Consumo
Responsable y Comercio Justo Artesanal Camino a la preservación del
patrimonio cultural
y el
desarrollo social sostenible
Divina Luz Pushaina, Tejedora wayuu de la comunidad Kepischon. Foto por: Paula Restrepo ©2013 La Guajira, Colombia.
Compra con conciencia Proyecto de
Comercio Justo Artesanal, Comprensión Cultural y preservación del Patrimonio
Productos con corazón e identidad Haz parte del cambio social
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Compra con conciencia Productos con corazón e identidad Haz parte del cambio social www.talentocolectivo.org Primera Red de Comercio Justo Artesanal en Colombia
Consumo Responsable y Comercio Justo Artesanal Camino a la preservación cultural y el desarrollo social sostenible Fundación Talento Colec vo©2014. Bogotá, Colombia. www.talentocolec vo.org / www.tejidosvitales.org talentocolec vo@gmail.com Textos: Paula Camila Restrepo Orozco - Fundación Talento Colec vo Agradecimientos: Liliana Arias, Ignacio Epinayú Fotos: Paula Restrepo, Viña Machado, Herminso Ruiz Texturas y fondos: Arte tradicional wayuu
Consumo Responsable y Comercio Justo Artesanal Camino a la Preservación del Patrimonio Cultural y el Desarrollo Social Sostenible
“El Comercio Justo va más allá del intercambio: demuestra que una mayor justicia en el comercio mundial es posible. Resalta la necesidad de un cambio en las reglas y prácticas del comercio convencional y muestra cómo un negocio exitoso puede también dar prioridad a la gente”. Organización Mundial del Comercio Justo -WFTO Cuando aplicamos conceptos como Responsabilidad Social, o Desarrollo a escala humana en el mundo del comercio, y en nuestro caso, en la comercializacion de bienes culturales artesanales, surgen como nuevos paradigmas el Comercio Justo y el Consumo Responsable. Como en todo proceso comercial, la cadena productiva tiene diversos actores. Productores, grandes y pequeños; comerciantes o intermediarios, y consumidores finales. En el comercio justo los intermediarios pueden jugar un papel fundamental a la hora de generar relaciones comerciales más equitativas entre todos los actores del proceso de comercialización, y ayudar a fortalecer las capacidades de los productores. Comercio Justo debe traducirse, entonces, en una manera moderna de hacer negocios, en donde el dinero no es lo primero, ni lo más importante. Esto sucede cuando logramos participar en los procesos comerciales dentro de las reglas del mercado, poniendo en primer lugar a las personas y buscando soluciones para el desarrollo social sostenible y la erradicación de la pobreza. Para lograrlo se necesitan productores concientes de su valía como seres humanos y su capacidad de incidir en la sociedad a través de su trabajo. Conocedores de que el pago recibido por su trabajo deberá ser reconocimiento a su experticia, esfuerzo, y calidad de sus productos, y estará en resonancia con la conciencia de su propio valor humano. También comerciantes justos capaces de desarrollar modelos de negocio sostenibles, rentables, y estables que puedan generar bienestar individual y colectivo -aunque no tengan todos los márgenes de utilidad a su favor-. Y se requieren consumidores responsables que sean selectivos, y que a la hora de comprar privilegien tanto a los pequeños productores como a los comerciantes justos y solidarios. El consumo conciente, la compra ética, se dirige a la creación de una sociedad en donde las personas se preocupan por el bienestar de los demás, y se apropian de su poder de transformación de las realidades sociales, poniendo en acción los valores de respeto, solidaridad y justicia. Comerciantes justos y consumidores responsables motivan a los productores artesanales concientes para seguir produciendo con calidad, sus productos, sin perder el toque humano que hace que su oferta, siempre sea mucho más especial que un producto industrial y se constituya en salvaguardia del patrimonio inmaterial de su país y de la humanidad.
clave para el desarrollo y la salvaguardia del patrimonio “La industria de la cultura ha demostrado ser un instrumento eficaz para impulsar el crecimiento económico, y estamos convencidos que las Américas es una fuente inagotable de bienes y servicios que son de naturaleza cultural”. José Miguel Insulza, Secretario General de la OEA.
