
23 minute read
ESTUDIAR LA “CACA”: los hallazgos que siguen apareciendo en nuestro desierto
Un grUpo de jóvenes investigadores ha ido perfeccionado las técnicas para estUdiar los coprolitos -qUe es como se llama a las heces desecadas o fosilizadas-, y ha ido descUbriendo diferentes aspectos de la vida de personas y animales qUe vivieron hace cientos y miles de años. en especial han encontrado diversos tipos de parásitos y han podido colegir posibles enfermedades, interacciones y estilos de vida en medio del desierto nUevas técnicas, además, permiten aventUrar nUevos hallazgos en el siempre fascinante mUndo de la ciencia.
por: rEinaLdo berríos gonzáLez fotos: GEntiLEza dE invEstiGadorEs
Advertisement
Un grupo de jóvenes científicos trabaja en Tarapacá, en el ámbito de la paleoparasitología, que -en el fondo- es el estudio de los parásitos que infectaron a los seres humanos y animales que habitaron la región hace cientos y miles de años. “Hay parásitos que pueden ingresar a la dieta porque alguien comió pescado crudo o porque el lugar donde desarrollaban su vida rutinaria tenía bajas condiciones de higiene, por ejemplo; estudiar los parásitos nos permite rescatar información sobre el modo de vida de las personas en el pasado y también del manejo de los animales”, señala Francisca Santana Sagredo, doctora en arqueología de la Universidad de Oxford y académica de la Universidad Católica de Chile .
“Partió la búsqueda (primero) de las condiciones de salud de estas poblaciones y después empezamos a ver esta relación zoonótica (entre animales y humanos) en torno a los parásitos”.
Hace algunas semanas, nos cuenta Francisca, los científicos que trabajan estos temas y que forman parte de su equipo, sacaron una publicación sobre parásitos gastrointestinales en camélidos de Tarapacá y, un poco antes, habían sacado otro paper de parásitos en coprolitos (heces fosilizadas) humanas prehispánicas. “Gracias a esos estudios fue posible dilucidar qué tipo de parásitos habitaban los intestinos de esas personas”, agrega.
Ambos trabajos fueron parte de un proyecto Fondecyt regular que fue liderado por Mauricio Uribe, Profesor de la Universidad de Chile, en el sitio Iluga-Túmulos. Este año el grupo de investigadores está realizando nuevos trabajos con paleoparásitos en el contexto del proyecto Fondecyt regular de Francisca Santana que estudia las relaciones entre humanos y no humanos en la región de Tarapacá, desde el año 4.000 antes del presente (AP) hasta el 400 AP.
Coprolitos

María José Herrera, candidata a doctora en Bioarqueología de la Universidad de Buenos Aires, nos cuenta que -tras un congreso de paleopatología que se hizo en Arica hace algunos años- comenzó a trabajar con Darío Ramirez, quien -en ese tiempo- investigaba el tema de parásitos de distintas fuentes (sedimentos que salen en las excavaciones, asociados a los cuerpos, por ejemplo; los coprolitos, tejidos blandos de cuerpos momificados, etc.). En su calidad de bioantropóloga, agrega María José, tenía “el problema de cómo abordar el sitio Iluga Túmulos desde la bioantropología, básicamente porque habíamos llegado a un acuerdo -como proyecto con las comunidades- de no desenterrar cuerpos, de no manipular cuerpos en el sitio”.
“En esa investigación, tras revisar los túmulos (montón de tierra y piedras levantado sobre una tumba o varias), encontramos una enorme cantidad de coprolitos, principalmente de humanos, pero también de otros animales: camélidos, roedores, hasta caballos. Ahí surgió la idea, entonces, de analizar estos coprolitos. Simultáneamente revisamos cuerpos que estaban en museos, asociados a estos sitios de Tarapacá; en este caso sacamos muestras, no sólo de coprolitos sino también de tejidos, de órganos, porque estaban momificados”.

De este modo, agrega María José, “partió la búsqueda (primero) de las condiciones de salud de estas poblaciones y después empezamos a ver esta relación zoonótica (entre animales y humanos) en torno a los parásitos. Mi rol fue coordinar esta parte del proyecto y el resto de los investigadores hicieron otras cosas. Mi labor específica era sacar las muestras, establecer las características de los individuos (femenino, masculi- no, niño, adulto, etc.) y luego, esas muestras, las enviamos a Argentina, donde las analizaban Darío y Rodrigo”.
