Victimismo: “Las personas que se sienten víctimas no son felices”.
Existen circunstancias que llevan al victimismo y a sentirse víctima, como puede ser la injusticia de quedarse tetrapléjico ante un atropello, una paliza recibida en un robo… Sin embargo, existen multitud de circunstancias dolorosas ( rupturas matrimoniales, muertes de seres queridos, despidos laborales injustos…), que llevan a muchas personas a quedarse en la queja constante , en la parte negativa, en el dolor, en definitiva en su victimismo permanente, alejándose de la realidad y de la felicidad, hacia metas personales. Las razones que llevan a ello son:
1. Las personas que se consideran víctimas no creen tener control de su vida. Todo lo que les ocurra, les ocurre a ellos, no por ellos. 2. Estas personas consideran que el mundo es injusto en particular con ellos. 3. Las personas que se consideran víctimas son agresiva y rabiosos/as, y una disposición agresiva hace imposible la felicidad. 4. Estas personas no pueden per mitir se disfrutar de la vida, porque el hacerlo alteraría su percepción de sí mismos como víctimas.
Por qué es atractiva la actitud de víctima. A pesar de que esta condición de victimismo resulta ser destructiva para la felicidad, ejerce en determinadas personas una atracción. Las causas son: 1. Es más sencillo culpar a los demás que aceptar la complejidad de la vida. Cuando nos sentimos infelices, afrontamos un gran dilema. ¿ Reconocemos que la vida es intrínsicamente compleja y llena de obstáculos para la felicidad?, o bien, ¿ Culpamos a otros de nuestra desdicha?.
2. Las víctimas obtienen compasión.
Considerarse una víctima, es por lo tanto, una tentación muy fuerte. Podemos culpar a los demás de nuestra desdicha y, además recibir su compasión. ¡ Qué trato más maravillosos!.
3. Es más sencillo no asumir el control de nuestra vida. Ser responsable por uno mismo no es una tarea fácil, y la actitud de víctima hace que esta tarea sea innecesaria. 3. La autocompasión es adicta. Si!!!, lo es , ya que desempeña una función similar y, como sucede con los narcóticos, cada vez es más difícil dejar de depender de ella. Como sucede con la adicción a las drogas, la adicción a la autocompasión, puede hacer que una persona sea peligrosa para sí misma y para los demás: Para sí misma, porque es fácil dejarse llevar por la autocompasión y permitir que ésta paralice la acción. Para los demás, porque cuanto más nos consideremos como víctimas, más enojados estaremos y más probable será que reaccionemos con agresividad ante los demás.
4. Inmadurez. Es necesario ser una persona madura para evitar escoger opciones tentadoras, pero destructivas: es preciso que seamos maduros para que podamos asumir el control de la vida y no ser controlado por los demás, así como necesitar madurez para abstenerse de caer en la autocompasión. Los inmaduros no pueden abrazar la felicidad, pues su característica fundamental es considerarse una víctima.
FIN