A pesar de que no contamos en Colombia con cifras actualizadas y concluyentes acerca de la realidad del sector artesanal, las cifras disponibles nos aproximan a una caracterización general de este sector que reviste especial importancia para el mundo en desarrollo, porque constituye una pieza clave para la subsistencia familiar de muchas personas, favorece el desarrollo local, e impulsa el crecimiento económico de la región, a la vez que es vehículo para la preservación del patrimonio cultural inmaterial. Según datos del Ministerio de Comercio, la artesanía constituye alrededor del 25% de las microempresas en los países del Sur, genera empleos en el corto plazo, y fortalece la identidad cultural¹. De otra parte, las artesanías hacen parte de las industrias culturales, las cuales constituyen el 7% del PIB mundial y el 4,0% en Colombia², lo que indica la pertinencia de identificar nuevas oportunidades y activar soluciones sostenibles dentro de estas industrias orientadas al desarrollo humano, cultural y económico.
“Las industrias culturales son particularmente idóneas para apoyar e promover el desarrollo local. Antes que nada, la cultura es un grupo de recursos simbólicos para la creación de valores. Sin embargo, cuando dichos recursos simbólicos son comercializados, van a contribuir tanto al desarrollo económico, como a la creación de valores. Por lo tanto, las industrias culturales son importantes no sólo por su contribución a la economía sino también como un vehículo de identidad cultural”³.
El sector artesanal merece, en consecuencia, especial atención ya que agrupa a miles de pequeños productores en condiciones de vulnerabilidad por varios factores que iremos abordando. Personas para quienes el trabajo artesanal es fuente importante, y en ocasiones única, de ingresos para la subsistencia de las familias. Hombres y mujeres que han encontrado en la actividad manual una de las pocas posibilidades para obtener ingresos con poca inversión, a través de su fuerza manual, su capacidad creativa y los conocimientos heredados por generaciones al interior del hogar, o aprendidos de manera informal.
1. Ministerio de Comercio, Industria y Turismo. POLÍTICA DE TURISMO Y ARTESANÍAS: Inicia vas conjuntas para el impulso y la promoción del patrimonio artesanal y el turismo colombiano. Bogotá D.C., Diciembre de 2009 2. Según cifras de la UNCTAD (Conferencia de la Naciones Unidas sobre Comercio y Desarrollo) 3. Las Industrias Culturales en América La na y el Caribe: Desa os y Oportunidades. Estudio sobre las industrias culturales en La noamérica y Caribe (LAC). BID, 2007
“El sector de artesanías, además de tener importancia en el desarrollo cultural del país, es relevante en términos de generación de empleo e ingresos para segmentos especiales de la población”⁴. Acercándonos a las cifras que caracterizan a este sector, encontramos que el Censo Económico Nacional del Sector Artesanal⁵ registra que esta población cuenta con bajos niveles de escolaridad. Así, el 17% de artesanos en Colombia no posee estudios, el 18% terminó la educación primaria, solo el 8% culminó estudios secundarios y tan solo un 3% accedió a la educación superior técnica o universitaria. De otra parte indica que la mayoría de personas dedicadas a las actividades artesanales son mujeres (60%), y que muchas de ellas son cabeza de hogar. “Al ser las mujeres las que están al cuidado del hogar y de quienes depende el bienestar de toda la familia, podemos concluir diciendo que invertir en la mujer es una inversión de futuro y de forma indirecta, el sector de artesanía puede contribuir a ello”⁶. La Encuesta Integrada de Hogares Dane 2011 sitúa la tasa de desempleo para el total nacional en 14,4% para las mujeres y 8,2% para los hombres. A la luz de estos datos, el apoyo a las mujeres artesanas cobra una dimensión de especial relevancia. Las cifras también señalan que cerca del 70% de los artesanos colombianos se encuentran ubicados en zonas
rurales, en donde se evidencia mayor índice de pobreza que en los centros urbanos, sumado a otros factores como aislamiento, baja calidad educativa y conflicto armado, que agravan la brecha de oportunidades de desarrollo entre el campo y la ciudad. Para muchos artesanos de las comunidades campesinas, afrocolombianas y pueblos indígenas, sus artesanías son uno de los pocos bienes de intercambio con los que cuentan para garantizar su subsistencia. Estas comunidades son también poseedoras de saberes milenarios y técnicas antiguas que hacen que el sector artesanal cobre actualmente especial valor en tanto es vehículo de nuestro patrimonio cultural inmaterial. “Las comunidades, en especial las indígenas, desempeñan un importante papel en la producción, la salvaguardia, el mantenimiento y la recreación del patrimonio cultural inmaterial, contribuyendo con ello a enriquecer la diversidad cultural y la creatividad humana”⁶. El Censo Nacional (Dane 2005) se registra la existencia de 87 pueblos indígenas que representan el 3,3% de la población colombiana. Los departamentos de la Guajira, Cauca, y Nariño concentran aproximadamente la mitad de los indígenas del país, siendo el pueblo wayuu el más numeroso del país. En Colombia se hablan 64 lenguas amerindias. A este universo multicultural indígena con sus cosmovisiones, conocimientos ancestrales, prácticas económicas y formas de gobierno, se suman los afrodescendientes. Todos aportan a la riqueza artesanal colombiana.