Laboratorio
Darío Ramirez, quien es candidato a doctor en Antropología de la Universidad Nacional de Córdoba, Argentina, nos señala que los coprolitos “permiten buscar evidencias de aquellos microorganismos y parásitos que hayan estado en la cavidad intestinal de los individuos; por otro lado, también trabajamos con otras muestras, principalmente algunos tejidos blandos de esos cuerpos momificados. Entonces, podemos analizar los microorganismos de circulación sanguínea que los individuos hayan podido tener en sus cuerpos y teniendo en cuenta que hay dos grandes grupos de muestras distintas, trabajamos con dos tipos de técnicas diferentes”.
Por un lado, agrega, “utilizamos microscopía óptica”. Para eso, “lo que hacemos es tomar una fracción de estos coprolitos que, a través de una serie de técnicas, nos permiten reconstituir las condiciones que esa muestra tenía en el haLLazgos dan cuenta de La vida y La rutina de nuestros antepasados momento de generarse. Se hacen observaciones en el microscopio y lo que intentamos observar, identificar, son huevos de parásitos principalmente (helmintos). También se pueden encontrar, en mucho menor medida, quistes de otro tipo de parásitos, que se llaman protozoos”.
Para la científica Francisca Santana, “no deja de ser impresionante encontrar caca preservada, que nosotros llamamos coprolitos, en diferentes contextos; no solamente en lo que -ahorapodríamos vincular con el baño; aunque en otra investigación encontramos que personas que eran cazadores-recolectores utilizaban un mismo baño en sus desplazamientos; es decir, algo notable. Una especie de posada que tenía un lugar para usar como baño, es decir, nada muy distinto a lo que ocurre hoy en día”.
Gracias a las condiciones del desierto extremo es posible encontrar estos vestigios. “Eso ocurre en muy pocos lugares del mundo -agrega Francisca-; en otros países, por ejemplo, en Inglaterra, donde la preservación no es buena, tienen que ir a las letrinas (de los romanos se sabe que tenían letrinas).

“Cuando observamos estos restos -agrega Daríotomamos una fotografía, con una cámara que va anexa al microscopio, para luego analizarlos. Básicamente se toman medidas, se observan y tratamos de identificar ciertas características morfológicas de estos huevos y de estos quistes. Cuando sumamos estas características morfológicas con las carac- terísticas morfométricas, a veces podemos hacer una identificación de género y de especie del parásito, aunque no siempre es posible”.
Entonces tienen que analizar las muestras de sedimentos y ver si pueden encontrar algún huevo que se preservó, aunque ahora están apuntando a la paleogenómica, para ver si se ha preservado el ADN del parásito”.
Los coprolitos se pueden encontrar en dos formas en la naturaleza: “Uno son los coprolitos desecados y otro los mineralizados (o fosilizados); lo más común en muestras humanas y que no son tan antiguos, son los desecados, que es un proceso que ocurre básicamente cuando los órganos o tejidos pierden gran parte del líquido, de agua que tienen. En el laboratorio nosotros lo que hacemos es rehidratarlos, para tratar de recuperar las características que tenían en su estado original”.
“Creo que es súper interesante, este tipo de estudios, porque abre un mundo diferente al que estamos acostumbrados a analizar desde, por ejemplo, los restos humanos. Y esto porque la mirada que teníamos del pasado y de la forma de estudiarlo, va cambiando y se va ampliando. Lo mismo pasa con los animales, porque -por ejemplo- en Iluga-Túmulos, nos está hablando de presencia de muchos animales, en especial de los camélidos, lo que abre un horizonte de investigación muy interesante. En teoría, en esa zona no había camélidos; esto nos demuestra lo contrario”. Rodrigo Nores, doctor en Ciencias Químicas de la Universidad Nacional de Córdoba, nos señala que estos estudios de “paleoparasitología se complementan con otros estudios que nosotros llamamos paleopatologías; es decir, apuntamos a conocer el estado de salud de las poblaciones en el pasado a través de distintos medios. A partir de microscopía óptica podemos detectar huevos o restos de parásitos, pero también apuntamos a conocer otros tipos de patógenos a través de métodos moleculares (estudio de ADN antiguo). A partir de estas mismas muestras se puede recuperar el ADN y, a partir de eso, buscar la existencia de otros patógenos. En conjunto se trata de eso, de reconstruir el estado de salud y enfermedad de estos grupos; vincularlos,
“La presencia de parásitos no significa que Los individuos tenían maLa saLud” a su vez, con el ambiente, con los animales y con sus formas de vida”.
