Durante la década de los sesenta Almería se hizo famosa en todo el mundo por las películas que se rodaron en su provincia. De esta época dorada sólo quedaron decorados donde se pusieron en marcha espectáculos "cinematográficos" para turistas, lo que supuso el renacimiento de una actividad en decadencia atrayendo a jóvenes actores.
Casi todos los tópicos del western se dan cita en estos espectáculos, permitiendo a actores y especialistas mantener vivo el sueño del cine.