Revista La Pluma del Ganso No. 111

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AÑO XXV • NÚMERO 111 • PRECIO $50.00 REVISTA TRIMESTRAL / LITERATURA Y ARTES

Artes Visuales KARLA SIERRA RESULTADOS DEL X CONCURSO INTERNO DE CUENTO Y POESÍA DISCURSO DE RAÚL ZURITA AL RECIBIR EL XXIX PREMIO REINA SOFÍA DE POESÍA IBEROAMERICANA Servilleta de Papel LA COLINA QUE ESCALAMOS por Amanda Gorman Traducción José Lerrante


¡No es posible!

Sus

¿Cómo es que usted, escritor o poeta “emergente”, todavía cree que Revista La Pluma del Ganso es nada más que una revista cultural?

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Recordamos a nuestros lectores que los trabajos que se presentan en esta revista son enviados por suscriptores miembros de La Pluma del Ganso, que por el solo hecho de serlo, tienen derecho a publicar aquí. Esta revista no tiene comité editorial y cada autor selecciona lo que en su opinión es digno de publicarse. Esta revista es, por lo tanto, un instrumento de sus suscriptores para dar a conocer a un público más amplio su quehacer artístico. Esperamos comentarios sobre estos materiales, mismos que publicaremos en nuestra sección Correspondencia, si el lector firmante lo solicita o si lo prefiere, puede hacerlos llegar directamente al correo electrónico que aparece al final de los textos, sin duda, serán agradecidos por los autores que están deseosos de conocer opiniones y sugerencias respecto de su obra.


Contenido Editorial________________________________________ 2 Cuento Tres cuentos, por Andrea Gutiérrez Campos__________ 3 Buñuelos, por Lourdes Pacheco____________________ 12 Dos cuentos, por Adriana Lamar__________________ 14 Hombres de piedra, por Enrique López Yáñez______ 17 Pretty man, por Marcela Acle Tomasini_____________ 20 Portada: Karla Sierra

Directorio

Revista Trimestral. Año 25, número 111, Octubre-Noviembre-Diciembre 2020 Enero-Febrero Marzo 2021 (maldito COVID-19).

Fundador y Director General: Dantón Chelén Franulic Comité Directivo: Dantón Chelén y Gabriela Monticelli. Comité Coordinador: Mónica Monzón, Rosa Esther Valdés, Adriana Lamar.

Logotipo: Graciela González B. y Rosa Estela González M. Coordinador de Artes Visuales: Héctor Flores Carranco | Taller de sueños heccarr@yahoo.com

Coordinadora de Producción Editorial: Gabriela Monticelli | Taller de sueños contacto.taller.ds@gmail.com

Revista Trimestral, editada y publicada por Alejandro Dantón Chelén Franulic, Provisional: Potrero Nº 6. Col. Residencial Villa Coapa C.P. 14390. Del. Tlalpan. CDMX revistalaplumadelganso1995@gmail.com

www.laplumadelganso.com

Página WEB y FB: Gustavo Cervantes Morales y Erick Betanzos Editor responsable: Alejandro Dantón Chelén Franulic

Reserva de derechos al título exclusivo número Nº 04-2016120212204600-102; Número de ISSN: 1665-5311, Certificado de Licitud de Titulo Nº 9436; Certificado de Licitud de Contenido Nº 6694

Impresión: Impresos y Suajes S.A. de C.V.

Mar Mediterráneo #2 Local B-D, Col. Tacuba, C.P. 11410, Del. Miguel Hidalgo, CDMX, México.

Distribución: Propia;

Comercializadora GBN S.A. de C.V. comercializadoragbn@ yahoo.com.mx y comercializadoragbn@gmail.com.y EDUCAL

El contenido de esta publicación es de exclusiva responsabilidad de sus autores. Se permite la reproducción del contenido solamente con la autorización expresa del o los autores correspondientes, misma que se puede solicitar, en los casos que nos sea posible, a través de esta revista. Revista La Pluma del Ganso quedará exenta de cualquier responsabilidad frente a posibles informalidades y falta de seriedad o solvencia de anunciantes, así como del contenido de su publicidad.

Poesía Juan Eduardo Esquivel_________________________ 5 Jorge García Rebollo___________________________ 6 Lizzy Reds____________________________________ 11 Francis Mestries______________________________ 13 Discurso de Raúl Zurita al recibir el 29 de noviembre 2020, el XXIX Premio Reina Sofía de Poesía Iberoamericana________________________________ 8 Artes Visuales Karla Sierra: La dinámica de la pasión, por Héctor Flores Carranco_________________________ 15 X Concurso Interno de Poesía Primavera 2020. Primer Lugar, por Corina Fernández Alatorre______________________ 16 Virus. Segundo Lugar, por Ramiro Ruiz Durá__________ 19 Crisálida. Tercer lugar. por Mónica Josefina Suárez Romero__________________ 23 X Concurso Interno de Cuento La Dama del Camino, por Tercer Lugar. Miguel Ángel Córdova Córdova_________________________________ 24 Mitos: Acercamiento a conocido mito mexica, por Alfredo Alcántar Camarena______________________ 18 Breverías: Coco Manto Lo revolucionario no quita lo humorista ni lo humorista quita lo revolucionario_____22 y 27 Peroratas: Pandemia, por José Lerrante_____________ 25 Aquí Está Usted_________________________________ 26 Correspondencia y telefonazos____________________ 27

Viñetas interiores: Este número presenta una selección de la excelente pintora tabasqueña Karla Sierra. Algunas de las obras fueron realizadas durante la contingencia, explorando las profundas emociones causadas por el confinamiento. Agradecemos a la artista y a Maria Paula Rodríguez Franceschi por su apoyo para presentar las imágenes. LA PLUMA DEL GANSO 111

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Editorial — Aplaudimos con admiración a los científicos, investigadores, técnicos, autoridades y todos aquellos que, ajenos a intereses personales de cualquier índole, se han enfrentado a los innumerables estragos producidos por el covid-19 y de igual manera lo hacemos con quienes, por su indudable vocación humanista y su relación laboral o voluntaria con la salud, continuaron o se agregaron ante la emergencia sanitaria con mayor riesgo de afectación y de contagio personal. Ellos son las y los médicos, enfermeros, camilleros, auxiliares, y todos los que de una u otra manera hacen funcionar lo necesario para que en el país el Sistema Nacional de Salud siempre esté en condiciones de responder positivamente a desafíos como el que enfrenta hoy. Confiamos que a las acciones de tantos verdaderos héroes connacionales, la pronta aplicación masiva de las vacunas acelere en nuestro país el fin de esta horrible pandemia mundial. — Profundo dolor nos causa el fallecimiento de nuestra compañera la doctora y escritora María Bertha Sánchez de la Cadena, quien ingresó al “club” en enero de 2001. Autora de siete novelas, entre las que están La mujer del pueblo, de tipo histórico y de costumbres y Clon-2030, novela de ciencia posible, imposible de abandonar su lectura desde el comienzo hasta el final. Su partida ha llenado de tristeza de hecho a todos sus colegas escritores, y en lo personal a quien firma por las varias ocasiones en que nos reunimos para leer y comentar textos. Enviamos a su mamá, a toda su familia, nuestro más sentido pésame. — Debe destacarse el alto grado de solidaridad, de fraternidad, demostrada prácticamente por todas y todos los miembros de nuestro “club”, porque de inmediato y de acuerdo a sus posibilidades, han apoyado a los colegas más afectados por la pandemia, varios dolientes por la muerte de familiares. Cuando se haya controlado y vencido esta situación tan terriblemente agresiva y mortal, nos sentiremos, junto al sentimiento solidario con los afectados en cualquier lugar del planeta, satisfechos y agradecidos unos con otros.

Recordamos a nuestros lectores que los trabajos que se presentan en esta revista son enviados por suscriptores miembros de La Pluma del Ganso, que por el solo hecho de serlo, tienen derecho a publicar aquí. Esta revista no tiene comité editorial y cada autor selecciona lo que en su opinión es digno de publicarse. Esta revista es, por lo tanto, un instrumento de sus suscriptores para dar a conocer a un público más amplio su quehacer artístico. Esperamos comentarios sobre estos materiales, mismos que publicaremos en nuestra sección Correspondencia, o si lo prefiere puede hacerlos llegar directamente al correo electrónico que aparece al final de los textos; que, sin duda, serán agradecidos por los autores que están deseosos de conocer opiniones y sugerencias respecto de su obra.

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Artistas Visuales:

INTERCAMBIO Invitamos a los artistas visuales a comunicarse con nosotros para, previa vista y aceptación por parte de La Pluma del Ganso, sean publicados en nuestra revista a manera de intercambio, entendiendo por intercambio que el artista nos permite publicarlo por una vez y la Pluma muestra sus trabajos a los lectores en la sección Artes Visuales, sin costo para el artista, financiando la revista la impresión en ella. Comunicarse con Héctor Flores Carranco a los siguientes correos: heccarr@yahoo.com o contacto.taller.ds@gmail.com


CUENTO

Tres cuentos Andrea Gutiérrez Campos*

Palomas “Salirme con esas pendejadas a mí… ¡No lo puedo creer!. No lleva ni un mes en el puesto el muy cabrón y me hace esto…” pensó, mientras se planchaba la falda de casimir con las manos. Los tacones, discretos, mostraban su paso por el parque. “Pinches palomas, me ensuciaron los zapatos” se dijo, mientras sacaba un pañuelito del reluciente bolso negro que hacía juego con el traje sastre y que la hacían ver bella y elegante. No era, en definitiva, la ropa más apropiada para ir a pasear al parque, si es que aquella caminata forzada se podía llamar “paseo”. “El muy idiota de Zamarripa no debió haber escogido a ese imbécil para el puesto. ¡Debió poner a alguien menos estúpido y menos perro!”. Molesta, sacó una bolsa de galletas que traía en el bolsillo del saco. Trató de comer una, pero no logró sacarse de la cabeza la ultrajante actitud del Licenciado Ramírez, casi en las narices de Zamarripa. Nadie dijo algo para evidenciarlo, nadie la defendió. Ella sabía hacerlo, pero qué se puede hacer cuando un hijo de puta te mete la mano bajo la falda enfrente de una panda de machos que se reían descaradamente de la situación. Y es que, simplemente, no podían aceptar que ella fuera la subgerente de la sucursal. “¡Macho cabrón! Y, encima de todo, seguirme hasta el cuarto de las fotocopiadoras, para ‘disculparse, sin que nadie nos molestara’…”. No se dio cuenta de que seis palomas buscaban la galleta que traía en la mano temblorosa sino hasta que comenzaron a volar directamente hacia ella para arrebatarle el manjar. Ellas no mostraban empatía sino que exigían, con tremendos graznidos, el resto del festín. Se comportaban casi igual que sus compañeros de oficina.