Es importante, además, “destacar que la presencia de parásitos no necesariamente significa que el individuo tenía mala salud; si bien, muchos de los parásitos están relacionados con diarrea, anemia y otras enfermedades, depende de la cantidad de dichos parásitos si efectivamente había problema de salud, así como del estado general del individuo. La parasitosis es un vínculo biológico entre especies, presente en todo el reino animal. Por tanto, es un vínculo e interacción muy esperable entre distintas especies. El hecho de encontrar estos parásitos en estas personas no habla, necesariamente, de su condición de salud”.
BOSQUES SUBMARINOS EN PELIGRO: la extracción ilegal de huiro en Chile
el océano es Uno de los lUgares más salvajes qUe qUedan en el planeta tierra. Un motivo sUficiente como para lograr qUe científicos y conservacionistas de todo el mUndo hoy pongan sU mirada en este ecosistema en Un país como chile, Un territorio qUe cUenta con más de 4.000 kilómetros de costa.
Durante los últimos años, las investigaciones marinas en Chile han sido prolíficas: se han descubierto animales que se creían extintos, se han hallado nuevas especies y a la vez, se han puesto en la mira una serie de prácticas que afectan el funcionamiento de la vida, no sólo submarina, sino de todo el ecosistema de manera macro.
Hablamos de caza de ballenas, la expansión desmesurada de salmoneras, pesca de arrastre y también, del barreteo de algas pardas (huiro): un oficio que
por: PauLa fernández (*)
“El barreteo es una técnica de extracción que consiste en sacar el alga desde el disco, o desde la raíz, para dejarla flotando y luego recolectar las plantas cuando llegan a la orilla”.
ha llegado a convertirse en una práctica extractivista muy poco sana para los bosques submarinos que, a su vez, amenaza a una gran cantidad de animales que subsisten de las profundidades del mar y que propician la existencia de todo lo que conocemos.
El barreteo es una técnica de extracción que consiste en sacar el alga desde el disco, o desde la raíz, para dejarla flotando y luego recolectar las plantas cuando llegan a la orilla. Como es de esperar, al ser sacadas de raíz, estas especies no se vuelven a reproducir.
Valor De Mercado
Este tipo de explotación de los bosques submarinos tiene su base en el mercado. Con los años, el valor comercial del huiro o alga parda ha aumentado, así como también su demanda. Esto, se debe a un descubrimiento que indica que las algas poseen un compuesto llamado “alginato”, que se están utilizando en cosmética, gastronomía, odontología, entre otros. Estos alginatos son polisacáridos que tienen propiedades para formar geles y soluciones altamente viscosas.
Actualmente, Chile es uno de los países con mayor importancia en la exportación de algas pardas, llegando a vender más de 300 mil toneladas de huiro, principalmente a China. Hoy, según datos del Servicio Nacional de Pesca y Acuicultura, la exportación de algas en Chile representa el 20,4% del valor total de las exportaciones pesqueras y acuícolas, lo que se traduce en 618 mil toneladas de algas y un total de $1.257,6 millones de dólares de ganancia al año.

Estas cifras, se explican fácilmente tras conocer las características territoriales de nuestro país. Al sur del continente, las condiciones atmosféricas son perfectas para que esta macroalga pueda crecer y subsistir. Sus costas rocosas y aguas frías de poca profundidad, crean el ambiente ideal para la formación de bosques de algas pardas de gran relevancia biológica y ecológica. Estos ecosistemas son la casa de más de 150 especies submarinas, desde peces de roca, cangrejos, moluscos, hasta caracoles. Lamentablemente, un ecosistema rico en vida que hoy peligra.
En las últimas dos décadas la extracción de huiro en el norte de Chile ha crecido y empeorado sus condiciones, convirtiéndose en un problema mayor. Desde ahí, se han implementado ciertas regulaciones que tristemente no han logrado paliar la extracción desmesurada. Actualmente el barrido es un problema constante que no ha podido solucionarse por parte de las autoridades ni de las comunidades que habitan estos espacios.
