De Cuba a la Patagonia

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DE CUBA A LA PATAGONIA.

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“DE CUBA A LA PATAGONIA” (Retazos de Ter uca)

AUTORA: TERESITA DE JESÚS GONZÁLEZ PÉREZ Registro de pro piedad int electual Nº 146.594 (Chile)

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CAPITULO 1 LA VUELTA DE LOS FANTASMAS El día estaba nublado y fresco, así que me decidí a dar un paseo por mis grandes recuerdos. ¡Claro que la vi!, ahí estaba la bodega de Miguel, con su cantina llena de gente y del otro lado las mujeres comprando sus mandados y con qué alegría los niños compraban caramelos de diversos colores. Que tranquilidad y q u é f e l i ci d a d y o p e r c i b í a d e p r o n t o s e m e o c u r r e c a m i n a r d o s c u a d r a s hacia arriba. Y allí estaba la botica de Martí con su azúcar Candy de varios colores, para los niños que se inyectaban y las señoras que compraban. Me a c u e r d o q u e m e p a r é e x t a s i a d a v i e n d o s u l i m pi e z a e n l o s c r i s t a l e s d e l a s vitrinas y el aspecto doctoral de nuestro boticario de barrio Sigo y doblo a la esquina y qué sorpresa, la quincalla de Ofelia, ella seg uía con su aspecto erguido y su rubio pelo, peinada con su moño, mostrando, con su semisonrisa de siempre sus encajes, elásticos, botones, en fin m ú l ti pl e s c h u c h e r í a s t a n ú t i l e s p a r a n u e s t r o a s p e c t o d i a r i o . Todavía medio embobada, sigo caminando media cua dra más y me topo, de la acera de enfrente, con el puesto de los chinos, no lo pienso dos veces, cruzo la calle y entro en el establecimiento y le digo: -José, por favor, un medio de naranjas peladas-. Me encanta ver el aparatito manual para pelarlas, dar vueltas y vueltas, ver la serpentina naranja y sentir el olor dulzón de la fruta y porque no, la vestimenta cantonesa de José y su amigable sonrisa, con la pregunta acostumbrada -¿Y la familia?-. Me voy saboreando y oliendo mis naranjas; cuando oigo la fue rte música del ChaCha-Chá, toma chocolate y paga lo que debe . Ya empezó la vitrola de la bodega de Miguel. Frente a la bodega, estaba el quiosco de Bernabé, me dirijo hacia allí y muy rápido pido un batido de Mamey y dos bizcochos. Comiendo sabrosamente, me viro y veo a Ramón con sus carbones y su monedero de piel a la cintura, devolviendo menudos del despacho de sus latas de carbón. Los pregones de los vendedores ambulantes siguen sonando en mis oídos a pesar del tiempo. Ellos me servían para saber cuán do llegaba el domingo, p u e s e s e d í a s e m u l t i pl i c a b a n . E l t a m a l e r o c o n s u l a t a r e p l e t a d e e s e r i c o manjar de maíz, envuelto en hojas de la mazorca, como un niño con su pañal -¡Tamales, taaamalero pican y no pican, casera, se me acaban! -. El manisero, con su lata llena de cucuruchos de papel con el maní tostado, caliente, por aquella especie de estufa portátil, que tanto me llamaban la atención. Una lata con agujerito, donde se ponía carbón y siempre tenía una candelita roja -¡Maní, calentito el maní!-. Manisero se va. En el cine del barrio, en los intermedios, salía por los pasillos, un señor con u n a c a j a c o l g a d a a l c u e l l o , q u e d e c í a a s í : - G a l l e ti c a s , p e t e r s , bombones....rrrefrescos-. Así con muchas erres y eso acentuaba con mucho gusto esa palabra.

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Todo tenía tanto colorido y sonido. Bueno, se ha hecho tarde y me voy a medianía de cuadra donde mis abuelos me esperan siempre. Siento un cosquilleo y escalofrío Porque la noche se acerca y el fantasma de la pijama de rayas espera a que nos acostemos para dar un paseo por la casa y sentarse a mecerse en el sillón, que estaba junto a la ventana. Eso me da miedo y a la vez, me gusta pues no todo el mundo tiene ese tipo de persona en su casa, ¿y porqué no? Me siento importante.

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CAPITULO 2 LA CASA DE MI TÍOS Ahora les contaré como mi familia obtuvo la casa. Cuando mis tíos vinieron del pueblo de Quemados de Quines a buscar una vida diferente en la cuidad de La Habana. Precisaban de una casa donde cupieran todos y que a la vez fuera de bajo precio. La suerte l os llevó a una casa de un barrio de la Habana, que era barata y lo suficientemente grande p a r a q u e l a f a m i l i a v i v i e r a h o l g a d a m e n t e . E r a u n a é p o c a d i f í ci l y l o r a r o e r a el precio, pero la oferta era buena para estar averiguando mucho. La dueña solamente exi gía el pago por adelantado, pues los inquilin os anteriores se marchaban a la semana. Ellos, los tíos hombres, preguntaron: -¿Por qué?- y la dueña les explicó que los inquilinos se quejaban de apariciones y ruidos extraños en la noche. La necesidad fue más fuerte que el temor a los cuentos de fantasmas. Los hombres decidieron no decir nada a las mujeres y comenzar a usar la casa de inmediato. Así fue como empezaron a vivir con un fantasma en la casa, o más bien se mudaron a la casa de un fantasma. Pues en buena ley, él vivía allí. Según supieron después, era un estudiante de medicina, que muri ó de tuberculosis, de ahí el pijama y el sillón, que siempre sonaba en la noche. A más de 30 años de todo aquello, conocí una familia que me hace una historia de una casa con extraños ruidos. Cual no fue mi sorpresa al saber que esa casa estaba al fondo de la de mi familia. Así que el fantasma quedaba perfectamente comprobado. La noche que mi abuela, confundió a la persona que estaba en la sala, con uno de mis tíos y que no le respondió cuando lo llamó, fue la primera presentación de nuestro fantasma.

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Capitulo 3 LA TONTA DEL BARRIO Una mañana me despierta una gran ruido, gentes que habl a y cuenta una historia, me pongo a escuchar, y mi tía decía en un tono histér ico -Yo sé lo decía a la madre, que no dejara a Margarita sola -. Pero ¿qué había pasado con Margarita?. De pronto, la voz de mi tío, un poco desenfadado dice: -A la boba se la llevó un hombre, ella no se perdió - En la casa reinó de pronto un silencio sepul cral. Mis tías miraron a mi tío con ferocidad . ¡Que desfachatado era! La tormenta se acercaba, bueno, de pronto la mesa s e r v i d a y t o d o s a d e s a y u n a r , l a g u l a , a u n q u e e s p e c a d o c a p i t al , a v e c e s controlaba las peleas. Pasaron algunos meses y la vida seguía i gual. Entre semanas pasaba el chinito vendedor de pescados, parguitos; casi siempre con su cajón largo de cristal y madera, repleto de hielo y del hombro una especie de silla de tijeras, que al abrirla le servía para apoyar la cajita, si comprabas, allí escamaba tu pescadito rojo. También venía el curita a cobrar su mensualidad para los pobres , se puede decir, mi primer amor de la infancia yo me sentaba frente a él y lo miraba extasiada, en aquel entonces lo encontraba hermoso, hoy lo recuerdo y me parece q ue tenía la cara un poco bobalicona. Abuela le pagaba la cuota para algo caritativo. Él daba las gracias y se marchaba, mientras yo me quedaba suspirando. Claro eso me duraba cuestión de segundos, porque sino era la cotorra, era la chiva que clamaba y yo me iba para mi zoológico privado, que ahora les contaré; pero tengo que interrumpir, oigo otra vez el parloteo de mis tías y la risa socarrona de mi tío, -Yo se los dije, Margarita no se había perdido -. Yo corro hacia la ventana y como había cambiado en esos meses, tenía una barriga grande como si hubiera comido mucho, le pregunto a mi tío y me dice: -Pero no ves muchacha que va a parir esa boba-. Yo no entendí muy bien; pero, al poco tiempo, Margarita tenía un niño. Mi tío, siempre que la veía, decía: -Y eso que era boba-. Para mi comprensión de niña, todo era muy confuso, pues la tal Margarita de nuestra cuadra, siempre se estaba babeando, la cabeza ladeaba y su mirada perdida. Pero eso es lo bueno en la niñez, que uno se cuestiona muy poco. Bueno, ahora vamos a mi zoológico particular, así como lo oyen, en él como les dije había una chiva negra como el azabache, amarrada siempre debajo de la escalera, también tenía una cotorra tuerta, que por la mañana andaba en libertad, una jaula gigante con pericos m ulticolores. Todavía cierro los ojos y veo a mi abuela dentro de ella rodeada de sus pajaritos, un ratón blanco que vivía dentro de una jaula para pájaros, un Tomeguín y en los altos, es decir en la azotea, curieles, gallinas, patos de la Florida. Una jutía, a la que yo tenía pánico. Pero fíjense bien, ahora en lo que voy a decir, había, nada más y nada menos que un pinchón de cocodrilo, amarrado con una cadena, la curiosidad d e verlo era más fuerte que el mied o que tenía, claro verlo siempre de lejos. Me p arecía que cuando abría la boca y yo cerraba los ojos, me comía. Todo esto estaba influenciado por las películas de King Kong y el monstruo de la laguna negra, que mi tío Miguel me llevaba a ver al cine de barrio, siempre los lunes, Día de damas, cuando e l precio era más barato para Teresita de Jesús González RETAZOS DE TERUCA 6/83


nosotras. Por un período de tiempo corto yo era una heroína, como las protagonistas de las películas del cine. Pero ustedes se preguntarán ¿por qué esos animales? Yo tenía un tío que cuando se pasaba de copas, pues en la vida de claustro que yo llevaba jamás se usaba la palabra emborrachar, entraba de madrugada dando tumbos con uno de estos animales. ¿De donde los sacaba?. Eso quedará archivado para los grandes misterios de la humanidad. El día que llegó el cocodrilo, una de m is tías dio un grito de horror, allá arriba, en la azotea. Todos subimos par ver que pasaba. A ella le faltaba muy poco para echar espuma por la boca. Ella, que le tenía fobias a las pobres lagartijas, imagínese cuando se vio de repente, ante ese señor tan grande. En ese momento, mi abuela, con sus seis pies de estatura y su recio carácter, nos apartó. Traía en la mano una cadena y sin decir una palabra, lo amarró con destreza de domadora. Así, con este pequeño show terminó la presentación del cocodrilo a l a familia. Pero, haciendo memoria, la tía mía, que dormía en los cuartos de arriba. Un buen día que subió, gritó otra vez. Ahora la jutía le había mordido una pierna. Según los cuentos de entonces las jutías se enamoran perdidamente de los humanos y a Dios gracia, yo no le era simpática.

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CAPITULO 4 M I P R E S T A D A F A M I L IA Como se puede ver, yo tenía varios tíos y tías. Aquello era como un regimiento, todo en perfecto orden, limpieza y pulcritud. Cada una de las tías tenían muy definidos sus quehacere s, la tía de la cocina, que decía que las cocinas tenían que ser blancas por todos los lados, por eso nuestra cocina era como una cúpula celestial. Recuerdo que en el vertedero había una jicotea grande y todos los días se cepillaba. Nada brillaba como ese carapacho. Un día la jicotea se perdió y el regimiento se puso en estricto orden para buscarla, a mí me sentaron en un sillón muy grande, me subieron las piernas y me dijeron que me mantuviera tiesa hasta que no apareciera el animalito. El grito se oyó estridente y muy cerca de mí habían movido el refrigerador y allí estaba la jicotea, electrocutada. Recuerdo sus patas tiesas y toda la cabeza hacia fuera, inmóvil y como sostenida por un alambre. Hoy pienso que ella prefirió suicidarse antes de seguir la to rtura del cepillo diario. Dos tías trabajaban en la calle y yo jugaba a las casitas o a las muñecas hasta que en una hora determinada la tía de la cocina me decía: -Tere r e c o g e , q u e y a e s t á n p o r l l e g a r - . H a b í a o t r a q u e l i m pi a b a , r o m p í a y l l o r a b a y lloraba. Hasta que un día mi abuela, cansada de la cant inela y el llanto, la amarró en un palo para que llorara todo lo que tenía que l lorar. No sé si era buena psicología pero así se arreglaban las cosas en mi casa. Por las tardes después del ritual de la mesa, con sus cucharas, cucharitas, vasos y otros cubiertos que aunque no se fueran a usar, yo tenía que ponerlo porque la buena mesa hay que ponerla completa decían ellas. Ahora venían las peleas de mis tías p ara ver cuál de las dos lavaban la vajilla, cosas que parecían locas, pero sucedían en casa. Mis tíos, eso era otra cosa, había un o que era barbero de gran prosperidad, que aprendió con mi tía, a la mayor, dejándola calva varias veces. El otro e r a u n i n d i vi d u o f l a c o , s i e m p r e d e m a l g e n i o , p o r q u e l a s m u j e r e s n o l o miraban en la calle, y que mi tía en la cocina siempre decía: -El pobre, como ha sufrido, mira que yo lo llevaba todos los días al hospital - y le introducían un clavo caliente por el pecho. ¿Esto sería cierto? Ella lo decía y así yo le pongo. Cla ro que era para traumatizar a cualquiera pero como yo nací allí para mí todo era muy natural. Mi abuelo era un hombre sumamente austero, fuerte de carácter siempre con un bastón en la mano, se llamaba Ricardo, pero lo conocían por Ricardo el bizco, ya sé i maginarán porqué. Él vivía pendiente del calendario, recuerdo que el día que empezaba “el invierno” caribeño, a sí hubiera un calor sofocante siempre se ponía su saco de lana, a cuadros blancos y negros y una boina para esperar su invierno, sin resultados n inguno, pues nunca llegaba. Mis tías imploraban al cielo yendo a la iglesia casi todos los días, para que los vecinos no pensaran que estaba loco. Era el famoso problema de los barrios del qué dirán. La bebida preferida del abuelo era el potente laxante, la leche de magnesia, otra razón más para vigilarlo, pues no fueron las pocas veces que se tomaba Teresita de Jesús González RETAZOS DE TERUCA 8/83


un frasco entero, con la consecuencia de mantener el baño ocupado p e r m a n e n t e m e n t e , a l d í a s i g u i e n t e . L a v i g i l a n ci a d e l a s t í a s l e s h a c í a n d i f í c i l poder tomar la ansiada bebida por el día, así, que en la madrugada, aprovechaba el sueño de todos y se despachaba a sus anchas para luego ir al baño. ¡Qué gusto el de abuelo!, se volvía loco por la l eche de magnesia y yo, que me ponía a correr la casa de un lado a ot ro, cuando me obligaban a tomar ese asco. Pero aparte de esas manías. Mi abuelo fue un importante electricista en su tiempo en el pueblo del que vino mi familia. Pues fue él que puso la electricidad en el pueblo de Quemados de Güines y arreglaba los radios allí, por eso era muy considerado dentro de esa especialidad, como un técnico muy capacitado. Ya verán después cuantas cosas pasaban en un día, pues eran tantas. Una tarde se aparece el tío más joven del que no había hablado aún, era alto, bonito y corpu lento, pero le había salido con los mismos ojos de abuelo, por lo qué se operó unos años después, pero volvamos al tema. Mi tío había traído unos discos para enseñar a cantar los pericos de la abuela. Fue algo descomunal no hizo más que poner uno de ellos, para que los pajaritos comenzaran un canto sin fin, ¡eran más de cien periquitos!, u n a s i n f o n í a d i r i g i da p o r m i t í o , d e l a n t e d e l a j a u l a . E r a t r e m e n d o b a r u l l o aquello. La vecina del fondo de la casa, que cantaba tangos, estaba ensayando para presentarse a un concurso de televisión. Ella tuvo que encaramarse y asomarse por la ventana de su casa, que daba a nuestro patio, para averiguar porqué había tenido que suspender su vocalización. Mis tías llenas de vergüenza horrible y excusándose se pasaban agua de colonia por el rostro para evitar el desmayo, de pronto la música cesó. A mí se me había o c u r r i d o l a g e n i a l i de a d e a p a g a r e l t o c a d i s c o s . L a n i ñ a d e l a c a s a h a b í a resuelto el problema. Ahora que recuerdo a la vecina tangu era, ella tenía una radio que lo p onía muy alto que lo ponía para el gusto de la familia. Cuando le dije que mi abuelo era un gran electricista y se le ocur rió la idea de poner una interferencia y cercar la radio a la ventana de ella y sintonizaba su misma emisora y con esto hacía que se p rodujera un ruido infernal, por lo que la pobre vecina, no les quedaba más remedio que quejarse de lo mala de las trasmisiones y apagar su radio. Fue una lucha fuerte en la que venció la ciencia.

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CAPITULO 5 L A N IÑ A M U Y B U E N A Yo era una niña tan buena, tan educada, tan, tan... que no podía jugar con nadie, pues no había nadie que fuera tan excelente como yo, pero siempre hay sus excepciones. Una o dos veces a la semana, me traían a una niña negrita que era buena, limpia, etc. y optima para jug ar conmigo según los cánones de mis tías. Siempre oía decir que su mamá era profesora de inglés por lo que pensaba que era algo muy importante. Así fue que tuve a mi amiga Techi Techi nunca había ido a la playa y ella me pedía que le explicara como era. Por mucho que trataba de decirle, ella no comprendía. Una tarde, desesperada por hacerle entender, vi que no había nadie en la cocina y tomé la sal y una palangana. Extendí la s al y llené la palangana de agua y le dije: -La sal es la arena y el mar es la p alangana-. Por muchos años la idea de la playa que tuvo Techi fue la de la sal y la palangana. Un día le dije a mi padre -por favor vamos a invitar a Techi al Yacht Club - y mi padre respondió: -Ella no puede entrar, no ves que es negra -. Para mí los colores nunca tuvieron gran importancia, pero comprendí que el color negro era lo que impedía ir conmigo y qué cosas tan ra ras tienen las personas mayores pensé yo. A mi casa traían cada cierto tiempo un puerco para sacrificarlo y comerlo, por supuesto. Una ve z fue uno negro y me llamó la atención como lo raspaban con agua hirviendo y ¡qué maravilla!, bajo la piel negra había otra blanca. Ya estaba resuelto el problema de Techi. Podríamos ir juntas a la playa, solamente había que esperar el momento. Una tarde estábamos jugando, cuando me percato que la tía que lloraba, se había quedado dormida en el sillón, con el pañuelo en la mano lleno de mocos y la de la cocina se estaba bañando, al fin estábamos solas. Ya le había contado a mi amiga los detalles del plan y ella estaba de acuerdo. Yo no sabía encender fósforos para la cocina, pero Techi sí. Llené el recipiente con agua y Techi subida a una sillita, Lo colocó en la hornilla a hervir, mientras tanto, yo buscaba un cuchillo grande de cabo negro, el que mis tíos decían que era bueno para raspar. Cuando el agua estaba hirviendo tomé el recipiente con un paño y el cuchillo e íbamos para el patio para comenzar el tratamiento dérmico. Entonces mi tía, que sale del baño con rolos en la cabeza, nos ve y empieza a grita r con un sonido de espanto agudo al igual que la película “Psicosis” -¡Suelta el cuchillo, por tu vida!, ¡suéltalo yaaa!- nunca la había visto así. Yo no solté nada, me petrifique y Techi estaba muerta...del susto. ¿Qué cosa tan horrible estábamos haciendo? Nos preguntábamos. Después del interrogatorio, para saber que íbamos a hacer, las tías se espantaron. Me llevaron a un psicólogo y que me puso hacer muchos dibujitos, a identificar figuritas y otras cosas por el estilo. Por otra parte, m e i m p i di e r o n q u e v i e r a t e l e v i s i ó n , p u e s a m í m e g u s t a b a l o s p r o g r a m a s d e lucha libre y eso era muy violento para una niña. Pero una de las tías, la que trabajaba, me complacía y me cargaba para que pudiera verla. Una vez, emocionada, le di un puñetazo y las dos rodamos p o r e l s u e l o . E l l a s d e c í a n d e f i n i ti v a m e n t e q u e m i a g r e s i v i da d e r a h o r r i b l e . Teresita de Jesús González RETAZOS DE TERUCA 10/83


Yo siempre pedía que me escucharan, para explicarle lo que había pasado, pero era mucho pedir. Al cabo de los años, cuando pienso que mi amiga, en lugar de ir al Yacht C l u b , h u b i e r a i d o a p a r a r a l h o s p i t a l , m i p i el s e e r i z a .

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CAPITULO 6 TRUCOS Y SUPERSTICIONES El tío Miguel me hacía trucos, como hacerme creer que se comía una semilla de mango. Estando en el patio con su juego, que para mí era de verdad, me dice: -La persona que se come un mango y luego toma café, se muere sin remedio-. Aquello quedó grabado muy fuertemente en mí. Pasó el tiempo, ya era la temporada de los mangos y logré tomar uno del estante alto, donde guardaban las frutas y a escondidas lo saboree. Era mediodía, la hora en que los abuelos dormían la siesta, la tía de la cocina, se bañaba dos veces al día y la que lloraba, se quedaba aletargada, después del llanto, en un sillón junto a la ventana de la calle. Era el momento en que me sentía libre. Cuando termi né de comerme el mango, fui a la cocina, a hacer otras cosas prohibidas a las niñas de mi edad, beber el café. Y fue entonces cuando estoy terminando, que me acordé de la sentencia de mi tío que moriría sin remedio. Solté la tacita y salí corriendo hacía el baño, gritando -¡Me muero, tíaa!, ¡ay¡, que me mueroo-. Mi tía al oír aquello, no le dio tiempo a secarse, no obstante, no salió desnuda, pues el pudor podía más que todo Salió a la puerta del baño, envuelta en una toalla grande, mientras, yo no dejaba de gritar. Ella aguantaba la toalla con una mano y con la otra, me sostenía y trataba de averiguar qué rayos me pasaba. D e s p u é s d e u n s a c u d i ó n , l e p u d e e x p l i ca r l o i n m i n e n t e d e m i m u e r t e . S i n darme cuenta cuando terminé de contar lo sucedido y yo me qued é callada al ver que no le importaba que yo fuera para el otro mundo. Al poco tiempo salió y subió corriendo hacia el cuarto de arriba, donde dormía mi tío Miguel. Allí le acribilló la cabeza a cocotazos. Por supuesto la tarde y la noche fueron para mí un horrible tormento, esperando que la Parca me llegara por la mezcla venenosa que había bebido. A mí me gustaba mucho la Guanábana, esa fruta con la piel llena de espinitas y su masa blanca y agridulce, que mezclada con leche fría y algo de azúcar era una b ebida muy refrescante: La champola. Cada vez que en mi casa se iba a tomar, a mí no me daban pues yo no salía de un catarro para entrar en otro y mi abuela decía que la Guanábana era muy fría y provocaba catarros muy fuertes según su teoría. Yo me quedaba con los deseos de tom ar champola y siempre con la incógnita de como esa bebida refrescante podía dar catarro. Para mí fue una propiedad de la Guanábana de aquellos tiempos, nunca antes ni después.

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CAPITULO 7 L A C U L T U R A Y L A F A M IL I A Cuando a mis tías l es daban por la cultura, era otro problema, me vestían con mis mejores galas para llevarme a los museos. Lo que más recuerdo de aquellas visitas era la picazón que me provocaba las batas almidonadas y el dolor en los pies por los zapatos de salir. Mi familia de gran tradición cultural, pues tenía como mi tío abuelo pintor muy conocido como gran retratista y era primo hermano de mi padre como gestor de maestro y gran poeta muy conocido también. Un primo hermano músico y cantante conocido en Europa y en Estados Unidos. Ellas querían cultivarme sobre esta base cultural de la familia. En una de las sesiones de mi visitas a los museos que había ido con mi abuela por parte de padre que era una señora regia, doctor en pedagogía y mujer de gran cultura; En una visita a un museo me pregunta frente una gran retrato al óleo del general Antonio Maceo -¿Quien es este señor?-, señalando el retrato. Yo leo el pie del cuadro y veo: GRAL Antonio Maceo lo digo orgullosa y repito-¡Es el GRAL Antonio Maceo!-. Lo dije así, leyendo la abreviatura de General. La abuela se quedó alterada, asombrada, boquiabierta y con los ojos mirando al cielo, como si ella hubiera visto una aparición y me volvió a preguntar. Le respondí lo mismo y el disgusto fue mayor -¡Pero, niña, qué disparate! -. Me llevó con su mano temblorosa y con cierto espasmo y me dijo hay que hablar personalmente con la directora de la escuela. Ya se pueden hacer una idea, cuando habló y exigió una explicación de por qué no se explicaban las abreviaturas como era debido, ni muchísimo menos al h onrado Don General Antonio Maceo . Bueno, el final de esta historia fue que estuve un mes quedándome una hora después de terminar las clases, escribiendo: Señor, Madam, Señora, y como es lógico GRAL y General, entre otras muchas en abreviaturas. Yo estaba en un colegio de monjas donde siempre sonreían todo el tiempo, mirando al cielo. El colegio era oscuro, o al m enos yo lo veía inmenso y tétrico, quizás era por los trajes de las monjitas y por los pasillos sombreados con pocas ventan as, como es común en la arquitectura habanera, donde la luz que entraba en los edificios eran opacos y hasta a veces lúgubres. El caso era que yo me pasaba el día pegada a la falda negra de la Madre Superiora y no entraba al aula. De ella tengo un grato recuerdo, pues tenía una tolerancia y una paciencia enorme, era capaz de entender mi miedo y me daba las clases personalmente, en su oficina con un ventilador que hacía un ruido tremendo por falta de grasa. Luego recorría con ella todas las aulas, incluso la s de las niñas pobres, que usaban otro uniforme. Un día estando en una de las aulas de las niñas pobres, llegaron los periodistas de un diario de mucha circulación “La P rensa Libre” para hacer un reportaje sobre el desayuno escolar. El reportero me dice: -Oye, niña párate ahí-. Me da una latica de metal como vaso de café con leche y una galletica con dulce de guayaba. Con la misma me hacen una fotografía y yo vuelvo al lado de la madre superiora, que no se había dado cuenta de lo que había pasado.

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Al otro día, ya que en la mañana llegaba el periódico. En una de las páginas aparece una fotografía de una niña con uniforme escolar, un vaso y una galletica en la mano y decía: EL DESAYUNO ESCOLAR: UNA REALIDAD Las niñas pobres también desayunan. -¡Pero como era posible eso!- decían mis padres, si en la casa ella no come nada y su uniforme es diferente al de las niñas que no pagaban la escuela -¡Ay¡ Dios mío, madre mía, q ué pensarán el barrio de nosotro s-. Pues todo eso se hablaba a una velocidad tremenda “la radio bemba” que es como dicen popularmente y que significa habladurías de boca en boca. De vuelta a la escuela y quejas otra vez. Pobre Madre Superiora, si ella hubiera tenido un plan de quejas para el mes, con mis padres podía cumplirlo en una semana. También daba clases de baile español, ballet y piano , que adorna tanto a la niña para su cultura general y para completar la tradición familiar, debía caminar derecha, con libros sobre la cabeza, poniendo un pie delante de otro, sin mirar el piso. Aprendí a comer a la francesa y a la inglesa, pues debía estar preparada a entrar en la sociedad en aquel tiempo y no sé sí ahora también. Hoy comprendo cuando llegó la revolución cubana que lo importante es tener comida y luego comer, aunque sea c on las manos, pu es con este gobierno he pasado mucha hambre, p ues mi tez rosadita, pasó a ser una tez amarillenta verdosa, del mismo color de los uniformes de nuestra gloriosa armada militar. Pero en fin quien iba a saber todo esto, nadie pensaba lo que iba a pasar y no m e educaron para marchar y tomar machete en la mano para cortar caña, en fin cosas que suceden en este mundo loco en que nos tocó vivir. Antes nuestra gloriosa independencia me torturaba cuando venía una visita a la casa -Niña hazme el favor, siéntate al piano y toca-, luego me decían: baila uno pedazo de alguna pieza de ballet, para que te vea la s señoras ...y ahora da unos pasos de jota, con las castañuelas -. Entonces venía el elogio a la gracia de la niña y yo me sentía como un monito en la jaula, nada más faltaba que me dieran un maní como premio.

