NĂşmero 16 J B A LV I N T H E G U I LT Y C O D E . C O M
Sagrario Saraid @ssaraid Directora General E R I C K E . TA P I A
RICARDO TRABULSI
YA Z M Í N G U T I É R R E Z
ARTURO GONZÁLEZ CANSECO
Producción
OFELIZ SALGADO GONZÁLEZ
Editor Digital @EseErick
Editor de Fotografía @ricardotrabulsi
Coeditor @ag_canseco
ISABEL ZAVALA S U S A N A Z O U L AY
ALEX ARGANDONA
Fotografía y video
Director de Arte @alxgaspacho
SERGIO CASILLAS TEODORO GARCÍA
SONIA ARMENDARIZ ORTIZ
Diseño @SoniaArmendariz
CÉSAR CASALONE
Directora de Marketing @yaz_gtz
ALE VZQZ DANIELA RODRÍGUEZ MANUEL MERELLES J AV I E R H U E R TA J U A N PA B L O A L L E G R E GISELLE MENDOZA
Productor @CesarCasalone
Corrección de Estilo @ofeliasalgado24
COLABORADORES
Gabriella Moralles-Casas Gabriel Bauducco Amalia Mejía Rodrigo Fernández Jorge Ríos Jorge Eduardo Morales Juan Carlos Basurto Chano Jurado Federico Legorreta Anaví Taché Mayalen Elizondo Kitzia Nin Poniatowska Jimena Gómez Arturo Torres
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THE GUILTY CODE ® ES UNA PUBLICACIÓN DE
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C A R TA E D I T O R I A L
“¿QUÉ DIRÍA CHAMÍN CORREA?”, escuché decir a alguien en una fiesta mientras el resto tararéabamos: “Si necesita ‘reggeaton’, ¡dale!”... Me da risa cómo muchos, por lo menos de mi círculo de amistades, vomitan el “reggeaton”, lo que sea de él, sus intérpretes, sus letras, su música, sus looks, tooooodo. Pero la verdad, es que a mí me divierten. ¡Que Ginza (la misma canción de “si necesita ‘reggeaton’, ¡dale!”) es una canción de una sola estrofa que se repite un millón de veces!, pues sí, es una canción de 140 caracteres, como un tuit. Así es todo, ahora ¿no?: Breve. Rápido. Al grano. Además, ¿qué hay de malo en una canción pegajosa que te hace bailar, que te hace tararear, que no te compromete con un pensamiento profundo y filosófico? ¿Qué no todos nos andamos quejando de la intensidad de la vida? ¿Qué hay de malo en tener una dosis de felicidad que no exige revolcarte en tus sentimientos, sino solo gozar? Por otro lado, este género “urbano”, además de ser reflejo de nuestros tiempos, es de los pocos que propone algo nuevo. Lo que quiero decir es que no recurre al trillado terreno de los covers. Entre la nostalgia por el pasado y que a nadie se le ocurre nada nuevo, las famosas “rolas” oldies but goodies han saturado la radio, mientras que entre los jóvenes el “reggeaton” ha ido ganando terreno con su frescura. Pero que “Jesús bendito, cómo bailan esa música del diablo, así todos pegados”, y que las niñas ya no se dan su lugar y los varones ya no son caballeros, yo solo digo como entonaba aquella canción de la Maldita Vecindad: “Hey pá, fuiste Pachuco, también te regañaban, también bailabas mambo, tienes que recordarlo”. En una boda no muy lejana, vi a todos esos detractores que mencionaba al inicio dar de brincos y hacer pasitos sexis, al ritmo de: “acércate a mi pantalón ¡dale!, vamo’ a pegarnos como animales”. Podrá gustarles o no J Balvin, lo cierto es que este joven tiene flow, y sus detractores no suman, ni por casualidad, sus más de 32 millones de followers en redes sociales, ni sus dos billones (sí con b de billón), de views en su canal de YouTube, ni los 6,703,522 oyentes mensuales que tiene en Spotify. Más gozo y más flow para todos. Sagrario Saraid Directora The Guilty Code @ssaraid
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EL FENÓMENO
JBAL
Por Ana Victoria Taché Fotos Ricardo Trabulsi y Manolo Merelles
VIN
SE DECLARA CULPABLE DE SER UN SOÑADOR, Y DE HABER CUMPLIDO HASTA AHORA TODOS SUS SUEÑOS. YA ESTÁ TRABAJANDO EN LA SIGUIENTE CONQUISTA, PERO MIENTRAS TANTO, HIZO UNA PAUSA EN LA GUARIDA DE THE GUILTY CODE PARA MOSTRARNOS COMO ES EN REALIDAD EL HOMBRE DE MÁS DE 30 MILLONES DE FOLLOWERS.