HUIREROS
Huireros: de recolectores ancestrales a prácticas extractivistas. Es innegable que la práctica de recolección de huiro solía ser artesanal, incluso en los pueblos ancestrales de la zona. En la Caleta Chañaral de Aceituno, por ejemplo, es habitual escuchar historias de abuelos y bisabuelos que se dedicaban a sacar las algas que botaba el mar hacia la orilla. Ellos se dedicaban a recolectarla para su venta, pero en un formato claramente sustentable y consciente. En una escala pequeña.
Cuando la extracción de huiros comenzó a aumentar, el gobierno chileno a través de SERNAPESCA, lanzó medidas para controlar esta creciente masividad. Actualmente cada huirero debe estar inscrito en el Registro de Pesca Artesanal (RPA) y declarar la cantidad de algas extraídas. El Estado, además, ha impulsado el Plan de Manejo de algas pardas en la región de Atacama. Pero, no ha sido suficiente.
¿El problema? Primero, los huireros inscritos tienen que autodeclarar la cantidad de huiros recolectados, pero no hay una verdadera fiscalización de cuántas son las algas extraídas del mar. Y, luego, nos encontramos que solo hay un puñado de fiscalizadores para toda la costa marítima de Chile. En detalle, según el director regional de SERNAPESCA de Atacama, Claudio Ramírez, su región que tiene 500 kilómetros de costa y cuenta solo con 24 fiscalizadores.
Esto genera que, pese a que la cuota anual de captura sea de 2 toneladas por bote, hoy se estén extrayendo unas 300 mil toneladas en todo el país, cifras que no son congruentes. Además, estos números consideran solamente el alga que el mar bota naturalmente. Sin embargo, no estamos considerando la presencia de una clara extracción ilegal que debería detenerse cuando antes.
En 2022, la ONG Oceana Chile, dedicada a la conservación del mar, publicó un estudio que confirma que, en el norte de Chile, “las poblaciones naturales de algas pardas o huiros, han sido fuertemente explotadas durante las últimas dos décadas. Así, a partir de las algas pardas se ha configurado una pesquería multiespecífica, de gran importancia social, económica y ecológica, que se ejerce prácticamente a través de todo el litoral entre las regiones de Arica y Parinacota a Coquimbo. Hoy, este oficio cuenta con 6.372 pescadores artesanales autorizados para operar sobre los servicios ecosistémicos que la conforman: huiro negro (Lessonia spicata/berteroana), huiro palo (Lessonia trabeculata) y/o huiro (Macrosystis pyrifera)”.

Un Ecosistema Amenazado
Según SERNAPESCA, las algas son “organismos vegetales unicelulares o pluricelulares que viven en el medio acuático y son capaces de realizar fotosíntesis oxigénica y obtener el carbono orgánico con la energía de la luz del sol. Las algas realizan un significativo aporte de oxígeno al medio y los grupos más importantes y conocidos son: algas verdes; algas rojas y algas pardas o cafés”. En palabras simples, son verdaderos bosques submarinos que hacen el trabajo de convertir el carbono del entorno y convertirlo en oxígeno.
Además, el Estado establece que “su explotación se regis- tra principalmente mediante la recolección de orilla y su extracción es controlada, en cuanto a las cuotas de extracción establecidas y el respeto de los periodos de veda implementados, con el objeto de alcanzar una administración sustentable de este recurso”.
En teoría, un mecanismo que sería el ideal si las fiscalizaciones pudieran llevarse a cabo y la extracción no se demostrara tan descontrolada como lo hace hasta hoy. Un caso que bien explica la amenaza que sufren los bosques marinos, ocurrió en Vallenar, en la región de Atacama. Allí, SERNAPESCA implementó un gran plan de fiscalización de pesquerías estratégicas que se acompañó de un operativo específico en las plantas de transformación de algas.
Finalmente, la acción legal infraccionó a 4 plantas por tenencia de recurso Huiro Negro barreteado sin acreditación de origen legal, por un total de 28.965 kilos. Y si bien esta acción puede sonar alentadora, la realidad es que no sólo son 4 plantas, sino muchas más, las que cuentan con personas que trabajan para esta industria y que alegan que el barreteo es su sustento para el día a día.
Aunque suene difícil, en el recién publicado informe de Oceana Chile: “Bosques Azules: ¿Qué estamos haciendo frente a la creciente extracción de huiro en Chile?” se buscó conocer los datos exactos de la situación y buscar soluciones para que esta práctica sea regulada antes de que sea demasiado tarde.