Arrojó hacia las aves el resto de las galletas y se vio rodeada por una nube de aleteos, plumas y excremento. A las palomas tampoco les importaba que, después de esa mañana, ella sería despedida de su trabajo. En medio de la confusión, pensó en lo afortunada que había sido al quedarse a solas con él, en ese momento en que el encargado de las fotocopiadoras había salido a tomar café y había olvidado aquel destornillador sobre el escritorio. Cuando el revoloteo cesó esbozó una sonrisa casi imperceptible por la certeza de que ya no la molestarían más, mientras quitaba de su blusa, una por una, las plumas que habían quedado pegadas a los restos de la sangre de Ramírez.

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CUENTO

Sin perdón 21 de marzo Ahora que escribo la fecha, me doy cuenta de que ya llevamos exactamente diez días metidos en este maldito agujero. Ya no sé ni cuántos somos. Sé que fuimos llegando en grupos pequeños, de dos en dos o hasta de tres en tres, no más. Yo calculo que ya somos cerca de cincuenta. No hay casi luz, por lo que no podemos vernos bien las caras. Queremos ahorrar energía para tener los refrigeradores funcionando y así mantener fresca la poca comida que nos queda, porque ya todo está empezando a escasear.

22 de marzo ¡Carajo! Ya sé quién es el nuevo… desde que escuché su voz por primera vez supe que lo conocía de algún lado. Su fanfarronería, sus pinches chistes misóginos, sus ademanes tan prepotentes. ¡Hijo de puta!. Me encantaría partirle la madre… Me acuerdo que hay una pala y un zapapico junto a la puerta de entrada del búnker. ¡Con eso!

23 de marzo Ya no puedo más. No puedo olvidarlo, ¡chingada madre! Y no puedo entender cómo los demás están así, como si nada. Ese hijo de la chingada se está comiendo nuestra comida y se está tragando nuestro aire. Como si se nos pudiera olvidar que, en el momento más inadecuado, por su mala mano y por su pinche autogol, nos quedamos fuera del Mundial.

Debajo de la cama —El juguete estaba debajo de la cama, te lo juro que yo lo escondí ahí, mami… —me dijo Clara, con carita de angustia —. Ya no lo encuentro, llevo buscándolo toda la mañana… ¡Ayúdame por favor, mami! Todos sabíamos lo violento que solía ponerse Ramoncito cuando perdía alguno de sus juguetes. 4

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Clara estaba segura de que el conejito de peluche de su hermano había desaparecido, pero yo no sabía si creerle o no porque también sabía que a Clara le gustaba hacernos bromas a todos, especialmente en asuntos relacionados con Ramón. Pero esta vez me suplicó, con genuinas lágrimas, que fuera a la tienda a comprarle otro juguete a Ramoncito para que no le pegara. —Ve por favor, mami, yo cuido a mi hermanito mientras tú vas a conseguirlo. Cuando se despierte yo lo distraigo para que no se dé cuenta de que su conejito se perdió. ¡Ayúdame, mami, por favor! Entonces salí, sin saber muy bien por qué siempre terminaba cediendo ante los chantajes de mis hijos. Me dirigí a la tienda de regalos de la esquina y compré un conejito idéntico al que se había perdido esa mañana y regresé a la casa. La puerta estaba entreabierta… “¡carajo, la puerta, la dejé abierta!”, pensé angustiada. Casi muero del susto cuando, al entrar a la casa, vi un enorme charco de sangre en el suelo del recibidor. —¡Ramón, Clara!—grité con todas mis fuerzas, mientras buscaba algo con qué defender a mis hijos. —¡Aquí, mami! La voz de Ramón sonaba, en contraste con la escena, tranquila y feliz. Horrorizada lo vi, sentado en su sillita, abrazando con infinita ternura su conejito de peluche. Sus manitas y mejillas aún chorreaban sangre. Entonces, con voz aterciopelada me dijo: —¡Mami, ya regresaste! ¡Y me trajiste otro conejito! ¡Ya voy a tener dos! Se puso de pie, corrió hacia mí y me arrebató el conejo que acababa de comprarle. —¡Clara!— grité. Corrí como loca al cuarto de los niños. Creo que mis gritos alertaron a los vecinos pues en pocos minutos la calle y mi propio patio se llenaron de mirones. Tampoco tardó mucho en aparecer la ambulancia que mi vecina llamó al ver la escena. —El juguete estaba debajo de la cama… te lo juro… yo ahí lo escondí, mami… pero él no me creyó… fue él…—me dijo Clarita con un hilo de voz, antes de ser subida en aquella ambulancia de la que nunca regresó.

*Mexicana

Doctorada en Ciencias Físicas, UNAM, madre incansable, esposa, hija, hermana y amiga. Correo electrónico: andrea.gc78@gmail.com


POESÍA

Juan Eduardo Esquivel *

A la memoria de Óscar Cuellar Saavedra Para Camila, Daniela, Natalia y Ana.

Rey de sueños El rey de sueños apostaba su epifanía a la reina de corazones cuando el destello y el vacío del instante cortaron la baraja Ninguno de los innumerables por decir nadie bajo el alumbrado ni los caminantes ni las incontables que han mantenido el paso hoy herejes por natural diletantes de la vieja fe militantes de primera línea estridentistas y anti fisiócratas sacudidores del ambiente docentes discentes y pasantes estudiosos de la puebla y el despueblo o libreros del centro de la Ciudad músicos del bajo continuo abordo amistosos vendedores de viejas cámaras fotográficas y plumas fuentes amigos y amigas sin más negocio que el ocio compartido que la pasión por el arco iris que nunca será apropiado rentado ni saldrá a la venta en fin tripulación del Argos buscadores del vellocino de oro que se recuerde siempre nadie aceptará ni por mil doblones soltar los cabos de la nave negra filtrada en el abanico de las cartas El rey de sueños jugaba la partida en desventaja

*Chileno

Residente en México desde 1973, Doctor en Pedagogía y Formador de Profesores de Educación Superior; Poeta, Gestor Cultural. Miembro de la Sociedad de Escritores de Chile y Embajador del PEM-CHILE en México LA PLUMA DEL GANSO 111

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POESÍA

Jorge García Rebollo*

De esos rostros temerosos y meditabundos De querer y no atreverse a estar contigo Sin apagar la llama de los ojos enfebrecidos Cuántas personas hemos tocado Qué hayamos sentido vibrar su cuerpo, Mojar sus labios, sudar en frío Detener una caricia ante el peligro De la reacción de la reacción de las hormonas Qué se liberan con tanto brío Al final todos aquellos que hemos hablado, escrito, visto y tocado a un ser amado Nos reservamos en la distancia Sin querer romper ese hilo que nos une En el tiempo con pasajes sin olvido, Reseña de la vida, que se esboza con una sonrisa ¿En realidad se ama la quimera sin compromiso?

Sin título

Quimera Cuántas veces en la vida Hemos escuchado, te extraño, Te quiero, necesito verte, te amo. Y cuantas veces más lo expresamos

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Cuánto tiempo hemos permanecido así arrodillados en medio de la nada en espera de alguna decisión o sentencia Cuanto más habremos de estar ahí el tiempo pasa y nuestro presente se vuelve pasado nuestro pasado se volverá olvido y nuestro futuro se escapa del pensamiento del ser amado

Cuántas líneas hemos leído Que dicen, te tengo en mente, Te pienso, te sueño, te abrazo Quiero estar contigo, no he podido, Pero no te olvido

Cuantas veces habrás reído conmigo o de mi ahora no puedes si quieres por el peso de ceder al sentimiento o por la tristeza que expresa la persona y el pensamiento al contemplar que los años se acumulan en mi rostro

Cuántas imágenes hemos visto Qué té muestran sin ambages lo sentido, Aquellos gestos de sonrisas, enojos y fastidio

Refrendó cada día que el dolor-amor es tan fuerte que mantiene viva a la tristeza y se expresa día a día con suspiros

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POESÍA

Qué difícil es seguir cuando el corazón se ha entregado a la tristeza duro es apartarlo de ahí, te recuerda el fin no te olvides de el, porque no habrá retorno en nada beneficia al ser amado y cuanto daño te causa a ti. Aún es pronto para risas, que a su tiempo vendrán con los pensamientos, recuerdos y vivencias que se aman, que viven contigo y esas no se irán Entonces mi dolorido corazón dejara de mecerse en mis lagrimas, empezando nuevamente como tú lo conociste a dormirse y despertarse en mis sonrisas

La alegría de tu regreso La alegría de tu regreso no será menor por breve que sea la ausencia la ausencia es también una muerte la única e importante diferencia es la esperanza

Ese golpeteo derriba diques esculpe piedras y sentidos se extasían los cuerpos vivos y revive aquellos que se han dormido, se asemeja a tomar un baño frío Cuando nos inunda el hastío encuentra caminos como un río abriéndose paso a su destino y hace florecer todo a su paso con sonrisas ahogadas y gemidos El desenlace es siempre bienvenido lo agradece el cuerpo aún el dormido llegando a ser un alivio al olvido muchas veces tan deseado y tan temido Sigue siendo un orgasmo el objetivo.

*Mexicano

Ibq, Picapedrero de la Vida Correo electrónico: jorgegarciarebollo@yahoo.com.mx

Tu silencio es evidencia de la obviedad corta las alas al pájaro inquieto de la imaginación y con ello la esperanza de la reconciliación Los gestos y acciones no totalmente sinceros llegan con retraso siempre todo cuanto ocurre en el mundo, incluso el sufrimiento y la muerte sólo puede suceder porque Dios antes lo quiso No es de ser libre de donde viene mi castigo sino de ser esclavo de mis sentimientos estamos eternamente sujetos a hacer sólo lo que a Dios plazca, tanto cuando creemos obedecerlo como cuando suponemos contrariarlo.

El sexo El sexo es una ola gigante que nos revuelca en la espuma del deseo que no distingue credo,raza o condición, ese oleaje nos lleva a la playa todas las veces libre a su naturaleza

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Discurso de Raúl Zurita al recibir el 29 de noviembre 2020, el XXIX Premio Reina Sofía de Poesía Iberoamericana

Majestad, Señora Presidenta de Patrimonio Nacional, Señor Rector de la Universidad de Salamanca, Señor Secretario del Jurado, Señor Ministro de Cultura y Deporte, autoridades, señoras y señores: Eres la noche, esposa: la noche en el instante mayor de su potencia lunar y femenina. Eres la medianoche: la sombra culminante donde culmina el sueño, donde el amor culmina. He venido repitiendo esas líneas casi como un mantra, como un pulso que me late tras la sien sin dejarme. Es el comienzo de “Hijo de la luz y de la sombra” de Miguel Hernández, uno de los más grandes poemas escritos en castellano, y he querido recordarlo aquí como un testimonio ante ustedes y ante todos los poetas de España y Portugal, de mi admiración, de mi gratitud y de mi reconocimiento. Hoy, en el Día internacional contra la violencia de género, vengo a agradecer profundamente la enorme distinción que me han conferido al otorgarme este Premio que lleva el nombre de su Majestad, y expresarles asimismo mi gratitud a la Universidad de Salamanca y a Patrimonio Nacional Es un alto honor que entiendo como un homenaje al gran río de la poesía del cual todos no somos sino pequeños eslabones. Recibo entonces este premio con alegría, orgullo y, al mismo tiempo, con pudor y vergüenza. Es demasiado todo lo que no hemos hecho, todo lo que no estamos alcanzando a hacer, todo lo que debimos entregar y que tal vez ya no entreguemos.

