largo plazo y fortalecer el monitoreo de las aguas de jurisdicción nacional. Ante un escenario de diversificación e intensificación de actividades que hacen uso y presionan los ecosistemas marinos, esta evaluación propone políticas y acciones que pueden servir de base para una necesaria discusión que promueva formas de producción y consumo más amigables con el ambiente y más equitativas en el reparto de los beneficios.

HACIA MEJORES OCÉANOS

Por Embajada de Portugal en Uruguay (Embajador João Pedro Antunes), Organización de las Naciones Unidas para la Educación, la Ciencia y la Cultura - UNESCO (Miguel Doria, Camila Tori), y Programa de las Naciones Unidas para el Medio Ambiente - PNUMA (Felipe Dall)

ESTAMOS EN UN MOMENTO CRÍTICO, EN DONDE EL MUNDO ESTÁ TENIENDO QUE REFORZAR SUS ESFUERZOS PARA MOVILIZAR, CREAR Y PROMOVER SOLUCIONES QUE PERMITAN ALCANZAR LOS 17 OBJETIVOS DE DESARROLLO SOSTENIBLE ANTES DE 2030. EN LO QUE REFIERE A LOS OCÉANOS, SE LLEVÓ ADELANTE EN MONTEVIDEO, EL ENCUENTRO “BLUE TALKS - PUENTES HACIA LISBOA”, COMO ANTESALA DE LA CONFERENCIA SOBRE LOS OCÉANOS DE NACIONES UNIDAS, CO-ORGANIZADA POR NACIONES UNIDAS Y POR LOS GOBIERNOS DE KENIA Y PORTUGAL.

¿Qué pasaría si un día, los océanos dejaran de existir? ¿Alguna vez nos detenemos a pensar en cómo los mares inciden en nuestra vida? Sabemos que la mayor parte de nuestro planeta es agua. De hecho, el 97% de toda el agua del planeta está contenida en los océanos. Sin embargo, solemos prestar más atención a la superficie, a lo que se ve. Por eso es que resulta vital discutir qué estrategias son necesarias para conservar a estas grandes masas de agua que son los principales reguladores del clima en la Tierra y aportan muchísimos otros beneficios a nosotros, los seres humanos. Justamente, con la finalidad de dar visibilidad a estos desafíos, se llevó a cabo la Conferencia sobre los Océanos, para compartir experiencias y abordajes innovadores en torno a la implementación del Objetivo de Desarrollo Sostenible (ODS) 14 “Vida Marina”. Como preludio del evento en Lisboa, el gobierno de Portugal decidió llevar a cabo un ciclo de conversatorios, denominados “Blue Talks”, para promover que distintas experiencias y enfoques, a nivel local e internacional, pudieran ser compartidas y debatidas en cerca de 60 países de todo el mundo. El evento preparatorio en Montevideo

En Uruguay, la Embajada de Portugal y la Oficina de UNESCO Montevideo, en cooperación con el Programa de las Naciones Unidas, el Ministerio de Ambiente de Uruguay y el Ministerio de Relaciones Exteriores, organizaron este evento con la consigna “Océanos: Miradas Cruzadas entre Uruguay y Portugal”. Contó además con la presencia de importantes actores del ámbito público y privado, así como de la academia y otros sectores interesados. En la sesión de apertura, el director de la Oficina UNESCO en Montevideo, Ernesto Fernández Polcuch, la Subdirectora General de Política del Mar, Ministerio de Economía y Mar de Portugal, Conceição Santos, el científico ambiental de la oficina del PNUMA para el Cono Sur, Felipe Dall’Orsoletta y el Enviado Especial del Secretario General de Naciones Unidas para el Océano, Peter Thomson, resaltaron la importancia de los océanos para el cumplimiento de la Agenda 2030, en particular del ODS 14 y la interacción entre agua dulce y salada, incentivando el abordaje integral de los desafíos en la gestión de estos recursos. Asimismo, panelistas de distintas instituciones señalaron los desafíos respecto al océano desde varias perspectivas. Se presentaron las iniciativas nacionales existentes para la gestión sostenible de la zona marina uruguaya tales como la identificación de áreas críticas para la conservación de la biodiversidad marina. Se resaltó la importancia de contar con estadísticas pesqueras y ecológicas, y que, si bien se cuenta con importantes bases de datos y antecedentes, es necesario aumentar la cantidad de información sobre el ambiente marino para poder gestionar el mismo adecuadamente. Se destacaron las actividades que lleva adelante el país en la materia tales como la creación de áreas protegidas marinas en base a ciencia y la actualización del marco normativo para el análisis de impacto ambiental para acompañar los cambios en el uso del suelo marino. Se resaltó la necesidad de fortalecer y facilitar sinergias entre instituciones públicas y privadas, con miradas conjuntas entre los cinco sectores clave: el turismo, la pesca, el sector agropecuario, la acuicultura y las