En dicha instancia, Liesbeth van der Meer, directora ejecutiva de la ONG, comentó que “el propósito radica en recoger las preocupaciones y el conocimiento de cada una de las partes involucradas para así proponer una política pública que permita detener la grave deforestación de los bosques azules”.

RECUERDOS PARA EL FUTURO: el reencuentro del Día de los PATRIMONIOS con la ciudadanía
por primera vez desde 2020, no existirán restricciones de aforo en los espacios patrimoniales qUe serán parte de los recorridos para el día de los patrimonios. a partir del 24 de abril y hasta el 24 de mayo, las institUciones podrán inscribir sUs actividades presenciales o virtUales en la web www diadelospatrimonios cl
El Ministerio de las Culturas, las Artes y el Patrimonio anunció que “Recuerdos para el futuro” será el lema para el próximo Día de los Patrimonios 2023, que se realizará los días 27 y 28 de mayo. Instalado en 1999, el Día de los Patrimonios se ha transformado en la actividad cultural y patrimonial más importante del país. El objetivo de esta celebración colectiva, gratuita y descentralizada es favorecer un encuentro directo entre las personas y las distintas manifestaciones patrimoniales presentes en Chile.
El patrimonio cultural es un conjunto determinado de bienes tangibles, intangibles y naturales que forman parte de prácticas sociales, a los que se les atribuyen valores a ser transmitidos, y luego resignificados, de una época a otra.

El Día del Patrimonio, que hace poco cambió su acepción al plural Patrimonios, se ha posicionado como uno de los hitos culturales más importantes a nivel nacional, al generar un encuentro directo entre las personas y las manifestaciones patrimoniales. Esto se debe en parte a que distintos museos y sitios culturales abren sus puertas de manera gratuita, atrayendo a un gran público.
INVITACIÓN
El nuevo ministro de las Culturas, Jaime de Aguirre, extendió la invitación a la ciudadanía para que participe en el Día de los Patrimonios. En sus propias palabras: “Los patrimonios son dinámicos y parte de nuestra historia, de nuestra manera de convivir, de nuestra manera de proyectarnos”.
Durante el mes de marzo, el equipo de la Secretaría Técnica del Consejo de Monumentos Nacionales realizó talleres de creación sobre género, niñez, inclusión, pueblos originarios y patrimonio inmaterial a organizaciones públicas y privadas que han participado del Día de los Patrimonios en versiones anteriores. A partir del 24 de abril y hasta el 24 de mayo, las instituciones podrán inscribir actividades presenciales o virtuales en la web www. diadelospatrimonios.cl.
“Desde el 24 de abril y hasta el 24 de mayo estará abierta la plataforma www. diadelospatrimonios.cl, para que las agrupaciones tanto públicas como privadas, puedan inscribir sus actividades para participar en esta gran celebración”, dijo la subsecretaria del Patrimonio Cultural, Carolina Pérez.
Los objetos y bienes resguardados adquieren razón de ser en la medida que se abren a nuevos sentidos y se asocian a una cultura presente que los contextualiza, los recrea e interpreta de manera dinámica.
“Es primera vez, desde la pandemia, que podemos hacer la actividad sin restricción de aforos. La gente quiere salir a recorrer su patrimonio; niños y niñas están expectantes para ser parte de esta fiesta ciudadana que es gratuita y que año a año ha sido un aporte a la cultura y formación en nuestro país”, agregó.
Dinamismo
El patrimonio cultural es un conjunto determinado de bienes tangibles, intangibles y naturales que forman parte de prácticas sociales, a los que se les atribuyen valores a ser transmitidos, y luego resignificados, de una época a otra, o de una generación a las siguientes. Así, un objeto se transforma en patrimonio o bien cultural, o deja de serlo, mediante un proceso y/o cuando alguien -individuo o colectividad-, afirma su nueva condición.
El hecho de que el patrimonio cultural se conforme a partir de un proceso social y cultural de atribución de valores, funciones y significados, implica que no constituye algo dado de una vez y para siempre sino, más bien, es el producto de un proceso social permanente, complejo y polémico, de construcción de significados y sentidos. Así, los objetos y bienes resguardados adquieren razón de ser en la medida que se abren a nuevos sentidos y se asocian a una cultura presente que los contextualiza, los recrea e interpreta de manera dinámica.