4. Colombia. Departamento Nacional de Planeación - DNP. Agenda Interna para la produc vidad y compe
vidad. Bogotá, 2007.
5. Censo económico nacional del sector artesanal : Santafé de Bogotá : Artesanías de Colombia; Ministerio de Desarrollo Económico, 1998. 6. Guía de Comercio Justo para artesanos y artesanas de La noamérica. Fundación española para la innovación de la artesanía. 7. Unesco. Convención para la salvaguardia del patrimonio cultural inmaterial.
Colombia es una región diversa, vibrante, vital. Y así son las expresiones culturales que nos definen. Gozamos de tanta abundancia que a veces no alcanzamos a apreciar con profundidad la riqueza que nos rodea a primera vista. Dos océanos, infinita diversidad de especies animales y vegetales. Una variada geografía con todos los matices y maravillas naturales. Urge sentirlo. De sus más de 1100 municipios, el 40% de ellos son centros de producción artesanal⁸, y en todas nuestras regiones se elaboran artesanías que atesoran saberes ancestrales que se actualizan y nos dan identidad. El 57,52% de los artesanos del país se dedican a la tejeduría, el 13,48 a la madera, y el 7,37% a la cerámica, siendo estos los oficios más practicados. También se trabajan los cueros, los metales, los estampados, la piedra, el vidrio, en infinita variedad de técnicas y formas creativas en consonancia con la diversidad y la riqueza cultural. El aprendizaje de estos oficios se da principalmente de manera informal, tradicionalmente se transmite de
generación en generación y en un 48,32% se da en el contexto familiar⁹. Sin embargo, las estadísticas en Colombia indican que la mayoría de productores artesanales trabaja de manera aislada, y con escaso acceso a canales de financiación y comercialización. Solo un 12% de los artesanos se ha organizado de en agrupaciones solidarias para viabilizar la producción y la comercialización, y en general los talleres artesanales comercializan sus productos de manera principal en sus zonas de influencia y no cuentan con acompañamiento para establecer contactos comerciales fuera de ellas. Esta situación es aprovechada por intermediarios comerciales que compran a muy bajos precios los objetos artesanales para comercializarlos con márgenes de utilidad muy altos gracias a su posibilidad de acceder a mercados nacionales e internacionales a los que no tienen facilidad de acceso directo los productores. Por esta razón, para activar industrias culturales artesanales que aporten al desarrollo local en términos humanos y productivos, impera la necesidad de introducir en Colombia prácticas de comercio justo, y el consumo responsable que favorezcan no solo a los artesanos sino que nos hagan más concientes de 8. Dane, Distribución Polí ca de Colombia 1992 9 . Datos del Censo económico nacional del sector artesanal: Santafé de Bogotá : Artesanías de Colombia; Ministerio de Desarrollo Económico, 1998. Foto: Manos de una maestra artesana wayuu. Por: Viña Machado para el Proyecto Tejidos Vitales.
“La artesanía utilitaria o artística, inspirada por la tradición representa una forma valiosísima de expresión cultural, un “capital de confianza en uno mismo”, especialmente importante para los países en desarrollo. Así también, es importante revalorizar el trabajo hecho a mano, en muchos países desarrollados, en los que, a menudo, una normalización industrial 10 excesiva amenaza la calidad de vida” . Revalorizar y resignificar los objetos artesanales a través de comerciantes justos y compradores concientes, redundará en la defensa de nuestro patrimonio cultural, y en la promoción de la artesanía como una actividad económica capaz de aportar bienestar para las familias que ejerzan este oficio, beneficios a los compradores a través del disfrute en el uso ornamental o utilitario de las piezas, y desarrollo humano y económico al país. 10. UNESCO y Artesanía. Construir la confianza - La artesanía, elemento del desarrollo.