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Vengo de un país de desaparecidos que hoy se ha volcado fervorosamente a las calles en su lucha por recobrar su dignidad y la poesía es parte de esa lucha. No se devolvieron los cuerpos, es decir; no se le devolvió a la esposa el cuerpo de su esposo, no se le devolvió al niño pequeño el cuerpo de su padre, no se le devolvió al anciano el cadáver de su hijo, y fueron los poetas quienes debieron descender a la tibieza de la tierra que acogió esos restos, a las espumas del mar que mecieron esos cuerpos quebrados, a la piel reseca del desierto que preservó esos torsos rotos, y restaurar las palabras que ellos no alcanzaron a decirnos ni a decirse. Le correspondió a la poesía cumplir con las exequias de los ausentes, sancionar sus vidas y enterrar en las tumbas del lenguaje lo que los vivos debían haber enterrado en las tumbas de sus muertos. No se me escapa el terrible momento que el mundo está atravesando, por lo que les agradezco doblemente el que se haya realizado esta ceremonia de cuerpo presente. Son, lo sabemos, centenares de miles de muertos, más la secuela de miseria, injusticias e inequidades monstruosas que la pandemia ha revelado en toda su pavorosa evidencia. Asomándonos desde los bordes de la vida, desde su tumefacción y heridas, hemos muerto en cada cuerpo que muere, hemos enmudecido en cada una de estos finales silenciosos, sin abrazos, sin ilusiones, y en lo más oscuro del dolor y de la pérdida, con los ojos llorosos, hemos entrevisto también la trama de un amor incancelable instalado en el corazón mismo de la tierra. De esta tierra que a pesar de todo nos ama.


Lloramos, nacemos, caemos en batallas que no eran nuestras, miramos los deslindes cada vez más nítidos de las capitales del dolor, como las llamo Paul Eluard, y entendemos que si el amor culmina es porque nos fue dada esa piedad por cada detalle del mundo, por esa hoja que cae y por esa hoja que brota, por el olor que deja la lluvia en los árboles, por ese ser que nace abrazado a la cruz de su cuerpo que es el mismo cuerpo en el que morirá crucificado. En un mundo de víctimas y victimarios, la poesía es siempre la primera víctima, pero es también la primera que se levanta desde su propia muerte para decirnos a los sobrevivientes que, no obstante todo, vendrán nuevos días. He intentado describir esos nuevos días y esa es quizás la única razón por la que estoy aquí. He imaginado largas sagas alucinantes, poemas interminables que se me borraban como polvo en los dedos en el momento de escribirlos; he visto el Pacífico suspendido sobre las cumbres de Los Andes y cuadrillas de aviones dibujando con líneas de humo en el cielo el rostro de mi madre Ana Canessa que a los 96 años sigue escuchándome; he recordado la cara de alguien que no puedo recordar: la de mi padre muerto a los 31 sosteniéndome un segundo más entre sus brazos. He entrevisto desiertos enteros escritos y países hechos de amor y de muerte donde me encuentro con quienes amé y que tal vez me amaron, antes de esfumarse en sueños incomprensibles. Me he roto, he intentado cegarme tal vez porque creí que así podría fundirme con mi país desollado y retener por más tiempo las manos del amor desaparecido entre las mías, pero mi amor no ha sido suficiente. Me he entregado, allí están mis libros con mis afectos y desafectos, pero mi entrega no fue bastante y no sé si alcanzaré a soñar las imágenes y las palabra finales que todo poeta le debe al mundo. Acosados por la deriva de una historia de la que todos somos parte y que no ha cesado de exhibir su violencia, su impiedad, su crueldad, su indiferencia: en este minuto hay una balsa con inmigrantes naufragando, en este minuto hay alguien que muere frente una frontera cerrada, en este minuto, en algún lugar, hay una ciudad que

está siendo bombardeada, y entendemos entonces que la tarea no era escribir poemas, ni pintar cuadros, ni componer sinfonías, sino hacer de la vida una obra de arte, el más vasto y hermoso de los cantos, la única gran sinfonía frente a la cual valía la pena luchar y morir. No fue así y ese fracaso lo arrasa todo. No construimos el Paraíso. No hicimos de este mundo un Nuevo Mundo, no fue La Vida Nueva. Pero es precisamente ese Paraíso, ese Nuevo Mundo, esa Vida Nueva, la razón de ser de todos los poemas, de cada verso, de cada una de sus sílabas y letras. Cada uno es el puerto de llegada de un río inmemorial de difuntos que terminan en nosotros y donde nuestras palabras vivas van recogiendo el coro infinito de las palabras muertas. Puede que no sea más que un desvarío, pero he llegado a creer que la historia de una lengua es la historia de las infinidades de seres que yacen en cada sonido que hablamos, y cuando volvemos a usar esos sonidos, esas pausas, esos acentos, les estamos dando a ese mar antiguo de voces los sonidos de un nuevo día. Hablar es hacer presente a los muertos. Una lengua antes que nada es un acto de amor, ella es el “Amor constante más allá de la muerte” de Francisco de Quevedo, y nos sobrepasa infinitamente porque es la única resurrección que nos muestra el mundo. Morimos en nuestras lenguas madres y volvemos a nacer en ellas. Esa es la demencial apuesta de la poesía. Ella no puede derribar una dictadura ni curar una pandemia, pero sin la poesía nada es posible porque la esperanza de un nuevo día está inscrita en lo más imperecedero del sueño humano. Vislumbramos entonces los contornos de una solidaridad y justicia también inconmensurables que pronunciando las palabras que solo nuestros poemas conocían, que solo nuestra sed, que solo nuestra hambre de amor conocían, en las que sucesivas muchedumbres mirarán las imágenes de este tiempo y se preguntarán por esta época bárbara y feroz. Nada quedará allí de nosotros y sin embargo algo de nuestros ojos muertos estarán mirando a través de esos ojos vivos. Intuimos así que tal vez la única realidad que existe es aquella que se ve entre las lágrimas: esa iridiscencia del

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mundo que solo pueden captar los ojos que lloran. Como si nos llamaran desde esa bruma adivinamos los contornos aún borrosos del otro, de su cara cubierta que se acerca como si quisiera besar nuestra cara cubierta solo para confirmarnos que estrechar la vida de otro entre tus brazos y ser estrechado por la vida de otro entre sus brazos, contiene lo crucial; el dolor, el fervor y la maravilla a veces desesperada de la existencia. Hemos arrastrado así mundos tras mundos, pero nuestro amor no ha sido suficiente. Hemos escrito con mis compañeros parte quizás de los más grandes poemas de nuestra generación, pero los grandes poemas solo cuentan si son un pretexto para la bondad, porque solo desde esa bondad la poesía estará cumpliendo con el único papel que le da sentido: celebrar la vida, llorar la muerte, e imprimir sobre los martillados rostros de lo humano, los rasgos aún inimaginables de una nueva eternidad. Porque un poema solo existe si puede resistir el vendaval de la eternidad y una de sus condiciones más insoslayables, y quizas crueles, es que no puede sino ser extraordinario. No hay poemas pequeños; no existe la poesía intimista, como no existe la poesía social, ni la poesía exteriorista, ni la poesía experimental, ni la antipoesía. La única poesía que existe es aquella que puede ser musitada frente a un ser que muere o leída en voz alta frente al mar. Hablo entonces del dolor y de un lenguaje de ángeles que estará o no estará esperándonos, que escucharemos o no escucharemos, que es el lenguaje de los que se encuentran, de los que sólo pueden abrazarse, de los que no tienen otra posibilidad en este mundo que la de abrazarse, más allá de las pandemias, más allá de la vida, más allá de la muerte. Una humanidad no es nada sin eso. Incluso sin el sueño de eso. No es más que una simple constatación: No podemos ahora abrazarnos, pero nada persiste ni nada vive fuera del abrazo. Ser un ser humano es tener de tanto en tanto la posibilidad de recordarlo, ser un criminal, un dictador o un genocida es darse de tanto en tanto la posibilidad de olvidarlo.

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Termino entonces este agradecimiento con mi abrazo, con la culminación de mi amor, con mi vida, con mi noche, con mi sueño y mi despertar:

Para ti Paulina, este poema de un artista desmembrado. Madrugada, enero, 2020

De ése que te mira mientras duermes, apenas un gesto y la fiebre. Apenas quizás una mano; esa que tomó por primera vez la tuya emergiendo por un instante desde el temblor de sus manos. De ése estos escombros que se desmoronan siempre, que caen siempre. De ese tal vez sus pómulos y la marca de un dios menor que sigue quemando su mejilla. De ese quizás solo esa ruta llorosa y perdida que tomó el camino hacia tus brazos. De ti la gloria del primer día clavado para siempre y el fulgor de tus ojos mirando afuera la intemperie nevada de las montañas. De ti la feroz mañana imprescriptible en que babeantes ante tu belleza las fieras sanguinarias no sabían si amarte o morderte. De ti la fidelidad de un día que cae, de un cielo y de un mar que caen, de un hombre de espaldas estrechas que cae y que suelta su mano de la tuya para que tú no te caigas, para que no se derrumbe la invalidez de su noche sobre tus estrellas. Muchas gracias. Eternamente agradecido.


POESÍA

Lizzy Reds*

A la muerte le gusta bailar A la muerte le gusta bailar Es lo que dicen Y va de aquí y para allá Nos toma de la mano Y baila para confundirnos y llevarnos. La realidad es que todos Todos vamos a tomar Un vals O un rock and roll Yo espero un slam Esta figura de aspecto negro No la compro Yo creo que si viene a bailar Va a venir en forma del hombre más hermoso al que sería incapaz de negarle el baile Les digo, nos engaña y nos seduce Y al final siempre va a ganar ¿Podremos elegir la canción? Y si no sabemos bailar, ¿Nos llevará alegremente el paso? O de plano, tan terribles bailadores ¿Qué los regresa? Conozco a varios que han bailado con ella Y les ha dado una oportunidad más ¿Le pagarán por ese trabajo? Yo digo que lo hace como placer ¿Serán varios? ¿O varias? ¿Tendrán sindicato? ¿Se alimentarán de nuestras almas? Yo creo que no Yo creo que solo nos lleva como pequeñas gotas Al mar

Un mar de experiencias De trillones de almas Y alimentamos el cosmos Si me voy Me quiero ir bailando Quizá no slam Pero sí que sea el hombre más amado O el más guapo Y que me dé una vuelta en la pista Y que desaparezca como princesa Y me haga espuma de mar.