energías renovables. También se mencionó la necesidad de fortalecer la articulación interinstitucional y de crear políticas sólidas de Estado de largo plazo respecto al territorio marino. El impulso de la economía azul y el fortalecimiento de capacidades de investigación e innovación en ciencias marinas orientadas a la creación de valor productivo, económico, social y ambiental también fueron puntos resaltados. Es necesario considerar mares y océanos como “un solo mar”, potenciando la cooperación para su debida gobernanza común. Entre las oportunidades identificadas, se resalta el uso de tecnologías satelitales para el monitoreo de la calidad del agua y del movimiento de basura plástica en los océanos, y la integración de tecnologías y esfuerzos de distintos países para el monitoreo conjunto del mar. La productividad científica en Uruguay ha aumentado considerablemente los últimos años, con una gran diversidad de temas, impulsando la generación de conocimiento y fortalecimiento de capacidades. Por último, se resaltó la ubicación de Uruguay, en la cuenca del Plata y a orillas del estuario del Río de la Plata, con sus características

Camila Tori Programa Hidrológico Intergubernamental para América Latina y el Caribe (PHI-LAC)

particulares en cuanto a navegabilidad, turismo y calidad, destacándose la importancia de promocionar la Gestión Integrada de Recursos Hídricos, incluyendo a la misma al océano. La Conferencia de los Océanos

Luego de Blue Talks, se llevó a cabo en Lisboa, Portugal, la Conferencia de Naciones Unidas y contó con más de 6.000 participantes presentes, entre ellos 24 jefes de Estado y de Gobierno y cerca de 2.000 representantes de la sociedad civil. ¿El hito del encuentro? Una declaración política respaldada por los gobiernos y jefes de Estado presentes, en una tentativa conjunta de proteger y recuperar estos sistemas naturales. Bajo el lema ”Salvemos nuestros océanos, protejamos nuestro futuro”, y teniendo como tema general el “Fortalecimiento de la acción oceánica basada en la ciencia y la innovación para la implementación del ODS 14: evaluación, alianzas y soluciones”, el evento marcó una de las primeras etapas de la Década de Acción para los Objetivos de Desarrollo Sostenible (2020-2030), del Secretario General de las Naciones Unidas, Antonio Guterres, con el ánimo de que los diálogos y perspectivas generados, sean capaces de promover una serie de soluciones innovadoras y con sólidas bases científicas, con potencial para inspirar un nuevo capítulo en la acción mundial para los océanos. Las soluciones para una gestión sostenible de los océanos precisan de la aplicación de tecnología ecológica y el uso innovador de recursos marinos, lo que incluye también abordar las amenazas para la salud, la ecología, la economía y la gobernanza del océano: la acidificación; la basura marina y la contaminación; la pesca ilegal, no declarada y no reglamentada; y la pérdida de hábitats y biodiversidad. En su declaración final, cabe destacar el hecho de que los estados reconocieron el "fracaso colectivo" referente a su falta de acción en el pasado. A fin de enfrentar de manera más eficiente los desafíos que implica la gestión de los océanos, se exhorta a los gobiernos a un mayor compromiso, admitiendo además que están "profundamente alarmados por la emergencia global a la que se enfrenta el mar.”

Reconociendo un "fracaso colectivo en la consecución de los objetivos relacionados con los océanos", los líderes renovaron su compromiso de tomar medidas urgentes y cooperar a todos los niveles, para alcanzar plenamente los objetivos lo antes posible; pero asimismo debe servir como alerta para que la sociedad civil sea persistente en cobrar tomadores de decisión a que hagan cargo de estos compromisos. La misma declaración reconoce también que el cambio climático es "uno de los mayores retos de nuestro tiempo", y da fe de la necesidad de "actuar con decisión y urgencia para mejorar la salud, la productividad, el uso sostenible y la resiliencia del océano y sus ecosistemas". Se alude también a la necesidad de abordar los efectos acumulativos del calentamiento global en los océanos, incluyendo la degradación de los ecosistemas y la extinción de especies marinas. Asimismo, quedó resaltada la especial importancia de aplicar el Acuerdo de París de 2015, y el Pacto Climático de Glasgow, para ayudar a garantizar la salud, la productividad, el uso sostenible y la resiliencia del océano. "Nos comprometemos a detener y revertir el deterioro de la salud de los ecosistemas marinos y la biodiversidad del océano, y a proteger y restaurar su resiliencia e integridad ecológica", dice la declaración. Las deliberaciones en la Conferencia resultaron en muchos compromisos significativos de parte de gobiernos y jefes de estado, divididos bajo cuatro áreas principales: inversiones, polución y áreas marinas protegidas, ciencia e innovación, y acción climática. Una de las promesas más destacadas y con más adhesiones fue el compromiso por conservar o proteger voluntariamente