Foto: Chinchorro y mochila wayuu. Por: Herminso Ruiz para el Proyecto Tejidos Vitales.
nuestros valores nacionales, favoreciendo la percepción positiva acerca de nosotros mismos, y la confianza en que es posible sumar esfuerzos para el desarrollo equitativo del país y la eliminación de la pobreza.
Consumidores responsables. Otro mundo es posible. “Un consumidor responsable es una persona informada y consciente de sus hábitos de consumo. Además de conocer y exigir sus derechos como consumidor, busca la opción de consumo con el menor impacto negativo posible sobre el medio ambiente y con un efecto positivo en la sociedad. Esta manera responsable de consumir se traduce en muchos pequeños actos y decisiones diarias, y puede llegar a atravesar todos los ámbitos de la vida”¹. Estamos frente a una renovada concepción del consumo como respuesta a la crisis global que enfrenta la humanidad. Una extendida preocupación inquieta a cada vez más personas que observan los efectos nocivos del cambio climático, el consumo excesivo, el sistema económico basado en la desigualdad, el uso y abuso de químicos en la agricultura y la industria de alimentos, y en general todas aquellas cosas que atentan contra la vida y el bienestar del planeta y sus habitantes. Una nueva conciencia nace en los consumidores que toman un papel activo para crear transformaciones sociales haciendo uso de un gran poder: determinar qué compran, y a quién. Esta conciencia va de la mano con la comprensión de que todos los sectores sociales son responsables de proteger los derechos de las personas y el medio ambiente. Gobiernos, organizaciones sin ánimo de lucro, entidades educativas, empresarios, consumidores, organizaciones religiosas, y grupos filantrópicos; todos estamos llamados a agenciar el cambio. Un consumidor responsable se hace preguntas como ¿Esto lo necesito realmente? ¿Qué impacto ambiental tiene este producto? ¿Qué impacto social tiene mi compra? ¿Este producto es saludable y seguro? ¿Es durable y de calidad?
Un reciente estudio identificó que un tercio de los consumidores mundiales se definen por su amor a las compras (78%), el deseo de un consumo responsable (92%) y su confianza en las marcas que actúan teniendo en cuenta los intereses de la sociedad (58%)³. Estos nuevos consumidores cada vez más concientes e informados son un reto para la economía del mundo pues ellos están “Re:PENSANDO el consumo, Re:DEFINIENDO el éxito y Re:IMAGINANDO el futuro de una economía más sostenible”². Y así como muchos consumidores están prefiriendo alimentos orgánicos, empaques biodegradables, turismo respetuoso con la naturaleza, juguetes seguros, y moda ética, entre otros; también prefieren productos alimenticios, prendas de vestir y objetos artesanales que se produzcan y comercialicen siguiendo los estándares del comercio justo.
Asimismo las empresas se reinventan en este nuevo escenario con marcas exigentes, responsables y comprometidas con la búsqueda de un mundo más sostenible y socialmente responsable, que exigirán a sus clientes también nuevos hábitos de consumo. Otro mundo es posible.
1. Guía para un consumo responsable. El papel de los y las consumidoras en la responsabilidad social de la empresa. Confederación española de coopera vas de consumidores y 2. RE:THINKING CONSUMPTION Consumers and the Future of Sustainability 2012. BBMG, GlobeScan, SustainAbility. 3. (BBMG, GlobeScan y SustainAbility, octubre 2013)
Consumo responsable artesanal En Colombia aún no tenemos canales de comercialización de productos artesanales certificados en comercio justo, pero podemos empezar a trazar el camino de la compra conciente. Ten en cuenta las siguientes pautas que te guiaran al consumo responsable de artesanías. Aprecia el valor humano de las artesanías. Recuerda que detrás de cada pieza hay una persona que ha dedicado tiempo, esfuerzo, talento y amor en la elaboración de un producto para tu utilidad y disfrute. Nunca pidas rebaja a un pequeño productor. Si puedes, ofrece más. Apóyalo. Aprecia el valor artístico, patrimonial y cultural de las artesanías. Pregunta sobre el origen de los productos artesanales, su historia, su autor, su región de proveniencia. Un comerciante justo se preocupará por entregarte más información sobre el valor humano y cultural de los productos. Infórmate sobre Comercio Justo. Investiga. Pregunta. Difunde información. Toma acción. Apoya las campañas, organizaciones y empresas que lo promueven. Prefiere a los comerciantes de productos artesanales que tienen en cuenta las prácticas del comercio justo. Prefiere el consumo de productos artesanales nacionales que apoyan procesos de desarrollo de nuestras comunidades. Entre todos podemos construir un país más justo e incluyente.