*Mexicana

Correo electrónico: laghirnaldata@hotmail.com

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CUENTO

Buñuelos Lourdes Pacheco*

Languidecer es como la semilla que pugna en el suelo, creyendo que si intercede, será encontrada por fin. Emily Dickinson

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acábamos una mesa en medio del patio de la casa para elaborar esos pedazos de sabor que se llaman buñuelos. Mi madre preparaba la masa mientras las hijas veíamos, desde la orilla, el proceso por el cual harina, agua y sal, se confundían en una pasta suave y blanda. Cuando estaba débil al tacto, empezaba a extender los montículos con un rodillo. Después, venía la parte de la inquietud: cuando madre te daba el buñuelo, apenas un poco abierto, para que lo convirtieras en lo que debía ser. Extendíamos sobre el aire. En ese movimiento de las manos se conservaba la risa de las niñas que éramos, se urdía la infancia. A alguna se le rompía, lo cual ocasionaba volver a empezar desde la bola de masa. Pero las madres tienen la paciencia para entender que el tiempo joven o el tiempo viejo es el mismo que crea las causas para despertar la vida; reparaba el buñuelo como si nada y desde esa curación, volvíamos a intentarlo.Otra más lo terminaba parejo y rápido como si en esa maestría se rehiciera el rostro, se inventara el mañana. Si ese día no hubiera existido, todos los demás serían aniquilados por supérfluos, pero ese día existió para darnos el vuelo, vencer el insomnio, abrir la puerta. Yo ponía mucha atención a las instrucciones; todavía no sabía que esa madre vivía para mí, para mis hermanas, para nosotras.Un foco hacía brillar nuestros rostros mientras el atardecer nos sorprendía, como en las pinturas de Rembrandt. Así lo pienso ahora cuando las pequeñas masas caían en las manos como minúsculas agonías y madre y padre estaban ahí. Su vida, sus afanes, sus melodías iban dirigidas a nuestro destino. Nuestras faldas amarillas, nuestras blusas blancas todavía están bajo el árbol de

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limones. Al atardecer llegaría mi padre y se sentaría en su lugar; también él estaba ahí, en ese sillón para nosotras; era el tiempo de las florecillas olorosas, el tiempo de las rosas. Me parecía que el buñuelo era eterno. Cuando estimaba que había sido extendido en toda su magnitud, escuchaba la voz dulce que decía: “falta la orilla”. Entonces, la casa que conocía en todos sus costados empezaba a esfumarse hasta quedarme a solas ampliando la textura, mientras profundos precipicios se abrían. En tanto, yo seguía encima del tejado extendiendo y extendiendo pretendiendo cubrir la tarde, el cerro de San Juan, las nubes, la fe. No conocíamos, todavía, el juego del corazón, no conocíamos Amor empieza por desasosiego, de Sor Juana. La infancia nos dejaba extáticas en nuestros moños, en la alegre cápsula de los juegos, porque al final de cuentas, extender la masa era un juego donde vivíamos las hermanas. Nos ruborizaba el halago de la madre; la sonrisa, si alcanzábamos ese bien tangible que se convertía en alimento. Quizá ninguna lo lograba, pero éramos propietarias del milagro cuando por la noche, se celebraba con el almíbar. La desesperación no cabía en esa cena ni las habitaciones abandonadas ni las paredes sin espejos. Estábamos vestidas para la súbita fiesta que significaban los buñuelos; eran el conjuro para todos los dolores, el amuleto para todas las adversidades. Felices, éramos pensadas en los sueños de padre y madre y nosotras, comíamos las estrellas. Publicado en Nayarit Opina, Tepic, Nayarit, diciembre 2 de 2020.

Mexicana

Socióloga, Universidad Autónoma de Nayarit, Correo electrónico: lpacheco@uan.edu.mx


POESÍA

Francis Mestries*

I

Inch ´ allah Ojalá guarde la cabeza a flote en medio del naufragio ojalá sepa encontrar siempre mi brújula interna. Ojalá conozca yo mis límites y mis dominios. Ojalá el cansancio o el pesado pesar no me corte el arrojo. Ojalá sepa yo hallar mi camino y seguirlo sin desviar. Ojalá pueda yo desvelar el enigma de mi mismo. Ojalá corte de tajo el acecho del pasado y del futuro, del “no hubiera hecho” y del deseo insatisfecho de la cumbre invicta, para inundar mis pulmones con el sabor frutal del instante. Ojala no voltee la cabeza cuando el dolor humano cruce mi camino y me tienda la mano. Ojalá sepa abrir mi puerta al amigo, al vecino, al ayudante, al exiliado y al ave de paso. Ojalá no tema levantarme cuando los pajareros se apresten a cortarnos las alas. Ojalá me atreva a tomar las armas cuando el prepotente humille al indio, al mendigo, la sirvienta o la madre apenas púber, sola con su esperanza hecha trizas. Ojala me dejen el tiempo para encontrar la paz para no temer la muerte y salir del escenario cuando sea hora de quitarse las máscaras, hacer corte de caja conmigo mismo y mis querencias y sentir desvanecerse el suelo bajo mis pasos. Ojalá el estío no seque mi árbol y mis flores cuando mi cuerpo vencido se vuelva pergamino. Ojalá sus raíces abracen mis cenizas para que transcurra mi sangre en su savia. Ojalá mi espíritu viaje en las olas del sueño que lo lleven tranquilo al cauce centelleante del universo.

Mexicano

Profesor de Sociología de la UAM - Azcapotzalco Correo electrónico: frmestries@gmail.com

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CUENTO

Dos cuentos Adriana Lamar*

¿Portadoras del mal? Corren, huyen, escapan por el bosque de pinos. Tratan de salvarse de la sentencia del Inquisidor: “¡A la hoguera las que provocan la pérdida de las cosechas con sus malas artes, llevando ya de por sí en sus ojos la marca del Sapo, Lucifer o Satanás!” Sus cabellos se atoran en las ramas, mientras huyen hacia una casa abandonada a la orilla del río que abastece de agua a la aldea. Raspadas sus caras y cuerpos por arbustos y ramas de árboles, al fin logran encerrarse en la fría construcción. Ahí respiran con alivio, y se abrazan, aunque saben que tarde o temprano serán apresadas y arrastradas a la muerte. Bastó una mirada entre ambas para concordar que ellas mismas deberían apresurar el final, no darían gusto al infame Inquisidor y sus esbirros, ni sus cuerpos esparcirían el hedor de sus carnes quemadas en la plaza pública. A paso lento, la mayor se acerca a una repisa cerca del fogón y agarra un frasco que destapa lentamente. Mira a su amiga que no la ha perdido de vista en ningún momento, da un pequeño sorbo y se lo pasa. Ella lo recibe, empañados los ojos, lo aprieta contra su pecho, lo pone en sus labios y bebe. Un rato después una lluvia, entre cálida y escalofriante a la vez, empieza a subir por sus espaldas. Sus cuerpos comienzan a agitarse despacio, como si fueran títeres en manos de un ente superior y no pudiesen resistir la tentación de moverse con más brío, de contorsionarse grotescamente, golpeando las palmas sin ritmo ni compás. Rasgan sus ropas para arrojarlas al aire y descubren al príncipe de las Tinieblas bailando con las dos. Ya son presas de un frenesí diabólico, y se sienten poseídas por íncubos y súcubos que las toman sin tener que vencer resistencia alguna. En su histeria no se percatan de que los soldados se han pertrechado afuera de la casa y, blandiendo sus sables, se preparan para entrar, dispuestos a terminar de una vez por todas con las terribles “brujas”. Los ignorantes no saben que, ni en el fondo, las dos campesinas son incapaces de matar a una mosca. 14

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A perpetuidad Tu hermosa cara de mujer cara, tus labios sabor cereza, tus lentes de contacto verdes, tus cejas tan bien delineadas, tu cabellera larga y rizada, tu palidez de luna… todo en ti es superficial, tanto tu atuendo como tu vacío interior. ¿Y todas las horas que has pasado en el gimnasio para lucir bellamente tus escotes y minifaldas, dónde van a quedar? ¡Qué hermosa la ropa de seda que has comprado para tu funeral, ya que rehuyes la vejez, deseando morir joven, sin arrugas! No eres capaz de entender que, quien te quiere, es porque te ha aceptado tal como eres y todo lo que rodea a esa relación de pareja, está determinada por esa susodicha aceptación. Te has hecho llamar Soledad, y se te cree cuando dices que todo en ti, hace honor a tu nombre. Como procedes de una familia disfuncional, así, optaste por el aislamiento. Ahora que te ha llegado la hora, pienso que fue tiempo perdido el de nosotros, cuando fuimos pareja. Yo no voy a poder decir tampoco lo que será de mí, porque también estoy he estado en un espacio dicta destinos, realizando juicios sumarios sin juicio, víctima y victimaria a la vez. Ya el veneno humedece tu lengua. La muerte entra en tu vientre y lo deshace. Caes. Y yo contigo para quedar fusionadas al fin, en la misma realidad del espejo.

*Mexicana

Escritora, poeta, traductora. “De amor y desamor, de brujas y de muerte”, 2017, Ediciones La Pluma del Ganso; “Ausencias”, novela, 2019, ambos en Ediciones La Pluma del Ganso

Correo electrónico: adriana_lamar@hotmail.com


COLECCIÓN LA SERVILLETA DE PAPEL

POESÍA

Feb./21

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SERIES prosa poesía ensayo artes visuales divulgación partituras historietas otros revistalaplumadelganso1995@gmail.com

Amanda Gorman. Fotografía: Kelia Anne/AP

Al llegar el día nos preguntamos: ¿dónde encontrar luz en esta sombra interminable? Esta pérdida que llevamos, Es todo un mar que debemos de cruzar. Hemos retado la panza de la bestia Hemos aprendido que quietud no siempre es paz Y que las normas y nociones de lo que es justo No siempre son justicia. Pero así el amanecer es nuestro antes que lo supiéramos, De alguna forma lo hicimos De alguna manera resistimos y presenciamos una nación que no está rota sino simplemente inacabada. Nosotros, los descendientes de un país y un tiempo Donde una niña flaca y negra descendiente de esclavos y criada por madre solitaria puede soñar en llegar a ser presidente sólo para verse a sí misma, recitándole a uno.

“Amanda Gorman (1998) poeta y activista en contra de la opresión y el racismo y a favor del feminismo. Premio Nacional de Poesía joven (USA). Declamó su poema “La colina que escalamos” durante la toma de posesión de Joe Biden”.

