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Loción a base de leche
El vestido femenino se mantuvo igual durante varios milenios, modificado sólo en algunos detalles. Las mujeres llevaban la falda larga y con la cintura muy alta, como un vestido largo y ajustado, de una pieza, sujeto con dos tirantes que a veces eran anchos y les arropaban los senos.
También llevaban una especie de prenda corta cubriendo los hombros. La forma de colocarse las túnicas era muy variada, dando la impresión de constituir ropa diferente. A veces usaban una tela muy fina, otras veces eran telas matizadas y pintadas, decoradas con diversos motivos que imitaban por
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ejemplo un plumaje como las alas de Isis.
Los hombres Usaban unas faldillas llamadas shenti,
sujetas con un cinturón a la cadera y plisadas en la parte delantera.
Durante el período Medio, estas faldas se alargaron un poco más debajo de las rodillas, y hacia el final de las dinastías helénicas, se llegaron a usar largas túnicas livianas con mangas.
Entre la gente de alta posición se adornaba la pieza con bordados y se colocaba sobre un calzón o túnica. Encima del schenti llevaban las personas de distinción una especie de [falda] corta formando menudos pliegues, que para salir de casa se cambiaba por una [túnica] con mangas o sin ellas, ambas de fina textura.
Para cubrir la cabeza ambos sexos usaban una cabellera postiza, y los hombres un tocado particular, el claft, que se formaba con un tejido cuadrado hecho con una tela de rayas, ajustado a la frente y con caídas a los lados.
El vestuario real está bien documentado, vestían de modo parecido que el resto del pueblo, aunque utilizando los símbolos distintivos, como el cetro y la corona egipcia.
El calzado podía ser doméstico o ceremonial y se usaba en determinados situaciones y por ciertas personas. Llevaban unas pantuflas hechas con plantas o con fibras vegetales, que para los reyes y magnates podían ser de otros materiales, como cuero trenzado.