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CAPITULO 8 MI ASPECTO PERSONAL Siempre tenía que mostrar los aros metálicos con los que me enderezaban los dientes, para luego oír la historia de porqué se me jorobaron. Yo no tenía los dientes así . Cuando era más chiquita, estábamos en la casa de la playa y yo jugaba con mi perrita Manchita , en el segundo piso de la c a s a . S e m e o c u r r e h a c e r l e u n p e i n a d o a l a n i m al i t o y a g a r r o u n p a l i t o d e tender ropa y se lo pongo en las dos orejas. La perrita, al s entir el pellizco, sale corriendo, dando chillidos y salta por el balcón. Yo salto tras ella, tratando de aguantarla y caigo sobre la arena. Comencé a sangrar por la boca. Oía que decían: -Se reventó la pobrecitapero no me había reventado gracias a dios aunque si me afectó la columna hasta hoy en día en que muchas veces padezco de dolores fuertes. Con la caída se me habían aflojado todos los dientes. Me los arreglaron como mejor p u d i e r o n e n e l H o s p i t al d e u r g e n c i a s , p e r o e s o a t r a s ó m i d e n t i c i ó n y a l o s 13 años. No me reía para nadie, sino que sonreía de forma gutural, porque me faltaba un diente delante que no acababa de salir. Tratamiento van y tratamientos vienen para que el diente saliera. El día que vi el pedacito blanco asomando por la encía, empecé a gritar de alegría, mas recibí un duro regaño porque los vecinos podían hablar. ¡Ay¡ cómo odiaba a los vecinos, esas personas que sin saberlo, eran los causantes de que tuviera que estar tiesa y no hablar, pues todo era malo. En uno de los almuerzos dom inicales, donde estaban los tíos casados y las tías casadas, con sus esposas y esposos, los abuelos, etc. Se me ocurre decir en plena comida -¡Me salió un diente en el cielo de la boca! - todo el mundo se quedó mirando como si yo fuera un bicho raro. M e levantaron, me lavaron la boca y me la revisaron, efectivamente allí estaba e sa cosa fuera de lugar. El domingo me llevaron al dentista y me extrajeron el diente, que cosa más larga y fea, que no sé como fue a parar a esa parte. Me hicieron algunas radiografí as y según mis tías, yo tenía una dentadura de tiburón, después me entero que este animal tenía dentadura doble. Llegué a la casa y busqué un tomo del libro que se titulaba “Tesoro de la juventud”, donde aparecía una lamina de un tiburón con la boca abier ta mostrando toda su sonrisa. Estuve varios días mirándome el espejo comparando mis dientes con los del escualo, temiendo en que me iba a transformar en la niña-tiburón, pero no lograba encontrar el parecido. Sin embargo, me asustaba de verás, al pensar qu e mis dientes se fueran a poner así, por lo que estuve preocupada mucho tiempo. Pero al ver que no pasaba nada, me fui tranquilizando.

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CAPITULO 9 E L A S E O D E L A N IÑ A Recuerdo que para mí el baño era algo especial. Allí yo me encerraba y respiraba con tranquilidad y libertad, nadie me miraba. La cesta de la ropa sucia tenía un magnetismo extraño para mí. Yo lo abría y de allí salía mi pelo largo, una sayuela que me ponía en la cabeza, también una falda larga de mis tías y el cepillo de dientes en la boca , imitando a un cigarro con su larga boquilla, a lo Greta Garbo. Después me subía al lavamanos, grande y f r í o y a n t e s e l e s p e j o , i m i t a b a a l a s v a m p i r e s a s d e l a p e l í cu l a c u a n d o m e llevaban al cine. Así subida al lavamanos y mirando al espejo vivía mi propia película. Pero parece que de tanto subirme a l lavamanos se resintió y un día, en lo mejor de mi actuaci ón, se cayó. Yo atiné a aguantarlo, mientras salía un chorro de agua de la tubería rota, como si fuera una fuente. Por supuesto, el ruido, el grito que di y el agua que salía llamaron la atención de mis tías. Entran abriendo la puerta que eran de dos hojas, fácil de abrir y siempre recordaré los ojos desorbitados de ellas, preguntándose qué hacía con ropas sucias puestas, y ese lavamanos en ese estado. P ero yo no abrí la boca para nada. Otro día me colgaba del tubo de la cortina de l baño, creyéndome una trapecista, hasta que parece que de un salto violento que hice, zafé el tubo y la caída, con cortina, todo fue grande. Vuelta abrir la puerta. Pero entonces hubo un consejo de familia y dictaminaron que en lo adelante, me debía bañar con la puerta abierta. Una vez mi abuela le pregunta a mi tía -¿Mi hija tú no oyes como un ruido extraño cuando Miguel (el tío mas joven) se está bañando?- parece como si tronara allá dentro y así era todos los días. Por fin, después de hablar sobre ese misterioso ruido decidieron abrir l a puerta y...!qué sorpresa!, vieron a mi tío dentro de la bañadera con una palangana grande puesta arriba para no mojarse. Los truenos por s upuesto, era el ruido del agua de la ducha, al chocar con la palangana.

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CAPITULO 10 EL CIRCO Una mañana siento por la calle el anuncio de un circo, lo que más me llamaba la atención era que se anunciaba una chiva que jugaba dominó. C r e o q u e e s t u v e t o d o e l s a n t o d í a i n s i s ti e n d o p a r a q u e m e l l e v a r a n a v e r l a famosa chiva y nadie me quería llevar, pero la letanía fue tanta que decidieron llevarme. Entramos a la carpa y comenzó la música de las tumbadoras, la trompeta y un acordeón. Las rumberas bailando y después más rumberas. Mi s tías me ponían un abanico delante de los ojos, para que no viera ese espectáculo de mujeres mulatas ligeras de ropas, meneándose, para gusto de los papás que llevaban a sus hijos. En esa tira y encoge, pasó el tiempo y al fin la fanfarria y ...¡la chiva que juega dominó! Era una chiva de color blanco, bastante sucia y tuerta, para desgracia de mis tías. La chiva la l levaba un payaso que le puso sus paticas delanteras sobre una mesa y la aguantaba fuertemente, al frente de ella, otro payaso, su contrincante en la mesa después de un rimbombante anuncio con trompetas, el payaso le suelta las paticas y las fichas de dominó se movieron y ahí terminó todo. El regreso a la casa fue algo inolvidable. Me fueron halando las orejas y recor dándome que habíamos ido a ver rumberas medias desnudas, una chiva sucia que no hizo nada. Menos mal que la carpa estaba a cuadra y media de la casa.

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CAPITULO 11 EL MÁS AllÁ A mí me gustaban los cuentos de fantasmas, los adoraba y siempre había alguien que venía por las t ardes, a la hora del cafecito, después de tomar el café azucarado en una tacita como era de costumbre, contaban alguna historia de ruidos de objetos, apariciones repentinas o luces misteriosas. A veces mi tío el joven, Miguel se escondía detrás de una cortina y antes se enfriaban las manos en el congelador del refrigerador me la ponía encima cuando yo pasaba por donde él estaba. Mis gritos si eran fantasmales y la carrera que él tenía que dar para huirle a mis tías, era digna de una aparición. Había una señora, a la que yo quería mucho y siempre la recordaré que iba por las tardes, ella era la abuelita Emilia. Al rato de estar sentada junto a mí, me decía: -¿Qué quiere que te cuente, a ver? - yo le respondía: -El cuento de la loca- ella me miraba tiesa y decía: -Pero otra vez mi hijita, bueno-. Con su dulce cara me lo contaba por centésima vez con paciencia que solo ella tenía. El cuento era este: Abuelita Emilia empezaba contando su nacimiento, decía que era mitad cubana y mitad asturiana porque casi nace en el barco que la traía a la Habana, aquí creció sin perder el acento Bable heredado, se casó y quedó viuda joven. Para ganarse la vida y mantener a sus hijos pequeños, cuidaba a una señora rica. No sé porque la parte que más me gustaba de su historia era en la que me narraba como se vestía ella misma, con su gorrito negro y traje cerrad o hasta el cuello, del mismo color como le correspondía a su condición de viuda. Me contaba que la señora siempre estaba encerrada en un cuarto, pero que una mañana, cuando lleg ó a su trabajo y la señora que decían que estaba loca y ese día estaba muy bien vestida y le dijo: -Emilia hoy nos escapamos-. El asombro de abuela Emilia fue grande, la señora loca lo tenía preparado todo hasta la ventana p or donde se iría. Todo fue muy rápido y un coche paró, subieron y la señora dio la dirección de un barrio muy lejano. A cada rato la señora miraba atrás para comprobar que no la seguían, mientras abuela Emilia invocaba a toda la corte celestial. Cuando llegaron a la dirección, la señora tomó por la mano a abuela Emilia que en aquel tiempo era joven y la llevó a un río y con pericia marinera abordó un bote que estaba amarrado a la orilla y ayudó a subir a la pobre abuelita que ese momento el miedo la consu mía y ella remaba y remaba hasta llegar al medio del río, era agua por todos los lados. Esa era la mejor parte del cuento, yo siempre hacía lo mismo, cruzaba las piernas con fuerza, tragaba la saliva y esperaba con tensión, algo que ya me sabía, ¡pero como me gustaba!. Según decían sus hermanos que la señora era agresiva, eso hacía que la a b u e l i t a E m i l i a s i n ti e r a u n g r a n h o r r o r y p e n s a b a q u e l a i ba n a m a t a r , q u e sus hijitos quedarían solos,¡qué emoción yo sentía! La loca le dijo:-Emi lia yo no estoy mal de la cabeza -.Te he traído aquí para poder contarte la verdad. Teresita de Jesús González RETAZOS DE TERUCA 18/83


El problema era que la señora había heredado una suma mayor que la de sus hermanos y que ellos la habían hecho encerrar para quedarse con toda la fortuna y estaban gestionando para ponerla en un manicomio, para así quedarse con el dinero de ella. La abuela Emilia me contaba que una amiga de la familia la ayudó a salir del país, antes de que la internaran y los planes de los hermanos se frustraron. Ya yo sabía el fina l de la historia, pero siempre suspiraba aliviada.

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CAPITULO 12 EL DEPORTE Por esa época estaban de moda los patin es de rueda, por las calles de L a Habana aparecían patinadores profesionales, sobre todo en el paseo del Prado, donde hacían unas piruet as asombrosas. Yo no me iba a quedar atrás y empecé a pedir mis patines, días tras días los pedía y siempre la misma respuesta: -Los patines son para varones y además peligrosísimo -. Pero por f i n s e c a n s a r o n d e m i i n si s t e n c i a - ¡ A y ! , d a l e o t r a v e z c o n e s o s p a t i n e s , e s t á bien vamos a la tienda-. Me compraron un par y eran muy bo nitos llenos de bellos colores. M e los puse emocionada para tener mi gran aventura. Salgo a la acera y cuando trato de p atinar, las ruedas no giraban. L as ruedas no tenían municiones y estaban casi fijas!. Era como sí tuviera un par de botas. Por más que trataba de moverme agarrada a la reja de la ventana de las casas. Llegué a la conclusión de que los patines eran la gran porquería del mundo -¡Qué decepción!, ¿verdad?-. D e v e z e n c u a n d o m e l l e v a b a n a l c i n e , p a r a v e r u n a p e l í c u l a i n f a n ti l e n q u e las tías también iban. Recuerdo a Bambí una película de dibujos animados que trataba de la muy triste odisea de un venadito, no sé si ustedes también lo habrán visto, con la que yo lloré muchísi mo. Cuando mis tías me preguntaban que era lo que pasaba, mis sus ojos algo irritados y rojizos, yo le respondí que me ardían los mismos , pues mi orgullo no me permitía decir que estaba muy, pero muy triste y que había llorado. Al día siguiente me llevaron al oculista, el buen doctor no me encontraba nada, pero mi tía i n s i s tí a e n q u e y o a l g o t e n í a e n l a v i s t a , y b u e n o , l a p e l i c u l i t a B a m b i m e costó unos lentes.

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CAPITULO 13 MI EXTRAÑA FAMILIA Ustedes pensarán que esto se terminó, pues no es así. Ahora les diré que pasó con todas esas personas y con otras que también formaron que parte de mi vida. Al cerrar los ojos, todo está ahí, igual que siempre y recuerdo de mi abuela alemana con su s brazos fuertes tomando mi mano y caminábamos por un césped no tan verde como el del país caluroso en que vivía, con árboles de frondosas hojas, que debía ser otoño por lo predominante del color amarillo y r o j i z o c o n u n c l i ma l l u vi o s o , p e r o e r a m u y h e r m o s o p a r a m i g u s t o . A b u e l a sacaba de su ancho bolsillo una gran tela de cuadros, la ponía sobre el césped y nos sentamos a contemplar un lago grande que había cerca y ella me decía: -Teruca vamos a estudiar otro idioma, porque siempre es bue no-, Así me aprendí unas palabras en inglés de las que sólo recuerdo “Pollito/Chicken, Gallina/Hein, Lápiz/Pencil, Pluma/Pen” Después venía mi mamá a buscarnos, pues era la hora de comer. Mis recuerdos se desvanecen. Volvamos a esa isla calurosa, rodeada de mar. La noche era como un cuento de hadas, venían los novios de l as tías, pues tía Tata no era la única que tenía novio, también las otras tías tenían. Uno era un apuesto oficial de la marina aunque un poco calvo y al que veían como a un galán de cine. El de la otra era muy alto, muy alto. El de mi tía Tata, era Ramón el carbonero. Así, al caer el sol, la casa estaba en movimientos, olor a colonias, perfumes, vestidos ¡y cuántos preparativos había! Para una niña que no salía era algo muy especial. ¿Cómo empezaron los amores de la tía Tata, la de la cocina blanca? Sin mucha trascendencia, pues ella era dulce, suave y como todo lo de la casa, rutinaria. Es decir, cada cosa en su sitio y cada cosa a su hora. Ella se enamoró del carbonero de la esquina. Esto fue algo peor que la bomba de neutrones. Para hablar sobre el tema se cerraban las puertas y ventanas que daban al patio, para que la vecina tanguera no oyera el gran problema familiar, “un carbonero del que no se sabía ni quién era la familia” y además Gallego Mi tía Tata era una mujer que no había tenido grandes estud ios, pero si leía mucho. La recuerdo al mediodía, cuando me sentaba en un silloncito a su lado, con un libro en mis piernas. Me habituó al placer de leer para toda la vida y también yo se lo transmití a mi hijo pero él superó el récord, creo que ha leído montones de libros más que yo. Ahora en mis horas tristes o en las alegres, siempre me acompañan los libros, mis fieles compañeros Volvamos a la tía. Ella me explicaba que su novio era de un lugar de la madre patria llamado Galicia y que había llegado a Cu ba durante la guerra civil española, para tratar de ganarse la vida.

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CAPITULO 14 LAS NARRACIONES DE TATA Mi tía Tata me contaba de lo que le pasó a la otra tía mayor. Ella iba todos los días al trabajo muy temprano y siempre se encontraba a cierta distancia con un señor en un garaje de la quinta avenida de Nueva York, pues esta tía vivió un tiempo en Estados Unidos. Él siempre la miraba muy insistentemente, pero de ahí no ocurría nada y así estuvieron un tiempo hasta que un día de mucho frío, él le dijo en un tono respetuoso -Señora, ¿aceptaría ir en mi coche que tiene calefacción y así su camino se haría más agradable?- mientras el señor esbozaba una sonrisa seductora y mientras e l l a n o l o p e n s ó m u c h o , p u e s e l f r í o e r a t e r r i b l e y l e d o l í an l o s p i e s y s e montó rauda y veloz con cara de mujer decente ¿cuál es esa cara?, es muy d i f í ci l d e d e c i r , p u e s c u a n d o y o s e l o p r e g u n t a b a e l l a p o n í a o j o s semicerrados y apretando su mandíbula y esto junto con la boca fruncida que ponía que para su cabeza era presencia de mujer seria. Para mí daba la impresión de tener cólicos y no encontrar un baño cerca, ¡qué terrible!. Yo he estado en estas circunstancias, pero en mi casa y he corrido al baño y me visto en el espejo sentada en el inodoro y es algo desastroso, pues mi cara ha sido de una mujer decente. Bueno, el señor empezó a llevarla desde el garaje hasta el trabajo, pero el frío se recrudeció y él siempre muy atento, le dijo a ella en el auto mientras se miraba y retorcía su bigote frente al espejito -No se preocupe, señora, la p u e d o l l e v a r y t r a e r - . E l l a a c e p t ó p o r l a n e c e s i d a d d e l c l i ma c o n m u c h a s muecas en su cara, pues era la forma de expresar decencia. Luego vinieron las atenciones como: -Señora, bajase por favor y acépteme una taza de café cubano, que pa ra el frío es lo mejor-. El señor era mejicano. Un día cuando tomaba su café, comenzó a bajar la temperatura terriblemente y el clima se había recrudeció y así empezó el gran amor de la tía, hubo una pasión desenfrenada y a vivir para siempre con su gran amor. Un día le pusieron una multa por beso muy largo, tan llenos de pasión que no sintieron que habían parado todo el tráfico de la quinta avenida, pues estaban en las nubes fue el beso tan largo que no sintieron los claxon de los d e m á s a u t o s q u e e s t a b a n a t r á s , n i e l s i l b a t o d e l a p o l i cí a . C u a n d o e l l a contaba esto alzaba los ojos y decía que le pusieron una multa sumamente cara y qué él lo pagó gustosamente. Otro día amanecían en la playa y caminaban descalzos en la arena . Este señor la llevaba a todos los luga res, ya que él era dueño de varios establecimientos y gasolineras por tanto era una persona desahogada monetariamente. Este amor desenfrenado de mi tía llegó a Miami y fueron sorprendido por unos vecinos de mi abuela que iba a pasar las vacaciones allá cuando aquel tiempo ir a Miami, era como ir a otra provincia más de Cuba y no existía esa emigración necesaria que actualmente paceremos los cubanos en estos momentos. Cuando llegó la noticia, mi abuelo dio su bastonazo correspondiente y dijo que pusieran una llamada y qué se decidiera si se iba a casar o sino que tomara el avión mañana mismo de regreso. Ella cuenta que cuando llegó el mensaje se dispu so a hablar con él y ella le planteó la situación en que se encontraba. El abuelo le contestó de un modo vacil ante y poco convi ncente. Pero al final le dijo: -No te preocupes, mi amor - Ella gustosa estaba escogiendo la casa do nde iban a vivir y le envió un telegrama tranquilizando a la familia cubana.

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La tía recorrió algunas casas hasta que por f in vio una que l e gustó y el señor estuvo de acu erdo y la alquilaron amueblada y ya se disponían a fijar la fecha de matrimonio, cuando un día llegó una carta dirigida a él, mi tía la toma alegremente y se da cuenta que viene un nombre de una mujer en el remitente y no era latino, ella se decide abrirlo pues piensa que es de algún negocio de los que él tenía, pero para sorpresa de ella desgraciadamente no era así, se trataba de la esposa de la persona con que ella se iba a casar y l a q u e e s c r i b í a e r a l a h i j a d e s d e It a l i a d i c i e n d o q u e s e h a b í a e n t e r a d o q u e é l vivía con otra mujer. En la carta ella expresaba que no mandaba dinero de siempre. Mi tía rompió en llantos y tambaleándose, llegó a sentarse porque no podía creerlo, lloraba y se sintió muy engañada. Cuando él llegó, l e trató de explicar y después de una breve aclaración de él que se fijara en la carta que no expresaba sentimientos ni mucho menos que lo extrañaba, simplemente mediaba un interés mon etario y el miedo a quedarse sin el dinero que él enviaba, por lo tanto n o había amor de mujer ni de su hija. Pero él prefirió quedarse con ella y mi tía se preguntó siempre ¿Por qué? Regresó a La Habana con una angustia terrible y totalmente destruida y con el rictus amargo que siempre llevaría por el resto de su vida . Se puso a trabajar en una tienda y al pasar lo s años se jubiló por un problema en el corazón y un dolor que nunca terminó. A sí acabó el romance más grande de la historia de la cuadra de ese barrio.

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CAPITULO 15 E L A C C ID E N T E La tía Tata no sabía si casarse o no, pues para ella se encontraba vieja con 40 años y temían que se rieran de ella y un día me dice: -Teri, si tú quieres ir a una excursión que Ramón (su novio) que va con las otras tías por la Asociación de Ortigueiras de Galicia - pero le dije que al otro día era d o m i n g o y t e n í a q u e c a n t a r e n e l c o r o d e l a Ig l e s i a y d e s p u é s t o c a r e l órgano. A la mañana siguiente me despiertan con llantos y me dicen que la tía Tata había tenido un accidente, yo me despabilo y mi gran tío Miguel me hace el cuento que Ramón había ido temprano a buscar a mi s tías y al cruzar la calle ven un coche que choca con otro coche pero de pronto unos de ellos da marcha atrás y por mucho que corrieron, la tía Encarnación sufrió un ligero golpe y a Ramón no le pasó nada y a la ot ra tía tampoco pero como Tata era bajita, al subir corriendo el contén de la acera había metido un pie en la alcantarilla y el coche la arrastró casi a dos cuadras y ella había quedado abajo de el. Estuvo meses graves pero se salvó. Después ella me contaba que cuando quedó debajo del coche, lo único que pensaba, ya que había quedado enganchada por el vestido, era dar la vuelta y ponerse boca abajo por si moría y que no saliera en la prensa de la “Crónica Roja” medio desnuda y con todas los intestinos afuera que ella misma decía: -¡Que asco!-. Al fin se convenció que la vida era corta y había que vivirla y se d ecidió casarse con el carbonero, dijera lo que dijera. La carbonería quedaba en la esquina de la cuadra de la casa y él tenía un cuarto con baño y cocina que mi tía lo convirtió en un apartamento muy lindo y acogedor. La boda fue sencilla pero hermosa para mí pues había mucho amor por parte de los dos. Así empezó la vida de casada de mi tía Tata, pasaron los meses y yo veía a mi tía triste pero no sabía porqué. Al fin ella le confiesa a mi tío el medico que no tenía la menstruación y mi tío la revisó y felizmente Tata estaba embarazada, Ella no se sentía bien, pero hacíamos planes para el bebé que venía. Un buen día estando yo trabajando en el hospital m e llega la noticia de que ella estaba ingresada y ahí voy para allá para estar junto con la persona que más quise en mi vida e ingresé con ella . El problema era que del accidente le había quedado un coágulo en el pulmón y al crecerle el feto esto oprimía los órganos, sentía dolores terribles y falta de aire. Al ver esta situación una junta de médicos dictaminaron hacerle una cesárea. Estando un día en el hospital , pues ya tenía 19 años y además estudiaba. Me llaman que Tata está peor e ingresada, salgo corriendo para estar al lado de ella y cuando llego estaba toda la familia reunida con caras tristes y lleno de lágrimas sus ojos y pregunto: -¿Donde está ella?- y me dicen que en ese cuarto, entro y la veo cianótica (color morado) ella me reconoce pero tengo que salir rápido, pues la junta de médicos decidió hacerle la cesárea urgente aunque el bebito peligraba un poco pues no estaba a termino, es decir no tenía el tiempo requerido. Todo fue una tensión terrible pero yo no tenía donde recostarme, ni llorar pu es con las tías había que ponerse firme y tragarse las emociones y mi novio que era estudiante de medicina, cuando fui a la universidad para contarl e mi problema, lo encuentro besá ndose con otra mujer, me dije: -Traga tus tristezas, T eresita y deja las explicaciones que siempre vienen después-. En este momento tan triste estaba muy sola.

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C u a n d o l l e g o a l h o s p i t al y e n t r o a l a h a b i t a c i ó n v e o a u n a T a t a s o n r i e n t e como si nada hubiera pasado, ella me llama y me dice: -Teri ya todo pasó, e s u n v a r ó n d e 8 l i br a s - y o r e c u e r d o q u e t o m é a l n i ñ o d e l a c u n i t a y s e l o puse en su regazo y le dije: -Mira a esta mamá tan bella -. Ella le acarició los pies, las manos y lo besó y dijo: -anda ponlo en su camita que tú nunca has cargado un niño- Bueno yo estaba contenta y me f ui a descansar. Al otro día temprano cuando entro a trabajar eran como las seis de la mañana, pues estaba de guardia en el hospital me dicen: -Teri, te llaman por teléfono- y era para informarme que Tata estaba grave. Voy corriendo al hospital y cuando ll ego estaba muerta. Empecé a cantar el barrilito cervecero y mis tías se horrorizaron, pero yo tenía un pacto con ella pues ella me decía que si moría le cantar a esa canción y me tomara una cerveza a su nombre y que jamás me pusiera luto. Todo lo hice menos tomarme cerveza pues en aquello momentos yo estaba muy vigilada s por las otras tías, que sin Tata le temían mucho más. Ahora cuando tomo una cerveza siempre en silencio, brindo por ella. La tía que vivía en la quinta avenida de Nueva Cork, Estados Unid os que ya estaba en Cuba se encargó del niño pues ella nunca pudo parir y lo acogió d e f o r m a a d s o r b e n t e a F e l i pi t o q u e a s í e s c o m o s e l l a m a e l n i ñ o y p r i m o mío. Él creció y siempre fue malcriado, alocado y le encantaba el mercado negro, como vender bates d e pelota a los chicos que jugaban en el barrio, hoy vive en Miami siendo un buen trabajador y tranquilo y él pudo emigrar con mucha facilidad gracias al pasaporte español de su padre. La tía Raquel estaba casada con un excéntrico y rico de mundo, a los dos les gustaban hacer locuras, como patinar en plena t ormenta, pues lo hicieron en un huracán cuando pasaba por la Habana y Raquel estaba e m b a r a z a d a c o n 5 m e s e s y s a l i e r o n a p a t i n a r c o n u n a t o r r e n c i a l l l u vi a y viento y se reían mientras los truenos caían ce rca. Esto fue de gran escándalo para la casa. Que decir de mi tío Israel el barbero, era buen mozo y las mujeres le caían atrás según decía él. Una noche toda la familia estaba dispuesta a esperar, para conocer a la dulce novia de mi tío. Al fin iba asentar cabeza, t ocaron a la puerta y mi tío Israel salió de su asiento para abrirle la puerta y entra una señora teñida de rojo con una blusa transparente de encaje negro y ajustadores del mismo color, la familia pensaban que era la mamá de la novia y mi tío c on su cara de galán seductor dijo -Esta es Nena, mi noviaTodos quedaron momificados y estupefactos. Ella estiró la mano, pero nadie de la familia la saludó. Mi tío le dijo a Nenita que ya rayaba en los 50 años -Mi amor, es que ellos están muy nerviosos -. Después me enteré que Nena tenía uno de sus hijos estudiando para cura y que por casualidad tenía la edad de mi tío, la historia de la novia es muy simple, pues su familia tenía mucho dinero, pero ella hizo algo muy grande y escandaloso y la excomulgaron de la familia. A los pocos días Israel y Nena contrajeron matrimonio y de esta unión tuvieron dos hijos varones. Nenita que no estaba tranquila nunca al poco tiempo empezó a salir sola y dice que la veían con un polaco muy gordo que tenía negocios en Cu ba y mi tío al enterarse se divorció de ella, no pasado mucho tiempo el bello Israel dijo que traería a una nueva novia pero que tenía que casarse rápido porqué ella se sentía muy sola pues su padre había muerto y no tenía a más nadie. Teresita de Jesús González RETAZOS DE TERUCA 25/83


La noche indicada de la presentación, ella se presentó muy sencilla y sin maquillajes encima, pero esto sí que un gran bigote arriba del labio y mis tías suspiraron y dijeron, bueno al menos es más decente. CAPITULO 16 MI TIA ABUELA Mencionar a la tía abuela Amelia, en mi casa de mis abuelos era algo vergonzoso, pues la tía trabajaba en el ministerio de Relaciones Exteriores y había sido designada para un cargo en el exterior que yo desconozco, y lo rechazó porque encontró el amor de su vida que fue el escándalo de la fami lia, pues era un joven que podía ser el hijo de ella y que no tenía instrucción ninguna, nada más y nada menos que el trabajo que tenía era ser repartidor de bidones de agua minerales por las casas, eso sí buen mozote como el mejor. Ella dejó todo, su carr era diplomática y su buen futuro. Esto nunca fue perdonado en la familia. Mi abuelo era el único que la visitaba pues era su hermano, un día se trajo a una muchacha que si bien recuerdo era media pariente de ellos, pues así ayudaba en la casa y a la vez el la resolvía su situación económica que era bastante precaria. Años después salió embarazada del esposo de la tía abuela. En ese momento de saberlo, fue tal la consternación y el asombro que la botó prácticamente fuera de la casa. Con los años las cosas se perdonan y ella después bautizó al niño de la muchacha, cosa que mi familia no podía creer, a ellos ni los años los hacían perdonar, aquella injuria y aquella mancha hecha a la familia. Mi abuelo a escondida que iba a su casa siempre y un día me llamó par a que viera si podía llevar a la tía al hospital oncológico, pues yo trabajaba allí. Mi tía tenía un dolor en la garganta y había bajado mucho de peso. Se le detectó un cáncer en la garganta y fue operada y les extirparon las cuerdas vocales teniendo una recuperación buena. Así es como conocí a mi tía abuela, una mujer dulce, amable y perseverante pues no sé quién le recomendó que machara todos los días el Perejil y con telas de gasas lo ponía en el medio y lo exprimía con sus manos hasta sacarle el jugo y se lo bebía. Eso lo hizo durante años y un día que le tocaba la revisión médica, el médico oncólogo me llamó para decirme que era un milagro o el Perejil era un cicatrizante muy bueno. Mí tía prácticamente estaba curada y aquel esposo que decían que era tan malo yo lo pude ver curando en los primeros tiempos la incisión hecha en la tráquea por la operación que era bastante desagradable y él se lo hacía con mucho cariño y amor. Ellos nunca se separaron y el niño de la muchacha iba a la casa a visitarla y allí se respiraba un ambiente tranquilo y yo me sentía muy bien pasando unas tardes muy agradable. Yo la llamaba todos los días. Le llegué a coger mucho cariño y como ella no hablaba quedamos en acuerdo, si estaba bien ella usaba el lápiz y daba dos golpecitos en el teléfono y yo le repetía lo mismo. Yo sé que a veces las cosas que quizás no son morales para los conceptos de nuestra sociedad llegan a tener una historia bonita. Aquí termina mi pequeño homenaje a la tía abuela Amelia.