Y sí, estamos lejos del refinamiento y lejos de ser intachables. pero eso no significa que no nos empeñemos en formar una unión que aspira a lo perfecto Que aspira a forjar una unión con un propósito: Conformar un país comprometido con todas las culturas, colores, cualidades y condiciones del hombre. Así, levantamos nuestras miradas José Lerrante

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No a lo que está entre nosotros si no a aquello enfrente de nosotros, Cerramos la brecha porque sabemos anteponer nuestro futuro, Debemos hacer nuestras diferencias a un lado Extendamos nuestros brazos de forma que nos alcancemos el uno con el otro. Queremos no dañar a nadie y la armonía para todos Dejemos que el mundo, aun si nadie más, diga la verdad: Que aun cuando penamos, crecemos, Que aun cuando sufrimos, tenemos esperanza, Que aun si nos cansamos, lo intentamos. Que estaremos juntos por siempre, victoriosos No porque nunca más conozcamos la derrota Sino porque nunca volveremos a sembrar la división. Las escrituras nos dicen que concibamos a cada quien bajo su higuera con su vino A nadie temeroso Si aspiramos a ser dignos de nuestro tiempo La victoria no dependerá del cuchillo Sino de todos los puentes construidos. Esa es la promesa que será satisfecha, La colina que escalamos si solamente nos atrevemos es porque ser Americano es más que un orgullo que heredamos, es el pasado que pisamos y cómo lo reparamos. Hemos visto una fuerza que sacudió nuestra nación En vez de compartirla Que hubiera destruido nuestra patria, si eso es retrasar la democracia, Y ese esfuerzo estuvo a punto de triunfar. Pero aunque la democracia puede ser periódicamente retardada nunca puede ser permanentemente derrotada esta una verdad en la que ponemos nuestra fe Pues mientras nuestros ojos conciben el futuro la historia pone sus ojos en nosotros. Esta es la era de la justa redención Temimos su comienzo No nos sentimos preparados a ser sus herederos, en esta hora aterradora pero encontramos una fuerza desde adentro para ser autores de un nuevo capítulo Ofrecer la esperanza y la risa para todos Así que donde una vez nos preguntamos, ¿cómo podremos prevalecer esta catástrofe? Ahora afirmamos: ¿Cómo la catástrofe puede prevalecer sobre nosotros? 2

José Lerrante


Nunca marcharemos hacia lo que fue sino que avanzaremos a lo que será Un país lastimado pero entero, intenso y libre No nos darán la vuelta o nos interrumpirán con intimidación porque sabemos que nuestra inercia e inacción sería lo que heredemos a la siguiente generación Nuestros errores serían su lastre. Pero una cosa es cierta: Si fundimos misericordia con poder, y el poder con lo justo, el amor será nuestro legado y el cambio, el derecho de nacimiento de nuestros hijos. Así que dejemos detrás un país mejor del que nos dejaron De cada respiración de mi pecho fundido en bronce, levantaremos de un mundo herido, uno maravilloso, Levantaremos las colinas entramadas de oro del oeste, levantaremos al noreste azotado por los vientos, donde nuestros padres realizaron la revolución primera Levantaremos las ciudades del medio-oeste rodeadas de lagos, nos levantaremos del asoleado sur Reconstruiremos, reconciliaremos y nos recuperaremos, y cada rincón de nuestra nación y cada esquina se llamará nuestra patria, nuestra gente diversa y estupenda emergerá, maltrecha y bellísima. Cuando llegue el día, saldremos de la sombra, inflamados y sin miedo El nuevo amanecer florecerá si lo liberamos Porque siempre hay luz, si solo somos lo suficientemente osados para verla Si solo somos lo suficientemente valientes para serla.

The hill we climb By Amanda Gorman

When day comes we ask ourselves, where can we find light in this never-ending shade? The loss we carry, a sea we must wade We’ve braved the belly of the beast We’ve learned that quiet isn’t always peace And the norms and notions of what just is Isn’t always just-ice And yet the dawn is ours

before we knew it Somehow we do it Somehow we’ve weathered and witnessed a nation that isn’t broken but simply unfinished We the successors of a country and a time Where a skinny Black girl descended from slaves and raised by a single mother can dream of becoming president only to find herself reciting for one And yes we are far from polished far from pristine

José Lerrante

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but that doesn’t mean we are striving to form a union that is perfect We are striving to forge a union with purpose To compose a country committed to all cultures, colors, characters and conditions of man And so we lift our gazes not to what stands between us but what stands before us We close the divide because we know, to put our future first, we must first put our differences aside We lay down our arms so we can reach out our arms to one another We seek harm to none and harmony for all Let the globe, if nothing else, say this is true: That even as we grieved, we grew That even as we hurt, we hoped That even as we tired, we tried That we’ll forever be tied together, victorious Not because we will never again know defeat but because we will never again sow division Scripture tells us to envision that everyone shall sit under their own vine and fig tree And no one shall make them afraid If we’re to live up to our own time Then victory won’t lie in the blade But in all the bridges we’ve made That is the promise to glade The hill we climb If only we dare It’s because being American is more than a pride we inherit, it’s the past we step into and how we repair it We’ve seen a force that would shatter our nation rather than share it Would destroy our country if it meant delaying democracy And this effort very nearly succeeded But while democracy can be periodically delayed it can never be permanently defeated In this truth in this faith we trust For while we have our eyes on the future history has its eyes on us This is the era of just redemption We feared at its inception We did not feel prepared to be the heirs

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José Lerrante

of such a terrifying hour but within it we found the power to author a new chapter To offer hope and laughter to ourselves So while once we asked, how could we possibly prevail over catastrophe? Now we assert How could catastrophe possibly prevail over us? We will not march back to what was but move to what shall be A country that is bruised but whole, benevolent but bold, fierce and free We will not be turned around or interrupted by intimidation because we know our inaction and inertia will be the inheritance of the next generation Our blunders become their burdens But one thing is certain: If we merge mercy with might, and might with right, then love becomes our legacy and change our children’s birthright So let us leave behind a country better than the one we were left with Every breath from my bronze-pounded chest, we will raise this wounded world into a wondrous one We will rise from the gold-limbed hills of the west, we will rise from the windswept northeast where our forefathers first realized revolution We will rise from the lake-rimmed cities of the midwestern states, we will rise from the sunbaked south We will rebuild, reconcile and recover and every known nook of our nation and every corner called our country, our people diverse and beautiful will emerge, battered and beautiful When day comes we step out of the shade, aflame and unafraid The new dawn blooms as we free it For there is always light, if only we’re brave enough to see it If only we’re brave enough to be it


Artes visuales

Karla Sierra: La dinámica de la pasión

Héctor Flores Carranco*

Karla Sierra

Sólo hay una cosa valiosa en el arte: las cosas que no se pueden explicar. Georges Braque

K

arla Sierra nació artista, creció a través del arte, el dibujo o la pintura, con los mismos materiales con los que trabaja cualquier artista: su curiosidad, su sensibilidad y el trabajo constante que dan forma a la imaginación. En sus propias palabras: “Desde pequeña me interesé por el arte y conforme fui obteniendo conocimiento de él, me fui enamorando, y hoy forma parte de mi vida, como uno de los pilares más importantes en mi paso por este mundo.” Muy joven se inicia en el estudio de la pinturaen su natal Tabasco, desarrollando un estilo que se destila de la esencia de Picasso y Braque, y se mezcla con la vida cotidiana del sureste mexicano para dar origen a una expresión propia, pues si bien la obra de Karla Sierra se inspira en el Cubismo, hay que reconocer que no se trata de una simple copia, sino de la apropiación de los fundamentos plásticos cubistas, por una parte, y por otra, están presentes elementos retomados de la artesanía y la gráfica mexicana, la experimentación personal y acaso esos rostros que llenan el lienzo nos recuerden la monumentalidad de las cabezas olmecas. Un primer acercamiento puede resultar desconcertante: ¿Cubismo ahora? Sí, Cubismo. Pero no es solo eso, no es el mismo y no en el mismo contexto o motivaciones. La influencia del malagueño es evidente, pero la obra de Karla Sierra nos recuerda que en la evolución del arte siempre miramos hacia atrás para ver de donde venimos, y hacia adelante para ver a donde vamos. Esa parece ser la dinámica propuesta, un paso atrás en lo técnico, en la búsqueda de un lenguaje con el cual identificarse, y un paso adelante en el oficio de vivir y de su pasión por la pintura. Así crea un estilo que trasciende las etiquetas mientras reconoce sus causas, la historia personal catalizada en el día a día.

De el Cubismo se adivina, también, la necesidad de crear una obra que no se encuentra en lo que llamamos realidad. Sus pinturas son habitadas por personajes que se transfiguran para permanecer como fantasmas, habitantes de un lugar distinto, un universo de formas por descifrar, y aún entrañables. En esta mutación la artista expresa su ser profundo en constante agitación, que solo encuentra equilibrio en el lienzo, un movimiento resultante de las fuerzas del espíritu en el interior del artista, y la necesidad de dejarlo salir al mundo: “Todos decimos que pintamos para nosotros mismos, pero no, también creamos para que la voz del alma se escuche en cada pincelada, pintar es compartir experiencias de vida, es dejar un legado a las nuevas generaciones sobre cómo el arte transforma al humano”, nos dice. Con una obra que transita entre lo abstracto y lo figurativo, Karla Sierra nos introduce en un mundo que a veces se presenta preciso, comprensible, y por momentos extraño y nebuloso. Quizá por que a final de cuentas así es el arte cuando viene del alma: intrigante y apasionante tanto como amenazador e inquietante, todo a la vez. LA PLUMA DEL GANSO 111

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Concurso

Primavera 2020 Primer Lugar Corina Fernández Alatorre

20 de marzo 2020 De puntitas por la vida, esta que dicen que se acaba. De puntitas, con sigilo y en silencio para no hacer más grande el infierno. A veces ya no alcanza ni la danza de las nubes, ni el violáceo perfume de marzo. No me basta ya con la risa de los niños que se asoma a mi ventana, ni las dulces notas de Mahler, ni el abrazo, ni la promesa de un mañana me sirven ya para acallar el negro aleteo de los pájaros que anuncian más de un final. 5 de abril 2020

12 de abril 2020 Esta tierra, esta vida que me tiene hoy canta con una extraña voz. ¿Es un lamento? tal vez. Apago mi voz para escucharla y entre murmullos de palomas, piedras que estallan, garras que atenazan y el roce de viento, me habla de un final, de un gracias y un adiós. La vida seguirá sin mí, sin la que fui. La palabra mañana es ahora arena al viento, a la deriva Y los otros, esos tantos que me habitan, doblan ya sus rostros en señal de retirada. Mientras tanto, al pie de cada ventana, voy dejando lirios, azucenas, migajas de mí, por si acaso alguno pasa frío y ya no sabe quién es.

Y rotos como andamos cada uno con su sombra y con su azoro, a tientas en medio de la bruma. Y este silencio del camino que no se asoma. Y este ruido sordo de voces inconexas, digitales, que no se calla. Ruido lamento, ruido miedo, ruido que nos abrumas y ensordeces, encuentra pronto tu paz y tu cordura, que el tiempo apremia y el amor amaina.