Comercio Justo: Comercio para el desarrollo “El Comercio Justo hace referencia a un movimiento social global que promueve otro tipo de comercio, uno basado en el diálogo, la transparencia, el respeto y la equidad. Contribuye al desarrollo sostenible ofreciendo mejores condiciones comerciales y asegurando los derechos de los pequeños productores y trabajadores desfavorecidos, especialmente del Sur. Las organizaciones de Comercio Justo están comprometidas en apoyar a los productores, sensibilizar y desarrollar campañas para conseguir cambios en las reglas y prácticas del comercio internacional convencional” WFTO¹ El Comercio Justo, como alternativa al comercio tradicional, pone en práctica relaciones comerciales Justas basadas en la transparencia, solidaridad, confianza, y respeto mutuo, a favor de los productores vulnerables. Ellos están en capacidad de elaborar productos de alta calidad para satisfacer las necesidades de miles de personas en el mundo, además de producir ingresos justos para el sostenimiento de sus economías familiares y el desarrollo de su región. Se trata de impulsar su desarrollo individual y colectivo desde la realidad de sus comunidades, y sus prácticas culturales.
prácticas de salud y seguridad en torno a la producción, así como reservar un margen que destinarán para fines sociales como el mejoramiento de la educación, la salud, la vivienda entre otros proyectos comunitarios.
Así, comercio justo se basa en la convicción de que es posible humanizar el comercio y hacer compatibles los valores éticos, sociales y ecológicos con los criterios económicos; para garantizar ingresos dignos a estos productores que les permitan cubrir los costos de producción y tener una vida digna, asegurar sus necesidades básicas de su familia, y mejorar las
Los comerciantes justos se interesan además en la sensibilización y promoción del Comercio Justo y el Consumo Conciente pues, para lograr un comercio justo, el consumidor debe asumir comportamientos y hábitos de compra responsables.
En este modelo se elimina la intervención de muchos intermediarios en la cadena comercial, y se acorta la distancia entre productores y consumidores ofreciéndoles a estos últimos información acerca de los productos que les permite conocer más sobre lo que están comprando y el beneficio que produce su compra en las comunidades de origen.
La Organización Mundial del Comercio Justo (WFTO), es una red mundial de Organizaciones de Comercio Justo. Su misión es mejorar los medios de vida y el bienestar de los productores desfavorecidos mediante la vinculación y la promoción de las organizaciones de Comercio Justo y la búsqueda de una mayor jus cia en el comercio mundial. Más de 270 organizaciones de comercio justo en 60 países forman esta red.
Por qué Comprar con Comercio Justo? 1.
Tiene en cuenta a las personas, no solo el beneficio económico.
2.
Ofrece artículos de alta calidad, seguros, saludables y amigables con la naturaleza.
3.
Crea oportunidades de bienestar social, económico y ambiental para pequeños productores en desventaja económica.
4.
Reconoce pago justo a los productores, y pago igual por trabajo igual para mujeres y hombres
5.
Promueve el empoderamiento de las mujeres, así como la igualdad de oportunidades entre mujeres y hombres.
6.
Dice NO a la explotación laboral infantil y protege los derechos de los niños y niñas.
7.
Conecta con otras culturas, y reconoce, respeta, promueve y protege la identidad cultural.
8.
Apoya el desarrollo de las comunidades y la construcción de economías locales sostenibles
9.
Fortalece la construcción de capacidades de producción, gestión y comercialización de los pequeños productores para desarrollar su independencia
10.
Usa publicidad honesta. Informa a sus clientes acerca de los productores y los productos que comercializa, y sus reales beneficios.
11.
Crea consumidores concientes y los invita a tomar acción para un mundo mejor.