El valor de dichos bienes y manifestaciones culturales no está en un pasado rescatado de modo fiel, sino en la relación que en el presente establecen las personas y las sociedades, con dichas huellas y testimonios. Por ello, los ciudadanos no son meros receptores pasivos sino sujetos que conocen y transforman esa realidad, posibilitando el surgimiento de nuevas interpretaciones y usos patrimoniales. Como la UNESCO ha subrayado, el término “patrimonio cultural” no siempre ha tenido el mismo significado, y en las últimas décadas ha experimentado un profundo cambio. Actualmente, ésta es una noción más abierta que también incluye expresiones de la cultura presente, y no sólo del pasado.
Por otra parte, si en un momento dicho concepto estuvo referido exclusivamente a los monumentos, ahora ha ido incorporando, gradualmente, nuevas categorías tales como las de patrimonio intangible, etnográfico o industrial, las que, a su vez, han demandado
¿qué es eL patrimonio cuLturaL inmateriaL?
El patrimonio cultural no se limita a monumentos y colecciones de objetos, sino que comprende también tradiciones o expresiones vivas heredadas de nuestros antepasados y transmitidas a nuestros descendientes, como tradiciones orales, artes del espectáculo, usos sociales, rituales, actos festivos, conocimientos y prácticas relativos a la naturaleza y el universo, y saberes y técnicas vinculados a la artesanía tradicional.
Pese a su fragilidad, el patrimonio cultural inmaterial es un importante factor del mantenimiento de la diversidad cultural frente a la creciente globalización. La comprensión del patrimonio cultural inmaterial de diferentes comunidades contribuye al diálogo entre culturas y promueve el respeto hacia otros modos de vida.
La importancia del patrimonio cultural nuevos esfuerzos de conceptualización. Junto con ello se ha otorgado mayor atención a las artes de la representación, lenguas y música tradicional, así como a los sistemas filosóficos, espirituales y de información que constituyen el marco de dichas creaciones. inmaterial no estriba en la manifestación cultural en sí, sino en el acervo de conocimientos y técnicas que se transmiten de generación en generación. El valor social y económico de esta transmisión de conocimientos es pertinente para los grupos sociales tanto minoritarios como mayoritarios de un Estado, y reviste la misma importancia para los países en desarrollo que para los países desarrollados.

Finalizó proyecto de Rescate de Prácticas Ancestrales con alta convocatoria de comunidades
por: Christyn moLina z.
El pasado miércoles 19 de abril se realizó el Seminario de cierre de la primera etapa del proyecto de Rescate de Prácticas Ancestrales, LabAncestral, en el auditorio del Centro de las Artes Escénicas y Culturales de la comuna de Pozo Almonte. La jornada se inició con un saludo de bienvenida por parte de su director, doctor Jorge Olave, seguidas por el saludo virtual de la subdirectora de Redes, Estrategia y Conocimiento de ANID, Patricia Muñoz, que dio paso a la Charla Magistral “RED DE SITIOS SIPAN: Sistemas Importantes del Patrimonio Agrícola Nacional”, dictada por Carlos Pallacán, Coordinador del Programa FAO-SIPAN.

La actividad también contempló una presentación de los resultados obtenidos en este proyecto por parte de su directora alterna, Margarita Briceño y el director de LabAncestral, doctor Jorge
Olave, quienes realizaron la difusión de los resultados de todo el trabajo realizado y de las iniciativas que surgieron de este levantamiento. Parte de estos resultados quedaran plasmados en los dos manuales generados como parte de este proyecto.
La directora alterna del proyecto, Margarita Briceño, mencionó la metodología utilizada para llegar a los resultados expuestos: “Creamos una Hoja de Ruta donde teníamos actividades que se debían realizar a corto, mediano y largo plazo, que estaban proyectadas al diagnóstico y a la hoja de ruta levantada, por lo tanto habían etapas que debíamos cumplir, que tenían que ver con la validación y posteriormente con la ejecución de acuerdo a priorizaciones determinadas en conjunto con las sesiones de los Comités Técnicos realizados, y de nuestro criterio”.