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X CONCURSO INTERNO DE POESÍA REVISTA LA PLUMA DEL GANSO


CUENTO

Hombres de piedra Enrique López Yáñez*

U

n, dos, tres…, marchan los penitentes. Un, dos, tres…, arrastran las cadenas sus pies. Un, dos, tres..., expían sus pecados. Un, dos, tres..., sellan sus huellas de sangre. Un, dos, tres..., cuidan al Cristo Redentor. Un, dos, tres..., arrastran las cadenas. Son las 9 horas, en el jardín de la ciudad. La noche es fresca, luminosa, tranquila. Sólo se escucha a los árboles susurrar entre ellos, aprovechando la energía de un viento que apenas sentimos mientras la gente de piedra, sobre las aceras, disfruta de ver la procesión. El tenebroso torrente humano fluye frente a los ojos, estrangulados por sus órbitas, de los pétreos testigos. Desfilan arrastrando con los pies sus lastimosas cadenas y deshaciendo las espaldas con profundas laceraciones. Las Madres de la Virgen Perpetua se cubren el rostro con pañuelos negros; sufren, luchan para no dejar caer la triste imagen del Cristo Redentor. Los tambores no dejan de ser golpeados con su ritmo necio, obstinado, guiado por el arrastre de los sangrientos pies carentes de sandalias. Un, dos, tres…, los penitentes. Un, dos, tres…, las cadenas. Un, dos, tres..., expían sus pecados. Un, dos, tres..., sellan sus huellas de sangre. Un, dos, tres..., cuidan al Cristo Redentor. Un, dos, tres..., las cadenas. Qué extraño, a mi lado, un hombre me observa. Es increíble, ¡empieza a convertirse en humano! Sonríe con gusto, me saluda. Claro, ¡él me regalaba juguetes de plástico con los que yo solía jugar de niño! Se acerca, nos abrazamos, compartimos los saludos acostumbrados: ¿Cómo nos ha ido? ¡Hacía tiempo que yo no regresaba a mi ciudad! ¡Qué bueno que nos hemos encontrado! Pero el gusto dura poco. Permanece en silencio durante varios minutos mientras ve el desfile. ¡Hace un gran esfuerzo para no petrificarse de nuevo! Voltea, me mira detenidamente, titubea, habla: —Esto que ves, no es lo que parece —su voz se resquebraja—. Mira, observa cómo nadie habla. Desde que los malditos llegaron y se dispersaron entre la gente, todo cambió. ¡Hasta entre los que marchan están metidos!, sí, escondidos detrás de sus pasamontañas. Se apoderaron de la ciudad para vender mercancía prohibida, extorsionar, robar y asesinar a

la gente de la ciudad. Y nosotros sólo obedecemos. Los jóvenes se les unen, creen que es lo mejor en sus futuros. Prefieren ganarse el dinero de esta manera, que con la apacible vida que tú y yo disfrutamos en nuestra época. Y cada día está peor. Te lo aseguro como alcalde que soy de esta ciudad desde hace dos años: nada podemos hacer —mi amigo enmudece, pone atención al desfile que aún no termina y, poco a poco, vuelve a convertirse en piedra. Ya no me sorprende. Me he quedado solo. Debo aceptar que no tengo ningún pretexto para… evitar hacer lo mismo que… ellos..., mientras continúan… los tambores… guiando el paso... de los… Un, dos, tres, penitentes... Un, dos, tres..., cadenas. Un, dos, tres, pecados... Un, dos, tres..., huellas de sangre. Un, dos, tres, Cristo Redentor... Un, dos, tres… cadenas.

*Mexicano

Físico; Maestría en Casa Lamm Doctorado en curso Correo electrónico: enloye0313@gmail.com

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MITOS ACERCAMIENTO A CONOCIDO MITO MEXICA Alfredo Alcántar Camarena El mito cuenta el nacimiento y primeras hazañas de Huitzilopochtli, el guía, guerrero y Dios de la Guerra de los aztecas o mexicas. La Diosa Madre de la Tierra Coatlicue, se encargaba de barrer al templo sagrado del Coatépetl. Sintió de pronto que una esfera de plumas caía sobre su regazo. Advirtió que ese hecho le había producido un súbito embarazo del cual se sorprendió grandemente. Pero siguió en sus labores cotidianas al cuidado de sus hijos y del templo. Pero una de sus hijas, Coyolxauhqui, la de cascabeles en las mejillas, se sintió muy efendida por el estado de gravidez de la madre. Se enfureció y tomó las armas, en cuyo manejo era hábil, pues también era una mujer guerrera. Arengó a sus numerosos hermanos a exigir explicaciones del estado vergonzoso de la madre, a pedirle cuentas y a eliminar al producto que llevaba en el vientre, un hermano indeseable y de dudoso origen. Sus hermanos eran los cuatrocientos surianos, según el mito. Avanzaron decididos a borrar la ofensa de la familia, armados para enfrentar a la madre tierra y su gestante producto. Sin embargo, el hijo en el vientre escuchó todo el plan y el movimiento. Se alió con uno de los cuatrocientos y le pidió que avisara cuando ya estuvieran cerca del templo y de la madre. Así lo hizo uno de los hermanos. Así que cuando Coyolxahuqui se acercó a la madre para abrirle el vientre y matar al hermano no deseado, este surgió del vientre armado con su gran vara de fuego, su Xihucóatl, y fulminó a su hermana Coyolxahuqui, decapitándola, desmembrándola, y haciendo que su cuerpo fragmentado rodara por las escaleras del gran templo en el Coatépetl. Luego el brillante y recién nacido Huitzilopochtli, se lanzó furioso contra los numerosos hermanos, y los dispersó eliminándoles

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de su vista. Así surgió el Dios de la Guerra de los Mexicas, armado con su “serpiente de fuego” cuya energía descuartizó a la Diosa de la Luna e hizo desaparecer a los cuatrocientos surianos. Para comprender este mito en nuestro tiempo, se pueden emplear razonamientos diversos de tipo lógico a la manera contemporánea. Por ejemplo: en la proverbial peregrinación que los aztecas habían emprendido siglos antes desde Aztlan-Chicomóztoc, el plan consistía en no ceder a ninguna tentación de arraigo y de vida sedentaria, sino seguir avanzando según los designios del guía divino hasta llegar al sitio prometido cuya señal era un nopal sobre la roca y un águila posada devorando una serpiente. Cualquier voluntad ajena a este designado era mal visto y no se toleraba. Las mujeres de la tribu preferían asentarse en un lugar agradable y cultivar sus alimentos. Así que Coyolxauhqui, mujer de fuerza armada y poder de liderazgo, se opuso a la voluntad del Dios y fue eliminada de la guerra y de la vida, rodando desmembrada desde lo alto del gran templo en el Coatépetl. Otra forma de acercarse a la comprensión de este gran mito nacional es la cosmogónica que se refiere al nacimiento del gran disco solar, brillante y armado de rayos de fuego, que nace de la madre tierra y se levanta poderoso desde el vientre oscuro de la tierra oscurecida. Su hermana, la luna, cuyo brillo es tenue y no puede competir con el brillante amanecer, es eliminada, despedazada y las numerosas estrellas, sus cuatrocientos hermanos, son borrados de la superficie, eliminados ante el resplandor del sol Huitzilopochtli. Esta versión es la que el Padre Ángel María Garibay Kintana describe en sus traducciones de la mitología náhuatl.


Concurso

Virus

Segundo Lugar Ramiro Ruiz Durá

I Debió de asemejarse mucho nuestro inicio al del humano, en los siglos infinitos de ese entonces. Y hubimos de nacer en las obscuras grietas de asfaltos aún calientes, porque el planeta todavía era muy joven: tan sólo unos millones de años-vida. Hijos de la casualidad y de la alquimia, sin ni siquiera un Dios que nos naciera, no fuimos más que un código genético copulando por siempre entre nosotros mismos. Y nos llamaron virus. II Y en esa ambigüedad tan nuestra de ser vida y ser muerte, no entendimos jamás a los humanos con su narciso a cuestas. Porque todos hubiéramos podido caber en el planeta y compartir la lluvia con el árbol, la luna con la noche, y el vuelo con las aves. Pero el hombre no quiso saber nada de nosotros y en su enorme ignorancia nos borró de su reino para siempre.

III Hasta que un día por fin nos rebelamos, nos hicimos presentes. Se escuchó nuestro grito en el planeta y el hombre tuvo miedo. Y ahora nos culpan de la muerte de unos cuantos (que siempre serán menos que en Auschwitz o Treblinka). Quedan para la historia las masacres en las Guerras de Conquista, las cruces encendidas del medievo y aquel hongo tan blanco y arrogante que se quedó a vivir sobre Hiroshima. Quedan para el futuro los viajes de negocios a la luna, los huérfanos de Siria, la hambruna de Somalia y el Amazona en llamas. ¿Y es que no nos remuerde la conciencia — preguntan los humanos— regresar a los siglos de las obscuras pestes? ¿Y es que no nos remuerde la conciencia, — vuelven a preguntarnos— que caigan las acciones de la Bolsa y el precio del petróleo se desplome? Y nos llamaron virus.

Y nos llamaron virus.

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CUENTO

Pretty man Marcela Acle Tomasini*

Acaricias tu cuerpo desnudo con esa crema afrodisiaca recomendada para después de un baño relajante y lo rocías con el perfume francés. Aspiras el aroma y se te enchina la piel al asociarlo con futuras recompensas. Disfrutas poniéndote la exclusiva ropa interior de encaje negro y el vestido rojo de algodón que has dispuesto sobre la cama.

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e trata de nuestro aniversario, cumplimos un año de habernos conocido, la ocasión lo amerita, te dijiste al consumir tus ahorros de un año completo en esas compras. Maquillas el rostro con cuidado, destacas el brillo de los ojos pero sobre todo el de los labios. Deben dar la apariencia de encontrarse listos para ser devorados. Cubres tus piernas con unas medias negras, transparentes, y te subes a unos zapatos de tacón altísimo que sólo aquí, en tu depto, puedes utilizar sin riesgo de alguna fractura, tal es la dificultad de caminar con ellos, pero te resultan demasiado sexis y, por tanto, imprescindibles en tu guardarropa. Observas tu rostro en el espejo. Luces casi como artista de cine, por qué ocultar la verdad tras una falsa modestia. El gimnasio, la dieta, el dentista, los masajes y las cremas han hecho lo suyo. Nadie adivina tus cuarenta años; todos apuestan a los treinta o treinta y cinco, a lo más. Te guiñas el ojo a ti misma y te diriges a la sala. Aún no es la hora, pero se acerca, lo sabes sin necesidad de consultar el reloj. Descorchas una botella de vino tinto igual de francés que tu perfume, te sirves una copa y te sientas en el sofá, justo enfrente del enorme cartel con la fotografía de Richard Gere. En él se aprecia la imagen del actor en blanco y negro, sonriendo y ofreciéndote una rosa roja, el único color que sobresale. Desde el momento en que esa foto llegó a tu correo electrónico, supiste que la flor venía con dedicatoria especial para ti. Qué de vueltas diste para ampliarla con una calidad a la altura del hombre. Lo miras con deleite. En la mesita junto al sillón, convi-

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ven con el radio y el teléfono, las mejores fotografías de Richard Gere seleccionadas minuciosamente por ti, todas ellas con exclusivos marcos de plata. Nunca te ha molestado limpiarlos y pulirlos cada semana; es un pretexto magnífico para sentirlo cerca. Por ti, mi adorado, le dices brindando con su imagen multiplicada por doquier. Enciendes el radio. La hora de Nostalgia sin ti con Luis del Villar está por comenzar. La voz grave y varonil del conductor se funde con el rostro y la figura de Richard. Ahora lo ves, ahora lo escuchas. Richard-Luis te hace compañía. ¿Quién llama? ¿Qué silencio poblado de ecos? Hora de la nostalgia, hora de la alegría, hora de la soledad, ¡hora mía entre todas! Bocina en que el viento pasa cantando. Tanta pasión de llanto anudada a mi cuerpo... ¿Qué te pareció este bonito poema de Pablo Neruda? Bellísimo, ¿verdad? Pues como todos los viernes, estamos en este tu programa: Nostalgia de ti. Yo soy Luis del Villar, y te saludo con el cariño de siempre. El día de hoy continuaremos hablando de ese tema que ha interesado a la humanidad desde los tiempos de Adán y Eva. Sí, adivinaste: ¡el amor! Te recuerdo que nuestro número telefónico es 5555552175 o lada sin costo 80055552175... Por favor, comunícate conmigo. Ya sabes que nuestras líneas están abiertas para conocer tus penas, tus alegrías, tus deseos. Recuerda que también me puedes escribir a luisdelvillar@hotmail.com. Dime quién eres, deseo saber más de ti... No olvides que este programa lo hacemos entre tú y yo...