al menos el 30% de los océanos del mundo dentro de las áreas marinas protegidas, y otras medidas de conservación basadas en zonas geográficas para 2030. Adhirieron a esta medida más de 150 Estados miembros, incluyendo a Uruguay. Algunas de las medidas establecidas contemplaron la inversión de al menos 1.000 millones de dólares para la iniciativa “Desafío de Proteger Nuestro Planeta”, para apoyar la creación, ampliación y gestión de áreas marinas protegidas para 2030; la extensión de 150 millones de euros adicionales por parte del Banco Europeo de Inversiones a toda la región del Caribe como parte de la iniciativa de Océanos Limpios para mejorar la resiliencia climática, la gestión del agua y la gestión de los residuos sólidos; el compromiso de Portugal a garantizar que el 100% de la zona marina bajo soberanía o jurisdicción portuguesa se evalúe como en buen estado ambiental y a clasificar el 30% de las zonas marinas nacionales para 2030; el desarrollo de un plan estratégico nacional de economía azul, inclusivo y orientado a las múltiples partes interesadas por parte de Kenya. Además, se comprometió a elaborar un plan de acción nacional sobre los desechos plásticos marinos.

Felipe Dall

Científico ambiental, Oficina Sub-Regional del PNUMA para el Cono Sur de América Latina

Miguel Doria

Hidrólogo Regional del PHI para América Latina y el Caribe, con sede en la Oficina de la UNESCO en Montevideo

Después de Lisboa La financiación es quizás el punto primordial en lo que viene de ahora en adelante, para la concretización de compromisos asumidos, principalmente para países en desarrollo. El documento final de siete páginas afirma que es necesario encontrar soluciones financieras innovadoras para impulsar la transformación hacia economías sostenibles basadas en los océanos, y ampliar las soluciones basadas en la naturaleza, así como los enfoques cimentados en los ecosistemas para apoyar la resiliencia, la restauración y la conservación de los ecosistemas costeros. Peter Thomson, enviado especial del Secretario General de la ONU para los Océanos, subrayó la importancia que la Economía Azul tiene en ese contexto, mencionando que ello es ahora parte crucial de la seguridad futura de la humanidad, al mismo tiempo que reclamó por más recursos financieros. Tras el evento de Lisboa, el camino para salvar nuestros océanos prosigue en la Conferencia Intergubernamental sobre un tratado sobre la biodiversidad marina de las zonas situadas fuera de la jurisdicción nacional, en las negociaciones del Marco Mundial de la

Biodiversidad posterior a 2020 y en las negociaciones para incrementar la financiación del clima y las acciones de adaptación en la COP27 de Egipto. El rol de los océanos para Portugal y la visión del país sobre la Conferencia

Los océanos han sido centrales en la historia de Portugal, pero en la actualidad se destaca como un país con una muy amplia área marítima: la propuesta de definición de su plataforma continental, en evaluación por la comisión internacional competente, abarca 4.000.000 Km2, que se comparan con los 92.212 Km2 del territorio continental e insular portugués. La gestión sostenible de los océanos es una prioridad estratégica fundamental para Portugal. En su discurso en la apertura de la Conferencia de los Océanos, el presidente portugués, Marcelo Rebelo de Sousa, señaló la reunión como una señal de paz en un momento de pandemia y de guerra, “paz con la naturaleza y paz entre las personas”, dijo. Rebelo de Sousa destacó asimismo el compromiso de los Estados con la protección de los océanos en la Declaración de la Conferencia como “una victoria del multilateralismo, frente a la tentación del unilateralismo”. Como parte de su esfuerzo de promocionar y visibilizar la Conferencia y apoyar a sus objetivos, Portugal impulsó, a través de su red diplomática y consular, un ciclo de Blue Talks,

João Pedro Antunes

Embajador de Portugal en Uruguay

ajustadas al contexto específico de cada país o región donde tenían lugar y siempre buscando la cooperación con socios interesados, en particular del sistema de Naciones Unidas – además, donde viable, de Kenia. La Blue Talk de Montevideo surgió en este contexto, resultado de una estrecha colaboración entre la Embajada de Portugal y la Delegación de la UNESCO en Montevideo, con el apoyo del PNUMA y de los Ministerios de Ambiente y de Relaciones Exteriores de Uruguay.

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