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CAPITULO 17 MI OTRA VIDA Creo que ya se percataron que yo no tenía vida propia que vivía a través de los demás, pero par a mi el día terrible eran los miércoles porque se trataba de alguien que yo no he mencionado, es mi madrastra, mujer despechada, no realizada, muy frustrada como mujer se sintió siempre muy poco amada. Tenía una nariz muy perfecta , cejas muy finas y pelo muy negro, era una s e ñ o r a d e m a l o s s e n t i mi e n t o s . R e c u e r d o q u e s u s c o m e n t a r i o s c u a n d o y o tocaba el piano o sacaba buenas notas, eran s iempre muy hirientes y nunca estaba conforme. Los miércoles eran la clase de piano y baile español y Ballet, esto para mí era un tormento no porque no me gustara sino por la conducta áspera de ella. En sus histerias hacia mí persona un día sin yo saber porque me amenazó con un mach ete y me decía que me iba a cortar la cabeza y yo me quedé tiesa, sin dar un paso, ella tenía las mandíbulas muy apretadas y el machete en alto y en eso entró mi padre y yo corrí hacia mi habitación y no sentí palabras altas es decir peleas, mi padre era u n hombre que no me quería mucho tampoco. Después comprendí que la furia era que cuando yo crecía me parecía más a mi madre alemana. Cambiamos de tema y hablemos de la pareja de m i tío Carlos (le decían el flaco o el fino) por lo sumamente delgado que era y siempre estaba amargado, El recuerdo que tengo de él es que un día se me antojó salir a jugar y me habían dicho que no y yo lloraba mucho, el tío Carlos le gustaba cazar y de pronto apareció con una s de sus escopetas de cacería y apuntándome me dijo. -¡O te callas o te mato!- De ahí terminé en otro psicólogo porque cada vez que oía un grito me orinaba los pantalones . De su novia recuerdo que las tías decí an que eran una buena mujer se casaron y tuvieron dos hijos, pero tío Carlos comenzó a beber pues él estuvo preso durante el gobierno de Fulgencio Batista y recibió muchos golpes y se cree que no quedó bien de la cabeza. Ahora recuerdo que cuando él estaba preso muchas veces me llevaban al presidio llamado “el príncipe” con el objetivo de que yo era una n iña muy delgada y llevaba cartas de la clandes tinidad dentro de mi ropa, pues así era menos sospechoso, primero h abía que esperar afuera donde vi muchas madres y mujeres llorar en fi n familiares, porque a esta hora sacaban camiones blindados donde llevaban a los presos donde no se veían y quizás nunca sabrían de ellos, después abrían el portón y entraban las personas hacer una fila en el patio. Había un preso común que repartía las fichas y para que yo pudiera entrar con alguien mayor, yo abría mi mano y la cerraba rápido para que yo entrara con mi famil ia y no con gentes desconocidas y a la vez yo abría y cerraba la mano sin ninguna ficha , pues se entraban de diez en diez y se pasaba por una escalera oscura y húmeda y con un hedor desagradable. Los presos e staban detrás de un muro bastante semialto y todos juntos, habían jóvenes que gritab an -¡Viva Cuba Libre!- allí se veían que eran muy valientes porque estaban rodeados de guardias y entre el muro y los visitantes había una barra de hierro para que los f a m i l i a r e s n o s e p u d i e r a n a c e r c a r a l o s p r e s o s p o l í ti c o s y a h í e s d o n d e v e n í a mi función, yo me agachaba y entraba por la barra del muro que era muy estrecho y al tío preso me alzaba y me abrazaba fuerte, en ese abrazo me sacaban las cartas que llevaban y eso se hacía muy rápido. Un día estando en la fila unos de los policías se da cuenta que a mi no me han dado ficha y me saca de la fila con bastante brusquedad y con un palo de madera que siempre llevaban le dijo a mi familia que siguiera , me sentó debajo de un Teresita de Jesús González RETAZOS DE TERUCA 27/83


árbol y mirando largo rato al preso que repartía las fichas, me levantó bruscamente y me llevó a la oficina donde estaba sentado un capitán de la policía. El jefe me hizo un extenso interrogatorio preguntá ndome a quién yo visitaba y como mi aspect o y tono de voz era de una niña educada , contestaba con mucha fluidez sin titubear porque debido a mi crianza, yo no era miedosa, la única mentira que dije era que a mi me importaba mucho mi tío y lo quería como un padre y por eso me traían a verlo, lo que nunca dije que dentro de mi ropa de niña estaba llenos de carta del movimiento clandestino. El capitán ni se imaginó que una niña tan modosita dijera era esa mentirilla con una candidez perfecta me miró largamente y me dejó salir esta serenidad se lo debo a esta r criada con adultos. Cuando estuve en el patio mis tías estaban llorando y temblando porque no sabían de mí y me sacaron muy rápido de allí . Ellas estaban asustaban porque a mi tío le habían encontrado un apartamento llenos de armas y la cosa no era para juego. Al llegar a la casa conté todo lo que me pasó y mis tías decidieron esperar un tiempo para seguirme llevando, gracias a este régimen de Batista que fue tan sanguinario. Llegó otro dictador Fidel Castro que ha durado cincuenta años, después que mucho s de los jóvenes que gritaban Cuba Libre, cuando se percataron del nuevo régimen dictatorial y carente de expresión de libertad y movimiento, terminaron emigrando hacia Estados Unidos. La que relata esto, escribe desde el exilio porque la situación en mi país es muy trist e y la identidad como persona se pierde y todo se convierte en una manipulación política con un solo criterio El de Nuestro Comandante en Jefe. Que tiene el poder de saber todas las carreras universitarias posibles del mundo que en Cuba se dice-¡se la sabe toda!Y retomemos a la esposa de mi t ío Carlos. Años después un día tocan a la puerta de mi casa y era mi tío Miguel que venía con una cara de asombro y pálido y me dice- siéntate y oye lo que te voy a contar- me dijo que la señora del tío de Carlos estaba presa por contrabandista de telas y comidas, es decir el mercado negro y hasta ahí no eran gra n cosa pues en Cuba se vive así, También habían fotos de infidelidad de ambos sexos, ya estos eran males mayores, por eso la buenaza comprab a bebidas alcohólicas para tener al tío durmiendo. Esto fue manejado en la familia con mucho tacto para que no hubiera escándalo en el barrio. (Aunque todo el mundo se enteró), fue la comidilla de los vecinos por mucho tiempo. De aquellos tumultuosos días tengo una bufanda blanca hoy en día un poco amarilla por los años, que no recuerdo porque está conmigo, entre golpes y palos que le daban a mi tío en la prisión lo enseñaron a tejer. N o t o d o s l o s p o l i c í as d e l r é g i m e n d e B a t i s t a e r a n m a l o s , r e c u e r d o q u e e l teniente Pérez que vivía al frente de la casa y no salvó de una grave situación, pues una tarde el chofer de mi papá que me traía de las clases de piano me dejó en casa de mis abuelos, el chofer se tuvo que percatar que algo pasaba en aquella cuadra pues estaba llenos de patrullas y policías pero no comentó nada conmigo en fin yo era una niña, cuando entro a la casa de mis abuelos me dan un gran empujón contra la puerta y mis partituras de música caen al suelo y el policía pregunta a mi abuela que quién era yo, mi abuela le contesta que yo era su nieta, el policía con otro empujón y me sentó en una butaca, la casa tenía dos plantas y en la sala habían vestidos, prendas, joyas, fotos por dondequier a y estaba todo virado al revés. Los cajones de la cómoda o gavetas estaban esparcidos por toda la casa. Cuando se disponían a subir al segundo piso, unos de ellos llamaban Teresita de Jesús González RETAZOS DE TERUCA 28/83


por teléfono y en eso el teniente Pérez se paró próximo en la ventana de la casa de mis abuelos y dijo gritando: -¡Que ustedes hacen aquí, que le han h e c h o a e s t a f a m i l i a b a s t i t i a n a ! - é l e r a n u e s t r o v e c i n o . E l l os p e r t e n e c e n a e s t e r é g i m e n y s i n o h u b i e r a s i d o p o r e l t e n i e n t e P é r e z , l a p o l i c í a h u bi e r a subido al segundo piso donde había una caseta de madera que mi abuelo guardaba sus herramientas all í, pero ya no usaba nada de est o, fue el lugar que seleccionó mi tío para esconder en esta caseta más armas, cosa que toda la familia desconocía. Mi tío Carlos cuenta que estando él en la esquina, porque ya le habían dic ho que venían a buscarlo y el tuvo que salir sin camisa y que unas de las patrullas le preguntó que donde vivían Carlos más conocido por el fino y él contestó que no lo conocía y así pudo escapar desapercibido sin camisa, el error que él cometió fue que al otro día llamó a la casa y todavía no me explico porque la abuela dijo que no faltara al trabajo y mi tío que era un hombre inteligente en ese momento parece que estaba muy perturbado, volvió al trabajo y allí fue detenido. A l menos yo la niña de la casa y creo que también mi familia estar emos eternamente agradecidos al Teniente Pérez, más tarde cuando triunfó la Revolución cubana, fue fusilado por el régimen de Fidel Castro. Gracias Teniente Pérez. Así termina un pasaje más de mi vida.

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CAPITULO 18 M I L IN D O T Í O Comencemos a las novias del tío Miguel, la primera era una señorita rica y sus padres eran dueños de granjas vacunas en provincia y ella vivía en la cuidad con su hermana mayor. Ell os se iban a casar y estaban haciendo los preparativos con un amor increíble y todos iba viento en popa y a toda vela c o n e l a m o r y e l c a r i ñ o q u e h a b í a e n t r e e l l o s . U n o s d e l o s d í a s ú l ti m o s a n t e s d e c a s a r s e , é l f u e a s u c a s a p a r a u l t i ma r l o s ú l t i m o s d e t a l l e s d e l a b o d a y cuál sorpresa se llevó cuando un vecino le dijo que las dos muchachas jóvenes que vivían en el apartamento donde él tocaba la puerta, se habían marchado para Miami , Estados Unidos. Eso fue un golpe muy duro para mi tío Miguel después de comprobar que era cierto. El golpe mayor pensó él que ya lo había recibido, pero no fue as í. Días más tarde se entera que su novia de años se había casado con el abogado de la firma canadiense donde él trabajaba, el carácter alegre, el vocabulario gracioso y la sonrisa continua se enterraron el día que él recibió la noticia. Tuvo que pasar mu chos años para que mi tío volviera a pensar en mujeres, Un día en una recepción diplomática conoció a una negra de la embajada francesa llamada Miguelina que parecía estar tallada a mano y con un color de ébano muy atractivo, él sabía el costo de enamorars e pero en el corazón no rige nadie y casi siempre ocurre primero fueron amigos y después novios, pero como en toda la vida tiene su pro y su contra. Él sabía que los prejuicios sociales que existían en la época en que estoy narrando que ver una pareja negra y un blanco se veía mal y él no se encontraba con fuerza para llevarla a la casa, pues lo que se le venía encima era peor que la Apocalipsis, pero mi tío Miguel aprovechó la coyuntura de que su mamá iba a ingresar por unos días para un chequeo y aprovech ó el momento para llevarla a la casa, mis tías se asombraron y se comportaron lo más educadamente que pudieron pero cuando Miguelina salió con mi tío, aquello f u e d e T é d e T i l o , s e d a n t e s y f a t i g a s y m i s t í a s n o s a l í a n de s u a s o m b r o , solamente decían cuando mamá se entere. Pero como todo llega mi abuela por supuesto se enteró y mi tío en su defensa alegó –Mamá, mira yo fui a teatro con ella y todo el mundo me miraba y yo me sentía muy importante abuela dijo con su filosofía campesina -¡Claro Miguel , como tod o el mundo no te va a mirar, si era una negra con un blanco, no te admiraban sino que se asombraban- y ahí terminó esta conversación, creo el noviazgo duró mientras ella estuvo en Cuba pero más nunca se supo de ella en la casa. Pasado los años y M iguel ya era maduro y tenía su apartamento pero por hábito y costumbres, él siempre iba a comer a casa de la abuela es decir su mamá, un buen día, estando toda la familia almorzando en la mesa dijo de pronto –me caso tal día-. Tío Miguel dio las invitaciones y no hubo quien le sacara palabras de la boca. Cuando él se marchó empezaron entre las tías y la abuela las especulaciones de quién podía ser la novia de mi tío, porque por su apellido no era conocida. Así que hubo que resignarse y esperar el día de la boda. Llegó el dichoso día, todos vestidos de domingo para ir a la misteriosa boda, que fue en el palacio de las novias. Allí la familia se paró a la entrada, sin conocer a la novia ni a su familia y Miguel estaba adentro y no lo podía informar quien era ella. A quello estaba repleto de personas porque Teresita de Jesús González RETAZOS DE TERUCA 30/83


habían varias bodas, cada vez que se bajaba una negrita como chapapote de cabeza pelá como se dice en Cuba, se sentían los suspiros de mis tías y las fatigas de mis abuelos y de pronto volvía la negrita con su novio y volvían a suspirar de alivio, así luego bajó una enana, una mulata achinada y ya mi abuela estaba a punto de desmayarse porque cuando aquello la palabra Streets no se conocía. De pronto se baja una trigueña ni muy bonita ni muy fea con un traje de encaj e color crema claro y Miguel salió a recibirla junto con la familia de ella que todavía hoy no sabemos de donde venían. Ella llevaba el ramo de flores de novia que parecía un fusil y despué s de pasada la boda vinieron la siempre fotos y por más que mis tía s le bajaban el ramos de flores, ella se lo ponía otra vez como un fusil, después nos enteramos que la novia era primer teniente de la seguridad del estado, aquello nunca se entendió, pues mi tío no era revolucionario y además que trabajaba en una compañía canadiense. El matrimonio duró hasta que ella le puso un r e c i p i e n t e d e m e t a l c o n a g u a m u y c a l i en t e e n l a a l f o m b r a p e r s a d e m u c h o valor de mi tío, cosa que él nunca perdonó, ella pasó por la familia sin pena ni gloria. Después de esto, mi tío empezó a vivir una vida un poco extraña ya que se comentaba fuera de la familia que él vivía con varios hombres, cosa que en aquella época era tremendo escándalo, mi familia si lo sabía al menos no lo comentaba siempre fue el gran secreto ¡Claro!, no para los primos j óvenes de aquel entonces entre ellos me incluyo yo, que si estábamos consciente del hecho.

CAPITULO 19 LOS TÍOS El tío Gibe lo apodaban así porque en realidad se llamaba Gilberto, él era mecánico principal de la planta de Pepsi -Cola que había en Cub a, por lo tanto tenía una holgada posición y manejaba correctamente el idioma inglés para entenderse con los norteamericanos dueños de esta fabrica, no sé como el se casó con una campesina de muy baja instrucción y llegada la revolución cubana. El dueño no rteamericano lo sacó de Cuba para Venezuela y de él recuerdo lo cariñoso y bueno que era conmigo y las compras caras en las tiendas selectas que él me hacía , él se fue cuando yo era niña. El tío Gibe tenía una hembra y un varón que por supuesto eran mis pr imos. Cuando llegaron a Venezuela él adquirió un puesto mayor y las fotos que mandaban eran de un lujo extremo y la campesina ostentaba en sus brazos cadenas de oro y sus trajes de mar ca. Al pesar los años mi prima M ercedita que así se llamaba se casó con un árabe hijo de padres petroleros. Solo recuerdo que mandaron la invitación de la boda fileteada con letras de oro y para mi gusto un poco ridículo pero se veía que abundaba el dinero. Mi p r i m o G i l b e r t i c o l l am a d o i g u a l q u e s u p a d r e e r a m u y g o r d o y c u a n d o llegaban a casa de mi abuela era electrizante pues el se comía todo lo que había en el refrigerador con el tiempo me enteré que emigró a Canadá porque se hizo un buen abogado. Dios quiera que mi tío haya muerto para q u e n o v i e r a e l d e s c a l a b r o p o l í ti c o d e l a V e n e z u e l a d e h o y y q u e m i p r i m a haya podido conservar algunas propiedades que ellos poseían allá. Aquí va mi pequeño recuerdo para él.

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El tío Felipe era médico y era hijo de crianza de abuela y se puede decir que intocable de la familia, pues mi abuela y todas mis tías lo adoraban, tanto así que cuando a él le dolía la cabeza mi abuela corría a darle el mejor Ron cubano, primero Bacardí y después Habana Club, pues en la teoría de él era ir tomando poquito de Ron y poner la cabeza hacia abajo y así con es te cuento se tomaba la botella completa de la abuela. Se casó y duró doce años el matrimonio y no tuvo hijos. Después dicen las malas lenguas que el Dr. Felipe era homosexual. Mi tío Miguel y Felipe eran inseparables y no sé si hoy en día estarán vivos o m uertos, pues hace casi seis años que vivo pegado a la Antártica y escuchando a diario el fuerte viento del sur. De pronto recuerdo a mi tío Miguel enseñadome a caminar con libros en la cabeza y me decía que había que poner un pie delante del otro, me ense ñó a oír la música clásica, a vestirme y a comportarme como toda una señorita. Esto da risa porque entré en el descalabro del régimen cubano, sorpresa que tiene la vida. En esta especie biológica, yo me hubiera sentido más o menos bien de no haber existido la madrastra. Cuando pasaba cierto tiempo papá me venía a buscar. Me preparaba la maletica para vivir con ellos y sin decirme nada, me tomaba de la mano como una maleta más y montábamos el coche y una nueva aventura. Ya no estaba con mis tías

CAPITULO 20 PEPILLITA Recuerdo que el auto de papá entraba a una mansión que yo no sabía que t u v i e r a q u e v e r c o n m i g o . A l l í v i v í a m i tí a a b u e l a P e p i l l i t a . L a c a s a e r a demasiado grande para mí, con sus jardines, la piscina, los garajes, todo era muy bonito pero de una frialdad aterradora pues cuando pasaba a la puerta no había una sala acogedora, sino un salón grande con un piano negro que brillaba a todas luces y una escalera de mármol descomunal. La criada me quitaba la carterita y mi papá como siempre si n hablar me dejaba sola con la maletica y la criada me tomaba de la mano y subía mos para ver a una señora que siempre estaba en cama con cefalea intensa y una bolsa de hielo en la cabeza y me saludaba desde su cama con una angustia terrible y yo no me moví a de la puerta. Después salía para encontrarme con un bobo que al oírme se adelantaba como para darme un golpe mientras gritaba con la boca retorcida, yo me aterraba, en verdad nunca me pegó pero me llevaba un buen susto Me quedaba a vivir por un tiempo. El médico de Pepillita, le contó que el problema de mi primo se había puesto muy mal porque había entrado en la edad del desarrollo juvenil y se había puesto incontrolable y el médico le Teresita de Jesús González RETAZOS DE TERUCA 32/83


aconsejó traer una institutriz de un afamado instituto americano y as í se hizo, al poco tiempo mi primo se ponía traje con corbata, no ladeaba la cabeza ni babeaba. Tocaba un poco de piano y ya me decía “mi pima Teresita”. La institutriz logró avances notables en la educación de mi primo. El esposo de mi tía abuela tenía n egocios en toda Latinoamérica y mi padre era socio de su compañía, en su afán de dejarle el negocio a un hijo varón, tuvo siete hijas hembras, cosa crueles que tiene la vida. El octavo fue el varón que nació con el conocido síndrome de Down, pasó mucho tie mpo para que yo me percatara de que todos eran familias mías y cuantas familias tengo por el mundo y que sola me encuentro en estos momentos Llegada la revolución cubana Pepillita que vivía en su mundo se aterró y de pronto le entró un miedo muy grande y lo único que decía constantemente ¡Yo soy revolucionaria! -, pues sacó a la hija del jardinero a pasear. Después la montaron en un avión y ahí se quedó una parte de mi recuerdo. Desgraciadamente mi tío le dijo a mi padre cuando vio qu e el estado iba interviniendo los bienes y que la cosa tomaba matices negros le dijo Gilberto esto yo no lo voy a soportar -. Mi primo no quiso irse con la familia y se quedó con mi tío, días después mi tío cayó en la escalera con un infarto masivo y mi primo que estaba bien ins truido fue capaz de llamar por teléfono a mi papá y decir que su papá estaba enfermo pues él desconocía la muerte. Después de muchos t rámites mi primo pudo salir del país.

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CAPITULO 21 COSAS CURIOSA DE MI PAPÁ. Yo vivía en una casa inmensa donde yo era la única niña ¿Por qué? Pues era una casa de huéspedes donde no se permitían niños. Pero mi papa era muy amigo del dueño y le permitió que yo viviera ahí mi primera infancia estuvo rodeada de personas mayores yo no era una niña malcriada pues existía un nivel de educación no propia para que yo estuviera allí. Recuerdo a Fernando el dueño se la casa era alto fuerte y muy bueno

También estaba Luís, el dueño de una de las mayores jugueterías del país, que se llamaba Los Reyes Magos. Era viejito, muy dulce. Me cuenta que muchas veces salió en calzoncillos largos, por aquel entonces y camisa con tirantes para trabajar. Menos mal que la empleada lo alcanzaba antes de que llegara a la calle.

Estaba mi tía y mi padrino: Panchito. Ella, muy religiosa y él, con u n gusto especial por las mujeres. Ella le regañaba y le advertía que iba a ir para el infierno, cuando muriera. Él le respondía: Qué bueno, porque allí estaría Tongolele y las Mulatas de Fuego, de Tropicana. Tía ponía sus ojos en blanco, juntaba sus manos y rogaba por el alma de él.

Sí me acuerdo de Carola, anciana de 90 años, de pelo blanco, recogido en un moño. Vestía con una elegancia acorde con su edad. En cada pómulo, dos redondeles rosados, de colorete. Por la mañana, cuando se servía el desayuno, el la siempre hacía la misma pregunta: ¿Panchito, qué edad usted cree que tengo? Padrino, respondía: Unos 120 años. Ella fruncía el ceño y ponía su boca en actitud molesta; se viraba hacia mi padre y le preguntaba: ¿Gilberto, qué edad tengo? Y el le respondía: Pues usted no llega a los 50 años. Ahí se sentaba, ponía una servilleta en las piernas, con gesto placentero y decía: Gilberto, es usted un caballero. Teresita de Jesús González RETAZOS DE TERUCA 34/83


Papá tenía una casa en la playa, yo iba ahí todos los veranos con el padrino Panchito. Él tenía un yat e y unos de esos días que ellos iban a pasear, me fui directo al camarote y me escondí debajo de la litera sin que nadie me viera y me quedé dormida, al rato por los movimientos del yate me di cuenta que estábamos navegando y cuando salí, el padrino se asu stó fue el primero en verme y se puso las manos sobre la cabeza -¡Gilberto!, tu hija e s t á a q u í ¿ q u e h a c e m o s a h o r a ? - . Y o e s t a b a r o d e a d a d e l i n da s m u l a t a s y había golosinas y bebidas por donde quiera, papá me llama y me dice: -Está bien disfruta del viaje, p ero ni una palabra cuando lleguemos -. El viaje era ida y vuelta hacia Yucatán, pude pasear con las mulatas que me tenían como una reina para congraciarse con los señores como papá y padrino. La vuelta fue tranquila y me asesoraban antes de llegar -Acuérdate de que viajamos nosotros tres solamente-. Yo repetía la frase de memoria y ellos quedaban tranquilos. Pero todo salió mal pues a la madrastra le carcomían los celos y siempre estaba desconfiando ¡Claro no era para menos! Cuando anclaron, estaba la policía y muchas personas, pues hacía día que me estaban buscando y ya se puede imaginar, hubo llantos, desmayos, discusiones. Papá partió para la Habana y yo quedé a merced de mi madrastra, los interrogatorios no cesaban y yo repetía: -Solo fuimos los tres-. Como me lo habían dicho y así yo lo repetía esto aumentaba la furia y l os alones de pelo eran muy fuertes, yo lloraba y llamaba a mi abuela Frida (que estaba en La Habana), porque la casa de la playa de mis padres quedaba cerca de la familia alemana y no sabía que ellos no estaban allí. Cuando yo me reunía con mis amiguitos a jugar y que era por muy poco tiempo. Cuando entramos en más confianza unos de los mayores me contaron que mi papá con el suyo y otros más salían por la madrugada o más bien al amanecer con las alemanas completamente desnudas. Estaba yo jugando en el jardín cuando alguien a quien yo quería mucho se me puso delante y me dijo: -Buenas, Teruca- y fue mi sorpresa al ver a Milagros, era una señora gorda, descomunal con sus cachetes rosados y toda una dulzura. Ella era quien me cuidaba con los otros niños para salir de mi país y siempre nos hacía cuentos mientras viajamos. Milagros apareció y desapareció de mi vida como un sueño. Yo me pregunto a veces -¿Qué será de Milagros, que le habrá s ucedido?-. Lo malo es que después me enteré que su nombre no era ese, sino que la llamaban así porqué la gorda se salvó de milagro. Como yo iba siendo mujer adolescente, me quise independizar, trabajar y e s t u d i a r , p u e s n o s o p o r t a b a l a s t o r t u r a s d e m i m a d r a s t r a y l a i n di f e r e n c i a de papá. Mis tías me dijeron horrores de mí pero como mi firmeza era la de un buey. QUIEN ERA MIMÍ? Las Navidades eran maravillosas: Un enorme árbol de Navidad, tan alto como los 7 metros del techo de aquella antigua casa. Despué s, en la inmensa sala se hacía el

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Nacimiento que, además de las tradicionales figuras, tenía un río, montañas, una cascada. Todo era de ensueño. Después venían los regalos, en sus cajas, envueltos con maestría de moños y lazos en colores de cuentos debajo del árbol. Con las fiestas navideñas aparecían dos personas, para mí, llenas de misterio: Mimí y Fifa.

Entre aquella felicidad, aparecía Mimí, una americana alta y delgada, elegante, no hablaba ni jota en español, lo que no era importante en aquella casa . Los regalos que me hacía eran de

hadas. En su rostro había una dulzura que a todos nos gusta

ver.

Mimí aparecía y desaparecía como un fantasma, se movía sin sentirse. Así llegaba desde New York y se así se iba sin grandes aspavientos. Era como si es tuviera montada en una nube.

Cierto día pregunté por ella y me dijeron que había aparecido muerta en su apartamento, en Estados Unidos.

¿Quién sería? ¿Tenía familia? ¿Existió Mimí?

Por lo que a mí respecta, ahí va mi pequeño homenaje a su memoria. Grac ias por los cuentos, por sus caricias y regalos. Te recuerdo siempre.

DE MI INFANCIA. Nací en Alemania, allí vivía mi supuesta mamá. Siempre estaba con abuela Frida, dulce y buena. Íbamos a desayunar en un río que t enia un césped no muy verde. Como ya he dicho mis recuerdos se pierden un poco y se confunden con los de la Habana así la recuerdo a mi Fifa, era alta elegante con un carácter fuerte como para llevar el matrimonio del cual había dos varones y yo la única mujercita y no podía Teresita de Jesús González RETAZOS DE TERUCA 36/83


demostrarme el cariño de una madre pienso que todo era tan extraterrestre como se dice ahora mi vida era un conjunto de todo familias que no eran familias unos me querían otros me rechazaban y asi en ese carnaval de gentes en ese ir y venir para aquí y para allá estaba el rostro de Fifa con su mirada melancólica y su imposibilidad de tenerme algo extraño pero cierto todo queda ahí porque cuando llego Fidel ella tuvo que marcharse y dejarme para siempre co sa que ninguna de las dos sabía.

