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Aproximación al I Ching
from Beltane
"Si me fueran otorgados 50 años más de vida, los dedicaría exclusivamente al estudio del I Ching y de esta manera evitaría muchas de los errores que he cometido a lo largo de mi vida". Confucio
Puedo corroborar la sabia respuesta de Confucio porque, tras casi medio siglo de mi vida dedicado al estudio del I Ching, puedo hacerla mía sin ningún género de duda.
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Más allá de mi opinión, puedo suscribir también las palabras de Carl Gustav Jung cuando en 1948, en su prólogo a la traducción del I Ching de Richard Wilhelm, obra de referencia conocida por todos los estudiosos del Libro de los Cambios afirmaba: “no puedo contestar a las mil preguntas que suscita este extraordinario libro. El I Ching no se ofrece acompañado de pruebas y resultados. Por el contrario, espera pacientemente hasta que se le descubra. Para algunos su espíritu aparecerá tan claro como el día. Para otros aparecerá sombrío como el crepúsculo y para un tercero, parecerá tan oscuro como la noche. A aquel a quien no le guste, no tiene porqué usarlo y aquel que se oponga no está obligado a demostrar su veracidad. Pero una cosa es cierta: el I Ching es sin duda, el libro adecuado para los amantes de la sabiduría"
Pero ... ¿qué es el I Ching?
Uno de estos tesoros universales de conocimiento, conocido como el Libro de los Cambios o de las Mutaciones, conocido como I Ching un libro nacido en China y que con sus 4.000 años de existencia es probablemente uno de los Libros de Sabiduría más antiguos del mundo, sino el más antiguo.
El I Ching es a su vez, una vía de conocimiento y un libro oracular.
Como vía de pensamiento es la fuente original de la que surgieron las dos grandes corrientes del Pensamiento de China: el Taoísmo y el Confucianismo.
Como libro oracular, el I Ching es un método infalible de predicción que nos permite saber cómo funciona la matriz secreta del Universo para adecuar correctamente nuestras acciones eliminando el margen de incertidumbre en el que el ser humano toma habitualmente sus decisiones más cotidianas.
Dicho de otra manera, en su vertiente oracular, el I Ching actúa como un GPS autoconsciente que nos indica la ruta más eficiente para llegar al destino que nos hayamos marcado, aunque nos indica, al mismo tiempo aquellos otros trayectos que, según las decisiones que libremente tomemos, nos llevaran a otros destinos alternativos, igualmente posibles y reales.
La esencia última del pensamiento del I Ching se basa en dos grandes principios:
El primero: la Ley que rige el Universo es el Cambio Permanente.
El segundo: en realidad, no hay opuestos dialecticos irreconciliables, sino que todo aquello que en apariencia nos parece distinto y enfrentado irreductiblemente, en realidad forma parte de una
sola y única realidad indivisible que se complementa.
En otras palabras: Yin y Yang, día y noche, principio activo y principio pasivo, masculino y femenino, Bien y Mal…y por extensión toda dualidad que podamos imaginar forma parte de una única realidad…en definitiva: “contraria sunt complementa”. O, dicho de otro modo: en un universo en cambio permanente, el presente es el despliegue delpasado y el futuro se está generando de manera oculta en el presente como lo haría una semilla, que nace en el pasado pero que finalmente se desplegará en el futuro y lo hará moviéndose siempre en una dinámica de cambio permanente entre pares de opuestos que se complementan y que tienden a equilibrarse.
De este modo, si llegamos a conocer cuáles son los patrones cósmicos dominantes en un momento determinado, podremos saber como actuar en nuestra vida diaria para adaptarla a aquello que está por venir y, para decirlo con una metáfora, hacer surf en las olas del Destino.
Pero en este punto, hay que hacer pero una aclaración muy importante: en el pensamiento del I Ching no hay realidad ontológica ni metafísica alguna. No hay dioses a los que obedecer sumisa ni dogmáticamente sino tan solo conocimiento y orientación para hacer que nuestra vida fluya y se desarrolle de la mejor forma, pero manteniendo siempre el libre dominio y control sobre nuestra vida.
Y como consecuencia lógica de este planteamiento: en el pensamiento del I Ching no hay ningún lugar ni para la noción de culpa, ni de pecado ni tampoco para la propia idea del Karma tal y como erróneamente se acostumbra a entender fruto de una interpretación distorsionada que, desgraciadamente, ha extendido el pensamiento contra iniciático de la nefasta New Age.