Agregó además que “esto debe tener asociado un monitoreo y un seguimiento para que estas iniciativas que surgen desde las comunidades puedan ser finalmente concretadas. Esto implicó un diagnóstico, el cual nos permitió hacer un levantamiento de la información en los distintos territorios en los cuales se trabajó, también generamos los informes territoriales respectivos de cada una de las localidades. Posterior a ese diagnóstico la hoja de ruta implicó seis talleres desarrollados en las comunas del Tamarugal y dos en Iquique, alrededor de 150 participantes de los talleres, lo que nos permitió fundamentar las 4 líneas de trabajo definidas y la determinación de 8 polígonos”, agregó la investigadora.
Llegando al cierre de la jornada se procedió a la proyección de un video documental sobre el desarrollo del proyecto, en el que los investigadores plasmaron la experiencia vivida junto a las comunidades en las visitas en terreno que realizaron. Continuando con los reconocimientos dirigidos hacia todos los representantes de las comunidades del Tamarugal, como forma de agradecimiento por su tiempo, interés, participación y contribución a esta trascendental investigación territorial.
Es relevante mencionar que se requiere una segunda etapa de fortalecimiento de este proyecto, para dar continuidad a dicha investigación y así poder concretar las iniciativas y propuestas levantadas en conjunto con las comunidades de la Provincia del Tamarugal. Esto podrá dar continuidad a las prácticas ancestrales locales y generar una oportunidad competitiva que contribuya en la calidad de vida de los habitantes de dichas comunas, buscando frenar su creciente migración e impulsando, además, un desarrollo agroalimentario más justo, armónico, inclusivo y respetuoso del territorio y su gente.
A propósito del día mundial del agua: LOS RÍOS ESTÁN VIVOS
en este texto invitamos a qUe los lectores redescUbran los ríos desde Una mirada holística, más allá del agUa qUe vemos escUrrir en primer lUgar, abordamos los ríos desde la mirada clásica predominante en los últimos años: redUccionista y enfocada sólo como Un sistema físico a continUación, exponemos sU fUnción ecosistémica, entendiéndose como Un escenario de vida para la biodiversidad por: José aLiaga viLLagrán/niCoLás toro Leigh (*) evapotranspirada). Así, podemos apreciar que hay muchos flujos de agua interactuando: desde el subsuelo a la superficie, desde ésta hacia los acuíferos, desde aquí hacia el río o viceversa, etc.
Los ríos son cuerpos de agua que fluyen gravitacionalmente y desembocan en el mar, en un lago u otro río, pero el río no es solo agua. Los ríos transportan sedimentos, que son partículas de suelo que viajan con el agua suspendidos en ella o arrastrándose a través del fondo. La cantidad de sedimentos presentes en el río dependerá de las características del lecho y de la fuerza de la corriente. Además de los sedimentos, el río transporta nutrientes, trozos de madera que han caído al cauce desde los árboles cercanos, todos componentes claves para sustentar la vida acuática.

Pero, ¿de dónde proviene el agua que escurre por los cauces? Para ello debemos hablar del ciclo hidrológico, el proceso natural del agua en la Tierra, que circula entre el océano, la atmósfera y la superficie terrestre. En primer lugar, pensemos en los océanos. Debido a la radiación, el agua de éstos se evapora y posteriormente, bajo ciertas condiciones, se condensa para formar las nubes, las que luego darán origen a precipitaciones.
Flujos De Agua
Esta lluvia caerá sobre los suelos de los continentes en donde comenzará a escurrir hacia los cauces, se infiltrará en el suelo, se evaporará o será consumida por la vegetación (con posibilidad de ser
Mientras ocurre toda esta serie de fenómenos, el agua de los cauces escurre aguas abajo, viajando incluso desde la montaña hacia el océano. Si bien el ciclo hidrológico es mucho más complejo, los fenómenos descritos anteriormente permiten entender las claves de este magnífico proceso, encargado de la circulación y disponibilidad del agua a nivel global (Linsley et al., 1982).
Los ríos se pueden clasificar según su régimen hidrológico, el cual se define dependiendo si la precipitación aporta más al caudal como derretimiento de la nieve caída o como lluvia. Así, los ríos pueden ser pluviales, cuando se alimentan principalmente de las precipitaciones; nivales o glaciales, cuando se alimentan en mayor grado del derretimiento de las nieves o glaciares, respectivamente; o pueden tener también un régimen mixto. Los ríos con componente nival son de vital importancia en zonas con bajas precipitaciones, ya que mantienen cierto nivel de caudal gracias al derretimiento constante y paulatino de los depósitos nivales. Por lo tanto, el régimen del río también nos permite saber durante qué temporada observamos flujos más grandes.