Fifa: donde quieras que estés. Siempre te quiero

CAPITULO 22 LA HUÍDA A los 17 años con la inexperiencia y osadía de la edad. Decidí irme de mi casa de mis padres, pues mi supuesta madre cada vez me toleraba menos y la vida se me había hecho más que insoportable y en una tarde en u na fuerte discusión, me maché con la misma ropa de andar de la casa, sin más nada que mis deseos de huir, de los maltratos, de los insultos, de la indiferencia de mis padres de no ver todo lo malo lo que sucedía. Me fui sin rumbo ninguno y con muy escaso d inero. Ya había llegado la Revolución cubana, por lo tanto no existían personas que alquilaran habitaciones. Todavía se podía entrar en Hoteles, llegué a un pequeño Hotel que se encontraba en la avenida del Prado, donde tenía una habitación con baño, teléf ono, cama confortable muy limpia. Allí pude llamar a mis amigos que acudieron inmediatamente, en mi inconsciencia no pregunté el precio, cosa que hicieron mis amigos y solamente pude pasar una noche, pues en este momento no podía pagar lo que me pedían Después mis amigos me llevaron a otro Hotel que quedaba frente del Malecón Habanero, el Hotel prácticamente estaba destruido y me fui a una habitación pequeña, sucia, despintaba con una cama vieja y en mal estado. Pero estas cosas que uno no entiende, no sé porqué el baño era lujosísimo de color rojo oscuro y prácticamente nuevo, pero tenía un defecto estaba repleto de cucarachas, mientras yo abría los ojos y la boca de asombro, mis amigos estaban arriba de la cama donde había una ventana todos mirando por el la, era una calle estrecha donde se podía ver perfectamente el otro edificio ¿y ustedes se preguntarán que se veían? Pues una prostituta acostada desnuda completamente donde al lado había una cajita de madera de tabaco aparentemente vacía, donde le ponían el dinero. Allí ví. por primera vez como se puede hacer relaciones sexuales por negocios. Yo me imagino que ella no se levantaba de allí hasta que pasaban 4 0 5 hombres. Ustedes se imaginarán entre la cama, el baño, las paredes sucias y la prostituta. No s e podía vivir allí. Salimos de allí a seguir buscando donde alojarme y llegamos a otro Hotel del principio del siglo 20, que debió en su tiempo ser lujoso, pues el nombre era rimbombante se llamaba “EL PALACIO DE LA MORTERA” por supuesto solo quedaba el dulce nombre de los tiempos en que fue importante en su época. Teresita de Jesús González RETAZOS DE TERUCA 37/83


Allí conseguí una habitación con baños, era asombroso ver como la cama y el armario eran del principio del siglo, estaban completamente sanos y fuertes, lo único que un mal entendido en antigüedades lo pintó con pintura aceite color gris metálico y eso le restaba belleza a los muebles de madera. El señor que limpiaba la habitación era un gay ya entrado en años, que conservaba su uniforme blanco y su pelo teñido de negro, muy circunspecto me dijo: -Nunca se le ocurra abrir la ventana del baño porque la habitación del frente a la tuya coincide con el otro baño y allí vive una señora muy mayor que no tiene bien su cabeza y si siente que abres la ventana de este baño, ella se asoma y usted se va asust ar- A los pocos días a mi se me olvidó y bañándome abrí la ventana o más bien la ventanita que quedaba muy alta y era pequeña y había que subirse por la tapa del inodoro para poderla abrir, estando yo en pleno baño, siento una risa y miro hacia la ventanit a y ¡Qué veo!. Una anciana con la cara pintada de blanco con los ojos muy negros y una boca muy roja que se reía y se reía e inmediatamente cerré la ventana. Yo no me asusté, por la naturaleza no soy asustadiza, eso sí no lo abrí más Lo que sí me molestó a la mañana siguiente es que amanecí completamente negra. Yo llamé al señor que limpiaba y el me explicó que eso era Hollín, pues mi habitación quedaba al final del pasillo donde del otro lado quedaba la cocina, así que me acostumbré a levantarme llenas de Hollín. Como yo era simplemente estudiante no contaba con mucho dinero y llevaba tres meses sin pagar la habitación. Un día llegué y ya me tenía toda la ropa abajo y botada hacia la calle. Llame a mis amigos y me dieron la grata noticia de que nuestro coma ndante en jefe Fidel Castro, había abierto las becas para universitarios. Mi primera y última beca. A los que estudiábamos ciencia, nos repartieron por varios lugares. En mi caso fui a parar a Centro Habana. Todavía me acuerdo del nombre de la calle se llamaba “Virtudes entre Gervasio y Escobar” cuando llegué era un caserón viejo con dos baños como para diez estudiantes. No sé porque a mí siempre me tocaban las últimas habitaciones donde la ventana daba al pasillo donde todo el mundo pasaba hacia el comedo r. Yo le puse una cortinita para que no se viera hacia el interior pues debido al calor la ventana debía mantenerlo un poco abierta. Una noche estando yo estudiando veo como en las películas de Terror de Alfred Hitchok, una mano tenebrosa que apartaba la c ortina para ver hacia adentro de la habitación, pues por el mismo calor mis piyamas eran muy cortas. Grité y grité salieron todos a ver que pasaba y yo dije que ví pasar un ratón. A esta hora que eran las tres de la madrugada muerta de miedo me vestí y fui para casa de una amiga que se asustó mucho al verme a esta hora y sola en la calle que era peligroso. Ahora recuerdo que yo habilité el segundo baño que estaba llenos de madera podrido. Yo limpié para poderme bañarme y llegar a tiempo a la Universidad. U n buen día y un buen amigo mío que estudiaba medicina abrió el baño mientras yo me bañaba, él llenos de vergüenza me decía -¡perdóname, perdóname Teresita! - y yo estaba tan abochornada que no encontraba la Toalla y así estuve un corto tiempo aunque para mí parecía infinito desnuda frente a él, Después estuvo un tiempo largo cuando nos veíamos bajaba la cabeza pues sentía vergüenza. Allí termina mis aventuras de mi huída de casa.

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CAPITULO 23 M I P R IM E R T R A B A J O Les contaré como obtuve mi primer trabajo, pues a los 16 años, me dio por ser independiente y como no dejaba vivir en paz a mis tías, unas de mi tía Encarnación era jefa del departamento de admisión del Hospital General Calixto García, unos de los más grandes de la Habana, pero que tengan una idea se lleva varias manzanas , dentro de ellas hay calles con nombres, es como estar en un pueblo pequeño . Yo fui a trabajar con ella, los días entre semanas, uno se encargaba de los ingresos y egresos del hospital. Pero e n los fines de semanas eran trabajos pes ados pues había que encargarse y entregar a la funeraria los muertos que estaban en la morgue. Por aquel entonces una amiga mía de estudios no tenía trabajo y se encontraba en una situación difícil y me pidió que hablara con la tía y así fue como la aceptaron y empezamos a trabajar juntas. La oficina tenía una pared de cristal que daba al salón de espera del cuerpo de guardia y un pequeño cuarto con sillas y un televisor usable para los que estaban guardias que en este momento éramos nosotras . Chavela que así se llamaba mi amiga, me confesó desde la primera vez cuando nos quedamos solas que ella no podía entregar un m uerto, pues aquí empezó mi calvario cuando había alguna defu nción, yo esperaba en el Hospital al carro fúnebre que en aquel entonces todavía Fidel Castro no había nacionalizado las funerarias, como el hospital era tan grande como le dije, yo me montaba en el carro funerario e iba con ella hasta la morgue, había que seccionarse del cadáver que se estaba entregando era el requerido y que no se ll evaran las sábanas donde estaban envueltos él mismo, pues en aquel entonces ya empezaban a escasear productos y entre ellos las sábanas y por lo que me contaron es que ellos las lavaban, las planchaban y las vendían en el mercado negro y después yo regresa ba en el mismo carro. Un día yo tenía examen de química y le pido a Cha vela de favor que me hiciera el favor de entregarme el cadáver, yo pues no había podido estudiar n a d a . E l l a a l p r i n c i pi o l l o r ó , g r i t ó , m e o f r e c i ó d i n e r o y y o l e d i j e q u e n o podía sin saber las consecuencias que esto traía. Yo estaba estudiando en la habitación de guardia, cuando siento un manotazo en el cristal y salí un poco furiosa, porque si rompían el cristal iba a tener yo problemas. Cuando veo quien era, nada más y nada menos que el dueño de unas de las funerarias más grande de la cuidad de la Habana. E staba rojo de ira, preguntando quién rayos había entregado e l cadáver, yo le digo: -Disculpe señor, un momento por favor-. Llamo a Chavela, ella sale y discute con el señor. Él se estaba poniendo más colorado de furia y le tuve que mandar a pasar y darle un poco de agua, en esa jerga cubana y como estaba fuera de sí me dice: –¡Chica, usted es no se ha dado cuenta que me entregaron un chino por un negro, eso l es pueden costar la cárcel , toda la familia del muerto están doblemente herida , por el dolor y por la falta del respeto!-. Chavela con sus ataques de pánicos se confundió de muerto. M i t í a s e e n t e r ó d e t o d o e s t e p r o b l e m a y t u v i m o s q u e i r a l j u i ci o , p o r s u e r t e todo quedo aclarado p ara bien de nosotras, menos mi tía que nos puso guardia seguida durante un mes. Me acuerdo cuando me recogía mi novio en la tarde me decía: -Qué perfume más raro tú usas- yo respondí a: -No es perfume, es formol -. Mi novio se sentía mal en esos momentos.

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Estando en el castigo, Chavela entra al pequeño cuarto de guardia y yo había salido a hablar un poco con el cu stodio del cuerpo de guardia de hospital, yo lo hice para relajarme un rato. Cuando entro al departamento mío veo una mujer lloriqueando y gri tando: -¡Ay!, mi papito, ¿donde estás? yo le digo que nadie puede entrar al departamento de nosotras , es decir a la oficina, Chavela en mi ausencia había entrado a esta señora a este lugar cuando ella sabía que estaba prohibida la entrada del personal no calificado. Yo le digo a Chavela que por favor saca a la señora y que espere en el salón. Chavela me dice: - Tere, pobrecita se le murió el papá y está mal -. Yo le dije:-¡Otro problema más Chavela! -Pero en esos momentos el custodio Nelson blanco como la par ed pues también tenía miedo a los muertos , me dijo:-Por favor, yo no puedo revisarlo, porque el señor murió en su casa y hay saber su identidad y sus cosas personales. Fuimos los dos al cuerpo de guardia y dejé a Chavela con la señora que daba gritos. Cuan do entramos al cuerpo de guardia y ruedo la cortina verde donde esta ba el cadáver, su cara no me fue desconocida. Nelson por supuesto quedó afuera. Yo empiezo a buscar en los bolsillos a quitarles las prendas, reloj, anillos y se lo entregaba a Nelson por un costado de la cortina, para que él no viera el cadáver, en eso me percato que se salía un short de playa por arriba del pantalón, eso me pareció extraño, les cierro los ojos y lo tapo hasta arriba con una sábana blanca muy usada. Después de estar afuer a Nelson me comenta: -Oye tú sabe quién es el cadáver, es el Dr. Fulano de tal, renombradísimo ortopédico de la Habana -. Yo sigo para mi oficina con una gran pena y que Cuba había perdido unos de los mejores ortopédicos del país y le digo a Chavela:-Por favor dile a la hija del señor que voy a llamar a su mamá, para darles la triste noticia -, Yo tomé el teléfono y pregunté por la señora del Dr. Y ella me dice soy yo, yo le digo que su esposo ha fallecido que está con su hija -y ella me responde:-¿Qué hija?-Pues ella nada más tenía dos varones hombres. Yo me quedo asombrada y no sé que decir y le digo que tiene que venir a mi oficina a firmar el acta de defunción. Pasó un rato y se presentó la señora elegantemente vestida. Yo le pregunto después que ella firmó el acta cuál funeraria lo iba a llevar, ella me responde en un tono fuerte que eso no era asunto de ella, pues ella se iba para Miami dentro de tres días y mirando atrás del cristal, me dijo: -¡Qué se ocupe la señora!-Ella por supuesto cuando la vió había dejado de gritar, a pesar de mi juventud me percaté que esta era su querida quién lloraba. La señora del Dr. La recuerdo como si la estuviera viendo y su nombre era i g u al q u e e l m i o , s e l l a m a b a T e r e s i t a . D e s p u é s m e e n t e r é q u e e l D r . e n c a s a de la querida le había dado un infarto masivo cuando se disponía ir a la playa. O T R A S E X P E R I E N C I A S E N E L H O S P IT A L Estando de madrugada en el hospital, mientras hacía la guardia y estudiaba a la vez, de pronto siento un ruido violento y extraño, voy hacia el pasillo y veo a José que se había caído al suelo, se había desmayado, pues era gay y tenía la manía de limpiar el pasillo y a la vez cantaba y decía que por la mañana era un artista de opereta. Llamo al médico inmediatamente y me dijo cuando llegó: -Tráeme amoniaco ahora mismo- y José se recupera de la conciencia con ayes de dolor y cuando abre los ojos, le dice al médico que el muerto que él había bajado con la camilla estaba vivo. -Bueno vamos conmigo, para ver el caso-dice el médico, José señaló con el dedo que e ra ese mismo muerto que se movía, el médico se acercó y lo revisó. Él explico que eran gases que le quedaban a las personas al morir, pero esto no lo Teresita de Jesús González RETAZOS DE TERUCA 40/83


entendía José y meneaba la cabeza negativamente y decía rotundamente: Yo lo vi moverse y hacer cosas-. Le tuvieron que dar unos días por psiquiatría para que descansara, pues no podía oír un eruc to que de solo recordarlo, se desmayaba y tardó en volver a cantar por mucho tiempo. Pasó cierto tiempo y me trasladaron para otro Hospital donde no era tan grande como el anterior, este Hospital era de maternidad. Allí conocí a varios personajes como la que limpiaba el piso una negra gorda tan dulce, buena y tenía unos labios enormes, andaba siempre con un pañuelo en la cabeza y con palo de escoba en la mano, el úni co defecto era que tenía una peste en su culo grande que a veces se tornaba insoportab le. Era muy parecida a la nana negra gorda de la película “Lo que el viento se llevó” En fin nada es perfecto, conocí a otro personaje que era como salido de un libro de cuentos pornográficos, pues en mi mundo no era de m uchas amistades. Yo era un poco tonta y siempre me tildaban de “comemierda”, pero no hablemos de mí, sino hablemos de mi personaje . En aquel momento ya había llegado la Revolución donde se emprendió una ca mpaña de i g u al d a d p a r a t o d o s a l g o a s í c o m o p r o d u c t o s e n l a t a d o s f a b r i c a d o s e n s e r i e , los vestidos, el corte de pelo todo era igual y también se promovió una moral casi extrema, tanto es así que metieron presos que en aquel entonces empezaban a gustar mucho como cantantes. Ellos eran Silvio Rodríguez y Pablo Milanés por las letras de sus canciones Protesta, que interferían en la p o l í ti c a c u l t u r a l d e l g o b i e r n o a c t u a l , f u e r o n e n v i a d o s a l a U n i d a d M i l i t a r d e Ayuda a Producciones llamada UMAP, después Silvio Rodr íguez fue obligado a l a C o l u m n a J u v e n i l d e l M a r , c o m o l i mp i e z a i d e o l ó g i c a d e l g o b i e r n o . H a c e ya algunos años salió de la cárcel el pobre actor Pedro Á lvarez conocido por su gran talento y por lo buen mozo que era. Salió totalmente envejecido y destruido y al año murió de un infarto, fue una condena ejemplar revolucionaria. Cayó preso por una simple fiesta que ellos tildaron de orgías, fueron varios actores. ¿ustedes se preguntarán porque le cuento esto, que no tiene nada que ver con mi vida en los hospitale s? y es que este personaje que me falta narrar forma parte de la no acertada sociedad moralista y exageradamente decente.. Este era una señora muy alta con ropa elegantísima y con unas manos muy bien cuidadas al igual que su pelo, yo pensé que era una do ctora muy seria por su imagen y su bata blanca, lo único malo es que mi pobre Olga que así se llamaba no sabía donde estaba parada , es decir sin ningún conocimiento . Cuando pasaron los días me fui percatando que aparte de no saber nada de nada, estaba medi o ciega y tropezaba con muchas cosas, rompiendo probetas de análisis y otras cosas más. Un día estábamos solas y yo estaba atenta de lo que ella hacía para que no fuera a matar o empeorar algún paciente ni tropezar con algo y se fuera a dar con las narices al suelo. Yo me había convertido en el laz arillo de ella, cuando el trabajo duro de la mañana pasó, Olga me llamó: -Ven Tere, que tengo que contarte algo-. E s t a m u j e r m e i n v i tó a s e n t a r m e c ó m o d a m e n t e , y o p o r m i p a r t e c o n m i tontería cándida y juvenil me acomodé sin pensar que cosa iba a pasar . Ella empezó a decirme que no todo el mundo nace igual y que ella nació puta y c o m o l a R e v o l u c i ó n e l i mi n ó l a p r o s t i t u c i ó n , a e l l a l a c o l o c a r o n a t r a b a j a r e n el Hospital. Este er a un tema bastante fuerte para mis oído s cándidos pero mi cara se mantenía tranquila . Olga tomó mi mano y siguió tratando el tema con un desenfado sin igual. Teresita de Jesús González RETAZOS DE TERUCA 41/83


Ella me cuenta que a los 15 años tenía ya un amante muy rico y se escapaba del colegio de monjas. Un día este amante le propone ir a Mia mi y ella era una menor de edad pero no de mente. Entonces una familia amigas de sus padres que también a iban vacacionar a Miami y ella le preguntó si podía ir con ellos. La familia le dijo que ellos primero preguntarían a sus p a d r e s , s í l e d e c í a n q u e s í n o h a b í a n i n g u n a i n c o n v e n i e n c i a . A l p r i n c i pi o e l papá se negó pero la mamá le convenció para que la niña fuera a pasear. F i n al m e n t e l o g r ó l l e g a r a M i a m i d o n d e O l g a h a b í a q u e d a d o e n c o n t r a r s e c o n su amante rico y pa ra sorpresa de la familia que la llevó. Olga desapareció y comenzaron a buscarla por todas partes, pero no qu edaba más remedio que llamar a La Habana para informarles a los padres de que Olg uita había desaparecido sin dejar rastro. Olga no era nada tonta y con su coquetería de puta vieja a pesar de su juventud andaba en estos momentos en la cuidad de los Angeles y entró en la primera notaría que se encontró en el camino y se casó con el amante adinerado, pasaron unas vacaciones fenomenales y sin contar los días. En la mitad del cuento la emoció n me hizo ir al baño corriendo a orinar de lo nerviosa que estaba, porque la parte que venía era el castigo terrible. Terminé de hacer mi necesidad y le pregunto a Olga -¿Y que te hicieron tus padres?-, yo pensando como la pasaría en aquel momento, a lo m ejor le halarían los pelos y las orejas. Olga continúa contándome y me dice: -Tere llegué con mis regalos, pero la frialdad de mi padre era de asustarse, figúrate que mi madre no dejaba de tener tics en los ojos, me pestañeaba y se retorcía las manos como indicándome que me escapara -. Pero para asombro de Olga, él permaneció indiferente y ella le enseñó el certificado de matrimonio y él le dijo: -¡Mira, chica no te me hagas la boba y me da lo mismo que te hayas casado o no! - pues él sabía que este certifica do no era legal, solamente dijo: -Me voy para siempre- y nunca más volví a verlo y yo le pregunto: -¿Y eso te dolió Olga? y ella me responde: -Ja,ja, para nada, niña-. La vida tiene cosas que te enseñan que casi todas las personas moralistas en exceso no lo son. Un día en mi trabajo entraron dos ginecólogos a la farmacia del Hospital y yo me quedé con los ojos desorbitados, pues unos de ellos eran un buen mozo a igual que los actores de cine. Se apartaron p a r a h a b l a r c o n O l g a e n p r i v a d o y s a l i er o n c o n e l l a . D e s p u é s O l g a m e cuenta que estos dos médicos eran homosexuales y habían dos ancianos casados hacían cincuenta años que disfrutaban y pagaban mucho para ver hacer el sexo entre ellos dos . Estos ancianos eran muy respetados por la sociedad y por la profesi ón que ellos ejercían. Otro día Olga me llama y me dice: -Tere,¿tú puedes hacerme el turno?, porque tengo algo muy importante que hacer -Yo le respondí que sí. Después ella me cuenta que ella tenía que ir a casa de un abogado que era rico y que d e b i d o a u n a c c i d e n t e q u e d ó p a r a l í ti c o y é l m e p a g a m u y b i e n p o r q u e y o m e desnude y le baile por una hora -. Ya yo me había casi acostumbrado a las cosas tan “bonitas” que me contaba Olga. En una mañana el director del Hospital me pregunta de quien era la prenda interior de color rojo que salía por la ventana y daba al salón de Teresita de Jesús González RETAZOS DE TERUCA 42/83


operaciones, pues él entró un día y vió como los cirujanos y enfermeros estaban parados mirando por la ventana y Olga que estaba presente y escuchando todo lo que decía el director y le re spondió con una semisonrisa –Señor director, es mío, lo lavé por la mañana porque pasé la noche fuera y quiero que usted sepa que soy muy limpia -. El director quedó mudo por un tiempo y con una voz de viol ín le dijo: -Señora, no lo haga más o se va arrepentir- y salió pálido con la cabeza baja . Olga con un gesto de indeferencia, subió los hombros y dijo: -¡Bah!-. Un domingo voy a visitar a la casa de mi padre y lo v eo con su bata típica de seda y su habano en la boca, leyendo la prensa, donde salía paginas enteras de los discursos de Fidel donde prometía que Cuba iba a ser el país más rico de Latinoamérica (ahora está en quiebra ec onómica). Mi padre además conversaba con los dos anc ianos que habían estado con los homosexuales que yo lo había visto una vez yendo a buscarlos al hospital . Mi padre me los presentó como grande amigos y personas profesionales y morales. Gracias a Olga y otras cosas que me habían pasado en la vida, yo me había graduado en la Universidad de la Vida. Puse mi mejor sonrisa y cara de candi dez y dije:-Encantada de conocerlos-. La vida se me había haciendo ancha y cruel E n e l h o s p i t a l l i m pi a b a u n a l i n d a j o v e n c a m p e s i n a , d e p e l o n e g r o y p i e l morena que participaba en un programa de educación de Celia Sánchez, mujer de toda confianza desde la Sierra Maestra de Fidel Castro. Una noche estando en el cuerpo de guardia llega el director con una sonrisa y me dijo: -¡Buenas noches!- venía acompañado con dos funcionarios de alto rango del M i n i s t e r i o d e l In t e r i o r . E s t o s c o m p a ñ e r o s c o m o s e d i c e e n C u b a , s e d i r i gi e r o n d i r e c t o a u n r e f r i g e r a d o r g r a n d e c o n d o s p u e r t a s a b a j o y a r r i b a que nunca se usaba. La puerta inferior se guardaban los materiales médicos y ellos llevaban un empleado del hospital y con una escalera subió el empleado a sacar paquetes de ca rnes. Me preguntaron que si yo sabía algo del origen de esta carne, yo le respondí: -Señor director, desconozco su procedencia-y eso lo repetía muchas veces de lo nerviosa que estaba . Ellos se fueron con los paquetes de carnes y si me dijeron que al termina r mi guardia, pues era de madrugada no podía irme de hospital . D e s p u é s m e e n t e r é q u e l a l i n d a c a m p e s i n a q u e l i m pi a b a y a d e m á s a p r e n d í a a leer y a escribir y hacer otras cosas del hospital y aprendió también a estar con los japoneses y recibir todos tipos de regalos entre ellos, la procedencia de la carne. Al pasar el tiempo más nunca se supo de la campesina.

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CAPITULO 24. “EL CÓNSUL” Yo vivía sola y en un buen apartamento del barrio del Vedado, zona privilegiada de la ciudad de La Habana rodeada de H oteles cinco estrellas, avenidas, tiendas, cines, un lugar céntrico. En un 31 de Diciembre que íbamos a festejar mis compañeros y yo en mi casa. Un primo hermano mío se presentó en mi apartamento y me dijo que si yo podía recibir a un amigo de él que había cumplido cinco años en la antigua Unión Soviética como consejero comercial por el Ministerio de Comercio Exterior y yo le dije que sí que no había ninguna inconvenie nte. Mi primo se fue y yo me puse a decorar mi casa para el día festivo. Cuando tocan a la puerta y veo un señor con un traje de seda azul oscuro con un clásico maletín de dirigente y un olor a perfume que hacía tanto años que yo no olía pues ya en Cuba había pasado el huracán de la escasez y esas cosas no se veían, la fiesta se iba a hacer con unos pollos robados del patio de la abuela de un amigo mío. La bebida era de otra amiga mía que el tío trabajaba en un bar que robaba y vendía la cerveza y el ron en el mercado negro. No nos podíamos quedar para nosotros esto era el festín del siglo, y pa ra acabar con broche de oro me llamó Magnolia por teléfono para decirme que el panadero la había cobrado caro, pero tenía el pan y esto era como estar en la gloria con champán y caviar. El señor del traje dijo: -Yo soy Pedro-y yo le dije en mi tono juvenil:-y yo soy Teresita-.Él se río y dijo: -yo soy el amigo de tu primo Iván- Yo lo mandé a pasar y mi primo me había conta do que yo venía un rato a hablar con él pero que después se iba rápido a una reunión de una embajada pero pasaron las horas y el señor no se iba y yo estaba por dentro cagándome en la hora que nací porque mi primo Iván no aparecía y empezaron a llegar los invitados y una amiga me llamó para la cocina y me dijo:-¡Oye que calladito te lo tenías! -y yo respondí: -Qué cosa, muchacha!-y ella me dijo dirigiéndome al señor con el traje: -¡Al cónsul!-y ahí se quedó para toda la vida el sobrenombre del Cónsul. Yo le pedí permiso para bañarme porque ya que él no tenía conversación y mi primo no aparecía. Yo tenía que arreglarme porque la fiesta había em pezado y así empezó esta historia de amor por mí y de interés por él. En fin para abreviar que esta historia terminó en matrimonio con la presencia de embajadores de la Europa del Este a toda pompa o a todo trapo como se dice en Cuba, yo suspiraba por él, por sus atractivos ojos verde, estatura y con lo buen mozo que era sin percatarme de mis pertenencias en un país donde no había casa para nadie, donde no existían refrigerador, cocinas, nada y yo tenía estas cosas y para más suerte todavía quedaba cerca de l Ministerio de Comercio Exterior. Así que para él era el matrimonio ideal. Después de la luna de miel que fui al Hotel Riveria, lujoso en el 38 piso con C a v i a r y C h a m p á n d e v e r d a d e m p e z ó m i t r i s t e v i d a m a t r i m o n i al . N o m e faltaba ropa, protocolos y todo tipo de actividades diplomáticas y una noche después de un tratamiento muy largo para salir embarazada logré lo que tanto años había esperado tener un hijo que fue empañado esta alegría por una rubéola a la que cuál yo me negué hacerme el aborto. Para satisfacción mía hoy día Un día me encuentro con yo le dije que se cuidara este embarazo era de mi Partido Comunista que él

la secretaria de mi esposo y estaba embarazada y pues estaba fumando. Días después me entero que esposo, lo cuál él negó siempre hasta que el pertenecía lo obligó a reconocer a la niña que Teresita de Jesús González RETAZOS DE TERUCA 44/83


había nacido de la secretaria. Pues decían que era igualita a él, en aquel entonces no existía el examen de ADN y él terminó reconociéndola. Esto fue un golpe muy duro para mí. Él lo hizo en silencio y fue una gran traición. Cuando mi hijo nació yo estaba aterrada por la consecuencia de la rubéola que podía acarrearle defectos. Cuando él nace después de un parto muy d i f í ci l . Y o l e p r e g u n t é a l D r . A c e v e d o q u e s i m i h i j o t e n í a c i n c o d e d i t o s y é l se echó a reír y me dijo: -No seas tonta son diez y diez - Pues aparte de la Rubéola m suegra me había llevado a una casa que según era amiga de ella y querían que me conociera, era mentira, se trataba de una brujera que me hizo caminar por un cuarto llenos de gra nos de maíz y cosas extrañas . En aquel momento yo desconocía que cosa era aquello. Después me enteré y sentí cierto miedo. Luego cuan do llegamos a la casa como todo niño recién nacido lloraba cada tres horas cosa que a mí querido esposo le estorbaba como era el tiempo del derroche. Él como funcionario del gobierno se planificaba los viajes del Europa del Este tanto es así que él se marchó para Bulgaria cuando Pedro mi hijo, tenía un mes y regresó cuando el niño tenía más de seis meses y como ven el amor de padre no era muy fuerte. Un buen día todo terminó pues se fue con mi mejor amiga, no me puede esto asombrar debido a la poca calidad humana y el desprecio que sentía él hacia las mujeres. Me han dicho que la otra ha recibido cuantos golpes e insultos se puede esperar. Cosa de que ella me libró de esto. Lo que digo es cierto, pues estando en la funeraria del abuelo de mi hijo y del padre de él. Ellos estaban en una esquina peleando y dándose golpes o trompadas como se dice en Cuba. Este señor se llama Pedr o Álvarez Borrego que llegó a ser viceministro del Comercio Exterior y palabras textuales de él que este era su única ambición en la vida y ahora está haciendo las negociaciones entre Estados Unidos y Cuba con productos de alimentos. De aquel buen mozo solo queda un gordo enorme con dos patas muy flacas al igual que un globo con dos mondadientes y aquel pelo rubio castaño, solo le queda una gran calva y unos pelos encanecidos. No sé si ahora este señor podrá comprar a las mujeres con medias largas, bolígrafos y perfumes de muestras que traía de Polonia, porque después de la desaparición del comunismo en Europa del Este. Cuba permitió tener dólares, abrir las tiendas con monedas extranjeras conocidas como Shoping, recibir remesas familiares y abrir el ingres o de turistas.

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PEQUEÑOS RECUERDO DE MI DESASTROSO MATRIMONIO Para entonces ya se notaba que el niño no respondía a los ruidos, como si no oyera y había que esperar al año para detect ar cuál era el problema. La respuesta del doctor Ulises fue afirmati v a, el niño estaba en un mundo de silencio, no oía casi nada. Recuerdo que estaba muy sola en la sal a de mi casa esperando a Pedro hasta tarde, él llegó muy arrogante y con rostro s o m b r í o - Y a l o s é , m e c o n t ó t u m a d r a s t r a , n o q u i e r o l l a n to n i h i s t e r i a , e l niño es un sordo más en este país, hazme el favor de prepararme el baño que quiero ir a dormir-. En este momento juré en silencio que mi hijo, no iba a ser un sordo más y que él hablaría y llevaría una vida normal como las demás personas, yo no sabía como, p ero así sucedió. Matriculé mis estudios en Física ya que estaba relacionado con la acústica y prótesis auditivas y otras cosas más que me servía para ayudarlo en lo posible. Hoy en día mi hijo está graduado de arte y para orgullo mío ha viajado el mundo entero con sus exposiciones de pinturas. Habla y se comporta como cualquier oyente, lástima que su padre biológico quiso ser viceministro y no disfrutar de los avances de su hijo varón. Pero hay personas que su mundo es muy estrecho. Es como el que nace pob re y quiere hacerse millonario robando bancos. Él se lo perdió, yo me lo gané. Yo he sido la presidenta de la república de mi hogar y con esto me siento sastifecha de mis los logros de mi hijo.