El movimiento del Comercio Justo nace entre los años 40 y 50 en Estados Unidos, en el marco de la Conferencia de Naciones Unidas sobre Comercio y Desarrollo (UNTACD)¹ en 1964, en la cual, como resultado de la discusión acerca de cómo crear relaciones más justas en el comercio internacional para equilibrar la balanza a favor de pequeños productores de los países del sur, nace el concepto de “Comercio, no ayuda”. Surgen entonces las Organizaciones de Comercio Justo para comercializar productos de una nueva manera: garantizando su procedencia y explicando al consumidor cuales fueron los precios de compra a los y dejando atrás las relaciones que solo benefician a unos pocos para dar paso al nuevo modelo incluyente, participativo y generador de desarrollo sostenible. A pesar de haber nacido como una fórmula de comercio entre países del norte y del sur, el comercio justo es también una herramienta válida para el desarrollo de negocios locales solidarios y sostenibles, en donde los colombianos con más capacidad económica pueden apoyar solidariamente el desarrollo de las regiones más vulnerables aportando a la superación de las brechas de desigualdad en el país. En Colombia no ha habido un amplio desarrollo de iniciativas de Comercio Justo y los casos que lo han Tejedora wayuu de la comunidad Kepischon. Foto por: Paula Restrepo ©2013 La Guajira, Colombia.
UNTACD. Organismo intergubernamental y órgano principal de la Asamblea General de Naciones Unidas para el tratamiento integrado de temas en las áreas de comercio, finanzas, tecnología, inversión y desarrollo sostenible.
Comercio Justo para los colombianos implementado son escasos y aislados, son pocos los productos agrícolas certificados con los sellos internacionales de comercio justo, y no tenemos actualmente miembros en la Organización Internacional de Comercio Justo WFTO. Conocemos poco del tema, y poco se habla de él. Ha sido una práctica más común entre pequeños productores agrícolas organizados, especialmente productores exportadores de café, y no hay iniciativas visibles en el sector artesanal. Pero esto, unido a las nuevas tendencias sociales que marcan el deseo latente de los colombianos por crear una nueva sociedad equitativa y en paz, puede cambiar. Está cambiando. El Comercio Justo se ha convertido en uno de los mercados que más rápidamente crece a nivel mundial. De la misma manera puede significar un importante pilar para el desarrollo de nuestro país, ya que se constituye en una alternativa ética y viable para apoyar a los artesanos colombianos, que en su mayoría son mujeres cabeza de hogar. La Fundación Talento Colectivo es una organización joven con gran proyección al futuro. Su visión es ser un importante canal de distribución, garante y promotor iniciativas de comercio justo en todo el territorio nacional para apoyar a miles de artesanos colombianos y en especial a las mujeres que se enfrentan a la ardua labor de sacar sus familias
adelante con el trabajo de sus manos. Talento Colectivo, a través del proyecto Tejidos Vitales, adelanta esfuerzos para promover el consumo responsable y el comercio justo artesanal como fuente de desarrollo y preservación de nuestro patrimonio cultural, en un proceso que involucra de manera activa a productores artesanales concientes, a comerciantes justos (intermediarios solidarios) y a consumidores responsables, motivando la creación de una conciencia y movilización nacional a favor de los derechos de los artesanos y el consumo responsable de artesanía. El proyecto, en su etapa inicial ha venido trabajando con las mujeres artesanas wayuu de la Guajira colombiana y lleva un importante camino adelantado. Pero hay mucho por hacer y los consumidores serán, justamente, los que sean capaces de reorientar sus hábitos de consumo para favorecer a nuestros artesanos productores de cultura y arte, en especial a las tantas mujeres que construyen este país desde la base. Talento Colectivo es una propuesta que reconoce que los múltiples talentos que poseemos los colombianos son nuestros valores colectivos más importantes, y forman la base de nuestro capital de confianza para el desarrollo de una economía solidaria y sostenible, y la construcción de la paz.
Proyecto Tejidos Vitales La Fundación Talento Colectivo desde el año 2011 viene trabajando en el Proyecto Tejidos Vitales, orientado a la revitalización, comprensión cultural y generación de plataformas de comercio justo artesanal de los tejidos de las mujeres colombianas, en especial de las mujeres indígenas y rurales de Colombia, iniciando con la comunidad wayuu de la Guajira colombiana. Talento Colectivo asume la tarea de abrir y brindar soporte conceptual, logístico y comercial a este trabajo como intermediario solidario y garante del proceso de comercio justo en consenso con las comunidades participantes. Tejidos Vitales trabaja bajo los principios de respeto y comprensión Cultural, políticas de comercio justo, bilingüismo, igualdad de género, inclusión tecnológica, recuperación de memoria, revitalización cultural y apertura de mercados más equitativos para los productores. Como estrategia de acción Tejidos Vitales realiza periodicamente Muestras Cuturales con exhibicion y venta de las artesanias y exposición fotográfica con el propósito de: ·
Impulsar la labor de las mujeres artesanas wayuu abriendo nuevos espacios de comercialización y nuevos mercados de precios justos.
