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El rincón de los libros

ADIÓS, AMIGO MÍO

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Los cuentos que me contó mi abuela es un interesante título que pocas personas conocen. Fue editado en la Imprenta de Cayetano Méndez a finales de 2006 y presentado en el Colegio San Fernando de Lorca. En su interior, Carmen Riquelme Piñero recopiló una serie de cuentos tomados de la oralidad familiar, a partir de su madre Elvira Piñero. Se inicia con un emotivo prólogo de Miguel Ángel Guillén Riquelme, hijo de la compiladora. Le siguen 32 cuentos, muchos de ellos fábulas, procedentes de diferentes tradiciones, como las antologías de los Hermanos Grimm y Las mil y una noches. A continuación, se aprecian 7 cuentos de Claudio Coelho y José Carlos Bermejo, como «La ratonera», «Un hombre, su caballo, su perro y el cielo» y «El niño y los clavos». Además, el lector se encuentra con tres cuentos escritos por los nietos de Carmen: «El baile de las verduras», de Cristina del Campo Guillén; «La mano», de Carmen Guillén Lorente, y «Mi primer día en un estadio», de Manuel Muñoz Guillén. Este libro se cierra con un breve epílogo de tono nostálgico.

Un hombre marchaba por la calle, cuando se encuentra con un amigo, que le saluda muy eufórico:

¡Adiós, amigo mío!

El hombre, sorprendido, piensa:

¿Qué habrá querido decir con este saludo?...

Pensando, pensando, va enhebrando pensamientos hasta descifrarlo:

Amigo mío… Mío dice el gato, el gato caza ratones, los ratones comen queso, el queso sale de la leche, la leche la da la cabra, la cabra tiene cuernos, y los cuernos… ¡Este amigo me ha dicho cabrón!

El hombre ya estaba un poco mosca con su mujer por si se la estaba «pegando»; y con el saludo de su amigo, descubrió la duda que ya tenía.

Si la duda te desvela y el amigo te saluda no busques en el adiós y olvida tu desventura.

La Leyenda De La Princesa

Había una vez una princesa guapísima y vanidosa, orgullosa y creída. Un día se encontró a una gitana, la cual al verla quiso leerle la mano y decirle la buenaventura. La princesa se negó y la trató mal, por lo cual la gitana le dijo: «por tratarme así te haré una maldición: tendrás que preguntarle a quien te encuentres quien es más guapa, tú o tu peineta. Si a quien le hagas esta pregunta contesta que es más guapa la peineta, estarás en la oscuridad eterna durante cien años».

Esta leyenda se la contó a mi madre su madre y su abuela: dicen mis antepasadas que esa princesa solía aparecerse por una calle cerca de la rambla del asilo, pero no recordamos que a nadie se le apareciera.

Así es que la pobre princesa sigue en la oscuridad.

Tu encanto sigue por siglos, y el encantamiento más, y la vanidad que marca te dejó en la eternidad.

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