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CAPITULO 25 MI BUENA AMIGA CLARA Después del nacimiento de Pedro, todo para mí fue muy difícil pues la columna se resintió y tuve que ser intervenida muchas veces en el hospital ortopédico. Vivía sola pero esta vez en un pequeño apartamento después de que ocurrió la separación, pero aún así impartía clases como pr ofesora de Física y estaba rodeaba de buenas amigas de la universidad. Y d e e s t a s a m i g a s h a b í a u n a q u e s e l l am a b a C l a r a y p a r a e l l a t o d o e r a n cosas del más allá en exceso. La pobre no vivía de forma plena, sino con prejuicios y llenos de supersticiones para cada cosa. Clara empezó la carrera de Arquitectura pero no llegó a graduarse. Los rasgos de ella eran bien interesantes, tenía unos ojos azules muy penetrantes que daba miedo, pues los tenía casi fuera de orbita y tan abiertos como si la vida fuera de terror y de misterio. El lado izquierdo de su ojo tenía una verruga tan grande pero tan grande como la del tamaño de un frijol. Sus pelos estaban siempre muy parados lo que combinaban muy bien con sus ojos de susto. Con el tiempo Clara se abrió con nosotra s y fue hablando. Lo primero que nos preguntó: -¿Y que hacen ustedes con las intímas de menstruación? -. Todas contestábamos que botarla a la basura. Clara se alarmó al oír la respuesta y nos explicó que ella las quemaba y las cenizas iban a parar a la taza del baño. Le preguntamos para que había que hacer ese ritual y nos contestó: -Pero ustedes no saben que con las intimas se hacen las peores brujerías y los perros callejeros, sarnosos les gustan olerlas y comerlas. Pues esos perros son el diablo-. -¿Y que hacen cuando ustedes se cortan el pelo?-, nos pregunta Clara y respondimos -¡Botarlo!-. Ella se retorcía las manos con sus uñas enormes y pintadas al rojo vivo, ponía los ojos más desorbitados aún hasta que gritó diciendo: -¡Pero ustedes están locas!, pue s yo misma me lo corto, lo recojo y lo quemo-, y yo pensé que Clara lo que necesitaba era un incinerador. El interior de su casa tenía un color verdoso. Una vez a la semana, ella recogía unas plantas y las hervía hasta que el agua se ponía verde como la tinta. Con esa agua verdosa y algo espesa, la restregaba fuerte en la pared y en las losas para evitar el mal de ojos y los daños que le podían hacer.... Ahora descri biré como era la casa de Clara . Había tres puertas principales, estaba la puerta de entrada de la casa, otra puerta que daba al cuarto de ella y una tercera que salía por la calle posterior. Ella era una persona como se las pueda llamar, pasadita de edad y no se había casado. En la universidad, a la hora de la merienda casi todas las estudiantes tomaban tabletas anticonceptivas. Clara no tenía relaciones sexuales pero igual se la tomaba y esto le hizo salir en la verruga, pelos y también en los brazos. Ya se imaginarían, lo único que le faltaba era la manzana de l a bruja de Blancanieves. Pero en fin, la suerte es loca, pero loquísima y a cualquiera le toca. Se apareció un buen dí a a clase, con una cara de sonrisa y nos contó que tenía un enamorado que lo llamaría Hamburgo. Ella lo entró en su casa por la puerta de su cuarto, pues en la casa ella vivía con un hermano que lo llamaba la familia Pototo y su esposa negra que según ella le decían que era una gran brujera.

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Un día apareció ella en nuestra clase con una cara muy triste. Pues nos contó que Hamburgo, su enam orado, se había calentado lleno de pasión fogosa estando en la cama pero cuando Hamburgo sin darse cuenta, pone el pie izquierdo debajo de la cama. Él dio un grito y ella asustada pregunta: -¿Que te pasó Hamburguito?- y él indignado grita: -¡Me has arruinado mi único pantalón, por Dios, Clara, con la escasez que hay en este país!-, Clara le dice: -Pero, mi amor, no es para tanto -. El problema es que Hamburgo había metido el pie y parte de su pierna en una palangana lleno de orina concentrada y con un hedor terrible. Era donde ella orinab a para no ir al baño pero que muchas veces olvidaba botar la orina y es por eso su concentración. Hamburgo decepcionado de su enamorada, le pidió ir al baño para lavar su único pantalón, pero ella gritó -¡Jamás!- y Hamburgo pregunta: -¿Por qué?- Ella le explicó que los muertos estaban del otro lado del baño y venían para hacer mal. Él gritando dijo: -¡Ya no puedo más, me voy, estás loca de remate! -. Ahí terminó su amor. Otro ejemplo de mi querida amiga. Estando un día en su cuarto y conversaba con Clara de temas de la Universidad y de pronto ella dio un grito de espanto -¡Ahí están las tenazas del diablo! -. Yo me sentí horrorizada y me puse muy pálida, tiesa y muerta de miedo hasta que llegó mi esposo a buscarme. Mi esposo empezó a reírse y me dijo: -Date vuelta- y me tocó la cabeza y fue tan valiente, osado, que tomó las famosas tenazas d i a b ó l i c a s y é l m e d i j o : - T e f a l t a u n p e d a z o d e l a h e b i l l a de t u p e l o q u e e s esta-. CAPITULO 26 LA DESESPERACIÓN Muchas veces siendo joven me reía, del sincretismo cuba no (la santería) pues pensaba que eso era cosa de personas de raza africana (negros y de bajo nivel de estudios), pero la vida nos enseña a ver las cosas de otro modo. Esto me trae al recuerdo cuando un periodista le preguntó a Albert Einstein en una entre vista que si temía a la muerte y le contestó yo le temo a todo lo desconocido. Pasaron los años y yo tenía una fiebre que no se me quitaba, mis compañeros médicos no sabían que hacer después de análisis y exámenes no se encontraba nada y decidieron a la semana siguiente ingresarme, cosa que a mi me disgustó mucho. Estando caminando por la calle muy preocupada me encuentro con la hermana de una amiga mía y la saludo y ella me vió muy pálida y me pregunta como estaba, le expliqué la breve historia de mi salu d de lo que me pasaba y ella me dijo que practicaba la santería y el espiritismo y que podía ayudarme con una santera muy buena, en aquel tiempo estaba perseguido en la Cuba atea y revolucionaria este tipo de prácticas pero mis ansias de no terminar en un hospital era más fuerte y le respondí que iba con ella a ver a la santera. Así empezó mis bregar por estos lugares a la señora que ella me llevó, me sacó el dinero y no resolvió nada, no obstante caí en manos de otra en mi afán de ponerme bien. Esta fue peor, pues me sacó más dinero todavía y me hizo comprar una tinaja de barro que en estos momentos no recuerdo que tenía adentro y según ella había que hacerle un trabajo a dicho objeto y llevarlo a mi casa, a mí todo esto me parecía absurdo pero en estos momentos yo no pensaba con cordura con las ansias de no tener más fiebre y por supuesto no terminar en el hospital. No me daba cuenta ver que todo era un gran disparate, ella se percata de mi decepción y me lleva a ver a

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un gran sacerdote afrocubano (Babalao ) Es lo único que puedo estarles agradecida es que conocí a un gran hombre desinteresado y buena persona. Cuando llegué a su casa noté que era una casa normal como otra cualquiera con cosas de madera muy bien talladas y elaboradas, porque en Cuba las casa s de los santeros o babalaos sobrecogen a cualquiera, pues están llenas de brujerías como cazuelas de hierro, maíz, palomas, miel, gallos sin cabezas y cosas bastantes desagradables posteriormente me entero de que su profesión era ebanista y restaurador de museos de la cuidad y que no se ganaba la vida estafando a las personas. En la primera visita sentada en la sala de su casa él me cuenta porque se hizo Babalao, dice él que estando joven tuvo una gran enfermedad y su papá que era medico y también Babalao, lo ingresó aparte de los exámenes que le hizo en el hospital quería hacerle rituales de santería y él se negaba rotundamente y no creía en esto, pero pasaban los días y fue empeorando su salud estando como se dice vulgarmente con una pata en el cementerio en su desesperación, le dijo a su padre que hiciera sus rituales. En la noche su papá llegó al hospital con una gallina negra, un huevo, caracoles y otras indumentarias de la santería, él se dejó hacer todo el ritual y cosa sorprendente a la mañana siguie nte inexplicablemente, se pudo levantar de la cama aunque algo débil, pudo caminar y al pasar los días le dieron de alta médica. Eso se los narro no para que crean yo simplemente lo cuento como él me lo dijo. Ya ustedes después sacarán sus propias conclus iones. Él me dijo esto -no es para convencerte porque sé que no crees en estas cosas, déjame trabajar contigo que no te voy a cobrar ningún centavo -. Así empezó mi historia con el Babalao que yo le llamaba Padrino. Me llevó para una mesa de comer y puso un papel con un lápiz y me dio un huesito de un muerto humano y un caracol y los tomé uno en cada mano y él me las cerró. Me dijo que sin él ver yo fuera pasando el huesito y caracol de una mano a otra, cuando yo hacía esto, él me decía -abre la mano derecha o abre la mano izquierda - y según lo que hubiera en mi mano el hueso o el caracol, él iba anotando un cero o un uno, yo le dije –padrino esto se parece mucho a la lógica matemática que yo estudié en la universidad- porque el papel tenía muchos ceros y mu chos unos seguidos como números binarios y también combinados en uno y cero. Llegado el momento, el me dijo-ahora te voy a leer tu letra, o sea la historia tuya -. Tu eres hija de una mata de plátano macho que no da frutos, yo le pregunto que significaba esto y el me dice-Lo que voy a decirte es muy duro, la que está fungiendo como mamá tuya no es la verdadera, pues ella nunca pudo dar el fruto y las que dio tuvo que dejarte, este es tu origen verdadero y ahora voy a leerte tu segunda letra- después de un silencio continuó leyendo los ceros y los unos y me dijo-por esta letra rige el símbolo del conejo -y me explica-jamás podrás comer conejos por que el es como tú, manso, carece de maldad y se deja cazar muy fácil, con esto te quiero decirte que el conejo n o come al conejo y tampoco puedes tomar vino blanco o bebidas blanca y no me explicó el porqué, continuó diciendo -Tu signo que traes en la vida es de Reina -él se viró y de una vitrina de cristal sacó unas libretas que eran bastantes y me dijo -Aquí están los signos de todas las personas que yo he visto y te puedo demostrar que muy pocas personas llevan este signo -yo le pregunto-¿Qué significa esto? Y él me dice pausadamente que todo lo que tenga que hacer en mi vida, lo tengo que hacer doble (como todo lo mí o nada es sencillo). -Te voy a hacer, si tu me dejas, tenía nada que perder y además mayores en reunión (Sacerdotes una habitación cerrada un ritual

unas cuantas cosas - yo le contesto que sí pues no eran gratis, él convocó a una cantidad de Babalaos afrocubanos con rango). Día después se me hizo en secreto y todos iban vestido de blanco y sentados Teresita de Jesús González RETAZOS DE TERUCA 49/83


en el piso sobre una estera y por lo que yo intuyo el señor del medio debía de tener el rango principal, pues llevaba en la cabeza un gorro blanco como el de los cocineros muy grande y todos me trataban con mucho respeto. Ellos empezaban hablar en lengua Yoruba y después empezaron a contarme cosas de mi vida que era ciertas tirando sus caracoles, yo no sabía que este ritual no se podía interrumpir y alcé la mano como una colegiala y dije -Con permiso estas tiradas que han hecho con los caracoles está mal hecha - Ellos abrieron los ojos con asombro y conversaron algo que no entendí, unos de ellos me preguntó después -¿Por qué dices esto? - Y yo le dije porque me hablaron al oído y me dijeron que estaba mal tirados pero no muy convencidos volvieron a tirar los caracoles que se hacía en una estera y después de tirarlo dijeron-¡Ache pá ti!- Y alzaban los brazos y eso pasó dos veces y así llegaron a la conclusión de que yo padecía de un estado nervioso febril, resultado clínico del diagnostico de los Babalaos afrocubanos. Después pasé a las mujeres, llamadas las Babalochas y luego de otros rituales, ellas me sacaron mi Santo, según me dijeron que yo era hija de Obatalá (la v irgen de las Mercedes) que es la patrona de la salud. Como se ve en todas las religiones, los hombres y las mujeres están separados. Los Babalaos me dieron una serie de remedios y plantas medicinales que no la puedo decir por respeto porque según ellos er a secreto para siempre, lo único que puedo decir es que me dieron los santos guerreros (Ayaguns) que significa ayuda para la salud, estabilidad y fuerza, los orishas fuertes Ososhi Elegguá y Oggún y también como oshun que se compara con la individualidad, para que protegieran mi casa. Elegguá es el propietario de todos los caminos que posee la llave de abrir y cerrarlo se personifica por la cabeza de cemento con los ojos, nariz, boca y oídos de caracoles, Oggún el dios de hierro personificado por la herrami enta de trabajo; El hierro es unos de los metales fundamentales que se encuentra en cualquier tipo de construcción y está siempre disponible. Ososhi el cazador y propietario de misiones, juez en santos de la ley, Oggún y Oshosi siempre viven juntos y nunca se separan. Oshún es una barra de metal en lo más alto en un acopa de metal tapada con una tabla redonda en la parte superior está puesta un gallo. La copa contiene el secreto con la carga mágica. La tabla rodeada por cuatro pequeñas pelotas de metal que representan los cuatros puntos cardinales, Oshún tiene la función contra los brujos y todo lo malo y nunca puede caerse. En el caso que se caía debe visitar inmediatamente al Babalao porque tenía efectos negativamente sobre su propietario. Oshún está solamente preparado y transferido por el babalao, puesto que los Orishas se manifiestan tanto en las piedras sagradas, a partir de estos comienzan a crecer. Bajo el regimen de Fidel Castro, en aquellos momentos era penado por la ley y puedo terminar en prisió n porque no se podía tenerlos en la casa a la vista por lo tanto los santos guerreros fueron escondidos dentro del televisor y como lo tenía también la mitad de la Habana. Una madrugada estando dormida me tocaron en el hombro y me dijeron - Recoge todas estas cosas ahora mismo y vete lejos ponlos en un camino en el monte -. Y así se hizo. Después de esto la fiebre que padecía desapareció. Explicación no le puedo dar ninguna, lo que sé es que fue una parte de mi vida que recuerdo a estas personas con gratitud y amor solamente por querer hacer el bien.

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CAPITULO 27 TODO LO QUE BRILLA NO ES ORO Un día cualquiera de un mes cualquiera del año 1979 me tocaron a mi puerta y una amiga mía me trajo a un joven buen mozo y por ahí empezó una buena amistad y me casé nuevamente. Ahora visto después de 29 años lo que yo creía que era el gran amor todo fue una gran falsa. Estuve siete años montada en una nube rosada, después de esto he tenido pocas horas d e p a z y t r a n q u i l i d ad ¿ P o r q u é n o r o m p í ? , ¿ P o r q u é n o t e r m i n é c o n a q u e l l a pesadilla de mi vida? Simplemente porque la ceguedad de mi amor y de mi mente se quedó muy impreso los sietes años vívidos de aquel lindo amor. ¡Que lástima! Pues hubiéramos sido una familia maravillosa en una dictadura férrea, nosotros no carecíamos de nada material. Lo que faltaba era lo más importante el amor. Hoy en mi vejez, estoy sola, muy sola, sin casa, sin dinero, sin amigos en el fin del mundo en la patagonia, sintiendo el frío del alma y este frío de este lugar lejano casi los doces mese s del año. Hagamos un poco de historia. Como yo rehabilité con el apoyo muy bueno de mi esposo, que ha sido como muy buen padre para mi hijo. Quise dar mis conocimientos a la situación de sordos e hipoacusicos de Cuba. Ahí yo me volqué con ellos que son p ersonas muy difíciles, pues no aceptan al oyente para nada. Yo les explicaba con esfuerzo que no debían vivir como peces dentro de una pecera en su mundo de silencio y aislados. Traté de llevarle lo mejor de mí e hice muchas cosas entre estos publiqué dos libros y fiestas colectivas que no estaban acostumbrados con oyentes, lecturas de periódicos y enseñarlos a comportarse a hablar, pero yo era más bien rechazada. Quise poner a los sordos en la escuela de oyentes como hice a mi hijo y que llevaran el sistem a normal de educación. Trabajé mucho con mi esposo. Debido a los trabajos que yo hacía en la Asociación de Sordos y mis publicaciones en periódicos y revistas tenía que asistir a las reuniones de equipo de salud del Consejo de Estado de Fidel Castro. Se di scutían los problemas de atención de salud, las reclamaciones, etc. Y analizar lo que se debía o no decir en las publicaciones, Un día en la reunión en que ya se había aclarado todos los puntos en nuestro régimen dictatorial. El jefe de la r e u n i ó n d i c e : n o s e v a y a n l o s c o m p a ñ e r o s q u e s o n m i l i t a n te s d e l P a r t i d o Comunista-, como yo no lo era , me levanto para irme y el jefe me dice, siéntese que usted es de toda mi confianza. Él empezó a plantear y a preguntar distintas cosas que yo desconocía y unas de las pr eguntas fue que si todas las unidades estaban completas y en aquella mesa que era enormemente grande, todos empezaron a decir: -FALTA UNO-. Yo no entendía de que estaban hablando, lo que yo sí sabía que en mi pais no se podía discrepar ni tener criterios p ropios, por lo tanto, cuando llegó mi turno y yo repetí como el papagayo y dije: -FALTA UNO-. Pues a mí me daban ocho que ochenta, pues mi ignorancia era total. Después me entero que lo que faltaba era un chivato o informante en el policlínico de salud en la calle de San Lázaro que podía ser uno trabajando c o m o l i m pi a n d o p i s o , r e p a r t i e n d o t u r n o s , a s í q u e c a d a v e z m i m i e d o e r a mayor al abrir la boca. Hablando de esta reunión, yo tenía un amigo arquitecto que estaba t r a b a j a n d o e n l a i n s i pi e n t e f á b r i c a d e b i o q u í m i c a e n C u b a . E s t e d í a l e t o c ó Teresita de Jesús González RETAZOS DE TERUCA 51/83


l a g u a r d i a d e c u i d a r e l e d i f i c i o ( i di o t e c e s d e l r é g i m e n , p o r q u e é l l o q u e hacía era estar sentado sin hacer nada) para defenderse él tendría que tirar las piedras que estaban a su alrededor. Él me cuenta que este día le di jeron q u e l l e g a b a F i d e l C a s t r o , t o m a r o n e l e d i f i ci o c o m o t r e s c i e n t o s guardaespaldas y después llegaron más hasta llegar nuestro comandante en jefe. El director lo estaba esperando en la puerta pues según se decía venía a revisar las obras. Fidel entró al e dificio y estuvo horas adentro hablando y hablando de la cantidad y diversidad de medicamentos que iba a haber en Cuba. Cosa que nunca se vió, pero vamos al tema, cuando salió Fidel Castro, al frente del edificio habían palmas y dijo señalando con su dedo: ¡Allí hay 48 Palmas reales! -se montó en su auto escoltado y se marchó. Atrás quedaron unos guardaespaldas y le dijeron al director del hospital: Cuenten mañana cuántas palmas , si hay 50 corten y quiten dos. Si hay 46 siembre dos más-. Así ustedes se pueden percatar porque nuestro líder y comandante nunca se equivocaba. Un día estando en la consulta de audio logia habían unos soviéticos con un niño muy rubio y sordo. Yo y mi esposo que hablábamos un poco de ruso, les ayudamos para que entendieran lo que tenían el niño. Ellos muy atentamente nos dieron las gracias y nos invitaron a su casa. De ahí sin saberlo conocimos lo que era la base soviética de Lourdes en Cuba, que quedaba en la carretera que se dirigiría hacia la ciudad de San Antonio de los Baños y estaba situada hacia adentro, pues no se veía . Nosotros desconocíamos que él era un militar soviético de las fuerzas armadas de la antigua Unión Soviética. Cuando vimos que había que desvi arse de la carretera hacia un monte con nuestro pequeño auto, nos pa reció extraño y hasta nos reímos que estos vivieran en un lugar tan apartado. Lo que no sabíamos es que estábamos llegando a la base. A la entrada de lugar habían dos casetas unas frentes a otras. Una soviética y otra cubana. Nos pidieron el carnet de identidad y dimos nuestros nombres y parecen que nuestros nuevos amigos habían anunciado nuestra llegada, no hubo problema en pasar. Aquello era una cuidad escondida llenos de edificios y antenas parabólicas de color gris y muy enormes apuntando al cielo . Cuando llegué a casa de los padres fuimos bien recibidos con Vodka y sopas de pescado del mar Caspio. Con el tiempo, cuando íbamos los fines de semana pude ayudar al niño para que pudiera hablar con la prótesis auditiva que con el tiempo iba mejorando su dicción, también pude conocer mejor sus costumbres y fui percatándome que “la pureza socialista” no existía. Alex co mo se llamaba el papá del niño sordo Deniska era hijo de una madre con rango de Coronel del ejército soviético y llegó a Cuba gracias a las bote llas de Coñac Napoleón de 5 estrellas que poseía su mamá que le regalaba al médico del ejército para que emitiera un certificado, de esta forma Alex no tendría que ir a la guerra de Afganistán y caer suavemente en el paradisíaco mundo de la isla azul, con su esposa Galia y su hijo Deniska. Pasado un tiempo, cuando Gorbachov anunciaba la perestroika en este país y con los manejos no convencionales pudieron adquirir un equipo de audio q u e e n a q u e l l a é p o c a e r a u n l u j o t o t a l e n l a s t i e n d a s p a r a d i pl o m á t i c o s e n La Habana. Recuerdo que un domingo mientras yo impartía clases de dicción al pequeño Deniska, mi esposo y yo oímos unos anuncios cantados en inglés de la Coca-Cola, en este momento yo me quedé aterrorizada me parecía ver a la Santa inquisición, lo único q ue me faltaba gritar y decir: -¡Blasfemia!Yo le expliqué a Alex y a Galia que bajaran el volumen de su nuevo equipo de audio, pues este anuncio publicitario y capitalista provenía de una Teresita de Jesús González RETAZOS DE TERUCA 52/83


estación de Miami y que por estar cerca de la isla de vez en cuando se escuchaban sus ondas radiales. La palabra capitalismo era un tema prohibido, pero Alex y Galia dijeron con naturalidad que les gustaban la música publicitaria para grabarlos y venderlos en la inmaculada e incorruptible antigua Unión Soviética. Alex que era teniente del ejercito tenía influencias con los contactos, de esta forma adquirían con los campesinos que vivían cerca de la base de Lourdes, como carapachos de tortugas, pues el Carey es muy preciado , vasos de cristales de Bohemia y muchos más objetos que los iban acumulando en cajas grandes de madera guardados en una habitación . Guardaban cosas valiosas y vendibles para el mercado negro y exportarlos hacia allá. Me di cuenta que ellos tenían la picardía y experiencias más que nosotros a pesar de las r estricciones y su moral casi risible, pues en los sábados en Cuba ponían una pelícu la norteamericana y recuerdo en una reunión familiar en un sába do en la noche en casa de ellos, estábamos viendo una película policíaca, donde en una parte se veía una mujer desnudándose solamente y de pronto Alex grita con el rostro colorado: -¡Teruska no mires la televisión! -y me tapa los ojos, le pregunto a Alex que sucedía y él me dice: -¡Pornografía!- y yo me eché a r e í r p e n s a n d o e n l a c o r t i n a d e h i e r r o p o l í ti c a y m o r a l q u e e x i s t í a e n l a antigua Unión Soviética, por eso el destape posterior ha sido fuera de serie, es como los pajaritos cuando están enjaulados y cuando les dan la libertad vuelan y vuelan sin rumbo fijo, pues desconocían el mundo libre. En el año 1986 ellos cumplieron su misión y por la parte militar que regían en su país ellos no podían entrar nuevamente a Cuba ni como turistas. Esto sí se llevaron, ellos y otros más parte de nuestra isla.

CAPITULO 28 L A F A M I L IA Y E L R E G IM E N D IC T A T O R I A L Ya es sabido en un régimen de una dictadura muy fuerte, cuando la unión d e l a f a m i l i a n o e s v e r d a d e r a y s e a n t e p o n e n l o s c o n c e p t o s p o l í ti c o s a n t e s q u e e l a m o r f a m i l i ar , e s t o c o n l l e v a n a m u c h a s s i t u a c i o n e s p e n o s a s , p o r ejemplo mi esposo era una gran persona y asimil aba los defectos y las virtudes de su familia hasta que un buen día dos hermanos menores, pues ellos eran tres se dieron a la tarea de pertenecer de una forma agresiva al régimen. El más pequeño pertenece al ministerio del interior, vive hoy en d í a e n l a In g l a t e r r a c o n l a m e n t i r a d e d e c i r q u e e s t a b a t r a b a j a n d o p a r a u n a firma muy renombrada de seguro, cobrando en Dólares y viviendo en In g l a t e r r a c o m o e n C u b a c o n u n a c a l i d ad d e v i d a n a d a s o c i a l i s t a . T a n t o e s así que para quedarse con la buena casa de los padr es, le compró al hermano del medio en Dólares un apartamento de un edificio construido por la revolución cubana, porque mi esposo hacía años había renunciado a la herencia de la casa y él quería ser dueño y señor de una casa de cinco cuartos, tres baños, etc. Mi suegra era parte del juego, pues él la mantenía en Dólares y la jubilación de la tía y la de ella que vivían juntas en esta casa simplemente se cobraba y se depositaban en el banco. Para mi suegra e l v i v o o e l d e c h i s p a y é l q u e m á s s a b í a s o b r e n e g o c i o s n o m u y l i m pi o s e r a e l q u e m á s v a l í a . É l l a p u d o l l e v a r a In g l a t e r r a , a A s t u r i a s y o t r o s l u g a r e s Teresita de Jesús González RETAZOS DE TERUCA 53/83


de visita y darse una vida de gran señor con el sudor del pueblo cubano. Los sentimientos en él se fueron de paseo hacían muchos años. Mi suegra se ocupaba de establecer las diferencias. El inteligente era el hermano mayor, es decir mi esposo, pero este no aportaba Dólares. Así que la inteligencia y los sentimientos en esta casa no valía. El hermano del medio que pertenecía a l a P o l i cí a N a c i o n a l R e v o l u c i o n a r i a ( P N R ) . E s t e a p e s a r d e h a b e r e s t u d i a d o profesorado de geografía era manejable y bueno para hacer lo que ellos querían con él, no así mi esposo. Él iba a Cuba todos los años a vacacionar con sus ínfulas de gran señor, donde les rendían plestecía la fami lia de él, la familia de la esposa, los vecinos, conocidos, por zapatos y ropas de un Dólar. Cuando él llegaba por s u p u e s t o e l l a l e d a b a e l c u a r t o p r i n c i p al d o n d e e n u n p a í s d e m i s e r i a s e escondían los ambientadores, perfumes, los talcos, las ropas que no eran de a Dólar juntos con l as leches de distintos tipos y comidas más exquisitas. Nunca hubo una pregunta hacia mi esposo, hacia mi hijo y a mí si teníamos algo que comer, cosa que se esperaba a la actitud que él asumía pues él podía pagar veinte dólares a la ascensorista de un Hotel cinco estrella para que les dejaran subir las prostitutas del momento y no así darles dos dólares con veintes centavos para su hermano mayor y poder comprar leche o una botella de aceite, pues en Cuba había hambre, claro el di nero era de él por supuesto y cada uno invierte en lo que le parezca pero estamos hablando de la familia y de un buen hermano que lo enseñó a caminar, siempre lo quiso mucho. Cada día veo que la sangre une muy poco cuando se quiere, a veces un buen amigo t e tiende una mano que no lo hace un hermano. M i e s p o s o , m i h i j o y y o í b a m o s a l a i g l e s i a b a u t i s t a d e l m u n i c i pi o C e r r o d e La Habana, en aquel momento estaba muy vigilada la religión. Nosotros escondíamos el auto, pero no sabíamos que estábamos vigilados po r la propia familia porque un día fuimos al campamento bautista de Tía Helen q u e q u e d a b a e n e l c e n t r o d e l a i s l a , d e l a p r o v i n c i a S a n t a C l a r a . Íb a m o s c o n la tía de mi esposo y ella que es muy buena persona ingenuamente lo comentó a la familia, esto se dio paralelamente justo con la edición de un folleto mío editado por una firma muy importante de prótesis auditivas, de Suiza donde solamente cobré trescientos dólares , cuando la ten encia y colecciones de monedas extranjeras estaba muy prohibida por el gobiern o de Cuba. Esto le costó a mi esposo que lo llamara del trabajo y en una oficina dos oficiales del ministerio del interior lo interrogaron duramente durante tres horas. Posteriormente él se enteró y también sospechó por cuestiones muy íntimas que se coment aron en el interrogatorio acerca de la casa bautista de tía Helen, de donde venían la acusación. Fue expulsado del trabajo y pudo conseguir malamente un trabajo de ingeniero muy lejos de la ciudad y con un sueldo de miseria. Esta era “la sagrada familia” q ue le había tocado. Después de esto su carácter cambió, se puso hosco, no sociable y entró en la fase de estar mal con los que le rodeaban, pero seguía siendo un buen padre. Él no volvió a ser más nunca quien fue. Yo espero que la vida lo vuelva a llevar p or el camino de quién era él, que era todo bondad y un ser incapaz en su hogar de ofender ni d e maldecir a su hogar. Yo espero que se reconcilie con la humanidad y que vuelva a ver su hogar como antes lo fue.

