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Dos norteamericanas en España
Traducido al español por Alina Petrik
De profesión soy enfermera pediátrica, aunque ahora trabajo de profesora de inglés en España, donde también estoy aprendiendo español. Al principio Lyla no era mi perro, sino que desde cachorra pasó casi dos años con mi mejor amiga. Al ingresar mi amiga en el Cuerpo de Paz, se fue a vivir a Camerún por dos años y me quedé con Lyla. Para cuando mi amiga regresó, le dije que no pensaba devolverle a la perrita. Kaitlyn sigue siendo una de mis mejores amigas y se alegra de que Lyla y yo acabáramos juntas. Llevo con Lyla 8 años, ella tiene casi 10 ahora. Antes de eso conviví durante 12 años con Misty, crecí con él. Me crié en el campo donde todo el mundo tenía perro. Esos perros formaban una jauría y deambulaban de una casa a otra. Lyla y yo queremos quedarnos en España y posiblemente nos mudaremos un año a Francia para finalizar nuestros estudios. ¡Lyla sigue perfeccionando su español!
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¿Cómo ha surgido la idea de traer a Lyla desde tan lejos? ¿Cuáles fueron las reacciones de tus amigos y familiares cuando decidiste venir a España con Lyla?
Cuando comprendí que mi estancia en España sería por tiempo indefinido, comencé a indagar de “cómo traer a un perro a España“ e incluso conocí a un chico que se había llevado a su labrador retriever y se sentía muy contento con la experiencia. Mis amigos y familia me apoyaron en mi decisión y me ayudaron con toda la burocracia e incluso un poco de logística. Nuestra veterinaria también se mostró muy servicial, especialmente porque tuvo que hacer la mayoría de los trámites burocráticos sola. Traer a Lyla a España supuso mucho trabajo, pero definitivamente valió la pena.
¿Cómo funciona el certificado de asistencia y buena conducta de Lyla? ¿Crees que ese documento favorece a que las personas viajen con sus mascotas? ¿Cuánto de normalizado está? ¿Es válido en todo el mundo? ¿Cuánto cuesta?
La terminología relacionada con la certificación y acreditación de los perros puede llegar a ser muy confusa y abrumadora. Lyla tiene el certificado de buen ciudadano canino (Canine Good Citizen) y de perro de terapia principiante (Therapy Dog Novice). Ambos certificados fueron obtenidos y reconocidos por el American Kennel Club. Creo que es la organización de mayor credibilidad, confianza y reconocimiento de Estados Unidos. Lyla también tiene la condición de animal de apoyo emocional (perros prescritos por un médico en casos de que el paciente tenga ansiedad, depresión, etc.), aunque este título no requiera ningún tipo de entrenamiento o certificación. Para obtener el certificado de buen ciudadano canino se necesita realizar un curso de entrenamiento junto a una prueba, mientras que la certificación de perro de terapia además del curso de entrenamiento y la prueba final, también requiere pasar unas horas presenciales en las instalaciones del organismo certificador. Yo recomendaría hacerse con el certificado de buen ciudadano canino a todo aquel que desee viajar con sus mascotas porque los conocimientos adquiridos ayudan a manejar a nuestro perro en muchas situaciones, y ganar así la confianza de los demás ciudadanos y de nuestro perro. Aunque no creo que este documento sea muy común, me gustaría que lo fuese. Porque para mí y Lyla fue una de las mejores experiencias que nos permitió aprender muchísimo. El certificado de BCC no es válido en todo el mundo, pero sí se reconoce a nivel nacional en EE.UU. También me gustaría dejar claro que aunque Lyla ayude a muchas personas, yo incluida, ella de ninguna manera es un perro de servicio. Los perros de servicio, como los perros detectores o perros guía, tienen certificados reconocidos a nivel mundial y están especialmente entrenados para prestar un servicio inestimable para las personas discapacitadas. Entrenar a un perro de servicio cuesta como media unos 50.000 dólares. Mientras que el certificado de Lyla me costó unos 300 dólares e incluyó muchas clases presenciales.