Si quisiéramos identificar al I Ching con una metáfora moderna, sería algo muy parecido a tomar la “pastilla roja” que Morfeo ofrece a Neo en la película Matrix y es que el I Ching, al igual que la “pastilla roja” lo único que te ofrece es la verdad, pero siempre tienes la libertad de elegir tomártela o vivir tu vida tomando tus decisiones con tu libe albedrío y con la incertidumbre sobre cuáles serán los resultados de tus acciones.
Y esto no es ni mejor ni peor.
Ambas decisiones son igualmente legítimas y válidas porqué lo único que prima es la libertad de decisión del ser humano de escoger aquel camino que perciba como más auténtico para sí mismo.
Si nos referimos brevemente a los orígenes del I Ching, podemos decir, que de acuerdo con los estudios académicos más fundamentados, hunde sus raíces en el chamanismo del Asia Central hace más de 5.000 años cuando los chamanes, mediante la observación de los ciclos naturales y de los fenómenos astronómicos, llegaron su extraer unas pautas sobre la dinámica de su funcionamiento y que en China tomo el nombre de Wuismo, que toma su nombre de la palabra WU, posiblemente una adaptación del término indoeuropeo Magus, que vendría a identificar a aquella persona dotada de unas capacidades especiales para convertirse en intermediarios a entre el mundo físico y la realidad no ordinaria.
Durante el reinado de la Dinastía Shang (siglo XVII a.n.e) la influencia del chamanismo chino fue muy importante en la configuración del sistema de creencias dominante en la estructura de poder, pero no fue hasta el ascenso al trono de la Dinastía Zhou (siglo XI a.n.e) cuando se produce una auténtica revolución en el desarrollo del I Ching tal y como lo conocemos hoy en día.
De la mano del Emperador Ji Chang (siglo VIII a.n.e), conocido como el Emperador Wen y sobre todo, gracias al impulso de su hijo, el erudito Ji Dan, Duque de Zhou, se creará la estructura canónica del I Ching tal y como la conocemos hoy y se popularizará la leyenda fundacional de Fu-Xi: el mito cosmológico del I Ching.
A lo largo de los siglos, el I Ching se irá enriqueciendo con las exégesis y las aportaciones de
escuelas taoístas y confucianas que completarán las interpretaciones del I Ching.
Tenemos que referirnos ahora a la leyenda de Fu-Xi, el mito cosmológico fundacional del I Ching.
Considerado como una especie de Demiurgo, se atribuye a Fu-Xi la creación del lenguaje y la escritura, del sistema de cálculo, de la agricultura y la ganadería entre otras maravillas para una Humanidad hasta entonces sumida en las Tinieblas.
El nacimiento de Fu Xi fue en sí mismo un prodigio.
Pangu, la divinidad que gobernaba el Universo antes que existieran el Espacio y el Tiempo, creó el Cielo y la Tierra y una vez realizada la Gran Obra, su cuerpo se transformó en ríos, montañas, plantas, animales y en todo lo demás de seres creados y entre ellos, los gemelos Fu-Xi y su hermana y esposa Nü-Wa, mitad humanos y mitad dragones, seres mitológicos que China se identifican con la Sabiduría.
Podemos leer en el Libro los Venerables Documentos: "Un día en que Fu-Xi estaba contemplando el Río Amarillo, vio como surgía un gran dragón de sus aguas. Fu-Xi fijó la atención en las marcas que el Dragón llevaba grabadas en el lomo. Eran ocho figuras formadas por tres líneas superpuestas. Inmerso en su contemplación, Fu-Xi miró al Cielo y luego a la Tierra y vio como todo, contenía en su esencia las ocho marcas del dragón y que descifrando sus múltiples combinaciones era posible ordenar el mundo y conocer el lenguaje sutil con el que aquél se expresa regido por el principio de la complementariedad entre elementos contrarios en permanente transformación ".
De este modo, Fu-Xi había creado el Ba Gua, los Ocho Trigramas que conforman la base de la estructura del I Ching y que duplicados en su múltiple combinatoria formarán los 64 hexagramas del Libro de los Cambios.
Partiendo del mito fundacional de Fu-Xi y de la creación de los ocho Trigramas del Ba Gua, llega al momento de hablar de la Matriz del I Ching: los Trigramas y los Hexagramas. Volviendo por un momento al mito, Fu-Xi identificó
el Cielo con el principio Yang y la Tierra con el principio Yin, asignando al Yang una línea continua y el YIN una línea discontinua, una sola línea conocidas como las líneas Yao, punto de partida de toda la estructura de los Trigramas y de los Hexagramas del I Ching.