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CAPITULO 29 L A M IT A D D E U N A M E N T IR A Es cierto que la medicina en Cuba es buena y los estudios son mejores, pero ahora viene el después. A un médico graduado de la familia ya le asignan una casita pequeña sin agua con un escritorio sucio y con una pesa que no pesa, con unas ventanas que no cierran y una camilla de metal del año de 1930. A mi por experiencia me tocó una vez ir al conocido consultorio médico de la familia. Donde la médico tiene que atender una manzana completa llenas de edificios y de casas coloniales que se han convertidos en d i v i si o n e s d e d o r m i t o r i o s y a p a r t a m e n t o s m u y c h i c o s p a r a v i v i r . H a b í a u n a casa colonial que le decían el hormiguero por la cantidad de personas que vivían. Estando yo en la consulta, el señor que iba delante de mí tenía sarna, es una enfermedad de la piel contagi osa. Yo vi porque las puertas del consultorio no cerraban, como este señor ponía el brazo encima del escritorio médico. La Sarna suelta como una caspita que por supuesto él dejó allí. Cuando él salió me tocaba mi turno y yo pensé “uno entra con una enfermedad y sale con dos o tres, pues la doctora no tenía ni agua para lavarse las manos, ni medicinas que recetar. Según nuestro comandante en J e f e F i d e l c a s t r o , e l b l o q u e o i m p e r i a l i s ta d e l n o r t e a c a b a b a c o n t o d o . Lo primero que preguntaba un médico era que si tenían familia en Estados Unidos y ustedes se preguntarán ¿porqué?, pues al no haber medicinas había que pedir al cruel y brutal imperialismo donde vivían sus familias emigrados para que estos cobraran el doble de lo que valía la medicina. El gobierno nunca pierde. En las farmacias estaban llenos de estantes viejos, carcomidos por polillas y vacíos. Yo tenía una amiga que trabajaba en la farmacia que estaba medio trastornada de que la gentes fueran a pedirles medicinas que no habían y que los extranjeros to maran videos de la situación y llenaban los frascos de medicinas con agua y ponían las e t i q u e t a s . E s t o e s r i s i bl e , p u e s c o m o h a b í a n p o c o s f r a s c o s e n a q u e l l a farmacia tan grande. Los tres o cuatros de frascos bailaban en aquellos estantes enormes. En las vi trinas ella colocaba las cajitas de medicinas vacías y caducadas. El pobre pueblo creía que había llegado el pedido del mes y ella le decía que simplemente era un adorno farmacéutico, cuando llegaban aspirinas era tan dura como la leche que se vend ían por dieta a los enfermos. Un amigo mío bioquímica que trabajaba en la producció n de medicamentos al cuál que yo le expliqué que tenía que machacar la aspirina con un mortero y muchas veces tomarme dos o tres para que me hicieran efecto, él se echó a reír y me dijo: -Mi hija, eso tiene más talco que ácido acetilsátelico- Esa era la potencia médica de la revolución, lo que si hay que felicitar a los médicos que se las ingenian día a día y tratar de resolver a su alcance y casi sin recursos las enfermedades del p ueblo cubano. Porque existe otro tipo de farmacia s, hospitales, equipos médicos que son para los turistas, extranjeros y líderes del partido comunista de Cuba y otros países. Por poner un ejemplo a mí un día me dio una fatiga y fui al policlínico de mi área. La enfermera me puso un pedacito de algodón con agua fría pues carecía de alcohol. Una muy querida amiga mía canadiense se le ocurrió ir a una clínica de extranjero por una diarrea que tuvo y según ella ha sido la diarrea más cara de su vida, le clavaron como se dice en Cuba, como 60 dólares por un frasco antidiarreico. Yo le comenté que yo compraba en bolsa negra la fruta

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de Guayaba que quita la diarrea y sabrosa y no le hubiera costado tanto. Cosas de mi país. En estas clínicas para extranjeros todos él que trabaja allí esperan propinas en dólares que ofrezcan o algo de comida que dejan o cualquier dádiva que regalan los turistas porque la miseria no tiene nivel cultural y el hambre mucho menos.

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CAPITULO 30 MI INOLVIABLE AMIGO JOAQUÍN Ya ha pasado unos 20 años y aquella niña la Teri, la Teruca o Teresita había encanecido algo aunque el fondo seguía siendo la misma. Preparaba la comida que eran frijoles con arroz pues escaseaba la comida y mi hijo tenía que hacer una enorme cola para comprar s olamente las papas que además v e n í a n s u c i a s y p o d r i d a s . M i e n t r a s o í a e l d i s c u r s o p o l í ti c o d e F i d e l p o r l a televisión y se oía su voz ronca, con soberbia de siempre e intolerante en todos los sentidos pero llevaba más de 7 horas hablando en su tribuna t í pi c a y p i d i ó p e r m i s o p a r a i r a l b a ñ o y d i j o : - N o h e t e r m i n a d o ¿ m e entendieron?- y volvió a hablar después de hacer su imperiosa necesidad. Espero también si él se habría lavado las manos. Estaba hablando con la periodista Rita Rosa que nos habían visitado pa ra entrevistar a mi hijo, por ser el primer sordo que se graduaba con éxito en la Academia de Bellas Artes. La periodista al entrevistar a mi hijo directamente por el programa de televisión en el canal 6, se asombró que Pedro no tenía problema de dicción y se desenvolvía con naturalidad. Yo lloraba de emoción de haberle prometido que él hablaría sin problemas. La realidad era bien tediosa por aquel entonces, habían apagones de luz, escasez de comida, monotonía diaria, apenas vendían libros excepto de que se tratara la vida de Mao, Marx, José Martí y circulaba un solo periódico que apenas tenía dos o tres paginas, donde mostraban que el mundo estaba acabándose. Exi stía un alto consumo de psicofármacos y Ron vendidos en mala calidad por el gobie rno y se distribuía en pipas para la población. Las gentes iban con mirada ausente al trabajo en los buses, en las calles, parecido a los autistas. Era el régimen cubano. Mi esposo Enidio que es un ingeniero industrial brillante, ganaba un salario tan bajo como todos los profesionales que vivían en la isla, decidió probar suerte con la artesanía para vender a los turistas y mi hijo le ayudaba a hacer los dibujos en la madera mientras él trabajaba con el pirograbado. Cierto que en aquel momento los artesanos ganaban bue n dinero. Conocimos a Humberto también ingeniero y de la misma manera se dedicó a la artesanía haciendo lindas máscaras con yaguas de la palma cubana y él nos presentó a un bonachón español que se llamaba Joaquín, unos de los primeros en trabajar con los ordenadores cuando entraron a España en la época del caudillo. Joaquín siempre fue un hombre alegre y ávido lector. Él le encantó mi cuento “la vuelta de los fantasmas” me alentó a que continuara, pero nos llegó la lamentable noticia d e que se había ido par a siempre y todo aquello que se iba a publicar murió también. Por aquel entonces las pinturas de mi hijo gustaban mucho por su colorido y de temática costumbrista. Sonaba la música “Buena Vista Social Club” y muchos decían que el documental de Win Wenders se habí a inspirado en sus cuadros. Pedro se enamoró de Bélgica cuando fue a exponer sus pinturas y s e n t í a u n p r o f u n d o l a z o c o n e s t e p a í s p o r l a l l u vi a , e l f r í o , l o s b o s q u e s d e otoño y regresó muy nostálgico y en esto me hacía acordar de mi extraña familia alemana.

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CAPITULO 31 LA COMIDA Se sabe que mucho países la comida es un gran problema. Yo me voy a remitir a la alimentación del pueblo cubano que es la que conozco porque la viví en carne propia. Hay un dicho en mi país y quizás en otros que reza a sí “El que tiene un amigo tiene un central”, yo tenía una amiga que vivía en un edificio de 36 pisos donde anteriormente a la Revolución vivían familias bastante acomodada. El edificio, tenían tiendas de ropas y comidas en la planta baja, una piscina para mayores, para niños, cafeterías. En fin nada de esto queda ya para el pueblo. Hubo una primera etapa donde el supermercado eran para los rusos, búlgaros, rumanos, que antiguamente pertenecían al bloque socialista del este y que invadieron a nuestro país co mo dioses del olimpo. Yo pude constatar con mis propios ojos como era esta tienda por dentro del edificio más alto de la Habana, porque mi fisonomía podía pasar por cualquiera de estos personajes de la Europa de Este. Mi amiga búlgara que trabajaba conmigo me llevó un día a este lugar y cuánto fue mi sorpresa, al ver tanta comida, me acuerdo que me paré frente a unos ajos grandes, las carnes y las manzanas como si fuera una estatua con los ojos abiertos y en la mente en blanco, fue un shock para mi cabeza, pues no podía pensar que esta cantidad de comida, la hubiera para ellos y no para los cubanos. Salí atontada y me encuentro con una gran amiga muy querida llamada Isabel Bretón y le cuento todo lo que había visto. Ella era de las pocas personas que quedar on viviendo en este edificio porque estaban invadidos por familias de Europa del Este, que le entregaban a ellos aquellos enormes apartamentos, con muebles, manteles, camas, en fin todas las cosas que las personas dejaban sus propiedades huyéndole al siste ma castrista o más bien por temor a la persecución y represión de nuestro país. Yo le comento a Isabel lo que ví y ella me pregunta: -¿Tú quieres de estas cosas de comer? -y yo le pregunto pero como lo voy a obtener y ella me respondió: -Si, tienes pesos sube al edificio conmigo que te voy a llevar a las grandes tiendas que tienen instaladas en sus apartamentos estos camaradas. Allí pasé por el piso 17, 20, 24, comprando carnes rusa enlatadas, aceite de oliva de origen búlgaro, los ajos, en fin todo lo que h abían en la tienda de abajo, ellos lo tenían arriba para la venta aprovechándose de nuestra miseria en el mercado negro. Isabel me dijo:-Te voy a llevar a unas de las mejores tiendas que es de una búlgara continuó diciéndome:-Esa si sabe hacer negocios-. Entramos a su apartamento y cuando fue mi asombro, porque no sé de donde carajo había sacado vitrinas de tiendas y en aquella sala enorme tenía por departamentos, perfumes, shampoo, suavizantes, lociones, pinturas de uñas y todo muy bien colocado. Después p asamos a otra vitrina donde había ropa interior de todo tipo de colores y que decir de los vestidos, la blusa, los abrigos. Era como para caerse para atrás, hoy en día no hay búlgaros, rusos, rumanos, no quedan nadie, pero lo que sí me consta que se llevar on los muebles de valor, los grifos de los lavamanos, del baño y llevarse todo lo que se pudieran llevar para su país. Este edificio quedó desolado y abandonado como un oeste, las puertas sin cerraduras, cuartos abandonados, un pequeño gran desastre. Hoy día el supermercado, la tienda de efectos eléctricos, las cafeterías son para el “pueblo” que tienen dólares, que no son muchos los privilegiados. Todo allá adentro está sumamente caro y es abusivo. Pero en fin esta es parte de nuestra historia con los pueblos que nos decían hermanos que nos visitaron para darnos todo tipo de “ayuda”. Yo doy testimonio de ellos no porque me lo contaron sino porque lo viví. Así comenzó la bolsa negra en mi país, si tenían dólares, el que trabajaba en la bodega de la esquina, que le llegaba la leche en polvo para dieta de diabéticos, Teresita de Jesús González RETAZOS DE TERUCA 58/83


canceroso y ulceroso que la podían comprar con un certificado médico y le vendían 5 libras de leche en polvo para el mes. No sé como se las arreglaba el bodeguero, yo les compraban cinco a diez li bras de leche en polvo de calidad muy mala, porque muchas veces se solidificaba como una piedras y había que darle con un mortero y a veces me avisaban: -¡oye, llegó leche amarillita, de las buenas, de Canadá -. Esto costaba un dólar la libras. Así era todo el vendedor que tocaba a la puerta, vestidos en camisetas y short, con una bolsa llenos de carne que te decían: -Tía, tía, vamos, apúrate que esto es fachaó-que quiere decir robado. Yo risiblemente me iba para la casa del al lado donde vivía la chivata de la cuadra o como se dice “la informante”, pues ella compraba también y era el eje principal de dichas compras pues tenía pesas para que no le robaran y un cuchillo muy bueno afiliado para cortar, cosa que todavía las cuentos y son difícil de creer pero as í era la realidad cubana.

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CAPITULO 32 MI QUERIDO CHÉ Donde quiera que estés porque yo sé que estás con el pueblo cubano y con aquel necesitado de nuestra pobreza en el planeta tierra. Yo esta humilde cubanita te escribiré desde la Patagonia he llevado u na pintura hecho en una madera burda pero que se engrandece con la pintura de tu cara. Yo te siento desde este exilio siempre conmigo y mi hijo también se siente igual. Por eso no me asombra que tu esfuerzo hacia el pueblo cubano de hacerlo mucho mejor y l uchaste por que llevaran una vida digna, te aprecian tanto como yo. Me dicen biógrafos comunistas y ateos que han estado en Bolivia, allí donde tu muerte material fue y que has hecho muchos milagros, esto no me asombra, pues si fuiste bueno en la vida y nada material te importaba y tu querías que todos vivieran una vida sencilla pero sin escasez e igualdad. ¡Qué lastima! Que no pudiste completar tus ideas pero sé que donde tú estés como tú eras, estás ayudando a los necesitados a los humildes, a los enferm os, por eso tu memoria no se extingue en el mundo por los principios e ideales que tú luchaste y moriste. Conocí a tu familia cubana, a tu señora y a tus hijos. La casa donde tu viviste y algunas cosas tuyas como tus botas de trabajo, uniforme verde oliv o que ejemplificaba tu vida de ser quién eres de sencillez y modestia. Con esto me dí cuenta la conducta que había seguir en la vida, con el nuevo esposo de tu señora me sentí satisfecha y tranquila al ver que seguían los pasos de tener un hogar normal, celebrando los cumpleaños de los niños como tu lo celebrabas con el Cake duro que daba el gobierno y las botellas de refresco de cola, sin ostentación y sin ninguna gota de superioridad. Desde lo alto tienes que sentirse tranquilo y orgulloso de ver de lo que tu pensabas se ha cumplido, como me sentía yo cuando iba a tu casa, pues era una casa digna de un buen revolucionario. Le doy gracias a la vida por haberme sentado en los muebles que una vez tu te sentaste y por haberme permitido entrar en tu casa y con ocer mucho más de ti. ¡HASTA LA VICTORIA SIEMPRE!, querido Ché. Que contraste tan grande visitar las casas de otros dirigentes cubanos donde predominaba el lujo y el confort entre ellas pude conocer unas de las tantas casas del comandante en jefe, el de Manzanillo, cuidad oriente de la isla donde se hospedaba Fidel Castro, estaba llenas de lujos, de guardaespaldas, de criadas situado al frente malecón de esta cuidad. Nadie en la cúpula quiere soltar el jamón porque no quieren roer el puesto de la sencillez , pero lo bueno es que la vida tarde o temprano nos pasan su cuenta. Esperemos que el río tome su cauce y que nuestra Cuba no sea una tortura para vivir allí, sino un paraíso tropical por lo que tú luchaste y tanto amaste. ¡VIVA NUESTRA CUBA LIBRE! CAPITULO 33. LA CULTURA CUBANA Una vez quise introducirme en la intelectualidad cubana, y una escritora que le gustaba mi manera de escribir me invitó a una conferencia y a la vez asociarme a la Fundación Lezama Lima , un gran escritor cubano. Yo no tenía deseo de ir pero mi hijo, gran admirador de la forma en que yo escribo (cuanto quisiera que un poco de ese mundo pensara así) empezó a pelear y

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dar gritos diciéndome que no hacía nada y estaba h undida en la casa , sin futuro, bla, bla...En realidad estaba pasand o por una depresión muy fuerte. Decidí ir a la Fundación y nos fuimos en Taxi con dólares en vez de la moneda nacional pues no había Taxis en Pesos cubanos y me dio un poco de fatiga gastar 5 dólares con la miseria que hay en Cuba. Pero mi hijo estaba contento que yo fuera y yo también me sentía importante. M e había maquillado y me puse el mejor vestido que tenía y me miraba constantemente al espejo grande que tenía en el cuarto. Mi hijo se puso un saco muy elegante que parecía que iba para una boda en vez de una reunión de intelectuales. Llegamos a la casa del escritor muerto hace años. El pobre Lezama Lima que tanto soñó con ir a Paris y conocer la nieve pero el gobierno cubano en unos de sus caprichos no le dio el famoso permiso para que él viajara. En la reunión de intelectuales había un montón de lesbianas vestidas de forma hombruna y casi todas en parejas. Le pregunté a Pedro -¿Hijo, llegamos a un lugar equivocado?- Pedro con su saco azul y elegante al sentirse que no pegaba con el ambiente, se puso c olorado. Nos sentamos y al lado mío estaba una anciana que fue muy amiga de Lezama Lima y nos enseñaba fotos del escritor junto a ella y otros conocidos como Virgilio Piñera, Reynaldo Arenas, etc. Se sintió un silencio de pronto y es que venía la conductor a de la reunión para decir unas palabras y lo primero que dijo haciendo un gesto muy brusco -¡Aquí no vamos a hablar de Pingas! - (el miembro viril) Todas aplaudieron con orgullo. Lo interesante de la reunión es que hablaron acerca de la cultura lésbica pero no del difunto escritor. De las destacadas lesbianas en el ámbito de la p o l í ti c a , e s c r i t o r a s , b a i l a r i n a s , o b r e r a s y m u j e r e s c o n s a g r a d a s q u e p o d í a n d i r i gi r e l p a í s . L u e g o a b e b e r R o n y h a b l a r p u r o s t e m a s p i c a n t e s y e r ó t i c o s , se oía risotadas bien grotes cas. Pero el hambre es mala consejera y esperamos el bufete de comida, yo llevaba la clásica bolsa de Nylon usual que todo cubano lleva cuando hay eventos de comida. Bueno todo fue un debut y despedida. H e a q u í q u e m i i l u si ó n i n t e l e c t u a l d e c o m p a r t i r , h a c e r t e r t u l i a s , l e e r o b r a s literarias se vino abajo. Me despedí aunque me dejaron muchas invitaciones y llamadas telefónicas. Caminando hacia el paseo del Prado le dije a mi hijo –¿Tenía razón o no? Pedro, en un país donde no hay libertad no se permite ser tú mismo-. Él quedó pensativo mirando con cierta admiración los detalles de la arquitectura habanera.

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CAPITULO 34 COSAS CURIOSAS El matrimonio de la que fue mi cuñada Rosarito ha sido un fracaso. Pero después de divorciada, ella se empeñó en casarse o tener un marido a como le diera lugar. El primero en la lista fue un pintor que tenía un apartamento para el solito. Todo estuvo bien y eran felices en la cama hasta que llegó el hijo de ella que era un hiperactivo y un poco re trasado mental, se llama Victor Hugo. El saludo de Victor fue romperles los cuadros que el hombre había hecho para una pequeña exposición. El pintor al ver los cuadros rotos le dio un ataque de histeria y se puso a llorar en el suelo y Victor algo perplejo le dijo a su madre –Mami, Mami, él es un maricón -. Por supuesto se terminó la relación de Rosarito y el pintor. Al mes ella me cuenta que fue a la casa del Club de Solteros que quedaba en el quinto infierno, había que tener ganas para ir cosa que a ella no le faltaba. Allí se bailaba, se cantaba Karaoke pero los que iban a este lugar eran viejos retirados. Pero ella tenía muchas ganas de tener un marido. La suerte estaba de su parte y me llamó con voz alegre y me cuenta que había encontrado un ingeniero mecánico que vivía solo. Se mudó para la casa del ingeniero y mi esposo tuvo que ayudarla en la mu danza cargando una lavadora alemana de la antigua RDA enorme que pesaba toneladas en un auto muy pequeño. El ingeniero era un señor alto y gordo que le decían Mandarria por su gran miemb ro viril. ÉL vivía solamente para comer, comer y ver como se podía emigrar hacia Estados Unidos. Pero Mandarria se enamoró de Rosarito por los viajes que ella había tenido en aquel tiempo cuando iba para la Europa del Este. No obstante él se adueñó de la situación de la nueva familia. Con sus puños grandes bañó a Victor, a su hijo postizo que no era trigueño sino mugriento y le enseñó algo de educación y modales. Por ese tiempo nos invitaban a comer en los días domingos y Victor servía la comida poniendo l os cubiertos y paños. Lo cierto es que Mandarria preparaba una comida criolla deliciosa. Luego me enteré que se separaron porque la obsesión de Mandarria además de comer era irse del país y él no sabía que mi cuñada hacía rato, no veía un avión y sus tarjetas de presentación eran más viejas que Tutancamen. Nuevamente se enamoró de un arquitecto de origen chino muy intelectual p o r q u e s e g ú n m e c o n t a b a e l l a l eí a e l p e r i ó d i c o t o d a s l a s m a ñ a n a s y é l v i v í a solo en su mundo intelectual. Rosarito se fue a vivir c on el arquitecto. Su apartamento era muy pequeño que parecía un submarino y ahora con todas las cosas de ella y del hijo no se podía caminar dentro de la casa, h a b í a q u e c o l g a r l a b i c i cl e t a d e V i c t o r e n u n a p a r e d y l o l l am a b a l a c l e t a e n vez de bici. Pero después que se fue Mandarria, el hijo de Rosarito dejó de bañarse y su nuevo marido que muy intelectualmente le decía: -¡Que pestilencia, que hedor tan insoportable tienes Victor! -. Cosa que el muchacho no podía entender palabras muy escogidas para su est recho intelecto. Si le hubiera dicho así -¡Oye chico tienes una peste en las patas del coño de su madre!- De esta forma quizás se hubiera bañado.

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En este tiempo mi ex-cuñada le dio por ser empresaria y trabajar por cuenta propia. Ella era hábil para la co stura y hacía culeros, chupetes, estampitas de Santos y todos estos productos, ella lo llevaba en una mochila y se iba para los hospitales de maternidad a vender. Una noche que ella estaba afuera de un Hospital esperando que la luz volviera después de un apagón que era muy normal en aquel tiempo. De repente siente que le tocan el hombro y le preguntan: -¿Compañera, que hace usted aquí?- y ella le responde: -A usted que le importa-. Y nada más y n a d a m e n o s q u e e r a u n p o l i cí a q u e l a t o m ó p o r e l b r a z o y l a m e t i ó d e n t r o d e l a p a t r u l l a c o n f u e r z a . R o s a r i t o c o m e n z ó a d a r s u g e r e n c i a a l o s p o l i cí a s de la patrulla diciéndoles que porque no se dedicaban a prender Jineteras (prostitutas) y que ella tenía un cuerpo bastante feo y que tenía que ganarse la vida haciendo culeros para bebés, etc. Cuando ella llegó a la estación de policías y la interrogaban pidiéndole el carnet de identidad y ella le dice que el carnet estaba en su casa. Los policías la vuelven a tomar por el brazo y la llevan en la patrulla después de dar su dirección. Llegando a su casa, la patrulla prende sus faroles con la clásica música que lleva el artefacto arriba del techo del auto y todos los vecinos se asoman curioseando que rayos sucedía a esta hora de la noche. R o s a r i t o l e p i d i ó a l a p o l i cí a q u e a p a g a r a l a m ú s i c a , p u e s s u m a r i d o e s t a b a enfermo de los nervios. El marido intelectual al enterarse que la policía venía a su apartamento preparó una maleta y se iba a fugar por la ventana de al lado pero no le dio tiempo. Rosarito tocó la puerta y salió s u esposo chino que ya no era amarillo sino blanco como el fantasma al ver a su a m a d a R o s a r i t o e s c o l t a d a p o r d o s p o l i cí a s . É l s e d e s m a y ó c a y e n d o a l s u e l o con un montón de ropas y cosas. De ahí terminó su tercer matrimonio pero después cargando a su hijo segundo que salió chino y con ojitos azules como es ella, que ahora le encanta comerse los mocos y habla diciendo cochinadas de forma intelectual. Tengo amigas heroínas y buenas hijas. Es el caso de mi amiga Sandra. El sofá de su casa estaba en tan malas co ndiciones que si te sentabas, caías en un hoyo profundo que no podías salir del sofá. Un día llegué a su casa y había una tremenda discusión, pues Sandra había conocido a un argentino que era un perfecto boludo y feo como una careta de carnaval. Ella con las manos juntas para su súplica le dijo a su madre con estas p a l a b r a s i n o l v i d a bl e s e n “ e l p e r í o d o e s p e c i a l c u b a n o ” - ¡ M a m á , l o v o y a hacer por ti y por el sofá! -.Esto lo cuento como me vino a la mente El papá de Alejo (vidas curiosas) Mi hijo estudiaba en la Academia de Bellas Artes de la Habana conocida como “San Alejandro”. Allí tuvo muy buenos profesores pero entre ellos se distinguió el profesor de Historia del Arte Antonio Alejo que hizo muy buena amistad con Pedro e iba a la casa con su modestia de siempre y nos contaba sus historias en Paris y frecuentaba en el Taller de Pablo Picasso y del conocido pintor afrocubano Wilfredo Lam. Él ayudó mucho a la formación artística de Pedro, pues sostenían alargas conversaciones y por esas casualidades vivía c erca de la casa donde mi hijo me cuenta que tenía una gran biblioteca de libros antiguos en francés y en español, donde él podía leer.

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Un día estando mi hijo en su casa, vió salir de la habitación a un anciano con un libro en la mano y un bastón en la ot ra y que mágicamente se incorporó a la conversación de Alejo con mi hijo con una coherencia y una claridad de un joven de 30 años. Pedro le pregunta a Alejo que quien era. Alejo le responde: -Es mi padre que tiene 105 años-. Cuánto fue el asombro de mi hij o de ver una persona tan vital con esta edad y que le gustara hablar temas de arte y filosofía. Mi hijo siguió visitando a la casa del profesor. Un buen día preguntó por el papá que siempre se incorporaba a las tertulia y el profesor le dijo: -Mi papá me dijo hace una semana que decidió morirse- y me hijo le pregunta: -¿pero, como fue eso? - y él me responde- Muy sencillo, él cuando termino de leer su libro y dar las buenas noches nos dijo a mi hermana y a mí, he decidido morirme pues creo que ya he vivido demasiado tiempo, se despidió de nosotros y se fue a su cama como todas las noches y al otro día estaba en el mundo misterioso de los muertos -. En esa paz que había en este buen hogar murió placidamente este anciano sabio, claro que es una bendición de Dios, pues no todo el mundo puede darse este lujo de morir de esta forma, ni vivir tantos años. El profesor Alejo reaccionaba con mucha naturalidad, pues él también tenía 80 años. SIMPLEMENTE MARITZA Yo tenía una vecina muy alegre que con 40 tantos años de edad se pasaba la vida con su short corto y mostraba sus nalgas flácidas y su pelo largo teñido de negro de un negro como una noche sin estrellas y manchada su frente por el tinte, pero todo esto lo suplía su gracia folklórica de bajo nivel cultural pero n o por eso, dejaba uno de reírse, tenía una salida tan alegre y una comicidad tal que podía alegrarte el día. Un buen día me tocó a la puerta muy temprano diciéndome: -¡Vístete rápido que llegan los norteamericanos! - Yo le pregunté: -Se habría vuelto loca- y ella como casi todos los cubanos oían la emisora “Radio Martí” que era la voz de la oposición cubana en Miami y que decían que se pararan en las azoteas todos los cubanos que iban a bombardear Jeans, Blusas, Zapatillas, camisetas, jamones, carnes y grabadoras, etc. Maritza con una gran cesta en la azotea junto con la espía del barrio que trabajaba para el gobierno que también quería su parte. La chivata se olvidaba quién era cuando vendían carne de contrabando y otras cosas más. Así que con este cargamento que anunciaban no sabían ni de la historia de la Revolución, ni los discurso de nuestro comandante en Jefe Fidel. Que fácil hubiera sido pienso yo derrocar de esta forma a nuestro máximo líder. Otras de las cosas que tenían nuestros vecinos revoluciona rios y combatientes eran la mala memoria. Una vez también a la puerta, los chivatos del edificio donde yo vivía y los de la cuadra también. Todos con una alegría total, los revolucionarios y los no revolucionarios me decían: -Es muy fácil, Teresita, usar u n palo de escoba, un pedazo de pechero de aluminio y un pedazo de cable - y yo pregunté: ¿Y ahora para qué?-. Era que nosotros estábamos rodeados de Hoteles donde vivíamos en el centro de la ciudad y unos de los postes de electricidad de nuestra esquina, ha bían puesto un amplificador que al estar descodificado por un tiempo, comenzó a llegar las señales pero débiles de los canales de televisión vía satélite que se usaban para el servicio de los hoteles por cables. Se sacaban los palos de escoba con antenas rústicas de pechero de metal, por una ventana en dirección hacia el querido poste. Nuestra cuadra del barrio lucía como “un ciempiés gigante”. Todas las ventanas tenían sus palos de escobas y alambres hacia fuera para alcanzar el tan deseado saber lo que sucedía fuera nuestra isla y respirar un poco de libertad y ver los canales de televisión cuando a uno le diera la gana. Esa alegría duró un mes pues llegó la policía y las mandó a quitar, el que no quitara la antena artesanal iba preso Teresita de Jesús González RETAZOS DE TERUCA 64/83


o con altas multas y tuvieron que codificar la señal satelital nuevamente. Aquí se termina nuestra pequeña aventura a un mundo que desconocíamos y que desde nuestra óptica, lo magnificábamos, pues como el que no sabe es como el que no vé. Todo para nosotros era grandioso, lu joso y los anuncios publicitarios eran como un canto de dioses en nuestra isla de cortina de hierro. Aquí terminó esta historia tan tragicómica para los cubanos. Pasó de la misma forma que cuando existían las ventas de las revistas rusas “Spunitk”, las verdades que nosotros teníamos que callar con represalias cuando el gobierno de Gorbachov inició la apertura. Era como una victoria, una paz de que alguien hablara a través de nosotros pues lo que ellos vivieron ahora podrían decirlo con libertad y nosotros estábamos contentos porque nuestras vidas y sufrimientos, estaban reflejadas en esta pequeña revista de edición rusa que abría la Perestroika. Para el gobierno cubano fue peligroso, pues había que mantenernos como los tres monos, tapados los oídos, la boca y cerrados los ojos. Al poco tiempo fueron retiradas las revistas de nuestra isla. Simplemente por miedo. Para que ustedes vean que los Cubanos somos uno, pues cuando se trata de libertad se olvidan de sus cargos en las cuadras como espías o chivat os de la Revolución y se unen en una sola familia en la ansiada apertura llorada por un solo pueblo

