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DIVERSOS AÚN ASÍ DEDICADOS Por Carlos J. Craig
T
ú y yo vivimos y nos movemos en un mundo de profunda diversidad. Si estudiamos su definición podemos encontrar palabras como: variedad, pluralidad y surtido. Aquí en el gran estado de Texas, nuestra diversidad se vuelve más notable cada día. En nuestras iglesias, fácilmente podemos distinguir diferencias de género, edad, origen étnico, apariencia y personalidad. Estas diferencias pueden hacernos sentir incómodos, por lo que debemos ser directos: la intolerancia en cualquiera de sus formas es impía y debilita la obra de Dios. ¡Lo que no une al pueblo de Dios los separa! Todos compartimos el mismo comienzo: la creación. La Biblia dice que cuando Dios terminó de crear a la humanidad con toda su capacidad de diversificación, lo declaró “muy bueno” (Génesis 1:31). Efesios 4:3 orienta a ser “solícitos en guardar la unidad del Espíritu en el vínculo de la paz”. La palabra solícitos implica esfuerzo, compromiso, dedicación, adaptabilidad. La iglesia de hoy está en medio de
2 | LA LLAMA |
Invierno 2020
un cambio rápido según el investigador cristiano George Barna. Señala que, en el año 2000, del 65% al 70% de los estadounidenses atribuyeron su experiencia espiritual a la iglesia local. Pero para 2025, ese número probablemente se reducirá drásticamente a tan solo un 30%. Por lo tanto, pronostica él, habrá una diversidad aún mayor de experiencias eclesiásticas y religiosas en todo Estados Unidos. Barna insinúa que no se trata de un rechazo del cristianismo, sino un cambio en la forma en que las personas lo asimilan. Si ese fuese el caso, posiblemente la pluralidad en nuestra Iglesia Adventista del Séptimo Día en Texas nos posiciona mejor de lo que pensamos para alcanzar a la sociedad que nos rodea. ¡Nuestra diversidad podría ser una de nuestras mejores herramientas! ¡Qué vital es que fomentemos y desarrollemos nuestros distintivos dones espirituales! A medida que enfrentamos estos cambios, tenemos la opción de convertirnos en directores funerarios espirituales tratando de mantener apariencias