· Sensibilizar a la población colombiana acerca del sentido cultural, humano, y trascendental que se esconde detrás de cada pieza de tejido tradicional wayuu. · Mejorar el precio de compra a las creadoras de las pieza artesanales, propiciando mejorar las condiciones de vida de las comunidades de origen de los productos. · Visibilizar a las artesanas, dando reconocimiento a su autoría y a su pensamiento e inspiración en el momento de tejer su pieza.
Tejedoras wayuu de la comunidad Kepischon. Foto por: Paula Restrepo ©2013 La Guajira, Colombia.
El Proyecto “Tejidos Vitales: Reconstrucción de memoria en torno el significado del tejido en la cultura wayuu y su relación con el mundo femenino", recibió en 2013 un importante reconocimiento por mención honrosa, en la categoría de investigación, de los Fondos Concursables de Fondo para la Salvaguarda del Patrimonio Cultural Inmaterial de América Latina Crespial - Unesco.
Feria de Tejido Wayuu La Fundación Talento Colectivo con el proposito de crear una vitrina de promoción cultural y comercialización en términos de comercio justo de las creaciones de mujeres tejedoras wayuu realizo en Bogotá, del 18 al 23 de diciembre de 2013, la Primera Feria de Tejido Wayuu. El evento se planteó como un espacio de respuesta a las necesidades de comercialización de las artesanas dentro de los principios de respeto e identidad y como una oportunidad de iniciar una campaña de posicionamiento del tejido indígena como un producto con identidad, con capacidad de transformación social si aporta en términos de comercio justo, al desarrollo local de las comunidades. En este marco la Alcaldía de Uribia, como parte de los esfuerzos que adelanta este gobierno local para apoyar y promover el trabajo de las mujeres artesanas y promover el posicionamiento a nivel nacional de Uribia como capital indígena de Colombia, se unió al evento a través de la firma de un Convenio de Asociación y Cooperación suscrito con la Fundación Talento Colectivo para “aunar esfuerzos para impulsar la participación de los productores del municipio de Uribia en los mercados locales y regionales mediante la realización de la Primera Feria de Tejido Wayuu Bogotá 2013”. Este evento se logró también gracias al apoyo de Asodamas - Asociación de Primeras Damas de Colombia; Hotel TRYP Bogotá Usaquén / Hotel Waya Guajira, así como de los esfuerzos organizativos, logísticos y de previa investigación y trabajo de la Fundación Talento Colectivo a través del Proyecto Tejidos Vitales; el aporte en la producción fotográfica para esta versión del proyecto del periodista, fotógrafo y realizador audiovisual canadiense Jason Rothe, y otros aportantes. La realización de este evento fue importante para la apertura de este espacio que se planteó como el primer paso dentro de una estrategia de reconocimiento y posicionamiento del arte wayuu, que se extiende hacia el futuro. La Feria de Tejido Wayuu de Talento Colectivo se realizará una vez anualmente en Colombia con el aporte de varios sectores que harán posible esta feria especializada para el arte wayuu, como modelo replicable de gestión comercial justa a favor de las comunidades de artesanos en Colombia, partiendo de la calidad, belleza y simbolismo que reune el arte tradicional wayuu y que lo convierte sin duda en uno de los simbolos nacionales por excelencia.