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CAPITULO 35 MI MUNDO POR TELEFONO La gente piensa que mi vida es monótona porque no salgo de mi casa y...si supieran que yo tengo una vida muy intensa, que yo estoy al tanto de todo lo que pasa. Un buen día, levanto mi teléfono y qué oigo, a dos lesbianas hablando de sus amores, yo esperé pacientemente a que acabara este cruce telefónico. Ya, cuando se estaban tirando besitos de despedidas, empiezo a ha blar con e l l a s , ( s i n n i n g u n a t i mi d e z , p o r q u e s i e s a l g o b u e n o q u e t i e n e e l t e l é f o n o , es que no se ven las caras), y les pregunto que si en el mundo de ellas a l g u i e n h a c í a d e h o m b r e y a l g u i e n h a c í a d e m u j e r . A l p r i n c i pi o , c a l l a r o n y después, pienso yo, que la más osada me contesta: –Mira, cuando hacemos e l a m o r v a m o s h a c í a l a c a m a c o n l a s c a r a s m u y m a q u i l l a da s y c o n feminismo total, nos miramos los senos, los muslos, el largo de las uñas y con las que nos acariciamos las pelvis -. Yo estaba colorada de vergüenza, sin darme cuenta apretaba los puños fuertemente, porque ya que me había hecho la civilizada, tenía que hacer lo que el toro cuando se lanza al ruedo: a matar o a que lo maten. Así que tenía que seguir con la conversación y una de ellas me dice: -Yo soy casada y me llevo bien con mi marido, pero tengo otro amor que es una escultura de mujer y esto, tan sólo es una canita al aire-. Yo pensaba si Sor Maria, la superiora de la escuela en la que me crié, oyera una tercera parte de esto, me pondría dos grano s de maíz para que me arrodillara en el patio a la vista de las alumnas, y mirando al sol por un tiempo infinito. Además del pellizco, que nadie me lo podía quitar de encima. En fin, que ya terminaba, cuando me dijo: -Eh, bombón si quieres, p u e d e s e n t r a r e n n u e s t r o j u e g o - . H a c i é n d o m e l a c i v i l i z a da , l e d i j e q u e l o pensaría y colgué rápidamente. Tengo una amiga que tiene una hija muy “decente” según ella, cuando tiene un marinovio (situación de unión marital sin legalizar) es muy estable. Puede ser un español que dure una o dos semanas, un empresario holandés que le dura el tiempo que va a estar en el país y así geográficamente, ella e s m u y e s t a b l e c o n e l m a p a m u n d i . C a m b i a d e r e l i gi ó n s e g ú n c o n e l q u e e s t é de turno. Una vez estuvo con un brujero o santero y a llí se hizo creyente q u e l o s m i s m o s B a b a l a o s ( s a c e r d o t e s d e l a r e l i gi ó n a f r o c u b a n a ) . T o m ó l o s collares de santos o dioses, las maracas de Changó, Eleguá, porque era muy bueno y porque abría los caminos y así, hasta que un día se los quitó y los t i r ó a l m a r . In d i s c u t i bl e m e n t e h e a p r e n d i d o a e s c u c h a r p o r t e l é f o n o y muchas veces me callo, pues la mamá sigue diciendo que su hija tiene pareja estable. Cuando estoy bastante aburrida llamo a otra amiga, siempre sale al teléfono diciéndome lo mismo -Espérate que el niño se cagó y soltó la mierda en la sala, y tengo de visita a una griega que vino por mi proyecto cultural. En otras llamadas, me dice: -Espérate que fumé un cigarrillo y bebí café, ¡Ay!, se me ha salido la mierda hasta los tobillos -.Como verán, yo soy una persona tan porfiada que la vuelvo a llamar, para hablar con ella y me contesta: -Tengo el dedo embarrado de vaselina para metérselo en el culo de mi nieta que es estreñida y sacarle la mierda -. Como podrán apreciar que esa casa para mí, es una plasta de mierda y el estómago mío se fastidia. Teresita de Jesús González RETAZOS DE TERUCA 66/83


Rrring, ring. Levanto el teléfono. Es mi amiga Marta que me dice: -Oye, alcanzaste a buscar las papas que se acaban - yo le respondo que sí y ella me dice de nuevo -Las mías vinieron embarradas de tierra que no dan más, me es urgente que me digas si las tuyas tienen o no tierra, pues ahí me quitaron por lo menos media libra -. Y sin dejarme contestar, me cuelga el teléfono, pues era tanta su ansiedad que ni me oye. Y mi hijo ya se pone las manos en la cabeza -Sí ya lo sé, mami, tengo que ir a buscar las dichosas papas en la bodega -. Tengo otra amiga que habla y habla sin saber si yo estoy del lado del otro teléfono. Gasta cinco jabones diarios y dos cajas de detergente, para que su casa luzca como un salón de operacio nes. Y cosa rara, siempre tiene la vagina rajada. Me hablan madre e hija acerca de su teoría de como quitarse la vagina rajada, que si hay que echar agua hervida y destilada, después agua con manzanilla, y cuando esté bien mojada, ir corriendo hacia la cam a, abrir bien las piernas para que pueda secar un ventilador bien estilizado. Y me preguntan, qué hacer con los pelos de adentro, porque se la ha enconado uno, porque entonces las piernas tienen que estar más abiertas todavía y ahí viene la receta de la me dicina verde. Como el la habla sin respirar, no les puedo decir que soy lampiña y que nunca supe que dentro de la vagina salían pelos. Ring, ring es mi amiga Mirta Rogelia, que tiene un grave problema, es mulata y quiere ser blanca, se casó con un blanco p ara “adelantar” la raza, la hija le salió blanca como la leche, pero con un pelo duro que ni el cepillo entra más o menos, como lana de oveja en primavera y de tanto echar cosas en ese pelo, lo tiene parado como si siempre estuviera asustada. En su afán de ser blanca, casó a la hija con un francés (para seguir adelantando). Al final, el francés que había venido a probar fortuna en el Caribe, porque era un muerto de hambre en París, la dejó en la isla como patata caliente y con un hijo, que él no quiere reco nocer, qué según ella p a r e c e u n e s p a ñ o l i to . Y y o m e p r e g u n t o , - ¿ n o e r a f r a n c é s ? - . P e r o q u i e r e seguir adelantando la raza, porque no resiste a los negros y yo estoy por r e c o m e n d a r l e a u n a l bi n o . A s í t e n d r á s u p i e l b l a n c a , l o s d i e n t e s b l a n c o s , l o s pelos blancos y todo en blanco, hasta la mente. Tengo un teléfono del año 1920, de esa época cuando no se hablaba de estas cosas y por respeto a él, no lo uso, porque si llega a oír estas conversaciones, pudiera morir de susto. Rrring, ring. -¿Oigo?-escucho una voz aguda diciendo: -Oye, mi amiga, llegaron los huevos, dile a Pedro que lo busque, que mira que se acaban, continúa ella -Sabes que a mi me parece que los huevos eran de las gallinas que tenían el culo muy chiquito, yo le pregunto: -¿Por qué?- y ella me responde: -¡Hija!, porque parecen de codorniz y dime si te tocaron 6 o 7 personas-. Con su misma ansiedad me cuelga y yo pego el grito de Tarzán, -¡Pedrooo!, llegaron los huevos, anda para el mercado, ahora mismo -. Pedro, con cierto odio, mira al teléfono de reojo y se va. Vuelve a sonar el teléfono, es una amiga mía, periodista y muy culta, pero en su soltería, ha olvidado usar los puntos y las comas. Ella habla con la rapidez de un avión -Ay-mi-amiga-como-estás-jajajajaja-yo-estoy-bienjajaja-figuráte-que-tengo-48-años-y-no-logro-casarme-y-sigo-durmiendo-alTeresita de Jesús González RETAZOS DE TERUCA 67/83


lado-de-mi-mamá-figurate-con-este-pesimo-horario-que-tengo-entro-de-díay-salgo-de-madrugada-jajajaja-figurate-así-nadie-me-puede-verjajajajajajajajaja-y-y-cuando-Pedro-se-va-para-España-que-lleve-mi-fotopara-que-la-ponga-en-un-periodico-y-haga-algo-por-mí-aunque-sea-une s p a ñ o l - a n c i a n o - j a j a j a . In t e n t o d e c i r l e q u e m i e s p o s o s e c a y ó d e l a m o t o y ella contesta:-Jajajajajaj-jajaja-ja-si-pero-al-menos-tiene-una-moto-.Yo le digo hasta luego y cuelgo y lo úl timo que oigo es-jajajajajaja-. Suena el timbre -¿Dígame?- oigo una voz alegre y dice: -Óyeme, ya pusiste el arbolito de navidad-. Yo respondo: -Pero, Miriam, si estamos en Noviembre- y ella me responde con una voz coqueta, -No importa, ya lo puse con el retrato del cantante latino Ricky Martin y escribí mi dirección para v e r s i S a n t a C l a u s , m e l o m a n d a e n o r i g i n al - C u a n d o c u e l g a , y o m e q u e d o pensando, mi amiga Miriam pesa 280 libras y tiene 40 años y con un solo abrazo que le dé al cantante Ricky, se muere asfixiado, en esta isla de ensueño. El teléfono otra vez. En el momento que yo estaba haciendo pipí, con el teléfono inalámbrico en la mano y yo tratándome de secar con la otra y sin poder halar la cadena del inodoro, para que no supiera que estaba en el baño. Salgo hacia el cuarto con el teléfono en la mano y ella contándome q u e s u e s p o s o M a r i o , t e n í a l a m a l d i ci ó n d e u n m u e r t o o s c u r o a t r á s , l a m a l d i ci ó n d e l a a m a n t e d e s u e s p o s o y q u e s e s e n t í a c o m o s e c a , p u e s n o l a dejaba vivir, y su pobre hombre estaba quedándose calvo y sintiendo unos escalofríos, que tenía que usar un abrigo bajo este verano infernal. Él es doctor en ciencias económicas y en medio de sus reuniones científicas, se paraba, ponía los ojos en blanco, temblaba, se retorcía y rebuznaba como un burro cansado. Ya lo había mandado al médico, porque con este calor y ese abrigo había bajado de peso y estaba amarillo como un chino. Ella pregunta: -¿Ay, Tere que puedo hacer para espantar al muerto? -. Yo le respondo: -Hazle un collar de ajos, que aunque el mal olor lo devore, entre el sudor y el ajo, el muerto se va-. Ella me dice: -¿Y que hago con la impotencia? - porque la m a l d i ci ó n l o h a p u e s t o c o m o u n b e b i t o d e 6 m e s e s . E n e s t o , m e a c u e r d o d e mi amiga la que se echa manzanilla para la rajadura, y le dije: -Échate manzanilla, ábrete las piernas y pon el ventilador -.Yo pensé ¡Dios mío!, si no lo cura, por lo menos la refresca a ella. Suena el timbre, estaba en la cocina, me seco las manos y tomo el teléfono -¡Magy!, ¡Magy!-, trato de decirles a la voz anciana, qué está equivocada, que yo no soy Magy, pero ella parece que está sorda de tapia y sigue diciendo: -Oiga, escogiste el arroz, porque este mes ¡vino maloo, que no hay quién se lo coma!-. Yo espero a que termine su disertación sobre el arroz, pues si cuelgo me vuelve a llamar de nuevo. O t r a s d e m i s g r a n d e s t o r t u r a e s m i q u e r i d í si m a s u e g r a , q u e t o d a v í a n o s e acostumbra a pensar que entro en sus 70, hace rato y cuando llama, es para decirme de su cintura estrecha, de su pelo canoso que no lo p arece, que son vetas y así tantas boberías, que me hace pensar que soy una gran i di o t a y q u e y o m e l o p u e d o c r e e r . Este teléfono mío, es como una farmacia a la que nunca, le faltan clientes. Sobre las 3 de tarde, siempre suena la misma llamada -¿por favor es la radio?- (es otra vez la voz anciana). Yo le explico que está equivocada y Teresita de Jesús González RETAZOS DE TERUCA 68/83


ella sigue pidiéndome danzones, boleros, Salsa. Yo le digo que sí y ella queda contenta y feliz y yo más tranquila. En unas de las tantas llamadas, mi amigo gay, me cuenta qu e quiere usar una bata larga y una peluca trigueña y ondulada para la inauguración de la exposición de mi hijo, yo le explico que por mí encantada, pero caeríamos presos todos, en la apertura. Él da un ¡ay! de suspiro y me dice con voz aterciopelada -¡Que incomprensión, que incomprensión, amiga mía! -. Como no me sentía bien con el terrible dolor de columna, no pude ir a la exposición de Pedro y por la noche, sonó mi teléfono, era mi amigo gay –Amiga, mía, estoy emocionado, uy, que hombre más bello fu e a la exposición, qué ojos, qué pelo, qué cachetes rosados -. Yo le digo que es un audiólogo amigo de nosotros y él me cuenta: -Pero, tú no sabes que no oigo bien por un oído, tienes que llevarme urgente al audiólogo -. Y yo pensé: la atracción puede dejar sordos a las gentes, menos mal, que no era ortopédico, porque se dejaría cortar una pata y quedaría cojo de por vida con tal de verlo otra vez. Qué cosas las de mi amigo. Por la tarde, estaba descanso viendo el lindo cielo azul, sonó el bendito teléfono -¿Sí?-. Mi amiga Rosa llorando y dando gritos -¡Qué desastre!- lo que han hecho con mis tetas no tiene nombre. Yo trato de preguntarle qué le pasó y ella, entre sollozos y gritos, me decía: -Antes mis tetas eran grandes, pero ahora una es más chiquita y la otra más grande, un pezón mira hacia el frente y el otro está debajo del brazo, ¡dios mío! qué d e s a s t r e , p a r e c e n d o s g l o b o s m a l i n f l a do s - . C u a n d o v o y a t r a t a r d e consolarla, ella me colgó. Al cabo de las dos, me llama otra amiga Mary qué no paraba de deci r horrores, que si sus tetas antes parecían dos pellejos largos y con el pezón que le llegaba al ombligo, ahora eran do pellejos pegados al pecho con pezones del tamaño de una tetera, uno mirando para el norte y el otro para el sur, de lo que le había hech o el cirujano después de que se acostara con ella en el salón. Cuando traté de hablarle, esta también me colgó. Cuando ellas me habían hablado de que querían hacerse cirugía estética de los senos, yo les hablé de lo riesgoso que era y sobre todo en Cuba d onde no existe la demanda médica, pero como nunca me escuchan y siempre me cuelgan, así todo quedó. Tengo una amiga, que es muy buena peluquera, la Magalys, vive fuera de la cuidad y habla como una metralleta, por ésta me entero, como van los autobuses, pues a ella le cuesta mucho trabajo salir del lugar en que vive. Me habla de autobús, que se llama M6 que ahora va por la calle Marina y no por San Lázaro y que es el famoso autobús “camello”, que tiene dos partes enlazadas por el medio en forma de una giba , su tamaño es el del vagón de un tren, arrastrado por un camión GMC, y donde caben más de150 personas y ella me cuenta que algunos hombres se aprovechan para tocarles las nalgas a las mujeres, los carteristas, para cortar las carteras y otras cosas por el estilo. Es un viaje de tensión, además de terrible calor, sudor, pegajosidad entre las gentes de forma compacta. Tengo un amigo que se desvive por la ecología, éste me llama para decirme la cuenta exacta de árboles podados, arrancados o quemados para hac er Teresita de Jesús González RETAZOS DE TERUCA 69/83


leña, por la escasez de combustible, de pajaritos que se quedan sin nidos, en fin, de toda la parte verde de la Cuidad y, lo que le tiene el corazón achicado, es como arrancan las flores, con raíces, tierra y todo. Él me cuenta que vive corriendo de un parque a otro, dando charlas sobre la importancia que tiene las áreas verdes para la cuidad. Sin embargo, nadie lo oye, porque hoy en día las gentes, desgraciadamente, están preocupados en resolver sus problemas y del como sobrevivir a diario. Yo sabía que mi esposo había tenido una fuerte discusión en la oficina. Riing, riing. Era su compañero de Sevilla, Santiago, él que estaba llamando para averiguar como se sentía. Yo contesto: –Mal, está en el piso- y él me dice: –Bueno, pónmelo al teléfono-. Yo le di go que todavía está en el trabajo. Y él –¿Pero no dices que está en el piso? -. Si- le contesto: -Pero está en la oficina, no ha llegado aún - Santiago me dice: -¡Pero como va a estar en el piso si está en el trabajo! -. Al fin se despidió, colgó y al otro dí a le dice a mi esposo -Oye, Enidio creo que la Tere se ha vuelta loca con el problema que tuviste, porque me decía que estabas en la casa y que a la vez estabas en le trabajo-. Todo fue una confusión de que “el piso” en E s p a ñ a e s e l a p a r t a m e n t o y e n C u b a “ e s t a r e n e l p i s o ” , s i g n i fi c a s e n t i r s e deprimido. “Ná, creí que la Tere se había chala’o”. Y suena de nuevo. Mi amiga, la que habla como una metralleta y vive fuera de la Cuidad, me llama indignada, diciéndome que su marido le era infiel con una mujer teñi da de rubia y solamente a tres cuadras de la casa, que por esa situación había perdido uno de los dientes delante; y eso que, antes de salir a buscar a la rubia, le había puesto café a la Virgen de la Caridad (Cachita), a San Lázaro lo viró boca abajo en u na esquina de la casa y le encendió un habano en su honor, y luego se santiguó con agua de colonia de las siete potencias. Ahora su disgusto era también con los santos y no solamente con su marido, Con él, por serle infiel y con los santos, por no responderle, porque cuando iba a tirarle una piedra a la amante, la piedra rebotó y le partió el diente. Ahora cuando ella habla, parece tener un acompañante de flauta. Como verán, ninguna de estas personas saben ni porque estoy triste, ni que me pasa, y creo que ellas solamente necesitan un oído que les escuche sus problemas y nada más. Pero me alegro, porqué así sé lo que pasa en el mundo en mi alrededor. Mi mundo por teléfono.

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CAPITULO 36 EL DICHOSO 2000. Todo el mundo habl a sobre el año 2000. No es que y o no quería que llegue, sí no que ya me revienta que nada más se hable de eso. En este fin de s i g l o , t o d o s e h a c o n v e r t i d o e n o r d e n a d o r e s , W e b c a m , In t e r n e t , c e l u l a r e s , coches que te hablan (falta gasolina, el aceite es poco), súper calculadoras portátiles y hasta “el famoso efecto 2000” que sería una tragedia en el mundo virtual, una especie de Apocalipsis contemporáneo. Si preguntas cuánto vale algo, sale de mi bolsillo la calculadora que lee unas barritas en la etiqueta y te da el precio, el impuesto y lu ego por tus manos no pasa el dinero, sino una tarjeta fría que se introduce en una ranura, así como hacía mi abuelo todas las mañanas, cuando sacaba del vaso su dentadura postiza y se la ponía. Ya nadie te hace un apunte o un recordatorio con un lápiz y u n papel. Las plumas solamente quedaron para firmar los protocolos (por lo que se hacen cada vez más caras). Y si sacan un nuevo ordenador, otro tareco más, comienza tu agonía, porque tú no la tienes y piensas que hace muchas más cosas que el del año pasado . Estás en el verdadero grito de la moda; pero tendrás que gritar alto. La cantidad de sordos en el 2000, se incrementará en progresión geométrica, pues si no es con bocinas grandes de alta precisión o con audífonos digitales, que te llevan el sonido bien adentro, para que acabe contigo, la música no tiene “onda”. Los 80 db ya es algo común. No es música, se baila, se abre la boca, se cierran los ojos, lo único que falta es echar espuma por la boca para parecer que están posesionadas por el Technodiablo. ¡Ah! Torquemada, cuántos aspirantes al fuego purificador hubieras tenido. Y las teles con cables de fibra óptica, diseminadas por la casa, no dejan que la familia se reúna delante de ellas o son tan grandes, planos, con tantos mandos, que solamente el más j oven de la casa puede manejarla, para hacernos esclavos de sus gustos. E l o t r o d í a m e t o c ó e n l a p u e r t a u n a v e c i n a , c o n u n a r t i l u gi o q u e c o n t e n í a radio, linterna, ventilador, reloj con alarma, una luz de señales láser y una sirena decía: -Lo compré en Miami- pero todavía no sabía manipularlo, quiso poner la radio; pero aquello comenzó a sonar la sirena y a despedir destellos y ella se ponía los espejuelos para acertar cuál era el botón. Mientras se agotaba la batería y comenzaban a llegar vecinos, ella tra taba, sin éxito, de encontrar el botón de OFF. A veces alguien me llama para decirme las nuevas gracias de su ordenador, como si se tratara del pequeñín. Si tiene música compacta, si la flechita se mueve directamente a donde ellos piensan, si acepta la voz del amo o si ese moderno aparatico, que en inglés es “mouse”, pero que en nuestro español es un RATÓN (que asqueroso). Tengo que sonreír, para no decir que todas estas cosas nos ponen poco idiotas y con gran pesadez mental. Hace poco fui a hacer un apunt e y saqué de mi cartera un lápiz y un papel y t o d o s m e m i r a r o n c o m o s i h u b i e r a s a c a d o u n r e v o l v e r d e ú l ti m o m o d e l o , suspiraron y me miraron con misericordia. Y me preguntaron: -¿Y tu hijo no trajo una nueva agenda electrónica? -. Yo asentí con la cabeza y p ensé. Será que me veo como una boba, porque no quiero perder tiempo abriendo la Teresita de Jesús González RETAZOS DE TERUCA 71/83


agenda, encendiéndola y tratando de pulsar sus minúsculos y planos botones con mi dedo índice-. Por cierto, al paso que vamos con la miniaturización, habrá que inventar el saca puntas para dedos. Las minicámaras, los minimicrófonos, micromotores, nanotecnologias, todo del tamaño de una garrapata, lo mismo para la Justicia, que para la In j u s t i c i a . T a n a p e r t r e c h a d a e s t á l a l e y , c o m o l o s q u e l a v i o l a n . Quién sabe si en cualquier m omento nos darán un aparatico, que con dos sondas en la nariz, se conecten al olfato, y sin necesidad de aspirar, se sienta la fragancia deseada y “fabricada” por un ordenador o por vía In t e r n e t . Y t e n g a m o s q u e d e c i r l e s a d i ó s a l a d o r a b l e r i t u a l d e t o m a r e l f r a s c o y sentirlo en las manos, ver su diseño, color, destaparlo, llevarse el frasco hacia la nariz, aspirar profundamente, sentir la fragancia penetrando por nuestro cuerpo, para después poner el dedo en el hoyito del frasco y, virándolo, con mucho cuida do, sentir la humedad en el dedo y en la piel. Para después ponerlo en el dorso de la mano y comprobar qué tal tiene el fijador. Tendrán que pasar muchos años para acostumbrarme y, entonces, ya no estaré en este planeta. Qué me dices de la “contestadora”. Quizás, algo destructiva para las personas sensibles y emotivas. Supongamos que ese joven lloroso por un problema de amor, que le han dejado y le han dicho -¡Pues porque eres muy feo!- en el medio de la acera. Él quiere tomar el teléfono y llamar a su mejor amigo para hablarle de su fracaso. Se sienta en el sofá con su pañuelito y secándose las lagrimas, va marcando el número y cuando espera la respuesta de consuelo, lo que sale una voz de robot que le dice, sin importarle nada: “Hola, ha llamado al 3, 4, 5,...,deje su mensaje después de la señal”. Que le va a decir: “que no tiene suerte en el amor” y “que sino fuera por ella que sería de su soledad”. No nada de eso, lo que hace es tirar el teléfono, con más llanto, angustia que oprime fuertemente el pecho y m a l d i ci e n d o a l a c o n t e s t a d o r a , s i n r e c o r d a r q u e t i e n e u n a i g u a l e n s u c a s a . Ahora recuerdo cuando los japoneses inventaron las mujeres inflables y de plástico, primero fueron criticadas y después usadas. Pero son los que m e n o s t a s a d e l S ID A q u e t i e n e n e n e l m u n d o . Ya que viene llegando el 2000, queremos todo con tecnología de punta y desechable hasta el mismo matrimonio. Antes cuando se escribía una carta, uno podía intuir por la caligrafía si la persona estaba nerviosa o ecuánime, s i e r a f i r m e e n s u s p r o p ó s i t o s y s i h a b í a e s t u d i a d o l a c a l i gr a f í a P a l m e r . T o d o el mundo ponía mucha atención a la hora de tomar un lápiz, una pluma o el bolígrafo, pues en ello le iba la dignidad y la cultura. Ahora el ordenador es el que te rectifica en secreto y te mejora la letra. A la escritura cursiva, le pusieron litas y se fue volando al ciberespacio. C o n o c e s p e r s o n a s p o r In t e r n e t , p o r C h a t . L a s t i e n e s d e l a n t e ; p e r o n o e s a s í . Te pueden conformar un muñeco con piezas de un rompecabezas y decirte esa soy yo (y tú puedes hacerlo igual y ¿porqué, no?). Hablas, perdón, C h a t e a s c o n u n a p a n t a l l a . In d i s c u t i b l e m e n t e q u e h a y q u e r e c o n o c e r l a comodidad de ahorrarse el vestirse, arreglarse, servir café, usar perfume y la ventaja de decir mentirillas tras la máscara que te has hecho .

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Una amiga me viene a ver porque después de mucho tiempo había conseguido que alguien se enamorara de ella; pero él le había pedido su e-mail. Ella desesperada, había corrido a verme para buscar consejo. Le orienté que era mejor que el dinero que iba gastar en la terapia del psicólogo, lo invirtiera en un e-mail. Se calmó y todo le fue bien. Lo simpático es que el novio vive a tres cuadras de la casa de ella. Los niños recién nacidos, duermen en cuartos separados de sus padres. El calor de la madre lo tienen a través de la pared. Ya hay un sensor que detecta si el niño llora, si orina o si se cagó. Yo trato de aparentar que soy moderna; pero, cómo me gustan los cuentos de antes, cuando las personas se enamoraban mirándose a los ojos, esperar y disfrutar de la mirada, luego se tocaban las manos y olían sus perfumes predilectos. Ahora todo se vuelve maquinita para acá y maquinita para allá y chateando con dos o tres extraños a la vez. ¿Donde está el romance y hacia adonde vamos? No acabo de entender la publicidad electrónica. Una mujer bella, con velos s u t i l e s , l a m i s s d i g i ta l a n u n c i a n d o c i g a r r i l l o s e g i p c i o s e n c o l o r e s . P e r o l o mismo hace un hombre rudo a caballo. O un vaso que suda, invita a beber un cóctel. Y muchas comidas ahumada, en tentadoras mesas. Y debajo de cada uno de los anuncios, otros que te ponen tenso o los nervios de punta con consejo de salud: NO FUME, NO TOME BEBIDAS ALCOHOLICAS o NO C O N S U M A P R O D U C T O S S A B O R IZ A N T E S , p o r q u e s o n d a ñ i n o s . A los calvos, les implantan pelos; a las muje res, las cejas, no sólo con pelo sino tatuadas. Uñas postizas, pestañas postizas, moños postizos, silicona en la cara, nariz plástica, orejas plásticas. Si los indios que encontró al almirante miran a alguien hoy con “los piercings”, quedarían patidifusos, p o r q u é a d e m á s d e l a s a r g o l l a s , h a y b r i l l a n ti c o s , e s t r e l l i t a s y t o d o e n u n a pequeña área del cuerpo. Lo mismo en el ombligo, que en la cara. El b r i l l a n t e e n l a f r e n t e , q u e e r a p a t r i m o n i o d e l a i n di a , l o e s d e t o d o e l mundo. Ah,...y los tatuajes, que eran d e marineros, presidiarios, anarquistas o nativos de Papua o Nueva Guinea, los llevan hoy las niñas de alta clase sobre todo en las partes más sensuales como en el vientre, hombros, nalga, muslo, y es corriente tenerlo en las universidades más importantes. Pero la moda es la moda. El beeper le costó el matrimonio a mi amigo. Cuando tenía un tiempo para pasear con u esposa, ella embelesada hablaba de cosas románticas, sonaba el beep, beep. Y ahí terminaba todo. Regresaba a la casa corriendo y conversando, p ero no con ella sino a través del teléfono celular con el que lo estaba localizando. Irremediablemente todo tuvo que terminar, porque si no sonaba el localizador, lo trasteaba todo el tiempo para comprobar si se había roto. Era, en fin, la pesadilla de be eper. -¡Mira el coche que tenemos al lado! -, dice mi esposo. Era un chofer que debía estar medio loco, porque llevaba un teléfono del año 1950, puesto delante, para que todos lo vieran y hasta hablaba por él o mejor con él, porque no tenía conexión. Era d e lo que creía que un atributo de la e l e g a n c i a e s t e n e r u n t e l é f o n o e n e l a u t o . E s u n m o d e r n o r i dí c u l o .