El programa ha terminado. Apagas el radio. Suspiras. Seleccionas una de las fotografías de Richard-Luis y te la llevas a tu recámara. Te sientes un poco borrachita y atrevida. Avientas los zapatos al aire y con placer vas liberando tu cuerpo de la ropa que lo cubre. Dormirás desnuda como todos los viernes. El roce de las sábanas de seda te eriza la piel. Abrazas en tu pecho a Richard-Luis y adivinas sus labios, su lengua; sus


CUENTO

manos hurgando en tu cuerpo se unen a la tuya allá abajo, en el pubis; su voz en tus oídos te excita. La foto se estremece, tú cuerpo se estremece, te pierdes en un breve, brevísimo, abismo de placer. Antes de dormir, decides que le escribirás un correo cariñoso como lo vienes haciendo cada sábado, después de la intimidad de su encuentro. ¿Cuántas veces algún amigo o amiga te ha dicho: Me acabo de enamorar, sentí mariposas en el estómago y casi muero de un infarto cuando la vi? Ese es el amor a primera vista. Pero, ¿cómo se da ese flechazo que sentimos al conocer a alguien irresistiblemente atractivo para nuestro gusto? ¿Crees que este amor a primera vista puede perdurar? Yo sostengo que sí porque estoy convencido de que, cuando sucede, es porque hemos encontrado a nuestra otra mitad... Como decía el gran filósofo griego: el amor es la nostalgia del ser total que éramos... Piensa en eso, y en la fortuna de encontrar a tu otra mitad... Definitivamente así es Richard Luis, piensas igual que yo, le dices con ternura y le das el último trago a tu copa. El programa ha terminado. Te levantas perezosa después de seleccionar la imagen que te acompañará esa noche. Suena el teléfono.

de tu corazón y dejar sólo a Richard. Descubrir a un chaparro, prieto, miope y de nariz chata en el Fouchon de Polanco, ostentándose como Luis del Villar, fue un golpe inmerecido. Tú tan guapa, con tu vestido negro bien entallado, el maquillaje impecable y una sonrisa seductora, tal y como decía el artículo del Cosmopolitan, te topaste con un pelafustán de quinta esperándote en una mesa con una botella de champagne enfriándose. Al comprobar que no se trataba de un error, tu reacción fue lógica. No necesitas disculparte ni sentir el menor asomo de arrepentimiento. Qué más se podía esperar, sino salir corriendo, huyendo de ese mequetrefe que te había estado engañando, porque sí, te engatusó con sus palabras melosas, con su voz, con esa voz que ahora, ay, extrañas cada viernes. Esperabas que la sonrisa de Richard entregándote la rosa roja te ayudaría a olvidar esa nariz ancha y esos lentes de fondo de botella para quedarte sólo con la voz. Y sí, casi lo logras aunque te costó trabajo evadir el mal recuerdo que, con insistencia, traicionaba tu voluntad de olvido. Poco a poco, tus viernes se empezaron a suceder como antaño. ¿Fueron cinco,

— ¿Bueno? — ¿La señorita Lucila Rubalcaba? — Sí, ¿de parte de quién? — Hola, Lucila, soy Luis del Villar. Me gustaría conocerte. Lo que me escribes en tus correos electrónicos me fascina. He tardado en comunicarme contigo porque, como sabes, hasta hoy me había vanagloriado de mi anonimato físico. Nadie sabe cómo soy, pero a todos nos llega nuestro Waterloo. — ¿Waterloo? — Quiero decir: nuestra hora. Me pareces una mujer irresistible. Deseo, necesito, me urge conocerte. Sonríes con placer. No te parece extraña la llamada. Desde que oíste en sus labios la frase del filósofo griego supiste que, al igual que la rosa roja, esa voz y esas reflexiones te las estaba dirigiendo Luis al oído, a ti, sólo a ti. Aceptas con gusto su invitación. El sábado a las 8 en punto en el Fouchon de Polanco. Sí. El desconsuelo te impide pensar con claridad. No sabes cómo reordenar tu vida, cómo sacar a ese Luis LA PLUMA DEL GANSO 111

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CUENTO

seis?, no lo recuerdas porque, de manera inesperada, Luis del Villar anunció que Nostalgia de ti dejaría de transmitirse. Dios, ¿cómo pudo haberte hecho eso el muy canalla? Y ahora, no sabes qué hacer sin su voz. Richard bajo la sábana de seda sin Luis al oído no te conduce al éxtasis. La rosa roja es insuficiente. Te encuentras en San Luis Potosí resuelta a poner orden en tu vida. Has colocado el cartel de Richard y las fotografías en tu nuevo departamento, justo con la misma disposición a la que estás acostumbrada. Desde que te enteraste en Tv Notas de que Luis del Villar se había mudado a esa ciudad donde continuaría con su programa Nostalgia de ti, supiste que deberías ir tras él. Hace seis meses conociste a un impostor en el Fouchon. Has analizado los hechos y hoy tienes la certeza de que alguien te quiso secuestrar haciéndose pasar por Luis del Villar aprovechándose de su anonimato físico. Tal vez un narcotraficante o alguien dedicado a la trata. Eres tan hermosa que, seguro, apostaron a que podían sacar provecho de ti. Por fortuna, reaccionaste rápido y pudiste defender tu integridad. Lo malo es que la vida sin Luis se hizo imposible para ti. Desde que aban-

donó su programa ya no sabías qué hacer los viernes bajo las sábanas. Durante un año experimentaste sin resultado con Richard-Mario, conductor de Amores prohibidos; después con Richard-Joseph de radio 620, pero tampoco. Extrañabas a Richard-Luis, tu binomio perfecto, la otra mitad de tu ser total. Cuando leíste la noticia en TV Notas recobraste el ánimo, las ganas de vivir. Decidiste buscarlo, reencontrarte con él, con su voz, sólo con esa voz... Ahora estás tranquila después de haber disfrutado del baño en una tina repleta de burbujas. Acaricias tu cuerpo desnudo con la crema afrodisiaca y lo rocías con el perfume francés que has guardado para esta ocasión. Aspiras el aroma. Hoy, tú y él convergerán de nuevo como recién lo reveló tu carta astral. Enciendes el radio. Estás nerviosa pero, al escucharlo, sientes hormigas en el pubis. Le guiñas el ojo al Richard-Luis de la pared y brindas con él.

*Mexicana

“Nadie muere del todo”, novela, 2013 Correo electrónico: marcela.acle@gmail.com

BREVERÍAS | COCO MANTO

Lo revolucionario no quita lo humorista ni lo humorista quita lo revolucionario

†¢ El oceanólogo Cousteau era la mar de sabiduría.

El costo de un entierro te tumba.

Objeto que cae al agua tiende a mojarse.

Afeminarse es una inversión muy arriesgada.

Si se expone una barra de oro a la intemperie, desaparece.

Chile se opone a Bolivia a toda costa. Sufre Bolivia por el marido.

Aviso en la funeraria: Abierto por duelo. No hablemos del cementerio. Es un lugar común.

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Todo socialdemócrata es de izquierda hasta que el neoliberalismo le da una oportunidad.


Concurso

Crisálida Tercer lugar

Mónica Josefina Suárez Romero

La única derrota es el silencio del bullicioso enjambre del planeta. Durante siglos hemos destruido su piel depredado sus frutos, de manera cobarde y egoísta. Masacrada la Tierra, devorada por fuegos y sequías, hemos plantado sangre entre sus venas: aguas envenenadas alimentan sus mares. Hemos asesinado sus preciosas criaturas y con crueldad innecesaria seguimos dilapidado sus recursos. Algunos, muy pocos por supuesto, son los que más han acumulado e insaciables destruyen todo lo que sustenta su preciosa maravilla diversa. Y el desarraigo es casa de los seres de ahora. Millones de bocas pobres claman el pan de la existencia. Deambulamos con miedo, comprobando que todo lo que supuestamente, era eterno y constante es un jirón de viento. Qué se destruya todo, que se caiga a pedazos esta muerte que todo lo gobierna desde la falsa vida. Y volveremos a ser larvas, microorganismos; volveremos a ser peces, lagartos, ranas; volveremos a ser serpientes, tortugas, elefantes; volveremos a ser aves, arañas, alacranes; volveremos a ser tigres, lobos, simios; volveremos a ser la multitud de especies. Pero esta vez la fuerza no será el poder; esta vez la dualidad no será el yo; esta vez los hombres no serán los superiores; esta vez el deseo no será la posesión; esta vez el miedo no será el constructor. Esta vez la comprensión será la forma, esta vez el todo será la unidad.

X CONCURSO INTERNO DE POESÍA REVISTA LA PLUMA DEL GANSO LA PLUMA DEL GANSO 111

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Concurso

La Dama del Camino Tercer Lugar

Miguel Ángel Córdova Córdova

S

on las nueve de la noche, la lluvia cesa a ratos, aun tiene tiempo para arreglarse. El radio toca canciones en inglés. Va al baño se mira en el espejo y acomoda un mechón tras la oreja. La raíz negra de su cabello empieza a aparecer de nuevo. Tendrá que pintarlo mañana mismo. Ya no le gusta el tinte rubio pero todos conocen su cabello de ese color y así va a seguir. Cambia la estación, sintoniza el noticiero y continúa su arreglo: lápiz labial, delineador, rimel. Quiere saber qué dicen sobre los crímenes en la autopista. No le gusta leer los diarios. Escucha que ya son cinco los muertos, conductores solitarios, no los roban, sólo los matan; y el asesino no ha dejado huellas. “Es inteligente”, piensa sonriente. “Más que los polis” y escupe con desdén en el retrete. Termina el maquillaje, cubre bien la barba naciente y elige una blusa blanca de escote amplio, pantalón azul ajustado y una chaqueta ligera. Toma el bolso donde lleva la pistola. En la calle, mas por coquetería que por necesidad, se guarece de la escasa llovizna, casi brisa, con una sombrilla roja de grandes lunares blancos; camina con provocación una cuadra y detiene un taxi. El chofer se orilla a la banqueta, baja la ventanilla y dice meloso. —¿A dónde te llevo, hermosura? —A la caseta de la autopista —responde ella desde la orillas de la banqueta.