ESPACIOS FLUVIALES
Además, en términos geográficos, a lo largo del río existen diversos espacios fluviales. A escala de cuenca, la cabecera es la parte más alta donde nace el río y la desembocadura corresponde a la zona donde termina su escurrimiento para incorporarse a otro cuerpo de agua. El cauce es la sección por donde escurre el río (la “caja”) y que lateralmente está limitada por las riberas. Yendo a una escala más pequeña podemos concentrarnos en un tramo de río y encontrar la planicie de inundación: aquella zona lateral del río que se inunda ante mayores caudales y que permite la reducción de la energía de una inundación y disminuir así la peligrosidad del evento.
En las ciudades estamos acostumbrados a ver los ríos como geometrías rectas y uniformes. Sin embargo, en la naturaleza los ríos están presentes en una variedad de formas. Por ejemplo, los ríos trenzados tienen distintos cursos de agua dentro de la misma caja, que van serpenteando y cruzándose hacia aguas abajo. Los meandriformes poseen curvaturas hacia ambos lados. Rectos son los ríos que siguen una trayectoria rectilínea a grandes rasgos (Leopold et al., 1957).
Algo similar a los trenzados son los ríos anastomosados, los cuales no necesariamente presentan una única caja (Smith, 1983).
Sin embargo, esta morfología descrita anteriormente varía en el tiempo. La forma de los ríos se ve afectada principalmente por la velocidad del escurrimiento, la cual varía tanto longitudinal como transversalmente. Donde el río va más rápido el lecho se erosiona y donde lleva menor velocidad acumula sedimento. Por lo general estos cambios no se perciben en el día a día, pero a lo largo de las décadas queda en evidencia cómo el río evoluciona y su paisaje se encuentra en un cambio continuo. Este proceso gradual se ve acelerado durante eventos de crecidas extremas.
Ecolog A Fluvial

En vista de los fenómenos anteriormente descritos, es importante comprender la física de los ríos, ya que permitirá anticipar la respuesta del cauce en situaciones donde exista la necesidad de intervenir para asegurar la infraestructura fluvial y mejorar la estimación de riesgos asociados a crecidas. No obstante, el entendimiento físico es insuficiente para realizar una adecuada gestión sobre él, ya que los ríos son mucho más que agua y sedimento viajando por los cauces. Lamentablemente, en las últimas décadas se trató a los ríos solamente como un sistema físico, lo cual generó impactos negativos en la ecología fluvial. Por lo tanto, frente al deterioro progresivo que han sufrido, es necesario que entendamos a los ríos desde un nuevo paradigma, entenderlos como un ecosistema fluvial.
Si bien nuestra relación con los ríos, por lo menos en ámbitos de gestión, está enfocada principalmente en sus caracte - rísticas físicas expuestas anteriormente, los ríos deben ser entendidos desde una perspectiva mucho más amplia, ya que una mayor comprensión de ellos nos permitirá apuntar hacia su conservación. Los ríos son espacios de vida, en los cuales conviven diversas comunidades de seres vivos cuyos procesos vitales se relacionan entre sí y se desarrollan en función de los factores físicos del mismo entorno, es decir un ecosistema.

R Os Vivos
Desde la antigüedad el ser humano se dio cuenta de que necesitaba vivir cerca de los ríos. Por lo tanto, siempre hemos sabido que son indispensables para sustentar nuestra vida y la de toda la biodiversidad. La ecología reafirma esto, al definir a los ríos como ecosistemas fluviales: espacio físico donde se interrelacionan distintos componentes abióticos con la biodiversidad. Este concepto se clarifica al conocer quiénes (y cómo) habitan los ríos y la relación simbiótica existente entre la biodiversidad y el paisaje fluvial.
Si bien comúnmente reconocemos la participación de árboles y plantas en grandes bosques, estos seres pacientes e inmóviles también son impresionantes ingenieros del ecosistema fluvial (Gurnell, 2013). Es fácil darse cuenta de que, en su mayoría, los ríos se encuentran rodeados por corredores verdes, conocidos como bosques de ribera. Además, el lecho del cauce presenta una variedad de parches verdes debido a la presencia de plantas acuáticas. Sin embargo, éstos no sólo son elementos paisajísticos, también son actores claves para la biodiversidad y la evolución morfodinámica.
(*) Este artículo in extenso se puede leer en www.endemico.org