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Yo me siento como mi abuelo, no entiendo muchas de estas cosas. Es interesantísimo lo que pasa cuando las personas van a la ópera, a un concierto, o al teatro y empieza a sonar el móvil. Todos empiezan a mirarse con orgullo, a registrarse, abriendo sus chaquetas y las carteras o buscando e n s u s b o l s i l l o s y m e n o s m a l q u e l o s g e n i t al e s e s t á n e n s u l u g a r , c o n e s e m o v i m i e n t o d e g u a r d a e s p a l d a s q u e s a c a e l r e v o l v e r . In f e l i z d e l q u é p a g ó para ver su espectáculo, tiene que soportar la sinfonía del timbre musical. Y qué de los artistas, asisten a otra función dentro de la suya. Pero los inventores de estas cosas no pueden dejar de ganar dinero y ahora en vez de sonar, lo que hacen es vibrar y sobre todo muy cerca de su parte íntima, de manera que mientras que la gente no se acostumbre, no se sabrá si alguien tiene un móvil o el mal de San Vito. La bulla de los niños no se oye. Ya no se meten en las conversaciones de los mayores. No hace falta la mirada inquisitiva de “los niños hablan cuando las gallinas mean”. Los niños están jugando en el cuarto con un ordenador o con el equipo de realidad virtual y siempre el monotema de la guerra y aunque les afecte la vista, l os oídos y el cerebro, ahí están los vencedores del futuro, que comienzan temprano a retar al mundo con una enseñanza electronizada (electrónica y entronizada). Siempre habrá niños sobresalientes en juegos de videoconsolas, aunque a los 15 años además de v i c i o s o , t e n g a n a r t r i ti s e n l o s d e d o s , t i c s n e r v i o s o s e n l a c a r a y e x p r e s i o n e s humanoides como de robots y gasten gafas con el grueso del fondo de una botella. Y que me dicen ustedes del delicioso pedalear de la bicicleta normal, no las actuales como la Mountain Bike que tienen que ser aerodinámicas con 24 o 36 velocidades y de aleaciones similares a las de los aviones como la de fibras de carbono o de silicio. Mi prima Adela tiene un novio que está pegado con la bicicleta. Ella me decía lo agradable de un paseo, junto a su novio. Ambos con sus ajustadas ropas de lycras fosforescentes, bandas de velcro, los cascos ligeros y aerodinámicos que parecen la cabeza de Alien el octavo pasajero, los espejuelos reflectantes, micrófonos y audífonos para comunicarse ambos, guantes de plásticos que apenas pueden sentir el tacto de la piel y botellas de plásticos con bebidas energizantes. Me contaba cuando se tomaban de las manos durante el pedaleo, cuesta arriba y cuesta a b a j o . Y c u e s t a c r e e r q u e t a n t a f e l i c i da d d u r a p o c o . E l n o v i o l a l l a m a p a r a que mire las estrellas y...un estruendo. Mi prima que había puesto mal una de las velocidades, vio las estrellas pero en el pavimento. Ahora es coja y no puede pedalear. La holografía. Los artistas no tendrán que viajar tanto, pu es pueden cantar y estar en la China; o quizás cantando mientras se dan una ducha. El ordenador puede vestirlos, maquillarlos y lanzarlos al público, como el señuelo que les ponen a los patos para que terminen en la cazuela. Esto es lo que yo llamo un engañobobos, pues hasta el mismo científico David Bohm dice que el universo es holográfico. P o o r l i t tl e D o l l y . C u a n d o l e í a u n a r e v i s t a y m e e n t e r é d e l a c l o n a c i ó n , m e pregunté: -¿Señor, es que uno puede vivir tranquilo? -. Pues con la pobre oveja Dolly, hay tal confusión que no se sabe si es un recién nacida o si es tan adulta como la madre. Nada, que si la hubieran enseñado a hablar, seguro lo primero que diría es: ¿QUIEN SOY?. Teresita de Jesús González RETAZOS DE TERUCA 74/83


Aunque lo parezca, yo no estoy en contra de los avances tecnológicos. Lo que me molesta es ver que el mundo se deshumaniza, se pierde los valores femeninos, el hemisferio izquierdo del cerebro se apodera por completo del hemisferio derecho como una dictadura. Que dentro de unos años, lo normal sea que le hables a una maquina o pienses c omo ella y esta responda a tus problemas; Que te perfumes con dígitos, que haga sexo con maquinas, satisface todas las necesidades humanas, pero no va más allá de la auto realización personal, que la vida te gobierne un beep beep, que los niños dejen de correr, que no puedas leer un libro como es debido, sintiendo el papel. ¿Qué nos quedará del dulce y suave perfume de la vida? Me es difícil aceptar tanto desarrollo y metal; pero si no sigo la rima, corro el riesgo de que los fanáticos me corten con una n avaja láser. No le tengo miedo al nuevo siglo, pero creo que hay que sentarse a meditar acerca de cómo el HOMO SAPIENS pudo alcanzar el lugar que ocupa en el mundo. Yo creo y tengo fe en el bien de la humanidad, y en la mejora de nuestro planeta azul. CAPITULO 37 LA FALSA AMISTAD Cuando uno piensa que tiene una amistad por más de 30 años aunque no sea de tu patria, pero ha vivido contigo un tiempo en tu país y tu le has brindado todo y le has entendido tu mano sin preguntar de donde eres y quién era, s ino que era un ser humano que necesitaba de ti, yo le brindé mi techo, mi familia y todo lo que me rodeaba. Cuando ella se marchó la comunicación no se interrumpió ni por carta, ni por teléfono. Quizás siendo yo un poco tonta siempre he dado más de lo que he recibido. Cuando por motivos que mi familia quería emigrar, pues yo me ví en el compromiso de hacerlo también, sin percatarme de que dejaba lo que más aprecia las gentes del mundo entero. Mi casa y la casa de mis padres que heredé por ser única hija, y o me sentía confiada y joven y pensaba sobre todo tenía una gran amiga casi hermana y que mi esposo cambiaría su actitud porque ya no estaría dentro del régimen cubano. ¡Que decepción! Pues todo era una gran mentira. Mi hermana como yo le llamaba a mi amiga no era ni hermana, ni amiga, pues al llegar a Santiago de Chile de donde era ella. Me recibió una persona indiferente y fría y como las desgracias vienen juntas. También perdí mis maletas y las pocas pertenencias que me quedaban al ser robadas por la aerolínea cubana. Al salir de Cuba a los 11 meses se pierde todo aunque sea de tu propiedad. Cuando llegué a su casa, ella no hizo ninguna gestión por recuperar lo perdido. Yo estaba en pleno shock al ver aquella frialdad y al ver que nada de lo que yo esperaba se hacía realidad. Estuve en su casa una semana “No comí caliente ni frío” como se dice en mi país. No había ningún tipo de comida. Ella me dejó sola con mis tristezas y mi angustia de no saber adonde yo iba y ver el poco afecto o más bien ninguno de ella hacia mí, sabiendo que mi vida se había convertido en un gran cero. El poco tiempo que estuve allí. Cuando a ella la visitaban sus parientes y preguntaban para donde yo iba. Ella nunca dijo para donde yo partía. Yo no me percataba pues mi mente estaba medio dormida, no sé si pude subsistir la semana. De haber sabido para donde iba y Teresita de Jesús González RETAZOS DE TERUCA 75/83


todo lo que me esperaba en el sur de Chile, hubiera regresado a mi país por doloroso y malo que estuviera aquello. Cuando llegué a mi lugar de destino ya yo sabía porque e lla se reía. Yo nunca había visto nada semejante como calles con lodos de fango, casas forradas en latas con paredes de cartón en mal estado, gentes que no se veían, ni se saludaban. El panorama de un pueblo olvidado. Me percato de que no tenía absolutamen te nada, solamente alguna ropa vieja que me habían regalado entre el lodo, la nieve y el poco cariño que recibía de mi esposo, de las gentes. Mi angustia y mi estado de pánico eran terribles. Ustedes se preguntarán porque no regresaba pues todavía estaba a tiempo de no perder mis propiedades, pero yo siempre he creído en la humanidad y pensé que todo iba a cambiar y las fuerzas me faltaban pues mi enfermedad iba caminado hacía muchos años todavía no se había detectado una diabetes con insuficiencia renal gracias a la pésima atención médica cubana que se pudo haber prevenido a tiempo. El cansancio me vencía de todos modos. Solo de mi amiga recibí una llamada con una voz muy alegre donde me decía -¿Qué, estás colonizando Puerto Natales?-Yo no pude contestar pues la opresión era muy fuerte. Así terminó esta gran amistad.

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CAPITULO 38 M I L L E G A D A A L A P A T A G O N IA . AMAOS LOS UNOS OTROS A LOS OTROS Quién iba a pensar que la Teruca iba a vivir cerca de la Antártica, con los pingüinos magallánicos. Recuerdo que llegué a Puerto Natales en un invierno muy crudo con nieve que me llegaban hasta los tobillos, en el mes de Mayo .El pueblo me resultó de espanto pues para empezar las casas estaban herméticamente cerradas, no había luces encendidas ni personas en las calles y muy pocas con pavimentos, las casitas parecían de juguetes, pequeñitas y cubiertas o forradas con chapas de latas y con colores de tonos muy chillones como violeta, rojo, naranja que hacía destacar más lo mal puesta arriba de una chapa de lata arriba de una de la otra. Yo le pregunté a mi esposo que cosa era aquel lugar y que si ahí realmente vivían personas, él me respondió que sí. Bajo una nieve pertinaz caminamos calles con lodos, las pocas que habían subíamos y bajábamos con pendientes buscando algo d onde vivir, yo le pregunté a mi esposo si había alguna prensa local donde anunciaba los arriendos, por el frío tan intenso y el lodo que llegaba hasta mi tobillos y la tristeza que me embargaba de no poder comprender en la situación en que me encontraba. Mi esposo me responde que habían carteles escrito a mano y pegados en las ventanas donde decía SE ARRIENDA, por eso había que caminar todo aquel pueblo. En esta caminata encontramos casas del verdadero oeste al i g u al q u e l o s f i l m e s e i n c l u s o h a b í a c a s a s q u e t e n í a m a d e r a s p a r a a m a r r a r caballos. Al fin solo tenía dos habitaciones, una hacía de sala comedor cocina y otra de dormitorio con un baño sin calentador de agua y el techo de la casa le llegaba casi a la altura de la cabeza y carecíamos de calefacción y el cuadro era bastante triste, me hizo recordar las descripciones de Emile Zolá en su obra “L a taberna”. De pronto me percato que no tengo plato, ni cubiertos para comer, ollas para cocinar, en fin absolutamente nada. Me preguntaba en que mundo me había metido y si yo no estaría soñando o más bien en una larga pesadilla. Estaba perdida pues no veía a nadie y nos estábamos calentándonos con una cocinita de juguete le digo así porque era tan pequeñita que nunca me imaginé que existiera. Estábamos en el pueblo de Puerto Natales, porque mi esposo le habían ofrecido trabajo de turismo y había que vivir. Yo era una señora de cicuentaytantos años con un hogar establecido en la H a b a n a y s i n c a r e n c i a s m a t e r i a l e s y e s p i r i t u al e s , s í h a b í a m u c h a h a m b r e y carencia de medicinas y opresión en Cuba, pero yo pensaba que precio más alto estoy pagando y si valía la pena emigrar la Patagonia a mi edad. Era la primera cubana que vivía realmente en este lugar tan lejos donde a nadie le importaba o desconocía que me había despoj ado de todos mis bienes materiales por emigrar, entre estos la casa de mi padre que heredé, mis perros, mis grandes amigos y mis lugares donde yo frecuentaba, en fin mi mundo que todavía añoro tanto, porque aunque yo explicaba a las gentes de a q u e l p u e b l o , q u e e r a c u b a n a y n o m e d i r i gí a n l a p a l a b r a y l a m a y o r í a pensaba que Cuba estaba en Europa y no sabían quien era Fidel Castro y si Teresita de Jesús González RETAZOS DE TERUCA 77/83


nuestro comandante que siempre ha dicho que somos el centro y famosos m u n d i al m e n t e e n c a d a r i n c ó n d e l p l a n e t a e m p l a z a r í a a l o s n a t a l i t o s d e l a Patagonia a una guerra por no conocer quien era él . No se puede negar la belleza turística que está cerca del pueblo de Natales, entre ellas el famoso parque nacional Torres del Paine, sus glaciares etc. Pero yo no vivía de turista sino q ue vivía dentro de aquel pueblo. Mi vida ha sido muy dura, estuvimos mundanos en siete casas algunas parecidas y otras peores, cada vez que mi esposo arreglaba un poquito aquellas casas, inmediatamente nos decían que teníamos que irnos porque subían el precio de arriendo, o la vendí an o que un pariente venía a vivir y a así vivimos en siete casas cargando con muebles y cosas, reformando baños, alfombras. Para no descubrir los otros desastres de casas. Le c o n t a r é q u e l a ú l ti m a c a s a c a r e c í a d e b a ñ o p o r n o l l a m a r b a ñ o a q u e l h o y o hediondo donde estuve siete meses orinando en un recipiente de plástico y bañándome en una cubeta donde me cabían los pies y otro recipiente, eso era bajo el frío perenne de la región de Magallanes ( Patagonia chilena). En esta casa no había puertas nada más que de la calle y en todas las cuadras en que viví nunca conocí a nadie, ni vecinos y solamente habían gentes mirando detrás la cortina de ventana de sus casas, cosa que después me enteré y así todo conocí a dos grandes amigas allá y que las quiero y no las olvido. Voy a poner un ejemplo de cómo se vivía en Natales. Había una señora que el papá se estaba muriendo y la mamá tenía que cargarlo para bañarlo, yo me brindé con mis conocimientos de medicina y ella nunca me contestó. Después de muerto yo fui al velorio, ella me llamó llorando al lado de la caja y le decía-¡papá, papá ella es la señora cubana! -no sabía si reír o llorar, pues estando en vida lo pude conocer y brindar ayuda, esa eran las cosas que ocurrían en este lugar. A mi hijo no le daban trabajo en los colegios para dar arte que fue lo que él estudió, pidió barrer calles con este le cuento que él estaba dispuesto hacer cualquier cosa, después de tres años sin trabajo, al fin como una dádiva le dieron trabajo para reponer en un mercado, y tenía que diseñar los carteles para poner los precios. Hoy en día me pesa no haberle guardado unos de sus carteles porque eran trabajos artísticos, su trabajo duraba unos meses porque lo reemplazaba un pariente del pueblo, no llegó a seis meses reponiendo viéndose en esta situación y los años que pasaban, pidió una entrevista con el alcalde y este señor funcionario de Natales que por cierto e r a d e o r i g e n i t a l i an o , l e d i j o q u e n o p o d í a o f r e c e r l e t r a b a j o p o r q u e e r a extranjero, mi hijo no entendió ni yo mucho menos, cuando él había recorrido Europa y América exponiendo sus trabajos artísticos y quería aportar todos su conocimientos a este gran Chile que les abrió las puertas . Pero llegó el día en que nos mudamos a una cuidad más grande y más al sur llamada Punta Arenas donde al fin fue reconocido su título y después de largos cinco años está trabajando en el mundo de la cultura. Como ven el camino recorrido ha sido muy duro, entre esto tuve en Puerto Natales un coma di abético porque desconocía mi enfermedad, a pesar de que todo el mundo hablaban muy mal del hospital, allí me salvaron la vida, después de haber pasado una operación en el hospital de Punta Arenas y haber estada dos meses ingresada. Cuando volví a Puerto Natales , pregunté que medico me había atendido y salvado. Les dí las gracias y pedí una Teresita de Jesús González RETAZOS DE TERUCA 78/83


entrevista con la TV local para que se diera a conocer en este pueblito, muchas personas no miraron bien este gesto de reconocer los méritos de otras personas. Es decir dar la César lo que es de C ésar y a Dios lo que es de Dios. Estoy caminando por unas aceras escarchadas que resbalan en este lugar de casas cerradas de un cielo gris donde los colores se fueron de paseo y el verdor de las veredas no existen, solo árboles pelados. En medio de mi sol edad me llega un pedacito de una melodía1 muy querida que trae algo de alegría a mi viejo corazón: COMO EL ARRUYO DE PALMAS EN LA ESPESURA COMO EL TRINAR DEL SINSONTE ASÏ ERES TÚ COMO EL RÍO APASIBLE EN MI CIELO AZUL, ASÍ ES MI AMOR POR TI Y CUBA QUERIDA. CAPITULO 39 M IS M U E R T O S Y Y O Recuerdo que estaba leyendo en mi habitación, ya era algo tarde y se oía el chirrido de los insectos, había humedad y se veía la ventana con rocíos de agua. Apago la lámpara y al ponerme cómoda en la cama, veo de pronto en la puerta de mi cuarto a mi misma tía Tata con misma ropa intacta que la habían enterrado y la Tata estaba sonriendo, yo me asusté y pensaba como podía estar alegre en circunstancias tan terribles como lo fue su muerte y dejando un niño solo en la tierra, pero esto son misterios de la vida. Tía Tata me decía: -Sino crees en las apariciones de los muertos, yo algún día me apareceré-. En efecto así ocurrió. Mi hijo, que es artista plástico, se interesó en el tema de los fantasmas y tuvo contacto con la sociedad de parapsicología que aún no se reconocía en Cuba y me explicó que eso se llamaba casos poltergeist, ex periencias fuera del cuerpo y con eso pudo pintar para su trabajo de diploma en la exposición de la Academia de Bellas Artes. En mi casa no se creí a en los muertos ni nunca escuche hablar a amistades de nada parecido pero como ustedes ven si han leído la primera parte de mi libro nosotros vivimos y aun sigue viviendo el muerto que no llego hacer medico comprobado y mas que comprobado porque esas cosas no tienen explicaciones o se aceptan o no. Un día yo estaba trabajando en el policlínico de 15 y 18 en el Vedado cuando la jefa mía una Dra. Muy exigente ella me dijo que ya podía quedarme al frente con las preparaciones pues el policlínico era casi como un hospital pequeño y las preparaciones eran muchas como cua lquier laboratorio industrial chico. Allí ya yo tenia varios días trabajando y siempre veía que el señor que limpiaba me miraba con mucha existencia, yo pensé que como yo era nueva le l lamaba mucho la atención, el se parecía mucho al tío el de cuento de el Tío TOM de la Cabaña negro con el pelo

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canoso y una bondad en su cara buena para ver, un día se decidió a hablarme y me dijo: -blanquita usted perdone pero yo tengo necesidad de hablar con usted-. Yo pensé que necesitaba hablar conmigo porque quería alguna preparación, pero cual no fue mi sorpresa, cuándo el me expresa que era lo que tenia que decirme era sobre una persona muerta yo hacia muy poco había perdido a una de las personas mas queridas de mi vida y empezó hablar que veía una persona mas baja que yo de pelo rizado que tenia una herida en el corazón y otra en el estomago, me pregunta si yo conocía a alguien axial yo le digo que si que esa era mi tía que había muerto del corazón, pero que antes le habían practicado una cesárea y mi tío le había abierto el corazón para darle masaje pues le había dado un paro cardiaco cosa que no resulto fue muy duro la muerte de ella porque era una gran mujer, el me dice que esa persona me tenia abrazada muy fuerte porque me quería mucho, yo pienso como debió quererme porque el niño que ella llevaba estaba vivo y asi y todo estaba conmigo su bondad siempre fue infinita, el me dijo que me hacia mucho daño al tenerme abrazada claro sin ella quererlo y hacia falta que yo le diera una misa espiritual y otra por la iglesia y yo nunca se la di a pesar que el me dijo que era muy necesaria y que el había cumplido porque como buen cristiano tenia que decirlo, después me trasladaron para un hospital m uy grande y mas nunca lo vi., ya ven cosas que pasan y no se entienden como todas o casi todas las cosas de esta vida. Joaquín fue una persona que yo quise o aprendí a querer por su bondad y compresión quedo para siempre en mi corazón el valoraba todo lo que yo escribía le gustaba, una vez a mi me prestaron una computadora que era mas bien prehistórica pero funcionaba y yo muchas veces le decía vieja y que no servia hasta el día que me la pidieron ahí comprendí lo útil que me había sido y le dedique u n escrito pidiéndole perdón ,a mi esposo le gusto y ese día Joaquín tenia una reunión con altos mandatario pues traía una gran donación de computadoras para el país, el era asturiano residente en Madrid un hombre con un poder adquisitivo grande el le gustaba mucho las pinturas de mi hijo y fue un gran mecenas para el, mi esposo le dio el escrito que era corto lo leyó y delante de esas personas importantes soltó unas lagrimas y dice que dijo esa Teresita. Un tiempo después me entero que había amanecido muerto yo estaba sin comprender porque las personas tan buenas se nos van tan rápido. Paso el tiempo y siento el timbre de la puerta de mi casa y eran dos jóvenes españoles que venían a visitarme tenían aspecto decente y yo los mande a pasar ellos se identificaron como vecinos del difunto Joaquín el era abogado y ella era sicóloga y empezaron a hablarme de Kako que asi le decían a Joaquín lo conocían de chiquitos y Kako le había dado la dirección mía por si algún día iban a Cuba ,ellos vieron los cuadro s de Pedro mi hijo en la casa de el y les gusto muchísimo y después se quedaron viendo los que había en mi casa el muchacho me pregunta porque Pedro no exponía en España y yo le digo la carta de invitación que la casa de cultura tenia que hacerle en este caso la de Pozuelo de Alarcón en Madrid, sin desconfiar me dijo que el pertenecía a la casa de cultura y que me podía hacerle a Pedro la invitación le dijo a mi esposo que le trajera papel blanco y firmo un papel que no decía absolutamente nada para q ue nosotros redactáramos la invitación porque el le era difícil de entender la cantidad de requisitos y cosas que pedía el Gobierno cubano, yo con una seguridad absoluta supe que ese era Joaquín y le di la gracias una vez mas mi hijo pudo exponer e n un lugar de prestigio y pudo conocer donde estaba enterrada las cenizas de Kako donde el quería cuando muriera en la terraza de atrás abonando un frondoso árbol . En un momento difícil de mi vida de emigrante que estaba en un pueblucho que yo nunca pensé que pudiera existir y mucho menos vivir donde había perdido mis raíces mis bienes materiales todo lo que una persona puede perder menos su dignidad donde las personas no son agradables y mucho menos bondadosas pueda que las haya pero yo no las conocí solamente conservo el recuerdo agradable de dos Teresita de Jesús González RETAZOS DE TERUCA 80/83


personas que a través de los años comprendieron que yo no era una extraterrestre y menos que iba les iba a hacerle daño hoy en día las aprecio y las respeto cuando yo me vi. Viviendo en unas condiciones miser ables de una pobreza espiritual grande y desposeída de todo en condiciones denigrante empecé a sufrir tanto que un gobierno me hubiera llevado ha esta situación sin nada vieja y en fin del mundo, esto hay que vivirlo para sentir u dolor profundo y fuerte q ue no se como no me llevo a la locura estando en ese estado de no comprender absolutamente nada con un viento de 90 Km. /h que parecía que el mundo se iba a acabar vi. a quien menos yo esperaba ver no le vi la cara pero si su yérsey como el decía y su pan talón de calentamiento no le vi. El rostro pero sabia que me comprendía y sentí que estaba conmigo y que desde el plano en que el se encontraba solo me podía ofrecer su compresión hacia mi dolor. Cuanto te extraño querido amigo. Estando en ese estado miserable de vida sin dinero y sin un cubierto para comer, ni cama para dormir pues mi hijo durmió en el suelo y nosotros en una camita personal prestada junto con las frazadas que nos habían prestados donde había nieve y no había calefacción las ventanas d el cuarto de dormir no tenían cortinas y era de una estrechez risible donde no te podías mover. No quedó mas remedio que ponerle a las ventanas que un cartón, porque el dueño pasaba por ahí era su camino, en ese estado de vida si asi se le puede llamar una noche me despierto para ir al baño y que veo a mi padre estando sentada todavía en la cama veo pasar hacia donde dormía Pedro que lo que dividía era una tabla de cartón iba lo recuerdo perfectamente con su traje beige su habano muy erguido con la cabeza bien alta sin dirigirme una mirada estaría espantado, y muy bravo es lo que imagino yo pero en fin no se cuanto habrá sufrido su ego, en vida me dio muchas cosas materiales pero no me dió lo mas importante, darme un poco de amor, la vida es sumame nte compleja. Ahora estando aquí en la cuidad de Punta Arena estoy escribiendo y alce la vista y para sorpresa mía vi. a mi tía que murió no hace mucho ,no recuerdo, pero parece que yo le pregunte que haces aquí y ella me dijo en un tono de lo mas ale gre , nada vine a haberte , llevaba un pantalón negro y una blusa blanca pero lo as significativo fue lo que llevaba puesto en el cuello un collar hindú sin valor alguno, cosa que era inverosímil porque ella tenia prendas muy buenas y jamás se pondría una cosa asi, empecé a buscarle una razón o lógica a aquello y recordé que cuanta cosa yo me antojaba ella me complacía y yo había visto este collar y me había gustado Cosas sin explicaciones Ahora recuerdo que cuando entregue a mi perra salchicha llam ada Hanna el dolor había sido desgarrador mi compañera y confidente durante largos.11 largos años que desesperación no poderle explicar la situación y el dolor de separarme de ellas otro día estando yo leyendo en mi cama bajo el libro para descansar mi vista y que veo porque la vi a mi Hanna saltando arriba de mi cama y poniéndose arriba de mi, y si creo que la telepatía existe porque fue tan real, que eso me demuestra que nos queríamos de verdad Otros de mis tantos días de lectura, recuerdo que viro la cabeza hacia la cómoda y debajo de ella veo una copa de color rosa pálida llena de agua y una voz que me decía mientras tu tengas eso tu vida va a hacer normal, llevo buscando esa copa hace mas de 30 años en varias partes del mundo, y jamás la he enco ntrado.

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CAPITULO 40 MI PUNTA ARENAS QUERIDA. Al fin después de cuatros años y medio, llego a este cuidad un poco más g r a n d e , m a g a l l á n i ca m á s p r ó x i m a a l a A n t á r t i c a c o n m á s f r í o y v i e n t o s d e 80 y 100 Km. por hora, pero a pesar de todo esto y a pesar de todo su clima, se siente algo del calor del médico amigo y buen profesional que ha llegado a darme una mejor calidad de vida, parece que tenía que pasar por las dificultades de la vida que uno nunca piensa que puede pasar, sin apoyo y sin ninguna mano amiga. Aquí a pesar de mi edad encontré algo de trabajo y una buena amiga que ha sabido entender mi idiosincrasia cubana. Esto me ha dado fuerza para que este silencio profundo y esta forma de vida tan hermética y aislada en que viven las gentes, he podido subsistir. Gracias Marisol querida y gracias a otros amigos más. También tengo que r e c o r d a r a l a c u i d a d d e N a t a l e s , a m i E l e n a q u e r i d a . P a r a p o d e r l i di a r c o n l a nieve, el amarillo verdoso de los árboles, pastos, el cielo gris junto con su mar del mismo color, a pesar de estos inconvenientes vivo en una casa de cemento, amplia, condiciones buenas para vivir aunque sus calles y sus aceras permanecen en la soledad absoluta. Yo no estoy criticando a esta cuidad, pero lejos de esto la quiero. Tengo que adaptarme a su silencio, a sus puertas y vecinas cerradas, a no conocer al vecino y olvidarme del dicho “Que el familiar más cercano es el vecino del al lado”. Mi querido médico me dijo que la soledad del emigrante siempre es muy dura y en la lejana Patagonia mucho más. Cuando hay mucho viento, mucha nieve y mucho color gris que raya casi en la oscuridad durante el día, voy cantando muy bajito “Vereda tropical”

HOY.....SOLO ME QUE DA RE CORDAR T US OJOS MUE RE N DE LLORAR Y E L ALMA MUE RE DE E SPERAR. P ORQUE SE FUE ...TÚ LA DE JASTE IR VE RE DA TROPICAL HAZLA VOLVE R..... A.... MÍ QUIE RO BE SAR SU B OCA OTRA VE Z JUNTO AL MAR. VE RE DA TROPICAL... VE RE DA TROPICAL.

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No sé porque en estos días la soledad del lugar, el sol o la lluvia me hacen pensar en cosas, que quizás para otras personas sean raras, ya no me asusto porque siempre me han, llamado rara y me gusta porque así no soy igual que los demás. En estos días los muertos llegan hacia mí, siento la mano tibia y cálida de la única me amó en la vida: mi tía Tata, estoy muchas h oras con los ojos cerrados hablando con mi querido y amado Joaquín, tú que me admirabas mis pobres escritos y los encontrabas fabulosos y grandilocuentes. Cuando siento tu mano sobre la mía, las lagrimas brotan en silencio, me parece oírte decir ¡que lásti ma! que ahí no se supieron comprender. Tengo mis brazos muy abiertos a todo lo que da para cuando llegue aquí o en otro lugar fuera de la Tierra, yo pueda decir: -Soy amada- como mujer y hembra y no causo risa con mis cosas tontas y locas. Estoy muy enamorada de Goya con ese andar masculino, en la cintura su navaja, en una noche negra y cerrada donde todo eran peleas, mujeres, vino y cantos. Me gustaría que entre esas mujeres estuviera yo. De pronto bajan caminando no volando, mujeres y hombres con sus s onrisas en los labios y copas de vino en la mano y yo muy ansiosa pregunto por papá y por mamá, pues ellos viven fuera del planeta Tierra, quizás por esto me gusta subir lomas altas para estar más cerca de ellos y entender y poder hablar en el mismo idioma y poder decirles que amo o que quiero amar, lo necesito tanto como el vino y el agua y al decir lo siento este dulzor tibio, sensual como una rosa que se abre para los que pasan las puedan oler y tocar. Quiero vivir, soy vieja pero soy joven, en definit iva soy lo que soy y amo cuánto pueda amar.

Teresita de Jesús González Pérez R.U.N. 21.134.220 -K La Habana, 21 febrero, 1945 Reside en: Avda España 0277 .PUNTA ARENAS. CHILE Teléfono (61)237399 Email: terucagp@yahoo.com

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