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X CONCURSO INTERNO DE CUENTO REVISTA LA PLUMA DEL GANSO LA PLUMA DEL GANSO 111

—¡Tan lejos! Por allá no hay nada como para ti —¿Pues qué se te perdió allá, linda? —Un hombre— sonríe insinuante. —Y para qué buscas hasta allá si ya lo encontraste. —Es verdad —respondió— además, por allá anda el asesino de la autopista —¿no es cierto? –dijo con voz clara y audible, pero como para sí. — ¿Me llevas?— agregó. Segura de la respuesta, abrió la puerta y montó al automóvil, cuidando de abrir más el escote de la blusa al subir. —Si eres el que busco, mejor llévame a otro lado, no vayamos a encontrarnos al asesino ese —y acariciaba con lascivia la pistola dentro del bolso. — No te arrepentirás mi reina— afirma servicial y afectuoso el chofer. — ¿Tú tampoco te arrepentirás? — respondió desafiante. —Ja, ja. Directo al motel o vamos primero al “Carioca” a beber un trago. —Vamos al “Carioca” y luego llévame a dar un paseíto. — Eso mi reina — y agregó— luego, hasta te llevo a la caseta si aún tienes fuerzas. Te voy a dejar muerta. — A ver si no es otro el muerto. El auto arranca y se aleja de la autopista, rumbo al centro de la ciudad.


PERORATAS

José Lerrante*

PANDEMIA En medio de la terrible esclavitud del encierro, se comprimen los momentos con un trabajo sordo frente a la máquina. Un trabajo que no para. Mas pienso en los días en que tendré que salir, mientras la pandemia se sacia de cadáveres. Sigo trabajando. Saldré, pues la fecha de la muerte que me espera será larga y soleada tendida sobre un atardecer brillante. Si ha de ser así, que haya vino tinto, pulpos, callos, todo aquello que gocé antes de que el terror derrumbara los aparejos de la máquina marchita y mi voz se calle para siempre. Un óxido interior corroe mis entrañas desde que llegó este maldito virus, el cielo azul me hace amar la vida tanto, me asombra que antes la diera por sentada. ¡Qué extraño atardecer de los recuerdos! Vivíamos ansiando una utopía sin saber que ya la teníamos. Utopía es vivir sin epidemias, sin esas loterías de la muerte, sin esos miedos, que acecharon a nuestros antepasados por siglos, y que ahora han regresado. Para los que tengan la suerte de sobrevivir, el miedo tocará sus puertas cada día, pues con todo y máscara y distancia convenidas, cualquier descuido, un viaje en el metro, una reunión familiar, una conferencia, puede ser la sentencia que se ha firmado, por adelantado. Qué extraño lugar se habitará. Saludándose de lejos, huyendo unos de otros, enmascarados, procurando que la mesa que nos toque esté alejada y cercana a un balcón o una ventana. Hasta que un día se quiera pasar y la temperatura no será la adecuada. Hágase la prueba y enciérrese otra vez. Si corre con suerte, anciano, sobrevivirá y tendrá inmunidad por unos meses. Pero mejor vaya arreglando sus papeles y deje todo en orden, aléjese de los suyos, que le lleven la comida hasta su cuarto. Mejor ya despídase, no vaya a ser la de malas. Ir al hospital es no volverlos a ver. De por sí, las lúgubres reuniones así llamadas virtuales, parecen reuniones de fantasmas, que se ven desde otros mundos, simulando que viven en el mismo. Así de pronto, las pantallas serán nuestro contacto con una realidad que ya no existe, y ver una película será como salir a caminar por el parque de una ciudad que no es la nuestra. Pero sin importar todos los cuidados, el día de cada quien se acerca sigiloso, hagamos lo que hagamos.

*Mexicano

Científico. Correo electrónico: dendrita@prodigy.net.mx

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Aquí Está Usted Yessika María Rengifo Castillo Escritora colombiana,

Magister en Infancia y Cultura, Lic. en Humanidades y Lengua Castellana yessikarengifocastillo@hotmail.com

RELACIÓN La última semana de abril descubrimos que nuestra relación estaba llegando a su fin. No había rosas, invitaciones al cine, lecturas en la noche, y hacer el amor se esfumó como el viento. Sofía reconoció que mis palabras eran ciertas, pero no deseaba que nuestra situación cambiara porque desde hace cuatro meses andaba saliendo con su jefe. No me dolió enterarme de esa relación extramatrimonial: hice exactamente lo mismo con una mujer que está llena de estrías, pechos caídos, hijos, pero con un amor más dulce que la miel aniquilando críticas insulsas como esas. Entre causas nuestras vidas hoy tienen sentido, y somos dos amigos que toman café en el centro de la ciudad. Sofía prometió que estaríamos como pareja esta noche en el restaurante italiano, que deleitó a mi señora.

La pandemia que afecta a la humanidad en 2020 está haciendo como una nube negra que opaca la esperanza. Cuando los humanos creíamos haber logrado todo, nuestra propia vanidad nos deja de manifiesto cuando minerales podemos ser. Una partícula invisible a los ojos puede derrotar a seres fuertes y que sean creído poderosos capaces de aventurarse en el espacio y prolongar la vida. Cuatro escritores chilenos de trayectoria —poetas, narradores, ensayistas— enfrentan esa oscuridad y ponen luces en la penumbra. No nos quieren explicar nada, sino mostrar que los seres humanos de todas las edades tenemos luces interiores que nos pueden conducir por los caminos más tenebrosos con la seguridad de que llegaremos a situaciones de asombrosa claridad. Mostrar al ser humano en sus diversas dimensiones y profundidades es lo que logran estos "jóvenes de edades mayores", poniendo su vitalidad de su entusiasmo en textos que nos harán gozar, reír, pensar, emocionarnos o, simplemente sentirnos identificados y reconocidos. Cuatro autores encienden luces en la oscuridad. Diamela Eltit. Premio Nacional de Literatura 2018, Chile.

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Correspondencia y Telefonazos

BREVERÍAS | COCO MANTO

Revista la pluma del ganso. Allá por 1997 asisti al primer alumbramiento y nacimiento de la revista literaria La Pluma del Ganso. Su nacimiento fue bello y prometedor para las letras. Creo que los que asistimos a su primogenea aventura augurábamos una larga vida y nos cobijamos bajo su sombra. En ese crisol literario confluirían doctas plumas con pincel, pluma y papel con la esperanza que nos diera el regalo de la inmortalidad tan anhelado por un poeta y un escritor. El primer número llevó la esperanza de convertirnos en cuentistas, novelistas y poetas. Se convirtió así en el alma Mater de mi pluma. Llevé a casa el primer número y lo compartí con mi hija y mi esposa, convirtiéndonos en entusiastas lectores de La Pluma del Ganso. Los primeros catorce literatos nos atraparon. Hoy asisto emocionado a sus bodas de plata literarias y como buen lector vengo emocionado como vine hace 25 años, a disfrutar con el alma las letras de sus creadores y escritores que pasean por sus páginas para gozo y placer de los lectores. Enhorabuena y que el gran ser nos permita llegar vivitos y leyendo a las bodas de oro de esta divertida, entretenida y bella revista, La Pluma del Ganso. Con amor y placer Rafa López. No es mucho pero ahí va con el alma en el tintero mi humilde opinión. Gracias por el placer y el honor que me dan de vertir mi opinión.

Lo Revolucionario No Quita lo Humorista Ni lo Humorista Quita lo Revolucionario †¢ El gobierno no pierde la oportunidad de perder la oportunidad. Matar a un hombre es un homicidio; matar a miles, una estadística. Quien no mira por los ciegos, ya nada tiene que ver. Lo más notable en las sopranos son los dos de pecho. Con el mapa genómico sabremos gen es gen. Ellas tienen dos o varios. Más que su mapa de genomas, de la mujer me ha de interesar su Punto G nomás.

EN ESTE NÚMERO SE PUBLICAN LAS SIGUIENTES FICHAS DE RECEPCIÓN: Ficha

Título

Autor

Cuento 0626

Palomas; Sin perdón; Debajo de la cama

Andrea Gutiérrez Campos

0627

Buñuelos

Lourdes Pacheco

0628

¿Portadoras del mal?; A perpetuidad

Adriana Lamar

0629

Hombres de piedra

Enrique López Yáñez

0630

Pretty man

Marcela Acle Tomasini

0666

Rey de sueños

Juan Eduardo Esquivel

0667

Quimeras; Sin título; La alegría de tu regreso; El sexo

Jorge García Rebollo

0668

A la muerte le gusta bailar

Lizzy Reds

0669

Inch´Allah

Francis Mestries

Poesía

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NOVEDADES EDITORIALES: EDICIONES LA PLUMA DEL GANSO Y TALLER DE SUEÑOS

TRES EN LA MEMORIA: Testimonio de una época Elena Chávez de Anaya

Núcleo de Atención Psicológica y Apoyo Integral Adolescentes • Adultos • Adultos Mayores • Parejas • Familias Mitla #56, Col. Narvarte, Delegación Benito Juárez (entre Morena y Xola)

Citas: 04455 4094 2221

Tú, escritor y/o poeta emergente,

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puedes ser "suscriptor miembro" de Revista La Pluma del Ganso" para publicar y participar en las actividades del "club" revistalaplumadelganso1995@gmail.com danton1941@hotmail.com Cel: (55) 3660 6799

Comunicarse con Dantón Chelén al 5536 6067 99 Correos electrónicos: danton1941@hotmail.com danton@laplumadelganso.com

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Kikey

INSTANTES MÁGICOS Entre el azul del cielo y del mar la niña pinta el horizonte con sus manos y así desliza su alma en el lienzo Lienzo vivo: flores, capullos, árboles, mar, tierra, sol, nubes, descubren sueños, reflejan andares. Pequeña y grande de alma, por instantes Kikey despoja su espíritu y obsequia la huella y la belleza de su origen y entonces, renueva el soplo divino y crea vida de colores, atrapa aromas, detiene vientos, desdibuja la sombra del árbol y crea la luz, esa que da vida a su cuadro. Apuntes, borradores, dibujos, trazos, bocetos. Mirar su obra es descubrir espejismos bellos porque al compás del sonido de su ánima los pinceles bailaron como plumas de aves flotando en el aire. hasta dar a luz un bello paisaje de su propia esencia Niña ave, niña nube niña artista manos que dicen paz, calma, fresco manantial del ocaso lánguida soledad lunar aromas nocturnos aire matinal de estrellas y color de mar Alegre de alma Kikey despertó sonrisas y buen decir cuando entusiasta combinó blancos y azules como fondo de su obra “para empezar, con dos pinceles y dos colores”. Y pensó en estrellas, constelaciones, galaxias y el lienzo nació, dijo ella, “poco a poco con los detalles”. Así, colores de nubes celestes lunas y sol se descubren al mirar el obsequio que la pequeña Kikey nos da en el mágico canto a su Vida y a la nuestra. Pintura de Luz Gamboa de la pequeña Kikey López Martínez, pintando su propio cuadro.

Poema de Mónica Monzón Octubre 2020


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