Producción Diagonal, Fotografía y Video Maquillaje y Peinado Rachel Ceja para Twiggy Fashion Team.
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FOTO: MANOLO MERELLES
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J B A LV I N
A PRIMERA VEZ QUE ESCUCHÉ UN TEMA SUYO FUE EN 2013, PREVIO A UNA ENTREGA DE PREMIOS EN LAS VEGAS (#MEDECLAROCULPABLE, EL REGGAETON NO ES LO MÍO), PORQUE IBA A HACERLE UNA ENTREVISTA. Sus números en YouTube eran ya impresionantes hace tres años. Y bastaba con ver una vez el video para entender el fenómeno. La cosa es: uno da clic en el video, escucha la letra sin prestar demasiada atención: “Yo te lo dije no me iba a enamorar, te lo advertí a ti, my girl, que al otro día nos íbamos a olvidar, que no nos íbamos a llamar”, y lo que sigue es repetir la melodía una, y otra, y otra, y otra vez. Pareciera que José Álvaro Osorio Balvin fue tocado el día de su nacimiento, hace 31 años, por el hada madrina de la música y le dio esa fórmula que tantos quisieran tener: es un hacedor de éxitos. Es el rostro del fenómeno llamado J Balvin. Un fenómeno que se mide en millones: 10.3 en Instagram, 18 en Facebook, 3.66 en Twitter y (redoble de tambores, por favor) 2 billones de views en YouTube. Es cierto que no se llega así fácilmente pero también es cierto que basta con convivir con él un rato para entender por qué fue él quién llegó así a la cima. Lejos de ser la estrella inalcanzable con un séquito a su alrededor, es un hombre de trato amable y sencillo si no tranquilo. Un poco tímido, incluso. ¿Quién iba a decir que ese hombre sexy que hace enloquecer a tantas mujeres podría sonrojarse con un piropo? No tiene inconveniente en saludar una por una a todas las personas que se le aparecen enfrente (que son muchas, ¡mu-chas!), atiende a sus fans con cariño, se toma las fotos que sean necesarias, graba saludos, da la mano, abraza, besa, posa para la foto una vez más… Tiene claro por qué está en los cuernos de la luna y se esmera en conservar a quienes lo han llevado hasta ahí: sus fans, su otra familia, como los llama él. Confesó que no le gusta dimensionarlo ni pensar en todas esas personas que lo ven a través de las redes, porque podría resultarle abrumador. Cuando no está trabajando, le gusta que le digan José, no pide grandes cosas, solo café, mucho café y se resiste con todas sus fuerzas a darle siquiera una probada a ese pastel de chocolate que lo haría salirse del régimen. Es, sin duda, un hombre disciplinado. No está tampoco pegado al celular (en dos horas no lo vi tomarlo ni una vez), solo llega, tranquilo, pidiendo las cosas siempre por favor, se transforma a la hora de las fotos (no sonríe si no es con las pequeñas prótesis de diamantes) y se va diciendo siempre: “Que Dios te bendiga”. Si ustedes, queridos, culpables, dudan del alcance de su talento, los reto a que abran YouTube, pongan un tema suyo e intenten contabilizar las veces que repiten las estrofas en su cabeza. Música indeleble, a ritmo de “reggaetón” colombiano, con el indiscutible sello de J Balvin. Pero por favor, llámenlo José.
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FOTO: ALE VZQZ
FOTO: MANOLO MERELLES
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FOTO: MANOLO MERELLES
FOTO: ALE VZQZ
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FOTO: ALE VZQZ
FOTO: MANOLO MERELLES
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ES UNA PUBLICACIÓN DE
dobleuEse theguiltycode.com FOTO: ALE VZQZ