¿Cómo viajó Lyla de Estados Unidos a Madrid?
Después de MUCHÍSIMA burocracia, Lyla por fin pudo volar a Madrid. Antes de eso la tuvo que examinar un veterinario certificado del Departamento de Agricultura de Estados Unidos y después tuvimos que obtener la aprobación del Consulado de España en Boston, Massachusetts. Debido a que Lyla es un perro de apoyo emocional, según la ley estadounidense, puede viajar conmigo en la cabina del avión, además de que se porta bien, está limpia, no suelta pelo ni huele mal. Volamos de Boston a Madrid con Iberia. Iberia solo permite a animales de apoyo emocional en cabina en los vuelos con origen o destino a Estados Unidos. Nos trataron bien y tuvimos un vuelo sin incidentes. Después, tomamos varios vuelos por Europa y tuvimos buenas experiencias. Lyla es muy tranquila y en general nadie la nota a bordo del avión, hasta que aterrizamos.
¿Cómo ha sido la adaptación de Lyla a España? ¿Ha tenido jet lag, comportamientos extraños, está sufriendo el calor del sur de España?
Lyla no se da cuenta de que está sobrevolando el océano o de que haya llegado a un país diferente. Tampoco sufre de jet lag. En los vuelos largos utilizo los premios de CBD (cannabidiol), solo por si acaso, pero en general ella no se pone nerviosa ni presenta cambios drásticos de comportamiento. El verano pasado contrajo la enfermedad de Lyme (infección bacteriana provocada por la picadura de una garrapata infectada) y fue la primera vez que la vi cambiada. En general, Lyla se hace comprender fácilmente y me resulta sencillo notar si está nerviosa o incómoda.
¿Encuentras muchas diferencias entre la manera en que se trata a los perros en España y en Estados Unidos?
Sí, en general noto que los españoles le tienen más miedo a Lyla que jamás habíamos experimentado en Estados Unidos. Creo que se debe a que Lyla no es tan pequeña como la media de los perros en España. En Estados Unidos la mayoría de gente se muestra entusiasta y quiere acariciar a Lyla cuando se la encuentra. En España me topo con menos reacciones así.
¿Qué es dog-friendly para ti?
Para mí dog-friendly significa poder entrar a un restaurante u otro establecimiento sin ningún problema. Y sería incluso más dog-friendly si además de bebederos y lugares donde amarrar la correa, hubiera bolsitas y papeleras especiales.
¿Qué actitud, decisión o solución pondrías para que los perros pudieran convivir libremente en las calles de nuestras ciudades?
Creo que las personas que quieran tener un animal deberían investigar e informarse antes de tomar esa decisión. También creo que sería fantástico que asistieran a clases de comportamiento, porque es bueno tanto para los perros como para sus dueños porque se les brinda la oportunidad de aprender muchísimo. En mi opinión de esa manera se fomenta la confianza entre los miembros de la comunidad y ayuda a los propietarios de perros a ser mejores ciudadanos. Unos pocos propietarios irresponsables dan mala fama a aquellos que hacen bien su trabajo.
¿La gente se ha quejado en España cuando has utilizado transportes públicos?
Solo tuve una mala experiencia en un tren de Renfe con el revisor que no quería dejarnos estar en el tren, a pesar de tener toda la documentación en regla, incluido un permiso expreso de la compañía ferroviaria. En general la gente o bien ignora a Lyla o bien se muestra simpática.
Coste medio que conlleva que Lyla te acompañe
Puede llegar a ser muy caro. Por ejemplo, si vuelas con AirEuropa debes adquirir un billete aparte si quieres viajar en cabina con tu animal. Sin embargo, planeé ese viaje con mucha antelación y me salió a un buen precio. Para mí vale la pena hacerlo y lo considero un estilo de vida que he escogido y una buena alternativa a los medicamentos (reducción de la aerofobia).
¿Lyla es una fuente de inspiración para viajar?
Totalmente. Me encanta viajar y ella me ayuda a crecer como persona y no tomaría ninguna decisión que no la incluyese.