Posteriormente, Fu-Xi añadió otra línea sobre cada línea individual Yao y así se generaron las Cuatro Órdenes; los Bigramas Si Xian, que representan las diferentes maneras en las que se pueden duplicar las líneas Yao para dar lugar a los estados intermedios entre el Yin y el Yang absolutos.
Pero Fu-Xi, no se quedó ahí, sino que continuó el proceso y añadió una tercera línea sobre los 4 Bigramas para crear los Ocho Trigramas: el Ba Gua, que no es otra cosa que la clave para interpretar la estructura secreta del Universo.
¿Y por qué tres líneas y no otro número?
Pues porque como se explica en el Ta Chuan (El Gran Tratado), uno de los textos que forman parte del Canon del I Ching: "El Cielo es redondo y la Tierra es cuadrada. Y en medio se sitúa al ser humano"
Durante el reinado del Emperador Wen (1099-1050 a.n.e) y por obra del Duque de Zhou,
para poder representar con mayor precisión la estructura del Universo con relación a las distintas situaciones arquetípicas que pueden presentarse en
el mundo físico, se produjo la duplicación de los ocho Trigramas con todas sus variaciones, para obtener así los 64 hexagramas del I Ching tal y como los conocemos.
Existen muchos procedimientos para la obtención de los 64 Hexagramas, desde el tradicional, las varillas de Aquilea Milleforum, hasta las 3 monedas, los 3 dados ... pero la valoración de la eficacia de cada uno en la obtención de un resultado preciso a la pregunta formulada excede ampliamente al alcance de este artículo.
A pesar de la complejidad del proceso y los métodos de uso, que con la práctica pueden realizarse con extrema rapidez, se procede a la interpretación del resultado de la pregunta que permite llegar, os lo puedo asegurar, a resultados sorprendentes en cuanto al grado de acierto en la respuesta.
Podría dar la sensación, teniendo en cuenta lo que acabamos de decir que estaríamos refiriéndonos al I Ching como una mancia, pero no es así.
Por el contrario, el I Ching, más allá del procedimiento utilizado para obtener de los Hexagramas, es un sistema de predicción basado en la interpretación de un análisis multivalente de datos, de correlaciones multifactoriales y de definición de patrones estadísticos que opera siguiendo un método muy complejo y refinado que nos permite llegar a unas conclusiones muy precisas sobre las respuestas a nuestras preguntas.
Ahora bien; si alguno de vosotros me preguntara cómo es que eso que, a primera vista nos puede parecer tan exótico funciona con una precisión sorprendente, debo decir, con toda sinceridad que no lo sé.
Lo único que os puedo asegurar, después de casi cincuenta años de estudio y de práctica del I Ching, es que funciona con un grado de certeza que sorprende a todos los que lo consultan (y a mí también) y que nos puede parecer como algo sobrenatural pero que solo es la aplicación de un método muy preciso y muy bien definido del que desconocemos la razón última de su funcionamiento.
Para terminar, solo quisiera decir que, adentrarse en el estudio del I Ching supone, para todo aquel que decida dar el paso, un cambio vital trascendental.
Es, para que nos entendamos, dejar atrás el conocimiento ordinario del mundo para adentrarse en una Vía Iniciática y de Conocimiento que te cambiará la vida para siempre.
Decía Albert Einstein: "La mente humana, por más entrenada que esté, nunca puede abarcar el Universo porque siempre llegas a un punto en el que acabas no comprendiendo cómo operan ciertos procesos, pero sabes que son reales".
Así funciona el I Ching y yo, con la misma humildad de la que hizo gala el propio Jung al enfrentarse por primera vez con este prodigio del Conocimiento Universal, a estas alturas no me planteo llegar a entender el Mundo o a reducirlo a una formulación comprensible con múltiples justificaciones y argumentos con los que con toda seguridad me voy a equivocar.
A estas alturas, acepto el Misterio como me viene porqué sé con certeza, que el I Ching funciona pese a las preguntas sin respuesta que siempre llevará consigo, lo considero como un extraordinario legado para toda la Humanidad que está ahí, esperando pacientemente a que cualquier ser humano, lo descubra, se acerque a él con humildad y afán de conocimiento y lo utilice como instrumento para mejorar nuestra vida.
Si lo aceptamos con este espíritu, el I Ching aparecerá ante nosotros en toda su plenitud: como un sofisticado vehículo que nos permitirá rasgar el velo de la realidad ordinaria y penetrar en la Matriz Secreta del Universo navegando más allá del Espacio y del Tiempo para contemplar los múltiples escenarios alternativos de nuestras acciones y trazar distintos futuros igualmente reales y posibles y, libremente, decidir qué decisión tomar ante las infinitas posibles, como infinitos son los multiversos que se abren ante nosotros.