Primera Feria del Tejido Wayuu. Bogotá 2013 Foto: Herminso Ruiz. Cortesía para la Fundación Talento Colec vo
Una mirada al alma humana a través del tejido wayuu La etnia wayuu ocupa una región sin fronteras entre Colombia y Venezuela, en una amplia extensión de la Península de la Guajira, en el litoral Caribe. Es un territorio desértico, con altas temperaturas, cerca al mar, al rayo del sol, y a merced del viento; un lugar a la vez hermoso y desafiante para sus habitantes, por las condiciones extremas de clima y la escasez de agua, entre otros recursos. En Colombia conforma el pueblo indígena más numeroso del país. De carácter luchador y persistente, los wayuu conservan aún tradiciones antiguas que los definen y les permiten tener una visión particular del mundo, a la vez que han sabido adaptarse a las múltiples influencias, positivas y negativas, que han permeado y afectado su cultura. La Guajira es así mismo uno de los territorios más ricos en recursos naturales explotables; sin embargo el porcentaje de necesidades básicas insatisfechas de la población alcanza el 65,23%¹. Los wayuu, y en particular las mujeres, carecen de diversidad de oportunidades de generación de ingresos. Las mujeres wayuu tienen como oficio tradicional el tejer, y son reconocidas por la maravillosa obra de sus manos. El tejido integra a la familia y da sentido a la vida. Se tejen mochilas para diversos usos (viaje, adorno, depositario de objetos, accesorio), pero también chinchorros en donde se duerme, se descansa, se sueña, se ama…
El tejido wayuu, en la actualidad, se ha convertido en fuente importante de ingreso para las familias, pero en esencia no es producto comercial, es un quehacer cultural que hace parte de la vida diaria. Las condiciones actuales del mercado no propician que las artesanas reciban un pago justo por su trabajo. Además la memoria cultural está en riesgo de perderse; ya muchas niñas y jóvenes no están interesadas en aprender y perpetuar el oficio de las madres y abuelas. A la vez, muchos compradores no reconocen el valor cultural de las obras, lo que ha dado como resultado que muchas mujeres ya no tejan con el sentido, la magia ni la trascendencia original. TEJIDOS VITALES se propone resignificar el trabajo de las mujeres tejedoras y bordadoras; artesanas que entregan en cada pieza de sus manos no solo su tiempo y su energía femenina, sino toda una visión del mundo heredada de madres, de abuelas, de tiempo atrás, de siempre. Pues detrás de cada pieza tejida por una artesana wayuu hay una mujer, perteneciente a una etnia, con un nombre y un linaje, con una historia de vida, con un legado cultural ancestral, y con un arte de alto valor, contenido y calidad digno de ser difundido a nivel mundial, sin necesidad de intervenciones externas. Un trabajo que valorado, dignamente remunerado, y comerciado de manera justa y solidaria puede aportar al mejoramiento de la calidad de vida de las familias wayuu.
1.COLOMBIA. Necesidades Básicas Insa sfechas - NBI, Departamento de La Guajira. CENSO Dane 2005
Mochila de Cristina Uriana de la comunidad indígena wayuu de Oorokot . Esta joven wayuu se motivó a tejer para el Proyecto Tejidos Vitales la Fundacion Talento Colectivo despues de que su comunidad participara en la Primera Feria del Tejido Wayuu Bogotá 2013, organizada bajo los preceptos del Comercio Justo con el apoyo de la Alcaldía de Uribia, espacio que benefició a más de 60 tejedoras de varias comunidades. Muchas jovenes han perdido el entusiasmo por el tejido a causa del comercio injusto de su arte tradicional. Cada joven que se motiva a tejer de nuevo, es salvaguarda de un patrimonio que nos identifica a todos los colombianos. Comprar a precio justo, hace la diferencia.
el sombrero wayuu Pero no solo las mujeres tejen. En la tradición wayuu, algunos tipos de puntadas y usos de los tejidos, son hechos por hombres. El wayuu es artista por naturaleza, y esa habilidad que llevan en la sangre fue aprovechada por algunos hombres, hoy tejedores de sombreros, para incluir en la era contemporánea una nueva creación artesanal wayuu Son pocos los hombres que conocen el arte de tejer sombreros. Pero con la maestría de sus manos tejen el sombrero wayuu, que promete ser un nuevo símbolo del patrimonio cultural colombiano, así como un nuevo producto que permita fortalecer las economías familiares en un proceso de comercio justo artesanal.
Zunilda Epieyu e hijas. Tejedora wayuu de la comunidad Kepischon. Paula Restrepo ©2013
www.tejidosvitales.org Empoderando a las mujeres colombianas que sostienen a sus familias con el trabajo de sus manos. Mujeres rurales y urbanas; emprendedoras, tejedoras, bordadoras, ceramistas, joyeras. Todas ellas tejen historias de vida, son portadoras de conocimientos ancestrales y recrean en productos artísticos su mundo interior.
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